Derecha salvadoreña arrecia ataques contra Gobierno Funes

Luego de una prolongada tregua, la derecha salvadoreña, en sus expresiones política y gremial, arreció esta semana sus ataques contra el Gobierno Funes, acusándolo de implementar una campaña de “persecución política” (sic) contra el sector empresarial, lo cual amenaza el “régimen de libertades” existente en el país. O sea que los perseguidores están siendo perseguidos.

Tanto ARENA como la ANEP se lanzaron de manera sincronizada, como no lo veíamos desde la pasada campaña electoral presidencial, a insistir que el partido de gobierno FMLN por medio de la PNC y de la OIE, estaban visitando casas de empresarios e incluso se habían atrevido a tocar a un “expresidente” , refiriéndose a Calderón Sol.

Por su parte, tanto Mauricio Funes como el FMLN trataron de bajarle perfil al altercado supuestamente motivado por el incidente en la casa de Calderón Sol. Incluso el presidente Funes recibió a una delegación de ARENA para escuchar sus lamentos y les prometió investigar lo sucedido. Incluso el Ministro de Defensa se desligó del ya famoso operativo policial.

En realidad, las razones eran otras: una interna que es fundamental: ARENA necesita urgentemente posicionarse como una fuerza opositora beligerante frente al Gobierno Funes o seguirá desmoronándose. Esto lo sabe bien Cristiani y la cúpula arenera. Necesitan enfocarse en el enemigo externo o seguirán surgiendo enemigos internos, como ya esta sucediendo.

De trasfondo de esta situación se encuentran también dos situaciones externas: la acusación en la Audiencia Nacional de España contra Cristiani de participar en el asesinato de los padres jesuitas en noviembre de 1989 y la captura en Venezuela del salvadoreño Chávez Abarca y su extradición a Cuba. En realidad parecer ser que Cristiani es un verdadero seguidor de DAubuisson.

La información revelada por Chávez Abarca seguramente vinculara a destacados derechistas locales con la red terrorista patrocinada por Posada Carriles, quien utilizó el territorio salvadoreño durante los gobiernos areneros como base político-militar para sus acciones criminales, amparados en la protección brindada por la derecha salvadoreña.

El canciller salvadoreño Hugo Martínez con muy fina ironía describió esta situación de Cristiani, presidente de ARENA, como “nerviosismo” al decir que (LPG, 18 de julio) “siento nerviosismo por los juicios en España. Hay nerviosismo por algunas posibles vinculaciones de personas… En realidad, lo que dije es que había un movimiento en Centroamérica de dos sectores que eran los únicos que les interesaba que fueran débiles los gobiernos en la región: los narcotraficantes y golpistas. Nunca mencioné partido o nombre específico. Si el ex presidente Cristiani se da por aludido, no sé en cuál de los dos grupos está…”

ARENA es un barco que continua sin definir rumbo. Carece de una política clara frente al gobierno de Funes y pasa alternativamente del silencio sepulcral que hasta llega a parecer apoyo al ataque furibundo que llega a parecer guerra. Esta relación de amor-odio, a veces complaciente y a veces intransigente, genera confusión en su militancia. La razón estriba en que todavía no se repone de la derrota sufrida el 15 de marzo del 2009, agudizada por la división de diciembre, en que perdieron a más de una docena de legisladores y a un expresidente.

En la actualidad, ARENA navega sin rumbo claro, y a su interior han surgido dos visiones sobre futuro: un sector, que considera que se puede y se debe hacer negocios con el GF. Son aquellos sectores que están invirtiendo y logrando ganancias y que valoran la estabilidad política y solo “sugieren” sacar del gobierno al FMLN. Coinciden con la visión “oficial” de la Embajada USA: un cambio seguro.

Hay otro sector, golpeado fuertemente por la perdida de privilegios derivados del control del gobierno, que ven con interés el fortalecimiento internacional del gobierno de Pepe Lobo en Honduras, irónicamente impulsado por el papel de Funes para que fuera readmitido en el SICA y luego en la OEA. Son los seguidores locales de Micheletti.

No confían en Mauricio Funes y mucho menos en el FMLN. Sueñan y conspiran por la salida golpista. Se arropan en la Cruzada pro Paz y Trabajo para sus actividades subversivas. Se dice que Velado al interior del COENA representa al primer sector, mientras que Acosta Oertel y Barrera al sector golpista. Cristiani juega el papel de árbitro para evitar que ambos grupos terminen de destruir al partido.

Por el lado del FMLN, la dirección de este partido se prepara para evitar que el proceso de elecciones internas no se convierta en fuente de debilitamiento sino en una oportunidad para fortalecer sus filas, depurándose. La derecha mediática huele que puede haber sangre que atraiga el apetito de los tiburones. Ojala no suceda así.

Por otra parte, el FMLN es un barco que continua navegando con la corriente. Forma parte del gobierno. Es un barco con rumbo. El problema radica en si ese rumbo es congruente con los intereses populares. A veces lo es, como en las políticas sociales. Otras veces no, como en las políticas económicas o en la política exterior. Lo último del regreso de Honduras al SICA apadrinado por el GF es preocupante. Pero tiene lógica, el GF se posiciona como el interlocutor regional. Pero lógica imperial, así como el golpe de estado tiene la lógica de la restauración oligárquica.

Hay sectores en el FMLN que piensan que lo más saludable es separarse, salirse, romper con el GF y mientras más pronto mejor ya que cada día que pasa el desgaste del FMLN es mayor, debido a la influencia en el GF de la Embajada USA y de sectores empresariales, tanto del capital internacional hoy internalizado como de nuevos agrupamientos empresariales no hegemónicos.

Otros reflexionan que esto sería servirle en bandeja de plata a la derecha una victoria que no ganó en las urnas. Y que el desafío es dar la pelea desde adentro. Y desde la Asamblea legislativa. No entregarle a la derecha, sea civilista o golpista, el gobierno. Y prepararse para el 2012 y el 2014. El tiempo favorece al FMLN es su pensada, ya que no podrán ni en la derecha ni mucho menos en la izquierda, disputar con la fuerza y experiencia electoral del FMLN.

San Salvador, 25 de julio de 2010

Roberto Pineda, docente de la Universidad de El Salvador

La ofrenda del jaguar: la banca salvadoreña sacrificada ante el altar de la globalización

El banco Cuscatlán de El Salvador ostentaba como símbolo la figura de un jaguar, que había sido tomada abusivamente de una pieza arqueológica encontrada en la población de Cara Sucia, Ahuachapán.

El jaguar en nuestra tradición cultural mesoamericana es una figura mítica que representa el misterio del poder. Sus pieles eran usadas por los jefes guerreros, por los sacerdotes y por los gobernantes. Sus garras y colmillos devoraban a las víctimas que eran sacrificadas en el altar del templo de la tribu.

En el año 2006 la oligarquía financiera salvadoreña fue devorada por el capital internacional globalizado. Empezaron a comerse al jaguar salvadoreño desde el 2004. Tuvo la oligarquía local que vender al jaguar y al hacerlo entregaron su alma al demonio globalizador. Como piezas de domino fueron cayendo banco tras banco para convertirse en sucursales del capital globalizado. En la pizarra histórica salvadoreña se borró la frase 1821.

El Banco de Colombia, el CITI, el HSBC, el Scotiabank y por ultimo, esta semana se sumó el Conglomerado Aval como los nuevos propietarios del país. La hacienda cambió de dueño. En los libros de historia quedaran los nombres de banco Agrícola, banco Cuscatlán, banco Salvadoreño, banco de Comercio y banco de América Central. La clase dominante salvadoreña se debilita mientras el país se globaliza.

Se puso punto final a una larga evolución histórica de la elite salvadoreña que comenzó con la explotación de los obrajes por los barones del añil en el siglo XVIII, por los hacendados del café desde el siglo XIX y por el capital financiero de las remesas, a finales del siglo XX. La continuidad de este selecto grupo estuvo garantizada por los matrimonios entre las mismas familias oligárquicas. Y por mucho tiempo los militares les cuidaron los negocios.

Este último sector, el bancario, emergió victorioso del conflicto armado del siglo pasado, desplazó al sector agro-exportador, condujo el proceso de inserción ventajosa en la postguerra con base en el aprovechamiento de las remesas y hoy sucumbe ante la embestida financiera internacional. No lograron enfrentarse a los gigantescos leones y dragones del mundo globalizado.

La incapacidad para competir con las grandes corporaciones transnacionales en un mundo globalizado fue el factor objetivo que explica la ofrenda del jaguar, pero acompañado de un poderoso factor subjetivo: el temor de la popularidad alcanzada por Schafik Handal en la campaña presidencial del 2003-2004 y la posibilidad real que el FMLN accediera al gobierno central, lo que efectivamente sucedió en el 2009.

Es paradójico que el actual líder máximo del principal partido de oposición, ARENA, el Lic. Alfredo Cristiani, sea asimismo el ex presidente que durante su gestión (1989-1994) creo las condiciones mediante las privatizaciones de los activos del estado que permitieron esta nueva situación. Cristiani reprivatizó la banca y años después tuvo que vender también el banco de su familia: el banco Cuscatlán. Es un cachorro de jaguar que fue domesticado por el capital transnacional. Y para colmo de males, es jefe de un partido que fue derrotado por el FMLN el año pasado. Un partido que recién han recuperado del control en que lo tuvo el presidente Saca.

La modificación de la geografía financiera es un cambio fundamental en la sociedad salvadoreña ya que modifica la composición de clases al interior de la formación socio-económica y convierte a la burguesía salvadoreña en una clase intermediaria, mutilada, limitada políticamente, socia menor de las grandes corporaciones transnacionales.

Cayó el banco Agrícola Comercial

El principal banco salvadoreño y centroamericano por sus activos era el Agrícola y fue comprado en diciembre del 2006 por el Bancolombia en 900 millones de dólares. El banco Agrícola Comercial surgió en 1955 y fue fundado por el patriarca Don Luís Escalante Arce usando la modalidad de acercarse a ofrecer sus servicios a los sectores del comercio informal con créditos accesibles. Esto le permitió crecer rápidamente. Se jactaba de ser “un banco progresista al servicio de un país progresista.”

En 1992 bajo la conducción de Archie Baldochie se forma el Conglomerado Financiero Banagricola, incluyendo a ASESUISA. En el año 2000 adquiere el Banco de Desarrollo, el quinto banco del país. En el 2001 compra el banco Capital, el sexto del país. Era propiedad del grupo Baldocchi Dueñas. Para el periodo 2010-2012 aparece como director suplente Joaquín Alberto Palomo Deneke, tradicionalmente vinculado al Grupo TACA y claro, como Presidente, el colombiano Sergio Restrepo Isaza. (1)

Y el banco Agrícola pasa a formar parte del Sindicato Antioqueño, que además del Bancolombia posee el control de “empresas como Suramericana, Cementos Argos, Noel – Zenú, Colcafé, Acerías Paz del Rio, Fabricato y Tejicondor, Cadenalco y la Compañía Nacional de Chocolates. Su expansión al sector financiero se produjo con la compra del Banco de Colombia, el cual, tras la fusión con el BIC, se convirtió en Bancolombia.” (2)

Cayó el banco Cuscatlán

El segundo en importancia por sus activos era el Cuscatlán y fue comprado en diciembre de 2006 por el Citi, el mayor conglomerado financiero del mundo en 1,510 millones de dólares. El banco Cuscatlán nació en 1972 y fue fundado por Don Roberto Hill. En 1996 inicio un proceso de regionalización al participar en Corporación BFA de Costa Rica y Centrica Financial Holdings de Guatemala. En el año 2000 se forma la Corporación UBC Internacional. En el 2003 inicia operaciones en Panamá. Y se forma el Grupo Financiero Cuscatlán que incluye a AFP Confía. Para el periodo q2008 al 2011 aparece como Presidente el mexicano Raúl Armando Anaya Elizalde.

El City Bank of New York fue fundado en 1912. Y en la actualidad brinda servicios financieros a más de 200 millones de cuentas de clientes así como a corporaciones y gobiernos de más de 100 países que incluyen “servicios bancarios de consumo y comerciales, financiación para el consumo, tarjetas de crédito, seguros de vida, servicios bancarios de inversiones, administración de activos y gestión de títulos.” (3)

Cayó el banco Salvadoreño

El tercero era el Salvadoreño y fue comprado en marzo de 2007 por la financiera londinense HSBC por 162 millones de dólares. Era el mas antiguo ya que nació como banco Particular en 1885. Por más de 50 años tuvo su sede en el edificio al frente del parque Morazán que hoy por cierto ocupa una venta de ropa usada. En 1990 luego de la reprivatización de la banca por Cristiani el BCR nombre a Don Félix Simán como Presidente de este banco.

La red familiar empresarial Siman poseía una fuerte presencia en este banco. Esta red posee intereses en MOLSA (producción de harina de trigo), en Cartotécnica Centroamericana, en el Grupo St. Jacks y naturalmente, en Almacenes Simán. Y esta vinculado a otro núcleo del bloque financiero árabe: el grupo Salume. En marzo de 2008 asumió como Presidente del banco el ingles Graham McNaughton y como Presidente Ejecutivo y CEO Gerardo Simán Siri. La anterior presidente, la ex canciller María Eugenia Brizuela de Ávila, ha pasado a desempeñar el cargo de directora regional de >Sustentabilidad Corporativa para América Latina.

EL HSBC es un antiguo banco fundado en Hong Kong en 1886en pleno esplendor del imperio inglés. Y de ahí deriva su lema:“El banco local del mundo.” “Desde su fundación en 1865, HSBC se ha transformado en una de las instituciones financieras más grandes del mundo, con 8,000 oficinas en 88 países y territorios. Formamos parte del selecto grupo de empresas de Forbes Global 2000 y estamos entre las diez empresas de servicios financieros más importantes en Estados Unidos.” (4)

Cayó el banco de Comercio

El cuarto era el de Comercio y fue comprado en mayo de 2005 por el Scotiabank por 178 millones de dólares. El banco de Comercio fue fundado en 1949 por Miguel Dueñas Palomo, y formaba parte del conglomerado financiero local. El presidente era José Gustavo Belismelis. Y participaba también el Grupo Freund y el núcleo familiar Sol Millet. Hoy aparece como presidente el canadiense Jean Luc Rich y como Secretario de Junta Directiva el ex vicepresidente Carlos Quintanilla Schmidt.

Según Wikipedia, Scotiabank (Banco de Escocia), conocido formalmente como The Bank of Nova Scotia (Banco de Nueva Escocia) es uno de los cinco grandes bancos de Canadá. Es el tercer banco por el volumen de sus activos (detrás del Royal Bank de Canadá y TD Bank Financial Group), y el segundo más grande por capitalización de mercado (tras Royal Bank de Canadá).

Es el banco más “internacional” de los bancos canadienses pues es el que más sucursales tiene fuera de su país. Ya en 1999 era dueño del banco Ahorromet, que estuvo vinculado al poderoso Grupo Poma, propietario de DIDEA, Grupo Roble, Metrocentro, Grupo Real, Industrias Metálicas Solaire, etc. Además socio local de la transnacional española Telefónica.

Cayó el banco de América Central

Y en quinto lugar, se conoció esta semana que el conglomerado colombiano Aval compró el banco de América Central, BAC-Credomatic. 1,900 millones de dólares pago por esta adquisición que posiciona a este grupo colombiano en el mercado financiero centroamericano. Pasa a formar parte del Grupo de Luis Carlos Sarmiento Angulo, que también posee intereses en “pensiones y cesantías (Porvenir S.A), las telecomunicaciones (Cocelco), las fiduciarias (Fidubogotá), los seguros y el leasing, el mercado de valores, etc.” (5)

Cayó el Cemento CESSA, la cervecería La Constancia, incluso TACA

Pero la ex clase dominante salvadoreña no solo vendió sus bancos, sino también sus más lucrativos y emblemáticos negocios como es el caso de Cemento CESSA, empresa creada en 1949, que fue comprado en el 2009 por el conglomerado suizo Holcim. Antes en 1993 CESSA había adquirido Cemento Maya, su competencia, y en ese entonces los dos únicos complejos industriales mineros de la región.

La Constancia creada en 1906 en Santa Ana por Rafael Meza Ayau, que fue comprada por un conglomerado financiero sudafricano de nombre South African Breweries, SAB, que en el año 2002 había adquirido la cerveza numero dos de Estados Unidos, la Miller. Esta segunda cervecera mundial adquiere en el 2005 la totalidad de la empresa. Roberto Murray Meza, se ve obligado a vender al no poder enfrentar el desafío mundial.

Incluso la “exitosa” TACA fundada en 1931 fue absorbida en octubre del 2009 por la línea aérea colombiana AVIANCA. TACA había logrado establecer un monopolio en la región centroamericana mediante la compra de Aviateca, Lacsa y Nica. El núcleo familiar Kriete Ávila eran los dueños de TACA. Mantienen la Destilería Salvadoreña y la UNEX, la más grande exportadora de café del país.

Tanto la Constancia como el Grupo TACA formaban parte de los jaguares del poderoso Grupo AGRISAL: EMBOSALVA, Agua CRISTAL (la antigua Embotelladora Tropical) Corcho y Lata, RENSICA, Radisson-Plaza Hotel El Salvador (el antiguo Hotel El Salvador comprado en 1991 y recientemente convertido en Crowne Plaza) el World Trade Center San Salvador, Star Motors (productos de Mercedes Benz), DEICE, o sea Desarrollos Inmobiliarios Comerciales SA de CV (que tiene entre sus negocios la construcción de la Longitudinal del Norte y la construcción del puerto de Cutuco) y Centro Comercial Plaza Mundo en Soyapango. (6)

Asimismo en la situación de las empresas de Administración de Fondos de Pensiones, telefonía y distribución de energía observamos también modificaciones en la geografía económica. Y el capital internacional espera la privatización del agua y la minería. Y esto en un país dolarizado ya por diez años y con un TLC con Estados Unidos.

En 1998 se realizo la venta de las cuatro distribuidoras de energía eléctrica por un total de 586 millones dólares. CAESS y EEO fue comprada por ENERSAL de Venezuela, DELSUR comprada por Electricidad para Centroamérica de Chile; y CLESA por AES El Salvador, de capital estadounidense. A nivel de telefonía móvil o celulares, se disputan cinco empresas: Tigo, Telecom-Claro, Telefónica-Movistar, Digicel y red Intelfon. A nivel de AFP: Crecer y Confía terminaron quedándose con el mercado tragándose a las otras tres.

“El grupo financiero español BBV abrió la AFP Previsión; El también español Argentaria abrió Máxima; La AFP Porvenir fue fundada por el grupo chileno Provida y Confía fue abierta por Citibank, teniendo como socio minoritario al grupo Cuscatlán y al Agrícola. Profuturo fue abierta por socios independientes, entre ellos el economista Ricardo Perdomo. “ (7)

Mucho de esto sucedió en el cuarto y ultimo gobierno de ARENA encabezado por Elías Antonio Saca, que va del 2004 al 2009. Esta situación le abrió un margen creciente de autonomía a Saca con respecto a sus antiguos protectores. Un analista salvadoreño, Juan José Martel, lo califica de la siguiente forma: “ya no tenía patronos locales a los cuales obedecer. Cuando las tradicionales familias le quisieron dar ordenes, él simplemente se reveló. Ahora tendrían que entenderse de tu a tu. Además el dueño del instrumento político era Saca y no la vieja oligarquía. El antiguo y fiel empleado ahora se creía también patrón y exigía ser sentado en la mesa entre iguales.” (8)

Considera Martel que “las grandes empresas y consorcios internacionales que habían comprado en forma total o mayoritaria las empresas estratégicas salvadoreñas, eran virtualmente los nuevos dueños del país, pero al parecer no tenían plena conciencia de ello y sus particularidades le impedían ejercer una acción conjunta para conducir el país, que de hecho habían “comprado”. (6)

Otro analista Carlos Velásquez Carrillo, expresa que “para mediados de los años 90s, el proceso de privatización de la banca había confluido en la creación de un oligopolio financiero controlado por familias de apellidos oligarcas con credenciales históricas y otros que habían ascendido durante el proceso mismo.

La lista no es grande: El Banco Cuscatlán (Cristiani, Llach, Bahaia, De Sola); El Banco Agrícola (Baldocchi, Dueñas, Kriete Ávila, Palomo Déneke, Araujo Eserski); Banco de Comercio (Belismelis, Catani Papini, Álvarez, Freund, Sol, Escalante Sol, Palomo); Banco Salvadoreño (Simán Jacir, Salume, Simán Siri, Zablah Touche); Grupo Agrisal & Banco de América Central y Credomatic (Murray Meza, Meza Ayau, Sol Meza, Meza Hill, Palomo, Quiñonez Meza, Álvarez Meza).

Este oligopolio financiero llegó a acaparar más del 90% de la cartera bancaria salvadoreña, y posteriormente este control de los bancos sirvió como base financiera para expandir los negocios de estas familias a las ramas del comercio, bienes y raíces, pensiones, aseguradoras, servicios y turismo.(9)

A nivel centroamericano, según un estudio realizado por Llorente &Cuenca, d e los Top 30 a nivel centroamericano sobresalen en “primer lugar dentro de las empresas regionales es de Telefónica, seguida por Taca, Claro, AES, Autoridad del Canal, y Cemex.” (10)

Conclusiones

Regresamos a 1524 cuando nos invadió el imperio español. Hoy regresan los españoles, pero lo hacen en aviones, ya no en carabelas y se hacen acompañar de otros imperios. Es una nueva intervención y el país regresa a ser colonia. El enemigo de clase es más difuso aunque políticamente el imperio predominante es el mismo de hace cien años: los Estados Unidos.

Esto hace que la lucha adquiera de nuevo perfiles continentales. Y el pensamiento de Farabundo Martí y de Prudencia Ayala es clave para encontrar las fórmulas que nos permitan construir el jaguar popular, democrático y diverso, con el que organicemos los rituales siempre combativos de la resistencia a los imperios.

Bibliografía

Bancos Agrícolas y Cuscatlán a manos extranjeras www.elfaro.net

La banca salvadoreña privada queda totalmente en manos extranjeras JUAN JOSÉ DALTON – San Salvador www.contrapunto.com

Paniagua, Carlos. El bloque empresarial hegemónico salvadoreño ECA Julio-Agosto 2002

Notas

1. www.ssf.gob.sv

2. www.bancolombia.com

3. www.latam.citibank.com

4. www.hsbc.com.sv

5. www.lablaa.org/blaavirtual/ayudadetareas/…/econo100.htm

6. www.agrisal.com

7. De cinco AFP a dos en dos años. Dada, Carlos www.elfaro.net

8. JJmar. Algunos antecedentes del conflicto arenero y de la derecha (parte I, II y III www.hunna.org)

9. ¿Y los bancos? Muy bien, gracias…Por Carlos Velásquez Carrillo (*) (Contrapunto.com.sv)

10. www. Centralamericadataexpress.com

La lectura de la Biblia: una victoria que se convierte en derrota para la derecha

La pírrica victoria legislativa alcanzada por al derecha hace dos semanas, al aprobar la lectura obligatoria de la Biblia en las escuelas, se esta rápidamente transformando en una significativa derrota política a medida que el repudio nacional a esta medida sigue creciendo.

Este domingo al coro de opositores al decreto 411 se sumó la influyente Conferencia Episcopal de El Salvador, CEDES, la cual vino en respaldo de la posición oficial asumida el domingo pasado por el Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luís Escobar Alas. Otras iglesias, como la Iglesia Luterana Popular, coincidieron con la Iglesia Católica y la Misión Cristiana Elim en repudiar la medida.

Demandan los Obispos Católicos: “En nombre de la iglesia católica en El Salvador y la sociedad en general, le pedimos señor presidente de la República hacer uso de su facultad ejecutiva de vetar el mencionado decreto en defensa del Estado de Derecho y la democracia de nuestra sociedad salvadoreña.”

Por su parte, el partido de gobierno, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, reiteró la posición de su fracción legislativa explicando las consecuencias negativas que se desprenderían de la implementación del decreto 411.

Incluso el periódico derechista La Prensa Gráfica ha abierto sus páginas editoriales para opiniones contrarias a esta maniobra oportunista de la derecha política, abandonando su claro alineamiento con las causas de la reacción.

El rector de la UCA, el jesuita José María Tojeira, también se pronuncio al respecto, y en su personalisimo estilo opinó que “no basta con leer la Biblia, es necesario orarla e interpretarla, ojalá todos los cristianos la leyéramos con mayor frecuencia, mayor atención y reflexión y con una más seria aplicación a nuestras vidas y a nuestro entorno social”.

El secretario general de ANDES 21 de Junio, Profesor Israel Montano criticó el decreto. La dirigente campesina Guadalupe Erazo, coordinadora del Frente Social por un Nuevo País, FSNP, repudio la medida legislativa.

Y mientras el país entero repudia este burdo intento de sacar raja política de un complejo problema como es la delincuencia, únicamente un sector religioso, la Alianza Evangélica, apoyo tal medida autoritaria. El pastor López Bertrand, del Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel también pidió que se sancione el decreto. En la misma línea se apunta Carlos Rivas, del Tabernáculo de Avivamiento Internacional, TAI.

Todo esto hace que el Gobierno Funes tenga una papa caliente en sus manos. Ceder al chantaje de la derecha política (ARENA, PCN, PDC) y religiosa (Alianza Evangélica) y sancionar una ley que será nefasta para el avance democrático o responder al llamado de las fuerzas civiles y democráticas que categóricamente exigen vetar tal medida. La pelota esta en la cancha de Casa Presidencial…

Roberto Pineda, docente de la Universidad de El Salvador
San salvador, 11 de julio de 2010

Biblia y violencia

Los diputados siempre nos sorprenden con su bajo nivel no sólo intelectual, sino político. Poner la lectura de la Biblia en la escuela como uno más entre los remedios a la actual violencia y delincuencia no deja de ser asombroso. Qué textos se van a leer, quiénes los van a interpretar, quién va a preparar a los maestros del sector público para poder hacer una selección de textos adecuados son preguntas que a los diputados no les interesan. El contexto nacional, con tanta diversidad de opiniones entre las Iglesias, con la presencia de grupos fundamentalistas que no dudan en afirmar que quienes no interpretan la Biblia como ellos van automáticamente al infierno aunque sean buenos ciudadanos, no parece dificultar la medida ni preocupar a los diputados.

¿Qué vamos a leer? Interesante sería el capítulo 25 del Levítico que habla del derecho de rescate de la tierra y que la misma, incluidas muchas veces casas y otro tipo de propiedades, sea devuelta a los cincuenta años a sus dueños originarios. Imagínense los centros comerciales volviendo a quienes hace cincuenta años era propietarios de la tierra. Seguro que lo que dice el mismo libro bíblico y otros sobre el perdón de las deudas le vendría muy bien al ciudadano, pero no tanto a los bancos y sus tarjetas de crédito. Y qué tal una lectura continuada de la oración de María en Lucas cuando asegura que Dios llenará de abundancia a los pobres y a los ricos los despedirá vacíos. ¿O vamos a vaciar de sentido esas partes de la Biblia y a leer sólo lo que nos convenga?

El tema de la riqueza aparece muy debatido en la Biblia. En el libro de los Proverbios se presenta con frecuencia como una bendición de Dios. Los profetas en cambio suelen criticar con mucha dureza a los ricos de Israel. En el Nuevo Testamento, aunque no se condena la riqueza en sí misma, aparecen textos duros contra los ricos como el que afirma que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico se salve. ¿Alguien va a explicar el sentido de estos textos, o se deja que cada uno al final entienda lo que le dé la gana?

Podemos leer también la parte del anatema como método de eliminar a los enemigos. O los caprichos del rey Saúl que exigía a David que le trajera los prepucios de sus enemigos. ¿Lo vamos a aplicar al presente? Cuando mataron a los jesuitas y muchos pedíamos justicia no faltaban los que nos recetaban frases bíblicas en los periódicos diciendo “la Justicia es mía, dice Jehová” (ni siquiera sabían citar bien el nombre bíblico de Yahvé en el Antiguo Testamento). En base a esa frase se nos decía que pedir justicia era sembrar odio, y que debíamos dejarle la justicia a Dios.

Ante crímenes de otra especie no faltan también quienes desde la Biblia dicen que la pena de muerte está contemplada en la Biblia y por tanto es buena. ¿Vamos a llevar el debate a la escuela? ¿O vamos a tratar de venderle a los niños una Biblia que se usa a la propia conveniencia y capricho? ¿Se puede ser cristiano pacifista, seguidor del que murió en la cruz prefiriendo que lo mataran a matar, y al mismo tiempo seguir vendiendo y portando armas? Algunos dirán que sí desde la Biblia. Otros no lo creemos.

No basta con leer la Biblia. Es necesario orarla e interpretarla. Utilizarla como base para negar la teoría de la evolución de las especies, por poner un sólo ejemplo, no es más que una muestra de fanatismo y de ignorancia. Ojalá todos lo cristianos la leyéramos con mayor frecuencia, mayor atención y reflexión y con una más seria aplicación a nuestras vidas y a nuestro entorno social. Pero una lectura de siete minutos dedicada a niños, sin reflexión ni diálogo, es lo menos pedagógico que se puede dar. Y a la larga puede tener un efecto negativo. Porque en religión lo impuesto, rutinario y no reflexionado acaba con frecuencia provocando reacciones adversas de rechazo a la propia religión.

Por otra parte no conviene imponer lo que no se practica. Si los diputados antes de tomar decisiones importantes dedicaran media hora a leer públicamente algunos textos bien seleccionados de la Biblia, podríamos pensar que hay cierta coherencia con su normativa. Pero cuando los vemos tan preocupados por el dinero y las camionetas del año, por las computadoras o por las dietas y aumentos de salario, o por asistir a las invitaciones y cocteles de todo tipo, advertimos un cierto contraste con el Evangelio que recomienda no preocuparse demasiado por lo que han de comer o vestir. El peligro es grande de que se les aplique aquello de guías ciegos que quieren guiar a otros ciegos.

La fe cristiana es pacifista, no violenta, servicial, responsable y enormemente solidaria con los más pobres y los que sufren cualquier tipo de dolor o discriminación. Las Iglesias, a pesar de la debilidad de sus miembros, tienen la enorme responsabilidad de anunciar el Evangelio y dar testimonio de la fe cristiana tanto en el ámbito privado como en el público. Desde la fe cristiana y desde el compromiso personal de los cristianos se puede y se debe incidir en la política y transformar la realidad injusta en que vivimos. Pero desde un sano pluralismo. Imponer obligaciones religiosas no es tarea del Estado.

Pero ojalá esta sociedad nuestra, tan poco solidaria, como lo demuestra año tras año la diferencia en el ingreso entre ricos y pobres, lograra más coherencia entre la fe cristiana de la inmensa mayoría de nuestra población y la justicia social, tan en déficit en nuestro país. En el campo de la justicia social es donde tienen nuestros diputados que responder, en vez de entrar en campos en el que su ignorancia brilla en exceso.

Mi primera captura fue en 1977… Entrevista con Héctor Acevedo

SAN SALVADOR, 28 de junio de 2010 (SIEP) “Fíjate que la primera captura que tuve fue en 1977 y fue en Santa Ana, ya que desde 1969 trabajaba en esa ciudad, aunque soy originario de Texistepeque…” nos comenta Héctor Acevedo, de 63 años, conocido en la guerra como Octavio Martínez, y actualmente diputado del FMLN.

“Del año 69 al 77 forme parte del movimiento sindical en Santa Ana, junto con Mario Rivera, el Viejo Moran, Villeda, Edito Genovés. Fui dirigente sindical de la FESTIAVTSCES, de la secretaria de organización junto con Rafael Jiménez, Jorge Alberto Moran Cornejo, Sorto…trabajaba en una fábrica de cuero y calzado de nombre Cosmos.”

“Me integre al sindicato y fui de la directiva, primero de Organización y luego secretario general. Y luego me promovieron como miembro de la junta directiva federal de la FESTIAVTSCES. En esta fábrica Cosmos funcionaba una célula del PCS. Y me reclutan, me incorporo a un círculo de estudio, luego simpatizante, candidato hasta ingresar al PCS. Todo esto me llevo dos años…ingrese en el filo de la ruptura.”

Me acuerdo que en octubre o noviembre del 70 me invitaron a un entierro, y nos fuimos a San Salvador, al llegar me impresionó ver el local llenó de banderas rojas y en especial la que cubría el féretro con las siglas PCS. Se trataba de Raúl Castellanos Figueroa. Ese año ingrese al Partido…Moran me contactó, mi primer pseudónimo fue Saúl, en honor a Saúl Santiago Contreras, camarada asesinado en febrero del año 68, junto con Oscar Gilberto Martínez, por su solidaridad con los maestros en huelga.

Dirigía el Partido un grupo de camaradas que integraban el Comité departamental. Estaban Germán, que era el Perico Moran, el profesor Orlando Guerrero Chamul, Mario Rivera, Edito Genovés, Jorge Villeda, Virgilio Guerra. Las discusiones en la célula giraban alrededor de la reciente ruptura y la situación política nacional. Se inicio una campaña de reclutamiento de nuevos miembros, provocada por la ruptura…

En el año 1973 asesinan a mi mejor amigo, a mi compañero de aventuras sindicales. Su nombre era Carlos López Henríquez, y lo llamábamos el Seco Teto. Estábamos en el sindicato y en la célula. Y siendo militante del PCS fue reclutado por el ERP. Ellos lo reclutan y no nos dice nada. Sigue militando. Y participa en una acción de recuperación de fondos de una sucursal de una agencia cafetalera. Y es detectado, capturado, desparecido y luego aparece su cadáver por la línea férrea, lo torturaron y al final le echaron acido sulfúrico en la cara. El era alguien muy conocido en la ciudad…me dolió mucho.

Para el entierro llega Rafael Aguiñada Carranza y Alfredo Acosta. En ese momento yo era el dirigente sindical más visible de la ciudad y dirigente de la fábrica Cosmos. Rafael y Alfredo me plantean que los voy a acompañar, que ya no me puedo quedar. Les pido que me permitan irme a despedir de mi familia y a traer ropa. Me dicen que luego resolvamos eso. Termino obedeciéndolos y acompañándolos. Me dijeron: venite…te van a matar, venite y ya. Me fui en el carro con ellos para San Salvador.

Paso seis meses en San Salvador y luego en 1974 me envían a estudiar a la URSS. Voy con un compañero de Zacatecoluca de nombre Jorgito a quien luego matan. Paso 14 meses en la Unión Soviética, en Moscú. Este viaje me permitió ampliar mi horizonte teórico, conocer experiencias revolucionarias y compañeros de distintos países del mundo, profundizar sobre la historia revolucionaria del PCUS y el papel de Lenin…los profesores rusos nuestros además de ser académicos eran veteranos de la segunda Guerra Mundial, habían sido pilotos, tanquistas, y nos contaban sus experiencias de guerra contra los nazis.

Regreso en 1975 a El Salvador. La represión ya esta golpeando, habían asesinado ya a Jorge Alberto Moran Cornejo, El Beatle, compañero de FESTIATSCES. El nivel de represión era mayor. Regreso a Santa Ana. Logro reincorporarme a la fábrica Cosmos. El dueño era un vasco de nombre Iñaki Artinano. Me reintegro a la actividad partidaria y sindical. Organizamos la UNO. Luego de la masacre de febrero de 1977 en la Plaza Libertad realizamos diversas actividades de protesta.

Me capturan en octubre de 1977

Me capturan en octubre de ese año, todavía se oían los ecos de las jornadas de la campaña de la UNO, que llevamos al coronel Claramount como candidato a la presidencia. Fue una movilización política impresionante la que habíamos realizado en Santa Ana. Fíjate que yo me había ido a vivir con mi familia a Texis (tepeque) y allá llegan a capturarme…llegan a traerme, me llevan primero a Santa Ana y luego a San Salvador.

Al llegar a Santa Ana me empiezan a golpear, iba vendado, me preparan para el “avioncito” y lo realizan, me golpeo la frente, inician los interrogatorios sobre mi militancia en el PCS y quienes eran mis contactos. Resisto, me había preparado psicológicamente, ideológicamente para este momento, sabía que iba a llegar… Lo que no sabia era cuando ni donde. Me tienen colgado de los brazos por horas y horas…fíjate que todavía tengo secuelas de estas golpizas…

Siento los brazos muertos, insensibles…se suben para hacerme más peso…me golpean la cabeza y el corazón…se ponen toallas para pegarme en el corazón…siento que la cabeza va a explotarme…son 22 días los que me tiene torturándome y luego me trasladan al cuarte de la Guardia Nacional en San Salvador. Ahí continúan las torturas. Finalmente, me regresan a Santa Ana, una madrugada me sacan de la GN y me llevan a un cañal, pienso que es el final y siento alivio, estoy vendado de los ojos, me los han amarrado con tirro…oigo una voz que dice: te vamos a matar…a menos que nos digas los secretos y te salvas…Respondo: no hay nada que decir…y espero el momento final… El oficial al mando da la orden de prepararse y oigo que cargan los G-3, y oigo las descargas, un ruido infernal, han disparado, siento un culatazo del oficial en el pecho…pierdo el conocimiento.

Despierto al filo de la madrugada, esta amaneciendo, aparecen los primeros rayos del sol. Como puedo me pongo de pie y empiezo a caminar, escucho ruido de vehículos, alcanzo a distinguir luces de vehículos, estoy cerca de una carretera… camino temeroso, pensaba que estaba muerto y descubro que estoy vivo ¡estoy vivo! ¡Que linda es la vida! Siento una gran alegría que se extiende por todo mi cuerpo adolorido, ¡estoy vivo! Estoy sin zapatos y sin camisa, y con el pantalón muy sucio, estoy hediondo, los brazos me cuelgan sin vida, decido esconderme, y entonces alcanzo a ver un rotulo que decía: ¡Bienvenido a Sonsonate!

Salgo a la calle, veo una gasolinera y antes de llegar me encuentro con un grupo de jóvenes que están estudiando, se me quedan viendo extrañados, sorprendidos por mi facha, decido acercarme y les digo: miren muchachos, soy sindicalista, me secuestraron en Santa Ana y acaban de dejarme libre…Me ven con recelo, pero luego reaccionan y me ayudan. Me meten a una casa. Me bañan, me dan de comer, me quitan el tirro que andaba todavía pegado, me dan ropa limpia, zapatos….se arriesgaron por alguien que no conocían.

Se jugaron el pellejo, así es mi pueblo. Les pido ir a hablar por teléfono y me llevan a un público. Me piden el número para marcarme. Decido pedirles monedas y hacerlo yo aunque los brazos y la mano me duelen intensamente…Hablo, responde Orlando Guerrero, se alegra al escucharme, le digo donde me encuentro. En la tarde llegaron a traerme. Me llevan a San Salvador. Era el día 2 de noviembre de 1977, y pensaba en mi esposa y mi hija de tres años. ¡Me había salvado!…Hoy soy abuelo de una joven de 14 años.

En San Salvador me sometí a un prolongado tratamiento ortopédico, para lograr recuperar el movimiento de mis brazos. Mis brazos no respondían a los llamados de mi cerebro, eran como ramas independientes, colgadas, desconectadas…pase año y medio jodido, me ayudo mucho el ortopeda Girón Flores, a quien le esplique que me había caído de un árbol, y quede colgado de una rama…ni creo que me creyera pero me ayudo mucho ahí en el ISRI…hasta que logre recuperarme.

Hacia la lucha armada…

Nos venimos a vivir con mi familia a San Salvador, y me dedique al trabajo clandestino del Partido. Me involucre en actividades orientadas a lo que luego serían las FAL. En la semana santa del 79, fui delegado al VII Congreso del PCS. Y fui electo como miembro del Comité Central y luego de la Comisión Política. Ya antes había estado participando en reuniones ampliadas del CC. Mi trabajo político era clandestino.

Ya antes, cuando estuve en el Comité Departamental del PCS en Santa Ana había trabajado con la Juventud, y me sentía cómodo con ellos. En Santa Ana tuvimos un grupo numeroso de Juventud Comunista, de JC, incluso yo atendía políticamente a una célula de la JC en el PDC, en la que estuvo Juan José Martel, eran cinco compañeros, y los capturaron y los torturaron luego de una movilización en el INSA.

Y entonces en el 78 iniciamos lo que serían los GAR y los GAP, incluso antes del VII Congreso. El congreso vino a respaldar estas iniciativas. Ya me había recuperado y hacíamos acciones de propaganda armada. Fui destacado por el Partido para este grupo de la JC que debía de empujar al propio Partido hacia la lucha armada y prepararlo para la guerra que se avecinaba…

Me dedique junto con un grupo de jóvenes que incluían a Ramiro, Miguel, etc., a la discusión sobre las modalidades que tendría el Partido en Guerra, que fue la caracterización que luego hicimos para definir el viraje del PCS hacia la lucha armada. Y como implementar este acuerdo trascendental del VII Congreso. El 24 de marzo de 1980, en una reunión de la CP en una casa que tenía en la Col. Zacamil, fue que le pusimos nombre a nuestro esfuerzo militar, se llamaría FAL y se creo su Estado Mayor, su estructura de dirección. Cuando salimos de la reunión escuchamos una noticia que nos conmovió a todos: habían matado a Monseñor Romero.

También pertenecía a la Comisión Nacional de Organización, la CNO, que dirigía el Viejo Neri, (Alfredo Acosta), que era también de la CP, y de la cual formaban parte Raúl Granillo, Julio Cesar Castro Ramos (Alejandro, originario de Chalchuapa) el Negro Pedro, y uno de los hermanos Chamorro de Quezaltepeque. Me correspondía atender Occidente. Y participaba de las reuniones de coordinadores departamentales junto con Hugo, que era el subsecretario general. Me acuerdo que por San Salvador llegaba el Tío Julio.

En septiembre del 79, me comisionaron para formar parte de un grupo que debía entrar en contacto con los militares golpistas. Estábamos Jorge Arias Gómez, Mario Aguiñada, Norma Guevara y mi persona. Nos veíamos con Majano, incluso le ayudábamos a moverse. Después le ayudamos a que saliera del país. Luego del golpe le acompañábamos a los cuarteles a las asambleas con los oficiales, lo hacíamos con la bandera del UDN.

Y así llegamos al año 80…en los primeros meses varios recibimos capacitación militar profesional en la Isla para asumir los nuevos desafíos. El primer contingente para la academia militar estuvo al mando de Lucio. Yo participe del segundo, en el año 81.

Para aquella época teníamos una oficina del Partido que funcionaba como una oficina abierta, con horarios de trabajo establecidos. Quedaba sobre la 2da. Avenida, cerca de Mejicanos. Ahí funcionaba el secretariado (Simón, Nando y el Viejo Hugo). Una vez le cayeron a la casa y se llevaron todo, el siguiente día cuando llegue encontré la puerta entreabierta, entre, y estaba solo, no habían dejado ni los clavos de las paredes, la habían vaciado, después descubrimos que los dueños eran de la RN y por eso le cayeron a la casa.

En agosto del 80 hubo una reunión de la CP que quedó grabada en mi memoria. Fíjate que nos informaron de Costa Rica que Simón había viajado a Cuba por un padecimiento y que estando allá, había sufrido un infarto y que era difícil que se recuperara…esto nos cayó como una bomba. Creo que hasta se me salieron las lagrimas…Fue un gran golpe, una gran sacudida, algo impensable…Y se generó una discusión, el primero que tomó la palabra fue J.J., planteo que dada la situación había que nombrar inmediatamente sustituto y se ofreció para asumir esta responsabilidad, ya que había que contar con una reserva inmediata. Imaginate. Hugo reaccionó planteando con firmeza que no debíamos de tomar ninguna decisión hasta no contar con mayor información. El Viejo Hugo se enfrentó y dijo que no era el momento y ese fue el acuerdo…

Somos ocho hermanos…

En mi familia somos ocho hermanos…yo soy el mayor, la mitad nos metimos en la guerra…mis hermanos de alguna manera fueron influenciados por la situación del país. Yo llegue por la ruta sindical y partidaria…tengo una hermana que participó a finales del 78 o principios del 79 en una Brigada del PCS que combatió en Nicaragua con los sandinistas contra la dictadura somocista. Y allá se quedó a vivir luego del triunfo, se integró al Ejercito Popular Sandinista, y alcanzó el grado de subteniente. A finales del 79 regreso al país para incorporarse a la lucha. Su primer pseudónimo era Beatriz y después fue Xaviera. Su nombre es Irma Deisy Acevedo Moreno. La desaparecieron, se la llevaron de una casa en la Metrópolis…

En Cerros de San Pedro

Regrese del adiestramiento militar a principios del 82 y fui enviado al campamento de las FAL ubicado en Cerros de San Pedro, San Vicente. El jefe militar era Roberto, un antiguo camarada de la Juventud de Santa Ana. Era ya otro momento, el momento de la guerra…

En el 83 me destacan en el cerro de Guazapa como Comisario Político. Y a finales de ese año nos movimos todo el Comité Central y Jefaturas Militares hacia Morazán, íbamos a reunirnos aprovechando una reunión de la Comandancia General del FMLN. Casi todos estábamos en el frente, me acuerdo que una de las discusiones giró sobre el cambio de estrategia militar. Íbamos a pasar de la concentración a la desconcentración. A fortalecer el trabajo de expansión en la periferia de San Salvador. A la creación de Comandos urbanos en la Metro. Y de fondo reactivar el trabajo de masas para acelerar lo que creíamos iba a ser la Insurrección Popular. No todo nos resultó, pero mucho nos resultó… Luego de estas reuniones regreso a mis tareas en el cerro de Guazapa.

A principios del año 85 se toma la decisión de enviarme a San Salvador. Tenía tres años de no estar en la capital…iba para conducir a nuestras unidades urbanas. Y entonces estaba aquí en San Salvador cuando a principios de agosto cae Hugo…y recibimos la orden del Mando de estudiar la posibilidad de sacarlo a él y a Nidia, que también había sido capturada. Y empezamos una intensa y agitada búsqueda de información y preparación de varias posibilidades de acción. Al final nos inclinamos por Inés Guadalupe.

Acordamos una reunión para decidir la operación y afinar los últimos detalles. La hicimos en la casa del Viejo Pío. Era una reunión de coordinación. Estuvieron Eduardo que recién ingresaba al país, Cesar que vivía en esa casa, Ramiro que vino de Guazapa, y este servidor. Cuando estábamos reunidos Pío y su hija Coni nos dicen que hay gente rara merodeando afuera y viendo para acá… Suspendemos la reunión y nos disponemos a salir. Avisen cuando este despejado le pedimos a Daniel y a Coni. Salimos con Ramiro, el toma por unas veredas hacia el río y yo bajo hacia una esquina que da a la calle a Montserrat y ahí estaban esperándonos, me capturan…Ramiro logró cruzar el río y escapó…

Me llevan a una casa, ya en el interrogatorio, me preguntan: ¿en esa casa donde estabas vive Cesar? ¿De ahí venís y no lo encontraste? ¿Donde se van a ver? ¿Cuál es el lugar del próximo contacto? Y se me ocurre decirles: -en la U vamos a vernos. Y sonríen y salen apresurados a buscar a Cesar. Ya lo andaban siguiendo. Cuando regresan sin nada yo me la sople, me cae gran talegueada…pero esto dio tiempo para que tanto Cesar como Eduardo pudieran irse de donde Pío sin problemas. Más que Eduardo andaba cargado de plata…sabían que algo se estaba planeando pero no tenían idea de que se trataba. Empieza el interrogatorio. Sacan un tarjetero, me buscan y me encuentran, con biografía y foto. –este sos vos mirá…a todos los tenemos. En realidad tenían mucha información.

-Sos hombre muerto. Llévemelo al Castillo. Me llevan directo al Castillo. A la sala de torturas. Y luego a la celda, en la pasada mi sorpresa es que veo a Nidia, le doy un fuerte abrazo y le susurro: -ya nos vamos ir de aquí…se me queda viendo sorprendida, pensando, a este loco lo traen ya. Pasan como quince días, estoy golpeado, vendado, todos los días del cuarto de interrogatorios a la celda. Y sucede lo peor para un torturador. Me quedo mudo debido a la humedad y me da alergia. No podía hablar…

Y como esto no les interesaba me mandan a la enfermería, y me quitan la venda de los ojos, veo que estoy en la enfermería, y alcanzo a ver a un miembro de la Cruz Roja Internacional y me le acercó y le digo: soy fulano de tal, me tienen detenido ilegalmente, me están torturando, informe a mi familia…Y llegan unos policías a tratar de quitarme y sigo gritando, me jalan los policías. El de la Cruz Roja me dice: tenemos quince días para asumir responsabilidad…

Fue mi salvación, a los tres días llegan delegados del CICR a buscarme a mi celda. Pude contactar con mi madre. Las torturas habían sido crueles, bárbaras…Y me envían para Mariona. Veo a muchos compañeros, una gran alegría. Estaba el Viejo Hugo que se me quedaba viendo como desconfiado. Cuando nos quedamos solos y platicamos le digo: no te preocupes, que ya nos vamos ir de aquí…y le conté acerca de la operación, que seguía su rumbo. Y entonces empezó a dar brincos en la celda. No dejaba de saltar de la gran alegría. ¡Ya nos vamos a ir…! Se comunico con el frente. Ramiro asumió la preparación y echamos adelante la operación. Y como es la vida, lo que preparamos para Nidia y para Hugo sirvió también para que yo saliera…

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Manipulación del planeta para, supuestamente, contrarrestar el cambio climático.

Manipulación del planeta para, supuestamente, contrarrestar el cambio
climático.
Freno a la geoingeniería
http://www.nodo50.org/ciencia_popular/

Blanquear nubes, fertilizar el océano, tapar el sol, inyectar
nanopartículas de azufre en la estratósfera, abrillantar los mares,
“sembrar” miles de árboles artificiales, plantar millones de árboles para
quemar como carbón y enterrarlos como “biochar”, invadir las tierras con
mega-plantaciones de transgénicos super brillantes para reflejar los rayos
solares…

Suena como lista de delirios, pero son algunas de las propuestas “serias”
de los que propugnan la geoingeniería como solución a la crisis climática.

La geoingeniería se refiere a la manipulación intencional de grandes
trozos del planeta para, supuestamente, contrarrestar el cambio climático.
Hasta hace poco era considerada ciencia ficción. Ahora, poderosos
intereses económicos y políticos, presionan por llevarla a la práctica. En
el último año, varias instituciones científicas de renombre –como la
Sociedad Real del Reino Unido– se han prestado a publicar informes sobre
geoingeniería, con escasa o nula participación de científicos críticos,
concluyendo que “se debe financiar con recursos públicos la investigación
y experimentación de la geoingeniería”.

Los científicos que promueven la geoingeniería, alegan que como los
políticos no se ponen de acuerdo para enfrentar el cambio climático, hay
que tener preparado un “plan B”. Reconocen que implica enorme riesgos,
pero según ellos, no hay otra salida.

Después del fracaso de la cumbre del clima en Copenhague, paradójicamente
provocado por los mismos gobiernos y empresas que causaron el cambio
climático, científicos provenientes de esos mismos países convergen en
decir que la democracia no es útil para enfrentar las crisis. Proclaman
que ellos tendrán que salvar al planeta y a la humanidad, aunque sea a la
fuerza y contra nuestra voluntad.

James Lovelock, famoso científico preocupado por el ambiente, declaró que
“habrá que poner la democracia en pausa” ( The Guardian, 29/3/10). Para
él, la única alternativa es manipular el clima con geoingeniería. Lo mismo
expresa el científico canadiense David Keith, que en enero 2010 publicó en
la revista Nature que urge “manejar la radiación solar”, inyectando
nanopartículas azufradas en la estratósfera, para que desvíen los rayos
del sol. Esto imitaría la nube que se forma en una erupción volcánica, y
quizá bajaría la temperatura global (teóricamente lo que sucedió con la
erupción del volcán Pinatubo en 1991). Tendría muchos y gravísimos
impactos y efectos colaterales no deseados, sobre todo en regiones al sur
del mundo, muy lejos de los países de Keith y Lovelock, pero como aclara
Keith “el manejo de la radiación solar tiene tres características
esenciales: es rápida, barata e imperfecta”.

Pese a eso, Keith aboga por experimentar con geoingeniería en campo a la
brevedad, sin que haya intromisión de Naciones Unidas u otro tipo de
supervisión multilateral, que solamente demorará lo que algunos
científicos y unos cuantos hombres ricos y empresas pueden hacer sin que
los molesten las instancias democráticas internacionales.

A principios de mayo 2010 salió a luz el proyecto de otros científicos,
financiados con dinero de Bill Gates, para experimentar el “blanqueo de
nubes”, inyectando agua del mar desde barcos no tripulados en una
superficie de 10,000 kilómetros cuadrados de océano.
(http://www.etcgroup.org/es/node/5138). Argumentan que es “barato” y
solamente un experimento. Pero en rigor, la etapa “experimental” no existe
en geoingeniería. Para tener algún efecto sobre clima debe ser a
mega-escala. Los que proponen blanquear las nubes para aumentar el reflejo
de la luz del sol, reconocen que habría que cubrir cerca de la mitad del
Océano Pacífico con barcos que lancen agua de mar a las nubes, para quizá
tener algún efecto sobre el clima.

No son sólo científicos los que proponen la geoingeniería. Ellos proveen
el discurso y las “capacidades” a los más interesados: grandes capitales y
transnacionales, sobre todo empresas que hasta ahora negaban el cambio
climático porque son los principales culpables (como petroleras, de
carbón, energía). Ahora ven en la geoingeniería no como plan B, sino como
plan A. Para ellos y gobiernos como Estados Unidos y Reino Unido, la
geoingeniería es la solución “perfecta” al cambio climático: no hay que
cambiar nada, se puede seguir contaminando y emitiendo gases de efecto
invernadero, porque podrían enfriar el planeta permanentemente, lo cual
además les reportará lucros adicionales. El discurso de que “todos” somos
igualmente responsables de las crisis climáticas y ambientales y que la
democracia no sirve, les viene de perillas para tener aún más impunidad.
Ahora hasta parece que nos están salvando.

Frente a estas tropelías, se creó en el marco de la reciente Cumbre de los
Pueblos frente al Cambio Climático en Cochabamba, la campaña “No manipulen
la tierra”, que ya cuenta con la adhesión de más de 100 organizaciones y
grandes redes internacionales de ambientalistas, campesinos, indígenas y
otras. La demanda central es prohibir la geoingeniería y cambiar las
causas reales de la crisis climática.
(http://www.nomanipulenlamadretierra.org/)

Un primer logro a nivel internacional, es que un cuerpo de asesoramiento
científico técnico de Naciones Unidas, acordó el 14 de mayo 2010, en
Nairobi, Kenya, recomendar al Convenio de Diversidad Biológica establecer
una moratoria sobre la geoingeniería, por los impactos que puede tener
sobre la biodiversidad y las formas de vida relacionadas a ella. Un primer
paso de una lucha que será dura, pero que cada vez cuenta con una
oposición mayor desde todos los rincones del planeta. (Silvia Ribeiro,
Grupo ETC)

http://www.nodo50.org/ciencia_popular/

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World Cup Inc. Tarjeta roja para la FIFA y las elites sudafricanas

World Cup Inc. Tarjeta roja para la FIFA y las elites sudafricanas

Patrick Bond
www.counterpunch.org

El Mundial empezó el viernes con un 1-1 entre el equipo local y México en el estadio Soccer City de Johannesburgo, y con el mismo resultado entre los EEUU e Inglaterra la noche siguiente (las dos en Occidente), junto al infame centro vacacional Sun City. Sólo la herida Alemania destacó realmente en el primer fin de semana, apalizando 4-0 a Australia, aquí en Durban.

El ruido de 40.000 vuvuzelas ─las omnipresentes bocinas de plástico de tres dólares─ es tan estrepitoso como se esperaba, pero para ser francos, la visión más tremenda es el ataque por conmoción y espanto de Coca-Cola: un ataque de histeria ultranacionalista consistente en lemas comerciales que inducen a agitar banderas del capital multinacional es lo más intimidatorio.

Aprovechando las débiles defensas legales y políticas de Sudáfrica, Coke registró las dos palabras open happiness y contrató al engolado cantante somalí K’naan para Wave the Flag, se llevó a artistas africanos de primerísima categoría, cargándose a los músicos locales, a los que dejó gruñendo por el inadecuado tratamiento que recibieron en el glamuroso concierto de inauguración del jueves en Soweto. Invitaron incluso al camerunés Roger Milla, que “cambió el mundo de la celebración de goles para siempre con su icónica danza de la bandera de córner” en el Mundial de 1990, como cursimente pretenden los publicistas de la página web de Coca-Cola. “La acción sigue con un montaje de jugadores haciendo alarde de sus movimientos, representando la evolución las celebraciones de sus goles, que llega hasta nuestros días. Un sonriente Roger Milla es el siguiente, contemplando la acción en la tribuna y bebiéndose una Coca-Cola; asiente con la cabeza en aprobación de las celebraciones de gol originadas por su danza”.

Embriagar tanto como es posible, no faltan los contragolpes culturales y análisis contrahegemónicos ( http://www.ukzn.ac.za/ccs tiene un observatorio diario del Mundial, adherido al Observatorio de Protesta Social). Al menos Coca-Cola no atrapará jamás al maestro del hip-hop de la juventud de Durban Ewok, cuyo Shame on the Beautiful Game constituye aquí un nuevo modelo de canción protesta. También tienen prohibidos a los 15 mayores artistas raperos que los pinchadiscos Magee y Nio reunieron con Funk Nouveau, de Brooklyn, el sello Blackler Mastering y el productor Eliot Leigh, y editaron Emile YX, que recuerda al grupo de Ciudad del Cabo Black Noise Crew: “nosotros pagaremos la factura para que ellos puedan patear la pelota”. Las fugas de capital en pago de la factura y en beneficios de la financiación del disco (un 30% mayores que en 2006) para la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) son sólo algunos de los conspicuos errores de nuestros gobiernos nacionales y locales. He aquí un paquete con las seis tarjetas rojas socioeconómicas del Mundial más dañinas y que valdría la pena revocar:

1) Prioridades dudosas y derroche;

2) Beneficios astronómicos para la FIFA y corrupción política;

3) Aumento de la deuda externa y de las importaciones en medio de penurias económicas generalizadas;

4) Incumplimiento de las promesas de redistribución de la riqueza desde las capas más altas a las más bajas;

5) Suspensión de libertades democráticas, y

6) Represión de la creciente protesta.

Considérenlas de una en una y ayúdennos a responder si un giro de 180 grados podría paliar el daño infligido.

De entrada, el derroche ha tenido su expresión más evidente en los estadios, incluyendo nuevos campos (en Durban, Ciudad del Cabo, Port Elizabeth, Nelspruit y Polokwane), además del despilfarro para la extravagante renovación del Soccer City. ¿Qué acontecimientos podrán llenar esas tribunas después del último partido de fútbol en julio? ¿Cuántos mandatarios tuvieron decepciones como la de Durban, esto es, que pujarían con éxito por los futuros Juegos Olímpicos? Esos elefantes blancos cuestan al Estado 3.100 millones de dólares en subvenciones. El más caro, 580 millones, es Green Point, en Ciudad del Cabo, con 65.000 asientos. Es estúpido y racista, pues el estadio existente en la ciudad de Athlone podría haber albergado las semifinales añadiendo asientos suplementarios. Pero, según el informe de la FIFA, “mil millones de espectadores no quieren ver ese nivel de chabolas y pobreza”.

El estadio de 70.000 asientos de Durban, Moses Mabhida, el “bolso de Alien” de 380 millones de dólares (según el humorista Pieter Dirk-Uys) es una delicia de visión, tanto más cuanto que mantiene alejados de nuestra vista y mente los enormes bloques de viviendas de la ciudad, las depuradoras de aguas, las centrales eléctricas, los hospitales, las escuelas y carreteras, así como el absurdo aumento de su coste (más de 225 millones de dólares). Es más difícil alejar todo esto de la vista en el estadio de al lado, Absa, campo del equipo de rugby Sharks, de 52.000 asientos y que podría haberse ampliado fácilmente. Los Sharks habían dicho que no tenían suficiente dinero como para trasladarse al Mabhida, debido a la carestía del alquiler, y espera una batalla de titanes en torno a la destrucción del viejo estadio para forzar la situación. Esta tarjeta roja podría levantarse mediante la imposición de una tasa sobre beneficios de constructoras destinada a equipamientos para ciudades deprimidas (incluyendo a sus campos de fútbol polvorientos y pedregosos).

La segunda tarjeta roja es por la cultura de la corrupción y el exceso de lujo de la FIFA en Sudáfrica, el país de mayor desigualdad del mundo. No se trata sólo de las insensibles peticiones de su jefe, Seep Blatter, tales como la instalación de nuevos y lujosos lavabos en uno de los más destacados hoteles de Sudáfrica. Están apareciendo informes de sobornos a jugadores, árbitros y funcionarios. Lord Triesman, que presidió la Asociación de Inglaterra de Fútbol y encabeza su candidatura para el Mundial de 2018, pretendía en una conversación telefónica pinchada, que España y Rusia están intentando pagar a los árbitros para amañar partidos. El periodista Declan Hill destaca que “la FIFA no ha hecho nada eficaz para detener este tipo de cosas”. Otra forma de corrupción incluye la pena de muerte impuesta a los denunciantes dentro de la propia empresa en la ciudad más oriental, Nelspruit: al menos ocho muertes sospechosas relacionadas con el estadio de 40.000 asientos Mbombela y una lista negra que señala profundas grietas en el partido gobernante. El segundo mayor problema de corrupción, como apunta el periodista británico y autor del apasionante libro Foul!, Andrew Jennings, es que “la indescriptible estructura que han instalado está diseñada para entregar el juego a las necesidades del capitalismo global sin controles ni restricciones”. “Sólo cheques”.

Esas fugas de capital son razón suficiente para una tercera tarjeta roja: el enorme importe de la factura, que en Sudáfrica hace subir la deuda externa a más de 80 millones de dólares. En acuerdos que Pretoria intentó esconder al diario Mail&Guardian, ha quedado ahora patente que la FIFA no sólo no pagará impuestos, sino que también los gnomos futbolísticos de Zurich pueden ignorar el control y las normas cambiarias de Sudáfrica.

Como los beneficios de la FIFA se calculan en más de 3.000 millones (sólo los derechos de emisión televisiva se han vendido por 2.800 millones), la exportación de fondos golpeará duramente al actual balance. Ya estamos al final del ranking de los mercados emergentes por esta razón, con lo que es probable que se produzca un crack monetario más pronto que tarde. Como hacía notar el financiero Trevor Kerst el mes pasado al considerar las subvenciones a los estadios, “la recuperación de esas inversiones en modo alguno está asegurada”. “En el marco de esas zonas de exclusión, sólo la FIFA y sus socios pueden vender cualquiera de los bienes; nada de esas ventas devengará para el Estado”.

¿Quiénes son esos socios? El Grupo de Apoyo Khulumani se unió a Jubilee South Africa para exigir indemnizaciones a las empresas que apoyaron al apartheid, un tema que está actualmente en los tribunales de los EEUU a través de la Alien Tort Claims Act. Khulumani ha iniciado su propia campaña para sacarles la tarjeta roja a las empresas patrocinadoras de los equipos alemanes y estadounidenses que aparecen en el sumario de causas pendientes de los acusados: Daimler, Rheinmettal, Ford, IBM y General Motors. “Socios” de la FIFA que compraron los derechos exclusivos para monopolizar el comercio en las ciudades sudafricanas durante las próximas cuatro semanas y que son Adidas, Coca-Cola, Air Emirates, Hyundai, Sony y Visa, mientras que los “patrocinadores oficiales” incluyen a Budweiser, McDonalds y Castrol. Peor, a la burbuja de la construcción que ha dirigido nuestra economía, igual que en los EEUU antes del crack. Nuevas infraestructuras en transportes de lujo, por ejemplo, juegan a cambiar el comportamiento de los ricos para que dejen el coche. Pero el tren rápido de 3.000 millones de dólares Gautrain cuesta a los pasajeros cinco veces más de lo que se había anunciado y, probablemente, no desplazará a los usuarios de Johannesburgo-Pretoria, gracias a los atascos de tráfico y a la escasez de parkings en las nuevas estaciones. Como apuntó el líder obrero Zwelinzima Vavi, Gautrain “no hace nada para quienes sufren realmente problemas de transporte, sobre todo los usuarios de lugares como Soweto y Diepsloot”. “En lugar de eso, detrae recursos que podrían mejorar la vida de millones de usuarios.” ¿Y qué decir del nuevo Aeropuerto Internacional King Shaka, de Durban, de 1.000 millones de dólares, cuando el viejo tenía sobrecapacidad hasta 2017 y el nuevo dobla la distancia y la tarifa del taxi desde el centro de Durban?

Levantar esas tarjetas rojas exige un replanteamiento total de la relajación de los controles públicos sobre el cambio y del gasto en infraestructuras de lujo. Reimplantación de controles de capital para detener la huida de capitales y subvenciones para servicios de edificación de nuevas viviendas en ciudades y zonas rurales son ambas medidas pendientes.

La cuarta tarjeta roja es por la falta de redistribución de riqueza hacia las masas, testigos de oportunidades desaprovechadas ─como la cutre muñeca mascota Zakumi, fabricada en jugueterías chinas, no de aquí─ y las brutales tácticas de desplazamiento utilizadas por los ayuntamientos. Los vendedores callejeros informales son violentamente expulsados de las inmediaciones de los estadios, así como los pescadores de Durban fueron desalojados a principios de junio de los principales muelles. Embarcaciones, turismo e instalaciones deportivas estaban pensadas para producir beneficios. Pero el presidente provincial de la Asociación Sudafricana de Fútbol de Ciudad del Cabo Occidental, Norman Arendse, confesó que el “nefasto” enfoque de arriba debajo de la FIFA ha dejado al fútbol local con simples “migas”. Más repugnante es nuestra traición a los niños de la calle. El 1 de abril de 2009, en la Cuarta Conferencia Sudafricana contra el sida, el representante de la ciudad de Durban prometió que “los niños de la calle no serán rápidamente expulsados de las calles de la ciudad en las furgonetas de la policía antes del Mundial de 2010 sólo para reaparecer milagrosamente cuando los visitantes hayan vuelto a sus casas”. Resulta que se reía de nosotros. La expulsión acelerada está en proceso y, como destacaba en febrero el director de la ONG Umthombo, Tom Hewitt, “alejar a los niños del Mundial no es proteger a la infancia, sino limpiar las calles”.

También están enojados con la FIFA y las elites locales del Mundial los organismos de prevención del sida, que intentan repartir preservativos, una idea rechazada por los gnomos de Zurich. Los ecologistas están indignados por el truco de la plantación de árboles offset para reducir el aumento del calentamiento global causado por el Mundial y de los que presumen algunos ayuntamientos. La tarjeta roja a los ayuntamientos no tiene por qué enseñarse si rectifican tales políticas y comunican urgentemente a la FIFA que las zonas de exclusión del comercio local están ahora dentro, y no fuera, de los estadios, de modo que los vendedores informales locales, los pescadores y los niños de la calle pueden proseguir con sus respectivas vidas. Al menos una auditoría, Grant Thornton, discrepa, alegando que puede esperarse en torno a 7.000 millones de dólares en productos derivados, incluyendo 415.000 puestos de trabajo y un gasto de los turistas de cerca de mil millones. Pero eso parece hacer castillos en el aire.

La quinta tarjeta roja es para la FIFA por absorción de la soberanía de Sudáfrica. Lo más escalofriante es que no sólo goza de total inmunidad “frente a todo tipo de proceso, demanda y costes relacionados (incluidos los honorarios de los asesores profesionales) que pudiere provocar o sufrir o con los que pudiere ser amenazada por otros”. Los periodistas que obtengan acreditación de la FIFA también tienen que prometer que no desacreditarán el Mundial con sus informaciones, so pena de ser expulsados. Bajo esa presión, no sorprende que las tres mayores cadenas de Sudáfrica hayan censurado durante las últimas semanas el magnífico documental Fahrenheit 2010 (pronto estará disponible en los EEUU con el título Who Really Wins [Quién gana realmente]). Además, un acuerdo oficial ratifica que Sudáfrica proporcionará una policía específica “para hacer cumplir los derechos de marketing, de emisión, de marca y otros derechos de propiedad intelectual de la FIFA y de sus socios comerciales”. Ahí parece, empero, que puede haber un margen de flexibilidad y que la tarjeta roja podría, ciertamente, recurrirse si hubiera una rectificación del militarismo estatal. En efecto, el viernes fue autorizada una marcha a Johannesburgo desde Soweto contra la FIFA ─inicialmente prohibida, como todas las protestas entre el 10 de junio y el 15 de julio─ , con la condición de que el Foro contra la Privatización aceptara no entrar en un área de menos de 1,5 kilómetros de la oficina central de la FIFA, en Soccer City. Lamentablemente, sólo cerca de 100 manifestantes expresaron su ira, un reflejo del estado de debilidad de la organización de la izquierda en el país con el mayor proletariado de África. Más tarde, el domingo por la noche, tras el partido Alemania-Australia, varios centenares de trabajadores de seguridad empezaron a rebelarse para reclamar el pago de la prima prometida. Sólo cobraban 27 dólares por 12 horas de trabajo; la subcontratación y la superexplotación han deteriorado las relaciones laborales en el a menudo peligroso sector de la seguridad. La policía arrojó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para disolver la protesta y aseguró que detendría a los cabecillas.

Otra prueba para el poder represivo es la marcha anti-FIFA del 16 de junio, conmemorativa de la rebelión de Soweto, que activistas del recientemente reconstituido Foro Social de Durban están preparando desde hace varias semanas. El 14 de junio esperaban que se les comunicara si la marcha al ayuntamiento ─ un par de kilómetros al sur del estadio Mabhida ─ sería autorizada. El día 13 comenzó en Ciudad del Cabo el “Mundial de los Pobres”, con una marcha anunciada para el 17 y en la que se amenazó con construir chabolas en las inmediaciones del estadio de Green Point.

No importa que los policías hayan estado campando por sus respetos más de lo que la izquierda independiente preveía. No obstante, una sexta tarjeta roja debería ser para la policía sudafricana sólo por su calentamiento represivo, empezando por la orden de tirar a matar dada en 2008 por el general Bheki Cele cuando era ministro de Seguridad en la provincia de KwaZulu, acelerado por las medidas drásticas contra los trabajadores en huelga y, a principios de este mes, por dos asesinatos de manifestantes trabajadores de servicios de reparto en un distrito segregado de Soweto (Etwatwa), al este de Johannesburgo, y de otros dos jóvenes en Phoenix, Durban, lo que provocó una manifestación contra la violencia policial.

La necesaria rectificación incluiría un alto el fuego formal de las fuerzas policiales, cuyas pistolas apuntan actualmente al pueblo. Para evitar la tarjeta roja (y la sangre del mismo color en las calles), los “securócratas” sudafricanos deberían ahora señalar con el dedo y emprender investigaciones contra los verdaderos delincuentes, los de Zurich, un perverso grupo mafioso cuyo alias es actualmente, por razones obvias, Thiefa [1]. O, para expresarlo más positivamente, como hizo el pasado 10 de junio el portavoz de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos, Castro Ngobesi, en una declaración oficial de ánimo a los bafana [denominación africana de la selección de Sudáfrica], “el partido inaugural debería servir de acto de resistencia al bárbaro, inmoral y explotador sistema capitalista, por un fútbol que por su naturaleza promueva formas de vida comunitaria y contenga elementos de socialismo”.

NOTA T.: [1] Apodo compuesto a partir de la paronimia entre el sustantivo thief (‘ladrón’) y la sigla FIFA.

Patrick Bond dirige el Centro para la Sociedad Civil, de Durban, dedicado a promover la memoria del mayor economista político del deporte que ha habido en Sudáfrica, Dennis Brutus (1924-2009). Brutus fue un veterano de la cárcel de Robben Island, crítico del deporte corporativo, FIFA incluida, y principal organizador del boicot olímpico de 1960 contra Sudáfrica, de la expulsión de ésta de la FIFA en 1976 y de las campañas antiapartheid en el críquet, el rugby y tenis de las décadas de los setenta y ochenta, destacado poeta e investigador literario, estratega del movimiento por la justicia global y, en el momento de su muerte, profesor honorario del Centro por la Sociedad Civil. Hasta su último aliento se opuso a que el Mundial fuera atrapado por un país que caracterizaba como apartheid de clase.

Traducción para www.sinpermiso.info : Daniel Escribano

Reflexiones sobre la Insurrección Urbana

REFLEXIONES SOBRE LA INSURRECCIÓN URBANA
RAFAEL MENJIVAR LARIN
ENERO DE 1983
I. INTRODUCCIÓN

Este documento-resumen pretende aportar una serie de reflexiones sobre el papel y las perspectivas de las insurrecciones armadas urbanas (TAU) en la fase final de nuestra guerra popular. La coyuntura internacional en los actuales momentos y la actitud del gobierno norteamericano en relación con las propuestas de conversaciones obligan, pensamos, a prevenir las acciones sobre la vía en la que hemos caminado.

Ubicar tal forma de lucha en la estrategia de la guerra popular prolongada y comprender objetivamente que en el seno de la unidad’ existen diferentes concepciones, bien definidas, sobre la insurrección nos permitirá no solamente ubicar la discusión en un plano más objetivo, sino readecuar nuestra táctica, en caso necesario, para obtener los resultados esperados.
Las polémicas sobre el tema estuvieron implícitas desde la segunda mitad de la década de los años sesenta, en la discusión sobre la estrategia general de la lucha revolucionaria, de la cual saldría nuestra organización. El estudio de los documentos, de las acciones mismas, del tipo de relaciones con los movimientos de masas, fueron mostrando de 1975 a 1979, y especialmente en San Salvador, las diferencias ya explícitas entre las diferentes organizaciones político-militares.

El surgimiento del DRU, que significó un paso importante hacia la unidad, no derivó y desde luego no podía esperarse hacia una unificación de criterios sobre ese problema central; por el contrario, en tal marco, dio lugar a agrias discusiones durante todo 1980 ante declaraciones y llamadas unilaterales a la IAU por parte de algunas organizaciones y, en la mayoría de los casos, tuvieron como efecto acciones políticas.

Dos casos o dos momentos reflejan claramente los efectos de tal divergencia de concepciones y las posibilidades de que una o más organizaciones arrastren a otra u otras. El primer caso fue la IAU a la que se llamó en enero de 1981, coincidiendo un llamado a la huelga general y a la ofensiva general. El segundo, menos marcado, fue el del 27-28 de marzo de 1982, con motivo de las elecciones. En ambos, y más claramente tomando el caso de San Salvador, pueden medirse los resultados de esas diferencias y la imposibilidad de aprovecharlas si se está ante un hecho cuya realización pueda estar fuera de nuestra voluntad política.

Este trabajo-resumen es resultado de un esfuerzo más amplio que nos permita acercarnos con más objetividad al problema. Algunos resultados de este proceso se concentran en documentos separados otros se encuentran en notas.

Utilizando como marco nuestro conocimiento general del proceso y de las discusiones sobre el tema, intentamos caracterizar primero, en términos conceptuales, las principales concepciones insurreccionales que estaban presentes en las diferentes organizaciones que conforman el FMLN; así era posible estudiar su actitud ante la IAU. Ello nos llevó al estudio de las tres grandes concepciones insurreccionales; la blanquista, la luxemburguista y la leninista. Estudiamos a partir de allí su influencia en diferentes momentos en América Latina, y sus formas de expresión o de influencia: tesis foquista, movimientos estudiantiles de finales de la década de los sesenta y principios de los setenta y las discusiones en torno a la interpretación de la concepción leninista.

Un tercer acercamiento, referido al caso salvadoreño, exigía revisar la experiencia histórica salvadoreña, la especificidad que tomaron las formas de lucha y las experiencias que cada uno de los momentos aportaba. En otras palabras: las grandes concepciones se derivaban de las experiencias de lucha popular de la clase obrera, a lo largo del siglo XIX, especialmente en los países europeos, que culminan con la revolución rusa, cuya experiencia es sistematizada en el movimiento internacional. En un segundo nivel y a partir de la revolución cubana, tales concepciones generales adquirieron formas específicas acordes con el desarrollo de la lucha de clases y las formas de lucha del pueblo cubano. Esta experiencia fue generalizada por la vía de la
teoría foquista para toda Latinoamérica, cuya evaluación ya se ha elaborado,
pero que dejó huellas en los movimientos posteriores. Un tercer nivel, el caso
salvadoreño, implicaba –repetimos- tomar toda nuestra experiencia de lucha a lo largo de la historia, las diferentes formas que asumía la lucha de clases y el propio desarrollo de la formación. Las diferentes interpretaciones de elementos particulares o específicos, teniendo como marco las concepciones generales sobre IA, llevaron a cada una de las organizaciones salvadoreñas a adoptar estrategias y tácticas para la lucha revolucionaria. Se trató de un camino lineal, lo cual se vio claro en las sucesivas divisiones de algunas organizaciones y en las cuales parecería que se mezclaban concepciones o elementos centrales de varias concepciones.

En el análisis de la experiencia salvadoreña, aun cuando se revisaron con base en los pocos documentos existentes las experiencias que parten de la insurrección nonualca, pasando por 1932 y las luchas obreras y magisteriales de los años sesenta, nuestro interés se centró en las experiencias a partir del golpe del 15 de octubre de 1979, y en un análisis lo más detallado posible incluso con nuestro desconocimiento de todos los elementos implicados, que podría sesgar nuestra interpretación de los dos momentos antes señalados.

El análisis de tales experiencias concretas, con el marco de fondo de nuestra concepción sobre la IA y la IAU, nos llevan finalmente a hacer reflexiones sobre el papel de esta última en la fase final de nuestra lucha, los elementos a tomarse en cuenta con base en las experiencias anteriores y los principios tácticos que, pensamos, deben estar presentes.

II. CONCEPCIONES SOBRE LA IA DE LAS DIFERENTES ORGANIZACIONES.

A partir del año de 1977, especialmente, se produjeron llamados a la insurrección en las principales concentraciones urbanas por parte de dos organizaciones, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y la Resistencia Nacional (RN). En muchos casos esos llamados condujeron a acciones concretas y, en otros, sus acciones se produjeron independientemente de tales llamados. Antes del proceso unitario podemos señalar el periodo que desemboca en el 28 de febrero de 1977 y las acciones insurreccionales realizadas en San Marcos y Mejicanos y varios intentos en Soyapango el 16 y 17 de octubre de 1979, en la coyuntura del golpe de 15 de octubre.

En el marco de la unidad se dieron discusiones sobre tal aspecto a lo largo de casi todo el año de 1980, una vez creada la DRU, especialmente ante los planteamientos públicos de la RN. Ello en gran parte incidió en su decisión de retirarse de aquel organismo.

Dos experiencias centrales ocurrieron en tal terreno, y ya en el accionar mismo dentro del marco de la unidad, que mostraron los distintos enfoques de las diferentes organizaciones, como ya se señaló: el intento insurreccional y la ofensiva militar de enero del 1981, en coordinación con una huelga general, y la del 28 de febrero de 1982.

La realidad ha ido encargándose de depurar las experiencias pero, como intentaremos mostrar, gran parte de las actitudes están en la concepción misma de la guerra para las diferentes organizaciones, especialmente en sus dos polos más fuertes: las FPL y el ERP.

Lo importante es que las acciones mencionadas ocurrieron como consecuencia de una concepción acerca de la IA que, equivocada o no, tiene incidencia sobre nuestra lucha. En tal sentido, no podemos ignorarlas y tenemos dos opciones: discutirlas ante planes concretos o asumirlas para efectos de nuestra propia estrategia.

Intentaremos revisar en forma muy esquemática, en este documento, los elementos centrales de la concepción de la IA de las diferentes organizaciones, y en tal marco la de las IAU, para luego intentar detectarlas en funcionamiento en enero de 1981 y marzo de 1983.

1. PARTIDO COMUNISTA SALVADOREÑO.

No obstante la resolución tomada por el PCS en su congreso de 1977 en el sentido de desarrollar la vía armada, su decisión de participar en la misma se produce hasta diciembre de 1979, cuando se dan los pasos preparatorios para la unidad de las fuerzas político-militares. Desde su reestructuración después de la insurrección de 1932, y hasta la fecha mencionada, mantiene lo que consideramos una mala interpretación de la concepción marxista-leninista de la insurrección, y una mala interpretación del desarrollo político del país.

La lucha armada, la insurrección armada, se diluyen totalmente en una estrategia permanente de acumulación de fuerzas que, con excepción del periodo 62-63 en que se crea el FUAR o acaso incluyéndolo por los resultados logrados, se nutre de una línea sindicalista, electoral y frentista. En el aspecto militar mantuvieron, y fundamentalmente como un aparato de autodefensa del partido, una estructura que en esencia corresponde a la que tradicionalmente mantenían los partidos comunistas “en ausencia de una situación inmediatamente revolucionaria” (Cf. “La dirección del Trabajo Militar del Partido”, en Neuberg: La Insurrección Armada); una comisión militar adjunta al comité central, comisiones militares adjuntas a los comités departamentales y comisiones militares en algunas ciudades principales.

No obstante la experiencia de 1932, se esperaba que la situación objetiva maduraría las contradicciones y en algún momento, por otra parte indefinido, se produciría lo que Lenin ha calificado como “situación revolucionaria.” Ese era el momento de preparar militarmente la insurrección armada. Si observarnos que, con diferentes justificaciones, sólo se trabajó con las clases y sectores urbanos, y especialmente el movimiento obrero, su empeño por trabajar el sector militar, más que en el marco de una estrategia revolucionaria con la idea de ir creando condiciones de trabajo del partido y descomposiciones por la vía de golpes, se nos queda fija la impresión de una idea deformada de lo que fue la revolución rusa de 1917, además aplicada a situaciones totalmente distintas en el tiempo y en la forma de la lucha de clases.

En efecto, Lenin, en todos sus trabajos de interpretación de los movimientos insurreccionales europeos, especialmente sobre la comuna de Paris y la misma revolución rusa de 1905 (Cf. La revolución rusa y las tareas del proletariado,
Plataforma táctica para el Congreso de Unificación del POSDR, La huelga política y la lucha callejera en Moscú, Las enseñanzas de la Comuna, etc.) plantea claramente la cuestión de la organización del ejército rojo. De ninguna manera puede derivarse de sus trabajos que el aspecto militar debiera cuidarse únicamente antes de iniciar la insurrección.

Desde 1906 por ejemplo, al estudiar los resultados de la insurrección de 1905, señalaba: “La tarea más urgente y central del Partido será preparar las fuerzas y la organización para la insurrección armada.” En diferentes formas esta cita, tomada al azar de La Revolución Rusa y las Tareas del Proletariado (Tomo X, p. 137-148), se encuentra en todos sus trabajos sobre el tema. Consideramos que, siguiendo a Marx, ésta era una de las leyes de la insurrección. Lo que es una especificidad de la revolución rusa por el propio desarrollo del movimiento revolucionario, por la propia dinámica de la lucha
de clases y por la situación misma aprovechada por los bolcheviques de la existencia de un gobierno de transición como el de Kerensky, es la posibilidad de crear los soviets entre los soldados y, derivado de ello, su participación como parte de la insurrección y como fuerza importante y determinante para el triunfo. No fue tal la situación de 1905, y para ello se preparaba Lenin; lo importante fue, ante la nueva situación, un viraje táctico en el que tiene como fondo todo el trabajo partidario. Pero no puede tomarse como una ley.

Los combates centrales en 1917 se dieron en las dos ciudades más importantes, incluso sin apelar a la huelga general, que sí se dio en febrero del mismo año. Pero el hecho de que la insurrección confluyera principalmente en Moscú y San Petersburgo no implica ignorar todo el trabajo en el movimiento campesino. En este sentido basta recordar que fue Lenin, precisamente pensando en las características de la formación soviética, el que
planteó la tesis de la alianza obrero-campesina, uno de los puntos que contribuyó a dividir a la II Internacional.

Nos parece que, hasta la fecha señalada, acompañada de ciertas concepciones y condicionantes internacionales mal interpretadas, lo que privó en el PCS fue una confusión entre lo que podríamos denominar las leyes generales de la insurrección y las especificidades que ésta ha adoptado en los diferentes países y momentos.

Pensamos que posteriormente, en un nuevo esquema de fuerzas, sus posiciones han cambiado sensiblemente, pero que debido precisamente a la estructura que condicionó su estrategia y táctica anteriores y a sus experiencias en ciertos campos de trabajo hay algunos aspectos que privilegia: las principales ciudades como puntos centrales de la lucha; la huelga obrera como forma que necesariamente precede a la insurrección, y el trabajo, con características muy especiales, en el interior del ejército. Otra observación
que debemos retener es su adecuada concepción en el trabajo de masas, aunque su estrategia disminuyó sensiblemente sus bases, excepto en el movimiento obrero. Incluso cuando sus posiciones coinciden con otras organizaciones en lo referente a la independencia o dependencia de los gremios, lo hace sobre otras bases y perspectivas.

2. EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO.

Sin el menor sentido peyorativo, podemos afirmar que en sus orígenes el ERP nació en el marco de una concepción blanquista, tamizada por la tesis foquista que prevaleció en otros países de América Latina en la década de los sesenta.

En efecto, su estrategia insurreccional se centró en la creación de un grupo guerrillero, al que se consideraba corno vanguardia política. Después de un periodo de acumulación de fuerzas militares y de golpes al ejército, el grado de contradicciones marcaría el momento de llamar a las masas a la insurrección armada.

La armamentización correría a cargo de la misma organización, y eventualmente de una rebelión militar.

En función de la anterior concepción surgen algunos ejes centrales de su estrategia y táctica:

a. Su proyección de llegar al contrario de lo planeado por nuestra organización únicamente a la constitución de unidades guerrilleras, en el plano militar, dirigidas por ellos. (4)
b. En determinada coyuntura, el pueblo proporcionaría las fuerzas de choque para el asalto al poder. Esto constituiría un hecho espontáneo, sin previo trabajo organizativo de las masas. En este sentido, su trabajo se redujo, igual que en la concepción foquista, a la constitución de núcleos aislados para aumentar la guerrilla de apoyo logístico, con acercamientos en función de lo militar.
c. Predominio de lo militar sobre lo político, negando -como una reacción contra el PCS y como una mal interpretación del luxemburguismo— la necesidad de un partido.

Pensamos que la confluencia de los puntos a y b, que en mucho se alejan de la tesis foquista, permite en efecto, el calificativo de “insurreccionalismo”.

Aparte del análisis de las acciones del ERP, especialmente de 1977 a 1979, y luego sus planteamientos y acciones al interior de la unidad, existen tres documentos que nos permiten ubicar sus posiciones sobre la IA y la IAU: El primero, que debe ser interpretado teniendo en cuenta la coyuntura de la RN: Por la lucha proletaria, publicado en Costa Rica posiblemente en 1977; el segundo, la autocrítica del ERP, que circuló en un manuscrito ese mismo año, y el tercero, el más importante para su posición actual, la entrevista realizada por Marta Harnecker a Joaquín Villalobos (separata de Punto Final, edición 204, nov-dic/82), en la que se confirman nuestras apreciaciones en torno a las acciones del ERP y pueden derivarse posiciones futuras.

Sólo en lo que interesa y como una forma de rastrear los cambios en su concepción citaremos algunos párrafos del primer documento mencionado. Nuestro interés se centrará en el último. Repetimos que se trata de una crítica-autocrítica de la RN, a un año de su escisión del ERP:

“Caímos pues en el error de un desarrollo orgánico en una sola dirección: la construcción militar, abandonando la construcción del trabajo político en el seno de las masas y en el seno mismo del ERP (p. 5)

Poco a poco va cobrando forma ese sentimiento de desprecio respecto al trabajo político y de masas al cual se le identifica con la desviación revisionista de derecha que habíamos criticado al PC y que constituía la negación primaria para nuestra afirmación y existencia. (p. 5).

El estilo federativo y la carencia de una concepción estratégica unificada hacen que, según la agudización de las coyunturas en el proceso, se busque “incidir” desde la vanguardia. Esto propició la profundización mayor del guerrillerismo, no habiendo vinculación permanente con las masas, alejadas de la práctica política y encaminadas en la práctica militar, “la incidencia” del ERP en las coyunturas se traducía como respuestas militares de núcleos aislados de la masa, frente a las embestidas del enemigo de clase. (p. 8).

…profundizando (una de las tendencias) el simple activismo, el guerrillerismo, pretendiendo incorporar a las masas a través de un proceso antidialéctico en el que el pueblo, sin problemas pasaría de sus condiciones de pasividad, neutralización y concepción reformista y revisionista, a empuñar las armas y asaltar al poder político… Desde esa concepción, cualquier coyuntura de agudización de la lucha de clases era propicia para el asalto armado de las masas conducidas por el ERP, hacia la toma del poder. (p. 12, subrayado nuestro)

Toman una serie de medidas aceleradas en relación a “preparar las condiciones de la insurrección’ y van militarizando cuanto pueda a su alrededor. (p. 16, subrayado nuestro)

Lanzan la tesis insurreccional corto-placista y blanquista, pretendiendo centrar la lucha ideológica en torno a decir “sí o no” a dicha tesis, negando rotundamente la necesidad de la concepción estratégica, con el argumento de que ello indica tendencias intelectualizantes desviadas de la práctica concreta y, de paso, utilizando la aceptación o rechazo a sus tesis insurreccionalistas como un termómetro para “medir” el grado de decisión o vacilación de la militancia… (p. 19)

Las anteriores citas muestran claramente la concepción “insurreccionista” en la tendencia que luego configuró el ERP, al separarse la RN. Elementos centrales de su concepción:
a. Desarrollo de unidades guerrilleras, no de un ejército revolucionario.
h. No profundización en el trabajo de masas, sino en el sentido de núcleos que alimentan la guerrilla y otros que cumplen funciones logísticas.
e. Aprovechamiento de cualquier coyuntura para llamar al pueblo a la insurrección armada bajo la dirección del ERP.

En mayo de 1975 se produce la división en el interior del ERP, y nace la RN. Los actos posteriores no indican un cambio en la concepción del ERP.

En el marco de las elecciones de febrero de 1977 y en los sucesos post-electorales ante el nuevo fraude a la UNO, el ERP ve condiciones para su llamado a la insurrección en San Salvador. En efecto, de acuerdo con su concepción, ve la oportunidad de dirigirla con sus cuadros guerrilleros a partir de las concentraciones populares y luego la toma del parque Libertad. La experiencia la conocemos: ante ella, el ERP ve la necesidad de ampliar su influencia en las bases y crea las Ligas Populares “28 de Febrero”, y su mayor influencia la ejerce sobre las Ligas Populares Campesinas, especialmente de la zona de Morazán y otros sectores de Oriente, donde ya venía trabajando, pero con la concepción antes señalada. Influye otros sectores: estudiantes, colonias marginales. Pero pensamos que su concepción continuó siendo la misma en relación con las masas: organizarlas en función fundamentalmente de lo militar.

El mismo esquema, que reproduce su concepción, se repite los días 16 y 17 de octubre de 1979, después del golpe militar del 15, en San Marcos, Mejicanos y Soyapango. En el mismo momento hacen llamados a la población para insurreccionarse y comienzan entregas de armas para tal propósito. Conocemos igualmente los resultados.

Pensamos que, ya en el interior de la unidad, en el intento insurreccional de enero de 1981, vuelven a repetir el esquema que nutre su concepción: la idea de que el pueblo se insurreccionará espontáneamente, y que para dirigirlo sólo es necesario un grupo que lo dirija. Ello lo veremos con más detalle posteriormente, al evaluar rápidamente la experiencia. A partir de tal momento, retiran sus cuadros de la ciudad, suben todos ellos a la estructura militar y se retiran de las ciudades para concentrarse en Morazán. La experiencia produce un cambio importante en su estrategia, mas no en su concepción insurreccional. Y aquí entramos al análisis del último documento mencionado, que tiene relación tanto con su posición anterior como con las perspectivas de una insurrección urbana.

El importante cambio que mencionamos es su decisión de construir un ejército. En la entrevista mencionada, Villalobos, ante una pregunta de Martha Harnecker, contesta:

Las condiciones nos impusieron tener que pasar a construir un ejército. Cerrada la alternativa insurreccional se nos impone la necesidad de lograr un mayor desgaste y mayor resquebrajamiento del ejército en el campo meramente militar, lo que nos obliga a afinar nuestras estructuras militares… (p. 6, 2a columna)

No obstante, el 28 de marzo, ante las elecciones vuelven a hacer un llamado insurreccional después lo desmintieron dentro de la misma concepción.

La entrevista señalada muestra que, en esencia, su concepción insurreccional se mantiene, sólo que ahora parte de posiciones militares más fuertes con la creación de un ejército revolucionario; muestra igualmente que su concepción sobre las masas y su papel no ha sufrido cambios substanciales, que lo que se requiere es “motorizar” la insurrección de las masas o provocar rápidamente su insurrección.

Considera que en El Salvador no era imposible una insurrección. “Lo que pasa es que perdimos el momento propicio”, que, considera, se ubica en los meses de marzo, abril y mayo de 1980 en función de varios elementos, incluso de la burguesía, susceptibles de hacer alianzas; era el “mejor momento” de los militares jóvenes que creyeron honestamente en el golpe del 15 de octubre, lo que permitía conspirar en los cuarteles y, por otro lado, el movimiento de masas con las movilizaciones y huelgas. Piensa que, en este periodo, “con mil hombres armados nosotros hubiéramos podido insurreccionar a las masas y quebrar el ejército”. Su razonamiento es que para enero de 1981…

…el movimiento revolucionario de masas va siendo sometido cada vez más a un desgaste mayor sobre todo en las ciudades (…) y el movimiento revolucionario no tenía una suficiente presencia militar que permitiera la expresión insurreccional de las masas (…) Ya las masas exigían de la vanguardia un mayor nivel de presencia y calidad militar para poder pasar a expresarse en una lucha de características más definidas…

Piensa que en 1981…

…dada la situación de desgaste de las masas (…) necesitábamos un aparato armado más fuerte y desarrollado que el que hubiéramos requerido en mayo de 80. (…) Hubo momentos en la capital, durante el periodo de enero-febrero-marzo de 1980, en los cuales el ejército, con toda la fuerza que tenía, no era capaz de controlar el movimiento de masas; y las masas estaban desarmadas.

Ante ello, Martha Harnecker hace una pregunta: ¿No era capaz o no había decidido emplear el terror? Su respuesta: que “no era capaz de acabarlo de un golpe… y el enemigo necesitó más de un año para desgastar ese movimiento y colocarlo en un punto en el que logró agotarle sus posibilidades insurreccionales, por lo menos en las ciudades.”

Entre los elementos que considera determinantes para la insurrección de las masas era “provocar la insurrección de las masas con un poder armado mínimo” en tal momento, y “la desarticulación del ejército [mediante sublevaciones que es un elemento que sin duda motoriza la insurrección de las masas”. (Subrayados nuestros. p. 3, 2.)

Pensamos que en lo anterior hay un enfoque unilateral del momento insurreccional, al valorar únicamente lo que podríamos llamar el ánimo insurreccional de las masas en el marco de una situación revolucionaria. Por otro lado, la concepción de derrotar al enemigo con un reducido poder militar o en ausencia un ejército revolucionario y la creencia en la espontaneidad. Ello independientemente de sus valoraciones sobre el primer aspecto.

En cuanto a la concepción de masas:
a. Pregunta de M. H.: ¿Por qué necesariamente tenían que moverse con masas [ante los cercos militares]? Respuesta: “Porque de ellas dependíamos. O sea nosotros en esa retaguardia sin las masas no hubiéramos tenido la mayor posibilidad, ni de contar con reservas humanas ni de contar con abastecimientos…” (p.8,2)

b. “Yo creo que hay dos elementos importantes que señalar. Uno, el problema de que esa ligazón del movimiento revolucionario de las masas, si bien tiene en el contexto global un efecto positivo y le permite sobrevivir, también tiene un efecto negativo: la dispersión del poder armado del movimiento revolucionario que incide en el retraso de la creación de sus fuerzas operacionales estratégicas”. (pp. 8 y 9)

c. En relación con el 28 de marzo indica las diferencias de valoración de las organizaciones, pero señala como objetivo posible “una victoria militar en un punto del país que fuera capaz de desencadenar un movimiento insurreccional en ese punto y, si era posible, de ahí derivar a otros puntos… Lo importante era tratar de dinamizar el movimiento de masas urbano mediante una acción victoriosa cuyo diseño fundamental debía ser militar…”

En cuanto a las perspectivas, no las plantea en forma clara. “¿Cuál será la forma se pregunta en que las masas participarán en la fase final de la guerra? Sobre esto es difícil hacer un pronóstico. Primero hay que repetir que las masas nunca han estado ausentes del proceso revolucionario, que sin éstas jamás habríamos logrado crear el poderoso ejército popular con el que contamos en estos momentos. Ahora, si las masas se van a manifestar en ese momento en forma insurreccional o en forma de una huelga general, o a través de una incorporación masiva al ejército revolucionario, eso está por verse.” (p. 24, 3)

Pensamos que continuarán actuando en busca de una fase final y en busca de la insurrección urbana, con el mismo marco conceptual. Esto explica su posición permanente de llamado a las insurrecciones, sin la debida preparación, sin el cumplimiento de condiciones necesarias, ante cualquier coyuntura, y la espera de una respuesta espontánea de las masas, o intentando arrastrar a las que siguen otra línea política, otra concepción.

3. LA RESISTENCIA NACIONAL.

En junio de 1976 en su periódico “Por la Causa Proletaria” (citado en recopilación publicada en Costa Rica, ya mencionada), la RN define su estrategia. En la parte dedicada a “Teoría militar de la Revolución Salvadoreña”, plantea la relación que ven entre “guerra revolucionaria y la insurrección” (p. 38 y ss). Al definir su concepción militar, definen la guerra revolucionaria como “una guerra del pueblo y una guerra prolongada” (p. 38).

“Nosotros separamos los términos de guerra revolucionaria y de insurrección, porque ambas siguen leyes distintas en una lucha de clases nacional… Separarnos guerra revolucionaria de insurrección, porque ésta tampoco se genera espontáneamente, ni es producto exclusivo de la incidencia de la acción guerrillera en la lucha de clases. La insurrección necesita fundamentalmente bases políticas y bases militares que la originan y éstas se desarrollan sólo por medio de un movimiento de masas que va radicalizándose hasta desembocar en la insurrección local, regional o nacional, según las formas de organización y las formas de combate que adquieran, obedeciendo a leyes particulares del desarrollo de la insurrección, que son utilizadas dentro de una estrategia o táctica militar concretas. La insurrección es un acto de violencia revolucionaria, donde amplios contingentes de las clases explotadas y oprimidas participan en la toma del poder local, regional… En nuestra concepción están separados los términos de guerra revolucionaria y de insurrección, porque sabemos que son diferentes en su origen, desarrollo y aplicación, pero sabemos que guerra revolucionaria e insurrección deben ser adecuadamente combinadas, según los momentos políticos y militares. Ambas juegan, en la lucha de clases, un papel importante para avanzar consolidar los triunfos revolucionarios de las masas… La combinación de la guerra revolucionaria con la insurrección armada de las masas es un elemento de nuestra estrategia militar que tiene su aplicación táctica según el momento político y militar y según la específica correlación de fuerzas que se presentan” (pp.39-40)

Consideramos que en su estrategia no se logra definir claramente la relación entre ambas. Aparecen en algunos momentos como planes paralelos, con leyes distintas, sin integrarse en la guerra reglamentaria como totalidad, en sus diferentes formas de lucha.
En 1977, ante el intento insurreccional del 24 al 28 de febrero del ERP, y sin mencionarlo expresamente, señalan a modo de crítica:

“La experiencia más aleccionadora ha sido la pre-insurrección en San Salvador, que ha sido un ensayo improvisado, que nace de una lucha democrática electoral. En esta acción organizada en sus primeros pasos iniciales tuvo como elemento técnico determinante la barricada para obstruir las calles aledañas a la plaza Libertad. La acción se puede denominar toma de una plaza. Las acciones se limitaron al uso de la barricada para ocupar áreas urbanas y controlar paramilitarmente esas áreas, con rústicas formas de organización miliciana.

Quienes estudian el problema de la insurrección, y según la norma leninista, recordamos que con la insurrección no se juega, y que una vez iniciada hay que llevarla hasta el fin… En ese sentido quienes decidieron la toma de la plaza, pese a que había militares, pero de cuartel, sólo vieron el alarde propagandístico y no vieron el problema de organización militar de las masas, y es por ello que jugaron a la insurrección y jugaron con las masas. Dieron el amagón de rebelión y se retiraron…” (57-58).

Con esta posición se plantearon las tareas de creación del partido como núcleo del futuro partido revolucionario, que resultaría de la unidad y que hegemonizarían (pp. 71, 87), la construcción del ejército y el trabajo de masas (FAPU).

En 1980, en torno a su concepción de alianzas, a la constitución con base a ellas de un gobierno distinto al GDR adoptado por las otras fuerzas, a un programa diferente a la plataforma programática del GDR, y posiblemente con base en las expectativas sobre las contradicciones en el ejército, jugaron a la insurrección. En enero de 1981 actúan sobre San Salvador en tal línea, bajando de Guazapa, igual en marzo del 82.

Posteriormente continúan en tal dirección, acercándose cada vez más a la línea del ERP.
Pensamos que su conducta en el futuro estaría determinada precisamente por la del ERP.

III. DOS EXPERIENCIAS INSURRECCIONALES EN EL MARCO DE LA UNIDAD.

Antes de iniciar una valoración general de las experiencias de enero de 1981 y de marzo de 1982 en San Salvador, es necesario hacer algunas aclaraciones.

La primera, lo aproximado de la misma e incluso la posibilidad de una mala interpretación de los hechos, por no contar con todos los elementos necesarios. Esta se ha hecho, podríamos decir, con una visión externa, aunque después de estudiar los acontecimientos, sus diversas interpretaciones y de haber tenido conversaciones con cuadros participantes o simples observadores. Se hace necesario, entonces, agregar los elementos que falten para lograr una interpretación más fina o adecuada.

La segunda es la intención, al igual que lo hace Cayetano Carpio para el caso de 1932, de estudiar sobre todo las debilidades, para “extraer las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual” (Debilidades del Movimiento Revolucionario del 32 en El Salvador, p. 48.)

1. LA INSURRECCIÓN DE ENERO DE 1981 EN SAN SALVADOR.

Al observar los intentos de insurrección, coordinada con intentos en otros centros urbanos, con la ofensiva general y con la huelga obrera, se tiene la impresión de que la misma fue la negación de las estrategias de las diferentes organizaciones.

En nuestro caso, nuestra estrategia no excluye las insurrecciones parciales, ni la general como concomitante de la guerra político-militar. No hacemos de la guerra revolucionaria e la insurrección planos paralelos, con leyes distintas que deben unirse a voluntad; lo hacía ambiguamente la RN en sus planteamientos. Al contrario que el ERP, no consideramos como un momento insurreccional cualquier coyuntura, no creemos en la espontaneidad de las masas sino en el trabajo organizativo permanente por la vía del partido, “no jugamos con la insurrección” y. desde la definición de la estrategia de guerra popular prolongada, estaba previsto el paso de la guerrilla local a la regional y a la construcción del ejército revolucionario, el frente democrático, el gobierno popular revolucionario (Ver Estrella Roja) (6) Recogiendo la experiencia marxista-leninista, podríamos resumir nuestra posición en relación con tal forma de lucha, con las especificidades propias de nuestra guerra, de la siguiente forma:

Se debe llamar a las masas a la insurrección cuando la coyuntura local y general es la más favorable para el éxito, cuando la correlación de fuerzas está en favor de la revolución, cuando hay esperanzas de apoderarse del poder, si no en todo el país a la vez, por lo menos en algunos centros capaces de servir como base al desarrollo de la revolución. (Caso de Chalatenango, Cabañas, etc.)

No pensamos entonces, como lo considera el ERP, que el momento hubiese pasado. Pensamos (La insurrección de octubre) que “la insurrección en cuanto a sus posibilidades de éxito, puede representarse como una curva ascendente que se aproxima al punto ideal culminante; o corno una curva descendente si la relación de fuerzas no ha podido modificarse radicalmente todavía.”
Estábamos, en efecto, en enero de 1981, en una curva ascendente en lo relativo al ánimo insurreccional de las masas, pero con deficiencias aún en la construcción del ejército y en el desarrollo del partido, elementos que en nuestro caso, el del país, son determinantes. Necesitábamos un poco más de tiempo, pero nos fuimos en el proceso; fuimos arrastrados por la coyuntura.
El ERP y la RN, por su lado, niegan su carácter insurreccionalista, al no tener lo que podríamos llamar un plan insurreccional preciso. La detienen en los hechos al no tener la organización necesaria para la insurrección.
¿Por qué ocurrió esto? Consideramos que la elección del momento se hizo en función, no dç los ritmos mismos del desarrollo de la €risis, sino, en gran parte, y dentro de la complejidad internacional, de un elemento externo: adelantarnos a la llegada de Ronald Reagan al gobierno de Estados Unidos, elemento condicionante, pero no determinante. En el caso del ERP y la RN se sumó otro elemento que no estamos en capacidad de ponderar suficientemente: la sublevación en cuarteles, sólo producida, con problemas, en Santa Ana.
Es importante acercarse a la experiencia en tres niveles:
—El ánimo insurreccional de las masas y de las clases y capas sociales.
—La aparente concepción con la que se enfrentó la insurrección en San Salvador en el marco general de la guerra.
—Los aspectos organizativos.
A. ÁNIMO INSURRECCIONAL DE LAS MASAS, CLASES Y CAPAS SOCIALES.’
Veamos algunos antecedentes al momento.
Observada por analistas políticos, la huelga de 48 horas del 24-25 de junio de 1980 constituyó una de las expresiones más nítidas de la madura-

ción objetiva y subjetiva de una situación revolucionaria (cf Gilly, A.: Guerra Política en El Salvador). En tal momento se veía que la “huelga no pretendía sustituir a la insurrección, ni poner de rodillas al Estado represor mediante la sola preparación del trabajo”. Pretendía, por el contrario “continuar la
preparación de masas para la insurrección”. Ella demostró una vez más “la capilaridad y la extensión de la autoorganización de las masas en múltiples organismos de base”. Esta huelga era igualmente contemplada en relación con una insurrección popular, como elemento articulador en la experiencia hacia el triunfo. Se comparaba —lo cual indica la concepción— con los casos de Saigón en 1975, Nicaragua en 1979 o Irán.
La huelga de los días 13, 14 y 15 de agosto, tuvo otras características, “de acuerdo al nivel y a las formas de lucha de clases en el país” y, como el mismo analista consideraba —opinión que compartimos— se trataba de “una huçiga límite, situada entre la huelga general clásica4 como la de junio, y la huelga insurreccional que aún no ha comenzado”. (p. 117)
La próxima huelga, articulada perfectamente con las otras formas de lucha, estaba llamada a iniciar la insurrección popular, y hacia ello habían venido haciendo su experiencia las organizaciones de masas.
En el ínterin —entre junio y enero— ocurrieron hechos que incidirían en
ofensiva de enero vista como totalidad. En lo que se refiere a la huelga-insurrección: la represión contra los movimientos de masas, especialmente contra su dirección y contra las organizaciones sindicales participantes en la huelga anterior y la decisión -RN y ERP— de subir sus cuadros a la estructura militar, sustrayéndolos del trabajo de masas.
En nuestro caso, dos errores posteriormente reconocidos para efectos de corrección en el interior de la organización: subir cuadros de masas a estructura militar para desarrollar aceleradamente la construcción del ejército, en un marco de poco desarrollo de la estructura partidaria y del trabajo celular, con predominio de una estructura burocratizada, más gremial que partidaria, y que dejaba al margen a las estructuras partidarias regionales. El segundo, consecuencia de lo anterior, haber militarizado la estructura, lo que determinaba una dirección unilateral en las iniciativas, con lo que se pierde la iniciativa que requieren los organismos de base en los momentos insurrec
cionales. – Más que errores, los anteriores hechos fueron resultado de los ritmos propios de la crisis y de las inmensas tareas simultáneas que había que enfrentar. Entre los amis 1975 y 1979 el trabajo prioritario de la organización se orientó al desarrollo y consolidación del frente de masas por la vía del BF-’R. El intenso trabajo, por un lado, y la dinámica misma llevó, más que a la creación de un movimiento celular intenso entre las bases, a desarrollar estructuras de tipo gremial. A partir de 1980 la realidad imponía enfrentar la creación del ejército revolucionario en forma acelerada, a partir de la guerrilla

local, regional y de las milicias. La ofensiva —cuyo momento, hemos señalado, no se correspondía con el desarrollo mismo del proceso revolucionario, sino en gran parte con un elemento externo— determinó la conversión de las instancias superiores de dirección en prácticamente estados mayores, y a una militarización de la estructura toda.
Otros elementos incidieron en el ánimo mismo: la muerte de los compañeros de FDR, el 27 de noviembre de 1980, y la exclusión y renuncia de Majano de la Junta, conociéndose a nivel popular su permanencia, en forma clandestina en el país.
Existía un ánimo insurreccional claro y la espera, especialmente en los cuadros de base de la CRM y de la ciudadanía, de las respectivas órdenes. Había un trasiego, por otro lado permanente, de cuadros de trabajo de la CRM de uno a otro lugar en las áreas urbanas.
Tanto la población favorable a las posiciones revolucionarias, como la que se inclinaba por la derecha, se preparaba para el momento. Fueron evidentes las reuniones en barrios de la burguesía preparándose para acumular bienes de consumo y para resistir armadamente. Igual sucedía en los barrios obreros. Las hojas con indicaciones para el momento no sólo circularon provenientes de la derecha y de la izquierda, sino de la embajada norteamericana misma para sus ciudadanos residentes.
Nos encontrábamos, a nuestro juicio, en la curva ascendente del proceso en lo que se refiere a la insurrección en cuanto a disposición de las masas, pero con problemas en otros aspectos, que repercutieron en la misma y que sobre todo indicaban una carrera contra el tiempo en la consecución de los elementos ausentes, una vez fijada la fecha.
Un problema: la unidad y. dentro de ella, las diferentes concepciones sobre la conducción ‘misma de la guerra y las características mismas que asume el desarrollo de cada una de las organizaciones. No fue el caso, por ejemplo de Nicaragua, donde, corno ha señalado Humberto Ortega (50 tiñaS de lucha sandinista), “sin la unidad de los sandinistas hubiese sido difícil recoger y sintetizar en una sola línea política práctica los logros que hasta entonces habían acumulado históricamente las distintas tendencias” (p. 50). Tenemos entendido que nunca hubo una confrontación en tal campo, y cada organización por sepamdo desarrollaba su parte, llevando sus informes a diferentes niveles
No es claro, por lo menos para nosotros, el papel que en el pian global jugaba San Salvador u otros centros urbanos importantes. Aparece claro, o por lo menos así nos parece, que en el caso del ERP se moverían fuertes unidades militares desde Morazán, que vendrían en su camino hacia la capital tomando pueblos hasta llegar a San Salvador, donde suponían que habría una resistencia de la población ante los militares y algunas sublevaciones en el ejército. Algo similar a lo que se esperaba del Frente Sur en el caso nicaragüense.

En nuestro caso, sin conocer el plan desde luego, la impresión que se tiene al estudiar el problema es que nos moveríamos dentro de una concepción de insurrecciones parciales en todo el país, lo que fortalecería la de San Salvador. Cada una de estas ciudades —aparentemente— tendría su propia dinámica, y el lazo entre todas estas insurrecciones serían las Unidades de Vanguardia.
Por otro lado, excepto en algunas ciudades como Metapán, Chaichu apa y Santa Ana, no es claro el propósito de combinar fuerzas. Cada organización actuaba con las que dispusiera en ellas.
Veamos la parte operacional en San Salvador. Hubo una división artificiosa del trabajo entre las diferentes instancias: la CRM coordinaría y desarrollaría la huelga general, que marcaría el inicio de la insurrección; el FDR llamaría a la huelga y se encargaría del problema de alianzas y acuerdos con sectores expresados en organizaciones gremiales o políticas (gremios de pequeños y medianos empresarios, sectores univetsitarios, partidos políticos, iglesia, etcétera); las milicias se encargarían de los aspectos militares- políticos de la insurrección.
La CRM, por lo que sabemos, no llegó a tener un comando central de huelga. Siguió funcionando como un nivel de representación en el que cada representante informaba, sin poder de decisión. Ello tuvo sus efectos: la huelga no comenzó simultáneamente, sino que el inicio se arrastró a lo largo de tres días; no se coordinó un plan con las milicias en cuanto a la acción de los obreros en sus lugares de trabajo, o ver si se sumarían a la insurrección en sus lugares de vivienda. En todo caso, los lugares de vivienda no siempre coincidieron con los puntos o barrios donde se iniciaría la insurrección.
El FDR no tenía siquiera un lugar de permanencia señalado y sus miembros quedaron aislados y sin el menor enlace con los otros organismos.
Las milicias trabajaron intensamente en la preparación de la insurrección, pero pareció perderse el canal de órdenes para la acción.
No había, pues, comités por sector, y no se vio la existencia de un comando o comité central que coordinara y dirigiera cada una de tales instancias y las diferentes áreas de acción: un estado mayor para la ciudad complementado con el trabajo político. La dirección y coordinación quedó muy lejana y en abstracto: la DRU.
No se hizo evidente en la acción la existencia de un plan insurreccional para cada una de las ciudades. Cada una constituyó un problema con sus propias especificidades, y no hubo solución a problemas prácticos: recoger inventarios de recursos, puntos prioritarios a atacar y la acción después de lo que podríamos llamar la primera fase de la insurrección, que implicaba el elemento sorpresa. Esta ha sido la experiencia de otras insurrecciones, que no se correspondió con la nuestra, en tanto a nivel público se movieron y se conocieron las fechas. No puede esconderse, desde luego, el periodo, pero deben mantenerse las fechas en el máximo secreto.

Los organismos se simplificaron al mínimo, como en el caso de la propaganda, que se diluyó en los barrios, lo que impidió el lanzamiento de consignas que señalaran las tareas de cada momento. En el plano militar faltó
definición exacta de las zonas de la ciudad donde se iniciaría y cómo se
daría seguimiento al plan (ver trabajo de Cte. Nuñez Tellez “Un pueblo en Armas”, informe del Frente lnterno).
Algo similar ocurrió en marzo de 1982, aunque sin mayor trascendencia. El levantamiento insurreccional lo intentaron únicamente ERP y RN; esta última organización perdió una gran cantidad de cuadros.
IV. REFLEXIONES SOBRE LAS PERSPECTIVAS INSURRECCIONALES URBANAS EN EL MARCO DE LA FASE FINAL.
1. EL PROBLEMA
Ante la actitud norteamericana, que proyecta incrementar la ayuda militar, económica y el entrenamiento hasta un total de 216.300.000 dólares en el próximo ejercicio fiscal; ante su política hacia Nicaragua y su total negativa
conversaciones, nos parece de elemental prudencia pensar en la fase final de nuestra guerra popular —cualquiera sea su duración—, y en tal sentido reflexionar sobre las insurrecciones en los grandes centros urbanos, especialmente San Salvador, Santa Ana y San Miguel. Reflexionar sobre ello implica ponderar varios elementos:
a. La necesidad, dentro de nuestra estrategia, de tal tipo de insurrecciones;
h. Las posibilidades de la misma y su articulación con las otras formas de lucha.
c. Las condiciones requeridas para llevarlas a resultados favorables, sobre todo con la experiencia de enero de 1981.
d. La forma de instrumentación, tomando en cuenta el marco unitario y las diferentes concepciones.
e. Tornar —dadas las experiencias anteriores— el elemento norteamericano como un condicionamiento importante, en el marco de la política internacional, pero nunca corno determinante. En todo caso, considerar seriamente la alternativa de la negociación que no está presente por el momento y sus consecuencias, y aquélla de la cual la insurrección formará parte. En todo caso pensamos que se debe trabajar intensamente para desarrollarla, aun cuando no pudiese tornarse una decisión sobre lo anterior, por la existencia de otros elementos.
f. Valorar los principios tácticos de los combates de calle en el marco de las ciudades mencionadas, preparando con antelación todo el Plan y verificando luego los ajustes necesarios, según las modificaciones de la situación.

Estudiadas algunas de las principales experiencias de las guerras populares, no podría afirmarse la existencia de un “modelo” que indique una sola dirección en la articulación ofensiva del ejército revolucionario, huelga de masas e insurrección urbana, entendida ésta como la participación de sectores y capas populares, en una acción abierta y con las armas en la mano, contra el poder político existente. Más aún: en algunos casos, uno de tales elementos
—según las especificidades del país en cuestión o, mejor dicho, el carácter de la lucha— está ausente.
La huelga general, por ejemplo, puede ser el llamado inicial a la insurrección o, dependiendo del ánimo de las masas, ser una consecuencia, en todo caso planificada. En ello juega un papel importante el carácter secreto de la fecha. Así fue en Vietnam, Saigón, en 1975; en Nicaragua en 1979; en Irán y Argelia y, antes, en las insurrecciones de Cantón, de 1927. No estuvo presente en las de Hamburgo de 1923, en la de Reval (Estonia) de 1924 y tampoco en la revolución Rusa de 1917, aunque sí dn febrero del mismo año. Esto último “no fue por impotencia, sino porque no lo necesitaban” (La Insurrección de Octubre).
Las características asumidas por nuestra lucha indican la necesidad de articular los tres elementos: la acción del ejército revolucionario, la insurrección y la huelga. Por razones no solamente militares, sino de tipo político interno —quiebre del aparato burocrático del Estado— e internacional, consideramos necesaria la insurrección en las principales ciudades, especialmente San Salvador. A ello se suma un elemento a nuestro juicio indispensable:
el significado que adquiere la participación del pueblo para el futuro inmediato y mediato.
Si la situación no varía sustancialmente, pensamos que el inicio de las insurrecciones urbanas no debe ocurrir con un llamado a la huelga obrera, sino con la toma de la ciudad y acciones militares con grupos especializados de las Unidades de Vanguardia y el apoyo de las milicias.
¿Por qué tal planteamiento? En primer lugar porque, por un lado, el movimiento obrero ha sido sumamente debilitado no solamente por la represión, sino por la desocupación; por otro, porque si bien es cierto que su disposición y la de la mayoría de la población de las ciudades, especialmente la de San Salvador, es de total apoyo al movimiento revolucionario, su grado de compromiso mayor está exigiendo más del ejército revolucionario. Cuando estén convencidos de ello, se lanzarán inmediatamente. Ello explica, en parte, lo ocurrido con la huelga de febrero de 1981: al tercer día, cuando algunas empresas se sumaban a la huelga, otras regresaban. En ello incidieron errores de articulación con el movimiento insurreccional dirigido por las milicias y la ausencia de golpes fuertes del ejército revolucionario.
Se trata, a nuestro juicio, no de ganar la guerra en San Salvador, aunque políticamente así se interpretaría, sino, en momentos de dispersión del ejército, de quebrar los aparatos burocráticos y represivos del estado y su centro de coordinación. Ello obliga a un tratamiento estratégico similar al realizado en Nicaragua. (Cf. Ortega Saavedra, H. opus cit. Y Nuñez Tellez, C. opus cii.)
¿Por qué la importancia de San Salvador?
Ella fue obvia en la estrategia del enemigo después de la insurrección fallida de enero de 1981, y se encontró en tres puntos:
a. Hacer retroceder la potencialidad revolucionaria de las masas en San Salvador y otras ciudades.
b. Romper los nexos de los movimientos de masa con las organizaciones político-militares.
c. Destruir físicamente la fuerza revolucionaria militar en San Salvador y otras ciudades.
Es claro que, al priorizar en tal momento la represión y el control en los centros urbanos, estaba consciente del costo que debía pagar: facilitar el desarrollo revolucionario en otras zonas del país y en las periferias.
¿Por qué tal interés? No hay duda de lo determinante de la destrucción del régimen, de la actitud que una población concentrada que ha llegado a un millón de personas, aproximadamente.
Sigue siendo el centro económico del país: sistema financiero, parque industrial, centro comercial y centro administrativo civil y militar, no obstante la dispersión planeada en lo que se refiere a la ubicación posterior de cuarteles.
Sólo allí podemos desarticular totalmente la economía, el aparato burocrático y el aparato represivo.
2. CoNDIcIoNEs REQUERIDAS PARA EL LLAMADO INSURRECCIONAL.
A diferencia de las concepciones de las otras organizaciones, y especialmente de ERP-RNJ, nuestra estrategia no constituye una tendencia insurreaccionalista, y por lo tanto no considera cualquier coyuntura como adecuada para ello, que dependa únicamente del ánimo de las masas y del arreglo posible de sublevaciones en los cuarteles. Siempre, pensamos, subsistirá tal diferencia.
Ello podría ser subsanado si todos confluimos en un plan no sólo general, sino específico para cada uno de los centros urbanos escogidos. Se trataría, repitiendo la observación de Ortega, de aprovechar las diferentes visiones en una confluencia. Pero en ello juegan otros factores sujetos a distintas interpretaciones o presiones: sobre la negociación, sobre el momento adecuado, sobre las alianzas, sobre la cuestión internacional.
No obstante, debemos preparar un plan que pueda aplicarse en cualquier circunstancia, que podría cuajar en tres coyunturas: una, en el caso de que nos arrastren en un momento que no consideremos adecuado; otra, en la que nosotros pudiésemos articularlo de acuerdo con nuestra estrategia, y
otra, en la que todos coincidamos. Lo importante, conociendo sus respectivas concepciones, es estar listos ante cualquier eventualidad o saber cómo coincidir todos los elementos a nuestra posición.
Revisemos algunas de las consideraciones.
3. ANÁLIsIS EN EL MARCO DE LA “SITUACIÓN REVOLUCIONARIA”
No se trata ya de entrar en una discusión innecesaria en este momento para El Salvador. Se trata de aprovechar los elementos que, según la definición leninista, configuran tal situación para medir nuestras deficiencias, y por lo tanto algunas de nuestras tareas en tal sentido en el futuro inmediato y con vistas a la insurrección en San Salvador.
En el artículo “Contra la corriente”, escrito con Zinóviev, Lenin define lo que constituye una situación revolucionaria:
Para un marxista es evidente que ninguna revolución es posible si no existe situación revolucionaria. No toda situación revolucionaria, por lo demás, termina en una revolución. ¿Cuáles son, en general, los indicios de una situación revolucionaria? No nos engañaremos seguramente señalando los tres indicios siguientes:
1. La imposibilidad para las clases dominantes de mantener íntegramente su dominación; una “crisis” de los medios dirigentes, crisis política de la clase que ejerce el poder, produce una falla en la que penetran el descontento y la indignación de las clases oprimidas. Para que una revolución tenga lugar es, en general, insuficiente que “va no se soporte abajo”; es menester, además, que ya no se pueda vivir corno en el pasado;
2. La agravación anormal de las privaciones y sufrimientos de las clases oprimidas;
3. El aumento sensible, en virtud de lo expuesto, de la actividad de las masas que “en tiempos de paz” se dejan robar tranquilamente, pero en tiempo de tormenta son incitadas por las crisis y también por los dirigentes, a tomar la iniciativa de una acción histórica… Foda situación revolucionaria no engendra necesariamente una revolución, porque ésta no se realiza sino cuando se añade a los factores enumerados el factor subjetivo, es decir, la aptitud de la clase revolucionaria para la acción revolucionaria, la aptitud de las masas, suficientemente fuertes, para romper o quebrantar el antiguo gobierno que, aún en el apogeo de las crisis, no “caerá si no se le hace caer…”
En “Carta a los camaradas” (1917) desarrolla o enumera más claramente los requisitos, en el marco de una situación revolucionaria, para la insu
rrección:
1. Que esté organizada por el partido de una clase determina-
da.
2. Apreciación, por parte de los organizadores, del momento político particular.

3. Contar en su favor con la simpatía (atestiguada por los hechos) de la mayoría del pueblo.
4. Que el curso de la revolución haya destruido las ilusiones y las esperanzas de la pequeña burguesía de la posibilidad y eficacia del acuerdo entre las clases.
5. Que las consignas de la insurrección tengan la más amplia difusión y la mayor popularidad.
6. Que los obreros estén convencidos de la situación desesperada de las masas y seguros del apoyo del campo.
7. Que la situación económica no permita esperar seriamente una solución favorable a la crisis por medios pacíficos o vía parlamentaria.
También enurnera otros que no se corresponden con nuestra situación.
Todos los elementos de la situación revolucionaria se dan en mayor o menor grado en nuestra situación desde hace algún tiempo. Se trataría de acelerar algunos, de acuerdo con las variaciones producidas desde enero de 1981 y con base en tal experiencia.
Veamos primero a nivel de capas o clases en San Salvador.
En todo el periodo preparatorio a la insurrección de enero hubo un intenso trabajo de parte del FDR con los organismos y personas que integraban sectores de las capas medias, no organizadas en el movimiento y de la pequeña burguesía. Como ejemplo: UCA, UN,8 partidos políticos, iglesia, FENAPES,9 etcétera.
En el caso de estos últimos, por ejemplo, y a medida que se acercaba la fecha insurreccional, fueron acercándose, manteniendo un contacto mayor con las organizacione representadas en el FDR, sin, desde luego, soltar sus nexos con la derecha (Alianza Productiva).’8 Aun dentro de tal actitud, en términos generales miraban sus intereses ligados al proceso revolucionario
—una vez aclarado lo del “socialismo” por Juan Chacón y E.A.C.”—, en función de sus contradicciones son la gran sorpresa. Llegaron incluso a hacer gestos que mostraban su disposición a no ser un obstáculo en el momento de la huelga y la insurrección. Incluso hubo sectores que hablaron de una nueva asociación si en su seno se llegaban a producir discrepancias.
Otro elemento importante y explicable fue su interés en discutir algo más que un futuro plan de gobierno -ello podría hacerse luego con base en sus demandas planteadas y no satisfechas por los gobiernos—: discutir una participación en lo que ellos llamaban un “consejo de estado”, pensando en la reciente experiencia nicaragüense.
No podría esperarse, antes y en el futuro, menos que una conducta políticarnente errática. Abrieron contactos cuando veían al movimiento revolucionario como una clara alternativa, y la cerraron luego de la insurrección, ante sus resultados. Pensamos —y se corrobora con los últimos datos- que

vuelven a su situación anterior. En todo caso es claro que en aquella oportunidad no había ideas claras no sólo en cuanto a qué pedirles y qué concederles, sino en cuanto al tipo de tratamiento mismo. Se trata de un sector de clase sin expresión política, que requeriría de un tratamiento no similar al de grupos propiamente políticos, sino con características que van de lo gremial a lo político. Cuando se les trataba como entes políticos, ellos respondían con planteamientos gremiales.
Después de la insurrección, y sobre todo en el periodo represivo del segundo semestre de 1981, en el que el ejército concentró sus fuerzas en limpiar San Salvador, se descuidó la atención de este grupo y de los otros mencionados, tanto en extensión como en el nivel que demandan. Se requiere, en consecuencia, de elaborar una clara política en relación con estos sectores y, aun en circunstancias difíciles, trasladar cuadros políticos del mejor nivel posible a San Salvador para reabrir tales relaciones.
En cuanto a la descomposición de las clases dominantes y en el interior mfsrno de los aparatos de poder, es importante incrementar nuestro trabajo en la profuridización de la crisis económica que ayuda a recrudecer las contradicciones de las fracciones, y nuestro trabajo en el interior del ejército.
En el campo popular debernos profundizar nuestro trabajo celular de partido, especialmente en los sectores que geográficamente serían los puntos de inicio de la insurrección. Sin partido .-v sin sus métodos— difícilmente logremos devolver la iniciativa a las bases y masas y asegurar lo que sobrevendrá.
Hay que aumentar nuestro accionar militar en la ciudad como forma no sólo de debilitar los puntos militares y logísticos del enemigo, sino también de incrementar el ánimo insurreccional de las masas no organizadas.
Estos elementos, trabajados con la velocidad que sea permitida por la existencia de tantos problemas y dificultades, indicarán —articulado en el plan general— el periodo en que la insurrección sería plausible y, en el marco de este la fecha, actuar en secreto.
Sobre el momento sólo desearnos transcribir unos párrafos:
Una cosa es definir teóricamente las condiciones indispensables en presencia de las que es posible el éxito de la insurrección; otra, absolutamente diferente y mucho más complicada, es apreciar prácticamente el grado de madurez de la situación revolucionaria y, por consecuencia, decidir la cuestión del comienzo de la insurrección. El problema de la fecha de la insurrección es de una importancia excepcional.
La experiencia prueba que no es posible siempre resolverlo como lo requieran las circunstancias. Sucede frecuentemente que bajo la influencia de la impaciencia revolucionaria, del terror, de la provocación de las clases dirigentes, el grado de madurez de una situación revolucionaria sea exagerado y que la insurr’xción fracase. O bien que, al contrario, se subestime y se deje escapar así el momento favorable para la organización de una insurrección victoriosa.

¿Puede fijarse una fecha determinada para la insurrección? Como sabemos, la insurrección de Petrogrado en 1917 fue fijada para el 7 de noviembre, coincidiendo con la apertura del segundo congreso de los soviets; numerosas insurrecciones proletarias en otros países se han fijado con fechas precisas y se han ejecutado según un plan. Sin duda, es imposible ordenar a fecha fija la revolución o un movimiento obrero.
Para fijar la fecha de la insurrección, si la hemos preparado realmente si la revolución ya realizada en las relaciones sociales la hace posible, es caso perfectamente realizable.., la fecha de la insurrección puede ser fijada, silos que la fijan tienen influencia en las masas y saben apreciar el momento justamente… (“El bolchevismo y la insurrección”, en Neuherg, A.: La insurrección armada, pp. 44-45)
Retomaremos algunos de estos puntos en el próximo apartado.
V. PRINCIPIOS DE TÁCTICA EN LOS COMBATES DE CALLE
En este apartado final sólo tratamos de sintetizar, dada la experiencia de enero de 1981, algunos principios generales de táctica y los principios tácticos de los combates de calle que deben tenerse presentes en la insurrección urbana. Especialmente pensamos en la necesidad de preparar desde ya, haciendo luego ajustes, el plan insurreccional de cada una de las ciudades más importantes, en el marco del plan estratégico general del movimiento revolucionario. Ello independientemente de si una salida negociada hace innecesario, o así se considera, llegar a la fase final de la guerra: el triunfo militar. No podemos, por una alternativa poco clara al momento, correr el riesgo de no estar preparados en los últimos detalles.
Esta parte ha sido preparada teniendo como base dos trabajos, El carácter de las acciones militares al comienzo de la insurrección y’, el segundo, El carácter de las operaciones de los insurgentes en el curso de la insurrección orinada, del general Tujachevski, quien, recogiendo la experiencia rusa y la de otros movimientos, preparó un libro junto con otros revolucionarios, entre ellos Ho Chi-Minh, Tagliatti, Pianitskv, Kippenberger, etcétera. Fue publicado de forma anónima (A. Neuberg: La insurrección armada). El conocimiento y aplicación, en el marco de las propias particularidades, y la importancia del trabajo se evidencia en el libro de Carlos Núñez Téllez ((lii pueblo en orinas). No es mencionado expresamente, pero una relectura cuidadosa deja sentir su presencia.
Los diferentes principios tácticos generales pueden resumirse en el “Plan estratégico general” y el “Plan de insurrección de un ciudad”.
El plan estratégico general debería tomar en cuenta los siguientes elementos:
a. Prever los centros o ciudades (la capital, otras ciudades, tal o cual departamento) que tienen, en las condiciones dadas, una importancia decisiva para el movimiento proyectado.

b. Estudiar todas las regiones o centros que puedan ser focos insurreccionales y de donde pueda partir la insurrección para irradiar sobre las demás regiones.
e. Prever, por lo menos a grandes rasgos, las relaciones mutuas entre estos diversos focos revolucionarios, desde el punto de vista del tiempo (fecha de desencadenamiento de la insurrección) y más tarde, en el curso de la insurrección, desde el punto de vista del concurso material y político que pueden presentarse y de la coordinación de las operaciones.
d. El plan estratégico debe responder a esta pregunta: ¿La insurrección debe ser precedida necesariamente por una huelga general, de la que nacerá como consecuencia natural, o bien la situación política existente permite desencadenar la insurrección sin huelga general?
e. Prever, a grandes trazos, las medidas que debe tomar el partido en caso de una intervención exterior.
f. Tener presente las grandes medidas políticas (Ver el documento Plan de gobierno: otciones globales. Oct. de 1982).
Se comprende que el plan estratégico (consideraciones esenciales de la insurrección proyectada) debe establecerse por lo menos en sus grandes rasgos, mucho antes de la insurrección. Posteriormente, si varían las circunstancias, deberá ser modificado y perfeccionado. La organización debe tomar a tiempo todas las medidas políticas u organizativas necesarias para crear las condiciones favorables, sobre todo en las regiones decisivas.
En tal marco, el plan de insurrección de cada ciudad debe comprender:
a. La apreciación de las circunstancias y de la relación de fuerzas en la ciudad.
b. Los principales objetivos en que los insurgentes deben triunfar a toda costa y cuya ocupación debe ejercer la máxima influencia sobre la marcha del movimiento insurreccional general.
d. Las regiones y objetivos secundarios, cuya ocupación viene en segundo lugar (si no pueden ser ocupados por obreros no armados).
e. La distribución de fuerzas entre los diversos objetivos, reservando los efectivos más fuertes para los objetivos principales.
f. Las misiones aproximadas que tiene que cumplir cada unidad (escuadras, pelotón, etcétera), después de la buena ejecución de la primera fase de la insurrección.
g. Indicaciones sobre la conducta a seguir, en caso de fracaso de alguno o algunos destacamentos o unidades.
h. Las medidas para impedir la llegada de tropas enemigas de las demás regiones o ciudades (sabotaje de vías de comunicación, emboscadas, etcétera).
i. Las medidas apropiadas para arrastrar a la lucha armada al grueso de la población y la distribución de armas.

j. La supresión inmediata de los jefes de la contrarrevolución.
k. Organización del sistema de enlaces durante la insurrección.
1. La ubicación de la dirigencia militar y política revolucionaria al inicio de la insurrección (estado mayor y agregados políticos).
m. N4edidas políticas a tomar por tales cuerpos de dirección como representantes y organizadores del nuevo régimen.
DATOS BASE DEL PLAN DE CADA CIUDAD
a. Plano social de la ciudad, indicando los barrios favorables, su carácter social, el grado de organización y disposición para el combate de barrios que serán focos del movimiento, que han de dar el golpe inicial y alimentar otros lugares con nuevas fuerzas después de la insurrección.
b. El dispositivo detallado y el grado de descomposición del ejército, de los cuerpos de seguridad y de las organizaciones paramilitares.
c. Las señas de funcionarios, dirigentes de partidos y asociaciones civiles, contrarrevolucionarios y de los jefes del ejército y cuerpos de seguridad.
d. Emplazamiento de depósitos de armas y sus servicios de guardia.
e. Apreciación táctica de la ciudad con ubicación de lugares, edificios, etc., apropiados para la ofensiva y la defensiva.
f. Informes sobre garajes de vehículos, del Estado o particulares, que deberán toma rse.
g. Centros de vías de comunicación urbanas, teléfonos, telégrafos, radios, etcétera.
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL COMBATE DE CALLE.
a. El combate de calles, cuando es puesto en práctica por.fuerzas irregulares en tiempo de insurrección, tiene particularidades específicas que imprimen un sello especial a la táctica.
b. El combate de calles, es considerado como “la forma de combate más terrible”. Según el general Tujachevski, el reglamento del ejército inglés lo ha definido así: “No hay ninguna clase de guerra que exija más talento por parte de los jefes subalternos y más valor personal que las operaciones ejecutadas sobre un espacio reducido y los cuerpo a cuerpo que tienen lugar en los combates de calle (…) Es pródigo en dificultades y particularidades que no se vuelven a encontrar en los géneros de combate ordinario, y todo comandante que participe en ellos sin estudio previo puede sufrir fácilmente un fracaso”.
3. Los combates de calle, que tienden a la exterminación física del enen:go, tiene un carácter absolutamente implacable. Toda piedad manifestad. por el proletariado durante la lucha armada para con su enemigo de clase
hace más que crear dificultades nuevas y puede producir, en caso de con – ciones desfavorables, el fracaso del movimiento. La burguesía sí ha asimdo perfectamente este proceso.

4. El combate de calle exige un conocimiento perfecto de la ciudad en su
conjunto y una buena apreciación táctica de los diversos barrios, calles, pla
lucionaria
zas, edificios o manzanas de casas, desde el punto de vista de la ofensiva, de
la defensiva y de la organización de las defensas artificiales, etcétera; el
conocimiento de sistemas de comunicación urbanas y de las comunicaciones
con las demás regiones del país y con el mundo exterior.
5. Es importante el reconocimiento de los objetivos. Se ha señalado que
“el reconocimiento es como los ojos de los insurgentes”.

NOTAS

APÉNDICE 5
1 Con “unidad” se refiere al FMLN.
2 Se eligió una Asamblea Constituyente que emitió la Constitución Política actual.
3 Se refiere a la insurrección indígena de 1833 en la región de Santiago Nonualco, en la zona paracentral del país, dirigida por Anastasio Aquino.
4 Nota de RMO: Como cumplimiento de ello, en Tapia (op. cit., p. 94) se lee: “. . la guerrilla llevó a cabo un reordenamiento estratégico, desmontó las unidades regulares que había construido en los inicios de la guerra y estableció la estrategia de ‘concentración y desconcentración’ de sus fuerzas. De esta manera surgieron centenares de pequeñas patrullas insurgentes que hostigaron al ejército en múltiples y cotidianos enfrentamientos de desgaste. Asimismo, junto con un agotador sabotaje a la infraestructura económica, realizaron combates de mediana envergadura en los que reunían diversas secciones que se separaban una vez alcanzado el blanco. El ataque y la destrucción del cuartel El Paraíso en Chalatenango a comienzo de 1987, junto con la ofensiva de 1989, son los mejores ejemplos de esta táctica guerrillera.”
5 Gobierno Democrático Revolucionario.
6 Órgano de difusión interno de la dirección de las FPL.
7 No hay en el texto una parte b equivalente a este nivel de esquema. Seguramente el error fue corregido en la versión final.
8 Se refiere a la Universidad de El Salvador (Ces).
9 Federación Nacional de Pequeños Empresarios Salvadoreños.
10 Agrupación de empresarios salvadoreños, ya desaparecida.
11 Enrique Alvarez Córdova.

( Menjivar Ochoa, Rafael. Tiempos de Locura El Salvador 1979-1981. San Salvador, Índole Editores 1997)

¿Cómo enfrentar la delincuencia en El Salvador?

¿Cómo enfrentar la delincuencia en El Salvador?

No debemos de permitir que la derecha mediática manipule la reciente Masacre de Mejicanos 15 calcinados en un microbús incluyendo a una niña de un año para impulsar su Agenda de remilitarizar el país e imponer la pena de muerte.

No somos derecha. La izquierda tiene una visión diferente de país basada en ampliar los espacios democráticos y respetar los derechos humanos, y en oposición a regresar a modelos fracasados de autoritarismo civil y ya no se diga de autoritarismo militar, si recién salimos de sesenta años de dictadura castrense.

Mientras la derecha política esta hundida en una profunda crisis orgánica e ideológica – renuncias en el COENA, creación de GANA, ruptura en el PDC- la derecha mediática hábilmente desplaza el foco de atención nacional hacia la delincuencia y enfila diariamente sus cañones informáticos contra el primer gobierno de izquierda en El Salvador, el Gobierno Funes, GF.

Es claro que no están interesados en informar sino embarcados en una campaña mediática que le apuesta a golpear al equipo de seguridad del GF y exigir la cabeza de Melgar. Y luego pasaran a la campaña vinculada a las diferencias entre Funes y el FMLN.

Por otro lado, la derecha económica no termina de reacomodarse a su nuevo papel de socio minoritario de grandes corporaciones internacionales, pero observa cuidadosamente el rumbo económico del GF, en especial las medidas vinculadas al aumento del gas licuado.

Esta campaña político-mediática de manipulación de imágenes y de construcción de psicosis colectiva alrededor de la Masacre de Mejicanos y la delincuencia tiene también otras direcciones de ataque: alega que no hay inversión ni crecimiento económico; que lo realizado en educación y salud es populismo y que debemos cuidarnos de, presidente venezolano Hugo Chávez.

Pero el tema favorito de la derecha es la violencia. La sociedad salvadoreña es profundamente violenta. La pobreza, el desempleo, la falta de vivienda, el alto costo de la vida, la corrupción ejercen una violencia cotidiana contra los sectores populares. Y también la delincuencia que es parte de la violencia, con componentes estructurales y coyunturales, los cuales no pueden resolverse a corto plazo.

ARENA estuvo veinte años en el gobierno y no pudo resolver el problema de la delincuencia, sino termino agravándose y construyéndole a esta con sus políticas neoliberales una base social y sectores beneficiarios de esta. Hoy le exige al GF que lo resuelva en meses. No es posible hacerlo. No obstante esto, el GF debe revisar cuidadosamente su estrategia de combate a la delincuencia y mejorarla. No puede descansar esta estrategia en el concepto del ejército cuidando nuestros hogares.

Esto ya fracaso en el pasado. Es más, el ejército junto con la derecha tiene una larga trayectoria de violencia contra los sectores populares. Fueron 30,000 salvadoreños y salvadoreñas que fueron asesinados en 1932; miles de patriotas asesinados en los 60 años de dictadura militar; centenares asesinados en las masacres de Sumpul, El Mozote, Las Hojas y otras de los años ochenta, y sus principales cartas de presentación: el magnicidio de Monseñor Romero y de los jesuitas de la UCA. No podemos equivocarnos de nuevo. Por eso causa indignación observar como se rasgan los sacos y las corbatas los que hoy claman por la pena de muerte en la Asamblea Legislativa.

Por otra parte, es claro que la delincuencia de esta sociedad capitalista ha crecido y amenaza con volverse incontrolable. Incluso hay factores externos del vecindario regional y del narcotráfico que no pueden descartarse. No es causal que el principal delincuente centroamericano, el golpista Micheletti, visite a la derecha empresarial y política de nuestro país. No solo sueñan con un golpe de estado, lo están fraguando. Ojala miden las consecuencias.

¿Cómo enfrentar la delincuencia? Me parece que el GF debería de impulsar estos tres mecanismos:
a) Aumentar y masificar los niveles de organización popular y comunitaria.
Un pueblo organizado no puede ser derrotado. La delincuencia se aprovecha del vacío dejado por la organización popular. En esto el FMLN tiene un gran reto.
b) Un gran acuerdo nacional contra la delincuencia. Mientras la derecha
manipule el tema para criticar al GF no se podrá avanzar. La derecha debe de mostrar una actitud responsable y defender la institucionalidad por encima de sus intereses partidarios. Debe abandonar su actitud confrontativa en este tema.
c) Fortalecer la institucionalidad judicial y policial. El GF necesita urgentemente controlar centros penales, fortalecer infraestructura y medios, mejorar inteligencia, depurar PNC y garantizar una eficiente coordinación inter institucional.

Para finalizar, es interesante señalar que en Cuba la delincuencia es mínima. Un crimen como la Masacre de mejicanos es impensable. Así como es impensable que un niño se duerma sin haber cenado o que no este en la escuela. Eso es el socialismo: seguridad y bienestar. Aunque les duela a los artífices de estas campañas mediáticas derechistas.

Roberto Pineda, docente de la Universidad de El Salvador
San Salvador, 23 de junio de 2010

Comunicado del FDR–FMLN sobre su primera reunión con la Comisión de Paz del gobierno salvadoreño (septiembre de 1983)

Comunicado del FDR–FMLN sobre su primera reunión con la Comisión de Paz del gobierno salvadoreño

23 de septiembre de 1983

El Frente Democrático Revolucionario y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, informan al pueblo salvadoreño y a la opinión pública internacional:

1. Ante nuestra propuesta de Diálogo, la Comisión de Paz del Gobierno del Presidente Magaña respondió, por escrito, solicitando una reunión previa para fijar “de mutuo acuerdo, sede, fecha y hora que se debería iniciar la plática”. El 29 de agosto se realizó tal reunión; nuestros delegados hicieron la propuesta de iniciar el diálogo el 29 de septiembre en San Salvador, en un local neutral que podría ser la sede de una embajada.

2. La Comisión de Paz expresó no tener poder para aceptar la propuesta de nuestros Frentes y solicitó una segunda reunión de concertación el 10 ó 11 de septiembre, comprometiéndose a dar respuesta; nuestros Frentes accedieron a esa petición.

3. La Comisión de Paz expresó no se hizo presente ni el 10 ni el 11 a la reunión y telefónicamente manifestaron que no se habían puesto de acuerdo para asistir. Posteriormente el Sr. Quiñonez, en declaraciones a la prensa, cuestiona por un lado la autoridad de nuestros representantes, y por la otra fija unilateralmente e inconsultamente la sede de la reunión en Bogotá, contradiciendo así, no solo el texto de la carta que ellos firmaron, sino lo acordado en la primera reunión.

Al respecto, el FDR-FMLN definen su posición en los siguientes términos:

a. Las irregularidades señaladas demuestran la falta de seriedad de la Comisión de Paz, lo cual revela las presiones a que se encuentra sometida, así como el propósito de provocar una reacción negativa de nuestra parte, y poder de esa manera congelar el diálogo entre las partes en conflicto y presentar a nuestros Frentes como responsables de ello.

b. La representatividad de nuestros delegados de cualquier tipo de reuniones es determinada exclusivamente por nuestros Frentes.

c. El FDR-FMLN considera que el diálogo con la Comisión de Paz es un diálogo que interesa y debe involucrar a todos los sectores de nuestra sociedad, por lo tanto sostenemos que debe realizarse en El Salvador.
Tomando en cuenta lo anterior y reafirmando nuestra voluntad de lograr una solución política al conflicto, reiteramos nuestro rechazo a las elecciones convocadas para 1984 y la necesidad de conformar un nuevo gobierno que, resultando de negociaciones entre nuestros frentes y el gobierno salvadoreño, haga posible la realización de elecciones verdaderamente libres y democráticas.

Por ello, el FDR-FMLN ha decidido:
1. Concurrir el 29 de septiembre a Bogotá a la primera reunión plena con la Comisión de Paz, y proponer públicamente que el diálogo continúe en San Salvador, a fin de que contribuya eficazmente a la creación de condiciones para la búsqueda de una solución política al conflicto.
2. Nombrar nuestra delegación parlamentaria integrada por los compañeros: David Mena, Jorge Villacorta, Marisol Galindo y Dagoberto Gutiérrez para asistir a las conversaciones.
3. Discutir las propuestas que lleve la Comisión de Paz y presentar nuestros puntos de vista sobre problemas relacionados con la paz en El Salvador.