La revolución latinoamericana frente al pesimismo reformista y el optimismo revolucionario

Cuando en diciembre del 1999 estallaron los disturbios en Ecuador que llevaron a la caída del gobierno establecido y a la formación, aunque de modo muy efímero, de una autoridad tripartita que representaba la unidad de trabajadores, solados y campesinos, quedo claro que la ola revolucionaria que se había expresado inicialmente en Venezuela con la elección de Hugo Chávez el año anterior estaba en plena expansión.

Luego de ello, acontecimientos convulsivos se han expresado en prácticamente todo los países latinoamericanos y en ellos hay algunos elementos que son similares:

1.- La crisis del capitalismo global permite cada vez menos margen de acción para las capas gobernantes y menos tolerancia para las masas explotadas.

2.- La vieja casta de partidos burgueses tradicionales ha caído en desgracia generalizada.

3.- Hemos contemplado un reagrupamiento de fuerzas de izquierda: partidos, organizaciones sindicales, del campo y urbanas de distinta índole.

4.- Los métodos de lucha se han caracterizado por ser fundamentalmente urbanos, en los cuales las movilizaciones de masas y la huelga general han jugado un papel importante sin descartar autenticas rebeliones populares.

5.- El socialismo ha pasado de ser una nostalgia histórica comentada en las universidades y en reducidos círculos de izquierda para convertirse en tema de debate en calles, escuelas, fábricas, y pueblos.

6.- La actitud del imperialismo norteamericano ha sido en todos los casos de hostilidad, y sabotaje. Ha financiado, organizado o apoyado fraudes electorales, campañas de desinformación e incluso intentos de golpe de estado (Venezuela) y maniobras para desestabilizar (Ecuador y Bolivia).

Estrategias para la revolución
Estos tiempos de cambio y participación popular tienen la virtud de proporcionar espacios para un debate en el seno de los activistas del movimiento obrero y social muchísimo más productivo que el que se tenía no hace muchos años.

Debemos recordar que con la caída de los países mal llamados socialistas (1989-1992) la región e incluso el mundo sufrió una fuerte sacudida que llevó a muchos antiguos socialistas ha pasarse simplemente al otro bando (Villalobos en El Salvador, Renovación Sandinista en Nicaragua, etc.).

Otra vertiente, no muy importante pero con cierta influencia especialmente en pequeños círculos europeos, adoptó conclusiones francamente anarquistas, tal fue el caso de las corrientes que se agruparon en torno al EZLN de México, algunos de los cuales (Hallaway y Tony Negri) llegan al grado de señalar la necesidad de olvidarse del socialismo (Ver los artículos de Gustavo Esteva en La Jornada). En donde adoptando una actitud supuestamente no dogmática, repiten todos los prejuicios de la burguesía en contra del socialismo y de experiencias como la revolución bolchevique.

Esta izquierda que podríamos considerar “posmoderna” colapsó absolutamente durante el auge de las luchas de masas en América Latina.
Por supuesto las corrientes reformistas de derechas se fortalecieron apoyadas por la confusión y la ofensiva ideológica burguesa. En ese contexto muchos intelectuales comprometidos con los procesos revolucionarios tendieron a buscar salidas a la crisis de la izquierda en estrategias defensivas. Las luchas antiglobalización sólo eran el síntoma de una nueva época pero muchos veían en ellas el futuro, por ello conforme terminaba el siglo proponían formulas confusas como antiglobalización, multitud, resistencia, etc.

Sobre esta base muchos concluyeron que no veríamos a pueblos luchando por el socialismo al menos en la coyuntura inmediata. Cuando de pronto estallan las revueltas latinoamericanas de la presente década, quedan ideológicamente incapacitados para apreciar las nuevas cualidades de la situación y no pueden más que tratar de mirar el presente con los ojos de las viejas formulas equivocadas disfrazas para tratar de hacerlas aparecer como novedad.

En este rubro tenemos a una capa de intelectuales de origen sobrevivientes de la época soviética, Martha Harnecker y Heinz Dietrich Stefan entre los más conocidos, los cuales, si bien consideran la nueva oleada revolucionaria latinoamericana como autentica, tratan de analizar dicho proceso con una fuerte carga de pesimismo heredada de una incorrecta asimilación de lo que fue el “socialismo” de vertiente estalinista.

Dietrich de plano propone evitar “excesos revolucionarios” tales como romper con el capitalismo, atendiendo a consideraciones de carácter táctico en suma propone una nueva versión de la revolución por etapas sólo que de atribuye el nombre de socialismo a lo que tradicionalmente se conocía como revolución democrático- burguesa. Alan Woods hace una critica pormenorizada de esas ideas en su libro “Reformismo y revolución”.

Venezuela, una revolución sui generis
Martha Harnecker por su parte no tiene las soluciones acabadas de Dietrich y podríamos decir que en sus estudios hay una autentica voluntad de hacer avanzar el proceso. Ella siempre ha planteado a la necesidad de la formación de un partido revolucionario que conduzca el proceso, así como a la formación de órganos de poder desde abajo, no obstante, es extremadamente temerosa de llamar a las cosas por su nombre y en ese afán vuelve tan difuso el contenido del programa de la revolución y su carácter que al final lo único que siembra es pesimismo y confusión.

Uno de sus recientes libros: “Venezuela una revolución sui géneris”, rehuye totalmente a señalar el socialismo como objetivo estratégico del proceso venezolano, rehuye a llamar por su nombre al Partidos Socialista Unificado de Venezuela. Y aún más rechaza llamar antiimperialista a la revolución venezolana con el argumento de que la era de las revoluciones antiimperialistas ha pasado. En su texto sobre la estrategia de la Izquierda en América Latina señala: algunos argumentos para sustentar que no se pueden dar revoluciones antiimperialistas:
”no era lo mismo actuar en un mundo (…) donde el campos socialista servia de retaguardia de los procesos revolucionarios”
“… En un mundo donde la revolución de la información permite instalar industria en países con mayores ventajas y emigrara un país más prometedor”
“dada la correlación de fuerzas a nivel mundial se cerró temporalmente la consolidación de un proceso revolucionario antiimperialista en la región” ( Harnerker, Martha, Venezuela una revolución sui géneris” Plaza y Valdés, México 2006 Pág. 162- 163).

Para empezar tendríamos que definir que se entiende por antiimperialista, para nuestra autora esto significa “enfrentamiento total, militar y económico con el imperialismo”. A nuestro entender habría que ser más específicos, ese enfrentamiento con el imperialismo solo es posible bajo la forma de la lucha por un régimen social alternativo, solo en esa medida se puede hablar del tipo de revolución que implica enfrentarse totalmente con el imperialismo, como el único proyecto serio de esas características ha sido el socialismo en realidad Martha Harnecker niega la posibilidad de la revolución socialista en esta coyuntura.

Harnecker afirma como principales razones para hacer “imposible” una revolución antiimperialista triunfante son la falta del bloque soviético y el carácter internacional y cada vez más vertiginoso del movimiento de capitales en el mundo. Afortunadamente Harnecker no fue consejera de Lenin dado que seguramente le habría explicado que la revolución de octubre era imposible dado que la Comuna de Paris había sido derrotada. Si la tesis de Harnecker fuese valida seria imposible toda revolución futura, cuando en realidad lo que sucede es que el desconcierto se cierne sobre la clase capitalista y la propia experiencia venezolana demuestra que incluso un golpe de estado dirigido por el imperialismo no tiene necesariamente que triunfar.

De hecho la principal argumentación en contra de los señalado en su libro se encuentra en su segundo argumento “contundente” es decir en el carácter cada vez más internacional e interdependiente de la economía capitalista, la globalización entendida como el carácter cada vez más integrado de la economía mundial y la interdependencia de cada economía nacional hace que los efectos de la revolución latinoamericana se expresen en todo el mundo. Los movimientos también adquieren una escala global. Es real que no hay espacio para una revolución antiimperialista desde el punto de vista de los estrictos marcos nacionales, de hecho fue precisamente Marx quien planteó el socialismo como un proyecto de sociedad internacional, que descontaba la posibilidad de un socialismo aislado. Lenin explicó decenas de veces la imposibilidad del socialismo en un país aislado y fue solo la necesidad de Stalin para justificar su regimen despótico lo que lo llevó a consagrar la teoría del “socialismo en un solo país”. En suma la lucha antiimperialista no es internacional o no lo es y si eso es lo que quiere explicar Harnecker, pues ha descubierto el agua tibia.

Luego Harnecker plantea como estrategia política “un frente amplio antineoliberal” dado que “Las políticas neoliberales, implementadas por el gran capital financiero trasnacional respaldado por un gran poderío militar y mediático, cuyo centro hegemónico son los estados Unidos, no solo no han resuelto los problemas sino que han agudizado la miseria y la exclusión social mientras que las riquezas se concentran en cada vez menos manos” (Op Cit pág 165)

Un frente donde “podrían entrar sectores capitalistas cuya situación en el mundo de los negocios haya entrado en contradicción con los capitales transnacionales”(Op Cit pág 165)
Aquí nuevamente encontramos el famoso planteamiento del Frente Popular, esta teoría fue diseñada también por Stalin por argumentos semejantes a los de Harnerker: en los años treintas el fascismo avanzaba en Europa y la III Internacional estalinizada señalaba que la contradicción determinante en ese momento no era capitalismo y socialismo sino fascismo y democracia. Por lo cual habría que formar un bloque político con la burguesía para enfrentar la amenaza fascista. En realidad la lucha contra el fascismo se desarrolló con gran sacrificio y arrojo por parte de las bases de los partidos socialistas y comunistas, pero la política de frente popular les daba un papel directivo a representantes burgueses que en términos reales saboteaban y traicionan a los trabajadores. En la hora de los enfrentamientos la burguesía simplemente desaprecio de la escena, no obstante cuando llegó la hora de la victoria sobre el fascismo el frente popular otorgo los puestos directivos a los burgueses y en harás de no romper la unidad anifascista se perpetuo el control capitalista en Europa.

La burguesía nunca ha formado un bloque con otras clases sino a condición de que sea su programa el que se defienda, si se proclama una alianza amplia que acepte esta condición lo que se esta haciendo es supeditando la construcción del “bloque antineoliberal” al poder de veto de la burguesía “progresista” y en el fondo otorgándole la dirección política del mismo.

Nosotros nos preguntamos ¿Puede en estos momentos la burguesía de cualquier país defender un programa que no sea el neoliberal? La repuesta será no.
¿En donde o en que país la burguesía en estos momentos juega un papel progresista?
Respondemos: En ninguno.

De lo que se trata es que se construya un programa orientado a resolver los problemas de los trabajadores del campo y la ciudad, apoyados en base a un partido de trabajadores del campo y la ciudad. Una clara orientación de clase eliminaría equívocos y la posibilidad de que arribistas de la burguesía progresista se montaran en el caballo de la revolución para frenarla. Sin duda debe haber algún burgués que en el macro del proceso abandone sus posiciones de clase y se sume a la lucha, eso sería muy natural y nadie lo cuestionaría pero en esos casos se trataría de una estricta supeditación al programa y los métodos de los trabajadores sin espacio para cualquier tipo de componenda.

Por otro lado uno de los elementos claves de cualquier revolución es la construcción de espacios de poder de los trabajadores que avancen al grado de poder sustituir la antigua maquinaria estatal. Harnecker señala correctamente que la revolución venezolana adolece de dichos espacios pero a la hora de hacer una propuesta señala:
“los gobiernos locales en manos de la izquierda pueden desempeñar un papel muy importante en su estrategia de acumulación de fuerzas…”
“… podrían ser excelentes espacios para llevar adelante construcción de proceso alternativos”(Pág. 170)

Vemos que aquí también priva una imagen pesimista basada en la idea de que el capitalismo es tan popular que. “la represión es mucho menos necesaria que antes para la reproducción del sistema”( Pág. 170) y que entonces la opción es demostrar que se puede ser un administrador honesto y humanitario en los gobiernos locales creados por el régimen capitalista, para con ello dar confianza a los trabajadores de que la izquierda es confiable.

El pesimismo reinante en estas opiniones es verdaderamente asombroso, justo cuando las masas enfrentan la represión del estado de una manera cada vez más brutal Harnecker señala que la represión es “menos necesaria”, justo cuando las masas experimentan experiencias de construcción de espacios de poder proletario como lo son las asambleas populares en Bolivia y en Oaxaca y los trabajadores ocupan y ponen a funcionar fabricas abandonadas por capitalistas en Venezuela, Brasil, etc., hay alguien que dice que la opción no es eso sino ganar alcaldías y municipios y ser buenos gestores del capitalismo. Con esta visión se tiende un puente hacia los elementos más oportunistas que pretender sustituir la verdadera actividad revolucionaria de masas con el trabajo burocrático de instituciones que en realidad estorban la iniciativa de las masas. La propia experiencia venezolana demuestra que hay una especie de barrera entre muchas iniciativas de las masas y el gobierno de Chávez y viceversa, lo que ha llevado intentar construir iniciativas paralelas a la estructura formar del estado, como las misiones y a tratar de crear un autentico partido de la revolución que elimine las trabas burocráticas de los gobiernos locales

Conclusiones
Lo más lamentable de las opiniones de Harnecker es que no son nuevas, ya en el pasado han demostrado su ineficacia para llevar al triunfo a la revolución: Guatemala, Chile, Bolivia (en décadas anteriores) o para intentar frenarlo cuando este triunfa. No han pasado siquiera veinte años de la derrota de Frentes Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, donde el empecinamiento de la dirección del FSLN por sumar a una burguesía permitió que esta misma le diera una puñalada por la espalda al proceso.

Paradójicamente Harnecker pone a la dirección del FSLN como argumento para justificar una política de supeditación que, esta demostrado, llevaría a la derrota de la revolución dado que invitar a sumarse al proceso a los enemigos declarados del mismo.

Afortunadamente hay cada vez más trabajadores y activistas que se dan cuenta que no basta con las viejas formulas del estalinismo sino que hay que avanzar sin miedos y basados en una absoluta confianza en la iniciativa creadora de las masas por la vía de la revolución socialista, basándose en la herramienta teórica del autentico marxismo.

Llamamiento sobre la situación de Latinoamérica

Llamamiento sobre la situación de Latinoamérica

• La izquierda revolucionaria en una encrucijada
• Construyamos un polo independiente, de la clase trabajadora, los sectores populares y la izquierda revolucionaria

La 3ª Reunión Internacional de la Corriente Socialismo o Barbarie, realizada a fines de marzo pasado en Buenos Aires, deliberó acerca de la presente situación mundial y especialmente de América Latina. A partir de las conclusiones que se desprendieron de la misma, presentamos esta Declaración sobre el momento actual.

La coyuntura de la lucha de clases en el subcontinente latinoamericano ha experimentado cambios en el último período. Definir con exactitud esos cambios y sus desafíos políticos, es vital para los socialistas revolucionarios. Su importancia no se circunscribe a las organizaciones y militantes de los distintos países de la región. Es que América Latina, pese a los vaivenes que analizaremos seguidamente, sigue siendo el lugar del mundo en que desde los inicios del siglo XXI, se han desarrollado los procesos políticos más avanzados de la lucha de clases.

Ése es el motivo por el cual –no sólo en América Latina sino también en Europa, EEUU y otras regiones del mundo– los grandes debates estratégicos entre los militantes políticos de la izquierda y los activistas obreros y sociales en general, han estado en buena medida referidos a procesos como los de Venezuela, Bolivia, y en menor proporción el “argentinazo” y otros. Especialmente el posicionamiento frente al régimen de Chávez ha sido un tema central que ha divido aguas a nivel estratégico y político en la vanguardia.

Ahora, una nueva coyuntura política regional marcada por mayores grados de crisis e inestabilidad nos pone frente a problemas y desafíos también nuevos. Para empezar a comprenderla, debemos ubicarla en lo que está pasando en el mundo.

Un cuadro internacional teñido por la crisis de la economía estadounidense y mundial, y por cambios geopolíticos marcados por el debilitamiento de la hegemonía del imperialismo yanqui

La hegemonía mundial del imperialismo norteamericano, que parecía absoluta luego del derrumbe de la ex URSS, comenzó a estar cuestionada en la medida del fracaso de sus aventuras militares y colonizadoras en Medio Oriente.

A este empantanamiento ya crónico en Medio Oriente, se le ha venido a sumar ahora la crisis financiera y económica internacional, que tiene como epicentro la crisis hipotecaria en los propios Estados Unidos y la emergencia de un cuadro recesivo en su economía que parece haber llegado para quedarse por todo un período.

No solamente esta crisis ha estallado ya, sino que además se ha combinado con la crisis de los energéticos, cuyo ejemplo fundamental, el petróleo, ha alcanzado precios cada vez más exorbitantes sin parecer que el precio del barril de crudo baje prontamente.

La combinación de ambas crisis, además, ha provocado una tercera crisis: la de alimentos. Para evitar las pérdidas económicas de la crisis financiera, el capital ha pasado a hacer inversiones en ramas de la economía más seguras, como los productos alimentarios, de manera tal que el precio de estos ha empezado a crecer en la medida en que se profundiza la crisis financiera.

Pero también, debido al precio del petróleo, el imperialismo, fundamentalmente norteamericano, ha lanzado la política de producir “biocombustible” en América Latina, lo que ha provocado que las tierras cultivables dejen de producir alimentos, por lo que el precio de estos se incrementa de nuevo.

La suma de este debilitamiento hegemónico en los frentes económicos y políticos de la principal potencia imperialista es así un rasgo persistente de la situación internacional del cual ningún análisis de la misma podría prescindir.

Sin embargo, ese proceso de debilitamiento y frustraciones políticas y militares EEUU tiene sus límites: no ha terminado aún de decantar en categóricas derrotas, que determinen un cambio geopolítico radical a escala mundial. Aún no se ha dado, por ejemplo, un colapso militar en Medio Oriente como el que sufrió en Indochina en los años ‘70. Tampoco, una crisis grave del régimen político al interior de EEUU, aunque Bush y su gobierno estén severamente golpeados y desprestigiados.

Todo esto implica que, a pesar de su crisis de hegemonía y de pérdida de legitimidad, el imperialismo yanqui mantiene en gran medida su poder de respuesta y “contraataque”.

Pero, al mismo tiempo, eso sucede en un cuadro geopolítico mundial (y latinoamericano) mucho más complejo, con actores que no obedecen como antes “la voz del amo”, sino que tienden crecientemente a hacer su propio juego, muchas veces diferente u opuesto al de Washington. Este factor, junto con las rebeliones populares que marcaron el inicio del siglo XXI, también ha pesado para alentar a una mayor búsqueda de márgenes de maniobra en varios gobiernos latinoamericanos.

A esta situación altamente contradictoria, se le agrega, desde mediados del año pasado, el estallido de una crisis financiera y económica con epicentro en EEUU, pero de alcances mundiales.

Desde entonces, el curso de esta crisis se ha venido profundizando, tanto en EEUU como, desigualmente, en el resto del mundo y de América Latina. Ya muchos economistas sostienen que podría ser la crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial o, incluso, desde 1929/30, aunque por muchos motivos no tenga –al menos hasta ahora- un desarrollo catastrófico, ni los colapsos en la producción y el comercio mundiales que caracterizaron a esta última.

Este proceso en la economía mundial actúa, por supuesto, sobre la mencionada crisis de hegemonía del imperialismo yanqui. Entre sus consecuencias, están las de impugnar el papel de centro económico-financiero mundial que jugó EEUU en todo ese período, y también de poner en cuestión la enormidad de los gastos militares que necesita para sostener su dominio mundial.

Otro hecho a tener muy en cuenta, son las primeras respuestas de los gobiernos y los capitalistas de los distintos países a la crisis económico-financiera. Más allá de los discursos demagógicos (“neoliberalismo” se ha vuelto una palabra revulsiva), no se cuestiona seriamente la “regulación” neoliberal-globalizadora adoptada por el capitalismo mundial desde los ’80. Por el contrario, la regla general –en los propios Estados Unidos, Europa, Japón, China y el sudeste asiático- es la de reafirmar (con parches menores que limiten el “desenfreno” de la “especulación”) el curso neoliberal que ha llevado a este desastre. Esto es lógico, ya que se trata, como de costumbre, de hacer pagar la crisis a la clase trabajadora, los sectores populares y los países pobres.

Lo que señalamos arriba es así incluso entre aquellos gobiernos que en Latinoamérica (pero también, minoritariamente, en otras regiones) vienen “coqueteando” con un curso “neo-desarrollista” light. Es que cómo siempre ha sido, cuando llegan los aires de la crisis, la tendencia ha sido hacia adoptar una orientación crecientemente conservadora que tiende a borrar con el codo lo que antes había sido escrito con la mano.

Volviendo al contexto mundial, señalemos que después de privatizar las ganancias, las enormes riquezas producidas durante los años de “crecimiento”, ahora la tarea es socializar las pérdidas. El neoliberalismo muestra su cara “estatista”: en EEUU y otros países, los gobiernos y los bancos centrales corren a salvar, a costa del erario público, a los bandidos capitalistas más grandes y comprometidos. Y al mismo tiempo, sobre los trabajadores, la única clase social productiva y creadora de bienes, comienzan a llover el desempleo y la carestía (especialmente de alimentos y otros artículos de primera necesidad) que reduce aun más los salarios reales.

Esto ya está teniendo una consecuencia lógica: el aumento del descontento obrero y popular, y de todas las tensiones y contradicciones sociales. En primer lugar, entre explotadores y explotados, pero también entre los mismos tiburones capitalistas.

Se están preparando, entonces, las condiciones que pueden motivar una mayor polarización social y política, y el estallido de luchas y confrontaciones de todo tipo. Ya mismo se puede observar un aumento en la conflictividad obrera en varios países de Europa (Italia, Alemania, Francia y Polonia), pero también en lugares tan diversos como Sudáfrica, Egipto o la misma Rusia.

Una nueva coyuntura latinoamericana, dentro del ciclo de rebeliones populares
abierto en el siglo XXI

Este siglo se abrió en América Latina con el estallido en varios países de grandes rebeliones populares que abrieron un ciclo de la lucha de clases muy distinto al cementerio neoliberal que fue la década del 90.

Las rebeliones de Ecuador, las de Bolivia, el argentinazo, los sucesos de Costa Rica, Honduras, y el estallido popular que derrotó al golpe de abril del 2002 en Venezuela, abrieron no sólo ricos procesos políticos y de luchas, sino que además marcaron el “tono” del conjunto de la situación latinoamericana.

Ellos determinaron también cambios políticos en países más estables, como Brasil, Uruguay y otros. Y este ciclo de rebeliones latinoamericanas está lejos de haberse cerrado y menos que menos de haber sufrido derrotas catastróficas, como sucedió con los procesos revolucionarios en el Cono Sur de fines de los ’60 y inicios de los ’70, o de Centroamérica en los ‘80.

Sin embargo, en este ciclo de la lucha de clases abierto con las rebeliones populares del siglo XXI, hay que saber distinguir sus distintos momentos o coyunturas. Al hacer esto, de ninguna manera decimos que la situación es más o menos igual en todos los países. Por el contrario, como sucedió siempre, hay enormes desigualdades y combinaciones distintas entre unos y otros. Pero, de conjunto, desde los comienzos de este siglo, quienes “marcan el paso” de la situación latinoamericana no son los países más “estables”, aunque sean muy importantes como “contrapeso” (caso Brasil), sino los que fueron teatro de las rebeliones populares, Venezuela y Bolivia, en primer lugar.

Hubo una primera coyuntura, en la que el rasgo distintivo fueron las rebeliones propiamente dichas, las grandes luchas al inicio de esta década. Esos procesos determinaron el cambio en el conjunto de la situación de América Latina (y en especial de Sudamérica). O sea, el elemento que determinante de la situación general, golpeaba desde la izquierda, por así decirlo.

Esto fue sucedido por una segunda coyuntura más “estable”, donde el elemento determinante no fueron las rebeliones y luchas de masas, sino los gobiernos “progresistas” como Chávez, Evo, Kirchner, etc., que aparecían como “estabilizadores” y “mediadores” entre las masas populares y el gran capital. Así, por un período, se fueron reabsorbiendo muy desigualmente las crisis políticas y enfrentamientos anteriores.

Ahora, sin que se haya cerrado el ciclo más amplio de rebeliones iniciado con este siglo, estaríamos en un nuevo momento o “tercera coyuntura”, caracterizado por elementos muy contradictorios:

En ellas se distinguen al menos tres rasgos que vienen apareciendo notoriamente con el referéndum del 2 de diciembre en Venezuela, con la crisis internacional desatada por Uribe-Bush hace pocas semanas, con el lock out patronal (mal llamado “paro agrario”) en Argentina; pero también como la recientemente anunciada estatización de Ternium-Sidor:

1) Estamos en una coyuntura de mayor inestabilidad y polarización, y con una diferencia importante en relación a los momentos anteriores: por regla general, la iniciativa ahora no viene desde la “izquierda” social o política, ni de los gobiernos “progresistas”, sino desde su derecha (los escuálidos en Venezuela, los racistas-autonomistas de Santa Cruz en Bolivia, los burgueses del campo en Argentina, etc.).

Es, entonces, a su derecha desde donde se ha establecido el principal polo opositor a esos gobiernos. Es una coyuntura de mayor polarización social y / o política, pero con el rasgo importante de que esa polarización ha comenzado a jugar inicial y principalmente desde la derecha.

Esto se percibe también a nivel internacional. Hace poco tiempo hubiera sido inconcebible el papel continental que el imperialismo yanqui pretende hacer jugar a un monstruo como Uribe.

Más en general, en esta polarización respecto a los gobiernos “progresistas”, el imperialismo yanqui juega un indudable rol de presión. Y no sólo en relación a Chávez, sino también en relación a los que están mucho más a la derecha, como –por ejemplo- el de los Kirchner en Argentina a pesar de que al mismo tiempo, una y otra vez, ensaye pasar un acuerdo global con el.

El gobierno de los Kirchner, no sólo es un gobierno burgués, sino también es muy distinto al del Chávez y Evo. No es un gobierno “anormal”. No es un bonapartismo sui generis, nacional-populista, estilo Chávez ni un gobierno de “frente popular”, como el de Bolivia. Es cualitativamente más “normal” (aunque debe lidiar aún con la herencia dejada por el argentinazo del 2001).

Sin embargo, por su origen (el argentinazo), por su “heterodoxia” económica (cierto proteccionismo y trabas al “libre comercio”), por sus coqueteos con Chávez y Evo, no termina de ser el gobierno que ellos quisieran. EEUU quiere lacayos incondicionales, estilo Menem, Uribe o Calderón… o “políticamente correctos” como Lula y Tabaré Vázquez. ¡Nada de “populismos”, “nacionalismos”, ni “demagogia”, aunque todo eso sea de palabra!

Como dijo claramente Bush en ocasión de la crisis de Colombia con Ecuador y Venezuela: para la actual administración el “mejor ejemplo” de gobierno latinoamericano es el de Uribe.

Este primer rasgo de la actual coyuntura plantea, también, desde el punto de vista más general, una nueva característica de los gobierno de mediación que se han instalado en los Estados que han experimentado movilizaciones más profundas (Venezuela y Bolivia principalmente, pero también Ecuador y Argentina), como lo es la incapacidad para detener a la derecha oligárquica pro imperialista.

Este nuevo rasgo tiene múltiples explicaciones, siendo la fundamental (el ejemplo claro es actualmente Bolivia) el terror que muestran estos gobiernos para usar la mejor arma a disposición para detener a la oligarquía: la acción de las masas. Cuando las masas han aparecido, la derecha neoliberal retrocede, cuando las masas “duermen” (sin duda alguna por la política desmovilizadora desarrollada desde los gobiernos) la derecha reaparace.

La segunda explicación es el carácter de clase que tienen estos gobiernos, que impone que estos gobiernos de mediación hayan encontrado, en el relativo resurgimiento de la derecha, un límite a sus aspiraciones. Con esto, las posibilidades de que Chávez y Morales pudieran avanzar a ser gobiernos obreros y campesinos, se demuestran ahora nulas.

2) En algunos casos importantes, esta polarización política y / o social desde la derecha logra movilizar a sectores de masas (escuálidos, cruceños, marcha del 4 de febrero en Colombia, y ahora, en Argentina, el reaccionario “movimiento agrario”).

Esto también es muy importante, y nos remite a situaciones más “clásicas”, comunes en el siglo pasado. Muchos las han olvidado o no las han conocido, entre otros motivos porque la calle en la última década ha estado casi siempre en manos de la izquierda social y / o política. La derecha parecía circunscripta a su mero poderío electoral, importante pero pasivo. La excepción a eso eran los escuálidos de Venezuela. Pero ahora, el “escualidismo” está dejando de ser excepcional… por lo menos en los países y regiones que siguen dando la tónica del ciclo de rebeliones.

Este segundo rasgo está estrechamente ligado con el primero. El terreno electoral no es suficiente para lidiar con los gobiernos de “mediación” más o menos “progres”. Y, menos que menos –por elevación-, con las brasas de la rebelión popular que siguen “ardiendo” entre amplios sectores de masas, y con el proceso de recomposición de la vanguardia obrera y popular.

La crisis económica mundial pone además una nota de urgencia en los reclamos e intereses de sectores de la burguesía y también de porciones reaccionarias de capas medias que puede poner en movimiento social y / o políticamente.

3) Sin embargo, no puede dejar de señalarse un tercer rasgo de mucha importancia, que también se está haciendo presente en esta nueva coyuntura regional.

Se trata de las posibles “tendencias contrarrestantes” a esta la polarización por la derecha. Estas tendencias en sentido contrario –es decir, hacia la izquierda– podrían provenir de un movimiento de masas que viene de lograr paliativos y / o mejoras como subproducto de la rebelión popular. ¡En ningún lado está escrito que las masas trabajadoras y populares se dejaran despojar de ellas fácilmente! El agravamiento de las condiciones económicas, el salto brutal de la inflación, la eventualidad de un avance en los despidos, podría desatar un importante y muy duro proceso reivindicativo y de lucha entre porciones de trabajadores.

Es decir, a niveles de la amplia vanguardia y / o de sectores del movimiento obrero y de masas, también amenazan, en esta nueva coyuntura, la polarización y los desbordes “por la izquierda” en relación a esos gobiernos.

El mayor ejemplo reciente de esto es la lucha de los obreros de Sidor en Venezuela, que luego de ser duramente reprimidos por el gobierno “bolivariano”, obligaron a Chávez a decretar la nacionalización de esta importante siderúrgica.

De desigual manera y con distinto peso político, esta “tercera coyuntura” ha echado también raíces en Centroamérica, donde los TLC con el imperialismo gringo finalmente fueron aprobados, imponiendo una derrota (no física, ni histórica) fundamentalmente al movimiento de masas de Costa Rica que luchó durante años contra el TLC.

Contradictoriamente, en Honduras, uno de los países más pobres de la región, las masas populares han tomado la batuta y han empezado a cambiar la correlación de fuerzas con el gobierno, con un plan de lucha nacional y donde la clase obrera está jugando un importante pero no masivo rol. Es de esperar que en la medida en que la crisis de los alimentos empeore, la situación en Honduras tienda aun más a la polarización.

En los distintos países y regiones que mencionamos, la aparición, aunque sea todavía limitada, de una polarización “social” a la izquierda de los gobiernos (sobre todo si intervienen sectores de la clase trabajadora), abre oportunidades importantes para las corrientes del socialismo revolucionario que sean independientes de todos los sectores de la burguesía (tanto gubernamentales como opositores). Es decir, posibilidades tanto de encabezar luchas obreras y populares, como de construirse orgánicamente.

El ciclo de las rebeliones populares sigue abierto

Estos tres rasgos que definen una nueva coyuntura política sobre el trasfondo del deterioro de la situación económica mundial y regional, de ninguna manera significan que se haya clausurado el ciclo abierto en América Latina por las rebeliones del siglo XXI. Menos aun que hayamos ingresado en un nuevo ciclo reaccionario. Insistimos: el triunfo logrado por los trabajadores de Sidor en Venezuela, obligando a Chávez a nacionalizar una de las siderúrgicas más importantes del mundo, es una prueba de ello.

El ciclo político de las rebeliones no se ha cerrado, en primer lugar, por el motivo que antes señalamos: no se ha saldado con derrotas graves de los trabajadores y las masas populares, que hayan cambiado globalmente una relación de fuerzas que sigue siendo mucho más favorable que la imperante en la década anterior.

En segundo lugar, la “reabsorción” pacífica intentada por los gobiernos “progresistas” tiene patas cortas, porque no han podido ni querido hacer concesiones que mejoren cualitativamente el nivel de vida de las masas. Ahora, la crisis mundial puede poner en cuestión hasta los mezquinos avances en ese sentido.

Y lo anterior tiene otro desdoblamiento: de manera digamos “contradictoria”, esta tercera coyuntura regional (que se inicia marcada por una fuerte polarización entre el “progresismo” y la derecha), está poniendo en riesgo un elemento importantísimo de la coyuntura anterior: a saber, los avances en la estabilización regional. Porque los elementos de inestabilidad y polarización reaccionaria que están marcando algunos países como Bolivia o la misma Venezuela, podrían tener un “rebote” desde el polo opuesto. Es decir, una respuesta desde el movimiento de masas, que lleve a una ulterior radicalización de ciclo regional.

Por todo esto hay que rechazar los análisis simplistas y esquemáticos de la situación latinoamericana. Tanto las corrientes que creen que “el capitalismo se está cayendo a pedazos” y que “todo sopla a favor de la revolución”; como las corrientes que han sacado la conclusión de que ciclo de las rebeliones ya terminó en “derrota”-, generalizan equivocada y unilateralmente algunos rasgos de una situación mucho más compleja y dialéctica.

Debemos prepararnos, entonces, para un escenario de polarización y de duros enfrentamientos. Hasta ahora, esta polarización ha sido instalada principalmente desde la derecha, pero el caso de Sidor prueba que también desde la izquierda social y / o política de esos gobiernos pueden surgir movimientos que los desborden.

Hipotecando la independencia de clase

Dentro del marco político que venimos desarrollando, es que hay que ubicar la actuación de las corrientes que se reivindican de la izquierda revolucionaria latinoamericana (las corrientes de origen europeo siguen teniendo nulo o escaso arraigo en la región).

En este terreno, se ha venido verificando un fenómeno muy grave y problemático que está reeditando, en las nuevas condiciones, las clásicas discusiones estratégicas, acerca de qué ubicación deben tener las corrientes revolucionarias respecto de los gobiernos y / o campos burgueses en los que se puede dividir la clase dominante.

Un fenómeno de “amnesia” generalizada parece haber hecho olvidar a importantes porciones del trotskismo, que los socialistas revolucionarios en ningún caso podemos alinearnos y / o subordinarnos en los diversos “campos” políticos burgueses que emergen al compás del ciclo político regional. O sea, no podemos alinearnos y / o subordinarnos, ni al “campo progresivo bolivariano” ni al campo de las oposiciones burguesas reaccionarias, como el reciente “paro agrario” en Argentina encabezado por los oligarcas de la Sociedad Rural.

En estas condiciones, al apoyar a un gobierno y / o a un campo burgués opositor considerado “progresivo”, lo que se termina haciendo es hipotecar lastimosamente la independencia política de clase, que debe ser una de las guías maestras de la acción de los socialistas revolucionarios en cualquier circunstancia.

Así, hace ya varios años que todo un sector del trotskismo regional –representado especialmente por la “Revista de América” (MES de Brasil, MST argentino y otros)– viene encarnando una suerte de “trotsko-chavismo”.

Han hipotecado su independencia política detrás del “apoyo crítico” al gobierno de Hugo Chávez. No se trata de un problema meramente “táctico”, sino de una orientación estratégica global que tiende a reducir a cero la caracterización de clase del gobierno chavista, que es irreductiblemente burgués. Esto se hace con el justificativo de llevar adelante una “política de masas”. Pero su consecuencia termina siendo un alineamiento incondicional con este gobierno nacionalista-burgués del siglo XXI.

Un reciente ejemplo, ha sido su ubicación respecto al referéndum constitucional del 2 de diciembre en Venezuela. Llamaron al “doble SÍ; a formar cuadro cerrado con Chávez”, en momentos que nada menos que tres millones de trabajadores “chavistas” se abstenían en función de sus crecientes críticas a los límites de clase del gobierno “bolivariano”.

Y ahora mismo, su grupo en Venezuela (“Marea Socialista”), “agradece” la estatización de Sidor a Chávez, silenciando que esa no era la política del gobierno bolivariano, que llegó a ordenar una dura represión a los obreros sidoristas sólo un mes atrás.

Por el contrario, debería quedar claro que la estatización solo ha sido el resultado de una tenaz lucha obrera de 14 meses.. Y, también, del creciente temor en el seno del chavismo por el desgaste que, como producto de este conflicto, estaba sufriendo en amplios sectores de la clase obrera. Asimismo, la amenaza de una medida de fuerza nacional en apoyo a Sidor, pesó decisivamente en ese cambio de rumbo.

Por si esto fuera poco, esta corriente no solo hipotecó en Venezuela su independencia política, sino también la organizativa. Se sumó con armas y bagajes al partido de Estado chavista –el PSUV– y puso en una crisis casi terminal no sólo a la C-CURA sino también a la propia UNT.

Finalmente, ante el brutal ataque de Chávez a Orlando Chirino, connotados grupos de esta corriente (como el MPU panameño), vienen negándose a defenderlo.

Un nuevo y grave problema político: confusión y capitulaciones frente a las oposiciones
burguesas de derecha

Pero ahora surge un nuevo problema en las filas de la izquierda. Se trata de la actitud frente un hecho frecuente en gran parte del siglo pasado: que puede haber movilizaciones y movimientos de masas y “populares” de derecha (e incluso de extrema derecha). Esto está generado una confusión adicional entre otras corrientes de la izquierda e incluso del trotskismo. Tienen en la cabeza la falsa y simplista caricatura de que la movilización es propiedad exclusiva, hasta con copyright, de la izquierda y los movimientos obreros y sociales “rojos” o por lo menos rosados.

Esta confusión sería “disculpable” en sectores nuevos y jóvenes de la vanguardia. Es que desde hace mucho tiempo, en casi todo el continente (a excepción de Venezuela, con sus “escuálidos”), la calle ha sido el terreno propio de los movimientos sociales y obreros, de la izquierda, de los movimientos nacional-populistas, indigenistas, etc. La derecha no estaba en la calle, sino casi exclusivamente en la actividad electoral, mediática, etc.

Pero si los jóvenes activistas pueden confundirse ante un fenómeno relativamente nuevo, no puede haber disculpa alguna para las corrientes de la izquierda y del trotskismo que perdieron la cabeza. Es un escándalo que algunas de esas corrientes, no sólo vieron rasgos “progresivos” en movimientos de masas social y / o políticamente de derecha, sino que incluso los han apoyado! El caso más grave, por lo reiterado, es el del PSTU-LIT de Brasil (aunque también hicieron lo mismo el MST e Izquierda Socialista de Argentina en el reciente “paro agrario”).

En su momento, había llamado la atención que en el referéndum del 2 de diciembre en Venezuela el PSTU-LIT apoyara el voto por el NO y que luego encontrara “progresivos” a los estudiantes escuálidos.

Pero esto, que podía que podía ser un error grave pero aislado, se ratificó como una orientación más amplia al salir en Argentina, los grupos simpatizantes de esta corriente, en apoyo del “paro agrario”, un lock out patronal encabezado por la oligarquía terrateniente, aplaudido abiertamente por el imperialismo yanqui, y cuyo programa es la demanda neoliberal de que las exportaciones agrarias no paguen impuestos (lo que significaría un aumento fenomenal de los precios de los alimentos para los trabajadores y las masas).

La gravedad de este último desatino motivó luego una autocrítica de uno de los grupos del PSTU-LIT en Argentina. Sin embargo, esa autocrítica no llega a cuestionar la concepción política común que estuvo detrás del apoyo al movimiento de los oligarcas del campo en Argentina, al NO de los escuálidos en Venezuela y a otros casos.

El PSTU-LIT (y, cómo ya hemos señalado, el MST y la IS) quedan “impactados” ante movilizaciones y / o movimientos de masas de derecha, sobre todo si son “opositores”.

Como son “movilizaciones populares” y también “opositoras” (que además han copiado algunos métodos de los movimientos sociales, como el “piquete” y el corte de rutas en Argentina), suponen que deben tener algo de “progresivo”. En síntesis: se pierde la brújula de clase. No sólo en el sentido de quiénes son los lo que salen a la calle, sino en un dato más importante aun para definir su carácter de clase: cuáles son sus programas y sus direcciones.

Cómo ya hemos señalado, casi desde el mismo comienzo del ciclo de rebeliones populares, vimos desarrollarse, en la izquierda y el trotskismo, corrientes que capitulan principalmente ante el impacto del “chavismo”. Ahora, el impacto de este nuevo fenómeno –las movilizaciones “populares” reaccionarias–, provoca cortocircuitos en otras corrientes, como el PSTU-LIT.

En síntesis, lo que ambos errores tienen de común y simétrico, es la renuncia a una posición independiente y de clase, en pos de ubicarse en el campo burgués que estiman más “progresivo”: unos, en el campo de Chávez y / o los gobiernos “progresistas”; otros (o los mismos), en el campo de los opositores a Chávez, Kirchner o Evo, aunque esa oposición sea por derecha, con programas neoliberales, la encabecen los latifundistas y sea apoyada más o menos abiertamente por el imperialismo yanqui.

Llamamiento a las corrientes, agrupamientos, grupos o núcleos socialistas revolucionarios
a formar un polo independiente

Lo que venimos desarrollando ilustra entonces, el tipo de encrucijada en la cual se encuentra el trotskismo en la región.

Lamentablemente, para corrientes como la Revista de América o, desde el ángulo “opuesto”, el PSTU-LIT, el problema político parece reducirse a decidir en cuál de los campos burgueses nos ubicamos: en el campo de los gobiernos “progresistas” y / o “nacionalistas burgueses” –y los sectores empresariales que lo sostienen junto con la burocracia sindical–, o en el campo del movimiento opositor, “escuálido” o “campesino”. Tanto a la Revista de América como al PSTU-LIT ni se le ocurre la opción de sostener una alternativa obrera independiente de ambos campos burgueses.

Por el contrario, la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie estima cada vez más imprescindible levantar una perspectiva opuesta. Es necesario impulsar un polo absolutamente independiente, de la clase trabajadora, los sectores populares y la izquierda revolucionaria. ¿Cómo? Apostando todo al emergente proceso de recomposición de la clase trabajadora, que de una u otra manera está presente de país a país.

En la misma Venezuela, a pesar de las maniobras del chavismo (y de las corrientes afines a él desde la izquierda) para destruir la UNT y la C-CURA, los obreros de Sidor acaban de imponer la estatización –aun sea parcial- de la segunda o tercera siderúrgica de toda Latinoamérica.

En Bolivia, sin perder de vista la inmensa polarización que marca la coyuntura del país entre el gobierno de Morales y la oligarquía del Oriente, entre los mineros de Huanuni y la misma COB empiezan a atisbarse comportamientos más independientes.

En la Argentina, a pesar de que las últimas semanas estuvieron marcadas por la pelea entre el gobierno K y el paro del campo, más temprano que tarde va a emerger con fuerza la lucha reivindicativa de la clase obrera contra la brutal y creciente carestía de la vida.

En un país tan estable como el Brasil, el movimiento estudiantil universitario viene emergiendo en el último período como el actor social más dinámico en la vida política del país, con una ubicación independiente tanto de los partidos del gobierno como de las fuerzas de oposición burguesa.

En el Paraguay, donde la derrota en las elecciones del Partido Colorado en manos del “progresista Lugo” expresa, aunque de manera indirecta y –por ahora- sólo electoral, una maduración política entre sectores del movimiento de masas que podría traducirse mañana en un ascenso en la lucha más de conjunto de los trabajadores del campo y la ciudad.

En la misma Haití ocupada por las “tropas de pacificación” de los gobiernos de la región, organizaciones obreras como Batay Ouvriye vienen cumpliendo un papel creciente en la lucha contra las políticas de hambre capitalistas.

Pero esta acumulación y / o experiencia de recomposición y / o reorganización “social” de los trabajadores requiere –de manera imprescindible- su traslado al plano de la política. Y la pelea por este “traslado” al plano de una acción política independiente y revolucionaria de los trabajadores sólo se podrá hacer desde la más comprometida e intransigente independencia política de clase.

Es decir, desde la afirmación de un polo completamente independiente de los trabajadores, que no ponga a la clase obrera a la rastra de alguno de los campos burgueses en los que se están polarizando los países del subcontinente, sino a la cabeza de una alianza obrera, campesina y popular, en la perspectiva del poder de los trabajadores.

Esto requiere no dar ningún apoyo a un gobierno burgués por más “progresista” o “antiimperialista” que se presente, ni a los acuerdos de Estados que realizan entre ellos, léase MERCOSUR o mismo el ALBA; así como tampoco a los movimientos sociales de las oposiciones burguesas que cómo los escuálidos en Venezuela, la oligarquía del Oriente en Bolivia, o las organizaciones del “campo” en la Argentina, emergen como supuesta “alternativa” social y / o política a estos mismos gobiernos progresistas.

De la misma manera, no se puede apoyar ninguna medida que tomen estos gobiernos por más “progresista” que la misma se considere, a excepción hecha de aquellas que no son más que el subproducto directo de la lucha de clases. Es que ellas no son tales “medidas progresivas”, sino la legalización de una conquista impuesta desde abajo. Por ejemplo, el caso de la estatización de Sidor, en el cual –al mismo tiempo- se debe pelear para que sea sin indemnización y bajo control y / o administración de sus trabajadores.

Tampoco se puede apoyar y / o integrar partidos-de-Estado, como el PSUV, que son organizados desde el aparato estatal, para encuadrar al movimiento de masas “bolivariano” y abortar cualquier posible curso de independencia de clase en ese país.

Por el contrario, de lo que se trata, al calor de la lucha, es de pelear a brazo partido por la recuperación de las organizaciones tradicionales de los trabajadores y / o la puesta en pie de nuevos organismos obreros y de poder.

De la misma manera, luchar por la construcción de instrumentos políticos independientes de los trabajadores. Esto último, en la perspectiva de poner en pié fuertes corrientes y partidos socialistas revolucionarios que sirvan de instrumentos para transformar el actual ciclo de rebeliones populares en un ciclo de revoluciones socialistas (auténticas) en el siglo XXI.

Finalmente, es para pelear por esta perspectiva que llamamos a las corrientes y / o agrupamientos, grupos o núcleos socialistas revolucionarias de los más diversos países de la región que se ubican desde esta perspectiva independiente, a poner en pié en común una iniciativa de frente único que apunte a constituir un polo revolucionario, independiente y socialista que ayude a la emergencia de la clase obrera como actor político independiente, en la perspectiva de establecer su propio poder y la unidad socialista de Latinoamérica.

Corriente internacional Socialismo o Barbarie y
Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Costa Rica

Esbozo biográfico de Amparo Casamalhuapa

Amparo Casamalhuapa es una mujer salvadoreña que simbolizó la protesta ciudadana contra la dictadura militar. Y fue una militante de izquierda que en el siglo XX soñó con un nuevo El Salvador. Sus ideas de una patria libre de militarismo y llena de hospitales y escuelas, con empleo justo y vivienda digna, siguen iluminando la lucha del pueblo salvadoreño.

1909. Nace en San Salvador.

1927. Se gradúa como maestra.

1938. Publica El joven sembrador. Talleres Gráficos Cisneros, producto de sus ideas inspiradas en la doctrina vitalista del pensador, Alberto Masferrer.

1939. El 29 de agosto al hacer una ofrenda floral en el aniversario del fusilamiento del líder liberal del siglo XIX, Gerardo Barrios pronuncia un discurso atacando al tirano Maximiliano Hernández Martínez. Héroe al que comparó con el dictador; un genocida “que hace siete años ordenó asesinar –en tres meses- a doce mil ciudadanos inermes para consolidarse en el Poder y que luego ha pisoteado la Constitución de la República y la dignidad de todo ciudadano honrado”

1939. Huye de la persecución política del tirano, primero a Honduras y luego a México.

1939. Contrae matrimonio en México con Alejandro Dagoberto Marroquín

1941. Nace su primer hijo, Lenin Alejandro

1943. Nace su segundo hijo Rolando

1944. En mayo junto con su esposo Alejandro Dagoberto Marroquín regresa a El Salvador luego de la caída del tirano Martínez

1944. Nace su hija Rosalba en El Salvador.

1944. De nuevo al exilio luego del golpe de estado del 21 de octubre

1957. Junto con su esposo Alejandro Dagoberto Marroquín y sus hijos Lenin Alejandro, Rolando y Rosalba, regresan a El Salvador

1970. regresa a México junto con su esposo.

1971. Publica en la Tipografía Ungo, El angosto sendero, novela autobiográfica, que relata su odisea vital hasta los 28 años cuando se enfrentó al tirano.

1971. Muere en San Salvador

Carta a las madres salvadoreñas

Carta a las madres salvadoreñas

Dagoberto Gutiérrez

El mes de mayo es el que se abre al invierno, a las lluvias y al estallido de la agricultura, así ha sido por lo menos hasta los últimos años. Empieza con el día primero y cruza por el Día de las Madres, así como las aves cruzan los ríos y los bosques frescos en sus rutas migratorias, así nos encontramos con el día de la madre, como una cita con la ternura y la vigilia.

La actitud ante la madre forma parte de la actitud ante la mujer y la naturaleza, en aquellas sociedades donde hay armonía entre el ser humano y la naturaleza la mujer es estimada y la madre altamente apreciada, al fin y al cabo, toda la tierra tiene una representación femenina y esto determina el poderío y la ternura que se combina en el sentido femenino de la vida. Es bueno saber que en el caso de los mamíferos, como nosotros los humanos, el patrón básico es femenino y no masculino, por eso la mujer entre nosotros suele ser, tiene que ser y puede ser, el sentido más fuerte, más lúcido y más bello de la realidad.

La naturaleza ha producido la maternidad pero la cultura y también la naturaleza han producido el sentido maternal de la vida. Esto quiere decir que a fuerza de biología una mujer puede parir sus hijos por vía de la maternidad, pero solo una madre será la dueña de un sentido maternal vital para los seres humanos; no se sabe en que momento este criterio maternal apareció para determinar las posibilidades de supervivencia de la especie humana.

Nosotros venimos al mundo en total indefensión y solo llegamos ha ser mediante esmerados cuidados maternales que nos ponen en contacto seguro con la realidad de la que dependemos y a la que podremos, en determinadas circunstancias, transformar. Este vital mundo afectivo maternal ha sido el más dramático desarrollo de la naturaleza y aquí se sitúa el papel de la madre como fundamento de la vida toda de los seres humanos y también de los otros seres vivos.

Nosotros necesitamos leer el mundo y ese alfabeto lo iniciamos en el vientre de nuestras madres, este es el primer salón de clases que tenemos y resulta ser musical por que oímos permanentemente el rítmico tictac del corazón de nuestras madres y leemos ese corazón y el ánimo de la mujer que nos lleva dentro de sí, llegamos ha saber si está alegres o está triste, si sufre o es feliz y en ambos casos nosotros gozamos o sufrimos con ellas.

Este paraíso que dura nueve meses termina con una expulsión y con un llanto porque de repente la luz, el ruido y el oxígeno nos invaden y nos damos cuenta que de manera inconsulta estamos afuera y ya no adentro como habíamos estado, cómodamente durante nueve meses. En realidad seguimos adentro pero de la sociedad aunque no lo sepamos y aquí la madre es quien nos guía con mucho amor y ternura, es una guía, la clave de la vida para el animal racional más peligroso y fiero.

Todos los seres humanos y los seres vivos necesitamos amor, tanto ser amados como amar, es decir amar de manera pasiva y de manera activa. Resulta fundamental la capacidad para amar y es más determinante que la posibilidad de ser amado. Resulta ser la mujer quien tiene la mayor capacidad de amar aunque no siempre resulte amada en la misma forma, por eso es la parte mas fuerte y poderosa de la vida porque, a mayor ternura corresponde mayor fuerza y sin embargo los amores normales suelen ser de doble vía para que funcionen y la unilateralidad resulta ser ingrata y frustrante para quien ama sin ser amado.

El amor de la madre es, sin embargo, el único de una sola vía que entrega amor total sin pedir nada a cambio ni tan siquiera amor de hijo o de hija; es cierto que el amor a tu enemigo es la prueba mas alta del amor pero el amor de la madre, siendo constante, balsámico, florístico e intemporal resulta ser el amor con el que se amarran los primeros y los últimos pálpitos de aquel o aquella que pasará su vida aprendiendo a amar y también a odiar.

El Día de las Madres ya no es el del amor porque el mercado, que todo lo prostituye, a sustituido el amor por la compra venta a la madre por la consumidora y a la ofrenda de cariño por la mercancía.

Y, aunque esto es lamentablemente cierto, también lo es el hecho de que mas allá de los olores y los ruidos de los mercaderes, la naturaleza humana reclama sus esencias y su libertad y todas las madres del mundo como mujeres dueñas de la vida reclaman, frente al dios mercado, una nueva fe y una nueva esperanza que poniendo a la vida digna en el centro, haga del amor una fuerza social que deba construirse amorosamente, minuto a minuto y hora tras hora por la sociedad. Este proceso que parte ciertamente de la madre, cruza la lucha social y se hermana con la defensa del hermano, de la naturaleza y de la vida.

Esbozo biográfico de Julio Fausto Fernández

Esbozo biográfico de Julio Fausto Fernández

El Dr. Julio Fausto Fernández fue una personalidad controversial. Uno de los más destacados intelectuales de la izquierda de 1933 a 1953 y uno de los pilares ideológicos de la derecha más recalcitrante a partir de ese año en que reniega del marxismo y adopta la visión neo-tomista. Su producción teórica en un primer momento enriquece la visión marxista y luego propaga una visión de derecha clerical. No obstante esto, es parte de nuestra herencia cultural. Y como dice Mármol “así es la lucha de clases.”

1913. Nace el 17 de junio en Berlín, Usulután. Sus padres son el médico Dr. José Antonio Fernández y Blanca Padilla
1932. Bibliotecario de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales
1933. Ingresa al Partido Comunista de El Salvador. Miguel Mármol lo describe como “el entonces camarada, que llegaría a ser secretario general del Partido y una figura más o menos internacional y que luego traicionaría pasándose a las filas del enemigo con todo y cartuchera, filas en las cuales llegó a ser ministro del Justicia del régimen criminal de Lemus (1956-1960) además de filosofo cristiano y profesor universitario y juez de primera instancia y diplomático y no se cuantas cosas más. Por cierto que Julio Fausto era entonces un joven optimista y muy activo en la lucha y me impresionó favorablemente desde que lo conocí en Paleca, en una reunión clandestina, por su entusiasmo e inteligencia. Era uno de esos muchachos brillantes a quienes se les nota el ajuste del talento en las manos y en los ojos. Siempre llegaba a las reuniones contando los pequeños éxitos organizativos y los grandes planes para el futuro. Leía y nos hacía leer de todo, reproducía nuestros manifiestos a máquina después de corregirles el estilo y hacía que sus amigos estudiantes y compañeros pequeño-burgueses los distribuyeron en sus respectivos círculos sociales. Una verdadera lástima su destino posterior, su falta de firmeza disfrazada con una conversión al cristianismo que no le han creído nunca ni los curas. Pero así es la vida. Más bien dicho, así es la lucha de clases en la cabeza de los aliados del proletariado.”(Mármol 1972)
1935. Redactor de Opinión Estudiantil.
1935. Publica en Editorial Nosotros, San Salvador la obra A propósito de la reforma Universitaria, que es un discurso pronunciado en el paraninfo de la UES.
1936. Viaja como exilado a la ciudad de México.
1939. El 13 de noviembre se gradúa como Licenciado en Derecho en la UNAM.
1944. Dirigente del partido Unión Nacional de Trabajadores, UNT, junto con Raúl Castellanos Figueroa, Alejandro Dagoberto Marroquín, Carlos Alvarado, Luís Díaz, Miguel Mármol, Abel Cuenca, entre otros.
1944. Luego del 21 de octubre pasa a la clandestinidad.
1945. En marzo, se gradúa como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES. El 30 de ese mes, preside una reunión del Comité Central unificado del PCS, era en el 15 aniversario de su fundación.
1945. En septiembre es expulsado hacia Costa Rica, junto con otros revolucionarios, luego de una demostración popular.
1946. Fiscal General de Hacienda
1948. Jefe de Correspondencia del Instituto de Mejoramiento Social
1948. Pronuncia discurso en Asamblea General de Académicos Salvadoreños, en el Teatro del Jardín Infantil Municipal de San Salvador, el 12 de junio.
1949. Es nombrado el 2 de febrero cónsul general en Montevideo, Uruguay. Concluye su labor en abril de 1950.
1950. Es nombrado el 26 de abril cónsul general en Brasil, con sede en Sao Paulo.
1950. Publica en la Editorial Pueblos Unidos de Montevideo, Uruguay su obra “El existencialismo, ideología de un mundo en crisis.”
1950. Es expulsado en diciembre del Partido Comunista de El Salvador, “por aceptar cargos diplomáticos de la dictadura militar. (Jorge Arias Gómez)
1952. Codirector del diario “Patria Nueva.”
1952. Publica en Santa Ana, en la Editorial Antorcha, su obra “Del materialismo marxista al realismo cristiano.”
1953. Pronuncia conferencia el 29 de enero, en el Paraninfo de la UES en la que abjura del marxismo.
1956. Publica Patria y juventud en el mundo de hoy
1961. Publica Una Conciencia frente al mundo.
1963. Publica Radiografía del dolor.
1968-1970. Presidente de la Corte Suprema de Justicia
1981. Muere el 16 de mayo.

La independencia del Tíbet es un proyecto teocrático, autoritario, racista y peligroso para la paz

La independencia del Tíbet es un proyecto teocrático, autoritario, racista y peligroso para la paz

Jean-Luc Mélenchon

www.jean-luc-melenchon.fr

Traducido por Caty R.

Aquí tienen una nota más sobre la cuestión del Tíbet y China. Muchos otros asuntos reclaman mi atención y se me podría reprochar que a éste le concedo una importancia exclusiva y definitivamente exagerada. Es el momento de recordar que este blog no es el «diario oficial» de Jean-Luc Mélenchon destinado a expresar pretenciosamente mi opinión sobre todos los temas de la actualidad, ni incluso sobre los que de alguna manera me atañen.

Un buen debate es empezar aquí con un asunto que no es secundario. Se trata del orden del mundo, la evolución de la política, el choque de civilizaciones y la manipulación de la opinión pública para incluirla en las lógicas de agresión contra los países, incluso las potencias más pacíficas, que plantean problemas al imperio de los Estados Unidos de América.

Ese es el caso del Tíbet, que tiene la vocación de convertirse en el Kosovo de los chinos en la mente de los estrategas neoconservadores. Este debate es un buen ejemplo. Un caso muy didáctico. Precisamente porque no es simple y no es totalmente blanco ni totalmente negro, hay que reflexionar y buscar el camino entre un revoltijo de hechos y, actualmente, bajo un diluvio de injurias.

Es fascinante observar que cuando aparece una oposición laica poniendo en evidencia el carácter ridículo del entusiasmo por un religioso, inmediatamente se ataca en el terreno personal. Así, si el concejal de Cultura del Ayuntamiento de París se pronuncia contra los aspavientos dedicados al Dalai Lama, no es porque tiene una opinión y no le gustan los gurús oscurantistas, sino porque trabaja en LVMH y esta empresa tiene muchos negocios en China. Naturalmente, este tipo de cuestionamiento personal es radicalmente de dirección única. Por ejemplo, nadie pregunta al Sr. Ribbes, que me insulta regularmente aquí y en los platós de televisión, cómo ha pasado de sus certezas de ex miembro del PCMLF (partido comunista marxista leninista de Francia), es decir, del culto delirante de los maoístas franceses del 68 por la persona de Mao, a su actual culto por el Dalai Lama. Y nadie le pregunta si su compromiso tiene algo que ver con sus funciones en la Universidad Tibetana Europea que subvenciona la UE… Y así sucesivamente.

Después de la emisión de ayer por la noche en France trois, los amigos me han pedido que publique mis argumentos sobre dos puntos: lo que digo con respecto a la confusión de la religión y la política en la causa del Dalai Lama y lo que afirmo sobre el carácter peligroso y destructivo de su reivindicación independentista.

El proyecto político del Dalai Lama es teocrático y autoritario

En las numerosas reiteraciones de los debates en los que he participado, mis antagonistas esgrimieron el argumento de la existencia de una «Constitución Tibetana» cuya lectura bastaría para demostrar la vocación democrática del proyecto del Dalai Lama. El propio Dalai lo afirma en su discurso fundador ante el congreso de Estados Unidos en 1987: «…los tibetanos en el exilio ejercen plenamente sus derechos democráticos gracias a una Constitución promulgada por mí en 1963…» Hay mucho más de lo que dijo a este respecto. Esta Constitución sería, incluso, «laica». Es lo que declaró frente a mí el representante de la Oficina del Tíbet en París en el plató de Paul Amar, como cualquiera puede verificar revisando en la web la emisión de «Revue et corrigée».

Dicha Constitución, denominada «Carta de los tibetanos en el exilio», se puede consultar en el sitio oficial del gobierno tibetano en el exilio . Esta lectura es imprescindible. Permite hacerse una idea bastante precisa del valor de las declaraciones, con la mano en el corazón, de quienes recitan en los platós de televisión que el Dalai Lama es un perfecto demócrata, laico, y así sucesivamente; y también permite verificar si mi rechazo del carácter teocrático de los objetivos de los independentistas tibetanos es una pura suspicacia sin fundamento por mi parte, falseado por mis propios prejuicios filosóficos y políticos. Y cada uno podrá preguntarse si no es preferible, teniendo en cuenta las lecciones de la historia en la materia después de Afganistán e Irán, rechazar siempre y cualquiera que sea la religión, el embrollo de la política y la religión. La lectura de este documento, como mínimo, permite verificar que los que hablan de Constitución «democrática» y «laica» mienten a sabiendas para manipular a las audiencias y esperan que los crean únicamente con su palabra sin que se compruebe lo que dicen. Por el contrario, yo espero firmemente que todos vayan a comprobar si las citas que señalo son exactas o no.

Artículo 3. Naturaleza de la política tibetana: «El futuro político tibetano debe respetar el principio de la no violencia y se esforzará por ser un Estado libre de su protector y con su política guiada por el Dharma»

Los que protestan contra la introducción de la Sharia, ley religiosa en las constituciones islamistas, ¿no dicen nada cuando se trata del Dharma? ¿O bien la oposición a la introducción de una ley religiosa cualquiera que sea en una constitución debe ser una ley universal?

Esta visión religiosa del poder no es una referencia aislada en ese texto «constitucional» que prevé, en particular, que el juramento prestado por los ministros se haga «en nombre de las ‘Tres Joyas’ (Buda, Dharma y Sangha)».

La Carta termina con una «Resolución especial», votada en 1991, de la que el siguiente extracto dice mucho sobre el culto feudal evidente que el Dalai Lama exige a sus rebaños:

«Su santidad el Dalai Lama, jefe supremo del pueblo tibetano, concede los ideales de la democracia al pueblo tibetano, incluso aunque éste no experimentó la necesidad de dichos ideales. Todos los tibetanos, en el Tíbet y en el exilio están, y seguirán estando, profundamente agradecidos a su santidad el Dalai Lama y renuevan el compromiso de asentar nuestra fe y nuestra lealtad en la dirección de su santidad el Dalai Lama, y de rezar fervorosamente para que permanezca siempre entre nosotros como nuestro jefe supremo espiritual y terrenal»

Ese es el carácter «laico» de la Constitución tibetana que afirmaba el representante de la Oficina del Tíbet en París. Ahora veamos en qué consiste la «democracia» tibetana organizada por esa Constitución.

Artículo 36. El poder legislativo: «Todo el poder legislativo y la autoridad residen en la Asamblea tibetana. Las decisiones de ésta requieren la aprobación de su santidad el Dalai Lama para convertirse en leyes»

Han leído bien. Después de una fórmula categórica: «todo el poder para la Asamblea» viene encadenada una continuación de un cinismo absoluto: para que una «decisión» del Parlamento tibetano se convierta en ley, es necesario que su santidad esté de acuerdo. ¿Es éste el ideal democrático y los valores universales que se supone que tenemos que defender cuando defendemos al Dalai Lama y el Tíbet de los monjes?

Y después de eso queda por preguntarse si el ideal democrático que se reclama al protestar contra el actual estatuto del poder en la provincia autónoma del Tíbet recoge una alternativa a la concentración monárquica del poder prevista en esa Constitución.

Artículo 19. El poder ejecutivo: «El poder ejecutivo de la administración tibetana corresponde a su santidad el Dalai Lama y debe ser ejercido por él, bien directamente o a través de los funcionarios que le están subordinados, conforme con las disposiciones de la presente Carta. En particular, su santidad el Dalai Lama, está facultado para ejecutar los siguiente poderes en calidad de jefe de la dirección del pueblo tibetano:

a) Aprobar y promulgar los proyectos de ley y los reglamentos prescritos por la Asamblea tibetana.

b) Promulgar las leyes y resoluciones con fuerza de ley.

c) Conceder los honores y condecoraciones.

d) Convocar, suspender, prorrogar y prolongar la Asamblea tibetana.

e) Expedir los mensajes y directrices de la Asamblea tibetana siempre que sea necesario.

f) Suspender o disolver la Asamblea tibetana.

g) Disolver el kashag (gobierno) o destituir a un kalon (ministro).

h) Decretar la urgencia y convocar reuniones especiales de gran importancia.

j) Autorizar los referéndum en los casos que implican grandes cuestiones pendientes conforme a la presente Carta»

El vocabulario del Dalai Lama es inaceptable

Para asegurarse la simpatía de las opiniones occidentales, el Dalai Lama utiliza un vocabulario que pretende establecer un paralelismo inaceptable con la Shoa. ¿Quién le dirá que en Europa consideramos que la Shoa es un episodio radicalmente singular, en tanto que crimen contra la humanidad, y no podemos aceptar que se disuelva su sentido con usos verbales que acabarían diluyendo su significado, puesto que eso equivaldría a minimizarlo y a relativizar la responsabilidad de los autores ideológicos que lo hicieron posible?

La referencia permanente a los «seis millones de tibetanos», cifra oportunamente redondeada para sugerir el paralelismo; una referencia repugnante a una decisión de las autoridades chinas de «imponer una ‘solución final’» (esta expresión, con las comillas, está en el texto inicial del discurso ante el congreso estadounidense); el uso inaceptable del concepto de «genocidio cultural» que lo aproxima al del «holocausto» que sufrió nuestro pueblo en el siglo pasado; todo eso forma parte de un conjunto que no puede haber aparecido por casualidad. Me revuelvo al ver esas palabras emplazadas de esa manera en los textos de los discursos. Y mi conmoción creció leyendo las notas biográficas dedicadas a la personalidad de su mentor de juventud, Heinrich Harrer, además de la amistad que conservaron hasta su muerte.

El proyecto del Dalai Lama es una independencia racista

Otra «perla» de las discusiones es la afirmación, con los ojos brillantes de conmiseración hacia la miserable ignorancia de su interlocutor: «pero el Dalai Lama no quiere la independencia, en absoluto, lo que quiere exactamente es la autonomía». Para comprobarlo nos remitimos a su declaración al respecto en el Parlamento de Estrasburgo en 1998. De esta forma ya no nos queda más que decir que lo que está exactamente en el discurso es lo de los «resistentes kosovares» del tipo del célebre «bueno y pacifista» Ibrahim Rugova que se paseaba en su época por los platós de televisión con su aire lastimoso de perro apaleado, su enternecedora bufanda alrededor del cuello, incluso en pleno verano, y ya sabemos cómo ha terminado el asunto. Entonces nos acusan de hacer juicios de intención. Por lo tanto es necesario remitirse a los discursos del Dalai Lama. No sólo a la letra de lo que dicen, sino al espíritu que demuestran.

El texto al que me refiero está en el sitio: Tibet-info.net. Data de 1987. Pero el sitio oficial de los tibetanos ofrece interesantes precisiones para su presentación:

«Traducida por primera vez al francés, la alocución del Dalai Lama en el Congreso de Estados Unidos en Washington el 21 de septiembre de 1987, permanece siempre de actualidad, como lo demuestran los ensayos nucleares en la India y las recientes inundaciones en China. La alocución señala, todavía más que la propuesta de Estrasburgo del 15 de junio de 1988, la voluntad de diálogo y la posición del jefe espiritual y terrenal de los tibetanos».

Por lo tanto, el texto de 1987 «sigue siendo actual», e incluso «todavía más que la declaración de Estrasburgo» de 1996. Ya estamos avisados. Leamos:

«Mientras continúa la ocupación militar del Tíbet por China, el mundo debe tener presente en su mente que, aunque los tibetanos hayan perdido su libertad, desde el punto de vista del derecho internacional el Tíbet sigue siendo actualmente un estado independiente sometido a una ocupación ilegal». «Liberado de la ocupación china, el Tíbet seguiría cumpliendo su papel natural de ‘Estado-tampón’, preservando y favoreciendo la paz en Asia».

Este análisis va mucho más lejos que una simple alusión. La idea fundamental es que el Tíbet, desde el punto de vista legal, es un Estado independiente cualquiera que sea su situación actual.

Es significativo que en este documento, como en todos los demás, el Tíbet que está en cuestión es el que se denomina «Tíbet histórico» que, en total, abarca ¡la cuarta parte del territorio actual de China!

«Mi deseo más ferviente, así como el del pueblo tibetano, es devolver al Tíbet su valioso papel, transformando de nuevo todo el país, es decir, el conjunto de las tres provincias de U-Tsang, Kham y Amdo, en una zona donde reinarían la estabilidad, la paz y la armonía».

La enormidad de esta pretensión territorial y su increíble agresividad nunca se tienen en cuenta en ningún comentario. Más allá de su carácter absolutamente explosivo en el plano geopolítico, incide de la misma forma en el plano humano. Y es el propio Dalai Lama quien la estableció cuando denunció la composición étnica actual de las regiones concernidas.

«En las regiones orientales de nuestro país, el número de chinos supera ampliamente el de tibetanos. Por ejemplo, en la provincia de Amdo donde nací, se cuentan según las estadísticas chinas 25 millones de chinos frente a sólo 750.000 tibetanos. Lo mismo que en el caso de la llamada «Región autónoma del Tíbet», es decir, el Tíbet central y occidental, donde las fuentes gubernamentales chinas confirman que actualmente los chinos son más numerosos que los tibetanos (…) En la actualidad, en el conjunto del territorio tibetano, 7,5 millones de colonos chinos ya han sobrepasado a una población tibetana de 6 millones. En el Tíbet central y occidental, lo que los chinos llaman actualmente «Región autónoma del Tíbet», las fuentes chinas reconocen que los 1,9 millones de tibetanos constituyen en la actualidad una minoría de la población.

Además, estas cifras no tienen en cuenta la ocupación militar estimada entre 300.000 y 500.000 personas, de ellas 250.000 en dicha Región autónoma del Tíbet. Para que los tibetanos puedan sobrevivir como pueblo, es imperativo que cesen las transferencias de población y que los colonos chinos regresen a China».

Creo que esa última línea debe ser leída cuidadosamente. Se trata, ni más ni menos, que una depuración étnica. Esta concepción de la definición de los pueblos no por la igualdad de sus derechos, sino por su etnia, es propia de todos los planteamiento étnicos y el origen de todos los racismos. Pero el Dalai Lama no limita esa definición únicamente al caso del Tíbet; aparece como un alborotador que promueve la guerra en China al incluir en su pretensión étnica otras provincias chinas y otras minorías nacionales en el mismo discurso:

«La política china de transferencia de población no es nueva. Ya ha sido aplicada sistemáticamente en otras regiones. A principios de este siglo, los manchúes formaban una raza distinta, con una cultura y tradiciones propias. En la actualidad, ya no permanecen más que 2 ó 3 millones de manchúes en Manchuria, frente a 75 millones de chinos que se han establecido. En el Turkistán oriental, rebautizado como Sinkiang por los chinos, la población china pasó de 200.000 en 1949 a 7 millones, o sea, más de la mitad de una población total de 13 millones. Tras la colonización china de la Mongolia interior, se cuentan 8,5 millones de chinos en esta región frente a 2,5 millones de mongoles».

Aplicando este razonamiento, ¿el Dalai Lama exige a China y a 91 millones de «colonos chinos» que «vuelvan a su casa»?, es decir, ¿que evacuen Manchuria, Sinkiang y Mongolia? ¿Eso es lo que piden los portadores de banderas tibetanas en las calles de París? ¿Es lo que reclaman Bertrand Delanoe y los demás entusiastas afanosos de este increíble racista religioso? No, por supuesto. Ni siquiera conocen lo que está en los textos. No leen, no se informan. Para ellos, puesto que por definición los chinos son culpables, todos los que se oponen a ellos tienen razón. En nombre de los derechos humanos se encuentran defendiendo la teocracia, el poder absoluto y la limpieza étnica. Y lo peor es que no lo saben. Ninguna lección del pasado afgano, iraní u otros les ha enseñado nada.

Después de eso y para terminar con la referencia del discurso del Dalai Lama en el parlamento de Estrasburgo , en el que renunciaba a la independencia, voy a limitarme a citar el pasaje de dicho discurso que se refiere a este aspecto de la cuestión. Leo que simplemente recupera la constante afirmación de que el Tíbet es un estado independiente, como en toda la exposición. El Dalai Lama recuerda que es la reivindicación «irresistible» del pueblo tibetano. Después declara que acepta la negociación sobre una base que incluya esta pretensión. Lo que no es, en absoluto, una renuncia. Veamos el texto. En primer lugar recuerda la dimensión central del hecho étnico, lo que equivale a decir, por lo tanto, que el problema de los derechos humanos no es una cuestión que afecta a los individuos, sino al pueblo como entidad: «Para que haya progreso en cuanto a la cuestión de los derechos humanos en el Tíbet, es necesario que la cuestión del Tíbet sea tratada como un problema en sí». Después de eso, ¿quién, de buena fe, puede decir que las frases que siguen son una renuncia al carácter étnico e independentista de la posición del Dalai Lama? Lean:

«Históricamente y según el derecho internacional, el Tíbet es un Estado independiente sometido a la ocupación ilegal china. Sin embargo, durante los últimos diecisiete años, desde que establecimos un contacto directo con las autoridades de Pekín en 1979, he adoptado un enfoque moderado de reconciliación y compromiso. Aunque conseguir la independencia nacional sea el deseo irresistible de los tibetanos, he declarado públicamente en varias ocasiones que aceptaría entrar en negociaciones sobre bases que excluían la independencia. La larga ocupación del Tíbet representa una amenaza cada vez mayor para la existencia misma de la particular identidad tibetana, nacional y cultural. En consecuencia, considero que mi primera responsabilidad es adoptar todas las medidas necesarias para salvar de la destrucción total a mi pueblo y su patrimonio cultural único».

En la misma medida en que yo argumento, pienso que las personas que se interesen por este debate podrán intervenir a su vez para justificar sus opiniones. Naturalmente me siento muy satisfecho cuando me entero de que mis textos rebasan sus fronteras o que mis lectores los hacen circular por sus propias listas. Si no, ¿cómo podría sobrevivir una opinión distinta? La matraca mediática y la homogeneidad blindada, armada con la «buena conciencia» inculcada, no nos deja otros medios de actuación. Pero tenemos este medio.

Original en francés: http://www.jean-luc-melenchon.fr/?p=589&wpcf7=json

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente

Nicaragua: reflexiones ante la diaria y grave violación del carácter laico del Estado

Reflexiones ante la diaria y grave violación del carácter laico del Estado

Tal vez ningún analista de la realidad política nacional venga tan de abajo y haya denunciado con tanta firmeza las continuas violaciones al Estado laico como Onofre Guevara. Tal vez nadie como él haya defendido la necesidad del laicismo para construir democracia y libertad. He aquí sus reflexiones.

Onofre Guevara López
Comentarista de prensa, ex sindicalista.

Revista Envío
Número 313, abril de 2008

El laicismo es una de las mayores conquistas en pro de la libertad de conciencia y los derechos humanos, de la tolerancia y la democracia. En donde prevalece el fundamentalismo religioso están ausentes la democracia y los derechos humanos, en especial los de las mujeres.

UNA FUNCIÓN TRIDIMENSIONAL

En ningún estadio sociopolítico, ni el fundamentalismo religioso ni el laicismo han permanecido inmutables. En la medida en que la clase privilegiada ha ido haciendo más conservadoras sus ideas, la separación de las funciones del Estado como máximo representante del poder organizado de la sociedad y las de la Iglesia con sus funciones propias y exclusivas en el reino de lo espiritual no se ha respetado y el laicismo ha venido perdiendo su auténtico valor.

El laicismo no es solamente independencia del poder “temporal” del poder “espiritual”. La función del laicismo en la sociedad es tridimensional. Considerado el mayor avance “en la conquista de la libertad de los pueblos”, el laicismo tiene también otras funciones dentro de las actividades políticas e ideológicas.

En la historia, el laicismo expresa el momento en que la comunidad humana adquiere la capacidad de asumir la búsqueda de un mundo mejor y de su propia felicidad en la realidad, aquí en la tierra, con independencia del “plan de Dios para la humanidad” que le ofrecían las religiones. Con esta concepción liberadora, la religión quedó ubicada en donde le corresponde: en la intimidad de los individuos. En su conciencia .

Según esta concepción, al laicismo se le puede entender en tres dimensiones. Una, la dimensión donde se separan Estado e Iglesia: aspecto jurídico. Dos, la dimensión en que se garantiza la libertad de conciencia: aspecto humano. Tres, la dimensión en donde lo religioso sale del espacio público para ocupar el espacio privado: aspecto social e ideológico.

No siempre ni en todas partes se reconoce ni se practica el laicismo en las tres dimensiones a la vez, sino que por la penetración conservadora en todos los terrenos el laicismo se ha visto limitado a las letras de las Constituciones y de las leyes. Actualmente, los gobiernos neoliberales han venido sacando la religión de la dimensión íntima de lo individual hacia el terreno de lo público dándole una dimensión política. Se transgrede así el principio del Estado laico consignado en la Constitución , siendo esto un reflejo más de la preeminencia de sus intereses económicos y políticos. Actuando así, están burlando el sentido del laicismo, una de las vías más eficaces para crear tolerancia entre las comunidades humanas de distintas creencias y para construir una cultura democrática.

CUATRO GOBIERNOS?BURLANDO EL ESTADO LAICO DIARIAMENTE

Es esto lo que sucede en Nicaragua. El laicismo sólo permanece en el texto constitucional. No se le da su auténtico valor ni su verdadera importancia para lograr relaciones humanas democráticas. La desvalorización del laicismo va a la par del escaso desarrollo democrático de nuestra sociedad. El laicismo presente en la máxima Ley de nuestra República ha quedado reducido a un trofeo simbólico, sin valor real. Nuestras condiciones políticas han permitido a los gobiernos violarlo impunemente. Ese trofeo, levantado como un logro del liberalismo democrático, y recogido en su momento por la revolución sandinista, es hoy un galardón inmerecido, porque los gobiernos, siempre complacientes con las fuerzas conservadoras con las que coinciden tanto en los intereses económicos como en los estilos de gobernar han dejado de hacerle honor.

Hoy, nuestro gobernante está haciendo coincidir intereses económicos y políticos con su sospechoso culto a lo religioso. Esta su contradicción con el texto constitucional y su también sospechosa práctica política no son originales. Hay que recordar, por ejemplo, que aunque obviamente por otros motivos en el acto inaugural de la democracia, cuando se proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, al triunfo de la Revolución francesa (1789), los revolucionarios que la redactaron dejaron constancia de que lo hacían “en presencia y bajo el auspicio del Ser Supremo”.

Sin embargo, tal contradicción de vieja data no le da derecho a los tres gobiernos anteriores al del presidente Ortega, ni a su actual gobierno, a ignorar o a burlar el carácter laico de nuestro Estado. Hay muchos casos puntuales en los que la condición jurídica de Nicaragua como Estado laico Nicaragua no tiene religión oficial, prescribe la Constitución Política en su artículo 14, ha sido tratada con sumo irrespeto. Todos los gobiernos lo han hecho. En el gobierno actual es más grave la evidencia, ya que sus líderes aún se autoproclaman revolucionarios de izquierda.

Con su juego maquiavélico con Dios y la religión, y con su alianza con las jerarquías religiosas, el presidente Ortega abrió dos frentes de lucha con la derecha. En el frente político por la conservación del poder, y en el frente ideológico por quitarle a la derecha la preeminencia que tradicionalmente ha tenido en el terreno religioso, haciendo de este terreno su coto privado.

El presidente Ortega le está arrebatando a la derecha su arma ideológica tradicional. Y quitándole a las funciones de todo el Estado su carácter laico, el gobernante está actuando en perjuicio de la libertad de conciencia de los sectores populares. En la prédica alienante que menosprecia el laicismo ya no es posible distinguir cuándo ésta es política y cuándo religiosa, porque se identifican y se complementan.

La mofa del laicismo es cotidiana, unas veces más obvia que otras. Entre las tantas realizadas, llama la atención la presencia de jerarcas de la iglesia católica en los actos oficiales del gobierno. Fue obvio en la toma de posesión del presidente Ortega en enero de 2007, cuando el cardenal Miguel Obando, el arzobispo de Managua Leopoldo Brenes y otro obispo ocuparon lugares de honor a ambos lados del presidente del Poder Legislativo, desplazando a los presidentes de otros Poderes del Estado. Creyendo darle mayor solemnidad a la sesión, la inclusión de los jerarcas violó el orden constitucional.

LA PENALIZACIÓN DEL ABORTO TERAPÉUTICO

Entre las tantas realizadas está también la manifestación de fieles católicos y evangélicos el 8 de octubre de 2006, reclamando la penalización del aborto terapéutico, en un acto político concertado entre el gobierno de Bolaños y las jerarquías de ambas denominaciones, en el que participaron funcionarios del gobierno y diputados liberales y del FSLN. Pocos días después, el Poder Legislativo cumplió la voluntad eclesiástica de penalizar el aborto terapéutico, derecho reconocido desde hacía más de un siglo en nuestro Código Penal cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre. En este retroceso al siglo XIII se hizo presente un espíritu inquisidor, estimulado por la complacencia del gobierno, abofeteando así la memoria de los pensadores de la Ilustración que inspiraron el laicismo y la memoria de la Humanidad que se ha sacrificado por sus libertades. Todo un proceso de deshumanización “en nombre” de Dios.

No fueron para repicar campanas las declaraciones del Cardenal Miguel Obando, que tres meses después de esta manifestación pública, recomendó que en la polémica sobre el aborto terapéutico se dejara hablar a la Ciencia. Sus palabras y la ascendencia que ha adquirido el Cardenal sobre el matrimonio Ortega-Murillo ya entonces en el gobierno motivaron a imaginar que habría una salida a la situación oscurantista en que había metido al país la reforma del artículo 165 del Código Penal penalizando el aborto terapéutico.

Pero no hubo salida. Ni entonces ni después se tomó nunca en cuenta el parecer de los médicos. Así, las fuerzas mancomunadas de la religión y la política oficial atentaron contra el derecho de las mujeres a su vida y a su libertad. Esta agresión doble contra las mujeres fue resultado de la previa agresión contra la laicidad del Estado. Después de más de un año no ha habido señales de rectificación y la Corte Suprema de Justicia última vía institucional a la que pueden recurrir las mujeres no responde en ningún sentido a los recursos de inconstitucionalidad introducidos por organizaciones feministas y de derechos humanos. Estando todas las instituciones del Estado controladas y repartidas por cuotas entre orteguistas y arnoldistas desde su pacto político, el Poder Judicial se ciega ante ésta y otras violaciones abiertas que hace el Ejecutivo del precepto constitucional del Estado laico, en complicidad con las jerarquías eclesiales.

Contra el aborto terapéutico se juntaron fuerzas políticas en apariencia disímiles (orteguistas, liberales, conservadores) en una sola acción reaccionaria. Los orteguistas olvidaron como han venido haciéndolo en toda ocasión los principios revolucionarios de varias generaciones de sandinistas, sólo para conseguir el apoyo de las jerarquías o al menos su neutralidad en asuntos claves para el orteguismo en carrera hacia la reelección del actual gobernante, empeño en el que se encontraba en octubre de 2006. De los conservadores no podía esperarse nada diferente según sus tradicionales posiciones reaccionarias. De los llamados liberales, ya hay suficientes pruebas del olvido deliberado que han hecho de los principios que originalmente tuvieron su fuente en los filósofos del Renacimiento y fueron puntales en los días inaugurales de la Democracia. De los principios liberales ya ni siquiera asoma el perfil en los textos partidarios de nuestros liberales.

UNA ESPERA FATALISTA Y PASIVA

Otra de las tantas: el presidente Ortega y su esposa hacen invocaciones a las divinidades y exponen iconos religiosos en cada acto político partidario y de gobierno y documentos públicos emitidos por su partido son facturados de forma muy similar a las homilías. En diciembre de 2007, el presidente Ortega ordenó a todas las dependencias del Estado que rezaran y cantaran a la Concepción de María y él mismo lo hizo en la Plaza de la Revolución. Días antes, Rosario Murillo -la señora co-gobernanta al 50%- había pedido públicamente a sus partidarios, y a nombre del gobierno, “rescatar la tradición de rezar el Rosario en familia todos los días”, una petición que sólo hacen los sacerdotes a su feligresía dentro de las iglesias.

Las invocaciones a la divinidad en los actos políticos del Frente Sandinista, de parte de sacerdotes, obispos o del propio gobernante y de su esposa, suponen una burda utilización de las creencias religiosas con objetivos políticos. De esta forma, alargan la distancia entre el laicismo como precepto constitucional y el laicismo como respeto a la práctica religiosa individual. También pretenden anular el laicismo como expresión de la libertad de conciencia, irremplazable en la lucha por la justicia social y en el ideal de construir un mundo mejor. La falta de respeto por el laicismo y la interferencia en la política de ideas y sentimientos religiosos frustra la lucha por las reivindicaciones sociales.

¿QUIÉNES GANAN? ¿Y QUÉ GANAN?

Este sabotaje al laicismo no es nada trivial, como pudiera parecer. Cuando se introducen las ideas religiosas, dándoles prioridad sobre las ideas de justicia social y de reivindicación social en la conciencia de las personas trabajadoras, se las condiciona para esperar pasivas el resultado de las oraciones y las promesas a las divinidades en que creen. Existe una relación naturalmente, no numérica entre las personas alienadas por la religión y las personas marginadas de la lucha social.

Sin embargo, clérigos y políticos procuran no dejar completamente pasivas a esas mismas personas atraídas con sus prédicas. Las incitan a la práctica permanente de la religión como una vía de escape personal y de fuga de sus ideales colocándolos en los salones de espera de los milagros, en que, de hecho, se han convertido actualmente las iglesias de todas las denominaciones. Es fácil comprobar esta práctica alienante observando la multiplicidad de iglesias y templos que operan en los barrios populares, con cantos y prédicas ruidosas que aturden a los participantes y atormentan al vecindario. Está por verse a una de estas iglesias operando con igual libertinaje en una zona residencial burguesa. Y jamás se verán dentro de los repartos exclusivos. No está de más recordar que los diputados libero-orteguistas aprobaron una ley contra el ruido, de cuya observancia exceptuaron a estas iglesias.

¿Quiénes ganan con esto? ¿Y qué ganan? Ganan y por partida doble. Los sectarios religiosos son conscientes de que los barrios populares son el hábitat “natural” de la pobreza y que todas las carencias humanas y sociales tienen allí un buen clima para el desarrollo de su labor alienante. Saben que también los barrios populares son nidos de inconformidades y de estímulos para la organización de luchas y protestas. Por intención manifiesta o de forma indirecta, con sus prédicas y demagogia buscan quitar presión social y política, atrayendo a los potencialmente aptos para la lucha social convirtiéndolos en adeptos y adictos a toda clase de creencias. Las demandas sociales disminuyen en la medida en que más personas se refugian en las iglesias. En esta situación, clérigos y políticos se ganan la buena voluntad y hasta las simpatías de la gente sin haber invertido nada más que promesas de salvación y de bienestar en éste y en el “otro mundo”. En este sentido se entiende la religión como “el opio de los pueblos”. No porque la gente se vuelva creyente, sino porque se vuelve inactiva y dócil.

TAMBIÉN EN LA ENSEÑANZA

Y otra más: en enero de 2008 fuimos testigos de los firmes reclamos que por medio de comunicados, cartas, sermones, declaraciones de prensa, televisión y radio hizo la jerarquía católica al Ministerio de Educación por los desembolsos retenidos para el pago de maestros de centros escolares de la Iglesia Católica. Alegaban que la subvención del Estado a las escuelas católicas era justa porque impartían enseñanza gratuita, lo que es cierto, aunque también lo es que estas escuelas les permiten ampliar su influencia religiosa en niños de varios niveles de la enseñanza. Se viola así la Constitución en dos sentidos: el derecho y la obligación que tiene el Estado de asumir la educación pública nacional (artículos 58 y 119) y el carácter laico que debe tener el Estado en sus expresiones públicas (artículo 14).

Con la Universidad Católica se potencia al máximo la transgresión constitucional. Esta universidad es propiedad privada, es la universidad más cara del país, exclusiva de las clases pudientes, es un negocio del que participa el Cardenal Obando. Sin embargo, recibe una subvención anual del Estado de 12 millones de córdobas. Un escarnio para un Estado que “no tiene religión oficial”. Ésta fue la práctica de los tres gobiernos neoliberales que precedieron al actual, que dice ser “de izquierda” y que aceptó esta herencia por interés político.

CONSTITUCIÓN DE 1987: EL NOMBRE DE DIOS

Se dice que los políticos tradicionales y sus asimilados del actual gobierno siempre han jugado y juegan “con el santo y con la limosna”, sin haber dejado de jugar con la gente. En el caso del presidente Ortega, esto ha significado un retroceso por lo menos de más de veinte años, dado que durante la discusión del Prólogo de la Constitución vigente (1987)-ya bastante remendada, pero en vigencia y promulgada durante su primer mandato como presidente-, el gobierno revolucionario dio una respuesta tolerante y, por ello, también democrática, a la demanda de los diputados creyentes.

Sucedió entonces que la mayoría de legisladores sandinistas en la Asamblea Nacional estaban dispuestos a seguir el ejemplo de tres textos constitucionales liberales los de 1893, 1905 y 1939 no invocando a Dios en el Prólogo de la nueva Constitución que estaban elaborando y aprobando. No obstante, comprendieron la posición de la minoría que reclamaba esa invocación y discutieron el tema. Finalmente, hubo consenso y se aprobó que no se haría la invocación como pedían los opositores, pero sí se mencionaría a Dios en el prólogo de la Carta Magna , que quedó así: En nombre: Del pueblo nicaragüense; de todos los partidos y organizaciones democráticas, patrióticas y revolucionarias del pueblo de Nicaragua; de sus hombres y mujeres; de sus obreros y campesinos; de su gloriosa juventud; de sus heroicas madres; de los cristianos que desde su fe en DIOS se han comprometido e insertado en la lucha por la liberación de los oprimidos…

UNA TOLERANCIA LAICA QUE YA NO EXISTE

Dos detalles interesantes expresan la tolerancia que hubo durante la transacción política entre los sandinistas y la minoría opositora para redactar el Prólogo. El doctor Clemente Guido Chávez, del Partido Conservador Demócrata, propuso que el nombre de Dios se escribiera con mayúsculas en sus cuatro letras. Y condicionó su firma en la nueva Constitución a que su propuesta fuera aceptada. Aunque la bancada sandinista aceptó la demanda del doctor Guido y el nombre de Dios fue escrito con cuatro letras mayúsculas, la Constitución de 1987 aún vigente no cuenta con la firma del ahora difunto doctor Guido. Nunca se supo que los sandinistas se lo hubiesen reclamado. Otro detalle. El diputado opositor Luis Sánchez Sancho socialista entonces hizo en el plenario de la Asamblea Nacional la intervención más radicalmente atea contra la mención de Dios en el Prólogo, contrariando lo que exponían en sus discursos los diputados conservadores. Pero ni a él ni a nadie se le criticó por expresar sus opiniones.

Nicaragua carece de religión oficial: así quedó consignado en la Constitución de 1987. Comentando la parte dogmática de nuestro texto constitucional, y el gran logro de haber incorporado al texto de la Carta Magna el trascendental principio del laicismo, el jurista español Plácido Fernando Viagas Bartolomé escribió: Ello supone el punto final de una larga evolución que tanto sufrimiento ha ocasionado. Es posible que el problema simplemente se encontrara en que, durante mucho tiempo, el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza y que sus miedos, inseguridad y desconfianza determinaron un Ser Supremo celoso de sí mismo e intolerante, que no podía permitir la libertad.

Muestras de tolerancia no se ven ya de parte del sandinismo oficialista. Y ahora el presidente Ortega hace la promesa de ley a sus ministros y funcionarios en nombre de Dios, al margen del laicismo constitucional. Paradójicamente, la intolerancia actual del orteguismo tiene sello religioso y no “revolucionario”. En el proceso de esta “conversión”, el presidente Ortega y su gente comenzaron marginando a los sacerdotes exponentes de la Teología de la Liberación , dándole así las espaldas a los miles de “cristianos que desde su fe en Dios” se habían “comprometido e insertado en la lucha por la liberación de de los oprimidos”, tal cual reza el prólogo de nuestra Constitución. Este proceso inició anulando en la práctica el laicismo y emprendiendo un viraje hacia la alianza con los clérigos derechistas, ex-militantes contrarrevolucionarios opositores al Estado de los años 80.

TAMBIÉN LA POLICÍA

Otra más: en nuestro país no se efectúa ninguna fiesta patronal religiosa en los municipios incluso en la capital que no cuente con recursos municipales recolectados a través de los impuestos que pagan los ciudadanos no católicos o quienes no tienen religión alguna. Ni alcaldes ni concejales respetan la laicidad del Estado, haciendo burla a la Carta Magna y a la ciudadanía.

Especial participación tiene en esta violación la Policía Nacional. En las fiestas religiosas, unas veces cumple con su deber de proteger el orden público y otras participa en actos religiosos expresamente efectuados por y para la Policía en templos católicos y evangélicos. Es frecuente ver a comisionados y oficiales policiales con sus uniformes de reglamento participando públicamente en ritos que deberían guardar para su vida privada. Lo incorrecto no es que demuestren así su religiosidad, sino que haciéndolo uniformados violentan la Constitución , conducta poco ejemplar en autoridades encargadas de hacer cumplir las leyes.

El mensaje no es educativo en el momento en que hoy vivimos, tan poblado de personajes capaces de no dejar recurso ocioso cuando se trata de mantener vigente su ascendencia política sobre los menos avisados. No es educativo porque se brinda a estos personajes un recurso más para que mantengan vivo el sistema que les ha dado poder, riqueza y bienestar. No es poco todo lo que se protege tras la manipulación político-ideológica-religiosa al burlar el carácter laico del Estado.

DANIEL ORTEGA: ¿UN “CONVERTIDO”?

Hay quienes piensan que estas actitudes de las autoridades estatales, violatorias del laicismo constitucional, son sólo una hábil jugada política. Por un lado, para favorecer la imagen del orteguismo ante los cristianos. Por otro, para darse así la oportunidad de lucir un “cristianismo” que les abre espacios en la conciencia de las masas influenciadas por el fundamentalismo religioso, que reciben al gobernante y a sus funcionarios como se recibe al “pecador arrepentido”, merecedor de un cristiano perdón por los “pecados” que le atribuyen sus adversarios de la derecha. En la última campaña electoral Ortega mostró estas intenciones, plagando su discurso político de alusiones religiosas, pensando que en esta oportunidad ganaba, con la presidencia, tal vez también una indulgencia.

No hay motivos para no creer que lo que hemos visto hasta aquí en el gobierno del presidente Ortega no corresponda a un plan bien calculado, dadas sus radicales contradicciones con la jerarquía católica en los años 80. Pero tampoco faltan motivos para suponer que las demostraciones de su fe religiosa en cada una de sus últimas actuaciones, con la aparente convicción de un neoconverso, podrían estar causadas por un cambio ideológico, tan verdadero como radical. Si éste fuera el caso, habría que lamentar la contradicción de su nueva fe con el discurso de contenido revolucionario que no abandona en las circunstancias nacionales e internacionales en que le corresponde hoy moverse.

Como nunca antes, el “convertido” presidente Ortega se ve envuelto en un moño de contradicciones. Sus mejores amigos, los gobernantes de Irán y Libia, son de confesión musulmana, el iraní además fundamentalista y, por eso, con una práctica reaccionaria. Sus amigos de Cuba no practican ninguna religión de manera oficial. Su amigo el presidente de Venezuela, al igual que Ortega, invoca siempre a Dios en sus actos políticos, pero mantiene contradicciones con la jerarquía católica. El resto de gobernantes de América Latina Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Chile mantienen una posición oficialmente laica y de tolerancia, aunque bajo gran influencia católica. En todos los países latinoamericanos con gobiernos de izquierda se practica el aborto terapéutico, a excepción de Chile y Nicaragua. En Chile, por imposición de la dictadura de Pinochet, para compensar el apoyo que la jerarquía católica brindó a sus crímenes contra el pueblo chileno y contra la democracia.

Es de esperar que, en esta amalgama de situaciones relacionadas con el laicismo y el teísmo católico y musulmán, y aspirando ya a la reelección y a la permanencia en el poder con el estrecho círculo político que le acompaña, Ortega seguirá acercándose a los sectores de la derecha confesional a través del cardenal Obando.

PARA LEGITIMAR SU PODER

¿Cómo encajan los intereses de la Iglesia como institución dentro de las contradicciones que caracterizan las acciones gubernamentales y las políticas del presidente Ortega? Se observan tres realidades. Primera: no existe dentro de la Iglesia Católica una posición única en su relación con el gobierno. Segunda: el Cardenal Miguel Obando es la única máxima figura de la jerarquía católica que representa la tendencia más estrechamente aliada del gobierno de Ortega. Y tercera: aunque no hay unanimidad de criterios dentro de la jerarquía católica respecto al gobierno, tampoco le hacen una oposición sólida.

La jerarquía católica, encabezada hoy por el arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, mantiene mayor independencia ante la oligarquía y sus partidos políticos que la que tuvo Obando siendo arzobispo de la capital. Obando se distinguió como el más fuerte baluarte “espiritual” de la contrarrevolución en sus dos versiones, la armada y la “cívica”, por lo cual fue privilegiado con financiamiento económico de parte de las agencias gubernamentales de Estados Unidos. Monseñor Brenes emite opiniones políticas, más que con críticas, con sugerencias al gobierno sobre problemas sociales claves, camufladas con el lenguaje sibilino tradicionalmente utilizado por todas las jerarquías que le precedieron. Sin embargo, el arzobispo Brenes está sabiendo utilizar la omisión del gobierno del mandato constitucional respecto al laicismo para sacarle provecho, aun conociendo su ilegalidad. También Brenes respaldó consistentemente la penalización del aborto terapéutico.

Todo esto se debe a que en la jerárquica católica las actitudes individuales de uno u otro jerarca no cambian en los problemas que ellos consideran esenciales. La Iglesia Católica buscará siempre cómo legitimar y mantener activo su poder real, no reparando en si el presidente Ortega es realmente un converso o si sólo lo es en apariencia. Antes de todo, el interés es dar continuidad a la influencia eclesial sobre la sociedad, esté quien esté a la cabeza del gobierno en Nicaragua o en cualquier otro país.

LOS PRINCIPALES RESPONSABLES

Este juego político-religioso deja en el terreno varias víctimas. Las leyes democráticas de la República. El carácter laico de sus instituciones y las leyes que lo garantizan. El pueblo trabajador, que por su extrema pobreza es vulnerable a la manipulación. El desarrollo democrático del país y la sanidad de la vida social, al faltar el respeto por la tolerancia.

Cuando falla el laicismo en las relaciones entre las personas de diferentes creencias se ponen en peligro de desaparición los principios y las leyes que protegen las relaciones humanas y sociales. Y se hacen aún más difíciles las condiciones de vida de los nicaragüenses. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hay causas de origen subjetivo en la población y causas objetivas y materiales en nuestro desarrollo como país, pero en este momento la responsabilidad principal recae en el presidente Daniel Ortega y su esposa, convertidos en figuras centrales de la contrarrevolución ideológica dentro del Frente Sandinista y del gobierno. Son ambos los rostros visibles de una nueva burguesía económica que, en busca de una justificación ideológica, se apoyan en los dogmas católicos.

Ellos comenzaron marginando el análisis marxista de los fenómenos naturales y sociales, buscándoles explicación en la astrología y en creencias esotéricas análogas. Y aunque nunca fueron grandes marxistas, no pudieron o no quisieron adoptar la teoría marxista para orientar su actividad política. Se puede ser revolucionario sin ser marxista, pero sin el método marxista para el análisis social el revolucionario estará más cerca del aventurero y más proclive a la “conversión”. Después, cortaron su relación con los exponentes de la Teología de la Liberación identificados con el proyecto revolucionario, quienes utilizaron el marxismo como instrumento de análisis de la realidad latinoamericana encontrando que entre cristianismo y revolución no había contradicción y demostrando con su práctica que no la había. Finalmente, Ortega y su gente adoptaron las posiciones político-ideológicas de la tendencia vaticanista de la Iglesia Católica , aliándose al sector católico más fundamentalista, comparsa de todas las derechas en todas las épocas.

UN GOBIERNO DE DERECHA

Rescatar el laicismo en las instituciones nacionales que dependen del Estado establecería relaciones personales y sociales más respetuosas. Rescatar el laicismo, para bien de todos, sería colocar la religión en el ámbito de la intimidad. Esto es difícil de lograr en el actual gobierno, porque sin religión en las calles, plazas y eventos públicos se le haría más complicada la manipulación política. Por eso, porque las clases dominantes tienen en el recurso de la manipulación religiosa un alimento vital para su existencia, este gobierno es de derecha.

Análisis de las clases de la sociedad china

ANALISIS DE LAS CLASES DE LA
SOCIEDAD CHINA[*]

Marzo de 1920
¿Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Si todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron exiguos resultados, fue esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los auténticos amigos para atacar a los verdaderos enemigos.

Un partido revolucionario es el guía de las masas, y no hay revolución que no fracase cuando ese partido las conduce por un camino erróneo. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no conducir a las masas por un camino erróneo, tenemos que cuidar por unirnos con nuestros auténticos amigos para. atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para distinguir a los auténticos amigos de los verdaderos enemigos, tenemos que hacer un análisis general de la condición económica de las diversas clases de la sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.

¿Cuál es la situación de cada una de las clases de la sociedad china?

La clase terrateniente y la burguesía compradora1. En China, país semicolonial y económicamente atrasado, la clase terrateniente y la burguesía compradora son verdaderos apéndices de la burguesía internacional, y su existencia y desarrollo dependen del imperialismo. Estas clases representan las relaciones de producción más atrasadas y reaccionarias de China e impiden el desarrollo de las fuerzas productivas del país. Su existencia es absolutamente incompatible con

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* Artículo escrito por el camarada Mao Tse-tung para combatir dos tendencias existentes entonces en el Partido. La primera, representada por Chen Tu-siu, sólo se interesaba en la cooperación con el Kuomintang y olvidaba al campesinado; era oportunismo de derecha. La segunda, representada por Chang Kuo-tao, sólo prestaba atención al movimiento obrero e igualmente olvidaba al campesinado; era oportunismo de “izquierda”. Ambas corrientes oportunistas sentían que las fuerzas de la revolución [cont. en pág. 10. — Ed.] eran insuficientes, pero ninguna sabía dónde buscar refuerzos, dónde ganar aliados en gran número. El camarada Mao Tse-tung señaló que el campesinado era el aliado más leal y numeroso del proletariado chino, y resolvió así el problema de quién en el principal aliado en la revolución china. Además, señaló que la burguesía nacional era una clase vacilante y previó que, con el ascenso de la revolución, se produciría un división en ella y que su ala derecha se pasaría al lado del imperialismo. Esto fue confirmado por los acontecimientos de 1927.
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los objetivos de la revolución china. En particular, la clase de los grandes terratenientes y la gran burguesía compradora se coloca siempre del lado del imperialismo y constituyen un grupo extremadamente contrarrevolucionario. Sus representantes políticos son los estatistas2 y el ala derecha del Kuomintang.

La burguesía media. Esta clase representa las relaciones de producción capitalistas en la ciudad y el campo de China. La burguesía media, por la que entendemos principalmente a la burguesía nacional3 tiene una actitud contradictoria hacia la revolución china: siente la necesidad de la revolución y favorece el movimiento revolucionario contra el imperialismo y los caudillos militares cuando padece los golpes del capital extranjero y la opresión de los caudillos militares pero desconfía de la revolución cuando siente que, con la valiente impetuosa participación del proletariado del país y el activo apoyo del proletariado internacional, la revolución amenaza su esperanza de alcanzar la condición de gran burguesía. En lo político aspira establecer un Estado dominado por una sola clase: la burguesía nacional. Uno que dice ser “verdadero discípulo” de Tai Chi-tao4 declaró en el Chen Pao [5] de Pekín: “Levantad el brazo izquierdo para aplastar a los imperialistas y el derecho para aplastar a los comunistas.” Estas palabras expresan el dilema y el temor de la burguesía nacional. Esta clase se opone a que el Principio de la Vida del Pueblo del Kuomintang sea interpretado según la teoría de la lucha de clases, a que el Kuomintang se alíe con Rusia y admita en su seno comunistas6 y elementos de izquierda. Pero su intento de establecer un Estado dominado por la burguesía nacional es absolutamente irrealizable, debido a que la actual situación mundial se caracteriza por el hecho de que las dos grandes fuerzas, la revolución y la contrarrevolución, se enfrentan en la lucha final. Cada una de ellas ha levantado una gran bandera: una es la bandera roja de la revolución, que enarbola la III Internacional, llamando a unirse en torno suyo a todas las clases oprimidas del mundo; la otra es la bandera blanca de la contrarrevolución, que enarbola la Sociedad de

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las Naciones, llamando a unirse en torno suyo a todos los contrarrevolucionarios de la tierra. Inevitablemente, se producirá pronto una división dentro de las clases intermedias: algunos sectores se inclinarán hacia la izquierda para unirse a la revolución, y otros, hacia la derecha para sumarse a la contrarrevolución. Para estas clases no hay posibilidad alguna de permanecer “independientes”. Por eso, la idea concebida por la burguesía media china de una revolución “independiente” en la que esta clase desempeñaría el papel principal, no es más que una ilusión.
La pequeña burguesía. A ella pertenecen los campesinos propietarios7, los artesanos propietarios de talleres, las capas inferiores de la intelectualidad – estudiantes, maestros de enseñanza primaria y secundaria, funcionarios subalternos, oficinistas, tinterillos – y los pequeños comerciantes. Tanto por su número como por su naturaleza de clase, la pequeña burguesía merece seria atención. Los campesinos propietarios y los artesanos propietarios de talleres se dedican a la producción en pequeña escala. Aunque las diferentes capas de la pequeña burguesía tienen todas la condición económica propia de esta clase, se dividen en tres sectores. El primero comprende a los que disponen de algún excedente en dinero o en grano, es decir, aquellos que por su trabajo manual o intelectual reciben cada año ingresos superiores a sus gastos de manutención. Movidas por el vehemente deseo de enriquecerse, esas personas rinden devoto culto al Mariscal Chao8; si bien no se hacen ilusiones de amasar grandes fortunas, anhelan invariablemente trepar a la posición de la burguesía media. Cuando ven el respetuoso trato que reciben los pequeños ricachos, la boca se les hace agua. Son gente de poco carácter, temen a las autoridades y sienten también cierto temor a la revolución. Por su condición económica tan cercana a la de la burguesía media, dan mucho crédito a la propaganda de ésta y desconfían de la revolución. Este sector es una minoría dentro de la pequeña burguesía y constituye su ala derecha. El segundo sector está compuesto de los que en lo fundamental se mantienen con sus propios medios económicos. Son muy diferentes de los integrantes del primer sector. También desean enriquecerse, pero el Mariscal Chao no se lo permite jamás. Además, en los últimos años, víctimas de la opresión y explotación del imperialismo, de los caudillos militares, de los terratenientes feudales y de la gran burguesía compradora, han llegado a sentir que el mundo ya no es lo que era. Se dan cuenta de que, trabajando como antes, no pueden asegurar su subsistencia. Para ganarse la vida, tienen que

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prolongar su jornada de trabajo, levantándose más temprano y acostándose más tarde, y redoblar su cuidado en el trabajo. Se vuelven entonces un tanto insultantes y califican a los extranjeros de “demonios extranjeros”, a los caudillos militares de “generales bandidos”, y a los déspotas locales y shenshi malvados9 de “ricos desalmados”. En cuanto al movimiento contra los imperialistas y los caudillos militares, sólo dudan de su éxito (porque los extranjeros y los caudillos militares les parecen muy poderosos), e indecisos de participar en él, prefieren mantenerse neutrales, pero de ninguna manera se oponen a la revolución. Este sector es muy numeroso y representa aproximadamente la mitad de la pequeña burguesía. El tercer sector comprende a aquellos cuyo nivel de vida va en descenso. Muchos de ellos, pertenecientes a familias que fueron acomodadas, están pasando gradualmente de una situación en que a duras penas logran mantenerse a una vida más y más precaria. Al hacer el balance de fin de año, exclaman aterrados: “¡Cómo! ¡Un nuevo déficit!” Ya que han vivido días mejores y que su situación se agrava de año en año, sus deudas crecen y su existencia se hace cada vez más miserable, “el solo pensar en su porvenir les da escalofríos”. Esas gentes sufren intensa pena a causa del fuerte contraste que existe entre su vida pasada y la presente. Ocupan un lugar bastante importante en el movimiento revolucionario, pues constituyen una masa numerosa y representan el ala izquierda de la pequeña burguesía. En tiempos normales, estos tres sectores de la pequeña burguesía difieren en su actitud hacia la revolución. Pero en tiempos de guerra, es decir, cuando la revolución está en ascenso y se ve la aurora de la victoria, se unen a la revolución no sólo el ala izquierda sino también el sector intermedio de la pequeña burguesía, y hasta elementos de su ala derecha se ven obligados a seguir la corriente de la revolución, arrastrados por la gran marea revolucionaria del proletariado y del ala izquierda de la pequeña burguesía. Por la experiencia del Movimiento del 30 de Mayo de 192510 y del movimiento campesino en diversos lugares, podemos ver que esta afirmación es correcta.

El semiproletariado. Lo que llamamos semiproletariado comprende cinco categorías: 1) la aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios11, 2) los campesinos pobres, 3) los pequeños artesanos, 4) los dependientes de comercio12 y 5) los vendedores ambulantes. La aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios y los campesinos pobres constituyen una inmensa parte de las masas rurales. El problema campesino es esencialmente su problema. Los campesinos

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semipropietarios, campesinos pobres y pequeños artesanos se dedican a la producción en una escala aún más pequeña que los campesinos propietarios y artesanos propietarios de talleres. Aunque tanto la aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios como los campesinos pobres pertenecen al semiproletariado, todavía se les puede clasificar, según su condición económica, en tres capas: superior, media e inferior. Los campesinos semipropietarios viven peor que los campesinos propietarios, porque cada año les falta aproximadamente la mitad del sustento necesario, y tienen que compensar este déficit tomando en arriendo tierras ajenas, vendiendo parte de su fuerza de trabajo o haciendo pequeños negocios. Entre la primavera y el verano, cuando la cosecha pasada se ha agotado y los cultivos están aún en cierne, piden dinero prestado a intereses usurarios y compran grano a altos precios. Naturalmente, llevan una existencia más difícil que los campesinos propietarios, quienes no necesitan recurrir a la ayuda de nadie. Pero viven mejor que los campesinos pobres, porque éstos no poseen tierra y sólo obtienen por su trabajo del año la mitad de la cosecha, o aún menos; en cambio, los campesinos semipropietarios pueden quedarse con toda la cosecha de su propia tierra, aunque también obtienen sólo la mitad, o aún menos, del producto de la tierra que toman en arriendo. Los campesinos semipropietarios son, por lo tanto, más revolucionarios que los campesinos propietarios, pero menos que los campesinos pobres. Estos últimos son arrendatarios explotados por los terratenientes. Pueden dividirse, a su vez, en dos capas según su condición económica. Una comprende a los que disponen de herramientas de labranza relativamente suficientes y de ciertos fondos. Estos campesinos pueden retener la mitad del producto de su trabajo del año. Para cubrir su déficit, hacen cultivos marginales, cogen peces y camarones, crían aves y cerdos o venden parte de su fuerza de trabajo, y logran así a duras penas ganarse la vida. En medio de dificultades y penurias, se consuelan con la esperanza de mantenerse mal que bien hasta el nuevo año. Viven más penosamente que los campesinos semipropietarios, pero mejor que la otra capa de campesinos pobres. Son más revolucionarios que los campesinos semipropietarios, pero menos que la otra capa de campesinos pobres. Estos últimos no tienen herramientas de labranza suficientes, ni fondos; disponen de escasa cantidad de abono y sólo obtienen pobres cosechas, y, por ser muy poco lo que: les queda después de pagar el arriendo, tienen aún mayor necesidad de vender parte de su fuerza de trabajo. En los tiempos de hambre y calamidades, mendigan en préstamo a
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sus parientes y amigos unos cuantos dou o sheng13 de grano para mantenerse siquiera por cuatro o cinco días; sus deudas se amontonan como cargas sobre el lomo del buey. Constituyen un sector campesino que vive en extrema miseria y son muy sensibles a la propaganda revolucionaria. Los pequeños artesanos son llamados semiproletarios, pues, aunque poseen algunos medios de producción elementales y ejercen oficios “libres”, también se ven a menudo obligados a vender parte de su fuerza de trabajo, y su condición económica se asemeja más o menos a la de los campesinos pobres. A causa del pesado fardo de sus obligaciones familiares y la disparidad entre sus ingresos y el costo de la vida, sienten constantemente el tormento de la pobreza y el miedo a la falta de trabajo; en este aspecto también se parecen a los campesinos pobres. Los dependientes son empleados de establecimientos comerciales; sustentan a sus familias con un modesto sueldo que por lo común sólo es aumentado una vez en varios años, mientras los precios suben cada año. Si por casualidad uno entra en íntima conversación con ellos, se desatan en interminables quejas. Con una situación a grandes rasgos similar a la de los campesinos pobres y pequeños artesanos, son muy sensibles a la propaganda revolucionaria. Los vendedores ambulantes, ya sean los que llevan su mercancía en balancín, o los que instalan sus puestos en las calles, tienen un capital insignificante, y sus exiguas ganancias no les alcanzan para el sustento ni el vestido. Se encuentran casi en la misma situación que los campesinos pobres y, al igual que éstos, necesitan una revolución que cambie el actual estado de cosas.

El proletariado. El proletariado industrial moderno asciende aproximadamente a dos millones. Tan reducida cifra se explica por el atraso económico de China. Estos dos millones de obreros industriales están empleados principalmente en cinco sectores: ferrocarriles, minas, transporte marítimo, industria textil y astilleros; y un gran número de ellos se hallan bajo el yugo del capital extranjero. Aunque débil numéricamente, el proletariado industrial representa las nuevas fuerzas productivas de China, es la clase más progresista de la China moderna y se ha convertido en la fuerza dirigente del movimiento revolucionario. Para apreciar la importante posición del proletariado industrial en la revolución china, basta con ver la fuerza que ha desplegado en las huelgas de los últimos cuatro años, tales como las de los marineros14, de los ferroviarios15, de las minas de carbón de Kailuan y Chiaotsuo16, la huelga de Shamien17 y las huelgas generales de Shanghai y Hongkong18 a raíz del Incidente del 30 de

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Mayo. La primera razón por la cual los obreros industriales ocupan esta posición es su concentración. Ningún otro sector de la población está tan concentrado como ellos. La segunda razón es su baja condición económica. Privados de medios de producción, no poseen más que sus manos, ni tienen esperanza alguna de enriquecerse; además, son víctimas del más despiadado trato por parte de los imperialistas, los caudillos militares y la burguesía. A todo esto se debe su gran capacidad de lucha. Los culíes de las ciudades constituyen también una fuerza que merece seria atención. Son, en su mayoría, trabajadores portuarios y conductores de ricksha ; entre ellos se cuentan también los poceros19 y los barrenderos. Nada tienen, salvo sus manos, y su condición económica es similar a la del proletariado industrial, sólo que se hallan menos concentrados y desempeñan un papel menos importante en la producción. La agricultura capitalista moderna está aún poco desarrollada en China. Con el término proletariado rural designamos a los asalariados agrícolas contratados por año, por mes o por día. Desprovistos de tierra, de herramientas de labranza y de fondos, sólo pueden subsistir vendiendo su fuerza de trabajo. De todos los trabajadores, ellos tienen la más larga jornada de trabajo, reciben los más bajos salarios y el peor trato, y están sujetos a la mayor inseguridad de empleo. Por ser los que sufren mayores privaciones en el campo, ocupan en el movimiento campesino una posición tan importante como los campesinos pobres.
Existe además un numeroso lumpemproletariado, compuesto de campesinos que han perdido su tierra y de obreros artesanos sin trabajo. Llevan una vida más precaria que ningún otro sector de la sociedad. Tienen en todo el país sus organizaciones secretas, que fueron en un principio organizaciones de ayuda mutua para la lucha económica y política, entre ellas, la Sociedad Tríade en las provincias de Fuchién y Kuangtung, la Sociedad de los Hermanos en las provincias de Junán, Jupei, Kuichou y Sechuán, la Sociedad de la Gran Cimitarra en las provincias de Anjui, Jonán y Shantung, la Sociedad por una Vida Racional en la provincia de Chili20 y las tres provincias del Nordeste, y la Banda Verde en Shanghai y otros lugares21. Uno de los problemas difíciles de China es cómo tratar a esta gente. Capaz de luchar con gran coraje, pero inclinada a las acciones destructoras, puede transformarse en una fuerza revolucionaria si se la conduce de manera apropiada.

De todo lo anterior se desprende que son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos

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militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a todos ellos. El proletariado industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son todo el semiproletariado y toda la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos constantemente en guardia y no permitirle que cree confusión en nuestro Frente.

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NOTAS

[1]Después de la invasión del imperialismo a China, los capitalistas extranjeros empleaban agentes chinos para llevar a cabo su agresión económica. A estos agentes se les llamaba “compradores”. La burguesía compradora, integrada por estos elementos, era mantenida por los capitalistas de los países imperialistas, servía directamente a sus intereses y estaba unida por mil vínculos a las fuerzas feudales del país. [pág. 9]

[2]Se refiere a un puñado de desvergonzados politicastros fascistas que en esa época organizaron la Liga de la Juventud Estatista de China, que luego cambió su nombre por el de Partido de la Juventud de China. Profesionales de la contrarrevolución, se dedicaban a combatir al Partido Comunista y a la Unión Soviética y estaban subvencionados por los diversos grupos reaccionarios en el Poder y por los imperialistas. [pág. 10]

[3]Para una comprensión más amplia del papel desempeñado por la burguesía nacional, véase “La revolución china y el Partido Comunista de China”, cap. II, 4, Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II. [pág. 10]

[4]Tai Chi-tao ingresó al Kuomintang en su juventud y durante algún tiempo fue socio de Chiang Kai-shek en especulaciones bursátiles. Después del fallecimiento de Sun Yat-sen en 1925, se dedicó a la agitación anticomunista, preparando el terreno ideológico para el golpe de Estado contrarrevolucionario de Chiang Kai-shek en 1927 Durante muchos años fue fiel lacayo de éste en la contrarrevolución. Desesperado ante el inminente derrumbamiento del régimen de Chiang Kai-shek, se suicidó en febrero de 1949. [pág. 10]

[5]Era el periódico de la Asociación para el Estudio del Gobierno Constitucional uno de los grupos políticos que apoyaban la dominación de los caudillos militares del Norte. [pág. 10]

[6]En 1923, con la ayuda del Partido Comunista de China, Sun Yat-sen decidió reorganizar el Kuomintang, establecer la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista y admitir a comunistas en el Kuomintang. En enero de 1924 convocó en Cantón el I Congreso Nacional del Kuomintang, en el que formuló las Tres Grandes Políticas: alianza con Rusia, alianza con el Partido Comunista y ayuda a los campesinos y obreros. Participaron en este Congreso los camaradas Mao Tse-tung, Li Ta-chao, Lin Po-chü, Chü Chiu-pai y otros, quienes desempeñaron un papel importante ayudando al Kuomintang a tomar el camino de la revolución. Algunos de estos camaradas fueron

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elegidos miembros del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang, y otros, miembros suplentes. [pág. 10]
[7]Con el término “campesinos propietarios” el camarada Mao Tse-tung designa a los campesinos medios. [pág. 11]

[8]El Mariscal Chao (Chao Kung-ming) es el dios de la riqueza según la leyenda popular china. [pág. 11]

[9]Los déspotas locales y shenshi malvados eran los terratenientes campesinos ricos, funcionarios retirados o gente acaudalada de la vieja sociedad china que, valiéndose de su influencia y poder, hacían y deshacían en el campo o en la ciudad. Como representantes políticos de la clase terrateniente en las localidades, controlaban el Poder local y manejaban los pleitos judiciales, se entregaban a la corrupción y a la vida disoluta, cometían toda clase de fechorías y oprimían cruelmente al pueblo. [pág. 12]

[10]Se trata de un movimiento antiimperialista a escala nacional en protesta contra la matanza de ciudadanos chinos perpetrada en Shanghai por la policía inglesa el 30 de mayo de 1925. En el curso de ese mes se habían producido importantes huelgas en fábricas textiles japonesas establecidas en Chingtao y Shanghai las que fueron reprimidas por los imperialistas japoneses y sus lacayos, los caudillos militares del Norte. El 15 de mayo, los patrones de una fábrica textil japonesa en Shanghai asesinaron a tiros al obrero Ku Cheng-jung e hirieron a más de diez trabajadores. El 28 del mismo mes, ocho obreros fueron asesinados por el gobierno reaccionario en Chingtao. El 30 de mayo, más de dos mil estudiantes de Shanghai hicieron agitación en las concesiones extranjeras en solidaridad con los obreros en huelga y por la recuperación de las concesiones extranjeras. Frente al cuartel general de la policía de la concesión inglesa, se reunieron más de diez mil personas que gritaban: “¡Abajo el imperialismo!”, “¡Que se una todo el pueblo chino!” y otras consignas. La policía imperialista inglesa abrió fuego, dando muerte o hiriendo a muchos estudiantes. Este acontecimiento, conocido como la Masacre del 30 de Mayo, no tardó en despertar la indignación general del pueblo chino, y se produjo en todo el país una ola de manifestaciones y huelgas de obreros, estudiantes y comerciantes, dando origen a un inmenso movimiento antiimperialista. [pág. 12]

[11]El camarada Mao Tse-tung se refiere aquí a los campesinos empobrecidos que trabajan en parte su propia tierra y en parte tierra tomada en arriendo. [pág. 12]

[12]El camarada Mao Tse-tung se refiere aquí a la mayor parte de los dependientes de comercio, que en la vieja China se dividían en diferentes capas. La capa inferior llevaba una vida de proletarios. [pág. 12]

[13]Medidas chinas de capacidad; 1 dou = 10 sheng = 10 litros. [pág. 14]

[14]Se refiere a las huelgas declaradas a comienzos de 1922 por los marineros de Hongkong y los tripulantes de los buques del Yangtsé. La huelga de los marineros de Hongkong duró ocho semanas. Como resultado de una lucha cruenta y tenaz, las autoridades imperialistas inglesas de Hongkong se vieron obligadas a conceder aumento de salarios, a levantar la interdicción de los sindicatos de marineros, a poner en libertad a los obreros detenidos y a indemnizar a las familias de los mártires. Poco después, los tripulantes de los buques del Yangtsé declararon una huelga que duró dos semanas, y también la ganaron. [pág. 14]

[15]Inmediatamente después de su fundación en 1921, el Partido Comunista de China se dedicó al trabajo de organización de los ferroviarios. En 1922 y 1923, se realizaron bajo su dirección huelgas en todas las líneas principales. La más conocida es la huelga general que los ferroviarios de la línea Pekín-Jankou declararon el 4 de febrero de 1923; en su lucha por el derecho a organizar una Federación de sindicatos.

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El 7 de febrero, los caudillos militares del Norte, Wu Pei-fu y Siao Yao-nan, respaldados por el imperialismo inglés, masacraron a los huelguistas. Este hecho se conoce en la historia de China como la Masacre del 7 de Febrero. [pág. 14]

[16]Minas de Carbón de Kailuan era la denominación general dada a los dos grandes y contiguos yacimientos carboníferos de Kaiping y Luanchou en la provincia de Jopei, donde trabajaban más de cincuenta mil mineros. En 1900, durante el Movimiento Yijetuan, los imperialistas ingleses se apoderaron de las minas de Kaiping. Inversionistas chinos fundaron entonces la Compañía Carbonífera de Luanchou, que fue incorporada más tarde a la Administración Minera de Kailuan. Ambas empresas cayeron así bajo el control exclusivo del imperialismo inglés. La huelga de los mineros de Kailuan se realizó de octubre a noviembre de 1922. Las Minas de Carbón de Chiaotsuo, situadas en la parte norte de la provincia de Jonán, también estaban controladas por el imperialismo inglés. La huelga de Chiaotsuo en solidaridad con el Movimiento del 30 de Mayo, se inició en julio de 1925 y duró más de siete meses. [pág. 14]

[17]Shamien era la concesión de los imperialistas ingleses en Cantón. En julio de 1924, los imperialistas ingleses que la controlaban expidieron una nueva ordenanza policial disponiendo que los chinos residentes en Shamien tenían que presentar, al entrar o salir de allí, un pase con su fotografía, mientras que los extranjeros podían transitar libremente. El 15 de julio, los obreros de Shamien declararon una huelga de protesta contra esta medida discriminatoria, y los imperialistas ingleses se vieron obligados a anularla. [pág. 14]

[18]Tras el Incidente del 30 de Mayo de 1925 en Shanghai, estalló una huelga general en esa ciudad el 1.ƒ de junio y otra en Hongkong el 19 del mismo mes. Más de 200.000 obreros participaron en la de Shanghai y 250.000 en la de Hongkong. Esta última, que contó con el apoyo del pueblo de todo el país, duró dieciséis meses, siendo la más larga en la historia del movimiento obrero mundial. [pág. 14]

[19]Recolectores de excrementos. [pág. 15]

[20]Antiguo nombre de la actual provincia de Jopei. [pág. 15]

[21]La Sociedad Tríade, la Sociedad de los Hermanos, la Sociedad de la Gran Cimitarra, la Sociedad por una Vida Racional y la Banda Verde, eran organizaciones secretas de tipo primitivo que existían entre el pueblo. Sus integrantes eran principalmente campesinos arruinados, artesanos sin trabajo y otros lumpemproletarios. En la China feudal, generalmente vinculados por alguna creencia religiosa o superstición, estos elementos organizaron numerosas sociedades de tipo patriarcal con diversos nombres, algunas de las cuales hasta poseían armas. Utilizaban esas organizaciones para ayudarse mutuamente en las diferentes circunstancias de su vida y, en ciertos momentos, para luchar contra los burócratas y terratenientes que los oprimían. Pera es evidente que sociedades tan atrasadas como ésas no podían dar a los campesinos y artesanos ninguna salida a su situación. En muchas ocasiones, fueron fácilmente controladas y utilizadas por los terratenientes y los déspotas locales; a causa de ella y por su inclinación a la destrucción ciega, algunas se transformaron en fuerzas reaccionarias. En su golpe de Estado contrarrevolucionario de 1927, Chiang Kai-shek utilizó tales sociedades para quebrantar la unidad del pueblo trabajador y destruir la revolución. Con el nacimiento y el impetuoso desarrollo del proletariado industrial moderno, el campesinado fue creando, bajo la dirección de la clase obrera, organizaciones de tipo enteramente nuevo, y desde entonces, semejantes sociedades atrasadas de carácter primitivo perdieron su razón de ser. [pág. 15]

RESPUESTAS A CARTA SEMANAL DEL PCS (SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 1969)

10 de septiembre de 1969

Respuestas a preguntas de la última carta semanal recibida por nuestra Base.

P) Qué errores y debilidades se cometieron?

R- El completo desligamiento de los organismos de Dirección con los organismos de base, la falta de orientación de las Bases, muchas bases al rompimiento del choque armado no sabían que hacer, los organismos de dirección en algunos comunicados fueron incapaces de concretar que línea se debía de seguir ( también hizo falta la iniciativas de las Bases) la falta de control por parte de organismos de dirección a los organismos de base para ver que trabajo hacían y ningún delegado llegó a visitarnos, en la creación de comités cívicos, no se fue ágil en tomar la iniciativa de crear y dirigir nosotros dichos comités, si no fue el gobierno, la orientación que le dio al pueblo en el primer manifiesto que se tiró tres veces por cambios de los acontecimientos, como sorpresa a nuestros amigos y simpatizantes por que en dicho manifiesto lo que se hacía era repetir lo que el gobierno había dicho ya (con la única diferencia que el P. lo decía honestamente y sincero y el gobierno demagógicamente ) la falta de otro manifiesto o volante del nuestro P., para orientar al pueblo, e incluso a sus miembros en fin que los organismos de dirección se concretaron a teorizar y ese fue casi el trabajo que hicieron.

P) Qué aspecto positivo hubo?

R- La posición que tomó el F.U.P. al decir que la guerra no solucionaría nada y todas las consecuencias que surgieron, la orientación que los organismos democráticos dieron al pueblo, la participación de algunos organismos de B. y de compañeros en los comités cívicos, la ayuda que los organismos democráticos daban a los expulsados, la campaña de repudio a la O.E.A. de parte del pueblo por su posición pro-yanqui o incapaz la razón que se tenía al decir que el conflicto se llevara a la ONU, y no a la OEA, la montada de varios mítines de orientación para el pueblo.

F. Ariel

De la B. 1ro. de Mayo (San Salvador)

A la C.P. del C.C. del PCS

Atendiendo la sugerencia que se nos hace en la Carta Semanal, queremos enviar una corta opinión sobre la actuación de nuestro partido durante la guerra.

Al principio nosotros vimos muy recta la línea que se nos dio: de luchar contra la guerra y no apoyar en ninguna forma ese camino. Pro poco después, cuando se nos dijo que la agresión venía de Honduras o podía venir de allí y que deberíamos de decirle a los trabajadores que en ese caso teníamos que defender la patria y la integridad territorial, nosotros encontramos bastante dudoso ese planteamiento, mayormente cuando a los compañeros trabajadores a quienes se los hacíamos
(concretamente trabajadores de la línea Azul) nos replicaban: “bueno no eran ustedes los que nos decían que no deberíamos apoyar la guerra porque ahora nos dicen que debemos ser los más patriotas en defender la integridad territorial? No les entendemos, y no nos parece”, entonces, discutimos en nuestra base, en esa ocasión, y vimos que la línea no estaba ya tan correcta.

Luego, hoy últimamente, trabajadores de la fábrica El León nos han dicho: “la FUSS no se diferenció durante la guerra en anda, de la CGS. Todo fue lo mismo. Los planteamientos y el mismo apoyo al gobierno. Y nosotros nos pasamos a la FUSS creyendo que iba a haber diferencia. Ahora mismo nosotros estamos decepcionados porque, así como en la guerra no se diferenció, tampoco ahora vemos diferencia en la atención a los conflictos graves que tenemos.” Esto nos ha alarmado sobremanera. Esos mismos trabajadores nos han dicho: “durante la guerra, para nada se oyó la voz Revolucionaria. Opinión Estudiantil y la AGEUS no hablaba con lenguaje revolucionario, sino que igual a la propaganda oficial.”Por eso nosotros creemos que la línea que se siguió el partido durante la guerra no fue muy correcta.

Atentamente, por la Célula 1ro. de Mayo

S. S. 15 de Septiembre de 1969

OPINION DE LA BASE ACERO SOBRE LA POSICION DEL PARTIDO DURANTE EL CONFLICTO EL SALVADOR-HONDURAS

Sobre la interrogante de sí la línea fue correcta, pero después tuvo sus debilidades, las cuales, según nuestro criterio, son:
1.- Debemos afirmar que cuando llegamos a la aplicación de la línea, ya llevábamos un gran retraso. Las provocaciones y motines que preparaba la reacción y el chele Medrano, frente al Hotel San Salvador y en el mismo Estadio cuando el segundo juego de foot Ball a realizarse en nuestro país, no los denunciamos. Ya bajo la euforia del gane del partido mencionado, la oligarquía terrateniente e industrial, aprovechó y nos ganó la masa, la cual se encontró sin nuestra orientación previa. Estas cuestiones influyeron más tarde, para que nuestra línea no llegara con el tiempo debido.

2. Hubo confusión en la masa al no denunciar con el tiempo suficiente los objetivos injustos de quienes estaban detrás de los preparativos bélicos.

B.- En cuanto a los errores cometidos, podemos enumerar los tres siguientes:

1.- No haber divulgado nuestra línea al principio de los acontecimientos, creemos debido a cierta vacilación que al inicio hubo sobre la forma de participar. Mas luego, la propaganda no fue profusa y se circunscribió solo a la capital.

2.- No haber, por otro lado, incorporado todo el aparato del P. al momento mismo de iniciarse el conflicto, además de no haber sido comprendida desde un principio la línea tazada, l cual impidió en cierto modo, nuestro trabajo entre las masas.

3.- El no haber previsto con anticipación el inicio y terminación del conflicto, así como el haber hecho el esfuerzo de concientización y orientación principalmente en San Salvador, habiéndose descuidado el resto del país, y en donde se hizo, fue muy deficiente.

C.- Los efectos positivos de nuestra línea, podemos decir, fueron los siguientes:

1.- El hecho de haber enfrentado a las masas para no aislarnos más de lo que ya estábamos y que habíamos perdido. Lo cual se logró en algunos aspectos participando en sus propias actividades que no fue determinante, pues las hicimos a medias, precisamente porno haber comprendido desde un principio la línea del P.
2.- El haber organizado el Frente de Unidad Popular (FUP) el cual aceptó la línea y la participación del P., y que vino a jugar el papel de pequeño contrapeso a la propaganda del enemigo y de su “unidad nacional” y el de orientar, en parte, a la masa.

D.- Proponemos, para le desarrollo del trabajo del P. y de la lucha revolucionaria, las siguientes medidas:

1.- Prestarle mayor atención al movimiento de masas, pero especialmente a la clase obrera, para impulsar tras de esta, un mayor desarrollo de nuestro P.

2.- Intensificar la ofensiva del movimiento revolucionario y democrático en general, debemos hacerlo en el sentido de atraer a la masa hacia la lucha por sus propias reivindicaciones concretas: económicas, políticas, etc., señalándole a la vez, los objetivos revolucionarios.

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Contestación a la pregunta No. 1 de la carta semanal última.

La línea del P. estuvo ajustada en algunos aspectos teóricos, no así en la práctica, por ejemplo en todo el conflicto no se tiro más que un manifiesto, y esto hasta que otras organizaciones revolucionarias habían hablado casi lo mismo, de allí que algunos simpatizantes se planteaban esta pregunta ¿qué hace el P. que siempre va a la zaga? Cuando tiene que estar siempre en primera línea en cuanto a orientar a las masas, de nada sirve tanta burocracia si no se le encuentra verdadero puesto a cada camarada.

La línea se puede llamar correcta hasta cierto punto. Ha habido falta de agilidad en cambiar el rumbo a su debido tiempo por eso no todas las bases no pudieron cumplir la consigna tardía de incorporarse a los comités de emergencia locales, considera que en esos organismos así atraer a las masas por lo demás muy bueno.

B. T. Lima de Delgado Melara 10-9-69
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Camaradas de la C.P
Presentes.-

En la última carta recibida por nuestra base pide se de respuesta a una serie de preguntas. Damos respuesta a una de ellas, la cual transcribimos textualmente.

P) es necesario proponer medidas sobre las perspectivas actuales para desarrollo del trabajo del P. y de las fuerzas revolucionarias.

R) El V Congreso trazó una línea justa enriquecida, con los plenos posteriores del C.C. la línea-ligarse a las masas. Luego podemos afirmar que esa línea tuvo justeza hasta 1967, cuando el PAR participó en elecciones con la participación y dirección de los revolucionarios.

De esa época a la actual cabe preguntarles, se ha seguido esa línea? Desde esa época era necesario revisar la línea, para tomar algunas medidas serias, como son: el carácter acomodaticio de algunos miembros más antiguos, la burocracia y sus métodos y especialmente cierto oportunismo.

La historia plantea ante nosotros una tarea inmediata que es la más revolucionaria de todas las tareas. La organización del obrero y del campesino. Cómo? Bueno la dirección de nuestro P. tiene la capacidad, pero tiene que combatir el amiguismo y terminar con una depuración inmediata. Lamentablemente se ha caído en ciertos errores, que aquí mencionamos.

Un saludo revolucionario
Base Turcios Lima de Delgado Enmanuel

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Motivo: expresar algunos juicios sobre la actitud de l P. en el conflicto.

Vila:
El P. no estaba preparado lo suficiente para hacerle frente al conflicto: pero esta actitud de ninguna manera se justifica, porque se hubiera sacado buen partido en favor de la izquierda.
Los grandes teóricos enfocan cualquier problema de tipo político. Porque la Dirección del P. no enfocó este problema para orientar al público? El P. viene flaqueando desde la huelga de ANDES. El gobierno preparó sus fuerzas políticas y de propaganda para hacerle frente a la situación.
La línea del P. ante las elecciones de diputados fue estancada y débil; se debe a que el P. no tiene preparados verdaderos cuadros para inyectar mejor participación al comunismo.
Estos desaciertos quizás se deban a que las teorías ideologías no se divulgan con sentido pedagógico. El pueblo ya casi no concurre a fortalecer al P. en sus actividades populares, por el mismo sentido, el P. es criticado por el público en general.

Magaña:
El caso del conflicto Honduras El salvador ha dejado algunas experiencias que son interesantes de tomar en cuenta. La actitud del P. en el conflicto ha desilusionado a muchos amigos. El nivel político de los compañeros, es bajo; no se ha madurado, pero, por estos factores no se justifica la débil participación del P. repito, el fracaso del P. se debió principalmente al escaso nivel político de los compañeros. Es necesario catequizar a nuestro pueblo, para obtener un avance en estas cuestiones: buscar simpatizantes con plazo de 3 a 5 años para hacer comprender la política.
No se pudo detener la campaña del Gobierno sobre el conflicto. El gobierno mueve con facilidad las cuestiones deportivas. El P. no puede atraer amigos a los desfiles del 1ro. de mayo. En todo caso, quizás, no se podía activar como enemigo del Gobierno ante este problema, porque nos tomarían como traidores.

Sierra:

La posición del P. ante el conflicto no fue acomodaticia, creemos que fue un modo de táctica. Ante el conflicto no se podía estar en contra del gobierno o tal posición hubiera sido arriesgada, seguimos creyendo que fue una línea estratégica.
El pueblo carece de politización, por eso, el gobierno con facilidad en ese momento orientó para su lado al pueblo. El partido no pudo orientar al pueblo para que no caer en los planes de hipocresía del gobierno.
Debemos cambiar métodos. O se ha enfocado con evidentes juicios la intervención de los EE.UU. según se sabe EE.UU. amenazó a El salvador con suspenderle prestamos. No comprarle café, etc., si no colabora en la campaña pre-natal.
El P. no se movilizó con audacia quizás por la delicadeza de la situación estuvo mejor no definirse.

Marvin:

La actuación del P. ante el problema, aunque radicalmente no se opuso, peor en cierto modo aclaró la situación, es lamentable que tales aclaraciones no llegaran al público, más bien lo supo un grupo reducido. El gobierno y la oligarquía pagó bien para que se desatara la guerra. El P. no respondió ante esta situación o quizás fue mejor que se adoptara a la situación por táctica, o por otras condiciones, políticas económicas, etc.
El P. no fue vacilante ante el problema pero el servicio de inteligencia –si acaso hay- no colaboró con datos positivos.
El P. no advirtió el progreso del conflicto, a pesar de observar toda la preparación del Gobierno. Estamos muy lejos de dirigir con acierto en muchos casos nos adaptamos a las situaciones. No se atendieron en forma correcta nuestras bases al respecto de la militarización. Nuestro compañero encargado para el caso, no recibió noticias ni instrucciones, si los frentes hubieran respondido, hubiera sido un buen ensayo relucha para el futuro

Silvestre:
Ha sido bastante notorio la débil participación del P. C. en el conflicto Honduras El Salvador. Dicho en pocas líneas, el P.C. no se hizo sentir en alguna actitud relevante de tipo orientador político hacia el público en ese problema.
Comprendemos que en El salvador sería “Plan suicida” si se organizaran guerrillas o grupos terroristas como un medio de combatir el régimen militarista, etc., en menos de 24 horas toda la izquierda sería aplastada totalmente.
Siempre hemos creído que en un país que carece de extensión territorial, los sistemas de lucha de oposición a gobiernos despóticos si no s tiene una organización de carácter bélico muy dispuesto, jamás deben ser luchas agresivas que provoquen muertes, exilios o encarcelamientos, sino por el contrario, deben desparramarse las fuerzas vivas del espíritu, del pensamiento, es decir, el combate viril por medio de la palabra y d la pluma. Para actuar en la forma apuntada, no cabe duda, que necesitamos llevar a cabo un plan extensivo de educación política. Si este plan hubiera empezado desde 1961, estaos seguros que nuestro P. estuviera avanzado en todo sentido.
Pues, esta carencia de cultura ideológica en un 2% (sic) del P. ha hecho que la organización este dormida desde hace ratos. Por lo mismo, estas son las causas del porque el P. no tuvo actividades que causaran impacto político al público desorientado ante el antagonismo de Honduras y El Salvador.
Desde las primeras sospechas que el conflicto podía empeorarse, el P. hubiera tratado de reunirse en un país X con uno o dos miembros comunistas centroamericanos, para tomar medidas simultaneas en Centroamérica y otros países, con el objeto de contrarrestar el falso nacionalismo que se ha levantado en El Salvador y Honduras, al mismo tiempo para opacar, aunque sea algo, la exaltación militarista de estos dos países.
Sin embargo, en las bases se tomaron medidas de emergencia, pro sin resultado positivo debido a que las organizaciones del gobierno estaban controladas y no permitían a ningún conocido ni sospechosos de parte de la izquierda.
Algunas personas o grupos querían que el P. se hubiera desbordado a combatir el gobierno en pleno conflicto, lo cual hubiera sido una terquedad arriesgada tal actitud.
Lo importante es tomar medidas y estudiar el caso para analizar en forma consciente la post-guerra y para finalizar este comentario recomendamos a la Dirección del P. interesarse por dar más importancia a los miembros, simpatizantes y amigos, crear un “comité de Educación” exclusivo a la juventud, para que el futuro no nos sorprenda desprevenidos.

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LA BASE AUGUSTO CESAR SANDINO
Criticamos la dirección trazada por la Dirección de nuestro P. en el problema de la guerra.
En primer lugar hemos considerado que en la primera etapa de preguerra, hasta cierto punto nos pareció también la orientación que s ele dio al pueblo en los primeros mítines.
Pero en cambio, por otra parte, ay en vísperas de la guerra, la orientación fue diferente en algunas cosas importantes y que eran las consignas que se daban al pueblo a través de diferentes pronunciamientos por las organizaciones democráticas y populares. Cuando e gobierno de Fidel Sánchez Hernández veía que habían posibilidades de unir en torno suyo y conseguir la unidad nacional, aprovechándose de los sentimientos fraternales del pueblo salvadoreño para darle el apoyo a la famosa unidad nacional. Por consiguiente, no estamos d acuerdo con haberlo apoyado en el movimiento de unidad nacional.
Como ejemplo de los grandes errores que se cometieron como consecuencia de la línea que se daba en vísperas de la guerra, está el siguiente: que con fecha cuatro de julio salió el pronunciamiento de la FUSS y la FESTIAVTSCVES: señalamos el numeral primero de ese pronunciamiento donde se hace un llamamiento a los trabajadores y al pueblo en general a defender la soberanía nacional y la integridad territorial actualmente violada, y diciendo que ya Honduras había agredido. Segundo: que nos integramos al Frene de Unidad nacional; luego ene. Numera tercero, donde se llama a la “conciencia” de los industriales y comerciantes, en vez de llamar a los obreros a la lucha por sus derechos. En el quinto, en la parte donde se hace el llamado a las organizaciones sindicales del país, que se aparten las diferencias ideológicas si –es que existen-. En el sexto, donde se pide a los trabajadores que guarden las normalidad de “toda la actividad económica y mantener el ritmo de la producción nacional”, o sea que se abandona la lucha debido a la situación.
Todo eso es consecuencia de la línea en la forma que se dio, porque hasta cierto punto nuestras organizaciones se dejaron engañar porque ya el gobierno había dicho que Honduras había agredido al país al provocar los incidentes del Poy y como la línea era que defenderíamos la soberanía y la integridad territorial en caso de agresión a nuestro país, ese pronunciamiento y los pasos que fueron necesarios estaban dentro de la línea que se había dado. Y, mayormente, que ya en el manifiesto de la Comisión Política del 2 de julio se nos había dado la indicación n o solo a los comunistas sino a todas las organizaciones que influenciamos que si la guerra estalla nosotros los comunistas tendríamos que defender la integridad territorial.
Vemos pues, ue todos esos graves errores que se fueron cometiendo en la preguerra y durante la guerra fueron consecuencia de las orientaciones que se dio por la dirección, y como miembros del partido estamos obligados a cumplir lo más fielmente posible la línea que la dirección nos traza, en cualquier frente donde trabaje un miembro del Partido.
Esa es la opinión que damos de la orientación trazada por la dirección durante el Conflicto Honduras El Salvador.

San Salvador, Octubre 1969 Otoniel

CEM PUBLICA OPINIONES DE BASES DEL PCS SOBRE GUERRA CON HONDURAS EN 1969

SAN SALVADOR, 29 de abril de 2008 (SIEP) “Continuamos publicando materiales vinculados al conflicto entre Honduras y El Salvador y la posición del PCS” informó el Licdo. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Hace dos días publicamos las opiniones de un militante sindical comunista. Hoy publicamos la de cuatro células del Partido Comunista de El Salvador. Es un documento interno que circuló clandestinamente a finales del año 1969…”

“Las células que manifiestan su opinión al respecto de este conflicto son la 1ro. de Mayo, la Acero, la Turcios Lima ( de Ciudad Delgado) y la Augusto Cesar Sandino. Son opiniones muy valiosas que nos permiten hacernos una idea de el marco de pensamiento de los militantes de base de esa época…”

“Asimismo nos revela el grado de democracia interna en el PCS que permitía la expresión y divulgación de opiniones adversas a la dirección. Próximamente seguiremos publicando digitalmente materiales de este importante periodo histórico” concluyó el catedrático universitario de la UES.