Relato de una aproximación al náhuat desde los sentimientos y la corporalidad

SAN SALVADOR, 12 de octubre de 2024 (SIEP) “El idioma náhuat supera al español por su diversidad de formas para nombrar el beso…” explicó Josué Ramos, joven arqueólogo salvadoreño, en una breve pero magistral conferencia sobre “Los aspectos socioemocionales del idioma náhuat: los sentimientos y la corporalidad”.

La ponencia fue realizada esta mañana en el Museo Universitario de Antropología (MUA) de la Universidad Tecnológica, dirigido por el antropólogo Ramón Rivas, y su presentadora fue la escritora Silvia Elena Regalado.

En un comentario inicial a la presentación, el Dr. Rivas indicó que el idioma náhuat es parte esencial de la cultura salvadoreña, por lo que es realmente preocupante que quizás únicamente queden alrededor de 60 nahua-hablantes en el país.

Por su parte, el Arq. Ramos inició su presentación señalando que “el náhuat salvadoreño es un idioma emparentado con el náhuatl mexicano, ya que ambos descienden de una lengua madre…Los idiomas inician como dialectos de una lengua culta…”

Existen más o menos 200 personas que hablan el náhuat. De estos 80 viven en Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate, personas que lo hablan y lo entienden, y sus hijos no lo hablan pero sí lo entienden, o sea son hablantes pasivos.

Mediante la lengua se expresan sentimientos, ya que la lengua es el vehículo de la cultura. Y es por esto que cuando una lengua se pierde, cuando una lengua desaparece, se pierde una manera de ver el mundo, una cosmovisión, una forma de expresar sentimientos, emociones…

En los idiomas, unas palabras al usarlas se desgastan, y surgen nuevas expresiones, la lengua siempre está cambiando, siempre está fluyendo…porque las personas somos seres de contacto…Y en el caso de la aparición de nuevos términos, estos tienen que ser validados por la comunidad de hablantes.

Fue hasta hace 500 años que va empezarse a hablar castellano en nuestro territorio, mientras que históricamente el náhuat es anterior, lo precede…

Podemos decir que el náhuat es un idioma aglutinante y es un idioma verbal, en el que las partes del cuerpo son inalienables, tienen sentido de pertenencia, a diferencia del español. En español se puede mencionar la cabeza en general, en náhuat se refiere a la cabeza de alguien, requieren de un posesivo…Y además adquieren intensidad y pueden  reduplicarse…

Un ejemplo de la naturaleza aglutinante del nahuat es tempate, el árbol, la leche de tempate para curar el fuego en la boca, se deriva de tem: boca y de pacti (medicina, remedio). Asimismo siguanaba, viene de sihuat: mujer y nahual: bruja, o sea  mujer bruja.

Otro aspecto es que en español se dice sembrador  mientras que en náhuat: el que siembra. Cantante en náhuat es el que canta. Un ejemplo de  reduplicación, es en español re-lejos, en náhuat:  lejos lejos.

Siguiendo con los verbos en náhuat, agua es at, y morir es miki. Tener sed se expresa como amiki, ó sea morir por agua. Ijiyu es aliento, voz, y morir es miki. Ijiyumiki es suspirar, literalmente morir por el aliento, de donde se deriva el hijillo, el aroma del muerto, y también de los vivos…Sesek: frío, miski: morir. Semiki: tener frío, literalmente morir por frío.

En una lamina titulada: dinámica de la lengua, el Arq. Ramos anotó las palabras en latín cor, cordis para relacionarlas con perder la cordura y recordar/acordar. Y lo vinculó con la clásica figura del hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci,  que refleja las proporciones ideales del cuerpo humano es un famoso dibujo de realizado alrededor de 1490.

En contraste con esta figura eurocéntrica, en la cosmovisión náhuat el ser humano se concibe en posición sedente, así como se retoman partes del cuerpo para entender los sentimientos. Y mediante una lamina el arq. Ramos explicó las diversas partes del cuerpo. El cuerpo en náhuat se asocia con los arboles o con las plantas. 

Tzun, es la cabeza, la extremidad superior. Como ejemplo colocó el de Atzumpa, una caída de agua y balneario en Ataco, Ahuachapán, en el que el agua fluye de lo alto (Tzun) de la montaña. Tzuntecun es cabeza.

Ish, es la cara, el rostro. Kech es el cuello. El es el pecho. Yul es corazón, sapuyulo es el corazón del zapote. Ma es extremidades. Tzin, es el trasero, la base. Metz es regazo, piernas. Kechpan es hombros. Mapipil es dedos. Tunal podría aproximarse al concepto europeo de espíritu.

Explicó Ramos las partes de la cara: ish es ojo, ten es boca, kamak es mejilla, nakas es oreja, de donde deriva conacaste, nacaspil. Ish+kal (casa)+yu: ishkalyu, literalmente significa casa invernadero de los ojos.   También kamak +nantzin, corresponde a kamantzin, o sea camanances, literalmente señora, madre de la mejilla.

Verbos con ish: ish-mati, significa saber las apariencias de alguien, conocer, saber. Ish-welita significa quitar las apariencias de alguien, o sea agradar. Welita es gustar. Tultic es amarillo, ish-tultic es que no esta maduro, se usa para frutas.

En español decimos besar la mejilla. En náhuat existen una diversidad de formas para nombrar el beso, que incluyen entre otros, el lugar, la modalidad y la intensidad. Veamos el mundo de los besos:  kama-kwa es besar en la mejilla, pero literalmente es comer mejilla. El plural se forma mediante duplicación:  el plural de kama-kwa es ka-kama-kwa. Ten-kwa es ten-tenkwa.

Ten-kwa es comer boca, besar en la boca con pasión. Ten-namiki es encontrar la boca, besar discretamente. Ten-pipina es chupar la boca, como una fruta.

El recordar y olvidar: el-namiki  significa encontrar en el pecho, o sea recordar. El-kawa, significa sacar del pecho, o sea olvidar. El corazón en las acciones: yul-taketza significa hablar con el corazón, o sea pensar, hablar después de meditar. Yul-paki es alegre el corazón, o sea regocijar. Yul-kukua es doler el corazón, o sea lamentarse,  sentirse triste, sufrir.

Y finalmente refirió el Arq. Ramos que existen en la actualidad diversas variantes del náhuat, entre estas el de Nahuizalco, Izalco, Cuisnahuat y el de Santo Domingo de Guzman, el cual por tener la mayor cantidad de hablantes en la variante hegemónica.

Así como lamentó que hemos perdido a lo largo de la historia una gran riqueza cultural y lingüística manifiesta en las variantes de náhuat que fueron habladas en Tacuba, Jicalapa, Teotepeque, las cuales se han perdido, están ya extintas. Y esto lo sabemos por los trabajos del lingüista Lyle Campbell, que realizo trabajo de campo en estos lugares.  

Para concluir expresó que existen variantes perdidas como las de los pueblos nonualcos, pero por otra parte expresó simpatía con el actual proceso de revitalización del náhuat que vive el país, y que se expresa en diversos proyectos  desde distintas instituciones, entre estas la Universidad Tecnológica, UTEC.

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