Los jaguares de Chalchuapa y la civilización maya

Los jaguares de Chalchuapa y la civilización maya
Federico Paredes Umaña
El Faro / Publicado el 15 de Abril de 2013

Los recientes hallazgos arqueológicos en Chalchuapa a cargo del Dr. Ito, el Lic. Shibata y el Lic. Alvarado aportan nuevos e interesantes datos al escaso conocimiento que tenemos sobre las sociedades prehispánicas que habitaron el occidente de El Salvador hace unos 23 siglos.

Los dos monumentos tallados en piedra reportados por dicho proyecto pertenecen a una tradición escultórica que llamaremos “Cabezas de Jaguar” y que según mis investigaciones se distribuye en los actuales departamentos de Ahuachapán, Sonsonate y Santa Ana.

Desde el año 2006 que inicié mis investigaciones sobre monumentos esculpidos de la época prehispánica del sureste de Mesoamérica, he podido registrar 50 esculturas de dicha tradición. Estos monumentos y sus creadores son el tema central del presente escrito. Parte de esta información la he difundido ya en trabajos académicos, así como en foros profesionales de arqueología en El Salvador, Guatemala, México, Canadá y Estados Unidos y forman parte de mi tesis doctoral por la universidad de Pennsylvania (2012). Recientemente he puesto a disposición del público general el sitio web www.cabezasdejaguar.com.

Contribuciones al surgimiento de la civilización maya

Sabemos que los antiguos pobladores de estas regiones crearon y usaron estos monumentos de piedra algunos cientos de años antes de la terrible erupción volcánica de Ilopango que se produjo entre los siglos IV y VI. Así lo demuestran los trabajos arqueológicos de Robert Sharer, realizados en Chalchuapa en los años 60´s. Mis propios trabajos al frente del Proyecto Arqueológico Ataco (2009-2011) demuestran que los primeros ejemplos de esta tradición están asociados al surgimiento de la civilización Maya en el sureste de Mesoamérica, y poco tienen que ver con el llamado horizonte Olmeca, por ser este mucho más antiguo (1200-400 AC). Mis investigaciones me permiten señalar que las cabezas de jaguar más antiguas reportadas a la fecha fueron talladas en el periodo Preclásico Tardío, es decir entre el 300 AC y el 250 DC. Sin embargo, la tradición bien puede ser mucho más longeva. De hecho los datos de mis investigaciones en Ataco señalan que hacia el año 1000 DC, tres de estos monumentos, originalmente tallados durante el periodo Preclásico fueron objeto de culto y veneración. A pesar de este dato bien documentado, la relación de las cabezas de jaguar con la arqueología de los grupos Nahuas en El Salvador es todavía difícil de establecer. Por lo antes expuesto, lo más adecuado es señalar que las cabezas de jaguar son una innovación local del sureste de Mesoamérica (actuales territorios del occidente de El Salvador) durante la gestación de la civilización Maya.

¿Que nos dicen los monumentos de piedra prehispánicos?

Los monumentos en piedra nos hablan de la historia y los procesos sociales que ocurrieron en los territorios del actual occidente salvadoreño muchos siglos antes de que existiera la república. Nos hablan de sociedades que alcanzaron desarrollos sofisticados y comparables con otras regiones del planeta tierra en donde la vida social tomó formas organizadas. La arqueología del occidente de El Salvador nos permite conocer los restos materiales de grupos humanos con clases sociales muy bien diferenciadas hacia el año 200 AC. En esta época, el poder de los gobernantes era retratado en piedra y a estos retratos se sumaban anotaciones calendáricas, escritura jeroglífica y retratos de los mismos gobernantes ya sea de pie durante un rito público o sentados sobre tronos. Así lo demuestran las estelas talladas con retratos de gobernantes en diferentes sitios arqueológicos de Mesoamérica. Dos monumentos de estas características han sido localizados al este del Río Paz, uno en Chalchuapa y otro en Ataco. En el caso de las cabezas de jaguar, sostengo que dichos monumentos son testimonio de las prácticas mágico religiosas de las sociedades que las crearon y que estas fueron usadas para apuntalar el poder de los gobernantes. Esta conclusión se deriva de que las cabezas de jaguar se usaron en asociación a las estelas talladas con los retratos de gobernantes. Las estelas talladas representan el retrato de gobernantes, un cargo de carácter hereditario que se confiere a los líderes políticos de diversos núcleos poblacionales en el sureste mesoamericano en los albores de la civilización maya.

Los monumentos de la tradición cabeza de jaguar se usaron en grupos de tres. Así lo demuestran los hallazgos en Ataco, Ahuachapán y en Tapalshucut, Izalco. El Museo Nacional de Antropología en San Salvador resguarda 15 de estos monumentos, el resto se encuentra en propiedades municipales y en colecciones particulares. Las condiciones de conservación de estas piezas varía dependiendo de muchos factores, pero ese tema amerita un artículo por separado.

El peso de un nombre

Estos monumentos fueron llamados “jaguares estilizados” a principios del siglo XX, particularmente en dos publicaciones de arqueólogos norteamericanos, uno en 1915 y otro en 1940, de estos escritos se desprende la asociación del jaguar con el estilo en cuestión. También hay que decir que durente aquellos años, muchos de los elementos zoomorfos del arte indígena de las Américas se interpretaban como felinos y particularmente como jaguares. El hecho histórico es que casi todas las referencias a estos monumentos en la literatura posterior fueron cimentando la idea de que se trataba de jaguares.

A pesar del peso del nombre, es necesario aclarar que este solo debe orientarnos para identificar el estilo como tal, y no debe pesar en la búsqueda del antiguo significado de los monumentos. También sugiero que las proporciones del rostro son semejantes al rostro humano, por lo tanto son representaciones zoo-antropomorfas que conjugan elementos de la anatomía humana con elementos de felinos, aves y reptiles entre otros. La posibilidad de que también incorporen atributos de mamíferos voladores, como lo han propuesto los investigadores japoneses resulta interesante.

El occidente de El Salvador y el sureste de Mesoamérica en el periodo Preclásico.

En la vertiente del Pacífico existen al menos 9 entidades políticas que cuentan con evidencia de estelas talladas durante el periodo Preclásico (400 AC-250 DC). Estas entidades son: Izapa, El Jobo, Takalik Abaj, Chocolá, El Baúl/Bilbao, Kaminaljuyú, El Portón, Chalchuapa y Ataco. Estos centros de gran importancia regional se pueden interpretar como ciudades estado, con influencia política sobre sus vecinos más pequeños y con niveles de autonomía y competencia entre ellos. En una escala más local, existen todavía muchas preguntas que formular y responder, por ejemplo una que atañe a la relación entre los gobernantes de Chalchuapa y los de Ataco. Si bien no tenemos suficientes elementos aun para contestar esta interrogante, podemos decir que ambos centros utilizaron estelas talladas y cabezas de jaguar como monumentos públicos. La naturaleza de sus relaciones políticas es un tema sumamente interesante, pero todavía difícil de conocer. Nuevas investigaciones dirigidas a esclarecer estos aspectos resultarían de gran utilidad.

Para referirme a lo relevante que es la arqueología del occidente salvadoreño en el estudio de las antiguas dinámicas regionales del sureste mesoamericano del periodo preclásico, he acuñado el término “zona nuclear de las cabezas de jaguar”. Con este calificativo me refiero a una región de unos 3000km2 localizada al este del Río Paz que incluye zonas costeras, montañas, volcanes y fértiles valles, y que se caracteriza por concentrar los hallazgos de monumentos de la tradición cabeza de jaguar en asociación con otros monumentos tallados en piedra, que son: a) Estelas Talladas b) Estelas Lisas y c) Barrigones.

A manera de cierre

La zona nuclear de las cabeza de jaguar en el sureste de Mesoamérica es una propuesta original que permite la exploración de símbolos locales y dinámicas regionales como procesos complementarios en la formación de sociedades complejas tempranas. El estudio de varias tradiciones escultóricas es usado para iluminar la vida social durante el Preclásico Tardío (ca. 300 ac-250 dc). La zona nuclear está definida por la distribución geográfica de una tradición monumental identificada por Francis Richardson en su artículo de 1940: Escultura Monumental No Maya de América Central.

La tradición escultórica cabeza de Jaguar consiste en rostros estilizados tallados en bulto, distribuidos principalmente en el actual territorio del occidente salvadoreño. Dicha región abarca un área de aproximadamente 3000 km2 al este del Río Paz. A la luz de nuevas evidencias, se propone como una representación de actividades de índole mágico religioso, descritas por muchos autores como chamanismo. Los datos considerados muestran que se asocia con la centralización del poder político en un escenario regional de estados teocráticos o estados arcaicos emergentes. Mi investigación pone de relieve las estrategias de los gobernantes para apuntalar su poder y describe cómo la escultura monumental fue parte de dichas estrategias. Junto al surgimiento de las capitales regionales en el Sureste de Mesoamérica ocurre la institucionalización de los sistemas de creencias. La zona nuclear de las cabezas de jaguar representa la oportunidad para documentar procesos locales de evolución sociopolítica en el sureste mesoamericano durante los inicios de la civilización Maya.

*El autor es arqueòlogo salvadoreño y Becario del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los nuevos símbolos y rituales del enfrentamiento político en El Salvador

Los nuevos símbolos y rituales del enfrentamiento político en El Salvador
Roberto Pineda 8 de marzo de 2015

El duelo Bukele-dAubuisson determinará política salvadoreña hasta el 2019

A partir del 1 de marzo las gestiones y proyectos municipales de San Salvador y Santa Tecla, con sus respectivas figuras: Nayib Bukele y Roberto dAubuisson encarnan el enfrentamiento histórico entre dos proyectos sociales que se disputan el rumbo del país desde hace ochenta y cinco años, desde1930. Ambas ciudades tienen una profunda carga simbólica: la capital ha sido por décadas el reducto principal de las fuerzas de izquierda mientras que Santa Tecla es fundada en 1854 por la oligarquía cafetalera y su matriz conservadora.

Los ojos de amigos y enemigos estarán puestos en los rostros, los símbolos y rituales de estos dos jóvenes, ambos descendientes de inmigrantes, Nayib de origen árabe y Roberto de origen francés. Sus gestiones en los campos de la seguridad, el empleo y la calidad de vida estarán observados y serán calificaciones que les permitirán ya sea competir o retirarse de las presidenciales del 2019. Y para esta tarea tendrán tres años al frente de sus respectivas alcaldías.

Y es que el escenario principal de la lucha política electoral tiene diversos componentes. Uno de estos es el Ejecutivo que determina la política económica, las relaciones internacionales y la política social. Generalmente es el escenario principal del enfrentamiento social entre elección y elección. Pero no siempre es así. Y en este caso no será así.

Otro escenario es el Legislativo, donde concurren las principales fuerzas políticas y es el espacio para las alianzas y los debates. Otro es el Judicial, en nuestro caso con una presencia pública muy destacada a través de la Sala de lo Constitucional. Y coyunturalmente incluso el TSE (lo Electoral) puede como en la actualidad ocupar el espacio principal. Raramente lo son las Alcaldías (lo Municipal). Y el escenario lo pueden ocupar también las fuerzas sociales, los capitalistas (Empresarios) o el Movimiento Popular.

Durante los cuatro gobiernos de ARENA del 1989 al 2009 (Cristiani, Calderón Sol, Flores y Saca) el Ejecutivo fue el escenario principal de disputa. Era una disputa entre los intereses de la oligarquía y sus gobiernos y los de los sectores populares. Durante el primer gobierno del FMLN (Funes) se repite la tendencia pero esta vez es por primera vez en la historia, un enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Oligarquía.

Durante el segundo gobierno del FMLN (Sánchez), que no ha cumplido todavía un año, el enfrentamiento se diluye y se orienta hacia la colaboración, y lo Legislativo pasa a ocupar un papel predominante. Pero en política los vacíos se llenan, y son precisamente los alcaldes electos Bukele y dAubuisson los que le darán seguimiento a esta disputa histórica no resuelta, desplazando a los otros componentes y sus personajes a jugar un papel secundario. Y en este marco, al movimiento popular le corresponde garantizar que la gestión de Bukele sea exitosa, pero sin sacrificar sus intereses.

Por otra parte, tanto la candidatura y presidencia de Funes (2009-2014) como la candidatura y futura gestión edilicia de Bukele obedecen a una amplia alianza entre las fuerzas revolucionarias, en este caso el FMLN, y distintas fuerzas democráticas, originadas en la burguesía no oligárquica de signo árabe. Es esta alianza política, social e incluso económica, la que ha permitido la derrota de la oligarquía y lograr la hasta hoy neutralidad del imperio.

Bukele es la última expresión de una ya larga tradición de acuerdos entre estos dos sectores, que tuvo su inicio en las jornadas populares de abril y mayo de 1944, en la lucha contra el dictador Martínez, y se manifestó como alianza entre el PUD y la UNT. Lamentablemente en 1932 esta alianza no pudo cuajar y eso es uno de los factores que explica la derrota de ese esfuerzo tanto electoral como insurreccional.

Los laberintos del Tribunal Supremo Electoral

La organización de estas elecciones ha sido un rotundo fracaso. Y este es un hecho evidente. Y los que dirigen desde el TSE este esfuerzo deben asumir la responsabilidad y no seguir buscando evadir este vergonzoso bulto. En definitivo lo que la población espera es resultados firmes y a tiempo., no justificaciones ridículas.

Cualquier esfuerzo por parte de los partidos políticos por disminuir o tratar de disimular este fracaso únicamente contribuye a generar mayor incertidumbre y desgaste político a quienes lo están intentando. En definitiva, la opinión pública ha presenciado los hechos y puede interpretar y juzgar y ya lo está haciendo.

La experiencia enseña que no basta con poseer un título académico para administrar un proceso con la complejidad del actual sistema electoral salvadoreño. Se necesita también humildad y capacidad de reconocer errores junto con una voluntad inequívoca por corregirlos.

La actual situación de conteo de votos obliga a agilizar la tarea pendiente de separar en el TSE las actividades jurisdiccionales de las administrativas y poder así continuar con el proceso de modernización que vive el sistema electoral y el sistema de partidos políticos, en el marco de esta democracia representativa contrainsurgente que nos legaron nuestros próceres constitucionalistas de 1983.

El nuevo mapa político salvadoreño

No poseemos resultados oficiales y posiblemente estos tardaran en llegar. No obstante esto, a partir de valoraciones de los distintos partidos podemos ya hacernos una idea de las modificaciones en la correlación de fuerzas a nivel de las tres canchas donde se jugó este partido: la del Parlacen, las legislativas y las municipales. Intentaremos una aproximación a los resultados electorales, tomando como base datos proporcionados por el matutino La Prensa Gráfica.

La llave legislativa ha cambiado de mano. Un primer probable resultado es la perdida por parte de la coalición FMLN- GANA de la mayoría simple de 43 diputados en la Asamblea Legislativa. Esto le anuncia serios problemas al segundo gobierno del FMLN para lograr la aprobación de proyectos estratégicos pero además incide en el nombramiento de funcionarios de segundo nivel. El FMLN o en su caso el Gobierno se verá obligado a negociar directamente con ARENA para poder desentrampar.

Hay una sociedad políticamente dividida. Un segundo resultado es la constatación que los partidos FMLN y ARENA reflejan los anhelos de la mayoría de salvadoreños. Son dos proyectos históricos en disputa, que no pudieron resolver el conflicto por la vía armada y hoy lo continúan por la vía electoral. Esto explica los estrechos márgenes de victoria en las ciudades principales., los cuales viene a poner en ridículo a encuestas como las de la UCA y la UTEC que sugerían amplias mayorías para el FMLN.

Y el tercer gran resultado y quizás el más significativo es la emergencia de una nueva generación que está realizando el relevo de la generación que condujo la guerra. Es un proceso aún no concluido pero si iniciado y la fuerza que logre ponerse a la delantera tendrá muchas ventajas hacia futuro. Esto es más evidente a nivel municipal que legislativo, y más evidente en ARENA que en el FMLN.

Un cuarto resultado es el derrumbe de patriarcas locales, como es el caso de la derrota de Will Zalgado en San Miguel luego de 15 años de predominio; y del FMLN en Santa Ana y Santa Tecla luego de 18 años en ambas ciudades mantener la plaza. Un quinto resultado es que el mapa político se pinta tricolor en el occidente del país y rojo en el oriente.

PARLACEN

El equilibrio estratégico entre FMLN y ARENA se mantiene. Ambos probablemente ingresaran ocho diputados por partido de un total de veinte. El PARLACEN es la apuesta clave por la integración regional.

ASAMBLEA LEGISLATIVA

El equilibrio estratégico entre FMLN y ARENA se mantiene. Según LPG del 5 de marzo la proyección legislativa comprende 29 diputados para el FMLN, 31 para ARENA, 8 para GANA, 7 para el PCN, y 8 en disputa dependiendo del voto cruzado, para alcanzar los 84. En San Salvador había en juego 24 diputados. De los cuales según LPG 9 corresponde a ARENA, 9 al FMLN, 1 a GANA, 1 al PCN, 1 al PDC y 3 se encuentran en disputa determinados por el voto cruzado.

Entre los más votados por ARENA se encuentra el actual Alcalde de San Salvador, Norman Quijano, y los actuales diputados Ana Vilma de Escobar y David Reyes. Por parte del FMLN, los actuales diputados Norma Guevara, Nidia Díaz y Medardo González. En el Occidente del país según LPG ARENA obtiene 7 diputados, el FMLN 5, GANA 2, PCN 2. En el Oriente el FMLN obtiene 7 diputados, ARENA 6, GANA 4.

Al hacer una comparación del número de diputados por partido, en las últimas votaciones legislativas, vuelve a comprobarse la situación de equilibrio estratégico determinado a la vez por el encaje electoral vigente, la modalidad de representación proporcional. Presentamos una gráfica que abarca los últimos treinta años.

Años/ partidos 1978 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009 2012 2015
FMLN X X X X X 21 27 31 31 33 35 31 31
ARENA X 19 13 30 39 39 28 29 27 34 32 33 33
GANA X X X X X X X X X X X 11 11
PCN 54* 14 12 7 9 4 10 14 16 10 11 7 7
PDC X 24 33 23 26 18 11 5 5 2 5 1 1
CD X X X X 8 5 2 1 1

*PCN Compitió con el derechista y ganó las 54 diputaciones de la época. PPS denunció fraude.

ALCALDIAS

El equilibrio estratégico entre FMLN y ARENA se mantiene. ARENA alega haber ganado 133 alcaldías y el FMLN 86. El FMLN conquista la joya de la corona, San Salvador así como San Miguel. ARENA le arrebata al FMLN Santa Ana y Santa Tecla.

Años/partidos 2006 2009 2012 2015
San Salvador FMLN ARENA ARENA FMLN
Santa Tecla FMLN FMLN FMLN ARENA
Santa Ana FMLN FMLN FMLN ARENA
San Miguel PDCGANA GANA FMLN

La elección de Citi: El quinto banco de España al quinto lugar del ranking bancario salvadoreño

Hay una elección que está pendiente en el calendario bancario salvadoreño pero que no será decidida por la población sino por los intereses corporativos del banco estadounidense Citi: la elección de a quien vender. Es probable que ya se haya realizado pero aun no conocernos el resultado. Si la información brindada por el secretario técnico de la presidencia es correcta será el español Banco Popular el favorecido con la compra del banco estadounidense Citi en El Salvador y Centro América. En fin, regresan los europeos.

Publican libro de Roberto Pineda sobre las Voces de la Memoria Rebelde

Publican libro de Roberto Pineda sobre las Voces de la Memoria Rebelde

SAN SALVADOR, 3 de marzo de 2015 (SIEP) “El Salvador: las Voces de la Memoria rebelde es el título del nuevo libro del periodista Roberto Pineda, publicado en esta ciudad por Ediciones Prometeo Liberado. La edición consta de mil ejemplares y su precio es de ocho dólares por ejemplar.

El autor informó que “este libro consiste en 23 entrevistas a revolucionarios y revolucionarias salvadoreños, realizadas por el Servicio Informativo Ecuménico y Popular (SIEP) entre los años 2004 al 2009. Es el primer tomo de una serie orientada a rescatar las voces de la memoria rebelde de nuestro pueblo.”

Añadió que “en este primer tomo aparecen entrevistas a Dagoberto Gutiérrez, Schafik Handal, Matilde Elena López, Fabio Castillo Figueroa, Blas Escamilla, Andrés Menjivar, Sihuat Tutut (Teresa Escamilla), Raúl Farfán, Jorge Federico Baires, Berta Deras, Domingo Santacruz, Víctor Gregorio Rivera, Consuelo Acosta, Julia Ramirios, Carlos Marin, Américo Duran, Julio Mendoza, Ernesto Alemán, Tula Alvarenga, Ángel Membreño, Hipolito Calles, Alfredo Acosta Díaz y José Napoleón Rodríguez Ruiz.”

Indicó el director de SIEP que “cada una de estas entrevistas refleja diversos aspectos de las luchas revolucionarias en las que participaron a aún participan. Entrevistar a cada uno de estos personajes fue para mí una valiosa oportunidad para ampliar la información referente a sucesos políticos que el tiempo va borrando. Agradezco a cada uno de ellas y ellas por su tiempo y paciencia.”

Concluyó Pineda afirmando que “la palabra de nuestros compañeros y compañeras nos sigue convocando a la lucha por la paz, por la democracia, por la justicia y por el socialismo, y nos enseña que los proceso revolucionarios pueden paralizarse o debilitarse, pero que siempre, como enseñaba Mao, como principio histórico, “donde hay opresión, hay resistencia.”

Poder popular y elecciones salvadoreñas 2015

Poder popular y elecciones salvadoreñas 2015
Roberto Pineda San Salvador, 3 de marzo de 2015

La batalla electoral 2015 que incluyó concejos municipales, Asamblea Legislativa y Parlacen ha concluido y es preciso hacer un balance de avances y retrocesos, de ciudades conquistadas y perdidas, de bajas propias y del enemigo, de victorias y derrotas, de errores y aciertos.
Esta batalla electoral es la continuación de la disputa histórica entre dos proyectos sociales: el oligárquico y el popular-revolucionario. Expresa la nueva correlación de fuerzas abierta a partir de la conquista del gobierno en 2009. Refleja el nivel organizativo y de conducción política del FMLN y su correspondencia con las necesidades y anhelos de los sectores populares. Y por otra parte, simboliza el grado de aceptación popular del discurso mediático de la derecha política y empresarial. A partir de estas premisas y desde un espíritu siempre subversivo, hacemos estas reflexiones preliminares, abordamos diversos aspectos de la coyuntura, y planteamos algunos escenarios de futuro.
Pocos asistentes a la fiesta cívica
El hecho que la mitad de la población electoral haya decidido quedarse en sus casas el domingo 1 de marzo y haya dado la espalda al llamado a asistir a las urnas, en un segundo gobierno de izquierda, es un hecho político digno de una profunda reflexión. Se requiere profundizar al respecto. Pueden existir diversas lecturas no necesariamente alternativas y probablemente complementarias.
La lectura más preocupante nos indicaría que la mitad de la “población electoral” no se siente representada y rechaza este sistema político. Otra lectura nos indicaría que hay un voto de castigo para todos los partidos por el tipo de campaña y esto es positivo. Y aún otra lectura nos indicaría que la gente fue atemorizada por las supuestas dificultades del voto cruzado y que ambos partidos confiaron más en el enfrentamiento de sus aparatos electorales y sus “votos duros”.
La campaña electoral
Una campaña electoral tiene tanto el componente formal como el de contenido. A la derecha sea esta ARENA, GANA, PCN, PDC o DS, le interesa fortalecer el elemento formal y reducir el elemento de contenido. A la izquierda sea esta FMLN, CD o PSD le debería interesar el convertir cada evento electoral en una grandiosa escuela de educación política en el que el debate, la discusión de propuestas y la participación popular fuera lo esencial.
El color de los calcetines o el tipo de peinado del candidato no deberían convertirse en el tema central de la campaña. Y lamentablemente derecha e izquierda en esta campaña obviaron lo sustancial y se concentraron en el marketing político. En el problema de la imagen. Y es importante reflexionar sobre el tipo de imágenes que estamos proyectando, porque si el perfil del empresario exitoso se convierte en la izquierda en el paradigma a seguir, terminaremos votando por los grandes banqueros colombianos o admirando a los millonarios Bill Gates o al mexicano Carlos Slim. Y al final de la noche electoral todos los gatos serán pardos.
Los datos electorales
El equilibrio estratégico entre el FMLN y ARENA sigue predominando. Y se manifiesta en los siguientes casos: San Salvador y Santa Tecla. Mejicanos y Soyapango versus Ilopango y Apopa. Y San Miguel y Santa Ana. San Salvador, la joya de la corona le corresponde a la izquierda. La población capitalina, la cual posee el mayor nivel político del país, le concede al FMLN una nueva oportunidad para conducirla. Ya habíamos estado antes y fuimos castigados por no poder gobernarla adecuadamente.
Pero el hecho es que hay una segunda oportunidad. Y ojala que Nayib gobierne desde abajo, con la gente, porque los problemas que enfrentaremos como izquierda son múltiples y complejos: la inseguridad, el desempleo, el transporte y sume y siga. Y por otra parte ARENA le arrebata al FMLN la simbólica ciudad de Santa Tecla. Nayib y DAubuisson representan parte del relevo generacional tanto de la izquierda como de la derecha. Sus gestiones reflejaran estos dos proyectos históricos en disputa. Habrá que observarlos detenidamente.
Pero en el caso de Nayib es un fichaje que se hace a partir del sector empresarial árabe, no de la militancia histórica del FMLN. Y esto tiene ventajas y desventajas. Es ventajoso su estilo desenfadado que atrae a la juventud, pero se podría volver una desventaja su estilo irreverente de cara a una dirección partidaria que premia la disciplina y la obediencia. Ya sucedió con el expresidente Funes y podría suceder de nuevo con Nayib. La derecha estará pendiente para sobredimensionar este aspecto.
Estas dos victorias plantean con claridad la situación de equilibrio estratégico existente, que solo podrá ser superado desde la izquierda a través de la participación del movimiento popular y su respectivo poder. O desde la derecha por medio de una mayor coordinación entre el sector oligárquico y su instrumento político.
Por otra parte a nivel metropolitano el FMLN recupera Soyapango y Mejicanos, pero ARENA mantiene Ilopango y Apopa. Asimismo, el poderío organizativo del FMLN le arrebata a su aliado GANA la ciudad de San Miguel, que parecía ya un patrimonio intocable de la familia Zalgado que lo mantuvo por 15 años. Es una victoria significativa pero es asimismo significativa la pérdida de Santa Ana a manos de la alianza ARENA-PDC. Una de cal y otra de arena.
ARENA logra ocho cabeceras departamentales: Santa Ana, Sonsonate (pierde Ahuachapan a manos del PCN) ; Santa Tecla, Chalatenango, San Vicente, Sensuntepeque y Cojutepeque, y La Unión. El FMLN logra tres: San Salvador, San Miguel y Zacatecoluca. GANA logra dos: Usulutan y Gotera. PCN logra una: Ahuachapan.
Al conocerse datos sobre diputados podremos apreciar como este equilibrio estratégico se manifiesta, y como incidirá en términos de mayoría simple y calificada. Es escandaloso que hayan pasado 48 horas y no tengamos datos precisos y que sean los candidatos perdedores los que hayan permitido conocer de resultados electorales. Lo mínimo sería exigir la renuncia de los actuales magistrados del TSE por ineptos.
El voto cruzado
Cada una de las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia constituyen hechos que pueden profundizar el proceso democrático. Es un grave error político el rechazo permanente a sus resoluciones. Y la gente pasa factura por esta actitud. La izquierda política y en particular el FMLN como su expresión máxima aunque no única, están en la obligación de contar con dirigentes políticos que por su compromiso con las causas populares, gocen de la admiración y el respaldo de los sectores populares.
Así fue en el pasado y así debe ser siempre. No puede existir temor. La gente reconoce a sus líderes. Y la gente también observa cómo estos viven, y donde viven. Y la gente sabiamente rechaza la prepotencia y el oportunismo, en el caso que existiera. El estilo de GANA no puede convertirse para la izquierda en el modelo a seguir.
El equilibrio estratégico
Se equivocan los que sueñan con un colapso inminente de ARENA. La derecha política y su expresión máxima han salido fortalecidos de esta elección, no obstante haber perdido la joya de la corona, San Salvador. Es un hecho que ARENA avanza en su renovación: está modificando elementos negativos de su matriz ideológica, como lo relativo a Monseñor Romero, y está dando paso al relevo generacional.
En el caso del FMLN, y en particular en lo relacionado con el relevo generacional, es un problema pendiente. No podemos partir de premisas falsas. El esfuerzo por romper el equilibrio estratégico a favor de la izquierda continua siendo el aspecto principal del periodo, la tarea principal. Y aunque se tiene el gobierno, no se tiene el poder.
Gobernar desde arriba y la construcción de poder popular
Durante estos seis años de gobierno de la izquierda no se han creado las condiciones para el desarrollo del poder popular. Y este es un problema ideológico y de conducción política. Existe el temor que la organización social por su amplitud rebase al partido político. Y esto conduce a gobernar bajo el estilo programado desde el sistema, en el cual se privilegia el compromiso por encima de la lucha. Y se privilegia la relación con el imperio por encima de la relación con los países del sur.
Y la estabilidad política se transforma en un fin que bloquea el desarrollo de la lucha. Y como resultado de esto el poder popular se debilita. Y está debilitado. La gente vota por la izquierda y espera que el gobierno le resuelva sus problemas. Y de esta forma se promueve una actitud conformista y clientelar, diferente y opuesta a la construcción de poder popular.
Entendemos el poder popular como una situación en la cual los sectores trabajadores de la ciudad y del campo están organizados, poseen un alto nivel político y se movilizan por la conquista de su necesidades inmediatas y futuras, que incluye su incidencia política, en la profundización de la democracia y la lucha por el socialismo.
El poder popular participa pero a la vez rebasa los concursos electorales. No está sometido a las leyes de la democracia representativa del sistema. Fue precisamente este poder popular, que asumió una expresión militar el que logró la derrota de la dictadura militar. Hoy hay una expresión electoral de este poder que no logra romper el equilibrio estratégico existente con la derecha.
Escenarios de futuro
Caminamos ya izquierda y derecha hacia el 2019. Es un hecho que la mirada recae en el horizonte del 2019. La izquierda buscara un tercer periodo y la derecha la restauración oligárquica. Tres escenarios: de avance, de estancamiento y de retroceso. El concepto de avance estaría determinado por el fortalecimiento del poder popular expresado como consolidación tanto de la izquierda política y cambio en sus estilos de gobierno, como de las luchas de los sectores populares y de la coordinación entre ambas.
El concepto de estancamiento estaría determinado por mantener el estilo de gobierno desde arriba y confiar exclusivamente en el poderío de la maquinaria electoral para avanzar. El concepto de retroceso estaría marcado por la aparición de grietas en el instrumento político tanto por los problemas vinculados al ombligo como al enfrentar la necesidad del relevo generacional, lo cual podría ser aprovechado por la derecha para lograr la restauración oligárquica, propósito del cual no estaría ajeno los intereses del imperio y los planes de Obama de la Alianza para la Prosperidad, edición actualizada y localizada de la fracasada Alianza para el Progreso del fallecido presidente Kennedy.-

Antecedentes y actualidad de la burguesía comercial salvadoreña

Antecedentes y actualidad de la burguesía comercial salvadoreña
Roberto Pineda San Salvador, 27 de febrero de 2015

Alrededor del comercio internacional, desde antes del siglo XVI, fecha de la invasión española, en lo que hoy es El Salvador se fue tejiendo una red de intermediarios, que haciendo uso de sus relaciones con los circuitos comerciales de la época, fueron emergiendo como sectores dominantes, hasta la actualidad en la que el núcleo empresarial Simán, de origen árabe, controla este segmento de la economía.

En este campo podemos mencionar desde los antiguos pochtecas de Tenochtitlan, pasando por los encomenderos españoles convertidos en comerciantes del cacao y del bálsamo, los comerciantes del añil y del café, los comerciantes de productos manufacturados, hasta llegar a los actuales dueños de los grandes almacenes globalizados. A continuación hacemos un breve recorrido por la evolución histórica de esta capa social de la burguesía salvadoreña y de sus principales expresiones en la actualidad.

Los pochtecas, simpáticos viajeros, comerciantes y espías

Bajo el inclemente sol o la persistente lluvia, en caminos polvorientos o interminables lodazales, marchaban afanados, los comerciantes aztecas (pochtecas) con sus productos por las veredas de las montañas, aprendiendo hábilmente el idioma de los grupos que encontraban a su paso y tomando nota minuciosa de sus riquezas.
Traían para intercambiar objetos de oro cobre, jade y obsidiana, vestimentas de plumas; tinturas; pieles de conejo y, por sobre todo, esclavos y se llevaban las plumas de los quetzales, pieles de jaguar y el sabroso cacao, junto con el trazado de los ríos. El abanico era su emblema.

Comercio y espionaje son primos inmemoriales. Eran gente de confianza del poderoso tlatoani (rey) azteca. Los macehuales (clase trabajadora) eran los que proporcionaban a los tamemes (cargadores) para los comerciantes pochtecas. Los tamemes usaban el tradicional mecapal (banda para sostener la carga).

Uno de los lugares que visitaban sin falta era la población de Chalchuapa y su laguna mágica, una plaza comercial desde hacía muchos torrenciales inviernos. En su colorido tiangue inicialmente se mezclaban los audaces mercaderes olmecas en busca de las cotizadas pieles de los jaguares y de las piedras verdes con las que se tallaban las caprichosas figuras de los dioses que vivían en los cielos. Y bajo la tierra. Y luego llegaron otros mercaderes, siempre del norte, eran los amigables pochtecas, que venían del lejano reino de Tenochtitlan.

En el siglo XVI de nuestra era, llegó una nueva invasión, esta vez del otro lado del mar. Eran los rubios conquistadores ibéricos que con sus filosas espadas impusieron el orden de la cruz y del oro. Venían en busca del estrecho dudoso, enceguecidos por el brillo del metal precioso. Y como no encontraron oro y no deseaban regresar con las manos vacías se conformaron con un pedazo de tierra en encomienda, para ellos y sus nietos.

Y los rudos conquistadores extremeños recibieron agradecidos la encomienda del catecismo y del cacao. Las oraciones había que convertirlas en espumoso chocolate que deleitara el paladar de sus compatriotas en la patria de origen. A los indígenas les correspondía la obligada tarea de cultivar la tierra para los nuevos amos. Los primeros encomenderos se convirtieron en comerciantes de cacao y de bálsamo. Y Cuscatan e Izalco fueron evangelizados, perdón, globalizados.

Y pasaron los años y surgieron nuevos hombres y mujeres, y nuevos sueños y nuevos colores. El marrón del chocolate fue cambiado por la profundidad azul del añil. Y la bebida que deleitaba la comida fue abandonada y se adoptó la hoja que teñía los huipiles y las camisas inglesas. Eran otras y urgentes las necesidades del lejano Manchester con sus fabricas humeantes. Y surgieron los obrajes donde los indígenas transformaban su sudor y sangre en pacas de índigo. Los señores de la tierra explotaban y comerciaban con la franja azul oscura del arco iris. Y en este sagrado afán hasta se volvieron rebeldes y soñaron con tener la patria criolla, para seguir vendiendo.

Y pasaron los años y surgieron nuevos hombres y mujeres, y nuevos sueños y nuevos colores. El azul oscuro del cielo de la bandera añilera fue cambiado, y de nuevo se regreso al castaño aromático, ahora con el misterioso y rentable café. Y así surgió Santa Tecla para rendir tributo a esta nueva semilla maravillosa que construía fortunas, y calentaba las frías y nevadas tardes europeas. Y una nueva generación de viajeros llegó para asumir el comercio de esta planta que necesita la sombra pero necesita aún más las manos de las cortadoras.

Y pasaron los años y surgieron nuevos hombres y mujeres, y nuevos sueños y nuevos colores. Y los señores de la tierra se transformaron en señores de la industria y a los antiguos indígenas a los que s eles había arrebatado la tierra, esta vez se les obligó a aceptar un salario miserable con la efigie del navegante. Y así crecieron como mazorcas las fábricas en el mítico Soyapango. Y así también nacieron los sindicatos, las marchas y las huelgas.

Y pasaron los años y surgieron nuevos hombres y mujeres, y nuevos sueños y nuevos colores. Y los señores de la tierra y de la industria se transformaron en señores de la banca y luego de una larga guerra descubrieron que la habían ganado. Pero se asustaron al saber que en el mercado del mundo había bancos mucho más grandes que podrían tragárselos sin masticarlos. Y decidieron entonces entregar sus tesoros, espadas y trofeos no sin antes asegurarse de enviar vagones de esclavos hacia el norte revuelto y brutal. Y abrieron las tiendas para que los esclavos enviaran remesas y sus familias continuaran comprendo sueños y colores. Las tiendas de las plazas comerciales se volvieron los parques y mercados del presente y aún siguen abiertas.

Los primeros mercaderes de la burguesía salvadoreña

Ya para el año de 1758, en la provincia de San Salvador existía una pulpería propiedad de don Bernabé de la Torre, negocio caracterizado por la venta de medicina, comestibles y licores. Pero es en la década de los ochenta del siglo XIX toma fuerza en El Salvador la acumulación originaria de capital con la expropiación de las tierras ejidales y comunales.

Así como con la llegada de inmigrantes europeos, estadounidenses, colombianos y guatemaltecos, que se integran con sus capitales a la naciente oligarquía. Esta nueva oligarquía vino a fusionarse con la antigua nobleza terrateniente añilera y con sus familias representativas tales como los Regalado, Salaverría, Alfaro, Palomo y Quiñonez.

Emilio Belismelis llega de España en 1868 y se establece como cónsul español en Santa Ana a la vez que funda su casa de importaciones y exportaciones. Fue el primer presidente del Casino Santaneco, fundado en 1896. Ya en 1875 poseía varias fincas de café y beneficios.

El catalán Prudencio Llach Capdevilla, (1869-1944) patriarca de este grupo, llega a El Salvador en 1893, y se casa con Emilia Schonemberg Silva, son los padres de Prudencio (Francisco Juan) Llach Schonemberg (1912-1991) quien construyo uno de los beneficios más grandes del mundo, el Oromontique, ubicado en Santiago de María. Es el padre de Prudencio Francisco Martín Llach Reyes (1953-1979). A finales de los 90 Oromontique es vendido al Grupo UNEX, propiedad de Herbert de Sola). Uno de sus últimos representantes es Marcos Llach, hijo de Roberto Llach.

En 1887 se crea la empresa italiana Borghi, B. Daglio en San Salvador. Para 1915 era una de las empresas más poderosas, con intereses en el café y la banca. Bartolo Daglio (f. 1939) sirvió como cónsul de Italia y Emilio Borghi en la junta de directores del Banco Salvadoreño.

El inglés James Hill llegó a los 17 años al país, e instaló su casa importadora exportadora. Llega a El Salvador en 1889 y se casa con Dolores Bernal Nájera. En 1890 funda la finca cafetalera Las Tres Puertas en Santa Ana, a la sombra del volcán. Advierte que mediante nuevas técnicas para el cultivo y procesamiento del café este se podría exportar hacia Europa obteniendo grandes ganancias. Introduce la variedad Bourbon de café arábigo.

En 1896 llega el holandés Herbert de Sola, hebreo-español nacido en Isla de Curacao, procedente de Panamá, y establece en el centro capitalino un lujoso almacén de nombre A la Ville de Paris, que estaba ubicado en la esquina noreste de la Avenida España y la Calle Arce. En 1974 De Sola era el mayor exportador de café. Venía con recomendaciones dirigidas a los señores Carlos y José Bernheim, propietarios de la “Joyería París.” En 1934 crea la Corporación CETECO (Curacao Trading Company) y las primeras operaciones realizadas fueron de comercialización y exportación de productos locales, como café, arroz, maíz, manteca de cerdo entre otros. Para ello la empresa adquiere seis beneficios de café, tres descascarilladoras de arroz y una amplia red de agentes para la comercialización.

Para 1948, la compañía se enfoca en la comercialización de electrodomésticos.
Llega el alemán Juan Federico Schonenberg y se casa con Clara Aguiluz. Nace Juan Federico Schonenberg Aguiluz, con propiedades en Alegría, Usulutan. También llega el alemán Enrique Drews Krepps, nacido en 1847, director de la Banda de los Supremos Poderes, casado con Elena Aschoff, con quien tuvo cinco hijos: Emilia (casada con Angel Guirola), Federico (casado con Ana María Depner), Enrique (quién emigró a Colombia), María (casada con Roberto Alvarez) y Teresa (casada con Ricardo Sagrera Puig). Llegan los hermanos Carlos y José Bernheim, dueños del almacén Paris Volcán, creado en 1921. En 1888 llega de Alemania Leon Liebes Leon Liebes, y ese añom abre su casa comercial Goldtree y posteriomrnete llega su sobrino Eugenio Liebes.

En 1895 llegan de Alemania los hermanos Félix y Salvador Mugdan , quienes junto con su socio Max Freund, crean la Casa Mugdan, como una distribuidora de maquinas de escribir, pianos y pianolas. Fue liquidada en 1935. Max Freund, posteriormente crea su propia ferretería, la cual continúa existiendo y es una de las principales del país.

El suizo Roberto Schildknecht llega en 1933, a la edad de 23 años a El Salvador para trabajar en la Casa Schwartz. Conoce en Santiago de María a Clara Scheidegger, una joven nacida en esa ciudad pero de padres suizos.Se casaron en 1942, y pronto vinieron tres hijos: Heidi, Rodolfo Roberto y Alfredo Pablo. En 1954, después de 21 años de recorrer el país entero pueblo por pueblo al servicio de la Casa Schwartz, la Compañía Suiza de Seguros, Helvetia, lo elige como Agente General para El Salvador. A principios de 1970, funda la Aseguradora Suiza Salvadoreña, S. A., ASESUISA.

Otros apellidos de esta fase de acumulación originaria son los siguientes Deinenger, Cohen, Cristiani, Belismelis, Guttfreund, Weill, Salomón, Reich, Lasally, Gabay, Bloch, Baum, Lewinsky, Sol, Batlle, Harrison, Dalton, Liebes, Borgonovo, Kriete, Duke, Homberger, entre otros. Y algunos de estos se dedicaron al comercio ferretero, que fue introducido a El Salvador principalmente por los españoles, suministrando herramientas para la industria y la agricultura.

Los primeros ferreteros

La primera familia que inicia el comercio de ferretería es, dirigida por el catalán José Sagrera, con su negocio denominado Ferretería Sagrera, ubicado en el portal nororiental frente al parque Libertad. Llega a El Salvador de Barcelona, España. Se casa con la hondureña Ana Bustamante. Tuvieron 4 hijos: Fernando, Esther, Alberto y Martha. ( segunda generación).

Sagrera fue Alcalde de San Salvador a principios del siglo XX. Instaló una factoría de hilados que con el tiempo se convertiría en una de las empresas más reconocidas del país, la Hilasal, creada en 1942 por su nieto Ricardo Sagrera Drews. Y Sagrera inicia una tradición de presencia catalana en la mayoría de ferreterías importantes del país, Llort, Bou, Sagarra, Vidrí, Panades, entre otras.

En 1885, Pablo Llort Anglés a la edad de trece años, llegó a San Salvador procedente de España. En 1886 fue repatriado a España por su gobierno, pero regresa en 1895 y vuelve a trabajar en la Ferretería Sagrera, en 1897, funda su propio negocio en Quezalteque llamado “Ferretería Pablo Llort”, importando y suministrando artículos de ferretería a los mercaderes, que llegaban con trenes de mulas desde Santa Ana, Chalatenango y Nuevo Ocotepeque de Honduras a intercambiar productos como sal, harina, manta, aceite y productos artesanales. Después de 100 años de existencia la ferretería Pablo Llort y Compañía, cerró sus operaciones comerciales.

En 1923 el catalán Antonio Bou, inaugura su almacén Bou en el centro de San Salvador, sobre la calle Rubén Darío. Asimismo existían la ferretería de Jaime Pascual, y el Almacén El Chichimeco, de Antonio Serarols, el Almacén Veciana, etc.
Almacenes principales en El Salvador

A continuación exploramos el mundo del comercio formal actual, dejando para una próxima investigación, el mundo del comercio informal, que es muy extendido.
1. Almacenes Simán
Los almacenes Simán representan el líder indiscutible del comercio salvadoreño y uno de los almacenes por departamento más grandes de Centro América. Los departamentos más importantes del Almacén son: Tecnología, Muebles, Electrodomésticos, Hogar, Infantil, Deportes, Belleza, Ellas, Ellos, Mamá.

Han alcanzado esta posición luego de 94 años. Los palestinos José Jacobo y su esposa Natalia abrieron la primera tienda el 8 de diciembre de 1921 en el centro de San Salvador. En 1970 inauguran el primer Almacén por departamentos. En 1983 le compra un edificio a la familia Poma y se establece en Metrocentro. En 1986, luego del terremoto, abre una pequeña sucursal en la casona ubicada en la Col. Escalón que luego en 1994 se convierte en el Centro Comercial Galerías. En 1991 se abre la tercer Sucursal por Departamentos en la segunda ciudad más importante de El Salvador: Santa Ana.
En 1994, inaugura una cuarta sucursal en San Miguel. En 1993 se internacionaliza abriendo un sucursal en el Centro Comercial Los Próceres, ubicado en una céntrica zona de la ciudad de Guatemala. En 2002 adquiere Galería Internacional de Nicaragua. En el 2003, SIMAN Apertura su segunda tienda en la República de Guatemala, en el moderno centro comercial Miraflores. En el 2004 SIMAN siempre con una visión vanguardista apertura una nueva tienda Siman La Gran Vía en Antiguo Cuscatlán en El Salvador.
En 2008 apertura la tercera tienda en la ciudad de Guatemala, ubicada en la zona 10 en el Oakland Mall. En el mismo mes se apertura en Nicaragua la sucursal Metrocentro Managua. Posteriormente se expande en 2009 a Costa Rica abriendo operaciones en el más nuevo Centro Comercial del Grupo Roble, Multiplaza Escazú en la ciudad de Escazú en la capital San José. En el 2010, se inaugura otra sucursal en Soyapango, ubicado en la IV etapa de Plaza Mundo en reemplazo a la sucursal cerrada en la capital.
Hoy en día, son 12 Almacenes SIMAN, distribuidos en cuatro países de Centroamérica, con más de 4,600 empleados. Asimismo, existen otras empresas asociadas al grupo empresarial entre ellas SIMCO, Prisma Moda, Radio Shack y las franquicias del Grupo Inditex, Zara y Bershka. Este grupo empresarial se encuentra dirigido por el nieto del fundador, Ricardo Félix Simán Dabdoub, nacido en 1953 y el mayor de cinco hermanos. Casado con Patricia Massis de Simán.
2. La Curacao.

La empresa Ceteco, nació en 1934, creada por Herbert de Sola, en El Salvador, iniciando sus operaciones en importaciones y exportaciones de productos locales como café, maíz, arroz, manteca de cerdo, azúcar, entre otros. En 1948 la compañía se enfoca en la comercialización de electrodomésticos. En 1997 se abre la tienda de música “Music Shop”, con la más amplia variedad de música y accesorios.

En los años 90, el grupo Ceteco, propiedad del Grupo De Sola, adquiere la cadena de Almacenes Tropigas en la región centroamericana, cadena de tiendas que están dirigidas al segmento popular. Esta adquisición viene a reforzar su liderazgo y participación de mercado.

En septiembre del 2000, las cadenas La Curacao y Almacenes Tropigas de América Central propiedad del Grupo De Sola, son adquiridas por la recientemente formada Unión Comercial S.A (UNICOMER) , una empresa vinculada al Grupo Simán. Su presidente es Mario Simán, su vicepresidente Guillermo Siman, y entre sus directores están Rodolfo y Teofilo Siman, junto con los mexicanos del Grupo Liverpool, Max David y los hermanos Miguel y Graciano Guichard.

3. Omnisport.
Es una empresa que se dedica también a la comercialización de electrodomésticos, fue fundada en 1952, con la firma Well Salomón. En 1976, cambiaron la firma y es una asociación, esta empresa distribuye productos de marcas reconocidas y de prestigio, tal
es el caso de General Electric, Sony, LG, Haier, General Electric, Mabe, IEM, Whirpool, Black & Decker Sony, Mabe, LG, y otras marcas. Cuneta con 35 salas de venta a lo largo del país.
4. Almacenes Tropigas.
Fundado por “Tropigas Gas Company”, Almacenes Tropigas no era en sus inicios un distribuidor de electrodomésticos; sino orientado a la venta de gas licuado, pero debido a la demanda en el rubro de artículos para el hogar, decide incursionar en el negocio de almacenes de electrodomésticos.

En 1988, la Compañía Tropigas fue adquirida por “Shell International”, la cual permaneció como propietaria de la cadena Almacenes Tropigas hasta diciembre de 1992, año en el que el grupo holandés CETECO adquirió únicamente los Almacenes de electrodomésticos, separándolos de la compañía de gas. En el año 2000 la cadena de tiendas de Grupo CETECO (De Sola) fue adquirida por Grupo Unicomer (Simán). En 2007 Almacenes Tropigas inició operaciones en Belice, y para el año 2009 cuenta con 90 tiendas ubicadas entre El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Belice.
5. Almacenes Prado
Fue fundada en 1948 por FRANCISCO JOSÉ PRADO MAIRENA, con el objetivo de satisfacer la enorme demanda de muebles de oficina que había en el país. PRADO, S.A. DE C.V., ha sido una de las principales empresas distribuidoras de electrodomésticos en El Salvador, cuenta con más de 50 años de experiencia en la rama comercial; inició sus
operaciones fabricando alacenas y gabinetes para cocina y luego se dedicó a producir y distribuir muebles de oficina de reconocido prestigio; fue así, como la empresa realizó contacto con GENERAL ELECTRIC COMPANY, para producir 12 refrigeradoras y otros artículos, esto le concede el mérito de ser la primera fábrica de refrigeradoras en toda Centroamérica. PRADO, S.A., cuenta con más de 32 Salas de venta al detalle, distribuidas a todo lo largo y ancho de nuestro país.
El Grupo costarricense Monge, con 280 puntos de venta distribuidos en cuatro países, Grupo Monge se convirtió la semana pasada en la empresa comercializadora de electrodomésticos más grande de Centroamérica. En el 2006 finiquitó la compra de almacenes Prado, la cadena con más puntos de venta en El Salvador y con una trayectoria de 60 años. Además, es una de las marcas de mayor posicionamiento en ese país. La negociación les permite sumar 42 locales más a su lista de 170 tiendas en Costa Rica, 21 en Honduras, 50 en Nicaragua y 3 que empezarán a operar a partir de diciembre en Guatemala. Para los nuevos dueños, la familia Monge, al mando de Carlos Federico, Gastón y Alfredo, la transacción también los convirtió en el cliente más grande para todos los fabricantes de electrodomésticos en la región y les da un enorme poder de negociación con sus proveedores.
6. Samborns
La cadena mexicana Sanborns funciona en el país desde el 2006. La segunda tienda se ubica en el primer nivel de la octava etapa de Metrocentro, en el antiguo local de Almacenes Kismet, y combinan una tienda de departamentos dirigida al hogar, un restaurante y un bar. La tienda ofrece sus productos en diferentes áreas, como: discos, vídeos, electrónica, tecnología, telecomunicaciones, libros, revistas, farmacia, óptica, perfumería, un departamento de regalos y otros. Sanborns pertenece al Grupo Carso, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim. La primera tienda abrió en mayo del año pasado en el Centro Comercial Multiplaza, a través de una alianza estratégica con el Grupo Roble. La inversión fue de unos 11 millones de dólares que incluyó un restaurante-tienda, un MixUp (tienda de discos) y un Dorian’s (tienda por departamentos), que se han constituido en una de las principales ancla del moderno mall del Grupo Roble.

7. INDUSTRIAS DE CENTRO AMERICA, S.A. (LA INDECA),

Fundada el 7 de Marzo de 1961, como respuesta a la tendencia creciente de aquella época
hacia la industrialización. La refrigeradora CETRON nace en 1972, diseñada
para satisfacer las condiciones específicas de uso de la región centroamericana. A partir de Octubre del 2000, se forma una alianza total con ATLAS INDUSTRIAL, S.A. de Costa Rica; fortaleciendo así el posicionamiento de la marca en la región. A raíz de esto, La Indeca se transforma en “CETRON DE EL SALVADOR, S.A. de C.V.”

8. INDUSTRIAS MABE

Fundada en la Ciudad de México en el año de 1946, es hoy en día la empresa líder en la producción y comercialización de artículos electrodomésticos mayores (línea blanca)
así como motores y compresores. Además posee operaciones comerciales en Guatemala,
El Salvador, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Argentina.

9. ELECTROPOLIS, FACALCA HILTES S.A. DE C.V.

Fundada en el departamento de Ahuachapan, en 1990, ha ido creciendo y siendo reconocida por sus habitantes en la zona occidentalde El Salvador, hasta el momento cuenta con 8 sucursales en el occidente del país, y cuatro en San salvador, en 1998 se inaugura en
Unicentro Soyapango.

10. PRISMA HOGAR

Fundada en septiembre de 1990, nació como una empresa dirigida a personas de un nivel socioeconómico más bajo que el mercado que posee Almacenes Simán, con esta misma disciplina de trabajo, ha continuado con su expansión en otros nichos de mercado, fundando empresas como, La Perfumería, Prisma Moda y Prisma Hogar, y adquiriendo franquicias como Radio Shack, abriendo sucursales en Guatemala (Noviembre 1993) y Nicaragua (Febrero 2002). Durante el 2001, se consolidó el Grupo Simán con la integración de la cadena de tiendas Unicomer (venta de electrodomésticos) compuesta por la Curacao, Loco Luis y Tropigas en los países de El Salvador, Guatemala, Nicaragua y
parte de Honduras. Actualmente, Unicomer está formada por: La Curacao, Loco Luis, Tropigas, Radio Shack y Prisma Hogar, etc.

FARMACIAS

En 1850 se abre en San Salvador una Botica, propiedad del señor Ángel Guirola en ella se elaboraban y dispensaban medicamentos. Aproximadamente entre 1910 y 1920, aparecen las primeras farmacias, entre estas la Cosmos, en San Salvador. En 1930, surgió la farmacia Santa Lucia en Sonsonate, Farmacia El Águila, Farmacia Central, Farmacia Fernández y farmacia Escalante. En San Miguel las farmacias pioneras fueron: Farmacia Gustave, Farmacia Chairlaix y farmacia Cruz Roja; en Santa Ana se hace mención de la farmacia Vides. En 1940, surgió en el departamento de la Unión la farmacia La Unión.

La Farmacia Santa Lucia, propiedad del doctor Teodoro Thorgensen y ubicada en el centro histórico de San Salvador, fue adquirida en 1931 por el señor Juan Cristiani. En 1943, en un bombardeo durante la II Guerra Mundial, fallece en Italia el señor Cristiani, razón por la cual queda al frente del negocio el señor Angel Celeste Meardi, su tío. Lo asiste en los quehaceres administrativos diarios el señor Félix Cristiani.

En 1946 después del fallecimiento del señor Angel Celeste Meardi, los señores Félix y Alfredo Cristiani fundan una nueva empresa llamada Meardi, Cristiani y Compañía. Se trata de una fusión entre las farmacias Santa Lucia, Meardi de San Miguel y otros giros comerciales de la familia. En 1953 Félix Cristiani adquiere de Alfredo Cristiani su participación en la empresa Meardi, Cristiani y Compañía. Ese mismo año Don Félix le cambia el nombre a Cristiani y Compañía.

JOYERIAS

Fue en 1892 que el Sr. Ernesto Liebe, originario de Strasburgo Alemania, trajo joyas y relojes Suizos, de una casa comercial alemana; no solo para El Salvador sino para los países de Centro América. Y funda la Joyería y Relojería “La Joya” primero en Santa Ana y luego trasladándose en 1901 a San Salvador. Alrededor de 1910 frente al antiguo Almacén Paris Volcán y Plaza Libertad, estaba la “Relojería Florencia” de don Martín Oriani, al final del Portal Occidente.-

Varoufakis en el laberinto del Minotauro

Varoufakis en el laberinto del Minotauro

NACHO ÁLVAREZ*

Diversos nombres sonaban semanas atrás en los medios económicos y financieros internacionales como posibles ministros de Finanzas en un nuevo ejecutivo liderado por Syriza. Finalmente será el profesor Yanis Varoufakis quien asuma la considerable misión de renegociar el Memorándum firmado por Grecia con la Troika en 2010, y renovado posteriormente.

Yanis Varoufakis es catedrático de Teoría Económica en la Universidad de Atenas y profesor visitante en la Universidad de Texas. Tiene una dilatada carrera académica centrada en la teoría de juegos, esa disciplina a caballo entre la economía y las matemáticas que analiza el éxito o fracaso de las posibles decisiones de un agente en función de sus interacciones con otros actores.

Asesor de Papandreu hasta 2006, gobierno al que criticó duramente a partir de esa fecha, Varoufakis es un economista que a raíz de sus análisis ha adquirido una merecida fama internacional en el curso de la crisis. Además de las interesantes contribuciones semanales que han ido nutriendo su blog en estos años, la publicación en 2011 de El Minotauro global. Estados Unidos, Europa y el futuro de la economía mundial (Capitán Swing Ed.) le consagró como economista de referencia.

Varoufakis analiza en esta obra la evolución del sistema económico y financiero internacional tras la Segunda Guerra mundial, hasta llegar a la crisis de 2008. El gigantesco y continuo flujo de capitales hacia la economía estadounidense para financiar sus déficits gemelos –sector público y balanza de pagos– es uno de los principales rasgos que definen, a juicio del autor, el periodo neoliberal del capitalismo. Este reciclaje masivo de capitales que alimenta al Minotauro global (Estados Unidos), se ha sostenido sobre el proceso de globalización y financiarización. Su cortocircuito parcial a partir de 2008 determina, según Varoufakis, que el crecimiento norteamericano resulte más débil y errático.

Hay sin embargo un segundo trabajo de Varoufakis que resulta aún de mayor interés, y cuyo conocimiento apenas había superado los círculos especializados hasta el domingo pasado. En Una modesta proposición para resolver la crisis de la Eurozona, Varoufakis, junto a Stuart Holland y James K. Galbraith, plantea una posible solución al actual escenario de estancamiento y deflación que recorre la zona euro. Para ello señala la necesidad de abordar un proceso de reestructuración mancomunada de las deudas soberanas, la emisión de eurobonos, una recapitalización de las entidades financieras a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sin intermediación estatal, un mecanismo para reciclar los excedentes financieros en inversiones productivas y un programa de atención a las necesidades sociales más urgentes desatendidas por la crisis.

Esta propuesta, que, como el propio Varoufakis señala, es inmediata y factible en el marco de los tratados europeos actuales, dormía hasta hoy en el sueño de los justos. Todo parece indicar que ahora tendrá que ser al menos considerada por el Eurogrupo y las instituciones de Bruselas. Ahora bien, sabemos que la solvencia académica poco tiene que ver en ocasiones con la capacidad política, entre otras cosas porque esta última viene determinada por la correlación de fuerzas con la que cada actor acude a la mesa de negociación.

Los desafíos que el nuevo ministro de Finanzas griego tiene ante sí son enormes. También esperanzadores. Los primeros meses de su gestión resultarán determinantes, y permitirán verificar si Varoufakis resulta ser el Teseo que su país y Europa necesitan, capaz de adentrarse en el laberinto de las negociaciones con la Troika hasta dar muerte a ese Minotauro que en la zona euro hoy toma la forma de políticas de austeridad.

El margen es limitado, sin duda, pero existe. A pesar de la nula voluntad de negociación que algunos gobiernos conservadores han mostrado, como el de Merkel o el de Rajoy, la realidad europea actual admite alianzas de geometría variable. Así, los actuales gobiernos socialistas de Francia e Italia pueden encontrar en Syriza un inesperado aliado que les ayude a hacer el trabajo que ellos no parecen dispuestos a empujar: poner punto y final a la austeridad fiscal. Es más, el gobierno irlandés, de centro-derecha, se ha mostrado partidario de avanzar hacia la convocatoria de esa Conferencia europea para la reestructuración de la deuda que Syriza reclama insistentemente.

Sin duda, resultará interesante ver, en el curso de los próximos meses, a un especialista en teoría de juegos y negociación en contextos de incertidumbre desenvolverse en semejante madeja de intereses. Confiemos en que la gestión de Varoufakis pueda ayudar a desencadenar las fuerzas políticas necesarias para poner fin a las medidas de austeridad fiscal y devaluación salarial, pues difícilmente Europa podrá salir de la crisis si no es terminando de una vez con estas políticas. Confiemos por tanto en que no nos veamos abocados a reeditar, durante un lustro más, otro de los mitos griegos, este más oscuro. Ese en el que Sísifo fue obligado a cargar una gran piedra ladera arriba una y otra vez.

*Profesor de Economía Aplicada (Universidad de Valladolid) y
Miembro del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos

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En el 95 Aniversario de CSCIES

NGENIERO JORGE JOSE DABOUB

Una noche como esta, hace 95 años, mientras los países del Viejo Continente estaban siendo sacudidos por los bombardeos de la Primera Guerra Mundial, en nuestro país, un grupo de empresarios sostenía una importante reunión.

El encuentro era dirigido por el señor Calixto Mejía, y otros treinta participantes entre los que se encontraban Herbert de Sola, Samuel Quiroz, José Dutriz, Ernesto Liebes, Ricardo Sagrera, y don José María Peralta Lagos: todos ellos preocupados por los efectos negativos que la conflagración mundial estaba causando a la economía salvadoreña.

Como buenos salvadoreños no podían quedarse impávidos ante lo que parecía la quiebra inminente de la economía nacional. Había que hacer algo, y había que hacerlo pronto. La solución, además de efectiva, debía ser permanente.

Esa misma noche, decidieron que la manera más idónea para salvar la amenazada economía del país era dando vida a una institución que, además de unificar a los sectores productivos, acometiera la tarea de fortalecer la vida económica del país a través del fomento de la libre empresa y la defensa de la democracia.

Fue así como, en 1915, cuando las calles de San Salvador aún no habían sido pavimentadas, que aquel grupo de visionarios creó la gremial que fue bautizada con el nombre de Cámara de Comercio e industria de El Salvador.

Gracias a la creación de esta Cámara, las primeras empresas privadas del país se desarrollaron, el comercio floreció, y como consecuencia El Salvador logró superar los efectos de la depresión económica causada por la crisis mundial.

Desde entonces, la historia del país quedaría ligada a lo que hoy en día se ha convertido en la gremial empresarial más influyente, más grande, más representativa y más antigua de El Salvador.

Fue esta Cámara la que contribuyó a la formulación del primer código laboral moderno, participó en la creación del primer Código de Comercio salvadoreño, y facilitó el desarrollo de la industria y de los servicios.

Nuestra Cámara ha sido la principal impulsora en el país del proceso de integración económica centroamericana, así como de la modernización del Estado, la observancia de la ética en los negocios y del cumplimiento de las leyes en todos los ámbitos de la vida nacional.

A más de esto, hemos desarrollado más de cien servicios de apoyo a las empresas salvadoreñas, hemos contribuido a la capacitación del recurso humano del país y hemos impulsado importantes campañas cívicas y de ayuda a los sectores más necesitados de la población.

Adicionalmente, se ha desarrollado programas y servicios a favor de los micro y pequeños empresarios, hemos motivado a los jóvenes emprendedores a convertirse en creadores de oportunidades y también hemos respaldado el desarrollo del liderazgo empresarial femenino.

Como nota distintiva de su quehacer gremial, la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador también se ha dedicado a defender las libertades individuales y la democracia, como condiciones necesarias para el logro del progreso económico y social que todos deseamos.

En la década de los ochentas, nuestra gremial antagonizó contra el gobierno que en esa época nacionalizó los sectores clave de la economía y, simultáneamente, se opuso a los enemigos de la libertad que intentaban hacerse del poder por medio del odio y la violencia. Irónicamente, estos son los mismos que hoy, convertidos en políticos y gozando de la libertad que les otorga el sistema que antes trataron de eliminar, demandan hoy, de los empresarios, un mayor compromiso con el país.

Y cuando ha sido necesario, también hemos elevado nuestra voz para señalar las medidas equivocadas y los procederes erráticos de gobiernos que, aunque comulgan con los principios de defendemos, por razones eminentemente políticas han cedido a la tentación de soslayar el bien común.

Esta constante defensa de los principios que nos sustentan, ha provocado que los sectores antagónicos con la libertad arremetan contra esta gremial o contra sus socios, hasta el extremo de atentados dinamiteros y hasta tomas o destrucción de centros de producción sucedidos principalmente en la década perdida de nuestro país.

Sin embargo, esta institución nunca ha claudicado en su misión de defender el sistema de libertades, ni se ha debilitado ante los ataques ni ante las presiones políticas que le sobrevinieron, al contrario, se ha fortalecido cada vez más y su fortaleza ha sostenido al país en los momentos más apremiantes de su historia reciente.

Estimados amigos:

A nosotros nos ha tocado vivir un nuevo momento histórico, tan desafiante como el que enfrentaron nuestros fundadores hace casi un siglo.

Existe en nuestro país, y en varios países de América Latina, la tendencia a retroceder en los avances de la democracia y de la libertad económica y personal que con tanto sacrificio han logrado nuestros pueblos.

Ante esta tendencia, y para demostrar lo fatuo de este proceder anacrónico, vale la pena que volvamos, por un momento, la mirada al pasado reciente del mundo.

Los ejemplos de naciones que, tristemente, cayeron bajo el yugo de gobiernos despóticos o fueron engañadas por gobernantes populistas que ofrecían falsos paraísos terrenales son lecciones de las que debemos aprender. Casos emblemáticos lo constituyeron las naciones del Noreste Asiático y del Este de Europa que, a principios del siglo pasado, establecieron sistemas económicos antagónicos con el libre mercado y adoptaron formas de gobiernos contrarias a la democracia.

En su afán por mantener a sus ciudadanos sometidos a sus equivocadas ideologías, muchos de estos gobiernos levantaron muros de odio que literalmente dividieron naciones y establecieron alambradas para evitar que sus ciudadanos escaparan de la pobreza y de la opresión.

Pero todos los sistemas económicos y las formas de gobierno fundamentadas en premisas falsas tienden a caer por su propio peso; porque cuando la libertad se pierde, poco queda de humano en el hombre.

Pero, lamentablemente, dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces y con la misma piedra.

Hoy, y a pesar de que la historia está llena de ejemplos del fracaso de los sistemas económicos dirigidos, nacionalizados, mixtos o centralizados, los mismos viejos vendedores de sueños quieren someter a nuestro país a los mismos experimentos económicos malogrados.

Quieren vendernos el mismo producto defectuoso, pero envuelto en una nueva viñeta: el hasta ahora indefinido Socialismo del Siglo XXI, intención que revela una preocupante ceguera histórica.

Como muy bien dijo la escritora española Emilia Pardo Bazán: es absurdo que un pueblo cifre sus esperanzas de redención y ventura en formas de gobierno que desconoce, y yo diría que sería más absurdo que un pueblo cifre sus esperanzas de progreso en formas de gobierno que han resultado ineficaces.

Por ello, en este nuevo contexto histórico, nuestra responsabilidad como empresarios va más allá que simplemente hacer negocios y generar empleos; nuestra responsabilidad trasciende a la defensa de los principios que garanticen el desarrollo del país a largo plazo, en justicia, en libertad, en paz y en democracia.

Y principalmente, debemos mantenernos alertas para evitar caer en el engaño de embargar el futuro del país por lo que aparenta ser conveniente en el presente.

Debemos vivir consagrados a la idea de que una nación sin principios, es una nación sin rumbo, y una nación sin rumbo no tiene futuro.

Tal y como lo advierte el gran Montesquieu, cuando afirma que “La descomposición de todo Estado comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado”.

No olvidemos que a la larga, si el país fracasa, fracasaremos todos.

Además, como actores importantes en la vida nacional, los empresarios tenemos la obligación y el derecho de exigirles a los políticos y a los que están en el gobierno que no sigan dividiendo a la sociedad salvadoreña, que cesen sus ataques contra el sector privado, y que, con sus acciones, establezcan un clima de confianza que aliente la inversión productiva y la creación de empleos permanentes

Por esa razón la Cámara de Comercio e Industria ha venido trabajando por construir un país en el que todos los salvadoreños podamos vivir en democracia y libertad; y en donde todos tengan las oportunidades de progresar y de gozar del fruto de su esfuerzo, siendo tratados con igualdad ante la ley.

Como Cámara trabajamos por construir un país en donde se practique la solidaridad con el menos favorecido, pero que dicha solidaridad esté basada en sistemas tributarios transparentes, sostenibles y justos para todos.

Aspiramos un país en donde los ciudadanos tengamos libre derecho a pedirle al gobierno cuentas de la forma en que administra los fondos públicos, y en donde el Estado tenga la capacidad de proveer, eficientemente, los servicios básicos que la población necesita.

Hoy que celebramos nuestros 95 años de trayectoria institucional, revalidamos nuestro compromiso con esos ideales que inspiraron a nuestros fundadores y presentaremos a la nación una proclama de principios y valores, que consideramos que sintetizan los deseos de los buenos salvadoreños que deseamos un mejor país.

No quisiera terminar mis palabras sin reconocer públicamente a los ex presidentes y a los ex directores que en los distintos periodos de nuestra vida institucional mantuvieron el rumbo de nuestra organización.

Este agradecimiento es extensivo a los miembros de la actual Junta Directiva, al voluntariado representado en nuestros nueve comités asesores y al personal profesional y administrativo de la Cámara, pues gracias a este gran equipo de trabajo, la Cámara ha llegado a ser una de las instituciones privadas más importantes en la vida del país.

Me he guardado el final para hacer una mención muy especial al principal componente de esta institución, se trata de nuestros socios, que son nuestra principal razón de ser y por quienes nos esforzamos cada día en apoyarlos y en representarlos dignamente.

Para concluir, quisiera citar una frase del célebre novelista ruso León Tolstoi, quien dijo: Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de ellos.

Vivamos de acuerdo con lo que decimos creer, y defendamos los principios en los que se fundamenta nuestra nación, porque solo así labraremos un mejor futuro para El Salvador.

Muchas gracias y que Dios bendiga a nuestro país.

Industria salvadoreña y globalización neoliberal

Industria salvadoreña y globalización neoliberal Roberto Pineda San Salvador, 20 de febrero de 2015
En nuestros sueños de adolescentes urbanos de izquierda, de principios de la ya lejana década del setenta del siglo pasado, la revolución que estábamos preparando iniciaba seguramente con una huelga general del proletariado industrial en el Bulevar del Ejército, ya que Soyapango era el indiscutible corazón de nuestra insurrección.
Al final, las olas caprichosas de la historia nos empujaron hacia las montañas de Guazapa, Chalatenango y Morazán y a que el ejército popular fuera constituido en su inmensa mayoría por jóvenes campesinos, dirigidos por una pequeña burguesía radicalizada, en una larga guerra rural a lo Mao, de diez años, que desembocó en unos inesperados acuerdos de paz, supuestamente sin vencedores ni vencidos.
El proletariado industrial de esa época heroica y sus organizaciones sindicales, fueron rabiosamente perseguidos y sus locales dinamitados, sus dirigentes se fueron al exilio a México o Suecia y unos pocos a la montaña. Y al concluir el conflicto en 1992 la agricultura y la industria estaban debilitadas. Y el proletariado y sus organizaciones se habían también atomizado y disminuido.
Incluso la izquierda salvadoreña abandonó su referencia de clase y se identifico más como sujeto popular. Han pasado 23 años desde entonces pero la situación persiste. Y resulta interesante y además muy útil para la construcción de una estrategia de poder popular, conocer que ha pasado con nuestra industria y por consiguiente, dónde camina nuestro actual proletariado industrial.
En ese espíritu de búsqueda, a continuación exploramos el estado actual de la industria salvadoreña, sus niveles de desarrollo y en un próximo estudio abordaremos como estas dinámicas impactan en la conformación orgánica del proletariado, su organización y sus luchas.
Antecedentes históricos
La industria salvadoreña ha sufrido considerables cambios en las últimas décadas, distinguiéndose varias etapas durante su evolución y desarrollo tecnológico. El desarrollo de la industria se basa inicialmente en la producción y exportación de bienes agrícolas, cacao, bálsamo y añil en primera instancia, y después café, algodón y azúcar. Es en los obrajes, beneficios e ingenios que se va gestando un sector diferenciado del trabajador agrícola, así como del artesano urbano. El proletariado agrícola salvadoreño. Pero luego ya en el siglo XX surge la industria en las ciudades.
En 1906 en Santa Ana el guatemalteco Rafael Meza Ayau creó la primera fábrica de cerveza, La Constancia. En 1912 Fernando Sagrera padre creo la primera fábrica textil, dedicada a la producción de casimires, penetrando incluso el mercado hondureño. En 1942 cambió su nombre por Hilandería Salvadoreña, HILASAL y en las últimas décadas se dedica la producción de coloridas toallas.
La primera guerra mundial (1914-1918) provocó la instalación de grandes talleres artesanales que se vieron fortalecidos por la paralización de las importaciones de mercancías industriales. En 1927 Juana Mathies crea la primera fábrica de ladrillos de cemento. En 1922 se crea la primera fábrica de hilaturas de algodón, llamada “Minerva” propiedad del catalán Andres Molins.
En 1923 surge la fábrica textil “La Estrella” de Víctor y Teodulo Safie, en 1932 se crea la fábrica “El León” del palestino Arturo Gadala María. Y también participan en este auge textil inicial las familias Saca, Martínez Saprissa, etc. En 1944 los principales grupos industriales-comerciales están encabezados por las familias Meza Ayau, De Sola y Daglio.
En 1948 el gobierno de Oscar Osorio marca un viraje en el rumbo económico del país y entre sus primeras medidas pro industrialización, paga favores y nombra a Víctor de Sola presidente de CEL, puesto que mantuvo hasta 1978. Esto le permitió a este clan familiar de origen judío, convertirse en “la cabeza de una fracción poderosa y relativamente nueva de la gran burguesía nacional” (Castellanos 2002) y además por su presencia en la Compañía Salvadoreña del Café pudieron aprovechar las oportunidades abiertas por el mercado internacional, para obtener fabulosas ganancias.
De Sola era el mayor beneficiador y comercializador del café, fabricante de aceites y jabones, y lotificador de terrenos urbanos. El siguiente año, en 1949, se crea la empresa Cementos de El Salvador, CESSA, (hoy propiedad del gigante suizo-francés Holcim-Lafarge) que era propiedad de la familia Belismelis, dueños de la caleras de Metapan. Y en alianza con la familia Regalado.
El gobierno de Osorio marcó la entrada a una etapa basada en el modelo de sustitución de importaciones, y entre los años 1945 a 1952 el sector industrial experimenta un notable crecimiento e incluye la producción fabril de bebidas, alimentos, tabaco, textiles y calzado que pasan de ser pequeños talleres artesanales con tecnología rudimentaria a sistemas mecanizados.
En 1950 la irrupción de estos sectores industriales modernizantes permite la ruptura del férreo control que los grupos agro exportadores de café, Quiñonez y Guirola, mantenían sobre el Banco Salvadoreño, el que desde 1885 representaba los intereses de los cafetaleros de la zona central (Familias Trigueros, Duke, Guirola). Y es así que en ese año un extenso grupo de cafetaleros de las tres zonas del país (Dueñas, Regalado, Hill, García Prieto) junto con el mayor industrial de la época, Rafael Meza Ayau hijo, fundan el Banco de Comercio (hoy Scotiabank).
Meza Ayau representaba un emergente sector comercial-industrial de la gran burguesía, que había monopolizado durante cuarenta años la producción de cerveza. Y de esta manera rompen con el monopolio ejercido por el Banco Salvadoreño desde 1935, avalado por el General Martínez. Y cinco años más tarde, otro fuerte grupo de agricultores, ganaderos y comerciantes, se separa del Banco Salvadoreño, esta vez dirigido por los grupos empresariales Sol-Millet y Escalante Arce para dar origen al banco Agrícola Comercial, hoy propiedad de Bancolombia.
En 1953 se crea la primera fábrica de café soluble, Productos de Café S.A., con un capital social de 3.5 millones de dólares, divididos entre la estadounidense Ibec Food Inc. (empresa del Grupo Rockefeller) y los grupos empresariales salvadoreños De Sola, Dueñas, Hill, Palomo y Álvarez). En este contexto, el capitla japonés crea en 1955 la fábrica Industrias Unidas (IUSA) y en 1966 la fábrica Industrias Sinteticas de Centro America (INSINCA) . Por esos años aparecen en el mercado los famosos peines plásticos, que eran producidos por la empresa Amapola, propiedad de Jacin Hasbun, pionero d ela industria plástica en El Salvador.
Para la década comprendida entre los años de 1960 a 1970, la industrialización en El Salvador crece aún más fundamentalmente por la creación del Mercado Común Centroamericano. Y los productos salvadoreños invaden Honduras y Nicaragua. Durante este período surgen importantes ramas industriales como petróleo, maquinaria eléctrica y no eléctrica, plástico y minerales no metálicos. Es en este periodo que surge por vez primera un proletariado industrial. Pero en julio de 1969 el conflicto con Honduras viene a quebrar este proceso y a abrirle paso a una prolongada crisis estructural.

En los años setenta la industria manufacturera entra en crisis como resultado de la ruptura del Mercado Común Centroamericano, aunque logra desarrollarse la producción de bienes intermedios tales como textiles, productos químicos, papel, cartón y derivados del petróleo. En los años ochenta la Guerra Popular Revolucionaria ocasiona la virtual paralización del desarrollo industrial, el cual recupera su vitalidad luego de los Acuerdos de Paz de 1992 y se ha venido desarrollando con sus altibajos hasta la actualidad, enfrentando nuevas situaciones.

Entre estas, los procesos de privatización de los años noventa del siglo pasado ( energía, telecomunicaciones, AFP), los caules junto con los procesos de globalización neoliberal de este siglo ( venta de bancos, cemento, línea aérea, cerveza) han provocado el surgimiento de una nueva clase dominante, de una nueva burguesía, integrada por representantes de filiales de corporaciones transnacionales; la antigua oligarquía financiera ( siete grupos empresariales alrededor de cinco bancos) hoy dedicada al mundo del comercio y los servicios; nuevos sectores burgueses no oligárquicos ( de la construcción, seguridad privada, medios de comunicación, exportación de café, entre otros) y una empresa municipal de capital salvadoreño-venezolano, del Grupo Alba, que participa en combustibles, alimentos y servicios financieros (Pineda 2013)

A continuación describimos la situación de las principales ramas de los sectores industriales.
Situación actual de los principales grupos industriales: pugnas y alianzas
Gráfico 1. Primeros lugares del Ranking industrial 2011-2012-2013

Rama industrial 2011 2012 2013
1. Textiles y Conf. Fruit of the Loom Fruit of the Loom Hanesbrands
2. Bebidas Livsmart Americas Livsmart Americas Livsmart Americas
3. Alimentos Productos DIANA Productos DIANA Grupo Calvo
4. Plásticos Plastigras Plastigras Plastigras
5. Papel, Cartón y A.G. Kimberly Clark Kimberly Clark Kimberly Clark
6. Farmaceútica Unilever Lab. Vijosa Lab. Vijosa
7. Metalmecánica Galvanisa CORINCA CORINCA
8. Muebles Ind. CAPRI Ind. CAPRI Indufoam
9. Calzado Duramas (ADOC) Emp. ADOC Duramas (ADOC)
10. Banco (que más créditos otorga) B. Agrícola B. Agrícola B. Agrícola

(Fuente: elaboración propia con datos de Revista Industria de ASI)
Tomando como base los ranking de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) a continuación describimos a las principales empresas que integran el mundo de la industria salvadoreña, a partir de sus nueve ramas principales: confección, alimentos, bebidas, plásticos, papel, muebles, metales, calzado y farmacéuticos.
Por otra parte, de acuerdo al Banco Central de Reserva, en septiembre de 2011 el crecimiento del Índice de Volumen de la Producción Industrial (IVOPI) , que refleja los niveles de dinamismo de este sector, fue del 2.4%, en diciembre de 2013 fue de O.4% y en diciembre de 2014 fue del 0.8%. A su vez, las ventas al exterior (exportaciones) bajaron un 4%, lo que equivale a una disminución de $218.4 millones de dólares. Al mismo tiempo, el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) fue de 0.3%, con los sectores de construcción y comercio a la baja.
Asimismo, las exportaciones industriales representaron el 92 % de las exportaciones totales del país, y crecieron 1.7 % el año pasado. El Salvador exportó el año pasado $5,339 millones con un crecimiento del 1.7 % en comparación con 2011. De este total, $4,871 millones fueron producidos por la industria con un crecimiento del 1.5 . A la vez este sector representa el 21 del PIB, “contribuye” con el 40% del empleo formal, y “aporta” el 25% de los ingresos tributarios.
Gráfico 2. Exportaciones en 2013/2014 de las principales ramas industriales en millones de dólares
Rublo 2013 2014
1. Textiles y confección $2,394
2. Alimentos $626
3. Plástico $343
4. Papel, Cartón y Artes Gráficas $300
5. Industria Metalmecánica $262
6. Bebidas $177 $150 (-$27)
7. Industria Farmacéutica $114
8. Industrial del Calzado $43
9. Industria del Mueble $29
Fuente: elaboración propia con datos de informes de Asociación Salvadoreña de Industriales, ASI. No contamos con los datos para el año pasado de las principales ramas industriales, a excepción de rubro bebidas el cual disminuyó en el orden de los $27 millones.
1. El Lempa y el Jiboa enfrentados en la industria textil y de confección
Los nombres de dos grandes ríos salvadoreños, el Lempa y el Jiboa, simbolizan el enfrentamiento cotidiano entre dos grandes multinacionales estadounidense de la industria textil y de la confección. Lempa representa a Fruit of the Loom y Jiboa a Sara Lee Corporation y su rama de ropa interior Hanes Brand. Ambas exportan fundamentalmente hacia su propio mercado, el norteamericano.

Estas dos empresas son las principales empleadoras del país por lo que en sus plantas se concentran el núcleo principal del proletariado industrial salvadoreño, integrado en su mayoría por mujeres jóvenes. Confecciones Lempa emplea alrededor de 13,000 trabajadoras mientras que Jiboa a 10,000. En cuanto a las exportaciones, de $136 millones que se exportaban en 1991 se pasó a $1,928 millones en 2008. En contraste, las importaciones eran de $110.3 millones en 1991 y de $ 1,281 millones en 2008. Para la industria “nacional”, el sector textil y confección es uno de los pocos que mantiene una balanza comercial persistentemente positiva.
La mayor exportación y valor agregado ha sido realizado por empresas estadounidenses, las cuales encuentran en El Salvador un fabuloso nicho de mano de obra barata a la que explotan, y aun así, para aumentar ganancias, hacen uso intensivo del trabajo por cuenta propia, por lo que ahorran energía, la cual es consumida en los hogares de las mujeres subcontratadas, por lo general mujeres de la tercera edad. Las tres principales empresas producen el 60 % de las exportaciones del sector; Lempa abarca el 37 % , Hanes tiene el 29 % y la tercera, Intratex el 11 %.
Se calcula alrededor de 81.000 personas laborando dentro de maquilas; en 17 zonas francas ubicadas en seis de los 14 departamentos del país. El 70 por ciento de empresas que operan en Zonas Francas de Exportación son maquilas textiles. FUSADES asegura que las maquilas producen cerca de 74.000 empleos directos y más de 140.000 indirectos. Estas zonas francas reúnen a más de 200 empresas dedicadas a diferentes rubros, entre ellos el textil, la confección, electrónica, etc.
La primera zona franca industrial fue creada en 1974, en San Bartolo, Ilopango, la cual entró en funciones en 1976 con el establecimiento de dos empresas exportadoras, posteriormente en 1979 ya albergaba 14 empresas. Según el Banco Central de Reserva, con datos del año 2010, se estima que el 83,96 por ciento de las personas que laboran en este sector son mujeres; el 80,69% obreras, el 0,54 % técnicas de planta, el 1,31% personal de oficina, el 1,30 % supervisoras y el 0,11% gerentes. Al mes de junio de 2003, había 247 empresas maquiladoras, que generaban 53,117 empleos directos, de las cuales 89 empresas se encuentran operando dentro de las 17 zonas francas existentes.
El auge este sector desde los años noventa del siglo pasado, obedece a la necesidad de productores estadounidenses de enfrentar la ofensiva de industriales asiáticos y sus altos niveles de competitividad, mediante la transferencia de procesos productivos intensivos en manos de obra hacia países como El Salvador, con abundante fuerza laboral y bajos salarios.
Fruit of the Loom (Lempa Services Lim.), instalada en 1994, posee siete plantas, la última abierta en enero de 2008. Es el mayor empleador del sector privado y a la vez una de las principales compañías exportadoras. Su territorio está ubicado entre Lourdes y Ciudad Arce. En el 2013 ocupo el segundo lugar del ranking de los diez mayores exportadores industriales, únicamente superada por su némesis, HanesBrand. En el tercer y cuarto puesto quedaron las empresas Intratext y AVX, de acuerdo a la ASI. Y en la rama textil y confección, se repiten los tres primeros lugares anteriores, y en el cuarto la empresa F&D.

Fruit of the Loom cerró su planta en Campbellsville, Kentucky en junio de 1998 en un afán de reducir costos y aumentar ganancias por medio de la mano de obra barata salvadoreña. 3,200 trabajadores estadounidenses perdieron sus empleos, de entre 10 y 12 dólares por hora, para aprovecharse de los bajos salarios de la maquila salvadoreña. La empresa forma parte de la compañía Berkshire Hathaway, con sede en Omaha, del inversionista multibillonario Warren Buffet. Esta compañía textil, es además un conglomerado financiero cuya capitalización bursátil, o sea acciones en Wall Street, rondan los $370,000 millones.
Hanes Brand, instalada en 1994, posee seis plantas. HanesBrands es la empresa industrial que más exporta en el país, con $569 millones en 2013. Sus principales productos son calcetines, camisetas y ropa interior femenina. HanesBrands encabezó el año pasado las exportaciones de la industria y a su vez del sector textil y confección. En el 2013, alcanzó una producción de más de 44 millones de docenas de prendas anuales y alega que ha invertido en los últimos 21 años más de 200 millones de dólares en El Salvador. Pertenece a la multinacional Sara Lee Corporation. La ropa interior de Hanes ocupa el primer lugar en la ropa de marca en el mercado estadounidense.
Las salvadoreñas Manufacturas del Río (Grupo Q) Hilasal (Sagrera), Industrias Unidas S.A., Martínez y Saprissa, Textufil (Bahaia), Industrias St. Jack (Siman) compiten con las estadounidenses Fruit of the Loom y Hanes y con la brasileña Pettenati.
2. La industria del plástico: el predominio de la panameña Plastigras.

La empresa panameña Plastigras (PG) ocupa el primer lugar en esta industria en los últimos tres años, de acuerdo con la ASI. Plastigras fue creada en 1976 por el empresario alemán Bern Otto Schreiber en la ciudad de Panamá. Es una empresa líder en la fabricación de envases PET y Preformas, envases plásticos para alimentos y aceites de motor. Compite con las salvadoreñas Celpac, Ecoplast, Indusola, Industrias Facela, Plásticos Salvadoreños, Tacoplast, y Salvaplastic Internacional (Cristiani).

3. Muebles: el predominio de la salvadoreña Capri (Zablah).
El primer lugar en el sector corresponde a Industrias Capri, fundada en 1953 por Arturo Zablah (padre) y Doña Ivonne Kuri de Zablah, en San Salvador. En esa época, los costos de las camas eran excesivamente altos y la mayor parte de estas eran importadas. Esta situación fue aprovechada por este grupo empresarial árabe para insertarse y puede decirse, crear este mercado. En la actualidad la salvadoreña Capri (Zablah) compite con la guatemalteca Camas Olimpia, así como con Indufoam, Mobilia, Moblex, y Flores Lazo, entre otras empresas.
4. Alimentos. La disputa entre la salvadoreña Diana y la española Calvo
En el rubro de alimentos, Productos Alimenticios Diana lideró el top de las empresas más exportadoras del 2013. Exportan a todo el istmo y Estados Unidos y están entrando al mercado dominicano. Productos Alimenticios DIANA, fundada en junio de 1951, es una empresa salvadoreña que se dedica a la producción y distribución de boquitas (snacks o botanas), dulces, conos para helados y galletas.
Fue fundada por Max Olano y Pablo Tesak, y su primer local fue en la colonia Mugdan, en San Salvador. Luego se mudó a una pequeña bodega en el barrio San Esteban, luego Barrio La Vega, hasta llegar a su actual ubicación, desde 1970 en Soyapango. En 1990 se traslado a Sopyapango y es propiedad del conocido dirigente de ARENA, Hugo Barrera.
Diana compite con la española Calvo en relación al primer lugar en el sector alimentos. En el 2013 le correspondió a la atunera española Calvo, con sede en Cutuco, La Unión, desde el 2003. Calvo abrió con 300 trabajadores y en 2012 contaba con 1,700. En su primera década de operaciones obtuvo en concepto de exportaciones alrededor de $700 millones. Esta empresa creada en 1940, por Luis Calvo Sanz, es una de las principales impulsoras en el país del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, y produce una diversidad de productos relacionados con el atún. En este sector de alimentos compiten también otras empresas tales como la harinera Harisa, Bocadelli, Molinos de El Salvador (Salume) Lácteos El Corral, Exportadora Río Grande, Industria de Maíz, la estadounidense McCormick y la mexicana Bimbo.
5. Bebidas: el predominio de la guatemalteca Cabcorp (Livsmart Americas)
En la rama de bebidas fue Livsmart de Centroamérica la número uno, pertenece a la empresa Cabcorp, la cual fue en 1998 nombrada Embotellador ancla de Pepsi Co para Centro América. En el año 2000 inicia una joint venture con AMBEV para introducir la marca de Cerveza Brahva en la región. A su vez AMBEV se unió a InBev Interbrew, pasando a ser la primera compañía cervecera a nivel mundial. Cabcorp llega a El Salvador en 2001 y en el 2002 adquiere el 50% de Bon Appetit, empresa de alimentos propiedad de la familia Zablah, que brindaba servicio de Co packing a Quaker para su producto Gatorade. Ya en 2006 Cabcorp asume el control de Bon Appetit y cambia su razón social a Livsmart Americas. Otras empresas que compiten en este sector son las siguientes: la mexicana Jumex (con planta ubicada en Quezaltepeque) la sudafricana Industrias La Constancia (Coca Cola y Pilsener con planta en Nejapa)y la todavía salvadoreña, nacida en santa Ana en 1947, Embotelladora La Cascada (Fundada por Federico Batlle Aberle y productora de Salva Cola y Kolashampan).
6. Papel y cartón: predominio de la estadounidense Kimberly-Clark
Kimberly-Clark de Centroamérica cuenta con una de las plantas más grandes de la región en El Salvador, por lo que se agenció el primer puesto en la industria del papel y cartón. La estadounidense Kimberly-Clark (Scott/Huggies/Kotex) compite con la estadounidense Procter & Gamble ( Pamper, Carmín) la sueca SCA (Saba, Nevax) y la salvadoreña Alas Doradas (Encanto), así como con Sigma Q, Cajas y Bolsas, Evergreen Packaging, Impresora La Unión, y otras empresas del este sector.
7. Farmacéutica y medicinas: predominio de la salvadoreña Vijosa
Laboratorios Vijosa, creado por Víctor Jorge Saca, en 1971, se mantiene por segundo año consecutivo como la firma farmacéutica que más exporta desde El Salvador. Produce Virogrip, Ultradoceplex, Campolon Energy, etc. Otras empresas que compiten en este sector son las siguientes: Laboratorios Ancalmo, Promedici, Santa Lucía (Cristiani) Vijosa, Gamma, López Davidson, Suizos.Bonima, Biogalenic, Lab. Arsal, Lab Lopez, est. Ancalmo, Lab. Teramed, Lab. Gamma.
8. Calzado: predominio de la salvadoreña ADOC
La industria del calzado también fue reconocida en el ranking 2013, y la empresa ADOC, productora y comercializadora del Grupo Palomo, basada en Soyapango y con la marca Duramas, fue la ganadora del segmento. Otras empresas que compiten en este sector son las siguientes: Hush Puppies, MD, Lee Shoes y esta además la salvadoreña Calzado GW (calzado deportivo).GARBAL, Ricerfelli, Industrias Americanas y otras empresas.
9. Metalmecánica: predominio de la salvadoreña CORINCA
En el sector metalmecánica, la Corporación Industrial Centroamericana S. A. de C. V. (CORINCA) se posicionó en el número 1. “Siempre hemos tenido como posición estratégica competir en otros mercados, somos el único fabricante de acero centroamericano que exporta a los cinco mercados del istmo”, dijo Sergio Catani Papini, presidente de Corinca. Otras empresas que compiten en este sector y dominan el mercado son las siguientes: Las salvadoreñasAceros de Centroamérica, Alumicentro, Galvanissa, Construmarket (Siman) Imacasa (Belismelis) Protecno (Belismelis) Industrias Básicas de Hierro y Acero, Resortes y Alambres, Solaire (Poma), Zartex, YKK, INCO (Freund) dominan mercado.-

La resignificación del pensamiento marxista de Schafik J. Hándal Hándal en el proceso revolucionario salvadoreño contemporáneo

La resignificación del pensamiento marxista de Schafik J. Hándal Hándal en el proceso revolucionario salvadoreño contemporáneo

Dr. Orlando Cruz Capote**

«Hurgando (sic!) más profundamente se descubre que en el propio terreno teórico es donde se encuentra una de las raíces del actual debate: no existe una teoría marxista-leninista acabada de la revolución latinoamericana y no la hay tampoco de la revolución
de liberación nacional, hablando más ampliamente.

Esto nos parece de importancia capital, ya que nosotros consideramos junto a otros compañeros que han estudiado el problema, que la revolución en América Latina tiene características específicas que la diferencian de la revolución de liberación nacional en general; tiene, por decirlo así, un pie puesto en la revolución de liberación nacional
y otro en la revolución socialista».

Schafik Jorge Hándal Hándal1

I

La profunda reflexión crítica de uno de los líderes político-teóricos y prácticos de la revolución salvadoreña y latinoamericana, Schafik J. Hándal (1930-2006), en el no tan lejano 1968, ponía al descubierto una de las carencias e insuficiencias del marxismo y leninismo epocal –entonces se le denominaba marxismo-leninismo por el fenómeno del estalinismo– denunciado epidérmicamente desde 19562 en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), difundido masivamente en el movimiento comunista y obrero internacional, y en las disímiles izquierdas del orbe, especialmente, en la América Latina y el Caribe, donde no se había podido construir una teoría general y singular-concreta, ajena al eurocentralidad prosoviética predominante para el subcontinente, a pesar de los esfuerzos de muchos partidos y personalidades marxistas y leninistas a lo largo de los siglos XIX y XX, principalmente en la última centuria.[3]

Se remitía, conscientemente, hacia el pasado histórico sintetizado, magistralmente, en la frase del amauta peruano José Carlos Mariátegui La Chira, cuando sentenció, en 1928, que:

No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión diga de una generación nueva.[4]

La tesis de Schafik coincidía en el tiempo-espacio y, en parte, con la apreciación del marxista inglés Perry Anderson en ese turbulento año 1968 acerca de la crisis de la teoría y, más que todo, de la práctica real del marxismo y el socialismo en el campo socialista de la Europa del Este, la Unión Soviética, la China Popular, así como en otras partes del orbe,[5] en la que esta escuela y corriente filosófica de pensamiento y accionar se hallaba en un impasse, entorpecida por los viejos cánones de un referente histórico-político, más que todo ideologizante, que no se avenía a la realidad nuestraamericana, ni siquiera a las particularidades de otros continentes.

Esos años fueron muy tensos y divergentes para el proceso revolucionario latinoamericano y caribeño. Solamente analizando el año paradigmático de 1968,[6] el panorama se constituía muy complejo para la región, en el cual no se puede ignorar la presencia agresiva de la política del establishment estadounidense contra los procesos revolucionarios en auge y descenso. Tan paradójico sería que el propio Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, arremetía de nuevo contra los manuales soviéticos, declarándolos «anacrónicos», por separar en un enorme abismo «las concepciones generales y la práctica, entre la filosofía y la realidad […] y proveer representaciones equivocadas sobre “cómo se debe construir el comunismo”». El antimanualismo no se refería a la práctica de usar textos pedagógicos para la enseñanza, sino a una manera de pensar el socialismo, por la cual se suscitaban desavenencias con algunos países que «tienden a mirar como oveja descarriada al pueblo que no siga el caminito trillado».[7]

Asimismo, podremos percatarnos de una «microfracción» fallida en el propio Comité Central del Partido Comunista de Cuba,[8] que ponía en solfa la unidad como salvaguarda de la nación, la Revolución y el socialismo cubano, más el ejemplo que simbolizaba para la integración de las fuerzas de las izquierdas en América Latina y el mundo subdesarrollado; las imitaciones fallidas del ejemplo cubano, nunca copiable;[9] el inicio de la decadencia de la «Revolución Cultural» de la China Popular (1966), bajo el liderazgo de Mao Zedong; las declaraciones de la Conferencia de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), en la Primera Conferencia de la Tricontinental de La Habana, en 1966, y de la Organización de Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), en 1967; la «Primavera de Praga», con la intervención militar soviética y otros, a través del Pacto de Varsovia, que ponía sobre la agenda política las zonas de influencia soviéticas y estadounidenses establecidas desde Yalta (1945), con el peligro de otra invasión contra Cuba, ahora en manos del «subimperialismo» brasileño; la decadencia del insurreccionalismo guerrillero en América Latina, con el asesinato de Ernesto Che Guevara en tierras bolivianas, un 8-9 de octubre de 1967.

No en último lugar, las fuertes discrepancias de la dirección política cubana con el Partido Comunista Venezolano (anteriormente con el boliviano), entre otras fuerzas, por la guerrilla latinoamericana-cubana que se encontraba en territorio de Bolívar;[10] más la gran conmoción social del «Mayo Francés» que se propagó por las capitales del primer mundo y arribó, en octubre, al «Tlatelolco» mexicano; la lucha por los derechos civiles y contra la segregación racial de los afronorteamericanos con los Black Panthers y el Black Power; las «nuevas izquierdas» insufladas y catalizadas por la herejía revolucionaria cubana; la guerra de los EE.UU. contra Vietnam y la resistencia del Vietcong, más el movimiento antibélico y pacifista planetario; la corriente hippie, la protesta generacional y contracultural frente a la autoridad familiar e institucional burguesa.

Al unísono, habría que analizar concienzudamente la herencia de las disímiles corrientes burguesas que provenían desde los Estados Unidos de América y Europa Occidental, el «famoso» eurocentrismo, también norteamericanizador, colonizante desde el poder, el saber, la axiología y la cultura, así como determinar las heterogéneas corrientes de pensamiento latinoamericanas, muy mezcladas, que acrecientan su difusión en los años sesenta, y que lo harían de forma más profusa en la próximas décadas, así como las de un marxismo occidental muy rico en la teoría, pero con una pronunciada orfandad en la praxis revolucionaria que atracó en esos años y se publicó masivamente con la idea, no tan ingenua, de contraponerlo a las concepciones pro-soviéticas;[11] entre otras coyunturas internacionales de agitación incesante de las ideas políticas, ideológicas, espirituales-culturales, como las prácticas reformistas, las retóricas nacionalistas y antiimperialistas y aquellas que sí proponían un cambio radical en las sociedades.

Por otra parte, al año siguiente, en 1969, la delegación cubana a la Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, celebrada en Moscú, encabezada por el miembro del Buró Político Carlos Rafael Rodríguez, arribó no como una delegación oficial, sino con una posición «disidente» hacia la declaración de ese cónclave, que definía a la mayoría de los partidos comunistas latinoamericanos como la vanguardia política de la lucha revolucionaria en la región, lo que Cuba impugnaba como una falacia.[12]

De esta manera, el camarada Schafik Hándal, miembro del Partido Comunista de El Salvador (PCS) desde octubre de 1950, a fínales de la década de los sesenta percibía un abigarrado y casi ininteligible cuadro de diferentes tendencias ideológicas y políticas que estaban predominando en Nuestra América y que, aun hoy prosiguen promoviendo atomizaciones y escisiones en las disímiles izquierdas de la región. Se hacía necesaria la realización de un estudio profundo de la historia auténtica de la Patria Grande y de la nación centroamericana y, consciente de esa labor, el dirigente comunista y popular salvadoreño encaminó sus pasos hacia ella de forma ininterrumpida, con grandes hallazgos empíricos e interpretativos, más aportes teórico-críticos de amplia repercusión.

Mientras, las articulaciones urgentes entre las fuerzas revolucionarias no se realizaron, a pesar que trece años más tarde, el máximo guía de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz, reafirmaba que «[…] De acuerdo con mi experiencia, toda unidad de izquierda es ejemplar»,[13] al observar y analizar críticamente como las izquierdas latinoamericanas y planetarias, anteriormente las nacionales cubanas, proseguían su eterna lucha a lo interno contra las tradicionales políticas de los «apóstoles vanguardistas iluminados», las «capillas sectarias y dogmáticas», las ideologías de agrupaciones políticas y sociales portadoras de teorías y accionares que pretendían interpretar y, por ende, poseer la «verdad única-absoluta» acerca del desenvolvimiento zigzagueante de la historia real de la sociedad, que no podía ser conceptualizada arbitrariamente, menos con una afirmación teleológica y teológica ideologizante.[14] En su reverso, pero con el mismo efecto, otros actores ideopolíticos estaban imbuidos del espontaneísmo, nihilismo, idealismo, de voluntarismos practicistas muy estériles.[15]

Tales desencuentros estuvieron también motivados por egocentrismos y ansias protagónicas extremas, los deseos de ejercer una hegemonía ideopolítica sobre amplios grupos y sectores de la sociedad, ambiciones por espacios de poder grupales y personalistas –el «síndrome del caudillismo y del caciquismo» tan presente en la América nuestra–, acusaciones mutuas por no poseer una estrategia, táctica y métodos de lucha adecuados, así como la utilización de fuertes adjetivos acusadores acerca de seguidismos mecánicos, ciertos o no, hacia corrientes de pensamiento teórico-políticas y praxiológicas internacionales, entre otros motivos de discordias y desavenencias.[16]

Las izquierdas, fundamentalmente, las nuestramericanas habían logrado, desde antes, la fatal especialidad de dividirse y subdividirse, un hecho constatable aunque dramático. En la vida real, las mayorías de las izquierdas, siempre en plural, actuaban –siguen actuando– de manera sectaria, mirando con ojerizas cuando surgían una tras otra nuevas organizaciones, algunas de ellas desprendimientos de las ya existentes, las cuales eran excomulgadas de manera automática. No obstante, nunca actuaron aisladas, sino interrelacionadamente, y la fragmentación provenía de las incomprensiones recíprocas señaladas, y sobre todo por la ausencia de diálogos interactivos entre iguales. En esa diversidad, solo cuando en instantes históricos específicos los objetivos políticos parecían coincidir entre algunas de ellas, se lograban acuerdos o alianzas, empero, factores recurrentes de viejos y nuevos recelos hacían brotar notas divergentes que aniquilaban los denuedos articuladores.

Resultaba en aquella coyuntura e instante histórico más difícil, como lo sigue siendo en la contemporaneidad, la re-construcción de esa unidad cotidiana desde las bases sociales, como proceso sociohistórico y político-cultural jamás finiquitado, en lo cual lo ético está implícito, que aquella posibilidad real de obstaculizarla y destruirla por errores e incomprensiones objetivas/subjetivas y endógenas/exógenas, sin lograr con plenitud su fortalecimiento hegemónico consciente, con y entre las masas populares, su verdadero artífice y protagonista, de conjunto con una dirección política avezada, la vanguardia política –llamada así desde los tiempos del leninismo– y un liderazgo legítimo obtenido no a través de una proclamación providencial, sino en los vericuetos y azares combativos diarios, con un programa político diáfano principista, métodos de lucha adecuados, la armonía entre el discurso y la práctica revolucionaria.

Sin embargo, la mirada esperanzadora de Schafik Hándal constituía una de las virtudes que un marxista orgánico, comunista y revolucionario debía y debe poseer para llevar adelante la preparación constante de las condiciones subjetivas del sujeto social-histórico y político de la transformación revolucionaria, sin reduccionismos obreristas y otros sectarismos triviales, contra el dominante y hegemónico capitalismo atrasado, subdesarrollado y dependiente hacia los gobernantes de Washington fundamentalmente, que acerrojaba el cumplimiento de las demandas legítimas de los pueblos explotados y oprimidos latinoamericano-caribeños.

Sin caer en desencantos ante tantas limitaciones, explicaba meridanamente en este propio folleto que, el «interés real y creciente por la búsqueda de nuevas respuestas se mezcla –sin definir todavía sus fronteras respectivas– con la confrontación entre antiguas y nuevas tesis dogmáticas, entre esquemas vacíos de vida», añadiendo que «la polémica está cargada de abundante tensión […] y que este era […] un fenómeno natural que se encuentra dentro de la lógica de la historia contemporánea del mundo y del continente.»[17]

El dirigente político, de clara mirada estratégica y táctica, se ubicaba, epistemológicamente expresado, en coyunturas históricas que habían comenzado desde finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y que habían trillado su rumbo por diversas luchas nacional‑liberadoras, por la justicia social y los flujos‑reflujos en el quehacer de los diferentes movimientos revolucionarios, verificando vertientes contradictorias y dicotómicas, que impedían conocer, comprender e interpretar ese complejo entramado socioeconómico, político y cultural con el fin de poder realizar un compendio interpretativo realista de la situación latinoamericana-caribeña, para que se produjera el cambio profundo de tal situación estrictamente estructural y concomitante al sistema capitalista en el recién denominado Tercer Mundo.

Su re/des/conocimiento dialéctico historicista, lo que hoy llamaríamos el desaprendizaje y aprendizaje de un revolucionario en evolución perpetua, se refería no solo a la falta de desarrollo de una teoría para la estrategia y la táctica, más los métodos de lucha, sino para «antes de la toma del poder […] también a la teoría para la construcción de la nueva sociedad, comprendidos además los problemas sociológicos e ideológicos que le son consustanciales de la revolución en ambas etapas».[18]

Sin descartar en su discurso político, más bien todo lo contrario, el cúmulo de enseñanzas y experiencias internacionales, regionales y nacionales, Schafik hacía énfasis en el despliegue teórico y práctico de una concepción marxista19 que no podía detenerse en el solo «asalto al poder» como un hecho aislado, sino como un proceso, en el cual era esencial la construcción-preparación político ideológica temprana y permanente de la organización política de avanzada y de las masas populares antes, durante y después de ese salto grandioso en la historia humana, con la intención de liquidar al capitalismo y transitar hacia el socialismo.[20]

Asimismo, Schafik no mencionaba a una sola clase o actor político del cambio, aunque aún resaltaba el rol esencial de la clase obrera, sino a un considerable número de sujetos sociales, históricamente concretos en cada nación y pueblos del subcontinente que ya, en 1964, para El Salvador, expresaba en otro trabajo suyo:

Se oyen de vez en cuando opiniones que de alguna manera intentan establecer diferencias artificiales entre obreros e intelectuales en el interior del P. [Partido Comunista de El Salvador – PCS, 1930] […] Hay quienes, por el contrario, no le dan suficiente importancia al factor de contenido proletario –teórico y práctico– de nuestro P. Ambas posiciones perjudican: la primera cae en el sectarismo, creando y agudizando luchas internas artificiales, la otra conduce a no realizar los esfuerzos necesarios para llevar a cabo la proletarización –ideológica práctica– de nuestro P., con todas la secuela de consecuencias de tal situación.[21]

Añadiendo, con claridad meridiana, que:

[…] el proceso educativo revolucionario no cuenta solo para los miembros de extracción no proletaria, sino que es parte fundamental del proceso de formación revolucionaria de todo miembro, independientemente de su procedencia de clase.[22]

Sin poner freno a su originalidad y creatividad revolucionaria, arraigada en la comprensión del panorama socioeconómico y político de El Salvador, y «violentando» superadoramente, además, algunas de las «regularidades y leyes» de un marxismo anquilosado y esquemático, Schafik aseguraba de forma tajante que «esto no hay que desligarlo naturalmente de las condiciones concretas del desarrollo económico nacional. A veces se dice que el Partido refleja la composición existente en el país».[23] Y agregaba de inmediato que «en El Salvador la industria es muy poco desarrollada. De lo que se concluye, que no podemos mecánicamente tratar de que haya una alta composición obrera en el partido […] esto es una pobre justificación de nuestro mal trabajo de concentración entre la clase obrera […]». En otro párrafo de este documento, se señala que:

Es cierto que en un país subdesarrollado, semi-colonial y agrícola, con fuertes remanentes feudales [años después lo denominaría rezagos precapitalistas] no cuenta con un proletariado tan desarrollado en número y tradición, tan amplio y consolidado, como el de los países industrializados. Pero de allí no debe sacarse deducciones absolutas […].[24]

Para culminar con la siguiente aseveración:

Nuestros métodos de trabajo deben de cambiar, debemos botar el sectarismo, ser amplios en nuestro trabajo de acercamiento con las masas, orientar a los compañeros en sus dificultades con los patronos, no querer resolverlo todo con fraseología revolucionaria y aunque al principio no le hablemos de revolución a nuestros compañeros de trabajo, ganémonos su confianza con sus problemas inmediatos, y no nos desesperemos cuando de pronto no veamos resultados espectaculares.[25]

En estas tempranas expresiones conceptuales se estaba definiendo en la avanzada política salvadoreña un tipo de marxismo, junto a otras apreciaciones, que no comulgaba con aquel que venía de las «aventajadas» ideas del socialismo vigente en el mundo de la época de los sesenta, que procedían, en muchos casos, de la Internacional Comunista (1919-1943) y del Buro de Información (1946-1956-1957),[26] entre otros, y que, lamentablemente, continuaron como una verdad «absoluta preestablecida». Se comprendía que la dirección política del proletariado y de la clase obrera, únicamente no podían ser comprendidas como un hecho físico y sociológico, sino como un hecho-proceso político cualitativo de mayor envergadura que una observación simplista y copista, que mimetizaba otras experiencias históricas geopolíticamente lejanas a las singularidades del proceso salvadoreño y de Nuestra América.

Sin olvidar que jamás existirá, al decir del propio líder de la revolución bolchevique de 1917, V. I. Lenin, una revolución proletaria pura,[27] como tampoco un socialismo «casto» (añadimos nosotros), que exige de la clase proletaria, obrera y campesinado trabajador, con su fuerza política dirigente, otra visión del problema a resolver.

Una clase trabajadora asalariada, urbana y rural, intelectual y manual, opuesta al capital por antonomasia, no como un hecho cuantitativo y exclusivo, sino condicionado por un hecho-proceso político de concientización en sí y para sí, que deben asociarse, aliarse, necesariamente con otras clases, grupos, sectores sociales y, en conjunto, a las masas populares, explotadas y oprimidas, para llevar a vía de efecto la transformación revolucionaria: la Revolución Social y Política que conlleve a la emancipación total humana, concebida históricamente como forma muy superior de democracia, que libera consigo al resto de la sociedad de la explotación y la opresión, la enajenación y alienación, luchando a brazo partido contra la burguesía y su cultura dominante y hegemónica. Asimismo, definiendo el cómo serían las diversas articulaciones y la unidad con las otras organizaciones políticas y sociales participantes en la lucha.

Estos fueron los albores de un pensamiento y accionar que, en el caso de Schafik Hándal, irían enriqueciéndose en el fragor del combate socioclasista y popular, en su labor de trabajador social incesante, en la dirección política unitaria del pueblo salvadoreño y en la conformación de un partido revolucionario experimentado, capaz de conducirlas hacia pasos superiores, en un permanente contacto con ellas, sin caer en esquemas a priori, desplegando los caminos independientes del marxismo,[28] más las vías disímiles para arribar al socialismo,[29] tal como las concibiera Lenin.

II

Ya entre 1972 y 1977, la contextualización sociohistórica concreta salvadoreña le permitía a Schafik aseverar, con mayor fuerza y nitidez, que: «[…] Ha habido […] cambios políticos y hechos importantes, entre los cuales es necesario señalar: la irrupción del movimiento de las masas campesinas y de asalariados agrícolas, prácticamente inexistentes desde el genocidio de enero y febrero de 1932»,[30] la emergencia de la mayoría del clero católico hacia la izquierda y su vinculación con las masas del campo, y la polarización, en términos totales, de las fuerzas en conflicto. Por un lado, la inmensa mayoría del pueblo y, por otro lado, el régimen, comprendiendo en este término al gobierno y a la oligarquía que lo sostiene.[31]

En 1982, reconfiguraba y fortalecía sus ideas en medio de la lucha armada popular y política,[32] sin perder la línea principista de organización y acción, con determinaciones antidogmáticas, en una exposición titulada, El estudio del marxismo por sí solo no es garantía de una posición revolucionaria. La garantía es la lucha por el poder mediante la vía correcta, a lo que añade en sus páginas interiores que si no se lucha por el poder por el camino adecuado:

[…] entonces, el Partido está expuesto a quedarse al margen de la fila delantera de la revolución y de la posibilidad de influir en el triunfo de la revolución […] y los vínculos indisolubles que hay […] entre las cuestiones de la lucha por el poder con la cuestión de la vía, del carácter de la revolución y de la unidad de la izquierda, como problemas completamente interrelacionados.[33]

La preocupación continuaba latente al prestar atención a cómo los partidos comunistas no estaban conduciendo la lucha revolucionaria en el Tercer Mundo, ni siquiera en el Norte industrializado, y cómo la clase obrera estaba extraviándose en caminos reformistas y economicistas, ante lo cual asevera que:

[…] si se rebaja eso [el análisis teórico] al nivel del relato histórico y del enjuiciamiento moral entonces no se llega a ninguna conclusión; por esas vías el Partido no se cohesiona alrededor de una línea correcta, sino por el contrario se dispersa en una multitud de posiciones, unas más emotivas que otras, unas más intelectualizadas que otras, pero no se cohesiona alrededor de una orientación revolucionaria que le permita como tal, como partido convertirse en sujeto de victoria que cumple el papel que tiene asignado.[34]

El estudio político autodidacta, sus intentos de culminar la carrea de derecho (nunca terminada oficialmente, aunque lo intentó por diez años) y su contacto indisoluble con las realidades continentales y mundiales, con su pueblo en primer lugar, fueron dando lugar a una personalidad de una profunda preparación teórica, política e ideológica.

Para los años setenta y ochenta de la pasada centuria, la expectativa política de la revolución salvadoreña se constituía esencialmente en tres pilares: acometer la lucha contra los gobiernos oligárquicos y el imperialismo estadounidense por todos los medios posibles, en especial el armado, para derrocarlos; arribar a la toma del poder político; y llevar a cabo la democracia inconclusa en la sociedad y comenzar el tránsito hacia el socialismo.

Luego del fracaso de la vía electoral, de desplegarse intensas luchas internas en el seno del PCS, y otras agrupaciones políticas y sociales, la separación, aparición y creación de numerosas organizaciones sociales, de masas y políticas de izquierda, con sus divergencias y contradicciones endógenas/exógenas, más diferentes matices ideopolíticos, se habían creado las condiciones objetivas y subjetivas para la fundación de un movimiento integracionista-unitario que enrolara bajo una Comandancia General a todas estas organizaciones. Así surge el 10 de octubre de 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.[35]

Por tal motivo, en 1987, Schafik afirma categóricamente que:

La dispersión de la vanguardia está en lo fundamental terminada; no solo tenemos acuerdos formales de unidad y de coordinación, sino que el proceso unitario ha avanzado y se ha profundizado mucho, ha llegado a niveles muy altos. El objetivo de este proceso es otro, más alto: la unificación en un solo partido. Tenemos una sola concepción, una sola línea, un solo plan […].[36]

Para, sin demorarse un segundo, lanzar la siguiente valoración autocrítica:

Sigue pendiente una tarea en el terreno de masas, de concretar el instrumental: la construcción del Ejército Político de Masas para la Revolución en las nuevas condiciones […] El hecho de que sea una organización político-militar clandestina, capaz de actuar también en el terreno militar, pero muy vinculada al movimiento de masas, está llevando a ciertas limitaciones; surge la tendencia a disminuir el rol político de este movimiento y a levantar mucho más el papel militar. Nosotros tenemos que comprender que debe tratarse de un movimiento con gran rol político. Este movimiento es el que va a llevar a las masas, aún las más atrasadas, a los niveles más altos de desarrollo».[37]

La preocupación de uno de los líderes del movimiento revolucionario era evidente, ya que por mucho que se avanzara en las tareas de la insurrección armada‑popular, no podía quedarse detrás el trabajo ideopolítico del FMLN, con perspectivas de consolidarse como un partido unido de cuadros y de masas, y eso solo lo lograría vinculándolo indefectiblemente con todas las clases, grupos, sectores, estratos y segmentos explotados y oprimidos de la sociedad salvadoreña y fortaleciendo su preparación-formación teórica, política e ideológica.

Muy pocos años después, en un trabajo programático de largo aliento, dejó estas ideas en palabras indelebles y con plena vigencia para la actualidad, afirmando que:

Yo sostengo que para enfrentar y derrotar la ofensiva mediático-política de Saca [Elías Antonio Saca González, mandatario en el gobierno de turno, 2004-2009], el FMLN debe estar siempre en contacto con la población, informándole de todo y presentándole nuestras propuestas […] para que la gente tenga un parámetro de medición y comparación. […] Hacer eso requiere un Partido en que sus afiliados se conviertan en militantes, organizados en los Comités de Base, que mantengan una relación permanente y sistemática con la población de su entorno, de su municipio, de su colonia, barrio, comunidad, explicándole y escuchándole constantemente. Se requiere para ello un trabajo de educación política y de transmisión de información muy ágil dentro del Partido, en las dos direcciones: hacia la base, poniendo en sus manos todas estas propuestas o todas las explicaciones, y de la base a la dirección, trayendo sus opiniones e informaciones, las opiniones y propuestas de la gente».[38]

También señaló que:

[…] para garantizar la conexión y poner en marcha un nuevo tipo de proceso de afiliación que va, ya no por la vía electorera, sino por la vía de la comprensión y adhesión a la misión histórica revolucionaria del FMLN, a sus propuestas concretas, basada en la conciencia de que hay que hacer una gran lucha para llevar adelante esos cambios.[39]

Y cierra la idea de la unidad del FMLN con las bases sociales y populares, con una conceptualización para todos los tiempos.

De esta manera lograremos que tengan fundamento y fuerzas nuestras iniciativas programáticas, en la Asamblea Legislativa, en los gobiernos municipales y en la mesa de diálogo con el gobierno […]. Yo le he llamado a esto la dialéctica de dos concertaciones. La concertación popular y la concertación nacional, así lo planteamos por primera vez durante la negociación de los Acuerdos de Paz. En este binomio dialéctico la determinante es la concertación popular, que es donde debemos poner un mayor énfasis, al mismo tiempo que estamos allá con el gobierno y los demás partidos en la mesa nacional, manteniéndonos allí para obtener logros con la presión de las demandas de la gente, o hasta que se demuestre su inutilidad.[40]

III

Luego de la firma de los Acuerdos de Paz, el 16 de enero 1992, entre el FMLN y el gobierno de Alfredo Félix Cristiani Burkard (1989-1994) perteneciente al partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el cual recibió al apoyo de las élites de poder de Washington hasta el último instante, las condiciones de lucha en El Salvador requieren en su quehacer un cambio extraordinario que no escapa a la visión crítica de sus líderes más capaces.

La agudeza política e ideológica de Schafik Hándal vuelve a ponerse de manifiesto cuando precisa que, entonces, como consecuencia de la victoria política-diplomática, el número de miembros, afiliados y simpatizantes al FMLN había crecido de forma desmesurada con dos vertientes de análisis: una, el reconocimiento al prestigio y la legitimidad política alcanzada en la lucha; la otra, que la entrada masiva podía traer secuelas negativas si no se preparaba un plan de educación y formación político-ideológico que ayudara a ir deslindando a los más conscientes de aquellos que entraban con ansias de pertenecer a una organización vencedora, pero sin una verdadera voluntad de llevar a cabo las nuevas tareas revolucionarias. También planteó la necesidad de cambiar los métodos de trabajo, en la divulgación y propaganda de los objetivos y propósitos del partido, pues ahora en condiciones de paz, siempre relativas, los sistemas verticalistas, de ordeno y mando y las órdenes desde arriba hacia abajo, debían sustituirse y complementarse con orientaciones persuasivas horizontales hacia las organizaciones sociales y populares, con la urgencia de conocer y resolver sus demandas, y potenciar la creatividad de las bases sociales con una política de retroalimentación con la dirección del FMLN en todo el país.

Ya en 1989, en un documento, extracto de una exposición sobre la problemática de la propaganda revolucionaria, el líder del proceso salvadoreño advertía certeramente que:

La propaganda no solo es un esfuerzo por ganar a las masas para nuestra línea, divulgar nuestra línea, que es lo principal, convertir las ideas en acción, en fuerza material, sino también es una forma de obtener información y de dar información […] nos obliga a utilizar este medio para confundir al enemigo sin confundir a las masas.[41]

Cerró su exposición, desde una perspectiva marxista crítica y autocrítica, con la siguiente idea:

Estamos de acuerdo en que hay debilidad de conducción, pero que consiste totalmente en otra cosa. En primer lugar consiste en no comprender y no persuadir a todos los cuadros que están en la propaganda de que su labor debe ser de esta otra manera, que deben desatar su creatividad, su combatividad, su agilidad en el debate, en la polémica con el enemigo, disputando el pensamiento de las masas, y de cada uno en su propio lugar […] Para eso lo que es indispensable es dominar la línea, dominar también los cambios coyunturales de la línea, no solo de la línea estratégica general, sino las modificaciones coyunturales sobre todo en una situación como la nuestra en que la coyuntura toma mucha velocidad y en un mundo en que también los cambios de coyuntura han pasado a ser muy veloces, no solo porque los acontecimientos son veloces, sino sobre todo, porque son más conocidos, más divulgados pueden llegar al conocimiento de todos en segundos a través de los medios modernos de comunicación, los satélites, la electrónica, las computadoras, etc., etc.[42]

Consciente de esa enorme misión, Schafik Hándal, realiza el esfuerzo teórico más grande de su vida, cuando lanza un conjunto de ideas valorativas acerca de los errores de la construcción socialista en Europa del Este y la Unión Soviética, sin caer en hipercriticismos y extremismos, relanzando su pensamiento teórico y político acerca de una revolución socialista en El Salvador. De esta manera le respondió a Marta Harnecker en aquellos convulsos días de 1991.

Así es nuestra concepción revolucionaria para El Salvador. Tenemos que crear para ello un nuevo modelo de sistema político y económico-social que parta básicamente de nuestra realidad nacional y entorno internacional. Lo que vayamos haciendo en este terreno será desde un principio una acumulación en el proceso hacia el socialismo. Si desde el comienzo se acierta en lo fundamental de la configuración de las estructuras económicas, como en la configuración del sistema político-jurídico; si somos capaces de evitar el error del verticalismo y nos mantenemos fieles a la idea de que el impulso fundamental hacia el socialismo debe venir desde abajo, y al principio de que la vanguardia al conducir no debe sustituir a las masas, al pueblo, sino que debe conducirlo, saber orientarlo de modo que este conozca, comprenda y haga suya la meta del socialismo; si nosotros, desde los primeros momentos aseguramos la hegemonía de la revolución en este proceso de tránsito, sin que la vanguardia se transforme en aparato de estado que impone desde arriba su voluntad; si desde los primeros pasos de la revolución democrática somos capaces de organizar un sistema político realmente democrático, basado en la activa participación y control popular sobre todo el proceso, esto ya sería una enorme y decisiva ganancia en el camino al socialismo, y nunca después tendría que abolirse la democracia y establecerse un estado verticalista.[43]

IV

Teórico de la práctica y no de gabinete, Schafik escoge el rumbo, junto a otros valiosos compañeros, de integrar definitivamente, autodisoluciones por medio, a las fuerzas del desarrollo de la revolución, en 1995, y lo realiza sin desconocer las tribulaciones, traiciones y deserciones que ya estaban aflorando y aquellas por venir, atribuibles a las luchas internas en el FMLN.

Desde ese momento, sus dos grandes obsesiones revolucionarias se unen de manera indisoluble, la primera, consolidar al FMLN y, la segunda, construir un poder ciudadano, social sólido, desde abajo, para revertir las paralizaciones de lo popular como lo esencial y protagónico en el proceso salvadoreño.

El pensamiento creativo de Schafik Hándal, acerca de la recuperación y el fortalecimiento del movimiento social, incluido el sindical, severamente dañado por el neoliberalismo y que hoy resurge en las filas de la derecha de manera intencional, y la reconstrucción del poder popular desde las bases del pueblo, está entonces en plena consonancia, con la «Declaración del XVII Foro de Sao Paulo», celebrado en Managua en el 2011, en que se dice:

La izquierda política gobernante […] tiene que despojarse de ciertos prejuicios frente a un movimiento social que, por mucho que asuma el reto de ejercer ese poder de nuevo tipo, siempre tendrá un rol que jugar, el cual no es exactamente igual que el del gobierno a nivel de su institucionalidad formal.

Las respuestas vuelven a encontrarse en el potencial expectante de las ideas y el accionar de Schafik Jorge Hándal Hándal, contextualizándolas en la actual coyuntura histórica o situación política, pero que mantienen su pleno vigor e ingenio.

Cuando propugno por la unidad del Partido, no estoy hablando de pegar con chicle grupos que se forman con intereses electorales y tampoco hablo de tranzar sin principios. Eso sería reducir la unidad solo a estar todos juntos, con el FMLN como techo común. Esa no es la unidad, deja de lado la misión revolucionaria del Partido y su capacidad de cumplirla. El principal combate ideológico deberá dirigirse contra el mezquino interés electorero y la ambición de adquirir poder personal, contra la corrupción, el oportunismo y el arribismo. […] El contacto directo y permanente con la población, no solo para presentar una plataforma electoral o apoyar candidatos, ese deberá ser nuestro método preferido.[44]

NOTAS

  • Doctor en Ciencias Históricas, Investigador Auxiliar del Instituto de Filosofía, Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (CITMA), Asesor de Investigaciones del Instituto Schafik Hándal, San Salvador, El Salvador.

[1] Schafik Jorge Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», material impreso, San Salvador, noviembre de 1968, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), inédito, sin clasificar, pp. 4-5.

[2] En 1956, se llevó a cabo el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en el cual el secretario general recién elegido, Nikita Jruschov, dio a conocer el informe secreto acerca de «La crítica al culto de la personalidad», dirigido contra Iosif Stalin.

[3] Véase a Amaro del Rosal: Los congresos obreros internacionales en el siglo XIX y XX (en dos tomos), Editorial Grijalbo, S. A., México, D.F., 1958. Véase también a Instituto de Movimiento Obrero Internacional (IMOI): El movimiento obrero internacional. Historia y teoría (en siete tomos), Editorial Progreso, Moscú, 1982.

[4] José Carlos Mariátegui: Amauta No. 17, Lima, septiembre de 1928, pp. 17-21.

[5] Perry Anderson: ¿Existe una crisis del marxismo?, Dialéctica, Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), traducción de Gabriel Vargas Lozano, México, 11 de noviembre de 1980 (148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=174&article=193&mode=pdf).

[6] Carlos Antonio Aguirre Rojas: Para comprender el mundo actual. Una gramática de larga duración, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 2003.

[7] Rafael Hernández: El año rojo. Política, sociedad y cultura (1968), The Harvard Review of Latin America III No. 11: 21-24. Invierno de 2009.

[8] Raúl Castro: «Informe del Comandante Raúl Castro, presidente de la Comisión de las FAR y de Seguridad del Estado del Comité Central, ante la reunión de este organismo del partido», El Militante Comunista. Suplemento Especial, reunión del CC del PCC los días 24 al 26 de enero de 1968.

[9] Entre algunos de los análisis superficiales y las inadecuadas interpretaciones del pensar y accionar de la Revolución Cubana se encontraron dos seudo-tesis: la de Jean Paul-Sartre acerca de «una Revolución sin ideología», y la controvertida idea de Regis Debray sobre la creación de «un foco guerrillero», sin dirección política. Véase a Jean Paul-Sartre: Jean Paul-Sartre visita a Cuba, Ediciones Revolucionaria®, La Habana, 1961. Véase también a Regis Debray: Revolución en la Revolución, Casa de las Américas, La Habana, 1967.

[10] Alí Rodríguez Araque: Antes de que se me olvide. Conversación con Rosa Miriam Elizalde, prólogo de Hugo Chávez Frías, Editora Política, La Habana, 2012.

[11] Carlos Antonio Aguirre Rojas: Itinerarios de la Historiografía del siglo XX: de los diferentes marxismos a los varios Annales, Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 1999; Retratos para una historia. Ensayos de contrahistoria intelectual, Ediciones ICAIC, La Habana, 2010; La historiografía en el siglo XX. Historia e historiadores entre 1848 y 2005, Ediciones ICAIC, La Habana, 2011.

[12] Carlos Rafael Rodríguez: Intervención de la delegación del Partido Comunista de Cuba en la Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, Moscú, 1969 (material mimeografiado); Orlando Cruz Capote: Entre la realidad, la mística y los mitos de los 50 años del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, artículo inédito, La Habana, 23 de septiembre de 2013.

[13] Fidel Castro Ruz: Entrevista concedida a la revista mexicana Proceso, 21 de septiembre de 1981, en Clodomiro Almeyda Medina «El proceso de construcción de las vanguardias en la Revolución Latinoamericana», Nueva Sociedad No. 61, Caracas, Venezuela, julio-agosto, 1982, p. 25.

[14] Orlando Cruz Capote: «La Unidad y la diversidad en la historia de Cuba. Nuevas miradas críticas», 2013, Inédito.

[15] No hay que olvidar que las ideas de los socialistas utópicos, los anarquistas, los anarcosindicalistas, los socialdemócratas, los trotskistas, los maoístas, más tarde los eurocomunistas y otros, se continuaron manifestando junto a las ideas de un marxismo y socialismo cerrado y dogmático, más otro original y creador.

[16] Orlando Cruz Capote: Prólogo a Comunismo, Socialismo y Nacionalismo (1920-1958), Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2014, pp. 7-26.

[17] Schafik Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», ob. cit., p. 1.

[18] Ibídem: p. 5. A partir de ahora, las negritas son del autor de este artículo-ensayo.

[19] Desde este momento, cuando escribamos marxista, incluimos el leninismo, a los coterráneos y sus continuadores contemporáneos.

[20] Schafik Hándal: «Reflexiones sobre el problema de la revolución latinoamericana», ob. cit., p. 5.

[21] Schafik Hándal (con el seudónimo Sánchez): La proletarización orgánica e ideológica del partido, Publicaciones de la Comisión Nacional de Educación, Partido Comunista de El Salvador, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00219, 1964, p. 1.

[22] Ibídem: p. 5.

[23] Ibídem: P. 8.

[24] Ibídem.

[25] Ibídem: p. 11.

[26] Instituto de Marxismo-Leninismo (IML): La Internacional Comunista. Ensayo histórico sucinto, Editorial Progreso, Moscú, s/f.

[27] «[…] quien espera la revolución social “pura” no la verá jamás. Será un revolucionario de palabra, que no comprende la verdadera revolución». Vladimir Ilich Lenin: «Balance de la discusión sobre la autodeterminación», Obras Completas, t. 30, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 56.

[28] Vladimir Ilich Lenin: «Nuestro Programa», Obras Completas, t.4, Editorial Progreso, Moscú, 1985, p. 194.

[29] Vladimir Ilich Lenin: «Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista», Obras Completas, t. 30, Editorial Progreso, Moscú, p. 129.

[30] Schafik Hándal: «Interrelación indisoluble», Revista Internacional, No. 5, Praga, mayo de 1978. Copia mecanografiada y fotocopiada, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00249, 1978, p. 10.

[31] Ibídem.

[32] Aunque existieron movimientos armados desde de 1968-1970, a partir de 1979-1980, Schafik logra que el PCS y otras organizaciones existentes: las Fuerzas Populares de Liberación Nacional Farabundo Martí (FPL, 1-04-1970), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, 2-03-1972), la Resistencia Nacional (RN, 10-05- 1975), y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC, noviembre de 1975 y enero de 1976), más las organizaciones que se sumarían, consoliden su unidad alrededor de una proyección insurreccional nacional en que se vieran envueltas las amplias masas populares, base social imprescindible para el desarrollo exitoso del enfrentamiento guerrillero contra las fuerzas represivas internas y el imperialismo yanqui.

[33] Schafik Hándal (con el seudónimo Simón): «El estudio del marxismo por sí solo no es garantía de una posición revolucionaria. La garantía es la lucha por el poder mediante la vía correcta», intervención en un seminario, copia mecanografiada y fotocopiada, Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00001, del 21 de marzo de 1982, p. 2.

[34] Ibídem: p. 4.

[35] Véase a Schafik Hándal: Teoría de la Situación Revolucionaria (extractos de la intervención realizada, en 1987, en la inauguración de la capacitación para el desarrollo de los cuadros en la etapa final de la Guerra Revolucionaria Popular, sobre el devenir histórico del movimiento revolucionario hasta ese año), Ediciones Instituto Schafik Hándal, San Salvador; Véase también a Schafik Hándal: Legado de un revolucionario, Ocean Sur, México D.F., 2014.

[36] Schafik Hándal: Teoría de la situación revolucionaria, ob. cit., p. 73.

[37] Ibídem.

[38] Schafik Hándal: El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador, ob. cit., p. 20.

[39] Ibídem: p. 21.

[40] Ibídem.

[41] Schafik Hándal: Papel y características de la propaganda revolucionaria en el momento actual, (extracto de exposición en Seminario sobre Propaganda), Archivo del Instituto Schafik Hándal (ISH), D-00317, 8 de junio de 1989, p. 2.

[42] Ibídem: p. 3.

[43] Schafik Hándal: El socialismo: ¿una alternativa para América Latina?, Entrevista a Schafik Hándal realizada por Marta Harnecker en 1991, Ocean Sur, México D.F., 2014, pp. 53-54.

[44] Documentos del XVII Encuentro del Foro de São Paulo, Managua, celebrado en Nicaragua del 16 al 21 de mayo de 2011, Capítulo 3: «[…] los desafíos actuales de las izquierdas populares, democráticas, nacionalistas, socialistas y comunistas en América Latina», (http://forodesaopaulo.org/documentos-del-xvii-encuentro-del-foro-de-sao-paulo/), 6 de junio de 2011.

Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador

Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador∗

Roberto Regalado**

«Si estamos profundamente convencidos de que el socialismo
será el futuro para América Latina, debemos aceptar el reto
de renovarlo, de liberarlo de toda clase de dogmas
y estrecheces y convertirlo en el ideal de las masas».

Schafik Hándal

En las postrimerías del siglo XX colapsaron los postulados ideológicos tradicionales de las dos vertientes del movimiento socialista internacional nacido en la Europa decimonónica, a saber, el comunismo y la socialdemocracia.

En el caso del comunismo, se produjo la crisis terminal del llamado socialismo real, errónea pero muy extendidamente considerado —por sus partidarios, enemigos y gran parte de la izquierda no marxista—, como la encarnación de las ideas de Marx, Engels y Lenin. Esta crisis, causada por el insoportable agravamiento de las contradicciones político‑ideológicas, económicas, sociales y culturales de ese esquema de matriz estalinista, desembocó, entre 1989 y 1991, en el derrumbe del bloque de países europeo orientales, incluida la Unión Soviética, y en la redefinición de sus respectivos proyectos de nación que realizan los partidos comunistas y los gobiernos de China, Vietnam y Cuba.

En el caso de la socialdemocracia, esta trató de que el colapso de sus postulados ideológicos pasara inadvertido, ocultándolo tras la defenestración del «socialismo real», atribuyéndose una falsa victoria en el arcaico enfrentamiento dicotómico entre reforma y revolución, y presentando la renuncia definitiva a su proyecto original de reforma social progresista como un supuesto salto cualitativo renovador, cuando en realidad era un cambio cualitativo retrógrado porque asumía en cuerpo y alma el neoliberalismo, doctrina que impone el crecimiento desenfrenado de la concentración del poder y la riqueza, sustentado en el crecimiento también desenfrenado de la explotación y exclusión social. Esta apropiación del neoliberalismo la reconocía, abiertamente y sin sonrojo, la llamada Tercera Vía del Partido Laborista Inglés, mientras que la Comisión Progreso Global de la Internacional Socialista intentaba presentarla como una actualización programática supuestamente alternativa a esa doctrina.[1]

El cambio de esencia de la socialdemocracia obedece a que en el transcurso del siglo XX rompió con sus ideas fundacionales y se convirtió en un elemento orgánico del capitalismo monopolista, cuya crisis sistémica la obliga a hacerse copartícipe del agigantamiento de la brecha entre ricos y pobres, las guerras de recolonización del Sur, la depredación del planeta y otros estertores decadentes de la senil formación económico‑social capitalista.

La fraudulenta asociación de ideas entre «socialismo real» y marxismo que le fue inculcada a varias generaciones de revolucionarios y revolucionarias, incluida la mía, hizo que, a corto plazo, la bancarrota del «socialismo real» sembrara en muchos la duda sobre el carácter científico y la vigencia del marxismo y, en otros, provocara el rechazo o la renuncia a él. Sin embargo, no tardó en abrirse paso la necesidad de lo que Néstor Kohan llama volver a Marx.

Ahora bien, la duda, la renuncia, el rechazo y la negación del marxismo no fueron resultado de una lucha solo ideológica. En apoyo a esta afirmación, me permito hacer una cita algo extensa de la obra de Néstor titulada Nuestro Marx:

Desde nuestro punto de vista la necesidad de reinstalar la discusión y el debate sobre Marx en la agenda contemporánea de las ciencias sociales se torna una urgencia inaplazable. Durante el último cuarto del siglo XX lo que predominó en el terreno del pensamiento social fue un abanico de relatos —principalmente el posmodernismo, el posestructuralismo y el posmarxismo— que condujeron al abandono de todo horizonte crítico radical y a la deslegitimación de todo cuestionamiento de la sociedad capitalista.

Esa hegemonía complaciente no surgió de manera espontánea. Convergieron diversas circunstancias.

En Argentina y América Latina, las salvajes y feroces dictaduras militares de los años setenta no solo secuestraron, torturaron y asesinaron a miles y miles de militantes políticos, investigadores, estudiosos, pedagogos y difusores del marxismo, instalando el terror en su máxima crudeza en toda la población, también desmantelaron programas de investigación, incendiaron bibliotecas completas, destruyeron universidades públicas, promovieron universidades privadas y confesionales, exiliaron a numerosos intelectuales de izquierda (aquellos que no lograron matar) y persiguieron toda huella de marxismo catalogado bajo el rótulo de «delincuencia terrorista y subversiva». Ese dato que marcó a fuego nuestro país y nuestro continente, aparentemente «externo» a la producción, desarrollo, circulación y consumo de la misma teoría, muchas veces resulta soslayado a la hora de reflexionar sobre los avatares del marxismo.

Pero no solo hubo hoguera, violación, picana y fosas comunes a la hora de perseguir el marxismo en Argentina y América Latina. También hubo mucho dinero.

Una vez que pasó el huracán represivo y su lluvia torrencial de balas, plomo, capucha y alambre de púas, las cenizas de marxismo que habían logrado permanecer encendidas se intentaron asfixiar y apagar con becas, editoriales mercantiles, suplementos culturales en los grandes multimedias, cátedras, programas de posgrado, revistas con referato, una fuerte inserción académica y toda una gama de caricias y dispositivos institucionales destinados a desmoralizar a los viejos rebeldes, vacunar de antemano a los nuevos, neutralizar la disidencia, cooptar conciencias críticas y fabricar industrialmente el consenso.

Así, con el león y la zorra, con la violencia y el consenso, el fantasma satanizado y demonizado del marxismo revolucionario fue conjurado durante casi treinta años.[2]

Para evitar que se repita la usurpación del marxismo y el leninismo por parte de una persona, grupo de personas o escuela de pensamiento, y para resaltar su carácter de ideología siempre viva, siempre en interacción con la praxis, siempre abierta a la crítica y la autocrítica, en constante autocorrección y autorenovación, que necesariamente ha de ser resultado de la labor de lo que Gramsci llamó el intelectual colectivo revolucionario, al hablar hoy del marxismo y el leninismo, se ha acuñado el término teoría de la revolución social de fundamento marxista y leninista, el cual refleja la diferencia y, a la vez, establece el nexo dialéctico, entre:

El cuerpo de ideas elaborado por Marx y Engels en la etapa de despliegue de la gran industria capitalista, labor que abarca desde la década de 1840, hasta la muerte de Marx, en 1881, y la de Engels, en 1995
La actualización, adecuación y desarrollo de las ideas de Marx y Engels realizada por Vladimir Ilich Lenin en la etapa en que el sistema capitalista da el salto del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista o imperialismo, producción teórica que se extiende desde la década de 1890 hasta meses antes de su muerte en 1924
El amplio, diverso, complejo y hasta contradictorio horizonte de autores y autoras que, a lo largo de las etapas históricas transcurridas desde la vida de los clásicos hasta hoy, utilizan el método de Marx como el instrumento fundamental de su propia producción teórica y política

Hobsbawm llama la atención sobre el hecho de que mucho de lo que se discutió sobre la revolución en el siglo XIX es posterior a la muerte de Marx y Engels, por lo cual, lo más que puede decirse es que quienes primero debatieron esos temas, a raíz de la polémica sobre revisionismo y reformismo iniciada en la década de 1890, estuvieron en contacto personal con Marx y Engels o, en la mayoría de los casos, solo con este último. Ello implica que toda la elaboración teórica y política de fundamento marxista realizada con posterioridad a la muerte de los clásicos está basada en interpretaciones o revisiones póstumas;[3] con otras palabras, Marx y Engels no participaron en esa elaboración y carece de sentido especular sobre cuáles habrían sido sus consideraciones al respecto.

Siguiendo el razonamiento de Hobsbawm, podemos añadir que casi todos los líderes y pensadores bolcheviques que estuvieron en contacto personal con Lenin fueron ejecutados por órdenes de Stalin y sus obras censuradas. Esto implica que no solo desapareció la riqueza de la producción teórica y de los debates de los hombres y mujeres que lideraron la Revolución de Octubre y fundaron la URSS, sino también que la concepción estalinista de su obra predominó en los partidos comunistas de todo el mundo hasta la apertura ideológica y cultural de la década de 1960, y que siguió predominando en una parte importante de esos partidos hasta el momento mismo del derrumbe.

En esencia, teoría de la revolución social de fundamento marxista y leninista es la producida por sucesivas generaciones de científicas y científicos sociales mediante la utilización del aparato categorial y conceptual construido por Marx, Engels y Lenin, con el objetivo de:

Analizar las características y contradicciones de la sociedad capitalista
Estudiar las regularidades sociales
Identificar a los sujetos sociales revolucionarios
Formular leyes de tendencia a partir de las cuales elaborar los objetivos, estrategias y tácticas de la revolución4

Insistimos en la urgencia de volver a Marx porque metamorfosis ocurrida en el mundo a raíz del agravamiento de la crisis sistémica del capitalismo y de la desaparición del llamado campo socialista, plantea la necesidad de dar respuestas actualizadas y contextualizadas a los cuatro elementos antes enunciados. En el caso de América Latina, incluido el caso de El Salvador, en el que Schafik concentró su atención principal, los cambios ocurridos en las condiciones y características de las luchas populares están determinados por cuatro factores externos y cinco procesos continentales.

Los factores externos que ejercen influencias determinantes en la actual situación política, económica y social de América Latina son:

El salto de la concentración nacional a la concentración transnacional de la propiedad, la producción y el poder político –proceso generalmente conocido como globalización–, identificable a partir de la década de 1970, que cambia la ubicación de América Latina en la división internacional del trabajo y modifica la estructura socio‑clasista de la región
La avalancha universal del neoliberalismo, desatada en la década de 1980, que impone y legitima la híperconcentración transnacional de la riqueza y el poder político
El derrumbe del bloque europeo oriental, incluida la URSS, ocurrido entre 1989 y 1991, que destruyó la bipolaridad mundial, la cual sirvió durante la posguerra de muro de contención de la agresividad imperialista y coadyuvó a la descolonización del Medio Oriente, Asia y África subsahariana.
La «neoliberalización» de la socialdemocracia europea, proyectada a escala internacional en la segunda mitad de la década de 1990, que permeó a partes de la izquierda latinoamericana con una reelaboración light de esa doctrina

A su vez, los procesos continentales en desarrollo desde el colapso de la bipolaridad mundial de posguerra son:

La sujeción a un nuevo sistema continental de dominación imperialista, un sistema de dominación de naturaleza transnacional, proceso dominante entre 1989 y 1994
La crisis del Estado neoliberal recién impuesto y el auge de la lucha de los movimientos sociales, una parte de los cuales se convierten en movimientos social‑políticos, procesos dominantes entre 1994 y 1998
La elección de gobiernos nacionales de izquierda y progresistas, proceso dominante entre 1998 y 2009
La contraofensiva del imperialismo norteamericano y la derecha local, que intentan recuperar el espacio perdido, proceso caracterizado por su flujo y reflujo desde 2009 hasta hoy5

En virtud de todos los cambios derivados de lo que se ha dado en calificar con un cambio de época, Volver a Marx es el imprescindible primer paso para trascender el abanico de relatos posmodernos, posestructurales y posmarxistas mencionados por Néstor, cuyo fin es evitar que se cumpla la premisa marxista de conocer el mundo para transformarlo. En este contexto, tal como se expresa en la convocatoria a este seminario:

El pensamiento de Schafik es una herramienta teórica y política de sumo valor para realizar el imprescindible balance de las luces y sombras que la izquierda latinoamericana en general y la salvadoreña en particular, han dejado a su paso en el camino transitado a todo lo largo del siglo XX e inicios del XXI, y para trazar la ruta en pos de las transformaciones sociales que permitan colocar el bienestar y desarrollo de los pueblos como la prioridad absoluta de las naciones latinoamericanas.

Entre los múltiples atributos de la obra de Schafik resaltan: su enfoque marxista de la historia, que sienta las bases para comprender la actual situación política, económica y social del mundo, de América Latina como región y de El Salvador como país; y su análisis crítico de las fracasadas experiencias de construcción socialista del siglo XX, de las que se extraen oportunas lecciones para delinear nuevos paradigmas emancipadores, enraizados en las condiciones y características de la América Latina del siglo XXI. Por esos y otros motivos, es un formidable referente para la elaboración estratégica y táctica de la izquierda revolucionaria latinoamericana, en particular, del FMLN, y para la educación político‑ideológica de l@s dirigentes, militantes y bases sociales de esa izquierda regional, en especial, del FMLN.

Schafik fue un dirigente y pensador revolucionario con una larga trayectoria nacional y latinoamericana. Iniciado en la lucha política como participante en la Huelga de Brazos Caídos de 1944 que derrocó a la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, ingresó en el Partido Comunista de El Salvador (PCS) en 1950 y dos años después sufrió su primer exilio, que fue también su primer contacto con las fuerzas revolucionarias de otros países. Ese contacto incluyó una estancia en Honduras, durante la cual apoyó a los grupos marxistas que años más tarde fundarían el Partido Comunista de ese país, y un exilio de cuatro años en Chile, en cuyo Partido Comunista, un partido con una fructífera historia y una fuerte inserción en el Movimiento Comunista Internacional, fue miembro de la Comisión de Propaganda de Regional Santiago.

Tras ser electo secretario general del PCS en 1973, a finales de esa década fue uno de los líderes de partidos comunistas latinoamericanos que protagonizaron el llamado viraje, consistente en la ruptura con la línea soviética de rechazo a la lucha armada revolucionaria, el cual desemboca en su activa participación el proceso de construcción del FMLN. Junto a los secretarios generales de los partidos comunistas de Argentina, Guatemala, Honduras y República Dominicana, en 1990 fue firmante de la «Carta abierta a los partidos comunistas y revolucionarios de América Latina», conocida como la Carta de los Cinco que, ante el inminente derrumbe de la URSS, ratificaba la vigencia de las ideas de la revolución y el socialismo, posición que defendió en diversas tribunas nacionales e internacionales como dirigente del FMLN, entre ellas el Foro de Sao Paulo. Schafik es autor de una extensa y valiosa producción teórica y política, gran parte de ella asequible en libros y folletos, y en artículos y entrevistas publicados en periódicos y revistas, y otra parte en fase de investigación en el instituto que lleva su nombre.

A Schafik Hándal se le calificó de «ortodoxo». ¿Cómo reaccionó él ante eso?

Nos han puesto el nombre de «ortodoxos» –dice Schafik–, que desde el punto de vista de su contenido etimológico es correcto: defendemos la pureza de nuestras ideas. Como suena mal al oído, la burguesía lo ha utilizado como instrumento publicitario en contra nuestra.[6]

¿Y cuáles son las ideas cuya pureza defendió? ¿Son acaso los postulados ideológicos tradicionales que desembocaron en el derrumbe de la URSS y el resto del bloque europeo oriental de posguerra»? ¿Qué análisis hizo al respecto?

La causa principal del fracaso del socialismo en la URSS –afirma Schafik–se debe a que la dirigencia dejó de ser revolucionaria. Anuló la democracia, redujo a cero las opiniones de la sociedad, instauró el verticalismo y el burocratismo. En la dirección de aquellos partidos que estaban en el poder, se impusieron los intereses personales.[7]

A ello añade que:

Se han derrumbado no solo regímenes, se han derrumbado dogmas. El socialismo no puede seguir siendo el mismo. Está sacudido por estallidos revolucionarios, en cuya base hay una crisis estructural, provocada por las relaciones de producción estatistas, la gestión de la economía rígidamente centralizada y burocrática.[8]

Sobre este aspecto, advierte:

Surge una interrogante. Si son estallidos revolucionarios: ¿por qué dan origen a tendencias antisocialistas muy fuertes, a veces hasta dominantes? Pienso que esto se explica por los factores siguientes:

En primer lugar, es necesario recordar que en todo proceso de revolución también surge la tendencia a la contrarrevolución. Esto tiene carácter objetivo. Triunfa, en definitiva, la corriente que logra la mayor fuerza, la que se guía por un plan más acertado, más inteligente. El predominio de la revolución o de la contrarrevolución se decide en el terreno subjetivo: depende de la conducción de una o la otra. En medio de situaciones revolucionarias, a veces se presenta el viraje de las masas hacia el rumbo contrarrevolucionario.

[…]

En segundo lugar, los partidos del socialismo, al fundirse con el Estado, se separaron de las masas (me estoy refiriendo a los ex países socialistas), se colocaron por encima de ellas, se infestaron de corrupción y se desprestigiaron desacreditando al socialismo. Esto deja un enorme espacio a fuerzas de diversos matices, incluso contrarrevolucionarias, para que confundan y atraigan a las grandes masas.[9]

¿Hay trazas de dogmatismo en el pensamiento de Schafik? Los fragmentos citados sobre la esencia antidemocrática del «socialismo real», demuestran, de modo fehaciente, que no las hay. También antidogmáticas son sus ideas sobre la renovación del socialismo, como botón de muestra de las cuales, destacamos:

Si estamos profundamente convencidos de que el socialismo será el futuro para América Latina, debemos aceptar el reto de renovarlo, de liberarlo de toda clase de dogmas y estrecheces y convertirlo en el ideal de las masas. Nuestro compromiso es irrenunciable. Nuestro punto de partida es reconocer que la fusión del Estado y del partido del socialismo nunca fue la idea de los creadores del socialismo científico, ni voluntad de los pueblos. El fundir en un solo puño el aparato administrativo del Estado y del partido, la propiedad de los medios de producción y distribución, el ejército, los órganos de seguridad, las organizaciones sociales, el arte y la cultura es estatismo, verticalismo, autoritarismo, burocratismo, y de ninguna manera es socialismo auténtico.

El socialismo debe ponerlo todo en manos de la sociedad, y no en manos exclusivas del Estado, excepto lo que contribuya a garantizar la supremacía de la justicia social y de la libertad del individuo. El compromiso irrenunciable de los revolucionarios es defender incansablemente el socialismo real incluso si es defectuoso, ir rectificándolo.[10]

A ello añade:

Al socialismo se le puede defender solo renovándolo, lo cual implica compartir esta tarea con el pueblo, abriéndole la posibilidad de participar en su crítica y reestructuración. La renovación del socialismo real implica un tránsito tenso, preñado de contradicciones que pueden sumergirlo en una crisis de debilitación, facilitar su aprovechamiento por los imperialistas y toda clase de fuerzas antisocialistas generar una gran confusión en las masas y perder el rumbo. Así el socialismo puede liquidarse. Superar esa contradicción es un gran reto: renovar el socialismo y defenderlo son compromisos revolucionarios irrenunciables e inseparables. Nosotros sabemos que la clave está en el trabajo de los revolucionarios con el pueblo.

En su renovación, el partido en un país socialista debe desembocar en un partido que conciba la respuesta al reto de un descomunal esfuerzo por incorporar a las fuerzas populares y sociales, tanto a la rectificación renovadora del sistema económico y político del socialismo, como a la depuración y reconstrucción del mismo partido. Hacerlo de tal manera que el partido revolucionario pueda ocupar legítimamente un lugar de sujeto político, sostenido en el reconocimiento del sujeto social frente a otras corrientes y partidos que inevitablemente hacen surgir este proceso, y cuya existencia se vuelve una necesidad de la nueva democracia socialista.

La justeza y popularidad del sistema socialista debe ser tal que cualquier grupo o partido solo pueda ser fuerte si está por el socialismo y lucha por perfeccionarlo. Solo puede lograrlo el socialismo desestatizado, el socialismo socializado en manos de la sociedad civil, basado en múltiples formas de propiedad y autogestión social. Los ritmos más convenientes para este proceso contradictorio de reestructuración están determinados por la correlación interna de fuerzas y por el imperialismo.

No hay, ni puede haber una medida pareja, un molde único. La cuota de rectificación y la cuota de defensa no pueden mantenerse fijas. Están determinadas por la situación concreta de cada país y momento. El socialismo debería defenderse y al mismo tiempo renovarse en manos de la propia sociedad.[11]

De una de las citas anteriores extraemos la clave de las ideas cuya pureza defendió Schafik: «Nuestro punto de partida es reconocer que la fusión del Estado y del partido del socialismo nunca fue la idea de los creadores del socialismo científico […]». No cabe duda de que la ortodoxia de Schafik no es apego a postulados ideológicos colapsados, sino apego a la actualización, adecuación y desarrollo creativo teoría de la revolución de fundamento marxista y leninista, tal como ha sido definida en esta ponencia.

En el caso de El Salvador, de acuerdo con el método de Marx, Schafik parte del análisis de su ubicación como país subdesarrollado y dependiente dentro de la división internacional del trabajo, la cual:

Adquiere significación en la segunda mitad del siglo XVIII con la exportación del añil, a partir de la cual se conforma el capitalismo salvadoreño
Cambia en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la exportación del café sustituye a la del añil como centro de la economía monoproductora.
Vuelve a cambiar en las dos décadas de gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), 1989‑2009, cuya política neoliberal destruyó la matriz productiva de El Salvador, de modo que la mayor fuente de ingresos del país pasó a ser la exportación de emigrantes ilegales, emisores de las remesas que sostienen a sus familias y a la nación

Del lugar que ocupa El Salvador en la división internacional del trabajo, se deriva su estructura socio‑clasista y su sistema de dominación y subordinación:

Con la economía del añil se corresponde el desempeño de los hacendados añileros como sujeto social dominante, cuyas contradicciones con el monopolio comercial colonialista español los lleva a asumir el liderazgo del proceso de independencia, que no resolvió, sino agravó, los antagonismos de la sociedad salvadoreña, entre otros factores, porque pronto se desató la primera expropiación de tierras indígenas realizada en tiempos de la república
Con la economía del café se corresponde el desempeño de la oligarquía cafetalera como sujeto social dominante, que construye un Estado, un sistema de dominación política, económica, social y cultural, y una infraestructura en función de sus intereses, sobre la base de la polarización y la exclusión social exacerbadas por una nueva y aún más feroz de expropiación de tierras indígenas y ejidatarias, y por la brutal proletarización de sus antiguos ocupantes. Con palabras de Schafik:

El cultivo y exportación del añil a Europa, acrecentado desde la segunda mitad del siglo XVIII, fue el precursor e iniciador del capitalismo agroexportador en El Salvador. Pero fue el cultivo y la exportación del café, desde la segunda mitad del siglo XIX, el motor de los cambios económicos, clasistas, jurídicos, políticos, culturales, de la configuración del capitalismo étnicos, financieros, monetarios, que configuraron el despliegue de ese modelo para El Salvador de hoy, más allá de la agroexportación con su extrema desigualdad, el tipo de capitalismo que exhibe tristemente su riqueza concentrada en pocas familias y la pobreza cada vez más extensa, la emigración y la dependencia igualmente crecientes.[12]

Tras describir la construcción del Estado salvadoreño en función de los intereses de la oligarquía cafetalera, Schafik concluye:

Con estas características configuró nuestro país su economía hacia afuera, su capitalismo dependiente, inducido y condicionado desde afuera, desde Europa primero, desde los Estados Unidos después, encabezado por una oligarquía muy rica, que constantemente aumentaba su capital, y en el otro extremo un pueblo pobre, constantemente corriendo hacia la miseria. La clase media era inestable y, en su mayoría, estaba al borde del despeñadero de la pobreza.

[…]

Así se fue configurando estructuralmente el funcionamiento de la economía y, sobre esta base, la sicología e ideología de la clase dominante: un espacio donde todo se puede, se compra, se vende, si favorece los intereses oligárquicos, sin importar si se viola la Constitución.[13]

A partir de firma de los Acuerdos de Paz de 1992, y sacando partido del desconocimiento del que adolecía el recién desmovilizado FMLN en materia económica, ARENA se lanza a la apertura, desregulación y descapitalización de la economía salvadoreña.

Con respecto a la expulsión de personas hacia los Estados Unidos como pilar de esta nueva ubicación en la división internacional del trabajo, Schafik denuncia que las remesas de los emigrados son canalizadas por conducto de los bancos de la oligarquía salvadoreña y captadas por las tiendas de la misma oligarquía. Además, caracteriza la emigración hacia los Estados Unidos como el agigantamiento de una válvula de escape de la fuerza de trabajo excedente que en épocas anteriores se dirigía a Honduras:

Yo resumo en una pequeña frase –dice Schafik– esa relación migratoria con Honduras: constituyó una válvula de escape del vapor de la caldera social salvadoreña. Hacia allá salía el excedente de mano de obra, de producción de mercancías, de pequeña empresa. Esa válvula de escape contuvo por decenios la lucha por la tierra en El Salvador. Cuando en 1969 se produjo en Honduras la expropiación y expulsión masiva de salvadoreños, estalló de nuevo aquí la lucha social y, en particular, la lucha campesina por la tierra. La válvula de escape de nuestra caldera social es hoy la emigración hacia los Estados Unidos y el envío creciente, multimillonario, de remesas de nuestros compatriotas desde allá.[14]

El sostén del Estado oligárquico salvadoreño ha sido sus aparatos represivos, el más antiguo de los cuales es el ejército. Sobre este tema, Schafik expone que:

Desde la fundación de la república hasta la primera década del siglo XX, los altos mandos del ejército eran personajes de la oligarquía
Durante la segunda década del siglo XX comienza la profesionalización del ejército, que no elimina ni atenúa su subordinación a la oligarquía
La masacre de la insurrección popular de 1932 hace que el imperialismo norteamericano y la oligarquía salvadoreña asuman al general Maximiliano Hernández Martínez como defensor de sus intereses y le den el visto bueno a su inicialmente indeseada dictadura
Tras la dictadura unipersonal de Hernández Martínez, comienza lo que él llama «la etapa electorera de las dictaduras militares», en la que el partido castrense cambia de nombres, sus candidatos rotan en la presidencia sin posibilidad de reelección, e impera el derecho al golpe de Estado cuando un presidente intenta adjudicarse un segundo mandato
Los fraudes electorales y las represiones cometidos en las elecciones presidenciales de 1972 y 1977, y en las legislativas de 1974, seguidos del derrocamiento del gobierno del general Carlos Humberto Romero por el golpe de Estado de la Juventud Militar y de la instalación de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno indicaron el agotamiento de ese esquema y crearon las condiciones para le insurgencia revolucionaria

Cabría preguntarnos: ¿qué funciones cumplen hoy estos análisis y reflexiones de Schafik sobre la historia de El Salvador que hemos sintetizado? ¿Para qué le sirven esos análisis y reflexiones al pueblo? Le sirven para conocer las características y contradicciones de la sociedad capitalista salvadoreña, para estudiar sus regularidades sociales, para identificar a los sujetos sociales revolucionarios del país y para formular leyes de tendencia a partir de las cuales elaborar los objetivos, estrategias y tácticas de la revolución salvadoreña.

En un mundo, un continente y una nación en los que las oligarquías y sus partidos reaccionarios no han podido evitar la irrupción de fuerzas políticas y sociales de izquierda en la lucha política‑electoral, recurren a la usurpación de conceptos que nunca respetaron ni respetarán, como democracia, participación, transparencia y otros. De modo que una de las muchas razones por las cuales es importante estudiar y divulgar los análisis y reflexiones histórico‑sociales de Schafik, es para que el pueblo sepa quién es quién.

Cuando ubicamos quién es quién en El Salvador, queda claro que hay una oligarquía que históricamente monopolizó el poder político y económico a sangre y fuego, y que hubo cinco organizaciones revolucionarias que, como reza la conocida frase de Schafik, se vieron obligadas a hacer la guerra para construir la paz.

Sobre la convergencia de las cinco organizaciones revolucionarias existentes en El Salvador en la década de 1970, que desemboca en la fundación del FMLN en 1980 y en el inicio de la guerra revolucionaria en 1981, Schafik señala que la represión contra los movimientos sociales populares en pie de lucha y el vaciamiento del liderazgo de dichos movimientos provocado por la necesidad de cuadros militares provocó el reflujo de la situación revolucionaria que se había configurado en El Salvador en 1979, por lo que la llamada ofensiva final de enero de 1981 fue tardía y no podía dar el resultado esperado. No obstante, fue el inicio de casi doce años de guerra revolucionaria en un país en el que, debido a la pequeñez de su territorio, la elevada densidad poblacional y la inexistencia de bosques y montañas, se estimaba que solo una insurrección relámpago podría tener éxito.

La combinación de formas de lucha –política, social, militar, comunicacional y diplomática– asumida por el FMLN desde el primer momento demostró ser una estrategia acertada, que no solo le permitió contar con los apoyos nacionales e internacionales necesarios para mantener la guerra revolucionaria e imponer límites y condicionamientos a la actuación de los gobiernos de los Estados Unidos y El Salvador, sino que logró abrir la puerta a una solución política negociada cuando el cambio en el mapa político mundial provocado por el derrumbe de los países del «socialismo real», en lo externo, y el cansancio de la sociedad salvadoreña provocado por más de una década de guerra, en lo interno, apuntaron a que esa era su mejor opción estratégica.

El pensamiento estratégico y táctico de Schafik –fundado en su conocimiento, comprensión y utilización del método de Marx– hizo que él fuera el candidato natural de la Comandancia General para encabezar la delegación del FMLN participante en el proceso de diálogo y negociación con el gobierno, en especial, desde el momento en que este entra en su recta final, en virtud de los resultados político‑militares de la ofensiva «Hasta el Tope», de noviembre de 1989.

Como por regla general sucede en todos los movimientos de lucha antidictatoriales, el fin de la dictadura es «la meta final» para algunos y el cumplimiento de un «objetivo parcial» para otros. En el caso del FMLN, esa decantación ocurre en un momento de extrema polarización, entre 1989 y 2004.

Repárese en que ese es, precisamente, el momento en que se manifiesta el máximo impacto de los cuatro factores externos que ejercen una influencia determinante en las condiciones y características de la América Latina actual, esbozados al inicio de esta ponencia, a saber: la transnacionalización del capital; la avalancha universal del neoliberalismo; el derrumbe de la Unión Soviética y la «neoliberalización» de la socialdemocracia. Fue en este momento que se desató en El Salvador lo que Néstor Kohan caracteriza como «toda una gama de caricias y dispositivos institucionales destinados a desmoralizar a los viejos rebeldes, vacunar de antemano a los nuevos, neutralizar la disidencia, cooptar conciencias críticas y fabricar industrialmente el consenso». Sobre esta problemática, Schafik dice:

[…] los que fueron nuestros enemigos en la guerra, con fuerte apoyo del extranjero, del gobierno de los Estados Unidos principalmente, desarrollaban sobre nosotros una intensa y aguda ofensiva ideológica mediante foros, conferencias, seminarios, cursillos y otros, en medio de una sostenida práctica de exquisitas cenas y tertulias en las residencias de los líderes más protagónicos de la gran empresa privada. Comenzaron así a aparecer al interior del frente lenguajes, conceptos y categorías propios del pensamiento en boga del capitalismo neoliberal y globalizante.[15]

Nótense en las últimas líneas de esta cita las trazas indelebles de la neoliberalización de la socialdemocracia europea y de su influencia en sectores de la izquierda latinoamericana a las que hicimos referencia en la introducción a este trabajo.

Y en este punto cabría preguntarnos: ¿qué funciones cumplen hoy estos análisis y reflexiones de Schafik sobre la trayectoria del FMLN y sobre las escisiones que sufrió tras la firma de los Acuerdos de Paz? ¿Para qué le sirven esos análisis y reflexiones al pueblo? Le sirven para ganar conciencia de que la lucha por la transformación social revolucionaria de El Salvador sigue en pie, aunque esa lucha se desarrolle en otras condiciones y con otras características, de lo cual se deriva un replanteamiento programático, estratégico y táctico del FMLN.

Schafik hablaba de la necesidad de un salto cualitativo en la lucha política y electoral del FMLN. Ese salto era ganar el control del Estado para avanzar en pos de la transformación revolucionaria de la sociedad salvadoreña. Se avanzó hacia ese salto con su campaña presidencial de 2004, pero sin lograr el triunfo en aquella ocasión. Tras la desaparición física de Schafik, un salto cualitativo parcial se produjo con el ascenso a la Presidencia de Mauricio Funes, en 2009, y otro con el ascenso a la Presidencia de Salvador Sánchez Cerén, en 2014.

Digo saltos cualitativos parciales porque si bien el ejercicio del Poder Ejecutivo, el contar con la mayor fracción en el Poder Legislativo y el control de un elevado número de alcaldías, todo ello unido al crecimiento de la organización y combatividad de los movimientos sociales populares, son importantes cuotas de poder con las que cuenta el FMLN, también importantes cuotas de poder político, económico y mediático conserva la oligarquía.

Desde el gobierno, hace más de cinco años que el FMLN trabaja en las tres grandes misiones históricas planteadas por Schafik: la solución del problema agrario, y de la economía en general; la democratización política, económica y social; y la defensa de la soberanía, la autodeterminación y la independencia.

Hoy se cumplen nueve años de la desaparición física de Schafik. Mucho ha avanzado el FMLN desde entonces en el fortalecimiento político, ideológico y organizativo que él definía como una necesidad imperiosa. Y la convocatoria al Primer Congreso del FMLN, a efectuarse en octubre del presente año, indica la conciencia y la voluntad de la dirección del partido para continuar ese fortalecimiento cuya ruta Schafik Hándal contribuyó a trazar, junto al hoy presidente, Salvador Sánchez Cerén, junto al hoy secretario general del FMLN, Medardo González, junto a todas y todos los miembros de la Comisión Política y el Consejo Nacional del partido y, sobre todo, en constante y estrecha interacción con el pueblo.

En conclusión, el pensamiento marxista de Schafik es dialéctico, dinámico, fresco, innovador y profundamente democrático y apegado al pueblo. «Habrá socialismo —decía Schafik— si la gente quiere que haya socialismo; si no, no habrá socialismo». De ahí parte su insistencia en retomar el pensamiento humanista y democrático de los clásicos, y de ahí se deriva la esencia y el título de esta ponencia: «Volver a Marx en el mundo; volver a Schafik en El Salvador».

NOTAS

  • Doctor en Ciencias Filosóficas, miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), asesor del Instituto Schafik Hándal (ISH) y del Centro de Estudios de El Salvador (CEES), es autor de libros, folletos y artículos sobre los Estados Unidos, América Latina, y la izquierda y los movimientos sociales populares latinoamericanos.

[1] Para conocer las caracterizaciones de la Tercera Vía y la Comisión Progreso Global de la Internacional Socialista hechas por el autor, véase a Roberto Regalado: América Latina entre siglos: dominación, crisis, lucha social y alternativas políticas de la izquierda, Ocean Sur, México D.F., 2006, pp. 86‑98.

[2] Néstor Kohan: Nuestro Marx, en (http://www.rebelion.org/docs/98548.pdf), consultado el 17/01/2015).

[3] Véase a Eric Hobsbawm: How to change the world. Tales of Marx and Marxims, Little Brown Book Group, London, 2011, p. 7.

[4] Véase a Néstor Kohan: ob. cit.

[5] Para conocer los análisis y reflexiones del autor sobre los factores externos y los procesos continentales que determinan las condiciones y características de las luchas populares en América Latina hoy, véase a Roberto Regalado: La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje?, Ocean Sur, México D.F., 2012.

[6] Schafik Hándal: Legado de un revolucionario: ob. cit., t.3, p. 55.

[7] Ibídem: p. 40.

[8] Ibídem: p. 47.

[9] Ibídem: pp. 48‑49.

[10] Ibídem: p. 54.

[11] Ibídem: pp. 55‑56.

[12] Schafik Jorge Hándal: Legado de un revolucionario (en tres tomos), Ocean Sur, México D.F., 2014, t.1, pp. 27‑28.

[13] Ibídem: pp. 30‑31.

[14] Ibídem: p. 41.

[15] Ibídem: pp. 125‑126.