El debate interno de la izquierda salvadoreña.
29/10/2010
By Hunnapuh
Nuestro amigo Ricardo, nos envia esta nota con el siguiente mensaje:
Siempre recibo algunos articulos escritos por amigos de izquierda, que conocen muchas veces las mismas entrañas del frente, sin embargo, a veces escriben con mucho higado y otras veces no, esta es una de estas ultimas si desean y les parece la pueden publicar como anónimo, esta bonito.
Este es el nuevo debate que se escucha en el seno de la izquierda, yo he dicho antes que para lograr hacer los cambios que tanto exigen al Gobierno actual con la rapidez exigida, hubiese sido necesario llegar al poder por la vía de un triunfo de la revoución, que nunca se dió.
Al triunfar una revolución se destruyen todas las estructuras políticas y sociales dejando el camino libre para la construcción de una nueva sociedad, que fué el caso de Rusia, Cuba, Vietnam, Corea del Norte, Nicaragua.
Sin embargo su desarrollo se vió sometido a la presión ejercida por la clase capitalista mundial y a sus propias internas contradicciones que devinieron en el fracaso de la URSS, el desastre nicaraguense y la interminable agonía del modelo cubano, vietnamita y coreano.
No podemos olvidar ni soslayar la monstruosa experiencia del Khmer Rouge en Camboya, que ha quedado como terrible modelo de lo que puede llegar a convertirse una revolución.
El hecho de haber finalizado el conflicto salvadoreña por medio de la concertación y negociado la incorporación de la entonces guerrilla a la vida política salvadoreña como partido político y que el FMLN haya participado en este juego hasta lograr alcanzar el triunfo electoral por medio de una coalición que en su momento fué estratégica con actores fuera de sus filas, llenó de ilusiones infundadas a muchos de los llamados izquierdistas que nunca entendieron que estaban jugando un partido con las reglas de la clase hegemónica dominante y quizá pensaron que con obtener el poder político podían cambiar esas reglas y por ende la sociedad.
Poco a poco fueron comprendiendo que la realidad es distinta y partiendo de este punto es que ellos escriben ahora cosas como la que les presento a continuación, gracias a nuestro amigo Ricardo.
La vieja estrategia de la postergación
1950 contra el Viet Minh
En las décadas de 1940 y 1950, prevaleció en la izquierda latinoamericana una vieja concepción y estrategia del proceso revolucionario ?de la que El Salvador no es la excepción sino una experiencia aleccionadora?, de resistirse a dar las batallas trascendentales por transformar las causas de las injusticias estructurales de la sociedad y el pueblo. Vieja concepción que aún continúa siendo dominante en muchas de las izquierdas de muchos países.
Desde entonces, ha habido proclividad a la intermediación del poder desde la perspectiva de la proposición de reformas y en el mejor de los casos de plantear alivios o paliativos a los efectos de las problemáticas socioeconómicas y políticas. Todo lo que la ha hundido, al menos desde entonces, en el fracaso reiterado y recurrente, llevando a la izquierda hasta el empantanamiento y aceptación ideológica y política de la postergación de los cambios y transformaciones indispensables.
Al principio, esta resistencia ha sido meramente concepcional, ideológica y doctrinaria, en cuyos debates más bien se han expresado miedos, carencia de análisis e interpretación de las realidades objetivas y subjetivas propias y particulares de los pueblos y la sociedad.
Esta incapacidad de discernir sobre las realidades objetivas también ha provocado falta de claridad para adaptarse, aprovechar, crear y construir condiciones propias e inherentes a las particularidades dentro de los contextos generales, y por tanto ha habido preeminencia de las ideas conservadoras y de derecha, que le han procurado a ésta plena hegemonía de la ideología dominante en el rumbo, métodos y estrategias de los procesos de lucha.
Los chicarrones truenan…si lo permitimos
Es decir y por decirlo de esta manera, las oligarquías, las derechas han sido las que han impuesto y dominado no sólo en el pensamiento, los propósitos y objetivos de lucha, sino también en las formas, métodos y los resultados que se han ido alcanzando en el proceso, por lo que han marcado el compás, el ritmo, la velocidad y los contenidos del pensamiento y las luchas de la izquierda, y no al contrario. Para entenderlo mejor: se lucha según la derecha, según lo que permite la oligarquía y el poder dominante. Fuera de esos márgenes no hay posibles cambios.
Han sido las oligarquías y las derechas las que han dado las pautas de lo conquistable y lo no conquistable, de lo realizable y lo no realizable. Han sido éstas las que han concedido los resultados según sus intereses y deseos, y hasta han llegado a imponer los contenidos de los discursos y el pensamiento de acuerdo con sus preferencias, por lo que en las diferencias siempre se ha de tener en cuenta primero las consideraciones que tenga la derecha y la oligarquía sobre lo que se dice, lo que se piensa y lo que se hace o pretende hacer.
En muy pocas excepciones, en muy pocas coyunturas, en muy cortos períodos, en muy escasas condiciones y circunstancias históricas ¿y sólo en determinados pueblos? las luchas han sido verdadera y realmente antagónicas. O sea, esencial, porque han traspasado la esfera de lo superficial hacia la profundidad y han llegado a cuestionar las causas y el origen de los males.
A parte de dichas excepciones y aun, a pesar de estas excepciones, cuando éstas han dejado de sostenerse como procesos histórico-sociales y han tenido necesariamente que derrumbarse las oligarquías y las derechas han dictado, definido y determinado a la izquierda y los pueblos lo posible y lo imposible, de acuerdo a sus ideas dominantes y sus intereses dominantes.
La izquierda ha sido más capaz de adaptarse a las condiciones impuestas por la oligarquía y la derecha que a las propias condiciones objetivas y subjetivas del pueblo y la sociedad para transformarlas. En consecuencia, la izquierda por un lado ha terminado adoptando y aceptando de facto como verdades las ideas, las prioridades y las agendas políticas, y por otro los modelos económicos, las formas de distribución de las riquezas y las relaciones productivas establecidas por las clases dominantes.
Dicen que la barba está de moda
Mientras la oligarquía y la derecha sus batallas las establecen en el terreno de las luchas de clases, bajo el principio descubierto por Marx y Engels, de que para la defensa de sus intereses las clases dominantes se convierten en “clase en sí, y clase para sí”, el pueblo, el asalariado y las clases medias están desprovistas de su propia identidad y conciencia de clase.
A tanto ha llegado la intimidación y dominación de la oligarquía y la derecha, que sabemos que sólo el hecho de designar a las cosas con este lenguaje de “clases y lucha de clases”, como conceptos para analizar e interpretar la realidad le para los pelos a la misma izquierda y se asustan por lo que los poderosos puedan llegar siquiera a pensar. Lo que nos lleva a la conclusión de que hasta en el plano del lenguaje, del discurso, los mensajes, las palabras y los conceptos la dominación es infranqueable.
Sin embargo, del problema meramente planteado en el campo del debate de las ideas sobre la concepción, estrategias y métodos de lucha, la izquierda fue trascendiendo hasta el plano de haberse perdido de rumbo ya en la práctica concreta del intento de construir las alternativas políticas, sociales, ideológicas y económicas posibles para luego arribar a la evolución del proceso de transformaciones profundas.
Es decir, la izquierda de luchadora social revolucionaria ha tendido a la transfiguración, a la conversión en un contingente conservador y hasta reaccionario cuando ejerce el poder formal o institucional tanto en su seno como en el exterior.
Pero tanto el debate como las prácticas dentro del proceso no son nuevos ni apócrifos. El mismo Che Guevara tuvo que enfrentarse tanto a esta ideología como a tales estrategias, métodos y prácticas de la izquierda. Son al menos nueve libros escritos por el Che ? y otro donde se recopilan varios de sus escritos, discursos y pensamientos? dentro de los que se destaca de su propia mano este debate teórico e ideológico, entre los que hace a la vez trabajos de crítica y construcción económica, y de economía política.
Estos trabajos teóricos del Che nos ubican en el contexto endógeno y exógeno de la izquierda y los movimientos revolucionarios al que nos estamos refiriendo, y adquieren hoy una importancia vital para entender la actualidad, por supuesto con sus variantes pero dentro de la esencia de lo concreto.
Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?
En ese entonces del Che, ya la izquierda se orientaba, entre otras cosas, bajo la concepción de que incluso la lucha debía librarse junto con las burguesías nacionales, por lo que la lucha entre explotados y explotadores o burgueses tenía que postergarse hasta nuevo aviso. Este nuevo aviso estaría marcado por una nueva fase del proceso revolucionario, que sería constituido por la lucha por el socialismo.
En este enfoque de la izquierda, la burguesía nacional debía cumplir un papel fundamental en la lucha contra el imperialismo, y las fuerzas populares y las masas apoyarían estos esfuerzos y a esta clase mientras acumulaban fuerzas política y social propias para dar el salto hacia el socialismo. Aquí es importante hacer un paréntesis para señalar que en la actualidad en nuestro país ya ni se lucha contra el imperialismo ni contra la oligarquía.
El planteamiento estaba justificado, argumentado, fundado sobre la base de que la postergación no era más que un cálculo político y pragmático obligado, porque no existían las condiciones objetivas de realizar la revolución, a lo que debía ponderarse las concesiones y consideraciones a las alianzas con las fuerzas antagónicas, es decir la misma oligarquía, la derecha, la burguesía nacional, y esperar sentados a que las condiciones maduraran por sí solas objetivamente y se acumularan también por sí solas las fuerzas sociales y políticas del seno del pueblo y la clase media atraídas por fuerzas inexplicables pero objetivas .
En cuanto a esto, el movimiento revolucionario salvadoreño desde la década de los sesenta hasta los ochenta sí tuvo un comportamiento ideológico y político avanzado, pues le apostó a la lucha armada y al papel del sujeto y los luchadores como condición para emprender el proceso, expandirlo y desarrollarlo de manera muy compatible con los aportes teóricos del Che. Incluso, llevó a la práctica muchos de los aportes del pensamiento económico del Che en pleno conflicto armado. Sin embargo, fracasó en la capacidad de negociación del fin del conflicto porque al final aplicó la misma teoría y concepción de la postergación revolucionaria, pues las estructuras injustas quedaron intactas hasta hoy en día.
De la “rebelión contra la oligarquía y contra los dogmas revolucionarios”, tal como lo propuso el Che para alcanzar el poder revolucionario y transformador hacia una nueva sociedad y un nuevo hombre y mujer, la izquierda salvadoreña pasó a la simple postergación reiterada, a la sumisión y sujeción de los paradigmas de la derecha, de la oligarquía y del imperialismo