Realidad de la infancia en El Salvador (2010)

Realidad de la infancia en El Salvador
5 octubre, 2010 por pastoraldederechoshumanos

Por: Pastoral de Derechos Humanos

La infancia en nuestra sociedad está al margen de las políticas públicas de desarrollo humano de nuestro estado, no hay un verdadero interés por la población infantil y adolescente de nuestro país estas son algunas conclusiones que se hacen sobre este tema en particular. En vista de esta problemática La Pastoral de Derechos Humanos de la parroquia Cristo Salvador hace un análisis de la realidad infantil, en el contexto del día internacional de la niñez en El Salvador.
En un artículo de la prensa grafica del 3 de octubre del 2010 se señalan las siguientes cuestiones:

Las niñas y los niños de cero a seis años enfrentan serios problemas para acceder a la Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI). Dificultades sustentadas en la descoordinación y fragmentación institucional del sistema de protección para la niñez; la ausencia de medidas que impacten la exclusión y las desigualdades en el goce de los derechos; la vigencia de esquemas culturales y familiares que atentan contra el desarrollo integral; la tolerancia social ante las violaciones a los derechos de la niñez; los vacíos normativos, la escasa aplicación de las leyes; y el desconocimiento de la importancia que tienen los primeros seis años en el desarrollo.
Los obstáculos responden a realidades y características socioculturales, económicas y distributivas, que influyen en el sistema de protección para la infancia. Los esfuerzos impulsados por el Estado y otras instituciones no han generado oportunidades inclusivas y de cobertura universal. Tampoco modificado las relaciones adulto-niño ni impactado la amenaza de muerte, desnutrición, maltrato, agresión sexual, abandono, trabajo infantil, negligencia y escasa estimulación temprana.
En educación, de los 433,576 infantes de cero a tres años, menos del 2% recibe atención estatal, pues El Salvador no tiene un programa integral. En parvularia, solo se cubre al 51% del total de cuatro a seis años; es decir, existen más de 190,000 infantes sin cobertura. Esto sin menoscabar el esfuerzo estatal por ampliar la cobertura en parvularia, que, pese a los avances, es el segmento con la menor cobertura y calidad del sistema educativo nacional. La inversión promedio por alumno es de la más baja del sistema, aproximadamente 222 dólares por estudiante. Esto responde a las limitantes de inversión educativa nacional que representa el 18.3% del gasto público total y el 2.8% del PIB.
Es evidente la fragmentación de las políticas educativas, debido a la atomización social y a la ausencia de un enfoque integral para la primera infancia, lo que también se conoce como enfoque del Desarrollo Integral Temprano. Por ello, es necesario articular un marco conceptual, filosófico, de orden estratégico, que asuma a la infancia desde la perspectiva de derechos e integralidad. Clarificar el discurso para que sea acorde a la realidad y traducible en la AEPI. Este deberá convertirse en una visión de Estado, políticamente concertada, que asegure su sostenibilidad, mediante la participación social y un cambio cultural, que propicie el empoderamiento de las familias, comunidades, organizaciones civiles y de la niñez. Exige a los gobiernos locales liderar los programas y proyectos para la infancia, con el fin de descentralizar los procesos
El desafío es una política que garantice el pleno derecho a la educación. Implica aumentar la inversión, desarrollar programas eficaces de atención integral para la primera infancia con visión holística y buscar un consenso en las políticas de la AEPI. Además, crear un marco legal consistente –política y socialmente concertado–, articular un sistema de información actualizado, una institucionalidad sólida o un ministerio descentralizado que coordine la implementación de la política, con presencia local y alianza social.
Según nuestra investigación hay factores directos que influyen en el desarrollo social de la niñez. La niñez salvadoreña está inserta en una dinámica económica y sociocultural compleja, producto de diversos fenómenos y que tienen un impacto más allá del momento en que suceden. Se destacan: el conflicto armando, los procesos de transición, la vulnerabilidad natural (dos terremotos en 2001 y varias tormentas tropicales), además de la institucionalidad fragmentada y las variaciones del sistema financiero.
La situación de la niñez presenta marcadas diferencias a partir del tiempo en que se analice. Las oportunidades de crecimiento, los modelos de atención y las interpretaciones de la infancia no son un hecho natural, sino el producto de intensos procesos históricos. Son el reflejo de la deconstrucción y reconstrucción de las estructuras de pensamiento, que han generado cambios significativos en los estilos de vida. Sin embargo, hay que destacar que muchos elementos básicos incorporados al sistema de protección para la infancia, aún no han logrado trascender del discurso, sólo son letra muerta que descansa en los documentos nacionales. Dicho esto, se demanda la implementación de esfuerzos que lleven a la práctica los postulados, que al ejecutarse aporten progreso a la niñez salvadoreña.
Lo que sigue es un repaso por los eventos más relevantes en el trayecto que en la búsqueda de los derechos de las niñas y los niños.
Las alternativas de desarrollo, los modelos de atención y las interpretaciones de la infancia descubren marcadas variaciones a partir del tiempo que se tome como referencia para el análisis. En El Salvador, como en el resto del mundo, la imagen actual o interpretación popular de la niñez es un paradigma cultural bastante reciente.
Fue en siglo XIX cuando inició el tema de la infancia. El concepto que se conoce tuvo su origen en esa época. Las interpretaciones que entonces surgieron pusieron fin a la confusión que había entre entender a la niñez como hecho biológico, natural y concebirla como social. Incluso en los países que promovieron el debate, las innovaciones teóricas no produjeron variaciones en el reconocimiento de los derechos de las niñas y los niños; por lo que no resulta raro que, en el resto de países, las transformaciones hayan seguido un proceso más lento. En el caso de El Salvador, la búsqueda de los derechos de la infancia aún no termina, tal como se observa en el siguiente recorrido cronológico.
• 1821: Finalizada la Independencia, el país inició sus transformaciones políticas y sociales hasta convertirse en un Estado soberano e independiente casi 20 años más tarde. Liderados por los terratenientes, estos se ocuparon de poner las condiciones económicas y políticas a su favor, de modo que la agricultura y la exportación fueron las principales bases de la economía. Era un país dominado por las minorías oligarcas.
En ese tiempo, no había oportunidades de desarrollo integral para la niñez, debido a que la mayor parte de la población trabajaba en las fincas de los terratenientes, sin garantías sociales. El goce de los derechos económicos, sociales y culturales estaba lejos de plantearse como posibilidad incluso para los adultos. Las mujeres y los niños enfrentaban las mayores desventajas.
• 1860: El Código Civil que entró en vigencia incluía disposiciones sobre la protección infantil, declarando que la “existencia legal comienza al nacer”. En el artículo 73 se especificaba: “La ley protege la vida del que está por nacer. El Juez, en consecuencia, tomará, a petición de cualquiera persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra”. Sin embargo, en los artículos 34, 35, 36 y 37 del mismo documento se consideran discriminativos por clasificar a la niñez, en su calidad de hijas e hijos como: legítimos, ilegítimos, naturales, adulterinos e incestuosos. Esa manera de categorizarlos generaba discriminación para los niños y niñas.
• 1886: De acuerdo al MINED, los primeros reportes que corresponden al nivel de parvularia datan de 1886. Aunque en sus comienzos funcionó fuera del sistema formal.
• 1902: Cuando se fundó el Hospital Rosales, la población contó con la primera área de servicio pediátrico, atendida por un tocólogo (obstetra actualmente) y un médico general. La atención del menor era confiada a las enfermeras y cuando ellas no podían lidiar con la situación, se llamaba al doctor.
• 1904: En marzo se inauguró la primera sala cuna, en el Barrio San Jacinto. Institución que luego estuvo a cargo de la Sociedad de Hijas de San Vicente de Paul y años después al ISPM, ahora al ISNA.
• Cerca de 1915: Se abrió la Sala de Niños del Hospital Rosales. El hecho se considera el inicio de la pediatría en El Salvador.
• 1917: Por iniciativa estatal se instituyó el Servicio Médico Escolar, cuyo objetivo era atender a escolares y maestros. Años más tarde se creó la Sociedad Benéfica Pública, que concentra su labor y programas hacia la infancia, el que sobresale fue conocido como “La Gota de Leche”.
• 1923: Aunque sin mayor representación, la educación parvularia recibió más apoyo.
• 1928: El Dr. Benjamín Bloom donó el primer hospital de niños en el país, el que continúa siendo el único.
• 1940: Se habilitó la División de Higiene del Niño en la Dirección General de Salud. También la reforma educativa forjó las bases de la educación parvularia: se crearon los primeros programas.
• 1947: Se fundó la Sociedad de Pediatría de El Salvador.
• 1949: La década de los 40 terminó con la realización de múltiples campañas a favor de la niñez: Campañas de Higiene en las Escuelas, Plan Astoria, Campaña de Nutrición, Consulta Prenatal, Plan de Curación Maya, entre otras.
• 1950: Mediante el Decreto N°14 se modificó la Constitución de la República. En el artículo 180 se incluyeron especificaciones precisas para la infancia: “El Estado protegerá la salud física, mental y moral de los menores y garantizará el derecho de éstos a la educación y a la asistencia”. Fue la primera vez que en la Constitución se abordaba el tema.
• 1951: Se abrió el Servicio de Cirugía Pediátrica, adscrito al Servicio de Pediatría del Hospital Rosales.
• 1953: En el Hospital de Maternidad se echó a andar el Servicio de Neonatología y el de Prematuros.
• 1955: El ISSS inauguró su Servicio de Neonatología. Además, en noviembre, entró en vigencia, mediante el Decreto legislativo N°1973, la Ley de Adopción de El Salvador; sin embargo, esta sólo contemplaba la adopción simple y no especificaba mecanismos de seguimiento, protección e integración familiar entre adoptado y adoptantes.
• Para la década de los 60: Se unieron los servicios pediátricos que habían estado dispersos en el Hospital Rosales y el Benjamín Bloom.
• 1962: Hasta este año a los doctores encargados de los menores se les conocía como “cuida niños”, pues no habían pediatras sólo médicos con interés por la infancia (documento histórico de la Asociación de Pediatría de El Salvador).
• 1980: Documentos de la Comisión de Derechos Humanos, Cruz Roja y otros organismos dan cuenta que durante el conflicto armado (1980-1992) la vida cotidiana de las niñas y los niños salvadoreños estuvo marcada por la violencia en distintos niveles. Muerte, mutilación, hambre, orfandad, exilio, injusticia y desprotección fue lo que las mayorías infantiles vivieron. Incluso, algunos padecieron antes del nacimiento. Las desapariciones infantiles se volvieron frecuentes. Esta realidad se mantuvo hasta el fin de la guerra.
• 1983: Entre las reformas constitucionales que entraron en vigencia se encontró que en los artículos 34, 35 y 36 se precisaron detalles sobre la protección y búsqueda del desarrollo integral para la niñez, en materia de salud, educación, asistencia, seguridad, identidad e igualdad, independiente a la condición legal de sus padres. En el artículo 56 se incorporó la educación parvularia, aunque sin un carácter obligatorio: “La educación parvularia, básica y especial será gratuita cuando la imparta el Estado”.
• 1990: El Salvador ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño. A partir de entonces se inició una revisión de la legislación interna en el tema de la infancia. Se aprobó la Ley General de Educación, la cual en el Título III, capítulo I, Artículo 12 estableció: “La educación Parvularia y Básica serán obligatorias para todos y juntamente con la educación especial serán gratuitas, cuando las imparta el Estado“.
• 1992: El 16 de enero se firmaron los Acuerdos de Paz, en Chapultepec, México. Según expertos en sociología y política, estos fueron la oportunidad de oro para cambiar de fondo las estructuras sociales que promueven la exclusión y la miseria, pero no se aprovechó. Después de la guerra, junto a la reactivación económica, las reformas sugeridas se desvanecieron, desplazadas por la introducción de las nuevas políticas neoliberales. También se creó la Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
• 1993: Se decretó la Ley del Instituto Salvadoreño de Protección al Menor.
• 1994: Con la entrada en vigencia del Código de Familia se derogaron las disposiciones contrarias a la Constitución de la República de 1983 y a la Convención sobre los Derechos del Niño contenidas en el Código Civil de 1860. Se derogó por este código la Ley de Adopción que entró en vigencia en el año1955 y se modificó el Código de Trabajo, vigente desde 1972, para favorecer a la infancia. Así, en el artículo 105, del Código de Trabajo, se estableció: “Se prohíbe el trabajo de los menores de dieciocho años en labores peligrosas o insalubres”.
• 1996: Se creó la Ley Contra la Violencia Intrafamiliar. Además, se incluyó, por primera vez, en la Ley General de Educación información referente a la educación inicial (ver artículo 16).
• 2001: En noviembre entra en vigencia la Política Nacional para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (PNDINA), que sustituyó a la Política Nacional de Atención al Menor.
• 2005: En marzo se hizo la presentación oficial del Plan Nacional 2021, en cuyas líneas estratégicas se incluyó la universalización de la educación parvularia con énfasis en los seis años, la creación del programa Juega Leyendo, que apoya a la educación inicial y parvularia, así como Redes Solidarias que buscan llevar educación a las comunidades más pobres.
• 2006: En julio se reformó la Ley del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (ISNA), aprobada en 1993.
• 2008: En octubre se presentó la propuesta Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA). También, se reformó la Ley General de Educación, en los artículos 16 y 17, donde se aborda el tema de la educación inicial.
• 2009: El 26 de marzo se aprobó la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), documento que en sus 259 artículos recoge lineamientos que buscan proteger a la niñez.
De una manera cronológica se presenta la inclusión del tema de la niñez en el plano Social, pero en El Salvador se presenta avances en el reconocimiento de los derechos de la niñez, pero el panorama local es desfavorable para el desarrollo integral. La información muestra que los obstáculos se deben a que los esfuerzos llevados a la práctica no han partido de un diagnóstico del estado real de la infancia.
En el país hay 398 mil 608 niñas y 414 mil 634 niños, de cero a seis años. El 14% de la población total (Censo, 2007) integra un grupo heterogéneo, por la diversidad de ambientes económicos, sociales, culturales y étnicos. Por ello, a la hora de abordar el tema se deben tomar cuenta las diferencias en las condiciones de vida, las posibilidades de acceso a los recursos, servicios básicos y de desarrollo. Entre las variables se encuentran el lugar de residencia (urbano/rural), la cantidad de ingreso familiar, el modo de integración del hogar y el nivel educativo de las madres, padres o representantes. Sólo el conocimiento de las necesidades, problemas y expectativas de la niñez permitirá la creación de un sistema que responda con oportunidades de desarrollo integral en la primera infancia.
En el menor tiempo posible, la situación exige normas legales, políticas y estrategias del Estado hacia el establecimiento de compromisos, funciones y presupuestos acordes a las necesidades de la población infantil, con énfasis en los primeros seis años. El enfoque será inclusivo, bajo el respeto de los derechos ineludibles, inherentes y universales que tienen a partir de sus características.
Datos estadísticos e informes sobre la realidad nacional, de diversas organizaciones locales y extranjeras, evidencian que los niños y las niñas se desarrollan en ambientes de alto riesgo. Muerte, desnutrición, maltrato físico, agresiones sexuales, abandono, trabajo infantil, negligencia y escasa estimulación temprana son algunos de los problemas que enfrentan, sobre todo en las familias más pobres.
Por la estructura de la sociedad salvadoreña, los niveles de acceso a los recursos para la supervivencia y el desarrollo están asociados a la condición socioeconómica. En los estratos de mayores ingresos, las niñas y los niños tienen posibilidades más altas de recibir el conjunto de intervenciones ordenadas capaces de cubrir las necesidades nutricionales, de salud, protección, educación, además de la estimulación temprana. En cambio, en las clases mayoritarias, donde la pobreza y la exclusión son endémicas, se enfrentan condiciones de vulnerabilidad social. Esto entorpece los procesos de desarrollo y marca las vidas para siempre.
En las clases más vulnerables, rurales y urbanas, se requiere mayor intervención con la promoción de la AEPI, desde una perspectiva de derechos, género e inclusión social. El objetivo sería la superación de las diferencias en los estilos de vida de quienes tienen padres, madres y representantes con trabajos estables y bien remunerados, con los que perciben salarios miserables. Se lograría una desmercantilización del ejercicio pleno de los derechos humanos y de la niñez.

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