Las FPL “Farabundo Martí” inician en octubre de 1972 la publicación de EL REBELDE

Las FPL “Farabundo Martí” inician en octubre de 1972 la publicación de EL REBELDE. Por Roberto Pineda 22 de abril de 2016

El segundo periodo. Del 28 de agosto de 1972 cuando aparecen públicamente al 6 de agosto de 1975, cuando surge el Bloque Popular Revolucionario, BPR.

Luego de la acción de las FPL en la embajada argentina, en solidaridad con los revolucionarios asesinados en Trelew en agosto 22 de 1972, es la publicación en octubre de ese año, del primer número del periódico mensual clandestino El Rebelde, la que le da continuidad a su labor revolucionaria, al establecer un sólido puente de comunicación entre la naciente fuerza político-militar y los sectores populares radicalizados, ansiosos de respaldar a una organización que desafiara y golpeara con las armas en la mano, a la dictadura militar de derecha y sus cuerpos represivos.

EL REBELDE contribuye a la toma de conciencia popular acerca de la necesidad de enfrentar a la dictadura militar por el camino de la lucha armada, y orienta a los sectores populares al uso de la violencia revolucionaria como mecanismo de acumulación de fuerzas para derrotar a la llamada “tiranía militar fascistoide” en el marco de una estrategia de guerra popular prolongada.
Es a partir de la acción militar de agosto de 1972 que comienza la vida pública de las FPL. Es así como surgen sus variadas publicaciones. Según consigna Alberto Híjar, hubo en los años 40 una “publicación interna” del PCS llamada El Rebelde, que acompañó la huelga de hambre iniciada por Carpio en 1944, en demanda de mejoras en las condiciones laborales. Según declaraciones de Carpio, citadas en el libro Pueblos en armas, las FPL se dieron a conocer con su nombre en El Rebelde. A continuación, reseñamos la caída en combate de Ramiro y Omar, realizamos una síntesis de un artículo de EL REBELDE de agosto de 1973 así como del primer número de la revista teórica de las FPL, Estrella Roja.
La caída en Ciudad Delgado de Ramiro y Omar el 10 de febrero de 1973
El sábado 10 de febrero de 1973 murieron heroicamente en combate en Ciudad Delgado, los fundadores de las FPL José Dimas Alas Alfaro– Ramiro, y José Ernesto Morales Nuñez- Omar. Ambos fueron sorprendidos por una patrulla de la Policía de Hacienda a eso de las 2:30 de la tarde, sobre la línea del tren a la entrada de esta ciudad, ubicada al nororiente de la capital.

José Dimas Alas, segundo responsable desde abril de 1970 de esta nueva organización político-militar, de oficio tipógrafo y ex secretario general de la FUSS, junto con Ernesto Morales, también dirigente juvenil de la FUSS, y ambos del COAP, habían formado parte del grupo inicial que acompañó a Salvador Cayetano Carpio, Saúl, en su ruptura con el PCS y posterior fundación de las Fuerzas Populares de Liberación, FPL “Farabundo Martí.” Las FPL pasaron en octubre de 1980 a integrar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN.

El primer destacamento militar de las FPL en los años setenta y durante la Guerra Popular Revolucionaria (1981-1992) su Escuela Nacional de Cuadros, ubicada en Chalatenango llevaran el nombre José Dimas Alas.

EL REBELDE NO. 10 agosto de 1973
El número más antiguo al que hemos tenido acceso a través de la valiosa colección existente en el CIDAI de la UCA, es el número 10, de agosto de 1973, con su ya clásico recuadro: “COMPAÑERO: lee y estudia El REBELDE. Si lo difundes que sea con todas las medidas de seguridad, con métodos clandestinos estrictos.” Entre los contenidos de este número se encuentran los siguientes: Amenaza a los ferrocarrileros; El “aumento” a empleados públicos; Los pobladores de las colonias marginales y Notas internacionales y nacionales.
Es muy significativo que en las notas nacionales aparezcan informaciones sobre el accionar del Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP y de la RESISTENCIA, que a partir de mayo de 1975 asume su propia vida orgánica como Resistencia Nacional. Se mencionan dos acciones. “1. 24 de agosto de 1973. El ERP por medio del Comando Armado Leonel Arévalo Martínez realizo una recuperación económica en el banco de Londres y Montreal (Agencia España) 2. El 21 de agosto la RESISTENCIA realizo una acción de propaganda armada en el III Ciclo Básico del Instituto República de Corea de la Colonia Zacamil.”
LA GUERRA ESPECIAL (CONTRA-REVOLUCIONARIA) Y LA GUERRA PROLONGADA DEL PUEBLO

Como artículo de fondo y de portada de EL REBELDE No. 10 de agosto de 1973 aparece un importante planteamiento teórico sobre estos dos tipos de guerra, en particular detallas los componentes básicos de la Guerra Prolongada del Pueblo, que sirvió de base para el desarrollo militar de las FPL y posteriormente del Bloque Popular Revolucionario, BPR.

Plantea que “se ha estado señalando en diversas formas los niveles cada vez más intensos y generalizados que va cobrando la represión fascista: capturas, destierros, asesinatos, torturas, allanamientos de locales, etc. (conocida como la “escalada fascista”) al mismo tiempo que se intensifican los planes y proyectos que favorecen a los poderosos oligarcas y entregan al país más decididamente en manos de los yanquis (conocido como proceso de neo-colonización yanqui).”

Agrega que “los sectores más avanzados del pueblo, al llegar a un grado tan agudo las contradicciones entre el pueblo y sus opresores, han tomado cada vez con mayor decisión el camino de la GUERRA PROLONGADA DEL PUEBLO, que combina la lucha armada revolucionaria con las otras expresiones de la lucha popular.”

Indica que en El Salvador “se enfrentan DOS ESTRATEGIAS POLITICO-MILITARES completamente contrarias (antagónicas): la estrategia de imperialismo yanqui y las clases reaccionarias aliadas al mismo, llevada a cabo progresivamente por el gobierno títere antipopular, que es una estrategia de GUERRA CONTRA-REVOLUCIONARIA ( cuyo fondo es la “guerra especial” o de contra-insurgencia) y la estrategia político-militar del pueblo, abanderada por las organizaciones revolucionarias político-militares que es la GUERRA PROLONGADA DEL PUEBLO.”

Que aspectos abarca la estrategia político-militar del imperialismo y del gobierno, basada en la guerra contra la insurgencia del pueblo?

Considera que abarca “medidas de tipo militar” como “preparación anti-guerrrillera y antimotines” y “acción directa (punitiva) contra las guerrillas; la “intensificación creciente de la represión fascista generalizada contra todos los sectores del pueblo, e intentos de crear una base social de masas”, a la vez “la acción social” consistente en que “coordinadas con las acciones militares abiertas y de la represión fascista, el ejército reaccionario y el gobierno desarrollan las actividades de ACCION CIVICA MILITAR estrechamente ligadas a otras acciones como FOCCO, trabajo juvenil voluntario, juntas comunales dirigidas por el gobierno y otras organizaciones oficialistas, para debilitar la influencia de las organizaciones revolucionarias sobre el pueblo.”

Como cuarto aspecto señala el análisis de las FPL que “el imperialismo y el gobierno títere tratan de desplegar programas de REFORMAS BURGUESAS PRO-IMPERIALISTAS, que hunden el país más decisivamente en la dominación neo-colonial del imperialismo yanqui” y finalmente “reformas jurídicas” para “atender las necesidades de su estrategia político-militar.”

Concluye que “tales son los ingredientes básicos inter-relacionados que forman parte integrante de la estrategia político-militar contra-revolucionaria, que para mantener sometido a nuestro pueblo lleva a cabo el imperialismo, la oligarquía interna y el gobierno de los explotadores, teniendo como fondo la “guerra especial” ( de contra-insurgencia) contra el pueblo.”

Guerra Revolucionaria Prolongada del Pueblo

Considera que “frente a esta estrategia político-militar de los enemigos del pueblo, los sectores avanzados de éste, dirigidos por las FPL y otras organizaciones revolucionarias político-militares, desarrollan una estrategia revolucionaria político-militar cuyo fondo es la GUERRA REVOLUCIONARIA PROLONGADA DEL PUEBLO que engloba distintos aspectos.”

Entre estos el “aspecto militar revolucionario” que a la vez integra tres elementos: “la preparación militar revolucionaria”, las “acciones militares revolucionarias ( de guerrilla en esta etapa) en el terreno político y las recuperaciones económicas contra los imperialistas y sus empresas, contra la oligarquía burgués-terrateniente y las instituciones del Estado de los explotadores” así como “las acciones militares de solidaridad revolucionaria con las luchas de otros pueblos” y “la acción revolucionaria armada en dimensión centroamericana.”

Como segundo aspecto “la organización y acción de las masas populares” que incluye “la organización, el impulso y radicalización de las luchas de las masas trabajadoras por sus reivindicaciones y demandas inmediatas de tipo político, económico y social elevándolas del legalismo, del reformismo y del economismo, para convertirlas en un medio de elevación revolucionaria y de incorporación del pueblo a la guerra prolongada.”

Además “en ello se incluyen nuevos métodos de combate de las masas; ocupación violenta de empresas y tierras e instituciones, organizar la autodefensa de las masas en conflicto; huelgas de hecho, choques callejeros con las fuerzas represivas, requisas pasivas y distribución popular de productos acaparados por los explotadores, etc., etc.”

Agrega en este mismo eje “la lucha organizada de las masas contra la intensificación de la represión fascista en todos sus aspectos” así como “la lucha activa contra las acciones para-militares (de ORDEN y otras organizaciones similares) realizadas contra los movimientos, organizaciones y acciones de masas.

Asimismo “la combinación de la acción militar revolucionaria en apoyo de las acciones masivas del pueblo.” A la vez “la propaganda y la agitación revolucionaria y la lucha ideológica entre las masas contra las tendencias al pacifismo, al legalismo, al reformismo, y a todas las manifestaciones del oportunismo, que son las armas ideológicas de los explotadores para adormecer la conciencia y la lucha de las masas populares.” También “la difusión de la teoría revolucionaria científica del proletariado: el marxismo leninismo.”

Incluye “la lucha en todos los terrenos contra los planes reformistas del gobierno, que tienen por finalidad hundir al país más decisivamente en el yugo neo-colonial del imperialismo yanqui y en la mayor ampliación de la explotación en que los imperialistas y los oligarcas tienen sumidas a las grandes masas explotadas y oprimidas.”

Como tercer eje de esta estrategia menciona que “como GUERRA que es, tiene como parte medular LA LUCHA ARMADA REVOLUCIONARIA (iniciada con la guerrilla popular) que solo se fortalece y vigoriza a través de la creciente incorporación del pueblo a la misma.”

Agrega que “para ello es necesario que las diversas formas de lucha que el pueblo utiliza CONVERJAN HACIA LA LUCHA ARMADA, que apoyen y propicien el fortalecimiento y despliegue de esta. Es decir, que las distintas formas de lucha del pueblo (políticas, económicas y sociales inmediatas) sean parte de la estrategia político-militar revolucionaria, y de esa manera se desarrollen en función de su forma política más elevada, que es la lucha armada revolucionaria ( o sea, la política de clase del proletariado y sus aliados revolucionarios, llevada a cabo por medio de las armas); que en combinación con los otros medios de la lucha popular será el MEDIO DECISIVO para destruir el poder de los enemigos fundamentales del pueblo y para alcanzar el triunfo definitivo de la revolución popular.”

Inicia la publicación de Estrella Roja en diciembre de 1973

En diciembre de 1973 las Fuerzas Populares de Liberación, FPL “Farabundo Martí” publican el primer número de su revista teórica, bautizada como Estrella Roja en homenaje a una publicación de jóvenes marxistas de 1932, entre estos Alfonso Luna y Mario Zapata, héroes del levantamiento indígena-popular de ese año. El segundo número de Estrella Roja sería publicado hasta febrero de 1975.

En este primer número, se tratan las siguientes temáticas:
• La estrategia, la táctica y su interrelación dialéctica.
• La clase obrera, sus aliados y sus enemigos fundamentales.
• La organización revolucionaria de la clase obrera.
• Los objetivos revolucionarios de la clase obrera y los intereses inmediatos.
• Su ubicación e interrelación dialéctica.
• Las condiciones objetivas y subjetivas para la lucha revolucionaria.
• Las alianzas de clase. Su enfoque dialectico.

En su Presentación establece que “es el PUEBLO el factor determinante para el desarrollo y culminación victoriosa del proceso revolucionario. De allí que al incorporación de la clase obrera y sus aliados al proceso revolucionario sea tarea fundamental para una organización revolucionaria como las FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL-“FARABUNDO MARTI”

Argumenta que “toda organización que aspire a elevar la conciencia, la organización y la disposición revolucionaria de las masas populares requiere alcanzar la necesaria claridad ideológica y política que le permita cumplir con ese papel. Tal claridad solo puede darlo la interpretación marxista de la realidad objetiva, ya que solo el marxismo proporciona el método científico de análisis, interpretación y transformación de la sociedad.”

Agrega que “la necesidad de orientarse correctamente en los complejos fenómenos de la vida social, para a su vez poder orientar acertadamente a las masas populares en la complejidad de su proceso revolucionario, indica lo importante que es el terreno ideológico para una organización que aspita a convertirse en genuina expresión revolucionaria de la clase obrera.”

Considera que “se esforzara por cumplir el importante papel de la elevación ideológica, teórica y política de sus miembros y colaboradores, con el objetivo de que esta organización revolucionaria político-militar pueda orientar eficazmente al pueblo para incorporarlo a la lucha revolucionaria.”

Explican que “a 42 años de la muerte de AGUSTIN FARABUNDO MARTI, y de la instauración de la tiranía militar, las F.P.L. al impulsar hacia adelante la inmortal bandera de Martí: EL MARXISMO LENINISMO, oriente sus pasos por la estrella roja de la revolución popular, roja como la sangre d e.los mártires del proletariado que ah de fructificar en el mañana feliz de nuestro pueblo liberado del imperialismo y de la explotación del hombre por el hombre. Al reiniciar en esta época la edición de “ESTRELLA ROJA”, las FPL se esforzaran por hacer honor a la gloriosa herencia revolucionaria. ¡REVOLUCION O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA! Diciembre de 1973.”

La estrategia y la táctica de las FPL

El primer componente de estos contenidos teóricos de este primer número de Estrella Roja se refiere a la relación entre táctica y estrategia; la táctica al servicio de la estrategia, el carácter de clase de la estrategia y sobre la relación entre estrategia política y estrategia militar.

Considera que la “estrategia de una fuerza social determinada ( en nuestro caso, la estrategia de una organización revolucionaria que expresa los intereses de la clase obrera) engloba todas las líneas fundamentales dentro de las cuales enmarca su actividad y la proyección de su accionar durante un período dado. La estrategia es, pues, la línea fundamental durante toda una etapa determinada. La estrategia se encarna en la vida a través de la táctica, la cual busca la aplicación de la estrategia en cada momento concreto.”

Agrega que “una línea estratégica toma en cuenta como una de sus bases a las propias fuerzas y de las clases coincidentes y aliadas así como alas del campo contrario; toma en cuenta la correlación de fuerzas presentes y en perspectiva, de ambos campos y como cambiar esa correlación de fuerzas en favor de la clase determinada. Los medios básicos para el cambio estratégico de tal correlación de fuerzas es parte básica de tal estrategia.”

Concibe que “la ESTRATEGIA POLITICA engloba TODOS los aspectos de la estrategia de una clase (y de una organización revolucionaria de la clase obrera). Es la que marca la orientación y lineamientos fundamentales de todas las otras ramas estratégicas de la clase (económica, social, militar, etc.). La ESTRATEGIA MILITAR de una organización revolucionaria está supeditada a la estrategia política – y n solo supeditada de cualquier manera, sino que es PARTE de la estrategia política (conocida es la máxima que lo militar es la continuación de la política por otros medios armados).”

Afirma que “una estrategia se realiza dentro de las situaciones concretas que se van formando en el marco de la sociedad, las cuales no transcurren en un plano fijo, imperturbable y lineal, sino en un proceso dialéctico de factores positivos y negativos que chocan entre sí y se interinfluyen, con avances y retrocesos, con cambios y formaciones cuantitativamente diversas que van formando COYUNTURAS favorables o adversas para el desarrollo de la estrategia de una clase determinada.”

Finaliza indicando que “la línea y tácticas adoptadas en una coyuntura tienen que estar al servicio del desarrollo de la estrategia que se trata de hacer avanzar. Sólo así la coyuntura puede convertirse en un factor favorable a la estrategia de una clase social determinada e, incluso, convertirse una determinada coyuntura en elemento estratégico para un salto cualitativamente superior que permita la realización de los objetivos fundamentales de transformación radical de la sociedad, que persigue una estrategia de las clases revolucionarias.”

Sobre la clase obrera, sus aliados y sus enemigos

El segundo componente de esta visión teórica de las FPL trata sobre las clases sociales. Plantea que “la clase social que dentro del sistema capitalista está colocada en una situación que le permite emprender los cambios sociales más profundos y decisivos es la clase obrera, especialmente la clase obrera industrial. Es la clase cuyo porvenir está indisolublemente ligado al socialismo; es decir, a la destrucción del régimen de explotación capitalista y sus sustitución por el régimen socialista.”
Establece que “la clase que en el proceso revolucionario ha de convertirse en el aliado principal de la clase obrera es el campesinado, principalmente su sector más revolucionario, que es el semi-proletariado del campo (llamado también el campesinado pobre) y el campesinado medio. En segundo lugar, los sectores avanzados de la pequeña burguesía, e especialmente el estudiantado, los maestros, empleados, la intelectualidad progresista, los pequeños y medianos comerciantes y productores.”
Y señala que “el enemigo fundamental de la clase obrera es la BURGUESIA, poseedora de los medios fundamentales de producción, por lo cual ejerce la explotación más desenfrenada sobre aquella y que dispone del Poder y de los medios represivos para ejercer la opresión sobre las clases explotadas.”
La organización revolucionaria de la clase obrera
Considera que “la clase obrera no pude cumplir con su papel de impulsora de la revolución y dirigente de las fuerzas populares, de manera espontánea y desorganizada. La teoría científica revolucionaria –el marxismo leninismo- le permite elevarse a la conciencia revolucionaria necesaria y al dominio de los medios apropiados para transformar la sociedad.”
Añade que una organización revolucionaria debe “aplicar consecuentemente la ciencia revolucionaria del proletariado a las condiciones concretas del país”, además “expresar y defender acertadamente los intereses fundamentales e inmediatos de la clase obrera” así como “establecer estrechos vínculos orgánicos con la clase obrera, que determinen la proletarización efectiva de la organización revolucionaria en su composición, en sus métodos de organización, en sus métodos de dirección y trabajo.”
Indica que “una consecuente organización revolucionaria se convierte en la práctica en la vanguardia de la clase obrera por su visión y perspectiva histórica, por la acertada aplicación del marxismo-leninismo a la realidad concreta, a través de una estrategia revolucionaria acertada y de tácticas adecuadas en cada momento dado; por su esforzado trabajo revolucionario mostrado en la acción práctica…”
Los objetivos revolucionarios de la clase obrera
Subraya que “la clase obrera tiene intereses fundamentales e intereses inmediatos. Los intereses fundamentales son los que están vinculados a su necesidad histórica de transformar radicalmente a sociedad para hacer desaparecer por siempre el sistema social basado en la explotación de unos hombres por otros y emprender la construcción de una sociedad basada en la propiedad social de los medios de producción y en relaciones de igualdad y fraternidad entre los hombres.”
Afirma que “son intereses fundamentales de la clase obrera: la liberación del país respecto del imperialismo; la liquidación del poder económico y política de la oligarquía burgués-terrateniente y de la burguesía en general; la liquidación del régimen político, jurídico, administrativo, educacional, ideológico, etc., representante de los intereses de las clases explotadoras, lo cual solo es posible a través de la destrucción de las fuerzas militares y represivas del régimen de explotación, la toma del Poder político por parte de la clase obrera aliada a las otras clases populares revolucionarias y la instauración del poder popular.”
Agrega que “hay una interrelación dialéctica entre uno y otro aspecto de la lucha de la clase obrera: la lucha reivindicativa orientada revolucionariamente es indispensable para le desarrollo de la lucha revolucionaria; y a la vez esta contribuye al desarrollo de la lucha reivindicativa popular.”
Las condiciones objetivas y subjetivas para la lucha revolucionaria
Plantea que “la lucha revolucionaria tiene una base objetiva. Cuando as relaciones d producción entran en contradicción con el carácter de las fuerzas productivas se crea la base para la sustitución revolucionaria de un modo de producción por otro, a través del correspondiente cambio revolucionario en la estructura y superestructura de la sociedad.”
Agrega que “para que se lleve a cabo la revolución social no basta con la existencia de elementos objetivos que al hagan necesaria, sino que es indispensable el desarrollo de elementos SUBJETIVOS o sea de factores dinámicos en los que interviene la conciencia social y que representan los instrumentos para la revolución social.”
Indica que “como el pueblo es el factor fundamental para la transformación revolucionaria y este tiene clases de vanguardia histórica, es indispensable que estas (y especialmente el sector avanzado de las mismas) cobren conciencia del papel que les corresponde desempeñar en el proceso revolucionario y de los medios y métodos para lograrlo, y que se organicen para ello.”
Afirma que “en El Salvador ( y Centro América) las condiciones objetivas para llevar a cabo la revolución popular existen de sobra, desde hace varias décadas; pero los elementos subjetivos van en retraso ( la organización revolucionaria político-militar de la clase obrera, la conciencia revolucionaria, la disposición revolucionaria y el grado de organización revolucionaria de las masas obreras y campesinas y de otros sectores, no están a la altura de la tarea histórica).
Y señala que” en esto, especial responsabilidad han tenido las organizaciones y sectores de la izquierda tradicional que encabezadas por la dirección derechista del PCS se han hundido en el pacifismo, el reformismo, el legalismo y el economismo, dañando el proceso de elevación de la conciencia, organización y disposición revolucionaria de la clase obrera y otras clases explotadas.”
Recalca que “por ello, la tarea emprendida por las FPL de convertirse en una seria organización revolucionaria político-militar de la clase obrera con proyección hacia el resto del pueblo, es una tarea clave para la revolución popular, ya que propende a elevar al conciencia, la organización y la disposición revolucionaria de las masas obreras, campesinas y sectores avanzados de la pequeña burguesía, a través de las tareas necesarias para conducir la guerra revolucionaria del pueblo que combina la acción militar revolucionaria con la lucha combativa de las masas por sus reivindicaciones inmediatas, como medio para la elevación de su conciencia revolucionaria.”
Relación entre guerra del pueblo y situación revolucionaria
Precisa que “no debe confundirse “situación revolucionaria” con guerra del pueblo, o creer que esta solo puede desarrollarse en el marco de una situación revolucionaria. Precisamente, uno de los más dañinos errores de las corrientes de izquierda conservadoras es sostener que a la guerra del pueblo solo puede recurrir éste en la coyuntura especial de una situación revolucionaria y que todo el proceso previo de desarrollo hacia la revolución debe realizarse con medios pacíficos de lucha. Con dañina tesis se trata de privar al pueblo de la utilización de todos sus medios de lucha contra las clases dominantes, retrasándose y estorbándose la incorporación plena del pueblo a la lucha revolucionaria.”
Las alianzas de clase
Considera que “uno de los elementos estratégicos de una clase es su política de alianzas con otras clases o sectores de clase. Su objetivo es crear una conjunción de fuerzas –en calidad y cantidad- que permita cambiar a su favor al correlación desfavorable ( y fortalecerla cuando ya sea favorable) para destruir las fuerzas del enemigo, vencerlo y no permitir su posterior recuperación.”
Evalúa que “en nuestro país, la clase obrera (industrial y agrícola) para impulsar el proceso revolucionario tiene como ALIADO PRINCIPAL al campesinado; en primer lugar al campesinado pobre, conocido como semi-proletariado del campo y en segundo lugar, al campesinado medio, especialmente su sector menos acomodado. Firmes aliados del proletariado también pueden llegar a ser los sectores avanzados del estudiantado, maestros, empleados privados y públicos, intelectuales y profesionales. En segundo lugar, los sectores progresistas de los pequeños y medianos comerciantes, pequeños y medianos industriales y artesanos, pequeños y medianos cafetaleros y otros sectores similares.”
Subraya y este es un punto clave de su concepción, que “sería antidialéctico y perjudicial al forjamiento de la conjunción de fuerzas revolucionarias considerar que, si bien es cierto que al nivel revolucionario las alianzas deben tener carácter revolucionario; en cambio al nivel de la lucha reivindicativa inmediata las alianzas tácticas pueden tener otro contenido (por ejemplo contenido economista, reformistas, etc.) realizándose con quien quiera, incluso con aquellos que están luchando consecuentemente contra los objetivos revolucionarios del proletariado, contra su estrategia revolucionaria.”
Sostiene que “un enfoque oportunista, basado en la concertación de alianzas sin principio en el terreno de las reivindicaciones inmediatas (político-económica) ha sido uno de los graves errores de corrientes “de izquierda” tradicionalistas y que ha contribuido en ellas a la unilateralización de los medios de lucha, limitándolas al pacifismo y al legalismo burgués, lo que los a la estrategia burguesa, y los aleja de los “peligros” de chocar con tales “aliados” en el terreno revolucionario, del que se han alejado.”
Las alianzas de clase: proceso dialéctico
Señala que “en el proceso de unidad, las organizaciones representativas de la clase obrera, no deben sacrificar los principios revolucionarios, (en los pasos de unidad táctica y estratégica) en aras de la amplitud unitaria; so pena de sacrificar los intereses fundamentales de la clase obrera y la estrategia de la misma.”
Reitera que “el forjamiento revolucionario que una organización que realmente represente los intereses de la clase obrera es punto de partida básico para alianzas de calidad con las otras clases revolucionarias y sus representaciones.”
Insiste que “una unidad dirigida (hegemonizada ideológicamente) por corrientes oportunistas favorece a las clases explotadoras, porque sacrifica los principios revolucionarios y los interese fundamentales del proletariado. Debido a ello, la unidad con los oportunistas en las condiciones en que ellos hegemonicen la dirección de la misma, perjudica al proceso revolucionario, y no propicia los saltos cualitativos en la unidad.”
Concluye que “una unidad de calidad superior, cuya hegemonía este en manos de la clase obrera, de esencia revolucionaria, y que en su base se fortalezca en forma creciente la alianza obrera-campesina es el marco para el más amplio desarrollo cuantitativo requerido para la construcción del poderoso agrupamiento de fuerzas revolucionarias que sean capaces de dar las batallas decisivas a sus enemigos de clase.”
Asegura por lo anterior que “no sería correcto ni conveniente concebir como condición PREVIA para emprender la lucha revolucionaria político-militar una amplia unidad cuantitativa. Será la acción revolucionaria la que ira creando el terreno para una verdadera unidad de calidad superior de las fuerzas revolucionarias del pueblo.”
Agrega que “no es la unidad a toda costa el máximo deber de los revolucionarios en este momento. Sino el de CREAR, CONSOLIDAR, DARLE CONTEXTURA Y CAPACIDAD COMBATIVA, LIGAZON EFECTIVA DE MASAS, CAPACIDAD DE DIRECION DE MASAS EN LA PRACTICA DE SUS LUCHAS INMEDIATAS a las organizaciones revolucionarias político-militares.”
Enfatiza que “en la tarea de unirse con las masas, es un elemento de primer orden la lucha ideológica contra las corrientes que embotan y rebajan la conciencia revolucionaria de las masas. Es necesario en el periodo actual, un claro deslinde ideológico con el oportunismo.”
Explica que “en toda unidad (a nivel estratégico o táctico) debe asegurarse la hegemonía revolucionaria de la clase obrera en esa alianza. Una unidad con otras fuerzas en las que predomine la hegemonía burguesa no favorece al proletariado sino a la estrategia de la burguesía, y no consideramos conveniente hacerla.”
Concluye el análisis de este primer número de Estrella Roja afirmando que “cuando se dice que la burguesía está impedida de jugar un papel revolucionario es preciso entenderlo como una situación “irreversible.” Consideramos que cualquier ilusión en cuanto a un potencial revolucionario de la burguesía, conduce al oportunismo en materia de alianzas.”

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