El Centro Histórico como instrumento político
Willian Marroquín, vicerrector académico adjunto
04/05/2009
Motivado por la valiosa publicación de la revista La Casa de Todos, editada por el Departamento de Organización del Espacio y dedicada al Centro Histórico de San Salvador (CHSS), y por la toma de posesión del nuevo alcalde de San Salvador, decidí escribir algunas notas al respecto. Por lo general, cuando los medios de comunicación masivos se refieren al Centro Histórico, lo hacen con la frase despectiva del “rescate del Centro Histórico”, en relación a que se encuentra tomado por vendedores ambulantes, ladrones, delincuentes o “chusmas y turbas enardecidas”, como les llama un periódico impreso del país. De manera similar, durante el período electoral, el Dr. Quijano invitó a los ciudadanos a votar por “rescatar San Salvador” tomado por el FMLN, algo que finalmente logró.
De manera inconsciente y natural, la revista La Casa de Todos se refiere al Centro Histórico con frases dignificantes e inspiradoras: “Revitalización del CHSS”, “Rehabilitando y construyendo espacios públicos”, “El rescate de la función habitacional del CHSS”, entre otras. Y es que en el fondo de todos los artículos de la revista se hace evidente el clamor por considerar como actor clave del desarrollo del CHSS a los habitantes empobrecidos de la zona que viven en los portales y mesones, y a los trabajadores informales que, excluidos por el sistema económico neoliberal, no les queda de otra que rebuscarse para sobrevivir, incluso cayendo en la ilegalidad de la piratería, vendiendo productos de contrabando y sometidos a una tensión permanente de desalojo y de cárcel.
Aun cuando en la revista se presentan diferentes dimensiones de la problemática del CHSS, en mi opinión, la politización del Centro Histórico, la oposición de Arena (conspiradora y sin crítica constructiva —más bien destructiva—) y la “guerra popular prolongada” contra el comunismo en que viven algunos medios minaron cualquier intento de desarrollar el CHSS durante todas las administraciones del FMLN. La nueva administración municipal de Arena tiene ahora la responsabilidad del CHSS, con la ventaja de que ya existe un trabajo importante desarrollado por los anteriores alcaldes del FMLN y tiene a los medios masivos a su favor. Es de esperar, entonces, que los logros de Arena sean magnificados; y sus errores, minimizados. En todo caso, lo que se desea es que, independiente del color político, el CHSS sea rehabilitado.
Es ingenuo pensar que, como lo han expresado sus dirigentes, Arena será una oposición constructiva para el nuevo Gobierno. ¿Cómo se comporta Arena en la oposición? Es bastante conocido. Lo mostró durante años ante las gestiones del FMLN en San Salvador. Por otro lado, siempre que Arena entra en crisis, se avoca a las famosas reestructuraciones del Coena, en las que recurre a los fundadores y ex presidentes, ahogando las posibilidades de su renovación. Parece que no confían en las caras nuevas o que se resisten a abandonar las viejas mañas del pasado, como lo acaban de demostrar sus legisladores con la pésima elección del nuevo presidente de la Asamblea Legislativa.
Antecedentes: los alcaldes y el CHSS. Hay que recordar que la primera vez el FMLN ganó las elecciones en el municipio de San Salvador con el Dr. Silva apoyado por un grupo de ciudadanos, no militantes del partido, quienes conformaron su concejo y se encargaron de algunas de las direcciones administrativas. Fue el período en el que se trabajó efectivamente en tres temas fundamentales: la rehabilitación del centro histórico, el manejo de los desechos sólidos y la división de la ciudad en distritos para administrar de mejor manera los servicios de la municipalidad. Los medios masivos, Arena y el Dr. Quijano atacaron todos estos logros, centrándose principalmente en el proyecto MIDES, creando las historias de la mafia canadiense, el faltante de dinero para completar el proyecto, las irregularidades en el contrato, etc. Al final lograron que el proyecto pasara a manos de un privado (un general reconocido) y que lo que pudo ser un proyecto de mucho beneficio para el país terminara como un proyecto exitoso a medias.
El siguiente alcalde, el Dr. Rivas Zamora, dio continuidad al trabajo del Dr. Silva, pero retrocedió en los avances del CHSS; y al no tener el apoyo del Viceministerio de Transporte, la PNC y el Gobierno, tuvo que fortalecer el CAM. Simultáneamente, empezó el deterioro de la recolección de basura. Esto llevó a que la Dra. Menjívar ganará su elección con pocos votos. Los logros en el CHSS habían retrocedido, el problema en el manejo de los desechos sólidos precipitó a esta última gestión a comprar vehículos de recolección baratos y sin robustez, y, además, no pudo hacer frente a la campaña de desprestigio de los medios masivos.
En su último período, la Dra. Menjívar se concentró en desarrollar proyectos sociales que tenía bajo control y que no ocasionaban conflictos y tensiones en el CHSS. Proyectos de bajo impacto mediático y que finalmente terminaron con su gestión. En la revista Séptimo sentido de La Prensa Gráfica del 3 de mayo, la Dra. Menjívar menciona que en relación al CHSS hubo avances: “Se inició la recuperación de la calle de la Amargura, se rehabilitaron casas en la colonia Bloom, la plaza San Esteban, la Plaza de la Salud, lo de los proyectos habitacionales en el centro, se hicieron 17 ordenamientos de ventas… No es que no hayamos hecho nada”.
La gestión del Dr. Quijano está por iniciar y no sabemos cómo va interactuar con el CHSS. Lo único que se conoce es la designación de un conocido ex guerrillero como jefe del CAM y su propuesta de desarmar y reducir dicho cuerpo “represivo”.
El CHSS y sus desequilibrios. Cualquier proceso de rehabilitación del Centro Histórico debe pasar por la formulación de un plan de desarrollo económico y social que incorpore la ordenación del territorio como elemento central. Entendiendo esto último como la eliminación de los desequilibrios existentes en el espacio concebido como el CHSS. Estos desequilibrios se manifiestan de diferentes formas: la lucha por desalojar a los vendedores ambulantes y la recuperación de los espacios públicos; la instrumentalización política del CHSS; el grave problema del transporte público; el deterioro en el manejo de los desechos sólidos; la priorización en la protección del patrimonio arquitectónico; la inseguridad; la contaminación ambiental, principalmente del aire, y el aumento de las zonas insalubres, etc. Todo indica que el CHSS como objeto de estudio se encuentra en un caos permanente, en el que cada vez se reducen las posibilidades de inversión económica para su recuperación. Estos desequilibrios no son propios del CHSS, sino una manifestación en pequeño de lo que sucede en el país como un todo.
El arquitecto Herbert Granillo, al describir la problemática del Centro Histórico de San Salvador en La Casa de Todos, presenta dos aspectos que me parece importante destacar: (1) “De manera sencilla podemos afirmar que el desarrollo económico generó ciudades. No se puede imaginar ciudades sin organización económica….” (Polese); (2) “La ciudad moderna es la ciudad del capital, según Lefebre, el capital construye sus propios espacios”.
El gran capital configura el territorio a su antojo; a través de proyectos de desarrollo urbano mueve a la gente de mayor poder adquisitivo hacia el sur-oeste de la ciudad; y a los pobres, hacia el norte. También irrespeta a los municipios pequeños, como sucede en el desarrollo de Ciudad Real en San Sebastián Salitrillo, o los proyectos como La Hacienda y Miramar en San José Villa Nueva. Situación similar se presentará en La Unión con el funcionamiento del nuevo puerto. Y también se presentará en los municipios de Zaragoza y el Puerto de la Libertad cuando se complete la ampliación de la carretera que pasa por ellos. ¿Qué surgirá de estas transformaciones territoriales? Pues surgirán desequilibrios sociales, económicos, políticos, tecnológicos y ambientales.
Este proceso no es exclusivo de El Salvador. En Nueva York, los ricos se movieron del sur del Bronx (pegado a Manhattan) para el norte de la ciudad, dejando en una situación de caos al Bronx. Además, el capital puede transformar tierras sin valor en zonas exclusivas, como ha sucedido en la Zona de Santa Fe, en la ciudad de México, que hace unas décadas era un botadero de basura y ahora se ha convertido en una zona de desarrollo para las grandes corporaciones empresariales.
Según algunas publicaciones, el negocio principal de una cadena de comida rápida a nivel global no es la venta de hamburguesas, sino los bienes y raíces, es decir, compran tierras a bajo precio y elevan su plusvalía instalando sus franquicias en esas zonas. Una vez que se establece la cadena de comida rápida en la zona, otras empresas quieren estar a su lado y deben pagar un precio alto por esas tierras. En nuestro país pasó algo similar con el traslado de la embajada de los Estados Unidos a la zona de Santa Elena, cuyas tierras incrementaron su plusvalía de manera exponencial.
Siguiendo esta lógica del capital, y dado que la inversión en el CHSS es baja, se tendrá que crear una política de incentivos para que el gran capital invierta nuevamente en el Centro Histórico. Cualquier plan de rehabilitación fracasará si no considera como componente fundamental la inversión pública y privada en esta zona de la ciudad.
Finalmente, quiero felicitar a todos los compañeros de la UCA y de otras instituciones amigas que contribuyeron con sus artículos para enriquecer el debate sobre qué hacer con el Centro Histórico de San Salvador. Ojalá la nueva administración de la ciudad retome a La Casa de Todos dedicada al CHSS como insumo para su gestión.