CONPHAS respalda candidatura de Nayib Bukele para alcalde de San Salvador

SAN SALVADOR, 14 de noviembre de 2014 (SIEP) “Como Concertación Popular por un País sin Hambre y Seguro expresamos nuestro respaldo a nuestro hermano y compañero Nayib Bukele como próximo Alcalde de San Salvador, expresó el pastor luterano Rev. Ricardo Cornejo.

CONPHAS, surgida en el año 2012, es una de las principales coaliciones populares de lucha del país y aglutina a organizaciones campesinas, comunales, de mujeres, jóvenes, sindicatos, ambientalistas, vendedores informales, excombatientes, artistas, entre otros.

El Rev. Cornejo, a la vez coordinador de las Comunidades de Fe y Vida, COFEVI, indicó que “vamos a sacar de una vez por todas a estas nefastas administraciones areneras que se han caracterizado por la corrupción, la incapacidad y al respuesta represiva ante las justas demandas de nuestros hermanos vendedores que se les permita ganarse la vida honradamente.”

Concluyó asegurando que “aquí está con nosotros el futuro alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, y estamos seguros que con nuestro esfuerzo en las comunidades y mercados, en nuestras plazas y colonias, venceremos en marzo del 2015 y tendremos un gobierno municipal democrático, popular y justo.”

La independencia americana Estado, revolución y lucha de clases

La independencia americana Estado, revolución y lucha de clases
Caviasca, Guillermo (2010), “La independencia americana. Estado, revolución y lucha de clases”. En Caviasca, G., La guerra de la Independencia. Una revolución posible. Buenos Aires, Cooperativa Gráfica El Río Suena.

Hace doscientos años, en 1810, con pequeñas variaciones temporales de acuerdo a la región, surgieron en las entonces colonias españolas de América una cantidad de juntas de gobierno autónomas. Estas juntas aparecen en el relato histórico como hitos fundamentales del inicio de la independencia política de los actuales países latinoamericanos. Pero este es el único punto de acuerdo general entre todos, gente común, especialistas y diferentes tendencias ideológicas. A partir de esta constatación la cosa se pone más difícil.

Cuando pensamos en ese periodo ¿Se puede hablar de “revolución” en el sentido fuerte de transición de un tipo de sociedad hacia otro diferente? ¿Fue un proceso americano o diferentes procesos locales? ¿Existieron luchas políticas que expresaban diferentes modelos nacionales o solo luchas de facción intra-élite? ¿Hubo protagonismo popular o solo clientelas? ¿Existía una nación americana o múltiples naciones? ¿La nación o naciones son previas o fueron construcciones posteriores? Y finalmente ¿se puede hablar de nación para las comunidades americanas o estas son solo proyectos superpuestos sobre identidades fraccionadas y diversas?

En este artículo presentaremos algunas hipótesis sobre la cuestión nacional para el caso latinoamericano en el proceso de independencia y construcción de Estados-nación. Lo abordaremos desde la perspectiva de las clases oprimidas y especialmente veremos que posibilidades ofreció la lucha nacional a las mismas. En relación con esto veremos que aportes de la teoría revolucionaria originada en Marx permiten abordar estos temas y que elementos novedosos presentó la formación social americana y las luchas desarrolladas en ella que obligaron a nuevas formas de pensar esta realidad para el marxismo revolucionario.

No fue mucho lo que los iniciadores del materialismo histórico y dialéctico dijeron de América latina. Varias razones fueron determinantes de esta ausencia en sus densos y numerosos escritos. Primero, que entre 1840 y 1880 periodo del desarrollo intelectual de Marx y Engels los nacientes países estaban aún en formación, eran sociedades con múltiples rasgos feudales, dominadas por clases de hacendados señoriales y algunos enclaves exportadores de materias primas. Aún la Argentina, donde hacia 1880 una burguesía terrateniente había consolidado su dominio sobre el Estado y sobre el territorio, no debía ser atractiva para que los teóricos de la revolución proletaria pusieran su atención en ella. Segundo, porque tanto Marx como Engels eran hombres de su tiempo, “ni omnipresentes, ni omnisapientes” cualidad que los hombres reservan solo a los dioses. Y en su tiempo la idea de progreso técnico y racional mostraba a Europa (y los EEUU) como lo más avanzado de la humanidad y por lo tanto lo mas cercano al socialismo como siguiente etapa en la evolución de la misma.

Pese a ello Marx planteaba claramente, hacia el final de su vida, que las hipótesis de desarrollo del capitalismo o transición al socialismo que son presentadas en su obra parten del estudio de las formaciones sociales concretas de Europa occidental y que en sociedades de historia diferente pueden darse caminos originales1. Y afirmaba que, para pensar la revolución en formaciones sociales diferentes a la europea occidental, debía agudizarse el estudio de las mismas. “He restringido expresamente la «fatalidad histórica» de este movimiento (sucesión de modos de producción: esclavitud – feudalismo – capitalismo – socialismo) a los países de Europa Occidental” precisaba Marx y agregaba que, “en Rusia, gracias a una combinación única de las circunstancias, la comunidad rural, que existe aún a escala nacional, puede deshacerse gradualmente de sus caracteres primitivos y desarrollarse directamente como elemento de la producción colectiva a escala nacional”[2]. Remitiéndose a El Capital detallaba que la concentración de la pequeña propiedad individual (burguesa) en gran propiedad es el camino que se dio en Inglaterra y se estaba dando en Europa occidental. Diferenciándolo del camino ruso en el que, aún en su génesis capitalista, partía de grandes concentraciones de capital que en occidente habían tardado siglos en evolucionar.
Así como para Rusia, vemos que en la extensa obra de los creadores del materialismo histórico, existen análisis y reflexiones sobre otras sociedades no europeo occidentales y también otros tiempos pasados. Por eso podemos tomar nota de que Latinoamérica no haya entrado entre sus lugares de interés. Más aún, podía haber sido pertinente, desde el punto de vista analítico, el caso latinoamericano ya que, la revolución burguesa con sus facetas política, económica y filosófica, fue la que inspiró el pensamiento revolucionario independentista sobre el futuro de la sociedad. Y ésta revolución fue un proceso en el que la lucha por la independencia americana (incluyendo la de los EEUU) fue parte. Esto se hacía evidente en el discurso de los principales revolucionarios, para mencionar solo algunos de nuestro Cono Sur, Moreno, Artigas, San Martín eran claramente hombres de la revolución burguesa, inspiraban muchas de sus concepciones y apoyaban sus proyectos e ideas en los ejemplos franceses, ingleses o norteamericanos, en lo que tenían de emancipadores.

Quizás, el periodo que mencionamos de formación y desarrollo del pensamiento de Marx y Engels (1840-1880), coincidió con la poco interesante deriva que tomaron las fraccionadas repúblicas hispanoamericanas y el Imperio esclavista del Brasil. Esa “mediocre metamorfosis” como José Mariátegui3 sintetizó la transformación con que las antiguas clases dominantes feudales o señoriales se acomodaron al nuevo orden para preservar sus privilegios sociales (y con ellos el atraso) y relacionarse beneficiosamente con la nueva metrópoli capitalista inglesa. Es entonces posible que para Marx, Engels y los primeros marxistas europeos el estudio de luchas y proyectos independentistas más avanzados, presentados por los patriotas de las primeras décadas, no les hubiese parecido importante de encarar. Es lógico que para pensar la revolución obrera en Europa, que en su contemporaneidad les aparecía como un desafío palpable, estudiar procesos que quedaron en pañales no fuera necesario.

Igualmente tres fueron los principales trabajos en los que Marx habla de nuestro continente. Un desafortunado escrito sobre Bolívar, una serie de artículos mucho más valiosos sobre la revolución en España y una apartado del capítulo sobre la acumulación originaria en El capital. En los dos últimos América latina es analizada subsidiariamente a un proceso más general. Pero en La revolución en España aparece una idea más amplia y original, del posible desarrollo de una revolución burguesa no calcada de la experiencia francesa o inglesa. Por un lado América aparece como factor de retaso de la revolución burguesa en la península al posibilitar una renta parasitaria a la clase aristocrática peninsular. Pero, por otro, el juntismo es visto por Marx como una expresión genuinamente española de revolución popular y progresista. En este sentido el juntismo americano debe ser visto como del mismo signo pero con condicionantes distintos. Si las Juntas eran la forma en que la revolución burguesa intentó su aparición en España ¿Qué expresaban en las colonias?

En este sentido según Carlos Marx “…una minoría activa e influyente consideró el levantamiento popular contra la invasión francesa como señal para la regeneración política y social de España. Esta minoría estaba formada por habitantes de las ciudades portuarias y comerciales (…) y elementos mas cultivados de las clases altas y medias…”[4]. Como vemos esta definición puede extenderse hacia puertos coloniales como el de Buenos Aires o Caracas. Todas las juntas desde las primeras en 1809 en Alto Perú expresan esa “forma nacional” con que el proceso de revolución burguesa se dio en el Imperio español. Las forman los grupos más dinámicos de las sociedades locales y se sostienen sólo donde la relación de fuerzas permite que la balanza se incline hacia los revolucionarios. Esa característica “nacional” de las juntas se ve también en sus influencias ideológicas. Ya que no es solo la ilustración francesa o la economía política inglesa la que aparece entre las ideas de nuestros juntistas, sino la ilustración católica española y la tradición política propiamente hispánica, con los conceptos de retroversión de soberanía, pueblos como cuerpo de vecinos y las mismas juntas. De la misma forma en que Marx ve claramente las posibilidades de un proceso de revolución burguesa nacional en España, nosotros lo expendemos para nuestro continente ya que el imperio español era una unidad jurídica y, en el plano de las elites que desataron el proceso juntista, una unidad cultural. Pero desde los inicios de la revolución, los americanos esbozaron una ideología revolucionaria propia con aportes diversos, superando a sus pares peninsulares. Pronto abordaron el desafío dar el gran salto hacia la construcción de una nación moderna, independiente y desarrollada “independiente de toda dominación extranjera” recalcan las actas de independencia no por casualidad. Y si bien reconocían las virtudes de la nueva economía y la existencia de una potencia que estaba a la cabeza en ese plano, pensaban en que la influencia de la nueva metrópoli imperial británica no definiera lo central de nuestro desarrollo.

Debemos destacar, en el mismo sentido que San Martín como continuador de los planes independentistas, había formado parte del ejército español. Y que en el ejército peninsular existía una fuerte corriente que adhería a las ideas liberales5. Con la derrota de las juntas españolas fueron derrotadas estas ideas en la península. La plena ocupación de España por Napoleón dejó en manos del Consejo de regencia (organismo de la aristocracia parasitaria) el comando de la resistencia. Fue en ese momento que San Martín se embarco para el Río de la Plata, después de pasar por Londres (donde afinaría su proyecto y los contactos con los logistas que se organizaban para la emancipación americana). En América continuó la lucha, entonces transformada en guerra nacional, construyendo la fuerza militar necesaria para inclinar la balanza definitivamente hacia el lado de los revolucionarios.
Y así podemos ver como, después del año 1815 con la restauración reaccionaria vencedora en toda Europa, paradójicamente el vuelco de las armas en América fue para los rebeldes. También es claro en este planteo como la apelación a cambios sociales que permitieran movilizar a las masas populares en los ejércitos independentistas era una condición de victoria. Que la revolución debía pasar de ser una declaración de doctores, comerciantes, clérigos y hacendados progresistas a ser una cuestión de masas era condición de victoria. Cuestión que fue clara en la guerra que se libró en el norte argentino y la actual Bolivia (una guerra que forma parte de un mismo proceso y que la historiografía se ocupo de desvincular) y que permitió frenar al las fuerzas restauradoras españolas (y criollas) en una línea aproximada de lo que hoy es el norte argentino. También la participación de las masas fue fundamental en el sitio de la base española de Montevideo o la formación del ejército de Los Andes. Pero, esta necesidad de participación popular, aparece aún mas destacada en las dos grandes etapas de la lucha de Simón Bolívar en el norte de América del sur6.
En el proceso artiguista o el salteño, la presencia de las masas va tiñendo la práctica de la conducción política militar de Artigas y Guemes. Esto se nota más aún en el odio que le profesaban sus enemigos oligarcas, terratenientes y grandes comerciantes. En el caso de Artigas un programa político agrario e institucional nos fue legado como afirmación concreta de esta influencia de las masas. Pero el caso más notorio fue sin dudas en Bolivariano. El cambio de política respecto de las clases populares al inicio de la campaña que llevaría sus armas hasta la victoria final, fue radical.
Pero siguiendo la hipótesis marxiana “Mientras se trató de la común defensa del país los dos grandes elementos constitutivos del partido nacional (reformistas y conservadores) permanecieron en completa unión. Su antagonismo reapareció cuando se encontraron reunidos en las cortes”[7] allí el sector conservador impuso la convocatoria al consejo real y, con este en ejercicio, se abolieron todas las medidas reformistas mediante el disciplinamiento de las juntas provinciales; esto debilitaría la base popular de la resistencia y llevó a la derrota “La junta central fracasó en la defensa de su país porque fracasó en su misión revolucionaria”[8]. Entonces vemos como la guerra de independencia nacional española encerraba en su interior, dialécticamente relacionada, una guerra civil por la transformación estructural del imperio. Esta lucha se daba de forma paralela en las colonias americanas, con la derrota de la fracción progresista en España los grupos rebeldes de América solo pueden reafirmar su voluntad de independencia total. Proclamaba San Martín en Perú en el año 1820 en un manifiesto dirigido a los oficiales liberales españoles “La revolución en España es de la misma naturaleza que la nuestra, ambas tiene la libertad por objeto y la opresión por causa (…) Pero la América no puede contemplar la constitución española sino como un medio fraudulento de mantener en ella el sistema colonial (…) Ningún beneficio podemos esperar de un código formado a dosmil leguas de distancia sin la intervención de nuestros representantes”[9]. Aquí San Martín les recuerda a los oficiales peninsulares la polémica que los delegados americanos ya habían planteado diez años antes: aún los liberales españoles no contemplan a America como igual sino como colonia y los criollos ya no pueden admitir eso.
Como dijo Marx para España, en América, el alejamiento del peligro español plateó en forma dramática las diferencias políticas entre los diferentes grupos de la elite independentista. Que tipo de Estado construir y como hacerlo legítimo, como estructurar un sistema de derechos y obligaciones y hacerlo aceptar por todos y como estructurar las relaciones económicas internas y con las potencias exteriores, fueron preguntas que encontraron respuestas diferentes, de diferente contenido social y que llevaron a enfrentamientos definitivos. En el Río de la plata, la amenaza externa paso a ser vista muy lejana mucho antes y una alianza entre comerciantes y terratenientes exportadores sentó las bases de un proyecto político destinado a tener futuro: el del partido liberal probritánico.
Pero volviendo al pensamiento original de Marx y Engels, como decíamos más arriba hacia los inicios de su elaboración teórica sus escritos fueron claramente negativos respecto de los pueblos externos a los que era el centro capitalista de entonces. Los escritos de Engels sobre México de 1849 son casi una apología imperial “los enérgicos yanquis desarrollarán California mejor y más rápidamente de lo que hubieran podido o querido hacerlo los perezosos mexicanos…”. La categoría “pereza” se repite, como en el análisis de Marx sobre Bolívar en 1859. Nota bioligisista si la hay y sin dudas parte del clima intelectual europeo de entonces. En el mismo sentido en 1953 y en el mismo periódico yanqui en el que escribió sobre Bolivar, Marx desarrolló su tesis positivista sobre los beneficios del imperialismo ingles en la India. “Inglaterra fue el instrumento inconsciente de la historia al realizar dicha revolución (la eliminación de las antiguas formas de trabajo y propiedad y la irrupción del capitalismo) ¿Quién lamenta los estragos, si los frutos son placeres?” Y en otro artículo desarrolla: “Si introducís (mediante conquista) las máquinas en el sistema de locomoción de un país que posee hierro y carbón, ya no podes impedir que ese país fabrique dichas máquinas (…) el sistema ferroviario se convertirá por lo tanto en la India, en el verdadero precursor de la industria moderna”[10]. Proposición verdaderamente ingenua, que podríamos refutar sin muchas explicaciones con el ejemplo de nuestro país, si no fuera que la India le demostró en el muy corto plazo, al mismo Marx, lo completo de su error.
Pero como vimos, en su más riguroso estudio sobre la revolución en España, Marx deja entrever líneas para un análisis diferente: concebir el progreso mediante el desarrollo de las contradicciones internas de la formación social y no por conquista o (exclusiva) influencia externa. Allí podemos observar cuestiones que después serán más desarrolladas por Mariátegui para el marxismo en nuestro continente, como la “traducción” de las ideas ilustradas a la realidad nacional. Pero podemos encontrar una tesis que creemos nosotros será fundamental en el cambio de posición de los fundadores del marxismo sobre le problema colonial: la idea de que las colonias eran la causa del atraso de España y el freno a su revolución.
Por eso en 1969 le escribió a Engels “…durante mucho tiempo creí que sería posible derrocar al régimen irlandés por el ascendiente de la clase obrera inglesa. Siempre expresé este punto de vista en el New York Tribune. Pero un estudio más profundo me ha convencido de lo contrario. La clase obrera inglesa nunca hará nada mientras no se libere de Irlanda. La palanca debe aplicarse en Irlanda…”[11]. Y mucho más tarde, con el imperialismo desplegándose ante sus ojos Federico Engels extendió en juicio de Marx a todo el sistema imperialista en desarrollo: “Inglaterra estaba llamada a convertirse en el “taller del mundo”. Los otros países debían ser para ella lo que Irlanda, mercados de venta para sus productos industriales y fuentes de materias primas y víveres…”[12]
Interesantes y embrionarios planteos de los fundadores del materialismo histórico. Aunque no hacen referencia a América, invitaban a reflexionar sobre el supuesto rol progresivo del capital extranjero en los países del “tercer mundo”. Ideas que muy pocos se preocuparon en desarrollar. De esta forma la interpretación de la historia en nuestro país quedó reducida a una disputa entre liberales apologistas del progreso y del orden impuesto por la entente entre la oligarquía y el capital inglés vs. nacionalistas reaccionarios que añoraban el supuesto orden de un pasado idílico hispánico. Ni siquiera dos de los exponentes más lúcidos del marxismo historiográfico como Milciades Peña y Rodolfo Puiggros pudieron zafar de esta dicotomía en el análisis de nuestro siglo XIX. A pesar de sus demoledoras críticas a la oligarquía terrateniente sus trabajos no dejan lugar a alternativas. Sea como “visión trágica” en Peña o como aceptación de que el imperialismo inglés fue la forma en que Argentina entró a la modernidad en Puiggros. Sin dudas el revisionismo de izquierda intentó a través del rescate de los caudillos, de Artigas o aún de Rosas elaborar una historia donde los oprimidos tuvieran alguna alternativa, pero en general se quedaron a nivel de polémica, de interpretaciones forzadas, demasiado atados a la reivindicación de individuos y liderazgos13 o en la búsqueda de profecías auto cumplidas14. Una vía de crítica mariateguista a la historia de nuestra república independiente recién esta por escribirse.

Estado y revolución. Interpretación de nuestra independencia

No es nuestra intención ignorar que las condiciones de América latina para el desarrollo de la revolución burguesa no eran las consideradas necesarias. Pero, como es nuestra intención escapar a toda visión determinista de la historia, discutimos la idea de que la historia sucedió de la única forma que podía suceder y que las etapas de desarrollo del capitalismo en nuestro país estaban destinadas a ser como fueron. Partimos para ello de que la estructura y la superestructura están íntimamente relacionadas y es en cierto punto artificial, y que la acción de los hombres es fundamental (dialéctica) con las determinaciones estructurales. Los procesos de revoluciones políticas son “momentos” durante los cuales una nueva clase avanza en la consolidación de su hegemonía sobre le conjunto social. Es el momento de la toma del poder político, de la construcción de un tipo de Estado como herramienta para la consolidación de la nueva sociedad. La principal impugnación a las revolución americana parte de esta pregunta ¿Qué clase burguesa había en la América latina en condiciones de asumir ese rol?
No podemos hablar de una burguesía manufacturera lo suficientemente fuerte para encabezar el proceso emancipatorio y darle un claro contenido nacional, burgués e independiente. Los propietarios rurales eran la clase propietaria local en condiciones de perfilarse como dominantes de las nuevas naciones independizadas. Pero, indudablemente, la confluencia de intereses entre una masa de población rural y una elite terrateniente solo se puede dar en condiciones muy puntuales de defensa nacional; y nunca en luchas que tienen como objetivo, además, la transformación social. No es lo mismo el caso de los industriales en la relación con la masa obrera o popular, ya que (en general) en la época de las revoluciones burguesas el enemigo principal tiene su base en la propiedad territorial latifundista y privilegios políticos sustentados en ella. Sin embargo, consideramos que, la hegemonía absoluta que las oligarquías terratenientes asociadas la capital ingles alcanzaron en la segunda mitad del siglo XIX no estaba escrita en los orígenes del proceso. Por ello toda una corriente de líderes independentistas expresó más o menos orgánicamente otras posibilidades. Y las expresó en el plano de las superestructuras, de las ideas, de la legislación, de las fuerzas militares y de las peleas en torno a la “organización nacional” o sea de la forma de Estado. La reforma agraria artiguista, el Plan de operaciones de la Primera Junta de Buenos Aires, la gestión gubernativa de San Martín en el Cuyo, o (un poco más avanzado el periodo) las discusiones planteadas por el gobernador de Corrientes Ferré y (quizás por imposición de las circunstancias de aislamiento), la gestión de los López en Paraguay15.
En estos ejemplos alternativos, el centro de la construcción de la nueva sociedad, la dirección de la misma, no se encuentra en una clase, sino en el Estado (aunque quizás Ferré si exprese una clase manufacturera), en un centro político militar. El Estado movilizando recursos, concentrado hombres, poniendo límites a la influencia extranjera, favoreciendo el desarrollo de clases y dotando de ideología e identidad a la nueva sociedad. Quizás sea un poco exagerado decir que “no es una clase” la que produce estas políticas alternativas. Los doctores, generales, comerciantes y propietarios rurales, que formaron parte de estos núcleos que impulsaron proyectos independentistas alternativos (al oligárquico terrateniente subordinado al mercado mundial) eran también hombres que representaban un interés de clase. Eran hombres de la revolución burguesa. Pero, justamente, no eran la expresión “orgánica” de la clase terrateniente, como si lo fueron sus antagonistas dentro del campo patriota.
Tampoco es casualidad que aquí hayamos mencionado a ejemplos rioplatenses. Era en esta región donde la clase terrateniente señorial no se encontraba consolidada como dominante y donde la formación social oligárquico-dependiente era una tarea a construir. No bastaba solamente una mediocre metamorfosis de las viejas clases feudales, era necesario una acción política conciente y continuada que las llevara a ese lugar. Por eso nuestros patriotas más lucidos podían tener en mente la creación desde el Estado de una voluntad colectiva capaz de darle sustancia a sus proyectos. En el mismo sentido iban las ideas constitucionales manifestadas por Bolívar en sus proyectos de constitución de Bolivia de 1826 y en el decreto dictatorial de 182816.
Es interesante igualmente reflexionar sobre el devenir del pensamiento político de los revolucionarios que formaron parte del campo “Jacobino” o “liberal, nacional, popular” como Monteagudo, Belgrano, el General Guido, Manuel Moreno o el General San Martín (para mencionar algunos). No podemos incluir a Mariano Moreno (el paradigma del jacobinismo rioplatense) por que su polémica muerte no le permitió seguir protagonizando las luchas independentistas y revolucionarias siguientes. Todos fueron consecuentemente antirivadavianos, partidarios de los proyectos más amplios de independencia americana y contrarios a cualquier forma de sumisión extranjera. Pero a lo largo de su trayectoria, fueron tomando posiciones políticas que valoraban el tema del “orden” y la existencia de una autoridad central fuerte. Belgrano ya en el 20 (poco antes de morir) discusión con San Martín la posibilidad de aceptar el pedido del directorio de traer los ejércitos de la independencia a Buenos Aires para enfrentar a Artigas, Ramírez y Lopez17. La discusión ponía eje en el hartazgo del caos que impedía la existencia de un gobierno nacional. Las reflexiones de Monteagudo en Perú al abandonar el gobierno y poco antes de su muerte son aún más ilustrativas18. “Sólo un gobierno eminentemente vigoroso, capaz de deliberar sin embarazo y de ejecutar con rapidez, podrá equilibrar tan grandes desventajas (diferencias de riquezas), teniendo al menos siempre expedito el primer recurso para todas las empresas, que es la resolución. Pero si en los conflictos teme más los amagos de la democracia, que las hostilidades externas; si él no es sino un siervo de las asambleas o congresos y no una parte integrante del poder nacional; si las medidas que necesitan el voto legislativo se entorpecen por celos o se frustran por la suspicacia popular; últimamente, si en vez de encontrar el gobierno apoyo para sus planes, los demagogos fomentan contra ellos un maligno espionaje, que paraliza su curso; se hallará inferior en todo a las demás potencias con quienes tenga que batirse o negociar”. Monteagudo recalca que su “furiosa democracia” de Mártir o libre. Todos los últimos escritos de Monteagudo se esfuerzan en establecer la necesidad de un gobierno fuerte que garantice la unidad del Estado, la independencia política y evite la guerra de castas y de facciones, estableciendo un régimen fuerte a la cabeza del Estado, por “fuera” de las clases. En el mismo sentido Guido y Manuel Moreno fueron funcionarios de Rosas y son conocidas las opiniones de San Martín al respecto. La historiografía reciente solo ha constatado estas opiniones como para tender un manto de dudas sobre la real vocación popular de los líderes que identificamos como revolucionarios en la independencia. Pero nuestros historiadores no comprenden que los albores del siglo XIX no había revolución socialista posible. Que los mismos Jacobinos franceses apelaron a las masas sin ser ni pretender ser su expresión orgánica, de la misma forma que Moreno lo hizo en su Plan de operaciones. La voluntad Estatal de crear un Estado nación moderno e independiente y de crear una identidad y una cultura nacional es lo que creemos que aparecía como posible en los grupos radicales, como lo vio Marx para el caso de la revolución española. Mas abajo veremos que opinaba Mariátegui al respecto.
Creemos que los proyectos revolucionarios americanos requerían de esa voluntad estatal, popular y centralizada, (un centro político, una fuerza militar y un lugar de decisión económica). “Según la concepción materialista de la historia, el elemento determinante de la historia es en última instancia la producción y reproducción de la vida real (…) pero en el curso del desarrollo histórico de la lucha ejercen influencia también, y en muchos casos prevalecen en la determinación de su forma, diversos elementos de la superestructura: las formas políticas de la lucha de clases y sus resultados (…) constituciones (…) formas jurídicas (…) teorías políticas…”[19]; esta influencia, esta capacidad de hacer prevalecer elementos de la superestructura es la clave de la libertad de acción de los hombres en la historia, la que les permite ser sujetos del proceso en desarrollo y no solo objetos de un devenir estructural inmodificable. Así las debilidades capitalistas de la sociedad americana no determinaban necesariamente que el capital extranjero y/o los terratenientes debieran ser los articuladores políticos y económicos de los nuevos estados independientes. Tampoco creemos que los proyectos alternativos fueran solo “utopías abstractas” no materializables en nuestro medio social. Por el contrario la acción desde un centro político pudo, en determinadas condiciones, establecer otras vías de desarrollo. La historia siempre tiene otros caminos alternativos y posibles que podrían haberse desarrollado con la relación de fuerzas existente.
A que nos referimos cuando hablamos de relaciones de fuerzas. Antonio Gramsci nos planteaba que para analizar la cuestión de las relaciones de fuerza desde un punto de vista político activo y no simplemente desde la “constatación”, debemos tener en cuenta tres planos. Uno el de la estructura en el sentido más lato, población, tipos de producción, comercio, etc. Segundo, el grado de conciencia de las clases o grupos corporativos: el grado y extensión de los proyectos políticos en la sociedad en cuestión. Y tercero su fuerza político-militar, entendida esta no solo como la capacidad militar concreta, sino como la capacidad de que las decisiones políticas sean efectivas. Estos tres planos dialécticamente relacionados hacen a la fuerza de un proyecto revolucionario.
Es aquí donde nosotros balanceamos la fuerza política de los proyectos independentistas, más allá del débil desarrollo estructural de nuestras sociedades. ¿Qué conciencia existía en los grupos revolucionarios? ¿Con que grado de “fuerza” material contaban o pudieron contar? Es aquí también donde entra la cuestión del Estado como potenciador de una política revolucionaria, como herramienta para la consolidación de una nueva hegemonía y como potencia capaz de “suplir” la fuerza de una clase ausente. Ojo, clase ausente o muy débil pero, etapa de la historia mundial y regional favorable para el surgimiento de nuevas experiencias nacionales, como explicita y conscientemente los expresaban nuestros patriotas. Es también aquí donde entra la capacidad de una fuerza “jacobina” de crear la voluntad política nacional-popular capaz de dar sustento a un proceso de creación de naciones modernas e independientes en el siglo XIX en América latina.
En general los que objetan las posibilidades revolucionarias de los procesos independentistas americanos lo hacen desde dos lugares. Uno, afirmando que solo se dio una transición al interior de la vieja elite dominante desde los peninsulares hacia los criollos siendo las masas oprimidas ajenas o a lo sumo solo utilizadas con gran desconfianza. Otra posición afirma que el desarrollo de las fuerzas estructurales que debían darle al proceso independentista americano su carácter revolucionario no había madurado lo suficiente.
Ahora bien, más allá de la adjetivación discursiva ¿es correcto calificar de jacobina la política de Moreno, Castelli, Monteagudo, etc.? O en forma más general. ¿Era posible crear desde un centro político militar una nueva nación independiente y moderna como pensaban San Martin, Bolívar, Belgrano, Artigas, etc.? Gramsci califica al Jacobinismo como una de las formas de “…como se ha formado en concreto y como ha actuado una voluntad colectiva que al menos en algunos aspectos fue una creación exnovo…”, una “creación” nueva, o sea un salto hacia delante en la conciencia de las masas que dejando de ser local o estamental se transforma en nacional, dando nacimiento a la colectividad “pueblo” de una naciente “nación” (aunque preexistente en la ideología de los revolucionarios, es “creada” por ellos) que se propone construir un “estado nacional”. Y concluye (relacionándolo en este caso con el atraso secular de Italia respecto de otras naciones del continente) que “…no podía constituirse una fuerza jacobina eficiente, la fuerza que, precisamente, en otras naciones suscitó y organizó la voluntad colectiva nacional popular y fundó los estados modernos.” En definitiva, según el italiano, para que una fuerza jacobina pueda desarrollarse debía existir una formación social nacional en condiciones de permitir ese tipo de política20.
Justamente las diferencias entre el norte y el sur, el carácter provinciano y estamental de sus intelectuales, etc. desvelaron al italiano ya que ese atraso secular de Italia frustró la posible experiencia revolucionaria jacobina reemplazándola por una transformación desde arriba a cargo de la clase dominante piamontesa. De la misma forma podríamos pensar que en el Río de la Plata y el resto de América latina las condiciones eran peores que en Italia y que la clase dominante que finalmente se impuso, la oligarquía terrateniente, era la única en condiciones de hacerlo dado el grado de desarrollo de este territorio (teniendo la burguesía industrial inglesa el rol de capitalista industrial). Eso es lo que pensaban muchos marxistas. Por ejemplo Milciades Peña (un renovador y crítico de marxismo fósil), más allá de la simpatía con que ve a algunas montoneras o al grupo de Moreno, el historiador trosquista consideraba que el dominio terrateniente era un destino casi fatal para las condiciones de desarrollo existente en estas tierras. Desde otra trinchera política (el peronismo revolucionario) Rodolfo Puiggros también consideraba que, en última instancia, la colonización económica que sufrió nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX era la única forma (desgraciada) bajo la que miles de kilómetros de vías férreas y grandes frigoríficos pudieron existir como “causa externa” devenida en “interna” para la transformación de la vieja argentina poscolonial. Y como consecuencia surgiera la incipiente clase obrera, futura “causa interna” de la revolución, y así terminaran las formas primitivas de organización existente.
Pero nosotros no adherimos a la visión trágica de la historia21 de Peña, ni al determinismo dialéctico de Puiggros22 a pesar de su enorme aporte y consideramos que el análisis gramsciano, de las relaciones de fuerzas es útil para explicarnos lo que sucedió en aquel momento, y también que no fue lo único que podría haber sucedido ya que existían condiciones para otros desarrollos. A diferencia de Italia el núcleo político militar de la revolución impulsó el proceso independentista en forma contundente, identificó correctamente las limitaciones y potencialidades de sus poderosas bases populares y fue “autónomo” de las fuerzas más retardatarias. Colisionó con ellas y solo fue derrotado luego de duros enfrentamientos por una coalición hegemónica que expresó los intereses estratégicos de los terratenientes y el capitalismo británico en ascenso. Pensando en su Italia, Gramsci afirmaba que “faltó siempre una fuerza jacobina eficiente, precisamente, la fuerza que crea la voluntad colectiva “nacional popular” fundamento de todos los estados modernos. ¿Existen, finalmente las condiciones para esa voluntad, cual es la relación actual entre esas condiciones y las opuestas? Tradicionalmente las fuerzas opuestas son la aristocracia terrateniente, y más generalmente la propiedad de la tierra en su conjunto, o sea aquella especial “burguesía agraria” que es la herencia del parasitismo dejada a los tiempos modernos (…) Cualquier formación de voluntad colectiva nacional popular es imposible sin que las masas de campesinos cultivadores entren simultáneamente en la vida política. (…)” Toda la historia desde 1815 en adelante es el esfuerzo de las clases tradicionales para no dejar formar una voluntad nacional, sino para mantener el poder “económico corporativo” en un sistema internacional de equilibrio remolcado, etc.”[23] Este párrafo parece pensado para nuestras condiciones. Salvo por un elemento que es diferente, en nuestro proceso independentista si hubo núcleos políticos dispuestos a apelar a las masas rurales, gauchos o indios para darle poder material al proyecto nacional. Moreno y Castelli, Artigas, San Martín, Guemes, etc. sabían que había que contar con ellos y que por eso a las reivindicaciones nacionales debían ir unidas las sociales. También es cierto que en la “propiedad de la tierra” y en nuestro caso el comercio orgánicamente vinculado a ella, las fuerzas “opuestas” fueron las finalmente dominantes.
Es evidente que la amplitud de miras del primer grupo revolucionario, el morenista, era mayor que la del resto de los sectores dirigentes porteños, también que estaban influenciados por las doctrinas de la ilustración y por los revolucionarios franceses, y que aspiraban a ser reformadores y fundadores de un nuevo orden. Así se ve en los documentos dejados por sus principales integrantes: Moreno, Castelli, Monteagudo, Belgrano, Vieytes. En sus escritos y su accionar el grupo morenista muestra una preocupación central en construir la base militar de su política y garantizar la unidad política del nuevo Estado, operando como grupo “jacobino”. La misma preocupación tuvo San Martin apenas dos años después con la creación del Regimiento de Granaderos a caballo y en las políticas que lo contaron como actor destacado en las luchas políticas entre 1813 y el 1820.
Las masas populares urbanas movilizadas eran la base de apoyo de los jacobinos franceses. Esta situación era ambigua en Buenos Aires donde la Junta se apoyaba en las milicias y en diversos grupos de agitadores (algunos, si, morenistas), pero las milicias respondían a Cornelio Saavedra de tendencia mas moderada. Aunque es cierto que la existencia de esas milicias populares creadas para repeler las invasiones inglesas fueron la causa de que el proceso revolucionario abierto en Buenos Aires en 1806 con la victoria contra los invasores, tuviera continuidad. Igualmente es de destacar que lo que llamamos voluntad colectiva y grupo jacobino no está asociado a su éxito político inmediato. Los jacobinos franceses fueron degollados y solo duraron a la cabeza de la revolución dos años. Pero la obra de la revolución: la creación de la Francia moderna y de una conciencia nacional que identifique a todo el pueblo con su estado-nación fue un éxito. Como tampoco se puede borrar el hecho de que la revolución contó con la participación activa, conciente y, en mochos casos determinante, de las masas populares. Ese modelo de revolución popular, desde abajo para la creación del Estado moderno, es la que Gramsci considera la alternativa progresista en la época de las revoluciones burguesas y que hace extensivas a las construcciones nacionales liberadoras.
Por otra parte si analizamos los discursos del grupo morenista, encontramos la tendencia a dividir la sociedad en función de la adscripción a las nuevas ideas, y que esas ideas se basaban en nociones de ciudadanía y no en intereses de clase al igual que entre los revolucionarios franceses. En este sentido para Moreno, al igual que para Robespierre, “solo existen dos clases de hombres los buenos y los malos ciudadanos” por consiguiente el grupo dirigente constituido “desde afuera” de las clases24 opera sobre ellas buscando una homogeneidad ciudadana abstracta lo que los lleva finalmente a no ser los “intelectuales orgánicos” de ninguna clase en particular (por eso en Francia degüellan tanto a los reaccionarios promonárquicos y a los representantes de la burguesía como a los de los sectores populares mas radicales) y al naufragio de su proyecto. Pero como producto de una situación socio histórica concreta llegaron hasta donde podían llegar, en sociedades donde el tránsito hacia la modernidad estaba aún realizándose y los tuvo como agentes muy importantes del avance logrado: sus políticas más audaces orientaron a los sectores populares hasta el surgimiento de los movimientos revolucionarios modernos. El “jacobinismo” francés desplegó su actividad radical durante cincuenta años y se extendió sobre Europa siendo fundamental para la creación de naciones modernas y como expresión de esa conciencia “nacional popular” de la que nos hablaba Gramsci.
A los líderes porteños en general el calificativo de Jacobinos se les aplicó por los fusilamientos e inicialmente se lo adjudicaron despectivamente sus enemigos. En cierto aspecto, el grupo morenista era en 1810 un jacobinismo que no consigue sus propios sans culotes, o sea no logra crear una “voluntad colectiva nacional popular”. Debemos remarcar que Moreno y su grupo tuvieron la hegemonía dentro de la Junta solo desde mayo a diciembre de 1810. En ese escaso tiempo buscaron en la práctica movilizar masas tras sus propuestas. Identificaron al sujeto popular existente en America y concibieron medidas para sumarlo a la revolución. Y es indudable que las masas despertaron a la política a través de esta movilización y que, aunque lo hicieron como soldados, milicianos o montoneros dirigidos por líderes que los representaban con diverso grado de organicidad, su presencia política se hizo sentir durante décadas.
Si prevenciones el Plan de Operación de la junta de mayo proponía la liberación de los esclavos con clara retórica jacobina, el fin de la servidumbre en el Alto Perú, mencionando explícitamente que los indios serían la única fuente de poder real sobre la que la revolución podría hacer pie; y busca movilizar a las masas de la campaña Oriental a través de ganarse a sus referentes. De la misma forma la formación del regimiento La Estrella del al mando de Domingo French (morenista) con el grado de coronel, es parte de esa política de movilizar masas incorporándolas al ejército revolucionario. Indudablemente el temor que al interior de la elite despertaba la movilización del “populacho” fue parte de las causas de que esta elite se fraccionara y optara por políticas posibles que no requirieran la temida participación de los de abajo.
El concepto de voluntad colectiva de Gramsci, incluye un elemento diferencial. Suma la movilización, la constitución nacional de esas masas, y un grado de conciencia también colectiva de reivindicaciones sociales y nacionales propias. Estos tres elementos, podemos afirmar, se encontraban presentes en los planes de los revolucionarios o en la acción concreta de los mismos. No pudieron ser concretados entre otras cosas por la resistencia de la elite a las concesiones sociales (notoria en el Alto Perú, en la oposición a Artigas y también a Guemes).
La construcción de una voluntad colectiva nacional en una formación social donde las relaciones de producción capitalistas apenas asomaban era un difícil desafío de los revolucionarios de nuestra independencia americana. Un desafío que exigía respuestas creativas y una fuerte acción desde un centro político. Pero, de la misma forma, muchos otros revolucionarios socialistas fueron marxistas sin un proletariado desarrollado que los respalde, igualmente triunfaron, proponiéndose desde el Estado revolucionario las tareas de acelerar el progreso histórico en un sentido popular, sustrayéndolo a las fuerzas estructurales (o creando nuevas fuerzas desde el plano del poder político).
Definimos nuestra concepción: la posibilidad de forzar desde el poder estatal el desarrollo de condiciones para la transformación de la sociedad superando la “espontaneidad”. O sea que no hay una fuerza estructural teleológicamente determinante, sino que como dijimos al principio, los sistemas políticos y jurídicos creados por los hombres influyen dialécticamente en el curso de la evolución social, en última instancia, es una cuestión de relación de fuerzas en la lucha de clases y de acumular un poder social, económico y militar que sea hegemónico para impulsar desarrollos alternativos dentro de las vías estructuralmente posibles. Conducir una transición hacia el capitalismo desde la poca densa formación social precapitalista latinoamericana era el desafío de la época.
Es así que la lucha por definir las características de un Estado-nación “completo” fue uno de los motores de los conflictos políticos argentinos hasta 1880. Hasta ese entonces varias propuestas alternativas fueron quedando en el camino como consecuencia de la oposición de las clases privilegiadas: la propuesta del Plan de operaciones de Mariano Moreno, la Confederación de pueblos libres de Artigas, la amplia unidad americana de San Martín o Belgrano (¿con una monarquía constitucional indígena?), la Confederación rosista y, finalmente, el victorioso centralismo liberal porteño mitrista también fue subordinado por la oligarquía nacional representada por Roca.
El problema del Estado como herramienta para la implementación de políticas transformadoras es una cuestión de debate muy actual dentro de las corrientes teóricas identificadas con las clases oprimidas. Hoy en sociedades plenamente capitalistas, algunas corrientes debaten fuertemente la posibilidad de que el Estado pueda ser útil a los revolucionarios en la implementación de políticas emancipatorias. Polemizar con estas ideas nos debería llevar a definir que es el Estado o cuales deberían ser las herramientas políticas que deben construir los oprimidos para organizar su vida social colectiva y frente a sus enemigos o adversarios. Pero es el objeto de este artículo discutir desde el marxismo las potencialidades y sentidos de la independencia americana. Entonces debemos bucear en las herramientas de análisis que otros revolucionarios nos legaron cuando pensaron situaciones similares: la revolución burguesa y la construcción de un Estado nación moderno en una sociedad atrasada en el siglo XIX, periodo de la transición hacia el capitalismo desde formaciones sociales precapitalistas de castas. Una revolución liberal progresista bajo los lemas de igualdad, libertad y fraternidad ¿Qué caminos pudo seguir en nuestro continente? ¿Quienes la expresaron? ¿Era posible crear a partir de las clases oprimidas de Hispanoamérica, clases que fueran sustento para la creación de una nación moderna?
La opinión en general se orientó en el pasado a considerar que no. Que las resistencias populares expresaban solo rémoras de un pasado a superar, de modos de producción precapitalistas. Pero admitiendo el atraso de las fuerzas productivas económicas en nuestro continente, y siguiendo a Mariátegui, nos preguntamos ¿acaso los terratenientes no se metamorfosearon para articularse con el capitalismo mundial y en la Argentina lo hicieron como grandes propietarios capitalistas? Eso si, no fue sencillo, tardaron, pero no nacieron como grandes y modernos capitalistas. Por que no se podría haber creado una clase capitalista rural media y pequeña como proponía Artigas. Por que no se pudo usar la riqueza de la aduana y las minas para impulsar la “industria”, como proponía Moreno. Para que esto pudiera darse era necesario romper con la ideología de casta. La identificación de “nación” con “pueblo” necesita que los sectores dirigentes de la sociedad, sus líderes políticos, intelectuales y militares asuman a “su” pueblo-nación. O sea que la revolución llegue al plano de las concepciones del mundo de la clase dominante. Si vemos nuestro pasado vamos a encontrar que esas ideas modernas se encuentran en varios de nuestros principales patriotas del periodo independentista, pero que en la segunda mitad del siglo XIX se pierden por completo (salvo en algunos escritos de “protesta” como el Martín Fierro o memorias como la Excursión a los Indios ranqueles de Mansilla). La idea dominante es “civilización o barbarie”: la supresión social de los grupos populares. Sin dudas no debemos menospreciar la relación directa de estas ideas con la hegemonía de la entente latifundista-británica
Antonio Gramsci se enfrentó al mismo dilema para la compleja sociedad italiana de las primeras décadas del siglo XX. Pensó la forma original del desarrollo italiano y el “retraso” que impidió a su país completar su revolución burguesa. En las notas sobre Maquiavelo, el risorggimento, la cultura, etc. abordo algunos problemas que pueden servirnos a nosotros para pensar los temas que aquí referimos. De la misma forma que los teóricos de la revolución socialista, pensamos nuestro pasado en relación con nuestro presente.
Así el italiano razonaba que “Pero el problema más interesante (…) Hay que observar de que en muchas lenguas , “nacional” y “popular” son sinónimos o casi (así es en ruso, o en alemán donde volkisch tiene un significado aún más intimo, de raza, y también en las lenguas eslavas en general; en francés “nacional” implica un significado donde el término popular está más elaborado políticamente, porque está ligado al término soberanía: la soberanía nacional y la soberanía popular tienen o han tenido igual valor) En Italia el término nacional tiene un significado muy restringido ideológicamente y en ningún caso coincidente con el de “popular”, porque en este país los intelectuales están alejados del pueblo, es decir de la “nación”, y en cambio se encuentran ligados a la tradición de casta que no ha sido rota nunca por un fuerte movimiento político popular o nacional desde abajo. (…) el término nacional en Italia se encuentra ligado a esa tradición intelectual y libresca, de allí la facilidad tonta y en el fondo peligrosa de llamar “antinacional” a quien no tenga esta concepción arqueológica y apolillada de los intereses del país.”[25]
Interesante reflexión que puede ser pensada para comprender algunas de nuestras debilidades como nación. Pero también para pensar los problemas de la izquierda para asumir una política nacional. Se preguntaba Trosky ¿Dónde estaba la nación o lo nacional en la revolución rusa? Y no dudaba en responderse que lo nacional eran los Bolcheviques. Y afirmaba que “Lo nacional coincide en su dinámica con lo relativo a las clases. En todos los momentos críticos (…) la nación se divide en dos mitades, pero nacional es solo lo que eleva al pueblo a un escalón más alto, lo que lo aproxima a la superioridad económica y cultural”[26]. En algunos países la acusación de “antinacional” que los grupos conservadores o reaccionarios realizan contra las fuerzas que buscan el cambio y el progreso tiene como contrapartida en éstas la asunción de la acusación de la que son victimas. Entonces se proclama un “internacionalismo de la clase obrera” contra un “nacionalismo de las elites”. Antinomia falsa y peligrosa ya que deja a los trabajadores y oprimidos en general sin organizaciones propias, de su clase, que expresen una política nacional y progresista.

El marxismo en America latina y la cuestión de la revolución de la independencia

Desde fines del siglo XIX existieron en América latina individuos, grupos y corrientes que asumieron las nacientes ideas de Marx como estructuradoras de sus concepciones de la sociedad. Pero no es extraño que haya sido el anarquismo y no el marxismo el que tuviera mayor presencia entre la naciente clase trabajadora moderna. Fueron inmigrantes españoles e italianos los que llegaron a estas tierras en mayor medida y, justamente eran esos países, relativamente más retrasados que el resto de Europa occidental, en donde el anarquismo conservaba mayor fuerza. También la Argentina (y muchos casos de América Latina) era un país en el que la gran industria solo se desarrollaría en los espacios económicos donde el capital extranjero tenía interés (frigoríficos, ferrocarriles, ingenios, minas, plantaciones) en el resto de la sociedad el capital continuó disgregado y en condiciones más artesanales (cuando no con extensas formas precapitalistas de relación laboral). Es por ello que el anarquismo encontraría en nuestras cosas un terreno fértil.
Pero no debemos confundirnos, el internacionalismo abstracto e idealismo de los anarquistas fue la forma en que esos trabajadores extranjeros se “nacionalizaron”, la particular forma en que se dio la nacionalización, donde la masa inmigratoria constituía el grueso de la clase obrera. Fue el proceso mediante el que se formaron como clase, a través de la lucha contra los patrones concretos de su nuevo país. El marxismo de la segunda internacional, más erudito y cosmopolita, difícilmente podía encarar la representación de las necesidades de los trabajadores latinoamericanos, fueran estos inmigrantes o trabajadores nativos (mucho menos en el mundo rural), el espontaneismo anarquista se hacía cargo de las contradicciones inmediatas de la clase obrera nacional y de esta forma encabezó las más importantes luchas que fueron el bautismo de fuego de la clase trabajadora. De la misma forma, por razones similares, aunque con objetivos y cosmovisiones diferentes, variantes del populismo también atraerían a las masas trabajadoras en las décadas siguientes.
El marxismo de nuestro país fue en general una variante reformista, liberal y progresista en lo social del pensamiento erudito de las elites intelectuales. Representado por el Partido Socialista fundado en 1896 por Juan Bautista Justo se consideraba heredero del pensamiento positivista del siglo XIX en su variante Sarmientina, dando gran énfasis a la educación y la nacionalización política de las masas pero sin salirse del esquema mental “civilización o barbarie”. Defensores de la idea de evolución y del modelo agro-exportador, su interpretación del problema nacional de los países latinoamericanos quedó siempre en un segundo plano.
La ruptura con el positivismo tuvo que esperar hasta la década de 1920, cuando una nueva generación de intelectuales latinoamericanos maduró al calor de las transformaciones políticas y económicas de la región. También un nuevo clima intelectual antipositivista cuya raíz se encuentra en el romanticismo y el modernismo volvió propicio la reivindicación de lo latinoamericano y la confianza en la fuerza creativa de la acción humana. Rubén Darío, José Enrique Rodó, José Martí expresan este primer impulso de reintroducción del espíritu y la acción humana a la historia y de decepción o directamente rechazo a Europa o los EEUU paradigmas del progreso hasta entonces. Es imposible dejar de mencionar la influencia de la generación literaria de Leopoldo Lugones (Galves, Ricardo Rojas) que, a pesar de su devenir aristocratizante y su influencia restringida las elites letradas, reintrodujo al prototipo popular del pasado “bárbaro”, el gaucho, en discusión sobre la nacionalidad argentina.
La invasión norteamericana a Cuba en 1898 fue el primer hecho que dio pié para una ruptura que permitiría pensar desde América latina. Y sin dudas, la primera guerra mundial (y sus consecuencias de matanzas entre “civilizados”) y la revolución rusa operaron sobre la realidad cambiante de nuestro continente para que un nuevo y más claro antiimperialismo permitiera la relectura y la traducción del marxismo a las condiciones locales. Este nuevo clima intelectual abarcó un abanico de ideas que incluyeron posiciones, nacionalistas, populistas y marxistas sin que entre estas categorías podamos establecer fronteras claras. Quizás la polémica entre Haya de la Torre y Mariátegui sea la referencia más importante ya que en nuestro país no encontramos previo al peronismo un debate similar. La reforma universitaria de 1918, cuya proyección latinoamericana fue el lugar donde nacieron a las nuevas ideas militantes como los mencionados Haya y Mariátegui o el cubano Mella, dio frutos de menos impacto popular en nuestro país. Aunque el antiimperialismo y el latinoamericanismo contaron con su primera formulación orgánica en la generación de la reforma, no logró romper los círculos de intelectuales progresistas. Para la década del treinta solo el Forjismo nacionalista, algunos intelectuales heterodoxos del Comunismo y algún pequeño grupo trosquista, impulsaban el eje antiimperialista o el debate de cómo hacer un proyecto socialista desde la realidad argentina, pero nunca se constituyeron fuerzas como fueron el APRA o el Mariateguismo. Ninguna fuerza logró por esas décadas construirse como una referencia política popular, revolucionaria y socialista que hiciera pie en las condiciones concretas de la argentina. El debate sobre la realidad peruana, el camino para sacar al Perú del atraso y las características de la construcción política nacional sin dogmatismos ni esquemas sino con un profundo estudio de la realidad social nacional y de las relaciones de fuerzas y las posibilidades que abren, aún hoy están vigentes. Estos debates no se dieron en la argentina del los 30 y 40 (recién hacia fines de los 50 comenzaría bajo proscripciones e influencia cubana). Por ello el peronismo en la década de 1940 logró aglutinar al pueblo sin discusiones en el espacio del nacionalismo popular sin aportes o debates desde el marxismo ni oposiciones o incorporaciones populares políticamente organizadas fuera de los sindicatos.
Decíamos de la necesidad de “traducción” del marxismo y es importante aclarar este concepto. Ninguna teoría social puede ser “aplicada” como si fuera una herramienta sobre una tuerca. No me fijo en la herramienta (idea) más apropiada de mi caja (biblioteca marxista leninista) y con ella muevo un tornillo (conflicto social, nacional, etc.). Decir que el marxismo es una caja de herramientas es una buena simplificación que, como decía Gramsci, puede servir para un catecismo de los “simples”. Pero asumir esto sería pensar que ya está todo hecho. Traducir es para nosotros lo que Mariátegui llamaba “creación heroica”, “ni calco ni copia”, o sea desarrollar nuevas herramientas, mejorar y adaptar las que nos legaron, para que puedan mover las particulares combinaciones de condiciones sociales económicas políticas y culturales de cada país y cada tiempo histórico.
Entonces el clima cultural latinoamericano de los veintes y treinta permitió que diera sus primeros pasos un marxismo con raíces locales. Una de sus renovaciones es la idea de mito. “Lo que claramente diferencia en esta época histórica a la burguesía del proletariado es la fuerza del mito (…) el proletariado tiene mito: la revolución social (…) La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito…”. Lo espiritual del hombre latinoamericano, lo bello, lo colectivo separaría al hombre latinoamericano del materialismo prosaico y el individualismo económico del anglosajón, del yanqui. Son claras las resonancias de Darío y hasta del Lugones. L a idea del “mito” también se hace presente en Gramsci. El mito del príncipe de sus “Notas sobre Maquiavelo”. El Príncipe de Maquiavelo podría ser estudiado como una ejemplificación histórica del “mito” de Sorel, es decir, de una ideología política que no se presenta a las masas como una fría utopía, ni como una argumentación doctrinaria, sino como la creación de una fantasía concreta que actúa sobre un pueblo disperso, fragmentado, para impulsar el nacimiento y organizar su voluntad colectiva nacional popular. Este es el objetivo de Mariátegui pero pensado no para corporizar en líderes o caudillos sin como mito de una clase revolucionaria.
No debemos olvidar que Mariátegui fue hijo de ese gran movimiento renovador que fue la reforma universitaria cuyo primer paso se dio en la Córdoba de 1918 pero que se expandió hacia Latinoamérica y tuvo una enorme influencia en la juventud peruana. El espíritu de los reformistas fue el que ya mencionamos romanticismo, antiimperialismo, latino americanismo, arielismo, en definitiva espíritu de renovación y fe en las posibilidades de cambio. Desde allí desarrolló sus ideas que se irían contorneando es sus debates con Haya, su viaje a Europa para participar de las reuniones de la tercera internacional y su estudio de la realidad peruana. Así llegaría a la conclusión de que “El marxismo, del cual todos hablan pero muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales”. Tesis que notoriamente lo distancia de la conducción del comunismo latinoamericano a cargo del partido argentino y de lo que Gramsci llamaría por esos años “manualización” del marxismo.
Otro de los aportes de Mariátegui es su planteo de que “… el nacionalismo de los pueblos coloniales si, coloniales económicamente, aunque se vanaglorien de su autonomía política tiene un origen e impulso totalmente diversos (al de los países europeos n. de r.). En estos pueblos el nacionalismo es revolucionario y por ende concluye con el socialismo. En estos pueblos la idea de nación no ha cumplido aun su trayectoria ni ha agotado su misión histórica…”[27]. Aunque más adelante recalca que su tesis no cae en un nacionalismo localista “las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial” y que la revolución latinoamericana es parte de la revolución mundial. Esta tesis no se aleja a decir verdad de los planteos clásicos de Lenin, pero en el contexto del marxismo latinoamericano son profundamente disruptivas con su tendencia de desarrollo principal disciplinada a las directivas políticas e ideológicas de la URSS. Será hasta los sesentas con la influencia de la revolución cubana que la idea de un “nacionalismo revolucionario” cobró fuerza frente a los esquemas del comunismo clásico. Tampoco esta tesis se entiende en toda su dimensión si no la articulamos con la anterior del “mito” y la de las posibilidades de un desarrollo socialista basado en las realidades existentes de la formación social nacional concreta.
Su tesis más conocida es la reintroduce en problema del indio como en problema de la tierra y por ende como un problema revolucionario, sacándolo de la perspectiva romántico indigenista. Por un lado “el problema del indio es el problema de la tierra” y por otro el modo de producción andino (comunitario, complementariedad vertical, etc.) brinda elementos de base propios y diferentes a los europeos clásicos para pensar las formas nacionales de transición al socialismo. No está de más recordar la cercanía de estas tesis con las del último Marx, que ya mencionamos. El rechazo a estas ideas fue muy fuerte en el comunismo regional y en la intelectualidad elitista en general, es por eso que el Amauta desafiaba: “Entre los intelectuales no es raro un nihilismo simulado que les sirve de pretexto filosófico para rehuir su cooperación a todo gran esfuerzo renovador o para explicar su desdén por toda obra multitudinaria”. El revolucionario peruano luchaba contra una profunda tradición de la intelectualidad latinoamericana formada en el rechazo a la “barbarie”, a la “política criolla”; como también contra su contraparte populista de endiosamiento del “sentido común” popular, de hacer de defectos, virtudes. Su objetivo era organizar desde esos bárbaros el progreso de América latina hacia formas superiores de vida social.
También encontramos en Mariátegui y su tradición afinidades con la tesis maoísta de las “causas internas”. Tesis que Rodolfo Puiggros tradujo a las condiciones del peronismo revolucionario en la argentina, pero cuya base se encuentra en la necesidad de partir de las condiciones locales, clases sociales locales, tradiciones locales, estructura económica local, etc. para realizar transformaciones o para hacer eficientes localmente las “causas externas” o transformar en internas las causas externas. En el mismo sentido, podemos interpretar las razones por las que el Amauta explicaba las razones del triunfo de Stalin sobre Trosqui
De la presentación que Mariátegui hace de la historia de Perú se deducen posteriormente las bases de su programa. En esa presentación se ven las limitaciones y posibles potencialidades que el Amauta encuentra en el periodo independentista. “Si la revolución hubiese sido un movimiento de las masas indígenas o hubiese representado sus reivindicaciones, habría tenido necesariamente una fisonomía agrarista. Está ya bien estudiado cómo la revolución francesa benefició particularmente a la clase rural, en la cual tuvo que apoyarse para evitar el retorno del antiguo régimen. Este fenómeno, además, parece peculiar en general así a la revolución burguesa como a la revolución socialista, (…) Particularmente en Rusia, ha sido ésta la clase que ha cosechado los primeros frutos de la revolución bolchevique, debido a que en ese país no se había operado aún una revolución burguesa…” La revolución burguesa (o socialista) es países con una clase campesina muy numerosa pasa por la satisfacción de las reivindicaciones de la clase oprimida del campo. Esto no se aleja de la idea de “alianza obrero campesina” de Lenin. Pero lo novedoso en Mariátegui es su tesis de preservación de la comunidad agraria como base para la construcción de una sociedad superior, no como romanticismo indigenista ni “multiculturalismo”. Y su ruptura con la idea de que solo con una alianza que incluyera a la burguesía nacional en un rol dirigente (frente nacional) los países de América lograrían superar el atraso.
Mariátegui no se propuso debatir cuan posible hubiera sido para los revolucionarios de la independencia conseguir la realización de una revolución burguesa completa. Constata un elemento fundamental: la continuidad de la clase terrateniente como dominante y por esta continuidad explica el fracaso de los proyectos revolucionarios. “Pero, para que la revolución demo-liberal haya tenido estos efectos, dos premisas han sido necesarias: la existencia de una burguesía consciente de los fines y los intereses de su acción y la existencia de un estado de ánimo revolucionario en la clase campesina y, sobre todo, su reivindicación del derecho a la tierra en términos incompatibles con el poder de la aristocracia terrateniente. (…) El nacionalismo continental de los revolucionarios hispanoamericanos se juntaba a esa mancomunidad forzosa de sus destinos, para nivelar a los pueblos más avanzados en su marcha al capitalismo (se refiere a Argentina y Brasil n. de r.) con los más retrasados en la misma vía”. Sin dudas Mariátegui tenía una apreciación excesivamente positiva de la realidad social Argentina, aunque en comparación, la situación local debía parecerles a los demás latinoamericanos superior a la de sus propias sociedades.
Pero a pesar de ello la tesis que explica la reformulación de las condiciones de dependencia de nuestras sociedades es generalizable: la “mediocre metamorfosis de la clase dominante” es como explicamos las características de quienes condujeron la formación de las repúblicas oligárquicas latinoamericanas. “La aristocracia terrateniente, si no sus privilegios de principio, conservaba sus posiciones de hecho. Seguía siendo en el Perú la clase dominante. La revolución no había realmente elevado al poder a una nueva clase. La burguesía profesional y comerciante era muy débil para gobernar. La abolición de la servidumbre no pasaba, por esto, de ser una declaración teórica”[28]. Es claro en el pensamiento mariateguista que la revolución solo podría haber sido “completa” si hubiese contemplado una alianza con la masa de la población campesina, artesana e indígena y, por lo tanto enfrentada al grueso de los terratenientes.
Para Mariátegui “La Independencia, bajo este aspecto, se presenta como una empresa romántica (una revolución burguesa sin burguesía manufacturera en desarrollo n. de r.). Pero esto no contradice la tesis de la trama económica de la revolución emancipadora. Los conductores, los caudillos, los ideólogos de esta revolución no fueron anteriores ni superiores a las premisas y razones económicas de este acontecimiento. El hecho intelectual y sentimental no fue anterior al hecho económico”. Es entonces que la revolución latinoamericana de la independencia no pudo materializar en progreso social concreto “las ideas de la revolución francesa y de la constitución norteamericana” que debatían los líderes más lúcidos. Y agregamos la idea de monarquía constitucional indígena que varios rioplatenses tímidamente esbozaron como salida a la unidad, tradición y atracción popular, porque demuestra las verdaderas intenciones y la audacia de los primeros patriotas.
Pero existieron experiencias independentistas, silenciadas, tergiversadas o demonizadas que en la época del Amauta aún no se habían estudiado. Y esas experiencias se materializaros en formulaciones estatales o protoestatales más allá de los debates de ideas. Con diverso grado de coherencia y contradicciones las vemos en el grupo Morenista, el Artiguismo, las montoneras salteñas y altoperuanas, el bolivarianismo o el régimen paraguayo. Sin dudas contradictorias, pero alternativas y no solo como resistencias, sino como proyectos de provenir.
La audacia del pensamiento mariateguista nos sigue interpelando en la actualidad. Transformar nuestra realidad, desde los intereses de las clases oprimidas, desde la realidad de nuestra formación social concreta y en nuestro tiempo histórico. Sin renegar de la razón y del bagaje cultural de la humanidad y creyendo que el progreso es deseable, pero sin perder la confianza en que la voluntad de acción transforma estructuras que parecen tener dinámica propia. Mariátegui fue profundamente peruano, latinoamericano y socialista, comprendió a sus compatriotas oprimidos tal como eran en su tiempo, y con esa realidad trabajó por la revolución. Su pensamiento ilumina la praxis de los revolucionarios del presente con la razón y con la fe.

[1]Proyecto de respuesta a la carta de V. I. Zasulich Marx & Engels, Obras Escogidas en tres tomos (Editorial Progreso, Moscú, 1974), t. III. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/81-a-zasu.htm
[2] Transcribimos algunas reflexiones más de Marx a Vera Zasulich, por su notable parentesco teórico con las reflexiones de Mariátegui sobre la comunidad rural peruana. “Pero, ¿cómo conseguir los equipos, los fertilizantes, los métodos agronómicos, etc., todos los medios imprescindibles para el trabajo colectivo? Precisamente aquí resalta la gran superioridad de la «comunidad rural» rusa en comparación con las comunidades arcaicas del mismo tipo. Es la única que se ha conservado en Europa en gran escala, a escala nacional. Así se halla en un ambiente histórico en el que la producción capitalista contemporánea le ofrece todas las condiciones de trabajo colectivo. Tiene la posibilidad de incorporarse a los adelantos positivos logrados por el sistema capitalista sin pasar por sus Horcas Caudinas. La configuración física de la tierra rusa favorece el empleo de las máquinas en la agricultura organizada en vasta escala y practicada por medio del trabajo cooperativo. Cuanto a los primeros gastos de establecimiento —intelectuales y materiales—, la sociedad rusa debe facilitarlos a la «comunidad rural», a cuenta de la cual ha vivido tanto tiempo y en la que debe buscar su «elemento regenerador»”.Marx & Engels, Obras Escogidas en tres tomos (Editorial Progreso, Moscú, 1974), t. III.

[3] Como “mediocre metamorfosis de la clase dominante” Mariátegui se refiere a la incorporación de las antiguas clases de terratenientes y encomenderos al sistema mundial capitalista a través de los beneficios de la relación exportadora de materias primas a Gran Bretaña. Esta relación se da sin transformar sustancialmente las relaciones de producción internas ni producir la modernización de la sociedad.

[4] Marx Engels, La revolución en España Ed. Ariel, Barcelona 1960 Pág. 81. Agrega Marx también que “Como verdadero manifiesto de esa fracción puede ser considerada la célebre memoria de Jovellanos sobre la agricultura y el derecho agrario publicada en 1795…”. O sea modernización de la situación agraria feudal española (y americana)
[5] “… el ejército y los guerrilleros (…) eran el sector más revolucionario de la sociedad española, reclutado de todas las clases sociales, incorporando en si toda la juventud patriótica, valerosa y llena de aspiraciones y cerrándose inaccesiblemente a la soporífera influencia del gobierno central…” Marx Op Cit. Pag. 101. San Martín es parte de esta camada de oficiales, profesa militantemente estas ideas, y aún en su campaña de Perú tomará contacto con oficiales españoles liberales que para que abandonen el bando monárquico conservador. Los mismos oficiales del ejército encabezaron en la península en el año 1820 una rebelión obligando a Fernando VII a reinstalar la constitución liberal del 12.
[6] La junta caraqueña de 1810 controlada por la oligarquía conservadora no logró concitar el entusiasmo de la población venezolana. Por el contrario, en la primera etapa el pueblo llano se volcó a la reacción.
[7] Marx, Op Cit pag. 81
[8] Marx Op. Cit. Pag. 97. Es condición sine qua non que una guerra de liberación se articule con reformas sociales si pretende ser exitosa. Cuando la base del ejército revolucionario esta en la incorporación de las masas populares la movilización nacional deviene en reforma social, esto sucede con Guemes y con Artigas y por esto ellos feron peligrosos.
[9] Proclama de San Martín en Pisco. en Galasso Op. Cit.
[10] Artículos publicados en el New Cork Daily Tribune en 1953.
[11] Marx, Engels Correspondencia carta del 10/12/1869, op. cit.
[12] Engels Federico. Febrero de 1885
[13] Una muy diversa cantidad de escritores e investigadores que van desde Raúl Scalabrini Ortiz (sin dudas influenciado por Lenin en su muy buenos estudios sobre el rol de los ferrocarriles y el capital extranjero), hasta Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde (con sus libros sobre Facundo Quiroga y Felipe Varela).
[14] El caso de Jorge Abelardo Ramos y su reivindicación de Roca y el Ejército nacional.
[15] Deberíamos agregar la Ley de Aduanas de Rosas, y mas allá de las posibles impugnaciones que puedan pesar sobre los mencionados proyectos, los incluimos en la enumeración ya que son el paradigma del los principales debates del siglo XIX: Proteccionismo o librecambismo, el problema de la tierra y el posible rol del Estado como impulsor del desarrollo de la sociedad. Debates que de diferente forma son relevantes en la actualidad.
[16] Un Estado fuerte y centralizado conducido por hombres virtuosos capaz de garantizar la unidad, la guerra y el progreso moral y material colectivo. Frente a esta propuesta se alzaban las ideas de las elites criollas tradicionales que ponían un mayor énfasis en la existencia de una república donde se establecieran organismos que permitieran la deliberación de las clases tradicionales y con garantías de autonomías y representatividad a las elites económicas regionales. Un ejemplo institucional de estas ideas era la constitución de 1821 y los debates que enfrentaron a Santander con Bolívar.
[17] Ver Galasso Norberto Seamos libres. Lo demás no importa nada. Ed. Colihue. Bs. As. 2000. Orsi René. San Martín y Artigas. Ed. Theoría. Bs. As. 1991.
[18] http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/ensayo/monteagudo/b-612087.htm Escritos políticos. Recopilados y ordenados por Mariano A. Pelliza, Buenos Aires, La Cultura Argentina – Avenida de Mayo 646, 1916 Memoria. Sobre los principios políticos que seguí en la administración del Perú y acontecimientos posteriores a mi separación Quito, Marzo de 1923.
[19] Carta de Engels a J. Bloch, 21 de setiembre de 1890. En C. Marx / F. Engels, Correspondencia, pag 379.
[20] Gramsci Antonio. Cuadernos de la cárcel, Pag.16 tomo 5.
[21] Esta idea de visión trágica es desarrollada por Horacio Tarcus en su trabajo sobre Silvio Frondizi y Milciades Peña. Tarcus, Horacio El marxismo olvidado.
[22] Puiggros polemiza con la idea de “autodesarrollo” propugnada por otros revisionistas marxistas y por algunos nacionalistas. Podemos ver sus ideas en torno a este periodo en Historia crítica de los partidos políticos Primera parte “Pueblo y oligarquía” Pag 55 en adelante. Bs. As. Hispamérica 1986.
[23] Gramsci, Antonio, Cuadernos de la cárcel cuaderno III pag 227.
[24] Cuando decimos “desde afuera de las clases” no planteamos que el jacobinismo no exprese una tendencia de desarrollo de la sociedad capitalista, sino que esta tendencia se muestra como jacobina cuando nace de un grupo intelectual que opera mas allá de la burguesía existente. Este grupo puede ser portador de propuestas mas avanzadas de las que el sistema jurídico político liberal capitalista concebido por los intelectuales orgánicos de la burguesía proponen.
[25] Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel. Literatura y vida nacional
[26] Trosky, León. Literatura y revolución
[27] Mariátegui, José Carlos, “Política e ideología”, Biblioteca Amauta, Lima 1979 pag 221.
[28] No es nuestra intención debatir en este trabajo la existencia de una aristocracia terrateniente consolidada en el Rio de la Plata para el periodo independentista. Solo nos interesa decir que, en nuestro país, desde bases mucho más modestas se formó una oligarquía terrateniente más moderna, pero las consecuencias de bloqueo a cualquier desarrollo burgués industrial y de dependencia del capital extranjero fue similar.

Uruguay: ¿hacia la izquierda o hacia dónde?

Uruguay: ¿hacia la izquierda o hacia dónde?

Miércoles, 12 Noviembre 2014

Uruguay: ¿hacia la izquierda o hacia dónde?

Por Sergio Sommaruga*. Balance sobre lo que dejó la primera vuelta electoral y las expectativas para el balotaje. Pero sobre todo, un análisis minucioso sobre la etapa política que transita el país atravesado por la pregunta “¿alcanza con ser alternativa electoral a blancos y colorados para ser de izquierda?

Vamos a tratar de focalizarnos. Es mucha la información y son muchos los abordajes posibles sobre los resultados de las elecciones de octubre. En esta aproximación vamos a tratar de poner arriba de la mesa algunas consideraciones que esperamos sean útiles para ulteriores análisis, más fecundos y profundos.

Desde la izquierda hay quienes sostienen que las elecciones son un resumen de la lucha de clases. Esta es una afirmación bien interesante en la que nos parece que vale la pena detenerse; al menos más que en el método de las encuestadoras y su falibilidad, asunto sobre el que en estos días hay varios ríos de tinta y conciertos de teclas.

Si bien en cierto sentido se puede compartir esa definición, o al menos entender que es lo que se quiere decir con tal cosa, creo que los resultados electorales, más que resumen, son un anticipo del marco político en el que se va a desenvolver el ciclo de luchas por venir.

Si las elecciones son una forma de resumir la lucha de clases, entonces tendríamos que suponer que estas son la forma por excelencia de acumular fuerzas, que los partidos son en sí mismos los sujetos primordiales que expresan la lucha de clases y que la relación entre voto y conciencia de clase es directa. Cualquiera de las tres cosas es discutible, pero difícilmente sean verdaderas tajantemente. Por eso, lo que las elecciones tienen de resumen posee mucho más riesgos de confusión para sacar conclusiones, que las pistas que nos dan para pelear contra la confusión de cara al nuevo ciclo coyuntural.

Si las elecciones fueren un resumen, como el que se dice que es, se podrían sacar algunas conclusiones un tanto apresuradas. Por ejemplo, a ojos vistas, se puede decir que el pueblo uruguayo tendencialmente se viene corriendo hacia la izquierda. Ese sería un buen dato para la lucha de clases desde el punto de vista de los intereses populares. Si la lectura entre votos y estado ideológico fuere tan lineal o directa, estaríamos ante un resumen altamente positivo.

Desde una óptica que podemos describir como de “sentido común”, se puede decir que el resumen de los resultados electorales del 26 de octubre da a favor de la izquierda.

Supongo que quienes así piensan se podrían abastecer de dos tipos de argumentos. El primer tipo de argumentos se basaría en el análisis positivo de ciertos datos. Nos diría, por ejemplo, que el Frente Amplio creció cuantitativamente luego de diez años en el gobierno (28.925 votos más que en 2009, más que todos los votos conseguidos por la UP), que logró preservar la mayoría parlamentaria por tercera vez consecutiva y que queda encaminado de modo cuasi triunfal para la segunda vuelta.

Incluso, en auxilio de esta lectura, se puede esgrimir que los votos conseguidos por la izquierda fuera del Frente Amplio apuntala esta idea de corrimiento hacia la izquierda o que dentro de los partidos de oposición uno de los que creció fue el Partido Independiente, que es el menos de derecha de los partidos de oposición.

Por otro lado, analizando positivamente los resultados negativos de la derecha también se podría decir que ganó la izquierda. El plebiscito para tratar penalmente como adultos a los mayores de 16 años, que fue impulsado por las fuerzas más a la derecha del espectro político uruguayo, fue derrotado, quedando más de tres puntos por debajo de lo necesario.(1)

Al mismo tiempo, el Partido Colorado, perdió casi 90.000 votos respecto a las pasadas elecciones y logró tener, con ese resultado, su segunda elección más baja de la historia. Blancos y colorados juntos perdieron 2,4% de los votos que obtuvieron en las elecciones de 2009. Es más, si sumamos los votos de blancos, colorados y del Partido Independiente, todos juntos quedan por debajo del Frente Amplio en más de 22.000 votos.

Desde una perspectiva meramente aritmética y basados en el “sentido común” se podría afirmar como resumen de las elecciones de octubre que en Uruguay hay un corrimiento hacia la izquierda…

Sin embargo, desde una perspectiva menos lineal, se puede decir también que el corrimiento hacia la izquierda no es tal y que en realidad lo que explica el resultado electoral es un cierto corrimiento ideológico de los partidos que representan electoralmente a la izquierda hacia la aceptación de la lógica de la economía de mercado. Al menos en el caso del Frente Amplio y obviamente del Partido Independiente, del cual, más allá de su autoproclamación, se puede dudar fundadamente sobre su pertenencia a ese campo de ideas, prácticas y valores que es la izquierda.

Supongo que quienes así piensan recurrirían a una larga fila de datos y valoraciones sobre la política económica de estos diez años de gobierno frenteamplista y la ausencia de disputas estratégicas con la clase dominante por la transformación del patrón de acumulación.

Algunas de las cosas que en este sentido se podrían decir de modo crítico son:

Muy pocos concentran la misma cantidad de ingresos que muchos. Luego de una década de crecimiento económico sostenido, al doble de la tasa histórica, la desigualdad en la distribución del crecimiento económico se profundiza. Llevado al terreno estadístico, en el Uruguay actual las veintitrés mil personas más ricas se apropian de la misma cantidad de ingresos que el 50 % más pobre, es decir, un millón ciento cincuenta mil trabajadores.

Durante los gobiernos del Frente Amplio bajó la pobreza dirán en defensa de este cuestionamiento distributivo. Sí, tan cierto como que en los gobiernos del Frente Amplio el salario mínimo nacional está por debajo de la línea de pobreza y que la mitad de los y las trabajadoras ganan menos de 14.000 pesos mensuales (cuando un alquiler promedio vale entre ocho y diez mil pesos).

En la misma línea de razonamiento se argüiría sobre la tendencia creciente a la extranjerización de la economía (nueve de las diez empresas privadas con mayor empuje exportador son corporaciones capitalistas trasnacionales y regionales), o sobre la concentración de la tierra productiva, con el consiguiente despoblamiento rural de los pequeños productores que ha venido operando en los últimos diez años (doce mil productores menos y el 20% de la tierra productiva extranjerizada). O también se podría recurrir, sin miedo a error, al problema de la primarización de las exportaciones y la profundización de la dependencia, de la deuda pública y la consolidación de la privatización de la seguridad social, con los enormes riesgos estructurales que esto conlleva.

También, uno podría preguntarse cómo se puede ser de izquierda y al mismo tiempo levantar la promesa de vouchers para transferir recursos públicos a la enseñanza privada. O ser de izquierda y al mismo tiempo haber pedido auxilio a Bush para enfrentar a los ambientalistas argentinos y al gobierno de Kirchner. O ser de izquierda y realizar tantos intentos reiterados por enviar a su domicilio a los terroristas de estado de la última dictadura, etcétera.

En fin, para quienes sostienen que los resultados electorales son el resumen de la lucha de clases es muy plausible decir que en Uruguay hay un corrimiento hacia la izquierda… el Frente Amplio creció y va camino hacia su tercer gobierno consecutivo con mayorías parlamentarias.
A nuestro entender, sin embargo, lo que los resultados electorales tienen de resumen no es tan elocuente como lo que tienen de anticipo en relación a entender cómo, al menos del punto de vista tendencial, se va a comportar el escenario político de la lucha de clases.

Es decir, los resultados electorales nos pueden ayudar más a entender el comportamiento político de las fuerzas institucionales en el manejo de las políticas públicas y de las contradicciones del conflicto social, que a desentrañar qué significan las tendencias ideológicas detrás de los votos. Más aún cuando la política está cada vez más atada al mercado publicitario y la lucha de ideas entre bloques está gravemente empobrecida o, en el mejor de los casos, fuertemente invisibilizada.

En el fondo la pregunta es: ¿hay un corrimiento hacia la izquierda o la institucionalización de los principales exponentes electorales de la izquierda hace que estos estén cada vez más cerca de la derecha? ¿Alcanza con ser alternativa electoral a blancos y colorados para ser de izquierda?.

Obviamente, desentrañar esta pregunta nos lleva, al menos, a dos grandes asuntos: por un lado ¿qué es ser de izquierda hoy en Uruguay? y ¿es de izquierda la política económica y el modelo de desarrollo social que ha caracterizado a los gobiernos del Frente Amplio?.

En un escenario histórico donde prima la confusión generalizada del sentido de la política y del ser de izquierda, y donde el nuevo consenso hegemónico entre las principales figuras políticas es tan potente, es probable que los resultados electorales den cuenta, más que nada, de lo que se viene. Y lo que se viene, más allá de las dos enormes alegrías que representa la derrota del sí a la baja y el retroceso electoral de la derecha tradicional, no nos parece tan halagüeño. Ojalá estemos bien errados, por el bien de la acumulación histórica del pueblo uruguayo.

(1) Vale subrayar que el sí a la baja consiguió 1.087.707 votos, casi lo mismo que el plebiscito para anular la ley de impunidad en 2009 (1.105.768 votos).

  • Artículo publicado en el portal Zur

Proceso de acumulación de capital en el modelo agroexportador

PROCESO DE ACUMULACION DE CAPITAL EN EL MODELO AGROEXPORTADOR
Enero 29 2010 José Saúl Reyes Rosales

CAPITULO I

PRINCIPIOS DE ACUMULACION DE CAPITAL EN EL SALVADOR

1. ORIGEN DE LA HACIENDA COLONIAL

Desde antes de crisis de fines del siglo XVI, los peninsulares y criollos asentados en la provincia salvadoreña iniciaron el cultivo extensivo, para exportación comercial, del añil, jiquilete o índigo. Fue en El Salvador donde adquirió importancia como producto monoexportador en la economía colonial desde fines del siglo XVI hasta fines del siglo XIX. El obraje de añil marco un ciclo nuevo en el desarrollo económico de la región porque contribuyó a integrar la hacienda como unidad productiva colonial. El añil se cultivo, a diferencia del cacao, en las propiedades privadas de los españoles, aunque también se cultivo en algunas propiedades comunales de los indios y en los predios de los poquiteros, los pequeños propietarios rurales. Los poquiteros no disponían de obrajes, simplemente cosechaban la planta y, una vez cortada, la vendían a los hacendados o comerciantes.

Muchos comerciantes, ante el auge añilero invirtieron sus ganancias obtenidas del cacao en tierras para sembrar añil y ganado. En el transcurso de los siglos XVII Y XVIII, y alrededor del añil, se consolido la clase de los terratenientes. Las grandes ganancias provenientes de los buenos precios del añil dieron cohesión y poder político a esta nueva clase.

1.1 EXPANSION ANILERA Y CONSOLIDACION DE LA HACIENDA

El añil vario completamente al paisaje rural. La planta se cultivo en casi todo el territorio salvadoreño. Primero se empezó en las zonas costeras, luego y con mucha prodigalidad, en los suelos volcánicos de las laderas bajas, pero sobre todo en la tierra de barro y talpetate. Los lugares donde principalmente se expandió fueron Cabañas, Chalatenango y Norte de San Miguel, la expansión del añil consolido la propiedad privada. Este fenómeno juntamente con el de la necesidad de la mano de obra, sobre todo en la época de la cosecha de la yerba, generalizo el principio de una relación salarial y que en forma inapropiada algunos observadores han llamado “la proletarización rural del siglo XVIII” El termino proletarización es un equívoco porque está empleado para una formación social pre capitalista en donde el repartimiento forzoso y la contratación libre de mano de obra, que laboro en las obrajes de añil no lograron modificar esas relaciones pre capitalista de producción dominantes.

No olvidemos que la expropiación del excedente fue por medio de coacciones extraeconómicas; y si a eso agregamos el predominio de una relación básica de producción (servil) entre latifundistas e indígenas, así como una separación neta en el tiempo como en el espacio, entre trabajo necesario y trabajo excedente, un régimen de economía natural y elementos superestructurales del feudalismo europeo, ya tenemos para visualizar un modo de producción dominante de rasgos feudales.
La consolidación de la hacienda añilera trajo consigo la despoblación. Al quedar la tierra vacía, el latifundio se extendió. Observando los censos de los siglos XVII Y XVIII se constata que “muchas comunidades del norte del país “en donde precisamente estaba el reservorio añilero, “había dejado de existir “Las haciendas se encontraban en todo el territorio, pero precisamente, en el área del cultivo del añil.

Pueblos enteros fueron despojados de sus tierras comunales para dedicarlas casi exclusivamente al cultivo del añil y la ganadería. La expansión de la hacienda, además del fenómeno de concentración de tierra apta para el cultivo del añil en poder de la minoría criolla y peninsular, llevo consigo otros fenómenos: la crisis de los alimentos (principalmente por ausencia de maíz y frijoles) y la despoblación indígena. Este fenómeno fue consustancial al resto del periodo colonial. Había regiones en las cuales no se cultivaba otra cosa que no fuera el añil, en detrimento de los granos básicos, los que frecuentemente se tenía que traer de Guatemala.

Los españoles Vivian esperanzados a las tintas (expresión que aludía al comercio altamente rentable del añil). En la primera mitad del siglo XVII, ante la prohibición de las autoridades de usar la mano de obra indígena en los obrajes del añil, se procedió a la introducción en la provincia salvadoreña de negros esclavos.
En 1635 el alcalde de San Salvador, Juan Sarmiento de Valderrama, ordeno la expulsión de españoles, negros y mulatos que residían en los pueblos indígenas. Esta medida indujo a los españoles residentes en 3 centros añileros, Ayutuxtepeque, Tepetitan, e Ixtepeque, a unirse y fundar la ciudad de San Vicente el 25 de diciembre de 1635. Cincuenta familias españolas a orillas del Rio Acahuapa y bajo un árbol de tempisque, dieron nombre a la ciudad que, con el tiempo, llego a ser el emporio del añil. Las excesivas demandas de mano de obra de los hacendados fueron la causa principal de que los indios se fueran exterminando. El despoblamiento estaba causado no solo por el repartimiento en sí, sino por el trabajo en los obrajes del añil.

En el siglo XVII y buena parte del XVIII la mayoría de las haciendas donde se procesaba el producto carecían de trapiches y de bueyes encargados de “ macear “ la yerba en el interior de las pilas; en realidad ese trabajo lo hacían los indios con los pies descalzos. Muchos de los pueblos que se mencionan en 1550 habían desaparecido alrededor de 1590 y casi todos los que quedaban se habían reducido drásticamente en la segunda mitad del siglo XVIII… en 1550, 70 pueblos del este de El Salvador tenía una población total de casi 30,000 habitantes, en 1590 quedaban 50 pueblos con una población total cercana a 8.300. Ante el problema de despoblación, la Audiencia de Guatemala estableció la inspección y la prohibición para que los indígenas fueran a trabajar a los obrajes, pero esta disposición fue letra muerta.

Por su parte los cultivadores del añil de Santa Ana ofrecieron a la corona española 20.000 libras de añil a condición de suprimir las inspecciones y poder importar negros.

Si volvemos la mirada hacia un siglo atrás, al año 1656 cuando solo había 200 ingenios que producían apenas 10.000 quintales al año, ya tenemos para apreciar el crecimiento económico que se había producido. Según Gálvez había en 1740, doscientos sesenta y siete haciendas, sin tomar en cuenta las existentes en los departamentos de Ahuachapán y Sonsonate. Para el periodo comprendido entre 1768 y 1770 había más de 458 haciendas distribuidas en todo el territorio salvadoreño. Puede afirmarse por ello que si el siglo XVII se caracterizo por la consolidación de la hacienda “de facto”, en el siglo XVIII se acudió al procedimiento de la “confirmación “, procedimiento autorizado por la Corona en virtud del cual un hacendado podía quedarse con tierra usurpada, previamente valuada, y por la que se pagaba la porción no cubierta en el titulo respectivo. O sea que después de la etapa de la encomienda, cuando esta cedió paso a la hacienda trabajada por la mano de obra residente o contratada, se prestó más atención a la adquisición de títulos de propiedad que especifican y confirmaran la extensión y límites de la propiedad privada.
1.2 REFORMAS BORBONICAS
La medida de legalización de la lucha por la tierra entre hacendados y comunidades indígenas, se debió al propósito de las Reformas Borbónicas de paliar los excesos cometidos por los hacendados son frecuentes en la segunda mitad del siglo XVIII, las instrucciones de autoridades coloniales prohibiendo a los indios que vendieran sus tierras, o bien firmar cualquier papel de venta, permitir el acceso a sus tierras o arrendar sus terrenos sin el consentimiento firmado de un funcionario real. En la segunda mitad del siglo XVIII había unos cincuenta grandes hacendados que había acumulado tierras jarcias al injusto sistema de composición. Muchos de estas grandes propiedades lindaban con las tierras comunales de los indígenas.
Desde 1747 a 17780, los grandes hacendados extendieron sus posesiones territoriales por precios irrisorios. Estas grandes extensiones coexistían con las tierras comunales, siendo las más extensas: Comunidad de indios de Ataco con 7 y media caballería en el Departamento de Ahuachapán, comunidad de los Indios de Santiago Nahuilingo con 12 caballerías en el pueblo de su nombre, en Sonsonate; comunidad de Indios de Dolores de Izalco, con 99 caballerías en el pueblo de Izalco ( Sonsonate), comunidad de Indios de Asunción con 99 caballerías en el lugar anteriormente señalado de departamento de Sonsonate; Hermandad de Labradores de Chalatenango con 19 caballerías y la de Labradores de Tejutla, ambas en el departamento de Chalatenango, esta última con 48 caballerías haciendas se compraron por tres tostones la caballería, como la ubicada en Comalapa y adquirida por cuanto la tierra de los labradores de Chalatenango fue adquirida al precio alto de 25 y 32 tostones cada caballería el periodo de 1770-75 se registro una expansión de tierras hacia los terrenos ejidales que pertenecían a los pueblos, lo que provoco encuentros violentos pues estos defendieron lo suyo con la tutela de las autoridades. Al final del siglo XVII la superficie total de los cinco latifundios más extensos era de 27.218.64 manzanas.
En el norte del país había haciendas que tenían hasta 1.158.24 manzanas. En el informe del “ilustrado” más importante de la provincia, Antonio Gutiérrez y Ulloa, se establecía que en muchas ciudades “ya no había tierra que perteneciera a las comunidades de los pueblos, todo lo habían ocupado los hacendados. En el pueblo de Opico en el centro del departamento de San Salvador, las tierras ejidales de los indios fueron ocupadas por los terratenientes, en parte debido a la “extinción de la población “, pues según una estimación hecha en 1740 había muy pocos de ellos y, para el ano de 1804, se dijo en un informe que “el incremento de ladinos está destruyendo la población indígena. El despojo de tierras a los indígenas y el castigo por no tributar, fueron los dos factores agitaron y agrietaron la sociedad colonial, enfrentando a terratenientes e indígenas, a través de motines o levantamientos violentos, sobre todo en la época de las reformas borbónicas , cuando el modelo de dominación colonial llegaba a su fase agónica.
1.3 CRONOLOGIAILERA
El añil fue elemento clave para la consolidación de la hacienda, conformo la dependencia, cohesiono a una elite e incidió en el proceso de separación de los medios de producción de sus productores directos, por vía violenta. En cuanto a la producción del añil los mejores datos en el periodo 1772-1820, en el cual funciono la sociedad de añileros. Un cuadro sinóptico, tentativo, sería el siguiente:
a) 1563-1636
En este despegue del producto en cuanto a comercialización, se produce los primeros embarques, sin embargo la producción no fue muy grande.
b) 1636-1650
En este periodo cuando el cacao paso definitivamente a segundo plano los terratenientes de la zona centro-occidental dedicaron la mayor parte de sus tierras a la siembra de la “yerba azul” como le decían al tinte vegetal.
c) 1650-1750
Este periodo coincide con las restricciones impuestas por las autoridades coloniales a los hacendados en cuanto al trabajo forzado de los indios en los obrajes. La escasez de mano de obra y el “hambre de tierras “corrieron parejo en el que fue periodo crítico para la producción global.
d) 1750-1780
Aquí la demanda europea se expandió ya que coincidió con la liberalidad del comercio de parte de la España Borbónica. La liberación del producto no fue óbice para que el volumen añilero aumentara, si vamos a dar crédito a los informes de la Contaduría de Sonsonate. Así, en julio de 1756 se exportaron 5 embarcaciones por Sonsonate (175.759 libras)y en abril de 1765 por Realejo, Nicoya y Caldera la exportación fue solo de 47.050 libras, lo que da una idea de la ventaja de las “provincianos” salvadoreños.
En este periodo el añil alcanzo su precio máximo según datos de las ferias:
Corte……………………………………………. 12 reales en 1773;
Sobresaliente……………………………….. 15 reales en 1783;
Flor……………………………………………….. 17 reales en 1773;
e) 1780-1800
Como desde 1778 España había permitido a la provincia comerciar con sus vecinos y con otras potencias, este hecho alentó la producción. Además, es el periodo de auge del Montepío de Cosecheros de Añil, cuando el crédito fluyo permitiendo una mayor producción que se extendió a San Miguel en la zona Oriental.
f) 1800-1820
Aquí decrece la producción a causa del debilitamiento de los fondos de la Sociedad de Cosecheros de añil. Influye además la guerra de España con Francia (1805, la invasión de Napoleón a la Península Ibérica). En este periodo Inglaterra importo 400.000 libras de añil de las Indias Orientales ante el bloqueo impuesto por el corso. Además los provincianos de San Salvador habían iniciado en las tierras altas del centro y del occidente una pequeña diversificación agrícola que incluía tabaco, caña de azúcar y algodón.
g) 1821-1830
Después de la independencia la provincia construyo sus propios puertos (La Unión o San Carlos) y Acajutla habiendo un lento pero apreciable auge del añil que se interrumpe por las guerras civiles de la Federación.
2. PROCESO DE ACUMULACION
Entre 1770 y 1807 los españoles residentes en El Salvador eran entre 350 o 400, que Vivian en las 5 principales ciudades de: San Salvador, San Miguel, Sonsonate, San Vicente, y Santa Ana; algunos residían en pequeños poblados como Metapan, Zacatecoluca, Chalatenango, Cojutepeque y Usulután. Estas familias tenían el principal control económico y político de la provincia aunque sometidos a la Capitanía de Guatemala. La mayor concentración de la propiedad, está en el centro de la provincia, en los alrededores de San Salvador. Solo en los alrededores de esa ciudad aparecen 5 latifundios con un total de 27.128 manzanas. En cuanto a la población se advierte una recuperación muy sensible aparece una población total de 165.278 personas que viven en 2 ciudades, 3 villas, 122 pueblos de indios, 4 pueblos, 82 aldeas y 30 reducciones de mulato. Las 444 haciendas registradas y los 43 ranchos se dividen las mejores tierras de producción agroganaderia. El predominio de los ladinos que representaban el 54.1% sobre el conjunto de la población. Los indios solo representaban el 43.1% y los blancos es 2.8%. Los indios dominan en 5 lugares: San Salvador, Olocuilta, Zacatecoluca, Gotera, y Cojutepeque; los mestizos en el resto del territorio. San Salvador tenía el 38.6% de propietarios seguido por Santa Ana que tenía el 27%, Chalatenango en tercer lugar con 3,75% de propietarios. Los jornaleros representaban el 81.3% con respecto al total de la población dedicadas a la labores de la tierra. Los propietarios representaban el 2,4% de toda esa población, lo que nos habla muy claro del nivel de estructura de la tierra en cuanto a su concentración.
Por supuesto que los procesos de acumulación, propiamente tales, se registraran en el periodo de 1880-1882, con la expropiación de comunidades indígenas y de ejidos al iniciarse el “boom” cafetalero. Pero en 1830, hay una prehistoria de la acumulación: la violencia de los despojos añileros fue tan drástica en ese periodo, respuesta no se hizo esperar: el levantamiento campesino en contra de la elite añilero de 1833.
Asistimos así un proceso de desintegración de la comunidad indígena acelerado por la expansión ladina que usurpo la tierras de las comunidades, como lo habían hecho los españoles (criollos y peninsulares, en la política agraria colonial al ladino no se le reconocía ningún “status” en la adquisición de tierra, esta la obtuvo por fraude o compulsivamente, a costa siempre de la tierra de las comunidades indígenas. Los pueblos indios seguían siendo la mayoría en muchos lugares, pero los ladinos predominaban en su propio seno como grupo étnico compacto y en franco proceso de avasallamiento. El número de hacienda ha crecido a 442, (incluyendo a Sonsonate y Ahuachapán). Este problema está vinculado no solo con la población que hemos estudiado sino como una consecuencia directa del “vacio de la tierra”. Al desaparecer pueblos enteros, los hacendados ocuparon de hecho muchas heredades abandonadas y procedieron a sembrar añil o pasto para el ganado.
3. LA NUEVA ELITE
Hacendados y comerciantes fueron los sectores hegemónicos que usufructuaron la independencia republicana en Centroamérica. Ambos procedían, en la mayor parte de los casos, de los criollos, protagonistas de los eventos que culminaron con la independencia y con las luchas anti-anexionistas del Imperio Mexicano, a la vez que auspiciaron el inicio del proyecto de Estado-Nación –Republicano. Los próceres de esa independencia integraban un grupo hermético, con vínculos familiares y que además poseían grandes latifundios. El origen terrateniente de la mayoría de los próceres de la independencia, íntimamente ligado a la actividad añilera y a la vez miembros de aquella. Se ha estimado que en conjunto cinco de los principales contaban con un total de 16.000 hectáreas
LUGAR NOMBRE DEL PROPIETARIO Y PROPIEDAD SUPERFICIE
JOSE MATIAS DELGADO
HACIENDA BUENA VISTA 24 CABALLERIAS
JOSE MANUEL ARCE
SAN SALVADOR HACIENDA ICHANQUEZO 24 CABALLERIAS
SAN SALVADOR HACIENDA SAN LUCAS 63 CABALLERIAS
SAN SALVADOR HACIENDA SAN DIEGO 15 CABALLERIAS
OPICO HACIENDA SAN LUCAS 80 CABALLERIAS
JOSE SIMEON CAÑAS
ZACATECOLUCA HACIENDA JALPONGUITA 27 CABALLERIAS
JUAN VICENTE VILLACORTA
ZACATECOLUCA HACIENDA SAN ANTONIO 17 CABALLERIAS
USULUTAN HACIENDA SAN LUCAS 14 CABALLERIAS
Fuente: R. Dalton, El Salvador, Monografías, Col. “Enciclopedia popular”, N` 26. La Habana, 1965.
Como podemos observa en el cuadro El Pbro. José Matías Delgado era poseedor de 24 caballerías, el Gral.: Manuel José Arce de 182 caballerías; el Pbro. José Simeón Canas de 27 caballerías, Juan Vicente Villacorta, uno de los primeros jefes de Estado, 31 caballerías. Haciendo un total de 264 caballerías.
Los hacendados representaban el 0.2% de la población económicamente activa, en tanto que los comerciantes, venían a ser algo asi como el 0.07%, no habiendo, por otra parte, una clara diferenciación entre ambos. Sin embargo en la ciudad de San Salvador se fue formando una clase de “tratantes”, quienes hacían del comercio su actividad principal y que, desde los inicios de la independencia se propusieron vigorizar la ruptura con la elite dominante de Guatemala. No es así simple casualidad que buena parte de los más importantes cosecheros y comerciantes de añil de San Salvador, una vez que ocuparon el poder político, confiscaron las haciendas añileras y ganaderas que los guatemaltecos poseían en El Salvador, sobre todo cuando triunfo el el liberalismo del General Francisco Morazán (1829-1839), quien exilio a importantes miembros de la poderosa familia Aycinena de Guatemala. Ni la independencia ni el periodo de la federación Morazanica, clausuraron la contradicción entre la elite guatemalteca y la salvadoreña, sino que esta, se altero con nuevas variantes, siendo una de ellas la competitividad en el comercio con Inglaterra del añil y la cochinilla, tinte vegetal y animal producidos por El Salvador y Guatemala, respectivamente y cuya expresión más aguda, antes del advenimiento del café, fue la guerra entre ambos países
La elite cuscatleca, por su parte, libre del control de su homóloga Guatemala amplio su poder social y político, al someter a despojo las tierras comunales indígenas y, como abrazo el liberalismo pragmático del General Morazán, fue enemigo de la propiedad de la iglesia (“las manos muertas”) que imponía limites a su expansión. Esa elite aspiraba al comercio más estrecho con Inglaterra y se vinculo al intercambio con Inglaterra a través del intenso tráfico comercial con Belice por la ruta de Honduras, busco así la cohesión nacional para el control de las aduanas internas y la expansión del comercio exterior. El número de comerciantes era mayor en San Salvador 59, le seguía San Miguel con 23 y San Vicente con 14.
Se menciona la comercialización de productos diversificados procedentes de la zona centro-occidental, como cacao, azafrán, bálsamo, azúcar, algodón, este ultimo oriundo de la banda oriental. De este periodo son las primeras medidas que pretendían tutelar la producción y comercialización de productos como el cacao, goma, trigo, tabaco, y vainilla, así como el agava y el bálsamo negro en el departamento de Sonsonate. Estas medidas incluían una incipiente protección, un modesto tratamiento preferencial a los comerciantes, como la rebaja de derecho de exportación, protección de tarifas contra competencia extranjera, exención del servicio militar obligatorio para labriegos de esos nuevos productos y “exención de medidas confiscatorias a las moliendas y trapiches donde se confeccionaba el aguardiente de exportación.
3.1. EL DOMINIO DEL COMERCIO
El periodo registra, además el otorgamiento de parte del poder público a comerciantes, nacionales y extranjeros, de franquicias para el laboreo de minas con objeto de explotación de las vetas aurificas en el oriente del país. Los comerciantes se convirtieron en excelentes colaboradores del poder público al ayudar en el desarrollo de las primeras obras de infraestructura y en la introducción de las primeras maquinas y herramientas en la diversificación agrícola.
Es el comerciante o bien su representante, el que en una u otra forma, en no escaso número integrando cargos políticos. En la lista de diputados salvadoreños al Congreso Federal aparecen 2 eclesiásticos, 1 abogado y 2 comerciantes, el Estado emergente fue expresión de la simbiosis de intereses de terratenientes y comerciantes, para quienes el poder institucionalizado cumplía principalmente la función de legitimar tanto el despojo de los pequeños productores agrícolas como la de definir a la masa campesina en términos de fuentes explotable: mano de obra, impuestos y carne de canon para las guerras localistas.
La nueva elite se empeñó en expandir su comercio con Inglaterra, iniciándose así la apropiación del plusproducto por la vía del comercio, y la inserción salvadoreña con la nueva metrópoli, (Inglaterra) lo que tuvo el virtual efecto de promover la monetización de la economía que fortaleció a los comerciantes salvadoreños, frente a sus competidores Guatemaltecos. Por otra parte los primeros gobiernos republicanos fomentaron la inmigración inglesa, y en su mayoría esta se dedico al comercio. Los comerciantes nacionales y extranjeros, especialmente ingleses, fueron pivote de la nueva elite. La documentación de la historia federal está llena de informes oficiales tendientes a promover las políticas librecambistas de la región, con mirar a favorecer a la clase de los comerciantes. El poder público otorgo a comerciantes nacionales y extranjeros, franquicias para el laboreo de minas con objeto de su explotación Por todo ello los comerciantes fueron colaboradores del poder público e introdujeron algunas obras de infraestructura vial y se destacaron en la introducción de las primeras maquinas y herramientas en la diversificación agrícola.
Para su delimitación tengamos presente, ante todo, el cuadro de la tenencia de la tierra, desde la fase de la Independencia hasta promediar la mitad del siglo XIX: a) propiedad comunitaria indígena y propiedad comunitaria ladina; b) propiedad ejidal, perteneciente al municipio, de la que una parte dabase en arrendamiento y la otra se concedía para usos comunales y c) tierras poseídas exclusivamente por el sector hegemónico (hacendados latifundistas). Una extensión reducida pertenecía a la iglesia. En este cuadro en donde no se apreciaba la presencia importante del pequeño propietario o pequeño campesino, se dio la insurrección campesinas de los Nonualcos en 1833. El conflicto se dio entre el sector indígena de la densa población aborigen de los Departamentos de San Vicente y Zacatecoluca y los criollos, liberales en el poder.
4. ORIGEN DE LA OLIGARQUIA
El financiamiento de la producción cafetalera, en sus inicios y sobre todo en el área de la meseta central, fue debido a los antiguos añileros. Estos hipotecaron sus tierras y obrajes así como molinos de añil para los primeros sembradíos. Es bien cierto que algunos de ellos se resistieron y continuaron en el cultivo tradicional “aferrándose a un producto sin futuro”. Posteriormente, a partir de 1869 y 1872, el financiamiento se debió a la inmigración europea que se integro con las familias de la clase dominante. Los orígenes del café están vinculados al cambio profundo en el sistema de tenencia de la tierra en provecho del pequeño grupo de familias añileras que ejercía el control del Estado. Desde 1840, cuando se realizan las primeras exportaciones de café, el gobierno estaba ejercido por una elite de hacendados añileros y que en 1848, cuando se dictan varias medidas proteccionistas, no todos los añileros se oponen a la expansión del nuevo productor agro-exportador, sobre todo a partir de 1850. En las firmas de muchas actas oficiales del Supremo Gobierno de entonces, predominan las firmas de familias con apellidos como Alfaro, Palomo, Regalado, Orellana, Escalón, Prado, Meléndez. “muchos de los cuales representan aun hoy algunas de las familias de terratenientes más importantes del país”. Miembros de esta elite o sus descendientes, fueron después presidentes de la República como Francisco Dueñas, Tomas Regalado, Fernando Figueroa. Carlos y Jorge Meléndez, Alfonso Quiñones Molina, etc.
ANOS PRESIDENTE TOMA DE POSECION MES Y DIA
1898 Tomas Regalado Noviembre 13
1903 Pedro José Escalón Marzo 1
1907 Fernando Figueroa Marzo 1
1911 Manuel Enrique Araujo Marzo 1
1913 Carlos Meléndez Febrero 8
1914 Alfonso Quiñones Molina Agosto 28
1915 Carlos Meléndez Marzo 1
1919 Jorge Meléndez Marzo 1
1923 Alfonso Quiñes Molina Marzo 1
1927 Pio Romero Bosque Marzo 1
1931 Arturo Araujo Marzo 1
Fuente: Origen, desarrollo y crisis de las formas de dominación, Flores Macal, Mario, san José Costa Rica
Puede sostenerse que la burguesía agroexportadora cafetalera, una vez consolidado el producto garantizada su inserción en los mercados internacionales, se nutrió en buena medida, de la emigración europea. Está integrada principalmente por franceses, ingleses, palestinos y libaneses, con la transferencia de capital y los mejores usos técnicos en la explotación de la tierra, incidió en la vieja estructura del añil, que no pudo soportar la crisis que, para 1875 era vidente, cuando el café represento el 51% y el añil el 24% de las exportaciones. Los bancos ingleses se introdujeron desde Colombia a Centroamérica, lo que permeo la influencia financiera del capital ingles en el nuevo producto de exportación. Los grandes añileros que tenían grandes posesiones se convirtieron en cafetaleros, no así los “poquiteros” que continuaron, sin capital ni recursos, subsistiendo con un producto que se volvía cada vez más incierto su éxito en el mercado.
4.1. BASES DE UN NUEVO ESTADO
Con el despojo, de las tierras comunales y ejidales en forma drástica y vertiginosa los cafetaleros consolidaron su poder político económico. El estado a su servicio modernizo sus instituciones. Primero con el golpe de Estado de 1871 cuando expulsan al gobierno conservador de Francisco Dueñas y, más tarde, con la Constitución Política de 1886, los cafetaleros organizan las bases del Estado Oligárquico Nacional, con ideología liberal, centralizan sus funciones esenciales, subordinan a la iglesia, le despojan de sus bienes y crean las bases para la legitimación de su ideología dominante.
La absorción del 40% del territorio nacional que eran tierras comunales y ejidales hasta 1878 represento la base de la acumulación originaria. Como es bien sabido, la expropiación del bien eclesiástico fue insignificante. La política de la oligarquía en ascenso siguió sus pasos: en 1879 obligar a indios y ladinos a que cultivaran café en las comunidades que les quedaban y, a partir de 1881-82, extinción definitiva, irreversible y violenta de esas tierras. El ataque a los productores directos para integrar el mercado de trabajo “libre” creo el limitado mercado interno y acelero el cultivo del café no solo entre los grandes sino entre los mediados y pequeños caficultores.
Ello explica porque, de un insignificante 1%del total de lo exportado en 1859, el café paso a tener un 65.49% en 1881, cuando ya se había impuesto el añil y, cuando la fase del despojo legal había sido sustituida por la del extra-legal y violento.
5. EL AUGE CAFETALERO
El efecto de la descomposición de las comunidades y tierras ejidales fue el “surgimiento del proletariado y semiproletariado agrícola y su integración en el mayor y más flexible ejército de reserva en Centroamérica, consecuencia del surgimiento de la sobrepoblación. Las tierras que buscaban los “caballeros boyardos” no eran las de poca altura sobre el nivel del mar, donde estaban muchas haciendas añileras y de cereales, por ello no fue el choque entre los grandes señores de la tierra. Las tierras que buscaban eran del Estado, de los Municipios y de las comunidades indígenas (cofradías). Por ello es que como señala Abel Cuencia: “una vez que los cafetaleros hubieran incrementado su influencia en el poder político, no solo repartieron las tierras del Estado y de los municipios entre sus parientes y amigos, para que las cultivaran con café, sino que la emprendieran, en la medida en que el negocio se hizo más productivo, por la vía de la expropiación o el despojo contra las propiedades de los indígenas hasta convertir al país en una inmensa FINCA DE CAFÉ. El estado deviene asi como coadyuvante en el proceso de acumulaciones internas de la clase dominante en el control del poder. El cultivo y comercialización del café dio cubierta así al proyecto de dominación neoliberal de fin de siglo, con los cafetaleros en la cúpula del poder, para redefinir, radical y violentamente, la estructura colonial prevaleciente en el fugaz periodo de la Federación (1824-1838) y en el subsiguiente periodo de los Treinta años conservadores (1838-1871). La disputa entre liberales y conservadores a fin de legitimar la nueva dominación y garantizar su consenso, los cafetaleros utilizaron el poder del Estado para consolidar el Estado Liberal Oligárquico, con toda suerte de medidas anti-democráticas que marcan su origen y su desarrollo posterior. La nueve clase (los grandes productores de café, los inmigrantes, y los capitalistas financieros), es la única que cuenta políticamente, subordinada a las demás incluso a las auxiliares que le suministran la base para el consenso de la dominación y realiza la expansión del Estado al que pone a su exclusivo servicio.
Para ir comprendiendo el ejercicio de acumulación de capital es importante señalar que los grupos productores provenían fundamentalmente de dos grandes vertientes: por un lado, de residentes urbanos (comerciantes, doctores, funcionarios públicos, abogados) que tenían acceso al crédito para iniciar el cultivo y, por el otro, de grandes propietarios y comerciantes añileros que contaban con el capital necesario; entre estos cabe señalar los casos de algunos presidentes que eran cafetaleros y añileros al mismo tiempo, como Eugenio Aguilar y Tomas Regalados que se mencionaron anteriormente en el cuadro descrito en este capítulo. El financiamiento a la producción procedía de tres fuentes: la primera de ellas la integraron los capitales aportados por sectores de la corriente de inmigrantes europeos que llegaron al país entre 1869 y 1872. Estos inmigrantes se orientaron inicialmente a la exportación, a la par que financiaban los cultivos; formaban compañías exportadoras y se encargaban del transporte, asegurando así los lazos con el exterior. Poco a poco se insertaron en la producción y el procedimiento del café.
Otra fuente de crédito para el cultivo cafetalero fueron los 3 bancos comerciales, que pertenecían a familias de terratenientes productores de café. Estos bancos fueron fundados en el último tercio del siglo XIX, asociados a capitales ingleses y, más tarde norteamericanos. Por último el capital extranjero, que penetro a través de empréstitos estatales y como inversión directa, fue utilizado sobre todo para la construcción de ferrocarriles en los albores de la década de los noventa. La formación de grandes plantaciones y el control de la producción en pocas manos estuvieron estrechamente relacionados con la crisis de precios en el mercado internacional.
Todavía en 1922 el 75% de la producción era proporcionada por pequeños y medianos cultivadores. Las bajas de precios fueron el fenómeno que acompaño la extensión de los intereses, inicialmente exportadores y bancarios, hacia la propiedad de la tierra. La declinación de los precios y las dificultades de transporte ocurridas a raíz de la primera guerra mundial, generaron una crisis económica que aceleraría el proceso. Aquellos inmigrantes que aseguraban los lazos con los mercados externos y controlaban una parte del crédito, se convirtieron en propietarios de las fincas cuyas hipotecas vencidas no fueron saldadas. El caso más señalado es el de los hermanos Bloom, quienes fundaron David Bloom y Cía., establecimiento que a partir de 1835, sirvió de enlace con las casas inglesas y norteamericanas y llego a convertirse en el principal banquero del gobierno. De igual modo, las bajas de los precios permitieron a los grandes terratenientes que poseían bancos, adquirir tierras propias para el cultivo cafetalero, y extender sus actividades hacia la producción del café. El proceso de concentración de la propiedad se agudizo, durante la crisis económica mundial de 1929. Bajo las repercusiones de la crisis, los precios del café empezaron a bajar desde el segundo semestre de 1929 y trajeron consigo el descenso del valor de la propiedad, que para 1932 se había reducido más del 50%. Este periodo es fundamental pues algunos autores coinciden en señalar el periodo como catalizador de la concentración.
El primer nivel de esta concentración la constituye el control de las tierras más adecuadas para la producción del café, como se desprende el siguiente cuadro:
Tamaño de la expl. (hectáreas) Número de explotaciones Producción de café
Núm. % %
De 1 a 19.99 15918 (83.6) (14.5)
De 20 a 99.99 2411 (12.7) (31.1)
De 100 y mas 718 (3.7) (54.4)
Fuente: compendio del segundo censo nacional de café, 1958. Dirección General de Estadísticas y Censos, junio de 1961, Cuadro 46, pág. 238, tomado de Daniel y Esther Sl; utzky, “El Salvador…”, op, p. 114.
5.1. LAS MIGRACIONES Y UNION A LA ELITE NACIONAL
En el transcurso de tales años y hasta fines de siglo fueron inmigrando al país una serie de familias que en algunos casos, fueron integrándose a la oligarquía dominante, hasta jugar un papel hegemónico. Por un lado, una serie de grupos provenientes de Palestina, Líbano y Grecia, especialmente, que bajo protección francesa y careciendo de capital se integraron a la actividad del pequeño comercio y cuya significación política fue, por ello, poco importante en el periodo que analizamos. Pero otro, emigrantes europeos con un acervo de dinero, que se incrustarían en las actividades de comercialización y beneficio del café y en la actividad financiera. Cabe señalar, asimismo, que estos inmigrantes concentrados en un inicio en la esfera de la circulación, fueron ampliando sus actividades a la producción, mediante la obtención de fincas cafetaleras, algunas veces mediante la obtención procesos hipotecarios al no poder cumplir los productos con la entregas. El control que en el campo del beneficio de café habían logrado, los inmigrantes para 1922 y 1930 los podemos mencionar de la siguiente manera:
Operadores de Beneficios en El Salvador
(1922, 1930)
Aguilar, Ana Deininger, Walter Martha López de Guirola
Alfaro, Agustín De Sola, H. Luders, Juan
Alvares, Rafael Esearsky y Cía. Meléndez Jorge
Battle Hermanos Goldtree Liebes Cía. Mugdan, Salvador
Block Hermanos Gonzales Asturias, José Nosiglia, Dorindo
Bonilla Ángela Hill, James Pryluski y Alvares
Camicciattoli, Dante Lagos Ariz Sol Vicente
Davidson Hermanos Letona Quiñones Y Cía. Soundy, Arturo
Estas familias se fueron extendiendo cada vez más pues el grupo de los ricos ya no solo lo formaban las familias que se mencionaron en el cuadro anterior pues ya que sabemos que para 1935 el grupo se conformo así
FAMILIA OLIGARCA EXT. DE LA PROP. MANZ
Dueñas 32520
Guirola 28403
Sol 15830
Daglio 11711
Samayoa 9011
Giannmattei 8074
Salaverria 8136
Borgonovo 7000
Gutiérrez 6999
Cristiani 6365
Weight 5900
Peinninger 5720
Orellana 5372
Umaña 5329
Regalado 5184
Sol Mollet 4264
Romero Bosque 4100
Duque 4056
Hernández 3738
Meardi 3678
Rengifo 3340
Moran 3374
Jerez 3368
Saca 2845
Dalton 2755
Bendiz 2312
Meza Ayau 1774
Muyshondt 1408
FUENTE: EL SALVADOR UNA
About these ads

CAPITULO II
LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA BURGUESÍA AGROEXPORTADORA.
1. CONTEXTUALIZACIÓN
El proceso que condujo a la expansión de la industria (llamado situación de importancia) en la etapa posterior a la segunda guerra mundial, se enmarca en las variaciones de precios de los productos agrícolas en el mercado internacional, y en el interés de las compañías extranjeras de ampliar su campo de inversión instalándose en los países no industrializados.
El alza de precios de las materias primas, constante entre 1945 y 1954 permitió a los grupos agroexportadores salvadoreños ampliar la acumulación de excedente, los cuales serian invertidos en la industria. A través de una política proteccionista, el Estado tomo a su cargo las medidas necesarias para trasladar los beneficios del sector agroexportador a la industria. Así mismo realizo obras de infraestructura para impulsar la inversión privada. La membrecía de la Cooperativa Algodonera Salvadoreña aumento de 564 miembros en 1942 a 1903men 1951.
A partir de 1954 los precios de los productos agrícolas de exportación habían tendido a la baja: de un índice de 125 en ese ano, pasaron a 74 en 1959. Esta situación llevo a la burguesía agroexportadora a regularizar sus ingresos a través de un mayor proceso de manufacturación de sus materias primas.
2. EL COMERCIO EXTERIOR
Los excedentes provenientes de la exportación cafetalera dejaron de ser depositados en los bancos norteamericanos, lo cual se expreso en la estabilización de los depósitos efectuados en dichos bancos por parte de ciudadanos salvadoreños desde 1974.Carente de tecnología, la burguesía agroexportadora busco la asociación con el capital extranjero; norteamericano para la elaboración de café soluble, y japonés para la industria textil.
Protegidos por una legislación favorable e impulsados por el aumento de la demanda interna, los inversionistas privados establecieron 221 empresas entre 1952 y 1960, en las que la inversión proyectada 186.3 millones de colones. De 41 grandes sociedades anónimas industriales que se fundaron antes de 1960, 25 pertenecían a grupos económicos cafetaleros de las cuales 19 empezaron a funcionar entre 1956 y 1959. Destacan la fabricación de cemento y la ampliación de instalaciones para producir zapatos.
La tasa media anual de crecimiento de la producción manufacturera para el periodo 1950 -1960 fue de 5% en esta expansión los tratados de libre comercio firmados con los países del área centroamericana jugaron un papel importante, ya que permitieron, junto con las ventas de café soluble a EE.UU, el aumento de la exportación de productos manufacturados, cuyo valor paso de 10.7 millones de colones en 1954, a 40.4 millones en 1959.
En este papel central que tenían las exportaciones para la expansión de la industria salvadoreña, se ubica la concepción que la burguesía agroexportadora defendería en las negociaciones en cursos sobre un tratado de integración económica centroamericana: libre comercio, libre circulación de capitales, libre circulación de personas.
2.1 SOCIEDADES ANÓNIMAS INDUSTRIALES FUNDADAS EN EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN PERTENECIENTE A LA BURGUESÍA
Empresas a comienzos de los 60
A comienzos del 60, los mayores latifundistas eran 308.4, los Dueñas, Guirola, Sol y Daglio, con más de 10 mil manzanas, 11 con más de 5 mil y 15 con más de mil. El 4.1% de los propietarios poseía el 67.28% de la tierra disponible contra un 95% que poseía apenas 32.7%. En un dato más extremo, 250 exportaciones agrícolas eran menores de las 10 ha…
Con el 93% de las propiedades de una superficie total de 70 mil ha… Solo el 4% era el área cultivable del país.
Tan solo 2 décadas después y contra la impresión general. La mayor concentración ya no se daba en el sector agrícola, que se había industrializado y el sector secundario se estableció sobre las mismas bases de concentración. El 1% de las empresas absorbía al 72% del excedente del sector, mientras que la mitad de las empresas solo el 4%. De 332 mil sociedades de todo tamaño, 0.7% eran grandes, constituían el 45% de la producción, representaban solo el 29% del empleo del sector y absorbían el 59% del excedente. Claro que la elite era casi la misma, pues la mayoría de los grandes latifundistas eran beneficiadores (procesadores de café) y, así, la lista de las mayores empresas agrícolas sumaba tan solo 18 (de las 56.627 existentes a comienzos de los 80).
Familias, dueñas de tierras aptas para el café 1950.
Familia Hectáreas
Magaña 13.778
Guirola 13.683
Salaverria 7.808
Bustamante 6.817
Regalado 6.425
Fuente: estudio realizado por Alfonso Goitia economista graduado de la UCA. Fig. 1.1
Las principales familias cafetaleras son propietarios de los bancos comerciales y acaparan el crédito agropecuario. La tasa de crecimiento económico de El Salvador, de 1961 a 1966 fue de 4.3% y entre 1966 y 1971 de 0.6%.
2.2 ASOCIATIVIDAD FAMILIAR COMO MECANISMO DE CONSOLIDACIÓN DE CAPITAL.
Es importante señalar que estas familias solo se casan entre ellos o con extranjeros para mantener la clase a que ellos pertenecen. Se ha elaborado un cuadro donde se agrupa a las 116 personas o grupos familiares con más de 50% de las acciones de las 1284 empresas o sociedades con capital superior a los 5 millones de colones. Se perciben a simple vista algunos cambios y se acotan si han crecido. Se han mantenido o han desaparecido en un estimado grosso modo. Subdividimos las listas de los 116 en 3 apartados: quienes poseían acciones de empresas con capital social mayor a 400 millones de colones donde solo aparece la familia Regalado (440); mas de 200 millones c… con tres grupos familiares; mas de 100 mil colones con 7 familias y más de 50 millones con once.
Grupo familiar Empresas Capital social
Meza Ayau 104 238 millones c.
Freund 47 227 millones c.
Hill (Arguello, Llach) 86 213 millones c.
De Sola 69 145 millones c.
Guirola 52 122 millones c.
Alvares 95 167 millones c
Liebes 41 101 millones c.
Salaverria 85 161 millones c.
Gonzales Guerrero 49 118 millones c.
Siman 52 135 millones c.
García Prieto 46 73 millones c.
Dueñas 44 80 millones c.
Quiñones 45 90 millones c.
Baldochi-Duenas 22 72 millones c.
Ortiz Mancia 33 94 millones c.
Wright 61 83 millones c.
Palomo 29 73 millones c.
Guttfreund 27 70 millones c.
Mc. Entee 19 58 millones c.
Sol Millet 26 89 millones c.
Sarti 5 52 millones c.
Fuente: Los ricos más ricos de El Salvador, Albiac, María Dolores, pág. 16. Fig. 1.2
Análisis:
Como podemos observar en la tabla se han agrupado 21 familias de las cuales cada una de ellas se les ha atribuido el número de empresas que poseían entre 1950-1960. En el caso de la familia Meza Ayau poseía un total de 104 empresas y con un capital social de 238 millones de colones, la familia Freund con un total de 47 empresas y con un capital social de 227 millones de colones, la familia Hill con un total de 86 empresas y con un capital social de 213 millones de colones y así sucesivamente se puede ir analizando la tabla.
2.3 CARACTERÍSTICAS DE LOS GRUPOS AGROEXPORTADORES
Para 1960, las empresas industriales en grandes escalas eran bastantes, el establecimiento industrial medio solamente estilizaba un promedio de 5 a 10 trabajadores y a lo sumo funcionaban únicamente 50 empresas que daban empleo a 50 trabajadores cada una de ellas.
La mayoría de las empresas tenían su localización en San Salvador y sus alrededores, en Santa Ana, San Miguel, Sonsonate y Acajutla.
Sin embargo, el problema fundamental del desarrollo de las empresas industriales en El Salvador, es la creación y la acumulación de capital o, en otras palabras, el aumento de la maquinaria y demás equipo de producción al servicio de la producción industrial del país.
De esta manera, el gran productor acapara la mayoría de créditos y todavía sale beneficiado por su “ayuda” al pequeño productor.
Los grupos agroexportadores estaban muy bien dentro de una sociedad a la que habían configurado hasta sus mínimos detalles, y ninguna otra actividad, que no fuera la orientada hacia el comercio exterior, podría ejercer una gran atención. Las otras actividades eran vistas con gran gran desinterés y recelo.
Como hemos vistos, el único grupo social capaz de poder invertir en el proceso de industrialización en la época que hemos venido analizando, con el grupo agroexportador que daba a sus ingresos una canalización muy distinta al deseado para el desarrollo económico y social del país. El grupo agroexportador, en torno a cuyas actividades giraba toda la estructura económica en sus transacciones, muy difíciles de cambiar.
En el aspecto de inversiones, el grupo agroexportador había desarrollado una conducta excesivamente conservadora, que tenia las características siguientes:
1 Estaban acostumbrados a mantener, en forma líquida, grandes cantidades de dinero. La comisión de expertos de las Naciones Unidas, encontró que en 1951, la cantidad de billetes en circulación ascendía a cerca de 81.860.000 colones, de los cuales la mitad estaban representados en billetes de 100 colones y que esta cantidad de dinero, 40.000.000 de colones aproximadamente, no tenia circulación real, lo que representaba un caso de acumulación sustancial al interior del país.
2 Estaban acostumbrados a efectuar tradicionalmente, inversiones en ciertas formas de capital, especialmente tierras y en industrias que producían artículos de exportación, en el comercio o en valores extranjeros, principalmente norteamericanos.
Hemos vistos, por ejemplo, la fuga de capitales hacia los bancos de EE.UU, lo cual puede ser un indicador de las diversas transacciones financieras que el grupo agroexportador realizaba a nivel internacional.
3 Acostumbrados a los créditos a corto plazo y mediano plazo, buscaban también la rápida liquidación de activos mantenidos en valores, lo cual no era posible por el mercado tan limitado de la época.
4 Estaban acostumbrados, además al intercambio complementario con los países centrales: materias primas por manufacturas. Por otro lado, el mercado de sus productos y el surtidor de los artículos que consumía estaban en el exterior del país. A todo esto, y como consecuencia, debe agregarse que, acostumbrados a las tasas altas de utilidad de la agricultura de exportación, las perspectivas a largo plazo de utilidades de la industria, semejante a las que recibían no borraban la realidad de muy bajos dividendos inmediatos.
2.4 EMPRESAS INDUSTRIALES E INVERSIONES ESTABLECIDAS EN EL PERIODO DE 1969-1980.
Familia Meza.
• La constancia S.A.
• Agrícola Industrial Salvadoreña S.A.
• Bonos y Acciones S.A. (Capital social $1,716,000 y utilidades de $ 1, 715,576)
• Embotelladora Tropical S.A. (Capital social de $920,760)
CIA agrícola e industrial S.A.
• Eva Córdova de Meza Ayav e Hijo ( capital social $ 2,476,743.67)
• Inversiones Unidas S.A. (Cap. Social $1,952,000)
• Meza Hill y CIA (Cap. Social $ 2,060,000)
• Meza Hill Hnos. y CIA de CV (Cap. Social $ 500,000) • Arte comercial S.A. (Cap. Social $ 80,000)
• Propiedades e inversiones S.A. (Cap. Social $800,000)
• Almacenes de desarrollo S.A.
CIA General de seguros.
• Empresas Lácteos Foremots S.A.
• Beneficio pasatiempo
• Embotelladora Salvadoreña S.A.
• Corporación Desarrollo S.A.
• Diseños y Construcción
Familia Hill (Arguello, Llach).
• Parcelaciones Rurales de desarrollo
• Almacenes ADOC S.A.
• Parque industrial y comercial Desarrollo S.A. (Cap. Social $ 1,000,000)
• Publicidad Comercial.
• Bonos y acciones S.A.
• Inversiones unidas S.A.
• Textiles Tazumal S.A. (Cap. Social $4, 375,000)
• U Travel Services S.A.
• Sociedad colectiva mercantil de Hill Familia y CIA (Cap. Social $1,710,000)
• Automercados de Centro America S.A.
CIA de Fomentos de Inversiones S.A. (Cap. Social $750,000)
CIA General de Seguros.
• Sociedad negocios e Inversiones diversas S.A. • Negocios e inversiones diversos S.A.
• Tirello Hill y CIA (Cap. Social $2,178,000)
• Productos Generales S.A.
• Tirello Hill y CIA
• Llach y CIA.
• Productos de Café S.A. (Cap. Social $ 4,000,000)
• Agrícola industrial salvadoreña S.A.
• Embotelladora Salvadoreña S.A.:
• Meza Hill y CIA. (Cap. Social $ 260,000)
• Tirello y Murray y CIA (Cap. Social $ 375,000)
CIA Financiera Comercial.
• Grabaciones comerciales.
• Izalco Tockey Club S.A:
• Molsa (Cap. Social $7,351,800)
Familia Freund.
• Sherwin Williams de C.A de S.A.
CIA de Lotificaciones Salvadoreñas.
• Inversiones Atonal S.A.
• Fondo Centroamericano de inversiones S.A., • INCO, Industrias Consolidadas de El Salvador S.A.
• Ahorro y Vivienda Atlacatl S.A. (Cap. Social $ 1,700,000)
• Fertilizante de Centro America (Cap. Social $8,000,000)
• Inversiones Inmobiliarias S.A.
Familia De Sola.
• Fomento de Inversiones S.A. de CV.
CIA de Inversiones (Cap. Social $ 5, 000,000).
• Parcelaciones rurales y desarrollo.
• Molinos de El Salvador S.A. (Cap. Social $7, 351,800).
• Productos de Café S.A. (Cap. Social $4,000,000 y utilidades $2,115,285.19)
• Enlatadora Santaneca.
• Monserrat S.A.
• La Cabaña S.A. (Cap. Social $ 7,000,000 , maquinaria e instalaciones $11,135,347.60, Terreno de hacienda la cabaña $741,305.70)
• Construcciones Lourdes S.A. (Cap. Social $2, 500,000). • Unión de Seguros S.A. (Cap. Social 4 1, 000,000).
• H. de Sola e hijos sucesores y CIA.
• Productos alimenticios S.A. de CV. (Cap. Social $ 3,500,000)
• El dorado S.A. de CV. (Cap. Social $7, 000,000).
CIA de Sola- Oppenheimer (Cap. Social $1, 00,000).
• Industrias Unisola S.A. (Cap. Social $3, 400,000).
• Grasa, Aceites y derivados S.A.
• Ensambladora Salvadoreña S.A.
• La Favorita.
Familia Guirola
TACA
• Acciones Industriales. (donde Soler Borghi y CIA aporta $ 1, 595,000).
• Eva Córdova de Meza Ayav e hija (participación con $200,000).
• La Colonia S.A.
• Frigoríficos Nacionales S.A.
• La Provincia, CIA de Urbanizaciones y edificaciones S.A.
• Sociedad Negocios e Inversiones Diversas S.A.
• Florencia S.A. • Florencia S.A.
• Finanzas e Inversiones S.A.
• Acciones Salvadoreñas (Cap. $200,000).
• Guimar S.A. (Cap. $20,000)
• Negocios e Inversiones Diversas S.A.
• Guirola Kraig S.A. (Cap. Social $1, 260,200).
• Soler Borghi y CIA (Cap. Social $1, 000,000).
CIA Rafael y Nini Guirola.
• Inversiones del Pacifico S.A.
• Mariscos de El Salvador S.A.
Familia Álvarez
• Triguero Griffith y CIA (Cap. Social $500,000).
• Sociedad Colectiva Civil Agrícola Álvarez Trigueros y CIA. (Cap. Social $500,000)
• Álvarez Guthlie y CIA (Cap. Social $300,000).
• Su Casa S.A. (Cap. Social $300,000).
• Servicios de Transporte de Centro America.
• Enrique Álvarez y CIA (Cap. Social $400,000).
• Álvarez Borja y CIA S.A. (Cap. Social $500,000).
• Sociedad Colectiva Mary Prunera de Álvarez e hijos (Cap. Social $300,000).
• Almacenadota
• Centro America S.A. • Productos de Mar S.A. (Cap. Social 4200,000).
• Agricola Industrial Salvadoreña S.A.
• Embotelladora Tropical S.A.
• Inmuebles Roble S.A.
• Financiera Roble.
CIA Zaldiva Hnas. (Cap. Social $1, 000,000).
• Transacciones Bursátiles S.A.
• Productos de Café S.A.
• Bonos y Acciones S.A.
• Embotelladora Salvadoreña S.A.
• Casa Roble S.A.
MOLSA.
Familia Salaverria.
• Alimentos Atarraya S.A.
• Atarraya S.A. (Cap. Social $1, 250,000).
CRECE S.A. (Asociación de Ahorros y Prestamos Cap. Social $4, 000,000).
• Financiera de Desarrollo e Inversiones S.A. (Cap. Social -$4, 800,000 reservas $2, 006,511.88).
• M. A. Salaverria y CIA (Cap. Social $30,000).
CIA Salvadoreña de Inversiones S.A.
• Parque Industrial y Comercial Desarrollo S.A.
• Industrias del Café S.A.
• Ensambladora Centroamericana S.A.
• Agro servicios de Occidente S.A.
• Industrias Centroamericanas de Repuestos Automotores S.A. • Beneficiado de Café S.A.
• Cooperativa Ganadera de Sonsonate de RL la Salud.
• Textiles Tazumal S.A. (Cap. Social $4, 375,000).
• Camaronera Salvadoreña S.A.
• Los Lagartos S.A. (Cap. Social $1, 000,000).
• Astilleros del Pacifico S.A.
• Parcelaciones Rurales de Desarrollo.
• Publicidad Comercial.
• La Toya S.A.
• Construcciones Rurales Prefabricadas S.A.
• Ing. José Antonio Salaverria y CIA.
• Beneficio Los Reyes.
• U Travel Service S.A.
Familia SIMAN
• Fortuna de Centro America.
• Industrias Simán Hnos. S.A. (Hilados San Martín).
• Patricia S.A. de CV (Cap. Social $800,000).
• Almacenes SIMAN ($4, 000,000).
• Confeccionaría Salvadoreña Enrique C. Simán y CIA.
• Camisería Marko.
• Los Nogales S.A. (Cap. Social $625,000).
• José T. Simán e hijos S.A. de CV (Cap. Social $ 400,000).
• Inmobiliaria San José S.A. (Cap. Social $900,000).
• Agencias Electrónicas S.A. (Cap. Social $1, 200,000). • Inversiones SIMCO S.A. (Cap. Social $2, 500,000).
• Matiza San Jorge S.A.
• Simán S.A. Empresa Constructora.
• Hoteles S.A.
• Plásticos Duramás. S.A.
• Hilanderas de Centroamérica S.A.
• Inversiones Salvador (Cap. Social $60,000).
• Confecciones de El Salvador S.A.
• Molinos de El Salvador.
Familia Dueñas.
• Omega S.A (Cap. Social $250,000).
• Almacenes ADOC S.A.
• Autodromos de El Salvador S.A.
• Automercados de Centroamérica S.A.
• Canal 6 S.A.
CIA Salvadoreña de Melazas S.A.
CIA y Timanfaya S.A.
• Condominios del Golfo S.A. (Cap. Social $500,000) • CIA Eléctrica Cucumacayán S.A.
MOLSA.
CIA de Inversiones S.A. (Cap. Social $4, 000,000).
• Textilera del Pacifico S.A.
CIA General de Seguros.
CIA General De Regalado Hnos.
• La Aurora S.A.
Familia Quiñónez.
• Urbanizadora Santa Lucia.
• Inversiones Bolengo S.A.
• Agrícola Industrial Salvadoreña S.A.
• Embotelladora Tropical S.A.
TACA.
• Duroparts de El Salvador S.A.
• Arrendamientos Industriales S.A.
• Bemis de El Salvador S.A.
• Plantas y Servicios Industriales S.A. • CIA General de Equipos S.A. (Cap. Social $ 1, 694,200).
• Inversiones Irlanda.
• Bonos y Acciones S.A.
CIA Agrícola E Industrial S.A.
• Quality Foods de Centroamerica S.A.
• Auto Iberia.
• Quiñones Hnos. S.A.
• Llantas Gigantes S.A.
Familia Baldochi – Dueñas.
CLESA.
• Automercados de Centroamérica S.A.
• Agrícola Balda S.A. (Cap. Social $ 50,000). • Moto mundo S.A.
• Baldochi, Dueñas y CIA (Cap. Social $1, 000,000).
Familia Palomo.
• El Granjero S.A.
• Sociedad Internacional de Construcción y Comercio.
• Fortuna de Centroamérica.
• Cooperativa Industrial Agropecuaria LTDA.
• Productos Alimenticios Sello de Oro S.A.
• Palomo Deneke y CIA (Cap. Social $ 3, 000,000).
• Industrias Quifar.
• Cajas y Bolsas S.A. (Cap. Social $ 3, 350,000).
• Plásticos Duramás S.A.
• Salinera California Palomo Deneke y Co. • Hilos sintéticos.
• La Florida LTDA. (Cap. Social $150,000).
• Diseños y Construcción (Cap. Social $ 30,000).
• Inmobiliarios Morazán S.A.
• Agropecuaria San Miguel S.A.
• Agropecuaria San Antonio del Monte.
• Palomo Hnos. y CIA.
• Inversiones Unidas S.A.
• Embotelladora Salvadoreña S.A.
CELPAC S.A.
CIA Meardi Palomo.
Familia Sol.
• Aseguradora agrícola Comercial S.A.
• Sociedad Internacional de Construcción y Comercio S.A.
• Productos Alimenticios Sello de Oro S.A.
• Agrícola Industria Salvadoreña S.A.
• Embotelladora Tropical S.A. • Textiles San Andrés S.A.
CAEES (Cap. Social $39, 600,000).
CIA General de Equipos S.A. (Capital $1, 694,000).
• Embotelladora Salvadoreña S.A.
• Arte Comercial S.A.
• Inmobiliaria del Litoral.
Familia Wright.
• Textilera del Pacifico S.A.
CIA de Inversiones Gloria Elena Wright de Ávila.
• Pesca S.A. (Cap. Social $2, 500,000).
• Pesquera del Triunfo S.A. (Cap. Social $500,000).
• Pesquera Vida mere S.A. (Cap. Social $ %00,000). • Insecticidas del Salvador S.A.
• Productos Agroquímicos de Centroamérica S.A.
• Productos Nacionales S.A.
• Marina Industrial S.A. de CV.
• Rait S.A.
Familia Poma.
• Inversiones Roble.
• Unimetal S.A.
• Industrias Metálicas S.A. (Cap. Social $5, 000,000).
• Repuestos DIDEA S.A.
• Inmuebles Roble S.A. • Financiera Roble.
• Distribuidora de Automóviles S.A.
• Poma S.A. de CV.
• Solaire S.A.
• Casa Roble S.A.
• Hoteles S.A.
Familia Liebes.
• Exportadora Liebes S.A. de CV (Cap. Social $5, 000,000).
• Goldtree Liebes S.A. (Cap. Social $3,000,000). • Sociedad Lima Liebes CIA (Cap. Social $ 1, 500,000).
• Beneficio El Divisadero.
Familia Cristiani.
• Cristiani, Burkard y CIA (Cap. Social $200,000).
• Salvaplastic S.A. ; Plásticos Salvadoreños S.A. • Félix Cristiani y CIA (Nombre Comercial Droguería Santa Lucia).
• E. Burkard y CIA (Cap. Social $ 720,000).
• Cristiani Hnos. y CIA (Cap. Social $300,000).
Familia Guttfreund.
• Construcción y Ahorro S.A. (Cap. Social, Reservas y Utilidades $2,661,845.09)
• Inversiones Diversas S.A. (Cap. Social $1,500). • MOLSA (Cap. Social $7, 351,800).
Familia Gonzáles Guerrero.
• Molinos de El Salvador S.A. (MOLSA).
CIA Inmobiliaria Salvadoreña S.A.
• Lotificaciones Nuevos Horizontes S.A. (Cap. Social $ 3, 000,000).
• El Maquilishuat S.A. (Cap. Social $400,000). • Inversiones en El Salvador S.A. de CV (Cap. Social $2, 100,000).
CAFECO S.A.
• Constructora S.A.
CIA de Inversiones S.A. (Cap. Social $5, 000,000).
Familia García Prieto
CIA General de Seguros.
• Urbanizadora C.A. Limitada de CV (Cap. Social $20,000). • Prieto S.A.
• Gutiérrez, Prieto, Salazar y CIA, sociedad Colectiva (Cap. Social $60,000).

Familia MC Entee.
CIA de Luz Eléctrica de Santa Ana S.A. (CLESA)
• Inmuebles y Valores S.A. • Materiales Saltex S.A. (Cap. Social $1,100,000)
Descripción:
Dentro de las empresas detalladas anteriormente, las cuales en su mayoría fueron fundadas entre los años de 1960-1975, existe una gran variedad extendiéndose a varias ramas como la construcción, pesca, agrícola, servicios industriales, etc.
Se representas las más reconocidas e importantes dentro del gran número de empresa fundadas por cada familia.
Es importante mencionar que algunas de estas empresas se encuentran fusionadas o vinculadas a su vez con empresas de otra rama, por medio de la inversión.
Muchos cuentan con grandes capitales y es de destacar que muchas familias comparten sus capitales o inversiones dentro de una misma empresa, para mencionar solo algunas de ellas: TACA, en la cual las familias Guirola, Quiñones, son inversionistas de la misma empresa de aerolíneas, otro ejemplo a destacar es Molinos de El Salvador S.A. en la cual las familias Álvarez, Hill, de Sola, Simán, Dueñas, Guttfreund, Gonzáles Guerrero comparten capitales en esta empresa.
Así por mencionar tan solo dos ejemplos de los muchos que existen en donde se puede ver que las familias comparten capitales para formar grandes empresas que rápidamente generan dominio en el mercado.
En esta etapa es importante ver el gran número de empresas fundadas, muchas de ella compartiendo inversiones dentro del reducido número de familias, así como la inversión extranjera donde tomó un gran auge y que las familias más pudientes económicamente han establecido alianzas.
Para poder apreciar el poder o control que estas familias generan en la economía de nuestro país a continuación se presenta el porcentaje de exportaciones generadas por el grupo de empresas de las cuales son propietarios.
Familia % Exportado 1974
• Agrícola R. Daglio & CIA.
• Agro- Industrias Homberger S.A.
• Aguirre Urreta Hnos.
• Alvarez Barahona & CIA.
• Battle Hnos.
• Battle Oscar Armando.
• Beneficiadora de Café S.A.
• Beneficiadora Exportadora Liebes S.A.
• Beneficio El Paraiso.
• Beneficio Germania.
• Boillat Carlos Armando.
• Bonilla Hnos. S.A.
• Bonilla Joaquín Antonio.
• Borgonovo Mauricio.
• Cafeco S.A.
• Canessa Atilio.
• Canessa Carlos José.
CAPEX Limitada.
• Carbonell Alfonso Tomás.
• Carlos Schmidet & Co.
• Castro Liebes Arnoldo.
• Peña Trejo Francisco.
• Prieto S.A.
• Productos de café S.A.
• Promerca Limitada.
• Regalado Hnos.
• Rengifo Núñez Esther de.
• Ricardo H. Kriete e Hijos S.A.
• Compañía Meardi Palomo.
• Compañía Salvadoreña de Café S.A.
• Cooperativa Chalchuapaneca de Productos de Café.
• Cuzcachapa de Responsabilidad Limitada.
• Cooperativa de Cafetaleros de San José La Majada de Responsabilidad Limitada.
• Cristiani Burkard & CIA.
• Daglio y Compañía S.A.
• Dalton María del Pech de.
• Díaz Salinas Rafael.
• Duke Julia L. de
• Elsa de Selaya y Lilian de Hurtado.
• Empresa Cafetalera Sol Millet & CIA.
• Enrique Álvarez & CIA.
• Escalón Hernández.
• Funes Hartman Herbert.
• García Rossi Francisco.
• Giammattei Risso & co.
• Guillen Abraham.
• Herrera Cornejo Rodrigo.
• H. de Sola e hijos sucesores.
• Industrias de Café S.A.
• J. Alberto Recinos e hijos Compañía.
• J. Hill & Compañía.
• Langeneger Blanca.
• Larin e hijos & Co.
• Lassally & CIA.
• Exportadora Liebes S.A. de CV.
• Llach y Compañía.
• Macance S.A de CV.
• Menéndez Castro Rafael.
• Monedero Armando.
• Agrícola Industrial Salvadoreña S.A.
• Meza Ayau Rafael.
• Miguel y Roberto Dueñas.
• Muyshondt Y. Leopoldo.
• Panamá Hnos. y CIA.
• Romero Augusto Cesar.
• Ruffati Arnoldo.
• Salaverria Duran y Compañía.
• Salaverria H. Eduardo.
• Salaverria & CIA. José Antonio.
• Salmar S.A.
• Schonenberg Juan Francisco.
• Sociedad Rodríguez Cáceres & CIA.
• Zaldívar Rafael.
• Selaya Juana Z. de. • 0,468.
• 1.794.
• 3,946.
• 0,325.
• 0,396.
• 0,204.
• 5,764.
• 4,115.
• 0,149.
• 0,610.
• 0,684.
• 0,170.
• 0,926.
• 1,464.
• 0,487.
• 5,925.
• 0,747.
• 1,100.
• 1,153.
• 0,611.
• 8,164.
• 0,264.
• 0,388.
• 1,805.
• 6,663.
• 0,678.
• 0,063.
• 0,264.
• 1,026.
• 0,800.
• 0,862.
• 0,1081.
• 0,036.
• 0,036.
• 1.555.
• 14,374.
• 1,410.
• 0,189.
• 1,072.
• 0,796.
• 0,487.
• 7,038.
• 2,874.
• 0,396.
• 0,624.
• 1,099.
• 0,859.
• 0,290.
• 2,887.
• 0,216.
• 0,045
• 2,803.
• 0,806.
• 1,646.
• 1,597.
• 0,369.
• 0,170.
• 0,024.
• 0,207.
Habiendo exportado también: Bonilla Hijos y CIA 1,327%, Alfonso Álvarez Lemus 0,883%, Kriete Balzarretty y CIA de CV 0,576%, Liebes y CIA 0,422%, Rosario Lima de Spader y Hnas. 0,318%, Bonilla Reyes y CIA 0,204%, Meza Ayau S.A. 0,122%, Henríquez Hnos. 0,048%.
2.5 MATRIMONIOS Y HERENCIAS
Los lazos de sangre unían a las 53 personas con mayores capitales, ya entonces alguna antigua fortuna se había dividido en varias familias para evitar el fisco, por herencias o matrimonios o, por esto último, y al contrario, se habían fusionado. “porque todavía hoy se casan entre ellos o con extranjeros”. También en algunas de las más rancias familias en los 60 se perdió una generación “por bohemios o sin descendencia”.
Es el caso de Miguel Dueñas, casado con una Regalado hermana de la madre del ahora huido Roberto Mathies Regalado, sin hijos. Otro tanto ocurrió con el patriarca de los Regalados. Tomas casado con una hermana de Miguel Dueñas, que heredo a su hermana Maruca, casada con Salvador Mathies.
También el patriarca de los Meza Ayau, Rafael cuya fortuna ya estaba entonces dividida en los Sol Meza, 11 empresas con un capital de 22 millones de colones, y los Meza Hill con 12 empresas y 24 millones de colones.
“En ese momento decidieron blanquear la raza. Los hacendados de siempre eran todos mestizos”, “eso explica los nuevos apellidos” el caso de Cristiani, Baldochi, Murray y Mathies, ingenieros o mecánicos italianos los 2 primeros y alemanes los últimos, contratados para sus empresas por lo Daglio, Dueñas, Meza, y Regalado respectivamente y que salvo el primero que lo hizo con la hija de Buckard, se casaron con las herederas.
Un caso de fusión a distinto nivel es el de los Schawartz (21 empresas con 48 millones) y los Vilanova, entonces con 18 millones de colones en activos de 7 empresas. Entre quienes desaparecieron o decayeron, están los Schmidt, Castillo, Harrison, Gadala María, Cuellar.
La elite salvadoreña fue históricamente poco permeable a incorporaciones “étnicas” hasta el punto de excluir de los mejores colegios de pago y de su exclusivo club a judíos y árabes. La migración judía fue mucho más adinerada y reducida que la árabe y buena parte llegaron antes de la II guerra mundial. Una de las mayores fortunas es la familia De Sola, judíos españoles emigrados a principios de siglo a través de Holanda.
CAPITULO III
LA INTEGRACIÓN EMPRESARIAL
1. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS Y TENDENCIAS.
Desde principios de los años noventa comenzó a tener lugar en El Salvador un notable
Proceso de integración empresarial, impulsado por los principales grupos económicos regionales y por las empresas transnacionales presentes en el área. Este nuevo tipo de integración está fundamentado en las mayores inversiones que dichos actores realizan en los diferentes países. Como consecuencia de diversos factores, entre los que sobresalen los siguientes:
a) La modernización e internacionalización de los principales grupos económicos nacionales
y su fortalecimiento económico, lo cual les ha permitido expandir sus negocios fuera de las
Fronteras nacionales, particularmente hacia la región centroamericana.
b) La ampliación de los espacios de acumulación en el nivel regional productos de los procesos
de privatización y de concesión de servicios públicos desarrollados con diferentes ritmos
y características en todos los países del área.
c) El aumento de la demanda regional, resultante del mayor dinamismo económico de los
Noventa y del aumento del consumo privado derivado del ingreso de remesas familiares
de las transferencias oficiales y del mayor financiamiento de consumo personal por
Parte de los sectores financieros de la región.
d) Las oportunidades creadas bajo la Iniciativa de la Cuenca del Caribe para la libre entrada
de una amplia gama de productos centroamericanos al mercado de los Estados Unidos, lo
que creó condiciones adecuadas para la reubicación de las maquilas (CEPAL-SICA, 2004:41)
e) Las mayores facilidades e incentivos otorgados a la inversión extranjera directa en el contexto general de las reformas económicas realizadas por cada uno de los países a lo largo de las últimas décadas.
f) La vigencia de Tratados de Libre Comercio entre los países centroamericanos y países
extrarregionales y entre los países del área, que incentivo la inversión internacional e intrarregional y favoreció el comercio intracentroamericano
g) El logro de una relativa estabilidad política y social resultante de los proceso de pacificación
y democratización de la región que generaron un clima favorable para las inversiones y el comercio interregional. Como resultado de los factores anteriores, la inversión extranjera directa (IED) aumentó considerablemente en los últimos 15 años.
2. LOS ACTORES DE LA INTEGRACIÓN EMPRESARIAL
Como ya hemos señalado, los principales actores de la integración empresarial son, por una
parte, los grupos económicos centroamericanos que de manera creciente operan en la escala
regional e internacional; y por otra, las empresas transnacionales que tienen presencia en el área.
Ambos están integrando rápidamente a la región como consecuencia de la implementación de
sus estrategias de expansión y penetración del mercado centroamericano. Por ello, y antes de estudiar su influencia en las sociedades centroamericanas a continuación se presenta una breve caracterización de dichos actores.
Conviene aclarar que no es nuestra pretensión realizar un análisis exhaustivo de los grupos económicos y de las empresas transnacionales, ni mucho menos determinar la magnitud de la riqueza que poseen ni el nivel de ganancias que obtienen, lo cual, además de estar más allá de los alcances del trabajo, es prácticamente imposible en el caso de los grupos económicos regionales, quienes pese a mostrar una mayor apertura y transparencia en años recientes, aún se caracterizan por mantener en secreto sus actividades, sobre todo sus inversiones y sus ganancias. En todo caso, y con el propósito de ilustrar la fortaleza económica de dichos actores
en el análisis que sigue se incluye una breve descripción de los principales se incluye una breve descripción de los principales en la escala regional así como de sus negocios.
3. PRINCIPALES GRUPOS ECONOMICOS CON OPERACIONES REGIONALES E INTERNACIONALES
GRUPO ADOC
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
ADOC (FAMILIA PALOMO MEZA) INDUSTRIA DEL CALZADO ES UNO DE LOS MAS ANTIGUOS QUE OPERAN REGIONALMENTE, TENDENCIA QUE SE ACENTUO EN LOS OCHENTA DEBIDO A LOS PROBLEMAS POLITICOS EN EL SALVADOR. ACTUALMENTE ADOC POSEE 3 FABRICAS Y MAS DE 200 TIENDAS EN LA REGION. EL GRUPO TIENE LAS FRANQUISIAS DE VARIAS MARCAS INTERNACIONALES
GRUPO AGRISAL
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
AGRISAL (FAMILIA MEZA AYAU) BEBIDAS GASEOSAS, CERVEZAS HIELO Y AGUA EMBOTELLADA, HOTELES Y CENTROS DE NEGOCIOS, AGROINDUSTRIAS, VENTADE VEHICULOS; BIENES RAICES, ENSANBLAJE DE CARROCERIA INDUSTRIAL TIENE UNA ALIANZA CON EL CONSORCIO CERVECERO SUDAFRICANO SABMILLER, QUIEN POSEE PARTE DE LAS ACCIONES DE LA COMPANIA CERVECERA DEL GRUPO. JUNTOS CONFORMAN EL GRUPO BEVCO, QUE AGLUTINA A LAS EMPRESAS DEL GRUPO CERVECERIA HONDURENA EN INDUSTRIA LA CONSTANCIA Y POSEE LA EMPRESA INDUSTRIAL CERVECERIA DE NICARAGUA
GRUPO AGRICOLA
GRUPO AREA EN QUE OPEERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
BANCO AGRICOLA (FAMILIAS BALDOCHI DUENAS, KRIETE) BANCA SEGUROS PENSIONES, CASAS DE BOLSAS, ARRENDADORAS, CASAS DE CAMBIO AGROINDUSTRIA, PRODUCTOS NO TRADICIONALES EN EL 2004, EL BANCO AGRICOLA, EL PRINCIPAL BANCO DEL GRUPO, POSEIA $3,116.1 MILLONES EN ACTIVOS (EL SEGUNDO MAS GRANDE DE LA REGION CENTROMERICANA) Y OCTUVO UTILIDADES DE $35.18 (EL TERCER LUGAR EN LA REGION ) (REVISTA SUMMA, N` 131, ABRIL, 2005) FORMA PARTE DE LA RED REGIONAL GRAN ALIANZA BANCARIA INTERNACIONAL
GRUPO CUSCATLAN
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
CUSCATLAN (FAMILIA BAHAIA, FAMILIA CRISTIANI). EN EL 2002 EL GRUPO SISA ERA EL MAYOR ACCIONISTA SALVADORENO DEL HOLDING UBCI, SEGUIDO DEL GRUPO BAHAIA Y DEL GRUPO COMERCIAL WEIL BANCA, SEGUROS, PENSIONES, CASAS DE BOLSAS, ARRENDADORAS, CASAS DE CAMBIOS, TARJETAS DE CREDITOS ENTE ANO EL GRUPO FINANCIERO POPULAR INC. DE PUERTO RICO ADQURIO EL 19.99% DE LAS ACCIONES DE UBCI, LA EMPRESA HOLDING DEL GRUPO. EN EL 2004 TENIA ACTIVOS DE $4.437.2 MILLONES (EL SEGUNDO GRUPO FINANCIERO MAS GRANDE DE LA REGION) Y OBTUVO UNA UTILIDAD DE 64.7 MILLONES DE DOLARES (SUMMA, N` 131, ABRIL 2005). TIENE ALIANZAS CON GRUPOS REGIONALES, INCLUYENDO EL GRUPO LA FRAGUA Y PANTALEON
GRUPO DE SOLA
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
GRUPO DE SOLA (FAMILIA DE SOLA) AGROINDUSTRIA, BIENES RAICES, SEGUROS, BANCA, HOTELES, DISTRIBUCION DE PRODUCTOS DEL HOGAR, CINES, TURISMO HOMARCA S.A DE C.V ES LA PRINCIPAL ACCIONISTA Y CONTROLADORA DE LAS OPERACIONES DEL GRUPO EN CENTROAMERICA. TIENE ALIANZAS CON VARIOS GRUPOS NACIONALES, REGIONALES E INTERNACIONALES
GRUPO POMA
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
POMA (FAMILIA POMA) DESARROLLO INMOBILIARIO (VIVIENDAS, CENTROS COMERCIALES Y DE NEGOCIOS HOTELES, DISTRIBUCION DE VEHICULOS), BANCA INDUSTRIA Y SERVICIO TIENE ALIANZAS CON EL GRUPO CARSO DEL MEXICANO CARLOS SLIM. EL GRUPO ES OPERADOR DE LA CADENA DE HOTEL INTERCONTINENTAL Y CONFORT INN. ADEMAS TIENE ALIANZAS CON VARIOS GRUPOS NACIONALES Y CENTROAMERICANOS, INCLUYENDO EL GRUPO MOTTA Y EL GRUPO TACA
GRUPO QUIROZ
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
QUIROZ (FAMILIA QUIROZ) DISTRIBUCION Y FINANCIAMIENTO DE VEHICULOS Y ACCESORIOS TIENE ALIANZAS CON EL GRUPO CANELLA E N GUATEMALA Y CON EL GRUPO LACHNER & SAENZ Y COMPANIA MERCANTIL EN COSTA RICA. RECIENTEMENTE INGRESO AL MERCADO PANAMENO A TRAVES DE LA COMPRA POR $10 MILLONES DE LA EMPRESA SUPERMOTORES
GRUPO SIMAN
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVANTES
SIMAN (FAMILIA SIMAN) ALMACENES POR DEPARTAMENTOS, BIENES RAICES, CONSTRUCCION, BANCA, INDUSTRIA TEXTIL ES EL MÁS IMPORTANTE EN ALMACENES EN DEPARTAMENTOS. RECIENTEMENTE, VENDIO LA MAYORIA DE LAS ACCIONES DEL BANCO SALVADORENO, EL TERCER BANCO MAS IMPORTANTE DE EL SALVADOR, AL GRUPO BANISTMO. EN EL 2004, DICHO BANCO TENIA ACTIVOS DE $1.755.1 MILLONES, Y GENERO UTILIDADES POR 16.2 MILLONES DE DOLARES ( SUMMA, 131, 2005 )
GRUPO TACA
GRUPO AREA EN QUE OPERA ALIANZAS Y DATOS RELEVENTES
TACA ( FAMILIA KRIETE) TRANSPORTE AEREO, HOTELES, BANCA, LICORES, AGROINDUSTRIA TIENE ALIANZAS CON EL GRUPO POMA Y EL GRUPO BANCO AGRICOLA, CON LOS CUALES SE ENCUENTRA RELACIONADO POR LAZOS FAMILIARES. EN EL 2004 EL GRUPO TACA, SU EMPRESA INSIGNE, OCUPO EL PUESTO 12 ENTRE LAS EMPRESAS MAS GRANDES DE LA REGION CON VENTAS DE $391. 8 MILLONES Y UNA UTILIDAD DE $8.4 MILLONES ( AMERICA ECONOMIA, 303-304, 2005)
LISTADOS DE EMPRESAS QUE ESTAN INMERSAS DENTRO DE LOS GRUPOS ECONOMICOS EN EL SALVADOR
GRUPO ADOC
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Adoc Park Avenue, Liz Clairborne, Nine West, Hush Puppies
GRUPO AGRISAL
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Agrisal El sauce, Industrias la constancia, Plaza Mundo, Hotel Radisson Plaza, Resinca, Star Motor, World Trade Center, Deice.
GRUPO BANCO AGRICOLA
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Banco Agrícola AFP Crecer, Arrendadora Financiera Capital, S.A, Aseguradora Suiza Salvadoreña, S. A, Asesuisa Vida, S.A, Banco Agrícola S.A. de El Salvador, Banco Agrícola de Panamá, Bcd valores, S.A, Bursabac, S.A de C.V, CREDIBAC, S.A de C.V, Empresa Banagricola, Inversiones Financieras, Prestomar, S.A de C.V, Almexa.
GRUPO CUSCATLAN
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Cuscatlán AFP Confía, S.A, Banco Cuscatlán S.A, Corfinge, Inc, Corporación Ubc Internacional, S.A, Factoraje Cuscatlán, S.A de C.V, Leasing Cuscatlán, S.A de C.V, Tarjeta de Oro, S.A de C.V, Valor Cuscatlán, S.A de C.V.
GRUPO TACA
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Taca Aerolínea Sansa Costa Rica ( Aerolínea), Aeroperlas, de Panamá (Aerolínea),Aviateca de Guatemala ( Aerolínea), Costeña de Nicaragua, (Aerolínea), Destilería Salvadoreña S.A. (Destisalva), Grupo Taca Aeroman Performs, Hotel Confort Inn Comalapa El Salvador, Freedom Air (Australia), Inter de Guatemala (Aerolínea), Isleña de honduras (Aerolínea), LACSA de Costa Rica (Aerolínea), Nica de Nicaragua (Aerolínea), Taca Honduras (Aerolínea), Taca Perú (Aerolínea) – GRUPO POMA
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Poma Grupo Didea, Autofacil de El Salvador, Autoexcel, Honduras, Grupo Central Motriz Guatemala, Grupo Lacayo Motors Nicaragua, Mmc Panamá, Grupo Real: Hotel Camino Real San Salvador, Escazú, San Pedro Sula, y Tegucigalpa. Centro Corporativo Plaza Roble, Costa Rica, Centro comercial el Paseo, El Salvador Choice Hotels Internacional, República Dominicana Hotel Confort Inn San Salvador, Hotel Miami Airport West Hotel Intercontinental, Guatemala Hotel Mesón del Ángel, Puebla Quality Hotel Real, Aeropuerto El Salvador Residencial La Cima IV, San Salvador Residencial Las Jacarandas. Grupo Roble: Metrocentro Managua, San Salvador, Villanueva y Guatemala. Multiplaza Escazú, Costa Rica del Este Costa Rica, Merliot El Salvador, y pacific panamá. Industrias Metálicas, S.A de C.V (Imsa) Solaire, S.A de C.V, Impactos Creativos.
GRUPO QUIROZ
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Quiroz Americar (Honduras), Autocam (El Salvador), autostop (El Salvador), Auto Uno (El Salvador), Centro Automotriz Santa Elena, Credi Q (Todos los países), Compañía Mercantil grupo Q (Costa Rica), Grupo Q Canella (Guatemala), Intermotors (El Salvador), Manufacturas del Rio S.A de C.V, Nissan Motors (El Salvador), Nissan Nicaragua. Quality Grains, Renault E l Salvador y Honduras, Salvaparts (EL Salvador), Saquiro (El Salvador), Servi Q Talleres El Salvador y Honduras, Supermotores (El Salvador), Tecnimotores (El Salvador)
GRUPO SIMAN
GRUPO ECONOMICO EMPRESAS INMERSAS
Grupo Siman Almacenes Siman S.A de C.V ( El Salvador, Guatemala, Nicaragua), Costa Rica Natural (Costa Rica), Constructora Siman (El Salvador), Curacao Music Shop (El Salvador), Curacao ( El Salvador, Guatemala Nicaragua), Galería Escalón (El Salvador), Grupo Fratel (El Salvador), Inversiones Financieras Bancosal, Almacenadora Salvadoreña, Banco Salvadoreño, Compañía Internacional de Seguros, Factoraje Salvadoreño, La Gran Vía (El Salvador), Loco Luis (El Salvador, Guatemala y Nicaragua), Servitotal (El Salvador y Nicaragua), Perfumería( El Salvador y Guatemala), Prisma Moda (El Salvador), Prisma Hogar (El Salvador), Radio Shack ( Nicaragua, Guatemala, El Salvador), Tropigas (El Salvador, Guatemala y Nicaragua)
REPRESENTANTES DE LOS MEDIOS DE COMUNICCION EN EL SALVADOR
MEDIO DE COMUNICACIÓN FAMILIAS
DIARIOS
La Prensa Grafica
El Heraldo de Oriente
El Diario de Hoy
Diario de oriente
Diario el Mundo
Colatino Hermanos Ductriz
Hermanos Ductriz
Enrique Altamirano
Enrique Altamirano
Juan José Borja
Cooperativas de Trabajadores de Diario Colatino
MEDIO DE COMUNICACION FAMILIAS
TELEVISION
TCS ( 2, 4 Y 6 )
Canal 12
Canal 33
Canales 21 y 19
Canal 8
Canal 10 Boris Esersky
TV Azteca / Rice Zedan
Guillermo de León
Antonio Safie
Estatal, en concesión con fundación AGAPE
MEDIO DE COMUNICACIÓN FAMILIAS
RADIOS
Grupo Radio Corporación FM ( 6 Frecuencias )
Grupo Samix ( Saca Mixco ) unión de los 2 apellidos (9 Frecuencias )
Grupo Radio Estéreo ( 5 Frecuencias )
Corporación KL ( 3 Frecuencias )
Grupo Mega visión ( 6 Frecuencias ) José Luis Saca
Elías Antonio Saca.
Francisco Monterrosa
Francisco Flores Pérez
Antonio Safie
GRUPO CUSCATLAN.
Es uno de los más poderosos del país y está vinculado al Banco Cuscatlán. Entre los principales propietarios está el señor Alfredo Cristiani, dirigente del partido ARENA y presidente del país en los años 1989-1994.
El grupo cuscatlán está formado por 44 grandes empresas por otras menores, alguna vinculadas directamente y otras indirectamente. Todas giran alrededor de los bancos y las demás empresas financieras.
La familia Cristiani participa en las juntas directivas de 23 empresas del grupo cuscatlán y como accionista (propietaria) de 22 empresas. En otros negocios, la familia Cristiani participa a través de algunos de sus socios.
Otra familia que tiene presencia importante en el grupo cuscatlán es la de apellido Lluch (A esta familia pertenece la esposa de Alfredo Cristiani). También están vinculadas las familias Baldochi Dueñas, Kriete, Murray Meza, Meza, De Sola, Salaverría y Hill. Todas tienen propiedades en algunas de las empresas. Por ejemplo, las familias Salaverría y Hill tienen propiedades en la empresa Unión de Exportadores, al igual que Cristiani y otros grandes empresarios. Lo mismo ocurre en otros negocios.
El grupo cuscatlán también posee buenos negocios en los demás países de Centroamérica. En Guatemala tiene alianzas con el grupo PAIZ, dueño de grandes supermecados y empresas comerciales y socio del Banco Cuscatlán de Guatemala. En Costa Rica participa en la corporación BFA, propietaria de bancos, tarjetas de crédito y pensiones.
En el año 2001, se integraron los intereses del grupo cuscatlán de El Salvador y el Banco Cuscatlán de Guatemala, con los de una empresa de Costa Rica llamada Corporación Accionaria (UBC), para crear la corporación UBCI, con cede en Panamá. Este es la unión del Banco Cuscatlán Internacional. En el año 2003, UBCI adquirió la representación extranjera del Banco Lloyds TSB, de Honduras e inicio operaciones en el Banco Cuscatlán Panamá.
ACTIVO DE SEIS EMPRESAS DEL GRUPO CUSCATLÁN
EMPRESAS ACTIVOS
Banco Cuscatlán
Seguro SISA
Seguro SISA vida
Seguros AIG Unión y desarrollo
AIG seguro de personas
Corporación UBCI 2,248
50
35
14
9
4,376
TOTAL DE ACTIVOS 6,722
GRUPO BANAGRICOLA
Este grupo está vinculado al Banco Agrícola. Las principales familias que lo integran son los Baldochi Dueñas, Kriete Ávila, Dueñas, Palomo Déneke, Araujo Eserski, Schildknecht, Pacas Díaz y Cohen.
El grupo banagrícola tiene vinculación con 36 grandes empresas, el Banco Agrícola Comercial, empresa clave del Grupo se expandió a Centroamérica. La corporación Banagrícola, a la que pertenecen empresas en Nicaragua, como el Banco Caley Dagnall, la empresa Almacenadora de Depósitos y un Puesto de la Bolsa de Valores. También le pertenecen dos empresas hondureñas, el Banco de la Producción y una Casa Corredora de Bolsa.
ACTIVOS DE CINCO EMPRESAS DEL GRUPO BANAGRÍCOLA.
(MILLONES DE DÓLARES)
EMPRESAS ACTIVOS
Banco Agrícola
ASESUISA
ASESUISA vida
Aseguradora Agrícola Comercial
Corporación Banagrícola 2,857
31
14
18
3,077
TOTAL DE ACTIVOS 5,998
GRUPO BANCO SALVADOREÑO
Está vinculado al Banco Salvadoreño e incluye 54 empresas pertenecientes a las familias Simán Jacir, Simán Siri, Salume, Zablah Touché y otras. Del total de empresas, 26 están directamente vinculadas a la familia Simán, 6 a la familia Salume y 14 a la familia Zablah Touché.
ACTIVOS DE CUATRO EMPRESAS DEL GRUPO SALVADOREÑOS
(MILLONES DE DÓLARES)
EMPRESAS ACTIVOS
Banco Salvadoreño
Internacional de Seguros
Seguros Universales
La Centroamericana 1,503
20
4
40
TOTAL DE ACTIVOS 1,567
GRUPO BANCO DE COMERCIO
Está vinculado al Banco de Comercio e integra a 27 empresas pertenecientes a las familias Belismelis, Catani, Papini, Álvarez, Freund, Cohen, Sol, Palomo y otras.
ACTIVOS DE TRES EMPRESAS DEL GRUPO BANCO DE COMERCIO
(MILLONES DE DÓLARES)
EMPRESAS ACTIVOS
Banco de Comercio
Compañía General de Seguros
BBVA Seguro de Personas 1,127
22
14
TOTAL DE ACTIVOS 1,163
GRUPO AGRISAL
Se creó a partir de la empresa cervecera fundada por Rafael Meza Ayau en el año 1906, la que después se pasó a llamar La Constancia. Integra 41 empresas, de las cuales las más reconocidas son, aparte de la cervecería, el Banco de América Central (CREDOMATIC) y las industrias que producen aguas purificadas, Coca Cola y Tropical.
La empresa AGRISAL se dedica a fortalecer a las demás, pues es la que determina las políticas, selecciona y capacita al personal de alto nivel, participa en la planificación de las actividades más importantes y se encarga de buscar nuevos espacios de negocio.
Hace unos años el Grupo AGRISAL se alió a la quinta empresa cervecera más grande del mundo, llamada South African Breweries (SAB), que antes había comprado a la Cervecera hondureña. El Grupo AGRISAL posee un 50% de las propiedades y la empresa South el otro 50%.
La familia Meza es la más importante de este grupo, pues controla 16 de las 41 empresas del grupo. Al Grupo AGRISAL también pertenecen las familias Meza Ayau, Sol Meza, Meza Hill, Palomo, Quiñónez Meza y Álvarez Meza.
La familia Palomo, además de tener acciones en algunas de las anteriores empresas, controla dos importantes negocios: la industria de calzado Almacenes ADOC y la empresa financiera HACHECE.
A través del Banco de América Centrañ, el Grupo AGRISAL es parte de una red de bancos, entre los cuales están los de América Central de Guatemala y Nicaragua, el Banco de San José de Costa Rica.
ACTIVOS DE DOS EMPRESAS DEL GRUPO AGRISAL
(MILLONES DE DÓLARES)
EMPRESAS ACTIVO
Banco de América Central
Banco UNO 327
193
TOTAL DE ACTIVOS 520
GRUPO POMA/ SALAVERRIA PRIETO/QUIRÓS/SCOTIABANK
Está conformado por 55 grandes empresas de distintas ramas económicas y de las cuales 30 las controla la familia Poma. Las más importantes son los centros comerciales, las distribuidoras de automóviles y las empresas financieras.
Los Poma han expandido sus inversiones a otros países de Centroamérica. En Honduras construyeron dos multiplazas y hoteles y se asociaron con el presidente Ricardo Maduro; en Guatemala poseen el Hotel Intercontinental, en Costa Rica tienen una multiplaza y el Hotel Camino Real Intercontinental. En Nicaragua montaron un Metrocentro y el Hotel Plaza Real, también tienen inversiones en Panamá, donde construyeron una multiplaza, en México poseen un hotel y en Miami, Estados Unidos, tienen presencia en el Hotel Intercontinental y en el edificio IBM.
GRUPO DE SOLA
Está dominado por la familia De Sola y tiene vínculos con los demás grupos, lo integran 10 empresas importantes de diferentes ramas.
GRUPO HILL/ LLACH HILL
Está constituido por 13 empresas controladas por las familias Hill Arguello, Hill Valiente, Meza Hill y Llach Hill, tinen vínculos con los otros grupos, sobre todo el Cuscatlán, AGRISAL, y Banco Salvadoreño.
4. FORMAS DE ACUMULACIÓN DE CAPITAL.
En la información se presentan los grupos de poder más representativos, ya que existen más de ocho grupos en la realidad.
Durante varios años se ha venido dando un proceso de acumulación; partiendo del modelo agropecuario, en el cual se dieron diferentes políticas sobre tenencias de tierras, por mencionar en el cultivo del añil, en la cual la minoría criolla y peninsular despojo al pueblo indígena de sus tierras para dar paso al cultivo del añil, con esto origino la expansión de las haciendas convirtiéndolas como principal Unidad Productiva Colonial, alrededor del añil se consolido la clase de los terratenientes, quienes adquirieron poder político, además este producto consolido la propiedad privada. Esto reflejo un modo de producción con rasgos dominantes feudales.
Las haciendas se encontraban en todo el territorio y pueblos enteros fueron despojados de sus tierras comunales para dedicarlas al cultivo del añil.
Para dar una idea de la expansión de las haciendas podemos referirnos que en un periodo de treinta años estas incrementaron considerablemente (1740 habían 277 y para 1770 se estimaba un numero de 458) concentrando grandes territorios a nivel salvadoreño a mediados del siglo XVIII habían unos cincuenta grandes hacendados y poco a poco fueron extendiendo sus posesiones territoriales, ( Para dar una idea de esto en el norte del país había haciendas que tenían hasta 1,158.24 manzanas), luego que el nuevo producto de importancia fue el café, en torno del cual se dieron muchas reformas.
L a independencia perseguía intereses económicos por los próceres quienes integraban un grupo hermético, con vínculos familiares y además poseían grandes latifundios ( la mayoría de origen terrateniente) se estimaba que un conjunto de cinco de los principales contaban con un total de 16,000 hectáreas ( entre ellos José Matías Delgado, José Manuel Arce, José Simeón Canas, Juan Vicente Villacorta) La elite cuscatleca al verse libre del control de Guatemala amplio su poder social y político, sometiendo al despojo de las tierras comunales indígenas.
Los antiguos añileros se dedicaron a la producción cafetalera, aquí también se da la inmigración europea que se integro con las familias dominantes.
Los orígenes del café están vinculados al cambio profundo en el sistema de tenencias de la tierra en provecho del pequeño grupo de familias añileras que ejercía el control del Estado (en las firmas de muchas actas oficiales del Supremo Gobierno de entonces, predominan las firmas de las familias con apellidos como: Alfaro, Palomo, Regalado, Orellana, Escalón, Prado, Meléndez. Hoy día algunas de estas familias conforman los grandes grupos de poder y sus antepasados fueron terratenientes y presidentes de la República).
Para el año de 1935 ya se empieza a marcar definitivamente los grupos o familias dominantes en nuestro país, como las familias: Dueñas, Guirola, Sol, Daglio, Samayoa, Salaverria, Borgonovo, Cristiani, Weight, Regalado, Saca, Meza Ayau, quienes para ese entonces poseían grandes extensiones de propiedades.
En base a la etapa del proceso de industrialización las familias que tenían el control en el modelo agroexportador comienzan a expandirse a otros procesos productivos, en este sentido el Estado beneficio el nuevo cambio a través de políticas proteccionistas trasladándolos del sector agroexportador a la industria y realizando obras de infraestructura para impulsar la inversión privada.
La burguesía a su ves busco la asociación con capital extranjero con esto los inversionistas privados establecieron 221 empresas entre 1952 y 1960 con una inversión proyectada de ¢186.3 millones. De 41 grandes sociedades anónimas industriales contadas antes de 1960, 25 pertenecían a grupos económicos cafetaleros.
En todo esto la elite era siempre casi la misma y para 1950 las familias Guirola, Salavarria, Regalado, siguen apareciendo como uno de los principales propietarios de capital, así como las principales familias cafetaleras son propietarios de los bancos comerciales. Aquí también se dan mucho los matrimonios entre familia que conforman la oligarquía así como extranjeros para mantener la clase a que ellos pertenecen. También las familias poseen gran número de empresas con grandes capitales invertidos e incluso comparten acciones dentro de las mismas empresas.
Con el Neoliberalismo se permitió a los grupos económicos una internacionalización así como fortalecimiento económico, esto ha permitido expandir sus negocios fueras de la fronteras Nacionales, las privatizaciones permitieron mayor expansión asociándose con capital extranjero y a su vez permitiendo un mayor control económico en diversas áreas.
4.1 INFLUENCIA DE LOS GRUPOS DE PODER ECONOMICO EN LAS POLITICASBLICAS
Uno de los hechos políticos más relevantes ocurridos en El Salvador en los últimos 15 años es la emergencia y la consolidación de poderosos grupos económicos vinculados al sector financiero, los cuales surgieron a raíz del proceso de privatización de la banca realizado durante la administración del presidente Alfredo Cristiani. Mediante dicho proceso que estuvo plagado de anomalías y se caracterizo por su falta de transparencia alguna de las familias más poderosas del país accedieron al control de los bancos y , a través de ellos, el excedente financiero generado internamente y en el exterior ( las remesas familiares que envían los salvadoreños viviendo en Estados Unidos) A partir del control de la banca, estos grupos extendieron sus actividades hacia los servicios financieros no bancarios, como compañías de seguros, arrendamiento, administración de carteras, casas corredoras de bolsa, empresas de factoraje, administradoras de fondos de pensiones, y casas de cambios, entre otras, convirtiéndose de esta manera en conglomerados financieros regionales. Dada la influencia de dichos grupos en el partido en el poder y en el gobierno durante los últimos 15 años la orientación general de la reforma económica se ha enfocado a convertir a El Salvador en una plaza regional financiera y de servicios así como a integrar totalmente al país con Estados Unidos. Para lograrlo se ha hecho todo lo que se ha considerado necesario, incluyendo el establecimiento, desde el año 1993, de una política de tipo de cambio fijo, y la dolarización de la economía a partir del año 2001 cuya ley fue aprobada por la Asamblea Legislativa con los votos de los partidos de derecha en tiempo record. Más recientemente, El Salvador fue el primer país que aprobó el CAFTA-DR, de nuevo en cuestión de días, y sin ninguna discusión sustantiva nacional sobre las implicaciones sociales y económicas de la entrada en vigencia de tal acuerdo. Por lo demás dichos grupos han influido permanentemente en la definición e implementación de la política financiera, incluyendo la política de regulación del sistema financiero.

Los acuerdos de post guerra

Los acuerdos de post guerra
Dagoberto Gutiérrez

(Parte1)
La guerra de veinte años terminó durante el periodo de negociaciones. En verdad, fue terminando lentamente. Pero este proceso culminó en una de tantas reuniones que tuvimos, ásperas y armoniosas, prolongadas y agotadoras. De la misma manera, terminó el acuerdo político llamado FMLN que, como hemos dicho, fue un acuerdo (alianza) entre comunistas, anticomunistas y no comunistas.

Estos acontecimientos no fueron registrados ni por el imperio estadounidense, ni por los combatientes guerrilleros, ni por el pueblo salvadoreño, ni por la contraparte gubernamental, y significa que las negociaciones se culminaron en el filo de la navaja, en un momento histórico decisivo.

Los Acuerdos de Paz, cuyo nombre es discrecional, y no responde a su naturaleza real de acuerdos de guerra, pusieron fin a la guerra; pero no resolvieron el conflicto, que fue la madre y el padre de esta guerra. Además, los acuerdos contenidos en el documento llamado: Acuerdos de Paz, no son ni los más importantes, ni los más determinantes. En realidad, son acuerdos que afeitan y mejoran la faz del régimen político, que abordan aspectos totalmente inevitables y necesarios para fortalecer al régimen, y establecieron las condiciones para que la antigua guerrilla se convirtiera en un pilar sostenedor del régimen político al que se enfrentó durante la guerra.

Una vez en el país, y terminada la guerra, actuando en una política abierta, la antigua guerrilla dejó de ser eso, casi de inmediato, y fue absorbida, instantáneamente, por el sistema político. Algo así como cuando alguien se mira en el espejo y se enamora de la figura que aparece en ese espejo; aun cuando esa figura sea la del régimen que se ha combatido.

El proceso de absorción fue, sin embargo, insuperable, plenamente exitoso, y muy parecido a aquel otro, aplicado por el imperio romano, cuando hizo, bajo la conducción del genio político del emperador Constantino, que los antiguos cristianos, perseguidos y masacrados, se convirtieran de la noche a la mañana, en los jefes de la nueva religión oficial del Imperio Romano.

En nuestro proceso histórico, los antiguos y desaparecidos guerrilleros son recibidos con oropel en el régimen político, y se comprometen, para lograr una integración plena, a tres cosas negociadas fuera de los acuerdos políticos, conocidos como Acuerdos de Paz. Estas son circunstancias decisivas que influyeron en el curso de los acontecimientos posteriores en nuestro país.

Veamos de qué se trató:
1. Se renuncia a la post guerra
2. Se renuncia a la política
3. Se renuncia a la lucha por el poder
Estos tres aspectos resultan ser neurálgicos y aseguran, en primer lugar, la salud política del régimen político, y también aseguran que el nuevo sector político que se incorpore no amenace el orden establecido y no intente sustituirlo por otro orden.

Todo esto ocurrió en los pliegues históricos de esos momentos decisivos en que se celebraba en los espíritus la fiesta de la paz, las bodas con el fin de una guerra sangrienta y el advenimiento de un nuevo país. Todos estos sentimientos y emociones instalaban telarañas en los ojos e inteligencia de los salvadoreños. Esas telarañas duran hasta nuestros días y facilitaron la labor de construir espejismos políticos, que aún hoy parecen funcionar.

La post guerra es el periodo histórico inevitable por el que atraviesa la sociedad salvadoreña, pese a que se acordó renunciar a ella. Esta no puede someterse a ningún acuerdo político y sigue su marcha inexorable. Ahora bien, ocurre que este es un periodo que sigue a toda guerra y sirve para restaurar, reparar, restañar e hilar de nuevo ciertos tejidos humanos y sociales, subjetivos y objetivos, heridos por la guerra. Cuando se renuncia a ese periodo, en un acuerdo entre la antigua guerrilla y las derechas gobernantes, se renuncia a este proceso de dignificación de los antiguos combatientes guerrilleros y también de los soldados gubernamentales. Pero, además, se renuncia a abordar la guerra de 20 años como tema de estudio, reflexión y comprensión de parte de la sociedad salvadoreña. En otras palabras, se buscaba exilar del diccionario político la palabra GUERRA.

Esta fue una decisión mortal que ha afectado gravemente la inteligencia política de la sociedad, porque ocurre que las sociedades humanas son productoras de historia y se encargan, además de producirla, de procesarla y comprenderla, para seguir produciendo esa historia y abrirle paso a los nuevos momentos. Cuando se impone el silencio reflexivo sobre este acontecimiento, que es el más importante de nuestra vida como país, la sociedad es desprovista de todo instrumento teórico que le permita comprender lo que está ocurriendo en este momento, y sobre todo, prever los acontecimientos que están listos para caer sobre nuestra sociedad. En otras palabras, los seres humanos son desarmados y transformados en objeto de una política que desconocen, pero que les es aplicada mortalmente.

En este escenario, nuestro país se convirtió en el laboratorio adecuado para aplicar de manera ortodoxa y sin anestesia, las recetas neoliberales en la economía, la política, la ideología, la educación y la cultura, hasta llegar a construir, décadas después, la sociedad de mercado total en la que vivimos actualmente.

Como podemos ver, la renuncia a la post guerra tenía y tiene propósitos políticos e ideológicos muy claros y definidos, y hemos de saber que estamos viviendo una post guerra característica de aquellos procesos en donde la sociedad avanza con una venda en los ojos, sin brújula y sin ruta establecida.
San Salvador, 21 de octubre del 2014.

(Parte II)
La postguerra es un proceso histórico tenaz que sigue a la guerra y que no tiene fecha de caducidad; su duración no está librada a la voluntad de las partes interesadas. Por eso es que la sociedad salvadoreña vive el periodo de postguerra, por mucho que las partes insurgentes y contrainsurgentes hayan coincidido en negarla y hasta en sepultarla.
Este periodo histórico es, en cierto modo, la continuación de la guerra después que ésta ha terminado, porque la guerra termina en relación con el enfrentamiento y confrontación militar de las partes directamente enfrentadas en el terreno, pero no termina en cuanto fenómeno social, cultural, psicológico e ideológico. En todos estos aspectos, la guerra sigue en pie y caminando con muy buena salud, aunque no se hable de ella, aunque se haya prohibido pensarla, aunque se oculte como algo vergonzoso y aunque se ignore como un hecho histórico relevante. Lo cierto es que socialmente, culturalmente, ideológicamente y espiritualmente, la guerra sigue siendo parte de la vida de las personas.
(El desmontaje de una guerra no se logra con el simple desarme, es decir, con la entrega del arma de cada combatiente; de lo que se trata es de desarmar la guerra adentro de cada ser humano y adentro del mundo de cada persona y de su sociedad. Es en estos terrenos donde se mueve, precisamente, la postguerra. Son los terrenos en donde la guerra y la vida de los seres humanos se cruza y entrecruza, y una vez terminada la guerra, ésta sigue impactando en la salud mental, en la psicología, en el dolor y en la vida real de cada persona. La guerra no se borra, no se quita, no se anula, por un simple decreto o por un perverso acuerdo o entendido de partes interesadas; por el contrario, ésta sigue marcando su huella histórica por mucho que se le niegue).
La postguerra salvadoreña es, por todo esto, una especie de proceso clandestino que tejió sus telarañas en la oscuridad y en las esquinas de la vida social; y entonces, lenta pero inexorablemente, aquella guerra civil, que es de la que estamos hablando, se transformó en guerra social, que es la que estamos viviendo actualmente.
La guerra civil es el enfrentamiento definido y organizado de dos partes diferentes en una sociedad, estalla cuando los conflictos no encuentran solución por vía política, – por cierto que esto caracteriza a toda guerra-. Es decir, que expresa una maduración de conflictos que las sociedades no son capaces de resolver y la guerra resulta inevitable.
Lo que llamamos guerra social es un fenómeno superviviente que se nutre de la guerra civil y de la política impuesta. Veamos sus características:
En la guerra social hay ausencia aparente de proyectos políticos, y aparece, a simple vista, como una delincuencia descontrolada y hasta desbordada.
• En esta guerra social hay ausencia aparente de liderazgos políticos y solo aparecen jefes de bandas.
• En esta guerra no hay, aparentemente, frentes de guerra, con jefaturas controlantes, porque todos somos una especie de combatientes en una guerra que llega a cualquier persona, en cualquier esquina, en cualquier semáforo o andén de cualquier lugar del país.
• En esta guerra no hay aparentemente posibilidades de negociación de ningún aspecto.
• Y, finalmente, esta guerra, aparentemente, no guarda relación con la política gubernamental aplicada antes, durante y después de la guerra civil.
Como se puede apreciar, la apariencia cubre una realidad que nos ayuda a entender el fenómeno de la guerra social; de no ser así, nos quedaremos con el criterio que se trata de simples bandas de jóvenes fuera de la ley y fuera de la sociedad, que hay que combatir con la policía o con el ejército, pero en una mirada más inteligente, no se trata de eso, porque estamos frente a profundas realidades que hay que observar y no solo mirar.
La guerra social se asienta sobre bases políticas muy seguras, establecidas por el neoliberalismo, durante todo el periodo que siguió al fin de la guerra. Este modelo sepultó al Estado como ente rector, y estableció al mercado como rey y reina, en un juego mortal para el pueblo débil y trabajador, para las clases medias, campesinos y pequeños empresarios. En este mundo de mercado, los seres humanos perdimos nuestro valor y fuimos sustituidos por un precio, dejamos de ser ciudadanos y fuimos transformados en simples consumidores, es decir, que cada persona dejó de valer por lo que es y pasó a valer por las cosas que tiene o puede tener, y cuando esta conversión ocurre, la persona pierde humanidad, y al ocurrir esto, pierde sus derechos, y el derecho a tener derechos.
Como podemos ver, se trata de un profundo golpe al ser humano. Está implantado durante los sucesivos gobiernos de ARENA y continuado por el gobierno de Mauricio Funes y por el actual gobierno.
Cuando el Estado abandona los territorios, la salud y la educación públicas prácticamente desaparecen, las comunidades se convierten en territorios de nadie, el trabajo, al ser tratado abierta y descaradamente como simple mercancía, es sometido y minusvalorado por el capital, y se establece el precarismo como filosofía dominante, llegamos así al momento en que el trabajo de las personas y las profesiones de los profesionales no valen nada, porque un médico no puede ser médico, ni un economista, ni un químico, ni un sociólogo, porque el mundo construido es el mundo de la proletarización, en donde cada persona, sea quien sea, o haya estudiado lo que haya estudiado, debe depender de un salario que proviene de un patrón desconocido, que no reconoce a este trabajador ningún derecho, y toda esta política es justamente la política gubernamental.
Así, toda esta fenomenología ha llenado, aparentemente, el espacio correspondiente a una post guerra, y ha buscado sustituirla, pero, tal como hemos explicado, todo este proceso de destrucción de la humanidad y del reinado del capital, en realidad se ha establecido al mismo tiempo que la post guerra marchaba, y por eso los efectos son devastadores, altamente destructivos, y han sido capaces de descomponer la convivencia mínima en nuestra sociedad.
El nombre de guerra social pone de relieve que el conflicto generado por una guerra, que proviene a su vez de conflictos no resueltos, al no ser abordados ni enfrentados, y aún más, al ser acompañados por la política que he explicado, ha hecho estallar los términos mínimos de convivencia en nuestro apretado y reducido mundo.
Aquella decisión de renunciar a la postguerra fue, en verdad, una decisión perversa, antipopular y criminal. En esos momentos álgidos se decía: “no hay que hablar de la guerra para no asustar a la gente, porque lo que nos interesa es que la gente salga a votar, y si no logramos esto, se nos complica el cuadro, hay que hablar de la paz porque esto le gusta a la gente”.
San Salvador, 27 de octubre del 2014.
(Parte III)
La renuncia a la postguerra es el inicio de lo que después sería, ya en nuestra vida diaria, la apertura a lo que hoy denominamos como “guerra social”, pero sobre todo, la insistencia en la paz, verdaderamente inexistente, expresaba el segundo entendido que era el de la renuncia a la lucha política, y su sustitución por la lucha electoral.
Cualquiera puede pensar que se trata del recambio de una palabra por otra, pero ocurrió que lo electoral era y es un teatro de operaciones, en donde el sistema, el régimen y todo el orden burgués, es dueño seguro del control total, y en donde el pueblo, en las actuales circunstancias, se encuentra participando en un juego con los ojos vendados, las manos amarradas, los pies paralizados, la lengua cercenada, y así, en esas condiciones, se convierte en votante.
De eso se trataba este acuerdo, de impedir que el pueblo tuviera acceso a la política, porque lo que se estaba montando era el modelo neoliberal más completo y ortodoxo, y nuestro país sería convertido en un laboratorio en el que se privatizaría el Estado y los seres humanos serían simples partes de un ensayo.
No hay que olvidar que el modelo neoliberal fue reconocido y aceptado por los acuerdos de paz, y ahora se trataba de construirle las mejores vías para su implantación. Es en estos momentos cuando el nuevo actor político pasa a llamarse “Partido FMLN”, y es aquí cuando las antiguas organizaciones guerrilleras son disueltas, justamente cuando cada una de ellas desarrollaba una discusión política e ideológica para entender el nuevo momento histórico, y para definir el papel de cada una en la construcción del nuevo sujeto que le diera continuidad al proceso político.
El tema era bien preciso: el FMLN guerrillero había muerto, la guerra había terminado, pero el proceso histórico continuaba y se trataba de hacer de cada organización una fuerza política capaz de tomar los acuerdos políticos adecuados al nuevo momento histórico. Recordemos en este punto que el FMLN era un acuerdo de organizaciones ideológicamente diferentes, pero políticamente concertadas. Y la nueva alianza a construirse, correspondiente a este nuevo momento, el momento de postguerra, debía salir de un nuevo acuerdo histórico, y esto era, precisamente, la continuidad del proceso. Cuando las organizaciones son disueltas, se liquida esa continuidad y se trunca la posibilidad de la discusión política, de la evaluación política de la guerra, del ajustamiento de cuentas con la experiencia realizada, y del encuentro del nuevo momento.
Toda la trampa estaba armada, porque la disolución de las organizaciones se hizo en nombre de la unidad y en nombre del avance del proceso, todo vinculado a nuevas intenciones, y hasta revolucionarias intenciones, y todo transcurría en medio de una fiesta de victoria, cuando en realidad se estaba cercenando el proceso político y se estaba construyendo un simple instrumento electoral al servicio del orden neoliberal, del régimen político y de los sectores dominantes del país.
Previendo la resistencia del pueblo ante los altos niveles de explotación que se anunciaban, el nuevo actor político que como sujeto político había conducido la lucha social, anuncia el rompimiento de sus relaciones con el movimiento social, alegando que se trataba de asegurar la autonomía de ese movimiento, y todo el tinglado fue diseñado para asegurar la marcha de los gigantes neoliberales en el país más pequeño y más pobre del continente. Las dos banderas, la de la paz y la del fin de la guerra, jugaron el papel paralizante de la resistencia, de la movilización y de la oposición, y lo sigue jugando hasta nuestros días.
Entre la lucha política y la lucha electoral funcionan vasos comunicantes, y esta lucha electoral resulta ser parte de la política, pero esta relación no siempre funciona de manera vívida y concreta en el terreno social. En nuestro país, hay momentos históricos, específicos, donde este vínculo resulta decisivo, porque tenemos amplia experiencia en el uso de la lucha electoral dentro de la lucha política. Un ejemplo de esto fueron las campañas electorales de 1967, con el Partido Acción Renovadora (PAR) y las campañas de 1972 y 1977, con la Unión Nacional Opositora. En estos momentos históricos, las campañas electorales estaban ampliamente contaminadas por la lucha política, en la medida que la crisis de esos momentos se expresaba en el terreno electoral, y la alianza electoral del Partido Demócrata Cristiano, del Movimiento Nacional Revolucionario y del Partido Comunista de El Salvador (UNO), estaba vinculada y al servicio de esa lucha política.
En estos acuerdos de postguerra, el panorama era diferente porque aquí se trataba, precisamente, de ahogar toda protesta, de paralizar toda movilización, de impedir toda resistencia, y la paz funcionó como el antídoto, porque siendo un bien que había que cuidar, no podía ser perturbada por reclamos fuera de tiempo, en tanto que la guerra no podía ser despertada de sus prolongado letargo para impedir que retornara a la sociedad, y así, en medio de una esperanza dominada por el miedo, y de un miedo adormecido por la esperanza, la sociedad salvadoreña aceptó y se tragó, sin resistencia y sin protesta, el neoliberalismo más salvaje y brutal que se ha impuesto a un pueblo.
Mientras esta construcción avanzaba, los antiguos guerrilleros se convertían en funcionarios, aprendían a disfrutar el botín de la administración de la cosa pública, descubrían los goces de las mieles de los aparatos, y se convertían en alumnos de sus antiguos enemigos.
Este es el momento en el que los guerrilleros pasan a ser preparados en los salones de clase del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (IINCAE), que como todos sabemos es el centro donde la burguesía prepara sus cuadros, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) colabora en la preparación de los cuadros guerrilleros, y el sistema político es aceptado, asimilado y absorbido, y se destierra de la cabeza política toda idea y toda posición anti sistémica.
Aquí se inaugura el reino de lo electoral y el destierro de la lucha política, todos debían convertirse en activistas y todo debía estar preparado para la próxima campaña electoral, y todos debían ser aspirantes a una candidatura y a un cargo público, y todo debía estar dentro del orden y nada debía estar en el desorden, mientras tanto, el mayor desorden de la humanidad, el capitalismo neoliberal, apretaba la garganta de todo el pueblo.
San Salvador, 04 de noviembre del 2014

La construcción del espacio económico salvadoreño a mediados del siglo XIX

La construcción del espacio económico salvadoreño a mediados del siglo XIX
Clara Pérez Fabregat*
El Faro / Publicado el 10 de Noviembre de 2014

En las primeras décadas de independencia de El Salvador, la región de San Miguel era un centro económico con gran poder. Basándose en fuentes primarias y secundarias, incluyendo una lectura minuciosa de La Gaceta, Clara Pérez Fabregat profundiza nuestra comprensión de un centro económico a punto de enfrentar presiones transformadoras más allá de su control.

Tras la disolución del experimento federal centroamericano y el surgimiento de El Salvador como Estado independiente en 1840, la región oriental salvadoreña gozó de una posición económica privilegiada en el conjunto del istmo centroamericano por la cercanía del puerto de La Unión en la Bahía de Fonseca. Aquel enclave comercial vertebró la región y propició su desarrollo convirtiendo a San Miguel en el motor económico durante la fase inicial de la formación estatal.

La progresiva liberalización económica tras la independencia de la Corona hispánica permitió la descentralización del comercio. Con el nuevo orden republicano desapareció el monopolio comercial y las restricciones inherentes al mismo. La activación del puerto de La Unión en 1824, entre otros, dinamizó el movimiento por el Pacífico porque sirvió para dar salida a los productos de toda la zona oriental salvadoreña además del Sur de Honduras, incluyendo Comayagua y Tegucigalpa. Desde hacía un siglo, el añil, demandado en las zonas de producción textil europeas, había estado incentivando el desarrollo de la actividad ganadera en Nicaragua y Honduras por la necesidad de la carne para alimentar a los trabajadores de los obrajes y el cuero para fabricar zurrones donde almacenar el añil.

El puerto de La Unión atrajo gran parte del movimiento marítimo de las costas salvadoreñas, concentrándose la entrada de barcos en los meses de la feria de San Miguel, noviembre y mayo según el calendario de la cosecha. El principal producto de exportación fue el añil aunque se asiste, a partir del primer tercio del siglo, a un progresivo declive por el contexto político del istmo y la caída de los precios por la competencia de los tintes de la India. No obstante, ejerció su predominio hasta la década de 1870 cuando el café lo superó definitivamente en las exportaciones.

Hacienda de añil.

Hacienda de añil.

El flujo comercial compuesto por mercancías europeas y añiles salvadoreños que circularon por La Unión canalizó recursos y un mercado hacia el interior del departamento. La ciudad de San Miguel fue el centro neurálgico de ese comercio que se llevó a cabo principalmente durante las ferias, acontecimiento logísticamente dependiente del consejo municipal que fue un espacio de contacto entre el mercado local y el comercio internacional. Agentes salvadoreños y extranjeros, vendedores del departamento de San Miguel, nicaragüenses, hondureños y guatemaltecos formaron parte de una jerarquía financiera-comercial que actuó en la zona oriental y que dinamizó la economía de la región.

El origen y destino principal de los productos fue Gran Bretaña que ocupó el espacio dejado por la Monarquía hispánica cuando el gobierno federal centroamericano abrió sus puertos al comercio exterior. Los intercambios legales siguieron los canales establecidos por el antiguo tráfico ilegal de los ingleses, asentados en la costa Atlántica, por el Reino de Guatemala. La delicada situación económica del istmo fue aliviada por la expansión comercial inglesa que buscaba asegurarse nuevos mercados y materias primas para su industria. Por eso el movimiento marítimo del puerto de La Unión se tradujo en un importante flujo comercial basado fundamentalmente en la exportación del añil y la importación de tejidos europeos.

La importancia económica regional quedó reflejada en la fiscalidad. En la estructura de la hacienda pública salvadoreña la aduana del puerto de La Unión y la administración departamental de rentas de San Miguel fueron una fuente de ingresos clave tanto para la región como para el Estado. El grueso de los recursos fiscales fue el producto de la alcabala marítima, un arbitrio de origen colonial que gravó cualquier transacción comercial y varió en función del origen y el tipo de producto importado. Mientras que en la administración de rentas de San Miguel el principal ingreso provino de la renta del aguardiente, sin embargo los niveles de actividad económica visibles con el indicador de la alcabala, no fueron nada desdeñables. La mayor parte de estos recursos se destinaron a obligaciones estatales como los gastos militares y el pago de la deuda interna contraída con comerciantes y prestamistas para hacer la guerra.

A pesar de los altibajos en la demanda, el añil fue el motor que inyectó recursos fiscales al Estado salvadoreño hasta bien entrado el siglo. Producido en las zonas bajas costeras del Pacífico y exportado a Europa, la circulación del tinte siguió prácticamente el mismo del sistema comercial colonial. En la segunda mitad del siglo XIX, el aumento del precio del café, la difícil colocación del añil en los mercados europeos y la llegada de los colorantes químicos hicieron que el café desbancara al tinte como principal producto de exportación. Esto impulsó el cambio del tejido socioeconómico salvadoreño por la necesidad de mano de obra, tierras, capital y transporte. El éxito de la colocación del café salvadoreño en el mercado mundial y su correspondiente generación de recursos aceleró la progresiva consolidación del Estado liberal a partir de 1870 aproximadamente. La modelación de éste corrió a cargo, en una medida muy considerable, de unos actores sociales vinculados al beneficiado y la exportación del grano de oro.

*Clara Pérez Fabregat es estudiante de doctorado en la Universidad Barcelona/TEIAA. Este artículo es un resumen de “La configuración del espacio económico en el marco de la construcción del Estado: el Oriente salvadoreño, 1840-55”, Revista Complutense Historia de América, Universidad Complutense, Madrid, vol. 38, (2012): 129-151. El trabajo se enmarca en el proyecto de tesis doctoral, “San Miguel y el oriente salvadoreño. ¿Una Región dentro del Estado? Una mirada al proceso de la construcción del Estado de El Salvador, 1840-1890”, dirigido por Pilar García Jordán y Antonio Acosta inscrito en el programa de “Sociedad y Cultura” de la Universidad de Barcelona.

El 11 de noviembre de 1989 en San Marcos. Entrevista con Roberto Pineda

El 11 de noviembre de 1989 en San Marcos. Entrevista con Roberto Pineda

SAN SALVADOR, 10 de noviembre de 2014 “A partir de septiembre del 89 los preparativos insurreccionales fueron aumentando, había que conseguir megáfonos, resmas de papel, medicinas y llevarlas poco a poco a casas de seguridad en el sur de San Salvador…han pasado ya veinticinco años y son los mismo vientos” nos comparte Roberto Pineda.

“Nuestro frente de guerra y futuro territorio liberado sería el municipio de San Marcos y la recomendación dada por Frido es que “si no conocen, vayan a conocer la zona, patéenla, recórranla…”¿Y cuándo va ser? Ya pronto.”
“La noticia que íbamos a combatir en la soñada insurrección “hasta el tope” corría como reguero de pólvora y nos llenaba de ilusiones. Se vivía en la UES un ambiente de tenso optimismo. “Hay nos vemos después del triunfo…”Y una vez fuimos con Dagoberto Aguirre, mi asistente en la Secretaría de Comunicaciones, a recorrer la zona.

Era un sector popular dividido por la calle principal, al oriente de la cual estaban las estribaciones del cerro San Jacinto, eran calles empedradas que subían hacia el cerro y al occidente había una hondonada profunda repleta de urbanizaciones y de pasadizos donde serpenteaba un oscuro y maloliente río. Había una zona alta y una zona baja. En esa ocasión escalamos el cerro y ya no volvimos a regresar. Nos preguntábamos: ¿y nos irá a apoyar la gente?
El viernes 10 de noviembre asistí a una reunión cena preparatoria. Se realizo en una pupusería de la Avenida Bernal. Llegaron Miguel y Damián, jefes militares de las FAL. Hablamos sobre los preparativos y el estado de ánimo de la gente que íbamos a movilizar para San Marcos. Recuerdo que Damián me comento con mucho optimismo que “en estos momentos hay cinco mil guerrilleros rodeando San Salvador.” Estábamos listos a tomar el cielo por asalto…Había un ambiente de optimismo. Íbamos a terminar con la dictadura.
El Día D
El 11 de noviembre era un sábado y amaneció norteando, con la misma intensidad que estos vientos actuales, que quedaron pendientes de octubre. Me levante temprano, ansioso, impaciente porque pasaran las horas. A las dos de la tarde salí para contactar a diversos participantes. De cinco, me fallaron dos alegando compromisos familiares. Me despedí con un beso de mi esposa Isabel que quedaba embarazada de Adela. Ella se dirigió hacia Soyapango, a la casa de su hermana Vilma. Yo aborde la ruta 11 hacia San Marcos. Estuve en el puesto convenido a las 6 p.m. La fiesta iniciaría a las 7 p.m. Poco a poco las calles se fueron llenando de compañeros y compañeros que nos mirábamos, nos reconocíamos, pero sin hablarnos.
Caminábamos tranquilamente a ambos lados de la calle desde la MAN hasta el Mercado, unas cuatro o cinco cuadras. Éramos unas treinta personas caminando. Al ir anocheciendo se fueron encendiendo los faroles rojos de varios chupaderos del lugar. Se dieron las siete de la noche y como responsable me pasaban preguntando: y ¿Qué ondas? No sé, cálmate, ya va empezar. A las siete y media teníamos cerca de sesenta personas caminando de arriba a abajo, de abajo a arriba, ansiosas y confundidas por el retraso. ¿Y las armas que nos iban entregar? ¿Y la gente de las FAL?
Con Dagoberto decidimos entrar a un chupadero. ¿Qué van a querer? Nos trae dos cervezas. Había que consumir. Al instante las otras mesas del lugar estaban llenas de caras conocidas, pero sin hablarnos. Pero nos señalaban que los invitáramos. A ese que esta ahí cóbrele. Si le piden, que le paguen. Y seguían entrando compañeros….disimulen. Las trabajadoras del sexo del lugar nos miraban entre alegres y confundidas sobre que estaba pasando. ¿Quieren ocuparse? ¿Y cuántos son? Algunos atrevidos preguntaban hasta precios. ¿Nos da tiempo?
Se dieron las ocho de la noche y todo seguía tranquilo ¿Y si la suspendieron? ¡Cálmate! Y ¿ya hicieron contacto? Al rato era paja todo. ¿Pedimos otra ronda? ¿Vos vas a pagar? No tengo dinero. ¿Puedo pedir una cerveza? Y ¿a chupar veniste? Las ocho y media y nada y al salir del bar vemos que buena parte de la tripulación del barco estaba ya en otros bares. Ocupaban todas las mesas y había hasta gente parada. Hablo con Norma y decidimos llevar la gente a un sitio seguro. Somos cerca de sesenta personas. Recorro los bares avisando que nos vamos a refugiar, paguen y salgan, disimulen… ¡disimulen!
Cuando llegamos al mercado escuchamos explosiones lejanas y tiroteos. Todos nos alegramos. Pero ¿y el contacto? Se suponía que nos iban a entregar armas aquí en la calle e íbamos atacar a la Comandancia. La gente comenta en la calle que los guerrilleros del FMLN están atacando en todos lados, en Soyapango, en Ciudad Delgado.
Vamos a refugiarnos, parecemos una procesión. Llegamos a una casa de dos plantas y entramos. Es de unos colaboradores. Aquí es donde está guardada la medicina que Norma (Herrera) y mi esposa han traído. Hay un patio grande en la segunda planta donde nos acomodamos. Debemos de guardar silencio. Se reparten panes con frijoles. Platicamos con Norma que lo mejor es esperar el amanecer para regresar a nuestros lugares y ver como desde ahí nos incorporábamos. De pronto aparece Miguel, el contacto esperado. Cálmense, ya viene la tropa.
El repliegue
Al amanecer nos contactan. Llega una escuadra de las FAL y Miguel asume su conducción. Reconozco a Fabio Fuentes, con su fusil y uniformado y al hijo de Eduardo Calles. Salimos todos del refugio, nos entregan fusiles y balas. Empezamos a bajar, y luego vamos subiendo por la zona baja rumbo al sur hasta salir a la calle Panamericana a la altura de una gasolinera Shell. Bloqueamos la calle. Enfrente hay un colegio religioso de monjas en el que nos parapetamos. La gente se concentra curiosa pero a la expectativa, sin incorporarse.
Empezamos una labor de agitación. “Somos el FMLN y hemos venido para quedarnos. No podrán movernos. Estamos combatiendo en todo el país. Nuestras armas son la garantía de la victoria popular sobre esta dictadura que ha sido ya derrotada. ¡Viva la victoria popular! ¡Te hacemos un llamado a que te incorpores a esta lucha! La gente nos escuchaba de lejos pero no se incorporaba. Estaba a la expectativa de la respuesta del ejército. Era cautelosa.
A mediodía inicia el ataque de tropa del ejército disparándonos junto con avionetas. Los vemos venir y ante la fuerza del ataque salimos en desbanda. Corremos rumbo al occidente, con vistas a llegar a la carretera al aeropuerto. Están disparándonos con tropa y desde las avionetas, son las famosas “avispas.”Nos dividimos en pequeños grupos, sigo a Miguel y a Eduardo, y detrás de mi viene Guadalupe Ortíz, del CCC.
Al alcanzar una altura vemos hacia abajo y podemos distinguir a Dagoberto, Tania Parada y Norma que ingresan a una casa a refugiarse. Es ahí donde los asesinan. Refugiarse equivalía a ser asesinado por las fieras. Seguimos subiendo, al llegar a la carretera vemos tropa del ejército al norte de la autopista que empiezan a dispararnos. Miguel grita: ¡hay que cruzar!¡hay que cruzar!
Cruzamos y empezamos a subir, buscamos veredas, vaguadas, caminos hacia la cima de esta montaña. En el camino al ir subiendo, guerrilleros se nos adelantan y preguntan por alguien. ¿Lo han visto? ¿Pudo subir? Llegamos a una planicie y descansamos. La avispa continúa con su sonido ensordecedor. Eduardo afirma que desde arriba no pueden vernos, que no nos movamos. Miguel aconseja encharralarnos.
Y nos cubrimos, nos metemos en montículos de rala maleza que hay desperdigados. Desde ahí vemos a San Marcos, sus calles y el zumbido de la avispa, y ráfagas aisladas, lejanas… ¡Qué habrá pasado con Norma? ¿Los habrán capturado? Miguel se comunica por radio y nos informa que hay combates en todo el país y de ciudades capturadas por la guerrilla.
Es mediodía y compartimos una naranja cortada en el camino. Pasan las horas, platicamos, descansamos. Viene la tarde y luego vemos aparecer una luna gigantesca, amarrilla como yema de huevo. Cada quien busca un lugar para dormir. Hace frío y mucho viento y me resulta difícil encontrar el descanso.
Paso la noche en vela, esperando el amanecer. Amanece un domingo soleado y ventoso. Miguel ordena que hay que bajar y reintegrarnos a partir de nuestros contactos. Lo hacemos. Al ir bajando encontramos una cabaña donde cambio mis zapatos, pantalón y camisa. Al bajar a la autopista, la vida parece transcurrir con normalidad, sin contratiempos. Los cuatro abordamos un micro bus hacia el centro.
Llegamos a la plaza cívica sin novedad, nos bajamos. Me encamino a buscar un bus hacia Soyapango. Lo consigo. Al llegar a la Col. Los Santos hay cadáveres en las calles de guerrilleros, de un muchacho y una muchacha. Sus rostros están ya amoratados. La gente camina de prisa, nerviosa. Llego a la casa de la hermana de mi esposa. La encuentro y al verme Isabel se echa a llorar de alegría. ¡Había regresado!
Le cuento lo que había pasado y por la tarde tratamos de regresar a nuestra casa en Ayutuxtepeque, pero no se podía ingresar a la zona, estaba cercado el lugar por tropas del ejército. Lo intento al día siguiente y veo por la Calle Washington a Armando Herrera. ¿Y Norma? Esta capturada me dice confiado. Pero no, había sido asesinada y Armando todavía guardaba esperanzas de encontrarla. El jueves 16 logre ingresar a mi casa. Escuchamos por radio que han asesinado a los jesuitas. Están acusando al FMLN de ser los autores. ¡No puede ser!
El viernes 17 logro regresar a mi casa. La puerta ha sido balaceada. Ese mismo día contacto con Mauricio Mejía y me comparte que están trabajando con Lucho (Luís Argueta Antillón) para recuperar el campus de la UES, tomado por los militares desde el 11. Por la noche vamos a una entrevista en el canal 21. Las noticias confirman el asesinato de Norma, de Tania y de Dagoberto. Nos reunimos con Armando y decidimos instalarnos en la Rotonda y desde ahí emprender la campaña para que nos regresen el campus universitario. Luego alquilamos un edificio frente a la UES, arriba del IVU. A principios de 1990 logramos que nos devolvieran el campus, el mismo Coronel Elena Fuentes nos lo entrego. ¡Los habíamos derrotado!

Presentan en UES libros de Guillermo Rojas y Roberto Pineda

Presentan en UES libros de Guillermo Rojas y Roberto Pineda

SAN SALVADOR, 1 de noviembre de 2014 (SIEP) El Movimiento por la Transformación de la Universidad de El Salvador (MOTUES) presentó esta tarde en la Facultad de Derecho los libros Sindicalismo en El Salvador de Guillermo Rojas y Las luchas e los movimientos populares en El Salvador 1810-2010 de Roberto Pineda.

El Lic. Walter Rivas, Coordinador del MOTUES indicó que “es para nosotros un gran honor tener la presencia esta tarde de dos luchadores sociales, Guillermo y Roberto, que contribuyeron con su praxis desde la UNTS y la UES, y hoy lo hacen desde la teoría a la derrota de la dictadura militar y a la conquista del actual proceso democrático…”

Por su parte, Roberto Pineda en su exposición se remontó hasta la época de la conquista “en la cual los jefes militares invasores recibieron “encomiendas” de indios, los cuales tributaban productos agrícolas, y en la región de Sonsonate, en Izalco entregaban tributos de cacao y de bálsamo, mediante los cuales nos incorporamos al mercado internacional.”

Agregó que “después de la resistencia militar indígena es en esos cacahuatales y balsamares, en los maizales y frijolares de las comunidades, donde se fueron creando las semillas, las raíces, las bases de las futuras luchas populares y donde surgen las organizaciones de los oprimidos, de los explotados…”

Concluyó que “a lo largo de nuestra historia el hilo conductor es la resistencia y la lucha popular, eso es lo que nos identifica y nos afirma como sector popular opuesto a los imperios y a los sectores dominantes. Y ese hilo conductor atraviesa ríos y montañas, cacahuatales y obrajes añileros, fincas cafetaleras, plantaciones de caña y algodonales, talleres artesanales y fábricas industriales, escuelas y mercados, cuarteles y campamentos guerrilleros, plazas y hospitales, porque donde hay opresión, hay resistencia.”

1930-1980: el 50 aniversario del Partido Comunista de El Salvador

1930-1980: el 50 aniversario del Partido Comunista de El Salvador

Las celebraciones del 50 Aniversario del Partido Comunista de El Salvador transcurrieron en la cresta de una ola revolucionaria muy parecida a la de enero de 1932. Se había configurado una situación revolucionaria en la que los de arriba ya no podían seguir dominando como lo habían venido haciendo hasta ahora y los de abajo, organizados y combativos, rechazaban con mucha energía esa dominación.

Las clases dominantes propugnaban por realizar a principios de los años ochenta, una brutal masacre estilo 1932 que alejara de nuevo por décadas el peligro de una revolución y lo intentaron mediante asesinatos, desapariciones, una feroz represión, pero fracasaron. Por su parte, los Estados Unidos se orientaron por insertar un componente de reformas a la estrategia contrainsurgente de matanza, para arrebatarle banderas a la izquierda, y también fracasaron.

Ni reformas ni represión lograron en esta ocasión detener o mediatizar al movimiento revolucionario, que por su parte, unificó sus fuerzas dispersas por una década y pacientemente logró la construcción al norte del país (Chalatenango, Guazapa, Morazán) de un invencible ejército popular así como de territorios bajo control guerrillero. Los insurgentes del FMLN no fueron fusilados como ocurriera en 1932 y sus principales dirigentes a partir de 1994 se convirtieron en alcaldes, diputados, magistrados, empresarios, ministros e incluso en 2014 presidente del país.

Y aunque finalmente las fuerzas revolucionarias de principios de los años ochenta no lograron apoderarse del poder del estado y obtener la victoria popular soñada, tampoco pudieron ser destruidas y lo que se impuso fue una década de Guerra Popular Revolucionaria, la cual concluyó con unos Acuerdos de Paz en 1992, que modificaron profundamente el sistema político del país, sacando al ejército del escenario institucional, aunque dejando intacto el sistema capitalista de producción y distribución económica y la dependencia hacia el imperio.

Han pasado dos décadas desde los Acuerdos de Paz. Las clases dominantes confiaban y esperaban que a partir de 1992 en el marco de un régimen democrático, y mediante elecciones pudiera reducir las fuerzas de izquierda a un movimiento simbólico y sonoro, pero inofensivo. Y no obstante que como ARENA lograron afianzarse del gobierno durante veinte años, en 2009 perdieron el ejecutivo, y lo volvieron a perder en el 2014. Y el FMLN se estableció legalmente en cada uno de los 262 municipios del país y en la diáspora. Y es hoy una fuerza política, social, y económica poderosa. Y puede también a futuro convertirse en una fuerza cultural, ideológica.

A continuación y en el marco de esta historia de las ideas políticas que estamos realizando, al explorar una parte de la visión marxista, describimos la visión de los comunistas salvadoreños en ese lejano marzo de 1980, cuando nadie se imaginaba ni en la derecha ni en la izquierda, que venía una larga guerra de doce años y mucho menos se imaginaba que iba a ser resuelta mediante el diálogo y la negociación. Cosas veredes, amigo Sancho.

Manifiesto del Partido Comunista de El Salvador en Ocasión del 50 Aniversario de su Fundación

La fundación del PCS en 1930 considera este manifiesto “obedeció a la necesidad histórica del proletariado salvadoreño de tener su propio partido de clase que dirigiera y orientara a las masas trabajadoras, de la ciudad y del campo, hacia la conquista de sus más sentidas y acuciantes reivindicaciones económico-sociales, políticas y culturales, hacia la conquista de una democracia verdadera, la emancipación del dominio imperialista sobre nuestra patria y el logro de nuestra verdadera independencia nacional, hacia la liberación social, el fin de la explotación del hombre por el hombre.”

Reconoce que el PCS “nació hace medio siglo en la clandestinidad y desde entonces ha venido en esa situación. El carácter revolucionario de nuestro Partido ha sido la causa fundamental de su existencia clandestina, que le ha sido impuesta por la persecución y represión en su contra, de los gobiernos que se han sucedido a lo largo de ese tiempo.”

Considera que “fue fundado hace 50 AÑOS para cumplir su papel de vanguardia organizada y revolucionaria del proletariado, para conducir al pueblo salvadoreño hacia la conquista de un futuro sin explotadores ni explotados, sin clases sociales, en que el trabajo será la fuente de la prosperidad y la felicidad de todos y no de la riqueza y el poder de unos pocos, que condenan a la miseria y el atraso a la mayoría trabajadora y le imponen sus designios a sangre y fuego, como hoy.”

“Nuestro Partido, recién nacido, con escasa experiencia, a pesar de las condiciones adversas para la insurrección, para cuyo estallido jugó un papel apremiante la desesperación de las masas provocadas deliberadamente por el gobierno y las clases dominantes, cumplió con su deber histórico de no abandonar a los trabajadores a su propia suerte y se decidió, en cambio, a encabezar aquella insurrección indetenible y a luchar hasta las últimas consecuencias.”

Estima que “a pesar que nuestro Partido fue golpeado dura y sangrientamente en 1932, reduciéndolo casi a la nada, logró recuperarse paso a paso, gracias a una heroica y tesonera labor de unos pocos camaradas, realizada en condiciones extremadamente difíciles, hasta situarse como una de las principales organizaciones protagonistas de la historia político-social de El Salvador.”

Subraya que “en todos los acontecimientos políticos relevantes en la historia de nuestro pueblo, de 1930 a la fecha, el PCS ha jugado un papel destacado como genuina organización revolucionaria del proletariado salvadoreño: Desde antes del surgimiento del Partido y, con mucha mayor fuerza y eficacia desde su nacimiento, los comunistas fueron los incansables encausadores y organizadores del movimiento obrero y campesino de los años veinte, que tuvieron su máxima expresión en la gloriosa Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños…”

Precisa que “las experiencias positivas y negativas, los aciertos y errores del PCS forman fundamento y parte inapreciable de la riqueza práctico-teórica del movimiento revolucionario y democrático de nuestro pueblo, inspiran y orientan el diario quehacer revolucionario del propio PCS. Somos un Partido maduro no por el mero hecho de haber vivido medio siglo, sino porque desde hace tiempo poseemos una clara visión de nuestra realidad y una línea política general correcta, basada en nuestra multifacética e intensa experiencia.”

Recuerda que “durante 40 años de su vida, el PCS fue un abanderado luchador solitario de las ideas marxistas leninistas, de la causa obrera, del anti-imperialismo, de la democracia popular y el socialismo. El trabajo del PCS abrió espacios a nuevos sectores democráticos y revolucionarios con la difusión de las ideas de vanguardia, con la formación de incontables cuadros, con la educación política de grandes masas y con su ejemplo de luchador inclaudicable.”

Explica autocriticamente que “la aparición de nuevas organizaciones revolucionarias vino ligada por años a un proceso de división de la izquierda. El PCS reconoce que no estuvo en aquel momento a la altura que las exigencias revolucionarias demandaban y no pudo encausar adecuadamente tales inquietudes. Ciertos errores ideológico-políticos y debilidades para la aplicación correcta de su línea política en los últimos años de la década de los sesenta, condujeron a la dispersión ideológica y a que las otras organizaciones revolucionarias surgieran procurando negar al PCS.”

Analiza que “el surgimiento de tales organizaciones, a pesar de sus errores, imprimió dinamismo al quehacer revolucionario, estimulado por la emulación, y le permitió alcanzar el dominio de nuevas y superiores formas de organización y acción, especialmente de la lucha armada.”

Agrega que “el esfuerzo por cohesionar a la vanguardia dispersa se convirtió para el PCS poco tiempo después, pero especialmente a partir de 1976, en una tarea primordial de orden estratégico. La unidad de las fuerzas revolucionarias ha comenzado a lograrse desde los acuerdos alcanzados en diciembre de 1979, los cuales no hubieran sido posibles exclusivamente por nuestra disposición unitaria, sin los esfuerzos y disposición que en ellos pusieron las FPL y la RN, que habían llegado a la misma conclusión de que la unidad de las fuerzas revolucionarias es una necesidad estratégica.”

Por otra parte “el PCS inclina su roja bandera en señal de admiración, reconocimiento y gratitud ante la memoria de los miles de mártires y héroes de la lucha de nuestro pueblo por su liberación, militante de todas las organizaciones revolucionarias y democráticas, durante los últimos 50 años. José Dimas Alas, Felipe Peña, Lil Milagro Ramírez, Carlos Mauricio Arias, Leonel Arevalo, Rafael Arce Zablah, Manuel Castillo, Sacerdotes Rutilio Grande y Alfonso Navarro, Capitán Máximo Morelli, Fernando Martín Espinoza, Mario Zamora Rivas.”

“El PCS saluda de todo corazón a las organizaciones revolucionarias hermanas, las FPL y la RN; en conjunto con ellas hemos puesto en marcha el proceso que unirá a todo el pueblo y lo conducirá a la victoria definitiva. Saludamos a las demás organizaciones revolucionarias que habrán de integrarse a esta unidad invencible, para encabezar la revolución., ERP y PRTC. A todos ellos decimos: ¡El enemigo jamás debe volver a encontrarnos divididos!”

Establece que “ya no puede caber duda…que la paz solo puede alcanzarse por medio de la lucha armada, conquistando el poder, destruyendo la maquinaria sanguinaria y perversa de la dictadura militar, y creando un Gobierno democrático revolucionario que garantice la libertad para el pueblo hoy reprimido, que realice los profundos cambios estructurales…”

Se plantea como tareas decisivas las de “unir más y más las fuerzas revolucionarias, forjar el más amplio frente unido de estas con las demás fuerzas democráticas, empuñar las armas revolucionarias con firme decisión, disponerse a resistir incluso la agresión militar del imperialismo, prepararse seriamente a realizar la gran ofensiva final por nuestra liberación y realizar un gran trabajo por ganar una inmensa solidaridad internacional con nuestra causa…”

Finalmente saluda “al gran partido de Lenin, al PCUS, al Partido Comunista de Cuba, a los partidos Comunistas de Centro América y a todos los partidos integrantes del Movimiento Comunista Internacional…que aportan con su solidaridad a la causa de nuestro pueblo.”

PCS condena asesinato de Monseñor Romero. 24 de marzo de 1980

“Con este malvado crimen- expresan los comunistas salvadoreños- los fascistas y sus amos oligarcas han querido silenciar la más clara, alta y valiente vos de Iglesia comprometida con su pueblo; han pretendido atemorizar a todas las fuerzas y personas que luchan por el respeto a la dignidad y los derechos humanos y privar al pueblo salvadoreño de un auténtico líder.”

Considera que “los autores intelectuales y materiales de este abominable crímen … creen que con la muerte de Monseñor Romero se detendrá la lucha popular y podrán ellos seguir explotando y oprimiendo a nuestra patria, como lo han venido haciendo durante toda su historia.”

“El PCS, al condenar con la mayor indignación y energía el asesinato de Monseñor Romero, expresa su solidaridad al clero católico progresista y en este momento difícil acompaña en su dolor al pueblo salvadoreño el cual responderá sin duda aumentando su lucha y reafirmando su decisión de alcanzar su liberación plena, derrocando al feroz dictadura reaccionaria y constituyendo su propio Gobierno Democrático Revolucionario.”

Expresa que “Monseñor Oscar Arnulfo Romero, fiel a los principios religiosos de una Iglesia comprometida con el pueblo, lo mismo que al surgir hace dos mil años de las filas de los pobres y en contra de la dominación esclavista, fue calumniado, amenazado y por último asesinado por los enemigos de siempre del pueblo salvadoreño, hoy fascistas, oligarcas y agentes del imperialismo yanqui.”

Compara que “el compromiso popular de Monseñor Romero, ganó el corazón de nuestro pueblo, de un modo comparable a la devoción que las masas henchidas de patriotismo profesaron hacia el padre José Matías delgado, prócer de la independencia y forjador del indomable espíritu de resistencia frente a la invasión militar extranjera del llamado Imperio mexicano de Iturbide.”

Concluye diciendo que “Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, vivió sus cortos años de Arzobispo junto a su pueblo, lucho con él y por él ofrendo su vida. Su sacrificio no será en vano, el pueblo salvadoreño no será derrotado, acrecentará aún más su lucha y su decisión de combatir hasta vencer.¡¡ Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, hasta la victoria siempre!!”

Fui del PCS en 1964…Entrevista con Alfredo Acosta

SAN SALVADOR, 25 de octubre de 2014 (SIEP) “Solo quedan dos personas vivas de la antigua Comisión Nacional de Organización del Partido Comunista, que funcionó en los años sesenta…” nos comparte el revolucionario salvadoreño Alfredo Acosta, de 86 años.

“En el año 64 fuimos con Rafael Aguiñada Carranza, que usaba el pseudónimo de Mateo y formaba parte de la Comisión Nacional de Organización, CNO, a un curso de estudios políticos en la URSS y regresamos el año siguiente, en 1965. Estando allá llega la noticia que Mateo había sido incorporado como suplente al comité central. Al regresar me fui para Santa Ana y luego fui también incorporado como suplente del comité central. En 1967 Mateo es elevado a propietario del comité central. Y después de la campaña de Fabio en el 67 asume la conducción de la CNO.”

En Santa Ana yo era el secretario general del Comité Departamental. Solo existía en Santa Ana, ya que no había en esa época ni en Ahuachapan ni en Sonsonate. En este CD de Santa Ana también participaba Mario Rivera, Santos Medardo Villeda, que por cierto falleció recientemente, Ricardo Rivera, conocido como El Españolito, que es capturado y asesinado ya durante la guerra al ir camino a San Vicente. Su esposa y su hijo son capturados y desaparecidos en 1980 cuando le caen a la casa de Toni Handal, el hermano de Schafik. Solo ha quedado su hija, Ana María. También estaba Mariano Carranza, que era ladrillero y trabajaba en la misma fábrica que Víctor Rivera.

En 1969 llego la directriz de la dirección del Partido que debía de trasladarme a San Salvador. Fue todo un debate ya que mis compañeros del CD se oponían a este traslado. La dirección mando a Blas Escamilla, que era del CC, para que llegara a explicar las razones y pasamos toda una noche discutiendo, hasta que al final se decidió acatar la decisión. Al irme asume la dirección del CD el profesor Orlando Guerrero Chamul, dirigente de ANDES 21 de Junio, que es asesinado en 1980.”

En San Salvador

Al llegar a San Salvador en 1969 me integran al trabajo de la CNO. Asumo la responsabilidad de atender políticamente al occidente del país, Santa Ana, Ahuachapan y Sonsonate. En Ahuachapan había una célula y el contacto era el Profesor Preza. En Sonsonate había más trabajo, estaba Ricardo Erazo, del sindicato de la electricidad, Carlos “El Quemado” Castro, que tenía un taller de muebles de mimbre; David Pereira, que era el responsable y que después se incorporó a la CNO; Adán Rosales, que era de Metalío y pertenecía a la Comisión Campesina; Roberto Manchan; Bartolo, que había sido antes del CC, era de origen indígena, había participado en el levantamiento del 32, y vivía en un ranchito a la orilla del río de Caluco.

En el VI Congreso de 1970, Rafael Aguiñada (Mateo) David Pereira (Pedro) Héctor Acevedo (Octavio) y mi persona (Milton o Nery) somos electos para integrar el Comité Central. Daniel Castaneda (Pío) sale del comité central pero se queda en la CNO. Los cinco pasamos a integrar la CNO. También estaba Víctor Bonilla, “El Niño” que era de la CNO y además de la Comisión Militar. Estaba Raúl Granillo, que era de Usulutan. Incluso a mediados de los setenta, se integra Jorge Molina, Candelita, en representación de la Juventud Comunista, (JC) y pasa a formar parte de la CNO. Y entonces Peter, como le decíamos a Pedro, pasa a atender Sonsonate. Pero luego tanto Pedro como Octavio salen a estudiar a la URSS.

En septiembre de 1975, luego del asesinato de Mateo paso a ser el responsable de la CNO, y en el 76 soy electo como secretario general de la Directiva Suprema del partido UDN. Pasó a sustituir a Octavio Velasco, que estaba casado con una chilena y fue simpatizante del Partido, posteriormente fui sustituido en este cargo por Mario Aguiñada. El presidente del UDN era Mario Inclan, el síndico era Dagoberto Gutiérrez, otro directivo era Raúl Vargas “El Bachi” y un compañero de apellido Prieto.

En 1977 soy capturado por la Policía Nacional y se me trata de involucrar con la muerte del canciller Borgonovo. Me mantienen 52 días secuestrado, torturándome brutalmente. Niegan mi captura y soy liberado hasta el 1 de julio de ese año, cuando asume la presidencia el General Romero. En términos generales, durante mi militancia en el PCS sobreviví a cinco capturas.

En el VII Congreso en abril de 1979 soy ratificado como responsable de la CNO. Fíjate que ya a finales del 80 como resultado del viraje a la lucha armada, la CNO dejó de funcionar y la mayoría de decisiones eran militares, en función de la guerra. En los primeros años de los ochenta, la mayoría de la CP salió, únicamente nos quedamos Eduardo, Hugo, El Bachi y mi persona.

El 8 de junio de 1983 fui de nuevo capturado por la Policía Nacional. Y con casi toda mi familia, incluyendo mi mujer y un hijo y su esposa. Nos mantuvieron en una cárcel clandestina a la que se entraba por un gran portón negro. Cuando llegue me sorprendió que alguien me saludo con mucha confianza: Hola Nery, dos años de no verte… Estuvimos de nuevo secuestrados. Ponían la música a todo volumen para que no se oyeran nuestros gritos de dolor por las torturas.

Pasamos así una semana, luego nos pasaron a los hombres a Mariona y a las mujeres a cárcel de Mujeres. En Mariona me encontré con antiguos amigos: Carlos Ruiz, “El Diablito” y Carlos Castaneda, “El Viga” actual vicecanciller. Lucio ya había salido. Estuve seis meses preso y luego me decretaron la orden de libertad. A principios del año 84 me encontraba ya en Managua, Nicaragua, con nuevas responsabilidades partidarias…