¡LIBERTAD PARA LOS 13 DE SUCHITOTO Y LOS 4 DE TACUBA, NO AL AUMENTO AL TRANSPORTE URBANO, AYUDA PARA LOS CAMPESINOS DE ORIENTE!

BLOQUE POPULAR SOCIAL DE EL SALVADOR

¡LIBERTAD PARA LOS 13 DE SUCHITOTO Y LOS 4 DE TACUBA, NO AL AUMENTO AL TRANSPORTE URBANO, AYUDA PARA LOS CAMPESINOS DE ORIENTE!

El Bloque Popular Social, formado en septiembre de 2003 e integrado por organizaciones sindicales, religiosas, magisteriales, campesinas, estudiantes, cooperativas, de jubilados, mujeres, indígenas, ante la grave situación que vive el país como resultado de las políticas represivas y entreguistas del gobierno Saca, considera:

1.
2. Este modelo neoliberal destruyó la economía y hoy golpea a los agricultores de granos básicos del oriente del país, que han perdido sus cosechas; genera un acelerado proceso de aumento del costo de la vida, y amenaza con imponer un nuevo aumento al transporte pública urbano e interurbano.
3. Este modelo capitalista fracasado al no crear empleos y promover las privatizaciones, provoca un crecimiento de la delincuencia; fomenta la corrupción gubernamental como en el caso del arenero Carlos Perla, expulsa la fuerza laboral hacia USA y aumenta los niveles de pobreza y exclusión.
4. Para defender este modelo caduco, la derecha impulsa una campaña mediática agresiva contra el movimiento social y el FMLN así como impone una legislación represiva y amenaza con llenar las cárceles de presos políticos.
5. Todos estos son síntomas de debilidad y desesperación, de esta derecha irracional, ya que sus mismas encuestas le anuncian que perderán las elecciones presidenciales del 2009, temen la perdida de sus privilegios y que los vientos de cambio del sur soplen en suelo salvadoreño, como lo están haciendo ya en la Nicaragua Sandinista.

Frente a esta situación, como Bloque Popular Social acordamos:

1. Declarar la lucha por la libertad de los 13 de Suchitoto y los 4 de Tacuba, luchadores todos y todas contra la privatización del agua, como tarea de honor de nuestro movimiento social y popular. No podemos dormir tranquilos mientras haya presos políticos en nuestra patria.
2. Declarar la lucha por una reforma electoral como de fundamental importancia. ARENA pretende con los casos Belloso, Perla, Ley Antiterrorista, hacer que nos olvidemos de nuestras exigencias de voto residencial y pautas para el financiamiento a los partidos, etc.
3. Expresar nuestro rechazo a un nuevo aumento al transporte público y exigir que el Estado defina mecanismos que evitan que las grandes corporaciones petroleras aumenten sus ganancias por el aumento arbitrario de los precios.
4. Exigir créditos para los campesinos de Oriente, que han perdido sus cosechas.
5. Expresar nuestro compromiso de defender el régimen de libertades publicas conquistado con los Acuerdos de Paz de 1992, que hoy pretende ser irrespetado y desconocido por la derecha arenera gobernante.
6. Hacer un llamado a la comunidad internacional a denunciar los atropellos que la derecha arenera esta cometiendo contra nuestro pueblo en su desesperación por mantenerse en el poder.

El presente es de lucha, el futuro es nuestro

Coordinación Nacional del Bloque Popular Social de El Salvador

San Salvador, El Salvador, 18 de julio de 2007

Realizan Culto Ecuménico frente a Carcel de Mujeres en Ilopango

ILOPANGO; 14 de julio de 2007 (SIEP) Con la presencia de representantes de iglesias históricas, pentecostales y católico-romanas fue realizada esta tarde un Culto Ecuménico en Solidaridad con las 6 prisioneras políticas que se encuentran recluidas en la Cárcel de Mujeres de esta ciudad.

El día 2 de julio fueron capturadas en Suchitoto por la Policía Nacional Civil cuando realizaban una protesta pacífica en contra de la privatización del agua. Ellas son Sandra Isabel Guatemala, Marta Lorena Araujo Martínez, Rosa María Centeno Valle, Maria Haydee Chicas, Marta Yanira Méndez, y Beatriz Eugenia Nuila González. Siete hombres también fueron detenidos y enviados al Centro Penal La Esperanza, en Mariona.

La actividad fue iniciada por el pastor luterano Rev. Ricardo Cornejo quien explicó que “es responsabilidad de las iglesias acompañar al pueblo en las luchas por la justicia y es por eso que estamos aquí para exigir la libertad de estas seis mujeres, encarceladas injustamente.”

El sacerdote católico Miguel Ángel Ventura explicó que “construir un nuevo orden implica riesgos, peligros, peor lo importantes es que nuestro pueblo ha abierto ya ese camino. Porque preguntémonos: ¿el poder opresor habrá logrado ahogar los valores libertarios de nuestro pueblo?” La gente responde: ¡Noooo!

El pastor luterano Roberto Pineda parafraseando el Evangelio dijo que “unos hombres y mujeres caminaban de San Salvador a Suchitoto, y fueron asaltados por unos ladrones de ARENA, fueron golpeados y heridos, los dejaron medio muertos y luego los acusaron de terroristas y los encarcelaron. Y hubo sacerdotes y pastores que cuando se enteraron decidieron callarse. Pero el movimiento popular decidió solidarizar y protestar y por eso estamos aquí, apoyando a estas seis heroínas de esta nueva lucha por la independencia…”

El predicador pentecostal de la Iglesia Apóstoles y Profetas, Lic. Eliseo Ascensio, dijo que “a Jesucristo lo capturaron y lo torturaron, luego lo crucificaron y lo mataron. Pretendían sembrar el temor. Lo mismo hacen ahora. Estas capturas de estos hermanos y hermanas son un acto legal de guerra psicológica…Tienen miedo. Saben que el FMLN es un gigante que crece cada vez más, y quieren detenerlo…”

El sacerdote católico Cesar Ochoa señaló que “Jesús también fue
condenado por alborotador del pueblo…Y es de Jesús que viene nuestra fuerza, de allí viene nuestra lucha. En la parábola del Buen Samaritano lo que se critica fundamentalmente es la insensibilidad, porque el levita y el sacerdote fueron insensibles. Y siguen habiendo personas insensibles a las luchas de nuestro pueblo. Así como pedro y pablo estuvieron preso así están estos 13 hermanos y hermanas capturados en Suchitoto…”

Finalmente, el pastor bautista Alex Orantes proclamó que “nuestro pueblo salvadoreño es un volcán en erupción y nunca ha podido ser amordazado ni amedrentado. No tenemos miedo ante estas capturas. Quieren provocar la cólera del pueblo para poderlo reprimir. Quieren que abandonemos el
pensamiento y la razón y respondamos a sus planes. Todo es parte de la estrategia electoral para evitar que el FMLN gane la presidencia en el 2009…”

Tania Bichkova participa en Tribuna Popular en Ayutuxtepeque

AYUTUXTEPEQUE, 14 de julio de 2007 (SIEP)

Por su parte, Tania Bichkova, Viuda de Handal agradeció la calurosa bienvenida que recibieron por parte de los asistentes ella y la delegación que la acompañaba, integrantes del Instituto Schafik Handal.

Tania hablo sobre diversos temas de la vida nacional, sobre el caso de Mario Belloso, se solidarizo con los 13 presos políticos capturados en Suchitoto, que guardan prisión por luchar por el agua y explicó sobre el significado del término terrorista.

Hablo sobre los temblores explicando que en su Rusia natal no son frecuentes mientras que aquí se están sucediendo. Dijo que “en Rusia alguna gente cree que si la situación social es tranquila no hay terremotos, pero si hay descontento social hay temblores. Los temblores pueden ser el reflejo de la situación en que vivimos…”

“La captura de Mario Belloso ¿No les parece que es prefabricada? ¿Verdad que si? La conclusión puede ser que ARENA esta ya en campaña y quiere desacreditar al Frente. Antes era el terrorismo de ARENA contra Schafik. Hoy nos quieren enfrascar en una discusión estéril sobre Mario Belloso. ¡Cómo si no hubiera tantos problemas! Se quiere mostrar como que hay justicia. ¿Hay justicia? ¡Noooo! Hay 13 cadáveres diarios, extorsiones, asaltos a las personas, etc., etc.

COMUNICADO DEL MOVIMIENTO POPULAR Y SOCIAL ANTE LOS RESULTADOS DEL JUICIO POLITICO A LAS COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS CAPTURADOS EN SUCHITOTO

COMUNICADO DEL MOVIMIENTO POPULAR Y SOCIAL ANTE LOS RESULTADOS DEL JUICIO POLITICO A LAS COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS CAPTURADOS EN SUCHITOTO

Las organizaciones del movimiento popular y social denunciamos a la comunidad nacional e internacional el carácter represivo y antidemocrático del gobierno de Antonio Saca:

1. En el operativo de guerra montado por el gobierno de Antonio Saca, con sus fuerzas de seguridad (PNC, UMO, GRP, helicópteros y otras) así como con el ejército (carros artillados) en la Ciudad de Suchitoto, el día 2 de julio del 2007, la población fue reprimida y fueron capturadas 14 personas.

2. La Audiencia contra 6 compañeras y 8 compañeros capturados en Suchitoto se realizó en el Tribunal Especial de San Salvador, bajo cargos de terrorismo presentados por la fiscalía. La jueza dictaminó prisión preventiva de tres meses para 6 compañeras y 7 compañeros.

3. La defensa de las y los compañeros ha demostrado que no existe ninguna prueba que involucre a estas personas en actos de terrorismo, están han sido capturadas arbitrariamente por la PNC y es más han sido golpeadas y torturadas sicológicamente.

4. El fallo de la jueza es político ya que responde a las directrices del Ministerio de Seguridad y la Presidencia de la República. Todas estas personas capturadas son ahora PRESAS y PRESOS POLITICOS.

5. El gobierno de Antonio Saca ha utilizado dos leyes aprobadas por los partidos de derecha, la Ley Antiterrorista y la Ley del Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja, que solo han sido creados para perseguir, criminalizar y encarcelar a representantes del movimiento popular y social.

6. Las compañeras se encuentran ahora en la Cárcel de Mujeres y los compañeros en Mariona, en estos lugares están siendo ultrajadas/os, maltratadas/os y agredidas/os, por las estructuras de seguridad del los penales, los reos y reas, que a su vez están siendo manipuladas por las estructuras de dirección de dichos penales.

POR LO TANTO:

1. Exigimos la libertad inmediata para las y los PRESOS POLÍTICOS de El Salvador.
2. Responsabilizamos a Antonio Saca y su gobierno, así como a las estructuras de dirección de los centros penales, por cualquier hecho o acción que atente contra la integridad física y moral de las y los compañeros presos políticos.
3. Solicitamos a las organizaciones sociales, instancias de la sociedad civil y la comunidad internacional pronunciarse ante esta grave violación de los derechos humanos.
4. Hacemos un llamado a todas las organizaciones populares y sociales a manifestarse y movilizarse en contra de las medidas represivas y la violación a los derechos humanos realizados por el gobierno de Antonio Saca.
5. A todas las organizaciones e instancias de la sociedad civil les hacemos un llamado a fortalecer la coordinación en la lucha contra el terrorismo de Estado

LIBERTAD PARA LAS COMPAÑERAS Y LOS COMPAÑEROS
ALTO A LA REPRESION CONTRA EL PUEBLO SALVADOREÑO
ALTO A LA VIOLACION DE LOS DERECHOS HUMANOS POR PARTE DEL GOBIERNO DE ANTONIO SACA
LIBERTAD PARA LAS Y LOS PRESOS POLITICOS
INMEDIATA DEROGATORIA DE LEYES INCONSTITUCIONALES Y VIOLATORIAS DE LOS DERECHOS HUMANOS
ALTO AL TERRORISMO DE ESTADO

UNIDAD Y LUCHA POPULAR

Frente Sindical Salvadoreño (FSS)
Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre (MPR-12)
Bloque Popular Social por la Democracia Real (BPS)
Coordinadora Nacional Agropecuaria (CNA)
Foro para la Defensa de la Constitución (FDC),
Movimiento Nacional de Vendedores de CD, DVD y otros productos de marca. (MNV/CD/DVD/OPM)
Alianza Social por el Cambio (ASC

Schafik 14

– Lunes, 09 de Julio de 2007 hora 13:07

Dagoberto Gutiérrez

El asesinato de Monseñor Romero fue decidido luego que el Arzobispo, en su última homilía, llamara a los cuerpos de seguridad y al ejército a cesar la represión. Esta invocación fue entendida por la derecha como un llamado a la desobediencia y como una amenaza a la parte medular de su política que era el aniquilamiento, a sangre y fuego, de toda forma de oposición a la política gubernamental.
Monseñor Romero era en efecto una voz, una palabra y una conciencia que llenaba de esperanza y confianza al pueblo asesinado, era en una sola palabra, El Pastor y lo sigue siendo.
No resulta extraño que actualmente a más de veinticinco años de su asesinato El Vaticano romano tema a Monseñor Romero y lo desconozca porque este pastor es una señal inequívoca del paso de Dios por El Salvador, como diría Ignacio Ellacuría.
Estamos en los años ochenta y el acto de guerra del asesinato del pastor no menguó la convicción política sobre la resistencia inevitable y es más, llenó de indignación, es decir, de dignidad, a la resistencia popular y abrió, de par en par, los caminos turbulentos de la guerra incierta.
En ningún momento como éste la Iglesia Católica salvadoreña ha tenido mayor poder orientador y mayor luz convocadora y nunca, como en estos aciagos instantes, ha sido camino.
Es cierto que todo venía y todo llevaba hacia la violencia, pero el pensamiento de Monseñor Romero resolvió las encrucijadas y por eso, actualmente, su pensar es guía y además de pastor, que es su punto más alto, es pensador actual con una voz que suena y resuena adentro del tiempo.
En el proceso político salvadoreño, es necesario insistir una y otra vez, sin cansarse nunca en el papel de las iglesias porque esta es una de las características que se vincula, ya lo hemos dicho, al papel de las clases medias y a la sensibilidad eclesial ante la realidad de su feligresía y aunque es cierto que hay una distancia entre la jerarquía eclesiástica y su cuerpo sacerdotal, también es cierto que el pueblo creyente está más cerca de sus sacerdotes que de la jerarquía.
En general las iglesias protestantes tuvieron y tienen un papel esclarecedor, pero también juegan su papel político al servicio del capital y basta ver para eso el descollante crecimiento de iglesias pentecostales o de distinto credo protestante que convocan con la filosofía del progreso, del quietismo, la adoración y la reflexión fuera de la realidad real. En fin la realidad con todas sus polvaredas antagónicas es capaz de contaminar la fe religiosa y esta es muy buena noticia e inevitable además.
Esa noche, cuando llegamos a la Autopista Sur y tomamos distintas direcciones, nuestros espíritus estaban sobrecogidos por una sensación extraña, porque por un lado sabíamos racionalmente, con la cabeza política aguda, que la guerra estaba encima y adentro de todo el proceso, pero el asesinato de Monseñor Romero nos indicaba que sería una pelea a muerte y se trataba de pelear con todo lo que se tuviera a la mano y sin cuartel.
Este fue un momento contradictoriamente iluminado por la muerte más ominosa, pero fue esclarecedora, y la vida preciosa del pastor nos dio luz hasta para saber lo que venía. Esa noche dormí en un lugar lleno de rezos y velas encendidas, porque la familia de la casa inició esa misma noche sus oraciones para Monseñor, el humo de las candelas encendidas en la sala llegaba arrastrándose hasta mi cama, pasaba un pequeño corredor, subía dos gradas y entraba, llena de confianza en el cuarto donde yo dormía o más bien, donde velaba. A medianoche me incorporé a los que oraban como buscando una fe necesaria para lo que venía.
La patria amaneció partida, como cuando un cuchillo corta en dos partes un corazón y la sangre estalla en dos direcciones; y luego de la muerte, el entierro pasa a ser la actividad y la preocupación central, esa era la tarea religiosa y política más encendida del momento, y el pueblo era convocado de nuevo, por el pastor asesinado y por la voz de una iglesia herida, pero en pie.
El pueblo se congregó fervorosamente en torno a la Catedral y el funeral se transformó en un acto vivo y de vida y todo el país estaba presente y los ausentes también lo estaban, la tarde se rendía ante la noche, los pájaros volaban hacia sus nidos y las palomas de siempre hacían círculos permanentes sobre la multitud cuando, sonaron los primeros disparos y de todas las direcciones, de arriba hacia abajo, el ejército y los cuerpos de seguridad dispararon contra el pueblo desarmado, de nuevo un acto de muerte llenó de sangre la conciencia humana y el miedo de las derechas se convierte en asesinato en masa.
Corrió la sangre a borbollones, y los disparos desde el techo de los edificios circundantes a la Catedral Metropolitana, eran profesionales y certeros, calculados y con cadencia. El Palacio Nacional tuvo ese día fuego sangriento sobre su techo, y la muchedumbre congregada, corrió para salvar su vida, se refugió en la Catedral y se alejó, como pudo, de la línea de fuego.
La plaza quedó cubierta con carteras de todo color, tamaño y estilo; cubierta con zapatos y prendas de vestir, saturada de llanto y sangre, mientras, de nuevo, la indignación se arremolinaba, retinta en llanto.
Esa noche se supo que Monseñor Romero sería temido y odiado para siempre por la derecha salvadoreña; y sería amado, escuchado, asimilado y adorado para siempre por el pueblo salvadoreño y que estas dos aguas tumultuosas no se conciliarían jamás

Schafik 13

– Lunes, 18 de Junio de 2007 hora 11:31

Dagoberto Gutiérrez

El doctor Guillermo Ungo era pequeño de estatura y de una complexión fuerte, todo él parecía consolidado; pero su pensamiento político era lo más fuerte que él tenía, era armonioso y consecuente, tenía un permanente sentido del humor y con el matizaba las discusiones más espinosas.
Este fue un período muy intenso para todos y para Schafik parecía ser un momento vertiginoso, en realidad este vértigo correspondió a la dinámica de la década del 70 porque para el Partido Comunista se presentó la oportunidad de hacer avanzar el proyecto del Frente Popular cuyos fundamentos había delineado el Búlgaro George Dimitrov. La política de alianzas también fructificaba y en las Escuelas Políticas nuestras se enseñaba el establecimiento de aliados y alianzas.
Todos éramos muy jóvenes y Schafik no era el de más edad de todos nosotros; pero sí era, muy probablemente, el más estudioso y el de mayor reflexión, en todo caso era el que integraba las opiniones para construir una línea teórica y práctica, era una actividad febril con reuniones prolongadas; éstas empezaban en horas de la tarde y terminaban en la madrugada, es probable que en estas jornadas Schafik desarrollara su conocida capacidad para sufrir, con gozo, reuniones interminables sin agotarse aparentemente y es más, desarrolló la habilidad de celebrar, una vez terminada una reunión, otra reunión para comentar la reunión que había terminado en horas de la madrugada, tomaba café y como no siempre había pan, tomaba más y más café mientras desataba su inmensa capacidad e incontrolado afán de platicar, platicar y platicar de modo que todo parecía indicar que descansaba más cuando estaba platicando que cuando estaba durmiendo.
En estas jornadas de intensa lucha política se aprendió a establecer la relación entre la firmeza y la flexibilidad y sobretodo, aprendimos a no usar la rigidez porque ésta última sólo indica pobreza de propuestas y escasez de variantes.
Esta fue en definitiva una escuela de negociación que años después sería útil a la hora de negociar el fin político de la guerra y Schafik fue un alumno dedicado de esta escuela.
En realidad, Schafik era una mezcla intensa de flexibilidad y terquedad y en ocasiones predominaba una o la otra de estas cualidades, esto quiere decir que las discusiones políticas eran siempre intensas y casi encendidas, hay momentos de terquedad, algunos de los cuales resultaron justos y esto se expresaba en todos los aspectos de la vida política interna y llegaba hasta los textos.
Siempre defendía ferozmente su punto de vista y esto era sobre todos los temas porque en realidad cuando la lucha política cubre todos los espacios y esquinas de la conciencia se descubre que todo es político. Claro que resulta diferente Schafik en los primeros años de la década de los 70 que el mismo hombre que en la década del 80, en el 70 era más flexible aunque en el 80, por lo denso del período, discutíamos más y en todo caso siempre o casi siempre cuidó de tomar en cuenta las opiniones colectivas.
Es útil establecer varios momentos para encontrar aquél en donde la dirección partidaria estuvo más cohesionada, voy a establecer los siguientes momentos históricos:
a. El paso a la clandestinidad después del 28 de febrero de 1977.
b. El paso a la guerra en la década del 80.
c. El proceso de negociación.
En cada uno de estos momentos se dieron mayores y menores intensidades de acuerdo al peso de las coyunturas, veamos algunos aspectos de cada uno de estos instantes grandes.
El 28 de febrero de 1977, en altas horas de la noche el ejército masacró a la población reunida en la Plaza Libertad, se trataba de una ocupación popular de esa plaza en protesta por el fraude electoral de ese mes y año, sólo para recordar hay que decir que la Unión Nacional Opositora llevó a la presidencial al Coronel Ernesto Claramount y el Partido de Conciliación Nacional al General Carlos Humberto Romero.
En la plaza se hacía un mitin las 24 horas y tanto los dirigentes de la UNO como el pueblo expresaba sus opiniones políticas públicamente, ante todo el país y ante el mundo las derechas mataron a los que protestaban en la plaza y esta decisión produjo un corte decisivo en la psicología del pueblo porque fue la señal que indicó que la guerra era el único camino. De aquí en adelante todos los caminos conducían a la guerra y si esto era así terminaron también las condiciones para la lucha política legal. Aunque el Partido Comunista había conquistado espacios de legalidad no olvidábamos nunca que seguía siendo ilegal el aspirar y luchar por una sociedad no capitalista y por el comunismo.
El I de marzo de 1977 a las nueve de la mañana, en las cercanías de la Universidad de El Salvador, nos reunimos en comisión política con pleno conocimiento que se trataba de preparar lo necesario para la lucha armada generalizada, habíamos modificado nuestro aspecto físico y tomado las medidas necesarias para trabajar y vivir en las tuberías paralelas del clandestinaje, en realidad estábamos lejos de imaginar lo que vendría después y lo que duraría ese período y también lejos de imaginar que tres años después, el 24 de marzo de 1980 durante una reunión en la que le pusimos el nombre de Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) a nuestro naciente ejército guerrillero, en esa misma hora, era asesinado Monseñor Oscar Arnulfo Romero en el hospitalito de la Divina Providencia, oímos la noticia en el radio de alguien que pasaba por la calle y luego de esto, terminó la reunión dándonos cuenta que aquella derecha que había sido capaz de matar a alguien como Monseñor Romero es y sería capaz siempre de hacer cualquier cosa a cualquier persona, en cualquier forma y en cualquier lugar y tiempo en nombre de sus intereses.

Schafik 12

– Lunes, 21 de Mayo de 2007 hora 11:38

Dagoberto Gutiérrez

El año 1969 funciona como una especie de bisagra, una bien aceitada, entre la década del 60 y la del 70, no es sólo el último año del 60 ni la puerta para el 70 sino que es compuerta entre ambas y comparte sus sabores y olores.
En la historia política del país es el año de la guerra con Honduras y en la historia del Partido Comunista de El Salvador es un año decisivo para su división, en la historia de la juventud comunista de El Salvador es el año de la creación de la Unión de Jóvenes Patriotas, la UJP culminó el esfuerzo organizativo que ya había pasado por otras organizaciones como la Juventud 5 de Noviembre, previo a la creación de la Juventud Comunista de El Salvador.
La posición frente a la guerra con Honduras es un tema espeso para seguir la pista del pensamiento político del PCS, esta guerra, como hemos visto, concitó realidades políticas de los dos países y en el caso de Honduras, permitió hablar de reforma agraria sin tocar a los terratenientes, y en el caso de El Salvador cerró una válvula de escape a la creciente presión social y elevó la temperatura de la caldera que condujo a la guerra.
Pienso que en esos momentos decisivos de nuestra historia el Partido Comunista no hizo la reflexión adecuada sobre el momento y yo no conozco, hasta ahora, una posición partidaria que examine la naturaleza de esa guerra, que establezca la posición política justa y determine una orientación necesaria para el pueblo. La Opinión Estudiantil, vocero de la Asociación General de Estudiantes Universitarios hizo un llamado a las armas, coincidiendo con el discurso gubernamental de la época, considero que sigue pendiente, una discusión sobre este aspecto puntual de nuestra historia, porque el llamado a la guerra ignoró en todo caso los orígenes de la misma, los intereses, no populares que se defendieron y que no se trataban de una guerra justa.
La guerra siguió su curso breve y fue interrumpida a las 100 horas; pero allí empezó a escribirse la historia de la guerra verdadera que menos de diez años después estallaría en nuestro país.
En estas dos décadas (60 y 70) se acentuó la presión de las clases medias sobre el Partido Comunista y cuando aparecen las nuevas organizaciones revolucionarias armadas también se produce una especie de cerco político e ideológico sobre el PCS, en realidad la carrera hacia la guerra ya había comenzado.
La Guerra Popular Revolucionaria duró más de doce años pero no es correcta esta figura usual que habla de doce años porque desde la guerra con Honduras, la Oligarquía Cafetalera perdió el recurso precioso de la migración hacia Honduras, se enciende el debate ideológico en el seno de las clases medias, y puede considerarse que toda la década del 70 es parte de la guerra popular.

Como se puede ver esta década resulta ser la antesala de la guerra y es la que contiene los mayores esfuerzos, teóricos y políticos, para construir la fuerza necesaria que enfrentó a la Oligarquía, en este escenario se construye una tendencia histórica que reduce la base social de la dictadura militar de derecha la que va quedando cada vez más sola con su Partido Oficial, el Partido de Conciliación Nacional. Aquí se produce la alquimia mágica que relacionó las izquierdas con las derechas enfrentadas ambas con fuerzas tradicionales de derecha, es cierto que el alambique que destiló los acuerdos alcanzados fue político y no ideológico, también es cierto que las derechas contribuyeron, contra su voluntad, por su torpeza y reducida mirada; pero lo cierto es que lentamente y en el mayor de los fuegos de las luchas de clases, y solo en ese horno de alta temperatura, se alcanzaron acuerdos que en frío jamás se podrán alcanzar en ninguna circunstancia histórica.
Los acuerdos entre las izquierdas no precedieron a este proceso, pero el Partido Comunista, de acuerdo a las condiciones históricas concretas trabajó, con juicio, justeza y oportunidad, el acuerdo histórico de creación de la Unión Nacional Opositora.
Era un entendimiento con la derecha y en contra de otra derecha y es una magnífica escuela, quizás la mejor, de construcción de alianzas políticas. Esto fue antes, insisto, de un acuerdo estratégico con las izquierdas y se da en medio del más encendido debate ideológico pero aquí, se tuvo la sabiduría suficiente para que la vida misma permitiera apreciar las fortalezas y debilidades de la política construida, demás está decir que toda la comisión política del Partido Comunista se empeñó afanosamente en construir este acuerdo y que la cúpula del PDC, Partido Demócrata Cristiano, siendo en su mayoría de derechas, no pudo impedir la creación de la UNO. De nuevo, y hay que insistir en esto, las huelgas magisteriales de 1968 y 1971, fueron el sustento político e ideológico que facilitaron estos acuerdos, ellos pusieron la temperatura social e histórica necesaria para los entendimientos, éstos sólo se logran, así como en el caso de los aceros, en determinados momentos de mayor calor social.
El Movimiento Nacional Revolucionario, junto al PDC y el UDN (Unión Democrática Nacionalista), fue el otro miembro de la UNO, este reunía a gente de izquierdas, socialdemócrata, con fuertes relaciones internacionales, algunos de sus miembros llegaban hasta las posiciones revolucionarias. El Dr. Guillermo Manuel Ungo fue su dirigente hasta la hora de la muerte de éste y la historia política del país cuenta con un político de estatura del Dr. Ungo, lúcido, honrado, leal al pueblo y valiente.

Schafik 11

– Lunes, 07 de Mayo de 2007 hora 10:48

Dagoberto Gutiérrez

Las Escuelas Políticas caracterizan a una organización verdaderamente política, aunque en realidad toda escuela, como centro de formación con capacitación e instrucción tiene un sentido político innegable.
Para todo Estado la Educación y la Salud constituyen dos Aparatos Ideológicos fundamen-tales y al descubrir cuánto se invierte en estos rubros también se está entendiendo cuán inteligente son los gobiernos y cuánto practica la dirección política y el consenso.
El Partido Comunista de El Salvador fundaba su trabajo en el Marxismo y éste, como teoría científica, requería de los militantes un cierto conocimiento de la teoría y junto a esto, una aproximación a la realidad de todo el país. Esta lógica operaba así: los militantes provenían de sectores trabajadores del país, de zonas rurales y urbanas y su conocimiento de la realidad debía contar con instrumentos teóricos para que pudieran separar la paja del grano y sobre todo se necesitaba tener claro el período histórico en que se luchaba, el enemigo contra el que se luchaba, los objetivos por los que se luchaba, la estrategia y la táctica, los métodos de lucha, la vía de la Revolución, la naturaleza de la Revolución y los aliados en toda esta lucha.
La reflexión era suficientemente flexible para distinguir entre un aliado permanente y otro temporal, uno confiable y otro no confiable y luego se trataba de encontrar a los amigos o personas cercanas al Partido, a su línea y a su táctica.
El Partido era, en fin toda una escuela que forjaba, en definitiva una actitud ante la vida y aquí, se construía un fuerte optimismo histórico; éste resultaba necesario para que un pequeño destacamento fuera capaz de enfrentarse, en solitario, a una sangrienta dictadura terrateniente militar, pero además el anticomunismo era el hilo de plata ideológico con el que se hilvanaba la estrategia y táctica de las derechas.
El Partido entabló relaciones fructíferas con sectores intelectuales de la sociedad, con iglesias de distinta denominación y el prestigio intelectual de Schafik y la capacidad política de todo el Partido le aseguró siempre la consideración de ser una Fuerza Política infaltable en toda la reflexión sobre la realidad, hay que destacar estos aspectos porque el ateísmo nunca fue una línea política partidaria y aunque la clase obrera era el motor decisivo de las fuerzas motrices, las clases medias siempre encontraron un lugar fluido en nuestras filas.
Estos elementos clasistas caracterizarían el proceso político del país y se acentuarían cuando las Fuerzas Revolucionarias se ensanchan y el Partido Comunista deja de ser el luchador solitario que siempre fue desde 1932.
La existencia del PCS se daba dentro del desorden y, más bien, era desorden y por eso, el orden se sentía amenazado y confrontaba a muerte a la organización.
Mantener la cohesión, la confianza y la esperanza en la victoria pasaba necesariamente por la formación política e ideológica y las escuelas cumplían ese papel, posiblemente las derechas subestimaron al Partido y sobreestimaron su capacidad real de control y de amenaza; lo cierto es que al crecer en extensión las organizaciones populares, el Régimen Político fue incapaz de construir una respuesta que no fuera represiva ni criminal.
La Universidad de El Salvador, desde su posición universitaria desempeñó un importante papel en la difusión y divulgación de trabajo científicos transformador y esto la convirtió, para bien o para mal, en una especie de trinchera y teatro de operaciones de una confrontación ideológica entre diferentes corrientes de izquierdas y en ningún momento, a partir de los años 60 las derechas gozaron de espacios importantes en el pensamiento político universitario, es cierto que la agitación y la conmoción teórica no reducía, por sí misma el nivel científico universitario y el Alma Mater, sin dejar de ser tal era, al mismo tiempo, ámbito y hábitat que expresaba la convulsión social de todo el país, así las cosas se puede decir que el país se reflejaba en la Universidad y ésta se reflejaba en el país, este encuentro era un momento de ebullición donde se buscaban los caminos y las rutas adecuadas para la confrontación que se avecinaba y la lucha interna en la Universidad no era lucha interna de la Universidad; pero ésta no era solamente escenario de un drama ajeno porque también era actora y parte de la lucha de toda ciencia por descubrir la verdad y éste era, precisamente, el papel subversivo, es decir, científico que la Universidad desempeñaba.
El Partido Comunista no era un partido de intelectuales; pero la formación teórica siempre fue para nosotros un importante afán y Schafik fue un acicate fundamental para que los cerebros políticos adquirieran maestría en el arte de descubrir los intereses menos visibles en las actitudes y conductas más visibles.
La Lucha Política fue la almendra de nuestro trabajo y esto nos permitió ganar la
comprensión necesaria frente al fenómeno de las nuevas organizaciones revolucionarias
armadas y así, en un trabajo de carpintería afanoso se abre la década decisiva de 1970.
Claro que un año antes, en 1969 había estallado la guerra contra Honduras, en el mes de julio y éste fue un episodio encendido en la historia del país y del Partido Comunista.

Schafik (10)

Schafik (10) – Lunes, 23 de Abril de 2007 hora 12:34

Dagoberto Gutiérrez

El intenso período de la década del setenta del siglo pasado preparó al Partido Comunista, teórica, ideológica y políticamente, para las luchas decisivas con las que cerraríamos el siglo. Y aunque los comunistas éramos pocos en relación con la población, desarrollamos un fortísimo sentido de pertenencia, una formación rigurosa de equipo y una calidad acentuada de destacamento.
Esta confrontación de las clases sociales era el enfoque decisivo de la formación teórica porque se insistía en que las sociedades no están formadas de individuos sino de clases sociales a las que pertenece cada persona. En la sociedad siempre hay, junto al Estado, y controlándolo, una clase dominante, ésta defenderá su poder frente a las otras clases dominadas. Este planteamiento científico aseguraba la comprensión de los acontecimientos que se sucedían en un tráfago, aparentemente caótico, pero realmente concatenado e hilvanado por esta lucha de clases cada vez más encendida. Cada militante tenía que entender los conceptos fundamentales de período histórico y coyuntura política, y en realidad, era la relación intensa entre un continente (periodo) y un contenido (coyuntura), y se trataba de que se supiera lo más posible sobre lo que estaba ocurriendo en el país en un momento determinado, para poder, así, situar esa actualidad en el curso general de los acontecimientos. Se abrían escuelas donde asistían militantes de todo el país que vivían clandestinamente durante 15 días, en casas de seguridad donde se les proporcionaba alimentación, alojamiento y estudio diario, y, con el mayor de los silencios y la prudencia, se estudiaba en la mañana, en la tarde y parte de la noche. Ningún alumno salía a la calle y la casa funcionaba normalmente durante dos semanas. Los profesores llegaban y durante todo el día trabajaban hasta salir en horas de la noche, y en ocasiones, permanecían varios días en la escuela.
Schafik fue de los profesores infaltables de estas escuelas, y aunque nunca llegaba a la hora establecida para el inicio de su clase, siempre fue un profesor cuya clase era esperada. Entraba con prisa, como si no disponía de tiempo y como si tenía conciencia de que había llegado tarde. Casi siempre llevaba un ataché lleno de papeles indescifrables que ordenaba y desordenaba. Lo primero que hacía era ubicar donde estaba el café, y luego de asegurar una taza grande y bastante café, platicaba con las y los compañeros, comentaba las actividades realizadas en los distintos lugares del país o alguna cosa destacada en ese momento, y sin falta, bromeaba con alguien y contaba algún chiste. En ocasiones, repetía sus chistes pero la magia de la narración era la gracia con que los contaba, aunque ya lo hubiera contado anteriormente. Y además, ya se sabía que él repetía los chistes. Siempre tuvo un buen apetito y se aseguraba una buena porción de pan, pero nunca se privilegió de nada.
Al fin, su clase, empezaba de la siguiente manera: se paseaba a uno y otro lado del salón, muy alto y con una cierta inclinación en sus hombros, generalmente con camisas de manga corta y más grueso de la cintura que de ninguna otra parte de su cuerpo, el cincho siempre apretado y sus zapatos pulcramente limpios, sus ojos brillaban como el sol de los desiertos de la tierra natal de sus ancestros, y empezaba a hablar. Su discurso era pausado, seguro y minucioso; en realidad, parecía no saber en qué momento terminar y las ideas iban hilvanándose sucesivamente. Solía usar el método inductivo y para esto describía los hechos con abundantes detalles buscando establecer criterios generales, de tal manera que, de repente, parecía estar contando una historia de la cual se tenía conocimiento previo, sus palabras caían en el auditorio de manera fluida como las aguas de un río que corren hacia abajo, rumbo al mar. Enfatizaba los puntos conflictivos más encendidos y trataba de demostrar el trabajo que el Partido estaba haciendo en esos nudos. Su voz era fuerte pero grave y de los profesores era el que más fuerte hablaba, como si no se tratara de una escuela ilegal y clandestina; pero cuando parecía reparar en esta circunstancia, bajaba la voz, y cuando era seducido por el afán del discurso, la elevaba sin aparente control. En ese momento, los estudiantes, comunistas e ilegales, se miraban unos a otros, y parecían mirar hacia la calle, hasta que la inquietud aparecía y el profesor bajaba el volumen. En los intermedios, se distribuía café y esto duraba hasta el medio día cuando se servía el almuerzo, y todos comíamos en silencio, sin dejar de comentar, en voz baja, las cosas más cotidianas de la vida cotidiana de las personas cotidianas que ahí estábamos reunidas.
En realidad, era una escuela de campesinos, obreros, estudiantes y profesores, la mayoría hombres y la mayoría jóvenes; en ocasiones, asistían también profesionales como médicos y abogados, y el grupo reunido tenía que aprender de las materias impartidas y también aprender a convivir. Al caer la tarde aparecían una gran cantidad de colchonetas que se extendían en el piso de los mismos salones donde durante el día se recibían las clases, las sillas se ordenaban en las orillas del salón, con mucho sigilo y cuidado, y también eran ocupados los corredores, de tal manera que a partir de las 8 de la noche, la escuela estaba durmiendo, aunque los habitantes normales de la casa seguían con su existencia cotidiana para que ningún vecino se percatara de que a su lado estaba funcionando toda una escuela política clandestina.
Todos los alumnos disponían del ánimo suficiente y esto aseguraba el entusiasmo de la escuela y las bromas y los chistes y las historias no faltaban en las conversaciones sigilosas que corrían en los dormitorios. Uno de esos alumnos era Braulio, de pequeña estatura y moreno fino, de rostro grande y cabello colocho, campesino del departamento de La Paz, dedicado a la corta de la caña y de algodón. Braulio usaba su ropa muy bien ajustada y era dueño de una gran inteligencia y de una palabra fácil, de modo que durante las clases siempre fue un alumno activo. Años después moriría degollado a manos de las fuerzas represivas.
El Partido proporcionaba material didáctico y textos y los militantes tenían que poner su voluntad y su inteligencia y así, la escuela funcionaba adentro de la clandestinidad e ilegalidad del régimen, mientras un orden nuevo se construía desde el desorden.

Schafik 9

Schafik 9 – Lunes, 26 de Marzo de 2007 hora 11:00

Dagoberto Gutiérrez

La primera huelga magisterial de 1968 rompió el fundamento de todo aparato ideológico para construir los consensos decisivos y la segunda huelga magisterial de 1971 sirvió para ratificar el divorcio total entre el régimen político y su aparato ideológico educativo.
No olvidemos que este era el régimen montado, como una joya en su anillo, en 1932 por la oligarquía asustada por el levantamiento campesino de ese año. El uso de la fuerza, del abuso y la ausencia de reglas de democracia burguesa caracterizo a este régimen; pero en las décadas del 60 al 70 del siglo pasado pierde la base clasista de los sectores medios e intelectuales y en 1967 es sacudido por la campaña electoral del Partido Acción Renovadora.
Mientras el enfrentamiento, aparente era entre Emilio y Marcial (Salvador Cayetano Carpio), la verdadera confrontación estaba situada en el seno mismo de la sociedad y se producía, ante nuestras narices, un ensanchamiento social e inevitable del campo de la revolución; en verdad estaba planteada la lucha contra la Dictadura Militar de Derecha montada en 1932, esta había agotado las condiciones políticas, económicas y clasistas pero, ningún régimen cae por si solo sino sobre la base de la actual político y este, no sería la excepción.
La fuerza antidictatorial recogió la pluralidad existente en ese momento y, más allá de la diversidad, casi natural, que funciona en toda sociedad fue el colorido político e ideológico el que condujo que este ensanchamiento determinará el aparecimiento de diferentes organizaciones político militares.
Cuando el Partido Comunista de El Salvador se divide se expresaba la relación intensa entre una sociedad que queriendo y necesitando luchar contra la dictadura, no querían, sin embargo, ser comunistas y sin que necesariamente fuera anticomunista estaban dispuestos a entregarlo todo para derrotar a la dictadura. Se trataba, en realidad, de un fenómeno positivo que ni debilitó al PC ni debilitó a la Lucha Popular; se trata de un fenómeno político muy especial porque no produjo desmoralización, ni dispersión pero sí produjo: Encendida lucha ideológica, multiplicación de la discusión política, incorporación a la política, producción de periódicos y revistas, intensa actividad de pensamiento político universitario, construcción de bandos en todo el cuerpo social, fortalecimiento de un pensamiento vinculado a la Teología de la Liberación, confrontación en el seno del Movimiento Popular y construcción diversificada de este movimiento. En fin, como en muy pocos momentos históricos se da, EL PUEBLO ESTABA HACIENDO POLÍTICA y esta era diferente a la que estaba haciendo la clase dominante, cafetalera, de la época.
El Partido Comunista no fue sacudido, incontroladamente, por esta división; pero hay que decir que el fondo de los fondos no era el tema de la forma de lucha sino que algo más profundo que años después se estableció con generosa claridad y se convirtió, en la argamasa teórica y política clave para producir las alianzas necesarias en el Movimiento Popular.
En Chalchuapa, el PC tenía pocos años de actuar políticamente y el estudio del Marxismo y la Utopía Comunista era mantenida viva por el mensaje y el trabajo paciente de tres o cuatro artesanos: Un relojero, Don Pedro Molina; un Sastre, Don Nicolás Ruano; un panadero notable, Don René Montufar Dueñas, de origen Guatemalteco, pero establecido en Chalchuapa. Era una ciudad controlada ideológicamente por la ideología conservadora de los cafetaleros; pero que siempre mantuvo una actividad cultural y educativa organizada desde abajo y en las escuelas públicas se fue formando, lentamente, un pensamiento distante de la filosofía oficial.
Al no ser zona industrial no había fábricas ni clase obrera; pero si campesinos y empleados públicos, clases medias empobrecidas y cuando se organizan las primeras células encontraron un ambiente propicio para su crecimiento, no olvidemos todo lo que estaba ocurriendo, o más bien hirviendo, en el interior de la sociedad y todo el historial de abuso y atropello, de humillación y ofensa pareció estar vivo en la consciencia de un pueblo que pareciendo sometido estaba a punto de escribir páginas de increíble heroísmo en la historia del país.
En la década de los años 70 del siglo pasado y en el marco del ensanchamiento al que ya me referí, aparecen nuevas organizaciones revolucionarias y en todo los casos, se trataba de clases medias insurreccionadas. Este resulta ser un dato antropológico relevante porque es un resultado esperable de toda la lucha anterior que había sido, aparentemente, aplastada a sangre y fuego, con muertes, asesinatos, desapariciones y secuestros; pero en realidad nada de eso había producido derrotas ni desencantos y una vez más el régimen se equivocó porque resulta ser la democracia burguesa la forma política más segura y confiable; pero esta requiere, por lo menos, jugar el juego de la democracia como juego.
La oligarquía cafetalera en ningún momento jugó este juego y presumiblemente, ni lo entendía, ni lo consideraba necesario ni beneficioso para sus intereses y al nacer las nuevas organizaciones nacieron con la bandera de la lucha armada como único camino para derrotar a la dictadura.
Se trataba de enfrentar al Estado disputándole el monopolio del uso de la fuerza para imponer su política y tenía la lógica de enfrentar a dos ejércitos: El del pueblo y el de la oligarquía. Por supuesto que la lucha armada estallante en la década del 70 no era todavía guerra porque esta vendría una vez la lucha armada se generalizará y aparecieran fuerzas acampadas en distintas partes del territorio pero; por primera vez en la historia del país estaban construidas las condiciones objetivas y subjetivas para una confrontación total, inevitable y de larga duración.