SAN SALVADOR, 18 de octubre de 2008 (SIEP) A sus ochenta años, su mirada penetrante explora el horizonte de la lucha por el socialismo, causa a la que dedicó la mayor parte de su vida, dando la cara para desafiar a la dictadura militar, militante comunista de mente y de corazón. Estamos hablando de Alfredo Acosta Díaz. Escuchemos su palabra que es la memoria de la patria rebelde…
“A los 16 años en 1944 en mi pueblo Chalchuapa, era de la Juventud Romerista y asistí a una reunión en la que habló Virgilio Guerra en nombre de la Unión Nacional de Trabajadores, UNT, arengó abiertamente en contra de la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez, que había que tumbarlo, sus palabras se quedaron grabadas en mi mente, yo ya era rebelde por naturaleza, pero el mensaje me impactó profundamente, años después conocí y trabé amistad con él…”
“Nací en 1928 en Chalchuapa…y me incorpore a la Juventud Romerista, a los 16 años, fue una decisión nacida del entusiasmo juvenil, yo estaba aprendiendo carpintería en el taller que tenía mi papá, de nombre Víctor Manuel Acosta, había estudiado hasta tercer grado…eso fue un día después del levantamiento cívico-militar del 2 de abril, se convocó a un mitin en el parque de los partidarios del Dr. Romero, por su parte, los seguidores del general Martínez se habían acuartelado en el edificio de la Alcaldía, aglutinados en la Guardia Cívica, que era como la Juventud del partido Pro-Patria. Incluso le habían quitado los soportes a la plataforma del quiosco del parque y cuando la gente se subió se desplomó y hasta hubieron heridos…todo para evitar que nos concentráramos…pero nos mantuvimos firmes…”
“Entre los oradores esa tarde se encontraban los doctores Carlos Ganuza Moran padre, Moisés Castro y Morales, Jesús Góchez Castro, que vivían en Santa Ana que eran romeristas, dirigentes del Partido Unión Democrática. Castro y Morales, antiguo comunista, era muy buen orador y agitador…”
El local del PUD estaba en el antiguo Teatro Principal, que era donde se exhibieron las primeras películas mudas en el pueblo…Mi papá aunque no se metía en política me dejaba que yo si lo hiciera…hasta que pasó el golpe del 21 de octubre de 1944, entonces si trataba de detenerme…una vez fui al local del Sindicato de Sastres, era la primera vez que oía esa palabra, sindicato…la noche del golpe del coronel Osmín Aguirre y Salinas teníamos planeada realizar una Velada en el Teatro, íbamos a presentar una obra de teatro, de estudiantes universitarios que venían de Santa Ana…
Antes de la actividad, nos concentramos en el local del PUD, y escuchamos a varios oradores, yo estaba sentado en galería, y allí escuche de nuevo a Virgilio Guerra, hablaba fuerte, sin micrófono, lo presentaron como dirigente campesino de la UNT, fue una alocución muy buena, agitativa, que entusiasmaba, un voz vibrante, muchos años después me entere que Virgilio, el que oí en mi juventud era el mismo que conocía, militante del Partido…del Partido Comunista.
Luego del golpe del 21 de octubre de 1944…
Luego del golpe del 21 de octubre, todos mis compañeros se fueron para Guatemala y yo también aliste maletas pero mi papá me detuvo, me dijo: estas muy cipote…y yo estoy enfermo y vos me ayudas en el taller…Todos los que se fueron murieron en Ahuachapan en diciembre de ese año, el 12 de diciembre en El Espino cuando entraron para combatir a la dictadura militar…entre los jóvenes que murieron estaba el estudiante Ramiro García…eso fue terrible, nos afectó a todos estas muertes…y provocó que más gente se fuera para Guatemala, incluso comerciantes que se habían dado color apoyando al Dr. Romero…Y le dieron la presidencia al contrincante del Dr. Romero, al coronel Salvador Castaneda Castro.
Entonces si, me fui para Guatemala en 1945, nos entusiasmamos para irnos con un amigo, en esa época la vida se puso cara, no habían cereales, el mercado pasaba vacío, todo escaseaba, incluso el gobierno se vio en la necesidad de comprar azúcar peruana, era una azúcar oscura que a nadie le gustaba…Entonces nos fuimos para Guatemala con mi amigo Carlos Rodríguez, los dos éramos aprendices de carpintería…ya ante se había ido Rodolfo González, que fue el Presidente del Comité Juvenil Romerista de Chalchuapa, era el más destacado, demócrata convencido, hijo de hojalatero que fue el que nos recibió en Guatemala y nos consiguió allá donde quedarnos…
Nos fuimos para Guatemala, aventurando, caminando, atravesamos la frontera Jerez, llegamos a Mita, y nos quedamos adormir donde un médico salvadoreño que había quedado ciego de la golpiza que le dieron el 21 de octubre, no me acuerdo de su nombre, al llegar a Guatemala buscamos a Rodolfo y este nos contacto con amigos hojalateros, nos dedicamos a cortar latas, y nos ayudaban con la comida, y dormíamos en el suelo de la estación de ferrocarriles, suerte que era mediados de año y no hacía mucho frío…Después conseguí trabajo en un taller de carpintería, como aprendiz, me pagaban 50 centavos al día, y la señora dueña me daba la comida…un día de esos se presenta mi papá al taller, me había ido a buscar, y me regreso con él…
Unos años después de haber regresado al pueblo, me capturan, me reclutan para el cuartel, la famosa “platada” la hago en san Miguel…años 47-48, fue una experiencia muy significativa, el trato me pareció brutal, denigrante, “de la patada”…
Al regresar al pueblo, como no había trabajo y mi papá tuvo que cerrar la carpintería, salíamos juntos a los pueblos vecinos a buscar trabajo, incluso llegábamos hasta Metapan. Y fue en ese pueblo donde me enamore y conocí a mi esposa, que después me traje para Chalchuapa. Corrían los años 50-51 y estaba levantándose un movimiento de apoyo ala candidatura del cafetalero Roberto Edmundo Canessa, tenía bastante fuerza en Chalchuapa, y fue por el primer partido en que me organice, era la directiva municipal, se llamaba PAN, por el que fui a votar, se votaba con la Guardia Nacional a la par, me acuerdo que incluso un conocido prudista tenía la urna entre las piernas y allí había que votar…era un ambiente coercitivo, de fraude…
En el 59 la Revolución Cubana nos impactó, como muchos oía Radio Habana Cuba, “territorio libre de las Américas.” Y así me iba educando políticamente. También estudie Teneduría de Libros, me gradué ese año 59. Y me tuve que ir a Santa Ana para sacar unas materias que no daban en Chalchuapa. Y ya en Santa Ana vuelvo a ver a los doctores Moisés castro y Morales y Ángel Gochez Castro, esta vez en las filas del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM.
En enero de 1960 ingreso al PCS
Y en Santa Ana vivía un hermano, Humberto Negro, también carpintero, que fue quien me recluto para el Partido Comunista…ingrese, me juramentaron el 7 de enero de 1960. El me enseñó a trabajar en el oficio y me llevaba a repartir propaganda del PRAM, me iba preparando, íbamos a hacer pegas de propaganda hasta Ahuachapan…bueno, empecé a militar en una célula del PCS en la ciudad de Santa Ana. El responsable era mi hermano, y estaba Víctor Gregorio Rivera, que trabajaba en ese entonces en una fábrica de ladrillos, Eduardo Camporreales, que era talabartero, Pedro Yan, empleado de la bodega de un beneficio, de baja estatura y muy bueno…a veces atendía la célula Raúl Padilla Vela, llegaba a dar pláticas y a organizar caminatas.
En diciembre de 1962, fui seleccionado por la dirección del Partido para asistir alas celebraciones del 4to. Aniversario de la Revolución Cubana. Encabezaba la delegación que incluía a Guadalupe Carpio, a Dimas Alas, a Lety Castro, a Clarita Lechuga, ya Patricio, un sindicalista que vivía en Ciudad Delgado. Éramos siete, se me queda uno…estuvimos allá, en las celebraciones, me acuerdo que en las gradas del monumento a José Martí conocí a Roque Dalton, claro, usaba pseudónimo y hasta después supe que era él. No nos imaginábamos que al regresar íbamos a tener problemas. En México no nos dejaron abordar el avión para San Salvador por órdenes expresas del coronel Julio Rivera, el presidente salvadoreño. Y tuvimos que regresarnos a La Habana…nos mandaron a cortar caña en Santiago, mientras resolvían nuestra situación. Así pasamos tres semanas, hasta que después de darle la vuelta al mundo…Europa, Sur América, pudimos entrar por Honduras, entramos separados, y logre llegar a Santa Ana sin dificultades…
Ese año 63 me mandaron a estudiar a la URSS. A la Escuela de Cuadros del PCUS. Íbamos siete, Rafael Aguiñada Carranza, Tirso Canales, Chiquitín García, Miguel Ángel Cea, y un profesor…después se incorporó el Dr. Antonio Díaz. A mediados del 64 llegó la noticia que a Aguiñada lo habían electo suplente de CP y a Díaz en el Comité Central en el V Congreso del PCS. Cea comentó sobre estos acuerdos que “es por eso que me mandaron para acá, para sacarme del camino…”
En el 65 regresamos de la URSS, regresó a trabajar a Santa Ana. Me envían al Comité Departamental. El trabajo abierto lo realizábamos por medio del PAR, llevamos en Usulutan de candidato a Alcalde a Farid Handal, y en Santa Ana…no me acuerdo. Pero si que teníamos poca audiencia, nadie nos oía, había poca recepción a nuestro mensaje…En realidad lo que levantó al PAR fue la candidatura para la Presidencia del Dr. Fabio Castillo, fue una campaña muy buena, “cinco problemas y cinco soluciones” se incorporaron los estudiantes universitarios y la campaña fue una jornada de educación política masiva…personalmente me conseguí un aparato para exhibir diapositivas y con este aparato visitábamos las comunidades y logramos impactar y crecer, antes no se crecía, y de estas campaña surgieron decenas de nuevos cuadros…peor luego nos cancelaron el partido y quedamos por un tiempo sin instrumento legal para acercarnos a las masas…
En 1969 el Partido decidí trasladarme a San Salvador. En 1970 en el VI Congreso del PCS soy electo para integrar el Comité Central. En ese congreso se presentó el problema que nadie quería asumir la secretaría general dejada por Saúl. Al final se llegó aun arreglo que un secretariado asumiera la secretaría general. Quedamos Schafik, Rafael Aguiñada y mi persona en el secretariado. Pero también me integre a la Comisión Nacional de Organización, que dirigía Rafael Aguiñada.
Voz Popular No. 60 de diciembre de 1975,
Alfredo Acosta ( junto a Guillermo Ungo)
representando al UDN.
Como CNO visitábamos a las bases en los departamentos, impartíamos cursos de marxismo, el PCS era muy reducido y nuestro trabajo se enfilaba a ampliar nuestra presencia orgánica entre la clase obrera de las ciudades y del campo. Víctor Gregorio Rivera se encargaba del trabajo entre los campesinos.
En un pleno del Comité central, ese mismo año 1970, se acuerda que Raúl Castellanos Figueroa fuera a una reunión internacional a Moscú a representar a nuestro partido… fue cuando murió allá, y entonces trajeron sus restos y el partido después de muchos años de clandestinidad salió a flote, públicamente, en el ataúd pusimos la bandera roja con la hoz y el martillo, símbolo de nuestro Partido, y lo velamos en varios lugares, en la UES, en la FUSS y en la Funeraria. Mucha gente que había trabajado con nosotros en el PRAM, en el PAR se acercaron para expresar su pésame y saludar a los comunistas que perdía a uno de su cuadros más destacados. estuvieron para el velorio y para el entierro…salimos a la luz pública por primera vez desde la masacre de 1932. El Partido estaba vivo, no habían podido destruirlo…fue un momento impactante para el movimiento popular y revolucionario.
En el 72 fue la campaña de José Napoleón Duarte para la presidencia, en una amplia alianza que hicimos con el PDC y el MNR, que llamamos Unión Nacional Opositora, la UNO. Participe como candidato a diputado por Santa Ana. Dagoberto Gutiérrez era el suplente. Ya Dagoberto para esa época era muy apreciado y no lo llevamos de candidato a Alcalde en Chalchuapa, por que no alcanzaba la edad requerida. Hice ese periodo 72-74 y también el siguiente, 74-76, pero entonces cambiamos con Dagoberto y yo fui el suplente y él el diputado propietario.
Alfredo Díaz denuncia en Voz Popular
No. 85 de octubre de 1976 el asalto
contra el local del UDN en Ciudad
Delgado.
En 1976 fui electo secretario general del partido Unión Democrática Nacionalista, que era el instrumento legal que utilizábamos los comunistas para participar en la lucha electoral. El primer secretario general del “nuevo” UDN fue Carlos Rivera, también originario de Chalchuapa, aunque vivía en Santa Tecla. Y lo mataron en 1970. Después estuvo Mario Inclan. Yo fui el tercer secretario general.
Después del asesinato de Rafael Aguiñada en septiembre de 1975, asumo la conducción de la Comisión de Organización. En 1979 por decisión partidaria, no asisto al VII Congreso del Partido, junto con Raúl Vargas nos quedamos al frente del partido mientras este sesionaba…ambos fuimos ratificados como miembros del Comité Central. En mi caso también de la CP y secretariado… ( continuara)