DISCURSO DE PRESIDENTE FUNES EN EL MOZOTE

DISCURSO
SR. MAURICIO FUNES
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
XX ANIVERSARIO DE LA FIRMA DE LOS
ACUERDOS DE PAZ EN EL MOZOTE
16 DE ENERO DE 2012.

Mi queridos habitantes, amigas y amigos, familiares de las víctimas de cantones y caseríos El Mozote, La Joya, Ranchería, Cerro Pando, Los Toriles, Tierra Colorada, Jocote Amarillo, el Pinalito, Cerro Ortiz y de más localidades vecinas.
Señora Primera Dama de la República y Secretaria de Inclusión Social, mi querida esposa Vanda, Señor Vicepresidente de la República y Ministro de Educación ad honoren profesor Sánchez Cerén, señor Presidente de la honorable Asamblea Legislativa diputado Sigfrido Reyes y demás diputados y diputadas que nos acompañan, señores y señoras diputados y diputadas al Parlamento Centroamericano, Señor Designado a la Presidencia de la República Hato Hasbún, Señor Magistrado de la honorable Corte Suprema de Justicia doctor Florentín Meléndez y de más magistrados, honorable señor Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, señoras y señores firmantes de los Acuerdos de Paz, señora Presidenta de la Asociación promotora de derechos humanos de El Mozote doña María Dorila Márquez, señores Pedro Chicas y Santos Jacobo Chicas Guevara representantes de las familias de las víctimas que nos acompañan en esta mesa, señor Presidente de la Corte de Cuentas de la República don Gregorio Sánchez Trejo, señor Presidente del Tribunal Supremo Electoral don Eugenio Chicas, señora Procuradora General de la República licenciada Sonia Elizabeth Madrid de Cortez, Señor Presidente del Consejo Nacional de la Judicatura Tito Edmundo Zelada Mejía, Señor Alcalde Municipal de Meanguera don Mauricio Geovani Díaz Pereira y demás alcaldes y alcaldesas que nos acompañan, señor Fiscal General de la República, excelentísimos Embajadores y Jefes de Misiones Diplomáticas acreditadas en nuestro país, señores miembros del Gabinete de Gobierno, señor Gobernador Departamental de Morazán Miguel Ángel Ventura y demás gobernadores que nos acompañan, honorables representantes de organismos internacionales y agencias de cooperación, señores y señora representantes de asociaciones y organizaciones que velan por los derechos humanos y miembros de la sociedad civil, autoridades eclesiásticas y religiosas que nos acompañan, en especial al padre Rogelio Ponsel, invitados especiales, amigos y amigas de la prensa,
Querido pueblo salvadoreño y pueblos del mundo:
En esta hermosa y cálida mañana, agradezco a Dios que me ha dado la oportunidad de estar aquí para realizar uno de los actos más importantes de mi gestión gubernamental y de mi labor como Presidente de la República.
El acto de dar a conocer al país y al mundo entero uno de los hechos que por su magnitud y su barbarie constituye uno de los episodios, sino el episodio más trágico, oscuro y tenebroso cometido contra civiles, especialmente niños y niñas y mujeres durante el conflicto armado.
Y qué mejor fecha para revelar esta dolorosa verdad que algunos han querido ocultar desde hace más de 30 años que este día tan simbólico.
El día en que el país entero celebra el veinte aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, que permitieron, precisamente, acabar con la guerra entre hermanos y hermanas y abrieron la posibilidad de comenzar a construir la paz y la democracia en nuestro país.
En los días previos a esta conmemoración hemos escuchado innumerables opiniones a través de los medios de comunicación, referidas al proceso de paz que se ha desarrollado en los últimos 20 años.
Y yo quise también contribuir emitiendo mi juicio, pero no quise hacerlo en un auditorio cerrado allá en la capital, probablemente en un hotel ante un grupo selecto de oyentes, tampoco quise hacerlo en la radio, en la televisión o a través de los periódicos.
Fue mi voluntad venir acá a El Mozote, a compartir con ustedes algunas ideas y conceptos.
Pero, sobre todo, quise venir aquí a cumplir con mi máxima obligación como gobernante, que es dialogar con el pueblo.
Dialogar significa escuchar, básicamente escuchar, pero también dar la palabra y comprometerse con la palabra empeñada.
El 5 de diciembre pasado un grupo de representantes de las comunidades acá reunidas llegó a visitarme a Casa Presidencial.
Ese día tomé el compromiso de llegar hoy a El Mozote y de trabajar de manera conjunta en el diseño de medidas de reparación para las víctimas de la tragedia que ocurrió en esta zona hace tres décadas.
Y así lo hicimos y aquí estoy acompañado de mi esposa y del Gabinete de Gobierno para cumplir con mi compromiso y con mi responsabilidad.
Queridas amigas y queridos amigos:
Estoy convencido que la mejor manera de celebrar el 20 Aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz es avanzando en el reconocimiento de la verdad y hacer valer la justicia.
Solo de esta manera las palabras paz y democracia dejarán de ser conceptos vacíos y serán palabras vivas, con contenido real para el pueblo.
Como contribución a la verdad y la justicia, tenemos que avanzar en la reparación integral a las víctimas, ya que si bien es cierto que no existe nada en el mundo que repare las pérdidas humanas y el sufrimiento que provocan, la reparación no obstante es imprescindible.
Por eso iniciamos una búsqueda consensuada de medidas morales y materiales que alivien el dolor y mejoren las condiciones de vida de las víctimas y sus familiares, algo fundamental del proceso de resarcimiento de parte del Estado y la sociedad.
Creo firmemente que no puede, ni podrá haber paz mientras no haya justicia en sentido amplio e integral. Justicia entendida en la plenitud de su significación como valor supremo.
Justicia que busque y promueva la verdad. Justicia que otorgue resarcimiento; justicia que acabe con la impunidad; justicia que genere igualdad de oportunidades y contribuya a erradicar la pobreza; que reconozca derechos por igual al de abajo y al de arriba, al hombre y a la mujer, al que lo tiene todo y al que no tiene nada o casi nada.
En suma: justicia en igual medida para todos y todas.
En el país, amigos y amigas, no ha habido justicia porque quienes debieron plasmarla no lo hicieron por diversas razones. Ni los gobernantes, en lo que les correspondía, ni los jueces, que tenían la suprema responsabilidad de no dejar impune el crimen, cumplieron con su deber.
Yo vengo esta histórica mañana, a asumir ante el pueblo salvadoreño y ante el mundo la responsabilidad que lamentablemente mis antecesores no quisieron o no se animaron a asumir y con esa actitud negaron la justicia a quienes aún lloran sus muertos, que aun buscan a sus hijas e hijos desaparecidos, que aún deambulan en busca del techo que perdieron y del destino que les arrebataron, que deben marcharse a otras tierras a buscar lo que aquí no se les brinda.
Vean ustedes: Se nos ha dicho estos días que los Acuerdos de Paz han consolidado la democracia.
Me pregunto si a caso por democracia se entiende únicamente ir a votar cada tres o cada cinco años. Si tan solo a eso llaman democracia, estamos frente a una visión incompleta y parcializada.
Si entendemos que la democracia es un sistema político que debe asegurar la equidad, la justicia, la convivencia pacífica, la igualdad de oportunidades.
Un sistema en el que impera la libertad auténtica, la independencia de los poderes del Estado, la responsabilidad social del Estado, la garantía absoluta de los derechos humanos, pues entonces, estamos aún muy lejos de tener democracia real en nuestro país.
Con esta convicción de que la democracia real debe estar fundamentada en la verdad y la justicia. Hace apenas dos años, al celebrar el 18 Aniversario de los Acuerdos de Paz, formulé el primer pedido histórico de perdón a las víctimas de las graves violaciones a los derechos humanos consumadas por agentes del Estado durante el conflicto armado.
Ese fue el primer acto de reconocimiento de las aberraciones de nuestra historia reciente.
Fue un acto que debieron hacer los que me antecedieron pero que no lo hicieron porque no quisieron o porque no juzgaron que los crímenes cometidos fueron crímenes de lesa humanidad, es decir, graves violaciones a los derechos humanos.
Este día, ante el pueblo salvadoreño, ante la comunidad internacional, pero principalmente ante las víctimas, y sus familiares y amigos, quiero que sepan que estoy aquí en El Mozote para reconocer la verdad y profundizar el camino de la justicia y la paz.
Pueblo salvadoreño, pueblos hermanos de América Latina, pueblos amigos de todos los continentes:
Aquí, en El Mozote y comunidades vecinas, hace poco más de 30 años, se consumó una desmesura criminal que se pretendió negar y ocultar sistemáticamente.
Aquí, como acabamos de escuchar, en tres días y tres noches, se perpetró la más grande masacre contra civiles de la historia contemporánea latinoamericana.
Aquí se exterminó a casi un millar de salvadoreñas y salvadoreños, la mitad de ellos niños menores de 18 años.
Aquí se cometió el peor de los pecados, del que hasta hoy –como Estado, pero también como sociedad- no nos habíamos arrepentido.
Y aquí celebramos este nuevo aniversario de nuestros Acuerdos de Paz para poder expresar –en acto y en palabra- que el reconocimiento de los hechos, tal como ocurrieron, es el comienzo de la justicia, así como la justicia es el comienzo de la paz.
Este es, entonces, un acto de develación.
Quitamos un velo que nos encegueció durante tres décadas y nos sumió en dolorosa oscuridad.
Por esta razón, como Jefe del Estado, como Presidente Constitucional de la República, como Comandante General de las Fuerzas Armadas, reconozco que en los cantones El Mozote, El Pinalito, Ranchería, Los Toriles, Jocote Amarillo, Cerro Pando, La Joya y Cerro Ortiz, los días y las noches del 10, 11, 12 y 13 de diciembre de 1981, tropas del Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl, de la Fuerza Armada de El Salvador, asesinaron a cerca de un millar de personas, la mayoría niñas y niños.

Aquí se cometieron un sinnúmero de actos de barbarie y violaciones a los derechos humanos: se torturó y ejecutó a inocentes; mujeres y niñas sufrieron abusos sexuales, cientos de salvadoreños y salvadoreñas hoy forman parte de una larga lista de desaparecidos, mientras otros y otras debieron emigrar y perderlo todo para salvar sus vidas.

Me solidarizo con el sentimiento de pérdida, irreparable que tienen los familiares y los sobrevivientes de las víctimas de esta masacre.

Por esa masacre, por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño pido perdón, por esa masacre y por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño, como Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada, pido perdón a las familias de las víctimas y a las comunidades vecinas.

Pido perdón a las madres, padres, hijos, hijas, hermanos, hermanas que no saben hasta el día de hoy el paradero de sus seres queridos.

Pido perdón al pueblo salvadoreño que fue víctima de este tipo de violencia atroz e inaceptable.

Este pedido de perdón, que no pretende borrar el dolor, es un acto de reconocimiento y de dignificación de las víctimas de esta tragedia.

Este pedido de perdón, es expresión de nuestro compromiso para resarcir moral y materialmente, en la medida en que las arcas del Estado lo permitan, a los familiares de las víctimas.

Este pedido de perdón, es también, un acto de responsabilidad ante el pueblo salvadoreño y ante la Historia porque en la medida en que se reconoce la verdad y se actúa con justicia, se construyen las bases de la paz y la convivencia.

Amiga y amigos, queridos familiares:
A esta descripción de los hechos y al pedido de perdón, quiero agregar que ha habido responsabilidades específicas que deben citarse, de acuerdo con lo expresado por el informe de la Comisión de la Verdad.
De él surgen responsabilidades: el Teniente Coronel Domingo Monterrosa, comandante de aquél Batallón; su segundo al mando, el Mayor José Armando Azmitia Melara; Jefe operativo, el entonces Mayor Natividad de Jesús Cáceres Cabrera, y otros, mencionados por la Comisión de la Verdad.
En virtud de ello, he resuelto a partir de este día, instruir como Comandante General de la Fuerza Armada a la institución la revisión de su interpretación de la historia a la luz de este reconocimiento histórico que hoy en nombre del Estado salvadoreño y como Comandante General formulo.
Esta revisión debe reflejarse en los textos y símbolos con que se forman los cuadros militares a los efectos de un doble objetivo: primero, fortalecer el rol profesional, despolitizado y desideologizado de la Fuerza Armada y su integración profunda en el seno de la sociedad salvadoreña; y segundo, aportar a la pacificación de los espíritus, factor imprescindible para fortalecer la democracia, la justicia y la paz social.

Precisamente porque a 20 años de los Acuerdos de Paz estamos ante una institución militar diferente, profesional, democrática, obediente al poder civil, no podemos seguir enarbolando y presentando como héroes de la institución y del país a jefes militares que estuvieron vinculados a graves violaciones a los derechos humanos.
Similar llamado, en mi condición de Jefe de Estado y Presidente de la República, similar llamado al liderazgo político del país, a todos los partidos políticos para que no exalten nombres de personajes que pudieron haber estado vinculados a violaciones de los derechos humanos ni acciones que hubieren provocado muerte y sufrimiento y que, lejos de contribuir a la creación de una cultura de paz, fomentan la polarización y la división de la sociedad salvadoreña.
Esta celebración del 20 aniversario de los Acuerdos de Paz se da en el contexto de una nueva consulta electoral, que mejor muestra de civismo, de valentía, de compromiso con una cultura de paz y con la construcción de la democracia en este país, que sustituir los himnos fundacionales y las predicas políticas cargadas de violencia y confrontación por un compromiso genuino con la paz, con la justicia, y con los cambios estructurales que el país necesita.
Queridas familias de El Mozote y de comunidades aledañas:
Ustedes conocen profundamente la verdad. Han luchado por años y años para que se reconozca y se dignifique a las víctimas. Saben que el símbolo mayor de esa búsqueda, de esa entrega por una causa alta y noble fue, tal vez, nuestra querida Rufina Amaya, única mujer que se salvó milagrosamente en El Mozote y que escuchó cuando asesinaban a sus cuatro hijos y a decenas de otros niños más.
Ella dio testimonio sobre la verdad de lo ocurrido, hasta fallecer por causas naturales en marzo de 2007. Pero otra mujer destacada en la lucha por la defensa de los derechos humanos y por el esclarecimiento de esta masacre fue también nuestra querida María Julia Hernández, directora de Tutela Legal del Arzobispado, quien también murió en el año 2007 y que dedicó parte de su vida a denunciar los hechos ocurridos aquí y a buscar tenazmente la verdad.
Mujeres valientes, mujeres portadoras de los más altos valores, que hoy honramos y homenajeamos.
Ustedes conocen, queridos familiares, amigos y amigas, vecinos de El Mozote y de cantones y caseríos aledaños, conocen profundamente los hechos, pero permítanme dar tan solo una referencia, sobre todo a nuestros jóvenes a los que se les ha ocultado la verdad y a la comunidad mundial:
Aquí, junto a la Iglesia, se encontraban los restos de una cabaña que utilizaba el sacerdote que atendía pastoralmente a estas comunidades. Allí se excavó la denominada fosa 1 de El Mozote en el año de 1992, el mismo año de la firma de los Acuerdos de Paz.
Se recuperaron 143 esqueletos de víctimas. 136 correspondían a niños con un promedio de edad de 6 años. También se halló un esqueleto que correspondía a una mujer embarazada en el tercer trimestre y se recuperaron los huesos del feto de su pelvis.
Es probable que los huesos, que las osamentas de muchos bebés pequeños se hayan pulverizado.
Durante 2,000 al 2,004 se produjeron muchas otras exhumaciones en los restantes caseríos, siempre la mayoría de restos que correspondían a niños y niñas.
Estas exhumaciones fueron dirigidas por el Equipo Argentino de Antropología Forense, a cuyos integrantes, como Gobierno de la República y en representación del pueblo salvadoreño, agradezco la invaluable contribución que dieron para que se esclareciera y difundiera la verdad sobre lo ocurrido.
Les decía al inicio que el 5 de diciembre nos reunimos en Casa Presidencial con representantes de las víctimas de esta horrenda masacre y como resultado de esas pláticas decidimos iniciar un proceso de diálogo cuyo propósito fundamental es identificar y diseñar, de manera conjunta, medidas específicas de reparación, tanto morales como materiales.
En apenas 40 días este diálogo ha comenzado a dar sus frutos.
En primer lugar, en el mes de diciembre se instaló la Mesa Conjunta entre el Gobierno y representantes de las víctimas, en cuyo ámbito se discuten las acciones de reparación que se llevarán a cabo en los próximos meses y años.
El compromiso del Gobierno con esta política es total y por ello participa de esta mesa la mayor parte del gabinete económico y social.

Un segundo compromiso que hemos consensuado es que en las próximas semanas iniciaremos un Censo que nos permita conocer el número exacto de víctimas, así como sus necesidades más apremiantes y los principales problemas que enfrentan las comunidades de la zona.

En tercer lugar, iniciamos la gestión para declarar como bien cultural el sitio donde ocurrió la masacre de El Mozote.

El objetivo de esta declaratoria es la reivindicación y valorización del suelo del caserío El Mozote, como un acto de restauración histórica y moral para las víctimas y sus familiares, así como también para conocimiento de toda la sociedad salvadoreña.

En cuarto lugar, vamos a responder de manera inmediata a uno de los principales problemas que enfrenta la población de la zona, como es el caso de los padecimientos físicos y psicológicos que sufren muchas víctimas.

Por ello, el próximo mes de febrero vamos a instalar, acá en El Mozote, un Equipo Comunitario de Salud Familiar – conocido por sus iniciales como ECOS- para brindar atención médica de calidad.

Sé que ustedes, amigos y amigas, han contado con la visita de personal médico tan sólo dos veces al mes.

Ahora van a tener todo un equipo de salud a su disposición durante todas las semanas.

Los nuevos servicios de salud que se brindarán, entre algunos: consulta médica general, atención psicológica, control prenatal a embarazadas, servicios de planificación familiar, control infantil, atención a adultos mayores, entrega de medicamentos, vacunaciones y otros más.

En quinto lugar, y ante la solicitud que recibimos de apoyo a la generación de empleo e ingresos, entre marzo y abril próximo, se va a implementar una serie de medidas de apoyo a los sectores productivos de esta zona.

Van a recibir asistencia para ampliar y mejorar la producción agrícola, particularmente de granos básicos, y se les brindará ayuda para equipar y ampliar los centros de venta de textiles, dulces y otros productos étnicos que ya funcionan acá en esta zona.

En sexto lugar, en materia de obras públicas, a partir del primer trimestre de este año vamos a iniciar los trabajos para la pavimentación de vías de acceso centrales, como el desvío de Arambala al límite con Meanguera; y vamos a iniciar el diseño de la vía que conecta Arambala con Joateca, para iniciar su ejecución en el último trimestre de 2012.

Además, como parte de este acuerdo, ya se ha pavimentado la calle entre el Cantón La Guacamaya y El Mozote y se están mejorando varios tramos de vías no pavimentadas.

Para realizar estas obras hoy comienzan las operaciones de un campamento del Ministerio de Obras Públicas en esta zona, que cuenta con maquinaria pesada del plantel de La Unión, que es parte de una reciente donación que nos hizo el gobierno de Japón.

En materia de vivienda, se hará un registro de beneficiarios para aplicar a los proyectos y ha comenzado el estudio para la construcción de una Casa de Alojamiento para personas de la tercera edad sin familia.

En total, en obras en esta zona, el Ministerio de Obras Públicas, está invirtiendo 6.4 millones de dólares.

Aquí se esta invirtiendo el dinero de los impuestos que recogemos y de los que vamos a recoger con la reforma que nos aprobaron los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa en diciembre pasado.

En séptimo lugar, en materia de Educación, vamos a equipar el Centro Escolar El Mozote con 20 computadoras nuevas y a capacitar a maestros y a maestras en informática.

En octavo lugar, el próximo mes salen las bases de licitación para las empresas que se encargarán de hacer mejoras en el pozo de agua de esta localidad.

La idea es que el abastecimiento pase a manos de ANDA, para hacer un buen trabajo en el mejoramiento del servicio.

Y, para lo último, he dejado el anuncio más trascendente para esta zona.

Acá, en el Norte de Morazán, junto con el Norte de los departamentos de San Miguel y La Unión, se va a desarrollar el segundo emprendimiento de Territorios de Progreso.

Esta iniciativa que ya iniciamos en la zona de la Bahía de Jiquilisco, busca desarrollar al máximo la capacidad y la producción de las zonas, mediante el trabajo conjunto de todos los entes involucrados.

Hablamos de los ministerios, de instituciones, organizaciones no gubernamentales, sociedades productoras, autoridades locales, etc., etc. La idea principal es procurar el desarrollo integral de estos territorios y de sus comunidades.

Ayer el Gobierno publicó la nómina completa, de acuerdo con los datos verificados que se poseen hasta el presente, de las víctimas de esta masacre. Esa publicación es un hecho inédito e histórico que abre y que abona el camino de la verdad.

Con estas medidas, que han sido discutidas con representantes de las comunidades, iniciamos un proceso conjunto y consensuado de reparación integral a las víctimas de la masacre de El Mozote que mantendremos firmemente hasta el final de nuestro mandato.

Espero que los futuros gobiernos mantengan estas políticas para que con certeza podamos decir: “El Mozote Nunca Más: Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas”

Se trata de un esfuerzo gubernamental de reparación moral y material a las comunidades afectadas, en este caso por la masacre perpetrada por agentes activos del Estado Salvadoreño hace un poco más de 30 años.

Pero bien visto, se trata sobre todo de un acto de justicia, para devolver la dignidad a familias enteras que en todos estos años han padecido la indiferencia y la ausencia total de la intervención del Estado en procura de un mejor nivel de vida.

Queridas familias:

No quiero finalizar sin antes anunciar también el inmediato lanzamiento de los próximos días, del Programa Nacional de Reparación para las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos en el marco del conflicto armado interno.

Este Programa está destinado a reparar, restituir, rehabilitar y compensar a las víctimas y sus familiares.

En el marco de este programa se impulsarán medidas que actúen como garantía de no reiteración, de no repetición de este tipo de hechos.

Por ejemplo: la revisión y amplia difusión de los textos de educación de Historia y de formación de la conciencia ciudadana en materia de Derechos Humanos.

De igual manera, la revisión de los planes de estudio y formación de las fuerzas policiales y militares para asegurar el pleno conocimiento, respeto y protección de los derechos humanos.

Para avanzar firmemente en la concreción de este programa, crearé una Secretaría Ejecutiva del más alto nivel que tendrá a su cargo una comisión que formulará las políticas y su implementación efectiva.

Como Presidente de la República supervisare directamente el progreso de los trabajos de esta Secretaria.
Querido pueblo salvadoreño y pueblos del mundo.

Ningún pueblo será libre, ningún pueblo será feliz, ningún pueblo alcanzará la paz plena si no se quita del corazón, el dolor profundo que produce la negación de la memoria, la verdad y la justicia.
Me corresponde asumir la responsabilidad como jefe de Estado y es lo que hago. Me corresponde como Presidente Constitucional de la República y Comandante General de la Fuerzas Armadas, reconocer la veracidad de los hechos tal como ocurrieron en este caserío y zonas aledañas hace ya más de 30 años. Me corresponde como Jefe de Estado, reconocer la responsabilidad de agentes activos del Estado en esta masacre. Me corresponde como Jefe de Estado, pedir perdón en nombre del Estado salvadoreño a las víctimas y sus familiares como lo hemos hecho en esta histórica mañana.
Me corresponde como Jefe de Estado, iniciar un proceso de reparación moral y material y de creación de condiciones, para que este tipo de hechos abominables no se repitan más en el país, pero no es mi responsabilidad, ni mi atribución administrar justicia.
Por ello, ante el pueblo, ante los habitantes de esta zona masacrada hace 30 años, pido a todos los miembros del Órgano Judicial y del Ministerio Público que revisen conductas del pasado que impidieron el reconocimiento de la verdad y hacer justicia.
Hay sectores que demandan la derogatoria de la Ley de Amnistía y es una pretensión válida, sin embargo, como Presidente de la República respetuoso de la independencia de los poderes del Estado, me corresponde reconocer que la sentencia de inconstitucionalidad 27-98, de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, deja sin efecto jurídico la mencionada ley, cuando ella constituya un factor de impunidad a las graves violaciones a los derechos humanos.
Por ello, como Jefe de Estado, pido también a las organizaciones civiles y a las autoridades nacionales involucrados en el tema de justicia, particularmente a la Fiscalía General de la República y a los jueces y magistrados del Órgano Judicial, que contribuyan con su acción a favorecer el combate de la impunidad en el país.
Y pido a los miembros actuales y futuros de la Asamblea Legislativa que legislen con sabiduría, que revisen lo que haya que revisar, para impedir la impunidad.
Y que legisle lo que deba legislarse para garantizar la justicia y para facilitar el proceso de reconciliación y paz en nuestro país.
Queridas familias:
En esta celebración del 20 Aniversario de los Acuerdos de Paz, deseo que todo el pueblo y la comunidad internacional sepan que El Salvador ha iniciado con firmeza el camino de la búsqueda de la verdad, de la justicia y, con ello, de la paz y el progreso.
La paz es un proceso dinámico y permanente que requiere una estructura social de amplia justicia y reducida violencia para ser paz verdadera y duradera.
Por ello mismo, la paz exige la igualdad de derechos para todos y todas.
La paz implica entonces el desarrollo integral y justo y la vigencia plena de los derechos humanos y sociales de las personas y de los pueblos.
Esa es la sociedad que queremos construir, porque sólo así se consolidará una democracia real, efectiva y no meramente formal, como ha sido hasta el presente.
Roguemos por la memoria de nuestros muertos, por la paz en los corazones de sus familiares y comunidades y por la reconciliación efectiva de nuestra sociedad.
Sólo así, podremos caminar hacia el objetivo mayor que nos une a todos: que es la felicidad del pueblo y la grandeza de El Salvador.
Que Dios los bendiga, que Dios bendiga al pueblo salvadoreño.

FMLN en el Gobierno

FMLN en el Gobierno

Palabras de Salvador Sánchez Cerén, en ocasión de la segunda presentación de libro: FMLN en el Gobierno.
Universidad Gerardo Barrios, San Miguel, 4 de diciembre de 2011.

FMLN en el Gobierno
Salvador Sánchez Cerén

Muy buenos días a todos y a todas, quiero agradecer los comentarios del señor rector Ing. Raúl Rivas de esta Universidad, quién además también nos acompaña en el Concejo de Educación Superior donde están muchos rectores, muchas gracias, le agradezco sus comentarios, y también al compañero Nicolás Barrera (alcalde de Santa Elena), que todos conocemos, agradecerle a él y a todos los alcaldes, candidatos a alcaldes y alcaldesas acá presentes y miembros de Concejos Municipales les agradezco mucho su presencia.

También quiero agradecer a Arístides Valencia, nuestro candidato a diputado por esta zona oriental (Usulután), y a todos los diputados que están aquí presentes.
Yo creo que la pregunta que ustedes se van a encontrar ya, y que ya la están encontrando es si ha valido la pena este gobierno, porque ahora ustedes ya no van como oposición, el que comience a tirarle piedras a este gobierno, esas piedras le van a rebotar [APLAUSOS] por la sencilla razón que el pueblo nos dio su voto para gobernar y hay que hacerse cargo de ello, es decisión del pueblo, nosotros no podemos hacernos los desentendidos, estamos gobernando, y por lo tanto tenemos responsabilidad en los logros y tenemos también responsabilidad en las limitaciones.

Es muy sencillo, lo primero que deben de meterse en la cabeza, para que encuentren esa sencillez, es estar convencidos de que estamos haciendo cambios en este país. Yo les pido que se miren entre ustedes mismos, mírense ustedes, todos los que están acá, ¿no les parece extraño que en esta Asamblea amplia estén padres con sus hijos y estén muchos hijos acá?, yo quiero que les demos un aplauso a esos padres que están demostrando ese cambio en el país [APLAUSOS]

El tema de este gobierno es que es un gobierno basado en derechos, y los niños, las niñas, los jóvenes, las jóvenes, tienen derecho, derechos que nunca en la historia de este país han sido respetados, que han sido violados, este gobierno llega con una nueva ley, la ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, la obligación de darle salud, de darle educación, de darle oportunidades de trabajo, y ahora los jóvenes pueden denunciar a sus padres si los maltratan, los jóvenes pueden denunciar a los maestros si los maltratan, pueden denunciar al Estado si no les dan educación, si no les dan salud.

¿Cuando, cuando se había visto darle esos derechos a los niños, a las niñas, a los jóvenes y a las jovencitas?, nunca, porque aquí nunca ha sido un gobierno respetuoso del derecho humano de las personas. Si todavía no les comprenden, voltéense a ver y miren cuantas compañeras mujeres hay en esta Asamblea [APLAUSOS] ¿Porqué?, porque este gobierno cree que hay que terminar con la discriminación de la mujer, y hay que trabajar por la igualdad entre hombres y mujeres, por eso es que nuestro partido ha sido ejemplo, nosotros obligamos al partido a que tiene que poner candidatas para alcaldesas, para diputadas, mujeres, porque es una obligación y un derecho [APLAUSOS], y además es parte de los principios por los que hemos luchado y hemos dado la vida. Un gobierno basado en un concepto de inclusividad.

Decirles que a mí me duele, la escena que vi ayer en un lugar, y además me siento responsable. Hay pocos que conocen los lugares bellísimos que hay en este país, pero realmente aquí hay un paraíso que es el Bosque Nebuloso Trifinio, que está en los departamentos de Santa Ana y Ahuachapán, que es una zona natural protegida, el hombre la destruyó por poner ganadería, talaron todos los árboles, pusieron pasto, o por sembrar el maíz y el frijol y lo talaron, pero hace 37 años esa zona la declararon una zona protegida y allí hay miles y miles de árboles, es un lugar bellísimo, y esos se llaman bosques secundarios, pero hay un bosque primario que tiene más de 500 años, que no ha sido afectado por la maldad del hombre, y allí esa es una región reconocida mundialmente por la generación de agua, por la generación de oxigeno y allí convive la naturaleza y hay miles de aves que no existen en otras partes y hay cientos de animales, hay plantas, y también en esos lugares hay población, y me encontré con una señora que nos había asistido en la alimentación y le pregunto: ¿mire y estas dos muchachas como van en los estudios?, mira, me dice, ella está ya por terminar su sexto grado y la otra niña ya salió de sexto grado, ¿pero están estudiando le dije?, están bien jovencitas, tienen que seguir estudiando, no me dice: “y cómo vamos a hacer si aquí en este lugar las escuelas o tienen hasta tercer grado o hasta sexto grado”, en toda esa zona no tienen tercer ciclo ni bachillerato, y además una escuelita allí cerca de un cantón que se llama Honduritas, solo tiene un maestro, y ese maestro enseña desde primer hasta sexto grado, imagínense y como queremos pedirles a nuestros jovencitos que cuando vayan a la PAES saquen 10, si tienen una formación deficiente, esa es la realidad que hay que cambiar en este país.

Y si vamos a hablar de los discapacitados, que ayer fue su día, cuantos miles, cientos de miles de niños, adultos discapacitados están excluidos por esta sociedad, eso es lo que hay que cambiar en este país.

El cambio no es hacer riqueza para acumular riqueza, es hacer feliz a la familia, que no se nos quite esto de la mente, nuestro cambio es la felicidad del ser humano [APLAUSOS] Si eso no lo tienen en la mente van a utilizar al partido pero no para sus fines, porque ahora como somos un partido que participamos en elecciones, muchos quisieran ser líderes, y quisieran ser alcaldes, quisieran ser diputados, y yo me pregunto, ¿Porqué una persona quiere ser alcalde, quiere ser diputado?, si miren, yo no hallo como hacer con tanto cargo que tengo, y cuál es la razón de ser, ¿será para pensar en la gente, será para ayudarle a la gente o para enriquecerse?.

El que ha buscado este partido para enriquecerse se ha equivocado, ese partido se llama ARENA, este (el FMLN) es un partido para luchar por la gente humilde [APLAUSOS] y más los que tienen responsabilidad, tienen que hacer más sacrificio y más responsables, sabemos lo que significa eso, en la guerra cuantos familiares de ustedes dieron la vida por esto, y cuantas familias no quedaron solas, con sus madres, o sin el padre o la madre porque se tuvo que hacer otras tareas difíciles. Pero no importaba porque para nosotros la razón de ser de este partido es convertir este país en un país de bienestar para todos los salvadoreños, y esa es la fortaleza, no la pierdan.

Todas las encuestas dicen: ARENA es el partido de los ricos y el FMLN es el partido de los pobres, lo dice el pueblo en las encuestas [APLAUSOS]

Esta jornada es una jornada para ayudarles a ustedes porque vamos a una campaña difícil, no es que no tengamos oportunidades, hoy estamos más y en mejores condiciones que antes, ahora somos un partido unido, unido más que nunca, antes las peleas de candidaturas nos dividían, y hoy nos han unido, eso no quiere decir que no haya diferencias cuando está este proceso, eso es lógico, somos humanos, pero antes esas peleas nos dividían, ahora vamos más unidos que la derecha, la derecha va totalmente desunida [APLAUSOS]

Vamos también con una historia que nadie la puede desconocer, son 31 años de lucha, ustedes no van ahora por casualidad, ustedes representan un partido que tiene historia, que luchó toda la vida contra las dictaduras militares y logró en El Salvador ponerle fin a la dictadura militar, eso no lo ha hecho nadie más en la historia de El Salvador. Ese cambio transformador, ese cambio en el que la vida no era perdonada si uno era opositor al partido oficial, ese es un cambio significativo, esta situación que vivimos es la lucha de miles y miles de salvadoreños y salvadoreñas que dieron su vida por este momento, esto no es regalo de nadie, no es regalo de la derecha, no es regalo de Estados Unidos, es la sangre de miles y miles de salvadoreños que lucharon por hacer este logro [APLAUSOS]

Ustedes van representando al partido con una historia de lucha por el pueblo salvadoreño, nadie, nadie, les puede negar eso que está demostrado por 30 años.
Y es un partido que va ahora con una gran experiencia y que estamos llenando un vacio antes no teníamos elaborada nuestras ideas, no teníamos escritas nuestras ideas, teníamos que leer mucho todo el pensamiento revolucionario de Fidel, de Hugo Chávez o de otras personas intelectuales progresistas, que hablan mucho de la política de género, que hablan mucho de la política de medio ambiente, y que no son Marxistas pero que están escribiendo por el bien de la humanidad. Pero ahora ustedes cuentan con una herencia de pensamiento ordenado.

Esta semana se presentó este libro, es un poco grueso, van a decir va a costar leerlo, pero no, es el libro de Schafik que se llama “Legado de un revolucionario del rescate de la historia a la construcción del futuro”, aquí van a encontrar muchas respuestas que les va a hacer la gente, úsenlo, aquí está Schafik, Schafik no ha muerto, Schafik está en nuestro pensamiento [APLAUSOS] y es la guía nuestra.

Ha escrito también Ramiro, Medardo, ha escrito Lorena, y todos esos libros los pueden encontrar en Ocean Sur. Estamos siguiendo el ejemplo de Schafik, nosotros tenemos que hacer un proceso de investigación, y estamos buscando institutos de investigación que pongan a la mano de todos nosotros el pensamiento de Farabundo Martí, porque Farabundo Martí sentó las bases de la revolución en El Salvador y en Centroamérica, y Farabundo Martí, junto con Schafik y junto con Mélida Anaya Montes, la comandante Ana María son el sustento ideológico de este partido.

A Farabundo lo hemos leído mucho, también a través de investigaciones que han hecho compañeros, pero cuando nos dicen “que nosotros no debemos ser ideológicos”, pero eso no hay que confundirse, nosotros si tenemos una ideología, son nuestras ideas, que no es la ideología de la derecha, y se expresa en eso, la derecha no piensa en los niños, la derecha no piensa en las mujeres, la derecha no piensa en el medio ambiente, lo que la derecha piensa es en acumular y acumular riqueza. Tenemos dos pensamientos diferentes, y por eso es que hay mucho compañero que se confunde, ¿por qué?, porque la derecha tiene la televisión, tiene la radio, y allí meten su pensamiento, le enseñan a uno a pensar solo en uno, a ser individualista, lo convencen en acumular riqueza y de olvidarse de los demás, es decir, son anti-solidarios, pero nosotros debemos tener nuestras propias ideas, estas luchas ahora ya no son lucha armada, son luchas de ideas, y la idea nuestra cuando se la damos a la gente tiene más fuerza que la idea de la derecha, porque nuestras ideas son ideas de cambio y de transformación. Aquí no hay ningún partido que esté en condiciones de hacer las transformaciones en este país, ese partido se llama FMLN y deben sentirse ustedes orgullosos de pertenecer al FMLN [APLAUSOS] es este partido el partido del cambio, el partido de la transformación.

¿Cuál es el gran reto que tenemos ahora? Es darle continuidad a este cambio, que es lo otro que yo quiero dejar en esta entrevista, hay que darle continuidad para hacer las transformaciones, hay que darle continuidad, darle continuidad a nuestras ideas, las ideas se van transformando se van enriqueciendo a partir de la relación con el pueblo, porque es allí donde uno encuentra las propias ideas de la gente por la que nosotros luchamos y escuchémosla, cuando ustedes vayan al trabajo casa por casa escúchenla, porque hay muchos mensajes que nosotros tenemos que retomar.

Hay muchos mensajes que es lo que se puede hacer ese cambio, en la medida que nosotros estemos con la gente vamos a tener esa capacidad transformadora y en la medida que nos alejemos de la gente vamos a perder esa capacidad.

Por eso yo les sugiero que si alguna vez tienen duda cuando van a la campaña casa por casa lean este libro de Schafik, lean esta entrevista que yo he tratado de hacer como ya bien lo han planteado los expositores anteriormente.

Pero ustedes tienen que ir ahora a esa batalla, siempre que nosotros íbamos a una batalla, fuera social allá por los años 1960s que la lucha era más que todo reivindicativa, a través de los sindicatos y de las organizaciones de masa, a través de las organizaciones campesinas, a través de los sindicatos obreros, a través de las organizaciones magisteriales, siempre nos preparábamos para ir armados de ideas, y claro en la guerra nos preparamos para ir armados de las mejores tácticas y estrategias guerrilleras para derrotar al enemigo interno y al enemigo externo. Aquí hubo una intervención de los Estados Unidos, no lo podemos olvidar. Y ahora que vamos a una nueva batalla, que es una batalla electoral, tenemos que ir armados de las ideas, y no dejarnos nosotros derrotar en nuestras ideas, y la mejor forma de cómo no ser nosotros derrotados en nuestras ideas es que tengamos respuestas a esa pregunta, a esa pregunta que antes hace ya casi 20 años nos dijeron ¿Y creen ustedes que después de tanta sangre derramada lograron algo con los Acuerdos de Paz? Yo ahora les digo a ellos miren la respuesta, miren a este pueblo ahora como decide, como decide ese cambio importante, que nosotros no hagamos uso de todas las armas porque ahora lo más importante es la participación, ¿Cómo derrotamos electoralmente a la derecha después de todas esas campañas de miedo y de engaño que ellos hacen?, fuimos a trabajar con la gente y la gente les perdió el miedo y como perdió el miedo votó contra ARENA y votó con el FMLN [APLAUSOS]

Ahora tenemos que vencerle la opinión que tiene la gente de que no ha cambiado nada y que de nada sirve votar por el FMLN. Hay que demostrarles, yo allí en la entrevista trato de hacerlo, pero el partido les ha hecho llegar todos los cambios que se han hecho: en obras públicas, en salud, en seguridad pública, en educación, en todos los campos donde trabaja el gobierno donde tenemos responsabilidades el FMLN.

Nosotros somos un partido que nuestra obligación es pensar hacia adelante. Hay muchos funcionarios que solo están pensando en sus 5 años, y nosotros no debemos de ser como ellos, sino que estamos obligados a ser un buen gobierno, pensar bien en estos dos años que nos van quedando ya, pero pensar hacia adelante, que tenemos que darle continuidad y que el gobierno tiene que ser conducido por muchos años por el FMLN, por voluntad del pueblo [APLAUSOS] esa es la gran batalla que tienen ustedes.

Hay batallas fáciles, hay municipios que han visto obras de los alcaldes, pero hay batallas difíciles como la batalla de aquí de San Miguel, pero yo creo que la labor que está haciendo Ricardo con todos ustedes está siendo favorecida por la opinión de la gente [APLAUSOS]

Y en la Asamblea Legislativa tenemos la oportunidad de tener más diputados.

Y el gobierno es poder local, poder municipal y poder ejecutivo. Tenemos que lograr lo que hemos logrado en este año anterior, más alcaldes, más diputados y el ejecutivo lo debemos de seguir manteniendo, [APLAUSOS] tenemos todas las condiciones, estamos en esas posibilidades.

A veces los medios de comunicación quieren desmoralizarlos a ustedes como que estamos peleados con el Presidente, por eso yo trato de explicarles en la entrevista ¿Qué es este gobierno? ¿Cómo llegamos a este gobierno? Y nos hemos diferenciado, pero ahora ya ustedes escucharon al diputado Arístides decirles en esta batalla por la Reforma Fiscal vamos a trabajar, vamos a dar una lucha férrea, vamos a acompañar al Presidente para hacer esa Reforma Fiscal y que el país ya no se siga endeudando sino que los que tienen más tienen que pagar mas [APLAUSOS] esa es justicia, es por la justicia que nosotros luchamos, eso es hacer justicia, este país es uno de los países que en su PIB en América Latina y en el mundo somos el país que tenemos menos carga tributaria, hay países que la carga tributaria es la mitad del presupuesto, y aquí lo mas que se llega es a un 13 ó 14 por ciento, ¿Por qué? porque ustedes ya vieron allí a los señores empresarios con grandes aplausos por el Asocio para el Crecimiento y con grandes aplausos porque quitaron al Ministro Melgar, y el Ministro Melgar después de hacer grandes cambios en la Seguridad Pública, por primera vez se incautó tantos millones de dólares de los que aquí se trafican la droga, y la depuración que hizo de la policía, y el trabajo de prevención que hizo en muchas comunidades, que muchas comunidades ahora las ha vuelto unas comunidades que viven en armonía, pero la derecha eso no lo reconoce, pero miren ahora si están aplaudiendo la Reforma Tributaria. Han dicho no lo vamos a hacer, no vamos a apoyar, lo ha dicho la ANEP lo han dicho todos ellos, claro, aquí está la muestra del cambio, este gobierno tiene que demostrar que sus intereses son los intereses del pueblo y no los intereses mezquinos de los grupos empresariales, ese es un reto que tenemos, y hay que luchar, hay que apoyar al gobierno en todo lo que podamos para que se logre esa reforma fiscal así se puede invertir más en salud, así esos niños que no tienen posibilidades de terminar el bachillerato y esos jóvenes que no pueden encontrar trabajo y esos jóvenes que no pueden tener oportunidades de estudios superiores puedan tenerlo.

Se necesita más inversión y ya no se puede seguir endeudando con préstamos, con esos préstamos hemos resuelto el paquete escolar, hemos resuelto el vaso de leche, hemos resuelto que a los más pobres se les dé un bono a las personas adultas, a los jóvenes que viven en comunidades pobres les den un subsidio para que puedan estudiar, para que puedan trabajar, eso se ha hecho con préstamos, debería de hacerse con los fondos que genera el país, por eso esta reforma es una reforma de justicia, ellos les van a decir a ustedes que esa reforma se la van a cobrar a ustedes porque les van a aumentar los precios, o van a quitar empleados, es siempre la misma amenaza, pero lo más importante es que esa amenaza creo que va a ser mas difícil que antes, porque ahora hay mecanismos para garantizar que no se golpee el bolsillo de los más pobres [APLAUSOS]

Les pido que entiendan nuestro gobierno, que lo entiendan, que hay contradicciones, no podemos estar de acuerdo en todo, nosotros decimos que para nosotros, y si ustedes leen el libro de Schafik van a encontrar que en el libro dice de que para nosotros ahora estamos en una etapa de revolución democrática, hacer que la democracia en este país se consolide, eso lo dice Schafik en su libro y los decimos nosotros y lo venimos repitiendo, para nosotros un país democrático es fundamental y un país democrático es cuando se respeta la voluntad del pueblo, el pueblo es el soberano esa es la verdadera democracia, y porque nos hemos opuesto a que un militar sea el ministro de seguridad pública, porque atenta contra el concepto de democracia, de que debe haber separación entre la Fuerza Armada y la Policía, no es que estemos en contra de la Fuerza Armada, nosotros reconocemos a la Fuerza Armada, que ha hecho un gran cambio después de los Acuerdos de Paz, es respetuosa del poder civil, antes de los Acuerdos de Paz, cada tres años habían golpes militares y los militares quitaban y ponían a los Presidentes, ponían el Presidente que ellos querían y hacían elecciones falsas, elecciones totalmente fraudulentas, no respetaban la voluntad. Ahora es una Fuerza Armada respetuosa del poder civil, esa combinación de Fuerza Armada conduciendo la seguridad pública va a desprestigiar a la Fuerza Armada que tanto ha logrado a partir de los Acuerdos de Paz, profesionalizarla, consolidarla y que sea respetuosa del derecho de las personas, fundamentalmente el derecho de la vida de las personas, por eso nos hemos opuesto, pero no nos vamos a oponer a la Reforma Fiscal, porque el país necesita más recursos para la Salud, muchos municipios de ustedes conocen los ECCOS, esas unidades de médicos, enfermeras, especialistas, que están yendo hasta los cantones más remotos. Yo les pregunto ¿Cuándo la gente humilde y pobre que vive en las zonas más alejadas había tenido un medico en su casa?, nunca, nunca, ahora con la Reforma de Salud que esperamos que se extienda en todo el país vamos a lograr eso, hacer llegar que nuestros habitantes, nuestros ciudadanos, sean y vivan en los lugares más lejanos, sean pobres o ricos, estén en una situación de salud. Saludables y con buena educación.

Entonces, no se dejen confundir por esas diferencias. A veces las diferencias pueden llegar hasta situaciones que podrían decir ustedes irrespetuosas, ya sea por parte del FMLN o por parte del gobierno. A veces puede ser que se pierda no la razón sino que en la euforia no se piense con el cerebro sino mas con el corazón, pero yo les quisiera decir que nosotros estamos basados y trabajamos en base a ideas y nuestras ideas corresponden a respetar el derecho y el sentimiento de la gente.

Ustedes han escuchado a organizaciones que dicen que son de izquierda y que son los que más atacan, ustedes conocen a un personaje, no les voy a decir el nombre porque ustedes ya lo saben, que ha confundido quienes son los amigos y quiénes son los no amigos, para no decir enemigos porque no les gusta, y ese personaje ataca al FMLN en una forma tan virulenta y yo digo, bueno, si este es un marxista ¿Que no sabe que en una sociedad hay gente amiga y gente que es no amiga? ¿A que lo lleva esa confusión?, y Schafik también lo dice en el libro, él lo dice con su nombre, ¿por qué? por la sencilla razón de que ellos creen que a solamente través de la lucha meramente social van a hacer los cambios y van a hacer las transformaciones. Nosotros lo hicimos en la década de los 1960s y los 1970s, y en la década de los 1960s la lucha social puso en jaque al gobierno, pero la derecha, la oligarquía tenía a los militares y los militares comenzaron a matar maestros, a matar campesinos, a matar sindicalistas, para evitar el cambio. Nosotros hicimos la guerra para hacer el cambio, pero intervino Estados Unidos, si Estados Unidos no hubiera intervenido aquí hubiéramos hecho un cambio a través de la lucha armada.

Ahora, ¿En qué estamos convencidos, y por qué nos respetan a nivel mundial? Porque somos el único partido que dejamos las armas y hemos llegado al gobierno [APLAUSOS] no hay en América Latina un partido que dejó las armas y ha llegado al gobierno. ¿Y por qué hemos llegado al gobierno?, por la voluntad del pueblo, y es la voluntad del pueblo la que nos va a mantener en el gobierno o nos va a sacar del gobierno, por eso es que tenemos que luchar por ganar la voluntad de la gente [APLAUSOS]

Por eso es que a veces ellos coinciden en su ataque que hacen, uno los escucha a ellos y escucha a la ANEP y escucha a FUSADES y es la misma cosa, y uno se pregunta, bueno y este amigo porque estará tan confundido, cual es la razón, yo todavía no he tratado de encontrarla, no creo que sea resentimiento contra el FMLN porque él fue dirigente del FMLN y una persona del FMLN no llega a esos niveles de resentimientos, habrán otras razones pero ya el tiempo explicará cuales son las verdaderas razones de esa posición.

Pero la derecha también, la derecha nos ataca y dice, es que ustedes son dinosaurios, ustedes son ortodoxos, y ahora hay personas que nos están diciendo que tenemos telarañas.

Hay que tener en cuenta que las ideas generan lucha, esas expresiones son producto de una lucha, la lucha que quiere un FMLN sometido, ellos dicen un FMLN “realista”, pero “realista” en el sentido que se acomode con esta situación que vive el país. Ellos quieren que el FMLN deje de luchar, ellos quieren que el FMLN no piense en una sociedad nueva, que no pensemos en el socialismo, que no seamos amigos de Cuba, que no seamos amigos de Nicaragua, de Venezuela, de Ecuador, pero yo les pregunto a ustedes ¿creen que ese es el camino del FMLN? No es el camino, y mientras estemos hombres y mujeres que dimos nuestro sacrificio durante la guerra, no lo vamos a permitir [APLAUSOS], no vamos a regresar a eso, los que siguieron ese camino, las organizaciones militares que siguieron ese camino fracasaron, y ahora nadie les hace caso. Y por qué nos tienen tanto temor, ellos dicen que nos tienen miedo porque no saben que pensamos, ellos bien saben lo que pensamos, la cosa es que ellos nunca quieren comprender que con los Acuerdos de Paz este país cambió y que ahora es el pueblo el que decide, y no el dinero, no las armas, es el pueblo, y eso es lo que nosotros reivindicamos, el pueblo como el elemento fundamental de los cambios en el país [APLAUSOS]

Y eso es lo que van a encontrar en este libro de Schafik, y esto es lo que yo trato de explicarles. Porqué, porque también ha habido una lucha. No es solo que hay contradicciones, y que nos contradecimos, y que nosotros decimos un nombre y ellos dicen otro nombre para tratar de desprestigiarnos, sino que hay una lucha, ellos quieren atraer a una parte del FMLN para que cambie su vinculación con el pueblo y deje de soñar con una sociedad diferente. Y si ustedes no tienen claridad de lo que es el FMLN los van a confundir. Hay una parte del gobierno que quiere debilitar al FMLN y le anda ofreciendo un mundo, porque ellos creen que pueden formar otro partido, diferente al FMLN, pero ese partido no va a ser ninguna alternativa de cambio, ninguna, Villalobos quiso hacer un partido, no lo pudo, Facundo quiso hacer un partido, no lo pudo, porque el FMLN es un partido con historia y con decisión de lucha [APLAUSOS] no lo vamos a permitir.

Ese contexto, pero lo que no debemos de perder de vista es trabajar con la gente. La democracia para que se consolide tiene que ser participativa. Esta palabra yo la repito muchas veces, Schafik la ha repetido muchas veces, que debemos darle el poder al pueblo, al pueblo para que decida, al pueblo para que nos critique y al pueblo además para que sea el gestor de estos cambios, ese es el gran reto.

Ahora no podemos hacer la campaña solo metidos en la casa de campaña, o sólo andando haciendo pintas, ahora tenemos que agarrar barrio por barrio, cuadra por cuadra, casa por casa, que no se nos quede ninguna casa sin ir a platicar. Y que es lo que van a irles a platicar porque la principal pregunta que les van a hacer es ¿Y para que me andas pidiendo el voto si ya les dimos el gobierno y no hicieron nada? Entonces este libro de Schafik, esta entrevista que es de más o menos sesenta paginas, les van a dar las herramientas para que sigamos gobernando, no le podemos fallar a nuestro pueblo. Yo en ese folletito que ya lo han descrito bastante los anteriores presentadores, que es alrededor de preguntas y respuestas, pero yo en esta parte trato de hacer ver cuál es ese cambio, cuando nosotros todavía no estábamos unidos en el FMLN, allá por los años 1950s, 1960s y 1970s que la lucha principal era terminar con la dictadura militar, conformamos un gran movimiento social, nunca en la historia de El Salvador ha habido un movimiento como ese, surgieron cinco organizaciones o más organizaciones de campesinos, obreros, y después nos unimos, y ya unidos pusimos en crisis al gobierno y el gobierno tuvo que dar un golpe de estado y ponerse a unos militares jóvenes al frente, pero después, a esos militares jóvenes de inspiración democrática les cambiaron el rumbo, ya saben quién les cambió el rumbo, y decidieron reprimir, no nos quedó otro camino que defender nuestra vida y defender nuestras ideas, y por eso decidimos agarrar las armas, porque aquí se cerraron todos los espacios democráticos, pero las armas eran para seguir luchando por el pueblo, y por eso es que no dudamos en firmar los Acuerdos de Paz, porque allí están sentadas las bases de toda esta sociedad que estamos formando, que estamos creando, como un paso de hacer cambios y transformaciones que nos lleven a esa sociedad donde pueda haber felicidad para la familia, pero eso es de lucha permanente.

Ustedes ven como Cuba, un país socialista, está haciendo cambios para defender el socialismo, como Venezuela está haciendo cambios para mantener ese proceso socialista en América Latina, y como otros países como Argentina, como Brasil, están haciendo también cambios pero para ayudar al pueblo, por eso es que ahora la mejor región, la región llamada a incidir en el mundo es la región de América Latina, ahora Europa está sometida en una profunda crisis que no saben qué hacer, Estados Unidos está en crisis permanentes, miren miles de jóvenes allí pidiendo que las políticas que han hecho los han llevado a la pobreza, eso es en Estados Unidos, la única región donde ahora se está creciendo, la única región donde se respetó las riquezas de esos países, y ganaron su soberanía, es América Latina.

Ahora sale en los diarios, los que tienen oportunidad, los que han visto en estos días el periódico y los que han tenido oportunidad de ver TELESUR, han visto que se realizó la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe CELAC, y allí llegaron 33 países, solo faltaron tres presidentes, pero 33 países que decidieron seguir unidos para seguir convirtiendo a América Latina en una región de Paz, en una región democrática, y en una región donde se pueda darle mejor bienestar a la gente. Y no invitaron a Estados Unidos, no invitaron a Canadá.

Este es un gran avance, se quiere aislar a América Latina, aquí ustedes ven que hay campañas enormes por desprestigiar a América Latina, pero América Latina ha decidido mantenerse unida, México, Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba, la mayoría de los países de la región del Caribe, República Dominicana, 33 países, y 33 países que van a hacer realidad el sueño de Farabundo Martí que luchó para que esta región pudiera ser soberana y no fuera a ser dominada por fuerzas extrañas, por eso Farabundo fue a luchar allá a las montañas de Nicaragua acompañando a Augusto Cesar Sandino para no permitir la invasión de Estados Unidos a Centroamérica.

Se está cumpliendo el sueño de Morazán que murió por la Unión de Centroamérica, se está cumpliendo el pensamiento de José Martí, pensador y luchador del pueblo de Cuba y que es un ejemplo para América Latina, y se está cumpliendo el pensamiento de Simón Bolívar de unir a América Latina, este es un ejemplo de lo que podemos hacer los países que queremos ser libres, que queremos ser soberanos y que queremos ser independientes [APLAUSOS] Y El Salvador estuvo presente, porque también nos unimos a esos intereses.

Yo les quisiera decir también que no solo tenemos condiciones propicias para seguir y darle continuidad a seguir gobernando, sino que América Latina está en una ola de transformación y de cambio, El Salvador tiene que unirse a esa ola de transformación, y no a la ola que quiere invadir al mundo para destruir al mundo [APLAUSOS]

Muchas Gracias [APLAUSOS]

Los dueños de América Central

Los dueños de América Central

Vernick Gudiel y Lorena Álvarez
El Periódico (Guatemala)

Presiden los 10 grupos empresariales mas importantes e influyentes de la region. Su facturación representa un buen porcentaje del Producto Interno Bruto de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Jorge Castillo Love (Guatemala)

Presidente de la Corporación Castillo Hermanos (un holding de 82 empresas), Cervecería Centroamericana, Inversiones Centroamericanas, Grupo Financiero Industrial y G&T Continental. Los siglos y los gobiernos pasan, pero la familia Castillo sigue ahí, su linaje se remonta hasta el cronista de la conquista y encomendero Bernal Díaz del Castillo. En 1886 se funda la Cervecería Centroamericana, su empresa emblema, la cual emplea a unas 8 mil 500 personas. La Corporación Castillo Hermanos se ha diversificado a la rama de alimentos, snacks, empaques y bebidas, y el Centro Comercial Pradera Concepción (una inversión de US$40 millones con Multiproyectos). Sus negocios se extienden a Nicaragua (socios con el 49 por ciento de las acciones del Consorcio Cervecero Centroamericano, Coceca), y con plantas de alimentos y snacks en Honduras y Nicaragua. Su facturación supera los US$1,000 millones anuales.

Julio Herrera Zavala (Guatemala)

Presidente del Ingenio Pantaleón, Agropecuaria Atitlán, Spectrum Inmobiliaria (vivienda y centros comerciales), Procalidad (alimentos), participación en los bancos Industrial, Cuscatlán y Agromercantil. Pantaleón Sugar Holdings surge en 1849 con la fundación del Ingenio Pantaleón, son descendientes directos de Manuel María Herrera, ministro de Fomento del general Justo Rufino Barrios, y de Carlos Herrera Luna, ex presidente de Guatemala (1920-1921); poseen ingenios en Honduras y Nicaragua (Monte Rosa, el segundo más grande del país), y sus ventas anuales se han estimado en más de US$200 millones, generan más de 50 mil empleos. Pantaleón es considerado el mayor exportador de azúcar de Latinoamérica. Desde 1990 participa en la cogeneración de energía eléctrica en Guatemala y también en Nicaragua. En 2005 invirtieron US$30 millones para producir etanol (alcohol carburante), en alianza con firmas colombianas y brasileñas.

Ramón Campollo (Guatemala)

Dirige el Ingenio Madre Tierra, la Compañía Petrolera del Atlántico, inversiones en generación y distribución de energía, producción de palma africana. Luego que el presidente Dwight D. Eisenhower le retirara su cuota azucarera a Cuba, con la llegada al poder de Fidel Castro, arriba a Guatemala en 1963 procedente de Jamaica; se afirma que controla unos 17 ingenios en diferentes países, incluyendo Costa Rica, República Dominicana y Cuba. La Compañía Petrolera del Atlántico (CPA) obtuvo una polemica concesión para explotar petróleo y gas en el Lago de Izabal durante el gobierno de Alfonso Portillo. En energía, participa en la generación con carbón y bagazo de caña, es socio nacional de la Empresa Eléctrica (EEGSA). En Petén posee plantaciones de palma africana.

Otros grupos empresariales relevantes de Guatemala son: la familia Botrán; los Novella; los Paiz, hoy socios de Wal-Mart; el ex banquero Francisco José Alvarado Macdonald y el textilero Joe Habie.

Dionisio Gutiérrez y Juan Luis Bosch (Guatemala)

Copresidentes de Multi-Inversiones (un holding de más de 300 empresas) con avícolas y pecuarias en toda Centroamérica; inmobiliaria Multiproyectos; generación de energía Renace e HidroPolochic, en construcción; finanzas, molinos, concentrados, molinera Maya en República Dominicana. Su empresa insignia es Pollo Campero, con 218 restaurantes en Centroamérica, Ecuador, México y EE.UU., próximos a abrir en España, Indonesia, y China. Campero recién traslado sus oficinas a EE.UU., para convertirse en una franquicia global con más de 600 restaurantes a nivel mundial para 2010.Sus ventas superan los US$2,000 millones anuales y 28 mil empleados. Juan Luis es invitado a las reuniones de magnates de Carlos Slim. Su origen se remonta a su bisabuelo Dionisio Gutiérrez, un inmigrante español que llegó a San Cristóbal Totonicapán, hace ya 111 años donde abrió una pequeña tienda.

José Ricardo Poma Delgado (El Salvador)

Preside el Grupo Poma, con presencia en Centroamérica, Panamá, República Dominicana, Miami (EE.UU.) y próximamente en Colombia. Opera 20 hoteles de 5 estrellas y franquicias internacionales bajo el Grupo Real; la división Grupo Roble administra 17 centros comerciales bajo las marcas Multicentro y Metrocentro en toda la región, además ha construido más de 50 mil viviendas en El Salvador y desarrollos turísticos. Su división Excel Automotriz vendió 18 mil vehículos en toda la región y para 2006 prevé vender 20 mil. Ricardo lidera el Grupo Poma, que fundó su abuelo Bartolomé Poma y Génova, un inmigrante catalán que llegó a trabajar a México como mecánico hace 95 años y que luego invirtió sus modestos ahorros para conseguir la representación de la marca Hudson para El Salvador. Es amigo personal de Carlos Slim y su aliado con las tiendas Sanborns.

Otros magnates destacados de El Salvador son: Roberto Kriete, presidente de Grupo TACA, y el empresario cervecero Bobby Murray.

Miguel Facussé Barjum (Honduras)

Hijo de inmigrantes palestinos. El Tío Mike es amigo de Fidel Castro y de todos los presidentes de Honduras, a quienes ha aconsejado, “él sólo apoya la democracia”, afirma. Cuando tenía 33 años se fue a tocar las puertas del BID a Washington, porque le negaron un préstamo de US$375 mil, y los hizo cambiar de parecer. A sus 82 años, es el empresario más poderoso de Honduras. Presidente de la Corporación Cressida, líder del mercado de productos de consumo, con presencia comercial en Centroamérica, Panamá y México, ha lanzado más de 350 productos al mercado. En 2003 vendió su división de productos a la inglesa Unilever. Es el mayor productor de palma africana de Centroamérica, con una plantación de 17 mil hectáreas en la cual invirtió US$34 millones y generó 7 mil empleos. Proyecta ampliar en 20 mil hectáreas su plantación, para lo cual invertirá US$200 millones. La producción de palma africana representa el 10 por ciento del PIB de Honduras.

Otros empresarios destacados son: el banquero y maderero José Lamas Bezos, el banquero y cementero Jaime Rosenthal, Schucry Kafie y Jorge Canahuatti.

Fredy Nasser Selman (Honduras)

Desciende de una familia árabe textilera, saltó a la palestra al fundar la telefónica Megatel en Honduras. Luego se hizo del 40 por ciento de las acciones en Empresa Nicaragüense de Telefonía (Enitel), que vendió por US$85 millones a América Móvil, de Carlos Slim (se rumora que la operación alcanzó los US$200 millones e incluyó las acciones que poseía en Telecomunicaciones de Guatemala, Telgua). Accionista mayoritario en InterAirports, administra los cuatro aeropuertos internacionales de Honduras. Es presidente de Grupo Terra, fundado en 1978 y con interés en energía, petróleo, químicos, telecomunicaciones, infraestructura, inmobiliaria y servicios. En los últimos 5 años, Grupo Terra ha realizado inversiones por más de US$315 millones y proyecta invertir más de US$270 millones en energía térmica. Está casado con una hija de Miguel Facussé Barjum. Fredy es muy buen anfitrión: en 2004 le prestó su lujoso yate al príncipe Felipe Borbón y Letizia Ortiz, y después, su jet para volar de Nassau a Miami, pero los agentes de migración del aeropuerto de Miami los revisaron y descubrieron su relación.

Carlos Pellas Chamorro (Nicaragua)

Su bisabuelo, Alfredo Pellas, un comerciante genovés llegó a Nicaragua con US$400 mil en 1875, todo el dinero del mundo en esa época. Preside desde 1980 al Grupo Pellas, un conglomerado de más de 50 empresas, activos por US$4 mil millones y 15 mil empleados integrado por: BAC International Bank, presente en Centroamérica y Florida, EE.UU. Licores Flor de Caña; Casa Pellas, distribuidor de Toyota en Nicaragua; participa en GBM, representante de IBM en Centroamérica y República Dominicana; productor de azúcar y energía con Nicaragua Sugar Estates (ingenio San Antonio), y una de las fincas más grandes del mundo de naranjas (7 mil hectáreas).Su último gran negocio fue la venta del 49.99 por ciento de BAC a la multinacional General Electric (GE) por una suma cercana a US$500 millones. “Ese dinero no lo voy a tener durmiendo en un certificado” (quiere comprar bancos en Guatemala y pidió permiso para fundar uno en México). En 2005 recibió el premio de las Cámaras de Comercio e Industria de América Latina (Camacol) como el empresario más importante del continente. Su casa es visita obligada de todos los mandatarios nicaragüenses, incluyendo sandinistas, todos van a pedirle consejos.

Sebastián Tena Pujol (Costa Rica)

El grupo fue fundado por Joseph Pujol Martí, un corredor de bolsa en Barcelona que abandonó España por la guerra, y emigró a Costa Rica, donde se estableció como agricultor. En 1945 fundó Abonos Agro; el grupo es hoy un conglomerado de empresas dedicadas a la fabricación de materiales de construcción, acero, trefilería, madera, ventanas y puertas de PVC, y hostelería. El Grupo Pujol Martí presume que su facturación representa el 3.5 por ciento del PIB de Costa Rica, emplea a 2 mil 500 personas, con un volumen operaciones de US$365 millones. En enero, le vendieron una participación del 50 por ciento en Laminadora Costarricense y Trefilería Colima a la europea Arcelor, la segunda acerera del mundo. También invirtieron 68 millones de euros en una empresa de fabricación de fibroyeso en Cantabria, España, y fundaron una nueva naviera. Las fortunas de los magnates costarricenses no son tan grandes como las de sus colegas centroamericanos, ya que la distribución de la riqueza es más equitativa en Costa Rica. Otros empresarios destacados son: Francis Durman; el ganadero Víctor Mesalles; La familia Uribe, socia de Wal-Mart; y el industrial Rodolfo Jiménez..

Stanley Motta (Panamá)

Presidente del Grupo Financiero Continental, con más de US$2,500 millones en activos; al cual pertenecen el Banco Continental de Panamá, la aseguradora ASSA; dueño de Televisora Nacional Canal 2, Motta Internacional, GBM Corporación, Telecarrier, Inversiones Bahía, accionista mayoritario de Copa Airlines, la segunda aerolínea de Centroamérica, con ganancias de US$78 millones en 2005. En 2005 compró la segunda aerolínea colombiana, AeroRepública, por US$23 millones. Posee inversiones importantes en Manzanillo International (MIT), la terminal portuaria más grande de Centroamérica y en la cual se han invertido más de US$300 millones, Multiplaza Pacific Panamá, que representó una inversión de US$100 millones. Asiste a las reuniones de magnates que organiza su amigo Carlos Slim. De extracción humilde, su padre, Alberto C. Motta, fue un vendedor ambulante que en la década de los 30 vendía periódicos y jabón hasta llegar a ser un próspero ganadero, y en 1947 fundó la primera empresa en la Zona Libre de Colón; de él heredó su olfato para las inversiones y para vender “cuando te agarran a billetazos”

22 años y la ofensiva se reanuda

Lunes, 14 de Noviembre de 2011 / 08:48 h
22 años y la ofensiva se reanuda

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Dagoberto Gutiérrez

En los meses anteriores al 11 de noviembre de 1989, el Cerro de Guazapa ardía de tensión y concentración. En todas las unidades guerrilleras se esperaba algo grande y un rumor corría hacia arriba y hacia abajo del cerro, culebreaba en los barrancos, se amontonaba en el bosque, se bañaba en las tardes calurosas, y día tras día, el rumor dejaba de ser rumor y el secreto aparecía como una realidad. Se trataba de una ofensiva que nos conduciría a la capital del país. Había entusiasmo y tensión. Entendíamos que era una demostración de fuerza y que si lo hacíamos era porque éramos fuertes. El hecho de llevar la guerra a la capital era como tomarse el corazón del enemigo.

El taller preparaba explosivos en cantidades y estos eran adelantados a depósitos cercanos a San Salvador. Los equipos eran revisados, los implementos de cada combatiente eran asegurados, el estado de las botas era atendido y en el ambiente flotaba una sensación de lucha a muerte. Nadie estaba seguro si saldría con vida porque además era la primera vez que se peleaba en las calles de la ciudad, en una acción concertada a nivel nacional.

La tarde que nos movimos, cada quien recogió todo y levanto todos sus implementos hasta que el campamento de El Franco, en una pequeña meseta del Cerro de Guazapa, cubierto de arboles azotados por el sol, quedó solitario, y parecía extrañar a sus habitantes. El campamento vacío parecía despedirse. Todos los combatientes nos reunimos en la explanada de El Quemado, llenos de firmeza y determinación, con una convicción inquebrantable, y sabedores que entrábamos a una etapa diferente de la guerra, superior y definitiva. Yo dirigí unas breves palabras a los combatientes y todos los rostros expresaban la decisión del combatiente y la entrega. Todos parecíamos saber que nada sería fácil y que no había retorno. Todos llevábamos al Cerro de Guazapa en nuestra mochila. Combatiríamos de ahí en adelante en San Salvador.

Antes de nosotros, ninguna guerrilla del continente había cercado la capital de su país y cuando nosotros lo hicimos fue sobre la base de la más ramificada colaboración del pueblo, y así, a las 10 de la noche del sábado 11 de noviembre de 1989, saltamos a las primeras calles de Ciudad Delgado. Veníamos del cerro San Caralampio en donde nos concentramos desde el viernes 10 de noviembre. A media cuadra de la entrada a la concentración, el ejército puso un punto de control de tráfico sobre un puente, pero no controló el movimiento. En toda la periferia de la capital estallaron los combates.

En Ciudad Delgado combatimos durante 11 días, todos los días, y solo tuvimos 3 bajas mortales: Ende, Rudi y La China. Luego pasamos a combatir en el volcán de San Salvador y después del bombardeo del 12 de diciembre, regresamos al Cerro de Guazapa. La ofensiva había durado más de un mes y demostramos que una solución militar a la guerra no era posible en el corto plazo, y que además de prolongarse la guerra se hacía necesaria una intervención directa del ejército de los Estados Unidos. La situación internacional, con el derrumbe de la Unión Soviética y la invasión estadounidense a Panamá para capturar a su general Noriega, no presentaba esta intervención como necesaria, conveniente y oportuna. Y Washington viró hacia la negociación y obligó a hacer lo mismo a la cúpula arenera gobernante y a sus fuerzas armadas. Así culmina con los acuerdos políticos que pusieron fin a la guerra, la más intensa etapa de la lucha por la revolución en El Salvador.

La lucha armada debía convertirse en lucha política, el ejército guerrillero en ejército político, la alianza de comunistas, anticomunistas y no comunista, que llamamos FMLN, debía revisarse para construir un nuevo acuerdo con las identidades de cada organización, acordes con el nuevo momento histórico. Como entrábamos a luchar adentro del sistema, debíamos saber cómo estar adentro y en contra de este sistema. Como participaríamos en luchas electorales, debíamos saber cómo hacer para que lo electoral no matara a lo político y como se ocuparían cargos públicos, debíamos saber cómo el hecho de ocupar cargos públicos, no convertiría en funcionarios a ningún combatiente. En fin, debíamos saber cómo hacer del aparato del Estado instrumentos al servicio de la continuidad del proceso histórico.

El FMLN había muerto antes de la firma de los acuerdos de paz y la guerra había terminado antes de la negociación final, pero muy pocos lo sabíamos. Sin embargo, los llamados acuerdos de paz se convirtieron en una especie de victoria presentable, y cuando la paz sustituye a la post guerra y se convierte en una especie de símbolo de desenlace victorioso, todo pareció estar listo para que el proceso político abandonara el cauce determinante y tomara un atajo que conducía directamente a las alcobas, corredores y aposentos de posiciones conservadoras, y de acomodo al antiguo orden de cosas.

La derecha nunca ganó la guerra pero ganó la post guerra. Para empezar, sepultándola, y, desde luego, la gana cuando, a la muerte del FMLN, aparece un nuevo actor político que, con el mismo nombre, llena sus bolsas de todo el heroísmo, inteligencia y sabiduría de miles de combatientes para entrar al mercado de la política y a la política del mercado.

Han pasado 22 años de ese juego y ese camino aparece derrumbado, el capitalismo planetario se hunde sin aparente remedio y el diseño político montado en el país después de la guerra estalla en mil pedazos.

El proceso parece retomar la energía y el rumbo que asegure la continuidad de la gesta heroica del 11 de noviembre de 1989.

¿Yulcuicat, Yultacuical o…?

¿Yulcuicat, Yultacuical o…? Por Rafael Lara Martínez

Rafael Lara-Martínez
Tecnológico de Nuevo México
soter@nmt.edu

Junto a la frase “los nietos del jaguar”, uno de los términos más exitosos del poeta y lingüista Pedro Geoffroy Rivas lo constituye el título “Yulcuicat”. A usanza indígena de la colonia temprana en el altiplano central de México —Cantares mexicanos, finales del XVI— se trata de un poemario en el cual el poeta se deja poseer por la musa para escribir poesía. Su inicio sitúa ese manantial de origen del idioma en el arribo mismo del poeta —“He llegado. He llegado/Soy el cantor”— y en el retoño que emana de su centro anímico más esencial: “Flores, flores, flores/brotan de mi corazón”. En pleno siglo XX, a Geoffroy Rivas lo poseerían los antiguos dioses mexicas quienes le dictan versos que del Anahuac mexicano arriban al Valle de las Hamacas.

Esta filiación poética y filosófica remite a una tradición particular localizada en un ambiente geográfico específico que el trabajo apologético sobre el autor rara vez cuestiona. En efecto, de manera inusual, el poemario se acompaña de cuarenta y cuatro notas en total que aclaran las fuentes históricas a partir de las cuales se constituye la recolección florida de la integridad de poemas. La documentación aludida es la siguiente: Cantares mexicanos (10), Fray Bernardino de Sahagún (6), Manuscrito palatino (3), Códice Vaticano (1), Popol Vuh (1). Este simple recuento apunta la ausencia de todo informe historiográfico sobre la cultura náhuat pipil de El Salvador y el predominio absoluto de crónicas provenientes del altiplano central de México, salvo por una mención a la tradición maya-quiché.

La concentración en el patrimonio mexicano del posclásico y de la colonia temprana la confirma los apelativos de las más diversas deidades invocadas: Ometeotl (5), Xochipilli (5), Quetzalcoatl (2), Huitzilopochtli (1), Xipe Totec (1), Tezcatlipoca (1), Cinteotl (1), Neuctli (1), Tlaloc (1), etc. En su mayoría también provienen de la misma región del altiplano central. Salvo una breve referencia a las raíces pipiles de Xipe Totec, “Nuestro Señor el Desollado”, los apelativos de las demás divinidades remiten al mismo centro geográfico.

El diálogo entre poesía y fuentes históricas posee una doble implicación: filosófica y antropológica. Por una parte, desde una perspectiva literaria, Geoffroy Rivas adopta un giro poético y heideggariano el cual se niega a reducir la lengua —la actividad intelectual— a una serie de conceptos que examinan su producción (poiesis) como un objeto natural. Con una fina intuición lírica, define la lengua como realización dialógica con un legado cultural —“la esencia de la lengua” poética— más que disecarla cual esqueleto muerto en un ensayo analítico (M. Heidegger, La lógica como pregunta en busca de la plena esencia del lenguaje, Paris: Gallimard, 1998).

Como escritor que prosigue la tradición indígena de antaño, privilegia el acto poético creativo a toda actividad museográfica racional que reduce la “esencia de la lengua” a un enlistado de palabras en un diccionario, o a reglas en una gramática agónica. El acabamiento de la hermenéutica heideggariana no podría caracterizarlo con una mayor profundidad. No hay que “rebajar la lengua” a “un medio de comprensión mutua […] y la gramática tampoco es la manera primordial con autoridad para entender la lengua” (Heidegger). En cambio, Geoffroy Rivas busca el hecho lingüístico en la actividad poética misma la cual entabla un diálogo entre el acto creador personal y una herencia social que lo engloba y precede.

No obstante, a nivel antropológico, la exigencia poética carece de rigor documental en el país. El título mismo se nos ofrece como ilusión que el legado que recolecta (logos) el poeta no proviene del altiplano central de México, sino de El Salvador en sí. Por un juego de automatismo lógico, el náhuatl “yollotl y “cuicatl”, su nueva combinatoria “yolcuicatl”, se vuelcan en el náhuat “yulot” y “cuicat”, “yulcuicat” (el término “yolcuicatl” no aparece en J. Bierhorst, A Nahuatl-English Dictionary and Concordance based on the codex Cantares mexicanos, 1985 ni en ningún diccionario de náhuatl clásico ni moderno).

Figura I: Corazón de la Virgen Dolorosa

Por esta transferencia directa no sólo se simplifican conversiones entre lenguas emparentadas en reglas matemáticas sin rigor, a la vez se insinúa que la misma tradición mexicana del posclásico y de la colonia temprana caracteriza a los náhuat pipiles, arraigados en una cultura clásica anterior, pre-mexica. En breve, el logro de la poética heideggariana se disipa en la mexicanización de la herencia pipil (ojo: “x” = “sh”, según la grafía colonial).

La exigencia antropológica demandaría no asimilar lo náhuat a lo náhuatl más conocido y documentado ni proyectar México a Centro América, el centro hacia la periferia. El requisito consiste en tratar cada una de las particularidades nahuas en su especificidad, según rasgos de semejanza y divergencia.
II
A este respecto, Geoffroy Rivas ignora el ciclo mitológico más completo de la tradición pipil. Del alemán Leonhard Schultze Jena, no revisa Mythen in der Muttersprache der Pipil von Izalco in El Salvador (Mitos en su lengua materna de los pipiles de Izalco en El Salvador. Jena: Gustav Fischer, 1935), libro que aún no se traduce adecuadamente del original náhuat al español según la poética mesoamericana con reglas específicas de repetición, ritmo oracional, aliteración, difrasismo, etc. Asimismo, la mayoría de comentarios contemporáneos sobre Geoffroy Rivas desconoce el trabajo gramatical y léxico más completo sobre la lengua náhuat: The Pipil Language of El Salvador (La lengua pipil de El Salvador, Berlin/NY/Amsterdam: Mouton Pub., 1985).

Ambas omisiones nos enseñan las dificultades que se interponen al explicar el neologismo “yulcuicat” que transfiere lo náhuatl en náhuat, el altiplano central de México en Centroamérica. En efecto, en las dos fuentes antropológicas extranjeras, Schultze-Jena y Campbell la palabra “cuicat” no aparece anotada. En su lugar, el verbo del cual deriva lo transcriben “tacuica/takwi:ka” con un prefijo “ta-“ de objeto indefinido fosilizado, semejante a la “y” del español en “hay/voy/soy/estoy/doy” que en francés posee un neto valor locativo (“il y a”, vas-y”). En un apéndice aparece citada la completa entrada léxica para “cantar”, según la compila Campbell en el mejor trabajo sobre gramática y diccionario náhuat, jamás traducido al español ni publicado en el país. Aun si el sustantivo “canto” —el náhuatl clásico “cuicatl”— no figura en la lista, todas las transcripciones que se derivan de dicha raíz llevan obligatoriamente el prefijo fosilizado.

Esta constante invalidaría la simple sustitución automática de “tl” por “t” —para derivar todas las palabras en lengua náhuat— como si los idiomas se tratasen de sistemas lógicos sin excepciones ni lapsus lingue creativos. Paradójicamente, estos deslices idiomáticos confirmarían la violación arbitraria y personal del sistema lingüístico y arraigarían la abstracción gramatical en el habla, en el acto poético que Geoffroy Rivas vindica como “esencia de la lengua”. Acaso entonces, la conversión del neologismo náhuatl “yolcuicatl” obligaría a mantener el prefijo fosilizado en “yultacuicat”.

Empero, la única fuente escrita que consigna el sustantivo “canto” agrega un problema adicional (Jorge Alfredo Calvo Pacheco (recopilador), Castellano pipil – pipil Kastiyan. Izalco: Universidad Francisco Gavidia, 2000). La “tl” final no la reemplaza una “t” sino una “l” para obtener la glosa “kuikál/takuikál”. Esta doble sustitución —“cuica” por “tacuica” y “cuicat” por “cuical” para usar una ortografía tradicional— derivaría el sustantivo “tacuical”, a la vez que expondría la dificultad del calco directo sobre el náhuatl del altiplano que propone el neologismo geoffroydiano (vésae: Jorge Lemus, “Formación de palabras y léxico pipil” cuya entrada para “cantar” confirma la expresión “takuika” en náhuat-pipil).

Por último, la dificultad de traducción directa del náhuatl al náhuat la confirmarían las expresiones para los números. Si en el centro de México existe palabra para quince, “caxtolli”, en El Salvador Schultze-Jena rescata un sistema quintesimal (5) inédito en el norte. Quince se expresa “yéi púal”, es decir, tres por cinco. Toda traducción directa es un traición al método singular de conteo pipil, de igual manera que sería falso trasponer un tradición poética mexica al país.
III
Con esta breve reseña poética y lingüística no anhelamos resolver el problema. En absoluto, nos interesa reemplazar un neologismo por otro: “yulcuicat” por yultacuical” o… En su reincidencia colectiva, los mitos clásicos nunca se agotan; a lo sumo, se cuestionan en debates personales, en círculos intelectuales, que no siempre inciden en la conformación mítica de lo social. En cambio, intentamos establecer una doble exigencia para el poetizar y el pensar.

Figura II: Xipe Totec

Debemos reclamar que la aprehensión de la lengua en acto poético—realización de la hermenéutica heideggariana— la complete un rigor antropológico que se funde en el trabajo de campo e historiográfico sobre la tradición particular de los náhuat pipiles. Mexicanizar El Salvador resulta una aventura tan paradójica como diluir lo propio en lo ajeno —la periferia de una región cultural en el centro hegemónico— el pasado en el presente, lo único y singular en lo general y abstracto.

La problemática actual apunta a reconocer contribución y límite de los clásicos —lagunas insolubles como el neologismo de Geoffroy Rivas, falta de traducción de Schultze Jena y Campbell, fuentes coloniales en náhuat inexploradas e inéditas— al igual que necesidad de mantener un diálogo entre poética, lengua en acto, y antropología, trabajo de campo y archivo. Una intuición poética perezosa e indocumentada resulta tan amenazante como una racionalidad agobiada y sin inspiración.

Figura III: Amalia Elmasri, 2000

Apéndice: “Entrada al verbo “cantar” y sus derivados”

(C) Takwi:ka (t. v., i. v) cantar
to sing
takwi:ka (pres.)
takwi:ka-k (pret.)
takwi:ka-tuk (perf.) ni-k-takwi:ka-tuk “I have sung it” (lo he cantado)
(niktakwi:gatuk)
cf. ta- frozen “unspec. obj.” (objeto indefinido fosilizado)
cf. takwi:kalwia “to sing something for someone; takwi:kani “singer”
CN kwi:ka (Car.) “to sing”; PN *kwi:ka
(SD) takwi:kalia (t. v., applic.) cantarle (algo para alguien), arrullarlo
to sing something for someone, to sing to, to lull, to sing a lullaby to
takwi:kalia (pres.)
takwi:kalih (pret.)
takwi:lih-tuk (perf.) ni-k-takwi:kalih-tuk “I have sung it to her” (se lo he cantado (a ella))
cf. takwi:ka “to sing”, -lia “applic.”
cf. (C) takwi:kalwia
(C) takwi:kalwia (t. v., applic.) cantarle (algo para alguien)
to sing something for someone, to sing to
takwi:kalwia (pres.)
takwi:kalwih (pret.)
takwi:kalwih-tuk (perf.)
cf. takwi:ka “to sing”, -lwia (?) “applic./passive/caus.”
cf. (SD) takwi:kalia
(C) takwi:kani cantador (cantante) (takwi:gani?)
singer
cf. takwi:ka “to sing”, -ni “agent”
(SD) takwi:kani
C: Cuisnahuat; SD: Santo Domingo de Guzmán
(Campbell, The Pipil Language, 1985: 448-449)

Imperialismo y democracia ¿Casa Blanca o Plaza de la Libertad ?

Imperialismo y democracia
¿Casa Blanca o Plaza de la Libertad ?
James Petras
Rebelión
Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez

Introducción

La relación entre imperialismo y democracia se ha debatido y analizado durante más de 2.500 años, desde en la Atenas del siglo V a.C. hasta en el Liberty Park de Manhattan. Los críticos actuales del imperialismo (y el capitalismo) afirman percibir una incompatibilidad esencial y citan las medidas del Estado policial en expansión que acompañan a las guerras coloniales, desde la legislación antiterrorista de Clinton y la «Ley Patriótica» de Bush hasta la orden de Obama del asesinato extrajudicial de ciudadanos estadounidenses en el extranjero.

Sin embargo, antes, muchos teóricos del imperialismo de diferentes sensibilidades políticas, que abarcan desde Max Weber hasta Vladimir Lenin, han sostenido que el imperialismo aglutinaba al país, reducía la polarización interna entre clases sociales y generaba trabajadores privilegiados que sustentaban activamente a los partidos imperiales y votaban por ellos. Un estudio histórico comparativo de lascondiciones bajo las que convergen o divergen el imperialismo y las instituciones democráticas puede arrojar alguna luz sobre los retos y alternativas a que se enfrentan los florecientes movimientos democráticos emergentes en todo el planeta.

El siglo XIX

Durante el siglo XIX, la expansión imperial europea y estadounidense abarcó a todo el mundo. Fruto de su colaboración echaron raíces las instituciones democráticas, el derecho de sufragio se extendió a la clase trabajadora, emergieron partidos competitivos, se aprobó legislación social y la clase trabajadora incrementó su cuota de representación en las cámaras legislativas.

¿Fue el crecimiento simultáneo de la democracia y el imperialismo una correlación casual que reflejaba la divergencia y el conflicto de fuerzas contrapuestas, una de las cuales favorecía la conquista en el exterior y, la otra, promovía la política democrática? En realidad, hay grandes solapamientos entre la política pro imperialista y la democrática, y no solo entre las élites.

Durante el siglo XIX y, en especial, el siglo XX, sectores importantes de los partidos laboristas y socialdemócratas e infinidad de izquierdistas y socialistas revolucionarios destacados aunaron en un momento u otro el apoyo a las demandas de los trabajadores y la expansión imperial. No fue sino Karl Marx quien, en sus primeros escritos periodísticos para The New York Herald Tribune, apoyó críticamente la conquista británica de la India porque significaba una «fuerza modernizadora» que rompía barreras feudales, aun cuando apoyara (con ciertas críticas) las revoluciones europeas de 1848.

Las clases dominantes, la fuerza motriz del imperialismo, estaban divididas: algunas veían en las reformas «democráticas», en la «ciudadanía», un medio de incrementar el reclutamiento obligatorio masivo para las guerras imperiales; otros temían que las reformas democráticas reforzaran las demandas sociales y socavaran la acumulación de capital y poder por parte de la élite. Ambos tenían razón: a la mayor participación política acompañó un nacionalismo moderno virulento que alimentó la construcción del imperio. Al mismo tiempo, el acceso de las masas a los derechos democráticos supuso un refuerzo para las organizaciones de clase, que ponían en peligro o en cuestión el un régimen clasista. En el seno de las clases dominantes, las instituciones democráticas se consideraban un territorio en el que resolver pacíficamente los conflictos entre élites sectoriales rivales. Pero, cuando adoptaron un carácter masivo, se las percibió como amenazas políticas.

Los partidos imperiales y fundados en diferencias de clase competían por los votantes entre unos trabajadores urbanos con el derecho a voto recién adquirido. En muchos casos, las lealtades imperiales y de clase «coexistieron» en los mismo individuos. La pregunta de cuál de las dos, la concienciaimperialista o la de clase, acabaría siendo «dominante» o «destacada» dependía en parte de los éxitos o los fracasos de los proyectos políticos rivales más amplios.

Dicho de otro modo, cuando la expansión imperial triunfó con las fáciles conquistas derivadas de unas colonias lucrativas (en especial, las formadas por asentamientos), los trabajadores democráticos suscribieron el imperio. Fue así porque el imperio reforzaba el comercio, sobre todo el de unas exportaciones muy beneficiosas a cambio de importaciones muy baratas, al tiempo que protegía a los mercados y los fabricantes locales. A su vez, esta situación hizo aumentar el empleo y los salarios en sectores importantes de la clase trabajadora. En consecuencia, los partidos laboristas y socialdemócratas y los sindicatos no se opusieron al imperialismo, sino que de hecho lo apoyaron.

En cambio, cuando las guerras imperialistas desembocaron en conflictos sangrientos y caros prolongados, la clase trabajadora sustituyó su entusiasmo chovinista inicial por desencanto y oposición. Las exigencias democráticas de «poner fin a la guerra» dieron lugar a huelgas que se oponían a la desigualdad de los sacrificios realizados. Los sentimientos democráticos y antiimperialistas tendieron a fundirse.

El conflicto entre democracia e imperialismo quedaba aún más patente en los casos de derrota imperial y ocupación militar. Tanto la derrota de Francia en la guerra franco-alemana de 1870-1871 como la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial desencadenaron levantamientos socialistas democráticos generalizados ( la Comuna de París de 1871 y la revolución alemana de 1918) que combatían el imperialismo, la dominación ejercida por la clase gobernante y la totalidad del marco institucional imperial capitalista.

El imperialismo y el debate de la democracia y «la historia desde abajo»

Los historiadores, en especial los practicantes de la tan de moda «historia desde abajo», han exageradolos valores democráticos y las luchas de la clase trabajadora y han subestimado el apoyo prolongado y muy apreciable prestado por sectores importantes al éxito de la conquista y la expansión imperial. La idea de solidaridad de clase «intrínseca» o «instintiva» se trasluce en el papel activo de los trabajadores que en la conquista imperial han desempeñado como soldados, colonos en el exterior, marinos mercantes o capataces. Los colaboradores imperiales y los leales al imperio han sido numerosos entre los trabajadores ingleses y franceses y, especialmente más adelante, en el seno del movimiento sindical estadounidense.

La cuestión teórica reside en que la preponderancia de la conciencia y la acción democrática sobre laimperial entre los trabajadores depende de los resultados materiales y prácticos de las políticas imperiales y las luchas democráticas.

Los trabajadores y el imperialismo

La construcción de un imperio requiere que los trabajadores produzcan más por menos con el fin de exportar e invertir lucrativamente en las regiones colonizadas. Esto llevó al conflicto entre capital y trabajo, sobre todo en la primera fase de la expansión imperial. Cuando los gobernantes imperiales consolidaron su dominio sobre los países colonizados, intensificaron la explotación de los mercados, de la mano de obra y de los recursos. Las exportaciones imperiales acabaron con los competidores locales. Los beneficios aumentaron, los salarios se incrementaron y los trabajadores abandonaron su oposición inicial al imperialismo para reclamar su cuota del incremento de los ingresos de unos productores orientados a la exportación. Los dirigentes de los trabajadores y los sindicalistas aprobaron las políticas de «preferencia imperial» que protegían a los sectores industriales locales frente a la competencia y privilegiaban el controlo monopolista de los mercados coloniales. Lo hicieron porque las políticas imperiales preservaban los puestos de trabajo y elevaban el nivel de vida.

Los trabajadores más activos en los conflictos sociales, incluidos en listas negras o encarcelados, se mudaron voluntariamente o fueron deportados a países colonizados. Una vez instalados en el extranjero se les concedió acceso privilegiado a empleos mejor pagados como capataces o empleados cualificados o fueron ascendidos a cargos de dirección. Los trabajadores militantes dependientes del imperio, una vez en el extranjero, se convirtieron en colaboradores coloniales. Muchos animaron a antiguos compañeros de trabajo, parientes o amigos a unirse a ellos como colonos de éxito o trabajadores contratados. La «domesticación» de trabajadores y la reconciliación de los sentimientos democráticos e imperialistas fue causa y consecuencia del éxito del imperialismo.

Lealtad al imperio: no solo por pan

Aunque los beneficios materiales que acumulan los trabajadores gracias al «éxito del imperialismo» son un factor que fortalece la conciencia imperial de los trabajadores, también se veían reforzados por unagratificación simbólica; era igualmente importante la sensación de ser miembro del «país dominante del mundo» en el que «el sol no se ponía nunca». Es raro encontrar un país en el que la mayoría de los trabajadores exprese «solidaridad» con los mineros explotados, los recolectores de las plantaciones o los campesinos desplazados y los pequeños propietarios indígenas de las «colonias». Cuanto más fuerte era la garra de la potencia colonial, mayores las «oportunidades coloniales», más largos los vínculos coloniales, más profunda la penetración económica y más fuerte el sentimiento de superioridad imperial entre los trabajadores de los estados imperiales. No es raro que los trabajadores, los sindicatos y el Partido Laborista británico pusieran pocas objeciones a la brutalidad de las guerras del opio imperiales contra China y a las hambrunas genocidas inducidas por el imperio en Irlanda en el siglo XIX y en la India en el siglo XX. Asimismo, los partidos de los trabajadores franceses, en especial los socialistas, estuvieron en la primera línea del frente de las guerras coloniales posteriores a la Segunda Guerra Mundial contra Indochina y Argelia, y solo le dieron la espalda ante la inminente derrota y la desintegración interna. Con el mismo espíritu, las guerras coloniales victoriosas estadounidenses contra Cuba y Filipinas, su invasión de países caribeños y centroamericanos, estuvieron apoyadas por la Federación del Trabajo estadounidense y por muchos «trabajadores de a pie», aun cuando una minoría de trabajadores «radicalizados» se opusiera a ellas. El «giro parcial» de la mano de obra contra las guerras coloniales estadounidenses producido durante las guerras de Corea, Vietnam y Afganistán fue consecuencia de derrotas prolongadas y de los elevados costes económicos sin ninguna victoria a la vista. Se debería añadir que los trabajadores estadounidenses, al oponerse a las guerras imperiales, no manifestaban solidaridad alguna con los movimientos de liberación nacional y de trabajadores de los países colonizados.

El imperialismo y los «verdaderos demócratas»

Sostener, como han hecho algunos en la izquierda, que el imperialismo no coexiste con la «verdadera» democracia es sostener que los últimos 150 años han carecido de elecciones libres, competencia entre partidos y derechos ciudadanos, por reducidos que hayan sido, en especial, durante la última década. La realidad es que la intervención y la expansión imperiales se han inspirado precisamente en la sensación de «obligación» de los ciudadanos de mantener las instituciones democráticas, que ha permitido a los dirigentes imperiales obtener legitimidad y apoyo ciudadano activo u obediencia para librar guerras coloniales sangrientas e, incluso, genocidas.

Si la democracia no ha sido normalmente un obstáculo para la expansión colonial, sino de hecho un agente facilitador bajo determinadas circunstancias, ¿bajo qué condiciones los movimientos ciudadanos y de trabajadores han dado la espalda a las guerras imperiales? ¿Cuál ha sido la respuesta política de la clase gobernante cuando la mayoría del electorado se ha vuelto contra las guerras imperiales? Dicho de otro modo: cuándo las instituciones democráticas han dejado de operar como vehículos de las políticas imperiales, ¿qué pasa?

De la democracia imperial al Estado policial imperial

Los últimos diez años nos brindan enseñanzas importantes sobre la relación entre imperialismo y democracia en Estados Unidos.

Empezando por las controvertidas circunstancias políticas que rodean al hecho de que terroristas conocidos pudieran entrar en Estados Unidos y secuestrar aviones el 11 de septiembre de 2001, el gobierno estadounidense emprendió dos grandes guerras coloniales y numerosos ataques terrestres y aéreos directos «clandestinos» en Somalia, Yemen, Pakistán, Libia y otros países. La «guerra global contra el terrorismo» iniciada bajo el régimen de Bush y desarrollada por cargos militaristas-sionistas veteranos no electos en cooperación con la OTAN e Israel fue apoyada por el Congreso, elegido democráticamente. En ese aspecto, la inmensa mayoría del electorado, influido por una descomunal campaña de propaganda basada en el miedo, la manipulación informativa y las mentiras respaldó las guerras contra el terrorismo.
Dado el alcance y la amplitud sin precedentes de las guerras (una guerra global contra el terrorismo), el inmenso incremento del gasto militar y los grandes desembolsos para un aparato interno (el Departamento de Seguridad Nacional) represivo (de seguridad), se construyó un nuevo Estado policialde carácter marcadamente ejecutivo que sustituyó a la institución democrática vigente y a los derechos de los ciudadanos.

La trayectoria de la política imperial pasó de los primeros éxitos militares a una ocupación prolongada problemática. Esto desencadenó una escalada de la resistencia, el aumento de los gastos del Estado, la profundización de las crisis fiscales, la degradación social y una creciente oposición política.

Como sucediera en el pasado, las guerras imperiales de la actualidad que son prolongadas, costosas y para las que no hay una victoria decisiva a la vista, han desembocado en el desencanto ciudadano, seguido por un rechazo frontal y cada vez mayor. Las mayorías asalariadas que votaron a los legisladores imperiales y respaldaron una legislación que ampliaba sus competencias, incluidas leyes ( la Ley Patriótica ) que dejaron en suspenso derechos civiles y constitucionales elementales, se han apartado de la agenda imperial. Hoy, la mayoría democrática da prioridad a sus intereses económicos de clase, sobre todo en una situación de recesión prolongada y con una tasa de desempleo y subempleo próxima al 20 por ciento. Empezando entre los años 2008-2011, las guerras interminables y las crisis prolongadas han desencadenado un conflicto entre democracia e imperialismo.

En otras palabras, la mayoría democrática se ha convertido en un obstáculo para llevar a cabo y desarrollar guerras imperiales. La actividad militar imperial en Iraq, Afganistán, Libia, etc., no arrojó victorias rápidas, conquistas de mercados de exportación lucrativos, ni apropiación de recursos naturales. No se han creado puestos de trabajo y no ha repercutido ningún beneficio sobre los empleados y trabajadores del país imperial. Los elevados gastos de armamento han reducido las inversiones públicas que emplean mano de obra intensiva en proyectos de infraestructuras pendientes y críticos. El reducido número de puestos de trabajo peligrosos en los países ocupados ha sido poco atractivo y demasiado arriesgado para los desempleados.

Dicho de otro modo, a diferencia de la mayoría de las guerras coloniales-imperiales anteriores, nada de la riqueza saqueada se ha utilizado para obtener la lealtad de los trabajadores al imperio. La carga del imperio ha recortado progresivamente los salarios y el nivel de vida de los asalariados. Con el paso del tiempo, una fiscalidad regresiva ha erosionado todo sentido de la grandeza o la superioridad chovinista. Por el contrario, los ciudadanos del imperio han desarrollado un complejo de inferioridad política. Ante la oposición islámica decidida y el creciente poderío económico de China, se han abierto paso una belicosidad exagerada entre una minoría y una introspección crítica en la mayoría. Ha ganado peso la conciencia popular de que en Washington y en Wall Street «hay algo esencialmente malo». Los primeros cantos de guerra y la despreocupada agitación de banderas, cuando los ejércitos del Imperio partieron hacia Afganistán e Iraq, fueron sustituidos por un derrotismo iracundo contra unos dirigentes engañosos. Más del 80 por ciento de la opinión pública actual manifiesta una opinión negativa del Congreso y rechaza a ambos bandos en guerra. Contra la Casa Blanca , el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional se esgrimen opiniones negativas similares.
Transcurrida una década de guerra y cuatro años de crisis económica, han estallado las protestas masivas y el movimiento «Ocupa Wall Street» pone nuevas alternativas sobre la mesa, lo que altera la agenda imperial con una enérgica denuncia de la élite militarista-financiera.
Los gobernantes ejecutivos, en especial los aparatos judicial, de inteligencia y policial, han impuesto cada vez más medidas arbitrarias propias de un Estado policial. El Departamento de Seguridad Nacional somete a vigilancia a decenas de millones de personas. El Estado policial intercepta miles de millones de comunicaciones por fax, correos electrónicos y páginas web e interviene llamadas telefónicas. El vínculo entre imperialismo y democracia se rompió en el momento en que un imperio en decadencia ya no podía conseguir el apoyo o la obediencia del electorado.
Las agencias de inteligencia han inventado tramas terroristas cada vez más absurdas. La conspiración iraní de la bomba contra el embajador de Arabia Saudí en Washington ha representado la tentativa más burda y primitiva por recuperar el apoyo público al militarismo imperial en la región del Golfo. Aparte de la configuración de poder sionista-pro israelí, políticamente muy influyente pero infinitamente reducida, la opinión pública estadounidense no se distrae de su programa en el interior: reclamar puestos de trabajo en el país y oponerse a Wall Street.
A medida que el conflicto entre imperialismo y democracia se ha ido intensificando, el anterior «consenso» se ha ido quebrando. La Casa Blanca y el Congreso se inclinan por un imperialismo respaldado por un Estado policial profundamente antidemocrático. La mayoría del electorado avanza utilizando los derechos democráticos que le quedan para orientar el programa político del imperio hacia una república social.
Conclusión
Hemos defendido que imperio y democracia han sido complementarios en momentos de imperialismo ascendente. Hemos mostrado que cuando las guerras de conquista han sido cortas y baratas, y cuando los resultados han sido lucrativos para el capital y generadores de empleo para la mano de obra, las mayorías democráticas han prestado apoyo a las élites imperiales. Las instituciones democráticas han prosperado cuando los imperios en el exterior han suministrado mercados, abaratado recursos y elevado el nivel de vida. Los trabajadores han votado por partidos imperiales, sostenido opiniones favorables de las autoridades ejecutivas y legislativas y vitoreado a los veteranos de guerra coloniales (nuestras tropas). Algunos incluso se presentaron voluntarios y se alistaron en el ejército. Con gran apoyo ciudadano al imperio, el Estado más o menos «se atuvo» a las garantías constitucionales. Pero el matrimonio entre democracia e imperialismo no es «estructural». Depende de una serie de condicionesvariables, que pueden causar una ruptura profunda entre ambos, como estamos viendo en la actualidad.
Las guerras imperiales prolongadas, perdidas y costosas que erosionan cada vez más el nivel de vida de más de una generación han socavado el consenso entre los gobernantes imperiales y los ciudadanos democráticos. Los primeros indicios de esta divergencia potencial fueron palpables durante la última época de la Guerra de Corea, cuando la opinión pública se volvió contra el presidente Truman, arquitecto de la Guerra Fría y de la invasión estadounidense de Corea. Aparecieron más evidencias durante la Guerra de Vietnam. Ante una guerra prolongada y que se perdía, que puso en peligro la vida y las oportunidades de decenas de millones de estadounidenses en edad de reclutamiento, millones de civiles y el ejército han optado por poner fin a la guerra y cuestionar las intervenciones imperiales. El Estado represivo todavía no estaba lo bastante organizado para aterrorizar y contener el levantamiento democrático de la década de 1970. El fin de la Guerra de Vietnam representó el punto más alto del afán de los Estados Unidos democráticos por contrarrestar el imperialismo y reconstruir la república.
Las posteriores intervenciones imperiales reducidas, rápidas, baratas y militarmente victoriosas en Panamá, Granada, Haití y otros lugares no provocaron ningún conflicto entre imperialismo y democracia. Tampoco las guerras clandestinas y vicarias en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Angola, Mozambique, Afganistán y los Balcanes suscitaron ninguna oposición democrática significativa, puesto que fueron baratas (en vidas y en fondos) y no fueron acompañadas de ningún recorte acusado de gastos sociales e ingresos.
Algunos estrategas imperiales contemplaban desde la misma óptica la aparición de las guerras ofensivas en curso en Afganistán, Iraq y mundial: victorias rápidas, baratas y con bajo coste en el interior. Una autoridad pro israelí que ocupa un alto cargo en el Pentágono sostuvo incluso que la invasión y ocupación de Iraq se «autofinanciaría» mediante la apropiación del petróleo.
Las guerras del siglo XXI han resultado ser de otra forma: siguieron la pauta de Corea y Vietnam, no la de América Central y el Caribe. Las guerras del siglo XXI, inmensamente caras, no han desembocado en victorias aceleradas y, peor aún, se han producido en mitad de una crisis económica sin precedentes, sin la expansión del mercado y el sector manufacturero de las décadas de 1950 y 1960 que habían amortiguado la retirada de Corea y Vietnam.
La divergencia entre imperialismo y democracia se ha agudizado. La disidencia democrática se ha incrementado y el Estado policial se ha vuelto más prominente y directo. El imperialismo recurre cada vez más a «tramas terroristas ficticias en el interior y en el exterior» para acrecentar los poderes de la maquinaria represiva y gobernar por orden. Las exhortaciones de la Casa Blanca suenan a hueco. La opinión pública otorga cada vez menos credibilidad a las afirmaciones de sus gobernantes de que haya detenciones arbitrarias «justificables», vigilancia generalizada y asesinatos extrajudiciales de ciudadanos estadounidenses (e incluso de sus hijos).
Ahora nos enfrentamos a riesgos a gran escala y a largo plazo, intrínsecos de las democracias imperiales. No por «contradicciones internas», sino porque antes o después las potencias imperiales encuentran la horma de su zapato en forma de luchas prolongadas libradas por movimientos de liberación antiimperialistas y nacionales. La ruptura entre democracia e imperialismo tiene lugar solo cuando las guerras imperiales imponen su coste en los salarios y en la mayoría asalariada. Entonces, y solo entonces, se ponen en marcha las fuerzas democráticas para crear una república democrática, con justicia social y sin imperio.
El peligro actual es que las estructuras imperiales están profundamente arraigadas en todas las instituciones políticas clave y están respaldadas por un aparato estatal policial de una envergadura y una dispersión sin precedentes, al que se llama Departamento de Seguridad Nacional. Tal vez tenga que ser un gran impacto político-militar externo el que encienda el tipo de levantamiento democrático masivo necesario para transformar un Estado policial imperial en una república democrática. Ante las derrotas militares en el exterior y una crisis económica interna implacable y cada vez más profunda, el régimen gobernante padece una creciente sensación de aislamiento e impotencia. El peligro es que estos miedos y frustraciones induzcan a la Casa Blanca a tratar de recuperar apoyo popular atacando Irán con un pretexto inventado. Un ataque estadounidense-israelí a Irán se traducirá en una conflagración de ámbito mundial. Los pozos petrolíferos saudíes y del Golfo Pérsico arderán en llamas. Las vías de comunicación y transporte esenciales quedarán bloqueadas. El precio de la gasolina se disparará mientras que las economías asiática, europea y estadounidense se desplomarán. Irán podría tomar represalias y las tomaría. Los soldados iraníes con sus aliados iraquíes sitiarían a los destacamentos estadounidenses en Bagdad. Afganistán y Pakistán y el resto del mundo musulmán tomaría las armas. Las tropas estadounidenses se rendirían o se retirarían. La guerra dejaría hechas trizas las arcas públicas estadounidenses. Se produciría una espiral descontrolada de déficit. El desempleo se duplicaría. Esta probable secuencia de acontecimientos desencadenaría un movimiento democrático masivo y una lucha decisiva entre una república emergente que se esforzaría por nacer y un imperio en decadencia que amenazaría con arrastrar al mundo al infierno de su propia desaparición.

EN MEMORIA DE NORMAN BETHUNE

EN MEMORIA DE NORMAN BETHUNE

21 de diciembre de 1939

El camarada Bethune1 era miembro del Partido Comunista del Canadá. Tenía unos cincuenta años cuando, enviado por los Partidos Comunistas del Canadá y los Estados Unidos, vino a China, recorriendo miles de kilómetros, para ayudarnos en nuestra Guerra de Resistencia contra el Japón. Llegó a Yenán en la primavera del año pasado; luego fue a trabajar en las montañas Wutai y, para aflicción nuestra, ofrendó la vida en su puesto de trabajo. ¿Qué espíritu impulsa a un extranjero a entregarse sin ningún móvil personal a la causa de la liberación del pueblo chino como a la suya propia? El espíritu del internacionalismo, el espíritu del comunismo, que todos los comunistas chinos debemos asimilar. El leninismo enseña que la revolución mundial sólo puede triunfar si el proletariado de los países capitalistas apoya la lucha liberadora de los pueblos coloniales y semicoloniales, y si el proletariado de las colonias y semicolonias apoya la lucha liberadora del proletariado de los países capitalistas2. El camarada Bethune puso en práctica esta línea leninista. Los comunistas chinos también debemos atenernos a ella en nuestra práctica. Debemos unirnos con el proletariado de todos los países capitalistas, con el proletariado del Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Italia y demás países capitalistas; sólo así se podrá derrocar al imperialismo y alcanzar la liberación de nuestra nación y nuestro pueblo y de las otras naciones y pueblos del mundo. Este es nuestro internacionalismo, el internacionalismo que oponemos al nacionalismo y al patriotismo estrechos.

El espíritu del camarada Bethune de total dedicación a los demás sin la menor preocupación por sí mismo, se expresaba en su infinito sentido de responsabilidad en el trabajo y en su infinito cariño por los camaradas y el pueblo. Todo comunista debe seguir su ejemplo. No pocas personas se muestran irresponsables en su trabajo, prefieren lo liviano a lo pesado, dejan las cargas pesadas a otros y escogen para sí las livianas. En cada ocasión, piensan en sí mismas antes que en los demás. Cuando hacen alguna pequeña contribución, se hinchan de orgullo y la pregonan temiendo que alguien quede sin saberlo. No sienten cariño por los camaradas y el pueblo, y los tratan con frialdad, indiferencia y apatía. En realidad, esas personas no son comunistas o, al menos, no pueden ser consideradas como verdaderos comunistas. De todos aquellos que regresaban del frente, no había ninguno que, al hablar de Bethune, dejara de expresar su admiración por él y de mostrarse conmovido por su espíritu. En la Región Fronteriza de Shansí-Chajar-Jopei, todos los militares o civiles que fueron atendidos por el Dr. Bethune o que lo vieron trabajar, se sentían conmovidos. Todos los comunistas deben aprender de este auténtico espíritu comunista del camarada Bethune.

El camarada Bethune era médico. Dedicado al arte de curar, perfeccionaba constantemente su técnica; se distinguía por su maestría en el servicio médico del VIII Ejército. Esto constituye una excelente lección para aquellos que quieren cambiar de trabajo apenas ven otro nuevo, y para quienes menosprecian el trabajo técnico considerándolo sin importancia ni futuro.

El camarada Bethune y yo nos vimos una sola vez. Posteriormente, me escribió muchas veces. Pero como yo estaba muy ocupado, sólo le escribí una carta y no sé si la recibió. Me siento profundamente apenado por su desaparición. El homenaje que todos rendimos a su memoria demuestra cuán hondamente su espíritu inspira a cada uno de nosotros. Todos debemos aprender de su desinterés absoluto. Quien posea este espíritu puede ser muy útil al pueblo. La capacidad de un hombre puede ser grande o pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para que sea hombre de elevados sentimientos, hombre íntegro y virtuoso, hombre exento de intereses triviales, hombre de provecho para el pueblo.

El país más vulnerable

El país más vulnerable

El riesgo es la relación de la amenaza y la vulnerabilidad. La primera es el factor externo e independiente de la voluntad de las personas, como decir: un volcán, una depresión tropical o un huracán. Y la vulnerabilidad es el factor interno que se refiere a la mayor o menor capacidad de reacción ante un evento físico de la naturaleza. Resulta que vulnerable es siempre el ser humano, y nunca será vulnerable un cerro o una barranca, sino aquel ser humano que viva sin condiciones adecuadas en esos lugares. Cuando un país o una región, como es el caso de El Salvador y Centroamérica, son considerados los más vulnerables del mundo, se está diciendo que los seres humanos que habitan estos territorios, carecen de capacidad de defensa y de reacción ante las amenazas ambientales.

Por supuesto que esta vulnerabilidad, siendo social, desvirtúa toda referencia a la figura del desastre natural. En realidad, resulta que la naturaleza (todo aquello que no es producido por el ser humano) no produce desastres; simplemente funciona a través de eventos físicos, y como siempre está funcionando en diferentes formas, asegura, de esa manera, la vida en el planeta.

El desastre resulta ser siempre un hecho social y no natural porque está determinado por la forma en que los seres humanos están organizados en sociedad, por la clase de sociedad en que se vive, por la forma en que la política y la economía se relacionan con la naturaleza, por la armonía o conflicto entre los recursos naturales y las ganancias de las empresas capitalistas.

Cuando todos estos factores atacan y agreden a la naturaleza, como ocurre en nuestro país, el desastre social resulta inevitable.

La naturaleza no nos ama, tampoco nos odia, mucho menos nos estima, y además, tampoco tiene compromiso con la vida. Todas estas consideraciones éticas solamente funcionan, en una primera mirada, entre los seres humanos. Pero, bien vistas las cosas del mundo actual, en la relación ser humano – naturaleza, parece actuar una línea moral, en donde el ser humano es agente moral, es decir, responsable de su vida y de la vida de los otros seres o cosas que tienen vida. Aquí estamos en una relación entre un sujeto moral que sería el ser humano y un paciente moral, que serian las otras formas vivas que actúan, nos influyen y hasta nos determinan.

Nada de esto funciona en El Salvador. Nada de esto se piensa ni se considera. Y tratándose de un país, que es un pedazo de costa, de apenas 20 mil kilómetros, con 7 millones de habitantes, el peso geopolítico de tamaña situación, hace que los seres humanos que habitamos este suelo, merezcamos ser considerados los más vulnerables del mundo.

En esta situación, hay una inmensa miopía e ignorancia de las clases dominantes y los sectores gobernantes, porque las cúpulas empresariales parecen ignorar que ningún inversionista llega a un país que carece de agua, o cuyo único río se muere lenta pero inexorablemente. Y los sectores gobernantes ignoran el carácter trans-sectorial que el tema ambiental tiene sobre todas las áreas de la gestión de gobierno.

El hecho de que cada invierno y cada verano juegue como amenaza, cada vez más letal, sobre la vida de los más débiles de la sociedad: los que viven en los barrancos y en las costas, abandonados y excluidos de la economía, la educación y la salud, expresa en realidad el quiebre de la factibilidad del país como sociedad y, desde luego, expresa también la crisis del Estado salvadoreño como garante de un interés general y de un bienestar público.

En estos momentos, una depresión tropical, mordiente y tenaz, ha anegado al país: sus calles, poblaciones, cultivos, ríos y lagos, costas y barrancas, destruyendo bienes materiales, vidas y esperanzas. Después de una semana, el pueblo salvadoreño es más pobre que antes del diluvio, tiene menos comida que antes, menos ropa, menos abrigo, y crece abismalmente la distancia entre los ricos y los pobres, en la misma medida en que crece la distancia entre la economía y la naturaleza, o lo que es lo mismo, la distancia entre el mercado y los seres humanos.

Todo el dolor y el llanto, la angustia y la desesperación, vienen de abajo, del mismo lugar, de las mismas manos, del mismo cerebro y del mismo ánimo de donde vendrán las decisiones y acciones políticas necesarias para revertir esta situación. Y se trata, por eso, de que la esperanza florezca como rosa fragante en medio de la desolación, y que las acciones necesarias para salvar la vida sean parte de las acciones necesarias para salvar al país de las garras de los mercaderes que han llevado a la sociedad a esta situación de vulnerabilidad.

Del dolor debe surgir la justa reivindicación. De la desesperanza debe florecer la luz radiante de la esperanza. De la debilidad debe surgir la fuerza política organizada, y del desastre social ha de surgir un pueblo en armonía con su naturaleza, sin conflictos con los recursos naturales, sabio para aprovechar su medio ambiente, para conservarlo, defenderlo, restaurarlo y repararlo.
Así será.

Dagoberto Gutiérrez.
Tendencia Revolucionaria

CONTRA EL LIBERALISMO

CONTRA EL LIBERALISMO

7 de septiembre de 1937

Estamos por la lucha ideológica activa, pues ella es el arma con que se logra la unidad interna del Partido y demás colectividades revolucionarias en beneficio del combate. Todos los comunistas y revolucionarios deben empuñar esta arma.

Pero el liberalismo rechaza la lucha ideológica y propugna una paz sin principios, dando origen a un estilo decadente y vulgar, que conduce a la degeneración política a algunas organizaciones y miembros del Partido y demás colectividades revolucionarias.

El liberalismo se manifiesta en diferentes formas:

A sabiendas de que una persona está en un error, no sostener una discusión de principio con ella y dejar pasar las cosas para preservar la paz y la amistad, porque se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, ser querido, viejo colega o viejo subordinado. O bien buscando mantenerse en buenos términos con esa persona, rozar apenas! el asunto en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la colectividad como el individuo resultan perjudicados. Este es el primer tipo de liberalismo.

Hacer críticas irresponsables en privado en vez de plantear activamente sugerencias a la organización. No decir nada a los demás en su presencia, sino andar con chismes a sus espaldas; o callarse en las reuniones, pero murmurar después. No considerar para nada los principios de la vida colectiva, sino dejarse llevar por las inclinaciones personales. Este es el segundo tipo.

Dejar pasar cuanto no le afecte a uno personalmente; decir lo menos posible aunque se tenga perfecta conciencia de que algo es incorrecto; ser hábil en mantenerse a cubierto y preocuparse únicamente de evitar reproches. Este es el tercer tipo.

Desobedecer las órdenes y colocar las opiniones personales en primer lugar; exigir consideraciones especiales de la organización, pero rechazar su disciplina. Este es el cuarto tipo.

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Entregarse a ataques personales, armar líos, desahogar rencores personales o buscar venganza, en vez de debatir los puntos de vista erróneos y luchar contra ellos en bien de la unidad, el progreso y el buen cumplimiento del trabajo. Este es el quinto tipo. Escuchar opiniones incorrectas y no refutarlas, e incluso escuchar expresiones contrarrevolucionarias y no informar sobre ellas, tomándolas tranquilamente como si nada hubiera pasado. Este es el sexto tipo.

Al hallarse entre las masas, no hacer propaganda ni agitación, no hablar en sus reuniones, no investigar ni hacerles preguntas, sino permanecer indiferente a ellas, sin mostrar la menor preocupación por su bienestar, olvidando que se es comunista y comportándose como una persona cualquiera. Este es el séptimo tipo.

No indignarse al ver que alguien perjudica los intereses de las masas, ni disuadirlo, ni impedir su acción, ni razonar con él, sino dejarle hacer. Este es el octavo tipo.

Trabajar descuidadamente, sin plan ni orientación definidos; cumplir sólo con las formalidades y pasar los días vegetando: “mientras sea monje, tocaré la campana”. Este es el noveno tipo.

Considerar que se ha rendido grandes servicios a la revolución y darse aires de veterano; desdeñar las tareas pequeñas pero no estar a la altura de las grandes; ser negligente en el trabajo y flojo en el estudio. Este es el décimo tipo.

Tener conciencia de los propios errores pero no intentar corregirlos, tomando una actitud liberal para consigo mismo. Este es el undécimo tipo.

Podrían citarse otros tipos más, pero los once descritos son los principales.

Todas éstas son manifestaciones de liberalismo.

En una colectividad revolucionaria, el liberalismo es extremadamente perjudicial. Es una especie de corrosivo, que deshace la unidad, debilita la cohesión, causa apatía y crea disensiones. Priva a las filas revolucionarias de su organización compacta y de su estricta disciplina, impide la aplicación cabal de su política y aleja a las organizaciones del Partido de las masas que éste dirige. Se trata de una tendencia sumamente perniciosa.

El liberalismo proviene del egoísmo de la pequeña burguesía; éste coloca los intereses personales en primer plano y relega los intereses de la revolución al segundo, engendrando así el liberalismo en los terrenos ideológico, político y organizativo.
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Los adictos al liberalismo consideran los principios del marxismo como dogmas abstractos. Aprueban el marxismo, pero no están dispuestos a practicarlo o a practicarlo cabalmente; no están dispuestos a sustituir su liberalismo por el marxismo Tienen su marxismo y también su liberalismo hablan del marxismo pero practican el liberalismo el marxismo es para los demás y el liberalismo para ellos, mismos. Llevan ambos en su bagaje y encuentran aplicación para uno y otro. Así es como funciona el cerebro de cierta gente.

El liberalismo constituye una manifestación de oportunismo y es radicalmente opuesto al marxismo. Es negativo y, objetivamente, hace el juego al enemigo. De ahí que éste se alegre si en nuestras filas persiste el liberalismo. Por ser tal su naturaleza, no debe haber lugar para el liberalismo en las filas revolucionarias.

Debemos emplear el espíritu marxista, que es positivo, para superar el liberalismo, que es negativo. El comunista debe ser sincero y franco leal y activo, poner los intereses de la revolución por encima de su propia vida y subordinar sus intereses personales a los de 1a revolución; en todo momento y lugar ha de adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las ideas y acciones incorrectas, a fin de consolidar la vida colectiva del Partido y la ligazón de éste con las masas ha de preocuparse más por el Partido y las masas que por ningún individuo, y más por los demás que por sí mismo. Sólo una persona así es digna de llamarse comunista.

Todos los comunistas leales, francos, activos y honrados deben unirse para combatir las tendencias liberales, que cierta gente tiene, y encauzar a ésta por el camino correcto. He aquí una de nuestras tareas en el frente ideológico.

La crisis de la derecha latinoamericana

La crisis de la derecha latinoamericana

Emir Sader

La derecha latinoamericana pasa por el peor momento de su historia. Se trata de una situación que va en paralelo con la expansión –no habida hasta ahora– de una mayoría de gobiernos progresistas en la región y de aislamiento de Estados Unidos en el continente.

El momento de mayor fuerza derechista se dio con el auge de los regímenes neoliberales, porque en ese tiempo las corrientes de distintos orígenes que se le habían opuesto también adoptaron el recetario del FMI y el Banco Mundial, confluyendo en un consenso continental –inédito hasta ese momento– en torno a las políticas predominantes en el campo de la derecha a escala internacional. Poder disponer en la derecha de partidos conservadores, así como también del PRI y el PAN en México, el Partido Socialista y el Partido Demócrata Cristiano en Chile, el Copei (socialcristiano) y Acción Democrática en Venezuela, el peronismo en Argentina –para poner algunos ejemplos elocuentes– revelaron la capacidad hegemónica de su proyecto, que no habían tenido antes.

Fue un periodo relativamente breve pero significativo. Permitió la cooptación de expresiones hasta entonces situadas en el campo progresista –nacionalistas, socialdemócratas– y la presentación de una propuesta de espectro continental para las políticas y las áreas de libre comercio expresadas en el TLCAN y en el ALCA que articulaban a Estados Unidos con el conjunto del continente. Además, reinsertaba a América Latina en el modelo mundial dominante –a través de la derecha– reagrupando fuerzas de distintos orígenes en el campo político e ideológico.

Bastó que se agotara ese modelo hegemónico en nuestra región para que el castillo de naipes se desmoronara y promoviese una inmensa crisis de identidad entre los partidos que habían participado en el bloque neoliberal, incluidos los tradicionales de la derecha y los que se sumaron de otras tendencias.

Al transcurrir una década de existencia de gobiernos progresistas en un gran número de países del continente –Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Nicaragua, El Salvador, Perú–, el panorama cambió radicalmente.

Las fuerzas que pusieron en práctica políticas neoliberales pagaron el precio por el carácter antisocial de esas tesis y de su agotamiento precoz. Menem, Fujimori, Fernando Henrique Cardoso, Carlos Andrés Pérez, Carlos Salinas de Gortari, salieron de sus presidencias repudiados y derrotados políticamente; se volvieron símbolos de ex mandatarios antipopulares. (Menem, Fujimori, Pérez llegaron a ir a prisión; Salinas huyó para escapar de ese destino.) Sus organizaciones y fuerzas aliadas pagaron caro el precio de la aventura: el peronismo debió ser rescatado por los Kirchner con acciones radicalmente opuestas a las de Menem. Acción Democrática y Copei prácticamente desaparecieron como partidos en Venezuela. El PRI fue derrotado, perdiendo por primera vez en 70 años la Presidencia; después de dos mandatos continuos con políticas neoliberales, debe suceder lo mismo con el PAN. Fujimori no consiguió elegir sucesor ni construir una fuerza política propia. El Partido de la Social Democracia Brasileña resultó derrotado en las tres elecciones presidenciales siguientes a los dos mandatos de su líder, Fernando Henrique Cardoso.

Frente a gobiernos que pusieron en práctica políticas de remedio y ruptura con el neoliberalismo, las fuerzas que habían encarnado ese modelo quedaron descolocadas. El espectro político fue ampliamente ocupado por coaliciones en países como Argentina, Brasil, Uruguay, con políticas y alianzas de centroizquierda, no dejando espacio a las fuerzas neoliberales. Éstas enfrentaron el dilema de seguir defendiendo las opciones que habían fracasado o intentar argumentar que sus gobiernos prepararon las condiciones para el protagonismo de las políticas sociales de quienes los sucedieron, lo que –además de ser una tesis muy discutible– no impide poner en práctica acciones populares con las que se derrota y escenifica la democratización social.

En Venezuela, Bolivia, Ecuador, las transformaciones radicales que los nuevos gobiernos ejecutaron conquistaron gran apoyo popular, aislando y derrotando a las fuerzas que las antecedieron en el gobierno. Como resultado, la derecha o la neoderecha fueron derrotadas sucesivamente a lo largo de toda esta década, desde el inicial triunfo de Hugo Chávez. Los presidentes posneoliberales se religieron y, en los casos de Argentina, Uruguay y Brasil, escogieron a sus sucesores, mientras la oposición, desorientada, o se dividió –como en Argentina y Venezuela– o no consiguió alcanzar apoyo.

Al mismo tiempo, la intención estadunidense del ALCA fue derrotada al iniciar el decenio, cuando desde la presidencia del proyecto, correspondiente a Estados Unidos y Brasil, fue combatida por este último, que se apoyó en las grandes movilizaciones populares de la década anterior y en el sentimiento, que se convirtió en mayoritario, en favor de los procesos de integración regional opuestos a los tratados de libre comercio con la potencia norteña.

Estados Unidos mantuvo a México y Colombia como aliados privilegiados, además de los gobiernos centroamericanos. Sin embargo, recientemente, perdió los apoyos de Nicaragua y El Salvador, además de Perú y del cambio gradual de posición de Colombia. Aún con la victoria de la derecha en Chile, ésta se ve neutralizada por la pérdida de popularidad del presidente Sebastián Piñera.

En tanto, se ocuparon espacios conquistados y se constituyeron la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), el Consejo Suramericano de Defensa y el Banco del Sur, consolidando la hegemonía de los planes de integración regionales –y de alianzas con el sur del mundo- y el aislamiento de los tratados del libre comercio con Estados Unidos. La crisis de 2008 y su presente regreso confirman las ventajas de dicha inclinación política y las alianzas con China, a la inversa de aquellas priviligiadas con la hoy estancada economía estadunidense.

Ante las derrotas y el aislamiento, la derecha busca un nuevo perfil. Los pasados fracasos en Uruguay, Brasil, Perú y El Salvador –a los que se deben agregar los casi seguros de Argentina, Nicaragua y Venezuela– hacen que se prolongue esta situación en la segunda década del siglo XXI. Corresponde a los gobiernos progresistas valerse de esos reveses para profundizar los proyectos de izquierda, teniendo conciencia de que la derecha conserva sus órganos de comunicación masiva y las estructuras que le son propias –capital financiero, empresas de agronegocios, medios privados, que ejemplarizan la dictadura del dinero, de la tierra y de la palabra–, que sigue teniendo mucho poder, y que sus pilares son blancos principales para cambios profundos que se requieren en la lucha por la superación del neoliberalismo y la construcción de sociedades democráticas, igualitarias y humanistas.

Traducción: Ruben Montedónico