Un viaje de San Salvador a Moscú
INDICE
Introducción 3
1. Una misión largamente esperada 3
La despedida frustrada 4
El último domingo en San Salvador 7
Rumbo a Puerto Barrios, Guatemala 8
En Aguilares 10
Una visita obligada al Delirio 13
En Citalá 14
Pensando en la Jose… 17
Rumbo a Honduras 19
2. La persecución 19
En Quezaltepeque 21
Sin novedad en Quezaltepeque 23
El encuentro con los sindicalistas Remberto y Emilio 24
En Izalco 26
En el barrio México de Sonsonate 27
Descubriendo la Calle sin Ley 29
Mi encuentro con el General Calderón, Chaquetilla 30
3. En Honduras rumbo a la patria del socialismo 32
Los debates con Graciela 34
Sin las mujeres no puede haber revolución 36
Origen y posición de clase 37
El antiimperialismo de Don Beto 39
Hacia Puerto Cortés 40
Hacia La Habana 41
La memoria es una pelea por el sentido del pasado 43
Con los sindicatos cubanos 45
Con el Polaco 47
Hacia Madrid 50
En New Orleans 52
De la iglesia clandestina a la iglesia negra 55
El encuentro con Claudia 56
4. De alta contra el comunismo: Sí mi General (Sonsonate 1931) 58
Rumbo a Juayúa 59
Salcoatitan 62
Nahuizalco 63
5. Un hallazgo atemorizador 63
Rumbo a Madrid 66
La no muy discreta quema de conventos 67
Rumbo a París 69
En la Exposición Colonial 71
Rumbo a Frankfurt 76
6. Nahuizalco en resistencia 79
En Santa Catarina Masahuat 81
Rindiendo informe al Jefe 83
De nuevo en Izalco 85
El mitin de los comunistas 88
Rumbo a Sonzacate 91
7. Berlín 1931. La ciudad de los swingjugend, de los comunistas y de los nazis 94
La Legación de Salvador en Berlín 96 La última noche de copas 98 La cena con el antropólogo Leonardo 99 La cena turca 101 En la militancia combativa 104 La última cena…con Don Chico 104 Rumbo a Hamburgo 106
8. Esperando a la mentada María 109 El circo México de Chocolate 109 Leonardo, el alemán sospechoso 112 En la champa del Taita Tiburcio 113 Rumbo a Guaymoco 115 Una visita misteriosa en Armenia 117 Las confidencias del sacristán 119 Cacaluta y el saludo de los Cumpas 121
Introducción
El famoso y misterioso arquitecto italiano Filipo Butrus Targa que construyó el también famoso y tenebroso Castillo, sede por mucho tiempo de la temible y odiada Policía Nacional, con sus zonas de tortura incluidas en el sótano, narra en la segunda parte de sus Ricordi Della Tropico, publicadas por la Universidad de Nápoles en 1947, que a principios de los años treinta del siglo pasado, reparó el edificio de la antigua sede de la Guardia Nacional, ubicado en Santa Anita, y que escondidos en los salientes de una derruida pared, encontró varios libros en su mayoría de doctrinas esotéricas y un extraño manuscrito firmado por un tal Víctor Regal…el cual consistía de 87 folios, los cuales leyó y guardó por mucho tiempo.
Pero luego dispuso entregarlos como un gesto de agradecimiento a un hábil diplomático salvadoreño que sirvió en Roma, y por una de esas cosas del destino el amarillento escrito terminó misteriosamente en una destartalada venta de libros usados, propiedad de Don Mateo Zaldaña, en el antiguo y céntrico Parque San José, recluido en medio de una polvosa y gastada Algebra de Baldor, donde casualmente pudimos encontrarlo en una tarde calurienta y lluviosa, y de esta manera facilitar su divulgación. A continuación el interesante texto encontrado, que divulgamos tal como fue hallado.
1 Una misión largamente esperada
-Salís mañana a primera hora. La noticia me estremece, lo había escuchado ya y luego soñado, deseado, y hoy el rumor se convertía en realidad. Fingí sorpresa y Oscar me repitió pausadamente pero con firmeza: Salís mañana a primera hora. Es decisión unánime de la dirección del Partido. Ya lo sabía, pero esperaba este anuncio oficial, solemne, en la voz del mismísimo exsecretario personal de Sandino. Ja,ja,ja. Deseaba conocer Europa y principalmente Rusia y esta era la oportunidad dorada. La vida me sonreía. Invictus.
-¿Y cuál es la misión? pregunte con fingida humildad. -Necesitamos que le lleves una encomienda urgente a un camarada en Moscú, vas a preguntar en la oficina del Comintern por el tovarish Nikolai B. y le entregas este sobre, a él, me entendés, sòlo a èl. ¿Puedo leerlo? Si, léelo, es nuestra visión sobre la situación del país y una solicitud…y mirá, yo fui el que te propuse así que no me vayas a fallar. ¿Y por qué yo? Sos el único que puede lograrlo. ¿Sabes que Ignacio ya salió para México y seguramente de ahí viajara hacia la Nieve? Así que mañana pasara un compañero a buscarte de madrugada. ¡Estás listo! -¿Quién es? -No lo conocés. –Va conmigo hasta allá?-No, solo a dejarte en Puerto Barrios, de ahí seguís solito.
Se acerca y me ofrece un abrazo fraternal, cómplice, y me susurra aunque estamos solos: hay te tomas unos vinitos a mi salud, pero no te pasés. Y cuidado con las rusas o te vas a quedar viviendo allá. Veo sus ojos marrones cansados y además tristes. Lo acompaño a que tome el tranvía hacia el centro, cuídate, nos vemos al regreso. ¿Y si no regreso? –—Ya vas de bromista. Nunca volveríamos a vernos.
La Calle Arce esta desolada. Es temprano. Observamos el tranvía que se desplaza desde la parada del Hospital Rosales. Viene casi vacío. Agustín se sube y se sienta. Me saluda desde su ventana. Hay algo en su mirada que me impacta y que nunca podré olvidar. Lo veo alejarse y perderse en el horizonte del centro bullicioso y soleado. Me queda un día, un domingo de diciembre de 1931 en este país de mengalas, volcanes y golpes de estado. Decido salir a desayunar afuera, camino hacia el centro. Me siento alegre y ansioso. Dueño del mundo.
Camino meditando en que la vida es extraña, impredecible. ¿Quién iba a decirme que este domingo soleado tropical estaría por emprender el viaje más extraño de mi atribulada existencia hacia lejanas tierras donde los proletarios habían derrocado al zar y estaban construyendo una nueva sociedad, el socialismo? Soñaba con verlo y el sueño iba volverse realidad, caminar por el Kremlin, visitar sus fábricas, ir a sus mítines, enamorar a sus mujeres, observar la bandera roja con la hoz y el martillo flamear en lo alto de los edificios, conocer a los camaradas de Lenin…
Llego a la Cafetería Roma y entro. Hay pocos clientes. Ocupo una mesa que me permite ver hacia el parque Dueñas. Siento el olor a café recién colado y a plátanos fritos y lo disfruto enormemente. ¿Va desayunar? –Sí, Roxanita, tráigame huevos picados y frijoles aguados y una taza de leche con café. Ah y dos panes franceses. Me gusta la sonrisa de Roxana, es mezcla de coquetería y sensualidad. Le pregunto por el novio. -Usted bien sabe que no tengo. Estoy esperando que se decida. Suspiro profundamente y me la imagino desnuda, con sus senos erectos y un lunar en su nalga izquierda, caminando por mi cuarto distraída luego de una noche salvaje de encuentros eróticos. Desayuno tranquilamente, degustando cada porción y observando cada detalle del momento. Al salir de la cafetería me encuentro con mi amigo y casi cuñado, el inefable Cesar.
Es del Partido y también poeta.-¿Y cómo es que andas tan temprano por estas calles de Dios? ¿Estás enfermo? –Voy a hacer un mandado, acompáñame, venite -¿Dónde vas? –A buscarle una medicina a mi mamá, que no ha podido dormir toda la noche. Vamos, venite! Ya me contaron que vas de viaje y vas lejos. -¡Puta! Suerte que es información altamente clasificada, compartimentada, porque si no ya estaría capturado, torturado y rumbo al paredón.-Con que iba ir a tu casa a avisarte que te hemos preparado una despedida para este martes en la noche, no vayas a faltar. ¿Dónde? Donde tu novia la Josefina. -Adelántala porque me voy mañana. ¿No jodás? ¿seguro?
La despedida frustrada
-¿No te puedo creer? Mira, antes que se me olvide, dejanos la biblioteca, el fonógrafo y los discos, las pinturas y si se puede también el bar y bien surtido hasta con boquitas. Y si se pudiera también a la Josefina. – No jodás ¿Cómo que no fuera a regresar? Así como van las cosas lo veo difícil. Ese chafarote desquiciado de Martínez que ustedes mismos apoyaron y siguen apoyando está cabrón y es cabrón. ¿Ustedes mismos apoyaron? Y peor va ser luego de las elecciones ¿Sabes que voy en el consejo de Mejicanos? –Ya perdieron. –No jodás, mejor decí que ya ganamos.-Regresando al punto mi próximo y querido Odiseo, la veo cuesta arriba, nos va tocar buscar una lanchita en Ilopango para que sea el Aurora y buscarnos un Trotski para crear el Ejército Rojo. ¿Y quién va ser Trotski? Quizás el Viejo Aureliano por lo cascarrabias, o el pasmado de Luís Díaz.
¿Y crees que vale la pena quedarme? -No hombre, si esto sigue. Lo único que cuando regreses te vas a tener que venir a cuadrar porque vamos a ser los temidos y respetados oficiales rojos que conducirán los cuarteles bermejos de nuestro heroico proletariado revolucionario. Y entre las primeras medidas de nuestro régimen socialista estará la de abolir el matrimonio por su origen de clase. –Veo que te estás alimentando con Engels el mostachón. –Es el único claro en estos asuntos de género. Mejor leete a la Kollontai.
Mirá el viejito sueco ya abrió la Santa Lucía. -Hola Don Cristóbal. ¿Qué tal muchachos? ¿Y que los trae a estas horas a esta humilde droguería? ¿Será alguna medicina para el mal de cola? ¿Están chorreando? –¿Y que ya has venido antes? Voy a registrar esa valiosa información para futuros interrogatorios partidarios. ¿Qué tuviste? ¿Gonorrea? No, fíjese que es una medicina para mi mamá. -¿De qué se trata?-Fíjese que está bien mala de la presión. Le susurro: de la angustia de tener un hijo como vos. –Le llevas estas pastillas una antes de cada comida y que guarde reposo. Me la saludás. O sea que sos candidato a yerno de Don Cristóbal. Cálmate, juga con el santo y no con la limosna. A ella le voy a decir.
Vamos a la casa, acompañame. ¿Hasta San Jacinto? Y que tenés que hacer?…nada. Vamos pues. Caminamos. Se siente un ambiente tenso, represivo, post-golpe. Pasamos por la Policía y se nos quedan viendo. Tendremos plante de subversivos o será por tu olor corporal, deberías de bañarte. ¿Andás armado? Pero de sueños e ilusiones. Al llegar la mamá de Cesar está haciendo desayuno. Siéntense ya les voy a servir. A mí no señora, yo ya comí. Mentiras mamá este es un gran penoso. Venga siéntese no tenga pena.
Me veo obligado a sentarme y comer. Doble desayuno. El café supera al de Roma. ¿Y tu hermana? No esta. Ya vas ¿Dónde anda? La metieron a un convento. No, la mandaron a estudiar a España. No hombre, ya va venir. Al llegar Erika descubro que podría enamorarme fácilmente. Es una muchacha inteligente, bonita y risueña. Cesar al ver la química existente se lamenta y confiesa que no fue buena idea llevarme a su casa. Mamá, este te estaba enganchando con Don Cristóbal. Cállese niño, deje de bayuncadas.
Erika me invita a la Finca Modelo. Cesar se nos pega. A mí fue que me invito. ¿No te dejan ir sola? Claro que si, ¿lo llevamos o lo dejamos? Yo te traje. Dejen de pelear y vamos los tres. Vas de clavo. Aquí está tu clavo y disimuladamente se toca los genitales. Tenele confianza a tu hermana. A vos es que no te tengo confianza. No le hagas caso que ya está casado y con hijos. ¿Es cierto? Decime. No le creas es pura envidia y celos. Caminamos y al llegar Erika nos invita a un sorbete. Lleva una coqueta sombrilla rosada. Nos sentamos frente al lago artificial a ver las travesuras de los monos y los patos. -Veniste a ver a la familia olvidada. Se parecen a vos cuando eras chiquito, incluso ahora. Pienso que sos el eslabón perdido.
Se parecen a vos hoy ya grande. Y ¿por qué no habías venido? Cesar me tiene sentenciado que no me acerque a vos.¿Y a vos que te pasa? Es por tu bien. Te busca por tu dinero. Es un pastelero. Pedile que te de un número y vas a saber qué número sos. Calmate. ¿Qué te pasa? Además se va del país. ¿Y para donde vas? No si son bromas de este. Sos un gran bocón. Contame. Voy para Guatemala. ¿Y por mucho tiempo? Mirale a los ojos cuando habla. No sé. Le susurrro a César: te merecés una buena vergueada. Mejor disfrutemos este momento. Te va a abandonar y te va dejar embarazada y llorando, además es loco para dormir, le hieden los pies y de ribete pedorro. Que hijuesumadre! ¡Me escribís!
Regresamos a la casa de Cesar y me despido. Camino hasta mi casa en la calle Arce. Hace calor. Las horas van pasando. En la casa mi mamá ha preparado de almuerzo sopa de frijoles con cachetes de cerdo, con rodajas de aguacate, queso duroblandito y tortillas tostadas, mi plato preferido. Todavía tengo que decirle que me voy. Mira mamá te voy a contar fíjate que me han invitado para ir a Guatemala a un encuentro de poetas. Qué bueno ¿Y cuando te vas? Mañana. ¿Mañana? Si es que hasta hoy cuadramos la fecha. Preparame ropa para llevar. Tene cuidado que dicen que en Guate esta fea la cosa. No te preocupes. Y con quien vas? Con un amigo. Quien? No lo conoces. Y cuando vas a regresar? No se. ¿Cómo que no sabes? Hay te pongo un telegrama. Tenés cuidado, no vayas a andar con bayuncadas por allá, acordate que es otro país. No me vayas a salir con un domingo siete. Te voy a salir con un domingo ocho. Un besito.
Como y después duermo la siesta. Sueño que estoy en una góndola en Venecia con la hermana de Cesar, con la Erika y que ella es una princesa indígena y nos vamos besando y nos vamos quitando la ropa y el gondolero nos regaña y resulta que se trata del viejito cascarrabias de Aureliano y luego nos capturan unos piratas negros antillanos y nos obligan a remar y remar hasta que llegamos al lago de Ilopango y compramos unas piedras maravillosas que nos regresan a la góndola esta vez sin Aureliano y seguimos besándonos y llega la policía y nos deportan hacia Nicaragua, Sandino nos espera en el aeropuerto junto con Blanquita y nos conduce a una mansión en las Segovias donde asistimos a un encuentro de teosofos, espiritistas y masones, incluyendo a Martínez que empieza a enamorarla y ella termina besándolo y yo que me le abalanzo y le propino una cachetada cuando veo que se trata de Araujo.
El último domingo en San Salvador
Despierto sudado y confundido. Peligrosa pesadilla. La tarde ha avanzado. Me levanto y me preparo un café y me pongo a leer. Lenin o Víctor Hugo. Abro Les miserables de Víctor Hugo. No me acuerdo donde me había quedado en la lectura. Me identifico con Jean Valjean. Se me acerca La Flaca, la violenta gata angora que sospecha mi partida y se me pega y ronronea y cierra los ojos y al sobarme parece que hace el amor con mi pierna, es un orgasmo y esta extasiada, ida. Cierro el libro y salgo. La Flaca me mira encolerizada. Me quedan pocas horas bajo este sol y este cielo. Me voy ir a tomar una Pilsener donde Ulises. Queda a unas pocas cuadras, al costado norte de la Basílica. Entro y me invitan a su mesa. Tenés silla reservada. Se trata de unos amigos siempre en categoría de permanencia voluntaria en este bar de nombre humilde, El Pirulí. Ya van bastante avanzados y son las cinco de la tarde. Las cinco en punto de la tarde y ya luchan la paloma y el leopardo.
Al verme Antonio sonríe, se pone de pie y recita solemnemente: Maestro epónimo de las letras y las artes. Escarpado vate. Invítenos a libar una ronda a su salud. Permita que los jugos de Baco endulcen su breve tránsito por este paradisíaco antro y ore para que las bellas que pronto vendrán nos despojen en sagrados aposentos de nuestros varoniles y viriles secretos. Instruya a estos bondadosos mayordomos que escancien los siempre amigables cantaros del vino que nos transformara en delfines y gaviotas seguros de un nuevo amanecer. He dicho.
Pido otra ronda para estos ilustres y gloriosos amigos a los cuales no veré por algún tiempo. Por suerte en este selecto club nadie sabe de mi partida. Se trata de Antonio, Quique y Gerardo. Antonio es un abogado in fieri, especialista en juicios espectaculares y en proyectos de viudas sin huérfanos; Quique es un vendedor de hielo “el pan del futuro” y Gerardo es un tradicional empleado público. Alegan poseer acciones de este negocio y “por eso es que siempre nos encontráis aquí, maestro, vigilando las ganancias.”Al despedirme me susurran carcajeándose: ¡viva el socorro rojo! ¡viva Stalin!
Logro escapar de este grupo de marxistas-hedonistas. Pienso y repienso enrumbar los pasos hacia El Paraíso. Es demasiado temprano y seguro que las chicas ni se han despertado o están maquillándose. Voy a buscar, a despedirme de la Josefina. Camino hacia el Paseo Independencia. Llego y están abriendo el local. El primero en llegar y el último en salir. Veo a Josefina que se dirige al baño y me saluda y me dice que la espere. Es bella como diva indígena. Soy adicto confeso a sus besos y caricias. Disfruto de sus pechos y su lengua experimentada en el placer. Estoy esclavizado a sus caprichos y pasiones. Quizás locamente enamorado de su sexo agreste y salvaje, aunque me niego a reconocerlo.
En la dueña del establecimiento Doña Ursula, hay preocupación porque sospecha que a estas alturas ya ni me cobra por servicios prestados. O que la voy a raptar. Noche de ronda, que triste pasa, que triste cruza, por mi balcón. Por eso es que a mitad del ritual siempre llega a tocarnos la puerta. Ya estuvo?, hay clientes esperando abajo. ¿Subiste agua? ¿Hay toalla? ¿Hay jabón? Es un rato doble. Es un rato triple. Me la saco para la noche. Y ella sube y baja orgullosa para ocuparse solo para mi ¿vas de salida? Mejor cásense. Te saldría más barato. Mejor llévesela. Mejor véndame el negocio. Seamos socios. Hacia el comunismo por el sexo y la prostitución.
Mejor gocemos esta noche que mañana moriremos. Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad. Ya va ser medianoche y mañana tengo que madrugar. Jose…niña, me voy ausentar un rato…pero espéreme, voy a regresar. Usted me va abandonar. Todo era mentira, sus promesas, su compromiso conmigo. Usted abuso, sacó provecho de mi abusó. No, espéreme. Confíe en mí. Adiós, salgo aun mareado por copas y besos, con nuevos tatuajes en el cuerpo y recorro las calles solitarias llorando, anhelando un posible asalto que nunca se materializa. Dime si esta noche tú te vas de ronda como ella se fue con quien está.
Llego a la casa y me acuesto pero no puedo dormirme. Demasiados pensamientos. Josefina, el viaje, los peligros, los placeres…Mi mamá esperándome dormida en la mecedora. Me quería despedir. Ya te arregle la ropa que vas a llevar. Recuerdo ¿Sabes que Ignacio ya salió para México y de allí va viajar para la URSS? El Nacho, seguro que se pierde en el camino y se queda en Guate organizando sindicatos. Según él somos la enfermedad infantil. Y según nosotros él es la enfermedad senil. Elecciones o insurrección. Y el veredicto será dictado en Moscú. Y yo seré el Hermes de este embrollo partidario y tendré que atravesar el Aqueronte, cruzar el mar de azabache. Tendré que ponerme cenizas en los ojos para saltar el charco.
Oigo ruido fuera de la casa y salgo a ver y descubro a un intruso. Lo capturo. No sabía que anduviera armado. Se trata de Caledonio, mi guía y camarada. Me saluda respetuoso y tímido. No quise despertarlo. Siga durmiendo. No hombre, entrá. Te voy a preparar un café. Yo creo que ya te he visto. Sí, en el local del Partido. Sos amigo de Miguelito, el zapatero de la Juventud. Exacto. Yo también a Usted lo conozco. ¿Y de donde? Lo he visto cuando pasa para la Universidad y una vez en un recital del Círculo Octubre. ¿Te gusta la poesía? Un poco. ¿Y escribís? Algún día pienso hacerlo. ¡Qué bueno! ¡Ya vamos a tener tiempo de platicar! Entrá. Decidimos dormirnos un rato y dejar la tertulia para el viaje.
Rumbo a Puerto Barrios
Salimos de la casa y esta amaneciendo, el sol va atravesando paso a paso con sus rayos la ciudad aun dormida. Las sombras se van esfumando. Y los vendedores de pan y de periódicos comienzan su ritual matutino. Se escuchan voces lejanas y cercanas. Son los ruidos de la madrugada. Caminamos hacia el centro y luego en dirección al Garaje Mundial, cerca del Parque Centenario. Llegamos donde Don Chema, y lo encontramos ya levantado y con las bestias listas. Son animalitos finos, me los cuidan. Montamos, me siento un poco raro, tengo tiempo de no cabalgar.
Hay pensamientos que no logro apartar. Me preocupa la situación. El Partido todavía está tiernito, muy débil y no va aguantar una socazón. Me preocupa la llegada de Martínez a la presidencia. Es ambicioso y taimado, un zorro sin escrúpulos capaz de vender a su madre por consolidarse en el poder. Es claro que mientras Arturo andaba celebrando con guaro de pueblo en pueblo él maquinaba desde los casinos y desde los cuarteles como hacerse del gobierno. Y me preocupa la trampa de las elecciones. Lástima que no voy a estar. Pero no creo en la legalidad burguesa. Por eso fue que sacamos al Chino Ramírez de la Regional. Por reformista. El poder hay que pelearlo desde las veredas y los mesones. No me aguanto por abrir el embutido y leer lo que Oscar le envía a este misterioso vodka Nikolai. Ojala que le pida armas o dinero para comprarlas.
Al llegar a La Garita nos detiene la posta y aunque parece que se han echado sus tragos nos interrogan. ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Con que intensión? ¿Cuándo regresaremos? Les digo con prepotencia que me dirijo a ver mis haciendas en Apopa. Pero quizás no fuí convincente. El más despierto parece inquieto, como sospechando que hay algo más. No sé, me surgen temores y por las cochinas dudas le digo a Caledonio que mejor regresemos al centro y tomemos el tren. Accede un poco a la fuerza. Todavía no ha amanecido y tomamos una vereda y regresamos, hay cambio de planes, como nos sucedería en múltiples ocasiones. Íbamos improvisando la canción de nuestra fuga. El tren sale hacia occidente a las 6 de la mañana.
Fuimos donde un colaborador conocido por Cale como empiezo a llamarlo a dejar las bestias y nos apresuramos a tomar el tren. Ya no podremos ser por el momento el Quijote y Sancho Panza. El ambiente en la estación de trenes es normal, incluso no hay presencia policial. Demasiado normal, me estará entrando delirio de persecución. ¿Será la edad?
Compramos boletos hacia Santa Ana para quedarnos en Aguilares y desde ahí continuar por otro medio. La maquina comienza a moverse como despertando, tacatacatacatacata va caminando, llegamos a La Garita y se detiene para inspección, se nos había olvidado este detalle. Se sube al vagón el mismo cabo preguntón de hace unos momentos y se nos queda viendo un momento, sentimos murciélagos mordiéndonos en la boca del estomago y bajamos la mirada ya resignados, pero voltea a ver para otro lado, y sonreímos porque no nos reconoce, nos miró más por curiosidad. El tren reemprende la marcha. Me llama la atención un mensaje grabado en el asiento de reglas de madera del tren: aquí estuvo Mauro. ¿Habrá sido un Mauro que conocía de esta travesura?
Llegamos a Paleca. Al detenerse al tren fuimos rápidamente asaltados por una banda de vendedoras de pupusas , riguas, tamales, café con semita, fresco de chan, hasta coyolito, etc. Algunas de ellas se sientan con sus canastos llenos de comida y nos acompañan hasta Apopa, donde bajan. Una de ellas tiene unos ojos encantadores, grandes y negrísimos como pacunes y una sonrisa…
Aprovecho para interrogar a Cale sobre su origen. ¿Y vos de donde sos? Sonríe y me responde: Soy hondureño, de Jutigalpa, la tierra de Morazán… ¡puta! Y ¿cómo fue que llegaste al paraiso? ¿Qué? Mi mamá me trajo cuando tenía doce años, porque se separó de mi papá que era es hondureño. Ella había llegado hasta allá buscando trabajo. Pero mejor se regresó donde mis abuelos. Y ¿Dónde vivís? Lo veo reflexionar antes de responderme como meditando la razón de este interrogatorio. Le voy a responder porque lo conozco y lo respeto y por el asunto en que andamos metido pero a otra persona no se lo diría. Vivo a la entrada de San Jacinto, después de subir la cuesta.
Y ¿de dónde me conoces? –Del local del Partido, Usted es el abogado que alquiló la casa, soy o era el vigilante, ahora, Luís, perdón, el camarada secretario general ha llevado a otro…Mira y hablando de otra cosa: ¿cómo ves la situación? Difícil, vamos a tener que darnos verga, perdón, no hay de otra, y contra los laboristas y los martinistas en vaca. Y va ser pronto. Y vamos a ganar ¿no ha visto como se llena el local de obreros? Y ya hay local en Ilopango y en Mejicanos. Y con la bandera roja a la entrada. Se emociona mientras habla, gesticula como ante un público. Incluso tenemos el apoyo de personas estudiadas como Usted.
Me hace sentir incómodo. También soy militante como vos. Además fundador. Si, pero Usted es sonríe de los riquitos que viven en la Arce. Pero así se le aprecia. Ya me ahuevaste. No se ahueve por eso que nadie decide donde nacer, en que clase nacer. Lo importante es decidir por quien luchar y en eso estoy claro. ¿Y has estudiado marxismo? Un poco. Y también soy fundador. No me acuerdo haberte visto en el lago. Pero ahí estuve y sentado cerca de usted, a la par del que lo propuso para el comité central. ¿De Arturo? ¿Lo conoces? Sí, claro.
De repente habíamos llegado a Guazapa. El polvo y el calor se apoderan de nuestros cuerpos y ropas. Mi traje pasa de blanco a amarillo. Ahora él me pregunta: ¿Y es cierto que sabe inglés? Le digo que si ¿Y ruso? Solo algunas palabras. ¿Y quién te dijo? Los compañeros lo comentan y que es fiel admirador de un negrito de un nombre que termina en Tron. Armstrong, si, el trompetista de New Orleans. ¿Te gusta la música? Si, claro. ¿Qué música te gusta? Los boleros, el tango y un poco la música ranchera. Y también el son cubano Mire y ¿Cómo se dice camarada en inglés? Comrade. Y ¿en ruso? Tovarish. ¿Verdad que sabe?
En Aguilares
Y así platicando llegamos a Aguilares. Bajamos del tren. Fíjate que este pueblo se creó a partir del casco de una hacienda que tenían los padres Aguilar, que fueron unos grandes luchadores independentistas. Pero oligarcas. Y hasta presos estuvieron por sus ideas. Pero oligarcas. Y dejaron las semillas para un nuevo tipo de iglesia. Pero oligarcas. No entendés que no podían ser proletarios en esa época. Pero oligarcas. Tenes hambre. Pero oligarcas. No te cerrés. Pero oligarcas. Eran los marxistas de esa época. Pero oligarcas.
Mirá vamos a ver si comemos algo. Ahí está un comedor, entremos. Mejor esperémonos. Vamos ir a comer donde un simpatizante. Decido obedecer. Caminamos y salimos del pueblo. Tomamos una vereda hacia Pishishapa y llegamos a un rancho. Nos saludan y nos invitan a pasar. María, tráeles café a los señores. ¿Y cómo anda todo? Yo soy el que voy para Alcalde ¿ya sabías verdad? Tenemos comités en cada cantón y hasta los laboristas nos han ofrecido darnos el voto. Y el sindicato esta fuerte, hemos organizado hasta gente, mecapaleros de Guazapa. Y también los del ingenio.
Necesitamos propaganda. Decile a Julio que nos traiga, que nos traiga manta roja. Hemos puesto banderas en los palos. Y hasta con el cura hemos hablado que no se ponga turbio aunque es miedoso. Pero cuentenme y ¿cómo andan las cosas por allá? Nos miramos para decidir quién responde Le digo: dale vos. Y me quedo pendiente de su discurso.
Compañero, hemos avanzado. Ya abrimos el local central en el parque Centenario. Hay que aprovechar los espacios ganados al enemigo. No nos están regalando nada. Estamos participando con candidatos en cuarenta poblaciones incluyendo San Salvador. Y nos estamos preparando para las de diputados. Y además para garantizar la respuesta a la represión que esta perra en el campo. ¿Y ustedes aquí? Aquí ha estado tranquilo hasta ahora. Continuando, la contradicción social está planteada entre proletariado y burguesía. Y los proletarios somos los que producimos la riqueza del país. Y la burguesía los que se aprovechan de nuestro sudor. Y por lo tanto tenemos derecho a tener nuestro propio gobierno proletario de obreros y campesinos, para construir el sistema de socialismo como se hace ya en Rusia donde no hay explotación del hombre por el hombre. Y para eso tenemos que luchar, organizar a nuestro pueblo, educarlo políticamente para que no sea víctima de la ignorancia y de los curas. Y prepararnos para el momento de actuar. El actual gobierno de Martínez caerá pronto es cuestión de semanas y nosotros asumiremos. Hay que estar listos para el llamado.
Rodolfo que así se llama nuestro anfitrión escucha el discurso con los ojos brillantes de entusiasmo. Llevan el café con marquesote incluido y Cale sonríe satisfecho de su presentación y como preguntando por mi opinión. Lo complazco felicitándolo por su capacidad de síntesis. Cale le explica a Rodolfo el propósito de nuestra visita. El nos explica que camino hacia Citalá nos vamos encontrar con dos retenes y que debemos de preparar una buena leyenda. Lo mejor es que se queden este día acá y salgan mañana de madrugada, yo les voy a proporcionar las bestias.
Quédense y descansen. Yo tengo que ir al pueblo a arreglar unos asuntos. Sale. Nos arreglan unas hamacas en el patio. ¿Vamos al pueblo un rato? No es conveniente. Acordate que nos somos del pueblo. No conoces Aguilares, es un pueblón, nadie nos va notar y mucho menos reconocer. Para despistar incluso podemos ir a la Toma. Bueno, vos sos el que sabés. Mire, guardenos las hamacas para otro rato. Y ¿donde van? Se hubieran ido con Rodolfo. Allá lo vamos encontrar. Al salir detectamos un gigantesco palo de mango bien cargado que dejamos pendiente de explorar para el regreso. Es época de mango verde.
Como Cale había dicho el pueblo estaba lleno de gente, como si fuera día de feria. Aguilares se había convertido en un emporio comercial y turístico de la zona norte de San Salvador. Tomamos rumbo a La Toma. La Toma era un lugar donde nacían vertederos de agua. De la montaña salía agua. Y la gente llegaba con sus cantaros o a bañarse. Al llegar decidimos bañarnos. El agua era fresca y sabrosa. Cale era pequeño de estatura pero musculoso, sobresalían sus bíceps. Y gran nadador.
Como pude oculte mi temor a las profundidades y me atrinchere en la orilla. Cale me llamaba desde lo hondo y fingí no escucharle. Y de repente escuche su voz burlándose, lo había descubierto: ¿Verdad que Usted no sabe nadar compañero? Como vas a creer. Mejor regresemos donde Don Rodolfo. Calmese, tranquilo, si acabamos de llegar. Mejor aprovechemos para descansar. Voy a hacer un clavado desde esas piedras. Se va a caer. No me conoce. Regresemos pues.
Nos vestimos ya que estábamos en calzoncillos y regresamos al pueblo. Nos sentamos en el parque a ver pasar la gente y pasa Don Rodolfo acompañado de un amigo. Llega y nos saluda. Les presento al Dr. González. No vemos a mediodía en la casa. Se ve pasar mucha gente. Jornaleros con sus caites y sombreros raídos, las cotonas polvosas, tecomates y cebaderas. Vendedoras con sus huipiles y canastos llenos de frutas y verduras. Pasan unos Guardias Nacionales y se nos quedan viendo con mucha fijeza. Estaré con delirio de persecución. De nuevo ¿Tendremos caras de comunistas?
Regresamos a la casa. Hay un sabroso olor a sopa de res. ¿Cómo les fue? ¿Ya tienen hambre? Solo que venga Rodolfo y almorzamos. Ya mando avisar que estaba en camino. Descansen un ratito, ahí están las hamacas. Llega y nos sentamos a la mesa. Nos sirven. Las tortillas están recién salidas del comal, todavía humeantes. La sopa exige un tratamiento riguroso. Lleva chufles. ¿Les gusta el chile? Tráeles chile. Ya averigüe como está la situación. Salen mañana. Traten de llegar mañana mismo a Citalá.
Al llegar al pueblo buscan a Don Sergio Montes el boticario y le explican que van de parte mía y que necesitan cruzar y luego seguir hasta Puerto Cortez. ¿Puerto Cortez? Si, tendrá que ser por Honduras, esta complicado llegar y salir de Puerto Barrios, los pueden detectar, capturar y desaparecer. Ubico es sanguinario y sus ojos observan cada rincón y en especial la frontera salvadoreña, están preocupados por el movimiento obrero y campesino que se ha desatado en nuestro país. Mientras que en Honduras no se sabe lo que entra y lo que sale. Es lo recomendable. Y el flujo naval es intenso. Además les va gustar el aroma jamaiquino. De que se trata. Ahí van a saber. Pero no se vayan a caer al probarlo.
Después de comer convertimos en realidad las amenazas a las hamacas. Nos despertamos luego del cotidiano incendio tropical. ¿Y qué hacemos? Busquemos a Don Rodolfo es el anfitrión. Ya salió. Es pata de chucho. Anda en la jugada. Regresamos al pueblo.
Una visita obligada a El Delirio
Preguntamos por él y nos remiten al Delirio. Llagamos y se alegra al vernos. Muchachos ya sabía que iban a venir. Les presentó a Doña Josefa, dueña y señora del establecimiento. Una señora con la belleza del otoño. Escotada y no muy recatada. Con el pelo entre blanco y negro. Con ojos chispeantes y labios sensuales. Mucho gusto. Sus manos son regordetas y con muchos anillos. Su piel es blanca con reflejos dorados.
-Así que van para Chalate a comprar ganado. Don Rodolfo nos guiña el ojo. Si. Y por qué tan lejos, aquí hay buena raza. Rodolfo, les hubiera llevado a La Marquesa para que vieran el ganado de Manolo. Otra ronda. ¿Pilsener? ¿Y él no toma? ¿Es por motivos religiosos? No, es por motivos del estomago. Es ta-malito. Jajajaja. Pizque o de elote. De elote. Mire él es bien enamorado. Ah si, pero mi marido es bien enojado y celoso. Además anda enfermito. Le puede salir el tiro por la culata. Ja,ja, ja, ja. ¿Qué quieren? Jocote o jicama. O sopita de codorniz. Yo a usted la quisiera de boquita. Que atrevido! Quien lo viera!
Vamonos ya para la casa, ya va oscurecer. Tenemos candiles. Vamonos. Pasaron la prueba. Doña Josefa es la mujer del Comandante Local. Y le cayeron bien. Ella es el filtro por donde pasa el rumor, los engaños amorosos, el comercio, la política y hasta la religión en este pueblo. Fue una gran araujista pero hoy navega ya con la bandera del General. Antes había sido quiñonista, de las meras Ligas Rojas. Y no me extrañaría que cuando ganemos se declare comunista. Me mando a llamar para saber de ustedes. O sea para informarle a su marido quienes eran ustedes. Y le dije ellos son los que van a venir a buscarla, ya va ver. Y por suerte no me equivoque. Mantengan la leyenda de comerciantes de ganado. Y ya en Honduras la cambian por comerciantes de madera. Los despierto de madrugada. Sigan el camino real. Duerman bien, sueñen con las caricias de la Josefa, son bromas.
Hace frío en la madrugada. No tuvo que despertarnos, ya estábamos levantados y ansiosos por salir. Nos despedimos. Nos abraza. ¡Viva el Partido Comunista! Cuídense mucho. Cabalgamos y salimos del pueblo. Esta amaneciendo. Vamos despacio. Pensábamos encontrar alguna autoridad pero todo luce desierto. Es de noche y es de día. Hay estrellas todavía y algunos débiles rayos de luz.
¿Le gusta la música de mariachi? ¿la música ranchera? ¿los corridos? No mucho. ¿Y a vos? A mi sí. No sabe lo que se pierde. Es la música de la revolución, la música de Pancho Villa, de Emiliano Zapata, de las soldaderas. Escuche esto: Suena la hora Joaquinita de mi vida/ en que me vaya a los campos a pelear/Ya después si tú me quieres todavía/ junto al cañón allá en campaña me hallarás. ¿Qué le parece? Me gusta. Interesante. ¿Tocas guitarra? Claro que si. Interesante. Cantate La Cucaracha. Si, es clásica. Todos se pelean la silla/que les deja mucha plata/en el norte viva Villa/y en el sur viva Zapata. La cucaracha, la cucaracha/ya no puede caminar,/porque no tiene,/ porque le falta,/marihuana que fumar. Hay que escribir nuestra música revolucionaria. ¿Y conocés el jazz? No. Cántelo. No hombre si es con instrumentos, con piano, con trompeta. Más adelante me explica. Seguro. Te va gustar.
Mire y esas ruinas. Vamos a verlas. Ya se, estamos en Cihuatan. ¿Cihuatan? O sea La Ciudad de las Mujeres.¿Y donde están? Ya se fueron, solo quedan sus espíritus. Y mirá un campo de pelota, pero indígena. Y esa como se jugaba. Acerquémonos. Veamos. Se jugaba con una pelota de caucho y ganaba el equipo que lograba hacer pasar esta bola por unos aros de piedra que se colocaban en muros. Era un ritual religioso. Solo podía utilizarse para jugar la cadera, los codos y las rodillas. Y los que ganaban eran premiados con ofrecer sus corazones a los dioses de la noche para garantizar que el sol volviera a salir. ¡puta! Y aquí debió de estar una pirámide. Cuando construyamos el socialismo vamos a recuperar estos sitios porque son parte de nuestra herencia cultural. Exacto. Pero continuemos cabalgando o nos pueden dar un susto.
Llegamos a la hacienda Colima. Estamos en el encuentro entre el Lempa y el Acelhuate. Es una belleza de bosque. Suerte que estamos ya en verano sino sería arriesgado el pasar. Fíjate que el Acelhuate nace en unas montañas de Panchimalco, al sur de San Salvador y desde allá se viene para unirse acá, para desembocar y luego seguir hasta el mar ya como Lempa. Sí conozco donde nace, hay como una catarata.
Pasamos el Lempa y seguimos cabalgando. Cuando el sol llega a su cenit buscamos una sombra para descansar. Hace calor. Busquemos un río. Llegamos a un río y hay mujeres lavando ropa. No podemos evitar admirar sus senos morenos y puntiagudos como volcanes. Lavan en calzones de manta que se pegan a sus cuerpos y algunas jóvenes al vernos se sonrojan, pero continúan lavando, golpeando la ropa contra las piedras. Tratamos de ver sus triángulos del deseo, que ocultan bajo las piedras. Los caballos aprovechan para tomar agua y descansar. Buscamos una sombra para almorzar los sabrosos panes con gallina, que nos prepararon para el camino donde Rodolfo.
En Citalá
Llegamos a Citalá ya entrada la noche. Le preguntamos a un sereno por la vivienda de don Sergio Montes. Buscan a Don Sergio, yo los llevo. Queda frente a la plaza del pueblo. Hay candiles que iluminan las calles. Es una casa grande, con un gran patio sembrado de rosales. Hace frío, mucho frío. Buenas noches, pasen adelante, ya estaba preocupado que no llegaban. ¿Vienen cansados? Lo del gasto. Acomódense. Se dirige al sereno: Y vos, ¿que estas esperando? Nos despedimos de él. Gracias por traernos. Es oreja, nos comenta Don Sergio. ¿Cómo anda la cosa allá abajo muchachos? Vamos avanzando.
Pero ¿Cómo? Supe que habían capturado a Oscar y luego lo sacaron del país. Pero ya regreso. ¿verdad? Mire cuando lo vea, digale a Oscar que escriba, es cierto que la práctica es importante pero también la teoría y hay que afinar nuestra interpretación de la sociedad. Hemos abierto locales. Ummm, no me confìo. Es mejor la clandestinidad. Y es cierto que ¿se está apoyando a Martínez? No, la línea es esperar a ver que hace, pero no podíamos seguir chineando al bolo de Arturo. Y Martínez ha permitido que abramos locales. Pero para poder ubicarnos. Vamos para elecciones. No hombre, nos van acabar. No ve que acabamos de nacer, estamos tiernitos, vamos para el segundo aniversario. Lo que pasa es que necesitamos medir fuerzas, ver cuál es nuestra convocatoria rural y en las ciudades. Medir fuerzas? Nos van a terminar. Nos estamos suicidando. Al contrario, estamos pasando a un nivel superior de lucha. ¿Elecciones?
Necesitamos dar un salto de calidad en nuestro trabajo, pasar del trabajo gremial abierto al trabajo político abierto. Nos van a aplastar! Hay que ser audaces. Pero no pendejos! No confía en la capacidad de la dirección. Usted me está confirmando mis dudas, se están desviando al puro reformismo. Interviene Cale: hemos crecido, hasta los indígenas de Izalco se nos han incorporado. Somos la mayoría ¿Y la política de alianzas? ¿Cual política de alianzas? ¿O sea que vamos solos? Solitos y con ganas. Con ganas será que nos destruyan. No sea pesimista, compañero. Soy realista. La gente lo que quiere es darse verga.
Mire estas canas y estas cicatrices – se levanta la camisa-no son de gusto, anduve con los liberales y conozco a la oligarquía. No se me olvida el 29 de agosto cuando fusilaron a mi General Barrios. Nos derrotaron. Y los vencedores imponen su verdad. Pero es que Martínez no es oligarca, Araujo era oligarca y además corrupto. Martínez es metido, sirviente de los oligarcas y ya va ver si no es corrupto. No parece. Ya va ver. Nos van a fusilar. Fue en 1865. Hace sesenta años. Para fusilarnos nos van a tener que derrotar antes y no esta fácil. Ojala se esté realizando trabajo político en el ejército. Me deja preocupado. Pienso que lo más adecuado es seguir creciendo, acumulando fuerzas, pero sin salir a la superficie. Salimos y nos cortan la cabeza. Hay que crecer pero protegidos por el silencio. No podemos.
Le explico que ya estamos fuera, legales, con locales abiertos y en plena campaña electoral. Suerte que hasta aquí no llegan esos vientos. Pero al final ustedes son los que toman las decisiones y son a ustedes a los que se les pedirá cuentas por cualquier fallo. Disculpe yo me emociono cuando hablo de política y ni les he ofrecido algo de comer. Emilia, trae la comida. Si, ya llegaron. Es mi esposa. Ah y miren vamos a cruzar la frontera hasta el 24 para amanecer 25, así que aprovechen para descansar. Nos llevan comida y unas colchas gruesas. Nos sentimos en casa, entre camaradas. Estamos en un antiguo poblado chortí. El café nos vuelve a reanimar y esta vez la discusión toma un giro internacional.
-¿Que han sabido de la URSS? Bajo la dirección de Stalin se está desarrollando desde 1928 exitosamente el Primer Plan Quinquenal que convertirá a la Unión Soviética en una potencia industrial y acabara con la resistencia reaccionaria de los kulaks. Son 14 años ya de socialismo. Es un ejemplo para el proletariado mundial y en especial para países atrasados cuasi feudales como el nuestro. Pronto el socialismo va derrotar incluso económicamente al capitalismo. La Unión Soviética se convertirá en una gran potencia industrial a nivel mundial.
¿Y de Trotsky que han sabido? Esta exilado en Turquía destilando veneno contra el gobierno soviético. Desde que salió de la URSS en 1929 ha estado al servicio del imperialismo. A mi todavía me resulta difícil aceptar que fuera un traidor porque lo respetaba mucho. Claro, el fundador del Ejército Rojo, el presidente del Soviet de Petersburgo en 1905, el primer Comisario del Exterior. Pero acuérdese que por mucho tiempo fue menchevique, enemigo de Lenin, y fue hasta 1917 que se acercó a los bolcheviques, interviene Cale y me deja sorprendido por su manejo. Parece ser que Stalin es el hombre.
¿Y de España, de China, de la India? En España le están dando duro a los jesuitas reaccionarios, luego que se fue el rey Alfonso el nuevo gobierno de Alcalá Zamora los ha ilegalizado. Pero seguramente van a responder y no me extrañaría que se aliaran con los fascistas. Los comunistas españoles están apoyando al nuevo gobierno. En China el camarada Mao se encuentra encabezando la resistencia contra la invasión japonesa que se ha apoderado de una parte de Manchuria en alianza con el Kuomintang de Chiang Kai-shek.
Y en la India el pacifista burgués Ghandi acaba de abandonar la prisión para continuar la lucha por la independencia en contra de los imperialistas británicos. O sea que la resistencia de los pueblos oprimidos está tomando fuerza, me agrada. Y vamos desde aquí a poner nuestro granito de arena. Se imaginan una Republica Soviética de El Salvador. Yo me la imagino. La bandera roja ondeando en la Casa Blanca. El Salvador Socialista, conducido por su respectiva vanguardia.
Miren y de Sandino ¿Qué han sabido? Se mantiene en pie de guerra. Todo un símbolo antiimperialista, aunque maniatado, manipulado por los apristas. ¿Supo que hubo un terremoto que destruyó Managua? Sí, eso sí. Sandino se ha replegado para la zona del Atlántico, aunque hace poco atacaron Chichigalpa en el área del Pacífico. Pero ha tenido bajas importantes, cayeron los generales sandinistas Pedro Blandón y Miguel Ángel Ortez. La soberanía de un pueblo no se discute y si se hace es con las armas en la mano…toda una enseñanza, me quito el sombrero en respeto. Sandino nos enseña el camino. Y hay un manifiesto de Sandino que se llama Luz y Verdad, muy interesante, aunque con telarañas místicas, teosóficas en su forma pero el contenido es combativo, visionario.
Bueno, cada pueblo encuentra su camino de acuerdo a sus condiciones. En nuestro país no tenemos invasión extranjera que combatir. Y ¿no crees que Martínez esté aliado con los gringos? A mí no me la hacen. Y no ve que no lo quieren reconocer. Es puro teatro, si el mismo representante es el principal asesor de Martínez. No creo que sea teatro. Hay contradicciones que debemos de aprovechar. Martínez les rompe el esquema a los gringos. Martínez nos va romper el esquema y además el hocico pero a nosotros.
Vamos a chocar así como nos pasó con Araujo, que al principio fue luna de miel y luego se lanzó a la represión. Ya vas a ver. No creo, son otras condiciones. Estamos preparados para hacerle frente a cualquier amenaza, tenemos capacidad de respuesta y contundente. Lo dudo. Porque Usted no ha visto las movilizaciones que realizamos. Hemos crecido. Pero si he visto como el ejército se ha venido armando y capacitándose con asesores alemanes y chilenos. Y ahí tenés a la Guardia Nacional, un cuerpo represivo, cruel, inhumano. Mejor durmámonos hay seguimos mañana arreglando el mundo. Buenas noches. Que descanse. Ah y miren, ya conocen las tesis del VI Congreso de La Tercera. No, de que tratan. Están más enterados los hondureños, quizás por la salida al Atlántico. Hay mañana hablamos. Nos interesa. Son del año 28 pero tienen mucha vigencia, aclaran el panorama. La lucha es clase contra clase. Proletariado contra burguesía como lo proclama abiertamente el Manifiesto.
Pensando en la Jose…
Hace frío y no puedo dejar de pensar en la José, en sus piernas, en sus caderas, en sus pechos erguidos y desafiantes, en su sexo humeante y cálido ¿qué estará haciendo? ¿Con quién estará? ¿Estaré celoso? ¿Puedo estar celoso? Es una sensación nueva y extraña, inédita. A veces me molestaba tener que esperarla porque estaba ocupada con un cliente, pero era más una sensación de impotencia que de celos. Una vez me aburrí de esperar y decidí entrar con la Clelia, pero no fue lo mismo. Hubo pasión pero faltó ternura. La piel del cuerpo de la Clelia era color de fruta de tamarindo, de miel de abeja.
Y la Jose paso una semana sin hablarme y cuando la buscaba me señalaba a la Clelia. Y la Clelia se carcajeaba. Suerte que la Clelia regreso a su pueblo, para que la Jose me perdonara y de nuevo me admitiera su regazo. Hay una regla no escrita que no pueden intercambiarse clientes entre actrices. Una vez recuerdo que la vi platicando con un hombre que me dijeron que era su damo, su chivo como le dicen y que era un judicial. Al preguntarle lo negó rotundamente. Son rumores. ¿Esta celoso, amor? ¡Iiiihhh! ¡Qué grande la tiene! ¡Nunca había visto una así? ¿Se la puedo medir? Voy a conseguir un metro.
Doy vueltas y vueltas en el catre. Parece que ya esta amaneciendo ¿Qué tal dormiste Cale? –Como un lirón. Tengo hambre. Levantémonos. No, mejor esperamos a que nos llamen. No hombre, vamos a ver en que podemos ayudar. ¡Buenos días! -¡Buenos días! ¿Y Don Sergio? –Anda trayendo la leche. Les sirvo un cafecito, ya va estar el desayuno. Nos sentamos en una mesa fuerte y larga de roble. Me dijo Sergio que nos van acompañar para la Noche Buena. Sí, fijese. Y que van con rumbo a Honduras. Sí.
Les va gustar mi país, yo soy hondureña. ¿de que parte? –Nuevo Ocotepeque. Fijese que él también es hondureño. Nací allá. ¿En donde? En Jutigalpa. ¿Jutigalpa? No conozco ¿Por dónde queda? Estamos lejos, cerca de Nicaragua. Se llega por el otro lado, por La Unión. Pero ¿lo trajeron chiquito? Ni tanto, a los doce años. ¿Y Usted acá? Llevo bastante viviendo con este hombre., toda una vida.
A veces huyendo, como Ustedes saben por sus ideas, siempre ha sido así desde muchacho, terco y rebelde, hasta preso estuvo cuando las bullas del tal Barrios, esa vez lo sacaron por cordillera para Honduras y así nos conocimos. Llego a la casa de mi papá que también era morazanista ¿Cuánto llevan de estar casados? Si no nos hemos casado, si ese diablo ingrato no cree en esas cosas, solo estamos rejuntados, yo creo que Sergio nunca ha puesto el pie en una iglesia…pero mire hasta bisnietos tenemos ya. –Ahí viene. No te vas a morir pronto.
Entra Sergio. ¡Buenos días, muchachos! ¿Qué tal durmieron? Bien. Me alegra. Hay me van a ayudar a atender el negocio para que no se aburran. Voy ir a abrir. Se llama farmacia Germinal. Entra a un cuarto de calle de la misma casa y abre la puerta y las ventanas y se recibe una bocanada de olor a eucalipto. Don Sergio y ¿no va a desayunar? ¿Cómo que Don Sergio? ¡Compañero! Yo ya desayune. Es que él desayuna a las cinco de la mañana.
Nos va tocar hacerla de boticarios, son los gajes del oficio. Terminamos de desayunar y nos fuimos a hacerle compañía al camarada Sergio. Hay un mostrador desde el que atiende a los potenciales clientes. Entramos desde la casa y nos ubicamos en nuestro nuevo desafío. Familiarícense con los anaqueles y la distribución de las medicinas. Verán que es fácil y ya pronto estarán atendiendo al público. ¿Será? Nos preguntamos. ¿Y el nombre? Suena a una novela de Zola.
¿Germinal? Es por unos anarquistas que conocí en Costa Rica que así le ponían a sus proyectos políticos. Me enseñaron mucho hasta leí a un tal Kropotkin, ruso, bueno, padre del anarquismo. Muy interesante. Uno de ellos, al que le tenía mucho respeto, español, de nombre Gustavo Flamenco, que supongo que ya habrá muerto, peleando, “hay que morir peleando” era su lema. Eran muy combativos. Y leídos. Ahí conocí, leí también a Marx y pude desembarazarme de las telarañas teóricas liberales. Y después leí al pelón genial, al gran Lenin, lástima que se murió antes de tiempo.
Mejor le hubiera puesto Las aves en honor al gran revolucionario griego Aristofanes. Y yo que en mi ignorancia pensaba que había sido cómico, comediante. Si le hubiera puesto Las Aves iban a pensar que era venta de pollos y de concentrados. Así que te declaras marxista-aristofánico. Exacto. Y de la corriente art nouveau, para terminar de llenar el vaso. Veo que estas bien adelantado a tu época. Audaces fortuna iuvat. De acuerdo. Pero también homo sum, humani nihil a me alienum puto. Yo solo lo último le entendí claramente. Estamos ante un duelo no a sablazos sino a latinazos. La mentula y el cunnus. Me agrada, hasta me dan ganas de atrasarles la partida. A él atrásele la partida y que le duela. Ya vas de mal pensado. Tenía tiempos de no disfrutar así de este intercambio de ideas. O da hablar carburo. Hay viene un cliente. Dirás una víctima. Observen y aprendan.
Buenos días ¿Qué desea? ¿Tiene? ¿Le duele el estomago? Si, no he dormido toda la noche. ¿Cuánto es? Gracias, adiós.
Los días fueron pasando rápidos y pronto estábamos en Noche Buena. Solo cenamos y salimos nos advirtió Sergio. La cena era un banquete de reyes. Había tamales de gallina y de cerdo, incluyendo de azúcar, panes con pavo, yuca con chicharrones, café con marquesote y quesadilla, fresco de ensalada, chan y carao, tiste y horchata de morro y de arroz; cocada en tusa, alboroto, dulces de leche de burra, cerveza Polar y el respectivo coyolito. ¿Podemos llevar? Claro, tomen lo que quieran.
Rumbo a Honduras
En un rato salimos, ya regreso, estén listos. Regresa motorizado. Nos despedimos, vamos a cruzar la tranca de país. Llegamos al Poy y Sergio se baja y les regala comida y bebida a los guardias fronterizos. Estamos ya en territorio hondureño. Fue un placer haberlos conocido, ojala volvamos a vernos. Este ya va pasar de regreso, le digo, señalando a Caledonio. Aquí te esperamos.
Pronto encontraremos a unos camaradas hondureños que les ayudaran en esta travesía. Efectivamente, a unos pocos kilómetros nos esperaban una pareja de jóvenes. ¿Y tu papá? No pudo venir. Qué lástima, me lo saludas. Bueno, aquí están los compañeros. Mucho gusto. Sergio se baja y nos abraza. Hay lágrimas en sus ojos que trata de ocultar. ¡Viva el Partido Comunista! ¡Viva el Partido Comunista!
Estamos en Honduras. Pasamos sin problemas, como lo planificado, ni papeles nos revisaron. Siento la diferencia. Me siento libre. Aquí nadie me conoce y los chuchos no me siguen. Puedo respirar tranquilo sin el temor a una bala. Cale, ¡estamos en Honduras! Vamos hacia Santa Rosa de Copan. Es un pueblito entre pinares. Es ya un cambio de escenario. Somos los mismos pero somos diferentes. Es la misma tristeza en los rostros curtidos por el sol. Me duermo en el camino y despierto al entrar a Santa Rosa de Copan, queda en una loma rodeada de pinares.
El aire es fresco. Nos detenemos en una casa de piedra con un portón de madera. Toca el claxon y abren la puerta. Entramos. Aquí es. Pasen adelante. Están en su casa. Papá, ya llegamos. ¿Cómo están? ¿Cómo ha sido el viaje? Todo bien. Pasen adelante. ¿Se les antoja un cafecito? Muchachas, el café. Si quieren vayan a acomodarse y luego bajan a desayunar. Hay un patio con un jardín y luego una edificación de dos pisos. Subimos unas gradas y nos acomodan en cuartos individuales con baños. Son cuartos de madera. La madera está presente en cada detalle. Estamos en el país de la madera…
2. La persecución
¿Estás seguro que era él? Afirmativo. ¿Y a qué horas pasó? Temprano de madrugada. Y ¿por qué putas hasta hoy lo está reportando? Porque estoy por entregar el mando. ¿Entregar el mando? Ahorita mismo se va a seguirlo, ya han de haber llegado a Apopa. Tome una bestia y se va a seguirlos. Judas, necesito que se reporte cada hora. Y ojo al Cristo que es peligroso y siempre anda armado. Pero es que no he dormido. Obedezca o lo voy a poner a dormir pero para siempre.
Por andar de metido me va mal. Quien me manda haberle contado al Sargento que había pasado Don Víctor El Poeta. Y todo por quedar bien con él y termine jodido. Pero estoy seguro que era él y es de los meros jefes comunistas, si ya lo he visto en el local que han abierto y antes en el local de los sindicatos. Es de los propios, de los que dan las órdenes.
Mi sargento le doy parte que no se ve por ningún lado y no ha pasado por aquí por Apopa. Seguilo buscando, preguntá, movete, hace sentir tu autoridad. Pero es que no lo encuentro. ¿Ya puedo regresar? Ya te jodiste, ya informe y el jefe es el que quiere y ordena que le sigas la pista. ¿El jefe? El mismo Jefe, y ya sabes que tiene fama de chinchintora. Pero para donde me muevo. Pensá, tenés que adelantarte a sus movimientos para poder capturarlo. ¿Capturarlo? O sea que no solo es vigiarlo sino que tengo que capturarlo. Menudo lío me he metido por metido. Y lo peor es que sin dinero, a pura autoridad, pero muchas veces me entra vergüenza.
Entro a un comedor y observo cómo la gente me ve con temor, es como si anduviera cargando una placa de comisario. ¿Será el peinado? ¿será el diente de oro? ¿Será el saco lustroso? ¿Será el arma semiescondida? ¿Será el caminado? -Me sirve un café. La dueña parece saber que no voy a pagarle y me atiende de mala gana, malhumorada. Me sirve un café aceitoso que prefiero no probar. Solo de ese de ayer tenemos. Usted no es de por aquí ¿verdad? Estoy en servicio. De casualidad no ha visto pasar a dos señores de la capital. Sonríe y me responde: sí, han pasado bastantes. No sé si se está burlando o trata de ayudarme. Gracias. Me atrevo a preguntarle. ¿Cuánto le debo? No es nada. Gracias de nuevo. De todas maneras ni le iba a pagar.
La gente no ha visto pasar a ninguna pareja viniendo de San Salvador a caballo. ¿Para donde agarro? Movámonos hacia Nejapa. Es como buscar una aguja en un pajar. Si no hubiera abierto mi boca a esta hora estaría bien enpiernado ocupándome con la Josefina y disfrutando de sus travesuras e inventos de cama y no tendría que andar por estos rumbos, sin desayunar, bien desvelado, y lo peor sin saber a dónde dirigirme. Debo de aprender a montar dormido sino me voy a caer.
Suerte que es un caballo blandito, mansito. Aunque lo he corrido. Pero debe descansar por lo menos unas dos horas. Me está venciendo el sueño. Pero. ¿Dónde? Decidí detenerme frente a un rancho y les pedí agua y si tenían comida. Me ofrecieron agua y unas chengas con frijoles y sal. Dale un poco de cuajada. Usted no es de estos lados, y para donde la tira. Iba a responderle pero me venció el sueño. Me dormí sobre el plato.
Trataron de despertarme pero fue inútil. Soñaba que me encontraba en un bar con el tal Víctor que era un pistolero famoso y salíamos a la calle y todo el mundo nos observaba y la Josefina me gritaba no lo mates por lo que más quieras te lo pido, es mi cliente y llevo en mi vientre un hijo que es de él y más ganas tenía entonces de coserlo a balazos pero cuando le disparaba a quien mataba era a mi sargento que me decía ya la cagaste si a quien había que matar era al Jefe y cuando lo fuimos a buscar era un maestro evangélico que tuve en primer grado, el único maestro que he tenido y que medio me enseñó a leer y que cuando me vio salió corriendo y regreso con una ametralladora y nos rafagó a todos los que estábamos viendo el espectáculo y aunque me hirieron en el corazón seguí caminando y llegue a un puerto lleno de barcos que zarpaban hacia una ciudad que había visto en calendarios y que se ufanaba de contar con más de cien edificios con sus respectivas piscinas en el techo, de una de las cuales…
Despierto hasta en la tarde y pienso que es otro día, pero no, es el mismo lunes. ¿Por qué no me despertaron? Tratamos pero no pudimos. Le agradezco por las atenciones pero debo irme. Ya está cerca del pueblo. Me apresuro a llegar al telégrafo. Comunicación oficial. Hacia donde. Al Cuartel Central de la Policía. Y ahí con quien? Con el sargento Ramírez. Le doy parte que no hay novedad. Y ¿todo este tiempo que ha pasado haciendo? Buscando al imputado. Ojala que así haya sido, acuérdese que tiene un clavo grande. Pido permiso para pasar la noche en el puesto de policía de la localidad. No hay. Diríjase a Quezaltepeque o regrese a Apopa. Está bien, mi Sargento. Permiso para cortar comunicación. Proceda. Manténgame informado.
Rumbo a Quezaltepeque
¿Apopa o Quezaltepeque? Quezaltepeque. Me encamino al poblado. Empieza a soplar un viento fresco que me golpea el rostro. Ojala tengan catre y cobija en el puesto de la Policía. Debo tratar de llegar antes de anochecer. ¿Y por qué me habrán bautizado de nombre Judas? Una vez en la escuela me gritaron traidor, traicionaste a Jesús. Que yo sepa nunca he traicionado a nadie. Aunque dicen que para ser detective se necesita aprender a traicionar y que para eso hasta el nombre me ayuda.
Una vez oí decir que los grandes traidores han sido a la vez los grandes héroes de la historia del mundo. Eso le oí cuando andaba de oreja allá por la Universidad, fue en el anfiteatro, arriba, en el segundo piso, era un señor muy catrín que le llamaban doctor Navarrete, que quizás ya murió, yo informe al respecto a mis superiores. Dijo que los grandes héroes eran a la vez los grandes traidores, no se me olvida, como se me va olvidar si fue ese día que hubo pago de quincena y conocí a la Josefina como actriz o meretriz allá en la Avenida Independencia y quede enamorado, miserablemente enamorado.
¿Y que será ese trapo rojo que se ve colgado de ese conacaste? ¡Es una propaganda de los comunistas! ¿A ver cómo dice? Pro-le-tarios de-todos los-pai-ses uní-os y el símbolo de estos criminales, un machete y un martillo. Y como permiten las autoridades de este pueblo esta sinvergüenzada. Me voy a subir a quitarla y se las voy a llevar al puesto para que vean como trabajamos en la capital. Y ni amarrarla bien han podido. Aquí está ya. Y a saber cuánto tiempo llevaba ya prendida a ese palo. Me encachimba ver que no se hace nada. Vamos a tener que jalar orejas a los orejas.
Anochece cuando entro al pueblo y me dirijo al puesto policial. ¿Dónde queda? De aquí a dos cuadras. -Soy el Cabo Judas Flores Pérez y me encuentro en misión de servicio. Los tres agentes me ven con sorpresa. Uno de ellos esta sin camisa, más parecen indigentes que policías. Un candil ilumina el lugar que consiste en una frágil enramada. Y yo que pensaba, soñaba dormir bajo techo. Pienso que deberían de cuadrarse ya que se encuentran ante un superior jerárquico pero no me atrevo a planteárselos. Cae por su peso, es el protocolo.
Y ¿qué desea? ¡puta! Ni que fuera vendedor o predicador evangélico tocando a sus puertas. Ni que fuera civil. Voy a pernoctar aquí en el puesto. Se miran entre ellos. Significa que voy a dormir aquí con ustedes. Más sorprendidos. Me dan ganas de zamparles un balazo por pendejos. Eh, eh,eh pase adelante pero identifíquese primero. Saco mi carnet mugriento de policía. Uno de ellos, el más viejo me dice de mala gana: puede quedarse en esa hamaca.
Me instalo cuidadosamente con el temor de caerme y ser víctima de sus burlas. La hamaca resiste el peso. Me gustaría gritarles: ¡firmes! Háganme cien pechadas y cien sapitos y unas veinte lagartijas. Debo de hacer valer mi don de mando, mi autoridad. Con voz ronca les pregunto: ¿y qué nuevas por acá? No me responden, el ambiente es tenso. Meto mi mano a la cintura y toco mi revolver. No se inmutan.
Observan con curiosidad el trapo rojo que ando cargando. ¿Y que anda ahí? Pregunta el más joven. Un artículo sospechoso que en el camino requise, estaba colgado de un árbol. Ah, es una manta de los comunistas, de esas abundan por aquí, hasta de colcha nos sirven. Y ¿por qué no las quitan? Más tardamos en quitarlas que en que las vuelvan a poner. Pero ya los tenemos ubicados quienes son. Ya informamos al cuartel central. Mientras habla los otros dos lo observan con enojo. Mariachi, callate.
Y ¿quiénes son? Es Braulio, el maishtro de la escuela y los sindicalistas, y unos bichos de la pobrería que han reclutado. En boca cerrada no entran balas. Callate vos, que no te han preguntado. Sí, él pregunto, mi cabo pregunto.¿Tu cabo? ¿Tu marido? ¿Pero ustedes me imagino que han investigado? Es que hay un sindicato de peones y los visitan comunistas de la capital. Si hasta candidato a alcalde llevan, creo que a Don Mincho. Se lo han enganchado, le han ofrecido mujeres y mucha plata para que acepte, le van a ampliar su negocio de granos.
Y ahora alegan que tienen derecho a colgar banderas porque es parte de su campaña electoral, es parte de sus derechos civiles. Si están bien asesorados. Pero es que son comunistas. Si, comunistas en campaña. Campaña mis huevos. Yo balas les voy a meter. Nosotros allá los perseguimos. Si aquí también. Solo el joven habla los otros dos permanecen callados, preocupados por las dotes oratorias de su joven compañero. ¿Y tienen apoyo? Es que son buenos para la labia, levantan a un muerto. Es que los entrenan para eso.
Sí el único que tiene los huevos rayados para plantárseles es el cura Ciriaco. Sí, el viejito Ciriaco les vuela verga de galán cada domingo en misa. Pero la gente no le hace caso, hasta marchas han hecho pidiendo aumento salarial. Al cura Ciriaco solo lo apoyan un par de viejitas que dicen que con el comunismo llego ya el fin del mundo. Una de ellas es la damita de esteban y lo señala con el típico gesto de la lengua oprimiendo el pómulo. Esas viejas lo que necesitan es un buen leño, no tienen marido, tercia el único que no había hablado y al hacerlo observo que le faltan dos incisivos.
Es un silencio obligado por el temor a la burla. Está cholco. Pero además sus ojos brillan de manera inusual, como afectados seguramente por alguna sustancia etílica, la cual empiezo a percibir y a comprender que están bolos, han o estaban chupando cuando llegue. Chupando en horas de servicio. Por eso están nerviosos. Han de haber escondido la pacha por algún lado Pero al final de cuentas a mí lo que me preocupa es pasar la noche. Buenas noches agentes. Buenas noches.
Sin novedad en Quezaltepeque
Amanece, me levanto dolorido de dormir en hamaca. Josefina ¿dónde estás? Mis bellos durmientes continúan con su sinfonía para piano y orquesta. A las ocho voy a llamar a mi sargento Ramírez. Sargento, le doy parte que no hay novedad. ¿No hay novedad? El Jefe está llama que llama. No me haga quedar mal. Devengue su salario. Necesito respuestas no excusas. Le doy veinticuatro horas para tener noticias. Pero…
Bueno hoy la misión consiste en conseguir desayuno. Disculpen que los despierte pero y donde desayunan. Nosotros lo hacemos. Mentira, no desayunamos. No hombre, llevalo a desayunar. Vamos vengase. Pero no me vaya a salir con alguna broma porque no respondo. Caminamos dos cuadras hasta llegar a una placita desierta. ¿Y? Hay que subirse al palo, desayunamos con mangos. No puedo creerlo. ¿Y que no les pagan? Llevan dos meses sin pagarnos. Si, a puras promesas nos mantienen. Comemos cuando nos regalan. Y ¿no tienen familia? Claro que sí.
Y nos reclaman porque trabajamos sin que nos paguen. Pero les explicamos que es peor estar sin trabajo, aquí al menos tenemos la promesa del pago. Alguna vez tendrán que pagarnos, pensamos. Y no han reclamado. Y de que nos sirve. Nos dijeron que cuando llegara Araujo la cosa se iba a componer, pero empeoro y hoy con mi General no mejora. Y ¿cómo consiguen para chupar? El guaro cualquiera lo regala. Pro comida ya no nos quieren fiar. Pero si anda dinero podemos ir a un comedor y nos invita. Estoy jodido igual que ustedes. Pero no que anda en misión. En misión pero sin viáticos. Y eso por qué.
Es larga la historia. Dele viaje, de todos modos no tenemos mucho que hacer y quizás hasta nos quite el hambre perra que tenemos. Mirá allá está una guacalchía en ese palo con cara de desayuno. Vos tirale que vos tenes pulso. Ya se nos hizo el desayuno. Dicen que la carne de guacalchía es dura. Pero es carne. ¡Pac! Ya estuvo, mi cabo. Anda trae agua y preparas el desayuno. Y ¿alcanza para los cuatro? Alcanza y sobra como en la biblia. Suerte quiere la vida decía mi abuelo que en paz descanse. Encendé el fuego. No vamos a perecer. Yo creo que el cabo disculpe ¿Cómo dijo que se llamaba? Judas Flores Perez.
¿Judas? ¡Puta! No nos vaya a traicionar…disculpe. Ya les dije que no me gustaban las bromas. Pero como ya dormimos juntos ya hay confianza. No se pasen. Les he brindado mi amistad pero respeten mi grado. Sí mi cabo. Yo más que desayuno lo que necesito es quitarme la goma. Y si ustedes fueran yo para donde la tirarían. La pone difícil. Mire váyase para el Sitio del Niño, siga de largo. Pero ¿y en el Sitio del Niño? Usted siga buscando que el que busca encuentra. Es en broma o en serio. En serio, que nos ha visto alguna vez bromear. Desayuno y me despido rumbo al Sitio de Niño. Llegó como a mediodía. Hay gente esperando que pase el tren. Esta retrasado. Así dicen. Mire y de casualidad no han venido una pareja de hombres a caballo que vienen de San Salvador. No, no los hemos visto.
¿Y cuando pasaron? Hace dos días. No los han visto. No. Y como son. Eh, son de San Salvador, con aspecto de capitalinos. No. Tengo hambre. Y hoy no ando tambache. Voy ir al telegrafo a llamar al sargento Ramírez. Halo. ¡Me escucha? Soy el Cabo Judas. Me tenes noticias? Fíjese que no. Sos un inútil, pendejo! Nadie me da razón de los imputados. ¿Puedo regresar? Venite pues, que aquí vamos a necesitar apoyo. Sentí una gran alegría cuando me dijo que podía regresarme. Me encaramo en el primer tren que pase. Ya se oye que viene. Viene pitando, viene alegre. Ya me regreso. Voy ir a ver a la Josefina, a mi amor.
El encuentro con los sindicalistas Remberto y Emilio
Cuando se acerca la maquina distingo que viene manejándola el mentado Remberto, un sindicalista chaparrito y negrito pero curtido en carceleadas. Y me reconoció porque bajó la mirada. Por eso es que digo que a todos estos delincuentes hay que darles gas. No que se capturan, se liberan, se capturan, se liberan, como en una rueda de caballitos. Y sabemos que ellos no van a cambiar. Si eso del comunismo lo llevan en la sangre. Yo mismo he capturado varias veces a este malparido. Y de fogonero viene el Emilio. Otro que bien baila. Parejita de malandrines rojos, de subversivos. Si me dan ganas de ir ya a ponerles las chuchas y llevármelos presos.
Es que me encachimba verlos libres. Si por mí fuera hace tiempo que estarían con su rodaja de limón en la trompa y tranquilitos en La Bermeja. El Emilio me ve altanero. Me dan ganas de soltarle un par de balazos para que ande de machito. ¿Qué me ves? Me tiembla el cuerpo de cólera. Ya me vio. ¿Qué me ves? Debo de calmarme porque si no, no respondo por este par de hijueputas. Y se están riendo los sinvergüenzas. De mi nadie se burla. Me dan ganas de irles a romper el hocico, más a ese hipueputilla de Emilio, semejante cerote muerto de hambre. De mi nadie se ríe.
Viste que ahí está el cabrón de Veneno. Y ¿qué andará haciendo por estos lados? No se pero me da mala espina. Avisa a los compañeros por si quiere capturarnos. Se la vamos a poner difícil a este cerote. Y más que solo anda. Mirá Chepe, nos quieren capturar. ¿Quién? Ese perro que está ahí parado. Le voy a dejar ir este almaganazo. No cálmate, pero hay que estar alerta. Llama a los otros compañeros. Dejame ir a pegarle un vergazo. No hombre, anda armado y se va armar el relajo. De un solo vergazo lo siento.
Me hierve la sangre. Le voy ir a romper la trompa a ese chucho de Emilio. Nunca me imagine que aquí me los fuera a encontrar. Ummm, parece que se están juntando. Me están rodeando los desgraciados. Pero ahí vienen unos Guardias, Dios le ayuda al que madruga. Buenos días, necesito que me ayuden a efectuar una captura. Me miran de arriba a abajo. Indentifiquese. Soy el Cabo Pérez de la Policía Nacional. Se ven entre ellos. Indentifiquese. Sacó mi carnet de la PN. Lo ven con desprecio.
¿Y que le ocurre? Me están hablando golpeado. He identificado a dos delincuentes. ¿Quienes son? Están allá, el maquinista y el fogonero de este tren. ¿Los conocen, son sindicalistas? Si los conocemos, todos los días los vemos, mañana y tarde. ¿Y por qué no los han capturado? ¿Qué delito han cometido? Son comunistas. Ummm. A Usted le consta. Yo los conozco. Nosotros también los conocemos. Me van a ayudar o no. ¿O los están protegiendo? Necesitamos una orden por escrito de nuestros superiores para proceder a una captura. No me jodan. ¿Cómo dice? Nada. La gente nos está viendo. Con permiso. Pasen.
Telegrama para el cabo Pérez. ¿Es usted el cabo Pérez? Me dijeron que lo buscara aquí en la estación de tren. El mismo. Le llego este telegrama de San Salvador. Enseñá. Continúe a Izalco busque sospechosos. ¿Izalco? Qué raro. Ya me jodieron, y yo que pensaba estar hoy en la capital. Se salvaron hijos de puta, pero no los voy a olvidar. Otra vez será. Quedamos pendientes. ¿A que horas pasa el tren para Sonsonate? Después de almuerzo. Mejor me voy en camioneta. ¿Y la camioneta? Hay una, El Condor que pasa a las 3 de la tarde. Bueno, vamos ir a visitar a los primos de Izalco. Y donde pasa la camioneta. Allá en la carretera. Bueno. Adios.
En Izalco
La entrada a Izalco es una cuesta polvorienta. ¿ Y no va entrar? No, esta va directa a Sonsonate, se hubiera venido en la local, que entra a los pueblos. Bueno, gracias. Es primera vez que voy a conocer este pueblo que tiene fama de que aquí viven brujos. Lo primero que encuentro al subir es una iglesia llena de indios, el montón de sombreros y de caites que se ven, y de mujeres con sus huipiles…y el rumor de su jerigonza. Se me quedan viendo al pasar. Enfrente queda un parque todo descuidado. Sigo subiendo y llego a otro parque y otra iglesia. Esta iglesia es más grande que la de abajo. Y la gente es diferente, más catrina. Hay un gran palo de amate a mitad del parque.
¿Dónde queda el puesto de policía? Allá abajo por donde los Gallardo, siga recto aquí. Parece que estoy en Guate, que montonazo de indios que hay aquí. ¿Estaré todavía en Salvador? Soy el Cabo Pérez. Sí, lo están esperando, pase con mi Sargento Alférez. Buenas tardes. Pase adelante, siéntese. Se le ofrece algo. ¿Agua? Si, por favor. Me llamaron de la Central que Usted iba a venir para identificar a unos delincuentes que han llegado al pueblo. Llegaron esta mañana y rapidito los identificamos y llamamos a la Central.
Le voy a poner a un agente para que lo acompañe a identificarlos. Ya los tenemos ubicados. Están en el local del sindicato. Amílcar, llevalo cerca del sindicato para que los vea. Nos vamos. El Sindicato se encuentra a solo tres cuadras. Llegamos. No están. Espere voy ir a preguntar a una colaboradora. Pancha, mira no has visto pasar a unos visitantes. ¿A un chelito y su amigo? Aquí almorzaron pero ya se fueron. Y ¿para donde? Yo creo que ya de regreso a San Salvador, se van yendo, todavía los alcanzan. Vamos a seguirlos. A lo lejos vemos las dos figuras. Nos apresuramos pero siempre disimulando para no mosquearlos. Se ven tranquilos, van acompañados de un local. Se trata de Higinio, el nieto del Taita Venancio. No acercamos y descubro que no son ellos. ¡No son ellos! Van platicando y paramos la oreja.
-Mire cumpa tenga entendidu que no les vamos a fallar. Ya mi abuelo se comprometiu. Nusotros sumus derechus. Pero ustedes nu nus fallen también. Sumus ya del mismo cumún. Para nosotros es un honor que ustedes nos estén apoyando. Decile a tu abuelo que pierda cuidado, los revolucionarios cumplimos. El PCS cumple. Te esperamos la próxima semana. Traes los listados que te dejamos completos. Y hay que buscar a la gente de los otros municipios, pero ya sabes, debajo de la tierra como las taltuzas.
¡No son ellos! Voy a ir a llamar al sargento Ramírez para informarle. Vamonos para el puesto. ¿No son ellos? No. Sepa putas quiénes son estos cabrones. Deténgamelos para saber. No hombre, mejor regresemos. ¿Qué paso? No eran ellos. ¿Seguro? Claro que si. ¿Me permite una llamada? Proceda. Halo, sargento Ramírez. Este es el cabo Pérez. Adelante. Le doy parte que era información chueca. No eran ellos. ¿No eran ellos? No, solicito permiso para regresar. Mira, tenemos informes que algo grande se está confabulando, así que quedate ahí, ponete a las ordenes del Sargento Alférez.
Pero…Obedecé y reportate cada semana. ¿Qué le dijo? Que quedaba bajo su mando. Qué bueno porque yo necesito gente con experiencia y a Usted no lo conocen por estos lados y esa es ganancia. Amílcar. Sí, mi sargento. Llevalo a comer donde la Nía Mari y que le abran cuenta, va estar con nosotros ayudándonos. Después que coman se vienen para que platiquemos. Amílcar obedece. Vamos echarle algo a la tripa, me dice. ¿Qué tiene de bueno? Todo lo que vez aquí, pero de comida, no seas mal pensado.
-Sirvanos queso, unos platanos fritos y frijoles en bala. Sí, para los dos. ¿Y él es nuevo? Recién llegado. Mucho gusto. Hay que abrirle cuenta. Ni que fuera banco. Acuérdese que fiado ya murió, mala paga lo mató. Ja,ja,ja,ja. Risa le da ¿verdad? Hablando en serio y cuando van a venir a cancelar. No es gratis la comida. Hay hable con el sargento. Solo paja me da. Usted convénzalo. O sea que quieren servicio completo. Bueno, si el establecimiento lo ofrece en el menú vamos a tener que sacrificarnos. ¿Cual menú? Calmate que no va poner chispas del diablo en la comida.
-A sus ordenes mi sargento. Cabo ¿le dieron de comer? Si mi sargento. Mire le voy explicar, hemos sabido que los enemigos del orden andan planeando desordenes para las elecciones, ya los tenemos controlados y sabemos quienes son, pero necesitamos vigilarlos, averiguar en lo que andan metidos…lugares de reunión, contactos, cabecillas, planes. Y recursos e hizo una seña con los dedos. Y lo más conveniente es que no se aparezca por aquí sino comuniquémonos por medio de este. Es tremendo tamagaz. Pero para eso nos pagan…
En el Barrio México de Sonsonate
Y… ¿dónde me voy a quedar? Hay arréglese con Amílcar, él alquila una pieza allá por el barrio México, en Sonsonate. Hay le va dar posada, llevese un petate de los que están allá atrás en el patio. . Parece que la noticia no le agrado mucho al tal Amílcar, pero tuvo que tragársela. Y ¿para movilizarme? Si aquí no nos cobran en las camionetas. Y ¿la comida? Vengase a comer donde esa vieja donde estuvo hoy. Pero ¿no tengo ropa? Hay Amílcar que le preste un par de caballos. Estoy jodido, lejos de mi casa, sin pisto y no vaya ser el tuerce que me maten sin tener vela en este entierro.
Apúrese que la última camioneta pasa a las seis. Corremos a tomarla. Amílcar parece buena gente. Y ¿Cuánto lleva de policía? No ajusto ni el año. Y ¿le gusta? Desde chiquito soñaba con ser policía. Pero me costó que me admitieran. Pedían el tercer grado y solo he hecho hasta el primero. Pero el sargento Ramírez habló conmigo y le caí bien, me echó la mano y aquí estoy. El fue el que me recomendó que es mejor vivir fuera del pueblo y he aprendido mucho de él, dice que tengo madera de detective. Y ¿Usted? Yo si ya estoy curtido, tengo casi los veinte años de servicio. Pero ¿está joven? Es que entre cipote al servicio, mi mamá les daba la comida y les lavaba, y yo les hacía los mandados, les iba traer cigarros, una pacha, pan dulce, y así me fui quedando, hasta que conseguí plaza. Y así fui ascendiendo, hasta llegar a cabo. ¿Pasó el examen? Más o menos. Nos bajamos en el parque. Enfrente esta la catedral. Hay mucho movimiento, mucho comercio, ventas, un griterío como que estuviera en el mercado Santa Lucía de San Salvador.
Nos dirigimos a donde vive Amílcar. Se trata de la pieza de un mesón con el pintoresco nombre de El Paraíso. Al entrar quedo impactado por la visión ¿será un sueño? De tres mengales semi desnudas que entre risas y bromas al lado de una pila, se lanzan agua con guacales de morro. Son ardientes y provocativas. Atrevidas con sus oscuros senos erectos. No puedo evitar una erección y no puedo evitar que se haga manifiesta. Se me quedan viendo carcajeándose. Y que tiene ahí? Uyyy! Mire, ella se lo quiere tocar. Mire ela dice que le gusta su paloma. Yo no. Otra cosa queres hacer entonces. Trato de cubrirme el miembro pero solo logro volver la situación más obvia. No puedo evitar verlas y desearlas aunque trato de ver hacia otro lado, mientras pasamos por donde ellas. Preséntelo, Don Amilcar. Si no lo vamos a morder. Es un amigo que se va quedar algunos días. Ella es Miriam, Estelita y Gladis. Mucho gusto.
Una de ellas se adelanta y me da la mano y no puedo evitar ver su sexo peludo chorreando agua. Don Amilcar, ayudeme a secarme, no sea malo. Apurese, pasemos. Entre pues. Cerramos la puerta. Le digo: me siento en brama, presteme algo despues se lo pago, voy a ocuparme un rato con la chinita. ¿Con la Gladis? ¿Le gustó? Si, mucho. ¿Cuánto cobran? Por ser vecinos, unos dos cuartillos. Pero mejor calmese. Es que ya no aguanto. Estoy rigioso. Así me pasó a mí la primera vez y tuve que entrar a una cipota de esas. ¿Cuál? Ya no está aquí. Chula que era. La tuve toda la noche, dándole hasta rendirla.
La pieza queda al fondo cerca de los lavaderos y es un poco oscura, humeda, con techo de teja. Tiene una tijera de lona con una colcha rosada desteñida. Ahí puede poner el petate, me dice como si se estuviera refiriéndose al cuarto de un gran hotel. La decoración consiste en un calendario de 1931, -polvoso y roto de una de sus puntas-de la Farmacia Moderna, que sigue en el mes de agosto. Una silla sirve de ropero. Y hay una mesa de madera con un salero.
Mire, hágame el cachete. Le juro que le pago al nomas tener. Amilcar duda pero al final cede. Tome. Judas sale de la pieza y llama a Gladis, que ya se ha puesto un vestido. Mirá, te están llamando. Vení… ¿Digame? Tiene una sonrisa picara. ¿Cuánto? Dos. Vamos pues. ¿Dónde Usted? No hombre, ahí esta Amilcar. En tu pieza. Niñas, voy hacer un rato. No vayan a estar molestando. Entramos, cierra la puerta. Me mira y empieza a desvestirse. Se alza el vestido y veo sus piernas morenas y rollizas, sus calzones amarillos, sus chiches pequeñas y puntiagudas, su pelo largo y oloroso a rosas.
Me desvisto y ella se tiende en la cama con las piernas abiertas, su sexo es pequeño y lampiño. Mira hacia un lado. La sonrisa ha desaparecido. Mi pene sigue erguido. La penetro y al momento acabo. ¿Ya estuvo? Eh, si, es que le andaba ganas. Se levanta rápido de la cama. No es romance. Espera su pago. Le entrego dos monedas. Me dice, salga que tengo que limpiarme. Quiero verte, mamacita No, salga. Me visto despacio y veo que saca un huacal y se lava la vulva con indiferencia. Al salir de la pieza observo que sus amigas estaban sentadas, sonrientes en un muro esperando que termináramos. No quiere echar otro? me preguntan. Llego donde Amilcar y también me dice sorprendido como Gladis: ¿ya estuvo? Si, ya estuvo. Fue rápido. Mejor se hubiera hecho una paja en el baño y no tuviera deudas. Es que el cuerpo es maldito. Las ganas de pisar son perras, es como el hambre o la sed.
Descubriendo la Calle sin Ley
Nos sentimos incómodos en la pieza y me dice: vamos a dar una vuelta. Vamos y como si fuera un sueño el lugar que veo al salir es diferente. La noche se ha encargado de transformar o mejor dicho, de revelar la realidad. Me dice Amílcar: bienvenido a la Calle sin Ley. Durante el día no puede distinguirse que nos encontramos viviendo en plena zona roja, llena de bares y de putas y ladrones en la calle. Los fonógrafos a todo volumen reproducen discos de Carlos Gardel. Caminito que el tiempo ha borrado/que juntos un día nos viste pasar…
Y ¿sabe el sargento Alférez que vivís aquí? No y no le vayas a contar. Piensa que vivo donde una tía, allá por el Cementerio. De acuerdo, perdé cuidado. Las mujeres de la vida alegre me piropean al pasar. A Amilcar ni lo saludan, es parte del paisaje. Le digo: mejor me hubiera esperado a salir. Yo le dije, pero usted estaba desesperado, pensando con la paloma y no con la cabeza. Tiene razón. Es que uno es tonto con las mujeres. Por ese triangulito de pelos hasta guerras mundiales ha habido. No friegue, tan así… Si una vez raptaron a Helena y ardió Troya.
Al regresar al mesón me manda a llamar Doña Leonor. ¿Cómo está? De entrada me ladra: Así que usted se dedica hoy a traerles hombres a estas holgazanas, a estas putas chucas, a estas cerotas malhabladas. No me vaya decir que se ha tirado a rufián. Ya no es policía entonces. Claro que sí…Y entonces ¿qué está pasando? mire me cuentan que está trayendo gente a vivir aquí, y ¿con el permiso de quien? Es que usted no estaba. Pero me hubiera esperado, por respeto. Y ¿de quién se trata? Es policía, se lo voy a presentar. Por ahí hubiera comenzado. Vaya a traerlo.
Le presento al cabo Pérez. Mucho gusto. Es un honor conocerla. Favor que me hace. Así que va pasar unos días con nosotros en este establecimiento. Sí, para mientras me acomodo. Bueno, pero tenga cuidado con esas mujeres que practican la brujería, son meretrices. Y la peor de ellas es la Gladis, tiene ladillas y el chivo es tacuazín. Les alquilo cuartos pero por necesidad. Usted siéntase en su casa y si necesita algo no dude en buscarme, es la pieza con salida a la calle. Yo con la gente no me equivoco y usted es un caballero. Salimos. ¡Puta! Le caíste bien a la vieja esa. Te vas a tener que sacrificar por la patria. Mire que todavía tiene partes que sirven y es viuda. Al rato termina hasta de mesonero y hay me da posada. No joda usted. Mejor vámonos a dormir. ¿No se va quedar con ella?
Al día siguiente al llegar Amilcar al puesto de policía, su mejor amigo le pregunta: ¿es cierto que ya te acompañaste? Come mierda, quien dice. Así anda la bola. Dicen que te has metido con una muchacha de San Salvador, que ya duerme en tu cuarto. Come mierda. Al rato llega Julián, ladino de Guaymoco y le toca las nalgas: este culito es mío. Me han contado que ya tenes marido, pero acordate que este culito es mío y trata de nuevo de tocarle. Un vergazo te voy a zampar para que te estés en juicio. ¿Y te dolió anoche? ¿te desvirgo el nance? Y ¿dónde has dejado a tu marido? Llega el sargento Ramírez: ¿y el cabo Pérez? Dijo que más tarde iba a venir. Cuando venga me lo mandas para ponerlo a trabajar. Al salir el sargento, me dice Julián: y todavía lo negas, ya te endamaste. Hasta chiches te están saliendo y te está cambiando la voz.
Camino hasta Izalco y voy reconociendo el terreno. Llego al puesto y me dicen que espere al sargento que ya va regresar, que quiere hablar conmigo. Observo que los agentes se ríen al verme. Llega el sargento Alférez como a las once y me dice: vengase, vamos ir a una reunión de alto nivel. Regresamos a Sonsonate y subimos la cuesta del cuartel, entramos a la Brigada de Infantería. Hay varios vehículos ingresando. Nos dirigimos al Casino. Hay sillas y una mesa al centro. Solo son cachuchudos. Dicen que viene el mero hombre. Es una reunión con el mero Ministro de Guerra, con el mentado y temido General José Tomás Calderón. Es un viejo gordo con cara de perro bravo… Al hacer su ingreso todo mundo se cuadra. Descansen. Buenos días.
Mi encuentro con el General Calderón, Chaquetilla
¿Están todos los que son? Sí, mi general. Empezamos. Buenos Días. Como ustedes saben como Fuerza Armada hemos asumido la responsabilidad de conducir este país en vista de la corrupción que caracterizo el gobierno de los civiles. Esta responsabilidad de garantizar el orden y la paz de nuestro país nos exige mantenernos vigilantes, frente a la amenaza de los comunistas que son traidores que no descansan hasta ver a nuestro país hundido en la miseria y la dictadura. Y es en estos momentos que se mide el carácter de los pueblos y de sus fuerzas armadas. Y es por eso que hemos sido convocados a esta reunión para trasmitirle el llamado de nuestro Presidente Mi General Martínez para que terminemos con cualquier división o recelo que pueda existir entre nosotros.
Y nos pongamos como un solo puño cerrado para enfrentar a las hordas comunistas que han engañado a miles de campesinos para lanzarlos hoy a seguir a un partido de revoltosos y mañana pueden lanzarlos violentamente contra nuestras instituciones democráticas. Así que a partir de este momento como Comandante de la Fuerza Expedicionaria asumo la conducción personal de esta noble misión de liberar del comunismo a Sonsonate, este sagrado pedazo de tierra salvadoreña.
Hemos tenido conocimiento que altos cabecillas comunistas, como el tal Víctor Regalado, dirigente del Partido Comunista, han andado recientemente por estas tierras, por Izalco para ser más preciso, azuzando a revoltosos para conspirar contra nuestro legítimo gobierno. Así que están enterados de la misión general, la cual les explicare más en detalle en sus cuarteles, para que sepan cual es su responsabilidad específica. Y les aviso desde ya que para esto vamos a necesitar no solo la contundencia de la fuerza sino también del vigor de la inteligencia. ¡Entienden? Es todo. ¿Alguna pregunta?
Hay un silencio sepulcral. Se ven entre ellos entre aburridos y confundidos. Levanto la mano e inmediatamente siento un codazo en mi costilla del Sargento que me interroga: ¿Qué le pasa? ¿Qué va preguntar? A responderle iba cuando veo que el General me concede la palabra. Soy el único que ha levantado la mano. Permiso para preguntar. Proceda. ¿Y quien es este? No lo ubico. No se, ¿Quén es? No se. El sargento Alferez de la Policía de Izalco es el que lo ha traído. Únicamente para informarle mi General que el que anduvo por Izalco no se trataba del poeta revoltoso Regalado que Usted menciona.
¡Está corrigiendo al General! ya me lo van a poner quieto por metido. Muchas gracias…su ¿nombre, grado y ubicación? Cabo Judas Pérez, del Cuartel Central de la Policía. En la mesa vuelvan a ver al Coronel Aguirre y Salinas; Director de la PN. No lo conozco. ¡Puta! No conocés a tu gente. Muchas gracias por su información, Cabo Pérez. Y ¿qué hace ese cabo aquí en Sonsonate? Se levante la reunión.
El General Calderón me llama con la mano. ¿Andas lejos de tu casa hijo? Estoy cumpliendo una misión. ¿Cuál? Ubicar y capturar al poeta que usted mencionó. Me gusta, andás en la jugada. Son estos pendejos los que andan perdidos. Y ¿quién te dio esa misión? Llega el Coronel Osmín. El sargento Ramírez. Y ¿donde estás ubicado? En Izalco. ¿desde cuando? Hace dos días. Bueno ¿desde hoy quedas bajo mi mando? Osmín, te voy a quitar a este cipote, total que ni lo conocés ni te interesa.
Vamos establecer campamento aquí en este cuartel, busca al comandante responsable y decile que venga. Voy donde el Sargento Alférez que se ha quedado viendo la situación y sumamente molesto aunque no entiendo la razón… Le pregunto: Mi sargento podría ubicarme ¿quién es el comandante de este cuartel? Y ¿para qué lo requiere? Lo demanda mi general Calderón. Ese alto que este allá platicando. Voy y me le cuadro. Descanse. Lo requiere mi general Calderón. Gracias, voy enseguida. General. Mirá, ubicame a este cabo en una de las barracas, va ser mi ejecutivo. Pero mi general, si él es policía. Te digo que me lo ubiqués. Si mi general.
Teniente Jiménez. Sí mi coronel. Garantíceme que a ¿Cómo te llamás? Cabo Judas Pérez. Interesante nombre. Garantíceme que al Cabo Pérez le sea asignado un lugar donde quedarse y los servicios respectivos. Sí mi coronel. Venga conmigo. ¿Así que de San Salvador? Exacto. Lo voy a colocar con la tropa. No hay problema. Y ¿su equipo? Le enseño mi Winchester. ¿Es todo? ¿Necesito más? Y la ropa. La deje en San Salvador.
Sucede que iba pasando por Izalco y me han enganchado para esto pero yo allá tengo mi casa y familia. ¿Es casado? Acompañado. ¿Hijos? Todavía no. ¿Tiempo de servicio? Veinte años. Pero ¿se ve joven? Es que empecé cipote. Sí hasta fui de la Liga Roja. ¿Futbolista, equipo de futbol? No hombre, enlace político para los tiempos de mi presidente Quiñónez. Fue en el 17 o en el 19, ya no me acuerdo. Era con bandera roja. Una tía mía les hizo la bandera y yo se las lleve. Éramos los descamisados, los proletarios en desbandada…
3. En Honduras rumbo a la patria del socialismo
Honduras es ancha y ajena y más ajena que ancha. Gracias a la eficiente ayuda de Don Modesto, comunista y a la vez teósofo hondureño pudimos descansar y continuar la travesía a caballo, por veredas escabrosas y solitarias, perfectas para emboscadas de malhechores, por lo cual habíamos tomado las precauciones debidas hasta que después de algunos días de camino una tarde divisamos las mortecinas y cada vez más cercanas luces de San Pedro. El calor era sofocante, y el sudor se nos pegaba al cuerpo. El camarada de Santa Rosa nos había dado las coordenadas para buscar a Manuel Calix, había que preguntar por el local de La Fraternidad a quien habíamos conocido en una reunión en San Salvador y era el candidato presidencial del Bloque Obrero Campesino. Un comunista candidato a presidente.
Se sorprendió mucho al vernos ya que no había recibido los mensajes enviados para informarle de nuestra visita. Andan huyendo? Fue lo primero que se le ocurrió decirnos. Al principio lo sentimos un poco desconfiado pero luego recobró su humor bromista habitual y nos compartió los últimos chistes contra el gobierno a la vez que nos conducía a casa de Gracielita, donde podíamos quedarnos. Donde tu paisana se pueden quedar nos dijo. Graciela se alegró mucho de vernos. Ahí conocimos sin mucho protocolo al Chele Moreno, quien nos indicó con detalles la mejor forma de viajar hacia la Ursula, como él la llamaba y que era su país de origen. Cuando te preguntan allá algo decí da o decí nyet. Había que embarcarnos primero hacia La Habana, chico. Van a conocer a Julio Antonio. Y luego Madrid, Paris, Hamburgo y ya estás en Moscú. En cada lugar hay inteligencia enemiga que debes aprender a burlar.
Por su parte, Graciela se carcajeaba – y sus camanances con ella- contando como el Chamo Rolito se había encargado de recordarles a los sorprendidos camaradas la necesidad de “bolchevizarse” y en especial evitar realizar reuniones en lujosos hoteles que eran “antros de la burguesía” totalmente opuestos a lo que se esperaba de personas dirigentes de la clase obrera. Aseguraba que ella ya se los había advertido antes, pero no le habían hecho caso. No se bajaban el saco y la corbata. Víctor le confesó que el mismo tango se tocaba en San Salvador. Era la cultura del odio a la corbata burguesa y del amor afiebrado al todopoderoso Partido, vanguardia indiscutible y todopoderosa del proletariado.
Había conocido a Graciela por medio de mi mamá ya que habían sido amigas y trabajaron en la misma escuela cuando ella vivía en San Salvador, y nos visitaba en nuestra casa. Me contó que estaba teniendo problemas con Juan José, su marido, debido a que su cuñado, el presidente Carías, trataba de ganárselo para su causa con múltiples invitaciones. Ya ella le había advertido que se estaba cansando de tanta fiesta y que si quería abandonar el proyecto proletario que lo hiciera, pero que ella seguía firme en su militancia “como mujer y como comunista.”
Quede sorprendido por la rapidez de un mimeógrafo de origen alemán que los camaradas locales mostraban con mucho orgullo, asegurando que este les garantizaba el tiraje de su periódico y de hojas volantes, que eran disciplinadamente repartidas en las plantaciones bananeras de la Coyumel.
Graciela nos pidió que esperáramos una semana para partir porque Pablo dice que quiere verlos. Wainwright se encontraba en Tegu coordinando la campaña del Frente Obrero y Campesino. Lo hicimos y un sábado por la tarde nos avisaron que Pablo llegaría a visitarnos. A él no lo conocía aunque había vivido en San Salvador. Era un personaje de novela, moreno con ojos azules, alto, imponente, muy seguro de sí mismo, altamente persuasivo, su presencia, el tono de su voz infundía respeto y hasta temor. Tenía la misma traza de Agustín, del militante bolchevique…
Estaba muy interesado en saber detalles sobre nuestra visión estratégica insurreccional con la cual afirmó simpatizaba, no obstante estar metido en “este lío de las elecciones.” Le compartí en un arranque de orgullo nacionalista y a la vez de irresponsable descompartimentación, el informe ¿secreto? que llevaba a Moscú y se quedó toda una noche estudiándolo, leyéndolo y releyéndolo, preguntando, opinando, dudando, rumiando, estableciendo diferencias, pero es que no somos sociedades muy diferentes alegaba, pero a mí me parecía que sí lo éramos. O sea que van a la guerra, los admiro. Y nosotros pensando en elecciones. Cale lo observaba con mucho detenimiento, fuertemente impresionado.
Como iba a imaginarme en esos momentos que en cuestión de semanas íbamos a sufrir una fulminante derrota a manos de Pecuecho y que nunca iba a volver a ver a Agustín ni al mismo Caledonio, mucho menos que mi nieto Vladimir, hijo de Emilio, iba participar muchos años después en un segundo intento insurreccional y que en esos afanes guerrilleros iban a perderse en un tatú de Guazapa de los Comandos Armados de Liberación un fuerte alijo de fusiles y de dólares, que fueron luego buscados pero nunca encontrados.
Los debates con Graciela
Con Cale pudimos participar en un acto en solidaridad con los italianos que iban a ser ahorcados, allá en Boston, de Sacco Y Vanzetti. Además Graciela seguía preguntándome detalles sobre Agustín. Decía que Agustín iba a ser silenciado por la oligarquía por lo que era urgente publicar sus escritos, sus cartas, sus manifiestos, en espacial el Manifiesto de Teotepeque. No lo conozco. ¿Lo tenés? Lo deje en el paisito. Búscalo cuando lo regreses ¿si regresas? Y porque lo dudas. La vida tiene rincones que los mesones del destino desconocen.
Ah y supe lo de Agustín y Claudita, una lástima porque me había hecho ilusiones de que al final iba a sentar cabeza pero parece que su musa ha sido, es y será por siempre la revolución. Y si te acordas ya antes había pasado lo mismo con Consuelito y cuentan las buenas lenguas que también pasó con Tinita y con Olguita. Ya van cuatro decepciones. Vos deberías escribir al respecto. ¿Estás hablando en serio? ¿Qué te parece Los Amores de Farabundo? ¿Las historias amorosas del Negro Martí? ¿La disputa por Frida? ¿Frida? Sos chambroso. No te digo sos el indicado. El elú. Diego te va castigar con un mural o con una piocha.
Mirá contame y qué pasó con la Prudencia? Por naturaleza siempre hemos sido imprudentes, Chela. No te hagás el mareado, te hablo de La Prudencia. Ah, no te entendía. Qué pasó de qué? Por qué no la apoyaron? Como PC? Y por qué la íbamos a apoyar? Porque su causa es justa es la causa de las mujeres. La Prudencia está loca, chiflada, siempre anda dando talegazos al hombre, el enemigo histórico, el culpable. Y todo por falta de marido. Entonces no leíste su programa de gobierno? Esa mierda se la hizo el viejito pipián de Masferrer, alias Peinado de Nalga. Pero, lo leíste? Claro que sí. Y por qué no la apoyaron entonces. Porque era un programa burgués y el proletariado no puede ir de vagón de cola de nadie. ¿Vagón de cola? Lo que pasa sabes qué?, es que son unos grandes machos con la pija siempre parada, para no decirte otras cosa sin sacar mi afilada caja de lustre y agarrarte a puteadas o mejor a patadas. Calmate, que te pasa? Te estás incendiando!
Es que me da cólera el esfuerzo realizado y que ustedes no lo valoren y lo desperdicien. ¿Esfuerzo realizado? Sos acaso la embajadora de La Loca. Me refiero al trabajo político con las mujeres, de organización, de conciencia, de movilización de mujeres. Y no ahí tenes a las mujeres en las filas del Socorro Rojo pues? No son las que se dan verga por sus maridos capturados? Es que no entendés! me refiero a nuestra propia organización, de nosotras las mujeres. Y para qué? Para pelear contra nosotros? Nombre, no entendés. Tenemos nuestras propias reivindicaciones. No captas la situación. Claro que si la capto y no me parece. Ustedes relegan la cuestión femenina, como dice Clarita? Cual Clarita? La Zetkin. No la conozco. No te digo que están atrasados políticamente. Ya vas! Mirá, mejor cambiemos de tema porque ya me hiciste enojar. Hasta verga me ofreciste.
Ya que mencionaste a Don Alberto, como esta él? Se fue con los reformistas, es líder de los reformistas, fiel empleado de Don Arturo ya de muchos años, no te acordás del Congreso Obrero en Armenia en 1919 donde ya trabajaba de la mano de Araujo. Además de macho sos sectario! Y que acaso no te has leído el Mínimum Vital? Claro que sí lo he leído y es muy interesante el planteamiento al menos es un esfuerzo que puede servir de programa mínimo. No jodas, es puro reformismo. Y nosotros somos ¡pura revolución! ¿verdad? ¿Será? Mientras discutíamos un gato blanco se revolcaba en su almohada cama y nos miraba compasivo y aturdido.
Son unos cabrones sectarios y no comprendo como Agustín lo permite. Ah, porque Agustín es un gran forjador de alianzas. Y la relación con los intelectuales, con los artistas? Me parece que estoy en un confesionario. Ni religioso que sos. Con Masferrer, con la Claudita, con el Pintor? Son todos araujistas. No puede ser, entonces están aislados. Aislados? Aislados? con los obreros y los campesinos, incluso ya te conté que se afiliaron Ama y sus pueblos izalcos, los indios. Al menos es me suena interesante. A nosotros acá nos falta avanzar por ese sendero. Pero en general me dejas preocupada, muy preocupada, que se me hace que les va caer una buena talegueada. Nombre ¿cómo vas a creer? Si hasta en el mero ejército tenemos trabajo político, células organizadas. Mirá, y Agustín le entra al charleston. No se nunca lo he visto bailando. Me gustaría verlo. Es una chucha cuta…
Sin las mujeres no puede haber revolución
Pero mira, sin las mujeres no puede haber revolución. Ah sí, fue entonces la Kollontai la que se tomó el Palacio de Invierno? ¡Sos bayunco! Ya me diste risa! Verdad que aceptas por evidente que son los hombres los que dirigen las revoluciones. Lenin, los jacobinos, Sandino, etc,etc. No, no lo acepto ni lo aceptare. Y de Miguel Ángel que has sabido? Dirige el Socorro Jurídico en Guatemala. Y de Sandino? Sigue dándose verga en Nicaragua. Y vos que me contas, que has leído últimamente? Mira te recomiendo a un chino y aun italiano.
El chino se llama Mao. Te recomiendo la carta llamada Una sola chispa puede incendiar la pradera. Es sobre cómo vencer políticamente al derrotismo. Es más, te regalo una copia porque lo hemos editado acá. Es sobre cómo establecer el Poder Rojo en las zonas rurales, o sea una visión de rodear las ciudades desde el campo para tomar el poder pero esperando el momento adecuado. O sea que lo que procede es crear bases guerrilleras en Chalate, en Guazapa y en Morazán para luego caerle en ofensiva a san salvador? No seas mecanicista, capta el planteamiento. El auge revolucionario es como el mástil de un barco, como el sol naciente, como una criatura que va a nacer, no te parece poético. Vamos entonces a enviar al Viejo Nacho para San Miguel.
Vos sos el que me preguntaste que estaba leyendo. Y sobre el otro. Sobre Gramsci? Gramsci te plantea los consejos de fábrica y el trabajo ideológico, el problema de la cultura en una sociedad como la italiana. Es muy interesante. Ah y también leete aun peruano. Peruano? No me vayas a salir con el Gordo Haya de la Torre. Lo conoces? Estuvo en El salvador. No, te hablo de José Carlos Mariátegui. Leete Siete Ensayos sobre la realidad Peruana. Me suena al Viejito Masferrer. Nada que ver, este es marxista, como él dice, indoamericano. Indoamericano? Lo indio. O sea que somos indios?
Se ve que aquí les llegue más literatura y de la buena, están bien actualizados. Son nuevas ideas en el marxismo. Yo me quedo con Lenin. Allá vos. Pero sabés que se están peleando, verdad? Tienen una trifulca que ni en el Barrio El Calvario cuando llegan los choriceros. No jodas? Explícame. A la muerte de tu querido Lenin se desataron las pasiones y la lucha por el poder. Alo que entiendo Stalin ya se deshizo de Trostky y hoy va por Zinoviev. Y mirá y un tal Bujarin? Ah es un reformista, la NEP, el regreso al capitalismo porque son un país feudal, esa es su tesis. Segura de eso? Además ya pronto leva pasar la aplanadora “bolchevique” de Stalin, el “heredero” de Lenin. Y te conté que es a é a quien voy a buscar. Que Dios te ayude y san Simón te proteja…papito. Ya me preocupaste! Bueno, yo cumpliré mi tarea, me dan la plata y me regreso. O sea que vas tras el loro de Moscú, el oro de los zares. Exactamente.
La guerra necesita de recursos, de armas. Y la guerra y hoy te cito al Papa Klausewitz, la guerra necesita de aliados. Ya vas de nuevo con tu predica reformista, a la carga con tus aliados pequeño burgueses. Y sin mujeres no hay revolución. Te han dado paja! Quién me ha dado paja? Solo eso te digo. Si mujeres para que hagan las tortillas en los campamentos y sean las sanitarias mientras los hombres conducimos y hacemos la guerra y luego haremos el amor, el famoso descanso del guerrero. Sos insoportable, te voy a sacar para que durmás en el patio. Y Agustín que no maneja esto? No creo. Cuando triunfen busquen una salida al mar. Solo que por aquí, en guerra con Honduras? Además ya tenemos mar. El único mar que vale en este mundo es este Atlántico que es el mar de los imperios.
Pasando a otro tema, y como está tu mamá? veo que pegas la retirada, está bien, te lo acepto. Bien aunque se quedo un poco preocupada por mi salida sorpresiva. Escribile y yo le pongo la carta. Pero es que le dije que iba para Guatemala, la voy a terminar de preocupar. Vos escribile. De acuerdo. Buenas noches! Buenas noches! Supongo que Cale desde su cuarto habrá estado atento a nuestra conversación y mañana va atosigarme a preguntas.
Mirá y Don Chico? También haciéndole los mandados a Don Arturito. ¡Puta! Entonces todos son araujistas allá, todos! Pero todos… los intelectuales burgueses y pequeño burgueses! Ah sí intelectual proletario bolchevique! Si vos nunca en tu vida has trabajado, la comida te la hace tu mamá, la ropa te la lava y te la plancha la muchacha de tu casa, para que el niño pueda dedicarse a sus actividades “de izquierda.”
Origen y posición de clase
Me permito recordarte con todo respeto que el problema no es el origen sino la posición de clase. O era Marx proletario? Eso ya me sonó a sexo, a relaciones coitales. Y vos no te has casado? Por qué? Ya te me volviste freudiano? El marxismo-freudismo al poder. El falo marcando la conciencia del proletariado. El pene te dirige la mente y ni cuenta te has dado. No te pongas vulnerable. No jodas? No digo que sos un gran bayunco! Y lo de la posición de clase esa paja ni vos te la crees.
Y entonces de nuevo como te explicas a Carlitos Lucha de Clase, y a Federico y al mismo Agustín, de origen terrateniente allá en Teotepeque pero proletarizado desde su juventud. Y dónde están los obreros? En las fábricas y las plantaciones cafetaleras. Hay que construir la vanguardia. O se a los iluminati, los templarios del proletariado dispuestos a la cruzada contra el capital. Cabal! exacto!
Al escucharte me identifico con los anarcos. También son vanguardistas. O sea el comunismo por el camino iluminado por la vanguardia del partido mundial del proletariado industrial de la lejana patria del socialismo. El mero PCUS. Mejor durmámonos. Juntos? Te atreverías? Yo pregunto? Pregúntale a Juan. Sos descendiente directo de los jacobinos y quizás hasta de los templarios, o de los cátaros, o mejor de los ácaros. Córtala.
Y contame y el trabajo con los afro-salvadoreños? Afro-salvadoreños? Estas desvariando? Sos de verdad salvadoreña? No estarás equivocada de país? No me estas hablando de Panamá. Claro que sí, o sea que en tu imaginario estrecho y sectario, en El Salvador no existen los campesinos, ni las mujeres, ni los indígenas, ni los negros…Yo no he dicho eso y te explique cómo los indígenas están en un proceso de proletarización acelerada que incluso los ha acercado a tocar a las puertas de nuestro Partido. Puta¡ Los van a civilizar, ni que fueran Pedro de Alvarado o David J. Guzmán. No podes aceptar que científicamente en El Salvador no hay negros. Y caes hasta en el racismo porque los volves invisibles. Y donde están, donde viven?
No me vayas a decir que fue Wainright cuando estuvo allá que dejo preñadas a decenas de mengalas para formar a futuro una colonia negra. Sos racista, evalúa lo que decís. O sea caballero que Usted nunca ha estado en san Vicente, en Zacate, en Usulutan, en san Miguel, no sabés que el Oriente es nuestro Caribe. Nuestro Caribe? Estas narcotizada. Estas zafada de varios tornillos. Perdón europeo, joven castellano, caucásico, marxista, violador de mengalas y de volcaneñas, espermatozoide de señor feudal cafetalero. Calmate, me vas encachimbar. Sos una gran exagerada. No, vos estas política e ideológicamente perdido, extraviado en estos trópicos salvajes…¿Ser leninista es estar perdido? Vos no sos leninista, sos un dogmatico, un religioso que repetís oraciones y fórmulas pero te negas a ver la realidad. Yo dogmático? Estas bromeando. El hecho que decís que sos poeta no te salva. Tenes que abrirte a lo diverso.
O sea que en tu concepción de revolucionaria entran hasta los maricones y las marimachas, las putas, los ladrones, el lumpen. Mirá los maricones como vos los llamas no son lumpen, estas equivocado. ¿0 sea que en tu proletariado no hay maricones? Yo nunca he conocido un maricón proletario, solo en la burguesía. Pero los hay y montones. Y sabés por qué es eso, porque tienen que esconderse, vivir vidas divididas, hasta se casan y tienen hijos pero en el fondo aplastan ahogan su identidad real. Y con respecto a las putas estas son mujeres sufridas, explotadas por el chivo, por lo general violadas cuando niñas, estigmatizadas por esta sociedad hipócrita. ¡puta!
Te pareces, igualita a la Prudencia. La conoces? No personalmente, pero si su pensamiento. Y es ella progresista o reaccionaria? Eh, digamos que es progresista aunque su pensamiento es confuso, contradictorio. Y entonces? No te enojes. Y al lumpen también hay que ganarlo, reclutarlo, reeducarlo no has oído hablar de Makarenco? No. Ya lo vas a conocer allá en la Ursula. Mejor durmámonos ya me siento como Scherezada. De nuevo ¿me estas provocando con leyendas persas? Nombre, cálmate. Es que tenía tiempo de no hablar con compatriotas pero le doy seguimiento al proceso. Se nota. Mañana les voy a preparar una comida típica. Mejor prepáranos frijolitos fritos con huevo y si podes tortillitas tostadas. No me jodas! ja, ja,ja!
Típico salvadoreño no podes vivir sin las tortillas y te aseguro que no podes palmear. Te vas a joder. Al lugar que fueres, come lo que vieres. Tan así? Unas tortillitas por favor. O sea que en tu imaginación de macho esperabas a la sufrida Graciela que se levantara las 4 de la mañana a encender el fogón y a preparar las tortillas para el amo venido de lejos en su caballo alazán. No jodas! Sos un alienado, un colonizado cultural! Colonizado cultural? Estas choyada, pelada de los cables principales, fundida. Y en Rusia quien te va hacer las tortillitas, solo que te lleves al Cale y no creo que pueda palmear.
Ves que en el fondo y hasta en la superficie seguís siendo un hijo de mamita metido a futuro guerrillero necesitado de mujeres para que le hagan la comida en los campamentos y le laven la ropa. Y quizás lleguen a mensajeras peor nunca a comandantes. Sos patriarcal y lo peor es que no lo sabés. Sos patriarcal y colonizado. Calmate, si fueras hombre ya nos hubiéramos roto el hocico. Ja, ja, ja! Y violento. La violencia es la partera de la nueva sociedad. Si de la nueva sociedad colonial, venis con la espada de Pedro de Alvarado. O no es así? O sea que te hiciste pacifista . No, tampoco, pero no le rindo culto a la violencia. Mejor durmámonos mi querida Scherezada y tengamos sueños pecaminosos como los del Cantar de los cantares.
El antiimperialismo de Don Beto
Ya lo ultimito, sabes que deben de rescatar y de respetar de Don Beto? Es su claro antiimperialismo. Regresamos de nuevo al tema? Te volviste masferreriana? Pensé que ibas a decirme su homosexualidad., o sus doctrinas idealistas orientales, o su marco teosófico. Pero el antiimperialismo del viejito te lo acepto, es rescatable. Ya esta amaneciendo. Voy a poner a colar café. Cumplí pacientemente tu rol histórico, yo no me enojo ni lo discuto. Los hombres somos dueños y señores de la historia. Ya no lo pongo, me quitaste la inspiración.
Ah y señor feudal, si usted quiere comer en esta casa deberá preparar usted mismo sus alimentos. O sea que renuncias a tus sagrados deberes de hospitalidad comunista e internacionalista? No lo que renuncio es a ser pendeja. Calmate, no te me enojes, vos sabes que estoy bromeando. Bromeando? Mejor vámonos a dormir Juntos? Bueno quizás me voy a sacrificar solo por el hecho que sos un futuro mártir de la revolución. Vas a ir a colar el café? Así me gusta, con el debido respeto al varón. Callate, bayunco! Callate, Olympe de Gouges. Y sabes que le pasó, verdad? Fue guillotinada por los mismos machos jacobinos ya en el poder, o sea tus antecesores, en noviembre de 1793 y luego borrada de la historia y de la memoria.
Mejor en vez de café servime un cognac, puro. Vos crees que estamos en una cantina? No te pongas vulnerable. Hoy sí a dormir. Entre tus brazos. Ganas te dan. Tratas de subordinarme con la cama, pero no resulta, soy zorra vieja, no me ves las canas. Las canas podrían ser ganas. Mejor anda dormite con Juan. Porque al fin de cuentas ya has escuchado que lo personal también es político. ¿Lo personal es político? Estás chiflada eso no es leninismo, eso es liberalismo. Es que mirá no puedes ser militante en resistencia contra el capitalismo y a la vez promotor del racismo y del sexismo. Es incoherente, inconsecuente, y muy relevante. Es una cuestión de principios, sino vas a repetir el mismo esquema opresivo.
Es un triángulo dialéctico. ¿Triangulo dialéctico? Y porque mejor no hablamos de un triangulo amoroso. Tú, Juan y yo. Y se me hace que el tal Juan es ficticio, sino tráelo, anda despertalo y que se integre a la discusión. Mirá lo clave, lo fundamental es la lucha de clase, es la lucha por la toma del poder, lo demás es secundario. Ah, es secundario ¿para qué vas a tomar el poder? Lógicamente que para establecer el socialismo, instaurar la dictadura del proletariado. Me estas recitando la doctrina, repetís formulas vacías, recetas de cocina.
Y lo ideológico? Qué pasa con lo ideológico? A propósito de lo ideológico, sabés si le dieron seguimiento al trabajo con la Misión Centroamericana. Qué es eso? Una iglesia evangélica. Se te olvida que la religión es el opio de los pueblos. Se te olvida que esa clase obrera la que veneras es muy religiosa, participa en procesiones y va los domingos a misa y está sometida la dominio de los curas. Y vos pretendes sustituir a los curas españoles por los pastores gringos. Un cambio radical, sublime. Nombre, me refiero a que hay que trabajar en el campo religioso, conocer la Biblia, el factor espiritual, en tu lenguaje el mundo de la superestructura., de la conciencia social. En tu lenguaje? O sea que renuncias al marxismo? Lo que procede es ayudarles por medio de la ciencia se liberen de esas supersticiones. Estas perdido. Y vos estás desviada del camino, confundida, en el pantano del anarquismo, Ja, ja, ja. Mejor durmámonos…
Hacia Puerto Cortés
Viajamos en tren hacia Puerto Cortés. Llegamos a mediodía. Nos hospedamos en un hotel pintado crudamente con celeste y amarillo, a la orilla del muelle. Estamos en el imperio del banano, hay millones de bananos embarcándose en largos, aceitosos y tristes navíos. Hasta siento que me estoy amarillando. Viajare mañana en el Charlotte Amelie rumbo a La Habana, a la que llegaremos el último día de este interminable 1931. Al estar en nuestra habitación del hotel escuchamos el sonido de tambores retumbando en la noche estrellada y salimos en busca del origen de esa música extraña para nuestros oídos. Hay una fiesta en la playa o es una ceremonia al ritmo de tambores, hay danzas, nos acercamos a observar. Era la ceremonia del calypso, la danza de la resistencia negra.
El ritmo penetra en nuestros cuerpos y nos obliga a movernos, es nos dicen un baile, un ritmo garífuna. Es muy sensual. Nos invitan a bailar pero no aceptamos, pero luego Cale toma la iniciativa y termino incorporándome. Sudamos, estamos poseídos por este ritmo incesante., que viene del corazón de estos africanos. Es música de cantos y tambores que libera…no han sido derrotados, son los tambores de la resistencia, es su cultura poderosa, la fuerza de sus antepasados guerreros. Nos comparten el guiffity. Bailamos hasta la madrugada, esta ya amaneciendo. Vamos a traer nuestros equipajes y nos despedimos de Graciela. En el muelle me despido de Cale con un fuerte abrazo, ambos lloramos. ¡Viva el Partido Comunista! Nunca volvería a verlo.
Hacia La Habana.
El Dr. Armando Gurruchaga viajaba en el mismo barco, su cuerpo gordo era rosado e inmenso y su sonrisa era la de un niño gigantesco y siempre vestía un traje blanco impecable, con un reloj de oro en el bolsillo. Lo conocía desde niño. Al levantarme de la litera que me habían asignado salí a buscar desayuno y quede sorprendido que estaba ya anocheciendo, o seas que había dormido todo el día y hasta con la misma ropa sudada de anoche. Nos encontramos en el pasillo, trate de evadirlo, pero su corpulencia ocupaba todo el espacio disponible. Al verme queda muy sorprendido, era un encuentro inesperado y para mi misión, preocupante. Me dice: Dios guarde, Toñito, y que anda haciendo Usted aquí?
Me quedo paralizado, son poca las personas que me llaman de esa forma, pero es que el Dr. Gurruchaga era un viejo conocido de la familia, amigo de mi papá. Vengase, vamos a cenar. ¿A cenar? Si, el desayuno termino hace algún tiempo, y también el almuerzo. Y Usted Doctor ¿qué anda haciendo tan lejos de casa? Y el consultorio? Ya le voy a contar. Llegamos al comedor que está todavía vacío. Tomamos una mesa al lado izquierdo, lo que nos permite escuchar el rumor del mar y sentir su brisa. Tráiganos dos cafés. Le cuento que ando en misión de luz, he sido seleccionado para pronunciar el discurso de apertura de una nueva logia aquí en La Habana. Nosotros llamaos a este acto la Consagración. Estamos creciendo. A propósito, sabía Usted que su papá, Don Sergio, era de los nuestros, y de los principales, miembro fundador. Así que aunque Usted es profano, viene de buenas raíces y tengo la confianza que Usted algún día va recibir la luz.
¿Mi papá masón? No puede ser. Nunca me lo hubiera imaginado. Pero ahora caigo en la cuenta porque hay muchos libros de ocultismo en la biblioteca de la casa. Y a que se debe su visita a La Habana? Vengo en un intercambio con la Universidad. Y se va estar por mucho tiempo. Unas cuantas semanas. Yo regreso el 22 de enero. Y cuando salió de El Salvador? Hace cuatro días. Estuvo para las elecciones? Claro que sí. Aunque debo confesarle que no vote por su partido, los hermanos votamos por el hermano de luz, por Martínez. Pero asimismo reconocer que ustedes con su mensaje equivocado o no, han ganado mucha gente, era una fila inmensa la que había ahí por el Hotel Nuevo Mundo, llena de sombreros y de banderas rojas. Me estremezco al oír sus palabras. Y de casualidad ¿no vio al Negro? No, ese anda huyendo clandestino, no se deja ver. A quien vi fue a uno de sus seguidores, a este muchacho, Alfonso Luna, bien activo. En la conversación con el Doctor, me pasa por la mente la increíble idea de que íbamos en una misma misión. ¿En qué piensa, joven? ¿Algún amor que quedo solitario, algún amor no correspondido?
Disculpe Doctor, es el cansancio. Anoche me acosté muy tarde. No se preocupe. Y no crea que este encuentro sea casual, existen fuerzas en el universo que se encargan de acercar los caminos de nuestras vidas y Usted es una persona que irradia luz. Intuyo que el Doctor me quiere reclutar, aunque sabe que ya estoy reclutado. Bueno, vamos a tener tiempo para departir. Será un placer.
Y su mami, la Niña Blanquita como está? Está bien. Me la saluda cuando regrese. Usted ¿va regresar primero? Exacto, entonces yo voy ir a saludarla. Sabía Usted que su mamá también nos acompañaba en algunas reuniones, tiene una gran facilidad para establecer comunicación con los que se nos han adelantado, pero después de la muerte de su padre dejó de visitarnos. ¿Mi mamá médium? Está seguro? Claro. Y Usted cuando regresa? Hasta julio. Se pone a reír y me dice: le aseguro que si se queda en Cuba hasta julio regresara casado o acompañado con una trigueña habanera o santiaguera. Buenas noches, Doctor. Buenas noches, hijo. Este Doctor me está haciendo revelaciones que me estremecen hasta el tuétano. Ojala no vaya a salir con que mi papá era intimo de Pecuecho, que eran de la misma logia. Mañana le voy a preguntar. Pregunta clave.
Lo encuentro al día siguiente en el comedor. Es interesante Doctor como en este navío se repiten las diferencias sociales de nuestro tiempo. Hay tres clases de pasajeros, no contando a la tripulación y al capitán. La sección de primera clase está integrada por encopetadas damas de sociedad que duermen hasta mediodía, por las tardes juegan canasta y por las noches bailan el fox-trot y el charleston y sus oligarcas maridos se dedican a beber whiskey en la barra, para matar el tedio. La segunda clase es de comerciantes y algunos profesionales. Hablan de deportes o juegan ajedrez o dama. La tercera clase es el proletariado, que sin tener camarotes asignados duerme en la cubierta con sus cajas y bolsas y se dedican al juego de dados, lo que nosotros conocemos como chivear, y que consiste en lograr el 2,4 o 6 que es carne y evitar el 1, 3 o 5 que es culo.
Y no me va explicar Usted eso de la lucha de clases? Claro que sí, con mucho gusto. Está vinculado a la historia. Si Usted observa en todas las sociedades que han existido, desde la egipcia, mesopotámica, hebrea, etrusca, griega, romana hasta la gringa y la salvadoreña están divididas en clases, y existen clases que son las que dominan y clases que son las dominadas. Las que dominan controlan la economía y la política, y además controlan las ideas, el pensamiento. Estas sociedades aunque aparentan estar en armonía, en realidad se encuentran en una pugna permanente, en una confrontación, porque sus intereses son diversos, entran en conflicto. A esto se le llama lucha de clases.
Y un ejemplo? La lucha por la jornada de ocho horas en nuestro país? Fue una reivindicación de las clases trabajadoras. Pero ¿quien la concedió fue Don Pío? Sí, pero presionado por las luchas obreras. A Don Pío, nuestro hermano, nadie lo presionaba ni su mujer. O ¿quizás para evitar mayores problemas? Eso tiene más sentido. No me vaya a decir que Don Pío era masón? Si fíjese, grado 33. Permítame compartirle que nuestra hermandad conducida por el Arquitecto del Universo ha estado y estará seguramente presente en el desarrollo político de nuestra República, desde su nacimiento hasta su fin. Me hubiera gustado responderle: y permítame decirle que nosotros los comunistas vamos a garantizar que sectas reaccionarias y derechistas como la suya sean debidamente ilegalizadas por contribuir a la ignorancia de la población, y por ser claramente opio del pueblo, pero logre controlar este impulso que lo hubiera ofendido sin ninguna necesidad. Estoy madurando…me digo a mi mismo alegremente, en otro momento hubiera sacado la espada en duelo inclemente, o por lo menos la caja de lustre. Sentencia: la disputa final ideológica de la humanidad, será entre nosotros y ustedes, entre masones y comunistas. Ojala.
Le apetece un roncito Doctor, un bacardi. Encantado, para celebrar nuestro inesperado encuentro. Le repito que todo está escrito en el libro de la vida. El Dr. Gurruchaga me ha prestado un libro de teatro, una comedia del español Jacinto Benavente, de título Los intereses creados. Supongo que Jacinto ha de ser masón. Trata sobre las aventuras de dos sinvergüenzas, de Leandro y Crispín en la España del siglo XVIII. Es muy divertida y me ayuda a consumir este tiempo que me parece interminable en el mar. Definitivamente soy terrenal, necesito poner los pies sobre la tierra para sentirme seguro. Espero que leguemos pronto.
“Somos los hombres/como mercancía, que valemos más/o menos según la habilidad del mercader/que nos presenta. Yo te aseguro/que así fueras vidrio, a mi cargo/corre que pases por diamante. Y/ahora llamemos a esta hostería,/Que lo primero es acampar a vista de la plaza.”
La memoria es una pelea por el sentido del pasado
Por fin hemos llegado, ya se observan lo edificios de La Habana en el horizonte. Me abarca una nostalgia indefinida, un sentimiento confuso sobre lo que me aguarda, un presentimiento sombrío sobre la patria abandonada, recuerdos imprecisos, olvidos inexplicables de nombres y lugares, incluso un dilema sobre el sentido de la misión aceptada ¿estaré huyendo? ¿De quién? ¿Hacia dónde? ¿Por cuánto tiempo?…
Hay familiares esperando a los que llegamos, desearía ver un rostro conocido pero es inútil. El Dr. Gurruchaga se despide y me entrega un papel con indicaciones para localizarlo. Se queda en el hotel Nacional, en un sitio llamado El Vedado, en la calle 21 y O. Visíteme si puede, uno nunca sabe me dice, búsqueme si me necesita. Bajo del barco y me confundo en la multitud, en los olores y colores de esta nueva realidad. Estoy en el Caribe. Se me vienen a la mente unos versos de José Martí que me son muy queridos: “yo quiero cuando me muera/ sin patria pero sin amo/ tener en mi losa un ramo/ de flores y una bandera.” Estoy en la patria del Apóstol. “Sin patria pero sin amo…”
Me impresiona el lujo en las calles, hay muchos turistas rubios, y circula mucho dinero, se puede pagar en dólares. ¿Habré llegado a Nueva York? Es muy diferente al sombrío y silencioso San Salvador. Mi destino es una casa en la Víbora, tomo un taxi. Me pregunta el taxista: ¿Mexicano? No, salvadoreño. Bienvenido, caballero. Busco a Luís Romero. El no está pero puede esperarlo. Extranjero? Si, salvadoreño. Ya pronto viene. Como a la hora aparece. Es alto, de barba entera, guayabera y con un habano a medio terminar. Típico cubano como siempre me los he imaginado. ¿Cómo estás, chico? Eres Víctor? Coño! te estábamos esperando desde la semana pasada, nos avisaron que venías. Cómo estuvo el viaje? Si quieres puedes bañarte y después platicamos.
¿Ya conociste a Carmen? Este es un camarada salvadoreño. Primera vez en Cuba? Sí. Te va gustar. Quieres un roncito? De entrada hoy en la noche vamos a ir a un recital de Lorca, el poeta español ¿te gusta la poesía? ¿Te imaginas? ¡Coño, que recibimiento te estamos dando, para que luego no te quejes! Mi hermano, vas ir a escuchar a Lorca en persona. Luego te lo puedes llevar para Salvador. Vamos a llamar a Marinello para que nos acompañe, es un camarada y también poeta. Aló? Vienes? Compadre, te esperamos. No te demores y tráete algo. Tu ya sabes. Mira que aquí el Romancero Gitano ha sido un escándalo. Conoces el poema La casada infiel. Tienes que leerlo! Oye esto: Sus muslos se me escapaban/ como peces sorprendidos,/ la mitad llenos de lumbre,/ la mitad llenos de frío.” Caballero que ¡esto sí es poesía!
Llega Juan y conversamos. Cómo está la situación en Salvador? Caliente, vamos para una insurrección. En eso mismo andamos por acá. Mira Machado se encuentra en su segundo periodo, hace poco impulsamos una huelga general que por poco lo tumba, pero es duro y esta reprimiendo, tenemos gente en las cárceles y tú debes cuidarte cuando hables por el acento, aunque pareces cubano, porque Machado tiene chivatos en cada esquina, estamos organizando brigadas militares contra la dictadura además de la lucha de masas, ya tu veras, vamos a tumbarlo.
Que no te extrañe que Cuba se convierta pronto en el primer territorio libre de América, en un país socialista. Tenemos organizado a los cañeros y a los trabajadores de los ingenios. Mañana visitaremos al local de la Confederación de Trabajadores Cubanos, para que conozcas a los compañeros. También la dirección del Partido se quiere reunir contigo. Mella esta fuera pero vas a conocer a Villena, otro grande de los nuestros. Y también a Guillen. Has leído Los motivos de son. Calidad garantizada! Hoy en la noche amarramos los contactos. Pero nos han dicho que tú también escribes, así que también queremos conocer lo que haces.
Vamos que se nos hace tarde y no vamos a encontrar puesto. Es en la Universidad. Llegamos. Ya hay bastante gente en el auditórium. Nos sentamos atrás. Se nos une un joven estudiante de nombre Lezama Lima. Vemos que aparece Lorca, de saco oscuro, es bastante blanco y sonríe tímidamente. Pero al empezar a recitar se trasforma y su voz es segura y rotunda y sus manos se mueven con el viento. Es un cantaor nato. Anuncia Romance sonámbulo y es un silencio que luego se vuelve aplausos, locura, escándalo:
“Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. / El barco sobre la mar y el caballo en la montaña./ Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda,/ verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata./ Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana,/ las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas.”
Al terminar el recital vamos a saludarlo, podemos acercarnos y estrechar su mano. Soy salvadoreño. Sonríe, sus ojos son grandes y adormecidos. Me presentan a muchos camaradas, incluyendo al joven poeta Luis Cardoza y Aragón. Me dijo: en el Caribe somos paisanos. Luego salimos y me llevan a conocer La Rampa para terminar recorriendo El Malecón habanero hacia La Habana Vieja. Ahí entramos a un bar. Conversamos hasta el amanecer. Y tú no trabajas? Soy desempleado, chico! Oye Marinello, hay que llevarlo también a que conozca el Teatro Alhambra para que se ilumine. Lo que vas a hacer es que lo vas a asustar. Y a Marianao al bar del Chori. Para mi tiene pinta de despierto, no es ningún dormido. Mañana por la noche lo llevamos. Pregúntale primero. Acuérdate lo que nos pasó con aquel argentino que después nos denunció en el Partido como pequeño burgueses decadentes lumpen. Oka.
Con los sindicatos cubanos
La Habana me sigue impresionando, hay mucho sol y mucho mar. Me llevan a la central sindical. Es un edificio, un edificio completo con propaganda del Socorro Rojo Internacional y fotos de Lenin y de Stalin. ¿Y Trotsky? pregunto. Y se sonríen. Me preguntan por los sindicatos salvadoreños, por sus niveles organizativos y su ánimo de lucha. Y los campesinos? Los estamos organizando en la lucha por la tierra. Y los indígenas? Son los mismos campesinos. Y las mujeres? Ahí vamos. Me recordaron a la bendita Graciela. Y los estudiantes? Siempre combativos, en pie de lucha contra la dictadura. Y los reformistas? Ya los sacamos de La Regional. Lo mismo que acá. Mañana hay una marcha hacia el Palacio Presidencial, lo invitamos compañero a que nos acompañe. Y ¿no hay peligro? Peligro siempre hay. Digo ¿por ser extranjero? No se preocupe por eso, Usted pasa por oriental. Si le preguntan diga que es de Santiago, de oficio sonero. Nos vemos allá, la marcha sale de la Universidad. Necesito que me arreglen lo de mi viaje a Madrid. Eso háblalo con el Partido.
Regreso a casa en el tranvía. Al llegar le cuento a Luís de mi reunión con la dirigencia sindical y su invitación para que lo acompañe mañana a la marcha, ah y además necesito que me agilices la reunión con la dirección del Partido. Eso ya está arreglado el viernes por la tarde vamos a la casa del Polaco, allá en Marianao, y ahí mismo nos quedamos después para llevarte donde el Chori, todo un personaje de leyenda te va gustar. Y mañana te llevo a la marcha estudiantil, va a estar candela. Hoy descanse compañero, ya mucha rumba. Le sirvo un roncito? Dos dedos? Tres? Mejor Usted sírvase, ahórquese con su propia mano. Ah se me olvidaba, dijo el guatemalteco que iba pasar por ti para llevarte a cenar.
Luís es el cónsul de Guatemala lo que me causa un poco de recelo. Pero los cubanos acá le tienen cariño y confianza. Además es un chapín muy simpático que conoce hasta al mismo Maiakovski. Y ¿a qué te dedicas? A veces sello algún pasaporte y por lo demás si debo garantizar que la documentación este en regla de un barco que enviamos con bananas hacia New Orleans. Hay espacio disponible por si alguna vez quieres viajar a Gringolandia. Llegue el año pasado pero Cuba te deslumbra, te hipnotiza. Incluso más que París. ¿Viviste en Paris? Si, varios años. Ahí fue que conocí a Maiakovski y a muchos otros. Viví en medio del torbellino del surrealismo y me sirvió para conocer a Guatemala, nosotros somos los padres del surrealismo por naturaleza, nos han copiado.
Te invito a cenar a La Zaragozana, te va gustar la paella. Vamos. Me cuenta que es originario de Totonicapan, un pueblito refundido en las serranías chapinas. Y de repente empieza a recitar: “He vivido casi toda mi vida lejos de mis cielos./ Pero mis pies están marcados en los códices,/ en la voz profunda de mi pueblo./Camino sobre el mar y las nubes que me traje:/ son mi tierra firme./ ¿Quién me la puede quitar?” Qué te parece, lo he titulado Siempre y es parte de un poemario que me van a publicar aquí en la revista Avance, que publica Marinello. Bueno, muy bueno. Compartime uno de los tuyos.
Trato de pensar y la memoria me falla. Dame un poco de tiempo. No te preocupes, los guanacos son descuidados y olvidadizos, por eso son guanacos. Has estado en San Salvador? Claro que sí. Pilsener es la consigna ¿verdad? Pilsener y tienen otra, déjame acordarme, Payaso? Y conozco a Chambita y a Claudita. Espérate, escúchame: “En este preciso momento/solo y descuartizado/preocupado únicamente/por la cinta de mi zapato,/ frágil como una lágrima,/con la piel manchada y/el semblante triste,/precario y desamparado,/camino con un bastón/de fugitivo, desayuno/en los cementerios,/aburrido y sintomático.” ¡Bravo! ¿Cuál es el título? Es parte de una colección llamada Los Días enemigos. Me gusta. Pásamelo para que te lo publiquemos en Avance. Luego nos fuimos a devorar la paella en un restaurante muy fino, donde era frecuente parroquiano. Nos despedimos con un abrazo morazanista, considerándonos hermanos para toda la vida.
El siguiente día me levanto, desayuno y me voy a la marcha estudiantil contra Machado. Ten cuidado me dice Luís. No te preocupes, se cuidarme. Si sobreviví a la jauría de Don Pío podre sobrevivir a la de Machado. Es un día soleado y con mucha brisa marina que compite con este calor salado y pegajoso que me hace sentirme como una toalla mojada. Me pongo una camisa roja que es la que uso para las marchas, mi camisa subversiva. En la guagua converso con mi recién adquirido acento habanero. Padezco de mimetismo lingüístico. Lo supe una vez que fui a Panamá y al nomás escuchar el acento lo asimile fácilmente, naturalmente. Oye pelao. Soy un camaleón lingüístico al acecho de las frases, de los giros del idioma, de las tonalidades, de los caliches locales. Llego a la Universidad y ya se observa algún movimiento, algunos preparativos. Las mantas me sorprenden, no dicen abajo Machado, dicen muera Machado. Le desean la muerte, interesante interés. Me imagino en El Salvador quien llevaría una manta con el lema Muera Martínez. Está cabrón.
Están organizando ya las columnas de la manifestación, lo hacen por facultades y están llegando algunos obreros organizados también con sus mantas. Sale el desfile y empiezan a llegar los uniformados. Alguien de los organizadores se burla: pedimos un fuerte aplauso de bienvenida para los policías que recién se están incorporando a esta marcha contra su jefe, el malparido de Machado. Y todo el mundo aplaude menos los policías. Muerte a Machado! Muerte! Sigo sorprendido por esta combatividad. Salimos de la Universidad y tomamos el Paseo del Prado hacia el Capitolio.
Este bulevar me recuerda un poco al Paseo Independencia. A la mitad del recorrido somos detenidos por tropas montadas que amenazan con embestir. Son desafiados y comienzan a realizar capturas y disparos. Empiezo a separarme de la marcha cuando veo que alguien de anteojos oscuros me señala. Me habrán confundido. Acelero el paso pero sin correr y me retiro. Veo que están haciendo capturas. Me alejo del lugar y busco como regresar a casa.
Lo logro, Luís estaba preocupado porque escuchó por la radio lo del disturbio. Chico, te salvaste. Yo ya estaba preparando la campaña para exigir tu libertad. ¡Libertad para Víctor de Salvador! Es de El Salvador. Quítale el artículo al nombre del país, ¿para qué tu quieres el artículo? déjalo corto, se oye mejor Salvador, más poetico. Bueno ya pasaste tu prueba de fuego. No le cuento que alguien me señaló. El siguiente día lo paso en la casa. Caballero, ¿qué le pasa? Lo noto preocupado. Necesito resolver lo de mi viaje a Madrid. No te preocupes ya mañana buscamos al Polaco y el te indicara lo más conveniente. Digo Víctor, el te ayudara con los contactos en Madrid.
Con el Polaco
La reunión es en la tarde en casa del Polaco, vamos para Marianao. Marianao queda entre Vedado y Miramar. Es una casa de dos plantas, pintada para variar de rojo. Nos invita a pasar. Luis me presenta y se retira. Pero él le dice que se quede. Nos sirve café cubano, o sea una tacita con café espeso, puro, humeante. ¿Cómo lo ha tratado Cuba? supe que le dieron un susto en la marcha. Muy bien, han sido muy solidarios. Me cuentan que va para Moscú. Así es. ¿Tarea partidaria? Exacto. Nosotros le vamos ayudar no se preocupe. Por primera vez observo que Luís esta callado, sin reírse y muy respetuoso. Y ¿cómo está la situación en Salvador?
Me mira directamente a los ojos. Es una situación compleja, hay una crisis en las alturas, en las esferas gubernamentales, la cual no hemos podido aprovechar del todo por debilidades organizativas y de recursos. Las masas populares desean lanzarse a la toma del poder, hay un ánimo insurreccional al que debemos de darle conducción y no es fácil. Me responde: con la insurrección no se juega. ¿Tienen armas? No, pero tenemos trabajo en el ejército. Interesante. ¿Incluyendo jefaturas? Algunas. Tenemos células en algunos cuarteles. Y ¿cómo conciben la estrategia insurreccional? En nuestra visión consiste en combinar el levantamiento popular con el levantamiento militar, fundir en un abrazo a los obreros del café con los obreros de las armas y disparar unidos contra el enemigo feudal imperialista que se encuentra dividido. Y ¿cómo está Martí? ¿Lo conoce? Nos conocimos en México. Hombre duro, confiable, gran camarada.
Y mira ¿existe consenso en la dirección de tu partido con respecto a esa visión insurreccional que mencionas? Ese es el problema, hay camaradas que piensan que somos aventureros y que estamos poniendo en peligro todo lo acumulado en organización popular. Por nuestra parte pensamos que existen las condiciones para “dar el zarpazo” para la toma del poder. Si dejamos pasar este momento de auge combativo para avanzar, será un grave error. Es por esto que estoy viajando. Bueno, por nuestra parte lo que podemos recomendar desde aquí es prudencia pero a la vez audacia. La mente fría para analizar pero el corazón ardiente para empuñar los fusiles en el combate contra el enemigo de clase. Gracias. Quería conocerte, he recibido buenas opiniones sobre tu persona, me doy por enterado y voy informar a nuestro colectivo de dirección de tu solicitud para poder responderte pronto y que puedas cumplir tu misión. Cuando regreses a tu país, un fuerte abrazo a Agustín. Terminamos y salimos. Le bromeo a Luís que estuvo bien calladito en la reunión y me dice que es por el respeto, ese viejo es cosa seria.
Entre Quinta Avenida y Miramar, hay mucho soldado caminando entre las calles, algunos incluso armados, y también muchos marineros yanquis. Le comento a Luis que son fusiles caminando, pidiendo a gritos ser requisados. ¿Quieres que nos invadan, chico? ¿Qué manden sus portaviones? Si invadidos ya están. Mejor vamos donde el Chory.
Es un local en plena playa, rústico siendo benevolente. Oye ese negro es candela como ustedes dicen. , deja ver como se llama. Oye chico como se llama el cantante? El negro? Benny Moré. “Pero qué bonito y sabroso/Bailan el mambo las mejicanas/Mueven la cintura y los hombros/Igualito que las cubanas.”Y tenías que levantarte de la mesa y mover el cuerpo, era electrizante, te subyugaba. Es un lugar seductor, muy popular. Circulan todo tipo de personajes emblemáticos de la vida nocturna. Las mujeres te ofrecen sus bendiciones y encantos mientas los hombres te pregunten qué es lo que buscas, pero de manera tranquila, sin ningún tipo de acoso. ¿Te gusta el lugar? Me pregunta Luís o quieres que regresemos donde el Viejo Fabio? Pedimos unas bebidas. Te presento al mojito, el invento de la Cuba nocturna. Lo pruebo, riquísimo. Lleva unas hierbas. ¿Qué es? Hierbabuena, azúcar y ron. Cuba es azúcar y ron, pero también lucha.
Quiero que conozcas al Chori? Ahí viene. Compadre, le presento a un amigo salvadoreño. Un placer, ¿cómo estás? A ¿qué horas vas a tocar? Ya pronto. ¡A escucharte hemos venido! Ya pronto! Oye, sírvele a estos caballeros unos platos de frita, que la casa paga! ¿Qué es frita? Ya tu veras. Frita es la hamburguesa cubana, pero más sabrosa. Es una mescla de carne molida, especies, papas, cebolla y salsa de tomate, servida en un rollo de pan. Delicioso. La música es en vivo y al terminar una ronda de canciones pasan el sombrero. Me explica Luís: mira chico este es un son y esta es una rumba. No, ese es un danzón. Ese es un bolero. Mira como lo bailo. Mira ahora va tocar El Chori, es un timbalero. Para un nuevo amigo de Salvador. Es un concierto, toca con una maestría inigualable que es recompensada por aplausos interminables y un sinfín de invitaciones a tragos. Gracias por traerme le agradezco a Luís. Estábamos distraídos observando el show y alguien me toma por la espalda. Se trata del…Chapin. Así los quería encontrar, ja,ja,ja. Siéntate hermano. Bienvenido a Marianao.
Ya muy entrada la noche, el Chapín nos invita a continuar la farra en La Habana. Los voy a llevar a otro rostro de esta noche. Y nos dirigimos a El Vedado. Hay mucha gente por las calles. Y entramos a una casa llena de jardines y de flamboyanes, que son nuestros árboles de fuego. Es una casa blanca con grandes ventanales de madera. Avanzamos por un estrecho pasillo que conduce a un gran salón en cuyo centro esta una pileta. Esto se llama El 69. Y nuestros ojos parecen fulminados por decenas de mujeres hermosas y sonrientes. Te confieso que te hemos traído a esta visita nada más que por razones humanitarias, culturales, para ampliarte el horizonte y que tengas luego criterios para juzgar niveles de belleza. Imagínate que luego te pregunten si estuviste en La Habana y no conozcas El Coctel, aunque no se lo vayas a decir a Fabio, que nos fusila o nos expulsa por desviados y pervertidos. Qué te parece? Tienen mi gratitud eterna, per secula seculorum.
Y mis ojos se pierden en los distintos e increíbles matices de belleza de mujer existentes, desde el rubio eslávico hasta los almendrados ojos orientales, pasando por elegantes negras y sensuales trigueñas. Tomamos una mesa e inmediatamente nos abordan, ¿de donde son? Adivinen y adivinan: ustedes son mexicanos y refiriéndose a mi persona: pero tu si eres cubano, a nosotras no puedes engañarnos. Y ¿cómo es el asunto aquí? Depende de lo que tú quieras? Si quiere solo conversar o solo bailar, paganos unos vales para tragos, pero si quieres otra cosa, ya lo arreglas con la que te guste, sea que la saques o aquí mismo hay lugares para jugar. Tú decides. ¡Señor! aléjame de las tentaciones porque aunque el espíritu es fuerte, tú sabes que la carne es débil.
El Chapín me mira satisfecho. Y yo lo miro agradecido. Cuando dirijo mi vista hacia un lugar al fondo del establecimiento distingo a una figura conocida, se trata del Dr. Gurruchaga, acompañado por dos sonrientes trigueñas. Nunca me imagine encontrármelo en estos palacios de alto misticismo y espiritualidad. Me levanto y voy a saludarlo. No se sorprende de verme sino se alegra y me explica que está cumpliendo una importante misión. Los sacrificios –reflexiono- que tienen que realizarse por una causa. Se oye la canción: “Pero si un atardecer/las gardenias de mi amor se mueren/es porque han adivinado/que tu amor se ha marchitado/porque existe otro querer.”
Cuando ya estamos instalados nos avisan que esta noche se va realizar al lado de la piscina un Concurso de Rumba de Banco y veo los ojos del Chapín alborozados. Disputan una negra y una mulata al ritmo de bancos de madera, como primer pareja. El sonido pasa de lo sensual a lo erótico y no podemos dejar de estremecernos hasta la erección al ver los cuerpos de estas jóvenes danzando frenéticamente con faldas largas pero abiertas por los lados, en las que por breves momentos aparecían las bragas blancas y los asistentes gritaban enloquecidos: ¡pelo, pelo! Era el espectáculo supremo de estas llamadas diosas de la carne. Salimos cuando esta ya amaneciendo. Me reservo divulgar en mi caso si venció el espíritu o la carne.
Hacia Madrid
Me informan que salgo el domingo. Me llevan el boleto y me entregan algún dinero. Esto te alcanzara. Qué bueno porque ya se me estaba terminando lo que me había dado Oscar allá en San Salvador. Hoy tendrá que ser la despedida. Ummm, mejor me voy a dormir temprano. Chico! no te puedes ir sin despedirte. Vamos a invitar a Nicolás, camagüeyano, para que lo conozcas, es cuñado del Chori y además poeta, poeta de la negritud. Vamos a preparar unos mojitos y unos daiquiris.
Ha sido un gusto conocerte y ya tú sabes, si se necesita tirar plomo allá en tu país nos avisas. Sí, nos vamos pallá, a Salvador, a combatir. Un gran gusto. Regresa pronto. Hasta la victoria siempre. Oye Nicolás, tírate unos versos para que el camarada oiga. Esta muy bien: de Motivo de Son. “Ayé me dijeron negro/ pa que me fajara yo:/ pero e que me lo desía/ era un negro como yo./Tan blanco como te ve/ y tu abuela sé quién é./ ¡Sácala de la cosina:/ Mamá Iné!/Mamá Iné, tú bien lo sabe;/ Mamá Iné, Yo bien lo sé;/ Mamá Iné, te dise nieto,/ ¡Mamá Iné!” Le aplaudimos.
Salimos temprano hacia los muelles de La Habana. Me siento triste por abandonar a estos camaradas que me abrieron sus brazos amistosos. Al acercarnos al barco observo al mismo tipo que me señalo durante la marcha estudiantil y se lo explico a Luís. Quédate aquí yo iré a averiguar. Regresa y me dice: chico no puedes irte, hay orden de captura contra ti. Quizás cuando se compro el boleto te identificaron por tu nombre. De haberlo sabido, te hubiéramos arreglado que viajaras con otra identidad. Y ese que me dijiste es el Teniente Rojas, de la inteligencia de Machado. Voy a informar al Partido para que me digan que hacer. Y ya no regresemos a la casa. Vamos ir donde un socio de nombre Manuel que vive en Miramar. Es un camarada salvadoreño, te lo dejo, yo vengo luego a traerlo. ¿Cuando vienes? Pronto. Y van pasando los días y Luís que no llegaba. Oye Manuel averíguame que está pasando. Déjame preguntar. Hermano, a Usted lo busca la (policía) secreta. Mandan a decir que tenga paciencia, que se espere unas semanas. ¿Semanas? No puedo! Voy a buscar al Chapín.
Víctor, ¿que tú haces aquí? Hermano discúlpeme pero es que estoy desesperado, yo necesito viajar hacia Madrid. Pero es que lo mejor es que te escondas, te están buscando y yo creo que son los gringos. Mirá, han dado orden a los consulados para que no expidamos visas a este sujeto “de alta peligrosidad.”Y me enseña una circular de Cancillería. Sácame un pasaporte como chapín. Ese no es problema el problema es que ningún barco te va llevar. Estoy jodido.
A no ser que, a no ser que en vez de viajar a Madrid te vayas para los Estados. Y ¿qué putas voy ir a hacer a los Estados? A visitar a Hoover en Washington. No, te vas a Nueva Orleans, y ahí tomas un barco para Madrid. ¿Nueva Orleans? Exacto. Explícamelo mejor. Sencillo, te vas en el barco en el que envío café, claro, de polizonte, yo hablo con el capitán, es un gallego amigo mío. Crees que se puede? de poderse se puede, guanaco! Y ahí en Nueva Orleans haces arreglos para continuar el viaje. Te parece? Démole entonces. Ya quédate aquí, yo le aviso a los cubanos. ¿Qué aquí vivís? Si, allá arriba, y me señala el segundo piso del consulado. Y mi ropa? Hay te voy a regalar de la mía, acordate que somos hermanos. Sus habitaciones no eran de las más ordenadas que había visto pero logre hacerme un espacio adecuado. Me dice: para que no te aburras, ayúdame estos días a despachar la oficina.
El miércoles salimos de madrugada hacia el puerto. Me siento un poco nervioso, ansioso de saber que va decir el capitán del barco. Nombre si ya hable con él y no hay problema. Te vas gustar, es un viejo anarquista gallego. En el camino al acercarnos al puerto nos encontramos con bares todavía abiertos y lo más impresionante era el entusiasmo de las parejas bailando que de esta manera rechazaban con sus cuerpos el inicio de un nuevo día. El capitán nos esperaba con una sonrisa cómplice. El Chapín nos presenta y le dice me lo cuidas porque es un hermano de lucha. No te preocupes, le responde. Pasa, me dice te he preparado un lugar donde puedas descansar, y si sucede que haya registro migratorio en alta mar, lo cual no es muy frecuente, la leyenda es que eres parte de mi tripulación. Me despido del Chapín con un fuerte abrazo. Los viajes son una historia constante de encuentros y despedidas. El barco es pequeño y ya un poco golpeado por las tormentas de la vida. El Chapin me preparo el “equipaje” con ropa que me compartió. La más feíta y que ya no uso te voy a dar. Todo es aceptado.
Zarpamos, es un viaje corto de un par de días me dice el capitán. Nos vamos alejando de La Habana. Adiós camaradas. El capitán me invita al puente de mando. Cómo se siente? No le afecta mucho el oleaje? No mucho. Mejor. Hay personas que no pueden resistirlo. Le pregunto por el significado de la letra A dentro de un círculo sobre fondo negro. Esa es nuestra bandera, la bandera de los libertarios, o sea de los anarquistas. Soy libertario desde los quince años. Saca una botella de vino. Yo fui y soy seguidor de Ricardo Mella, el padre del anarquismo español.
Hay una frase muy famosa de él que va más o menos así: “Quieres libertad, cultura, igualdad, justicia? Pues ve y conquístalas, no quieras que otros te las den.” Este pensamiento me impactó siendo un chaval y desde entonces ha guiado mi vida. El ya murió, hace algunos años, pero sus ideas subversivas siguen vigentes, sirviéndonos de faro. Es el papá de Urania Mella. Mira el está al nivel de un Kropotkin, de un Bakunin, de un Proudhon. Nos enseño a luchar por la independencia de Galicia. Fue colaborador del periódico La Verdad, con un claro mensaje republicano. Yo supe de él cuando militaba en la Federación Regional Española de la Asociación Internacional de los Trabajadores, AIT. ¿la fundada por Marx? No solo por él, ahí participaron también destacados anarquistas.
Te comento que la Comuna de Paris en 1871 el primer gobierno obrero en la historia del mundo, fue dirigida por nosotros así como fueron anarquistas los mártires de Chicago de 1886, que levantaron la bandera de la lucha por las 8 horas de trabajo y fuimos anarquistas también, tu lo sabes, los que nos levantamos en 1921 en el Kronstadt, contra el gobierno soviético, porque nosotros también somos comunistas pero libertarios. Nosotros negamos las clases pero negamos a la vez el estado. Nos pronunciamos por una sociedad libre basada en la autogestión, en las cooperativas, en la actividad de las masas y no en autoproclamados salvadores burgueses o incluso proletarios.
Para no aburrirte, te comparto que en septiembre del 900 participe en el Congreso Revolucionario Internacional de París. Ahí fue que conocí a mi compañera Amparo, ya fallecida. Lo siento. Ahí surge la II Internacional. Después fui de la CNT. El Capitán no paraba de hablar como si no lo hubiera hecho por mucho tiempo. Yo lo escuchaba con mucho interés. Y hay anarquismo en Salvador? Si, en algunos sindicatos. Me los saludas cuando regreses. Pero me imagino que tú eres bolchevique. Exactamente. Somos primos entonces. Fíjate que uno de los recuerdos más hermosos que surcan mi mente es el de los sucesos de Marruecos, cuando se llamó a filas a centenares de obreros para enviarlos a África, y allá en Barcelona los reclutados ya en los barcos, en un gesto de valentía arrojaban al mar los escapularios y las cruces que les habían dado mientras sus familiares gritaban: ¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los ricos! ¡Todos o ninguno! Esto me impactó, me golpeó. Era el espíritu de la resistencia popular, el espíritu de la acción libertaria. Y participe en las quemas, Barcelona se convirtió en la Ciudad Quemada. Y paralizamos la ciudad y paralizamos España. Y después que nos reprimieron una marcha la protesta, la huelga se transformó en insurrección y proclamamos la República e izamos la bandera republicana. Y ahí estuve en las barricadas, yo me forje como revolucionario en los combates anticlericales. Estuve en San Andrés de Palomar, barrio combativo, con los cojones bien puestos. Y luego tuve que esconderme, hasta que pasara la tormenta de la represión reaccionaria.
Fueron varios días platicando desde el amanecer hasta el atardecer, y varias botellas de ron las consumidas, durante los cuales tuve que ser muy paciente y dejarme adoctrinar en las consignas anarquistas ya que era consciente de los riesgos que implicaba pelearme con el cocinero, que podían incluir ser devorado por los tiburones que a veces observábamos desde cubierta en actitud amenazante.
En New Orleans
Llegamos a Nueva Orleans de madrugada y bajamos del barco, nos esperaban unos adormitados oficiales de migración yanqui. Pero para mi sorpresa solo nos saludaron y llenaron unos formularios sobre lo que traíamos. Pero a la tripulación ni nos preguntaron nada ni nos pidieron papeles. Te das cuenta que no había problema, se me ocurre decirle en agradecimiento: Usted es un comecandela! Y me mira extrañado del término. Venga compañero, acompáñenos, conozco un sitio donde podemos quedarnos. Nosotros regresamos a La Habana el próximo domingo por si se quiere regresar.
Nos está esperando en el muelle un busito manejado por un anciano simpático y locuaz. Me cuesta un poco entenderle el francés que parece haitiano o en su caso, inglés, semejante al jamaiquino. Al adentrarnos en la ciudad observo la fuerte influencia francesa en sus casas con sus balcones de hierro y en sus altos edificios, en los carruajes, en el vestido de la gente, en los nombres de los negocios, hasta en los peinados, después descubriría que el idioma oficial es el inglés pero la gente en la cotidianidad habla francés. El capitán me señala sitios interesantes que debería de visitar. El hotel queda en Canal Street, una vía muy céntrica y comercial, atravesada por un tranvía. Los barrios están segregados, barrios para negros y barrios para blancos. Me explica el Capitán que en esta ciudad el racismo de la clase dominante blanca puede respirarse. Pero también existe la organización obrera. Mañana visitaremos unos camaradas del waterfront (estibadores). Le pregunto al capitán si no es peligroso que ande sin papeles. No te preocupes por eso, me responde.
Por las calles veo rótulos de Cajuns Food. Cajuns? De que se trata? Me explican que es una tradición cultural muy propia de esta ciudad, que se origina por una expulsión de canadienses ( los Acadians o acadios) de habla francesa que impactó fuertemente en la cultura, en la música e incluso en el lenguaje, hay un Cajun French y un Cajun English. Al llegar estos exilados se mesclaron con las poblaciones de origen español, francés, africano, de Creole French (de origen francés nacidos en América) y de Creoles of Color (mestizos de europeos y africanos) que llegaron huyendo de la revolución antiesclavista en Haití, 1791-1804. Luego llegaron los franceses expulsados de la entones colonia Saint-Domingue. En 1811 se desarrolló la mayor insurrección de esclavos negros de plantaciones de azúcar, recién llegados de África, llamado el levantamiento de la Costa Alemana. Y es esta singular mescla cultural y de lucha la que le confiere esta identidad muy propia del lugar.
Voy con el capitán a visitar a los estibadores. El local sindical se encuentra cerca del muelle. Lo reciben con mucha calidez. La mayor parte del movimiento sindical es exclusivo de trabajadores blancos. Nosotros somos un sindicato de naturaleza inter-racial. Me explica el Capitán que Jerry es anarquista como él. Of course. Y comunistas pregunto, también hay. El presidente de la unión es comunista, ya va venir para que lo conozcas. Llega, es un negro gigantesco con una sonrisa de niño. Sus manos son inmensas. From Salvador? South America? Mexico? Yes y vuelve a sonreír. We have a comrade that is Mexican. Mandan a llamar a Julio Ortega, un mexico-americano. Yo hablo español. Cómo estás? Bien, gracias.
Bienvenidos. Soy del Partido Comunista Obrero Americano. De la III Internacional? Sí, claro. Si tu hubieras venida una semana antes hubieras participado en la huelga de los trabajadores del tranvía, ocho meses estuvimos en las calles exigiendo nuestros derechos y logramos ganarla, hasta tranvías quemamos para expresar neustra protesta. Mira aquí esta una leaflet que sacamos cuando metieron a la Guardia Nacional: “ Workers of the National Guard! Do not accept the orders of the capitalist murderers…Refuse to shoot your fathers and brothers in the picket lines. Don’t be a strikebreaking scab. Fight with your class, the strikers, against your commone enemies, the bosses. Join us in the picket lines and help win this strike.”Y ustedes allá, como está el movimiento obrero? Está tomando fuerza pero la clase obrera es reducida, es un país rural, con mucho campesinado. Pero estamos en pie de lucha. Me agrada.
Le pido al capitán ir a saborear la comida cajuns y vamos a un restaurante en pleno French Quarter. Vamos al Mulates. Es un restaurante en una esquina, blanco con puertas y ventanas acqua, y decoración al estilo francés. En la cajun food sobresalen los mariscos, en especial camarones pero también chorizos. Incluye la llamada santísima trinidad: cebolla, chile verde y apio. Hacen pan de maíz así como el grits, que es un potaje servido en el desayuno. Un plato interesante es el Gumbo, que consiste en arroz y caldo, el arroz de base y encima el caldo, elaborado con mariscos diversos y otras carnes. Asimismo probé el Jambalaya, que es un arroz mesclado con pollo, jamón crudo, langostinos y bastante pimienta y chile, lo que le hace ser muy picante, pero delicioso. Y naturalmente hay un cajun Martini, pero la bebida oficial es el sazerac, que está hecho de whiskey de centeno, miel, y zumo de lima (amargo) de Angostura y de Peychaud.
Después de cenar vamos a la calle Bourbon. Es una calle repleta de bares y restaurantes. Hay un ambiente de fiesta contagiante. La gente, aunque hace frío, recorre las calles. Los bares están llenos. Entramos a uno y pido entonces que me sirvan un sazerac y lo disfruto. En la mayoría de bares hay grupos de jazz, se oye el sonido de trompetas, pianos y saxofones. En este bar es un trío de negros, que se esmeran en su arte. Es una música nostálgica, de mucho sentimiento.
Cambiamos de bar y esta vez es banda de jazzistas dirigido por un joven de apellido (Cab) Calloway. Hay una melodía que me impresiona, se llama Minnie the Moucher y trata sobre la historia de una bailarina pelirroja y sus sueños. Inicia de esta manera: Folks, here’s a story ‘bout Minnie the Moocher/She was a red-hot hoochie-coocher/ She was the roughest, toughest frail/But Minnie had a heart as big as a whale.” En medio de la narración Calloway hace participar a las audiencias.
Y me impacta que hasta este barrio bohemio es un barrio segregado, para blancos y para negros. New Orleans es una sociedad segregada y me explicaban los camaradas que conocí en el local sindical que una de las prioridades del trabajo revolucionario es la denuncia del racismo y la lucha por la igualdad, pero que no es fácil ya que el entorno cultural es profundamente racista, heredado de relaciones de producción esclavistas.
Existen agrupaciones criminales y terroristas como el Ku Klux Klan y los Caballeros de la Camelia Blanca que incluso realizan linchamientos y queman cruces frente a las casas de los negros y de los pocos mexicanos que se atreven a vivir en estos territorios y hostilizan a los miembros del Partido Republicano, que tiene una posición más favorable a la igualdad racial. Existe lo que se llaman las leyes de Jim Crow, que son profundamente racistas. Cualquier blanco, incluso un niño puede despreciar a un negro adulto, llamándolo”boy”, o sea muchacho. En los lugares públicos sobresalen los rótulos: “Whites only” o “Colored” en las fuentes y en las puertas. Los negros no pueden visitar los parques o las playas.
Pero a la vez hay resistencia y los comunistas marchan al frente de este movimiento. Y me resultan muy interesantes los múltiples rostros de esa resistencia. Uno de estos rostros es de los que huyen hacia el norte. Uno de estos rostros es el religioso. Aquí el opio del pueblo se convierte en el mensaje de esperanza del pueblo. Me cuentan del Underground Railroad, un tren clandestino que trasportaba esclavos del sur hacia el norte, alimentado por la solidaridad de blancos progresistas, caminando por la noche a la luz de la luna, muchas veces sumergiéndose en lagunas y ríos para evadir el acoso de los perros que no podían olfatear sus huellas. Las estaciones eran las casas que los albergaban en el trayecto. La esclavitud fue abolida en 1865 pero sus consecuencias todavía perduran.
Asimismo existe un movimiento quien plantea le regreso masivo a África dado que nunca podrán ser respetadas aquí. Mrs. Brown, la administradora del hotel me invita para asistir a su iglesia a misa el domingo. Me interesa ir y conocer esta experiencia. Me cuentan de la ciudad de Cincinnati, considerada como freedom home, hogar de libertad, porque fue fundado por inmigrantes alemanes con convicciones profundamente anti-esclavistas. Y para alcanzar la libertad había que cruzar el río Ohio que era comparado con el Jordan. Consigo una copia del Uncle Toms Cabin de Harriet Beecher Stowe, voy a releerla con otros ojos.
Mrs. Brown me presta un libro de poemas del brother Langston Hughes. Se titula El Negro habla de Ríos y dice así: Mi alma se ha ahondado como los ríos/ me he bañado en el Éufrates cuando los amaneceres eran jóvenes/construí mi choza cerca del Congo que me arrulló para dormirme/observe al Nilo y levante las pirámides sobre este/ escuche el cantico del Mississippi cuando Abe Lincoln/ se dirigía a New Orleans y he visto su seno fangoso convertirse en dorado en el ocaso.”
De la iglesia clandestina a la iglesia negra
El domingo me levanto temprano para ir a la iglesia, un comunista, un ateo de muchos años va a la iglesia, me gustaría que mi mamá supiera porque le alegraría mucho, tomamos el tranvía y luego caminamos porque queda en las afueras de la ciudad. Es una Iglesia Metodista Episcopal Africana. Es una construcción modesta de madera de color celeste. El pastor nos recibe a la entrada. Let me introduce to…he is a Mexican friend. ¿Mexican? Arent you Mexican? Vitor. Sus abuelos que fueron esclavos le referían que en su tiempo eran obligados asistir los domingos a la iglesia porque preferían los patronos llevárselos para controlarlos que dejarlos solos en la plantación. Y que se sentaban al fondo de la iglesia y recibían la comunión de último, por lo que constituir sus propias iglesias africanas, de negros, fue una liberación, por lo que estar aquí en este sitio es un acto de resistencia.
También mis abuelos –me dice- asistían a las iglesias clandestinas que se armaban por las noches en un claro de bosque, y que contaban con predicadores negros que habían aprendido a leer la Biblia. Era un desafío al sistema esclavista de los amos blancos. Empieza el culto y me sorprende la alegría del encuentro, la gente está bailando, aplaudiendo, saludándose con abrazos y besos. En la predica el mensaje es de liberación. Y el coro es impresionante, bailan, gritan, zapatean y cantan al estilo africano. Hay un cantico o lo que llaman spiritual que me estremece, se llama Steal away to Jesus. Escabullido hacia Jesús. Y habla tanto de obedecer a Jesús como de claramente escapar (escabullirse) de la esclavitud. Son reuniones subversivas.
Dice: Escabullirse, escabullirse, escabullirse hacia Jesús/ escabullirse, escabullirse a casa yo no me quedare por mucho aquí/. Este es el coro y luego sigue: Mi Señor, él me llama/ él me llama por el trueno/ la trompeta suena dentro de mi alma/yo no me quedare por mucho aquí/. Y luego: los arboles verdes se están curvando/los pecadores están temblando/ la trompeta suena dentro de mi alma/yo no me quedare por mucho aquí/. Luego viene de nuevo el coro: Steal away, steal away!/ Steal away to Jesus!/Steal away, steal away home!/I ain’t got long to stay here! Otra canción se llama La caida de Babilonia ( Babylons Falling) y dice “Babilonia se cae y no se levantara más/ Babilonia se cae, se cae, se cae/ Babilonia se cae y no levantara más/. Si tu llegas antes que yo lo haga/ Babilonia se cae y no levantara más/ dile a mis amigos que también voy a llegar.”
Por la noche salgo con el Capitán rumbo al Barrio Francés, ya la calle Borboun me parece familiar. Entramos a un bar que no habíamos visitado, The Purple Shell, nos llama la atención la música que se desprende de su interior. Disfrutamos del espectáculo de un trío de jazz que explica que son ambulantes que se han sedentarizado. Mientras disfrutamos de la música y la exquisita comida siento una mirada insistente. Es una señora muy elegante que parece latina, acompañada de un anglosajón de nombre Leroy. El capitán bromea que la atención se debe a mis rasgos hispanos. Al final se nos acerca y nos pregunta: verdad que ustedes hablan español? Sí. Y de donde son? español y..vacila en revelar mi nacionalidad. Pero yo me adelanto y en un gesto de nacionalismo le digo: salvadoreño. No puede ser, que mundo más pequeño. Yo también soy salvadoreña, de Berlín. Y tú? De la capital. Y que haces en Nueva Orleans?
El encuentro con Claudia
Necesito elaborar de emergencia una historia que justifique mi presencia en estas tierras segregadas de Dios, de este “norte brutal” del que hablaba Martí el cubano. Y ya me recuerdo de ella, es Claudia Luna, heredera de una de las fortunas más codiciadas de Sonsonate y además para variar poeta y para terminar de variar gran amiga de Agustín. Lo que no sabía es que ella también se acordaba de mí. El mundo es un pañuelo. Nos invitan a su mesa y no podemos rehusar. Luego de unos momentos me observa detenidamente y me dice: yo a ti te conozco, claro que sí eres Víctor, el del periódico Estrella Roja.
Si vos estuviste el año pasado, en la presentación de mi libro Estrellas en el pozo, que hicimos en el Casino. Me descubrió. Le digo que voy rumbo a Madrid a estudiar. Me dice que está visitando a su hermano que estudia en Baton Rouge. Y cuando saliste? Tengo una semana de haber llegado. Y ya habías estado antes? Sí, es mi segunda vez. Linda ciudad. Cuando regresas? Me quedo por un mes. Salud, salud. Y el capitán. Barcelonés de pura cepa.
Qué vas a hacer mañana? Desayunemos juntos? Bien. Agustín me va matar cuando regrese al país y sepa que le estuve entreteniendo a su querida amiga. Pero por otra parte puedo restablecer la comunicación con él aunque se va preocupar cuando sepa que estoy en Estados Unidos y que todavía me falta mucho por llegar a mi destino. Voy enviarle un mensaje. Pero esta muy guapa.
Nos ponemos a platicar. Sus ojos azules tienen una luz muy especial, su voz es melodiosa y gesticula al hablar. Me comenta que no existe mucha diferencia entre la segregación racial aquí en Nueva Orleans y la existente en El Salvador. No me parece pero la escucho atentamente. Le planteo que racismo no existe en El Salvador y se carcajea y me acusa de estar ideologizado, y solo ver el problema desde la óptica de las clases sociales, pero que existen otras miradas también necesarias.
Y como quien no quiere la cosa me pregunta por Agustín, incluso sin mencionar su nombre, me dice en tono confidencial: Como está él? Sé que es duro de carácter pero tierno de corazón, si hasta llora de rabia cuando ve el sufrimiento de la gente pobre, te lo digo porque yo lo he visto y conozco sus sentimientos. Yo lo voy a llevar por siempre en mi corazón, aunque repruebo su culto a la violencia, que supongo vos también compartís.
El problema con la violencia es que te transforma, te destruye a lo interno y terminas siendo y pareciendo lo que has combatido, te volvés un nuevo opresor. Por eso es que yo participo de la lucha pacífica, no violenta, espiritual. Ah y que te maten con sus fusiles en las fincas. Dice la Biblia que no hay que temer a aquellos que solo pueden destruir tu cuerpo pero no tu espíritu. El problema es que no puede haber espíritu sin cuerpo. Quién te ha dicho eso? Es falso. El debate la transforma, la ilumina, la embellece.
Sabes porque soy poeta. Te lo digo en verso: Poeta soy: “Dolor del mundo entero que en mi dolor estalla/hambre y sed de justicia que se vuelven locura/ansia de un bien mayor que el esfuerzo apresura/voluntad que me obliga a ganar la batalla.”
Mirá si vas a Madrid busca a la Consuelo, aunque creo que vas más lejos. Consuelo? La Consuelo Suncín. No la conozco. Pronto la conocerás, es una amiga del alma y un ser de luz, que irradia luz, hermana de luz. A propósito, vos también lo sos, pero no lo sabes y tenés que descubrirlo. Se me hace que me estas reclutando. No necesito hacerlo, la luz la llevas dentro y en algún momento se manifestara, es una estrella en el pozo del camino de tu vida.
Primera vez que viajas a Europa? Sí. Te va deslumbrar o al menos a mí me deslumbro, me derribó, pero después reflexionás que su grandeza, me refiero a su música, pintura, arquitectura, escultura, literatura, economía, está también vinculada a su naturaleza imperial, al colonialismo cultural que nos identifica y del cual somos juguetes, empezando por el idioma con el que nos comunicamos. O sea que debemos rescatar y hablar el nahuat?
Aunque te burles así debería de ser para de esta manera recuperar las venas de nuestra alma indígena. No me salgas con que te sentís español, gachupin, peninsular, castellano. Siento por momentos que estoy hablando con la Graciela, hasta el mismo tono de voz. Se lo comento y me responde que hay una red invisible que unifica los pensamientos de las hermanas de la luz alrededor del mundo, así como hay una red de apoyo espiritual místico para los que luchan por la justicia. Son almas luminosas que se atraen y se sostienen.
Cuando salís? El Lunes. Buen viaje.