Socialismo, temor o crítica (y 2)

Socialismo, temor o crítica (y 2)
18 de Febrero de 2014 a la(s) 6:0 – Geovani Galeas
El marxismo es en su origen un pensamiento crítico fundado en la universalidad de la razón. Pero también es susceptible a la petrificación dogmática cuando sus intérpretes menos inteligentes y más extremistas, pasando de la duda filosófica a la mera certeza burocrática, lo reducen a un rosario de recetas incuestionables y, según ellos, capaces de solucionar todos los problemas objetivos y subjetivos de la humanidad. Lo mismo ocurre con el socialismo.

La izquierda no es algo parecido a una erupción telúrica o a un misterio teológico. La izquierda es el resultado de un proceso histórico, social y político plenamente discernible. Quienes contra toda evidencia se empecinan en creer que es lo primero convocan el factor emocional y colocan el temor a lo desconocido en el centro de sus estériles conjuros de resistencia, cuando por el contario lo razonable sería el estudio crítico, es decir el entendimiento, del proceso formativo en cuestión.

En dependencia a sus limitaciones o a sus alcances intelectuales, al temple de sus principales liderazgos y a los niveles de hostilidad o de apertura experimentados, la izquierda salvadoreña ha pasado, en distintos momentos, de la radicalidad de la violencia insurreccional a la moderación de las estrategias pacíficas y legales concomitantes a los procesos electorales, los diálogos, las negociaciones y los pactos.

El de la izquierda salvadoreña ha sido pues un largo camino que comenzó en la proscripción y la marginalidad clandestina, pasó por la veleidosa dispersión grupuscular, y entre desvíos y rectificaciones fue madurando en diversos niveles de unidad, de acumulación y de flexibilidad ideológica, hasta ubicarse por ahora como la primera fuerza política del país, con responsabilidades de gobierno, y con grandes posibilidades de mantenerse en el poder por voluntad de las mayorías populares.

No creo que esta izquierda haya desterrado de su horizonte estratégico el ideal socialista. Pero su evidente crecimiento cualitativo y cuantitativo, su conquista por fin de la condición de elegible, no hubiese tenido lugar sin su gradual comprensión de que, efectivamente, el socialismo no es un método para alcanzar el desarrollo económico sino una consecuencia del mismo, y de que el socialismo y la democracia pueden y deben ser compatibles.

No tengo ninguna duda de que aún persisten elementos y aun sectores dogmáticos en el FMLN, aunque tampoco dudo de que la misma realidad social, política y electoral los ha venido neutralizando poco a poco, y terminará por relegarlos completamente. Las condiciones imperantes en el país no dan cabida a la nostalgia de los delirios sectarios que infamaron a la izquierda en el pasado.

Una señal simbólica pero elocuente de lo anterior es que no fue Óscar Ortiz el obligado a cambiar de discurso y a ponerse una camisa roja. Por el contrario, ha sido Salvador Sánchez Cerén quien ha tenido que hablar de apertura y moderación y se ha puesto camisa blanca. Pero más allá de lo simbólico, del discurso y los colores, está la realidad fáctica: no hay triunfo electoral ni posterior gobernabilidad sin diálogo, negociación y pacto con otras fuerzas, es decir, sin pluralismo democrático.

Como método de lucha política no es muy eficiente invocar el temor al socialismo en función de la ignorancia. Lo que se debe hacer es su revisión histórica y someterlo a la crítica a la luz de sus propios postulados. Es cierto que hay autoritarismo y retraso en Corea del norte y en Cuba, por ejemplo, ¿pero qué es lo que hay en Brasil, Chile y Uruguay sino más libertad y desarrollo? Hay otros casos intermedios que son discutibles, por supuesto, pero no es agitando fantasmas ni sustituyendo la razón por la superstición como se enfrenta la realidad.

Seis claves para entender la derrota de ARENA

Seis claves para entender la derrota de ARENA
Lafitte Fernández (diario1.com)

La derrota de ARENA y Norman Quijano en las elecciones presidenciales, y la larga distancia que le metió la fórmula del FMLN en los resultados finales, podrían tener varias causas y mostrarían errores y éxitos en las estrategias de ambas agrupaciones.
Los repetidos y permanentes ataques a Elías Antonio Saca, las peleas y denuncias morales del presidente Mauricio Funes, el hecho de que ARENA colocara en el mayor confort de su historia al FMLN son algunas de las causas que se toman para tratar de explicar la derrota de los areneros.
Diario1 examina seis posibles causas de esa derrota para contribuir al debate nacional sobre los sucesos electorales que ocurrieron este domingo.
Las causas reflejan, además, parte de la arquitectura que mostró la campaña política que acabó ayer con una nueva convocatoria a segunda vuelta.
1. Concentrar sus fuerzas en destruir a Elías Antonio Saca.
2. No atacar ni combatir a sus principales adversarios.
3. No entendieron el papel de Funes como Angel Vengador
4. Se enfrentaron a tres grandes anunciantes (Gobierno, Alba y FMLN)
5. Corrigieron el camino tarde
6. No mostraron las virtudes de Norman Quijano

Elecciones en que nadie ganó ni perdió

Elecciones en que nadie ganó ni perdió

Última actualización: 05 DE FEBRERO DE 2014 17:39 | por Juan José Martel

No es una posición eclética, es simplemente un razonamiento que pretende ser desapasionado del resultado de las elecciones presidenciales. Un enfoque, a lo mejor diferente que quisiera dejar planteado en este comentario.

El FMLN definió un concepto de victoria para las pasadas elecciones. Su objetivo era ganar en primera vuelta. Es decir, sacar más votos que todos los demás partidos juntos. Este objetivo es claro que no lo logró, por ello no se puede considerar que venció. Pero tampoco ha sido derrotado, ha quedado posesionado de manera indiscutible como la primera fuerza política del país y estuvo a un solo punto porcentual de ganar la elección. Pero en las elecciones el “casi” no se vale, no se puede argumentar “casi gané”.

En el caso de ARENA, al igual que el FMLN se plantearon ganar en primera vuelta, luego reconsideraron su objetivo en el sentido de quedar como la primera fuerza política para ir a una segunda vuelta. Este objetivo tampoco lo lograron, los resultados los ubican en un segundo lugar a casi diez puntos porcentuales del primer lugar. Pero tampoco pueden considerarse derrotados, obligaron al FMLN a medirse con ellos en una segunda vuelta. A pesar de los múltiples desaciertos en su campaña, han conservado el segundo lugar y no quedaron fuera de la segunda oportunidad. Aunque no será nada fácil remontar la diferencia que le separa de la primera fuerza política.

UNIDAD por su parte, definió como concepto de victoria, ser parte de una posible segunda vuelta, es decir, convertirse en la segunda fuerza política. Es claro que no lograron ese objetivo, pero no pueden sentirse derrotados. Han obtenido un número respetable de votos. La segunda vuelta les abre múltiples posibilidades de alianzas que si saben usar con inteligencia, pueden sentar las bases para su desarrollo en el futuro. En este caso, a pesar de las declaraciones de los partidos componentes de la coalición en el sentido de negociar por separado, UNIDAD es un nuevo concepto que surgió bajo un fuerte liderazgo individual, que tiene una fuerza de sinergia como tal. La voz o el silencio de su candidato serán de un enorme poder en la segunda ronda electoral.

Los dos partidos pequeños (FPS y PSP) si bien no alcanzaron juntos el uno por ciento de la votación, han logrado dar a conocer su existencia. Por lo cual tienen una ganancia mínima que esgrimir.

Por lo tanto, el resultado electoral, no solo reconfigura el mapa político del país, también abre posibilidades y retos para todos.

Para una segunda vuelta es necesario tomar en cuenta que los enfoques centrales de los partidos cambian. Por una parte el FMLN y ARENA tiene sus ojos puestos en la elección del 09 de marzo, pero el resto de los partidos comienzan a posar sus miradas en las elecciones de alcaldes y diputados del 2015. Las posibilidades de acuerdos en los próximos días, entre los unos y los otros estarán en buena medida determinados por estos dos enfoques un tanto diferentes. Los partidos que han quedado fuera de la segunda vuelta, y esto incluye a Cambio Democrático que no participó, muy difícil llegarán a acuerdos que les afecten negativamente en sus expectativas sobre las elecciones del 2015. En esta ruta, el ser dos veces derrotado (en primera y segunda vuelta) puede ser un factor clave a considerar.

Por otra parte, en la segunda vuelta, los dos partidos contendientes pueden seguir pagando los errores cometidos en la primera elección. Los dos candidatos “pura sangre” del FMLN podrían continuar siendo un valladar que limite las posibilidades de ampliar alianzas. En el caso de ARENA, el duro y casi cruel ataque que emprendieron contra UNIDAD y su candidato será otro valladar, especialmente que las heridas aún están abiertas.

A estas alturas los dos partidos principales deben estar digiriendo los resultados y haciendo un exhaustivo análisis de los números electorales. Todavía no se puede decir con certeza que ya tienen estrategias definidas para esta nueva jornada. Aunque ya algunas pinceladas comienzan a esbozarse.

Ambos tienen que desplegar un esfuerzo grande en la ampliación de las alianzas. Si bien los votos de oro parecieran ser los de UNIDAD, no es seguro que se puedan mover en masa hacia un solo candidato. Unos se moverán con el FMLN, otros con ARENA y otros se abstendrán de votar. Los “cuantos” dependerán de la habilidad con que se manejen los acuerdos de apoyos o alianzas.

Por ello, el elemento programático será de mucha importancia. Los votantes de UNIDAD no se identificaron solo con su candidato, también lo hicieron con las múltiples ofertas y promesas que este hizo a la población. La fuerza política que logre integrar mejor estas propuestas en su programa de gobierno tendrá mejores resultados.

Los dos partidos contendientes deberán explicar mejor a la población como implementarán sus principales promesas. No basta decir que la economía crecerá al ritmo de 4% anual, hay que decir cómo se logrará. Igual en el caso de la delincuencia, no basta con hablar de combatirla, es necesario que explique los pilares fundamentales de su plan. Otros temas como el déficit fiscal, el financiamiento de los programas sociales, las pensiones, etc. Tendrán que ser abordados con seriedad.

Por todo ello es que no podemos hablar de vencedores ni vencidos todavía. El pueblo salvadoreño en una especie de sabiduría colectiva ha abierto espacios de oportunidad para todos, es como una segunda oportunidad que ojalá nuestra clase política sepa entender y aprovechar.

¿Podrá ARENA convertir su derrota en victoria?

¿Podrá ARENA convertir su derrota en victoria?
5 de Febrero de 2014 a la(s) 6:0 – Joaquín Samayoa

La victoria del FMLN el pasado domingo se parece mucho a la de ARENA en 2012. Más que a sus propios méritos se debió a la baja votación de su adversario.

Las bases y los simpatizantes de ARENA, y quienes sin ser areneros rechazan el proyecto político del FMLN, no se sentían nada seguros de que tendrían motivos para celebrar en la noche del pasado domingo. Muchos temían lo que casi ocurrió. Pero los dirigentes tricolores estaban un poco más optimistas y ciertamente no esperaban perder con una diferencia tan abultada.

La campaña presidencial comenzó casi inmediatamente después de las elecciones municipales y legislativas de 2012. El FMLN tomó nota del contundente mensaje que le enviaron sus bases al quedarse en su casa y permitir que ARENA ganara en sus territorios. Con la temprana designación de Salvador Sánchez Cerén como candidato respondieron tácitamente a la frustración de los que se sentían defraudados por el gobierno de Funes.

El candidato seleccionado no era carismático y generaba bastante rechazo en el sector que en 2009 le había dado al Frente la victoria que antes no habían podido lograr. Fue una apuesta arriesgada pero resultó correcta. En ese momento la principal preocupación de la dirigencia del FMLN era cerrar filas y sellar cualquier grieta que pudiera dar paso a divisiones internas. Tenían dos años por delante y dinero ilimitado para “posicionar” a su candidato y limpiar su imagen de ideólogo ortodoxo.

Tenían también dos años y todo el dinero que hiciera falta y la tribuna presidencial para desprestigiar a ARENA y socavar la moral de sus partidarios. Tenían además una coalición de partidos con la que pudieron mantener a ARENA todo el tiempo asediada, distraída y a la defensiva, luchando desesperadamente por su propia supervivencia, mientras el FMLN avanzaba cómoda y holgadamente en su campaña presidencial.

ARENA, en cambio, hizo todo al revés. Sus bases y algunos de sus dirigentes de épocas pasadas nunca lograron cerrar filas. Como si no fuera suficiente con el FMLN, Alba, Funes, Tony Saca, el PCN, el PDC, GANA, y varias empresas de periodismo dóciles al poder, hubo areneros que hicieron malos cálculos y desertaron, otros se quedaron pero no para ayudar sino para sabotear, y otros muchos simplemente se cruzaron de brazos esperando con morbo la debacle de su partido para castigar a sus dirigentes.

A pesar de que esta carrera ha sido muy desigual y a pesar de los innegables errores estratégicos y tácticos de su dirigencia, ARENA logró sobrevivir y pasar a la segunda ronda. La gran pregunta ahora es si puede este partido remontar en solo 30 días una diferencia de más de 200,000 votos.

Si analizamos los números, el FMLN se quedó abajo del caudal de votos que obtuvo en 2009. En casi todos los departamentos del país, los cinco años de gobierno de Funes frenaron o empezaron a revertir la tendencia al alza que traía el FMLN desde su primera participación en elecciones presidenciales en 1994. La victoria del FMLN el pasado domingo se parece mucho a la de ARENA en 2012. Más que a sus propios méritos se debió a la baja votación de su adversario.

Si ARENA logra recuperar una tajada considerable del voto que obtuvo Tony Saca, el cual se presume ideológicamente más cercano a ARENA que al FMLN, y si logra activar a los votantes durmientes, que también se presumen más inclinados hacia la derecha que hacia la izquierda, ARENA podría salir vencedor. Está cuesta arriba, pero es posible. Y esta es una conclusión que el FMLN también tendría que tomar en serio si quiere ratificar su victoria el 9 de marzo.

¿Qué tendría que hacer ARENA? Descartar el 99 % de las sugerencias y apremios que está recibiendo y concentrar sus esfuerzos propositivos, publicitarios, territoriales y logísticos en aquello que sea más factible lograr en el escaso tiempo del que dispone.

Debe seleccionar y comunicar bien unos pocos mensajes positivos que le permitan conectar con la población; no puede arreglar en 30 días todo lo que debiera arreglar, pero puede y debe dar un par de señales creíbles de renovación de dirigentes, mentalidad y estrategias. No sería mala idea cambiar sus agencias de publicidad, ya que es unánime la apreciación de que ha sido muy deficiente. Y, sobre todo, debe acercarse con genuina nobleza a todos los que puedan sentirse excluidos o agraviados.

Un ajuste analítico

Un ajuste analítico
4 de Febrero de 2014 a la(s) 6:0 – Geovani Galeas
A estas alturas los resultados de la primera ronda electoral son ya conocidos y no me detendré en su exposición, pero sí considero necesario realizar algún ajuste al análisis político que he venido exponiendo en esta columna desde hace ya varios meses y en función de la coyuntura electoral.

Sostuve que quien ganaría las elecciones presidenciales sería la fuerza más moderada y próxima al centro político. Pensaba en el movimiento Unidad, por supuesto. Sin embargo, Unidad quedó fuera de la competencia. Mi explicación de lo ocurrido es de carácter político. En la base de mi convicción estaba el siguiente diagnóstico: el principal obstáculo para el desarrollo del país es la polarización entre el FMLN y ARENA, dos proyectos excluyentes nacidos al calor de la guerra, anclados en el pasado y la ortodoxia ideológica. Siendo esto así, según mi análisis, la sociedad salvadoreña razonablemente se inclinaría hacia una tercera opción que pudiera romper esa polarización.

Pero había un error en la segunda parte de mi diagnóstico. Si bien es cierto que el FMLN se comportó como un partido radical y ortodoxo cuando su sector renovador, más cercano al pensamiento socialdemócrata, renunció o fue expulsado de sus filas, también es cierto que hacia 2008 ese partido comenzó a ejecutar un ajuste estratégico, un viraje al centro, cuando decidió postular a Mauricio Funes como su candidato presidencial. Ese viraje, no obstante, pareció anularse poco después cuando, ya siendo parte del gobierno, el partido protagonizó una serie de encontronazos con el presidente Funes, y por ello, entre otras causas, perdió las elecciones municipales y legislativas de 2012.

El retroceso a la ortodoxia pareció confirmarse con la decisión de postular la candidatura presidencial de Salvador Sánchez Cerén, uno de sus antiguos y más radicales dirigentes durante la guerra. Resultaba muy difícil prever que, en esas condiciones, el FMLN tendría la capacidad de reimpulsar de manera pragmática el ajuste estratégico iniciado en 2008. Por el otro lado, al expulsar a Tony Saca, que había rechazado el neoliberalismo ortodoxo y se había aproximado al centro, ARENA volvió a su fundamentalismo tradicional y a ponerse al servicio de los intereses de sus grandes financistas.

Es en esa doble situación que cobraba pleno sentido la necesidad de que emergiera una tercera opción política, y la posibilidad de que esta opción fuera electoralmente viable. De hecho, a los pocos meses de constituido el movimiento Unidad, ya algunas encuestas comenzaron a reportar un rápido crecimiento de este hasta el punto de llegar a configurarse un triple empate técnico en la competencia. Pero fue precisamente entonces cuando el FMLN volvió a corregir hacia el centro y la moderación con una excelente campaña despojada de todo radicalismo ideológico y más bien conciliadora e incluyente.

Con ese giro ganó votos de centro y atenuó el rol de Unidad como la única salida al conflicto permanente entre dos ortodoxias radicales. Al compartir moderación y decisión de dar, ampliar y profundizar la agenda social en sus respectivos programas, las diferencias entre el FMLN y Unidad comenzaron a difuminarse. Esto operó a favor del FMLN por cuanto tenía lo que a Unidad le faltaba: un voto duro consolidado, una sólida estructura partidaria y un eficiente aparato territorial, además de una chequera prácticamente ilimitada.

En suma, creo que el análisis de la no elegibilidad de los radicalismos ideológicos es esencialmente correcto, y es lo que explica la situación de una ARENA que se aferra a la ortodoxia. Los dirigentes del FMLN no generan miedo, no son unos barbudos armados, como en las imágenes del pasado, sino unos rechonchos y perfumados señores burgueses, por añadidura muy exitosos en los grandes negocios que han emprendido.

El Salvador Elecciones 2014: una victoria de la izquierda diferida

El Salvador Elecciones 2014: una victoria de la izquierda diferida Por Roberto Pineda

Este 2 de febrero de 2014 el FMLN avanzó bastante, pero no lo suficiente para ganar en primera vuelta en estas elecciones presidenciales. La próxima cita será el 9 de marzo. En todo proceso de lucha política y en particular en la lucha por realizar transformaciones revolucionarias, hay victorias y derrotas. Pensar que el camino esta lleno sólo de éxitos sin fracasos es una ingenuidad.

En esta ocasión nos encontramos con una situación en la que se ha producido para la izquierda salvadoreña una victoria con sabor de derrota y para la derecha una derrota con sabor de victoria. Para el FMLN la segunda vuelta es una amenaza ya que se estuvo a punto de ganar mientras que para ARENA es una oportunidad ya que estuvieron a punto de perecer.

¿A que nos referimos? Veamos un breve balance inicial de estas elecciones marcadas por un alto nivel de ausentismo, la mitad del cuerpo electoral, que de por si indica en un proceso democrático como el nuestro que viene de una guerra, una peligrosa falta de comunicación entre partidos políticos y ciudadanía.

Para el FMLN, la inversión política realizada en términos globales de tiempos de campaña, cuantiosos recursos, diseño estratégico, debilitamiento del enemigo, debió de haber significado la victoria en primera vuelta. Y no fue así. Esto es lo principal. El cálculo fue equivocado. Incluso la modalidad de la estrategia electoral basada en medios, determino que el voto duro fuera muy tímido y únicamente se revelara públicamente con su rojo característico el día de las elecciones.

Y este hecho político no debería ser ocultado por discursos triunfalistas, no obstante que se ganaron 13 de los 14 departamentos y que la maquinaria político-electoral del FMLN mostró su enorme poderío organizativo y capacidad de movilización. Es un admirable ejército político con el que se vuelve posible ganar, pero no esta asegurado. Esa es la realidad y no las bondadosas encuestas de universidades.

Y en el segundo tiempo de este partido, que es el que vale, la victoria va depender de la habilidad de su dirección para garantizar que se mantenga el nivel de disciplina y entusiasmo de su militancia; atraer a nuevas fuerzas tanto de derecha como de izquierda y modificar la combinación en la estrategia de sus recursos electorales, en particular modular la participación del presidente Funes. Demasiado chile puede arruinar la comida. Y parece ser que un segmento importante de capa media urbana esta rechazando el alto protagonismo del que fue calificado como el “sexto candidato.”

Aunque hubieron también pérdidas simbólicas que ameritan una lectura cuidadosa: se recuperan bastiones históricos como Soyapango y Mejicanos pero se pierde de nuevo como en el 2012, el municipio de San Salvador, el principal centro político del país; Santa Tecla, ciudad gobernada por cinco periodos por el actual candidato a la vicepresidencia Ortiz, y Nuevo Cuscatlan, pequeña ciudad gobernada por el joven y carismático empresario Nayib Bukele.

Para ARENA, no obstante enfrentarse a una mortal arremetida política, que incluye tener a uno de sus expresidentes prófugo de la justicia por acusaciones de corrupción; logró garantizar el funcionamiento de su poderoso aparato partidario. Bajo una fuerte tormenta lograron recomponerse y evitar el hundimiento y van para segunda vuelta. En esta oportunidad observamos a un votante de derecha que ocultó su identidad pero mantuvo su convicción. Es un voto duro de derecha oculto.

Los que se hundieron bajo el fuego del enfrentamiento entre FMLN y ARENA fueron los esfuerzos del expresidente Saca de abrirle espacios a una tercera fuerza, a la coalición Unidad integrada por los partidos Gana, PCN y PDC, aunque logró un decisivo 10 por ciento de los votos. Esos son seguramente votos de derecha que difícilmente serán trasladas automáticamente hacia el FMLN aunque Saca lo pidiera y rogara.

Es claro que en el enfrentamiento social que caracteriza a nuestro país no hay espacio para alternativas centristas y esto es positivo ya que se mantiene la disputa entre dos proyectos históricos, el popular y el oligárquico, entre la izquierda y la derecha.

Son 10 puntos porcentuales los que separan a ARENA del FMLN. Esta difícil remontarlos, pero no es imposible. Va depender de su capacidad para garantizar que mantengan la disciplina y el entusiasmo de su militancia; descalifiquen al FMLN en los sectores urbanos; logren posesionarse de los corazones de los votantes de Saca, y desarrollen una estrategia electoral que los ubique como los únicos capaces de sacar al país de la crisis en que se encuentra.

Para el movimiento popular, el 2 de febrero deja muchas enseñanzas. Permitió principalmente identificar claramente los límites de nuestra convocatoria y la necesidad de aumentar significativamente nuestro trabajo organizativo y de educación política de nuestras bases. No pudimos asegurar la victoria.

Perspectivas

EL FMLN junto con el movimiento popular y social debe para garantizar la victoria el 9 de marzo no solo ver hacia la derecha, hacia la conquista de los votos de la coalición Unidad sino también hacia la izquierda, hacia el MNP y su dirigente Dagoberto Gutiérrez, que también tiene presencia en el movimiento social así como a sectores de la UES.

Estamos ya en un nuevo momento que nos exige redoblar nuestros esfuerzos para garantizar obtener esta victoria diferida y evitar que se haga realidad la restauración oligárquica. Vamos hacia la victoria.

3 de febrero de 2014

El Salvador 2014: la última batalla del presidente Funes

El Salvador 2014: la última batalla electoral del presidente Funes
Por Roberto Pineda

La decisión política del presidente Funes de desenvainar la espada y lanzarse abiertamente en contra del candidato presidencial de ARENA por medio del ataque contra el expresidente Flores, ha provocado la profundización de la crisis interna en ese partido, lo que le ha dificultado enfrentar de manera efectiva en estas elecciones, la avalancha mediática de la izquierda y lo coloca en una situación de alta fragilidad para el 2 de febrero. A continuación evaluamos el rol jugado por el presidente Funes en esta campaña, diversas visiones y posiciones de fuerzas sociales y políticas así como aventuramos algunas perspectivas.

La espada del presidente Funes

La espada del presidente Funes ha provocado daños considerables en la armadura política del candidato arenero hasta hacerlo retroceder. Su papel y el de su esposa Vanda ha sido catalizador. Quijano esta sangrando, pero puede recuperarse. En cuatro meses el presidente Funes entregara la banda presidencial luego de cinco años intensos de gestión presidencial. No obstante esto, su rol ha sido protagónico en esta campaña, incluso mayor que el del candidato de izquierda. El presidente Funes se ha colocado al frente de la batalla contra la derecha para empujar la continuidad del proyecto.

La posibilidad real de garantizar la continuidad del proyecto político iniciado en 2009 esta determinada por la amplitud de la alianza que logre construirse, la cual debe de rebasar ampliamente a la que permitió la derrota de ARENA hace cinco años. Y en los últimos dos meses se ha avanzado bastante en esta dirección, más que en los pasados dieciocho meses. Al final pesó más el hábil realismo político que el torpe triunfalismo inicial.

Observamos una izquierda en ofensiva y una derecha replegada. Nunca antes, nunca antes la izquierda había desplegado una ofensiva política-electoral que le ha permitido combinar de manera adecuada los logros de 5 años de gobierno, junto con la presencia en el Ejecutivo, Legislativo y Alcaldías, el poderoso consorcio Alba, y la experimentada y masiva maquinaria partidaria del FMLN. Y desde este posicionamiento estratégico, establecer una nueva alianza con el sector representado por el presidente Funes y su esposa Vanda.

Visiones y posiciones

Es significativo como la derecha ha perdido momentáneamente su capacidad tradicional de impactar en los sectores políticamente más atrasados rurales y ha trasladado sus esfuerzos hacia las capas medias urbanas, que fueron por mucho tiempo un bastión clave de la izquierda, pero que en las elecciones de 2012 se volcaron en el área metropolitana hacia la derecha. Todavía no esta claro hacia donde se inclinara este voto decisivo, que es parte del voto llamado “de última hora.”

El partido que logre atraer a este sector seguramente lograra la victoria electoral, ya que es difícil ganar exclusivamente con el voto duro. La derecha se esta readecuando para mantener el voto de capas medias, recuperar parte del voto rural y asegurar su voto duro y prepararse para una segunda vuelta. La izquierda por su parte aspira a definir en primera vuelta, con redoblada energía provocada por la presencia del presidente Funes y de su esposa Vanda. Es posible, pero no seguro.

El conflicto principal es entre las fuerzas revolucionarias y democráticas representadas en las candidaturas de Salvador y Oscar del FMLN y los sectores oligárquicos representados por la candidatura de Norman Quijano de ARENA. Este es un conflicto histórico de naturaleza antagónica. Alrededor de este conflicto se desarrollan diversas contradicciones secundarias tanto en el campo de la izquierda como en el de la derecha.

En cada uno de estos sectores sociales existen diversas visiones e intereses. Lo más significativo a nivel de la derecha es la división entre GANA y ARENA. Y esta división ha conducido al divorcio entre ARENA y el PCN y el PDC, que fueron por mucho tiempo seguros aliados. Lo más significativo a nivel de la izquierda es la división entre MNP y FMLN. El desenlace electoral va determinar la manera como serán resueltas estas contracciones no antagónicas.

A nivel del movimiento popular en su gran mayoría esta inclinado hacia la fórmula electoral del FMLN, pero de manera pasiva, para la foto y no para la marcha. No se ha logrado repetir las experiencias del 2004 y del 2009. Y esto esta vinculado entre otras cosas, a la naturaleza aérea de la campaña. La guerra mediática como la forma principal de la lucha electoral. Ha sido y es una batalla más mediática que de infantería, más de estrategia de medios, de encuestas que de pinta y pega, de visita casa por casa. Y esto es preocupante porque afecta la educación política de los sectores populares. A veces la cancioncita pegajosa ha sustituido a la explicación de las causas sistémicas de la crisis.

Por otra parte, ARENA fue gradualmente perdiendo la iniciativa estratégica que había logrado con sus victorias municipales en el 2012 y la selección de su candidato no fue la más afortunada para su cohesión interna, ni tampoco lo fue la selección de su candidato a la vicepresidencia, en términos de atracción orgánica de nuevos sectores aunque si en términos de imagen hacia las capas medias urbanas. A la vez, la ANEP fue hábilmente neutralizada por la campaña contra el expresidente Flores.

Esto afectó la primera etapa de la campaña arenera en termino de respaldos financieros e influyó en el despliegue mediático, así como en el manejo de los ataques hacia Quijano mediante las acusaciones de corrupción al expresidente Flores, que ha sido la principal dirección de ataque de la formula de izquierda y que logró durante un periodo paralizar a la campaña arenera. Los mantuvo entretenidos por un rato. Y todavía puede funcionar.

A su vez, el FMLN fue recuperando la iniciativa estratégica que había logrado luego de la victoria electoral de 2009, y superando las resistencias y razonables dudas generadas por la selección de su candidato, en este caso mediante la audaz selección del principal vocero de las fuerzas moderadas al interior del FMLN, lo que vino a consolidar su cohesión interna. Vino a asegurar el voto duro de su militancia. Y ha logrado disminuir los costos generados por las acusaciones de pactar la tregua con las pandillas, que es al final de la campaña, la principal dirección de ataque de la formula de derecha.

En relación a la coalición Unidad y a su candidato Antonio Saca, forma parte ya en caso de evitar la casi segura debacle electoral de la modificación del horizonte político y de la posibilidad para el proyecto histórico popular de realizar alianzas políticas y sociales que le permitan continuar aislando a los sectores oligárquicos.

A su vez, el movimiento popular y social continuó en gran medida con su papel subordinado al FMLN y no logró adquirir una presencia que le permitiera proyectar sus propias demandas y que se constituyera en un factor de presión hacia la profundización de los cambios implementados, pero lo más importante hacia la realización de un viraje en las políticas económicas que permita romper con la visión neoliberal que sigue prevaleciendo incluso en el discurso de los candidatos de la formula del FMLN.

El movimiento popular es el único que puede evitar que un segundo gobierno del FMLN se convierta en un complacido continuador y reforzador del modelo existente. Pero esto amerita la lucha por una plataforma reivindicativa que exija revertir las privatizaciones realizadas por los gobiernos de ARENA y que incluya entre otras cosas, desprivatizar la energía, las telecomunicaciones, los fondos de pensiones y la desdolarización.

Esto implica el rechazo al Fomilenio II como la formula mágica para nuestro desarrollo económico. Sino tendremos un segundo gobierno de izquierda al servicio de las mismas transnacionales a las que hubiera servido un gobierno de derecha. El cambio entonces debe convertirse en una verdadera transformación social y no en meros programas de compensación social. Son precisamente estas preocupaciones las que han empujado a un sector de la izquierda y del movimiento popular a levantar la bandera del boicot electoral: no hay por quien votar.

Por su parte, el gobierno estadounidense se encuentra empeñado en la ya tradicional política de Obama de transformar a los salvajes tigres guerrilleros en gatitos domesticados e inofensivos. Para el gobierno de Estados Unidos el color de las banderas que gobiernen el país es irrelevante si se garantiza que el verde de los dólares de las inversiones de sus compañías continúe predominando. Y aunque les molesten algunos discursos de apoyo a Venezuela y a Cuba desde el FMLN, para ellos es claro que no existe ninguna amenaza inmediata a su control e influencia. Y en el caso que la hubiera, la reciente y exitosa fórmula Zelaya es muy atractiva.

Aunque los Estados Unidos deben de tomar en cuenta que el mundo ha cambiado. En La Habana se esta celebrando la II CELAC y en Suiza están reunidas las potencias que no pudieron invadir a Siria, para lograr un acuerdo negociado que permita superar el conflicto armado que vive ese país. Y la Republica Popular China acaba de superar a los Estados Unidos como potencia industrial. Todo cambia.

Perspectivas.

Independientemente del desenlace del 2 de febrero de 2014, la realidad política se ha modificado y el FMLN es hoy un aparato partidario mucho más poderoso política, social y económicamente que hace cinco años. ARENA es un aparato partidario debilitado pero aún con mucha fuerza. Y la crisis social y económica del país se ha ampliado.

Esto le presenta nuevos desafíos al movimiento popular y social, y en especial a las fuerzas aglutinadas en COMPHAS y la CIRAC. Hay que prepararse tanto para luchar en el terreno de una restauración oligárquica para defender lo avanzado hasta hoy y evitar el golpe represivo; así como prepararse para luchar en el terreno de un segundo gobierno de izquierda, que gobernara bajo la presión de no romper con el modelo neoliberal y ceñirse estrictamente a la administración de la crisis capitalista. En ambos terrenos se necesitara de la unidad de acción para continuar luchando. Porque es de la lucha que surge la esperanza en la victoria.

San Salvador, 28 de enero de 2014

La antigua derecha y la nueva derecha

La antigua derecha y la nueva derecha
enero 05, 2014

Para entender lo que ocurre en la campaña electoral hay que situarse en el ropaje vaporoso de la crisis, es decir, en medio de los vapores, humos y gases, oscuros todos, de la mayor crisis de nuestra historia.

Dagoberto Gutiérrez

Esta crisis ha roto los fundamentos del sistema político y las lógicas del régimen. Ha desnudado, casi eróticamente, las contradicciones esenciales que mueven al país.

Se trata del agotamiento del neoliberalismo aplicado a rajatabla después que la guerra terminó, y después que terminó también el acuerdo político llamado FMLN.

El Estado de ese momento, a principios de la década de los noventa, creó un nuevo partido que usó el nombre de la antigua y desaparecida guerrilla: FMLN, fortaleció al régimen de partidos políticos y vigorizó al régimen político, que pudo aparecer como un régimen democrático, en donde, hasta la guerrilla comunista participaba como partido, y tenía alcaldes y diputados.

La derecha había hecho una de sus maniobras más felices, aunque nunca entendió que los acuerdos de paz no amenazaban sus posiciones y que los recién incorporados al juego de la democracia como juego, tampoco eran amenaza.

Pasaron más de dos décadas en las cuales el capitalismo proletario se resquebrajó, la economía estadounidense se derrumbó, la Unión Europea se hizo pedazos, y el poder de Rusia, China, Irán, Brasil, India, Suráfrica, construye un nuevo polo economice, militar, ideológico y político en el planeta; mientras que en América Latina se abren procesos novedosos como los de Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador, que con diferentes tonos y énfasis anuncian y presentan caminos independientes de los Estados Unidos.

Mientras todo esto ocurre, en nuestro país la antigua oligarquía pierde el control de la economía y luego pierde el control del aparato del Estado, todo en diferentes momentos y circunstancias. El recién llegado al juego resulta absorbido por la lógica económica capitalista, por la filosofía neoliberal y por la lógica política de la antigua derecha oligárquica.

Se trata de un proceso que empieza a larvarse a partir de la condición clasista de la cúpula del partido FMLN. Pasa por la naturaleza política de la antigua guerrilla y culmina en una decisión de constituirse en una especie de relevo histórico en el control del aparato del Estado, sin construir ni un nuevo Estado, ni una nueva economía, ni una nueva filosofía política ni nuevas estructuras de poder. Todo esto significa que el largo proceso de una post guerra no aceptada produjo una nueva derecha que en estos momentos, año 2014, se enfrenta a la antigua derecha en la disputa definitiva del control del aparato de Estado.

A estas alturas, esta nueva derecha tiene suficiente poder económico para perturbar, amenazar y descontrolar a un sector de la economía tradicional del país; pero todavía no se enfrenta a la pequeña capsula burguesa oligárquica integrada por Ricardo Poma, o los Kriete, o los Simán, que siendo los dueños del partido ARENA, tienen sus propios escenarios económicos y políticos mas allá del mundo partidario, y pueden negociar en determinadas circunstancias con la burguesía emergente de Alba Petróleos.

Puestas así las cosas, hay que darse cuenta es que lo que está en juego en las urnas no tiene que ver con la clase de país, ni la clase de sociedad, ni del poder, ni de política. Se trata de quien o quienes serán los socios de las grandes empresas transnacionales que controlan los mercados, y a partir de aquí, quienes serán los usufructuadores de las ganancias en estos negocios.

Esta circunstancia explica la naturaleza de la campaña electoral, el predominio total del mercado y la ausencia de políticas contrastantes. Es que se trata de un solo proyecto –el del mercado-, y de una sola disputa, que es la de quienes gerenciarán desde el aparato de Estado, los negocios a implementarse dentro del proyecto de asocios público privados y de otros que vendrán.

El tema se complejiza porque aunque sea débilmente la derecha antigua gusta de llamar izquierda a la derecha nueva, y esta derecha nueva gusta de llamarse izquierda, así misma. Y de este juego de palabras peligrosas aparece una confusión política en las cabezas, en el alma y los corazones de no pocas personas en nuestro país. Por eso es necesario ubicar históricamente a esta nueva derecha.

Estamos frente a un proceso en donde una fuerza guerrillera es clasificada como comunista por el gobierno estadounidense, y este calificativo –equivocado-, se traslada al nuevo partido que al final de la guerra se incorpora al régimen político con el mismo nombre de la guerrilla. Este fue un recurso electoral muy necesario y hábil, porque así los electores identificaban al nuevo partido con el heroísmo, la inteligencia, la imaginación y la audacia de la guerrilla que hizo la mayor proeza de nuestra historia. Y estos votantes no estuvieron en condiciones de guardar distancia de una serie de decisiones políticas que marcaron y determinaron la naturaleza y la conducta política del nuevo actor del régimen.

En primer lugar, este nuevo partido rompe todos sus vínculos con el movimiento social y lo hace en nombre de la independencia de este movimiento; cuando en realidad se trató de romper todo compromiso con las luchas reales de las gentes reales. Acto seguido, se adopta y se adapta la filosofía del mercado, y de esta manera, los conceptos fundamentales como el crecimiento económico, la macroeconomía, el desarrollo, pasan a sustituir en el cerebro figuras como la lucha de clases, las contradicciones y los intereses determinantes.

El nuevo partido, renuncia a ser sujeto político y se convierte en un actor político, leal al sistema y al orden establecido. Ya no se trata, para nada, de sustituir el sistema o el régimen por un nuevo orden, sino de trabajar para fortalecer el orden actuante, y en todo caso, de convertirse en los nuevos gerentes del mismo. Por supuesto que la disputa deja de estar situada en el terreno propiamente político y económico y pasa a situarse en la lucha por el control del aparato y por su usufructo. Como se puede ver, en este proceso se va definiendo un relevo histórico que no supone ni una nueva política, ni una nueva manera de hacer política, ni un nuevo orden, sino, un nuevo dueño del aparato estatal, un nuevo gerente y un nuevo socio.

Puestas así las cosas, no se trata de la confrontación histórica entre una derecha y una izquierda subversiva, democrática y revolucionaria. La confrontación aparece entre una nueva derecha, que adopta la filosofía, la política y la práctica de la antigua derecha y la resistencia de ésta a ser sustituida en el mismo terreno que antes dominó y controló.

El proceso que describimos significa que si bien la derecha no gano la guerra de 20 años, pudo ganar, sin embargo, la post guerra de más de 20 años, pero no termina de darse cuenta lo que ha ocurrido en su casa y no acepta, por lo menos hasta ahora, ni compartir los negocios, ni entregar el lucrativo aparato de Estado, ni las nuevas reglas del mismo juego.

Por supuesto que este juego se realiza en medio de una elevada ebullición social y también ideológica, porque el Estado de El Salvador, el magro Estado que hemos conocido, se encuentra prácticamente desaparecido, y es el mercado el que fija los juegos y las reglas, y los seres humanos llamados ciudadanos, aparecen abandonados totalmente a su suerte.

Cuando un Estado y una clase dominante no son capaces de asegurar ni mínimamente el más pequeño nivel de vida a los súbditos, entonces estamos en un momento de zozobra que puede transformarse en momentos de rebelión.

Gane quien gane en el próximo febrero, será este pueblo que ahora luce dormido el que con su despertar podrá decir, en este drama, la última palabra.

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 en El Salvador

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 en El Salvador

Jueves, 02 Enero 2014

Valoraciones sobre los partidos contrincantes en los comicios del 2 de febrero
Por Joel Arriola (*)

Consideraciones teóricas preliminares

La ciencia marxista nos ha enseñado que todo análisis de una situación concreta comienza por el estudio de la estructura económica, verdadera base sobre la cual se erigen la superestructura política e ideológica. Sin embargo, lejos de cualquier economicismo, esta no se detiene en el análisis de la economía, sino que se prolonga hasta el campo de la política, la ideología, el derecho, etc.

En la introducción a las luchas de clases en Francia, Engels decía que “Cuando se aprecian sucesos y series de sucesos de la historia diaria, jamás podemos remontarnos hasta las últimas causas económicas… Una visión clara de conjunto sobre la historia económica de un período dado no puede conseguirse nunca en el momento mismo, sino sólo con posterioridad, después de haber reunido y tamizado los materiales… Por esta razón, aquí el método materialista tendrá que limitarse, con harta frecuencia, a reducir los conflictos políticos a las luchas de intereses de las clases sociales y fracciones de clases existentes, determinadas por el desarrollo económico, y a poner de manifiesto que los partidos políticos son la expresión política más o menos adecuada de estas mismas clases y fracciones de clases. (Énfasis nuestro)”1; Aquí es donde se unen orgánicamente la Economía, la Política y la Sociología.

Por supuesto, la cuestión es mucho más compleja, si lo que buscamos explicar no es un período de la lucha de clases mas o menos extenso, como por ejemplo, las luchas políticas inter-burguesas del ALBA y la ANEP (períodos a los que Gramsci llama orgánicos, o más exactamente movimientos orgánicos), sino un período más corto, que concentra en su seno todas las contradicciones y luchas del período más largo: este es el período o coyuntura electoral.

En dicho período no hacen más que concentrarse de una manera un tanto distorsionada (más distorsionada aún, que la expresión de los hechos económicos en hechos políticos), la situación real de la lucha de clases y fracciones de clases en un período dado. Claro está que los hechos de la coyuntura electoral responden a sucesos más extensos en el tiempo, que se expresaban ya en las luchas políticas en tiempos no puramente electorales, y estos a la vez responden a las luchas de clases en el terreno de la estructura económica; sin embargo el nivel de autonomía de los movimientos y sucesos coyunturales, como lo son las elecciones, es más amplio que el de los sucesos políticos propios de los periodos más largos (es decir los que no abarcan solamente las coyunturas electorales), y es de esa amplia autonomía precisamente de donde proviene la complejidad de los fenómenos de coyuntura electoral, y la razón por la cual ordenar una serie de hechos de esta naturaleza en torno a un eje de cristalización intelectual (para usar las palabras de Rosa Luxemburgo) es sumamente complicado, a veces es incluso inevitable caer en una suerte de errores.

Gramsci, al hablarnos sobre el análisis concreto de las relaciones de fuerza, nos decía que “en el estudio de una estructura hay que distinguir entre los movimientos orgánicos (relativamente permanentes) y los movimientos que pueden llamarse ´de coyuntura´ (y que se presentan como ocasionales, inmediatos, casi accidentales). Los fenómenos de coyuntura dependen también, por supuesto, de movimientos orgánicos, pero su significación no tiene gran alcance histórico”2

Además nos advertía que “El error en que a menudo se cae en los análisis histórico-políticos consiste en no saber hallar una relación justa entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: así se llega a exponer como inmediatamente activas, causas que son, en cambio, mediatamente, o a afirmar que las causas inmediatas son las causas eficientes únicas; en el primer caso se tiene el exceso de ´economismo´ o de doctrinarismo pedante; en otro, el exceso de ´ideologismo´; Difícilmente se establecerá de un modo exacto el nexo dialéctico entre los dos órdenes de movimiento y, por tanto, de investigación; y si el error es ya grave en la historiografía, lo será aun más en el arte político”3

Ahora bien, a las aportaciones de Gramsci tendríamos que sumarle además, que la situación radica también, en saber hacer una lectura correcta de los hechos o movimientos orgánicos, pues nuestra lectura de los movimientos coyunturales deberá estar subordinada a estos4. Por tanto, si partimos de una lectura errónea de los movimientos orgánicos, caeremos, necesariamente, diezmados por una infinidad de hechos dispersos, sin un eje de cristalización intelectual en torno al cual organizarlos. Y así, si no logramos tener una lectura correcta de los movimientos orgánicos, nuestra lectura de la coyuntura aún más fragmentada, compleja y recortada, como lo es la coyuntura electoral, será aún más errónea. Y si los errores en la lectura de los movimientos orgánicos nos llevan en la práctica a un gran número de errores políticos, el error en la lectura de los movimientos de coyuntura, no puede sino más que hacernos caer en una infinidad de errores políticos que destruyen o quiebran el nacimiento de un proyecto histórico revolucionario de las clases subalternas (es decir de un Partido Revolucionario) y de los organismos de las clases populares (organizaciones populares, gremiales, etc.).

Por ello, y guiándonos por la lógica precedente, trataremos de esbozar acá las 12 principales tesis entorno a las elecciones presidenciales de 2014, previniendo lo máximo posible no caer en los errores de economismo o de doctrinarismo pedante o bien, en los de exceso de ideologismo. Es decir, trataremos de no caer en el absurdo de guiar cada movimiento (por más mínimo que sea) operado en el seno de la superestructura política, como una expresión/reflejo de lo sucedido en la estructura económica, lo que no significa de ninguna manera que obviemos el vinculo dialéctico5 y orgánico6 entre estas, por lo que tendremos necesariamente que identificar por lo menos a grandes rasgos (y en la medida de lo posible) los movimientos de la superestructura política que corresponden a movimientos operados en la estructura económica. Por supuesto será la historia y el desenlace de los acontecimientos electorales, a la vuelta de los meses (e incluso años), los que dictarán la justeza o el error de estas proposiciones.

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014

1. La derecha tradicional u oligárquica (ARENA) llega sumamente debilitada a las presidenciales del 2014. Ello se expresa en las constantes rupturas con varios de sus miembros prominentes, las hecatombes mediáticas por el descubrimiento de un sinnúmero de actos de corrupción de sus ex funcionarios, incluidos ex presidentes, el “desliz” de altos ex dirigentes del partido ARENA con el sector burgués emergente del ALBA7, y el aparecimiento de un nuevo “partido” de derechas: GANA, conformado por alcaldes, diputados y ex miembros de las direcciones territoriales de ARENA.

2. Una eventual derrota de ARENA en las presidenciales (que es hoy por hoy la posibilidad más real) aproximaría más el escenario latente de una ruptura de mayor peso en el interior de este partido, comandado por las dos facciones económicas más poderosas: la fundadora y la neoliberal ligada al sector servicios.

3. El llamado movimiento UNIDAD compuesto por los partidos-mafia PDC, PCN y GANA, “ganan sin ganar”. La candidatura de Elías Antonio Saca, ex presidente en el período 2004-2009 por el partido ARENA, obliga a una segunda vuelta (en El Salvador sólo gana el partido o coalición que obtenga el 50% más 1 de los votos totales validos), con lo que “gana sin ganar”; ello porque en una eventual segunda vuelta que enfrente a ARENA y al FMLN (que hoy por hoy es la posibilidad más real), son en ultima instancia Saca y UNIDAD quienes deciden el futuro ganador, desviando de manera abierta o velada, sus votos hacia cualquier candidatura. Ello le asegura de antemano un grueso numero de instituciones, direcciones, e incluso ministerios en el próximo gobierno y por ende su consolidación como segunda fuerza de derecha emergente.

4. En un principio podría parecer que en una eventual segunda vuelta, Saca y UNIDAD se declinarán por ARENA, pues ambos tienen tendencia política de derecha. Sin embargo mejor vistas las cosas, UNIDAD y Saca poseen en el fondo más afinidades con la cúpula del FMLN (una cúpula burguesa que maneja con la empresa ALBA más de US$800,000 Millones en activos8) con la cual poseen, no afinidades político-ideológicas, sino, y lo que es más importante, intereses económico-corporativos similares (ambos forman una compleja alianza-bloque burgués emergente).

5. Ello no desdice sin embargo, que la candidatura de Saca sea la resistencia inmediata para que el FMLN no gane en primera vuelta; No es casual pues, que Ramón Villalta, representante de la Iniciativa Social para la Democracia (ISD) –convertido, luego del polémico decreto 7439 en un semi-intelectual orgánico del pensamiento burgués salvadoreño– salga afirmando que a ARENA le conviene la candidatura de Saca. Sin embargo, que Saca sea la traba inmediata para que el FMLN no gane en primera vuelta no hace más que demostrar que su candidatura no es sino la garantía del sector burgués emergente, a medias representado políticamente en GANA, para asegurarse un espacio político en un eventual segundo gobierno del FMLN (lo que expresa a la vez, que las relaciones entre el FMLN y GANA, no son tan orgánicas como parecieran, sino más bien relaciones de alianzas políticas que tienen a su base intereses económico-corporativos) y no como lo expresa la idea infundida por la cúpula “farabundista”, a propósito de que la candidatura de Saca es un plan “maquiavélico” bien elaborado de la derecha salvadoreña para evitar un triunfo en primera vuelta del FMLN.

6. A la inversa, la cúpula del FMLN necesita de UNIDAD para gobernar más “democráticamente”, pues como toda facción burguesa emergente con origen “de izquierdas” sus cuadros son viejos militantes sobre los cuales opera un proceso de Transformismo10; cuadros que no están aptos, según la legitimidad de las instituciones “democrático-burguesas”, para el ejercicio de la Gobernabilidad Democrática11, condición necesaria para el desarrollo pleno de la nueva facción burguesa emergente del FMLN.

7. El partido FMLN llega a las elecciones fortalecido, dando los que parecen ser sus pasos hacia un segundo gobierno, esta vez con candidatos propios (debemos recordar que Mauricio Funes era en realidad un candidato producto de la alianza de la cúpula del FMLN con un sector de la burguesía no oligárquica). Por primera vez en la historia este instituto político aparece fortalecido y respaldado por un proyecto empresarial fuertísimo, frente al cual incluso tiemblan los oligarcas tradicionales representados en la ANEP12.

8. Este respaldo empresarial y su acción territorial (apoyo a grupos y cooperativas campesinas mediante créditos, ayuda técnica, condonación de deudas, etc.; Apoyo con créditos a la pequeña burguesía, grandes cafetaleros y otros grupos económicos fuertes, incluso relacionados a la aviación) ha permitido al ALBA comenzar a tejer una red nacional a nivel territorial de clientelismo político (hay que decir que los programas asistencialistas del gobierno como el vaso de leche, los útiles escolares, uniformes y zapatos escolares, entrega de “semilla mejorada”, títulos de tierra etc. han contribuido a la creación y fortalecimiento de tal red de clientelismo político) que no ha dudado ni por un segundo en poner en marcha para la captación de votos en favor del FMLN. El apoyo de Orlando Arévalo y un sector del movimiento campesino dirigido por la pequeña burguesía, a la formula del FMLN no hace más que demostrar la efectividad de esta red montada por ALBA (y por supuesto, el oportunismo de dirigentes como Arévalo)13. A nivel de la clase trabajadora, los mecanismos de cooptación han sido las burocracias sindicales que han permitido la docilidad de la misma respecto al gobierno y el partido FMLN.

9. A nivel empresarial, han sido sobre todo los préstamos a caficultores, sectores relacionados al agro y otros “marginados” por la banca transnacional, lo que ha generado que grupos de empresarios (desde la pequeña y mediana hasta la gran empresa) descontentos con el rumbo de la derecha tradicional vean en el proyecto FMLN-ALBA14 una salida favorable a sus intereses económico-corporativos (hay que decir que el programa de gobierno netamente burgués del FMLN, también contribuye a ello). No es casual pues, que Mario Salaverria ministro de agricultura en el periodo de Saca, y Agustín Martínez, presidente de la Cámara Agropecuaria y Agroindustrial (CAMAGRO) hayan desde julio, “coqueteado con ALBA”,15 mientras, Antonio Salaverria se reúne con la formula presidencial del FMLN en lo que parece ser el inicio de un pacto (pacto, no apoyo decidido) con el proyecto FMLN-ALBA. A la vez, también La Asociación Salvadoreña de Empresarios por El Salvador (ASEPS), que aglutina a los sectores agrícola, industrial, de transporte de carga, restauranteros, artesanos, caficultores, de maquilas y empresarios en el exterior también han mostrado su apoyo a la formula del FMLN. Por otro lado, El Consejo Nacional de Empresarios Salvadoreños (CONAES) que dice representar a la pequeña y mediana empresa en El Salvador también ha hecho público su apoyo a la formula del FMLN.

10. La candidatura del FMLN por su parte, guarda en su seno una contradicción expresa en las diferencias de los candidatos y la misma ambivalencia de Sánchez Cerén: Mientras, según ellos mismos lo mencionan, seguirán sin romper con el imperialismo (continuidad de los TLC´s, pago puntual de la deuda externa, mantenimiento de la dolarización, etc.), su triunfo mismo le obligará a “girar hacia el Sur”. A su vez, la posición ambivalente de una serie de “intelectuales de izquierda” críticos del FMLN pero que llaman a “votar por ese mal menor” dependerá de la “ruptura” (aunque sea, por supuesto, únicamente en el discurso) del FMLN con el imperialismo y su giro, aunque sea tímido y/o únicamente en el discurso, hacia el Sur.

11. Mauricio Funes y su “movimiento por la defensa de los cambios” (particularmente con alguna fuerza en las zonas rurales del oriente del país) por su parte, parecen estar sumidos en una posición ambivalente (posición que entre otras cosas ha sido característica de toda su gestión) entre el apoyo al FMLN o la obediencia ciega al imperialismo. Ello lo expresan las tambaleantes relaciones con el imperialismo, la quiebra, por momentos, del llamado pacto entre pandillas (verdadera empresa del imperialismo y que está contemplado de manera velada en el Plan de Acción Conjunto del Asocio Para el Crecimiento), el aparecimiento de ministros del FMLN pidiendo el voto por tal instituto político; pero también los llamados de Funes a aprobar las reformas a la ley de Asocios Publico-Privado, el impulso de la ley de la función pública (también contemplada en el Asocio Para el Crecimiento), etc.

12. El imperialismo por su parte, luego de haber apoyado por sus propias particularidades la candidatura de Funes-FMLN en el 2009, hoy se muestra medianamente hostil al triunfo de Sánchez Cerén y el FMLN. “En la coyuntura 2008 – 2009, el imperialismo necesitaba un gobierno en el que no sólo se mantuviera, sino que se revitalizara el modelo neoliberal, que aplicara su política en la región y que fuera capaz de detener el inicio de una serie de luchas sociales que comenzaban en el país y que, seguramente, se intensificarían en el marco de la crisis”16. Por eso resolvió apoyar la candidatura de Funes-FMLN, pues la segunda oleada de políticas neoliberales iniciada con este gobierno le hubiese sido imposible a un gobierno tradicional de la derecha oligárquica, al menos imposible con el mismo grado de estabilidad sociopolítica mantenida hasta hoy. En esta coyuntura, sin embargo, la posición del imperialismo está, por lo menos lejana, del apoyo a otro gobierno del FMLN, y sus anhelos de un gobierno de derechas tradicional pero menos recalcitrante que los de ARENA (gobierno que podría desarrollarlo UNIDAD) se ven rebatidas por la realidad misma, que muestra precisamente la imposibilidad de triunfo de este “muñeco” electoral. Otros factores como la carta enviada por los congresistas Matt Salmon y Albio Sires al Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry17 donde cuestionan seriamente la candidatura de Saca por corrupción18, hacen precisamente que las cartas del imperialismo se trasladen inevitablemente a un apoyo, sólo a medias, al partido ARENA, por supuesto, no sin una clara división en el seno del imperialismo.

(*) Estudiante de Sociología de la Universidad de El Salvador (UES), Facultad Multidisciplinaria de Occidente (FMOcc).

1 Engels, Federico. Introducción de 1985 al libro de Marx “las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850”. En C. Marx y F Engels., Obras escogidas en III tomos. Tomo I. Moscú: Progeso. Pág. 98-97.

2 Gramsci, Antonio. Análisis de las situaciones. Relaciones de fuerzas. En Pañuelos en Rebeldía. Buenos Aires, Argentina.

3 Gramsci, Antonio. Ob. Cit.

4 Para ver la lectura de los hechos o movimientos orgánicos que subordinan nuestro análisis de coyuntura y por ende las tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 que presentamos acá, véanse nuestros trabajos: Arriola, Joel y Quiñónez, Alberto. ¿Qué es el gobierno Funes-FMLN. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168214; y Arriola, Joel. Transformismo y aburguesamiento. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169352. Por supuesto, merced el desarrollo de los últimos meses, ricos en contenido político, estos trabajos merecen cierta revisión/actualización, sin embargo únicamente de sus elementos periféricos, no sustanciales; el eje de la lectura que allí se hace, creemos nosotros, se mantiene y los últimos sucesos no han hecho más que demostrar la certeza de ello.

5 Dialéctico, en tanto estructura y superestructura constituyen dos elementos que se determinan mutuamente. Por supuesto a la estructura le corresponde solo en última instancia el determinante último, pero cuando analizamos periodos de la historia diaria no podemos remontarnos nunca al determinante de la estructura en su máximo nivel de abstracción (que es en realidad en el sentido que lo expone Marx en la Introducción a la crítica de la economía política).

6 Orgánico, en tanto que la superestructura es necesaria a la estructura únicamente en la medida en que la organiza y le da homogeneidad.

7 Ello no significa que tal “desliz” sea un apoyo decidido a la candidatura del FMLN, simplemente expresa que un sector burgués ve desde ya, en la cúpula del FMLN (apoyados por su aparato empresarial, ALBA), a posibles aliados, en su aventura meramente empresarial. El caso de Antonio Salaverria, ex presidente del COENA, ex diputado arenero, empresario y excomisionado presidencial para la promoción del café, expresa precisamente eso.

8 Diario el Mundo. Alba Petróleos revela capital: $800 millones. 30 de octubre del 2013.

9 El decreto 743 emitido en 2012 intentó frenar el accionar de la Sala de lo Constitucional, luego de que esta emitiera una serie de fallos que afectaran el funcionamiento tradicional del régimen político salvadoreño, afectando con ello a los partidos políticos mayoritarios. Una ola de movimientos, dirigidos en su mayoría por el movimiento burgués Aliados por la Democracia salió a las calles a “defender” el accionar de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, hasta lograr derrotar dicho decreto. Sobre este punto pueden verse nuestros artículos: “La crisis del Estado oligárquico y su expresión en la Sala de lo Constitucional”; o bien, un trabajo posterior que describe de mejor manera el significado de las pugnas por el control de las instituciones del Estado: “El FONAT y ´los cuatro fantásticos´: Disfraz de la moral burguesa y lucha de clases.

10 “El Transformismo, según Gramsci, hace referencia a un proceso, donde el sistema hegemónico, inherente a todo tipo sociedad, es usado como un sistema orgánico a las clases dominantes y que se expresa en la integración de los intelectuales de otros grupos sociales al sistema hegemónico dominante, decapitando de esta forma al movimiento de masas. (Arriola, Joel. “Transformismo y aburguesamiento”. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169352).

11 Antonio Camou define la Gobernabilidad como “El estado… de gobierno con un equilibrio dinámico entre las demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental a las mismas”. Para Daniel Kaufmann por su parte, la gobernabilidad se refiere al ejercicio de la autoridad a través de tradiciones e instituciones para el bien común y tiene como elemento esenciales: La estabilidad política, la rendición de cuentas, la ausencia de violencia, el Estado de Derecho y el control de la corrupción. Por otra parte según el sociólogo salvadoreño Álvaro Artiga, la Gobernabilidad Democrática Es la capacidad del sistema político de absorber y procesar las demandas ciudadanas, adoptar decisiones en el interés más amplio de la población y manejar los conflictos sociales. (Tomado de: “Gobernabilidad y cambio social en el primer gobierno de izquierda en el salvador”. Ponencia presentada al segundo congreso de investigación científica de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente Por el sociólogo Hugo Ernesto Fajardo Cuellar.) Como vemos, ambos conceptos son evidentemente burgueses –pese a ello, dicho sea de paso, son conceptos muy enarbolados constantemente por una gran parte de la izquierda reformista– pero a pesar de ello, nos sirven acá para caracterizar cierta forma de gobernar en una etapa pacifica del desarrollo de la lucha de clases.

12 El informe de 2013 sobre de la consultora Wealth-X y UBS revela que en El Salvador hay 150 ultra ricos, cuyas fortunas suman US$20,000 millones, unos US$133.4 millones, en promedio, por cada uno. Si con este dato comparamos los US$800,000 millones que maneja el grupo ALBA, llegamos inevitablemente a la conclusión de que este es un grupo burgués emergente que riñe desde ya, con las empresas oligárquicas tradicionales. Sin embargo, el lector puede aseverarnos de que ALBA es una empresa de capital mixto y que por ende no puede ser considerada una facción burguesa, pues la cantidad de personal e instituciones que en términos reales son “dueños· de su capital es sumamente grande en comparación a las empresas oligárquicas tradicionales. Empero, ello lo único que demuestra es que, pese a todo, ALBA sigue siendo pequeño en comparación al capital oligárquico tradicional, pero ello no desdice de ninguna manera que este sea una facción burguesa, que amenaza ya, a la oligarquía tradicional, con posicionarse como facción burguesa dominante, más aun con su orientación “desarrollista”. De hecho, el reciente estudio financiado por FUSADES –“tanque” de pensamiento oligárquico del país– denominado “¿Clientelismo político en El Salvador?Estudio de caso de Alba Petróleos y sus empresas relacionadas”, no hace más que expresar tal amenaza para el bloque oligárquico. Por otro lado tal estudio no hace más que mostrar al ALBA como un grupo meramente empresarial.

13 El caso de Orlando Arévalo resulta curioso. Su movimiento propugna –según sus propias palabras– lo que denominan una “Economía Popular Solidaria”, siempre en el marco del modelo neoliberal, pero en una suerte de economía paralela campesina al estilo cooperativista. En todo caso, su modelo es además de utópico, pequeñoburgués y por ende reaccionario.

14 Decimos el fenómeno FMLN-ALBA porque estos grupos económicos saben muy bien que el proyecto FMLN por si mismo es inviable, al menos en el corto y mediano plazo, para sus intereses económico-corporativos. A la inversa, conocen de la misma manera que el proyecto ALBA por si mismo, es decir como proyecto netamente empresarial, sino va acompañado de un aparato político que le dispute la dirección del Estado a la oligarquía tradicional, es demasiado arriesgado para sus cálculos económico-corporativos

15 La prensa Gráfica. Privados advierten necesidad de invertir. 5 de julio del 2013.

16 Arriola, Joel y Quiñónez, Alberto. Ob Cit.

17 Diario La pagina. Carta dirigida al Secretario de Estado de EE.UU. cuestiona candidaturas de Sánchez Cerén y Saca. 3 de noviembre del 2013.

18 Un buen ejemplo sobre las corrupciones de Saca pueden verse en la siguiente investigación periodística: Periódico digital El Faro. Ganancias de las empresas de Saca se multiplicaron hasta por 16 cuando fue presidente. 19 de noviembre del 2013.

2013: una balance desde Latinoamérica

2013: una balance desde Latinoamérica

(Por Atilio A. Boron *) El año que termina fue pródigo en acontecimientos que dejaron profundas huellas en el sistema internacional. A la hora de reseñarlos la mirada del analista siempre es situada; no existe una observación que pueda independizarse de los condicionamientos que la geografía y el tiempo histórico ejercen sobre el observador. Nuestra mirada, desde el “aquí y ahora” de Nuestra América, seguramente será diferente de la que pueda tener alguien situado en Europa, Asia o África.

Hecha esta necesaria salvedad metodológica previa digamos que el acontecimiento más trascendente que marca con tristeza el año que finaliza fue la muerte del Comandante Hugo Chávez Frías. El líder bolivariano fue una verdadera fuerza de la naturaleza: un huracán que con su fervor antiimperialista, su visión estratégica de la lucha que debía librarse contra el imperio y su incansable protagonismo reconfiguró decisivamente el mapa sociopolítico del área. Chávez fue el gran mariscal de la batalla del ALCA, derrotando al principal proyecto de Estados Unidos para completar el sometimiento de América Latina y el Caribe a sus intereses. Y fue también el hombre que llenó de propuestas lo que hasta su irrupción en la vida política de la región era una agradable pero inofensiva retórica latinoamericanista, huérfana de contenidos concretos. Para Chávez esta tenía que ser una convocatoria a la unidad de América Latina y el Caribe, unidad y no tan sólo integración; debía ser, tras las huellas de la Revolución Cubana, el ámbito de creación de un internacionalismo solidario que se traduciría en proyectos concretos como el Banco del Sur, Petrocaribe, TeleSUR, UNASUR y la CELAC, entre tantos otros. Su muerte, en circunstancias que aún no han sido aclaradas, llenó de júbilo al imperialismo y sus aliados, pensando que con ella se acabaría el chavismo. Sin embargo, y esta es una de las notas más positivas del año, la desaparición física de Chávez no impidió que el chavismo volviera a triunfar en las elecciones presidenciales del 14 de Abril consagrando a Nicolás Maduro como presidente y nuevamente, por una rotunda diferencia de más de un millón de votos, sobre la coalición opositora en las municipales del 8 de Diciembre. Parece que tendremos Chávez para rato.
Otra noticia muy importante fue la sorpresiva elevación del Cardenal Jorge Bergoglio al papado. Personaje complejo, la consagración de este jesuita motivó un áspero debate que está lejos de apagarse en la Argentina. Jerarca de una iglesia que fue cómplice de todos los crímenes de la dictadura, hay quienes lo fustigan por sus actitudes tibias y ambivalentes, sobre todo si se las compara con las que tuvieron otros obispos como los monseñores Enrique Angelelli –que pagó con su vida su osadía-, Jaime de Nevares, Jorge Novak o Miguel Hesayne. Esta sinuosidad de su conducta, síntoma de lo que Antonio Gramsci definiera como “jesuitismo”, explica las razones por las que junto a sus críticos emergiera desde las filas de la izquierda, los derechos humanos y la teología de la liberación un fogoso contingente de defensores de Francisco prestos a señalar las formas sigilosas con las que el por entonces provincial de los jesuitas protegía a su rebaño. Más allá de este irresuelto debate, los temores que muchos tenían en el sentido de que Francisco pudiera convertirse en una ominosa re-encarnación de Juan Pablo II (quien junto a Ronald Reagan y Margaret Thatcher conformara el más formidable tridente reaccionario del siglo veinte) hasta ahora han demostrado ser injustificados. Es más, cierto cambio en el léxico del Pontífice (como por ejemplo hablar de la “Patria Grande” en ocasión de la visita de Cristina Fernández de Kirchner al Vaticano) o su insistente “opción por los pobres” demuestran que ha percibido con fino olfato los datos de este “cambio de época” y que Venezuela no es Polonia, ni Ecuador Checoslovaquia. Si aquellos gobiernos de Europa Oriental sucumbieron ante la arremetida que convergía desde el Vaticano, Washington y Londres fue porque su déficit de legitimidad los tornaba altamente vulnerables. Bien distinta es la situación de los gobiernos de izquierda en Sudamérica, donde Bolivia, Ecuador y Venezuela cuentan con una legitimidad popular incomparablemente superior a la que jamás gozaron sus supuestas contrapartes europeas. En pocas palabras: el Vaticano no ignora que los cambios acaecidos en Latinoamérica y el Caribe desde los albores del siglo veintiuno ya no tienen vuelta atrás. En El 18 Brumario de Luis Bonaparte Marx evoca la intervención del Cardenal Pierre d’Ailly en el Concilio de Constanza (1414-1418) cuando ante las quejas de los puritanos por la vida licenciosa de los papas respondiera con voz tonante “¡Cuando sólo el demonio en persona puede salvar a la Iglesia católica, vosotros pedís ángeles!” La situación actual de la Iglesia es mucho peor que la que tanto preocupara a d’Ailly: interminable hemorragia de la feligresía, escándalos por pederastia, millonarios juicios de las víctimas y bancarrota de las iglesias abrumadas por el pago de enormes indemnizaciones, manejos mafiosos del banco del Vaticano, el papel de la mujer en la Iglesia y el cuestionamiento cada vez más militante del celibato sacerdotal configuran una agenda que difícilmente le dejen tiempo a Francisco para organizar la dispersa y confusa derecha latinoamericana, suponiendo que quisiera hacerlo. Pero para eso está “la embajada.”
Otro acontecimiento de gran trascendencia fue la re-emergencia de Rusia como un principal actor de la política mundial. La Unión Soviética lo había sido en el casi medio siglo transcurrido desde finales de la Segunda Guerra Mundial. El “orden bipolar” de la época le asignaba un protagonismo fundamental, pero cuando se produjo el hundimiento de la URSS en 1991-92 el estado sucesor, Rusia, quedó completamente marginado de los principales escenarios de la política internacional. Esto dio pie a que algunos publicistas del imperio se solazaran con la ilusión de que allí comenzaba el “nuevo siglo (norte)americano” y no ahorraron descalificaciones humillantes, incluso algunas de tono racista, en contra de los rusos, como Vladimir Putin se encarga de recordar una y otra vez. El sueño del “nuevo siglo americano” duró muy poco y con los atentados del 11-S se convirtió en una insoportable pesadilla. Rusia, que nunca había dejado de ser una potencia atómica –nimiedad olvidada por los apologistas del “nuevo orden mundial” alentado por George Bush padre- y que venía acumulando fuerzas desde comienzos del siglo, irrumpió abruptamente en el escenario mundial otorgándole asilo político nada menos que a Edward Snowden, el enemigo público número uno de Washington y, después, torciéndole el brazo a Barack Obama y su escudero, John Kerry, haciéndoles abortar sus planes de bombardear Siria. Por si lo anterior fuera poco, su claro apoyo a Teherán aventó también un desenlace bélico por la cuestión del programa nuclear iraní, en una crisis alentada hasta el paroxismo por el régimen israelí y sus impresentables compinches en el área, especialmente Arabia Saudita. Con tres gestos Moscú demostró que las bravuconadas de Washington carecían de sustancia real y podían ser neutralizadas en beneficio de la paz y el imperio del derecho internacional.
La impetuosa re-emergencia de Rusia sumada a la ya consolidada gravitación de China en la economía y la política mundiales terminó por cristalizar significativas modificaciones en el gran tablero geopolítico internacional. Cambios éstos que favorecen los proyectos emancipatorios de Nuestra América porque el derrumbe del unipolarismo norteamericano y la acelerada –y por lo que parece, irreversible- edificación de una estructura multipolar de poder mundial abre nuevos e inéditos márgenes de maniobra para los países de América Latina y el Caribe, tradicionalmente sometidos al yugo estadounidense. Al evidente debilitamiento del poderío global de los Estados Unidos reconocido nada menos que por el más significativo intelectual del imperio, Zbigniew Brzezinski y del cual el cierre de sus oficinas gubernamentales por dos semanas es apenas uno de sus muchos síntomas se le suma el agotamiento del proyecto europeo, sacrificado en el altar de la banca alemana, todo lo cual hace del mundo un espacio mucho más abierto e indeterminado cuyos resquicios y contradicciones ofrecen una magnífica oportunidad para que los pueblos de Nuestra América avancen resueltamente hacia la conquista de su segunda y definitiva independencia.
Por supuesto, en el 2013 pasaron muchas otras cosas, imposibles de examinar en detalle aquí. Permítasenos simplemente mencionar la importancia de los diálogos de paz entre el gobierno de Juan M. Santos y las FARC, alentados por el clamor popular que en Colombia exige el fin del conflicto armado y las expectativas en torno a las elecciones presidenciales de Mayo del 2014; la crisis domínico-haitiana, desatada por las racistas normas denegatorias de la nacionalidad a los hijos de haitianos nacidos en la República Dominicana; las elecciones del pasado 27 de Octubre en Argentina, sembrando de dudas la continuidad del proceso abierto en el 2003; el triunfo de Michelle Bachelet, regresando a la presidencia de un Chile desquiciado por el holocausto social del neoliberalismo; la persistencia y profundización de la crisis en México, a veinte años del “grito” de los Zapatistas en Chiapas; la vigorosa e inesperada irrupción de grandes manifestaciones de masas en Brasil, a poco más de un año de las presidenciales de Octubre de 2014, conmoviendo la estolidez de un orden social profundamente injusto y rabiosamente oligárquico; la aplastante victoria de la Alianza País en las elecciones legislativas del Ecuador, que le permitieron a Rafael Correa obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional; la lenta pero irreversible implementación de los nuevos “lineamientos” en la economía cubana, orientados a actualizar y fortalecer los fundamentos materiales de la Revolución; la consolidación del liderazgo de Evo Morales en Bolivia, de cara a las elecciones del próximo Octubre; la integración plena de Venezuela al Mercosur, ya con el voto favorable del Senado paraguayo, y la valerosa resistencia de los pueblos ante los estragos de la gran minería a cielo abierto, el “fracking” y el auge del agronegocio monoproductor (soja, caña de azúcar, palma africana, etcétera) son datos que también marcaron la agenda del año que finaliza y que merecerían un análisis detallado que no podemos hacer aquí. A lo anterior hay que agregar la continuación de la agresión imperialista y la guerra civil en Siria, donde Al Qaida, con la bendición y el apoyo de la Casa Blanca (perdón, ¿no había sido esta organización la que tramó y ejecutó el atentado del 11-S?) lucha codo a codo con los mercenarios sauditas, yemenitas e israelíes que procuran acabar con el régimen de Bashar al-Assad; tomar también nota del golpe militar pro-norteamericano en Egipto, en contra del gobierno de Mohammed Morsi y la Hermandad Musulmana, no suficientemente pro-norteamericano según el gusto de Washington; la intervención armada de tropas francesas en Mali para contener a los fundamentalistas islámicos aliados de Al Qaida (¡a la vez que París apoya a esta organización en Siria y François Hollande se ofrece impúdicamente a colaborar con Estados Unidos en el bombardeo de ese sufrido país!) y, finalmente, la muerte de Nelson Mandela, comunista de toda su vida que liquidó el “apartheid” sudafricano utilizando, según las circunstancias y el momento histórico, tácticas violentas y pacíficas, siendo por eso incorporado a una lista de “terroristas” por Estados Unidos hasta Julio del 2008. Después de su muerte Mandela tuvo que resistir una tremenda operación mediática que se quiso apropiar de su memoria y presentarlo como un ingenuo y conciliador pacifista, un “adorador de la legalidad” de un estado racista y ocultando groseramente los datos históricos que jalonan su impresionante biografía de lucha por todos los medios que fueran idóneos para el éxito de su empresa liberadora.
Para concluir, hoy, ya en vísperas del 2014, debemos celebrar con inmensa alegría el 55º aniversario del triunfo de la Revolución Cubana -un acontecimiento “histórico-universal”, como seguramente lo hubiera caracterizado el viejo Hegel- que inauguró una nueva era en la lucha de los pueblos de América Latina y el Caribe, África y Asia por su definitiva emancipación. Una Cuba que resiste y resistirá cuanto bloqueos y sabotajes le aplique Estados Unidos, y que demuestra cada día, cada hora, que el imperialismo no es invencible y que puede ser derrotado. Por eso su papel en los procesos de liberación de los pueblos del tercer mundo coloca a la isla caribeña en un sitial semejante al que Francia supo ocupar, luego de la Revolución Francesa, como el faro orientador de quienes luchaban por sacudirse el yugo del absolutismo dinástico. Cuba es la Francia de nuestros días y tiene todo el derecho del mundo para celebrar con alegría un nuevo aniversario de la triunfal jornada del 1º de Enero de 1959. ¡Salud Cuba, y hasta la victoria siempre!

  • Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.