Las luchas populares contra el militarismo en El Salvador

Las luchas populares contra el militarismo en El Salvador
Por Roberto Pineda San Salvador, 2 de mayo de 2014

En esta parte se aborda las jornadas populares contra la dictadura militar, con énfasis en el pensamiento y la praxis del PCS en el periodo 1964-1971. Incluye contexto histórico y breves biografías de Raúl Castellanos Figueroa y Salvador Cayetano Carpio. Anteriormente se había tratado el período de 1956 a 1964.

PCS nombra a Roque Dalton en Revista Internacional

En 1964 se nombra a Roque Dalton como representante del PCS en la Revista Internacional, Problemas de la Paz y el Socialismo, con sede en Praga, Checoslovaquia, que era la revista del Movimiento Comunista Internacional, y cumple esta responsabilidad hasta el año 1967, que se traslada a Cuba.

En 1965, bajo el gobierno de Julio Adalberto Rivera (1962-1967) el órgano del CC del PCS, La Verdad estuvo publicándose de manera clandestina quincenalmente. En su numero 31, del 16 de septiembre aparece de portada un artículo en apoyo a las FAR, titulado La guerrilla guatemalteca se muestra indestructible.

El siguiente número de La Verdad, No. 32, del 30 de septiembre coloca como madera: ¡Alto a la represión! ¡Libertad a los reos políticos y sindicales! Y se denuncia la captura de tres dirigentes sindicales de la CGTS, y además militantes del PCS, Carlos Marín, quien falleció recientemente, Saúl Santiago Contreras, asesinado en febrero de 1968 y Antonio Velasco Iglesias, militante actual del FMLN en Apopa. Asimismo se denuncia amenazas contra el presidente de AGEUS, Francisco Guzmán, militante actual del FMLN en San Salvador.

En el número 33 de La Verdad, del 10 de octubre de 1965, el titular de portada dice: Mañosa actitud del Gobierno frente a las intervenciones yanquis. En el número 34 del 30 de octubre de 1965 se lee: Respuesta del Partido Comunista: Desorbitadas opiniones de Rivera. Se trata de la opinión vertida por el presidente Rivera en el sentido de ofrecer cambiar comunistas salvadoreños por contrarrevolucionarios cubanos. Expresa en octubre de 1965 la Comisión Política del PCS que “los comunistas salvadoreños, comprendemos que nuestro deber esta aquí, dentro de nuestro país, organizando y orientando la lucha de nuestro pueblo por una vida mejor.”

En un pleno del comité central de noviembre de 1965 se aprueba la elaboración de una plataforma de planteamientos que exponga la posición de PCS sobre diversas temáticas tanto nacionales como internacionales, para de esta forma “poner fin a un largo período de silencio, durante el cual su nombre, su línea, y hasta su existencia, han estado ausentes de las masas populares” y en enero de 1966 se difunde el folleto Planteamientos del Partido Comunista para responder a esta necesidad. En el documento se expone la posición ante diversos sectores sociales como trabajadores, campesinos y capas medias urbanas.

En 1966 el PCS asiste a la Conferencia Tricontinental realizada en La Habana, Cuba. En 1967, se participa con una delegación presidida por Schafik Handal, en la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS, también realizada en La Habana, no obstante existir diferencias en términos de las concepciones estratégicas que orientaban este encuentro. Este mismo año de 1967 una delegación del PCS ( Raúl Castellanos Figueroa y José Napoleón Rodríguez Ruiz) participa en Moscú en las celebraciones del Cincuenta Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

En 1966-67 se logra impulsar la candidatura presidencial del Dr. Fabio Castillo, mediante el PAR Nueva Línea, lo que permite al Partido combinar la lucha reivindicativa con la lucha política abierta y legal y recuperar en las principales ciudades el voto opositor, que había venido a favorecer anteriormente desde marzo de 1964 a la democracia cristiana, al PDC.

La campaña política fue una importante escuela para miles de personas que se incorporaron a la lucha popular mediante esta vía. Y se logra recuperar la influencia del PCS entre las masas obreras. Las masas campesinas continuaban siendo víctimas del temor que venía desde 1932. Agregado a esto que este instrumento legal, el PAR Nueva Línea, fue ilegalizado luego de las elecciones. Incluso la campaña sirvió para estimular el movimiento huelguístico de 1967-1968 y romper con la paralización de este instrumento de lucha que venía desde hace veinte años.

Y en abril de 1967 se desarrolla la huelga de los trabajadores de la fábrica Acero en Zacatecoluca que motiva la unidad en la acción entre las dos principales centrales sindicales (FUSS y CGS) y que incluye el desarrollo de una Huelga General Progresiva así como la huelga de panificadores de fines de ese año, que incluye una huelga de hambre del propio Salvador Cayetano Carpio, secretario general del PCS en ese entonces.

También fue importante la participación del PCS en la primera huelga magisterial a principios de 1968, que tuvo como expresiones una concentración permanente frente al ministerio de educación así como la ocupación de decenas de escuelas públicas, la cual marca un importante momento histórico de ruptura del control ideológico de la dictadura sobre las capas medias y provoca la realización de grandes manifestaciones y concentraciones de masas, muchas de estas reprimidas, las cuales contribuyen a abrir y profundizar la crisis política del régimen dictatorial.

Los sectores populares se lanzaron a la calle en defensa de los maestros y maestras así como los acompañaron en la defensa de sus escuelas tomadas. En esta jornada de solidaridad con los maestros el Partido fue fuertemente golpeado ya que perdió a dos valiosos cuadros comunistas del sector sindical: Saúl Santiago Contreras y Oscar Gilberto Martínez, los cuales fueron secuestrados, torturados y sus cadáveres abandonados para generar temor.

Asimismo la dictadura militar asesina en San Miguel al miembro del PCS Jaime Hernández, y en Sonsonate al militante comunista Dr. Alberto Vásquez Cárcamo. Entre los que acompañaron a los maestros se encontraba el dirigente del PCS, Raul Castellanos Figueroa.

Raúl Castellanos Figueroa

Raúl Castellanos Figueroa nace el 14 de diciembre de 1924 en San Salvador. Su padre fue el también comunista Jacinto Castellanos Rivas, la ultima persona que conversa con Farabundo Martí. A los veinte años forma parte del comité secreto de huelga de los estudiantes universitarios, que logra el derrocamiento del General Hernández Martínez en mayo de 1944, además durante ese periodo fue el director de Opinión Estudiantil, editada dentro de la más rigurosa clandestinidad.

En octubre de1944 huye de la represión osminista hacia México donde estudia economía en la UNAM. En 1949 ingresa al Partido Comunista de El Salvador. En 1950 conoce en México a la comunista tica Rosa Braña, contraen matrimonio y ambos regresan ese año al país. Rosita muere en el 2002. Tienen dos hijos, ya fallecidos ambos, Roberto y Florencia Castellanos Braña.

En 1959 por encargo del PCS asume la tarea de dirigente del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM y desde esta posición, desde el triunfo de la Revolución Cubana, se distingue por su vigorosa solidaridad con el pueblo cubano, tanto que en octubre de 1962 fue secuestrado y luego encarcelado junto con el secretario general de la CGTS, Antonio Velasco Iglesias, luego de un mitin en la Plaza Libertad en apoyo al proceso revolucionario de ese país. Posteriormente son entregados a la dictadura guatemalteca del General Idígoras Fuentes, que a su vez los expulsa hacia México.

En 1961 Raul (Pablo)propone y se aprueba la creación del Frente Unido de Acción Revolucionaria, como parte de una estrategia de enfrentamiento político-militar con la dictadura, en polémica con Salvador Cayetano Carpio (Saúl), que regresaba de la URSS con la tesis de la coexistencia pacífica (Santacruz 1999).

Schafik (Sánchez) respalda a Castellanos y desde ese momento inicia una aguda y muchas veces sorda disputa al interior del PCS que estalla en 1970 con la salida de Sául. A principios de 1968 se incorpora a las jornadas en solidaridad con la huelga de los maestros de ANDES 21 de Junio. En 1969 dirige el Departamento de Periodismo de la UES y funda el periódico Primera Plana.

Ese año 1969 en el marco de la represión de la dictadura, colocan una bomba en su residencia en la Colonia Flor Blanca. Fallece cumpliendo una responsabilidad partidaria, como miembro del Secretariado del PCS, el 30 de octubre de 1970 en Moscú, entonces capital de la Unión Soviética.

El viernes 20 de noviembre llegan sus restos al Aeropuerto de Ilopango y son recibidos por centenares de simpatizantes y amigos que acompañan el ataúd cubierto con la bandera roja con la hoz y el martillo, del PCS. Se escuchan las notas del Himno Nacional y La Internacional., luego es trasladado a la UES, donde se le vela en el Auditórium de la Facultad de Derecho. Sus exequias se convierten en un acto de denuncia política contra la dictadura militar.

En su entierro, Schafik Handal, a nombre del PCS expresó que “es grande la tristeza que oprime los corazones de nosotros, los comunistas, en este momento en que cumplimos la dolorosa tarea de entregar a la madre tierra los resto de nuestro querido camarada, Raúl Castellanos Figueroa…A muchos de nosotros, tu nos guiaste en nuestros primeros pasos, cumpliendo la tarea que te había encomendado el Comité Central.”

Salvador Cayetano Carpio

Salvador Cayetano Carpio nace en el 6 de agosto de 1919 en Santa Tecla. Estudia en San Salvador como seminarista, pero no concluye y viaja a Guatemala y trabaja en la Panadería del Hospital de Antigua. En 1940, de 21 años, regresa a El Salvador y se incorpora al trabajo en panaderías privadas.

En junio de 1943 crea la Asociación de Obreros Panificadores Federados de El Salvador, bajo el gobierno del General Martínez, conduce su primera huelga y logra el 17 de este mes un aumento salarial junto con la disminución de la jornada laboral. En reconocimiento a esta victoria esa fecha es nombrada el Día de los Panficadores.

En 1945, bajo el gobierno del Coronel Castaneda Castro, dirige una segunda huelga de panificadores, la cual es mediatizada por el régimen. En1946, al encontrarse preparando una tercera huelga, en agosto de ese año es capturado y encarcelado. Los panificadores se lanzan a la huelga exigiendo además de sus reivindicaciones salariales, la liberación de su secretario general.

En 1947, a través del abogado Antonio Vasilius Hidalgo, ingresa al Partido Comunista de El Salvador. Un año después, en 1948 es nombrado Secretario Nacional de Organización del PCS por su destacado rol en la organización del clandestino Comité de Reorganización Obrera Sindical, CROSS, el cual luego es legalizado y estuvo ubicado en el antiguo Edificio Dueñas. En este bregar conoce a su compañera de vida y lucha, Tulita Alvarenga, fundadora del Sindicato de Bebidas y Gaseosas.

A mediados de 1949, bajo el gobierno del Coronel Osorio, es expulsado a Nicaragua. Al regresar pasa por Honduras y luego por Guatemala, donde participa el 28 de septiembre de 1949 en la fundación del Partido Comunista de Guatemala. Posteriormente viaja a México, conoce al líder comunista Blas Roca y es invitado para un curso sindical en La Habana, por lo que regresa a El Salvador en octubre de 1950. De esta experiencia internacional escribe el folleto El Sindicalismo Revolucionario.

En marzo de 1951, durante la primera ola represiva osorista, es expulsado de nuevo a Nicaragua, y al poco tiempo regresa clandestinamente. El 26 de septiembre de 1952 es capturado, encarcelado, y torturado salvajemente junto con su compañera Tulita. De esta experiencia escribe Secuestro y capucha. Es liberado hasta julio de 1954 por las gestiones legales de su camarada Jorge Arias Gómez. Sale hacia la URSS a estudiar por dos años y medio en la Escuela Superior de Cuadros del Partido Comunista de la Unión Soviética.

En 1956 viaja a la República Popular China. En 1957 regresa y se incorpora a la CGTS. En 1961 viaja a la Unión Soviética y regresa en 1963. En marzo de 1964 Saúl es nombrado por el V Congreso del PCS como secretario general. En octubre de 1965 participa en la creación de la FUSS y luego de FESTIAVTCES, asimismo del Comité Obrero de Acción Política, COAP. En abril de 1967 participa en la conducción de la huelga de Acero S. A y en septiembre de ese año acompaña la huelga del sindicato de panificadores, en la que 20 de ellos se declaran en huelga de hambre frente al Palacio Nacional.

El 30 de marzo de 1970 por diferencias políticas e ideológicas, renuncia a su cargo de secretario general del PCS. El 1 de abril inicia la construcción de un esfuerzo político-militar junto con 4 estudiantes de Medicina (Benito, Vargas, Sergio, Salvador Moncada), tres líderes obreros (Dimas Alas, Ernesto Morales y Armando Arteaga)y dos mujeres, su esposa (Tulita) y su hija (Emma Guadalupe), que dos años después, en agosto del 72 asume el nombre de Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”, FPL. En el caso de Arteaga, se sale de este grupo inicial y se integra al ERP como “Pancho” y es asesinado en mayo de 1975 junto con Roque Dalton.

El 1 de agosto de 1975 las FPL funda el Bloque Popular Revolucionario, BPR, la mayor organización popular en la historia de El Salvador. Durante la Guerra Popular Revolucionaria, las FPL tuvo su base principal en las montañas de Chalatenango, y fue una de las principales organizaciones que constituye en octubre de 1980 el FMLN. Saúl se transforma en Marcial y forma parte de la primera Comandancia General del FMLN, que también incluye a Schafik Handal (Simón), Joaquín Villalobos (Atilio), Eduardo Sancho (Ferman Cienfuegos) y Francisco Jovel (Roberto Roca).

El 12 de abril de 1983 en Managua, Nicaragua, luego de cuarenta años de lucha, 4 en el sindicalismo, 23 en el PCS y 13 en las FPL, Salvador Cayetano Carpio decide suicidarse en medio de acusaciones de ser el responsable del asesinato el 6 de abril de la profesora Mélida Anaya Montes, (1929-1983) segunda responsable entonces de las FPL. El FMLN respalda estas acusaciones. Es sustituido en 1983 en la dirección de las FPL por el profesor Salvador Sánchez Ceren (Leonel), presidente electo de El Salvador 2014-2019.

El Epílogo del PCS al Diario del Che en Bolivia. 1968

A finales de 1968, bajo el gobierno del General Fidel Sánchez Hernández (1967-1972), se publica por Ediciones Rumbo, casa editorial del PCS, el Diario del Che en Bolivia, con un agregado al final que analiza desde la perspectiva estratégica del PCS la experiencia vivida por el Che.

Plantea que “el Che reúne la valentía ilimitada con la voluntad férrea de alcanzar el ideal aun a costa de sacrificar todo lo concerniente a uno mismo –incluso la vida-; reúne la más ardiente rebeldía contra todo lo que es injusto que pretende perdurar bajo el manto de la santificación dogmática, con la más alta y humanista militancia del internacionalismo revolucionario que le hizo combatiente de todos los pueblos: argentino que combatió por la Revolución cubana y que no encontró dentro de sí fronteras para combatir por la Revolución boliviana y entregar su vida en aras de ella, como la habría entregado sin duda por la revolución salvadoreña o de cualquier otro país de América Latina y el mundo.”

Sostiene que “es, al mismo tiempo que un testimonio de la más elevada moral revolucionaria, un documento de inestimable valor para el análisis estratégico, frío, racional. ¿Cómo sale de la prueba la concepción estratégica del “foco guerrillero” como punto de partida de la revolución? Esta es la interrogante inevitable, ineludible, que encierra a su vez muchas otras interrogantes y que debe ser respondida a la vista del Diario del Che…porque durante los ultimo ocho años se han realizado en el continente decenas de fallidos intentos por crear y desarrollar victoriosamente focos guerrilleros guiándose precisamente por esta misma concepción.”

Agrega que “ninguno de esos intentos dejó un testimonio tan fiel como este de Bolivia y ningún guerrillero latinoamericano habría sido más autorizado que el Comandante Guevara para escribirlo. Quienes se interesen por la suerte de la revolución latinoamericana, deben plantearse la tarea de realizar el análisis del foco guerrillero a la luz del Diario del Che…”

Establece que “renunciar la análisis frío y crítico de la experiencia reflejada en el Diario del Che…sería convertir este documento en un modelo de cómo debe morir un revolucionario, honrosamente, heroicamente pero no le extraeríamos las enseñanzas que arroja para resolver el problema de cómo hacer la revolución…Teniendo en cuenta estas necesidades apremiantes de la revolución latinoamericana, nos permitimos discordar con la opinión que vierte el compañero Fidel Castro en su prólogo al Diario del Che…condenando a todos aquellos que lleguen a la conclusión de que este se equivocó…”

Puntualiza que “vistos los hechos fría y racionalmente como debe procederse en todo análisis revolucionario, la guerrilla el Che en Bolivia no fue parte de la lucha de clases interior de ese país, no surgió de esa lucha de clases como su forma superior, ni se desarrolló en combinación con las demás formas de esa lucha…No pretendemos dar lecciones a Fidel y menos demostrar que el Che fue un iluso. Es el mismo Fidel en La Historia me absolverá y en algunos de sus discursos quien nos ha ayudado, y continuara ayudando a las nuevas generaciones de revolucionarios, a comprender el nexo esencial que hay entre la lucha política y la lucha armada, la dependencia histórica de la segunda respecto a la primera.”

Concluye que “corresponde los revolucionarios de cada pueblo determinar en base de las condiciones concretas en que se desarrolla la lucha de clases interior, lo mismo que tomando en cuenta los factores exteriores de la lucha de clases, cuando y cómo llevarían a las masas al combate armado. Nuestro Partido tiene en este puntos sus propias concepciones en cuanto a la lucha armada en nuestro país pero no es esta la oportunidad para exponerla.”

Manifiesto del 1 de mayo de 1968

El 1 de mayo de 1968, en su tradicional manifiesto, el PCS indica que “los trabajadores salvadoreños llegan a este Primero de Mayo más robustos en su organización y su conciencia. El Primero de Mayo del año pasado lo celebramos dos días después de haber concluido con una victoria rotunda la grandiosa Huelga General Progresiva en apoyo a los obreros de Acero S. A., y en defensa del derecho de huelga amenazado por toda la clase patronal y el gobierno unidos.”

Evalúa que “cuando las huelgas comenzaron en 1967, el gobierno de Rivera, próximo a terminar su periodo y en el marco de la campaña electoral presidencial, se vio obligado a adoptar una posición no tan represiva…pero los hechos se encargaron de evidenciar el predominio en el partido oficial, en el gobierno, en el Ejército, del sector más retrogrado, formados por los partidarios del garrote y la masacre.”

Considera que “ganar al hermano rural para el movimiento popular de las ciudades, incorporar al campo a la ruta a iniciada por la ciudad hacia la democracia, la independencia nacional y la revolución social: tal es la tarea primordial que tiene ante sí como un reto histórico el movimiento revolucionario y popular salvadoreño.”

Sostiene que “como partido revolucionario de vanguardia, el PCS ha sido fiel al expreso deseo de las masas en el sentido de realizar su lucha por una vía sin violencia. No ha tratado nuestro Partido de forzar a las masas a utilizar la violencia contra su deseo, ni tampoco ha aceptado las viles provocaciones de los “rabiosos” que pretenden empujarnos por desesperación a presentarles batalla en el terreno que ellos han elegido para ensangrentar una vez más al país y destrozar a fuerza de masacre y represión el grandioso movimiento popular que esta en desarrollo.”

En 1968 Salvador Cayetano Carpio, Saúl, a nombre del PCS realiza una visita oficial a Cuba. Y también el PCS se pronuncia este año con respecto a los acontecimientos en Checoslovaquia manifestando que el envío de tropas estaba justificado solo “si el socialismo estaba en peligro en este país por la conspiración del imperialismo y de los enemigos internos.” O sea se dio un apoyo condicionado lo que generó malestar en algunos partidos comunistas y fue calificado posteriormente por Saúl como expresión de “derechismo “y “antisoviétismo.”

El PCS en Conferencia Mundial de Partidos Comunistas en Moscú, 1969

En junio de 1969 Saúl participa a nombre del PCS en la Conferencia Mundial de Partidos Comunistas y Obreros, realizada en Moscú. En su discurso plantea que:
“El imperialismo yanqui está utilizando como un instrumento de su penetración económica en nuestro país y en el resto de la América Central al Mercado Común y a la Integración Económica Centroamericana. A traves de ellos, se apodera de las industrias, ahoga al capital nacional, explota en forma directa la fuerza de trabajo de nuestra clase obrera y se convierte en un factor directo de la lucha de clases interna. En virtud de este proceso, la lucha directa entre los obreros y los patronos no está circunscrita al terreno del capital interno, sino que, cada vez en mayor medida, está entablada contra los monopolistas yanquis que, ya sea solos o en compañía de la oligarquía interna, a través de las sociedades de capital mixto, exprimen el sudor de la clase obrera y de los campesinos pobres.”
“Los imperialistas yanquis ejercen creciente dominio sobre la política interna del gobierno, sobre su política económica, sometiéndola a planes ligados estrechamente a los intereses de los monopolios yanquis y controla, a través de la ejecución de tales planes y del control directo de sus técnicos y comisiones, muchas instituciones del Estado. “
“El pueblo de El Salvador y su clase motriz fundamental: la clase obrera, saben que en las condiciones de nuestro país, con más de 37 años de dictadura militar prooligárquica y proimperialista, es necesario utilizar todos los medios de lucha adecuados a cada momenta dado. Se organiza, moviliza y lucha diariamente por sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales inmediatas y, en el fuego de esas luchas, eleva su conciencia, su organización y su disposición revolucionarias, pues esta completamente claro en nuestro país que debido a las condiciones que han creado los enemigos de su desarrollo independiente el pueblo salvadoreño podrá llegar al Poder sólo a través de la lucha armada, íntimamente ligada a otros medios de lucha política. El Partido Comunista de El Salvador pone todo su empeño en colocarse al frente de las luchas de las masas populares, las conduce en sus combates por las demandas inmediatas y prepara al pueblo para las batallas decisivas por su liberación definitiva.”
La posición del PCS en relación a la guerra con Honduras en 1969.
No obstante diversos esfuerzos por justificar las actuaciones del PCS con relación a la guerra con Honduras, es evidente que sucumbió en diversos grados al ambiente generalizado de chovinismo imperante. Incluso posteriormente se ha reconocido esto así como se han explicado las razones que estuvieron a su base. Saúl no se encontraba en el país y desde Costa Rica hizo un llamado a los soldados a cambiar la dirección de los fusiles, y al regresar se dedica a pasar factura por los errores cometidos. En el caso de Pablo y de Emilio, en julio de 1969, se dedicaron luego de la divulgación en la UES de un pronunciamiento del PCS en apoyo a la guerra, a ir a la Plaza Libertad a desmentir y denunciar el falso pronunciamiento. (Santacruz 1999).
En agosto de 1969 la comisión política del PCS organiza una reunión para evaluar la situación del país después de la guerra y para definir la línea de actuación del Partido. Y se aprueba un pliego de medidas concretas propuestas, en particular relativas a la participación electoral.

En octubre de 1969 se realizan tres sesiones ampliadas del comité central del PCS en el que se evalúa la conducción política del Partido en el reciente conflicto con Honduras, concluyéndose que se habían cometido errores de derecha que se explicaban por el ambiente generalizado de chovinismo predominante en esos momentos.

Durante el desarrollo de estas reuniones se realiza un intenso y agrio debate entre Saúl y los miembros de la célula Frank País de la Unión de Jóvenes Patriotas, UJP, por una parte, y los miembros de la Comisión Política por la otra. Saúl propone en las reuniones, que se suspenda la calidad de miembros del Partido a todos sus militantes, para luego escoger a aquellos que merecieran tal calidad, a fin de crear un partido de nuevo tipo.

Se aprueba abrir la discusión en el Partido sobre su conducta en la guerra con Honduras así como sobre su línea estratégica y táctica, en particular la participación electoral. Este último tema se convierte en otra fuente de conflicto entre los partidarios de Saúl y la mayoría de integrantes de la comisión política. Saúl expresa su oposición a participar en las elecciones, así como a establecer alianzas con fuerzas democráticas.

El séptimo periodo, que va del 31 de marzo de 1970 a diciembre de 1979.

El 31 de marzo de 1970 Salvador Cayetano Carpio, conocido como Saúl, renuncia a su cargo de secretario general, rompe con el PCS y se sumerge en la clandestinidad para formar una organización político-militar, que en 1972 se proclama como las Fuerzas Populares de Liberación, FPL “Farabundo Martí”. Saúl fue acompañado por otros catorce militantes del Partido y la Juventud Comunista que renunciaron al PCS, entre estos los cuatro miembros de la Frank Paíz, su esposa (Oneida) hija (Cristina), así como tres sindicalistas.

El mérito histórico de Carpio, conocido posteriormente como Marcial, fue el de crear una nueva situación política, al romper el paradigma vigente desde 1932, identificar la viabilidad de la lucha armada y construir la primera organización político-militar para combatir a la dictadura. En marzo de 1972 surge públicamente otra organización político-militar de izquierda, el Ejercito Revolucionario del Pueblo, ERP, originada en El Grupo, que en mayo de 1975 se divide, creándose la Resistencia Nacional, RN. Posteriormente en septiembre de 1976 surge el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC. El factor subjetivo de la revolución avanzaba aceleradamente.

El VI Congreso del PCS de agosto de 1970

En agosto de 1970 se celebra el VI Congreso Extraordinario del PCS, con el propósito principal de elegir un nuevo comité central y donde se evalúa la salida de Saúl y se elige un triunvirato para conducir el partido, integrado por Raúl Castellanos Figueroa (Pablo), Roberto Castellanos Calvo (Bobby) y Schafik Handal (Emilio) que antes habían integrado el llamado Secretariado junto con Saúl. En este congreso se aborda como tema principal lo que se califica como el “proceso de aparecimiento y desarrollo de la actividad fraccional” que se ubica de agosto de 1969 a marzo de 1970.

Llegan en este VI Congreso al Comité Central, Américo Mauro Araujo, Raúl Vargas, Dagoberto Sosa, y Rolando Orellana. Y se mantienen Domingo Santacruz, Rafael y Mario Aguiñada, Adán Chicas, Miguel Ángel Sáenz Varela, Alfredo Acosta Díaz, Julio Cesar Castro Belloso y Carlos Quijano.

En el Informe del comité central presentado ante el VI Congreso, en el que participaron representantes de células de diez departamentos, se establece que “los organismos de dirección nacional fueron reestructurados en el V Congreso de acuerdo a los nuevos estatutos. Sin embargo, algunos de los vicios que se arrastraban desde hacia muchos años no fueron superados completamente en los nuevos organismos, lo que trajo con el tiempo, deformaciones cada vez más marcadas que incidieron en su trabajo y en las debilidades de todo el Partido.”

Señala que “los fundamentos de la Dirección colectiva han sufrido serios perjuicios en la mayor parte del tiempo que ha durado la gestión del Comité Central que hoy rinde este informe. El Secretario del Comité Central se constituyó en el centro de dirección política y administrativa del partido, concentrándose en él casi todos los atributos de dirección, con excepción de aquellos que claramente corresponden al Comité Central y al Congreso. En este terreno, sustituyó prácticamente a la Comisión Política en algunas de sus funciones de dirección, con lo cual se contribuyó a que dicho organismo no haya ocupado durante considerable tiempo el papel que le correspondía jugar.”
Indica que “en tal situación se desarrollaron deformaciones tales como las siguientes: a)la membresía del Partido se acostumbró a considerar como dirigentes casi exclusivamente a los miembros del Secretariado: Saúl (Carpio), Emilio (Handal), Pablo (Castellanos Figueroa), Bobby (Castellanos Calvo): b) los nuevos cuadros de dirección se vieron despersonalizados y no encontraron las condiciones para el desarrollo de su personalidad como dirigentes; c) no hubo una actitud correcta hacia la crítica en la dirección y tampoco se estimuló el ejercicio de este principio por la base del Partido.”
“Como se indica más arriba, el irrespeto de las normas de la dirección colectiva y la suplantación por el Secretariado, de las funciones de la Comisión Política, determinaron que la Comisión Política durante casi cuatro años no haya jugado su papel de dirección política del Partido. A esto hay que agregar que no todos sus componentes se entregaron de lleno con entusiasmo y responsabilidad al desempeño de sus obligaciones.”
“En los seis años que han corrido desde que se celebró el V Congreso (1964) se ha hecho algunos esfuerzos por crear las comisiones indispensables del Comité Central, pero a estas alturas únicamente funcionan cuatro: organización, Rural, Sindical, Comisión Militar que no son un modelo de funcionamiento, capacidad y eficacia, pero que pueden llegar a serlo en un relativo corto plazo. El trabajo de propaganda ha conseguido mejorarse, pero camina con retraso la formación de la comisión respectiva.”
“En lo que se refiere a la Secretaría General, en ningún momento ha jugado a cabalidad su papel de coordinación de la actividad de las distintas comisiones del Comité Central y sus miembros. La falta de claridad sobre el significado de este cargo y la abundancia del estilo artesanal del compañero Saúl, fueron los factores principales que incidieron a ello.”
Plantea que “la excesiva centralización ha sido el elemento más dañino habido en la dirección del Partido. Esto produjo un enorme grado de influencia y poder de decisión, sobre los más diversos problemas, entre los miembros del Secretariado del Comité central, lo que al desarrollarse, ha causado serios daños al Partido y a los propios compañeros, así como al desarrollo de otros cuadros en formación.”
“La exagerada centralización consolidó un fenómeno lesivo a la dirección colectiva y que denominamos departamentalismo, con lo que se trata de explicar la incorrecta práctica de que un sólo camarada centralizaba gran cantidad de las más diversas tareas: abiertas y secretas, internas y externas, disponiendo este compañero de crecido número de cuadros de dirección nacional e intermedia y de activistas, lo mismo que de gran cantidad de medios materiales y económicos.”
Agrega que “la línea trazada por el V Congreso se presenta así como una 1ínea aparentemente multifacética y completa. Sin embargo, en los esfuerzos por corregir la ya mencionada unilateralidad -que constituía un evidente error izquierdista— siendo nuestro Partido débil ideológicamente y teniendo una composición social marcadamente inclinada hacia la pequeña burguesía, en el mismo proceso de elaboración de la línea que después aprobó el V Congreso, se produjo una tendencia a incurrir en errores del tipo contrario. Nuestra actividad durante los dos primeros años siguientes al Congreso demostró en la práctica que esa era la tendencia surgida del proceso de lucha ideológica habido dentro del Comité Central anterior.”
“En 1964-65 continuaba el reflujo iniciado a fines de 1962, y tales condiciones dificultaban la aplicación de la línea trazada por el V Congreso. Esa línea encerraba cierta tendencia a unilateralizar el trabajo en el sentido de la lucha económica reivindicativa, lo cual, unido a las condiciones del reflujo hizo que durante esos dos años desapareciera de nuestra parte, casi totalmente, la agitación política y la lucha política de masas.”

El movimiento huelguístico de 1967-68

“El movimiento huelguístico de 1967-68 ha tenido una alta significación para nuestro partido y para todo el movimiento revolucionario: puso a prueba nuestras viejas modalidades y concepciones de trabajo en el frente sindical, sacando a flote virtudes y defectos de sus cuadros; puso a prueba la capacidad de dirección táctica de los organismos superiores del Partido, poniendo a la vista de todos las virtudes y defectos de sus cuadros integrantes, demostrando lo erróneo de ciertas concepciones que habíamos venido conservando sin la crítica de la vida y la ineficiencia de nuestra organización a todo nivel. E1 movimiento huelguístico y en particular huelgas de panificadores y la de maestros, mostraron nuestra debilidad y rezago en la tarea de preparación político-militar.”

Reconoce que “frente al movimiento huelguístico de 1967 una parte de nuestros cuadros en el frente sindical, encabezados por Saúl, mostró sensibilidad y puso en práctica ágiles iniciativas para realizar una activa y sacrificada cooperación práctica y promover la solidaridad con los huelguistas así como la unidad de acción cuando se trataba de sindicatos afiliados a otra centra1. Así el Partido pudo influir hasta cierto punto en el desenvolvimiento y los éxitos de varias huelgas. Experiencia culminante de esos métodos ágiles, amplios y combativos fue la de abril de ese año, en torno a la huelga de los trabajadores de la fábrica Acero S. A. que condujo a la victoriosa Huelga General Progresiva.”
Aclara que “fue precisamente sobre la base de las condiciones que crearon las huelgas y las dos campañas electorales (1967 y 1968) que surgieron las discusiones en los organismos de dirección del Partido, las cuales iniciaron el proceso que finalmente desembocó en el fraccionalismo. La huelga general progresiva arrojó importantes enseñanzas, pero su asimilación por el conjunto de la Comisión Política y del Comité Central fue obstaculizada por las acusaciones que Saúl planteó entonces en contra de los otros tres miembros del Secretariado, a quienes imputaba haber estado en contra de la huelga general, lo cual no era verdad. Las discusiones agrias en torno a la dilucidación de ese punto no permitieron un balance suficientemente profundo de las enseñanzas de aquella victoriosa jornada pero, de todas maneras, el balance estableció algunas deducciones importantes que fueron aceptadas en apariencia unánimemente.”
“Como es sabido, Saúl y el grupo de compañeros cercanos a él, sacaron en realidad la deducción de que la huelga general se puede producir a voluntad, independientemente de las condiciones existentes en cada momento, pues lo que permite hacerla o no es nuestro deseo, nuestra voluntad combativa, a partir de la cual todo es posible; y por esa deducción se guiaron en adelante. Con esa concepción distinta a la que extrajo colectivamente la Comisión Política y el Comité Central de la experiencia de la huelga general progresiva de abril, fue organizada la huelga de panificadores a fines de 1967.”
“La huelga del pan estaba destinada a triunfar “porque se desataría en su apoyo la huelga general, al menos de los sindicatos afiliados a la FUSS, tal fue el esquema táctico principal que fue difundido entre los trabajadores afiliados a el sindicato respectivo. El fracaso de esa táctica, asentada en una concepción voluntariosa y, por tanto falsa, dio origen a la desesperada marcha de Saúl hacia el izquierdismo, buscando en las acciones de violencia espontánea y en su propio sacrificio personal, un asidero para sa1var la huelga, mientras se predicaba la acusación de que la dirigencia de la FUSS había traicionado e impedido la huelga general.”
Se reconoce en el VI Congreso que “la línea del V Congreso fue incompleta en cuanto a orientar el trabajo político-militar del Partido. No fueron abordados la preparación del Partido y su papel en la dirección y aplicación de la línea político-militar así como la preparación de las masas y de sus organizaciones para esta tarea. Salimos del Congreso conservando la idea de que la cuestión militar era u asunto del que debía encargarse en exclusiva la Comisión Militar y no una tarea estratégica que debía dirigir la Comisión Política y el Comité Central y que debía tomar en sus manos todo el Partido.”
“Nuestro Partido ha sufrido el ataque a su unidad emprendida bajo las banderas del izquierdismo. Durante el desarrollo de la actividad fraccional, que duró pocos meses, se puso a prueba la convicción y la tradición unitaria de nuestro Partido. Los fraccionalistas fracasaron en su intento de provocar una división en dos bloques y no pudieron avanzar mucho más allá de sus propios límites de grupo. Pero todo esto no quiere decir que el peligro esta conjurado y mucho menos que no hay nada que corregir.”
“Tampoco quiere decir que ninguno de los argumentos y señalamiento de los fraccionalistas carezca de justeza o que no amenace al Partido más que la desviación izquierdista. Nuestro Partido adolece de muchos defectos .La dirección del Partido ha cometido errores de derecha. Tal es el caso de los errores cometidos durante el conflicto con Honduras, que fueron sometidos a crítica durante tres sesiones ampliadas del Comité central en octubre de 1969 y cuyo pliego de conclusiones esta anexo a este informe.”
Se explica que la existencia de “la fracción “comienza con una serie de reuniones promovidas por los cuatro miembros de la Base Frank País (integrada por estudiantes de la Facultad de Medicina de la UES y que luego renunciaron colectivamente al PCS incluso antes que Saúl) a las que se invitaba a integrantes de otras células a espaldas del Comité Departamental (que estaba conducido por Blas Escamilla) y de la Comisión Política, pero con el conocimiento y respaldo de Saúl. En estas reuniones se criticaba duramente la actuación de la dirección del PCS durante el conflicto con Honduras.”

Se evalúa que “la gran tradición de unidad cultivada en nuestro Partido por mucho tiempo, es sin duda, el factor subjetivo más fuerte que se levantó como muro de contención frente a la actividad fraccional, tanto en los organismos de dirección como en el Partido en conjunto.”

Considera como factor del surgimiento de la fracción en primer lugar, “sus concepciones no marxistas acerca de las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución. Según él, en nuestro país están ya maduras las “condiciones objetivas “y solamente hacen falta madurar las condiciones subjetivas.”

Y en segundo lugar se considera la personalidad de Saúl, caracterizada por “su apasionamiento personalista, su formación dogmática, su místico posesionamiento de la idea de ser él una especie de guardián y encarnación de la pureza proletaria en el Partido, sus complejos sicológicos de inferioridad, su tendencia enfermiza al subjetivismo…”

Se concluye que “la línea que el grupo desprendido del Partido parece impulsar, no es, la suma de opiniones sostenidas por Saúl en los últimos tres años. Lo que allí predomina es el izquierdismo pequeño burgués del tipo antipartidista que se ha difundido en la América Latina.”

Lineamientos básicos de la táctica del PCS. Octubre de 1970

El 18 de octubre de 1970 se realiza un pleno del comité central y se publican sus decisiones con el titulo Lineamientos básicos de la táctica del PCS. El pleno aborda el marco latinoamericano y el marco mundial. Y sobre el programa de reformas del presidente Sánchez Hernández opina que “el programa que el gobierno de Sánchez Hernández se encuentra impulsando responde precisamente a la línea actual del imperialismo yanqui para América Latina, ha sido inspirado por él. Sánchez Hernández ha oscilado varias veces entre las posiciones reformistas y las conservadoras. Las presiones de la oligarquía lo hicieron abandonar en 1968 el proyecto de reforma fiscal, bancaria y agraria.”

“Las reformas que entonces pretendían impulsar el gobierno se encontraban bajo su signo anti-oligárquico derivado del planteamiento de los reformistas burgueses “cepalistas” y del “Kennedysmo”. La orientación que Nixon imprimió a la línea yanqui hacia el continente ha permitido reconciliar con las oligarquías y ajustar el programa de reformas a lo que estas toleran. El actual programa de reforma que Sánchez Hernández anuncia, con tanto ruido, es de éste último tipo; ha sido negociado ya en lo fundamental con la oligarquía.”
Analiza que “en El Salvador la guerra contra Honduras elevó el prestigio de los militares, la influencia política del gobierno y de su partido, todo lo cual pudo medirse en las elecciones del 8 de marzo pasado. Basándose en el crecimiento de su influencia política, el gobierno de Sánchez Hernández parece tener la iniciativa frente a una oposición menguada por las elecciones de marzo y dispersa en cuanto a la acción. El imperialismo yanqui ha reforzado grandemente su influencia en el gobierno de Sánchez Hernández.”
Opina que “en comparación con el comienzo de la década de los años sesenta, la organización e influencia de las organizaciones de masas (sociales y políticas) han experimentado cambios de consideración. 1. A principios de la década que acaba de concluir, la organización sindical se enmarcaba en la CGTS y la CGS. Ambas centrales (más la primera que la segunda) eran en extremo débiles. La CGTS se reducía a unos pocos sindicatos, en su mayoría de obreros artesanales, cuyo movimiento, pujante en otra época, se encontraba ya a esas alturas en franco desmoronamiento.”
Agrega que “el último movimiento huelguístico registrado en nuestro país se remontaba al año 1946 y a principios de los años 1960 la posibilidad de que se realizaran huelgas era remota. A fines de la década pasada el panorama había cambiado notablemente. En 1965 desapareció la CGTS, después de que ella llegó a un acuerdo con un grupo de Sindicatos grandes de obreros industriales, encabezados por la UTF, para constituir la Federación Unitaria Sindical de El Salvador (FUSS) y esta central pronto adquirió prestigio por su fidelidad a los intereses de la clase obrera, por sus métodos combativos y unitarios de acción, y se ensanchó orgánicamente con cierta celeridad. En 1968 la FUSS dio origen a la FESTIAVTSCES, como parte de un plan para llegar a constituir una Confederación (para lo cual se necesitan 3 Federaciones).”
“En enero de 1967, después de una serie de avances de las fuerzas revolucionarias en el movimiento sindical y después de madurar los imprescindibles factores objetivos, estalló el movimiento huelguístico de los obreros industriales…El movimiento huelguístico abrió una nueva etapa de desarrollo del movimiento revolucionario en nuestro país, iniciando el desplazamiento de la hegemonía en el movimiento revolucionario desde los círculos estudiantiles y pequeño burgueses en general, hacia la clase obrera, la esencia clasista del movimiento revolucionario se ha reforzado. Este desplazamiento de la hegemonía y ese reforzamiento de la esencia clasista proletaria, están en la base de las disensiones aparecidas en nuestro movimiento revolucionario; sin descartar desde luego la gran influencia del fenómeno internacional.”
Establece que “durante la década pasada se experimentaron cambios notables también en cuanto a las organizaciones políticas. No existían partidos políticos permanentes de masas hasta 1960. Durante la década pasada surgió y se desarrolló el PDC, mientras fue reconstruido el Partido oficialista, después de haber sucumbido el PRUD bajo los go1pe de la lucha de masas que derribó a Lemus. La reforma a la Ley Electoral, aceptando el sistema de la representación proporcional en la Asamblea Legislativa, aprobada en 1963, fue un factor de estimulo para la organización y desarrollo del PDC.”
Precisa que “el rezago de la organización del Partido revolucionario de masas se deja sentir en distintos aspectos de nuestro trabajo por llevar a la clase obrera el papel hegemónico que le corresponde desempeñar y es muy sensible su repercusión negativa sobre nuestros esfuerzos por organizar a las masas del campo donde el movimiento cristiano, apoyándose en gran medida en los avances del PDC, nos ha aventajado sin lugar a dudas.”

“Durante los últimos 5 años se ha venido perfilando en nuestro país un sector progresista entre el clero y sus actuaciones se han dejado sentir con creciente vigor. El centro principal de este sector se encuentra en la Diócesis de San Salvador, donde se apoya en un grupo de curas sa1vadoreños y algunos extranjeros, españoles y belgas especialmente…”

“El contenido clasista de este movimiento es predominantemente pequeño burgués, pero la influencia de las posiciones más avanzadas, proletarias, se dejan sentir entre algunos de los curas y tienden a radicalizar su movimiento y acercarlo a la unidad de acción con el movimiento revolucionario encabezado por nosotros. Esta tendencia es positiva y nosotros debemos ir a su encuentro. No obstante, no debemos perder de vista que este movimiento, como todos los movimientos pequeños burgueses revolucionarios, lleva en si la disputa de la hegemonía en el movimiento popular por la revolución nacional liberadora y que es una tarea estratégica nuestra conquistar la hegemonía por el proletariado y su Partido.”

Sobre el trabajo en la UES señala el documento que “en los pasados 10 años se han operado cambios significativos en la Universidad. A comienzos de los años 60 el alumnado llegaba apenas a unas 2,700 personas, en la actualidad bordea los 10,000. La reforma iniciada en 1963 bajo la rectoría del Dr. Castillo promovió la reorganización académica y administrativa. Los contenidos de la enseñanza universitaria se han vuelto en cierta medida avanzados…Como contrapartida al avance democrático y revolucionario en la U, fue constituida la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Católica), en 1965;pero entre sus estudiantes y catedráticos (en particular curas españoles) ha tomado cuerpo un movimiento progresista.”
“No obstante estos progresos en el frente universitario, se ha operado en fuerte medida una disminución de la importancia del movimiento estudiantil como centro de agitación y promoción revolucionaria a escala de masas fuera de la Universidad. En comparación con los principios de la década pasada, el movimiento estudiantil pesa ahora menos en el curso de los acontecimientos políticos. Esto tiene su origen en varias causas: a) El desarrollo de partidos políticos que agitan banderas populares, como el PDC y brevemente el PAR. b) El desarrollo del movimiento obrero. c) El recargo de las tareas académicas, en particular para los estudiantes, que ha tomado lugar como parte de la reforma universitaria. d) La fuerte composición pequeño-burguesa acomodada del estudiantado, que no se ha debilitado sino fortalecido, pese al sistema de becas.”
“Durante los últimos 2 o 3 años se han organizado en nuestro país algunos grupos que han hecho suya la línea ultra-izquierdista del foco guerrillero urbano ó rural. Uno de esos grupos ha intentado incluso algunas operaciones de “recuperación” y han sufrido bajas fatales. Un pequeño grupo de miembros de nuestro Partido, incluyendo algunos de su Comité Central, llevaron sus discrepancias con el resto de la Dirección al punto de la renuncia del Partido a comienzos del presente año, para dedicarse también a trabajar por esa línea. En la Universidad tienen estos grupos su mayor fuente de estimulo ideológico y su fundamento social.”
“La experiencia de tales grupos ha planteado para nosotros lo necesidad de definir una posición y toda una política hacia ellos, y no basta con declararnos partidarios de la unidad de todas las fuerzas y organizaciones anti-imperialistas, anti-oligárquicas y revolucionarias, no basta con declamaciones acerca del enemigo común y de la lucha en su contra. Es necesario formular una política concreta hacia esos grupos en conjunto y hacia cada uno de ellos en particular, fijando a esa política objetivos definidos a alcanzar.”
Sobre la táctica se plantea que “el análisis de la situación nacional y las implicaciones en esta de los factores internacionales (del continente y del mundo) permiten sacar las orientaciones fundamentales que regirán el trabajo del Partido para este periodo y que por tanto, deben de convertirse en el norte y guía de los militantes y organismos: 1. Lucha por la Unidad de la Clase Obrera organizada, que habrá de expresarse en el esfuerzo por formar la Central Única de Trabajadores. 2. Luchar por la sindicalización de los trabajadores del campo y por la libre asociación de los campesinos; proceder de hecho a su organización. 3. Lucha por la Unidad de todas las fuerzas populares (políticas, gremiales, estudiantiles, religiosas, etc.,) para presentar un frente común de Oposición a la política entreguista y antipopular del actual gobierno. 4. Desarrollar la construcción del Partido, así como el fortalecimiento del movimiento revolucionario de izquierda, en general 5. Luchar por conseguir la inscripción legal del Partido Revolucionario.”
Como tares inmediatas se considera que “están maduras las condiciones para comenzar a introducir mejoras en la situación del Partido y superar muchas deficiencias y debilidades, las siguientes son las tareas inmediatas que se hacen indispensables: 1. Elevar el doble la membresía del Partido en el periodo de un año. 2. Triplicar los miembros de la Juventud en el plazo de un año. 3. Terminar en el funcionamiento de los Comités Intermedios con la característica de ser organismos típicamente administrativos y no políticos y 4. Cambiar en plazo breve la estructura actual de las Bases Celulares de barrio, colonias, localidades y de empresa o centro de producción.”
Las tareas estratégicas y nuestro avance en su cumplimiento. V Pleno del Comité Central del PCS. 25 de julio de 1971
Considera este V Pleno que “nuestro Partido ha definido que ésta es la etapa de la Revolución Nacional-liberadora, Agraria, Democrática y Popular, la cual rebasara los marcos del capitalismo y abrirá el paso al socialismo. La tarea estratégica principal para alcanzar la victoria de esta revolución consiste en la toma del poder por sus fuerzas motrices y la instauración de un gobierno revolucionario, que aplique el Programa que corresponde a la presente etapa histórica.”
Subraya que “para realizar tales objetivos, las fuerzas motrices de esta revolución deben agruparse en un Frente Democrático de Liberación Nacional, bajo la hegemonía de la clase obrera y su Partido de vanguardia, lo cual constituye la condición decisiva para que la revolución no degenere en compromisos con el imperialismo y para que después avance segura hacia el socialismo. Se entiende que el Frente Democrático de Liberación Nacional deberá tomar las formas y características que mejor se ajusten a nuestro proceso y a las peculiaridades nacionales.”
Indica que “es labor revolucionaria fundamental la de promover la lucha, la organización y la toma de conciencia de la clase obrera, impulsarla a ganar aliados firmes y a concertar alianzas con otros aliados que, aunque poco seguros, sean susceptibles de entrar en lucha, por sus mismos intereses, en contra del imperialismo y de la oligarquía burguesa terrateniente interna, o pueden ser neutralizados para que no refuercen a esos enemigos fundamentales de la revolución. El aliado principal y más firme de la clase obrera no puede ser otro que el campesinado y juntos deben formar “el grueso” de las fuerzas de la revolución (según la expresión vietnamita).La unidad de la propia clase obrera en torno de una política clasista revolucionaria, es por tanto, una condición necesaria y decisiva.”
Puntualiza que “desde el V Congreso, que es donde se trazaron con más claridad las tareas estratégicas de la actual etapa de la revolución, nuestro Partido ha contribuido a construir o ha construido numerosas organizaciones de masas, principalmente sindicales, y ha promovido o ayudado a promover fuertes luchas de esas organizaciones y de amplios sectores populares, tanto en lo reivindicativo como en lo político (huelgas, campañas electorales, protestas, Etc.”

No obstante esto reconoce el PCS que “no en todos los casos han redundado nuestros esfuerzos en efectiva acumulación de fuerzas para la revolución. Es muy notorio que, por ejemplo, el sector del movimiento sindical en cuya dirección influimos, no esta en realidad orientado a los objetivos revolucionarios. Lo mismo ocurre con otras organizaciones populares (la magisterial, por ejemplo) y, en el caso del movimiento estudiantil confrontamos incluso un retroceso.”

“La construcción de la Juventud Comunista ha sufrido un retroceso radical y un aplazamiento. La organización femenina se estancó y luego se disolvió. No debe cabernos la menor duda de que la causa más determinante de este fenómeno se encuentra en que no hemos llevado adelante la construcción leninista de nuestro Partido, que es en rea1idad lo único que puede hacer que esos avances en la organización y en la lucha de masas se concrete también como avances en la acumulación de fuerzas para la revolución.”
Sostiene que “el ultraizquierdismo mantiene o gana influencia en otros sectores políticamente activos de la juventud urbana y los minúsculos grupos ultraizquierdistas, incluido el que se desprendió de nuestro Partido en marzo de 1970, hacen esfuerzos por ganar influencias entre los maestros organizados. En nuestro propio Partido no puede considerarse del todo superada esa influencia, que persiste en la medida en que nuestra propia línea no alcanza la suficiente claridad y, sobre todo, en la medida en que no realizamos contra esa corriente pequeño-burguesa una lucha ideológica seria y sistemática.”
Afirma que “los ultraizquierdistas combaten abiertamente nuestra línea de unidad y nuestros esfuerzos por concertar alianzas políticas encaminadas a progresar hacia la tarea estratégica de la construcción del frente democrático. Por otra parte, la corriente derechista del economisno en el movimiento sindical obstruye la toma de conciencia revolucionaria por los trabajadores organizados, lo cual bloquea la construcción del Partido y también obstaculiza el trabajo por el frente único y debilito nuestra capacidad para aprovechar en debida forma las visibles contradicciones que ahora surcan el campo enemigo.”
Concluye que “se está iniciando un nuevo flujo de la lucha de masas en nuestro país. Con la huelga de la construcción y con la huelga de ANDES, ambas de carácter nacional, se puede decir que ha dado comienzo un nuevo ascenso de la lucha de masas en nuestro país. Por las condiciones que rodean este ascenso, en lo internacional y lo nacional, y por las causas profundas que determinan los problemas y contradicciones principales de la situación actual, se puede afirmar que el flujo que está iniciándose tiene la posibilidad de llegar a ser más extenso y de mayores alcances que todos los flujos anteriores, quizá desde 1944.”

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