¿Estamos asistiendo al final de la globalización o es demasiado exagerado hablar de su posible decadencia?
Ideas principales
En nuestra opinión, y aunque se enfrenta a numerosas dificultades, no estamos ante el fin de la globalización.
A pesar de los cambios que se están produciendo en el proceso de globalización, muchas compañías de todo el mundo continúan generando gran parte de sus ingresos y beneficios fuera de su mercado nacional.
Las consecuencias de la evolución de la globalización en la inversión podrían tardar varios años en materializarse, lo que pone de manifiesto la importancia de invertir con una perspectiva a largo plazo.
Talha: La globalización es el proceso de creciente interdependencia entre las economías mundiales, expresada a través de los flujos financieros, migratorios, de comercio transfronterizo y de información. En términos históricos, la globalización ha tenido sus altibajos, pero en general ha mostrado una tendencia alcista.
La Revolución Industrial, las mejoras en el transporte de mercancías y la revolución global de internet han respaldado esta tendencia de globalización, mayoritariamente positiva. La velocidad a la que se distribuyen los productos y se transmiten las ideas también ha aumentado, mientras que la curva de costes ha disminuido, lo que ha llevado a un aumento de la eficiencia y a un crecimiento económico generalizado.
Es evidente que las guerras y los conflictos no favorecen la globalización, sobre todo si los riesgos se extienden y comienzan a afectar a las cadenas de suministro. Echando la vista atrás, el orden internacional que se estableció tras la Segunda Guerra Mundial favoreció enormemente la globalización y las medidas de reconstrucción posteriores a la guerra tuvieron una gran importancia en este sentido.
Más adelante, el proceso de integración europea, que comenzó con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en la década de 1950 y que acabó convirtiéndose en la Unión Europea, ofreció también un gran impulso a la integración del sistema económico mundial.
Tras la caída del Muro de Berlín, se vivió un periodo que podríamos llamar de «hiperglobalización», en el que el fin del telón de acero que afectaba a Rusia y otros países bajo su control coincidió con la integración de China y otras economías emergentes en la cadena de valor mundial. El resultado fue un periodo de relativa paz y estabilidad geopolítica.
Esta fase de «hiperglobalización» alcanzó su punto álgido antes de la crisis financiera mundial y ha ido retrocediendo desde entonces, algo que podemos ver en los términos de intercambio, el producto interior bruto mundial y los flujos financieros, que no han recuperado los máximos que registraron en 2007.
Por otro lado, tras la crisis financiera mundial comenzaron a ganar protagonismo en varios países las corrientes políticas más nacionalistas y populistas, lo que también afectó a la globalización. Esta crisis financiera se convirtió en el primer choque sistémico que logró provocar una gran perturbación, pero la pandemia de COVID-19 y ahora la guerra de Ucrania han provocado nuevas crisis que han cuestionado aún más la importancia de los mercados globales frente a la seguridad nacional.
El actual periodo de la globalización se enfrenta a numerosas dificultades, pero eso no significa que nos encontremos ante el fin del proceso. En mi opinión, lo más probable es que en los próximos años asistamos a una reconfiguración de la globalización. La pandemia y la guerra han hecho que los países se replanteen la durabilidad de sus cadenas de suministro.
Hay una tendencia creciente hacia la localización o regionalización que disminuye algunos de los riesgos asociados a la dependencia de un país o una región como fuente de producción.
Es importante reconocer que la respuesta a la pandemia, sobre todo en lo que se refiere al desarrollo de las vacunas, puso de manifiesto las ventajas prácticas de la globalización.
La comunidad internacional de científicos que trabajó a una velocidad vertiginosa para desarrollar una vacuna no habría sido posible si no hubiera sido por la globalización, las ideas y la ciencia.