Carta Para Mauricio Funes

Dagoberto Gutierrez

Querido Mauricio:
Vos sabes que lo electoral es hijo e hija de lo político y de la política, al grado que depende de sus padres pero puede influirlos aunque no determinarlos.

De la misma manera lo internacional influye en lo nacional pero no lo determina y en estos momentos el entorno planetario es plenamente favorable para tu campaña electoral. Lo más sonoro es el derrumbe de la banca gringa y sus réplicas internacionales; pero lo más rotundo es el derrumbe del edificio teórico del mercado capitalista globalizado, la nacionalización de los bancos gringos en ruinas es el uso del instrumento estatal del cual el imperio ha abjurado una y otra vez.

Al mismo tiempo las derechas salvadoreñas, oligárquicas y burguesas, están con sus principios teóricos en cuidados intensivos, esto es una derrota planetaria ante una realidad tenaz y una lucha popular planetaria creciente e invencible.

Las encuestas van y vienen pero siempre es afortunada aquella idea que descubre el camino para llegar al corazón del pueblo y siendo la votación, como lo sabemos vos y yo, un ejercicio cuantitativo, se necesita sumar y sumar la mayor cantidad de fuerza política, ideológica y social; para eso sin duda que es irrenunciable el crecimiento del trabajo partidario y del trabajo del Movimiento Amig@s de Mauricio.

Ni necesitan ni deben tener identidad ideológica porque ésta, siendo la sangre de la sangre y carne de la carne dicta quién es quién, en cambio la sangre política determina los intereses materiales y políticos que guían la conducta política de los que siendo diferentes, y esto es lo mas importante, se concitan en objetivos políticos comunes. El mismo FMLN que nunca fue partido fue, sin embargo, una típica alianza de diferentes.

En realidad, el necesario ensanchamiento siempre menguará la profundidad pero esta dependerá, en definitiva, de la correlación de fuerzas que se construya y en ningún momento de los deseos por nobles que estos sean, sin embargo, y pese a que ningún gobierno gobierna para todos, si necesita hacerlo con todos y hablar, en el estilo jurídico mas rancio, en nombre de todos o de la nación. Lo cierto es, o parece ser, que la llamada polarización no funciona en el mundo de los partidos políticos, sino mas bien entre la riqueza y la pobreza y en la creciente distancia entre una y otra; pero el capitalismo salvaje contemporáneo depende de su capacidad para producir pobreza y fagocitarla y como vos sabés no se abordará sabiamente la lucha contra la pobreza sin quebrantar la lógica fáustica de la riqueza.

Tu discurso en ENADE, del que conozco los conceptos mas salientes contiene un conocimiento importante de lo que te estoy platicando, porque es siempre correcto cerrar filas y unirnos alrededor del interés nacional, porque dentro de ese interés danzan el interés de la minoría y de la mayoría y ni la mayoría puede ignorar a la minoría y mucho menos la minoría, por poderosa e influyente que sea, podrá sobreponerse al interés mayoritario sin conflagración. Sino hubiere unidad, que es un acuerdo político con cemento ideológico, debemos construir, eso sí, las alianzas necesarias que es un acuerdo político con cemento político.

También son sabios los términos de relación entre mercado y estado porque uno y otro son invento de la humanidad y no de los capitalistas; pero es el Estado, que siendo instrumento al igual que el mercado, resulta ser el instrumento llamado a intervenir para que el mercado no se devore así mismo ni a la sociedad, ni al Estado, este se extinguirá pero todavía no.

La conducción del estado, como muy bien lo dices, requiere firmeza austeridad y sobre todo honestidad. Esta ultima ha de ser, junto con la eficacia y la sensibilidad ante los mas débiles, una médula que haga saber, desde antes de asumir la conducción, que se trata de un gobierno diferente.

Las esperanzas actuales serán expectativas desde el primer día y estas han de ser resueltas en los términos rigurosos presentados en la campaña, en todo caso, ser diferente es en estos vientos, ser de un bando diferente.

Un agradable reencuentro de ex presos políticos

Un agradable reencuentro de ex presos políticos

Con los naturales cambios físicos que el tiempo genera en las personas después de más de dos décadas, un grupo de ex prisioneros políticos se reencontró hace unos días en lo que fuera el local del centro Penal de Santa tecla. El motivo de tan singular reunión se debió a una cita que les hiciera la Alcaldía de aquella localidad, para exponerles el proyecto de convertir ese local en un museo y donde una parte será destinada a rescatar la memoria histórica referente a los presos políticos de El Salvador.

A la cita acudieron puntualmente algunos de los que en ese lugar estuvieron en calidad de prisioneros políticos, acusados del delito de pertenecer a organizaciones populares o algún sindicato que en aquella época luchaba contra un régimen que reprimía a la clase obrera y los diferentes gremios de campesinos, estudiante, religiosos y políticos que demandaban una mejor justicia social y democratización para el país.

Entre los que se encontraron en esta histórica reunión estaban: José Morales, mejor conocido como “Tono”, Francisco Quezada, Rolando González, José Arnulfo Grande, Oscar Garza y Bernabé Recinos, todos ellos fieles exponentes de lo que significaron las luchas populares en uno de los momentos más críticos de la historia política reciente de El Salvador.

La reunión se realizó en la antigua prisión tecleña, que actualmente se encuentra entre escombros debido a la restauración a que está sometida para alojar ahí el Museo de la ciudad de las colinas. El antiguo edificio todavía guarda su aspecto lúgubre a media luz, con gruesos barrotes en las ventanas y en sus interiores aún se respira el aire con el peculiar olor nauseabundo de las cárceles. En este singular ambiente que rememora la represión y entre recuerdos de viejas anécdotas se reencontraron algunos de los que en 1980 estuvieron recluidos en esta prisión y que en aquella época fundaran el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES).

Frescos están los recuerdos periodísticos cuando junto a otro compañero de trabajo en la Agencia de Noticias UPI, en septiembre de 1980, acudimos a cubrir la primer huelga de hambre realizada por los presos políticos del centro penal de Santa Tecla y en una argucia periodística burlamos la vigilancia del reclusorio y logramos entrar con una cámara fotográfica y grabadoras, con la cual registramos aquella histórica acción.

En aquella época, en ese antiguo centro penal, todos los prisioneros estaban juntos, no había ninguna diferencia, pero luego que los políticos deciden realizar una huelga de hambre para demandar mejores condiciones humanas y su inmediata libertad, se toman un pasillo y se separan de los reclusos comunes. Esta primera actividad fue liderada, entre otros, por Tono Morales y Roger Blandino Nerio, actual alcalde Mejicanos, quienes guardaban prisión por realizar acciones en las organizaciones populares a las que pertenecían.

En la entrevista que realizamos en aquella ocasión, a los líderes de los presos políticos durante la huelga de hambre en el reclusorio, conocimos de cómo algunos miembros de organizaciones populares habían sido capturados y torturados en las cárceles del régimen militar. Blandino Nerio nos relató de cómo fue capturado durante el desalojo de la sede del Partido Demócrata Cristiano, la cual había sido tomada por miembros de las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28) para denunciar la fuerte represión militar. En este desalojo murieron seis activistas y el resto fue hecho prisioneros.

Por su parte Tono Morales, cuyo padre Antonio Morales Erlich, era un prominente miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, fue capturado en un local de la colonia Zacamil, acusado de pertenecer a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) y primeramente fue llevado al tenebroso cuartel de la Policía Nacional, donde permaneció un tiempo siendo testigo de oído, de las torturas que ahí se realizaban; posteriormente fue recluido en el penal de Santa Tecla.

Otro de los “huéspedes” de este reclusorio era José Arnulfo Grande, quien fue capturado por pertenecer al sindicato de la energía eléctrica (CEL), que durante el mes de agosto de 1980, durante una protesta realizó un corte energético, por lo que fueron capturados 16 dirigentes gremiales y se consumó la militarización de la compañía eléctrica estatal.

Hoy, a 28 años de que los presos políticos de El salvador hicieran de la cárcel una trinchera de lucha en los momentos más difíciles de la historia, se ve con mucho optimismo ésta iniciativa de la alcaldía de Santa Tecla, para la edificación de un museo en uno de los edificios más emblemáticos de la represión en la época oscura de los regímenes militares.

También es muy importante la idea de dedicar una parte de este museo para rescatar la memoria histórica referente a los presos políticos de EL Salvador, con la participación de los actores principales, quienes vivieron y aún guardan en lo más íntimo de su ser aquellos malos recuerdos; pero, a pesar de eso están dispuestos a colaborar en la elaboración y desarrollo de tan importante proyecto cultural.

Sin lugar a dudas el reencuentro de algunos de los ex presos políticos, realizado recientemente, ha despertado el interés por trabajar en el rescate de todos aquellos elementos básicos que sean referentes para ilustrar lo que vivieron miles de personas en las diferentes cárceles del país. Para esto será necesario trabajar arduamente en la recopilación de archivos, fotografías, audios, videos, periódicos y lo más valioso, los testimonios de los que en su momento fueron catalogados como prisioneros políticos.

Todo lo anterior conlleva el objetivo de presentar una parte de los hechos históricos tal cual sucedieron, para que pueda ser apreciado por las recientes y futuras generaciones, con la intención de que esas páginas sombrías de nuestra historia, nunca más se vuelvan a repetir.

“Y ahora escribe” Iván C. Montecinos, articulista de Diario Co Latino y Raíces.

No es posible que nos eche de nuestra propia casa… Entrevista con Ángel Membreño

SAN SALVADOR, 15 de septiembre de 2008 (SIEP) “Mi padrastro violentaba a mi mamá y a todos nosotros sus hijos, siempre que se emborrachaba nos echaba de la casa y teníamos que buscar refugio en casa de vecinos, hasta que un día reflexione: no es posible que nos eche de nuestra propia casa…”nos relata Ángel Membreño, mientras subimos el Cerro San Jacinto, lugar donde cultiva sus güisquiles, ayotes y pipianes y desde donde este veterano revolucionario observa la ciudad rebelde.

Nací en Lolotique, el 3 de diciembre de 1936.Mi papá era campesino medio, de nombre Rafael Meza y mi mamá se llamaba Antonia Membreño. Me acuerdo que allá por 1942, éramos vecinos del Alguacil, que así le decían a quien cobraba los tributos municipales, y una vez le dieron el encargo de citar a la Alcaldía a todo hombre con hijos mayores de 18 años… para entonces solo había dos Guardias nacionales en los distintos puestos… yo tenía siete años y como el Alguacil tenía una hija hembra a mi me dejaban cuidándola…entonces los hacendados vivían en los cantones y los pobres en el pueblo, allí me daba de comer porque nosotros éramos pobrecitos, y yo oía las platicas del Alguacil con mi padrastro, el que nos crió, de nombre Matías Ramos. Ellos comentaban que la Guardia nacional quería llegar a la Alcaldía para matar a “los comunistas” como lo habían hecho años antes en Occidente. Pero entonces la gente del pueblo se comunicaba para que los hijos no llegaran porque lo que quería el General Martínez era “terminar con la sangre indígena.” Entonces mi padrastro y sus cinco hijos se iban al cerro de Lolotique a esconderse, antes había allí cafetales y bosques, y así no los encontraban. Y ni la Guardia llegaba allí porque no podían subir ya que andaban a caballo, la gente les decía: chaneques.

En 1944 ya podía leer y escribir, y entonces la señora del Alguacil me mandaba a buscar para que le leyera el diario, que estaba lleno de noticias de Guatemala, sobre el presidente Arévalo, el Ejercito Popular, la Reforma Agraria, y yo captaba todo eso e iba adquiriendo conocimientos…para esa época sucede el levantamiento del 2 de abril, contra el general Martínez, y en apoyo al Dr. Arturo Romero, él era un líder popular carismático, había un fuerte movimiento romerista, los colores eran el rojo y el blanco, y ese 2 de abril el general Martínez estaba en la Libertad y allá oyó la noticia del levantamiento y regreso disfrazado de cura, y logro controlar la situación…el partido de Martínez era el Pro-patria, luego Osorio creo el PNUD, después vino el PCN, el PDC y hoy ARENA.

Las rogaciones para salvar a 2 militares opositores al General Martínez

Para ese 2 de abril heroico el Telégrafo fue un punto estratégico. Y allí estaban destacados dos militares de Lolotique y participaron del movimiento. Y los capturaron y los iban a fusilar. Y fíjate que ya desde entonces se pude decir que andaban metido en política, a los ocho años, porque hacíamos peregrinaciones, rogaciones se llamaban, caminábamos de noche con velas encendidas desde Lolotique hasta la catedral de San Miguel. Rogábamos, pedíamos que no fusilaran a esos dos militares, que estaban en capilla ardiente, incomunicados.

Uno era primo hermano de mi mamá, Julio salmerón, y el otro era el Mayor Daniel Guevara Paíz. Y fíjate que se salvan, no los fusilan…Mi tía política me contaba que yo anduve en esas rogaciones muy activo, y que entonces ella le dijo a mi mamá: mire a este cipote cuando saque el sexto grado, me lo manda a San Salvador, yo me voy a hacer cargo de él. Mi mamá se olvido de esta invitación pero yo no, me impactó y siempre me acordaba…El esposo de mi tía era un abogado, de nombre Ángel Granados, que era Juez de 1ra. Instancia y también revolucionario.

Mi mamá peinaba café, cortaba café y recogía semilla de aceituno para hacer jabón. Todavía uso de ese jabón para bañarme. Aunque mi padrastro no quería que fuese a la escuela como era inteligente y me gustaba el trabajo o sea que era estudioso y trabajaba la tierra, como la sigo trabajando…termine yendo.

La propaganda anticomunista en el campo

Cuando estaba en 4to. Grado me inquietaba oír hablar sobre los países socialistas. Los delegados del Ministerio de educación llegaban a la escuela a decirnos que había que tener cuidado con el comunismo, que en la URSS le quitaban los hijos a los padres…pero a mi me entraban dudas y decidí consultar con un profesor que me aclaró la situación, su nombre: Félix Antonio Ulloa, años después Rector mártir de la Universidad de El Salvador. El era de Chinameca. El me explicó que allá en Rusia V. I. Lenin y otros, derrocaron a los zares e hicieron la revolución y estaban construyendo el socialismo. Y lo que pasa es que el gobierno tiene miedo de la revolución bolchevique, pero esas ideas revolucionarias ya están aquí…Bien grabado tengo lo que me dijo.

En 1951 sucede un gran terremoto en Jucuapa y Chinameca. Y observe como donde quedaba la escuela construyeron viviendas para los damnificados, pero se las dieron únicamente a los miembro del PRUD. Esto me indigno…

Mi papá era del Concejo municipal del PRUD. El alcalde se llamaba Francisco Guerra…Y observe que mucha comida que llegaba para no entregarla mejor la echaban al excusado…esta era otra injusticia que iba echando en mi matata de conocimientos…Allí fue que conocí al famoso pan francés, que en el campo era desconocido. La gente del PRUD, el partido de gobierno también recibía láminas, madera de un árbol llamado “botoncillo” y cartón asfaltado para hacer champas.

Ese mismo año 56 en premio a que salí sobresaliente en primaria, me consiguieron trabajo de bodeguero en la Bodega del Valle de la Esperanza, una nueva urbanización en la que muchos ni damnificados eran pero recibieron casa por su cercanía al PRUD. Allí tuve un altercado un fin de semana con el Alcalde del lugar porque él quería sacar madera de conacaste, de cedro, de laurel, y me le plante, le dije: dispense, muy alcalde puede ser, pero no puede sacar nada. Y me lo eche encima. Y al ver mi honestidad decidieron cambiarme. Así funcionaba el sistema. Me mandaron entonces de bodeguero a la fábrica de bloques San Buenaventura, ubicada en el puente del río Jalapa, allí se hacían los bloques que se usaban en las construcciones.

Escucho hablar de la UTF

En ese Valle de la Esperanza conocí a dos sindicalistas que me fueron orientando y me hablaron acerca de la UTF. Uno era albañil, Miguel Martínez, y el otro carpintero, Fausto Cruz. En los descansos del almuerzo platicábamos acerca de las injusticias que se cometían contra la clase trabajadora.

En 1956 me vine para San Salvador. Funcionaba el servicio de Buses Rápidos y a domicilio. Uno le entregaba la dirección y lo iban a dejar al lugar solicitado. Vine a conocer el local de la UTF de la que tanto me habían hablado unos sindicalistas que llegaron a trabajar al Valle de la Esperanza, que eran del sindicato de la Construcción. Llegue a vivir al Garaje Payés, enfrente de la esquina de la Muerte ¿conocés? El Garaje Payés se dedicaba al lavado y pasteado de vehículos, 75 carros estaban pensionados. Mi tía Agripina Payés era la dueña.

La UTF quedaba sobre la 18, se estaba construyendo, cerca de la Calle Celis, debajo de la iglesia. Para conocer San Salvador los domingos salía, una vez me iba por una calle, otro domingo por otra, sobre la calle Concepción quedaba el local de la UTF. Y había otros locales sindicales dispersos, del sindicato de la Construcción, de los zapateros, la CGTS tenía local allá por el parque Bolívar.

Allí conocí a dos albañiles, Casimiro Funes y Francisco Muñoz que fueron los que me reclutaron para el partido comunista…Casimiro y Paquito me hablaban del partido…otros compañeros que recuerdo de esa época son Pedro Grande, Miguel Ángel Cea (obrero de la construcción) Luís Felipe Cativo, zapatero, Salvador Cayetano (panadero), Modesto Ramírez, (agricultor), Daniel Castaneda (sastre) Saúl Santiago Contreras, Oscar Gilberto Martínez. Los domingos me iba a estarme en la UTF. Hoy ha cambiado todo y la calle donde estaba ya no existe.

Ese año, a los 20 años, vote por primera vez y lo hice por Roberto Edmundo Canessa, un cafetalero progresista santaneco, su partido opositor a la dictadura militar era el PAN. Abrieron local en Lolotique y yo lo visitaba. Con la idea de superarme empecé a asistir por las noches a la Escuela Nacional Superior de Maestros. Quedaba en San Jacinto, donde están hoy los Paulinos, y sucede que me encuentro allí a Félix Ulloa, y al verme me dice: momento, momentito, yo a ti te conozco. Sí, sos el hijo de la comadre Antonia. Ahora yo ya soy profesor titular, y estoy esperando que me aprueben una baca para ir a estudiar Ingeniería a Puerto Rico, me contó.

Me alce contra la violencia familiar

En 1957, muere mi mamá, para un 27 de agosto, fue un gran golpe. Mi padrastro violentaba a mi mamá y a todos nosotros sus hijos, siempre que se emborrachaba nos echaba de la casa y teníamos que buscar refugio en casa de vecinos, hasta que un día reflexione: no es posible que nos eche de nuestra propia casa…Y me fui encolerizando, y lo espere corvo en mano, encachimbado, puteando, golpeando las piedras con el machete…Tuvo suerte porque esa noche llegó bueno y evitó… le conté al juez Alfonso Molina lo que pasaba, le dije: mire usted representa la ley , fíjese que mi padrastro le saca carrera a mi mamá cuando llega bolo y ya yo me canse y un día lo espera dispuesto a todo. El me respondió: mirá, esta bueno lo que hiciste…llévale este papelito a la comadre. Era un citatorio. Tengo 6 hermanos de papá y 6 hermanos de mamá.

Cuando murió mi mamá me dejó dos hermanos para criarlos…para orientarlos. Y ese año regrese a Lolotique y me dedique a la agricultura, hasta 1958 en que regreso a San Salvador, en lo mejor de la lucha contra Lemus… llegó donde mi tío, que era motorista instructor, Alfonso Delgado Alvarado, y él me recibió como a un hijo, vivía en su casa, allí me daba de comer, quedaba en la Colonia 10 de septiembre…El era amigo del Dr. Arturo Romero, se visitaban, eran muy amigos, tanto que cuando mi tía estaba embarazada, el Dr. Romero le dijo a mi tío: “Si es hombre, le pones Arturo…”

En 1958 me afilie al sindicato de la Construcción y participe en la primera huelga, que fue de la Calzadora Salvadoreña, una fábrica que la ADOC estaba interesada en hacerla desaparecer para tener el mercado libre. Pero los zapateros se oponían a que desapareciera porque trabajaban a destajo para la primera. Fue en esta huelga que conocí a Casimiro Funes y a Paquito Muñoz, que luego me reclutaron para el PCS. Allí conocí a Pedro Grande, uno de apellido Mármol, pero no Miguelito. Y ya en el PCS milite con Modesto Ramírez…

A mi me gustaba el chaparro, curado…me sigue gustando. ¿vos te los echas? Porque aquí he traído…Fíjate que en 1959 ingrese al seminario san José de la Montaña, iba a ser cura…fui aspirante de jesuita, ya te había contado que hacíamos peregrinaciones desde Lolotique a san Miguel, íbamos a escuchar a Monseñor Romero que allá estaba destacado, ya tenía carisma. Y entonces me dijeron allá en Lolotique, el cura que tenía vocación para religioso. Pero mi tío me aconsejo: vos no te tenes que quedar a religioso, sino a revolucionario. Ahora, deciles que no vas a seguir. Y le hice caso, les dije que me había conseguido una novia. Hable con el padre Platero de San Vicente y él me comprendió, me dijo: “esta bien…”

Fíjate que ya para esa época estaban allí los que iban a ser los curas progresistas, estaba cesar valle, Alfonso Nerio, Goyo Rosa Chávez, incluso Rubén Zamora que ya a última hora, el último año declinó ser sacerdote, se salió, también por una novia…Luego de los partidos de fútbol, nos poníamos a discutir la situación nacional.

Con el apoyo de mi tío, él me iba encarrilando, ayudando, y conocí en el garaje Payés al Ing. Pérez Marchand, que vivía a la vuelta de garaje, y una vez me dijo cuando regresaba a Lolotique: si te venís de nuevo, búscame y te voy ayudar. Y fui a buscarlo. Y me consiguió trabajo como ayudante de bodega del Centro Urbano Montserrat, a 50 centavos la hora… Y decidí luego seguir estudiando y me matricula en la Academia Loyola, que quedaba en el Externado San José, era para los pobres…Allí trabajaba él de profesor, allí conocí a Salvador Arias…

Lemus destruyó la CGTS

Lemus destruyó a la CGTS, la ilegalizo. Pero a él lo derribamos en un movimiento de masas que fue del 15 de septiembre al 26 de octubre. Intensas jornadas de lucha. Participe de esas jornadas como obrero del Sindicato de la Construcción, que pertenecía a la CGTS. Cuando cayó Lemus hicimos una asamblea general y fiesta para celebrar el triunfo en La Concordia. La CGTS tenía su local allá por la escuela Reymundo Lazo, por el Parque Bolívar. Como sindicalistas éramos formados en la U, allí recibíamos cursos de legislación laboral, nos dejaban bien filudos…

Y entonces constituimos en respuesta a Lemus el Comité de Unidad Sindical de El Salvador, el CUSS, con los sindicatos miembros de la CGTS. Luego del derrocamiento de Lemus, llega el Dr. Roberto Bracamonte, miembro del PCS, como director del Hospital Rosales y nos jala a trabajar, a mí y a Casimiro Funes. Pero una vez el Dr. Bracamonte estaba operando y llegó un enemigo, un oreja, y se pusieron a discutir y entonces el Doctor sacó la pistola y lo hirió y entonces tuvo que irse del hospital…y nosotros también. Anduve trabajando en el IVU, di los primeros pasos para formar el SETIVU.

Fui del FUAR. Cuando iba a san Miguel, en el bus me sentaba atrás para ir tirando propaganda del FUAR, y me bajaba antes de llegar al pueblo y llegaba por veredas, pero una vez me estaba esperando el Comandante Local y yo llevaba propaganda, al llegar la cancha me capturaron y se dijeron entre sí: ¿qué decís? ¿Lo llevamos a la Guardia o lo matamos nosotros? Pero unos que vieron la captura se fueron avisarle a mi tío y este se fue a hablarle a la mamá del comandante Local. Y esta llegó y le dijo: mirá Ramón, si no me soltás a este cipote ya no llegues a la casa… El comandante se quedo un momento pensativo, evaluando costos y beneficios de lo que iba a hacer y al final me dijo: ándate, que te valga…ese día no me quede a dormir en el pueblo, me regrese a san salvador y me fui derechito para la CGTS a contarles lo que me había pasado. Después seguí llegando al pueblo, pero no me quedaba a dormir.

Luego constituimos en 1965 la FUSS. Funcionaba en la 5ta. Calle oriente. Me acuerdo de esa época del Ratón Hidalgo, que luego se vendió, de Dimas Alas, de Jorge Alberto Quijano, de Delfino Pérez que todavía trabaja en la UES y era zapatero. Y tres años más tarde en 1968, formamos la FENASTRAS con sindicatos de la CGS. En 1967 con la Huelga de Acero en Zacatecoluca, hicimos temblar a Riverón.

Ingreso al Partido Comunista en 1968…

El 22 de diciembre de 1968 ingrese al partido Comunista…no quise entrar antes porque consideraba que debía ganarme el ingreso. Lo hice luego de construir el Sindicato de la Industria Avícola, Huevos y Similares de El salvador, ya había mérito. Seleccione ese día porque aunque nací el 3 de diciembre fui asentado el 22 de diciembre por mi mamá, entonces en homenaje a mi mamá escogí esa fecha.

Entre a militar a una célula obrera, donde estaba Paquito Muñoz, un albañil de apellido Pineda, Alfredo de león, que después se pasó a la Democracia Cristiana, uno de apellido Vargas que era de la departamental y trabajaba en el Diario Oficial. Antes al revolucionario le aconsejaban no contraer compromisos de familia, porque la vida era dura y había que andar huyendo y la familia sufría…

En un congreso en 1968 de la FUSS paso a integrar su directiva, cuando Dimas Alas era secretario general yo era el de asuntos agrarios. Ya antes había participado en su fundación en octubre de 1965. Para el 69 para la guerra con Honduras me encomendaron trasladarme al cantón Nancuchiname, con una comisión que integraba también Tula Alvarenga, dos panificadores, dos del sindicato de El Dorado. Llevamos credenciales del Socorro Jurídico de la UES y de AGEUS. El propósito era ayudar a los refugiados que habían sido expulsados por la Mancha Brava hondureña.

Más tarde, en 1969 después de la guerra, unos compañeros me invitaron a una reunión secreta, solo del PCS, para criticar a la dirección y les respondí que “yo no era traidor a los principios comunistas.” Dejaron de invitarme y me acusaron de revisionista. Andaban en eso Rafael, que era yerno de Carpio, Chepe y la Chila, panaderos que aún viven en Santa Tecla. Yo informe de eso al Comité Central.

Para ese mismo año 1969, (Salvador Cayetano) Carpio, que usaba el pseudónimo de Saúl, nos convoca a una reunión a un grupo de sindicalistas y nos plantea que: en nuestro Partido no debería de haber burgueses sino solo proletarios y campesinos…Como yo con Schafik ya había comido tortilla con sal y dormido en el suelo, me decidí a refutarlo en la reunión y lo hice. Ante sus ojos sorprendidos levante la mano para pedir la palabra y le dije lo siguiente: camarada Saúl, usted sabe que tanto Carlos Marx como Federico Engels, y Vladimir Ilich Lenin, bueno y el Che Guevara y Fidel Castro, para no mencionar a Farabundo Martí no eran obreros…nosotros como militantes comunistas debemos distinguir ente origen de clase y posición de clase. Cuando estaba hablando observaba como a Saúl el rostro se le descomponía de la gran cólera que le causaban mis palabras. Pero concluí diciendo: Camarada Saúl, sus argumentos no son válidos. Los que estaban a la par mía me decían: ¡tenés huevos de enfrentarte al mero secretario general! Pero es que así soy yo, así fui educado…

En 1972 junto con el Chele Foremost (Ricardo Martínez) que hoy vive en la tierra de los canguros le hicimos huevo en 1972 a la Huelga general para defender el triunfo del Ing. Duarte. En 1973 creamos la FENASTRAS, y me quede en este esfuerzo hasta 1979. Me dijo entonces Adán Chicas, que era el secretario general de la FUSS, que me pasara a la CTS, y allí me quede. Así era uno antes de disciplinado con la línea del Partido. En el 80 organice el AMSPAS, trabajo en el Ministerio de salud. Luego organizamos en 1983 el Comité 1ro. de mayo y luego el MUSYGES… En 1983 la represión estaba en su apogeo, fue cuando matan a Santiago Hernández y recibimos la indicación de no acercarnos a los locales sindicales…ese año asistí a un Congreso Mundial de servidores Públicos en Caracas, Venezuela. Schafik me dio la misión de explicar y denunciar en ese congreso la represión existente en el país. En 1985 fui a Costa Rica a un seminario de la fundación Konrad Adenauer. Pero el discurso radical me delataba, me decían, algunos delegados me decían por su discurso no parece de nuestra línea. Y así seguiré luchando hasta morir…

MUJERES SALVADOREÑAS PARTICIPAN EN III FORO SOCIAL EN CIUDAD DE GUATEMALA

SAN SALVADOR, 7 de octubre de 2008 (SIEP) Este día partió hacia la Ciudad de Guatemala una delegación de mujeres salvadoreñas, para participar en el III Foro Social de las Américas que se inaugura este día con una Ceremonia Espiritual de los Pueblos Indígenas.

Las mujeres salvadoreñas, representan a diversas organizaciones sociales que integran la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y Reproductivos. Ellas son Janeth Cerritos, Margarita Rivas, Cristina Roque, María Isabel Villegas y también el compañero de la UES, Osvaldo Aragón.”

La Lic. María Isabel Villegas, de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) de El Salvador indicó que “nosotras estaremos desarrollando una ponencia en el III Foro Social de las Américas sobre la necesidad que los estados suscriban la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Reproductivos.”

Explicó que “nosotras hablamos de convención porque nos referimos a un acuerdo con fuerza vinculante, a una norma jurídica que sea adoptada por la OEA y por otros sistemas regionales de derechos humanos.”

Agregó que “los derechos sexuales están vinculados al ejercicio de la sexualidad que es un don de Dios y que expresan vivencias de cómo cada persona forma su identidad sexual, identificándose o no con los patrones en que hemos sido socializadas y socializados…”

Puntualizó que “es un derecho sagrado que la sexualidad de cada persona sea respetada por otras personas e instituciones así como que este protegido por el estado. Lo digo como mujer, madre, hija, esposa y salvadoreña. Es una cuestión de principios…”
Subrayó que “como sectores populares salvadoreños, hombres y mujeres, tenemos el reto de combatir el androcentrismo, el machismo, que nos divide, que refleja mecanismos de dominación y de explotación de los sectores dominantes. Y que son los sectores reaccionarios que se oponen a los derechos sexuales y reproductivos…”

“A la violencia de clase, a la represión del estado contra los trabajadores y sus justas luchas por una vida digna, al racismo practicado contra nuestros pueblos indígenas, al adultismo, a la lucha contra la discriminación de las personas con discapacidades, como sectores populares debemos agregar la lucha contra la violación de mujeres, contra el abuso sexual y violación de adolescentes, y contra la pederastia. No podemos quedarnos calladas y callados…”

“Asimismo debemos de impulsar y este III Foro Social de las Américas debe de respaldar nuestra lucha por los derechos reproductivos, o sea por nuestra autonomía para definir nuestra propia capacidad reproductiva. Nosotras tenemos el pleno derecho de decidir cuantos hijos e hijas queremos, en mi caso tengo dos hijos y cuatro hijas, o si no queremos tenerlos…es nuestra decisión.”

“No le corresponde ni al Estado ni mucho menos a la iglesia, el control de nuestros cuerpos y de nuestras decisiones. Es algo nuestro, propio. Y lo digo desde una sociedad salvadoreña que ha permitido y favorecido la esterilización de mujeres campesinas, desde una sociedad con leyes que penalizan la interrupción de un embarazo, que la criminalizan.”

“Considero que debemos de distinguir, diferenciar entre nuestros derechos sexuales y nuestros derechos reproductivos. Pero luchar por ambos, ya que los dos son expresiones de realización humana plena. Debemos reivindicar el placer como expresión de felicidad humana.”

Finalmente, La Lic. Villegas, que es también de la Iglesia Luterana Popular, clarificó que “esta lucha por una Convención es una lucha por ampliar los espacios democráticos de las mujeres en nuestra América, lo hacemos desde el dolor de la discriminación e iluminadas por el ejemplo de nuestras madres y abuelas que a través de los años han resistido de diversas formas el androcentrismo dominante. Prudencia Ayala y Fidelina Raimundo nos indicaron el camino.”

“Y han resistido también nuestras madres y abuelas a una religiosidad hipócrita que condena a la víctima y felicita al verdugo. Y lo hacemos inspirados por Dios que es madre y es padre. Y lo hacemos en Guatemala, nuestro pueblo hermano, depositario de una milenaria tradición de resistencia…”

¡Oscar Rivera, presente…ahora y siempre!

SAN SALVADOR, 3 de octubre de 2008 (SIEP) “Con mucha tristeza recibimos este día la noticia que nuestro camarada Oscar Rivera, que luchaba por nuestro pueblo en Canadá ha muerto” expresó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Judith Chafoya, responsable del FMLN en Montreal informó “con profundo pesar, que el Compañero Oscar Rivera, nos dijo Adiós el día de ayer Jueves 2 de octubre. Como Ustedes saben hace algunas semanas se le descubrió un tumor canceroso de grado 3, muy agresivo. El compañero estaba con un tratamiento preparatorio para la quimo y la radio terapia. Pero no lo resistió.”

“Conocí a Oscar hace unos 20 años, estudiamos juntos la Licenciatura en Ingles en la UES. En ese entonces era directivo de la Sociedad de Estudiantes de Idiomas, siempre muy activo, muy comprometido con el movimiento estudiantil y con la lucha de nuestro pueblo, participamos en muchas marchas, era muy entusiasta…”

“Luego a principios de 1990 trabajamos juntos en FUNSALPRODESE. Acompañábamos a delegaciones a visitar comunidades rurales y en ese espacio surgió la oportunidad de viajar a Canadá y desde allá contribuir a la solidaridad con las luchas populares. Y aceptó el reto del frío de la lejanía que impone la distancia. Pero nunca dejo de soñar y de luchar por su paisito…Y siempre estuvo cerca, su mente y su corazón estaban acá…”

“En Semana Santa de este año pude verlo en Montreal, no había cambiado, seguía impaciente organizando conferencias y denuncias, acompañando siempre a Judith, preocupado por la represión contra nuestra gente, emocionado con los avances del proceso, dando siempre la lucha ideológica contra el oportunismo…desde la Red Internacional pro Derecho Humanos”

“Oscar seguía siendo Oscar, sin aceptar términos medios, consecuente hasta el final, admirador y seguidor de Schafik, rojo por dentro y por fuera, leninista, estudiando al imperio, solidarizándose con las resistencias, sin bajar la guardia, una vida pensando en el triunfo popular, caminando rápidamente a la próxima reunión…con una sonrisa de victoria en el rostro…. ¡Oscar, presente ahora y siempre!

“Y fuiste maestro del lenguaje popular y precisamente en el lenguaje que creaste con tu personaje Cheringa, te digo: hasta Siempre!
Kon todu’el Kuchamper Chapudo-Socialista del Siglo XXI y
Kon todu’y Chanklet’al 2009…Cheringa-Makondo” concluyó el religioso luterano.

El caso de Nicaragua: Desmitificando la conquista

El caso de Nicaragua
Desmitificando la conquista
Manuel Moncada Fonseca
*
29-09-2008
¿Paz colonial?
Nicaragua fue “descubierta” por los españoles en 1502, año en que Colón efectuó su cuarto y último viaje al Nuevo
Mundo. Y no fue con ello que se inició su historia. Tampoco es cierto “que la nueva historia indo-hispana”
comenzara, como sostuviera Pablo Antonio Cuadra, “por un diálogo entre el cacique Nicaragua y el conquistador Gil
González Dávila (1). A contrapelo de la supuesta paz que reinó durante el dominio colonial, los indígenas lo
resistieron de muy diversas maneras:
Con cantares; con huelgas de sexo, esto es que los indígenas, escribe López de Gómora, “no dormían con sus mujeres
para que no pariesen esclavos de españoles” (Herrera plantea, en esencia, eso mismo); de siembra, como atestigua
Las Casas, contando que una vez que se pretendió hacer un nuevo repartimiento de indios, éstos se negaron a
sembrar para los españoles; con infanticidios y abortos; al respecto, otra vez Las Casas dice que “las mujeres paridas
matan sus criaturas y las preñadas las echan fuera del cuerpo” (2); con infanticidios, suicidios y huelgas de hambre
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como contaba el cacique Gonzalo al italiano Girolano Benzoni: “… a tal punto llegaron las cosas –le dijo- que muchos
[…] mataban a sus hijos, otros iban a colgarse, otros se morían de hambre” (3); con las armas en la mano, como lo
hizo Diriangén, Nicarao (4) y otros caciques. Quizá la simulación se deba considerar forma suigéneris de resistencia
indígena al dominio colonial. Gámez, por ejemplo, habla de las repentinas conversiones de los indios en cristianos
ante el temor que provocaba en ellos la presencia del invasor europeo (5).
Veamos, cómo pasaron las cosas en lo que a nicaraos y chorotegas se refiere:
Los objetivos de Gil González con relación a Nicaragua no podían ser sino de dominación, considerando el mensaje
que transmitiera al cacique Nicarao, asegurándole, por un lado, que no llegaba a causarle daño sino a enseñarle la fe
cristiana y a “rogarle” obediencia al Rey de Castilla; por el otro, que de no condescender “a sus ruegos, le haría la
guerra”. La respuesta del cacique fue que “aceptaba la amistad con que le brindaba [el conquistador], y recibiría
también la religión católica si cuando conociese sus fundamentos le parecía conveniente” (6). Llama la atención el
hecho que, al producirse el llamado “diálogo” entre el conquistador y Nicarao, éste expresara su disposición a recibir
el cristianismo (aunque sólo fuera por aparentar ante el conquistador) (7), pero no a deponer las armas (8). Con
todo, es aún más significativo lo que ocurrió después de este encuentro “amistoso”.
Tras contactarse con Nicarao, Gil González se internó en territorio nicaragüense y se encontró con el cacique
Diriangén al que, igualmente, le “rogó” su cristianización. éste prometió responder al cabo de tres días, lo cual hizo
pero armado con sus hombres para rechazar al invasor. Viéndose obligadas a retirarse, las fuerzas castellanas
nuevamente atravesaron las tierras de Nicarao sin ningún problema. Sin embargo, al no más dejar atrás estos
dominios, fueron atacados por los nicaraos (9).
No fue, pues, Nicarao el cacique ingenuo, “filósofo” y carente de espíritu guerrero que se pinta en múltiples escritos
sobretodo de tendencia libero conservadora. En este sentido no está demás traer a colación la advertencia que el
cacique Nicoya le hiciera a Gil González Dávila, expresándole en relación con Nicarao, que más al norte se toparía
con un cacique poderoso (10)
Hechos semejantes se observaron en todo el continente americano a lo largo de los tres siglos de la dominación
colonial. No obstante, los apologistas de este dominio siempre han insistido en presentar las cosas de otro modo,
propiamente, desde la óptica idealizada con que la Corona Española y sus personeros enfocaron la colonia. La
“cristianización” y la “civilización” de los nativos americanos sirvieron de manto a lo que, en verdad, se materializó
en explotación despiadada del indio y en saqueo indiscriminado a sus riquezas. La espada y la cruz se combinaron
protervamente para reducir al nativo americano a la más cruel esclavitud. Y por mucho que la reacción criolla se
esfuerce hoy por glorificar el pasado colonial (11) -tratando así de justificar la “moderna” pero no menos rapaz y
opresora dominación del trabajo por el capital-, autores que estaban lejos de lo que hoy se llama izquierda reflejaron
en sus escritos la naturaleza sanguinaria, explotadora y expoliadora de la colonia, aunque, por otra parte, trataran de
defenderla a ultranza.
“La conquista de América dice Ayón es la lucha gigantesca de dos mundos. Por una parte se presenta un antiguo
pueblo que, orgulloso con la gloria del triunfo obtenido en una guerra de siete siglos [contra el dominio árabe sobre
España], se lanza a buscar en los confines de la tierra y en el seno de las naciones salvajes, nuevos horizontes para su
espíritu y nueva savia para su sangre; y por otra parte aparece la raza americana, exuberante de vida y libertad, que
al ver sus creencias amenazadas por extrañas creencias, sus altares destruidos, sus dioses profanados, su suelo
regado de cadáveres y sus familias pereciendo entre las llamas de horrorosos incendios, rechaza con valor
desesperado a sus enemigos y se empeña en cerrar las puertas a la luz de una civilización invasora” (12).
Lejos, pues, del diálogo que, supuestamente, dio inicio a las relaciones entre los conquistadores europeos y los
aborígenes de Nicaragua, como anota Wheelock, esa historia se inició, por el contrario, “con una encarnizada lucha
del indio contra el colonialista español, mantenida luego lejos de cualquier diálogo durante los tres siglos que duró
la dominación peninsular” (13). Esta visión de las cosas es, por completo, diferente de la que la historiografía
tradicional, generalmente de corte liberal o conservador, proporciona, interesada como está, en idealizar el pasado
colonial para justificar el presente opresor y explotador.
¿Fue la de Centroamérica la peor parte de la emigración que llegó de España?
En lo que concierne propiamente al domino colonial en territorio centroamericano, al contrario de la idea de Gámez
según la cual éste dominio fue peor acá que en ninguna otra parte del Nuevo Mundo, porque a su parecer las
“remotas provincias de la América-Central […] tuvieron la mala suerte de recibir la peor parte de la emigración que
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venía de España” (14); para la autora Laurette Sejourne, La Española y Cuba se constituyeron en “el campo de
experimentación de los futuros conquistadores de toda América”. Allí aprendieron a reducir a los indígenas a la
condición de animales domésticos. Allí mismo, iniciaron “la lucha entre compatriotas, por medio del perjurio, el
homicidio y el robo”. Y agrega algo aún más esclarecedor:
**
“El modelo creado en la Española hubo de servir para todo el continente, y la historia de la conquista no se
modificará de un país a otro en razón del carácter específico de la geografía, de la cultura y del gobierno de cada uno
de ellos”. Allí tuvieron lugar, indica, las primeras rebeliones y querellas para disputarse la riqueza y el poder; de igual
forma, allí se registraron los primeros enfrentamientos sangrientos contra los enviados por la corona, así como las
primeras condenas oficiales de muerte; sobre su suelo se perfeccionó y legalizó la trata de seres humanos y se
instauró el repartimiento de hombres y tierras (15).
Respecto a la conquista de México, la autora expresa que los métodos de Cortés fueron calcados exactamente de los
que otros conquistadores pusieron en práctica, con los mismos ataques sorpresa antes del amanecer, incendios,
muchedumbres enloquecidas y desarmadas que terminaban reconociéndose culpables (16). Así las cosas, no era
fortuito que el emperramiento, como apunta la autora, fuera una tortura aplicada en América “legalmente contra los
que no pagaban tributo” (17).
¿A qué atribuir la violencia de los castellanos contra los americanos?
Y contra la idea expuesta también por Gámez, que atribuye la violencia de los castellanos -tanto entre sí como con los
aborígenes- a la condición brutal y supersticiosa de una soldadesca recogida por lo común en los garitos, en las
tabernas y en las inmediaciones de los presidios españoles (18), Sejourne acota: “Ya antes de la llegada de los
criminales puestos así en libertad [se refiere a los condenados a muerte que serían libres al cabo de dos años de exilio
en América y a los condenados a cadena perpetua, quienes igualmente serían libres sólo que al año] la primera isla
descubierta, umbral de un inmenso continente virgen, era víctima de disensiones y presa de la brutalidad” (19).
Hay que añadir a esto un asunto de vital importancia: lo relativo a que algunos de los grandes conquistadores de
América, fueron de origen noble. Hernán Cortés y Pedrarias Dávila, por ejemplo, lo fueron. Y, sin embargo, se
distinguieron por una crueldad ilimitada, la perfidia y la intriga especialmente contra los indígenas, pero también
contra los suyos. En efecto, el primero, era poseedor de una inmensa fortuna y del título de marqués (20). El
segundo, había servido en la guerra de Castilla, en la cual adquirió la fama de valiente, era hermano del conde
Puñonrostro, “Caballero de Segovia y pariente inmediato de varias personas de la nobleza y de valor de España”. El
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Obispo de Burgos intercedió en su favor ante el monarca, partiendo de los servicios que él prestara en la toma de
Orán y de Bujía (21); de su rango de coronel de la infantería española y de que se había educado en la Real Casa.
Gracias a ello, Pedrarias fue confirmado en su cargo de Gobernador del Darién (22).
Despoblamiento brutal por trato brutal y por enfermedades.
***
Oviedo, en su Historia general y natural de las Indias, escribe que en Cuba, para 1548, había quinientas personas,
pero que, entonces, la mayoría de los habitantes provenía de otras islas. Sin embargo, cuando ésta se descubrió había
en ella un millón de indios. No obstante, el cronista explicaba, más bien justificaba, el hecho a partir de que las
minas no eran muy ricas y de que la codicia de los hombres era insaciable. Por otra parte, acusaba a los indios de ser
ociosos, viciosos, de poco trabajo, melancólicos y cobardes, mal inclinados, mentirosos, de poca memoria e
inconstantes. “Muchos dellos por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron con
sus propias manos…” (23)
Bartolomé de Las Casas anota que en Nicaragua al principio había, según cálculos de sus compatriotas, más de
seiscientas mil personas, pero en unos cuantos años esta población se redujo a entre doce y quince mil almas (24).
Germán Romero Vargas, partiendo del carácter interesado de las informaciones que suministran, a su parecer, Gil
González, Las Casas y Oviedo, estima que la población de Nicaragua, en el momento inicial de la conquista, era de
unos 100 mil aborígenes (25). Según Radell, citado por Cardoso y Pérez Brignoli, en las primeras décadas de la
conquista, la población de Nicaragua sobrepasaba más de un millón, pero producto del dominio colonial se vio
reducida a 10.000. Esta brusca disminución de la población se atribuye a las enfermedades, a las guerras, y a la
exportación de esclavos (entre 200.000 y 500.000) (26).
En general, al despoblamiento de América contribuyó en gran medida una macabra importación europea -para la
cual el indígena no estaba biológicamente preparado- consistente en viruelas, tétanos, enfermedades pulmonares,
intestinales y venéreas, el tracoma, el tifus, la lepra, la fiebre amarilla, las caries de la boca. El antropólogo brasileño,
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Darey Ribeiro, citado por Eduardo Galeano, calcula “que más de la mitad de la población aborigen de América,
Australia, y las islas oceánicas murió contaminada luego del primer contacto con los hombres blancos” (27).
La barbarie contra el indígena obra del sistema colonial
Mas, no debe creerse que la barbarie contra el indígena era producto de individuos aislados. Era por el contrario, un
fenómeno derivado del sistema colonial en su conjunto. No en vano, al cronista imperial Juan Ginés de Sepúlveda se
le encargó la tarea de justificar el derecho de la Corona sobre los aborígenes del Nuevo Mundo. Amparándose en
Aristóteles, Sepúlveda justificaba lo que él llamaba “las justas causas de las guerras contra los indios”. Según él,
existía el derecho de someter por la fuerza a los que, dada su condición natural, debían sujetarse a la obediencia; lo
perfecto debe gobernar a lo imperfecto, igual que lo excelente a su opuesto; hombres y animales están sujetos a esa
norma. Por eso, las fieras y la mujer son dominadas por el hombre. Y siendo que, a su parecer, la diferencia esencial
entre el hombre blanco que él estima noble, inteligente virtuoso, etc. y el bárbaro es la misma que existe entre el
hombre y los monos; en consecuencia, el uso del arte de cazar debe dirigirse no sólo contra los animales sino
también contra los hombres que rechazan el yugo esclavista, pese a que, según su entender, nacen para someterse.
Por lo mismo, para Sepúlveda las víctimas se benefician con la avaricia de los conquistadores y es al vencido y no al
vencedor a quien achaca la culpa de las rapiñas (28). Para él, las atrocidades de los españoles, aunque aborrecibles,
no tenían la importancia que, según él, sí tenía la responsabilidad de los mismos en la imposición de la cultura
cristiana a los aborígenes americanos (29).
Bartolomé de Las Casas, quien se pusiera a la cabeza de la defensa del indígena fue acusado de 1) herejía, al aferrarse
a la idea de igualdad humana; 2) desconocimiento de la desigualdad de las razas, al negarse a admitir que entre los
hombres unos están destinados a ser libres y a mandar y, otros, siendo deficientes por naturaleza, por su propio bien,
están destinados a la servidumbre y la sujeción que los primeros les impongan; 3) desorden mental, siendo un
hombre de “mente confusa” y de “delirio paranoico”, incapaz de admitir que la esencia humana tiene diversos niveles
de realización (30).
Menosprecio racial a los aborígenes americanos
Conociendo la brutalidad que los castellanos mostraron contra el indígena en todos los territorios del Nuevo Mundo
que estaban bajo su poder, Sejourne llega a una conclusión irrebatible: “La lectura de cualquier documento referente
a la conquista da la certidumbre de que ninguna acusación podrá jamás ser tan terrible como los propios
acontecimientos” (31).
W. Howitt, citado por Marx en El Capital, escribe: “Las barbaries y las execrables atrocidades presuntamente
cristianas en todas las regiones del mundo, y contra todos los pueblos a los cuales pudieron subyugar, no tienen
paralelo en ninguna otra era de la historia universal, en ninguna raza, por salvaje, grosera, implacable y
desvergonzada que fuese” (32).
Para algunos como el conde de Bufón, los indios eran animales frígidos y débiles, no se registraba en ellos “ninguna
actividad del alma”. El abate De Paw hablaba de que en América los indios degenerados alternaban con perros que
no ladraban, “vacas incomestibles y camellos impotentes”. Para Voltaire, América estaba habitada por indios
perezosos y estúpidos, sus cerdos tenían, algunos, el ombligo a la espalda, sus leones eran calvos y cobardes. Bacon,
De maestre, Montesquieu, Hume y Bodin se negaron a reconocer como semejantes a los hombres “degradados” de
América. Hegel se refirió a la impotencia física e intelectual de América. El padre Gregorio García, en el siglo XVIII,
sostuvo que los indios eran perezosos, no creían en los misterios de Jesús, ni agradecían a los españoles por todo el
bien que se les brindaba por su ascendencia judía (33).
Complicidad del clero en el crimen y en reparto del botín
Desde luego, los hombres de espada no actuaron sólos, sino en contubernio con los de sotana. En este aspecto, la
opinión de Gámez resulta acertada, diciendo que los miembros del clero, en su mayoría, por codicia, no se oponían a
la obra de iniquidad o esclavitud contra el indio, al contrario, la ayudaban “atentos únicamente á tomar su parte en el
rico botín de los despojos” (34). Y en un tono más recio expresa: “El clero católico, que atendida su misión de paz,
pudo servir para suavizar el yugo colonial, fue con muy contadas excepciones otro terrible azote para las colonias.
Los clérigos que en aquel entonces recorrían el Nuevo Mundo, no se distinguían por la fe y cristiano ardor que exige
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el Evangelio […] Gran número de frailes se trasladó a las colonias con la esperanza de gozar de una existencia libre y
holgada y encontrar satisfacción a sus terrenales aspiraciones” (35).
Sin embargo, más duros son aún los términos que utiliza el historiador francés Mauricio La Chate, citado por Gámez,
para referirse a los que, desde las metrópolis, imponían su voluntad a los pueblos: “Los anales de la Historia política
del siglo XVI debían ser trazados en caractéres [sic] de sangre, pues nunca las crueldades, los homicidios, los
atentados, habían sido tan multiplicados y terribles; nunca los reyes y los papas habían cometido tantas
atrocidades…” (36).
Por su parte, Eduardo Galeano escribe: “La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo
colonial. Para arrancar la plata de América, se dieron cita en Potosí los capitanes y los ascetas, los caballeros de lidia
y los apóstoles, los soldados y los frailes” (37). Tibor Wittman y Corvina Kiadó plantean que los religiosos supieron
aprovechar con habilidad las calamidades naturales para infundir temor a Dios entre los indios. Y para imponer el
cristianismo entre los indígenas, recurrían a las mismas creencias que éstos tenían. No es casual, señalan dichos
autores, que la virgen de Guadalupe apareciera en el mismo lugar en el que, en México, rendían culto a la madre de
su dios Tonantzin (38).
****
La denuncia del crimen y del despojo
Durante la conquista, hubo voces, aunque pocas, que clamaron contra el maltrato a la población del continente
americano. Otros, sin ser propiamente sus defensores -como cronistas interesados en recoger todo lo acaecido en el
Nuevo Mundo-, quizá sin proponérselo, denunciaban las atrocidades que los suyos cometían en las tierras del
mismo. Gracias a los cronistas, se sabe que Pedro Arias de Ávila, conocido como Pedrarias Dávila y quien se
constituyera en el primer gobernador de la provincia de Nicaragua, hizo gala -al igual que la mayoría de los
conquistadores y colonizadores del continente americano- de una crueldad sin límites contra los nativos de la
misma. Hacía, por ejemplo, uso de perros feroces para dar muerte a los indios rebeldes. Primero les echaba perros
jóvenes, de cuyos ataques los indios se defendían con el auxilio de garrotes; luego, ante la huída de los perros
jóvenes, les lanzaba dos perros viejos que los hacían caer en tierra y, finalmente, soltaba contra ellos a los más
feroces para que terminaran de despedazarlos (39).
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Con base en la lectura de las crónicas coloniales, Ayón señala: “Los naturales dados en encomienda eran errados,
como los esclavos; y al repartirlos entre los señores, sucedía que correspondiendo un sólo pueblo a tres ó cuatro,
cada cual tomaba el número de indios que se le señalaba, sin fijarse en la inhumana división que hacían de una
misma familia, dejando al marido separado de su esposa, y a la madre lejos de sus tiernos hijos. El tributo que les
exigían era exorbitante, y no se libraban de él ni aún los muchachos, quienes no pudiendo pagarlo se veían obligados
a salir de los pueblos en cuadrillas de doscientos o cuatrocientos, sin exceptuar a los jóvenes, con el objeto de ir a
recoger oro en los ríos, en donde algunos perecían miserablemente, hambrientos y sin abrigo” (40).
Con relación a Nicaragua, Las Casas dice: “Pedían cada cuatro o cinco meses, o cada vez que alguno alcanzaba la
gracia o licencia del gobernador, al cacique cincuenta esclavos, con amenaza de que sino los daba lo habían de
quemar vivos o echar a los perros bravos. Iban los señores por sus pueblos y tomaban lo primero todos los
huérfanos, y después pedían a quien tenía hijos legítimos, uno, y a quien tres hijas, las dos, y no de los más
indispuestos, sino escogidos y de tal altura, como les daba el español una vara; y de esta manera cumplía el cacique el
número que el tirano le pedía, con grandes alaridos y llantos del pueblo. Como esto se hacía tantas veces, asolaron
desde el año de [15]23 hasta el año [15]33 todo aquel reino, llevando todas aquellas muchedumbres de indios, siendo
tan libres como yo, a vender por esclavos a Panamá y al Perú donde todos son muertos” (41). García Peláez sostiene
que para los americanos “esclavitud, tributo, encomienda, confiscación, destierro y muerte, era todo uno, y lo mismo
la paz que la guerra” (42).
Un testigo de la época referida, escribía: “Es verdad lo que digo, que si un cristiano español hubiese de ir desde esta
ciudad de León o de la Granada a las Minas, y no supiese el camino no tiene necesidad de llevar quien se lo muestre
ni preguntar por el camino, más que irse por el rastro de los huesos de los indios muertos que hay hasta allá. Sé de
cierto, que hay hombres que en esta demora para que se coja oro, se le han muerto de su repartimiento doscientas
personas, y otros que tenían buenos repartimientos, que ya no tienen indios para sacar oro…” (43).
El saqueo colonial y el desarrollo industrial de Europa
Según cálculos de Ernest Mandel -que sumó el valor de oro y plata saqueado al Nuevo Mundo hasta 1660; el botín
saqueado en Indonesia por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, desde 1650 hasta 1780; las ganancias
del capital francés proveniente de la trata de esclavos de las Antillas británicas y, finalmente, el saqueo inglés de las
mismas-, el resultado de todo el saqueo practicado sobrepasa al valor total de la inversión realizada hacia 1880 en la
totalidad de las industrias europeas. Y, por supuesto, lo que benefició a Europa, en las regiones sometidas al saqueo,
por el contrario, impidió la acumulación originaria del capital industrial (44).
Según cálculos de Alexandr von Humboldt, en medio siglo, entre 1750 y 1809, mediante las exportaciones de oro y
plata, de México se evadió un excedente de unos cinco mil millones de dólares, según el valor que esta moneda tenía
a fines de los años 60 (45).
Conozcamos algunas de las valoraciones que el saqueo de América significó para Europa desde el punto de vista de
acumulación de capital y de desarrollo industrial.
Eduardo Galeano plantea, en esencia, que el oro y la plata arrebatados por los europeos a sus dominios coloniales,
además de estimular el desarrollo económico de las metrópolis, lo hizo posible (46). Marx manifiesta: “El
descubrimiento de regiones auríferas y argentíferas de América, la reducción de los indígenas a la esclavitud, su
soterramiento en las minas, su exterminio, los comienzos de la conquista y saqueo en las Indias Orientales, la
transformación de África en una especie de madriguera comercial para la caza de los hombres de piel negra: tales
son los procedimientos idílicos de acumulación primitiva que señalan la era capitalista en su aurora” (47).
En su Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels expresan: “El descubrimiento de América y la
circunnavegación de África ofrecieron a la burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los mercados de la
India y de China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la multiplicación de los medios de
cambio y de las mercancías en general imprimieron al comercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta
entonces desconocido y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento revolucionario de la sociedad feudal en
descomposición. (…) La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de
América” (48).
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¿Se necesita hurgar más la historia de la conquista y colonización de América para concluir que ello fue la base real
sobre la que se erigió lo que hoy llamamos subdesarrollo, como también el factor esencial sobre el cual, tras la larga
lucha independentista, se impuso el dominio del mercado capitalista mundial sobre los territorios que estuvieron
bajo el dominio colonial europeo, con la hegemonía de Inglaterra, primero, y con la de Estados Unidos, después?
Citas y notas
1. Cuadra, Pablo A. El nicaragüense. EDUCA, Centroamérica. 1978. p. 20.
2. Documento Nº 10. Las huelgas: sexual y de siembras. Documentos de la Historia de Nicaragua. 1523-1857. Recopilación de Antonio Esgueva Gómez. UCA,
Managua. 1983. p. 41.
3. Benzoni, Girolani. Fragmento de su obra Historia del Nuevo Mundo. En: Interpretación económica y social de la Historia de Nicaragua. Compilación del
Doctor Jaime Wheelock Román para la Maestría en Historia ofrecida por el Departamento de Historia de la UNAN-Managua. Febrero de 1998. p. 131. (la
numeración corresponde al fragmento indicado).
4. Véase entrevista de El Nuevo Diario a Fernando Silva ( “Cacique Nicarao es puro invento”) y a Rafael Casanova (“No hubo Nicarao, todo es invento”), en las
ediciones, respectivamente, del 12 y del 16 de septiembre del 2002.
5. Gámez, José Dolores. Historia de Nicaragua.. Madrid, 1955. p. 94.
6. Ayón, Tomás. Ayón, Tomás. Historia de Nicaragua.. Obra en tres tomos, Tomo I. Madrid, 1956. pp. 154-155.
7. “Estas repentinas conversiones al Cristianismo (…) no eran sinceras, obligados por el temor, creían con firmeza que salvar a bien poco precio sus vidas, con
sólo consentir se les mojara la cabeza no tenía ninguna trascendencia. Se observó con mucha frecuencia, que los mismos bautizados que cerraban sus templos y
botaban sus ídolos, en cuanto los españoles se alejaban, volvían a sus antiguos ritos”. Quintana Orozco, Ofman. Apuntes de historia de Nicaragua. Cuarta edición
aumentada y corregida. Managua, Marzo de 1968. p. 24.
8. Gámez, José Dolores. Ob. cit. p. 155.
9. Ibíd. pp. 157-158. Véase también: Arellano, Jorge Eduardo. Nueva Historia de Nicaragua. Fondo Editorial CIRA, Managua, Nicaragua, 1990. p. 92.
10. Academia de Geografía e Historia de Nicaragua. “El encuentro del cacique Nicaragua y el conquistador Gil González Dávila. Testimonios e interpretaciones”.
http://www-ni.laprensa.com.ni/archivo/2003/abril/05/literaria/ensayos/
11. “Una de las cosas más asombrosas de los exploradores españoles –casi tan notable como la misma exploración- es el espíritu humanitario y progresivo que
desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones”. Enciclopedia Autodidáctica Quillet. México, 1964. Tomo I. p. 41. Otro texto, plantea: “Y corresponde
a España en pleno apogeo de su gloria como pueblo cristiano, el recibir estas tierras [las del Nuevo Mundo] como regalo del señor”. Siso Martínez, JM; Bártoli,
Humberto. Mi Historia Universal. Trillas. Segunda reimpresión. México. Noviembre de 1990. p. 205. En contraste con esto, en un tercer texto leemos: “Nuestros
aborígenes vivieron más de trescientos años bajo la absoluta dominación española. ¡He aquí las raíces de nuestra tragedia al presente!” Y en el párrafo que sigue
leemos: “ LA PROVINCIA FUE UN BOTÍN DE ORO Y ESCLAVOS EN DONDE EL REY TENÍA PARTICIPACIÓN”. Lainez, Francisco. Nicaragua: Colonialismo
español, yanqui y ruso. Serviprensa Centroamericana. Guatemala, 1987. p. 88.
12. Ayón. Tomás. Ob. cit. p. 114.
13. Wheelock Román, Jaime. Raíces Indígenas de la Lucha Anticolonialista en Nicaragua. Managua, 1985. p. 1.
14. José Dolores Gámez. Ob. cit. p. 114.
15. Sejourne, Laurette. I. Antiguas Culturas Precolombinas. Siglo veintiuno. Cuarta edición en castellano. Diciembre de 1973. p. 14.
16. Ibíd. p. 33.
17. Ibíd. p. 65.
18 . Gámez, José Dolores. Ob. cit. p. 114.
19. Sejourne, Laurette. Ob. cit. p. 13.
201. Ibíd. pp. 29-42.
21.Orán, ciudad y provincia de Argelia, sobre la costa del Mediterráneo; Bujía nombre de ciudad también de Argelia que hoy se llama Bejaia o Bijaia.
22. Ayón, Tomás. Ob. cit. pp. 128-129.
23. Cita de Oviedo. Sejourne, Laurette. Ob. cit. pp. 29-30.
24. Las casas, Bartolomé de. Carta a un personaje de la corte. Compilación del Doctor Jaime Wheelock Román. Ob. cit. pp. 71-72. (La numeración es acá asunto
de cada parte de la compilación, está en correspondencia con la numeración de cada una de esas partes).
25. Romero Vargas, Germán; Solórzano, Flor de Oro. Las poblaciones indígenas de Nicaragua. En: Persistencia Indígena en Nicaragua. CIDCA UCA. 1992. p. 15.
26. Cardoso, Ciro F.S.; Pérez Brignoli, Héctor. Centroamérica y la Economía Occidental 1520-1980. Editorial Universidad de Costa Rica. 1983. pp. 54-55.
27. Galeano, Eduardo. Las Venas abiertas de América Latina. Siglo veintiuno editores, 5ª edición. 1973. pp. 27-28.
28. Sejourne, Laurette. Ob. cit. pp. 72-74.
29. Coe, Snow y Benson. Atlas Cultural de la América Antigua. Civilizaciones precolombinas. Ob. cit. p. 22.
30. Sejourne, Laurette. Ob. cit. p. 80.
31. Ibíd. pp. 76-77.
32. Marx, Carlos. El Capital. Tomo I. Editorial Librerías Allende S.A. Méjico 1980. p. 732.
33. Sejourne, Laurette. Ob. cit. pp. 62-63.
34. Gámez, José Dolores. Ob. cit. p. 129.
35. Ibíd. pp. 118-119.
36. Ibíd. p. 121.
37. Galeano, Eduardo. Ob. cit. p. 31.
38. Wittman, tibor; Corvina Kiadó. Historia de América Latina. Imprenta Athenaeum. Hungría 1980. pp. 95, 97.
39. Véase cita de Oviedo. Ayón, Tomás. Ob. cit. p. 214.
40. Ibíd. p. 227.
41. Ibíd. p. 227-228.
42. Véase cita de García Peláez. Ibíd. p. 227.
43. Cita del tomo III de los Documentos para la Historia de Nicaragua. En: Nicaragua…Y por eso defendemos la frontera. Historia agraria de las Segovias
Occidentales. CIERA-MIDINRA. 1984. p. 57.
44. Galeano, Eduardo. Ob. cit. p. 43.
45. Ibíd. pp. 54-55.
46. Ibíd. p. 35.
47. Marx, Carlos. El Capital. Ob. cit. p. 731.
48. Marx, Carlos; Engels, Federico. Manifiesto del Partido Comunista. En: Marx, C; Engels, F. Obras Escogidas, en tres tomos. Tomo I. Editorial Progreso,Moscú. 1974. p. 112.

Finances and the current crisis: How did we get here and what is the way out? Part 2

Finances and the current crisis: How did we get here and what is the way out? Part 2

Author: Sam Webb

The turmoil in financial markets and the bailout to the tune of $700 billion has turned the public eye and wrath on Wall Street and Washington. While millions are aware of the triggering causes, ranging from predatory lending to deregulation to insatiable greed, what isn’t so obvious is the longer-term process that brought our financial system and economy to the edge of the abyss.

I call this process financialization. According to economist Gerald Epstein, financialization is a process in which “financial motives, financial markets, financial actors, and financial institutions come to play an increasing role in the operation of domestic and international economies.” (“Financialization and the World Economy,” 2005, introduction)

It started in the 1970s

In its present form, financialization goes back to the mid-1970s. At that time U.S. capitalism was beset by seemingly intractable and contradictory problems — high inflation and unemployment, declining confidence in the dollar, faltering competitiveness, slow growth, and a falling profit rate.

Faced with this unraveling of the economy and weakening of the position of U.S. imperialism on a global level, then-chairman of the Federal Reserve Paul Volcker stepped into the breech and pushed up interest rates to record levels. This wrung inflation out of the economy, but it also sent unemployment rates to the highest level since the Great Depression, forced the closing of scores of manufacturing plants and many more family farms, brought incredible hardship to the working class and especially the African American, Latino and other communities, and negatively impacted the global economy, particularly the developing countries in Asia, Africa and Latin America.

At the same time, the spike in interest rates to record levels redirected domestic and foreign capital abruptly and massively into financial channels where returns to capital were now extremely high. Volcker, as an experienced banker, knew that the capitalists’ problem wasn’t too little money capital, but rather too few opportunities to profitably invest a surplus of capital — a crisis of over-accumulation of capital.

Moreover, once in financial channels, money capital remained there, but not idly. Driven by its own nature to constantly expand and reinforced by competitive pressures of competing capitals (grow or die) in a permissive regulatory environment, the financial agents of capital (banks, investment houses, hedge funds, private equity firms and so on) raced at breakneck speed into a massive buying and selling and borrowing and spending spree for the next three decades — all of which led to an explosion of the financial sector in terms of employment, transactions, instruments, players and profits. In other words, financialization proceeded at a feverish pace and with a broad sweep.

Capital that produces little, destroys much

Unlike productive capital that reproduces and expands itself by extracting surplus value and profits from labor power in the production process, money capital is much more footloose and impatient. Its time frame is short term. It travels the globe in an instant thanks to computerization and the web. Sinking itself into longer-term investments in plants, equipment and new technologies that create jobs and grow the economy is something that financial capital does, but this is not its favorite cup of tea, especially in recent years. In fact, money capital is as likely to destroy plants and equipment as invest in them — witness our Rust Belt and the structural adjustment policies imposed on developing and former socialist countries.

Where possible, money capital hides in the shadows beyond the eyes of weakened regulatory authorities. Like a good entrepreneur, it invents new “products” (options, swaps, futures, derivatives), but highly risky ones, and then sells, buys and profits from them. When turmoil seizes the financial markets as is happening now, money capital cashes out and runs to safety until the storm blows over. In the event that it doesn’t reach a safe haven and absorbs huge losses, it is relieved in the knowledge that the federal government and Federal Reserve stand ready to bail out massive failures of big financial institutions, as we are seeing.

The lubricant of financialization is the production and reproduction of staggering amounts of debt — corporate, consumer and government. Debt is as old as capitalism, but what is different in this era of financialization is that the production of debt, speculative excesses and bubbles are now essential to the functioning of U.S. capitalism.

A two-edged sword

As it gained strength and scope in the late 1980s and ’90s, financialization grew to the point where it became the main determinant shaping the contours, structure, interrelations and evolution of the national and world economy. While financialization was an outgrowth of the systemic weaknesses and contradictions of U.S. capitalism, it was also the leading edge of a neoliberal model of capital accumulation and governance, designed to restore U.S. capitalism’s momentum, profitability and dominant position in domestic and world affairs.

But as we are painfully learning, financialization is a two-edged sword, not all peaches and cream. Indeed, its very successes opened up new fault lines in the U.S. and global economy, making it, as we so graphically see, unsustainable.

While it stimulated the domestic and global economy, it also left our nation with an astronomical pileup of household, government and corporate debt which can’t be unwound overnight.

While it gave an impulse to economic growth, it also introduced enormous instability into the arteries of the U.S. and world economy, evidenced by the frequent financial contagions at home and globally over the past two decades.

While it prolonged the upward cyclical movements of capitalism, it has also set the stage for a hard economic landing and a much deeper crisis eventually, which is what we are experiencing now.

While it created wealth on a substantial scale, it also successfully engineered the biggest transfer of wealth in our nation’s history from wealth creators — the world’s working people — to wealth appropriators, the upper crust of U.S. finance capital.

While attracting mobile capital to our financial markets, it also has made us dependent on the willingness of foreign investors to absorb massive amounts of debt, something that they are increasingly less inclined to do, as the dollar drops in value on international currency markets and our markets collapse.

While the debt-driven purchasing power of American consumers bolstered global demand, it also tied the world’s economy to our heavily financialized, indebted, and unstable economy.

New model of economic governance needed

And yet, despite this incredible wreckage, this almost incomprehensible corruption, this reckless speculation, these merchants of plunder, debt and hardship are still attempting to resolve this financial crisis in a way that continues to leave them in charge of the main levers of power and their wealth intact.

This is not “socialism,” as we hear from the extreme right. It is parasitic state monopoly-finance capitalism. Or, in more colorful language, out-of-control cowboy/casino capitalism.

The American people and their friends in Congress are faced with a first-class challenge. In the near term, some immediate measures must be taken to restore the orderly functioning of financial markets, to recharge the economy, and, above all, to improve living conditions for the American people.

In the longer term, what is required is a new model of economic governance at the state and corporate level. By that I mean a reconfiguring of the role and functions of government and corporations so that they favor working people, the racially and nationally oppressed, women, youth and other social groupings. This will not only require the election of Democratic Party nominee Barack Obama, but also a sustained struggle by a labor-led people’s coalition in concert with its allies in the nation’s capital on what will be new political terrain.

Recent events have undermined the legitimacy of the neoliberal model of governance and accumulation so eagerly embraced by the Bush administration and Republicans in Congress. (No wonder they say they don’t want to play the “blame game.”)

But a substitute is not in place. Instead, we have a political vacuum into which various contending forces will try to impose their model of governance as we go forward.

In my view, such a model should draw from the New Deal experience, but in the end it has to be shaped in the first place by today’s conditions and requirements for political and economic advance for our nation’s working people and oppressed people, broadly defined. It won’t be socialist, but it would challenge the power and practices of the agents of capitalism, insist on peace and equality, consider public takeover of our energy and financial complex, and de-militarize and green our economy and society.

Depression conditions prompted Franklin Delano Roosevelt and his advisers — albeit with a mighty assist from a powerful all-people’s coalition led by the industrial unions and the multiracial working class — to reconfigure the role and functions of the state to the advantage of the ordinary people. We should draw inspiration and energy from this and set a similar course.

Sam Webb (swebb @ cpusa.org) is chairperson of the Communist Party USA.

Una visión que cuestiona: Gabriela lésbica Patriarcal

DEBATE / septiembre 2008
Una visión que cuestiona
Gabriela lésbica Patriarcal

Por Andrea Franulic *

He estado leyendo unos artículos de Gabriela Mistral del año 27 donde la poeta se refiere al feminismo. Alejada yo de llevar a cabo un análisis literario de la obra de la autora, me ha interesado, no obstante, su mirada ideológica respecto de las mujeres. Y este interés, aún precario, surge a partir de la constatación de que al lesbianismo activista en este país se le ha dado por recuperar a “nuestro premio Nobel”, cuando los amores de Mistral con otras mujeres han abandonado el territorio de la sospecha para entrar campantes al de los hechos.

Sin duda alguna, la construcción de una historia propia es acción política necesaria, pero no puede ir sino acompañada de un concierto de preguntas: qué historia queremos construir, desde qué visión ideológica lo haremos, a qué mujeres nos interesa recuperar, cómo las vamos a socializar, en qué espacios, con qué lenguaje, etc., etc. Sin desmerecer el entusiasmo de las compañeras que han querido arrebatarle al patriarcado la figura de Gabriela, sospecho que este gesto carece de profundidad política y la Mistral es otra vez un ícono ahora lésbico ¿o gay? al más duro estilo patriarcal.

Sabemos, a estas alturas, que los íconos y los eslogans ni siquiera rasguñan el sistema vigente y que nuestras políticas requieren urgentemente de profundidad, reflexión y consistencia. En este contexto, quiero aportar algunas pistas –todavía mínimas- para socializar –desde el presente- a Gabriela Mistral. Con otras palabras, darle contenido ideológico a su lesbianismo, pues también sabemos, a estas alturas, que ser lesbiana no es un gesto subversivo en sí mismo o, al menos, no es suficiente. Ahora bien, si se piensa que la Mistral es recuperable por el sólo hecho de ser lesbiana, me parece que estaríamos cayendo en un esencialismo peligroso.

De acuerdo a mi lectura e interpretación de estos textitos de la poeta, me atrevo a afirmar que Mistral es una lesbiana masculinista, incluso, misógina. Quién sabe esta figura sea completamente acorde a las actuales políticas gay-lésbicas de lo raro, lo queer: un cuerpo de mujer con mente de hombre… quién sabe. Para mí, desde el lugar ideológico donde me sitúo, lo importante es descubrir en las mujeres sus gestos y pensamientos insolentes. Me interesa sobre todo averiguar cómo piensan, cuáles son sus ideas y si estas nos entregan datos que nos sirvan de referente para una política subversivamente civilizatoria.

Mistral está alejada de aquello. No obstante, coincidimos –ella y yo- en que el feminismo de la igualdad no nos abre a las mujeres el camino de la libertad: “Yo no creo en el parlamento de las mujeres, porque tampoco creo en el de los hombres” (p.59), afirma acertadamente la poeta. Idea a la cual me adscribo y que hoy tiene la misma vigencia. La autora no cree en los cambios a partir de las leyes, sino a través de las costumbres. En este terreno, ella apuesta por una reorganización de la división del trabajo, tomando como punto de partida la diferencia entre los sexos. Y elabora una propuesta política concreta y contingente, porque en ese momento la discusión feminista versaba, entre otros aspectos, sobre los nuevos espacios laborales que las mujeres estaban conquistando.

Con las herramientas que hoy manejamos, aportadas por la segunda ola feminista en el mundo (occidental), me permito afirmar que la autora cuestiona críticamente el feminismo de la igualdad desde la diferencia sexual, categoría analítica, esta última, subversiva, dependiendo desde donde se la socialice. En el caso de la poeta, se trata de la más elemental y masculina de las reflexiones. Ella usa un concepto heterosexual de la diferencia y no una idea radical de la misma. Es decir, coincidimos, ella y yo, guardando las proporciones y las décadas que nos separan, en la crítica contra la igualdad desde la diferencia, pero hay una brecha inconmensurable: mi cuestionamiento surge a partir de lo que yo llamaría el feminismo radical de la diferencia, mientras el de ella se sostiene en la heterosexualidad más acérrima.

El concepto heterosexual de la diferencia se define de la siguiente manera: “Para algunas (y algunos) la diferencia significa subrayar que las mujeres son una cosa distinta de los hombres (más éticas, menos violentas, etc.), que se diferencian, pues, en contenidos de los hombres, los cuales quedan por necesidad como punto de referencia” (p.183) . Para Mistral, sin duda alguna, los hombres son el punto de referencia y desde ahí despliega su “programa” que se sostiene en la indiferenciación sexo/género, es decir, no da el paso de ruptura entre la diferencia y la desigualdad, retorna (o nunca despega) al esencialismo/naturalización de los géneros. De esta manera, su propuesta de reorganización del trabajo no abandona ninguno de los pilares patriarcales que históricamente han sustentado la división sexual del mismo. Moderada y conservadora, como un honorable varón, la poeta propone para las mujeres aquellos oficios ligados al cuidado de la infancia, porque allí radica el espacio natural de nuestro sexo.

Dejémosla hablar a ella: “La entrada de la mujer en el trabajo, este suceso contemporáneo tan grave, debió traer una nueva organización del trabajo en el mundo. Esto no ocurrió y se creó con ello un estado de verdadera barbarie sobre el que yo quiero decir algo. Con lo cual empezaré a entregar mi punto de vista sobre el feminismo, para aliviarme de un peso” (p.44).

“Yo no deseo a la mujer como presidenta de Corte de Justicia, aunque me parece que está muy bien en un Tribunal de Niños. El problema de la justicia superior es el más completo de aquí abajo; pide una madurez absoluta de la conciencia, una visión panorámica de la pasión humana, que la mujer casi nunca tiene. (Yo diría que jamás tiene)” (p.46).

“Y este regreso empieza a ser urgente” (p.51). (Solo en esta ocasión, las cursivas son mías). Se me podrá alegar que Mistral habla en las primeras décadas del siglo XX, mientras mi análisis cuenta con herramientas teóricas brindadas por el feminismo de los setenta en adelante. Es cierto. Pero justamente de eso se trata. Una cosa es situar a la poeta en su contexto y otra, socializarla desde nuestro presente, interpretándola según nuestras necesidades políticas actuales. Y como dije al principio de este texto, mi crítica directa es hacia el actual lesbianismo activista que levanta íconos sin darles un contenido ideológico más acabado.

Ahora bien, si situamos a Mistral en su contexto, es decir, 1927, en Francia, porque allí escribe estos artículos, descubrimos que las ideas del feminismo, de ese feminismo sufragista, impregnan la discusión política de su tiempo. Justamente, lo que hace la autora es dialogar, responder a las acusaciones que se le han hecho sobre su antifeminismo. Es decir, sus ideas acerca del tema son totalmente contingentes. Pero la poeta no es cordial con sus contemporáneas rebeldes, quienes, a veces, según afirma, le dan “más piedad que irritación” u observa “mirando las luchas femeninas, que la mujer es el peor enemigo de la mujer” y “cuando la mayoría de nuestras feministas hable esta lengua de senado de mujeres, cargado de respeto, yo creeré en que son capaces de suceder al hombre en la política y estaré incondicionalmente con ellas” (p.53).

Efectivamente, cuando Mistral escribe estos textos, ya se había formado en 1913 el Centro Belén de Zárraga en cuyo ideario se cuestionaba insolentemente la institución del matrimonio y esto ocurría en Iquique, o en 1922, también en nuestro país, se había armado el Partido Cívico Femenino que apostaba por la autonomía política de las organizaciones de mujeres . Es decir, comparto el cuestionamiento contra el proyecto de la igualdad, pero no desde la mirada misógina de Mistral, puesto que, más allá del fracaso de dicho proyecto, esas mujeres demostraron seriedad en sus luchas, fueron radicalmente igualitaristas y significó, para muchas, costos de silenciamientos y persecuciones , como las de la revolución francesa o el movimiento preciosista. Aunque hayan pretendido, equivocadamente algunas, igualarse a los hombres y su sistema cultural, la radicalidad de la lucha de estas feministas de las primeras décadas del siglo XX y también de los siglos precedentes, se fundamentaba en una visionaria ruptura del género: salirse de las tareas tradicionalmente asignadas a la feminidad, por lo tanto, combatir la naturalización y el esencialismo de la desigualdad entre los sexos. Teóricamente, entonces, anteceden la segunda ola feminista que, en los setenta, usará dicha categoría de estudio para argumentar que la feminidad es una construcción sociocultural del patriarcado. En definitiva, en su contexto y en el nuestro hoy, Mistral es, en cuanto a su posición respecto del feminismo, las mujeres y –por qué no- del lesbianismo, ideológicamente conservadora y heterosexual.

  • La autora es integrante del Movimiento Rebelde del Afuera, cuya fundadora es la teórica feminista Margarita Pisano

Finances and the current crisis: How did we get here and what is the way out? Part 1

Finances and the current crisis: How did we get here and what is the way out? Part 1

Author: Sam Webb

In a vote that was heard around the world, reactionary Republicans along with some progressive Democrats in the House torpedoed a bill to stabilize financial markets. The compromise deal was better than what was initially proposed by Bush and Paulson, but did little to stimulate the economy or attend to the crisis of everyday living experienced by millions of ordinary Americans — who, it should be said, played by the rules. In fact, the plan goes in the opposite direction — it asks the American people to pony up to the tune of $700,000,000,000 even though they had no hand in causing this crisis.

As this point it is unclear whether some form of the existing deal will manage to finally squeak through. One thing is clear though — the American people are furious at Wall Street, the Bush administration and congressional leaders of both parties.

We should see this struggle over the bailout package as a skirmish, an eventful and seismic one, but a skirmish nonetheless, in a protracted struggle that labor and its allies can win.

One immediate line of action is to fight for a moratorium on foreclosures, debt forgiveness, and renegotiation of mortgage terms going forward. As long as the housing slump continues, the overall economy will slide downward and markets will churn.

Another is to demand the passage of a stimulus bill of a half trillion dollars, paid for by repealing the Bush tax cuts and by a special tax on financial transactions and institutions.

Still another is to impose a new regulatory environment on financial markets.

A fourth is to rapidly end the Iraq war and initiate a peace process in Afghanistan that helps the people of that country.

Finally, a debate over the merits of public takeover of our financial and energy complex is in order. Can our country, given the challenges we face now and through this century, afford to allow these industries to remain in the hands of profiteers?

Defeat for U.S. capitalism

The prevailing ideologies and practices that have driven U.S. capitalism for the past three decades have run up against their own contradictions and conjured up new and old oppositional forces both domestically and internationally. Notwithstanding the agreement on a bailout package, what we are seeing is a massive defeat for U.S. capitalism.

Financialization, financial-led globalization and neoliberalism are not yet corpses. But their future is very problematic, although I would add that history tells us that discredited ideologies and practices never exit from the stage voluntarily. They have to be pushed, and pushed by a new political coalition that commands broad-based support, is united in action and possesses the skills to construct a people’s alternative. But isn’t such a coalition, of which we are a part, forming before our very eyes?

Moreover, this coalition is ready to strike the first and absolutely necessary blow in a few weeks, that is, to elect Barack Obama and bigger majorities in the House and Senate by a landslide.

If people haven’t enough reasons to join this effort, the current implosion on Wall Street and the new constraints it will place on the federal budget should give them reason to roll up their sleeves and get the job done on Election Day.

From another angle, the implosion of U.S. financial markets has delivered a debilitating body blow to the hopes of U.S. imperialism for unrivaled hegemony in the 21st century. When combined with the Iraq disaster, the worldwide anger over global neoliberalism and structural adjustment policies, and the emergence of new global powers in nearly every region of the world — China in the first place, it signals a new stage in the hegemonic crisis of U.S. imperialism and the final chapter of a unipolar world. Giovanni Arrighi, a world systems theorist, says that at the end of what he calls a systemic cycle of capitalist accumulation, leading hegemonic states invariably pursue a path of financial expansion, and its aim is to re-inflate its declining powers. The Dutch pursued this path in the 17th century, followed by the British in the 19th and early 20th century — successfully for a while, but in the end to no avail. Both eventually lost their leading position in the world capitalist economy and were replaced by another hegemonic state that established the rules, conditions and institutional framework for capital accumulation and system-wide governance.

Much the same fate, according to Arrighi, now awaits U.S. imperialism. The only question that Arrighi doesn’t answer is: will U.S. imperialism adapt peacefully to new world realities or will it engage in, to use his words, a policy of “exploitative domination” to maintain its standing in the world? Bush tried the latter, but failed and will leave the White House in January completely discredited.

Longer-term processes

While the present turbulence was triggered by mountains of borrowing on thin capital reserves, predatory lending, risky financial instruments, deregulation and bubble economics, it is also the outgrowth of longer-term processes that go back to the mid-’70s.

At that time, the U.S. economy was stumbling along, battered by the combination of inflation, high unemployment, slow economic growth and a declining rate of profit across U.S. industries. The confluence of these conditions prompted Paul Volcker, then chairman of the Federal Reserve Bank, to drive up interest rates to nearly 20 percent. Not surprisingly, this spike in interest rates reined in inflation, restored confidence in the dollar, and attracted mobile capital around the globe to U.S. financial and real estate markets.

It also generated an unprecedented shift of wealth in favor of the very wealthiest families and financial institutions, and set off an explosion in the financial sector in terms of its size, scope of activities, debt obligations and players.

At the same time, rising interest rates slowed down the economy, big swathes of industry shut their doors, union jobs were lost, wages stagnated, the social safety net was hollowed out, entire communities nearly collapsed and the labor movement was thrown on the defensive. Not since the Great Depression has productive capital been destroyed, living standards driven down and the relative strengths of competing financial and non-financial corporations reshuffled so fast and so broadly.

Much the same was occurring in the global South. In these countries finance-led globalization was responsible for massive drops in living standards, astronomical indebtedness to U.S. banks, privatization of industries and services, currency devaluations and unconscionable poverty. It was the convergence of these conditions that set into motion the eruption of political movements in Latin America that are either winning or contesting for state power.

Of course, it took more than shock therapy in the form of high interests rates to effect changes of this magnitude. If Volcker struck the first blow, it was the Reagan administration entering the White House less than a year later that was the main political agent of this upheaval.

The Reagan counterrevolution

At the ideological level, the Reaganites said that government is best that governs least; that markets are self-correcting; that income inequality is a good thing; that deregulation and privatization are the best fix for what ails the economy; that we live in a post-civil-rights era where affirmative action has no place; and that tax cuts for the rich trickle down to working people, thereby lifting all boats.

At the political level, the Reaganites framed the agenda of struggle and employed state power in its varied forms with a ruthlessness seldom seen. Remember PATCO.

Finally, at the economic level, the Reaganites dismantled much of the old Keynesian model of economic governance at the state and corporate level — a model that had its origins in the New Deal and was expanded by successive administrations in the next three decades. It rested on a measure of class compromise, societal obligations, formal equality and expansive macro-economic policies that favored broadly shared prosperity.

In its place, they constructed a new model of economic governance, popularly called neoliberalism. Its main features included flexible production networks on a global scale, union-busting, deregulation, low-wage labor, low inflation, free flow of goods, services and capital, shrinkage of the public sector, re-embedding of racist and sexist practices into political, economic and social life, restructuring of the state’s role and functions, and reassertion of finance.

El poder de la memoria es el poder de la resistencia…a 33 años, ¡Rafael Aguiñada Carranza presente en nuestras luchas por la vida…!

SAN SALVADOR, 28 de septiembre de 2008 (SIEP) “Te damos gracias Señor por haber entregado a este pueblo salvadoreño a Rafael Aguiñada Carranza, por su vida dedicada a la unidad de la clase obrera, a la lucha por el socialismo…” expresó el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Esta mañana fue realizado en el Cementerio General, un Acto religioso para conmemorar el 33 aniversario del asesinato del dirigente del Partido Comunista, Rafael Aguiñada Carranza, al que asistieron familiares y amigos del fallecido. Se reflexionó a la luz de Mateo 21:23-32.

“El poder –agregó el pastor luterano- de la memoria es el poder de la resistencia…Y nuestra presencia en este acto, tiene ese significado. El enemigo nos derrota cuando olvidamos. El recuperar la memoria es el comienzo de la victoria. La autoridad de Jesús surge del compromiso con los sectores populares. Es una tradición evangélica. Rafael entregó su inteligencia, su voluntad, su vida a la lucha por la justicia del pueblo salvadoreño, y por eso hablaba también con autoridad…”

“Recuerdo que escuche a Rafael ese mismo año 1975 hablando el 1ro. de mayo en la Plaza Libertad. Estuvo denunciando la escalada represiva del régimen del coronel Molina, denunció las masacres campesinas cometidas en Chinamequita, Tres Calles y La Cayetana, alertó sobre el peligro del fascismo… y lo hizo con autoridad, con mucha autoridad, con la autoridad de la verdad y por ser luz para este pueblo, y por eso la derecha, los militares, lo asesinaron…pero es de los muertos que nunca mueren, que siguen viviendo en el río inagotable de las luchas del pueblo.”

“La memoria es el aceite que mantiene viva la llama de la resistencia. Los israelitas, recordaban los sufrimientos en Egipto cuando se enfrentaban a los reyes cananeos; nuestros antepasados indígenas recordaban los maltratos en Tenochtitlan, en Tikal, en Chichen Itza. De la opresión surge la resistencia. Y de la resistencia surge la esperanza. Y de la esperanza surge la victoria…”

“La memoria de la resistencia- de su héroes y mártires, de sus hombres y mujeres, de sus derrotas y victorias- es la semilla de la rebelión. El espíritu de la resistencia es el espíritu de Dios que se revela a los que luchan contra el pecado de la opresión, a los que abrazan el viento de la justicia que sopla en toda dirección, a los que se aferran al sol de la esperanza. Dios se hace presente, se hace voz y se hace brazo fuerte, se hace rostro y sonrisa en los hombres y mujeres, en los niños y niñas, en los jóvenes y ancianos, que caminan a lo largo de la historia, desafiando a los imperios y a los poderosos, alzando siempre el puño de la protesta…”

El imperio se derrumba…

En la reflexión colectiva, Dagoberto Gutiérrez, amigo entrañable de Rafael, compartió su pensamiento. Dijo que “1975 fue un año especial. La derecha decidió que para enfrentar el auge del movimiento popular había que recurrir a la represión, como lo habían hecho antes en 1932. Y empezaron a reprimir. Fueron tanteando, primero en el campo, luego en la ciudad…pero esta represión no detuvo el auge del movimiento popular. Y quedo establecida una dinámica de a más represión, más lucha, y a más lucha más represión, y a más represión más lucha, era un movimiento dialéctico.”

“Y esto solo fue roto, interrumpido por la guerra porque ya en una guerra no hay escuadrones de la muerte que valgan…la guerra es el enfrentamiento de dos ejércitos, se establece una dinámica diferente en la que ambos tienen poder de fuego…”

“A Rafael le había sido confiada por el Partido una tarea estratégica, la de unificar a la clase obrera. Y estaba empeñado en lograrla. Antes había clase obrera, había industria…Hoy la sociedad se ha proletarizado, la mayoría son trabajadores, reciben un salario. Vivimos en una sociedad proletarizada, pero no de obreros, sino que la mayoría somos trabajadores. A Rafael la derecha lo asesinó para evitar que esta tarea fuera cumplida…”

“Hoy nos encontramos en otro escenario, que no podíamos imaginarlo hace 30 años. El imperio se derrumba… Y lo más importante, es que se derrumba la teoría que justificaba al imperio, el neoliberalismo. Observamos como es el gobierno el que va a la ayuda de la banca. El gobierno se hace cargo en Estados Unidos de la crisis inmobiliaria, inyectando miles de millones de dólares. Lo que habían negado en la teoría lo hacen en la práctica. Y vemos claramente un estado que va al rescate del mercado…”

“Vemos a un imperio que se hunde y un imperio que emerge. Rusia, con increíbles riquezas. Esta China. Esta Europa. El enfrentamiento es entre el Occidente y el Oriente. Nosotros no somos ni occidente ni oriente. Somos, estamos en la periferia. Jesús también estuvo en la periferia. El no estuvo en Roma. Igual que nosotros, estuvo en la periferia…”

“Rafael, además de dirigente sindical, y como debe de ser, era dirigente político. Éramos diputados en la Asamblea legislativa. En aquel entonces la Asamblea era caja de resonancia de lo que pasaba en la calle y ser diputado era ser representante de los intereses populares, no como hoy que los diputados son seres áulicos, alejados de la gente, seducidos por los engranajes del poder…”

“Con Rafael vivimos una experiencia como diputados populares, en estrecho contacto con la gente, con los sindicatos, con los campesinos. Y viajábamos por todo el país en un carro, color verde ronrón, Peugeot, que por cierto terminó sus días en el Puente de Oro, se le arruinó una biela…en ese ronrón recorrimos el país. A Rafael los fascistas decidieron matarlo porque estaba unificando a la clase obrera…”

A continuación, Berta Deras, esposa de Rafael, contó la siguiente anécdota: fíjense que para unas vacaciones de semana santa, Rafael nos convenció que saliéramos como familia para ir a Sonsonate, que él iba a tener unas reuniones y que nosotros podíamos disfrutar del paseo (¡grave error! comenta Dagoberto riéndose) y nos fuimos, íbamos en un jeep, íbamos los cuatro, Galia todavía no había nacido, y estando allá que se arruina el jeep y hubo que buscar un mecánico, y nos bajamos y nos fuimos a una sombra, cuando vemos al jeep bajando solo por una pendiente…esas fueron las vacaciones ah y también vimos a Fidel del Sol del Río, en una procesión, se sorprendió al vernos, porque iba encabezándola con unas matracas… como que le dio pena…”

Y Dinora, hija de Rafael interviene: me pongo a pensar lo mucho que tengo de mi papá y de mi mamá, lo mucho que me influyeron, nuestros padres marcan nuestra vida, y me siento agradecida de haber tenido un papá así y también por mi mamá, por sus enseñanzas, por su ejemplo, soy muy feliz por eso…”

Luego Isabel, nos dedica una canción: ya ya ya vienen los segadores, ya, ya, ya se anuncia la cosecha, volverán los héroes cantan los poetas volverán los mártires, dicen los profetas…” La jornada religiosa en homenaje a este revolucionario concluye tomados de la mano, con el Padre Nuestro: venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en los cielos…