Voy a tratar de revivir los restos de la vívida unión y entrega que mostró el Quinto Curso del Instituto Nacional Genral Francisco Menéndez del año escolar 1971. Estoy seguro que si esa Promoción no fue única, al menos es imposible duplicarla.
Pero entonces, en 1971, era la primera vez que se vio algo así en todo El Salvador.
Una Promoción de secundaria, que por primera vez en la historia de El Salvador, estremeció las principales arterias y calles de San Salvador con protestas y demostraciones públicas. Nunca antes el estudiante de secundaria había protagonizado disturbios en la nación, hasta entonces eso era territorio exclusivo de los universitarios.
Una Promoción que había escogido democráticamente, y desafiantemente, el nombre que simbolizaba Revolución y Socialismo: Ché Guevara.
Una Promoción que decidió, democráticamente, y por primera vez en la historia del Instituto Nacional, presentarse a los actos de graduación en uniforme, y no con el tradicional “traje entero”.
Una Promoción, en fin, que decidió ser la primera en negarse a estrechar la mano a un Ministro de Educación, y al Director del Instituto, don Chalo, durante la entrega de títulos.
Promoción Rebelde, estudiosa, pero más madura políticamente, y con un casi perfecto liderazgo… como ninguna otra… esa fue la Promoción 1971 “Ernesto Ché Guevara” del Instituto Nacional “General Francisco Menéndez”… y que honrosamente soy parte de ella
Quiero hacer un homenaje a esas 500 góndolas del 71…, y a los nuevos bachilleres de mi terruño que este mes, como mi Promoción hace 37 años, terminan sus estudios de secundaria…
¡Felicidades, y mucho ánimo compañeros bachilleres…!
El Despertar: La Huelga de ANDES 21 de Junio
1971 fue un año turbulento, el magisterio nacional sindicalizado en A.N.D.E.S 21 de Junio, había decretado una huelga nacional por mejoras en beneficios y la Ley del Escalafón. Era la segunda huelga de maestros (la primera en 1968) contra el gobierno del Presidente tapón Sánchez Hernández. Pero en esta huelga de 1971 tapón la reprimió y apresó a Mélida Anaya Montes, líder de ANDES… consecuencia de esto vino las manifestaciones, masacres, y aprisionamiento durante el resto del año.
La planilla de docentes en el Instituto Nacional “General Francisco Menéndez” estaba partida, la mayoría apoyaba el paro, pero una minoría, y entre ellos el director Gonzalo de Jesús Hernández, don Chalo, no apoyaban la huelga.
No se podía ser entre camagüe y elote, por lo que don Chalo fue tildado de “pecenista”, y en esos días era suficiente para ser odiado, hostigado y hasta se le echaba bola negra.
Entonces, un día del mes de Julio, en el plantel, la bola se comenzó a regar que había que salir a la calle en manifestación en apoyo de los maestros. Increíblemente nadie se ahuevó y casi todos salimos a las 10 de la mañana a organizarnos para salir en manifestación.
La principal razón de apoyo se pensaría era para irse a la casa, pero fue realmente asombrosa la respuesta al llamado; por supuesto, algunos se fueron para sus casas, pero la mayoría respondió a la convocatoria y fuimos al desfile. Había entre 5-10 líderes salidos de la nada, y que nadie había nombrado, pero que imprimieron disciplina y organización hasta el día de graduación.
Hasta ese día, yo, como estoy seguro eran la mayoría, sólo habíamos estado en desfiles patrios de la independencia, pero nunca en un desfile político. 500 futuros bachilleres liderando a casi dos mil estudiantes del primero al cuarto curso, todos bien uniformados, la mayoría éramos chavos y chavas virguitos, quienes entonando fuerte salimos gritando a todo pulmón por la 25 Avenida Norte “-Gorilas, hijosdeputa, los estudiantes somos vergones… ché, ché, ché, ché…”.
La manifestación llegó al Central de Señoritas por el Hospital de Maternidad, pero la directora y el personal echaron candado a los portones y aunque las chavas querían salir, no pudieron, entonces nos dirigimos al Anexo del Central de Señoritas, a digamos dos kilómetros y situado entonces en el edificio que hoy aloja la Alcaldía Municipal de San Salvador y que antes de llegar a ser Anexo, era el caserón que hospedó al Instituto Nacional por años.
En 1971, el Instituto Nacional aún no era llamado INFRAMEN, sino así: Instituto, o Nacional, a secas; los otros colegios, y la prensa nacional, lo referían como las siglas de cobre en el cuello del uniforme: IN. Para nosotros INFRAMEN era el nombre del periódico mensual que teníamos intramuros.
Al llegar al antiguo caserón del Anexo del Central de Señoritas ¡increíblemente!, las chavas con su uniforme todo color blanco, como candelitas de yeso, ya nos esperaban afuera organizándose en fila india sobre lo que hoy es Avenida Juan Pablo Primero. ¡Qué belleza!, el estrógeno ruge en las cuzcatlecas, crema y nata de la adolescencia femenil salvadoreña, capitalinas de clase media y baja en sus 13,14, y 15 años, todas en el otrora Plan Básico, esperándonos organizadas afuera para ir hacer bulla en apoyo de los maestros salvadoreños.
Muchas de ellas caerían durante la sublevación mestiza contra la Patria del Criollo en los 80s.
El desfile era ya respetable y nos dirigimos al Palacio Nacional haciendo bulla y trabazones por todos lados. En el Palacio Nacional hicimos una sentada y un minuto de silencio en pleno mediodía de ese día de Julio… y eso fue todo, luego nos dispersamos y calabaza, calabaza, cada quién pa su casa… y al llegar a casa pues a gritar a todo pulmón “mamá tengo hambre”.
El gobierno acusó a organizaciones de la Universidad Nacional de haber organizado esa manifestación, yo puedo hoy afirmar que eso fue falso, nosotros decidimos desfilar por voluntad propia, nadie nos dio paja, fue como un inevitable huracán de hormonas haciendo bulla en San Salvador.
Hicimos dos manifestaciones más y la segunda fue porque don Chalo, director del plantel, quiso reprimir las protestas prohibiendo a los líderes entrar a clases y cerró el portón de entrada del plantel a ellos. Ese día todos salimos afuera para apoyarlos e hicimos un pequeño mitin en la entrada, cerrando la calle por supuesto, pero debido más que todo a que se estaba haciendo chapupa eso de las manifestaciones, y segundo el motivo, ¿porqué y para qué?, el desfile que rápidamente se armó fue pequeño, quizás unos 600 compañeros, pero no menos bulliciosos.
Las manifestaciones generalmente se dirigían a la plaza Libertad… pues hacia allí desfilamos esa mañana… y llegamos sin problema dos horas después… “pero al momento llegó un bus gris lleno de cuilios que se paró en el lado sur del parque intimidándonos, con este primer movimiento de la chota la mayoría salió escupida corriendo para sus casas, pero entre 75-100 estudiantes nos quedamos y continuamos oyendo al cuchito Morales que subido en el monumento gritaba contra el imperialismo yanqui y el imperialismo inglés. la cuilia hace amague de salirse del bus pero los compañeros no se achican… la animala se abalanzó sobre nosotros y fue cuando salimos todos en guinda…” (Extracto de un diario personal)
El Viernes 2 de Junio de 1972
Finalmente todo culminó con la sangrienta manifestación del 15 de Septiembre de 1971. Luego llegaron los privados en Diciembre, la fiesta de graduación en Enero/72, el examen de admisión en la Universidad Nacional en Febrero… y finalmente la graduación el dos de Junio.
Ya habíamos decidido desde septiembre que no íbamos a presentarnos en “traje de gala” como se acostumbraba, sino uniformados, y ese mismo día decidimos ponerle nombre a la promoción lo cual cuento desde mi punto de vista en el pasaje de Don Chalo. Sin embargo no se nos permitió poner el nombre de la Promoción en la tarjeta de invitación al acto, solamente se nos permitió escribirlo críptico, difícil de leer “che”, en la escarapela de la Promoción.
Tradicionalmente los nombres de graduaciones de bachilleres en los centros de estudios llevaban nombre de profesores, ex-profesores, ex-estudiantes, o algún notable… nosotros decidimos quebrar esa tradición y votamos en mayoría por llamarnos Promoción Ché Guevara.
El cine o teatro Popular, o “el Pulgoso”, como le llamábamos en mi barrio por el vergo de pulgas, chinches y telepates que se traía de allí, era el cine más barato de San Salvador hasta 1966. Era hecho de madera y lámina, sucio, maloliente, graderío de madera, como en los circos, y letrina de fosa; también se organizaban matinés de lucha libre y boxeo profesional. El edificio era cuadrado y por el dolor de nuca después, era paloma quedar en los lados, pero eran las tablas más baratas, pues las sillas de “ringside” no había butacas aún allí estaba fuera de mi alcance. Hasta mis 10 años, en este cine vi decenas de películas, triples por cinco centavos los domingos a la 1 pm. eran mis favoritos, aunque saliera con un espantoso dolor de cabeza y nuca… y el vergo de pulgas y talepates.
El cine Modelo, México, Capitol, América y el Pulgoso, era la diversión de la currunchunchún de San Salvador en los años 50s y 60s y 70s, pues la televisión era inalcanzable.
El Pulgoso fue demolido en 1966, y en su lugar se construyó el precioso cine Libertad, yo entré por primera vez un inolvidable 28 de diciembre de 1967 a ver la película El Gran Escape cuando una reventazón de cuetes nos sacó espantados del cine. Los puestos de pólvora enfrente del cine habían agarrado fuego, y mi madre tenía puesto allí, cuando salía en carrera del cine vi a mi madre corriendo a mi encuentro, ¡fue el momento más feliz de mi vida!… Pero mi madre, que murió en noviembre un año después, ya no estaría en el cine Libertad para mi graduación de bachiller en 1972.
En la mesa entregando los diplomas estaban la Ministro de Educación licenciada Antonia Portillo de Galindo, el querido profesor Humberto Perla Flores, el subdirector Mario Aguilar, y el director Gonzalo de Jesús Hernández, el popular don Chalo (son los nombres que escribí en mi diario, pero estoy seguro habían otros maestros y ex-maestros). La entrega de diplomas se hizo en orden alfabético, de la A-LL, y M-Z.
El Rechazo
Entonces algo que no habíamos acordado comenzó a suceder, los primeros estudiantes en subir a recoger el diploma entregado por la Ministro Galindo le dejaban la mano tendida, no sólo a ella sino también a don Chalo, sólo estrechaban la mano al burrito Perla y los otros maestros. Aunque no eran todos pues algunos si estrechaban manos con ellos, la mayoría no lo hacía, ignoraba a los dos a propósito. La Ministro y don Chalo se veían totalmente ahuevados y sin saber qué hacer…
Yo tampoco tenía idea que putas iba hacer cuando llegara mi turno de subir al estrado, pues de esto no se había hablado. Le pregunté a mi gran alero a la par, aquél también estaba asombrado y dudoso… había un ronroneo entre la mara, y cuchicheo entre los familiares en las filas de atrás… al terminar la letra LL, don Chalo paró la entrega y dio un receso de 15 minutos.
Fue entonces cuando el “cuche” Morales Ruíz, nuestro máximo líder, prácticamente asaltó el estrado y agarró el micrófono de la mesa, un profesor trata de detenerlo, pero él simplemente lo ignora, don Chalo le dice algo al oído pero él se niega a regresar el micrófono y comienza más o menos así (esta parte la escribí en mi diario): “compañeros, a pesar de la represión de la dictadura y la represión de la dirección del Instituto tratando de detenernos, nada ha podido evitar que hoy nos graduemos, así como nada ni nadie detendrá a nuestro pueblo en su lucha por su libertad…” y siguió hablando por alrededor de cinco minutos echándole verga a la dictadura y chinas a don Chalo…, y dramáticamente terminó diciendo “… ché Guevara, hoy te saludamos, ¡Viva El Salvador libre!”, levantando el puño izquierdo en alto.
Los familiares estaban confusos y muchos totalmente horrorizados.
La Ministro de Educación Portillo de Galindo se levantó con muestras claras de hallarse emputada y se fue del evento.
Yo sentí un gran alivio.
Una semana después el Ministerio de Educación anunciada la prohibición de nombres a las promociones en los planteles nacionales…
Pero yo sí le di la mano a don Chalo…
Aunque no se la hubiera dado a la Ministro…
Era una Ministro fraudulenta.