Tengo en la mente recuerdos de hace 15 o 20 años, yendo en el carro de mi papá, escuchando la radio Monumental en donde salían unas canciones que olían a viejas, pero que de alguna forma me gustaban. Al principio pensaba que estas rolas eran argentinas, porque por esos días comenzaba mi acercamiento con la música en español, y, en concreto, con la Nueva Ola de Latinoamérica: Los Galos, Leo Dan, Los Iracundos, Los Ángeles negros, Roberto Carlos, etc; pero luego me di cuenta que esas canciones eran salvadoreñas, algo que me impresionaba de sobremanera.
Con el tiempo también fui ordenando mi biblioteca musical mental: Los Vikings, Hielo Ardiente, Los Supersónicos, etc. También supe que estos grupos pertenecían a una época dorada de la música cuscatleca, también llamada Época de oro. Mi intención con estas líneas es dejarles un brochazo de historia, de cómo surgieron estos grupos y cómo, a partir de este movimiento, comenzó la prehistoria del rock salvadoreño.
Años sesenta: el génesis
Al principio todo era caos y oscuridad, o algo así dice la Biblia. Lo mismo pasaba acá y en el resto del mundo. La década de los sesentas en Sívar Town comenzaba con un golpe de estado a José María Lemus, el mismo que encarceló a Roque Dalton. La Revolución Cubana estaba muy de moda y la influencia de la «Beatlemanía» y el movimiento Hippie de los Estados Unidos comenzó a dar forma al movimiento de la Nueva Ola salvadoreña; o sea, nacía la Liberación.
Según testimonio de Luis López, uno de los integrantes de Los Supersónicos, asegura que uno de los primeros grupos de rock fue Los Supertwister: unos bichos del Externado San José que se dieron a la tarea de crear sus propias composiciones. Una de las canciones fundacionales del rock salvadoreño (al menos así lo considero yo, dado que hay una falta de registro audiovisual enorme) es «La del niño«, canción compuesta circa 1964. Esta es un símil a lo que ocurrió en Argentina con La Balsa, de Los Gatos, la canción fundacional del Rock Argentino.
Bueno, paremos un ratito y definamos lo que mencioné antes: Nueva Ola. Es, corto, la introducción del Rock n’ Roll a Latinoamérica, basándose principalmente en la música de Buddy Holly, Elvis Presley y The Beatles. Es también el origen del género que en los años siguientes se conocería como Rock. O sea, es la música que bailaron tus abuelos. Fin de la parada.
Sigamos: otro de los grupos fundados a mediados de la década, y que le compite el honor de ser el primer grupo de rock en El Salvador, son Los Satélites del Twist y los Holly boys. Estos completan, digamos, la santísima trinidad que le dio origen a nuestro movimiento urbano. Pero ¿cómo lograron consolidarse en la escena musical nacional? Pues hay un nombre y apellido detrás del éxito de estos locos: Tito Carías.
Si tienen vivos a sus abuelos, pregúnteles quién era Tito Carías y de seguro les da una referencia más amplia. Yo, por este medio, diré nomás que fue un locutor y Dj radial en la década de los 60’s y 70’s. Estuvo encargado de organizar festivales de la canción, llamados «mano a mano», en donde dos banda enfrentaban entre sí, tocando canciones propias y ambos un cóver de la misma canción. Ganaba el grupo que más aplausos recibiera.
Dentro de los organizadores de estos festivales se encuentran locutores y personajes de la televisión como Sergio Gallardo, Willy Maldonado y Henry Saca, quienes se encargaron también de promover a las bandas locales en algunas radios como La Femenina y YSU, y de crear el movimiento musical de las «Buenas Épocas», que en realidad puede ser un símil al «Boom Latinoamericano»: una serie de maniobras editoriales para publicar talento literario en la región (de hecho coincidieron en temporalidad, debido a que el Boom se dio entre los 60’s y 70’s). A la postre, estos locutores se referirían a las Buenas Épocas en retrospectiva.
Finales de los sesenta y años setenta: el Big Bang
A partir de esta época se comienza a notar mucho más el movimiento rockero como tal. También surge una segunda ola de rockeros locos como Los Supersónicos, Los Mustangs, Los Intocables, Los Kiriaps y Los Beats. Cada grupo con su propio bacil.
Los Intocables se agenciaron con el premio al «Mejor grupo salvadoreño» en el Festival de la Nueva Ola Salvadoreña realizado en la Feria Internacional (Ahora CIFCO) en noviembre del 68. Un hito en la música que lo consolidaría como el grupo más importante de las buenas épocas… por ahora.
Los Kiriaps tenían un vacil muy The Doors Of Perception: Rock Psicodélico en toda su expresión salvadoreña. Canciones como Incomprensión o El viaje lo denotan, además del uso en demasía de los teclados y los contenidos sugestivos de sus letras. Mucha influencia de The Doors.
Los Supersónicos y los Beats compusieron temas como Tan lejos de ti y Verónica respectivamente. No tienen nada que envidiarle a rolas como las hechas por Los Mitos en España o Los ángeles negros de Chile o La joven guardia de Argentina.
Pero si ahora hubo una canción que me llamó poderosamente la atención es un tema de la Tercera Ola de talentos salvadoreños. Una banda formada en Santa Tecla que incluso grabó profesionalmente en Costa Rica, componiendo temas originales y con un cantante excepcional: Tú eres luz, de Los Juniors. A mi juicio es de las mejores canciones de la Nueva Ola. Dicen que fue un verdadero hitazo. Este grupo además fue de los primeros en tener influencia directa y confesa del Rock Latino por grupos como Barrabás y Carlos Santana. Incluso es de las bandas que más y mejores registros audiovisuales poseen en Youtube.
Otra gran canción, y creo que es la más conocida y la más coreada por las juventudes Milenials, es El amigo que perdí, de los Die-Blitz. Hay una confusión en donde esta rola se le atribuye a Los Vikings de Usulután, pero esta canción tiene una historia triste de transfondo: esta rolita fue escrita en junio-julio de 1970, debido a que el primo de uno de los integrantes de la banda tomó un arma y se suicidó el 8 de junio del mismo año. A partir de ahí se construyó todo un hito de la música salvadoreña. Y quizá, sin saberlo ellos, sería ese «himno luctuoso» que siempre se pone en los velorios del bróder o de la bicha que se echaron el otro día, ustedes saben, veá. Esta rola participó el primer festival de música juvenil, organizado por el Ministerio de Educación, donde compitió con bandas como Los Apaches y Los Supersónicos, ya consolidándose. Tenían todo para perder, pero esta rola fue tan bien recibida por el público que ellos ganaron la competencia y El amigo que perdí fue considerada la mejor canción salvadoreña del año 1970.
A este punto ya no los quiero aburrir; hablar sobre un movimiento musical es una tarea compleja, a sabiendas de que en El Paísito no hay muchos registros auditivos de las bandas y en la Internet existen pocos testimonios sobre lo ocurrido. Sépanlo que ese movimiento rocanrolesco fue algo sin precedentes y sentó las bases del Rock puro y duro de los 90’s. Vamos a ir abordando estos temas en las próximas entregas.