«Tuve una excelente reunión con Nayib Bukele. Hablamos sobre promover la inversión extranjera en El Salvador»: secretario de Estado adjunto Brian Nichols
Ahora te doy, pero no te dolerá. Ahora te toca a ti…como acto de payasos que aparentan pelear, así es como podríamos resumir la relación de Bukele con el imperio norteamericano. Venimos atestiguando, en las ultimas semanas, lo que algunos han dado en llamar una “flexibilización del gobierno estadounidense” hacia el gobierno de Bukele en El Salvador. Vale la pena, para no dejarnos engañar tener en cuanta algunos elementos importantes.
Bukele desde sus comienzos demostró la lealtad a los yankis
Pareciera que Bukele tiene mas afinidad con los republicanos que con los demócratas en USA. Pero más bien, tiene más afinidad con quienes representan la derecha más extrema de aquel país. Basta recordar que recién electo presidente fue a la Heritage Foundation, sede de una de las organizaciones más conservadoras de Estados Unidos, donde pronunció un discurso en el que omitió cuestionar la política antinmigrante de Donald Trump (presidente de USA por aquel entonces) porque la solución ‘no es meterte en una pelea con tu aliado más grande’. Cuando los demócratas asumieron el poder, Bukele quiso toma distancia del gobierno estadounidense e incluso ha lanzado diatribas que parecen retar al imperio estadounidense, mientras personeros de aquel gobierno hacían primero criticas disimuladas y luego abiertas y confrontativas hacia las diferentes decisiones de Bukele en El Salvador. Todo en su juego de cachetadas de payaso, porque ni antes ni hoy, el país norteamericano ha dejado de “respaldar” con diferentes tipos de “ayuda” a Bukele y los suyos. Por ejemplo, el 27 de mayo de 2020 se divulgo un informe del Departamento de Estado norteamericano que reconocía al gobierno de El Salvador como garante de los derechos humanos. Según el análisis de la administración Trump de aquel entonces, El Salvador había cumplido nueve criterios que el Congreso definió como requisitos para que, junto a Guatemala y a Honduras, pudieran recibir $540 millones en asistencia.
Continúa la política Pro Yankis.
Mas recientemente, han ocurrido 4 fenómenos que confirman lo que estamos afirmando:
- Se derogo una ley que permitía encarcelar a periodistas o cualquiera que “transmitiera mensajes de pandillas”. La mencionada ley se aprobó en su momento como una ley mordaza que buscaba impedir el libre ejercicio del periodismo que le resultara incomodo al régimen salvadoreño.
- Bukele el día de la presentación de su solicitud de inscripción como candidato a la reelección dijo que Estados Unidos y El Salvador son amigos y socios, suavizando su discurso incendiario contra el gobierno Biden.
- Brian Nichols, subsecretario de Estados de Estados Unidos para el hemisferio occidental visito El Salvador y se reunión con Bukele. En su visita dijo que “el tema de la reelección es algo que amerita debate” pero que es el pueblo salvadoreño el que debe debatir y decidir si permite la reelección o no. Esto contrasta con las duras criticas que abiertamente hacia el gobierno norteamericano hacia las intenciones de Bukele de perpetuarse en el poder.
- La visita de la subsecretaria de comercio internacional del gobierno Biden, Mariza Lago, visito El Salvador y se anunció la intención de convertir a El Salvador en un hub tecnológico lo cual implicaría “inversión” estadounidense en el país convirtiéndolo en un “centro tecnológico regional” con un “entorno regulatorio digital sólido”.
El imperialismo al rescate de su enclave en Centroamérica.
Todo esto tiene detrás intenciones tanto de Bukele como de la de administración Biden.
Bukele ha fracasado con su experimento Bitcoin, de donde pretendía obtener financiamiento que lo hiciera menos dependiente de Estados Unidos. La relación con China tampoco ha traído los réditos económicos que se esperaban. El endeudamiento salvadoreño no hace mas que crecer y crecer y las opciones de financiación para el gobierno salvadoreño son muy limitadas y se habla nuevamente de considerar el acuerdo con el FMI hasta por $1,300 millones, con los respectivos “ajustes” que el Fondo le exige al gobierno que solo vendrían a precarizar más las condiciones de la clase trabajadora.
Por su parte, el gobierno estadounidense ve en Bukele la válvula de escape a la presión social que podría generar desequilibrio en Centroamérica. Pero también Washington mira a El Salvador de Bukele como una pieza de su agenda regional por dos razones: inmigración y en la construcción de un muro digital contra la influencia de China y Rusia. Por eso no es de extrañarse que recientemente se haya comenzado a cobrar un impuesto aeroportuario en concepto de tarifa por mejoras aeroportuarias a personas procedentes de 56 países de África que suma $1113.00 solo por hacer transito en el aeropuerto. Esto como un esfuerzo para frenar la migración. Todos sabemos que la ultima parada de estos migrantes no es El Salvador sino los Estados Unidos y el gobierno Bukele sirve como sabueso contra los migrantes africanos.
Por lo tanto, visto esta, que no son enemigas las administraciones Bukele-Biden, independientemente de su mayor o menor agrado, ambas buscaran alianzas que le permitan al capitalismo seguir explotando a las personas trabajadoras ya sea en El Salvador o en Estados Unidos.
La clase trabajadora debe seguir haciendo la experiencia y descubriendo que Bukele no es su aliado y que los Estados Unidos no vendrán a eliminar a Bukele. Se tiene que confiar en la capacidad de organización y movilización de la clase pues solo su fuerza la podrá liberar del yugo de sus opresores y para esto se necesita apostar no a las elecciones, sino a la construcción del instrumento político de la clase trabajadora y los pueblos de Cuzcatan, cuya meta no sea ganar elecciones sino organizar a la clase y al pueblo, y liderar sus luchas hasta el derrocamiento del capitalismo infame.
¡¡¡Por la Construcción del Instrumento político de la Clase Trabajadora Salvadoreña y de los Pueblos!!!
San Salvador, 24 de noviembre de 2023