Desde la denuncia del gobierno del partido y del partido de gobierno, hace un mes, de una estrategia deliberada de desgaste de la derecha conducente a un golpe de Estado, se ha conformado aceleradamente una nueva situación en El Salvador, profundizándose la confrontación nacional con consecuencias nefastas en la capacidad del gobierno y del país entero de enfrentar los grandes problemas nacionales. De seguir su curso y agudizarse, se profundizaría el entrampamiento nacional y una crisis cada vez mas generalizada que sometería a nuestro pueblo a sufrimientos mucho mayores de los que ya padece, volviéndose mucho mas difícil levantar al país después. Todavía estamos a tiempo de salirnos de semejante trampa, contribuyendo –todos– a evitar otra debacle nacional.
Después de la denuncia de la estrategia de desgaste conducente al golpe, citando recurrentemente al estadounidense Gene Sharp, teórico y estratega de los “golpes blandos”, identificaron como parte de dicha estrategia los asesinatos y el paro de las maras del Gran San Salvador la última semana de julio, luego lo denunciaron con sus contrapartes del ALBA solicitándoles su solidaridad. Inmediatamente después el presidente Maduro, de Venezuela, denunció la agresión de la derecha y el imperialismo al gobierno de izquierda en El Salvador, seguido de diversos representantes de gobiernos y partidos afines en Latinoamérica.
A continuación, en una reunión extraordinaria, los cancilleres del ALBA decidieron hacer frente a las amenazas de “golpes suaves” contra los Gobiernos de Ecuador y El Salvador, anunciándose una próxima misión de sus cancilleres al país. Y la prestigiosa revista académica estadounidense, de izquierda, The Nation, publicó un artículo donde analiza la estrategia de desgaste de la derecha contra el gobierno con la ayuda de Washington.
A principios de esta semana la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) se pronunció en San Salvador frente al agravamiento de la violencia y denunció la persecución política al partido ARENA, mientras el presidente de ANEP convocó a sus contrapartes de Venezuela y Ecuador para hablar del fracaso en sus países del “Socialismo del Siglo XXI” y advertir de los peligros de implementar ese modelo en El Salvador. El secretario general del FMLN interpretó dicha reunión con las contrapartes “golpistas” del presidente de ANEP como prueba de lo que vienen denunciando.
Dicha narrativa llega a El Salvador un año después del primer año de gobierno del presidente Sánchez Cerén, en que los crímenes han roto los récords históricos y el crecimiento lento de la economía se consolida. Pero el presidente de la República –que ganó por solo 6 mil votos y tiene un año después los niveles de popularidad más bajos del primer año de los gobiernos del último cuarto de siglo– y los otros dos líderes del partido creen que efectivamente hay una estrategia de golpe en ejecución. Esa es la línea que le han bajado a toda su militancia y amigos cercanos. Yo mismo lo comprobé cuando dos personas que aprecio vinculados históricamente con la tendencia hegemónica en el FMLN me dijeron, separadamente, que el gobierno y el partido “enfrentan una guerra de la oligarquía y del imperialismo…”. Esta semana convocaron a líderes afines del movimiento social a cerrar filas contra al golpe y por la gobernabilidad. Si han impulsado con tanta determinación esa estrategia es porque creen que les ayudará a cambiar progresivamente la correlación de fuerzas a su favor y a gobernar mejor.
Es posible que en este primer mes hayan avanzado en sensibilizar y cohesionar a la militancia y a sus más próximos aliados nacionales e internacionales, pero no creo que hayan logrado, todavía, nuevos apoyos y aliados a nivel nacional e internacional. Anteayer, en un evento de rendición de cuentas de la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores, el canciller Hugo Martínez invitó, con muy buen criterio, a tres buenos y distintos comentaristas. Al joven y moderado empresario Carlos Calleja –que ha acompañado al gobierno en las reuniones de la Alianza para la Prosperidad, por eso criticado por algunos de sus colegas más conservadores–, al embajador de la Unión Europea acreditado en nuestro país, Jaume Segura, y a la directora de la escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de El Salvador, Jackeline Rodas. Todos le apostaron a la unidad del país para enfrentar los problemas. Y ayer, el editorial siempre moderado y constructivo de LA PRENSA GRÁFICA, después de no darle crédito a los propósitos e intentos desestabilizadores, afirmaba “…en todos los casos en que esto se da, los efectos de insostenibilidad y de fracaso no son ocultables y el argumento más trillado para buscar escudos protectores por parte de aquellos que se han sumado a la aventura populista consiste en achacarles todas la responsabilidad de los trastornos en la vida diaria a los “enemigos” ideológicos”.
Bajo esta línea de conducción política se exacerbará la intolerancia, la estigmatización y la polarización, restándole espacios y legitimidad a las voces sensatas que desean que el gobierno y el país salgan adelante. Hay que actuar ahora y mañana, porque pasado mañana será mucho más difícil y costoso levantar al país que, por esta vía, se deteriorará aceleradamente en los próximos cuatro años, estallando antes una gran crisis nacional. Salgámonos ya de semejante trampa. Construyamos juntos otro camino. – See more at: http://www.laprensagrafica.com/2015/08/20/profundizacion-de-la-confrontacion-hacia-la-crisis-nacional#sthash.2RfMSpUv.dpuf