Marta Harnecker
1. Los movimientos populares y, en general, los diferentes actores sociales que hoy estn en las principales trincheras de lucha contra la globalizacin neoliberal tanto a nivel internacional como en sus propios pases rechazan, con razn, las conductas hegemonistas. No aceptan la actitud de aplanadora que solan usar algunas organizaciones polticas y sociales que, aprovechndose de ser las ms fuertes y acaparando cargos de direccin, pretendan instrumentalizar al movimiento. No aceptan que se intente imponer en forma autoritaria la direccin desde arriba; que se pretenda conducir al movimiento por rdenes por muy correctas que stas sean.
2. Una actitud hegemonista en lugar de sumar fuerzas produce el efecto contrario. Por una parte, crea malestar en las otras organizaciones: stas se sienten manipuladas y obligadas a aceptar decisiones en las que no han tenido participacin alguna, y por otra, reduce el campo de los aliados, ya que una organizacin que asume una posicin de este tipo es incapaz de captar los reales intereses de todos los sectores populares y crea en muchos de ellos desconfianza y escepticismo.
3. Pero luchar contra el hegemonismo no significa renunciar a luchar por ganar la hegemona que no es otra cosa que tratar de conquistar, de persuadir a los dems de lo correcto de nuestros criterios y de lo vlidas que son nuestras propuestas.
4. Para ganar la hegemona no se requiere inicialmente ser muchos, basta con unos pocos. La hegemona lograda por el Movimiento 26 de Julio conducido por Fidel Castro en Cuba, nos parece una prueba suficientemente convincente de esta afirmacin.
5. Ms importante que crear un poderoso partido con un gran nmero de militantes es levantar un proyecto poltico que refleje las aspiraciones ms sentidas del pueblo y, por eso mismo, conquiste su mente y su corazn. Lo importante es que su poltica sea respaldada por las masas, que concite consenso en la mayora de la sociedad.
6. Hay partidos que se vanaglorian del gran nmero de militantes que tienen, pero, de hecho, slo conducen a sus afiliados. Lo central no es, entonces, que el partido sea grande o pequeo, lo que interesa es que la mayora de la gente se sienta identificada con sus propuestas.
7. En lugar de imponer e instrumentalizar, hay que convencer y sumar a todos los que se sientan atrados por el proyecto que se pretende realizar. Y slo se suma si se respeta a los dems, si se es capaz de compartir responsabilidades con otras fuerzas.
8. Hoy, sectores importantes de la izquierda han llegado a la comprensin de que su hegemona ser mayor cuando logren que ms gente siga sus propuestas, aunque stas no aparezcan bajo su sello. Hay que abandonar la antigua prctica equivocada de pretender cobrar derechos de autor a las organizaciones que osan levantar sus banderas.
9. Si se logra conquistar para esas ideas a un nmero importante de lderes naturales, se asegura con ello que sus ideas lleguen en forma ms efectiva a los distintos movimientos populares. Es importante tambin conquistar para el proyecto a personalidades destacadas en el mbito nacional, porque ellas son formadoras de opinin pblica y sern eficaces instrumentos para divulgar las propuestas y conquistar nuevas adhesiones.
10. Pensamos que una buena manera de medir la hegemona alcanzada por una organizacin es examinar cuntos lderes naturales y personalidades han asumido sus ideas y, en general, cuntas personas se sienten identificadas con ellas.
11. El grado de hegemona alcanzado por una organizacin poltica no puede medirse entonces por la cantidad de cargos que se logre conquistar. Lo fundamental es que quienes estn en cargos de direccin en las diversas organizaciones y movimientos hagan suyas e implementen las propuestas elaboradas por esa organizacin, aunque no sean militantes de ella.
12. Una prueba de la consecuencia de una agrupacin poltica que se declara no hegemonista es justamente ser capaz de proponer para los diferentes cargos a los mejores hombres, sean estos de su propio partido o sean independientes o de otros partidos. De las figuras que la izquierda sea capaz de levantar depender en gran medida la credibilidad que el pueblo tenga en su proyecto.
13. Por supuesto que esto es ms fcil de decir que de practicar. Suele ocurrir que cuando una organizacin es fuerte sta tienda a subvalorar el aporte que puedan hacer otras organizaciones y que tienda a imponer sus ideas. Es ms fcil hacer esto que arriesgarse al desafo que significa ganar la conciencia de la gente. Mientras ms cargos se tiene, ms atento hay que estar de no caer en afanes hegemonistas.
14. Por otra parte, el concepto de hegemona es un concepto dinmico, la hegemona no se gana de una vez y para siempre. Mantenerla es un proceso que tiene que ser recreado permanentemente. La vida sigue su curso, aparecen nuevos problemas, y con ellos nuevos retos.