Eugenio Chicas hizo el lunes uno de los análisis más interesantes que he visto de los resultados electorales del 28 de febrero, una reflexión muy interesante viniendo de un dirigente del FMLN y que no he visto, por cierto, entre las filas de ARENA ni en otros partidos políticos.
“ARENA y el FMLN mutuamente nos zancadillamos, nos bloqueamos, no tuvimos la sagacidad para construir un segundo acuerdo de paz que solucionara las causas del conflicto. Nos perdimos en la estrategia”, dijo Chicas en una entrevista televisiva . Esa frase “nos zancadillamos” es la historia de una espiral de confrontación que pasó el país desde la firma de los Acuerdos de Paz. Es cierto lo que dice Eugenio, la clase política salvadoreña fue incapaz de construir consensos, de lograr acuerdos mínimos de gobernabilidad, de fijarse metas conjuntas de país para tener una visión de nación en temas tan indispensables como la seguridad pública, la salud, la educación.
Ambos grupos políticos se confrontaron tanto que terminaron bloqueándose y sufriendo el repudio popular en las urnas. Eugenio dice otra frase muy válida: “La debacle del FMLN se da porque no se supo leer las señales de la población”. No solo el FMLN no supo leerlas, ARENA tampoco y de ahí sus resultados.
El problema como país es que perdemos demasiado tiempo confrontando, buscando cómo acabar los unos a los otros, no hay búsqueda de armonía ni se busca construir, al contrario, se incentiva la destrucción del otro, solo se ve lo malo, el vaso medio vacío. ¿Habremos aprendido la lección como país o seguiremos en esta historia de confrontación con nuevos protagonistas?