En el boletín El Rebelde No. 27, de enero de 1975 aparece un balance político-militar del año 1974 que refleja el pensamiento de las Fuerzas Populares de Liberación, FPL “Farabundo Martí” , al respecto de la coyuntura de ese momento, que marcó el puente hacia nuevos niveles de lucha popular.
Califica las FPL 1974 como un año que “ha significado un avance para el movimiento revolucionario. En el transcurso del año pasado se clarificó más y se consolidó en aspectos fundamentales la Estrategia Revolucionaria” la cual pasa a desglosar.
En primer lugar, señala El Rebelde que “en el terreno de la lucha de masas por las necesidades económico-sociales se ha notado el despertar de las clases trabajadoras del campo a la lucha por sus intereses inmediatos, la lucha que dada la estructura de poder burgués que vive el país, altamente represiva, tiende a saltar casi de manera espontánea a la instancia de la lucha política revolucionaria.” Efectivamente durante 1974 las calles de San Salvador presenciaron luego de más de cuarenta años la protesta campesina, en particular de los desplazados por la construcción de la presa hidroeléctrica del Cerrón Grande.
En segundo lugar, se refiere que “en el área del trabajo político clandestino en el pueblo los resultados fueron exitosos ya que, en el periodo que analizamos, crecientes sectores del pueblo en forma organizada se han incorporado a las distintas tareas de las FPL a lo largo y ancho del país para impulsar la Estrategia de Guerra Popular Prolongada.”
En tercer lugar, evalúan que “en el terreno militar revolucionario, el accionar popular materializado en las operaciones que ejecutaron los comandos urbanos (unidades militares de las FPL) han estado orientadas a impulsar la lucha de clase proletaria en su conjunto, y por ende, son el embrión en creciente desarrollo que, a determinado nivel, le dará a nuestra sociedad las características de una sociedad en plena guerra civil.”
Agrega que “la lucha armada la va impulsando nuestra Organización en forma armónica en relación a los otros aspectos de la lucha. En el periodo actual de desarrollo de la Lucha Armada ésta se impulsa con la modalidad guerrillera tanto en el área urbana como en la rural.”
Luego aparece un listado de acciones militares ejecutadas por los Comandos Armados de las FPL, que incluyen recuperación de armas, asalto y ocupación del Consejo Central de Elecciones; recuperaciones económicas, sabotaje con explosivos a comandancias locales, quema de buses.
Se rinde homenaje a 4 compañeros caídos en combate, con los pseudónimos de Félix (Rafael Avalos), caído al momento de realizar una actividad de propaganda, Tomás, caído en una acción de ajusticiamiento a un verdugo del pueblo y Alberto y Juan Sebastián (Alejandro Ramírez), caídos en una acción de recuperación económica al Banco Agrícola Comercial de Santa Tecla.
Además se mencionan los diversos componentes de la Prensa Revolucionaria de las FPL: “EL REBELDE”, “PRENSA OBRERA”, “JUVENTUD REBELDE”, “EL CAMPESINO REBELDE”, “GUERRILLERO”, “EL MAGISTERIO REBELDE”, y “ESTRELLA ROJA.”
Valora El Rebelde que “es importante que el pueblo se eduque en una concepción integral de la lucha revolucionaria, para así evitar los lineamientos unilaterales en uno u otro sentido (pacifismo y militarismo) que tantos resultados dolorosos han causado en el ámbito latinoamericano.”
Y para el 1975 las FPL se plantean tres grandes tares estratégicas; en primer lugar, “desarrollar al máximo la lucha reivindicativa de masas”, luego la de “ampliar la base política orgánica clandestina de la Revolución” y como tercer tarea la de “elevar a nuevos escalones la Lucha Armada revolucionaria” para poder así “hacer avanzar la estrategia de Guerra Popular hasta la Victoria Final.”
La lucha ideológica de las FPL contra el PCS y el ERP
Luego aparece un artículo típico de la acida polémica ideológica de esos tiempos, esta enfilado hacia el Partido Comunista de El Salvador, PCS y lleva como título: El servilismo de los oportunistas: “El gobierno de Molina “punto intermedio” entre la democracia y la tiranía” y se refiere a unas supuestas declaraciones de Schafik Handal en el exterior del país.
Inicia el artículo así: “El último descubrimiento de los oportunistas criollos en sus serviles halagos al régimen, es que el actual gobierno encabezado por Molina ya no es una tiranía sangrienta, continuación del régimen militar que se instaló hace más de 40 años sobre una montaña de cadáveres y que se sostiene a base crímenes, fraudes, imposiciones y atropellos de todo género: sino que ahora está en un “punto intermedio” entre los regímenes tiránicos y los gobiernos “democráticos.”
Se pregunta: “¿Acaso han contraído el compromiso los oportunistas con el actual equipo gobernante de quedarse haciendo propaganda a las “bondades” democráticas del régimen, como precio para que se les permita sumarse al juego electorero ventajoso para el gobierno?
Concluye el artículo que “los oportunistas-revisionistas desprecian un hecho: que las cosas están cambiando en el seno de las fuerzas del pueblo y que no obstante que ellos van derivando de posiciones burguesas de “oposición” a las posiciones de embellecimiento y propaganda del gobierno de Molina, las fuerzas avanzadas que luchamos con todas las armas, en lo político y lo militar contra la tiranía de los explotadores oligarcas e imperialistas, acrecentaremos nuestra lucha en el marco de la Guerra Revolucionaria.”
Tampoco el Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP se libra de la crítica de las FPL, y en otro artículo que lleva por título “El FAPU trata de desacreditar acciones guerrilleras” la emprende contra esta iniciativa unitaria surgida desde un sector al interior del ERP a principios de 1974 y que marca el inicio de las organizaciones populares de masas.
Inicia esta diatriba indicando que “En publicación fechada el 16 del presente y responsabilizada por el FAPU a través de un “sector” del mismo se ha incluido entre una serie de hechos criminales realizados por el gobierno nada menos que una| de las operaciones revolucionarias de las FPL.” Se refiere a la campaña de las FPL de atentados con explosivos a diversas instituciones gubernamentales incluida la Guardia Nacional.
Considera El Rebelde que “esa publicación muestra que hay dirigentes del FAPU incapaces de comprender el trascendental significado de estas acciones revolucionarias de las FPL.”
Concluye enjuiciando la naturaleza unitaria del Frente de Acción Popular Unificada, FAPU, afirmando que “lo verdaderamente lamentable que evidencia esa publicación, es la situación ideológica-política en que ha venido a caer el FAPU. Este frente, creado como un medio de alianza basado en el trabajo conjunto con los dirigentes oportunistas de los organismos tradicionales de masas, proclamó la necesidad de unirse en un solo canal orgánico con diversos sectores, incluyendo a los revisionistas, para la lucha por reivindicaciones económicas y democráticas, considerando necesario hacer concesiones ideológicas a los mismos como medio para “llegar a las masas.”
Agrega que “tales cálculos que no están basados en una evaluación realista de la situación en las fuerzas populares en un periodo en que ya la guerra prolongada del pueblo ha iniciado su marcha, pronto fracasaron estrepitosamente: los oportunistas con su doble juego favorable a la burguesía, con su deshonestidad política y deslealtad característica hacia sus aliados, siguieron sus propios planes y dejaron plantado al “nuevo frente”: ni sirvieron de vehículo para que elementos más avanzados llegaran a las masas, ni siquiera ser desenmascarados ideológicamente en el seno de las mismas como proclamaban estos. Como siempre, los oportunistas jugaron su propia carta marrullera frente a sus pretendidos “aliados” y, el aspirado frente “amplio” se estrechó y estancó.”
Analiza que “la práctica demostró lo equivocado de tal concepto de alianzas. Pero una política conciliadora deja huellas negativas en quienes la practican. La conciliación con los oportunistas es una política pequeño-burguesa y conduce no hacia la elevación de la conciencia revolucionaria, sino hacia la hegemonización ideológica por parte de los estratos más retrasados de la pequeña-burguesía y, por esa vía, conduce a caer bajo la influencia del pensamiento burgués.”
El Rebelde No. 27 concluye con una nota biográfica sobre Farabundo Martí y la Insurrección de 1932, en la que se indica que él fue “hombre excepcional, de firmes convicciones revolucionarias, que luchó por la causa del proletariado, fuera y dentro de nuestras fronteras. Es esa la razón por la cual las FPL llevan con orgullo su nombre, que es un símbolo revolucionario del pueblo, y porque anhela continuar con nuevo impulso la lucha emprendida por él y culminar el gran ideal que iluminó el camino de FARABUNDO MARTI: LA REVOLUCION SOCIALISTA.”