Las señales son claras. Si a pesar de ello usted decide esperar, suya y solo suya será la culpa. Preparémonos para lo que viene.
La separación de poderes tiene muy poco sentido. La corrupción está impregnada en los niveles más altos del gobierno. Al electorado cegado por la narrativa no le intereso ninguna oferta política; todo puro producto emocional, un discurso venenoso y el gran apetito de poder de Bukele. Estamos por perder cualquier apariencia de Poder Judicial independiente y creíble. La persecución política ya comenzó. Estamos ante una bacteria carnívora que destruye todo a su paso con su característica agresivísima. No hay populismo democrático, siempre tiende a personas deshonestas, al AUTORITARISMO.
Hay que darles una buena lectura a los hechos. He escrito sobre los fenómenos antropológicos, sociales y políticos del 28F. Hoy le toca su turno al análisis del comportamiento del gran empresariado salvadoreño, que pondrá en discusión algunas interrogantes. ¿Cómo pasaran a la historia? ¿Cuál es el pecado? La experiencia es sabiduría, más sabiduría la experiencia en otros.
La desgracia mayor de los nicaragüenses fue el pacto Alemán-Ortega. Quince años después nos evidencia los terribles efectos políticos, económicos y sociales. Esa es la desgracia que hoy vive Nicaragua, acaecida a mediados del 2006, cuando se destruyó el sistema de partidos, en los pleitos internos de la coalición y el pacto de Alemán-Ortega el 2007 con el arribo de este último al poder por segunda vez. Tuve el privilegio de acompañar por un promedio de año y medio la resistencia a que esto no se diera, pero no fue posible; estaban llenos de euforia y optimismo que eran invencibles.
Los grandes empresarios aceptaron darle a Ortega todo el poder político sin restricción. Los empresarios recibirían los beneficios y harían dinero, con medidas económicas para su provecho. La limitación que aceptaron a cambio fue, no participar en política partidaria alguna, ni apoyar financieramente a ningún partido político: se estaba consumando un auto- gol, pero tenían muchas ilusiones, euforia y entusiasmo por el acuerdo y no escucharon. Al pitazo final, el partido está perdido. Le compraron la soga a su verdugo, con la cual los ahorca ahora. Hoy vuelan con entre neblina y sin instrumentos.
Todo fue emocional, el acomodamiento, por los grandes negocios, oportunidades, donde hasta Ortega participa, su pandilla de amigos, familia y allegados. Con el correr del tiempo el crecimiento económico vino de manera ascendente; cuando nos reuníamos, se pavoneaban y me decían te das cuenta de que no tenías razón, es necesario un diálogo sin conflicto, que ellos sí tenían visión estratégica. Yo replicaba: estos no es sostenible en el tiempo. A finales del 2018 y principio de 2019, ya tomadas las instituciones por Ortega, vino la convulsión social y reclamos contra el autoritarismo, la arbitrariedad, la amenaza, el insulto, con una brutal respuesta de represión y muerte. El poder estaba amenazado y todo comenzó a venirse a pique para el empresariado y para todo el pueblo nicaragüense, que hoy están atrapados y lo peor que hay algunos que no se han dado cuenta todavía. No acepto de nadie preferir negocios a garantizar las libertades y bienestar. No se puede comprometer la institucionalidad por logros individuales sobre los colectivos Cualquier semejanza con El Salvador es pura imaginación del que lo está leyendo. ¿El 28F JUGAMOS AL AUTO-GOL?, pregunto. Las huellas y los signos dejan interrogantes. Hagan ustedes sus propios cálculos.
En columna posterior les platico otra lección aprendida. La de Venezuela, donde de 1990 a fines 1997, también tuve el privilegio de reunirme con Caldera y Carlos Andrés Pérez, en el mismo calvario. El sistema de partidos políticos estaba en destrucción. Enfrente estaba Chávez con su autoritarismo, indultado por Caldera, con una masa, que veía con esperanza terminar con la corrupción. Les decía: les espera una dictadura de Chávez o con Chávez, era un regreso al pasado más reciente: Pérez Jiménez. En las encuestas no salía nada más que Chávez. La gente no votaría por un presidente alguien que ofrece un futuro, vota por un vengador, sin importar las consecuencias. AD y COPEI, MAS y otros fallaron en el esfuerzo hoy, la dictadura perfecta.
La democracia no tiene precio. No se vale incendiar la democracia perdiendo el futuro. Es perder el destino, sin dar la batalla. No es el futuro enterrando el pasado, es el pasado enterando el futuro y si lo quieren más claro, es asesinar el mañana. Parodio a Vicente Fernández, “vale más la democracia, que mil quintales oro, por eso sos mi tesoro”.