¡Luis Alfonso, Presente, Ahora y Siempre!

SAN SALVADOR; 16 de agosto de 2007 (SIEP) “Denunciamos enérgicamente este nuevo crimen contra nuestras iglesias, el asesinato de Luís Alfonso Luna, dirigente juvenil de las Comunidades de Fe y Vida (COFEVI) señaló el rev. Roberto Pineda, durante la vela del joven.

Luís Alfonso Luna, de 24 años, fue acribillado a balazos esta mañana cerca del externado San José cuando conducía un bus de la ruta 11. Los asesinos, que se conducían en una motocicleta le dispararon sin mediar palabra y se dieron a la fuga.

“Exigimos juicio y castigo a los responsables de este nuevo asesinato, se esta persiguiendo ala Iglesia que se identifica con su pueblo, a la Iglesia de Monseñor Romero, a la Iglesia que denuncia el pecado del egoísmo en nuestro país…”

“”Exigimos que se realice una exhaustiva investigación de este asesinato y se castigue a los responsables. No es casual que este día se reformó el Código Penal elevando a 8 años las penas por protestar en la vía pública y este día se asesina a Luís Alfonso, es un mensaje que nos están enviando…”

“De la misma forma que lo hacía Monseñor Romero, como Iglesia recogemos a nuestros muertos y proclamamos el mensaje de Cristo de luchar por la justicia…Luís Alfonso, presente, ahora y siempre” concluyo el pastor luterano.

Celebran en Ayutuxtepeque cumpleaños 81 de Fidel

AYUTUXTEPEQUE, 13 de agosto de 2007 (SIEP) “Saludamos a Fidel en su cumpleaños 81, saludamos al pueblo cubano, saludamos a la revolución, tenemos siete jóvenes becados en Cuba preparándose para ser médicos…”dijo esta tarde el Alcalde de este municipio, Lic. Humberto Carrillo.

La Asociación de Familias Unidas para el Desarrollo Científico (AFUDESES), que tienen hijos e hijas estudiando en Cuba en la Universidad Latinoamericana de Medicina, junto con la Alcaldía organizó esta actividad.

La Sra. Rosa Miriam de Quijano, directiva de AFEDESES pidió que “el Padre eterno bendiga y proteja muchos años más a nuestro querido Fidel, para que siga ayudándonos, para que siga al frente de esa gloriosa y heroica revolución…”

El Rev. Ricardo Cornejo, de la Iglesia Luterana Popular dio “gracias a Dios por habernos dado lideres de la talla de nuestro hermano Fidel Castro, de Schafik Handal, de Monseñor Romero. A Fidel la CIA lo ha querido asesinar, pero Fidel vive, se recupera y vivirá siempre en el corazón del pueblo cubano y del pueblo salvadoreño.”

En la actividad estuvieron presentes representantes de AFUDESES de Soyapango, San Salvador, Cuscatancingo y Mejicanos, Sra. María Isabel de García,Dr. Vladimir Chanchan, la Licda. Mireya Orellana, el concejal Ricardo Gonzalez.

Programa Agrario del Partido Comunista de El Salvador (marzo de 1964, primera parte)

EL PROGRAMA AGRARIO DEL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR P C S

Aprobado en el V Congreso del P. C. S.

Celebrado en MARZO de 1964

El nuestro es un país agrario, semi-feudal, semi-colonial y en desarrollo capitalista deformado. Las transformaciones de mayor envergadura a que dará origen nuestra revolución serán por eso las de la Reforma Agraria. Del acierto de ella dependerá, en grado decisivo, la correcta solución de los problemas de nuestro desarrollo social en conjunto, el acierto de todo el Programa de la Revolución en la presente etapa.

Qué se necesita para que el Programa Agrario de nuestro Partido sea acertado? Lo que se necesita para eso es que se funde en el conocimiento de nuestro problema agrario y tome en cuenta, además de la riquísima experiencia internacional, los rasgos peculiares conformados en el proceso histórico nacional. Por eso, antes de presentar el programa agrario del Partido, estudiaremos nuestro problema agrario.

El territorio agrícola y su conformación.

Según el censo Agropecuario de 1961, la superficie ocupada por las 222.289 explotaciones agrícolas por él registradas es de 2.229.999 manzanas (41.637 manzanas superior al dato arrojado por el Censo de 1950) Este es el territorio agrícola de nuestro país. Comparado con el territorio total que mide 2.860.000 manzanas (equivalente a 20,000 Kilómetros cuadrados), resulta una diferencia de 630,000 manzanas que es la superficie que se supone ocupada por las ciudades, pueblos y villas, por los ríos, lagos, vías férreas, carreteras, cráteres volcánicos, etc. Con todo, esta superficie no agrícola resulta abultada. La causa de tal exageración esta en que los terratenientes, en especial los grandes, ocultan siempre en sus declaraciones el tamaño real de sus propiedades, proporcionando cifras disminuidas. La consecuencia es que la parte ocupada por el conjunto de las explotaciones agrícolas resulta inferior a la real y mayor la parte no agrícola. Por esta razón, pese a que las ciudades y carreteras experimentaron un considerable aumento en los once años transcurridos entre ambos censos, la superficie agrícola aparece mayor en 1961 e inferior la ocupada por las ciudades, carreteras, vías férreas, etc. Con toda seguridad puede afirmarse que tampoco los datos del último censo son exactos a este respecto y que continúa oculta una parte de las extensiones de propiedad de los grandes terratenientes.

Sin embargo, tomados en general, los datos de estos censos son suficientemente concluyentes como para hacer un estudio acertado del problema agrario.

En el territorio nacional pueden distinguirse tres fajas horizontales y casi paralelas, que presentan un distinto relieve, un clima diverso y una distinta calidad de los suelos.

a) La faja costera, de clima cálido, tiene un ancho de unos treinta kilómetros en sus puntos de mayor ensanche y esta formada en gran medida por amplias planicies de tierra fértil de origen aluvial. Hasta hace pocas décadas estaba en su mayor parte cubierta por bosques espesos y carecía casi por completo de vías de comunicación. En la parte centro oriental de esta faja, se ah desarrollado el cultivo del algodón, con gran impulso desde 1945, y en los últimos años ha sido cruzada por una moderna carretera (la carretera del Litoral) y muchos caminos de alimentación.

b) La faja central, de clima templado, tierra fértil de origen volcánico y de reciente formación. En ella se combinan las alturas los picachos fríos y los valles superiores de clima más bien caliente. Es el asiento de la parte principal de nuestra agricultura, en primer lugar del café. Gran parte de la producción cerealera procede también de esta faja. Es la zona de mayor concentración de la población y de más abundantes vías de comunicación.

c) La faja norte, con una amplia variedad de climas, es montañosa y en gran parte erosionada. Allí se registran desde los climas más fríos de nuestro país, hasta los calientes de los valles bajos. En ella se encuentran una parte importante de las reservas forestales y durante el siglo pasado fue el asiento principal de las plantaciones de jiquilite (de cuyas hojas se extraía el añil). El cultivo añilero realizado irracionalmente, expuso las tierras a la erosión. En a actualidad gran parte de esa faja esta cubierta por los llamados “pastos naturales.” Esta es la parte peor dotada de vías de comunicación y la más atrasada en todos los sentidos.

Lo principal de nuestra agricultura se encuentra actualmente concentrado en las fajas central y costera, como resultado del proceso histórico nacional. (Ver Anexo No. 1).

Puede decirse que la faja central es la zona del café y la costera la del algodón. En ambas se asienta la producción de cereales y caña de azúcar. La faja norte es ahora la más atrasada y menos fértil y allí se asienta principalmente la ganadería de los llamados pastos naturales, que es una ganadería de engorde de hatos importados de Honduras para su exportación posterior a Guatemala.

2. El aprovechamiento de la tierra, la tierra cultivada y la inculta

El territorio agrícola de nuestro país se encuentra pésimamente aprovechado. Más de la mitad no se cultiva y la parte cultivada se haya en un nivel muy atrasado de desarrollo, excepción hecha de los cultivos destinados a la exportación.

El Censo de 1961 clasificó el territorio agrícola, desde el punto de vista de su aprovechamiento en los seis renglones siguientes: “Tierra de labranza” “Cultivo permanente” “Pastos sembrados” “Pastos naturales” “Montes y bosques” y “Otras tierras.” El contenido de estos renglones para las autoridades estadisticas, según sus pablaras textuales en el «avance del Segundo Censo Agropecuario 1961´´, es el que sigue:

TIERRAS DE LABRANZA:” La constituía los terrenos ocupados con cultivos abiertos, anuales en su mayoría, y que generalmente se cultivan por medio de araduras. También se considero “tierra de labranza” la superficie que permaneció en descanso (no cultivada) durante un periodo menor de cinco años”.

Ejemplos de cultivos propios de estas tierras son el maíz, el maicillo, la caña de azúcar, el algodón, etc.

CULTIVO PERMANENTE:” Se consideran aquellos con proceso vegetativo mayor de un año, como el café, cacao, frutales, etc.

PASTOS SEMBRADOS:” Las superficies cultivadas con el objeto de alimentar al ganado o producir zacate de corte (incluyo las “huateras”)

PASTOS NATURALES:”este rubro incluyo las superficies cubiertas de gránales y demás extensiones dedicadas al pastoreo y que no han sido sembradas ni cultivadas.

MONTES Y BOSQUES:” incluye las arboledas y “chárrales” naturales o plantados, explotables para leña, madera de construcción t ebanistería, o cualquier otro producto forestal incluyendo “árboles de sombra” de cafetales, cacaotales, etc.

OTRAS TIERRAS:” así se definieron las extensiones que, dentro de cada explotación, eran ocupadas por edificios, instalaciones, caminos, ríos, lagos, pantanos, lava, etc. o las que por mala calidad de los suelos no eran cultivadas, ejemplo: parcelanas excesivamente rocosas”.

Claramente se comprende que los primeros tres renglones constituyen la superficie cultivada y que los otros tres forman la parte inculta. Las cifras arrojadas por el censo para cada uno son estas:

Total……………………………..2.229.999 manzanas…………………………..100%

Tierra cultivada

Tierra de labranza……….. 697.252 manzanas………………………….31.3%

Cultivo permanente…….. 228.774 manzanas………………………….10.3 %

Pastos sembrados……….. 144.424 manzanas…………………………..5 %

Total de Tierra Cultivada 1.070.450 manzanas………………………….48.1%

Tierra No Cultivada

Pastos naturales………….. 719.376 manzanas…………………………..32.2%

Montes y bosques………. 323.587 manzanas…………………………14.5%

Otras tierras……………….. 116.586 manzanas………………………….5.2%

Total de Tierra no Cultivada 1.1589.549 manzanas…………………………51.9%

En comparación con las cifras el censo de 1950 la variación es insignificante:

1950 1961

TIERRA CULTIVADA 46.99% 48.1%

TIERRA NO CULTIVADA 53.01% 51.9%

Las modificaciones más importantes ocurridas entre ambos censos son:

a) El aumento en 138.038 manzanas de la ”Tierra de Labranza” dentro del cual fue el algodón el que registró un mayor crecimiento proporcional de su área de cultivo, con 39.848 manzanas por encima de 1950 (152.5% más que ese año)

b) La reducción de 105.656 manzanas en las tierras dedicadas a los “Pastos sembrados”· (42.2 % menos que en 1950).

c) La superficie cubierta por “pastos naturales”· apenas sufrió una disminución de 37.790 manzanas (un 5% menos con respecto a 1950).

La cifras del aumento en las “Tierras de labranza” y de la reducción en los pastos sembrados y naturales, indican que el cr4ecimiento de la primera se realizó principalmente a costa de los pastos sembrados; es decir de lo mejor de nuestra ganadería, sumiendo más a esta en la crisis en que se halla desde hace muchos años. Este es sin duda uno de los efectos más dañinos del monocultivo en nuestro país, fenómeno que explicaremos más adelante.

d) El crecimiento en 29.707 manzanas de los “Bosques y Montes.”No se trata de un autentico crecimiento de nuestras reservas forestales que es solo posible mediante una sistemática política de replantación y plantación de árboles, que no existe en nuestro país, sino del “encharralamiento” de nuevas extensiones antes dedicadas a otros cultivos y ahora abandonadas. Esto es también un efecto del deformado y unilateral proceso de desarrollo de nuestra agricultura, al que nos referiremos después.

Las cifras del censo de 1961 indican que más de la mitad del territorio agrícola, nada menos 1.159.549 manzanas (el 51.9%) se encuentra fuera de cultivo en nuestro pequeño y densamente poblado país (125 habitantes por kilómetro cuadrado-censo de 1961) Y esta no es toda la verdad. La parte no cultivada es todavía mayor en los hechos., puesto que habría que agregarle una porción de los “pastos sembrados” que son vastos terrenos en cuya mayoría solamente de tarde en arde se aplica el trabajo del hombre. Grandes haciendas ganaderas de pésimo rendimiento funcionan en nuestro país con veinte o treinta trabajadores, casi todos en la condición de colonos o mozo-colonos pagados miserablemente. Así considerada la situación, la parte no cultivada se eleva a 1.303.973 manzanas (el 57.14%) del total). De este modo es que los organismos internacionales entienden la tierra inculta en El Salvador.

A tenor de estos datos, solamente contamos en El Salvador con 0.37 de manzanas de tierra cultivada por cada habitante. En comparación con el resto de Centroamérica, somos el país que cultiva menos tierra por habitante y el que tiene el área cultivada menor, sólo superior a Costa Rica (ver cuadro en el anexo No. 2).

Cifras del Monopolio sobre la tierra en nuestro país.

Los rasgos característicos de nuestra agricultura dependen en grande decisivo de como se encuentra repartida la tierra. En una agricultura basada sobre la propiedad privada sobre la tierra, no son los intereses de la comunidad sino los intereses de los terratenientes los que determinan el rumbo que la producción ha de tomar. El régimen de propiedad sobre la tierra determina el rumbo que la producción ha de tomar. El régimen de propiedad sobre la tierra determina también la situación social de las masas rurales.

Por todo esto, en el estudio de nuestro problema agrario juega un papel central el conocimiento d las cifras del monopolio de la tierra.

Veamos esas cifras en el censo de 1961:

TAMAÑO NUMERO PORCENTAJE SUPERFICIE PORCENTAJE

DE LAS DE EXP. RESPECTO AL EN RESPECTO AL

EXPLOTACIONES TOTAL DE MANZANAS TERRITORIO

EXP. AGRICOLA

Hasta 4.28 mna. 175.615 78.30 245.863.87 11.03

De 4.29 a 14.29 29.106 12.98 230.502.51 10.34

De 14.30 a 28.59 8.665 3.86 188.336.43 8.22

De 28.60 a 71.49 6.454 2.88 300.790.47 13.49

De 71.50 a 142.99 2.391 1.07 237.770.32 10.66

De más de 143 mna. 2.058 0.92 1, 031,735.69 46.27

TOTALES 224.289 100 2, 229,999.29 100

(Ver en anexo No. 2 el cuadro comparativo de las cifras del monopolio de la tierra en 1950 y 1961).

Para el censo Agropecuario, “unidad de explotación”, según las palabras textuales tomadas del “Avance del Segundo censo agropecuario 1961”, es “todo terreno utilizado, total o parcialmente, para la producción agropecuaria por una solo persona (productor o con la ayuda de otros, sin consideración de título o tamaño.” “La unidad de explotación puede constar de uno o más lotes o parcelas siempre que estén ubicadas en el mismo municipio y que en conjunto están bajo una misma administración. Sin embargo puede darse el caso de que una unidad de explotación este comprendida entre dos o más municipios limítrofes.” El censo clasificó las “explotaciones” en 14 tamaños, “pero nosotros los hemos agrupado en seis para facilitar la comprensión.”

En este cuadro puede verse que mientras 175.615 explotaciones menores de 4.28 manzanas (el 78.30 % de todas las explotaciones)., abarcan solamente 245.863 manzanas; 2,058 grandes explotaciones mayores de 143 manzanas (apenas el 0.92 % de todas) comprenden 1.031.735 manzanas (el 46.27 % de la tierra), casi la mitad del territorio agrícola.

Con todo y que esas cifras revelan una extremada concentración de la tierra, no muestran toda la verdad. En primer lugar, las2.058 explotaciones mayores de 143 manzanas, pertenecen a un número mucho menor de terratenientes. Entre los grandes terratenientes es frecuente el caso de que cada uno posea dos, tres o más haciendas en distintos municipios y departamentos. Por eso, podemos afirmar que los dueños de esas 2.058 explotaciones no llegan a mil. En segundo lugar, los dueños de esas explotaciones de más de 143 manzanas son al mismo tiempo y en su mayor parte, propietarios de explotaciones menores. Hasta cuentan con parcela de las más pequeñas. Hay que tomaren cuenta que la inmensa mayoría de las fincas cafetaleras son de un tamaño inferior a 143 manzanas y que de ellas los grandes terratenientes poseen en algunos casos hasta decenas (de 36.035 explotaciones cafetaleras en 1961, 35.287 eran menores de 143. manzanas.

Habría que considerar también entre el grupito de monopolistas de la tierra acierto tipo de propietarios que, sin poseer ninguna explotación que llegue a 143 manzanas, tienen sin embargo numerosas parcelas, fincas, lotes, etc.; que en conjunto suman cientos o miles de manzanas.

Tomando en cuenta todas esta consideraciones, pese a que el censo no es claro y oculta el número de propietarios así como la cantidad de tierra que cada uno posee, se puede afirmar, sin temor a equivocación, que no más de Mil grandes terratenientes, son dueños de UN MILLON Y MEDIO DE MANZANAS o más, es decir, de las dos terceras partes de nuestro territorio agrícola.

4. La relación entre el monopolio de la tierra, los pastos y la tierra inculta.

Entre el monopolio de la tierra y la superficie inculta existe una estrecha relación en nuestro país. La tierra inculta se encuentra en los latifundios y pertenece al puñado de grandes terratenientes.

De acuerdo a los datos del censo Agropecuario de 1961 de 1.031.735 manzanas que comprenden las explotaciones mayores de 143 manzanas, 652,606 se encuentran sin cultivar. En otras palabras, un promedio del 63% de la tierra de las grandes haciendas no se cultiva. En cambio en las explotaciones menores de 4.28 manzanas, el promedio de tierra cultivada se eleva hasta el 85%.

La superficie no cultivada total, como ya vimos, es de 1.159.549 manzanas y de ellas, 652.606, es decir, el 56% se encuentra en los latifundios.

En general, los datos del censo demuestran que en la medida en que son mayores las explotaciones, es mayor también su parte no cultivada (ver cuadro correspondiente en el anexo No. 2).

Es muy importante hacer notar que entre la tierra inculta y los pastos existe también una estrecha relación. Hay en nuestro país 863.800 manzanas cubiertas de pastos sembrados o naturales. Con este solo dato pudiera creerse que El Salvador es un próspero país ganadero, pero en la realidad ocurre todo lo contrario. La ganadería salvadoreña es primitiva y se encuentra en franco proceso de liquidación. En 1962, el número de cabezas de ganado vacuno era solamente de 671.190 las que repartidas en la superficie cubierta por pastos resultan a menos de una por cada manzana.

La situación d ela ganadería ha venido empeorando. En 1950 el número de cabezas de ganado vacuno era de 890.838, 138,648 más que en 1962. Durante 1963 el proceso de reducción del ganado ah continuado de manera alarmante.

La ganadería es uno de los ejemplos que demuestran más categóricamente lo efectos desastrosos del curso unilateral, monocultivista, que sigue ahora nuestra agricultura.

La superficie cubierta de pastos no es, por tanto, en nuestro país el resultado del crecimiento de la ganadería. Los pastos son únicamente un manto que cubre la tierra inculta. Y así como esta se encuentra en su mayor parte en los latifundios, los pastos tienen en ellos también la mayor superficie. Los datos del último censo demuestran en efecto, que en las explotaciones mayores de 143 manzanas, los pastos ocupan un promedio del 47% de la superficie de cada una. En tanto que en las explotaciones menores de 4.28 manzanas, el promedio cubierto de pastos es solamente del 5%. En general, también la parte cubierta por pastos en cada explotación es mayor en la medida en que es mayor el tamaño de éstas. (Ver el cuadro correspondiente en el anexo No.2)

5. Desarrollo capitalista y remanentes feudales.

A- El desarrollo del capitalismo en nuestra agricultura.

En nuestra agricultura se opera un proceso de desarrollo capitalista que en los últimos años ha tomado u mayor impulso con la ampliación del cultivo algodonero.

Dos son los caminos fundamentales de desarrollo del capitalismo en la agricultura que ha registrado la Historia. Esos caminos son en síntesis los siguientes:

Primero.

Los latifundios feudales se van transformando en grandes empresas capitalistas agrícolas donde predomina le trabajo asalariado, se produce con destino al mercado y se incorporan técnicas e implementos avanzados. Este camino presupone la realización de reformas en el régimen de propiedad, que conducen al despojo de las masas de pequeños propietarios de la tierra y demás medios de producción, los cuales se concentran en poder de los grandes terratenientes. De este modo, los pequeños propietarios (campesinos, pobres y medios) son transformados en trabajadores que solamente poseen su fuerza de trabajo y necesitan venderla para subsistir. En otras palabras, los campesinos son transformados en asalariados libres, en proletarios.

Es propio de este camino el aparecimiento del arriendo capitalista, de la tierra en gran escala. Capitalistas provenientes de la ciudad arriban a la agricultura, invirtiendo sus capitales en la producción de aquellos artículos que cuentan con aceptación en el marcado (interno o exterior) pero como no poseen tierras, las adquieren en arrendamiento de los latifundistas. Así, grandes haciendas donde prevalecían las relaciones de producción y las fuerzas productivas propias del feudalismo, se transforman en empresas capitalistas y los terratenientes se convierten en una clase absolutamente parasitaria, que no contribuye con ninguna cuota de trabajo personal a la producción, ni siquiera en las labores administrativas y de dirección inmediata del trabajo, pero que percibe la renta del suelo extraída a los trabajadores asalariados por la explotación capitalista. De esta manera se crea una situación en la que por el sólo hecho de poseer el monopolio sobre la tierra, la clase de los grandes terratenientes recibe un tributo arrancado a la inmensa mayoría de la sociedad por la explotación asalariada.

Solamente algunos latifundistas se transforman en empresarios capitalistas de la agricultura, convirtiendo ellos mismos sus haciendas feudales en unidades capitalistas de producción. De ese modo obtienen la renta del suelo y además la ganancia normal en la rama de producción de que se trata.

Este proceso de desarrollo capitalista de la agricultura no liquida consecuentemente todas las relaciones feudales de producción. Por el contrario, conserva celosamente todas aquellas que, siendo compatibles con el sistema de salario y con la nueva organización del trabajo, permiten al capitalista una mayor explotación de los trabajadores.

El pago de la renta del suelo a los terratenientes y la supervivencia de remanentes feudales, determinan un bajo nivel de salarios y cierto estancamiento en el progreso de la técnica, especialmente en aquellos casos en que son necesarias fuertes inversiones en la tierra misma ( desecación de tierras pantanosas, regadío, obras del conservación del suelo, etc.) pues los capitalistas arrendatarios se cuidan de no realizarlas en lo ajeno, a sabiendas de que, además, ello conduciría a un aumento del canon de arrendamiento. Se comprende fácilmente que semejante situación determina un uso irracional de la tierra, la imposibilidad de la rotación de cultivos, un rápido empobrecimiento de su fertilidad y un proceso irrefrenable de la erosión.

Segundo

En algunos países, en los que tuvo lugar una revolución burguesa con la activa y directa participación de las masas campesinas y de los trabajadores de la ciudad, el feudalismo fue liquidado consecuentemente. Los latifundios feudales fueron repartidos en parcelas para ser distribuidos a los campesinos, en propiedad o en arrendamiento. El posterior desarrollo del capitalismo en esos países, condujo a un nuevo proceso de concentración de la tierra en pocas manos. El endeudamiento de los campesinos parceleros con los grandes comerciantes, con los prestamistas o bancos, termino haciéndolos perder la tierra. La gran propiedad y el monopolio sobre la tierra resurgieron así sobre una nueva base, en manos de grandes capitalistas, sociedades anónimas, bancos, etc. Pero los remanentes feudales en las relaciones de trabajo, por haber sido liquidadas por la revolución burguesa, no reaparecen, o solamente se conservan en un grado muy pequeño.

En nuestro país el capitalismo en la agricultura se ha venido desarrollando por el camino descrito en primer lugar.

En El Salvador, como en toda la América Latina, las relaciones de salario aparecieron en las ramas de la producción mercantil destinada a la exportación, cuando en ellas llegó a ser incompatible la necesidad de de ampliar el volumen de la producción, determinada por el crecimiento de la demanda en Europa, con la relaciones esclavistas y feudales de trabajo, que le imprimían a este un carácter forzado e impedían la elevación de su productividad. En muchos países latinoamericanos el trabajo asalariado libre, más o menos libre, apareció primero en la minería que en las demás ramas de la producción, porque la minería representaba en ellos la fuente más abundante de productos para la exportación. Pero en nuestro país, sin una minería rica, la producción de materias primas agrícolas para Europa al través de España fue la principal actividad destinada a la exportación. Concretamente fue en la producción de añil donde en El salvador surgieron primero las relaciones de salario, en un principio envueltas en resabios esclavistas.

El cultivo del café, que vino sustituir al del añil a mediados del siglo pasado, se afianzó sobre la base de una completa reforma burguesa del régimen de propiedad sobre la tierra y le imprimió gran impulso al desarrollo del capitalismo en nuestra agricultura.

Tres factores se conjugaron en el inicio del cultivo cafetero para imprimirle un rumbo capitalista:

a) La formación del monopolio privado de la tierra mediante el despojo violento de las Comunidades Indígenas., de los Ejidos y de los pequeños propietarios campesinos. Las leyes de Extinción de Comunidades, de Extinción de Ejidos y de Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas, promulgadas en los años de 1881, 1882 y 1897 respectivamente, vinieron a legalizar el despojo ya realizado de hecho en gran medida y a facilitar el definitivo asalto sobre la tierra por parte de los grandes terratenientes, y, de manera especial, de los altos funcionarios estatales o municipales, que estaban en mejores condiciones para utilizar en su favor la fuerza pública. (Ver Anexo no.1)

b) La formación de una gran masa de trabajadores desposeídos de todo medio de producción, con su fuerza de trabajo para vender por un salario como único medio de subsistencia. Esta masa desposeída fue el resultado inmediato de la formación del monopolio privado sobre la tierra, que ya ha sido descrita. Las plantaciones de café y el beneficiado del mismo pudieron contar de esta manera con mano de obra abundante y barata.

c) La inversión en el cultivo cafetero de importantes capitales monetarios acumulado anteriormente en el cultivo y la exportación de añil que, con la eliminación de los impuestos gravosos y de las trabas para su libre comercio con Europa que la independencia trajo consigo, se convirtió en un negocio muy lucrativo y próspero durante la mayor parte del siglo pasado. Fue precisamente cuando comenzaba a declinar el añil como consecuencia de la producción de colorantes sintéticos en Europa, que se iniciaron los esfuerzos oficiales en El Salvador para arraigar y extender el cultivo del café.

En el cultivo del café fueron invertidos también, capitales procedentes de la malversación de fondos municipales y estatales.

El cultivo del café, por ser de carácter permanente y requerir inversiones considerables en la creación de sus plantaciones, exigía la propiedad privada de la tierra. Quién, en efecto, estaría dispuesto a plantar en tierra ajena los arbustos que producen el grano , a mantenerlos libre de maleza, a podarlos y abonarlos sistemáticamente durante algunos años, en espera de las primeras cosechas raquíticas además, por ser las primeras? Tales inversiones no era posible realizarlas sino en tierra propia. Esta circunstancia impulso decisivamente el proceso de liquidación de las formas colectivas de la propiedad territorial (comunidades y ejidos) y el despojo de los pequeños propietarios individuales, a que nos hemos referido atrás.

La producción de café, sobre la base de la reforma burguesa del régimen de propiedad, se desarrolló hasta convertirse en los últimos años del siglo XIX en el principal renglón de las exportaciones y la principal actividad económica del país. Hasta hace muy pocos años, el café representaba el 80% ya veces el 90% de las exportaciones anuales.

El cultivo, beneficiado y exportación del café han jugado un papel de primer orden en el desarrollo del capitalismo en nuestra agricultura y también en el desarrollo del capitalismo en toda la economía nacional. El trabajo asalariado se convirtió en la forma predominante de las relaciones de producción en esa rama y con ello se extendió la circulación mercantil y se dio fuerte impulso a la formación del mercado nacional, superándose el aislamiento y la dispersión anteriores. El comercio entre el campo y la ciudad se acrecentó; la producción artesana se convirtió por entero en una producción mercantil y se incorporaron otras ramas de la agricultura a este tipo de producción. Las relaciones de salario se generalizaron en la ciudad y se extendieron parcialmente a otros sectores de la producción agropecuaria.

La producción de capital en el negocio cafetalero dio origen ala formación de una rica capa de compradores monopolistas de la cosecha para su exportación. Como una lógica consecuencia de sus negocios, estos exportadores se convirtieron en habilitadores de crédito a los medianos y pequeños finqueros y en grandes importadores de mercancías industriales. Como prestamistas se colocaron en situación de acaparar más tierras arrancadas a los deudores morosos, incrementando así sus ya extensas posesiones territoriales. Grandes capitales fueron acumulados por este pequeño grupo de burgueses, que más tarde invirtieron en la organización del sistema bancario, y de varias compañías aseguradoras. Así pasaron a monopolizar los recursos financieros del país y a invadir otras ramas de la economía.

Se convirtieron gradualmente en empresarios de la industria y dieron origen a sociedades anónimas de diverso género. A este puñado de multimillonarios es al que se le ha dado en llamar los “14 grandes.” Son pues, un reducido grupo de grandes burgueses monopolistas de la tierra, del comercio exterior, de la banca y de la industria.

En los últimos veinte años ha cobrado gran extensión y desarrollo técnico el cultivo del algodón. Este cultivo, cuyo ciclo vegetativo es de un año, no exige la propiedad privada de la tierra como el café. Por tal motivo, aparejado al desarrollo algodonero apareció y se extendió el arrendamiento capitalista de la tierra. El cultivo del algodón es propio de los climas cálidos y de las planicies y en nuestro país tal tipo de tierras se encuentran en la faja costera, que hasta entonces permanecía muy atrasada, sin vías modernas de comunicación, cubierta en gran media por bosques y “charrales”, dedicada en gran parte a la producción de maíz y otros cereales y a la ganadería rudimentaria en grandes latifundios predominantemente feudales en sus relaciones de producción ( colonia y pequeño arrendamiento) y en el nivel de sus fuerzas productivas ( arado de madera, tracción animal, etc.)

Capitales monetarios acumulados en el comercio, en la usura, en la malversación de caudales públicos, en el café o en el ejercicio de algunas profesiones liberales (abogacía, medicina, farmacia, odontología, etc.) afluyeron hacia la faja costera, inicialmente en el oriente del país, para invertirse en el cultivo del algodón, tomando en arrendamiento grandes extensiones a los terratenientes. Una parte de estos también se dedicó por cuenta apropia al cultivo algodonero, pero la mayoría se ha convertido en una clase absolutamente parasitaria. (Ver cuadro sobre el arrendamiento en el Anexo No. 2)

De las 126,000 manzanas sembradas en 1962,64.135 lo fueron por arrendatarios y 5.818 por agricultores mixtos (parte en tierra propia y parte en tierra arrendada). Ese año el número de empresarios algodoneros que arrienda tierra fue asimismo mayor al de los que cultivan tierras propias; 1.542 arrendatarios, 207 mixtos y 1.069 propietarios.

El desarrollo del cultivo algodonero ha sido vertiginoso. Entre 1951-52 y 1961-62 su área sembrada creció de 42,000 a 110,000 manzanas y la producción de 213.500 a 1.300.000 quintales (sin la semilla). El área cultivada para la cosecha 1962-63, fue de 126,000 manzanas.

Para tener una idea más completa de lo que significa la velocidad del crecimiento algodonero, es útil hacer una ligera comparación con el café. El crecimiento del volumen de las exportaciones de café entre 1945 y 1957 fue de una vez y media, en cambio en el algodón se registró un aumento de 42 veces. El valor de esas exportaciones creció en cinco y 55 veces respectivamente durante el mismo periodo. Esto a pesar de que en esos años es cuando se registraran los más altos precios para el café.

El algodón representó en 1962 el 23% del valor de las exportaciones totales del país, después del café que continuó en el primer lugar con el 55%. Sin embargo, en 1953 el algodón representaba solamente el 7% de las exportaciones totales, mientras el café hacía el 85%.

El cultivo algodonero ha significado también un incremento considerable de la técnica y la mecanización agrícola. Según datos de la Dirección General de Economía Agropecuaria (Sección de Previsión de Cosechas) en el algodón se utilizaron en 1962-63 los siguientes promedios de abonos e insecticidas:

ABONOS………………………………..7.81 quintales por manzanas

INSECTICIDAS……………………..en polvo: 0.85 quintales por mna.

líquido: 13.08 galones por mna.

Y según la misma fuente, en el cultivo algodonero se emplearon 1.393 tractores en 1960-61 (965 de llantas y 428 de oruga) es decir, a promedio de un tractor por cada 59 manzanas, lo que representa un nivel bastante elevado de mecanización. Ahora el número de tractores ha aumentado mucho más, aunque no se poseen datos concretos recientes.

El base del crecimiento de su mecanización que incluye no solamente tractores, sino otras maquinas (hasta aviones para el riego de insecticidas) del uso de abonos e insecticidas y del desarrollo técnico en general, la producción por manzana se ha elevado de 6 a 12 quintales de algodón ( sin la semilla) entre los años 1951-52 y 1961-62.

La producción algodonera y su rápida expansión han extendido la proletarización en el campo, acelerando la ruina de los pequeños propietarios y aumentando la concentración de la tierra en pocas manos.

La caña de azúcar, aunque en un grado menor, también ha contribuido al desarrollo del capitalismo en el campo. Desde el bloqueo comercial decretado por los imperialistas yanquis en contra de la Cuba Socialista en 1960, las compras de azúcar de los EEUU se han desplazado a otros países de la América Latina y Asia. Bajo esa influencia la producción azucarera salvadoreña se ha venido ligando más y más a la exportación y, con ello, incrementándose en volumen y productividad. Entre 1958-59y 1961-62, la producción de azúcar aumento de 46,000 a 56,000 toneladas. En los momentos actuales, la gran burguesía en primer lugar los “14 Grandes” se preparan para realizar cuantiosas inversiones en el cultivo de la caña y en al producción de azúcar. Tal proceso proletarizara aún más a las masas rurales y concentrará en mayor medida la propiedad sobre la tierra.

Tanto en el algodón como en la caña, el desarrollo de los cultivos ha producido cambios radicales en la composición de clase de la población rural. Ahora son los asalariados la inmensa mayoría de la población económicamente activa en el campo. Según el censo de Población de 1961, de 485,380 personas que formaban entonces la población económicamente activa en la agricultura, 305.810 eran asalariados y solamente 8.970 eran patronos. 111.530 eran campesinos parcelarios (colonos, propietarios o pequeños arrendatarios) que, por no utilizar mano de obra asalariada o solamente contar con la ayuda de familiares, son llamados en el lenguaje estadístico “trabajadores por cuenta propia”. Los trabajadores familiares que les ayudaban resultaron ser 58.880 (las 190 personas restantes fueron clasificadas en el renglón de “otros.”)

Si se comparan estas cifras con las correspondientes del censo de 1950, saltan a la vista las grandes proporciones que ha tomado en nuestro país el proceso de proletarización de las masas del campo. En efecto, en 1950 los asalariados eran 194.182, en cambio, los campesinos minifundistas (“trabajadores por cuenta propia”) eran 125.487 y los familiares que les ayudaban 75.994.

B. La tierra inculta y el capitalismo en el campo.

La tierra inculta juega un papel concreto en nuestra agricultura; asegura la existencia de una masa abundante de trabajadores carentes de todo medio de producción, en la miseria y dispuestos a vender su fuerza de trabajo por un bajo salario.

Es notoria la tendencia de los latifundistas en El Salvador en el sentido de impedir el cultivo de la tierra por los campesinos. Los grandes finqueros de café y los grandes algodoneros son con frecuencia propietarios de grandes haciendas en regiones no apropiadas para esos cultivos y allí se niegan sistemáticamente a entregar parcelas en colonía o pequeño arrendamiento a los campesinos, más que en una proporción muy reducida. Conscientemente buscan con eso el poder contar con una masa abundante de trabajadores en la miseria, del la cual poder disponer por poco precio en la época de las cosechas del algodón y el café, cuando la demanda de mano de obra crece enormemente hasta absorberla toda.

Los grandes terratenientes que dan sus propiedades en arrendamiento a los capitalistas algodoneros, también cooperan al mismo fin negándose a ceder parcelas en colonía o pequeño arrendamiento en sus tierras no cultivadas. Así contribuyen a la “prosperidad” del cultivo algodonero, prosperidad que lleva envuelta la suya propia.

Esta conducta de los latifundistas no es reciente. En 1827, poco tiempo después de la Independencia de España y de fundada la Republica Federal de Centroamérica, los hacendados interesados en contar con abundante mano de obra asalariada (añileros principalmente) lograron que el gobierno federal promulgara una ley prohibiendo el alquiler de la tierra a cambio de trabajos personales (forma de la colonía) y unos meses más tarde otra ley que obligaba a los “vagos” a trabajar en las haciendas (la ley contra la vagancia)mediante el uso de la fuerza pública. Los “vagos”, desde luego, eran los campesinos que se resistían a dejarse convertir en asalariados.

Si bien es cierto que la colonia ha experimentado aumento entre 1950 y 1961 (Ver cuadro correspondiente en el Anexo No. 2) ello se debe a que los finqueros del café y los hacendados algodoneros acostumbran ceder pequeñas parcelas en número limitado a los trabajadores de carácter permanente que precisan para sus plantaciones, a cambio de trabajo personal o del compromiso de trabajar para ellos aceptando los salarios que fijen o a cambio de un pago de alquiler en especie y en trabajo. En las fincas de café generalmente se trata de insignificantes retazos para edificar ranchos pajizos donde vivir, sin espacio para cultivar. En las algodoneras se ven parcelas más grandes para esos colonos, sembradas generalmente con maíz, frijoles o maicillo. De esta forma los capitalistas cafetaleros y algodoneros se procuran trabajadores permanentes muy baratos y cereales prácticamente gratuitos para cocinar las miserables raciones que dan en parte de pago a los cortadores durante la cosecha. Esta forma de la colonía no esta, pues, en contradicción con el capitalismo sino que se compagina perfectamente con él y su incremento entre 1950 y 1961 está en relación con el incremento del cultivo capitalista del café y el algodón durante ese período.

Los pastos permiten a los latifundistas ocultar la ociosidad de la mayor parte de sus tierras, dándole la apariencia de unidades incorporadas a la producción. Realizan así una ganadería rudimentaria que les permite obtener la renta del suelo y algunas ganancias, sin necesidad de emplear un gran número de trabajadores. Los pocos que es actividad requiere, se encuentran en la condición de colonos y mozo-colonos que pagan en trabajo el uso de la parcelas o ranchos, o reciben un miserable salario.

C- Los remanentes feudales en nuestra agricultura.

En las fincas y haciendas cafetaleras, algodoneras y cañeras de más elevado desarrollo capitalista, las masas asalariadas están sometidas a un régimen de explotación que incluye grandes remanentes del feudalismo. En los corte de café, por ejemplo, se obliga a los trabajadores a diversas formas de trabajo gratuito; el acarreo y “picado” de leña, la “trasegada” (completar los sacos casi llenos que vienen del corte con el contenido de los más vacíos, para preparar los fletes en carretas o camión) la chapoda de pequeñas áreas gratuitamente el día de pago, el acareo de agua, etc. Todas estas formas de trabajo no pagado son restos de la servidumbre feudal. También son residuos de feudalismo en las haciendas cafetaleras , algodoneras y azucareras, el pago en comida de una parte del salario, que obstruye el desarrollo de la circulación monetaria en el campo, y por lo tanto, la producción y la circulación mercantil; el uso por los terratenientes de la Guardia Nacional como tropa a sus servicio; el establecimiento de cárceles en las haciendas y el “derecho” de los hacendados para ordenar la captura de los trabajadores; que son crudas supervivencias de las tropas feudales y de los derechos absolutos de los señores sobre los siervos de la gleba.;la forma moderna del pago en fichas, el descuento obligado por planilla de las deudas a la tienda de la hacienda, mucho más cara que los precios de fuera; la prohibición al libre comercio dentro de las propiedades del terrateniente, que son un evidente acomodamiento moderno de la autoridad que tenían los señores feudales para regular el comercio y el tránsito de las mercancías por sus dominios; el uso de medidas arcaicas y arbitrarias para valuar las labores, como por ejemplo: la “puya” para ”pesar” el café cortado por los trabajadores durante la cosecha, las ”brazadas” para medir las “tareas” en las chapoda y peinas, etc., el régimen legal a que están sujetas las masas rurales, que prohíbe su libre organización, el desamparo en que se encuentra su vivienda contra el allanamiento de la fuerza pública; el trato humillante que reciben los trabajadores por parte de los llamados cuerpos de seguridad , incluso por motivos fútiles como portar el machete con puñera, trato humillante y carencia de derechos que hacen de los trabajadores del campo ciudadanos de segunda categoría, que recuerdan en mucho la situación de los siervos de la gleba durante el feudalismo. Esto son los más sobresalientes ejemplos de supervivencia del feudalismo en las haciendas capitalistas donde predomina el trabajo asalariado. Además como ya vimos, los capitalistas en las haciendas algodoneras y cafetaleras recurren frecuentemente a la colonía en sus dos formas.

Pero no solamente estas son las remanencias feudales en la agricultura de nuestro país. En la parte que no esta destinada a la exportación se encuentra muy extendida la parcela campesina minifundista y de un nivel técnico atrasado, la colonia y el pequeño arrendamiento. (Ver cuadros correspondientes en el Anexo No. 2)

Los terratenientes entregan la tierra a los campesinos en colonato, es decir, a cambio de un “censo” o renta en especie o se las dan en arrendamiento a cambio de un “terraje” o canon de dinero. Ambas modalidades se combinan con diversas tareas gratuitas, sobre todo en el caso de los colonos.

Entre los colonos pueden distinguirse dos categorías: los colonos propiamente dichos y los mozo-colonos. El colono recibe para sus cultivos propios una pequeña parcela dentro de la hacienda y un solar para construir su rancho. A cambio de esto debe pagar una renta en especie (censo) y realizar trabajos gratuitos o mal remunerados en los cultivos o labores ganaderas propias del hacendado. El mozo-colono únicamente recibe un pequeño solar dentro de la hacienda para construir su rancho sin tierra para cultivar. A cambio de esta concesión, esta obligado a toda suerte de tareas gratuitas que varían según las zonas y según la arbitrariedad de los patronos y administradores, y a trabajar por un salario miserable inferior al común, sin que pueda contratarse libremente en otra parte por uno mejor. Así pues, sin tener cultivos propios el mozo-colono tampoco es un asalariado libre.

Una parte de la cosecha de los campesinos propietarios esta destinado al pago de las deudas con los grandes terratenientes y usureros y otra al consumo familiar. Solo lleva al mercado un pequeño excedente, si lo hay, donde cae bajo la explotación de los comerciantes acaparadores. Los insignificantes recursos monetarios de que dispone no le permiten mejorar su técnica y la tierra va perdiendo gradualmente su fertilidad. Eso redunda en un mayor endeudamiento y en peores cosechas.

Los colonos y pequeños arrendatarios, además de las limitaciones y dificultades que soportan los pequeños propietarios, deben entregar al terrateniente una parte importante de la cosecha o su equivalente en dinero, como pago por el alquiler. La continua reducción de sus cosechas, determinada por las causas ya referidas, ha conducido a un gran número de ellos a una situación en la que, después de pagar al hacendado la renta no les resta nada o solamente les resta una cantidad insignificante del producto, que es destinado íntegramente al consumo propio o familiar. Hay un número crecido de ellos cuyas cosechas ni siquiera son suficientes para pagar la renta y caen en un endeudamiento permanente con los terratenientes, que los obliga a permanecer decenios trabajando para ellos en sus haciendas por un pequeño salario y entregándole una alta cuota de trabajo gratuito. Cuando las cosechas mejoran por efecto de factores atmosféricos benignos o por el uso de variedades mejores de simientes, la renta sube y el círculo vicioso entra en una nueva vuelta.

En la producción de maíz, arroz, frijoles y maicillo se encuentra la masa principal de estos campesinos minifundistas, colonos y terrajeros.

Los instrumentos de trabajo que predominan en la producción cerealera son el arado de madera con punta de hierro, la tracción con bueyes, el machete o la cuma. El uso de abonos o insecticidas es casi inexistente en ella.

Entre los grandes terratenientes y los pequeños y medianos propietarios, existen relaciones cargadas de remanentes feudales. El hacendado trata d ahogar económicamente a todos los pequeños propietarios vecinos con el objeto de obligarles a venderle la tierra a malbarato. En muchos casos las maniobras de los hacendados terminan con la usurpación de la tierra de los campesinos, sin pago de ningún precio. Se valen con este fin del cierre de los caminos que cruzan por la hacienda para impedir el paso de oso campesinos con sus productos hasta las vías públicas, que conducen a centros de mercadeo; se niegan a permitirles el uso del río que atraviesa la hacienda, los obligan a pagar el uso de los caminos o del río; los endeudan con fuertes intereses y los obligan a entregarles en pago sus cosechas, cotizándoles precios muy inferiores a los del mercado; les ponen pleitos legales obligándolos a fuertes gastos en abogado, para hostilizarlos y llevarlos a la conclusión de que deben vender al terrateniente e irse, etc. De esta manera las tierras de los pequeños y medianos parceleros se van agregando a las haciendas.

En las haciendas donde predominan las relaciones feudales de producción y las fuerzas productivas atrasadas, hay sin embargo, cierto grado de combinación de la técnica moderna, de la mecanización, de las semillas selectas, abonos e insecticidas y de las relaciones de asalariado libre. No existen en El Salvador pues, unidades feudales puras así como tampoco existen unidades capitalistas puras.

Ch. La “Ley Agraria” legaliza la represión permanente en el campo.

Mención especial merece la “Ley Agraria” vigente. El primer cuerpo de leyes conocido con el nombre de “Ley Agraria” fue dictado en el año de 1907. En 1941 debido a múltiples reformas en su articulado fue sustituida por otra que guardó los rasgos fundamentales de la primera. Esta, con algunos agregados de gobiernos posteriores, es la que se halla en vigencia.

La “Ley Agraria” es, ni más ni menos, el monumento jurídico del feudalismo en El Salvador. Por medio de la misma se delimitan rígidos estamentos en el agro salvadoreño, en los cuales se distinguen desde el terrateniente, que se halla en la cúspide de la pirámide social, hasta el jornalero (trabajador asalariado), pasando por el administrador de fincas o haciendas, por el capataz, etc.

Esa estratificación en el campo que involucra una cadena de explotación humana, en el cual el último eslabón es le proletariado agrícola, es defendida por varios cuerpos represivos. Entre estos se cuenta la Guardia nacional (que hace las vece de policía agrícola), los comisionados de cantón y las patrullas militares, estas últimas integradas con civiles armados y que constituyen una especie de milicias al servicio de la reacción.

La “Ley Agraria” vigente incluye disposiciones que datan de los tiempos coloniales y que llevan por mira mantener el terror entre los trabajadores del campo. Mencionamos algunas:

Artículo 71- “Los agentes de la Guardia Nacional, al primer requerimiento de cualquier hacendado o agricultor capturarán a la persona o personas que este les indique como sospechosas, bajo su responsabilidad; se constituirán en la siembra o labor del requirente y le prestaran un eficaz auxilio para salvarlo de cualquier hecho ilícito que se pretende ejecutar, poniendo a los indiciados a la disposición de la autoridad competente.”

Artículo 72- “Requerirán a los habitantes de los campos que pertenezcan a la clase de jornaleros para que les presenten sus boletas que acrediten hallarse trabajando en alguna finca o heredad; y a los que no presenten dichas boletas los conducirán a la Alcaldía Municipal, más inmediata para que les proporcionen ocupación en los trabajos públicos o d particulares en la población o fuera de ella.”

Artículo 78- “Los agentes de la Guardia Nacional pueden allanar, en el cumplimiento de sus obligaciones, cualquier jurisdicción de la República, y especialmente en la persecución de los jornaleros y operarios que hayan faltado a los compromisos contraídos con los agricultores, y en la persecución de malhechores de todo género.”

La “Ley Agraria” , en pocas palabras, resuma la más odiosa arbitrariedad en contra de los proletarios y se mi-proletarios del campo; es un instrumento de permanente represión.

6. Nuestra agricultura es semi-colonial.

El monocultivo y sus consecuencias

Nuestra agricultura no ha sido independiente ni un solo momento desde la llegada de los españoles hasta los días actuales. Durante los tres siglos de la dominación española, la agricultura fue condicionada ala satisfacción de los intereses de los colonialistas. La Corona prohibía los cultivos que hacían competencia a los de la Península, o sometía a ciertos productos a un régimen agobiador de impuestos y a limitaciones para su libre comercio, incluso con los puertos de España. Nuestro añil, para el caso, estuvo sujeto a un régimen de limitaciones. La Independencia abolió esas trabas y con ello reforzó a nuestra agricultura en su condición de apéndice abastecedor de Europa. Por ese mismo camino colonial prosiguió su marcha al abandonar el añil y adoptar el café, durante la última mitad del siglo pasado, lo mismo que al desarrollar el algodón en los últimos veinte años.

Seguimos siendo hoy, y lo somos en mayor proporción que ayer, un País de una agricultura apéndice de las potencias industriales, que no produce los alimentos y materias primas necesarias para nuestra población y para nuestra industria, que gira en torno de los pocos cultivos para la exportación, que es en suma una agricultura propia de una colonia y no de un país independiente.

A- El monocultivo y sus consecuencias.

El capitalismo surgió y se ha desarrollado en la agricultura salvadoreña totalmente bajo la influencia de esta condición colonial. Por eso el desarrollo del capitalismo ha sido al mismo tiempo un proceso de deformación de la agricultura y de la economía nacional en conjunto. El fruto más dañino de este camino deformado de desarrollo es el monocultivo.

Se llama monocultivo al desarrollo unilateral de la agricultura, cargado a uno o dos cultivos para la exportación. Estos cultivos concentran las mejores tierras, las mejores vías de comunicación, los mejores implementos y técnicas, el volumen principal de los créditos, la mayor parte de la actividad del Estado hacia la agricultura, etc. Lo peor y más raquítico de estos renglones prevalece en el resto de la producción agropecuaria.

El cuadro que presenta nuestra agricultura es el típico cuadro del monocultivo; alto desarrollo y productividad de vanguardia en los cultivos de exportación, estancamiento y proceso de liquidación de los cultivos destinados al consumo interno.

Veamos algunos datos estadísticos (*) que demuestran la presencia de este fenómeno:

CULTIVOS PARA EL CONSUMO INTERNO

MAIZ

Cosecha de los años Manzanas Quintales Quintales por manzana

1951-52 225.345 3.881.448 17.22

1961-62 221.795 3.144.665 14.18

FRIJOL

1951-52 50.462 655.265 12.99

1961-62 30.700 227.815 7.42

ARROZ

1951-52 23.340 367.220 15.73

1961-62 12.710 252.665 19.88

MAICILLO

1951-52 97.996 1.744.785 17.80

1961-62 140.470 1.835.510 13.06

GANADO VACUNO

1950 1962 Diferencia

809.838 cabezas 671.190 cabezas 138.648 menos

GANADO PORCINO

388.790 cabezas 156.203 cabezas 232.587 menos

CULTIVOS DE EXPORTACION

CAFÉ

Cosecha de los años manzanas cultivadas total de quintales quintales

por manzana

1949-50 165.063 1.599.726 9.69

1962-63 178.150 1.709.346 9.59

ALGODÓN

1951-52 42.646 213.516.02 5.6

1961-62 110.275 1.325.090.00 12.1

AZUCAR

1950-51 10.252 572.677 55.86

1960-61 11.114 1.073.057 96.55

El monocultivo en El Salvador ha llegado a alcanzar un peso mucho más aplastante que en cualquier país de Centroamérica. Particularmente el veloz desarrollo del algodón que desde 1945 a 1957 aumentó en 42.64 veces el volumen de su exportación y en 55.71 veces el valor de las mismas, ha desalojado bruscamente los cultivos cerealeros, arrojándolos a las tierras de inferior calidad y peor dotadas de vías de comunicación. El café, pese a ser un cultivo de las alturas, también ha desplazado en gran medida a las siembras cerealeras. Cuando los precios del café llegaron a los más altos niveles (1951-57) las plantaciones se extendieron incluso a tierras no recomendables para ese cultivo y aumentó considerablemente la siembre de “bajío” (es decir en los valles). En esa forma, El Salvador ha llegado a ser en Centroamérica el que relativamente produce menos cereales. El cuadro siguiente permite conocer mejor esta verdad: (*)

PRODUCCION EN TONELADAS METRICAS

Producto Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua

Arroz 57.000 13.000 14.000 23.000 34.000

Maíz 76.000 180.000 506.000 288.000 119.000

Trigo —— ——- 21.000 1.000 ———

Frijoles 14.000 19.000 31.000 35.000 22.000

(*) Cuadro aparecido en La Prensa Gráfica del 14 de junio de 1963 y elaborado con datos oficiales de los respectivos países.

Esta situación calamitosa de la producción alimenticia repercute gravemente en la dieta popular. Según estimaciones oficiales incluidas en el informe de la delegación del gobierno salvadoreño ante la Conferencia sobre Educación y Desarrollo Económico y Social, celebrada en Santiago de Chile en marzo de 1962, en el año 1957 la necesidades alimenticias mínimas en materia de cereales fueron de 19.903.283 quintales (de maíz, maicillo, frijoles y arroz) Pero la producción de ese año solamente fue de 6.766.883 quintales. Es decir que apenas una tercera parte de las necesidades en cereales fue cubierta por la producción nacional. En ese mismo informe se dijo también que de un mínimo de 80 libras de carne que son necesarias en la alimentación de cada persona por año, durante 1957, apenas se consumieron en nuestro país 13.6 libras por habitante. El consumo de carne fue solamente, pues, la sexta parte de las necesidades mínimas.

La producción de cereales y de carne desde 1957 no sólo no ha mejorado, sino que se ha reducido más. La población nacional, en cambio, ha crecido desde entonces en casi medio millón de habitantes.

Al desarrollarse unilateralmente nuestra agricultura, las masas trabajadoras del campo están sujetas a permanecer la mayor parte del año sin empleo. La cosecha del café se inicia a fines de octubre y se extiende hasta finales de diciembre o principios de enero. En diciembre, enero y parte de febrero se recoge la cosecha del algodón y en febrero y parte de marzo se realiza la zafra, que absorbe ya una cantidad pequeña de trabajadores en comparación con el café y el algodón. Esos son los meses de mayor empleo en el campo, de los cuales, diciembre es el punto sobresaliente. Durante ese periodo los asalariados logran emplearse un promedio de unos tres meses, durante los cuales devengan salarios miserables. El resto del año, aparte de pequeños intervalos en los que aumenta la demanda de mano de obra para la preparación de la tierra y siembra del algodón, para labores de limpieza y poda de los cafetales, que de todos modos solamente absorben una parte de los trabajadores el resto es tiempo muerto para la inmensa mayoría, tiempo de hambre y padecimientos de todo género. La fuerza de trabajo de miles de trabajadores permanece así pasiva y su completa carencia de ingresos reduce drásticamente la capacidad de compra del mercado nacional, afectando toda la actividad económica del país. Durante esos meses, por tal motivo, también las ciudades son recorridas por el espectro del desempleo y el hambre.

Este problema del paro temporal se acrecienta más cada día, pues el aumento anual de la población, que en nuestro país es uno de los más altos del mundo (3.5% anual) arroja a decenas de miles de jóvenes a la edad de trabajo, sin que el desarrollo de la agricultura en particular, ni el de la economía en su conjunto, asegura la creación de nuevas fuentes de empleo en la proporción suficiente. Anualmente por eso, se va sumando un saldo de hombres y mujeres que llegan a edad de trabajo sin ser absorbidos. En los periodos de las cosechas de los cultivos de exportación sus posibilidades crecen, peor al pasar estas, las filas de los parados son mayores.

De esta manera, el actual desarrollo capitalista de la agricultura, por una parte, significa un progreso, puesto que implica la incorporación de nuevas relaciones de producción, más avanzadas que las feudales y nuevas fuerzas productivas de un nivel superior a las del feudalismo, peor también significa un enorme obstáculo, un freno al desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción en la agricultura tomadas en conjunto, imponiendo al mismo tiempo grandes limitaciones al desarrollo económico general del país.

Solamente mediante una profunda transformación revolucionaria, que liquide el monocultivo diversificando la producción agropecuaria, se abrirá ancha vía al desarrollo de las fuerzas productivas en la ciudad y el campo. La industrialización y la diversificación de la agricultura podrán así absorber las enormes masas de desocupados parciales y totales que hoy existen en el campo y la ciudad y elevar su nivel de vida material y cultural.

B- Una peculiaridad nacional: el monopolio de la tierra y el monocultivo son de propiedad de terratenientes y capitalistas nacionales.

A diferencia de otros países de América Latina, en El Salvador el monopolio de la tierra esta en manos de grandes terratenientes nacionales y lo mismo ocurre con la producción de café y algodón.

En otros países del Continente, los más grandes terratenientes y empresarios capitalistas de la agricultura son los monopolios imperialistas yanquis. Así es en la mayoría de Centroamérica, donde la United Fruit Company monopoliza la producción bananera, maderera, ganadera y cafetalera y así era en Cuba, donde la mayor parte de la producción de caña y de azúcar, así como los más grande latifundios, se encontraban en poder de monopolios norteamericanos, incluida la United Fruit Co.

El hecho de que en nuestro país no sea así favorece el surgimiento y desarrollo de contradicciones entre los capitalistas del café y el algodón, con los imperialistas norteamericanos por motivos de precios y competencia en el mercado internacional que permiten acrecentar las fuerzas de la liberación nacional. Es particularmente nocivo para los intereses cafetaleros y algodoneros de nuestro país, especialmente para los pequeños y medianos, la política de bloqueo comercial hacia el Campo Socialista que el gobierno yanqui impone.

7- El nivel de vida material y cultural de las masas del campo es miserable.

Las peores consecuencias de los rasgos semifeudales y semicoloniales de nuestra agricultura las soportan las masas de asalariados agrícolas y campesinos. Entre ellas se registran los más elevados niveles de analfabetismo y falta de aulas, los más agudos extremos de la desnutrición, de la insalubridad general, de la falta de viviendas, etc. Los trabajadores del campo comienzan a soportar la dura explotación desde la niñez. La estadística solamente registra el número de niños que trabajan de manera permanente o que aparecen registrados en las planillas, pero durante los cortes de café y algodón decenas de miles de niños más se incorporan a las labores sin que aparezcan contabilizados porque solamente se inscribe al padre o la madre.

Veamos algunos datos estadísticos sobre las condiciones de vida en el campo:

LOS SALARIOS EN EL CAMPO (*)

CATEGORIAS SALARIOS DIARIOS EN COLONES

Mínimo Máximo Medio

Mayordomo 0.16 7.00 2.53

Caporales 0.16 7.00 1.69

Oficinistas 0.60 9.58 3.61

Obreros

Especialistas o

Especializados 0.40 10.00 3.66

Obreros no

Especializados

Permanentes

Hombres 0.33 4.10 1.08

Mujeres 0.16 4.50 0.98

Menores de 16 años 0.12 2.80 0.85

CATEGORIAS

Temporales:

Hombres 0.27 5.40 1.57

Mujeres 0.12 2.80 1.39

Menores de 16 años 0.24 2.00 0.95

(*) (Pág. 22) datos tomados del Informe al Gobierno salvadoreño sobre los Asalariados Avícolas” por j. Ambrosini de la OIT. El informe fue elaborado en base de una encuesta a 23,000 trabajadores de las distintas zonas del país.

Según el Censo de Población de 1961 había en el campo 46,190 trabajadores de una edad entre los 10 y los 14 años. De hecho hay varios miles más de niños menores d e10 años que trabajan y que no han sido registrados.

Según ese mismo censo, de 751.150 niños y muchachos e edad escolar (de 6 a 29 años) que habría en el campo, 602.530 no asistían a la escuela y pasaban a engrosar la s multitudinarias filas de los analfabetas.

Sobre la vivienda rural no se poseen datos serios y generales. Pero al simple observación revela su estado calamitoso e insalubre, y permite apreciar la falta de ella para enormes masas que se amontonan en las galeras y ramadas de las haciendas y fincas, de “posada” en los ranchos de los colonos, o simplemente bajo los árboles o a la intemperie.

La prosperidad y los millones de los grandes terratenientes y burgueses se han amasado con la salud, el atraso cultural y la miseria de las grandes masas de nuestra campiña. Nada que no sea hambre, desnudez y enfermedad han sacado los trabajadores del desarrollo capitalista deformado de nuestra agricultura.

8- El monopolio sobre la tierra es la base de nuestra estructura agraria semicolonial y semi-feudal.

Qué es lo que permite que nuestra agricultura se desarrolle por los cauces coloniales, que sea monocultivista, que se conserven en ella tanto remanentes del feudalismo, que las masas trabajadoras soporten tan pésimas condiciones de vida? La respuesta salta a la vista y no puede ser otra: la existencia del monopolio de la tierra en manos de una reducida oligarquía de grandes latifundistas y capitalistas. Mientras ellos conserven el monopolio de la tierra, estarán en condiciones de imprimir a la agricultura y a toda la economía nacional el rumbo que exigen sus interese mezquinos e insaciables. Mientras ellos conserven el monopolio de la tierra, las masas trabajadoras, que son las mayoritarias en nuestro país, arrastraran una vida de miseria, desocupación y falta de derechos: la producción no podrá diversificarse, faltaran los alimentos, no podrán producirse las materias primas para nuestra industrialización, ni aumentarse la capacidad de compra de la población para impulsarla; no podrán ser liquidados completamente y para siempre los remanentes feudales en las relaciones de trabajo ni el atraso feudal de la técnica.

El monopolio de la tierra es el tapón que impide el progreso general del país.

9. las clases sociales en el campo.

A- Los grandes terratenientes o latifundistas.

Estos son los monopolistas de la tierra y, como ya vimos, algunos son dueños tanto de haciendas capitalistas donde predomina le trabajo asalariado y la técnica avanzada, como de haciendas donde predomina el feudalismo.

Una gran parte de los latifundistas arriendan sus tierras a los empresarios capitalistas y se han convertido en parásitos absolutos. En tanto que muchos son empresarios cafetaleros y últimamente algodoneros y cañeros.

De esta clase, como vimos, se ha destacado un grupo minúsculo de multimillonarios (los “14 Grandes”) que son los amos de toda la economía nacional. Los “14” y los demás grandes terratenientes forman la oligarquía, aliada del imperialismo norteamericano, con el cual tiene, al mismo tiempo contradicciones en cuanto a los precios de los productos agrícolas de exportación, en cuanto a la demagogia social impulsa últimamente por la Alianza para el Progreso, en cuanto a la posición privilegiada de sus inversiones en nuestro país, y sobre todo, después del 25 de enero de 1961, en cuanto al control hegemónico sobre la tiranía militar. Hasta el golpe cuartelario de esa fecha, la tiranía militar había venido siendo un instrumento fundamentalmente bajo la dirección de la oligarquía interna, pero desde entonces se convirtió en un instrumento bajo la hegemonía norteamericana.

B-La burguesía media del campo.

Esta clase esta formada principalmente por los finqueros medianos del café y los algodoneros medianos. Sus propiedades o plantaciones no abarcan extensiones superiores a las cien hectáreas (143 manzanas), y en ellas dominan las relaciones de salario y es aplicada en escala considerable la técnica moderna (abonos, tractores, insecticidas, semillas selectas, etc.) A esta misma clase pertenecen aquellos medianos cañeros, cerealeros, ganaderos, henequeneros, hortelanos, etc., en cuyas labores emplean mano de obra asalariada y hacen uso de una técnica adelantada.

Esta clase tiene contracciones con la de los grandes terratenientes, por motivo de créditos caros, los bajos precios para sus cosechas y los altos alquileres de la tierra. Esto último es de especial importancia en el caso de los algodoneros medianos, pues en su mayoría no son propietarios de la tierra, sino arrendatarios que pagan elevados cánones a los grandes hacendados. El alquiler de una manzana de tierra para algodón ha llegado a ser en algunos años superior a ciento cincuenta colones.

La burguesía media del campo tiene asimismo, contradicciones con los imperialistas norteamericanos: los cafetaleros resientes de ellos sus maniobras para bajar los precios y mantenerlos a baja altura, los altos precios de sus mercancías industriales siempre en crecimiento (aperos, automóviles, etc.) Los algodoneros, tienen una doble contradicción con los imperialistas: son por una parte, competidores de la producción algodonera yanqui y, en este sentido, las contradicciones con ellos se producen en torno a la disputa de los mercados consumidores. En los últimos años el gobierno norteamericano ha establecido una bonificación que ha crecido ya bastante (ahora es de ocho dólares por quintal) a los exportadores, para que rebajen sus precios en el mercado mundial y compitan en mejores condiciones contra los algodoneros de nuestros países latinoamericanos y los de aquellos países africanos donde se produce esa fibra. Por otra parte, los monopolios yanquis que compran nuestra cosecha desde Japón y otros países lo mismo que el propio gobierno de los EEUU le imponen de hecho a nuestros algodoneros la prohibición de vender sus productos a los países socialistas, que pagan precios mucho más ventajosos que los que reciben de ellos. A esta doble contradicción se agregan las derivados de los altos precios de las mercancías industriales yanquis, principalmente de la maquinaria e implementos anexos que son de uso muy extendido entre los algodoneros.

Peor al mismo tiempo que la burguesía media del campo tiene esas contracciones con los imperialistas y grandes terratenientes, tiene con ellos algunas coincidencias: son al igual que ellos explotadores y desde ese punto de vista coinciden en la defensa de los bajos salarios. Cada vez que se ha planteado el problema de los bajos salarios de los trabajadores rurales en nuestro país, los más bulliciosos en la defensa de los miserables niveles actuales han sido precisamente los burgueses medios. Además están ligados íntimamente al monocultivo y han ayudado a extenderlo lo cual los hace coincidir también con los intereses de los grandes terratenientes y de los imperialistas.

Esta clase puede ser atraída al lado del proletariado revolucionario, si este es fuerte, arrastra tras de sí a las masas trabajadoras no proletarias (campesinos pobres, pequeños productores urbanos, obreros independientes, empleados, etc.) y pone en práctica una amplia y acertada política de alianza.

C-Los campesinos.

Entre los campesinos cabe distinguir a tres capas:

1) Los campesinos pobres o semi-proletarios del campo: Los campesinos pobres son aquellos que cuentan con una pequeña parcela; ya sea en propiedad o en colonía. Pero sus parcelas son tan pequeñas y su carencia de recursos monetarios tan grande, que no pueden vivir solamente de lo que cultivan de ellas. Se ven obligados a buscar trabajo como asalariados una parte del año. Por lo general los campesinos pobres carecen de animales y aperos para el laboreo, o solamente cuentan con las herramientas rudimentarias más indispensables (“cuma” machete, arado de madera, piedra de afilar, etc.) y les es muy difícil conseguir las semillas. Hay muchos de ellos que se ven obligados a dejar sus parcelas sin cultivar por la falta de semillas y bueyes o dinero para alquilarlos.

Los campesinos pobres que cultivan parcelas como colonos, trabajan como jornaleros en la misma hacienda donde han recibido la parcela., devengando salarios inferiores a los usuales en la región y realizan, como ya se ha sabido, numerosas tareas gratuitas para el hacendado.

Los recursos en dinero de que disponen los campesinos pobres son insignificantes y a menudo ni siquiera les sobre de la cosecha para llevar al mercado, después de pagar los censos como colonos, o después de calcular su propio consumo. El campesino pobre esta casi al margen de la economía mercantil y lo estaría totalmente a no ser por las pequeñas sumas de dinero que recibe cuando logra obtener un pequeño excedente de la cosecha y la vende, o en concepto de salario cuando encuentra trabajo.

Entre los campesinos pobres los hay quienes están en las peores condiciones y los que se encuentran en una situación relativamente bonancible dentro de su capa.

Los campesinos pobres forman la masa de semi-proletarios del campo porque tiene tanto de propietarios de medios de producción como de trabajadores que venden su fuerza de trabajo.

Los campesinos pobres tienen contradicciones con los grandes terratenientes y burgueses medios, que constantemente acechan sus parcelas, los endeudan, los obligan a pagar con trabajo mal remunerado, elevan los censos y los exigen aunque no quede nada después de pagarlos.

2) Los campesinos medios: Los campesinos medios son aquellos que poseen una pequeña parcela, ya sea en propiedad, en arrendamiento o en colonía, aperos de labranza y ganado de labor ( o al menos cuentan con dinero para alquilar ese ganado) en una medida suficiente para vivir de sus cultivos, sin necesidad de recurrir a la venta de su fuerza de trabajo por salario. Solo excepcionalmente los campesinos medios necesitan trabajar como asalariados.

Los campesinos medios trabajan sus cultivos ellos mismos o a lo sumo ayudados por miembros de su familia. Muy rara vez contratan jornaleros y cuando lo hacen es solamente por pocos días, durante la siembra o la cosecha, y se trata de uno o dos. Entre los campesinos medios, los hay algunos bastante acomodados, que cuentan con “bestia” ,con carreta, pozo y rancho de adobe o bahareque. Los campesinos medios acomodados hasta pueden costear la educación de algún hijo más allá de la escuela primaria.

Los campesinos medios disponen de recursos monetarios en mayor medida que los campesinos pobres y mozo-colonos y consumen una mayor cantidad de mercancías. Muchos de ellos adquieren a plazos radiorreceptores y diversos utensilios domésticos.

Pero esta es una capa de cruce y al lado de los relativamente acomodados, entre los cuales algunos logran ascender a la capa de los campesinos ricos y hasta más “arriba” hay muchos otros que van hacia “abajo”, hacia las filas de los campesinos pobres y de los proletarios del campo. En los últimos diez años muchísimos campesinos medios han sido proletarizados en nuestro país.

Los campesinos medios tienen contradicciones con los grandes terratenientes por los altos censos y terrajes, por la voracidad de estos sobre sus parcelas, por las deudas usurarias, por toda la hostilización de que los hacen objeto y a las que nos hemos referido antes, por los precios de la cosecha, etc. También tienen contradicciones con los burgueses medios que, en menor medida que los hacendados, también muestran sus apetitos por las parcelas.

En 1950 entre los campesinos pobres y los campesinos medios hacían un número aproximado de 125,000. Pero las cifras del último Censo de Población (el de 1961) revelan que han disminuido a 111,530. Si se considera que desde 19590 ha crecido la población y se han subdividido las propiedades medias para efectos de la herencia y las dotes a los hijos mayores, tendría que haberse producido un aumento de estas dos capas. Sin embargo, es tan grande la explotación y la presión que sufren de parte de los grandes terratenientes y burgueses medios, y es tan grande la crisis a que los ha llevado el monocultivo que se han arruinado por miles, perdiendo sus tierras y convirtiéndose en asalariados libres. Es asimismo revelador de este fenómeno el hecho de que, según este mismo Censo de Población, se haya reducido el número d e “trabajadores familiares” agrícolas en 19,115 respecto al año 1950 (de 75,994 en 1950 a 58,880 en 1961). Estos trabajadores son precisamente los que laboran en las parcelas de los campesinos medios, familiares suyos, sin recibir salario. Tan drástica reducción en tan poco tiempo confirma que estas capas campesinas se encuentran soportando un proceso profundo y rápido de proletarización, que los lleva violentamente a la ruina. En este proceso de proletarización de las masas campesinas pobres y medias, ha jugado el principal papel en los últimos años el veloz crecimiento del cultivo del algodón.

3) Los campesinos ricos: Son aquellos que poseen una parcela de regular tamaño, ya sea en propiedad o en arrendamiento, cuentan con implementos y ganado para el laboreo, tienen varias yuntas de bueyes, carreta (a veces cuentan con automóvil, jeep o camioncito). Para realizar sus cultivos se valen del trabajo de jornaleros asalariados, cuentan con capital.

El campesino rico por lo general vive en el campo y participa de las costumbres rurales. Es corriente que tome parte personalmente en algunas de las labores de sus cultivos o se encargue de algunas de sus tareas, como el ordeño y la fabricación de los quesos, si es que se dedica a la ganadería.

Esta capa es francamente acomodada y cuenta con medios hasta para darle a sus hijos una educación superior. Muchos de los campesinos ricos en nuestro país viven en los pequeños pueblos rurales y viajan con cierta frecuencia ala capital con fines de diversión y de compra de mercancías casi todo el año, aunque de manera especial durante las semanas que siguen a la cosecha. Muchos campesinos ricos en la zona oriental del país se han dedicado al cultivo del algodón, dando origen a una capa muy acomodada, de la que anualmente ascienden algunos a la burguesía media. Al mismo tiempo, decenas de elementos de esta capa han sido arruinados en los últimos años por los prestamistas, los grandes terratenientes y su propio despilfarro.

Los campesinos rico son relativamente poco numerosos en El Salvador y tienen contradicciones con los grandes terratenientes, pero también las tienen, aunque en grado menor que los burgueses medios, con los asalariados, campesinos pobres y medios. Los campesinos ricos son víctimas del crédito usurario y tienen un acceso muy limitado al crédito bancario. Muchos de ellos se encuentran sumamente endeudados. Les resultan caros los abonos e insecticidas, que solamente pueden comprar en pequeña cantidades. Los grandes terratenientes acechan también las tierras de los campesinos ricos y tratan de absorberlas. Para esto se valen preferentemente de los préstamos hipotecarios. Muy pocos campesinos ricos son los que en la actualidad tienen sus parcelas libres de hipotecas.

El monocultivo ha lanzado a la ruina a muchos campesinos ricos que se dedicaban al cultivo de los cereales. Por no contar con recursos en dinero suficiente para sembrar algodón, muchos se vieron obligados a dar en alquiler sus tierras a los empresarios algodoneros y han terminado perdiéndolas.

La revolución les ayudar a resolver todos estos problemas y por ello pueden ser aliados del proletariado si este los atrae con una correcta política de frente único.

Ch- Los asalariados del campo o proletarios agrícolas.

Pertenecen a esta clase todos aquellos trabajadores desposeídos de tierra y de todo otro medio de producción, que solamente cuentan con su fuerza de trabajo y la venden por un salario a cualquier patrono. Los asalariados agrícolas solamente poseen un machete o una”cuma” instrumento de trabajo propio. La gran mayoría de ellos no tienen vivienda ni lugar fijo de residencia. Sus pertenencias personales se reducen en el mejor de los casos, a una muda para usarla el día domingo, más o menos en buen estado, y una harapienta para el uso diario; aun par de caites y excepcionalmente un par de zapatos, a una “cebadera” par cargar todas estas cosas y a un sombrero de palma (excepcionalmente cuentan también con un sombrero de fieltro barato). El salario más difundido es el de un colón diario, aunque no pocos de ellos devengan sumas muchos menores.

Con la modernización de las labores del algodón, la caña de azúcar y otros cultivos en menor escala, se ha formado gradualmente entre los asalariados del campo un sector calificado de tractoristas, mecánicos, conductores de camiones, manejadores de diversas maquinas, etc. En los beneficios del café, ingenios azucareros y en plantas desmotadoras del algodón ha tenido lugar también la calificación de miles de asalariados rurales en diversos aspectos del trabajo que en ellos se realiza. Asimismo existe otro sector calificado de asalariados agrícolas, que es mucho más antiguo, formado por carpinteros, albañiles, mecánicos, hojalateros, “peceros” (prácticos en la apertura de pozos y en el uso de la dinamita) queseros, “campistos”, aserraderos, que trabajan, ya sea por cuenta propia, o como asalariados permanentes o temporales en las fincas u haciendas. Todos estos trabajadores calificados devengan salarios un poco más elevados que el resto, peor tampoco alcanzan los niveles de la ciudad para los mismos.

(que son todavía bajos).

Los asalariados agrícolas son la clase más numerosa del campo y del país. Junto con los asalariados de las ciudades forman el proletariado salvadoreño. Según los datos del Censo de Población de 1961, 540.080 trabajadores forman el total de asalariados en nuestro país, y de ellos 305.810 son asalariados agrícolas. Su número ha crecido en 110.268 desde 1950 en que se efectuó el otro censo de Población (en 1950 los asalariados agrícolas eran de 194.182) lo cual significa un crecimiento de 56.60% en once años.

Los asalariados agrícolas solamente disponen de sus ingresos monetarios, durante están empleados, los cuales gastan totalmente en su subsistencia, sin la más remota posibilidad de ahorro. Con los ingresos durante las cosechas es que procuran hacerse de una muda u otros objetos indispensables. Para poder subsistir durante las interminables semanas de desocupación, muchos de ellos procuran realizar una pesca en los ríos, lagunas y costa., lo mismo que alguna cacería de iguanas, conejos y otros animales. Una dieta exclusivamente formada por un par de tortillas de maicillo comprado con los ingresos de la época de empleo, es el sostén durante esas semanas para miles y miles de asalariados. Entretanto, grandes extensiones de tierra acaparadas por los monopolistas permanecen en la ociosidad.

Los asalariados agrícolas son la clase más explotada de nuestro país, las que produce las fabulosas ganancias a la oligarquía y los millones de dólares que obtienen como utilidad negociando con nuestro café y algodón, los monopolios yanquis relacionados con estos ramos. Son también los más duramente afectados por el monopolio de la tierra y por el monocultivo, que los condena a una vida de penalidades, de ayuno, de desocupación. Siendo la clase más explotada, la contradicción entre ella por una parte, y los grandes capitalistas oligárquicos y los monopolios yanquis por la otra, constituye la contradicción más importante de nuestro campo. Los asalariados tienen también una contradicción general con todos los patronos, y en gran número por trabajar en las fincas y algodoneras de los burgueses medios están enfrentados a ellos a propósito de los miserables salarios y de las más pésimas condiciones en que se realiza el trabajo.

Para los asalariado del campo no existe regulación de la jornada ni medidas para las “tareas”, ni derecho a organizarse, ni todas las demás conquistas legales con que cuentan los trabajadores de la ciudad, aunque también limitadamente. El gobierno actual ha emitido algunas regulaciones de la jornada, de la contratación individual, de la alimentación y el descanso dominical remunerado. Estas medidas del gobierno han constituido claramente un esfuerzo demagógico, para rebajar la combatividad de las masas y salir de la crisis política iniciada en octubre de 1960, así como también son la ejecución servil de la llamada política de “Alianza para el Progreso”, que impulsa el gobierno yanqui como medida para apuntalar su tambaleante dominación en América latina. Pero tales regulaciones no solamente no se cumplen, sino que dieron pretexto a una reducción general de los salarios por parte de los capitalistas y para realizar despidos masivos y sustituir en gran medida la mano de obra por maquinaria, particularmente entre los algodoneros.

10- La importancia del proletariado agrícola como fuerza revolucionaria y de la alianza obrero-campesina para el triunfo de la revolución en esta etapa.

Movilizar, organizar, llevar a la lucha por sus reivindicaciones y politizar a las masas proletarias del campo constituyen la tarea principal de nuestro partido y de todo el movimiento revolucionario en el campo. El proletariado agrícola dirigido por el proletariado urbano, organizado y consciente, aliado estrechamente con los campesinos pobres y medios, encabezados por su vanguardia, el PCS, constituyen las fuerzas revolucionarias principales y la columna vertebral del frente único de liberación nacional.

Los campesinos, incluso una parte de los campesinos ricos, no tienen otra salvación que a que les proporcionara la revolución. De nadie más que del proletariado pueden esperar la tierra y el paro a la profunda crisis que sufren, llevados a la ruina por los grandes terratenientes y el monocultivo. En diez años más, los campesinos pobres y medios casi habrán desaparecido. “Nada que no sea el despojo y la ruina pueden los campesinos esperar ya de los terratenientes y la burguesía”. “La alianza con los obreros es lo único que puede darles la tierra y salvarle de la voracidad de los latifundistas.”

La incorporación de las masas de obreros agrícolas al campo de las fuerzas revolucionarias, será el fenómeno que modificará radical y definitivamente la correlación de fuerza dentro de nuestro país y decidirá el triunfo de la revolución democrática, anti-feudal y anti-imperialista.

11. Resumen de las características de nuestro problema Agrario.

Después de realizado el estudio anterior, podemos resumir así las características más sobresalientes de nuestro problema agrario:

1-Más de la mitad de nuestro territorio agrícola se encuentra inculto la mayor parte de la tierra inculta se encuentra cubierta por pastos para una ganadería, raquítica, en crisis y sumamente atrasada.

2-Existe un extremo monopolio sobre la tierra. Los dos tercios de la tierra se encuentran concentrados en poder de una reducida oligarquía de grandes terratenientes y multimillonarios capitalistas, exportadores e importadores, dueños también del sistema bancario y d la gran industria, en sociedad con los monopolios yanquis.

3- En nuestra agricultura tiene lugar un proceso de desarrollo capitalista ligado a las ramas destinadas a la exportación (café, algodón y azúcar) este desarrollo capitalista conserva y ensancha la gran propiedad territorial y numerosos remantes feudales en las relaciones de producción., al mismo tiempo que estanca dentro del atraso feudal al resto de la agricultura. Por eso puede decirse que la agricultura salvadoreña es semi-feudal y en desarrollo capitalista deforme.

4- Tenemos una agricultura monocultivista, que gira en torno a dos o tres cultivos destinados a la exportación. El monocultivo ha llevado a crisis la producción de alimentos, determina el desempleo masivo temporal y obstruye el desarrollo armónico y general de toda la agricultura.

5- Los asalariado forman la inmensa mayoría de la población rural y constituyen una gran masa desposeída, con un poder comprador extremadamente pobre y unas pésimas condiciones de vida.

6- Todos esto rasgos son el resultado del proceso deformado de desarrollo de nuestra agricultura, interferido por los intereses coloniales desde la llegada de los españoles. El monopolio de la tierra la ociosidad de su mayor parte, el desarrollo capitalista, el monocultivo, son rasgos formados históricamente bajo la presión del rumbo colonial que ha tenido nuestra producción agrícola desde la conquista. Nuestro país es ahora más que ayer un apéndice agrícola de las potencias capitalistas industriales y en primer lugar de los EE.UU.

Pero la tierra y demás medios de producción en la agricultura, la exportación de sus productos monocultivistas, y demás negocios conexos, no pertenecen a monopolios extranjeros, sino a un puñado de multimillonarios nacionales. Por todo esto es que decimos que n lustra agricultura es semi-colonial.

7- La siguiente caracterización sintetiza todos los rasgos de nuestro problema agrario:

Nuestra agricultura es semi-colonial, semi-feudal y en desarrollo capitalista deforme.-

CEM publica Programa Agrario aprobado por V Congreso del PCS en 1964

SAN SALVADOR, 8 de agosto de 2007 (SIEP) “El conocimiento de la realidad agraria de nuestro país, y de las clases y la lucha de clases en el campo, fueron elemento claves para elaborar una estrategia política organizativa que movilizara a estos sectores rurales” afirmo el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Agregó que “el proceso revolucionario salvadoreño alcanzó un nuevo nivel al definir que la incorporación de las masas de obreros agrícolas al campo de las fuerzas revolucionarias, será el fenómeno que modificará radical y definitivamente la correlación de fuerza dentro de nuestro país y decidirá el triunfo de la revolución democrática, anti-feudal y anti-imperialista.”

“Y fue esto –señaló el catedrático universitario- lo que presenciamos en la década de los setenta del siglo pasado, se formaron grandes organizaciones revolucionarias de masas del campo, dirigidas por sectores revolucionarios que luego fueron base social del ejercito popular de liberación, el FMLN.”

“Publicamos este documento histórico, la primera parte del Programa Agrario del Partido Comunista de El Salvador, de marzo de 1964, aprobado por su V Congreso, que iluminó las conciencias de muchos lideres campesinos, que sirvió para comprender la realidad para transformarla.

“Lo hacemos en homenaje a Schafik Handal, en ese momento secretario de educación del PCS, su principal artífice, y en tributo a los miles de mártires campesinos de FECCAS-UTC, de ATACES, del MCS y de otras expresiones revolucionarias campesinas. De esta forma continuamos cumpliendo con nuestro compromiso de divulgar los principales documentos del movimiento revolucionario salvadoreño” concluyó Pineda.

De acuerdo con Domingo Santacruz, que fue uno de los principales dirigentes del Frente Unidosde Acción Revolucionaria de esa época, “parte de este importante documento fue tomado en el Programa del FUAR, en su Tercera Plenaria Nacional del 20 de Mayo de 1962, el cual no fue aprobado por carecer de una amplia discusión en los diferentes sectores organizados en ese entonces. Sin embargo, el evento del FUAR sirvió para motivar su difusión y discusión, lo que al final se convirtió en el Programa General y el Programa Agrario del PCS.”

Reflexión sobre duras y evidentes realidades

Por su importancia doy prioridad a este tema, aunque hay otros.

No voy a negar que las prerrogativas del poder, sea real, relativo o ficticio, ejercen influencia sobre los seres humanos, porque todos fueron educados así desde los tiempos más remotos de la especie.

No arribé en un minuto a lo que hoy pienso con relación al poder, pero estimo que se trata de un pensamiento consecuente. El modesto aporte de nuestra Revolución lo atribuyo al hecho de que nuestras respuestas a las interrogantes nunca involucionaron, a pesar del crudo realismo que nos impuso el brutal bloqueo del imperio.

Hablaba en la reflexión del pasado 31 de julio sobre lo que significaba para mí haber dispuesto de un año para reunir información y meditar a fondo en torno a los problemas vitales que amenazan hoy más que nunca a nuestra especie.

El pasado 24 de julio, la agencia rusa Ria Novosti publicó la siguiente información:

“Leonid Ivashov, coronel general, experto en materia de defensa, expresó que la principal herramienta de la política estadounidense es el dictado económico, financiero, tecnológico y militar.

“Implantándolo, Estados Unidos procura asegurarse la hegemonía mundial. Su estrategia de seguridad nacional indica explícitamente la necesidad de garantizar el acceso sostenible, es decir, controlado, hacia las regiones clave del planeta, las comunicaciones estratégicas y los recursos globales. Se trata de una estrategia consagrada en forma de ley, lo cual nos lleva a la conclusión de que a Estados Unidos le esperan en el futuro conflictos todavía más fuertes con Rusia, China e India.

“Washington se empeña en construir un sistema capaz de neutralizar el potencial nuclear de sus rivales estratégicos, Moscú y Pekín, para lograr un monopolio en el terreno militar. Estados Unidos quiere desplegar su escudo antimisil no solamente en Europa sino también en otras partes del mundo, para ver cuanto está pasando en Rusia y China. Asimismo, procura incrementar su arsenal ofensivo a un ritmo que supera incluso al del período de la Guerra Fría.

“Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN perdió el carácter defensivo que había tenido a la hora de su fundación, en 1949, para transformarse en una herramienta poderosa y agresiva al servicio de la oligarquía mundial, afanosa de establecer su dominio a escala planetaria. El nuevo concepto estratégico de la Alianza, aprobado en abril de 1999 gracias al esfuerzo de Estados Unidos, contempla funciones novedosas y amplía su ámbito de responsabilidades al mundo entero, sin limitarse al Atlántico Norte. El actual secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, visita con frecuencia Australia, Nueva Zelanda o Japón. La Alianza comenzó a pasar por encima del Derecho Internacional y del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos, entretanto, promueve la expansión de la OTAN y se niega a ratificar el Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), atribuyéndose el derecho de actuar al margen de limitaciones algunas y configurar las tropas a su antojo.

“Estados Unidos hace cualquier cosa por que Rusia no sea una jugadora autónoma. Los debates sobre defensa antimisil, Irán y Kosovo no han generado fórmulas de compromiso.

“Es importante que Rusia consolide sus posiciones y recupere su potencial geopolítico. A principios de la década del 70, cuando Moscú había logrado la paridad nuclear con Washington, este acabó por darse cuenta de que no podría ganarle en el ámbito militar y aceptó negociar de igual a igual. Como resultado, fueron firmados el Tratado de Defensa Antimisil (DAM), en 1972, y los posteriores Acuerdos sobre la Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (SALT). Lo único que respeta Estados Unidos es la fuerza. Si se siente en una posición más fuerte, jamás hace concesiones a nadie.

“Para neutralizar los planes de la hegemonía mundial, es preciso construir un polo alternativo, y existe ya un fundamento para hacerlo: la Organización de Cooperación de Shangai (OCSH).

“En realidad, parece un tanto incorrecto hablar de la fuerza estadounidense. Estados Unidos tiene poderío militar, economía vigorosa y cantidad enorme de moneda fuerte que puede imprimir de forma ilimitada, pero el rango geopolítico del país está por los suelos. Estados Unidos inspira muy poca confianza política al resto del mundo.

“En 1999, China y Rusia plantearon ante la Asamblea General de la ONU la necesidad de preservar el Tratado DAM de 1972. A favor de la propuesta votaron todos los países, con cuatro excepciones: Estados Unidos, Israel, Albania y Micronesia. El resultado testimonia el total aislamiento internacional de Estados Unidos.

“Será imposible resolver sin la participación de Rusia la situación configurada en el Medio Oriente, los Balcanes, la Península de Corea u otras regiones del planeta. Lo anterior se aplica en igual grado a China, que es capaz de hacer frente a la presión por parte de Estados Unidos. China goza de gran prestigio en el mundo, tiene una economía poderosa y una moneda fuerte.

“La OCSH debería reclutar a nuevos aliados y juntar el potencial de aquellos países que desean y son capaces de implementar una política autónoma. Primero, es necesario proclamar oficialmente el rechazo a la hegemonía mundial por parte de Estados Unidos. Segundo, China y Rusia deberían denunciar ante el Consejo de Seguridad de la ONU el despliegue del sistema DAM estadounidense, como acción que altera la arquitectura de seguridad global y amenaza a toda la comunidad internacional. China, India y Rusia podrían formar un frente único ante el dictado de Estados Unidos.

También es posible plantearse como tarea la estabilización del sistema financiero global. En el marco de la OCSH podría formularse una filosofía novedosa, basada en la armonía de civilizaciones y en el uso racional de los recursos naturales. La mayoría de los Estados seguramente apoyarán tales medidas, estoy convencido. Así se irá formando un nuevo polo político, el polo de la paz. La misión de la OCSH es crear un nuevo modelo del desarrollo para la civilización humana.”

“Al imperio estadounidense podría oponerse únicamente una alianza de civilizaciones: la rusa, cuya órbita incluye a la Comunidad de Estados Independientes (CEI); la china, la hindú, la islámica y la latinoamericana. Es un espacio inmenso en el que podríamos crear mercados más equitativos, nuestro propio sistema financiero de carácter estable, nuestro engranaje de seguridad colectiva y nuestra filosofía, basada en la prioridad del desarrollo intelectual del hombre frente a la moderna civilización occidental que apuesta por los bienes materiales y mide el éxito con mansiones, yates y restaurantes. Nuestra misión es reorientar al mundo hacia la justicia y el desarrollo intelectual y espiritual.”

Hasta aquí las ideas esenciales del pensamiento de Ivashov, transmitidas por Ria Novosti.

Hemos podido precisar que el General Leonid Ivashov es Vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, fue Secretario del Consejo de Ministros de Defensa de la Comunidad de Estados Independientes y Jefe del Departamento de Cooperación Militar del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. El 11 de septiembre del 2001, día en que ocurrieron los hechos trágicos de Nueva York que sirvieron de pretexto para definir las bases de la política genocida de Estados Unidos hace casi 6 años, el general Ivashov era Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas. Un hombre realmente bien informado. Vale la pena que nuestro pueblo conozca sus puntos de vista.

Es obvia la preocupación que siempre ha tenido la Revolución cubana por la educación del pueblo. Juzgando mi propia experiencia, llegué pronto a la idea de que únicamente la conciencia podía prevalecer sobre los instintos que nos rigen. Los avances tecnológicos hablan hoy de la posibilidad de manipular las funciones de las células del cerebro humano. ¿Para qué servirá todo eso en un mundo donde impera el valor comercial de los bienes y servicios? ¿Qué autoridad lo determinará? Por esa vía y a través del robo desvergonzado de cerebros, fenómeno en el que hay que insistir porfiadamente, podrían destrozar lo que más vale del ser humano, que es su educación a través de la conciencia.

De los laboratorios puede salir un medicamento que salve vidas, algo socialmente muy valioso si tal producto pudiera ponerse al alcance de todos.

Pero de los laboratorios están naciendo también todo tipo de armamentos que pueden poner fin a la vida humana.

La publicidad comercial y el consumismo son inconciliables con la supervivencia de la especie. Háganse todos los cálculos posibles y se verá que los recursos naturales, el espacio, el clima, el tiempo y el sistema, al paso y en la dirección que llevan, no pueden arrojar otro resultado.

De nuevo amenazan con desalojar Comunidad La Cuchilla

ANTIGUO CUSCATLAN, 3 de agosto de 2007 (SIEP) Mientras la población disfruta de las fiestas agostinas, la Comunidad La Cuchilla, carretera a Santa Tecla, se encuentra de nuevo amenazada con el desalojo por parte de la alcaldesa arenera Milagro de Navas.

Este día se presentó a la Comunidad La Cuchilla un equipo municipal para realizar un censo de las familias que habitan para proceder al desalojo. Es que esta comunidad esta ubicada enfrente de dos lujosos centros comerciales, Multiplaza y Las Cascadas y estos pobres dice la Alcaldía “afean el lugar.”

Fidel Flores, dirigente comunal expresó que “únicamente nos amenazan con desalojo y no presentan ninguna alternativa, es algo totalmente injusto, la mayoría de pobladores son ancianos y ancianas y niños que no tienen donde ir y no tienen empleo. Es lanzarlos a la calle.”

“Nuestro pecado es vivir frente a estos centros comerciales. Pero aquí hemos vivido toda nuestra vida. Es injusto que pretendan sacarnos. Vamos a defender nuestro derecho a tener un techo donde vivir. ¿Y donde esta el gobierno con sentido humano? Solo son sirvientes de los ricos que mandan en este país.”

“Hacemos un llamado desesperado a nuestros hermanos y hermanas d e la solidaridad internacional a que denuncien esta injusticia que se pretende cometer y que nos ayuden a no ser desalojados. Confiamos en Dios que él nos esta ayudando. Tememos que se van aprovechar de las vacaciones agostinas para desalojarnos. Ayúdennos por favor…”

El cuarto poder de la globalización

El cuarto poder de la globalización
Por Mónica Alvarez, IRW: Equipo de Investigaciones “Rodolfo Walsh”
La prensa oral y escrita, el cine, la televisión, y el último invento, internet, sin olvidarnos de las empresas de publicidad y mercado, son los factores más importantes para la dominación. Se utilizaron y se utilizan para apoyar el ejercicio del poder de los grandes grupos antaño políticos y hoy económicos
En los años 70 Armand Mattelart y Ariel Dorfman escriben ’”Para leer al Pato Donald”. Este libro fue concebido por sus autores como un manual de descolonización; marca como aquello que es aceptado como “entretenimiento infantil sano” por toda la sociedad está en realidad trasvasando formas de ser de una sociedad a otra directamente a los cimientos de la misma: niños y jóvenes. De esta manera se generan pautas conductuales naturales en la sociedad receptora, ajenas a la misma, que responden a necesidades concretas de la sociedad emisora.

Cuando se habla de globalización, se piensa en primer lugar en términos económicos y financieros, en políticas de vaciamiento y desplazamiento de industrias así como de las consecuencias lógicas que acarrea este proceso. Poco se piensa en otros factores que también conforman ese ámbito y que coadyuvan la inserción de esas ideas en la sociedad logrando una resistencia menor o nula a los cambios.

El cuarto poder

Haciendo un poco de historia vemos que quien maneja las ideas de una sociedad es quien determina el curso de la misma. Desde ideólogos como San Agustín para el cristianismo, pasando por Goebbels de la Alemania nazi hasta los Terminator en sus diferentes versiones, van induciendo a pensar de una determinada manera que pasa a ser considerada como deseada y aspirada de forma tal, que aquellos individuos que se oponen a la conducta generada por este patrón, son considerados como inadaptados; de allí, a peligrosos, hay tan sólo un leve matiz.

En su conferencia en Buenos Aires sobre “La estructura de dominación hoy y los límites de la democracia”, el pensador esloveno Slavoj Zizek demuestra como funciona la estructura de dominación en las sociedades “permisivas” posmodernas contemporáneas y su influencia en la llamada democracia. La clave está en la permisibidad y no en el silencio como se podría suponer; éste último haría sospechar que algo se oculta.

De otra forma, exponiendo la opinión del adversario en primer lugar, lo que se recuerda es la aseveración que se marca al final, ya sea como información o como cuestionamiento.

Los medios de comunicación, la prensa oral y escrita, cumplen la función básica y efímera de describir la realidad social. De esta manera los ciudadanos están informados en forma objetiva y rápida del acontecer nacional e internacional que afecta sus vidas. Su acción es eficaz e inmediata al entrar el individuo en una interacción de ideas y a la apelación que el medio hace a sus sentidos.

Es interesante notar que lo efímero y la objetividad juegan con la otra función de los medios que es la de atraer e influenciar la opinión individual y colectiva aún cuando ello signifique dejar de lado la veracidad.

Lo efímero se actualiza a través de matices o ampliando la información en días sucesivos. Para quienes tienen acceso al cable, las cadenas informativas bombardean con la misma noticia para influenciar simultáneamente determinada opinión en los rincones más diversos.

La objetividad es parcial ya que está condicionada por la línea de un grupo o del propio periodista. Las noticias que nos llegan ya sea por el medio escrito, oral o visual no presentan el hecho ocurrido sino que lo modifican/alteran para cumplir con un determinado objetivo, el político, no siempre claro para el receptor. Para ello apela a la sensibilidad del mismo.

Adoctrinamiento

La industria de Hollywood ha servido el “estilo de vida” norteamericano con valores universales como la libertad del ser humano, de los países, la posibilidad de riqueza y la disposición del norteamericano en acudir rápidamente en ayuda del necesitado/oprimido.

De esta forma se obtienen dos cosas: la apetencia por estos valores y la defensa de los mismos. En el inconsciente de la sociedad, esa defensa está íntimamente ligada a la idea de que es el yanqui el único que puede llevarla a cabo.

Mediante la presentación reiterada de situaciones tipo, se generan en nuestro inconsciente aseveraciones estereotipadas. Por ejemplo: el héroe de la película, si ha sido un rebelde social, muere al finalizar la misma; esto es válido para Humphrey Bogart como para Arnold Schwarzenegger.

Los malos de la historia han ido evolucionando a través de los tiempos según las necesidades; primero fueron los indios, luego los mexicanos; más tarde los mafiosos (léase italianos e irlandeses). En la esfera ideológica evolucionaron de los nazis alemanes y fascistas italianos a los japoneses; pasaron por Vietnam, manteniendo los soviéticos su papel estelar hasta el desmantelamiento la de URSS. Más tarde le llegó el turno a los colombianos y ahora a los árabes en general con claras alusiones a las conexiones con Al Qaeda.

En todos los casos aparece un norteamericano o varios que ayudan a los desvalidos locales a luchar contra los indeseables. De esta manera se marca la necesidad de dependencia del mundo de los aportes militares de los Estados Unidos.

Ellos detentan la verdad, la bondad y el poder de castigar cual Dios Todopoderoso. Este panorama se repite a diario en la televisión y en el cine potenciando el impacto de las noticias que llegan a través de la radio y de la prensa escrita.

Las corporaciones mediáticas y las de segunda línea controlan la mayoría de los medios del mundo. Buscan la uniformidad; compran el producto nacional cuando éste logra la preferencia de la audiencia para modificarlo o discontinuarlo de manera tal que se mantenga el molde.

Globalización y complicidad. La nueva fase del colonialismo

Los medios de comunicación pueden ser cómplices de los procesos políticos o aporte en la tarea de la transformación social.

”El poder de la prensa es primordial” escribe Theodore White en The Making of the President. “Establece la agenda de discusión pública. Es un avasallador poder político que no puede ser controlado por ninguna ley. Determina lo que la gente habla y piensa con una autoridad reservada en algunas partes del mundo sólo a los tiranos, sumos sacerdotes y mandarines.” La complicidad de los medios de comunicación con los procesos corruptos que quiebran económicamente a los países luego de colaborar con su desmantelamiento es parte de la estrategia para fortalecer sus negocios y extenderlos.

La dictadura de los Medios

Nueve empresas globales de la comunicación (ocho de ellas estadounidenses) controlan la mayor parte de los satélites, las telecomunicaciones, la televisión, la radio, Internet, el acceso a la información, la industria cultural y el entretenimiento en todo el orbe.

La Asociación Mundial de Comunicación Cristiana (WACC por sus siglas en inglés) señala que la economía del libre mercado y los medios de comunicación, las principales fuerzas de la globalización, imponen patrones de consumo y formas de vida en todo el mundo.

”El mensaje monocultural de los medios de comunicación globales le está haciendo a la diversidad cultural lo que la globalización económica y la explotación no sustentable le hizo a la biodiversidad del mundo. Hoy existen más de 5 mil lenguas y culturas en todo el planeta, la inmensa mayoría amenazadas con desaparecer”, se afirma en un informe de la WACC sobre la propiedad de los medios de comunicación difundido recientemente.

Las políticas neoliberales han abierto en casi todos los países la propiedad de los medios escritos, las estaciones de radio y televisión, así como el cable y la televisión digital y satelital, a los intereses trasnacionales.

El mercado mediático global ha acabado dominado por las ocho corporaciones trasnacionales que rigen en los medios de Estados Unidos: ATT/Liberty Media, Disney, Time Warner, Sony, News Corporation, Viacom y Seagram, además del gigante alemán Bertelsman’.

Existen unas 50 empresas que participan del mercado mediático global. La mitad de estas firmas son estadounidenses; el resto europeas y japonesas. Las estadunidenses: Dow Jones, Gannett, Knight-Ridder, Hearst and Advance Publications. Las europeas: Kirch Group, Havas, Mediaset, Hachette, Prisa, Canal Plus, Pearson, Reuters y Reed Elsevier. Las japonesas, aparte de Sony, son productoras locales.

Hay una segunda línea, compuesta aproximadamente por 60 empresas que controlan sus propios mercados y son fuertes a nivel nacional o regional. Su lema “expandirse o morir”. Entre unas y otras controlan la mayoría de los medios del mundo: libros, revistas y periódicos; música, producción de televisión; estaciones y canales de cable, televisión satelital, producción cinematográfica, telenovelas, etc.

Según Robert McChesney, “la hipercomercialización de todas las actividades y el crecimiento del control corporativo traen consigo un contenido político: consumismo, desigualdad de clase, individualismo, son tomados como valores naturales, mientras que el activismo político, los valores cívicos y las actividades no comerciales se ven marginadas”. (Rich Media, Poor Democracy, 1999).

La información desigual

La desigualdad crece. Mientras que las clases medias y altas son consumidores y/o emisores de los nuevos medios (cable, antenas parabólicas y tv digital, Internet, telefonía celular), las clases urbanas y rurales quedan excluidas de los medios en sus países, donde sólo son presentados como noticia (tragedias, conflictos), casi nunca son emisores. A esto se suma el hecho de la regionalización de las noticias.

El acontecer capitalino y el de las grandes ciudades, por banal que sea ocupa la agenda del día como sucesos del ámbito nacional en función de su rentabilidad económica; el interior sólo merece una líneas de acuerdo a la trascendencia del hecho o se excluyen.

Estos códigos coloniales son trasladados desde otras grandes urbes y se hacen carne en las capitales y alrededores y son reproducidas y enviadas hacia el interior, siendo de esta forma colonizado por estos códigos de vida que poco tienen que ver con las realidades, identidades y símbolos provinciales o regionales.

El colonialismo informativo es esencial para dominar, porque como bien decía John William Cooke: la politización de la clase dominante implica la despolitización de las clases dominadas. No pensar, no actuar, no vivir.

Muchos países han ajustado su legislación permitiendo el acceso a los medios a empresas extranjeras; en otros casos se ha permitido la privatización de los mismos. En algunos casos hay una corriente de pensamiento que sostiene la necesidad de medios no comerciales.

En los países pobres, la privatización y la apertura nacional a los capitales trasnacionales fueron directrices impuestas indirectamente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio al condicionar la ayuda a la aplicación de recortes en gastos públicos y subsidios y a la comercialización de todas las actividades. Los servicios públicos de radio y televisión sólo merecen unas líneas de acuerdo a la trascendencia del hecho o se excluyen.

Sin embargo la desigualdad se mantiene; Bernstein parece olvidarla o, la deja de lado concientemente. El fenómeno de Internet tiene como requisito indispensable la posibilidad de acceso a ese medio, una posibilidad económica poco pensable en pueblos donde el acento primordial es el hambre, incluyendo poblaciones de los Estados Unidos.

Es esa diferencia económica de posibilidades lo que contribuye a la uniformidad. El cuadro del mundo que se presenta a la gente no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda enterrada bajo montañas de mentiras.

Cuando éstas no funcionan y la permisibidad falla gana terreno la censura ya sea impuesta en forma vertical, gobiernos a los medios o la autocensura. En el primer caso, las noticias pasan por un cedazo que indica qué y cómo publicar; en el segundo existen sobreentendidos sobre lo que es conveniente dejar de lado.

Informar o formar

El periodista debe tener la capacidad de insertar los hechos de los que es testigo en su contexto histórico, social, cultural y político. Su responsabilidad es enorme.

Debe unir su capacidad de informar con veracidad con la formativa, destacando de la maraña informativa aquellas porciones indispensables para la comprensión de la realidad.

En las grandes rebeliones sociales de los últimos años, la comunicación entendida como coordinación del comportamiento jugó un papel decisivo. Los medios alternativos y lo que Umberto Eco define como “guerrilla semiológica” (serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente) son las formas que se generan para combatir la potencialidad de controlar “el mensaje” y “ejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia”.

De esta forma se puede explicar la reacción de los españoles a la campaña de Aznar para inculpar al ETA y la respuesta del pueblo venezolano a la justificación del golpe de estado por parte de la derecha dirigido a la clase media antichavista.

Este tipo de difusión de la información veraz por medios tradicionales e informales, internet y telefonía celular, modifica en casos puntuales, casos de España y Venezuela, los designios de las trasnacionales.

Y he ahí la importancia que reviste el desarrollo de los medios alternativos como trincheras de combate en una guerra de guerrillas semiológica contra la dictadura de los medios de comunicación masivos sobre el colectivo.

ACJ concluye Curso sobre VIH-SIDA para jovenes de Apopa y Aguilares

SAN SALVADOR, 1 de agosto de 2007 (SIEP) “Agradecemos a la Asociación Cristiana de jóvenes (ACJ) de El Salvador por habernos incluido en este programa sobre VIH-SIDA” dijo el Lic. Jesús Moreno, jefe de Recursos Humanos de la Alcaldía de Aguilares.

Durante este año, jóvenes de escuelas secundarias del norte de San Salvador, formaron parte de un programa de capacitación sobre VIH-SIDA impulsado por la ACJ de El Salvador, con el apoyo de Servicio Mundial Judío Americano.

Los graduados expresaron su voluntad de compartir sus conocimientos en sus escuelas y comunidades, para prevenir así la expansión del VIH-SIDA en El Salvador que ya esta golpeando, con su secuela de discriminación y dolor, a sectores tanto urbanos como rurales.

La Licda. Katia Mercher, secretaria general de la ACJ indicó que “nuestra meta es abarcar a los sectores más vulnerables y entre esto se encuentran los adolescentes y jóvenes y por eso es nuestro trabajo en las escuelas, con el apoyo d e as alcaldías. El ejemplo de Aguilares es paradigmático.”

Finalmente, el Rev. Roberto Pineda, Presidente de ACJ destacó que “este esfuerzo sobre VIH-SIDA forma parte de nuestros principios de promover la amistad y la solidaridad entre jóvenes de distintas comunidades en este mundo capitalista dominado por el egoísmo y la indiferencia hacia los demás. Es parte de nuestro testimonio de fe en Jesucristo como Salvador y Liberador de nuestras vidas.”

Unidad Universitaria participa en Marcha del 30 de Julio 2007

SAN SALVADOR, 30 de julio de 2007 (SIEP) Desafiando las amenazas del régimen dictatorial arenero, centenares de estudiantes de la Universidad de El Salvador salieron a las calles esta tarde para conmemorar el 32 aniversario de la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975.

La manifestación estuvo acompañada también por miembros de comunidades del Bloque Popular Social, por pastores de las Comunidades de Fe y Vida (COFEVI) y por docentes de la recién creada Unidad Universitaria.

El Rev. Roberto Pineda, del Bloque Popular Social, expresó que “esta es una tradición popular de rendir homenaje al sacrificio de nuestros mártires y héroes estudiantiles, que con su sangre nos permitieron derrotar a la dictadura militar y abrir el camino para la presente etapa de lucha…”

El Rev. Luís Guzmán, de la Iglesia Bautista Popular, informó que “luego de la marcha realizaremos un Culto Ecuménico en la UES. Este es un momento de mucha espiritualidad, que surge desde estos mártires que nos convocan a seguir luchando. Cada nueva generación se forja en esta fiesta de la memoria subversiva…”

Por su parte, el Ing. Rufino Quezada, expresidente de AGEUS y candidato a la rectoría por el Movimiento de Unidad Universitaria, encabezó al grupo de docentes que participaron en esta emblemática marcha estudiantil universitaria.

Indicó que “aquí estamos para reiterar nuestro compromiso con la defensa de la autonomía universitaria, amenazada por grupos pro BID al interior de la UES incluso dentro de las mismas autoridades; que pretende privatizar a nuestro Primer centro de estudios superiores del país…”

“Así como para exigir un presupuesto justo que nos permita el ingreso masivo, la reconstrucción de nuestras instalaciones e impulsar una profunda reforma académica y administrativa, que ponga al Alma Mater al servicio del país y de las mayorías populares.”

El Salvador: la prensa engañosa

Enviado: 24/07/2007

EL SALVADOR:

LA PRENSA ENGAÑOSA

Guillermo Mejía
panteranegra1@yahoo.es
Periodista y docente de la
Universidad de El Salvador

Como reptil silente, agazapado en los rastrojos y la oscuridad, persiste un viejo concepto de hacer periodismo, cuyas principales indecencias se manifiestan en el avasallamiento de gran parte de la prensa nacional a sectores del poder económico y político, incluido el gobierno de turno.

Aunque esa conclusión no sea del agrado de muchos involucrados en el hacer comunicacional yo he recibido insultos por ejercer crítica y hasta me han tildado de no ser salvadoreño-, es menester recordar la exigencia que les imponen a los periodistas sobre la urgencia de presentar noticias positivas, a fin de no profundizar la desesperanza de las audiencias.

En ese sentido, los puntos de partida, fuentes cifras, declaraciones, etc.-, interrelaciones, enfoques, casi siempre van comprometidos por órdenes de jerarquía que siguen una línea de trabajo coherente desde las direcciones, jefaturas de redacción, editores hasta periodistas que, al final, se ven obligados a firmar contenidos con los cuales no concuerdan.

Periodistas de los matutinos El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica, así como de la Telecorporación Salvadoreña (TCS-Noticias), Canales 2, 4 y 6, han advertido sobre la línea de trabajo en función de esas noticias positivas o, en adición, sobre el cuidado que deben tener en cuanto a la información que involucre un choque entre el partido oficial Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y la parte que consideran radical de la izquierda.

Un abordaje de las ediciones de ambos periódicos, así como de las emisiones de TCS-Noticias o sus hermanos Cuatro Visión, de Canal 4; Tele Dos, de Canal 2; y El Noticiero, de Canal 6; prueba fehacientemente los grados de compromiso editorial que no se quedan en sus espacios de opinión, sino que trascienden a los informativos.

Similares faltas se encuentran en otros medios impresos de menor incidencia, como Diario El Mundo y Más!, o emisoras de radio de importancia, como YSKL, donde se encuentran editores o periodistas haciendo doble trabajo, que malogra su contenido informativo por estar cargado de proselitismo.

Está más que confirmado que uno de los editores de la YSKL también forma parte del personal asesor de la Policía Nacional Civil, mientras otros colegas enfilan su trabajo informativo en función de las políticas de gobierno del presidente Francisco Flores manteniendo una actitud servil y acrítica.

Esa misma condición de asesores se encuentra en otros medios de difusión, ya que son tantas las necesidades de las entidades oficiales y semioficiales como el aprovechamiento de las desgracias de muchos periodistas salvadoreños. Al grado que algunos jefes del Canal 33, que tienen que ver con Teleprensa, también han venido asesorando a la Corte Suprema de Justicia.

Por ese avasallamiento, muy interesado, leemos, escuchamos o vemos una ráfaga de información progubernamental o limitada a las necesidades propagandísticas de funcionarios, banqueros, cafetaleros, cañeros, industriales, en fin, sectores pudientes que gozan el privilegio de contar con espacio en detrimento de información ciudadana.

Sería harto que algunos de esos medios de difusión no dispusieran de un espacio, que es marginal por supuesto, donde se constatan malos procedimientos e incluso corrupción, aunque nunca toquen la fibra de quienes ejercen el poder. Muy difícil aún encontrar información que ponga en tela de juicio, por ejemplo, a los banqueros especuladores.

La prueba de profesionalismo que ponen algunos editores y periodistas al aparecer ciertos trabajos con cierta crítica sobre el desempeño de entidades como el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura), el Parque Zoológico Nacional, el Comité de Emergencia Nacional o la incompetencia de la Corte de Cuentas y los diputados, entre otros, es muy débil. Sacar a luz eso y más es una obligación ético-moral que tienen los medios con sus audiencias. Más firme sería que salieran a luz los peces gordos y no sólo los gatos.

El reino de las falacias

Es inconcebible que a estas alturas máxime después de una guerra sangrienta de 12 años- algunos editores, jefes y hasta periodistas sigan pregonando que El Salvador es baluarte de la libertad de expresión y difusión del pensamiento, además de pretender mostrar a los medios de difusión como garantes del derecho a la información.

A lo que se puede llegar en una sociedad, como la salvadoreña, en la actualidad es a rescatar ciertos niveles de tolerancia y debate, que sí los hay, como es el trabajo honesto que cumplen, por ejemplo, Canal 12 en sus espacios informativos y de opinión, el diario Co Latino, en medio de sus adversidades, y algunas radios de naturaleza comunitaria.

Pero, en general, estamos sometidos a una descarga de información, en cuantía des informadora y dependiente del poder económico y político de ahí la limitante que parte de quiénes son los dueños-, que muestra la naturaleza de los medios de difusión dentro de una sociedad sometida a la intolerancia, atraso y menosprecio por la verdad y el conocimiento.

Un análisis reciente sobre las condiciones de la prensa centroamericana concluye que (…) el público continúa percibiendo a los medios como actores políticos que en algunos casos operan abiertamente como instrumentos de partido, grupos económicos, o grupos de presión. Estos intereses suelen ponerse en evidencia durante las campañas electorales.

Tampoco puede ocultarse que al amparo de la libertad de expresión, con frecuencia ciertos medios incurren en faltas éticas en perjuicio de personas e instituciones. (Chamorro y Arene; 2001; 18).

Vuelvo a darle la razón a Héctor Borrat, periodista uruguayo radicado en España, quien ubicó al periódico (en fin a los medios de difusión) como activo actor político que ejerce su función en medio de intereses partiendo de sus intereses propios- que hay en la sociedad e incluso puede criticar a quienes comparten sus ideas si realizan acciones que no aprueban.

El periódico puede ser actor de conflictos por acción, a iniciativa propia, o por reacción ante la iniciativa de otros. Está insertado en una vasta red de conflictos, bilaterales unos, multilaterales otros, enfrentándose con un elenco muy amplio y variado de antagonistas. (Borrat; 1989; 16-17).

Y, en ese persistente encuentro, los medios de difusión también como he afirmado antes- sucumben ante los intereses del poder económico y político, en especial si existen dentro de las empresas periodísticas especies de comisarios políticos, tal como sucede en La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy, TCS-Noticias, etcétera.

En ese caso, vale traer a cuenta la acusación que le hiciera recientemente el diputado del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, a uno de los editores de El Diario de Hoy, el costarricense Lafitte Fernández, de estar confabulado con el gobierno de Francisco Flores.

Similar acusación hizo otro diputado del FMLN, Humberto Centeno, contra un periodista de La Prensa Gráfica, aunque al final pidió disculpas. Sin embargo, es cierto que mucho trabajo periodístico ha servido a Arena o a la inteligencia del Estado, para desacreditar a la oposición. El problema que tuvo Centeno se debe a su carácter explosivo que le impidió ir más a fondo.

La presencia del foto-periodista Flavio Villacorta, ex editor de La Prensa Gráfica, en la conducción del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) dice mucho de la participación de muchos periodistas en trabajos que nada tienen que ver con la labor de informar a la ciudadanía. Y se dice, en los mismos medios, que existen varios.

Otra prueba en la misma dirección se encuentra en las reuniones periódicas que mantienen editores y jefes de medios de difusión con el presidente Francisco Flores o su aparato de propaganda, donde obtienen ciertas líneas de trabajo que ya en los medios- se vuelven campañas orquestadas para debilitar o anular a la oposición.

Los periódicos viajes de Flores y algunos de su gabinete, en los cuales lleva periodistas invitados que les sirven de cajas de resonancia, serviles y acríticas, también es otra prueba de que algo anda mal en los medios de difusión principales del país que se dicen respetuosos del derecho a la información.

Encontramos viajes incluso con la Primera Dama, Lourdes de Flores.

Recientemente, el rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), José María Tojeira, criticó la forma en que La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy escogen la información, basado en la ausencia de cobertura a la vigilia conmemorativa del asesinato de los padres jesuitas y sus colaboradoras, el 16 de noviembre.

Los casos de delincuencia común son más interesantes para estos ilustres periodistas que un caso en el que se debate, de fondo, la aquiescencia a tratados internacionales, el apego a la doctrina jurídica internacional, el paso civilizado al ejercicio de la justicia sin interferencias políticas y sin decisiones arbitrarias (…).

(…) lo cierto es que cuando un tema no conviene a los dueños de los medios, la cerrazón es exactamente igual a los tiempos de la guerra. Cuando se tocan intereses grupales en los que el medio está involucrado, el silencio es la norma. (…) Nuestra prensa escrita, a nivel de grandes matutinos, y parte de la televisiva, continúa sometida a intereses políticos y económicos (…). (Tojeira; 2001; 12).

Pero al lic. en Idiomas Marvin Galeas, columnista de El Diario de Hoy, no aprueba comentarios de esa índole y afirmó en un escrito reciente que desde siempre ha habido una tendencia de la izquierda a satanizar a los grandes medios.

(…) Es cierto que hay en el mundo pésimos medios de comunicación, que cuentan con enormes ganancias. Es el caso de los tabloides sensacionalistas de Inglaterra y de algunos programas de televisión norteamericanos. Sinceramente pienso que no es el caso de los grandes medios de nuestro país. (Galeas; 2001; 40).

Galeas, un ex guerrillero converso, libra en su texto en especial a El Diario de Hoy y a TCS-Noticias.

Ricardo Chacón, editor de Diario El Mundo, también comparte la visión que no es cierto que exista manipulación informativa por parte de un grupo de periodistas que se sirven en bandeja a los dueños de los medios, para que seleccionen la información que será leída, vista o escuchada por las audiencias.

Esta concepción estrecha pasada de moda, pero aún vigente en varios periodistas y gremios de periodistas-, no toma en cuenta los avances de la llamada sociedad del conocimiento, donde la información no sólo prima, sino que es casi imposible manipularla, dada la gran cantidad de ésta que circula por toda la sociedad. (Chacón; 2001; 17).

Chacón, ex estudiante de los jesuitas y director de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad José Matías Delgado, cree que existen trasnochados ideólogos de izquierda tras los planteamientos críticos acerca del papel de los medios de difusión en una sociedad que se dice inserta en un proceso democrático.

Coincidencias aparte, suelen compartir en varios espacios y similares visiones Ricardo Chacón, Marvin Galeas, el costarricense Lafitte Fernández, Cecilia Gallardo de Cano (La Prensa Gráfica), Eduardo Torres (TCS-Noticias/ El Diario de Hoy), Julio Rank (El Noticiero, Canal 6), el nicaragüense Alvaro Cruz (Más!), Raúl Beltrán Bonilla (YSKL), entre otros, como sellados por el mismo fuego.

Otro problema que enfrenta el periodista honesto y algunos medios de difusión como Canal 12, Co Latino y las radios comunitarias que pone en tela de juicio el libre ejercicio con que dicen contar ciertos medios de difusión es el veto publicitario impuesto tanto por entidades del gobierno como por algunas empresas privadas de importancia.

La apertura informativa no alcanza a los anunciantes y las agencias de publicidad. El gobierno y las empresas siguen distribuyendo su inversión publicitaria en forma discriminatoria. (Funes; 1995; 22).

Es decir, el anuncio no viene por calidad en la información, sino por el acomodamiento a los intereses de sectores de poder económico y político.

El periodista y escritor Horacio Castellanos Moya, quien dirigió el efímero semanario Primera Plana, confesó con amargura que su esfuerzo por superar la cobardía intelectual y por decir lo que mucha gente no quería oír: Lo pagamos con el aislamiento y la asfixia. Casi nadie quiso involucrarse con un grupo de periodistas procedentes en su mayoría de la izquierda- que no era controlable por ningún partido político (…) la libertad de decir no era cotizable en el mercado de la información.

(…) aún con amargo en el gusto, me resisto a aceptar que el papel de nuestro esfuerzo haya sido tan sólo el de una cuña que apresuró cierta modernización y apertura en los grandes diarios. Pero quizás ese juicio sea demasiado generoso. Porque cuando lo titulares como Gobierno promete frenar la desaceleración o veo primeras planas consecutivas chorreantes de sangre, me pregunto hasta dónde los cambios han sido sustantivos. (Castellanos Moya; 1996; 10).

Lamentablemente para la sociedad salvadoreña esos cambios no han sido sustantivos en cuanto a la apertura de los medios de difusión, en especial por el escaso margen de maniobra que aún tienen con respecto al poder económico y político, sumada la ausencia de cuadros que valoren la ética profesional.

La lucha por el cambio

Y es en la ausencia de un compromiso con la ética periodística, por parte de la mayoría de medios de difusión, donde se tiene otro de los grandes problemas que imposibilitan el cumplimiento del derecho a la información en este país centroamericano.

Es muy común todavía encontrar las prebendas en oficinas estatales y privadas. Muchos pensaban que la popular menta (regalía) era cuestión del pasado, pero es una realidad inocultable en el ecosistema comunicativo salvadoreño, con el agravante que no son sólo los viejos quienes se venden como era costumbre- sino que muchísimos jóvenes.

Para empezar diría que, aun cuando la mayoría ha asistido a las aulas universitarias, parece que pasaron de largo el instante en que se discutió sobre la ética y las relaciones turbulentas que se dan en la esfera pública. En su alienación, hay periodistas que se sienten orgullosos cuando el presidente Flores les dice su nombre y llegan al extremo de creer que es su amigo personal.

En la última conferencia de prensa del Banco Central de Reserva, el pasado 17 de diciembre, los periodistas degustaron un pequeño banquete preparado por el personal de comunicaciones de la entidad. Había pan con pavo, boquitas y refrescos. Al final, les regalaron botellas de vino y galletas saladas envueltas en papel especial.

Conversando mucho después con unos colegas del Canal 33 me dijeron que en una conferencia anterior del mismo banco el personal de comunicaciones había encuestado a los periodistas asistentes, para que decidieran entre el pan con pavo u otra comida. Obvio, ganó el pavo. Y también el banco al caer bien con una prebenda que se toma en el medio periodístico como normal y por supuesto muy esperada por algunos periodistas.

Muchos comunicadores y sus jefes dicen que eso no contamina el traslado de información a la gente. En esa misma línea aceptan otros tipos de regalías que incluyen viajes a diferentes partes, favores, conectes, en fin, una serie de cuestiones que vician la información que pertenece a las audiencias.

Para aclarar un tanto es menester recordar la postura del profesor Enrique Bonete Perales, de la Universidad de Salamanca, España, sobre la ética de la información. El académico afirma tres éticas: 1. Ética prescriptiva de la información: la misión moralizadora que corresponde a los medios de difusión. 2. Ética descriptiva de la información: fomenta el compromiso de los medios de difusión en dar a conocer lo más fielmente posible lo que de hecho acontece en la sociedad, o sea narrar con la máxima objetividad posible. 3. Ética lingüística de la información: los medios de difusión tienen que ser concientes de los supuestos e implicaciones morales que conlleva la utilización del lenguaje, y convertir al lenguaje mismo en objeto principal de responsabilidad moral.

Es decir, aunque complejo, es un problema que los periodistas tenemos que afrontarlo con urgencia y de buena gana, para coadyuvar en el establecimiento de una sociedad más justa, fraterna y solidaria. De lo contrario, estamos condenados y, en la misma forma, condenamos al atrasado y a la ignorancia a los ciudadanos.

Un primer ejemplo, gran ejemplo diría, fue la edición del Código de Ética de la Prensa de El Salvador, en el seno de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), en 1999. Un valioso intento de los mismos comunicadores que pensaron en esa urgente necesidad de corresponder al derecho que tiene la población de recibir información adecuada y acceder a los medios.

Si bien es cierto que las normas éticas son de aceptación personal, el cumplimiento de las pautas que contempla el presente documento podría servir como guía del comportamiento de quienes aspiran a ejercer un periodismo profesional, escribió en la presentación del código el periodista David Rivas, presidente de APES.

El otro esfuerzo por cambiar esa situación en que se encuentra el quehacer periodístico salvadoreño va en dirección del fortalecimiento de la organización gremial, llámense asociaciones, sindicatos, colegios, clubes, etc., ya que así como vamos apenas aparecemos punteados en el espectro.

En una sociedad como la salvadoreña es cierto que hablar de organización ha sido una especie de blasfemia, con mayor razón si se utiliza la palabra sindicato, pero, a la vez, el periodista debe ser conciente de las torpezas que se han cometido frente a la adulación del poder que se siente servido de buena manera y a tiempo (máxime con las microondas).

Ahora, decir que no se puede por las condiciones en que se trabaja, no hay tiempo para discutir los problemas o que los dueños de los medios de difusión impiden todo esfuerzo, son verdades a medias. Antes de la guerra se decía lo mismo, durante la guerra igual (y con más justificaciones). Seguir con el mismo discurso, en la pos guerra, es un recurso devaluado de cara a la urgente necesidad de cambios. (Mejía; 1995; 17).

Es hora que demos el salto. Los instrumentos dados por la ética periodística, como referente, y la organización como base están de nuestro lado. El poder económico y el político ya tienen los suyos, pues hacen y deshacen en sus medios sin importarles la violación de las libertades y derechos de la ciudadanía.

El periodista checo Sasa Vucinic, del Media Development Loan Fund , alertó sobre la necesidad de que cada vez existan más voces en los medios de difusión, porque sólo así se puede decir que se vive insertado en un proceso democrático. En ese sentido, alabó el hecho que cada vez salen nuevos espacios en el ciberespacio.

En El Salvador y en Centroamérica los dueños de los medios de difusión también tienen derecho a escoger. O abren sus espacios a esas otras voces o permanecen inconcientes de este cambio dramático dentro del sector de los medios de comunicación y la sociedad sobre los cuales se supone hacen los reportajes, e ignorar el hecho que ahora se pueden leer las noticias en su teléfono celular, y todavía tratarán de detener al océano.

Yo sólo veo una ventaja para aquellos que se decidan por la segunda opción. Tendrán el privilegio de experimentar, de primera mano, como se sintieron los dinosaurios hace mucho tiempo. (Vucinic; 2001).

Fuentes consultadas:

-Borrat, Héctor (1989), El periódico, actor político, Barcelona, Editorial Gustavo Gili.

-Castellanos Moya, Horacio (1996), Primera Plana: Recuerdo libertario. En: Revista Tendencias, 53, 9-10. San Salvador, El Salvador.

Chacón, Ricardo (2001), Algunas ideas sobre medios y justicia II.

En: Diario El Mundo, edición del 7 de diciembre, 17. San Salvador, El Salvador.

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Guillermo Mejía, periodista. Escribe para diversos medios de prensa extranjeros desde San Salvador, El Salvador, e imparte cátedra en el Departamento de Periodismo, Universidad de El Salvador. Tiene una licenciatura en Periodismo, otorgada por la Universidad de El Salvador, y una maestría en Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, España.