Después de un juicio cargado de fuertes emociones, Payton Grendon -un joven estadounidense de 19 años- fue condenado a cadena perpetua por matar a 10 personas indiscriminadamente en un supermercado de Buffalo, en el estado de Nueva York.
Además de transmitir el ataque del 14 de mayo de 2022 en vivo, Payton Gendron dejó un documento de 180 páginas en el que explicó que su objetivo era “asustar a la mayor cantidad posible de gente no blanca y no cristiana” para que se fueran del país.
Dentro de los muchos argumentos que esgrimió como justificación para su terrible crimen, Gendron resaltó un presunto plan labrado por “los judíos para reemplazar a la raza blanca”.
Para el asesino, una parte fundamental de ese supuesto plan es la “imposición de la CRT” (siglas en inglés de la teoría crítica de la raza, Critical Race Theory) en las escuelas y universidades de Estados Unidos.
Lo cierto es que la teoría crítica de la raza se ha convertido en los últimos años en uno de los temas de confrontación favoritos de los políticos y comentaristas conservadores en el país norteamericano.
II. ¿Qué es la teoría crítica de la raza?
La raza no existe, pero la necesitamos para entender la historia.
Este marco teórico ofrece una perspectiva histórica más completa y un mejor contexto para comprender el presente. La historia es una ciencia social por demás activa, en artículos anteriores hemos hablado sobre su capacidad de autoanalizarse y reescribirse. La investigación, la perspectiva, los nuevos datos y lecturas son cruciales en la construcción del devenir histórico.
Elementos como la conciencia social o de raza también pueden influir en una reevaluación tanto de la historia, como de la forma en que se escribió. Un movimiento académico dentro de la comunidad de historiadores es ejemplo de estos cambios de óptica sobre el pasado. Estamos hablando de la teoría crítica de la raza.
Las consideraciones de un racismo sistémico
La teoría crítica de la raza es un marco teórico para enseñar historia y otras disciplinas sociales. El término fue acuñado por la jurista Kimberlé Crenshaw a finales de la década de los 80. Consiste en agregar al currículum y a la conversación esos incisos dentro del evento o tema de estudio que pudieron estar marcados por la raza y la discriminación racial.
Por ejemplo, si estamos abordando el final de la Segunda Guerra Mundial, el regreso de los veteranos a Estados Unidos y el consecuente auge de los suburbios americanos durante la década de los 50, no podemos dejar de lado la experiencia de los soldados afroamericanos y todo el marco legal que evitó que pudieran hacerse de un hogar asequible igual que sus compañeros blancos.
Si dentro de determinado momento histórico existe una barrera legal o costumbre socialmente reforzada que habilite la discriminación racial sistémica, la teoría crítica de la raza es necesaria para tener un panorama completo de cómo se desenvolvió ese momento del pasado y qué consecuencias podría seguir teniendo en el presente.
En el caso específico de la situación de vivienda de los veteranos afroamericanos de la Segunda Guerra Mundial, las consecuencias de ese serio desbalance para la obtención de casas puede verse reflejado en las dificultades actuales de la comunidad afroamericana para conseguir precios y préstamos bajos en comparación con los americanos caucásicos.
Este es un ejemplo básico acerca de cómo un análisis del pasado con una perspectiva que cubra aspectos relacionados con el racismo sistémico es vital para comprender las condiciones actuales de un grupo demográfico completo. Como herramienta de investigación y contextualización histórica, el rol de la teoría crítica de la raza es difícil de discutir pero su presencia en programas académicos y aulas abre otro debate.
¿Debería enseñarse en las escuelas?
La conversación más acalorada sobre el tema de la teoría crítica de la raza es si debería estar presente en las aulas. El racismo es un tema por demás complicado y hay validez en la idea de que no es necesario poner en los niños una carga cognitiva de esa naturaleza. El problema de este argumento, es que solo aplica si los niños en cuestión no pertenecen a ninguna etnia, raza o grupo social que este sujeto a discriminación.
En marzo del presente año, una niña de 9 años testificó en el caso de George Floyd, uno de los eventos de violencia sistémica racial más sonados de la década. Si una infante de tan corta edad puede ser expuesta a presenciar un homicidio y testificar sobre el mismo en la corte, debido a que la violencia racial es así de terrible en su país, ¿por qué privar a los niños de su edad de las herramientas cognitivas para entender y combatir el racismo sistémico bajo el argumento de que “es complicado”?
La raza y el racismo son constructos sociales, como sostiene Tony Morrison, Premio Nobel de literatura y activista para la educación sobre la conciencia de raza. Sin embargo, estos constructos no solo afectan seriamente la vida de millones de personas de minorías raciales en el mundo también juegan un papel importante en el diseño y ejecución de sistemas económicos.
Para erradicar el racismo sistémico es necesario un cambio estructural, y este es prácticamente imposible de gestionar sin una educación histórica y social ciega a la influencia de los desbalances provocados por la discriminación social.
¿Habías oído hablar antes de la teoría crítica de la raza? ¿Te parecería buena idea incluir el tema en tus clases? Si eres estudiante, ¿algún curso que hayas llevado incluyó el tema? ¿Cuáles fueron tus impresiones? Cuéntanos en los comentarios.