Carta a Julia Evelyn

Carta a Julia Evelyn

Dagoberto Gutiérrez

Querida Julia Evelyn
Tu paso por el aparato fue fugaz, tenso e intenso. Aprendiste mucho sobre la naturaleza humana y la naturaleza del poder político; pero al mismo tiempo, enseñaste mucho sobre lo que debe hacer, puede y tiene que hacer un funcionario cuando decide no ser funcionario, es decir, no considerar que su función es un fin en sí mismo sino un medio o un instrumento para perseguir un fin.

Aquí está, en este aspecto cardinal, la raíz de los problemas, porque vos decidiste, correctamente, aplicar una agenda del movimiento de mujeres bajo el entendido de que siendo este un gobierno de izquierdas estaría comprometido, a diferencia de uno de derechas, con una agenda popular. Así las cosas, la institución ISDEMU y su institucionalidad, no podían hacer otra cosa distinta que apoyar y apoyarse en agendas ya acordadas y establecidas que, además, no violan su legalidad.

Ocurre que semejante conducta no resulta la adecuada ante la naturaleza del gobierno y mucho menos ante la del Estado, y tarde o temprano, se produciría una colisión como la que inevitablemente se produjo.

Esta coyuntura ha servido dramáticamente para revelar ante el pueblo y ante la gente a un gobierno que teme, ante los poderosos, aparecer como de izquierdas, y trata de no aparecer como de derechas, ante el pueblo.

La destitución se hizo inevitable para el aparato y para las fuerzas que, dentro de éste, llegaron a considerar tu desempeño y a tu persona como inadmisibles. Y aquí estamos ya considerando la naturaleza del poder político. Porque ocurre que tu desempeño siempre mostró a una persona con opinión propia, con conocimiento del tema y con un prestigio propio ganado a pulso y con independencia del cargo desempeñado. En tu caso, tu cargo se lucraba de tu historia y, siendo así las cosas, y teniendo luz propia, no dependías ni de voluntades, ni de intereses, ni de agendas ocultas, ni de corrientes visibles o invisibles, propias de los aparatos palaciegos.

Semejante situación llegó a afectar a ciertos poderes áulicos que suelen aparecer en los ámbitos estatales y por eso destituirte se convirtió en una especie de obsesión que sin responder a necesidades políticas de gobierno o de Estado, sí era necesario ante intereses, generalmente mínimos pero que cuentan con resortes adecuados para apartar a alguien que ha llegado a ser inadecuada.

Esto aparece claro cuando la destitución se hace “por pérdida de confianza”. Tal figura permite holgadamente tu retiro con la frente muy en alto, porque quitarte de en medio no resulto fácil para quienes lo necesitaban y la figura de la confianza perdida resulta, en estas circunstancias, como un fortalecimiento de tu prestigio porque en realidad nadie es confiable para todos y si lo sos para unos, pues no lo sos para otros. El punto aquí es que ser confiable para el movimiento de mujeres resulta fatalmente no ser confiable para el gobierno, porque para serlo, los funcionarios pueden tener popularidad pero en ningún caso deben ser populares.

Cuando tu gestión adopta el compromiso con los derechos de las mujeres y asumiste, correctamente, que los compromisos internacionales asumidos por el gobierno en defensa de los derechos de las mujeres, debían cumplirse, sometiste a prueba las firmas estampadas en documentos elegantes y perfumados, independientemente de lo controvertibles que fueran los temas, y te volviste confiable para las mujeres organizadas y en esa misma medida desconfiable para aquellos y aquellas, almas de cortesanos, que no quieren funcionarios comprometidos con compromisos sino sometidos a voluntades que entienden el poder político como una especie de juguete nuevo recién adquirido y ante el cual desatan sus ilusiones personales largamente
larvadas y ahora manifestadas en el ejercicio de un poder carente de autoridad.

Tu destitución fue, por eso, una mezcla subterránea de hilos movidos por una mano que busca no aparecer como la mano que mueve los hilos, y el expediente de la junta directiva del ISDEMU destituyendo a su directora, resulta una maniobra de legalidad a una decisión política no presentable y no confesable, es decir, una decisión no política, toda vez que no podía justificarse ni defenderse, ni presentarse como algo inteligente y necesario.

La figura frágil de la “pérdida de confianza” desnuda toda la falta de elegancia política que debe acompañar una destitución de un funcionario cuya gestión resulta inconveniente, y deja en la penumbra el problema de saber para quien has dejado de ser confiable porque, de ser así las cosas, el funcionario o la funcionaria tiene derecho a saber previamente y cara a cara las razones políticas o, dado el caso, personales de su destitución. Cuando este procedimiento mínimo no se cumple, como en tu caso, resulta claro que no hay razones políticas fundamentales defendibles sino las sacrosantas intrigas palaciegas y fuerzas intestinas que maniobran, usando a otros funcionarios que desde juntas directivas proporcionan los votos necesarios para estas decisiones.

Tu experiencia resulta extensible al movimiento de mujeres, porque toda persona y todo movimiento son lo que hace en efecto y no lo que dice que va a hacer, o lo que debe o debería hacer. El voto unánime de la junta directiva del ISDEMU legitimó a esta junta ante el poder que te destituyó y la deslegitimó ante el movimiento de mujeres. Bien vistas las cosas, en tu gestión descubriste que alguien puede estar durmiendo con el enemigo sin darse cuenta.

Al movimiento de mujeres, sin embargo, la coyuntura les permite saber, hoy mejor que nunca, quienes son, cuantas son y como son.

El último maullido…

El último maullido…

Por Felix Ulloa
Homenaje al Maestro, periodista e intelectual salvadoreño, Armando Herrera
MANAGUA – Conocí a Armando cuando dirigía el colectivo cultural NOSOTROS, allá por los años 70s, en esa época yo probaba mis armas en la poesía y además tenía pretensiones de dramaturgo. Habíamos formado otro grupo literario llamado JUEZ Y PARTE y tratábamos de relacionarnos con entidades que ya tenían cierto reconocimiento en el medio, como el Grupo Francisco Díaz, dirigido por Tirso Canales; La Cebolla Púrpura, de Jaime Suárez; el Centro Libre de Artistas Nacionales –CLAN- y otros.

Recuerdo que le mostré a Armando una obrita de teatro que recién había terminado de escribir llamada LOS POETAS, y que no era otra cosa más que un libelo contra los famosos de la Generación Comprometida. En la obra criticaba a Manlio Argueta, al “Pichón” Cea, a Roberto Armijo, a Quijada Urias, a Pepe Rodríguez Ruiz, a Mauricio Marquina y con más atrevimiento al propio Roque Dalton. Había copiado el discurso satírico de Aristófanes y creía que mediante la comedia podría denunciar lo que entonces consideraba el aburguesamiento de nuestros intelectuales de izquierda.

Armando con mucha madurez me aclaró en una frase que no olvide nunca más: Es un buen esfuerzo literario, pero el enemigo está del otro lado. Esa cualidad del Gato Herrera , de ver más allá del sesgo ideológico a que sometía la militancia en el Partido Comunista y sus estructuras, la pude corroborar un poco más tarde.

Cuando se reabrió la Universidad, después de la invasión del ejército en 1972 y su prolongado cierre, el movimiento estudiantil estaba desarticulado y acéfalo; los camaradas del PC eran los únicos que tenían una propuesta organizativa y crearon el Frente de Acción Universitaria FAU. Me incorporé inmediatamente junto con otros compañeros. De la Facultad de Derecho estábamos Eliseo Ortiz, Roberto Turcios, Fernando Ávalos, Arturo Soto Pacheco, María Dolores Rosa; de Economía y Humanidades recuerdo a Manuel Franco, Abraham, Schafik “Koky” Handal, Evelio Ruano y el mismo Armando Herrera.

Después que ganamos las elecciones en 1974 para la Asociación de Estudiantes de Derecho –AED-, comenzaron a surgir ciertas contradicciones en el colectivo del FAU, pues la junta directiva de la AED con Eliseo de presidente, tomaba ciertas iniciativas que no eran exactamente en la línea que el PC orientaba a los gremios en los que tenía incidencia. Para esa época, comenzaron a surgir dentro de la universidad otros grupos que mantenían vínculos con las organizaciones armadas clandestinas que buscaban expresarse y atraer adeptos para la lucha guerrillera.

Sin una vinculación orgánica con ninguna de ellas, en mi caso, nuestra posición cada vez más crítica por los métodos de trabajo del FAU y su acomodamiento a una lucha estrictamente gremial, comenzaba a crearnos problemas con la dirección superior, al extremo que enviaron a Dagoberto Gutiérrez, quien entonces dirigía la Juventud Comunista, a ver que pasaba con el FAU de Derecho, pues “nos estábamos saliendo del guacal”.

No sé cuál fue el informe de Dago, pues un día, bajo estrictas medidas de seguridad llegó a la facultad el propio Schafik Handal y durante varias horas que duró su prolongado sermón, trató de encarrilarnos de nuevo. Creo que si se hubiera dejado a Armando manejar el caso, no habríamos roto con el FAU para unirnos al Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allende” FUERSA, que había surgido en la Facultad de Medicina con Carlos Arias y Alirio Barrera a la cabeza.

Armando tenía clara la visión de que nuestras inquietudes eran legítimas, en más de una ocasión conversamos largamente, después de las aburridas reuniones del colectivo, en ellas él me exponía que en cualquier momento el Partido tendría que aceptar que la lucha contra la dictadura se iba radicalizando y que cambiarían los métodos. Su visión era correcta y sus esfuerzos por mantener la cohesión del grupo eran totalmente honestos. Mientras otros compañeros comenzaron a tildarnos de “trotskistas, maoístas, guevaristas y aventureros ultraizquierdistas”, Armando trataba de bajar el tono de la confrontación, que ya se veía irreversible, buscando mantener la unidad.

Al final, todos conocemos cómo se resolvió ese debate ideológico que alcanzó dimensiones nacionales; que se libró no solo en el plano intelectual en nuestros respectivos medios de difusión “VOZ POPULAR” de los camaradas del PC y “POR LA CAUSA PROLETARIA”, de parte nuestra, sino también en los gremios sindicales, magisteriales y profesionales. La historia le daría la razón a Armando, pues allá por mayo de 1979, cuatro años después de nuestras discusiones ideológicas, en el marco de su VII Congreso, el PC adoptó la lucha armada y más tarde se sumaría a la Dirección Revolucionaria Unificada DRU, para luego con sus Fuerzas Armadas de Liberación FAL, integrar el FMLN.

Así, nuestros caminos se separaron, la literatura paso a un segundo plano, y cada uno se dedicó a sus tareas políticas en el fragor de la lucha. Pero la vida nos volvió a juntar. Cuando la UES decidió crear tres representaciones internacionales. A mí me designaron representante para México, USA y Canadá y a Armando representante para Europa. En varias ocasiones nos reuníamos con Chico Romero, de las FPL, quien era el representante para América del Sur y el Caribe.

Por supuesto, después de las reuniones formales Armando y yo nos íbamos a conversar durante largas horas, sobre aquellos temas que a ambos nos apasionaban y que nada tenían que ver con nuestras organizaciones. La literatura cobraba de nuevo su majestuosa presencia y entre bocanadas de humo, el Gato me explicaba su mejor comprensión del realismo socialista y aunque resentía que Ovidio Villafuerte fuera tan necio criticando a Neruda, le concedía mucho mérito a su obra, a veces desgarradora como su vida misma. A veces lamentábamos la temprana muerte de Chema Cuellar, quien siempre fiel a la ortodoxia del Partido, era capaz, sin embargo, de cuestionar algunas de sus políticas, como lo plasmara en su poema UN PROBLEMA DE CONCIENCIA.

No lo ví por muchos años; la guerra nos mantuvo separados. Firmada la paz y cada quien de nuevo en su trinchera, Armando siguió brillando, dando fe de que los ideales son más fuertes que las ambiciones personales. Nos encontramos de nuevo en el meritorio trabajo de honrar a nuestros mártires, a quienes ofrendaron sus vidas por ese mundo mejor que todos soñamos. Y mientras otros se dedicaron a escalar peldaños que los llevarían a la “cima del poder” donde podrían gozar de sus dulces mieles, Armando esculpía en las páginas de la eternidad, como titánico artesano, los nombres de los caídos, entre ellos el de su compañera Normita y su sobrina Tania, caídas heroicamente en la lucha, a fin de que su ejemplo no se banalice con oropeles oficiales, que su sacrificio no lo opaquen ciertos fuegos artificiales, y que la memoria histórica de nuestro pueblo no se pierda en el maremágnum de los mezquinos intereses.

Lo ví por última vez el día que tomó posesión la junta Directiva del IEJES en Diciembre de 2009, hace un año más o menos. Nos abrazamos con cariño, en ese tipo de abrazo que se dan los hermanos después de largos periodos de ausencia. Sentí el calor fraterno que hacia tiempos no experimentaba, pues casi todos los antiguos camaradas lo abrazan a uno con cierta distancia, (cuando nos abrazan pues la moda es darte la mano) no sé si por temor a que se les arrugue la cara vestimenta que usan y que les quede impregnado el olor a pueblo, o porque no quieren sentir ese contacto humano que les recuerde sus orígenes.

En fin, no era ese el caso de Armando, al contrario, como me lo dijo casi susurrándome en el oído: Tengo cita con la muerte, esta semana me someto a una cirugía de alto riesgo.

Entiendo que ante la eventualidad de no salir victorioso de ese tipo de duelos inciertos, los humanos tratamos de dejar lo mejor de nosotros a los otros y tomar de ellos lo mejor que podamos para ir con más fuerza al encuentro. Por eso, en ese abrazo de Armando, sentí toda la solidaridad que un ser humano puede transmitir a otro. Te deseo éxitos en las duras batallas que te vienen encima, me dijo con voz suave. Fue como un maullido presagiando buenos augurios. No me dio tiempo a responderle, en ese momento otros amigos llegaron a saludarlo, a desearle suerte, a manifestarle su simpatía.

Armando se nos adelantó, se fue cantando, alegre como era, con su sonrisa permanente, con la frente en alto, el espíritu altivo. Nos hace mucha falta, su Agenda Cotidiana, fiel bitácora del hombre-hombre que nos iluminaba constantemente el camino, no quedara en el olvido. Así como Aristófanes despidió al mundo antiguo con una enorme carcajada, Armando se despidió de El Salvador, con un sonoro maullido que nos alerta de los peligros que asechan y que con la verde mirada de sus ojos, nos vigila y nos acompañará siempre.

Realizan homenaje a Armando Herrera

SAN SALVADOR, 11 de diciembre de 2010 (SIEP) “Armando Herrera fue un intelectual comunista que dedicó su vida a luchar y escribir por la justicia, la democracia y el socialismo para nuestro pueblo…” expresó esta tarde el Lic. Roberto Pineda en Homenaje realizado en el Centro Cultural Nuestra América.

Armando Herrera falleció hace doce meses luego de cincuenta años de contribuir a las luchas populares desde las filas primero del Partido Comunista y luego del FMLN. Fue dirigente juvenil del FUAR, poeta y escritor, funcionario de la UES, activista de derechos humanos, periodista, y amante del jazz.

Agregó el Lic. Pineda que “nos encontramos con Armando, conocido como El Zarco, en el camino de la vida en diversas ocasiones. La primera vez que lo vi fue en el año de 1974 en el marco de una lucha que sostuvimos como estudiantes de secundaria organizados en AES, en contra del aumento al pasaje de buses de 10 a 15 centavos. Planificamos una gran movilización estudiantil y me correspondió sacar a las calles a los estudiantes del sur de la capital que incluía al Instituto Obrero José Celestino Castro. Llegamos y para mi sorpresa entramos sin problemas y directo a la dirección del centro escolar. Y ahí estaba Armando, era el Director, y nos pregunto que como iba la cosa y alegre por lo que estábamos haciendo. Quede sorprendido. Era un director totalmente diferente a los otros que eran o reaccionarios o temerosos…”

Luego nos encontramos en Managua, Nicaragua, corría el año 1982. Me acuerdo que una noche estaba sentado en una pequeña sala de una casa de seguridad del PCS y llegó y se sentó y empezamos a platicar. Trabajamos juntos en un proyecto periodístico llamado Noticias de El Salvador, NOTISAL, para divulgar los avances del proceso revolucionario conducido por el FMLN. Me acuerdo que vivía allá por el crucero, en la calle vieja a León. En ese entonces Brenny, Michelle y Armandito estaban chiquitos.

Luego nos encontramos en la UES, a principios de 1986. Y fuimos parte de la conducción política y administrativa. Era una situación de mucha tensión, con muchas capturas y vivir bajo estado de sitio. Y en esa situación tensa siempre nos tranquilizaba la serenidad del Zarco, su sentido del humor, una gran tranquilidad bajo las balas y las explosiones. Y por último nos encontramos en la Iglesia Luterana, trabajando esta vez en el área de Derechos Humanos.

El Zarco tuvo varios amores. Amó mucho a este pueblo, a la gente pobre, humilde, desamparada. Amó a su familia, a Norma, su compañera que fue asesinada por el ejército en noviembre del 89. A sus hijas e hijo. Amó mucho a la Universidad, a la UES. Cuando estaba intervenida en los años 80 él encabezó la campaña internacional por su reapertura, publicaba con Norma El Universitario.

Y amó mucho a Cuba, a la Revolución Cubana, que lo cautivó desde muy joven, desde el triunfo revolucionario en 1959. En las épocas de mayor represión de la dictadura militar, siempre levantó la bandera de la solidaridad con Cuba, en contra del bloqueo, por la libertad de los cinco héroes encarcelados, divulgando los logros de la revolución caribeña.
Ya El Zarco se nos adelantó, pero nos queda su recuerdo de intelectual comunista, y en las batallas que nuestro pueblo sigue librando por la democracia y el socialismo estará siempre presente. Nunca lo olvidaremos.

La coyuntura geopolítica de América Latina y el Caribe en 2010

Auge o declinación del imperialismo norteamericano

Hablar de la coyuntura geopolítica de América Latina y el Caribe en el momento actual nos obliga a examinar, en términos globales, la situación del imperio. Al iniciarse la década de los ochentas había ganado creciente gravitación, no sólo en América Latina sino en buena parte del mundo, un discurso que anunciaba la decadencia del imperialismo norteamericano. 1

Una serie de acontecimientos de significación histórico-universal, al decir de Hegel, daban pie a tal predicción: en primer lugar, la catastrófica e ignominiosa derrota de Estados Unidos en Vietnam; cuatro años más tarde, en 1979, el derrocamiento de las tiranías del Sha de Irán y de Somoza en Nicaragua, privando al imperio de la inestimable colaboración de dos de sus principales gendarmes regionales en Medio Oriente y Centro América respectivamente; años después, el derrumbe, siguiendo el tan temido “efecto dominó” de los estrategas del Pentágono, de las dictaduras que Washington había promovido o instalado directamente en América Latina y el Caribe y la impetuosa irrupción de una nueva ola democratizadora que encontró en esta parte del mundo una de sus expresiones más acabadas.

En el otro extremo del mundo, el lento inicio del irresistible ascenso de China en el firmamento de la economía y la política mundiales le prestaba aún más verosimilitud a las tesis decadentistas que, en la izquierda latinoamericana, lograron amplia repercusión a lo largo de toda la década. No sólo la izquierda latinoamericana tomó nota y elaboró argumentos sobre esta situación: en el capitalismo desarrollado proliferaron también teorizaciones de diverso tipo que pretendían dar cuenta de este lento pero inexorable ocaso del imperialismo norteamericano. Dos contribuciones sumamente significativas de aquellos años fueron los libros de Emmanuel Todd y del historiador Paul Kennedy y su teoría de la “sobre-expansión imperial” (imperial overstretching).2

No obstante, más pronto que tarde las cosas habrían de cambiar. En la inauguración de la presidencia de Ronald Reagan (1981-1989) algunos analistas vieron una primera tentativa de recomposición de la primacía imperial obsesionada por dejar atrás el ominoso legado del “síndrome de Vietnam” sobre todo luego del inicio de una brutal ofensiva militar en contra de la Unión Soviética la “guerra de las Galaxias” que obligó a este país a incurrir en un gasto militar de fenomenales proporciones que, a la postre, acelerarían el catastrófico final del experimento soviético. Pero no sería sino hasta finales de la década y comienzos de la siguiente cuando, caída del Muro de Berlín (1989) e implosión de la Unión Soviética (1991) mediante, amén del triunfo en la Guerra del Golfo (Agosto 2 de 1990 – Febrero 28 de 1991), el discurso sobre la decadencia imperial habría de ser archivado.

A partir de ese momento se generalizó la tesis contraria: no sólo que no había ni hubo decadencia imperial sino apenas un momentáneo tropiezo sino que, de hecho, el imperio se había “recargado” y aparecía en la escena universal con renovados bríos. Algunos teóricos, como Charles Krauthammer, por ejemplo, construyeron laboriosos argumentos para fundar su tesis sobre la permanencia del llamado “momento unipolar.” 3 Este nuevo humor social, que permeaba los distintos estratos de la opinión pública mundial y que, por supuesto, prevalecía sin contrapesos en los círculos dirigentes del capitalismo, atraería una pléyade de intelectuales y publicistas que conformarían este estado de ánimo en una nueva y completa doctrina internacional. Hablamos de la obra de autores tales como Thomas Friedman, Robert Kagan, Samuel P. Huntington y Francis Fukuyama, entre otros, quienes en el clima optimista de los nuevos tiempos se dieron a proclamar a los cuatro vientos el carácter imperialista de los Estados Unidos. Sólo que, a diferencia de los anteriores, el norteamericano es un imperialismo benévolo, moral y libertario, que descarga sobre los hombros de la sociedad norteamericana la dura tarea de crear un mundo seguro para la libertad, la democracia y, de paso, los mercados. No hace falta demasiada erudición para corroborar las simetrías entre este razonamiento y el que expresara Sir Cecil J. Rhodes, en la Inglaterra victoriana, sobre la responsabilidad del hombre blanco en llevar la civilización a las salvajes poblaciones del África negra e inculcándoles el amor por la justicia, la democracia, la libertad y … la propiedad privada. Cabe anotar que esta visión idílica del imperio rebalsó con creces el espacio ideológico de la derecha para penetrar profundamente en las interpretaciones de una cierta izquierda manifiestamente incapaz de entender el significado de los nuevos tiempos. Un caso paradigmático de este extravío lo ofrece la obra de Michael Hardt y Antonio Negri, en donde se desarrolla la curiosa tesis de un “imperio sin imperialismo”. 4
Los atentados a las Torres Gemelas y al Pentágono, el 11 de Septiembre de 2001, pusieron abrupto fin a esta ensoñación y el imperialismo reafirmó urbi et orbi su disposición a pelear con quien fuera necesario para preservar sus privilegios. Los dichos de George Bush Jr. son bien elocuentes al respecto: “buscaremos a los terroristas en cada rincón oscuro de la Tierra.” 5 El optimismo cedió su lugar a la crispación y a la furia, y a un inusitado proceso de militarización cuyas funestas consecuencias no tardaron en tornarse claramente visibles de inmediato.
En la actualidad, y como fiel reflejo de los cambios registrados en la escena internacional, al finalizar la primera década del siglo veintiuno ya son los grandes estrategas del imperio quienes plantean una visión “declinacionista” del futuro norteamericano. Todos los documentos elaborados por el Pentágono, el Departamento de Estado y la propia CIA sobre los escenarios futuros (en torno al 2020 o 2030) coinciden en señalar que Estados Unidos jamás volverá a disfrutar de la supremacía que supo tener en la segunda mitad del siglo veinte y que ese tiempo ya se acabó. Es más, en un informe especial elaborado por el Pentágono se dice que en los próximos años Washington deberá prepararse para vivir en un mundo mucho más hostil y competitivo, con numerosos rivales y adversarios que cuestionarán su predominio en todos los frentes y que, en consecuencia, las guerras serán una condición permanente durante los próximos treinta o cuarenta años.6
Las razones de fondo que subyacen a este pronóstico son bien conocidas. Por una parte, la relativa pérdida de gravitación económica de Estados Unidos por comparación a la que gozaba a la salida de la Segunda Guerra Mundial. Si en ese momento su contribución al PIB mundial rondaba el 50 % en la actualidad es poco menos que la mitad de esa proporción, y la tendencia es hacia la baja, suave pero hacia la baja. El país sufre, además, de los “déficits gemelos” (fiscal y de balanza comercial) que han adquirido dimensiones extraordinarias. El dólar norteamericano, a su vez, ha visto declinar significativamente su valor en los últimos años y de moneda de reserva de valor que era se convirtió en una divisa cada vez más sostenida por sus propios rivales en la economía mundial, como China, Japón, Corea del Sur y Rusia. Una economía, en suma, en donde los hogares, las empresas y el propio estado se encuentran endeudados en grado extremo. Durante más de 30 años Estados Unidos vivió artificialmente del ahorro y del crédito externo, consumiendo muy por encima de sus posibilidades reales y tanto uno como el otro no son entidades infinitas e inagotables. El estado se endeudó al lanzar varias guerras sin subir los impuestos. No sólo eso, reduciendo los impuestos a los ricos y las grandes corporaciones. Las familias también se endeudaron, impulsadas por una infernal industria de la publicidad que promueve patrones de consumo no sólo irracionales sino brutalmente agresivos con el medio ambiente. A mediados del 2007 un informe de la Reserva Federal de los Estados Unidos advertía sobre el peligroso ascenso del endeudamiento de los hogares norteamericanos que había pasado de ser equivalente al 58 % del ingreso de las familias en 1980 a 120 % en el 2006. Según un estudioso del tema, Eric Toussaint, esa proporción siguió aumentando y hasta situarse, en la actualidad, en un 140 % del ingreso anual de las familias. El mismo autor señala que si se suma la totalidad de la deuda norteamericana, es decir, la de las familias, las empresas y el estado, se llega a un exorbitante 350 % del PIB de los Estados Unidos. Situación insostenible que, finalmente, estalló a mediados del 2008 desencadenando una nueva crisis general en la cual estamos inmersos. 7
El resultado de este descalabro económico del centro imperial es que, por primera vez en la historia, un país situado en el vértice de la pirámide imperialista se convierte en el principal deudor del planeta. Tradicionalmente la situación era la inversa: eso fue lo que ocurrió durante el largo reinado de Gran Bretaña en la economía mundial (desde comienzos del siglo diecinueve hasta la Gran Depresión de 1929) y eso también aconteció durante un tiempo en las primeras décadas de la hegemonía norteamericana, entre 1945 y comienzos de los setentas. Pero en la actualidad la situación es completamente distinta y Estados Unidos ostenta la poco gloriosa condición de ser el mayor deudor del mundo.
Un cambiante, y amenazante, escenario estratégico mundial
Lo anterior no podía dejar de tener profundas implicaciones políticas. Tal como lo aseguran numerosos documentos oficiales, Estados Unidos se enfrenta ante un escenario internacional profundamente amenazante: la situación en Medio Oriente parece deslizarse por un tobogán que culmina en el descontrol, y donde el fundamentalismo islámico, alentado por la CIA para repeler la invasión soviética en Afganistán, ahora amenaza a las monarquías petroleras pro-americanas de la región. Israel, a su vez, es el gendarme regional que actúa cada vez con mayor autonomía sabiendo que dispone de suficientes mecanismos extorsivos como para garantizar el incondicional apoyo de Washington a sus políticas sionistas. Sus provocaciones y sus desafiantes políticas racistas y colonialistas han exacerbado sin cesar el polvorín del conflicto palestino-israelí, que bien podría finalizar desencadenando un nuevo holocausto nuclear habida cuenta de la pertinaz ofensiva desatada en contra de Irán por parte de la Casa Blanca y el gobierno sionista de Israel. Siete años de guerra en Irak no lograron estabilizar a ese país y “normalizarlo” para extraer de él el precioso recurso petrolero en la cantidad deseada; por el contrario, la ocupación norteamericana que finalizó con una ingloriosa “retirada sin victoria” de las tropas yankees ha destruido el delicado equilibrio que mantenía a ese país unido y que, roto hoy de manera aparentemente irreparable, se convierte en un factor de desestabilización de toda la región, incluido Turquía, dado el papel de la minoría kurda en su territorio. Más hacia el este las aguas lejos de calmarse se agitan aún con más fuerza: sumido en otra aventura militar en Afganistán, la presencia de sus tropas en el área ha movilizado fuertes sentimientos anti-norteamericanos que también se expanden como un reguero de pólvora hacia su vecino Pakistán, irresponsablemente dotado de un poderoso arsenal nuclear cedido por Washington a fin de contrabalancear el programa atómico de la India, que la estúpida y crónica paranoia de la dirigencia de Estados Unidos atribuía a su condición de “Proxy” soviético.
En el extremo oriente no mejora la situación política global de Estados Unidos: el insólito desafío de Corea del Norte prosigue su curso sin que el imperio pueda interponer obstáculos con suficiente capacidad de disuasión. China se encamina en pocos años más a ser la principal economía del mundo y, además, un formidable poder militar pero de naturaleza eminentemente defensiva. Por su parte, Europa da muestras de una radical incapacidad de conformar una unidad política que le permita constituirse como un actor político gravitante en la arena mundial.
Como no podía ser de otra manera, el impacto de todos estos cambios económicos y políticos tuvo una enorme repercusión en América Latina y el Caribe. Veremos este tema en más detalle en la siguiente sección de este trabajo. Por ahora bástenos con decir que el acontecimiento más significativo en este terreno ha sido la estrepitosa derrota del ALCA en Mar del Plata, en Noviembre del 2005, en la medida en que se trataba del proyecto estratégico más importante del imperio desde la formulación e implementación de la Doctrina Monroe. En realidad, el ALCA no era otra cosa que la culminación del proceso anexionista contemplado en aquella, y que fue abortado gracias a la rebelión de algunos gobiernos de la región y la colaboración de otros.
El reverso de la medalla de todos estos procesos ha sido la desorbitada militarización de la política exterior y, como complemento necesario, el progresivo recorte de los derechos civiles y libertades individuales dentro de las propias fronteras de los Estados Unidos, tema éste que ya ha suscitado numerosas protestas por parte de distintas organizaciones defensoras de las libertades y los derechos humanos. Un indicio muy claro de este proceso es el evidente desplazamiento del Departamento de Estado en el diseño e implementación de la política exterior a favor del Pentágono. Por supuesto, esto no es algo que haya ocurrido de la noche a la mañana: se trata de un proceso y no de un acontecimiento que ocurre sin aviso previo. En todo caso, si hubiera que fijar un momento emblemático en donde esta tendencia se acelera considerablemente el 11 de Septiembre del 2001 sería sin duda alguna la fecha más indicada. Luego de esto el estallido de la Guerra de Irak vendría a acentuar aún más esta orientación, así como la significativa marginación de Colin Powell quien en su carácter de Secretario de Estado aconsejó a la Casa Blanca no declarar la guerra a Irak y ocupar su territorio dado que luego de ello Estados Unidos no podría retirarse del teatro de operaciones. Su tesis fue vapuleada por la intervención del Vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney; por el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld; y por la presidenta del Consejo Nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, ninguno de los cuales, al decir de Powell, tenía el más mínimo conocimiento de las cuestiones militares y eran incapaces de diferenciar un simple revólver de una pistola.
Esta marginación del Departamento de Estado ha sido acompañada por un fenomenal aumento del presupuesto militar, para lo cual se apeló a pretextos tan remanidos como la necesidad de librar una batalla frontal en la “guerra contra el terrorismo”, o la “guerra contra el narcotráfico” todo lo cual, además, desde el 11 S dio pie para la elaboración de una nueva doctrina militar y estratégica: la “guerra infinita.” Una rápida ojeada a la progresión del gasto militar norteamericano revela los descomunales alcances del proceso. En 1992, el presupuesto militar de Estados Unidos equivalía al de los 12 países que le seguían en la carrera armamentista; cuando en 2003 se decide la invasión y posterior ocupación de Irak el gasto norteamericano ya era equivalente al de los 21 países que le seguían en ese rubro. Las complicaciones de esa guerra sumada a la intensificación de las operaciones en Afganistán hizo que, para el 2008 el gasto militar de los Estados Unidos sólo pudiera ser igualado si se sumaban los presupuestos militares de 191 países. Para el 2010, ya es superior a la totalidad del gasto militar de todos los países del planeta, superando la barrera psicológica del billón de dólares (un millón de millones de dólares), pese a que en sus comunicados oficiales la Casa Blanca habla de una cifra poco superior a los 750.000 millones de dólares. Claro está que esa cifra no contempla el multimillonario presupuesto de la Veterans Administration, encargada de prestar asistencia médica y psicológica a los ex combatientes de las sucesivas guerras del imperio, desde la de Vietnam en adelante. Si a esto se le agregan los gastos realizados por subcontratistas vinculados a actividades de infraestructura (como la Halliburton, por ejemplo) y algunos otros relacionados con la contratación de mercenarios se comprenderá fácilmente las razones por las cuales las cifras que se dan a conocer subestiman notablemente el gasto militar de los Estados Unidos.
La formidable expansión de las bases y misiones militares de los Estados Unidos por todo el mundo es otra de las facetas de este proceso de tenebrosa militarización de las relaciones internacionales impulsado por Estados Unidos. Un recuento de hace poco más de un año arrojaba un número de 872 diseminadas por 128 países. No obstante ello, en meses recientes la Casa Blanca aumentó su presencia en nuestra región mediante cuatro nuevas bases que habrían sido concedidas motu propio por el gobierno de Panamá, dos en el litoral caribeño y otras dos en el Pacífico y una o dos bases aeronavales que el gobierno de Alan García habría puesto a disposición de las tropas norteamericanas en el Perú con el objeto de compensar la pérdida producida por el abandono de la base de Manta en Ecuador.8 Hay que aclarar, de todos modos, que la Corte Constitucional de Colombia sentenció que el acuerdo Obama-Uribe es inconstitucional; en realidad, el dictamen fue más allá pues la sentencia establece que el tratado de marras es “inexistente” porque no cumplió con los requisitos fundamentales que lo constituyan como tal. Esta sentencia podría, en principio, obstaculizar la implementación de los planes bélicos del Pentágono en esa región. Pero decimos “en principio” porque el débil espesor de la legalidad colombiana no permite asegurar que la sentencia del máximo tribunal vaya a ser efectivamente aplicada. Otro tanto ocurre con la legislación aprobada por la Asamblea Nacional de Costa Rica autorizando el ingreso de un elevado número de marines a ese país (entre 6 y 14 mil) y de 46 naves de guerra del más diverso tipo. A fines de Noviembre del 2010 tal legislación fue recurrida y hay indicios de que el Tribunal Constitucional de ese país podría llegar a declarar la inconstitucionalidad de esa pieza legislativa. Claro está que, al igual que en el caso de Colombia, esto no significa que no puedan apelarse a argucias especiales en virtud de las cuales se pueda burlar la sentencia de los jueces. Una simple mirada al mapa regional bastaría para comprobar que América Latina y el Caribe se encuentran rodeados de bases militares, la gran mayoría de las cuales fueron instaladas o acordado su uso en los últimos años. Bastaría, para circunscribir por completo la gran cuenca de la Amazonía, que las negociaciones en curso entre Washington y París prosperaran para que, mediante el otorgamiento a los Estados Unidos de la base que los franceses tienen en Cayena, en la Guayana Francesa, el control territorial y del espacio aéreo fuera total, con una proyección que, inclusive, llegaría hasta el África Occidental y la Isla Ascensión, crucial para el desplazamiento de las tropas de la OTAN hacia el Atlántico Sur. 9
Una última consideración de carácter cuantitativo es la siguiente: al momento actual, el total del personal civil del Comando Sur, cuya sede se encuentra en Miami, excede con creces al número total de funcionarios que, en todas las demás agencias y secretarías del estado federal, se desempeñan en programas o iniciativas relacionadas con América Latina. Nótese que estamos hablando del personal civil del Comando Sur, esto es, con exclusión del personal militar. Esta situación, otra vez, no tiene precedentes en la historia de las relaciones interamericanas.10
Finalmente, habría que agregar en este relevamiento de la desorbitada militarización del imperio y de las políticas imperiales la reactivación de la IV Flota, que no se había movilizado nsi siquiera en la Crisis de los Misiles, de Octubre 1962. Mantenida en sus apostaderos en esa ocasión, se reactiva a mediados del 200 en sugestiva coincidencia con el anuncio formulado por el presidente Lula relativo al descubrimiento de un enorme manto petrolífero submarino en el litoral paulista.11
Para resumir: expansión desorbitada del gasto militar, de las bases militares, del personal dedicado a monitorear y controlar a la región en el marco del Comando Sur, la movilización de la IV Flota: ¿hace falta alguna evidencia más para concluir que el imperio se ha lanzado con todas sus fuerzas a recuperar el terreno perdido y a “corregir” el curso de los acontecimientos regionales para adecuarlo a sus intereses? Y no hay duda alguna de cuáles son los objetivos estratégicos de tamaña reacción: en lo inmediato tumbar a Chávez y, de ese modo, lograr el estrangulamiento económico y financiero de Cuba, Bolivia y Ecuador. Pero el objetivo estratégico supremo, más allá de lo inmediato y circunstancial, es posicionar a los Estados Unidos en una situación tal que le permita controlar el acceso a las enormes riquezas concentradas en el corazón de Sudamérica. Se verifica también en el caso estadounidense la tendencia observada en otros imperios: en su fase declinante se acrecienta su agresividad, su peligrosidad. Su prolongada agonía está signada por violentas convulsiones.
James Monroe define (para siempre) la política hacia América Latina
Un lugar común en el discurso de muchos analistas de las relaciones internacionales y, lamentablemente, de muchos funcionarios gubernamentales de los países latinoamericanos asegura que nuestra región carece de relevancia y que no suscita mayor interés en Washington. Que lo más que podemos aspirar es a una “negligencia benigna”, a un ninguneo apenas disimulado con algún ocasional gesto aislado, o un oportuno tic diplomático. La razón de esta autodepreciación, según los cultores de esta tesis, es que para la Casa Blanca las prioridades son en primer lugar Medio Oriente, luego Europa, luego Asia Central, luego el Extremo Oriente y, en el mejor de los casos, en quinto lugar, aparecería Nuestra América, mendigando atención y buenos modales.
En realidad, este discurso no surgió endógenamente sino que, gracias a la férrea supervivencia de nuestra colonialidad, fue importado precisamente de Estados Unidos. Ese discurso es al que sistemáticamente Washington apela cuando tiene que relacionarse con sus vecinos al sur del Río Bravo y que la abrumadora mayoría de nuestros gobernantes y una proporción no demasiado menor de nuestros intelectuales han asumido como una verdad revelada e irrefutable. No podemos entrar en mayores detalles para explicar las razones de esta sinrazón. Bástenos con señalar, en línea con las esclarecedoras reflexiones de Fernández Retamar contenidas en su Todo Calibán, la pertinaz influencia de una larga historia de sumisión colonial y neocolonial que hunde sus raíces en la Conquista de América y que hasta el día de hoy atenaza con sus pesadillas el sueño de los vivos, para abusar de un célebre pasaje de Marx en El Dieciocho Brumario.12
La premisa de la irrelevancia ha sido una estrategia muy eficaz utilizada por Washington para desalentar y desmoralizar a los gobiernos latinoamericanos. Pero de su eficacia práctica no puede inferirse que sus fundamentos sean correctos. Son profundamente erróneos, por varias razones. 13
En primer lugar no deja de asombrar que si la nuestra es una región tan irrelevante, que tan poco cuenta en el tablero de la política mundial, que haya sido precisamente ella la destinataria de la primera doctrina de política exterior elaborada por Estados Unidos tan tempranamente como en 1823, es decir, un año antes de la batalla de Ayacucho que puso fin al imperio español en América. Naturalmente, se trata de la Doctrina Monroe que con sus circunstanciales retoques y adaptaciones ha venido orientando la conducta de la Casa Blanca hasta el día de hoy. ¿Cómo explicar tamaña contradicción entre irrelevancia y precocidad? La inconsistencia se vuelve clamorosa cuando se repara que habría de transcurrir casi un siglo para que Washington diera a luz, en 1917, a una nueva doctrina de política exterior, esta vez referida al teatro europeo, convulsionado por la Primera Guerra Mundial y el estallido de la Revolución Rusa en Febrero de ese mismo año. Más allá de la retórica y de tacticismos diplomáticos lo sustancial del caso es que América Latina es la principal región del mundo para la política exterior de los Estados Unidos: es su frontera con el Tercer Mundo, su hinterland, su área de seguridad militar, la zona con la cual comparte la ocupación de la gran isla americana que se extiende desde Alaska hasta Tierra del Fuego, separada de las demás masas geográficas y, más encima todavía, depósito de inmensos recursos naturales. Una periferia sometida al insaciable apetito del imperio, que saquea y domina a pueblos y naciones, generando con ello una vasta zona de crónica inestabilidad y turbulencias políticas que brotan de su condición de ser un riquísima región lindera con el centro imperial y, a la vez, la de peor y más injusta distribución de ingresos y riquezas del planeta. Esas y no otras son las razones de la temprana formulación de la Doctrina Monroe; las razones profundas, también, del más de centenar de intervenciones militares norteamericanas en la región, de tantos “golpes de mercado”, de asesinatos políticos, sobornos, campañas de desestabilización y desquiciamiento de procesos democráticos y reformistas perpetrados contra una región, ¿carente por completo de importancia? En tal caso, ¿no hubiera sido más razonable una política de indiferencia ante vecinos revoltosos pero insignificantes? Precisamente a causa de su relevancia se entiende el sobresalto de Washington ante el surgimiento de cualquier gobierno siquiera mínimamente reformista, aún en países tan pequeños como Grenada (¡344 km2 y 60.000 habitantes al momento de su invasión por los Marines en 1983!) que fueron demonizados por los administradores imperiales por su capacidad de poner en peligro la “seguridad nacional” de los Estados Unidos. Fue Zbigniev Brzezinski quien, al promediar la década de los ochentas y en plena “Guerra de las Galaxias” que la Unión Soviética era un problema transitorio para Estados Unidos, pero que América Latina constituía un desafío permanente, arraigado en las inconmovibles razones de la geografía. De ahí la persistencia del criminal bloqueo contra Cuba durante medio siglo y la excepcional “ayuda militar” prestada a Colombia, país que es el tercer receptor mundial sólo superado por la que se le presta a Israel y, en segundo lugar, Egipto.14
Petróleo, gas, minerales estratégicos, biodiversidad
Fue nada menos que Colin Powell, el Secretario de Estado de George W. Bush quien dijo, a propósito de la obstinación de la Casa Blanca para lograr aprobar el ALCA, que: “nuestro objetivo es garantizar para las empresas estadounidenses el control de un territorio que se extiende desde el Ártico hasta la Antártica y el libre acceso sin ninguna clase de obstáculo de nuestros productos, servicios, tecnologías y capitales por todo el hemisferio.” 15 ¿Irrelevantes? Nótese la importancia de nuestra región como un gigantesco mercado para las inversiones estadounidenses, grandes oportunidades de inversión, fabulosas expectativas de rentabilidad posibilitadas por el control político que Washington ejerce sobre casi todos los gobiernos de la región, y todo esto en un territorio que alberga un repertorio casi infinito de recursos naturales de todo tipo.
Pero además de ello la nuestra podría ser, en función de probables desarrollos tecnológicos, la región que cuente con las mayores reservas petroleras del mundo: esa es la promesa contenida en la Faja del Orinoco y los megayacimientos submarinos recientemente descubiertos por Petrobrás en el litoral paulista. No lo es hoy, pero podría serlo en un futuro próximo. En todo caso, aun en las condiciones actuales, es la que puede ofrecer un suministro más cercano y seguro a Estados Unidos, dato harto significativo cuando las reservas del centro imperial no alcanzan para más de 10 años y las fuentes alternativas de aprovisionamiento son mucho más lejanas y cada vez más problemáticas e inciertas toda que vez han entrado en una zona de creciente inestabilidad política. Medio Oriente se ha convertido en un polvorín que puede estallar en cualquier momento, donde el resentimiento anti-estadounidense alcanza proporciones impresionantes aun en los “Estados-clientes” como Egipto, Arabia Saudita y Turquía. Derrotado en términos prácticos en Irak, al no poder estabilizar ese país creando las condiciones para apropiarse de su riqueza petrolera en las proporciones anheladas; estancado y con graves riesgos de sufrir otra derrota semejante en Afganistán, cegando las cuencas petroleras de Asia Central al paso que las de África Occidental carecen de las más elementales condiciones políticas requeridas para garantizar un flujo estable y previsible de petróleo hacia Estados Unidos, el petróleo venezolano distante a apenas tres o cuatro días de navegación por un “mar interior” como el Caribe es un imán que atrae incansablemente los peores designios de la Casa Blanca.
América Latina tiene asimismo grandes reservas de gas, dispone de casi la mitad del total de agua potable del planeta, y es el territorio donde se encuentran varios de los ríos más caudalosos del mundo y dos muy importantes acuíferos: el Guaraní y el de Chiapas. El primero no es el mayor del mundo, que es el Siberiano, pero sí es el que tiene mayor capacidad de recarga, lo que le asegura una duración prácticamente indefinida. Y el de Chiapas ya ha sido considerado como un muy significativo aporte para enfrentar el inexorable agotamiento del suministro de agua que afecta el Suroeste de Estados Unidos y que compromete el acceso al vital liquido de poblaciones como Los Angeles y San Diego. Si como dicen los expertos en cuestiones militares las guerras del siglo veintiuno serán guerras del agua, ¿cómo podría ser irrelevante un área que concentra casi la mitad del agua dulce del planeta?
América Latina también es rica en minerales estratégicos. Un trabajo reciente de Rodríguez Rejas en relación al tema demuestra que “desde mitad de la década de los noventa, cuando se dispara esta actividad, América Latina cuenta con una parte importante de la producción y reservas de varios minerales cuya principal fuente de destino es EU.” Prosigue esta autora recordando que “entre los diez primeros países mineros del mundo hay seis latinoamericanos: Perú, Chile, Brasil, Argentina, México, Bolivia y Venezuela” y que los países de la región se cuentan “entre los principales productores mundiales de minerales estratégicos y metales preciosos son catalogados como tales el oro, plata, cobre y zinc, así como por las reservas probadas de minerales estratégicos con alto precio en el mercado como el antimonio, bismuto, litio, niobio, torio, oro, zinc y uranio entre otros. En varios, el principal receptor de la producción es EU, especialmente en el caso del bismuto (88%), zinc (72%), niobio (52%) y en menor medida la fluorita (45%) y el cobre /45%).” 16 En línea con este análisis John Saxe-Fernández sostiene que la agenda militar/empresarial de los Estados Unidos en esta materia se refiere a los abastecimientos de petróleo, gas y el resto de los metales y minerales, “de la A de alúmina a la Z de zinc.” Y para sustanciar esta afirmación el experto señala que ya desde 1980 uno de los principales expertos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos había advertido al Congreso que amén de la fuerte dependencia de las importaciones petroleras este país carecía “de al menos cuarenta minerales esenciales para una defensa adecuada y una economía fuerte.” De esto se desprende la necesidad de que esos minerales puedan ser aportados por los países latinoamericanos, sustituyendo fuentes de abastecimiento mucho más inciertas y lejanas.17 De acuerdo con informaciones proporcionadas por el Mineral Information Institute de Estados Unidos debe importar el cien porciento del arsénico, columbo, grafito, manganeso, mica, estroncio, talantium y trium que requiere, y el 99 porciento de la bauxita y alúmina, 94 porciento del tungsteno, 84 porciento del estaño, 79 porciento del cobalto, 75 porciento del cromo y 66 porciento del níquel. 18 Como lo asegura el Mineral Information Institute, cada estadounidense al nacer consumirá 2.9 millones de libras de minerales, metales y combustibles a lo largo de su vida: 923 de cobre, 544 de zinc, 14.530 de mineral de hierro, 5.93 millones de pies cúbicos de gas, 72.499 galones de petróleo, y así sucesivamente. La infografía que se inserta a continuación ilustra con elocuencia el enorme peso que ejerce sobre el planeta Tierra el sostenimiento del patrón de consumo establecido por el capitalismo norteamericano en ese país. Huelga añadir que los países latinoamericanos son grandes productores de la mayoría de estos minerales, metales y combustibles requeridos por el consumidor estadounidense.

Lo que cada norteamericano necesitará al nacer…

Lo anterior en relación a minerales, metales y combustibles. Pero la riqueza de América Latina no se agota allí. Miremos a la biodiversidad, ¿cómo podría ser irrelevante una región que cuenta con algo más del 40% de todas las especies animales y vegetales existentes en el planeta? Según informa un documento del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente América Latina y el Caribe alberga a cinco de los diez países con mayor biodiversidad del planeta: Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú, así como la mayor área de biodiversidad del mundo: la cuenca amazónica que se extiende a partir de las estribaciones orientales de los Andes. Esta región contiene la mitad de las selvas tropicales del planeta, un tercio de todos sus mamíferos y algo más de sus especies reptiles, 41 porciento de sus pájaros y la mitad de sus plantas. Es también la región de más rápida deforestación a nivel mundial aunque posee más del 30 porciento del agua potable y un 40 porciento de los recursos acuíferos renovables del planeta. Los Andes, por último, son el hogar del 90 porciento de los glaciares tropicales, fuentes del diez por ciento del agua potable del planeta. La cuarta parte de la riqueza ictícola existente en los ríos interiores de todo el mundo se encuentra en esta parte del mundo. La mitad de las especies vegetales del Caribe, a su vez, son exclusivas de esa región y no se encuentran en ninguna otra. 19 Esta exuberante riqueza en materia de biodiversidad constituye un imán poderosísimo para las grandes transnacionales estadounidenses, dispuestas a imprimir mediante los avances de la ingeniería genética el sello de su copyright a todas las formas de vida animal o vegetal existentes y, a partir de ello, dominar por entero la economía mundial como lo están haciendo, en buena medida, con las semillas transgénicas. Por algo el tema de los derechos de propiedad intelectual tiene tanta prioridad para Washington, como lo atestiguan las durísimas negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio.
Por último, desde el punto de vista territorial, América Latina es una retaguardia militar de crucial importancia. Obviamente, los funcionarios del Departamento de Estado lo niegan rotundamente, pero los expertos del Pentágono saben que esto es así. Por eso el empecinamiento de Washington por saturar nuestra geografía con bases y misiones militares y su obstinación en garantizar la inmunidad del personal involucrado en las mismas. Si fuéramos tan poco importantes como se nos dice, ¿por qué la Casa Blanca se desvive proponiendo políticas que suscitan el repudio casi universal en la región? 20
Militarización de las relaciones interamericanas.
La verdadera cacería de recursos naturales desencadenada por el imperio inevitablemente estaba destinada a desencadenar una desorbitada expansión de la presencia militar al Sur del Río Bravo, coto privilegiado de su pillaje.21 Derrotado su gran proyecto estratégico, el ALCA, en la Cumbre de Presidentes de las Américas de Mar del Plata (Noviembre de 2005), bajo la dirección de Hugo Chávez y con la colaboración de Luiz Inacio “Lula” da Silva y Néstor Kirchner, la Casa Blanca sólo retrocedió para cobrar nuevos bríos y lanzarse de lleno a la reconquista de su influencia perdida. Los cambios que se habían sucedido desde finales del siglo pasado: la rebelión zapatista, la elección de Hugo Chávez, el auge del Foro Social Mundial en el primer quinquenio del presente siglo, las elecciones de Lula y Kirchner en Brasil y Argentina respectivamente y, más tarde, el triunfo de Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y, en menor medida, del Sandinismo en Nicaragua convencieron a la burguesía imperial que el reordenamiento de la díscola y vasta región que se extiende hacia el Sur difícilmente podría lograrse apelando a los tradicionales mecanismos de la democracia burguesa. Pese a que éstos favorecían de manera sistemática los intereses y las preferencias imperiales los procesos de descomposición del orden neocolonial habían avanzado mucho: la resistencia de Cuba ante el bloqueo y una aberrante campaña de agresiones y sabotajes la hacía aparecer ante los ojos de millones de latinoamericanos como un faro cuya luz se hacía más resplandeciente con el transcurso del tiempo. Y la aparición de nuevos liderazgos radicales, como el de los ya mencionados Chávez, Morales y Correa, y de otros que sin serlo facilitaban sus iniciativas, como Kirchner, Correa y Vázquez en Uruguay, exigía correctivos que obligaban a arrojar por la borda los escasos escrúpulos democráticos de la derecha latinoamericana e imperial. De ahí las tentativas golpistas en Venezuela en 2002, Bolivia en 2008, Honduras en 2009 y Ecuador en 2010, no por casualidad cuatro países integrantes de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA).22 Si bien tres de estas cuatro tentativas fueron derrotadas, en Honduras el desenlace favoreció los planes del imperialismo: el presidente Mel Zelaya fue derrocado, el régimen golpista fue amparado por la abierta complicidad de Washington y el gobierno fraudulento de Porfirio Lobo inmediatamente reconocido por la Casa Blanca y su peón sudamericano, Álvaro Uribe.
El contra-ataque imperial se manifestó no sólo en el terreno de la desestabilización de gobiernos democráticos: sumamente expresiva fue la reactivación de la IV Flota, que había permanecida como una suerte de “célula dormida” del imperialismo desde 1950 y que ni siquiera había sido llamada a las armas durante la muy crítica coyuntura de Octubre de 1962 cuando se produjo la llamada “crisis de los misiles” entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Pero el retroceso de los intereses estadounidenses en Sudamérica y el anuncio del presidente Lula del descubrimiento de un mega-yacimiento de petróleo en aguas continentales del Brasil precipitaron el llamado a levar anclar y hacerse a la mar de la IV Flota. 23 Lo mismo puede decirse en relación a la sucesión de bases militares que Estados Unidos ha logrado implantar en esta parte del mundo y que, sin duda alguna, ponen en evidencia la voluntad del imperio de fortalecer su presencia en la región y garantizar la exclusividad en el acceso a los estratégicos recursos que alberga el corazón de América del Sur. (Ver mapa al final de este trabajo)
Un aspecto poco examinado, y que convendría monitorear más cuidadosamente, es el siguiente: si bien es cierto que la Escuela de las Américas (School of the Americas, SOA), el nido en el cual se criaron los militares terroristas que asolaron la región, ya no tiene la importancia de antaño, lo cierto es que persisten todavía numerosos vínculos que articulan al Pentágono con las fuerzas armadas de América Latina y el Caribe. Fundada en 1946 y establecida en Panamá en ese mismo año, en 1984 reinicia sus actividades en territorio continental norteamericano, en Fort Benning, Georgia. La relocalización de la Escuela de las Américas fuera del suelo latinoamericano había sido uno de los puntos contemplados en las negociaciones del tratado Carter-Torrijos en 1977.24 Atenta a los cambios de los vientos políticos que soplaban en la región en el 2001 esta siniestra institución cambia de nombre y pasa a denominarse “Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad” (Western Hemisphere Institute for Security Cooperation WHISC). El cambio es mero maquillaje porque la institución continúa en el mismo sitio, con el mismo edificio, los mismos instructores y enseñando las mismas técnicas de tortura y represión. Lo más grave, salvo pocas excepciones la casi totalidad de los países del área: Colombia, Chile, Perú, Nicaragua, República Dominicana, Ecuador, Panamá, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Paraguay, México, Jamaica, Belice, Brasil, Canadá, Barbados, Grenada y St.Kitts continuaban enviando, en el 2009, sus oficiales de las fuerzas armadas a la SOA mientras que Argentina, Venezuela, Bolivia y Uruguay dejaron de hacerlo.25
Para resumir: pese a los cambios sociopolíticos existentes en la región todavía subsisten múltiples lazos que vinculan a las fuerzas armadas latinoamericanas con las agencias militares del imperio. Le asiste plenamente la razón a la especialista argentina Elsa Bruzzone cuando asegura que “debemos deshacernos de la Organización de Estados Americanos (OEA), del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), de la Junta Interamericana de Defensa, en resumen, de todo el sistema interamericano de defensa elaborado por Estado Unidos desde el año 1948.” 26
El proceso de militarización de las relaciones interamericanas
está lejos de ser un resultado accidental del nuevo escenario internacional sino que refleja las apremiantes necesidades del imperio para asegurarse el control excluyente de los recursos naturales necesarios para mantener su irracional y despilfarrador patrón de consumo. Por supuesto, esto tiene su contrapartida doméstica en la fuerte tendencia hacia la criminalización de la protesta social en numerosos países del área, en una dinámica que no es independiente sino estrechamente relacionada con la que prevalece en el plano internacional. Tal como lo ha observado en numerosos escritos Raúl Zibechi, este proceso es inherente al modelo de desarrollo extractivista, a la acumulación por desposesión (David Harvey) y al saqueo de los pueblos originarios y las masas campesinas latinoamericanas. La conclusión es que no hay extractivismo sin represión, y no hay relaciones interamericanas sin militarización.
Dadas estas condiciones no sorprende impulso y el abierto auspicio que Washington le está otorgando a las diversas “ofensivas destituyentes” en curso en la región. El caso de Honduras es sin duda el más citado y, tal vez, el más descarado. Allí fue el propio embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, quien advirtió, en un cable ahora revelado por las filtraciones de WikiLeaks, que “las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial y el Congreso Nacional conspiraron contra el ex presidente Manuel Zelaya” y que lo que allí ocurrió fue un golpe de estado y no, como lo asegurara la Secretaria de Estado Hillary Clinton, un prolijo y legal recambio presidencial precipitado por las transgresiones cometidas por el presidente Zelaya. Esto no es nada novedoso sino, por el contrario, la ratificación de una tendencia permanente de la política exterior de Estados Unidos hacia nuestra región y que hoy se manifiesta también en la brutal ofensiva lanzada contra los gobiernos de izquierda como el de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa y, en menor medida, a quienes son considerados como sus “compinches”: los gobiernos de Lula en Brasil y Cristina Fernández en Argentina. Las abiertas amenazas golpistas que se ciernen sobre Guatemala y Paraguay, sobre todo en este último país donde el protagonismo de la “embajada” ha llegado a extremos insólitos, así como la intensificación de la campaña en contra de Cuba puesta de manifiesto en los renovados recursos destinados a financiar las actividades de presuntos “disidentes” y que seguramente se intensificará con la asunción de algunos miembros de la derecha fascista en algunos cargos claves del Congreso (caso de la representante de la mafia anticubana Ileana Ros, por ejemplo, a la jefatura de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes) son claros indicios de que nuestra región deberá estar muy alerta para evitar que sus gobiernos progresistas sucumban ante el feroz ataque de la Roma americana, como gustaba decir a José Martí.
Una última reflexión en relación a este asunto: contrariamente a las ilusiones que brotaron al calor de la “obamamanía”, la presidencia de Obama no se apartó un ápice de la senda trazada por sus reaccionarios predecesores. No sólo fue él quien estampó su firma junto a la de Álvaro Uribe al pie del tratado mediante el cual Colombia cedía el uso de siete bases militares a los Estados Unidos en una movida que equivale a la explícita conversión de ese país sudamericano en un protectorado norteamericano sino que también admitió sin revisión continuar con el ASPAN la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte que, en los hechos, significa extender dentro de los territorios de México y Canadá (pero no a la inversa, si bien esto no está explícitamente prohibido) la jurisdicción de las fuerzas armadas estadounidenses, de algunas de sus agencias federales como la CIA, la DEA y el FBI, recortando significativamente la soberanía de sus vecinos del norte y del sur. No es un dato menor señalar el hecho de que, pese a su enorme importancia y su carácter lesivo para la soberanía de México, el ASPAN no sea un tratado sino simplemente un “compromiso político” o un “acuerdo de cooperación” entre los Ejecutivos de Estados Unidos, Canadá y México, el que, dada su informalidad, no está sujeto al control del Poder Legislativo de los países que establecen el acuerdo, lo cual configura una aberrante anomalía para esta clase de entendimientos. Tal como la manifestara la Canciller mexicana Patricia Espinosa, no existe ningún documento que especifique los términos de este acuerdo: por ejemplo, que armas podrán ser introducidas en México, el tamaño de la fuerza norteamericana, el ámbito territorial de su intervención, si existen o no inmunidades diplomáticas para los involucrados en esta operación. Tal como lo declarase la funcionaria arriba mencionada, “No hay documento firmado. No es un tratado internacional; es un documento que refleja el compromiso de ambos gobiernos de trabajar de manera conjunta”. El único documento escrito es, según la Canciller, apenas el comunicado conjunto emitido por los gobiernos de los tres países, ¡Nada más! El ASPAN tiene por objetivo coordinar los esfuerzos de lucha contra lo que se ha dado en llamar las “amenazas comunes”, mismas que fueron identificadas como “las organizaciones transnacionales del crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico de armas, las actividades financieras ilícitas, el tráfico de divisas y la trata de personas”. Gracias a este “compromiso” las fuerzas ocupantes pueden ignorar la normativa internacional en la materia, porque no hay ningún vínculo formal que las obligue a ello. Pocas veces se constató tan flagrante e ignominiosa cesión de soberanía como el ASPAN, llevada a cabo de manera solapada, arbitraria y antidemocrática, lo que arroja un ominoso manto de sospecha sobre los gobiernos signatarios y carcome insanablemente sus pretendidas credenciales democráticas. Obama convalidó esta monstruosidad, lo cual retrata nítidamente cuál su total sujeción a las directivas establecidas por la clase dominante en Estados Unidos. ¡Menos mal que era tenido por “progresista”! 27
Una conclusión esperanzada
No obstante todo lo antes expuesto, es preciso subrayar que a pesar de las formidables presiones de todo tipo ejercidas por Estados Unidos Washington no pudo neutralizar la creciente influencia comercial y económica de China y, en algunos casos, como Rusia, la influencia ejercida también en la órbita militar. Este acelerado proceso de multipolarización económica y política, que contrasta abiertamente con el indisputado predominio militar de Estados Unidos, ha abierto un importante espacio para afianzar la autonomía y autodeterminación de Nuestra América. Países como Rusia han recuperado su gravitación en el área y otros como China, Irán, India y Sudáfrica juegan un papel cada vez más importante en los delicados equilibrios geopolíticos de la región.
Una prueba del menguado poderío norteamericano en el área la ofrece la sola enumeración de algunas derrotas que Estados Unidos experimentó en años recientes en esta parte del mundo. Sin ánimo de exhaustividad podríamos citar el desplante sufrido en la elección del Secretario General de la OEA, en Mayo del 2005, cuando por primera vez fue electo un candidato que no contaba con el apoyo de Estados Unidos. Poco después Washington sufriría una nueva derrota en Mar del Plata, cuando en Noviembre del 2005 naufragaría el ALCA. Estados Unidos experimentó también un duro revés al fracasar el golpe de estado en Venezuela, en 2002, y similares tentativas en Bolivia, 2008, y Ecuador, 2010. Lo mismo ocurrió en Junio del 2009, en San Pedro Sula, Honduras, cuando contrariando las explícitas posturas de Estados Unidos y sobreponiéndose a sus intensas presiones la Asamblea General de la OEA derogó la resolución adoptada en Punta del Este, en 1962 que había expulsado a Cuba del seno de la organización. Washington tampoco pudo impedir la realización de ejercicios navales conjuntos entre las marinas rusa y venezolana en el Mar Caribe (un “mar interior” de los Estados Unidos para los halcones del Pentágono) en Noviembre del 2008, en coincidencia con la visita del presidente de Rusia, Dimitri Medvédev a la República Bolivariana de Venezuela. Tampoco tuvo éxito la Casa Blanca en sus empeños por impedir la liberación de rehenes de las FARC en Colombia, pese a los denodados esfuerzos realizados por su peón Álvaro Uribe Vélez. No corrió mejor suerte el intento de impedir que el gobierno de Rafael Correa en Ecuador ordenara la inmediata evacuación de la base de Manta, ni tampoco pudo ser desestabilizado ese gobierno por el ataque de las fuerzas armadas de Colombia, con apoyo logístico de personal y equipo localizado en Manta, a un campamento de las FARC establecido al sur de la frontera colombo-ecuatoriana. Tampoco tuvo éxito en precipitar la caída de Correa mediante una abortada intentona de golpe de estado en Septiembre del 2010. Washington tampoco pudo impedir que el gobierno de Evo Morales expulsara al provocador embajador de Estados Unidos en ese país, Philip Goldberg, de tenebrosa participación en la partición de la ex Yugoslavia y la creación de Kosovo. Pese a sus presiones la Casa Blanca no pudo frustrar el proyecto de creación de la Unión Sudamericana de Naciones, que suplantó exitosamente a la OEA en desbaratar los golpes de estado en contra de Evo Morales y Rafael Correa, y la puesta en marcha de un Consejo Sudamericano de Defensa. Finalmente, tampoco pudo Estados Unidos frustrar la creación, en la II Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) y la XXI Cumbre del Grupo de Río, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que iniciará sus funciones a partir de julio de 2011 luego de la III Cumbre CALC a realizarse en Venezuela.
Derrotas significativas, más el imperio no se da por vencido. Vuelve a la carga y, tal como lo enseña la historia, al igual que sus predecesores: el imperio británico, el español, el portugués, el otomano y el propio imperio romano, es en las fases de decadencia cuando se los imperios se tornan más virulentos y agresivos. Conviene, por eso, recordar algunas enseñanzas. La de Martí, cuando decía que los norteamericanos “creen en el derecho bárbaro, como único derecho: ‘esto es nuestro, porque lo necesitamos’.” Y ahí arremeten contra los pueblos que tienen aquello que excita el apetito del imperio. Las del Che, cuando en las Naciones Unidas sentenciaba que “(N)o se puede confiar en el imperialismo ni un tantito así, nada.” Y las de Fidel, cuando nos aconsejaba…
“No subestimar al enemigo imperialista […] ¡El enemigo imperialista cometió el error de subestimarnos a nosotros! …nuestra patria se enfrenta al imperio más feroz de los tiempos contemporáneos, y […] que […] no descansará en sus esfuerzos por tratar de destruir la Revolución […] crearnos obstáculos […] por tratar de impedir el progreso y el desarrollo de nuestra patria […] ese imperialismo nos odia con el odio de los amos contra los esclavos que se rebelan. […] a ello se unen las circunstancias de que ven sus intereses en peligro; no los de aquí, sino los de todo el mundo.”

Posiciones militares de EEUU

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1 Un excelente compendio de esas discusiones se encuentra en Luis Maira, compilador: ¿Una nueva era de hegemonía norteamericana? (Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, 1985). En Estados Unidos, los principales contribuyentes a ese debate fueron Robert Gilpin The political economy of international relations (Princeton: Princeton University Press, 1987); Paul Kennedy, The rise and fall of the Great Powers . Economic change and military conflict from 1500 to 2000. ( New York: Random House, 1987); Robert O. Keohane, After Hegemony. Cooperation and discord in the world political economy (Princeton, Princeton University Press, 1987); Henry R. Nau, The Myth of America’s Decline (New York and Oxford, Oxford University Press, 1990); Joseph S. Nye, Jr., Bound to lead. The changing nature of American power (New York: Basic Books, 1990) y también su “The changing nature of world power”, Political Science Quarterly, Vol. 105, Nº 2, 1990; Bruce Russett, “The mysterious case of vanishing hegemony; or is Mark Twain really dead?”, International Organization 39 (Spring 1985); Duncan Snidal, “Hegemonic stability theory revisited”, en International Organization 39 (Autumn 1985); Susan Strange, “The persistent myth of the lost hegemony”, International Organization 41 (Autumn 1987).
2 Cf Paul Kennedy, The rise and fall of the Great Powers . Economic change and military conflict from 1500 to 2000. ( New York: Random House, 1987); Emmanuel Todd, Après l’empire. Essai sur la décomposition du système américain (Paris: Gallimard, 2002)
3 Charles Krauthammer, “The unipolar moment”, en Foreign Affairs, Vol. 70, Nº 1, 1990-1991. Ver asimismo Immanuel Wallerstein, The decline of American Power (New Press. 2003) ; Chalmers Johnson The Sorrows of Empire: Militarism, Secrecy, and the End of the Republic ( New York: Metropolitan Books, 2004) y la obra de quien quizás sea el más radical teórico de la supremacía norteamericana, Robert Kagan, Of Paradise and Power: America and Europe in the New World Order (New York: Knopf, 2003)
4 Ver su Imperio (Buenos Aires: Paidós, 2002). Hemos examinado y criticado esa tesis en nuestro Imperio & Imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri (ediciones varias)
5 La frase fue pronunciada en un discurso en ocasión de la graduación de los guardacostas estadounidenses el 21 de Mayo del 2003. Cf. http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/05/20030521-2.es.html
6 En el documento del Departamento de Defensa, National Defense Strategy (Washington: Junio 2008), por ejemplo, se abre con la siguiente afirmación: “Los Estados Unidos, nuestros aliados y socios, enfrentan un amplio espectro de desafíos, entre los cuales se cuentan las redes transnacionales de extremistas violentos, estados hostiles dotados de armas de destrucción masiva, nuevos poderes regionales, amenazas emergentes desde el espacio y el ciberespacio, desastres naturales y pandémicos y creciente competencia para obtener recursos. El Departamento de Defensa debe responder a estos desafíos y a la vez anticipándose y preparándose para los de mañana.” (pg. 1, énfasis nuestro) Y poco antes, en su mensaje introductorio, el Secretario Robert M. Gates decía que “estamos involucrados en un conflicto que no tiene parangón alguno con lo que hemos enfrentado en el pasado.”
7 Cf. Karen E. Dynan and Donald L. Kohn: “The rise in U.S. Household indebtedness: causes and consequences” (Washington, D.C.: Federal Reserve Board of Washington, August 2007), pg. 40. Agradecemos a Eric Toussaint los datos suministrados en una comunicación personal el 26 de Marzo del 2009.
8 Cf. Alfredo Jalife-Rahme, “¿Más siete de Colombia? Las 865 bases militares de EEUU en 40 países”, en Rebelión, 10-08-2009 y Johnson, op. cit.
9 Las principales bases norteamericanas no todas en América Latina y el Caribe son las siguientes: Guantánamo; Puerto Rico; Comapala, en El Salvador; Palmerolas, en Honduras; Aruba; Curaçao; Mariscal Estigarribia, Paraguay, frontera Bolivia; Pedro Juan Caballero (DEA, Paraguay, sobre mismo la frontera Brasil); 7 bases más en Colombia; 4 en Panamá; Perú, acaba de ofrecer para sustituir a Manta; Malvinas (formalmente a cargo del Reino Unido y la OTAN, pero en la práctica bajo control estadounidense); Cayena, en la Guayana Francesa.
10 Comunicación personal del investigador argentino de las relaciones internacionales Juan Tokatlian,
11 No es un dato menor el hecho de que la movilización de la IV Flota se produjo sin que mediara una comunicación oficial de Washington a los jefes de estado de América Latina y el Caribe. Quienes recibieron la noticia fueron los Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la región.
12 Cf. Roberto Fernández Retamar, Todo Calibán (Buenos Aires: CLACSO, 2004) En uno de sus pasajes más luminosos el poeta y ensayista cubano dice que “el colonialismo ha calado tan hondamente en nosotros que sólo leemos con verdadero respeto a los autores anticolonialistas difundidos desde las metrópolis.” (pp. 39-40, énfasis en el original)
13 Hemos examinado este asunto en nuestro “La mentira como principio de política exterior de Estados Unidos hacia América Latina”, en Foreign Affairs en Español, Volumen 6, Nº 1, 2006, pp.61-68.
14 En su muy ilustrativo libro El Gran Tablero Mundial, Brzezinski pasa prolija revista a las distintas regiones y subregiones del mundo, con la sorprendente excepción de América Latina. Interrogado en una conferencia que dictara en la Universidad de Columbia (en Nueva York) por esa sorprendente ausencia replicó con sinceridad que en un sentido estricto América Latina y el Caribe no eran “regiones externas” sino que formaban parte del corazón mismo del imperio, “zonas interiores” del centro imperial estadounidense. Su status, por lo tanto, no era equiparable al Medio Oriente o a África Sub-Sahariana. Sobran los comentarios …
15 Esta sección re-elabora algunos párrafos de nuestro artículo “La mentira como principio de política exterior de Estados Unidos hacia América Latina », op. cit.
16 Rodríguez Rejas, María José ”La centralidad de América Latina en la estrategia de seguridad hemisférica de Estados Unidos”, en Rebelión, 3 de Noviembre de 2010, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=115986
17 John Saxe-Fernández, “América Latina : reserva estratégia de Estados Unidos”, en OSAL (Buenos Aires: CLACSO, 2009) Año X, Nº 25, Abril.
18 Cf. Mineral Information Institute, http://www.mii.org
19 Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP), State of Biodiversity in Latin America and the Caribbean en http://www.cbd.int/gbo/gbo3/doc/StateOfBiodiversity-LatinAmerica.pdf , pp. 1-3.
20 Sobre el tema ver John Saxe-Fernández, Terror e Imperio. La hegemonía política y económica de Estados Unidos. (México: Random House Mondadori-Arena Abierta, Colección Debate, 2005); Luis Suárez Salazar, Madre América. Un siglo de violencia y dolor (1898-1998) (La Habana: Editorial de Ciencias sociales, 2003) amén de los numerosos trabajos de Ana Esther Ceceña en el marco del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica de la UNAM, entre ellos El águila despliega sus alas de nuevo. Un continente bajo amenaza [en colaboración con Rodrigo Yedra y David Barrios], (Quito : FEDAEPS, 2009) y El Gran Caribe. Umbral de la geopolítica mundial [en colaboración con Rodrigo Yedra, Daniel Inclán y David Barrios], publicado por el mismo sello editorial el año 2010. Véase asimismo el trabajo de Sonia Winer, Mariana Carrolli, Lucía López y Florencia Martínez : Estrategia militar de Estados Unidos en América Latina, Cuaderno de Trabajo Nº 66, (Buenos Aires : Ediciones del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, 2006) http://www.centrocultural.coop/uploads/cuaderno66.pdf
21 Pese a tener cerca del 5 por ciento de la población mundial Estados Unidos consume el 25 por ciento del petróleo producido en el planeta.
22 A estos cuatro casos habría que agregar el golpe de estado perpetrado contra Jean- Bertrand Aristide en Haití, en 2004, aunque no se trata de un fenómeno estrictamente comparable con los demás.
23 Sobre ésto ver nuestro “La IV Flota derrotó a Imperio”, en Rebelión , 21 Agosto 2008, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=71635
Añadimos: no sólo “hacerse a la mar”. Tal como lo señaláramos más arriba la IV Flota dispone de navíos especialmente adaptados para remontar los ríos interiores de Sudamérica.
24 La SOA instruyó, hasta su transformación, unos 61 miembros de las fuerzas armadas latinoamericanas. Entre ellos sobresalen algunos de los más siniestros tiranos y asesinos de la región, entre ellos Leopoldo F. Galtieri y Roberto Viola (Argentina); Manuel Contreras (Chile); Vladimiro Montesinos (Perú), Manuel Noriega (Panamá), Hugo Banzer (Bolivia) y Roberto D’Aubuisson, jefe del “escuadrón de la muerte” que tuvo a su cargo la matanza de los jesuitas en El Salvador.
25 Cf. http://www.scribd.com/doc/24663035/UntitledLA-OPERACION-CONDOR-TERRORISMO-DE-ESTADO-EN-AMERICA-LATINA-%E2%80%93
26 Cf. Natalia Brite, “Sistema “interamericano” o soberanía regional”, entrevista a Elsa Bruzzone, en http://alainet.org/active/36888
27 Sobre el ASPAN ver la exposición hecha por Carlos Fazio http://clasefazio.wordpress.com/2010/04/13/aspan-plan-mexico-y-soberania-nacional-exposicion-de-clase/ . La información oficial del gobierno mexicano sobre el ASPAN se encuentra en http://www.sre.gob.mx/eventos/aspan/faqs.htm

Movimiento por la Democracia Participativa

A finales de octubre pasado, diecisiete organizaciones sociales y expresiones religiosas diversas, se han concitado para producir el parto de un agrupamiento unitario que se proyecta como el nuevo sujeto político, el cual, ha definido como misión, ser un instrumento de la democracia participativa en nuestro país: El Salvador. Las siglas que lo identifican son MDP. Se trata de un movimiento con perspectivas de crecimiento con la velocidad determinada por la capacidad de convocatoria y de influencia cuyos miembros colectivos e individuales han alcanzado ya y por los tiempos electorales que las leyes del país establecen. Esto es un sujeto y no un actor. Los actores son parte de un guión que ellos no pensaron, en cambio, los sujetos tienen cabeza propia: piensan y deciden lo que van a decir y hacer. Dicen los organizadores con un énfasis entre comillas y negritas.

Es un movimiento que se inspira en las tradiciones de lucha del pueblo salvadoreño y la experiencia fresca de América Latina, en proceso de construcción que no concluye, y que a penas está comenzando. Somos un movimiento plural, han dicho los asistentes, capaz de alcanzar entendimientos con las más diversas ideologías, respetuoso de las particularidades internas y de la personalidad colectiva de cada quien. Embrión de un nuevo Estado que se propone construir un nuevo poder político, una nueva economía, una nueva democracia, que pueda establecer nuevas relaciones entre los seres humanos, una nueva relación con el mercado, con el mundo, la política y la naturaleza.

Es un movimiento que se fundamenta en la epistemología del sur y piensa desde el sur y se apoya en la ecología de los saberes, es decir, teniendo en cuenta los conocimientos de nuestros ancestros y en las tradiciones muy nuestras. Que lucha contra el colonialismo en sus más diversas formas. Que el origen y fin de su pensamiento y acción se fundamenta en la sustitución del capitalismo como sistema y en el neoliberalismo como modelo económico, social, político y cultural. Este es un movimiento, por supuesto, que va más allá de la democracia representativa, que niega esta forma de la democracia pero al mismo tiempo la repiensa, porque cuenta con una visión sobre lo electoral, en la que prefiere la categoría del delegado que el representante del pueblo y el electorado. El representante no tiene la obligatoriedad de rendirle cuentas a nadie, pero el delegado recibe su misión la cumple y luego rinde cuentas en el marco de unos controles establecidos en forma democrática y aceptados por todos voluntariamente.

Esto es el resultado del nuevo escenario político que se construyó tras la derrota de Arena, los actores, protagonistas y sujetos están en la busca de formas nuevas de actuar y de incidir en el rumbo del país que todavía se discute cual va a ser. Algunos en esta búsqueda ya han encontrado el hilo conductor del nuevo quehacer político, que en esencia no es nuevo total y absolutamente. Quien realmente logre expresar de una forma mejor lo nuevo y sepa mejor negar lo viejo es quien va a poder ser la fuerza determinante en el curso de los acontecimientos. Porque necesitamos un cambio de verdad, que cambie la realidad del país, pues la realidad ya no admite cambios disfrazados, es decir, que cambian algo para que todo siga igual. Esto va con el programa que debe contener los temas más diversos en el que requiere de la participación de tantos sectores como temas existen o al revés. Es un movimiento que debe pelear en todos los terrenos: económico, social, político, ideológico, cultural, medioambiental y electoral, etc. Es necesario introducir decencia a lo político-electoral. Lo político-electoral debe dejar de ser parte de los entendimientos vulgares del mercado en el que se compran votos y voluntades y fuente de tráfico de influencia de la más diversa índole.

La Revolución cubana se mueve críticamente sobre sí misma

En 2011 se cumplirán 30 años de mi primera visita a Cuba. Ya yo trabajaba en Brasil el método de Paulo Freire. Quería traer a Cuba esa contribución, estaba convencido de la importancia política de la metodología de la educación popular. Cuando llegué, había prejuicios no solo hacia esta metodología, sino también hacia la figura de Freire. Su primer libro había causado cierto recelo entre los compañeros del Partido Comunista de Cuba. Un marxista cristiano, sonaba entonces contradictorio: el marxismo era considerado una fe y uno no podía tener dos.

Entonces propuse en La Habana un Encuentro Latinoamericano de Educación Popular. Los cubanos prepararon todo; pero en el encuentro no hubo ni un cubano. Dos años después, logré que Casa de las Américas organizara un segundo encuentro. Varios cubanos fueron como meros asistentes, decían que en Cuba todo era educación popular y no había necesidad de tener un equipo para eso. En el tercer encuentro, ya la participación cubana fue activa. Así surgió el equipo del Centro Martin Luther King.

Pero Paulo Freire no es el primer latinoamericano en hablar de esa metodología. Para hacer justicia con la historia, el primero que practicó educación popular fue José Martí. Martí decía que había que llevar los maestros a los campos. Y con ellos, la ternura que hace falta a los hombres. Seguramente el Che había leído esa frase cuando dijo que había que endurecerse, pero sin perder la ternura. Para Martí, “popular” no lo era en el sentido de pobre, sino de pueblo. La distinción rígida que se aplicaba en Europa entre clase obrera y burguesía, no se aplicaba a América Latina. La lucha aquí era entre aquellos que luchaban por la justicia y aquellos que intentaban mantener la injusticia. Todo no se explica por origen de clase. Si todos los pobres fueran revolucionarios, no habría capitalismo en América Latina.

Quizá ustedes no sepan que es un hecho biológico que las águilas pueden vivir 70 años como máximo. Pero cuando llegan a los 30 o 40, propenden a la muerte porque sus garras y su pico ya no son fuertes para destrozar las carnes con que se alimentan. Y cuando sienten que pueden morir, vuelan hacia lo alto de una montaña y se arrancan las garras y el pico. Esperan meses allí, hasta que les vuelven a salir. Así viven otros 30 o 40 años más. Hoy, el águila es Cuba. Lo digo porque acabo de leer los Lineamientos para el VI Congreso del Partido Comunista: la Revolución Cubana tiene la capacidad de moverse críticamente sobre sí misma para salir adelante. Sus redes de educación popular tienen mucha importancia en eso.

Asistí muy de cerca al desplome del Muro (de Berlín) y hoy muchos se preguntan: ¿cómo es posible que luego de 70 años de socialismo, Rusia sea un país conocido por la extrema corrupción? Algo no funcionó: el socialismo cometió allí el error de construir una casa nueva, pero no supo hacer nuevos habitantes. Hombres y mujeres nuevos no se hacen automáticamente. Quienes nacen en una sociedad socialista, no nacen necesariamente socialistas. Todo bebé es un capitalista ejemplar: solo piensa en sí mismo.

El socialismo es el nombre político del amor. Y el amor es una producción cultural. Su objetivo final es crear una comunidad amorosa entre sí y con el mundo. A veces olvidamos un principio marxista. Yo, fraile, he sido profesor de marxismo y no es la única contradicción de mi vida. El ser humano no es mecánico. Hay dos cosas que no pueden preverse matemáticamente: el movimiento de los átomos y el comportamiento humano. El trabajo político debe ir hacia cada uno de los hombres. Por eso la Revolución Cubana resiste, porque no es una peluca que va de arriba hacia abajo, sino un cabello que crece de abajo hacia arriba. Aquí hubo una revolución de carácter eminentemente popular. La victoria estratégica, de Fidel, no habla de educación popular; pero se hizo.

Termino con una parábola: había un hombre muy formado ideológicamente, poderoso en su sistema; pero muy infeliz. Salió por el mundo en la búsqueda de la felicidad. Llegó a un país árabe donde se dan siempre las buenas leyendas y quiso comprarla en sus mercados. Le dijeron que esa mercancía no existía, pero por un joven supo de una tienda en el desierto donde podía encontrarla. Salió en su caravana de camellos, atravesó el desierto y vio la tienda, con un cartel que decía: “aquí se encuentra la felicidad”. Le dijo a la vendedora: “démela, cuánto cuesta”. Y ella respondió: “no, señor, aquí no vendemos felicidad, aquí la damos gratuitamente”. Y le trajo una pequeña caja de fósforos con tres semillas pequeñas: la semilla de la solidaridad, la de la generosidad y la del compañerismo. “Cultívela le dijo y será feliz”.

Muchas gracias.

*Versión de las palabras pronunciadas por Frei Betto en el contexto del IV Encuentro Nacional de educadoras y educadores populares, en La Habana, el 10 de noviembre de 2010. Tomado de La Jiribilla

FMLN: la conciencia y la organización nos hizo invencibles…

SAN SALVADOR, 11 de noviembre de 2010 (SIEP) “Entre los principios fundamentales de nuestro pensamiento revolucionario es que siempre tuvimos claro que más importante que las armas era la conciencia y la organización de nuestra fuerza; esto nos hizo invencibles…” expresó esta tarde en la UES el dirigente del FMLN, José Luís Merino.

Merino participó junto con otros dirigentes del FMLN en la presentación de tres libros editados por la editorial australiana Ocean Sur. El acto conmemoraba la Ofensiva Militar “Hasta el tope…” realizada en noviembre de 1989, que abrió las puertas a una solución negociada del conflicto militar de los años ochenta.

Norma Guevara, jefa de la fracción legislativa abrió el acto explicando que “a 21 años de la Ofensiva general y en el marco del 30 aniversario del FMLN una nueva herramienta se une a nuestros esfuerzos: la palabra escrita, la obra testimonial, de Medardo, de Ramiro y de otros compañeros y compañeras…”

“Es significativo que esta celebración la realicemos en este Auditórium de Derecho, que vio la primera expresión de la unidad del movimiento revolucionario cuando la constitución de la Coordinadora Revolucionaria de Masas el 11 de enero de 1980.”

Por su parte, el cubano Roberto Regalado, investigador y editor de los tres libros presentados, expresó que “frecuentemente los árboles impiden ver el bosque y eso les puede pasar los compañeros salvadoreños, al FMLN, por el hecho de estar inmerso en la lucha…Siento un gran cariño, respeto y amistad con Medardo, con Leonel, con Ramiro…con el FMLN en general. A mi me impactaron las palabras pronunciadas por Schafik Handal en 1993 allá en el Palacio de las Convenciones, cuando dijo que con la caída de la Unión Soviética se había cerrado la etapa histórica iniciada en 1959 con la Revolución Cubana de una revolución insertada, uso este termino para referirse a una revolución con el apoyo económico de los países socialistas, necesitada de apoyo externo, y hay que seguir luchando bajo nuevas condiciones históricas…”

“Con la firma de los Acuerdos de paz en 1992, eso es lo que encarna el FMLN, la fuerza de izquierda latinoamericana que mejor logra convertir el acumulado político-militar en acumulado político-electoral y social.”

Salvador Sánchez Ceren, Vicepresidente de la Republica, comentó el libro FMLN, un gran tsunami de votos rojos subrayando que “la clave de nuestro éxito esta en nuestra unidad, y en contar con la virtud de saber encantar, saber ganar la voluntad, el cariño de este pueblo…”

Medardo González, conocido como Milton Méndez, presento su libro titulado Memorias del camino y hablo que “un día como hoy se desarrolló una guerra heroica del FMLN para derrotar a la oligarquía y a la dictadura militar…”

Preciso que “debe de existir respeto a las organizaciones con las cuales constituimos el FMLN. Necesitamos en primer lugar unidad para poder vencer y vincularnos a los intereses populares, a la lucha por los frijoles, por el gas, por el transporte publico, por salarios justos y dignos…”

Finalmente hizo uso d e la palabra José Luís merino, que presentó su libro Comandante Ramiro. Dijo “Hermanos y compañeros: no tienen idea de la emoción que nos despierta el estar aquí con ustedes, vivitos y coleando después de esta historia, estar en este auditórium, tener a la primera delegación cubana, a la representación del gobierno bolivariano de Venezuela, a los hermanos nicaragüenses…”

“Y veo a tantas caras sospechosas…de haber puesto su granito de amor, de azúcar como decía Schafik, en la derrota de la dictadura, haber estado metido en esa guerra heroica, un saludo a esas familias, a esas mujeres heroicas que le dieron cobertura a casas donde se reunía la comandancia general del FMLN; a los que fueron trayendo los tiros y las armas con las que se hizo la guerra… por eso le tienen miedo al FMLN…un saludo a esos cipotes de las fuerzas especiales que fueron tigres en el combate, en la guerra…”

“Veo a los sospechosos de haberme metido en este lío, a Lucio (Dagoberto Sosa), al Chele Ramón (Rafael Benavides) que nos enseñó a tirar los primeros tiros…veo esos rinconcitos de este auditórium, donde estuvimos dando seguridad del acto de creación de la CRM, que fue el primer rostro de la unidad en publico, eso lo vivimos aquí, con rumores que habían orejas armados entre los presentes, que uno andaba una bomba y la iba a explotar, con toda la tensión del momento…”

Medardo en su época de presidente de AGEUS vivió eso también, estuvo aquí, esta fue su cuna, y l fue de Schafik, este es su auditórium, fue su cancha hasta transformarse en el líder que conocimos, que respetamos queremos enormemente…este auditórium debe ser un monumento nacional…

Aun queda mucho por hacer, estamos transformando el país…veo rostros de compañeros que hoy son ministros, gobernadores, alcaldes, diputados…pero a mi me pagaron por venir a hablar de un libro…que escribí con Roberto Regalado.

Veo a mi esposa y a mi hija, a mi tía Tomy, hermana de mi mamá…

En el libro intentamos trasladar la idea que los integrantes del FMLN, esos guerreros gloriosos de esa guerra que realizamos, son hombres y mujeres de carne y huesos, fueron niños y niñas en sus barrios, no somos marcianos, ni hechos en Moscú o en Cuba, aquí nacimos y aquí nos criamos, somos hijos e hijas de hombres y mujeres humildes y sencillos de nuestro pueblo.

Estudie mi primer grado en Chiltiupan, Rubén Orellana fue mi primer maestro…eso somos los guerreros del FMLN, nacimos aquí…naci en la Colonia Quezaltepeque de Santa Tecla. Me acuerdo de niño que nos metíamos por montes a Los Chorros para no pagar los 20 centavos de la entrada.

Fui reclutado por Lucio, por Alfredo Acosta, y luego conocí a Schafik. Y me identifique con las necesidades de cambio, de transformación, venimos de esa lucha, de ser luchadores sociales, integrantes de las filas del movimiento social de los años 70, fuimos sindicalistas, activistas de la UNO, ganamos dos veces las elecciones presidenciales y dos veces fuimos reprimidos, es de esas luchas históricas que nace el FMLN, de esa historia somos dueños todos, sino hubiera habido BPR, FAPU, Lp-28, MLP, UDN, no hubiera habido FMLN…Ese cipotillo con esa historia termina en los años 80 como guerrillero y termina como comandante…

Entre los principios fundamentales de nuestro pensamiento revolucionario es que siempre tuvimos claro que más importante que las armas era la conciencia y la organización de nuestra fuerza, esto nos hizo invencibles, nos permitió derrotar los intentos de destruirnos y pudimos mantenernos en Guazapa, Chalatenango, Morazán, Jucuapa, Cerros de San Pedro…

Esa conciencia y organización que fue construida por las cinco fuerzas que integraron el FMLN, fueron los principios validos que nos permitieron luego sumar miles de voluntades para derrotar el fraude de la derecha, y la derrotamos…estos principios derrotaron a una derecha que lo tenía todo, millones de dólares, canales de televisión, maquinaria de estado, y los derrotamos…en esa inmensa marea roja que todos los días y todas las noches tocaba las puertas de las casas …eso principios nunca debemos de perderlos porque nos hacen invencibles…

Hay una segunda cosa, en la guerra aprendimos a desatar la iniciativa y creatividad de nuestros compañeros, esa fue la clave militar de hombres y mujeres que inventaron miles de cosas, sino no hubiéramos llegado hasta aquí…en Guazapa nos enfrentamos al uso masivo de artillería y aviación contra nuestras fuerzas durante la guerra, y entonces desarrollamos el uso de explosivos. 25,000 minas rodeando nuestros campamentos, y la iniciativa de como colocarlas, para hacerlas más rápidas y efectivas. Al ejército, sus patrocinadores, les dieron detectores de minas y como eran bandidos, sabían que había hilitos y entonces llevaban vacas adelante; pero nuestros compas se inventaron una espoleta que se amarraba aquí y explotaba 10 metros atrás…

En el enfrentamiento al que vamos, la derecha esta asustada…pensaban que nos íbamos a hundir, pro seguimos vivos y vamos a estarlo los tres años y medio que faltan y otros muchos años más…están asustados y van tirarse con todo para asustar y meter miedo…Y entonces necesitamos esa iniciativa y creatividad para enfrentar y derrotar cada plan, cada táctica de la derecha…Por ejemplo, observamos como la gente llama a los derechistas en las entrevistas por televisión, es que no hay que darle al enemigo un minuto de descanso…necesitamos ideas para enfrentar al enemigo.

Durante la guerra aplicamos el principio de la concentración y dispersión de fuerzas. La idea es forzar a que el enemigo disperse sus fuerzas. Ellos tenían 100,000 efectivos entre tropa, cuerpos de seguridad, etc., pero nunca podían concentrar 2000 tropas porque estaban dispersas en todo el país. Lo mismo le pasa a los Estado Unidos, con un ejercito de 1 millón 300 mil efectivos pero dispersos en todo el mundo…

La Ofensiva que celebramos fue la que cambió la historia del país, la que transformó el dialogo en negociación. Convenció a nuestros enemigos que este pueblo era invencible, eso nació en la ofensiva del 89. Estuvimos 45 días controlando la parte norte de la capital, fue un enorme esfuerzo político-militar, de planificación, de organización, de heroísmo…movimos 2000 toneladas de armamento y de explosivos; 4,000 toneladas de alimentos, enterramos toneladas de agua…un día le vamos a contar la receta a las autoridades del ANDA para que no se acabe el agua…

Junto con Milton hemos compartido momentos alegres y tristes. Con la muerte de Dimas Rodríguez se nos hizo un nudo grandote en la garganta, ahí terminó la ofensiva de noviembre, se nos complico el escenario, ahí terminó…

Esa ofensiva dio origen a la firma de los Acuerdos de Paz. Y por primera vez tuvieron nuestros enemigos una fotografía a cuerpo entero de quienes éramos, e iniciaron un paciente trabajo de quitarle los colmillos al tigre y quitarle las garras…Y ya no nos torturaban sino que nos empezaron a transformar la cabeza…en el 97, 98 iniciamos lucha contra esto. Por un momento se nos perdió el crisol, ese esfuerzo del enemigo nos atarantó, y algunos ya no se recuperaron.

Necesitábamos recuperarnos como proyecto histórico, recuperar nuestras formas de pensamiento, nuestra ideología. Este pensamiento que nos permitió mantenernos invierno tras invierno firmes, sin ceder un milímetro. Una de las cosas que habíamos perdido era la formación política. Gracias a Roberto nos hemos acordado de lo que fuimos…necesitamos recuperar al FMLN como pensamiento, debemos estudiar la complejidad de nuestra realidad. Tenemos la necesidad de pensar como gobernantes, se necesita pensamiento profundo, no se puede gobernar con consignas, se necesita de conocimientos de educación…

Al final del libro se hace una reflexión sobre el camino, hace tres años, el 11 de noviembre de 2007, cuando en el estadio Cuscatlán anunciamos al candidatura de Mauricio Funes, empezamos al 4ta. Gran ofensiva del FMLN, que termino victoriosa, exitosa. Para lo que viene es crucial la unidad del Partido y además el frente tiene la necesidad de la unidad del pueblo, la necesita para seguir transformando el país.

Nos complace la presencia aquí de Roberto Bukele. Ojala pudiéramos llenar este auditórium con empresarios y plantearles el reto de construir un país viable para todos y todas, con salud y educación, el sueño del FMLN. Aspiramos a un socialismo pipil, fruto de nuestra experiencia, auténticamente nacional. Hicimos nuestra guerra, nuestros Acuerdos de paz, y necesitamos un pacto nacional para seguir avanzando y transformando el país…esos son los retos. Necesitamos invitar a los empresarios para que nos ayuden a producir riquezas, abrirnos como fuerza para encabezar este proceso de transformaciones.

Quiero concluir con la consigna que nos caracterizo durante la guerra, decía:

¡Unidos para combatir…hasta la victoria final!

¡Revolución o muerte…Venceremos!

Fui en 1945 del Frente Unido de Obreros Salvadoreños…Entrevista con Mauricio Romero

SAN SALVADOR, 21 de septiembre de 2010 (SIEP) “En el marco de un auge huelguístico de los sectores sindicales, Miguel Ángel Cea, obrero de la construcción, que venía desde el 32, organiza el Frente Unido de Obreros Salvadoreños, FUOS; organismo altamente compartimentando y clandestino, diseñado para reemplazar al PCS en caso que este fuera de nuevo destruido por el régimen militar. Posteriormente Cea se incorpora al PCS y juega destacado papel en el CROSS, la CGTS y la FUSS. Muere en 1980…” nos comparte el militante revolucionario Mauricio Romero, de 82 años.

“Me acuerdo que como FUOS distribuíamos en el centro volantes, denuncias contra el régimen, y lo hacíamos más corriendo que andando, eran volantes sacados en mimeógrafos de manivela… Al final el FUOS se disolvió porque la mayoría ingresó al Partido…pero yo no ingrese en ese momento… mi maestro de zapatería fue el que me presento a Miguel Ángel Cea, él lo conocía. Cea nos explicaba que si de nuevo la dictadura descabezaba al PCS como en el 32, el FUOS lo sustituiría, éramos un grupo como de 60 personas, de todos los oficios pero principalmente obreros de la construcción. ”

“Y siendo muy joven, de 17 años, me integre al FUOS. Era aprendiz en ese entonces de zapatero alistador. Si, aquí en San Salvador. Un año antes, el año 44, me acuerdo que estudiaba en una escuela que quedaba pegado a la Iglesia de Candelaria, la Gamboa, y uno de mis profesores fue capturado y fusilado para el movimiento del 2 de abril, y me dolió, fue la primera lagrima que derrame por un revolucionario…”

“Ya para el 45 mis papas ya no me pudieron sostener el estudio. Mi papá era sastre y mi mamá costurera de maquina de pedal. Tuvieron cinco hijos, dos se les murieron de hambre, otro de infección intestinal. Solo quedábamos dos, pero hace tres años desapareció mi hermano menor, o sea que solo quedo yo.”

Cada dictador tiene su megalomanía. Osorio por ejemplo, nació el 14 de diciembre y dio su golpe de estado precisamente el 14 de diciembre de 1948 y su Plataforma política constaba de 14 puntos. Inició con demagogia y a los días fue pura dictadura.

En 1956 ingrese a la lucha política. Me incorpore al Sindicato Nacional de Obreros Zapateros, creado el 5 de noviembre de 1950. Con personería jurídica. Ahí conocí a Inocente Guerrero, era del Partido y me reclutó, me incorpore a una célula, éramos clandestinos, nos reuníamos en iglesias, en parques, hasta dentro de carros… estudiábamos un boletín llamado Carta Semanal del PCS, y así fui adquiriendo algún nivel, político y también responsabilidades hasta llegar a ser el responsable de la célula, que doy fe que éramos un grupo muy disciplinado, a la hora era a la hora.

Se me olvido contarle que Guerrero había llegado el año 56 de la Argentina donde estuvo exilado con su familia, y donde le sucedió un trágico percance ya que en un incendio perdieron a sus hijas…en aquella época hacíamos los primeros esfuerzos para fundar el Partido Revolucionario Abril y Mayo, que primero se llamó movimiento. El local quedaba frente al Cine Majestic. Fue ahí que conocí a Schafik Handal, a Raúl Castellanos Figueroa y otros. Por cierto permítame decirle que Raúl murió en el año 70, a finales y el entierro fue impresionante, una manifestación jamás vista, inmensa y con los comunistas desfilando tristes y a la vez orgullosos de su dirigente muerto. El llegaba mucho al local del PRAM aunque era profesor universitario.

El 20 de octubre de 1960, en plena lucha contra Lemus fui capturado junto con Inocente Guerrero…realizamos una acción frente al Palacio Nacional, llevábamos un maletín con morteros, y el responsable se demoro en llegar, y estuvimos esperándolos en el costado sur poniente del palacio, frente a la Lechería Atiocoyo. Anteriormente habíamos planificado la acción con Roque Dalton y Blas Escamilla, en una casa de un militante en la Col. Dolores. En esta acción participó el mecánico Segundo Cubías. Íbamos a explotarlos para crear conmoción. El problema que tuvimos fue de indisciplina, porque el encargado de explotarlos no se apareció, era un zapatero simpatizante de apellido Cativo. Pero no Luis Felipe Cativo, él si llego.

Como no llegó, asumí la dirección, empuje a un motorizado que estaba parqueado en la esquina, y le di fuego a un mortero, y salimos corriendo y me alcanzaron a las pocas cuadras ya que cometí el error de llevarme el maletín con los otros morteros y por eso me identificaron unas radio patrullas de la Policía Nacional.

Nos trasladaron primero a la Policía y luego a la Penitenciaría. Me recluyeron en la celda 18, de las de abajo. En la parte alta, en la 7 o 9, distinguía a Roque Dalton García, que también fue capturado. Quiso comunicarse por señas y un policía nos vio y nos amenazó. El 26, con el golpe, íbamos para afuera…nos salvamos de ser fusilados, se oía la bulla de la gente, salí con una bolsa Lintorey lleva de ropa, a incorporarme a una manifestación que pasaba enfrente y que concluyó con un mitin en la Plaza Libertad. Lemus había caído…

Después fui a Costa Rica a una Curso de Capacitación Sindical, ahí conocí a los Mora, a mucha gente de Vanguardia Popular, muy organizados, otra situación, me encontré con un zapatero salvadoreño, exilado desde los años cincuenta, que me rogaba que me quedara, que me iba a conseguir trabajo, temía que me mataran al regresar…Me acuerdo que le mandaron un paquete a Carpio, que al llegar se lo di a Tulita. Estuve también en una reunión sindical en la Unión Soviética, en Moscú, conocí a la famosa Universidad Patricio Lumumba.

Para la creación de la FUSS en octubre de 1965 quede en la Comisión de Honor y Justicia, junto con Salvador Cayetano Carpio. El primer secretario general fue…un pequeñito, Dimas Alas, que vivía allá por Las Oscuranas. El acto lo realizamos en el local de la UTF, allá por el parque Centenario.

El siguiente año fui capturado por andar de artista, pintando las paredes con la consigna: ¡El PR Va! Se refería al Partido Revolucionario, fue una campaña que desarrollamos como PCS. A los días me sacaron.

A finales del 69 fui capturado de nuevo, en el marco de las actividades que realizamos para conmemorar el 100 Aniversario del natalicio de Vladimir Illich Lenin. Con unos círculos de estudio que atendía decidimos realizar un volanteo en las fábricas Capri e Hilasal, que estaban en la Col. Dolores. Y un guardia de la fábrica me capturó y me entregó a la policía. Estuve preso seis meses. Me acuerdo que Blas Escamilla me llevaba comida, los camaradas no me dejaron aguantar hambre en la cárcel y se los agradezco. Esta fue mi tercera y ultima captura.

En el ultimo congreso del Partido, en 1979, me opuse resueltamente al pen-pen (hace un gesto con la manos de disparar). Explique en este congreso que si salíamos de la clandestinidad nos iban a matar, como en el 32. Y sostuve con argumentos que este supuesto viraje lo que iba a conducir era a perder todo lo acumulado en organización sindical y popular. Íbamos a perder la perspectiva de la lucha del trabajo contra el capital. Que era una desviación izquierdista. Soñaban con el pen-pen.

Luego que intervine, Schafik vino a tratar de convencerme, “mira Romerito…”a explicarme que la crisis se agudizaba, pero no lo logró. Me mantuve firme y por eso me aleje del Partido, no iba a acompañarles en este grave error político… únicamente cumplí con mi deber de militante de informar a mi célula de esta decisión de irse a la lucha armada…En el 80 me acuerdo que vi en el centro a Raúl Padilla Vela y me volvió a tratar de convencer para que me incorporara al pen-pen, pero me mantuve firme en mi decisión. Nunca voy a renunciar a mis ideas del papel de vanguardia de la clase obrera y su partido en la lucha por el socialismo. Pero de la clase obrera, no de otros sectores sociales. Como obreros somos celosos de nuestra clase.

Actualmente estoy en el FMLN. Es un gran partido de masas, con mucha fortaleza política, arrastra multitudes, le arrebata el gobierno mas no el poder a la derecha, es una exitosa maquinaria electoral, pero hay que reconocer que también es un instrumento político con mucha debilidad ideológica, cuando uno escucha el discurso de sus dirigentes es ambiguo, no tiene carácter ni visión de clase, hoy que es mas urgente de ser preciso, claro ante las masas, se usa un discurso tímido, se nota falta de formación teórica, hay que leer a los clásicos, no de la literatura, sino del marxismo, bueno ambos…se necesita redoblar la capacitación político- ideológica, y eso solo se puede hacer basándose en el marxismo, sino se cae en idealismos, y en bandazos, acordémonos de la idea inmortal de Lenin: “sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario.”

El legado de Gramsci

El legado de Gramsci *

Por Atilio A. Boron
www.atilioboron.com

³¡Hay que lograr que ese cerebro deje de funcionar!², exclamó entre la desesperación y la impotencia el fiscal del régimen fascista ante la corte que estaba juzgando al fundador del Partido Comunista Italiano. La corte, naturalmente, obedeció a su mandato y lo condenó a veinte años, cuatro meses y cinco días de prisión y una considerable suma de dinero en … (clic abajo para continuar)
concepto de multa. Allí pasaría los restantes once años de su vida sólo para ser liberado pocos días antes de su muerte, el 27 de Abril de 1937, cuando múltiples enfermedades agravadas por la falta de cuidado médico habían minado irreversiblemente su salud. Su larga agonía en las mazmorras del fascismo revela no sólo la bajeza moral del régimen sino también el talante ético de su víctima. Es bien sabido que en múltiples ocasiones Mussolini le hizo saber a Gramsci, con quien había compartido en los años de la Primera Guerra Mundial algunas actividades en el marco del viejo Partido Socialista Italiano (principalmente en el diario Avanti!) su decisión de conmutar su pena y dejarlo marchar al exilio a condición de que el prisionero hiciera llegar su pedido de clemencia. Gramsci se negó terminantemente a semejante humillación, pagando con su vida la ejemplar coherencia de su conducta.

La preocupación del fiscal del régimen era más que comprensible, no así su perversa conclusión. Preocupación comprensible, decimos, porque sin duda Gramsci fue una de las más importantes cabezas teóricas del marxismo en el siglo veinte, a la altura de las más encumbradas y comparable tan sólo con Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburg y, tal vez, aunque esto sería motivo de arduas polémicas, con algunas pocas más. Pero hay una calificación muy importante: los tres arriba mencionados pertenecían a una zona marginal del capitalismo europeo: Rusia y Polonia. Gramsci, en cambio, pensaba al marxismo y la revolución desde uno de los países que, en cierto modo al menos, se localizaba en el núcleo esencial del sistema capitalista. Es cierto que tal como lo demostrara el propio Gramsci en realidad no había una Italia sino al menos dos: el Norte próspero e industrial, con una influencia que llegaba hasta Roma y luego el Mezzogiorno, el Sur arcaico y tradicional, esa ³inmensa disgregación social², en palabras del propio Gramsci, que le otorgaba a Italia una fisonomía muy especial en el concierto de los capitalismos de la época. Si el Piemonte y la Lombardía, con sus cabeceras en Turín y Milán, eran un reflejo latino del mundo industrial que agitaba la vida cotidiana en buena parte del Norte de Europa, la estructura social que se configuraba de Roma hacia el Sur tenía muchísimo más que ver con la periferia capitalista latinoamericana que con lo que acontecía de Roma al Norte. Pese a ser un hombre del Sur a Gramsci, nacido en Cerdeña, le tocó pensar y actuar al marxismo allí donde Marx había dicho que debía producirse la revolución socialista: en aquellas naciones en donde el capitalismo hubiera alcanzado su mayor desarrollo. Gramsci es, por lo tanto, el gran teórico marxista de la revolución en Occidente.
Para honrar tan ambicioso programa nuestro autor tuvo que ser, al mismo tiempo, uno de los más lúcidos analistas de las estructuras económico-sociales y políticas de los capitalismos avanzados.

Si Lenin, Trotsky y Rosa tenían siempre como telón de fondo las particularidades del desarrollo capitalista en Rusia ­o en Polonia- y, al mismo tiempo, de su atraso en relación a otros países europeos, Gramsci siempre tuvo como horizonte de sus aportaciones los desarrollos experimentados en los puntos más altos de la civilización del capital: referencias a la situación de Francia, Alemania e Inglaterra son constantes a lo largo de toda su obra así como a los Estados Unidos, algo que difícilmente encontramos en muchos autores de la tradición marxista. Esta permanente mirada hacia los capitalismos más desarrollados era impulsada por algunas preguntas a las que habría de dedicarle casi toda su vida: ¿por qué fracasó la revolución en Occidente? y ¿cuál podrá ser el futuro del socialismo en Occidente?
No sólo su locación geográfica en el corazón capitalista europeo diferencia a Gramsci de sus predecesores ³orientales². Como lo subraya Perry Anderson en su Consideraciones sobre el marxismo occidental, Gramsci es un teórico de otra generación y pertenece a otra época histórica. Lenin había nacido en 1870, Rosa en 1871 y Trotsky en 1879. Gramsci, en cambio, es de 1891 y corresponde a una cohorte en la cual se incluyen Lukács (1885), Korsch (1886) y Walter Benjamín, nacido en 1892, fundadores, según el historiador británico, del ³marxismo occidental.² Es decir, que cuando estalla la Revolución Rusa Gramsci era un joven de veintiséis años que, hastiado del marxismo reseco, acartonado, convertido en un inofensivo catecismo redactado por el pontífice máximo de la Segunda Internacional (y de su partido guía, la socialdemocracia alemana), Karl Kautsky, escribe alborozado al confirmarse la noticia del triunfo de los soviets en Rusia un artículo cuyo título lo dice todo: ³La revolución contra ŒEl Capital¹ ². ¿A qué se refería Gramsci con este título? A la versión de ese libro popularizada por el partido socialdemócrata alemán y de la cual se ³deducía² la imposibilidad absoluta de una revolución socialista en la periferia del capitalismo. Y en caso de que tal monstruosa aberración tuviese lugar lo más conveniente para el avance de la revolución mundial era abortar el proceso lo antes posible. Lo que ya era, el gobierno de los Soviets, ³no podía ser², porque el libro, según su erudito intérprete, decía que debía ser otra cosa.
El joven Gramsci se rebela contra tamaña insensatez. Había llegado a Torino en 1911, a la edad de veinte años, para estudiar en la Facultad de Letras de la Universidad de esa ciudad. Allí comienza a desplegar una intensa actividad política en el marco del Partido Socialista y, tiempo después, una vez producida la Revolución Rusa, en un grupo político denominado L¹Ordine Nuevo (El nuevo orden) integrado, entre otros por Palmiro Togliatti, quien luego sería el Secretario General del PCI, y otros jóvenes radicalizados como Angelo Tasca y Umberto Terraccini. En 1921 Gramsci se encontraría entre los fundadores del PCI. De inmediato asumiría un trabajo en el Secretariado de la Internacional Comunista que, entre 1921 y 1924 lo llevaría a vivir en Moscú y Viena. En 1924 regresa a Italia y es elegido Secretario General del PCI y, al año siguiente diputado al Parlamento Italiano que ya funcionaba bajo las severas restricciones impuestas por el régimen fascista desde sus primeros años. A fines de 1926 es encarcelado bajo la absurda acusación de ³haber querido instaurar por la violencia la república de los Soviets² en Italia., sometido a un proceso judicial viciado de nulidad absoluta y condenado, como decíamos al principio, a una reclusión que terminaría con su vida.

Si bien la producción de Gramsci con anterioridad a su
encarcelamiento es importante, de lejos el corpus principal de su obra es el que intermitentemente logra escribir, bajo las peores condiciones que puedan imaginarse, durante sus años en las cárceles fascistas. Pero no todo el tiempo, porque como lo expresa en su denso epistolario, sus privaciones, enfermedades y depresiones lo obligaban a largos períodos de pasividad en donde no hallaba fuerzas ni siquiera para leer. Pero sus célebres Cuadernos constituyen un aporte teórico de fundamental importancia. Escritos y reescritos varias veces en unos cuadernos escolares, con una letra pequeña, casi diminuta, los Cuadernos contienen sus reflexiones sobre una amplia diversidad de temas y arrojan luz sobre algunos de los problemas más importantes del capitalismo contemporáneo. A la muerte de Gramsci estos manuscritos iniciaron una increíble peripecia que tendría como etapas más significativas la España desgarrada por la Guerra Civil y la Unión Soviética enfrascada en la guerra a muerte contra el nazismo. Finalizada la guerra estos preciosos escritos emprenderían lentamente el retorno a Italia donde, al cabo de unos diez años comenzaron a ser publicados por Einaudi, una editorial comercial de Turín porque el Partido Comunista Italiano, temeroso de irritar a los custodios del dogma que sentaban sus reales en Moscú con la difusión de las ideas de un pensador tan ³heterodoxo² como Gramsci, se abstuvo de publicarlo en Editori Riuniti, la principal editorial del partido. Es decir, solo unos quince años después de la muerte de Gramsci esos manuscritos comenzaron a ver la luz pública bajo la forma de libros compilados por un colectivo de notables intelectuales bajo la dirección de Palmiro Togliatti, a la sazón Secretario General del partido italiano, con títulos precisos e índices temáticos muy específicos. [1] Pero lo cierto es que Gramsci jamás escribió esos libros sino una enorme serie de notas, o ³notitas² como a él le gustaba llamarlas (noterelle) en donde volcaba sus reflexiones sobre hechos de los que lograba informarse, los recuerdos de su época de estudiante, o de las poquísimas informaciones sobre la situación de las sociedades capitalistas a las que podía tener acceso desde la cárcel. Notas que muy a menudo contenían advertencias como ³afirmación no suficientemente controlada o probada² o ³primera aproximación al tema², para dejar en claro que se estaba en presencia de un pensamiento en construcción bajo las peores condiciones imaginables.
El infortunio editorial de tan excelsa producción teórica ha sido notable. Es casi un milagro que no hubiera terminado convertido en cenizas en la hoguera de sus carceleros fascistas o en la de los custodios de la pureza del dogma. El periplo recorrido por esos 33 cuadernos, apretujados en una destartalada valija y recorriendo el dantesco escenario que se extendía desde los Urales a los Pirineos provoca asombro todavía hoy. Gramsci sufrió una doble censura: la de sus carceleros fascistas y la de los burócratas del estalinismo que, al igual que hicieran con Mariátegui entre nosotros, jamás le perdonaron al italiano su fidelidad a las enseñanzas de Marx, Engels y Lenin y su rechazo a las imposturas intelectuales y políticas del estalinismo. Los primeros le impedían a
Gramsci acceder a la producción teórica del pensamiento socialista o marxista, o enterarse de las novedades y las noticias de su tiempo a las que se asomaba por la dudosa vía del rumor o, sobre todo, leyendo algunas revistas como Civiltá Católica, que informaba de algunos de los hechos de este mundo con evidente parcialidad. Sin embargo, era el alimento que necesitaba una mente lúcida como pocas, audaz como casi nadie, para bajo tan adversas condiciones producir la contribución teórica más importante al marxismo en el período posterior a la Primera Guerra Mundial y, muy especialmente, desde la muerte de Lenin en 1924. Los segundos, a su vez, se prodigaron en impedir la difusión de su pensamiento una vez que su genio creador se apagara. Los principales temas abordados en esos Cuadernos pertenecen al corazón mismo de la teoría marxista de la política y la cultura. Debemos a Gramsci una elaboración sobre el ³estado ³ampliado² del capitalismo contemporáneo, un estado de clase (algo que escamotean las lecturas socialdemócratas de Gramsci) que sintetiza en su seno los tradicionales mecanismos de la dominación y la coerción con los renovados dispositivos de la dominación ideológica que Louis Althusser incluyó bajo el nombre de ³aparatos ideológicos del estado². Nuestro autor desarrolla asimismo una concepción materialista de la hegemonía que contrasta vívidamente con algunas teorizaciones contemporáneas, como las de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, para quienes la hegemonía es un etéreo juego de ³significantes flotantes² totalmente removidos del sórdido materialismo de la sociedad civil, para decirlo con una expresión muy usual en los análisis de Marx. Gramsci también aporta nuevas hipótesis sobre los intelectuales y su función política en la perpetuación del dominio de clase; nos habla de los impactos que los desarrollos tecnológicos, como el fordismo, tienen sobre la sociedad americana, desde la moral sexual hasta la política; y también sobre la ³revolución pasiva² y el transformismo como rasgos sobre los cuales se asienta una transformación capitalista que se produce sin revolución burguesa, algo de suma importancia para América Latina. Las crisis políticas y la valorización de la función educativa y organizativa del partido político de las clases subalternas, ese ³príncipe colectivo², es otro de los temas que motivaron de su parte profundas reflexiones. Con razón algunos autores llaman a Gramsci el teórico de las super-estructuras, por la concentración de su labor en el examen de estas cuestiones a las cuales el marxismo de su tiempo, dominado por el economicismo, no le había asignado la importancia que efectivamente tenían.

En sus numerosos escritos Gramsci plasmó una concepción metodológica del marxismo superadora de los esquematismos en que la ³filosofía de la praxis² (como él designaba al marxismo en su afán por sortear la censura carcelaria) había caído tanto a manos de la social democracia alemana como de la Tercera Internacional. Sería una tarea imposible resumir en unas pocas líneas la vastedad de su rico pensamiento, que abarca casi todos los aspectos de la vida social. Como vimos más arriba, Gramsci fue un teórico político y un filósofo, un crítico cultural y un internacionalista; también un fino sociólogo cuyos análisis sobre el Mezzogiorno italiano o sobre la vida cotidiana y los usos, costumbres y creencias populares de la sociedad norteamericana, muy especialmente del modo en que el fordismo se expande desde la fábrica hasta abarcar y modelar casi todas las formas de la sociabilidad, son hasta el día de hoy piezas obligadas de referencia en cualquier estudio sobre el tema.
Quisiera concluir con una reflexión final, pertinente especialmente para un público como el de esta revista. Al hablar de los aspectos teóricos y prácticos del economicismo Gramsci decía que el liberalismo como filosofía económica y política se basaba en un error teórico fácilmente detectable: la tendencia a reificar una distinción entre sociedad política y sociedad civil que, siendo eminentemente metodológica, se convertía en orgánica u ontológica y, a partir de la cual, el estado en cuanto sociedad política y la sociedad civil devenían en ³cosas² separadas, en ³esferas institucionales² distintas y separadas entre sí. Una distinción meramente metodológica, decía Gramsci, se transmuta en una separación ontológica entre esferas sociales aisladas rompiendo la unicidad y totalidad de la vida social. Ese desliz es congruente con la imagen que la sociedad burguesa proyecta de si misma: un conjunto de átomos individuales y de ³partes² separadas, cada una con su propia lógica y ³leyes de movimiento² y en donde los imperativos de una, la economía, debe prevalecer sobre todas las demás. El economicismo se convierte, parafreaseando a Engels, en una verdadera religión de la burguesía toda vez que sitúa a los imperativos de la acumulación por encima de cualquier otra consideración. En los últimos tiempos esta concepción se expresó en el debate político argentino bajo el mandato de la ³gobernabilidad²: cualquier gobierno debía garantizarla, para lo cual era necesario reconciliar la política con las necesidades de la economía. Bajo el capitalismo esto significó, lisa y llanamente, subordinar la democracia, la justicia o la igualdad a la primacía de la ganancia y los bienhechores impulsos del mercado.
La base teórica y metodológica de esta engañifa está en esa visión fragmentada de la vida social que Gramsci criticó con simpar elocuencia. En el plano académico esta reificación tuvo por consecuencia legitimar los saberes parciales y compartimentalizados: una ciencia económica para ³la economía²; una ciencia política para el ³estado y la sociedad política²; una sociología para la ³sociedad civil², el ³derecho² para las normas, y así sucesivamente. De este modo una correcta visión de la vida social en toda su compleja interrelación se vuelve imposible. Peor aún: se arranca de raíz cualquier posibilidad de elaborar un pensamiento crítico y emancipatorio dado que sin una visión integrada y totalizante de la vida social lo que existe, en su irreductible fragmentación, es lo único que puede existir. En este ³pensamiento único² entronizado como el ³sentido común² epocal (otra categoría gramsciana) cualquier referencia a la construcción de una buena sociedad es rápidamente desterrada del discurso político y descalificada como una ingenua y romántica utopía de incurables soñadores. El marxismo de Gramsci es uno de los mejores antídotos contra ese chantaje.

Falleció Juan Mari Brás

El fundador de CLARIDAD y el más importante dirigente independentista puertorriqueño de la segunda mitad del siglo XX, Juan Mari Brás, falleció en la madrugada del viernes 10 de septiembre a los 83 años de edad tras una prolongada convalecencia de varios meses. El fallecimiento de Mari Brás se produjo en su hogar en San Juan, donde convaleció el último año bajo el cuidado de su esposa y compañera, Marta Brás Vilella.

Mari Brás ostentaba la ciudadanía puertorriqueña después de una ardua batalla legal que se originó en 1994 cuando se presentó a la embajada de Estados Unidos en Venezuela para renunciar la ciudadanía estadounidense, que Wáshington impuso a los puertorriqueños en 1917.

Fue uno de los fundadores principales en 1959 del Movimiento Pro Independencia (MPI) de Puerto Rico, que en 1971 se transformó en el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), del que fue Secretario General.
En 1946 participó en la fundación del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), y más recientemente fue co fundador del Congreso Nacional Hostosiano, del Nuevo Movimiento Independentista y del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.
Fue expulsado de la Universidad de Puerto Rico (UPR) por participar en la huelga estudiantil de 1948, y se trasladó a Estados Unidos a proseguir estudios en Florida Southern College, en el estado de la Florida.
En 1954 se graduó de abogado en la Escuela de Leyes de la American University, luego de ser expulsado de la George Washington University por presiones del gobierno de Estados Unidos.

Mari Brás fundó en 1959, junto al periodista y sindicalista César Andreu Iglesias, el periódico Claridad, semanario que se continúa publicando como propulsor de la independencia puertorriqueña. Fue su Director en diversas etapas del periódico.

La salud del líder independentista comenzó a complicarse tras sufrir una caída el 31 de mayo de 2009 en su residencia en el sector Dulces Labios, en la occidental municipalidad de Mayagüez, donde nació el 2 de diciembre de 1926.

Debido a esa caída en octubre de ese año fue sometido a una intervención quirúrgica en la cabeza en el Centro Médico en Río Piedras, la que estuvo a cargo del doctor Eric Carro, con el propósito de succionarle unos hematomas subdurales que le causaban presión cerebral.
Mari Brás salió airoso de esa cirugía, pero en diciembre de 2009 estuvo bajo cuidado intensivo en el hospital Bella Vista de Mayagüez a causa de una pulmonía.
En esa oportunidad, los médicos descubrieron un nódulo en el pulmón izquierdo, que le trajo otras complicaciones de salud.

Mari Brás murió sin lograr esclarecer los autores intelectuales detrás del asesinato de uno de sus hijos, Santiago (Chagui) Mari Pesquera, en 1976.
Para entonces Mari Brás, que en 1973 se había convertido en el primer independentista puertorriqueño en hablar en las Naciones Unidas, se encontraba inmerso en la campaña eleccionaria, ya que era candidato a la gobernación de Puerto Rico por el PSP.

En diciembre de 2009, su hija Rosa Mari Pesquera, portavoz de la Comisión por la Verdad y la Justicia, presentó documentos desclasificados del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) que ubican a los exiliados cubanos Reynol Rodríguez González y Frank Eulalio Castro Paz en una conspiración para asesinar a Mari Brás.