Modernidad y hegemonía en Gramsci

MODERNIDAD Y HEGEMONÍA EN GRAMSCI*
Benedetto Fontana**

EN LOS NOVENTA, sucedieron dos importantes eventos: el aburguesamiento del mundo1 en términos de la expansión del mercado capitalista, lo que suele llamarse la globalización, y en segundo lugar la fragmentación y desintegración de varias unidades políticas y culturales en sus partes constituyentes.

Junto a estos cambios políticos y económicos surgieron en el mundo intelectual y cultural, en especial en el ámbito académico, terrenos de búsqueda y discursos que son medios para encontrarse en el mundo de la posguerra fría, al mismo tiempo que efectos y expresiones de estas tendencias mundiales.

Tanto en el terreno cultural como en el discurso académico, las formas prevalecientes de intercambio intelectual parecen ser paralelas a las tendencias políticas y económicas que ocurren en el mundo.

Esto sucede bajo diversos ropajes, pero comparten la actitud subyacente de un método común, lo que Gramsci quizá llamaría una concepción del mundo: postmodernismo, deconstrucción, multiculturalismo, política de la identidad, las preocupaciones sobre la transición a la democracia (en el discurso académico y político) mercado libre y globalización, lo popular y también el uso expandido del término de sociedad civil en el discurso político, económico y cultural, la nación y la etnicidad, las escuelas y movimientos de pensamiento e ideologías feministas, el aparente resurgimiento de la religión en el pensamiento y la acción.

Estos no son más que pocos de los desarrollos filosóficos e intelectuales escogidos al azar, que describen en parte la cultura y la política contemporáneas2: fragmentación del mundo, fragmentación de la cultura y la academia, el “fin de la ideología” quizá, pero sólo a través de la proliferación de ideologías estrechas exclusivistas.
Quisiera echar aquí un vistazo a lo que me parece una tendencia particularmente importante en el pensamiento y la cultura modernos, aquella que plantea la “verdad” como un valor construido social e históricamente y cuyo significado está en constante movimiento.

La hegemonía de Gramsci, el concepto que es considerado como su contribución más importante para varias áreas de cultura y pensamiento, se asocia generalmente con la noción de que la verdad y el valor no tienen “fundamento”, que la historiación y contextuación propias del pensamiento moderno convirtieron el concepto de valor en algo sin valor y redujeron la verdad a una categoría vacía, en la cual fluirían las creencias y los prejuicios de toda fuerza política o social que surge en cualquier punto del tiempo y del espacio.

En la nota “Relación entre ciencia, religión y sentido común”, Gramsci dice:
“La filosofía de hecho no existe. Existen varias filosofías o concepciones del mundo y uno escoge una entre todas ellas. ¿Cómo se escoge? ¿Es algo meramente intelectual o es algo más complejo? ¿Y no sucede a menudo que hay contradicción entre la elección intelectual de uno y el modo de conducta propio? ¿Cuál sería la verdadera concepción del mundo: aquella afirmada lógicamente como elección intelectual o aquella que emerge de la actividad real de cada uno, que es implícita en su modo de actuar? Y puesto que toda acción es política, ¿no se podría decir que la filosofía real de cada uno está contenida en su totalidad en su acción política?.”3
Esta cita resume y contiene los temas y las ideas fundamentales (teóricas y prácticas) que Gramsci formula y desarrolla. En primer lugar, Gramsci da por sentada una multiplicidad de filosofías en conflicto entre sí que es una relación no especificada, pero variada con la actividad práctica (lo que él en otra parte llama la “realidad efectiva“).4
Para Gramsci, las filosofías no existen simplemente o no solamente como sistemas formales de pensamiento. Lo indica así cuando iguala filosofía con concepción del mundo. Un académico en un seminario puede profesar una posición filosófica particular o una crítica de una filosofía dada, pero ¿cómo se expresa una concepción del mundo, en qué contexto o foro? Por ello, para Gramsci la filosofía expresa un modo de pensar, así como un modo de vivir y de actuar: una filosofía y una concepción del mundo más o menos articuladas, más o menos conscientes en la medida que es comprometida en un conflicto y una oposición.
En Gramsci, conocimiento y pensamiento no son puras cuestiones epistemológicas y metafísicas. La relación entre el conocimiento, el mundo y la verdad está conectada al problema que atañe al vínculo entre acción y conciencia humanas. Así, recuerda la famosa formulación de Vico: verum et factum convertuntur, que pone lo que es verdad y lo que es real dentro de la esfera de la praxis humana. “El criterio de la verdad es haberla hecho“, dice Vico. 5 Como tal, la verdad emerge simultáneamente con y en el interior del mundo hecho por el hombre, y es así siempre sujeto de los cambios socioculturales y sociopolíticos correspondientes a la competencia y al conflicto entre varios grupos de la sociedad.
En segundo lugar, la relación entre pensamiento y acción o entre múltiples filosofías y realidades es siempre compleja y contradictoria. Gramsci no es el primero que ve la contradicción entre lo que de Sanctis llama (en su obra sobre Maquiavelo y el Renacimiento) “la palabra” y el “hecho“. 6 Todos los revolucionarios vieron una contradicción entre pensamiento y acción, filosofía y práctica. Mientras los reformadores premodernos lanzan una crítica moral y religiosa de su tiempo, los críticos poshobbesianos reconocen generalmente los vínculos sistémicos y estructurales que llevaron al divorcio del pensamiento y la acción dentro de un orden establecido.
Por otra parte, algunos ven este divorcio o contradicción como el elemento histórico característico o “natural” que define todo orden sociohistórico, o sea que la sociedad como sistema de relaciones de poder trae consigo vínculos sistémicos y estructurales al interior de los cuales es difícil reconciliar filosofía y acción.
Es precisamente el modo de usar y entender “vínculos sistémicos y estructurales” lo que distinguirá a un revolucionario como Gramsci de un conservador como Benedetto Croce. Puesto que estos vínculos son histórica y socialmente necesarios, ya que el poder está siempre implícito en la vida social, política y económica, la contradicción entre pensamiento y práctica es inevitable, puesto que estructuralmente está determinada. Por ello, en vez de intentar una imposible reconciliación ente las dos, se debe aceptar el divorcio y además promoverlo y preservarlo.
En el primer caso, la verdad se entiende como la unidad de pensamiento y práctica, como la superación de la contradicción entre palabra y hecho, y en el segundo caso tal superación es vista como la corrupción y contaminación de la filosofía y del pensamiento. En un caso, la verdad es vista como el resultado de la acción de la integridad soberana del pensamiento y la filosofía; aquí es planteada como autónoma e independiente de las fuerzas sociales y políticas. En el otro, el planteamiento de tal autonomía oculta una perspectiva sociopolítica particular y es vista como el resultado de fuerzas sociales e históricas particulares.
Esto nos lleva al tercer punto, el más importante: “Toda acción es política”, así como “la filosofía está contenida como totalidad en la acción política.” 7 Como dice más adelante Gramsci, “la filosofía no puede ser separada de la política“, lo cual quiere decir que “la elección y la crítica de una concepción del mundo es también un asunto político.” 8
El meollo del pensamiento gramsciano se enfoca precisamente en esta ecuación de filosofía y política, pensamiento y poder, verdad y acción. Por ello, la hegemonía describe los modos y medios por los cuales la filosofía deviene política, es decir, el proceso por el cual una concepción del mundo deviene en vida y costumbre de la gente. Tal movimiento o paso de la filosofía a la política, cuando se realiza, significa para Gramsci la formación y construcción de lo que él llama un “Estado grande“.
A su vez, el Estado en Gramsci no es mero aparato o control burocrático y administrativo para regular y limitar la vida social. El Estado es también ético-político, o sea, el Estado es un todo “integral” que abarca y refleja a la vez la cultura y el pensamiento de un pueblo dado. Como tal, abarca la cultura y la violencia, el ethos y el kratos, la filosofía y el poder, la hegemonía y la dictadura, la sociedad civil y la sociedad política.
Hay que notar que dentro de esta formulación, cultura y filosofía no se expresan ni son encarnadas en el momento o aspecto burocrático, sino más bien se realizan en las esferas de la sociedad civil y de la hegemonía. Al mismo tiempo, si la filosofía se transforma en política y así deviene realidad y Estado, ello puede ocurrir porque la política devino filosofía, o sea, poder, fuerza y voluntad se movieron de lo particular a lo universal. Un grupo social deviene dirigente y hegemónico cuando transforma sus intereses particulares y económico-corporativos en intereses generales del orden social. 9
En efecto, la construcción de una concepción hegemónica del mundo —dispersa y diseminada a través de la sociedad— tiene lugar en dos niveles: en el político, del poder que se define por la supremacía y preeminencia de un grupo social o un orden social, y en el moral-intelectual, donde las categorías de pensamiento, sistemas de valores, se aceptan generalmente como los criterios epistemológicos y metodológicos de determinación de la verdad y del valor como tales.
Tal determinación contiene elementos políticos y filosóficos: dentro de todo orden sociopolítico, en un periodo histórico dado, los criterios de verdad y valor corresponden más o menos a la realidad efectiva y al poder político y económico de este orden y sus grupos dirigentes. Véanse, si no, los escritos político-filosóficos de Cicerón y su relación con lo que él llama bony, o sea, el bien —en tanto valor moral y filosófico— es expresado como la relación social y política del poder de la oligarquía romana.
Igualmente, los ideales éticos y políticos enunciados por los revolucionarios americanos del siglo XVIII se entienden inherentes a la estructura política y social. Así, la expansión del poder de un grupo social dado o Estado ocurre simultáneamente a la realización histórica de los valores de la verdad dados por la filosofía.
En la nota “Lengua, lenguas y sentido común“, Gramsci dice que la “filosofía es una concepción del mundo y que la actividad filosófica no debe de ser concebida sólo como la elaboración “individual” de conceptos coherentes y sistemáticos, sino también y sobre todo como lucha cultural para transformar la mentalidad popular y difundir las innovaciones filosóficas que demuestran, por sí mismas, ser históricamente verdaderas en la medida que devienen concretas o sea histórica y socialmente universales.” 10
El giro radical de Gramsci es maquiavélico y hobbesiano: la actividad filosófica, a pesar de Platón y Croce, no es sólo búsqueda de verdad, sino que es ante todo y sobre todo una “lucha” y una batalla, cuyo fin es determinar lo que es “históricamente verdadero“, es decir, lo que devino “sentido común” de la gente.
Esta formulación subvierte las nociones tradicionales y aceptadas de la filosofía, la cultura y el pensamiento, reemplazándolas con nociones agonística y política de valor y verdad (en la concepción griega clásica). Platón naturalmente, a pesar de su insistencia en que la filosofía era soberana y por tanto capaz por sí misma de generar verdad y aprehender el mundo de la apariencia y el de la realidad inteligible, ubicaba la filosofía y la vida del espíritu dentro del contexto de la polis, un Estado renovado y reformado, pero un Estado.
Para Platón, había conexión íntima entre filosofía y política aun si la política tiene un lugar de segunda y es el puro instrumento de la filosofía. Por otra parte, se halla la versión de Gramsci acerca de que la filosofía es ininteligible para la concepción “moderna” o académica, donde es precisamente una “disciplina” independiente de la vida social y de los problemas políticos.
Obviamente, Gramsci no es el primero que cuestiona, de este modo, la apropiación de la verdad —y los medios hacia la verdad— por parte de la filosofía. Marx mismo criticó la razón hegeliana: poniendo firmemente el pie de Hegel en el terreno de la actividad socioeconómica, reveló la conexión entre pensamiento e interés material.

La “lucha cultural” entre Platón y los sofistas ejemplificada por la controversia sobre la supremacía relativa de la filosofía o de la retórica puede ser vista como una prefiguración de las antinomias Marx/Hegel y Gramsci/Croce.
La lucha entre filosofía y retórica era sobre el método por el que la verdad podía aceptarse, así como sobre las condiciones y el contexto dentro de los cuales el método podía ser aceptado como válido. Por una parte, están quienes ven la independencia del pensamiento y de la filosofía de modo que el método por el que se determina la verdad es autónomo y distinto de los vínculos sociales y políticos, y por otra parte se hallan quienes creen que el pensamiento y sus procedimientos internos son contingentes a circunstancias históricas y sociopolíticas muy particulares.

En sus conclusiones Nietzsche lleva a cabo el ataque a la independencia de la filosofía; el filósofo alemán subvierte no solamente la noción de objetividad —como los hegelianos, los liberales y los marxistas—, sino también mina la creencia en el sujeto y la subjetividad.

Nietzsche inicia el Más allá del Bien y del Mal —donde plantea un conflicto irreconciliable entre la moralidad del maestro y la del esclavo— con la cuestión deliberadamente provocadora: “Suponiendo que la verdad fuera una mujer, ¿entonces qué?” 11 La verdad no es sólo resultado de apariencia e ilusión (lo que para Platón es error), sino que es algo por lo que se debe luchar y se debe conquistar; debe ser dominada de la misma manera que la fortuna de Maquiavelo. 12

Estas imágenes —que evocan un mundo de inestabilidad, inseguridad y violencia, donde la apariencia y la realidad fluyen constantemente— sugieren que lo elusivo de un mundo ubicado en el tiempo y el espacio, y el mero énfasis en el poder y la dominación, implica falta de fundamento y orden social, político o psicológico.

En todo caso, donde Gramsci salva una versión de verdad usando la noción de intersubjetividad para arribar a lo que es “históricamente verdadero“, Nietzsche no permite semejante movimiento porque para él la estabilidad y continuidad del sujeto está bajo sospecha. En Gramsci, la “objetividad” es sospechosa porque consiste en el resultado de una batalla o lucha de estructura de poderes desiguales. Así, se puede hablar sólo de lo que es “humanamente objetivo” donde esto corresponde a lo “históricamente subjetivo.” 13

Humanamente objetivo puede significar únicamente intersubjetivo, ya que aquello presupone la existencia previa de un orden social y político particular, 14 exactamente como en Aristóteles e Isócrates el logos presupone la existencia previa de la polis. Sin embargo, en Nietzsche la subjetividad misma también es producto de un conflicto o batalla entre cantidades opuestas de poder, en este caso los deseos sub o prerracionales, apetitos y voluntades que para él existen bajo el nivel de la conciencia humana.

Si en Gramsci la sociedad y su trayectoria histórica se determinan por el conflicto entre grupos opuestos y visiones del mundo antagónicas tales que la sociedad es definida por la hegemonía prevaleciente y el bloque histórico, en Nietzsche el sujeto y su “genealogía” se definen también por la supremacía de un deseo hegemónico o instinto tal que la subjetividad comprende un bloque histórico de deseos y emociones agresivos.
En Nietzsche, la “voluntad” —que siempre es voluntad de poder— 15 no es nunca estable y reducible a unidad indivisible; tampoco es controlada o controlable por fuerza exterior alguna (menos aún por la razón y el conocimiento). En Gramsci, sin embargo, una voluntad que aspira a gobernar —es decir, la transformación del puro deseo e instinto en voluntad política y actividad hegemónica— requiere conciencia y conocimiento tales que la voluntad sea siempre una voluntad racional, 16 puesto que la razón siempre media a la voluntad y la voluntad no es jamás “pura” voluntad. Pero en ambos casos, lo que es verdad y realidad, para la filosofía deviene error y apariencia, así que la “verdad” sólo puede ser verdad histórica y social.
Al mismo tiempo, es impresionante la afinidad directa entre Gramsci y Maquiavelo por cuanto se refiere a la comprensión mutua de la realidad y la verdad históricas. En el capítulo 15 de El Príncipe, Maquiavelo distingue entre la veritá effettuale della cosa y la immaginazione di essa. Esta distinción recuerda también el uso que hace Gramsci del término “realidad efectiva“, el cual implica un contraste con otra “realidad“, que de alguna manera no tiene la importante calidad de historicidad concreta.
El paralelo entre los dos tipos de verdad o realidad se reproduce en los Discursos de Maquiavelo, donde la antinomia es usada para minar los sistemas establecidos y convencionales de valor y de pensamiento. La cita está en el libro 2, capítulo 2, donde Maquiavelo busca las razones del porqué los antiguos amaban la libertad más que la gente de su tiempo; y las ubica en las diferencias en educación y religión, entre pasado y presente: “perché avendoci la nostra religione mostro la veritá e la vera via, ci fa stimar meno l´onore del mondo…”
Aquí Maquiavelo establece una radical antítesis entre la concepción del mundo de los antiguos y la del cristianismo: la diferencia moral e intelectual indica también la disparidad social y política entre las dos edades. La distinción entre los profetas armados y los desarmados presente en El Príncipe 17 se insinúa también en los Discursos, cuando Maquiavelo lamenta que por la enseñanza de Cristo “paia che si sia effeminato il mondo e disarmato il cielo.” 18 Por una parte, el “cielo armado” mira hacia atrás (las peleas de griegos y romanos y el agon de los dioses del Olimpo) y, por otra, la metáfora ve hacia adelante a la revolución inglesa de Oliverio Cromwell y a El paraíso perdido de Milton. En términos gramscianos, Maquiavelo presenta dos concepciones opuestas o dos filosofías, y la oposición es vista como lucha a nivel político (la cuestión de las fuentes de la libertad) y a nivel cultural (la cuestión de la verdad y de los modos de vivir).
Además, las palabras verdad y verdadero recuerdan el contraste entre la figura de Cristo, quien se veía a sí mismo como “el camino, la verdad y la vida“, y el símbolo del poder romano y del imperialismo, Pontius Pilatus, quien sólo plantea la pregunta “¿qué es la verdad?“. 19 La confrontación entre Cristo y Pilatos es interpretada convencionalmente como la confrontación entre la verdad y el poder, es decir, como una instancia de la famosa formulación: “decir la verdad al poder.” 20 Pero tal interpretación, en el contexto maquiaveliano y gramsciano, no capta totalmente los significados y los matices irónicos y paradójicos evocados por la pregunta de Pilatos.
En determinado nivel, la pregunta de lo que constituye la verdad es una pregunta hecha por un escéptico e irónico, por uno educado en la tradición y la cultura de varias escuelas de pensamiento helenísticas. Es una pregunta aristocrática puesta por una clase dirigente distante y divorciada de la masa del pueblo; lo que es más, por una clase habituada al poder y al gobierno, cuya “alta cultura” de urbanidad y distancia muestra una concepción de la vida sofisticada y racionalista, pero siempre una oligarquía cuya adhesión al pensamiento racional llevó a la pregunta de la verdadera naturaleza de la razón.
¿Entonces la pregunta muestra una disminución de un “optimismo de la voluntad” (según Gramsci) 21 que es necesario moral y psicológicamente para que una clase dirigente mantenga su voluntad de poder y su resolución por gobernar? En otras palabras, concede Pilatos a los oponentes la posibilidad de que posean la verdad y el camino. Ciertamente, Pilatos, educado en la cultura cosmopolita de la pax romana y conocedor de las controversias intelectuales y retóricas de las escuelas filosóficas, no pretende poseer la “verdad“, solamente lo que Gramsci llamaría “la verdad histórica” y lo que Maquiavelo llamaría la “verdad efectiva“, o sea, concede que su verdad es contingente y resultado de la generación y organización del poder político y militar.
Sin embargo, como gobernador y político romano debe saber que esta organización del poder sólo pudo surgir entre y por una concepción del mundo que, como nota Maquiavelo, da alto valor a la voluntad de poder, al coraje y a la conquista, es decir, este poder es también un poder moral.
Por otra parte, la cuestión puede ocultar una estrategia de fraude, o sea una instancia de la metáfora de Ciceron y Maquiavelo del zorro y el león, para minar en la parte del poder imperial la moral y la fuerza intelectual de la oposición política. Afirmar que no hay verdad o al menos que la determinación de la verdad es siempre problemática es afirmar que no hay moral o valor que distinga entre clases dirigentes y subordinadas. La diferencia es cuantitativa, no cualitativa; un grupo es capaz de juntar y desplegar una cantidad de fuerza mayor a su oponente.
Pilatos, como agente de la clase dirigente, entiende la verdad de Cristo como una maquiavélica “simulación y disimulación” empleada como poder. 22 De la misma manera, Cristo, como el símbolo de las clases subordinadas, entiende el poder de Pilatos como la esencia de la verdad romana. Es por esta razón que Cristo permanece callado, “mudo y sin palabra” en las palabras de Tácito. El rechazo a responder habla al poder de Pilatos para poner los términos del discurso. Sin embargo, ambos representativos de concepciones opuestas del mundo y de modos de vivir opuestos hablan “la verdad” una a la otra.
Pero mientras uno usa la verdad para minar al poder, el otro ve el mismo proceso de subversión como medio de poder y así ve el poder como medio para minar la verdad. En ambos casos, la pregunta de Pilatos expone la naturaleza del poder: está basado en la elaboración y diseminación, en el interior de un grupo social o pueblo, de creencias morales e intelectuales cuya “verdad” es contingente de la intensidad subjetiva de creencia y de la generación consciente y organizada de lo que Gramsci llama “consenso permanente.” 23
En todo caso, para Maquiavelo, cuyo propósito es introducir en Italia “nuevos modos y métodos“, la verdad trascendental u “objetiva” es algo que no se averigua por la razón y la experiencia. Cualquiera que fuera la verdad del cristianismo, no hay duda de que, para Maquiavelo, “nuestra religión” puede ser transformada en una nueva y superior concepción del mundo, capaz de dar la disciplina y la educación necesarias para establecer un orden político nuevo, es decir, una nueva estructura de poder. Como dicen de Sanctis y Gramsci, tal reinterpretación de la “verdad” cristiana en “verdad efectiva” es comparable a la reforma moral e intelectual que muchos exigían en ese tiempo —una especie de reforma Luterana avant la lettre, como de hecho lo fue—.
La fuerza moral de los protestantes y luteranos dirigida contra la traditio y la teología de la iglesia establecida, se lograba porque rescataba una “verdad” y una “fe” que originalmente habían sido subvertidas por el poder y la ambición. La ironía y la paradoja están presentes en Gramsci, Nietzsche, Hegel, y Maquiavelo lo habría entendido: la reforma intelectual y moral generada por la Reforma es resultado de un frecuente intento de regreso a una fe original que para Pilatos, Tácito, Marco Aurelio, para no mencionar a Marx, Nietzsche y Croce, no es menos error e “ideología” (en el sentido de Croce) que los dogmas teológicos y morales de lo iglesia romana.
Tal paradoja es descrita por Maquiavelo en su famosa descripción de las acciones de César Borgia en la Romagna, donde ve la interpenetración radical y fundamental de política y moral: “Debe per tanto uno principe non si curare della infamia crudele, per tener e´sudditi sua uniti et in fede; perche con pochissimi esempli sará piúu pietoso che quelli e´quali, per troppa pietá, lasciono seguire e´ disordini …” 24 La ironía está en que lo que se juzga, el modo verdadero de actuar —-la moral establecida—, en este contexto produce la antítesis de lo que es considerado lo bueno.
La cuestión planteada por Nietzsche —cómo surge la voluntad de verdad, desde la voluntad al engaño, y cómo la verdad puede surgir del error— 25 ya expuesta por Platón e historiada por Hegel, es precisamente la cuestión que Gramsci intenta dirigir en sus notas a Croce y la filosofía. Es una cuestión que reconoce las vicisitudes y contingencias, los pasos y retrasos que comprenden el movimiento de la historia. Es éste un movimiento caleidoscópico, de una multiplicidad de colores que se mezclan y vuelven a mezclar, que Gramsci intenta captar cuando habla de la lucha hegemónica y cultural como medio para arribar a lo que históricamente es verdadero.
La cuestión de Pilatos refleja y es paralela a las condiciones de inestabilidad y crisis. El mero hecho de que la verdad es ahora cuestionada, así como los métodos y procedimientos que la definen en el discurso moral e intelectual, ofrece un testimonio de la viabilidad del orden sociocultural y sociopolítico existente. Es una indicación de la transición del cambio rápido y acelerado. Éste es identificado por Gramsci de modo bello, con su observación acerca de que el viejo orden decae, pero el nuevo no puede nacer, todavía no emerge. 26
El problema no es simplemente epistemológico o metafísico; es también, de modo preeminente, moral y político. El intento de Maquiavelo de subvertir el orden tradicional e introducir “nuevos caminos y órdenes“, la teoría radical de Hobbes sobre el Estado y la sociedad fundada en las leyes de movimientos de Galileo, la historización de Hegel del logos, la crítica de Marx a la industrialización rápida y la devastación sociocultural (“Todo lo sólido se desvanece en el aire”), la crítica de Nietzsche a la razón y al nihilismo y, finalmente, el análisis de Weber de lo racional-legal que lleva al desencantamiento del mundo, son productos todos ellos de la percepción aguda de que las formas sociales y culturales tradicionales se están desintegrando. Se debe hacer un intento de reintegrar al mundo una base nueva, no sólo social y culturalmente, sino también políticamente.
Gramsci pertenece a esta tradición: la conceptuación y la teorización de la crisis y la transición, de la falta de sentido moral y de la desintegración política. Él es también la culminación de la tradición marxista de criticismo radical y de actividad revolucionaria. De Marx a Bernstein, a Lenin y Gramsci, el problema de la izquierda revolucionaria fue continuamente la inhabilidad para identificar y organizar el sujeto revolucionario. El problema del sujeto y su organización es un problema de conocimiento y conciencia, es decir, la diseminación y proliferación de la razón, del logos historizado de Hegel, en un sujeto concreto actuante en el espacio y el tiempo.
Nos movemos de la teoría del proletariado a la teoría de la subalternidad, de la dictadura a la hegemonía, de la crisis y la contradicción a la coyuntura y el bloque histórico. Irónicamente, Gramsci mantiene su importancia por la misma razón que era importante hace sesenta años: da sentido a la derrota política en especial (la izquierda) y a la desintegración política en general (el surgimiento de fuerzas centrífugas en el mundo). Al mismo tiempo, las ideas que usa para identificar y analizar la crisis y la derrota son las mismas que señalan una posible solución.
La hegemonía identifica, por una parte, el surgimiento de fuerzas centrífugas y por otra, la particular fuerza o alianza de fuerzas capaces cultural (moral e intelectualmente) y políticamente de establecer un nuevo equilibrio, un nuevo balance de poder, y una dirección centrípeta nueva al sistema en su conjunto.
Fragmentación, desorganización, fractura y disolución son aspectos de lo que Gramsci entiende como el conflicto y la lucha entre diferentes grupos sociales, filosofías opuestas o concepciones del mundo. En la medida que ninguna fuerza es dominante y superior, la realidad social e histórica es vista como en estado de fluidez y de equilibrio inestable. En estas condiciones, las actitudes culturales prevalecientes y las normas socio-morales dan un retrato caótico de un círculo estrecho de intereses e ideologías solipsistas.
La preocupación por la identidad, el pluralismo cultural y la igualdad cultural, la etnicidad y los nacionalismos parroquiales son síntomas de la concepción de la cultura prevaleciente, donde el interés material del homo economicus triunfó. La preeminencia del término de “sociedad civil” —gramsciano o liberal— en el discurso político y cultural tal vez refleje la burguesificación del mundo —”globalización“— y la consecuente proliferación de grupos privados encerrados en sí mismos y de asociaciones del mismo tipo.
También el surgimiento de movimientos sociales con concepciones del mundo religiosas y morales tradicionales no es más que función de la superación de lo que Gramsci llama lo económico-corporativo. Tanto la izquierda como la derecha están desencantadas del mundo. Lo que resta de la izquierda está fragmentado porque entiende mal a la hegemonía, reduciendo conocimiento y razón a puro poder y utilidad, y la derecha intenta regresar a sus creencias tradicionales porque teme a la modernidad y quiere restaurar un criterio sólido e incontestado de verdad y de lo que es bueno.
Por otra parte, hegemonía significa el movimiento de lo particular a lo universal, de los intereses estrechos de los grupos sociales a los generales de la sociedad entera. Tal movimiento puede tener lugar sólo si una fuerza social o una alianza de fuerzas sociales es capaz de formular y diseminar una concepción del mundo que es aceptada y deviene en lo que Gramsci llama “una norma de conducta activa” por toda la sociedad. 27 Por ello, ser hegemónico es haber ganado la batalla entre concepciones del mundo que compiten.
Al mismo tiempo, realizar un status hegemónico es tener supremacía política; significa que la anarquía de la fragmentación se transforma en la reintegración del mundo a un orden político nuevo. En este sentido, un grupo subalterno o subordinado no puede ser dirigente y hegemónico, si no se mueve de la esfera inmediata y estrecha del interés económico a una forma más universal, capaz de encuadrar los intereses de otros grupos que intentan dirigir.
Tal movimiento implica un cambio correspondiente en la conciencia, de lo individual a lo económico, a lo hegemónico y lo político. Pero esta transformación exige que los criterios de conocimiento y los métodos para arribar a lo que es verdad se conviertan en universales, que las normas de verdad aceptadas por un grupo dado devengan en normas para la sociedad, que lo que es verdad para el yo subjetivo devenga en verdad para lo otro objetivo. En otras palabras, hegemonía implica el movimiento de lo subjetivo a lo intersubjetivo, un movimiento que es epistémico y político a la vez.
En este sentido, hay que entender la idea de Gramsci de 1919: “Discusión colectiva que altera la conciencia de los hombres, los unifica e inspira al entusiasmo activo. Decir la verdad, arribar a la verdad, es un acto revolucionario y comunista” 28 La alteración de la conciencia de los hombres ocurre en varios niveles: moral, emocional, intelectual y social. El conjunto de estos momentos establece lo que es verdad.
Pero esta verdad se hace, o sea, esta verdad no es dada por la razón autónoma de Platón o Croce; es más bien una verdad histórica, generada por la actividad de un grupo social específico. Incluso esta es la verdad efectiva de Maquiavelo, porque no puede ser universalizada sin confrontar y oponer concepciones y realidades. Lo que esto significa es que la verdad de un grupo particular deviene en “verdad histórica y concreta” toda vez que es el criterio de hombre y de sociedad.
En efecto, la hegemonía de Gramsci presupone que todo valor es creado por la actividad social y política del hombre. En tal sentido, todos los valores son “relativos” y socialmente construidos. Pero esto no necesariamente significa que todos los valores y, por tanto, todas las culturas son iguales o igualmente válidas ni que deberían ser semejantes. Lo que significa es que el criterio de valor, como el de verdad, es siempre práctico, es decir, las vías y medios por los que la conciencia social y política y la cultura se encarnan y organizan en instituciones de poder concretas (políticas, educacionales, culturales, artísticas, científicas, tecnológicas, económicas, etcétera) determinarán la supremacía de una cultura sobre otra, de un grupo social sobre otro. El criterio de superioridad nunca es absoluto y sin cambio; nunca, tampoco, es relativo: el criterio es siempre el del poder, pero poder entendido como el producto de la relación entre logos y kratos.
NOTAS

  • Traducción del inglés: Dora Kanoussi. Convenio Internacional de Estudio: “Gramsci y el novecientos”. Instituto Gramsci de Roma. Cagliari, abril de 1997.
    • Profesor del Departamento de Ciencia Política del Baruch College-City University of New York.

1 Es una de las muchas ironías de la historia que la difusión global del mercado haya sido prevista por Marx en el Manifiesto, donde elogia el carácter revolucionario de la burguesía y anticipa la futura transformación burguesa del mundo. La burguesía “empuja a todas las naciones, so pena de extinción, a adoptar el modo de producción burgués; a introducir lo que llama la civilización, es decir, a devenir burguesas ellas mismas. En una palabra, crea un mundo a su imagen y semejanza”.
2 Dos obras diversas en método y orientación y con preocupaciones culturales y teóricas opuestas pueden ser citadas como representativas: una es el más reciente de S. P. Huntington, The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, Nueva York, USA, 1996. Hay edición en español, y otra es el libro de John Gray, Enlightenment’s ake: Politics and Culture at the Close of the Modern Age (Londres, Inglaterra, 1995).
Ambos describen el deshacerse de las “perspectivas” de cohesión y la desintegración del orden político. Gray define al mundo contemporáneo como “la condición posmoderna de perspectivas y prácticas sin fondo, fracturadas”, p. 146; Huntington ubica la libertad y su infraestructura institucional-sociedad civil, secularización-autonomía entre Iglesia y Estado, etc., en el interior de la experiencia histórica occidental de Europa y América y, como tal, imposible de trasladarse a sociedades con diferentes perspectivas y tradiciones.
3 Antonio Gramsci: Quaderni del carcere, edizione critica dell ‘Istituto Gramsci (bajo el cuidado de V. Gerratana). Einaudi, Turín, Italia, 1975 (De aquí en adelante serán citados como Q.)
4 Gramsci: Q, p. 1578.
5 Giambattista Vico: On the Most Ancient Wisdom of the Italians Unearthed form the Origins of the Latin Language, Cornell University Press, 1988. pp. 45-46.
6 Francesco de Sanctis: Storia della letteratura italiana, Vol. II, ed. Croce-Laterza. Italia, p. 63.
7 Gramsci: Q, p. 1379.
8 Ib., pp. 327; y 1379.
9 Gramsci: Q, p. 917.
10 Ib., p. 1330.
11 Friederich Nietzsche: Más allá del bien y del mal (Edición esp.) Aguilar. Argentina, 1959.
12 Il Principe, XX (Edición de Sergio Bertelli Opere), Feltrinelli. Italia, 1960.
13 Gramsci: Q, pp. 1415-1416.
14 Gramsci: Q, pp. 1455-1458.
15 F. Nietzsche: La voluntad del poder, ed. cit.
16 Gramsci, Q, p. 1485.
17 Il Principe, VI.
18 Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Vol. II, Cap. 2, Ed. Bertelli. Italia, s/f.
19 Juan, 18. 38.
20 Antonio Santucci: Gramsci, s/ed. Italia, 1996. pp. 14-15.
21 Gramsci: Q, p.75; en la edición en inglés, véase Prison Notebooks de J. Buttigieg, Vol. I, Columbia University Press. USA, s/f. p. 172. Gerratana y Buttigieg ven la importancia de Gramsci en la máxima “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”, que éste creía que provenía de Romain Rolland. No se sabe si este último usó, y cómo lo hizo, esta frase y cómo llegó hasta Gramsci. Gerratana y Buttigieg sugieren que Rolland pudo inspirarse en una frase atribuida a Jacob Burkhardt, quien describía así el carácter de los griegos antiguos: “Pesimismo de la visión del mundo y optimismo del temperamento”. Esta es una relación interesante y sugerente. Burkhardt era amigo y admirador de Nietzsche y, en Humano demasiado humano, el autor de esta obra se refiere al pesimismo y optimismo de modo y en un estilo similar al de Gramsci y Rolland. Así, en el prefacio escribe: “Finalmente reducir mi oposición a un pesimismo romántico, o sea al pesimismo de los que renuncian, los derrotados y fracasados, a la fórmula: hay una voluntad a lo trágico y al pesimismo que es tanto señal de severidad y fuerza de intelecto (gusto, sentimiento, conciencia). Con esta voluntad en el corazón no hay temor de lo temible y cuestionable que caracteriza toda existencia; uno hasta lo busca. Tras esta voluntad hay coraje, orgullo, nostalgia por un gran enemigo. Esta fue mi perspectiva pesimista desde el inicio…”
En la parte 1. Vol.II, de la misma obra, Nietzsche tiene una sección titulada “El pesimismo del intelecto”: Los verdaderamente libres de espíritu pensarán libremente también en cuanto al espíritu en sí y no dejarán de ver elementos tremendos en su origen y tendencia. Por ello otros quizá lo designarán el peor de los oponentes del espíritu libre y le pondrán el título abusivo de ‘pesimista del intelecto’: cosa que harán porque están acostumbrados a llamar a cada quien no por las fuerzas y virtudes que lo distinguen, sino por lo que más difiere de ellos”. Cualquiera que sea la procedencia de la máxima gramsciana, la frase de Nietzsche es una llamativa y literal prefiguración.
22 Il Principe, XVIII.
23 Gramsci: Q, p. 1636.
24 Il Principe, XVII.
25 Nietzsche: Más allá del bien y del mal, ed. cit. pp. 9-10.
26 Gramsci: Q, p 311.
27 Gramsci: Q, p. 1486.
28 Gramsci: L ´Ordine Nuovo, 1919-1920, Einaudi. Turín, Italia, 1955. p. 13. A pesar de que Gramsci historiza y les quita todo ropaje metafísico y especulativo, las ideas acerca de la discusión colectiva y el alcanzar la verdad son en su inspiración totalmente socráticas y helénicas. Véase el Fedón de Platón y compárense los pasajes 96-99 con los artículos de Gramsci sobre “Socialismo y cultura”, Il Grido del Popolo, 29 de enero de 1916, y “Filantropia, buona volontá e organizzazione”, Avanti, 24 de diciembre de 1917, en Scritti giovanili 1914-1918 Einaudi. Turín, Italia, 1975. pp. 22-26 y 145-147, respectivamente.

CEM reproduce revistas Estrella Roja de FPL

CEM reproduce revistas Estrella Roja de FPL

SAN SALVADOR, 29 de agosto de 2017 (SIEP) “En el espíritu combativo de los coquimbos, revolucionarios de mediados del siglo XIX, seguidores del Capitán General Gerardo Barrios, fusilado por la oligarquía en un día como este en 1865, concluimos de reproducir los cinco números de la revista teórica Estrella Roja de las Fuerzas Populares de Liberación FPL “Farabundo Martí” , dignos herederos y herederas de las tradiciones revolucionarias antioligárquicas de este líder liberal morazanista…” indicó Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Agregó que “este esfuerzo no hubiera sido posible sin la colaboración eficaz y generosa del Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “Jose Simeon Cañas” dirigido por la Licda. Verónica Guerrero.”

Explicó que “el primer número de la revista, publicado en enero de 1975, comprende valoraciones sobre táctica y estrategia, la clase obrera, los perfiles de la organización revolucionaria, el programa mínimo y máximo, las condiciones objetivas y subjetivas del proceso revolucionario y las alianzas de clase.”

“El segundo número, aparece en febrero de 1975 y se trata de la famosa Carta que las FPL enviaron a los sacerdotes progresistas, y cristianos en general, en la que desarrollaban una serie de aspectos sobre la teoría y la práctica revolucionaria de las FPL. Se realiza en la carta breve exposición de la línea de la organización; las FPL son una organización marxista-leninista; normas de organización y funcionamiento interno; órganos de comunicación con las masas populares; línea sobre las alianzas de clases; actitud ante la religión y sobre el clero progresista en el proceso revolucionario.”

“El tercer numero aparece en enero de 1976 y trata sobre la estrategia revolucionaria en las condiciones concretas de El Salvador, incluyendo rasgos básicos de la formación social salvadoreña, el carácter y el contenido de la revolución; características del nuevo Estado que surge con el triunfo de la revolución, y sobre las tareas específicas del gobierno popular revolucionario.”

“El cuarto numero de junio de 1976 trata sobre el Informe que Marcial (Salvador Cayetano Carpio) presenta a nombre del Comando Central (Co-Cen) al Primer Consejo Revolucionario de las FPL y que incluye los problemas surgidos en el proceso de desarrollo, antecedentes históricos, rasgos adquiridos por la organización, la semilla de futuras debilidades, y los principales escalones en el desarrollo de las FPL.”

“El quinto y último número de Estrella Roja, de junio de 1977, aborda los acuerdos de la II Reunión del Consejo Revolucionario de las FPL, incluyendo una amplia perspectiva y posición ante la situación internacional, y sobre aspectos de conducción del partido, de la fuerza guerrillera y miliciana, y del movimiento popular encarnado en el Bloque Popular Revolucionario, BPR.”
Concluyó Pineda que “con la publicación digital de estos materiales continuamos cumpliendo con los objetivos de divulgar el pensamiento marxista salvadoreño, representado en esta ocasión por una de las más poderosas organizaciones revolucionarias surgidas en el fragor de la lucha popular de nuestro país: las FPL. Adjuntamos los enlaces para estas cinco publicaciones.”
https://ecumenico.org/article/estrella-roja-de-las-fpl-no-1/
https://www.ecumenico.org/article/carta-de-las-fpl-a-los-sacerdotes-progresistas/
https://www.ecumenico.org/article/elementos-de-la-estrategia-revolucionaria-politico/
https://www.ecumenico.org/article/estrella-roja-no-5-junio-de-1976/
https://www.ecumenico.org/article/estrella-roja-no-5-junio-de-1977/

Estrella Roja No. 5 (junio de 1977)

Estrella Roja 5
Órgano ideológico de las Fuerzas Populares de Liberación
FPL FARABUNDO MARTI
¡Revolución o muerte! ¡El pueblo armado vencerá!

Presentación

El Comando Central de las Fuerzas Populares de Liberación FPL “Farabundo Martí”, presenta por este medio, al estudio de sus organismos, miembros, aspirantes y colaboradores activos, el informe sobre la Situación Internacional, sobre algunos aspectos de la lucha popular y sobre el desarrollo del trabajo en nuestra organización aprobada por la II Reunión del Consejo Revolucionario de las FPL.
La Estrella Roja Número 5, lleva en sus páginas un documento aprobado en un momento de gran tensión de la lucha popular contra sus enemigos de clases. Estaban frescos los sucesos de febrero, y a pocos días del desenlace del caso Borgonovo, de la muerte en combate de 8 compañeros de las milicias populares, el 1º de mayo, y en medio de intensa movilización popular combativa. Este documento tiene especial importancia en el desarrollo estratégico-táctico, político-militar de las FPL, en la dirección de su práctica revolucionaria y el forjamiento de su cohesión ideológico-política.
Este importante informe de trazamiento de línea político-militar de nuestra Organización se ensambla, mediante un desarrollo creador armónico y dialectico, en el marco de la línea general estratégica y táctica de la Organización aprobada desde los primeros días de su formación y que se ha ido desarrollando y enriqueciendo en contacto con la práctica viva del proceso revolucionario.
Los documentos de la estrategia general y de la orientación táctica fundamental dieron el marco correcto para el desarrollo de la lucha de nuestro pueblo, en las condiciones propias que existían en el seno del movimiento revolucionario centroamericano, a través del inicio y desarrollo de la estrategia de Guerra Prolongada del Pueblo, camino histórico por el que desde 1970 comenzó a marchar en forma ascendente nuestro pueblo.
La Primera Reunión Ordinaria del Consejo Revolucionario de las FPL-1976-tuvo una importancia transcendental para la vida de nuestra Organización y para el desarrollo del proceso revolucionario, confirmando plenamente la estrategia general adoptada que abrió una nueva época en la vida de nuestro pueblo, enriqueciéndola, dándole continuidad dialéctica y profundizando las bases de cohesión teórica, ideológica y política internas, indispensables para la dirección del movimiento popular.
Tal labor ha tenido que realizarse en medio de una intensa lucha ideológico – política contra las corrientes desviadas oportunistas y aventureras que introducen confusión y retardo en el avance del proceso revolucionario.
El consejo, en su Primera Reunión, determino también las modalidades y estructura leninista de las FPL para llegar a convertirse, en su desarrollo, en el partido marxista-leninista del proletariado.

La II Reunión Ordinaria del Consejo, continuando con esta labor creadora, dotó a las FPL de sus Bases Estatutarias marxista-leninistas que han marcado su desarrollo orgánico hacia la construcción del Partido Revolucionario de la clase obrera, y fortaleció grandemente a su Comando Central.
El presente Documento, producto de la elaboración colectiva del Consejo mediante el análisis de la situación y de las proyecciones, sobre la base del informe presentado por el Comando Central, estudia el cuadro de la lucha popular y de la situación nacional desde la Primera Reunión Ordinaria del Consejo de las FPL-1976-hasta la II Reunión Ordinaria 1977.
Por él se puede apreciar el enorme impulso que a la lucha del pueblo en todos sus terrenos le ha dado la estrategia revolucionaria político-militar de Guerra Prolongada del Pueblo y los dramáticos e intensos niveles de lucha que nuestro pueblo ha ido escalando en este cruento y fecundo proceso de incorporación creciente a escalones cada vez más amplios de la lucha revolucionaria, a través de los distintos medios de lucha, teniendo como eje central, la lucha armada.
La continuidad, coherencia histórica y profundización de nuestra Línea General, se pone completamente de relieve en los documentos iníciales, en los previos a la formación del Consejo Revolucionario de las FPL y en la inmensa y rica labor de desarrollo estratégico de las reuniones del Consejo.
Esta labor de estudio y análisis científico de la realidad propia del país y Centro América, a través del método científico de análisis marxista-leninista, ha permitido esa continuidad y enriquecimiento creador de nuestra línea y ha evitado a las FPL caer en el grave peligro puesto de manifiesto por otras organizaciones, que se ha expresado en sus grandes bandazos de línea que les hace caer, desde posiciones de derecha al aventurerismo de izquierda o viceversa; proceso que en algunas de ellas se repite constantemente de acuerdo a las coyunturas, a los éxitos o fracasos, impidiéndoles su consolidación interna.
Pedimos a los compañeros el estudio profundo de este material, que contribuirá a hacer más firme la cohesión revolucionario interna y que nos ayudará a comprender los antecedentes de nuestra línea política en las actuales coyunturas en que las FPL han alcanzado mayor influencia organizada sobre cada vez más amplias masas populares; cuando se marcha firmemente en la proyección de desarrollo de la guerrilla hacia la formación del Ejército Popular de Liberación –EPL-; cuando ya está en aplicación la proyección de desarrollo estratégico de las Milicias Populares de Liberación y se desarrolla la autodefensa y armamentización de las masas, y cuando las FPL han aprobado en la V Reunión Ordinaria del Consejo Revolucionario la proyección estratégica hacia la Construcción del Partido marxista-leninista de la clase obrera.
En este desarrollo creador de la Línea de nuestra Organización, gran contribución han dado los compañeros que han caído combatiendo a las fuerzas de la tiranía y del imperialismo, no sólo con su glorioso ejemplo de la práctica revolucionaria consecuente, sino con sus aportes teóricos e ideológico – políticos en cada una de las fases de la vida en nuestra Organización. Bajo su inspirador ejemplo, nuestra Organización marcha firmemente en su aspiración de convertirse en la legítima vanguardia revolucionaria de la clase obrera del campesinado y de todo el pueblo trabajador.
Bajo la orientación de la línea estratégica de Guerra Prolongada del Pueblo y de una táctica correcta, basada en la aplicación creadora del marxismo – leninismo a las condiciones de nuestro país y Centro América, avancemos en la práctica revolucionaria en la gran tarea de incorporar al pueblo hasta el triunfo final de la liberación popular y el Socialismo.
¡Por la Revolución Popular hacia el Socialismo¡
¡Por un Gobierno Popular Revolucionario con hegemonía proletaria y basado en la Alianza Obrero-campesina¡
¡Viva el Internacionalismo proletario!
¡REVOLUCION O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA¡
El Comando Central de las Fuerzas Populares de Liberación FPL Farabundo Martí.
El Salvador, Centro América, abril de 1979 (Año del inicio de la concentración de esfuerzos por la construcción del Partido marxista-leninista del Proletariado).
NOTA: En la edición de este documento se han suprimido algunos pasajes por razones de seguridad.


Primera Parte
LA SITUACION INTERNACIONAL
Tenemos que examinar el desarrollo de la revolución en El Salvador, partiendo de la lucha de clases interna. Pero esta lucha de clase y los elementos internos (factor interno) que intervienen en el desarrollo de nuestro proceso histórico no están aislados e independientes, sino que a su vez, se encuentran inmersos, interdependientes y ligados por múltiples lazos e influencias al marco general del desarrollo histórico, o factores internacionales y mundiales (factor externo) que marcan la época y el momento actual.
De allí que es indispensable para tener una visión correcta y trazar una línea revolucionaria, tener presente la situación internacional, que en diversa forma influye sobre los procesos internos que se están dando en la lucha de clases en nuestro país (elemento fundamental y determinante) en el contexto centroamericano.
Desde fines del siglo pasado, con la formación del capital financiero y sobre esa base, el capitalismo entró en su fase superior de desarrollo con el aparecimiento y del desarrollo de los grandes trust monopolistas que fueron rápidamente dominando al mundo; entró en su fase imperialista, que Lenin denominó la última etapa del capitalismo, en la cual, las contradicciones irresolubles que este sistema engendra llegan a sus extremos más agudos. Lenin planteó que históricamente al proletariado no le queda más opción que la Revolución Proletaria y la instauración del SOCIALISMO.
El 7 de Noviembre de 1917 (25 de octubre antiguo) triunfó la gran Revolución Socialista de Octubre, que marcó el inicio de una nueva época para la humanidad. Con ello se inició la etapa de transición irreversible en la historia que se ha denominado: LA ETAPA DE TRANSICION DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO, marcada por las Revoluciones Proletarias que van abarcando cada vez más extensas regiones del globo, y por las Revoluciones y movimientos de liberación nacional en inmensas áreas coloniales, semi-coloniales, neo-coloniales y dependientes.
Visto en el marco mundial e histórico, es una época de revolución ininterrumpida, es decir, un proceso revolucionario mundial que va limitando las áreas y haciendo desaparecer al imperialismo y al capitalismo de una región tras otra de manera inexorable, hasta hacerlo desaparecer totalmente de la faz de la tierra. Y es un pro ceso revolucionario que se da en todas las esferas de la vida humana, un choque continuo entre las dos clases fundamentales y sus aliados: la clase obrera, contra la burguesía y que se polariza en el choque entre los dos sistemas de clase: el de la burguesía que es el sistema capitalista mundial, y el del proletariado que es el Sistema Socialista Mundial, que repercute y ejerce su in fluencia sobre todos los demás niveles y contradicciones de clase de la sociedad, en sentido mundial y local.
Es una lucha de clases revolucionaria que se da a nivel ideológico, político general, militar (que es parte de lo político), en todo lo cual, el proletariado y sus aliados han ido aceleradamente ganando terreno, limitando y expulsando al capitalismo de área tras área, profundizando las contradicciones entre los centros imperialistas y entre éstos y las burguesías de países dependientes y coloniales, impulsando, apoyando y organizando las luchas de liberación nacional, y las luchas del proletariado por el socialismo.
Lenin definió el proceso de lucha revolucionaria que seguiría este periodo histórico de sustitución del sistema capitalista por el SOCIALISMO, de la siguiente manera:
Siendo que el proletariado no tiene todavía la fuerza suficiente en sentido mundial para acabar de una vez y en todas partes con el sistema capitalista, las fuerzas de la revolución y del socialismo en el mundo tienen que ir desarrollándose continuamente hasta que la correlación de fuerzas a su favor sea tal, que pueda definir a favor del socialismo y del comunismo la situación en todo el mundo; es decir, el triunfo total del Socialismo y la liquidación mundial del sistema capitalista. Entonces terminaría el periodo de transición histórico del capitalismo al SOCIALISMO.
Pero eso significa que durante un período (de transición del capitalismo al Socialismo) la lucha revolucionaria encarnizada, tendrán que existir en el mismo globo y al mismo tiempo, quiéranlo o no lo quieran, dos sistemas: países capitalistas y países socialistas, Sistema Capitalista y Sistema Socialista. El primero, en declinación y descomposición, y el segundo en surgimiento y ascenso.
Mientras estos dos sistemas vivan (coexistan) tendrá que haber lucha de clases dado que son sistemas antagónicos (lucha de clases en sentido mundial entre socialismo y capitalismo, y en sentido interno en cada país capitalista, lucha revolucionaria que sólo acabará con la desaparición del sistema caduco y en descomposición).
Pero no necesariamente esta lucha de clases, que en infinidad de puntos se convierte en múltiples guerras revolucionarias de los oprimidos contra los opresores que golpean al capitalismo, y la lucha antagónica entre países socialistas y capitalistas tienen que convertirse (para el triunfo del socialismo y de los pueblos) en una guerra mundial que destruya a gran parte de la humanidad. Sino que el incesante fortalecimiento en todos los órdenes del Sistema Social del Proletariado: el Campo Socialista Mundial, unido a las luchas revolucionarias concretas de cada pueblo (del proletariado y sus aliados) es el camino más seguro para la destrucción mundial del capitalismo, y la construcción de la nueva sociedad, a la cual a través de sus luchas concretas se incorporaran cada pueblo conscientemente a la construcción de sus propios destinos y del destino de la humanidad.
A esta situación objetiva (existencia real e inevitable) de dos sistemas durante el periodo de transición y lucha revolucionaria múltiple, es a la que Lenin denomino: COEXISTENCIA PACIFICA entre capitalismo y socialismo durante un periodo histórico.
La tesis creada por Lenin de Coexistencia Pacífica en este período histórico, tiene un contenido profundamente revolucionario, porque permite el desatamiento de todas las energías revolucionarias de todas las clases revolucionarías en el mundo, para acabar con el imperialismo y el capitalismo durante este periodo histórico sin que tenga que desaparecer la humanidad o gran parte de ella, en un cataclismo mundial, que no es necesario para acabar con los relativamente pequeños puñados de explotadores que sostienen el sistema capitalista. Es decir, lograr la destrucción y el hundimiento revolucionario de los explotadores por la incorporación de las masas a la lucha por la revolución, preservando de esta manera la enorme energía consciente de los pueblos para la construcción de una Sociedad sin la explotación del hombre por el hombre.
En buenas cuentas, el concepto leninista de Coexistencia pacífica es una lucha revolucionaria de carácter propio, en sentido mundial, que va permitiendo el cambio de correlación de fuerzas a favor de las fuerzas revolucionarias mundiales (a favor del proletariado mundial) como desenlace de ese proceso revolucionario, acabar con el sistema de explotación capitalista, sin la total destrucción de los pueblos revolucionarios, que mediante su incorporación al proceso, son la fuerza decisiva, tanto para la destrucción de los explotadores, como para la construcción de la nueva vida.
DESARROLLO DEL CAMPO SOCIALISTA
Es en este marco, desde 1917, que se han dado los siguientes pasos revolucionarios:
1°. Consolidación del Estado Proletario en la URSS y construcción del SOCIALISMO. Primer Estado socialista que tuvo que desarrollarse en las duras condiciones de completo cerco del campo mundial capitalista.
2°. Creación de las democracias populares por la lucha de sus pueblos contra la Alemania Nazi y la decisiva acción militar de la Unión Soviética. Y su paso a la dictadura del Proletariado, y a la construcción del Socialismo (Checoslovaquia, Polonia, República Democrática Alemana, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Albania, Hungría).

3°. Sobre esa base, la formación del Campo Socialista Mundial.
4°. Triunfo de la Revolución de Democracia Popular China (1949), creación de la Dictadura del Proletariado y su paso a la construcción del SOCIALISMO.

5°. El triunfo de la Revolución Democrático Popular en Corea del Norte y Vietnam del Norte; consolidación de la dictadura del proletariado, paso a la construcción del SOCIALISMO y finalmente del triunfo definitivo sobre el imperialismo en toda Indochina (Vietnam, Laos y Camboya).
6°. Triunfo de la Revolución Cubana (1959), Proclamación del Socialismo (1961) y paso a su construcción; creándose el Primer Estado Socialista y Primera Dictadura del Proletariado en América.
El campo mundial del socialismo, sobre la base de un sistema social (político -económico) infinitamente superior al capitalismo, ha incorporado a más de la tercera parte de habitantes de la tierra a la construcción de una vida en que las masas son las propias constructoras activas y conscientes de su vida social; lo que ha permitido que hora tras hora y día tras día, sobre la base de planes y metas bien definidas, el sistema socialista mundial haya alcanzado y sobrepasado al sistema capitalista en distintas áreas, a pesar de haber arrancado estos países desde índices sumamente retrasados. EL SOCIALISMO avanza gigantescamente en : – Poderío económico; – Poderío militar (incluyendo la más avanzada tecnología atómica y electrónica); – Poderío industrial; – Poderío agrario; – Poderío financiero; – Poderío Científico-Técnico; – Desarrollo de las Ciencias Pedagógicas; – Desarrollo Cultural y de las Artes (masivo); – Desarrollo inmenso de su Influencia Política Mundial, etc.

Y ya no digamos en cuanto al desarrollo del bienestar general de la población.
Ese tremendo poderío del creciente campo socialista mundial que sofoca cada vez más al capitalista y que expresa en forma global y concreta el creciente poderío del proletariado, inexorablemente va marcando (a la par del creciente movimiento revolucionarlo interno que desgarra las entrañas de los países capitalistas) los días de la destrucción final de ese sistema (capitalista).
EL MOVIMIENTO DE LIBERACION NACIONAL
El Movimiento de Liberación Nacional en países antes coloniales, semi-coloniales que abarcan enormes continentes o partes de los mismos en Africa, Asia, Oceanía y América, de donde han sido o están terminando de ser expulsados los colonialistas de Inglaterra, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, Portugal, España, Japón, Alemania.
Casi cien países han conquistado su independencia o semi-independencia en los últimos 25 años.
En algunos de esos países el imperialismo ha logrado volver a imponer su dominación a través de métodos neocoloniales, pero algunos también se encaminan más o menos aceleradamente a la construcción de las bases del socialismo (como Angola, Tanzania y otros).
Hay que tomar en cuenta que el Movimiento de Liberación Nacional por lo general no está dirigido por el proletariado ya que en muchos de ellos es una clase muy incipiente y que tales revoluciones de Liberación Nacional la encabezan generalmente las capas burguesas nacionalistas que tienen contradicciones con los colonialistas nacionalistas que les ahogan su desarrollo, pero que al mismo tiempo su objetivo fundamental es desarrollar el sistema capitalista.
De tal manera al independizarse, a, pesar de haber sido impulsados y ayudados en su lucha por el campo Mundial del Socialismo, no es difícil que establezcan nuevos lazos con el capitalismo e imperialismo mundial sobre la base de las nuevas condiciones creadas por el “status” de relativa independencia política (Indonesia, India, Pakistán, Arabia, Irán, Egipto, Jordania, Siria).
Sin embargo, por las agudas contradicciones, dificultades y limitaciones que crea esta lucha en el seno de la dominación imperialista, y por las nuevas fuerzas populares (proletariado, campesinado, capas media) que engendra la lucha de liberación nacional y tipo de desarrollo económico social que surge de ella, el movimiento de Liberación Nacional es un poderoso aliado del proletariado y de la revolución proletaria mundial y en sentido global le ayuda a minar, desgastar y finalmente contribuir al cambio de correlación de fuerzas que permitirá destruir para siempre al capitalismo.
Por eso en esos países, el proletariado aunque sea incipiente o poco desarrollado es base firme del Movimiento de Liberación Nacional y asimismo el Campo Mundial del Socialismo ayuda a los Movimientos de Liberación Nacional y al desarrollo de los países que por esa vía han alcanzado al fin la emancipación de sus antiguos dominadores.  
LA LUCHA DEL PROLETARIADO EN LAS METROPOLIS IMPERIALISTAS
El poderoso impulso del Movimiento de la clase obrera contra el capitalismo y del movimiento popular general son los países imperialistas y colonialistas.
Baste ver cómo se encuentran de convulsionados por las luchas de la clase obrera y de diversos sectores progresistas de la población, todos los principales países del campo capitalista. Luchas que van ayudando a elevar la conciencia de clase y organización del proletariado y que le permitirá en alianza con el campesinado y capas revolucionarias llevar a cabo la revolución proletaria y sustituir al régimen capitalista por el Socialista.
Podemos ver esa proyección, en unos más avanzado que en otros, o con menor o mayor claridad, organización y conciencia, pero como una fuerza irreversible en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, República Federal Alemana, Japón, Portugal, España, Holanda y Bélgica.
EN RESUMEN:
El Campo Mundial del Socialismo crece poderosamente día a día; el Movimiento de Liberación Nacional aliado de la Revolución Proletaria Mundial y que ayuda a quebrantar las bases del poderío del imperialismo en sentido mundial resurge, naturalmente que dentro de sus debilidades y aspectos negativos, especialmente en lo que respecta a su conducción de clase; y el Movimiento Revolucionario en los países capitalistas y dependientes va fortaleciendo diariamente el Campo de la Revolución Mundial y va cambiando aceleradamente la correlación de fuerzas a favor de la Revolución, lo que conducirá inexorablemente a la desaparición total del imperialismo y del Sistema Capitalista y al triunfo definitivo del SOCIALISMO.
MIENTRAS TANTO QUE SUCEDE EN EL CAMPO DEL CAPITALISMO Y DEL IMPERIALISMO?
Desde el punto de vista histórico, el capitalismo ha entrado en un proceso de declinación irreversible que lo conducirá a su desaparición definitiva, como resultado de la lucha revolucionaria de los pueblos. En 1917 se desgajó del entonces dominio capitalista global, una multitud de pueblos que formaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas estableciéndose la dictadura del proletariado en una quinta parte de la territorio terrestre, seguido de Mongolia.
Esa fue una herida de muerte que se iría ahondando irremediablemente en el sistema capitalista. Este trató de ahogar en su cuna al nuevo poder de clase, estableciendo un férreo bloqueo y cerco, invasiones armadas conjuntas de todas las potencias capitalistas, pero el proletariado soviético, apoyado por el proletariado mundial, a base de heroismo y sacrificio ilimitado fue capaz de derrotar todos los ataques externos y de la burguesía interna y consolidarse el poder soviético, y emprender firmemente la construcción del SOCIALISMO
El capitalismo, como resultado de esta gran victoria de la clase obrera -la ruptura de su dominio mundial y el establecimiento del poder proletario en una gran porción del globo, y atenazado por sus contradicciones internas, entró irreversiblemente en la etapa que se ha denominado CRISIS GENERAL DEL SISTEMA CAPITALISTA MUNDIAL.
Esta es una crisis irremediable del sistema capitalista en sentido histórico y mundial, de todas sus bases estructurales y superestructurales, que ya no puede tener ningún remedio, más que por sustitución revolucionaria: por la implantación del SOCIALISMO. Es conocido que el capitalismo, por las contradicciones que lleva en su entraña y por las propias leyes de su desarrollo (la contradicción fundamental entre el carácter de las fuerzas productivas y las relaciones de producción; el carácter espontáneo de su producción determinado por la forma de atender la ley de la oferta y la demanda dentro de la propiedad privada que conduce a la anarquía de la producción) conduce inevitablemente a la caída de la economía capitalista en devastadoras crisis económicas de coyuntura, en crisis cíclicas. Estas han sido parte inseparable del capitalismo, desde el principio mismo de su existencia.
LA CRISIS GENERAL DEL SISTEMA CAPITALISTA a que este entró después de 1917 no se trata de una crisis coyuntural sino de la crisis definitiva del sistema. Y es una crisis en todos los niveles fundamentales del sistema. El capitalismo en sentido global e histórico, entró en un período de descomposición final y agonía.
Con la consolidación del sistema socialista en la URSS que derrotó definitivamente el cerco capitalista mundial y la formación del Campo Mundial del Socialismo, que significó una drástica reducción del campo de acción del capitalismo mundial, el sistema capitalista entró en la Segunda Etapa de la CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO.
El gigantesco desarrollo del campo mundial del Socialismo, la Revolución Popular China, el triunfo del socialismo en Corea, Vietnam y Cuba; y los grandes éxitos de las revoluciones de Liberación Nacional y el desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado y sus aliados, ha determinado la entrada en la TERCERA FASE DE LA CRISIS GENERAL DEL SISTEMA CAPITALISTA MUNDIAL; todas las contradicciones internas del capitalismo han llegado a grados extremos de agudización; las crisis económicas de coyuntura se han vuelto casi continuas, y la revolución proletaria golpea fuertemente los cimientos de su tambaleante sistema.

La correlación de fuerzas en sentido mundial se vuelve cada vez más favorable al campo del socialismo y de la revolución mundial. Por todos lados el imperialismo se ve aguijonado y desgastado por la lucha revolucionaria de los pueblos, se ve expulsado de áreas tras áreas, se ve arrinconado y combatido por fuera y por dentro, sus dificultades crecen por doquier, y mientras tanto, las condiciones externas para el éxito de las luchas revolucionarias de los pueblos y para su consolidación posterior a su revolución se acrecientan en forma que hace pocos años hubiera sido inconcebible. En este sentido baste ver los grandes ejemplos recientes: Cuba, Argelia, Vietnam, Laos, Cambodia, Angola, etc.
En resumen:
Se debilita aceleradamente el campo mundial del capitalismo, del imperialismo y la reacción mundial y se fortalece inconmensurablemente el Campo del Socialismo y de la Revolución Mundial.
Ahora bien, eso no significa que el capitalismo y el Imperialismo esté liquidado definitivamente, y que se encuentre completamente estancado y paralizado. Que ya no se desarrolle en forma alguna.
LOS ZARPAZOS DE LA BESTIA HERIDA
En sentido histórico estratégico, se encuentra en su etapa de descomposición y agonía, pero relativamente tiene todavía enormes fuerzas, tremendo poderío, gran poder de desarrollo económico, científico y técnico; y la certeza de su desaparición histórica le proporciona redoblada capacidad de golpear a los movimientos revolucionarios en distintas partes del mundo. Como bestia herida se vuelve cada vez más cruel y sanguinario, tratando de aplastar la lucha revolucionaria de los pueblos a sangre y fuego, y de esa manera prolongar su agónica existencia de explotación y opresión.
Eso les hizo inmediatamente ver la urgente necesidad de tomar medidas extraordinarias para apuntalar su sobrevivencia como régimen social y para no permitir que otra revolución en Latinoamérica, viniera a desajustar todo su cuadro estratégico latinoamericano.
El imperialismo introdujo modificaciones en sus medios y estilos de dominación sobre nuestros países para apuntalar las carcomidas clases dominantes internas, y al mismo tiempo, para profundizar su dominación y consolidar la dependencia de estos países. Así fue corno desarrolló su estrategia en los terrenos político-militar, creando la estrategia global de guerra contra nuestros pueblos, que contiene tanto el aspecto político reformista y “social” cuyo primer ensayo fue la desafortunada Alianza para el Progreso, como la ofensiva militar para descodalar las fuerzas político-militares que se levantaban en el seno de los pueblos. A su vez, los pueblos latinoamericanos entraron en un grandioso grado de efervescencia organización y practica revolucionaria que dominó el cuadro de toda la década del sesenta.
La guerrilla fue la nota dominante en la lucha de muchos de los pueblos latinoamericanos. Sin embargo, la unilateralización de la lucha armada, los errores estratégicos y tácticos cometidos en ese sentido por el movimiento revolucionario en varios de les países latinoamericanos, el desligamiento de la guerrilla de la fuerza revolucionaria de las grandes masas, facilitó al imperialismo y a sus títeres propinar una serie de golpes al movimiento revolucionario; con el resultado de derrotas temporales a los pueblos. Por otro lado, los graves errores de derecha cometidos en otros países por las organizaciones oportunistas o revisionistas facilitaron a las fuerzas títeres del imperialismo otros golpes dolorosos que han hecho retroceder temporalmente a las organizaciones populares de una serie de países.
Hemos visto que en sentido mundial e histórico, el hiperrealismo y el capitalismo se encuentran en agonía. Pero hemos visto, también que eso no significa que el imperialismo y sus lacayos no estén en capacidad de golpear fuertemente al movimiento revolucionario, en determinadas áreas y momentos. Todo lo contrario, precisamente porque se encuentra en proceso de desaparición de la faz de la tierra, proceso progresivo y real, el imperialismo se torna más agresivo y feroz, redobla sus fuerzas para aplazar su colapso inevitable.
En América Latina, las fuerzas aliadas, histórica y prácticamente al imperialismo, ayudadas y asesoradas por éste, y concretamente con la ayuda desembozada de la CIA, del gobierno yanqui y del Pentágono, establecieron una serie de tiranías militares en una gran cantidad de países latinoamericanos.
En estos últimos años, el imperialismo ha logrado crear un enorme campo contrarrevolucionario, integrado por tiranías militares sangrientas que abarca Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Haití, República Dominicana que, si bien muestran en algunos momentos ciertas contradicciones secundarias con el imperialismo (como la aparente contradicción por el “celo” hipócrita del gobierno de Carter por los derecho humanos -política enfilada contra la dictadura del proletariado de los países socialistas) representan en realidad su baluarte fundamental en este continente y el soporte político-militar rabioso del sistema capitalista.
Eso no ha apagado, ni mucho menos la lucha de nuestros pueblos. Al contrario, los movimientos revolucionarios, basándose en las experiencias de la década anterior, están surgiendo y cobrando gran dimensión a lo largo y ancho de Latinoamérica, con correctas modalidades que indudablemente llevarán a los pueblos Latinoamericanos a las victorias definitivas contra el imperialismo y sus títeres. Mientras tanto el imperialismo se engarza en contradicciones económicas y políticas crecientes con sus títeres y la crisis económica y política se profundiza eh el seno de todo el sistema y con gran relieve en los países dependientes.
Por otra parte, se han agudizado las contradicciones con el imperialismo sobre el fondo nacionalista burgués, por parte de países que han ido debilitando sus vínculos con el mismo: Perú, Panamá, Venezuela; fenómeno que aunque, no es consecuente desde el punto de vista revolucionario del proletariado, si es positivo en cuanto ahonda las discrepancias entre el imperialismo y burguesías locales, que pueden ser aprovechadas por el proletariado en su lucha revolucionaria. Y no es menos importante la franca alineación antiimperialista y de acercamiento a Cuba Socialista que está ocurriendo en los países de la cuenca del Caribe que está generando en torno a Cuba un polo dinámico y progresista: Guayana, Barbados, Guadalupe, Trinidad y otras. Y en menor escala Belice.
Esto está creando una esfera de amistad en torno de Cuba Socialista que ha contribuido a derrotar la criminal política de bloqueo económico y que dificulta las agresiones abiertas del imperialismo al Primer País Socialista de América. Eso indudablemente, al contribuir al afianzamiento del Socialismo en América, contribuye al desarrollo del movimiento revolucionario al nivel latinoamericano.
Las proyecciones de la revolución en Latinoamérica cobran creciente concreción, tanto por el desarrollo de las condiciones objetivas como la profundización y ampliación de las condiciones subjetivas que se desarrollan impulsadas por vanguardias revolucionarias político-militares, marxistas, que se han ido convocando a tono con la realidad que vive el mundo y , en concreto, cada uno de nuestros países.
En tal marco se plantean varias tareas importantes para nuestra organización y para cualquier organización realmente revolucionaria:
1. El pivote estratégico es el apoyo enérgico a Cuba Socialista, y el apoyo en Cuba Socialista, como el centro socialista en América, cuyo desarrollo es vital para la revolución latinoamericana, y que ayuda a crear y desarrollar la conciencia, la disposición al paso de nuestros pueblos al Socialismo, que contribuye material y moralmente al impulso y desarrollo de la lucha revolucionaria de nuestros pueblos.
2. El apoyo solidario a los pueblos que luchan más avanzadamente contra el imperialismo, en un franco acercamiento al Primer País Socialista de América: Guayana, Jamaica, etc… Apoyar el acercamiento de Belice a Cuba Socialista, y su autodeterminación como pueblo que no quiere caer bajo las garras de la tiranía pro-yanqui, de Guatemala y a su independencia efectiva del imperialismo inglés.
3. El apoyo a la lucha antiimperialista de los pueblos, como la lucha del pueblo panameño por la recuperación de su soberanía en el Canal
4. El apoyo solidario a les luchas revolucionarias que los pueblos latinoamericanos.
5. El desenmascaramiento y lucha combativa contra los regímenes de tiranía militar facistoide que oprimen a sus pueblos y la solidaridad militante con estos (Chile, Brasil, argentina, etc.)
SOBRE LAS DISCREPANCIAS EN EL SENO DEL CAMPO SOCIALISTA MUNDIAL Y NUESTRA LINEA Y RELACIONES CON EL MISMO
El gran desarrollo de la Revolución Mundial que marcha hacia la completa liquidación del imperialismo y del sistema capitalista mundial, ha encontrado en los últimos años un factor desfavorable en las serias divergencias aparecidas en los países del Campo Mundial del Socialismo, así como en el seno del movimiento comunista y revolucionario.
Estas discrepancias tomaron forma a principios de la década del 60 y han llegado a tener una expresión muy aguda, especialmente entre los mayores países del Campo Socialista: la Unión soviética y la República Popular China.
Las discrepancias que al principio tenían la formo de lucha ideológica para combatir las desviaciones teóricas y prácticas el revisionismo de derecha o de izquierda que en la práctica de la construcción del socialismo van apareciendo, rebasaron ese marco y pasaron a los terrenos estatales y nacionales, provocando agudos roces de carácter estatal y de competencia internacional, especialmente entre la URSS y la RPCH, que llegaron a niveles inconcebibles dentro del mundo socialista.
Esto crea graves retrasos y quebrantos a la marcha de la Revolución Mundial como se pudo apreciar claramente durante la Criminal guerra del imperialismo a Vietnam, en donde el Campo Socialista no pudo aunar sus fuerzas para propinarle una rápida y aplastante derrota al imperialismo, y este pudo explotar las contradicciones intersocialistas para prolongar su agresión. En tal ocasión todos los países socialistas dieron una enorme y decisiva ayuda al heroico pueblo de Vietnam, pero si no hubieran sido tan agudas las discrepancias, el imperialismo no hubiera sido capaz de sangrar tan duramente al pueblo de Viet-Nam.
Es lo que sucede en sentido mundial: los países del Campo Socialista y especialmente la Unión Soviética y la República Popular China proporcionan una ayuda inapreciable a la revolución en todo el mundo; pero el imperialismo y el capitalismo podrían ser derrotados mucho antes, si hubiera cohesión en el seno del Campo Mundial del Socialismo.
Sin embargo, esa es la realidad en que tenemos que movernos y debido a ello nuestra organización adoptó desde el principio una línea realista que contribuya al desarrollo del proceso revolucionario de nuestro pueblo, y que sea positiva en el contexto general de la revolución en el mundo.
Dicha línea es:
1. El absoluto respeto a todos los países socialistas, sus pueblos y gobiernos, considerando los enormes y decisivos aportes que están realizando en la lucha por el SOCIALISMO y el COMUNISMO, contra el Imperialismo y el Capitalismo, su apoyo al movimiento de liberación nacional de los pueblos y su apoyo e impulso de las luchas revolucionarias del proletariado y de los pueblos en sentido local y mundial.
2. Tratar de aprender de las valiosas experiencias revolucionarias de los países socialistas, tratando de aplicar aquello que esté en relación con nuestras condiciones específicas sin sentido mecánico ni dogmático y con criterio crítico.
3. La independencia como organización revolucionaria con respecto a los partidos y gobiernos de los países socialistas o respecto de cualquiera otra organización revolucionaria. Esto significa, relaciones basadas en la lucha revolucionaria común contra el imperialismo y el capitalismo, en los principios del marxismo-leninismo; en los intereses del movimiento revolucionario mundial, en el respeto mutuo, en la no supeditación de uno a otro, en las relaciones revolucionarias fraternales de mutua ayuda, y en la crítica fraterna.
4. Estudiar la experiencia del Movimiento Socialista Mundial, a la luz de su desarrollo tratar de desentrañar las causas de las actuales discrepancias, para jugar un papel positivo en el proceso dialéctico hacia la superación de las mismas.
Al mismo tiempo que se han desarrollado las discrepancias en el seno del Campo Socialista, ha OCURRIDO UNA GRAN DISPERSION IDEOLOGICA (y orgánica) en el seno del Movimiento comunista y revolucionario mundial, expresa do concretamente en cada país.
Multitud de corrientes ideológicas, grupos y organizaciones se disputan en cada país la representación de la verdad revolucionaria, desde los que adoptan militantemente las posiciones de uno u otro país socialista, o de ideológicos neo-marxistas que consideran superar o desarrollar partes de la teoría marxista, hasta el resurgir de viejas posiciones como el trotskismo, y de nuevas desviaciones como el aventurerismo y el militarismo.
Las FPI han podido desarrollarse dentro de una gran cohesión ideológica y unidad de acción práctica, entre causas porque desde el principio tuvo el gran acierto de trazar una línea en este sentido, que corresponde a las necesidades del desarrollo del proceso revolucionario de nuestro país:
1. Viendo con sentido crítico las experiencias del Campo Socialista y al mismo tiempo con verdadero respeto sus grandes aportes, y considerando que las actuales discrepancias serán superadas por el proceso de lucha hacia la construcción del Comunismo, y adoptar un criterio propio independiente y no supeditado a ninguna de las corrientes socialistas en pugna.
2. Elaborar sus experiencias y su práctica sobre la base de la interpretación marxista de la realidad del país y Centroamérica, para el desarrollo del proceso revolucionario, y para su propio desarrollo como organización revolucionaria. Eso implica, en sus relaciones, la valoración de la calidad revolucionaria práctica de otras organizaciones del país y Centroamérica; por ello son una guía para la Organización los siguientes elementos:
a) que sea la propia práctica revolucionaria la que lo demuestre;
b) la lucha ideológica continua y firme consecuente y doctrinaria contra todas las tendencias desviacionistas y confusionistas de derecha y de izquierda;
e) la relación progresiva con las organizaciones que en la práctica demuestren su vigencia y personalidad revolucionaria; relación bilateral, de mutuo apoyo en la lucha contra el imperialismo y sus lacayos, de respeto mutuo y de crítica fraterna, y basada en los principios revolucionarios;
d) política de alianzas de clase, que pone como centro le emancipación de la clase obrera y sus aliados de la influencia burguesa, y la creación de una unidad del pueblo que tenga como eje central la alianza obrera campesina y que abra paso a la hegemonía de la clase obrera.
LA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA CENTROAMERICANA
Parte básica de la estrategia de las FPL es la unificación gradual de la lucha revolucionaria centroamericana. Esta es una tarea difícil pero estratégica.
Nuestro enfoque como marxistas es conocer la realidad y partir de ella para transformarla. Por eso estamos en contra de aquellos esquemas mecanicistas, que totalmente desconocedores de las fuerzas vivas revolucionarias se van creando y desarrollando debido a la lucha interna de clases en el seno de cada parcela centroamericana, desearían formar inmediatamente una caricatura de partido marxista centroamericano con rótulo en cada uno de los actuales estados haciendo a un lado las fuerzas revolucionarias que efectivamente han ido germinando al calor de la lucha de clases en cada Estado.
La línea de lucha revolucionaria centroamericana que adoptó nuestra organización desde un principio y que está ayudando a darle proyección y realidad centroamericana a la lucha de cada uno de nuestros pueblos, se basa en los siguientes elementos:
1. La creación en El Salvador de una verdadera organización revolucionaria político-militar, con gran influencia organizada sobre las masas populares, que impulse el proceso revolucionario en el país y Centroamérica
2. Simultáneamente, tener en la base de su proyección estratégica, la unificación gradual de las luchas revolucionarias a nivel centroamericano, hasta la formación de organismos comunes (Partido, Ejército Revolucionario, movimiento revolucionario de las masas), que sean decisivos para la definitiva liberación de nuestros pueblos y para la construcción del SOCIALISMO.
3. En esta vía; establecer relaciones cace vez más estrechas, refrendadas por la práctica revolucionaria, con aquellas organizaciones revolucionaria de Centroamérica que propicien los fines estratégicos revolucionarios, y contribuir a la unificación de los movimientos populares revolucionarios de las masas centroamericanas.
Les relaciones a nivel de organizaciones revolucionarias deberán de evolucionar, desde el intercambio y mutua ayuda, la coordinación en la acción revolucionarla, hasta la proyección de unificación progresiva estratégica operativa y orgánica, ideológica y política.
Esto es un proceso de acción, de elevación de la conciencia revolucionaria de los pueblos centroamericanos, de la organización, de lucha revolucionaria de las masas y de operatividad armada coordinada y finalmente unificada.
Verlo sólo en uno de estos sentidos, verlo sólo como problema orgánico, como problema técnico u operacional sería abortar en forma metafísica y superficial tan vital problema del que depende la liberación definitiva de los pueblos centroamericanos.
Es en este marco que hay que situar la situación actual de nuestro país ya que el mismo no puede estar desligada de la situación internacional, sino que esta influye en diversas formas sobre lo que acontece en El Salvador.
Al hacerlo debemos recordar lo que al principio se deja establecido: que los factores internos -la lucha de clases interna es lo determinante en la marcha del proceso revolucionario de un país y que la línea política concreta para el accionar revolucionario de nuestra organización, tiene que partir fundamentalmente del estado y de las perspectivas de la lucha de clases interna, de las contradicciones que se generan en el seno de nuestra sociedad concreta, en un momento determinado y en las condiciones propias.

Tomando en cuenta eso como fundamental, caeríamos por otro lado en un error, si no tomamos en cuenta las condiciones externas, los factores de la situación internacional que favorecen o perjudican el desarrollo de la lucha revolucionaria de nuestro pueblo y de los pueblos centroamericanos.
De allí la importancia de un enfoque correcto de la situación internacional para situar nuestra línea revolucionaria en el momento actual.
SEGUNDA PARTE

INTRODUCCION

La lucha Revolucionaria de nuestro pueblo se desarrolla en los marcos de la lucha revolucionaria de los pueblos centroamericanos. Está íntimamente ligada a la misma, y en medida gradual, pero cada vez más intensa tendrá que ir convergiendo, hasta convertirse en un solo torrente hasta la liberación definitiva. La lucha de los pueblos centroamericanos se realiza a su vez en el marco de la heroica lucha de los pueblos de Latinoamérica por la liberación y el Socialismo que en forma tan visionaria puso de relieve el Guerrillero Heroico: Ernesto Che Guevara.
Al analizar en el anterior capítulo la situación internacional, hemos dejado en claro que es en ese marco global latinoamericano y centroamericano, que tenemos que situar nuestro examen sobre la situación actual de nuestro país tomando en cuenta en forma concreta y determinante el desarrollo de la lucha de clases interna.
Pasamos, entonces, a ver los rasgos más sobresalientes de la situación actual, aunque sea en forma bastante esquemática. Comenzaremos por exponer el desarrollo de nuestra organización, y el movimiento revolucionario que la misma organiza, orienta e impulsa, partiendo en nuestro informe de la celebración de la Primera Reunión del Consejo Revolucionario de las FPL, y finalizando con el planteamiento de la línea general de proyecciones político-militares de nuestra organización.

DE JULIO 1976 A ABRIL 1977

A estas alturas podemos ver con claridad que lo avizorado el año pasado ha tenido su correspondiente concreción en la práctica: El Primer Consejo de las FPI significó un paso de gran trascendencia para la vida de la Organización. Un salto de calidad que le hizo entrar en una nueva etapa de su vida.
De ahí para acá todo el quehacer revolucionario de la organización y de las masas combativas se ha hecho más complejo, más rico y multifacético.

La interacción entre vanguardia revolucionaria y masa, entre medios armados de lucha y medios no armados, entre lo abierto y lo secreto, han cobrado una vigencia palpable en el marco de la guerra revolucionaria, que va situando todo el plano de la lucha de nuestro pueblo en una nueva dimensión que se proyecta hacia nuevos escalones de la revolución en lo local y en su incidencia centroamericana.
Debemos de tomar en cuenta que el Consejo significó un triunfo, a través de la lucha ideológica consecuente, contra un pequeño grupo divorciado de los principios revolucionarios y totalmente aislado de la membrecía, que quiso darle marcha atrás al proceso de avance revolucionarlo de nuestra organización. Eso puso en evidencia la alta cohesión ideológica, política y orgánica de toda organización sobre cuya base se abrió pasó a la nueva etapa de desarrollo.
El Consejo trató de plantearse el cuadro, tanto de aciertos históricos que el trabajo de la organización había tenido hasta entonces, como los graves retrasos y debilidades que era preciso remover para propiciar la nueva etapa de desarrollo con las acrecentadas responsabilidades que la conducción político-militar planteaba a las FPL.
En este, sentido, trató el Consejo de impulsar las correspondientes medidas en bs planos orgánicos, políticos, militares, ideológicos, teóricos (en lo educativo propagandísticos, etc.), en los métodos de dirección y de trabajo, etc.
En consecuencia:
a) la formación del Consejo fue, por si misma, la primera medida trascendental de arranque para la vigencia de las demás;
b) la elección del CO-CEN fue otra medida de gran importancia, ya que en este organismo recaería la responsabilidad principal para llevar a la práctica las medidas aprobadas por el Consejo;
c) la creación, reestructuración y reforzamiento de organismos da dirección internos;
Pero este era sólo el primer paso necesario, el siguiente era la consolidación orgánica e ideológica de estos organismos para el eficiente funcionamiento y desempeño de sus grandes responsabilidades, y la coordinación de las diferentes ramas político-militares e internas para el armonizado y eficiente trabajo de conjunto.
d) En esto, gran importancia tendría la introducción de los mejores métodos de trabajo en todos los escalones.
A partir de ahí se bifurca todo el despliegue del accionar de los organismos políticos y militares en sus respectivos campos, y de las masas populares, en los variados escalones que abarca la guerra popular y que, de acuerdo con nuestra estrategia Revolucionaria tiene como eje central la Lucha Armada íntimamente unida a los otros medios de lucha del pueblo que se desarrollan en función de la lucha revolucionaria.
Brevemente, podemos decir:
Se abrió un prodigioso despliegue del movimiento combativo de las masas, creándose un profundo y fuerte movimiento popular revolucionario organizado, que responde la estrategia revolucionaria y que va incidiendo profundamente en la vida política del país; y que son valiosos canales para la incorporación de las masas avanzadas a nuevos escalones de lucha revolucionaria.
Especialmente amplio, profundo y combativo ha sido el movimiento organizado de masas en el campo entre los trabajadores agrícolas y campesinos pobres y medios. Desde 1932 que se habla podido organizar en nuestro país un movimiento revolucionario de las mesas tan amplio, combativo y consciente.
En este año, este movimiento revolucionario del campo ha escalado nuevos peldaños de combatividad masiva, no sólo ha organizado a las masas trabajadoras del campo hacia la lucha por las más sentidas reivindicaciones inmediatas durante las tempo radas de café, caña de azúcar, y algodón; sino que pasó a las acciones de tomas organizadas de tierras en varias regiones del país, con métodos de movilización que ha elevado enormemente la aplicación de la violencia revolucionaria de las masas.
La clase obrera ha dado avances en sus niveles de organización y de lucha reivindicativa inmediata y revolucionaria lo que constituye un prometedor paso en la vital necesidad estratégica de integrar a la revolución a la clase obrera industrial.
En ese sentido, la tarea estratégica de la formación de la Alianza Obrero-Campesina, núcleo fundamental de la Unidad Revolucionaria de las Fuerzas Populares, comienza a avizorarse como una proyección tangible.
…otras clases y sectores sociales oprimidos han avanzado hacia posiciones revolucionarias, hacia nuevos y superiores niveles de combatividad, en los métodos y formas de lucha y de organización por ejemplo, el magisterio, los estudiantes, etc.
Tarea especial –pivote- en este momento, es la elevación revolucionarla definitiva de la clase obrera industrial y agrícola.
Algunos acontecimientos importantes, que puedan calificarse de trascendentales para la profundización de la guerra y la incorporación popular han sido:
a) gran movilización de las masas a lo largo del país: manifestaciones, mítines y actos masivos de diversa naturaleza, desde las concentraciones nacionales y locales hasta mítines relámpago etc.;
b) gran despliegue y ejercicio de las masas en la violencia revolucionaria;
c) educación política, e ideológica de las masas, por la difusión de la línea revolucionaria, por la lucha ideológica contra las tendencias desviadas.
d) La organización de las masas cada vez más profunda y ramificada, rectora y unificadora del movimiento revolucionario de las masas.
e) He allí algunos de los renglones más visibles e importantes, que han venido a enriquecer enormemente el marco de la lucha revolucionaria y que coloca en un grandioso plano de proyección a la revolución, no obstante sus propias y evidentes debilidades.
Pero en estos meses, la calidad revolucionaria del movimiento de masas ha avanzado frente al incremento de la guerra contrarrevolucionaria que somete a las mesas a agudos grados de represión extendida a los núcleos de población organizados. Los asesinatos, las capturas y desaparecimientos, las emboscadas, los ataques a poblaciones enteras, el ataque armado a manifestaciones, etc., han obligado gradualmente a las masas combativas organizadas a la profundización y tecnificación de la violencia de las masas, especialmente en las modalidades de la autodefensa.
Es frente a esta necesidad concreta, que no es solo coyuntural sino histórica para el avance de las fuerzas revolucionarias en las condiciones de nuestro país y Centroamérica, que ha surgido el organismo de las masas capaz de canalizar y elevar a nueva calidad revolucionaria a la parte más avanzada de las mismas y emprender la concreta armamentizacion de las masas revolucionarias: las Milicias Populares.
Aunque esta necesidad la detectó la organización desde antes del Consejo, y precisamente la compañera EVA y el compañero ANTONIO comenzaron a elaborar la teoría sobre la misma, fue hasta después del mismo que comenzó a concretizarse en la práctica:
En conjunto, estas redes milicianas son una comprobación no sólo de las posibilidades de un gran desarrollo de las milicias en el país, sino también de su necesidad para la dirección de las masas. Son el eslabón de incorporación de las masas a la lucha armada revolucionaria.
Pero éstas son sólo las redes iníciales, que representan la primera recolección práctica de experiencias que permiten pulir y enriquecer las concepciones iníciales sobre las milicias y elaborar sobre la base ele las condiciones concretas de nuestro país lo proyección política, orgánica y teórica para el despliegue de la milicia popular .
Pero es al llegar a este nivel de desarrollo de las necesidades del movimiento revolucionario de las masas dentro de la estrategia de Guerra Prolongada del Pueblo que se ha revelado no sólo la importancia de las Milicias sino que las deficiencias actuales tanto en el desarrollo de la propia concepción de la misma, de su radio de acción, de sus líneas de organización, de sus líneas de operatividad armada y de su interacción con la masa y con la vanguardia revolucionaria político-militar.
Las Milicias han impulsado en sus primeros pasos acciones de defensa de las masas: quemas de cañales, sabotajes, como corte de comunicaciones y energía eléctrica, preparación de ajusticiamientos de enemigos del pueblo, etc., así como propaganda armada, pintas, etc.
Les miembros de los primeros grupos de milicias han ofrendado en sus pocos meses de desarrolle un elevado tributo de sangre en el esfuerzo conjunto del pueblo por su liberación que han caído acciones y choques contra el enemigo 11 compañeros.
La complejidad de las tareas de las milicias ha quedado de esta manera puesta de relieve así como la incompleta experiencia de nuestra organización en este terreno, la impreparación militar y política de los cuadros y aspirantes de milicias, las deficiencias orgánicas y de coordinación, así como la necesidad de completar la teoría de las Milicias populares en nuestro país, sus concepciones operativas entre la masa,(que hasta hoy han transcurrido por los carriles de la técnica de la operatividad guerrillera) sin avanzar en el conocimiento y aplicación del arte de la lucha violenta de las masas que conducen a sus insurrecciones parciales, integradas a la guerra del pueblo.
Así mismo, ha mostrado las enormes posibilidades de desarrollo de las Milicias Populares y del armamento de los trabajadores, que se desprenden de la actividad hasta hoy desarrollada y del potencial inagotable ce las masas combativas.
Es sobre la sintonización de estas experiencias positivas y negativas, que se habrá de elaborar inmediatamente las proyecciones de desarrollo de las Milicias Populares y de la autodefensa de las masas.
Se tomaron algunas medidas con vistas a adquirir experiencias que condujeran a lograr un enfoque integral de nuestras proyecciones generales de dirección militar y de trabajo.
Estas han sido sólo medidas iníciales para integralizar a la visión y proyección Militar, para avanzar en la tarea estratégica de visualizar las formas de la correcta centralización y distribución de la dirección militar que conduzca a la vía correcta de formación del Ejército Popular de Liberación.
No obstante nuestras debilidades en lo militar, después del Consejo se ha intensificado y vuelto bastante continua la operatividad guerrillera que abarca diversos lugares del país. La colocación de explosivos, el castigo de los criminales jefes de ORDEN y verdugos locales, acciones de sabotaje (incendio de bodegas, de algodón, de cañales, etc.), desarme de enemigos, recuperación de vehículos, etc., atentados a casa de funcionarios, ataques a cuarteles de Guardas Nacionales, etc., e incontables acciones de propaganda armada, han ido mostrando al pueblo el incremento de la lucha guerrillera urbana y sub-urbana.
La campaña de ajusticiamientos y sabotajes previa a las elecciones, incidió notablemente en esa coyuntura política, mostrándole al pueblo la alternativa revolucionaria.
Y la parte, militar de operación “Héroes Revolucionarios del 11 de Octubre EVA-FRANCISCO-ANTONI0”, mostró al país y al mundo, no sólo la innegable existencia de la guerrilla en el país, así como el dominio de alta técnica guerrillera; sino también, su profunda incidencia en la vida política del país.
Esta operación ha tenido la más amplia y profunda conmoción en la vida política de país, producida en los últimos años.
Todo esto ha creado base para que la guerrilla urbana y sub-urbana de un salto de calidad como el medio estratégico para la formación del Ejército Popular de Liberación, para el desarrollo de la lucha armada revolucionaria, medio fundamental de lucha en el marco de la Guerra del Pueblo.
Se necesitará para ello, tanto medidas de reestructuración orgánica, como de sintonización y desarrollo de la teoría de la Guerra Revolucionaria en nuestro país y de sus fuerzas armadas, de su papel de la combinación con los otros medios y organismos de lucha, del papel de la vanguardia en su dirección y organización y sobre las vías del desarrollo de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación y de su operatividad.
Ahora bien, todo este múltiple accionar combinado de las fuerzas del pueblo tiene su motor y su dirección en su organización de vanguardia revolucionaria político-militar marxista: en la estructura interna de las FPL
De su cohesión ideológico-político y orgánica, de sus métodos de trabajo y de su accionar, depende lo correcto y eficaz de la lucha revolucionaria del pueblo.
Por ello, la integración del Consejo de las FPL y la realización de su primera reunión, al contribuir a poner a la vanguardia en condiciones más eficaces de cumplimiento de sus responsabilidades dentro del proceso revolucionario del pueblo, tuvo una importancia trascendental.
Sin embargo, pocas semanas después de constituirse el Consejo, tuvo la irreparable pérdida de dos de sus miembros, el compañero ARNOLDO, el 19 de Agosto, y la compañera EVA el 11 de Octubre.
Por otro lado, la Comisión que nombró el Consejo para elaborar el anteproyecto de las bases estatuarias de la FPL, entregó su trabajo en el cual fue sintetizado y reordenado por el Co-Cen para presentarlo en esta oportunidad como base de discusiones para su aprobaci6n en el presente Consejo.
Es necesario poner de relieve ante el Consejo que el miembro de esta Comisión, Compañero OSMIN (Juan Morales Chávez), de cuyo esfuerzo aunado al de los otros campañeros, es fruto el anti proyecto de bases estatuarias, cayó combatiendo heroicamente al enemigo en la madrugada del 19 de Mayo en la ciudad de Aguilares. Las bases estatuarias de las FPL serán un imperecedero homenaje a tan ejemplar dirigente de nuestra organización.
Además, el Consejo realizó una reunión de carácter extraordinario para tomar importantes resoluciones de trascendencia política en relación con la operación política militar mencionada.
CO-CEN
El Primer Consejo eligió de su seno al Comando Central.
En términos generales se puede sintetizar que el Comando Central actual ha podido realizar en lo fundamental una dirección acertada en los problemas delicados que las coyunturas ha planteado. Ha sabido trazar la línea política acertada en cada momento. Aunque ha funcionado con bastantes debilidades. Además la caída de la compañera EVA fue un golpe irreparable.
El consejo tendrá que reforzar el actual Comando Central y reestructurarlo, dotándolo del número y calidad suficiente de miembros para que éste pueda reorganizar y reordenar sus responsabilidades y planificar la proyección de su trabajo y de la organización en su conjunto.
¿CUALES SON LOS RENGLONES BASICOS QUE NECESITAN MEDIDAS URGENTES PARA PROPICIAR EL DESARROLLO DE TODO EL TRABAJO REVOLUCIONARIO EN EL MOMENTO ACTUAL?

1. Una más adecuada reestructuración de los Organismos de Dirección Interna, incorporando a los mismos a cuadros valiosos que se han ido forjando política-teórica y prácticamente en el desempeño de tareas de responsabilidad.
2. Introducción de las Bases Estatutarias de manera inmediata a todo nivel, para que la organización en su integridad norme su funcionamiento en tales bases.
3. El reclutamiento de nuevos miembros de las FPL sobre la base de la alta contextura revolucionaria que exigen las normas estatutarias.
4: Una campaña lo suficientemente amplia y profunda, para la introducción de correctos métodos de trabajo.
5. La sintonización de las experiencias revolucionarias obtenidas en los 7 años de trabajo de la organización y de la situación del país en el marco Centroamericano y sobre esa base:
a) elaborar la línea general de proyección del trabajo revolucionario;
b) elaborar la línea de desarrollo de las fuerzas revolucionarias para la formación del Ejército Popular de Liberación;
c) La línea de combinación del trabajo en sus distintos niveles;
d) elaborar la línea del desarrollo del trabajo de masas y de la Milicia en el marco de la Guerra Revolucionaria;
e) elaborar la línea de desarrollo orgánico de las FPL;
f) elaborar la proyección de la integración de la lucha revolucionaria centroamericana;
6. Poner en ejecución un enérgico plan de educación político ideológico que tenga como objetivo prioritario:
a) preparar con la urgencia debida los cuadros que la organización necesita en sus niveles de dirección en los diferentes niveles y en sus diversas ramas para su trabajo político y militar,
b) dar la base necesaria político ideológico y teórica a toda la organización para fortalecer su cohesión ideológica y su capacidad de dirección revolucionaria.
7. Entrar a la solución de la creciente necesidad de armamento para el desarrollo de la guerrilla urbana y sub-urbana para las Milicias Populares y del Pueblo.
8. Dar un salto de calidad en la propaganda, mejorando los órganos, integrando mejor técnica a la impresión; mejorando la técnica material y ampliando su radio de acción.
Todas estas son tareas urgentes que sólo pueden abordarse con seriedad y de acuerdo a las posibilidades que se establezcan en su planificación por un Comando Central Cohesionado y Capacitado.
Su formación es tarea de este Consejo.

TERCERA PARTE
Contuvo una exposición sobre los detalles de la Operación “HEROES REVOLUCIONARIOS DEL 11 DE OCTUBRE EVA-FRANCISCO-ANTONIO”.
Se refirió a los siguientes puntos:
1. el planteamiento de una acción combinada.
2. Estrategia de la campaña político-militar por la liberación de presos políticos.
3. Operación “Héroes Revolucionarios del 11 de Octubre EVA-FRANCISCO-ANTONIO”.
4. Período de negociación.
5. La movilización de masas y de la opinión pública.
6. Qué objetivos de los trazados se habían obtenido hasta el 29 de abril.
7. La posición contra revolucionaria del gobierno.
8. Las movilizaciones de masas.
9. La movilización del Primero de Mayo.
10. Conclusiones.

CUARTA PARTE
Después de la operación “Héroes Revolucionarios del 11 de octubre “EVA FRANCISCO-ANTONIO”, hemos entrado a una situación que si bien tiene su raíz y su incubación en los peldaños anteriores ya no es la misma situación. Entramos a un momento distinto del desarrollo revolucionario, originado en lo anterior, pero no igual: la guerra ha entrado en una franca expresión, en hechos muy concretos y elocuentes.
¿DENTRO DE QUÉ ELEMENTOS SE DA ESTA SITUACIÓN?
a) Los factores económicos irresolubles: la crisis estructural del sistema, se ha profundizado, ampliando las dificultades y contradicciones internas del régimen y de las clases explotadoras dominantes.
b) La crisis que pesa sobre la economía del país dependiente no da señales de aliviarse, incluso con la mejoría de los precios del café, y se agrava, no dando visos de mejorar ni siquiera la situación del Mercado Común Centroamericano, ni la exportación a otros países.
4. Esto ha acrecentado el papel de las FPL en la revolución a nivel centroamericano y acercando las posibilidades de gradual integración de las luchas revolucionarias en el área.
5. Las fuerzas contrarrevolucionarias han declarado abiertamente la guerra sin cuartel a las FPL y al movimiento revolucionario de las masas, y han entrado a la fase de grandes operaciones militares ofensivas, con cerco y peina de grandes extensiones del territorio, con el cateo de ciudades y pueblo casa por casa, con la utilización de miles de efectivos militares, tanques, aviación, paracaidistas y artillería; para tratar de acabar con la “subversión” que ya no la considera encerrada en los “refugios guerrilleros”, ni compuesta por pequeños grupitos aislados de las masas, sino que la considera como un fenómeno extendido a grandes extensiones de la población que consideran “contaminada”. Esto eleva enormemente la escala de sus crímenes, atropellos y crueldades en su accionar contra el pueblo.
6. La guerra contra revolucionaria ha saltado los limites en los que el enemigo había mantenido la participación directa de sus fuerzas: antes, el peso principal recaía sobre los cuerpos “de seguridad” y organismos paramilitares. Ahora, es el ejército el que ha tomado el papel principal, apoyándose en los otros cuerpos represivos.
Esto es un salto de gran importancia que le da una distinta configuración a la guerra.
7. Asimismo, la lucha armada revolucionaria y la lucha de pasas no pueden mantenerse en el mismo nivel, para poder seguir avanzando.
De aquí la necesidad de una nueva proyección de todo nuestro trabajo.
¿EN QUÉ DIRECCIÓN FUNDAMENTAL DEBE DE IR ESA NUEVA PROYECCIÓN DE LAS PRESENTES Y PRÓXIMO FUTURAS CONDICIONES DE LA GUERRA?
1.El movimiento combativo de las masas debe entrar a una nueva fase, en donde su actual desarrollo tiene que completarse, integrando nuevas modalidades orgánicas, de métodos de trabajo, de modalidades de movilización y lucha para poder avanzar en la incorporación de las grandes masas.
Con sólo las formas de trabajo con las que ha llegado a desarrollarse hasta ahora, no podría seguir avanzando en las nuevas condiciones de la guerra contrarrevolucionaria. Tiene que ser un momento de masas revolucionario, actuando dentro de una situación de guerra que se intensifica aceleradamente.
2. Las milicias populares cobran en esta situación una importancia cada vez más decisiva para propiciar el ascenso combativo de las masas y canalizar su disposición revolucionaria hacia la lucha armada popular. Para impulsar organizadamente el ánimo insurreccional del pueblo, prepararlo, tecnificarlo y conducirlo. Eso no quiere decir que debemos considerar como que estuviéramos a las puertas de una insurrección general del pueblo, pero los escalones de violencia y combatividad revolucionaria de las masas, su ánimo de lucha, escalan nuevos peldaños y modalidades de violencia revolucionaria de las masas, que conducirán a brotes de rebeldía que hay que organizarlos y conducirlos como parte de la guerra revolucionaria, para la incorporación cada vez mayor del pueblo a la lucha revolucionaria. Para su preparación y participación en batallas cada vez mayores en el camino hacia el triunfo de la Revolución Popular hacia el SOCIALISMO.
3- La guerrilla urbana y suburbana debe de ir adoptando el papel cada vez más decisivo de la lucha y acelerando la formación del Ejército Popular de Liberación y causando daños cada vez mayor a las fuerzas armadas contrarrevolucionarias, así como a la base económica de la oligarquía y el imperialismo.
Abarcando en forma creciente a todo el país. Eso significa que la guerrilla debe crecer rápidamente en cantidad y calidad, organización, extensión territorial y operatividad.
4. Y la vanguardia revolucionaria debe adquirir cada vez más la configuración de un genuino partido marxista de la clase obrera, y ganando en forma creciente la capacidad político-militar orgánica ideológica y practica en la conducción de todas las áreas del trabajo revolucionario del pueblo.
Sin un salto de esa dimensión y calidad, la revolución no estaría en capacidad de avanzar, frente a la dimensión de las medidas de la guerra de contrainsurgencia. Y el enemigo podría obtener éxitos estratégicos que hagan retroceder el movimiento revolucionario.
En cambio, el pueblo avanzaría más decididamente por el camino revolucionario, derrotando todas las medidas estratégicas del enemigo en el terreno militar y político, y ascendiendo nuevos escalones de la guerra revolucionaria, si en estos cuatro renglones básicos.
Partido Revolucionario del Proletariado.
Guerrilla Urbana y Sub-urbana, avanzando hacia la formación del Ejército Popular de Liberación a nivel de todo el país; con operatividad continuada, creciente y enérgica.
Milicias Populares, como amplio canal de recepción y despliegue de la energía combativa de las masas.
Movimiento Combativo Popular. Encontramos las medidas apropiadas para su desarrollo en estas nuevas y más complejas condiciones político-militar.
Ese es precisamente, el papel trascendental de este Consejo:
DAR LA LÍNEA GENERAL PARA LA PROYECCIÓN DE CADA UNA DE LAS ÁREASSICAS
Iniciar las medidas de arranque que permitan dar un salto de calidad en todos los renglones de nuestro trabajo para estar a la altura de las necesidades de esta nueva fase de la lucha revolucionaria.
A. En cuanto a las medidas internas para a desarrollo de las FPL y para acrecentar su papel director de vanguardia revolucionaria del pueblo:
-Fortalecer al mismo Consejo.
-Fortalecer al Comando Central para una mejor eficacia en el despliegue de su trabajo.
-La reestructuración de los organismos de dirección interna.
-La puesta inmediata en aplicación de las bases estatutarias.
-La preparación inmediata de cuadros a todos los niveles de las necesidades de la organización y el fortalecimiento de la cohesión ideológico-política de la organización.
-El reclutamiento y desarrollo de la organización sobre la base de la calidad.
-Crear una buena coordinación y control interno. – Introducción de los mejores métodos de trabajo y dirección.
B.-En cuanto al desarrollo de la guerrilla y su papel para la creación del Ejército Popular de Liberación:
-La reestructuración del organismo de Dirección Nacional.
-El despliegue de su trabajo a nivel nacional, y la puesta en aplicación de métodos orgánicos apropiado a nuestro desarrollo militar que combinen acertadamente la centralización de dirección de la guerra con la coordinación local.
-Una realista programación y planificación de la operatividad armada revolucionaria que esté de acuerdo con la actual fase de la guerra popular y que propicie el incremento de la misma con el fin de socavar las fuerzas del enemigo y propicie el desarrollo de las fuerzas armadas de la revolución.
Por ello debe ser: – continuada; – en ascenso; – con proyección de su extensión a todo el país; – con crecimiento pronunciado de la guerrilla sub-urbana; – con incremento constante de su parte técnica;
C. Las Milicias Populares deben convertirse en una fuerte organización armada para-militar del pueblo de miles de obreros, campesinos, estudiantes, etc. en corto tiempo, para que reciba las energías de la población asediada y golpeada por las medidas de represión del enemigo y le de verdaderas perspectivas de lucha revolucionaria a la parte más combativa y avanzada de las masas, que de otra manera caerían en la falta de perspectiva y proyección revolucionaria y entrarían en la desmoralización y defraudación.
Para ello es necesario revisar los moldes orgánicos actuales de las milicias; crear las bases de una red amplia de colaboración de la población con las Milicias, en donde puedan contribuir con su esfuerzo desde los niños hasta los ancianos en el desarrollo de la lucha revolucionaria. Y revisión de las bases conceptuales de la operatividad armada miliciana y de las masas.
D. El gran movimiento revolucionario de las masas debe elevarse en calidad los actuales moldes de trabajo y aplicar nuevas modalidades que permitan a las masas no sólo seguir combatiendo, sino desarrollarse más ampliamente, en las condiciones cada vez más graves de intensificación de la guerra contrarrevolucionaria.
Se necesita estudiar las actuales modalidades orgánicas. Encontrar las formas eficaces de trabajo, que permitan a la amplias masas el mayor despliegue de sus fuerzas y de su desarrollo masivo en las condiciones más incrementadas de la guerra.
Fortalecer la orientación revolucionaria del movimiento de masas y combatir enérgicamente el sectorialismo, el departamentalismo y el individualismo pequeño burgués en el desarrollo del trabajo.
Estudiar con seriedad y profundidad la adecuada combinación del trabajo en las actuales condiciones y las del futuro.
El cambio de los métodos y modalidades no correctos del trabajo de las masas, sustituyéndolos por correctos métodos de trabajo, para que sea capaz de desarrollarse en la nueva fase de la guerra.
COMPAÑEROS:
Estas son –esquemáticamente- las grandes líneas de la actual situación y de las proyecciones de la lucha para ponernos a tono con la nueva fase de la guerra.
La realización del Consejo, en estas circunstancias, cobra por consiguiente- una importancia de primer orden.
El consejo es el primero que estudia esta situación, y el que trazará las líneas generales de la proyección.
Corresponderá, a continuación, al Comando Central y a los demás Organismos de Dirección en las que éste se apoya para su trabajo, desarrollar esas líneas generales, profundizar en ellas, tomar todas las providencias en detalle para ponerlas en consecuente aplicación y así colocar a las FPL, a las guerrillas, a las milicias populares y el gran movimiento combativo popular en capacidad teórica política y práctica de derrotar estratégica y tácticamente al enemigo, y así marchar hacia nuevos escalones de la Guerra Revolucionaria, hacia la REVOLUCION POPULAR y el SOCIALISMO.
¡Revolución o Muerte! ¡El Pueblo armada vencerá!
Mayo de 1977. El Salvador. Centroamérica.
DISCUSION POR EL CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FPL DEL INFORME DEL COMANDO CENTRAL
Las intervenciones de los miembros del Consejo sobre la situación actual y las proyecciones generales de trabajo de la organización en sus diferentes terrenos, discusión en la cual intervinieron casi todos los compañeros recalcaron algunos puntos esenciales:
a) En cuanto a la educación política-ideológico:
Se recalcó la necesidad de una enérgica campaña de educación política e ideológica, y de difusión y dominio de la línea estratégica y táctica para su correcta y dinámica aplicación, así como para la aplicación de métodos leninistas de trabajo y dirección.
Así mismo, la necesidad de implementar planes dinámicos correspondientes a una correcta política de preparación, especialización y promoción de cuadros, así como su conservación. Que debe hacerse un estudio de los cuadros que se tienen, y de los compañeros que deben desarrollarse para convertirse en cuadros. Que se necesita formar cuadros, especialmente de la clase obrera, cuadros suburbanos y de las zonas.
Se hizo hincapié en la necesidad de una política correcta de promoción de cuadros a cargos de mayor responsabilidad, sobre la base de una buena selección.
Y se puso de relieve la necesidad de la tecnificación pronta de cuadros para las ramas de trabajo revolucionario que lo están necesitando con urgencia; por ejemplo, en propaganda, preparación combativa, etc..
b) En lo referente al desarrollo teórico de la estrategia y de la táctica de la organización:
La necesidad de sintetizar, sistematizar y desarrollar la línea militar y la línea de masas, así como el desarrollo de las milicias; la combinación de los tres terrenos, y desarrollar la línea sobre le combinación de trabajo en los marcos de le línea estratégica de la guerra revolucionaria, y el papel de la vanguardia revolucionaria en la conducción de la guerra y la relación dirigente con los distintos niveles del trabajo (milicia, guerrilla, etc.)
También se señaló la necesidad de fijar plazos para la gradual elaboración de tales aspectos básicos de la estrategia y táctica de la organización.
c)Sobre los problemas de organización y coordinación.
Se expresó la necesidad de elaborar una lista de las prioridades del trabajo. Se hizo hincapié en la necesidad de establecer ágiles y correctos métodos de coordinación a todo nivel, en los organismos de dirección y en las bases, así como entre unos y otros.
También la necesidad de combatir enérgicamente las tendencias que vayan apareciendo al departamentalismo, al seccionalismo y al individualismo en los métodos de dirección y de trabajo.
Se recalcó la necesidad, muy sentida en esta etapa, de una buena relación, contactación y coordinación entre el trabajo de la guerrilla, y las milicias y los otros niveles del trabajo revolucionario; y el central papel que en esta función de coordinación tiene que desarrollar el Comando Central.
Asimismo, la necesidad de desarrollar una línea enérgica y apropiada de estructuración orgánica y de reestructuración de organismos, con vistas a que la organización pueda extenderse a todo el territorio.
Se hizo ver la necesidad del trabajo planificado, y de implementar las prioridades, la necesidad de planes de trabajo realistas en los organismos de dirección, en las bases y hacia el pueblo, y trabajo armado. Y la necesidad de crear nuevos organismos nacionales del Co-Cen.
d) En lo relativo a la necesidad de correctos métodos de trabajo
Se recalcó la necesidad de educar, a los miembros y organismos en los principios del centralismo democrático. La necesidad de introducir enérgicamente los métodos proletarios, de mejorar los actuales métodos de dirección y de trabajo, de combatir el liberalismo, (la impuntualidad, el desorden, el espontaneismo, el individualismo, el departamentalismo, el seccionalismo, etc.), donde quiera que se presenten en el proceso de desarrollo de nuestra organización de nuestro trabajo.
Que se necesita la discusión colectiva de los problemas en los diversos organismos, y entre los organismos sobre la coordinación y complementación del trabajo, proceso que debe ser orientado y dirigido por el Comando Central.
Que es necesario planificar todo el trabajo y poner en vigencia a todo nivel la dirección colectiva con responsabilidad individual.
Se expresó la necesidad de que el Consejo Revolucionario de las FPL busque los mecanismos para atender las necesidades del desarrollo de la línea general en distintos renglones vitales; por ejemplo trazar la proyección estratégica y táctica generales del desarrollo del trabajo militar hacia la formación del Ejército Popular de Liberación, del desarrollo de las milicias y de la violencia de las masas, de la proyección del trabajo de masas, de la combinación del trabajo, así como la centroamericanización de la lucha revolucionaria, y en otros terrenos básicos. Se recalcó que estamos sobre lo nuevo y en el terreno salvadoreño en el marco centroamericano.
E) En cuanto a propaganda:
Se hizo ver lo necesario que es el poner en aplicación nuevos métodos de distribución de la misma. Que la propaganda tiene que ser ágil y oportuna. Que es necesario complementar con nuevos y más ágiles métodos de propaganda armada.
e) En cuanto a la necesidad de la proletarización:
Se recalcó la necesidad de la enérgica introducción de los métodos y estilos de trabajo proletarios a todo nivel. Y que no sólo desde el punto de vista teórico e ideológico, sino a través de la proletarización práctica de la organización, de la incorporación de la clase obrera a la Organización y a la Revolución; la promoción de cuadros de la clase obrera; la necesidad de impulsar el trabajo obrero como cuestión prioritaria. Se recalcó la necesidad vital de que la organización debe nutrirse de las fuerzas revolucionarias fundamentales de la clase obrera e industrial y agrícola, y el campesinado pobre; y la necesidad vital de convertir a la clase obrera en firme abanderada de la lucha revolucionaria en todos sus aspectos.
RESOLUCIONES
Después de la discusión del informe del Comando Central sobre la situación internacional y actual del país, el Consejo Revolucionario de las FPL aprobó por unanimidad los informes presentados, así como las líneas generales de proyección y de desarrollo de la organización en sus distintos terrenos de trabajo: interno, guerrillas, milicias populares, y el trabajo entre el pueblo. Se aprobaron las sugerencias y recomendaciones hechas por los compañeros del Consejo Revolucionario de las FPL durante la discusión del informe del Comando Central.
El Consejo Revolucionario de las FPL tomó el acuerdo especial de encargar al Comando Central el desarrollo de la línea estratégica y táctica general político-militar de las FPL en sus aspectos básicos, y presentarlos gradualmente a consideración del Consejo Revolucionario de las FPL, para lo cual éste acuerda realizar las reuniones necesarias..
El Consejo recalcó la extraordinaria cohesión ideológica y política, estratégica, táctica y orgánica mostrada durante las deliberaciones y desarrollo del mismo.
¡REVOLUCION O MUERTE! !EL PUEBLO ARMADO VENCERA!
Consejo Revolucionario de las FPL
Junio de 1977, El Salvador, Centroamérica.
……………………………………………………………………………..
EDICION N°1 ABRIL DE 1979
“Año de inicio de la concentración de esfuerzos por la construcción del Partido Marxista Leninista del Proletariado”.
EL SALVADOR , C.A. FEBRERO-1979

Estrella Roja No. 4 (junio de 1976)

ESTRELLA ROJA 4
ORGANO IDEOLOGICO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION FPLFARABUNDO MARTI”
¡REVOLUCION O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA!
EL PRIMER CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FPL Y SUS HISTORICOS DOCUMENTOS
1970 marca el inicio de la formación de las FPL, que desde ese momento fue incorporando gradualmente a los sectores populares a la estrategia revolucionaria político-militar de Guerra Prolongada del Pueblo.
Ahora, 9 años después, la fecha del 1 de abril, puerta que se abrió hacia ese combativo, cruento pero fecundo camino de luchas populares, se ha convertido en gloriosa fecha conmemorativa de nuestro pueblo.
Desde sus inicios, la vida de las FPL ha estado jalonada por momentos importantes, por saltos cualitativos, en el desarrollo teórico de su estrategia y de su táctica, y en su práctica revolucionaria que ha ido abriendo brecha en la difícil vía del combate a los explotadores criollos y a sus amos imperialistas.
Los perros de presa del sistema capitalista, los sirvientes del imperialismo y de la oligarquía criolla, los gobiernos de tiranía militar fascistoide, que ensangrientan nuestro país, con rabia insensata, tratan de destruir a las organizaciones populares, a la Guerra Revolucionaria, a las Milicias Populares de Liberación y a las FPL; tratando de exterminar a sangre y fuego a poblaciones y regiones enteras, sometiendo a tortura, al asesinato y a la desaparición a los mejores hijos de nuestro pueblo.
La guerra especial (de “contrainsurgencia”) trasladada por las bestias yanquis a Centroamérica, sube sangrientos escalones de maldad y crimen.
El pueblo de El Salvador no solo lucha heroicamente por contrarrestar los golpes de la contrarrevolución, sino que avanza en su incorporación a la Guerra Revolucionaria, intensifica su combatividad y organización en campos y ciudades y va derrotando y superando todas las ofensivas y recursos que el Imperialismo y sus lacayos ponen en juego.
Y esto se debe a que al mismo tiempo que sectores cada vez más amplios del pueblo van avanzando en organización y combatividad, su organización revolucionaria marxista- leninista, las FPL va adquiriendo en el fuego de los grandes combates de clase, mayor capacidad y experiencia para dirigir integralmente las luchas del pueblo y avanza en su aspiración de convertirse en la legitima vanguardia revolucionaria y en el verdadero PARTIDO MARXISTA-LENINISTA DEL PROLETARIADO.
Para ello ha sido necesario dar salto de calidad, en los momentos cruciales de nuestro desarrollo revolucionario.
Precisamente, después de los primeros paso de formación (1ro. de abril de 1970), después de la histórica decisión de tomar el nombre de FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- FARABUNDO MARTI, proclamando al pueblo la existencia de su querida Organización, instrumento revolucionario de nuevo tipo, (agosto-septiembre de 1972) el paso más trascendental que han tenido las FPL ha sido la formación de su CONSEJO REVOLUCIONARIO en 1976. La celebración de la Primera Reunión Ordinaria del Consejo Revolucionario de las FPL, significó la entrada a una nueva fase en la vida de nuestra Organización y un salto de calidad en las luchas populares.
El Primer Consejo incorporó a los cuadros más responsables, a los dirigentes forjados en la teoría y en la práctica revolucionaria, a las responsabilidades de Dirección Suprema; puso en aplicación el desarrollo de las normas leninistas del Centralismo democrático, inició la formación de la estructura del Partido Marxista Y conjugó el pensamiento y la voluntad de todos sus miembros para llevar a la práctica al Dirección Colectiva con responsabilidad individual.
El Consejo dotó a la organización de un COMANDO CENTRAL más completo y capaz de dirigir al pueblo en las duras tareas de la guerra.
El documento que presentamos a continuación es parte del Informe presentado por el PRIMER RESPONSABLE DEL CO-CEN a consideración del CONSEJO en esa primera reunión histórica.
Contiene una visión del desarrollo de las FPL hasta ese momento, así como la luminosa proyección de su desarrollo inmediato y futuro; y un panorama de la situación del país. Este documento de línea fue aprobado unánimemente por el CONSEJO. Muestra también, con espíritu autocrítico marxista, las debilidades que era necesario superar para seguir avanzando firmemente.
Ahora bien, por razones de seguridad, han tenido que suprimirse de esta reproducción partes de su texto, sin que por eso pierda coherencia y continuidad.
El Informe es un trascendental documento que muestra en toda su riqueza a continuidad y desarrollo dialéctico de la línea general estratégica de las FPL, de su orientación táctica y de su aplicación práctica en el avance del camino revolucionario de nuestro pueblo.
Pedimos a todos los Organismos Internos, miembros, aspirantes y colaboradores activos, su estudio detenido y profundo, que nos ayudará a comprender y aplicar con toda consecuencia la línea de nuestra Organización en las actuales coyunturas.
Al introducirse en su estudio y profundización, es digno de tener siempre presente que el PRIMER CONSEJO transcurrió bajo la memoria imborrable y el ejemplo de los Héroes Revolucionarios, que cayeron luchando por la liberación popular, por su futuro feliz, por el SOCIALISMO Y EL COMUNISMO.
Ese ejemplo nos inspira diariamente e impulsar con creciente vigor, con mística revolucionaria, con voluntad y decisión inquebrantable la línea certera, marxista-leninista de las FPL, que guía a los explotados y oprimidos hacia el forjamiento de su capacidad creciente para construir la alianza obrero campesina, base de la Alianza Popular Revolucionaria que conducirá el triunfo de la Revolución Popular hacia el SOCIALISMO.
¡A DESARROLLAR LA GUERRILLA REVOLUCIONARIA HACIA LAFORMACION DEL EJÉRCITO POPULAR DE LIBERACION!
¡AFORTALECER Y AMPLIAR EN DIMENCION NACIONAL LAS MILICIAS POPULARES Y LOS ORGANOS DE AUTO DEFENSA DE LAS MASAS! ¡A AMPLIAR Y PROFUNDIZAR EL PODEROSO MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE LAS GRANDES MASAS EXPLOTADAS Y OPRIMIDAS!
¡A CONSTRUIR EL PARTIDO MARXISTA LENINISTA DE LA CLASE OBRERA-FPL!
¡A PROMOVER A LA CLASE OBRERA A SU PAPEL DE VANGUARDIA REVOLUCIONARIA DE LA SOCIEDAD!
¡VIVA LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA!
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA LA UNIDAD REVOLUCIONARIA DE LOS PUEBLOS CENTROAMERICANOS!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!
¡REVOLUCION O MUERTE!
¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA!
“Año del inicio de la concentración de esfuerzos por la construcción del partido Marxista Leninista del Proletariado.” ¡EL COMANDO CENTRAL DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- FARABUNDO MARTI!

INFORME DEL COMANDO CENTRAL AL PRIMER CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FPL

I. PROBLEMAS SURGIDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO …………………………………………………………….………………..….3
¿En qué direcciones debe impulsarse el proceso de consolidación y desarrollo de las FPL?………………………………………………………………………… 4
II. BREVEMENTE SOBRE ALGUNOS ANTECEDENTES NECESARIOS DE TOMAR EN CUENTA EN EL ANALISIS DE NUESTRA REALIDAD…………………………………………………..7
III. RASGOS PROPIOS ADQUIRIDOS POR LA ORGANIZACIÓN……………………………………………………….12
IV. LA SEMILLA DE LAS FUTURAS DEBILIDADES……..……..19
V. PRINCIPALES ESCALONES DE DESARROLLO DE LAS FPL………………………………………………………………………24
VI. La comisión Nacional de Masas y la Comisión militar…………29
En que terrenos ha sido urgente desplegar los esfuerzos prioritarios?………………………………………………………………………………..30
Qué efectos causaría en la organización y en el movimiento revolucionario mayores retardos en la solución de los problemas mencionados?…….. 32
Resolución de los problemas orgánicos…………………………………34
Correcto método dialectico Marxista Leninista para la superación de las debilidades en este momento………………………………………….….37

INFORME DEL COMANDO CENTRAL AL PRIMER CONSEJO
REVOLUCIONARIO DE LAS FPL.
COMPAÑEROS:
A este nivel de su desarrollo y del desarrollo del proceso revolucionario, las FPL tienen planteada una situación concreta, de cuya solución dependen las líneas de su desarrollo y su papel en todo el subsiguiente devenir en el movimiento revolucionario del país y Centroamérica. Ahora bien, toda su situación histórica concreta debe ser resuelta en base a las premisas existentes en la realidad objetiva, la cual está enmarcada en las condiciones de una formación social (económico social) determinada, en la lucha de clases originada por las contradicciones sociales de clase y que determinan, también, el cauce de desarrollo de esa formación social a través de la superación de las contradicciones de clase antagónicas.
Por ello, la solución de una situación objetiva no se sitúa en lo abstracto, sino que tiene que ser concreta, abarcando no solo lo teórico, si no también lo práctico. Es decir, la practica revolucionaria guiada por una correcta teoría política revolucionaria. En este caso lo que se queda en lo abstracto no resuelve los problemas que deben ser resueltos, ni ayuda en consecuencia al desarrollo. Lo que se queda solo en la teoría, sin plasmarse en la práctica viva y transformadora, se torna estéril y tampoco ayuda al desarrollo. Por otra parte, la práctica sola, desligada del estudio completo de la realidad, de su análisis y conocimiento marxista, se vuelve espontaneista, ciega, errática, sin perspectivas ni proyecciones estratégicas.

I. PROBLEMAS SURGIDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO
Las FPL inmersas en la realidad social histórica de El Salvador y Centroamérica, colocada a la altura de 1976 en el centro tormentoso de las contradicciones fundamentales de clase, como representante de los sectores más avanzados de la clase obrera, del campesinado, estudiantes, maestros y otros sectores sociales de vanguardia; con la responsabilidad que le confiere tan honroso papel, se encuentra ante la necesidad impostergable de resolver importantes problemas concretos, nacidos en su proceso y modalidades de desarrollo, para poder desempeñar un papel cada vez más responsable y efectivo en la conducción político-militar del pueblo por la vía de la Guerra Revolucionaria Prolongada.
Tales problemas se refieren a:
 Sus lazos con el pueblo. A la necesidad de fortalecer la conducción político militar del proletariado y del pueblo entero, y promover su efectiva incorporación creciente a las tareas político-militares revolucionarias
 A la proyección estratégica y táctica, teórica y práctica, de la conducción de las acciones militares revolucionarias del pueblo, tanto a nivel de la guerrilla como medio para la construcción del ejército popular de liberación, como de los organismos armados entre las masas.
 A la urgencia de encontrar y aplicar correctos métodos y medios de combinar el trabajo en sus diferentes niveles y formas: la acción militar con el trabajo político; para que esté acorde con las condiciones concretas de nuestro medio y que, de tal manera, propicie el máximo desarrollo de la actividad política y militar; el máximo y más sólido desarrollo interno de las FPL en todos sus aspectos y la mayor incorporación del pueblo a la guerra; y que sea capaz de derrotar todos los planes políticos y militares del enemigo, para ir minando en forma creciente sus fuerzas, hasta el completo cambio en la correlación de las mismas.
Sobre la base de una correcta conducción de las masas populares, de una ágil y correcta conducción militar revolucionaria, de una correcta y practica combinación y coordinación del trabajo revolucionario en lo político, lo militar y de una creciente y efectiva incorporación de los sectores avanzados del pueblo, se plantea la URGENTE NESESIDAD DE CONSOLIDAR Y DESARROLLAR INTERNAMENTE A LA ORGANIZACION revolucionaria político-militar, marxista-leninista, que lucha por convertirse en la genuina expresión revolucionaria del proletariado: las Fuerzas Populares de Liberación -FPL-“Farabundo Martí”.
¿En qué direcciones debe impulsarse el proceso de consolidación y desarrollo de las FPL?
 En lo ideológico político
 En lo orgánico
 En lo técnico
 En los métodos de trabajo.
Vale decir: en lo formativo integral del militante revolucionario y de la organización.
Abarcando estos terrenos se plantean como tareas inaplazables, las siguientes:
1. La estructuración y funcionamiento de los organismos de dirección nacional: Consejo y Co-cen, que sean capaces de conducir el complejo proceso de la lucha revolucionaria a la altura de desarrollo actual y próximo futuro.
2. La restructuración orgánica interna, de acuerdo a las fuerzas y capacidades reales, para atender en forma más efectiva los complejos problemas que de la organización demanda la conducción del pueblo.
3. El funcionamiento de la organización de acuerdo a los métodos leninistas: centralismo democrático, dirección colectiva con responsabilidad individual, compartimentación, buena división y distribución del trabajo, coordinación, control y planificación.
4. La especificación inequívoca del nivel del miembro y de su calidad revolucionaria, así como de la red de aspirantes, colaboradores y simpatizantes de la organización.
5. El programa enérgico, operativo y eficaz de escogitacion, preparación, desarrollo, promoción y especialización de cuadros, a todo nivel y para todas las necesidades políticas militares de la organización.
6. Medidas enérgicas y prácticas para desarrollar el nivel ideológico y político de todos los miembros de la organización y de su red de colaboradores.
7. Afinar y desarrollar la estrategia política-militar general de las FPL y su línea táctica. Elaborar la línea política correcta en cada momento determinado y su aplicación para cada sector y zona.
8. Revisar los métodos de trabajo usados y sustituir los métodos erróneos por los leninistas de dirección y práctica revolucionarias.
En cada uno de estos eslabones claves del funcionamiento y desarrollo de la organización se ha producido y acumulado, junto a los aciertos y avances, un congestionamiento un nudo de necesidades de necesidades, debilidades, desajustes e insuficiencias que es preciso desmadejar por medio del análisis crítico y autocrático, profundo, sincero, modesto, multilineal, y completo; es decir dialectico, que evite el enfoque unilateral y desequilibrado, tomando en cuenta que los aciertos y debilidades de un área, sector o eslabón del trabajo, influyen, acondicionan y en muchas ocasiones, determinan los aciertos o debilidades de las demás áreas, formando un complejo interligado que solo el método dialectico marxista es capaz de resolver y superar correcta y eficazmente.
Esto determina que todo enfoque unilateral, empírico y estrecho de los problemas de una organización tan compleja como son las FPL, en una materia tan rica como es la conducción de la lucha revolucionaria político- militar y en un periodo que las fuerzas materiales del enemigo del pueblo son aun abrumadoramente superiores, conduce a la perdida de la proyección correcta del desarrollo, a la toma de medidas unilaterales, mecanicistas, a la desmoralización o al pesimismo, a la falta de confianza en la capacidad de la organización revolucionaria y de sus cuadros o del pueblo para su constante superación y desarrollo, y en ultimo termino, desemboca en los bandazos de línea que alejan a una organización de sus posibilidades de alcanzar y mantener un papel de vanguardia revolucionaria; o bien, conducen a la pasividad e indiferencia que impide a la organización superar sus debilidades y errores.
Ahora bien, una equilibrada visión de conjunto que ayude a colocar en su justo sitio los detalles, requiere que se vea también el momento y nivel de su desarrollo presente, en su dinamismo y movimiento y no estático o seccionado, ni desligado de las raíces que le han dado vida, vigor y desarrollo; y así mismo, de las raíces que le han dado origen y desarrollo a sus defectos, debilidades y errores. Ello permite encontrar con mayor facilidad los medios, métodos y medidas acertadas para superar eficazmente las debilidades y para vigorizar todo lo positivo que hace florecer a la organización y que la capacita para cumplir con sus responsabilidades político-militares y convertirse en la vanguardia proletaria conductora del pueblo. Es decir, que es preciso tener conciencia y claridad sobre el momento actual que vive la organización y su interrelación con las etapas anteriores de génesis y desarrollo. Solo ello permite una realista visión del acontecer actual con ponderada actitud hacia sus caminos de desarrollo futuro; una firmeza y claridad para cortar decididamente con los rasgos negativos que propician las debilidades actuales, y sobre esa base, una actitud de razonable optimismo revolucionario sobre la capacidad de nuestra organización para cumplir con sus responsabilidades históricas frente al pueblo.
De allí surge la necesidad de que recordemos algunos rasgos, aunque sea con la brevedad del caso, de la génesis y desarrollo de las FPL en el marco del proceso revolucionario de El Salvador y Centroamérica.
II. BREVEMENTE SOBRE ALGUNOS ANTECEDENTES NECESARIOS DE TOMAR EN CUENTA EN EL ANALISIS DE NUESTRA REALIDAD.
Es útil partir del reconocimiento de una realidad: a 6 años del inicio de sus actividades, las FPL se han convertido en la organización revolucionaria político militar; relativamente la más seria y consistente del país, la más consolidada ideológica y orgánicamente, la más ligada a las masas populares, con una línea estratégica y política más firme y acorde con el desarrollo del proceso revolucionario. Frente a la dispersión, fragmentación, bandazos y vacilaciones de otras organizaciones aparecidas en los últimos años, el firme desarrollo de las FPL y su creciente influencia en el pueblo contrastan notablemente en forma muy favorable para nuestra organización. Es esta realidad revolucionaria vigente y objetiva, que era inexistente hace algunos años, la que marca un jalón en la vida nacional.
Lo cual no debe alejarnos de una verdad también real y objetiva: de que a pesar de ser nuestra organización la más seria, cohesionada y responsable, existen en su seno múltiple debilidades internas. Ahora bien, si estas no han determinado todavía un irreversible perjuicio al desarrollo global de la organización, podrían hacerlo a un plazo más o menos corto, deteniendo su marcha ascendente y cambiando la actual realidad que le permite aspirar fundamente a convertirse en la vanguardia revolucionaria reconocida por la clase obrera y demás sectores revolucionarios del pueblo. De allí, la urgencia de realizar en este periodo una consecuente y enérgica superación de los retrasos, debilidades y errores presentes en el cuerpo de la organización.
¿Cómo se encuentran presente la organización revolucionaria en la escena histórica actual del país y Centroamérica? ¿Qué situación social ha hecho posible su vigencia? Es obvio que si su aparición no hubiera obedecido a una necesidad histórica objetiva del proceso revolucionario, los intentos hacia su formación y desarrollo no habrían alcanzado el éxito por ausencia de condiciones históricas que nutrieran su desenvolvimiento.
El desarrollo de las FPL ha sido posible porque obedece a las leyes históricas del desarrollo de la sociedad salvadoreña y centroamericana, en la actual etapa de las contradicciones fundamentales de clase. Obedece a la necesidad impostergable del proletariado de contar con los instrumentos de vanguardia revolucionaria orgánicos, tácticos, teóricos y prácticos que le permitan conducir con éxito la encarnizada y cruenta lucha de clases contra la burguesía interna y externa hasta su total liberación, hacia el Socialismo y el Comunismo.
Esta necesidad histórica se volvió cada vez más apremiante a medida en que los sectores tradicionales de izquierda, que por decenios pretendieron ser los exponentes de los intereses históricos de la clase obrera, se deslizaron cada vez más empecinadamente por la senda del oportunismo de derecha, convirtiéndose descaradamente en instrumentos políticos de sectores de clase de la burguesía, en una retranca para el desarrollo de la lucha revolucionaria del proletariado y el resto del pueblo.
Especial responsabilidad han tenido en la creación de esta situación, las camarillas revisionistas de derecha que, en los últimos años, le imprimieron su total dirección al PCS, organismo que fue fundado en 1930 bajo la inspiración del gran revolucionario Agustín Farabundo Martí, como expresión genuina de los intereses revolucionarios de la clase obrera y que en las últimas décadas ha derivado en un apéndice político de la burguesía.
Esta situación, que hizo más patenta una necesidad histórica concreta, no ha sido exclusividad de El Salvador o Centroamérica, si no que obedeció a una situación histórica aparecida en toda Latinoamérica y que se fue haciendo evidente desde finales de la década del 50del presente siglo. La Revolución Cubana y su trascendental victoria vinieron a poner más de relieve esta situación: la necesidad de superar los esquemas dogmáticos y de colocar las estructuras revolucionarias a tono con las necesidades del desarrollo del proceso. La necesidad de implementar una estrategia revolucionaria, así como tácticas y medios de lucha adecuados, capaces de derrotar definitivamente al imperialismo y a sus aliados y bajo la dirección del proletariado, tomar el poder del Estado y construir una nueva sociedad.
En El Salvador, en el seno del Partido Comunista, de la Juventud Comunista, de las organizaciones de masa sindicales, estudiantiles y democráticas tradicionales, se fue incrementando desde 1959 bajo el influjo del ejemplo revolucionario cubano pero impactando en condiciones objetivas propias, una creciente lucha ideológica y práctica por abrirle paso a una estrategia revolucionaria integral, a tácticas y medios de lucha eficaces, a moldes y a estructuras orgánicas adecuadas al desarrollo del proceso revolucionario, y a métodos de dirección y trabajo correctos. En el transcurso de diez años de lucha ideológica interna, se fueron perfilando y afinando concepciones revolucionarias más apegadas a la realidad histórica. Una interpretación más fiel a la realidad social objetiva. Una estrategia revolucionaria marxista fundamentada en el análisis dialectico del proceso, una orientación táctica, los medios de lucha revolucionaria y las líneas orgánicas más convincentes a las necesidades de la lucha revolucionaria de la clase obrera, campesina y demás sectores revolucionarios.
Repetimos: esta confrontación entre la corriente revolucionaria y el oportunismo de derecha se realizó en el seno de las organizaciones tradicionales existentes y entre las masas; en el terreno ideológico y en la práctica diaria de la lucha de clases y mostro la necesidad histórica de implementar el desarrollo de la lucha revolucionaria mediante nuevas estructuras revolucionarias que fueran capaces de echar adelante una estrategia verdaderamente revolucionaria.
A principios de año de 1970, había quedado completamente clara esta necesidad. La ruptura decisiva con las estructuras caducas se realizó en los tres primeros meses de ese año de parte de los elementos más sensibles a las necesidades históricas, Abril de 1970, marca el comienzo de los esfuerzos por la estructuración de una organización verdaderamente revolucionaria que, que, en agosto de 1972, pudo ya hacerse reconocer ante el pueblo con el nombre de FUERZAS POPULARES DE LIBERACION –FPL- “Farabundo Martí”.
Pero la necesidad histórica de la formación de nuevas estructuras revolucionarias y de impulsar el proceso revolucionario de manera integral no nació solo de la lucha ideológica y práctica en el seno de las organizaciones existentes, ni sobre una base abstracta, sino que esa misma lucha estaba determinada por la nueva situación en que se desarrolla la lucha de clase en el país, en Centroamérica y Latinoamérica. Esta es una situación objetiva que no depende de la voluntad o el capricho de los revolucionarios salvadoreños, si no que fue creada por las necesidades históricas determinadas por el desarrollo del proceso revolucionario de nuestro país en las condiciones de la estrategia contrarrevolucionaria de la llamada guerra Especial (de contrainsurgencia) aplicada por el imperialismo y sus aliados desde la década de 1960.
Frente a la gran victoria del pueblo cubano, el imperialismo entró a la guerra contra el pueblo, Centroamérica se ensangrentó en el fragor de los combates del pueblo contra el imperialismo y sus aliados. La estrategia global de guerra contrarrevolucionaria del imperialismo acompaña a la acción contra las guerrillas y el resto del pueblo con una política de reformas burguesas pro-imperialistas y con medidas de “Acción Social”, ideológicas y psicológicas, tendientes a separar a las masas populares de su vanguardia revolucionaria, y a crear una base social de masas que facilite la liquidación de las organizaciones revolucionarias y progresistas.
Frente a tal estrategia global del imperialismo, el pueblo solo puede triunfar a través de una estrategia revolucionaria político-militar, consistente en la Guerra Prolongada del Pueblo que permita a las fuerzas revolucionarias desarrollarse mediante la creciente incorporación del pueblo a las tareas revolucionarias político-militares, en un proceso que le permita unir las fuerzas a favor del pueblo y adquirir la capacidad para destruir a las fuerzas de la reacción como base para el triunfo de la Revolución Popular hacia el Socialismo.
En estas nuevas condiciones, que distan mucho de ser las de las décadas del 40 y del 50, toda estrategia estrecha, elaborada para responder a situaciones anteriores al triunfo de la Revolución Cubana, se vuelve caduca e inoperante, ineficaz para enfrentar las tareas revolucionarias de la época.
Esta es la razón objetiva básica que determinó la necesidad de la formación y desarrollo de las FPL en este periodo histórico de nuestro pueblo, frente a la defección de las izquierdas tradicionales.
III. RASGOS PROPIOS ADQUIRIDOS POR LA ORGANIZACIÓN
Y aquí entramos a ver algunos rasgos propios que adquirió el nacimiento y desarrollo inicial de la organización, dadas las condiciones históricas que acunaron su aparición, algunos de estos rasgos dan luz sobre algunos aspectos de la actual realidad de la organización:
1ro. Fue necesario partir de CERO en organización, en medios logísticos, en infraestructura, en cuados tecnificados, etc. Era necesario estructurar la estrategia revolucionaria y su línea táctica sin contentarse con copiar o mecánica o dogmáticamente la experiencia extranjera. Era necesario crear la línea política y la línea miliar, etc.
2do. Fue necesario empezar por resolver el problema clave: ¿por dónde empezar? ¿Por el trabajo entre las masas o por la estructura militar revolucionaria?
3ro. ¿Era necesario crear primero la clásica estructura de partido clandestino o iniciar con la formación de Comandos Armados revolucionarios ( bajo la estrategia político-militar) que en su desarrollo y bajo la línea estratégica de incorporar al pueblo a la lucha estableciera las relaciones político-militares con las masas, ramificara su estructura interna para atender consecuentemente el trabajo político y militar; y, finalmente adquiriera la genuina calidad ( política y orgánica) de vanguardia revolucionaria del proletariado, legitimo partido revolucionario de la clase obrera?
4to. ¿En qué clases o sectores de clase, dada la situación existente, se encontraría de inmediato el material revolucionario humano pata tener la base mínima de trabajo revolucionario que permitiera a la organización la capacidad para desplazarse hacia las clases fundamentales motoras de la revolución, para despertarlas , organizarlas, e incorporarlas al proceso revolucionario.
5to. ¿Cuál sería el papel de la guerrilla y qué papel desempeñaría esta en el proceso de desarrollo de las fuerzas armadas del pueblo?
6to. ¿Cómo plantear la orientación táctica operativa? ¿Partir de lo simple a lo complejo como curso dinámico no estacionado sino en incremento constante, no lineal sino dialéctico? ¿O iniciar de una vez por lo complejo?
La solución de estos problemas clave permitió concentrarse en la tarea que era eslabón central de arranque y de inicio: el forjamiento de una contextura revolucionaria acorde con la enorme tarea histórica planteada ante el pueblo. Probar si se era capaz de plasmar la teoría revolucionaria en práctica revolucionaria.
La acertada solución de estos fundamentales problemas iníciales, imprimió características propias a la naciente organización de acuerdo con las condiciones específicas del desarrollo del movimiento revolucionario de El Salvador, c características que en muchos aspectos diferenciaron a las FPL del cauce que tomaron organizaciones revolucionarias de otras latitudes, que surgieron en condiciones y medios diferentes.
Así fue como:
a) se evito distraerse en una larga y encarnizada lucha con los oportunistas por disputarles sus bases internas.
b) Hubo necesidad de replegarse (temporalmente) de posiciones de los aparatos legales de masas cuyo sostenimiento hubiera implicado descuidar las tareas de forjamiento revolucionario y distraerse en una lucha abierta por posiciones burocráticas con el consiguiente riesgo para la seguridad del trabajo naciente.
c) Se escogió como área inicial de reclutamiento, a los sectores más avanzados del estudiantado de secundaria, universitario y maestros, y, en segundo grado, de la clase obrera y campesinado; por ser aquellos los más sensibles en dicho momento para su incorporación a la lucha revolucionaria y crear así la base revolucionaria inicial que pudiera desplazarse hacia la clase obrera y campesinado; que son las fuerzas motrices fundamentales de la revolución y, muy especialmente hacia el proletariado urbano y rural.
d) Se desechó organizar la estructura inicial con la modalidad tradicional de un partido político clandestino, paso que hubiera resultado mecánico y simbólico en tales circunstancias, e inapropiado para los objetivos iníciales. Por ello se escogió la inmediata formación de Comandos Revolucionarios armados, político-militares, a partir del núcleo inicial con capacidad para realizar acciones armadas revolucionarias y conformación mínima, política e ideológica marxista.
Esto significaba la respuesta histórica a las necesidades del pueblo de crear sus instrumentos revolucionarios de lucha, que representaban una necesidad histórica en el conjunto global del proceso y que era precisamente el eslabón que faltaba en los medios de lucha del pueblo. Su creación marcaba la entada de este en una nueva etapa de sus luchas: la lucha armada como fundamental en su proceso de liberación.
El iniciar con la formación de Comandos Armados de ninguna maneras se contraponía a la necesidad del forjamiento del genuino partido revolucionario de la clase obrera, sino que representaba el primer paso práctico para la formación gradual (partiendo de lo simple a lo complejo) de la organización revolucionaria político-militar, marxista-leninista, que , al irse desarrollando y fundiendo con el pueblo, se convertiría en la legítima vanguardia político-militar organizada: EL PARTIDO POLITICO REVOLUCIONARIO DE LA CLASE OBRERA.
e) se adoptó como principio estratégico que es el pueblo el que lleva a cabo la Revolución. Que el objetivo básico de la organización, y su razón de ser, es propiciar y organizar la incorporación del pueblo así como orientarlo en sus luchas revolucionarias.
f) Se adoptó el principio de basarse fundamentalmente en nuestras propias fuerzas para el abastecimiento logístico, siendo el principal abastecedor la burguesía interno, el imperialismo y el gobierno títere, a quienes debe expropiárseles para subvencionar las necesidades de la revolución, a base de la acción armada popular.
g) Se adoptó la Estrategia Revolucionaria de la Guerra Prolongada del Pueblo, que tiene como medio fundamental la luchar armada, coordinada con la lucha de masas por sus necesidades económico-políticas. Se adoptó el método de la guerrilla en esta etapa, como medio para la formación del Ejército Popular de Liberación.
h) se adoptó como medio, en el área centroamericana, la unión de los esfuerzos revolucionarios hasta la formación del Ejército Revolucionario Centroamericano; hasta la liberación total y la construcción del Socialismo.
i) Se adoptó como lineamiento estratégico global el apoyo en el Campo Socialista Mundial, el respeto a todos los países socialistas y el firme apoyo a la Revolución Socialista de Cuba como elemento estratégico continental, la solidaridad militante con el movimiento revolucionario latinoamericano y con todos los pueblos que luchan revolucionariamente por su liberación.
De esta manera se dio respuesta la necesidad histórica de emprender la construcción de la organización revolucionaria marxista de carácter político-militar, con proyección a convertirse en vanguardia organizada de la clase obrera, capaz de enfrentar las tareas de la Guerra Revolucionaria (elemento nuevo y desconocido en nuestro país9 y que al mismo tiempo llegar a ser la organización política que necesitaba el proletariado y el pueblo.
Estas determinaciones al parecer sencillas y que en las condiciones dadas resultaban hasta cierto punto obligatorias para todo revolucionario que seriamente interpretara las necesidades a esa altura del proceso revolucionario, constituían, sin embargo, pilares básicos de arranque. Iniciar los comandos armados con la formación de la estructura político-militar (y no exclusivamente política) era una demanda histórica impostergable que representaba un salto de calidad en el proceso revolucionario y que arrinconaba los caducos y unilaterales esquemas orgánicos, políticos y prácticos de la izquierda tradicional, esquemas dogmáticos, rutinarios y ineficaces para propiciar los avances del pueblo y para elevarlo a los nuevos escalones de lucha necesarios para darle la perspectiva práctica de liberación. Dotar al pueblo de capacidad armada, constituía en ese nivel de desarrollo revolucionario, el eslabón clave para impulsar todo el proceso y constituía tares impostergable. No querer comprenderlo constituyo un tremendo error colindante con la traición al pueblo por parte de los oportunistas. Postergarlo, hubiera sido una inconsecuencia garrafal por parte de los revolucionarios. Constituía, pues, paso obligado. Ahora bien, tal paso, podía realizarse con un enfoque unilateral que condujera al militarismo (lo que algunos han dado en llamar “foquismo”) si detrás de él estuviera una concepción de sustitución de la lucha del propio pueblo. En las condiciones de nuestra organización, desde el principio se enfocó en proyección y desarrollo dialéctico hacia la realización de la tarea clave: incorporar al pueblo a la guerra, con la conciencia plena, de que el pueblo es el único autor de su historia y que ningún grupo de élite revolucionaria puede sustituirlo en su papel determinante en la Revolución. Por ello se le dio carácter político-militar a los Comandos Armados que constituían el primer escalón organizado hacia el pueblo, el inicio de la compleja organización político-militar revolucionaria que llegaría a adquirir gradualmente la capacidad de organizar al pueblo en todas las formas de lucha, orientar a las masas en ellas y, por todos los cauces, incorporarlo a las tareas de la Revolución, teniendo como medio fundamental la lucha armada y la guerrilla urbana , como método estratégico para la construcción del Ejército Popular de Liberación.
De tal manera, la formación de los primeros comandos fue el principio (y no final) de una compleja tarea político-militar: impulsar la Guerra del Pueblo de carácter prolongada hasta su victoria final; incorporar al pueblo a la misma, a través de todos los medios de lucha que favorezcan la lucha revolucionaria; construir el Ejército Popular de Liberación a través de la guerrilla y avanzar hacia la construcción del partido del proletariado, el verdadero partido comunista. De tal manera, la inicial construcción de los Comandos Armados no se concibió como contraposición de lo militar a lo político, n como una élite contrapuesta al pueblo; ni de estructura militar contra partido, sino que era el inicio de la vía para el integral desarrollo de la Guerra Revolucionaria.
Naturalmente que esta concepción dinámica no podía constituir un esquema dibujado hasta en sus últimos detalles, con la solución a todos los problemas que irían presentándose en el desarrollo. Tal cosa no solo era imposible, sino que hubiera constituido una inmodesta pretensión intelectualista y subjetiva, el tratar de diseñar formulas para la solución de problemas que tendría que ir planteando el desarrollo mismo y cuyos elementos no se encontraban todavía presentes en la escena histórica. Pero si representaba un acierto histórico de incalculable trascendencia para la vida revolucionaria del país (por medio de la interpretación correcta de la realidad objetiva) de acertar el cauce marxista que le abriera paso a la vía correcta de desarrollo, lo que, asimismo, abría la posibilidad de resolver correctamente los problemas de desarrollo en la medida que fuera preciso.
Por otra parte, estos eran problemas clave de resolver no solo aquí en El Salvador, sino que, a lo largo de todos los movimientos revolucionarios de latinoamérica. Eran pues problemas decisivos y claves los que se habían planteado durante la década del 60, al Movimiento Revolucionario Latinoamericano, los cuales fueron muchas veces abordados en forma unilateral: ejercito o partido; lucha militar o lucha política; lucha abierta o lucha secreta; masas populares o élite revolucionaria. Es duro reconocer que durante toda la década mencionada esos problemas hicieron naufragar y desaparecer a valiosos destacamentos revolucionarios. Tal vez esa experiencia dolorosa anterior a un movimiento como el nuestro, que se inició bastante más tarde, obligó a buscar la correcta posición, al mismo tiempo, es necesario reconocer que en nuestro país esa búsqueda era una alternativa casi obligada, si quería ponerse a tono con el proceso revolucionario. Fue más la intuición revolucionaria que la formulación teórica acuciosa lo que determinó la adopción de tal cauce, que la vida fue mostrando correcto como vía de inicio de la construcción de la organización y de la actividad revolucionaria nueva.
IV. LA SEMILLA DE FUTURAS DEBILIDADES
Ahora bien, tal camino de desarrollo revolucionario adoptado tiene un carácter eminentemente dialectico. Es decir, la vida se desarrolla dialécticamente. Si se está sometido a las leyes del desarrollo, este tiene que verse en función de su propia proyección dinámica, inmerso en las necesidades históricas que el avance del proceso vaya plantean do objetivamente. Solo así será capaz de ir cumpliendo en cada momento a cabalidad y correctamente con las tareas que demanda la historia. Solo así cumplirá en todo momento con una consecuente función de vanguardia revolucionaria. Ahora bien, concebir el esquema inicial de desarrollo como algo estático, que va aumentando nada más en proporciones cuantitativas, no hubiera permitido realizar, al compas del desarrollo creciente, la necesaria labor de negación de los gérmenes negativos, que como unidad dialéctica están integrados al esquema inicial, gérmenes y rasgos negativos que de no superarse, adquirirían proporciones gigantescas en detrimento de los elementos positivos que históricamente determinaron su adopción y que deben de marcar los hitos del crecimiento.
En otras palabras, el camino de desarrollo adoptado, visto como una unidad dialéctica con sus lados positivo y negativo, con sus contradicciones e interacciones dialécticas, constituyó un acierto histórico, como lo ha comprobado en 6 años el desarrollo de los acontecimientos revolucionarios en el país y Centroamérica. Adoptar otro hubiera equivalido a un desacierto garrafal que hubiera matado en ciernes el esfuerzo de impulsar el proceso revolucionario en las condiciones históricas planteadas en el país. Sin embargo, todo ser dialectico lleva al mismo tiempo en sus entrañas los gérmenes (vivos y con capacidad de desarrollarse) de superación y de destrucción. Saber superar dialécticamente los últimos y abrirle paso a los primeros, constituye precisamente la ciencia marxista del desarrollo social.
Veamos algunos de los elementos negativos que se encontraban en germen desde el propio inicio del desarrollo de nuestra organización, semillas que en condiciones propicias podrían fructificar y desnaturalizar las líneas positivas de desarrollo:
1ro. El concentrar inicialmente la labor ideológica y orgánica de nuestra organización en los sectores avanzados no proletarios; ello, de no desplazarse en un tiempo prudencial relativamente corto a poner el acento fundamental en la clase obrera de la ciudad y del campo, retardaría la consecuente proletarización marxista de nuestra organización, sustituyéndola por las características pequeño burguesas del grueso de su membrecía. Esto, a su vez, generaría un menosprecio práctico por el papel rector que debe alcanzar la clase obrera en nuestra Revolución, lo que, asimismo, retardaría la proletarización practica. La composición no proletarizada de nuestra organización, a su vez, generaría estilos y métodos de trabajo pequeño burgueses: el espontaneismo, la falta de disciplina para el trabajo planificado, la poca aceptación del control organizado, la informalidad en la realización de tareas, el liberalismo, la exaltación eufórica ante los éxitos y el desaliento y pesimismo ante las dificultades y problemas; la inconstancia en los planes emprendidos, la inconstancia en la observación de normas de seguridad, el individualismo y el amor propio exagerados, la falsa o la falta de modestia, los personalismo, etc.
De persistir indefinidamente tal situación clasista podría conducir a nuestra organización a alejarse definitivamente de la valiosa posibilidad de convertirse en la vanguardia marxista de la clase obrera.
2do. El abandono temporal de posiciones de dirección de masas (de carácter burocrático), de prolongar el retorno a la dirección de las masas con métodos revolucionarios y el no enfocar correctamente con métodos revolucionarios podría conducir gradualmente a un menosprecio inconsciente a la lucha de masas y a la incorporación del pueblo a la lucha revolucionaria y a la unilateralización del pensamiento hacia las tareas exclusivamente de la lucha armada, concebida como actividad revolucionaria desligada del pueblo. De allí que , cuando en 1972 la posibilidad y la necesidad histórica hacen surgir en nuestra organización los primeros grupos de apoyo (concebidos correctamente como los organismos revolucionarios de la dirección de las luchas de las masas) tardara mucho tiempo en evolucionar la mente de muchos cuadros para comprender la importancia vital del papel de nuestros organismos en la movilización y organización revolucionaria del pueblo, y en muchos casos, en la práctica dieron en estos nuevos organismos la modalidad exclusiva de apoyo logístico armado y de tecnificación en tal apoyo, desatendiendo la preparación para las tareas de dirección político militar de las masas.
3ro. De no aplicarse correctamente con proyección dialéctica nuestra concentración inicial en la estructura exclusiva de comandos armados que, dados los requerimientos del proceso, represento un acierto histórico, podría llevar así en gérmenes de deformaciones que han sido costosos al movimiento revolucionario latinoamericano, haciendo naufragar en el militarismo: la postergación de lo político por el enfoque militar (y no su correcta armonización e interrelación) la sustitución del pueblo por una mentalidad de elite revolucionaria aisladas de las masas, el menosprecio de las acciones y organizaciones de las masas populares; el menosprecio a todo otro medio de lucha popular (en vez de su acertada combinación dialéctica en dirección al fortalecimiento de la guerra) a considerar la técnica como el eslabón fundamental en el desarrollo de la revolución y de la organización, sobreponiéndola a los valores de carácter político e ideológico, que son base de una firme contextura revolucionaria; la aplicación de un estilo autoritario en los métodos de dirección y de trabajo, la deshumanización en la atención de los problemas de los militantes, el desarrollo de la autosuficiencia, la inmodestia, el exhibicionismo “revolucionario” y otras consecuencias similares.
El hecho de que desde su inicio nuestra organización creó sus Comandos Armados esforzándose por aplicar el marxismo-leninismo, y con un decidido carácter político-militar, guiados por la idea fundamental de que es el pueblo el factor determinante de la Revolución, hizo que los Comandos Armados iníciales desempeñaran un papel importante en el acercamiento al pueblo y en la construcción de los grupos de apoyo, nos evitó caer en graves deformaciones en ese sentido. Sin embargo, eso no quiere decir que hayamos estado exentos en un cien por ciento de uno u otro rasgo negativo que, sin embargo, no llegaron a incidir determinantemente en el desarrollo de la organización.

4º. La construcción de nuestra organización revolucionaria completamente nueva en la escena nacional, tenía que significar una casi absoluta ausencia de cuadros con previo ejercicio y formación revolucionaria para impulsar apropiadamente todas las complejas tareas político-militares que demanda la conducción del pueblo y de la guerra revolucionaria. Esto representaba una ventaja en cierto sentido: en el forjamiento de cuadros nuevos (extraídos de la cantera estudiantil principalmente) no contaminados con las concepciones oportunistas o aventureras y que se iban forjando desde el principio en la mística y la ideología propias de nuestra organización como ser revolucionario, cohesionado. Pero esto representó a sí mismo una gigantesca tarea de forjamiento y preparación de cuadros a todo nivel y para todas las tareas, que al no tenerse la capacidad de cumplirla en toda la magnitud, la calidad y la celeridad que han ido demandando las necesidades de desarrollo de la organización, han ido produciendo rezago y acumulación de problemas en distintas áreas de trabajo político de la organización y del pueblo.
Si a esto agregamos que algunos de los cuadros originales no resistieron la prueba de la aplicación de la teoría a la práctica y aún más, si tomamos en cuenta la pérdida de valiosísimos cuadros de dirección a distinto nivel debido a los sacrificios que demanda una lucha tan dura y cruenta como la emprendida por nuestra organización, tendremos un cuadro aproximado de la situación objetiva que ha tenido que afrontar la organización en su desarrollo; de tener que impulsar el trabajo de muchas áreas en crecimiento , con cuadros aun no completamente madurados para dichas responsabilidades. Este es uno de los eslabones más débiles en nuestro trabajo y funcionamiento, que debe ser superado a corto plazo para consolidar y ampliar el desarrollo de nuestra organización.
5º. La línea de desarrollo inicial valiéndose del propio esfuerzo, que significó un valioso elemento en el forjamiento revolucionario de nuestra organización y de sus cuadros en el espíritu de sacrificio, la prueba de fuego sobre la capacidad y determinación de andar el duro camino revolucionario en las condiciones más adversas, significó al mismo tiempo la carencia inicial de toda ayuda fraternal solidaria internacional ( se entiende, ayuda material) ayuda con la que han contado para sus actividades iníciales muchas organizaciones de Latinoamérica, especialmente en el periodo logístico más difícil: su impulso inicial y sus primeros pasos. Esto incidió en la no rápida solución de ciertos problemas y necesidades.
Estos son algunos de los principales elementos que se encontraban en capullo, dadas las condiciones históricas en que se originó y tuvo su desarrollo inicial las FPL y que de diversa medida han incidido en las debilidades y retrasos de su crecimiento posterior.
A estas alturas, habiendo alcanzado las FPL una dimensión y complejidad incomparables en relación con los años anteriores, con mucha mayor capacidad de dirección del pueblo y con posibilidades óptimas para intensificar la Guerra del Pueblo en todos sus aspectos, se vuelve vital y urgente identificar las debilidades, sus dimensiones y sus raíces, abordar decididamente su superación a corto plazo para lograr no solo la consolidación del trabajo de la organización, sino también crear las condiciones subjetivas de su avance ininterrumpido, lo que redundara en un prodigioso desarrollo del movimiento revolucionario.
V. PRINCIPALES ESCALONES DE DESARROLLO DE LAS FPL
Y es en este marco dialectico, generador de grandes posibilidades de desenvolvimiento de la organización (ya que concuerda con las necesidades del proceso revolucionario), pero al mismo tiempo, que contiene las semillas de debilidades y posibles errores en su desarrollo que se va desarrollando una admirable secuencia de crecimiento y desarrollo orgánico, político e ideológico de las FPL, en hitos que van marcando niveles de calidad ascendente.
A partir del núcleo inicial, muy pequeño, se van estructurando los primeros comandos armados. Partiendo de estos, ya en 1972 se organizan los primeros Grupos de Apoyo, organismos políticos-militares de carácter para-militar con funciones fundamentales de actuar dentro del pueblo para que nuestra organización pueda realizar las tareas de orientar a las masas e incorporar gradualmente al pueblo a la revolución.
Tal curso de acción político-militar tuvo su consolidación inicial, lo que permitió a la organización ya en Agosto-Septiembre de 1972 para realizar su tarea de dirección del pueblo tomar el nombre de fuerzas populares de liberación –FPL- “Farabundo Martí” y sus lemas, e iniciar la sistemática obra de propaganda y orientación entre las masas (publicación de “El Rebelde) Noviembre de ese año.
Las funciones de los Grupos de Apoyo fueron clasificándose cada vez más en el fondo de la necesidad de dirigir al pueblo en las tareas político-militares de la guerra. De tal manera, las FPL encontraban los eslabones no solo teóricos si no también orgánicos y prácticos para convertirse en la vanguardia dirigente político-militar del pueblo, situación que hasta ese momento no había concretado ninguna organización popular en las últimas décadas. Es decir, las FPL se colocaban en posibilidades de marchar por el camino que la condujeran a ganarse la honrosa posición de vanguardia revolucionaria del pueblo.
Pues, por un lado, había creado la Guerrilla Urbana (con el accionar de los Comandos Armados) , le dio vigencia en la vida nacional y mostró no solo la necesidad sino la posibilidad de desarrollar la lucha armada revolucionaria en nuestro país y en ese periodo y a partir de allí, se proyectaba al pueblo, no solo con los recursos de la propaganda y la agitación, si no desde el punto de vista orgánico, creando canales estructurales que enraizaran su dirección en las entrañas del pueblo.
El siguiente eslabón fue el de ampliar y profundizar la capacidad de penetrar en el pueblo y de iniciar el desarrollo de la guerrilla sub-urbana (1973-1974). Las tareas del primer extremo del eje de este eslabón avanzaron más aceleradamente de la proyección prevista; pero las tareas del segundo (organizar la guerra en el campo) comenzaron a retrasarse perceptiblemente.
Y en 1975, frente a los éxitos de la estrategia revolucionaria en el seno del pueblo, crecen y se agigantan urgencias determinadas por la creciente e indelegable responsabilidad de la organización de orientar a las masas, que aceleradamente se van organizando y elevando revolucionariamente su conciencia.
Y en este punto nodal se revela con toda agudez las debilidades que se han ido acumulando en la organización, especialmente en la escasez de cuadros preparados para atenderlas y a complejas tareas y áreas del trabajo de la organización frente a necesidades impostergables, sobre todo, en los ramificados sectores populares se fueron llenando las necesidades en forma espontánea y dentro de una creciente acumulación de tareas de diversas áreas (políticas, militares, secretas, etc.) en manos de los cuadros más responsables de distintos niveles.
Ya desde finales de 1974 se plantea en el Co-Cen la necesidad de entrar debidamente a la solución de los problemas básicos que se han ido acrecentando. Como son:
 La necesidad de formar un Co-Cen más amplio y capacitado para dirigir las complejas tareas que plantea este nivel de desarrollo.
 La preparación, prueba y promoción de cuadros capaces de tomar en sus manos responsabilidades a distinto nivel.
 La división adecuada del trabajo y distribución apropiada de responsabilidades.
 La compartimentación y especialización de las áreas y sectores de trabajo en lo político-militar y en lo orgánico interno. La formación de las comisiones y sub- comisiones necesarias.
 La formación, consolidación y desarrollo de otros organismos de dirección.
 La estructuración en el terreno militar y la intensificación de la operatividad revolucionaria.
 El desarrollo del trabajo de conducción política del pueblo y la dirección de sus luchas.
 La educación político-ideológica de los organismos, membrecía y colaboradores.
 La obtención de la base económica necesaria para el desarrollo del trabajo revolucionario.
 Avanzar en la disciplina, en la aplicación de las normas y en el incremento de la contextura revolucionaria de los miembros.
 Impulsar correctos métodos de trabajo.
Distintas dificultades prácticas (que no pueden detallarse en este documento) hacen postergar la inmediata y concentrada atención e estos y similares problemas básicos. Pero, al mismo tiempo la toma de medidas de reforzamiento de la dinámica actividad hacia las masas ( al irse rezagando el despejamiento de los problemas básicos acumulados) se va atendiendo de urgencia y con métodos espontáneos; lo que, como se consigna un poco atrás, produce desajustes en las áreas de trabajo, rezagos, cruces, descompartimentación, debilitamientos de normas de reclutamiento, etc., todo esto de forma simultánea con la mayor ramificación y crecimiento de la organización y de su influencia en el pueblo.
En tal estado, se va haciendo más evidente aun, la necesidad impostergable de revisar toda la situación de la organización y su trabajo, así como de adoptar un programa integral de trabajo que permita a la organización dar un salto de calidad para ponerse en capacidad de cumplir con todas las responsabilidades político-militares que de ella está demandando el proceso revolucionario.
De aquí surgen los documentos orgánicos que señalan las debilidades existentes y trazan un programa integral de restructuración de las FPL.
Aprobado en principio por el Co-Cen, al serle presentado, pasa luego a ser discutido críticamente y enriquecido por los organismos de dirección interna, como parte de todo un proceso de participación colectiva que desembocaría en la formación del Consejo de la Organización que elegiría un Co-Cen más reforzado y capacitado; y aprobaría las medidas orgánicas y políticas de reestructuración de la organización, para ponerla en capacidad de cumplir a cabalidad con su papel de dirigente político-militar de vanguardia.
VI. a continuación el documento en su CAPITULO VI, trata “SOBRE QUE ELEMENTOS MAS IMPORTANTES CONFIGURAN EN ESTE MOMENTO LA SITUACION DE LA ORGANIZACIÓN”; “EN QUE ESTADO SE ENCUENTRA LA CONSTRUCCION DE ESOS REQUERIMIENTOS BASICOS?”; “EN QUE TERRENOS HA SIDO URGENTE DESPLEGAR LOS REFUERZOS PRIORITARIOS?”
NOTA: POR RAZONES DE SEGURIDAD NO ES POSIBLE REPRODUCIR DICHO CAPITULO, DEL CUAL PRESENTAMOS SOLO ALGUNOS PARRAFOS.
En cuanto a la modalidad que adquirirá en nuestro país el armamento del pueblo a pesar que la exigencia de las masas avanzadas (sobre todo en el campo) se acrecienta frente a la necesidad de enfrentar las nuevas modalidades de opresión, del enemigo no está plenamente concretada por la organización, así como tampoco los métodos y su construcción práctica. La tarea de la formación de las milicias populares está por iniciarse y en proceso de deliberación. Frente a las necesidades del pueblo., lleva ya un retraso determinado por las debilidades internas prácticas de la organización.
Aunque no es conveniente detallar aquí, hay algunas líneas que son evidentes en nuestro trabajo militar. Las líneas generales de desarrollo han sido: la creación y la operatividad de la guerrilla urbana, y luego la ampliación de la guerrilla al campo, o sea, desarrollo de la guerrilla sub-urbana.
En cuanto a lo interno, el desarrollo obtenido por la organización ha superado en 6 años todas las previsiones y esperanzas concebidas en las etapas iníciales de la organización. Hemos constatado que se ha logrado estructurar una organización revolucionaria fuerte, seria, cohesionada que ha logrado sortear dificultades y evitar las debilidades que han hecho sucumbir en el mismo periodo a otras organizaciones.
Esto no es una casualidad, se ha debido a que en medio de debilidades y dificultades la organización ha sabido armarse de una línea estratégica y táctica correcta, que sus métodos han sido más correctos que otras organizaciones, que no ha sufrido desviaciones graves, que no ha dado bandazos estratégicos, tácticos y políticos; se ha debido asimismo a la calidad de sus militantes y cuadros que han sabido poner todo su esfuerzo en el desarrollo de las FPL y al sacrificio y ejemplar heroísmo de nuestros compañeros caídos en combate, que han impreso una mística revolucionaria a nuestra organización y a los principios que sustentan su vida. Sin embargo, se ha llegado a un momento que la organización para no estancarse, y para superar los retrasos de todo género necesita urgentemente toma runa serie de medidas prácticas que signifiquen un salto de calidad. De lo contrario, al estancarse, caerá en una serie de deformaciones internas y en su accionar que le podrán conducir a su declinación. En el momento presente, renovarse o estancarse es la alternativa que se presenta. La organización ya no es la misma de la que fue en sus inicios (desarrollo dialectico) y su estructura y métodos deben de renovarse en el mismo sentido y con el dinamismo requerido.
Con plena conciencia de esta situación, el Co-Cen entró en julio de 1975 al estudio y aplicación de los pasos iníciales del plan de reestructuración orgánica y al estudio de los aspectos políticos de las debilidades de la organización. Desde esa fecha se comenzó a dar pasos importantes, la creación de dos organismos de Dirección Nacional verdaderamente claves:
La Comisión Nacional de Masas y la Comisión Militar.
Uno de ellos se completó más pronto con cuadros de bastante responsabilidad, la mayoría de los cuales ha mostrado creciente capacidad para el desempeño de tan complejas tareas. Esto ha conducido a fortalecer la capacidad de la organización en su responsabilidad de conducción del pueblo.
La proyección de su trabajo general tiene cohesión y claridad y cada sector está dotado de planes de trabajo concreto. Este renglón del trabajo se ha convertido en piedra angular para la revolución. De ser apreciadas sabiamente las reservas y posibilidades que abre este campo de identificación con la energía del pueblo, será aquí donde se encontrara el ESLABON CLAVE del cual podrá nutrirse las FPL.
El otro Organismo de Dirección Nacional del Co-Cen tuvo retrasos es su formación. Fue estructurado posteriormente al primero, y aún está en periodo de consolidación, de creación de los primeros órganos de apoyo y planificación. Sin embargo, ha iniciado pasos muy positivos en una serie de terrenos (que no es posible detallar aquí) y que darán perspectivas, solidez, continuidad, extensión e intensificación creciente a la lucha armada organizada por las FPL. Podemos decir que con todos los retrasos y necesidades, ahora nuestra Organización está en mejores condiciones que nunca de desarrollar la lucha armada, medio fundamental de la Guerra del Pueblo.
EN LO ORGANICO INTERNO.
¿En qué terrenos ha sido urgente desplegar los esfuerzos prioritarios? – Construcción de verdaderas direcciones intermedias. – Compartimiento de organismos, cuadros, militantes y colaboradores. – Desarrollo y especialización de cuadros. – Distribución de cuadros de distintas áreas de trabajo. – Coordinación de organismos a diverso nivel. – El establecimiento del funcionamiento del Centralismo Democrático y Dirección Colectiva. – Restablecimiento de la estricta observación de las reglas del trabajo clandestino y normas de seguridad. – El desarrollo de la contextura revolucionaria de los miembros. – Revisión de los métodos de trabajo. – El impulso del plan de reestructuración hasta su culminación (celebración del Consejo y creación de un sólido Co-Cen), para poder entrar a conducir los medios adecuados para la integral superación, comenzando este proceso con la consulta a los organismos (comisiones nacionales y direcciones locales) y discusión por ellos de los documentos orgánicos; sintonización de sus opiniones, críticas y sugerencias; y sobre esta síntesis, proceder a la preparación concreta del Consejo (o del Congreso) que marcaría un acontecimiento de transcendencia singular para la organización, para la superación de las debilidades y para poner a la organización en la vía de su conversión en una poderosa organización revolucionara de la clase obrera, vanguardia marxista-leninista de la misma. Con ello las FPL entrarían en una nueva etapa de su desarrollo.
Es precisamente en este eslabón clave; en este proceso llamado a romper dialécticamente el circulo vicioso formado por las correlaciones entre las necesidades y posibilidades, entre las urgencias creadas por el desarrollo y los rezagos, los retrasos e insuficiencias; entre las exigencias de las masas y del proceso revolucionario y la carencia de cuadros, entre lo complejo de la organización y la debilidad en la dirección, etc. donde más se le ha enredado la madeja a la organización.
Veamos:
Por un lado, la dirección nacional se ha visto más debilitada, por la pérdida de compañeros y enfermedades, disminuyendo su capacidad para echar adelante con energía todo el plan de reestructuración y produciéndose un abrumante recargo de trabajo en sus miembros.
Por otra parte, los retrasos en algunos renglones mencionados se han acentuado grandemente.
Asimismo, la comprensión sobre la necesidad de las transformaciones urgentes y de los medios a emplear para que la organización pueda dar el salto de calidad en todos sus aspectos no ha avanzado con igual claridad en todos los cuadros.
Y, por otro lado, las necesidades a que obliga la compartimentación necesaria en una organización político-militar, dificultan ver por igual, a todos los cuadros, el estado real del trabajo en toda su integridad, lo ramificado y complejo de su estructura y de sus tareas, lo que asimismo dificulta la comprensión por igual de las necesidades y urgencias en toda su extensión y profundidad y de las apropiadas medidas para superarlas.
Sin embargo, no hay cuadro que no converja en la conclusión de que es necesario encontrar con urgencia los medios y métodos para superar la actual situación ( que se siente con toda la intensidad en cada área fundamental de trabajo ) y entrar de inmediato a superar los problemas, retrasos, debilidades e insuficiencias actuales que, de seguirse demorando, ocasionaran deformaciones cada vez más difíciles de superar.
¿Qué efectos causaría en la organización y en el movimiento revolucionario mayores retardos en la solución de los problemas básicos mencionados?
La Dirección Central no podría dividir las responsabilidades adecuada y racionalmente y sus pocos componentes, abrumados por el exceso de trabajo, quedarían aún más atrapados en el remolino de las tareas practicas urgentes e inmediatas, sin poder realizar sus responsabilidades de dirección estratégica político-militar, de coordinación y control, de dirección política e ideológica , de estudio, análisis y síntesis creadora.
Es decir, cada vez se debilitaría más la función de dirección efectiva y la organización quedaría como nave sin pilotaje, con el consiguiente efecto deprimente sobre toda la organización, sobre todo su complejo orgánico, sobre su actividad y su influencia de masas. Una verdadera dirección colectiva no podría operar en la práctica en tales condiciones. Ahora bien, es evidente que una organización revolucionaria político-militar requiere, como elemento básico, de una dirección central con suficiente prestigio, capacidad, firmeza y experiencia revolucionaria, que goce del debido respeto consciente, confianza plena u autoridad revolucionaria de la organización. Si este elemento clave no existe, si su deficiencia se prolonga por mucho tiempo, se generan las más diversas deformaciones en todo el cuerpo de la organización. Sin este elemento es imposible desarrollar correctamente las normas leninistas del centralismo democrático, con todas las consecuencias negativas que de ello se derivan: o bien la imposición a base de autoritarismo para mantener cohesionados a los organismos; o el democratísimo liberal que termina por corroer y romper toda la estructura.
A falta de una dirección firme y capaz que sienta sobre si el respaldo, la confianza y el respeto revolucionario de todo el colectivo y que este en capacidad de ejercer una coordinación y control firme y correcto –leninista-, florecen las tendencias al departamentalismo por áreas y sectores que terminan por crear fragmentos que despedazan a la organización por áreas o sectores. O, al margen de la dirección central, se van formando relaciones organizacionales o personales o de grupos, que conducen al mismo final.
En una palabra, sin una dirección central que goce de la confianza de la organización por su capacidad, ponderación y firmeza revolucionaria inquebrantable, es imposible conducir correctamente la guerra con todos los complejos aspectos políticos y militares; e inclusive, es imposible conservar la cohesión ideológica y orgánica de la organización.
Junto a ese elemento clave, es urgente e impostergable entrar a la decidida resolución de los problemas orgánicos internos:
 Al reforzamiento de los Organismos Nacionales del Co-Cen; especialmente la rama militar, para que pueda organizar adecuadamente en forma progresiva el complejo y ramificado campo de sus atribuciones; elemento básico para el incremento de la lucha armada revolucionaria, tanto en el terreno de las unidades regulares (la guerrilla como medio estratégico para la formación del ejército popular de liberación) como las unidades irregulares entre las masas.
 Es urgente revisar la membrecía y colocar en sus respectivas funciones y campos orgánicos a los miembros, los aspirantes y colaboradores y establecer métodos dinámicos de su desarrollo y promoción.
 Es necesario establecer los lazos correctos y las estructuras concretas para combinar acertadamente los distintos niveles y formas de trabajo, lo político con lo militar, de tal manera que podamos intensificar a los respectivos y crecientes niveles de capacidad, la lucha armada como eslabón fundamental de la guerra del pueblo, impulsar la organización y la lucha popular como medio para la incorporación del pueblo a la guerra.
 Es necesario el cumplimiento de nuestros deberes para con la guerra revolucionaria a nivel centroamericano.
 Es preciso revisar los métodos de trabajo y ponerlos a la altura de las necesidades y del desarrollo de la organización, aplicando decididamente los métodos leninistas de dirección y de trabajo.

Ahora bien, junto a las medidas orgánicas reseñadas hay un terrenoEJE sobre el que ya no podrá postergar más su atención prioritaria la Dirección político-militar; este consiste en DESARROLLAR DIALECTICA Y CREADORAMENTE, PULIR Y COMPLEMENTAR INTEGRALMENTE Y DARLE TODA LA PROYECCION (que es la guía de todo el trabajo de la organización en todos sus aspectos) a la LINEA ESTRATEGICA POLITICO- MILITAR DE LAS FPL Y A SUS LINEAMIENTOS TACTICOS; DESARROLLAR SU LINEA POLITICA, SU LINEA MILITAR Y SU LINEA ORGANICA.
Esta es una tarea trascendental para la Revolución en el país y Centroamérica que hay necesidad de emprender con toda responsabilidad, seriedad y profundidad, pues a la altura que ha llegado el desarrollo de la organización y del proceso ya no sería posible actuar eficazmente, si no es sobre la base del ordenamiento científico-dialéctico marxista del conocimiento y previsión de la realidad concreta. No es preciso recalcar mucho que una organización llena de retrasos orgánicos y prácticos de todo género y una dirección debilitada y maniatada por los mismos se ve imposibilitada de cumplir con la concienzuda concentración y sistematización necesarias a tan transcendental tarea. De allí la necesidad de despejar correctamente y superar dialécticamente a corto plazo los retrasos y debilidades señaladas con lo que se despejará el terreno para hacer fluir la sabiduría colectiva de toda la organización en la solución de los problemas estratégicos y permitirá a la dirección político-militar realizar su labor de ordenamiento, sistematización y síntesis estratégica.
Resumiendo: ya no puede esperar más tiempo la toma de medidas conscientes y enérgicas para ir resolviendo los problemas más claves y prioritarios aquí reseñados, abrirle paso a la superación de todas las debilidades que se pueden convertir en un tapón para el desarrollo de la organización y, por consiguiente, pata la marcha ascendente de la guerra revolucionaria de nuestro pueblo.
Es necesario cobrar conciencia de los problemas claves si queremos que la organización se desarrolle y continúe su marcha ascendente que ha traído desde sus primeros pasos. Debemos entrar resueltamente y sin demora a tomar las medidas necesarias para terminar con sus retrasos y debilidades. Y esto no puede hacerse ya con medidas o medios que fueron buenos para otras etapas de su desarrollo. La organización ahora ya es sumamente compleja, con grandes responsabilidades de dirección organizada del pueblo. El único método eficaz en estos niveles de desarrollo es el método marxista leninista de la dirección colectiva con responsabilidad individual, el concurso colectivo, el pensamiento colectivo, la voluntad, la determinación y la conciencia colectiva, concentrados en el área titánica de impulsar correctamente la revolución y hacer grande, fuerte e indestructible a las FPL, convertirla en la verdadera vanguardia marxista-leninista del proletariado y del pueblo.
Solo así, con la efectiva participación colectiva, con la directa participación de los cuadros con mayores responsabilidades le abriremos paso a un prodigioso desarrollo de las FPL y de la revolución (situación envidiable -en el plano de la posibilidad-que ninguna organización ha tenido hasta hoy en el país, por lo menos en las últimas décadas)
¿CUAL ES EL CORRECTO METODO DIALECTICO MARXISTA LENINISTA PARA LA SUPERACION DE LAS DEBILIDADES EN ESTE MOMENTO, DADO EL DESARROLLO ADQUIRIDO POR LA ORGANIZACIÓN?
Es el de la participación efectiva COLECTIVA de los cuadros más responsables de la organización en el estudio, deliberación y toma de decisiones claves, para la superación de las actuales debilidades.
Y en la medida en que las condiciones de seguridad lo aconsejen la participación de toda la membrecía en la deliberación y consulta para la aplicación de las medidas que se tomen.
En esta dirección se impone la necesidad de realizar al más corto plazo posible unas reuniones integradas por los compañeros con mayores responsabilidades de direcciones -escogidos por el Co-Cen de acuerdo con el conocimiento que tiene de sus responsabilidades, méritos y calidad revolucionaria- (reunión que puede tomar el carácter de consejo)
COMPAÑEROS
Estamos viviendo un momento importante en la vida de la organización, de grandes posibilidades de avance en el cumplimiento de las tareas político- militares y al mismo tiempo, con una seria de debilidades y deficiencias que es necesario superar para propiciar el desarrollo revolucionario.
En esta situación, frente a tales responsabilidades, no estamos partiendo de cero. Seis años de lucha revolucionaria, de acercamiento al pueblo, de sacrificios de toda su membrecía, de sangre de nuestros queridos compañeros caídos en combate contra el enemigo, han fructificado en una poderosa fuerza revolucionaria con capacidad múltiple en diversos terrenos, que se proyecta hacia el corazón de las masas, hacia la clase obrera y el campesinado, hacia el futuro combativo de nuestro pueblo.
El tesoro más valioso de nuestra organización son sus cuadros que se han forjado en plena lucha por los intereses del pueblo, en plena aplicación de la teoría revolucionaria a la práctica revolucionaria.
Hemos demostrado a nuestro pueblo que la lucha armada no solo es necesaria, sino que es posible en el país, y estamos en la obligación de mostrar que es el único medio capaz de conducirle en sus batallas decisivas.
A este nivel de su desarrollo las FPL cuentan con una experiencia revolucionaria incomparablemente mayor que en sus etapas iníciales. Por esa experiencia, labrada en la práctica viva. Sabemos ya definitivamente, que NINGUNA VANGUARDIA REVOLUCIONARIA SE FORJA AISLADA DEL PUEBLO; QUE NINGUNA ORGANZIACION POLITICO-MILITAR REVOLUCIONARIA ES CAPAZ DE SOBREVIVIR A LAS TENACES ENBESTIDAS DEL ENEMIGO SINO SE ATRINCHERA FIRMEMENTE EN LAS PROPIAS ENTRAÑAS DE LAS MASAS POPULARES (experiencia que la hemos visto repetirse una y otra vez en los últimos años con el desaparecimiento de valiosos destacamentos revolucionarios a lo largo y ancho de nuestra América), que solo el pueblo, es el que nutre a su organización de vanguardia, el que acrecienta las filas de su ejército, el que responde a los combatientes caídos en la cruenta lucha de creciente intensidad que solo el pueblo, fundido con sus fuerzas de vanguardia, las vuelve cada vez más poderosas, invencibles, indestructibles. Estamos conscientes de que solo aquellas organizaciones que han encontrado las formas concretas de incorporar a las masas y los medios y canales concretos de combinar acertadamente a su trabajo político-militar han sido las que han podido conducir a su pueblo -como en el caso de Viet-Nam y Cuba- a la victoria final.
Estamos frente a esa encrucijada clave. Tenemos todo para emprender esa tarea: organización; elementos básicos estratégicos; tácticos; político e ideológico; tenemos valioso elemento humano y revolucionario que crece a medida en que nos vamos acercando al pueblo y que no estamos utilizando en plenitud; tenemos ya cierto nivel de conocimientos técnicos, y medios materiales en proporción no despreciable. Sin embargo, el enemigo es aún muy fuerte con sus intenciones y planes enfilados al objetivo de destruirnos. Su gran debilidad es el pueblo contra cuyos intereses fundamentales lucha y al que nosotros debemos ganar definitivamente para llegar a ser más poderosos que el imperialismo y sus títeres.
Tenemos que cerrar lo más rápidamente las brechas al enemigo por donde en esta etapa nos pueda atacar y destruir; esas brechas son nuestras deficiencias y nuestras debilidades, nuestro aun no completo acercamiento al pueblo.
Con la resolución de cumplir con nuestras responsabilidades históricas, no tenemos motivos para ver con pesimismo las grandiosas tareas que tenemos enfrente, sino que hay bases reales para emprenderlas con optimismo y entusiasmo revolucionarios.
¡ADELANTE, COMPAÑEROS!
¡A cumplir esas tareas con honor! ¡Cada uno de nosotros es constructor de nuestra gran organización revolucionaria! ¡A convertir a las FPL en la vanguardia revolucionaria político-militar del proletariado!
¡REVOLUCIÓN O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERÁ!
EL CONSEJO REVOLUCIONARIO DE LAS FUERZAS POPULARES DE LIBERACIÓN –FPL- “FARABUNDO MARTI”

EL SALVADOR, CENTROAMERICA, JUNIO DE 1976

Ha muerto un hombre de la CIA

Ha muerto un hombre de la CIA
Carlos Dada
Miércoles, 23 de Agosto de 2017

1630

El coronel salvadoreño Nicolás Carranza vivió ochenta y cuatro años y terminó sus días el pasado 2 de agosto de manera natural; acuerpado por su comunidad en Memphis, Tennessee, que tanto lo apreció.

Como millones de salvadoreños antes y después, emigró a Estados Unidos en 1985 buscando una nueva vida. Pero Carranza tuvo que ocultar la que había llevado e inventarse una nueva identidad. Había sido viceministro de Seguridad y jefe de la Policía de Hacienda en los años más oscuros de la guerra y tenía en su closet suficientes cadáveres y secretos como para echarle diez candados y enterrarlo.

El coronel Carranza, que había sido director de la telefónica estatal ANTEL, desde donde operaba servicios de inteligencia y escuchas telefónicas, ascendió a viceministro de Defensa después del golpe de Estado de 1979. Desde ahí controlaba los temidos cuerpos de seguridad pública salvadoreños: la Policía de Hacienda, la Policía Nacional, la Guardia Nacional y la Policía de Aduanas.

Según la larga investigación sobre Escuadrones de la Muerte que hicieron los periodistas Laurie Becklund y Craig Pyes, fue el mismo Carranza el que orquestó la salida del Ejército del mayor Roberto D’Aubuisson y le ayudó con el robo de los archivos de Ansesal. Lo quería afuera para hacer el trabajo sucio y continuó siendo su jefe directo. “Los militares veían con buenos ojos lo que D’Aubuisson estaba haciendo”, dijo Carranza a Pyes. “No había razón para perseguirlo mientras estaba combatiendo a los comunistas”. Carranza le abrió los cuarteles para que reclutara miembros para sus operaciones nocturnas.

A mediados de los ochentas el coronel Carranza declaró a un periódico estadounidense: “Los escuadrones de la muerte aparecieron primero en Brasil. Eran policías que mataban criminales. Nosotros también encontramos que el sistema de justicia no castigaba a los terroristas, así que tuvimos que tomar nuestras propias medidas”.

En cuanto fue nombrado viceministro, colocó a Francisco Morán al frente de la Policía de Hacienda, y era él quien le daba órdenes directas. Morán le servía de enlace con grupos de empresarios con los que formaban escuadrones de la muerte; y fue el responsable del asesinato de Mario Zamora.

Pero cuando se mudó a Estados Unidos, Carranza no solo ocultó sus crímenes, sino también sus maneras y se volvió un hombre de suaves modales. Cambió incluso de religión y se hizo miembro de la iglesia bautista local. Consiguió trabajo como vigilante del museo de arte Brooks y se presentó como un simpático, amable empleado siempre dispuesto a ayudar a los demás. En poco tiempo era ya reconocido en esa ciudad sureña de Estados Unidos como un destacado miembro de sus comunidades religiosa y profesional: generoso, solidario, comprensivo.

Su historia parece digna de películas sobre agentes o informantes de la CIA a los que la agencia necesita ocultar, y para ello les cambia la identidad, el nombre y los manda a vivir a un pueblito con un trabajo menor, de muy bajo perfil. El coronel Carranza no cambió de nombre. Pero, como él mismo confesó años después, había sido durante muchos años informante de la CIA.

Lo conocí una helada mañana de noviembre en Memphis, en 2005, cuando se defendía del juicio civil que le entablaron víctimas de sus torturas y la viuda de Manuel Franco, el líder del FDR al que él ordenó asesinar un cuarto de siglo antes, junto con otros cinco dirigentes.

Entre las pausas del juicio le pedí a Carranza una entrevista, me dijo que no. Su abogado, Robert Fargarson, me explicó que no podía dar ninguna declaración mientras enfrentaba el proceso.

El coronel ya estaba viejo entonces. Llegaba al juicio muy elegante, con un abrigo, bufanda y un gorro para protegerse del frío. Siempre caminaba del brazo de su esposa. Tenía ya la mirada un poco perdida y escuchaba las acusaciones en su contra con la cabeza agachada. El coronel era ya un hombre derrotado.

Una tarde, tras un receso, nos encontramos en el elevador. Dos pisos.

-Buenas tardes coronel…

-Buenas tardes.

Eso fue todo. Su abogado intervino: No puede hablar con usted. Se abrieron las puertas del ascensor y salió del brazo de su esposa.

Durante todo el juicio, Carranza escuchó las acusaciones en su contra y los testimonios de sus víctimas como si fuera él la víctima de una conspiración que no alcanzaba a comprender. El pecenista Alejandro Dagoberto Marroquín viajó para testificar que Carranza era tan bueno con sus prisioneros que frecuentemente pintaba las paredes de sus celdas para que los prisioneros estuvieran en un lugar más agradable. Uno de los sobrevivientes de esas celdas de tortura, Daniel Alvarado, confirmó lo de las pinturas, pero explicó que esto siempre sucedía antes de la visita de la Cruz Roja para tapar la sangre en las paredes.

En ese juicio fue encontrado culpable de crímenes contra la humanidad, asesinatos extrajudiciales y torturas. Los únicos sorprendidos fueron sus conocidos en la iglesia bautista de Memphis y sus compañeros de trabajo en el museo.

No es que Carranza no supiera lo que hizo. Es que no entendía por qué estaba siendo juzgado en Estados Unidos. Se lo dijo al juez: Solo me arrepiento de haber trabajado para la CIA.

Todo, todo lo que estaba siendo juzgado en esa sala, dijo, era del conocimiento de la inteligencia estadounidense. Tampoco esto era nuevo. Lo había dicho ya el exdirector de Ansesal, el coronel Roberto Santiváñez, en 1985, cuando lo acusó de montar, junto con el mayor Roberto d’Aubuisson, las estructuras paramilitares conocidas como Escuadrones de la Muerte. Poco después se supo que Carranza ganaba $90 mil dólares al año por sus servicios a la agencia estadounidense.

Su pertenencia a la CIA la reiteró el exembajador de Estados Unidos en El Salvador, Robert White, en una entrevista que le hice algunos años después: “Yo traté de que sacaran a Carranza de la CIA, pero no es fácil convencer a Langley (cuartel general de la CIA). Y también deberían investigar a los embajadores de Estados Unidos que ocultaron información sobre lo que aquí pasaba”, dijo.

Entre los informantes de los servicios de inteligencia estadounidenses estaban también el fundador de ANSESAL y ORDEN, el coronel Alberto Medrano; y su protegido, Roberto d’Aubuisson, al que llamaba “uno de mis tres asesinos”.

El lugarteniente de D’Aubuisson, Álvaro Saravia, confesó que la CIA proporcionaba armas a los grupos paramilitares. Como posteriormente revelaron la captura de un piloto caído en Nicaragua y, sobre todo, las investigaciones sobre el narcotraficante hondureño Roberto Matta Ballesteros, la CIA también participó en operaciones de narcotráfico para financiar a la contra nicaragüense.

En Estados Unidos han sido juzgados ya cuatro militares salvadoreños acusados y encontrados culpables de violaciones a los derechos humanos durante la guerra (además de Carranza: el capitán Álvaro Saravia; el general Guillermo García y el coronel Eugenio Vides Casanova. Actualmente el coronel Inocencio Montano aguarda detenido en ese país su extradición a España para ser juzgado por el asesinato de los sacerdotes jesuitas en la UCA).

Pero, fuera de los participantes en la operación Irán-Contras, ningún estadounidense ha sido juzgado jamás por su rol en las violaciones a los derechos humanos de los centroamericanos, que fueron múltiples y han sido debidamente registradas. Apenas han recibido castigo sus informantes locales, sus socios estratégicos, sus “gorilas” como alguna vez los llamó el embajador en El Salvador Dean Hinton.

El coronel Nicolás Carranza fue derrotado por sus acusadores, todos víctimas de los abominables vejámenes que él supervisó y ordenó. Más que los testimonios en su contra, al coronel le indignó saberse solo, juzgado solo, encontrado culpable solo, sin la compañía de quienes conspiraron con él para cometer todos esos crímenes: sus aliados estadounidenses.

*Carlos Dada es periodista y fundador de El Faro.

Tiempo y disciplina en Gerentes de Empresas Transnacionales en Buenos Aires

TIEMPO Y DISCIPLINA EN GERENTES DE EMPRESAS
TRANSNACIONALES EN BUENOS AIRES
Diego Szlechter

Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 125: 141-150/2009 (III). (ISSN: 0482-5276)

RESUMEN

El presente trabajo analiza el modo de utilización y de concepción del tiempo de altos directivos de empresas transnacionales en la Argentina. Nos basaremos, por un lado, en un debate teórico en torno a la noción de tiempo desde diferentes disciplinas (antropología, sociología, historia de la vida cotidiana), cotejándolo con fuentes primarias y secundarias de las mismas empresas. El objetivo de este estudio radica en encontrar tendencias generales en la noción y utilización del tiempo en altos directivos y mandos medios dentro del capitalismo actual. Las prácticas cotidianas de estos quedan, en gran medida, subordinados o subsumidos a los intereses corporativos. De esta manera, el eje alrededor del cual gira la temporalidad constituye la idea de la urgencia (de agregar valor al tiempo).
PALABRAS CLAVE: ARGENTINA EMPRESAS TRANSNACIONALES CAPITALISMOTRABAJO GERENTES MANDOS MEDIOS ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO

  • Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina.

diego_szlechter@yahoo.com.ar
142 Diego Szlechter
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 125: 141-150/2009 (III). (ISSN: 0482-5276)

INTRODUCCIÓN Y PRESENTACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

El presente trabajo pretende analizar los modos a través de los cuales los cuadros1 de empresas transnacionales en Buenos Aires internalizan y naturalizan cierta disciplina respecto a tiempos de trabajo y del tiempo libre, de forma que les impiden su clara diferenciación.

El camino que seguiremos en la siguiente exposición será caracterizar a la figura del manager o mando medio, ampliamente trabajada desde la sociología por Bouffartigue et ál. (2001), Bouffartigue (2001), Brunel (2004), Gadéa (2003), Livian et ál. (2006) y desde la antropología por Flament (2002), posteriormente presentar un debate teórico en torno a la noción de tiempo (de trabajo y de no trabajo) en el capitalismo actual y por último, indagar cuáles son algunas de las formas en que se manifiestan
rasgos de introyección de una disciplina temporal en los cuadros de empresas transnacionales.

Por último, presentaremos algunas interrogantes que se planteen a lo largo de la discusión teórica que puedan llevar a una investigación de tipo empírica que logre responder de forma más acabada a dichas cuestiones. En esta instancia,
sólo dejaré formuladas algunas preguntas que pueden allanar el camino para profundizar en estos temas.

Si bien la elección de los sujetos de estudio —los mandos medios de las empresas transnacionales— se debe a la intención de comprender tendencias de cambio globales, la delimitación geográfica a la ciudad de Buenos Aires, aunque resuma en sí misma el conjunto de transformaciones globales del capitalismo, evita la tendencia que poseen los enfoques globales,
los cuales suelen presentar a los factores explicativos del cambio como “fuerzas ajenas a los seres humanos y a las naciones, que se verían de esta forma obligadas a padecerlos del mismo modo que se soporta una tormenta”
(Boltanski y Chiapello, 2002: 34). La percepción de inevitabilidad2 puede terminar llevando a la justificación.

La razón por la cual el trabajo empírico que se pretende llevar a cabo se centra en empresas transnacionales (las cuales representan a su
vez, la mayor parte del comercio mundial en su totalidad), se debe a que las justificaciones que encuentran sus actores muestran competencias que son constantemente reproducidas a través de los procesos de socialización familiares y escolares (Boltanski y Chiapello, 2002: 47).

Tal como sostiene López Ruiz (2004), la mutación sufrida por el espíritu capitalista a través de la reformulación neoliberal de la economía política,
generó una explicación de la realidad que toma a la figura del ejecutivo como una matriz de conducta a ser diseminada por la sociedad entera, la
cual no se funda en la satisfacción del deseo, sino más bien en la inversión constante y exclusiva de la voluntad en la producción de riqueza abstracta.
La ganancia se torna no una obligación sino un imperativo vital, la lógica del capital pasa a ser la razón de su existencia. Este compromiso asumido por estos “empleados capitalistas” debe lograrse por medios pacíficos y no por coacción. Durand (2006) llama a este compromiso “servilismo voluntario”.

1 Es necesario aclarar a qué nos referimos con cuadros: Boltanski y Chiapello (2002) sostienen que el término cuadro, a partir de la década de los 90, pasa a constituir un término obsoleto, debido a que sugiere jerarquía y burocracia, términos rechazados por el discurso del management debido a que es la autonomía y la horizontalidad lo que prima en el discurso actual.
Incluso, según sostienen los autores, la literatura de los 90 reemplazan
a los cuadros por el personal intermedio y subalterno. Por lo tanto, al hablar de cuadro, estamos haciendo referencia a lo que en la jerga empresarial
suele llamarse manager en su acepción más general, lo cual incluye a aquellos que tienen la capacidad de animar equipos, manejar personas,
etc. Como sostienen los autores, el manager, en el capitalismo actual, es el hombre de las redes que en lugar de hacer carrera, construye relaciones en base a sus competencias y carisma.
2 Bessin (1998) considera que lo que diferencia al posfordismo del taylorismo o fordismo es la dependencia del entorno. A la aceleración de las operaciones de producción tayloristas se suma otra forma de aceleración producto de los cambios en el entorno, que a su vez obliga a las empresas
a modificar la esquematización del tiempo. De la organización secuencial, se pasa a la organización de la simultaneidad de operaciones. Este nuevo
tipo de aceleración en las empresas, aumenta la disposición a la irreversibilidad.

Debe lograrse una adhesión plena y conciente a los objetivos de la empresa, que requiere de sacrificios (idealmente, consentidos libremente) y de iniciativas que lleven a la estabilización del sistema en pos de su producción
y reproducción. Estos empleados deben encontrar maneras de justificar ideológicamente esta adhesión: “las personas necesitan poderosas
razones morales para adherirse al capitalismo” (Boltanski y Chiapello, 2002: 43).

En orden de mantener vivo su espíritu y poder de movilización3, el capitalismo debe apropiarse de recursos discursivos ajenos al mismo e incluso que le son hostiles. Así surgen, por ejemplo, los programas de responsabilidad social empresarial, las fundaciones empresarias
caritativas y filantrópicas o las mismas declaraciones de principios de las empresas (llamadas por Estas “misión” o “visión”).

Para atraer a las elites al mundo de los negocios y hacer de ellos sujetos productivos, es necesario que las empresas les ofrezcan los aportes que esta le hace a la sociedad en su conjunto y hacerles creer que el objetivo de los negocios no es sólo ganar dinero (Boltanski y Chiapello, 2002: 106). De Gaulejac (2005) define a esta movilización como “ideología de la gestión”.

Es necesario aclarar que el capitalismo no está regido por normas de justicia (no es intrínsecamente injusto, sino que la justicia no es pertinente dentro de sus reglas de juego)4, debido a que la norma de acumulación de capital es amoral, lo que obliga al capitalismo (a las empresas y a sus cuadros) a justificarse y autocontrolarse (Boltanski y Chiapello, 2002: 82 y 83).

Por otro lado, López Ruiz, en lugar de hablar de las justificaciones que debe encontrar el capitalismo para lograr su objetivo, sostiene que este obliga al trabajador a adoptar determinadas estrategias de supervivencia dentro de un ambiente que constantemente lo pone a prueba (en términos de los resultados de sus inversiones). El trabajador debe convertirse en un trabajador-empresario.

El autor caracteriza al capitalismo moderno como la masificación del afán de lucro en todos los niveles jerárquicos. Cada uno debe internalizar el afán de lucro y hacerlo su principal motivo, tal que cada uno se convierta en empresario de sí mismo.

Para la empresa transnacional, dentro de un marco de economía neoliberal, el salario de sus managers es una renta, el producto o el rendimiento de un capital. Si esta “máquina” llamada trabajador, debe producir flujos de
renta, entonces este debe convertirse en una especie de empresa: la base de la sociedad ya no es el individuo, sino el trabajador-empresa (López Ruiz,
2004).

EL TIEMPO EN LA EMPRESA

El tiempo es pensado y experimentado de diversas maneras de acuerdo con el grupo social al cual un individuo pertenece. Esta diversidad no sólo proviene de criterios internos de la estructura simbólica de los grupos sociales, sino que además es producto de las relaciones jerárquicas de una sociedad basada en las clases.

La utilización del tiempo es expresiva de la forma que toman los diferentes tipos de relaciones sociales. Así, las definiciones sociales de tiempo o temporalidades son fuertemente marcadas por la experiencia de clase social, género y grupo etario (Heilborn, citado por Delfino, 2004). La percepción del tiempo está condicionada por el lugar que ocupa la noción de trabajo en la vida de las personas y por las expectativas depositadas en torno a este.

3 El poder de movilización que intenta producir el capitalismo está dirigido en un doble sentido: por un lado, se hace necesario movilizar a los cuadros de las empresas, pero por otro, se hace no menos perentorio aplicar dispositivos de control desmovilizadores para contrarrestar los intentos de movilización de la clase trabajadora, a veces con éxito y otras veces no, pero el objetivo se encamina, en todos los niveles jerárquicos, a una individualización de la relación del trabajador (o de los cuadros) para con “su” empresa.
4 Tal como veremos al tratar el tema de la temporalidad en el capitalismo actual, esta falta de necesidad de imaginar un orden justo (o más justo), se relaciona con un determinado modelo temporal, en el cual se profundiza la brecha entre la experiencia acumulada y el futuro incierto, sobredimensionándose el tiempo presente. De esta manera, se llega a naturalizar el orden social dominante y poco se hace por imaginarse un orden social deseado.

De esta forma, se jerarquizan las actividades de la vida cotidiana. Thompson (1967) sostenía que, en las sociedades campesinas5, la percepción del tiempo se relacionaba con la orientación a las tareas.
El autor propone tres explicaciones a esta forma de comportamiento: 1) es más comprensible, en términos humanos, que el trabajo pautado, ya que el campesino parece atender lo que son necesidades observadas y explícitas; 2) dentro de una comunidad en la cual la orientación a la tarea es común, parece haber una menor demarcación entre “trabajo” y “vida”. Las relaciones
sociales y el trabajo se entrecruzan (el día de trabajo se prolonga o acorta de acuerdo con la tarea realizada), por lo que no existe conflicto entre trabajo y “pasar del día” y 3) para los hombres acostumbrados al trabajo pautado por el reloj, esta actitud hacia el trabajo aparece como derrochadora y falto de urgencia (Thompson, 1967: 60).

Si el capitalismo actual muestra una característica propia de las sociedades campesinas —la turbia escisión entre trabajo y tiempo libre— no se debe a una vuelta al pasado, sino precisamente a una evolución en el proceso de
disciplinamiento del tiempo: si en el capitalismo en red (Boltanski y Chiapello, 2002), trabajo y “vida” se entrecruzan, se debe a que los cuadros
de las empresas internalizan una cierta noción de tiempo que abarca el tiempo laboral y el de fuera del trabajo: las redes se construyen en cualquier momento y en cualquier lugar.

Toda acción, va a estar sometida a las leyes del mercado, incluso la misma división entre tiempo de trabajo y tiempo libre. El tiempo libre y el de trabajo
tienen una conexión y un orden, que impone el trabajo, siendo este último el que controla y establece la forma en que el tiempo libre deba ser utilizado de la mejor manera para reproducir la vida y servir a que los trabajadores rindan más en el ámbito de trabajo (Sgrazzutti, 2004).

“Es preciso que el tiempo de los hombres se ajuste al aparato de producción, que este pueda utilizar el tiempo de vida, el tiempo de existencia de los
hombres” (Foucault, 1991: 130).

De Coster (1996) sostiene que, en el capitalismo actual, la dilución de la frontera entre tiempo de trabajo y de no trabajo se debe a la búsqueda de optimización de las condiciones de uso del factor trabajo. El trabajo invade al tiempo libre y (con menor frecuencia) viceversa. La razón de esta invasión yace en que es necesario sumar a las horas de trabajo los tiempos de información y de formación necesarios para las funciones ejercidas y los tiempos que deben estar disponibles, los cuales reducen la autonomía
temporal del empleado6.

Siguiendo la tesis de la evolución del disciplinamiento del tiempo de Thompson (1967), la medición del tiempo de trabajo, encierra una
relación simple: los empleados experimentan una distinción entre el tiempo perteneciente a sus empleadores y su “propio” tiempo. El empleador debe usar el tiempo de su trabajo y procurar que este no sea derrochado: no la tarea sino el valor del tiempo es lo dominante, cuando se reduce a dinero (Thompson, 1967: 61).

5 En general, al referirse a las sociedades pre-industriales, Thompson sostiene que el patrón que describía la forma de trabajo de estas, era la alternancia de momentos de trabajo intenso y de ocio y en la cual los hombres estaban en control de sus propias vidas laborales. Como este patrón de trabajo subsiste entre algunos artistas, escritores, pequeños agricultores e incluso estudiantes, el autor eleva la provocadora pregunta acerca de si en realidad esto sería un ritmo de trabajo humano “natural” (Thompson, 1967: 73).
6 A diferencia del modelo temporal de la sociedad industrial, en la sociedad red, “los tiempos de trabajo se transforman en su “naturaleza” (condiciones
de trabajo, tecnología, gestión del personal…), en su administración (horarios…), sus ritmos (neotaylorización), su duración (reducción del tiempo
de trabajo, jubilación avanzada, desempleo). Además, se precariza (debido a una multiplicidad de estatus, y a la segmentación…) y se diversifica (tercer sector, economía subterránea, trabajo en negro, economía doméstica…). El paradigma del empleo definido por el trabajo asalariado, único y estable, con una perspectiva de carrera continua y progresiva y un vínculo salarial cerrado se modifica; poniéndose al servicio de la optimización temporal de la movilización de factores productivos, la extensión de la duración de funcionamiento de los equipamientos, y la producción de riqueza concentrada aunque producida a partir de la deslocalización
(Gaullier, citado por Luongo, 2005).
El autor se preocupa por el sentido del tiempo condicionado por la tecnología y por la medición del tiempo como medio de explotación en el trabajo. Lo que Thompson analiza no es el proceso de disciplinamiento del tiempo en la transición hacia el “industrialismo”, sino hacia el capitalismo industrial, el cual posee sus propias características definidas. En esta transición, las
luchas se definen principalmente por luchas alrededor del tiempo: finalmente los trabajadores aprenden la lección y comienzan a luchar no
contra el reloj sino por alcanzar mayores niveles de autonomía temporal (lucha por menos horas de trabajo, por pago de horas extras, etc.): estos han aprendido que “el tiempo es dinero” (Thompson, 1967: 86).

Este proceso se asemeja a una internalización o interiorización de la
disciplina, pero el autor se pregunta hasta qué punto fue impuesta y hasta cuánto fue asumida voluntariamente por los trabajadores. En las
sociedades capitalistas maduras, todo tiempo debe ser consumido, comercializado, utilizado: “pasar el tiempo” constituye una ofensa para
la fuerza laboral. La disciplina fue finalmente internalizada (Thompson, 1967: 91).

La gran narrativa de la Modernidad suponía la inserción de los agentes en la historia como poseedores de un pasado definitivo y un futuro predecible (Giddens, 1991: 12). La perspectiva de largo plazo suponía logros acumulativos. Esta gran narrativa de la historia, se disuelve una vez que se produce una pérdida de la creencia en el progreso.

En el nuevo capitalismo, la experiencia personal se encuentra a la deriva:
“La consigna nada a largo plazo desorienta la acción planificada, disuelve los vínculos de confianza y compromiso y separa la voluntad del comportamiento” (Sennet, 1998: 31). El tiempo histórico es expropiado de la vida de los sujetos, imponiéndose prácticas ligadas sólo al presente.Se deben elegir estrategias día a día.

El desarrollo del tiempo libre ha acentuado la oposición tiempo de trabajo-tiempo de no trabajo, pero como el tiempo de trabajo es el vector que contamina al resto del tiempo, la rentabilización del tiempo se ha acentuado
(Boisard, 1984). En el mismo sentido, Bessin (1998) sostiene que en el modelo capitalista actual, la lentitud se encuentra estigmatizada, ya que nos encontramos en un paradigma epistemológico dentro del cual la racionalidad económica reposa sobre la rentabilidad temporal y en el cual las innovaciones tecnológicas se derraman en la sociedad por medio de la velocidad de los modelos difusionistas del marketing.

El tiempo es dinero en el sentido de que su inversión debe generar un retorno en metálico. Jurczyk (1991) formula la tesis según la cual la vida cotidiana toma el carácter del trabajo, lo que traería como consecuencia un
abuso temporal, fenómeno cada vez más expandido en las sociedades occidentales. Los individuos se ven obligados a reorganizar sus vidas
día a día, o semana a semana. Esto ocurre con mayor acento en las empresas transnacionales.

Cuanto mayor es la flexibilidad e incertidumbre exterior, agrega Jurczyk, mayor es la tendencia hacia la búsqueda de estabilidad y flexibilidad interior. La estabilidad interna va acompañada de una capacidad de actuar de manera flexible. De esta manera, el sujeto se repliega más hacia sí mismo, buscando la salvación individual7.

Schehr (1999) prefiere hablar de una temporalidad social dominante, en la cual la temporalidad laboral juega un papel preponderante. El horizonte temporal de nuestras sociedades parece más que nunca caracterizarse por
la incertidumbre y lo efímero sobre un fondo de crisis de legitimidad de la temporalidad social dominante. El autor presenta el ejemplo de los
jóvenes fuertemente influidos por una ética de trabajo en la cual el presente queda suspendido —en detrimento de sus posibilidades— a una inserción definitiva aunque indeterminada en el mercado de trabajo: se podría hablar de una heterodeterminación cultural del tiempo en función de un exterior no manejable.

7 Laidi acuña el concepto de presente autárquico, en el cual este se desaferra del pasado y del futuro y cuyos ejes pasan a ser la autorreferencia y la autosuficiencia (Laidi, citado por Luongo, 2005).

La gestión de la carrera de los managers, también analizada por Luci (2007), se presenta en términos de una extrema movilidad, la cual genera una hipervalorización del tiempo presente: si en un momento, el diploma aseguraba oportunidades de promoción dentro de la empresa, las cuales llevaban al desarrollo de una carrera, al hacerse evidente un alto porcentaje
de desempleo entre este grupo social, si bien diferente en magnitud respecto a los sectores menos favorecidos, comenzó a mostrar una realidad diferente a la de los últimos años: si bien las empresas continúan ofreciendo perspectivas de promoción a los elementos considerados provistos de mayor talento, la seguridad a largo plazo no está garantizada (Boltanski y Chiapello, 2002: 27).

Este sobredimensionamiento del tiempo presente se produce a través de un aceleramiento del tiempo, se debilita la capacidad de insertar un momento dado en una perspectiva histórica y se desvanece tanto el pasado como
el futuro, emergiendo un presente omnipotente (Lechner, citado por Luongo, 2005). Este presente omnipotente se asemeja al de la sociedad
informacional descrita por Castells (1998), la que se caracteriza por ser una cultura on-line, instantánea, atemporal y global.

La contrapartida se presenta como la cultura de la urgencia, una cultura del fin inmediato de la vida, sin ninguna proyección de largo plazo, los proyectos mutan de forma desenfrenada: “Las culturas locales de urgencia son la expresión invertida de la atemporalidad global” (Castells, 1998: 87).

Prima lo contingente, el sentido de la vida es la vivencia inmediatamente perceptible. Dubar (2002) sostiene que al estar la organización centrada en la eficacia inmediata, buscando la flexibilidad máxima para hacer frente a la incertidumbre, el empleado que entra a trabajar en la empresa busca estabilizarse y adquirir competencias profesionales.

Así, pueden suscitarse malentendidos, ya que si el cuadro ha depositado todo en su desarrollo profesional dentro de la empresa, la ruptura puede llegar a ser dramática. La carrera deviene aleatoria e incierta. Si esta tensión entre el cuadro y la empresa es difícil de resolver, ¿Cómo es posible que los managers internalicen la disciplina de la empresa, aún incluso cuando pueden llegar a mantener, de forma paralela, visiones instrumentales acerca de su trabajo en
la organización?

Es necesario aclarar que en los ámbitos empresariales, actualmente se hace hincapié en valorar el tiempo fuera del trabajo de los cuadros, tiempo dedicado a la afectividad. Este tiempo involucra a las empresas debido a que
la afectividad es un rasgo fundamental de la empresa red (Boltanski y Chiapello, 2002).

El tiempo libre es tiempo en el cual es posible desplegar libremente la creatividad para desarrollar redes. La literatura de gestión empresarial
se rebela contra la separación entre tiempo de trabajo y fuera de trabajo, ya que esta división separa aspectos indisociables de la vida (la afectividad
familiar y de las redes) y va en contra de la flexibilidad requerida en el trabajo en red.

Cada manager debe comportarse como si fuera un empresario (o en otros términos, un inversor: invirtiendo en redes, en aprendizaje, en la carrera y también en amistades e incluso en las relaciones más íntimas), corriendo con los riesgos, la autonomía, la carga de trabajo y la escisión de la frontera de los tiempos de trabajo y de no trabajo que esto implica indefectiblemente.

El cuadro debe comportarse como capitalista, llevando consigo mismo el capital llamado “humano”8: lo humano pasa a constituir un conjunto de habilidades, destrezas y aptitudes propias de los hombres que adquieren
valor de mercado. El nuevo emprendedor interioriza la contraposición capital/trabajo (López Ruiz, 2004). A diferencia de lo que sostiene el
autor, la realidad muestra que el nuevo emprendedor diluye, borra y solapa más que interioriza dicha contraposición.

8 López Ruiz (2004) presenta dos momentos significativos
del espíritu capitalista: por un lado, los primeros años del siglo XX, en la cual la figura arquetípica del emprendedor adquiere significancia, y por otro, a partir de los años 50, durante los cuales se produce una crisis de dicha figura y de la ética del trabajo protestante, pasando a prevalecer la ética del trabajo empresarial —el trabajo pasa a constituir un emprendimiento individual—. El autor utiliza la teoría del capital humano, ideada por economistas de la Universidad de Chicago en los años 50, para sustentar su tesis. Este sostiene que dicha teoría fue adoptada por las doctrinas de la gestión empresarial en las décadas de los 90 y 2000, las cuales definen al capital humano como un conjunto de capacidades, habilidades y destrezas de los seres humanos que deben ser valorizados y gestionados.

11 Para controlar lo incontrolable (el mercado, los clientes, los cuadros), la única solución es que las personas se autocontrolen, desplazando la coacción de la exterioridad de los dispositivos organizacionales a la interioridad de las personas, concediendo capital importancia a la implicación del personal, relacionado con la motivación y movilización del personal y con el placer de trabajar (Boltanski y Chiapello, 2002: 127).

DISPOSITIVOS DISCIPLINARIOS Y DE CONTROL

Si la acumulación se produce en un contexto de determinadas relaciones sociales, entonces está directamente relacionada con la disciplina. Para que exista un cierto patrón de acumulación, además de un disciplinamiento de la clase trabajadora, es necesario que los mandos medios se encuadren dentro de determinada relación social9.

El objetivo de la disciplina es reproducir un orden (en este caso un orden productivo) y una estructura jerárquica. Productividad y disciplina no pueden estar planteadas de forma separada. Así pues, las técnicas de gestión de la fuerza laboral (de gestión del personal y de los recursos humanos en la jerga empresarial), si bien se muestran bajo el manto de la inevitabilidad de cambios globales, por lo que se hace necesario adaptarse a reglas de juego impuestas desde afuera, lo que queda oculto es la gestión del poder y la naturaleza política de la técnica10.

Tal como sostiene Palomino (2000), las nuevas formas de organización del trabajo inducen a una sujeción no ya directa sino indirecta de la fuerza de trabajo, en las cuales la relación laboral está mediada por las reglas del mercado más que por la misma organización. Cada empleado se transforma en inversor, que comparte el riesgo del capital puesto en juego.

Boltanski y Chiapello sostienen que la historia de la gestión empresarial es una historia de la sofisticación permanente de los medios de dominación de cuanto ocurre en la empresa y en su entorno. El control incluye a los mercados, la competencia, los clientes, la cadena de distribución,
el comportamiento de los consumidores, la prensa, los poderes políticos y hasta a los mismos directores de las grandes empresas.

Por lo tanto, una pregunta central que debe formularse en una investigación empírica acerca de la cuestión del control en los cuadros es ¿Cómo funciona
el proceso de internalización de la disciplina?, ¿Cuáles son las nuevas modalidades de control de la nueva gestión empresarial? Si la exigencia
hacia los cuadros es la del autocontrol ¿De qué manera se manifiesta dicho control?11

Como hemos visto hasta ahora, el objetivo de las empresas no es que sus empleados acaten los lineamientos de su dirección por medio de la coacción física, sino que es necesario movilizar a los cuadros con el objetivo de
que estos interioricen ciertos valores y creencias y que logren hacer propios los objetivos primarios de las empresas. La interiorización debe ser “dulcificada” como para que parezca lo más voluntaria posible. El objetivo del involucramiento es la fidelización para con la misión de la empresa, o en otras palabras, extraer plusvalor con la menor dificultad posible.

Una clara caracterización que hace tanto la literatura sobre managament como las grandes empresas transnacionales acerca de las nuevas formas de gestión es la aparente eliminación o reducción al mínimo de las jerarquías. Esta oda a la horizontalidad diferencia al discurso de los cuadros desde los años 90 frente a lo que anteriormente se caracterizaba como una gestión verticalista y burocrática.

9 “(…) el estudio de la disciplina y de forma articulada, la del control, permite evidenciar las complejas relaciones sociales que constituyen y conforman el proceso de trabajo como instancia de valorización; y de tal manera explican los específicos supuestos que subyacen al diseño de su estructura y funcionamiento. La disciplina comprende una estrategia reguladora de su configuración y operatividad, estrategia múltiple y compleja dirigida a conseguir la adecuación productiva del comportamiento de los trabajadores” (Gaudemar, citado por Montes Cató, 2004: 53).
10 De este modo, las formas de producción y disciplina se articulan gestionando un adecuado equilibrio entre la materialidad del orden y la eficacia social de sus representaciones simbólicas, a fin de adecuar la tecnicidad de los medios de producción, las funciones de los trabajadores y las combinaciones sociales del trabajo a las necesidades del capital expresadas en una cuádruple exigencia: permitir la continuidad del poder, obtener los máximos resultados productivos, facilitar la minoración de
los costes y lograr un control efectivo del trabajo (Gaudemar, citado por Montes Cató, 2004: 54).

La horizontalidad logra eliminar (al menos en el plano simbólico) el carácter conflictual de la relación laboral, para reemplazarlo por una relación armoniosa en el espacio de trabajo12.

El discurso de la horizontalidad y la democracia en la gestión, tiene como contracara la evaluación del rendimiento de forma individual, tomando en cuenta las opiniones de jefes y pares. Ahora la presión, la jerarquía y el control provienen del exterior: “El” cliente y “El” mercado. De esta manera, el mercado decidirá si las decisiones de un cuadro son evaluadas positiva o negativamente al final de un período, por lo que es el mercado quien decide
sobre la continuidad o no del cuadro en la empresa.

Así, las decisiones que están tomando algunas empresas en cuanto a la reducción de la semana laboral de sus cuadros (no así de los obreros) está estrechamente relacionado con el llamado a la eliminación de la autoridad por parte de las empresas y la exigencia de estas de que sus cuadros deben autoorganizarse13 y autodisciplinarse, tomando en cuenta las exigencias del cliente y del mercado.

CONCLUSIONES PRELIMINARES (INCLUYENDO INTERROGANTES QUE ENMARQUEN UNA ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN EMPÍRICA)

Con el objetivo de sensibilizar a la audiencia a la cual se dirige, el discurso de
gestión empresarial manifestado de la forma más clara en los textos de management, debe ser capaz de brindar herramientas morales para desenvolverse en la vida cotidiana. Este tipo de discurso dirigido a los cuadros, demuestra la imperiosa necesidad de que estos adhieran a la
buena marcha de las empresas donde trabajan y se comprometan a la obtención de beneficios (ganancias) de las mismas. Esta necesidad se
debe a que, al estar menos sometidos a la necesidad de las clases obreras, la posibilidad de contraponerse al régimen capitalista aumenta (incluso por medio de una resistencia pasiva o un comportamiento indiferente en relación con los objetivos empresarios).

Los cuadros, especialmente los más jóvenes, necesitan encontrar motivos personales para el compromiso, por lo que las oportunidades que se les presentan adquieren el carácter de excitantes, plenas de pasión, portadoras de
posibilidades de autonomía y autorrealización. Sin embargo, paralelamente con los anhelos de libertad, el capitalismo (o en su defecto, la empresa) debe proporcionar seguridad para los cuadros, demanda que en la actualidad es más difícil de satisfacer14.

14 Boltanski y Chiapello (2002) establecen tres interrogantes a los cuales el capitalismo debe proporcionar una respuesta adecuada e históricamente
situada a sus cuadros, de las cuales nos interesa plantear una que se relaciona con la cuestión de la justificación: ¿De qué manera puede el compromiso
con el proceso de acumulación capitalista ser una fuente de entusiasmo incluso para aquellos que no serán los primeros en aprovecharse de los beneficios realizados? ¿Cómo responden los cuadros a esta cuestión? Es lo que un futuro trabajo empírico, basado en el debate teórico planteado aquí, debiera indagar.
12 En los eventos empresarios organizados fuera del horario de trabajo, dedicados principalmente a la recreación, todos participan de las diferentes
actividades en igualdad de condiciones, consumen los mismos alimentos, se tratan de igual a igual. El objetivo es constituir a la empresa como punto de referencia en la constitución de grupos y relaciones sociales. Se hace sumo hincapié (especialmente en estos eventos) en la constitución de un nosotros frente a un otro (competidor), el cual constituye la amenaza. El objetivo de la alta dirigencia es que los cuadros se sientan orgullosos de trabajar en la empresa.
13 El trabajo del capitalismo conexionista, caracterizado por Boltanski y Chiapello (2002), implica el trabajo en equipos pequeños pluridisciplinarios, flexibles y autónomos. El equipo es el lugar de la autoorganización y el autocontrol. La dirección o, mejor dicho, la coordinación, orientación y evaluación del rendimiento de estos equipos es realizada por unos pocos, llamados líderes con visión. Estos líderes visionarios logran que el compromiso, fidelidad y adhesión de los cuadros a las empresas en las que trabajan, no necesite de la fuerza. Por otro lado, éstos otorgan sentido al trabajo.

Si tal como sostienen Boltanski y Chiapello (2002), en tanto que la justificación compagina simultáneamente las justificaciones individuales (motivos personales para adherirse al capitalismo) como las generales (en las cuales el compromiso para con el capitalismo sirve al bien común), entonces se allana el camino para presentar un interrogante que no podrá ser resuelta en este trabajo, debido a que requiere de un anclaje empírico: ¿Cómo manifiestan los cuadros las diferentes formas de justificación dentro de las mismas empresas?15.

La literatura relacionada al management (gestión de organizaciones en general y de empresas en particular) provee a los cuadros de suficientes
herramientas de justificación de la forma de obtención de beneficios y con el objeto de resistir a las críticas (por parte de los subordinados y de contextos sociales ajenos a las empresas) a la hora de llevar a cabo las recomendaciones
que hacen los textos (generalmente en forma de casos de estudio) para tal propósito.

15 “Estas justificaciones deben apoyarse en argumentos lo suficientemente robustos como para ser aceptados como evidentes por un número lo
suficientemente grande de gente, de manera que pueda contenerse o superarse la desesperanza o el nihilismo que el orden capitalista no deja de inspirar
igualmente, no sólo entre quienes oprime, sino también, a veces, entre quienes tienen la tarea de mantenerlo y, a través de la educación, transmitir
sus valores” (Boltanski y Chiapello, 2002: 46).

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Instituciones, subjetividades y sentimientos frágiles

Instituciones, subjetividades y sentimientos frágiles
Miguel ALHAMBRA DELGADO
Universidad Complutense de Madrid
alhambradelgado@hotmail.com
SENNETT, Richard. 2006. La cultura del nuevo capitalismo. Barcelona:
Anagrama.

En este libro Richard Sennett nos introduce en lo que lleva siendo uno de sus intereses académicos durante los últimos años: las influencias del actual
capitalismo y la organización empresarial sobre las identidades, los
sentimientos y las pulsiones de la gente.

La característica peculiar de este nuevo libro es que tuvo su origen a raíz de un ciclo de conferencias impartidas por el autor en la Universidad de Yale resumiendo sus aportaciones teóricas en el ámbito de las relaciones laborales. Aunque Sennett no se limita a la mera auto-recopilación analítica de su obra, y
amplía sus reflexiones a otros ámbitos tales como el papel del consumo y las
formas políticas en la cultura del actual capitalismo.

Con una mirada profunda y una escritura ágil, nuestro autor va
exponiendo la cultura predominante en los sectores punteros del
capitalismo, a saber: grandes empresas -sobre todo, enfocadas en los
servicios-, consultoras, producción de TIC, automoción, etc., que tienden a
buscar un trabajador idealizado y problemático en la medida en que la vida
social de este sujeto idealizado se verá fragmentada.

Y, como él apunta, a pesar de que la mayoría de las personas no trabajen para las empresas del capitalismo “de avanzada” muchas de ellas, vastas instituciones transnacionales con más de tres mil trabajadores, la reconfiguración institucional propiciada por este neocapitalismo tiende a imponer sus formas culturales, tanto moral como estructuralmente, a todo el cuerpo social.

Así, el estudio etnográfico de Sennett sobre la cultura no se limita a la
proclamación y/o confirmación de unos valores abstractos que sustentarían
configurando la realidad, promovidos desde un logos o una consciencia
discursiva. Por contraste, Sennett integra analíticamente tanto los cambios
estructurales a nivel institucional -por consiguiente, prácticas inconscientes,
desde el momento en que existe una ausencia de sujeto(s) programador(es)-
como la ideología predominante y los discursos auto-comprensivos que los
propios sujetos se dan a sí mismos. Todo ello conforma una sugestiva
síntesis relacional de aspectos macro y microsociológicos.

La tesis principal del libro es que la desarticulación de la estructura
burocrática institucional, desarrollada después de la II Guerra Mundial hasta
finales de los pasados años setenta, no ha propiciado unas mayores cuotas
de libertad para los individuos.

A partir de la quiebra de los Acuerdos de Bretton Woods y la crisis del
petróleo de principios de los pasados años setenta, el autor fecha el punto de partida de una nueva reorganización institucional.

Ambos hechos potenciarán entre otros una liberación masiva de capital financiero a nivel internacional que, a la larga, debilitará la capacidad de influencia de los Estados-Nación.

En primer lugar, este monto de capital financiero propiciará la reconfiguración de la banca mundial en términos de fluidez y agilidad, ayudada por el incipiente aunque creciente desarrollo de las tecnologías de la información. La principal característica de este capital impaciente es la exigencia de beneficios económicos a un mayor corto plazo; el prototipo será la inversión centrada en la compra y venta de acciones en un mercado internacional abierto.

Paulatinamente, asistiremos a la conformación de un poder lateral “indiferente a la cultura que las asociaciones y alianzas a largo plazo habían forjado en el seno de la corporación” (2006: 39). Esta aceleración de resultados, demandada por la nueva configuración del capital financiero, acabara ejerciendo una excesiva presión sobre el sistema productivo y estatal, propiciando la desaparición o mutación radical de la tradicional organización institucional burocrática.

Para mostrarnos la estructura institucional burocrática, Sennett utiliza tanto
los estudios de Weber sobre la burocracia militar prusiana -desarrollada y
expandida por Bismarck a la sociedad civil- como los estudios sobre la
organización fordista y del Estado del Bienestar.

El orden burocrático se caracteriza por una estructura jerárquica piramidal con una amplia capacidad de inclusión en la base, lo que le proporciona bastantes réditos en cuanto a legitimidad se refiere, aspecto por el cual resultaría “funcional” y se extendería en la Alemania convulsa de Bismarck.

Al otorgarles una “posición” a las masas, aunque fuera baja, se inhibían los intentos revolucionarios, cosechando así apoyos al sistema político. La burocracia potenciaba en los agentes un sentimiento de sacrificio y lealtad respecto a la institución mediante una postergación de la gratificación o el placer usualmente permanente. En la medida en que la rutina se desarrollaba dentro de la rígida y estable organización, el individuo se auto-comprendía a través de ella encuadrado en posiciones sociales, marcadas por los “peldaños” adyacentes ascendentes y/o descendentes.

La tónica predominante del capitalismo social fordista fue un pensamiento estratégico a largo plazo, incluso en los estratos más bajos, desde el momento en que el tiempo social estaba estructurado bajo/en la predecible institución. De esta forma, la burocracia tendía a reproducirse cerrada al “exterior” de sí misma, lo que Weber denominó la “jaula de hierro”.

En comparación, la actual organización empresarial del capitalismo tardío
se parece mucho más a un conjunto de redes imprecisas de rápida
reconfiguración. En términos procesales, las nuevas instituciones se enfocan
al corto plazo con una estructura flexible y adaptable a los posibles cambios de la demanda de mercado, deteriorando la planificación burocrática
anterior. Y en términos estructurales, actualmente se ha producido una
drástica reducción de la “capacidad de inclusión” burocrática.

Por un lado, en el ámbito político se ha llevado a cabo a través de la privatización de sectores estatales y la disminución de Estado del Bienestar. Por otro lado, enel ámbito productivo, se ha operado mediante la precarización de los empleos existentes, la migración de las empresas a países subdesarrollados y la automatización de tareas propiciada por el desarrollo tecnológico. Dicha automatización ha eliminado empleos no sólo en las capas bajas de la estructura social, sino también en gran medida en los estratos medios, lo cual ha provocado una mayor dualización social con significativos cambios en los procesos de comunicación y poder.

En la piramidal institución burocrática, las ordenes emitidas por las elites
atravesaban los diferentes cargos intermedios hasta llegar a la base
ejecutora, produciéndose así una relativa manejabilidad de las ordenes -“se
hacían suyas”-, en definitiva, una interpretación descendente de los
mandatos. En contraste, hoy en día, la comunicación asimétrica ha sido
sustituida por la mera transmisión de información a consecuencia de la
reducción de los cuerpos medios “traductores” y del uso de los avances
tecnológicos, siendo las ordenes cuasi-instantáneas e inmodificables, lo que
ha favorecido una mayor concentración de poder en las altas esferas.

A lo anterior, habría que agregar la sui géneris división entre autoridad y poder del capitalismo flexible. Mientras que la autoridad hace referencia a un
poder que se ejercería gracias a una legitimidad y un cierto reconocimiento
por parte de los agentes que lo “padecen”, en la medida en que existe una
responsabilidad y un compromiso particulares con ellos, en el presente las
redes empresariales han transformado radicalmente esta interrelación entre
poder y autoridad, instaurando formas de poder desligadas, que “hacen tabla
rasa” del pasado y cortan cualquier vínculo con el futuro –acuerdos colectivos, asociaciones inter-empresariales, etc.-, lo que conforma un poder
irresponsable.

Estos cambios institucionales fomentan cierto tipo de pulsiones, efectos
psicológicos y subjetividades, aspectos tratados por Sennett en el segundo
capítulo. Para nuestro autor, todos tenemos la necesidad de sentirnos útiles
en algo, y en esta línea el ámbito laboral continúa aún hoy siendo una
esfera privilegiada a la hora de (auto)atribuirnos el necesario
reconocimiento social. Así, en cuanto a la definición del talento, mientras
que las anteriores estructuras otorgaban una relevancia a la experiencia y a
los logros conseguidos por el agente, en las nuevas instituciones se
persiguen sujetos adaptables a situaciones imprevistas, al trabajo periódico
en diferentes grupos en relación a una función o tarea específica, con gran
tolerancia a la ambigüedad y desprendidos de cualquier “lastre social” que
impida la proyección sobre el futuro cercano.

Otra característica del neocapitalismo sería la acelerada obsolescencia de los conocimientos y las destrezas adquiridas, producida por el frenético cambio en las innovaciones productivas y tecnológicas. Hoy en día, cualquier profesional medio se ve en la obligación de reciclarse dos o tres veces a lo largo de su vida laboral que tiende a prolongarse cada vez más. Sin embargo, ante el “costoso” reciclaje de la plantilla más veterana, las empresas suelen optar por la sustitución generacional y la contratación de jóvenes, económicamente más rentables y mucho más sumisos a las directrices de la dirección, pues no poseen la experiencia laboral que fomenta una actitud crítica ante todo
nuevo conocimiento.

En la última parte del libro, Sennett profundizará sobre las similitudes
entre dos ámbitos aparentemente lejanos: el consumo y la esfera política.
Mezcla de ambas, la política de consumo será la peculiar forma de
interacción política en la actualidad. Desde el estudio del consumo, Sennett
diferencia entre la “plataforma”, esto es, los elementos comunes
estructurales de dos artículos similares, mayoritarios éstos, y el “dorado”, a
saber, las escasas diferenciaciones maximizadas gracias a la mercadotecnia
y la publicidad.

Para ejemplificar estos conceptos, se observa la producción de dos automóviles de gama alta, como son el Skoda y el Volkswagen -o
bien, billete de primera y de turista en un vuelo trasatlántico- que comparten
un 90% de similitud estructural chasis, motor, etc. y un 10% de pequeñas
diferencias simbólicas potenciadas al máximo por el marketing profesional.
Mutatis mutandi, observamos ciertos parecidos en cuanto a la política
institucional, la “plataforma” es el amplio consenso entre partidos en
términos de apoyo al sistema capitalista y a las tendencias estructurales de
éste, mientras que el “dorado” correspondería a la magnificación de los
símbolos, como serían las retóricas de partidos o la escenificación de los
medios de comunicación, por poner unos ejemplos. Todo ello se sitúa dentro
de un ambiente que pretende hacer la decisión del votante sencilla,
característica que embrolla cualquier debate comprometido con una cierta
profundidad y debilita la democracia.

Sintetizando, la cultura del nuevo capitalismo produce principalmente tres
déficits sociales en la vida de los individuos. Primero, en términos
temporales, si en el pasado el tiempo social se co-formaba dentro de las
estables instituciones burocráticas -creando, de esta forma, la posibilidad de
una auto-compresión por parte del individuo en relación a los “escalones” o
cargos conseguidos en la institución e insertando así el pasado en el
presente-, en la actualidad las institucionales empresariales del capitalismo
“de avanzada” imposibilitan la auto-comprensión que los sujetos tienden a
darse a sí mismos, en la medida que erosionan la “capacidad de relato” e
integración del trecho vital pasado y presente, instaurando entre ambos una
radical separación.
Esta fragmentación de la auto-percepción existencial sería consecuencia de la reinvención continua de las instituciones en el neocapitalismo, orientadas al corto plazo y al benéfico rápido. Segundo, y en consonancia con lo anterior, los talentos y habilidades requeridos han sido redefinidos, si en el pasado se premiaba la antigüedad y la experiencia adquirida a lo largo del tiempo, fomentando de este modo un conocimiento profundo de la tarea desempeñada, hoy en día las habilidades y los talentos buscados son mucho más difusos como la versatilidad, la flexibilidad adaptativa a situaciones imprevisibles o la tolerancia a la ambigüedad y al riesgo.

Finalmente, un tercer déficit social se produciría ante la incesante
renuncia a cualquier responsabilidad dentro del reajuste permanente de las
instituciones, pues desaparece cualquier compromiso establecido en el
pasado y/o enfocado hacia el futuro entre la institución y los sujetos,
produciéndose un debilitamiento de la confianza y la lealtad mutua,
necesarias para cualquier construcción duradera, personal o colectiva.

Para concluir este breve texto, quisiéramos aportar una ligera crítica al
incisivo análisis de Sennett, pues en algunos párrafos se tiene la sensación
de que no realiza una completa comparación simétrica entre el pasado y el
presente, apreciándose cierta dualidad explicativa. Así, cuando analiza las
instituciones pasadas, apela a explicaciones que enfatizan causas políticas,
esto es, a la necesidad sistémica de conseguir una amplia legitimidad con el
modo de producción capitalista, legitimidad lograda gracias a la extensa
inclusión de las masas y al consecuente ensanchamiento de la base social
que propiciaba el aparato burocrático capitalista -ejemplarizadas en la
política social de Bismarck y potenciadas tras la Segunda Guerra Mundial-.

En contraste, el estudio de la flexibilidad institucional, instaurada desde
finales de los pasados años setenta, se explica, sobre todo, por la necesidad
de la lógica capitalista de una nueva reorganización que incrementará los
beneficios económicos -la “destrucción creadora”, en palabras de
Schumpeter-, a la vez que se analizan las peculiares consecuencias de esta
nueva reestructuración. A nuestro juicio, para conseguir una completa
comparación simétrica, se debería asistir a un desarrollo paralelo de ambas
explicaciones. De esta forma, sería conveniente interrogarnos tanto por los
mecanismos actuales de legitimación -los dispositivos de obediencia
voluntaria, en términos weberianos- como por la necesidad económica de la
antigua organización social en términos de la lógica capitalista y su
necesario incremento de la rentabilidad.
La ausencia de esta simetría explicativa tiende a mostrar, como logros sociales de una concienciación voluntarista de una colectividad obrera organizada, los sindicatos tradicionales, fenómenos que estarían más bien derivados y condicionados por una determinada estructuración social o también por la actividad consciente de los agentes.
Revista de Antropología Social
ISSN: 1131-558X
ras@cps.ucm.es
Universidad Complutense de Madrid
España

En el espíritu de Boltanski

En el espíritu de Boltanski
Un par de veranos atrás intenté ordenar mi lectura del “Nuevo Espíritu del Capitalismo” (NEC) de Bolstanski y Chiapello es una especie de reseña privada. Inspirado por el espíritu de la visita- que lamentablemente me perderé- del mismísimo Boltanski a la UDP por estos días decidí subir mis notas.

1. El libro es sobre la relación entre el capitalismo, y las formas de justificación y críticas a este régimen de acumulación. El título viene obviamente de la ética protestante de Weber, aunque de una particular lectura de éste. A juicio de B&Ch no es que el capitalismo necesite de una especie de fuerza previa que le permita despegar, sino que tiene que justificarse continuamente, pues, por un lado, debe ser legítimo para los diferentes actores que participan de las relaciones económicas (como los trabajadores o los consumidores), y, por otro, porque sus agentes centrales (entrepreneurs, gerentes, etc.) necesitan de una justificación que trascienda la mera ganancia.
En este sentido se distinguen dos grandes “espíritus”, el descrito por Weber (o también en esta muy buena película!) donde la ganancia necesita de una justificación religiosa, y el capitalismo de post-guerra, donde el control de la empresa pasa a manos de los gerentes profesionales y mejoran las condiciones de vida de los trabajadores con el estado de bienestar. Tal como indica el título del libro, la idea principal del texto es que en los últimos años el capitalismo habría encontrado un tercer espíritu.
2. El libro se conecta con diferentes elementos de un marco teórico mayor desarrollado principalmente en On Justification de Boltanski y Thevenot. Ahí se sugiere que a la hora de enfrentarnos en controversias públicas los actores sociales contamos con un conjunto de repertorios o regímenes de justificación legítimos.
Más específicamente, se propone una lista de 6 “orders of worth” (merchant, civico, industrial, domestico, fama, gracia), cada uno asociado con diferentes formas de establecer lo común, lo justo, y sus particulares escalas de orden[i]. El punto del NEC es que el nuevo “espíritu del capitalismo” se conecta con el nacimiento de un nuevo régimen de justificación.

Este nuevo orden se asocia a la idea de “red” y tiene que ver con el despliegue de una forma de organizar la economía donde los proyectos, el desarrollo de nuevas conexiones y la flexibilidad son valores centrales. Empíricamente, la idea de este nuevo espíritu se infiere (de modo análago al trabajo de otros autores como N.Thrift) del análisis detallado de textos de management de diferentes momentos. Sin embargo, se sugiere también de que es posible encontrar una formulación más sistemática en las diferentes corrientes del pensamiento contemporáneo basadas en una ontología “reticular”: en particular la sociología de redes de EEUU (en especial gente tipo Burt, Uzzi, Powell, etc.) y el post-estructuralismo de Deleuze y la ANT.
3. Esto se conecta con lo que Boltanski y Thevenot han denominado una Sociologia de Capacidad Crítica, que más que ver con ser críticos, aspira al estudio sistemático de la crítica en la vida social. En esta dirección, una importante proporción de On Justification es dedicada a la forma como particulares arreglos sustentados en un determinado orden, son denunciados desde otro cómo corruptos, incorrectos o injustos.
En NEC la sociología de la crítica adquiere una dimensión histórica, casi dialéctica, ya que: se intenta estudiar empíricamente la relación entre el capitalismo y sus críticas[ii]. En este sentido la principal tesis histórica del libro es que el capitalismo se relaciona productivamente con sus críticas, o más específicamente, que el espíritu del capitalismo actual puede ser comprendido como una reacción de la crítica desplegada durante el 1968 en Francia. En particular, se revisa con gran detalle las controversias de la época, discutiendo, como el 68 conectó dos tipos diferentes de críticas (universitarios asustados por empresas burocráticas e incapaces de insertarlos a todos y los sindicatos empoderados clamando por mejores condiciones salariales), y como, en un primer momento (hasta mediados de los 70s) la reacción del capitalismo fue hacia mejorar las condiciones laborales (o sociales), mientras que de ahí en adelante la empresa comenzó a orientarse a aumentar la flexibilidad y creatividad.
4. Finalmente, el NEC desarrolla un tercer interés característico de la “sociología pragmática francesa”, a saber, el intento por estudiar la producción práctica de categorías sociales. En este contexto las clases son comprendidas como una forma de abstracción práctica (donde a y b tienen en comun x), que son el producto de controversias socio-cognitivas donde participan múltiples actores, incluidos sociólogos, estadísticos y encuestas. En efecto, a diferencia de otros influyentes libros de fines de los 90s, en el NEC no se sugiere que en la actualidad los actores sean “menos clasificados” o menos conectados socialmente, sino que hay un cambio en el tipo de clasificación considerada al momento de establecer las condiciones laborales de cada trabajador. En este contexto, la crítica social de la injusticia en la economía industrial (basadas en un sistema de categorías nacionales, i.e. OBREROS SEMI-CALIFICADOS) pierde sustento y relevancia, con respecto a nuevas formas de conexiones (REDES y proyectos).
5. Es en este momento que los autores dan el paso más político del libro, y se preguntan sí es posible pasar de una sociología de capacidad crítica, a una crítica social. En otras palabras, desde donde es posible criticar la injusticia del regimen conexionista? Su particular respuesta es: lo justo y lo injusto se puede asociar a dos formas de armar redes: una conexión de la que varios se benefician – del tipo capital social- versus una red donde uno o unos pocos se apropian de todo. Sin embargo, para desarrollar esta crítica es necesario hacer un trabajo de “producción de formas”, similar al realizado para ensamblar las categorías ocupacionales y las críticas industriales, que pérmita conectar los beneficios de los ganadores con la miseria de los excluidos.
En resumen: un libro muy recomendable, y que, como las grandes novelas, no sólo se trata de la historia que cuenta sino que también sobre como contar historias. En este caso: es tanto un libro sobre la nueva economía como de la sociología del capitalismo. En particular: los autores parecen sugerir jugar con tres diferentes modos de hacer esta sociología: cómo una narrativa del nuevo capitalismo; cómo un agente en la producción de nuevas formas de clasificación; o cómo una renovada sociología crítica. Quizás lo único que eche de menos fue una discusión sobre el capitalismo, que a pesar del altisimo nivel de reflexividad del libro, parece darse por sentado.
José Ossandón
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[i] Estas escalas sirven para ordenar personas (ej: quienes tienen más o menos méritos varía considerablemente sí consideramos la cercanía del orden doméstico o el bien común del orden cívico) y objetos (ej: es distinto si ordenamos bienes de acuerdo a su demanda, a su popularidad o respecto a la eficiencia del orden industrial). On Justification se distingue de otros enfoques sociológicos que subrayan la diferenciación, porque en vez de asociar ámbitos funcionales con un particular tipo de valor, se estudia como los actores movilizan estos diferentes principios en controversias prácticas en diferentes contextos (ej: una decisión económica no es tiene porque ser justificada sólo en términos de competencia, pero también puede asociarse a la eficiencia, o el orden doméstico).
[ii] Específicamente, B&Ch sugieren que es posible distinguir dos grandes tipos de críticas al capital: críticas sociales y críticas artísticas. La crítica social puede ser a la Durkheim (el capitalismo puede arriesgar los lazos necesarios para mantenernos integrados) o a la Marx (el capitalismo se basa en la explotación de unos a otros); mientras que la “crítica artística” es asociada con la alienación (o la pérdida de sentido en el capitalismo) y la autenticidad (propia de la crítica a la mercantilización).

Sobre el nuevo espíritu del capitalismo

El nuevo espíritu del capitalismo
Por Ricardo Forster
EL PAISOPINION

“En el régimen neoliberal de la autoexplotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo. Hoy el poder adquiere cada vez más una forma permisiva. En su permisividad, incluso en su amabilidad, depone su negatividad y se ofrece como libertad. La psicopolítica neoliberal está dominada por la positividad. En lugar de operar con amenazas, opera con estímulos positivos. No emplea la ‘medicina amarga’, sino el me gusta. Lisonjea el alma en lugar de sacudirla y paralizarla mediante shocks. La seduce en lugar de oponerse a ella. Le toma la delantera. Con mucha atención toma nota de los anhelos, las necesidades y los deseos (…). La psicopolítica neoliberal es una política inteligente que busca agradar en lugar de someter.”
Byung-Chul Han, Psicopolítica
Hace unos años, cuando todavía no se había desatado la crisis de las hipotecas, la signada por la estrepitosa caída de Lehmann Brothers y que, desde el año 2008, sigue marcando duramente la travesía del capitalismo ultraliberal, en un notable libro de dos sociólogos franceses, Luc Boltanski y Ève Chiapello (El nuevo espíritu del capitalismo), podíamos leer, entre incrédulos y fascinados, las profundas transformaciones que se habían operado en el funcionamiento de la sociedad y de sus entramados económicos a partir de los años 80 y, sobre todo, desde la última década del siglo pasado.
Boltanski y Chiapello se detenían, principalmente, a analizar y desmenuzar los cambios en el interior del mundo de las empresas, aguzaban su indagación para descifrar los procesos cultural-simbólicos que llevaron a dejar atrás los paradigmas fordistas en los que habían sido formados y formateados los cuadros gerenciales para poner en evidencia la profunda metamorfosis que viene signando la realidad empresarial desde las últimas tres décadas y que ha irradiado sobre los otros estratos de la sociedad.

Lejos de los paradigmas contra los que se rebelaron los jóvenes de las décadas de 1960 y 1970, paradigmas sostenidos en el interior de la etapa productivista del capitalismo, allí incluso donde, en especial en los años que se abrieron a partir de la segunda posguerra, se expandió el Estado de Bienestar, lo que domina la escena de los últimos casi 40 años es la emergencia de un capitalismo de lo flexible asociado al impacto de la financiarización extrema de las relaciones económicas.
Combinando una rigurosa investigación de esta etapa hegemonizada por la financiarización del capital y hundiendo su bisturí crítico en los fundamentos ideológicos del neoliberalismo, los autores van mostrando de qué modo el discurso y la práctica del “nuevo espíritu” del capitalismo se fue apropiando de las experiencias y las propuestas contraculturales desplegadas en los años sesentas cuando la busca de un nuevo paradigma de libertad individual y de una violenta crítica a las formas autoritarias y jerárquicas de la sociedad burguesa dominaron la sensibilidad y las acciones de la generación de Mayo del 68.
En todo caso, se afanan por comprender el paso de un capitalismo centrado en la producción y organizado a partir de estructuras verticales y jerárquicas a un capitalismo “de seducción” orientado hacia los placeres y el llamado al goce permanente capaz de introducir en la vida cotidiana la ficción de la diversidad, la libertad sin límites y la transgresión normativizada. Sus inquietudes están dirigidas a interrogar por la construcción de nuevas alternativas que logren sustraerse a esas formas de seducción que le ha permitido a la economía global de mercado imponer en casi todas las latitudes sus estructuras de dominación.
Desafío de quienes siguen reivindicando ideales emancipatorios en la época en la que la lógica represiva y autoritaria del capitalismo ha mutado hacia prácticas capaces de enmascarar la actualidad de la desigualdad y la injusticia que, lejos de disminuir, se han multiplicado y acelerado a nivel planetario. “El capitalismo artístico –escribieron Gilles Lipovetsky y Jean Serroy– nos hace pasar del mundo del horror al de la belleza radiante y poética”.
En nuestra geografía sureña eso lo podemos comprobar al experimentar la diferencia que existe entre la publicidad de una “revolución de la alegría” propuesta por Cambiemos y la despiadada implementación de un programa de transferencia de recursos desde los sectores populares y asalariados a las grandes corporaciones financieras, a los dueños de la soja y a las empresas multinacionales.
En todo caso, entre la ficción propagandística y la realidad de un aceleramiento de la desigualdad se ha colado una nueva y pujante maquinaria de producción intensiva de subjetividades sujetadas al engranaje del consumo infinito que encuentra su otro rostro en las nuevas formas de exclusión.
Veamos lo que destacan Boltanski y Chiapello: “No es difícil reconocer aquí (los autores están reflexionando sobre los cambios en la formación de los cuadros empresariales en los años 90) el eco de las denuncias antijerárquicas y de las aspiraciones de autonomía que se expresaron con fuerza a finales de la década de 1960 y durante la de 1970. De hecho, esta filiación es reivindicada por algunos de los consultores que, en la década de 1980, han contribuido a la puesta en marcha de los dispositivos de la nueva gestión empresarial y que, provenientes del izquierdismo y, sobre todo, del movimiento autogestionario, subrayan la continuidad, tras el giro político de 1983, entre su compromiso de juventud y las actividades que han llevado a cabo en las empresas, donde han tratado de hacer las condiciones de trabajo más atractivas, mejorar la productividad, desarrollar la calidad y aumentar los beneficios.
Así, por ejemplo, las cualidades que en este nuevo espíritu son garantes del éxito –la autonomía, la espontaneidad, la movilidad, la capacidad rizomática, la pluricompetencia (en oposición a la rígida especialización de la antigua división del trabajo), la convivencialidad, la apertura a los otros y a las novedades, la disponibilidad, la creatividad, la intuición visionaria, la sensibilidad ante las diferencias, la capacidad de escucha con respecto a lo vivido y la aceptación de experiencias múltiples, la atracción por lo informal y la búsqueda de contactos interpersonales– están sacadas directamente del repertorio de Mayo de 1968.
Sin embargo, estos temas, que en los textos del movimiento de mayo de 1968 iban acompañados de una crítica del capitalismo (y, en particular, de una crítica de la explotación) y de su anuncio de un fin inminente, en la literatura de la nueva gestión empresarial se encuentran de algún modo autonomizados, constituidos como objetivos que valen por sí mismos y puestos al servicio de las fuerzas que antes trataban de destruir.
La crítica de la división del trabajo, de la jerarquía y de la vigilancia, es decir, de la forma en la que el capitalismo industrial aliena la libertad es, de este modo, separada de la crítica de la alienación mercantil, de la opresión de las fuerzas impersonales del mercado que, sin embargo, era algo que la acompañaba casi siempre en los escritos contestatarios de la década de 1970”.
Lo interesante de este análisis es, precisamente, que nos muestra de qué modo el sistema logró apropiarse de las críticas más radicales, en especial de aquellas que hacían hincapié en las formas autoritarias y jerárquicas que dominaban la esfera de la producción y del mundo económico, para, generando una metamorfosis sorprendente, ponerlas al servicio de la reconfiguración del propio capitalismo.
Resulta imposible explicar la expansión cultural (y ya no sólo estructural-financiera) del neoliberalismo sin establecer estas genealogías y estos vínculos que, a simple vista, parecerían ser visceralmente contradictorios. ¿Cómo es posible que los movimientos contestatarios y anticapitalistas de los 60 y los 70 se hayan convertido en la materia prima para la refundación todavía más salvaje de la dominación burguesa sobre el conjunto de la sociedad?
Seguramente es posible encontrar la respuesta en el meticuloso estudio que los autores realizan de la erosión que el nuevo individualismo libertario y hedónico generó en el interior de la vida de la sociedad de finales del siglo pasado y, sobre todo, de la “genial” apropiación que la nueva cultura empresarial fue capaz de hacer de las energías contestatarias que marcaron a una generación e hicieron inviable la persistencia de un modelo autoritario de organización de la sociedad (aunque también se llevó puesta, esta labor erosionante, el entramado comunitario para potenciar el híper individualismo).
Pero, lo fundamental, fue la sagacidad con la que rápidamente comprendieron la fluidez que surgía entre las nuevas necesidades del capitalismo neoliberal y la ruptura de los límites, de las jerarquías y de las tradicionales y anquilosadas formas de organización del trabajo que estaban en la base de la crítica de los jóvenes rebeldes de los 60 y 70. Del mismo modo que, utilizando los cuantiosos recursos de los medios de comunicación y de la industria de la cultura, se desplegó un proceso de producción de subjetividad asociada a los valores emergentes de la nueva praxis individualista.
Del espíritu anticapitalista extrajeron aquellas características que se correspondían con las exigencias de la época de la fluidificación económica, de la imprescindible apertura de las fronteras mercantiles y de la radical financiarización del sistema económico que apostaba a lo flexible frente a lo sólido, a lo fugaz frente a lo permanente, a lo descentrado frente a lo orgánico, a lo horizontal frente a lo jerárquico.
Bajo la impronta de un nuevo concepto de “libertad” (en gran medida extraído de la crítica de la generación del 68, lo que otros autores han llamado la “crítica artística del capitalismo”), el neoliberalismo fue modificando de cuajo las formas cultural-simbólicas y se preparó para producir una profunda mutación en la subjetividad. Difícil, por no decir imposible, desentrañar la emergencia de la “nueva derecha” (entre nosotros del macrismo) sin dilucidar las características centrales de esta etapa del capitalismo global.

El nuevo espíritu del capitalismo

El nuevo espíritu del capitalismo*
Luc Boltanski y Ève Chiapello

INTRODUCCIÓN GENERAL:
Del espíritu del capitalismo y del papel de la crítica

Este libro tiene por objeto los cambios ideológicos que han acompañado a las recientes transformaciones del capitalismo. Propone una interpretación del movimiento que va de los años que siguieron a los acontecimientos de mayo de 1968, durante los cuales la crítica del capitalismo se expresó con fuerza, pasando por la década de 1980, donde, con el silencio de la crítica, las formas de organización sobre las que reposaba el funcionamiento del capitalismo se modificaron profundamente, hasta la vacilante búsqueda de nuevas bases críticas en la segunda mitad de la década de 1990.
No se trata de un libro meramente descriptivo, sino que pretende también, mediante este ejemplo histórico, proponer un marco teórico más amplio para la comprensión del modo en que se modifican las ideologías asociadas a las actividades económicas, siempre y cuando no demos al término de ideología el sentido reductor al que lo ha reducido frecuentemente la vulgata marxista de un discurso moralizador que trataría de ocultar intereses materiales que quedarían, no obstante, continuamente puestos en evidencia por las prácticas. Preferimos acercarnos al sentido de ideología desarrollado, por ejemplo, en la obra de Louis Dumont, para quien la ideología constituye un conjunto de creencias compartidas, inscritas en instituciones, comprometidas en acciones y, de esta forma, ancladas en lo real.
Tal vez se nos reprochará el haber abordado un cambio global a partir de un ejemplo local: el de Francia en los últimos treinta años. No creemos, ciertamente, que el caso de Francia pueda, por sí solo, resumir todas las transformaciones del capitalismo. Sin embargo, no satisfechos con las aproximaciones y descripciones esbozadas a grandes rasgos que suelen acompañar, generalmente, a los discursos sobre la globalización, deseábamos elaborar un modelo del cambio que fuese presentado aquí a partir de un conjunto de análisis de orden pragmático, es decir, capaces de tomar en consideración las distintas maneras en las que las personas se comprometen en la acción, sus justificaciones y el sentido que dan a sus actos.
Ahora bien, semejante empresa es, por cuestiones de tiempo y sobre todo de medios, prácticamente irrealizable a escala mundial o inclusive a escala de un continente, habida cuenta del peso que las tradiciones y las coyunturas políticas nacionales continúan teniendo sobre la orientación de las prácticas económicas y de las formas de expresión ideológica que las acompañan. Ésta es sin lugar a dudas la razón por la cual los enfoques globales terminan a menudo dando una importancia preponderante a factores explicativos con frecuencia de orden tecnológico, macroeconómico o demográfico que son considerados como fuerzas ajenas a los seres humanos y a las naciones, que se verían de esta forma obligadas a padecerlos del mismo modo que se soporta una tormenta. Para este neodarwinismo histórico, las «mutaciones» se nos impondrían como se imponen a las especies: depende de nosotros adaptarnos o morir. Sin embargo, los seres humanos no sólo padecen la historia, también la hacen y nosotros queríamos verles manos a la obra.
No pretendemos afirmar que lo que ha pasado en Francia sea un ejemplo para el resto del mundo, ni que los modelos que hemos elaborado a partir de la situación francesa tengan, tal cuales, una validez universal. Tenemos, sin embargo, buenas razones para pensar que procesos bastante similares al francés han marcado la evolución de las ideologías que han acompañado a la reorganización del capitalismo en otros países desarrollados, según modalidades sujetas, en cada caso, a las especificidades de la historia política y social que sólo análisis regionales detallados permitirán iluminar con la precisión suficiente.
Hemos tratado de aclarar las relaciones que se establecen entre el capitalismo y sus críticas, de forma que podamos interpretar algunos de los fenómenos que han afectado a la esfera ideológica a lo largo de los últimos decenios: el debilitamiento de la crítica mientras que el capitalismo conocía una fuerte reestructuración cuya incidencia social no podía pasar desapercibida; el nuevo entusiasmo por la empresa orquestado por los gobiernos socialistas a lo largo de la década de 1980 y la recaída depresiva de la década de 1990; las dificultades encontradas en la actualidad por las iniciativas que tratan de reconstruir la crítica sobre nuevas bases y su escasa, por ahora, capacidad movilizadora aún cuando no faltan motivos para la indignación; la profunda transformación del discurso de gestión empresarial y de las justificaciones de la evolución del capitalismo desde mediados de la década de 1970; el surgimiento de nuevas representaciones de la sociedad, de formas inéditas de poner a prueba a las personas y a las cosas y, en consecuencia, de nuevas formas de triunfar o fracasar.
Para realizar este trabajo, la noción de espíritu del capitalismo se nos ha impuesto rápidamente. Esta noción nos permite articular, como veremos, los dos conceptos centrales sobre los que reposan nuestros análisis el de capitalismo y el de crítica en una relación dinámica. Presentamos a continuación los diferentes conceptos en los que se basa nuestra construcción, así como los resortes del modelo que hemos elaborado para dar cuenta de las transformaciones ideológicas relacionadas con el capitalismo a lo largo de los treinta últimos años, que parecen, no obstante, tener un alcance mayor que el simple estudio de la reciente situación francesa.

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• 1. El espíritu del capitalismo
o Una definición mínima del capitalismo
o La necesidad de un espíritu para el capitalismo
o De qué está hecho el espíritu del capitalismo
o Las diferentes etapas históricas del espíritu del capitalismo
o Las ciudades como puntos de apoyo normativos en la construcción de justificaciones
o El espíritu del capitalismo legitima y limita el proceso de acumulación

• 2. El capitalismo y sus críticas
o Los efectos de la crítica sobre el espíritu del capitalismo
o Pruebas de fuerza y pruebas legítimas
o El papel de la crítica en la dinámica de las pruebas
o Las formas históricas de la crítica del capitalismo
o El carácter incompleto de la crítica
o Las modificaciones del espíritu del capitalismo independientes de la crítica