SAN SALVADOR, 11 DE FEBRERO DE 2010 (SIEP) “LA irracional violencia entre y desde los jóvenes salvadoreños, manifestada en Tonacatepeque, Suchitoto y Apopa es un producto histórico que no puede resolverse exclusivamente con medidas represivas” indico la Lic. Xiomara Rodríguez, secretaria general de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) de El Salvador.
La asamblea Legislativa discutirá este día una reforma a la Ley Penal Juvenil que aumentara las penas de 7 a 15 años para jóvenes menores de 18 años involucrados en asesinatos. La ACJ es una institución que durante 20 años impulsa programas de liderato juvenil, defensa del medio ambiente, equidad de género y prevención del VIHSIDA.
“Esta violencia juvenil es consecuencia del fracaso de este tipo de sociedad capitalista para proporcionar empleo, educación, salud, recreación y de provocar la desintegración familiar empujando así a miles de jóvenes a la precariedad y la delincuencia” agrego la Lic. Rodríguez.
Puntualizo que “los adultos estamos obligados a buscar soluciones integrales a este grave problema y no podemos pensar que mediante la cárcel lo vamos a solucionar, al contrario, lo vamos a agravar. Hay que pensar en construir escuelas y centros deportivos, en abrir fuentes de empleo y de capacitación. La represión no es la solución. La solución es la reinserción.”
Por su parte, la Lic. Maria Isabel Villegas, Consultora de la ACJ, opino que “confiamos en que el Presidente Mauricio Funes tendrá la sabiduría para impulsar políticas basadas en la prevención del delito y no solo en su represión. Confiamos en que nuestro Presidente tenga la sensibilidad para no golpear a los jóvenes que viven en la pobreza, ese fue el compromiso que adquirió cuando nos hablo que nacía la esperanza y venia el cambio.”
“Hacemos un llamado a las fracciones políticas de la Asamblea legislativa para que mediten profundamente lo que van a aprobar y sus consecuencias. Los jóvenes no deben ser usados como chivos expiatorios de la profunda crisis moral que vive nuestra nación. Necesitamos mas escuelas y no cárceles.”
Finalmente hizo un llamado a “instituciones y organizaciones juveniles y del movimiento popular y social, para pronunciarse sobre esta amenaza a la juventud. Debemos rechazar esta medida autoritaria represiva y buscar soluciones integrales, que resuelvan el problema y no lo agudicen. Trabajar por un nuevo El Salvador donde los jóvenes tengan educación y salud, empleo y recreación, y una familia que los acepte y los proteja.”