Unasur,Alba y los Pueblos

UNASUR, ALBA Y LOS PUEBLOS.

Por Fernando Ramón Bossi.

frb@emancipacion.org

Cualquier análisis de UNASUR, debe realizarse en el marco del cambio de correlación de fuerzas que se dio en Sudamérica a partir del arribo al poder de fuerzas progresistas y revolucionarias. Sin esta condición, UNASUR sencillamente no existiría. UNASUR, ALBA y la revitalización del Grupo Río son consecuencias directas de esta nueva correlación de fuerzas. La sola existencia de UNASUR, debe ser considerada como un avance significativo para los intereses de nuestra región, aunque solo fuera un espacio para el debate.

Pero, seríamos ingenuos, si creyéramos que las fuerzas neoliberales, cipayas, oligárquicas están derrotadas. Siempre es bueno recordar aquella frase del gran revolucionario ruso, Lenin, cuando señalaba: “Si los explotadores son derrotados solamente en un país, y éste es, naturalmente, el caso típico, porque la revolución simultánea en varios países constituye una excepción rara, seguirán siendo, no obstante, más fuertes que los explotados”. En Sudamérica se ha dado el caso de que los explotadores están siendo derrotados en sólo tres países (Venezuela, Ecuador y Bolivia); en el resto, en mayor o menor medida, siguen ejerciendo su poder hegemónico.

UNASUR es un campo de batalla. Es el terreno elegido por nosotros para confrontar, en mejores condiciones, en condiciones de unidad y de cara a los pueblos, contra los enemigos externos e internos. La favorable correlación de fuerzas alcanzada en los últimos años, el tejido de complejas alianzas y la habilidad de los conductores para implementar la estrategia, logró atraer al enemigo a un escenario desventajoso para sus intereses. De esto son concientes, tanto el imperialismo como las oligarquías nativas, y de ahí su accionar para salir de su actual posición adversa, vale decir, provocar el fracaso de UNASUR.

UNASUR es un espacio ganado en la lucha contra el imperialismo para agrupar fuerzas y conformar un bloque de poder sudamericano autónomo. El tema de la independencia y la unidad de Nuestra América, como requisito insoslayable para alcanzar la liberación nacional, es lo que está en juego. Es por ello, que el gobierno estadounidense y sus socios locales buscan anular a UNASUR.

“No olvidemos nunca, que el enemigo principal de la Revolución es el imperialismo yanqui”, ha manifestado en muchas oportunidades el comandante Hugo Chávez; y esta verdad tiene que ser puesta en el foco de nuestro análisis. UNASUR es un escollo para las pretensiones imperialistas, más aún cuando varios de sus principales protagonistas son los mismos gobiernos que enterraron el ALCA, en la recordada cumbre de Mar del Plata.

Sin unidad de los pueblos latinoamericanos caribeños, derrotar al imperialismo es una quimera. Y esa unidad deberá ser construida en una lucha tenaz y constante contra ese enemigo principal y sus fuerzas aliadas. La tarea histórica, la de conformar una verdadera Confederación de Repúblicas Latinoamericana-Caribeñas, sigue vigente hoy más que nunca, y en esa dirección la creación de UNASUR es un paso importante.

Composición de fuerzas en UNASUR

Los gobiernos de Colombia y Perú son los principales voceros de los intereses imperialistas y oligárquicos de la región, sobre este punto no cabe ninguna duda. Los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia son los que representan con decisión las posiciones patrióticas, revolucionarias y antiimperialistas. Entre medio de estos dos polos se ubica el resto. Las poderosas burguesías de Argentina, Brasil y Chile pendulan de acuerdo a sus intereses particulares. Paraguay, Surinam y Uruguay se debaten tomando posición en cada momento, según la correlación de fuerzas existente.

Una vez más, el tema de la cuestión nacional latinoamericana-caribeña está en el centro del debate, como asimismo la identificación de clase e intereses que cada uno de los gobiernos en particular representa.

Podemos afirmar que los gobiernos revolucionarios representan los diferentes intereses de una alianza popular, conformada por la sumatoria de las clases y sectores sociales perjudicados por las políticas neoliberales, de sumisión a la expoliación imperialista. Allí confluyen obreros, campesinos, pequeños productores del campo y la ciudad, desocupados, pequeña burguesía vinculada al mercado interno, un sector de las clases medias profesionales no colonizadas mentalmente (incluye a los militares), clase media en general, empleados comunes, cuentapropistas, etcétera. Los presidentes Chávez, Correa y Morales han mantenido inquebrantablemente el discurso antiimperialista y nuestroamericano, en coherencia absoluta con los intereses de las clases y sectores sociales que ellos representan.

Desde el polo opuesto, los gobiernos de Colombia y Perú, han sido fieles voceros de las políticas imperialistas y de las oligarquías nativas. Las multinacionales, las burguesías trasnacionales con sus gerentes y empleados jerarquizados, los terratenientes, una franja significativa de técnicos y profesionales colonizados (incluye a los militares), la alta jerarquía de la Iglesia, un sector de la burguesía criolla y las clases medias acomodadas, son representados cabalmente por los discursos de Alan García y Álvaro Uribe.

Hasta ahí la cuestión está clara, y lo hemos visto, en “vivo y en directo”, en la Cumbre de Bariloche. Pero, ¿a qué intereses responden los gobiernos de Lula da Silva, Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet? Este es el tema clave para entender las posiciones ambivalentes o “moderadas” de los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile.

Promediando la década de los ‘50, los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile, presididos por el general Juan Domingo Perón, Getulio Vargas y el general Carlos Ibáñez respectivamente, bocetaron la idea de constituir un acuerdo de integración denominado ABC. El proyecto era claro, analizándolo desde la perspectiva de cada uno de estos gobiernos: ampliar los mercados para un capitalismo nacional en pleno crecimiento y fortalecer a una incipiente burguesía local que aprovechaba el período de sustitución de importaciones, bajo el tutelaje de gobiernos nacionalistas con marcado respaldo popular.

Pero ese viejo proyecto de avanzar hacia un capitalismo autónomo, bajo el liderazgo de una conducción que asumía las tareas históricas de la burguesía nacional aún invertebrada, y utilizando el Estado como locomotora de desarrollo, fracasó ante la presión de la alianza oligárquico-imperialista y de la misma claudicante burguesía autóctona. El “Estado Novo” y le “Argentina Potencia”, al no trascender los límites históricos del proyecto nacional burgués, colapsaron ante la arremetida de las clases tradicionales y el imperialismo. El modelo endógeno burgués de la periferia, no podía seguir los mismos pasos que el de las burguesías metropolitanas en su ascenso al poder. La política del desarrollo desigual y combinado impuesta al mundo por el imperialismo, no daba espacio para la liberación de los países coloniales y semicoloniales por la vía del capitalismo autónomo. El ciclo de las revoluciones burguesas había concluido y los movimientos nacionalistas en el Tercer Mundo, si no trascendían los límites del democratismo burgués, sucumbían indefectiblemente.

Tras las infames décadas de neoliberalismo, en toda Nuestra América se incrementó la presencia del capital extranjero, pero también, un sector de la burguesía criolla, aliada a las dictaduras militares que azotaron la región, logró escalar posiciones en detrimento de las empresas estatales. Las privatizaciones no sólo fueron aprovechadas por el capital imperialista, sino también por una franja de capitalistas nacionales que se apoderó del patrimonio de importantes empresas públicas. Es así que llegamos al siglo XXI con la existencia de unas burguesías locales ya asociadas al capital foráneo, mayoritariamente exportadoras, con ciertos niveles de competividad, pero dependientes de las ventajas que pueda otorgarles el Estado a la hora de hacer negocios. De ahí el carácter contradictorio de ese empresariado, ya que se presenta como nacional, en tanto el Estado facilite su expansión económica, y antinacional, en cuanto en nada está interesado en el bienestar de la población, como tampoco en defender la soberanía en otras ramas que no sean aquellas que facilitan la expansión de sus capitales.

El ala nacionalista de las fuerzas políticas de los países en cuestión, por falta de ideas, por desconfianza al pueblo, por negarse a confrontar con el imperialismo y las oligarquías vendepatrias o simplemente por cobarde pragmatismo, han preferido optar por los intereses de sus respectivas burguesías –históricamente capituladoras-, que a comprometerse consecuentemente con los intereses de la Nación. Una suerte de teoría del “derrame de la copa de champagne”, pero endógena, ha caracterizado sus políticas. “Si nuestro empresariado crece y se desarrolla, el resto de las clases sociales del país se verá beneficiado”, observan los nacionalistas socialdemócratas. En esa dirección se ubica tanto el kirchnerismo de Argentina, la Concertación de Chile, como el PT de Brasil.

La caracterización de los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile (con diferentes matices, sin duda), responde a los intereses de esas burguesías “nacionales”, díscolas con el imperialismo cuando los negocios se contraponen, o dóciles aliadas cuando el pueblo lucha por la distribución equitativa de las riquezas, las implementación de políticas sociales o la defensa irrestricta de la soberanía.

El frío de Bariloche

Esta caracterización se vio reflejada claramente en la última Cumbre de UNASUR. Había una coincidencia entre los polos enfrentados: que los debates sean televisados en directo. Tanto los representantes de la derecha pro-imperialista como los de la izquierda patriótica, claros y definidos en sus posiciones, no manifestaron inconvenientes en la transmisión en vivo del evento. Sin embargo, el principal representante de los intereses de la burguesía “nacional”, el presidente Lula da Silva, sí señaló su disgusto e inconveniencia en dar discusión a puertas abiertas, argumentando inclusive los beneficios de debatir sin la molesta presencia de las cámaras de TV.

Esta actitud del presidente Lula es un testimonio de la forma en que el empresariado latinoamericano prefiere discutir: de espaldas al pueblo, priorizando sus negocios antes que los intereses de las mayorías. La molestia del primer mandatario brasileño es una expresión de su ambivalente posición: defender los intereses de la región sin confrontar con el agresor imperialista, garantizar el “orden” y el “progreso” para facilitar el campo de negocios del empresariado, poner límites a la voracidad imperialista, pero siempre en el marco del diálogo institucional y de las reglas de juego que impone la diplomacia capitalista internacional.

No obstante, es importante comprender que, a nivel gubernamental, los principales aliados de los países con gobiernos revolucionarios son precisamente Brasil y Argentina, como también Uruguay y Paraguay. Nada peor para nuestros pueblos que no dar la batalla para ganar a estos países, hacia posiciones antiimperialistas cada vez más decididas, como asimismo saber manejar la alianza, entendiendo los límites que la naturaleza de clase impone a cada actor.

¿Ganó Uribe en Bariloche?, ¿ganó el bloque revolucionario?, ¿ganó el sector moderado? Creemos que fue una contienda en la que no hubo ganadores ni perdedores, más bien hubo maniobras y tanteos preparatorios para otros escenarios.

La contraofensiva imperialista.

La contraofensiva imperialista ha martillado en los últimos meses con contundencia. El golpe de Estado en Honduras y la instalación de las bases gringas en Colombia son parte de la estrategia tejida desde el Pentágono para debilitar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. El imperialismo acusó recibo del poder de fuego del ALBA en la Cumbre de Trinidad.

Allí, en la isla caribeña aliada a los Estados Unidos y ante la presencia del presidente Barak Obama, los gobernantes del ALBA impusieron la agenda. El tema de la ausencia de Cuba, esgrimido por Chávez, Evo, Ortega, Zelaya y Correa, previa reunión del ALBA y acompañados por la mayoría de los países, arrinconó a los representantes del imperialismo como pocas veces se había visto en estos eventos internacionales. En San Pedro Sula el gobierno estadounidense tuvo que dar otro paso atrás. La OEA misma se sentó en el banquillo de los acusados y sus días de sobrevivencia parecían contados. La OELAC (Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños) surgía como una posibilidad real para trascender al Grupo Río, con Cuba como miembro activo y creando un espacio genuinamente nuestramericano, sin la presencia perturbadora de Estados Unidos y Canadá.

Pero el golpe de Estado en Honduras reactivó a la OEA (uno de los principales objetivos del imperialismo), y la instalación de las bases estadounidenses en Colombia se adelantó a la conformación y funcionamiento del Consejo de Defensa Sudamericano de UNASUR.

El ALBA tendría que haberse reunido con antelación al evento de la UNASUR, para mantener una posición unitaria entre sus miembros, no solamente en el repudio a la injerencia estadounidense, sino también en la formulación de propuestas ante el hecho consumado de instalación de las bases que presentaba Colombia.

El Grupo de Río era el espacio para discutir el tema de las bases militares yanquis, ya que la amenaza no es solamente para los países sudamericanos, sino que involucra a toda la región. La provocación no es solo para Venezuela y Ecuador, sino también para Nicaragua y Cuba (hay que recordar que Nicaragua mantiene un conflicto limítrofe con Colombia). A su vez, en el Grupo de Río se hubiera podido desarrollar con mayor precisión la relación directa existente entre el Golpe en Honduras y la instalación de las bases militares estadounidenses en Colombia, como asimismo darle continuidad a la reunión realizada en Santo Domingo, tras el bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano.

Esta falta de reflejos “agrandó” al presidente Uribe, que sí realizó una gira sudamericana para llegar a Bariloche con un previo tanteo de la situación. No es casual que el peón del imperio haya aceptado las inspecciones de las bases militares, pero con la presencia de la OEA.

¿Cómo desequilibrar a favor de los pueblos?

En el avance hacia la unidad nuestramericana, las fuerzas revolucionarias cuentan con una herramienta de gran potencialidad: el ALBA. Pero esta herramienta debe ser utilizada con mayor precisión.

Decía León Trotsky que no bastaba con tener una buena espada para combatir; era necesario que ésta estuviera bien afilada. Y que tampoco era suficiente que estuviera bien afilada, sino que también, para que resultara útil, había que saber usarla.

El ALBA es el arma principal con que cuentan los gobiernos revolucionarios para avanzar en la lucha por la unidad de Nuestra América, siendo ésta una verdadera preocupación para los intereses imperialistas. Pero esta herramienta, como la espada de Trotsky, debe estar bien afilada y en poder de manos hábiles.

Un motor está plenamente encendido en la Alianza, el de los gobiernos revolucionarios. Pero falta, con urgencia, encender el otro motor que le dará al ALBA una potencia superlativa: el motor del pueblo.

La constitución del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA es un paso trascendental que la Alianza debe dar en lo inmediato. Allí radica la fuerza desequilibrante de este espacio regional y el apoyo insustituible para los presidentes revolucionarios.

Por primera vez en la historia de Nuestra América se ha conformado un espacio de unidad, una verdadera alianza entre países que avanzan hacia el socialismo. Socialismo martiano, bolivariano, alfarista, tupacatarista, sandinista… socialismo latinoamericano caribeño. Sólo por la vía del socialismo, con los pueblos como principales protagonistas, alcanzaremos la unidad y la independencia de América Latina y el Caribe. Las burguesías “nacionales” o sus representantes de turno, ya han demostrado que son incapaces de llevar hasta las últimas consecuencias la lucha antiimperialista. Es entonces que solo una salida anticapitalista, popular y democrática podrá hacer cumplir la obra inconclusa de los Libertadores.

Y ahí radica, con justa razón, la peligrosidad que representa el ALBA para el gobierno estadounidense y sus socios criollos. No es UNASUR, ni el de Grupo Río, ni el MERCOSUR quienes desvelan al Imperio. Sí es el ALBA. Porque los otros espacios se fortalecen y pasan a ser conflictivos en tanto el ALBA esté presente a través de algunos de los países que lo integran. De otra manera, se convierten en cumbres estériles.

Una característica esencial del ALBA es su espíritu constructivo, solidario e irreductible, esto lo ubica necesariamente a la ofensiva. Ante las agresiones contrarrevolucionarias, inmediatamente debe surgir la respuesta adecuada.

Y una respuesta adecuada ante la actual agresión yanqui sugiere el encendido del segundo motor. Hay que retomar la ofensiva impregnando al ALBA de pueblo. Abriendo el ALBA a las organizaciones sociales y políticas revolucionarias de toda nuestra América e invitando a los gobiernos locales que lo deseen a sumarse a la propuesta unionista. El movimiento popular de los países del ALBA deberá de manera urgente constituir el Consejo de Movimientos Sociales, incorporarse a las Mesas Técnicas, como asimismo realizar una masiva campaña de propaganda sobre el ALBA y la unidad latinoamericana caribeña.

Como decía Mariátegui: “Los brindis pacatos de la diplomacia no unirán a estos pueblos. Los unirán en el porvenir, los votos históricos de las muchedumbres”.

Nuestra Línea Política en la Presente Coyuntura

NUESTRA LINEA POLITICA EN LA PRESENTE COYUNTURA

1.- INTRODUCCION

Nuestro Partido se encuentra aplicado a la tarea de desarrollar su línea política, a fin de continuar impulsando el movimiento popular revo1uoionario en la nueva situación surgida con la jornada electoral y, en particular, desde la represión iniciada el 28 de febrero. No se trata de una situación cualquiera, si no, de una coyuntura que constituye un eslabón de tránsito hacia virajes profundos y duraderos en el proceso histórico político nacional y marca el fin de un período de la lucha de clases que llevó a la crisis la forma do dominación de la oligarquía y del imperialismo, pero que tampoco dio todavía el triunfo a las fuerzas populares y democráticas.

Muchas interrogantes esenciales se han abierto y exigen respuestas claras. Para alcanzar esas respuestas es necesario analizar el proceso y la situación, contrastando la línea de nuestro Partido con la experiencia concreta de la lucha de clases. Este análisis nos pondrá sobre terreno firme para descubrir los verdaderos problemas estratégicos y tácticos que tenemos planteados y nos permitirá elaborar las orientaciones y medidas que hemos de aplicar.

II.- ANÁLISIS DE LA COYUNTURA ACTUAL

A) Cara y espalda.

Como lo hemos apuntado atrás, lo primero que surge ante nuestra vista, afinada por los sistemáticos análisis del proceso político nacional y latinoamericano que hemos realizado durante los últimos años, es que la presente coyuntura constituye un eslabón de transito a virajes profundos y duraderos: enlazará con el viraje abierto hacia la dictadura fascista o con el viraje hacia la apertura democrática y, puede ser, hacia la revolución, democrática anti-imperialista.

Esta es la característica principal de la presente coyuntura por lo que se refiere a su cara o nexo con el futuro. En su “espalda”, o límite con el pasado inmediato, hay un formidable auge de la lucha política de masas, tras el objetivo claro y central de establecer el gobierno de las fuerzas democráticas, civiles y militares, reunidas en el frente único popular en cuyo seno tiene destacada participación nuestro Partido.

B) Características del auge político de masas.

La “espalda” de la actual coyuntura se asemeja, por el auge de la lucha política de masas, a la de fines de 1971 y comienzos de 1972, antes y después de las elecciones presidenciales robadas a la UNO; pero es necesario apuntar a este respecto tres diferencias notables:

1- Las dimensiones del auge de masas han sido ahora mayores y ha sido más concentrado y claro su objetivo de poder;
2- Ahora ha sido mucho más organizada la lucha popular y ha tenido en ella un. peso específico mayor la participación de nuestro Partido en su promoción y
dirección; y
3- La lucha popular pasó después de las e1eccione a un nivel cuantitativa y cualitativamente superior, a diferencia del cese brusco habido en 1972. Después del 20 de febrero fueron, esta vez, combinadas diferentes formas de lucha, tanto en las ciudades como en el campo: la huelga política progresiva obrera, estudiantil y de otros sectores (como las señoras de los mercados., y los maestros) con las grandes manifestaciones y concentraciones de masas, las acciones no violentas con las violentas e incluso armadas, la lucha legal e ilegal, etc. Todo ello ha sido determinante para impedir que cundiera el sentimiento de frustración y desmoralización en que desembocó la lucha electoral de 1972. por lo contrario, es una característica actual del estado de ánimo de grandes masas su deseo de proseguir la lucha e incluso imprimirle un carácter más elevado y decisivo.

Esta claro para todos que este ascenso cuantitativo y cualitativo de la lucha de masas pudo lograrse gracias a la correcta orientación y al intenso trabajo práctico del P. y la J.C.
Esta ha sido, sin duda, una gran jornada revolucionaria y, como es propio de todo momento de esta clase en la historia de los pueblos, las masas trabajadoras y en general populares lanzadas a la acción, dieron muestras de una creciente e intrépida iniciativa revolucionaria. Las acciones de masas en Aguilares, Mejicanos, Delgado, Apopa, San Marcos, Santa Ana, en la zona cañera de Aguilares-Suchitoto y en tantos otros lugares, durante el día de la votación y en los días siguientes, en combinación con la huelga política progresiva, con las grandes manifestaciones y mítines, fueron brillantes manifestaciones de la iniciativa revolucionaria de las masas, las que en todos los casos actuaron promovidas y conducidas por los organismos, cuadros y activistas de nuestro Partido y de la J.C., a la cabeza de gran numero de activistas de las organizaciones de masas y de los partidos de la UNO. El 28 de febrero, después del desalojo de la Plaza Libertad, tuvieron lugar en el centro de San Salvador las acciones más intrépidas y heroicas de las masas, bárbaramente reprimidas por el gobierno. Estas acciones fueron la más alta manifestación de la iniciativa revolucionaria popular y, aunque contaron con la participación de un buen numero de miembros del Partido y la J.C., es necesario reconocer que sobrepasaron la capacidad de dirección del Partido y pusieron de manifiesto debilidades suyas, ante todo,
insuficiencia de su Comisión Política para prever el desarrollo de loe acontecimientos y trazar con tiempo las medidas adecuadas para conducir, en cualquier situación, la energía y la iniciativa revolucionaria de las masas, en asestar al enemigo golpes más contundentes y eficaces y desarticular su embestida contra-revolucionaria.
Lo ocurrido puede limitarse a constituir una breve pausa o paréntesis en el proceso de ascenso del Partido y la clase obrera hacia la cabecera del movimiento popular, a condición de que elaboremos y llevemos pronto a la práctica, una nueva orientación para la lucha por el poder en la nueva situación, capaz de incorporar a ella a las grandes masas, desatar su iniciativa revolucionaria ilimitada y conducirlas acertadamente hasta la victoria. De lo contrario, la pausa -podría devenir en ineptitud del Partido para desempeñar el papel de vanguardia,
ello, dejaría al movimiento popular expuesto a los errores de izquierdismo o de oportunismo de derecha, en provecho de la consolidación de los fascistas en el poder para un largo tiempo, que podría significar un nuevo aplazamiento de la revolución hasta fines del presente siglo.

C) Se polarizaron totalmente las fuerzas políticas.

Si por el lado del movimiento popular la campaña electoral fue el centro promotor de un amplio reagrupamiento y de una creciente movilización de las masas en todo el país, en la ciudad y el campo, por el lado de las fuerzas de la. reacción, la campaña electoral fue el punto de su reunificaci6n, un rápido proceso de cierre de las grietas y cancelación de las secuelas del enfrentamiento entre la burguesía y el gobierno, por causa del proyecto de transformación agraria en los meses inmediatamente anteriores.

Así, tanto las fuerzas populares de masas, cómo las fuerzas reaccionarias, tuvieron una dirección única e indiscutible durante la confrontación electoral. Esta es otra diferencia notable con la coyuntura electoral de 1971-72, cuando hubo tres candidaturas presidenciales reaccionarias, frente a las fuerzas democráticas agrupadas en la naciente UNO.

La polarización total en la contienda electoral fue, sin duda, uno de los factores que más promovieron el extraordinario apoyo masivo a la UNO, y ello permitió minimizar la influencia y acción discordante o divisionista de los varios grupos de la ultra-izquierda, a pesar de su crecida fuerza orgánica y capacidad movilizadora actuales, las que eran apenas embrionarias en 1971-72.

D) La UNO, jefe absoluto y único de la lucha del pueblo.

La jefatura formal del movimiento popular durante la campaña electoral y después de las elecciones, hasta el 27 de febrero, la tuvo en sus manos la UNO. Fue muy claro, por otra parte, que logró la UNO incorporar tan extensamente las masas tras de sí, a pesar de las reiteradas frustraciones electorales anteriores (1972, 1974), incluso del retiro de ella misma de las elecciones de 1976, principalmente por dos elementos fundamentales de su línea, aplicada en esta campaña presidencial: el llamamiento, no sólo a votar, sino también, a defender combativamente la victoria en las urnas, respaldada por su promesa de encabezar esta lucha en todas sus instancias; y, la candidatura militar que, junto a la tesis del “reencuentro del pueblo y Fuerza Armada”, sugería la existencia de un entendimiento con grupos militares, capaces de actuar, llegado el caso, en defensa de la voluntad popular.

Aplicando esta línea, la UNO asumió la jefatura absoluta y única del gran ascenso de la lucha política de masas; las masas acataban y cumplían sus directrices casi al pie de la letra:

-Las masas acudieron al llamado de la UNO a votar masivamente, como condición fundamental para derrotar el fraude, y aún, las groseramente adulteradas cifras del Consejo Central do Elecciones, dan a Claramount 400 mil votos. Si se tiene en cuenta que, como parte del operativo del descarado fraude del gobierno, no se permitió votar a cientos de miles de ciudadanos, que sí concurrieron a los lugares de votación y que, además, fueron anulados decenas de miles de votos favorables a la UNO después de ser omitidos, se puede afirmar, sin lugar a equivocaciones, que el objetivo de obtener 600 mil votos fijado por la UNO, fue cumplido, incluso, con exceso.

-Las masas actuaron enérgicamente bajo la dirección de los cuadros y activistas de la UNO en numerosos lugares, en defensa de lo vigilantes rechazados, tal como se les había pedido hacerlo, defendiendo de este modo su derecho a elegir, durante el mismo día de la votación, y se indignaron grandemente ante el fraude ejecutado a vista suya.

-Las masas acudieron luego al llamado de la UNO para defender la voluntad popular y rechazar la imposición del General Romero, haciendo posible los enormes mítines y manifestaciones, la huelga política progresiva y las acciones heroicas del 28 de febrero.

E) La huelga progresiva y el desalojo de la Plaza Libertad.

La huelga política y progresiva se inició el 22 de febrero con muchas vacilaciones, pero logró afirmarse y avanzar.

Las vacilaciones iniciales y la insuficiencia de la huelga política fueron el resultado de factores tales como, la mella del espíritu combativo y la firmeza de las masas obreras sindicalizadas, por años de orientación economista y división; la pequeñez del movimiento sindical, tomado en su conjunto; las vacilaciones y falta de audacia en parte importante de la dirigencia sindical, incluso de algunos que son militantes de nuestro Partido; la falta de una vinculación y coordinación permanente del movimiento sindical con el movimiento campesino y con los demás sectores populares organizados; la división do las fuerzas de izquierda, que bloqueó su necesaria coordinación e, incluso, condujo a la dirigencia del BPR a negarse a llamar a sus bases a apoyar la huelga; y, la acción traidora de las corrompidas camarillas dirigentes de CGS y FESTRAS, que condenaron públicamente la huelga y llamaron a las bases sindicales a volverle la espalda, mientras la camarilla de la FESINCONSTRANS trabajaba en igual dirección taimadamente, sin pronunciarse en público.
A estos factores adversos, vino a unirse la vacilación de una parte de la dirigencia de la UNO para emprender este camino y del propio Claramount, en cuyos discursos de los dos primeros grandes mítines (21 y 22 de febrero) no hizo clara y categóricamente el llamamiento a la huelga.

Las vacilaciones iniciales de la huelga fueron políticamente más perjudiciales porque tuvieron lugar sobre todo en San Salvador, mientras que en Santa Ana la huelga empezó con el vigor y la dimensión previstas y fue más estable; pero la lucha adolecía allí de una falla de otra clase: no se organizó ni se promovió la utilización de formas violentas y armadas de lucha en combinación con la huelga, como sí se hizo amplia y exitosamente en San Salvador. La falta de tal combinaoi6n es la base de los sentimientos de frustraci6n que sufren hoy en Santa Ana destacamentos obreros, que estuvieron firmes en las primeras filas de la huelga y que deseaban ardientemente inflingir golpes más contundentes al enemigo.

No obstante sus primeras vacilaciones, la huelga política progresiva logró remover e incorporar a la acción a una parte considerable de los obreros de la industria, el transporte y la construcci6n. incluso en empresas donde no hay sindicatos o estos se encuentran afiliados a la CGS y a las otras centrales mediatizadas por el gobierno y el imperialismo. Por otra parte, la huelga consiguió la paralización casi total del comercio en San Salvador y arrastró a considerables sectores estudiantiles de la enseñanza media y profesores en la capital y numerosas ciudades del país. En el marco de la huelga política, masas de trabajadores agrícolas y campesinos, especialmente en las zonas cañeras, rea1izaron brillantes acciones de boicot a la zafra que estaba en pleno desarrollo.

Como es sabido, todo indicaba que el lunes 28 de febrero la huelga adquiriría una dimensión muchísimo mayor, lo cual se vio cortado por la embestida represiva de la madrugada de ese día contra la concentración popular permanente en la Plaza Libertad.

Precisamente, las vacilaciones en el inicio de la huelga en San Salvador, fueron las que llevaron a tomar la determinaci6n de que Claramount se situara indefinidamente en la Plaza Libertad, para constituir allí, un centro permanente de aliento, promoción y organización de la huelga y de la movilización de masas. La medida se vio justificada al día siguiente, con el incremento sustancial que la huelga experimentó en la capital, que era el punto más débil; pero al mismo
tiempo, ofreció al gobierno un blanco fijo sobre el cual pudo descargar un golpe, capaz de permitirle salir de la defensiva en que se encontraba.

Habrá que analizar minuciosamente este paso táctico de la toma de la. Plaza Libertad. y deducir sus enseñanzas, cuando hagamos el balance de toda esta jornada. Al hacerlo, hemos de tomar en cuenta todas las facetas de esta experiencia que allí se hizo, en pro de la elevación de la combatividad de las masas, del paso al empleo de formas de lucha más elevadas, del crecimiento que ello imprimió a la huelga, etc.; pero al mismo tiempo, hemos de tomar en cuenta lo que este paso facilitó el golpe del enemigo y las repercusiones negativas ulteriores.

Nosotros pensamos que, tomando en su conjunto los combates de masas durante los días siguientes a las elecciones hasta al lo. de marzo, constituyen ellos un hecho sumamente positivo, una experiencia revolucionaria de las masas, que ha jugado un inapreciable papel en la forja y temple de nuestro Partido y de la J. C., de sus cuadros y militantes, y que han dejado en las masas el deseo de combatir y elevar su lucha a niveles superiores.

El golpe del enemigo, a pesar de su fiereza, no logró un daño profundo en nuestras filas, ni consiguió desarticular la UNO, porque estábamos fundidos con las grandes masas, no solos o aislados, y porque la extraordinaria ola internacional de condena de este gobierno asesino y corrupto, lo obligó a mermar sus ímpetus represivos. El Partido, la J.C. y las organizaciones populares en
general, mantienen en pie su capacidad de acción, y esto contribuye a dar un carácter pasajero al revés sufrido el 28 de febrero.

F) La situación después del desalojo de la Plaza Libertad.

E]. desalojo de la Plaza Libertad, la matanza en el centro de la capital, la expulsión del país de Claramount y el Estado de Sitio, dieron al gobierno la iniciativa e hicieron pasar al movimiento de masas casi al receso. Pero la posición de ofensiva lograda por el gobierno duro poco: el asesinato del sacerdote Rutilio Grande fue el motivo que promovió un rápido reagrupamiento de las masas y su retorno a la calle, esta vez bajo la forma de concentraciones religiosas.

Sin embargo, tales actividades de las masas no encontraron, ni podían encontrar, en la Iglesia una orientación clara para proseguir la lucha contra los
fascistas. Una vez pasada la primera impresión, que llevó al Arzobispo Romero a pronunciamientos progresistas y combativos, su posición se tornó vacilante y conciliadora. El énfasis de sus sermones pasó de la condena del régimen, a la proclamación de su determinación de desligar a la Iglesia de cualquiera mezcla con el movimiento revolucionario, haciendo ataques a su ideología. Estas declaraciones encierran evidentes planteos conciliatorios hacia las clases dominantes y su gobierno, una promesa implícita de intentar el frenaje de la actividad de los sacerdotes progresistas, sobre los cuales ha recaído mucho odio y represión de parte de FARO-ANEP y de los jefes fascistas.

Para las masas, esto subrayó la falta de jefatura efectiva, en un momento en que deseaban, vehementemente, encontrar un camino claro para combatir al régimen asesino.

Desde luego, este enjuiciamiento de la conducta del Arzobispo Romero no debe nublar nuestros ojos, como para no ver que la Iglesia ha demostrado poseer
gran influencia de masas, o no mirar que en el clero católico predominan las tendencias progresistas y democráticas, y que esta, precisamente, es la causa de la embestida represiva que hoy sufre la Iglesia. El clero, tomado en conjunto. y las masas católicas son sin duda una importante fuerza antifascista, y este es el rasgo principal que debe tenerse, en cuenta hoy, para trazar nuestra política hacia la Iglesia Católica. La definición del Arzobispo Romero aún está pendiente y, a pesar de sus recientes bandazos, no es posible descartar que pueda da asumir en el futuro una actitud más comprometida con la lucha anti-fascista.

Durante la campaña electoral y después de las elecciones, hasta el 27 de febrero, la jefatura del movimiento popular la tuvo en sus manos la UNO. Desde entonces se ha producido un vacío de jefatura. ¿Podrá y querrá la UNO asumir de nuevo la jefatura?; y, si ello no fuera así, ¿qué organización y cómo ha de llenar este vacío?; ¿Cual será en el futuro el papel de la UNO? Tal es uno de los principales problemas a resolver, que tiene que ver con el carácter, la amplitud y las formas de organización y acción del frente único en la situación actual y en el período que se avecina.

G) La coyuntura económica es de bonanza.

Al examinar la situación actual y sus perspectivas, debe tenerse presente la coyuntura económica.

El espectacular crecimiento de los precios internacionales del café, a partir de las heladas que destruyeron los cafetales brasileños, ha producido una verdadera avalancha de divisas para nuestro país, permitiéndole cubrir el grave déficit de la Balanza de Pagos, que se ensanchaba con rapidez hasta 1974-75, y aún contar con un apreciable saldo favorable. Como la Compañía Nacional de Café controla gran parte de las exportaciones del grano y el Estado es su principal accionista y quien controla su dirección, el gobierno tiene a su disposición ahora recursos monetarios excedentes que montan varios cientos de millones de colones.

Los precios internacionales del algodón mejoraron también notablemente y han contribuido a la actual situación de liquidez de la economía nacional.

Apoyándose en estos factores favorables extraordinarios, el gobierno decretó durante el último semestre del año pasado, contando con el acuerdo de los señores de la gran burguesía, aumentos sustanciales en los salarios mínimos de temporada para la recolección de café y algodón, lo mismo que aumentos en los salarios mínimos permanentes para los trabajadores de la industria, el comercio. los servicios y la actividad agropecuaria y en los sueldos y aguinaldos de los empleados del Estado, incluidos los maestros.

Asimismo, el gobierno hizo aprobar un presupuesto nacional para 1977 muy superior al del año pasado, que le permite, además de aumentar sueldos a sus empleados, incrementar las inversiones en obras publicas y ponerse en situación de absorber una parte del extenso desempleo, especialmente en actividades de la construcción.

A consecuencia del incremento de los ingresos por la exportación de café y algodón, así como el incremento del gasto y la inversión públicas, se nota una fuerte tendencia a la reanimación de las inversiones privadas y un ensanchamiento de las ya infladas actividades especulativas financieras.

Este caudaloso crecimiento del ingreso nacional no resuelve por sí mismo fundamentales problemas de la crisis estructural, que es la base material del proceso revolucionario y de la crisis política en los últimos 20 años, más bien algunos de esos problemas resultan subrayados y hasta agravados Pero en este análisis sólo abarcamos la relación inmediata entre la coyuntura económica bonancible y la crítica coyuntura política; su relación con la crisis estructural merece estudiarse aparte.

Los aumentos de salarios y sueldos tuvieron, sin duda, una intención política inmediata: compensar los efectos frustrantes e indignantes de la claudicación vergonzosa del proyecto de “transformación agraria”; por otro lado, los aumentos traían la intención de neutralizar el espíritu opositor de las masas y favorecer así la candidatura oficialista presidencial. Es precisamente por estos propósitos políticos inmediatos que el gobierno pudo conseguir el apoyo de la gran burguesía, rebosante de ganancias millonarias, para decretar dichos aumentos.
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Los hechos ya consumados del proceso político electoral muestran, sin embargo, de un modo indiscutible, que los aumentos de sueldos y salarios no lograron en absoluto la neutralización y mucho menos el apoyo de las masas para el gobierno. ¡Las migajas no lograron sobornar a lo trabajadores!

No debemos subestimar los efectos que en el futuro pudiera tener la persistencia. del gobierno y la gran burguesía en una política. de este tipo, la cual seguirá siendo posible en la medida que se alargue la duración de la coyuntura económica favorable, pero es necesario también descubrir y valorar los factores que llevaron al fracaso esa maniobra en lo meses recientes. Creemos que entre tales factores el principal y determinante ha sido el extenso e intenso trabajo político de masas alrededor de una orientación estratégica y táctica correcta, realizado por la UNO durante la campaña electoral y, especialmente, por nuestro partido y la J.C.

Con todo, la coyuntura económica de bonanza constituye un factor favorable para el gobierno y para los planes de instauración inmediata de la dictadura fascista, puesto que le ayudan a paliar o sortear muchas dificultades cuyo libre desenvolvimiento contribuiría a agravar y complicar la crisis política aún presente e irresoluta.

Esta es otra. diferencia de la actual coyuntura política de la de 1971-72, cuando la coyuntura económica era sumamente adversa.

H) La línea hacia la Fuerza Armada y sus secuelas.
Una característica muy destacada de la reciente jornada electoral consistió en la nueva orientación respecto a la Fuerza Armada, buscando atraer al menos una. parte de la misma al lado del movimiento popular en su lucha por el gobierno democrático y de cambios.

Sin duda, la orientación hacia la Fuerza Armada fue uno de los dos elementos componentes fundamentales de la línea de la UNO que le permitieron conseguir tan grande apoyo a pesar de las experiencias reiteradas de fraude electoral. Esa línea sugería que las masas no estarían solas ni desarmadas frente al gobierno asesino y fraudulento; la victoria de las fuerzas democráticas surgía, en consecuencia, como una posibilidad real.

Al lanzarse a realizar tan grande movilización y al emprender acciones colindantes con la insurrección, las masas tenían en cuenta, sin duda, que sectores militares democráticos, de seguro actuarían al lado suyo; por eso, el que la acción de los militares no haya ocurrido todavía, ha suscitado, entre las masas, contradictorios sentimientos de espera y desilusión, de expectación impaciente ante la conducta de los militares y vuelta a los viejos anatemas contra ellos, a la antigua opinión prejuiciosa de que “todos los militares son igualmente malos y verdugos”. Estas opiniones opondrán cierta resistencia, que habrá que superar para proseguir el desarrollo y la aplicaci6n de la justa línea hacia el ejército, sin cuyo éxito se vuelve en extremo difícil 1a victoria revolucionaria en nuestro país.

No obstante las opiniones diversas, que sobre este punto tienen hoy relativa difusión, la jornada electoral hizo una contribución de una importancia incalculable a la lucha por el ejército, y significó un gran adelanto en la educación política de las masas al respecto. Por lo demás, es necesario decir que la conducta de los militares retirados que se incorporaron a la UNO durante esta jornada, fue principista, leal y combativa, constituye un positivo ejemplo precursor de lo que ha de ser la futura unidad y cooperación entre las fuerzas democráticas civiles y militares.

El hecho de que aun no se haya producido la acción militar deseada, no significa que haya cohesión en las filas militares de los fascistas y tampoco significa que ha fracasado y debe ser abandonada la línea de lucha por el ejército, que apenas ha empezado. Se hizo un buen comienzo, pero se necesita proseguir este trabajo, hacerlo sistemáticamente con todos los niveles militares y bajo todas las condiciones, poniendo en práctica métodos que no se limiten a los planteamientos de la propaganda.

Por otra parte, la posibilidad de pronunciamientos militares no esta agotada en la actual situación. Existe mucho descontento y también actividad conspirativa en las filas de la oficialidad; incluso entre los altos jefes allegados al General Romero. Entre los grandes señores de la oligarquía que están detrás de estos últimos, se considera la conveniencia de hacerlo a un lado, como una maniobra. que reduzca la disposición beligerante de la mayoría del pueblo contra el régimen, haga bajar la guardia de las fuerzas democráticas y facilite la realización ulterior del proyecto fascista.

Es necesario tener en cuenta, la existencia de dificultades que se oponen a un pronunciamiento militar progresista, tales como las siguientes: las grandes sumas de dinero que la coyuntura económica favorable ha puesto a disposición del gobierno le han permitido, según parece, poner en marcha una campana interna de soborno en la Fuerza Armada, lo cual siembra vacilaciones y desconfianzas mutuas, dificultando el rápido reagrupamiento de las fuerzas necesarias para actuar contra el régimen. A esto se agrega que muchos elementos de ORDEN han sido dados de alta en el nivel de cabos y sargentos en los últimos meses.

Su análisis de este aspecto de la situación, condujo a la C.P. a formular la hipótesis siguiente:

Los fascistas, comprometidos en tantos crímenes y corrupción y contando, como cuentan, con el apoyo y la instigación del Pentágono, de poderosos sectores de la gran burguesía local, de los regímenes fascistas de Sur América, de Somoza y Laugerud García en Centro América, de seguro combatirían con determinación. Así, resulta bastante difícil que pueda ocurrir un “cuartelazo de teléfono”, y un eventual alzamiento de militares progresistas podría ser, en las actuales condiciones, el inicio de una guerra civil (aunque su duración no puede extenderse mucho). Esta posibilidad se ve reforzada, por el hecho de que ahora las unidades militares situadas en San Salvador no son del todo decisivas, como todavía lo eran en 1972, y tampoco las hay concentradas en ningún otro punto del país. Ello obligaría a desplazamientos y combates en varios lugares del territorio. Tal perspectiva, de seguro, también inyecta cierta vacilación a las filas de los oficiales opuestos al régimen.

El único “golpe de teléfono” que pudiera hoy ocurrir con alguna facilidad ,sería el de los mismos altos jefes del grupo de Romero, si tomaran la decisión de deshacerse de este.

Existen, pues, dificultados no despreciables para la acción de los militares opuestos al régimen; ellas de por sí no anulan sus posibilidades, pero pueden imponerle postergaciones que, en definitiva, ayuden a los fascistas a consolidarse y a “limpiar” la Fuerza Armada de elementos opositores, como señala la experiencia suramericana. Por otra parte, el examen de esas dificultades y los intereses esenciales de la revolución, señalan la necesidad de que en el desarrollo de un eventual enfrentamiento entre los militares tome una participación multifacética, incluso directa, el movimiento popular y ello exige mantenerse alertas, prepararse y estar dispuestos a actuar.

I) El agotamiento de la vía electora1.

Quizá no hay en este continente otro país donde se haya utilizado, de modo tan multiforme y agotante, las posibilidades de la lucha electoral, como lo hemos hecho en nuestro país.
Hemos utilizado la participación en las elecciones como medio de concientización y organización de las masas trabajadoras, como instrumento de protesta y condena política contra el régimen; hemos utilizado la participación en las elecciones para construir el frente único de las fuerzas democráticas y para unificar el pensamiento político de las masas alrededor del programa y transformaciones democráticas; la hemos utilizado para disputar el ejército a la reacción y para alertar al pueblo sobre el peligro del fascismo y su naturaleza, profundamente hostil a todos sus intereses; unas veces hemos llevado a las masas a votar
positivamente, otras veces las llevamos a anular el voto, hicimos un retiro general de las elecciones, utilizándolo para elevar la movilización popular y luego hemos llevado de nuevo a las masas a la lucha electoral, como parte directa de una batalla mayor por instalar un gobierno democrático e impedir la entronización de la dictadura fascista abierta.

Todo esto lo hemos hecho en el corto período de once años, durante los cuales hemos participado en tres elecciones presidenciales y en seis parlamentarias y municipales (nueve en total, casi una por año).

Utilizando la participación en las elecciones hemos conseguido gran éxito en acorralar, desenmascarar y aislar políticamente al gobierno y, en particular, a los fascistas; hemos logrado desenmascarar la farsa que las elecciones son en nuestro país; asimismo, hemos ganado a la gran mayoría del pueblo a favor del programa de cambios democráticos y para la lucha por un gobierno que lo realice; hemos avanzado decisivamente en la construcci6n del frente único de las fuerzas democráticas, en la construcción y forjamiento de nuestro Partido y de la J.C., en la elevación de su prestigio y la promoción de su vanguardialidad; hemos provocado el desenmascaramiento y descrédito internacional del gobierno; hemos progresado en la lucha por el ejército. Pero no hemos conseguido que las elecciones abran a las fuerzas democráticas el acceso al poder.

Antes que permitir semejante función de las elecciones, la dictadura militar oligárquica corrompió, progresivamente, el procedimiento electoral durante estos once años hasta destruirlo. En la medida que avanzaba la educación política del pueblo salvadoreño y este se unía para alcanzar el poder, el régimen incrementaba el uso de viejos y nuevos procedimientos de fraude electoral, hasta volverlos totalmente descarados, y llegar al punto a que se llegó el 20 de febrero de 1977, cuando ya ni siquiera se permitió votar a cientos de miles de ciudadanos, porque las urnas habían sido rellenadas desde antes de abrirse la votación, aparte de los demás procedimientos e instancias del fraude, hoy conocidas nacional e internacionalmente, para destruir nuestros votos e incrementar, casi sin límite, las cifras favorables al candidato oficial.

Esta vez no podía ser de otro modo para el gobierno, ya que la UNO consiguió llevar a las urnas a más de 600 mil ciudadanos a votar en su favor, es decir, el número suficiente para asegurar su victoria, incluso si el gobierno se atribuía todos los votos restantes por los procedimientos anteriormente usuales de fraude.

En el curso de esta reiterada experiencia, las masas comprendieron, ya en l972-74, lo fraudulento de las elecciones en nuestro país, la falsedad o hipocresía de la “democracia” que defienden aquí las clases dominantes y su gobierno. Si concurrieron a las últimas elecciones fue porque aceptaron concientemente el llamamiento de la UNO a votar y defender el voto, a derrotar el fraude y hacer respetar la voluntad popular mediante su propia lucha, esperando que el evento electoral y la lucha contra el fraude dieran base a otras acciones decisivas
posteriores. Las elecciones del 20 de febrero último y las batallas siguientes fueron el punto culminante de esa táctica, apoyada concientemente por las masas.

Tras de esta última experiencia, es necesario preguntarnos: ¿Qué valor puede tener en adelante la participación en elecciones de esta manera corrompidas y destruidas en nuestro país? Dicho de otro modo, conscientes del enorme servicio que prestó la participación electoral durante once años, es necesario determinar si en adelante puede o no aportar provecho para el avance de la causa democrática y revolucionaria.

A este respecto nos parece muy claro, hoy día, que las elecciones han agotado sus posibilidades como componente central de la vía de acceso al poder para las fuerzas democráticas, no sólo ante las capas avanzadas y organizadas, sino también, ante la grandes masas del país, que lo han aprendido de su propia experiencia. Ha quedado así planteada la necesidad de reemplazar esa vía hacia el poder por otra. Las elecciones podrán en el futuro asumir algún valor táctico ocasional comprensible para la masas, pero, a menos que este gobierno sea sustituido por un régimen de apertura, las elecciones no recuperaran su valor estratégico en relación con la vía hacia el poder para las fuerzas democráticas.

¿Cual y cómo será en adelante la vía hacia el poder? Esta es la interrogante clave sin cuya respuesta acertada no puede elaborarse hoy una línea política aceptable para las masas, de esto depende la suerte misma de todo el procero hacia la revolución democrática antiimperialista frente al fascismo que avanza.

Así, pues, la presente coyuntura también se diferencia de la de 1971-72 en que conduce necesariamente a un viraje estratégico y abre el paso a nuevas formas de lucha.

J) Nuestra línea hacia los ultra-izquierdistas y la conducta de estos en la jornada electoral.

Nuestra línea ante la ultra-izquierda ha sido, en general, de lucha ideológica contra su línea y concepción equivocada, pero al mismo tiempo, llamando a concertar la unidad.

Al acercarse el inicio de la campaña electoral, comprendiendo la gran importancia que asumiría la coyuntura política, comprendiendo la vecindad y necesidad de grandes batallas de masas para impedir el entronizamiento de los fascistas, tras los cuales cerraba filas la burguesía., después de derrotar la tentativa reformista de la “transformaci6n agraria”, nuestro Partido planteo públicamente, con particular énfasis, su llamamiento a la unidad de las fuerzas de izquierda y, al mismo tiempo, silenció casi por completo sus críticas
hacia los grupos ultra-izquierdistas, mientras esperaba sus respuestas

Tratábamos así, de desarrollar el frente único de las fuerzas democráticas, fortaleciendo en él las posiciones avanzadas; buscábamos unificar las huestes populares y aumentar su capacidad combativa, en el momento que la reacción cerraba sus filas; intentábamos poner en marcha un proceso de reunificación del movimiento revolucionario, cuyos alcances históricos decisivos no pueden pasar inadvertidos para ningún revolucionario medianamente reflexivo. Teníamos y tenemos en cuenta, al trazar esta política, no sólo las consecuencias positivas que la unidad de la izquierda puede traer, sino también, las consecuencias destructivas que la división y la lucha dentro de la izquierda acarrean para el proceso revolucionario, como ha podido verse en nuestro continente en la experiencia de Brasil, Guatemala, Bolivia, Chile y Argentina, o en el caso de Portugal, en Europa.

Mientras hicimos los llamamientos públicos a la unidad de la izquierda, buscamos contactos directos con las organizaciones representativas en este campo. Con la “Liga para la liberación” (a la par que, por cierto, no es adecuado calificar como “ultraizquierdista”) pudimos alcanzar, hasta cierto punto, un enfoque básicamente común acerca de la jornada electoral que empezaba; pero sólo muy al final se registró una relativa incorporaci6n de esta organización a las tareas prácticas, sin que hayamos logrado alcanzar con ellos un mínimo aceptable de coordinación, a pesar de que se los propusimos reiteradamente.

Las principales organizaciones de ultra-izquierda rechazaron siquiera dialogar con nosotros; aunque faltando pocos días para las elecciones, el BPR nombró
dos delegados con la indicación de limitarse a escuchar nuestro planteamiento, pero al mismo tiempo recrudeció sus ataques en contra del Partido, y d la UNO y rechazó nuestras propuestas, sin darnos siquiera alguna explicación. Esta misma organización, la más importante de todas la organizaciones ultra-izquierdistas de masas por sus bases en el campo, había intentado sin éxito, durante meses, poner en marcha una línea propia frente a la coyuntura política. La dirección del FAPU llegó, hasta el mismo 23 de febrero, discutiendo la línea a seguir y, mientras tanto, no dejó de atacarnos.

No obstante el rechazo de la dirigencia, durante la jornada electoral y en los combates posteriores a las elecciones, realizamos unidad de acción con algunas bases campesinos y de asalariados agropecuarios del BPR, del FAPU y de otros grupos. En el seno de estas organizaciones irrumpió un debate en el que se perfilaron tendencias unitarias, aún latentes hoy día, que abren perspectivas favorables para la unificación de la izquierda, aunque habrá que vencer muchas dificultades.
Es conveniente tener en cuenta, que la unidad de acción por la base y el aparecimiento de tendencias unitarias a niveles intermedios y superiores de dirección en las organizaciones de ultra-izquierda, se configuraron sólo cuando la vigorosa aplicación practica de nuestra línea por la militancia del Partido y la J.C. mostró su acierto, su gran atractivo para las amplias masas. A diferencia de la jornada conmemorativa de la matanza del 30 de julio en 1976, durante la cual dimos muestras de insuficiente combatividad, en la jornada electoral nuestra militancia dio ejemplo de abnegación, iniciativa y combatividad. Hemos de convenir, pues, que para avanzar en el terreno do la unidad de la izquierda, no basta tener la razón, poseer una línea justa, sino que además, debemos aplicarla sacrificada, enérgica, firme y combativamente.

Examinemos ahora los aspectos más sobresalientes de la línea y conducta de los ultra-izquierdistas durante esta jornada y sus resultados:

1) Oficialmente, las organizaciones ultra-izquierdistas sostienen hoy que la experiencia de las últimas elecciones presidenciales les ha dado a ellos la razón, puesto que han venido insistiendo en condenar las elecciones como un engaño, y la participación en ellas como una política “electorera”; pero se equivocan una vez más: cegados por su concepciones dogmáticas, los ultra-izquierdistas son incapaces de ver todo lo que la participación electoral ha dado a favor de la causa popular, sacando del atraso político a las amplias masas, incluso a muchos de aquellos que ahora militan en sus filas, en su base y hasta en su dirección; ellos creen que bastaba con que las organizaciones avanzadas comprendieran la falsedad de las elecciones para que fuera obligatorio negarse a participar en ellas, y no comprenden que era absolutamente indispensable llevar a las masas a convencerse de esa verdad por su propia experiencia, como una condición ineludible para elevarlas a la comprensión y ejecución de formas de lucha y organización superiores. Por eso mismo, los ultra-izquierdistas tampoco logran entender hoy porque las masas, a pesar de haberse convencido por propia experiencia de la falsedad de las elecciones en 1972 y 1974, concurrieron, aún más voluminosamente, a las elecciones de 1977, incluyendo a fuertes contingentes de base del BPR y de otras organizaciones dirigidas por ellos, y le dieron a la UNO el doble respaldo que en 1972. Cegados por su desprecio a la lucha por la democracia, no son capaces de ver que las masas en nuestro país se encuentran “impregnadas de un espíritu democrático” (según expresión usada por Lenin); y de ahí que, frente a este fenómeno únicamente atinan a decir los dirigentes del BPR que: “el pueblo salvadoreño todavía cree sinceramente en las elecciones”, y al enjuiciar los combates posteriores al 20 de febrero y la sangrienta represión iniciada con el desalojo de la Plaza Libertad, se preguntan lastimera e ingenuamente, como cualquier ama de casa recién llegada a la política: “¿Para que permiten eventos electorales?”… (ver el periódico de ANDES, correspondiente a marzo de 1977).

Lo que en realidad ocurrió es que las masas fueron a las elecciones de 1977 para utilizarlas conscientemente, como parte de sus esfuerzos por alcanzar el poder, y no porque “creyeran sinceramente en ellas”, disponiéndose, al mismo tiempo, a combinar con sus votos la defensa de la voluntad popular mediante acciones resueltas en las calles, la huelga política y la acción insurreccional. Ante esta situación política excepcional, ante esta disposición de las masas, los ultra-izquierdistas prefirieron volverle la espalda, declarar que todo aquello no valía la pena, pues era “puro electorerismo”, proclamar su muy “revolucionaria” tesis de la “guerra prolongada” y dictar hoy sermones moralistas a las masas, propios de “bedeles” (según expresión de Lenin), con las consabidas frases de “se los habíamos advertido, la elecciones son un engaño y esto les pasa por no hacernos caso…”

Así, quienes hace cinco años hicieron de la lucha ideológica contra “la acumulación de fuerzas” el principal tema de sus ataques contra nuestro Partido, ahora, que llegaban a grandes batallas políticas de masas, les dieron la espalda y las condenaron en nombre del “largo plazo”; es decir, alegando, en el fondo, que se necesita primero “acumular fuerzas” y de este modo faltaron al deber revolucionario elemental de marchar con las masas contra sus enemigos ,porque es esta la única forma de educarlas y elevarlas, la única manera de no dejarlas a merced de la reacción y no contribuir, ni siquiera indirectamente con ella a confundirlas o aplastarlas.

Los fascistas entienden bien estas contradicciones en el campo de las fuerzas de izquierda, y hacen lo posible por aprovecharlas en su beneficio. Eso explica, por ejemplo, porque consideraron un error haber asaltado la Casa del Maestro el 28 de febrero y lo corrigieron rápido dejando en libertad a la Secretaria General y a otro directivo de ANDES, lideres del BPR. Los fascistas temieron que estas capturas y allanamientos abonaran las condiciones para el entendimiento contra la represión entre las izquierdas.

2) El BPR fracasó en sus intentos de enfrentarse a los aumentos salariales acordados por el gobierno, con una táctica basada en la promoción de demandas de aumentos mayores del salario mínimo de temporada, una vez que habían sido decretados los aumentos oficiales. Con esta línea, el BPR pretendía conseguir el triple objetivo de frustrar la maniobra demagógica del gobierno y la gran burguesía; distraer a las masas de la confrontación política electoral, debilitando así a la UNO, a nuestro Partido y a su línea política, y, por último, agrupar el grueso de la lucha popular alrededor de su bandera.

A tiempo señalamos el carácter economista, profundamente erróneo, de esta táctica del BPR, y dijimos que estaba condenada al fracaso, Los hechos nos confirmaron en forma absoluta y, a la vez, confirmaron la verdad elemental de que la forma principal, más influyente y decisiva de lucha de la lucha de clases es la lucha política.

No queremos, en modo alguno, rebajar la importancia de la lucha económica reivindicativa, como instrumento de movilización y educación de las masas trabajadoras, y es bueno recordar ahora, que es indispensable también esta forma de lucha, si deseamos extender el trabajo por la construcción do poderosas fuerzas populares revolucionarias, pero es de importancia capital comprender al mismo tiempo, que la lucha económica, reivindicativa en general, únicamente puede desempeñar esta función si se la promueve constantemente a elevarse hacia la lucha política y, sobre todo, si no se la realiza como un sustituto de la lucha política o como un obligatorio escalón previo a la lucha política, ni se le utiliza para apartar de ella a las masas, menos aún cuando el proceso histórico objetivo ha colocado a la lucha política por el poder en el centro del acontecer diario.

3) De hecho, las masas rebasaron y hasta marginaron a los dirigentes ultra-izquierdistas, que no lograron, en ningún momento, elaborar una táctica aplicable durante meses, y se vieron aun sorprendidos por la multifacética lucha de masas durante los días posteriores a la elección y el desalojo de la Plaza libertad, lucha que ellos prefirieron calificar de “acciones espontáneas y desorganizadas” antes que admitir el papel organizador y dirigente del Partido y la J.C.

Ahora ellos proclaman en contra nuestra, la acusación de que fuimos rebasados por las masas. Nosotros, delimitando objetivamente este fenómeno al 28 de febrero, hemos aceptado nuestro rezago como una necesidad del. análisis riguroso que precede a la elaboración de nuevas orientaciones, porque tenemos confianza total en el método robado de la crítica y la autocrítica; pero si hemos de respetar la verdad objetiva, no puede ocultarse a nadie que las organizaciones ultra-izquierdistas, acostumbradas a autonombrarse “vanguardias”, han estado, y aun están marginadas del proceso central y mayoritario de la lucha política de masas por el poder, y corriendo hoy a la cola de este formidable movimiento, se esfuerzan por arrancarle jirones a base de propaganda en contra del Partido, según la cual, nosotros hemos cometido el supuesto delito de haber llevado a las masas al combate, esperando un apoyo militar que no llegó, cuando había mucho riesgo y la victoria no estaba del todo asegurada.

Frente a esta acusación, digamos, ante todo, que los ultra-izquierdistas (nos referimos en esto particularmente al BPR), sobreestiman el daño causado por el desalojo de la Plaza Libertad, cometen el error de dar por concluido un capítulo que en verdad no ha terminado y, aferrados a su dogma de la “guerra prolongada”, siguen sin percatarse, que estamos en una coyuntura de tránsito a grandes virajes histórico-políticos, y es en relación con tales virajes, y únicamente en relación con ellos, que podrá enjuiciarse el acierto o el error de haber promovido este inmenso auge de la lucha popular y lanzado los combates de masas posteriores a las elecciones.

Resultan oportunas y aleccionadoras las siguientes palabras escritas por Carlos Marx en marzo de 1852, en uno de sus artículos dedicados al análisis de la revolución y la contra-revolución en Alemania de los años 1848-49:

“Una derrota honrosa después de una obstinada defensa, es un hecho de una importancia revolucionaria mayor que una victoria fácilmente ganada”.
Y también estas otras escritas por él en su carta a Kugelman del 17 de abril de 1871, referidas a la Comuna de París, cuyo drama estaba en ese momento en desarrollo:

“Naturalmente sería sumamente cómodo hacer la historia universal si la lucha se pudiese emprender sólo con infalibles probabilidades de éxito”.

4) El error fundamental de todos los ultra-izquierdistas, madre de estos otros errores o falsos enfoques, durante la jornada electoral y post-electoral, reside en su equivocada determinación del carácter de la revolución qué está madurando en nuestro país. Comenzaron, hace cinco años, por decidir que esta revolución tiene un carácter socialista, después se vinieron deslizando, poco a poco y a hurtadillas, a formular fases previas, como: “el gobierno provisional,” la “revolución popular y el gobierno revolucionario popular”, etc.; pero declaran que esos gobiernos serán únicamente de obreros y campesinos y les fijan, prácticamente, los mismos atributos de la dictadura del proletariado a su “gobierno revolucionario popular”; rechazan todo trabajo por unir a las fuerzas democráticas como una traición al proletariado, y no sólo rechazan el carácter democrático de la actual revolución, sino que además, alegan que “es preferible un gobierno fascista porque según ellos su represión agudizará la lucha de clases, a un gobierno democrático, cuyas concesiones políticas de libertad para las masas y sus posibles reformas sociales, de seguro según ellos “disminuirían la lucha de clases y alejarían la revolución”. Tal fue, en efecto, la tesis que divulgo el BPR entre sus bases para justificar su conducta de lucha contra la UNO y su consigna de que “Romero o Claramount no nos darán la liberación”.

“¡El fascismo es preferible para la revolución: ojala que se instalen los fascistas en el gobierno!”. Tal es la conclusión que se desprende de esa “muy revolucionaria tesis.”

He aquí un ejemplo de las monstruosas aberraciones, de un contenido contrarrevolucionario inequívoco, a que pueden conducir las erróneas concepciones ultra-izquierdistas acerca del carácter de la revolución que, objetivamente, esta madurando en El Salvador.

De esa conclusión, a la que literalmente llegó la dirigencia del BPR, no cuesta pasar a esta otra: “¡Ayudemos a los fascistas!”, pero ella resultaba, demasiada repulsiva; aunque esta en rigurosa lógica con las premisas elaboradas por ellos, resultaba digamos nosotros una demostración de la falsedad de dichas premisas y una sonora campanada de alerta que obligaba a reanalizar, reflexionar, estudiar y corregir. Los dirigentes del BPR optaron, en vez de corregir, por otra formulación mas “potable”, más “revolucionaria”, más “radical”: “¡Luchemos contra la UNO, o al menos neguémosle apoyo, porque el gobierno democrático que quiere establecer puede postergar la revolución!”.

Pero en las condiciones de la lucha de clases concreta en ese momento, en el que las fuerzas políticas estaban total y absolutamente polarizadas, debilitar a la UNO significaba, ni más ni menos, fortalecer a la contra parte, que inequívocamente son los fascistas, encabezados por el General Romero.

He aquí, en ultimo término, las “profundas razones” de por qué el BPR, las FPL y las demás agrupaciones ultra-izquierdistas (las cuales no se atrevieron a “teorizar” y llegar expresamente a estas aberraciones) dieron la espalda a las grandes batallas políticas de masas que han tenido lugar a propósito de las elecciones presidenciales; he aquí por qué nos acusan de “aventureros” y de “engañar a las masas”. He aquí por qué no son pocos aquellos que en el movimiento popular acusan a los ultra-izquierdistas de “contubernio con el gobierno”, aunque en realidad, se trata de una ayuda inconsciente que dan a este, por causa de sus graves errores teórico-políticos e ideológicos. Nosotros debemos luchar contra esos errores, despojarlos del ropaje de la fraseología revolucionaria y mostrar su carácter reaccionario, llamar a sus autores a rectificar, pero no podemos hacer nuestra la acusación contra los ultra-izquierdistas de que están en “contubernio con el gobierno”, porque ello no es así y entorpecería nuestro trabajo hacia la unidad de la izquierda.

La convicción de la justeza de nuestra línea y este enjuiciamiento de la línea y la conducta de los ultra-izquierdistas durante la jornada electoral reciente, no deben hacernos perder de vista que ellos se sienten alentados por lo que consideran un fracaso nuestro, y se han lanzado a un esfuerzo por reclutar para sus organizaciones a todos aquellos elementos que, después de haber hecho esta experiencia junto a nosotros, se sienten confundido y no están por si solos en condiciones de extraer todas las enseñanzas y encontrar el rumbo para la lucha futura. Su cálculo, de que pueden ellos aprovechar la oportunidad para crecer a costa nuestra, dificulta sin duda el avance hacia la unidad; sin embargo, nosotros no hemos de cesar la lucha por ella.. El logro de la unificación de la izquierda es ahora una necesidad más urgente; hemos creado condiciones y hecho la experiencia que nos permite avanzar con más seguridad por este camino y debemos persistir en recorrerlo.

Al mismo tiempo, tenemos que estar alertas contra la penetración en nuestras filas de erróneas concepciones, propias de la ultra-izquierda, ahora que debemos organizar el paso a una fase superior de la lucha de nuestro Partido al frente do las masas, porque ello nos conduciría a graves errores y al aislamiento.

Al criticar los errores de la ultra-izquierda, hemos de tener presente, asimismo, el peligro de la desviación oportunista de derecha que también acecha sobre nosotros. Curiosamente, las tendencias a la desviación derechista viene ligada, igualmente, al argumento de que “llevamos inútilmente a las masas a un combate desigual, del que sólo han derivado sufrimiento y perjuicios: muerte, cárcel, torturas, despidos masivos en las empresas, estado de sitio, acción destructiva contra los sindicatos, etc., etc.” A partir de esta argumentación. similar a la de los ultra-izquierdistas, los desviacionistas de derecha trataran de impedir que avancemos a una fase superior de la lucha, trataran de que retornemos a 1os “dorados tiempos” del economismo,” “tranquilo” y “seguro”, se opondrán a la politización de la lucha de los trabajadores, abjuraran de la lucha política como “impaciencia pequeño-burguesa”,etc.,etc. y con todo ello, pueden empantanarnos en una repetición indefinida del transitar por los mismos espacios y niveles de la lucha de clases, sin perspectiva alguna de poder, o
admitiéndola como algo tan distante que no conviene olvidar, pero tampoco ocuparse de ello “prematuramente”, en detrimento de las “concretas y tangibles” reivindicaciones de hoy.

Ahí, como es natural y lógico, la elevación de la lucha de clases lograda en la jornada reciente, y la obligación revolucionaria indeclinable de proseguir impulsándola hacia una fase superior, nos ha planteado de manera consustancial, deberes mayores y más complejos en el terreno de la lucha ideológica. Para estar en condiciones de librar con éxito esta lucha y asegurar el avance hacia la revolución triunfante, hemos de estudiar más el marxismo-leninismo, conocer mejor la experiencia internacional y conocer más n fondo nuestra propia realidad y reflexionar más sobre nuestra experiencia. Así estaremos capacitados para continuar aplicando acertadamente la probada teoría científica del marxismo-leninismo a nuestra realidad nacional y sobre esta base elaborar una correcta línea.

En particular debemos ahora estudiar con seriedad, problemas relativos a la vía de la revolución, a la insurrección y la preparación de la misma; los problemas que nos oponen resistencia para elevar a la clase obrera al papel revolucionario de vanguardia y a nuestro Partido a la dirección del movimiento popular revolucionario, en particular las manifestaciones concretas, “salvadoreñas” del economismo; debemos estudiar más a fondo el problema campesino y el problema agrario de nuestro país y descubrir el camino para penetrar hondamente en el campo y ganar a las masas rurales para la revolución; debemos profundizar nuestro estudio sobre el carácter de la revolución que está en marcha en nuestro país. Es justo decir, que esta es la revolución democrática, pero nuestras formulaciones son aún imprecisas y encierran errores en potencia. “Revolución nacional liberadora, agraria, democrática y popular”, ¿es exacta esta formulación de nuestro Programa?; “Gobierno democrático de transición o simplemente democrático”, “gobierno de apertura democrática”, ¿qué significación y función histórica concreta corresponde a estas formulaciones que hemos venido empleando?, ¿qué relación tienen con la revolución democrática en nuestro país y cuál sería nuestra actitud ante tal tipo de gobierno?, ¿tienen acaso en alguna medida razón los ultra-izquierdistas cuando alegan que un gobierno democrático retardaría la marcha ascendente de la revolución?

Estos son, únicamente, los problemas teóricos más sobresalientes que urgen de nuestra parte un esmerado estudio, alrededor de los cuales se procesará la lucha ideológica.

K) El marco internacional y su influencia en nuestra lucha.

Para completar el examen de la actual coyuntura política nacional, es indispensable echar una mirada a la situación internacional dentro de la cual se desenvuelve. Nos limitaremos a presentar sus rasgos y aspectos más destacados e influyentes.

1) A escala mundial continúa avanzando el profundo viraje histórico universal de nuestro tiempo, el proceso de tránsito del capitalismo al socialismo: los consistentes logros de la Unión Soviética en su política de distensión; la derrota del imperialismo yanqui en Viet Nam, Laos y Camboya, la consiguiente reunificación de Viet Nam y su proclamación como República socialista; el desarrollo de la crisis económica del mundo capitalista; los grandes logros económicos, científico-técnicos y culturales de los países socialistas, en particular, respecto de América Latina, la consolidación y progreso económico, los grandes logros en todos los ordenes, el poderío militar y la elevación aún mayor de su prestigio internacional alcanzados por Cuba; el derrocamiento del régimen fascista en Portugal y Grecia, la liberación de las colonias portuguesas en África y la derrota de los agentes del imperialismo en Angola; los decisivos avances de los Partidos Comunistas de Italia y Francia, los rápidos adelantos de la democratización en España y la legalización del Partido Comunista Español; el ascenso general de la lucha por la liberación nacional, contra la discriminación racial y los regímenes racistas en África; el extraordinario desarrollo de la crisis política en los Estados Unidos, que condujo a la destitución de Nixon y, por ultimo, a la derrota del Partido Republicano en la elección presidencial del año pasado; estos y otros muchos acontecimientos debilitan las posiciones del imperialismo, son manifestaciones de una nueva profundización de la crisis general del sistema capitalista y jalonan el proceso revolucionario mundial, reforzando las posiciones del socialismo a escala universal.

2) Dentro de esta situación mundial favorable a las fuerzas de la paz, la liberación nacional y el socialismo, el momento latinoamericano esta signado, desde 1973, por la ofensiva, hasta ahora triunfal, del fascismo, forma actual de la contrarrevolución en nuestro continente. A excepción de la región caribeña donde se yergue consolidada y victoriosa Cuba Socialista, y tiene un notable progreso la revolución en los países que fueron colonias inglesas, donde sigue en pie la lucha antiimperialista de Panamá por recobrar su soberanía sobre la zona del Canal, y donde se mantiene el gobierno recuperador de las riquezas naturales en Venezuela, aunque estos dos procesos no lograron profundidad ni afectaron. en lo fundamental, el rumbo del desarrollo capitalista dependiente, en el resto del continente se vive bajo una fuerte tendencia general a la derechización y al establecimiento de regímenes fascistas. Incluso el proceso antiimperialista y anti-oligárquico peruano sufrió un brusco frenaje e inició la reversa, aunque con muchas dificultades, después de la expulsión del grupo de militares de Izquierda del gobierno en julio del año pasado; en México, la llegada a la presidencia de López Portillo en medio de una enconada ofensiva reaccionaria de la gran burguesía norteña y de los terratenientes, puso sordina a la activa política tercermundista y de calida amistad con Cuba aplicada por Luís Echeverría y ha abierto interrogantes acerca de cual rumbo seguirá su gobierno; en Honduras, el proceso reformista iniciado por el gobierno militar pasó del estancamiento a una creciente derechización, mientras la escalada represiva se incrementó en Nicaragua, Guatemala y El Salvador.

3) La llegada de Carter a la presidencia de los Estados Unidos significa el ascenso al poder de sectores no fascistas de la gran burguesía imperialista y la activación de contradicciones con los regímenes latinoamericanos fascistas o en vías de serlo, apoyados o impulsados en los mismos Estados Unidos por el Pentágono y los grandes consorcios trans-nacionales, vinculados al complejo industrial-militar.

Los primeros resultados de las presiones de Carter sobre esos regímenes apuntan hacia la formación de un bloque en cuya cabecera es fácil notar al gobierno brasileño, cuyo poderío militar es grande y aumenta. El Pentágono actúa desde atrás promoviendo y bendiciendo esta “santa alianza” de gorilas fascistas.

En este sentido fueron muy claras las declaraciones del General chileno Gustavo Leight, prominente miembro de la Junta fascista, emitidas el 20 de marzo en Montevideo, en ocasión de la decimoséptima reunión anual de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Aéreas del continente; dijo Leight. refiriéndose a las presiones del gobierno de Carter con la bandera de los derechos humanos:

“… existen buenas relaciones entre las fuerzas armadas chilenas y los altos mandos norteamericanos. Existe una buena disposición por parte de ellos”; y agregó, “la política del Pentágono es diferente a la del Departamento de Estado y difiere también de la política que sigue el. Congreso Norteamericano”. (Cable de la AP).

Por si hacía falta, he aquí un testimonio de un prominente jefe fascista acerca de cual es en EE.UU. la fuente principal de estímulo y de apoyo real para los fascistas latinoamericanos.

La activación de estas contradicciones del gobierno de Carter con los regímenes autoritarios de derecha latinoamericanos, constituye una condición favorable para la lucha anti-fascista en nuestro continente. Sin embargo, es preciso no olvidar en ningún momento que la política de Carter es también política del imperialismo, y que su objetivo final es frenar y derrotar el impulso hacia 1a revolución, salvar el capitalismo dependiente latinoamericano y la hegemonía imperialista sobre el continente. Para realizar estos objetivos, es muy probable que el gobierno de Carter aplique una línea de compromisos con los partidos reformistas burgueses y pequeño-burgueses de nuestros países, apoyándolos a acceder a los gobiernos, para que efectúen una cierta democratización formal y realicen algunas reformas. Sabemos que han sido encaminadas negociaciones concreta con este propósito entre Washington y representativos latinoamericanos de esta clase de partidos, y es probable que también hayan ocurrido contactos con militares reformistas de nuestros países. Esta política del gobierno de Carter y estos compromisos con los sectores reformistas 1atinoamericanos, buscan romper los amplios frentes unidos de las fuerzas democráticas, aislar a los Partidos Comunistas y demás organizaciones revolucionarias. A pesar de todo ello, nosotros debemos estimular y aprovechar las contradicciones del gobierno de Carter con los fascistas, pero debemos adoptar medidas que permitan frustrar los objetivos reaccionarios de su política dentro de nuestro país. Al mismo tiempo, debemos desarrollar amplios contactos con las fuerzas populares y democráticas de los EE.UU., empezando por el P. C, y promover su solidaridad hacia nosotros.

4) Enmedio de este panorama continental adverso, el gran auge de la lucha política de masas, el amplio frente unido de las fuerzas democráticas y las expectativas de una victoria popular en El Salvador constituían y, podía decirse que aún constituyen, uno de los posibles puntos de arranque para el logro de la sucesión de derrotas que es necesario inflingir a los fascistas, hasta ahora invictos y ensoberbecidos, para hacer posible la formación de una nueva ola revolucionaria en nuestro continente.

Así, pues, nuestra lucha no sólo se encuentra bajo la influencia de la situación latinoamericana, sino que también puede ejercer una positiva influencia sobre ella si logra alcanzar un desenlace victorioso. En esto consiste hoy la significación concreta internacional de nuestros deberes revolucionarios nacionales.

Por eso mismo, como un reflejo en el campo internacional de la unidad de las fuerzas democráticas salvadoreñas, y también porque ocurre cuando inicia el gobierno de Carter y emprende éste los primeros pasos encaminados a realizar la política aludida atrás, nuestra actual lucha ha encontrado una favorable acogida y apoyo internacional, no sólo en América Latina, sino también en Europa y en lo mismos Estados Unidos y, no sólo de parte de fuerzas revolucionarias, sino también, de parte de sectores democráticos diversos en o fuera de los gobiernos, en un amplio sector de la prensa 1atinoamericana, norteamericana y europea occidental, en fracciones parlamentarias latinoamericanas (en Venezuela el Senado unánimemente) y en comisiones del Congreso de los EEUU., etc. Desde luego, nuestra lucha ha contado, cuenta y contará aún más con el apoyo solidario del campo socialista, encabezado por la Unión Soviética.

Hemos de prestar, por consiguiente, una atención esmerada. promover la solidaridad internacional rnultifacética hacia nuestra lucha, y hemos de dar a este trabajo una amplitud y una metodología propia del frente único anti-fascista. Se trata de la promoción de una fuerza real en favor de la revolución salvadoreña; se trata también de que el triunfo popular en El Salvador, en las actuales condiciones de ofensiva fascista generalizada, pueda hacer un aporte notable a la configuración de la contraofensiva anti-fascista y revolucionaria latinoamericana.

III.- PROYECClON DE LA COYUNTURA HACIA EL FUTURO, NUESTRA ORIENTACION Y TAREAS ACTUALES.

En el calendario político oficial está programado inaugurar el gobierno del General Romero el l de julio próximo y, si ello no fuera impedido, nuestro país entraría de lleno bajo el dominio de un régimen fascista, calcado en lo fundamental del modelo brasileño-uruguayo-chi1eno.

Si la inauguración y consolidación del gobierno de Romero fuera impedida, se abriría una situación histórica nueva, favorable a las fuerzas populares y democráticas, cuya profundidad y alcances estarían determinados por el grado de participación combativa de las masas trabajadoras y populares en general, en las batallas decisivas por el derrumbe del actual régimen y la instalación de un gobierno democrático y en la lucha por su consolidación y avance.

La instalación del gobierno de Romero, o su frustración y consiguiente apertura democrática, aunque opuestas, son ambas posibilidades reales, objetivamente existentes, en la situación actual, ya que se fundan en fuerzas y condiciones materiales actuantes dentro de ella. Debe subrayarse empero, que la posibilidad más fuerte es la de que Romero se encargue del gobierno el 1º. de julio, puesto que las fuerzas que lo apoyan mantienen en sus manos la jefatura del Estado y, en particular, la jefatura de la Fuerza Armada.

La realización de una u otra posibilidad depende de como actúen las fuerzas sociales y políticas en conflicto, de si saben aprovechar debidamente las condiciones que le son favorables, superar las dificultades y coordinar la acción de todos los que le son adictos.

La actividad de nuestro Partido ha sido determinante en la configuración de la actual situación, y la táctica que él aplique puede ejercer no poca influencia en su desenlace. Asimismo, nuestra táctica y actividad han de ejercer mucha influencia a favor del reagrupamiento de las fuerzas populares y democráticas para luchar en las condiciones del régimen fascista y acortar su existencia si Romero se instala y logra consolidar su gobierno. Nuestro Partido esta llamado también a desempeñar un papel de mucha importancia para la consolidación y avance sucesivo del proceso democrático revolucionario que puede abrirse si el actual gobierno fuera derrocado.

De esto se deduce que, ante todo, debemos elaborar y aplicar una táctica valedera para ayudar a la realización de las posibilidades democráticas anteriores al l de julio o a la consolidación del gobierno de Romero, y para guiar nuestra actuación en el caso de una apertura democrática eventual; pero al mismo tiempo debemos elaborar orientaciones fundamentales para. prepararnos a actuar frente al régimen fascista probable, de manera de elevar sucesivamente la lucha popular hasta derrocarlo.
La Comisión Política, en su reunión del 7 de marzo determinó como el objetivo principal hasta el l de julio, el de impedir la instalación del gobierno de Romero y realizar con ese fin todas aquellas actividades y tareas que favorezcan la acción coordinada de las diversas fuerzas democráticas encaminadas hacia esta meta. Al analizar la situación y posibilidad de les distintas fuerzas opuestas al régimen actual, la C. P. señaló que las acciones decisivas para el derrocamiento del gobierno, al menos en sus inicios, únicamente pueden prevenir hoy por hoy, de los sectores militares democráticos o simplemente desafectos a él, y que, por tanto, se ha puesto a la orden del día la necesidad de estimularlos y prepararse para realizar oportuna y eficaz coordinación de la acción popular de masas con la acción militar directa.

En sucesivas reuniones posteriores, la C. P. emprendió la elaboración de la orientación para la lucha del Partido en la nueva situación y, finalmente quedó formulada así:

La camarilla de jefes militares fascistas, el sector fascista de la gran burguesía local y sus sirvientes, el sector fascista de los imperialistas yanquis, sus aliados y sirvientes en los gobiernos latinoamericanos constituyen el enemigo principal más peligroso de la clase obrera y el pueblo salvadoreño en la actualidad. Contra este enemigo debemos concentrar la punta de la lucha en nuestro país y la solidaridad internacional, para aislarlo,. dificultar lo más posible la aplicación de sus planes de destrucción de las organizaciones populares, debilitarlo y derrocarlo antes de que se consolide en el poder y, en todo caso, antes de que hunda sus raíces profundas en la organización del Estado y en la economía.

Para llevar a la práctica esta orientación, debemos promover un trabajo amplio por la construcción y desarrollo del frente único de las fuerzas antifascistas, civiles y militares, ahondar y aprovechar las contradicciones en el campo de las fuerzas enemigas principales y secundarias; poner especial atención al trabajo por unir a las fuerzas de izquierda y por la alianza obrero-campesina; esforzarnos por atraer al menos una parte de la Fuerza Armada al lado de las fuerzas anti-fascistas y revolucionarias; avanzar hacia la conquista de la dirección del movimiento revolucionario por la clase obrera y su Partido; asegurar el avance, paso a paso, pero firmemente, hacia la combinación y coordinación de la lucha política y la lucha armada, sobre la base del sucesivo ensanche de las fuerzas políticas organizadas de masas en la ciudad y el campo y sobre la base de la construcción, paso a paso, de las fuerzas armadas revolucionarias a partir de la auto-defensa y marchar así hacia la insurrección a un plazo no muy largo. A lo largo
de este proceso, hemos de combinar la lucha legal e ilegal; la lucha en las ciudades y en el campo; el movimiento obrero y el movimiento campesino; las formas abiertas y secretas de organización y acción; la lucha reivindicativa y las organizaciones amplias de masas, con la lucha política y las organizaciones avanzadas, particularmente con la construcción sistemática de nuestro Partido y la J.C., en especial entre los obreros industriales, el proletariado agropecuario, los campesinos y las capas medias urbanas, en este orden de prioridad.

Todo nuestro trabajo debe avanzar sorteando el peligro del aventurerismo izquierdista, y el degradante inmovilismo del oportunismo de derecha, para lo cual debe impulsarse una lucha ideológica sistemática contra las diversas manifestaciones de estas tendencias pequeño-burguesas y burguesas.

Si se produjera a corto plazo una apertura democrática, la realización de muchas de esta tareas sufriría modificación o posposición, pero no cancelación. Tal es el caso de la combinación de la lucha política y armada o de la insurrección. La determinación del enemigo principal más peligroso, el carácter del frente único, etc., sufrirían también modificaciones.

En esas mismas reuniones la C. P. elaboró medidas políticas, organizativas y de propaganda, llamadas a constituirse en el eslabón capaz de asegurar el cumplimiento de nuestra táctica. en el momento actual y también de sentar premisas para el sucesivo avance hacía la aplicación de nuestra línea frente al fascismo
o n las condiciones de una apertura democrática. La pauta acordada apunta a la organización de grupos de acción popular (GAP) alrededor de las células del Partido y la J.C., dirigidos en las instancias inmediatas por ellas y al trabajo por su consolidación y desarrollo como organismos revolucionarios. En los GAP deben incorporarse los mejores elementos provenientes de las masas sin partido, que se destacaron junto a nosotros durante la jornada electoral, durante la huelga política y demás combates posteriores a las elecciones. La organización de los GAP nos permitirá recoger la gran cosecha de elementos conscientes y combativos, espigados y seleccionados por la lucha entre los obreros, los trabajadores agrícolas, los campesinos, los estudiantes y jóvenes en general, los maestros, las mujeres, etc. Debemos recoger con esmero esta cosecha resultado de nuestra siembra por años, apoyarnos en ella para extender la fuerza organizada de la revolución y elevar su calidad, desarrollar al. Partido y la J.C., promover su papel de vanguardia, asegurar la aplicación de su correcta línea.

Los GAP podrán consolidarse si escogemos bien a quienes serán sus miembros y los dirigimos a realizar sistemáticamente tareas que permitan estabilizarlos, educarlos y desarrollarlos. La C. P. ha determinado que debemos reclutar para integrar los GAP a los elementos más concientes, más valientes y firmes, con mayor capacidad de iniciativa, sacrificio y disciplina, demostradas en la práctica. La primera promoción de los GAP debe ser de la mejor calidad, para asegurar que ellos puedan asimilar rápidamente su formación como militantes de vanguardia y ayudarnos a educar bien a las promociones siguientes. La C. P. determinó asimismo, las tres tareas principales en torno de las cuales debemos consolidar y desarrollar a los GAP:

a) su formación teórica y adiestramiento práctico como organismos de auto-defensa, y como organismo de apoyo para preparar la insurrección y promoverla, llegado el caso;
b) la realización con ellos de las tareas de agitación, propaganda y construcción de las fuerzas políticas de masas; y
c) La educación política de sus miembros en la línea de nuestro Partido y sucesivamente en el conocimiento de los fundamentos del marxismo-leninismo.

Entre las tareas de propaganda, la C. P. acordó publicar un periódico ilegal e impulsar a los organismos intermedios del Partido, a la J.C. y a todas la
organizaciones de masas a realizar su propia propaganda. Es necesario comprender que durante los meses pasados tuvimos canales de comunicación y vínculos muy variados y efectivos con las masas: utilizábamos la radio y la T. V., los campos pagados en los diarios burgueses, publicábamos nuestro propio periódico legal, usábamos intensamente la tribuna pública, realizábamos miles de visitas de nuestros activistas casa a casa, hacíamos “perifoneos” y distribuíamos hojas volantes, organizábamos presentaciones artísticas, charlas políticas, “mesas redondas”, etc., etc. Bruscamente se cortó casi todo esto por la represión iniciada el 28 de febrero y apenas hemos mantenido la comunicación con las masas por medio de volantes y pintas, en número aún insuficiente, en momentos que ellas demandan orientación e información, respuestas a innumerables preguntas y dudas, pautas para continuar luchando.

Aunque son muy pocos, hay quienes alegan que “ya no se necesita repartir papelitos, pues eso quedó atrás y está superado”, etc. Los que así opinan simplemente no saben lo que dicen; llevados por su deseo de combatir creen que les estorban las tareas de agitación y propaganda y, con buena intención, abogan por cometer el grave error de silenciarlas. Debemos ser pacientes con ellos y persuadirlos de que están equivocados, a pesar de sus magnificas intenciones, pero al mismo tiempo, hemos de ser firmes en impulsar sin contratiempos una grande y multifacetíca acción propagandística, capaz de abrirnos el mayor número y variedad de canales de comunicación con las masas que la condiciones permitan; debemos escuchar las inquietudes, interrogantes y opiniones de las masas y realizar una esmerada labor orientadora entre ellas, con el fin de unificar de nuevo su pensamiento político momentáneamente disperso, lo más pronto que sea posible, porque esta es condición indispensable para organizar una acción política realmente de masas, es decir, realmente eficaz.

Para cumplir bien estas tareas organizativas y de propaganda, los organismos intermedios del Partido y la J.C., deben recibir atención esmerada de los organismos nacionales, a fin de que ellos a su vez se esmeren en atender y ayudar a las células; debemos incorporar a todo el Partido y la J.C. a la elaboración de la línea, ganarlos para su total comprensión y aplicación y, sobre esta base, elevar su disciplina conciente a grados superiores, lo más pronto posible. A este último respecto, será necesario proceder por las mismas células, organismos intermedios y de dirección nacional a depurar las filas del Partido y la J.C., de elementos inestables, vacilantes, indisciplinados, haraganes y cobardes, teniendo en cuenta su conducta durante toda la jornada de la lucha reciente, pero en especial durante los combates posteriores a las elecciones.

La C. P. llamó la atención hacia la necesidad de hacer penetrar el trabajo y la organización de nuestro Partido y la J.C. profundamente en la clase obrera industrial y en las masas trabajadoras del campo, como condición indispensable para asegurar la dirección del movimiento revolucionario por la clase obrera y su Partido, es decir, su vanguardialidad. En este sentido, la C. P. recomendó
prestar atención especial a los destacamentos obreros y de trabajadores en general, que tuvieron participación en la huelga progresiva y demás combates de esos días, así como también a los destacamentos del proletariado agrícola y los campesinos que se incorporaron a la lucha en defensa de la voluntad popular burlada por el fraude electoral. Apoyándonos en el trabajo con tales sectores de
las masas trabajadoras de la ciudad y el campo, habremos de concebir y aplicar planes extensos y audaces para penetrar profundamente en el campo y la clase
obrera urbana; desarrollar a nuestro Partido y J.C., construir la alianza revolucionaria obrero-campesina, conquistar la unidad del movimiento obrero.

La C. P. puso de relieve que contra el fascismo podemos y debemos unir a las amplias fuerzas. La tarea de la construcción del frente anti—fascieta tiene ini portancia estratégica y es urgente.
La C.P. destacó la importancia que hoy tiene la lucha en defensa de loe de— rschos humanos, de las libertades y derechos sindicales y sociales en general, d, todas las libertados y ¿çarantías democráticas. Esta orientación debe empren d;ree partiendo do la lucha por la libertad de los presos políticos, el cese — d, las masacres, de lo “desaparecimientos”, de la tortura, el cese de los de 1ídos masivo3 y de las maniobras anti—sindicalee de patronos y gobierno, la re c:)nquif3ta de la autonomía universitaria, etc.
Esta lucha no sólo tiene, importancia para la defensa de lo cuadros,de los- activistas y de las organizaciones populares, sino también, tiene importanciapara promover la solidaridad internacional, facilitar la construcción del fren te anti—faocista, favorecer la unidad de acción de las fuerzas de izquierda,la unidad de acción del movimiento sindical y del movimiento de las masas del caen po, promover la unificación del pensamiento político dol pueblo y el odio contra los fascistas.
Aprobado por la Comisión Política del
Partido Comunista de E]. Salvador
1 de abril de 1977.

CEM publica Documento del CC del PCS de abril de 1977

SAN SALVADOR, 7 de julio de 2009 (SIEP) “El 28 de febrero fue un parteaguas en la historia política salvadoreña, tanto para la derecha como para la izquierda…” expresó el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Para los sectores populares representó la experiencia colectiva del cierre de los espacios legales de expresión de la voluntad popular, y la justificación plena del uso de la lucha armada para derrocar a la dictadura militar…” añadió.

“El agotamiento de la vía electoral como camino para acceder al gobierno quedo claramente demostrado par amplias masas de la población que hicieron su experiencia política y experimentaron le burdo fraude cometido por los militares y la oligarquía…”

“Personalmente viví esto en Sonsonate, desde el comando departamental de la UNO, de como la dictadura no permitió que nuestros vigilantes electorales ingresaran a los centros de votación. Presencie la frustración y el deseo de luchar de centenares de jóvenes y pueblo en general…”

“Es a partir de esta experiencia del 77 que el PCS habla de insurrección popular y se crean las condiciones para el viraje a la lucha armada que es ratificado luego en el VII Congreso de marzo de 1979, y que permitió acercarse y unificarse con las otras cuatro formaciones de izquierda, las FPL, el ERP, las RN y el PRTC, que ya navegaban en estas aguas de la rebeldía armada .”

“Este es un documento clave del PCS ya que refleja precisamente ese momento de viraje en el pensamiento político de los comunistas salvadoreños, que los llevó posteriormente a crear las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL, y al nacimiento primero de la DRU y luego del FMLN en octubre de 1980.”

Sobre los Comentarios de Joaquín Villalobos.

Sobre los Comentarios de Joaquín Villalobos. (Primera parte)

Hay que reconocer que Joaquín Villalobos es uno de los comentaristas más inteligentes, formados e ingeniosos con que cuenta la derecha salvadoreña. Hasta hoy no he leído en ningún medio de comunicación alternativo un comentario o análisis que refute seriamente sus argumentos. Todo lo leído son ataques personales, acusándolo que es vendido a la derecha, se le acusa de traidor, de acomodado, etc. Es decir, se recurre a combatir la persona ante la incapacidad de combatir sus ideas.

Nos dicen que como Villalobos es traidor, vendido y asesino de Roque Dalton, entonces, todo lo que dice es mentira, sin refutar las ideas. La calidad moral o intelectual, así como la hoja de vida del que hace un comentario tiene incidencia en el lector, pero también es importante sopesar los argumentos que expone y no solo ver el lado personal.

Joaquín Villalobos ha comenzado a escribir una serie de comentarios en El Diario de Hoy donde intenta demostrar que si votamos por Funes en realidad votaremos por el FMLN. Que el FMLN es el partido de izquierda más radical de América Latina, incluso a la izquierda de Hugo Chávez. Por tanto, el país corre un grave riesgo si llegara al gobierno. Para Joaquín votar por el FMLN es tirar al país al despeñadero. Especialmente en estos momentos de crisis económica mundial. Además un gobierno del FMLN podría ser un grave riesgo para la seguridad de los EUA.

Para comenzar un pequeño detallito. En El Salvador se vota por partidos y no por personas (desgraciadamente). Por ello técnicamente la premisa que “el que vota por Funes vota por el FMLN” es falsa. La cosa es al revés “el que vota en la presidencial por el FMLN, vota por Funes”. Si Joaquín tiene alguna duda de lo anterior le puedo proporcionar un ejemplar de la Constitución de La República y un Código Electoral.

Pero entrando al fondo de su argumentación:

Considero que un problema del FMLN es que el sector moderado, representado por los principales dirigentes del ERP y RN, que estaban destinados a buscar la moderación de ese partido y su modernización simplemente lo abandonaron y dejaron el partido en manos de los que Joaquín califica como ortodoxos. Ese fue el primer error que han cometido los que en diferentes momentos se han salido del FMLN, simplemente se fueron para evitar dar la pelea interna y dejaron el partido en manos de sus adversarios.

Además cometieron un segundo error. Por diversas razones estos grupos que se salieron del FMLN y que conformaron diferentes expresiones políticas, no fueron capaces de construir opciones de izquierda democrática, pues con rapidez se plegaron a los intereses de la derecha y se volvieron funcionales a esta. Por tanto el FMLN nunca tuvo que enfrentar una verdadera competencia de expresiones políticas organizadas de izquierda democrática provenientes de estos sectores que abandonaban sus filas.

Es decir, que de ser cierto el argumento de que el FMLN es el partido político más radical de América Latina, también es necesario señalar la responsabilidad histórica de los que lo abandonaron para no dar la pelea por su moderación. En este listado debe incluirse a Joaquín Villalobos.

Pero es necesario señalar que en El Salvador tenemos uno de los sectores oligárquicos más retrógrados de América latina. Por ello somos uno de los países más atrasados políticamente en la sub región. Esta derecha con visión social y económica cavernaria ortodoxa, con pensamiento anterior a las reformas liberales del siglo XIX, es la que nos ha gobernado a lo largo de nuestra historia. En los últimos veinte años lo ha hecho a través del instrumento político llamado ARENA, pero los orígenes de su control sobre el Estado salvadoreño datan de muchos años atrás. Este sector derechista dominante no tiene cultura de negociación. Esto lo reconoce el mismo Joaquín cuando comenta como les fue de mal cuando firmaron el pacto de San Andrés, que según su tesis, fracasó pues el gobierno no cumplió lo pactado, como consecuencia el Partido Demócrata pagó los platos rotos por esa firma en las siguientes elecciones.

Por ello no se puede acusar tan fácilmente al FMLN de ser un partido radical que no negocia, pues en realidad hay una contraparte que no tiene cultura de negociación. En todo caso habría que señalar que los dos partidos no tienen historial reciente de acuerdos, que ambos son incapaces de llegar a acuerdos. No podemos cargar la responsabilidad únicamente del lado del FMLN. Si somos objetivos tenemos que acusar a ambos. Incluso deberíamos de cargar mayor responsabilidad en el gobierno pues es quien tiene, a través del Estado, instrumentos para la solución de conflictos utilizando procesos de negociación.

La polarización de la política salvadoreña, ha llevado los partidos que se encuentran en los extremos del espectro, a posiciones que son mutuamente excluyentes. Esto es negativo para el conjunto de la sociedad, por ello no podemos cargar la responsabilidad en uno solo de los polos.

Los argumentos del temor ante una victoria electoral de la izquierda comunista han sido esgrimidos por la derecha a lo largo de la historia electoral moderna. En los años setenta, del milenio pasado, cuándo surgió la Unión Nacional Opositora (UNO) se esgrimió este mismo argumento contra el entonces candidato presidencial José Napoleón Duarte, que fue acusado de comunista. Durante la guerra que sufrimos en los años ochenta todas las organizaciones del FMLN y sus dirigentes fueron acusados de comunistas y terroristas, incluyendo a Joaquín Villalobos. En las elecciones presidenciales de 1994, cuando el FMLN participó por primera vez, el mismo argumento fue utilizado a pesar de que Joaquín Villalobos y otros que luego abandonaron esa institución eran dirigentes del partido FMLN.

Es por ello, que este argumento tiene escasa credibilidad, pues se ha convertido en un recurso psicológico que al volverse recurrente, ha perdido su efectividad para ganar elecciones a base del miedo. Basta recordar la famosa frase de la fábula “Hay Viene el Lobo”. Además en estos momentos de recesión económica mundial, el debate político serio y de fondo es entre un capitalismo voraz que nos ha llevado al abismo como consecuencia de la mal entendida libertad económica, por una parte, y por otra, la necesidad de regular los mercados fortaleciendo el papel del Estado para intervenir en la economía. No tiene sentido el debate entre comunismo y capitalismo.

Por otra parte, es necesario preguntarnos ¿Qué tan radical es en realidad el FMLN? Para empezar quiero señalar que la palabra radical es usada en un sentido diferente en el debate político. Ser radical es llegar a la raíz de los problemas, los hechos y en general los fenómenos sociales. Por tanto la radicalidad en el plano teórico debería ser una característica fundamental del pensamiento científico, que busca encontrar el origen y la explicación de los fenómenos de la naturaleza y la sociedad. Pero en el léxico político la palabra radical es sinónimo de extremismo. Por ello vale la pena reformular la pregunta ¿Qué tan extremista es en realidad el FMLN?

Por otra parte, es necesario preguntarnos ¿Qué tan radical es en realidad el FMLN? Para empezar quiero señalar que la palabra radical es usada en un sentido diferente en el debate político. Ser radical es llegar a la raíz de los problemas, los hechos y en general los fenómenos sociales. Por tanto la radicalidad en el plano teórico debería ser una característica fundamental del pensamiento científico, que busca encontrar el origen y la explicación de los fenómenos de la naturaleza y la sociedad. Pero en el léxico político la palabra radical es sinónimo de extremismo. Por ello vale la pena reformular la pregunta ¿Qué tan extremista es en realidad el FMLN?

Contestar esta pregunta con objetividad no es fácil, pues si bien en el FMLN hay claras expresiones de posiciones extremistas (En el plano teórico se pueden encontrar en sus estatutos y varios documentos oficiales), es necesario tomar en cuenta los siguientes factores. En primer lugar, las posiciones similares de extremismo político de su contraparte de derecha. Por lo cual ambos partidos terminan auto alimentándose en posiciones extremas.

Por otra parte hay muchas posiciones políticas del FMLN que no pueden ser consideradas de extremas. Por el contrario en algunos casos refuerzan posiciones reformistas. Pero estas son deformadas por los medios de comunicación y por un debate estéril y polarizado con una derecha cavernaria. El extremismo con que la derecha aborda el tema del aborto es un claro ejemplo y la actitud de los diputados del FMLN de firmar el documento antiaborto de la Iglesia Católica Hondureña, es un ejemplo de posición moderada.

El problema real del FMLN no es el extremismo político, mas bien pareciera ser la incoherencia política que expresa en muchos temas importantes de la vida nacional. Incoherencia que la derecha explota al máximo cuando se expresa en las contradicciones entre las posiciones del partido y las declaraciones del candidato Mauricio Funes.

Incoherencia que se manifiesta cuando contrastamos los documentos del FMLN con su praxis política. Incoherencia ante diversos temas de la coyuntura nacional, como el caso de las reformas al sector salud, que su actitud de oposición total los llevó a posiciones que pueden considerarse a la derecha de la misma ARENA.

El otro argumento de Villalobos está vinculado a la relación con los EUA.

Las elecciones presidenciales en EUA han provocado un importante viraje en la política norteamericana. El triunfo de Barack Obama ha generado muchas expectativas. Hay en la población norteamericana un deseo de cambio como consecuencia que han comenzado a sufrir los impactos económicos de la crisis mundial, que su mismo sistema de vida ha ocasionado.

Esta situación rompe los esquemas tradicionales con los que la derecha salvadoreña y su partido habían venido operando.

La derecha salvadoreña se queda sin argumentos ante la derrota de su aliado, el Partido Republicano; mientras que para la izquierda, se crea la ilusión de que Obama y los Demócratas les serán más favorables. Ambos elementos no son realmente ciertos, pero por la forma en que habían venido manejando la propaganda de medios, especialmente la derecha, esto es lo que queda grabado en el imaginario popular. Con la Derrota de Mc. Cain, ARENA cae en su propia trampa.

Pero tampoco las cosas son tan fáciles o sencillas para el FMLN. Creer que Obama hará un gobierno favorable al FMLN es un grave error. Los demócratas son tan anticomunistas como los republicanos. Hay demócratas de derecha que son más conservadores que ciertos republicanos más liberales.

Para el Presidente electo de los EUA el tema central y casi único es la crisis económica, la perdida de millones de empleos, el gran hoyo financiero que todavía no logran tapar, la caída del consumo que es la base que ha mantenido la economía norteamericana. Enfrentar esto es una tarea gigantesca que amerita que le dedique todo su tiempo y el de su futuro gabinete.

En el campo internacional lo más importante para Obama es la relación con Europa, con las potencias de oriente y Asia, con los países productores de petróleo. Allí esta parte de la clave para resolver la grave crisis económica mundial. Me atrevería a decir que hasta las guerras de Irak y Afganistán pasarán momentáneamente a segundo plano.

Para el nuevo gobierno norteamericano lo fundamental es salir de atolladero económico. Estas serán las grandes prioridades donde centrarán su atención, al menos, en los primeros dos años de su mandato. Si Obama, no saca a los EUA de la crisis, no tiene ninguna posibilidad de reelección dentro de cuatro años. Y de esta crisis no salen solos, tienen que salir junto con todos los países desarrollados y los de desarrollo medio.

En este contexto, el tema del terrorismo como factor central de la política estadounidense pierde peso. No significa que lo harán de lado, siempre será un elemento importante, Estados Unidos no puede dejar de lado el punto de su seguridad. Las relaciones con Irán se complican, ataques terroristas en distintos lugares del mundo les recuerdan que el tema está allí latente y presente. Pero ya no será el eje central de la política como lo fue con el actual Presidente Bush.

Lo mejor que podemos hacer es reconocer con humildad nuestra mísera posición como país. No tenemos ninguna importancia para los Estados Unidos, ni como aliados, ni como potencial enemigo por anidar terroristas. No somos importantes como aliados por nuestra insignificancia como país. Por otra parte, nadie se cree la historia de que por la relación del FMLN con las FARC, vendrán terroristas islámicos a poner bases para atacar los EUA. Los gringos tienen monitoreado cada kilómetro cuadrado de El Salvador, no nos olvidemos que tienen una base aérea para el control del narcotráfico que opera en nuestro país.

El nuevo gobierno salvadoreño que tomará posesión de junio, sea de ARENA o del FMLN, tiene la oportunidad de replantearse las relaciones con los EUA. El primer paso debería de ser es establecimiento de una política basada en el reconocimiento del bipartidismo en EUA. De reconocer que las relaciones con esta gran potencia no pueden estar basadas en la amistad con un partido político. Este fue un gran error de Napoleón Duarte (¿se recuerdan del beso a la bandera?) en sus relaciones con los EUA, que lo siguieron cometiendo los gobiernos areneros.

El otro gran norte de nuestra relación con los EUA debe ser la defensa de nuestros emigrantes. Obtener condiciones de dignidad para que puedan trabajar es fundamental. Nuestros hermanos lejanos pueden contribuir con su trabajo y su esfuerzo al desarrollo de ambos países. Estos beneficios deben ser parte de acuerdos institucionales y serios entre ambas naciones. Debe abandonarse la idea que se consiguen porque el Presidente salvadoreño (sea del signo que sea) es amigo del Presidente gringo.

Los salvadoreños deberíamos exigir a ambos candidatos que nos expliquen esto. No estar hablando de terrorismos trasnochados o de que por la llegada de un negrito demócrata, entonces será chero del otro candidato.

Ayutuxtepeque, lunes, 08 de diciembre de 2008

Discurso pronunciado por Joaquín Villalobos en 1er. Congreso del ERP ( junio de 1993)

DISCURSO PRONUNCIADO POR JOAQUIN VILLALOBOS EN ACTO DE CIERRE DEL PRIMER CONGRESO DEL PRS-ERP (20 DE JUNIO DE 1993)

Por más de 60 años existió en nuestro país una clara dictadura militar bajo la trilogía Ejército, Partido y Estado. Esta constituía el instrumento de poder político de una economía monopolizada por un pequeño grupo de familias.

Estábamos frente a un esquema totalitario, sólo que en vez de ser estatal como el de Europa del Este, era de empresa privada. Este sistema, al amparo de la guerra fría era apoyado por los Estados Unidos y presentado como democracia y libre competencia. Así, a nombre de la democracia se cometieron horrendos crímenes, fraudes electorales, y golpes de Estado. A nombre de la libre competencia se concentró la riqueza a tal punto que el crecimiento económico en lugar de traer estabilidad engendró una larga y cruenta guerra civil.

Los jóvenes cristianos, campesinos y estudiantes encabezados por Lil Milagro Ramírez, Rafael Antonio Arce Zablah y Felipe Peña Mendoza, que hace 23 años tomamos las armas, no lo hicimos porque leímos unas páginas de marxismo, lo hicimos, porque nos indignó la miseria de los campesinos, que se matara a los opositores y que las elecciones sólo sirvieran para volver presidentes a coroneles y generales. Quisimos dejar registro de nuestra rebeldía, nos sentimos retados por la prepotencia de un sistema que nos quería poner de rodillas, dijimos basta y optamos por librar una lucha que más que darnos perspectiva de victoria nos daba la posibilidad de morir con honor.
Recuerdo a un Coronel, que siendo presidente de la República, en ocasión de un desfile estudiantil dijo la siguiente frase:
“y para que la gallarda expresión de estos jóvenes no se convierta en justificado reproche y rebeldía, ni un sólo paso atrás en la transformación agraria” días después por las presiones del gran capital esa transformación agraria era llevada atrás. Recuerdo también cuando Monseñor Romero meses antes de ser asesinado dijo: “es el momento de entregar los anillos para que no les corten los dedos.”

Quienes en la paranoia ideológica quieren explicar esta guerra echándole la culpa al marxismo y a la guerra fría no han aprendido la lección. Esta guerra pudo evitarse si hubieran hecho cambios en la tenencia de la tierra en los años 60, si los resultados electorales se hubieran respetado en 1972 y 1977, si en 1979 se hubiera cumplido plenamente la Proclama de la Juventud Militar de la Fuerza Armada, que fue la última oportunidad para evitar la guerra.

La democracia que ahora comenzamos a vivir no es patrimonio ideológico de nadie. Hay quienes preguntan si el FMLN de verdad cree en la democracia y en una economía de mercado y lo hacen para decidir si debe o no aceptarse al FMLN. Pues bien, el FMLN nunca ha sido gobierno y no se le puede juzgar y condenar por sus buenos o malos pensamientos, todos los cambios democráticos que hoy comenzarnos a vivir los propuso y defendió el FMLN. Aquí quienes tienen que probar que en verdad son demócratas, son la Fuerza Armada y el gran capital, porque ellos han tenido el poder.

Independientemente de que reconocemos y señalamos como una grave falta el arsenal encontrado en Nicaragua, no es correcto que ahora se le convierta en un escándalo que esta pasando de los limites tolerables y buscando arrinconar y afectar la legalidad del FMLN. No estamos para nada de acuerdo con cualquiera que pretenda regresar a la guerra, pero nos indigna ver a quienes encubrieron matanzas, avalaron y ejecutaron fraudes, asesinaron sacerdotes y vivieron de la corrupción, presentarse ofendidos porque todavía hay quienes en el FMLN desconfían de la irreversibilidad de los Acuerdos, y a esa desconfianza responden pidiendo la cabeza del FMLN.

Respondan con verdad estas preguntas: ¿Ya no van a intentar matar a opositores?, ¿ya no habrá más impunidad?, ¿de verdad dejarán funcionar a la Policía Nacional Civil y se quedará el Ejército en los cuarteles?, ¿ya no van a reprimir a balazos las manifestaciones? ¿De verdad no van a perseguir e intimidar a nuestros simpatizantes?. ¿Le dejarán la tierra a los campesinos?
Esta bien cobrarle políticamente al FMLN sus errores, pero no se debe convertir esto en revancha y provocación.

Si resultaba imposible creer que el arsenal de Managua estaba desvinculado de responsabilidades a nivel de dirección de una de las organizaciones del FMLN, resulta igualmente imposible creer que el hallazgo de dos mil millones de colones en cocaína en la ciudad capital está desvinculado de personajes con poder en el Gobierno, la seguridad pública o las Fuerzas Armadas. Los escandalosos desembarcos aéreos en el Tamarindo con muchas decenas de hombres armados y numerosos vehículos son tan graves como los supuestos grupos de realzados.

La lucha armada no tiene ya ningún sentido. La guerra es un capítulo cerrado para siempre. Nuestra opción ahora es la lucha pacífica y el respeto al estado de derecho. Pero para que nuestros hijos disfruten de una paz firme, los Acuerdos de Chapultepec deben cumplirse plenamente.

Hemos comenzado a caminar en la democracia y el ERP le apuesta resueltamente a la paz, a la reconciliación y a la renovación del pensamiento y daremos pasos serios para fortalecer la confianza en el proceso. Por eso también cambiamos nuestro nombre y nuestra consigna, ya no somos Ejército Revolucionario del Pueblo, ahora somos Expresión Renovadora del Pueblo.

Pero, hablando de desconfianzas queremos preguntarle al Partido Arena si piensan cambiar su himno o seguirán cantando que El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán. Nosotros no queremos que El Salvador sea la tumba de nadie por sus ideas políticas. Eso no debe volver a ocurrir jamás.

Ha comenzado la tarea de hacer la patria donde podamos vivir todos. Donde gobierne quien gobierne todos nos sintamos tranquilos.

Por ello creemos que en las elecciones del 94 deben ser derrotados los que no quieren los Acuerdos de Chapultepec, los que no quieren la concertación. Eso es victoria, eso es continuar avanzando.

El Acuerdo de Chapultepec es el programa histórico de la nación y debe ser consolidado. Por décadas nuestro país ha estado polarizado. Está perfectamente claro que los esquemas excluyentes, autoritarios civiles o militares, de izquierda o de derecha han fracasado. Deben entonces sentarse las bases de un sistema político nacional donde puedan hacer sus ofertas las distintas corrientes políticas.

En esta etapa debe consolidarse la cultura democrática y lograr que los distintos sectores sociales y políticos aprendan a disentir, a pactar y a concertar. A manejarse como mayorías o minorías sin salirse de las reglas de juego, aprendiendo a gobernar y a ser oposición en democracia.

Todavía estamos en peligro de caer en la tentación del uso de la represión o la confrontación para supuestamente mejorar posiciones. Por ello es necesario un periodo de transición en el que aprendamos a usar el estado de derecho, la presión en el marco legal y en el que se gobierne con y no contra los adversarios. Sobre esta base se crearán las condiciones para la gobernabilidad del país por parte de cualquier tendencia.
Desde el punto de vista de los que estamos claramente por los intereses de los sectores populares y lo que podríamos llamar la nueva izquierda, el programa de Concertación Nacional es el fundamento necesario para volver posible un programa de opción preferencial por los pobres que es nuestro objetivo. Las reformas militar, policial, electoral, judicial y la plena vigencia de los derechos humanos son determinantes para que se respete el interés popular en el plano económico- social.

Debe respetarse la propiedad privada sea esta individual o asociativa de los trabajadores, asegurar el desarrollo de ambas y combatir el monopolio en cualquier campo económico. Igual debe respetarse el derecho de organización de los trabajadores y debe asumir el Estado la responsabilidad sobre lo social. Son estas las bases generales de un acuerdo para establecer un sistema económico nacional.

El problema principal en el Foro de Concertación Económico Social no es constitucional, sino la creencia en el sector empresarial de que liberar plenamente el derecho de organización de los trabajadores crearía anarquía y desestabilización. Lo que crea desestabilización es negar esos derechos.

A los campesinos se les prohibió organizar sindicatos y no hicieron sindicatos, pero hicieron un ejército guerrillero que disolvió la Guardia Nacional y tomó la tierra.

Liberar el derecho de organización es comprometer a los trabajadores en las decisiones, es darles responsabilidad y abrirnos a un funcionamiento ordenado de la sociedad. El uso paciente de la tolerancia y la negociación terminarán volviendo inofensivas las posiciones extremistas.

Estamos por el socialismo democrático. No somos un partido marxista leninista y rechazamos toda idea dogmática que pretenda enmarcar nuestra revolución en esquemas que fueron derrotados por la historia. El interés popular y nuestra realidad nacional está por encima de cualquier doctrina, las teorías son sólo instrumentos de análisis y no bandera política.

Creemos en la revolución basada en la preeminencia de la sociedad civil, en la democratización efectiva del Estado y en el fortalecimiento económico de la propiedad social, dentro de un esquema que acepte el mercado como principio de funcionamiento de la economía.

Luchamos por la justicia social, la equidad y el fin de la pobreza, pero no por el igualitarismo, que niega al individuo como objetivo principal de la revolución y el cambio. Aceptamos la existencia de diferencias sociales pero no aceptamos la injusticia ni la indiferencia frente a la miseria.

Tenemos ahora el enorme reto de pasar de guerreros a productores, porque en ello descansa nuestro futuro como fuerza y proyecto político de opción preferencial por los pobres.
Así como en los años 70 la tarea más revolucionaria y de más alta consecuencia fue tomar las armas. Ahora la tarea más revolucionaria es liderar la producción, alcanzar eficiencia y competitividad. Toda la lucha serían años perdidos si no logramos fortaleza económica siendo eficientes productores.

De la política no se vive, la política es para servir y no para servirse de ella. La fuerza política depende del poder económico. Ser guerreros era más duro, más cruento, pero ser productores será más difícil. Alguien dijo en una ocasión que para los revolucionarios a veces era más fácil derramar sangre que derramar sudor.

Nos toca probar que podemos hacer producir las tierras mejor que los antiguos propietarios. Las metas son tener el Banco de los pobres, sistemas de comercialización y elevar nuestra capacidad productiva. Somos la energía que hará posible las nuevas utopías del poder económico popular. Vamos a probar que las relaciones de solidaridad, asociación, cooperación de los trabajadores, son capaces en el contexto del mercado, de crear riqueza para este país y resolver la pobreza.

Instamos a nuestros ex-combatientes a luchar por su real inserción económica y contribuir a contrarrestar toda actividad delincuencial El PRS-ERP no aceptará en sus filas a los que justificándose en problemas políticos o de reinserción usen las armas y realicen actividades delictivas.

Debemos felicitar a los compañeros que no están entre nosotros, porque asumieron el duro compromiso de integrarse a la Policía Nacional Civil y son ellos la garantía para lograr la neutralidad y profesionalización de ésta. La PNC no debe ser controlada ni por la izquierda, ni por la derecha, ni por nadie. Compañeros: Ustedes, junto a los ex-policías nacionales y los nuevos incorporados, son los guardianes de la democracia y los futuros protectores de la felicidad de este pueblo.

Los retos que tenemos planteados son enormes, se impone superar lo tradicional, pasar de la protesta a la propuesta, pasar de ser grupo de presión a ser grupo de poder que participa en las decisiones. Esto implica superar el más grande mal que tenemos como izquierda y es nuestra tendencia a caer en lo contestatario, a perder la objetividad y ser opositores por principio.

Debemos decir que hay entre nosotros casos casi patológicos que piensan que luchar es estar en contra de los que están en contra, en contra de los que están a favor y en contra de cualquier otra posición posible. Esa cultura contestataria debe terminar, somos un sector con responsabilidades serias de cara al futuro de este país y debemos aprender a pactar, a proponer, a definir prioridades y a correr riesgos. Debemos capacitamos y prepararnos para gobernar.

La energía de presión debe ser ahora energía propositiva. Debemos ser pragmáticos, el pragmatismo hace avanzar y constituye la defensa inteligente de los principios. El principismo tranquiliza la conciencia de minorías radicales, pero sacrifica los intereses de mayorías que lo que quieren son resultados concretos. Las batallas por el todo o nada son batallas perdidas y nosotros no hemos sido ni queremos ser perdedores.

Algunos en el debate ideológico dentro de la izquierda pretendiendo ofendernos han dicho que el ERP es la derecha del FMLN. Queremos darles las gracias por ese elogio, porque esto implica que somos la fuerza de la moderación, la flexibilidad y el criterio amplio y no el sectarismo ni el radicalismo de la extrema. Seguiremos en ese camino, preferimos correr el riesgo de equivocarnos probando nuevas ideas que seguir por los caminos que ya está claro que son equivocados.

No nos ha dado pena reconocer los errores, decir la verdad, ni plantear ideas nuevas. Corno dijo el Che: Ser aventureros de los que exponen el pellejo para probar sus verdades y si antes para probar verdades le pusimos el pellejo a los balazos, ahora le ponemos el pellejo a la crítica contestataria, al radicalismo sin sentido y a las campañas de difamación nacionales e internacionales.

Nos sentimos orgullosos de ser EXPRESION RENOVADORA DEL PUEBLO. El ERP ha establecido que se está refundando para abrirse a la nueva militancia.

No queremos ser grupo cerrado basado en méritos históricos, reconocemos con humildad que necesitamos otras capacidades para los nuevos retos. Hemos electo
toda nuestra Dirección mediante voto directo y secreto, hemos establecido el derecho de constituir tendencias y medidas que eviten los cargos vitalicios y la conformación de argollas. Esperamos contribuir con esto a desarrollar el proceso de democratización en el movimiento gremial, social y en todas las fuerzas políticas.

El Partido de la Revolución Salvadoreña- Expresión Renovadora del Pueblo PRS-ERP, miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional – FMLN llama a trabajadores, campesinos profesionales, empresarios grandes y pequeños, miembros en las Fuerzas Armadas a ser parte de la corriente renovadora y del cambio.

Necesitamos nueva mentalidad y nuevos militantes, nuestras puertas están abiertas, queremos ser un partido de amplia composición social.

La Dirección histórica del ERP fiel a nuestra línea de reconocer los errores quiere aprovechar este momento para asumir la responsabilidad por los graves sucesos que en Mayo de 1975 terminaron en la injusta y dolorosa pérdida de los revolucionarios Roque Dalton y Pancho.

Anunciarnos que estamos trabajando por la localización de los restos y que presentaremos un informe del caso en el que daremos a conocer los hechos de ese momento y recogeremos el aporte de Roque, fundador de la corriente renovadora y revolucionado consecuente, que siendo fiel a la frase de Farabundo Martí cuando no pudo seguir escribiendo la historia con la pluma no vaciló en escribirla con el fusil.
Estamos consientes de ese error, fruto del dogmatismo, del radicalismo infantil de los primeros años, pero querernos decir que Roque nos dejó una dura lección y nunca más volvimos a equivocarnos en ese terreno. Por eso no caímos en el camino de la guerra sucia, aprendimos a reconocer errores, a decir la verdad y a no combatir como enemigos a los que sustentaban diferentes posiciones políticas dentro de nuestras filas.

Queremos pedir disculpas públicas a nuestros hermanos de la Resistencia Nacional y darles la razón en el irracional debate en que entramos en 1975. La culpa fue nuestra. Esperamos este paso sirva para acercar más a nuestras organizaciones y fortalecer mucho más la unidad del FMLN.

Estamos empezando a construir un nuevo país, falta mucho por hacer, hay enemigos del proceso que lo quieren revertir. Hay que cuidar este proceso, hay que seguir luchando, pero no podemos negar que hemos avanzado y para que esto sea posible, ha sido necesaria presión y lucha, pero debemos reconocer que también hay sectores dentro del Gobierno, la Fuerza Armada y la empresa privada que están porque continúen los cambios.

Les reconocemos el esfuerzo y los instamos a continuar en ese camino, vamos a seguir poniendo nuestra parte para evitar el retroceso y hacer un nuevo El Salvador.
Hay quienes piensan que el FMLN se va a dividir porque nos oyen hablar distinto y tener contradicciones, la contradicción es la madre del desarrollo y las ideas nuevas, y la unidad es la base de la fuerza y del poder. En el FMLN está en discusión la línea, la fórmula electoral, el programa, pero la unidad no está en discusión.

El PRS-ERP aceptará y apoyará resueltamente la fórmula electoral que unidos aceptemos llevar adelante. El Salvador no estaría cambiando sin el amplio concurso de
la comunidad internacional encabezado por Naciones Unidas.

A todos los pueblos que nos apoyaron les damos las gracias. Gracias México, gracias Europa, gracias América Latina, gracias Nicaragua y gracias a los pueblos de Cuba y Estados Unidos.

Sobre estos dos últimos pueblos y gobiernos amigos deseamos que con el fin de la guerra fría se alcance la reconciliación y el restablecimiento normal de sus relaciones.

La Dirección Histórica del ERP está consciente de que todo lo que ahora somos, descansa sobre la sangre de los caídos y en el heroico y generoso esfuerzo de los ex-jefes, ex-oficiales, ex-combatientes de nuestro glorioso ejército que incluye a nuestros hermanos lisiados.

Por ello hemos dado una batalla cerrada por sus intereses para una inserción digna como primera meta, pero asumimos el compromiso como comandancia General que fuimos del Ejército Revolucionario del Pueblo de reconocer sus grados históricos y sus méritos de combate en las más importantes batallas, para que sus generaciones venideras se sientan orgullosas de contar en sus familias con un valiente ex-combatiente luchador por la democracia.

Trabajaremos para formar la Asociación de Ex-Combatientes del ERP, que tendrá como propósito asegurar se cumplan las reivindicaciones que la ley establece para las madres y huérfanos de los caídos, garantizar que no se pierda la memoria histórica y construir junto a todos los hermanos del FMLN el memorial de los caídos. Esta asociación debe tener su espacio permanente en nuestro partido.

El ERP agradece a la Cooperativa El Espino que nos prestó sus instalaciones para realizar la etapa final de nuestro Congreso y deseamos una resolución a su conflicto en la que se tenga en cuenta con igual prioridad el problema ecológico y los intereses de los campesinos cooperativistas que tan generosamente han sido el soporte principal de los intereses de todos, en este conflicto durante más de diez años.

La Dirección Histórica del ERP se propuso al terminar la guerra: Contribuir a garantizar los Acuerdos de Paz para impulsar la democracia en el país, asegurar los planes de reinserción de los ex-combatientes y democratizar a nuestro partido. En las tres cosas hemos avanzado sustancialmente. Los días duros terminaron, fundamos esta organización revolucionaria con un puñado de gentes que cabrían en un pequeño cuarto de una casa.

Hoy entregamos una fuerte organización política para que luche pacíficamente en un nuevo país, sin tener que decir vencer o morir. Lo que viene es menos duro, pero más difícil y complejo. Igual que hace algunos años en las montañas de Morazán los combatientes de la Brigada Rafael Arce Zablah rendían sus partes militares victoriosos, nosotros como Dirección Histórica damos ahora nuestro parte de la paz y decimos con orgullo: ¡Misión Cumplida!
Muchas gracias
San Salvador. 20 de junio de 1903
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CEM publica Documento Historico del ERP de junio de 1993

CEM PUBLICA DOCUMENTO HISTORICO DEL ERP DE 1993

SAN SALVADOR, 20 de agosto de 2009 (SIEP) “La conclusión de la Guerra Popular Revolucionaria y la firma de los Acuerdos de Paz de 1992, origino una nueva situación para las cinco organizaciones que se fundieron en el FMLN en octubre de 1980” opinó el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“La existencia de visiones diferentes sobre el rumbo del país y el papel del FMLN afloró a la superficie con fuerza, diferencias que se habían mantenido ocultas por la necesidad de enfrentar la estrategia contra-insurgente…” agregó.

“La dirección del Ejercito Revolucionario del Pueblo, ERP, y en particular su máximo dirigente, Joaquín Villalobos, se definió claramente por una visión social-demócrata y así lo expuso públicamente en este discurso programático.”

“Estas línea de pensamiento del ERP estuvo presente si no inicialmente, si por la mayor parte de su vida política y explica su pragmatismo y al final la derechización del pensamiento de su máximo líder, pero es importante conocerla ya que es parte de la historia del pensamiento político de la izquierda salvadoreña y por eso publicamos digitalmente este revelador discurso de Villalobos de junio de 1993” concluyó.

Muere Juan Osorio, miembro de ACJ de Ciudad Arce

SAN SALVADOR, 20 de julio de 2009 (SIEP) “Con mucha tristeza hemos conocido del fallecimiento del joven Juan Osorio, de 22 años, miembro de nuestra Asociación Cristiana de Jóvenes, ACJ, que murió atropellado por un conductor irresponsable” informó el Lic. Roberto Pineda, presidente de esta institución.

Agregó que “expresamos nuestro más sentido pésame a su familia, a sus amigos y amigas de nuestra filial en Ciudad Arce, así como exigimos que se haga justicia y que este caso no quede en la impunidad….”

Señaló que “Juan era un joven muy alegre, muy emprendedor, muy activo en nuestra Asociación y preocupado por los demás, como deben ser los jóvenes, identificado con el sufrimiento de nuestra gente…”

“Juan, nunca te olvidaremos, y tu recuerdo, tu sonrisa, tus participaciones, forman parte de la historia de nuestra asociación y estamos seguros que ya te encuentras en presencia de nuestro padre celestial…” concluyó.

Rebelión en el frente de guerra… Honduras, julio de 1969 Entrevista con Enrique Zepeda Peña

Rebelión en el frente de guerra…Honduras, julio de 1969 Entrevista con Enrique Zepeda Peña

SAN MARCOS, 23 de agosto de 2009 (SIEP) “Han pasado cuarenta años y me acuerdo como si fuera ayer…de la cara de sorpresa del coronel cuando le informaron que los de la brigada de reservistas se negaban a combatir, era en julio del 69 y estábamos cerca de Tegucigalpa…iban a fusilarnos…” nos relata Enrique Zepeda Peña, luchador social de esta localidad.

Fíjate que cuando estalló el conflicto, me llegaron a sacar de la casa, informándome que causaba alta en el ejercito…yo ya estaba organizado y consulte con el Partido y me orientaron que les siguiera la corriente, que me enlistara…

Y nos mandaron al frente de guerra, y ya estando allá, vimos como a los reservistas se nos quería mandar de punta de lanza y nos negamos a obedecer, alegando que el Código Militar establece que debíamos ir pero en la retaguardia…cuando preguntaron quien dirigía este motín las caras de mis compañeros se volvieron a mi persona y tuve que asumir…rebelde hasta en la guerra…

Miraba sus polainas y el porte prepotente del coronel. Me dijo con tono airado: ustedes son los culeritos que no quieren combatir…

Mis compañeros esperaban ver como reaccionaba, trague hondo, medite bien la respuesta, pensé como político y no como soldado, caliente le respondí:

Con todo respeto, Coronel: nosotros como reservistas de acuerdo al Código Militar tenemos el derecho de exigir que se nos coloque en la retaguardia…por una emergencia. Por lo tanto, exigimos que se nos respete este derecho…y también exigimos educación, alimento y vestido para nuestras familias…

¡Cállate! me grito y me pasó al frente y dijo: los que quieran irse a sus casas pueden hacerlo…en ese momento yo no sabía que ya se había declarado el alto al fuego. Estábamos cerca de Tegucigalpa y nos regresamos para San Miguel a pata, sin zapatos…yo les decía: no se vayan ahuevar…y llegamos a San Miguel, seguimos, conseguimos un ride hasta Cojutepeque, explicábamos que “somos reservistas, venimos del frente…”

Era un camión, nos sentamos en la cama y nos amarramos para no caernos, a mi me mandaron al frente con el motorista, el pueblo nos recibió como héroes, y el coronel de allí me buscó y me dijo: “ah! ¿así que tu eres el que dirigió la rebelión en el frente de batalla? mañana se les llevara a sus casas.”Era un militar ya mayor, como de unos 78 años. Nos dijo: los felicito, el pueblo es su casa.

Nos llevaron al cuartel…Estábamos descansando ya tranquilos, cuando tocaron a la puerta, era un patrullero. me señaló y dijo: este hijo de puta es! Otro dijo: -te vamos a hacer concejo de guerra por traición a la patria. Me llevaron y me amarraron a la entrada de la Comandancia, a la par de la Alcaldía, me zamparon una patada que me hizo ir a dar encima de un escritorio, del escritorio del Comandante, quede a unos centímetros de su rostro, me miro seriamente.

El patrullero que me llevaba le dijo: le doy parte mi coronel que este reservista se insubordino en el frente de batalla, lo que constituye traición. Entonces el Coronel me miró y me dijo: ¿así que te levantaste en contra del ejercito y del pueblo salvadoreño?

Le respondí: ¡Momento! El Código Militar es claro, los reservistas van a la retaguardia. esto es una injusticia. me dijo: te cae Corte marcial. No te vas a salvar, el nombre de tu mamá y papá…le dije: de mi papá Dagoberto Chávez Zepeda. Y la expresión le cambio, estaba sorprendido: ¡tu eres hijo del Chele…! mi papá le había salvado la vida en la rebelión del 44 y hoy devolvía el favor… a su hijo…

Así es la vida…¡tenías que ser hijo del Chele, del Zarco! me dijo y me abrazó…habían lagrimas en sus ojos, y le ordenó al secretario: ya no siga escribiendo y rompa esa hoja…Y llamó a dos guardias nacionales y me llevaron custodiado hasta mi casa en San Marcos, la gente se sorprendió que me llevaban escoltado…el apellido del Coronel era Jarquin.

Me acuerdo que ya antes de salir del país había arengado a mis compañeros reservistas: miren compañeros ¿por qué vamos ir a pelear al otro lado de la frontera contra hondureños, gente pobres igual que nosotros? Debemos de pelear pero por una causa justa, por educación para nuestros hijos, por salud, por empleos dignos…a la fuerza nos han traído. Bueno, ¡sobreviví la guerra con Honduras!

Dagoberto Chávez, de camisa blanca

Nos visitaban Raúl Padilla Vela y Domingo Santacruz
En el año 1962 recibimos la visita de Raúl Padilla Vela y de Domingo Santacruz, los llevó el Choco Fermín Zaldivar, que ya tenía contactos con el Partido… formamos un círculo de estudios y luego soy juramentado como militante del PCS junto con el Ratón Hidalgo, con Rafael Martínez “Diente Frío”, que fue conserje de la FUSS y lo desaparecieron; con Daniel Panameño…Mi primer seudónimo fue Ernesto y luego Rómulo…en recuerdo de mi abuelo.

En el año 1964 soy reclutado por el ejército, consulto y me meto, estuve como motorista en el cuartel El Zapote, allí hice la “pailada”, el Comandante en ese entonces era el Coronel Benjamín Mejía, hombre inteligente y de buenos modales, nunca me trató mal, pero habían unos tenientes que me daban “chicharrón” me acuerdo una vez que llegó una prima y un cabo me dice que se la presente. Me niego.

Me dice: ey, recluta, no me quiere presentar a su prima. Y me zampa una pechada que sonó a pisto…y me da coraje y lo agarró y lo zampó a una pila de agua para ahogarlo…me agarran entre varios y llega el teniente Crucito y me pregunta: ¿años? le digo: veinte. Entonces que le den 20 latigazos con chiliyo de café… por no respetar. Cada chiliyazo que recibía repetía en mis adentros: me voy a vengar! Y después de los chiliyazos, vino el chicharrón: sapito, lagartija, etc. Después una hora de plantón…me lo tragaba todo…mejor salí de baja…

Y entonces conocí al Chavalo Cubías que entonces era muy famoso por su elasticidad, y empecé a aprender boxeo, en 1968 me case y seguí militando…participe en la campaña del PAR

Fermín y “El Coca”, Arturo Portillo, eran los que instalaban los aparatos de sonido en el parque Libertad, cuando hablaban Schafik y Raúl Castellanos Figueroa., en los mítines del PR… Diente Frío fue el que organizó la seccional del sindicato de la Industria del Cuero, porque aquí mucha gente trabajaba en la marroquinería…Alfonso Monchez, Armando Pineda, Toño Pineda, Manuel Pineda, a todos los reclutaron y el oficio artesanal les daba tiempo libre para participar en las reuniones…

Mi papa, Dagoberto Chávez Zepeda, militaba en el movimiento popular desde los años de su juventud, nació en 1917, lucho contra la dictadura de Martínez, conoció a Miguel Ángel Cea, yo también lo conocí, me acuerdo de unas palabras que me dijo luego que me oyera hablar en una reunión: me gusta como has hablado, peor mas me gustaría que te comieras los libros…mi papa fue directivo del Sindicato de Pilotos Automotores, junto con Toño Mijango, estuvo en el exilio, fue un luchador social…

En 1969, junto con Rigoberto Alfonso Alvayero, organizaron el UDN, mi papa fue candidato a Alcalde, y Alvayero iba de sindico por la UNO, en el 72 después de la campaña a Alvayero lo secuestraron al salir de una reunión y lo fueron a sacar de su casa y apareció torturado allá por un amate que esta en la MAN…mi papa participo todavía en la campaña de Schafik, mi papa lo felicito por el tiempo que le había dedicado a la lucha por los pobres, y a su vez Schafik en su discurso repitió estas mismas palabras dirigidas esta vez a su persona.

Después nos visitaban del UDN Delfino Pérez, Mario Rivera y Julio Salazar, los tres zapateros. En 1967 con el choco Luís estuvimos apoyando la huelga de hambre de Salvador Cayetano Carpio allá en la Plaza Universitaria.

También hicimos trabajo conspirativo, reclutábamos para el Partido o influenciábamos a los alcaldes del PDC, a Efraín Pérez, era del PDC pero jalaba con nosotros los del UDN; después nos alquiló un local donde pusimos la casa del FMLN. O trabajamos con la Licda. Irma Nolasco, también alcaldesa del PDC. Era gente cercana a nosotros los comunistas. También nos desaparecieron gente, me acuerdo de un joven asesinado, de nombre Roberto, otro desaparecido, de apellido Rivera… en mi caso, me escape de muchas capturas…

El 28 de febrero de 1977, estaba en el parque Libertad y fui de los que abrieron el zaguán de la Iglesia el Rosario, me acuerdo que me cayo encima el Dr. Ungo. Ese mismo año habíamos reclutado para el PCS al Dr. Francisco Guzmán, había sido un amigo, un colaborador…

Mi papa era mecánico, piloto, aviador, trabajo en la 11 de motorista, murió a los 86 años y ese año que murió, sacó un curso de energía solar, …murió hace cinco años, el 1 de diciembre…

Para la Ofensiva del 89

Junto con Zoila Vásquez, una luchadora social de Panchimalco, participábamos en el trasiego de medicinas para el esfuerzo militar, y veníamos con mochilas llenas, nos detuvimos en El Mirador, eran como las 6 de la tarde, me dijo: bajemos hasta llegar al punto, porque luego tendríamos que ir a traer otro cargamento…traía el pie inflamado, y estaban un grupo de soldados, ¿qué hacemos? me dice, esperate, le digo, y nos vamos a la cantina, allí estaban varios bolos amigos y me preguntan: ¡que te paso? y los soldados observaban, les digo: de jugar venimos y me dieron leña, por eso vengo patojeando, hinchado del pie, ellos los bolos ya sabían que yo nunca había jugado fútbol pero me apoyaron, llego el Sargento y me interrogo, le conté lo que me había pasado en el partido y me recomendó tomarme una pacha de guaro completa, pero
¿ me voy ahogar? –Nombre, se echa después un limón. Y cabal, me la tome enterita…y les dije a los bolos: ¡por que no me llevan donde don Licho para que me sobe? me llevaron y don Licho me dijo: ¡le va a doler! Y para mi sorpresa allí llegó el sargento a decirme ¡aguante! entonces aproveche para pedirles a mis amigos que llevaran las mochilas donde el Dr. Guzmán, el que después fue alcalde de este pueblo, el primer alcalde del Frente…al final salvamos la medicina.

La reactivación del Movimiento de Masas…1983-1989 Entrevista con Domingo Santacruz VIII

SAN SALVADOR, 22 de agosto de 2009 (SIEP) “Para abordar el tema de la reactivación del movimiento de masas se necesita referirse a algunos antecedentes históricos” nos señala Domingo Santacruz, dirigente del FMLN.

Añade que “los años setenta, fueron una década histórica de violenta represión por parte del régimen militar contra el pueblo y sus organizaciones populares y esta violenta represión condujo a una vigorosa respuesta popular de organización y de lucha …que al final culminó en un periodo de amplia unidad de las fuerzas revolucionarias y de un importante esfuerzo de alianzas con diferentes fuerzas democráticas…mucha gente en este periodo fue víctima de la represión, pero a la vez muchos luchadores sociales se convirtieron en combatientes y futuros integrantes del FMLN.”

Una cruel represión

Fue una cruel represión de la dictadura en trance de muerte, de 1979 a 1980, hubo más de 10,000 asesinatos, de 1980 a 1982, cerca de 30,000. El monumento a los Mártires en el parque Cuscatlan constata todos estos años de terror en los que fueron asesinados más de 300 maestros, en fin, profesionales, estudiantes, 15 sacerdotes y religiosos…

Esta sistemática represión logró interrumpir el proceso de lucha popular y golpear al ejercito político de masas que se venía gestando desde la década anterior. Fue precisamente este ejercito político de masas el que se convirtió en el FMLN, y pasó a desarrollar la guerra popular, la Guerra del pueblo en oposición y para enfrentar a la estrategia enemiga de Guerra de contra insurgencia.

O sea que avanzamos en el terreno militar pero el enemigo logró desactivar el movimiento de masas, y la dirección de este movimiento fue asesinada, se hizo guerrillera o salió al exilio…dejando el terreno de la lucha de masas solo, abandonado…con mínimas expresiones.

Los gringos, en su estrategia de contrainsurgencia, aprovecharon este momento para fortalecer su penetración en el movimiento de masas. Fortalecieron a la Unión Comunal Salvadoreña, UCS; y el IADSL impulsó el programa de reforma agraria, para como decían entonces, “quitarle el agua al pez.”

La Democracia Cristiana se convirtió en el instrumento político de esta estrategia de contra-insurgencia; y fueron construyendo su propio proyecto de masas y cooperativo, juntando lideres corruptos y organizaciones, como José Luís Grande Preza, hicieron su movimiento de masas aprovechando el vacío dejado por nosotros…

En 1983 surge el Comité 1ro. de Mayo

Por nuestra parte, ya en 1983 tomamos medidas para la reactivación del movimiento de masas aunque todavía por la represión, las líneas fluían poco, pero establecimos el Comité 1ro. de Mayo y realizamos la celebración en la Plaza Libertad lo que marcó el inicio de nuestra recomposición. Luego organizamos el Movimiento Unitario Sindical y Gremial, el MUSYGES.

A la par de este esfuerzo organizativo propio, definimos también orientaciones para penetrar el movimiento de masas del enemigo. Con diversos camaradas entre estos el recientemente fallecido Ángel Membreño, que repartía la pagina de Maíz, logramos penetrar la UCS, participaron también Víctor Ataces, Victoriano, hasta el Viejo Hilario cuando bajaba del cerro…

En el 84 me correspondió informar de estos desarrollos en la reunión de la Comandancia General del FMLN en Chalatenango… este esfuerzo de arrancarle la UCS al IADSL recaía básicamente en militantes del PCS y de las RN. Por parte nuestra participaron en la conducción de este esfuerzo Manuel “Cantarito” Quintanilla, Arturo “El Bello” Vásquez, de nuestro equipo de masas de la Metro… Ambos fueron luego asesinados…

Este esfuerzo conspirativo me llevo a realizar encuentros con dirigentes de la UCS, de la CTS de la línea CLAT… Duarte estaba entonces trabajando por lograr ganar la presidencia y en ese afán había firmado con la Unidad Popular Democrática, UPD, un “pacto político de 19 puntos.” Uno de los puntos de este acuerdo era que dirigentes campesinos ocuparían puestos en el BFA, en el ISTA, en FINATA, incluyendo el Vice Ministerio de Agricultura. Uno de los puntos básicos era la exigencia de profundizar la reforma agraria.

Duarte gana la presidencia pero la oligarquía le bloquea toda iniciativa, y se ve obligado en una reunión a explicarles a sus “aliados” que no puede hacer nada porque es muy débil, que su gobierno es como “un recién nacido” asediado por una extrema izquierda y una extrema derecha y que lo que necesita es mucho apoyo. Esto crea una crisis en la UPD por el rechazo de Duarte de implementar la segunda fase de la reforma agraria como lo había prometido. Producto de esta crisis FENACOA abandona la UCS. Y se logra hacer de la celebración del 1 de mayo un esfuerzo conjunto. Posteriormente de la UCS surge ANTA y las RN crean la ANC.

Por otra parte, otra línea de desarrollo organizativo empezaba a dar frutos, era el proceso de organización de entidades del estado y surge AGEMHA, ATMOP, ASTIRA, y avanza la recuperación del STISSS, del STIUSA, etc. Avanzaba la reanimación del movimiento popular. Se crean también las organizaciones del “sector reformado”: FECORAO, FECORACEN, FESACORA, etc.

El surgimiento de la UNOC

Surge la UNOC con Amanda Villatoro para darle fuerza, base social a Duarte y la Democracia Cristiana. Este era un proyecto oritiano, de la ORIT y tenia contradicciones con el proyecto del IADSL. Es por eso que Orlando Arévalo y Simón Parada se molestaron. Los estaban dejando fuera.

En este marco, me reuní con el hoy diputado Orlando Arévalo, por cierto que insistió que realizáramos la reunión en México porque era muy peligroso hacerla aquí y llego a México el 20 de noviembre de 1985 y se llevó un susto mayor ya que se quedo en el Hotel Caribe, el cual fue golpeado por el terremoto, estaba muy nervioso cuando nos reunimos…y terminaron adhiriéndose a la UNTS.

Se iba construyendo un movimiento amplio, y ANDES 21 de Junio empieza a levantar cabeza, lo mismo el movimiento indígena con ANIS y Adrián Esquino Lizco. El periodo del 84 y 85 representa el momento de consolidación y surgimiento de lo que luego serían las bases de la UNTS. Surge la Coordinadora Sindical de los Trabajadores, CST, integrada por la FUSS, la FESTIAVTSCES, se crea el CCTEEM

A los gringos el desarrollo del proyecto de contra insurgencia les generaba muchas contradicciones. No avanzaban con su CONARA y su Plan Unidos para Reconstruir. Por nuestra parte avanzábamos en nuestro esfuerzo de impulsar una política de unidad en el movimiento de masas y empezamos a manejar la idea de la Unidad Nacional de Trabajadores Salvadoreños, UNTS

La UNTS

Mas como movimiento político que como central sindical, como eje orientador del movimiento popular y sus luchas, para asumir protagonismo político en la búsqueda de la salida política del conflicto y atraer a otros sectores a esta idea. En 1986 formamos la UNTS con una amplia variedad de sectores representativos del movimiento sindical y en septiembre de 1988 el Comité Permanente del Diálogo Nacional por la Paz, el CPDN.

EL CPDN surge con la reunión auspiciada por el Arzobispado, de mas de 70 organizaciones. Y levanta las banderas de una paz justa y el respeto a los derechos humanos, y se inicia un proceso de coordinación entre UNTS y CPDN y la convocatoria de universidades, centrales sindicales, iglesias, organismos de derechos humanos, lo que lleva a impactar fuertemente nacional e internacionalmente, se realizan gigantescas movilizaciones, pronunciamientos, foros por una paz justa…

Esto ayudo fundamentalmente para que el FMLN iniciara otro componente de su estrategia político militar, la negociación. A la base de este proceso se encontraba la sociedad civil organizada exigiendo una paz justa. En aquel momento surgió un debate con los jesuitas de la UCA sobre el trabajo de masas del FMLN y su influencia en la UNTS, Ellacuria sostenía la tesis que el FMLN no debía “instrumentalizar” a las masas.

Al final la historia comprobó que tanto la UNTS como el CPDN fueron instrumentos que jalonaron el proceso hacia una solución política negociada que luego se materializo en los Acuerdos de paz de 1992. Se logro avanzar en el proceso de negociación…y debilitamos el movimiento gremial de la UNOC apadrinado por la Democracia Cristiana y logramos que la UNTS jugara papel protagónico, sus dirigentes adquirieron presencia nacional…

Un movimiento popular conducido desde el cerro de Guazapa…

Se va formando un movimiento de unidad de los trabajadores, que abarca a todos los sectores populares y que es conducido desde el cerro de Guazapa. Soy parte de esa conducción como miembro de la dirección del PCS, participaba Lorena y Facundo por las FPL, Roberto Cañas y Salomón por las RN, Graciela o sea Elena Romero por el PRTC. Periódicamente se llamaba a los cuadros de cada organización destacados en el movimiento de masas a reuniones en el Cerro o el Volcán.

Llegaron a reunirse con nosotros Jorge Morales, Humberto Centeno, Julio Cesar Portillo, Marco Tulio Lima, Febe Elizabeth Velásquez, Antonio Álvarez el mentado Luís Sierra. Llegaron compañeros y compañeras del CCC, de FUSS, FESTIAVTCES, del SETUES, de AGEMHA. Eran intensas jornadas de discusión sobre la importancia de la reactivación y desarrollo del movimiento político de masas. Y también bajábamos a San Salvador, en 1986 en uno de estos viajes fui capturado, por suerte el enemigo lo logro identificarme…

Se logro unificar con la UNTS en un solo esfuerzo a la UPD, CTS, ANIS, organizaciones de iglesias como CEBES, las COMADRES, donde estaba la mujer de Julio Salazar; COMAFAC, FECMAFAM, etc.

La reinserción de los partidos políticos al interior del país.

Posteriormente surgió la idea de la reinserción de los partidos políticos del FDR al interior del país, o sea del MNR, y el MPSC, al que se sumo el UDN. Representaba un nuevo momento en la vida política del país, se acercaban las elecciones de 1989 y había que incidir e ir construyendo una línea electoral…

Por nuestra parte como PCS se decidió que Mario Aguiñada y Aronette Díaz Viuda de Zamora se vinieran para revivir el UDN…junto con el MPSC se crea la Convergencia Democrática. Como FMLN iniciamos una serie de encuentros con partidos políticos, incluyendo a ARENA. Nos reunimos con el mismo Roberto DAubuisson.

En 1989 la dictadura realiza ataques contra locales sindicales, contra FENASTRAS y contra el local de COMADRES…por nuestra parte logramos afinar nuestro esfuerzo militar urbano lo que llevo a ataques al Estado Mayor, y a la decisión de preparar una nueva Ofensiva…había una situación internacional difícil; había caído el Muro de Berlín, problemas serios del PCUS en la URSS, desenlace incierto en Nicaragua y observábamos que la negociación no avanzaba…

La lucha diplomática y por la solidaridad internacional

E iniciamos una audaz e intensa labor internacional, asistiendo a encuentros y reuniones de COPPAL, de la Internacional Socialista, etc., presionamos por una salida negociada la conflicto a nivel internacional: en la OEA, en la ONU, en cuanto foro internacional estuviera dispuesto a escucharnos…y eran muchos.

Y descubrimos que todo lo que hacíamos a nivel internacional repercutía al interior, tenia eco…empezamos a hablar con la Iglesia, hablamos con Duarte, con Cristiani…se les cayo el esquema gringo de las dos extremas…

Actuar con cabeza propia…

Y decidimos en noviembre del 89 irnos hasta el tope. Con énfasis en la salida política. En el proceso de reactivación de la lucha de masas. Y en la necesidad apremiante de actuar con cabeza propia.

Íbamos a llevar la guerra al terreno urbano…Acosar al enemigo…golpear a la GN, PH, Atonal, al estado Mayor, a Casa Presidencial…

Nombran a Dra. Ana Isabel Nieto Jefa de Programa Nacional de VIH-SIDA

NOMBRAN A DRA. NIETO JEFA DE PROGRAMA NACIONAL DE VIH-SIDA
SAN SALVADOR, 29 de agosto de 2009 (SIEP) “Nos sentimos muy alegres que la Dra. Ana Isabel Nieto haya sido nombrada para conducir el programa nacional de VIH-SIDA” expresó la Licda. María Isabel Villegas, del Foro de ONGs en lucha contra el VIH-SIDA.

“La Dra. Nieto, de 54 años, es Doctora en Medicina, graduada de la Universidad de El Salvador, coordina el área técnica de los programas sociales de CARITAS El Salvador y participa en la Coordinación de País del Fondo Global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Comité Coordinador de El Salvador –CCE)”informó la Licda. Villegas.

“Como Foro en abril enviamos una carta al presidente Mauricio Funes presentando la propuesta de la Dra. Nieto y nuestra propuesta ha sido escuchada y atendida. El Foro lo integran Orquídeas del Mar, ICW, ACJ, GAY SIN FRONTERAS, FUNDASIDA, IEPROES, ACF, ASAFOCAIS, HOMIES UNIDOS, CONAMUS, FUNDACION AGUILARES, ADS, y MDSDH TRANS.”

Finalmente, la Licda. María Isabel Villegas, señaló que “como sociedad civil vamos a estar acompañando la gestión de la Dra. Nieto con la seguridad que vamos a avanzar significativamente en el combate al VIH y al SIDA.”