PCS: 62 años de lucha por la justicia, la democracia y el socialismo (30 de marzo de 1992)
Tuvieron que pasar más de sesenta años para que el Partido Comunista de El Salvador, PCS, saliera a la luz pública para conmemorar su natalicio. Y es que la historia del PCS estuvo vinculada a la existencia de la dictadura militar. Y en 1992 al dejar de existir la dictadura militar la sociedad observó a los comunistas con el rostro descubierto, sus banderas desplegadas, rojas con la hoz y el martillo, que llenaron las graderías del anfiteatro de la Feria Internacional en San Salvador. La clandestinidad impuesta por la dictadura había concluido.
El acto del PCS se realizó en el marco de la entonces reciente firma en enero de ese año, de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a12 largos años de Guerra Popular Revolucionaria, así como en el contexto de una situación internacional marcada por el impensable derrumbe del campo socialista, y la imposición novedosa de la globalización neoliberal.
La actividad estuvo presidida por los dirigentes comunistas José Mauricio Rivera, Raúl Granillo, Dagoberto Gutiérrez, Héctor Acevedo, Rafael Benavides, Schafik Handal, Miguel Ángel Sáenz Varela, David Pereira, Benito Lara y Américo Araujo. El discurso principal fue pronunciado por el secretario general del PCS y miembro de la Comandancia General del FMLN, Schafik Handal,y publicado posteriormente por Ediciones Alternativa.
PCS emerge a la nueva legalidad que generan los Acuerdos de Paz
Expresó un emocionado Schafik que “nos encontramos reunidos para celebrar el año 62 del Partido Comunista de El Salvador, 62 años de vida en la ilegalidad y a clandestinidad, que ahora llegan a su final.”
Agregó que “el Partido Comunista es el partido más antiguo de El Salvador; el más perseguido, durante mas tiempo, al cual se intentó una y otra vez hacer desaparecer, incluso por medio del exterminio de su dirigentes y militantes Sobrevivió sin rehuir su deber de luchar por sus ideales de democracia y socialismo, frente a la dictadura militar inaugurada en diciembre de 1931 para asfixiar estos ideales, la misma que está llegando hoy a su fin.”
Afirma que “nuestra decisión de abandonar la clandestinidad y saltar a la legalidad, expresa la convicción de que la puerta hacia la democracia, que abrieron la larga guerra popular revolucionaria y los Acuerdos de Chapultepec, no podrá volver a ser cerrada, porque la mantendrá abierta el pueblo salvadoreño, pase lo que pase, cualquiera sea la nueva cuota de heroísmo que sea necesaria.”
Asegura que “así es como los comunistas deseamos siempre emerger a la legalidad, como fruto de la lucha del pueblo salvadoreño por la democracia, lucha en la cual nuestro Partido siempre estuvo inmerso, aportando lo mejor de su pensamiento y energías, su voluntad inquebrantable de llegar a la meta y su sangre, siempre que fue necesario. Por eso rechazamos en más de una ocasión que se nos ofreció como soborno.”
Explica que “el PCS, en 1977, inició un difícil pero indispensable viraje para unirse a sus hermanos revolucionarios en la lucha armada después de once años de lucha junto a todos los demócratas, buscando alcanzar la democracia mediante las elecciones, frustrada una vez tras otra por los grandes fraudes, cada vez más descarados, a que recurrió la dictadura.”
Señala que “el viraje del PCS hacia la lucha armada se consumó, aportó a la unificación de las fuerzas revolucionarias armadas y, más ampliamente, se unió en la Coordinadora Revolucionaria de Masas y en el Frente Democrático revolucionario (FDR) con las demás fuerzas democráticas. Cumplimos con nuestro deber y compromiso durante la guerra popular revolucionaria, nos enorgullecemos de la calidad combativa y del elevado heroísmo de nuestras Fuerzas Armadas de Liberación (FAL).”
El socialismo sin democracia es la muerte de socialismo
Establece Schafik que “nuestros propósitos durante la participación electoral de once años (1966-77), durante la guerra revolucionaria, durante la negociación, y nuestros propósitos ahora, en el esfuerzo por el cumplimiento cabal de los Acuerdos de Paz, han sido y siguen siendo los mismos: el logro de la democracia, la justicia y el progreso social. Nuestra meta histórica del socialismo es inseparable de la democracia, de la libertad, la justicia y el progreso. Nunca la concebimos de otra manera. Separar el socialismo de la democracia, como se ha visto, es la muerte del socialismo.”
Por otra parte, informa que “estamos transitando hacia constituirnos, como parte del FMLN, en partido político legal. El FMLN será un partido frentista, portador de la unidad en la diversidad revolucionaria; un partido democrático integrado por cinco partidos democráticos, en lucha por la democracia.”
Añade que “el Partido Comunista de El Salvador ha recorrido sus 62 años de existencia luchando de manera consecuente por los ideales de democracia y socialismo, bajo las condiciones más adversas de una dictadura implacable…es bueno repetir por eso que no pensamos cambiar el nombre de nuestro partido, no tenemos nada de qué avergonzarnos, ni de que ocultarnos detrás de otro nombre…Si hay comunistas que en otros países deban de dar cuenta por actos contrarios a la libertad y a la persona humana, esa cuenta corresponde cobrársela a ellos.”
Renovación y defensa: línea de desarrollo partidario
Sostiene Schafik que “cosa distinta es asumir que los comunistas y toda la izquierda estamos ante la perentoria necesidad de renovar nuestro pensamiento, organización, estilos y métodos; replantearnos el diseño de metas y modelos socialistas; de los caminos y estaciones intermedias; de las formas y ritmos de las transformaciones sociales y la marcha hacia esas metas. El Partido Comunista ha iniciado este esfuerzo renovador. Entendemos que sin renovarnos no podríamos cumplir nuestro profundo e histórico compromiso con el pueblo trabajador…”
Aclara que “nosotros partimos del firme principio de que nuestra renovación debemos realizarla defendiendo lo que somos, lo que hemos hecho y los ideales que sustentamos; renovación de nuestro partido y defensa de su existencia, de su naturaleza combativa, de su comprometimiento con el pueblo trabajador, de su vocación unitaria y de su capacidad de promover amplias alianzas por la democracia y los cambios avanzados. Renovación y defensa, defensa y renovación. Esta es hoy nuestra principal línea de desarrollo partidario.”
Subraya que “en el esfuerzo por renovarnos partimos también del análisis crítico del modelo de socialismo que se derrumbó en Europa Oriental y la Unión Soviética, y del análisis del desenvolvimiento del capitalismo en el siglo que está terminando. El modelo que se derrumbó fue de un “socialismo de estado” en el que la propiedad de los medios de producción y de la economía en conjunto, el partido del socialismo, los medios de comunicación social, pertenecían al estado.”
Agrega que “el estado, dueño de todo, generó un sistema político sin democracia, sin espacio para la iniciativa, la crítica y el control de la base social, un sistema económico no competitivo, que le impuso el estancamiento y el crónico retraso tecnológico, lo mismo que el abandono y deterioro de los servicios sociales, que durante una parte considerable de su historia de 70 años fueron su motivo de orgullo.”
Concluye que “por todo esto, rediseñar el socialismo exige ante todo “socializarlo” , es decir, ponerlo en manos de la sociedad; tanto la propiedad, los medios de producción, distribución y comunicación y la gestión económica como el sistema político y el gobierno, lo cual presupone reconocer la diversidad de ideas y partidos…Esta idea del socialismo es, por su esencia, inseparable de la democracia, solo la democracia puede aportar los canales de expresión del multiforme y diferenciado interés y pensamiento de la sociedad. El socialismo democratizado está llamado a ser la expresión más elevado de la democracia.”
Habrá socialismo en el futuro únicamente si el pueblo salvadoreño lo quiere y lo decide.
Considera Schafik que “el derrumbe de socialismo de estado trajo a los comunistas indudables beneficios: primero que todo, nos abrió los ojos ante la realidad de ese modelo de socialismo y nos desmitificó el mundo. Hoy podemos comprenderlo mejor y aprovechar su infinita riqueza de experiencias. En segundo lugar, nos liberó de modelos rígidos. Ahora la rigidez de modelos pertenece a los neoliberales. Y, lo que es decisivo, nos obliga a pensar con nuestra propia cabeza ya buscar respuestas a nuestras realidades.”
Señala que “los comunistas sostenemos que los Acuerdos de Paz perfilan el programa de una revolución democrática. Nosotros estamos muy claros y conscientes de que el próximo paso de nuestra historia es la realización de este programa y aunque nosotros continuaremos luchando por el socialismo, estamos claros y conscientes también de que no constituye el próximo paso y sobre todo tenemos muy entendido que en todo caso habrá socialismo en el futuro únicamente si el pueblo salvadoreño lo quiere y lo decide.”
Los Acuerdos de Paz expresan la bendición del consenso nacional
Considera Schafik que “los Acuerdos de Paz trazan el diseño de un país reformado sin apego a una determinada ideología, expresan la bendición del consenso nacional con un respaldo sin precedentes de la comunidad internacional. Los Acuerdos de Paz son el fruto de la concertación, apoyada en la más plural influencia participativa de todas las fuerzas políticas y sociales desde el Acuerdo de Ginebra, firmado el 4 de julio de 1990. Los Acuerdos de Paz oficializan y hacen perdurable la participación pluralista sin exclusiones, y la concertación como método. Ese es el sentido más profundo de la COPAZ y del Foro de Concertación Económico Social.”
Subraya que “son ante todo reformas indispensables en la institución militar para apartarla del rol hegemónico totalizante que venía desempeñando desde hace 60 años y subordinarla incondicionalmente a la autoridad civil democráticamente generada y constituida; son reformas que harán transparente y confiable el sistema electoral y por tanto respetable para todos el gobierno que surja de elecciones…”
Enfatiza que “lo más importante hoy día es el cumplimiento de los Acuerdos de Paz en su letra y su espíritu. Llamamos a todos a involucrarse en esta lucha, con la decisión de hacerla triunfar. El cumplimiento de los Acuerdo preparara al país para que las elecciones generales de 1994 se realicen en plena libertad y transparencia. Nosotros aspiramos a que esas elecciones generen un poder civil pluralista comprometido con la consolidación y desarrollo de los cambios generados por los Acuerdos de Paz.”
La unidad revolucionaria es el arma más poderosa del FMLN
Concluye Schafik su discurso del 62 aniversario del PCS afirmando que “a lo largo de la dilatada vida de nuestro Partido trabajaron sacrificadamente por sus ideas muchas generaciones de su miembros, miles de ellos perdieron sus vidas. En el último período de nuestra lucha muchísimos comunistas cayeron junto a sus hermanos miembros de las demás organizaciones revolucionarias. Muchos otros sufrieron lesiones que llevarán de por vida. Se selló así la unidad revolucionaria, el arma más poderosa del FMLN. Al rendir nuestro más emocionado homenaje a todos los caídos y lisiados, ratificamos nuestra decisión de mantener y desarrollar la unidad del FMLN.”