Salvador Sánchez Hidalgo y Gerardo Erazo viven en las luchas del pueblo salvadoreño

BRISBANE, Australia, 9 de diciembre de 2014 (SIEP) “Han pasado ya 35 años desde el asesinato de Salvador Sánchez Hidalgo, mi querido camarada Chamba, y todo me parece como si fuera ayer. Tengo muy presente su porte, su voz, su determinación de luchar…” expresa emocionado Ricardo Martínez, conocido como el Chele Foremost, destacado dirigente sindical en los años setenta y que hoy vive y lucha en Australia.

Añade que “me acuerdo de aquellos momentos en los que juntos como hermanos, realizábamos las tareas sindicales de la Confederación Unitaria de Trabajadores Salvadoreños, CUTS, que estaba formada por las federaciones sindicales, FENASTRAS, FUSS y FESTIAVTCES. Eran días muy difíciles para nuestro pueblo y el trabajo sindical se efectuaba bajo la amenaza de la represión de la dictadura militar en contra del movimiento popular.”

Una vez fuimos delegados para atender una reunión de un sindicato textil en la ciudad de Apopa, y cuando preguntamos por los viáticos (pago de buses y almuerzo) el secretario de finanzas nos manifestó que no habían fondos en la caja, que viéramos como hacíamos para solventar el problema. Conseguimos prestado solamente para el pasaje de los buses y partimos para cumplir esta tarea. Cumplir una tarea sindical era un deber sagrado, irrenunciable.”

Al mediodía tuvimos un receso para el almuerzo, todo mundo se fue a sus casas y nosotros nos quedamos en el local. Entonces Chamba me pregunto: ¿tenés hambre? -Sí un poco le respondí. También me dijo: no te preocupes, gastémonos el pasaje de bus de regreso y nos regresamos caminando. Entonces fuimos al mercado a comprar una papelada de arroz y frijoles con queso.”

Cuando llego el primer compañero de regreso a la reunión nos encontró almorzando nuestra papelada y sorprendido nos preguntó: ¿ustedes no tenían dinero para ir a un comedor? No fíjate, le respondimos y le explicamos que Finanzas de las CUTS no tenía dinero en la caja y este compañero muy sorprendido por lo sucedido inmediatamente lo comunicó al resto de compañeros quienes pidieron disculpas y nos dieron para el pasaje de bus de regreso. Había una hermandad muy grande y un profundo sentido de compañerismo.

En septiembre de 1979 habíamos electo a la nueva junta directiva de la CUTS, yo desempeñaba el cargo de secretario de organización y Chamba el de educación y propaganda. Recuerdo como saltaba de alegría porque habíamos logrado organizar por primera a los trabajadores y trabajadoras de la Alcaldía Municipal de Santa Ana. Me sentía muy feliz ir a esa ciudad morena por las tardes a atender las asambleas generales, el local se llenaba de gente, había mucho entusiasmo porque al fin los trabajadores municipales tenían una organización que iba a velar por sus intereses.”

Algunas personas me llamaban algunas veces aparte para decirme: “Mire compañero tenga cuidado cuando venga aquí porque a estas reuniones se hacen presentes miembros de los escuadrones de la muerte enviados por los ricos más rancios de Santa Ana, que no se tientan los hígados para matar gente.” En ese entonces yo tomaba en cuenta las sugerencias pero tanto Chamba como yo sabíamos que en cualquier parte corríamos riesgo, allí mismo en San Salvador a unos pocos metros de la FUSS habían unos “cuilios” vestidos de civil en una camuflajeada venta de muebles.”

Aun tengo muy fresco en mi memoria aquel 17 de diciembre de 1979 cuando nos encontramos en el local de la FUSS en horas de la tarde, y le comunique a mi amigo y compañero que en Santa Ana estaba programada en la mañana del 18 de diciembre una reunión con el alcalde de esa ciudad para conversar sobre unas demandas de los trabajadores y por la noche habían convocado a la gente a una asamblea general para dar a conocer los resultados y otros asuntos.

Le pedí a Salvador que atendiera esas reuniones porque en la mañana no podía estar presente en la reunión con el alcalde, a lo que él respondió: “ En septiembre a mi me eligieron como secretario de organización, esa tarea me corresponde a mí, entonces ahora me toca a mi iniciar mis funciones atendiendo a la gente de Santa Ana. Quedamos de acuerdo y minutos más tarde llegó al lugar donde me encontraba, diciéndome: “ Que mala suerte vos todas las veces que has ido a Santa Ana llevas la camioneta para regresarte el mismo día, ahora esta arruinada y tengo que irme en bus, pero no importa me quedare a dormir en la casa de algún compañero para regresarme al día siguiente”.

Esas reuniones se iban a llevar a cabo el 18 de diciembre, y yo estaba impaciente por conocer los resultados el día 19 que Chamba estaría de regreso en San Salvador. Me interesaba conocer los resultados de su gestión. Pero ese fatídico 19 fue para mí doloroso, algo inimaginable, cuando recibí la noticia: “Salvador Sánchez Hidalgo y Gerardo Erazo, ambos sindicalistas de la FUSS, han sido asesinados por los escuadrones de la muerte en la ciudad de Santa Ana”.

“Inmediatamente me traslado para Santa Ana para encontrarme con algo terrible, a los dos compañeros los habían torturado horriblemente hasta su muerte. Luego comienzo a entrevistar a la gente del sindicato de la Alcaldía Municipal sobre que sabían ellos de su muerte y me manifestaron que al salir de la reunión a eso de las 10 pm Chamba se fue a cenar con otros compañeros. Luego Gerardo Erazo le ofreció donde ir a dormir y lo acompaño. Erazo ya había recibido varias amenazas a muerte, y a la altura del cementerio de esa ciudad fueron interceptados por hombres armados, quienes se los llevaron secuestrados.”

Es lamentable que todavía la impunidad heredada de la derecha más recalcitrante de nuestro país continúa igual. No se ha investigado a quienes con lujo de barbarie atacaron a mis camaradas Salvador Sánchez Hidalgo y Gerardo Erazo, otro sindicalista honesto, trabajador y con sus ideas firmes por la revolución socialista como nosotros. Tampoco se ha hecho justicia por el asesinato de los padres de la revolucionaria “Mariposa” locutora de Radio Venceremos, que con su voz fuerte y firme dio ejemplo de lucha a todas las mujeres del mundo.”

Hay tantos casos de impunidad que aun continúan guardados en las gavetas de la Fiscalía General. Asimismo, en esas gavetas se encuentran decenas de casos de corrupción del actual partido Arena que en sus veinte años en el gobierno se robaron millones de dólares, dinero que hubiera servido para beneficiar a la población desposeída.

No obstante esto, vemos cambios que están beneficiando a los sectores más pobres de la población. En el actual gobierno bajo la dirección del FMLN, ahora los niños están recibiendo beneficios nunca vistos en la historia de El Salvador, los campesinos, las personas de la tercera edad y las mujeres están siendo beneficiadas con programas para cambiar su vida.

Un día en 1978 estábamos sentados los dos en la casa vieja de la FUSS en la Avenida Cuscatlán No. 630, en la parte de arriba. Conversábamos sobre diferentes temas políticos y entre otras cosas, Chamba me decía: “nosotros luchamos para que los niños sean felices en una sociedad más justa y por eso nuestros ideales de lucha por el socialismo están más que justificados”

En El Salvador y en otras partes del mundo, miles de personas, hombres y mujeres, estamos en pie de lucha y también América Latina se está transformando. Cuba sigue siendo el ejemplo que alumbra los cambios en nuestros países, a los que hoy se suma Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Uruguay, que van camino a las transformaciones con gobiernos surgidos democráticamente.

Nuestros ideales y sueños por una vida mejor en nuestros pueblos pobres, por lo que ofrendaron sus valiosas vidas nuestros hermanos Salvador y Gerardo, y nuestra lucha por esos objetivos siguen vigentes y mantenemos erguidas las banderas de nuestros queridos mártires hasta cumplir con sus sueños libertarios.

Fui del PCS en 1960…Entrevista con Alfredo Acosta (Segunda versión, ampliada y corregida).

Fui del PCS en 1960…Entrevista con Alfredo Acosta

SAN SALVADOR, 25 de octubre de 2014 (SIEP) “Ingrese al Partido Comunista de El Salvador el 7 de enero de 1960 y fui juramentado por Virgilio Guerra, fue allá en un mesón de Santa Ana…” nos comparte el revolucionario salvadoreño Alfredo Acosta, de 86 años.

En Cuba…

Agrega que “a finales del año 62 fuimos a Cuba para las celebraciones del IV Aniversario de la Revolución, fue mi primera misión internacional partidaria. Era el jefe de la delegación que incluía al tipógrafo José Dimas Alas, a Guadalupe Carpio, que estaba bien jovencita, a Lety Castro, a un estudiante universitario de seudónimo Patricio, a quien nunca volví a ver, y a Clara Lechuga, la esposa de Raúl Padilla Vela. El año antes para el III Aniversario de la Revolución, había estado el profesor José Alfredo Pineda, de Santa Ana.

Después de los festejos, al visitar la Plaza de la Revolución los cubanos me presentaron a un muchacho salvadoreño, delgado y simpático, se trataba de Roque Dalton aunque en ese momento no lo conocí con su verdadera identidad. Supe quien era hasta el siguiente año cuando me lo encontré en Praga, Checoslovaquia, junto con Jorge Arias Gómez (Chano) cuando venía ya de regreso al país. Ellos eran delegados del PCS a la Revista Internacional que tenía su sede en esa hermosa ciudad.

El regreso de la Isla alrededor de febrero fue complicado. El presidente de esa época, Julio Adalberto Rivera había publicado las fotos de cuando en México estábamos abordando el avión para Cuba, sucede que un agente de la CIA nos retrató a cada uno en el aeropuerto al ir subiendo al avión, se acercaba con la cámara y se oía el flashazo. Al regreso no nos dejaron bajar en México y tuvimos que regresarnos para La Habana.

Había órdenes de no permitirnos abordar avión para El Salvador y la compañía que lo hiciera sería multada. No nos quedo otra que regresarnos a Cuba. Al llegar nos separaron, a mi me ubicaron en una casa en El Vedado. Era una situación un poco incomoda de estar sin hacer nada así que les pedimos a los cubanos que queríamos integrarnos al proceso.

No les dijimos ni dos veces a los del ICAP cuando nos estaban enviando por tren hacia la provincia oriental de Santiago, a cortar caña. Cortábamos sin guantes, a las dos semanas le agarre el ritmo, es duro. Los cubanos eran muy diestros. Dormíamos en barracas en filas de hamacas, y nos despertaban a las 3 de la madrugada, caminábamos como una hora para el cañal y trabajábamos hasta las 10 de la mañana., después ya no se podía por el sol. En uno de eso días vimos de lejos al Che Guevara que había llegado y estaba manejando un tractor.

Salimos de nuevo hacia la patria hasta el 13 de marzo, en un largo recorrido organizado por los cubanos, que nos llevó primero a Amsterdam en Holanda, donde estuvimos dos días y luego a Sudamérica. Viajamos a Quito, Ecuador, fue un gran choque después de estar en Cuba regresar a ver los lustrabotas, los pordioseros, los niños de la calle, los mendigos, la suciedad…el capitalismo, igual que en El Salvador, los rostros de los limpiabotas eran los mismos, en un mercado donde fuimos a comer en Quito. Pero me fije que en las paredes había pintadas consignas revolucionarias.

De Quito viajamos a Caracas. Llegamos de madrugada al aeropuerto de Maiquetía. Me sorprende la bocanada de calor como un soplete en la espalda. Tremendo calor. De Caracas viajamos a la isla holandesa de Curacao. Estuvimos ahí 10 días debido a que el presidente Kennedy estaba visitando Costa Rica, y esto podría aumentar el control de seguridad en la región. Observamos las grandes propiedades de la Shell.

En esta isla holandesa no llueve y no hay mercado, las mercaderías llegan por lancha, en lancha llegan los comerciantes. Es una isla de hombres sin mujeres. Y las que llegan son de Venezuela. De Curacao salimos separados. Viajo junto con Dimas a Honduras vía Panamá. En Tegucigalpa, J.J., de Usulután, el enlace del Partido, nos proporciona caballos y así viajamos y entramos por veredas a El Salvador. Al llegar deseo ir a ver a mi mamá a Chalchuapa pero me informan que me están esperando para capturarme.

Hacia la URSS…

Unos meses después, en agosto del 63, salgó hacia la URSS a un curso de estudios políticos en Moscú que duraría dos años. Íbamos el obrero de la construcción Miguel Ángel Cea, Rafael Aguiñada Carranza (Mateo) que era de loa CNO, Tirso Canales, Alfonso “El Chiqui” García, Carlos Alberto “El Ratón” Hidalgo, mi persona y un profesor que olvido su nombre. De este grupo solo quedamos Tirso y Yo. Al llegar nos encontramos con el grupo anterior, el del año 62, que recién concluía sus estudios y estaban de vacaciones. Entre sus integrantes se encontraban Armando “El Zarco” Herrera, Miguel Ángel Parada, Mario Moreira, Salvador Carrillo, y Carlos Marín (Paul).

Al regresar en 1965 del curso en la URSS me fui para Santa Ana, donde fui designado como secretario general del Comité Departamental. CD solo existía en Santa Ana, ya que no había en esa época ni en Ahuachapan ni en Sonsonate. En este CD de Santa Ana también participaba Mario Rivera, Santos Medardo Villeda, que por cierto falleció recientemente, Ricardo Rivera, conocido como El Españolito, de pseudónimo Vanzetti, que es capturado y asesinado al ir camino a San Vicente a cumplir una tarea partidaria. Su esposa y su hijo son capturados y desaparecidos en 1980 cuando le caen a la casa de Toni Handal, el hermano de Schafik. Solo ha quedado su hija, Ana María, casada con El Cacho. También estaba Mariano Carranza, que era ladrillero y trabajaba en la misma fábrica que Víctor Rivera.

En 1969 llego la directriz de la dirección del Partido que debía de trasladarme a San Salvador. Fue todo un debate ya que mis compañeros del CD se oponían a este traslado. La dirección mandó a Blas Escamilla, que era del CC, para que llegara a explicar las razones y pasamos toda una noche discutiendo, hasta que al final se decidió acatar la decisión. Al irme asume la dirección del CD el profesor Alfredo Pineda y cuando este es exiliado a Costa Rica en 1972, asume Orlando Guerrero Chamul, dirigente de ANDES 21 de Junio, que es asesinado en 1980.”

En San Salvador

Al llegar a San Salvador en 1969 me integran al trabajo de la CNO. Asumo la responsabilidad de atender políticamente al occidente del país, Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate. En Ahuachapán había una célula y el contacto era el Profesor Preza. En Sonsonate había más trabajo, estaba Ricardo Erazo, del sindicato de la electricidad, Carlos “El Quemado” Castro, que tenía un taller de muebles de mimbre; David Pereira, que era el responsable y que después se incorporó a la CNO; Adán Rosales, que era de Metalío y pertenecía a la Comisión Campesina; Roberto Manchan ; Bartolo, que había sido antes del CC, era de origen indígena, había participado en el levantamiento del 32, y vivía en un ranchito a la orilla del río de Caluco.

En el VI Congreso de 1970, Rafael Aguiñada (Mateo) David Pereira (Pedro) Héctor Acevedo (Octavio) y mi persona (Milton o Nery) somos electos para integrar el Comité Central. Daniel Castaneda (Pío) sale del comité central pero se queda en la CNO. Los cinco pasamos a integrar la CNO. También estaba Víctor Bonilla, “El Niño” que era de la CNO y además de la Comisión Militar. Estaba Raúl Granillo, que era de Usulutan.

Incluso a mediados de los setenta, se integra Jorge Molina, Candelita, en representación de la Juventud Comunista, (JC) y pasa a formar parte de la CNO. Y entonces Peter, como le decíamos a Pedro, pasa a atender Sonsonate. Pero luego tanto Pedro como Octavio salen a estudiar a la URSS.

En septiembre de 1975, luego del asesinato de Mateo paso a ser el responsable de la CNO, y en el 76 soy electo como secretario general de la Directiva Suprema del partido UDN. Pasó a sustituir a Octavio Velasco, que estaba casado con una chilena y fue simpatizante del Partido, posteriormente fui sustituido en este cargo por Mario Aguiñada.

Y antes de Octavio había estado el Ing. Agrónomo Carlos Rivera, camarada del Partido de Chalchuapa, que fue el primer secretario general en 1970 y que fue asesinado. Cuando era secretario general, el presidente del UDN era Mario Inclan, el síndico era Dagoberto Gutiérrez, estaba Rosario Luna, Raúl Vargas “El Bachi”, el “Tío” Julio Salazar, y un compañero de apellido Prieto.

En 1977 soy capturado por la Policía Nacional y se me trata de involucrar con la muerte del canciller Borgonovo. Me mantienen 52 días secuestrado, torturándome brutalmente. Niegan mi captura y soy liberado hasta el 1 de julio de ese año, cuando asume la presidencia el General Romero. En términos generales, durante mi militancia en el PCS sobreviví a cinco capturas.

En el VII Congreso en abril de 1979 soy ratificado como responsable de la CNO. Fíjate que ya a finales del 80 como resultado del viraje a la lucha armada, la CNO dejó de funcionar y la mayoría de decisiones eran militares, en función de la guerra. En los primeros años de los ochenta, la mayoría de la CP salió, únicamente nos quedamos Eduardo, Hugo, El Bachi y mi persona.

El 8 de junio de 1983 fui de nuevo capturado mi quinta captura por la Policía Nacional. Y con casi toda mi familia, incluyendo mi mujer Rosa Ada, a sus hijas Irma Angélica Soto y Ana del Carmen Soto, a la esposa de un hermano mío, mi cuñada Hilda Leal de Negro, a su hijo Oscar Humberto Negro, a una señora que estaba de visita, a mi hijo Ernesto Acosta, que era su segunda captura y a mi persona, en total ocho capturados.

Nos mantuvieron a mí, mi hijo y mi cuñada en una cárcel clandestina a la que se entraba por un gran portón negro. Cuando llegue me sorprendió que alguien me saludo con mucha confianza: Hola Nery, dos años de no verte… Estuvimos de nuevo secuestrados. Ponían la música a todo volumen para que no se oyeran nuestros gritos de dolor por las torturas. A los demás los trasladaron a la PN. Por cierto Ana del Carmen al salir de la cárcel me pidió irse para el frente y pude hacer los arreglos, se fue para el monte y allá colaboró en la enfermería y cocina del FMLN.

Pasamos así una semana secuestrados, y luego nos trasladaron a la Policía Nacional. Al llegar había una fila y un policía anotaba el ingreso. Iba vendado de los ojos pero la tela era delgada y podía ver algo por lo que note que tirado en el suelo se encontraba también vendado el camarada Rafael “Lito” Sandoval, que era el dueño de la Tenería El Búfalo allá en Santa Ana. Y lo curioso era que estaba esposado a la pata de una silla de mi propiedad que él precisamente me había obsequiado cuando me case, formaba parte de un juego de poltrones muy fino.

O sea que después de capturarnos habían saqueado la casa y eso explicaba la presencia del mueble en el cuartel central de la PN. Observe que él solo escucho mi nombre y el motivo por el que me llevaban, por comunista. El ya estaba ahí cuando llegue. Después me contaba, mirá yo escuche cuando el policía te preguntó porque te llevaban: “por ser del Partido Comunista.” Dos años después, en el 85, asesinaron a Lito frente a su casa.

Luego nos pasaron a los hombres a Mariona y a las mujeres a cárcel de Mujeres. En Mariona me encontré con antiguos amigos: Carlos Ruiz, “El Diablito” y Carlos Castaneda, “El Viga” actual vicecanciller, el Dr. Ángel Ibarra, un compañero que lo conocían como La Voz de la Ternura y que tenía un molino en San Jacinto, y lo mataron después de los Acuerdos de Paz, Omar Quintanilla “Rocanrroliyo” y otros.

Ya estando en Mariona, como mes y medio después de haber llegado como familia y también como Partido sufrimos otro rudo golpe. Fíjate que capturan al esposo de Ismenia, mi hija mayor, de nombre Ernesto Cornejo Álvarez. El tenía un taller de zapatería y aunque ya no estaba militando, había aceptado colaborar con las FAL fabricando botas para los combatientes. Al llegar a Mariona el Chele Neto me informó que habían capturado alguien de la estructura de logística y los había denunciado. LO complicado para mi eran mis seis nietos, que quedaban desamparados.

Para ese tiempo Lucio ya había salido del penal. Estuve seis meses preso y luego me decretaron la orden de libertad. A principios del año 84 me encontraba ya en Managua, Nicaragua, con nuevas responsabilidades en la conducción partidaria, incluyendo la atención del Comité de Managua, atender delegaciones y visitas, cumplir tareas internacionales de solidaridad, estuve en la URSS y Suecia.

Carta al Presidente de la República

Carta al Presidente de la República
enero 05, 2015 Voces 5 Comentarios
Publicado en: Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Voces Ciudadanas

Dagoberto Gutiérrez

Estimado Salvador,

Llegar a ser presidente de la República parece ser, o la culminación de una carrera, o la asunción de las mayores responsabilidades políticas en los países, o también puede ser la captación de las mayores esperanzas de un pueblo empobrecido que espera bastante de aquellos en los que confía. Si esa esperanza fuera el caso, quiere decir que estás parado en un terreno donde millones de voluntades esperan mucho de lo que vos hagas o no hagas.

Tu gobierno, siendo como es, el de un país en la mayor de las crisis, es, también, un gobierno en crisis, y esto hace que tu trabajo sea altamente comprometido, porque te mueves en medio de las contradicciones de los intereses más enfrentados, y tu gobierno y tu partido, son el escenario mayor de esas contradicciones.

Hasta ahora, el mensaje de la unidad se ha estrellado y naufragado en el mar de la realidad de la mayor confrontación entre la riqueza rampante y la pobreza agobiante, el llamado al diálogo carece de una quilla que abra el camino a los débiles para dialogar con los fuertes, y sobre este punto, te diré que no está claro si vos te ubicas o con los fuertes o con los débiles, porque los primeros no necesitan de vos, y los segundos, no parecen contar con vos.

Ambos sabemos que los cambios, más bien dicho, las transformaciones, producen desorden, siempre y cuando sean verdaderas, porque este desorden es el que anuncia un orden nuevo, y un gobierno comprometido lo está, en primer lugar, con ese orden diferente que cruza el territorio del desorden.

Tu gobierno no es, hasta ahora, más que uno comprometido con el orden establecido, con las savias, los jugos y los olores de los más viejos de los poderes ejercidos y de las prácticas inveteradas, como si se tratara de un gobierno de alumnos dedicados de las más rudas oligarquías dominantes, y en estos momentos, el pueblo está aprendiendo a mirar tu gobierno, que es el de tus compañeros, con los mismos ojos de miedo, desconfianza y resquemor con el que siempre se ha mirado a las oligarquías.

Cuando la guerra social despliega sus alas de sangre sobre todo el territorio y pasa a controlar políticamente la vida de las personas que habitan esos territorios, el Estado no aparece y el gobierno no funciona, y lo peor de todo, Salvador, es que el gobierno no parece ni aparece con un pensamiento rector, con una guía, y vos sabes muy bien que cuando hay una realidad quemante, aquellos que no pueden interpretarla pueden ser devorados por ella.

Así las cosas, las próximas elecciones no aparecen como un momento de esperanzas o de posibilidades, sino más bien como un día de mercado, con ofertas de distinto tipo y de distinto olor, donde el trueque de un voto del votante a cambio de una esperanza de los partidos, está entusiasmando menos a los clientes.

Ciertamente, comprometerse con la gente de abajo y con los últimos es hacerlo con aquellos que no tienen nada y que les falta todo, y tu partido no aparece con la disposición de aprender nuevamente el oficio de pensar y actuar desde abajo, porque cuando las transformaciones se hacen desde arriba, éstas, si son populares, requieren que abajo hayan fuerzas comprometidas con esos cambios, pero haz de recordar que en su momento tu partido cortó todo vínculo con toda organización popular, porque se preparaba para gobernar desde arriba. Y, es cierto, que desde ahí pueden hacerse cambios poderosos, sin los de abajo, pero hasta ahora, esa no es la vocación de tu gobierno, que además, estimado Salvador, no aparece con la voluntad para contar con un movimiento popular que asegure transformaciones. Es más, tu gobierno aparece temeroso de las organizaciones populares y, desde luego, tu gente persigue toda autonomía y toda independencia de organismos y organizaciones sociales con respecto a lo que se llama el partido o el gobierno, y la carrera precipitada a capturar todos los rincones posibles del aparato estatal que caracteriza tu gobierno se compagina con la mayor ceguera y la mayor sordera hacia el inmenso rumor y el mayor clamor de justicia y hasta de legalidad que sube desde abajo, de los más oscuros barrancos de la vida, y desde los últimos de los seres humanos.

Entenderás que el que está arriba lo es solamente en relación con los de abajo, pero este compromiso, que es lo que define y te clava en la historia, no admite ni discursos imparciales ni encantadores de serpientes, porque requiere palabras claras y sobre todo acciones sin vacilaciones.

Tu gobierno está ya definido y el pueblo también parece estar definiéndose frente a los gobernantes, porque los años de espera no producen esperanza, y en este horno, y solo en este de altas temperaturas, se está cocinando, sin falta, el pan que definirá lo que comeremos en los próximos meses y años, tanto los de abajo como los de arriba.

Yo te deseo a ti la mejor salud física del mundo para trabajar afanosamente, y la mayor salud política e ideológica para descubrir que la gente te dio su voto esperando transformaciones en su vida, que la mejore y le de dignidad. Ese es el clamor que recorre los caminos y los barrancos, que te recuerdan las mariposas y los pájaros, y que no puede, en ninguna circunstancia, ser ignorado.

Un abrazo de año nuevo para vos y tu familia.

San Salvador, 04 de enero del 2015.

Por qué la ultraizquierda ha fracasado en América Latina

Por qué la ultraizquierda ha fracasado en América Latina
Emir Sader

Desde finales del siglo pasado y, sobretodo desde comienzos de este siglo, se han instalado en América Latina gobiernos producto del fracaso del neoliberalismo. En la última década del siglo XX, amplios movimientos han resistido a los gobiernos neoliberales, hasta que, llegada la hora de construir alternativas, hubo diferencias en el seno de la izquierda.

Algunos han preferido distanciarse de esa construcción, sea con slogans de impacto – “Que se vayan todos”, de los piqueteros argentinos -, sea con visiones intelectualistas – “autonomía de los movimientos sociales” o “cambiar el mundo sin tomar el poder”. Otros se han lanzado a la disputa de la hegemonía en la sociedad, construyendo alternativas nuevas – como en Ecuador y en Bolivia – o concentrando fuerzas en alternativas de la resistencia al neoliberalismo – como en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay.

Pasada más de una década, es posible evaluar el debate desde el punto de vista concreto, de las realidades políticas existentes, ya no más desde el punto de vista de las palabras. ¿Cuál es el cuadro que presenta América Latina, ya en la segunda década del nuevo siglo?

Por una parte, gobiernos posneoliberales, que han construido fuerzas con gran arraigo popular, gracias a la prioridad que dan a las políticas sociales, en el continente más desigual del mundo. Que, a pesar de los pronósticos negativos de algunos, han logrado constituirse en los gobiernos de más grande apoyo popular y de más larga continuidad en el tiempo, a pesar de la profunda y prolongada crisis internacional del capitalismo.

Nadie puede sostener que la Argentina de los Kirchner sea igual a la de Carlos Menem, ni que el Brasil de Cardoso sea igual al de Lula y de Dilma, ni que el Uruguay previo al del Frente Amplio sea similar al del Frente. Vale igual para Venezuela, Bolivia, Ecuador. En todos ha mejorado sustancialmente las condiciones de vida de la población, todos esos gobiernos han articulado y fortalecido procesos de integración regional soberanos, participan, por medio de los Brics y de los acuerdos de Celac con China y con Rusia, en la construcción de un mundo multipolar, independiente respecto a la hegemonía imperial norteamericana.

Los gobiernos posneoliberales latinoamericanos representan el polo progresista en un mundo todavía ampliamente dominado por el modelo neoliberal, disminuyendo la desigualdad, la pobreza y la miseria, mientras ella crece en el mundo. No hay como negar que son gobiernos progresistas, democráticos y populares, apoyados por la mayoría de su población, como nunca había ocurrido antes en la historia de esos países y del continente.

Del otro lado, los que planteaban la autonomía de los movimientos sociales – autonomía respecto a la política, a los partidos, al Estado – no han logrado construir ninguna fuerza mínimamente significativa en ningún país del continente. Ni siquiera han dado cuenta de la desaparición de los piqueteros, que habían seguido sus orientaciones. Los 20 años del surgimiento de los zapatistas ha sido conmemorados sin ningún balance de qué fuerza han construido hoy en México, de porque han quedado – heroicamente, es cierto – recluidos en Chiapas, dejando de representar una referencia en la política nacional mexicana.

Son posiciones que se quedaron en las denuncias puntuales, en la crítica critica, mientras que las alternativas a los gobiernos progresistas están siempre en fuerzas de derecha, nunca de los sectores de ultraizquierda, que a menudo se alían a la derecha contra esos gobiernos.

El fracaso de la ultraizquierda en América Latina se da, ante todo, porque no han sabido valorar los extraordinarios progresos de los gobiernos posneoliberales en el plano social. Al parecer no tienen en cuenta las condiciones de vida del pueblo para valorar un gobierno, tan alejados están del pueblo. Porque no entienden el inmenso retroceso por que ha pasado el mundo en las últimas décadas, con reflejos duros en América Latina, y que los gobiernos posneoliberales son la forma que asume la izquierda contemporánea.

Porque la ultraizquierda no valora el debilitamiento de la hegemonía imperial norteamericana con el Mercosur, Unasur, Celac, el Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, los Brics. Porque no sabe valorar el rescate del Estado como agente activo para el crecimiento económico y la garantía de los derechos sociales.

La ultraizquierda, en lugar de aprender de la realidad concreta, ha asumido el Cambalache: Nada es mejor, todo es igual. Por ello el pueblo le da las espaldas, mientras sostiene a los gobiernos y fuerzas progresistas de América Latina. Si faltara algo, la realidad concreta confirma quiénes han logrado contestar al neoliberalismo con alternativas concretas, mientras que los otros han quedado en los artículos y los pequeños núcleos sectarios.

– Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas de la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj).

El mundo de los dos pulgares

El mundo de los dos pulgares
Sergio Ramírez
El Faro / Publicado el 22 de Noviembre de 2014

Siempre me ha seducido imaginar a un monje medioeval de esos que habían pasado la vida entera copiando libros a mano en el encierro de los conventos, cuando una mañana oye gritar desde la calle que se ha inventado una máquina portentosa para imprimir los libros en decenas de copias; y este viejo monje de mi imaginación piensa, con susto y tristeza, que su antiguo oficio manual ya no servirá de nada en el futuro y, por tanto, sólo quedan para él el olvido y la muerte; y cuando la polilla se coma los pergaminos en los que ha trabajado toda su vida, se lo comerá también a él.

Este monje, a lo mejor medio sordo, de modo que el pregón que anunciaba la invención de la imprenta entró apagado a sus oídos, sólo tenía una manera de no ser comido por la polilla, y era colgar los hábitos, salir a la calle, buscar uno de los talleres donde se imprimían libros, preguntar, indagar, meterse entre los tipógrafos, aprender a componer planas con los tipos móviles de madera, enterarse de cómo funcionaban las prensas manuales, de cómo trabajaban los encuadernadores. Y aceptar, antes de nada, que el mundo tan antiguo en el que había vivido se hundía para siempre en las tinieblas, y que él, en lugar de quedarse a ciegas, debía asumir como propio el valiente mundo nuevo que se abría ante sus ojos dañados de tanto copiar.

A veces me siento como ese viejo monje, confundido y desorientado en medio de la nutrida selva de invenciones, donde se agrega un nuevo árbol que nace cada noche y a la mañana siguiente ya ha desarrollado su follaje, y donde los libros, que se imprimen digitalmente o se leen en las pantallas, también digitalmente, no son más que uno de esos árboles conectados entre todos por la tecnología cibernética, igual que el cine, la música, la información, el entretenimiento, la vigilancia policial, el agua potable, la electricidad, las compras a domicilio, los juegos, los viajes aéreos, los drones, el funcionamiento de los automóviles, los trenes, los semáforos en las esquinas.

La vida diaria en un solo puño electrónico. Un libro, una tarjeta de crédito, un boleto. Nuestra memoria vive en una nube, es decir, la memoria de la humanidad archivada en la nada virtual. Lo que escribo cada día, lo que invento, lo que medito, es registrado de manera inmaterial, tanto que cuando apago la computadora mis palabras regresan a esa nada virtual, y sólo volverán delante de mí cuando yo las convoque. No necesito viajar con ellas; adonde llegue, me estarán esperando para bajar a mí desde la nube.

Todo esto sería demasiado para el monje de mi historia, pero alguien como yo, que empezó tecleando en las máquinas de escribir mecánicas de cinta de seda de dos colores, creció con la radio imaginando a los personajes encarnados en las voces, con los telegramas que se pagaban por palabra, y con los teléfonos de manubrio, debe librar una lucha a brazo partido con ese ángel de la ultra modernidad que cambia en cada momento de figura, y al que si no logro asir en mi abrazo, al rayar el alba se alejará y me dejará derrotado; e igual que Jacob en la historia bíblica debo decirle: no te soltaré si no me bendices.

Si te quedas atrás, sino entras en ese cono de luz, lo que te espera es la oscuridad, y la soledad. No estarás conectado, no podrás comunicarte, no sabrás de qué están hablando los demás, que son en su inmensa mayoría jóvenes. No podrás ni siquiera viajar. Aún me acerco con terror a las máquinas que te dan en los aeropuertos los pases de abordar; de repente hay aún un empleado piadoso que te auxilia, pero pronto desaparecerán. Pronto tampoco habrá nadie en la ventanilla cuando quieras comprar un boleto para entrar al cine.

Alguien de mi generación se quejaba delante de mí hace poco, de lo caótico que es el mundo de las redes sociales. No lo es, le decía yo. Es que lo estás mirando desde fuera. Si vives dentro, si aprendes a conocer bien esas reglas juveniles que lo animan, te vas a dar cuenta de su lógica, de cómo funcionan a cabalidad los códigos de la comunicación que los adolescentes han inventado para nosotros. Tienes que aprender a usar la carita feliz, las abreviaturas, los neologismos que te parecen tan arbitrarios, tienes que aceptar que el idioma es hoy más híbrido y mutable que nunca, tienes que saber usar los dos pulgares para escribir porque se acabó la era de la digitación con los demás dedos. Esta es, provisionalmente, la era de los pulgares, mientras llega la de escribir con el pensamiento.

Quizás siempre hubo un abismo entre generaciones, me dirá mi amigo, esta misma dificultad de acomodo, esta misma preocupación por no quedarse atrás, aislado en el páramo. Soy el primero en aceptarlo, por eso empecé contando la historia de mi monje medioeval con los dedos artríticos manchado de tinta, que oye gritar más allá de los muros de su cárcel cultural que afuera ocurre un cataclismo después del cual el paisaje ya no será nunca el mismo.

Pero este cataclismo que nos toca, es el cambio más radical de civilización que ha vivido la humanidad, y apenas empieza. Apenas cimbra con sus primeros movimientos telúricos la tierra. Y si te traga una de las grietas que se abrirán mientras huyes, no volverás a ver la luz del sol jamás.

La vejez es entonces eso, quedarse fuera, no entender que el mundo es otro, y que para vivir en él es necesario adaptarse, como ha sucedido a lo largo de los milenios con todas las especies sobre la faz de la tierra. Y ahora apago la computadora, y mando estas palabras a la nube que navegaba invisible sobre mi cabeza.

San José, Costa Rica, noviembre 2014

Las tres “p” de la justicia

Las tres “p” de la justicia

Última actualización: 07 DE ENERO DE 2015 16:18 | por Joaquín Villalobos

Si una sirvienta es acusada de haberse robado un celular, puede pasar mucho tiempo en prisión sin tener un juicio. Por el contrario, si un ex presidente vinculado a los grupos económicos más poderosos del país es acusado de robarse 50 millones de dólares, puede esperar en su casa para ser juzgado. En el primer caso no importará si la acusada tiene una enfermedad grave, igual debe mantenerse en prisión. Sin embargo, en el segundo caso basta que el acusado esté deprimido para enviarlo a un hospital. Los medios condenarán duramente a la primera en una nota roja, pero tratarán al segundo como inocente y víctima de una conspiración política. Seguramente la sirvienta será condenada con pocas evidencias y el ex presidente será puesto en libertad a pesar de las muchas evidencias. Esta simplificación comparativa de dos procesos judiciales ayuda a entender lo que es el poder oligárquico.

La diferencia entre alguien que tiene 50 millones de dólares y alguien que tiene 500 millones no es de calidad de vida, sino de poder. Cuando hablamos de oligarcas, nos referimos a individuos que tienen un gran poder resultado de ser beneficiarios de una concentración extrema de la riqueza. En nuestro país no existe una oligarquía de izquierda, aunque el partido que la representa pueda ahora tener dinero, y tampoco cualquier rico es un oligarca. Tener dinero no implica que se sea un oligarca. Existe oligarquía cuando la riqueza se concentra en un reducido grupo de familias y solo se es oligarca cuando se forma parte de ese reducido grupo. En nuestro país los propios oligarcas se reconocen como tales y se hacen llamar “G20” o “familias pudientes”.

Toda concentración de poder económico produce concentración del poder político, no importa que los ciudadanos puedan votar libremente. Esto ocurre porque existe un poder superior que por la vía económica tiene la capacidad de condicionar, coaccionar y someter a toda la sociedad, aunque sus representantes políticos no tengan el gobierno. En democracia el poder político es temporal, sin embargo, en países dominados por oligarquías, la concentración de la riqueza es permanente y muy difícil de dispersar. En esas condiciones la democracia es débil y la competencia económica una simulación. Los acuerdos de paz trajeron la democracia, pero no podían acabar con la concentración de la riqueza, por lo tanto, transitamos de un poder oligárquico que usaba a los militares para defender sus intereses a lo que se conoce como “oligarquía civil”, que aparece en democracias liberales.

Veamos como ejemplo el poder de coacción a partir del empleo como uno de sus componentes. Según datos recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el sector informal representa el 72% del empleo nacional, es decir que solo el 28% son empleos formales. Cómo llegamos a esto lo veremos otro día, por ahora lo que nos interesa señalar es que al restar al 28% de empleos formales, los trabajadores del sector público y los de las pequeñas y medianas empresas, concluiríamos que la oligarquía concentra por vía económica el grueso de los empleos formales más importantes del país, porque es dueña o ejerce control de los negocios que generan esos trabajos. Es decir, que la esperanza de ascenso social de cualquier gente de clase media pasa por no molestar a los oligarcas. No más de diez familias pueden “desgraciarle” el futuro a los hijos de un juez, de un magistrado o de un diputado. Se trata de una pirámide de poder en la que lo que no controlan directamente lo pueden someter indirectamente.

Usemos otro ejemplo: el dinero para las campañas electorales. Sin dinero no se puede hacer política, es decir que quien no tiene dinero o pierde o está condenado a ser un pequeño partido que, igual, termina subordinado al poder económico para lograr sobrevivir. En 1984 y 1985 la Democracia Cristiana le logró ganar las elecciones al partido ARENA gracias a la cuantiosa contribución de fondos de una Agencia de Inteligencia de un país del Norte que sabía que Roberto d’Abuisson era un obstáculo para que se pudiera aprobar la ayuda militar. Luego, el FMLN logró ganar las elecciones del 2009 y 2014, pero esto fue posible por los recursos de ALBA derivados de la ayuda de Venezuela. Sin esos dineros externos el partido de la oligarquía, sin duda, no habría perdido ninguna elección.

Cuando estábamos negociando la paz en 1991, algunos intentamos ponerle reglas a la privatización de la Banca. La posición del gobierno de ARENA fue intransigente y rechazó abordar este tema. Como una reflexión presente sobre la negociación de la paz, podemos decir que la oligarquía puso sobre la mesa al Ejército para que este fuera depurado, reducido y culpado por el conflicto, mientras, por su lado, se aprestaba a recuperar los bancos y a realizar las privatizaciones. Desde una lógica política, los militares prácticamente habían perdido la guerra y les dejaron de ser útiles. La oligarquía los convirtió entonces en el pavo de la paz. Su versión histórica sobre el conflicto es que los militares y los curas tuvieron la culpa, los oligarcas fueron solo unas “víctimas inocentes”. Conforme a los acuerdos de paz el ejército debería tener 30,000 elementos, sin embargo ahora no llega ni a la mitad de eso, este recorte adicional lo hizo ARENA en su plan de desmantelar al Estado.

Trasladémonos a los hechos que actualmente estamos viendo en los medios de comunicación sobre supuestos escándalos de corrupción que parecen una historia calcada del pasado. Hace 25 años, cuando el ingeniero Duarte dejó la presidencia, el cuarteto ARENA-ANEP-FUSADES y las tres familias que controlan los medios de comunicación más importantes del país, hicieron campaña para destrozar a la Democracia Cristiana por supuestos casos de corrupción. El propio ex presidente, ya enfermo de cáncer, era objeto de arteros ataques. Tuvieron tal éxito, que en la percepción de la gente ese partido quedó dañado de por vida en su imagen pública. Los casos eran como los actuales, por montos absurdos y sin muchas evidencias; lo central de la campaña no era combatir la corrupción, sino destruir la imagen del principal partido de oposición en aquel momento. Sin embargo, no nació de aquella supuesta corrupción ninguna “oligarquía demócrata cristiana”, oligarquía solo hay una y siguen siendo la misma.

Pero analicemos lo que pasó, en términos de corrupción y transparencia, cuando ARENA llegó al gobierno. Vinieron las privatizaciones de la Banca, de la distribución de Energía Eléctrica, de las Telecomunicaciones y de los fondos de pensiones, para mencionar solo lo más importante. En su conjunto, estos “negocios” podrían haber rondado unos 10 mil millones de dólares. ¿Pero acaso esto ocurrió de forma transparente y sin corrupción? Por el contrario, esas privatizaciones constituyen el asalto más brutal al Estado de toda nuestra historia. Por ello luce como tragicomedia la conducta hipócrita y asimétrica con la que los medios demandan transparencia por supuestos casos actuales de corrupción, que son 20,000 veces más pequeños que lo que los oligarcas se levantaron; igual parece chiste cuando exigen que los diputados no gasten en fiestas, luego del banquete que ellos se dieron con las privatizaciones. Las tres familias dueñas de esos medios pro-oligárquicos participaron de la privatización de ANTEL, de los bancos y se han beneficiado considerablemente de las cuentas de los gobiernos de ARENA.

En política es común que algunos digan mentiras, pero la diferencia no es entre sinceros y mentirosos. Al final, lo fundamental es cuánto poder mediático se tiene para difundir u ocultar lo que interesa. Para explicar el poder que da el control de los medios, podemos usar una expresión coloquial referida a los chismosos y decir que los oligarcas, “de un lengüetazo pelan un chancho”. Este poder le sirve para ocultar, intimidar, someter o destruir. Hicieron una telenovela lacrimógena del caso Flores para sacarlo de la cárcel y evitar que se quebrara moralmente y empezara a hablar. Esta acción la cubrieron luego con “destapes” de supuestos casos de corrupción para tapar lo que estaban haciendo con Flores. La facilidad con que articularon medios, opinión pública y mecanismos legales se llama poder oligárquico.

Reducir el poder de la oligarquía es el reto más grande para que nuestro país progrese y se estabilice. Los países dominados por oligarquías son políticamente inestables, socialmente pobres, institucionalmente débiles y económicamente atrasados, porque la economía no se asienta en la competitividad productiva, sino en la monopolización extractiva. Del tema económico podemos hablar en otra ocasión, ahora lo que interesa es la relación entre economía, justicia y política. En ese sentido, si no emergen otros polos de poder económico, mediático, político, intelectual y social que hagan contrapeso al poder de los oligarcas, seguiremos condenados al atraso, a la pobreza y a la política polarizada como conflicto irresoluble.

Es vital fortalecer a nuevos sectores que generen empleos productivos, realizar alianzas para liberar a empresarios que están sometidos al poder oligárquico, desarrollar nuevos grupos económicos estratégicos, crear nuevos medios de comunicación, democratizar las frecuencias de televisión, formar una nueva tecnocracia y fundar gremiales empresariales y tanques de pensamiento independientes. El mercado es un espacio a conquistar con innovación, productividad, empleos y desarrollo. Es importante distribuir, pero es igualmente importante producir. No se debe dejar a los oligarcas la representación del deseo de superación de los salvadoreños, cuando ellos han sido y son la negación de ese derecho. Nada preocupa más a los oligarcas que la existencia de una pluralidad política basada en una diversidad de poderes económicos, por ello atacan tan ferozmente a ALBA, por ello denigran a los nuevos ricos que nacieron pobres e hicieron su dinero trabajando, por ello ridículamente se han vuelto los defensores del “voto de pobreza y austeridad revolucionaria” de la izquierda. Necesitan una izquierda callejera, pobre, sin aliados, enemiga del mercado y sin visión de poder.

Sin crear contrapesos al poder económico oligárquico, no habrá una verdadera competencia política. A los pobres los beneficia la competencia, no los monopolios ni las redenciones. Sin contrapesos todas las instituciones terminarán sometidas a este puñado de familias y esto incluye a la justicia. Fruto de una correlación política extraordinaria y de los cambios logrados con los acuerdos de paz, por primera vez en nuestra historia hay ahora un ex presidente representante de la oligarquía sometido a un proceso judicial. Este caso y el de CEL-ENEL son vitales para que en nuestro Estado de derecho comience a funcionar el principio de igualdad ante la ley. No es la transformación moral de los diputados nuestra necesidad más urgente, no es allí donde está el poder que puede manipular al país a su antojo. Nuestro parlamento tiene apenas veinte años de ser realmente plural y democrático y con todas sus imperfecciones ha producido gran cantidad de cambios positivos. La oligarquía tiene más de un siglo de dominar el país y fue la responsable principal de la guerra que tuvimos y de la pobreza en que vivimos.

No es la partidocracia nuestro principal problema, los partidos tienen bastante menos poder que la oligarquía. No se necesita ni siquiera valor para criticar, cuestionar, emitir sentencias y hasta burlarse de los diputados y de los partidos. Sin embargo, no se puede decir eso mismo a la hora de ponerles límites a los oligarcas y sentar con ellos un precedente. No se trata de perdonar unos casos y avalar otros, pero la corrupción se combate de arriba para abajo y más arriba que la oligarquía no hay nadie. Por ello es crucial el resultado de los casos Flores y CEL-ENEL. Estos son la prueba más importante para medir el progreso real de nuestra institucionalidad desde que se firmó la paz. Es fundamental demostrar que nadie por sus apellidos y riqueza puede impunemente apropiarse de fondos de cooperación y desmantelar, vender y comprar instituciones del Estado para acrecentar su poder económico. Si el ex-presidente Flores y los acusados de CEL-ENEL logran salir libres, cobrará vida en nuestro país la idea de que “la justicia es en realidad para los pobres, las prostitutas y los pendejos”.

Impasses de los gobiernos progresistas

Impasses de los gobiernos progresistas

Frei Betto
ALAI

Predominan en América Latina, hoy, a mediados de la segunda década de este siglo XXI, los gobiernos democráticos populares. La mayoría fue electa por fuerzas de izquierda. De los jefes de Estado, cinco actuaron como guerrilleros bajo dictaduras: Dilma Rousseff, de Brasil; Raúl Castro, de Cuba; José Mujica, de Uruguay; Daniel Ortega, de Nicaragua; y Salvador Sánchez, de El Salvador.

Ahora, ser de izquierda no es un problema emocional o una mera adhesión a los conceptos formulados por Marx, Lenin o Trotsky. Es una opción ética, con fundamento racional. Opción que tiene como objetivo favorecer, en primer lugar, a los marginados y excluidos. Así que nadie es de izquierda por declararse como tal o por llenarse la boca de clichés ideológicos, sino por la praxis que ejercen en relación con los segmentos más pobres de la población.

En América Latina, los llamados gobiernos democrático-populares reflejan varias concepciones, y persiguen, en teoría, proyectos de sociedades alternativas al capitalismo. Transitan contradictoriamente entre políticas públicas dirigidas a segmentos de bajos ingresos y el sistema capitalista global, regido por la “mano invisible” del mercado.

Los gobiernos democrático-populares han provocado, de hecho, importantes cambios para mejorar la calidad de vida de amplios sectores sociales. Hoy en día, el 54% de la población latinoamericana vive en países regidos por gobiernos progresistas. Es un hecho inédito en la historia del continente. El otro 46%, unos 259 millones de personas, vive bajo gobiernos de derecha aliados a Estados Unidos e indiferentes a la agudización de la desigualdad social y la violencia.

Según Bernt Aasen, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, entre 2003 y 2011, más de 70 millones de personas salieron de la pobreza en el continente; la tasa de mortalidad de menores de 5 años se redujo en un 69% entre 1990 y 2013; la desnutrición crónica entre niños de 6 meses a 5 años disminuyó de 12,5 millones en 1990 a 6,3 millones de niños en 2011, la matrícula en la educación primaria aumentó de 87,6%, en 1991, al 95,3% en el año 2011.

Sin embargo, agrega, “nuestra región sigue siendo la más desigual del mundo, donde 82 millones de personas viven con menos de $ 2.50 por día; 21,8 millones de niños y adolescentes están fuera de la escuela o están en riesgo de abandonarla; 4 millones no fueron registrados al nacer y, por tanto, no existen oficialmente (…); y 564 niños menores de 5 años mueren cada día por causas evitables” (Cfr O Globo, 05.10.2014, p. 19).

Limitaciones

Desde un punto de vista histórico, es la primera vez que tantos gobiernos del continente se mantienen alejados de los dictados de la Casa Blanca. Y también es la primera vez que se crean articulaciones continentales y regionales (ALBA, CELAC, UNASUR, etc.) sin la presencia de Estados Unidos. Esto constituye una reducción de la influencia imperialista en América Latina, entendida como predominio de un Estado sobre otro.

Sin embargo, otra forma de imperialismo prevalece en América Latina: la dominación del capital financiero, centrado en la reproducción y concentración del gran capital, que se basa en el poder de sus países de origen para promover, desde los países de acogida, la exportación de capitales, bienes y tecnologías, y apropiarse de las riquezas naturales y el valor agregado.

Hubo un deslizamiento de la sumisión política a la sumisión económica. La fuerza de penetración y obtención de ganancias del gran capital no se redujo con los gobiernos progresistas, a pesar de las medidas regulatorias y cobro de impuestos adoptados en algunos de esos países. Si, de un lado, se avanza en la implementación de políticas públicas favorables a los más pobres, por otro, no se reduce el poder de expansión del gran capital.

Otra diferencia entre los gobiernos democrático-populares es que unos se atreven a promover cambios constitucionales, mientras que otros permanecen en los marcos institucionales y constitucionales de los gobiernos neoliberales que los precedieron, mientras se empeñan en conquistas sociales significativas, como la reducción de la pobreza y la desigualdad social.

Las fuerzas de izquierda de América Latina siguen centrando su atención en la ocupación del aparato del Estado. Luchan para que los sectores marginados y excluidos se incorporen a los marcos regulatorios de la ciudadanía (indígenas, sin tierra, sin techo, mujeres, recolectores de materiales reciclables, etc.). Los gobiernos y movimientos sociales se unen, especialmente durante los períodos electorales, para frenar las violentas reacciones de la clase dominante alejada del aparato estatal.

Sin embargo, es esta clase dominante la que mantiene el poder económico. Y por más que los inquilinos del poder político implementen medidas favorables para los más pobres, hay un escollo insalvable en el camino: todo modelo económico requiere de un modelo político coincidente con sus intereses. La autonomía de la esfera política en relación con la económica es siempre limitada.

Esta limitación impone a los gobiernos democrático-populares un arco de alianzas políticas, a menudo espurias, y con los sectores que, dentro del país, representan al gran capital nacional e internacional, lo que erosiona los principios y objetivos de las fuerzas de izquierda en el poder. Y lo que es más grave: esa izquierda no logra reducir la hegemonía ideológica de la derecha, que ejerce un amplio control sobre los medios de comunicación y el sistema simbólico de la cultura dominante.

Mientras que los gobiernos democrático-populares se sienten permanentemente acorralados por las ofensivas desestabilizadoras de la derecha, acusándola de intentar un golpe de Estado, ésta se siente segura al estar respaldada por los grandes medios de comunicación nacionales y globales, y por la incapacidad de la izquierda para crear medios alternativos suficientemente atractivos para conquistar los corazones y las mentes de la opinión pública.

El modelo neodesarrollista

El modelo económico imperante, gestionado por el gran capital y adoptado por los gobiernos progresistas, se orienta a aprovechar las ventajas de la “globalización” para exportar commodities y recursos naturales con el fin de recaudar dinero para financiar, a través de políticas públicas, el consumo de los sectores excluidos por la deuda social.

Aunque adopten una retórica progresista, los gobiernos democrático-populares no logran prescindir del capital transnacional que les asegura apoyo financiero, nuevas tecnologías y acceso a los mercados. Y para eso, el Estado debe participar como fuerte inversor de los intereses del capital privado, ya sea facilitando el crédito, mediante la exención de impuestos y la adopción de asociaciones público-privadas. Este es el modelo de desarrollo post-neoliberal predominante hoy en América Latina.

Este proceso exportador-extorsivo incluye recursos energéticos, hídricos, minerales y agrícolas, con la destrucción progresiva de la biodiversidad y del medio ambiente, y la entrega de tierras a los monocultivos anabolizados por agrotóxicos y transgénicos. El Estado invierte en la construcción de grandes obras de infraestructura para promover el flujo de bienes naturales mercantilizados, cuya facturación en divisas extranjeras rara vez regresa al país. Una gran parte de esta fortuna se aloja en los paraísos fiscales.

Esta es la contradicción que el modelo neodesarrollista, la verdad sea dicha, anula las diferencias estructurales entre los gobiernos de izquierda y derecha. Pues adoptar tal modelo es aceptar tácitamente la hegemonía capitalista, aunque sea con el pretexto de cambios “graduales”, “realismo” o “humanización” del capitalismo. De hecho, es mera retórica de quien se rinde al modelo capitalista.

Si los gobiernos democrático-populares quieren reducir el poder del gran capital, no les queda otra vía que la intensa movilización de los movimientos sociales, ya que, en esta coyuntura, la vía revolucionaria está descartada, y, de hecho, sólo interesaría a dos sectores: a la extrema derecha y a los fabricantes de armas.

Sin embargo, si lo que se pretende es garantizar los intereses del gran capital, los gobiernos progresistas tendrán que adecuarse para, cada vez más, cooptar, controlar o criminalizar y reprimir a los movimientos sociales. Todo intento de equilibrio entre los dos polos es, de hecho, contraer nupcias con el capital y, al mismo tiempo, coquetear con los movimientos sociales en un intento de simplemente seducirlos y neutralizarlos.

Valores

¿Cómo tratan los gobiernos democráticos-populares los segmentos de la población beneficiados por las políticas sociales? Es innegable que los niveles de exclusión y miseria provocados por el neoliberalismo requieren de medidas urgentes, que no se limiten al mero asistencialismo. Porque tal asistencialismo se restringe al acceso a beneficios personales (bonos financieros, escuelas, atención médica, crédito preferente, subsidios a productos básicos, etc.), sin que esto se complemente con procesos pedagógicos de formación y organización políticas. De este modo, se crean reductos electorales, sin adhesión a un proyecto político alternativo al capitalismo. Se dan beneficios sin suscitar esperanza. Se promueve el acceso al consumo sin propiciar el surgimiento de nuevos actores sociales y políticos. Y lo que es más grave: sin darse cuenta de que, en medio del actual sistema consumista, cuyas mercancías reciclables están impregnadas de fetichismo que valoran al consumidor y no al ciudadano, el capitalismo post-neoliberal introduce “valores” –como la competitividad y la mercantilización de todos los aspectos de la vida y la naturaleza– que refuerzan el individualismo y el conservadurismo.

El símbolo de esta modalidad post-neoliberal de consumismo es el teléfono celular. Este trae consigo la falsa idea de la democratización por medio del consumo y de incorporación a la clase media. De esta manera, segmentos excluidos se sienten menos amenazados cuando consideran que está a su alcance, más fácilmente, actualizar el modelo de celular que conseguir saneamiento donde habitan. El celular es símbolo para sentirse incluidos en el mercado… Y todos sabemos que las formas de existencia social condicionan el nivel de conciencia. O, en otras palabras, la cabeza piensa donde los pies pisan (o imaginan que pisan).

Nuestros gobiernos progresistas, en sus múltiples contradicciones, critican el capitalismo financiero y, al mismo tiempo, promueven la bancarización de los segmentos más pobres, a través de tarjetas de acceso a los beneficios monetarios, a pensiones y salarios y a las facilidades de crédito, a pesar de la dificultad de cargar con los intereses y el pago de las deudas.

En resumen, el modelo neodesarrollista seguido por la izquierda se empeña en hacer de América Latina un oasis de estabilidad del capitalismo en crisis. Y no se puede escapar de la ecuación que asocia calidad de vida y crecimiento económico, según la lógica del capital. En tanto no se socializa culturalmente la propuesta indígena del buen vivir, para la gran mayoría vivir bien será siempre sinónimo de vivir mejor en términos materiales.

El gran peligro en todo esto es fortalecer, en el imaginario social, la idea de que el capitalismo es perenne (“La historia ha terminado”, proclamó Francis Fukuyama), y que sin él no puede haber un verdadero proceso democrático y civilizatorio. Lo que significa demonizar y excluir, incluso por la fuerza, a todos aquellos que no aceptan esta “obviedad”, quienes pueden ser considerados terroristas, enemigos de la democracia, subversivos o fundamentalistas.

Esta lógica se ve reforzada cuando, en las campañas electorales, los candidatos de izquierda se congratulan, enfáticamente, de la confianza del mercado, de la atracción de las inversiones extranjeras, de la garantía de que los empresarios y banqueros tendrán mayores ganancias, etc.

Durante un siglo, la lógica de la izquierda latinoamericana jamás se encontró con la idea de superar el capitalismo por etapas. Este es un dato nuevo, que requiere mucho análisis para poner en práctica políticas que impidan que los actuales procesos democrático-populares sean revertidos por el gran capital y por sus representantes políticos de derecha.

Este desafío no puede depender solo de los gobiernos. Este se extiende a los movimientos sociales y partidos progresistas que, cuanto antes, necesitan actuar como “intelectuales orgánicos”, socializando el debate sobre los avances y contradicciones, dificultades y propuestas, a fin de ensanchar cada vez más el imaginario centrado en la liberación del pueblo y en la conquista de un modelo de sociedad post-capitalista verdaderamente emancipatorio.

-Frei Betto es escritor, autor de “Calendário do Poder” (Rocco), entre otros libros. Integrante del Consejo de ALAI.

Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No.500 de diciembre de 2014, que trata sobre el tema “América Latina: Cuestiones de fondo” – – América Latina en Movimiento

Natal: festa da humanidade de Deus e da comensalidade humana

Natal: festa da humanidade de Deus e da comensalidade humana
19/12/2014

O Natal é repleto de significados. Um deles foi sequestrado pela cultura do consumo que, ao invés do Menino Jesus, prefere a figura do bom velhinho, o Papai Noel, porque é mais apelativo para os negócios. O Menino Jesus, ao invés, fala da criança interior que carregamos sempre dentro de nós, que sente necessidade de ser cuidada e quando, já crescida, tem o impulso de cuidar. É aquele pedaço do paraíso que não foi totalmente perdido, feito de inocência, de espontaneidadea, de encantamento, de jogo e de convivência com os outros sem qualquer discriminação..

Para os cristãos é a celebração da “proximidade e da humanidade” de nosso Deus, como se diz na epístola a Tito (3,4). Deus deixou-se apaixonar pelo ser humano que quis ser um deles. Como diz belamente Fernando Pessoa em seu poema sobre o Natal: “Ele é a eterna Criança, o Deus que faltava; ele é o divino que sorri e que brinca; a criança tão humana que é divina”.

Agora temos um Deus criança e não um Deus, juiz severo de nossos atos e da história humana. Que alegria interior sentimos quando pensamos que seremos julgado por um Deus criança. Mais que nos condenar, quer conviver e se entreter conosco eternamente.

O seu nascimento provocou uma comoção cósmica. Um texto da liturgia cristã diz de forma simbólica:”Então as folhas que farfalhavam, pararam como mortas; então o vento que sussurava, ficou parado no ar; então o galo que cantava, parou no meio de seu canto; então as águas do riacho que corriam, se estancaram; então, as ovelhas que pastavam, ficaram imóveis; então o pastor que erguia o cajado, ficou como que petrificado; então nesse momento, tudo parou, tudo silenciou, tudo suspendeu o seu curso: nasceu Jesus, o Salvador das gentes e do universo”.

O Natal é uma festa de luz, de fraternidade universal, festa da família reunida ao redor de uma mesa. Mais que comer, comunga-se da vida de uns e de outros e da generosidade dos frutos de nossa Mãe Terra e da arte culinária do trabalho humano.

Por um momento, esquecemos os afazeres cotidianos, o peso da existência trabalhosa, as tensões entre familiares e amigos e nos irmanamos na alegre comensalidade. Comensalidade significa comer juntos ao redor da mesma mesa (mensa) como se fazia outrora: todos da família se reuniam, conversavam, comiam e bebiam à mesa, pais, filhos e filhas.

A comensalidade é tão central que está ligada à própria emergência do ser humano enquanto humano. Há sete mihões de anos começou a separação lenta e progressiva entre os símios superiores e os humanos, a partir de um ancestral comum. A singularidade do ser humano, à diferença dos animais, é reunir os alimentos, distribui-los entre todos, começando pelos mais novos e pelos idosos e depois entre todos.

A comensalidade supõe a cooperação e a solidariedade de uns para com os outros. Foi ela que propiciou o salto da animalidade para a humanidade. O que foi verdadeiro ontem, continua verdadeiro hoje. Por isso nos dói tanto ao saber que milhões e milhões não têm nada para repartir e passam fome.

No dia 11 de setembro de 2001 ocorreu a conhecida atrocidade: os aviões que se jogaram contra as Torres Gêmeas. No ato, morreram cerca de três mil pessoas.

No mesmo dia, exatamente, 16.400 crianças, abaixo de cinco anos, morriam de fome e de desnutrição. No dia seguinte e durante todo o an doze milhões de crianças foram vitimadas pela fome. E ninguém ficou e fica estarrecido diante desta catástrofe humana.

Neste Natal de alegria e de fraternidade não podemos esquecer esses que Jesus chamou de “meus irmãos e minhas irmãs menores”(Mt 25, 40) que não podem receber presentes nem comer qualquer coisa.

Mas não obstante este abatimento, celebremos e cantemos, cantemos e nos alegremos porque nunca mais estaremos sós. O Menino se chama Jesus, o Emanuel que quer dizer: “Deus conosco”. Vale esse pequeno verso que nos faz pensar sobre nossa compreensão de Deus, revelada no Natal:

Todo menino quer ser homem.
Todo homem quer ser rei.
Todo rei quer ser ‘deus’.
Só Deus quis ser menino”.

Feliz Festa de Natal do ano da graça de 201

La izquierda que no fue

La izquierda que no fue
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Por Marvin Galeas *
Miércoles, 17 de Diciembre de 2014

Las Fuerzas Populares de Liberación, FPL, nació de una división dentro del Partido Comunista, PC. Una parte importante de éste creía que había que pasar de inmediato a la lucha armada para conquistar el poder político. Y una vez en el poder, comenzar a construir el socialismo con la hegemonía de los obreros y los campesinos, aunque sin desechar el concurso de otras fuerzas llamadas progresistas.

Las FPL, a pesar de la escisión seguía siendo fiel al modelo marxista leninista y a la Unión Soviética como el modelo político, económico y social por construir. La diferencia con el PC, no era ideológica ni política. La discusión giró siempre en torno a los métodos de lucha. Las FPL construyó, además de una eficiente estructura armada, un poderoso movimiento de masas, sin duda el más grande en la historia del país: El Bloque Popular Revolucionario, BPR.

Coincidiendo en el tiempo, surgió El Grupo. Sus fundadores a diferencia de las FPL, donde había una importante participación de maestros, obreros, sacerdotes radicalizados e intelectuales marxistas, eran jóvenes procedentes de la juventud demócrata cristiana, organizaciones católicas y de la universidad nacional.

Tras el secuestro y asesinato de Ernesto Regalado Dueñas, El Grupo se hundió en la parálisis y el ostracismo hasta reaparecer en 1972, dando muerte a dos agentes de la Guardia Nacional con el nombre de Ejército Revolucionario del Pueblo. ERP. Esta organización político-militar se consideraba a sí misma como una nueva izquierda. En sus documentos hizo fuertes críticas a la Unión Soviética y al mismo Partido Comunista Salvadoreño.

Tras el asesinato del Poeta Roque Dalton, un grupo de dirigentes y militantes del ERP, se separaron de esa organización y fundaron la Resistencia Nacional, RN. Roque Dalton había criticado la tendencia militarista y aventurera de los máximos jefes. La respuesta fue la acusación al poeta de provocar división y hasta de ser miembro de la Agencia Central de Inteligencia, CIA.

La absurda acusación y el asesinato de Dalton fomentaron la percepción en el PCS, Las FPL y la izquierda mundial, entre ellos conocidos intelectuales de que el ERP era justamente una organización militarista, aventurera e incluso de estar “infiltrada por el enemigo”. Durante varios meses se desató una guerra a muerte entre los miembros del ERP y la RN.

Ya en 1973, de El Grupo se habían separado importantes cuadros políticos, entre ellos el doctor Fabio Castillo Figueroa y Francisco Jovel, quienes fundaron la Organización Revolucionaria de los Trabajadores, que en 1979, adoptó el nombre de Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos. PRTC.

Cada una de estas tres organizaciones, que se autoproclamaban de nueva izquierda creó sus propias estructuras armadas y sus propios frentes de masas. Por tal razón, la historia de la revolución salvadoreña se pierde a veces en un mar de letras y diversas organizaciones.

Lo cierto es que a finales de la década de los Setenta, había en el país cinco organizaciones guerrilleras con sus respectivos frentes de masas que, tras el triunfo de los andinistas y la caótica situación interna, tenderían a unirse en un solo frente de lucha. Vale apuntar que la última organización en dar el salto a la lucha armada fue el Partido Comunista.

Alentados por el ejemplo de la unidad entre las tres tendencias del Frente Sandinista y las presiones de Fidel Castro, las cinco organizaciones guerrilleras se unieron, por fin, y fundaron, en octubre de 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Los aparatos político-militares más poderosos dentro de esa unidad eran las FPL y el ERP, ambos representantes de dos visiones de izquierda que en el fondo tenían tantas coincidencias como diferencias.

La presión de la guerra, sin embargo, acentuó las coincidencias y atenuó las diferencias pero no las eliminó. Tras los acuerdos de paz, se produjo el efecto contrario. Se acentuaron las diferencias y se atenuaron a tal punto las coincidencias que prácticamente desaparecieron. Podría decirse, que luego de un vertiginoso proceso lleno de intrigas y traiciones, el ERP, la RN y el PRTC surgidas de El Grupo, colapsaron. EL FMLN quedó totalmente en manos del PCS y las FPL.

El Salvador: Nuevos grupos del poder (2006)

El Salvador: Nuevos grupos del poder (2006)
La Redacción
27 de febrero de 2006
Prisma Internacional
San Salvador, 27 de febrero (apro) – En los últimos 35 años los hombres del poder económico en El Salvador se han transformado: de terratenientes agro exportadores se han convertido en potentados financieros
La riqueza en El Salvador se ha reconcentrado en pocas manos, hecho sin precedentes en la historia de este país y de la región centroamericana De 14 familias oligárquicas en el siglo pasado, ahora el capital está distribuido en ocho poderos grupos empresariales
Antes de que iniciara la guerra civil en 1980 la economía salvadoreña giraba alrededor de tres productos agrícolas: el café –que predominaba–, la azúcar de caña y el algodón Éstos definían la vida en este pequeño país que entonces tenía una población que no superaba los 3 millones de habitantes
En la actualidad, la agricultura está prácticamente perdida, los bancos y grandes centros comerciales se levantan donde antes florecían los cafetales La población de El Salvador es ahora de 67 millones de habitantes, pero 25 millones residen en Estados Unidos, y desde allá envían cantidades tan inmensas de dinero que el dólar logró sustituir la moneda nacional, el Colón De hecho, las remesas se han convertido en la fuente más importante –y en permanente crecimiento– de ingresos en divisas internacionales
El grupo de los ocho
Alfonso Goitia, destacado economista y académico boliviano residente en El Salvador, ha realizado una investigación, en conjunto con otros profesionales de su gremio, acerca de la transformación que han sufrido los grupos de poder en El Salvador y que en un sentido simplificado podría decirse que de 14 familias oligárquicas que predominaron durante el siglo pasado, en la actualidad se han convertido en ocho grupos empresariales, muchos de ellos herederos de los clanes cafetaleros
“Hemos hecho una investigación relacionada a los grupos de poder en El Salvador Tratamos de descifrar cómo las políticas económicas establecidas a lo largo de los últimos 16 años –que coinciden con el gobierno de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena)– en los que se ha impulsado el llamado Consenso de Washington o neoliberalismo, mismo que ha propiciado un proceso de reconcentración del capital, lo que genera una dinámica de desigualdad, pobreza y exclusión social”, apunta Goitia
Explica que durante la guerra civil las familias oligárquicas habían perdido peso, no sólo por la contienda bélica, sino por reformas tales como la agraria, la estatización de la banca y del comercio exterior
Goitia dice que en la investigación se ubica en la actualidad a las principales empresas salvadoreñas alrededor de las estructuras financieras A partir de 1989, con la llegada de Alfredo Cristiani al poder se iniciaron las negaciones de paz con la guerrilla, las que culminaron con la firma de los Acuerdos de Chapultepec en 1992 En ese periodo se reprivatizó la banca y el comercio exterior, y comenzó un proceso, que aún no culmina, de privatizaciones de los servicios del Estado, así como una intensa apertura comercial
Intereses de familia
En la actualidad, la economía de El Salvador está dominada por ocho grupos empresariales: Cuscatlán, Banagrícola, Banco Salvadoreño, Banco de Comercio, Agrisal, Grupo Poma, Grupo de Sola y Grupo Hill Cada uno está relacionado con inversiones financieras, comerciales, agroindustriales y de la construcción
Por ejemplo, el Grupo Cuscatlán, que tiene al expresidente Cristiani como uno de sus principales accionistas, domina el sistema financiero local, junto con el Grupo Banagrícola y el Grupo Simán (dueños del Banco Salvadoreño)
“Para que se tenga una idea de su poder, en la investigación se ha detectado que los activos de los cinco primeros grupos empresariales son superiores al Producto Interno Bruto (PIB) local”, asegura Goitia
El actual Grupo Cuscatlán, es dominado por tres familias: Cristiani, Llach y Hill El Banagrícola, por las familias Dueñas, Kriete, Palomo Déneke y Araujo Eserski El Grupo Simán, por el conjunto de familias de origen árabe, como Simán, Zablah y Salume Todas estos apellidos coinciden con las familias de lo que fue la oligarquía cafetalera
“Como estrategias empresariales estos grupos financieros han hecho alianzas con capitales extranjeros también poderosos: por ejemplo, el grupo Taca, de aviación, donde domina la familia Kriete, ha hecho alianzas empresariales con el grupo Carso, del magnate mexicano Carlos Slim El Grupo Poma, que domina en los grandes centros comerciales, también ha hecho alianzas con Slim”, cuenta Goitia,
Revela, también que los bancos Cuscatlán, Agrícola y Salvadoreño, ya no son salvadoreños, sino que tienen establecidos sus holdings en Panamá, además de haberse regionalizado en Centroamérica, y hacen esfuerzos por llegar al Caribe “Se trata de experiencias o fenómenos sin precedentes en El Salvador y en Centroamérica, y quizás en Latinoamérica”, acota Goitia
“Es una estrategia empresarial para dominar localmente a través de bancos extranjeros, a los que los amparan ahora leyes internacionales que entrarían con mayor fuerza después de entrar en vigor el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (CAFTA, por sus siglas en inglés) Es decir, los estados prácticamente entrarían en indefensión frente a estas trasnacionales”, advierte el investigador
Democracia afectada
“El hecho de que cinco grupos empresariales tengan activos comparados al Producto Interno Bruto (PIB) local, significa que pueden tener el control del diseño de las políticas económicas de este país y de la política del Estado Además, pueden influir de tal forma para evitar cualquier posibilidad de acceso al poder de partidos que no les beneficien, así como la capacidad para desestabilizar la economía nacional”, advierte Goitia
“La diferencia entre esta realidad de El Salvador con el resto de Latinoamérica o de Europa, o del mismo Estados Unidos, reside en que en estos países los grupos económicos están interesados en preservar sus intereses a largo plazo y para ello apoyan los procesos democráticos internos”, señala
“En El Salvador –agrega– los grandes grupos empresariales controlan al partido de gobierno, incluso en el seno de su institucionalidad Sus altos representantes han estado en la cúpula partidaria
“Toda esta situación ha provocado falta de desarrollo económico y social, en contraste al crecimiento de estos grupos de poder Si esto continúa, lo que le espera a El Salvador es una dinámica de mayor polarización y de confrontación La gente emigra con mayor intensidad (a razón de 700 salvadoreños buscan diariamente llegar hacia Estados Unidos) Es decir, si no cambiamos la orientación de las políticas económicas, estaremos potenciando y construyendo un marco de grave conflictividad futura e inestabilidad política”