1. Parodiando, pero con gran respeto al Marx de 1847, hoy podría
escribirse: Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del anarquismo.
Todas las fuerzas del universo de viejos, conservadores y burócratas:
los empresarios de los medios de información, el Papa, los gobiernos
yanquis, los partidos políticos de la derecha a la centro-izquierda y
todo tipo de grandes propietarios; los políticos, familias ricas, la
Iglesia, la escuela, todas las instituciones de gobierno y privadas
tienen miedo de perder sus grandes propiedades, se han unido en santa
cruzada para acosar a los anarquistas por ser jóvenes, autónomos y
valientes. Pero los anarquistas declaran que son simplemente dignos y
rebeldes contra la gran propiedad, contra los políticos oportunistas y
ladrones, contra el despilfarro capitalista que no atiende las
necesidades del pueblo.
2. En México Marcelo Ebrard, de la escuela de Carlos Salinas y Manuel
Camacho del PRI, junto con los del PRD de los Zambrano y Ortega de la
escuela de Talamantes del PST, (sin necesidad, porque ya son bien
conocidos por su oportunismo) han salido rápidamente a deslindarse “de
los actos de barbarie” de los jóvenes luchadores sociales anarquistas,
estudiantes y profesores, que se enfrentaron ayer sábado a los 10 mil
militares que construyeron un cerco de más de un kilómetro de diámetro
a la redonda para proteger la toma de posesión de un gobernante (Peña
Nieto). Ebrard y los Chuchos, muy oportunistas –incluso más que la
extrema derecha- han pedido castigo ejemplar contra los jóvenes
perseguidos, golpeados y baleados que rompieron vidrios en su retirada.
Pero las batallas han sido más grandes en Jalisco, Monterrey, Jalapa y
otros estados.
3. Los PRI, PAN, PRD, empresarios, medios de información y sus
seguidores, odian a los anarquistas porque no están dispuestos a
venderse a políticos y capitalistas. Los persiguen, encarcelan y
asesinan porque no quieren afiliarse a algún gobierno, partido u
organización y porque muchos se cubren el rostro para evitar ser
encarcelados. ¿Se puede olvidar que los indígenas zapatistas y los
luchadores de todo el mundo sólo así –con el rostro cubierto- pueden
luchar en las calles ante decenas de miles de milicos (también
encapuchados) que los persiguen? Los priístas, panistas y perredistas
no necesitan cubrirse porque tienen a sus órdenes a personas que
trabajan y saquean las riquezas por ellos. Si en el mundo estuvieran
–como debería ser- los millonarios, verdaderos ladrones, explotadores y
asesinos en la cárcel, nadie escondería la cara de la justicia.
4. Cuando en el país despierte el “México bronco” las cosas van a estar
peor (mil veces más que ayer) para los millonarios que cuidan sus
enormes riquezas y los gobiernos que dilapidan cientos de miles de
millones de pesos en adornos y obras suntuarias mientras el pueblo
muere de hambre sin trabajo y sin ingresos. Las calles y fachadas del
centro la ciudad de México y su Alameda, así como Guadalajara,
Monterrey, Mérida y otras ciudades, están de lujo y reacondicionadas;
son obras de relumbrón –muy notables por políticas- que el pueblo
hambriento paga con su dinero. ¿Cuántas fuentes de trabajo permanente
se han abierto para reducir el porcentaje del número de pobres y
miserables? Por el contrario, como en el gobierno de Felipe Calderón el
desempleo, la emigración, la miseria creció enormemente.
5. ¿Por qué luchan los anarquistas en el mundo apoyando las batallas de
los indígenas, campesinos, obreros, ciudadanos, contra el armamentismo
y la guerra? Porque ellos no tienen fronteras ni patria, pero tampoco
una filiación partidaria o de organizaciones. Ellos luchan contra la
explotación y opresión donde esta se encuentre. No son profesores,
obreros, estudiantes, electricistas, campesinos o mujeres, pero apoyan
todas las luchas sin ser invitados porque no son gremialistas ni
egocéntricos con intereses particulares. Ellos están por la igualdad y
la justicia y como seres humanos se encuentran en todas partes y jamás
buscan poder o dinero. Ellos también persiguen la paz, pero no la de
los sepulcros para cuando todos estén muertos. Pero lo más importante
es que están contra todo poder: político, económico, académicos y
cultural porque batallan por la igualdad.
6. Nadie quiere a los anarquistas porque destruyen todos los teatros
armados por los farsantes. Dado que no buscan ni un poder y, al
contrario, los combaten, los anarquistas dejan que las luchas avancen y
ponen todo su corazón en ellas, pero apenas se cercioran o se aseguran
de las malas cosas las denuncian. Los anarquistas avanzan –como lo han
hecho los jóvenes desde los años sesenta en todo el mundo- pero nunca
triunfan porque sus luchas son de toda la vida. Están continuamente
revisando los que sucede en el mundo, observando, luchando, gozando sus
pensamientos, construyendo utopías, pero sin creer en la organización
que lleva a la centralización y al poder. Si buscas dinero, prestigio y
poder no pienses en el anarquismo; métete a los partidos políticos, a
los negocios o al gremio empresarial y entonces te harás millonario.
(2/XII/12)