Subjetivación y política: el sujeto maquilador. Laura Echavarría

Una de las principales formas de manifestación de la globalización en México ha sido el notable incremento de la industria maquiladora. En este contexto, la investigación presenta (con base en un estudio de corte cualitativo realizado en la industria maquiladora textil en Irapuato, Guanajuato, durante el periodo 2004-2006 y desde una perspectiva teórica fundamentada en Foucault y en Butler) un análisis del sujeto que se está construyendo en la maquila, a partir de dos procesos: la subjetivación y la politicidad.
En este marco, se analiza la subjetivación del sujeto maquilador a través de la introyección del sometimiento del trabajador, planteando como pilares de este proceso: primero, la construcción del rol de trabajador maquilador que involucra reglas de conducta, modelos de sumisión que reducen al sujeto a subjetividades individualistas y sojuzgadas; segundo, el acceso diferenciado al consumo como signo
de adscripción socia
l en tanto el dinero (sueldos, bonos o porcentajes salariales de premio) posee una capacidad para diferenciar e identificar grupos sociales; tercero, en tanto economía libidinal que marca
al deseo siempre insatisfecho del sujeto como elemento que se desplaza hacia el salario, en tanto objeto de compensación que materializa temporal y parcialmente al ideal de plenitud del sujeto y en este

1 Las entrevistas están fundamentadas a nivel metodológico en J. P. Goetz. y M. D. Le-
Compte, Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa, Madrid, Morata, 1988; en
Taylor Bodgan, Introducción a los métodos cualitativos de investigación, Buenos Aires, Paidós,
1990, y en Peter Woods, La escuela por dentro. La etnografía en la investigación educativa, Bar-
celona, Paidós, 1987.

aspecto adquiere la forma de material sublime o mítico, y cuarto, en tanto sujeto de la interpelación afectiva. Asimismo, se presentan algunas investigaciones que narran procesos de resistencia y la incipiente emergencia de un sindicalismo independiente en este tipo de industrias, lo que permite sostener la posibilidad de emergencia de formas de trasgresión a las nuevas condiciones de explotación y sometimiento que acompañan a la globalización.
Fábrica global y panóptico fabril
De acuerdo con diversos teóricos,2 una de las principales consecuencias de la globalización sobre el mundo del trabajo se refiere a lo que se conoce como la nueva división internacional del trabajo producto de la intensa y generalizada internacionalización del proceso productivo.

Esto significa que las corporaciones ya no se concentran en los países centrales sino que se desplazan hacia los diversos países, produciéndose una organización del proceso de trabajo y producción en términos de subcontratación, terciarización de la economía, flexibilización laboral y precarización de las condiciones de trabajo.
En México, una de las formas en que esta fábrica global se ha venido desarrollando es a través del crecimiento de la subcontratación, vía el incremento de la industria maquiladora, la que ha sido uno de los ejes a través de los cuales la fábrica global se ha extendido en el país generando no sólo una extrema dependencia económica de la inversión extranjera sino también un determinado tipo de sujeto acorde a los
2 Octavio, Ianni, Teorías de la globalización, México, Siglo XXI, 1996; Leonel Corona Co-
rona, “Revolución científico-técnica”, en La educación superior ante los desafíos de la sustenta-
bilidad, v. 1, México, anuies, 1999; James Petras, “El imperio y los trabajadores: EU y América
Latina”, en Eseconomía, núm. 3, México, Instituto Politécnico Nacional, 2003; y Luis Arizmendi,
“La globalización como mito y simulacro histórico”, en Eseconomía, núm. 3, México, Instituto
Politécnico Nacional, 2003.
3 Hernández Laos y Aboites conceptúan a la flexibilidad laboral como la capacidad de res-
puesta del sistema laboral de una empresa ante una reestructuración de sus acervos de capital
y un cambio en las condiciones del mercado interno de trabajo. El punto central es la recom-
posición de la plantilla de trabajadores, con base en las condiciones del mercado laboral y en la
estrategia interna de cambio tecnológico y organizacional de las empresas.
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requerimientos de la nueva división internacional del trabajo. El crecimiento de este tipo de industrias puede verse en la siguiente tabla:
Tabla 1
Industria maquiladora de exportación, 1990-2000
Establecimientos fronterizos Personal
Año Electrónica Textil Autopartes Electrónica Textil Autopartes
1990 441 65 122 114 432 17 135 60 592
1995 420 59 118 159 006 24 371 83 585
2000 558 06 175 267 511 37 805 142 142
Establecimientos no fronterizos Personal
Año Electrónica Textil Autopartes Electrónica Textil Autopartes
1990 78 28 38 18 830 18 603 17 404
1995 90 06 48 29 676 62 130 26 274
2000 159 83 71 79 631 198 162 45 202
Fuente: J. Carrillo, y María E. de la O (2000: 301).


Si bien la fábrica global se ha instaurado rápidamente en el país, no por ello el espacio arquitectónico de la fábrica ha cambiado mucho. Es en la modernidad donde de acuerdo con Foucault4 se desarrolla una
arquitectura en tanto construcción de espacios destinados a la vigilancia, el control y la autorregulación de los sujetos, visible claramente en el panóptico de Jeremy Bentham, en las instituciones productivas
y que refiere a una nueva experiencia de subordinación del sujeto; es también la modernidad la que inaugura la separación radical de los locos, los enfermos y los transgresores en instituciones no productivas.
En este contexto, asumo al espacio arquitectónico como una construcción social que también refiere a un espacio en la constitución de sujetos, en tanto espacios materiales de subjetivación que involucran
la autosubordinación a los procesos de sometimiento. Esto puede ob-
4 Cfr. Michael Foucault, Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión, México, Siglo XXI,
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servarse en la entrada de Maquiladora Anónima S.A.,5 como podemos observar en la siguiente imagen:
Foto: Maquiladora Anónima S.A. Laura Echavarría.
La Iglesia es una de las instituciones ideológicas más fuertes en el estado de Guanajuato, de tradición panista y con una influencia notoriamente eclesiástica como puede observarse en el altar a la virgen de Guadalupe que se encuentra en la puerta de entrada de Maquiladora Anónima S.A.
Althusser argumenta que la dimensión fundamental de la ideología se sustenta en la práctica a través de rituales ideológicos. En Maquiladora Anónima, S.A. lo religioso involucra una dimensión espacial (el
altar) que se introduce en la subjetividad de los trabajadores, reificando símbolos emblemáticos que refieren a una religión compartida a
5 Maquiladora Anónima S.A. se dedica a la producción de prendas de vestir de mezclilla, la
mayor parte de su producción es para exportación y su principal cliente es Gap. La investigación
incluyó observación de procesos de trabajo (5 al 10 de julio de 2004, 22 al 26 de abril de 2005 y 9
al 11 de abril de 2006). Entrevistas semiestructuradas a jefe de personal, jefe de producción, se-
cretario general del Sindicato, ex supervisor y trabajadoras de la empresa Maquiladora Anónima,
S.A. Asimismo, entrevistas semiestructuradas al dueño de un taller pequeño y a un trabajador
independiente (5 al 10 de julio de 2004, 22 al 26 de abril de 2005 y 9 al 11 de abril de 2006), y
entrevista al gerente de Desarrollo de Recursos Humanos, quien trabajó en LG Electronics en el
2004 y ha sido consultor en esa área por casi 10 años (7 y 8 de agosto de 2006).
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nivel colectivo y que reviste un tejido extralingüístico de significados (la virgen, la imagen de Cristo).6
Es desde este umbral donde el sujeto maquilador ingresa a la fábrica y ya desde la puerta, marca su pertenencia religiosa y laboral a una colectividad de pares, subordinados por igual, tanto ideológica como económicamente.
Una vez dentro de los procesos laborales fordistas que signan a este tipo de industrias, la fábrica se despliega como campo discursivo, como red institucional que construye sistemas de significación y en
tanto espacio que refrenda sistemas de exclusión, reproduciendo sistemas jerárquicos incorporados (desde maestro-alumno a jefe-obrero) que invalidan a determinados tipos de trabajadores (en nuestro caso, a los trabajadores manuales), aunque su trabajo sea requisito indispen-sable para la producción fabril.
En suma y de acuerdo con Berger y Luckmann:7 “…Todo comportamiento institucionalizado involucra roles y éstos comparten así el carácter controlador de toda institución”. De esta manera, la cons-
trucción del rol trabajador, maquilador da cuenta no sólo de un tipo de trabajo sino también de los mecanismos de control subyacentes al mismo.
Por otro lado, esta construcción fabril es reforzada vía el panóptico de Benthan.8 En este aspecto, Foucault9 plantea “…desarróllase entonces toda una problemática: la de una arquitectura que ya no está
simplemente para ser vista o para vigilar el espacio exterior sino para

6 Sin embargo, una de las críticas que se le hacen a Althusser refieren a que la función que
juega la ideología en su obra es la de capacitar a los individuos (a través de la interpelación) para
los requisitos que establecen sus roles, lo que deja poco espacio a los procesos de des-identifica-
ción de los sujetos con los roles que los aparatos ideológicos del Estado les proponen. En el caso
de Maquiladora Anónima existen trabajadores que pertenecen a la religión cristiana y no a la
católica. Cfr. Slavoj Žižek, El sublime objeto de la ideología, México, Siglo XXI, 1998.
7 Peter Berger y Thomas Luckmann, La construcción social de la realidad, Buenos Aires,
Amorrortu, 1979, p. 98.
8 Roditi señala que el plan para el Panóptico de Bentham en 1791 es paradigmático en el
esquema tecnológico que vincula el conocimiento con el poder disciplinario; la metáfora del cre-
ciente control social, eficiente en su operación y flexible en sus aplicaciones. Cfr. Sonia Roditi,
“Revuelta de los consumidores: desmantelando el control”, en Revista Con Sentidos, núm. 11,
México, Colectivo Cultural De Nadie, 2005.
9 M. Foucault, op. cit., p. 177.
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permitir un control interior, articulado y detallado, para hacer visibles a quienes se encuentran adentro”.
Esto puede observarse en la disposición arquitectónica de la fábrica, diseñada en diversos espacios para vigilar: el diseño (con dos trabajadores que reciben los diseños vía computarizada desde Gap); el corte (con trabajadores situados alrededor de una mesa de trabajo de amplias dimensiones); la producción, con cuatro líneas de producción divididas en una serie de máquinas que cosen, pretinan y unen las
piezas; el control de calidad; el lavado; el planchado y el etiquetado de las prendas.
Se trata de una fábrica diseñada para vigilar a los trabajadores. Por ejemplo, la enfermería se encuentra en la oficina del gerente; entonces un trabajador enfermo será vigilado (que efectivamente se encuen-
tre enfermo) y controlado (tiempo en que corporalmente no puede trabajar). Así, el sujeto maquilador carece del derecho a enfermarse y si lo hace tendrá que pasar por el ritual de vigilancia y control de la
fábrica.
Asimismo, en la maquila podemos observar una institucionalización no sólo de la división social del trabajo sino también de una asignación diferenciada de conocimientos, de tal manera que el sujeto
maquilador se construye en la rutinización de la división social del trabajo y da cuenta de relaciones asimétricas en cuanto al conocimiento (80 por ciento de los trabajadores de esta fábrica sólo cuentan con
educación básica, 15 por ciento con nivel medio superior y funcionan como supervisores y sólo el cinco por ciento restante tuvo acceso a la educación superior y sus puestos son de gerentes o jefes de personal).
Estas relaciones asimétricas si bien tienen sus orígenes en la desigualdad social, son después refrendadas en las instituciones escolares y se reifican en la división del trabajo fabril.
Adicionalmente, en la globalización adquiere elementos que muestran huellas distintivas, en tanto conforman sujetos de la globalización, en nuestro caso, la fábrica global, con su consecuente división internacional del trabajo, desciende al país en el sujeto maquilador. Este sujeto permite dar cuenta del tipo de trabajador que se está formando en el país (obreros y técnicos) y encarna el tipo de control social y económico que se nos está demandando en esta forma de globalización, si bien también da cuenta de las maneras heterogéneas en que la globalización se manifiesta en las diversas realidades nacionales, por
ejemplo, en el caso que estudiamos no vimos el tránsito del fordismo al toyotismo que teóricamente está acompañando a la globalización.
Subjetivación y sujeto maquilador
Se entiende por subjetivación el proceso de auto subordinación al poder, la subordinación del sí mismo que tiene su génesis en la introyección simbólica del poder; al respecto nos dice Butler: “…como efecto
voluntario del sujeto, el sometimiento es una subordinación que el sujeto se provoca a sí mismo […] No se puede hacer ninguna transición conceptual entre el poder como algo externo al sujeto actuando
sobre él y el poder como algo constitutivo del sujeto, actuando por él”.10 Es decir, la subjetivación implica un proceso de interiorización de los dispositivos de poder; lo anterior es claramente visible en el
siguiente fragmento de la entrevista al secretario general del Sindicato de Maquiladora Anónima S.A.:
ea: ¿Y cómo funciona el sindicato?
sgs:11 O sea, este, pues, el sindicato es una agrupación que somos aquí todos los trabajadores, pero la agrupación pus, como yo representante de ellos, pus, o sea yo trato de que se respete lo que está dentro de las normas, dentro de la Ley Federal del Trabajo, sí, entonces, ésa es una de las funciones que tenemos, o sea, los representantes sindicales.
Como se puede advertir, el poder que generalmente se presenta como figura exterior, el control ejercido por los jefes y los supervisores, que imponen al sujeto el sometimiento, asume ahora una forma identitaria
10 Judith Butler, Mecanismos psíquicos del poder. Teorías sobre la sujeción, Madrid, Cátedra,
1997, p. 25.
11 sgs: Secretario General del Sindicato de Maquiladora Anónima S.A. (entrevista realizada
el 5 de julio de 2004).

constitutiva del sujeto:12 como yo representante de ellos, pus, o sea yo trato de que se respete lo que está dentro de las normas. Esto nos permite percibir que el poder no sólo actúa sobre el sujeto sino también dentro de él.
Así podemos ver una subordinación que el sujeto asume dentro de sí mismo y acordar con Butler13 respecto a que “el funcionamiento psíquico de la norma ofrece al poder regulador un camino más insi-
dioso que la coerción explícita, cuyo éxito permite su funcionamiento tácito dentro de lo social”. Esto alude a la interiorización de normas del poder regulador, su incorporación como algo propio, de esto se trata la subjetivación. Uno de los principales mecanismos para la operación de la subjetivación que encontramos en esta investigación refiere al acceso diferenciado a compensaciones salariales, como podemos ver en el siguiente fragmento:
ea: ¿Y tienen otro tipo de prestaciones?
sgs: Sí, pus o sea, tenemos por ejemplo, becas para los hijos de los trabajadores, tenemos una ayuda cuando es para gastos de defunción para familiares de primer grado, este, tenemos un bono que se nos da cada tres meses, tenemos, este…
ea: ¿Cómo es el bono?
sgs: O sea, se nos da de cuenta el equivalente a dos días y medio de salario tabulado, o sea de lo que tu ganas, o sea por ejemplo, este, cuandose da el premio, ahorita lo tenemos atorado porque andamos medios, pero más o menos se les da un promedio como 250 mínimo, es el mínimo pero
hay unos que se les da 900 de acuerdo al sueldo que están ganando, o sea se les dan dos días y medio de salario tabulado, lo que gana uno, sí, entonces este mínimo son 250 hasta 800 (eisgs).
De esta manera, el poder constituye al sujeto no como algo externo que se le impone, sino como acto de subjetivación, identificación, in-
12 Tanto Žižek como Butler plantean que esta internalización es siempre fallida ya que nunca
se logra plenamente; siempre hay un residuo, una mancha de irracionalidad traumática (Žižek) o
una resistencia inconsciente al mandato normalizador (Butler) que impide la constitución plena
del sujeto como sujeto sujetado.
13 J. Butler, op. cit., p. 32.
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ternalización, introyección del mandato presente en la interpelación que involucra su propio sometimiento. En este caso, el bono encarna manifestaciones del poder que dan cuenta de dos mecanismos: primero, la posibilidad de un mayor acceso al consumo como signo de adscripción social diferenciada, y segundo, la incorporación del deseo, con sus marcas simbólicas que nacen del mercado capitalista.14 En este sentido, como práctica hegemónica, la subjetivación implica coerción
pero también persuasión. Esta persuasión tiene uno de sus pilares en el deseo, al respecto, McLaren señala:
El capitalismo produce una dialéctica del deseo socialmente construida —una economía libidinal diversa— en la cual la fantasía es movilizada en el orden de buscar un sustituto para la carencia, es decir, para descubrir un objeto material, para sustituir un objeto mítico que nosotros percibimos en la realidad y el cual sentimos que necesitamos para completar nuestra subjetividad.15
Uno de los objetos míticos materiales para el sujeto maquilador, lo constituye esta remuneración en sueldos:
sgs: O sea, ésa es otra prestación que tenemos adicional también, ese 25 por ciento.
De esta forma, la figura dinero (bono, 25 por ciento) involucra no sólo al intercambio capitalista sino también el valor simbólico que el sujeto le asigna. En el capitalismo contemporáneo el consumo adquiere una relativa autonomía y las clases se diferencian, además de por su posición en las relaciones de producción y de propiedad, por el aspecto
14 De acuerdo con el psicoanálisis lacaniano, al reconocer la falta identitaria constitutiva,
podemos entender al proceso de identificación como inacabado por lo que éste se sitúa en in-
completud permanente, en falta constante porque también representa la incompletud del Gran
Otro lacaniano (el orden simbólico escindido).
15 Peter Mc Laren, “La experiencia del cuerpo posmoderno: la pedagogía crítica y las polí-
ticas de la corporeidad”, en Alicia de Alba (comp.), Posmodernidad y educación, México, cesu-
unam, 1995, p. 282

simbólico del consumo.16 Esta capacidad del dinero para diferenciar e identificar grupos es uno de los ámbitos donde se sustenta la globalización y se ha constituido como uno de sus pilares principales.
En este sentido, el dinero como valor simbólico produce identidades diferenciadas, como diría Žižek, un objeto sublime que posee algo más que él mismo:
No se trata del material empírico del que el dinero está hecho, sino del material sublime, el de esa otra consistencia indestructible e inmutable que persiste más allá de la corrupción del cuerpo físico, ese otro cuerpo del dinero que es como el cadáver de la víctima sadiana que soporta todos los tormentos y sobrevive con su belleza inmaculada. Esta corporalidad inmaterial del cuerpo dentro del cuerpo […] indestructible, exento de los efectos del desgaste por el uso, siempre está sustentado por la garantía de
alguna autoridad simbólica.17

En suma, en la compra del objeto-causa de deseo, lo que se adquiere es la ilusión imaginaria que produce comprar dicha mercancía, se generan imaginarios que requieren para su realización de productos de consumo y, de acuerdo con Néstor Braunstein,18 en la etapa actual el sujeto ya no es el amo ni el dueño de sí mismo sino que el amo es el pequeño objeto19 encarnado en el mercado, lo que produce una objetivación de los sujetos.
En este contexto, el consumo puede ser interpretado como un dispositivo que constituye identidades y las figuras para simbolizarlas.
McLaren20 introduce un importante aporte a la constitución de los
16 Bourdieu concibe al valor de uso simbólico como a los usos culturales de un producto e
identifica dos usos específicamente socioculturales de un producto: distinción e identificación.
17 S. Žižek,Žižek,, op. cit., p. 44.
18 Véase N. Braunstein, “Memoria subjetiva y construcción de la identidad”, en Jornadas.
Hermenéutica, sujeto y cambio social, México, Facultad de Filosofía y Letras-unam, 2009.
19 En el psicoanálisis lacaniano el pequeño objeto a, es definido como: “…el objeto a, el obje-
to causa de deseo, un objeto que, en cierto sentido, es puesto por el deseo mismo… él no existe,
ya que no es nada más que la encarnación, la materialización de esta distorsión, de este exceden-
te de confusión y perturbación introducido por el deseo en la denominada “realidad objetiva”
(S. Žižek, Mirando el sesgo, Buenos Aires, Paidós, 29).
20 P. McLaren, op. cit., p. 289.

sujetos en esta época: la llamada colonización postindustrial de la identidad que refiere a “…una reducción de los seres humanos para un estado dual de egos subjetivos privatizados y subyugados, objetos manipulables”.
Un último elemento en la construcción de esta subjetivación refiere al ámbito afectivo, ya Freud21 en su genealogía de la identificación, conceptúa a ésta como la más temprana exteriorización de una ligazón
afectiva con otra persona cuya prehistoria se encuentra en el complejo de Edipo. Por ello, la dimensión afectiva tiene dimensiones tanto conscientes como inconscientes, involucra lo racional y lo irracional y
pasa por una representación libidinal.22
En este sentido, Laclau plantea: “En primer lugar tenemos el momento de plenitud mítica que buscamos en vano: la restauración de la unidad madre/hijo o, en términos políticos, la sociedad completamente reconciliada. Luego tenemos la parcialización de las pulsiones: la pluralidad de objetos a que, en algún punto, encarnan la plenitud en última instancia inalcanzable”.23
El ámbito afectivo cobra una importante dimensión en la maquila, en tanto dota al sujeto de ideales de plenitud (imaginarios) que al ser alcanzados implican a nivel emocional gratitud y reconocimiento. Lo
anterior pudo verse en diversos testimonios del trabajo de campo y en particular es visible en el siguiente fragmento:
jp:24 Sí, por ejemplo, yo cuando entré aquí tenía 14 años, iba a cumplir 14 años. Este, con el permiso de los papás y todo, me dejaron trabajar, nos capacitaron, teníamos alrededor de, yo tengo aquí veintitantos años.
ea: ¿Y usted fue ascendienda?
21 Es en la Psicología de las masas y análisis del yo donde Freud va a plantear como figura central en la conformación de la identidad de los sujetos al Padre, aquel que ama a todos por igual y en este sentido existe una ligazón libidinosa sublimada, por ello la base de esta identificación es ese objeto amado, no deseado.
22 Freud conceptúa la libido como: “Libido es una expresión tomada de la doctrina de la
afectividad. Llamamos así a la energía, considerada como magnitud cuantitativa —aunque por
ahora no medible. De aquellas pulsiones que tiene que ver con todo lo que puede sintetizarse
como amor”. Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo, tomo iii, Madrid, Biblio-
teca Nueva, 1973, p. 86.
23 Ernesto Laclau, La razón populista, Buenos Aires, fce, 2005, p. 152.
24 jp.- Jefa de producción (entrevista realizada el 10 de abril de 2006).
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jp: Sí, me fueron capacitando, cursos, entré a cursos de ingeniería, con varios, ahí en Monterrey, a muchos cursos de capacitación. He andado hasta en México, Guadalajara, Querétaro, Estados Unidos.
ea: Ajá, ¿y en Estados Unidos?
jp: Pues lo mismo, de industria textil, con latinos, gringos, latinos, todo. La empresa nos ha capacitado bastante, y sí, pus sí nos ha apoyado a todos, a bastantes, supervisores, a la gente. Ha mandado gente para hacer otras cosas pero a veces se desaparecen porque el interés que tiene la
gente es muy poquito (eijp).
En esta trabajadora, la dimensión afectiva es clara, ha sido la empresa la que le ha proporcionado la posibilidad de ascenso social y en esta trama, la que le ha permitido el logro de su plenitud mítica, la dimensión que aquí representa el pequeño objeto se refiere a una historia personal que involucra tanto aspectos laborales (ascensos) como trayectorias académicas (niveles de escolaridad alcanzados). A lo largo del estudio de caso, demostró su imbricación afectiva con la maquiladora.
En este marco, es el afecto el que constituye la esencia misma de la investidura, en tanto se hace de un objeto la encarnación de la plenitud mítica que se representa en el pequeño objeto a, objeto que es
temporal e inestable, pues en la medida en que nuevas identificaciones modifican nuestras coordenadas de deseo, nos brindan nuevos objetos causa de deseo.
En este sentido, el proceso identificatorio de los sujetos y su constitución como tales supone la posibilidad de que el discurso que interpela pueda operar en el individuo como una especie de marco
estructurante de su deseo de desear. Por ello, se dice que este pequeño objeto es vacío, en la medida en que su llenado es temporal y contingente, sujeto al cambio de nuevas interpelaciones y de múltiples identificaciones.
Politicidad del sujeto maquilador
Es necesario señalar que la crítica más aceptada a Foucault refiere a su concepción del completo control del sujeto que emerge de las propiedades disciplinarias de poder, es decir, a su noción de sujeto como
sujeto sujetado y a la ausencia de cualquier atención a lo que podría disturbar la inserción sometida de los individuos en posiciones de sujeto construidas por estos discursos.
Quisiera destacar que en Foucault se encuentran desde 1963 sus primeras reflexiones sobre la transgresión, y además se planteaba desde el primer libro de su Historia de la sexualidad, la noción de resistencia. Así, señala: “Las resistencias también pues, están distribuidas de manera irregular: los puntos, los nudos, los focos de resistencia se hallan diseminados con más o menos densidad en el tiempo y en el
espacio, llevando a lo alto a veces grupos o individuos de manera definitiva, encendiendo algunos puntos del cuerpo, ciertos momentos de la vida, determinados tipos de comportamiento”.25
En esta trama, para Foucault, el dispositivo disciplinario forma sujetos, pero como consecuencia de esto, genera en su mismo discurso la disposición para subvertirlo, es decir, el control se vuelve contra sí
mismo y genera interpretaciones que se oponen a los propósitos que lo respaldan y lo reproducen.
En este marco, las resistencias operan al interior del campo del poder y éste al estructurar el campo de acción de los sujetos genera en su propia interioridad formas de resistencia que en la maquila van desde
resistencias pasivas (el tortuguismo) hasta resistencias perversas (la negociación con prostitución o con drogas).
Sin embargo, es Laclau en su obra Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo (1993), quien al recuperar la noción lacaniana de sujeto,26 introduce la noción de sujeto de la decisión, en tanto
la búsqueda de plenitud del sujeto se da en un orden simbólico imperfecto, incompleto, tendencialmente dislocado, fallido. Es esta falla lo que deja un margen para que el sujeto emerja y decida entre dos
o más alternativas. Es decir, es porque el sujeto está en falta, escindido,
25 Michael Foucault, Historia de la sexualidad, v. i., La voluntad de saber, México, Siglo XXI,
1977, p. 117.
26 Para Lacan, el sujeto se constituye a través de tres registros: lo real, lo simbólico y lo ima-
ginario. Son lo simbólico (ideal del yo) y lo imaginario (yo ideal) los que permiten los procesos
de identificación aunque esta identificación es siempre parcial en la medida en que para Lacan
el sujeto siempre está en falta y esta falta es llenada siempre de manera parcial e incompleta con el
pequeño objeto a, estudiado en el apartado anterior.

nunca completo, por lo que busca constantemente nuevas identificaciones.27
En este sentido, Laclau28 plantea al sujeto como “la distancia entre la indecidibilidad de la estructura y la decisión”. La noción de sujeto de la decisión está imbricada con la categoría dislocación, en tanto ésta
representa la falla estructural del orden simbólico y su incompletud constitutiva. La irrupción de lo Real (en Lacan) muestra lo fallido de la identidad, hace visible su dislocación, creando la necesidad de nue-
vas identificaciones con las que se intenta una vez más suturar la es- tructura. En nuestro caso, el cierre unilateral de las maquilas significa para los trabajadores la irrupción de lo Real, en tanto pierden un tra- bajo que consideraban estable. Esta irrupción de lo real puede generar nuevas identidades que van desde la creación de sindicatos hasta la aceptación de los despidos injustificados. Tal fue el caso de la mayoría
de los trabajadores de Maquiladora Anónima S.A., quienes frente a la declaración de quiebra por parte del dueño en 2007 deciden tomar las instalaciones para quedarse con la maquinaria e intentar formar una
cooperativa, mientras otros, aceptaron la mínima liquidación que el dueño les otorgó. De esta manera, es en este espacio entre la estructura fallida (el quiebre de la maquiladora) y la posibilidad de nuevas identi-
ficaciones (la cooperativa) desde donde puede pensarse al sujeto de la decisión. Sin embargo, el concepto de decisión no debe asociarse con un acto ni en el libre albedrío, ni exclusivamente racional y deliberado, sino con la elección de una entre dos o más alternativas, como acto parcialmente racional y pasional que se despliega en diversas redes
sociosimbólicas.
27 Cabe precisar que la noción de dislocación en Laclau se asocia con la temporalidad, la po-
sibilidad (indeterminada) y la libertad. Cfr. Ernesto Laclau, Nuevas reflexiones sobre la revolución
de nuestro tiempo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1994, p. 58 y ss. Lo anterior no debe asociarse
con la irrupción dramática, ni con la desaparición de un marco simbólico, sino con la desunión,
descolocamiento, consecuencia de una situación de falta que presupone la referencia estructural.
Una estructura es dislocada por la penetración de elementos que no formaban parte de ella, en
un proceso que como tal puede ser violento e inmediato o gradual, incluso imperceptible hasta
que se observa el cambio que produjo.
28 Ibid., p. 56.

En este contexto, podemos observar algunas decisiones de este cuerpo maquilador, entre las que destacan: la rotación29 y el sindicalismo.
El fenómeno de la rotación30 da cuenta de procesos de desidentificación parcial (con esa X maquiladora en la que hasta ayer trabajaban) de los sujetos y es condición de nuevas identificaciones (por ejemplo,
entre si trabajan en la maquiladora de enfrente, se van a otro sector o se vuelven migrantes). Lo anterior implica una noción de sujeto atravesado por una incompletud identitaria que requiere permanentemente de nuevos llenados.
Un segundo espacio de emergencia del sujeto maquilador puede verse en el incipiente movimiento sindical independiente de las maquiladoras ubicadas en Tehuacán, Puebla, documentado en el infor-
me: Tehuacán: del calzón de manta a los blue jeans donde Barrios y Santiago narran diversos movimientos sindicales,31 entre los que destacan los del Tarrant Apparel Group, Exportadora Gil-Martínez, Confecciones Rotterdam y Kuk Dong en Atlixco.
Todos estos movimientos presentan idénticas demandas: aumento de salarios, seguridad laboral, pago de prestaciones, alto a los despidos injustificados y al cierre unilateral de las plantas32 y todos ellos
usan formas de lucha semejantes: paros, plantones, etcétera, y desarrollan formas de resistencia que se producen en condiciones sumamente difíciles porque al ser la industria maquiladora una industria
golondrina, no sólo desestructura conquistas laborales añejas sino
29 Se entiende por rotación, la salida de la empresa después de un corto periodo de trabajo.
30 El fenómeno de la rotación está documentado en Jorge Carrillo y Juan Santibáñez, Rota-
ción de personal en las maquiladoras, México, El Colegio de la Frontera Norte, 2001; y en testi-
monios del trabajo de campo.
31 Martín Amaru Barrios Hernández y Rodrigo Santiago Hernández, Tehuacán: del calzón
de manta a los blue jeans, México, Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de
Tehuacán, A. C., 2004.
32 El cierre unilateral de las maquiladoras por parte de los empresarios corresponde a su
ubicación dentro de la fábrica global; de esta manera, si el mercado requiere de una menor pro-
ducción o los costos de producción son más bajos en otros países (el caso clásico de China), los em-
presarios maquiladores cierran sus plantas sin cumplir con los requisitos legales establecidos
(liquidación de los trabajadores). Estos casos están documentados en el trabajo de Martín Ama-
ru Barrios Hernández y Rodrigo Santiago Hernández, op. cit.

que golpea formas de solidaridad tradicional, lo que a la vez, genera otras formas de fraternidad sindical.
Surge así la posibilidad de que frente a lo Real, los sujetos de este estudio tengan su posibilidad de emergencia en el panorama dislocatorio y esta posibilidad emerge de la categoría dislocación postulada
por Laclau, quien plantea que hay una centralidad creciente de la categoría dislocación porque:
Toda identidad es dislocada en la medida en que depende de un exterior que, a la vez que la niega, es su condición de posibilidad. Pero esto mismo significa que los efectos de la dislocación habrán de ser contradictorios.
Si por un lado, ellos amenazan a las identidades, por el otro, están en la base de constitución de identidades nuevas. [Esto es así, señala Laclau, porque] el campo de las identidades sociales no es un campo de identidades plenas sino el de un fracaso, en última instancia, en la constitución
de estas últimas.33
En este marco, este sujeto que decide, le otorga a la decisión una dimensión que alude a la necesidad de una identificación de tipo nuevo (en nuestro caso, la posibilidad de un sindicalismo independiente)
pero y a la vez, las decisiones no se dan al margen del contexto que las origina (en nuestro caso, despidos injustificados, falta de pago de prestaciones, etcétera), por ello, estas decisiones son parcialmente libres,
en la medida en que involucran tanto prácticas sedimentadas (sociales, políticas o ideológicas) del sujeto como la libertad de decisión que inaugura el ámbito de la posibilidad y es este ámbito, el que cuestiona
la dimensión althusseriana de la inserción social del sujeto interpelado en tanto sujeto pasivo, receptáculo de los aparatos ideológicos del Estado.
Asimismo, la posibilidad de una nueva identificación que actúacomo momento de decisión frente al cual el sujeto se transforma a través de nuevas identificaciones, no necesariamente opera de manera
disruptiva, la decisión no necesariamente implica una trama dislocatoria sino que existen diversas posibilidades, por ejemplo, un entre-
33 E. Laclau, Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo, p. 55.

tejido de interpelaciones que modifican la red simbólica anterior del sujeto o un socavamiento previo de dicha red que llevan al sujeto a decidir su adscripción a una nueva red simbólica.
Este socavamiento previo de una red simbólica, desordena la inscripción del sujeto en esa red y da origen a una nueva identificación, como es el caso de un trabajador independiente de esta industria maquiladora, el cual aun y cuando tenía garantizado su empleo como cortador, decide irse de migrante a Estados Unidos, planteando:
eiti:34 Trabajé allá hace dos años de jardinero y me pagaban a 17 dólares la hora, en mi tiempo libre atendía una tienda tipo la Oxxo de aquí y me pagaban cinco dólares la hora. Aquí no hay futuro, ni porque Fox es de Guanajuato.
Para concluir, es evidente que la identidad se enmarca en ámbitos de enajenación tanto a nivel psíquico (estadio del espejo, cuerpo dócil) como económico (venta de la fuerza de trabajo), político (subordina-
ción a mecanismos de poder en todos los ámbitos) y social (sumisión a mandatos simbólicos y a sujetamientos ideológicos) pero no por ello el sujeto deja de ser un sujeto dislocado y por tanto constructor de su propia historia. Parafraseando a Žižek diríamos que: “yo no soy sólo
una encarnación de la ideología, soy también una persona compleja, hay una complejidad, no me pueden simplificar a la encarnación de la ideología.

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