La resignificación del pensamiento marxista de Schafik J. Hándal Hándal en el proceso revolucionario salvadoreño contemporáneo

La resignificación del pensamiento marxista de Schafik J. Hándal Hándal en el proceso revolucionario salvadoreño contemporáneo

Dr. Orlando Cruz Capote**

«Hurgando (sic!) más profundamente se descubre que en el propio terreno teórico es donde se encuentra una de las raíces del actual debate: no existe una teoría marxista-leninista acabada de la revolución latinoamericana y no la hay tampoco de la revolución
de liberación nacional, hablando más ampliamente.

Esto nos parece de importancia capital, ya que nosotros consideramos junto a otros compañeros que han estudiado el problema, que la revolución en América Latina tiene características específicas que la diferencian de la revolución de liberación nacional en general; tiene, por decirlo así, un pie puesto en la revolución de liberación nacional
y otro en la revolución socialista».

Schafik Jorge Hándal Hándal1

I

La profunda reflexión crítica de uno de los líderes político-teóricos y prácticos de la revolución salvadoreña y latinoamericana, Schafik J. Hándal (1930-2006), en el no tan lejano 1968, ponía al descubierto una de las carencias e insuficiencias del marxismo y leninismo epocal –entonces se le denominaba marxismo-leninismo por el fenómeno del estalinismo– denunciado epidérmicamente desde 19562 en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), difundido masivamente en el movimiento comunista y obrero internacional, y en las disímiles izquierdas del orbe, especialmente, en la América Latina y el Caribe, donde no se había podido construir una teoría general y singular-concreta, ajena al eurocentralidad prosoviética predominante para el subcontinente, a pesar de los esfuerzos de muchos partidos y personalidades marxistas y leninistas a lo largo de los siglos XIX y XX, principalmente en la última centuria.[3]

Se remitía, conscientemente, hacia el pasado histórico sintetizado, magistralmente, en la frase del amauta peruano José Carlos Mariátegui La Chira, cuando sentenció, en 1928, que:

No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión diga de una generación nueva.[4]

La tesis de Schafik coincidía en el tiempo-espacio y, en parte, con la apreciación del marxista inglés Perry Anderson en ese turbulento año 1968 acerca de la crisis de la teoría y, más que todo, de la práctica real del marxismo y el socialismo en el campo socialista de la Europa del Este, la Unión Soviética, la China Popular, así como en otras partes del orbe,[5] en la que esta escuela y corriente filosófica de pensamiento y accionar se hallaba en un impasse, entorpecida por los viejos cánones de un referente histórico-político, más que todo ideologizante, que no se avenía a la realidad nuestraamericana, ni siquiera a las particularidades de otros continentes.

Esos años fueron muy tensos y divergentes para el proceso revolucionario latinoamericano y caribeño. Solamente analizando el año paradigmático de 1968,[6] el panorama se constituía muy complejo para la región, en el cual no se puede ignorar la presencia agresiva de la política del establishment estadounidense contra los procesos revolucionarios en auge y descenso. Tan paradójico sería que el propio Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, arremetía de nuevo contra los manuales soviéticos, declarándolos «anacrónicos», por separar en un enorme abismo «las concepciones generales y la práctica, entre la filosofía y la realidad […] y proveer representaciones equivocadas sobre “cómo se debe construir el comunismo”». El antimanualismo no se refería a la práctica de usar textos pedagógicos para la enseñanza, sino a una manera de pensar el socialismo, por la cual se suscitaban desavenencias con algunos países que «tienden a mirar como oveja descarriada al pueblo que no siga el caminito trillado».[7]

Asimismo, podremos percatarnos de una «microfracción» fallida en el propio Comité Central del Partido Comunista de Cuba,[8] que ponía en solfa la unidad como salvaguarda de la nación, la Revolución y el socialismo cubano, más el ejemplo que simbolizaba para la integración de las fuerzas de las izquierdas en América Latina y el mundo subdesarrollado; las imitaciones fallidas del ejemplo cubano, nunca copiable;[9] el inicio de la decadencia de la «Revolución Cultural» de la China Popular (1966), bajo el liderazgo de Mao Zedong; las declaraciones de la Conferencia de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), en la Primera Conferencia de la Tricontinental de La Habana, en 1966, y de la Organización de Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), en 1967; la «Primavera de Praga», con la intervención militar soviética y otros, a través del Pacto de Varsovia, que ponía sobre la agenda política las zonas de influencia soviéticas y estadounidenses establecidas desde Yalta (1945), con el peligro de otra invasión contra Cuba, ahora en manos del «subimperialismo» brasileño; la decadencia del insurreccionalismo guerrillero en América Latina, con el asesinato de Ernesto Che Guevara en tierras bolivianas, un 8-9 de octubre de 1967.

No en último lugar, las fuertes discrepancias de la dirección política cubana con el Partido Comunista Venezolano (anteriormente con el boliviano), entre otras fuerzas, por la guerrilla latinoamericana-cubana que se encontraba en territorio de Bolívar;[10] más la gran conmoción social del «Mayo Francés» que se propagó por las capitales del primer mundo y arribó, en octubre, al «Tlatelolco» mexicano; la lucha por los derechos civiles y contra la segregación racial de los afronorteamericanos con los Black Panthers y el Black Power; las «nuevas izquierdas» insufladas y catalizadas por la herejía revolucionaria cubana; la guerra de los EE.UU. contra Vietnam y la resistencia del Vietcong, más el movimiento antibélico y pacifista planetario; la corriente hippie, la protesta generacional y contracultural frente a la autoridad familiar e institucional burguesa.

Al unísono, habría que analizar concienzudamente la herencia de las disímiles corrientes burguesas que provenían desde los Estados Unidos de América y Europa Occidental, el «famoso» eurocentrismo, también norteamericanizador, colonizante desde el poder, el saber, la axiología y la cultura, así como determinar las heterogéneas corrientes de pensamiento latinoamericanas, muy mezcladas, que acrecientan su difusión en los años sesenta, y que lo harían de forma más profusa en la próximas décadas, así como las de un marxismo occidental muy rico en la teoría, pero con una pronunciada orfandad en la praxis revolucionaria que atracó en esos años y se publicó masivamente con la idea, no tan ingenua, de contraponerlo a las concepciones pro-soviéticas;[11] entre otras coyunturas internacionales de agitación incesante de las ideas políticas, ideológicas, espirituales-culturales, como las prácticas reformistas, las retóricas nacionalistas y antiimperialistas y aquellas que sí proponían un cambio radical en las sociedades.

Por otra parte, al año siguiente, en 1969, la delegación cubana a la Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, celebrada en Moscú, encabezada por el miembro del Buró Político Carlos Rafael Rodríguez, arribó no como una delegación oficial, sino con una posición «disidente» hacia la declaración de ese cónclave, que definía a la mayoría de los partidos comunistas latinoamericanos como la vanguardia política de la lucha revolucionaria en la región, lo que Cuba impugnaba como una falacia.[12]

De esta manera, el camarada Schafik Hándal, miembro del Partido Comunista de El Salvador (PCS) desde octubre de 1950, a fínales de la década de los sesenta percibía un abigarrado y casi ininteligible cuadro de diferentes tendencias ideológicas y políticas que estaban predominando en Nuestra América y que, aun hoy prosiguen promoviendo atomizaciones y escisiones en las disímiles izquierdas de la región. Se hacía necesaria la realización de un estudio profundo de la historia auténtica de la Patria Grande y de la nación centroamericana y, consciente de esa labor, el dirigente comunista y popular salvadoreño encaminó sus pasos hacia ella de forma ininterrumpida, con grandes hallazgos empíricos e interpretativos, más aportes teórico-críticos de amplia repercusión.

Mientras, las articulaciones urgentes entre las fuerzas revolucionarias no se realizaron, a pesar que trece años más tarde, el máximo guía de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz, reafirmaba que «[…] De acuerdo con mi experiencia, toda unidad de izquierda es ejemplar»,[13] al observar y analizar críticamente como las izquierdas latinoamericanas y planetarias, anteriormente las nacionales cubanas, proseguían su eterna lucha a lo interno contra las tradicionales políticas de los «apóstoles vanguardistas iluminados», las «capillas sectarias y dogmáticas», las ideologías de agrupaciones políticas y sociales portadoras de teorías y accionares que pretendían interpretar y, por ende, poseer la «verdad única-absoluta» acerca del desenvolvimiento zigzagueante de la historia real de la sociedad, que no podía ser conceptualizada arbitrariamente, menos con una afirmación teleológica y teológica ideologizante.[14] En su reverso, pero con el mismo efecto, otros actores ideopolíticos estaban imbuidos del espontaneísmo, nihilismo, idealismo, de voluntarismos practicistas muy estériles.[15]

Tales desencuentros estuvieron también motivados por egocentrismos y ansias protagónicas extremas, los deseos de ejercer una hegemonía ideopolítica sobre amplios grupos y sectores de la sociedad, ambiciones por espacios de poder grupales y personalistas –el «síndrome del caudillismo y del caciquismo» tan presente en la América nuestra–, acusaciones mutuas por no poseer una estrategia, táctica y métodos de lucha adecuados, así como la utilización de fuertes adjetivos acusadores acerca de seguidismos mecánicos, ciertos o no, hacia corrientes de pensamiento teórico-políticas y praxiológicas internacionales, entre otros motivos de discordias y desavenencias.[16]

Las izquierdas, fundamentalmente, las nuestramericanas habían logrado, desde antes, la fatal especialidad de dividirse y subdividirse, un hecho constatable aunque dramático. En la vida real, las mayorías de las izquierdas, siempre en plural, actuaban –siguen actuando– de manera sectaria, mirando con ojerizas cuando surgían una tras otra nuevas organizaciones, algunas de ellas desprendimientos de las ya existentes, las cuales eran excomulgadas de manera automática. No obstante, nunca actuaron aisladas, sino interrelacionadamente, y la fragmentación provenía de las incomprensiones recíprocas señaladas, y sobre todo por la ausencia de diálogos interactivos entre iguales. En esa diversidad, solo cuando en instantes históricos específicos los objetivos políticos parecían coincidir entre algunas de ellas, se lograban acuerdos o alianzas, empero, factores recurrentes de viejos y nuevos recelos hacían brotar notas divergentes que aniquilaban los denuedos articuladores.

Resultaba en aquella coyuntura e instante histórico más difícil, como lo sigue siendo en la contemporaneidad, la re-construcción de esa unidad cotidiana desde las bases sociales, como proceso sociohistórico y político-cultural jamás finiquitado, en lo cual lo ético está implícito, que aquella posibilidad real de obstaculizarla y destruirla por errores e incomprensiones objetivas/subjetivas y endógenas/exógenas, sin lograr con plenitud su fortalecimiento hegemónico consciente, con y entre las masas populares, su verdadero artífice y protagonista, de conjunto con una dirección política avezada, la vanguardia política –llamada así desde los tiempos del leninismo– y un liderazgo legítimo obtenido no a través de una proclamación providencial, sino en los vericuetos y azares combativos diarios, con un programa político diáfano principista, métodos de lucha adecuados, la armonía entre el discurso y la práctica revolucionaria.

Sin embargo, la mirada esperanzadora de Schafik Hándal constituía una de las virtudes que un marxista orgánico, comunista y revolucionario debía y debe poseer para llevar adelante la preparación constante de las condiciones subjetivas del sujeto social-histórico y político de la transformación revolucionaria, sin reduccionismos obreristas y otros sectarismos triviales, contra el dominante y hegemónico capitalismo atrasado, subdesarrollado y dependiente hacia los gobernantes de Washington fundamentalmente, que acerrojaba el cumplimiento de las demandas legítimas de los pueblos explotados y oprimidos latinoamericano-caribeños.

Sin caer en desencantos ante tantas limitaciones, explicaba meridanamente en este propio folleto que, el «interés real y creciente por la búsqueda de nuevas respuestas se mezcla –sin definir todavía sus fronteras respectivas– con la confrontación entre antiguas y nuevas tesis dogmáticas, entre esquemas vacíos de vida», añadiendo que «la polémica está cargada de abundante tensión […] y que este era […] un fenómeno natural que se encuentra dentro de la lógica de la historia contemporánea del mundo y del continente.»[17]

El dirigente político, de clara mirada estratégica y táctica, se ubicaba, epistemológicamente expresado, en coyunturas históricas que habían comenzado desde finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y que habían trillado su rumbo por diversas luchas nacional‑liberadoras, por la justicia social y los flujos‑reflujos en el quehacer de los diferentes movimientos revolucionarios, verificando vertientes contradictorias y dicotómicas, que impedían conocer, comprender e interpretar ese complejo entramado socioeconómico, político y cultural con el fin de poder realizar un compendio interpretativo realista de la situación latinoamericana-caribeña, para que se produjera el cambio profundo de tal situación estrictamente estructural y concomitante al sistema capitalista en el recién denominado Tercer Mundo.

Su re/des/conocimiento dialéctico historicista, lo que hoy llamaríamos el desaprendizaje y aprendizaje de un revolucionario en evolución perpetua, se refería no solo a la falta de desarrollo de una teoría para la estrategia y la táctica, más los métodos de lucha, sino para «antes de la toma del poder […] también a la teoría para la construcción de la nueva sociedad, comprendidos además los problemas sociológicos e ideológicos que le son consustanciales de la revolución en ambas etapas».[18]

Sin descartar en su discurso político, más bien todo lo contrario, el cúmulo de enseñanzas y experiencias internacionales, regionales y nacionales, Schafik hacía énfasis en el despliegue teórico y práctico de una concepción marxista19 que no podía detenerse en el solo «asalto al poder» como un hecho aislado, sino como un proceso, en el cual era esencial la construcción-preparación político ideológica temprana y permanente de la organización política de avanzada y de las masas populares antes, durante y después de ese salto grandioso en la historia humana, con la intención de liquidar al capitalismo y transitar hacia el socialismo.[20]

Asimismo, Schafik no mencionaba a una sola clase o actor político del cambio, aunque aún resaltaba el rol esencial de la clase obrera, sino a un considerable número de sujetos sociales, históricamente concretos en cada nación y pueblos del subcontinente que ya, en 1964, para El Salvador, expresaba en otro trabajo suyo:

Se oyen de vez en cuando opiniones que de alguna manera intentan establecer diferencias artificiales entre obreros e intelectuales en el interior del P. [Partido Comunista de El Salvador – PCS, 1930] […] Hay quienes, por el contrario, no le dan suficiente importancia al factor de contenido proletario –teórico y práctico– de nuestro P. Ambas posiciones perjudican: la primera cae en el sectarismo, creando y agudizando luchas internas artificiales, la otra conduce a no realizar los esfuerzos necesarios para llevar a cabo la proletarización –ideológica práctica– de nuestro P., con todas la secuela de consecuencias de tal situación.[21]

Añadiendo, con claridad meridiana, que:

[…] el proceso educativo revolucionario no cuenta solo para los miembros de extracción no proletaria, sino que es parte fundamental del proceso de formación revolucionaria de todo miembro, independientemente de su procedencia de clase.[22]

Sin poner freno a su originalidad y creatividad revolucionaria, arraigada en la comprensión del panorama socioeconómico y político de El Salvador, y «violentando» superadoramente, además, algunas de las «regularidades y leyes» de un marxismo anquilosado y esquemático, Schafik aseguraba de forma tajante que «esto no hay que desligarlo naturalmente de las condiciones concretas del desarrollo económico nacional. A veces se dice que el Partido refleja la composición existente en el país».[23] Y agregaba de inmediato que «en El Salvador la industria es muy poco desarrollada. De lo que se concluye, que no podemos mecánicamente tratar de que haya una alta composición obrera en el partido […] esto es una pobre justificación de nuestro mal trabajo de concentración entre la clase obrera […]». En otro párrafo de este documento, se señala que:

Es cierto que en un país subdesarrollado, semi-colonial y agrícola, con fuertes remanentes feudales [años después lo denominaría rezagos precapitalistas] no cuenta con un proletariado tan desarrollado en número y tradición, tan amplio y consolidado, como el de los países industrializados. Pero de allí no debe sacarse deducciones absolutas […].[24]

Para culminar con la siguiente aseveración:

Nuestros métodos de trabajo deben de cambiar, debemos botar el sectarismo, ser amplios en nuestro trabajo de acercamiento con las masas, orientar a los compañeros en sus dificultades con los patronos, no querer resolverlo todo con fraseología revolucionaria y aunque al principio no le hablemos de revolución a nuestros compañeros de trabajo, ganémonos su confianza con sus problemas inmediatos, y no nos desesperemos cuando de pronto no veamos resultados espectaculares.[25]

En estas tempranas expresiones conceptuales se estaba definiendo en la avanzada política salvadoreña un tipo de marxismo, junto a otras apreciaciones, que no comulgaba con aquel que venía de las «aventajadas» ideas del socialismo vigente en el mundo de la época de los sesenta, que procedían, en muchos casos, de la Internacional Comunista (1919-1943) y del Buro de Información (1946-1956-1957),[26] entre otros, y que, lamentablemente, continuaron como una verdad «absoluta preestablecida». Se comprendía que la dirección política del proletariado y de la clase obrera, únicamente no podían ser comprendidas como un hecho físico y sociológico, sino como un hecho-proceso político cualitativo de mayor envergadura que una observación simplista y copista, que mimetizaba otras experiencias históricas geopolíticamente lejanas a las singularidades del proceso salvadoreño y de Nuestra América.

Sin olvidar que jamás existirá, al decir del propio líder de la revolución bolchevique de 1917, V. I. Lenin, una revolución proletaria pura,[27] como tampoco un socialismo «casto» (añadimos nosotros), que exige de la clase proletaria, obrera y campesinado trabajador, con su fuerza política dirigente, otra visión del problema a resolver.

Una clase trabajadora asalariada, urbana y rural, intelectual y manual, opuesta al capital por antonomasia, no como un hecho cuantitativo y exclusivo, sino condicionado por un hecho-proceso político de concientización en sí y para sí, que deben asociarse, aliarse, necesariamente con otras clases, grupos, sectores sociales y, en conjunto, a las masas populares, explotadas y oprimidas, para llevar a vía de efecto la transformación revolucionaria: la Revolución Social y Política que conlleve a la emancipación total humana, concebida históricamente como forma muy superior de democracia, que libera consigo al resto de la sociedad de la explotación y la opresión, la enajenación y alienación, luchando a brazo partido contra la burguesía y su cultura dominante y hegemónica. Asimismo, definiendo el cómo serían las diversas articulaciones y la unidad con las otras organizaciones políticas y sociales participantes en la lucha.

Estos fueron los albores de un pensamiento y accionar que, en el caso de Schafik Hándal, irían enriqueciéndose en el fragor del combate socioclasista y popular, en su labor de trabajador social incesante, en la dirección política unitaria del pueblo salvadoreño y en la conformación de un partido revolucionario experimentado, capaz de conducirlas hacia pasos superiores, en un permanente contacto con ellas, sin caer en esquemas a priori, desplegando los caminos independientes del marxismo,[28] más las vías disímiles para arribar al socialismo,[29] tal como las concibiera Lenin.

II

Ya entre 1972 y 1977, la contextualización sociohistórica concreta salvadoreña le permitía a Schafik aseverar, con mayor fuerza y nitidez, que: «[…] Ha habido […] cambios políticos y hechos importantes, entre los cuales es necesario señalar: la irrupción del movimiento de las masas campesinas y de asalariados agrícolas, prácticamente inexistentes desde el genocidio de enero y febrero de 1932»,[30] la emergencia de la mayoría del clero católico hacia la izquierda y su vinculación con las masas del campo, y la polarización, en términos totales, de las fuerzas en conflicto. Por un lado, la inmensa mayoría del pueblo y, por otro lado, el régimen, comprendiendo en este término al gobierno y a la oligarquía que lo sostiene.[31]

En 1982, reconfiguraba y fortalecía sus ideas en medio de la lucha armada popular y política,[32] sin perder la línea principista de organización y acción, con determinaciones antidogmáticas, en una exposición titulada, El estudio del marxismo por sí solo no es garantía de una posición revolucionaria. La garantía es la lucha por el poder mediante la vía correcta, a lo que añade en sus páginas interiores que si no se lucha por el poder por el camino adecuado:

[…] entonces, el Partido está expuesto a quedarse al margen de la fila delantera de la revolución y de la posibilidad de influir en el triunfo de la revolución […] y los vínculos indisolubles que hay […] entre las cuestiones de la lucha por el poder con la cuestión de la vía, del carácter de la revolución y de la unidad de la izquierda, como problemas completamente interrelacionados.[33]

La preocupación continuaba latente al prestar atención a cómo los partidos comunistas no estaban conduciendo la lucha revolucionaria en el Tercer Mundo, ni siquiera en el Norte industrializado, y cómo la clase obrera estaba extraviándose en caminos reformistas y economicistas, ante lo cual asevera que:

[…] si se rebaja eso [el análisis teórico] al nivel del relato histórico y del enjuiciamiento moral entonces no se llega a ninguna conclusión; por esas vías el Partido no se cohesiona alrededor de una línea correcta, sino por el contrario se dispersa en una multitud de posiciones, unas más emotivas que otras, unas más intelectualizadas que otras, pero no se cohesiona alrededor de una orientación revolucionaria que le permita como tal, como partido convertirse en sujeto de victoria que cumple el papel que tiene asignado.[34]

El estudio político autodidacta, sus intentos de culminar la carrea de derecho (nunca terminada oficialmente, aunque lo intentó por diez años) y su contacto indisoluble con las realidades continentales y mundiales, con su pueblo en primer lugar, fueron dando lugar a una personalidad de una profunda preparación teórica, política e ideológica.

Para los años setenta y ochenta de la pasada centuria, la expectativa política de la revolución salvadoreña se constituía esencialmente en tres pilares: acometer la lucha contra los gobiernos oligárquicos y el imperialismo estadounidense por todos los medios posibles, en especial el armado, para derrocarlos; arribar a la toma del poder político; y llevar a cabo la democracia inconclusa en la sociedad y comenzar el tránsito hacia el socialismo.

Luego del fracaso de la vía electoral, de desplegarse intensas luchas internas en el seno del PCS, y otras agrupaciones políticas y sociales, la separación, aparición y creación de numerosas organizaciones sociales, de masas y políticas de izquierda, con sus divergencias y contradicciones endógenas/exógenas, más diferentes matices ideopolíticos, se habían creado las condiciones objetivas y subjetivas para la fundación de un movimiento integracionista-unitario que enrolara bajo una Comandancia General a todas estas organizaciones. Así surge el 10 de octubre de 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.[35]

Por tal motivo, en 1987, Schafik afirma categóricamente que:

La dispersión de la vanguardia está en lo fundamental terminada; no solo tenemos acuerdos formales de unidad y de coordinación, sino que el proceso unitario ha avanzado y se ha profundizado mucho, ha llegado a niveles muy altos. El objetivo de este proceso es otro, más alto: la unificación en un solo partido. Tenemos una sola concepción, una sola línea, un solo plan […].[36]

Para, sin demorarse un segundo, lanzar la siguiente valoración autocrítica:

Sigue pendiente una tarea en el terreno de masas, de concretar el instrumental: la construcción del Ejército Político de Masas para la Revolución en las nuevas condiciones […] El hecho de que sea una organización político-militar clandestina, capaz de actuar también en el terreno militar, pero muy vinculada al movimiento de masas, está llevando a ciertas limitaciones; surge la tendencia a disminuir el rol político de este movimiento y a levantar mucho más el papel militar. Nosotros tenemos que comprender que debe tratarse de un movimiento con gran rol político. Este movimiento es el que va a llevar a las masas, aún las más atrasadas, a los niveles más altos de desarrollo».[37]

La preocupación de uno de los líderes del movimiento revolucionario era evidente, ya que por mucho que se avanzara en las tareas de la insurrección armada‑popular, no podía quedarse detrás el trabajo ideopolítico del FMLN, con perspectivas de consolidarse como un partido unido de cuadros y de masas, y eso solo lo lograría vinculándolo indefectiblemente con todas las clases, grupos, sectores, estratos y segmentos explotados y oprimidos de la sociedad salvadoreña y fortaleciendo su preparación-formación teórica, política e ideológica.

Muy pocos años después, en un trabajo programático de largo aliento, dejó estas ideas en palabras indelebles y con plena vigencia para la actualidad, afirmando que:

Yo sostengo que para enfrentar y derrotar la ofensiva mediático-política de Saca [Elías Antonio Saca González, mandatario en el gobierno de turno, 2004-2009], el FMLN debe estar siempre en contacto con la población, informándole de todo y presentándole nuestras propuestas […] para que la gente tenga un parámetro de medición y comparación. […] Hacer eso requiere un Partido en que sus afiliados se conviertan en militantes, organizados en los Comités de Base, que mantengan una relación permanente y sistemática con la población de su entorno, de su municipio, de su colonia, barrio, comunidad, explicándole y escuchándole constantemente. Se requiere para ello un trabajo de educación política y de transmisión de información muy ágil dentro del Partido, en las dos direcciones: hacia la base, poniendo en sus manos todas estas propuestas o todas las explicaciones, y de la base a la dirección, trayendo sus opiniones e informaciones, las opiniones y propuestas de la gente».[38]

También señaló que:

[…] para garantizar la conexión y poner en marcha un nuevo tipo de proceso de afiliación que va, ya no por la vía electorera, sino por la vía de la comprensión y adhesión a la misión histórica revolucionaria del FMLN, a sus propuestas concretas, basada en la conciencia de que hay que hacer una gran lucha para llevar adelante esos cambios.[39]

Y cierra la idea de la unidad del FMLN con las bases sociales y populares, con una conceptualización para todos los tiempos.

De esta manera lograremos que tengan fundamento y fuerzas nuestras iniciativas programáticas, en la Asamblea Legislativa, en los gobiernos municipales y en la mesa de diálogo con el gobierno […]. Yo le he llamado a esto la dialéctica de dos concertaciones. La concertación popular y la concertación nacional, así lo planteamos por primera vez durante la negociación de los Acuerdos de Paz. En este binomio dialéctico la determinante es la concertación popular, que es donde debemos poner un mayor énfasis, al mismo tiempo que estamos allá con el gobierno y los demás partidos en la mesa nacional, manteniéndonos allí para obtener logros con la presión de las demandas de la gente, o hasta que se demuestre su inutilidad.[40]

III

Luego de la firma de los Acuerdos de Paz, el 16 de enero 1992, entre el FMLN y el gobierno de Alfredo Félix Cristiani Burkard (1989-1994) perteneciente al partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el cual recibió al apoyo de las élites de poder de Washington hasta el último instante, las condiciones de lucha en El Salvador requieren en su quehacer un cambio extraordinario que no escapa a la visión crítica de sus líderes más capaces.

La agudeza política e ideológica de Schafik Hándal vuelve a ponerse de manifiesto cuando precisa que, entonces, como consecuencia de la victoria política-diplomática, el número de miembros, afiliados y simpatizantes al FMLN había crecido de forma desmesurada con dos vertientes de análisis: una, el reconocimiento al prestigio y la legitimidad política alcanzada en la lucha; la otra, que la entrada masiva podía traer secuelas negativas si no se preparaba un plan de educación y formación político-ideológico que ayudara a ir deslindando a los más conscientes de aquellos que entraban con ansias de pertenecer a una organización vencedora, pero sin una verdadera voluntad de llevar a cabo las nuevas tareas revolucionarias. También planteó la necesidad de cambiar los métodos de trabajo, en la divulgación y propaganda de los objetivos y propósitos del partido, pues ahora en condiciones de paz, siempre relativas, los sistemas verticalistas, de ordeno y mando y las órdenes desde arriba hacia abajo, debían sustituirse y complementarse con orientaciones persuasivas horizontales hacia las organizaciones sociales y populares, con la urgencia de conocer y resolver sus demandas, y potenciar la creatividad de las bases sociales con una política de retroalimentación con la dirección del FMLN en todo el país.

Ya en 1989, en un documento, extracto de una exposición sobre la problemática de la propaganda revolucionaria, el líder del proceso salvadoreño advertía certeramente que:

La propaganda no solo es un esfuerzo por ganar a las masas para nuestra línea, divulgar nuestra línea, que es lo principal, convertir las ideas en acción, en fuerza material, sino también es una forma de obtener información y de dar información […] nos obliga a utilizar este medio para confundir al enemigo sin confundir a las masas.[41]

Cerró su exposición, desde una perspectiva marxista crítica y autocrítica, con la siguiente idea:

Estamos de acuerdo en que hay debilidad de conducción, pero que consiste totalmente en otra cosa. En primer lugar consiste en no comprender y no persuadir a todos los cuadros que están en la propaganda de que su labor debe ser de esta otra manera, que deben desatar su creatividad, su combatividad, su agilidad en el debate, en la polémica con el enemigo, disputando el pensamiento de las masas, y de cada uno en su propio lugar […] Para eso lo que es indispensable es dominar la línea, dominar también los cambios coyunturales de la línea, no solo de la línea estratégica general, sino las modificaciones coyunturales sobre todo en una situación como la nuestra en que la coyuntura toma mucha velocidad y en un mundo en que también los cambios de coyuntura han pasado a ser muy veloces, no solo porque los acontecimientos son veloces, sino sobre todo, porque son más conocidos, más divulgados pueden llegar al conocimiento de todos en segundos a través de los medios modernos de comunicación, los satélites, la electrónica, las computadoras, etc., etc.[42]

Consciente de esa enorme misión, Schafik Hándal, realiza el esfuerzo teórico más grande de su vida, cuando lanza un conjunto de ideas valorativas acerca de los errores de la construcción socialista en Europa del Este y la Unión Soviética, sin caer en hipercriticismos y extremismos, relanzando su pensamiento teórico y político acerca de una revolución socialista en El Salvador. De esta manera le respondió a Marta Harnecker en aquellos convulsos días de 1991.

Así es nuestra concepción revolucionaria para El Salvador. Tenemos que crear para ello un nuevo modelo de sistema político y económico-social que parta básicamente de nuestra realidad nacional y entorno internacional. Lo que vayamos haciendo en este terreno será desde un principio una acumulación en el proceso hacia el socialismo. Si desde el comienzo se acierta en lo fundamental de la configuración de las estructuras económicas, como en la configuración del sistema político-jurídico; si somos capaces de evitar el error del verticalismo y nos mantenemos fieles a la idea de que el impulso fundamental hacia el socialismo debe venir desde abajo, y al principio de que la vanguardia al conducir no debe sustituir a las masas, al pueblo, sino que debe conducirlo, saber orientarlo de modo que este conozca, comprenda y haga suya la meta del socialismo; si nosotros, desde los primeros momentos aseguramos la hegemonía de la revolución en este proceso de tránsito, sin que la vanguardia se transforme en aparato de estado que impone desde arriba su voluntad; si desde los primeros pasos de la revolución democrática somos capaces de organizar un sistema político realmente democrático, basado en la activa participación y control popular sobre todo el proceso, esto ya sería una enorme y decisiva ganancia en el camino al socialismo, y nunca después tendría que abolirse la democracia y establecerse un estado verticalista.[43]

IV

Teórico de la práctica y no de gabinete, Schafik escoge el rumbo, junto a otros valiosos compañeros, de integrar definitivamente, autodisoluciones por medio, a las fuerzas del desarrollo de la revolución, en 1995, y lo realiza sin desconocer las tribulaciones, traiciones y deserciones que ya estaban aflorando y aquellas por venir, atribuibles a las luchas internas en el FMLN.

Desde ese momento, sus dos grandes obsesiones revolucionarias se unen de manera indisoluble, la primera, consolidar al FMLN y, la segunda, construir un poder ciudadano, social sólido, desde abajo, para revertir las paralizaciones de lo popular como lo esencial y protagónico en el proceso salvadoreño.

El pensamiento creativo de Schafik Hándal, acerca de la recuperación y el fortalecimiento del movimiento social, incluido el sindical, severamente dañado por el neoliberalismo y que hoy resurge en las filas de la derecha de manera intencional, y la reconstrucción del poder popular desde las bases del pueblo, está entonces en plena consonancia, con la «Declaración del XVII Foro de Sao Paulo», celebrado en Managua en el 2011, en que se dice:

La izquierda política gobernante […] tiene que despojarse de ciertos prejuicios frente a un movimiento social que, por mucho que asuma el reto de ejercer ese poder de nuevo tipo, siempre tendrá un rol que jugar, el cual no es exactamente igual que el del gobierno a nivel de su institucionalidad formal.

Las respuestas vuelven a encontrarse en el potencial expectante de las ideas y el accionar de Schafik Jorge Hándal Hándal, contextualizándolas en la actual coyuntura histórica o situación política, pero que mantienen su pleno vigor e ingenio.

Cuando propugno por la unidad del Partido, no estoy hablando de pegar con chicle grupos que se forman con intereses electorales y tampoco hablo de tranzar sin principios. Eso sería reducir la unidad solo a estar todos juntos, con el FMLN como techo común. Esa no es la unidad, deja de lado la misión revolucionaria del Partido y su capacidad de cumplirla. El principal combate ideológico deberá dirigirse contra el mezquino interés electorero y la ambición de adquirir poder personal, contra la corrupción, el oportunismo y el arribismo. […] El contacto directo y permanente con la población, no solo para presentar una plataforma electoral o apoyar candidatos, ese deberá ser nuestro método preferido.[44]

NOTAS

  • Doctor en Ciencias Históricas, Investigador Auxiliar del Instituto de Filosofía, Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (CITMA), Asesor de Investigaciones del Instituto Schafik Hándal, San Salvador, El Salvador.

[1] Schafik Jorge Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», material impreso, San Salvador, noviembre de 1968, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), inédito, sin clasificar, pp. 4-5.

[2] En 1956, se llevó a cabo el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en el cual el secretario general recién elegido, Nikita Jruschov, dio a conocer el informe secreto acerca de «La crítica al culto de la personalidad», dirigido contra Iosif Stalin.

[3] Véase a Amaro del Rosal: Los congresos obreros internacionales en el siglo XIX y XX (en dos tomos), Editorial Grijalbo, S. A., México, D.F., 1958. Véase también a Instituto de Movimiento Obrero Internacional (IMOI): El movimiento obrero internacional. Historia y teoría (en siete tomos), Editorial Progreso, Moscú, 1982.

[4] José Carlos Mariátegui: Amauta No. 17, Lima, septiembre de 1928, pp. 17-21.

[5] Perry Anderson: ¿Existe una crisis del marxismo?, Dialéctica, Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), traducción de Gabriel Vargas Lozano, México, 11 de noviembre de 1980 (148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=174&article=193&mode=pdf).

[6] Carlos Antonio Aguirre Rojas: Para comprender el mundo actual. Una gramática de larga duración, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 2003.

[7] Rafael Hernández: El año rojo. Política, sociedad y cultura (1968), The Harvard Review of Latin America III No. 11: 21-24. Invierno de 2009.

[8] Raúl Castro: «Informe del Comandante Raúl Castro, presidente de la Comisión de las FAR y de Seguridad del Estado del Comité Central, ante la reunión de este organismo del partido», El Militante Comunista. Suplemento Especial, reunión del CC del PCC los días 24 al 26 de enero de 1968.

[9] Entre algunos de los análisis superficiales y las inadecuadas interpretaciones del pensar y accionar de la Revolución Cubana se encontraron dos seudo-tesis: la de Jean Paul-Sartre acerca de «una Revolución sin ideología», y la controvertida idea de Regis Debray sobre la creación de «un foco guerrillero», sin dirección política. Véase a Jean Paul-Sartre: Jean Paul-Sartre visita a Cuba, Ediciones Revolucionaria®, La Habana, 1961. Véase también a Regis Debray: Revolución en la Revolución, Casa de las Américas, La Habana, 1967.

[10] Alí Rodríguez Araque: Antes de que se me olvide. Conversación con Rosa Miriam Elizalde, prólogo de Hugo Chávez Frías, Editora Política, La Habana, 2012.

[11] Carlos Antonio Aguirre Rojas: Itinerarios de la Historiografía del siglo XX: de los diferentes marxismos a los varios Annales, Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 1999; Retratos para una historia. Ensayos de contrahistoria intelectual, Ediciones ICAIC, La Habana, 2010; La historiografía en el siglo XX. Historia e historiadores entre 1848 y 2005, Ediciones ICAIC, La Habana, 2011.

[12] Carlos Rafael Rodríguez: Intervención de la delegación del Partido Comunista de Cuba en la Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, Moscú, 1969 (material mimeografiado); Orlando Cruz Capote: Entre la realidad, la mística y los mitos de los 50 años del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, artículo inédito, La Habana, 23 de septiembre de 2013.

[13] Fidel Castro Ruz: Entrevista concedida a la revista mexicana Proceso, 21 de septiembre de 1981, en Clodomiro Almeyda Medina «El proceso de construcción de las vanguardias en la Revolución Latinoamericana», Nueva Sociedad No. 61, Caracas, Venezuela, julio-agosto, 1982, p. 25.

[14] Orlando Cruz Capote: «La Unidad y la diversidad en la historia de Cuba. Nuevas miradas críticas», 2013, Inédito.

[15] No hay que olvidar que las ideas de los socialistas utópicos, los anarquistas, los anarcosindicalistas, los socialdemócratas, los trotskistas, los maoístas, más tarde los eurocomunistas y otros, se continuaron manifestando junto a las ideas de un marxismo y socialismo cerrado y dogmático, más otro original y creador.

[16] Orlando Cruz Capote: Prólogo a Comunismo, Socialismo y Nacionalismo (1920-1958), Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2014, pp. 7-26.

[17] Schafik Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», ob. cit., p. 1.

[18] Ibídem: p. 5. A partir de ahora, las negritas son del autor de este artículo-ensayo.

[19] Desde este momento, cuando escribamos marxista, incluimos el leninismo, a los coterráneos y sus continuadores contemporáneos.

[20] Schafik Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», ob. cit., p. 5.

[21] Schafik Hándal (con el seudónimo Sánchez): La proletarización orgánica e ideológica del partido, Publicaciones de la Comisión Nacional de Educación, Partido Comunista de El Salvador, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00219, 1964, p. 1.

[22] Ibídem: p. 5.

[23] Ibídem: P. 8.

[24] Ibídem.

[25] Ibídem: p. 11.

[26] Instituto de Marxismo-Leninismo (IML): La Internacional Comunista. Ensayo histórico sucinto, Editorial Progreso, Moscú, s/f.

[27] «[…] quien espera la revolución social “pura” no la verá jamás. Será un revolucionario de palabra, que no comprende la verdadera revolución». Vladimir Ilich Lenin: «Balance de la discusión sobre la autodeterminación», Obras Completas, t. 30, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 56.

[28] Vladimir Ilich Lenin: «Nuestro Programa», Obras Completas, t.4, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 194.

[29] Vladimir Ilich Lenin: «Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista», Obras Completas, t. 30, Editorial Progreso, Moscú, p. 129.

[30] Schafik Hándal: «Interrelación indisoluble», Revista Internacional, No. 5, Praga, mayo de 1978. Copia mecanografiada y fotocopiada, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00249, 1978, p. 10.

[31] Ibídem.

[32] Aunque existieron movimientos armados desde de 1968-1970, a partir de 1979-1980, Schafik logra que el PCS y otras organizaciones existentes: las Fuerzas Populares de Liberación Nacional Farabundo Martí (FPL, 1-04-1970), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, 2-03-1972), la Resistencia Nacional (RN, 10-05- 1975), y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC, noviembre de 1975 y enero de 1976), más las organizaciones que se sumarían, consoliden su unidad alrededor de una proyección insurreccional nacional en que se vieran envueltas las amplias masas populares, base social imprescindible para el desarrollo exitoso del enfrentamiento guerrillero contra las fuerzas represivas internas y el imperialismo yanqui.

[33] Schafik Hándal (con el seudónimo Simón): «El estudio del marxismo por sí solo no es garantía de una posición revolucionaria. La garantía es la lucha por el poder mediante la vía correcta», intervención en un seminario, copia mecanografiada y fotocopiada, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00001, del 21 de marzo de 1982, p. 2.

[34] Ibídem: p. 4.

[35] Véase a Schafik Hándal: Teoría de la Situación Revolucionaria (extractos de la intervención realizada, en 1987, en la inauguración de la capacitación para el desarrollo de los cuadros en la etapa final de la Guerra Revolucionaria Popular, sobre el devenir histórico del movimiento revolucionario hasta ese año), Ediciones Instituto Schafik Hándal, San Salvador; Véase también a Schafik Hándal: Legado de un revolucionario, Ocean Sur, México D.F., 2014.

[36] Schafik Hándal: Teoría de la situación revolucionaria, ob. cit., p. 73.

[37] Ibídem.

[38] Schafik Hándal: El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador, ob. cit., p. 20.

[39] Ibídem: p. 21.

[40] Ibídem.

[41] Schafik Hándal: Papel y características de la propaganda revolucionaria en el momento actual, (extracto de exposición en Seminario sobre Propaganda), Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00317, 8 de junio de 1989, p. 2.

[42] Ibídem: p. 3.

[43] Schafik Hándal: El socialismo: ¿una alternativa para América Latina?, Entrevista a Schafik Hándal realizada por Marta Harnecker en 1991, Ocean Sur, México D.F., 2014, pp. 53-54.

[44] Documentos del XVII Encuentro del Foro de São Paulo, Managua, celebrado en Nicaragua del 16 al 21 de mayo de 2011, Capítulo 3: «[…] los desafíos actuales de las izquierdas populares, democráticas, nacionalistas, socialistas y comunistas en América Latina», (http://forodesaopaulo.org/documentos-del-xvii-encuentro-del-foro-de-sao-paulo/), 6 de junio de 2011.

Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador

Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador∗

Roberto Regalado**

«Si estamos profundamente convencidos de que el socialismo
será el futuro para América Latina, debemos aceptar el reto
de renovarlo, de liberarlo de toda clase de dogmas
y estrecheces y convertirlo en el ideal de las masas».

Schafik Hándal

En las postrimerías del siglo XX colapsaron los postulados ideológicos tradicionales de las dos vertientes del movimiento socialista internacional nacido en la Europa decimonónica, a saber, el comunismo y la socialdemocracia.

En el caso del comunismo, se produjo la crisis terminal del llamado socialismo real, errónea pero muy extendidamente considerado —por sus partidarios, enemigos y gran parte de la izquierda no marxista—, como la encarnación de las ideas de Marx, Engels y Lenin. Esta crisis, causada por el insoportable agravamiento de las contradicciones político‑ideológicas, económicas, sociales y culturales de ese esquema de matriz estalinista, desembocó, entre 1989 y 1991, en el derrumbe del bloque de países europeo orientales, incluida la Unión Soviética, y en la redefinición de sus respectivos proyectos de nación que realizan los partidos comunistas y los gobiernos de China, Vietnam y Cuba.

En el caso de la socialdemocracia, esta trató de que el colapso de sus postulados ideológicos pasara inadvertido, ocultándolo tras la defenestración del «socialismo real», atribuyéndose una falsa victoria en el arcaico enfrentamiento dicotómico entre reforma y revolución, y presentando la renuncia definitiva a su proyecto original de reforma social progresista como un supuesto salto cualitativo renovador, cuando en realidad era un cambio cualitativo retrógrado porque asumía en cuerpo y alma el neoliberalismo, doctrina que impone el crecimiento desenfrenado de la concentración del poder y la riqueza, sustentado en el crecimiento también desenfrenado de la explotación y exclusión social. Esta apropiación del neoliberalismo la reconocía, abiertamente y sin sonrojo, la llamada Tercera Vía del Partido Laborista Inglés, mientras que la Comisión Progreso Global de la Internacional Socialista intentaba presentarla como una actualización programática supuestamente alternativa a esa doctrina.[1]

El cambio de esencia de la socialdemocracia obedece a que en el transcurso del siglo XX rompió con sus ideas fundacionales y se convirtió en un elemento orgánico del capitalismo monopolista, cuya crisis sistémica la obliga a hacerse copartícipe del agigantamiento de la brecha entre ricos y pobres, las guerras de recolonización del Sur, la depredación del planeta y otros estertores decadentes de la senil formación económico‑social capitalista.

La fraudulenta asociación de ideas entre «socialismo real» y marxismo que le fue inculcada a varias generaciones de revolucionarios y revolucionarias, incluida la mía, hizo que, a corto plazo, la bancarrota del «socialismo real» sembrara en muchos la duda sobre el carácter científico y la vigencia del marxismo y, en otros, provocara el rechazo o la renuncia a él. Sin embargo, no tardó en abrirse paso la necesidad de lo que Néstor Kohan llama volver a Marx.

Ahora bien, la duda, la renuncia, el rechazo y la negación del marxismo no fueron resultado de una lucha solo ideológica. En apoyo a esta afirmación, me permito hacer una cita algo extensa de la obra de Néstor titulada Nuestro Marx:

Desde nuestro punto de vista la necesidad de reinstalar la discusión y el debate sobre Marx en la agenda contemporánea de las ciencias sociales se torna una urgencia inaplazable. Durante el último cuarto del siglo XX lo que predominó en el terreno del pensamiento social fue un abanico de relatos —principalmente el posmodernismo, el posestructuralismo y el posmarxismo— que condujeron al abandono de todo horizonte crítico radical y a la deslegitimación de todo cuestionamiento de la sociedad capitalista.

Esa hegemonía complaciente no surgió de manera espontánea. Convergieron diversas circunstancias.

En Argentina y América Latina, las salvajes y feroces dictaduras militares de los años setenta no solo secuestraron, torturaron y asesinaron a miles y miles de militantes políticos, investigadores, estudiosos, pedagogos y difusores del marxismo, instalando el terror en su máxima crudeza en toda la población, también desmantelaron programas de investigación, incendiaron bibliotecas completas, destruyeron universidades públicas, promovieron universidades privadas y confesionales, exiliaron a numerosos intelectuales de izquierda (aquellos que no lograron matar) y persiguieron toda huella de marxismo catalogado bajo el rótulo de «delincuencia terrorista y subversiva». Ese dato que marcó a fuego nuestro país y nuestro continente, aparentemente «externo» a la producción, desarrollo, circulación y consumo de la misma teoría, muchas veces resulta soslayado a la hora de reflexionar sobre los avatares del marxismo.

Pero no solo hubo hoguera, violación, picana y fosas comunes a la hora de perseguir el marxismo en Argentina y América Latina. También hubo mucho dinero.

Una vez que pasó el huracán represivo y su lluvia torrencial de balas, plomo, capucha y alambre de púas, las cenizas de marxismo que habían logrado permanecer encendidas se intentaron asfixiar y apagar con becas, editoriales mercantiles, suplementos culturales en los grandes multimedias, cátedras, programas de posgrado, revistas con referato, una fuerte inserción académica y toda una gama de caricias y dispositivos institucionales destinados a desmoralizar a los viejos rebeldes, vacunar de antemano a los nuevos, neutralizar la disidencia, cooptar conciencias críticas y fabricar industrialmente el consenso.

Así, con el león y la zorra, con la violencia y el consenso, el fantasma satanizado y demonizado del marxismo revolucionario fue conjurado durante casi treinta años.[2]

Para evitar que se repita la usurpación del marxismo y el leninismo por parte de una persona, grupo de personas o escuela de pensamiento, y para resaltar su carácter de ideología siempre viva, siempre en interacción con la praxis, siempre abierta a la crítica y la autocrítica, en constante autocorrección y autorenovación, que necesariamente ha de ser resultado de la labor de lo que Gramsci llamó el intelectual colectivo revolucionario, al hablar hoy del marxismo y el leninismo, se ha acuñado el término teoría de la revolución social de fundamento marxista y leninista, el cual refleja la diferencia y, a la vez, establece el nexo dialéctico, entre:

El cuerpo de ideas elaborado por Marx y Engels en la etapa de despliegue de la gran industria capitalista, labor que abarca desde la década de 1840, hasta la muerte de Marx, en 1881, y la de Engels, en 1995
La actualización, adecuación y desarrollo de las ideas de Marx y Engels realizada por Vladimir Ilich Lenin en la etapa en que el sistema capitalista da el salto del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista o imperialismo, producción teórica que se extiende desde la década de 1890 hasta meses antes de su muerte en 1924
El amplio, diverso, complejo y hasta contradictorio horizonte de autores y autoras que, a lo largo de las etapas históricas transcurridas desde la vida de los clásicos hasta hoy, utilizan el método de Marx como el instrumento fundamental de su propia producción teórica y política

Hobsbawm llama la atención sobre el hecho de que mucho de lo que se discutió sobre la revolución en el siglo XIX es posterior a la muerte de Marx y Engels, por lo cual, lo más que puede decirse es que quienes primero debatieron esos temas, a raíz de la polémica sobre revisionismo y reformismo iniciada en la década de 1890, estuvieron en contacto personal con Marx y Engels o, en la mayoría de los casos, solo con este último. Ello implica que toda la elaboración teórica y política de fundamento marxista realizada con posterioridad a la muerte de los clásicos está basada en interpretaciones o revisiones póstumas;[3] con otras palabras, Marx y Engels no participaron en esa elaboración y carece de sentido especular sobre cuáles habrían sido sus consideraciones al respecto.

Siguiendo el razonamiento de Hobsbawm, podemos añadir que casi todos los líderes y pensadores bolcheviques que estuvieron en contacto personal con Lenin fueron ejecutados por órdenes de Stalin y sus obras censuradas. Esto implica que no solo desapareció la riqueza de la producción teórica y de los debates de los hombres y mujeres que lideraron la Revolución de Octubre y fundaron la URSS, sino también que la concepción estalinista de su obra predominó en los partidos comunistas de todo el mundo hasta la apertura ideológica y cultural de la década de 1960, y que siguió predominando en una parte importante de esos partidos hasta el momento mismo del derrumbe.

En esencia, teoría de la revolución social de fundamento marxista y leninista es la producida por sucesivas generaciones de científicas y científicos sociales mediante la utilización del aparato categorial y conceptual construido por Marx, Engels y Lenin, con el objetivo de:

Analizar las características y contradicciones de la sociedad capitalista
Estudiar las regularidades sociales
Identificar a los sujetos sociales revolucionarios
Formular leyes de tendencia a partir de las cuales elaborar los objetivos, estrategias y tácticas de la revolución4

Insistimos en la urgencia de volver a Marx porque metamorfosis ocurrida en el mundo a raíz del agravamiento de la crisis sistémica del capitalismo y de la desaparición del llamado campo socialista, plantea la necesidad de dar respuestas actualizadas y contextualizadas a los cuatro elementos antes enunciados. En el caso de América Latina, incluido el caso de El Salvador, en el que Schafik concentró su atención principal, los cambios ocurridos en las condiciones y características de las luchas populares están determinados por cuatro factores externos y cinco procesos continentales.

Los factores externos que ejercen influencias determinantes en la actual situación política, económica y social de América Latina son:

El salto de la concentración nacional a la concentración transnacional de la propiedad, la producción y el poder político –proceso generalmente conocido como globalización–, identificable a partir de la década de 1970, que cambia la ubicación de América Latina en la división internacional del trabajo y modifica la estructura socio‑clasista de la región
La avalancha universal del neoliberalismo, desatada en la década de 1980, que impone y legitima la híperconcentración transnacional de la riqueza y el poder político
El derrumbe del bloque europeo oriental, incluida la URSS, ocurrido entre 1989 y 1991, que destruyó la bipolaridad mundial, la cual sirvió durante la posguerra de muro de contención de la agresividad imperialista y coadyuvó a la descolonización del Medio Oriente, Asia y África subsahariana.
La «neoliberalización» de la socialdemocracia europea, proyectada a escala internacional en la segunda mitad de la década de 1990, que permeó a partes de la izquierda latinoamericana con una reelaboración light de esa doctrina

A su vez, los procesos continentales en desarrollo desde el colapso de la bipolaridad mundial de posguerra son:

La sujeción a un nuevo sistema continental de dominación imperialista, un sistema de dominación de naturaleza transnacional, proceso dominante entre 1989 y 1994
La crisis del Estado neoliberal recién impuesto y el auge de la lucha de los movimientos sociales, una parte de los cuales se convierten en movimientos social‑políticos, procesos dominantes entre 1994 y 1998
La elección de gobiernos nacionales de izquierda y progresistas, proceso dominante entre 1998 y 2009
La contraofensiva del imperialismo norteamericano y la derecha local, que intentan recuperar el espacio perdido, proceso caracterizado por su flujo y reflujo desde 2009 hasta hoy5

En virtud de todos los cambios derivados de lo que se ha dado en calificar con un cambio de época, Volver a Marx es el imprescindible primer paso para trascender el abanico de relatos posmodernos, posestructurales y posmarxistas mencionados por Néstor, cuyo fin es evitar que se cumpla la premisa marxista de conocer el mundo para transformarlo. En este contexto, tal como se expresa en la convocatoria a este seminario:

El pensamiento de Schafik es una herramienta teórica y política de sumo valor para realizar el imprescindible balance de las luces y sombras que la izquierda latinoamericana en general y la salvadoreña en particular, han dejado a su paso en el camino transitado a todo lo largo del siglo XX e inicios del XXI, y para trazar la ruta en pos de las transformaciones sociales que permitan colocar el bienestar y desarrollo de los pueblos como la prioridad absoluta de las naciones latinoamericanas.

Entre los múltiples atributos de la obra de Schafik resaltan: su enfoque marxista de la historia, que sienta las bases para comprender la actual situación política, económica y social del mundo, de América Latina como región y de El Salvador como país; y su análisis crítico de las fracasadas experiencias de construcción socialista del siglo XX, de las que se extraen oportunas lecciones para delinear nuevos paradigmas emancipadores, enraizados en las condiciones y características de la América Latina del siglo XXI. Por esos y otros motivos, es un formidable referente para la elaboración estratégica y táctica de la izquierda revolucionaria latinoamericana, en particular, del FMLN, y para la educación político‑ideológica de l@s dirigentes, militantes y bases sociales de esa izquierda regional, en especial, del FMLN.

Schafik fue un dirigente y pensador revolucionario con una larga trayectoria nacional y latinoamericana. Iniciado en la lucha política como participante en la Huelga de Brazos Caídos de 1944 que derrocó a la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, ingresó en el Partido Comunista de El Salvador (PCS) en 1950 y dos años después sufrió su primer exilio, que fue también su primer contacto con las fuerzas revolucionarias de otros países. Ese contacto incluyó una estancia en Honduras, durante la cual apoyó a los grupos marxistas que años más tarde fundarían el Partido Comunista de ese país, y un exilio de cuatro años en Chile, en cuyo Partido Comunista, un partido con una fructífera historia y una fuerte inserción en el Movimiento Comunista Internacional, fue miembro de la Comisión de Propaganda de Regional Santiago.

Tras ser electo secretario general del PCS en 1973, a finales de esa década fue uno de los líderes de partidos comunistas latinoamericanos que protagonizaron el llamado viraje, consistente en la ruptura con la línea soviética de rechazo a la lucha armada revolucionaria, el cual desemboca en su activa participación el proceso de construcción del FMLN. Junto a los secretarios generales de los partidos comunistas de Argentina, Guatemala, Honduras y República Dominicana, en 1990 fue firmante de la «Carta abierta a los partidos comunistas y revolucionarios de América Latina», conocida como la Carta de los Cinco que, ante el inminente derrumbe de la URSS, ratificaba la vigencia de las ideas de la revolución y el socialismo, posición que defendió en diversas tribunas nacionales e internacionales como dirigente del FMLN, entre ellas el Foro de Sao Paulo. Schafik es autor de una extensa y valiosa producción teórica y política, gran parte de ella asequible en libros y folletos, y en artículos y entrevistas publicados en periódicos y revistas, y otra parte en fase de investigación en el instituto que lleva su nombre.

A Schafik Hándal se le calificó de «ortodoxo». ¿Cómo reaccionó él ante eso?

Nos han puesto el nombre de «ortodoxos» –dice Schafik–, que desde el punto de vista de su contenido etimológico es correcto: defendemos la pureza de nuestras ideas. Como suena mal al oído, la burguesía lo ha utilizado como instrumento publicitario en contra nuestra.[6]

¿Y cuáles son las ideas cuya pureza defendió? ¿Son acaso los postulados ideológicos tradicionales que desembocaron en el derrumbe de la URSS y el resto del bloque europeo oriental de posguerra»? ¿Qué análisis hizo al respecto?

La causa principal del fracaso del socialismo en la URSS –afirma Schafik–se debe a que la dirigencia dejó de ser revolucionaria. Anuló la democracia, redujo a cero las opiniones de la sociedad, instauró el verticalismo y el burocratismo. En la dirección de aquellos partidos que estaban en el poder, se impusieron los intereses personales.[7]

A ello añade que:

Se han derrumbado no solo regímenes, se han derrumbado dogmas. El socialismo no puede seguir siendo el mismo. Está sacudido por estallidos revolucionarios, en cuya base hay una crisis estructural, provocada por las relaciones de producción estatistas, la gestión de la economía rígidamente centralizada y burocrática.[8]

Sobre este aspecto, advierte:

Surge una interrogante. Si son estallidos revolucionarios: ¿por qué dan origen a tendencias antisocialistas muy fuertes, a veces hasta dominantes? Pienso que esto se explica por los factores siguientes:

En primer lugar, es necesario recordar que en todo proceso de revolución también surge la tendencia a la contrarrevolución. Esto tiene carácter objetivo. Triunfa, en definitiva, la corriente que logra la mayor fuerza, la que se guía por un plan más acertado, más inteligente. El predominio de la revolución o de la contrarrevolución se decide en el terreno subjetivo: depende de la conducción de una o la otra. En medio de situaciones revolucionarias, a veces se presenta el viraje de las masas hacia el rumbo contrarrevolucionario.

[…]

En segundo lugar, los partidos del socialismo, al fundirse con el Estado, se separaron de las masas (me estoy refiriendo a los ex países socialistas), se colocaron por encima de ellas, se infestaron de corrupción y se desprestigiaron desacreditando al socialismo. Esto deja un enorme espacio a fuerzas de diversos matices, incluso contrarrevolucionarias, para que confundan y atraigan a las grandes masas.[9]

¿Hay trazas de dogmatismo en el pensamiento de Schafik? Los fragmentos citados sobre la esencia antidemocrática del «socialismo real», demuestran, de modo fehaciente, que no las hay. También antidogmáticas son sus ideas sobre la renovación del socialismo, como botón de muestra de las cuales, destacamos:

Si estamos profundamente convencidos de que el socialismo será el futuro para América Latina, debemos aceptar el reto de renovarlo, de liberarlo de toda clase de dogmas y estrecheces y convertirlo en el ideal de las masas. Nuestro compromiso es irrenunciable. Nuestro punto de partida es reconocer que la fusión del Estado y del partido del socialismo nunca fue la idea de los creadores del socialismo científico, ni voluntad de los pueblos. El fundir en un solo puño el aparato administrativo del Estado y del partido, la propiedad de los medios de producción y distribución, el ejército, los órganos de seguridad, las organizaciones sociales, el arte y la cultura es estatismo, verticalismo, autoritarismo, burocratismo, y de ninguna manera es socialismo auténtico.

El socialismo debe ponerlo todo en manos de la sociedad, y no en manos exclusivas del Estado, excepto lo que contribuya a garantizar la supremacía de la justicia social y de la libertad del individuo. El compromiso irrenunciable de los revolucionarios es defender incansablemente el socialismo real incluso si es defectuoso, ir rectificándolo.[10]

A ello añade:

Al socialismo se le puede defender solo renovándolo, lo cual implica compartir esta tarea con el pueblo, abriéndole la posibilidad de participar en su crítica y reestructuración. La renovación del socialismo real implica un tránsito tenso, preñado de contradicciones que pueden sumergirlo en una crisis de debilitación, facilitar su aprovechamiento por los imperialistas y toda clase de fuerzas antisocialistas generar una gran confusión en las masas y perder el rumbo. Así el socialismo puede liquidarse. Superar esa contradicción es un gran reto: renovar el socialismo y defenderlo son compromisos revolucionarios irrenunciables e inseparables. Nosotros sabemos que la clave está en el trabajo de los revolucionarios con el pueblo.

En su renovación, el partido en un país socialista debe desembocar en un partido que conciba la respuesta al reto de un descomunal esfuerzo por incorporar a las fuerzas populares y sociales, tanto a la rectificación renovadora del sistema económico y político del socialismo, como a la depuración y reconstrucción del mismo partido. Hacerlo de tal manera que el partido revolucionario pueda ocupar legítimamente un lugar de sujeto político, sostenido en el reconocimiento del sujeto social frente a otras corrientes y partidos que inevitablemente hacen surgir este proceso, y cuya existencia se vuelve una necesidad de la nueva democracia socialista.

La justeza y popularidad del sistema socialista debe ser tal que cualquier grupo o partido solo pueda ser fuerte si está por el socialismo y lucha por perfeccionarlo. Solo puede lograrlo el socialismo desestatizado, el socialismo socializado en manos de la sociedad civil, basado en múltiples formas de propiedad y autogestión social. Los ritmos más convenientes para este proceso contradictorio de reestructuración están determinados por la correlación interna de fuerzas y por el imperialismo.

No hay, ni puede haber una medida pareja, un molde único. La cuota de rectificación y la cuota de defensa no pueden mantenerse fijas. Están determinadas por la situación concreta de cada país y momento. El socialismo debería defenderse y al mismo tiempo renovarse en manos de la propia sociedad.[11]

De una de las citas anteriores extraemos la clave de las ideas cuya pureza defendió Schafik: «Nuestro punto de partida es reconocer que la fusión del Estado y del partido del socialismo nunca fue la idea de los creadores del socialismo científico […]». No cabe duda de que la ortodoxia de Schafik no es apego a postulados ideológicos colapsados, sino apego a la actualización, adecuación y desarrollo creativo teoría de la revolución de fundamento marxista y leninista, tal como ha sido definida en esta ponencia.

En el caso de El Salvador, de acuerdo con el método de Marx, Schafik parte del análisis de su ubicación como país subdesarrollado y dependiente dentro de la división internacional del trabajo, la cual:

Adquiere significación en la segunda mitad del siglo XVIII con la exportación del añil, a partir de la cual se conforma el capitalismo salvadoreño
Cambia en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la exportación del café sustituye a la del añil como centro de la economía monoproductora.
Vuelve a cambiar en las dos décadas de gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), 1989‑2009, cuya política neoliberal destruyó la matriz productiva de El Salvador, de modo que la mayor fuente de ingresos del país pasó a ser la exportación de emigrantes ilegales, emisores de las remesas que sostienen a sus familias y a la nación

Del lugar que ocupa El Salvador en la división internacional del trabajo, se deriva su estructura socio‑clasista y su sistema de dominación y subordinación:

Con la economía del añil se corresponde el desempeño de los hacendados añileros como sujeto social dominante, cuyas contradicciones con el monopolio comercial colonialista español los lleva a asumir el liderazgo del proceso de independencia, que no resolvió, sino agravó, los antagonismos de la sociedad salvadoreña, entre otros factores, porque pronto se desató la primera expropiación de tierras indígenas realizada en tiempos de la república
Con la economía del café se corresponde el desempeño de la oligarquía cafetalera como sujeto social dominante, que construye un Estado, un sistema de dominación política, económica, social y cultural, y una infraestructura en función de sus intereses, sobre la base de la polarización y la exclusión social exacerbadas por una nueva y aún más feroz de expropiación de tierras indígenas y ejidatarias, y por la brutal proletarización de sus antiguos ocupantes. Con palabras de Schafik:

El cultivo y exportación del añil a Europa, acrecentado desde la segunda mitad del siglo XVIII, fue el precursor e iniciador del capitalismo agroexportador en El Salvador. Pero fue el cultivo y la exportación del café, desde la segunda mitad del siglo XIX, el motor de los cambios económicos, clasistas, jurídicos, políticos, culturales, de la configuración del capitalismo étnicos, financieros, monetarios, que configuraron el despliegue de ese modelo para El Salvador de hoy, más allá de la agroexportación con su extrema desigualdad, el tipo de capitalismo que exhibe tristemente su riqueza concentrada en pocas familias y la pobreza cada vez más extensa, la emigración y la dependencia igualmente crecientes.[12]

Tras describir la construcción del Estado salvadoreño en función de los intereses de la oligarquía cafetalera, Schafik concluye:

Con estas características configuró nuestro país su economía hacia afuera, su capitalismo dependiente, inducido y condicionado desde afuera, desde Europa primero, desde los Estados Unidos después, encabezado por una oligarquía muy rica, que constantemente aumentaba su capital, y en el otro extremo un pueblo pobre, constantemente corriendo hacia la miseria. La clase media era inestable y, en su mayoría, estaba al borde del despeñadero de la pobreza.

[…]

Así se fue configurando estructuralmente el funcionamiento de la economía y, sobre esta base, la sicología e ideología de la clase dominante: un espacio donde todo se puede, se compra, se vende, si favorece los intereses oligárquicos, sin importar si se viola la Constitución.[13]

A partir de firma de los Acuerdos de Paz de 1992, y sacando partido del desconocimiento del que adolecía el recién desmovilizado FMLN en materia económica, ARENA se lanza a la apertura, desregulación y descapitalización de la economía salvadoreña.

Con respecto a la expulsión de personas hacia los Estados Unidos como pilar de esta nueva ubicación en la división internacional del trabajo, Schafik denuncia que las remesas de los emigrados son canalizadas por conducto de los bancos de la oligarquía salvadoreña y captadas por las tiendas de la misma oligarquía. Además, caracteriza la emigración hacia los Estados Unidos como el agigantamiento de una válvula de escape de la fuerza de trabajo excedente que en épocas anteriores se dirigía a Honduras:

Yo resumo en una pequeña frase –dice Schafik– esa relación migratoria con Honduras: constituyó una válvula de escape del vapor de la caldera social salvadoreña. Hacia allá salía el excedente de mano de obra, de producción de mercancías, de pequeña empresa. Esa válvula de escape contuvo por decenios la lucha por la tierra en El Salvador. Cuando en 1969 se produjo en Honduras la expropiación y expulsión masiva de salvadoreños, estalló de nuevo aquí la lucha social y, en particular, la lucha campesina por la tierra. La válvula de escape de nuestra caldera social es hoy la emigración hacia los Estados Unidos y el envío creciente, multimillonario, de remesas de nuestros compatriotas desde allá.[14]

El sostén del Estado oligárquico salvadoreño ha sido sus aparatos represivos, el más antiguo de los cuales es el ejército. Sobre este tema, Schafik expone que:

Desde la fundación de la república hasta la primera década del siglo XX, los altos mandos del ejército eran personajes de la oligarquía
Durante la segunda década del siglo XX comienza la profesionalización del ejército, que no elimina ni atenúa su subordinación a la oligarquía
La masacre de la insurrección popular de 1932 hace que el imperialismo norteamericano y la oligarquía salvadoreña asuman al general Maximiliano Hernández Martínez como defensor de sus intereses y le den el visto bueno a su inicialmente indeseada dictadura
Tras la dictadura unipersonal de Hernández Martínez, comienza lo que él llama «la etapa electorera de las dictaduras militares», en la que el partido castrense cambia de nombres, sus candidatos rotan en la presidencia sin posibilidad de reelección, e impera el derecho al golpe de Estado cuando un presidente intenta adjudicarse un segundo mandato
Los fraudes electorales y las represiones cometidos en las elecciones presidenciales de 1972 y 1977, y en las legislativas de 1974, seguidos del derrocamiento del gobierno del general Carlos Humberto Romero por el golpe de Estado de la Juventud Militar y de la instalación de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno indicaron el agotamiento de ese esquema y crearon las condiciones para le insurgencia revolucionaria

Cabría preguntarnos: ¿qué funciones cumplen hoy estos análisis y reflexiones de Schafik sobre la historia de El Salvador que hemos sintetizado? ¿Para qué le sirven esos análisis y reflexiones al pueblo? Le sirven para conocer las características y contradicciones de la sociedad capitalista salvadoreña, para estudiar sus regularidades sociales, para identificar a los sujetos sociales revolucionarios del país y para formular leyes de tendencia a partir de las cuales elaborar los objetivos, estrategias y tácticas de la revolución salvadoreña.

En un mundo, un continente y una nación en los que las oligarquías y sus partidos reaccionarios no han podido evitar la irrupción de fuerzas políticas y sociales de izquierda en la lucha política‑electoral, recurren a la usurpación de conceptos que nunca respetaron ni respetarán, como democracia, participación, transparencia y otros. De modo que una de las muchas razones por las cuales es importante estudiar y divulgar los análisis y reflexiones histórico‑sociales de Schafik, es para que el pueblo sepa quién es quién.

Cuando ubicamos quién es quién en El Salvador, queda claro que hay una oligarquía que históricamente monopolizó el poder político y económico a sangre y fuego, y que hubo cinco organizaciones revolucionarias que, como reza la conocida frase de Schafik, se vieron obligadas a hacer la guerra para construir la paz.

Sobre la convergencia de las cinco organizaciones revolucionarias existentes en El Salvador en la década de 1970, que desemboca en la fundación del FMLN en 1980 y en el inicio de la guerra revolucionaria en 1981, Schafik señala que la represión contra los movimientos sociales populares en pie de lucha y el vaciamiento del liderazgo de dichos movimientos provocado por la necesidad de cuadros militares provocó el reflujo de la situación revolucionaria que se había configurado en El Salvador en 1979, por lo que la llamada ofensiva final de enero de 1981 fue tardía y no podía dar el resultado esperado. No obstante, fue el inicio de casi doce años de guerra revolucionaria en un país en el que, debido a la pequeñez de su territorio, la elevada densidad poblacional y la inexistencia de bosques y montañas, se estimaba que solo una insurrección relámpago podría tener éxito.

La combinación de formas de lucha –política, social, militar, comunicacional y diplomática– asumida por el FMLN desde el primer momento demostró ser una estrategia acertada, que no solo le permitió contar con los apoyos nacionales e internacionales necesarios para mantener la guerra revolucionaria e imponer límites y condicionamientos a la actuación de los gobiernos de los Estados Unidos y El Salvador, sino que logró abrir la puerta a una solución política negociada cuando el cambio en el mapa político mundial provocado por el derrumbe de los países del «socialismo real», en lo externo, y el cansancio de la sociedad salvadoreña provocado por más de una década de guerra, en lo interno, apuntaron a que esa era su mejor opción estratégica.

El pensamiento estratégico y táctico de Schafik –fundado en su conocimiento, comprensión y utilización del método de Marx– hizo que él fuera el candidato natural de la Comandancia General para encabezar la delegación del FMLN participante en el proceso de diálogo y negociación con el gobierno, en especial, desde el momento en que este entra en su recta final, en virtud de los resultados político‑militares de la ofensiva «Hasta el Tope», de noviembre de 1989.

Como por regla general sucede en todos los movimientos de lucha antidictatoriales, el fin de la dictadura es «la meta final» para algunos y el cumplimiento de un «objetivo parcial» para otros. En el caso del FMLN, esa decantación ocurre en un momento de extrema polarización, entre 1989 y 2004.

Repárese en que ese es, precisamente, el momento en que se manifiesta el máximo impacto de los cuatro factores externos que ejercen una influencia determinante en las condiciones y características de la América Latina actual, esbozados al inicio de esta ponencia, a saber: la transnacionalización del capital; la avalancha universal del neoliberalismo; el derrumbe de la Unión Soviética y la «neoliberalización» de la socialdemocracia. Fue en este momento que se desató en El Salvador lo que Néstor Kohan caracteriza como «toda una gama de caricias y dispositivos institucionales destinados a desmoralizar a los viejos rebeldes, vacunar de antemano a los nuevos, neutralizar la disidencia, cooptar conciencias críticas y fabricar industrialmente el consenso». Sobre esta problemática, Schafik dice:

[…] los que fueron nuestros enemigos en la guerra, con fuerte apoyo del extranjero, del gobierno de los Estados Unidos principalmente, desarrollaban sobre nosotros una intensa y aguda ofensiva ideológica mediante foros, conferencias, seminarios, cursillos y otros, en medio de una sostenida práctica de exquisitas cenas y tertulias en las residencias de los líderes más protagónicos de la gran empresa privada. Comenzaron así a aparecer al interior del frente lenguajes, conceptos y categorías propios del pensamiento en boga del capitalismo neoliberal y globalizante.[15]

Nótense en las últimas líneas de esta cita las trazas indelebles de la neoliberalización de la socialdemocracia europea y de su influencia en sectores de la izquierda latinoamericana a las que hicimos referencia en la introducción a este trabajo.

Y en este punto cabría preguntarnos: ¿qué funciones cumplen hoy estos análisis y reflexiones de Schafik sobre la trayectoria del FMLN y sobre las escisiones que sufrió tras la firma de los Acuerdos de Paz? ¿Para qué le sirven esos análisis y reflexiones al pueblo? Le sirven para ganar conciencia de que la lucha por la transformación social revolucionaria de El Salvador sigue en pie, aunque esa lucha se desarrolle en otras condiciones y con otras características, de lo cual se deriva un replanteamiento programático, estratégico y táctico del FMLN.

Schafik hablaba de la necesidad de un salto cualitativo en la lucha política y electoral del FMLN. Ese salto era ganar el control del Estado para avanzar en pos de la transformación revolucionaria de la sociedad salvadoreña. Se avanzó hacia ese salto con su campaña presidencial de 2004, pero sin lograr el triunfo en aquella ocasión. Tras la desaparición física de Schafik, un salto cualitativo parcial se produjo con el ascenso a la Presidencia de Mauricio Funes, en 2009, y otro con el ascenso a la Presidencia de Salvador Sánchez Cerén, en 2014.

Digo saltos cualitativos parciales porque si bien el ejercicio del Poder Ejecutivo, el contar con la mayor fracción en el Poder Legislativo y el control de un elevado número de alcaldías, todo ello unido al crecimiento de la organización y combatividad de los movimientos sociales populares, son importantes cuotas de poder con las que cuenta el FMLN, también importantes cuotas de poder político, económico y mediático conserva la oligarquía.

Desde el gobierno, hace más de cinco años que el FMLN trabaja en las tres grandes misiones históricas planteadas por Schafik: la solución del problema agrario, y de la economía en general; la democratización política, económica y social; y la defensa de la soberanía, la autodeterminación y la independencia.

Hoy se cumplen nueve años de la desaparición física de Schafik. Mucho ha avanzado el FMLN desde entonces en el fortalecimiento político, ideológico y organizativo que él definía como una necesidad imperiosa. Y la convocatoria al Primer Congreso del FMLN, a efectuarse en octubre del presente año, indica la conciencia y la voluntad de la dirección del partido para continuar ese fortalecimiento cuya ruta Schafik Hándal contribuyó a trazar, junto al hoy presidente, Salvador Sánchez Cerén, junto al hoy secretario general del FMLN, Medardo González, junto a todas y todos los miembros de la Comisión Política y el Consejo Nacional del partido y, sobre todo, en constante y estrecha interacción con el pueblo.

En conclusión, el pensamiento marxista de Schafik es dialéctico, dinámico, fresco, innovador y profundamente democrático y apegado al pueblo. «Habrá socialismo —decía Schafik— si la gente quiere que haya socialismo; si no, no habrá socialismo». De ahí parte su insistencia en retomar el pensamiento humanista y democrático de los clásicos, y de ahí se deriva la esencia y el título de esta ponencia: «Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador».

NOTAS

  • Doctor en Ciencias Filosóficas, miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), asesor del Instituto Schafik Hándal (ISH) y del Centro de Estudios de El Salvador (CEES), es autor de libros, folletos y artículos sobre los Estados Unidos, América Latina, y la izquierda y los movimientos sociales populares latinoamericanos.

[1] Para conocer las caracterizaciones de la Tercera Vía y la Comisión Progreso Global de la Internacional Socialista hechas por el autor, véase a Roberto Regalado: América Latina entre siglos: dominación, crisis, lucha social y alternativas políticas de la izquierda, Ocean Sur, México D.F., 2006, pp. 86‑98.

[2] Néstor Kohan: Nuestro Marx, en (http://www.rebelion.org/docs/98548.pdf), consultado el 17/01/2015).

[3] Véase a Eric Hobsbawm: How to change the world. Tales of Marx and Marxims, Little Brown Book Group, London, 2011, p. 7.

[4] Véase a Néstor Kohan: ob. cit.

[5] Para conocer los análisis y reflexiones del autor sobre los factores externos y los procesos continentales que determinan las condiciones y características de las luchas populares en América Latina hoy, véase a Roberto Regalado: La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje?, Ocean Sur, México D.F., 2012.

[6] Schafik Hándal: Legado de un revolucionario: ob. cit., t.3, p. 55.

[7] Ibídem: p. 40.

[8] Ibídem: p. 47.

[9] Ibídem: pp. 48‑49.

[10] Ibídem: p. 54.

[11] Ibídem: pp. 55‑56.

[12] Schafik Jorge Hándal: Legado de un revolucionario (en tres tomos), Ocean Sur, México D.F., 2014, t.1, pp. 27‑28.

[13] Ibídem: pp. 30‑31.

[14] Ibídem: p. 41.

[15] Ibídem: pp. 125‑126.

ACJ de El Salvador publica Observatorio de Diciembre 2014 sobre Derechos de la Juventud

ACJ de El Salvador publica Observatorio de Diciembre 2014 sobre Derechos de la Juventud

SAN SALVADOR, 10 de febrero de 2015 (SIEP) “Compartimos en esta ocasión el Observatorio de Diciembre 2014 sobre Derechos de la Juventud, que es un esfuerzo que realizamos por darle seguimiento diario a esta temática…” indicó Adela Pineda, Responsable de Juventud de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) de El Salvador.

Agregó que “de 11 notas, en este último mes del año, felizmente 4 están relacionadas con esfuerzos por promover la participación independiente y organizada de las juventudes, lo cual es muy positivo. Es de destacar la nota informando sobre la aprobación de personería jurídica para 16 asociaciones juveniles, lo cual viene a fortalecer el tejido organizativo de este sector que es uno de los más golpeados por el modelo excluyente neoliberal prevaleciente en el país, que lo condena a la exclusión social, a la expulsión del país o a la violencia fratricida, pero le niega el empleo digno, la seguridad y una educación de calidad.”

Asimismo subrayó que “es clave la nota que informa sobre las actividades de la recién creada coalición Asamblea Nacional de Juventudes, que con el entusiasta respaldo de la PDDH, es hasta hoy el principal esfuerzo de organización y representación de las y los jóvenes a nivel nacional. Otra nota que genera esperanza social, es la relacionada con los esfuerzos que realiza la institución FUNDASPAD por promover la organización y exigencia juvenil de un empleo digno, así como la nota con declaraciones del director de Plan Internacional exigiéndole a los políticos que cumplan sus promesas a las juventudes.”

Por otra parte lamentó que “tres notas periodísticas reiteran la dura realidad de la violencia juvenil fratricida que continúa martirizándonos, a la niñez y juventud salvadoreña, la cual se ve envuelta, hundida en una vorágine de violencia irracional que amenaza su desarrollo presente y futuro y vulnera gravemente sus derechos humanos fundamentales, en particular el derecho a la vida, ante un Estado que se vuelve incapaz de garantizar su seguridad. Existe una sangrienta guerra no declarada de jóvenes contra jóvenes.”

Asimismo informó que “dos notas de este bloque nos indican que durante este año que concluye 31 jóvenes fueron arrancados de sus aulas, de sus familias, de sus amigos, de sus hogares e inmolados en esta hoguera sangrienta de amenazas, extorsiones y crímenes. Incluso una nota nos relata una situación límite, la de un niño de diez años al cual le fue marcada con una hoja de afeitar la letra M en su brazo izquierdo, dejándole una señal de odio para toda la vida.”

Concluyó que “dos notas tratan sobre algunos esfuerzos de sectores de la gran empresa privada por mitigar la crisis de empleo y seguridad, en que vive la juventud. Una nota trata sobre datos del Ministerio de Educación reconociendo los altos niveles de deserción educativa como resultado de la violencia imperante: 16,304 estudiantes abandonaron las aulas durante este año. Y finalmente una nota sobre un candidato joven, de origen árabe, Nayib Bukele, que bajo la bandera del FMLN pretende arrebatarle la alcaldía de San Salvador al partido ARENA, e intenta atraer el voto joven. Ojala no solo sean promesas electorales.”

La Guerra Fría cultural: intelectuales al servicio de la CIA

La Guerra Fría cultural: intelectuales al servicio de la CIA [Excelente texto, recomendamos lectura y difusión]
Date: Tue, 17 Feb 2015 23:16:40 -0600

Por Ernesto Carmona*

http://api.ning.com:80/files/TL-la4qMC-0ZLHfHzt5kUiAykf7CzWUM1uqutU4G1piurlF8ax5NirHk2A5Rc2EO8DBC0Z3CfDReyi4sQDTVtZFmQPoAys6J/xxx.jpgLas 600 páginas de “La CIA y la Guerra Fría cultural”, de Frances Stonor Saunders, recorren los millonarios esfuerzos de EE.UU. por imponerse sobre la cultura y el arte del campo socialista.

Saunders caracteriza la Guerra Fría como la lucha por el control de las mentes entre los dos bloques políticos socialismo versus capitalismo que se confrontaron hasta fines de los 80. La eficacia del lavado de cerebro implementado por la CIA explicaría la sumisión europea de hoy a la política imperial de George W. Bush.

“…Y la verdad os hará libres (Juan 8:32)” reza en las paredes de la CIA en Langley, Virginia. Sin embargo, la agencia elevó el embuste a la categoría de ideario filosófico. Acuñó la doctrina de “la mentira necesaria”, puso los dólares y aportó la retórica sobre “libertad” y “cultura”.

Esta prédica libertaria inundó Europa y América Latina mientras EE.UU. aún aplicaba el apartheid y experimentaba fármacos de “control mental” en pacientes siquiátricos. En esos años, el FBI llevó a la silla eléctrica a Ethel y Julius Rosenberg, en un juicio amañado mientras el macarthismo arruinaba la vida de miles de ciudadanos acusados de pro comunistas.

La CIA sostenía que la Unión Soviética perseguía a los artistas e intelectuales disidentes, justo cuando en EE.UU. ocurría lo mismo bajo el imperio de la delación y la caza de brujas. El pasado que abordó la escritora es prácticamente igual al presente. Sólo que ahora el “comunismo” tiene como sustituto al “terrorismo”.

El Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC) fue el instrumento central de la operación ideológica de la CIA, constituido como una organización asentada en París con apoyo de los servicios de inteligencia francés y británico. Washington “pagó la música”… sin fijarse en gastos. Entre crímenes y golpes de Estado, la CIA se dio tiempo para funcionar también como ministerio de la Cultura.

SARTRE NO SE CONTAGIÓ

La revista Encounter Encuentro fue el “acorazado insignia” de esta operación. O más bien el transatlántico de lujo del Congreso norteamericano, porque pagó viajes, hoteles, becas, artículos, ediciones, conciertos y exposiciones. Pocos artistas e intelectuales se resistieron a aparecer en las 50 revistas “culturales” de la CIA y el CLC, a publicar sus libros en grandes tiradas, a que sus piezas musicales fueran ejecutadas por la Sinfónica de Boston o que sus obras fueran mostradas en exposiciones itinerantes del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

La CIA embaucó o utilizó a sabiendas a la intelectualidad europea y latinoamericana durante más de dos décadas. Cuando The New York Times destapó la olla, en mayo de 1967, todos dijeron “yo no sabía”. Encounter se hundió ese mismo año, lentamente, como el Titanic, pero… en 1996 fue reflotada en España como Encuentro.

Excepto Jean Paul Sartre, Albert Camus y otros pocos, la Europa pensante cayó en las redes de la fachada cultural de la CIA, urdida por el agente Michael Josselson. La intelectualidad se mostró dispuesta a ingerir el discurso de “libertad cultural” y a repeler todo lo que oliera a Unión Soviética. Especial mención merece en este libro el “anarquista” inglés George Orwell, que fungió como activo militante reclutando a intelectuales que dudaban de ingresar a esta mafia.

Desde el filósofo pacifista británico Bertrand Russell al ideólogo demócrata cristiano Jacques Maritain, las mentes más brillantes del Viejo Mundo se pusieron al servicio de EE.UU. La cruzada cultural fue financiada con partidas secretas del Plan Marshall y dinero lavado por la CIA a través de una docena de fundaciones estadounidenses.

Bertrand Russell presidió la telaraña del CLC internacional. Dimitió cuatro veces, hasta que en 1956 se alejó para siempre. El centro en París tuvo también sucursales en otros países de Europa, América Latina y en India, además del American Committee for Cultural Freedom, que se disolvió en Nueva York en 1957, tras grandes pleitos internos entre “duros” y “blandos”.

El CLC acogió como directivos, participantes activos o simpatizantes a Igor Stravinsky, Benedetto Croce, T.S. Elliot, Karl Jaspers, André Malraux, Ignacio Silone, Jean Cocteau, Isaiah Berlin, Ezra Pound, Claude Debussy, Laurence Oliver, Salvador de Madariaga y muchos otros. El líder del CLC en Chile fue Jaime Castillo Velasco, ideólogo de la DC y valiente defensor de derechos humanos durante la dictadura.

Cuando el CLC se constituyó en Berlín, en 1950, la CIA pagó los gastos de 200 delegados y 4.000 asistentes recibidos por el alcalde Ernest Reuter, un ex comunista que conoció a Lenin. Entre otros acudieron Arthur Koestler, Arthur Schlesinger Jr. (después asesor de J.F. Kennedy), Sydney Hook (ex izquierdista radical), James T. Farrel, Tennessee Williams, el actor Robert Montgomery, David Lilienthal (jefe de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU.), Sol Levitas (editor de New Leader), George Schuyler (editor del Pittsburg Courier) y el periodista negro Max Yergan. La presencia de “gente de color” contrarrestaba las críticas europeas a la segregación racial.

También participaron los británicos Hugh Trevor-Roper (que resultó crítico y desde el principio sospechó la injerencia de la CIA), Julian Amery, A.J. Ayer, Herbert Read, Harold Davis, Christopher Hollis, Peter de Mendelssohn. Desde Francia llegaron Malraux, Jules Romain, Raymond Aron, David Rousset, Rèmy Roure, Ander Phillip, Claude Mauriac y George Altman. De Italia, Ignacio Silone, Guido Piovene, Altiero Spinelli, Franco Lombardi, Muzzio Mazzochi y Bonaventura Tecchi.

En el festival Berliner Festwochen, convocado en 1964 por el alcalde de Berlín, Willy Brand, el CLC financió la participación de Günther Grass, Jorge Luis Borges, Langston Hughes, Roger Caillois, Woly Soyinka, Cleant Brooks, Robie Macauley, Robert Penn, Warren James Merrill, John Thompson, Ted Hughes, Herbert Read, Peter Russel, Stephen Spender, Pierre Emmanuel, Derek Walcott y muchos más, entre ellos Keith Botsford, encargado de la CIA-CLC para América Latina.

La Fundación Fairfield fue la principal tapadera de la CIA para encubrir los gastos. En el rubro “Viajes y estudios” hubo una multitud de beneficiarios, entre otros Mary McCarthy, el pintor chileno Víctor Sánchez Orgaz, el poeta Derek Walcott, Patricia Blake, Margerita Buber-Neumann, Lionel Trilling y Alfred Sherman, colaborador de The Spectator.

Los líderes del Comité Americano fueron Hook, Irving Kristol después ferviente partidario de Reagan y Sol Stein, un trío de ex izquierdistas. Entre los “blandos” figuraron Schlesinger, Koestler, Reinhold Niebuhr, Henry Luce, dueño de Time-Life, James T. Farrel, Richard Rovere, de The New Yorker, Norman Thomas, ex presidente del Partido Socialista y candidato a la Casa Blanca en seis ocasiones, y Phillip Rahv, director de Partisan Review.

El CLC prefirió a intelectuales de Izquierda no comunistas o, al menos, a anticomunistas moderados tipo Bertrand Russell. Pero en Nueva York se impusieron los “duros”, como Lionel y Diana Trilling, y la conexión sionista de Jason Epstein, James Burnham, Arnold Beichmann, Peter Viereck, Clement Greenberg, Elliot Cohen, director de Commentary, y los izquierdistas Mark Rothko y Adolph Gottlieb. Pocos escritores y artistas de EEUU desoyeron los llamados del CLC, entre otros Arthur Miller, Norman Mailer, Erskine Caldwell, Upton Sinclair, Howard Fast, Ben Shahn, Ad Reinhart, Paul Robeson, George Padmore y John Steinbeck, quien después sucumbió, al final de su vida, apoyando la guerra en Vietnam.

LA CIA PAGÓ LA MÚSICA

EE.UU. estimó que la música calaba la mente y la sensibilidad europeas más rápido que otras artes. Por eso, el lavado de cerebro comenzó con grandes conciertos, organizados por el agente Nicolás Nabokov, un mediocre y frustrado compositor ruso primo del autor de Lolita, quien organizó conciertos y festivales reclutando músicos alemanes, sin asco por su pasado nazi. Bien pagados, actuaron la Sinfónica de Boston y la soprano negra Leontine Pryce. Yehudi Menuhin, su maestro rumano Georges Enesco y los ex nazis Herbert Von Karajan y Wilhelm Furtwängler que recibieron becas y dinero.

Desde su primer festival musical de 1951, Nabokov consiguió obras o actuaciones de Igor Stravinsky, Aaron Copland, Samuel Barber, del New York City Ballet, la Boston Simphony Orchestra, James T. Farell, W.H. Auden, Gertrude Stein, Virgil Thompson, Allen Tate, Glenway Westcott, la participación del Museo de Arte Moderno de Nueva York y de muchos otros.

Tampoco negaron su colaboración Cocteau, Malraux, De Madariaga, Oliver, William Walton, Benjamin Britten, la Opera de Viena, la Opera del Covent Garden, la Trouppe Balanchine, Czeslaw Milosz, Ignacio Silone, Denis de Rougemont y Guido Piovene. El elenco de setenta artistas negros de la ópera Porgy and Bess hizo presentaciones por casi diez años. También actuaron Dizzy Gillespie, Marian Anderson, William Walfield, y multitud de artistas seleccionados por un comité secreto de presentaciones culturales coordinado con el Departamento de Estado.

PROMOCIÓN DEL LIBRO Y LA LECTURA

La CIA no descuidó los libros. Publicó millones de ejemplares además de lanzar tras “la cortina de hierro” miles de biblias. “Los libros son diferentes a todos los demás medios de propaganda escribió uno de los jefes del Equipo de Acciones Encubiertas de la CIA, fundamentalmente porque un solo libro puede cambiar de manera significativa las ideas y la actitud del lector hasta un grado que no se puede comparar con el efecto de los demás medios, (por lo que) la publicación de libros es el arma de propaganda estratégica (de largo alcance) más importante”.

“Hacer que se publiquen o distribuyan libros en el extranjero sin que aparezca la influencia de EE.UU., subvencionando de forma encubierta a las publicaciones extranjeras o a los libreros” fue un objetivo de la CIA. “Hacer que se publiquen libros que no estén ‘contaminados’ por ninguna vinculación pública con el gobierno de los EE.UU., especialmente si la situación del autor es “delicada”.

Cuatro cuartetos, de T.S. Elliot, fue arrojado como arroz sobre los países socialistas, mientras La tierra baldía se reproducía una y otra vez. Hubo versiones cinematográficas de los libros de George Orwell y se reprodujo Regreso de la URSS: el cero y el infinito, de André Gide y El libro blanco de la revolución húngara, de Melvin Lasky, un ex marxista que merodeó en el Cominform, la contraparte soviética del CLC. A fin de cuentas, los soviéticos no hicieron más que responder a lo que hacía la CIA.

También se publicaron títulos de Herbert Lüthy, Patricia Blake, Max Hayward, Leopoldo Labedz, Bertrand de Jouvenel, Nicolo Tucci, Luigi Berzini, Boris Pasternak, Nicolás Maquiavelo, André Gide, Louis Fischer, Richard Wright, y… Anton Chéjov, traducido y publicado por la Chekhov Publishing Co., editorial subsidiada en secreto. La CIA también publicó a agentes de sus propias filas, como John Hunt, James Michener y William Buckley, a quien la agencia encomendó “que ayudase a otro intelectual, el marxista peruano Eudocio Ravines, a terminar su influyente libro El camino de Yenán.

El esfuerzo editorial CIA-CLC reprodujo también La nueva clase, de Milovan Djilas, un estudio sobre la nomenklatura, y otros textos “significativos” editados por Frederick A. Prager Inc. Los “intelectuales propios”, en tanto, publicaban artículos en todos los medios influidos o controlados por la CIA.

COMPAÑEROS DE VIAJE

La CIA llamaba “compañeros de viaje” a los amigos de los comunistas, pero también reclutó los suyos para el CLC, de preferencia intelectuales progresistas bien vacunados contra el virus del comunismo. William Donovan, uno de los fundadores de la CIA, se hizo amigo en Europa de Antoine de Saint-Exúpery y de Ernest Hemingway. Hemingway, sin embargo, jamás se interesó en el CLC y terminó siendo espiado por el FBI durante 25 años, hasta su muerte en 1961. Edgard J. Hoover supo cuando el Nobel se internó con nombre falso en una clínica de Minnesota para tratarse una depresión que lo condujo al suicidio.

Notorias compañeras de viaje del CLC-CIA fueron Hanna Arendt, ex pareja del filósofo alemán Martin Heidegger quien no se llevó mal con los nazis, y su íntima amiga, Mary McCarthy.

También se involucraron, participaron y/o beneficiaron otros notables como Alberto Moravia, quien asistió a un evento “cultural” armado por Nabokov en 1960 en la isla veneciana San Giorgio, junto con John Dos Passos, Julian Huxley, Mircea Eliade, Thornton Wilder, Guido Piovene, Herbert Read, Lionel Trilling, Robert Pen Warren, Stephen Spender, Isak Dinesen, Naum Gabo, Martha Graham, Robert Lowell, Robert Richman, Franco Venturi, Iris Murdoch, Daniel Bell, Armand Gaspard, Anthony Hartley, Richard Hoggart y el indio Jaya Praksash Narayan, entre muchos otros. La Fundación Ford fue la más relevante lavadora de dinero para actividades “culturales”, aunque la CIA también levantó tapaderas propias y seguras como la Fundación Farfield, cuyo “palo blanco” fue “Junkie” Fleischmann, folclórico millonario que terminó creyéndose “mecenas” a costa del dinero ajeno.

Además se usaron las fundaciones y/o fondos Andrew Hamilton, Bacon, Beacon, Borden Trust, Carnegie, Colt, Chase Manhattan, Edsel, Florence, Gotham, Hobby, Hoblitzelle, Kentfield, Josephine and Winfield Baird, J.M. Kaplan, Lucious N. Littauer, M.D. Anderson, Michigan, Rockefeller, Ronthelyn Charibable Trust, Shelter Rock, Price, etc.

El dinero circuló por una maraña de sociedades culturales en cuyos consejos se repetían los nombres de directores de fondos, fundaciones, bancos y hasta agentes de la CIA. La agencia adquirió maestría en evadir impuestos por sus “donaciones” encubiertas y dificultó las investigaciones que en los 60 haría el congresista Wright Patman y en los 80, el senador Frank Church.

LAS REVISTAS

Las revistas financiadas por el CLC-CIA dieron trabajo a una multitud de colaboradores mediocres y desconocidos. El plan era “poner a navegar en primera clase a figuras de segunda”, en compañía de intelectuales relevantes que sabían o no para quién trabajaban. La agencia de noticias Forum World Features y las radios Europa Libre y Liberty emplearon una multitud de periodistas e intelectuales. La primera revista fue Der Monat, fundada en Berlín en 1949, como un “puente ideológico” con los escritores europeos, dirigida por Lasky, del trío que forjó estas redes (con Nabokov y Joselsson).

Encounter llegó a ser la más importante, también dirigida por Lasky, gran censurador de los artículos críticos a EE.UU. de autores que de verdad creyeron estar haciendo “periodismo libre de opinión”. Preuves se fundó en París en 1951, como antagonista de Les Temps Modernes de Sartre y Simone de Beauvoir. Paris Review apareció en 1953, animada por George Plimpton y el agente de la CIA Peter Matthiessen: allí trabajó Frances Fitzgerald, hija del jefe de la CIA encargado de planificar el asesinato de Fidel Castro.

En Italia aparecieron Libertá della Cultura y Tiempo Presente (1956), animadas por Silone y Nicola Chiaromonte como desafío a Nuovi Argumenti (1954), de Alberto Moravia. Nuova Italia, dirigida por Michael Goodwin, sólo recibió subsidios. Otro grupo, en el que también estuvo Silone, animó en Londres Censorship (1964-67), que en 1972 reapareció como Index on Censorship, financiada esta vez por la Fundación Ford. El periódico izquierdista francés Franc-Tireur recibió subsidios del CLC cuando lo dirigía George Altman, al igual que el Figaro Littéraire. En lengua árabe apareció Hiwar, en 1962. Transition, en Uganda, 1968; Quadrant, en Australia todavía existe; Quest en la India, 1955; y Jiyu, en Japón. Hubo otras que integraron la vasta madeja, como Forum, National Review, Science and Freedom y Soviet Survey.

En EE.UU. hubo publicaciones propias y otras subsidiadas mediante compra de ejemplares que la CIA-CLC distribuía en Europa y el resto del mundo:

Partizan Review, Daedalus, Hudson, Kenyon, Poetry, Sewanee y The Journal of the History of Ideas. La CIA aportaba las plumas de Kostler, Chiaromonte, Mary McCarthy, Alfred Kazin y otros, por cuenta del American Committee. New Leader, a cargo de Levitas, recibía subsidios de Times Inc. a cambio de “información sobre tácticas y personalidades del comunismo en todo el mundo”.

LIBRO CON FINAL ABIERTO

Cuadernos fue lanzada en París en 1953 para penetrar el mundo intelectual de América Latina. Su primer director fue Julián Gorkin, dramaturgo y novelista hispano, co-fundador, en 1921, del Partido Comunista de Valencia, España, y ex activista del Cominform. Después que Cuba popularizó la revista Casa de las Américas, Cuadernos se transformó en los 60 en Mundo Nuevo, bajo la conducción del uruguayo Emir Rodríguez Monegal. Los grandes de la literatura regional, como el argentino Julio Cortázar, rehusaron publicar en sus páginas.

Ya no existe el CLC, pero la CIA no ha abandonado su misión. En 1996 lanzó en Madrid la revista Encuentro, dirigida por el cubano Jesús Díaz, con financiamiento de la Fundación Ford y del Fondo Nacional para la Democracia, “organización privada sin fines de lucro” creada en 1983 “para promover la democracia a través del mundo”. También financia en Venezuela a las organizaciones empresariales que conspiran contra el gobierno de Hugo Chávez.

“Siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción arroje alguna luz sobre las cosas que antes fueron contadas como hechos”, escribió Hemingway, en el prólogo de París era una fiesta. Saunders hizo lo contrario: relató hechos verídicos para desmontar una ficción que también atañe al presente. Una vez más, la realidad es superior a la ficción. Como el juego sucio no ha terminado, la historia tiene abierto el final.

El hispano Javier Ortiz se formuló una pregunta inevitable: “¿Qué profesionales españoles de la comunicación serán los que trabajan para la CIA? No me refiero a gente que lo esté haciendo sin conciencia de ello que de ésos puede haber toneladas, sino a los que lo hacen a sabiendas, porque están en nómina”. Las dudas de Ortiz son válidas en todo el planeta y para todas las profesiones vinculadas a la cultura.

Fuentes: La Haine / cubarte.cu

Tomado de Cubaperiodistas

*Ernesto Carmona Ulloa es escritor y periodista chileno, nacido en Temuco. Se formó como periodista en la escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y es columnista de varias publicaciones de América Latina, EEUU y Europa.

Ordenanzas municipales de Nahuizalco (2010) e Izalco (2012) sobre derecho indígenas

ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LA COMUNIDADES INDIGENAS ASENTADAS EN EL MUNICIPIO DE NAHUIZALCO.

NAHUIZALCO, DEPARTAMENTO DE SONSONATE, EL SALVADOR, C.A

OCTUBRE 2010

ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS ASENTADAS EN EL MUNICIPIO DE NAHUIZALCO

Cuando todo era tinieblas, cuando no había luna, la mujer y el hombre vivían en la oscuridad. Solamente distinguíamos la dualidad de las cosas; entonces los peñascales estaban desiertos. Primero surgió una claridad y esta era la luna, aprendimos a danzar con las energías de la luna, luego apareció otra claridad: ¨yo estoy aquí para calentarlos a todos!¨ dijo el Padre Sol. Luego, los Muchachos de la Lluvia, que nacieron del fruto de un árbol de morro y que son también los Señores de las Flores, fueron los que descubrieron el maíz que estaba en una gran montaña, nuestra Madre Tierra, así los Muchachos de la Lluvia, produciendo un rayo con sus hachas de pedernal, lograron partir la montaña, recogieron las mazorcas y empezaron a cultivar el maíz aprendiendo a manejar el agua para obtener cuatro cosechas en el año.

Somos el pueblo milenario que habitó desde tiempos inmemoriales, este lugar que hoy se llama Nahuizalco, por lo tanto, somos los primeros pobladores de este lugar. Somos el pueblo Náhuatl. Somos un pueblo que ha sido sometido al extermino cuyos hechos más conocidos se ubican en el genocidio de 1932 donde nuestras comunidades sufrieron graves masacres; y el conflicto armado 1980-1992 donde igual, nuestras comunidades sufrieron masacres y otras graves violaciones a derechos humanos. Por eso, somos un pueblo en resistencia y nos negamos a morir. ¿Qué mueve a un grupo humano para exterminar a otro? no hay dios ni razón ni ley que justifique esto; si se nos niega a los pueblos indígenas, se están negando todas y todos salvadoreños y salvadoreñas pues somos un solo río de 400 voces y casi todos en este país tenemos sangre indígena. Nuestra cosmovisión nos habla de que nuestras abuelas y abuelos con su ciencia, transformaron el maíz haciéndolo más grande para que pudiéramos comer todas y todos. Tenemos derecho a existir y a continuar con nuestra semilla, a reproducirnos como se reproduce este maíz. Estas son nuestras montañas, éstos nuestros ríos, esta es nuestra Madre Tierra, por eso necesitamos hacer ley la palabra justa, esa palabra que danza con las fuerzas del cosmos, con la sabiduría del movimiento inteligente, con la armonía.

DECRETO N° D

EL CONCEJO MUNICIPAL DE NAHUIZALCO, DEPARTAMENTO DE SONSONATE:

I Considerando que nuestra Constitución de la República establece en su art. 1 El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común (…) es decir, que el fin primordial del Estado es la promoción de la persona humana y por otra parte, en su art. 3 reconoce “que todas las personas son iguales ante la ley. Para el goce de los derechos civiles no podrán establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión (…)” es decir que prescribe el derecho a la igualdad de todas y todos los seres humanos, derecho que implica la necesidad de reflejar y equiparar mediante la norma jurídica, las diferentes condiciones de los diferentes grupos humanos que constituyen la población de El Salvador constituyendo con esto, el marco legal para legislar a favor de los derechos de los pueblos indígenas de El Salvador;

II Teniendo en cuenta que, la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, que es ley de la república, a su vez establece el derecho a la igualdad en su art. 1 en su número 1 prescribe: Los Estados partes condenan la discriminación racial y se comprometen a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas…y que parte de este derecho es el derecho a ser reconocidos en nuestras diferencias

III Valorando que en función de esta Convención, el Estado salvadoreño está especialmente llamado a cumplir las recomendaciones que hace el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, CERD, el cual en su Recomendación número XXIII correspondiente al 51º período de sesiones de dicho Comité emitió la siguiente recomendación:

El Comité exhorta en particular a los Estados Partes a que:

a) Reconozcan y respeten la cultura, la historia, el idioma y el modo de vida de los pueblos indígenas como un factor de enriquecimiento de la identidad cultural del Estado y garanticen su preservación;

b) Garanticen que los miembros de los pueblos indígenas sean libres e iguales en dignidad y derechos y libres de toda discriminación, en particular la que se base en el origen o la identidad indígena;

c) Proporcionen a los pueblos indígenas las condiciones que les permitan un desarrollo económico y social sostenible, compatible con sus características culturales;

d) Garanticen que los miembros de los pueblos indígenas gocen de derechos iguales con respecto a su participación efectiva en la vida pública y que no se adopte decisión alguna directamente relacionada con sus derechos e intereses sin su consentimiento informado;

e) Garanticen que las comunidades indígenas puedan ejercer su derecho a practicar y reavivar sus tradiciones y costumbres culturales y preservar y practicar su idioma.

El Comité exhorta especialmente a los Estados Partes a que reconozcan y protejan los derechos de los pueblos indígenas a poseer, explotar, controlar y utilizar sus tierras, territorios y recursos comunales, y en los casos en que se les ha privado de sus tierras y territorios, de los que tradicionalmente eran dueños, o se han ocupado o utilizado esas tierras y territorios sin el consentimiento libre e informado de esos pueblos, que adopten medidas para que les sean devueltos. Únicamente cuando, por razones concretas, ello no sea posible, se sustituirá el derecho a la restitución por el derecho a una justa y pronta indemnización, la cual, en la medida de lo posible, deberá ser en forma de tierras y territorios.

IV Resaltando que el Estado salvadoreño en 2007 votó a favor de la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los pueblos indígenas y por tanto se encuentra en el compromiso de ser consecuente con dicha votación;

V Teniendo en consideración que el Estado salvadoreño no posee una legislación actualizada y especializada en el tema del derecho de los pueblos indígenas;

VI Habida cuenta de que además la Constitución de la República de El Salvador en el artículo 203 y 204 les concede a los municipios autonomía en lo económico, en lo técnico y en lo administrativo, que dicha autonomía comprende según el art.204 ord.5° “Decretar las ordenanzas y reglamentos locales” entre otras contenidas en el Código Municipal, tal y como lo señala en su Art.4 que es competencia del municipio: 1 “la elaboración y ejecución de planes de desarrollo local”; y 10 ‘ La regulación y desarrollo de planes y programas destinados a la preservación, restauración aprovechamiento racional y mejoramiento de los recursos naturales de acuerdo a la ley” y por tanto, es importante promover una normativa que impulse el desarrollo de las comunidades indígenas, considerando su propia cultura e identidad cultural, especialmente su cosmovisión de vida en equilibrio con la naturaleza y la Madre Tierra, factores esenciales para un desarrollo humano sustentable y sostenible apropiado a la forma de vida de estas comunidades indígenas asentadas en este municipio;

VII Reconociendo que los pueblos indígenas de El Salvador constituyen la forma originaria de vida de los seres humanos que se asentaron en este territorio que hoy se conoce como El Salvador constituyendo las primeras naciones y por tanto les asiste el derecho a ser reconocidos y garantizar el respeto a sus derechos y a la autonomía de sus formas originarias de organizarse conservarse y a desarrollarse con autonomía;

VIII Retomando el hecho de que los pueblos indígenas en general y en especial las comunidades indígenas náhuatl han sufrido un proceso de exterminio cuya expresión más dramática fue el Genocidio de 1932 donde especialmente el municipio de Nahuizalco sufrió gran parte de este condenable hecho, y por esto fueron cruelmente asesinados hombres, mujeres, ancianos y ancianas, y niños y niñas; teniendo en cuenta que, también los pueblos indígenas sufrieron en el pasado conflicto armado donde también fueron masacradas comunidades indígenas tal y como sucedió en el cantón Las Hojas en 1983;

VII Reconociendo por tanto, el deber de ser consecuentes con la fuerte necesidad de reivindicar la memoria de las víctimas tanto los que fueron asesinados, como los sobrevivientes y sus descendientes;

VIII Retomando el aliento de nuestros antepasados y antepasadas desde nuestra historia milenaria de peregrinaje haciendo frente a todo tipo de adversidades y nuestra resistencia desde la época de la colonia hasta nuestros días; herencia que nos afirma como pueblos decididos a luchar por la vida y por nuestra Madre Tierra.

IX Afirmando, en consecuencia nuestra decisión de no dejar que los pueblos indígenas seamos exterminados por un sistema que ha negado la posibilidad de vivir dignamente y en condiciones de autodeterminación como humanos y humanas;

X Sabiéndonos herederos y herederas de nuestra cosmovisión que como pueblos mesoamericanos tenemos siendo por tanto poseedores de nuestra sabiduría ancestral que nos ha de asistir en este esfuerzo,

POR TANTO:

En uso de las facultades legales, la Municipalidad de Nahuizalco, departamento de Sonsonate decreta la siguiente:

ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS ASENTADAS EN EL MUNICIPIO DE NAHUIZALCO

Objeto

Art. 1.- La presente ordenanza tiene por objeto promover el desarrollo integral en lo económico, social, cultural, y participación efectiva en el ejercicio de los derechos civiles y políticos de las comunidades indígenas del municipio de Nahuizalco lo que incluye la protección y preservación de su propia cultura, de su tierra y territorio, y especialmente de los recursos naturales renovables y no renovables, que constituyen el entorno ecológico de dichas comunidades

Ámbito de Aplicación

Art. 2.- Las presentes disposiciones serán de obligatorio cumplimiento para todas las personas naturales y jurídicas que residan o realicen su actuaciones dentro de la jurisdicción del Municipio de Nahuizalco.

Reconocimiento de los pueblos indígenas de Nahuizalco.

Art. 3.- La Municipalidad de Nahuizalco reconoce a los pueblos y comunidades indígenas del municipio quienes se asentaron hace varios miles de años y por tanto son los primeros pobladores de este territorio que hoy se conoce como municipio de Nahuizalco;

Dichas comunidades son predominantemente náhuatl y poseen los rasgos culturales de dicho pueblo en sus diferentes factores como la ascendencia, el idioma, las prácticas agrícolas, las artesanías, y toda manifestación cultural.

Art. 4.- El municipio de Nahuizalco reconoce que dichas comunidades tienen todos los derechos que les competen de acuerdo a la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas.

Art. 5.- En consecuencia, la municipalidad estará especialmente comprometida con la promoción y protección de los derechos de cada miembro de dicho pueblo y comunidad.

Derechos de los pueblos indígenas de Nahuizalco.

Art. 6.- Los pueblos y comunidades indígenas de Nahuizalco tienen derecho a ser protegidos contra la discriminación racial manifestada ésta de cualquier forma y entendida ésta como toda expresión toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública. Tal y como lo prescribe la Convención para la Eliminación de Toda Discriminación Racial.

Derecho a vivir en paz y compromiso de la municipalidad.

Art. 7.- Los pueblos indígenas tienen derecho a vivir en paz y armonía como pueblos y comunidades diferentes y la municipalidad debe establecer las instituciones y mecanismos para proteger a dichos pueblos contra toda situación que amenace la existencia y desarrollo de dichas comunidades como pueblos indígenas que son, especialmente en lo concerniente a su cultura y los recursos naturales del medio donde se encuentran asentadas.

Art. 8.- En ningún caso los pueblos indígenas podrán ser trasladados forzosamente de sus tierras y territorios donde se encuentran asentados, la municipalidad tomará las medidas pertinentes para hacer valer este derecho.

Derechos culturales

Art. 9.- Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres culturales. Ello incluye el derecho a mantener, proteger y desarrollar las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de su cultura, como el idioma náhuatl, lugares arqueológicos e históricos, utensilios, diseños, ceremonias, tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas.

Art. 10.- El Municipio de Nahuizalco promoverá en consenso con las organizaciones representantes de las comunidades indígenas, el rescate de la cultura indígena en todas sus manifestaciones para lo cual podrá solicitar la asistencia de instituciones estatales u organizaciones e instancias nacionales o internacionales que puedan coadyuvar a este esfuerzo.

Art.11.- La municipalidad promoverá la preservación y divulgación del idioma náhuatl en coordinación con el Ministerio de Educación y las diferentes instancias nacionales e internacionales que puedan sumarse al esfuerzo.

Art.12.-Asimismo, la municipalidad de Nahuizalco protegerá toda manifestación espiritual o religiosa propias de las comunidades indígenas, especialmente en lo concerniente a las prácticas ancestrales espirituales, lo que implica la protección de los lugares sagrados, las organización y celebraciones de los cultos espirituales sean estos sincréticos o autóctonos.

Art. 13.- La Corporación Municipal de Nahuizalco estará comprometida con la formulación y desarrollo de políticas municipales para garantizar la transmisión generacional de las tradiciones y prácticas culturales.

Art. 14.- La municipalidad garantizará y promoverá los conocimientos científicos de las comunidades indígenas como las practicas medicinales, agrícolas, etc. que sean propias de dichas comunidades, lo que implica toda medida de protección de las plantas, animales, minerales que sirvan para estas prácticas medicinales.

Art. 15.- Las comunidades indígenas de Nahuizalco podrán desarrollar sus propios medios de comunicación con el apoyo y la asistencia de la municipalidad de Nahuizalco la cual estará comprometida con apoyar estos proyectos en la medida de sus posibilidades.

Art.16.- La municipalidad en coordinación con las diferentes organizaciones y comunidades indígenas, desarrollará un esfuerzo de recuperación y sistematización de la memoria histórica de dichas comunidades haciendo énfasis especial en las graves violaciones a derechos humanos que estas comunidades sufrieron durante el genocidio de 1932 y las diferentes masacres perpetradas durante el conflicto armado 1980-1992 de nuestro país, con la idea de que se conozca la verdadera historia de las comunidades indígenas y que esto sirva de base para acciones de reparación que se puedan coordinar oportunamente.

Derechos laborales y derechos de la niñez

Art. 17.- La municipalidad en coordinación con el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, desarrollará programas de protección de los derechos laborales de los pueblos indígenas, especialmente en lo concerniente al acceso a trabajo justo y condiciones laborales dignas y apegadas a la legislación laboral vigente en El Salvador.

Art. 18.- En coordinación con las instituciones estatales vinculadas al tema, como el Instituto Salvadoreño para la protección de la Niñez y la Adolescencia, protegerá a la niñez y adolescencia indígena contra todo abuso; toda forma de explotación y toda labor que vulnere su condición física, social o espiritual de la niñez indígena.

Se deberá promover y proteger el derecho que tiene la niñez indígena a tener su propia cultura, a profesar y practicar su propia religión, emplear su propio idioma, y a rescatar su identidad indígena y a sentirse orgulloso de ésta.

Derechos de nuestras abuelas y abuelos

Art. 19.- Las abuelas y abuelos que habitan en las comunidades indígenas, deberán ser considerados especialmente por la municipalidad porque son el Corazón de la comunidad. Se formulará una política especial para protegerles y garantizar que se les brinde la ayuda pertinente, especialmente en los aspectos económicos, sociales y culturales.

Derechos de las personas indígenas con discapacidad.

Art. 20.- La municipalidad de Nahuizalco reconoce el derecho de las personas indígenas con discapacidad, a un nivel de vida y de protección social adecuado, incluso viviendas, servicios y asistencia públicos en lo que respecta a las necesidades relacionadas con las discapacidades, y asistencia para el pago de los gastos conexos en caso de pobreza.

Especialmente, la municipalidad de Nahuizalco considerará los siguientes derechos de las personas indígenas con discapacidad:

1) Protección contra todo tipo de discriminación por su condición especial de discapacitada;

2) Protección contra todo tipo de abuso físico, psíquico o moral que por su condición puedan sufrir, especialmente en el caso de la niñez indígena con discapacidad.

3) Promoción de programas especializados de salud para las personas indígenas con discapacidad;

4) Generar y promover la infraestructura y los medios adecuados para el mejor desempeño de las actividades de las personas con discapacidad lo que incluye, las comodidades adecuadas en su lugar de trabajo;

5) Promoción del empleo de personas con discapacidad;

6) Promoción del acceso a la educación con los materiales, las técnicas educacionales y las formas de comunicación adecuados; y

7) Todas las medidas de promoción y protección que la municipalidad considere pertinentes.

Derechos de la mujer indígena.

Art. 21.- Siendo que la tierra es femenina y nuestra cosmovisión está muy vinculada al nacimiento de la vida a partir de la Madre Tierra, consideramos que la mujer en general y en especial la mujer indígena es la expresión humana de nuestra Madre Tierra. Aparte de esto, la mujer indígena de Nahuizalco por su condición, debe ser especialmente protegida contra toda forma de discriminación, por tanto debe ser considerada en esta condición de representante de nuestra Madre Primigenia. La Municipalidad promoverá políticas públicas locales para garantizar los derechos individuales y sociales de la mujer indígena, especialmente en lo concerniente a sus derechos sexuales y reproductivos de acuerdo a su cosmovisión de vida y conservación de la salud.

Art. 22.- De manera particular, la mujer indígena tiene derecho a:

a) Ser protegida por sus familias, comunidades y gobierno municipal

b) Que se reconozca su trabajo tanto en la casa como fuera de ella; que la mujer decida sobre su compromiso laboral repartición de tareas.

c) Derechos de las abuelas indígenas a ser especialmente protegidas

d) No ser maltratadas física, sexual o psicológicamente;

e) Ser informada de los métodos para decidir el número de hijos que quieran tener;

f) Elegir el método anticonceptivo que consideren más adecuado;

g) Elegir a su pareja libremente y sin presión alguna, o decidir no tenerla;

h) Participar activamente con voz y voto; y que sean escuchadas en las diferentes instancias comunitarias o gubernamentales;

i) Tener acceso a recursos públicos para proyectos productivos;

j) Recibir servicios de salud, educación y capacitación;

k) Ocupar cargos políticos en su comunidad;

l) Decidir sobre el manejo de los recursos naturales de su comunidad;

m) Recibir información sobre sus derechos;

n) Una vida digna;

o) Compartir responsabilidades y satisfacciones con su pareja en un plano de igualdad;

p) Que se les reconozca efectivamente en su condición de manifestación humana de nuestra Madre Tierra sin importar las diferencias físicas entre hombres y mujeres; y

q) Vivir de acuerdo con las costumbres y tradiciones de su comunidad.

Derecho de las mujeres parteras.

Art. 23.- Las mujeres indígenas parteras son una institución cultural de los pueblos y comunidades indígenas, por tanto las mujeres indígenas parteras tienen derecho a ejercer su oficio y a que se respeten sus costumbres del oficio de parteras en cuanto al uso de medicinas, y procedimientos y demás elementos culturales propios de su ejercicio, siempre que éstas estén de acuerdo con las normas médicas de protección de la salud de las madres y sus hijos e hijas que atiendan. Para esto, deberán recibir capacitaciones profesionales para prevenir riesgos durante el oficio de parteras.

Derechos medioambientales

Art. 24.- El entorno natural, es nuestra casa, es nuestra Madre Tierra la que nos da el sustento y debemos respetarla.

Toda actividad, programa, empresa o proyecto que relacionado con la tierra, territorio y los recursos naturales y el medioambiente de las comunidades indígenas; y toda actividad que afecte los intereses legítimos de la comunidad indígena debe ser previamente consultado a éstas a través de sus representantes constituidos de acuerdo a sus formas propias de organización.

Derecho a la autodeterminación

Libre determinación

Art. 25.-Las comunidades indígenas de Nahuizalco tienen derecho a la libre determinación y por tanto, la municipalidad establecerá las instancias pertinentes para que dicho derecho sea ejercido con plenitud y con el objetivo de promover de forma progresiva, el desarrollo económico político y social de dichas comunidades.

Art. 26.- Las comunidades indígenas crearán sus propias organizaciones políticas, jurídicas, culturales etc. que consideren pertinentes para poder ejercer con propiedad el derecho a la libre determinación, por tanto el municipio se compromete a reconocer dichas organizaciones y a respetar sus decisiones.

Art. 27.- Los representantes junto con la municipalidad someterán a consulta popular sobre todos los aspectos mencionados en el art. 18 de la presente ordenanza y de cualquier otro tema que interese a las comunidades indígenas de Nahuizalco. Para desarrollar el proceso de consulta popular se buscará la asistencia del Tribunal Supremo Electoral a efecto de garantizar la legitimidad de tal proceso.

Derecho al desarrollo

Art. 28.- El municipio promoverá políticas de desarrollo económico, cultural y social hacia los pueblos y comunidades indígenas en concordancia y armonía con la propia cultura de estas comunidades y bajo la consulta popular a las comunidades indígenas.

Derecho a la salud

Art. 29.- La Municipalidad, en coordinación con el Ministerio de Salud y demás instituciones públicas o privadas relacionadas al tema, promoverá una política de salud física y mental en las comunidades indígenas, respetando siempre las prácticas de medicina que las mismas comunidades tienen.

Derecho a la preservación de los recursos naturales y medioambiente sano

Art. 30.-La municipalidad, en coordinación con el Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales, estará comprometida con proteger los recursos naturales de las tierras y territorios de las comunidades indígenas.

Derecho a la tierra

Art. 31.- Los pueblos y comunidades indígenas recibirán la protección y asesorías necesarias por parte del Municipio de Nahuizalco en coordinación con el Ministerio Público en orden a proteger la propiedad de la tierra de las comunidades indígenas.

Derecho a la reparación

Art. 32.- La municipalidad, en la medida de sus posibilidades promoverá la reparación, por medios que pueden incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa, por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado.

Promoción de la integración y relaciones locales, nacionales e internacionales para el desarrollo integral de las comunidades indígenas

Art. 33.- La municipalidad de Nahuizalco promoverán asociaciones o coordinaciones con otras municipalidades que tengan comunidades indígenas a nivel nacional, regional e internacional para desarrollar la unidad de los pueblos indígenas y generar relaciones que impulsen el desarrollo económico social, cultural y medioambiental de las comunidades indígenas.

El Departamento de Comunidades Indígenas será el ente coordinador de tales actividades.

Divulgación y conocimiento

Art. 34.- La municipalidad de Nahuizalco, tiene el compromiso de dar a conocer la presente Ordenanza a todos los habitantes del municipio.

Creación de la instancia municipal de comunidades indígenas.

Art. 35.- Créase el Concejo de Comunidades Indígenas el cual estará constituido por un representante de la Alcaldía Municipal y un o una representante de cada uno de los cantones que constituyen comunidades indígenas.

El Concejo de Comunidades Indígenas tiene las siguientes funciones:

1) Representar a las comunidades indígenas en la Alcaldía Municipal;

2) Formular las políticas y demás planificaciones concernientes a la presente ordenanza;

3) Coordinar las actividades concernientes a la presente Ordenanza;

4) Emitir opiniones, informes, o posición sobre temas atingentes a las comunidades indígenas que puedan guiar el criterio de la Alcaldía Municipal; y

5) Todas las facultades y mandatos que el Consejo Municipal tenga a bien otorgarle.

Art.36.- El Consejo de Comunidades Indígenas deberá tener representatividad de la mujer indígena de Nahuizalco a fin de que sus intereses se vean reflejados en dicha instancia.

Disposiciones finales

Art. 37.- Ninguna disposición en la presente ordenanza podrá ser interpretada en orden a menoscabar los derechos de los pueblos indígenas.

Art. 38.- Para orientar el cumplimiento de la presente Ordenanza, se tomarán en cuenta la normativa internacional como la Declaración de Naciones Unidas Sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Racial; y las recomendaciones, interpretaciones, y demás doctrina generada en el sistema de Derechos Humanos tanto de la Organización de Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos.

Dado en Nahuizalco a los 24 días del mes de Octubre de 2010; el día 8 Ozomatli del cargador——-

IZALCO, 16 DE ABRIL DEL AÑO 2012
ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LA COMUNIDAD INDIGENA DE IZALCO

IZALCO, DEPARTAMENTO DE SONSONATE, EL SALVADOR, C.A.

ABRIL DE 2012
ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LA COMUNIDAD INDIGENA DE IZALCO
INTRODUCCIÓN:
Cuando todo era tinieblas, cuando no había luna, la mujer y el hombre vivían en la oscuridad, solamente distinguíamos la dualidad de las cosas; entonces los peñascales estaban desiertos. Primero surgió una claridad y ésta era la luna, aprendimos a danzar con las energías de la luna, luego apareció otra claridad: ¨yo estoy aquí para calentarlos a todos¨ dijo el Padre Sol. Luego, los Muchachos de la Lluvia, que nacieron del fruto de un árbol de morro y que son también los Señores de las Flores, fueron los que descubrieron el maíz que estaba en una gran montaña, nuestra Madre Tierra. Así, los Muchachos de la Lluvia, produciendo un rayo con sus hachas de pedernal, lograron partir la montaña, recogieron las mazorcas y empezaron a cultivar el maíz aprendiendo a manejar el agua para obtener tres cosechas en el año.
Somos el pueblo milenario que habitó desde tiempos inmemoriales, el que hoy se llama Izalco, por lo tanto, somos los primeros pobladores de este lugar. Somos el pueblo Nahua-pipil y como tal, hemos sido sometidos a un proceso de extermino, cuyos hechos más conocidos se ubican en el genocidio de 1932 donde nuestra comunidad sufrió graves masacres, despojó de nuestra tierra y otras graves violaciones a derechos humanos.
También, hemos vivido la marginación y la exclusión como pueblo originario, pero somos un pueblo en resistencia y nos negamos a morir. ¿Qué mueve a un grupo humano para exterminar a otro? no hay dios ni razón ni ley que justifique esto; si se nos niega a los pueblos indígenas, se les están negando a todos y todas los salvadoreños y salvadoreñas, pues somos un solo río de 400 voces y casi todos en este país tenemos sangre indígena.
Nuestra cosmovisión nos habla, que hace varios miles de años, nuestras abuelas y abuelos con su creencias, transformaron el maíz haciéndolo más grande para que pudiéramos comer todos y todas. Tenemos derecho a existir y a continuar con nuestra semilla, a reproducirnos como se reproduce este maíz. Estas son nuestras montañas, éstos nuestros ríos, esta es nuestra Madre Tierra, por eso necesitamos hacer ley la palabra justa, esa palabra que danza con las fuerzas del cosmos, con la sabiduría del movimiento inteligente.

POR LO QUE:
DECRETOMERO DOS

EL CONCEJO MUNICIPAL DE IZALCO, DEPARTAMENTO DE SONSONATE:
CONSIDERANDO:
I- Que la Constitución de la República en su Art. 3 reconoce que: “todas las personas son iguales ante la ley. Para el goce de los derechos civiles no podrán establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión (…), principio que implica la necesidad de reflejar y equiparar mediante la norma jurídica, las diferentes condiciones de los diversos grupos humanos que constituyen la población de El Salvador, con lo cual, dicho principio es el marco normativo para legislar a favor de los derechos de las comunidades indígenas;
II- Que la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, que es ley de la República, a su vez, en su Art. 1 Nº 1, establece el derecho a la igualdad, manifestando que: Los Estados partes condenan la discriminación racial y se comprometen a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas…y que parte de este derecho es el derecho a ser reconocidos en nuestras diferencias;

III- Que en función de la anterior mencionada Convención, el Estado salvadoreño está especialmente llamado a cumplir las recomendaciones que hace el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, CERD, el cual en su Recomendación número XXIII, correspondiente al 51º período de sesiones de dicho Comité, emitió la siguiente recomendación:
El Comité exhorta en particular a los Estados Partes a que:
a) Reconozcan y respeten la cultura, la historia, el idioma y el modo de vida de los pueblos indígenas como un factor de enriquecimiento de la identidad cultural del Estado y garanticen su preservación;
b) Garanticen que los miembros de los pueblos indígenas sean libres e iguales en dignidad y derechos y libres de toda discriminación, en particular la que se base en el origen o la identidad indígena;
c) Proporcionen a los pueblos indígenas las condiciones que les permitan un desarrollo económico y social sostenible, compatible con sus características culturales;
d) Garanticen que los miembros de los pueblos indígenas gocen de derechos iguales con respecto a su participación efectiva en la vida pública y que no se adopte decisión alguna directamente relacionada con sus derechos e intereses sin su consentimiento informado;
e) Garanticen que las comunidades indígenas puedan ejercer su derecho a practicar y reavivar sus tradiciones y costumbres culturales y preservar y practicar su idioma.
El Comité exhorta especialmente a los Estados Partes a que reconozcan y protejan los derechos de los pueblos indígenas a poseer, explotar, controlar y utilizar sus tierras, territorios y recursos comunales, y en los casos en que se les ha privado de sus tierras y territorios, de los que tradicionalmente eran dueños, o se han ocupado o utilizado esas tierras y territorios sin el consentimiento libre e informado de esos pueblos, que adopten medidas para que les sean devueltos. Únicamente cuando, por razones concretas, ello no sea posible, se sustituirá el derecho a la restitución por el derecho a una justa y pronta indemnización, la cual, en la medida de lo posible, deberá ser en forma de tierras y territorios.
IV- Que el Estado salvadoreño en el año 2007 votó a favor de la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y por tanto se encuentra en el compromiso de ser consecuente con dicha votación;
V- Que existe en El Salvador la necesidad del reconocimiento público de los pueblos indígenas y los derechos que en esta calidad les competen;
VI- Que la Constitución de la República, en el artículo 203 y 204 Nº 5, les concede a los municipios autonomía en lo económico, en lo técnico y en lo administrativo, facultándolos para “decretar las ordenanzas y reglamentos locales”, normativa que se desarrolla en el Código Municipal estableciendo que es competencia del municipio: 1 “la elaboración y ejecución de planes de desarrollo local”; y en su número 10 establece ¨ La regulación y desarrollo de planes y programas destinados a la preservación, restauración aprovechamiento racional y mejoramiento de los recursos naturales de acuerdo a la ley” . Con lo cual consideramos por tanto, que es importante promover una normativa que impulse el desarrollo de la comunidad indígena de Izalco, atendiendo a su propia cultura e identidad cultural, especialmente su cosmovisión de vida en equilibrio con la naturaleza y la Madre Tierra, factores esenciales para un desarrollo humano sustentable y sostenible apropiado a la forma de vida de esta comunidad asentada en este municipalidad;
VII- Que los pueblos indígenas de El Salvador constituyen la forma originaria de vida de los seres humanos que se asentaron en este territorio, siendo las primeras naciones y que por tanto, les asiste el derecho a ser reconocidos y garantizar el respeto a sus derechos;
VIII- Que el hecho de que los pueblos indígenas en general, y en especial la comunidad indígena nahua-pipil, sufrió un proceso de exterminio cuya expresión más dramática fue el Genocidio de 1932, en donde especialmente en el municipio de Izalco sucedió gran parte de este condenable hecho, siendo cruelmente asesinados hombres, mujeres, niños y niñas;
VII- Que existe el deber de ser consecuentes con la fuerte necesidad de reivindicar la memoria de las víctimas, tanto de los que fueron asesinados, como los sobrevivientes y sus descendientes;
VIII- Que el aliento de nuestros antepasados, desde nuestra historia milenaria de peregrinaje, hace frente a todo tipo de adversidades y resistencia, desde la época de la colonia hasta nuestros días; herencia que nos afirma como pueblos decididos a luchar por la vida y por nuestra Madre Tierra.
IX- Que es nuestra decisión de no dejar que la comunidad indígena sea exterminada por un sistema que ha negado la posibilidad de vivir dignamente y en condiciones de autodeterminación como humanos y humanas;
X- Que siendo todos herederos y herederas de nuestra cosmovisión, que como pueblos mesoamericanos tenemos, poseedores de nuestra sabiduría ancestral que nos ha de asistir en este esfuerzo;
POR TANTO:
En uso de las facultades legales, DECRETA la siguiente:
ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE DERECHOS DE LA COMUNIDAD INDIGENA DE IZALCO
Objeto
Art. 1.- La presente ordenanza tiene por objeto promover el desarrollo integral y el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos de la comunidad indígena del municipio de Izalco, lo que incluye la protección, conservación y preservación de su propia cultura, de su tierra, territorio y de su organización, especialmente de los recursos naturales renovables y no renovables, que constituyen el entorno ecológico de dicha comunidad.

Ámbito de Aplicación
Art. 2.- Las presentes disposiciones serán de obligatorio cumplimiento para todas las personas naturales y jurídicas que residan o realicen su actuaciones dentro de la jurisdicción del municipio de Izalco.

Reconocimiento de la comunidad indígena de Izalco
Art. 3.- La municipalidad de Izalco reconoce a la comunidad indígena del municipio cuyos miembros descienden de los primeros pobladores de este territorio que hoy se conoce como Izalco;
Dicha comunidad es nahua-pipil y posee los rasgos culturales de este pueblo en sus diferentes factores como la ascendencia, el idioma, las prácticas agrícolas, las artesanías, y toda manifestación propia de esta cultura.
Art. 4.- La municipalidad de Izalco reconoce que dicha comunidad tiene todos los derechos que les competen de acuerdo a la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas.
En consecuencia, la municipalidad estará especialmente comprometida con la promoción y protección de los derechos de cada miembro de dicha comunidad.
Derechos de la comunidad indígena de Izalco
Art. 5.- La comunidad indígena de Izalco tiene derecho a ser protegida contra la discriminación racial manifestada ésta de cualquier forma y entendida como: toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública, tal y como lo prescribe la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
Derecho a vivir en paz y compromiso de la municipalidad
Art. 6.- La comunidad indígena tiene derecho a vivir en paz y armonía. La municipalidad debe establecer las instituciones y mecanismos para proteger a dicha comunidad contra toda situación que amenace la existencia y desarrollo de la misma, especialmente en lo concerniente a su cultura y los recursos naturales del medio donde se encuentra asentada.
Art. 7.- En ningún caso la comunidad indígena podrá ser desplazada forzosamente de sus tierras y territorios donde se encuentra asentada, la municipalidad tomará las medidas pertinentes para hacer valer este derecho.
Derechos culturales
Art. 8.- Los comunidad indígena tiene derecho a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres culturales. Ello incluye el derecho a mantener, proteger y desarrollar las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de su cultura, como el idioma nahuat, lugares arqueológicos e históricos, utensilios, diseños, ceremonias, tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas.
Art. 9.- La Alcaldía de Izalco promoverá, en consenso con la comunidad indígena, el rescate de su cultura en todas sus manifestaciones, como también el rescate de los sitios arqueológicos y ceremoniales, para lo cual podrá solicitar la asistencia de instituciones estatales u organizaciones e instancias nacionales o internacionales que puedan coadyuvar a este esfuerzo.
En este contexto, debe hacerse especial énfasis en el rescate de la historia verdadera de la comunidad indígena de Izalco.
La Alcaldía Municipal promoverá la protección, restauración, rescate y la recuperación de los objetos histórico-culturales del patrimonio de la comunidad indígena.
Art.10.- La municipalidad promoverá la preservación y divulgación del idioma nahuat, para lo cual podrá coordinar con el Ministerio de Educación y las diferentes instancias nacionales e internacionales que puedan sumarse al esfuerzo.
Art.11.-Asimismo, la municipalidad de Izalco, en coordinación con la comunidad indígena, protegerá toda manifestación espiritual o religiosa propias de dicha comunidad, especialmente en lo concerniente a las prácticas ancestrales espirituales, lo que implica la protección de los lugares sagrados, las organización y celebraciones de los cultos espirituales sean estos sincréticos o autóctonos.
Art. 12.- La Alcaldía de Izalco estará comprometida con la formulación y desarrollo de programas y actividades municipales para garantizar la transmisión generacional de las tradiciones y prácticas culturales.
Art. 13.- La municipalidad conservará, protegerá y promoverá los conocimientos de la comunidad indígena como las prácticas medicinales, agrícolas, etc. que sean propias de dicha comunidad, lo que implica toda medida de protección de las plantas, animales, minerales que sirvan para estas prácticas medicinales.
Todo acceso o utilización de los saberes de la comunidad nahua-pipil de Izalco, debe ser previamente consultado con los representantes de dicha comunidad.
Art. 14.- La comunidad indígena de Izalco podrá desarrollar sus propios medios de comunicación con el apoyo y la asistencia de la municipalidad de Izalco, la cual estará comprometida con respaldar estos proyectos en la medida de sus posibilidades.
Art.15.- La municipalidad, en coordinación con la comunidad indígena, desarrollará un esfuerzo de recuperación y sistematización de la memoria histórica, haciendo énfasis especial en las graves violaciones a derechos humanos que la comunidad indígena sufrió durante genocidios, como el de 1932 y las diferentes masacres perpetradas durante el conflicto armado 1980-1992 de nuestro país, con la idea de que se conozca la verdadera historia de dicha comunidad y que esto sirva de base para acciones de reparación que se puedan coordinar.
Derechos laborales y derechos de la niñez
Art. 16.- La municipalidad, en coordinación con el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, desarrollará programas de protección de los derechos laborales de los miembros de la comunidad indígena, especialmente en lo concerniente al acceso a trabajo justo y condiciones laborales dignas y apegadas a la legislación laboral vigente en El Salvador.
Art. 17.- La municipalidad, en coordinación con las instituciones estatales vinculadas al tema, como el Instituto Salvadoreño para la Protección de la Niñez y la Adolescencia, protegerá a la niñez y adolescencia indígena contra todo abuso, toda forma de explotación y toda labor que vulnere la condición física, social o espiritual de la niñez y adolescencia indígena.
Se deberá promover y proteger el derecho que tiene la niñez indígena a tener su propia cultura, a profesar y practicar su propia religión, emplear su propio idioma, a rescatar su identidad indígena y a sentirse orgullosa de ésta.
De igual manera, la municipalidad desarrollará esfuerzos para promover el derecho a la identidad de la niñez indígena mediante la correspondiente inscripción en el Registro del Estado Familiar.

Derechos de nuestras abuelas y abuelos
Art. 18.- Las abuelas y abuelos que habitan en la comunidad indígena, deberán ser considerados especialmente por la municipalidad el corazón de la comunidad. En coordinación con la comunidad indígena, se formulará una política especial para protegerles y garantizar que se les brinde la ayuda pertinente, especialmente en los aspectos económicos, sociales y culturales.
Derechos de las personas indígenas con discapacidad
Art. 19.- La municipalidad de Izalco reconoce el derecho de las personas indígenas con discapacidad, a un nivel de vida y de protección social adecuado, incluso viviendas, servicios y asistencia públicas en lo que respecta a las necesidades relacionadas con las discapacidades y asistencia para el pago de los gastos conexos en caso de pobreza.
Especialmente, la municipalidad de Izalco considerará los siguientes derechos de las personas indígenas con discapacidad:
1) Protección contra todo tipo de discriminación por su condición especial de discapacitada;
2) Protección contra todo tipo de abuso físico, psíquico o moral que por su condición puedan sufrir, especialmente en el caso de la niñez indígena con discapacidad.
3) Promoción de programas especializados de salud para las personas indígenas con discapacidad;
4) Generar y promover la infraestructura y los medios adecuados para el mejor desempeño de las actividades de las personas con discapacidad, lo que incluye, las comodidades adecuadas en su lugar de trabajo;
5) Promoción del empleo de personas con discapacidad;
6) Promoción del acceso a la educación con los materiales, las técnicas educacionales y las formas de comunicación adecuados; y
7) Todas las medidas de promoción y protección que la municipalidad considere pertinentes.

Derechos de la mujer indígena
Art. 20.- Siendo que la tierra es femenina y que nuestra cosmovisión está muy vinculada al nacimiento de la vida a partir de la Madre Tierra, se considera que la mujer en general y en especial la mujer indígena, es la expresión humana de nuestra Madre Tierra. Aparte de esto, la mujer indígena de Izalco, debe ser especialmente protegida contra toda forma de discriminación, por tanto, debe ser considerada en esta condición de representante de nuestra Madre Primigenia. La Municipalidad promoverá políticas públicas para garantizar los derechos individuales y sociales de la mujer indígena, especialmente en lo concerniente a sus derechos sexuales y reproductivos de acuerdo a su cosmovisión de vida y la conservación de la salud.
Art. 21.- De manera particular, la mujer indígena tiene derecho a:
a) Ser protegida por sus familias, comunidades y gobierno municipal
b) Que se reconozca su trabajo tanto en la casa como fuera de ella; que la mujer decida sobre su compromiso laboral y repartición de tareas.
c) No ser maltratadas física, sexual o psicológicamente;
d) Ser informada de los métodos para decidir el número de hijos que quiera tener;
e) Elegir el método anticonceptivo que considere más adecuado;
f) Elegir a su pareja libremente y sin presión alguna, o decidir no tenerla;
g) Participar activamente con voz y voto; y que sea escuchada en las diferentes instancias comunitarias o gubernamentales;
h) Tener acceso a recursos públicos para proyectos productivos;
i) Recibir servicios de salud, educación y capacitación;
j) Ocupar cargos en su comunidad;
k) Decidir sobre el manejo de los recursos naturales de su comunidad;
l) Recibir información sobre sus derechos;
m) Una vida digna;
n) Compartir responsabilidades y satisfacciones con su pareja en un plano de igualdad;
o) Que se les reconozca efectivamente en su condición de manifestación humana de nuestra Madre Tierra sin importar las diferencias físicas entre hombres y mujeres; y
p) Vivir de acuerdo con las costumbres y tradiciones de su comunidad.

Derecho de las mujeres parteras
Art. 22.- Las mujeres parteras son parte de una práctica cultural de la comunidad indígena. Por tanto, las mujeres parteras tienen derecho a ejercer su oficio y a que se respeten sus costumbres propias de su función en cuanto al uso de medicinas, procedimientos y demás elementos culturales propios de su ejercicio, siempre que éstas estén de acuerdo con las normas médicas de protección de la salud de las madres y sus hijos e hijas que atiendan. Para esto, deberán recibir capacitaciones profesionales a efecto de prevenir riesgos durante el oficio de parteras.
Derecho de consulta
Art. 23.- Toda actividad, programa, empresa o proyecto que estén relacionadas con la tierra, territorio, recursos naturales y el medioambiente de la comunidad indígena en general, o cualquier acción que afecte los intereses legítimos de la comunidad indígena, debe ser previamente consultada a ésta, a través de sus representantes constituidos de acuerdo a su formas propia de organización.
Dicha consulta debe ser libre, previa e informada; condiciones que deben garantizarse fehacientemente y los resultados de ésta deben valorarse atendiendo al derecho de la comunidad a definir su propio destino.
Libre determinación
Art. 24.-La comunidad indígena de Izalco, dentro del marco legal vigente, tiene derecho a determinar su propio destino y por tanto, la municipalidad establecerá los mecanismos pertinentes para que dicho derecho sea ejercido con plenitud y con el objetivo de promover de forma progresiva, el desarrollo económico y social de dicha comunidad.
Derecho al desarrollo
Art. 25.- La municipalidad promoverá políticas de desarrollo económico, cultural, social y medioambiental hacia la comunidad indígena en concordancia y armonía con la propia cultura de la misma y bajo la consulta a dicha comunidad.
Derecho a la salud
Art. 26.- La municipalidad, en coordinación con el Ministerio de Salud y demás instituciones públicas o privadas, nacionales e internacionales relacionadas al tema, desarrollará una política de salud física y mental con carácter intercultural en la comunidad indígena, respetando especialmente, las prácticas de medicina que la misma comunidad tiene.
Derecho a la preservación de los recursos naturales y medioambiente sano
Art. 27.-La municipalidad, en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, estará comprometida con proteger los recursos naturales de las tierras y territorios de la comunidad indígena. Toda acción estatal en este sentido, debe ser ampliamente consultada con dicha comunidad.
Derecho a la tierra
Art. 28.- La comunidad indígena recibirá la protección y asesorías necesarias por parte de la Alcaldía de Izalco en coordinación con las instancias que se consideren pertinentes en orden a proteger la propiedad de la tierra de dicha comunidad.
Derecho a la reparación
Art. 29.- La municipalidad, en la medida de sus posibilidades y dentro del marco legal vigente, promoverá la reparación a la comunidad indígena, por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído, ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado. Dicha reparación puede ser por medios que pueden incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa.
Promoción de relaciones para el desarrollo integral de la comunidad indígena
Art. 30.- La municipalidad de Izalco promoverá convenios y coordinaciones de la comunidad indígena a nivel nacional, regional e internacional para establecer relaciones que impulsen el desarrollo de ésta.
Alcaldía del Común de Izalco
Art. 31.- La Alcaldía del Común de Izalco, es la organización histórica ancestral que ha representado y representa a la comunidad nahua-pipil desde épocas coloniales hasta nuestros días, y por lo tanto es la representante legítima de los intereses de la comunidad indígena de Izalco.
La Alcaldía del Común de Izalco tiene las siguientes atribuciones:
1) Representar a la comunidad indígena ante la Alcaldía Municipal;
2) Participar en la formulación de las políticas y demás planificaciones concernientes a la presente ordenanza;
3) Participar en la coordinación de las actividades concernientes a la presente Ordenanza;
4) Emitir opiniones, informes, ó posición sobre temas concernientes a la comunidad indígena que puedan guiar el criterio de la Alcaldía Municipal; y
5) Todas las facultades y mandatos que el Concejo Municipal tenga a bien otorgarles.
Divulgación y conocimiento
Art. 32.- La municipalidad de Izalco, tiene el compromiso de dar a conocer la presente Ordenanza a todos los habitantes del municipio.
Disposiciones finales
Art. 33.- Ninguna disposición en la presente ordenanza podrá ser interpretada en orden a menoscabar los derechos de la comunidad indígena.
Art. 34.- Para orientar el cumplimiento de la presente Ordenanza, se tomará en cuenta la normativa internacional como la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación Racial; y las recomendaciones, interpretaciones, y demás doctrinas generadas en el sistema de Derechos Humanos, tanto de la Organización de Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos.
Dado en el Salón de Sesiones de la Alcaldía Municipal de Izalco, a los once días del mes de abril de dos mil doce.

F.———————————————————- f—————————————————————
Lic. Roberto Abraham Alvarado Barrientos Prof. Ángel Ramos Montoya
Alcalde Municipal Síndico Municipal

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Lic. Ricardo Dionicio Ayala Barrientos
Secretario Municipal
ANEXO
GLOSARIO

Ancestral: Adj. De los antepasados o relativo a ellos: recuerdos ancestrales. De origen remoto o muy antiguo: costumbres ancestrales.
Ceremonia: Acto o serie de actos públicos y formales que se realizan de acuerdo con las reglas o ritos fijados por la ley o por la costumbre
El Común: Organización Indígena del Territorio de Izalco, creada por los españoles en tiempos de la colonia, para organizar y aglutinar a la comunidad Indígena, con similar forma de estructura de poder de sus antepasados, para poder tener control; esto con el fin de colonizarlos.
Cosmovisión: Estudia la comprensión del orden que posee la realidad de acuerdo a los distintos puntos de vista que posee cada cultura. Cada persona observa la realidad de una manera distinta, puesto que todos tenemos los mismos criterios.
La Madre Tierra: Es la personificación de la Tierra, generalmente además descrita en varias culturas como una diosa fértil, que representa a la tierra fértil; siendo también descrita en algunas culturas como la madre de otras deidades, en la que se las ve como patronas de la maternidad. Generalmente se creía esto porque la tierra era vista como madre de toda la vida que crecía en ella.
Milenario, -ria: Que tiene mil años o más: la pirámide de Tazumal es milenarias. Que es muy antiguo. Fecha en que se cumplen uno o varios millares de años desde que se produjo un acontecimiento.
Náhuat-Pipil: Cultura que se desarrollo en el área del Pacifico Sur del territorio salvadoreño. Es hablar de Grupo humano con rasgos y cultura, parcialmente diferente a la Cultura Maya, pero con rasgos y similitudes a la Cultura Toltecas, es hablar de la dualidad divina en Mesoamérica, la referencia más inmediata del territorio salvadoreño recita el término náhuat-pipil, Umeteu (t). (Dos-Dios; Dios de la Dualidad). Se le juzga un concepto cultural universal en toda el área, al menos entre el grupo nahua.
Partera: Es la persona que se encarga del cuidado de la salud de las mujeres durante el embarazo, de la asistencia al parto y seguimiento del postparto, así como también de la regulación de la fecundidad.
Sitio Arqueológico: Es un lugar donde pueden hallarse huellas significativas de la accion humana de determinada cultura pasada, donde queda plasmado su arte, cultura, escritura, arquitectura, espirtitualidad etc.
REF : ACTA NUMERO TRECE
SESION : EXTRAORDINARIA
FECHA : 28 DE MARZO DE 2012

El Infrascrito Alcalde Municipal de ésta Ciudad.-
Certifica: el Acuerdo Municipal que literalmente dice: ACUERDO NUMERO VEINTIUNO.- La Municipalidad visto el Informe presentado por la mesa de trabajo municipal, que coordina las relaciones entre esta alcaldía y la comunidad Indígena de esta ciudad, en el sentido de crear los mecanismos necesarios para la recuperación, protección y conservación de la comunidad indígena Izalqueña, este concejo, en uso de las facultades que le confiere el Código Municipal ACUERDA: I) Aprobar la creación del decreto de “Ordenanza Municipal Sobre Derechos de la Comunidad Indígena de Izalco”, consagrados en la constitución de la Republica de el Salvador.- Certifíquese y mándese a publicar en el Diario Oficial, para los demás efectos legales.—————————————————————————————-y no habiendo más que hacer constar, damos por terminada la presente que firmamos.———————————————
/////////R. A. ALVARADO B./////////////ALC. MPAL.///////////////A. R. MONTOYA///////////M. P. CISNEROS DE SANABRIA///////////////D. A. MASIN C.///////////////////E. A. CASTRO. P//////////////// V. I. PERALTA ////////E. E. SEGURA D. //////////////M. DE. J. BRIZUELA. O. ////////////////D. A. CHINCO P.///////////GUST///////////////J.C. RAMOS. M.//////////////M. T. VEGA M. //////////////////H. S. ZANCO M.////////////////////////////////R. MEJIA M,//////////////////////////////////J. I. SARMIENTO G./////////////////////////////////////////////////R. D. A. Btos/Srio. Mpl. ///////////////////////////////////////////////////////////RUBRICADAS.////////////////
ES CONFORME CON SU ORIGINAL CON EL CUAL SE CONFRONTO.————————————————————————————-
Alcaldía Municipal: Izalco, veintinueve de marzo del año dos mil doce.-

Lic. Roberto Abraham Alvarado Barrientos
Alcalde Municipal

Lic. Ricardo Dionicio Ayala Barrientos
Secretario Municipal

La contradicción principal: La izquierda en China

La contradicción principal: La izquierda en China
Eli Friedman · · · · ·

15/02/15

“Es una época dorada para ser de izquierda en China”. Al menos esa es la conclusión del profesor de la Universidad Minzu de China, y conocido maoísta, Zhang Hongliang en un reciente artículo del New York Times. El artículo sugiere que “las voces de izquierda están de nuevo en boga”, mientras que otros medios de comunicación han informado ampliamente sobre el llamamiento del presidente Xi Jinping para que se estudie más marxismo en las universidades. Y el Politburó ha celebrado sesiones de estudio para repasar su materialismo dialéctico.

Pero, por desgracia, hay más que razones suficientes para dudar de este análisis.

Para empezar, la consigna originalmente ambigua de Xi Jinping, el “sueño chino”, ha sido definido oficialmente como el “gran renacimiento de la raza china.” El anhelo imperial implícito en esta frase tiene consecuencias nefastas para sus vecinos, así como para las minorías étnicas en China.

Económicamente, el gobierno está preparando una nueva oleada de mercantilización para impulsar el menguante crecimiento alimentado a base de deuda en el que China se ha apoyado en gran medida en los últimos años. Estas reformas incluyen una importante ola de privatizaciones de empresas estatales, además de la comercialización privada de la tierra, la reducción de las pensiones de los empleados públicos, y una ampliación del libre comercio.

La clase obrera y los campesinos siguen estando excluidos políticamente y son vistos con profunda sospecha por el Estado. Los trabajadores y los campesinos que protestan son canalizados en procesos burocráticos, bizantinos y atomizados, que es muy improbable que les hagan justicia – cuando no se les despacha sin más a golpe de porra. El pasado diciembre, la policía mató a golpes a un trabajador emigrante de la construcción que exigía salarios no pagados. Aunque a menudo los trabajadores ganan batallas concretas, es imposible que pueden acumular poder político progresivamente.

Por otra parte, en los últimos tiempos una corriente xenófoba se ha apoderado de muchos sectores del estado. Los grupos que defienden los derechos laborales han sido objeto de mayor acoso, violencia o prohibidos. Las universidades se han visto sacudidas por una caza de brujas de “fuerzas extranjeras hostiles”. Cualquier relación duradera con extranjeros puede ser utilizada como pretexto para la represión.

Por lo tanto, las declaraciones sobre una “época dorada” parecen muy dudosas. Pero la historia es mucho más complicada y es imposible de entenderla sin algunos antecedentes históricos sobre las diversas corrientes de la izquierda china.

El origen de esta clase particular de maoísmo, que todavía se mantiene en partes de China, tiene sus raíces en el pasado imperial del país. A partir del siglo XIX, la dinastía Qing experimentó décadas de agresión a manos de los colonizadores europeos, y luego una brutal invasión y ocupación por los japoneses. En tales condiciones históricas, la lucha por la liberación nacional, comprensiblemente, vino a representar la “contradicción principal”, para decirlo en términos maoístas.

El dirigente maoísta Han Deqiang escribió recientemente: “El sueño chino es el sueño del pueblo chino. Inevitablemente tendrá muchas características del nacionalismo en lugar de valores universales”.

Aunque Han y otros como él tienen posiciones familiares al movimiento socialista internacional – la defensa de la propiedad pública y de un estado del bienestar fuerte, la oposición al imperialismo estadounidense, y el rechazo del derecho a la propiedad privada – su objetivo final no es la liberación del capital.

Más bien, es un proyecto de liberación y rejuvenecimiento nacional. Consideran que el capital es una amenaza en gran medida porque implica la subordinación a las potencias capitalistas establecidos. El socialismo, por lo tanto, es ante todo un medio para asegurar la autonomía de China y su eventual reincorporación al directorio del orden global.

Este tipo de nacionalismo tiene con frecuencia un tinte supremacista han (chino). El proyecto de liberación nacional sin duda se ve de una manera diferente desde la perspectiva de las minorías étnicas, lo que ha sido puesto de relieve una vez más por la trágica ola de auto-inmolaciones tibetanas y la violencia en curso contra los uigures. Pocos maoístas en el país están dispuestos a tener una conversación sobre la jerarquía racial en China, y consideran que el régimen comunista en Tíbet y Xinjiang es simplemente una manera de liberar a estas etnias de su propio atraso.

Un problema subsidiario que se desprende de este nacionalismo es que los maoístas mantienen un optimismo ingenuo sobre el Partido Comunista, que hunde sus raíces en las hazañas heroicas, sin duda, que derrotaron hace décadas al imperialismo.

Pero el despojo de tierras en una escala enorme, la universalidad del trabajo asalariado y la producción de mercancías, la represión sistemática de activistas en defensa de los trabajadores y los campesinos, y el surgimiento de una alianza aparentemente inquebrantable entre los capitalistas y el partido a todos los niveles del Estado son vistos como meras desviaciones y no como los síntomas de un capitalismo hegemónico. Cualquier protesta contra el estado es inmediatamente reprimida.

Los liberales han criticado con razón la oposición de los maoístas a una ampliación de la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de cátedra. Como resultado, los trabajadores chinos siguen privados del espacio político que ofrecen los “derechos burgueses” para poder articular y promover sus intereses.

China ha emergido a la prominencia mundial fuera del paraguas del imperio estadounidense, lo que es una hazaña realmente notable. Mientras que a algunos izquierdistas en China les puede no gustar las consecuencias inevitables de la mercantilización, consideran que la tendencia general es a recuperar el lugar que le corresponde a China en el mundo. Y toman al pie de la letra la afirmación del Partido Comunista de que China es socialista, a pesar de que las condiciones materiales y sociales señalan todo lo contrario.

No es de extrañar que esta cepa de izquierdismo sea dominante en la China de hoy. El simbolismo de pretender defender el legado del Presidente Mao les confiere un importante grado de protección. E incluso si los medios que defienden a menudo están en desacuerdo con la política del gobierno, sus fines son los mismos.

Pero muchas personas de izquierda en China no están tan contentas con los últimos acontecimientos políticos, entre ellos la llamada “nueva izquierda” (una designación que la mayoría de sus supuestos miembros rechaza). En general, estos intelectuales son cosmopolitas, han sido educados o por lo menos han pasado un tiempo considerable en el extranjero. Han criticado duramente el giro neoliberal de China y la integración en el capitalismo global. Wang Hui, por ejemplo, ha lamentado la despolitización que ha tenido lugar después de la Revolución Cultural y eruditos como Wang Shaoguang y Cui Zhiyuan han defendido políticas de desmercantilización y fortalecimiento de la propiedad pública como fines en sí mismos.

En general, la nueva izquierda considera la fantasía imperial algo mucho menos prioritario que hacer de China una sociedad más igualitaria y justa. Sin embargo, es en gran parte un grupo de élite, y muchos tienen una fe de camionero en la voluntad y la capacidad del Estado para hacer frente a la desigualdad. Puede tratarse simplemente de una estrategia, lo que puede ser perfectamente comprensible dadas las severas restricciones a la libertad académica. Sin embargo, en muchos de sus análisis hay una ignorancia total del poder autónomo de la resistencia social.

Más prometedora es una incipiente izquierda estudiantil que ha ganado fuerza, especialmente desde la crisis de 2008. Aunque sigue siendo pequeña, en los últimos años se ha producido una proliferación de grupos de lectura de izquierda en los campus universitarios. Yendo más allá de la versión oficial de Marx, se ha encontrado que la China contemporánea se parece mucho al capitalismo despótico de la Europa del siglo XIX.

Aunque son conscientes de la situación poscolonial y post-socialista específica de China, están dispuestos a ver paralelismos entre las luchas de los trabajadores chinos y extranjeros. Esto es importante en sí mismo, ya que el Estado busca cortocircuitar la solidaridad transnacional mediante la afirmación de una inconmensurabilidad radical de toda experiencia más allá de sus fronteras.

Muchos de estos jóvenes están comprometidos de manera práctica y han dejado la universidad para trabajar en las fábricas, visitan los tajos de construcción, y enseñan en las escuelas de emigrantes. Son ellos los que han dado publicidad a la resistencia obrera y editado blogs y publicaciones con perspectivas políticas radicales. Y a pesar de los riesgos evidentes, han surgido formas genuinas de solidaridad: el mejor ejemplo reciente viene de Guangzhou, donde los estudiantes dieron apoyo crítico a una huelga de trabajadores de limpieza de la Universidad.

Aunque la resistencia social en China está muy extendida, sigue estando en gran medida despolitizada. Históricamente, las alianzas entre intelectuales y trabajadores han sido un componente fundamental de los movimientos sociales. Pero como la experiencia de la Europa del siglo XX demuestra dolorosamente, estos movimientos no son inherentemente de izquierdas: es igualmente posible un patrioterismo conservador como respuesta a la inestabilidad provocada por el capitalismo. Una evolución así de la China contemporánea sería tanto un desastre nacional como internacional.

La izquierda estudiantil esta, sin duda, comprometida con el desarrollo de China, pero no ha caído prisionera de un nacionalismo crudo o de la fe ingenua en la sagacidad del partido. El período actual esta muy lejos de ser una “época dorada” para ella, ya que su acción política le pone en riesgo constante de acoso o de algo peor.

Sin embargo, están levantando un nuevo polo de política de izquierda. Y lo que es más importante, entienden que la superación de los Estados Unidos por China utilizando los medios del capitalismo implica que todos seguiremos viviendo bajo el capitalismo.

Eli Friedman, profesor en la Universidad de Cornell, es autor de Insurgency Trap: Labor Politics in Postsocialist China.

Castigo divino

Castigo divino

Última actualización: 14 DE FEBRERO DE 2015 00:19 | por Joaquín Villalobos

En enero de 1970, el sacerdote Inocencio Alas fue secuestrado por policías nacionales en las cercanías de la Catedral de San Salvador, lo torturaron y abandonaron desnudo en una carretera. Alas había discutido ese día con los dirigentes de la ANEP sobre la necesidad de una Reforma Agraria. Este fue el primer ataque de la oligarquía contra quienes consideraban “curas revoltosos”. En los siguientes 19 años fueron asesinados 18 sacerdotes, cinco monjas y centenares de catequistas. Miles de campesinos organizados en comunidades eclesiales y otros que solamente vivían en lugares considerados bajo influencia de “religiosos comunistas”, fueron masacrados. Treinta sacerdotes fueron expulsados del país, decenas de iglesias, casas parroquiales, colegios, universidades, imprentas y radioemisoras católicas sufrieron ataques terroristas con bombas, ametrallamientos y asaltos por parte de militares, policías y escuadrones de la muerte. La Universidad Católica Centroamericana (UCA) de los padres jesuitas sufrió 20 atentados con bombas y el colegio de niñas Sagrado Corazón fue ametrallado varias veces.

El Salvador es el país del continente donde más religiosos fueron asesinados por un régimen político en la segunda mitad del siglo XX, en ningún otro lugar se produjo una persecución tan despiadada contra religiosos católicos como en nuestro país. La guerra civil estalló con el asesinato del Arzobispo Arnulfo Romero en marzo 1980, y la paz se volvió inevitable luego de la masacre de seis sacerdotes jesuitas en noviembre de 1989. Antes de que mataran a Monseñor los guerrilleros éramos decenas, después de esto fuimos miles. Cuando los jesuitas fueron asesinados por militares entrenados por Estados Unidos, el carácter terrorista de la represión quedó en evidencia. La continuación de la ayuda militar se volvió en extremo difícil para el gobierno norteamericano. Los oligarcas, que ya habían recuperado el gobierno, se vieron entonces obligados a negociar la paz.

Desde la época de la Colonia la Iglesia fue aliada incondicional de la oligarquía en el control de la propiedad de la tierra y en el sometimiento de los campesinos. Esta posición se modificó en los años 60s como resultado de cambios en el país y en el Vaticano. En Roma se cuestionó la tradicional relación de la Iglesia con dictaduras y poderes económicos que había conducido a complicidades con el fascismo Italiano, el franquismo en España y las dictaduras latinoamericanas, entre otras. La Revolución Cubana le hizo evidente a Roma el peligro que representaban las alianzas con oligarcas y dictadores. El Vaticano planteó entonces que los trabajadores tenía derecho de organizarse. Las parroquias comenzaron a ocuparse de alfabetizar a los campesinos, se acercaron más a los pobres y se alejaron de los millonarios. Este viraje coincidió con cambios que estaban ocurriendo en nuestro país. La guerra contra Honduras en 1969 provocó que más de 300,000 campesinos fueran repatriados, acabó con el Mercado Común Centroamericano, cerró la válvula de escape migratoria que protegía la concentración de la tierra en manos de los oligarcas y dejó a El Salvador convertido en una bomba social y política.

Se abrió entonces una profunda crisis de poder; militares, religiosos y empresarios cuestionaron el régimen oligárquico poniendo el tema del autoritarismo y la propiedad de la tierra en el centro. El Ejército se dividió y, en 1972, los militares intentaron un golpe de Estado que dejó más de cien muertos y 500 heridos. En 1976 el gobierno del Coronel Molina intentó una Reforma Agraria, la oligarquía realizó una intensa campaña en su contra, fundó el Frente Agrario (FARO) y obligó a Molina a retroceder. En julio de 1979 triunfó la Revolución Sandinista en Nicaragua en el momento en que las protestas sociales crecían en nuestro país, los militares entraron en pánico y, en octubre de ese mismo año, dieron un golpe de Estado, derrocaron al gobierno y expropiaron tardíamente haciendas y bancos. Los oligarcas se organizaron entonces para recuperar el poder, restablecieron rápidamente su control sobre las Fuerzas Armadas, fundaron el partido ARENA, financiaron escuadrones de la muerte, contrataron sicarios, prestaron sus casas y negocios para secuestrar y asesinar personas y se lanzaron junto a militares y escuadrones a un exterminio masivo de opositores. Solamente entre finales de 1979 y 1980 fueron asesinadas más de 7000 personas. Monseñor Romero, en un acto de extraordinaria valentía, les ruega, les suplica, les exige y les ordena que paren la matanza, lo asesinan y estalla entonces la guerra civil.

El contexto descrito es el que convierte la última homilía del Arzobispo en una pieza de enorme valor humano y heroico para la historia universal. Monseñor asumió la protección de la gente que sufría la violencia brutal desatada por el régimen, colocó su autoridad moral, su cargo de pastor y el valor que tiene lo sagrado como escudo, sabiendo que las posibilidades de que lo mataran eran muy altas. Monseñor no fue ni activista, ni alentador de la violencia, ni extremista; fue simplemente un buen hombre al que la oligarquía puso contra la pared, o les ayudaba a encubrir los crímenes o asumía los riesgos de denunciarlos. Hizo lo segundo y lo mataron.

En términos históricos y políticos, este crimen y toda la violencia contra los religiosos fue resultado de la ruptura de la Iglesia con el régimen, esto, igual ocurrió en otros países, sin embargo en El Salvador los oligarcas reaccionaron de forma muy violenta y consideraron esa ruptura como una traición. Los obispos los bautizaban y los jesuitas los educaban, no toleraron que los cuestionaran. Plantear que los campesinos tenían derecho a aprender a leer y organizarse fue demasiado. Paradójicamente, hasta los militares estaban hartos de esta injusticia y fundaron en el campo la Unión Comunal Salvadoreña con el apoyo de Estados Unidos. La oligarquía interpretó el cambio de situación en el país y en la Iglesia como una “conspiración comunista” en la que se atrevieron a involucrar hasta el propio presidente de los Estados Unidos, James Carter. Los ciudadanos norteamericanos Michael P. Hammer y Mark Pearlman, asesores para la Reforma Agraria, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte en 1981.

En ningún momento buscaron un acuerdo con la Iglesia para lidiar civilizadamente con lo que estaba pasando. Al tiempo que asesinaban sacerdotes, retiraron a sus hijos de los colegios católicos y fundaron colegios y universidades propias. Los dos grandes periódicos y la televisión lanzaron intensas campañas de odio contra sacerdotes y monjas. La más famosa de las consignas fue: “haga patria, mate un cura”. La Cruzada Pro Paz y Trabajo, usando los periódicos, llamó “grupo de cerebros satánicos conducidos por Ellacuría” a los jesuitas que pocos meses después fueron asesinados. Antes del crimen de Monseñor Romero, Roberto d’Aubuisson amenazó directamente al Arzobispo por televisión advirtiéndole que se cuidara.

No pueden los grandes capitales del país alegar ahora inocencia, sin su poder económico, sin su control sobre los medios y sin su venia política no se habría desatado tanta violencia. La prueba documental del contexto mediático que rodeó el magnicidio de Monseñor y la persecución a los religiosos es basta y sólida. No solo tuvieron algunos oligarcas responsabilidades directas con la matanza, sino que fueron los principales constructores del clima de odio que indujo el asesinato de Monseñor y del resto de sacerdotes. Sin ese clima irracional que crearon jamás habrían ocurrido estos crímenes. No fue casual que no usaran ideólogos e intelectuales para fundar ARENA, sino a un grupo de pistoleros. Frente a esto, la fuerza moral y el poder de la palabra de Monseñor Romero y la brillante inteligencia de Ignacio Ellacuría constituían un peligro. Hay una relación histórica directa entre la fundación de ARENA y el asesinato de Monseñor Romero. No sólo por la autoría material por parte de d’Aubuisson, sino porque el partido mismo se organiza, funda y moviliza en el marco del anticomunismo y la persecución a la Iglesia. El origen de ARENA es una ensalada de Frente Agrario, ANEP, escuadrones de la muerte, Cruzada Pro Paz y Trabajo, los grandes medios y otros instrumentos que coincidieron en atacar a la Iglesia y promover el odio que provocó los asesinatos.

La violencia insurgente fue consecuencia de la violencia represiva del régimen, y no valen simetrías para juzgarlas a ambas como si fueran iguales. Si la violencia la provocaran las ideologías habrían progresado guerrillas en Costa Rica, donde los libros de marxismo leninismo se vendían en las calles. Sin la represión que desató el régimen los guerrilleros no habríamos ido más allá de pequeños grupos. Fue la represión masiva lo que nos convirtió en un poder fáctico y en un ejército insurgente que forzó a negociar en paridad de poder. Las armas no servían para nada sino había gente dispuesta a tomarlas. Es en extremo tonto ahora culpar a sacerdotes y monjas de haber generado la violencia insurgente. Eso equivale a culpar a las víctimas por haber provocado a los victimarios. En otras palabras, sería decir que la culpa la tuvieron los curas por no haber calculado la irracionalidad y violencia con que reaccionaría la oligarquía.

Es absurdo el llamado que ahora hacen los grandes medios de comunicación, ARENA, ANEP y similares a que no se politice el caso de Monseñor, pretenden convertir su muerte en un hecho neutro, sin razones, sin hechores y sin contexto histórico. Es imposible separar el crimen de Monseñor Romero de la historia política del país, porque su asesinato lo volvió parte vital de esta y eso será así por siempre y para siempre. La necesidad de que este hecho sea neutro es de quienes lo mataron y aplaudieron el crimen y no de todos los salvadoreños. Son ellos quienes tienen un conflicto con el acto criminal que cometieron. El Arzobispo no será santo por haber luchado contra dragones, sino por haber enfrentado a un régimen oligárquico y no es el primer santo que nace por enfrentarse a poderes políticos y económicos.

No soy creyente, pero pienso que todos debemos respetar el carácter sagrado de las creencias de los demás. Monseñor Romero es el primer sacerdote en la historia de la Iglesia Católica que es asesinado en una misa durante el Sacramento de la Eucaristía. Cuando Monseñor alzó sus brazos para celebrar el sacramento, su pecho quedó expuesto y en ese instante recibió el disparo en el corazón. Para efectos religiosos, lo asesinaron en la presencia de Dios. No solo fue estúpido matarlo, sino cómo lo mataron. Sólo un sicario disparó, pero los medios que participaron de la campañas de odio, los de ARENA que se alegraron con su muerte, los que ahora se enojan y resisten a que las calles lleven su nombre, los que querían impedir que el presidente Obama visitara su tumba y los que presionaban para que no fuera beatificado, son todos responsables del crimen. Fue una violación monstruosa de lo sagrado en la que evidenciaron una hipocresía descomunal frente a lo que se supone es su propia religión. Sin embargo rezan, van a misa y piden bendiciones. Es imposible creer que sean de verdad católicos o de cualquier religión.

La conversión de Monseñor Romero en un Santo de la Iglesia Católica tiene consecuencias excepcionales para nuestro país: consolidará la figura del Arzobispo como el único salvadoreño presente en la Historia Universal, se convertirá en el principal componente de nuestra identidad nacional, entrará con gran fuerza al imaginario religioso de nuestros pobres, será el patrono que unirá a nuestra comunidad de emigrantes en los Estados Unidos, sus homilías se volverán textos en escuelas y universidades y será venerado por millones de personas más allá de nuestras fronteras que ya lo reconocen como San Romero de América. Se producirá una inevitable relación de Monseñor con la democratización de Latinoamérica por ser el Santo que enfrentó a una de las dictaduras más brutales. Por primera vez en nuestra historia los salvadoreños seremos reconocidos universalmente por la figura de un personaje, honorable, valiente, heroico y de una enorme calidad humana.

Todo esto le plantea a la oligarquía y su partido ARENA un tremendo dilema porque el nacimiento de este último está indisolublemente ligado a la campaña de odio contra la Iglesia, a los escuadrones de la muerte y al asesinato del Arzobispo. El fenómeno religioso, identitario y político que desatará la futura beatificación y canonización de Monseñor apenas comienza. Si intentan ir en contra pierden y si lo hacen a favor también. En la primera se confiesan como asesinos y en la segunda como cínicos. El actual Alcalde de ARENA en San Salvador pretendía poner el nombre del asesino a una calle y el candidato del mismo partido dijo que le haría un monumento a Monseñor. Desterrar el odio que sembraron en su gente contra la figura del Arzobispo puede tomarles muchas décadas y quizás nunca puedan resolverlo. Políticamente necesitarían refundarse, porque no pueden negar su historia y pretender al mismo tiempo venerar al Santo y al que lo mató. Moralmente enfrentan lo que para los salvadoreños creyentes sería sin duda un castigo divino.

Los monopolios y oligopolios industriales en la economía salvadoreña (1978)

Los monopolios y oligopolios industriales en la economía salvadoreña*
Instituto de investigaciones Económicas (UCA)

Introducción

El presente trabajo tiene por objetivo determinar los grados de concentración y desigualdad existentes en las principales ramas y grupos de la manufactura salvadoreña. Para tal efecto, se procede en un primer momento a determinar mediante criterios, ciertamente discutibles, las ramas y grupos de actividad que pueden considerarse importantes. A continuación se procede a determinar, mediante |os índices de Herfindahl y Gini los grados de concentración y desigualdad.

A nuestro juicio, lo anterior no tiene interés en sí mismo, salvo que se utilice para establecer las formas o estructuras de mercado o, lo que es lo mismo, el tipo de competencia que prevalece en las mismas. Sobre esta base, este trabajo intenta clasificar las ramas y grupos principales dominados por monopolios u oligopolios. En un momento final se intenta estimar algunas de las pérdidas que experimenta la sociedad salvadoreña como resultado del dominio monopolista de las principales ramas industriales.

LAS RAMAS Y GRUPOS IMPORTANTES DE LA MANUFACTURA

La manufactura salvadoreña estaba constituida en 1978 por un total de 28 ramas.1 Con el objeto de extraer las ramas más importantes de la manufactura, definiremos el siguiente criterio: serán ramas importantes, aquellas cuyo nivel de participación en el sub-sector, en términos del valor de producción, fue mayor que la tasa media de participación, en ese año,

El cuadro siguiente nos presenta las ramas cuyo nivel de participación en la manufactura fue mayor que 3.7% en 1978 y, por lo tanto, importantes.El presente trabajo se ha basado fundamentalmente en la tesis de Licenciatura de Roberto Rivera Campos y titulada: “La Concentración Manufacturera Salvadoreña: Un Intento de Cuantificación”, Departamento de Economía, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, San Salvador 1983.

CUADRO No. 1

RAMAS IMPORTANTES DE LA MANUFACTURA Y TASA DE CONTRIBUCION AL VALOR DE LA PRODUCClON SECTORIAL 1978

CODIGO 1978
MANUFACTURA 100.0
Alimentos 311-312 19.7
Bebidas 313 6.6
Textiles 321 13.8
Prendas de vestir 322 4.0
Fábricas de papel 341 4.3
Imprentas y editoriales 342 3.8
Químicos industriales 351 5.9
Otros químicos 352 8.1
Petróleo 353 8.1
Productos minerales no metálicos 369 4.8
Total ramas importantes 79.5

Fuente: R. Rivera Campos, “La Concentración Manufacturera Salvadoreña: un intento de Cuantificación” Tesis presentada al Departamento de Economía U.C.A,, San Salvador, 1983. pág. 14.

Del total de 28 ramas de la manufactura, solamente 10 aportaban individualmente más del 3.7% del valor de la producción del subsector en 1978. Esta situación nos presenta un primer nivel de concentración de la producción manufacturera: de un total de 28 ramas sólo 10, esto es el 40.7%, producían el 79.5% de toda la producción manufacturera.

Si penetramos al interior del conjunto de ramas importantes, este primer nivel de concentración se acentúa: el 50.4% de la producción de todas las ramas importantes se concentraba en tres ramas, en 1978; éstas eran las de alimentos, bebidas y textiles.

Referida esta comparación al total de la manufactura, encontramos que estas 3 ramas que representaban el 10.7% del total de ramas del subsector concentraban en 1978 el 40.1 % de todo el valor de la producción.

Cada rama está constituida por un número variado de grupos, en 1978 en la manufactura había un total de 68 grupos. De la misma manera que extrajimos las ramas importantes de la manufactura, así extraeremos de estas ramas importantes a los grupos cuyos aporte a la producción de la correspondiente rama sea significativo. Este procedimiento nos permitirá, —tal como lo mencionamos anteriormente— dedicar nuestra atención a los grupos esenciales de la manufactura.

El cuadro No. 2 presenta las ramas importantes y los grupos importantes que las constituyen, asimismo el valor de la producción de cada grupo y su tasa de participación en la rama correspondiente; a la derecha aparece la tasa media de participación por cada rama.

De los 68, grupos de la manufactura, sólo 17 (25.0%) pueden ser caracterizados como importantes en 1978. El valor de la producción de estos grupos en el conjunto ascendió en aquel año a C1890.5 millones, representando el 68.7% de toda la manufactura. Estamos ante un segundo nivel de concentración, entre grupos importantes y no importantes.

Este segundo nivel de concentración se acentúa al interior de los grupos importantes; 5 grupos concentraban en 1978 el 49.3% del valor de la producción de todos los grupos importantes y, por consiguiente, el 33.8% de la manufactura. Estos grupos son: Aceites, hilados y tejidos, prendas de\vestir, abonos y plaguicidas y refinerías petroleras.

CUADRO No. 2

GRUPOS IMPORTANTES DE LA MANUFACTURA. VALOR DE PRODUCC10N EN MILLONES DE COLONES Y TASA DE PARTICIPACIÓN EN LA RAMA CORRESPONDIENTE EN 1978

Grupo Código Valor producción TP 78 tp
Lacteos 3112 50.0 9.2
Aceites 3115 122.9 22.7
Molinerías 3116 86.3 15.9
Panaderías 3117 104.4 19.3
Alimentos diversos 3121 51.7 9.5
9.1
Bebidas mal. 3133 80.4 44.3
Bebidas gaseosas 3134 71.8 39.5
25.9
Hilados tejidos 3211 307.0 80.9
30.03
Prendas de vestir 3220 121.9 100.0
Envases y cajas 3412 91.3 76.3
33.3
Imprentas y Editoriales 3420 103.5 100.0
100.0
Abonos y plaguicidas 3512 158.2 97.9
33.3
Farmacéuticos y med. 3522 80.2 36.1
Jabones, perfumes y cosmeticos 3523 115.1 51.8
25.0
Refinerías pet. 3530 221.6 100.0
100.0
Cemento, cal y yeso 3692 57.4 743.8
Minerales no metálicos 3699 66.8 50.9
33.3
Total Grupos Importantes 1890.5
Simbología: TP: Tasa de participación del grupo en la rama correspondiente. t.p: Tasa media de participación de los grupos por rama.
FUENTE: Ibíd., pag. 21.

LA CONCENTRACION Y LAS FORMAS DE MERCADO

La concentración industrial hace referencia al grado en que un pequeño número de empresas controlan una gran proporción de una variable de una industria. La problemática en torno a la concentración consiste en los efectos económicos y políticos que genera en la sociedad, a través de las formas oligopolícas y monopólicas de mercado a que da origen.

La relación entre grado de concentración y monopolio ha sido motivo de amplias
discusiones; sin embargo, existe una corriente de opinión que plantea que:
“Los monopolios y oligopolios consisten en la relación de poder entre vendedores o compradores en un cierto mercado; y esta relación de poder depende grandemente del número y distribución de vendedores o compradores en competencia. Las medidas de concentración tratan de expresar el número y distribución de competidores en términos de un parámetro, el cual podría ser considerado, por lo tanto, como una medida directa del grado de monopolio.”2

La concentración puede ser medida tanto en términos absolutos, como en términos relativos; en este último caso se le llama desigualdad. El grado de concentración (absoluta) determina que tan pequeño es el número de empresas que controlan un elevado porcentaje de una variable específica. El grado de desigualdad que tan pequeño es el porcentaje de empresas que controlan un elevado porcentaje de dicha variable.3

Entre las medidas más conocidas de concentración se encuentran las siguientes: 4

1. Coeficiente de concentración; mide el porcentaje del producto controlado por las 3 o 4
empresas más grandes.
2. Indice de Rosenbluth.
3. Indice de Herfindáhl, se calcula sumando los cuadrados de las participaciones de cada empresa en el total del producto.
4. Indice de Hirshman
5. Indice de entropía

Entre las medidas de desigualdad destacan:

l- Indice de Gini; es un número que resume la distancia existente entre la curva de Lorenz y la recta de equidistribución. El diagrama de Lorenz se muestra a continuación.

El índice de Gini representa el doble del área entre la curva de Lorenz y la recta de distribución. En la medida que la curva de Lorenz se aproxima a la recta de equidistribución el área se hace menor, la distribución en el tamaño de las empresas se hace más igual y el índice de Gini se acerca a cero. Por el contrario, una distribución más desigual del tamaño de las empresas aproxima el índice de Gini a 1.

De los índices presentados trabajaremos con el de Herfindahl en cuanto a la medición de la concentración absoluta y con los de Gini en cuanto a la medición de la desigualdad.

Finalmente es necesario definir cuál, será nuestra unidad de trabajo más adecuada y cuál la variable apropiada para determinar la concentración.

La unidad de trabajo será el establecimiento manufacturero con 5 ó más empleados. Aquí se presenta el problema de las firmas que operan en diferentes industrias y que agudizan los efectos de la concentración; sin embargo, las limitaciones de información censal nos impiden considerar tal situación. Con respecto a la variable adecuada para la medición T. Scitowsky identifica 4 variables posibles: el empleo, valor de las ventas, valor agregado, valor de activos.

El que las empresas grandes utilicen tecnologías intensivas en capital y las pequeñas tecnologías intensivas en mano de obra, descarta el uso del empleo y de los activos como variable representativa de la concentración. Esta situación deja al valor de las ventas o al valor de la producción y al valor agregado como las mejores medidas. La selección última dependerá de las disponibilidades de información. En nuestro caso particular por tal motivo utilizaremos como variable el valor de la producción.

El Cuadro 3 presenta los índices de Herfindahl y Gini de los grupos importantes de la manufactura, así como su evolución en el período 1951-78. Destaca el hecho que todos los grupos analizados mostraban índices altos de concentración desde 1951; lo cual parece sugerir que el desarrollo industrial salvadoreño no fue un proceso que se inició a partir de pequeñas empresas iguales, sino más bien por transferencias de fuertes capitales que sólo podrían originarse del excedente del sector primario.6

Los elevados índices de concentración se conservan con algunas variaciones a lo largo de las 3 décadas estudiadas.

Con respecto a la desigualdad la caracterización de los grupos es similar al caso de la concentración En los inicios del proceso de industrialización ya se marca su naturaleza desigual; los índices de Gini son elevados para la mayoría de los grupos, y a lo largo de todo el período tales niveles tienden a conservarse.

Entre 1951 y 1971 casi todos los grupos disminuyeron su índice de Herfindahl, mientras que entre 1971 y 1978, 7 grupos lo disminuyeron, 5 lo aumentaron y 2 lo mantuvieron; esto nos indica que no hubo una sola tendencia en el comportamiento de los grupos analizados individualmente.

En cuanto a la desigualdad, en el primer período la mayoría de los grupos aumentaron su índice de Gini; por el contrario, en la década del 70, 9 grupos lo
disminuyeron y solamente 3 lo aumentaron.

El cuadro 3 nos permite concluir que en las primeras dos décadas de industrialización, la manufactura tendió a ser menos concentrada, pero más desigual; mientras que en la década del 70 las tendencias de concentración no se definen, pero si la desigualdad tendió a disminuir.

A la derecha del cuadro 3 se presenta el orden jerárquico en 1978 de los niveles de concentración Herfindahl y Gini. Los cinco grupos de concentración más elevada en su orden fueron: refinerías de petróleo, bebidas malteadas, abonos y plaguicidas, cemento, y alimentos diversos. El mayor grado de desigualdad en su orden correspondió a: refinerías de petróleo, bebidas malteadas, alimentos diversos, perfumes y cosméticos, y productos lácteos.

Con el objeto de determinar las tendencias en el tiempo de los grupos, se han clasificado los grados de concentración y desigualdad en 4 categorías o estratos 7.

Los cuadros siguientes resumen la distribución de los grupos de industria según las categorías de concentración y desigualdad.

El cuadro 4 muestra que en el periodo 51-71 disminuyó la participación de 35 grupos en el estrato MAC (Muy Altamente Concentrado), que aumentó ligeramente en el estrato AC (Altamente Concentrado), y que disminuyó el estrato MC (Medianamente Concentrado) para incrementar la participación de los estratos PC (Poco Concentrado). Se podría decir, pues, que en ese período se dio una redistribución más uniforme de todos los subgrupos en los diferentes estratos. En el período 71-78 por el contrario, aumentó notablemente la participación de los estratos MAC y AC pasando el primero de 20.0% a 23.5%, y el segundo de 26.6% a 41.2%.

Con respecto a la desigualdad, en el cuadro 5se observa que en el primer periodo considerado, hubo una tendencia a aumentar conjuntamente la participación de los dos estratos superiores, pasando de 54.5% a 73.4%; esta tendencia se invirtió en el siguiente período, mostrando tendencias a uniformizarse la participación de los grupos importantes en los estratos.

Concluimos que en el periodo 51-71 los grupos se redistribuyeron más uniformemente en todos los estratos de concentración; pero tendieron a ocupar estratos de mayores desigualdades y en este sentido podemos decir que la manufactura se hizo menos concentrada, pero más desigual. Por el contrario, en la década del 70 aumentó la participación de los estratos de mayor concentración y disminuyó la de los estratos de mayor desigualdad; es decir la manufactura se hizo más concentrada pero menos desigual.

Analizando las cifras del cuadro No. 6 se deduce que en 1978, el estrato “muy altamente concentrado” participaba solamente con el 1.3% de los establecimientos de todos los grupos importantes de la manufactura; daba empleo al 5.9%; participaba con el 10.2% del total de remuneraciones; y concentraba el 19.2% del valor agregado, el 27.2% de toda la potencia instalada y el 27.4% del valor de la producción.

Tenemos, pues, un tercer nivel de concentración. El cuadro anterior nos indica que en 1978, 8 empresas que representaban el 0.7% del total de la manufactura y que generaban solamente el 3.5% de empleo y el 6.6% de las remuneraciones del sub-sector, concentraban el 18.4% de la potencia instalada, el 13.2%del valor agregado y el 18.8% del valor de la producción de todo el sub-sector.

En 1978, la quinta parte de la producción manufacturera era generada por sólo 6 empresas gigantes; es decir, por el 0.5% del total de establecimientos del sub-sector. La desproporcionalidad se hace aún más aguda si se considera las empresas que empleaban menos de 4 personas. En este caso el 0.06% del total de establecimientos controlaban el 19.43% de toda la producción manufacturera.

PRODUCTIVIDAD, SALARIOS, EXCEDENTE Y ESTRATOS DE CONCENTRACION

Las relaciones que nos presenta el cuadro 7 son evidentes: entre mayor es el nivel de concentración mayores son la productividad, el salario y el excedente generado por trabajador. Asimismo se observa que solamente los estratos MAC y AC se encuentran arriba de los valores medios de productividad, salarios y excedente por trabajador de toda la manufactura.

Es importante destacar que el salario relativo guarda una relación inversa con los niveles de concentración. En la medida en que los niveles de concentración se hacen mayores cada trabajador recibe mayores salarios absolutos, pero menores salarios relativos. El excedente del que se apropia el empresario por cada Colón que paga de salarios es mayor entre mayor es la Concentración:
Se puede concluir que en promedio un trabajador de una empresa que pertenezca a un grupo caracterizado como muy altamente concentrado, será 5 veces más productivo, recibirá el doble de salario absoluto y sólo la tercera parte del salario relativo, y generará 6 veces más excedente que un trabajador de una empresa de los grupos mediano y poco concentrados.
Las causas de las diferencias anteriormente mencionadas se encuentran en la naturaleza de los procesos de trabajo que constituyen los diferentes estratos. En la medida en que la concentración es mayor los procesos de trabajo tienden a ser más intensivos en capital. Tal aseveración se sostiene en el cuadro No. 8.

El cuadro No. 8 nos permite observar qué parte de cada Colón de producción lo constituye el valor agregado; y a su vez, que parte de este valor agregado lo forman los salarios y qué parte los gastos generales, la depreciación y las ganancias, según estratos de concentración. Entre mayor es el nivel de concentración menor es el aporte en valor agregado al producto y menor la participación de los salarios.

Las formas de Mercado Dominantes en la Manufactura

La concentración económica genera efectos negativos sobre la sociedad a través de las formas de mercado monopólicas y oligopolicas a que da lugar.

Pero estas formas de mercado no pueden ser establecidas por un solo indicador económico cuya base de determinación ha sido la economía nacional.8
En una economía como’ la salvadoreña, cuyo empuje dinamizador lo obtuvo principalmente en el Mercado Común Centroamericano, el sector externo juega un papel importante en la determinación de las formas de mercado dominantes.

Con este objetivo en mente, es necesario tener en cuenta la incidencia de las importaciones y exportaciones en la manufactura nacional; esto se hace definiendo los índices de importaciones y exportaciones, así como el grado de abastecimiento del consumo aparente.

a) Indica de Importaciones: Este indicador expresa la proporción de las importaciones con relación al valor de la producción nacional; se obtiene dividiendo el Valor de las importaciones entre el valor de la producción:
Un índice de importaciones elevado nos indica que las importaciones son de tal magnitud, que se establece una fuerte competencia para la producción local 9 tendiendo, por lo tanto, a disminuir el poder oligopólico nacional sobre el mercado y aumentando el grado de competitividad.

Por el contrario un bajo índice de importaciones nos muestra que el sector externo no incide en el poder económico de los grupos concentrados. La competitividad no es significativa y predomina la forma oligopólica de mercado.

b) lndice de Exportaciones: Este indicador expresa la proporción de las exportaciones con relación al valor de la producción nacional: se obtiene dividiendo el valor de las exportaciones entre el valor de la producción:
Un elevado valor de índice nos muestra que el mercado del grupo correspondiente no es el local sino el regional. Por lo tanto la determinación de la forma de mercado a la que se enfrenta debería realizarse en términos regionales y no locales. Un bajo índice de exportaciones nos indica que la mayor proporción de la producción se dedica a abastecer el mercado local.

c) Indice de abastecimiento del mercado interno:
Para definir este índice, es necesario primeramente definir el concepto de consumo aparente, el cual es igual al valor de la producción local menos el valor de las exportaciones netas.

Esta oferta es llamada consumo aparente en cuanto se supone que será consumida en su totalidad, siendo nulas por consiguiente las variaciones de inventario. El índice de abastecimiento del mercado interno nos muestra que proporción del consumo aparente es suplido por la producción local. Se obtiene diviendo el valor de la producción entre el consumo aparente:
Un alto valor de este índice nos muestra la importancia de la producción local en la oferta interna. Un bajo valor, por el contrario, nos indica la presencia de
la producción extranjera en el abastecimiento interno.

Complementando los índices de concentración con los índices del sector externo, podemos intentar establecer un criterio de clasificación de las formas de mercado según sean los valores de los índices anteriormente mencionados 10. La teoría de los oligopolios no define un límite en el número de empresas dominantes de un mercado, por esta razón la caracterización de las formas de mercado se basará fundamentalmente en el rango en que se encuentre el índice de Herfindahl; a su vez el valor del índice de Gini nos permitirá conocer la presencia o ausencia de empresas pequeñas en torno a las empresas dominantes del grupo. Por otra parte los índices del sector externo nos indicarán si estos grupos son abiertos o cerrados a las importaciones y exportaciones

Los criterios han sido adoptados en base a las siguientes observaciones; Si el índice de Herfindahl es 1.0, estamos frente a un. monopolio puro. Si Herfindahl se haya entre 0.50 y 1.0, se pueden presentar dos casos:
a) existe en el grupo una sola empresa dominante rodeada de una cierta cantidad de empresas pequeñas, en cuyo caso el índice de Gini será mayor que cero; b) hay dos empresas gigantes iguales sin presencia de empresas pequeñas; éste es el caso extremo y le corresponde un índice de Gini igual a cero. En ambos casos podemos hablar de oligopolios concentrados.

Si Herfindahl está entre 0.25 y 0.50, de igual manera se pueden presentar dos casos: a) hay dos o tres empresas dominantes rodeadas de empresas pequeñas; estos grupos tendrán índices de Gini diferente de cero; b) existen sólo 4 empresas gigantes sin participación de empresas pequeñas; este es el Caso limite y le corresponde un índice de Gini igual a cero. Se trata, por consiguiente, de un máximo de 4 empresas dominantes, por esta razón les llamaremos a estos grupos simplemente oligopolios.

Con respeto al sector externo hemos establecido un límite de 10% en los índices de las importaciones y de las exportaciones para definir la apertura al exterior, dado que muy pocas empresas no tienen relaciones comerciales externas. De esta manera para nuestros objetivos hemos considerado que índices abajo de 0.10 no representan una apertura significativa como para afectar una forma de mercado determinada a partir de H, y en este sentido se definen cómo cerradas al exterior. Se ha establecido, asimismo, un límite superior de apertura externa de 0.50, a partir del cual la forma de mercado determinada exclusivamente por H se alterará notablemente.

El cuadro No. 9 resume los criterios de determinación de las formas de mercado a partir de los índices de concentración y del sector externo.

El cuadro No. 10 presenta los valores de los diferentes índices para cada grupo concentrado de la manufacturera salvadoreña; asimismo a la derecha se presenta la correspondiente forma de mercado de acuerdo al criterio que antes definimos.

De los 17 grupos importantes de la manufactura salvadoreña sólo 10 tenían en 1978 índices de concentración arriba de 0.25. De ellos dos eran monopolios y no tenían competencia del exterior; estos grupos eran el de bebidas malteadas (3133) y el de refinerías de petróleo (3530). (Constancia y RASA)

Dos grupos se caracterizaban como oligopolios concentrados, ambos con H de 0.50. El grupo de cemento (3692) mostraba un G de 0.00,‘ lo cual nos indica que se trataba de sólo 2 empresas gigantes CESSA y MAYA y ninguna empresa pequeña; este grupo era cerrado a las importaciones y ligeramente abierto a las exportaciones. El otro grupo de abonos y plaguicidas l3512) tenia un G de 0.45 indicándonos que se trataba de una sola empresa gigante –FERTICA- y muchas empresas pequeñas; este grupo era altamente abierto a las importaciones, alcanzando su IM un valor de 0.81. Esta apertura al exterior disminuye drásticamente el poder económico de la empresa gigante sobre el mercado; por tal razón no será considerado como oligopolio concentrado.

Los restantes 6 grupos se caracterizaban como oligopolios y mostraban valores de G diferentes de cero. Eran por lo tanto grupos donde existía a lo sumo 3 empresas gigantes rodeadas de muchas empresas pequeñas. Dos de ellos Molinerías (3116) y bebidas gaseosas (3134) eran cerradas a las importaciones y a las exportaciones. Los restantes 4 grupos eran abiertos a las importaciones, pero con valores de IM bajos que oscilaban entre 0.23 y un máximo de 0.37. Por ser relativamente bajos los valores de IM en estos grupos, la
influencia del sector externo no es lo suficientemente fuerte como para alterar las formas de mercado oligopólicas de estos grupos.

En general se puede concluir que en 1978 las importaciones solamente volvían más competitivo el mercado de abonos y plaguicidas; en las restantes industrias se conservaba las formas de mercado oligopólicas y monopólicas a pesar de una pequeña apertura a las importaciones en algunos inercados.

En cuanto a los índices de exportaciones notamos el predominio de las industrias cerradas a las exportaciones. De las 10 industrias analizadas en 1978, 6 poseían índices de exportaciones menores que 0.10 y por lo tanto se caracterizaban como cerradas: 3 tenían índices de exportaciones mayores que 0.10 y menores que 0.25; y sólo 1 llegaba tan alto como 0.47. Esta observación es importante en cuanto que se refiere a los grupos más importantes de la manufactura salvadoreña y como ya vimos los más dinámicos y de vanguardia tecnológica y señala que su mercado de explotación es el local y sólo ligeramente el regional.

Esta conclusión destaca: por un lado el evidente desaprovechamiento de las economías de escala a que condujo el modelo implantado de desarrollo industrial; por otro, como en el proceso de integración centroamericana de los años 60 predominó el criterio de libre mercado que prioriza las ganancias del gran Capital y no el de máximo aprovechamiento del mercado ampliado para un desarrollo nacional eficiente.

Con respecto al capital extranjero que penetró las manufacturas centroamericanas en la década del 60, la conclusión anterior estaría cuestionando la concepción tradicional de que la estrategia de la inversión extranjera fue la explotación regional y estaría planteando que el mercado interno no puede ser subestimado en el papel que desempeña en la valorización del capital “internacional”. Más parecería que en Centroamérica se dió una repartición del
mercado regional y sólo en un menor grado de importancia la especialización de empresas en la explotación regional.

Estamos, por consiguiente, ante un segmento oligopolizado de la manufactura salvadoreña dedicado principalmente a la explotación del mercado local y cuya participación en el sub-sector es significativo, como lo muestra el siguiente cuadro. . ‘ ‘
El cuadro No. ll nos permite concluir que el 31 .7% del valor de la producción, el 27.4% del valor agregado y el 30.8% del excedente de toda la manufactura es creado dentro de formas de mercado oligopólicas y monopólicas.

Asimismo se observa que es el oligopolio el que aporta la mayor producción dentro de las tres formas definidas, contribuyendo con cerca de la quinta parte de toda la producción manufacturera.

Los porcentajes anteriores subestiman la verdadera magnitud del segmento oligopolizado, pues este ha sido obtenido investigando solamente al conjunto de grupos importantes de la manufactura, el cual representa el 57.8% del total. Si las tendencias observadas en estos grupos se conservaran en el conjunto no investigado podríamos esperar, mediante extrapolación, que el 46.1% del valor de la producción, el 39.8% del valor agregado y el 43.9% del excedente de la manufactura fuera creado bajo formas oligopólicas y monopolicas.

Es claro, por lo tanto, que la manufactura salvadoreña se caracteriza por la
existencia de un segmento significativo que opera en mercados oligopolizados. Cerca de la tercera parte de la producción manufacturera, en el caso subestimado, o así la mitad, en el caso de la estimación por extrapolación, sería realizada bajo una de estas formas de mercado.

UNA ESTIMACION CUANTITATIVA DEL COSTO SOCIAL DE LA
CONCENTRACION MANUFACTURERA.
,
Cuando iniciamos esta investigación lo hicimos con el convencimiento de que la concentración económica, resultado de las leyes más generales del sistema capitalista en cuanto generadora de efectos negativos tanto económicos como políticos, es una de las múltiples causas del conflicto político y social en que se debate actualmente la sociedad salvadoreña.

En este sentido consideramos que este trabajo quedaría inconcluso si nos conformáramos únicamente con demostrar los altos niveles de concentración en la manufactura
salvadoreña y no trataremos de al menos estimar los efectos negativos antes mencionados. T. Scitovsky en su artículo “Economic Theory and the measurement of Concentration”l3, distingue, como resultado de la concentración tantos efectos directos como indirectos. Entre los primeros clasifica a los efectos en la distribución del ingreso y del poder político y social, en la asignación de recursos, y en el progreso tecnológico. En los segundos caracteriza a los que actúan sobre el empleo resultado indirecto de todos los efectos directos.

La distribución del ingreso es afectada por la concentración debido a su influencia en el margen de beneficio y a los altos precios en el mercado de productos, así como por los precios pagados por los insumos en el mercado de factores. El progreso técnico se afecta debido a los secretos de las industrias en cuanto a los nuevos inventos.

El monopolista puro alcanza su equilibrio en aquel punto en el cual el costo marginal es igual al ingreso marginal, ofreciendo qo al precio Po. En una situación de competencia perfecta con un precio de mercado Po la oferta de este empresario aumentaría hasta qo. El valor adicional que recibiría la sociedad está representada por el área qoN0qO y el costo para producirlo por el área qo-M0qó.

La ganancia de la sociedad, por lo tanto, sería el área MNO. Obviamente el monopolista deja de producir una cantidad de bienes cuyo valor para la sociedad está representado por el área sombreada. A propósito de este costo social T. Scitovsky dice lo siguiente14: “Cuando los oligopolistas venden a precios arriba de los costos marginales los precios relativos dejan de funcionar como índices de escasez y demanda relativas… demasiado poco será producido y muy pocos recursos utilizados”.

El costo social de la existencia de un monopolio puro está representado por el área NMO y puede ser estimado de la siguiente manera: Si el monopolista opera con una función de producción homogénea de grado1, sus costos marginales en el largo plazo serán constantes15 y por lo tanto su elasticidad costo marginal tenderá a infinito.

El costo social del monopolio es función directa del valor de la producción e in-
versa de la elasticidad precio de la demanda del producto en cuestión. La aplicación directa de la ecuación del costo social está limitada por la no disponibilidad de la elasticidad precio de la demanda; para solventar parcialmente tal limitante haremos uso de la ecuación de homogeneidad de las elasticidades.

La aplicación de la ecuación anterior para calcular la elasticidad precio de la demanda presenta dos limitaciones a este trabajo: por un lado desconocemos los valores de la elasticidad cruzada, y por otro, no disponemos—de todos los valores de la elasticidad ingreso. Estas limitaciones nos obligan a establecer dos supuestos que al menos nos permitan definir el rango en que se encuentra el costo social del segmento oligopolizado de la manufactura; éstos son:
1. La elasticidad cruzada de los mercados oligopólicos es pequeña y podría estimarse entre 0.1 y 0.5. Las razones que sustentan este supuesto son las siguientes:
La elasticidad cruzada de la demanda de un producto depende de la existencia de sustitutos cercanos; en la medida en que nos acercamos a un monopolio puro dicho valor se aproxima a cero, y tiende a infinito en la competencia perfecta16.

El grado de sustitulbilidad está influenciado también por el tamaño relativo de las producciones del bien en cuestión y de sus posibles sustitutos, es decir, si la oferta de los bienes sustitutos no es suficiente para absorber una demanda significativa desviada del otro bien, un cambio en los precios de los productos sustitutos no alterará mucho la demanda del otro producto. Por otra parte campañas de publicidad intensivas pueden eliminar cualquier grado de sustitubilidad existente entre productos.

Las condiciones señaladas se aproximan a las existentes en las industrias que en este trabajo hemos llamado oligopólicas. Para los productos petróleo, cemento y minerales no metálicos, cuya elasticidad ingreso desconocemos, supondremos que su elasticidad precio
varía entre —-O.5 y 1.0. Los productos mencionados se caracterizan por ser inelásticos, debido generalmente a que su demanda depende de factores estructurales de la economía y una variación de los precios incide sólo levemente en la demanda del producto.

Las tremendas elevaciones de precio en el petróleo durante la década del 70 en las cuales la demanda de dicho producto no se redujo en las mismas proporciones muestran su naturaleza inelástica.

Pugnas y alianzas en la banca salvadoreña 2004-2014

Pugnas y alianzas en la banca salvadoreña 2004-2014 10 de febrero de 2015
Introducción
La decisión del Citi de vender sus bancos en Centroamerica ha despertado las ambiciones y maniobras de diversos actores financieros locales y extranjeros, en un último capítulo de una cadena de fusiones y alianzas que han caracterizado en los últimos años al sistema bancario salvadoreño. Ya antes se había ido el británico HSBC y hoy se va el estadounidense Citi. La cancha parece que queda libre para los intereses financieros de los experimentados equipos colombianos.

Es un nuevo momento histórico, el sexto luego del surgimiento de la banca a finales del siglo XIX, del viraje producido durante la dictadura de Martínez, de los cambios vinculado a los procesos de industrialización de mediados del siglo pasado, de la nacionalización contrainsurgente, de la reprivatización neoliberal y hoy de la internacionalización globalizante.

Una de las características del capitalismo periférico salvadoreño es que la banca desde su surgimiento en 1880 estuvo atada a los grupos productores y exportadores de café, nacional pero orientada hacia el mercado internacional. Nos insertamos como productores de productos primarios, cacao, añil, café, caña de azúcar, algodón. Fue una banca nacional creada al servicio de los intereses oligárquicos de los cafetaleros.

Es hasta la primera década del siglo XXI que esta tendencia se rompe y que la globalidad imperial nos impone en diciembre de 2004 un acuerdo comercial con Estados Unidos, el CAFTA. Luego de esta imposición imperial del capitalismo globalizador, la banca junto con otros sectores estratégicos de la economía salvadoreña fue subordinada y hasta devorada por las grandes corporaciones internacionales financieras. Atrás quedaron 125 años de control de la banca por grupos empresariales locales, los cuales por medio de sus representantes se mantuvieron, pero ya en calidad de empleados.

Es por esto que al observar la conducta de los principales actores del sistema bancario salvadoreño, en la última década, presenciamos diversos desplazamientos que rompen con la estructura surgida en 1990 luego de la reprivatización de la banca, y que reflejan tanto la pugna creciente como la construcción de poderosas alianzas entre grupos financieros nacionales e internacionales, en el marco de la compleja transición vigente del capitalismo periférico al capitalismo globalizado.

Pueden registrarse en esta década cuatro niveles de avance de la concentración bancaria. El primero es el surgido en 1990 y caracterizado por una banca al servicio de una nueva oligarquía financiera y sus principales bloques empresariales, que utilizó el manejo del estado- conquistado en 1989 por los grupos empresariales de ARENA- para consolidar su control sobre la banca. Era entonces una pugna y sistema de alianzas entre grupos empresariales salvadoreños. Aunque ya en este periodo, en 1997 el Scotiabank rápidamente se apoderó del banco Ahorromet.

Un segundo momento aparece al entrar en escena en 2005 el canadiense Scotiabank y adquirir el Banco de Comercio y de esta forma insertarse en el ranking bancario y pasar ya en el 2008 a ocupar la cuarta posición. El canadiense Scotiabank fue la punta de lanza de la banca internacional para penetrar en El Salvador, pero no tuvo la capacidad ni se tomó el riesgo de comprar al Banco Agrícola, la joya de la corona, por lo que se vio luego desbordada por el capital colombiano.

Un tercer momento inicia en el 2006 cuando vemos aparecer en el horizonte bancario las luminarias de neón del inglés HSBC, del estadounidense Citi y del sudamericano Bancolombia, los cuales habían devorado a los tres principales bancos locales, al Salvadoreño, Cuscatlan y Agrícola, respectivamente.

A continuación, en julio del 2010, el Grupo Aval de Colombia, uno de los conglomerados financieros más grande ese país conformado por el Banco de Bogotá, Banco de Occidente, Banco AV Villas, Banco Popular y el fondo de pensiones AP Porvenir, suscribió un contrato de compraventa de acciones con GE Consumer Finance, relativo a la adquisición del 100% de las acciones del Grupo BAC Credomatic, incluyendo la sucursal salvadoreña. En diciembre de 2010 el Grupo Aval era ya dueño de BAC Credomatic.

Luego, en noviembre de 2012, vino otra movida de cumbia colombiana, se formalizó la compra de las operaciones financieras y de seguros, del Banco HSBC en El Salvador, por parte del Banco Davivienda, del también colombiano Grupo Bolívar.

Un cuarto momento comienza el año pasado, 2014, cuando por primera vez los bancos colombianos pasan a ocupar las posiciones primera, segunda y cuarta del ranking bancario. Scotiabank y Citi son desplazados a las posiciones tercera y quinta. Los colombianos pasan a formar la parte decisiva del grupo hegemónico de la banca salvadoreña. En este momento la pugna es interna y el sistema está hegemonizado por el grupo Bancolombia, dueño del antiguo Banco Agrícola Comercial. Y posiblemente este año presenciemos otros cambios.

El abordaje de este singular proceso financiero de concentración y fusión bancaria, clave para entender la actual correlación de fuerzas en el plano político, se realiza mediante el estudio de la evolución histórica de los activos de los bancos que ocupan las cinco primeras posiciones del ranking local, de acuerdo a informaciones de la Superintendencia del Sistema Financiero salvadoreño y de entes similares regionales.

I. La banca reprivatizada 1990-2004

En 1989 los sectores oligárquicos aglutinados en ARENA ganan la presidencia e inician desde este espacio privilegiado, un proceso de reversión acelerada de las medidas reformistas implementadas en marzo de 1980, bajo el patrocinio estadounidense, en el marco de una estrategia de contrainsurgencia.

Estas medidas incluyeron la nacionalización de la banca y del comercio exterior, además de un proyecto de reforma agraria, que independientemente de sus fines, modificó profundamente el sistema de tenencia de la tierra y golpeó a poderosos sectores terratenientes de la antigua oligarquía agro-exportadora, lo cual se vio reflejado en su desplazamiento del control de los bancos principales del país.

Ya en 1990 el gobierno de Alfredo Cristiani se encargó de distribuir entre sus principales aliados del nuevo bloque de poder los principales bancos, luego de ser “saneados” de sus cuantiosas deudas. De las cenizas de este reparto surgen cinco grandes bancos: el Agrícola Comercial, Cuscatlán, Salvadoreño, Comercio y de Desarrollo, que representan a cinco nuevos grandes grupos oligárquicos. Es un nuevo bloque de poder, relacionado pero diferente al que se inicio la guerra, son nuevos actores, con una visión más globalizada. Y por su peso en la actualidad agregamos a este listado el grupo del Scotiabank, antes Ahorromet.

Los principales bancos

Gráfico 1. Ranking bancario salvadoreño 1999 y 2013
1999 2013
1. Banco Agrícola Comercial (1) 16,138,487 (Colones)* $1,844,398 1. Banco Agrícola (Bancolombia) $3,789.95
2. Banco Cuscatlan (2) 13,988,432 (Colones) $1,598,677 2. Scotiabank 1,921.46
3. Banco Salvadoreño (3) 8,468,224 (Colones) $967,797 3. Davivienda 1,890.31
4. Banco de Comercio (4) 7,462,999 (Colones) $852,914 4. Citibank de El Salvador 1,749.31
5. Banco Desarrollo (5) 5,127,328 (Colones) $585,980 5. Banco de América Central (Banco de Bogotá) 1,466.84
6. Ahorromet Scotiabank (6) 3,698,135 (Colones) $422,644
1. Comprado por Bancolombia 2. Comprado por Citigroup. 2. Comprado primero por HSBC, y luego por Davivienda 4. Comprado por Scotiabank 5. Absorbido en junio de 2000 por Banco Agrícola Comercial 6. El 52.5 de acciones eran de Scotiabank. * La tasa de cambio es: 8.75 Colones por 1 US dólar. Fuente: elaboración propia y SSF.

1. Banco Agrícola Comercial
Era y continúa siendo el buque insignia de sistema bancario salvadoreño. El banco Agrícola Comercial saneado y reprivatizado es conducido por la familia Baldocchi Dueñas, por lo que en 1992 ingresa como Presidente del banco, el Ing. Archie Baldocchi Dueñas hasta su muerte en junio de 2003. Es un nuevo equipo diferente del grupo inicial desplazado en1980 y de nuevo hecho a un lado en 1990.
Y Archie no llega solo sino se hace acompañar de un nuevo grupo empresarial que lo integra la familia Schildknecht, por cierto Roberto Schildknecht asume la dirección del banco luego de su fallecimiento, hasta la venta del banco en 2006. Pero llegan también las poderosas familias Kriete-Avila, hoy socias minoritarias de Avianca; Palomo Deneke, Araujo Eserski (que hoy encabezan el esfuerzo por crear el Banco Azul), Cohen y los poderosos Meza, que incluye al famoso Roberto Murray Meza, nada más y nada menos que actual Presidente del Fomilenio II.

El Banco Agrícola Comercial había sido creado en 1955 por un “grupo de agricultores, ganaderos y comerciantes con fuertes interés en urbanizaciones” (Castellanos 2002), dirigidos por los núcleos empresariales Sol-Millet y Escalante Arce, que antes habían sido parte del Banco Salvadoreño pero habían decidido separarse. Durante todo este periodo que concluye en 1980 su presidente es su mismo fundador, el sonsonateco Luis Escalante Arce, hábil banquero y cuadro financiero, casado con Marta Sol Araujo, hija del cafetalero Benjamín Sol Millet. Escalante Arce había acumulado experiencia como empleado del Banco Salvadoreño desde 1937.

En diciembre de 2006 Bancolombia adquiere el Banco Agrícola a un costo aproximado de 900 millones de dólares. Y al comprarlo asegura también el sector seguros (Asesuiza) pensiones (AFP Crecer) e intermediación bursátil (Bursabac). En enero de 2001 Bancolombia vendió AFP Crecer por 103 millones de dólares a la también colombiana Protección, y Asesuiza fue adquirida por Sudamericana, ambas pertenecientes al poderoso Grupo Sura, con inversiones en sectores financieros, seguros, pensiones, seguridad social, alimentos, cementos y energía.

2. Banco Cuscatlán

El Banco Cuscatlán ocupaba la segunda plaza del mercado bancario y luego de ser saneado y reprivatizado, aparece en 1990 conducido por un nuevo equipo encabezado por el mismísimo ex presidente Alfredo Cristiani Burkard, en una interesante alianza tanto con el núcleo familiar de capital árabe Bahaia, como con el núcleo de capital judío de Sola, lo que se revela a través del director suplente del Grupo Financiero Cuscatlán, nada más y nada menos que el judío-salvadoreño Diego Herbert de Sola Jokish, director de Inversiones Bolívar. En el caso del Banco Cuscatlán, este fue creado en 1972 por Roberto Hill quien lo dirigió hasta marzo de 1980. En 1990 ha desaparecido del mapa de este banco.

En septiembre de 2008 finalizó la adquisición por parte de Citigroup del Banco Cuscatlán, incluyendo el sector seguros (Sisa), el sector pensiones (AFP Confía) y de intermediación bursátil ( Corfinge ). En octubre de 2014 Citi anunció que venderá su banca de consumo en El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Frente a ese anuncio diversos intereses bancarios se han movido para adquirir este segmento de banca salvadoreña, incluyendo al hondureño Banco Atlántida, quien ha manifestado interés en adquirir el apetecido fondo de pensiones Confía.

3. Banco Salvadoreño

El Banco Salvadoreño ocupaba la tercera posición del mercado bancario y luego de ser saneado y reprivatizado aparece en las manos de sectores del capital árabe, en particular la familia Simán, en alianza con la familia Salume.

El Banco Salvadoreño fue fundado en 1885, el más antiguo todavía funcionando, y por largas décadas fue controlado por las familias Quiñonez y Guirola, cafetaleros de la zona central, con sede en Santa Tecla (Castellanos 2002). El último presidente de esta etapa que finaliza en marzo de 1980 fue Carlos Alberto Guirola Klein (Colindres 1977). Guirola Klein no solo perdió un banco, sino fue afectado también en sus propiedades agrarias, incluyendo la Hacienda Cangrejera, en la Libertad. Era hijo del también banquero y presidente del Banco Salvadoreño, Carlos Alberto Guirola Drews.

En 1990 se pone fin a la privatización de la banca, después de 10 años de estar en vigencia, pero el banco no regresa a manos de los Guirola sino que el Banco Central de Reserva nombra a Don Félix José Simán como presidente de Banco Salvadoreño. Don Feliz, presidente todavía en 2001, cede su puesto a la primer mujer presidenta de un banco, María Eugenia de Brizuela, quien luego realiza la venta de sus activos y pasa a formar parte del equipo ejecutivo de HSBC.

En julio de 2005 el Banco de Construcción y Ahorro (BANCASA), conducido por el núcleo árabe Zablah Touché y las familias García Prieto y Palomo, es absorbido por el Banco Salvadoreño. En el 2006 este banco fue adquirido por el grupo panameño Banitsmo, el cual fue a la vez comprado ese mismo año por el británico HSBC, con lo cual pasó a ser parte de este banco internacional. En enero de 2012 el colombiano Davivienda llego a un acuerdo con el británico HSBC para adquirir sus filiales en El Salvador, Honduras y Costa Rica.

4. Banco de Comercio

El Banco de Comercio ocupaba la cuarta posición del mercado bancario que surgió de la reprivatización de 1990. El presidente diez años después, en 1999 -2000, era José Gustavo Belismelis Vides, del poderoso núcleo empresarial Belismelis, que gobernaba en alianza con las familias Freund y Sol-Millet. El grupo Sol Millet fue crucial en la creación del Banco Atlacatl, que se fusiono en 1999 al de Comercio. El banco de Comercio fue creado en 1950 por cafetaleros de las tres zonas del país, Dueñas, Regalado, Hill, García Prieto (Castellanos 2002). El Banco de Comercio fue adquirido en enero de 2005 por el Scotiabank.

5. Banco de Desarrollo

El Banco de Desarrollo ocupaba la quinta posición del mercado bancario salvadoreño en el año 2000. Su presidente desde 1990 era el cafetalero y dirigente de ARENA, el ahuachapaneco José Antonio Salaverría Borja. El vicepresidente era José Adolfo Salume Artiñano, fundador y dueño del recién creado partido Democracia Salvadoreña.

Este banco fue adquirido en junio del 2000 por el banco Agrícola Comercial.
Ahorromet Scotiabank. El Ahorromet era el sexto en importancia luego de la reprivatización de la banca en 1990. En1999 el 52.5 de las acciones estaban ya en manos del canadiense Scotiabank que finalmente terminó absorbiéndolo. El presidente del banco en el 2000 era Juan Federico Salaverría Prieto y el secretario era José Ángel Quiros. En este banco aparece la poderosísima familia Poma, dueña del Grupo Roble. El segundo director es Luis Eduardo Poma Delgado. Y también aparece el núcleo Llach Hill.

II. La evolución de la banca salvadoreña 2004-2014 (En dólares EE.UU.)
POS. BANCOS 08 dic 09 dic. 10 dic. 11 dic. 12 dic. 13 dic. 14 dic.
1 Agrícola 3,856.8 3,864.5 3,749.7 3,624.1 3,833.0 3,995.9 4,039.4
2 Cuscatlan/Citibank/Citibank/
Citibank/Scotiabank/Davivienda/Davivienda 2,698.5 2,481.5 2,253.9 2,114.8 1,951.17 2,051.6 2,118.4
3 HSBC/Scotiabank/HSBC/
Scotiabank/Citibank/Scotiabank/ Scotiabank 2,149.8 2,007.9 1,899.3 1,955.8 1,877.1 2,020.8 1,973.7
4 Scotiabank/HSBC/Scotiabank/ HSBC/
Davivienda/Citibank/BAC 2,085.5 1,843.6 1,867.6 1,801.5 1,865.7 1,690.4 1,721.5
5 BAC/BAC/BAC/BAC/BAC/
BAC/Citibank 1,086.4 1,109.0 1,194.6 1,242.0 1,376.4 1,534.2 1,583.1

POS BANCOS 04 jun. 05 jun. 06 dic. 07 dic.
1. Agrícola 2,841.6 2,969.1 3,377.3** 3,652.6
2 Cuscatlan 2,560.0 2,487.7 2,583.6 2,624.2***
3 Salvadoreño/Salvadoreño/ Salvadoreño/ HSBC 1,742.6 1,762.6 2,016.9* 2,115.3
4 Scotiabank 407.6 1,556.0**** 1,728.2 1,948.1
5 BAC 370.1 409.7 540.8 874.0

*HSBC compra en julio de 2006 a Banitsmo, que incluye al Banco Salvadoreño. **Bancolombia compra en diciembre de 2005 a Banco Agrícola *** Citigroup compra el marzo de 2007 a Banco Cuscatlan ****Scotiabank absorbe en enero de 2005 al Banco de Comercio

En el periodo que va del 2004 al 2014 detectamos varias tendencias. En primer lugar el ahora colombiano Banco Agrícola conserva la supremacía bancaria. Es una posición muy difícil de diputar dada la ventaja existente que casi dobla al más cercano competidor, era así durante el periodo de la banca nacional y lo es hoy mucho más. Con respecto al por dos años ya segundo lugar, el ahora colombiano Davivienda, es el heredero del Cuscatlán, pero su posición es constantemente disputada por el canadiense Scotiabank.

En relación al tercer lugar, Scotiabank mantiene esta posición durante los últimos dos años, pero puede avanzar o retroceder. En la cuarta posición aparece este 2014 por primera vez el colombiano BAC Credomatic y seguramente mantendrá este lugar. En el caso del Citi, que va de salida del circuito bancario salvadoreño, observamos una clara tendencia a la pérdida de posiciones, ya que cae desde la segunda posición que mantuvo en los años 2009, 2010 y 2011, pasando a la tercera posición en 2012, a la cuarta posición en 2013 y a la quinta el 2014. El 2015 seguramente cambiara de dueño.

En conclusión la banca colombiana mantiene una posición hegemónica en el sistema bancario salvadoreño a la vez que avanza en otras áreas, incluyendo el sector hoteles, ya que la cadena hotelera colombiana GHL construirá el Hyatt Place, ren el centro comercia Las Cascadas, de Antiguo Cuscatlán. Controlan los colombianos el 53% de los activos totales del sistema financiero. Una posición que únicamente es compartida con la banca canadiense y con quienes compren la banca comercial de Citi. Estaremos pendientes.

La política rebajada a mercadería

LA POLITICA REBAJADA A MERCADERÍA
“El poder político no es sino el tercer poder.
Antes está el poder económico y en segundo el poder mediático”.
Ignacio Ramonet

Oscar A. Fernández O.
Desde que el Presidente Obama se convirtió en el símbolo de todo aspirante al éxito mediático, los “neo” políticos se parecen mucho. Ahora desfilan por el escenario como en las galas de televisión y coquetean con lasemociones, como los actores y actrices en la gala de los premios Oscar. Sonríen a todas horas y hablan en sucesiones de mensajes de treinta segundos. Escriben en blogs (ignorando los comentarios), compadrean en Twitter (bloqueando a los críticos) y se retocan con Photoshop (y otras técnicas no tan sutiles)

Por supuesto, no estoy generalizando y no todos los políticos se han dejado domesticar por las promesas de este marketing mal entendido al servicio del poder por el poder. Algunos políticos, convencidos de que la comunicación es una herramienta imprescindible para su labor pública, detestan, en todo caso, las servidumbres que obligan a simplificarlo todo para hacerlo más digerible. Más emotivo y vendible. Más manipulable.
Pero la máquina no puede parar. Son los signos de los tiempos. O te acoplas o te quedas fuera del tinglado, se suele afirmar con frivolidad. Antes el asesor de un político se dedicaba a marcar una estrategia y leer mucho. Hoy en día tiene que estar a la última en tintes de pelo y pendiente de que a su político no le sude demasiado el sobaco o se agarré a palabrotas con el público en las redes sociales. En fin, muchos asesores se han convertido en chamanes del autobombo, adictos a los libros de autoayuda y toda esa publicidad de correspondencia que venden los “gurús” del posmodernismo.
No estoy en contra de los políticos, soy yo uno de ellos, creo que los políticos de ahora son mejores y están más preparados e instruidos, pero reconozcámoslo, muchos de ellos, embaucados por el marketing político, son menos auténticos, más frívolos y nos tratan como si fuéramos idiotas.
La competencia por el poder entre los partidos políticos, así como la presencia de diversos factores en el sistema político, y en particular la nueva naturaleza de los medios de comunicación, instituidos como el nuevo espacio público y lugar privilegiado de la política, son elementos que han sido determinantes en la aparición del marketing político. Los medios, con sus reglas comerciales (y políticas), no les han dejado hasta el momento a los actores políticos otra salida que ajustarse a sus criterios y, en consecuencia, los han empujado a incursionar en la escena mediática a través del uso del marketing como respuesta ante la capacidad de influencia delos medios sobre el espacio de la comunicación política y del presunto poder de la imagen sobre el discurso racional. En este sentido, el uso del marketing político se puede pensar como una consecuencia relacionada con el poder de los medios. Estamos cayendo en la trampa de reducir la política, esencia del ser humano, a frases des contextuadas, muchas veces ininteligibles y a poses exageradas que semejan la publicidad de pantalones Levi’s.
Muchos estudiosos del tema (Morato, 1898; Qualter, 1994; Sartori, 1998 y otros) han establecido la tesis que la democracia está siendo reducida a unos procesos electorales competidos pero con un escaso o nulo debate de ideas y propuestas políticas, en los que los partidos y candidatos sustentan las campañas políticas no tanto en sus propuestas y planteamientos ideológicos, sino en torno a las características carismáticas de los candidatos y procurando seguir casi siempre las pautas del mercado político.
Es un fenómeno que se puede advertir en los mensajes o temas insertos en la publicidad política (la cual está apoyada en los estudios de marketing político) transmitida a través de los medios, en donde los políticos, más que exponer al público sus programas de gobierno e ideas, proponen personas para solucionar los conflictos sociales. (Murillo: 2005) De esta manera, el uso de la publicidad política en los medios sobresale no tanto por informar, sino por persuadir, por valerse de las emociones, seducir, y si presenta alguna información, es sólo aquella que sirve para apoyar la idea central del mensaje: el candidato y no los programas de gobierno (Kaid, 1999).
G. Sartori, relacionando los conceptos democracia y sociedad de la información, dice que ésta última nos inunda con información trivial e insuficiente lo que trae como consecuencia el desarrollo de “sub ciudadanos”, es decir, ciudadanos totalmente desinformados, no interesados e ignorantes. Lejos de informar a la ciudadanía sobre asuntos públicos de interés público, los medios de comunicación masiva, como mediadores entre el sistema político y la sociedad civil, consideran información cualquier cosa que esté en la red, sub informando y desinformando es decir, entregando información insuficiente y distorsionada. (Sartori, 1999)
Para Fernando Mires los medios son indispensables en un proceso de manufactura del discurso, lo que prueba una vez más su doble carácter: por una parte son agentes que modelan e incluso manipulan la opinión pública, pero, por otra, la transcriben. “Los medios, independientemente de muchas de sus consecuencias negativas, documentan periódicamente el malestar frente a la política, a la economía y a la cultura.” “No hay crítica a lo político sin recurrencia medial” (Mires, 97: 136)
Bourdieu señala que “los medios son, en su conjunto, un factor de despolitización que actúa, evidentemente, de manera prioritaria sobre las fracciones más despolitizadas del público, más sobre mujeres que hombres, más sobre los menos instruidos que sobre los más instruidos, más sobre los pobres que sobre los ricos. La televisión, mucho más que la prensa, propone una visión cada vez más despolitizada, aséptica e incolora del mundo y arrastra cada vez más a la prensa hacia la demagogia y la sumisión a las presiones comerciales” (Bourdieu, 1999:112)
El capitalismo fabrica una similitud entre las actividades económicas y la política. José Nun, refiriéndose a la actividad política señala que “la similitud con el modo en que funciona una economía de mercado es ostensible: los partidos actúan como empresas que les ofrecen sus productos a ciudadanos que se comportan como si fueran consumidores que, en este caso, no disponen de dinero sino de votos.
Pareciera que la tendencia es que la política tiene cada vez menos importancia para los medios, como no sea la trivialización, la espectacularización de la misma. Lo anterior no invalida el importante papel que juegan los medios de comunicación en las distintas campañas políticas para proponer, más que propuestas programáticas, candidatos convertidos en productos mediáticos elaborados por profesionales del marketing comercial, expertos en imagen, publicistas, y, aún, militantes o dirigentes de los partidos en competencia.
De forma reiterada nos encontramos reflexionando sobre las dificultades de la izquierda para la comunicación política en nuestros días. Eso también tiene que ver con carencias en torno a una acertada política de comunicación. Pero hay cuestiones más de fondo, las cuales tienen que ver con el terreno que hemos ido cediendo a la derecha en la medida en que nos hemos ido obsesionando con el llamado “marketing político”.
El método de la mediocre reflexión y debate programáticos, aparte de ser rústicamente efectivo, es cómodo para ciudadanos con poco tiempo y totalmente privatizados. Los asesores comunicacionales lo saben y, por eso, aconsejan no llenar de palabras, apretados folletos que pocos leerán. Adiestrados en las indiferentes charcas de la mercadotecnia, afirman que si la demanda electoral es así, la oferta política debe ser igual. Y a veces sus aconsejados logran ganar las elecciones. Lo único malo de este razonamiento, propio de consumidores de barras de desodorantes y no de ciudadanos encargados de cuidar y mejorar la polis, es que lo empobrece todo; la primera, a la democracia, el gobierno del demos, del pueblo, de nosotros.
Visto desde otra perspectiva el dilema entre el mercado y el Estado (lo político) es auténtico (más allá de los jingles) en cuanto a las repercusiones que tiene en las condiciones de vida de las personas y en la redefinición constante de las pautas de la vida colectiva. Este sí es un asuntodecisivo de la política.