Clases sociales y revolución en El Salvador de 1979

Clases sociales y revolución en El Salvador de 1979
Por Roberto Pineda 26 de septiembre de 2014

La necesidad de contar con un instrumental teórico que le permitiera orientarse en la complejidad de la situación político-social salvadoreña, para poder así enrumbar sus esfuerzos por una parte hacia la derrota de la dictadura militar y la conquista de un gobierno democrático y por otra, el desafío de fortalecer la voluntad colectiva del viraje hacia la lucha armada, definieron las líneas maestras del VII Congreso del Partido Comunista de El Salvador, PCS.

E VII Congreso fue celebrado en abril de 1979 en una residencia en la calle hacia Los Planes de Renderos, en la más absoluta clandestinidad. El congreso anterior se había celebrado en agosto de 1970 y el siguiente se realizó en marzo de 1993. Al final aparecen breves biografías de Norma Guevara, José Luís Merino y Farid Handal.

El VII Congreso del Partido Comunista de El Salvador. Abril de 1979

El VII Congreso del Partido Comunista de El Salvador, eligió una nueva dirección del partido, discutió y aprobó nuevos Estatutos y principalmente se enfocó en el debate y aprobación del documento Fundamentos y Tesis de la Línea General del Partido Comunista de El Salvador, que constituye sin duda alguna uno de los documentos teóricos fundamentales de los comunistas salvadoreños.

Este documento se divide en tres partes. La primera parte trata sobre los Fundamentos y Tesis de la Línea General del PCS y se divide en tres secciones: el esquema del desarrollo seguido por el capitalismo y la formación económico-social salvadoreña en conjunto; el sistema político de dominación y la Dialéctica de la crisis estructural.

La segunda parte comprende cinco capítulos: sobre el carácter y las fuerzas motrices de la revolución que madura en el país; sobre las Vías de la Revolución y Formas de lucha; sobre la Conquista de la Dirección de la Revolución Democrática, Antiimperialista por el Proletariado y su Partido; sobre el Frente Único y el aprovechamiento de las contradicciones en el campo enemigo y sobre la línea internacional del PCS. Y la tercera parte, que no fue de conocimiento público, trata sobre las Tesis de Organización. A continuación hacemos una síntesis de este importante documento.

En febrero de 1988 la periodista chilena Marta Harnecker entrevista al entonces Comandante Simón sobre el viraje del PCS a la lucha armada y este se refiere al VII Congreso de la siguiente forma:

“¿En qué momento tú sitúas el salto ideológico en el Partido, es decir, el abandono de los esquemas reformistas acerca de cómo llevar adelante el proceso revolucionario?
En el VII Congreso de abril de 1979, cuando decidimos virar hacia la lucha armada, aunque como te decía, fue culminación de un proceso de lucha ideológica interna, largo y sostenido.
A ver, explica un poco más eso.
Bueno. Cuando nosotros a finales del año 76, en la campaña electoral, le decíamos a las
masas: “hay que prepararse para defender con la violencia los resultados en las elecciones”, ése era ya un planteamiento de poder. Pero no era el planteamiento del poder revolucionario propiamente tal, sino del poder así, en general. ¿Quién iba a ganar el poder? Estas fuerzas democráticas asociadas en las urnas, que eran las que estaban capitaneando todo aquello.
Como lo de Allende, digamos, la vía pacífica…
No era tanto la vía pacífica, porque no tenía cabida en nuestro país. Nunca hubo elecciones como las de Chile. El nuestro era un planteamiento diferente: el acceso al poder a través de una rápida insurrección en la que una parte del ejército reaccionaba y le abría campo a aquel hombre que había ganado las elecciones, pero que, de hecho, implicaba que se mantenían las estructuras del estado burgués. Lo que debería ocurrir era una simple recomposición del gobierno. Creo que hay un hecho de 1985 que ilustra bien aquella idea nuestra en las elecciones de 1977: lo que pasó en Filipinas, el ascenso de Corazón Aquino al gobierno impulsado por la rebelde acción popular contra el fraude en las elecciones y el golpe militar que derribó a Ferdinando Marcos. Ese era más o menos el diseño nuestro.
¿Y eso es lo que cambia en el VII Congreso?
Sí, aunque empieza a cambiar antes, en febrero y marzo de 1977. Después hubo vacilación, retroceso, luego viene la convocatoria al congreso y, a propósito de ella, se inicia el análisis crítico de todo ese período en la propia dirección. Surge la posición autocrítica, viene el debate en el Partido y en la juventud. La discusión fue promovida por la dirección del Partido, la cual elaboró y bajó los documentos que sirvieron de base para ese debate, los que, con el aporte de los militantes, fueron enriquecidos. Cuando llegamos al congreso llevábamos un verdadero enfoque revolucionario. El congreso es
el salto.

El nuevo Comité Central, al que fueron incorporados los principales dirigentes de la Juventud Comunista y numerosos cuadros frescos surgidos de los escalones intermedios del Partido, adoptó medidas organizativas en gran escala para asegurar en la práctica el viraje del Partido. Así surgió entre nosotros el concepto de Partido en guerra, cuya idea central es hacer apto al Partido para cumplir su misión en la guerra. Ya desde antes de celebrarse el VII Congreso, el viraje del Partido había tomado un curso resuelto. Antes del golpe de estado de octubre nosotros estábamos empezando a realizar nuestra lucha armada, ya teníamos unidades realizando las primeras acciones, pequeñas acciones, claro.

Durante 1980 el paso a la lucha armada se aceleró y, por supuesto, con nuestra participación en la ofensiva del FMLN del 10 de enero de 1981, el viraje se consumó definitivamente. En nuestro caso se confirmó, pues, que en política no hay transformaciones instantáneas, ni químicamente puras. Pero en lo que se refiere a la dirección, había triunfado, ya desde el congreso, la posición correcta. Incluso el congreso es un salto en el enfoque unitario con respecto a las demás fuerzas
revolucionarias.

Nosotros habíamos venido planteando durante años la unidad de las fuerzas revolucionarias, pero, una cosa es la unidad de las fuerzas revolucionarias para que apoyen aquel otro proyecto, en una especie de unidad de acción, y otra cosa es la unidad de las fuerzas revolucionarias para construir la vanguardia de la revolución. Por eso yo te decía en la entrevista que tú me hiciste en 1982: El Partido Comunista no puede aportar a la unidad de las fuerzas revolucionarias si él mismo no rompe con el reformismo.

En el caso nuestro, no ocurrió que pasáramos de una posición contra la unidad a una posición a favor de ella, como ha sido el caso de algunos Partidos Comunistas de Suramérica. Nosotros estuvimos siempre por la unidad y lo que hubo fue un cambio de calidad en nuestra tesis sobre la unidad: pasamos de un planteamiento reformista a un planteamiento revolucionario del problema.
¿Y por lo tanto a impulsar lo que unos llaman la plurivanguardia, y otros el plurisujeto de la vanguardia o la vanguardia-síntesis…?
Sí, sí, seguro. La tesis que se plantea y aprueba en el congreso es la que sostiene que el
proceso de la unidad de las fuerzas revolucionarias debe ser el proceso de la construcción de la vanguardia de la revolución. Por eso te digo que el VII Congreso fue un salto ideológico en todo sentido.”

Por otra parte, en el VIII Congreso del PCS, realizado en 1993 en las faldas del Cerro de Guazapa se hace una valoración sobre el VII Congreso, la cual transcribimos:
“Después de las protestas violentas de febrero de 1977 impulsadas por el PC en defensa de la victoria electoral y del pleno del CC en abril de ese año en que se decidiera realizar el viraje hacia la lucha armada, transcurrieron dos “largos” años de intenso debate interno antes de que el VII Congreso, celebrado en abril de 1979, reafirmara la decisión del viraje.
A esas alturas, la lucha armada venía desarrollándose de forma creciente, impulsada por otras organizaciones revolucionarias, ante el cierre cada vez mayor por parte de la dictadura de espacios para otras formas de lucha y la profundización de la represión.
La incorporación del Partido a la lucha armada formaba parte de una respuesta más integral a los problemas fundamentales de la revolución. El Congreso dotó al PC de la necesaria fundamentación y proyección histórica; dejando claramente establecido el carácter democrático y antimperialista de esta primera etapa de la revolución con rumbo al socialismo, y en correspondencia con ello precisó las tareas principales de la misma. Resolvió el viejo y falso dilema teórico de la izquierda revolucionaria y en particular de los PC de contraponer la revolución democrática a la revolución socialista como si se tratara de dos revoluciones completamente separadas.
El séptimo congreso de nuestro partido aunque no logró percibir que nos encontrábamos en vísperas de la entrada a la guerra propiamente, abordó el problema de la vía de la revolución reafirmando la tesis general de que había que combinar todas las formas de lucha. Aunque de manera insuficiente, identificó a las fuerzas sociales interesadas en llevar adelante la revolución democrática; trazó los rasgos principales de la política de alianzas y los del enemigo principal de la revolución y se pronunció anticipadamente por la unidad revolucionaria del país.
El viraje acordado era integral y ponía el acento en la solución del problema del poder. Sólo faltaba que el Partido adoptara una conducta política práctica, en concordancia con esas decisiones, trazándose así, la consigna de construir un partido en guerra lo cual demostraba la determinación de consumar la incorporación plena a la lucha armada.
El triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, el 19 de julio, confirmó en lo fundamental las líneas trazadas en el Congreso. En particular le dio un impulso grande a la línea de la unidad de la izquierda, adoptada por el PC en el VII Congreso, guiado por la verdad refrendada por las experiencias revolucionarias mundiales pasadas y recientes de que para resolver bien el problema de la vanguardia es absolutamente necesario resolver bien el problema de la unidad de la izquierda.”
Fundamentos y Tesis de la Línea General del Partido Comunista de El Salvador

I. Esquema del Desarrollo seguido por el Capitalismo y la Formación económico-social salvadoreña en conjunto

A. – Tres etapas del desarrollo del capitalismo

Considera el documento del PCS que “el desarrollo del capitalismo, hasta su triunfo absoluto como formación económico-social en El Salvador, recorrió tres etapas: “los orígenes del capitalismo se remontan en nuestro país al último tercio del siglo XVIII, vinculados a la producción y explotación del añil. La agro-exportación del añil nació bajo el estimulo y condicionamiento de la creciente demanda de tintas para la industria textil de los países europeos más desarrollados en el sentido capitalista (Países Bajos, Inglaterra, etc.), que se encontraban entonces en pleno despliegue de la “revolución industrial.”

La segunda etapa “es la más larga; se desenvolvió durante un siglo vinculada a la aro-exportación del Café, desde mediados del siglo XIX hasta los años cincuenta del siglo XX. Aunque durante la primera etapa se crearon algunas premisas socio-económicas internas par e sucesivo desarrollo del capitalismo, ellas eran muy débiles. Esta segunda etapa fue en esencia, como la primera, un proceso inducido desde el exterior por la expansión de capitalismo europeo y, desde principios de este siglo, crecientemente también pro al expansión del capitalismo norteamericano, y no una transformación dinamizada principalmente por el desarrollo interior de la sociedad en nuestro país.”

La tercera etapa “se inició en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial y, más exactamente, desde “el golpe de los Mayores”, en diciembre de 1948, que originó una nueva faceta de la dictadura militar y del papel del Estado en el desarrollo económico nacional. En esta etapa, el desarrollo del capitalismo se dinamizó vinculado en parte a al diversificación de la agro-exportación (con el algodón y el azúcar) pero principalmente a ala industrialización seudo sustitutiva de importaciones, cobijada en el mercado común centroamericano.”

B. Rasgos históricos de la formación económico-social salvadoreña

Considera que “en El Salvador el capitalismo se originó como un proceso de ruptura y desintegración lenta e incompleta de las estructuras económico-sociales y la super-estructura político-ideológica de la formación colonial (mezcla feudal-esclavista comunitario primitiva, con predominio feudal), por la acción de una fuerza externa a ellas; la fuerza expansiva del capitalismo europeo occidental. Por otra parte, en nuestro país el capitalismo se “asentó” primero en ciertas ramas de la agricultura y , desde allí, e extendió al comercio, a los transportes y, mucho más tarde, a la industria.”

Sostiene que “la primera etapa del desarrollo del capitalismo en nuestro país se desenvolvió cuando el capitalismo internacional más avanzado se encontraba en las condiciones pre-monopolistas y no se había impuesto todavía como sistema dominante mundial. La segunda etapa del desarrollo del capitalismo “salvadoreño” transcurrió cuando el capitalismo internacional realizaba su tránsito al capitalismo monopolista, hacia el imperialismo. La tercera etapa del desarrollo del capitalismo…transcurrió cuando EE.UU. se convirtió en la potencia imperialista hegemónica a nivel mundial y absolutizó su dominio sobre América Latina.”

II.- Característica Actual de la Formación Económica-Social Salvadoreña y su Crisis

A.- Aspectos Generales

Afirma que “El Salvador es hoy un país capitalista dependiente, con un desarrollo mediano de agudos contrastes: mientras por un lado han surgido incluso monopolios nacionales privados y estatales y se ha formado una oligarquía financiera, por otro lado arrastra no pocos remanentes pre-capitalistas, en especial, un grave problema agrario. El país soporta una antigua dictadura militar derechista, ahora en trance de fascistización.”

“El nivel de desarrollo de las fuerzas productivas es aún bajo, avanza con lentitud, desequilibrios y deformidades; la agro-exportación de café, algodón y azúcar tiene todavía un peso decisivo en la economía nacional; al sujetan al mercado internacional dominado por los monopolios imperialistas.”

B.- El problema agrario

Plantea que “la mayor parte de la tierra disponible para la agricultura es propiedad de un puñado de grandes terratenientes:1, 961 latifundios, que son menos del uno por ciento del total de explotaciones agropecuarias…en el extremo opuesto hay 252,481 minifundios, que son el 93% del total de explotaciones y poseen en conjunto 572,579 manzanas, es decir, sólo el 27% de la tierra agrícola. A causa del monopolio sobre la tierra, las tres cuartas partes de la población del campo, carecen en absoluto de propiedad sobre la tierra.”

“Los niveles más altos del desarrollo de la agricultura están en los cultivos de exportación (café, algodón, caña de azúcar). Estos cultivos son la mayor fuente de empleo en el campo, pero solo durante temporadas que, en conjunto, no son mayores de 4-5 meses en el año. En e tiempo restante reina la desocupación y ello permite mantener, en provecho de los señores de la tierra y de los empresarios de la agro-exportación en general, un nivel miserable de salarios para las masas trabajadoras del campo.”

¿Dos caminos de solución alternativos para el problema agrario?

Subraya que “la vía terrateniente de desarrollo del capitalismo en la agricultura es la que se ha venido practicando en nuestro país desde principios de siglo pasado. Para empujar el carro de la historia por este camino, incluso se despojó a las masas trabajadoras de la tierra ejidal y comunal…”

“El camino terrateniente de desarrollo capitalista ha consistido en una parcial y paulatina eliminación de las supervivencias pre-capitalistas por medio de la conversión de los latifundios semi feudales donde predominaban la renta de la tierra como relación económica fundamental entre los terratenientes explotadores y los campesinos explotados, en latifundios capitalistas, donde predomina el salario como relación económica entre los empresarios de la agricultura y los trabajadores. La tierra continua siendo propiedad de los terratenientes.”

C.- Las clases sociales en El Salvador

Establece que “las clases fundamentales de esta sociedad son la burguesía y el proletariado; por otro lado, existen junto a ellas clases y capas secundarias: los terratenientes, los campesinos, la pequeña burguesía, las capas intermedias (capas medias urbanas y las llamadas “capas marginales”) y el lumpen proletariado.”

Las clases fundamentales

“Son clases fundamentales aquellas sin las cuales es imposible la existencia del modo de producción predominante ( en nuestro caso, el capitalismo)y que, a su vez, deben su origen a dicho modo de producción.”

La Burguesía

Considera que “si se tiene en cuenta su vinculación con los monopolios imperialistas extranjeros “interiorizados” en nuestro país y con el creciente sector del capitalismo de Estado, en la burguesía se distinguen varios agrupamientos formados por ejecutivos y asociados de las sucursales de dichos monopolios de las empresas de capital mixto; o por altos ejecutivos de las empresas capitalistas estatales (CEPA, CEL, INSAFI, FSV, FIGAPE, FNV, COFINTA, etc.), algunos de los cuales son la vez ricos empresarios privados.”

“Si se tiene en cuenta su ubicación en las distintas ramas de la actividad económica, la burguesía comprende varios sectores: burguesía agraria (en fuerte medida, agro-exportadora) burguesía industrial, burguesía bancaria, burguesía comercial (en la cual se comprende la de los servicios). En el curso de las últimas dos décadas ha tenido lugar l fusión de ciertos grupos de banqueros, industriales, empresarios agro-exportadores, comerciantes, capitalistas de las sucursales de los monopolios extranjeros o vinculados a ellos y/o a las empresas estatales, dando origen a una oligarquía financiera muy rica que se encuentra hoy en plena expansión de su poderío.”

El proletariado

Según este documento “se integra fundamentalmente pro dos sectores: el proletariado industrial y, en general urbano y el proletariado agropecuario. En el proletariado industrial y urbano debe distinguirse a los obreros de la industria moderna, la construcción, la electricidad y el transporte, que son un típico fruto del desarrollo capitalista, ya los operarios de tipo artesanal.”

Mientras que “el proletariado agropecuario lo forman en gran mayoría trabajadores asalariados no calificados, llamados jornaleros, pero también los trabajadores calificados de beneficios de café, ingenios azucareros, establos y haciendas ganaderas modernas, salineras y empresas pesqueras, plantas almacenadoras, conductores y mantenedores de maquinaria agrícola y transporte automotriz, operarios artesanos radicados en cantones y poblaciones rurales.”

Las clases secundarias. La pequeña burguesía

Ubica el documento en este sector social “a los artesanos con talleres operados por ellos mismos o con sus familiares: telares manuales, zapaterías, sastrerías, costurerías, elaboración de sombreros de palma, lazos y demás jarcias, joyerías, peluquerías salas de belleza, talleres de reparaciones diversas, etc.”

Incluye también “locatarias de los mercados y plazas otros pequeños comerciantes propietarios de pulperías o establecimientos vinculados a la esfera de los servicios; operados por ellos mimos o con ayuda de familiares, como molinos de nixtamal, comedores, tortillerías o pupuserías, otros pequeños propietarios, como taxistas y demás transportistas dueños de los vehículos que manejan, fumigadores dueños de los equipos operados por ellos, etc., y l categoría con menores ingresos de los pequeños rentistas.”

Los terratenientes

Opina que “la clase de los terratenientes no desaparece con el desarrollo capitalista. Ellos por lo general se transforman en ricos arrendadores de su tierra y hacen una vida cada vez más parasitaria: muchos se limitan a depositar sus rentas en los bancos del país o del extranjero. Algunos se insertan dentro de la burguesía ( grande o media) invirtiendo sus renta en actividades económicas modernas, no agropecuarias y continúan también siendo terratenientes.”

El campesinado

Explica que “son trabajadores que realizan cultivos propios , ya sea en tierra de su propiedad, o en tierra ajena por cuyo uso pagan una renta en dinero (“terraje” o alquiler) en producto (“censo”) en trabajo (“obligación), o combinadas estas tres modalidades. Se distinguen tres capas: pobres, medios y ricos. Los campesinos pobres o semi-proletarios no poseen tierra propia, sus cultivos, laborados por ellos mimos, sólo les permite obtener una escasa producción para subsistir una parte del año; durante la otra parte se desplazan hacia las plantaciones capitalistas y también, en cierta medida, a las obras de construcción y carreteras y trabajan allí por salario.”

Las Capas Sociales Intermedias

Enfatiza que son “agrupamientos numerosos de la población…que se encuentran situadas entre el proletariado y la burguesía, o debajo del proletariado, entre este y el lumpen proletariado. Son capas intermedias las capas medias urbanas y las “capas marginales. Las capas medias urbanas realizan un trabajo predominantemente de tipo intelectual y cuyos ingresos no provienen de la explotación del trabajo ajeno sino es realizado directamente por ellos.”

Incluye en estos sectores a “los profesionistas libres (médicos, abogados, dentistas, que ejercen su profesión por cuenta propia; cierto tipo de empleados ligados a formas atrasadas de la producción, el comercio, los servicios y la administración pública (empleados de la gran mayoría de alcaldías, juzgados, beneficios de café, tiendas en las ciudades del interior del país, ciertas categorías de parteras y enfermeras “prácticas”, de maestros de escuela, etc., de sacerdotes y sub-oficiales de filas, comisionistas –“coyotes”- . A las de este tipo las llamaremos “capas medias tradicionales”.

Otra parte de las capas medias urbanas, que llamaremos “modernas” se han originado y continúan ensanchándose como resultado del desarrollo del capitalismo dependiente, están ligadas a la industria, el comercio, los servicios y la administración pública; técnicos, contables, empleados de oficina (de bancos, empresas industriales, administración pública, empresas comerciales o de servicio, etc.), profesionistas, estudiantado universitario, artistas, periodistas, investigadores científicos, la mayor parte de los maestros de la educación primaria , media y superior, vendedores comisionistas y promotores de ventas, etc. Entre las capas medias se distinguen básicamente tres grandes sectores: el sector asalariado, la intelectualidad y el sector pequeño propietario.”

Las capas marginales

Son consideradas como “grupos muy numerosos de personas que no cuentan con medios de producción y no tienen un lugar estable dentro del sistema de la producción y la organización social del trabajo…viven en un desempleo crónico, enmascarado por las actividades a veces mercantiles, a veces en la esfera de los servicios personales , ocasionalmente en la pequeña producción artesanal(ventas callejeras, servicio domestico, reparaciones ambulantes de calzado, fontanería, etc.) o por breves períodos de ocupación como peones de la construcción, etc….Son le fruto de l expansión del capitalismo en la agricultura, de la desposesión de miles de campesinos, de la extensión de la miseria en el campo.”

El lumpen-proletariado

Los identifica como “un capa formada por elementos desclasados: ladrones, prostitutas, narcotraficantes, bandidos en general. El lumpen-proletariado ha crecido considerablemente durante las últimas tres décadas, cuando se aceleró la expansión del capitalismo como modo de producción….La conducta política del lumpen-proletariado es sumamente inestable, pero en general es una capa dispuesta a venderse a la reacción….es fuente de reclutamiento de las bandas de asesinos, torturadores y demás esbirros, cuyas filas han experimentado un gran crecimiento durante los años setenta, en el proceso de escalada represiva fascista.”

Algunas peculiaridades de las clases y capas sociales salvadoreñas

Apunta “con respecto al proletariado, ya hemos dicho que en su mayoría esta formado por los asalariados agropecuarios y la mayoría de estos son trabajadores de temporada, entre los que se mezcla gran número de campesinos pobres. Por lo que refiere a nuestra clase obrera en particular, se mezclan en ella los obreros industriales (fabriles, de la construcción, transportes y electricidad), con obreros de tipo artesanal, que en verdad son supervivencias del capitalismo temprano e incluso representan a veces remanentes pre-capitalistas aún fuertes (aunque ya no mayoritarios).”

Agrega que “todos estos factores tienen su reflejo en la incompleta formación de la conciencia clasista de nuestro proletariado en general, y de nuestra clase obrera en particular, así como también en su débil organización. Al mismo tiempo, algunas de estas características ofrecen la posibilidad de adelantar con cierta facilidad el trabajo por la alianza obrero-campesina.”

El sistema político de dominación, evolución y crisis

Establece que “desde los comienzos del siglo actual, una parte de las tendencias objetivas del desarrollo capitalista en nuestro país, necesitaban para abrirse paso de un sistema político flexible y liberalizado. Grupos de la ascendente burguesía y algunos políticos ligados a la surgente intelectualidad, expresaban esta corriente. El primer intento en la dirección apuntada fue emprendido por el breve gobierno del Dr. Manuel Enrique Araujo (1911 a 1913. El gobierno de Don Pío Romero Bosque (1927-1931) fue el punto de viraje hacia un tímido proceso de liberalización del sistema político, lo cual se había convertido en una necesidad inaplazable en la segunda mitad de los años veinte.”

Señala que “a lo largo de sus 47 años de existencia, la dictadura militar derechista ha sufrido modificaciones en el contenido de los intereses clasitas por ella representados y defendidos, en sus pautas para el desarrollo nacional y en sus formas o métodos de gobernar. En general, pueden considerarse tres fases de esta evolución de la dictadura militar de derecha.”

Primera fase de la dictadura militar derechista: diciembre de 1931 a diciembre de 1948

Durante esta fase “la dictadura militar representaba y defendía, por sobre todo, los intereses de la oligarquía cafetalera, agro-exportadora y terrateniente. Su política económica fue el principal obstáculo que impidió en El Salvador la diversificación de la economía nacional y, en particular, el movimiento de industrialización sustitutiva de importaciones, que caracterizó la evolución de los países del cono sur del continente, después de la gran crisis económica, durante l Segunda Guerra Mundial y la inmediata post-guerra.”

Agrega que “un aspecto sobresaliente del régimen fue el hecho d que todo el mando estatal estaba estructurado bajo la autoridad personal del Presidente de la República, lo cual era inherente la tendencia a la permanencia indefinida del tirano en ese cargo, rodeado por su equipo de jefes militares de confianza, que envejecían junto con él en a cumbre del poder.”

Segunda fase de la dictadura militar derechista: del 14 de diciembre de 1948 a la guerra contra Honduras (14 de julio de 1969)

Considera que “el Golpe de estado de los Mayores abrió una nueva fase de l dictadura militar en cuya dirección se conjugaron inicialmente varias tendencias y sectores: la intelectualidad reformista civil y la joven oficialidad, frustradas en 1944, que aspiraban a la democratización del sistema político; grupo de la burguesía interesados en la diversificación d e economía nacional, entre los que se incluían algunos elementos agro-exportadores que habían iniciado la diversificación de sus propias inversiones y la aspiración, profundamente enraizada en el cuerpo de oficiales del Ejército, de asegurarse una mecanismo de relevo periódico en el mando político y la administración estatal.”

Señala que “se inició lo que podríamos llamar una apertura democrática limitada e inestable, varias veces cerrada y varias veces abierta. El estado asumió el papel de activo promotor de la industrialización, d el agro-exportación y de la reorientación del crédito bancario, se emitió una legislación incentivadota de la industria; se dinamizó al electrificación; se procedió a la construcción de una red moderna de carreteras, comunicaciones telefónicas y telegráficas, etc.”

Tercera fase de la dictadura militar derechista: de 14 de julio de 1969 a los días actuales

Establece que “al abrirse esta fase d la crisis estructural, surgió un nuevo brote de reformismo impregnado con las concepciones desarrollistas pro-imperialistas, en el aparato militar y civil de estado. Desde los finales del gobierno de Sánchez Hernández hasta los finales del gobierno del Coronel Mollina , esta corriente reformista caracterizada por su timidez y vacilación, se vino disputando la supremacía con la vieja tendencia conservadora y ultraderechista que ha sido la razón de ser de la dictadura militar.”

Concluye que “la dictadura militar derechista, abocada su propia caducidad histórica y empujada por los círculos más reaccionarios de la oligarquía financiera, de los terratenientes, de las transnacionales y del estado imperialista yanqui, ha buscado sobrevivir mediante la fascistización, pero no ha logrado institucionalizar este modelo. Al mismo tiempo, la alternativa de una nueva apertura democrática se le presenta hoy sumamente riesgosa: las contradicciones estructurales del sistema son ya muy agudas, el movimiento popular revolucionario ha experimentado un extraordinario desarrollo, la burguesía y el gobierno han perdido en proporción muy grande su base de apoyo político.”

Dialéctica de la crisis estructural. La crisis del sistema político y la dependencia.

Opina que “las espectaculares posibilidades de desarrollo de las fuerzas productivas que abre el mundo de hoy, en plena revolución científico-técnica, se encuentran bloqueadas para nuestro país por su propia estructura, es decir, por su sistema de relaciones de propiedad, producción, intercambio, distribución y la supeditación de su economía al imperialismo. La dependencia y el problema agrario, que inherentes al capitalismo dependiente que impera en nuestro país, constituyen los principales frenos al desarrollo nacional.”

Añade que “en el marco de la crisis estructural y política ha tenido lugar un fuerte incremento de la actividad financiera especulativa, principalmente en derredor de la industria de la construcción y las inversiones turísticas, ha adelantado el aburguesamiento de los latifundios y la proletarización de los campesinos, ha adelantado grandemente el proceso de fusión entre el capital bancario, industrial , comercial y agro-exportador, configurándose una oligarquía financiera, monopolista, “modernizante”, cada vez más entrelazada con las transnacionales imperialistas y sumamente poderosa.”

Concluye que “en El Salvador sonó la hora de la verdad, el combate abierto en la encrucijada de dos vías alternativas fundamentales de salida a la crisis de las estructuras y del sistema político: la solución revolucionaria democrática anti-imperialista, rumbo al socialismo; y la salida burguesa contrarrevolucionaria fascista, con o sin lapsos aperturistas o de “democracia restringida”, rumbo al capitalismo monopolista y monopolista de Estado dependiente.”

Norma Guevara

Nace en el departamento de La Unión. En 1973 se incorpora a la UES como estudiante de la carrera de Educción, ingresa al Frente de Acción Universitaria, FAU. Luego en 1974 a la Juventud Comunista (JCS). En el VII Congreso del PCS de abril de 1979 es electa para integrar la Comisión Política. Forma parte desde 1976 de la dirección del partido Unión Democrática Nacionalista (UDN) y representa a este en enero de 1980 en la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM). Durante la Guerra Popular Revolucionaria Celia formó parte de la conducción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Al concluir el conflicto armado, forma parte de la Comisión para la Paz (COPAZ). En la actualidad es jefa de fracción del FMLN en la Asamblea Legislativa.

José Luís Merino

Nace en Santa Tecla en 1953. En 1966 se incorpora al movimiento sindical. En 1970 ingresa al Partido Comunista. Dirigente de la Juventud Obrera Salvadoreña (JOS). Dirigente de la Juventud Comunista de El Salvador (JCS). En 1974 asiste a la Escuela de Cuadros del PCUS. Participa del VII Congreso del PCS y pasa a integrar su Comisión Política. En 1981 Ramiro asume la conducción de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), brazo armado del PCS. Ha sido diputado del PARLACEN, es miembro de la Comisión Política del FMLN; uno de los principales asesores de la empresa Alba Petróleo y candidato a diputado de la Asamblea Legislativa para las elecciones de 2015.

Farid Handal (1936 Usulutan 1994 La Habana)

En 1960 se incorpora al Partido Comunista. En 1964 asiste a la escuela de Cuadros en la URSS. En 1967 es parte del equipo de oradores de la campaña presidencial que realiza el PAR llevando como candidato al Dr. Fabio Castillo. En 1970 y 1974 es candidato a alcalde de Usulutan por el partido UDN. En 1981 Moisés forma parte de la Comisión Financiera (COFIN) del FMLN y viaja a Estados Unidos y Canadá. Ismael también impulsa la formación de CISPES en Estado Unidos y luego del Frente Mundial en Solidaridad con la Lucha del Pueblo Salvadoreño, en la ciudad de México. Muere en La Habana, Cuba en 1994.

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