Poder popular y elecciones salvadoreñas 2015
Roberto Pineda San Salvador, 3 de marzo de 2015
La batalla electoral 2015 que incluyó concejos municipales, Asamblea Legislativa y Parlacen ha concluido y es preciso hacer un balance de avances y retrocesos, de ciudades conquistadas y perdidas, de bajas propias y del enemigo, de victorias y derrotas, de errores y aciertos.
Esta batalla electoral es la continuación de la disputa histórica entre dos proyectos sociales: el oligárquico y el popular-revolucionario. Expresa la nueva correlación de fuerzas abierta a partir de la conquista del gobierno en 2009. Refleja el nivel organizativo y de conducción política del FMLN y su correspondencia con las necesidades y anhelos de los sectores populares. Y por otra parte, simboliza el grado de aceptación popular del discurso mediático de la derecha política y empresarial. A partir de estas premisas y desde un espíritu siempre subversivo, hacemos estas reflexiones preliminares, abordamos diversos aspectos de la coyuntura, y planteamos algunos escenarios de futuro.
Pocos asistentes a la fiesta cívica
El hecho que la mitad de la población electoral haya decidido quedarse en sus casas el domingo 1 de marzo y haya dado la espalda al llamado a asistir a las urnas, en un segundo gobierno de izquierda, es un hecho político digno de una profunda reflexión. Se requiere profundizar al respecto. Pueden existir diversas lecturas no necesariamente alternativas y probablemente complementarias.
La lectura más preocupante nos indicaría que la mitad de la “población electoral” no se siente representada y rechaza este sistema político. Otra lectura nos indicaría que hay un voto de castigo para todos los partidos por el tipo de campaña y esto es positivo. Y aún otra lectura nos indicaría que la gente fue atemorizada por las supuestas dificultades del voto cruzado y que ambos partidos confiaron más en el enfrentamiento de sus aparatos electorales y sus “votos duros”.
La campaña electoral
Una campaña electoral tiene tanto el componente formal como el de contenido. A la derecha sea esta ARENA, GANA, PCN, PDC o DS, le interesa fortalecer el elemento formal y reducir el elemento de contenido. A la izquierda sea esta FMLN, CD o PSD le debería interesar el convertir cada evento electoral en una grandiosa escuela de educación política en el que el debate, la discusión de propuestas y la participación popular fuera lo esencial.
El color de los calcetines o el tipo de peinado del candidato no deberían convertirse en el tema central de la campaña. Y lamentablemente derecha e izquierda en esta campaña obviaron lo sustancial y se concentraron en el marketing político. En el problema de la imagen. Y es importante reflexionar sobre el tipo de imágenes que estamos proyectando, porque si el perfil del empresario exitoso se convierte en la izquierda en el paradigma a seguir, terminaremos votando por los grandes banqueros colombianos o admirando a los millonarios Bill Gates o al mexicano Carlos Slim. Y al final de la noche electoral todos los gatos serán pardos.
Los datos electorales
El equilibrio estratégico entre el FMLN y ARENA sigue predominando. Y se manifiesta en los siguientes casos: San Salvador y Santa Tecla. Mejicanos y Soyapango versus Ilopango y Apopa. Y San Miguel y Santa Ana. San Salvador, la joya de la corona le corresponde a la izquierda. La población capitalina, la cual posee el mayor nivel político del país, le concede al FMLN una nueva oportunidad para conducirla. Ya habíamos estado antes y fuimos castigados por no poder gobernarla adecuadamente.
Pero el hecho es que hay una segunda oportunidad. Y ojala que Nayib gobierne desde abajo, con la gente, porque los problemas que enfrentaremos como izquierda son múltiples y complejos: la inseguridad, el desempleo, el transporte y sume y siga. Y por otra parte ARENA le arrebata al FMLN la simbólica ciudad de Santa Tecla. Nayib y DAubuisson representan parte del relevo generacional tanto de la izquierda como de la derecha. Sus gestiones reflejaran estos dos proyectos históricos en disputa. Habrá que observarlos detenidamente.
Pero en el caso de Nayib es un fichaje que se hace a partir del sector empresarial árabe, no de la militancia histórica del FMLN. Y esto tiene ventajas y desventajas. Es ventajoso su estilo desenfadado que atrae a la juventud, pero se podría volver una desventaja su estilo irreverente de cara a una dirección partidaria que premia la disciplina y la obediencia. Ya sucedió con el expresidente Funes y podría suceder de nuevo con Nayib. La derecha estará pendiente para sobredimensionar este aspecto.
Estas dos victorias plantean con claridad la situación de equilibrio estratégico existente, que solo podrá ser superado desde la izquierda a través de la participación del movimiento popular y su respectivo poder. O desde la derecha por medio de una mayor coordinación entre el sector oligárquico y su instrumento político.
Por otra parte a nivel metropolitano el FMLN recupera Soyapango y Mejicanos, pero ARENA mantiene Ilopango y Apopa. Asimismo, el poderío organizativo del FMLN le arrebata a su aliado GANA la ciudad de San Miguel, que parecía ya un patrimonio intocable de la familia Zalgado que lo mantuvo por 15 años. Es una victoria significativa pero es asimismo significativa la pérdida de Santa Ana a manos de la alianza ARENA-PDC. Una de cal y otra de arena.
ARENA logra ocho cabeceras departamentales: Santa Ana, Sonsonate (pierde Ahuachapan a manos del PCN) ; Santa Tecla, Chalatenango, San Vicente, Sensuntepeque y Cojutepeque, y La Unión. El FMLN logra tres: San Salvador, San Miguel y Zacatecoluca. GANA logra dos: Usulutan y Gotera. PCN logra una: Ahuachapan.
Al conocerse datos sobre diputados podremos apreciar como este equilibrio estratégico se manifiesta, y como incidirá en términos de mayoría simple y calificada. Es escandaloso que hayan pasado 48 horas y no tengamos datos precisos y que sean los candidatos perdedores los que hayan permitido conocer de resultados electorales. Lo mínimo sería exigir la renuncia de los actuales magistrados del TSE por ineptos.
El voto cruzado
Cada una de las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia constituyen hechos que pueden profundizar el proceso democrático. Es un grave error político el rechazo permanente a sus resoluciones. Y la gente pasa factura por esta actitud. La izquierda política y en particular el FMLN como su expresión máxima aunque no única, están en la obligación de contar con dirigentes políticos que por su compromiso con las causas populares, gocen de la admiración y el respaldo de los sectores populares.
Así fue en el pasado y así debe ser siempre. No puede existir temor. La gente reconoce a sus líderes. Y la gente también observa cómo estos viven, y donde viven. Y la gente sabiamente rechaza la prepotencia y el oportunismo, en el caso que existiera. El estilo de GANA no puede convertirse para la izquierda en el modelo a seguir.
El equilibrio estratégico
Se equivocan los que sueñan con un colapso inminente de ARENA. La derecha política y su expresión máxima han salido fortalecidos de esta elección, no obstante haber perdido la joya de la corona, San Salvador. Es un hecho que ARENA avanza en su renovación: está modificando elementos negativos de su matriz ideológica, como lo relativo a Monseñor Romero, y está dando paso al relevo generacional.
En el caso del FMLN, y en particular en lo relacionado con el relevo generacional, es un problema pendiente. No podemos partir de premisas falsas. El esfuerzo por romper el equilibrio estratégico a favor de la izquierda continua siendo el aspecto principal del periodo, la tarea principal. Y aunque se tiene el gobierno, no se tiene el poder.
Gobernar desde arriba y la construcción de poder popular
Durante estos seis años de gobierno de la izquierda no se han creado las condiciones para el desarrollo del poder popular. Y este es un problema ideológico y de conducción política. Existe el temor que la organización social por su amplitud rebase al partido político. Y esto conduce a gobernar bajo el estilo programado desde el sistema, en el cual se privilegia el compromiso por encima de la lucha. Y se privilegia la relación con el imperio por encima de la relación con los países del sur.
Y la estabilidad política se transforma en un fin que bloquea el desarrollo de la lucha. Y como resultado de esto el poder popular se debilita. Y está debilitado. La gente vota por la izquierda y espera que el gobierno le resuelva sus problemas. Y de esta forma se promueve una actitud conformista y clientelar, diferente y opuesta a la construcción de poder popular.
Entendemos el poder popular como una situación en la cual los sectores trabajadores de la ciudad y del campo están organizados, poseen un alto nivel político y se movilizan por la conquista de su necesidades inmediatas y futuras, que incluye su incidencia política, en la profundización de la democracia y la lucha por el socialismo.
El poder popular participa pero a la vez rebasa los concursos electorales. No está sometido a las leyes de la democracia representativa del sistema. Fue precisamente este poder popular, que asumió una expresión militar el que logró la derrota de la dictadura militar. Hoy hay una expresión electoral de este poder que no logra romper el equilibrio estratégico existente con la derecha.
Escenarios de futuro
Caminamos ya izquierda y derecha hacia el 2019. Es un hecho que la mirada recae en el horizonte del 2019. La izquierda buscara un tercer periodo y la derecha la restauración oligárquica. Tres escenarios: de avance, de estancamiento y de retroceso. El concepto de avance estaría determinado por el fortalecimiento del poder popular expresado como consolidación tanto de la izquierda política y cambio en sus estilos de gobierno, como de las luchas de los sectores populares y de la coordinación entre ambas.
El concepto de estancamiento estaría determinado por mantener el estilo de gobierno desde arriba y confiar exclusivamente en el poderío de la maquinaria electoral para avanzar. El concepto de retroceso estaría marcado por la aparición de grietas en el instrumento político tanto por los problemas vinculados al ombligo como al enfrentar la necesidad del relevo generacional, lo cual podría ser aprovechado por la derecha para lograr la restauración oligárquica, propósito del cual no estaría ajeno los intereses del imperio y los planes de Obama de la Alianza para la Prosperidad, edición actualizada y localizada de la fracasada Alianza para el Progreso del fallecido presidente Kennedy.-