Preparando la Ofensiva de enero de 1981…Entrevista con Javier López

SAN SALVADOR, 20 de marzo de 2010 (SIEP) “Mi papá se integró al Partido Comunista a los 17 años, allá en Ahuachapán, él tomó conciencia y se organizó en los tiempos del dictador Martínez, y me contaba que este llegaba a los actos públicos en caballo y con sable en la mano…” nos narra Javier López, revolucionario salvadoreño.

“Mi abuelo, Papa Nacho me contaba de los cuarenta días y cuarenta noches que en el 32 Martínez estuvo reprimiendo, asesinando…fueron tanto los muertos que la gente dejó de comprar carne de cerdo por un tiempo, porque a estos animales se les veía en las calles comiéndose los pedazos de cadáveres…”

“Me contaba que en la 3ra. Avenida Norte, que es la calle de salida para San Salvador pasaban las carretas llenas de fusilados, con gente que habían matado en Achapuco… Una vez llevaban una carretada de presos para fusilar y él estaba en la puerta de la casa y uno de ellos que lo conocía al verlo le gritó: ¡Nacho, sálvame! El al ver a su familia y sabiendo las consecuencias le dio la espalda y entró a la casa y cerró la puerta y se puso a llorar ya que no podía hacer nada para evitar que mataran a su querido amigo. Fue para él un momento que nunca olvidó.

Mi papá para ese entonces tenía 6 años, y cuenta que el cielo se puso triste, gris, oscuro, oscuro…el volcán de Izalco lanzaba ceniza…mi papá jovencito tomo conciencia de la situación de injusticia que vivía el país…Mi abuelo Papa Nacho, fue un liberal, las ideas liberales eran las ideas revolucionarias de su época. Fue en ese ambiente que se forjó mi papa, con ideas progresistas, mi abuelo era dueño de una funeraria, que para ese tiempo era un negocio floreciente.

Mi papá se entregó a la lucha contra Martínez, aunque en la escuela le enseñaban que Martínez era un héroe, un gran general…a los 17 años en diciembre del 44 tomó la decisión de integrarse al equipo de jóvenes que se fueron para Guatemala para desde allí regresar a liberar a la patria de la dictadura osminista. En Guatemala entrenaban con palos de madera, y con armas obsoletas, a las que les faltaba el mecanismo de percusión, etc. Estaban con un gran espíritu de lucha pero mal equipados. Y aun así pudieron combatir…pero murieron muchos jóvenes valientes, en lo que ha pasado ala historia como “la revolución del 44.”

Me contaba que fueron alrededor de 2000 los voluntarios en Guatemala, pero que luego solo cruzaron la frontera 500, mi papá fue del destacamento que se tomó el pueblo, me refiero a Ahuachapán y esperaban el alzamiento del cuartel de Santa Ana para reforzar la ofensiva, pero no se dio y tuvieron que replegarse.

Retrocedieron al Llano del Espino, y ahí fueron bombardeados por la aviación, que incluso disparó sobre sus propias tropas. La dictadura contó con el apoyo de tropas de Santa Ana y esto produjo un descalabro al ejecito liberador. El Coronel Rivera que después sería presidente, totalmente descompuesto solo alcanzo a gritar: ¡Sálvese quien pueda..!, y salió huyendo por los montes de regreso a Guatemala. Los tenientes Payes y Moran si lograron organizar sus tropas y se retiraron ordenadamente cuando el descalabro. Mi papá les tomó mucho respeto por su conducta porque ambos eran militares valientes, a diferencia de Rivera.

En El Espino enviaron a mi papá a explorar el terreno y fue capturado, iba desarmado pero no le creyeron, también capturaron a Víctor Manuel Arango, de Ahuachapán, que era heredero de una gran fortuna, y los iban a fusilar. Estaban en una ergástula húmeda y todavía les tiraban agua con sal. Cuando mi abuelo, Papá Nacho supo que habían capturado a su hijo se movilizó y fue a hablar a San Salvador con Monseñor Chávez y González, a rogarle para que intercediera ante el Juez de Paz de Ahuachapán por la vida de su hijo. Monseñor accede.

Y el mismo día que iban a fusilarlo llega la contraorden de parar la ejecución. Era de madrugada y oyó que mencionaron su nombre: ¡Julio López! Creyó que iban a fusilarlo. Pero no. El Guardia nacional le dice: ¡Ah, te salvaste! Comunista hijo de puta! Y le dio una patada. La orden venia firmada por el mismísimo presidente Aguirre y Salinas. Nadie se movió por el “chero Víctor” Arango y fue fusilado. Los Salaverría fueron los beneficiados.

Para mi fue muy natural incorporarme a las luchas populares. Nuestra casa siempre estuvo rodeada de gente organizada, del Partido, que llegaba a visitar a mi papá. Me acuerdo que el Dr. Fabio Castillo, en 1967 para la campaña del PAR, cuando llegaba a Ahuachapán se quedaba en nuestra casa. Hacíamos actividades, reuniones, asados…A mi papá lo capturan en 1962 y lo sacan para Nicaragua. Amenazan con tirarlos en el Golfo de Fonseca. Lo llevan amarrado y con los ojos vendados. Logró subirse la venda y vio a varios Guardias Nacionales y a otros capturados.

Llegan al aeropuerto en San Salvador y los suben a un DC-3, y rumbo a Managua. Al llegar los bajan del avión, los Guardias Nacionales no bajan, y los recibe un oficial nicaragüense que les dice, con fuerte acento inglés: Bienvenidos, aquí no están en El Salvador, están en Nicaragua y si se mueven ¡los matamos! No se vayan a relacionar con sindicalista ni con estudiantes. Y los dejan ir. Y fue lo primero que hicieron, se van directo para la Universidad. Allá ya los estaban esperando porque se habían enterado por las noticias de la llegada de los salvadoreños, y los reciben con una fiesta, con música, comida, cariño popular…hablaron con los estudiantes y las organizaciones revolucionarias que debían regresar lo más pronto posible. El siguiente día los llevaron al mercado a comprar algunas cosas, y la gente los reconocía como salvadoreños y los saludaba, y al siguiente día estaban ya camino a casa, de regreso a El Salvador.

Para la campaña electoral de la UNO del 77, en la que llevamos de candidato al coronal Ernesto Claramente y de vice a José Antonio Morales Ehrlich, la dictadura militar hizo un asalto a las urnas, a los centros de votación llegaba la Guardia y quitaba las urnas y las rellenaba con papeletas. Era un fraude descarado. Y no obstante el fraude alcanzamos la victoria. Ganó la UNO. Como PCS participamos de manera decisiva apuntalando a la UNO, claro lo hicimos vía el UDN. Participamos en toda la campaña. La derecha logró imponer al general Romero como presidente, que era un verdugo que tenía como antecedentes el haber sido Ministro de Defensa para la represión de la marcha del 30 de julio de 1975.

El 20 de febrero fue el fraude electoral. El 21 la UNO convocó para la Plaza Libertad. Y la gente se fue aglutinando. Era un festival popular por la democracia. El padre Navarro llegó dar misa. Los oradores del pueblo arengaban a la gente. Claramount y otros militares se mantuvieron firmes, haciendo este plantón de protesta por el fraude. Estaban los estudiantes, la gente de la JC, el Diablito, Benito Lara, Julio Farfán…la noche del 28 de febrero mi hermano me avisa que esa noche iban a asaltar la plaza, que me fuera. El se quedo…

Llegó el ejército e hicieron la masacre, lanzaron bombas, ametrallaron, y luego lavaron la sangre de las calles y aceras. A la gente la desalojaron, alguna logró refugiarse en la Iglesia del Rosario. El ejército negó públicamente que estuviera en las calles. Llegó la Cruz Roja, y los sacaron, afuera esperaba la Guardia nacional que hizo una hilera de agentes que golpeaban a los que salían o les daban machetazos, los puyaban con las bayonetas en las piernas y en las nalgas. Fue horrible. Nunca se sabrá la cantidad de muertos que hubo. Algunos halan de 200 o de 300, no se sabe…

Es a partir de ese fraude y esa matanza que se concluye que las elecciones ya no son alternativa y que hay que prepararse en contra de la represión y que la resistencia se iba a convertir en guerra abierta. Y nos empezamos a preparar para la guerra…

Los vuelos hacia la patria en resistencia

A mi me correspondió trabajar en el aspecto logístico, me refiero al esfuerzo realizado por el FMLN para la ofensiva del 10 de enero de 1981. Nuestra infraestructura eran dos Cessna y un avión DC-3. Éramos los que traíamos los fusiles M16, que fueron un regalo solidario del pueblo y gobierno vietnamita para la liberación del pueblo salvadoreño, del stock que dejaron los yanquis en Vietnam, y los tirábamos en la noche en paracaídas, venían en cajas de madera. Cada caja tenía 10 fusiles, con sus respectivos tiros y cargadores. Los vuelos eran nocturnos. Volábamos sobre el Golfo de Fonseca. Alumbramos con linternas. Estuvimos volando de enero a marzo del 81. Aprendimos a vivir con la turbulencia…

Volábamos hasta el Bajo Lempa. Seguíamos el Litoral y al ver brillar el hilo plateado del Lempa íbamos bajando un poco hacia tierra. Nos orientábamos por las luces del aeropuerto de Comalapa. Cuando las veíamos sabíamos que estábamos ya cerca. Abajo nos estaban esperando los equipos de recepción. A veces bajaban desde Chalate a traer armas. Venían de todos los frentes de guerra. Había que elegir el terreno, hacer cálculos de distancias, los planos, etc. Se hacían hoyos de 30 cms., de profundidad y abajo se ponía un candil, y así hasta lograr hacer una flecha de 200 metros. Abajo no se ven, pero arriba si. Lanzábamos de 8 a 10 cajas por vuelo, con dotación, embajalajes, con aserrín y colochos, en bolsas de polietileno, amarradas con pitas.

Mucho después los gringos pusieron destructores, una fragata con radares en el golfo y dejamos de volar. Pero para entonces ya habíamos entrado casi todo…Nuestra base estaba en León, Nicaragua. Era una hacienda confiscada a un somocista, de 26,000 manzanas. Cantidad para nosotros como salvadoreños inmensa. Habían silos y la casa de la hacienda. Y solo nosotros estábamos allí. Estaba… me acuerdo de Talavera, el piloto tico que capturaron… y otros pilotos que llegaban, la mayoría ticos.

Me acuerdo que una vez nos pasamos y va de buscar el Lempa ¿y el Lempa? cuando me doy cuenta habíamos llegado al puerto de Acajutla y rápido regresamos preocupados que fueran a detectarnos. Otra vez llegamos a San Vicente y de repente nos encontramos frente al imponente Chinchontepec. Otra vez nos balacearon, fue un peligro terrible. Pero fue por error, fuego de compañeros y pararon rápido, creyeron que era un desembarco de helitransportados porque estábamos volando a 300 metros.

Me acuerdo que perdimos a un compañero piloto de apellido Velásquez, le decían el Chele Velásquez, era de Ahuachapán. El avioncito que volaba tuvo desperfectos y tuvo que aterrizar. Buscó refugio, el enemigo lo detecto, se batió solo y fue capturado y asesinado…

El DC-3 en el que volábamos era un avión de 1929, antiguo, bimotor, muy potente todavía, ruidoso, cuando levantaba vuelo temblaba…y temblaba uno que iba adentro. Le colgábamos una lamparita con tape para que reconocieran las cajas que tirábamos…para esa época todo mundo en la guerrilla estaba estrenando arma, nuevecita…Como regla iba una .30 en la puerta y fusilería en las ventanillas…Fuimos entrenados y muy bien entrenados para esta estratégica misión, fuimos por un año a la escuela de oficiales…

Nos dijo el profesor: uno se queda arriba y otro abajo. A mi toco arriba…abajo estuvo un compañero al que le decíamos El Seminarista, que luego cayó en Sabanetas.

Luego de estos meses aéreos me envían para san Vicente, para el campamento de Cerros de San Pedro. Fue en el 82, para cuando se da el deslave de Montebello en San Salvador. El responsable era el Comandante Roberto. El 15 de septiembre lo celebraría en Guazapa, fueron 21 días de marcha en un pelotón de las FAL, conduciendo a 500 civiles, protegiéndolos de la represión, hasta que llegamos a un sitio seguro. En San Sebastián, tuvimos un enfrentamiento en el que cayó el comandante Nicolás, cayó a dos metros en una pared, le pegaron en la cabeza…Continuará.

CEM reproduce El Salvador: tres décadas de lucha, de Mauricio de la Selva. Enero de 1962

SAN SALVADOR, 7 de septiembre de 2010 (SIEP) “EL 2 de diciembre de 1961 cumple treinta años la dictadura militar que padece actualmente el pueblo salvadoreño; en enero de 1962 se cumplen treinta años del ametrallamiento de más de 30 mil campesinos; en febrero siguiente cumple treinta años el fusilamiento de Agustín Farabundo Martí y, siete meses después, también hará treinta años de la muerte de Alberto Masferrer” de esta forma inicia su artículo Mauricio de la Selva, escritor, poeta y militante comunista salvadoreño, desde el exilio en México, en 1962.

Nos explica de la Selva que “este trabajo pretende ser una verídica relación cronológica enfocada hacia cuatro aspectos: nacimiento de la dictadura militar, antecedentes al asesinato en masa de los 30 mil campesinos, participación de Martí en el movimiento revolucionario y participación de Masferrer.”

Es importante tomar en cuenta que la publicación de este artículo en la prestigiosa revista mexicana Cuadernos Americanos, en enero-febrero de 1962, es anterior a la edición de la Monografía de El Salvador de Roque Dalton, a las Memorias de Miguel Mármol, a la obra Farabundo Martí de Jorge Arias Gómez, y a la obra de David Luna.

Se considera como una verdad establecida el hecho que Agustín Farabundo Martí no nos dejó a sus seguidores ninguna herencia teórica, pero lo que no se toma en cuenta es que las clases dominantes salvadoreñas lograron ocultar o destruir los escritos de Martí, entre otras modalidades del anticomunismo que predomina todavía en nuestro país. Por eso es muy ilustrativo y desafiante lo que nos dice de la Selva sobre nuestro líder histórico:

“A la casa donde Farabundo arribaba su primera acción consistía en buscar una máquina de escribir, ya que ella le era útil de inmediato, tanto para dedicarse a su correspondencia como para escribir sus proclamas de Partido. En varios Departamentos de la República sus proclamas se esperaban con ansia y se recibían con beneplácito; algunos trabajadores, máxime si eran campesinos, se reunían alrededor del compañero que las leía; para ellos las proclamas eran origen de reuniones en las que participaban casi como en un culto religioso.”

“Ante esta situación de ocultamiento histórico, como CEM asumimos el compromiso de rescatar la obra dispersa de Martí y publicarla, divulgarla por medio del internet…” indicó Roberto Pineda, Coordinador de esta institución.

Considera de la Selva que “Masferrer es el maestro que desde principio de siglo ha dicho su preocupación por el campesino y el obrero salvadoreños; poeta, sociólogo, novelista, filósofo, humanista, periodista, ha manifestado su palabra en favor de los oprimidos; con titubeos entre el materialista y el metafísico, sus juicios han estado presididos siempre por la honradez; su primer libro le valió un destierro y su exposición constante de inconformidad ante la injusticia social le asegura el odio de los poderosos.”

Narra que “el 1 de febrero de 1932, entonces día de la madre los tres hombres fueron conducidos al costado norte del cementerio de San salvador, el pelotón los paró juntos a los tres; Agustín Farabundo Martí fue colocado entre Luna y Zapata. Al instante d e la última orden, Farabundo gritó: ¡Viva el socorro Rojo Internacional!” y uno de los compañeros alcanzó a responder con las tres primeras letras del “¡Viva!” que se le ahogo entre la emoción y la muerte. Ese mismo año, el 4 de septiembre, o catorce días de volver después del destierro ya paralítico y mudo, murió –otra forma de fusilamiento- víctima de la traición y la infamia el intelectual y apóstol de El Salvador,: Alberto Masferrer.”

“Recordemos en estos seis nombres simbólicamente mencionados uno de los movimientos más trascendentes en la lucha revolucionaria latinoamericana; recordémosles: Martí, Masferrer, Ama, Luna, Bondanza y Zapata” estima de la Selva.

EL SALVADOR: TRES DÉCADAS DE LUCHA

EL SALVADOR: TRESCADAS DE LUCHA

Por Mauricio DE LA SELVA (Cuadernos Americanos, Enero-febrero 1962)

Advertencia

EL 2 de diciembre de 1961 cumple treinta años la dictadura militar que padece actualmente el pueblo salvadoreño; en enero de 1962 se cumplen treinta años del ametrallamiento de más de 30 mil campesinos; en febrero siguiente cumple treinta años el fusilamiento de Agustín Farabundo Martí y, siete meses después, también hará treinta años de la muerte de Alberto Masferrer.

Fuera de El Salvador, muchas personas conocen superficialmente lo que se refiere a la dictadura militar y a la matanza de los campesinos, y casi nada o nada del significado de hombres como el líder Martí y el maestro Masferrer ligados con esas dos catástrofes.

Que nosotros sepamos, no existe una biografía de Martí, ni un relato escrito que no sea tendencioso del ametrallamiento de los campesinos, así como de sus antecedentes. Sabemos que la exposición de lo uno y lo otro entraña una gran responsabilidad, debido a la carencia de documentación adecuada, así como a la discrepancia habida entre los componentes del sector revolucionario salvadoreño. Como se ve, el asunto a tratar es delicado, sin embargo, intentamos en un trabajo corto para la importancia del caso reconstruir algo de ese pasado tan útil a la experiencia revolucionaria del pueblo salvadoreño, valiéndonos para ello de los datos (testimonios orales y declaraciones escritas) que hemos tenido a nuestro alcance y parecen fidedignos; además. sirviéndonos hasta de las conjeturas y versiones distintas sobre un hecho, siempre que éstas puedan arrojar luz sobre el caso.

Anticipamos entonces que este trabajo pretende ser una verídica relación cronológica enfocada hacia cuatro aspectos: nacimiento de la dictadura militar, antecedentes al asesinato en masa de los 30 mil campesinos, participación de Martí en el movimiento revolucionario y participación de Masferrer.

Martí y la organización

AGUSTÍN Farabundo Martí es quizá el revolucionario salvadoreño de mayor pureza que puede localizarse dentro de la militancia política honesta. Su vida no es fácil de exponer en unas cuantas páginas, no obstante el intento de mostrarlo a quienes desconocen su trascendencia política y humana, es más, con el objeto de aludir a un símbolo que de esbozar una biografía. Es necesario recordar algo de la vida de Agustín Farabundo Martí, porque con ello recordamos una lección y nos vinculamos al movimiento revolucionario salvadoreño fracasado en 1932.

Martí nació en el poblado de Teotepeque, Departamento de La Libertad, en 1894. Sus padres eran propietarios de dos haciendas que sumaban 20 caballerías (64 hectáreas por caballería). Farabundo hizo estudios bajo la dirección de los salesianos, destacando por su brillante inteligencia. Pasó luego a la Universidad de El Salvador donde cursó el Doctorado en Derecho, sin poder titularse debido a su expulsión del país durante el período presidencial de Jorge Meléndez -del 1 de marzo de 1919 al 28 de febrero de 1923.

En la historia de la lucha salvadoreña entre el terrateniente y el peón agrícola, quizá la primera vez que surge una organización desorientadora, simulando servir los intereses de los más contra los menos, es en el período presidencial de Jorge Meléndez, quien funda la Liga Roja y consigue atraer las simpatías populares. Pero también es la primera vez que surge el nombre de un líder universitario entregado de lleno a las aspiraciones de los trabajadores salvadoreños; Agustín Farabundo Martí denunció en aquella ocasión el papel demagógico de la Liga Roja, enjuició a Meléndez y señaló que los peones agrícolas así como los artesanos que apoyaban a la organización, ignoraban su pérdida de energías y tiempo empleados a favor de un movimiento pequeño burgués que sólo beneficiaría al terrateniente, máxime cuando se aproximaban las elecciones y Meléndez podría utilizarlos para reelegirse o para determinar el triunfo de su propio candidato. La Liga Roja había sido fundada en 1921.

Mientras tanto, las fuerzas democráticas empiezan su propia organización; a ello contribuye el malestar económico que en 1929 culminará con la crisis mundial anunciada desde Nueva York y los acontecimientos alentadores de la Revolución Soviética. En marzo de 1930 se funda el Partido Comunista de El Salvador.

Con anterioridad a la fundación del Partido Comunista, existía en aquel país centroamericano la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños –FRTS- consistente en una agrupación de tendencia anarcosindicalista que reúne fundamentalmente zapateros, panaderos, carpinteros hasta un número de 1.500 artesanos, cuya mayor fuerza radica en los Departamentos de San Salvador, Santa Ana y La Libertad. Los elementos marxistas de esta Federación, así como otros que pertenecen a distintas profesiones y oficios, plantean la necesidad de multiplicar sus fuerzas fundando sindicatos en otros sectores. Para diciembre de 1920, a la vez que se discute acaloradamente, se empieza la organización sindical en San Salvador, el Puerto de La Libertad, Santa Tecla, Armenia, Santa Ana, Jayaque, Sonsonate, Nahuizalco, Juavúa, Ahuachapán y Chalchuapa. En enero de 1930 se efectúa la división entre el elemento anarcosindicalista y el elemento propiamente marxista. Las diferencias comienzan a notarse: mientras la crisis de 1929 empuja al patrón a introducir maquinaria y a los artesanos a organizar cada día lunes de los meses marzo y abril de 1930 pequeñas manifestaciones gritando “¡muera la máquina!’’, la misma crisis orienta al trabajador consciente hacia la agrupación gigantesca, de tal modo que en este año como ya apuntamos se funda el Partido Comunista de El Salvador; en abril se verifica una manifestación de 50,000 personas pidiendo la promulgación de una Ley Obrera que garantice los contratos de trabajo para el obrero de la ciudad y el pago en efectivo para el peón agrícola.

El año de 1930 es pródigo en acontecimientos estructuradores de la historia del pueblo salvadoreño: es el periodo presidencial del Dr. Pío Romero Bosque del 1 de marzo de 1927 al 28 de febrero de 1931; este Presidente responde a la petición de una Ley Obrera, reaccionando amenazador por haberse tocado la vulnerabilidad del señor feudal salvadoreño; expresa estar de acuerdo con el obrero para que se organice y defienda sus derechos, pero afirma no pensar así respecto al campesino; por ello, exige que los líderes dejen en paz a los hombres del campo. Sin embargo, la rueda de la historia gira, en toda la República se preparan manifestaciones que el 1 de mayo insistirán sobre las demandas ya conocidas, Pío Romero Bosque conoce el dato de 60,000 peones agrícolas y 12 obreros sindicalizados listos para desfilar; en la capital el obrero textil, el ferrocarrilero, el de la producción cervecera y el de la construcción constituyen sólido contingente. Romero Bosque acusa a aquella organización insólita de haber sido formada para derrocar a su gobierno, ordenando que se impidan las manifestaciones en todo el país; efectivamente, la gendarmería de distintas poblaciones disolvió en algunos casos e impidió en otros las respectivas concentraciones.

Romero Bosque desata la represión. Mayo y junio son arduos, el pueblo es presa del pánico; el espionaje y el terrorismo amenazan con hacer estragos en las filas revolucionarias; los líderes del FRTS redoblan sus esfuerzos para sostener la animosidad de la lucha, procuran dominar las situaciones más difíciles: verifican substituciones en los puestos claves, eliminan a los elementos dudosos, organizan una Campaña Pro Liberación de Presos Políticos y, en el transcurso de mayo, inauguran el Socorro Rojo Internacional para ayudar a las familias de los asilados o de los encarcelados, proporcionando a estos desde alimentos hasta defensores jurídicos: este Socorro Rojo Internacional funciona en sus efectos económicos (falso lo del ‘oro soviético” propagado por el oro de Wall Street) gracias a la contribución aportada por los trabajadores de todo el país.

Pío Romero Bosque, ante el rostro severo que presenta el pueblo compacto, disminuye la crueldad de su represión; su actitud estimula a los trabajadores que incansables acometen con mejores bríos la Campaña Pro Liberación de los Presos Políticos haciéndola culminar en octubre y noviembre, cuando dichos presos son puestos en libertad. En este tiempo jubiloso se logra tal triunfo y la FRTS agrupa ya 82 mil afiliados.

Esta es la situación política de El Salvador hasta 1930. En ella el sindicalismo y sus líderes representan un frente disciplinado donde prevalece el interés por el hombre del campo. Líderes como Agustín Farabundo Martí se emplean a fondo en la tarea de orientar al campesino, de sacarlo de las concepciones falsas que conducen a interpretar erróneamente la realidad o a valorar en forma exagerada la fuerza que ha descubierto al agruparse para invocar justicia y reclamar lo que ya considera su derecho. Martí comprende el peligro que esto entraña y lo combate aun cuando tenga que recorrer un millón de veces las chozas y los sembrados. Nunca descansa, siempre vela, siempre cumple sus comisiones. La prisión y el destierro repetidos son las únicas causas que lo alejan del campo y de su obligación.

Se conoce una versión acerca de que Martí vivió en México entre 1921 y 1923 y que obtuvo el grado de sargento combatiendo en los Batallones Rojos; tal afirmación se antoja inadmisible debido a que los Batallones fueron licenciados en 1916 por Venustiano Carranza, después que -como escribe José Mancisidor:

“…formados por los obreros de la Casa del Obrero Mundial y los obreros de las fábricas de la región fabril de Orizaba, cumplieron hasta el sacrificio sus compromisos…los obreros conquistaban en los campos de batalla su derecho a una vida mejor”. 1

El movimiento armado que más se acopla a los años antes citados es el de 4 de diciembre de 1923, cuando Adolfo de la Huerta se traslada a Veracruz y durante el gobierno de Álvaro Obregón sucede “La sublevación militar delahuertista” 2 Esta versión sobre la estada de Martí en México no ha sido comprobada como la otra de 1929, lo cual nos inclina a pensar de tres maneras: o llegó muy joven, entre 1915 y 1916, época de los Batallones Rojos, o meteóricamente se enroló en el movimiento delahuertista donde perecieron hombres de la talla de Manuel M. Diéguez combatiente desde 1906 en Cananea y Salvador Alvarado luchador contra la opresión en Yucatán, o bien no estuvo nunca en México antes de 1929 y la admiración del pueblo salvadoreño le imagina, en su condición de revolucionario, cooperando con los mejores hombres de la Revolución Mexicana.

El Dr. David Luna, quien actualmente investiga datos para escribir una biografía sobre Martí, asegura que el líder a su regreso de México estuvo en Guatemala buena parte de 1923, agregando que acometía oficios do trabajador agrícola, de albañil, de peón, e incluso se fue a vivir con una tribu de indios quichés. De ser esto cierto, Martí tampoco estuvo en el movimiento mexicano delahuertista. Por otra parte, hay el dato relativo a que en 1925 el Presidente Orellana, de Guatemala, lo expulsa de dicho país, siendo posible que haya residido aquí desde su expulsión de El Salvador por Meléndez.

No se debe perder de vista que en 1925 se fundó el Partido Comunista Centroamericano y que no ha de ser un simple capricho de Martí realizar la serie de trabajos y oficios antes mencionados, pudiéndose explicar por ahí la drástica medida de Orellana.

De 1923 es la amistad de Martí con Miguel Ángel Vázquez, patriarca salvadoreño del movimiento comunista centroamericano, escapado del fusilamiento en tiempo de Ubico y con más de treinta años de destierro en México. Es uno de los fundadores del Partido de 1925. Martí y Vázquez vuelven a encontrarse al año siguiente en San Salvador, hospedándose aquél en casa de éste, según era costumbre del líder cuando se trataba de las casas de sus amigos revolucionarios. Agustín Farabundo Martí no ejercía su profesión universitaria por una excesiva honradez que lo hacía considerarla inadecuada respecto a su ideología política; para él era preferible trabajar de peón o de obrero.

Quienes conocieron al líder coinciden en que era un hombre difícil de controlar por la policía puesto que, constantemente, cambiaba de domicilio y no daba explicaciones sobre su alejamiento ni a los mismos amigos que lo habían hospedado; certifican que se desplazaba con agilidad y rapidez: sus caminatas eran exhaustivas jornadas.

A la casa donde Farabundo arribaba su primera acción consistía en buscar una máquina de escribir, ya que ella le era útil de inmediato, tanto para dedicarse a su correspondencia como para escribir sus proclamas de Partido. En varios Departamentos de la República sus proclamas se esperaban con ansia y se recibían con beneplácito; algunos trabajadores, máxime si eran campesinos, se reunían alrededor del compañero que las leía; para ellos las proclamas eran origen de reuniones en las que participaban casi como en un culto religioso.

Para el mes de mayo de 1928 Martí radica al lado del Gral. Augusto César Sandino con quien, aparte de la ideología que los separa diametralmente, simpatizan y se cobran mutuo afecto. Juntos están durante casi un año. Martí se preocupa por las ideas teosóficas y masónicas de Sandino, así como también por su empeño de mantener sólo una lucha liberal nacionalista que rechaza cualquier otra de carácter más amplio y, como es natural, con un programa sociopolítico definido. Martí llega a ser el secretario de mayor confianza de Sandino y el más capacitado en materia política, por eso cuando en Mérida se separan por haber surgido el choque ideológico inevitable, corriéndose a propósito el rumor de que el líder salvadoreño por razones de salud se internará en un sanatorio, Sandino lamenta la pérdida de Martí tanto como “la perdida de una batalla”, según expresión de Gregorio Selser; este autor, por cierto, transcribe en su libro 3 unos párrafos que la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum atribuye a Martí en el suyo titulado: Blanca Luz. Contra la corriente; párrafos que me permito reproducir parcialmente, puesto que en el caso que el salvadoreño hubiese pronunciado tales palabras, ellas vendrían a ser semejantes a las escritas por él en 20 de febrero de 1931, y que en parte me ha hecho conocer el Dr. Luna. Blanca Luz Brum citada por Selser, reproduce estas palabras:

Mi rompimiento con Sandino no provino, como se dijo alguna vez, de divergencias en principios morales o por normas opuestas de conducta. Yo me negué a seguirle nuevamente a Las Segovias porque él no quiso abrazar el programa comunista que yo defendía. Su bandera era sólo bandera de independencia, bandera de emancipación, y no perseguía fines de rebelión social. Declaro terminantemente esto, porque más de alguna vez se atribuyeron al general Sandino ideas comunistas. . . Tengo interés en que se aclaren estos puntos, para establecer la verdal histórica. Y ya para morir, a dos pasos de la ejecución, declaro solemnemente que el general Sandino es el primer gran patriota del mundo.

Sobre estas palabras que pudo haber dicho Martí antes de ser fusilado comentaremos más adelante; por el momento transcribimos las líneas que debemos ala bondad del Dr. Luna, son estas:

“En Nicaragua esta en el poder Moncada, agente del imperialismo yanqui, a quien combatimos desde Las Segovias cuando Sandino estaba apoyado por las organizaciones antiimperialistas revolucionarias, antes de que Sandino traicionara al movimiento antiimperialista mundial para convertirse en un caudillo pequeño-burgués liberal con aspiraciones a gobernar Nicaragua dentro de los moldes burgueses semi-feudales y semi-coloniales. Desembarque en Corinto el primero del actual en forma que no se conociera mi presencia en Nicaragua. Pasé a Chinandega el dos y permanecí allá hasta el 14.”

Junto con las palabras citadas por Blanca Luz Brum comentaremos también estas que fueron escritas por Martí. Con las reservas del caso aprovechamos los dos fragmentos que acabamos de transcribir para reconocer en el líder salvadoreño la convicción sostenida en su causa. Aclarado esto, agregamos que además de los servicios prestados por Martí como secretario de Sandino, sirvió como combatiente activo en las filas del ejército rebelde, así lo afirma Gustavo Alemán Bolaños al transcribir varias cartas del caudillo nicaragüense en las cuales se refiere al salvadoreño como el Coronel Agustín Farabundo Martí; Alemán Bolaños constata que dicho grado militar le fue conferido gracias a su comportamiento de soldado; leamos:

“…Agustín Farabundo Martí tomó parte en varias acciones de armas, como lo testifica ante el autor de estas líneas el general Carlos Quezada, y fue el secretario de confianza del general Sandino. Hombre entendido y hasta ilustrado, ayudó con su competencia al jefe de aquel movimiento extraordinario.4

Separado de Sandino desde agosto de 1929, Martí viaja a México para acompañar a su madre que se encuentra enferma en el Distrito Federal, donde reside los meses de noviembre y diciembre de aquel año y los de enero y febrero de 1930; en este último Martí es huésped por quince días de la Penitenciaría. ¿Causa? Daniel Flores intenta dar muerte en el primer día de su gobierno al Presidente Pascual Ortiz Rubio cuando a las 13.40 del 5 de febrero se dirigía del Palacio Nacional hacia su casa. Martí que no cree en el Presidente como representante de la Revolución Mexicana exterioriza su aprobación al atentado, razón bastante para que la autoridad más cercana después de escucharlo le remita al Palacio Negro de Lecumberri.

De regreso en Centroamérica el líder es informado de la fundación de los partidos comunistas centroamericanos; en Guatemala sabe que el Partido Comunista de El Salvador fue integrado a orillas del Lago de Ilopango en momentos de la más cruda represión. En marzo de 1930 Miguel Ángel Vázquez lo relaciona con el mexicano Jorge Fernández Anaya 5, quien expone que en El Salvador el desastre de la crisis mundial ha repercutido dando mayor combatividad a los trabajadores, y que el exceso de confianza notable en ellos constituye un peligro ante el despotismo del gobierno como instrumento dócil del terrateniente exasperado por la quiebra de valores en la Bolsa de Nueva York.

Días antes del 1 de mayo, Farabundo se dirige a El Salvador siendo encarcelado por motivos baladíes; en octubre y noviembre, cuando todos los presos políticos son puestos en libertad, Pío Romero Bosque hace excepción con Martí; éste recurre a una de sus famosas huelgas de hambre que junto con la protesta ciudadana logra que l6 de diciembre Romero Bosque lo expulse una vez más del país, ahora por mar y a bordo del Vapor Venezuela; así viaja de un lado para otro, vigilado a petición presidencial; sube hasta San Francisco, California, baja al sur rumbo a Nicaragua y a la altura de Corinto escapa el 1 de febrero de 1931; del 2 al 14 de este mes reside en la población de Chinandega y el 20 de febrero está de nuevo en El Salvador.

El dirigente mexicano Jorge Fernández Anaya busca inmediatamente a Martí para comunicarle que las masas populares de distintos puntos de la República, acosadas por el hambre y las injusticias de que las ha hecho víctimas el Gobierno y los terratenientes, plantean la insurrección armada como respuesta digna a tal situación; le manifiesta que considera peligroso aquel planteamiento, ya que carecen de un fogueo largo y verdadero, es decir, de una irrefutable madurez política capaz de sacarlos avante de cualquier gran prueba; que él, Fernández Anaya, y otros dirigentes están de acuerdo en llevar la sindicalización a nuevos sectores, en extender el frente revolucionario a núcleos importantes como los profesionistas, estudiantes y empleados; en fin, que los trabajadores han depuesto temporalmente su actitud hostil confiando en que el Presidente electo por el que han votado les realizará los proyectos contenidos en su programa popular de gobierno.

Cuando el 20 de febrero de 1931 Martí regresa a El Salvador, ya se han efectuado las elecciones para designar nuevo Presidente de la República. En la campaña electoral de 1930 han sido electos para Presidente y Vicepresidente, en forma respectiva, los ciudadanos Ing. Arturo Araujo y Gral. Maximiliano Hernández Martínez; este último asume también el cargo de Ministro de Guerra. Pío Romero Bosque concluirá su mandato el 28 de febrero de 1931 y ya no considera problema suyo el regreso de Martí. Farabundo, en cambio, aprovecha para movilizarse entre los trabajadores que, en los recientes cuatro años, han sufrido las más flagrantes violaciones en sus derechos ciudadanos, son los cuatro años de gobierno de Romero Bosque a quien la burguesía y la clase media le denomina, en un juego preconcebido, “Padre de la Democracia Salvadoreña”. Martí toma conciencia del instante histórico que se vive, de la responsabilidad que pesa sobre su partido corno auténtico partido de masas, de la razón que asiste a éstas desde los días de la Liga Roja y la crisis de 1920-1921 hasta la de 1929 y los asesinatos de Romero Bosque, de los años de esclavitud colonial y los actuales de incipiente proletarización agrícola, del sufrimiento y la opresión ahora recrudecidos, pero que vienen rodando y arrasando como un alud desde los días de la Conquista; la tarea es ardua: un pueblo que ha muerto tantas veces en cuatro siglos, que ha muerto a diario como cada cien años, no puede ser desoído en esta hora que la miseria y la persecución atesoran rebeldía con la esperanza de arribar a la vida, a su liberación. Agustín Farabundo Martí y los demás dirigentes ya no se apartarán un momento de los trabajadores.

Masferrer y lo imposible

Todos 1os argumentos más o menos aceptables con que se defiende la propiedad privada, aparecen como burdas patrañas cuando se trata de justificar el monopolio de la tierra.-A.M.

Y es aquí donde se hace necesario mencionar la presencia del pensador y apóstol Alberto Masferrer, porque es aquí cuando penetra de lleno a la política activa del país, cuando ha vislumbrado la tempestad que puede desatarse sobre el pueblo y se apresta a preservarlo de cualquier peligro. Masferrer es el maestro que desde principio de siglo ha dicho su preocupación por el campesino y el obrero salvadoreños; poeta, sociólogo, novelista, filósofo, humanista, periodista, ha manifestado su palabra en favor de los oprimidos; con titubeos entre el materialista y el metafísico, sus juicios han estado presididos siempre por la honradez; su primer libro le valió un destierro y su exposición constante de inconformidad ante la injusticia social le asegura el odio de los poderosos. Sin embargo, Masferrer y su opinión trascendente en materia política no han ido más allá del planteamiento teórico, desconociendo por ello el secreto de la militancia. Autodidacta, radicado por muchos años en países de América y Europa conoce a su debido tiempo el anarquismo, el socialismo, el comunismo y los debates irreconciliables que entre uno y otros se libran.

La bibliografía de las obras de distinto género escritas por el maestro salvadoreño es bastante amplia, mas para los fines de este trabajo bastaría aludir a su doctrina del Mínimum vital, escrita entre agosto de 1928 y febrero de 1929. Esta doctrina es la coronación de una serie de artículos, poemas y ensayos publicados en casi treinta años de su vida, durante los cuales el terrateniente semifeudal y el burgués le han despreciado o irrespetado, mientras la clase trabajadora le ha escuchado como a uno de sus posibles salvadores. El Mínimum vital esta dirigido a unos y a otros, sea a los que pueden desprenderse de una parte de su riqueza para beneficiar a los más, o sea a estos para que se acostumbren a conocer al menos los derechos y satisfactores que algún día disfrutarán. Largo sería exponer aquí las ventajas –sin que por ello olvidemos sus desventajas- de aquella doctrina. Pedro de Alba afirma:

“El pensamiento del maestro salvadoreño adquiere resonancia internacional; sus doctrinas se identifican con los más proyectos para la creación de un mundo futuro equilibrado y justiciero. Los economistas ingleses que hablaron en los años de gran peligro -1940-1941- de la democracia dinámica y del mínimo de derechos económicos para todo ciudadano, parece que hubieran leído el manifiesto del Mínimum vital, el algunas conclusiones hasta usan las mismas palabras.”

En la campaña electoral de 1930 Masferrer actúa a favor del candidato Arturo Araujo; éste le ha prometido resarcir de su pérdida al campesino despojado, siempre y cuando el maestro le realice su campaña con base en el Mínimum vital. Para Masferrer es suficiente y se apresta a ceder la limpidez de su prestigio, su renombre de intelectual revolucionario y la prédica ético-política que ha sido su vida. Masferrer cree en Araujo, político y terrateniente distanciado de su clase y resentido de ya no poseer fortuna; Masferrer necesita creer, se lo exige su angustia ante el descontento popular del que ya se deduce un firme propósito de enfrentarte a futuras provocaciones; le es forzoso creer, simplemente creer, sin entrar en mayores análisis; por eso acepta sin titubeos la promesa de Araujo de que atenderá las peticiones del pueblo. La idea del resultado sangriento de una rebelión conduce al maestro de su condición pasiva de político quieto a la circunstancia activa de político en movimiento, un movimiento que desconoce por ignorar las reglas del juego en la realidad. Así, a los sesentaidós años de edad, arriesga la experiencia casi cristiana de su amor a los otros y convierte el Mínimum vital en bandera de un candidato presidencial.

Es oportuno aquí, transcribir la síntesis del Mínimum vital elaborada por Alberto Masferrer para quienes no quisieran releer la doctrina; veamos:

“1) Toda criatura, por el simple hecho de nacer y vivir, tiene derecho a que la Colectividad le asegure, mediante una justa y sabia organización de la propiedad, del trabajo, de la producción y del consumo, un MINIMUM DE VIDA INTEGRA, o sea la satisfacción de las necesidades primordiales;

2) La Naturaleza ha previsto lo necesario a la consecución de ese fin, dotando a la Colectividad de Substancias Comunes, que sola la materia prima del trabajo y de la vida, y dotando a cada individuo de instrumentos que le capaciten para transformar esa substancia, y extraer de ellas todo lo necesario para la sustentación individual y colectiva;

3) La tierra, el agua, el aire, la luz, el calor solar, con todas sus modalidades y potencialidades, son esas substancias comunes, herencia y propiedad de todos los seres, y por consiguiente no apropiables a título perenne por ningún individuo, sino por usurpación que nada puede jamás justificar. Así, ningún hombre es dueño legítimo de la tierra: usa de ella en cuanto se lo permiten las leyes y costumbres creadas por la Colectividad, que es la sola y legítima poseedora,

4) Los instrumentos de trabajo de cada hombre, son sus brazos, sus piernas, sus sentidos, sus pensamientos. El motor de ellos, su voluntad de trabajador: y en cuanto realice esa voluntad, mantiene su derecho imprescindible a un Mínimum de Vida integra,

5) El deber primario, anterior a todo, por encima de todo, para el individuo, la familia, la Comuna y el Estado, es organizar la propiedad, el trabajo, la producción y el consumo, lo mismo que las relaciones entre hombre y hombre, de manera que todo converja a la realización perenne y fácil del Mínimum Vital: es decir, a que el trabajador encuentre siempre las condiciones necesarias para alcanzar su Mínimum de Vida Integra.”7

Pero ninguno de los puntos esenciales o no esenciales del Mínimum vital se realiza; Arturo Araujo llega a la Presidencia de la República y no vuelve a acordarse de su promesa hecha a don Alberto, no escucha las peticiones del pueblo, no se preocupa por satisfacerle ninguna de sus necesidades; solicita empréstitos y al recibirlos sólo sabe despilfarrarlos o ponerlos en manos del oligarca succionador.

El maestro sufre la burla, sufre la traición de que ha sido víctima; tarde empieza a fijarse en la ineptitud de Arturo Araujo, en la presión del terrateniente por sus intereses amenazados a causa de la crisis mundial, en la ineficacia de su doctrina para detener la hecatombe presentida.

Masferrer y sus sesentaitrés años van al exilio voluntario. El hombre derrotado comienza a morirse de impotencia y sale rumbo a Guatemala mucho antes de establecerse el Directorio Militar que derroca al inepto Araujo; el maestro llega a Quetzaltenango con el primer golpe recibido, el de la burla de Araujo, y es ya en el destierro que recibe la noticia del Directorio en el poder. Sin embargo, su calvario apenas está iniciándose, luego sabrá que el tres de diciembre la situación en El Salvador ha empeorado, porque el debate ya no sólo gira alrededor de lo económico, sino también de lo político; las clases altas no confían mucho en el Directorio aun cuando estén más tranquilas que con Araujo; el terrateniente ensoberbecido siente crecer su señorío y maltrata al peón rural; posiblemente causas como ésta hacen que trabajadores de las poblaciones de Turín y Atiquizaya decreten una huelga de brazos caídos por recibir pago injusto de jornales, a lo que el terrateniente responde alquilando esquiroles que son de inmediato atacados furiosamente por los huelguistas; la Guardia Nacional cercana y puesta por el gobierno al servicio del señor feudal interviene con violencia, acto por el que surge la protesta solidaria extendiéndose a otras entidades como Tacuba, Apaneca y Ataco en el Departamento de Ahuachapán, y Nahuizalco, Izalco y Salcoatitán en el Departamento de Sonsonate. Masferrer sabrá que el 4 de diciembre el Directorio Militar entrega el Poder al Vicepresidente y Ministro de Guerra Maximiliano Hernández Martínez.

Sobre este ascenso de Martínez hay versiones distintas que vale la pena detenernos a conocer; conformémonos con las tres más importantes: una, que siendo candidato a la Presidencia de la República cuando también lo es Araujo, decide retirar su candidatura reconociendo la popularidad del Mínimum vital y su imposibilidad de triunfar sin fraude, por lo que se adhiere a la papeleta araujista como Vicepresidente a sabiendas de la ineptitud del civil y de su ciento por ciento de probabilidades de sustituirlo en el caso de un Golpe de estado; dos, que Martínez es llamado por Araujo en los momentos de la sublevación militar y que aquel, antes de dirigirse a casa del Presidente, astuto y sagaz como siempre fue, dio órdenes al chofer para que lo condujese primero a la escuela Politécnica y después al Cuartel El Zapote; en la escuela los militares jóvenes lo recibieron irrespetuosamente, dio media vuelta y ordenó marchar hacia el cuartel donde fue recibido con ráfagas de ametralladora; exponiéndose y con audacia hizo que su chofer avanzara hasta que los otros pudieran darse cuenta de que venía solo y no podía causar daño; bajo del automóvil dejando a su ayudante y al chofer, entró y cuando pasada media hora los dos acompañantes fueron llamados, encontraron al Gral. Hernández Martínez posesionado de la voluntad de los rebeldes; y tres, que a Martínez por ser el Ministro de Guerra lo apresaron creyéndolo leal al Presidente, lo cual quedo eliminado cuando el detenido aceptó pagar los meses de sueldo atrasados y poner al día la hacienda Pública. Estas tres explicaciones corresponden respectivamente, a William Krehm8 y versiones populares; al Dr. David Luna, amigo del que fuera ayudante de Martínez; y al periodista Jacinto Castellanos Rivas, impuesto a la sazón, como Secretario Presidencial al hábil Hernández. Martínez.

Para mientras, Alberto Masferrer no ha podido permanecer en Guatemala; las oligarquías centroamericanas señalan en él al agente moscovita, al comunista peligroso, induciendo al tirano Ubico a que lo expulse de Quetzaltenango: el maestro vencido, triste, envejece más aprisa, casi con la misma rapidez que rejuvenecía cuando recorrió las poblaciones salvadoreñas en la campaña electoral de Araujo; arriba a San Pedro Sula en Honduras y deja entrever su dolor por lo que se aproxima para los trabajadores salvadoreños; le duele la burla de que hicieron objeto a éstos cuando confiaron en la doctrina del Mínimum vital buscando mejorar sus vidas.

Origen de la dictadura

MARTÍNEZ se enfrenta al descontento popular y a las exigencias del terrateniente; piensa en lo oportuno que le sería un empréstito por parte de los Estados Unidos, pero repara en que, el gobierno yanqui, no ha reconocido al suyo dado su origen anticonstitucional. Entonces recurre a un ardid para hacer notar su inteligencia de hombre sin escrúpulos, dispuesto en el futuro a consolidar la dictadura de su casta al servicio del oligarca; urde la provocación; alienta en forma indirecta la rebelión de la masa popular desesperada: en los cuarteles los soldados rasos reciben permisos extraños para dirigirse a sus respectivos lugares de origen que, por lo regular, se ubican en zonas rurales donde los esperan los amigos y los familiares para indagar sobre lo que se dice en los cuarteles; los soldados repiten lo que se les ha confiado: que el Gral. Martínez está con los pobres, pero que no puede hacer nada ante la presión de los ricos, que otra cosa sería si pudiese apreciarse públicamente una demostración de las dificultades que pasa el pueblo. Por fortuna, los dirigentes no dormían y, comprendiendo la provocación, la expusieron a las organizaciones sindicales, logrando contener por cierto tiempo los ímpetus de los trabajadores dispuestos ya a la peor de las catástrofes.

En estas circunstancias, la voz que más aconsejaba al campesino y al obrero hambrientos era la voz de su miseria; esta voz fue la que creó en ellos la posibilidad de liberarse mediante el levantamiento armado; esta voz fue la que predominó en los oídos y el entendimiento contra la mesura y la lógica del dirigente que preveía el peligro inminente; a esta voz mala consejera habían temido desde el principio los miembros del Partido Comunista de El Salvador; a esta voz y sus consecuencias era que habían combatido los líderes comunistas durante aquella confusión de corrientes ideológicas anarquistas, minimumvitalistas, trotskistas, apristas, socialistas flotantes en el ambiente; a esta voz fue la que combatió Martí cuando una y otra vez recorrió los jacales y las siembras. En esta ocasión, los esfuerzos multiplicados de los dirigentes lograron burlar la cacería del ‘‘fraternal’’ teósofo y masón.

No obstante, ya los días estaban contados, Más que la palabra consejera del hermano de clase es decisiva la determinación de medir las fuerzas del hambre con las fuerzas del hambreador; el machete, el azadón, la piedra contra la ametralladora bien emplazada; los campesinos y los obreros no ignoran esta desigualdad ni dudan del líder que expone sus contundentes razones; los trabajadores misérrimos, cetrinos, afilados, terrosos fijan en grupos sus cientos de ojos transparentes multiplicados al infinito, proyectados sobre el hombre sabio incansable de manifestarles los peligros que circundan a las mayorías del pueblo; en aquellos instantes agolpados no urgen ya las palabras, porque el silencio espeso que se moldea hace que se comprenda todo: las masas populares pendientes de su idea, no dicen nada, los dirigentes vuelven a empezar su tarea de dirigentes; las dos partes que forman este frente decisivo saben de sobra que a ninguna le corresponderá pronunciar “detenerse!” o “adelante!”; por el momento, y por toda la vida de sus muertes, el militar y el despojador serán quienes digan sus frases de plomo prendiéndose como grises y minúsculos dientes a los borbotones de sangre proletaria. La suerte está echada, y el líder que no pudo convencer a los conglomerados de hermanos tampoco se marcha; va a esperar los días, las horas o los minutos que estén ya contados.

Todavía se intenta la lucha de clases por los cauces que permite la legalidad; el Partido Comunista encabeza la oposición y concurre a las elecciones para designar alcalde de la ciudad de San Salvador; el 5 de enero de 1932 se lleva a cabo la votación y triunfa abrumadoramente la alianza votante opositora al gobierno. El tirano encuentra al fin su oportunidad; Hernández Martínez prepara la provocación y declara que desconoce el triunfo del pueblo.

¡Ahora sí! Es el enemigo quien ha dado la orden. Las masas populares creen conocer un solo camino: la insurrección. Los dirigentes están ahí para orientar en un clima saturado de posibilidades y buenas intenciones; no es, como podría pensarse, un movimiento suicida, sin programas ni trincheras, no, es una revolución en la que los hombres tienen conciencia clasista y van a dar la batalla con su mejor espíritu y la mejor de las dignidades. Se han escogido entre los fusiles del hambre que diariamente causan estragos en los estómagos vacíos y los fusiles que pueden cortar la vida o prolongarla si a tiempo son arrebatados.

Las órdenes del levantamiento en toda la República indican el 22 de enero de 1932, a las 12 de la noche, como el día de prueba. Algunos caen en manos de la gendarmería antes del 22. Martí, junto con Alfonso Luna y Mario Zapata son capturados el 19 de enero; se vislumbra el ocaso de Agustín Farabundo Martí, el más grande líder comunista que ha tenido el pueblo salvadoreño. Luna y Zapata son dos estudiantes de veintidós y veintiún años, respectivamente. En la posteridad el pueblo identifica estos tres nombres como los tres estudiantes, sin interesarle el saber que Farabundo era entonces un hombre maduro, de treintaiocho años, que hacía tiempo se había separado de la Universidad.

Y aquí aparece de nuevo el fantasma de las versiones distintas sobre los instantes próximos al fusilamiento de los tres estudiantes, como gusta al pueblo salvadoreño; recordamos que Gregorio Selser reproduce una página del libro de Blanca Luz Brum, quien asegura haber recogido en ella las últimas palabras de Martí beneficiando a Sandino; pues bien, el periodista Jacinto Castellanos Rivas que ya hemos citado y que dijimos era Secretario de Maximiliano Hernández Martínez ha afirmado que a la hora de la ejecución sólo asistieron dos personas aparte de los hombres que formaban el pelotón; un sacerdote que aún vive en El Salvador y cuyo nombre no hemos podido retener y el mismo periodista Jacinto Castellanos Rivas; es a éste que le piden la última gracia los condenados a muerte: Martí solicitó unos cigarros-puros baratos; Zapata el cuidado de su esposa a la que dejaba encinta; y Luna una botella de licor. Las declaraciones de Castellanos Rivas favorecen al Dr. David Luna; además, la construcción de las frases y lo determinante de los conceptos revolucionarios no dejan lugar a dudas de que quien escribe es el dirigente Agustín Farabundo Martí; mientras que la transcripción de la señora Brum no es tan contundente y podría firmarla cualquiera que no fuese tan radical en su militancia revolucionaria. Por otra parte, debemos recordar que aquellos no eran días de fiesta como para salir a la calle en la madrugada cuando estaban vigentes la Ley Marcial y el Estado de sitio, que los señoritos hacendados cargaban sus escopetas y salían a ‘cazar comunistas”, que la situación no halagaba la curiosidad de ninguna persona como para que ésta saliese aún a oscuras, arriesgando su vida, sólo por ver el fusilamiento en la madrugada. ¿Ante quién entonces pudo haber hablado Martí si es cierto que él y sus compañeros fueron ejecutados al amanecer?

Según datos, el movimiento revolucionario fue destrozado en ocho días aun cuando Hernández Martínez continuó asesinando trabajadores durante más de un año. Hay testimonios de la forma viril en que caían aquellos hombres; los líderes, así como los hombres comunes de la masa proletaria eran gentes que se morían con la sonrisa fresca, alentada por una firme convicción; no se recuerdan versiones sobre hombres que fuesen cobardes o que se pusieran a explicar falsos arrepentimientos; pocas veces en la historia de los humanidad los sacrificados como estos de El Salvador han cifrado su firmeza en algo más concreto que los conceptos religiosos o la jugarreta metafísica. El futuro grandioso de los pueblos exigirá que el sociólogo, el psicólogo, el historiador, el político, etc., deliberen apasionadamente sobre esta clase de movimientos que se repiten en el mundo cada vez que la injusticia agudizada cuja la historia de mártires y héroes.

Es fascinante, por ejemplo, la conducta del indio Feliciano Ama, quien al darse cuenta que todo ha fracasado pide a sus hombres que se alejen, que lo dejen solo para responder por todos como jefe, como cacique, para enfrentarse a los gendarmes que viene a buscarlos; se declara culpable e impasible, se deja colgar de un árbol situado en el parque de la población de Izalco. ¿Ama era comunista? ¿Por qué fue a la revolución

si era uno de los caciques indígenas más respetados de aquel lugar? Sencillamente, porque era un campesino de los que continuamente despojaba el señor semifeudal. Feliciano Ama controló cuatro días la zona de Izalco.

Entre los trabajadores de la ciudad son muchos los casos que emulan la pasividad y la responsabilidad de Ama ante la muerte; se podrían citar miles de casos de trabajadores que no reciben ninguna sorpresa cuando los mílites les comunican su próxima ejecución; el obrero industrial Rafael Bondanza, uno de los fundadores de la Federación Regional de Trabajadores, primero, y después del Partido Comunista, es otro ejemplo; lo tornaron preso en Ilopango y lo fusilaron el 27 de enero en Soyapango; en el momento de recibir la descarga no sólo mostró valor, sino que pudo gritar: “¡Viva la Internacional Comunista!”

De los tres estudiantes se sabe que el 31 de enero, cuando se les llevó ante el Consejo de Guerra, el líder Martí defendió a sus dos compañeros alegando en descargo de ellos que eran jóvenes inexpertos, que nada sabían del levantamiento, que si había culpables él, Farabundo, era el más comprometido y que responsable de ello aceptaba gustoso su pena, esperando que por la misma razón pusiesen en libertad a los jóvenes. Por supuesto, Martí no fue atendido en la defensa de sus compañeros, pero en cambio éstos le reclamaron el menosprecio de que se habían sentido objeto, pues declararon estar tranquilos por haber cumplido con su deber y condenaron la defensa que los empequeñecía bajo el pretexto de intentar rescatarles la vida.

El 1 de febrero de 1932, entonces día de la madre los tres hombres fueron conducidos al costado norte del cementerio de San salvador, el pelotón los paró juntos a los tres; Agustín Farabundo Martí fue colocado entre Luna y Zapata. Al instante d e la última orden, Farabundo gritó: ¡Viva el socorro Rojo Internacional!” y uno de los compañeros alcanzó a responder con las tres primeras letras del “¡Viva!” que se le ahogo entre la emoción y la muerte.

Ese mismo año, el 4 de septiembre, o catorce días de volver después del destierro ya paralítico y mudo, murió –otra forma de fusilamiento- víctima de la traición y la infamia el intelectual y apóstol de El Salvador,: Alberto Masferrer.

Recordemos en estos seis nombres simbólicamente mencionados uno de los movimientos más trascendentes en la lucha revolucionaria latinoamericana; recordémosles: Martí, Masferrer, Ama, Luna, Bondanza y Zapata.

Tres décadas de lucha

Hemos visto cómo y a qué precio nació la dictadura militar de El Salvador; durante treinta años ha sido la garantía de que no sufra alteración el estado de cosas que la originó y que comprende el siguiente panorama: explotación de las mayorías, cárcel, tormento, destierro y muerte para el inconforme, por un lado, y oligarquía, clero y penetración imperialista norteamericana, por el otro.

En un número anterior de Cuadernos Americanos 9 abordamos el lapso que va del “teósofo ametrallador”, Maximiliano Hernández Martínez, al “verdugo de la Universidad”, José María Lemus; en ese trabajo, que cubre hasta septiembre de 1960, señalamos los atropellos y desmanes cometidos por la tiranía de este último contra el pueblo; verdaderos actos vandálicos y violaciones de toda índole que en el mes siguiente pusieron a Lemus en el avión que lo condujo al exilio sin que los intereses imperialistas (mismos de la oligarquía salvadoreña) movieran un solo dedo para evitarlo, ya que el descrédito internacional del gobierno lemusista lo anulaba como instrumento útil en la política latinoamericana del Departamento de Estado. En efecto, desde octubre del año próximo pasado hasta el 25 de enero del presente, gobernó el país una Junta de Gobierno Cívico Militar que, de inmediato, puso en libertad a los numerosos reos políticos, permitió el regreso de los exiliados y anunció castigos para los funcionarios y esbirros que habían masacrado y ofendido al pueblo.

La Junta de Gobierno, que no gozó en un principio de simpatías por no surgir directamente de la acción popular, sino por el contrario a espaldas del pueblo salvadoreño, fue ganando el apoyo unánime de la ciudadanía al ir poniendo en práctica una serie de medidas progresistas. La Junta hizo saber que su gestión se limitaría a restablecer la normalidad y a garantizar la ausencia del fraude durante la elección del próximo Presidente de la República, ya que la resolución de los problemas socioeconómicos requería un largo plazo, propio del Gobierno que nacería del sufragio del pueblo.

Las fuerzas democráticas del país iniciaron una intensa labor de organización a la luz de las libertades otorgadas por el nuevo Gobierno. Los partidos políticos de tendencia democrática, la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños –CGTS-, las organizaciones juveniles y estudiantiles formaron el Frente Nacional de Orientación Cívica designado para llevar hasta el último rincón de la República la consigna fundamental: organización para la democracia.

Esto fue causa de alarma para la oligarquía, el imperialismo y sus instrumentos de siempre (el ejército, el clero, la prensa seria, etc.) que de inmediato levantaron la bandera del anticomunismo, denunciando a la Junta de Gobierno como un dócil instrumento de fuerzas internacionales que, mediante sus nacionales subsidiarias, pretendían colocar al país en la órbita de la Unión Soviética y Cuba. Así se fraguó la caída de este Gobierno que sólo había restablecido la libertad política en El Salvador. El pueblo que en tres ocasiones anteriores logró detener inminentes golpes militares, saliendo masivamente a la calle para expresar su apoyo a la Junta, fue sorprendido por el “cuartelazo” del 25 de enero de 1961, cuando el Ejército, como institución autónoma decidió por si y ante sí derrocar a la Junta y tomar el poder, nombrando un Directorio Cívico Militar para que se hiciera cargo del Gobierno.

No obstante que el golpe militar fue dado en la madrugada, cinco o seis horas más tarde, al circular la noticia, el pueblo se lanzó por cuarta vez a la calle dirigiéndose ahora hacia los cuarteles que suponía leales a la Junta, a fin de solicitar armas para recobrar el Gobierno derrocado. La Guardia Nacional, como hace treinta años, hizo uso de sus fusiles y ametralladoras y al disolver la manifestación dejó a más de ochenta ciudadanos sin vida (cabe el paréntesis para recordar al heroico salvadoreño anónimo que escribió sobre una pared y con su sangre: ¡VIVA LA LIBERTAD!). En la primera semana de Gobierno del Directorio el número de ciudadanos asesinados por las fuerzas represivas pasaron del centenar.

Como ha sido la tradición desde Hernández Martínez hasta Lemus, el Directorio para consolidarse desató el terror fascista: desterró a centenares de personas hacia Honduras, Guatemala, México, Nicaragua y Costa Rica; encarceló a los más honestos dirigentes obreros, estudiantiles, políticos, etc.; suprimió la libertad de expresión, de reunión y de asociación; y vulnera sistemáticamente los derechos de inviolabilidad de la correspondencia y el domicilio, los derechos procesales de defensa y los de habeas corpus y amparo en casos políticos. La Constitución fue suprimida de hecho y el imperio de la Ley sustituido por la fuerza de las armas. Sin embargo, el Directorio no se ha conformado con seguir la línea de sus antecesores militares y ha hecho su aportación en el terreno de las burlas al pueblo; característica suya es que, a la par de la inconcebible represión, ha manifestado una demagogia social agudizada; desde el primer momento se le oyeron afirmaciones que se antojan peligrosas, como esa que asegura que en El Salvador “ha terminado la explotación del hombre por el hombre” y a la que los universitarios respondieron, atinadamente, que “la miseria y la explotación no se eliminan por decreto”. El Directorio ha anunciado una serie de medidas sólo aparentemente enfiladas contra la oligarquía (de las famosas catorce familias) y a favor de mejores condiciones de vida para las clases desposeídas del campo y la ciudad. Debemos tener presente, en este punto, al Presidente Kennedy quien señaló que “Gobiernos del tipo del Directorio Cívico Militar de El Salvador” son “los más eficaces para contener la penetración Castro-comunista en América Latina”, considerando por lo tanto, ideal dicho gobierno como centro de experimentación del Plan Alianza para e Progreso.

Sin lesionar, pues, la estructura semifeudal de la economía salvadoreña, y con la dirección trazada por la Embajada norteamericana, el Directorio Cívico Militar ha anunciado las siguientes medidas de beneficio popular:

1) Promulgación y aplicación del Estatuto Protector del Campesino que contiene, entre otras disposiciones de menor importancia, la del pago obligatorio del día de descanso semanal al trabajador en el campo.

2) Nacionalización del Banco Central de Reserva (único emisor de moneda).

3) Rebaja en el precio de los alquileres de los mesones (viviendas o conventillos).

4) Promulgación de la Ley del Control de cambios y exportación de divisas.

5) Reforma Agraria.

La promulgación del Estatuto Protector del Campesino, hasta ahora, sólo arroja como resultado un grave aumento en el desempleo nacional, pues los patronos despiden a los campesinos antes de aumentarles sueldos o pagarles el descanso señalado por la ley, sin que haya organismos a los que el trabajador afectado recurra en demanda de protección. Una publicación internacional informa objetivamente:

“En cuanto a las condiciones de trabajo, es altamente ilustrativo el hecho de que haya levantado una ola de protestas entre ganaderos y caficultores, el que por Decreto del 1 de marzo de 1961 se haya establecido el descanso dominical remunerado. La CGTS (Confederación General de Trabajadores Salvadoreños) ha denunciado el hecho de que este decreto ha producido una ola de despidos, lo que aumenta el desempleo.”10

La ‘nacionalización” del Banco Central no ha sido otra cosa que una reestructuración de la Junta Directiva, en el seno de la cual se aumentó un miembro (antes era sólo de dos) a la representación estatal, continuando el único emisor de moneda fundamentalmente en manos de la oligarquía salvadoreña.

La rebaja en el precio de los alquileres de los mesones es insignificante en una presunta acción para bajar el costo de la vida, ya que por ser relativamente poca la población de los mesones, las rebajas son inoperantes en la mayoría de los casos.

La ley del control de cambios era una medida impostergable, necesaria desde hacia años, para hacer frente a la crisis financiera salvadoreña que se había venido ocultando tras la artificial cortina de oro del alza en los precios del café; no se trata, pues, de una medida contra la oligarquía, sino de una medida de emergencia a favor del status semifeudal y semicolonial salvadoreño.

La reforma Agraria esgrimida por el Directorio es una reforma Agraria made in USA, que a juzgar por lo que de ella e difunde no pasa de ser un plan de conservación de terrenos, reforestación, etc., sin tocar en un ápice el poder de los grandes terratenientes; lo que, por supuesto, nos hace pensar en la brillante disertación del Comandante Ernesto Guevara –Conferencia del CIES (Punta del Este) Uruguay- que entre otros puntos, expone:

“Nosotros decimos: ¿Quieren hacer Reforma Agraria? Tomen la tierra al que tiene mucha y dénsela al que no tiene. Así se hace Reforma Agraria; lo demás es canto de sirena. La forma de hacerla: si se entrega un pedazo en parcelas, de acuerdo con todas las reglas de la propiedad privada; si se hace en propiedad colectiva; si se hace una mezcla como tenemos nosotros, eso depende de las peculiaridades de cada pueblo; pero la Reforma Agraria se hace liquidando los latifundios…” 11

Mientras esos cantos de sirenas son lanzados al aire por el Directorio, la miseria, la enfermedad, la opresión política, están colocando al pueblo salvadoreño al borde de la desesperación. Esta situación se agravó desde que el Directorio abatió todas las esperanzas de una solución pacífica del problema político, al anunciar la fundación de un “partido oficial” que representara al Gobierno en las futuras elecciones y que es una forma de ir anunciando la imposición de un nuevo régimen, con visos de legalidad, que perpetúe aún más la dominación militar en beneficio de la oligarquía y el imperialismo.

La situación planteada en El Salvador es muy parecida a la que se dio en 1932 y que se solucionó con el asesinato de 30 mil ciudadanos. Un Directorio Cívico Militar encauzó entonces las contradicciones con rumbo a la catástrofe. ¿Se repetirá la historia sangrienta? Lo único que sabemos es que el pueblo salvadoreño organiza sus fuerzas en la clandestinidad, que acumula elementos de triunfo y que está vigilante, dispuesto ya de una vez por todas a lograr un cambio real de la terrible situación que padece desde hace treinta años, empeñado en tomar para sí la dirección de sus propios destinos, incluso contra quienes, aprovechando la crisis política planteada en la actualidad, quieran simplemente derrocar al tiránico Directorio Cívico Militar para proseguir, por otros medios más sutiles, la secular explotación del pueblo salvadoreño.

1. José MANCISIDOR, Historia de la Revolución Mexicana. Libro Mex. Editores. 67 pp. México. D. F. Segunda Edición.

2. ROSENDO SALAZAR. Del militarismo al civilismo en nuestra revolución. Libro Mex. Editores. 411 pp. México, D. F., 1958.

3. GREGORIO SELSER, Sandino. general de hombres libres. Edit. Triángulo, 400 pp. Buenos Aires, Argentina, 1959. Tomo II.

4. GUSTAVO ALEMÁN BOLAÑOS, ‘Sandino! Estudio completo del héroe de Las Segovias. Ediciones simultáneas en México y Buenos Aires, 80 pp., 1932.

5. El profesor mexicano Jorge Fernández Anaya es una de las personas que nos ha hecho conocer datos valiosos sobre los acontecimientos de 1932; y en especial sobre Agustín Farabundo Martí. Fernández Anaya era, desde fines de 1927, el Secretario General de la Juventud Comunista en México, donde funcionaba el Buró del Caribe de la Internacional Juvenil Comunista, siendo designado poco tiempo después para viajar a Centroamérica y ampliar las relaciones entabladas entre jóvenes mexicanos y centroamericanos, todos los cuales habían iniciado con anterioridad un intercambio de cartas a raíz de la remisión del Periódico Estrella Roja. Cumpliendo su misión, al final de 1929, Fernández Anaya, está en Guatemala, luego pasará a El Salvador de donde sólo saldrá definitivamente desahuciado por la fiebre malaria en 1931.

6. Pedro DE ALBA, “La educación vitalista de Alberto Masferrer”, Cuadernos Americanos, pp. 233-260. Núm. 2. México, D. F., 1945.

7. ALBERTO MASFERRER, Páginas escogidas, Editorial de Bellas

Artes. pp. San Salvador. El Salvador, C. A.

8. WILLIAM KREHM. Democracia y tiranías en el Caribe, Edit. Parnaso, 342 pp. Buenos Aires, Argentina, 1957,

9. “El Salvador en 1960”, Cuadernos Americanos. Núm. 6, México, D.F.). 1960

10. “El Salvador. Densidad y Café’’, Panorama Económico Latinoamericano Vol. 3 No. 31, La Habana, Cuba, 1961

11. Política, “Quince días de América y del mundo”, Vol. II Núm. 33, México D.F, 1961

Estuve en el parque Libertad el 28 de febrero de 1977…Entrevista con Américo Araujo (IX)

SAN SALVADOR, 4 de marzo de 2010 (SIEP) “Lucio llevaba ya varios días de estar de responsable del Partido en la Plaza Libertad. Esa noche se fue para su casa y me quede a cargo. La toma de la plaza la iniciamos el lunes 21 de febrero…y el 22 se les ocurrió ir ampliando el terreno…” nos comenta Américo Araujo, experimentado militante revolucionario y designado como Embajador de El Salvador en la Republica Dominicana.

“Y se adelantaron media cuadra, después la cuadra completa, después se pasaron a la esquina de la próxima cuadra, y así iban, ya para el 26 la primera avanzada hacia el norte alcanzaba hasta el parque San José; hacia el poniente hasta el Palacio Nacional; hacia el oriente hasta la 10ma. Avenida norte, a una cuadra del cuartel de la Policía Nacional; al sur hasta el inicio de la Cuesta del Palo Verde, no se bajaba.

”A este espacio se le llamaba “tierra liberada” y la gente lo cuidaba, marchaba, hacia rondas, armados con palos de madera y piedras, marchaban gallardos y erguidos con gran disciplina y muy orgullosos de estar desafiando al fraude del régimen militar. Se realizaron también algunas acciones de quema de unidades del transporte.”

“Al comenzar la madrugada del 28 la ofensiva de tropas del ejercito sobre la plaza, la gente empezó a subirse sobre la verja de la Iglesia del Rosario. Entregaron la llave y pudo abrirse. Era un tumulto de gente entrando a la iglesia. Mientras tanto, la policía había llegado y rápidamente empezó a desalojar, se armó un gran desparpajo, en quince minutos habían resuelto la situación. Claro, no teníamos armas… me acuerdo que hubo una conducta de duda si entrabamos a la Iglesia o nos íbamos, la final se decidió por ingresar al templo.”

“La ofensiva del enemigo avanzó desde el poniente y colocando contenciones en el oriente y el norte. Vino de poniente a oriente. Los que huyeron hacia el oriente fueron golpeados fuertemente y otros capturados…”

“Horas antes, en la medianoche habíamos visto siluetas moverse en las diversas terrazas de los edificios que nos rodeaban. Cuando llegaron empezaron a tirar gases lacrimógenos. Y la gente se desespero. Vi algunos que sacaban el pañuelo, lo orinaban y luego se lo ponían en el rostro para mitigar los efectos de los gases. Felizmente, no se atrevían a incursionar dentro de la Iglesia.”

A la 1 a.m. llegó el Obispo auxiliar, Monseñor Arturo Rivera y Damas. Nos acercamos a comentarlo lo sucedido. El les pidió a los oficiales al mando del operativo y a los soldados que respetaran a la Iglesia y a la gente. A las 4 de la mañana llegó la Cruz Roja, dirigidos por Baltasar Llort. Organizó la evacuación por medio de ambulancias. Salí en una ambulancia, observe que se encontraban limpiando la sangre de las aceras de la plaza…

En el 88…

“Adelantándonos unos años, en el 88 me llaman para ir a Managua, y al llegar veo a toda la Comandancia General reunida, me sorprende porque por lo general solo estaba Schafik, me explica que cada quien fue llamando y llevando a otro…Me dice que estaban preparando un esfuerzo final, grande, definitivo, se refería a la Ofensiva. Y ya no regreso…”

“En 1990 luego del gane en Nicaragua de Violeta de Chamorro, se da una Comisión Política ampliada en la que Schafik plantea que se va para México porque no iba a dejar que lo maltrataran…La Comandancia General decide quedarse en Managua y Schafik plantea que por amistad preferiría que Ramiro se quedara en Managua, se da un jaloneo, y creo que Logan dice: pero esto es lo que este quiere, la decisión la vamos a tomar todos. Y vuelvo a quedar. Me quedo de alterno ante la Comandancia General Y Schafik se fue para México ese año o en el 91.”

“Para esos días hubo una gran crisis en la unidad, por poco se rompe el FMLN, Joaquín se enoja y nos cuestiona a todos. Schafik tuvo que llegar a Managua, solo llegaba cuando había crisis, para desenredar, desentrampar la situación como solo él sabia hacerlo, bueno estuve en Managua hasta que concluyó la guerra…

PCS: 35 AÑOS DE LUCHA HEROICA

(El 35 aniversario del Partido Comunista de El Salvador) Por Alberto Gualán*

Los 35 años de existencia del Partido Comunista de El Salvador han sido años de lucha heroica tenaz contra el imperialismo extranjero y la reacción interna; de grandes éxitos y de serias derrotas; de difícil pero inquebrantable formación de un autentico partido proletario, de un partido revolucionario capaz de ser el dirigente reconocido y prestigioso de las masas populares de nuestro país.

I. El Partido Comunista de El Salvador nació en los agitados años de la crisis de 1929-1933 que provocó un auge del movimiento revolucionario en muchos países de América latina. A poco de su fundación (marzo de 1930) el PCS dirigido por Farabundo Martí, compañero de lucha de Sandino, se convierte en uno de los partidos políticos más influyentes de la nación. A comienzos de 1932 encabezó a insurrección de los trabajadores salvadoreños contra la dictadura reaccionaria del general Martínez. Esta fue la acción revolucionaria más importante de la década del treinta en Centroamérica.

A pesar de la gran amplitud del movimiento y de los éxitos iniciales de los sublevados, la contrarrevolución contó con fuerzas superiores. Valiéndose de los errores militares y políticos cometidos por la joven dirección del Partido, el ejército reaccionario aplastó la rebelión. Después vino una bárbara matanza. Fueron brutalmente asesinados más de 20,000 obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales. Pereció casi toda la dirección del PCS. Esta represión, sin precedentes por su ferocidad, asestó un fuerte golpe al movimiento revolucionario en toda América Central. En El Salvador la masacre hizo posible el afianzamiento del régimen de tiranía militar, que, con ciertas intermitencias, dura ya un tercio de siglo. Varias veces han cambiado las figuras que lo encabezan, pero su esencia reaccionaria sigue invariable. Sus métodos se suavizan durante algunos periodos, pero se hacen duros y feroces cada vez que la ola revolucionaria crece.

Sin embargo, las represiones no han podido hacer desaparecer al Partido Comunista de El Salvador. En marzo de 1965 se han cumplido de su ininterrumpida existencia llena de dificultades. Durante todos estos años el PCS ha participado activamente en las luchas de nuestro pueblo, aunque no siempre en condiciones de dirigirlas. La extrema pequeñez a que se vio sometido por la matanza, el constante acoso por parte del enemigo, la insuficiente experiencia revolucionaria y la enorme deficiencia teórica condujeron al Partido por un periodo de fraccionamiento. Surgieron el “·obrerismo” y el “intelectualismo” como corrientes ideológicas que minaban su unidad y nutrían al fraccionalismo. Aparecieron también en su seno concepciones erróneas acerca de los vínculos con las masas y del papel de esos vínculos para su propio desarrollo. Se consideraba que divulgar la existencia del Partido e impulsar, sobre esta base, la lucha de los trabajadores, equivalía a “provocar” al enemigo, “capaz de aplastar al PCS en cualquier momento.” Tales concepciones constituían el núcleo de la línea táctica que predominó de hecho durante la mayor parte de su vida. Esa línea tenía su expresión concreta en el silencio absoluto de la propaganda del Partido, en la no circulación fuera de las filas partidarias del periódico del CC (cuando este se imprimía, que no era siempre). Y lo que es peor esta línea influyó de manera perniciosa a la hora de elaborar las fórmulas necesarias para abordar las diversas tareas del partido entre las masas. He aquí dos ejemplos:

1) “Lo primero es fortalecer al Partido. Una vez que este sea fuerte, se podrá divulgar su propaganda e impulsar la lucha de masas.” Esta formulación, que resumía todas las tesis tácticas enunciadas en el periodo siguiente al aplastamiento de la insurrección de 1932, reaparecía cada vez que pasaba una nueva represión.

2) “Primero organización y después huelgas.” Esta fórmula, elaborada para normar la actuación del Partido en el movimiento sindical entre 1947 y 1951, a continuación del gran auge huelguístico de 1945, bárbaramente reprimidos por el Gobierno del general Salvador Castaneda Castro, sirvió de hecho para frenar los marcados impulsos a las huelgas que mostraban las masas.

Así, el nexo dialéctico entre la lucha de masas y el desarrollo del Partido estaba roto. De aquí que los vicios frecuentes en el desarrollo inicial de todo partido comunista se prolongaran durante decenios en el PCS; el trabajo “artesanal” en organización y conspiración, el sectarismo, los bandazos de izquierda a derecha y viceversa; el estancamiento casi absoluto en crecimiento numérico, la formación espontanea de los cuadros, el pobre conocimiento del marxismo-leninismo, la falta de un centro dirigente proletarizado y experimentado, etc.

Exceptuando algunas ocasiones y breves periodos, durante los cuales la prensa y los pronunciamientos partidarios llegaron al pueblo, la participación del Partido en la lucha de masas se realizaba solamente a través de las actuaciones de algunos de sus miembros. La línea y las direcciones de Partido en cada caso eran desconocidas.

Algunos comunistas conquistaron así fama personal, autoridad y prestigio. Como el Partido era débil y la extracción social de su membrecía era predominantemente pequeñoburguesa, la formación comunista de sus miembros vagaba por los caminos de la espontaneidad. Este “personalismo” condujo a menudo a consecuencias dolorosas. Destacados militantes se descompusieron bajo la influencia enemiga y terminaron pasándose a su lado, o sumiéndose en la placida inactividad. En tales condiciones se retrasó durante más de 20 años la formación de un núcleo dirigente proletarizado. El proceso normal d acumulación y sintetización de la experiencia revolucionaria se vio obstruido por las mismas causas.

II. El estancamiento en el desarrollo del partido y su aislamiento de las masas se veían quebrantados durante los periodos de auge en la lucha de clases. En esos tiempos un mayor numero de miembros y organismos se ligaban a las masas y recibían su bienhechora influencia. Asimismo, algunos combatientes proletarios y populares en general, destacados y seleccionados por la lucha llegaban a las filas comunistas. Tales influencias de la lucha de clases sobre el Partido iban abriendo gradualmente el camino a vínculos más variados y estables con las masas y preparando las condiciones para que, por fin, se rompiera el viejo estilo tímido de trabajo, el fraccionalismo, el encerramiento y otras debilidades. Por ello, la inactividad del Partido en estos periodos debe ser analizada más detalladamente.

El 2 de abril de 1944 estalló una insurrección militar y popular contra el Gobierno del general Martínez que ya llevaba 13 años ejerciendo su sangrienta tiranía. Los errores políticos y militares de los cabecillas burgueses permitieron que el tirano se impusiera después de algunos días de combate. A continuación de la derrota vino el terror de los fusilamientos y la cacería en las calles. Pero la respuesta de las masas al terror fue el redoblamiento de su combatividad y, así, de la derrota de la insurrección se pudo pasar a la huelga general política que el 9 de mayo precipitó la huida de Martínez.

La influencia de las luchas del 44 en el PCS consistió principalmente en que sellaron su unidad interna, acabando así por completo con el espíritu fraccional que dominaba hasta entonces, pese a que ya se había alcanzado la unificación formal de las fracciones a comienzos de 1940, con la formación de un solo Comité Central.

Ejerció también gran influencia en el desarrollo del Partido el intenso movimiento huelguístico de 1946, que sentó las premisas para el trabajo de reorganización del movimiento sindical emprendido en los años siguientes. Este trabajo tuvo que realizarse clandestinamente hasta diciembre de 1948. Al cambiar las condiciones políticas por un nuevo golpe militar a mitad de este mes, el partido orientó a los organismos sindicales clandestinos a salir a la luz pública para plantear de manera abierta la lucha por la legalidad de los sindicatos y por otras conquistas en el terreno del derecho laboral. El resultado fue que en poco tiempo el PCS pudo ocupar posiciones dirigentes en el creciente movimiento sindical.

Las nuevas condiciones d e la lucha hicieron cambiar poco a poco los métodos del trabajo del Partido. La activación de la labor sindical planteó la necesidad imperiosa de transformar la estructura de las células. A las filas del PCS llegaron muchos nuevos miembros (aunque pocos en comparación con las magnificas posibilidades), reclutados entre los más destacados huelguistas y organizadores. Así, pues, en el periodo de luchas y organización de la clase obrera (1946-1952) se reforzaron los vínculos orgánicos del Partido con las masas. Estos progresos crearon las condiciones para que comenzara a romperse el silencio de tantos años en la propaganda del Partido. En 1951 se inicia la publicación regular del periódico La Verdad, así como la distribución frecuente de pronunciamientos del CC del PCS sobre los más importantes hechos de la vida nacional e internacional.

Pero la nueva ola de represión brutal que en septiembre de 1952 se lanza contra el PCS, dio comienzo a un nuevo periodo de debilidad del Partido y de retorno a los viejos esquemas tácticos. Cesó de publicarse el periódico y dejaron de aparecer los pronunciamientos.

La fuerza de las concepciones tácticas del encerramiento consistía en que la práctica las confirmaba aparentemente, siempre partiendo de un análisis superficial. Durante mucho tiempo se sostuvo en el Partido la opinión de que su debilidad era la consecuencia irremediable y objetiva de las reiteradas represiones sufridas desde el año 1932. La nueva ola de terror del año 1952 constituyó un argumento “práctico” más a favor de los planteamientos sectarios. Pero años más tarde la vida puso de manifiesto la inconsistencia de esas tesis aislacionistas. Durante los años 1960-1963, el PCS soporto una represión muchas veces más prolongada, más extensa y más dura que la de 1952 y, sin embargo, no solo no fue debilitado, sino que pudo crecer como nunca antes y multiplicar sus vínculos y su influencia entre las masas. Esto fue así porque el auge revolucionario prolongado (1958-1962) y las nuevas características de la situación internacional permitieron romper con las antiguas concepciones tácticas heredadas de la gran masacre y alimentadas por las reiteradas represiones. Lo que en 1952 permitió al enemigo debilitar tanto al Partido e imponerle tan grandes retrocesos fue precisamente el hecho que esas concepciones tácticas no hubieran sido superadas totalmente, aun cuando se habían dado ya importantes pasos prácticos encaminados hacia la elaboración de una nueva política. En particular fue extraordinariamente funesto a la hora de la represión el no haber contado con un número mayor de miembros del Partido y un número mayor de cuadros. La influencia que habían ganado los comunistas con su abnegado trabajo e reorganización del movimiento sindical no se había traducido en un considerable crecimiento de las filas del Partido. De modo que bastó que la policía hiciera presos a unas cuantas decenas de camaradas para que el Partido quedara aislado de las masas y sus organismos sumamente debilitados.

III Desde 1958 comenzó a perfilarse un nuevo y prolongado flujo revolucionario en El Salvador, llamado a ejercer una profunda influencia en el desarrollo del Partido Comunista. Este flujo venia determinado objetivamente por el inicio de una crisis económica, a partir de la caída de los precios internacionales del café (que para El Salvador representaba el 85% de sus exportaciones). La crisis se prolongó hasta fines de 1962 y tuvo su punto más profundo durante la segunda mitad de 1960 y todo 1961.

Los principales factores que ayudaron al desarrollo de ese flujo revolucionario provenían de la arena de la lucha de clases al interior del país y en escala mundial.

En lo nacional se destacaron los siguientes factores, y en gran medida también efectos, del auge:

1. Los progresos alcanzados en la organización y unidad del movimiento sindical, que permitieron crear una Central Única en 1957 (esta Central fue dividida más tarde por los agentes del imperialismo).

2. El incremento de la lucha reivindicativa de la clase obrera a fines de 1958 y todo el 59, que se fue convirtiendo en lucha contra el Gobierno, en lucha política.

3. Los progresos hacia la izquierda en el movimiento estudiantil universitario que se dejaban sentir por medio de su agitación de calle.

4. La creación de nuevas organizaciones democráticas: una de mujeres en 1956 y otra de la juventud en 1958. Estas organizaciones contribuyeron en medida importante a despertar y a educar políticamente a numerosos activistas y cuadros que más tarde jugaron y continúan jugando un papel de primer orden en la lucha popular.

5. La organización de un partido progresista de masas durante lo años de 1959-1960 que educó políticamente a masas amplísimas en todo el país.

6. La frecuenta realización de concentraciones y manifestaciones populares promovidas por las diversas organizaciones democráticas en solidaridad con las luchas de muchos pueblos latinoamericanos y del resto del mundo.

Desde la palestra internacional nos llegó la inapreciable influencia de los éxitos de los países socialistas, de la victoriosa lucha de liberación nacional en África y Asia, del despertar de los pueblos de América Latina a la lucha masiva contra el imperialismo yanqui. Profunda repercusión y fuerza orientadora tuvo en nuestro país el triunfo de la revolución Cubana y su impresionante progreso hacia las posiciones antiimperialistas radicales y, posteriormente, hacia las posiciones del socialismo.

En lo que se refiere a la organización y dirección de la lucha de los trabajadores, el papel principal correspondió, sin duda, a nuestro Partido. Pero al principio su trabajo siguió adoleciendo de antiguas debilidades: nos e lograba incorporar a la actividad práctica más que a una parte reducida de los organismos y miembros de base, los cuales continuaron en su mayoría haciendo vida hacia adentro; no se publicaba el periódico del CC, ni se distribuía una sola hoja de propaganda calzada con su nombre, no se traspasaban los limites “prudentes” en la dirección del movimiento sindical, limitándose en gran medida a orientar los conflictos laborales que habían madurado espontáneamente.

Hacia fines de 1960, al agravarse la crisis económica y al llegar a lucha de masas a cierto grado de organización, combatividad y extensión, el país desembocó en una crisis política de larga duración que en sus momentos de mayor agudeza llegó a configurar una situación revolucionaria.

Una salida popular y democrática para la crisis económica habría exigido radicales reformas a la estructura agraria semifeudal; un régimen tributario que recortara a fondo las exuberantes ganancias de los grandes burgueses nacionales y extranjeros; la eliminación de todos los privilegios al capital monopolista yanqui; una progresiva industrialización de contenido nacional liberador; un comercio internacional libre de barreras; asentado en grandes negocios con los países socialistas; una reforma jurídica orientada a asegurar el respeto y la ampliación de las libertades y derechos democráticos. Pero el Gobierno del coronel José María Lemus, entonces de turno, representaba a la gran burguesía intermediaria y era lacayo de los imperialistas norteamericanos. Por eso, en ves de aplicar una política como la esbozada, caminó por la dirección contraria, y lo hizo además muy torpemente.

Como todas las medidas del Gobierno en vez de mejorar la situación de las masas, la agravaban y consiguientemente, en vez de rebajar su movilización y combatividad, la encendían, Lemus decidió lanzarse francamente por el camino de la represión masiva (agosto-septiembre de 1960).

La respuesta a la represión fue una súbita crecida de la movilización popular de calle, los choques con la policía, el reforzamiento de la unidad de acción entre todas las fuerzas opositoras.

El sector derechista de la oposición, representativo de las capas medias dela burguesía agraria y de ciertos grupos de latifundistas, asustados por la perspectiva de una victoria a lo Cuba (sobrestimando, por cierto, la existencia de tal posibilidad inmediata) se orientó a conseguir a toda costa un golpe militar “preventivo” contra Lemus, para instalar un Gobierno que hiciera algunas concesiones democráticas y abriera así la salida a la crisis política sin riesgos revolucionarios. En sus trabajos conspirativos, este sector logró arrastrar a ciertos núcleos pequeñoburgueses muy activos, incluyendo una parte del movimiento estudiantil universitario. En estos grupos había elementos avanzados partidarios de las alianzas con los comunistas. El golpe militar se produjo el 26 de octubre con todo éxito, prácticamente si disparos y sin derramamiento de sangre. Ese día quedo instalada de la Junta de Gobierno Cívico Militar compuesta por tres elementos civiles y tres militares.

El PCS desempeñó un papel central durante todo el periodo de batallas populares contra el Gobierno Lemus. Fue nuestro partido el que más contribuyó a la unidad de las fuerzas opositoras, y fue su orientación táctica y la aplicación de ella, en condiciones que imponían riesgos enormes a cada militante, lo que más ayudó a que se realizaran las incontables manifestaciones y concentraciones que, una y otra vez, chocaban con los cuerpos represivos. Esto hizo imposible que el Gobierno recuperara el dominio completo de la situación. Además, toda aquella enorme movilización de masas fue posible, en gran parte, porque durante los tres años anteriores nuestro Partido había aplicado una línea correcta al crear o contribuir a crear organizaciones democráticas, que asumieron la tarea de orientar al pueblo en las innumerables acciones de calle.

La gran lucha popular contra Lemus ejerció una fuerte influencia dentro del Partido, significó un nuevo y poderoso impulso al proceso de superación de sus debilidades. Las lucha de los meses y años siguientes profundizaron esa tendencia. Las luchas contra Lemus comenzaron a sacar a la luz nuestra propaganda y a abrir nuestra puerta al reclutamiento. El rompimiento con as antiguas tácticas no era todavía, empero, ni completo ni consciente.

IV. El derrocamiento del Gobierno Lemus significó que la crisis política entraba en una nueva fase cuyos rasgos característicos eran: una fuerte agudización de la crisis económica, provocada por la fuga de capitales al extranjero; la conspiración de los círculos militares, de la embajada norteamericana y de la oligarquía contra el nuevo Gobierno; la continuación de la lucha de masas, orientada ahora principalmente contra los conspiradores, por la ampliación de los derechos democráticos y por la liquidación del viejo aparato de la tiranía militar. El papel objetivo y l actividad práctica del nuevo Gobierno eran contradictorios. De un lado, ese Gobierno surgió en el transcurso de la lucha popular y se vio obligado a prometer a las masas que aplicaría una política democrática. Y, de otro lado, en el predominaban los representantes de los grupos de la burguesía agraria que habían organizado el complot, mientras la dirección de las fuerzas armadas quedaba en manos del ex presidente coronel Osorio.

La Junta Cívico Militar no estuvo en el Poder el tiempo suficiente para destruir por completo el equilibrio entre estas dos tendencias contradictorias.

La posición de nuestro Partido frente a esta Junta Cívico Militar fue la de llevarle apoyo popular ante la conspiración de la reacción, al mismo tiempo que hacia enormes esfuerzos para organizar y movilizar a las masas rurales y apoyaba activamente la sentida demanda democrática de la población de todos los municipio del país por un cambio de alcaldes y cuerpos edilicios (los cuerpos municipales en ejercicio habían sido impuestos por el fraude de Lemus en las elecciones de abril de 1960).

Los sectores centristas y derechistas que lucharon contra Lemus exigían el cese de nuestras actividades en el campo y en las localidades. Las discrepancias en torno a este problema terminaron rompiendo el frente único formado en 1959. Ciertamente, lo unidad no se rompió en la fundamental a causa de nuestros errores, sino de los intereses de clase que estaban en juego. La ruptura del frente único era inevitable porque en el se encontraban representados determinados grupos de latifundistas y burgueses agrarios, irreconciliablemente enemigos de la organización de los campesinos y asalariados del campo. Pero un trabajo más flexible y agudo de parte nuestra habría permitido aislar a los sectores derechistas y atraer o conservar neutrales a los centristas. Todo ello habría permitido enfrentar el golpe militar en mejores condiciones.

Por su parte, el Gobierno, tratando de salvarse de la conspiración, comenzó a virar hacia posiciones más francamente derechistas y anticomunistas. Esto se vio claramente después de la ruptura del frente único. Los hechos demostraron que los imperialistas norteamericanos exigían, más que un Gobierno acomodaticio y dócil, un puño militar directamente bajo su control, que no vacilara en reprimir en toda la línea al crecido movimiento popular. No es casual, por tanto, que el 25 de enero de 1961 se produjera el golpe cuartelario al gusto y medida de la Misión Militar de los EE. UU. Y bajo su dirección. En lugar de la Juta de Gobierno Cívico Militar apareció el Directorio Cívico Militar, compuesto por representantes de la oligarquía y testaferros directos del imperialismo norteamericano. (Pocos meses más tarde se rompería este aparente idílico matrimonio entre el imperialismo y la oligarquía bajo los golpes de la demagogia reformista de la política kennedina de la Alianza para el Progreso. A partir de entonces, el Directorio Cívico Militar quedo exclusivamente formado por agentes del imperialismo.)

Pero los propósitos de los conspiradores de colocar a las masas populares frente al hecho consumado fracasaron. Miles de trabajadores, centenares de estudiantes y otros elementos de las capas medias se lanzaron el 25 de enero a las calles de la capital intentando reponer en el Poder al gobierno derrocado. Llegaron hasta las puertas del único cuartel que parecía no haberse decidido aun en favor de los golpistas y durante horas reclamaron allí inútilmente armas para combatir. El ánimo insurreccional se respiraba por todas partes en la capital. De nuevo la pequeñez del Partido y la antigua estrechez de su táctica demostraron ser el obstáculo mayor para asegurarle la dirección de la lucha y darle a esta posibilidades de victoria.

Sin embargo, inmediatamente después de la victoria de la reacción quedo claro que los únicos que podían permanecer siempre fieles a las masas, aun bajo el terror desplegado de la tiranía militar, éramos los comunistas y las organizaciones orientadas por nosotros. Todos los demás partidos y grupos políticos dieron la espalda a las masas y se dedicaron a demostrar que eran anticomunistas y que, por lo tanto, no debían ser reprimidos.

Participaron una y otra vez en las maniobras que el Gobierno ponía en práctica para dar fin a la crisis y conseguir su estabilidad (en los llamados “Consejos Consultivos”). Una tras otra fueron fracasando estas maniobras y los partidos que se prestaban a ellas perdían más y más su ya menguado prestigio.

El PCS y el movimiento democrático orientado por él, en cambio, denunciaban y desenmascaraban firmemente la táctica del Gobierno, descubrían detrás la mano del imperialismo yanqui y llamaban al pueblo a realizar en su contra una lucha resuelta. Poco a poco las masas fueron aceptando la orientación del Partido, apoyando su trabajo organizativo y engrosando las filas de las nuevas organizaciones, fundamentalmente clandestinas, que de acuerdo a las directrices del CC se construían en todos los frentes de lucha por los comunistas y los activistas sin partido más cercanos. Ya a fines de 1961 el partido dirigía toda la lucha contra la tiranía militar, y el movimiento por él orientado era ya la fuerza de masas más grande.

Al entrelazarse la crisis económica con la crisis política durante las luchas decisivas contra Lemus; al complicarse y profundizarse las contradicciones en el seno de las clases dominantes, como resultado del derrocamiento de dos gobiernos en el espacio de 82 días, y, después, como consecuencia de la inauguración de la Alianza para el Progreso, con toda su demagogia antilatifundista; al extenderse entre las masas el ánimo insurreccional, se configuró una situación revolucionaria que se prolongó con altos y bajos hasta 1962.

Nuestro Partido ajustó su línea táctica a la nueva situación creada con el golpe del 25 de enero. La tarea principal de la nueva línea fue la consigna de prepararse para la insurrección popular, y con tal fin se crearon nuevas organizaciones en el terreno clandestino.

La adopción de esta consigna fue plenamente justa. Puso al Partido a tono con el espíritu de las masas y le permitió dar enormes pasos en su crecimiento y en su desarrollo cualitativo. Por primera vez, desde 1932, se planteaba el problema del Poder y elaboraba en esa dirección su estrategia y su táctica. Este hecho (aun cuando vino unido a determinados errores de infantilismo izquierdista) era la culminación del proceso del cambio en las concepciones tácticas formadas después de la masacre de 1932.

A partir de la ruptura con los viejos esquemas tácticos tomó gran fuerza el proceso de superación de otras debilidades. Fue desmontada la tranca que mantenía cerrada la puerta del Partido para la llegada de nuevos miembros y en 6 meses pudo doblarse el número de sus militantes. Ya a mitad de 1962 ese número era superior en tres veces al de enero de 1961. La propaganda del Partido comenzó a circular en muchos miles de ejemplares. Todo el pueblo supo de su existencia y de su línea. La propaganda de las demás organizaciones democráticas y revolucionarias cobró, asimismo, un gran volumen. A menudo se distribuían octavillas por cientos de miles y se pegaban carteles en las paredes por millares. Las concentraciones y manifestaciones populares se hicieron una práctica casi cotidiana. Hubo meses con tres o cuatro actos de esa clase.

Otra debilidad acometida entonces fue la de la falta de un programa del Partido. Durante décadas pudo pasarse sin programa y esto no podía apreciarse como una gran debilidad. Pero esa situación cambió radicalmente en el periodo de auge revolucionario y de la transformación del Partido en una fuerza política influyente. La tarea de elaborar los documentos programáticos quedo así planteada en términos perentorios. El Pleno ampliado del CC, reunido en marzo de 1961, conoció ya un breve esquema del futuro programa, y a base del mismo se elaboraron y entregaron a la discusión de todo el Partido, en 1962 y 1963, un proyecto de Programa General y un Proyecto de Programa Agrario.

La debilidad teórica del todo el Partido y de su dirección se mantuvo más resistente a los cambios. Esto se debía ala composición no proletaria del Partido, así como también al rápido crecimiento de sus filas, y la inexperiencia y juventud de la mayoría de sus miembros. Baste decir que en 1962 dos tercios de su membrecía estaba formada por compañeros con menos de un año de antigüedad y una gran parte con menos de seis meses.

Todo esto condujo en 1961-1962 a una especie de fiebre izquierdista en la táctica del Partido, que le dio un carácter despreciativo de las formas económicas, legales y abiertas de lucha, y mucho más despreciativo del trabajo de frente único.

Especialmente perjudicial fue el manejo izquierdista de la línea de prepararse para la insurrección popular, que se había trazado. Se hablaba y se amenazaba con la insurrección en la plaza pública y en la propaganda escrita. Esto creaba entre las masas la idea de que las batallas decisivas por el Poder estaban a plazo inmediato. La verdad objetiva era otra. Las acciones decisivas no estaban aun maduras. La presencia de la situación revolucionaria no encierra por si sola la posibilidad real de la toma del Poder. Para ello hace falta, además, que exista un Partido de vanguardia, maduro orgánicamente, capaz de enfrentar con éxito la compleja tarea de la dirección del proletariado y el pueblo en general. Sin embargo, pese a sus grandes progresos de entonces, nuestro Partido no era lo suficientemente maduro, fuerte e influyente como para encabezar con éxito la toma del Poder. El resto de las organizaciones democráticas y revolucionarias eran demasiado jóvenes a contrapelo de su enorme fervor y combatividad. Para tomar el Poder hace falta contar con el apoyo de las masas rurales, que en El Salvador están formadas en su mayoría por asalariados de las plantaciones de café, algodón y caña de azúcar. Nuestro trabajo en este aspecto apenas había comenzado y era tan insignificante que hubiese sido prematuro esperar una gran aportación de esta categoría de trabajadores en la lucha revolucionaria de las masas en la capital. El enemigo, en cambio, cuenta con una gran influencia entre los asalariados agrícolas, que forman la reserva del ejército y ejercen funciones de control permanente en patrullas civiles. Mientras la revolución no podía movilizar en su favor a las masas rurales, el enemigo podía utilizar a una gran parte de esas masas para aplastar la revolución. Estos y otros momentos negativos crearon serios obstáculos en el desenlace exitoso de la existente situación revolucionaria. El error del PCS y d las organizaciones orientadas por él consistía en que en su agitación y propaganda partían de la incorrecta apreciación d que aquella situación revolucionaria contaba con posibilidades de éxito a un plazo más o menso inmediato.

La línea de prepararse para la insurrección era justa entendida en el sentido de preparar al Partido y a las masas para hacer uso de la forma armada de lucha si el proceso lo exigía. Y fue aun más justo el hecho que el CC hubiera adoptado esa línea en momentos en que la tiranía militar, pelele del imperialismo y la oligarquía intermediaria, acometía bárbaramente sobre las masas ansiosas de combatir. Las consecuencias positivas de ese acierto ya han sido analizadas. Pero entre esto y convertir el tema de la insurrección en tema de la agitación y la propaganda, entre esto y la idea de una victoria revolucionaria a corto plazo, media la distancia que hay entre la ciencia leninista de la táctica y el izquierdismo romántico. En un principio el CC distinguía, aun cuando sin la suficiente claridad y profundidad, entre estos dos aspectos vitales de la línea que había trazado, pero en la medida en que le error se fue generalizando también él fue naufragando en sus aguas. Este error no nos llevo, ciertamente, a reveses catastróficos, pero sus consecuencias se dejaron sentir más tarde, a finales de 1962.

V En el mes de noviembre de 1962 se inició bruscamente el reflujo del movimiento revolucionario. La crisis económica, que había servido de base material al flujo iniciado en 1958, evolucionaba ya hacia su salida. En esa época de 1962 se habían abierto paso los factores de la reanimación que sentarían las premisas del auge posterior, alcanzado durante 1964. Las masas desocupadas iniciaban su retorno a la producción. Por otra parte, habían aparecido algunos factores que presionaban hacia el flujo revolucionario.

La insuficiente formación teórica marxista-leninista del CC no le permitió ver en un comienzo más que las causas políticas del reflujo, y sobretodo sus propios errores tácticos. Al unilateralizar el análisis en el sentido del señalamiento casi exclusivo de los propios errores como la causa única del fin del auge y el paso al reflujo, se crearon nuevos factores subjetivos que ayudaron a profundizar el descenso. Sin embargo, el CC pudo realizar un análisis más acabado de la situación del país, que fue completado y adquirió profundidad más tarde, en los documentos presentados al V Congreso del Partido.

El Informe del CC al V Congreso puso de manifiesto que durante los años transcurridos desde la terminación de la segunda guerra mundial, y particularmente desde 1950, había tenido lugar un aceleramiento del desarrollo del capitalismo en el campo y en la ciudad. Se trata, desde luego, de un desarrollo capitalista deformado, que conserva fuertes remanentes feudales que refuerza la condición dependiente de la economía nacional, tanto porque se produce con una creciente penetración del capital monopolista extranjero ante todo norteamericano, como porque solamente hace progresar en la agricultura la producción destinada la exportación (café, algodón, azúcar) condenando a ramas enteras de la economía al estancamiento y al retroceso, e impone una industrialización a base de materias primas importadas, que se limita la refinado, acabado, mezcla y envase de productos inicialmente procesados en los EE.UU. u otros países capitalistas desarrollados. Con todo su carácter deforme y dependiente del imperialismo, el desarrollo capitalista habido en el país es la causa de grandes transformaciones en la composición social de la población. El fruto más característico de ese proceso ha sido la formación de un proletariado agrícola e industrial, que en conjunto forma más de las dos terceras partes de la población económicamente activa de El Salvador.

Partiendo del análisis del desarrollo capitalista y de la transformación de la composición de clases de la población, el informe del CC descubrió la raíz mas honda de la prolongada debilidad del Partido; su aislamiento del proceso de cambios socio-económicos en el país.

El proletariado agrícola comenzó a formarse durante el siglo pasado, primero en las plantaciones de añil, y después, más desplegadamente, en las de café. Era un proletariado surgido en unidades económicas de un bajísimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, con predominantes restos de la servidumbre. Pero al extenderse la utilización del trabajo asalariado se ampliaron los pequeños talleres artesanos de las ciudades y aldeas, transformándose en centros de producción mercantil capitalista. Los pequeños talleres fueron sustituidos por talleres grandes que contaban hasta cien y más obreros asalariados. La construcción de ferrocarriles a comienzos del siglo XX aceleró la formación del mercado nacional y creo mejores condiciones para el crecimiento de la producción mercantil manual y la extensión de las relaciones capitalistas a las ramas fundamentales de la producción agrícola.

El PCS surgió y se constituyó en partido político independiente en el periodo inicial del desarrollo capitalista de nuestro país. De las filas proletarias del sector artesanales salió la mayoría de sus activistas.

Los talleres grandes continuaron existiendo y hasta robusteciéndose durante toda la primera mitad de nuestro siglo. Pero la producción se vio enfrentada a la liquidación al terminar la segunda guerra mundial cuando la elevación de los precios del café en el mercado mundial hizo aumentar el volumen de las importaciones. Los talleres grandes han desparecido prácticamente. En su lugar han aparecido millares de tallercitos con un promedio de tres obreros. El proletariado manual, aunque continua creciendo en número, es ahora una masa diseminada, atomizada. Y el vigor de su lucha de clases de antaño, que todavía en 1932 e incluso en 1946 conmovió profundamente la estabilidad del poder de la oligarquía y el imperialismo, se ha ido apagando. Su movimiento sindical, antes de gran vitalidad, ha venido a menos.

Paralelamente al incremento de las importaciones, después de la segunda guerra mundial comenzaron a crearse nuevas empresas industriales. Este proceso tiene por base, de una parte, la rápida acumulación de capital de la burguesía salvadoreña, como resultado del ascenso del precio del café y, d otra parte, la creciente inversión de capital monopolista yanqui en empresas fabriles en nuestro territorio nacional. La ya maltrecha posición de la producción manual se ha visto así agravada por la competencia de la industria interna. El proletariado industrial y el valor de la producción de la industria son ya varias veces mayores que el proletariado y el valor de la producción manual.

Ahora bien nuestro Partido había quedado reducido a un pequeño puñado de combatientes heroicos después de la masacre de 1932, y aislado por el sectarismo y las demás debilidades a que nos hemos referido. En tales condiciones pudo conservar vínculos con el proletariado manual y continuó nutriéndose escasamente de sus filas. Así, marginado de los cambios en la producción y en la composición social de la población, por las reiteradas represiones y por sus propias concepciones tácticas estrechas, no pudo crecer al compás del torrente de la vida y permaneció durante muchos años unido al sector del proletariado que lo dio a la luz. La baja composición obrera de su membrecía, condicionante de algunos errores de izquierda, lo mismo que sus demás debilidades, tienen sus raíces profundas en este fenómeno.

El V Congreso, apoyándose en este análisis, trazó la tarea central del Partido: vincularse al proletariado industrial y ligarse al proletariado agrícola (en el campo hay más de 300,000 asalariados en las plantaciones de café, algodón, caña de azúcar, etc.) El Partido deberá crecer preferentemente con reclutamientos en el proletariado nuevo; pero sin abandonar sus vínculos con el sector manual, de cuyas filas han salido los cuadros más experimentados y desarrollados del movimiento obrero.

El V Congreso examinó dos documentos programáticos: los proyectos de Programa General y de Programa Agrario. Por sugerencias del anterior CC, el Congreso aprobó esto documentos no definitivamente, sino conservando su carácter de proyectos y llamó al Partido, a la clase obrera y a todo el pueblo a discutirlos. El próximo Congreso ordinario o uno extraordinario les dará aprobación final.

El V Congreso aprobó también un nuevo Estatuto que asegura ampliamente la democracia interna, el centralismo, la dirección colectiva y todas las demás normas leninistas de vida. En él se incorporo la síntesis de nuestra propia experiencia y la de otros partidos hermanos. El V Congreso representó en la historia del PCS un importante salto de calidad, pues en él se hizo un análisis profundo y objetivo del proceso de desarrollo del Partido (particularmente durante los últimos 14 años, que han sido decisivos para la formación de sus cuadros dirigentes), dando así un importante paso hacia la superación de sus antiguas debilidades.

Asimismo, el informe del CC y los proyectos de Programa General y Programa Agrario presentaron al Partido, por primera vez, un cuadro más o menos completo de la economía nacional, de sus principales tendencias y rasgos de desarrollo, de la perspectiva y las tareas inmediatas y estratégicas que se desprenden de los cambios operados en la estructura económica, social y política. La línea trazada por el V Congreso cuenta, de este modo, con un fundamento científico, y el unilateral análisis político de la situación, que indujera al Partido en los años recientes a cometer errores, ha cedido el paso a una elaboración de la línea a la manera marxista-leninista.

Después del V Congreso todo el Partido ha entrado en una gran actividad y la influencia del nuevo grado de madurez alcanzado ya se deja sentí en el movimiento sindical, en el movimiento estudiantil, en el movimiento juvenil y femenino, en a actividad interna de nuevo estilo, en el funcionamiento de los nuevos organismos del Partido.

En el último tiempo, la situación nacional apunta momentos de agudez. Los precios de las tres materias primas de exportación (café, algodón y azúcar) han comenzado a declinar a consecuencia de las maniobras yanquis contra todas las materias primas latinoamericanas, dese los últimos tres meses del año pasado. La penetración del capital monopolista extranjero, en primer lugar yanqui, alcanza proporciones muchas veces superiores a los niveles de 1960 y provoca el surgimiento de nuevos nudos de contradicciones. La deuda pública externa ha crecido de manera descomunal bajo los auspicios de la Alianza para el Progreso, y los vencimientos de los primeros pagos comenzaran a presentarse precisamente cuando los ingresos fiscales se vean estrangulados por la caída del precio de las exportaciones. Una nueva crisis económica y política se dibuja en el porvenir cercano. La tesis de nuestro Partido de que bajo la dependencia del imperialismo y la explotación, el progreso nacional se produce inevitablemente de una manera irregular, en medio de deformaciones que son la causa de los sufrimientos de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo, queda confirmada por la vida.

No cabe duda que nuestro Partido enfrentara las tareas que planteará la vecina crisis mejor pertrechado teóricamente, más unido al proletariado, con más influencia en el devenir político nacional. (El análisis de la política de nuestro Partido en la etapa contemporánea y de sus planteamientos tácticos y estratégicos, elaborados por el V Congreso, tiene una gran importancia y constituye tema para otro artículo).

La experiencia del PCS demuestra una vez más que el surgimiento y desarrollo de los partidos del proletariado no tiene nada de idílico ni son un ascenso vertical, sin vicisitudes, sin contratiempos, sin retrocesos. Largo han sido ese complejo camino para nosotros, mucho más largo que para otros partidos hermanos. Y aún hoy no estamos al final de la jornada de maduración del partido, Simplemente se ha iniciado el asalto final de ese grandioso objetivo.

La vanguardia del proletariado es indestructible como el proletariado mismo. Sus 35 años de edad encuentran al PCS lleno de vigor y en crecimiento.

*Artículo parecido en la edición de agosto de 1965 de la Revista Internacional, con sede en Praga, Checoslovaquia, órgano de información del Movimiento Comunista Internacional.

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35 años de lucha heroica del PCS. Marzo de 1965

SAN SALVADOR, 1 de septiembre de 2010 (SIEP) “Los documentos históricos del Partido Comunista, como este artículo, de un singular espíritu autocrítico, forman parte de la herencia teórica del movimiento revolucionario salvadoreño y es nuestra responsabilidad divulgarlos para conocimiento de las nuevas generaciones…” explicó Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Agregó Pineda que “es un documento escrito luego del V Congreso del PCS, realizado en marzo de 1964, que hace un balance de los desafíos que enfrentaban los comunistas en esa época para cumplir con su papel de vanguardia de la clase obrera y del movimiento popular. Su lectura nos permite profundizar sobre ese momento, que fue otro eslabón de la cadena de la lucha popular, que nos ha permitido llegar hasta las luchas de nuestros días.”

Considera el documento que “los 35 años de existencia del Partido Comunista de El Salvador han sido años de lucha heroica tenaz contra el imperialismo extranjero y la reacción interna; de grandes éxitos y de serias derrotas; de difícil pero inquebrantable formación de un autentico partido proletario, de un partido revolucionario capaz de ser el dirigente reconocido y prestigioso de las masas populares de nuestro país.”

Explica que “el Partido Comunista de El Salvador nació en los agitados años de la crisis de 1929-1933 que provocó un auge del movimiento revolucionario en muchos países de América latina. A poco de su fundación (marzo de 1930) el PCS dirigido por Farabundo Martí, compañero de lucha de Sandino, se convierte en uno de los partidos políticos más influyentes de la nación.”

Analiza que “ejerció también gran influencia en el desarrollo del Partido el intenso movimiento huelguístico de 1946, que sentó las premisas para el trabajo de reorganización del movimiento sindical emprendido en los años siguientes. Este trabajo tuvo que realizarse clandestinamente hasta diciembre de 1948.”

Sostiene que “el PCS desempeñó un papel central durante todo el periodo de batallas populares contra el Gobierno Lemus. Fue nuestro partido el que más contribuyó a la unidad de las fuerzas opositoras, y fue su orientación táctica y la aplicación de ella, en condiciones que imponían riesgos enormes a cada militante, lo que más ayudó a que se realizaran las incontables manifestaciones y concentraciones que, una y otra vez, chocaban con los cuerpos represivos.”

Evalúa que “nuestro Partido ajustó su línea táctica a la nueva situación creada con el golpe del 25 de enero (de 1961, nota de SIEP) La tarea principal de la nueva línea fue la consigna de prepararse para la insurrección popular, y con tal fin se crearon nuevas organizaciones en el terreno clandestino. La adopción de esta consigna fue plenamente justa. Puso al Partido a tono con el espíritu de las masas y le permitió dar enormes pasos en su crecimiento y en su desarrollo cualitativo. Por primera vez, desde 1932, se planteaba el problema del Poder y elaboraba en esa dirección su estrategia y su táctica.”

Concluye este importante documento que “la experiencia del PCS demuestra una vez más que el surgimiento y desarrollo de los partidos del proletariado no tiene nada de idílico ni son un ascenso vertical, sin vicisitudes, sin contratiempos, sin retrocesos. Largo han sido ese complejo camino para nosotros, mucho más largo que para otros partidos hermanos. Y aún hoy no estamos al final de la jornada de maduración del partido, Simplemente se ha iniciado el asalto final de ese grandioso objetivo. La vanguardia del proletariado es indestructible como el proletariado mismo. Sus 35 años de edad encuentran al PCS lleno de vigor y en crecimiento.”

Propuesta de integración y plataforma del gobierno provisional de amplia participación

1. Introducción

Por varios años el FDR-FMLN hemos venido luchando por conquistar la liberación definitiva de nuestro pueblo.

Convencidos de que el esfuerzo por lograr la paz con justicia debe ser compartido por el mayor número posible de salvadoreños, hemos propuesto diversas alternativas de solución a la presente crisis, ya que sólo un esfuerzo poderoso y amplio podrá levantar a nuestro país de las ruinas en las que lo han sumergido el régimen oligárquico y la intervención del Gobierno de los Estados Unidos.

Confrontamos una situación nacional e internacional compleja. La vieja sociedad oligárquica y el Estado que ha vivido a su servicio, han bañado en sangre su propio ocaso, e incapaces de dar respuesta a las demandas de miles de salvadoreños, han institucionalizado un aparato represivo y de explotación y plantean maniobras políticas encaminadas a encubrir su empecinamiento en la vía militar. Por otra parte, la escalada intervencionista de la Administración Reagan ha prolongado la guerra y amenaza con regionalizar el conflicto.

Sostenemos que la construcción de la paz en nuestro país requiere un proceso que involucre a la mayor cantidad de fuerzas políticas y sociales, que hagan viable una solución sobre la base de eliminar los factores anteriores señalados que son la causa del conflicto.

Por ello, el FMLN-FDR propone la formación de un gobierno provisional de amplia participación que sustente una plataforma programática que contenga las tareas indispensables que debemos asumir para superar la actual situación de crisis y que permita a nuestro pueblo continuar su proceso de transformaciones sociales, políticas y económicas hacia una sociedad verdaderamente justa.

II. El Gobierno Provisional de Amplia Participación

La propuesta de formación del gobierno provisional de amplia participación es el resultado del desarrollo de las fuerzas democrático-revolucionarias del pueblo salvadoreño en los campos político y militar.

El Gobierno provisional de amplia participación, será un gobierno en donde no predominará una sola fuerza, sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas políticas y sociales dispuestas a eliminar el régimen oligárquico y rescatar la soberanía e independencia nacional, y en donde la existencia de la propiedad privada e inversión extranjera no se opongan al interés social.

Se trata de un Gobierno provisional de amplia participación cuya duración estará determinada por el cumplimiento de sus objetivos básicos, de acuerdo a lo convenido entre las partes y en el entendimiento que no será un Gobierno de larga duración.

Los objetivos básicos del Gobierno provisional de amplia participación son:

1. Rescatar la independencia y soberanía nacional.

2. Destruir el aparato de represión y sentar las bases de una verdadera democracia en donde se dé cumplimiento pleno a los Derechos Humanos y libertades políticas y en donde se concretice la amplia participación del pueblo para alcanzar la paz definitiva.

3. Atender las necesidades más urgentes e inmediatas de las mayorías populares y adoptar medidas económicas y sociales básicas para la transformación de estas estructuras.

4. Establecer las condiciones prácticas suficientes para resolver el actual estado de guerra.

5. Preparar y realizar elecciones generales.

El Gobierno provisional de amplia participación tendrá una estructura simplificada a su más alto nivel. Contará con las siguientes instancias:

-Junta de Gobierno

-Gabinete Ministerial

-Consejo Consultivo de Estado

-Corte Suprema de Justicia

Integrarán el Gobierno provisional de amplia participación representantes del movimiento obrero, campesino, maestros, empleados, colegios profesionales, universidades, partidos políticos, sectores empresariales, representantes del FMLN-FDR y del Ejército Nacional ya depurado.

En los Organismos del Gobierno se expresará esta amplia representación, excluyéndose la oligarquía y los sectores e individuos que estén en contra de los objetivos del Gobierno provisional de amplia participación, o que postulen el mantenimiento de la dictadura.

III. Plataforma de Gobierno

Esta plataforma establece las líneas básicas y las medidas indispensables que han de guiar la acción del Gobierno provisional de amplia participación; con el aporte y discusión de diversas organizaciones, sectores y ciudadanos, se convertirá en un programa de gobierno que profundice en las soluciones que habremos de dar a los más urgentes problemas que nos plantea el desarrollo de nuestro país.

Proponemos, en primer lugar, un conjunto de medidas de aplicación inmediata y en segundo lugar, medidas y directrices que orientarán la acción del Gobierno provisional de amplia participación, durante su ejercicio.

Medidas Inmediatas

1.-Derogatoria de la Constitución Política de 1983 y su sustitución por un Estatuto Constitucional que forme la acción del Gobierno provisional de amplia participación.

2.- Derogatoria del Estado de Sitio y de todos los decretos promulgados desde 1980, que coarten las libertades individuales y sociales.

3.- Libertad para todos los presos políticos y desaparecidos, así como nulidad de todas las sentencias dictadas en base a los decretos represivos y de excepción.

4.- Plena garantía al ejercicio de los derechos y libertades democráticas colectivas e individuales. Se emitirá un estatuto provisional que norme el derecho a sindicalización de los trabajadores agropecuarios y estatales. Se indemnizará a los sindicatos por los daños causados a sus bienes por la represión, desde 1979. Se legitimará la organización del Poder Popular surgida durante la guerra en distintas zonas del país.

5.- Disolución de los cuerpos de seguridad, escuadrones de la muerte y de su brazo político el Partido de ARENA. Se creará un cuerpo de Policía Civil, dependiente del Ministerio del Interior.

6.- Retiro de los asesores norteamericanos, cese de la intervención de la ayuda militar, así como de la proveniente de otros países y suspensión de todo suministro de armas.

7.- Depuración de la Fuerza Armada gubernamental y una vez realizada ésta, incorporación de su representación a las estructuras del Gobierno provisional de amplia participación.

8.- Investigación y juzgamiento de los responsables civiles y militares de genocidio, crímenes políticos, torturas, desaparecimientos y privaciones ilegales de la libertad individual. Las muertes causadas a combatientes del FMLN y a soldados, clases y oficiales durante combates no constituyen delito.

9.- La Corte Suprema de Justicia se abocará a la investigación y juzgamiento inmediato de los delitos contra los derechos humanos. Al mismo tiempo, deberá realizar una depuración y reorganización del Poder Judicial. Se solicitará a las organizaciones de derechos humanos no gubernamentales, que defendieron al pueblo durante la dictadura, su colaboración en estas tareas.

10.- Retorno de los exiliados y refugiados e implementación de un programa de emergencia para asimilar y atender las más urgentes necesidades de los refugiados que retornen, de los desplazados y lisiados de guerra, de los elementos desmovilizados de la Fuerza Armada y de las familias o individuos que han quedado en el desamparo como consecuencia de la guerra en uno u otro bando. El Gobierno provisional de amplia participación solicitará la colaboración de agencias internacionales y organismos no gubernamentales para esta tarea.

11.- Ejecución de un programa de emergencia para la reconstrucción de la infraestructura económica, educativa y sanitaria destruida o dañada por la guerra.

12.- Decreto de moratoria para las deudas de pequeños y medianos empresarios. Se implementará un programa de financiamiento ágil oportuno para estos sectores, tanto en el sector industrial como agropecuario, estimulando la reactivación económica.

13. Fijación y control de precios de los productos básicos de consumo popular, procurando de esta manera mejorar el salario real. Reordenamiento y control del sistema de comercialización distribución de productos básicos de consumo popular.

14.- Renegociación de la deuda externa sobre la base de reconocer los compromisos financieros contraídos por los gobiernos anteriores.

15.- Restablecimiento de la autonomía de la Universidad de El Salvador y asignación de los recursos necesarios para su reorganización y funcionamiento. De inmediato se entregará las instalaciones de la Ciudad Universitaria a sus legítimas autoridades.

16.- Realización de una campaña masiva de alfabetización y de un programa democrático de capacitación de adultos en las áreas de salud, educación, producción agropecuaria y organizaciones comunales.

17.- Desarrollo de un plan de empleo masivo a través del impulso a la inversión estatal y privada en los sectores de mayor absorción de empleo. Se implementará un programa de emergencia para la adquisición de materias primas e insumos indispensables para la reactivación económica y se garantizarán canales y márgenes de comercialización adecuados para los productores.

18.- Impulso y desarrollo de un programa de organización popular a través de la ampliación y consolidación de los municipios, comunidades y organizaciones locales. Participación de estas estructuras en la planificación, ejecución, y evaluación de los proyectos de beneficio de la comunidad.

19.- Desarrollo de un programa de comunicación masiva implementando la creación de instrumentos de comunicación popular masivos de interés local.

20.- Constitución de un organismo electoral que, por acuerdo de las partes, prepare la realización de elecciones generales libres. Se organizará un registro electoral confiable.

Reformas econ6micas y sociales

1.- Establecer las bases para la realización plena de la reforma agraria, asegurando la participación libre de los trabajadores del campo en su ejecución. Desarrollo de un programa de organización cooperativa con los pequeños propietarios individuales.

2.- Establecer las bases para la realización plena de la nacionalidad del sistema bancario y financiero del país, con el objeto de poner la estructura financiera y el crédito al servicio de los intereses de las mayorías nacionales.

3.- Establecer las bases para la realización plena de la reforma al comercio exterior cubriendo el control sobre las exportaciones de los principales productos: café, algodón, caña, productos del mar y carne. Incluir el control sobre las importaciones de materias primas, insumos, repuestos, tecnología, útiles para la producción nacional.

4.- Establecer las bases para la solución adecuada de lo relativo a las condiciones de vivienda o habitación de los sectores de bajos ingresos, así como para la ampliación progresiva de los servicios de Seguridad Social; y reorientar la Inversión Extranjera para que contribuya efectivamente a la satisfacción de las necesidades sociales.

Política exterior

El Gobierno provisional de amplia participación desarrollará su política exterior en base a los siguientes criterios:

1.- El Gobierno provisional de amplia participación impulsará una política de relaciones mundiales, orientada a la conservación de la paz, en contra de la carrera armamentista y el armamentismo nuclear Defenderá principios de coexistencia pacífica, autodeterminación y no intervención, así:

Se afiliara al Movimiento de los Países No Alineados y por consiguiente reforzara la lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo, el sionismo, la discriminación racial y el apartheid.

El establecimiento de relaciones diplomáticas con otros países se hará independientemente de su régimen social y sobre la base de la conveniencia nacional.

Cumplirá los compromisos contraídos en los organismos mundiales y buscará la participación activa en los foros internacionales, para la discusión y solución de los problemas derivados de las relaciones económicas entre los países.

Reafirma su vocación bolivariana y en consecuencia se esforzará en la promoción de y participación en los foros regionales que refuercen la posición de los países latinoamericanos frente a los problemas regionales, en el orden político, diplomático, económico-financiero y social.

2. En sus relaciones con Estados Unidos

2.1 Propone la celebración de acuerdos que garanticen la seguridad nacional de ambos países así:

El Gobierno provisional de amplia participación se compromete a no permitir la instalación de bases militares extranjeras y/o misiles en su territorio y por su parte el Gobierno de Estados Unidos deberá comprometerse a no realizar, promover o alentar acciones de agresión y desestabilización contra el Gobierno provisional de amplia participación y el Gobierno que surja de este proceso.

El Gobierno salvadoreño no comprometerá el territorio nacional en actividades de desestabilización de los gobiernos de países vecinos, ni permitirá el tránsito de armas y tropas extranjeras por su territorio.

Promoverá la suscripción de acuerdos de no agresión y no intervención en los asuntos internos de los países del área.

2.2 Las relaciones del Gobierno de El Salvador con los Estados Unidos y Centroamérica, se reorientarán sobre la base del respeto incondicional al derecho de autodeterminación, independencia y soberanía nacional, así como de mutua cooperación e interdependencia, así:

Se esforzará por hacer realidad el ideal morazánico de la unión de Centroamérica y porque nuestra región esté libre de fuerzas militares extranjeras; no participará en bloques militares, en consecuencia se retirará del CONDECA.

Participará activamente en la promoción y desarrollo de los organismos regionales que garanticen la solución política a las controversias internacionales y suscribirá convenios que promuevan la integración económica, social y política.

IV. Procedimiento

Para llevar a la práctica esta proposición, es necesario iniciar un proceso de diálogo-negociación que considere los aspectos siguientes:

1. De los participantes:

a) Las partes en conflicto:

1. Delegación FMLN-FDR

2. Delegación del Gobierno y las Fuerzas Armadas de El Salvador y el Embajador Especial de Estados Unidos para Centroamérica u Otro representante del Gobierno de Estados Unidos.

b) Mediadores sin facultades arbitrales, nombrados con la aceptación de las partes.

c) Testigos internacionales tales como representantes del Grupo Contadora y otros gobiernos democráticos.

2. Fases

a) Diálogo directo y sin precondiciones, organizado por uno o varios mediadores, ya sea por iniciativa propia o por encargo de las partes, que converja en la realización de negociaciones sustantivas, su agenda, testigos y procedimientos.

b) Negociaciones directas entre las partes en conflicto con los mediadores actuando en carácter de moderadores de los encuentros, y con la concurrencia además, de los embajadores designados por los gobiernos escogidos como testigos.

3. Compromisos

Una vez iniciado el proceso de diálogo-negociación y cuando éste se encuentre a un nivel avanzado, el FMLN-FDR manifiestan su disposición a negociar el cese de fuego.

Una vez concluidos los acuerdos, firmarán los documentos, las partes en conflicto, los testigos en su carácter de garantes y los mediadores.

Inmediatamente se dará comienzo a la aplicación de los acuerdos en las fechas, plazos y orden convenidos.

Este proceso culminará con la organización de un Ejército Nacional único, formado por las fuerzas del FMLN y las fuerzas armadas gubernamentales ya depuradas. Hasta entonces ambos ejércitos mantendrán en su poder sus respectivas armas.

COMANDANCIA GENERAL DEL FMLN

COMITE EJECUTIVO DEL FDR

El Salvador, 31 de enero de 1984.

CEM reproduce propuesta de FMLN de un Gobierno de Amplia Participación de enero de 1984

SAN SALVADOR, 31 de agosto de 2010 (SIEP) “La propuesta de la alianza FMLN-FDR de finales de enero de 1984 fue una iniciativa política-diplomática audaz y estuvo orientada a entorpecer las elecciones presidenciales programadas para marzo de ese año, que terminó ganando el democristiano José Napoleón Duarte sobre el arenero Roberto DAubuisson…”señaló Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“No obstante la clara naturaleza táctica de la propuesta, al ser anunciado generó un esperable rechazo por parte del gobierno de Álvaro Magaña, pero a la vez algunos sectores de la izquierda la calificaron como un retroceso político en relación al programa planteado a principios de 1980 para la creación de un Gobierno Democrático Revolucionario, GDR. Incluso algunos alegaron que esta propuesta del GAP reflejaba en su espíritu la ausencia en el FMLN de Salvador Cayetano Carpio, líder de las FPL fallecido en abril de 1983.”

En la plataforma programática del GDR, de febrero del 80, se planteaban como Tareas y Objetivos de la Revolución: “1. Derrocar la dictadura militar reaccionaria de la oligarquía y el imperialismo yanqui, impuesta y sostenida contra la voluntad del pueblo salvadoreño desde hace cincuenta años; destruir su criminal maquinaria político-militar y establecer el GOBIERNO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO, fundamentado en la unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas, en el Ejército Popular y en el pueblo Salvadoreño. 2. Poner fin al poder y dominio político, económico y social en general, de los grandes señores del capital y de la tierra. 3. Liquidar definitivamente la dependencia económica, política y militar de nuestro país respecto al imperialismo yanqui.” Los cambios en el lenguaje y en el contenido son evidentes.

“La propuesta del GAP surge en una situación en la que habían transcurrido ya tres años de guerra y el FMLN se había convertido en un ejercito rebelde que controlaba territorio y que golpeaba puntos neurálgicos de la estructura económica del país e incluso se atrevía a golpear exitosamente a cuarteles del régimen contrainsurgente..”

“Y con experiencia acumulada en su gestión diplomática, que le permitía realizar esta calculada iniciativa, en una situación en que se consideraba inminente la intervención militar de Washington en la región centroamericana. Esta propuesta es ya el embrión básico, el genoma político de lo que 7 años después serían los Acuerdos de Paz, firmados en Chapultepec el 16 de enero de 1992…” sostiene Pineda.

La propuesta plantea “la formación de un gobierno provisional de amplia participación que sustente una plataforma programática, que contenga las tareas indispensables que debemos asumir para superar la actual situación de crisis.”

Argumenta que el GAP “será un gobierno donde no predominara una sola fuerza sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas políticas y sociales dispuestas a eliminar el régimen oligárquico y rescatar la soberanía e independencia nacional, y en donde la existencia de la propiedad privada e inversión extranjera no se opongan al interés social.”

Entre sus “objetivos básicos” menciona los de “recatar la independencia y soberanía nacional; destruir el aparato de represión y sentar las bases de una verdadera democracia; atender las necesidades más urgente de las mayorías populares, establecer condiciones para resolver el actual estado de guerra y preparar y realizar elecciones generales.”

“La Plataforma del GAP enumera 20 “medidas inmediatas” a realizar, que es interesante a esta altura de 25 años, y luego de 6 administraciones, las de Duarte, Cristiani, Calderón Sol, Flores, Saca y esta de Funes, identificar hasta donde hemos avanzado y cuanto nos falta por recorrer, que tareas siguen pendientes de cumplir en el camino hacia la democracia y el socialismo…”subraya Pineda.

1. Derogatoria de la Constitución de 1983. Únicamente fue reformada. 2. Derogatoria del Estado de Sitio. Logrado. 3. Libertad para todos los presos políticos y desaparecidos. Lograda a medias, los desparecidos no fueron encontrados. 4. Plena garantía del ejercicio de los derechos y libertades democráticas. Logrado y quizás la máxima conquista.

5. Disolución de los cuerpos de seguridad, escuadrones de la muerte y de su brazo político el Partido de ARENA. Se creara un cuerpo de Policía Civil, dependiente del Ministerio del Interior. Desaparecio la GN, PH Y PN, se creo la PNC, queda pendiente la disolución de ARENA.

6. Retiro de los asesores norteamericanos. Hoy cuentan con la Base Militar de Comalapa y con la ILEA. 7. Depuración de la fuerza armada gubernamental. Logrado. 8. Investigación y juzgamiento de los responsables civiles y militares de genocidio, crímenes políticos, torturas, desaparecimientos y privaciones ilegales de libertad individual. No logrado, los criminales andan libres por las calles.

9. la Corte Suprema de Justicia se abocará a la investigación y juzgamiento inmediato de los delitos contra los derechos humanos. Pendiente, ya que únicamente se creo la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, PDDH. 10. Retorno de los exiliados y refugiados así como atender necesidades de los desplazados, lisiados de guerra, y de los desmovilizados de ambos bandos. Logrado a medias. Regresaron los exiliados pero no se garantizan medidas adecuadas para los desmovilizados.

11. Reconstrucción de la infraestructura económica. Logrado a medias. 12. Moratoria para las deudas de pequeños y medianos empresarios. Pendiente. Hubo moratoria e incluso se “saneó” la banca para los grandes empresarios y banqueros. 13. Control de precios de los productos básicos de consumo popular. Pendiente. 14. Renegociación de deuda externa. Pendiente. 15. Restablecer autonomía de UES y entrega de campus. Se logró en mayo de ese año.

16. Campaña masiva de alfabetización. Pendiente, ojala Funes la realice. 17. Plan de empleo masivo. Pendiente, ojala Funes lo realice. 18. Programa de organización popular. Pendiente. Es un desafío para la izquierda y el movimiento popular. 20. Creación de organismo electoral que realice elecciones libres con un registro electoral confiable. Logrado a medias.

Como “reformas económico sociales” el GAP señala que se va a “establecer las bases para la realización plena de las reformas: agraria, nacionalización de la banca y del comercio exterior.” O sea las reformas aprobadas en marzo de 1980 por la Junta Militar Democristiana.

A nivel procedimental, el GAP identifica tres niveles de participación: las partes en conflicto: FMLN-FDR, GOES-FAES y el Embajador Especial de USA para Centroamérica; mediadores sin facultades arbitrales y testigos internacionales. Se plantea dos fases: dialogo directo y sin precondiciones y negociaciones directas entre las partes.”

“Como compromisos el FMLN establece que una vez iniciado el dialogo-negociación y que este se encuentre a un nivel avanzado, negociarían un cese de fuego y que “este proceso culminara con la organización de un Ejercito Nacional único, formado por las fuerzas del FMLN y las fuerzas armadas gubernamentales ya depuradas.”

LAS LUCHAS POPULARES DEL SIGLO XIX EN EL SALVADOR

La lucha de clases en El Salvador durante el siglo XIX fue básicamente un enfrentamiento inicial entre sectores colonialistas e independentistas, y luego entre sectores de los terratenientes añileros y de la emergente oligarquía cafetalera. Los sectores populares más avanzados acompañaron a los elementos más radicales del partido liberal mientras los más atrasados a los del partido conservador. Las denominaciones de ambos grupos fueron cambiando, popularmente eran conocidos como bacos y cacos, como imperiales y republicanos, como serviles y fiebres, y finalmente como conservadores y liberales.

Los sectores populares- ladinos, mulatos, negros, indígenas, artesanos, mujeres- no contaron durante todo este siglo ni con organizaciones que representaran sus intereses, a excepción de la gloriosa gesta de Aquino, ni tampoco con una ideología liberadora que reflejara su visión como sectores oprimidos durante la colonia y durante la época republicana. Los sectores más avanzados de estos grupos supieron captar en los planteamientos de los independentistas y luego de los líderes liberales, los motivos y las fuerzas a las que había que acompañar, más por instinto de clase que por conciencia. Los sectores más atrasados fueron manipulados por caudillos militares y civiles.

Desde los primeros años del siglo XIX registramos las primeras capturas de luchadores independentistas, las cuales es importante rescatar como parte de la historia de sacrificio que acompaña cada tramo de avance histórico popular. En la interpretación de estos acontecimientos y de sus protagonistas observamos dos visiones contrapuestas: los que sobredimensionan el papel jugado por los “próceres” y ocultan el rol desempeñado por los sectores populares y por otra parte, aquellos que reducen el proceso de lucha independentista y de lucha liberal a una agenda de necesidades económicas de la clase añilera emergente y luego del sector cafetalero, y niegan o minimizan el papel de la ideología, y su fuerza transformadora.

Por nuestra parte, pensamos que debe existir un balance entre ambos enfoques, que permitan identificar las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas en conflicto con las relaciones de producción, con las del papel de los individuos en la historia. En 1810 encontramos el primer ejemplo de luchadores independentistas que son encarcelados por sus ideas. Los sectores populares se incorporan a las fuerzas independentistas criollas que se enfrentan a los “españoles peninsulares” y luego se convierten en base de apoyo de los diversos proyectos liberales.

Durante un siglo los sectores populares acompañaron los esfuerzos de los caudillos independentistas y liberales en diversas formas de lucha y en variados escenarios, desde la lucha electoral hasta la lucha armada, y dentro y fuera de las fronteras patrias. En este proceso y como resultado de los cambios impulsados por las fuerzas liberales, se fue consolidando una oligarquía cafetalera, que vino a desplazar a la antigua oligarquía añilera que encabezó el proceso de independencia, y que sería la fuerza económica dominante durante el siguiente siglo.

En esto cien años, únicamente la gesta guerrillera de Anastasio Aquino rompe con el esquema liberal y establece un original episodio nacional, en el cual los sectores indígenas se lanzan al asalto del poder. Es la tribu de los nonualcos alzada contra la leva de sus jóvenes para guerras “de los blancos” y el despojo de sus tierras ancestrales.

A continuación presentamos esta breve reseña histórica.

1. “Muerte a los chapetones” gritaban los sectores populares en noviembre y diciembre de 1811

“Muerte a los chapetones” fue el grito de guerra de centenares de patriotas, hombres y mujeres, alrededor del país, que se incorporaron a la causa independentista que se fue convirtiendo en un combativo movimiento nacional, que tuvo como vértice la demanda en la ciudad de San Salvador, el 5 de noviembre de 1811, de la liberación del padre Manuel Aguilar, capturado y encarcelado el día anterior en Guatemala por el régimen colonial, por sus posiciones independentistas. El 14 de noviembre estalló otra insurrección independentista en León, Nicaragua.

En esa época, la Intendencia de San Salvador se hallaba dividida en cinco “partidos”: San Salvador, Olocuilta, Zacatecoluca, San Vicente, Usulután, San Miguel, Gotera, San Alejo, Sensuntepeque, Opico, Tejutla, Chalatenango, Santa Ana, Metapan y Cojutepeque. En Metapan estaban los ingenios de hierro y la mayor parte de la población era española. En Cojutepeque la mayoría de la población era india y estaba a cargo de un teniente subdelegado.

Ya en junio de 1810 habían sido capturados y encarcelados en San Miguel, los patriotas de la población oriental de San Alejo, Justo Zaldívar y Valentín Porras, que son los primeros presos políticos de que tenemos registro histórico.( Monterrey 1977) Ese 5 de noviembre de 1811, a las 4 de la mañana José Matías Delgado tocó las campanas de la iglesia La Merced para convocar a la población para exigir la liberación de Aguilar, unas horas más tarde, Manuel José Arce dirigió un mitin con el mismo fin a frente al edificio del Ayuntamiento, con centenares de hombres y mujeres en disposición de lucha.

Arce proclamó: “no hay Rey, ni Intendente, ni Capitán General, solo debemos obedecer a nuestro Alcaldes…” Los sectores populares, conducidos por el núcleo independentista, asaltan la Sala de Armas y se apoderan de los fusiles así como se toman las Cajas Reales. Tenían armas y dinero. Además deponen al Intendente Antonio Gutiérrez y Ulloa. Fue un levantamiento popular.

No obstante que hubo levantamientos en otras partes del país que acompañaron este primer esfuerzo, como en Pedro Grande, Santiago Nonoalco, Cojutepeque, Tejutla

( levantamientos indígenas) Usulután, Chalatenango, Santa Ana, Metapan y en diciembre en Sensuntepeque, al final las fuerzas independentistas fueron aisladas y derrotadas y muchos de sus dirigentes nacionales y locales fueron enviados a la cárcel en la ciudad de Guatemala.

Es importante rescatar de esta primera experiencia en términos de programa y de participación popular, que en Santa Ana los insurgentes del barrio España exigieron las siguientes demandas: 1. Que se quiten los impuestos del fondo de reserva (cuatro reales anuales que tenia que pagar todo hombre desde la edad de doce años hasta la de cincuenta 2. Que se quite la alcabala (medio real por cada peso del valor de la venta de una res) 3. Que se quiten los estancos de aguardiente 4. Que el tabaco se venda en los estancos a tres reales la libra 5. Que dejen de mandar los chapetones y que solamente manden los criollos. Son derrotados por las fuerzas coloniales y capturados Juan de Dios Trigueros y su mujer Juana de Dios Arriaga; Lucas Monzón y su mujer Inés Anselma Ascensio, Juana Dominga Fabia de Reina, mujer del cabecilla Francisco Reina.

En Metapan “los vecinos indios y ladinos se insubordinan…Los principales autores de la insurrección fueron el Alcalde indio Andrés Flores, su hermano Lucas Flores, el negro José Agustín Alvarado, la señora María Madrid.” En Sensuntepeque, participan del levantamiento las señoras María Feliciana de Los Ángeles y Manuela Miranda.

El arzobispo de Guatemala, Ramón Casaus y Torres, un personaje siniestro, calificó a los patriotas como “bandidos, asesinos y herejes.” Durante 1812 y 1813 los patriotas se repliegan y se dedican a reagrupar sus fuerzas y a realizar labores de propaganda como la colocación de pasquines en las casas de los principales funcionarios coloniales. Se logra crear una sólida estructura organizativa en los cinco barrios de la capital: Concepción, San Esteban, Remedios, Candelaria y San José.

En enero de 1813 se realiza una manifestación para exigir la libertad del padre Manuel Aguilar, encarcelado en Guatemala desde 1811. El Intendente se ve obligado a liberarlo y esto se constituye en una importante victoria popular. Es liberado el 5 de marzo y pronuncia un valiente discurso en el que denuncia a la opresión colonial.

Entre otras cosas plantea Aguilar en su discurso que “si por decir la verdad se me persigue, estoy pronto a marchar al sacrificio, porque como representante de Cristo, es mi deber predicar la verdad…”

En diciembre de 1813 los sectores populares eligen a Manuel José Arce como Diputado a Cortes, derrotando a los candidatos realistas, así como eligen a Alcaldes independentistas en los cinco barrios de la capital. Esta victoria fue celebrada con una misa en la iglesia Parroquial presidida por el padre Vicente Aguilar.

2. Pedro Pablo Castillo y el levantamiento de 1814

El 24 de enero de 1814 ocurre un segundo levantamiento, esta vez como respuesta a una acción represiva del Intendente Peinado que manda poner en la cárcel a algunos de los Alcaldes elegidos democráticamente recientemente por los diversos barrios, aprovechando los espacios abiertos por la Constitución de Cádiz de 1812, que permitió la representación popular, garantizando así a los sectores independentistas un nuevo terreno para acumular fuerzas en contra de la Corona española. Peinado ordenó la captura del Comisionado Francisco Campos, y de los alcaldes Domingo Ramos, de José Obispo Campo y de Pedro Pablo Castillo (1780-1817).

Castillo, de origen humilde, nace en el barrio de Candelaria, cohetero de oficio, mestizo, combativo, fue un destacado luchador independentista. Los españoles lo identificaron acertadamente como el alma de la revolución.

Ya antes en 1813 el Intendente Peinado había invalidado en dos ocasiones las elecciones realizadas de acuerdo a la Constitución de Cádiz de 1812, debido a que siempre ganaban los candidatos independentistas, hasta que en la tercera elección logró que se eligieran algunos de sus seguidores. Entre los Alcaldes electos se encontraban Juan Manuel Rodríguez, Pedro Pablo Castillo, Felipe Herrera, Manuel Delgado, Tomas Carrillo, etc.

Frente a este hecho represivo, Pedro Pablo Castillo, Alcalde segundo de San Salvador que no fue capturado se reúne en la sacristía de la Parroquia (Iglesia del Rosario) y convoca a la población a reunirse en el Ayuntamiento. Y se van concentrando grupos de manifestantes, gritando por las calles: ¡libertad! ¡libertad! Se manifiestan en franca actitud insurreccional: 150 en la Parroquia; en un solar vacío detrás de la parroquia otros 150 al mando de Manuel José Arce; frente al Convento de San Francisco (ahora ex Mercado Cuartel) mil hombres, en la plazuela de la Presentación, mil hombres, en la plazuela de Santo Domingo (hoy Catedral), otros mil hombres y también habían concentraciones en La Merced y en el puente del Acelhuate. Pedro Pablo Castillo, al mando de las fuerzas en san Francisco, se enfrentó en duelo de balas con el jefe militar español Zaldaña y lo derrotó. La muerte de Zaldaña asustó a algunos líderes independentistas, pero también caldeo el ánimo insurreccional de los sectores populares.

Las masas populares se indignaron por la captura de los alcaldes y se lanzaron a las calles para exigir: libertad de los presos políticos y desarme de los “voluntarios.” Peinado se negó al principio pero luego cedió en el primer punto. Y ganó tiempo para contraatacar y derrotar a los sectores rebeldes, los cuales fueron capturados y enviados a la cárcel en Guatemala. A los lideres los sometieron a “juicios de infidencia.”

El alcalde Juan Manuel Rodríguez al observar el ánimo insurreccional de los sectores populares decide ir a convencer a Peinado para que ponga en libertad a los capturados y logra su objetivo. Pero a medianoche, una patrulla del Cuerpo de Voluntarios de Fernando VII, grupo paramilitar al servicio de la Corona, dispara de manera criminal contra un grupo de patriotas que estaba en San Francisco y asesinan a Faustino Anaya y hieren a Domingo Lara.

Se declara la insurrección. No se asaltan los cuarteles por falta de armas. El Intendente decreta la ley marcial y sus tropas abren fuego contra los insurgentes. Pedro Pablo Castillo logra huir auxiliado por el padre Vicente Aguilar, que le presta el caballo y sus hábitos sacerdotales, luego que la tarde del día 25 la orden de su arresto fue publicada por bando militar en las cuatro esquinas de la Plaza mayor (hoy Plaza Libertad) y fue despachado por cordillera hacia las otras ciudades de la provincia. El 26 de enero son capturados el Alcalde primero Juan Manuel Rodríguez, Crisogono Perez y Santiago José Celis. En Chalatenango capturan al Alcalde Antonio Valle, en Usulután a Gregorio Melara y Juan José Mariona, agitadores independentistas. Son enviados a la cárcel en Guatemala.

Todavía el 27 de enero el pueblo insurrecto se toma el barrio La Vega y es desalojado por las tropas realistas. En marzo encarcelan de nuevo en Guatemala al padre Manuel Aguilar. El 2 de abril encarcelan a Nicolás y Vicente Aguilar, ambos sacerdotes. El 17 de abril José Santiago Celis, sonsonateco, “patriota de corazón, ardiente entusiasta por la libertad, fue estrangulado inhumanamente, ceñido con un cordel al cuello, en un pilar interior de las cárceles de San Salvador, por orden de Quiroa (Larde y Arthes, 1930) El 5 de mayo encarcelan a Manuel José Arce, al padre Mariano Antonio de Lara y a Juan Arauzamendi. Peinado ordena que se declare sospechosa toda reunión de tres hombres y que los rumbos y bailes, sean concluidos en horas tempranas.

En enero de 1817 una real cedula concedió indulto a todos los reos políticos. Con algunas excepciones, a Domingo Antonio de Lara se le condenó en mayo de ese año, a ocho años de presidio en El Morro de La Habana. El 14 de agosto de 1817 muere en Jamaica el luchador independentista Pedro Pablo Castillo. El 4 de julio de 1818 fueron puestos en libertad los reos políticos del levantamiento de 1814. El 25 de mayo de 1819 muere en Guatemala el padre Manuel Aguilar, confinado en ese país desde 1814.

El 24 de julio de 1820 surge la prensa revolucionaria en Guatemala, con el periódico El Editor Constitucional, publicado por el Dr. Pedro Molina, destacado independentista. Para contrarrestar esta iniciativa, los conservadores fundan a su vez el periódico El Amigo de la Patria, conducido por José Cecilio del Valle.

3. El Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821 y el temor a las masas independentistas

Grandes movilizaciones populares obligaron en la ciudad de Guatemala, el 15 de septiembre de 1821 a declarar la Independencia y colocar en su primer artículo que “para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.” Tenían los criollos temor de las masas populares.

Durante este año en febrero en la población de Iguala, México, el general del Ejercito Español, Agustín de Iturbide, había proclamado la independencia de México. Este hecho iba a influir sobre las clases dominantes locales para buscar salidas mediatizadas que resolvieran la crisis política existente, pero que evitara una solución radical. Por su parte, los sectores independentistas cuentan ya con una década de experiencia política y están en la disposición de avanzar hacia la independencia.

El 14 de septiembre se realizo en San Salvador un Cabildo Abierto para conocer sobre el Plan de Iguala, en el cual”el vecindario entusiasmado opta por la independencia incondicional” (Monterrey, pág. 61). Ese mismo día en la ciudad de Guatemala, fue convocado otro cabildo Abierto en el Palacio de los Capitanes Generales, para evaluar la situación existente, que acuerda convocar para el siguiente día a Junta General.

El 15 de septiembre luego de una intensa y acalorada discusión, el sector conducido por José Matías Delgado logra en Guatemala que se declare la emancipación política de Centro América. Al acta de esta reunión se le llamó Acta de Independencia y fue redactada por José Cecilio del Valle, quien le imprimió su propia visión ambigua y reaccionaria. Sobre el primer artículo Larde y Arthes (1930) opina que “envuelve una amenaza y teme a la soberanía del pueblo, a quine no concede el derecho de proclamar la independencia. La redacción es maliciosa.”

El 21 de septiembre se conoció la noticia en San Salvador y se convocó al Ayuntamiento, el cual proclamó el Acta de Independencia de San Salvador. El 30 de septiembre se efectúan elecciones para nombrar a los siete miembros de la Junta Consultiva de Gobierno. Las elecciones son ganadas por los patriotas y entonces el Intendente Barriere de manera dictatorial como era su estilo, disuelve la reunión y captura a Domingo Antonio de Lara, Manuel José Arce, Juan Manuel Rodríguez y los remite a Guatemala. El 27 de octubre se nombra a José Matías Delgado como Intendente de San Salvador, que al asumir su cargo libera a los patriotas encarcelados por Barriere, y los incorpora a su gabinete.

El PCS (1964) considera que en 1821 “la independencia llevó a los añileros al poder.”

4. José Matías Delgado, luchador antiimperialista 1767-1832

El sacerdote José Matías Delgado (1767-1832) es la figura más destacada del combativo movimiento independentista que se enfrentó a la Corona española de Fernando VII, a las pretensiones imperialistas del Emperador mexicano Agustín de Iturbide e incluso a la prepotencia del papa León XII. Fue un ardiente patriota, organizador, agitador, educador, organizador, conspirador, diplomático, ideólogo, teórico y conductor político y militar de las primeras décadas del siglo XIX.

En el caso de José Matías Delgado debemos proceder a una minuciosa y objetiva labor de rescate histórico, hay que arrebatárselo a la oligarquía y reivindicar desde los sectores populares su recia figura antiimperialista, porque él fue el símbolo inicial de nuestra lucha desde los oprimidos contra los imperios, derrotó tanto a los españoles como a los mexicanos. Por muchos años la derecha se lo ha apropiado y la izquierda no ha tenido la madurez para asumirlo como figura.

Y es que José Matías Delgado procedía de los sectores terratenientes añileros. Pero su origen de clase era diferente a su posición de clase. Toda su vida la dedicó a luchar por las ideas que ganaron desde muy joven su corazón y su mente: las ideas de la independencia y de la justicia social. Debemos rescatar la herencia teórica y las tradiciones revolucionarias de esta primera generación de salvadoreños y salvadoreñas que rompieron con el pensamiento colonial y se abrieron a las luchas e ideas liberales.

El 5 de noviembre de 1811 Delgado encabezó la revuelta popular con toques insurreccionales que inició con el toque a rebato de las campanas de la Iglesia La Merced. Estuvo acompañado de un grupo de patriotas que desafiaron el orden colonial establecido y proclamaron la independencia. Acompañaron al San Salvador insurrecto las poblaciones de Metapan, Zacatecoluca, Usulután y Chalatenango. Fueron derrotados y muchos de ellos encarcelados y exilados.

La noticia de la independencia se conoció en San Salvador hasta el 21 de septiembre y fue recibido con mucha alegría. Delgado regresa a la capital salvadoreña y asume la jefatura política de esta provincia el 28 de noviembre de 1821.

5. La resistencia popular contra el Imperio Mexicano de Iturbide 1822

Y el primer desafío que enfrenta Delgado es encabezar la resistencia popular contra las pretensiones imperialistas del Brigadier Agustín de Iturbide que confiaba en anexar la provincia al Primer Imperio Mexicano. Ya el 7 de diciembre de ese año san Vicente rechaza la anexión a México. Y lo mismo hace el Ayuntamiento de San Salvador. Fueron los únicos, los demás capitularon.

El 5 de enero el Capitán General Gabino Gainza acuerda la incorporación de Centro América al Imperio mexicano. El 11 de enero San Salvador en protesta se separa de Guatemala y nombra como Presidente de la Junta Provisional Gubernativa a José Matías Delgado. “La Junta abolió el tributo que se pagaba a los reyes de España, declaro abolidas la esclavitud, y a El Salvador, libre e independiente de España y de México.” (Monterrey, pág. 76) Por su parte, Santa Ana, Sonsonate y San Miguel se unieron al Imperio de México.

El 3 de marzo de 1822 se libra en los Llanos del Espino, en Ahuachapán, la primera batalla victoriosa en defensa de nuestra primera independencia, en contra del Imperio Mexicano, conducida por el Coronel Manuel José Arce, recién nombrado jefe del Ejercito Nacional, que logra apoderarse de Sonsonate, y anteriormente había asegurado Ahuachapán. Un siglo después, en diciembre de 1944, en el mismo lugar se libraría una heroica gesta de la juventud salvadoreña contra las dictaduras militares. El11 de junio de 1822 el ejército de Iturbide, al mando del coronel Manuel Arzu, penetra en San Salvador, y ocupa el Barrio El Calvario, donde las tropas invasoras saquean, asesinan y queman casas. Pero son derrotados y tiene que huir hacia Guatemala.

El año siguiente 1824, Delgado realiza una colecta popular con la que compra en Guatemala la primera imprenta y el 31 de julio aparece el primer periódico salvadoreño, Semanario Político Mercantil, con una clara línea antiimperialista y liberal, desde donde se desarrollaron importante polémicas contra la ideología colonial y conservadora.

Una de estas polémicas fue la que desarrolló contra el arzobispo Casaus y Torres, de Guatemala e incluso contra el mismo Papa, dado que los sectores populares y liberales acordaron nombrarle el 5 de mayo de 1824 como Obispo y esto desató la furia de los conservadores. Delgado se mantuvo firme hasta que abdicó en 1829, luego de las amenazas “condenatorias” del mismo Vaticano.

6. José Simeón Cañas y la Abolición de la Esclavitud 1823

El 31 de diciembre de 1823 José Simeón Cañas propuso y fue aprobada su moción por la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas de Centroamérica la abolición de la esclavitud. Este fue un paso de avance histórico en el camino hacia la igualdad social, en una época marcada por la existencia de elites feudales y esclavistas. Otra medida relevante fue la aprobación de una nueva Declaración de Independencia en la que de manera categórica se manifestaba que las naciones centroamericanas eran libres tanto de España como de México.

Dijo Cañas en esa ocasión: “vengo arrastrándome y si estuviera agonizando, agonizando viniera, para hacer una proposición benéfica a la humanidad desvalida…”

En 1825 se realizan elecciones para la presidencia de las provincias Unidas de Centroamérica y se enfrentan el salvadoreño Manuel José Arce y el hondureño José Cecilio del Valle. Con el apoyo de las fuerzas progresistas gana Arce, pero después ya en su gestión establece alianzas con los sectores conservadores, dándoles la espalda a sus antiguos aliados, y su gestión es al servicio de las fuerzas oligárquicas, por lo que los sectores liberales organizan la resistencia. Y surge un conflicto entre los gobiernos federal y los estados federados, que al final conduce a la disolución de la unión. Es en este contexto que surge la figura combativa de Francisco Morazán.

Ese mismo año 1825 en un gesto audaz y necesario se somete a censura las pastorales, edictos y circulares del archirreaccionario arzobispo Casaus y Torres, bajo pena de muerte, destierro o presión. El siguiente año, 1826, la Asamblea legislativa define las Fiestas Cívicas del Estado, que resultan muy ilustrativas de la visión política de la época: Día de la Santísima Trinidad, 6 de febrero, en memoria de los muertos por la libertad de la Patria; 4 de marzo, fecha de instalación del Congreso Constituyente del Estado de El Salvador en 1824; 3 de junio, en recuerdo de la victoria que el año 1822 se obtuvo sobre el primer ejercito imperialista de Guatemala; 12 de junio, fecha en que se decreto en 1824 la primera Constitución del estado; y 6 de agosto, día de El Salvador.

En 1827 llega al país y se nombra al internacionalista Coronel Rafael Merino, guayaquileño, del Ejercito del Libertador Simón Bolívar, como Comandante General del ejército salvadoreño; lo acompañan su hermano Guillermo Merino, y Alejo Sumaestre. Contribuyeron a la reorganización de esta institución, que todavía no era permanente. El 30 de abril de 1828 Rafael Merino será fusilado en San Miguel por tropas federales. El 9 de agosto de ese año fuerzas salvadoreñas al mando del colombiano Coronel Juan Prem se toman la población de Ayutuxtepeque.

En 1829 asume el gobierno José María Cornejo (1829-1830 y 1830-1832), y es el primer dictador salvadoreño ya que impulsa una política represiva contra los sectores populares, además de ser corrupto, servil, impuso la censura, suspendió periódicos, exiló opositores. Encabezó el movimiento para separar el país de la Federación Centroamericana. Junto a Arce proclamó la independencia de El Salvador (1832). Derrotado por Morazán, fue encarcelado en Guatemala.

7. La lucha contra los tributos injustos y las guerras. 1832

En agosto de 1832 el gobierno de Mariano Prado aprobó un impuesto individual para todos los ciudadanos del estado. Alrededor de la protesta contra este infame decreto se nuclearon los sectores populares hasta lograr su derogación en enero de 1833, en lo que fue una sonada victoria popular. Entre los levantamientos más destacados se encuentran los siguientes: en octubre se levantaron los barrios capitalinos; el 10 de noviembre en Izalco, conducidos por el padre Pablo Sagastume, Felipe Vega y Manuel Anaya, se tomaron el pueblo y luego se dirigieron a la ciudad de Sonsonate y la saquearon.

También hubo levantamientos en Zacatecoluca y San Miguel. Este último fue dirigido por Vicente Goyenaga, y fue muy radical, ya que fusilaron a las principales autoridades del gobierno central y municipal. Lo mismo pasó en Chalatenango y Tejutla, en donde fusilaron a las autoridades, en un levantamiento conducido por el padre Felipe Vides.

El ánimo insurreccional de las masas también se manifestó en noviembre de 1882 contra del reclutamiento obligatorio en las poblaciones de San Juan y Santiago Nonualco, que protestaron por ser blanco predilecto de las infames “reclutas.” Es en este marco que luego surgiría la gloriosa insurrección de Anastasio Aquino.

8. La epopeya de Anastasio Aquino 1833

El indio Anastasio Aquino se rebeló en enero de 1833 contra las levas forzadas de jóvenes indígenas para pelear en las guerras entre conservadores y liberales, así como en contra del saqueo de su tierras ancestrales por los europeos y luego por los criollos, y logró organizar un ejercito guerrillero de 3000 hombres armados de lanzas de huiscoyol con los que logró tomar las ciudades de Zacatecoluca y San Vicente, y en esta ultima ciudad se coronó rey de los Nonualcos con la corona de la imagen de San José, que se veneraba en el templo del Pilar.

Aquino derrotó el 1 de febrero a las fuerzas gubernamentales en el río Guisculapa. El 5 de febrero se toma Zacatecoluca y nombra como Comandante a su lugarteniente Francisco Castro, el 15 de febrero fusila al alcalde de Apastepeque y se tomó la ciudad de San Vicente. El 16 de febrero da a conocer en Tepetitan sus famosos decretos legislativos. El 27 de febrero obtiene una nueva victoria entre Olocuilta y Comalapa, sobre las tropas de San Martin. El 28 de febrero es derrotado en Santiago Nonualco. El 24 de julio es fusilado en san Vicente y su cabeza puesta en una jaula en la cuesta de “Monteros.”

Colocarse la corona de san José fue un gesto de profundo simbolismo revolucionario, de ruptura ideológica con la religión opresora que se les había impuesto por la conquista española. Además de estratega militar, Aquino promulgo los Decretos de Tepetitan y diseño una táctica guerrillera llamada cien arriba, cien abajo. Fue fusilado en la ciudad de San Vicente y su cabeza fue expuesta para escarmiento de los futuros rebeldes, como “ejemplo de revoltoso.” Lo mismo harían cien años después en 1932 en Izalco con la cabeza del cacique indígena Feliciano Ama.

Aquino enfrenta al gobierno de Mariano Prado (1823-1824,1826-29, 32-33) que había llegado al gobierno como resultado del derrocamiento por Morazán de Cornejo, y contaba con el apoyo de José Matías Delgado y de Doroteo Vasconcelos. Prado entregó el gobierno a Joaquín de San Martin.

Roque Dalton considera que en El Salvador Aquino “es una figura central en la historia revolucionaria.” Por su parte Jorge Arias Gómez, escribe que “Aquino esta y estará presente, oculto o en la vanguardia de la protesta, con su grito reivindicador enarbolado en su alta figura, mientras las masas del campo vivan en condiciones menos humanas, marginados de los beneficios de nuestra ponderada cultura occidental…”

El PCS considera que la gesta de Anastasio Aquino “enlazó las reivindicaciones de las masas campesinas comuneras con la lucha por el poder…es el primer acto insurreccional de los jornaleros semi-libres, precursores de los actuales asalariados agrícolas, proletarios del campo.”

En 1838 Timoteo Menéndez (1838-1839) sofocó una rebelión indígena en Zacatecoluca y Cojutepeque que el 23 de mayo de 1837 atacaron la guarnición de san Vicente, cinco años después del ataque de Anastasio Aquino

9. Francisco Morazán y la lucha por la unión centroamericana. 1829-1842

Morazán fue Presidente Federal 1829-1842 y figura principal de las luchas populares del siglo XIX. Se enfrentó a Arzobispo Casaus, según Dalton “la siniestra figura, brazo armado de la mas negra reacción.” Luchó contra el General reaccionario guatemalteco Rafael Carrera y contra el Cónsul ingles Federico Chatfield. Por lo que fue un consumado jefe liberal, unionista, anti-ingles, anti-clerical, anti-oligárquico, y estratega político-militar.

Su historia inicia en abril de 1827 cuando asume la defensa del gobierno liberal de Dionisio Herrera y derrota la rebelión de Justo Milla en la Batalla de la Trinidad, convirtiéndose en el líder de los liberales centroamericanos. En esta batalla participo un destacamento de tropa salvadoreña al mando del capitán Vicente Huezo. Luego va en ayuda de los liberales salvadoreños y logra el triunfo en la batalla de El Gualcho (1828) y también gana la batalla de La Charca en solidaridad con los liberales guatemaltecos (1829).

En enero de 1829 nombra a sus fuerzas como Ejercito Aliado Protector de la Ley. El 10 de julio expulsa de territorio guatemalteco hacia Cuba al nefasto Arzobispo Casaus y Torres así como a otros religiosos. En 1830 y 1834 es elegido Presidente de la Republica Federal de Centro América. En 1839 es nombrado Jefe de estado de El Salvador, cargo al que lo obligaron a renunciar y a embarcarse al exilio en Perú. Regreso para enfrentar la amenaza imperial inglesa.

Fue fusilado en la Plaza de San José, Costa Rica el 15 de septiembre de 1842, a los 50 años, había nacido en Tegucigalpa, Honduras, el 3 de octubre de 1792. Antes de ser fusilado escribió su Testamento Político, en el que llama a la juventud a asumir el ideal unionista.

Abolió los diezmos y primicias de la iglesia, decreto la desamortización de los bienes de las comunidades religiosas, otorgó libertad de cultos y la libertad testamentaria, promulgo la Ley de Divorcio, convirtió en prisiones modelos y escuelas los conventos de los curas y monjas, fomentó y democratizo la enseñanza, instaló imprentas en todos lo estados, propicio el surgimiento de periódicos, impulso el arte y la ciencia, etc. (Dalton 1962)

Morazán no pudo terminar el periodo para que fuera electo, debido a que los conservadores lograron imponer el separatismo y solamente El Salvador se mantuvo firme, al final triunfo según Dalton (1963) “la gran ofensiva reaccionaria que había logrado desmembrar Centroamérica.”

Según Cuenca (1994) para Morazán “la lucha no era otra que el choque entre los intereses del pueblo, intereses económicos, sociales y políticos, contra el bastión de los intereses de las castas feudales aristocráticas y reaccionarias.”

10. La invasión militar inglesa a El Salvador en 1844

Ya durante la presidencia de Juan José Guzmán (1842-1844) el buque ingles Champion bloqueo el puerto de La Unión. Durante la presidencia del conservador general Francisco Malespín, (mayo a octubre de 1844) el imperialismo ingles invadió El Salvador. Malespín, había ascendido a la presidencia gracias a las influencias de su padrino, el siniestro Obispo Jorge Viteri y Ungo, quien un año después en 1845 tuvo que excomulgar debido a que fusiló al presbítero Pedro Crespín y saqueo varias iglesias en León, Nicaragua.

Sucedió que “a causa de reclamos hechos a su cónsul por varios ingleses en El salvador, reclamos de tipo económico, enfilados contra el Gobierno, varios barcos ingleses bloquearon el puerto salvadoreño de La Unión y sus marinos desembarcaron en islas salvadoreñas del Golfo de Fonseca. Pese a su original oposición a aquella medida de fuerza del imperialismo ingles, el gobierno de Malespín, pagó finalmente las deudas reclamadas.” (Dalton 1963)

Por su parte, el historiador Monterrey (1977) plantea que en octubre 26 de 1849 fuerzas navales inglesa se apoderaron d e las islas Meanguera, Martin Pérez, y Zacate Grande de la bahía de Conchagua y establecieron un férreo bloqueo en el puerto de La Unión, con el fin de impedir la “Feria de la Paz” que se celebraba en San Miguel.” Pensamos que ambos historiadores se refieren al mismo suceso, aunque le damos mayor crédito a Monterrey.

Por otra parte, el 2 de enero de 1845 Micaela Guzmán organizó una manifestación de mujeres calvareñas en apoyo al vicepresidente Joaquín Eufrasio Guzmán. Asimismo el 23 de noviembre de 1846, los indígenas de Santiago y San Juan Nonualco, bajo el mando de Petronilo Castro, se sublevan contra el gobierno de Eugenio Aguilar.

11. Los ingleses bloquean el puerto de Acajutla en 1848

Doroteo Vasconcelos que gobernó del 1848 al 1851 fue un Presidente liberal, progresista, morazanista. “Durante su gobierno, el barco ingles Gorgón bloqueó el puerto de Acajutla en reclamo de una deuda de la extinta federación.” (Dalton 1963)

Monterrey (1977) establece que “en octubre 27 de 1850 el Comandante de la Armada Inglesa notificó en Acajutla del bloqueo de toda la costa salvadoreña, y advirtió que si se les negaba víveres y agua, procederían al bombardeo hasta destruir la población.”

Vasconcelos se enfrenta con el dictador Carrera pero es derrotado en la Batalla de La Arada, lo que permitió que Carrera impusiera al presidente títere Francisco Dueñas en 1851. Dueñas fue un elemento conservador, precursor de la oligarquía cafetalera, represivo, nada más y nada menos que el bisabuelo de Archie Baldocchie Dueñas (+), quien fuera hace algunos años Presidente del Banco Agrícola Comercial y del partido ARENA.

Durante la década de los años 40 el imperialismo inglés había avanzado en sus pretensiones territoriales ya que Honduras había sido despojada de las islas Roatán y pretendían arrebatarle Amapala; Nicaragua había sido despojada del puerto de San Juan del Norte y La Mosquitia; Costa Rica de Bocas del Toro y Guatemala de Belice, mientras México pretendía apoderarse del Soconusco (Chiapas) y al final lo logró.

12. Gerardo Barrios y la lucha contra la oligarquía. (1858-1863)

Gerardo Barrios fue un fiel seguidor de Francisco Morazán, incluso participó siendo un joven de 15 años, en 1828 en la famosa batalla de Gualcho, luego fue el que encabezó el contingente salvadoreño que se enfrentó al filibustero William Walker que había invadido Nicaragua. Fue parte del Estado Mayor del Ejército Federal, junto con Trinidad Cabañas.

Progresista, liberal, anti-oligárquico, anti-imperialista, anticlerical, unionista, apoyo siempre a los coquimbos o morazanistas. El 21 de abril de 1857 sale hacia Nicaragua conduciendo la 4ta. División Auxiliar, con la cual El Salvador completaba los 6,000 combatientes con los que contribuyo para la derrota de los filibusteros en Nicaragua. Cuando regresa a El Salvador luego de la derrota de Walker se enfrenta a Rafael Campo. Cuenta con el apoyo del incipiente movimiento artesanal.

Enfrentó también al dictador Carrera, aliado con Francisco Dueñas, que gobernó de 1863 a 1871. En 1863 Barrios es derrotado por la invasión salvadoreña-guatemalteca, desde entonces quedo sellada alianza entre ambas oligarquías. Es fusilado el 29 de agosto de 1865, luego de ser capturado en Corinto, Nicaragua y entregado a Dueñas.

A las 3 a.m. fue llevado al Cementerio General de San Salvador, en donde fue ejecutado. Al pasar por El Calvario, donde vivían sus fieles partidarios, dijo: “¡Los calvareños duermen, y yo voy a la muerte!” Se cuenta que sacó su pañuelo, se enjugó con él la frente y se lo entregó a su cuñado Ansaldi, diciéndole: “Ultimo recuerdo para mi pobre Adelaida”

Sus ultimas palabras fueron: “He sido vanidoso, pero mi vanidad ha servido para el engrandecimiento de El Salvador. He sido ambicioso, lo soy y lo seré hasta en la otra vida. Uds. no van a matar a un hombre común, a un cualquiera. ¡No!, Matarán a un hombre de Estado, que ha dedicado la mayor parte de su existencia a la grandeza de su Patria. Mi sombra os perseguirá y el pueblo salvadoreño me vengará algún día…”

( www. comisioncivicademocratica.org)

Barrios dijo antes de morir, mientras rezaba el padrenuestro: “hágase la voluntad del Arzobispo Zaldaña y del Presidente Dueñas” (Dalton 1963)

El economista Menjivar (1978) señala el año de 1864, bajo el gobierno de Dueñas, como el año que madura la transformación de “la estructura económica colonial” basada en la economía añilera y que luego culmina “en el periodo de acumulación originaria…ubicable en su parte más intensa entre 1880 y la segunda década del siglo siguiente.”

Por su parte el PCS (1980) considera que “la burguesía cafetalera, en tanto burguesía agraria, dio origen a una ideología política más parecida la de la burguesía prusiana que a la de los enciclopedistas franceses…. La burguesía agraria y los terratenientes terminaron uniéndose para desplazar del poder a los restos en descomposición de los grupos de políticos aferrados al liberalismo deforme que surgió durante la lucha por la independencia de España y que propició la gesta morazanica. Este liberalismo como corriente política, tuvo su momento de mayor florecimiento bajo el liderazgo de l Capitán General Gerardo Barrios, y culminó con la frustrada Constitución de 1885.

Agrega el documento partidario que “El ultimo gobierno dominado por los liberales fue el de los hermanos Ezeta, (iniciado en 1890); su autoritarismo se enfiló, precisamente, contra los señores de la tierra y el capital agro-exportador de café; el llamado “despotismo” de los Ezeta era en realidad defensiva: la lucha final por la supervivencia del liberalismo. Por eso, el golpe de estado de “los 44” que los derrocó (1894) fue, por un lado, el triunfo de los terratenientes retrógrados, pero, también, la “partida de nacimiento” del que llegaría a ser férreo poder de la oligarquía cafetalera.”

13. La creación de la Concordia y la entronización de los liberales durante el régimen del mariscal González.

El 2 de diciembre de 1870 todavía bajo el gobierno de Francisco Dueñas, los volcaneños de Santa Ana se sublevan bajo el mando de Nicolas Lemus exigiendo que se les devuelvan sus tierras de las que habían sido despojados por los terratenientes. Bajan y atacan el edificio del cabildo, lo queman, así como ponen en libertad a los reos de la cárcel, incendian las casas de funcionarios y los ajustician. El gobierno captura luego a Lemus y lo fusila.

El Mariscal Santiago González, que gobernó de 1871 a 1876, había traicionado a Barrios, y también traicionó a Dueñas, pero trató de reivindicarse permitiendo amplias libertades políticas, ya que en su régimen se aprobó una constitución progresista y fue apoyado por el entonces alcalde de Ahuachapán, Francisco Menéndez.

El año que asume el gobierno González muere en Honduras el general morazanista Trinidad Cabañas. González además desarrollo una muy cercana relación con sectores artesanales urbanos, que lo llevó a apoyar la creación en 1872 de la Sociedad de Artesanos “La Concordia” el año siguiente, en 1873, se crea la Sociedad de Artesanos de El Salvador, que publica el periódico “El Obrero.”

Guidos Vejar (1980-45) considera que fue precisamente con González en 1871, que se origina el estado oligárquico liberal al servicio de la producción y exportación de café. Plantea que “El café, así, removía hondamente todas las estructuras salvadoreñas, modificando desde el paisaje geográficos hasta las relaciones de poder en la nación. Desde la base de la producción cafetera surgirá una nueva sociedad que terminará por romper definitivamente con la sociedad colonial que había sobrevivido medio siglo a la independencia. Los rasgos coloniales más persistentes serán redefinidos en las nuevas relaciones sociales emergentes. “

Considera el autor citado que “los cafetaleros llegaron al poder mucho antes que las nuevas relaciones sociales de producción, de las que eran portadores, se hubiesen generalizado en la sociedad salvadoreña.”

14. La lucha contra el dictador Rafael Zaldívar. 1876-1885

González se enfrentó a Rafael Zaldívar (1876-1885) que fue finalmente impuesto por una singular alianza con el presidente y reformador liberal guatemalteco Justo Rufino Barrios, no obstante su talante conservador. Zaldívar que muy represivo y en sus ocho años de gobierno, fue pilar para la formación de la oligarquía financiera, aunque ya algunas familias habían acaparado tierras desde los gobiernos de José María Cornejo y Francisco Dueñas (Vallecillos 1987) La influencia política de Dueñas era clara y fuerte durante su gobierno.

En su régimen se aprobaron leyes como la de Extinción de Ejidos (1881) y la de Tierras Comunales (1880), que fueron claves para el afianzamiento de una economía de naturaleza capitalista, ya que afectaron a “no menos del 40% del territorio nacional.” (Menjivar 1978) asimismo considera el mismo autor que fue en el periodo que llega hasta 1880 “en el que El Salvador se articula al mercado mundial.”

También Menjivar considera que estos procesos condujeron “al surgimiento del proletariado y semiproletariado agrícola…en este marco podemos ubicar los reducidos núcleos de obreros que giran en torno de minas, y ferrocarriles controlados por ingleses primero, y norteamericanos después, además de los beneficios de café en manos de inmigrantes.”

Durante su administración, en 1882 se autorizo a la Compañía del Ferrocarril de Acajutla “para construir una vía que conectara las principales zonas cafetaleras entre Acajutla y Sonsonate…la compañía contrajo deudas externas (con el mercado ingles) e internas (crédito otorgados por los señores Medina y Guirola) y luego asumidas por el estado en su calidad de Garante.” (Menjivar, 1980). En 1892 continua la expansión de las vías férreas.

Fue el 4 de Junio de 1882, que el Presidente Rafael Zaldívar inauguró oficialmente el servicio del ferrocarril, con la llegada a Sonsonate de la primera locomotora que conducía un convoy de pasajeros y carga. A partir de aquel día, la región fue ensanchada de una fuerza generadora de progreso y turismo que convirtieron a Sonsonate en paso obligado y lugar de estacionamiento del movimiento de carga y pasajeros, que por Acajutla entraban al país hasta llegar a la ciudad capital. La máquina rodante constaba de dos locomotoras “American Type”, de 16 toneladas de peso cada una; un carro para pasajeros de primera clase con ventanilla de vidrio y persianas, ventilación suficiente y cómodos asientos; un carro góndola con techo, descubierto a los lados; catorce carros pequeños de trabajo y un carro para rieles. (www.cepa.gob.sv)

“En 1880 empezó a funcionar el Banco Internacional de El Salvador como banco privado emisor de billetes. El banco fue fundado mediante un contrato entre el Ministro de Hacienda, don Pedro Meléndez y don José Francisco Medina, el 5 de abril de 1880. Tenía la facultad de emitir billetes de curso legal, pagados a la vista y al portador. Le fue concedida la facultad de emisión exclusiva por 25 años.”

“El Banco Salvadoreño, que había nacido en 1885 con el nombre de Banco Particular de El Salvador, fue creado por una concesión del Ministerio de Fomento a los señores Mauricio Duke y Francisco Camacho. A éste también se le dio la facultad de emitir billetes pagaderos a la vista al portador y se le autorizó para negociar con el Banco Internacional su permiso para que sus billetes tuvieran curso legal. Fue en 1891 que cambió su nombre a Banco Salvadoreño.” (www.bcr.gob.sv)

15. El gobierno progresista del General Francisco Menéndez 1885-1890

Gobernante ahuachapaneco, liberal, progresista, patriota, derrocó a Zaldívar en la “revolución de mayo” de 1885. En su gestión se realizo la Constituyente de 1886 de donde surgió una Constitución avanzada para su época. Contó con el apoyo de intelectuales como Francisco Gavidia.

En 1888 se produce “la primera exportación de capital como capital industrial en la rama de la minería…se trata de la Divisadero Gold and Silver Minning Co. Ltd. Que se extendería en poder de capital ingles hasta aproximadamente 1920, para luego pasar a manos de capitalistas norteamericanos” (Menjivar 1980) La actividad minera, especialmente la extracción de oro y plata, se inicia en el tiempo de la colonia, los primeros registros históricos de producción minera data de 1780, sin embargo la producción de metales preciosos tuvo su mayor auge en la década de los 50. En el 2004, la empresa canadiense Pacific Rim solicitó al Ministerio de Medio Ambiente, permiso para la explotación minera la zona de El Dorado, en San Isidro, Cabañas.

El año de 1888 aparece el Compendio de Geografía de Centro América, en el que González nos dice que El Salvador “posee ricas minas de oro, plata, cobre, hierro, plomo y carbón de piedra. Las minas de más nombradía son las de Loma larga, Corozal, Divisadero, Encuentros, Tabancos y otras de los departamentos de Metapan y San Miguel. Las minas de hierro más notables existían en Metapan, departamento de santa Ana. En el departamento de Cabañas hay algunos buenos minerales, aquí, cerca de Ilobasco, hay una rica mina de carbón de piedra.”

“En 1889 comienzan los empréstitos para la construcción de ferrocarriles, que en definitiva pasarían a manos de los ingleses…” señala Menjívar (1980).

El Banco Occidental nació en noviembre de 1889. Fue fundado por León Dreyfus y el colombiano Emilio Álvarez y funcionaba en Santa Ana. También obtuvo la facultad de emitir billetes pagaderos a la vista y al portador.

El Banco Agrícola Comercial fue fundado en 1895, por José González Asturias y Rodolfo Duke. A éste se le facultó para emitir billetes al portador, al igual que a los otros bancos fundados anteriormente. Para 1898 funcionaban en el país cinco bancos: el Banco Internacional, el Banco Salvadoreño, el Banco Occidental, el Banco Industrial y el Banco Agrícola Comercial. (www.bcr.gob.sv)

16. El gobierno de los generales Ezeta 1890-1894

En junio de 1890 los hermanos Ezeta encabezaron un golpe de estado contra el General Menéndez. Opina Dalton (1963) sobre este gobierno que “no puede negársele algunos aspectos progresistas a favor de la economía nacional y en defensa de la soberanía…Terminó con los canones de guerra que se pagaban anualmente a Guatemala, reorganizo el ejercito y “aumentó los salarios de los trabajadores urbanos.”

17. La rebelión oligárquica de los 44 (1894)

Fue una sublevación de 44 “patriotas” de raigambre conservadora y oligárquica, que tuvieron éxito en derrocar a los Ezeta, como resultado de este movimiento asumió General Rafael Antonio Gutiérrez 1894-1898, “durante su Gobierno se firmo en Amapala un nuevo pacto unionista entre Honduras, Nicaragua y El salvador, que posteriormente fue desconocido por el general Regalado.

Pero fue un gobierno represivo, Vallecillos (1984) denuncia que “en 1897 los estudiantes universitarios José Gustavo Guerrero y Vicente Trigueros publicaron en san Salvador un periódico de combate al que llamaron El Látigo, y en el cual defendían con ardor y decisión la libertad del pueblo salvadoreño. En una ocasión, Gutiérrez los mando a arrestar y los incorporo al ejército como soldados rasos. Esto hizo que abandonaran el país.

Por otra parte, Prudencio Alfaro junto con el general Tomas Regalado fue uno de los 44 que aspiraba también al poder, aunque en su caso se le atribuye una tradición de apoyo popular. Gutiérrez es desplazado por quien consideraba como “su mejor amigo” el santaneco General Tomas Regalado Romero 1898-1903. Regalado murió en 1906 en un combate en Guatemala en contra del dictador Manuel Estrada Cabrera en el que participó totalmente ebrio.

Siguiendo la tradición académica de Paniagua Serrano (2002) podemos apuntar que Tomas Regalado fue el esposo de Concepción González (hija del Mariscal Santiago González) y de este matrimonio nacieron Marisa Regalado González y Tomas Regalado González. Este último fue el esposo de Marta Dueñas Palomo, nieta del expresidente Francisco Dueñas. Y de esta unión nacieron Miguel, Tomas, Raúl y Ernesto Regalado Dueñas. Tomas Regalado Dueñas es actualmente un reconocido empresario cañero, presidente del Grupo CASSA. En el gobierno de Regalado se “organiza una nueva explotación minera, la “Butters Salvador Mines Ltd.” (Menjivar 1980,44).

Y así terminamos esta breve reseña histórica del siglo XIX, que tiene el propósito de iniciar un estudio más profundo de nuestra historia, desde la visión de los que sueñan y luchan, ya que donde hay opresión hay resistencia.

Bibliografía

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Rodríguez Ruiz, Napoleón. Historia de las instituciones jurídicas salvadoreñas. SS. Editorial Universitaria. 1959

Velásquez, J. Humberto. Estructura de clases en El Salvador a fines de la colonia. SS. La Universidad 1 y 2 Enero-Junio 1960

San Salvador, agosto de 2010

*Roberto Pineda, Docente de la Universidad de El Salvador

Carta a Fidel Castro en su cumpleaños

Lunes, 16 de Agosto de 2010 / 09:51 h
Carta a Fidel Castro en su cumpleaños

Dagoberto Gutiérrez

Querido Comandante:

Ochenta y cuatro años caben en dos números y por eso parecen pocos; pero cuando se trata de la vida de las personas se puede caer en cuenta, que se trata de bastante tiempo y aun mas, cuando se trata de la historia de un pueblo, uno puede darse cuenta que la vida de una persona resulta ser parte de la vida de millones de personas, o mas bien que una vida expresa la de millones y es, en realidad como la vibración, algo así como las cuerdas de la guitarra, de aquel hilo histórico que enlaza amorosamente los acontecimientos que construyen la vida de un país.

Esa es su vida, parte rumorosa e inseparable de la historia de lucha del pueblo cubano y en esa misma medida parte también de la historia de los pueblos latinoamericanos.

El asalto al Moncada es, pese al tiempo transcurrido, o precisamente por eso, millones de campanas sonando todos los días y anunciando que cuando un pueblo se decide a caminar y a romper las cadenas que lo aprisionan, no hay poder capaz de impedírselo.

Millones de hombres y mujeres de El Salvador hemos seguido con suspenso , las noticias de sus quebrantos de salud y también hemos recibido con alborozo las demostraciones de su recuperación. Usted sabe comandante que en ciertas circunstancias la salud de una persona se convierte en parte en la lucha política mas feroz y sin cuartel y cuando el mundo atraviesa, como esta ocurriendo hoy, momentos extremos de su supervivencia, su pensamiento, su palabra, su pluma, su voz y su inclaudicable compromiso con su pueblo y los pueblos del mundo, resultan ser, Querido Comandante, un estimulo insuperable para la construcción de las esperanzas en un mundo mejor.

La isla de Cuba, su revolución, su partido y usted nos han estimulado por décadas y cuando los caminos nos han conducido a aquellos puntos de cruz calle, siempre hemos tenido su voz, su aliento, su pensamiento claro y su posición invencible. La historia del movimiento revolucionario latinoamericano se cruza, por muchos arroyuelos con la historia de Cuba y desde el aliento gigantesco de ese gigante que fue José Martí, pasando por Céspedes Agramonte, Maceo y Máximo Gómez, hasta la figura inmortal del Che Guevara, la historia de Cuba ha inspirado siempre y lo sigue haciendo, la historia del continente, es una luz que alumbra los caminos, ilumina los rincones y sacude, con el temblor de los amaneceres, la lucha de lo justo y lo injusto, de lo nuevo y lo viejo, de la revolución frente a la contra revolución.

Le cuento Comandante, que nos alegró mucho, verlo y oírlo en un programa de Tele Sur, con muy buena salud, con muy buena palabra y muy buena reflexión, fue en ocasión de una platica que usted dio a gente de la solidaridad de los Estados Unidos y pensamos, todos lo que lo queremos, que lo tendremos con nosotros todo el tiempo que dure la vida de todos nosotros.

Usted sabe, querido Fidel, que no olvidamos ningún instante, su conducta solidaria e internacionalista con el proceso revolucionario salvadoreño y que Cuba es nuestro corazón y nuestro cerebro, es decir, un aula llena de pizarras en donde se aprende que para aprender hay que sentir y que aquel que aprende mucho pero siente poco, puede terminar aprendiendo poco.

Las noticias sobre su buena salud son como bandadas de palomas blancas enamoradas del cielo; pero su vida toda, es en realidad toda la lucha, todo el trabajo, todo el pensamiento contenidos en el minuto tenaz del compromiso, por eso es que su vida asusta tanto a los enemigos de los pueblos y a los amigos de los imperios, y alegra tanto a los luchadores por el socialismo, la democracia y la vida.

El proceso político salvadoreño cruza un tenso momento de definición, con un gobierno de unidad nacional al que le resulta insuperable aprender que ningún gobierno puede gobernar para todos y mucho menos en una sociedad como la salvadoreña con creciente distancia entre los ricos y los pobres. La buena noticia es que las organizaciones populares construyen afanosamente, a partir de su experiencia cotidiana, los acuerdos fundamentales, para definir un sujeto político que aglutine y concite a la oposición y a la resistencia al neoliberalismo.

Nos sigue estimulando su participación en las actividades del partido comunista de Cuba, sabemos que se prepara el próximo congreso y confiamos que de allí saldrán las decisiones que interpreten los signos de los tiempos, el pensamiento político del pueblo cubano, la sabiduría y experiencia de sus dirigentes y la palabra y pensamiento suyo Querido Fidel.

La Revolución Cubana ha demostrado que es posible hacer la revolución en las proximidades del imperio, que es posible avanzar hacia el socialismo, aun sin aliados estratégicos como la unión soviética y ahora, cuando los tambores de guerra resuenan por el cielo y la tierra y el capitalismo amenaza a la naturaleza y a la humanidad, la revolución cubana cruza un terreno expectante y tenso que será superado, sin duda alguna, con el acopio de su experiencia, sus luces, su entusiasmo y afán revolucionario inquebrantable. Esa firmeza y flexibilidad están contenidas en su vida toda querido Comandante, y son, por eso mismo, el punto crucial que une amorosamente la revolución cubana y la vida suya.

Te deseamos en ocasión de tu cumpleaños, muy buena salud, la mejor del mundo, un laborioso descanso y visitas reposadas para saborear buenos sorbetes en el Copelia, a lo mejor una tarde de estas……