Una reforma manchada

Una reforma manchada
El Faro
El Faro / Publicado el 4 de Agosto de 2014

La recién aprobada reforma fiscal es no solo necesaria, sino además justa. No hay ninguna de las enmiendas aprobadas que sea reprochable, y los lamentos de algunos medios de comunicación y las amenazas de las gremiales de la empresa privada de que estos costos serán trasladados a los consumidores solo reflejan su nula voluntad de contribuir al desarrollo de su país, de contar con un Estado capaz de proveer a todos sus ciudadanos de las condiciones mínimas para una vida digna; particularmente en momentos en que el Estado padece una grave situación financiera y la mayor parte de la población se encuentra en deplorables condiciones de vida.

Advertir que un cobro de 25 centavos por transacciones financieras de cien dólares es un freno a la inversión y al crecimiento económico es aún más absurdo cuando estos mensajes provienen de gremiales que jamás se han pronunciado siquiera por el hecho de que la banca cobre 62 centavos por cada retiro de efectivo, independientemente de la cantidad, en algunos cajeros automáticos. Ya solo esto habla de unas gremiales empresariales que piensan siempre y solo en las ganancias para los grandes empresarios; ni siquiera para los medianos ni pequeños que de todos modos pagan cuotas por transacciones financieras menores, no al Estado pero sí a la banca privada, lo cual nunca ha sido motivo de reclamo por parte de quienes presuntamente deberían también representarlos, sobre todo la ANEP.

La protesta, también airada, porque se intente cobrar impuestos a los periódicos impresos, es igual de mezquina pero además obsoleta. La ley de imprenta, hecha a imagen y semejanza de otros países, fue impulsada por una agenda liberal en la primera existencia formal de la República Federal de Centroamérica. Tenía por fin garantizar la libre publicación del pensamiento sin restricción alguna más que lo que fuera contra la Constitución y el honor. El hecho de que la imprenta fuera dispensada del pago de impuestos tenía como fundamento evitar que mediante tasaciones se volviera prohibitivo la diseminación de ideas o la crítica a los gobiernos. En aquellos años, durante la primera mitad del Siglo XIX, no había ningún otro medio de comunicación.

Ahora, con la radio, la televisión y el internet, la ley de imprenta es obsoleta e injusta en un sistema en el que todos los demás medios sí están obligados a pagar impuestos.

Por ello esta reforma era urgente, necesaria y justa.

Sin embargo, el FMLN optó por manchar esta reforma. Por enturbiarla y convertirla en una triquiñuela a la misma usanza de las que en el pasado protestó con toda la autoridad moral y legitimidad que ha perdido ahora.

Pasar una ley en un madrugón fue apenas la primera parte del agravio. Aterrizar otra vez en la aritmética, por encima de todos los procedimientos establecidos para la convivencia política y sacrificando la esencia misma del quehacer parlamentario (el debate, la discusión abierta al público de la formación de leyes) es un acto no solo de prepotencia política, sino además de irrespeto a los ciudadanos y de desprecio a la democracia.

Pero hacerlo, además, pactando a cambio la entrega de la Corte de Cuentas a Gana, es pervertir una reforma fiscal que merecía haber nacido limpia.

Es un insulto pactar una reforma para obtener más dinero a cambio de entregar la vigilancia de ese mismo dinero a un cómplice que ya ha demostrado su incapacidad y su nula voluntad de velar por el buen uso de los fondos públicos; cuyo principal vocero, un diputado de la junta directiva, debería estar en los primeros lugares de esa lista de funcionarios a ser investigados.

No se podrá avanzar en la consecución de un sistema fiscal más justo, que permita una mejor distribución del ingreso, si no se avanza al mismo tiempo en una profunda reforma al ejercicio de contraloría en el Estado.

Era muy difícil, en tiempos de Arena, esperar que desde la Asamblea se tomaran medidas para el establecimiento de una Corte de Cuentas transparente, responsable y eficiente. Pero era lo primero que el FMLN estaba obligado a hacer tras su llegada al poder, si quería mantener la congruencia con sus reivindicaciones y sus promesas históricas. Lamentablemente hoy, con este acto, la exguerrilla parece nuevamente haber sido seducida por las trampas del poder, y preferir los pactos oscuros, como ya es usual desde que llegaron a la presidencia del Órgano Legislativo, al cumplimiento de una misión que parecía de verdad tener aspiraciones transformadoras.

Derechos Humanos y Políticas de Protección Social del Adulto Mayor

Derechos Humanos y Políticas de Protección Social del Adulto Mayor

Waldo Arriagada Peñailillo

“La peculiaridad de la participación en los clubes de adulto mayor, reside en que la
pertenencia a ellos ocurre desde el reconocimiento de quienes los integran de
su condición de personas adultas mayores, lo que adquiere una relevancia especial por cuanto se han convertido en un actor legítimo en la conquista de espacios sociales, resignificando en este proceso asociativo, el fenómeno participativo que
provoca la compleja conversión en sujeto de derecho”.
(Regina Obreque Morales;“De Abuelito a Sujeto de Derecho”; año 2006).

  • Existe una relación de reciprocidad entre los derechos humanos y las políticas

de protección social, orientadas a las personas de mayor edad. Por un lado, el
discurso de los derechos humanos requiere para su garantía y exigibilidad, los
contextos institucionales que permitan su ejercicio. Por otro lado, las políticas
se basan en un enfoque de derechos, tendiente a la ampliación y protección de
éstos. En ambos sentidos, las personas mayores se benefician del desarrollo
en su calidad de ‘sujetos de derecho’.

Los adultos mayores son sujetos de derechos universales y específicos1. Esto es lo mismo que decir, que son personas o titulares de derechos y obligaciones2.

En este caso, el sujeto activo de los derechos humanos universales y específicos, está dado por las personas de 60 y más años, en los distintos puntos del planeta, en relación con sus estados nacionales, los que aparecen

Síntesis del documento “Los Adultos Mayores en los Derechos Humanos, las Políticas de Protección Social y su Aplicación en Chile”, incluida bajo el número I.1.2 de la Tesis que da opción al Grado de Licenciado en Sociología y al Título de Sociólogo en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, llamada “Perspectivas de Identidad para la Reconstrucción de Memoria Histórica Local a través de los Relatos de Vida de Adultos Mayores en la Comuna de San Bernardo entre los años 2003 y 2009”.
∗∗ Registro de Propiedad Intelectual Nº 187693.
1 La teoría de la ‘Relación Jurídica’, contempla a lo menos un sujeto activo, que posee un derecho o una facultad, y un sujeto pasivo que tiene un deber u obligación. Lo anterior, en torno a un objeto, concerniente a una prestación de dar, hacer o no hacer algo. A partir de un hecho que da origen a la relación y una norma que la protege. En Pacheco Gómez, Máximo: “Introducción al estudio de las ciencias jurídicas”. Editorial Universitaria; Santiago de Chile, 1962.
2 Es posible tomar la noción de ‘persona’ que efectúa el Derecho Civil, atribuyendo esta
calidad a la humanidad. El código Civil declara: “Son personas todos los individuos de la
especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”. En: República de
Chile: “Código Civil”. Editorial Jurídica; Santiago de Chile, 2008. Art. 55.

como sujetos pasivos en la relación jurídica originada en el nacimiento de
aquellos, para dar reconocimiento, protección y garantía, al tiempo de
abstenerse de dañar, estos derechos considerados por la humanidad como
inherentes a su propia calidad, siendo los tratados internacionales de derechos
humanos y el reconocimiento de las constituciones políticas de los países del
mundo, las normas en la mencionada relación
3
. La prestación que está en
juego se compone de la obligación de los estados de reconocer, respetar,
proteger y promover los derechos humanos, al mismo tiempo de abstenerse de
transgredirlos, violarlos y/o lesionarlos.
Acerca de lo que es una política social, es posible expresar que se trata de un
posicionamiento del aparato público, en relación a cuestiones de notoriedad
social que transitan de la agenda pública a la agenda de gobierno
4
.
Entre los tipos en que se puede manifestar una política, según la costumbre
jurídica de cada país, se hallan: Planes, Leyes o propiamente Políticas
5
.
I.- LOS DERECHOS:
Recurrimos a la noción de derechos humanos, derechos fundamentales o
derechos de la persona humana, para referirnos a los adultos mayores como
‘titulares de derecho’.
Así, las personas de mayor edad, son reconocidas en el estatuto internacional
de los derechos humanos, como miembros de la ‘familia humana’. Esto es lo
mismo que decir, que a las personas mayores se les reconocen los derechos
de toda persona humana, por el sólo hecho de haber nacido y pertenecer a la
humanidad.
Es así entonces, que los Estados en el ordenamiento jurídico internacional,
reconocen, protegen, promueven y garantizan el ejercicio de los derechos
universales por parte de todos los seres humanos.
El momento constitutivo del origen de los Derechos Humanos modernos,
relacionados al proceso de envejecimiento y a las personas de mayor edad, en
el ordenamiento jurídico internacional, es sin duda, la “Declaración Universal de
Derechos Humanos”. Luego de las grandes guerras, el 10 de diciembre de
1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas la aprobó y proclamó.
3 Del Derecho Constitucional, se desprende la calidad de titular de derechos que tiene todo ser
humano, en el espacio del espacio nacional. Así expresa la Constitución chilena: “Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. En: Constitución Política de la República de
Chile. Artículo 1°. En: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=242302 Consultado en Julio de
2009.
4
Así lo expresa Sandra Huenchuán: “concebiremos que una política es una toma de posición
de parte del Estado respecto de un problema que ha causado interés público (agenda pública)
y se ha logrado instalar como cuestión en la agenda de gobierno”. En: Huenchuán Navarro,
Sandra: “Políticas de vejez en América Latina: Una propuesta para su análisis”. CELADE-
División de Población de la CEPAL; Santiago de Chile, 2003. Pág. 1.
5 Íbidem. Pág. 2.

Este cuerpo legal de los países del mundo -tanto como los acuerdos que le
seguirán-, consagra derechos humanos inalienables a toda persona humana.
Tiene como principios rectores, los derechos a la vida, la fraternidad, la
democracia, el desarrollo, la libertad, la ciudadanía y la igualdad.
Se trata del derecho irrenunciable, de carácter general, que posee cada ser
humano por el sólo hecho de haber nacido y habitar el planeta.
Tanto en la historia de la humanidad, como en su presente, existe el
conocimiento público de violaciones a los derechos humanos de distinta
especie, origen y destino. No obstante, es importantísimo el crecimiento del
sentido de adquisición de una conciencia práctica en torno al ejercicio de los
derechos y deberes de los seres humanos que pueblan el mundo.
En el sentido más moderno de la doctrina jurídica de los derechos humanos, se
encuentra lo que se ha denominado ‘derechos de primera generación’,
comprendidos como derechos civiles y políticos. Luego se hallan los ‘derechos
de segunda generación’, o también, derechos sociales, culturales y
económicos. Y continuando, con los ‘derechos de tercera generación’, que se
hacen cargo de cuestiones de la solidaridad humana, como son los derechos
de los pueblos, el derecho al desarrollo, la protección del medio ambiente y el
aprovechamiento de la ciencia y la técnica.
El ‘sujeto de derecho adulto mayor’, tiene facultades reconocidas en los
derechos conocidos como de primera, segunda y tercera generación, además
de los derechos que en forma particular resguardan a las personas de mayor
edad.
Al mismo tiempo de constituir las personas mayores sujeto de derechos
universales, el ordenamiento jurídico internacional, les reconoce un estatuto
jurídico propio que se encuentra actualmente en desarrollo, en su calidad de
grupos vulnerables o titulares de derechos específicos.
En relación directa con el proceso creciente de universalización del discurso de
los derechos humanos, se abre, el significado de especificidad para diversos
sujetos de derecho. El sujeto de derecho ‘adulto mayor’, pasa por un momento,
en que se plantea y discute en el seno de los gobiernos mundiales, la
evaluación y desarrollo de cuerpos legales en que el derecho internacional
hace suya la tarea de mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores
del mundo.
El derecho distintivo, para la protección de las personas mayores -una parte
cada vez más relevante de la población del globo-, se encuentra en proceso de
construcción. Tiene como antecedentes, los tratados de Derechos Humanos
para los niños, mujeres, migrantes, refugiados, entre otros, de las Naciones
Unidas.

Derechos de la Primera Generación:

En la modernidad -con antecedentes en la ‘Declaración de Independencia’
estadounidense de 1776 y en ‘La Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano’ proclamados en la Revolución francesa el año 1789 e incluidos en
la Constitución de Francia en 1791-, el movimiento de los derechos humanos
universales, tiene su momento fundante, en la ‘Declaración Universal de los
Derechos Humanos’ aprobada por la Asamblea General de la ‘Organización de
las Naciones Unidas’ (ONU), en 1948.
Terminadas las grandes guerras y el debacle humanitario que vive el planeta
en el transcurso de éstas, los países del mundo crean la ONU y proclaman la
recién nombrada declaración de derechos humanos.
A partir de esta convención, se reconocen los derechos de la primera
generación, correspondientes a los derechos civiles y políticos que,
principalmente se orientan a tutelar la libertad, la seguridad y la integridad física
y moral de la persona, además de promover su derecho a participar en la vida
pública.
Derechos de la Segunda Generación:
Otro momento en la concepción actual de los derechos humanos, está
constituido por los derechos de segunda generación, referidos a los derechos
sociales, culturales y económicos.
Principalmente están dedicados a la protección del trabajo y a la promoción de
la seguridad social, observándose también como derechos colectivos de los
grupos o de los pueblos.
Surgen en estrecho vínculo con el ‘constitucionalismo social’. Asociado a las
ideas de principios del siglo XX que responden a la ‘cuestión social’, se
desenvuelven hacia la superación de las dificultades económicas y sociales
que imposibilitan el desarrollo pleno de la persona humana.
Están relacionados a la necesidad de propiciar condiciones de vida y acceso a
los bienes materiales y culturales, de conformidad a la ‘dignidad’ que está unida
a la familia humana.
La sujeción estatal, en lo referido a los derechos colectivos, es mixta. Por una
parte, en un ‘sentido positivo’ se refiere a obligaciones de comportamiento: la
actuación de los Poderes Públicos se ha de disponer de la más adecuada
forma para que estos derechos sean realizados. Por otro lado, en un ‘sentido
negativo’ se refiere a una obligación de resultado, es ilícita la acción
improcedente del poder político que implique el menoscabo, la lesión,
transgresión o violación de los derechos aquí mencionados.

Derechos de la Tercera Generación:

Por último, los derechos de la tercera generación, reconocen el carácter de
promoción del desarrollo humano mundial, el medio ambiente, el
aprovechamiento de los conocimientos tecnológicos y científicos, y otros
similares, con mirada global.
Se manifiestan, a partir del crecimiento del solidarismo jurídico, que se inscribe
como ideología en torno al proceso de descolonización y creación de un orden
mundial que se sustenta en los principios de la justicia y la vocación de
colaboración en el planeta.
Derechos de los Adultos Mayores: – Por otra parte, surge el reconocimiento de derechos de grupos específicos, de
los llamados grupos vulnerables o titulares de derechos específicos. Es así
que, tanto las convenciones de derechos de las mujeres y los niños, como las
declaraciones en favor de personas con discapacidad, migrantes y refugiados,
entre otros, resultan ser elementos de contexto para los derechos de las
personas adultas mayores.
Luis Alarcón plantea que: “La vulnerabilidad coloca a quien la padece en una
situación de desventaja en el ejercicio pleno de sus derechos y libertades (…)
esta circunstancia viola los derechos de los miembros más débiles de la
sociedad y los margina, razón por la cual el Estado tiene la responsabilidad de
proteger a estas personas, quienes frecuentemente desconocen cuáles son
sus derechos, ignoran los medios para hacerlos valer y carecen de los recursos
necesarios para acudir ante los sistemas de justicia”
6
.
Algunos de los elementos que pueden incidir en la vulnerabilidad son: Falta de
igualdad de oportunidades, Incapacidad para satisfacer sus necesidades
básicas, Desnutrición, Enfermedad, Incapacidad de acceder a los servicios
públicos y Marginación.
En el caso de las personas de mayor edad, se tiene la visión de vulnerabilidad,
pero también de titular de derechos.
Los Adultos Mayores como grupo vulnerable, pueden ser representados en
relación a la economía, como sector pasivo, como personas que no están
integradas a la actividad productiva, cuya precarización se manifiesta, entre
otras cuestiones, en la desigualdad de acceso a una situación de bienestar
social.
Tanto desde la falta de equidad de los sistemas de previsión, de los obstáculos
en materia de atención de salud, pero fundamentalmente, en torno a las
condiciones de entorno en que se desenvuelven las vidas de las personas de
mayor edad.
Al mismo tiempo, las imágenes que tienen existencia respecto de la vejez o las
vejeces, como elementos de exclusión, marginación, desintegración y
discriminación, frente a las cuales los derechos humanos tienen el imperativo
6 Op. Cit. (Alarcón Flores).
de justicia social que se representa en la subjetivación de las personas de
mayor edad, en una sociedad inclusiva e integradora.
El desarrollo de identidades transformadoras de las condiciones sociales de
existencia de la humanidad, se hace presente cuando se constata el necesario
ejercicio de los derechos humanos y fundamentales de la persona adulta
mayor.
Ante la situación de hecho que constituye la falta de garantía de las
necesidades básicas y condiciones dramáticas en algunos países para la vejez,
se manifiesta la condición del derecho, como idea fundante de una realidad que
quiere recobrar y reconfigurar, el valor de las personas de mayor edad.
Así bien, el enfoque de derechos quiere reconciliar las formas de existir de las
distintas generaciones de edad, como es menester, propiciando vivir en las
proximidades de un orden que ponga la ‘dignidad humana’ en la posición de
mayor importancia. – La Organización de los Estados Americanos (OEA) en su “Protocolo Adicional
a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales’ o ‘Protocolo de San Salvador’, se refiere a
los adultos mayores, de manera que:
“Toda persona tiene derecho a protección especial durante su ancianidad. En
tal cometido, los Estados Partes se comprometen a adoptar de manera
progresiva las medidas necesarias a fin de llevar este derecho a la práctica y
en particular a:
a) Proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y
atención médica especializada a las personas de edad avanzada que carezcan
de ella y no se encuentren en condiciones de proporcionárselas por sí mismas;
b) Ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los
ancianos la posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus
capacidades respetando su vocación o deseos;
c) Estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a
mejorar la calidad de vida de los ancianos”
7
.
En 1991, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Carta de los
Principios a favor de las Personas Mayores. Entre los derechos que reconocen
estas disposiciones a las personas mayores, están la independencia, la
participación, los debidos cuidados, la autorrealización y la dignidad.
Expresa la Carta:
“Las personas de edad deberán:
7 Organización de los Estados Americanos. OEA. “Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. ‘Protocolo de San Salvador’”. San Salvador, 1988.. Artículo 17. En: Pacheco
Gómez, Máximo. “Los Derechos Humanos. Documentos Básicos. Tomo I”. Editorial Jurídica;
Santiago de Chile, 1999. Pág. 319.
a) Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención
de salud adecuados, mediante ingresos, apoyo de sus familias y de la
comunidad y su propia autosuficiencia.
b) Tener la posibilidad de trabajar o de tener acceso a otras
posibilidades de obtener ingresos.
c) Poder aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su
potencial.
d) Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la
comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada
sociedad.
e) Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales
cuando residan en hogares o instituciones donde se les brinden cuidados o
tratamientos, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e
intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y
sobre la calidad de su vida.
f) Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.
g) Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la
formulación y aplicación de las políticas que afecten directamente a su
bienestar y poder compartir sus conocimientos y habilidades con las
generaciones más jóvenes.
h) Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicios a la
comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus
intereses y capacidades.
i) Poder formar movimientos o asociaciones de personas de edad
avanzada.
j) Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.
k) Tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a
mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional,
así como a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad.
l) Tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren
mayores niveles de autonomía, protección y cuidado.
m) Tener acceso a medios apropiados de atención institucional que les
proporcionen protección, rehabilitación y estímulo social y mental en un entorno
humano y seguro.
n) Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus
preferencias personales y sus capacidades en continuo cambio.
ñ) Tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y
recreativos de la sociedad.
o) Poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotaciones y
de malos tratos físicos o mentales.
p) Poder participar en la determinación de cuándo y qué medida dejarán
de desempeñar actividades laborales.
q) Recibir un trato digno, independiente de la edad, sexo, raza o
procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones, y han de ser valorados
independientemente de su contribución económica”
8
.
Garantía de los Derechos Humanos en el Mundo:
8
Organización de las Naciones Unidas. ONU: “Carta de los Principios a favor de las personas
Mayores”. Resolución 2/6/91 de la Asamblea General de 1991.

En el caso de ser, los derechos humanos, infringidos por Estados nacionales
que han ratificado los pactos e instrumentos internacionales –que reconocen
jurisdicción a organismos internacionales-, pueden ser reclamados en las
instancias que hagan efectivas las garantías de tales derechos.
Entre estas instancias están: – La Comisión de Derechos Humanos de la OEA, – la Corte Interamericana de Derechos Humanos, – la Corte Europea de Derechos Humanos.
Derechos Fundamentales en Chile:
A.- La Constitución Política de la República de Chile, con su texto refundido y
con las modificaciones efectuadas en septiembre de 2005
9
, es la carta
fundamental, rectora e instituyente del ordenamiento jurídico en el espacio
nacional. Mediante una figura de existencia jurídica, basada en el
contractualismo, se tiene que en los gobiernos democráticos y legítimos –tanto
en su origen, como en su ejercicio-, quienes gobiernan reciben un ‘mandato’.
Se dice que, el poder constituyente proviene del pueblo, el que actúa como
‘mandante’, al delegarlo en los ‘mandatarios’.
B.- La propia Constitución, consagra los Derechos Constitucionales, como
derechos fundamentales de la persona humana, en Chile
10
.
C.- La misma Constitución Política de Chile, establece Recursos
Constitucionales para garantizar los derechos a que se refiere
11
.
D.- La institucionalidad en el nivel nacional, entonces, emana de la Constitución
Política. En suma, también lo es, el régimen jurídico que se asocia a la política
relacionada con los adultos mayores. En este sentido, el carácter de sujeto de
derecho que se reconoce a las personas de mayor edad, en Chile, tiene su
momento crucial en la creación del Servicio Nacional del Adulto Mayor
SENAMA. Por medio de la promulgación de la Ley Nº 19.828
12
, este órgano es
creado con la misión de coordinar e impulsar la oferta pública de política social
para las personas de más edad.
El plano institucional de la intervención en favor de las personas de más edad,
se fortalece, primero, en el espacio local, con la conformación de los
Programas Municipales del Adulto Mayor, y segundo, la implementación de la
política social gubernamental, a través del Servicio Nacional del Adulto Mayor
SENAMA
13
.
9 Constitución Política de la República de Chile. En:
http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=242302 Consultado en Julio de 2009.
10 Op. Cit. (Constitución Política de la República de Chile).
11 Íbidem.
12 República de Chile. Ley Nº 19.828. En: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=202950
Consultado en Julio de 2009.
13 Obreque Morales, Regina: “Representaciones Sociales de Dirigentes Adultos Mayores de
Uniones Comunales de Clubes”. Temuco – Chile; 2004. En web Red Latinoamericana de
Gerontología www.gerontologia.org. Consultado Octubre 2009. “Representaciones Sociales de

1.- Sandra Huenchuán comenta, sobre la configuración de los derechos
humanos y fundamentales, en los espacios que están tanto al interior, como al
exterior de los estados nacionales.
De este modo lo indica, en su texto de 2009: “la titularidad de los derechos
tiene como referente normativo los acuerdos y normas internacionales sobre
derechos humanos, sin embargo, la Constitución de cada país es la que
establece la jerarquía de dichos tratados dentro del ordenamiento jurídico
interno”
14
.
Sobre el carácter que adquieren los derechos de la persona humana en la
Constitución de la República de Chile, la autora dice que “los tratados
internacionales se asumen con un carácter más general, consignando el
respeto y promoción de los derechos humanos”
15
.
El efecto de reconocer explícitamente los derechos de las personas mayores
en las constituciones políticas, deriva en obligaciones para su cumplimiento,
vinculando a los poderes públicos.
Derechos Universales y Específicos – Derechos Individuales y Colectivos:
El devenir del movimiento mundial de los derechos humanos, tiene su acento
actual en la titularidad de derechos, que de manera simultánea se refiere a
todas las personas –derechos en su calidad de universales- y a grupos en
forma particular.
Es así, que los adultos mayores gozan del estatuto jurídico internacional junto a
todos los seres humanos de la ‘Tierra’, al mismo tiempo de contar con el
reconocimiento de su calidad de sujeto de derechos específicos, que les
permiten acceso a una mayor equidad social y económica, cuando su
existencia se presenta en situación de desventaja.
Así, los adultos mayores compartirían la suerte de otros grupos en desventaja u
opresión –mujeres, niños, indígenas, grupos culturales, personas en situación
de pobreza, discapacitados, migrantes, refugiados, etc.- con un reconocimiento
de su calidad de derechos específicos o particulares.
La diversidad de expresiones culturales humanas pone en mesa que, los
ideales de igualdad, libertad y fraternidad, se pueden conjugar con la
heterogénea configuración de sujetos de derechos, en las sociedades
presentes.
Fundamentación de los Derechos Humanos en la Integración Social:
Dirigentes Adultos Mayores de Uniones Comunales de Clubes. CHILE”. 2006. En Libro
“Adultos Mayores, Ciudadanía y Participación Democrática”. Editado ONG CEC y AWO
Internacional e.V.
14 Huenchuán Navarro, Sandra: “Envejecimiento, derechos humanos y políticas públicas”.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, 2009. P. 31.
15 Íbidem. P. 31.

Los derechos humanos son susceptibles de fundamentación y justificación
política, toda vez que su representación de un sentido y significado, no estaría
dado apriorísticamente, sino asociado a su capacidad política de integración,
resolución de conflictos de acción, supervivencia de la especie humana.
Germán Bravo Goñi dice al respecto: “Es allí donde, en el límite o en su
concepto, el derecho deviene ‘humano’, esto es, sin más fundamento que su
propia autofundamentación”
16
.
La configuración de una fundamentación, que deriva en ética de la importancia
y vigencia de los Derechos Humanos, resulta primordial en la conservación de
la especie humana y la vida en el planeta.
Toda vez que la integración, en torno a nociones que relevan la ‘dignidad
humana’, antes que cualquier otro valor, podrá acrecentar las instancias de
comprensión de las diversidades en la esfera global, nacional y local, al tiempo
de disminuir las tensiones entre distintos actores mundiales, en distintos
espacios socioterritoriales, contextos socioeconómicos y esferas de
interrelación.
Derechos Humanos como Utopía y Horizonte de Sentido:

El discurso de los derechos humanos, con mirada planetaria, es consistente
con la noción de ‘horizonte de sentido’, cuya completitud talvez no sea
practicada, pero sí construye el sendero por el cual avanzar cada vez más en el
sentido de reconocer, proteger, promover y garantizar los derechos de toda
persona humana, en general, y de las personas de 60 años y más, en
particular.
El carácter universal de los Derechos Humanos se formula en torno a la
categoría política que adquieren éstos.
El mismo Lechner dirá al respecto que, esta calidad política, se configura en
relación al carácter utópico de los derechos humanos, o lo mismo sea decir, a
partir de los principios de la ‘Libertad’, ‘Igualdad’ y ‘Fraternidad’: “La politicidad
de los Derechos Humanos radica en la formulación de un ideal acorde al
desarrollo moderno del individuo: la comunidad de hombres libres e iguales. Es
mediante esa utopía del ‘buen orden’ que el conjunto de hombres y mujeres
puede trascender su existencia individual y ‘reconocerse en tanto
colectividad’”
17
.
Su particularidad política estaría presente, toda vez, que los DDHH como
categoría política se definen por su carácter utópico, es decir, por esa
capacidad que asume el discurso de los DDHH, de esbozar un horizonte, que
no necesariamente es alcanzado histórica y materialmente; más, es posible
encaminarse en la ruta del ejercicio de ellos.
16 Íbidem. P. 27.
17 Íbidem. P. 11.

II.- LAS POLÍTICAS
PRIMERO
Políticas Públicas y Derechos Humanos hacia un Nuevo Pacto Protección
Social:

De conformidad con lo que ya ha sido expresado, es viable identificar una
doble influencia de los elementos jurídicos y los de la política social,
mutuamente.
En los espacios global, regional –a nivel de América Latina y El Caribe-,
nacional y local, se puede hacer evidente la existencia de políticas, en su
carácter de ley, plan o programa.
Las políticas sociales del sector público del sector público, han de consistir en
la toma de lugar por parte del estado, en una agenda pública cuyas asuntos,
mediante la resonancia social demandan estar presente en la agenda de
gobierno.
No se trata de una concepción basada en la idea de asistir a personas con
necesidades, sino de una que tiene su fundamento en la calidad de las
personas de ser sujetos con derechos, en relación recíproca con las
obligaciones del Estado y la sociedad.
La identificación del desarrollo con un enfoque de derechos, en la óptica de
Sandra Huenchuán, “propicia la titularidad de derechos humanos de todos los
grupos sociales y, de ese modo, contribuye a que aquellas y aquellos, que en
el pasado fueron excluidos, en el presente sean tratados sobre la base de la
igualdad y del respeto de la dignidad humana, para favorecer la integración
social y, con ello, la construcción de una ‘sociedad para todos’”
18
.
Así, la situación de desventaja que ha acompañado a las personas de edad
más avanzada, les ha otorgado resarcimiento, a través del reconocimiento en
su calidad de sujeto de derechos como grupo.
CEPAL, a través de esta autora, lanza la propuesta de un ‘nuevo pacto de
protección social’, integrando a lo menos una dimensión normativa, una
procesal y otra de contenidos, para progresar en la ejercitación de derechos y
ciudadanía de todos los grupos sociales. Este pacto ha de ser inclusivo de las
demandas específicas y, tratándose de las personas de mayor edad, las
dimensiones expresadas asumen conceptos y contenidos desarrollados y
aplicados de manera particular.
La necesidad de un pacto de protección social, como se ha expuesto, incluye la
demanda de inclusión en plenitud de este grupo social, por lo mismo, es
menester que se efectúe el reconocimiento de las personas de mayor edad,
como sujetos y titulares de derechos, en forma general y específica, teniendo
como principios de contexto, el ser universal y solidario.
18 Íbid. Pp. 24-25.

SEGUNDO
Políticas Sociales a nivel Mundial:

En el mundo, el camino de promoción social, hacia una ‘Convención
Internacional de Derechos de las Personas Mayores’, resulta tener eco en los
diversos actores relacionados al envejecimiento y la vejez.
La construcción de un cuerpo legal que explicite los derechos humanos de las
personas de mayor edad, es antecedida por una serie de acciones políticas y
jurídicas. – En primer lugar, se halla la primera “Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento”, realizado en Viena en 1982; y el consiguiente “Plan de Acción
Internacional de Viena sobre Envejecimiento”, de 1983. En éstos, se consolidan
los primeros cuerpos legales en el derecho internacional a favor de las
personas de mayor edad y, se conciben los temas de la gerontología social, en
función del rol de los estados nacionales, en la promoción y protección de las
personas de sesenta y más años.
En el Informe de la ‘Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento’ de Viena, los
estados del mundo delimitan un campo de acción e intervención social que, por
medio de las políticas públicas, enfrenten las cuestiones derivadas del
envejecimiento demográfico y el crecimiento de la población mayor.
Se refiere, también el informe a la situación de vigor de los derechos humanos
universales en el mundo, como situación de eficacia de los derechos de los
adultos mayores.
Así lo dice: “Los problemas humanitarios y de desarrollo de las personas de
edad pueden resolverse mejor en situaciones en que no prevalezcan la tiranía
ni la opresión, el colonialismo, el racismo, la discriminación por motivos de
raza, sexo o religión, el apartheid, el genocidio, la agresión y la ocupación
extranjeras y otras formas de dominación extranjera, y en las situaciones en
que se respeten los derechos humanos”
19
.
En segundo término, encontramos los “Principios de las Naciones Unidas en
favor de las Personas de Edad”, de 1991
20
. Como ya se ha dicho, entre los
derechos que reconoce este estatuto jurídico a las personas mayores, están la
independencia, la participación, los debidos cuidados, la autorrealización y
la dignidad.
Prosiguiendo, se puede indicar que el año 1999, es declarado por la ONU,
como el “Año Internacional de las Personas de Edad”. Con esta medida se
busca posicionar, en la agenda social y pública, el tema del envejecimiento.
Además, es el año en que se realiza un documento que comenta de forma
general la aplicación a las personas de mayor edad, del Pacto Internacional
sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el que tiene por
nombre: Recomendación General Nº 6 del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales”.
19 Íbidem. Nº 25 c). Página 9.
20 Organización de las Naciones Unidas ONU: Resolución 46/91 de la Asamblea General. En:
http://www.senama.cl/Archivos/715.pdf Consultado Julio de 2009.

Fundamental es el “Plan Internacional de Acción sobre el Envejecimiento” de
Madrid en 2002; surge consecutivo de la respectiva, “Segunda Asamblea
Mundial sobre el Envejecimiento” también de Madrid y en el mismo año 2002.
Este plan mundial, es reconocido en la actualidad, como orientador de la
política social y las acciones a desarrollar por la sociedad civil para favorecer el
desarrollo de los adultos mayores y de las contribuciones para la solución de
los problemas asociados con la vejez. Busca concertar alianzas entre actores
–sean del sector público, privado o ciudadanía-, que puedan, en conjunto,
enfilarse hacia esta ruta de promoción social y construcción de lo que este
mismo documento, con mirada intergeneracional, llama “una sociedad para
todas las edades”
21
.
Mediante el convenio, los países miembros de la Organización de las Naciones
Unidas, se comprometen y hacen suyo, el deber de proteger a la población
adulta mayor, y a promover políticas y medidas, en conjunto con la diversidad
de sujetos imbricados en el fenómeno que afecta principalmente al grupo
etáreo de los más mayores, en al menos tres aspectos: – Promocionar su salud y formas de vida saludables; – participar en el desarrollo económico de sus comunidades y beneficiarse de
él; – propiciar entornos sociales favorables
22
.
En la actualidad, SENAMA expresa la contribución que ha de realizar una
Convención Internacional de Derechos para las Personas Mayores. Así lo dice:
“Por lo tanto, una convención internacional amplia e integral para promover,
proteger y asegurar los derechos y la dignidad de las personas mayores/de
edad contribuirá significativamente a: Disminuir la dispersión normativa;
Incentivará la creación de instancias que observen los avances; Facilitará la
labor de los Estados responsables de la adopción de medidas legislativas y de
políticas a nivel interno que resguarden los derechos de las personas
mayores/de edad; Promoverá la inclusión y participación de las personas
mayores/de edad, con igualdad de oportunidades, en los ámbitos civil, político,
económico, social y cultural”
23
.
REGIÓN AMÉRICA LATINA y EL CARIBE – La Estrategia Regional de Implementación para América Latina y El Caribe
del Plan de Acción Internacional de Madrid, diseñada al año 2003, quiere
priorizar por los asuntos relacionados al envejecimiento y la vejez, en la
realidad de la región latinoamericana y caribeña. Además del antecedente
directo que es el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
Envejecimiento, tiene fundamento en los
Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad
(independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad) y se halla
en el Marco de los compromisos de la Declaración del Milenio del año 2000
21 Organización de las Naciones Unidas ONU. “Informe de la Segunda Asamblea Mundial
sobre el Envejecimiento. Madrid, 2002.
22 Íbidem.
23 Íbid.
(derechos humanos, seguridad económica, participación social, educación,
inclusión social, servicios de salud, entornos físicos, sociales y culturales,
desarrollo).
Así bien, además de encaminarse hacia una cobertura que se amplía, las
intervenciones con objetivo en las personas de más edad, requieren tener
como principios orientadores la solidaridad y la cohesión social, de manera que
se creen los contextos para una ‘protección social’ de toda la población, cuyo
contenido sea la inclusión de mejores niveles de bienestar y ejercicio pleno de
los derechos.
Comenta, Jaspers, sobre esto: “Ante este panorama, uno de los retos centrales
para América Latina y el Caribe radica en aprovechar el potencial positivo
creado por la transición demográfica y prepararse oportuna y adecuadamente
para enfrentar las nuevas necesidades que emergen de estos cambios, con el
fin de impulsar un desarrollo sostenible con equidad social en la región. Para
avanzar en este camino, es preciso estimar el valor y el significado que tiene el
contrato intergeneracional para cada sociedad”
24
.
La noción del envejecimiento como fenómeno articulado e integrado con las
necesidades de desarrollo de la sociedad entera –y no sólo de las personas
mayores de forma aislada-, ha de convocar a la evaluación, por parte los
gobiernos, de las políticas que implementan, para fortalecer las que se orientan
al establecimiento de una ‘sociedad que incluya a todos’, mediante un nuevo
pacto de protección social.

TERCERO
POLÍTICAS CHILENAS en favor de los Adultos Mayores:
Actualmente, la Política Social del Adulto Mayor de SENAMA tiene dos
principales contenidos: El Plan Nacional Conjunto y el Programa de
Intervenciones Innovadoras.
La ‘Política Nacional para el Adulto Mayor’, en su actualización de 2004,
expresa como valores que la orientan, la Equidad, la Solidaridad
intergeneracional y el Pleno respeto a la dignidad de los Adultos Mayores y al
ejercicio de sus derechos como personas y ciudadanos. Principios que rigen la
política, son Autovalencia; Envejecimiento activo y ciudadanía plena;
Prevención; Flexibilidad en la aplicación de la Política, considerando la
diversidad de las situaciones de los Adultos Mayores; Descentralización;
Subsidiariedad del Estado y su rol regulador; Manejo articulado e integral de la
información; Investigación e innovación integrada y constante; y, Equilibrio
entre Autonomía y Coordinación
25
. El objetivo general de la Política Nacional
para el Adulto Mayor es planteada así: “lograr un cambio cultural de toda la
población que signifique un mejor trato y valoración de los Adultos Mayores en
nuestra sociedad, lo cual implica una percepción distinta sobre el
24 Op. Cit. (CEPAL – Jaspers, Dirk; 2007). Página 37.
25 Gobierno de Chile. Servicio Nacional del Adulto Mayor SENAMA: “Política Nacional para el
Adulto Mayor (Actualización)” 2004. En http://www.senama.cl/Archivos/720.pdf. Consultado:
Julio 2009.
envejecimiento y la vejez, y así alcanzar mejores niveles de calidad de vida
para todos los Adultos Mayores”
26
.
Un movimiento de retorno hacia la protección social en Chile, se puede
apreciar significativamente en la Reforma Previsional. Este nuevo sistema de
pensiones tiene como principios: Derecho Universal a la Protección Social,
Solidaridad, Equidad Social, Eficiencia, Transparencia, Sostenibilidad,
Complementariedad e Integridad del Sistema.

Este movimiento en relación con las personas adultas mayores, tiene como
ejes, a ‘las personas mayores y el desarrollo’, ‘salud y bienestar de las
personas mayores’ y ‘construcción de entornos favorables para la vejez’.
Se puede decir que, de los programas que existen en la actualidad, una parte
significativa se destina a los adultos mayores pobres, incluyendo mecanismos
de tipo compensatorio.
Sobre los derechos humanos y las políticas de protección social, se refiere la
Presidenta de la República, Michelle Bachelet, en su discurso de mayo de
2009.
El sello de protección social que ha querido imbuirle a su gobierno, se condice
con las nociones de reparación de las violaciones a los derechos humanos y de
reconciliación entre amplios sectores de la sociedad.
Además, pone de manifiesto la necesidad de orientar la labor del aparato
público en la ruta de promover los derechos referidos al bienestar de los
ciudadanos.
Atención especial tienen los adultos mayores y la sociedad en general “desde
la cuna hasta la vejez”
27
.
Respecto de la identidad social de los habitantes de Chile, hace visible el
anhelo de “que la única noción de patria, sea esta urgencia de decir nosotros,
(como) decía el querido Mario Benedetti”
28
.
La visión país del bienestar, está presente en la frase que sigue: “El Chile del
Bicentenario cuenta con una red integral de políticas, servicios y programas
que hacen efectivos los derechos sociales que reconocemos a los
ciudadanos”
29
.
Los avances en materia de políticas públicas, lleva a reconocer que, “respecto
de la Reforma Previsional hemos cumplido con la tarea que teníamos de
implementar exitosamente esta transformación. Ha sido la reforma social más
26 Íbidem. P. 14.
27
Bachelet Jeria, V. Michelle: “Discurso presidencial 21 de mayo de 2009”. En:
www.cl.amnesty.org Consultado Agosto de 2009.
28 Ídem.
29 Íd.
grande de las últimas décadas y todos nos debemos sentir orgullosos de ella,
pero nos quedan cosas importantes por hacer”
30
.
En relación a las personas mayores y la política que se orienta a este grupo
erario, asevera que, “nuestros adultos mayores no pueden esperar, hemos
adelantando más de lo que estaba programado, el Sistema de Pensiones
Solidarias (…). Hemos habilitado viviendas acondicionadas para adultos
mayores (…). Pero lo que nos ha permitido tener hoy una red de protección
social es el haberse atrevido a mantenerla como prioridad nacional, contra
viento y marea”
31
.
CUARTO
Políticas en los Espacios Locales:

Sin lugar a dudas, lo local resulta ser un espacio preponderante en la
planificación y aplicación de las políticas de protección social.
Por un lado, es lugar en que se materializa la mayor injerencia de las personas
mayores y sus organizaciones.
Mientras que, por otra parte, la política nacional tiene su soporte territorial en
las comunas, provincias y regiones del país.
Las Municipalidades y la tendencia a la creación de los Programas Municipales
de Adulto Mayor, como ya se ha dicho, corresponde a un hito de tanta
importancia para el espacio local como lo es, en el ámbito nacional, la
constitución del SENAMA.
Una experiencia piloto, que es posible de observar, en materia de aplicación
de políticas sociales del sector público para los adultos mayores en el espacio
local, la constituye el ‘Proyecto Integrado de Desarrollo para los Adultos
Mayores’ de las comunas de El Bosque, Lo Espejo y San Bernardo. Esta
iniciativa es ejecutada por la ONG ‘Centro de Capacitación y Desarrollo CEC’,
entre 2002 y 2007, con financiamiento de la Agencia de Cooperación
Internacional Alemana AWO.
En este marco, el ‘Primer Seminario Intercomunal Sur de Adultos Mayores: Del
Plan Mundial a los Planes Locales de Envejecimiento’ y su registro, resulta ser
un valioso aporte a la comprensión y ejecución de las políticas públicas en un
movimiento recíproco entre lo global y el espacio local.
Encabezando esta iniciativa, se encuentra, la ‘Mesa Intercomunal Sur de
Adultos Mayores de El Bosque, Lo Espejo y San Bernardo’. Se trata de una red
organizacional de personas mayores de las tres comunas mencionadas y, que
se conforma de líderes y dirigentes de distintas organizaciones de esta zona
del sur de Santiago. Constituyen la ‘Mesa’, Dirigentes de Clubes de Adulto
Mayor, de Uniones Comunales de Clubes de Adultos Mayores, Asociaciones
de Pensionados y Montepiadas, organizaciones de personas mayores en torno
30 Íbidem.
31 Íbid.
al folclor, arte y cultura, otras de índole religiosa, agrupaciones de
emprendedores de la tercera edad y de usuarios de las instancias del gobierno
para las personas de más edad, entre otras formas de participación en las
comunas recién nombradas.
El ‘Primer Seminario Intercomunal Sur de Adultos Mayores’, es presidido por el
dirigente de la agrupación de pensionados de FAMAE y miembro de la ‘Mesa
Intercomunal’, Don Juan Méndez Hurtado. En su discurso de bienvenida al
Seminario, Don Juan expresa: “Me corresponde en representación de la Mesa
Intercomunal Sur de Adultos Mayores de las Comunas de San Bernardo, El
Bosque y Lo Espejo, el honor de darles la bienvenida a este evento, cuyo
objetivo es aportar a la generación de planes más realistas y locales para
abordar el tema del envejecimiento. (…) “Queremos aportar una mirada realista
desde los propios afectados acerca de los problemas que enfrentan los adultos
mayores y de las posibles soluciones a éstos” (…) “Todas estas medidas
creemos que son importantes, pero sin duda, falta mucho para que este sector
pueda vivir sus años con tranquilidad y con aceptable calidad de vida”
32
.
Para finalizar este punto, se reproducen fragmentos del discurso de despedida
del dirigente adulto mayor Don Juan Méndez, quien se refiere con énfasis, a la
situación de que la experiencia ha significado que sean los propios adultos
mayores, los que diagnostiquen su realidad, realicen ejercicios de planificación
local y adquieran compromisos, en lo que les afecta y mediante el desarrollo de
las políticas locales en su favor. Así se expresa Don Juan: “En mi opinión, este
evento ha sido provechoso y clarificador, ha tenido la virtud de escuchar las
ideas de los propios interesados en el tema del Adulto Mayor. (…) Con la
misma fraternidad con que los saludé en la mañana, me despido de ustedes,
en la seguridad que este trabajo constituye un avance en el análisis de
propuestas para mejorar las políticas para los Adultos Mayores”
33
.
QUINTO
Transformaciones en la mirada de sí mismos de los adultos mayores y su
correlato en las políticas de protección social:

El arriba citado documento de SENAMA expresa lo que ha significado éste
como un cambio de paradigma, que transita “desde el asistencialismo a una
perspectiva fundada en el enfoque de derechos que reconoce las valiosas
contribuciones existentes y potenciales de las personas mayores / de edad”
34
.
Este cambio ha sido estudiado, a partir del fenómeno de la participación en los
clubes de adulto mayor, por la socióloga Regina Obreque. Tomando de
32 Centro de Capacitación C.E.C.: Discurso Inaugural del ‘Primer Seminario Intercomunal Sur
de los Adultos Mayores de El Bosque, San Bernardo y Lo Espejo’. (Don Juan Méndez
Hurtado). Páginas 11-12.
33 Centro de Capacitación C.E.C.: ‘Primer Seminario Intercomunal Sur de los Adultos Mayores
de El Bosque, San Bernardo y Lo Espejo’ Discurso Clausura del Seminario. (Don Juan Méndez
Hurtado). P. 53-54
34 Gobierno de Chile. Servicio Nacional del Adulto Mayor SENAMA: ““El Por qué y para qué de
la III Reunión de Seguimiento”. Ponencia de la III Reunión de Seguimiento de la Declaración de
Brasilia ‘Por los Derechos de las Personas Mayores’. En: www.senama.cl. Consultado Octubre
de 2009.

Anthony Giddens la comprensión de los cambios actuales, desde las
transformaciones de lo que él llama modernidad, expresa el paso de una
política emancipatoria a una política de vida. Así dice ella: “La participación
social en Chile sufre un gran cambio a lo que fue décadas atrás. Desde los
años 90’, se comienza a identificar la participación moderna con modelos de
organizaciones más “personales” (PNUD: 2001), que acojen la carencia que
dejaba el clásico apostolado de la llamada política emancipatoria. La política de
vida es el modelo organizacional que esta guiando la participación social en
clubes de las personas mayores en nuestro país”
35
.
Los adultos mayores que son el sustento basal de su trabajo, han mencionado
estos aspectos de la siguiente manera:
“… es que la gente, mire, estaba en sus casas. Ahí estaban persécula, no se
comunicaban con sus demás pares, vivían enfermos; En cambio ahora hay
tanta actividad, que uno la alienta. Sabe usted que para mí esta reunión, los
grupos, ayuda a esto (tocando su cabeza) , yo siempre lo he dicho. Yo el año
92’ estuve con el cáncer- que yo- pensaban que me iba morir, usted me
hubiera visto, yo era una viejita, flaca, que me costo tres, cuatro años pa’
reponerme. (Cod. 03)”
36
.
“Entonces hay gente que esta muy aislada. La soledad, la soledad la ha hecho
salir de sus casas, y la información misma que les ha llegado, por tanto medios,
porque ya, la radio, la tele, la municipalidad, lo mismo nosotros aquí, que
estamos informando, invitando a la gente, que vengan… y los mismo médicos
incluso le recomiendan a los adultos mayores… ¡por qué no ingresan a un
club!.. ingresen a un club, eso yo lo he escuchado, yo se, por la misma salud…
saben que un club se hace gimnasia, por ejemplo, entonces eso les ayuda a la
salud, porque la gente esta viniendo más, porque tienen una vida más sana.
(Dirigenta Unión Comunal. Cod.O1)”
37
.
La autora, denota que la política de vida, como un proceso personal: “La
política de vida es la participación de los agentes en la toma de decisiones a
través de la acción basada en la fuerza de la realización y en la ética personal
(Giddens: 2000; 271). El concepto de política de vida se contrapone al de
política emancipatoria. Literalmente la Política de vida, “se refiere a los
compromisos respecto la cual no existen los ‘otros’, es característico de la
modernidad que la autorrealización sea esencial para la autoidentidad.
(Giddens: 1994; 147-148)”
38
.
35 Obreque Morales, Regina: “De abuelito a sujeto de derecho. Análisis sociológico de la
conversión social del adulto mayor y su resultante modelo de participación en Chile, Año 2005”.
Editado por Caballo de Mar. Santiago de Chile, Marzo 2006. En web
www.edicionescaballodemar.cl Consultado Octubre de 2009. Página 1.
36 Obreque Morales, Regina: “Representaciones Sociales de Dirigentes Adultos Mayores de
Uniones Comunales de Clubes”. Temuco – Chile; 2004. En web Red Latinoamericana de
Gerontología www.gerontologia.org. Consultado Octubre 2009. “Representaciones Sociales de
Dirigentes Adultos Mayores de Uniones Comunales de Clubes. CHILE”. 2006. En Libro
“Adultos Mayores, Ciudadanía y Participación Democrática”. Editado ONG CEC y AWO
Internacional e.V.
37 Íbidem.
38 Op. Cit. (Obreque Morales: “De abuelito …”) Páginas 1-2.

Luego, describe a qué se refiere el componente esencial de la política de vida
de Giddens, el individuo, expresando que: “La preocupación ha de ser,
entonces, la coordinación del beneficio individual y la organización planetaria.
Las relaciones políticas de los ‘agentes’ sociales, de Giddens, están en un
proyecto inclinado hacia las vivencias de un escenario personal rigurosamente
delimitado. La experiencia privada ha de tener una identidad personal que
descubrir, un destino personal que cumplir, convirtiéndose en una fuerza
política subversiva de grandes proporciones, dice Giddens”
39
.
Obreque, utiliza la episteme presente en la teoría sociológica giddesiana, para
señalar el proceso personal de los adultos mayores participantes en clubes.
El nuevo estilo de vida de los adultos mayores en clubes, implica un nuevo rol
con sus pares. De este modo, la solidaridad con su grupo de edad, se perfila
desde la consolidación de su individualidad y sus cambios en la relación con
los otros, como una misión personal.
Ahora bien, esta manifestación de radical politicidad en la participación de los
adultos mayores en los clubes y su reconocimiento como persona, deviene un
particular sujeto social, el ‘adulto mayor’ y, por tanto, su ‘conversión’ en sujeto
de derecho, es provocada en la autoidentidad de las personas mayores de su
condición de personas con derechos y deberes. Así lo dice la socióloga: “La
peculiaridad de la participación en los clubes de adulto mayor, reside en que la
pertenencia a ellos ocurre desde el reconocimiento de quienes los integran de
su condición de personas adultas mayores, lo que adquiere una relevancia
especial por cuanto se han convertido en un actor legítimo en la conquista de
espacios sociales, resignificando en este proceso asociativo, el fenómeno
participativo que provoca la compleja conversión en sujeto de derecho”
40
.
En el trabajo de Obreque, este análisis surge del registro del discurso de los
adultos mayores en clubes, de la siguiente manera se manifiesta éste: “Yo creo
que es el hecho de que la gente está tomando conciencia, de que tiene
derecho, y dentro de la misma organización, se tiene que dar cuenta que
también tiene deberes, ¡en todas partes hay derechos y deberes..! (cod.01)”
41
.
El estatuto de los adultos mayores, se traduce en organizaciones con
personalidad jurídica
42
, éste constituye el reconocimiento personal en un
proceso social basado en derechos, el sujeto adulto mayor es así, reconocido
como sujeto social de derecho, lo que les permite gozar de los beneficios que
otorga el derecho
43
. “Por otro lado, estas organizaciones de adultos mayores
39 Op. Cit. (Obreque Morales: “Representaciones …”).
40 Op. Cit. (Obreque Morales: “De abuelito …”). Página 2.
41 Op. Cit. (Obreque Morales: “Representaciones …”).
42 Regida por la Ley Nº 19.824.
43
Referido al goce de los atributos económicos que el derecho establece, para las
organizaciones de adultos mayores, la socióloga Regina Obreque Morales advierte sobre el
fenómeno del clientelismo, o sea, la relación de dependencia entre funcionarios y las
organizaciones, “producto, quizás, de la paradoja que se produce entre un proceso personal
sólidamente constituido, pero un proceso social débil aún organizacionalmente hablando” Op.
Cit. (Obreque Morales: “Representaciones …”).
están basadas en un concepto asociativo regulado por un marco jurídico de
personalidad jurídica que les permite acceder a fondos públicos
concursables”
44
.
La autora, expresa que en su origen este proceso de participación ha tenido al
Estado como inductor. Esto ha significado que los cambios que experimenta el
adulto mayor son provocados desde el aparato público, en el contexto
moderno, de las transformaciones mundiales. Aún así, las personas mayores
se han apropiado de este proceso que han vivido.
Por su parte, este cambio que desde la entidad pública ha sido significado
como ‘cambio de paradigma’, hace alusión al asistencialismo o a lo que
Obreque llama el ‘clásico apostolado’. Regina Obreque se refiere así al ‘cambio
cultural’, que se vivencia desde el: “’Viejo’ postergado en casa a ‘adulto mayor
activo’ (a partir de esto,) la mujer vivenciará y recordará un ‘antes’ de
precarización sin reconocimiento social a un ‘ahora’ con derechos; y una
institucionalidad protectora, identificada, principalmente, por la creación del
SENAMA. El ‘antes’ y el ‘ahora’ son etno-categorías de representación social
del proceso que experimentan los adultos mayores dirigentes de Uniones
Comunales”
45
.
El carácter de los sueños de los adultos mayores, lo que perciben en su
horizonte, se refiere a sus condiciones de vida inmediatas y concretas, en las
que son ellos mismos los protagonistas de los cambios en su propia vida. Es en
este sentido, los dirigentes adultos mayores se refieren a la vulnerabilidad de
sus pares, con la necesidad de transformaciones sociales, asociadas a esto
que ha descrito la autora como un proceso originado en la persona.
Así bien, a partir de la comprensión de Obreque, adquiere especial interés, la
feminidad en las organizaciones de personas mayores. La relevancia del
proceso vivido por las mujeres adultas mayores, las hace más visibles que sus
pares del sexo opuesto.
Sobre los cambios en el rol histórico de las féminas, la autora prosigue:
“Gracias a la complejidad que llevan envueltos los fenómenos modernos, las
personas mayores han logrado revertir hoy la situación que los ubicaba en una
de las más bajas categorías sociales de nuestra cultura – específicamente el rol
doméstico -, debido a una generalizada toma de conciencia y revalorización
como persona, enriquecidas por este radical proceso participativo que implica
la política de vida”
46
.
La lectura giddesiana que realiza la socióloga, es aplicada al movimiento social
de los adultos mayores, de modo que, los cambios de la modernidad inciden en
que, la realización personal mediante la autoidentidad de las mujeres mayores,
provoca el ‘cambio cultural’ que ha aparecido aquí.
44 Op. Cit. (Obreque Morales: “Representaciones …”).
45 Op. Cit. (Obreque Morales: “Representaciones …”).
46 Íbidem. Página 5.

Las prácticas que realizan los clubes, permite a Obreque afirmar que estas
organizaciones tienen una identidad femenina constituida por el más arriba
mencionado proceso de conversión social de las personas mayores.
La voz de las mujeres mayores y la necesidad de ser oídas, hasta este
momento en un contexto privado, han dado origen a un tiempo nuevo en que
las fuerzas de la autorrealización desbordan este espacio privado y se insertan
en un movimiento social de mayor envergadura, el reconocimiento social de los
derechos humanos de todos los adultos mayores. Regina Obreque Morales,
asevera sobre esto: “la existencia de una figura legal internacional es favorable
en la conquista de un escenario local, protegiendo y fortaleciendo esta
conversión social a sujeto de derecho”
47
.
Esta necesidad de universalidad de los derechos humanos y, en forma
específica, de los derechos humanos de las personas mayores, insta a la
creación de ‘La Convención Internacional de los Derechos de las Personas
Mayores’.

A modo Conclusivo de este Excurso:

La necesidad de integrar la diversidad de cuerpos legales relacionados con los
derechos humanos y las políticas de protección social en torno a las personas
mayores, nos ubican en la posición de avanzar y consolidar la creación de una
Convención Internacional de Derechos de las Personas Mayores.

Mucho esfuerzo y una comprensión que se expande, nos ubica en la ruta de
convocarnos y caminar hacia el ejercicio de los derechos y la implementación
de la política en favor de las personas mayores.

Un acercamiento a la noción de derechos humanos como comprensión de la
noción de proceso, nos lleva a encontrar un sentimiento y una sensibilidad de
fraternidad universal. Así mismo, la protección social resulta ser
simultáneamente un asunto de solidaridad y de cohesión social; se trata de una
cuestión de comprender la sociedad, como cuerpo social.
La dimensión procesual que adquieren los derechos y las políticas orientadas a
las personas de mayor edad, nos pone en una dimensión planetaria. La
fragmentación de los distintos instrumentos jurídicos, así como las diversas
miradas de la realidad de los adultos mayores, han de integrarse en un
proceso, que tiende al crecimiento del valor de una cultura basada en los
derechos, que se universaliza. Ese es el alcance que tiene la comprensión de
una noción de humanidad que se argumenta, justifica y demuestra en el
devenir de la modernidad.
Los procesos sociales han de ser conducidos en este trance, de manera que se
establezcan los mecanismos de control e intervención de las acciones y
órganos encargados de ejercitar los derechos, y reactivar las políticas en caso
47 Íd. Página 4.
de contracción de las ideas de humanidad
48
, a la que se puede acompañar de
las ideas de dignidad de la persona humana y fraternidad.

De este modo, el derecho puede ser una expresión del deseo de acuerdo
social que los pueblos humanos han de darse, toda vez que se argumenta que
el cambio social hacia una cultura enfocada en los derechos humanos, es la
base de las políticas, entendidas también como políticas sociales.
La concomitancia de los mencionados procesos, así como la incorporación
intersectorial, pueden y han de favorecer las instancias de participación y
protección de las personas de mayor edad.
El sujeto que nos ocupa, los adultos mayores, se ha transformado en sujeto de
derecho.
Tanto los poderes públicos, como la iniciativa privada, así como las
expresiones y manifestaciones de la sociedad civil, con relevancia de las
organizaciones que configuran movimiento social, en especial las personas
mayores, han de encontrarse en acciones que favorezcan la inclusión de los
diversos sujetos sociales, en una cultura y sociedad con pertenencia de
distintas identidades e igualdad de diversas personas en situación de
vulnerabilidad, en donde, respecto del envejecimiento, la intergeneracionalidad
sea elemento preponderante de la integración social.
Las acciones que es necesario desarrollar, en favor de las personas de mayor
edad, en este momento
49
, son: – Crear una “Convención Internacional de Derechos de las Personas
Mayores”. – Instituir un Órgano Internacional de Protección de los Derechos de las
Personas Mayores. – Evaluar y monitorear estas acciones, en el marco de las políticas
públicas.

  • El carácter vinculante de una Convención Internacional sobre los Derechos de

los Adultos Mayores, obliga a los Estados a ejercitar sus disposiciones. Este
instrumento ha de consagrar tanto los derechos civiles y políticos, como los
económicos sociales y culturales de las personas mayores (Derechos de la
primera, segunda y tercera generaciones). También, han de consagrar los
derechos especiales del Adulto Mayor, tales como el derecho al descanso, a la
dignidad de sus últimos días, a la paz y garantizar la protección de las
personas de edad frente a los malos tratos y la violencia.
48 Un ejemplo de los recursos investigativos disponibles sobre la vigencia de los derechos
humanos en Chile, es el “Informe Anual sobre Derechos Humanos en Chile”. Universidad Diego
Portales. Facultad de Derecho. En:
http://www.udp.cl/derecho/derechoshumanos/informesddhh/informe08.htm. Consultado
Noviembre de 2009.
49 En este punto es menester acudir al Proyecto de Acuerdo del Senado, aprobado por esta
instancia y cuya noticia aparece en la página web del Senado del 03 de enero de 2007. Esta
iniciativa es presentada por los senadores Pedro Muñoz Aburto y Alejandro Navarro Brain, de
cuya autoría gozan. Op. Cit. (Senado de la República de Chile).

  • En este proceso de cambio, es posible avanzar más o menos rápido. La

decisión de otorgar mayor o menor jurisdicción a un órgano internacional de
protección de los derechos de las personas mayores, ha de ser principalmente
una decisión de los pueblos.

  • Ahora bien, la evaluación y monitoreo de estas acciones en el marco de las

políticas públicas, ha de operacionalizarse de manera que: – Se establezcan indicadores de cumplimiento de los compromisos
adquiridos, que constituyan un Índice de Compromiso Cumplido
50
. Éste
índice puede sumarse y también ser constituido, por los Indicadores de
Calidad de Vida y el Índice de Calidad de los ELEAM. – Los procedimientos jurídicos han de ser establecidos con conocimiento
social. Es necesario también favorecer el control y seguimiento
ciudadano. En concomitancia, ha de ampliarse la comprensión de estos
derechos. La ciudadanía debe saber cuáles son los mecanismos de
ejercicio de los derechos, que la reflexividad moderna ha justificado
como derechos inalienables e inherentes a la dignidad de la persona
humana. – La comunidad científica, por su parte, es convocada a propiciar y facilitar
los procesos de comprensión, del proyecto al que somos llamados todos
los actores, de esto que hemos nombrado como la conciencia sobre la
fraternidad humana.
Latinoamérica y El Caribe, se encuentran en el tránsito de favorecer la
realización de los derechos humanos. Mediante la disposición de las mejores
condiciones para esta tarea, los gobiernos de la región se encuentran en la
posibilidad de incidir en la consolidación de un sistema social inclusivo,
integrador, con la capacidad de responder a las desigualdades sociales, de
manera de respetar a cada persona en una individualidad que se realice por su
trabajo, que encuentre identidad, sentido y memoria en las colectividades, en la
noción de un nosotros.
Debemos, así, aprovechar esta oportunidad histórica de reconocer a nuestras
personas mayores, como habitantes de más larga data en este planeta, con la
dignidad que poseen y que es de toda su propiedad.
La historia humana, está compuesta de muchas historias personales. En su
interrelación se han entrelazado los tejidos de la especie humana. En sus
géneros se han especificado diferencias físicas y biológicas, que socialmente
se han traducido en encuentro. En sus edades se logra hoy, que la
50 Una buena estrategia de acercamiento al enfoque y a la metodología mencionados, es
estudiar al menos la publicación coordinada, desde FLACSO-Chile, por Teresa Valdés, Ana
María Muñoz y Alina Donoso: “1995–2003: ¿Han avanzado las mujeres? Índice de
Compromiso Cumplido Latinoamericano”, presentada en Nueva York, en la Sesión de
Naciones Unidas Beijing +10, como un ejemplo de monitoreo y fiscalización de los Acuerdos de
Beijing, a favor de las Mujeres del Planeta, por parte de la Sociedad Civil. En:
http://flacso.org.br/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=399. Consultado: Octubre de
2009.

vulnerabilidad se torne experiencia, que el olvido sea memoria, que las
manifestaciones identitarias transformen la rabia en creación y que ante el
cansancio pongamos sentido.
Chile, en su calidad de sede de la Comisión Económica para América Latina y
El Caribe tiene, entre otras tareas por implementar, la responsabilidad de
reconstruir la historia del Desarrollo en la Región.

De la teoría de la dependencia, hemos pasado a una situación de
interdependencia mundial. Las teorías del desarrollo se han complejizado en
una actualidad que demanda actuar desde la reflexión.

Al tiempo de la extensión de los procesos de globalización, se han fortalecido
los procesos de desarrollo local. La sala Raúl Prebich, en su entorno de
circularidad y con la presencia de las banderas de los países de la Región, ha
acogido a líderes y dirigentes adultos mayores, en sus propios procesos de
empoderamiento y fortalecimiento de sus organizaciones. Han estudiado,
reflexionado y opinado sobre las disposiciones de Madrid 2002. En condiciones
de concomitancia, han constituido redes como la Mesa Intercomunal Sur de
Adultos Mayores. Y, al partir, han significado un ejemplo para sus pares
sobrevivientes, para quienes se incorporan al eslabón demográfico de las
personas mayores y para toda la sociedad.

La Cooperación Internacional ha favorecido estos procesos y su multiplicación
es fundamental en este gran desafío de hoy, que es consagrar los derechos de
las personas de mayor edad.

La instancia participativa de los Consejos Asesores Regionales de Mayores,
constituida en relación directa con SENAMA, en la actualidad tiene el desafío
de fortalecer sus liderazgos, favorecer su autonomía y la representatividad
respecto de sus bases, al mismo tiempo en que se integran a los procesos de
discusión y deliberación sobre la creación de la Convención Internacional de

Derechos de los Adultos Mayores.

La participación social de las personas de mayor edad, ha de favorecer
procesos de desarrollo local, en primer lugar, en el sentido de que las
comunidades locales accedan a la manifestación de su propio poder, en el
espacio público; al mismo tiempo de participar en la opinión respecto de lo que
les afecta, los ciudadanos mayores, sus organizaciones, agrupaciones y
movimientos sociales, han de ser partícipes de la toma de decisiones sobre
estas materias; la planificación y la implementación de las políticas sociales, así
como su evaluación, control y monitoreo, han de ser también, realizados con la
participación de los adultos mayores, para sus comunidades locales.

La etnias, las razas, las identidades sexuales, las distintas edades –que se
interrelacionan cada vez más, a medida que se incrementan los procesos de
encuentro-, así como las condiciones como las discapacidades, las personas
en situación de migrantes y migrados, las personas en situación de pobreza,
indigencia o en situación de calle y toda forma de exclusión o vulnerabilidad, se
suman en este proyecto humano que constituyen la vocación de progreso,
protección del medio ambiente, acceso al conocimiento y a la tecnología y
todos aquellos elementos, como la cultura y las artes, el desarrollo, la paz,
entre otros, que nos convocan los derechos humanos y la vocación de
fortalecer y expandir las democracias.

Las instituciones que se han construido en estadios anteriores al actual estado
de la democracia y la modernidad -tales como los partidos políticos, las
instituciones armadas, las iglesias, entre otras-, tienen también su propio
llamado a constituir cauces para la expresión de los pueblos del planeta, en el
contexto de este movimiento global.

El trabajo que hemos iniciado como sociedad, tanto en sus liderazgos y expresiones populares, como aquellos estatales y privados, nos indica el camino a seguir, en este proceso conjunto de construir bienestar: una mejor calidad de vida, en un mejor mundo.

Las votaciones del 2015, mercado y poder

Las votaciones del 2015, mercado y poder
septiembre 01, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Política, Voces Ciudadanas

Con anticipación, con premura y con abundantes noticias, las empresas partidarias se preparan para las competencias del 2015, es como el juego que se entabla entre los guepardos y las gacelas en el desierto del Kalahari, ambas son a muerte, ambas tienen premura y también transcurren a pleno sol, claro que en ambas no son visibles los hilos determinantes de la cacería.

El 2015 se realizará una votación culminada porque la sociedad de Mercado Total que funciona en El Salvador puede desplegar a sus criaturas en la llanura. Veamos atentamente las piezas maestras de la maquinaria electoral: se trata de un juego, el juego llamado democracia en donde los jugadores ya no son ni ciudadanos ni electores, son apenas, muy apenas, votantes y esto quiere decir que son clientes de una serie reducida de empresas que participan en el mercado de los votos.

Estas empresas son partidos políticos previamente registrados pero no controlados, con autorización para participar en el negociado de los votos, estos clientes carecen de derechos porque el juego en el que ellos participan tienen reglas establecidas sin su participación, tampoco tienen derechos para controlar y mucho menos fiscalizar la gestión de los candidatos por los que ellos votan, es decir estos clientes son ciegos de nacimiento pero siempre siguen votando, una y otra vez.

En el 2015 las empresas partidarias llevan a los cargos públicos a sus jefes y propietarios, a una cabecera que garantice que el botín de la administración de la cosa pública funcione como una verdadera empresa con condiciones para hacer negocio, los mejores negocios en donde el mercado cuente con la subordinación de los aparatos estatales en beneficio de la ganancia y la utilidad, de eso se trata el acceso a un cargo público, es más en algunos casos los jefes no llegaran a ser ni funcionarios pero tendrán el cargo por si lo necesitan tanto para su seguridad como para las decisiones importantes.

En este momento han desaparecido todos los linderos y las fronteras ideológicas, porque todos y todas las empresas son eso, empresas y como nunca, en ningún momento anterior tuvimos ante nuestros ojos la evaporación de izquierdas y derechas, de centros o de liberales. Todos los participantes funcionan como mercaderes en un mercado gigantesco que ha sido convertido en sociedad y que ha alterado la relación por que antiguamente, el mercado era parte de la sociedad mientras que hoy es la sociedad la que busca acomodo en el mercado, es la sociedad la que es parte del mercado, las votaciones del 2015 son el escenario que presenta este drama muy real y muy amargo.

Entre uno y otro participante no funcionan linderos ideológicos como ya hemos dicho; pero tampoco funcionan alambradas programáticas, se trata de evitar, a toda costa, que la clientela aprenda a mirar las cosas que no se miran, a volver visible lo invisible, a entender lo que es oscuro, a distinguir entre los amigos y los enemigos, a descubrir además sus propios intereses y a pensarse como clase para sí, todo esto es lo que constituye el pensar político.

El trabajo de las empresas llamadas partidos políticos consiste en evitar justamente eso, el pensar político, porque se trata precisamente de impedir el acceso a la política y a la lucha política de millones de personas que no deben descubrir que serán fuertes cuando construyan su propia fuerza, por eso todo el mercado electoral debe permitir ahuyentar y desterrar todo olor y todo color a realidad, de tal manera que los clientes voten por colores, por sonidos, por rostros; pero no por caminos de salida a la crisis, mucho menos por proyectos que garanticen el trabajo digno, ni el pan, ni el agua, ni el futuro de nadie, se trata de una danza de candidatos y de votantes en un carrusel que no tiene principio ni fin.

Por supuesto que funciona una alianza entre partido político y aparatos ideológicos y esta alianza establece que la campaña debe empezar lo más pronto posible porque así y solamente así, aumentará el negocio para las televisoras, radios, diarios y revistas, y además rápidamente la cabeza de los clientes es amarrada y maniatada en el poste encebado de la publicidad y el carrusel de luces y colores embruja rápidamente a sus víctimas.

El botín es atractivo y jugoso, garantiza control y cartas de negociación, actualmente la clase dominante sigue siendo la burguesía oligárquica tradicional que controla los aparatos fundamentales, el judicial y el legislativo políticamente y el ejecutivo filosófica y políticamente, pero hay una burguesía en ascenso que es la que controla una parte del ejecutivo que busca negociar con esta cúpula, para participar en los mejores negocios; su control del aparato legislativo numéricamente y de los gobiernos locales es una carta negociadora fundamental y eso, precisamente eso es lo que se juega en el 2015, en otras palabras es el equilibrio entre la política y la economía.

Esta relación se mueve históricamente y en unos momentos predomina una y en otros momentos predomina otra, en uno la economía y en el otro la política, actualmente es, a nivel planetario la economía la que establece el juego y la regla, pero el problema es que teniendo poder para impedir el cambio de reglas resulta que el juego deja de funcionar eficientemente a partir de sus propias dolencias internas, eso ocurre en El Salvador donde resulta ser el Estado, ese poder oscuro, fáctico aunque no visible el que ya no expresa la realidad y las correlaciones que se mueven en la sociedad actual y el orden establecido ya no es el orden funcionante, a todo esto se le llama Crisis Histórica, pero las votaciones del 2015 no están en sintonía con la solución a este problema que es el problema fundamental del proceso político del país, es decir el problema del Estado, el problema del poder político real y la necesidad de una nueva democracia que supere a la electoral y camine por la vía de la participación.

Veremos cómo funciona la clientela el día de mercado.

México: La cruda verdad del obradorismo

México: La cruda verdad del obradorismo
Manuel Aguilar Mora · · · · ·

31/08/14

La victoria revolucionaria no es de ningún modo el fruto maduro de la “madurez” del proletariado. La victoria es una tarea estratégica. (León Trotsky, Clase, partido y dirección en España (1940)

La Carta abierta que el ex diputado Gerardo Fernández Noroña dirigió a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el pasado 12 de agosto representa una ruptura significativa en el movimiento populista burgués, de orígenes neocardenistas, surgido en 1988. Noroña sobresalió durante años como uno de los principales impulsores del obradorismo en el PRD y tuvo una destacada actuación en la legislatura de 2009-12 como diputado del Partido del Trabajo (PT) en una bancada parlamentaria en donde impugnó consistentemente el curso de los legisladores del PRI y el PAN sin olvidarse de recordarles infatigablemente su responsabilidad en el fraude electoral de las elecciones presidenciales del 2006 cometido contra AMLO.

Crisis y bancarrota del PRD

Dicho movimiento, fundamento del surgimiento del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989, dominó durante 25 años la política de los grandes sectores de las masas populares que se oponían al curso gubernamental, constituyéndose desde entonces en el movimiento que avasalló y ocupó el espacio de la izquierda existente, quedando sólo girones testimoniales de la izquierda socialista y clasista. De hecho desde ese año, el surgimiento del movimiento esencialmente electoral encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y la Corriente Democrática expulsada del PRI, se llevó tras de sí a los grupos nacionalistas como el de Heberto Castillo, a los lombardistas y a la mayoría de la entonces existente izquierda socialista y clasista integrada por el viejo partido comunista con sus variadas transformaciones, prácticamente a todos los grupos maoístas y castristas y/o guevaristas e incluso a no pocos trotskistas. A partir de entonces la “izquierda en México” con el PRD a la cabeza fue sinónimo de electoralismo, parlamentarismo y colaboracionismo. En síntesis del más crudo cariz conciliador.

Pero después de más de 25 años de dominación de los métodos conciliadores y moderados de la “izquierda perredista” la situación del país ha descendido a profundidades insospechadas de desigualdad, miseria y violencia reaccionaria. Ante la avalancha que significaron las movilizaciones y protestas contra los fraudes y la imposición priistas, la cúpula gobernante concibió en los años 80’s, con la complicidad del Partido de Acción Nacional (PAN), un plan de “transición democrática” desde arriba que en el 2000, con la victoria de Vicente Fox, el primer presidente no priista, inauguró una caricatura de democracia parlamentaria burguesa. Durante los dos sexenios panistas de Fox y Calderón la degradación y corrupción completas del equipo de recambio fue la tónica con una cereza en el pastel de un colosal fraude en las elecciones presidenciales en 2006. Se recrudeció la violencia con la militarización del combate al narcotráfico en el gobierno de Calderón y así se preparó para 2012, la restauración triunfal del PRI que representa el actual gobierno de Peña Nieto, avalado desde el inicio institucionalmente con el Pacto por México integrado con el trío de los partidos mayoritarios PRI, PAN y PRD. Fueron más de 20 años en que abusando de la confianza de las masas la dirección del PRD acumuló derrota tras derrota para el pueblo mexicano, al mismo tiempo que las jerarquías perredistas se integraban a los puestos gubernamentales, a las curules legislativas y se repartían enormes cantidades de recursos financieros que por ley el Estado concede a los “partidos registrados”, a través del Instituto Federal Electoral (IFE) hoy transformado en Instituto Nacional Electoral (INE), sin que el cambio de letras refleje un cambio sustancial.

Resultado, hoy cual una enorme pirámide los trabajadores y el pueblo pobre y oprimido confrontan la terrible realidad de la contrarrevolución que constituye el cúmulo de las reformas promovidas por Peña Nieto en los campos político, educativo, laboral, de las telecomunicaciones y fiscal.

Las contrarreformas votadas durante 2013 y el presente año, culminando con las “leyes secundarias” aprobadas la primera quincena de agosto por el Congreso de la Unión, significan la venta de las riquezas energéticas (hidrocarburos, electricidad) a las grandes trasnacionales imperialistas. Son la anulación completa del legado de la Revolución mexicana, en especial de los grandes acervos del gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) y el regreso a la situación semicolonial de completa dependencia y subordinación del país a los intereses imperialistas.

La razón misma de ser de la existencia y legitimidad popular del PRD tanto bajo la dirección de Cuauhtémoc Cárdenas como de la de López Obrador se fundaban ante todo en la defensa de ese legado cardenista original. El PRD se autoerigía como el partido que reivindicaba los mejores logros de la Revolución mexicana, traicionados por el PRI en complicidad con el viejo partido contrarrevolucionario, el PAN surgido en 1939 precisamente con el expreso propósito de echar abajo los logros revolucionarios de la nacionalización del petróleo y la electricidad. Ante el fracaso total de la estrategia del PRD, tanto del sector vinculado a Cárdenas como del vinculado a AMLO, quien ahora encabeza un nuevo partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) era muy difícil que no surgieran rupturas y críticas profundas en sus filas.

La carta abierta de Fernández Noroña a AMLO es la primera demostración, todavía con muchas limitaciones pero de una orientación hacia la izquierda, de esta crisis de la estrategia conciliadora y colaboracionista del PRD y de la incapacidad de AMLO de proyectar un nuevo curso revolucionario.

Crisis del liderazgo conciliador

Noroña de entrada define a la contrarreforma energética “como el mayor despojo a nuestra nación en toda su historia”, de un calado, según él, incluso mayor al “robo de más de la mitad del territorio que sufrimos” después de la derrota nacional en la guerra con Estados Unidos de 1847-48. Se pregunta sobre cuál es la razón de que “el pueblo no se haya levantado ante semejante agravio”. Y entonces considera que existen muchas razones para tal situación pero que hay una que tiene especial importancia, se trata de la cuestión fundamental del liderazgo. Dice él: “ese liderazgo marca su conducta, define su actuar y materializa las acciones que la gente realiza para hacer frente a estas ofensivas”. E inmediatamente añade una crítica directa, sin atenuantes a la estrategia conciliadora de AMLO, señalando su enorme responsabilidad: “Ese liderazgo hasta el día de hoy está en tus manos. Y lejos de impulsar una línea de lucha y resistencia, has decidido una línea de no confrontación”

“Una crisis de liderazgo”, precisamente esa es la causa fundamental de la situación deprimente y desastrosa a la que han sometido los grupos dominantes al pueblo mexicano, cuyos arrestos combativos e impulsos de resistencia y sacrificio no los ha escatimado en estos más de dos decenios marcados por movilizaciones y luchas importantísimas pero siempre orientadas a un callejón sin salida por su dirección conciliadora y colaboracionista del PRD y ahora de AMLO.

Noroña repasa la lista de inconsecuentes actitudes y medidas de AMLO en la lucha contra el curso contrarrevolucionario del presidente panista Calderón y ahora contra el gobierno de Peña Nieto: ocultando derrotas, perdiendo tiempo precioso convocando numerosas concentraciones sin proponer planes de acción concretos y negándose a la convocatoria de movilizaciones combativas, tardíamente anunciando un cerco al Senado durante las sesiones de las votaciones energéticas decisivas que un infarto le impidió encabezar a AMLO y quien, sin respetar las instancias de Morena, nombró a su primogénito como el dirigente de las manifestaciones como, apunta Noroña, “si nuestro movimiento fuera una monarquía”.

Noroña sigue sin bajar la mira crítica y le hace notar a AMLO su contradictoria conducta con respecto a “la consulta” popular en 2015 para lograr echar abajo las contrarreformas de Peña que en un principio rechazó como improcedente y que ahora ha propuesto a Morena a que participe en ella, sin por otra parte convocar a unirse con el PRD, que también ha decidido recurrir a tal consulta para derogar las contrarreformas. Y a continuación le lanza las preguntas siguientes:

“En verdad crees que respetarán las firmas y realizarán una consulta una vez que han entregado el petróleo y la energía eléctrica a las trasnacionales? En el remotísimo caso de que hiciesen la consulta, ¿en verdad crees que respetarían el resultado de la misma, que sin duda sería de rechazo a las contrarreformas legales, y que sacarían a las trasnacionales petroleras del país respetando la voluntad popular?”

Noroña reconoce que AMLO no puede ser tan ingenuo como para creerse todo eso pero entonces lo conmina a que sea consecuente y que no puede permitirse seguir sin que nada hubiera pasado, “jugando con las expectativas de la gente”. Y ya encarrerado en su curso afila su bisturí crítico y francamente le señala el error que comete orientando a Morena a un curso destinado al fracaso irremediable:

“Peor aún, me parece que lo que está implícito en tus declaraciones, es que pretendes generar la impresión que de ganar la presidencia en 2018, darás marcha atrás a estas contrarreformas neoliberales. Te han robado a ti y al pueblo de México la presidencia de la República en 2006 y 2012. ¿En verdad crees que en 2018, con las trasnacionales petroleras saqueando al país respetarán un triunfo tuyo a la presidencia de la República? Si no lo respetaron en 2006, cuando las petroleras estaban parcialmente dentro y de manera ilegal explotando nuestro petróleo, o en 2012 que ya se habían metido en serio las trasnacionales, ¿por qué lo harían en 2018, teniendo el control absoluto de nuestras riquezas y contando con “aval” constitucional?”

Contundente Noroña apunta que “la vía electoral está cerrada para acceder a la presidencia” e insta a AMLO a que todavía está tiempo de corregir su error de creer que en 2015 se podrá avanzar mucho y que el 2018 está muy lejano, por lo que no hay que esperar hasta las elecciones de ese año para derrotar al bloque contrarrevolucionario del PRIAN y obligar a renunciar a Peña Nieto por medio de “una rebelión no violenta para iniciar el proceso de recuperación de la libertad de nuestro pueblo”. Finalmente termina haciendo la siguiente convocatoria para las tareas inmediatas:

“Por todas estas razones te emplazo a modificar tu posición, a participar en un amplio movimiento de unidad de todas las fuerzas progresistas, nacionalistas, democráticas, de izquierda en el país, para detener primero, y revertir después, estas contrarreformas neoliberales”.

Consecuencias de las derrotas

La situación de hoy está condenando a las grandes masas a ir de crisis en crisis, de mal en peor. Noroña con su carta expresa que en el obradorismo comienzan también a aparecer por fin signos evidentes de crisis. No es para menos. El propio Noroña tiene una trayectoria que incluye fuertes cuestionamientos, después de todo él fue parte fundamental de la bancada de diputados obradoristas en la legislatura de 2009-12. Su posición no se diferenció en nada de la adoptada por AMLO y sus allegados en acontecimientos clave que afectaron terriblemente a los trabajadores. Nos referimos en especial a la liquidación por Calderón de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, con el aplastamiento consecuente que significó en 2009 el golpe tremendo al más viejo sindicato, fundado durante los años revolucionarios, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Esta derrota de los trabajadores que sólo puede compararse con la que sucedió exactamente 50 años antes con motivo de la gran represión con el ejército de la huelga ferrocarrilera por parte del gobierno priista de López Mateos en 1959, provocó el hundimiento de proyectos de resistencia que tenían en el SME su principal motor y guía. Aparte de declaraciones y actitudes rituales sin efecto decisivo alguno, la dirección sindical de Martín Esparza no reaccionó ni de lejos con la contundencia que el terrible golpe ameritaba. Y en ello coincidió por completo con la dirección obradorista con la que tal liderazgo sindical estaba ligada por múltiples lazos.

Igualmente es necesario recordar que desde 2006 ya era evidente la enorme responsabilidad de AMLO en la dirección de un movimiento de masas de proporciones colosales que en lugar de ser el bastión para los cambios políticos drásticos necesarios, por ejemplo un paro nacional, fue dilapidado y dejado como un mero factor de presión sin grandes consecuencias. Fue el propio AMLO quien se jactaba que “no se rompió un vidrio” en la más grande manifestación de descontento en la historia reciente de más de un millón de personas que protestaban en la ciudad de México contra el fraude electoral de julio de 2006. Y también en esos momentos de gran tensión en 2006, el cretinismo electorero obradorista se expresó cuando en los días en que se cernía la amenaza de represión sobre la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), AMLO decidió, en lugar de apersonarse en Oaxaca irse a Tabasco a apoyar la campaña de un candidato ex priista del PRD. El tal candidato resultó derrotado y la represión conjunta de la policía federal y oaxaqueña aplastó a la APPO.

Y ya en 2012 ¿cómo no señalar el escandaloso acuerdo electorero entre AMLO y la dirección conciliadora de los Chuchos del PRD que le permitió a éstos auparse en los más de 16 millones de votos conseguido por AMLO en las elecciones presidenciales para sus acuerdos con Peña Nieto en el Pacto por México?

Noroña avanza no precisamente un gran trecho en su crítica del curso obradorista que ha resultado por completo incapaz de organizar una verdadera estrategia y un bloque popular resistente contra la feroz contraofensiva de un poder depredador implacable en la consecución de sus objetivos contrarrevolucionarios, pero ha producido una ruptura. Seguirán otras.

El poder y el dinero

Una de las cuestiones principales que la situación actual pone en el centro de la discusión del movimiento contra Peña Nieto y el bloque que lo apoya y se beneficia de las medidas de su gobierno, es la cuestión de la estrategia.

El meollo del discurso político de AMLO es el de la ideología liberal de Benito Juárez, un discurso que se enfrentaba a los resabios de la colonia española, a los poderes dominantes en la Nueva España que seguían siendo muy poderosos en el México independiente: los grandes terratenientes y la iglesia católica también propietaria de grandes extensiones de tierra. Pero 150 años después la sociedad mexicana es por completo diferente a la prevaleciente en los tiempos de la Reforma juarista.

El discurso liberal decimonónico se desplegaba fundamentalmente al nivel de las instancias jurídicas, ideológicas y (anti)religiosas. Era un discurso político en el sentido más limitado del término. Por ello para AMLO los grandes problemas nacionales están hoy vinculados principalmente con el funcionamiento del Estado, es un discurso estatista que fustiga la antidemocracia y muy en especial la corrupción estatal. Sus enemigos son ante todo, los altos dignatarios gubernamentales y por supuesto sus partidos, en particular el PRI y el PAN, aunque hoy tendrá que confrontar también a la alta jerarquía perredista.

Para él el panorama social y económico del país se concentra en el Estado y en sus derivaciones políticas centrales. Cuando desciende de las alturas políticas a los niveles sociales, ciertamente constata las grandes llagas que hieren a la población: la miseria, los bajos salarios, el desempleo, la violencia creciente. Pero jamás profundiza en la estructura económica que es la causa primordial de la situación deplorable actual del pueblo mexicano. No hay en él la menor elaboración sobre la situación del régimen capitalista subordinado y dependiente a la economía mundial imperialista.

En el discurso de AMLO no se encuentra una sistematización de la crítica a la voracidad y a la enorme corrupción de los capitalistas mexicanos y extranjeros. En sus iracundas piezas oratorias no hay una denuncia a los horrores del capitalismo. Sus objetivos no son anticapitalistas los únicos cuya resolución podrán lograr el éxito de la lucha por mejores salarios, por el pleno empleo, por el mejoramiento sustancial de las condiciones de salubridad y educación públicas, por la desaparición del secreto bancario, por la expropiación de los grandes negocios energéticos, industriales, comerciales y financieros para ponerlos bajo el control de sus trabajadores. Sin este programa anticapitalista la lucha por la verdadera transformación revolucionaria no se puede plantear realistamente pues la fuente de la catástrofe socioeconómica nacional es el sistema capitalista dominante.

El discurso obradorista se concibe como “republicano”. Es el de la ideología liberal que aspira a crear un país como el que Juárez, según AMLO, quiso para México e instauró en la República restaurada en el siglo XIX. Ni siquiera enfatiza en su discurso político las gestas revolucionarias de los caudillos plebeyos Zapata y Villa como los representantes más radicales de los intereses populares en los acontecimiento de 1910-19.

La lucha revolucionaria hoy en día ciertamente se confronta al Estado, entidad fundamental que avala, mantiene y preserva las condiciones de la reproducción del capitalismo. El Estado es el centro nervioso del sistema, pero el poder estatal capitalista no es el factor del dominio fundamental en la sociedad burguesa. El poder absoluto socioeconómico, y en última instancia decisivo al nivel político, pertenece a la clase dominante (con sus diferentes fracciones, en especial los capitalistas trasnacionales y los grandes burgueses “nacionales”). Pertenece a la clase propietaria de la riqueza nacional, es decir, en la sociedad burguesa el poder absoluto es el del dinero, es de la riqueza, es del Capital, es el origen de todas las políticas y de todas las corrupciones. Poder en la sociedad burguesa significa dinero. Por eso, por ejemplo, la cuestión de la corrupción gubernamental, de los funcionarios, de los partidos, de los diputados y senadores, en suma la corrupción y decadencia del sistema político imperante, que constituye el objetivo central en el discurso obradorista no se puede atacar meramente planteando la reducción de los honorarios y enormes privilegios de los funcionarios públicos. Siendo evidente que es una demanda completamente correcta, lo que fundamentalmente hay que añadir, y ello no lo hace AMLO, es que el poder corruptor de los recursos en manos de los capitalistas es cien veces mayor y circula sin freno alguno en todos los niveles gubernamentales en la forma de sobornos, “moches”, coimas y los numerosos métodos para comprar influencias y privilegios que tienen las grupos capitalistas para penetrar e influir y determinar las decisiones del gobierno.

El nuevo periodo

Estamos ante un nuevo periodo de la lucha de los trabajadores de México y es evidente que las presiones, los reacomodos y las revisiones de las fuerzas políticas estarán a la orden del día. Lo significativo de la carta abierta de Noroña es que ha surgido una ruptura política indudable en el seno del movimiento populista más poderoso del país y además claramente hacia la izquierda del mismo, algo que no había sucedido desde 1988.

Las repercusiones están por verse pero de entrada se puede decir que los argumentos y las propuestas responden a una situación real, a las condiciones de cientos y de miles de trabajadores, estudiantes, maestros y pueblo en general que se están haciendo muchas de las mismas preguntas de la carta de Noroña.

El llamado final de la carta es sentido ampliamente por las diversas fuerzas que consideran por completo agotada y contraproducente la estrategia electoralista y conciliadora del PRD y ahora también de AMLO. Para nosotros esta convocatoria no puede significar sino la lucha por un frente lo más amplio y unido posible de las fuerzas de los trabajadores, de los pobres del campo y las ciudades verdaderamente democráticas, revolucionarias e independientes de la burguesía, el Estado y sus partidos.

Del lado del gobierno de Peña la acción se desarrolla viento en popa. Uno de los directores generales de Pemex declaró que las autoridades de la compañía petrolera nacional se han reunido ya con los representantes de las trasnacionales Chevron, Shell, Exxon, BP, Petrobras, Ecopetrol, PetroChina, la empresa nacional iraní, Cubapetroleo, Petróleos de Venezuela entre otras. Igualmente la Comisión Federal de Electricidad realiza negociaciones para la construcción de infraestructura de energía eléctrica y gasoductos. (La Jornada, 18.08.14).

Con las limitaciones inherentes a la posición política de Noroña, lo que destaca de la polémica abierta por él es el sentimiento que ha estado latente en innumerables manifestaciones, gritado en consignas de los participantes pero jamás retomado por las direcciones conciliadoras. En México las condiciones de un gran paro nacional están madurando en la medida que los acontecimientos se aceleran, Noroña se está haciendo eco de un sentimiento cada vez más compartido por grandes sectores de masas. Hasta hoy ninguna dirección sindical, con excepción de la corriente magisterial disidente la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), ha convocado a la preparación de un paro nacional. Ciertamente en los sindicatos de petroleros, electricistas, telefonistas, de trabajadores de la educación y de la salud serán necesarios poderosos movimientos de la base para derrotar y echar abajo las direcciones burocratizadas conservadoras e inmovilistas que tienen postrado al movimiento organizado de los trabajadores. Pero la gravedad de la crisis plantea con toda su urgencia este objetivo.

Las condiciones de un paro nacional han estado madurando aceleradamente. En 2006 una lucha radical contra el fraude gubernamental era muy posible que se transformara en un gran paro nacional. Faltó la voluntad política revolucionaria.

Regionalmente existen experiencias de la maduración de las condiciones de rupturas revolucionaria impulsada por las masas trabajadoras del campo y la ciudad. Destacan los ejemplos del EZLN en Chiapas todavía vigente y el de la APPO en Oaxaca reprimido. La descomposición social y sus repercusiones de corrupción y represión crudas en todos los niveles gubernamentales ha producido el surgimiento de los grupos de autodefensa en especial en los dos estados en que esas condiciones de descomposición están muy avanzadas Guerrero y ante todo Michoacán, pero los brotes de las autodefensas están en Jalisco, en Sinaloa, en Tamaulipas y se propagarán en la medida en que el gobierno federal continúe con su política de intervenir militar y policiacamente en los estados sin realmente ir al fondo a la solución de los problemas del desempleo, la existencia de poderosos carteles de narcotráfico y la corrupción consiguiente que conllevan.

Hacia una estrategia revolucionaria

Para triunfar es necesario una estrategia revolucionaria correcta. No es posible lograr victorias de otra forma. La estrategia del triunfo es la anticapitalista. Una lucha que aspire al surgimiento de un México nuevo en el que su destino recaiga en manos de las masas trabajadoras y sus aliados pobres y oprimidos del campo y las ciudades. La organización revolucionaria es clave para lograr este objetivo: una organización que incluya a las fuerzas verdaderamente independientes, democráticas e internacionalistas.

La voluntad política para lograr estos objetivos también está madurando. Los proyectos de alianza y coaliciones prosperan cada vez más. Todavía no cuajan en la constitución de un real frente nacional de lucha contra el gobierno de Peña Nieto y su política pero la tendencia apunta a que ello sucederá con la participación consciente y decidida de los sectores en movimiento. Destaquemos dos de ellos.

En San Salvador Atenco 112 organizaciones se reunieron el 16 y17 de agosto convocados por el Frente en Defensa de la Tierra del lugar cuya lucha heroica data de más de una década defendiendo sus tierras contra el megaproyecto de un nuevo aeropuerto para la megalópolis del valle de México. Entre los participantes se encontraban representantes de poblaciones que defendían sus territorios de los proyectos depredadores de minería a cielo abierto, gasoductos, terminales eléctricas, aeropuertos, despojos de empresas petroleras y gaseras.

Convocado por las normales rurales se reunirán cientos de organizaciones campesinas, sindicales, estudiantiles y de pobladores en general en el Congreso Social de Ayotzinapa, Guerrero los días 30 y 31 de agosto para discutir variados temas entre los cuales la cuestión de la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Son jalones de organizaciones, promesas de combates, expresiones de un movimiento social que va madurando a un ritmo cada vez más acelerado para ponerse a tono con la velocidad de la crisis que está precipitando a México a una cita fundamental de su historia en este inicio del siglo XXI, exactamente en las fechas en que se celebra el centenario de los triunfos más significativos de los ejércitos plebeyos de Villa y Zapata en la Revolución mexicana.

Manuel Aguilar Mora, historiador y profesor de la UACM, es militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS) de México.

Madera, 27 de agosto 2014

Aporte de los estudiantes universitarios al movimiento revolucionario

Aporte de los estudiantes universitarios al movimiento revolucionario
Wed, 07/24/2013 – 23:09
by editor
Para que no olvidemos
Entrevistas
PRTC

Aporte de los estudiantes universitarios a surgimiento y fortalecimiento del movimiento revolucionario

Francisco Jovel Urquilla

Francisco Jovel, Secretario General del Partido de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC). Secretario de Zona de 1979 a 1992. Conocido durante la guerra como “Roberto Roca”, Comandante del PRTC. Firmante de lo Acuerdos de Paz. En 1988, amenaza de abandonar el FMLN si no se hace nada para detener los asesinatos de Mayo Sibrián. Abandonó el FMLN en 1999, en medio de divergencias generadas en ese entonces entre las corrientes renovadora y ortodoxa.

Francisco Jovel pqn olvidemosFrancisco Jovel, expone sobre la situación de los medios en la época de guerra. Miércoles 18 de enero de 2012 (Foto: Diario Co Latino/Rosa Campos).
Toma de Conciencia del Pueblo y el Papel Contrainsurgente de los EE.UU.

El movimiento de masas tuvo como principales impulsores a elementos jóvenes, fundamentalmente estudiantes, sin menospreciar el papel que pudieron haber jugado jóvenes obreros. El papel más dinámico, mas evidente, lo jugaron estudiantes, sobre todo, estudiantes universitarios provenientes de sectores medios de la sociedad y otros jóvenes de extracción muy popular, los cuáles habían podido acceder a los estudios universitarios, gracias al proceso de reforma universitaria que durante los años 60 había impulsado la Universidad Nacional de El Salvador, durante la rectoría del Dr. Fabio Castillo Figueroa, quien hay que recordarlo había sido candidato presidencial en la segunda mitad de los años 60, y que por cierto, fue la primera candidatura auténticamente de izquierdas presentada por el Partido Acción Renovadora (PAR), que obtuvo una cantidad significativa de votos, a pesar del carácter autoritario del Régimen.

Ahora, ¿Qué es lo que hace posible el movimiento de masas? Hay que tomar en consideración que el Gobierno de Estados Unidos había forzado a las dictaduras militares de América Latina, y particularmente en Centro América, a impulsar ciertos procesos de democratización restringida, como mecanismo político para intentar contrarrestar el impacto y el influjo internacional que la revolución cubana estaba experimentando en América Latina.

No podemos perder de vista que en Venezuela, Nicaragua, Guatemala y otros países de América Latina, habían surgido movimientos guerrilleros de gran importancia, inspirados por el éxito político militar de la revolución cubana. En Centro América las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Guatemala (FARG) tuvo un papel destacado durante los años 60 y lo mismo puede decirse del impacto que experimentó el surgimiento del Frente Sandinista en Nicaragua.

Además de las “aperturas democráticas”, la Alianza para el Progreso que era parte de la política de contrainsurgencia norteamericana tenía el propósito de impulsar ciertas formas de asistencia económica y social, que aliviara de alguna manera, los seculares esquemas que tenían profundamente empobrecida y desnutrida a la población de América Latina.

Había programas por ejemplo, de distribución de leche en las escuelas, para la gente de escasos recursos, como un complemento alimenticio para el desayuno; distribución de ropa, víveres y algunos artículos o piezas para cocinar. Todo ello acompañado como siempre sucede con este tipo de programas cuando los impulsan los Estados Unidos y los Gobiernos anti populares de una gran propaganda política anti comunista y anti revolución cubana.

Recuerdo algunos pequeños folletos que nos repartían en las escuelas, en donde en Cuba – supuestamente- les quitaban los niños a las familias y el Estado se hacía cargo de ellos, los indoctrinaba y les sacaba a Dios de la cabeza. Por supuesto, este tipo de propaganda, de mala propaganda, da risa a estas alturas.

A finales de los 60, con los graves problemas económicos y políticos del país, más las motivaciones de las luchas revolucionarias internacionales, la situación política había madurado; el pueblo salvadoreño había tomado conciencia de la lucha popular para los cambios y estaba a la orden del día la búsqueda de la reforma agraria y la reforma urbana. Incluso en el libro “El Salvador la Tierra y el Hombre”, escrito por David Browning catedrático de Oxford desde una perspectiva académica, objetiva e imparcial, se deduce que propone o sugiere al Gobierno, que promueva una serie de transformaciones, sobre todo en el agro, de manera que le sirvieran como medida correctiva y, además, preventiva de un posible alzamiento o levantamiento popular.
Reformas del Gobierno y Surgimiento del Movimiento de Masas

El Gobierno, en vez de tomar medidas correctas para superar la situación crítica que vivía el país, comenzó a impulsar reformas como la Educativa y la Urbana, con el propósito de impedir la proliferación de tugurios y la creación de un cinturón de miseria en las ciudades, ya que en ese período estaba muy dinámico el flujo migratorio del campo hacía la ciudad.

Estas reformas del Gobierno y sus acciones anti populares, motivaban el resurgimiento del movimiento de masas y la organización, con la participación de los estudiantes universitarios y el gremio magisterial, con maestros de secundaria y de primaria, que ya para 1968 realizaron la primera huelga de ANDES y si no me equivoco, la segunda fue en 1972. A la cabeza de esas huelgas y movimiento de masas estaban el profesor Mario López y la profesora Mélida Anaya Monte. Mario fue posteriormente miembro de la Comisión Política del PRTC, y Mélida Segunda Responsable de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Ambos fueron secretarios generales de ANDES 21 de Junio.

Este movimiento tuvo un impacto muy significativo en los estudiantes de bachillerato, que después, al incorporarse a la Universidad Nacional y a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), jugaron un papel importante en el desarrollo y crecimiento del movimiento estudiantil y de masas.

La UCA era vista en ese período de los años 60, como una Universidad de elite; posteriormente se fue transformando y adoptando un enfoque de mayor compromiso social y político en sus planteamientos, ya que el terreno de las cuotas para estudiar seguía siendo elitista, aunque también incorporó una política de cuotas diferenciadas, tipo becas, para estudiantes de escasos recursos.

La incorporación de los maestros a la lucha de masas fue muy importante, porque debemos recordar que el profesor tiene un impacto muy grande en la Comunidad. Existen cuatro tipo de personas que inciden y son respetadas en la Comunidad: el maestro, el cura, el médico y los militares; y estos últimos, porque nuestro país ya sufría, para mediados de los sesenta, más de treinta y cinco años de dictadura militar, en donde los jefes de destacamentos, los comandantes, y en general los militares, ejercían un poder absoluto en la población. Pero sucede que con las huelgas de los maestros de ANDES, se da una ruptura en el relativo acuerdo tácito de complicidad entre esos cuatro grandes sectores de la sociedad. El gremio magisterial dejó de ser un gremio dócil para el Gobierno, los sacerdotes también empezaron a experimentar un proceso de importantes cambios, dejando poco a poco la docilidad que los había caracterizado y pasando a jugar un papel más crítico y activo en favor de los cambios sociales y de justicia que necesitaba el país. Todo esto creó una brecha o fisura, entre el sector conservador del clero y el sector cada vez más progresista y radicalizado de la iglesia, llegando a finales de los 70 a su máxima expresión con la testimonial y ejemplar vida de compromiso de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, que llegó a convertirse en la “voz de los sin voz”.

Los médicos en ese período, en su mayoría seguían siendo un gremio que actuaba con una actitud muy servil, tolerante e indiferente frente a la problemática política del país, dada su situación de ser un sector muy privilegiado de la sociedad. Los militares por supuesto, continuaban siendo un sector comprometido y ligado directamente con el proceso autoritario y represivo del gobierno y a favor de los intereses oligárquicos. Dicho de otra manera, tres sectores experimentaron una gran crisis de ruptura con lo que había sido su papel tradicional en el País: los maestros, los sacerdotes y, además, los médicos, que empezaron a experimentar la existencia de un grupo de personas con posiciones un poco más críticas, y que en la Universidad de El Salvador fueron promotores de la Reforma Universitaria en la cátedra de medicina pública, esfuerzo que generaba conciencia del papel que el Estado debía jugar respecto a la medicina preventiva y curativa, dados los grandes y graves problemas de salud pública que padecía el País.

Ante la efervescencia de la organización popular y la creciente conciencia de lucha, la dictadura arreció sus medidas represivas y autoritarias, y para contrarrestar preventivamente el auge de la organización campesina, creó la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), que era prácticamente la institucionalización de todo un sistema de represión paramilitar en el campo y que abarcaba todo el territorio nacional. Esa organización se confrontó rápidamente con el trabajo que las religiosas y religiosos hacían en el campo, organizando a los campesinos en el movimiento cooperativista y concientizándolos de acuerdo a las recomendaciones de la Doctrina Social de la Iglesia. Incluso, en esos años 70, se comenzó a incrementar la represión y persecución a los sacerdotes, como por ejemplo el caso de la captura e intento de asesinato del padre Chencho Alas, quien promovía la organización de las cooperativas campesinas en Suchitoto y el Cerro de Guazapa. Posteriormente Chencho se incorporó al movimiento de masas del PRTC.
Aporte de los Estudiantes Universitarios al Proceso de Concientización y Organización Popular

Los hechos de agresión militar en contra de los campesinos, más el trabajo de concientización que los estudiantes universitarios realizábamos en esas zonas del campo, profundizaron la toma de conciencia política y social. A finales de los 60 y parte de los 70, yo iba con un grupo de estudiantes universitarios a la zona de Suchitoto, a visitar los cantones de Mirandilla, Palo Grande y otro lugares del Cerro de Guazapa, con la tarea de dar charlas políticas y a realizar consultas médicas, al mismo tiempo que distribuíamos gratuitamente la dotación de medicamentos que llevábamos, ya que la situación económica y de salud era absolutamente precaria.

La situación de pobreza y represión generalizada, dio lugar a que los estudiantes y profesores se pusieran a la cabeza del movimiento, para organizar a los sectores populares. Fue un proceso de concientización que les llevó a una motivación fundamentalmente política más que económica. No se trataba del surgimiento de un sindicato, ya que estos surgen a veces, más presionados por las necesidades económicas, dado su carácter fundamentalmente economicista, porque están oprimidos por el sistema económico y social y se ven forzados a luchar por preservar para sí una parte cada vez más justa del valor que su trabajo agrega a lo producido. En cambio, en el caso salvadoreño, cuando hablamos sobre todo de los estudiantes, estamos hablando de un sector cuya motivación fundamental era, más que de carácter económico, de carácter eminentemente político.
Cuestionamiento a las Formas Tradicionales de Lucha Política

¿Cuáles son los efectos que tiene la participación de los estudiantes y maestros en el movimiento de masas? En mi análisis, concepción y conclusión, el trabajo político campesino y estudiantil dio lugar a un rápido cuestionamiento del movimiento político tradicional, vinculado sobre todo a la lucha electoral y lucha sindical. Hay que reconocer que la lucha electoral requería de una terrible batalla contra los esfuerzos del régimen por mediatizarla, por reprimirla y por mantenerla dentro de sus parámetros, en los cuales solo se permitía algún tipo de participación por medio del voto, pero sin la posibilidad de acceder al poder, sobre todo a nivel del ejecutivo. La presidencia de la república o de cualquier otro órgano fundamental del Estado, estaba reservada para los poderosos. Por supuesto que hubo algún tipo de participación en alcaldías, como fue el caso de la Democracia Cristiana, que durante los años 60 y 70 tenía el control de la alcaldía de San Salvador y habían ganado algunos diputados vinculados a los sectores más radicales de la Democracia Cristiana y al Partido Comunista (PC), a través de la Unión Democrática Nacionalista (UDN). Rafael Aguiñada Carranza y Dagoberto Gutiérrez fueron diputados del Partido Comunista (PCS) vía UDN. El primero fue asesinado por sicarios de la derecha y, el segundo fue comandante guerrillero y es uno de los firmantes de los acuerdos de paz; actualmente está fuera del FMLN actuando como analista independiente y académico.

Posteriormente, la UDN en alianza con el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), junto a otras fuerzas no partidistas, formarían la Unión Nacional Opositora (UNO).

Es cierto que en ese período finales de los 60 y principios de los 70 la ebullición política en El Salvador había llevado la lucha electoral a su nivel de máxima expresión, lo que dio lugar a que la alianza Partido Demócrata Cristiano, el MNR (Social Demócrata) y el Partido Comunista ganaran las elecciones presidenciales en 1972, aunque la derecha les arrebato fraudulentamente la victoria.

El Partido Comunista, desde 1931 con el golpe de estado de Maximiliano Hernández Martínez, y sobre todo después de la matanza de indígenas de 1932, había estado sometido a la ilegalidad y la clandestinidad, pero había logrado, a través de una serie de formas indirectas de participación política, conducir a un buen sector del movimiento gremial y sindical y sobre todo, no dejar de participar indirectamente en la lucha electoral. No obstante, el PC de hecho aunque no de palabra se había venido oponiendo de forma sistemática al ejercicio de las formas de lucha radicalizada y sobre todo de lucha armada. Pero, para los años setenta esos sectores de estudiantes y maestros a que me he referido, y personas escindidas del PCS, habían sometido a cuestionamiento esos métodos privilegiados por el Partido Comunista; se planteaban la interrogante de si estos métodos y formas de lucha eran realmente los que harían posible, en el caso particular de El Salvador, propiciar, promover y conquistar las transformaciones políticas, económicas y sociales de contenido verdaderamente revolucionario.

Comandantes F5 pqn olvidemos

De izquierda a derecha: Comandantes Schafik Handal (PCS-FAL), Joaquín Villalobos (ERP), Eduardo Sancho (FARN), Salvador Sánchez Cerén (FPL), y Francisco Jovel (PRTC).
Lucha Ideológica y Ruptura del Partido Comunista

Durante los primeros diez años del 68 al 78, en la izquierda salvadoreña estuvo a la orden del día la lucha ideológica, relacionada justamente a ese tipo de debate, que también se estaba dando a nivel internacional, en torno a la guerra en Viet Nam, la lucha anticolonialista en África, la muerte del Che Guevara, el mayo del 68 en París y el auge de la guerrilla urbana en el cono sur de América Latina; eran temas y sensibilidades que se confrontaban con la política de coexistencia pacífica de la URSS y su línea de apoyar la “Transición pacífica a formas no capitalistas de desarrollo” en el tercer mundo. Por otro lado teníamos los planteamientos del eurocomunismo, triunfo de Salvador Allende en Chile y el movimiento Hippy con su lema de “Paz y amor”.

Esa lucha adquirió desde luego, entre maestros y estudiantes universitarios, un dinamismo muchísimo más grande, lo que acompañado al fenómeno de la guerra con Honduras en el 69 y al papel político que el PC había sostenido respecto a ese conflicto, destapó una lucha ideológica más abierta, lo que contribuyó a la ruptura del Partido Comunista, dando lugar a la renuncia y escisión de su Secretario General y, posteriormente fundador de las FPL, Salvador Cayetano Carpio.

A partir de ese fenómeno, surgió un debate cada vez más intenso, teniendo su expresión más evidente en la Universidad Nacional, dado que en el Movimiento Sindical, el control formal continuaba estando en manos de la Dictadura Militar y de la dirección del Partido Comunista. Pero un elemento que contribuyó al debate, fue la promoción de discusiones públicas sobre los acontecimientos de 1932, en donde jugó un papel importante el libro “Miguel Mármol” de Roque Dalton, basado en el testimonio de ese legendario comunista sobre la insurrección campesina de 1932.
Miguel Mármol Miguel

Mármol fue miembro del PCS hasta su muerte, acaecida después de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992. Miguel, para principios de los setentas estaba, de alguna manera, como menospreciado dentro del Partido Comunista. Muchos estudiantes llevábamos a Miguelito a las reuniones y clases para que nos explicara su versión de los hechos del 32, ya que en nuestro país ha sido tan secular la tendencia del régimen a que se olviden los acontecimientos históricos, para lo cual han creado una barrera a la memoria histórica. A esas reuniones asistíamos estudiantes y profesores que conocíamos más de Europa, Medio Oriente, algo de Sandino, de Francisco Morazán, de Centroamérica, pero desconocíamos nuestra propia historia, en particular la de los sucesos del 32.

Yo vivía en la Residencia Universitaria, y junto a otros compañeros dirigíamos el Movimiento de Residentes en la Universidad, y el de Becarios aunque yo no era becario y allí alojamos, entre 1970 y 1971, por varios meses, a Miguelito Mármol, organizándole actividades y charlas. Miguelito, no obstante ser menospreciado, nunca dejó de ser un comunista disciplinado. Me decía: “la diferencia fundamental entre tú y yo es, que tu eres cheyista y yo soy leninista”. Yo le decía: “a veces no necesariamente eso es contradictorio”, “a veces sí” me decía. Yo le replicaba que era contrario al estalinismo; el siempre justificaba a Stalin.
Diferentes Concepciones Respecto a la Búsqueda de Nuevas Formas de Lucha

El fenómeno era, que el Partido Comunista, quiérase o no, en la medida en que estaba alineado con lo que se llamaban las posiciones pro soviéticas, promovía a través de su lucha más que una confrontación abierta para cambiar el sistema la búsqueda de una apertura democrática, que algunos de ellos le llamaban “La Revolución Democrática Burguesa”, “La Vía no Capitalista para el Socialismo”, y otros le llamaban “La Transición Pacífica al Socialismo”; consideraban también la posibilidad de introducir esas vías no capitalistas hacia el Socialismo a través de golpes militares, concibiendo que en Centroamérica en particular, los militares progresistas podrían promover golpes de estado que sirvieran a esta estrategia. Incluso había libros promovidos por autores auspiciados por la Unión Soviética para teorizar al respecto.

Abonaban a esas posiciones del Partido Comunista, el hecho de que ya se habían dado acontecimientos golpistas en Bolivia, en Panamá con Torrijos y estaba cercana la experiencia del Gobierno de Jacobo Arbens en Guatemala, incluso la participación de militares revolucionarios en la fundación de las FAR en ese país.

En cambio había otro sector que abogábamos por una organización surgida propiamente del seno popular, independiente de las instituciones tradicionales del Estado; priorizábamos el trabajo de una organización enteramente nueva. Esto dio lugar a cosas como las siguientes: Cayetano Carpio de las FPL me planteó, que aquellos estudiantes que se quisieran incorporar a esas nuevas formas de lucha, tenían que renunciar a sus estudios universitarios para sumergirse completamente en la clandestinidad. Por supuesto que no estábamos de acuerdo con esa posición, y esta fue una de las primeras diferencias que tuvimos con Cayetano, porque nosotros considerábamos que había que promover aquellas formas de luchas nuevas, sin abandonar necesariamente las instituciones en donde estábamos, ya que era ahí en donde tenías que hacer trabajo para influir y preparar la cantera adecuada de esa nueva organización ciudadana.

Otro sector, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), también tenía una visión más o menos semejante, pero con una variante, mientras las FPL no menospreciaban la posibilidad de incidir en el movimiento de masas, como el movimiento magisterial, el movimiento obrero y el movimiento campesino para que fuera un movimiento de masas, no necesariamente de unidades guerrilleras, el ERP privilegiaba solo la organización de los Comités Militares del Pueblo, considerando que el trabajo hacia los sindicatos, el movimiento estudiantil o el movimiento de masas, tenía que estar sujeto o sometido a esa visión de radicalismo militarista. Esta concepción y trabajo del ERP Comités Militares del Pueblo llegó hasta 1978; por eso es que ellos fueron la última de las organizaciones de la nueva izquierda, en crear su movimiento de masas, el cual nace en febrero de 1978, como Ligas Populares (LP-28), inmediatamente después de la masacre en la Plaza Libertad.

No obstante, dentro del ERP también había una discusión respecto a su estrategia militarista, lo cual les llevó a la ruptura con el sector Resistencia Nacional (RN). Pero todas estas contradicciones y luchas ideológicas internas de los partidos y organizaciones político militares, hay que verlas como el resultado de un esfuerzo permanente por alcanzar una organización de nuevo tipo en cuanto a movimiento de masas.

Entre los promotores de ese movimiento de masas podemos encontrar a gente como Cayetano Carpio, que venía de sectores obreros, pero que era un funcionario reconocido del Partido Comunista y que siguió siendo revolucionario profesional durante el resto de su vida; a Mélida Anaya Montes una profesora reconocida, a Mario López, a los sacerdotes Chencho Alas, Higinio Alas, a algunos curas de San Vicente como los padres Matías y David Rodríguez, y por supuesto a Rutilio Grande y Monseñor Romero, el más simbólico de todos.

Por el lado universitario, entre los promotores del movimiento de masas -y sólo mencionaré algunospodemos encontrar a Felipe Peña Mendoza y sus hermanas Virginia (Susana), Lorena (Rebeca), Margarita (Julia) y a Lito Arce, fundador del ERP todos ellos hijos de militares de alto rango; a los becarios Adán Díaz que murió en Guatemala en 1972 incorporado a las FAR, y su hermano Luis Alberto Díaz, que fue secuestrado y desaparecido en 1980 cuando era Secretario General del MLP del PRTC; a Paco Montes, también de extracción popular capturado y asesinado por la dictadura en 1980 cuando ejercía la medicina en Santa Ana, Eduardo Rico – hijo de un profesor fue dirigente del núcleo inicial de lo que llegó a ser el PRTC y después de la RN y murió el 2006 a causa de una larga enfermedad y mi persona (Francisco Jovel) hijo de maestro y de familia de maestros y abogados fundador del PRTC y miembro de la Comandancia General del FMLN durante toda la guerra; a Eduardo Sancho, hijo de un médico poeta y promotor del movimiento cultural comprometido, también fue miembro del la Comandancia General del FMLN durante toda la guerra. Dentro de los profesionales hay que destacar a Fabio Castillo Figueroa Médico de renombre, Rector de la UES y uno de los impulsores de la lucha armada y a Rafael Menjivar, que también fue Rector de la UES.
Obligados a Dejar la Universidad y Asumir la clandestinidad

Quiero recordar un acontecimiento que a nivel universitario fue clave en la promoción de esta generación de cuadros revolucionarios, que posteriormente tuvieron destacado papel en la conducción de la lucha político militar de los años 70 y 80. Me refiero a la huelga general de Áreas Comunes que se realizo a finales de los años 70 y principios del 71; fue una larga jornada de huelga estudiantil en la Universidad, cuyo objetivo era llevar a nuevos niveles de profundidad el proceso de reforma educativa. Todos los estudiantes antes mencionados, surgieron al fragor de esa jornada. Después de la ocupación de la Universidad Nacional por el ejército en 1972, muchos, si no la mayoría, se incorporaron a la lucha guerrillera, y llegaron a ser destacados dirigentes. En todas esas luchas se promovía decididamente la organización gremial, profesional y comunitaria del estudiantado, para que se pudiese hacer realidad el compromiso de los estudiantes con la sociedad; era como una forma de saldar la deuda que los estudiantes universitario teníamos con la sociedad. Hay una fotografía publicada en la contraportada del Diario Latino a principios de 1971, en la que aparecemos los estudiantes que dirigíamos esas huelgas universitarias.

Resulta que posteriormente, después de finalizada esa huelga, y sobre todo después de que la UES fue reabierta, algunos estudiantes comenzaron a promover reivindicaciones meramente “gangueras”, como por ejemplo que las promociones en la Facultad de Derecho fueran automáticas. Había un tipo de apellido Chafoya, que creó un movimiento muy personalista al que se le llamaba el “chafoyismo” y que ganaba las elecciones estudiantiles cada vez que se presentaba a ellas, pero que por su “ganguerismo”, los mismos estudiantes le obligaban a renunciar al poco tiempo. Hubo muchos oportunistas de ese tipo, lo mismo que elementos sectarios, fanáticos e intolerantes, que a nombre de la izquierda echaban a perder muchas luchas de los estudiantes. Pero estaban los estudiantes realmente comprometidos que sí reivindicaban demandas de interés común y colectivo como, en primer lugar, mejoras estudiantiles y el mantenimiento de la excelencia educativa, buscando un proceso de relación cada vez más estrecha entre la Universidad y el Pueblo, a través de los programas de extensión universitaria; en segundo lugar, demandaban la incorporación en prácticamente todas las carreras, del estudio de la realidad nacional, con una visión independiente, es decir, que no fuera la repetición del discurso oficial, ni la promoción de un planteamiento dogmático.

A partir de 1971, después de finalizada la huelga de Áreas Comunes, se hizo mucho más dinámica, permanente y sistemática, la presencia de los dirigentes de esa huelga en las organizaciones campesinas y obreras. Cuando hablo de organizaciones campesinas me estoy refiriendo sobre todo, a los gérmenes de esas organizaciones campesinas, o sea, a la organización de cooperativas, en donde algunos campesinos se organizaban por motivos religiosos y sociales; pero también hablo de nuestro trabajo en los sectores obreros desatendidos por el movimiento sindical antimilitarista y anti oligárquico tradicional y por los sindicatos oportunistas que prevalecían en esos momentos, aunque tengo que reconocer el heroísmo de muchas de esas gentes del movimiento sindical tradicional, que incluso entregaron sus vidas en la primera huelga de ANDES y otras luchas.

Esa dinámica dio lugar a un acercamiento mas sustantivo entre estudiantes, obreros, maestros y cuadros potenciales del campo, movidos fundamentalmente por la conciencia política, lo cual hizo surgir un movimiento muy grande de autoformación política y autogestión en todos los sentidos. Eran nuevas formas de lucha en las que se entregaba completamente la vida, porque no era cualquier cosa lo que se estaba jugando, ya que estábamos ante una Dictadura Militar cada vez más feroz. Toda esta gente asumió una actitud, que en múltiples ocasiones he llamado de sacerdocio, porque era una especie de entrega completa sin condiciones ni intereses personales. Estudiar la teoría política, y particularmente la teoría revolucionaria, era vista como una forma de lucha imprescindible, porque era fundamental librarla y ganarla en el terreno de la lucha intelectual, científica, social e ideológica.

Como a principios de 1972 la dictadura continuó implementando la represión con sus diferentes modalidades, ya no era fácil hacer reuniones en cualquier lugar, por lo que uno de los pocos reductos que nos quedaban para las discusiones políticas públicas era la Universidad Nacional, razón por la que fue ocupada militarmente después de un intento de golpe de estado levantamiento de los militares progresistas encabezado por el Coronel “Mincho” Mejía, detrás del cual, de una u otra forma, estaban algunos sectores de la izquierda, que veían en esa posibilidad una alternativa de un cambio o transformación, ya que por la vía de las elecciones no eran posibles los cambios, tal fue el caso de la frustrada victoria de Napoleón Duarte y Memo Ungo, promovida por la UNO en ese mismo año.

No podemos perder de vista que hubo tres grandes acontecimientos políticos que sentaron la pauta para un proceso de radicalización acelerado del sector de la juventud y de otros sectores sociales: primero fue el evidente fraude electoral, segundo el golpe de estado de Mincho Mejía comandante de la Primera Brigada del Cuartel San Carlos, cercano a la Universidad y tercero, la ocupación de la Universidad, que fue cercada, ocupada militarmente y cerrada.

Cuando reabrieron la Universidad después de más de un año, el movimiento estaba igualmente vivo y dinámico, con nuevos brillos y mayor fuerza. Los anteriores dirigentes estudiantiles, ya liberados de las responsabilidades académicas universitarias, pasaron a ser luchadores sociales con plena entrega y a tiempo completo para la lucha. Este salto de calidad permitió la formación de nuevos y potentes cuadros políticos.

Los dirigentes universitarios que fuimos perseguidos de forma sistemática, nos vimos obligados a sumergirnos en la más estricta clandestinidad; la gran mayoría nos quedamos en el país, pero una minoría se tuvo que marchar al extranjero, ya sea a incorporarse a la lucha armada en Guatemala en donde murieron, como es el caso de Manuel Rivera que había sido Presidente de AGEUS, o de Federico Baires que se fue a estudiar a Chile, aprovechando la apertura democrática del Gobierno de Salvador Allende, pero también expulsado posteriormente por la Dictadura de Pinochet.

Cambiamos la Universidad por la clandestinidad, nuestras reuniones eran con las células conformadas por obreros y campesinos; nos reuníamos en el campo, en el Cerro de Guazapa, en Suchitoto, en San Vicente, en Usulután, Chalatenango, Morazán, etc. Era complicado el trabajo en el campo, porque la vida nos demostró que el pretender darle forma a organizaciones sindicales o asociaciones campesinas, hacía más vulnerables a los campesinos, dada la represión que existía. Por ejemplo, en san Vicente, yo estaba organizando una asociación de trabajadores de varias lecherías de las haciendas ganaderas; ahí despidieron a mucha gente que posteriormente se comprometieron con la lucha clandestina. Por suerte, con ayuda de un estudiante de derecho que había sido guardia nacional, logramos arrancarle al patrón de una de las lecherías, una importante indemnización para la gente que había trabajado 12, 15 o más años.

Para mí siempre fue muy significativo el hecho de que, aún dentro de los sectores de la Guardia Nacional había posibilidades de trabajo. Después esta idea se esclareció mucho mas, porque si bien es cierto que hubo enfrentamientos sangrientos y mucha muerte de gente en los cantones que estaban vinculados a las organizaciones políticas populares, también es cierto que mucha gente de ORDEN se incorporó posteriormente a la guerrilla. Sucedía que cuando la gran mayoría de las comunidades se liberaba de la dependencia de los militares, se incorporaban a la lucha político militar.
Una Metodología con Disciplina y Compartimentación Para Poder Ampliar y Sostener el Movimiento de Masas y la Lucha Armada

En ese tiempo, cuando las organizaciones que se estaban forjando y que después dieron lugar al movimiento guerrillero y al FMLN, tenían la consigna de “Electoreros al basurero”, lo cual era una forma de confrontación ideológica, que trataba de desmontar las formas que algunos políticos empleaban para corromper la conciencia de los salvadoreños, limitando la lucha popular al simple plano electoral. Algunas organizaciones, siguiendo los planteamientos tradicionales del movimiento revolucionario a nivel mundial y marxista-leninista en particular, sosteníamos que ninguna forma de lucha era despreciable y que había que participar en todas las formas de lucha, incluida la electoral, pero que en ese marco de la realidad salvadoreña de dictadura militar y monopolización económica de la oligarquía no podíamos cometer el error de considerar la lucha electoral como la forma de lucha fundamental.

Las otras formas de organización eran la ilegal no armada, y la ilegal armada, es decir, la lucha insurreccional o insurgente armada. Para la realidad de nuestro país, la lucha fundamental era la armada, la secundaria era la electoral y la sindical, y la terciaria eran las otras formas de lucha que solo podían ser concebidas como un esfuerzo a realizar, en la medida en que podían ser parte de los escalones que tenía que subir una persona para llegar a la forma fundamental. Estoy hablando de que se trataba de aplicar una metodología que partía de organizar pequeños colectivos conformados por personas de absoluta confianza, como los adoradores de la palabra o promotores de la palabra que venían del trabajo religioso o de las asociaciones comunitarias en las colonias, los tugurios, los cantones y caseríos o de grupos de amigos que se conocían de largo tiempo, etc. Se concebía que el método era necesario para que muchas gentes se formaran poco a poco, paso a paso, con mucha disciplina y compartimentación. Era un proceso gradual que permitía formar la contextura de los militantes para prepararnos y prepararlos para la lucha que estábamos viviendo y para la que nos faltaba. Para la seguridad del incipiente movimiento revolucionario y para las inmensas tareas que nos deparaba el futuro, esos métodos fueron necesarios y respetados a raja tabla. Todas las organizaciones aplicamos esa metodología, aunque con sus diferentes modalidades, de acuerdo a nuestros propios “estilos”, estrategias y tácticas.

A quien más le costó comprender ese proceso y necesidad de incorporación gradual fue al ERP, lo que dio lugar a que en 1975 se diera la gran ruptura entre RN y el ERP, porque Roque Dalton promovía que justamente ese era el proceso correcto, mientras gente como Alejandro Rivas Mira y Vladimir Rogel, consideraban que no, que la lucha había que hacerse incorporando a la gente a los Comités Militares del Pueblo y que esa tenía que ser la organización de masas y militar al mismo tiempo. A las alturas de 1975 todas las organizaciones excepto el ERP teníamos una organización de masas: el Partido Comunista tenía a sus organizaciones como la UDN partido electoral y al movimiento sindical tradicional con la FUSS, las FPL tenían al Bloque Popular Revolucionario: Como el ERP había roto con la RN, estos se quedaron con el FAPU; el PRTC ya teníamos a las Ligas para la Liberación. El ERP creó a las LP 28.solo hasta 1977. No obstante mucha gente del ERP, al margen de su dirección, se incorporaba a las luchas concretas que se promovían desde el movimiento estudiantil, como por ejemplo en las manifestaciones del 30 de Julio que fue masacrada por la dictadura. Hay que reconocer, que desde su fundación, las LP-28 pasaron a jugar un papel muy dinámico.

Todas eran organizaciones en las que participaban el sector obrero, campesino, magisterial, estudiantil secundario y universitario.

En la segunda mitad de los años 70, particularmente a partir de 1978, las Ligas para la Liberación del PRTC experimentaron un proceso de conversión hacia el Movimiento de Liberación Popular (MLP), que se cristaliza en 1979 con la incorporación de las Brigadas Revolucionarias de Estudiantes de Secundaria (BRES), las Brigadas Obreras (BO), las Brigadas de Trabajadores del Campo (BTC), las Brigadas de Pobladores de Tugurios (BPT) y un sector del movimiento magisterial que nunca adoptó un nombre específico.

Las FPL tenían a su movimiento revolucionario de masas con el Bloque Popular Revolucionario, conformado por la UTC, el UR-19 de estudiantes universitarios, el MERS estudiantes de secundaria, FECCAS-UTC que eran organización de campesinos, FUR-30 estudiantes de la UCA, UPT – organización de pobladores de tugurios-, Comité Coordinar de Sindicatos –de obreros-, ANDES de maestros.

La RN tenía al FAPU y el ERP a las LP-28, que también tenían organizaciones sectoriales en su seno.
Formas Artesanales de Propaganda

En cuanto a la propaganda hay que considerar, en primer lugar, que en El Salvador hay un método de propaganda que ha sido efectivo siempre y es la propaganda de boca en boca, la cual se aplicó durante todos esos años; para nosotros era una propaganda clandestina, que decía cosas que la prensa y el régimen ocultaba sobre la realidad nacional, y sobre todo del avance de nuestro movimiento revolucionario; en segundo lugar, empleábamos las octavillas, con las que hacíamos una distribución de hojas de manera masiva. Todas las organizaciones empleábamos esos métodos precarios, con impresiones en mimeógrafos –hechos a mano-, con marcos de madera y una tela delgada de esas que se usan en serigrafía y al que se le pegaba con la tinta el extensil. A ese aparato le llamábamos “Paula”. ¿Por qué hacíamos así la propaganda? Porque en ese período todavía las fotocopiadoras eran muy caras, y por otro lado, porque solo usaban papel químico. Claro que quien pudiera usar el mimeógrafo electrónico lo hacía, pero en el caso nuestro y de otras organizaciones, cada célula o grupito en sus comunidades, reproducía en esos aparatitos los comunicados y propaganda para el desarrollo de nuestro trabajo. Con las Ligas para la Liberación (LL), usando mimeógrafos modificados, logramos por más de un año editar un periódico quincenario llamado “Posición Revolucionaria” yo era su director y en el que trabajábamos un equipo de 5 personas, entre ellas Roberto Galeano que murió en 1993 ejerciendo como médico y Humberto Mendoza que fue capturado y asesinado junto con los demás dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR) en 1980.

El resultado de esa mística de propaganda era fabuloso, porque la gente recogía esos papelitos, los leía y los compartían por lo menos con diez personas más y después los guardaban o los escondían. Era un método multiplicador.

Otra forma de propaganda que terminó siendo la más evidente y útil, fue la aplicación de las famosas pintas y mini pintas con plumones o espray en los muros de las calles, en los autobuses, en los baños, paredes de las escuelas y universidades o en cualquier lugar en donde se pudieran leer. Eran mensajes acordes a las luchas o huelgas que se libraban en cualquier momento, coyuntura política o simplemente dejar el nombre de nuestras siglas guerrilleras. El plumón era una cosa buena, porque se trataba de una pintura difícil de borrar y la gente lo apreciaba, porque además de informarse, les animaba a la lucha. La dictadura no tenía control de lo que hacíamos. La pinta artesanal primitiva se convirtió en un verdadero y nunca antes visto fenómeno social de masas.

En nuestro país, el afiche tuvo menos impacto, justamente por el carácter ilegal de la lucha, pero además era muy caro, por lo que se limitaba, a veces, a las organizaciones y actividades legales. Fue muy útil para promover la solidaridad internacional.

Las manifestaciones populares de calle eran otra forma de hacer propaganda, ya que en esas actividades se distribuía una buena cantidad de hojas y escritos de denuncia y conocimiento de la realidad nacional, aquí fueron muy útiles las mantas publicitaria hechas con métodos artesanales, los cuales llegaron a tener gran impacto nacional cuando la T.V. empezó a proyectar imágenes de las movilizaciones.

Llegó un momento, en que además del trabajo propagandístico del movimiento de masas, las unidades militares guerrilleras intensificaron su accionar poniendo “bombitas de propaganda”, las cuales eran pequeños mecanismos de explosivos que esparcían los papeles o boletines en un parque o en una zona de relativa concentración de la población; eran petardos explosivos que no hacían daño alguno, pero creaban tensión y hacían bulla. La gente recogía la propaganda, pero cuando llegaba la policía, la tiraban o simplemente se la llevaban para leerla en sus casas o en lugares más o menos seguros.

Ese trabajo era importante para la moral de todos nosotros, como por ejemplo, que las células planificaban su trabajo de propaganda, midiendo la eficiencia y capacidad de las otras células, de acuerdo al número de pintas que hacían en sus territorios. “Mirá, aquella célula hizo 30 pintas y ustedes solo 10 ¿Qué les pasa?”. Eso generaba un proceso de emulación muy grande.

Los métodos utilizados por las organizaciones de masas y la guerrilla eran casi los mismos, lo que sucede es que era menos grave que a alguien lo llegaran a capturar haciendo una pinta del BPR, las LL, el FAPU o las LP-28 que haciendo una pinta de las FPL, del PRTC, del PC, de la RN o del ERP, porque el contenido de las pintas era distinto. Las pintas del movimiento guerrillero llamaban a la lucha armada, y las del movimiento de masas llamaban a otras formas de confrontación política. Aunque en realidad, rápido llegó el momento en que era tan peligroso hacer lo uno o lo otro.

A partir del año 1978, con la reorganización del movimiento obrero y gremial, empezamos a introducir otras formas de propaganda que tenían un carácter más masivo; comenzamos a mandar comunicados a los periódicos y a las radios, pero este esfuerzo era mucho más caro económicamente y solo la organización sindical y gremial podía asumir esos costos. Pero en poco tiempo se dio el fenómeno que evidenciaba el absoluto no control de la situación por parte de la dictadura, y es que incluso los medios televisivos comenzaron a participaban en las conferencias de prensa, que disfrazados de una u otra forma, dábamos en los centros sindicales, en la universidad o en cualquier lugar en donde se presentara un acontecimiento novedoso.

El noticiero “Teleprensa de El Salvador”, fue uno de los pioneros en incorporar en su programación la difusión de hechos políticos que ya no podían ocultarse, porque no tenía sentido ocultar información que de todas maneras era o sería conocida. De esa manera se fueron dando a conocer cada día más los acontecimientos que revelaban el carácter represivo del régimen: los desaparecidos, los asesinatos de obreros, campesinos, sacerdotes, maestros, estudiantes y en fin, la cruda barbarie del régimen dictatorial contra nuestro pueblo.

En resumen, el movimiento cívico, político, ilegal y de movilización masiva organizado por el PRTC, primero conocido como Ligas para la Liberación y luego como Movimiento de Liberación Popular (MLP), se desarrollo, al igual que el resto de organizaciones que llegamos a integrar el FMLN, de lo simple a lo complejo; aprendimos a combatir lo tecnológicamente sofisticado, con lo simple y artesanal. El movimiento guerrillero sólo pudo desarrollarse hasta formar poderosas organizaciones militares, gracias a que era una expresión del más alto nivel de organización del pueblo salvadoreño, la más grande e importante del siglo XX.

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Concepción frentista de la Resistencia Nacional (RN)

Concepción frentistas de la Resistencia Nacional (RN)
Tue, 07/23/2013 – 15:30
by editor
Para que no olvidemos
Entrevistas
RN

Partidos-militares de la década de los 70, creadores e impulsores del movimiento de masas

Eugenio Chicas Martínez

Eugenio Chicas, Magistrado Presidente del Tribunal Supremo Electoral (Período 2009–2014). Miembro de la dirección de la Resistencia Nacional (RN).
eugenio-chicasLa lucha por las Tierras de los Indígenas y Campesinos Salvadoreños

Creo que hablar del origen del movimiento social, es hablar del origen del conflicto, en el sentido que en buena medida, la organización social de esa época, fue una reacción al estado de injusticias económicas, políticas y sociales imperantes. Hasta donde yo recuerdo, los orígenes de la lucha social de la década de los 70, tiene sus raíces en hechos históricos que

dejan muy marcada a nuestra sociedad. Ello se da en dos tipos de entornos: uno, los hechos propios dados por el estado de injusticia en nuestro país, y dos, algunos hechos internacionales, que a lo largo de la historia, y en particular en la década de los 70, incidieron decisivamente en el pensamiento, en el debate y en la orientación de la lucha social.

Al buscar las raíces de nuestra lucha, y si investigamos detenidamente, encontramos la gesta heroica de Anastasio Aquino y los Nonualcos –hechos ocurridos inmediatamente después de alcanzada la independencia—, empeñados por recuperar sus tierras que fueron arrebatadas durante la colonia. Su objetivo central era el acceso a la tierra, una lucha muy sentida, causada por la estrechez territorial y la mala distribución de la misma en nuestro país, y además, agravada por una alta densidad poblacional, por lo que siempre, a lo largo de nuestra historia como lo han afirmado distintos historiadores, encontraremos ésta contradicción de manera muy recurrente: mucha población y poca tierra mal distribuida. Esta historia de lucha por el acceso a la tierra, se continuó manifestando siempre de manera trágica en distintas épocas, y coincidentemente en los mismos territorios.

En los mismos escenarios encontramos las batallas de Francisco Morazán; era la misma lucha social y reivindicativa, en este caso, con el objetivo de alcanzar la unidad regional y la patria grande, en los mismos lugares y territorios de Cabañas, Morazán, Guazapa, porque seguía siendo la misma historia y cultura, la misma gente, los mismos pobres. Los problemas seguían siendo los mismos y cada vez más graves, en la medida que aumentaba la población y disminuían los recursos naturales: el problema sensible del acceso a la tierra para el sustento y la vivienda, el tema de las libertades y la democracia, el profundo abandono social manifiesto en el analfabetismo, y el nulo acceso a la salud entre otros.

Remitiéndome a una raíz más cercana, es importante traer a la memoria los hechos de la insurrección de 1932, cuando los campesinos e indígenas se levantan para recuperar las mismas tierras de antaño, de las que habían sido desprovistos y recordaban en cada ayuno familiar.

Ya a esas alturas la sociedad salvadoreña estaba afectada por una profunda crisis económica, causada por un modelo que no fue capaz de resolver sus necesidades, en este caso, el mono cultivo de café, agravado por la depresión económica de los años 20 y afectada también por la falta de libertades democráticas. En este contexto también hubo hechos internacionales significativos, que contribuyeron al desarrollo nuestra propia historia, tal es caso de la revolución Mexicana y la revolución Rusa en 1917. Las repercusiones inmediatas de éstos fenómenos, fue el auge de un incipiente pero activo movimiento obrero en 1920, que a su vez culminó con la organización de los partidos Comunistas en El Salvador, Honduras y Guatemala. En esos tres hechos históricos estuvo involucrado Farabundo Martí, lo cual dio un nuevo impulso al movimiento social.
Acontecimientos Nacionales e Internacionales que Inspiraron el Inicio de las Luchas Populares de la Década de los 70

Los fenómenos mundiales de 1932, también incidieron en los aspectos internos del país, lo que tiene como repercusión trascendental, el ascenso y posterior caída del dictador Maximiliano Hernández Martínez, entre 1931 y 1944. También es muy importante analizar los hechos ocurridos durante el año 1944, que es cuando se produce un nuevo auge social, que culmina con el derrocamiento del dictador Hernández Martínez, con lo que se abre un breve proceso democrático que dura muy poco, ya que luego se continua en el camino de las dictaduras.

Quizá sea importante señalar, que uno de los aspectos relevantes de esa historia es, que el dictador Martínez apoyó a los fascistas en el marco de la Segunda Guerra Mundial -1939-1945- y que fueron oficiales alemanes quienes formaron a la Guardia Nacional de nuestro país, hecho político que lo volvió vulnerable y abrió un espacio que fue aprovechado por el movimiento social de la época, para luchar por el derrocamiento del dictador mediante una huelga de brazos caídos.

Este episodio es muy importante para poder interpretar mejor el fenómeno político y social de los años 70, porque estos están ligados a sucesos internacionales, que fueron significativos para el rumbo que nuestro país tomaría en el futuro.

Por ejemplo, Costa Rica hace su forma de revolución en 1948 y asume importantes transformaciones; luego los conflictos en el resto Centroamérica Guatemala, Nicaragua y en sentido diferente Honduras. Hay que sumarle otros hechos históricos, paralelos desde el contexto internacional, como la Segunda Guerra Mundial y la caída del fascismo alemán.

En éste mismo periodo se da la derrota de los colonialistas franceses en la batalla de Dien Bien Fu el año 1945, que conllevó la liberación de Vietnam del norte, y al inicio de un largo proceso de lucha heroica, que culminó con la liberación de Viet Nam del sur y la derrota de las tropas de ocupación norteamericana.

Otros hechos que incidieron en nuestro ánimo de lucha fueron, el triunfo de la revolución china en el año 50, la guerra de Corea también en el año 50 y un poco más adelante en el año 59 el triunfo de la revolución cubana y la gesta del Ché a finales de los años 60, que culmina en el 67. No podemos olvidar otros fenómenos latinoamericanos como las luchas del ERP argentino y la de los Tupamaros en Uruguay.

Todos estos acontecimientos fueron muy significativos, se convirtieron en un espejo comparativo de nuestra propia realidad, porque abrieron el debate en la izquierda salvadoreña, alrededor de dos grandes temas: uno, salir de la lucha política electoral a la lucha militar –este cuestionamiento de fondo se da dentro del Partido Comunista en los años 1966, 67, hasta la salida de su seno de un grupo en 1968-.

El segundo gran tema era, pasar de la lucha pacífica del movimiento social, a una lucha más activa y de auto defensa, que incorporaba acciones milicianas. Para definir ese debate fueron determinantes dos acontecimientos: la lucha de los panaderos del año 67-68 y las luchas de ANDES 21 de Junio, así como las acciones campesinas, nuevamente por la tierra.

Entonces, estamos hablando de que ya había un concepto y practica internacional, que cuestionaba los métodos tradicionales de lucha política y social que se venían aplicando en nuestro país, los cuales estaban muy marcados por el trauma y fatal desenlace de la insurrección campesina e indígena de 1932, que terminó en una brutal masacre a manos de la criminal dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, lo que conllevó a la idea de que en El Salvador no había condiciones para otras formas de lucha, y menos para la guerra de guerrillas. Esto pudo limitar la visión de la izquierda de esa época, respecto a las posibilidades y limitaciones de lo que se podía hacer en El Salvador.

Con ese contexto es que ingresamos en la lucha integral de los 70.
Reacomodo de la Izquierda. Nuevos Métodos de Lucha Política y Social

Es conocido pues, que en los 70 surge, en su primera etapa – entre 1970, 75, y 76-, un proceso de transición muy importante en nuestro país, que es el período de recomposición de la fuerza revolucionaria y de la aparición de nuevos métodos de lucha.

En ese período se da la fractura en el Partido Comunista con la salida de Marcial quien pasa a formar las FPL y asume el debate respecto a los temas que ya hemos planteado.

De esa ruptura también salen del PC algunos miembros de la Juventud Comunista, entre ellos Fermán Cienfuegos, mas una parte la Juventud Demócrata Cristiana, entre los que están Joaquín Villalobos y Ana Guadalupe Martínez, que inmediatamente se involucran en la formación de “El Grupo” en 1970, que luego, en 1972, se transforman en el ERP. En 1975, luego de la ruptura del ERP, tras el asesinato de Roque Dalton, surge la Resistencia Nacional. Este período se cierra con la formación del PRTC el año 1976.

Esta época de los años 67 al 77, es la que marca todo el reacomodo de la izquierda salvadoreña, ya que el país, durante los años posteriores al 44, no había podido encontrar un camino que orientara la democratización mediante un proyecto alternativo, por el contrario, la dictadura se fortalecía y profundizaba la represión. Estamos por tanto, ante el surgimiento de una nueva etapa, en la que se fortalece la lucha política y lucha social. Es el poder oligárquico y sanguinario lo que lleva a plantear una acción revolucionaria diferente, en ascenso y más cualificada.
La Concepción Frentista de Roque Dalton y la RN

En 1972 ocurre un hecho histórico sumamente importante, y es el regreso a nuestro país del poeta Roque Dalton – por 1972-, quien traía en su bolsón un cúmulo de ideas nuevas, relacionadas, en su mayoría, a las luchas de Cuba, de Vietnam, de las luchas que se estaban dando en Europa y en otras partes de América Latina. Roque era un hombre muy sistematizado y con gran capacidad investigativa, lo que le permitió asimilar otras experiencias de lucha popular. De ahí que es él quien trae la tesis frentista, relativa a que el triunfo y la victoria popular solo podían ser posibles, si se lograban combinar dos grandes elementos, uno era, la lucha guerrillera o lucha militar, y el otro –paralelo-, la construcción de un frente político o frente social, que incorporara de manera activa la auto-defensa del pueblo y aglutinara a importantes contingentes que dieran un vuelco a la situación; en otras palabras, planteaba trabajar la guerra revolucionaria y la insurrección, por la vía de la lucha social y política de masas. En síntesis, de lo que se trataba era de organizar por un lado, grupos guerrilleros y por otro, organizar grupos de masas luchando por sus reivindicaciones, pero con banderas políticas y de auto-defensa, en una articulación armoniosa con la vanguardia política.

Roque llevó este planteamiento y debate al interior del ERP, pero su tesis chocó frontalmente con las posiciones militaristas de Sebastián Urquílla, que tenía otra visión de la realidad y de la lucha.

Esta confrontación llevó al asesinato de Roque y al aceleramiento de la ruptura del ERP en el año 1975. Sin embargo, los motivos de la ruptura ya venían gestándose desde antes, cuando la Resistencia Nacional antifascista constituida dentro del ERP, a través del Frente Popular Unificado (FAPU) frente abierto de la Resistencia Nacional, que tiene sus orígenes en 1974 ya planteaba un esquema de lucha social; no era un planteamiento solo guerrillero, sino una concepción frentista, abierta, una forma de cómo organizar la resistencia nacional antifascista mediante la lucha organizada de amplios sectores, porque se creía que el fascismo era el esquema de poder que en esos momentos se estaba instaurando en el país. Entonces, la Resistencia Nacional no surge como un planteamiento solo guerrillero, sino como un planteamiento integral de lucha social, política y militar, que combina lo abierto y lo clandestino.

En ese momento ya había claras diferencias en el análisis y puntos de vista muy pronunciados, respecto a las formas de lucha por parte de todas las organizaciones. Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) hablaban de que había una escalada fascista, que el fascismo se iba construyendo en el país y que había que enfrentarlo con una lucha más desde el punto de vista clasista y con una composición clara de obreros y campesinos. En cambio, la Resistencia Nacional (RN) planteaba, que no, que ya había un gobierno fascista, y que por lo tanto, lo que procedía era la organización de una resistencia antifascista, una resistencia nacional con un enfoque plural. El análisis del momento era, que en El Salvador ya estaba instaurado el fascismo y que lo que correspondía no era una lucha radical desde el punto de vista clasista político-ideológico, sino la organización amplia de todos los sectores sociales no necesariamente de izquierdas para derrotar al fascismo. Este concepto es muy importante, porque eso explica los contactos que se tuvieron con la juventud militar el año 1975; y también explica las consiguientes desconfianzas que en el seno de la izquierda de esa época causaba éste planteamiento muy plural.

Es importante analizar ese fenómeno, o pensamiento de La RN que se gestaba dentro del ERP.

Roque Dalton y Carlos Arias explicaban, que el trabajo con la juventud militar, aunque era visto como un tema polémico, en el sentido de que, si bien el ejército no era, en ese momento, un instrumento de represión como lo eran los cuerpos de seguridad (Guardia Nacional, Policía de Hacienda, Policía Nacional, Policía de Aduanas.), lo podría llegar a ser. Pero que había un espacio para hacer trabajo dentro de un sector del ejército, desde el punto de vista de lucha nacional no necesariamente de izquierda, con sentido patriótico para oponerse al fascismo.

Esta búsqueda de contactos con el ejército, podría lindar, en algún punto, también con las tesis militaristas de Sebastián Urquílla, sobre que al fascismo se le puede derrotar por la vía militar y no socialmente, dadas las características topográficas, geográficas y poblacionales de El Salvador. De aquí viene la concepción de la creación de los famosos Comités Militares del ERP en el año 1975, los cuales tenían la estricta tarea de derrotar militarmente a la dictadura. En cambio la tesis de Roque, Lil Milagro, Fermán, Ernesto Jovel y Carlos Arias era, que la lucha antifascista no tenía que ser una lucha radical desde el punto de vista clasista, sino el agrupamiento de contingentes amplios de masas multisectoriales, en donde participaran la capa media, la burguesía, el ejército, etc. para organizadamente enfrentar al fascismo. Esta concepción estratégica es la que le crea la desconfianza a Sebastián Urquílla, planteando que lo que Roque está haciendo es descomponer la fuerza guerrillera; incluso, surge el elemento de que Roque se había unido a personeros de la Embajada Norteamericana, para meter la quinta columna dentro de la organización y dividir al ERP.

Con la sospecha de Sebastián Urquílla y su camarilla, de que Roque Dalton estaba haciendo un trabajo enemigo al interior del ERP para quebrar la organización guerrillera, le montan un juicio en el que Fermán Cienfuegos fue su defensor. El juicio fue manejado por esa camarilla y concluyó con el asesinato de Roque y de Pancho (Armando Arteaga).
Separación de la RN del ERP. Proyecto FAPU

A partir de esa crisis es que la Resistencia Nacional se separa del ERP. La RN era un agrupamiento más político y social, con una visión antifascista y, para ese tiempo, ya tenía como brazo más publico al Frente de Acción Popular Unificado (FAPU). Se empieza a crear una organización con una red de otras organizaciones, en donde estaban Vanguardia Proletaria (VP) –de obreros-, que a su vez tenía como núcleo abierto a FENASTRAS, al Movimiento Revolucionario Campesino (MRC), al Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allende” (FUERZA), que a su vez aglutinaba a la sociedad de estudiantes de medicina “Raúl Hernández”, a la AED (Asociación de Estudiantes de Derecho “Roque Dalton”) y Acción Revolucionaria de Estudiantes de Secundaria (ARDES). Todas estas organizaciones estaban en el mismo nivel jerárquico y dependían del FAPU que las unía todas.

El FAPU tenía su propio periódico que se llamaba “Pueblo”, pero había distintas publicaciones, entre ellas una publicación mensual del movimiento campesino que se llamaba “Las Cartas de Domingo Beltrán”. Domingo Beltrán era un campesino imaginario que escribía a los campesinos. La Resistencia Nacional, como partido, tenía “La revista Polémica”, un material de debate político-ideológico, y el periódico mensual “Por La Causa Proletaria”.

Entre los éxitos más importantes de la Resistencia Nacional de este periodo fue, el haber Incidido en FENASTRAS como agrupamiento obrero y símbolo importante de lucha del movimiento obrero. FENASTRAS tenía como expresiones más sólidas, todo el trabajo del sindicalismo en la empresa privada y en la estatal, trabajo en el Sindicado de la energía eléctrica, en la fábrica Diana, en el Sindicato de la Industria de la Construcción, etc.

Desde el año 1975, también se vino configurando una organización campesina muy fuerte en Guazapa, era el Frente Obrero Campesino (FOC), una organización que situaba su trabajo fundamentalmente en la zona de Cuscatlán y principalmente en Suchitoto. Este frente venia constituyéndose como un esfuerzo político-militar, paralelo a las otras organizaciones, y fue en el año 1976 que lo absorbimos como RN. Del FOC provienen importantes cuadros campesinos que llegaron a ser dirigentes, como es el caso de Chano Guevara y Salvador Renderos desaparecido el año 1982, que llego a ser miembro de la Comisión Política de la RN. Un importante dirigente en esa época fue el médico Juan Hércules, que murió en Apopa durante un enfrentamiento con los militares a finales de 1976. Otro médico de ese grupo fue Elías Vásquez, caído mientras defendía la retirada del pueblo en una movilización sobre el Bulevar del Ejército a finales del 77. También en esa época, estuvieron vinculados al movimiento campesino, los curas Chencho Alas e Higinio Alas, promoviendo el trabajo desde su proyecto cristiano. Era un esfuerzo cristiano-campesino.

En 1977 también se integró a la RN, la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), con su brazo armado Frente Revolucionario Armado del Pueblo (FRAP), de donde vienen el médico Eduardo Solórzano, el compañero Medico Ramón (seudónimo) que murió en Usulután 1982, la compañera Irma Najarro, de seudónimo María fue representante de la RN en Cuba. Otros líderes sociales de destacada trayectoria y participación política han sido Héctor Bernabé Recinos –que fue Secretario General de FENASTRAS-, Alberto Ramos, que fue secretario general del FAPU y que venía de la división del ERP; Napoleón Rodríguez Ruiz –de seudónimo Feliciano-, que fue miembro del Frente Democrático Revolucionario (FDR) y que milagrosamente se salvó, junto a Leoncio Pichinte –LP-28- de la matanza perpetrada por los militares del gobierno en 1980.
Recordando a Algunos Compañeros Cuadros de la Resistencia Nacional

De la gesta social de esa época, tenemos que recordar también a grandes compañeros que jugaron un papel muy destacado en la lucha gremial, social, política, militar y diplomática, como a Roberto Cañas, al Chino José Luís Quan, a Julia Rodríguez, a Ricardo Vázquez (su seudónimo era Leo Cabrales), a Oscar Acevedo, a Salvador Sili (Santiaguito), al Poeta Alfonso Hernández (Gonzalo) y a Misael Gallardo, entre otros.

En mi caso, provengo de sectores cristianos de la iglesia evangélica y tuve participación en la lucha estudiantil de secundaria desde 1974, hasta que fui designado a la lucha guerrillera a finales de 1976 y de ahí todo el período de la guerra.

Como RN tuvimos momentos angustiosos, propios de los que se vivían en la clandestinidad y en ese período de la represión.

En 1982, la Policía de Hacienda montó un operativo militar sobre una casa clandestina que teníamos en la colonia Miralvalle; ahí capturaron y después desaparecieron a los compañeros Raúl Villalta que era abogado laboralista, a su compañera de vida América Fernanda – dirigente de la Comisión de Derechos Humanos- y a la esposa de Bernabé Recinos con su hija, de la que nunca se supo más. En ese mismo evento desaparecieron al compañero Salvador Renderos que estaba de paso por la ciudad.

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Como anécdota a parte, quiero decir que hace cuatro años –por el 2004- apareció la hija de Bernabé Recinos. Bernabé me dijo: “Mirá hermano, mi hija apareció, el problema es que no quiere hablar de nada del pasado. Yo he hablado con ella y rechaza toda conversación sobre ese tema ella era una niña cuando fueron desaparecidos; no quiere saber de nada y en alguna medida me culpa de lo que le pasó. Ahora ella es una mujer casada y con hijos. Pero ¿qué pasó con ella durante todos esos años? Ella fue una niña testigo de los desaparecidos’’. Es muy doloroso, porque Bernabé perdió a su familia mientras estaba en la cárcel.

Otro caso doloroso es la captura de Doroteo Gómez Arias, en una oficina clandestina que teníamos en el Condominio Cuscatlán –en frente del Parque Cuscatlán-. Ahí capturaron a otro compañero –no recuerdo su nombre- que era responsable de la oficina; lo esposaron, pero él, consciente de su compromiso revolucionario y sabedor de que nosotros íbamos a llegar a una reunión a esa casa, se tiró de la tercera planta y se mató, supongo que para generar un escándalo que nos alertara y de esa manera evitar que fuéramos capturados.

Durante el mes de noviembre de 1989, en los preparativos de la “Ofensiva Hasta el Tope”, los oficiales de la Policía Nacional pusieron una poderosa bomba en la sede de FENASTRAS, que destruyó toralmente el edificio. Ahí murieron los compañeros Febe Elizabeth Velásquez, una mujer joven y luchadora, y el Secretario de la Industria de la Construcción. Fueron pérdidas irreparables.

Una de las operaciones muy importantes del FAPU fue la toma de la iglesia San Francisco, el 28 de enero de 1979. Esta acción fue para exigir la libertad del compañero Romel Bonilla, un dirigente estudiantil que en esos momentos estaba preso en San Miguel. Era una toma claramente armada, por lo que fue cercada por la Guardia Nacional; el combate duró más de 24 horas. Ahí murieron un hermano de Eduardo Solórzano, Carlos Alberto Ramírez –un primo mío- y muchos compañeros. Hay datos periodísticos que revelan, que cuando el juez hizo la inspección de los cuerpos, todos murieron, nadie sobrevivió; estaban las armas pero no había ni un solo tiro, ni un solo cartucho. La Guardia masacró a todos los compañeros.

En esa misma época, se hicieron tomas simultaneas de iglesias, tanto la de Suchitoto, como la de Ilobasco y otras de San Salvador, solo que estas eran tomas con objetivos reivindicativos. Pero por la escalada de represión que existía, no podían ser tomas pacificas, sino armadas.
Funcionamiento y Métodos

Muchos de esos compañeros que dirigían el trabajo social y se involucraban directamente con los trabajadores en la organización y en las actividades, eran miembros de la dirección de la RN, como es el caso de Alberto Ramos, miembro de la Comisión Política de la Resistencia Nacional, y que en lo abierto era el Secretario General del FAPU. O sea, cada uno de los secretarios de las diferentes organizaciones, formaban parte de la dirección del FAPU. Así como Alberto Ramos, Bernabé Recinos también era dirigente general para la lucha obrera; Salvador Renderos y otros compañeros, estaban en el agrupamiento campesino. Por la lucha estudiantil universitaria la Sociedad de Estudiantes de Medicina, estaba el compañero Marcos (Raúl Hernández), que después fue desaparecido en el occidente del país. En ese núcleo de dirigentes obreros del FAPU, que trabajaban en lo abierto, estaba también el compañero Sergio Hernández, que fue capturado en las inmediaciones del Palacio Nacional en 1982, y luego desaparecido.

El FAPU fue producto de una inyección de importantes cuadros que trabajaban con los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, y con los profesionales. Era una actividad compleja, porque eran cuadros de dirección, que por un lado tenían una vida clandestina, y por otro, daban la cara haciendo trabajo en lo social de manera abierta, como es el caso de Alberto Ramos -y muchos otros compañeros que daba conferencias en los distintos espacios de la Universidad y luego vivían como el gato y el ratón, escondidos en cualquier lugar y saliendo a sus tareas.

La dinámica del trabajo lo exigía así, porque la represión era cada vez más fuerte, y si esos métodos de compartimentación y seguridad no se cumplían, se ponía en riesgo la vida de uno, la de los demás y, en general, de la organización. Lo que siempre se procuraba era, que no tuvieran armas en sus casas ni propaganda de la RN, porque la inteligencia del enemigo sabía que la lucha social y la lucha armada eran la misma cosa. Gracias a esos métodos fue que pudimos proteger nuestra estructura de dirección, a nuestros cuadros y todo el trabajo de masas, lo cual nos permitió llegar con capacidad al inicio de la ofensiva del 10 de enero de 1981 y continuar con fuerza todo el período de lucha armada de la década de los 80. – See more at: http://marcialteniarazon.org/blog/concepcion-frentistas-de-la-resistencia-nacional-rn#sthash.pdBUtDrr.dpuf

La juventud comunista en el trabajo de masas y en la proyección de la lucha armada

La juventud comunista en el trabajo de masas y en la proyección de la lucha armada
Wed, 08/14/2013 – 07:31
by editor
Para que no olvidemos
Entrevistas
PCS

José Luis Merino

José Luis Merino “Comandante Ramiro Vázquez”. Miembro de la dirección del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), y un legendario guerrillero.
Ramiro VazquezConcepción Insurreccionalista del PCS

Es importante registrar que al Partido Comunista lo dirigía una visión insurreccionalista; su forma principal de lucha y la vía para tomar el poder esta expresada e identificada en la insurrección como camino fundamental, para lo que el elemento dominante y determinante era la movilización social, la lucha de masas. Esta visión política está en el propio origen del Partido Comunista (PC), en sus relaciones con la Internacional Comunista, el movimiento comunista internacional con la Unión Soviética y con el movimiento revolucionario internacional de la época.

Con la insurrección campesina e indígena de 1932, el PC fue arrinconado y debilitado, prácticamente reducido a su mínima expresión, y su reorganización tuvo que hacerse en las duras condiciones de las luchas para derrocar al dictador Maximiliano Hernández Martínez. Solo hasta los años 50 y 60, el PC comienza a recuperase y desarrollarse; y lo hace en el marco de unas dictaduras militares que le obligaron a forjarse con una visión de absoluta y profunda clandestinidad, situación que contribuyó a la formación de importantes liderazgos como la del compañero Shafik Handall.
Frente Unido de Acción Revolucionaria

El PC creó el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR), influenciado por la victoria de la revolución cubana, fenómeno que encendió los ánimos y que hacía ver las cosas más relativamente fáciles de lo realmente que eran, aspecto que fortaleció la convicción militar. Shafik Handall dirigía al FUAR y su conducción permitió formar e instruir militarmente a las primeras unidades de decenas de compañeros, que luego fueron a solidarizarse y a experimentarse a Cuba, con el objetivo de apoyar la lucha contra las bandas contrarrevolucionarias que operaban en la Sierra del Escambray. Los compañeros regresaron muy entusiasmados de Cuba. Curiosamente, por la creación de este esfuerzo militar, el compañero Marcial se enfrentó a Shafik, porque no entendía los objetivos y el planteamiento estratégico. Ese proyecto militar de las FUAR terminó con la captura de Shafik en la escuela de la colonia “La Campiña”, hecho que los diarios aprovecharon para sacar fotografías de Shafik con las armas que se empleaban para las instrucciones militares.
Contradicciones al interior del PC y Salida de Salvador Cayetano Carpio

Por los años 67, la lucha electoral irrumpe con la aparición del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). El PDC comenzó a ganar alcaldías, incluida la capital San Salvador, pero luego vinieron las huelgas y la guerra del 69 contra Honduras, y en este marco comenzaron a surgir las primeras contradicciones al interior del PC, concretamente cuando Marcial regresó de una gira por la Unión Soviética. Marcial comenzó a plantear que había que cambiar el fusil de hombro, o sea, que en vez pelear contra los hondureños teníamos que hacer un llamado a los soldados para luchar contra la oligarquía. Pienso que esa fue una discusión innecesaria, porque el Partido estaba identificado con las huelgas y luchas de los trabajadores, en las que habían muerto los primeros dirigentes del PC como los compañeros Oscar Gilberto Martín Carranza hermano mayor de Mario Aguiñada y el compañero Morales, ambos capturados y torturados por el “Chele” Medrano un militar fascista que siendo Director de la Guardia Nacional, intensificó y tecnificó la tortura y después de asesinarlos, fueron tirados al mar. Para ese tiempo el Partido ya estaba discutiendo sobre la posibilidad de la lucha armada.

La ruptura de Marcial con el PC se produjo casi en seco. Ese hecho me hizo reflexionar y expresar a los compañeros, que hubiera sido muy bueno que a finales de los 60 o principio de los 70, se hubiera podido sintetizar una visión de la lucha político militar en El Salvador, como la experiencia de los vietnamitas que tenían un proceso revolucionario con participación de lucha de masas, lucha militar y una sola conducción, planteamiento que les hacía fuertes y les daba una estratégica capacidad para enfrentarse al imperio norteamericano. Si al interior del partido Comunista se hubiera podido producir esa visión de lucha política y militar, los pasos hubieran sido más cortos y no tan costosos como los que tuvimos en el transcurso de los posteriores años.

El PC siempre estuvo vinculado a la idea del trabajo con el movimiento social, con los trabajadores – obreros y campesinos-, con el objetivo de concientizarlos sobre la injusta realidad que vivía el país, y luego organizarlos para la lucha revolucionaria por la vía de la insurrección; pero solo hasta los años 70 es que comienza a marcarse una tendencia más clara para desarrollar un trabajo sistemático hacia el movimiento de masas.
Movilizaciones de Masas, Huelgas y Toma de Conciencia de lucha

En la década de los 70, las organizaciones de trabajadores desarrollaron enormes movilizaciones, las que en 1977 incidieron positivamente en la campaña presidencial de Fabio Castillo Figueroa. La bandera de lucha en esa campaña era la reforma agraria, logrando difundir por todos los rincones del país, una valiosa información sobre la tenencia de la tierra y la denuncia de los grandes latifundios en manos de tan solo 14 familias oligarcas. Por supuesto, estas luchas permitieron incrementar entre los años 70 y 80 el conocimiento de los enormes desajustes sociales y económicos que había en el país, creando así una enorme conciencia de lucha que se cristalizaba en una cada vez más fuerte organización campesina.

En 1978 vinieron las jornadas de las grandes huelgas, como por ejemplo la de trabajadores del acero, la de los maestros, de los buseros, transportistas y motoristas. Estas actividades reivindicativas creaban conciencia de lucha en los salvadoreños; era la semilla para el desarrollo de otras modalidades de organización, lo que, en la concepción del Partido Comunista, era el esfuerzo de la construcción de un poderoso movimiento social, de un movimiento político en cuyo interior se estaba desarrollando la conciencia de clase, con el propósito de llevarlo al enfrentamiento político y de ahí a la insurrección. Se valoraba que en El Salvador ya no era posible otra forma de lucha que no fuera la insurrección a través de la lucha armada, pero claro, todo esto como resultado de un proceso de acumulación de fuerzas.
Las Elecciones, Una Herramienta de Movilización Social del PCS

En el Partido Comunista se produjo una mayor visión e interés por el desarrollo de la lucha política, poniendo más énfasis en lo electoral, que no estaba concebido así, pero de hecho, en esos primeros años de los 70 hasta el 72, se volvió dominante por el entusiasmo que se produjo en la sociedad y en las masas salvadoreñas sobre la posibilidad una victoria electoral, porque se había creado la coaliciones entre los partidos el PDC de Duarte, el MNR del Dr. Ungo y de los comunistas a través de la UDN. A pesar de las reglas de la dictadura, la coalición ganó las elecciones, pero la derecha impuso a su presidente, desatando una feroz represión en la que hubieron muertos, heridos, capturados y muchos exiliados.

En el año 1977 la UNO se presenta nuevamente a las elecciones con Claramont como candidato a la presidencia, solo que en esta oportunidad, ya fuimos con una orientación más clara del Partido y de la UNO; nos planteamos crear un ambiente de confrontación, con la consigna de que si nos hacían fraude, como en el 72, “nos vamos a romper la madre”, y como de nuevo nos hicieron fraude robándonos el triunfo electoral, la consigna encendió los ánimos de la gente, que inmediatamente salió a la calle a tomarse la Plaza Libertad durante una semana. El gobierno reprimió esa manifestación popular con la masacre del 28 de febrero en el centro de San Salvador.

La decisión del PC de buscar las elecciones como una herramienta de movilización social fue correcta, porque miles de hombres y mujeres lucharon por lo que creían, y al verse defraudados por la maniobra electoral de la derecha, tomaron conciencia y optaron por otra vía, lo que les llevó a incorporarse a las diferentes organizaciones político-militares que tiempo después pasaron a ser parte del FMLN.

La incapacidad de los comunistas en ese momento post-electoral fue, no haber sabido absorber a los miles y miles de salvadoreños que votaron por la UNO en el 77, y que fueron a la Plaza Libertad a protestar de muchísimas maneras en contra del fraude electoral, porque no teníamos desarrolladas las estructuras políticas y militares que nos permitieran asimilar a todo ese torrente humano que tenía ganas de luchar a través de otras vías más concretas para cambiar las cosas.
Tímidos Esfuerzos Para el Inicio de la Lucha Armada

A partir de esa nueva experiencia electoral, se da un fenómeno complicado en las filas del PC. Los compañeros sentían que efectivamente la lucha electoral atraía y permitía movilizar a la gente, pero al mismo tiempo se veía que el mecanismo era obsoleto, que no permitía el desarrollo de las otras piernas o patas de la estrategia, por lo que a partir de ahí, se escogió a mucha gente para prepararla y capacitarla, con el objetivo de comenzar a desarrollar un trabajo político con las fuerzas sociales y al mismo tiempo, formar un aparato militar, con la concepción de que, para que el cuadro militar no se sintiera militarista, terrorista y aventurero, tenía que ser, a su vez, militante del movimiento obrero o del movimiento social. Yo viví esa experiencia; me formé militarmente, pero a la vez trabajaba en la dirección de los sindicatos en donde la lucha sindical se volvió más viva y más activa. Pero ahí no termina la cosa; resulta que se daba otro fenómeno y es que no había línea militar ni acción alguna. Recuerdo una vez en 1971 cuando terminamos el curso de preparación militar con Carlos Ruiz (el Diablito), Guillermo Ramírez esposo de Norma, Víctor Manuel que le decíamos “El Niño” y Lucio creo que era el segundo responsable de la comisión militar del partido. Nos ordenaron la preparación de una operación; hicimos los estudios, la planificamos y la montamos, pero el día de la realización de la misma, fuimos a recibir las armas y situamos el dispositivo para operar. Todo esto lo estábamos haciendo con los temores normales que se tienen ante una primera operación militar; no habíamos dormido toda la noche pensando en lo que íbamos hacer el día siguiente. Nos temblaban las piernas y el corazón nos latía a gran velocidad, pero a las 5 de la mañana salimos, nos subimos al carro para dirigirnos al lugar de la operación y ya estando ahí, el compañero responsable nos dijo “ya está, esto era solo una prueba”.

Luego supimos que no había planes militares, pero para mientras, con mi grupo corríamos todos los días a las 5 de la mañana alrededor de la Universidad Católica (UCA). Yo era un obrero mal comido, pero así se forjaba la mística: con disciplina, con entusiasmo, con sacrificio, con instrucción y para nuestro caso concreto, con la practica del reconocimiento de la capital, tarea de la que se encargaba el compañero Víctor Manuel Sánchez, quien nos levantaba todos los domingos a las 5 de la mañana a correr por los callejones de la Garita y los mesones de todo San Salvador. De lo que se trataba era de estar preparados para cualquier momento que fuera necesario entrar en combate. Víctor Manuel Sánchez que creo era el responsable de la comisión militar fue capturado y asesinado en la Unión en 1975.

La actividad política y militar se concentraba en las mismas personas, pero sin dinámica alguna, porque no había línea de acción para la realización de operaciones si así hubiera sido no estaría hoy contando el cuento, carencia que no le permitió al PC desarrollar sus dos piernas. Sin embargo, la corrección vino después de las elecciones de 1977 con la realización del 7º Congreso del partido, en el cual, después de analizar la situación, se da el viraje hacia la lucha armada, adoptando líneas concretas, con orientaciones específicas para conjugar la lucha política con la lucha militar. Al mismo tiempo, miles de miles de hombres y mujeres habían tomado conciencia de que en El Salvador ya no se podían conquistar los cambios por la vía democrática y pacifica, de manera que la gente comenzó a organizarse en las organizaciones revolucionarias que estaban surgiendo, como por ejemplo el ERP, la RN, el trabajo del PC y las FPL. Nosotros como Juventud Comunistas, siempre reconocimos el trabajo que realizaron las FPL, ya que ellos lograron con su concepción político-militar, el desarrollo de un movimiento de masas muy radicalizado, porque combinaban la lucha de masas con la lucha armada.

En general, estoy hablando de una época en la que se dio una importante acumulación factores, que vienen desde la herencia de lucha de Farabundo Martí y continúan con el esfuerzo organizativo de todas las organizaciones, que poco a poco fuimos conformando uno de los movimientos de masas más grandes y combativos de América Latina.

Quisiera sintetizar, que la visión del movimiento de masas del Partido Comunista era correcta: hacer trabajo con las masas, organizarlas, educarlas, concientizarlas y llevarlas a la lucha para la toma del poder. Lo que le afectaba a esta concepción era la falta de una línea de acción militar que nos llevara a la insurrección. Pero, repito, el PC tenía su aparato militar, pero sin accionar, porque estábamos siendo víctimas de las contradicciones y enfrentamientos que en ese momento se estaban dando entre la Unión Soviética y la China. Los chinos respaldaban a los movimientos armados que impulsaran la lucha armada popular prolongada y los soviéticos, que después de estar cincuenta años en el poder y con una visión pacifista, apoyaban el planteamiento de lucha insurreccional; porque casi todos los cuadros que asumieron la dirección del PC cuando Marcial deja el Partido, venían de las escuelas políticas del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), por lo que estaban empapados de ese enfrentamiento Chino- URSS. Lo que pasa es que esos compañeros llegaron a ejercer su labor de conducción en un partido que tenia una línea que planteaba la lucha armada, aunque para esos momentos los esfuerzos estaban más dedicados al desarrollo de la lucha política.
Autocrítica y Viraje Hacia la Lucha Armada

En el mes de abril de 1977, después del fraude electoral y de que, a pesar del descontento popular no fuimos capaces de motivar y conducir la insurrección, comenzamos a ver nuestras debilidades, muchas de ellas relacionadas con el hecho de que algunos cuadros que, conciente o inconscientemente, tenían en la practica una actitud de negación de la lucha armada, razón por la que no le dedicaban recursos ni tiempo. Aquí es donde el Partido decide dar el viraje hacia la lucha armada, creando estructuras, medios y cuadros para ser especializados militarmente, como es el caso, entre otros, del compañero “Chespirito”.

Regresando un poco al pasado, quisiera recordar que en el PC hubo algunas separaciones de cuadros y militantes, algunos por motivos personales, producto de las frustraciones, ya que la gente se las ingeniaba para sobrevivir y salir adelante con su vida y la de sus familias, y quizá no encontraban respuestas en el Partido, pero la separación más importante fue la de Marcial. Sobre este hecho logré discutir con Shafik y con otros compañeros que estaban en la Convención del Partido cuando Marcial renunció, y concluimos que sus razones no fueron relativas a la lucha armada, sino por las diferencias respecto a los métodos y estilos de trabajo. Con Marcial se fue un importante contingente de compañeros, fundamentalmente de la Juventud Comunista, como es el caso de los compañeros Ernesto Morales, Mayo, David Bautista, Ayala, Dimas Alas, Salvador Moncada y otros.

Ramiro pqn olvidemos

José Luis Merino “Comandante Ramiro Vázquez”, Francisco Jovel Urquilla “Comandante Roberto Roca”, Schafik Jorge Handal “Comandante Simón”, Atilio Montalvo “Comandante Salvador Guerra”, Eduardo Sancho “Comandante Fermán Cienfuegos”.

A principios de los 70 había una maduración del pensamiento político en la juventud, motivado también por el triunfo de la revolución cubana y la experiencia del “Che” que había muerto en Bolivia el año 67 y la lucha del pueblo vietnamita. Y como en las filas del Partido aunque estaba planteada la idea no había una línea continua del desarrollo de la lucha armada, algunos compañeros tomaron otros caminos y se fueron a formar organizaciones como “El Grupo”, que luego se convierte en ERP, y de estos se desprenden la RN y compañeros que después formaron el PRTC.

Solo como anécdota, Milton Méndez –actual Coordinador General del FMLN- estuvo siendo tratado por una cedula de la Juventud Comunista para incorporarse al movimiento comunista.

Los militantes de la Juventud Comunista, y yo personalmente, teníamos amistad con esos antiguos compañeros, como por ejemplo con Mayo y David, quien a menudo nos buscaba para hablar del trabajo. Éramos amigos de Sonia Aguiñada que fue fundadora de la Juventud Comunista, y que luego pasó a ser miembro del ERP. Sonia nos hablaba para contarnos sus historias de trabajo. Había una fuerte identidad en el pensamiento y lo que queríamos. Creo que estas relaciones fueron correctas, porque esos intercambios de experiencias posibilitaron, entre otras cosas, que el Partido Comunista diera el viraje hacia la lucha armada, ya que hasta ese momento sin enjuiciar a nadie habíamos estado equivocados, no estábamos haciendo bien las cosas. Ese viraje fue un mérito de Shafik y la dirección del Partido.
Trabajo de Masas del PCS

El centro fundamental de la actividad de masas del Partido Comunista era el movimiento sindical, la Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (FUSS), en la que estaban una parte del sindicato de la industria mecánica, del mueble, los sindicatos de la industria del vestido, de alimentos, de bebidas; eran federaciones hermanas que estaban en el mismo local y que eran expresión política con perfil comunista. Fue un movimiento obrero que había alcanzado estatura en las jornadas huelguistas de los años 70. La FUSS fue un escenario en donde había actuado Marcial, y un instrumento o soporte que sirvió para el desarrollo y creación de otras organizaciones como la Central Única de los Trabajadores (CUT) y FENASTRAS. Fui dirigente sindical de los mecánicos y dirigente de la Juventud Obrera Salvadoreña (JOS), una organización creada al interior de los sindicatos de la FUSS. Participamos en el proceso de creación del FAPU, en donde entre otros compañeros estaba Carlos Arias; yo participé como Secretario General de las JOS.

Las actividades que caracterizaron ese periodo fueron las grandes o largas huelgas, aunque nosotros los comunistas, durante un tiempo rechazamos la idea de tomar rehenes en las tomas, pero después de la toma del Ministerio de Trabajo hecha por los compañeros del Bloque Popular Revolucionario, y la que apoyamos en solidaridad con una marcha de la juventud una brigada de la juventud se quedó con los compas ahí en el Ministerio, nos dimos cuenta de que esa vía sí era posible. Como resultado de nuestra participación en esa toma, hubo una crisis interna en el Partido porque nos decían “¿Qué diablos andábamos haciendo ahí?”, Dijimos que esa era una lucha limpia. Shafik intervino a favor de nosotros diciendo: “Los compas tienen razón”. Días después hicimos la primera toma en una fábrica de Soyapango; era una maquiladora de abrigos de los Estados Unidos. Nos tomamos la planta antes de que llegara el dueño, agarramos al gerente y fuimos con él a traer al dueño; llegamos a su casa, le tocamos la puerta y al salir lo metimos al carro y lo llevamos a la fábrica.

El sindicato estaba recién organizado en la fabrica y los miembros de la célula éramos casi unos cipotes de 18 – 19 años, y aún no éramos de la directiva sindical, pero tuvimos que hacer la toma porque nos habían despido a un compañero que además, la policía quería capturar. La patrulla que llegó a sacar al compañero quedó encerrada con los trabajadores y los dueños. Ya con la operación montada cogí el teléfono y llamé al compañero Cecilio que era Secretario General de los Sindicatos y le dije: “Mire compa, necesitamos ayuda, nos han despedido a un compañero y tenemos problemas”. Me dijo: “Mire, tómele los datos al compañero, número de cedula, todos los datos de cuando entró a trabajar, cuanto es su salario…”. “No mano, nosotros necesitamos ayuda ya, porque el problema es que nos hemos tomado la fabrica y aquí está la policía, y un camión con guardias…”. No sentimos el respaldo de nuestra conducción sindical y terminaron echando sin indemnización al compañero, pero al menos no se lo llevaron preso. La verdad es que fue una toma espontánea, una reacción solidaria y una acción positiva que nos dejó una rica experiencia.

Nosotros desde la Juventud Comunista y del Movimiento Sindical, aprendimos de las acciones del Bloque, que las hacían planificadas y obtenían sus logros. En nosotros pesaba mucho el hecho de tener una conducción que había dirigido el movimiento sindical durante los años 60 y 70 y en la que predominaba una visión institucional y pacifica. De esos viejos dirigentes sindicales Julio Cesar Castro, Quijano, Hidalgo, que después fue asesinado por los Escuadrones de la Muerte, el que siempre respaldó a la Juventud Comunista fue el “Chele” Aguiñada.

Al igual que las FPL, la Juventud Comunista teníamos un trabajo de actividad propagandista organizada y planificada; la capital de San Salvador la teníamos dividida en territorios para la distribución de las hojas volantes, de las pintas con plumones incluso lo hacíamos hasta con carbón. Teníamos un aparato propagandístico, con el que cada tres días de la semana cubríamos toda la capital.
Una Metodología con Disciplina para Proteger y Desarrollar las Estructuras del Trabajo Revolucionario

Para fortalecer el trabajo de expansión y, sobre todo, para la formación de cuadros sólidos y seguros, el Partido y la Juventud Comunista, actuamos con la concepción de que para insertarnos en la sociedad con plenas garantías de avanzar para el triunfo, teníamos que forjarnos y forjar a los militantes, con una plena conciencia de que lo que estábamos haciendo era para conquistar el poder e instaurar la justicia en nuestro pueblo. Por esa razón, los reclutamientos no eran fáciles; en el Partido y la Juventud no entraban los que querían, sino los que nosotros decidíamos, de acuerdo a su perfil de credibilidad. Al igual que las FPL, nosotros teníamos una estructura altamente disciplinada, con unas formas de reclutamiento realmente ortodoxas, que para ingresar al Partido primero teníamos que dar nuestra hoja de vida: “¿Tienes parientes en el ejército?” “¿Tienes parientes en el partido de gobierno o en el gobierno?”, “¿Quien es tu novia o tu novio?” “Yo estaba jodido porque mi familia, por el lado de mi padre, eran del PCN”. Ya chequeados y contra chequeados, los aspirantes pasábamos a los círculos de estudio y a los entrenamientos correspondientes para la lucha política y militar. Por supuesto que era un criterio de selección riguroso y sacrificado; pero además, dependiendo del compañero que te atendiera o fuera tu responsable, así podías pasar un año o cinco, hasta que te promovieran a niveles de direcciones intermedias o superiores. Mientras tanto te jugabas la vida diariamente, ya sea en operaciones de propaganda, políticas o militares. Esta metodología fue un factor determinante para la protección de nuestras estructuras de trabajo abierto y clandestino en esos tiempos de impune represión. Esa fue la formación de miles de hombres y mujeres de todos los partidos y organizaciones del FMLN que entregaron sus vidas por el sueño de unas mejores y dignas condiciones económicas, políticas y sociales para el futuro de sus familias y el pueblo salvadoreño en general.

Esa formación y métodos no venían de las escuelas de Moscú, ni de Cuba, nacieron de la propia experiencia de la lucha cotidiana que vivíamos en esa cruda realidad de injusticia y represión que sufríamos los salvadoreños, y de las escuelas de estudio y análisis que todas las organizaciones teníamos en las fábricas, en los potreros, en los locales clandestinos y en cualquier rincón en donde fuera posible prepararse para buscar cambios en nuestro país. Así se forjó la generación que logró, de alguna manera, los cambios en este país.

Pienso que todas esas experiencia y enseñanzas de lucha, o al menos algunas cosas como el espíritu de lucha, los métodos, la creatividad, la combatividad, el carácter de clase trabajadora y sobre todo, la dignidad de saber defender los propios derechos como personas y colectivos sociales, deberíamos retomarlas e implementarlas en nuestro partido FMLN, porque son los aspectos que conforman la identidad de nuestro pueblo, de nuestra historia.

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Proceso de desarrollo, fortalecimiento y compromiso revolucionario del ERP

Proceso de desarrollo, fortalecimiento y compromiso revolucionario del ERP

Para que no olvidemos
Entrevistas
ERP

Partidos-militares de la década de los 70, creadores e impulsores del movimiento de masas

Jorgue Antonio Meléndez

Jorgue Meléndez, Secretario para Asuntos de Vulnerabilidad y Director General de Protección Civil. Miembro de la dirección del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y uno de los más importantes cuadros político-militares de la revolución salvadoreña
jorgue melendezCausas que Motivan el Inicio de la Lucha Popular en El Salvador

Nuestro país siempre ha sido un continuo país de pobres y con grandes desigualdades sociales. Antes y después de 1970, nuestra economía se caracterizaba por la producción y exportación de sus principales productos agrícolas como el café, la caña de azúcar, el algodón y una incipiente industria.

En lo político, nuestra historia estaba plagada de golpes de estado, lo que hacía imposible llegar al gobierno por la vía electoral dados los constantes fraudes; los regímenes de gobierno eran dictaduras militares, que en asambleas de oficiales elegían a un militar como su candidato para Presidente, y ya sabíamos que este sería el presidente de la república. Al tener ese predominio militar, la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda y la Policía Nacional –que no eran respetados, sino odiados y muy temidos-, actuaban impunemente, asesinando, cometiendo fechorías, y por sus vínculos con los ladrones, defendían la corrupción a la que estaban muy ligados. Reprimían al movimiento popular y por tan solo una hoja volante de propaganda que le encontraran a una persona, o por pasar frente a una huelga, le detenían y propinaban una buena golpiza.

Como antecedentes de la lucha de masas y armada de 1970, tenemos la gran huelga de los panificadores del año 1966, la huelga general de los maestros en 1968, que implicó a la ciudad y al campo. En 1970 tuvimos unas elecciones fraudulentas, en las que participó un partido de izquierda llamado Partido Acción Renovadora (PAR) muy cercano al Partido comunista.

En 1971 hubo una nueva huelga general de ANDES, que adquirió un carácter nacional. En esta huelga reprimieron a muchos manifestantes y asesinaron a mucha gente, entre ellos a líderes del movimiento de masas.

En 1972 se realizan nuevamente unas elecciones presidenciales que fueron ganadas por el Partido Demócrata Cristiano, pero se repite el fraude, solo que ahora, con la respuesta de un golpe de estado de los mismos militares, que tiene como consecuencia la captura del triunfador Ingeniero Napoleón Duarte, a quien torturan y expulsan del país.

Esta situación genera un ambiente muy tenso de violencia social y represión institucionalizada. Hasta ese momento en el país existía un solo partido de izquierda, que era el Partido Comunista de El Salvador, pero era clandestino. La universidad de El Salvador era un foco de vida política, de ideas y circulaban todo tipo de materiales y literatura de carácter político; es ahí donde llegan las ideas maoístas, marxistas y libros de la guerrilla de Brasil, Paraguay, Uruguay, Guatemala, Nicaragua y de Cuba. Todo esto permitía un debate sobre la necesidad de que teníamos que enfrentamos a la dictadura militar con las armas, ya que no era posible lograr el cambio por la vía pacífica y electoral.

Mientras tanto, la situación económica y social era angustiosa.

En resumen, las causas que generaron el inicio de la lucha popular y la organización de un gigantesco movimiento de masas fueron básicamente, que teníamos un país subdesarrollado casi selvático, que vivía del café, de la caña de azúcar y del algodón, con el agravante de lo sacrificado que es el trabajo de esas cortas, y la gente pobre tenían muy poca tierra, o no tenía nada; por otro lado, nuestra economía era de subsistencia, y la gran contradicción era, que quienes trabajan la tierra no la poseían y vivían en condiciones de extrema pobreza.

En las ciudades, la gente venía del campo en busca de empleo, lo que vino a crear las comunidades marginales. Con esta situación, golpeaba el hecho de que en la Colonia Escalón vivían las “14 familias”, personas ricas o muy ricas que disfrutaban de flamantes mansiones, construidas en amplias tierras de varias manzanas de extensión, lo cual era insultante, si lo comparamos con la pobreza de los campesinos, jornaleros y los marginados de la capital.

En el plano político, teníamos un modelo que estaba en crisis y no generaba crecimiento económico, por tanto se incrementaba el alto costo de la vida y agudizaba la demanda de empleo.

La desigualdad social, la falta de oportunidades para la búsqueda de soluciones por la vía política, la represión al movimiento de masas, al sindicalismo, a los campesinos, los fraudes electorales y, en fin, la dictadura militar, es lo que da origen a los conflictos que vivimos durante todos esos años. La lucha de masas y la lucha armada son la consecuencia de todos esos atropellos.
Guerra Contra Honduras en 1969

En medio es esa situación crítica, económica y social, se da la guerra con Honduras en 1969, conflicto que le permitió ganar prestigio al ejército y convertir en héroe al General Medrano (“Chele Medrano”) un represor asesino, que siendo director de la Guardia Nacional, impulsó e institucionalizó la tortura a los presos políticos. Sin embargo, ante los ojos de la gente, el “Chele Medrano” era el gran héroe militar, que había ido a defender a nuestros compatriotas y a conquistar Honduras. Al regresar de la guerra, el ejército marchó por las calles vitoreado por muchísima gente.

El Partido Comunista no fue claro en condenar la guerra contra Honduras, por el contrario, nos hizo un llamado a participar directamente, planteándonos con un argumento simplista: “Tenemos que ir nosotros, y ustedes los jóvenes, a luchar y cuando caiga un compañero soldado díganle que esto es contra los ricos oligarcas, que nosotros no tenemos nada que ver en esta guerra, ya que esta guerra es injusta”. Por supuesto este planteamiento era para ganarse y organizar a los soldados hacia la causa de la izquierda, porque yo especulo que estaban pensando en lo que sucedió en la URSS cuando la Primera Guerra Mundial, que lograron organizar a los marineros.

Quiero destacar, que esa posición del Partido ante la guerra nos desencantó, porque pensábamos que ¿Cómo era posible que nos mandaran a una cosa que no era correcta? Este hecho determinó precisamente la separación de un importante grupo de la juventud comunista. En el sector de la juventud en que yo estaba, sacaron un comunicado en contra de la guerra, igual que lo hizo la AGEUS de la Universidad. Por ese comunicado, el PC convocó a los dirigentes de ese sector, para hacerles una reprimenda muy fuerte, diciendo que era muy grave lo que se había hecho. El único dirigente que nos respaldó, diciendo que teníamos la razón, fue Salvador Cayetano Carpio.

Ahora, con el tiempo puedo comprender, que lo que el PC buscaba era no quedarse aislado del sentimiento nacional, porque temía, posiblemente, a la represión y a la destrucción, ya que la dictadura había logrado manipular a la opinión pública, creando un espíritu chauvinista.
En Busca de Otras Formas de Lucha

Ante esta situación, se hacía necesario un cambio de modelo, sin embargo, la izquierda estaba inmersa en un debate político ideológico interno, que también era consecuencia del debate que se estaba dando a nivel mundial, relacionado con las propuestas de los dos modelos, el soviético y el chino. Por otro lado, en América Latina ya existía la experiencia de la revolución cubana y el llamado del Che Guevara en la reunión de Olas en 1966 a crear muchos Vietnam en todas partes.

La izquierda, con la existencia de una sola línea de pensamiento, a través de los partidos comunistas, estaba cuestionada, primero por Cuba, ya que quien hizo la revolución no fue el Partido Comunista, sino el Movimiento 26 de Julio; en Guatemala la lucha armada la realizaba las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR Rebelde no el Partido Comunista. El “Che” ya había fallecido para esa época y se decía que fue a causa de la traición del Partido Comunista Boliviano.

Con ese panorama era lógico iniciar otras formas de lucha. Los que participábamos en la conformación de los primero núcleos de la lucha armada, veníamos del movimiento popular, unos del movimiento estudiantil y sindical y otros de las comunidades cristianas eclesiales de base. Cuando se plantea la lucha armada, no se hace con la idea de organizar un grupo de héroes que van a tomar el poder, sino con la concepción y necesidad de dar un salto de calidad hacia una lucha de clases más completa y con capacidad real de cuestionar el poder dictatorial.

En América Latina ya había guerrilla por todos lados, lo que agudizaba el debate de ideas sobre los dos planteamientos, que eran fundamentalmente los siguientes: primero, que no era posible cuestionar el poder político burgués sin una visión de poder y sin un aparato militar, y segundo, los partidos comunistas proponían la búsqueda de una acumulación de fuerzas por la vía electoral y reformista, para hacer la revolución democrática burguesa.

Para la toma de decisiones y definiciones políticas de los movimientos de los años 70, partíamos de un solo pensamiento: todo nos denominábamos marxistas leninistas o comunistas revolucionarios. Lo que nos separó a todos fue simplemente, la contradicción principal de si optar por la lucha armada o no.
Surgimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)

En ese momento las nuevas organizaciones eran básicamente dos, las FPL fundadas por Salvador Cayetano Carpio y el ERP. En su publicación oficial “El Rebelde”, las FPL planteaban su estrategia de “Guerra Popular Prolongada”, una concepción política militar lineal, que implicaba mantener la lucha de masas, y por otro lado, la formación de una guerrilla, que a largo plazo se convirtiera en un aparato militar, con la suficiente fuerza para derrotar al ejercito de la dictadura.

Nosotros como ERP, surgimos de tres grupos diferentes: un grupo que provenía de la juventud comunista, de la cual yo formaba parte.

En este grupo estábamos totalmente convencidos de que era necesaria la lucha armada para enfrentar la represión. El otro grupo venia de la Universidad de El Salvador y eran dirigentes del sector medio. El tercer grupo venía de comunidades cristianas de base, pero ligados al movimiento estudiantil universitario; es de este último que proviene Joaquín Villalobos y su grupo. El otro grupo de líderes de clase media, de donde viene Rivas Mira, el Tierno Sol y otra cantidad de personas de clase alta, ya tenía conformado un esfuerzo que se denomino “El grupo”, el cual fue responsable del el secuestro de Ernesto Regalado Dueñas. “El Grupo” tenía, a su vez, la participación de las FAR rebelde de Guatemala, pero después del secuestro de Ernesto Regalado Dueñas, esta incipiente organización casi se desbarata, porque la acción que realizaron era desproporcionada. Nunca antes en este país se había atentado contra la seguridad de un miembro de las familias más poderosas del país las llamadas “14 Grandes”, por lo que la represión y persecución fue implacable; sin embargo lograron recomponerse y continuar.

Nosotros los jóvenes vimos que ellos fueron capaces de atreverse a tocar el poder económico más fuerte, lo cual fue como un imán, hasta el punto que algunos de nosotros dijimos: “Esta es la guerrilla, esta gente sí sabe, son una real alternativa armada que puede derrocar a la dictadura”, y así fue como nos fuimos acercando y conectando con ellos. Digo esto, porque lo normal, al menos en el caso mío, era que hubiéramos sido atraídos al núcleo de Cayetano Carpio, ya que había sido Secretario General del Partido Comunista. Obviamente muchos compañeros fueron atraídos al “Grupo”, pero otros se acercaron más a la propuesta de Cayetano Carpio.

En el caso particular nuestro de la Juventud, no nos acercamos al grupo de Cayetano Carpio, simplemente porque no tuvimos tiempo de enlazarnos, en cambio, el acercamiento con “El Grupo” fue una mera casualidad y lo hicimos a través de que yo contacté con Mario Vigil y este me comunicó con Vladimir Rogel, quien ya estaba incorporado con dicha grupo armado. Era lógico que termináramos vinculados a ellos, ya que para cuando se conformó Acción Revolucionada Salvadoreña (ARS) – primera organización armada que surgió en el país-, ellos dos y yo éramos miembros de la “Unión de Jóvenes Patriotas” –la organización de juventud del partido comunista- y propugnábamos por la necesidad de organizar la lucha armada. Mario Vladimir Rogel era nuestro responsable en la “Juventud”. En el proyecto de la ARS se involucro Mario Vigil. Pero la ARS fue infiltrada por los órganos de inteligencia de la Policía de Hacienda (PH) y la mayor parte de los miembros de dirección fueron capturados. No obstante por esas mismas fechas, el compañero llamado el “Chele Raúl”, jefe de dicha organización, murió cerca de la antigua casa presidencial en San Jacinto; fue perseguido por tres guardias que murieron al intentar lanzarle una granada que les explotó. El “Chele” fue rodeado en una casa de la colonia Manzano para capturarlo, sin embargo, él optó por suicidarse. Este hecho que fue informado y descrito por los medios de comunicación nos impactó a todos, porque vimos un claro ejemplo de cómo no debíamos rendirnos nunca, ni dejarnos capturar. Quizás hoy eso no tenga gran impacto, pero en aquel entonces, que éramos un país que nunca había visto lucha armada de esa manera, los jóvenes teníamos miedo a usar las armas. Hoy se puede ver a tanto joven en actos de violencia, que tiran granadas y usan pistolas, pero en aquel entonces, las armas eran totalmente privativas y sólo las usaban los cuerpos policiales y la gente que tenía poder. De guerra solo habíamos visto la de El Salvador contra Honduras en 1969.

El ERP surgió por tanto, de los compañeros que se fueron articulando en torno a “El Grupo”. En su publicación “Prensa Comunista”, el ERP planteaba su estrategia de “Guerra Revolucionaria del Pueblo”, concepción que conllevaba el componente de lograr una acumulación política para la insurrección armada del pueblo, ya que solo de esa manera se podía derrotar al poder burgués. En fin, todos los discursos eran radicalizados y todas las estrategias consideraban el desarrollo de la “lucha de masas”.

En los primeros años creamos un movimiento estudiantil que se llamaba Asociación de Estudiantes Salvadoreños (AES), sector consciente –una réplica de AES, la organización tradicional que había sido respaldada por el Partido Comunista-. La AES, sector consciente, tuvo mucha capacidad de movilización, a partir de plataformas reivindicativas inmediatas, como forma de acercase a las necesidades más sentidas de la gente. No eran planteamientos muy lejanos al Partido Comunista, con la diferencia que la estrategia del PC se orientaba hacia la acumulación electoral, con menos audacia y énfasis en las movilizaciones y menos capacidad de enfrentar la represión. Nosotros creamos un movimiento sindical trabajando desde la clandestinidad; contactábamos a los líderes, sobre todo de la industria de la construcción, de la maquinaria pesada, del trasporte y otros. Por esos mismos años de 1970, 1971, 1972, también teníamos trabajo con las comunidades cristianas, sobre todo campesinas. Sin embargo, esas organizaciones no tuvieron carácter de frente político, sino de organizaciones de masa, pero cuando había necesidad, los líderes se enfrentaban a la represión.

El ERP era una mezcla de un sector de la Juventud Comunista, gente del sector cristiano, personas con ideas de izquierda, y por otro lado, con un líder un tanto anarquista Sebastián Urquilla. Más que líderes formados, fuimos una organización de compañeros que no teníamos una formación política terminada, y lo que aprendimos lo hicimos haciendo, es decir, aprendiendo en la práctica. No se puede decir quehabía una escuela de orden escolástico u ortodoxo. La primera propuesta con la que surge la educación en el ERP, fue el análisis de la realidad del país, en donde jugó un papel muy importante el compañero Rafael Arce Zablah, quien se metió de cabeza a estudiar la economía salvadoreña; de dicho esfuerzo se elaboró un documento fundamental para la interpretación de la realidad nacional que se llamó “El Grano de Oro”. Después hubo un segundo documento llamado “La Revolución Salvadoreña”. Los militantes del ERP se educaron con “El Grano de Oro” y algunos textos marxistas, sin embargo, el énfasis estaba más en los documentos propios que en los textos generales de la teoría marxista. La educación, desde el punto de vista marxista era menos sólida, menos ortodoxa, aunque los que proveníamos del sector de la Juventud Comunista, teníamos más formación de ese tipo y éramos más ideológicos. La gente de las FAR Rebelde, al menos la que conocí, también tenían formación marxista leninista.

Éramos una organización con virtudes y defectos; quizá una de esas virtudes era la capacidad del uso de la coyuntura, del manejo apegado a las situaciones políticas, pero en el plano ideológico. Otras organizaciones como el Partido Comunista y las FPL tuvieron una formación más ortodoxa y más conceptual desde el punto de vista marxista.
Concepción del Trabajo de Masas del ERP

La aspiración del ERP no era tener una estructura armada o ejército, sino una estructura político-militar –aspiración común de todas las organizaciones-, con visión de cambio hacia un sistema socialista y luego llegar a una sociedad comunista. La lucha de masas era el factor fundamental para avanzar hasta la lucha armada, ahora bien, como interpretaba la lucha armada cada quien, era otra cosa. Lo cierto es, que para nosotros la lucha armada era un instrumento político, que conjugado con la lucha social nos potenciaría para la toma del poder político. En esas tesis se afirmaba la existencia de un sector constitucionalista en el seno del ejército de nuestro país, y se avizoraba la posibilidad de construir alianzas con dicho sector, en la concepción hipotética de que podía tomar una posición en contra de la dictadura.

Pero sería mentir que había claridad sobre esta concepción, más bien existía la visión de una alianza fundamental de obreros y campesinos, con el componente de impulsar la lucha armada hacia la toma del poder. Con nuestras acciones militares también buscábamos, en cierta medida, un impacto publicitario para señalar un camino. Originalmente teníamos un planteamiento de desarrollo de la lucha política, combinando la lucha de masas y la lucha militar, la cual se manejaba de acuerdo a la coyuntura política.

Nosotros ya veníamos con la experiencia de las luchas políticas de los años 70.

En ese tiempo se crearon movimientos populares como el estudiantil de AES, el sindical, etc. y realizábamos actividadesreivindicativas inmediatas, como por ejemplo, ante el aumento de las cuotas en los colegios y el incrementó del pasaje del transporte público, nuestra respuesta fue la movilización estudiantil, y por parte de los comandos guerrilleros fue la quema de autobuses; eran actividades que además generaba una identificación de los estudiantes con la guerrilla. Otra de nuestras experiencias había sido la actividad con las organización campesinas en la que incidió mucho la Teología de la Liberación, ya que sus luchas reivindicativas contribuyeron grandemente al fortalecimiento del movimiento de masas, que con su accionar ayudaron a la toma de conciencia de clase y a la determinación de de luchar, aspectos fundamentales que incrementaron las actividades en las calles y en las fábricas.

Muy importante fue la huelga de maquinaria pesada en la construcción de la carretera de Santa Ana. Respecto a nuestra metodología de trabajo hacia las masas, a principios de los 70, de lo que se trataba era básicamente, de reclutar a los líderes de las comunidades y de los sectores, y con ellos estructurábamos una organización abierta, con el objetivo de luchar por las reivindicaciones más inmediatas, como el aumento del salario, la lucha contra el aumento de los pasajes de los autobuses, etc.

La convocatoria y reclutamiento a la lucha armada vino después, cuando la situación del país comenzó a agravarse con la represión. Entonces si comenzamos a utilizar un discurso político, con análisis e información sobre la dictadura y haciendo conciencia de la necesidad de que el pueblo se organizara para lograr un cambio que permitiera mejorar las condiciones de vida de la población, y para poder enfrentar la represión.
Este trabajo lo hacíamos acompañado de propaganda; distribuíamos comunicados, volantes, periódicos y hacíamos pintas en las paredes y muros, dando a conocer a nuestra organización armada.

En 1972 el gobierno de Arturo Armando Molina intervino la Universidad de El Salvador; las únicas marchas de protesta que se hicieron fueron realizadas por AES Sector consciente.

A partir de esta intervención se intensificó la represión, situación que nos llevó a ver la urgente necesidad de un cambio de gobierno y de modelo; pero para ello también se necesitaba otro tipo de concepto y de lucha. Para nosotros duro relativamente poco ese período, porque luego, en 1974, pasamos a formar el Frente de Acción Popular Unificado (FAPU), en el que participamos todas las fuerzas políticas de izquierda de ese momento, ya que necesitábamos unificar al movimiento popular.

Con la creación del FAPU, el movimiento estudiantil dejó de ser AES Sector consciente y se creó el Frente Revolucionario de Estudiantes “Luis Moreno”; también se crearon las Ligas si mal no recuerdo el 14 de Abril y el movimiento sindical.

En 1973, el ERP ya había tenido una escisión, que posteriormente se denominó PRTC, y más tarde, en 1975, se dio la separación de la RN, a causa del caso Roque Dalton, un episodio bastante duro y negativo en nuestra historia.

Con la escisión de la RN, Sebastián Urquílla (Rivas Mira) planteó a la dirección del ERP, su análisis sobre la situación política coyuntural, señalando, que de acuerdo a informes de inteligencia, se sabía que en el seno del ejército se estaban exacerbando las contradicciones, por lo que había que diseñar un plan estratégico y táctico, que permitiera incidir en la posibilidad de un golpe de estado, o al menos, en un hipotético enfrentamiento cruento entre los diferentes sectores del ejercito; para que ello fuera posible, teníamos que buscar algunos contactos con militares del sector constitucionalista. En todo caso, se planteó la estrategia de hacer el llamado a la insurrección, y a la creación de Comités Militares, de tal manera que ese contexto generara una reacción en el sector derechista del ejército, en el sentido de que interpretaran que el golpe de estado fuese una expresión de esa estrategia. Esa adecuación táctica tuvo sus implicaciones.
De la Concepción de Lucha de Masas al Militarismo

En 1975, el ERP valoró que la lucha de masas era algo que no tenía posibilidades, y que lo único que lograba era la represión y los asesinatos; por tanto, se orientó para que el movimiento de masas en su gran mayoría, pasara a formar parte de los Comités Militares. Así fue como el ERP se convirtió en una organización con mucha estructura y desarrollo militar, logrando una importante coordinación de acciones militares a nivel nacional; pero también se redujo enormemente nuestro movimiento organizativo de masas.

Pasamos un año con una línea francamente marcada por el militarismo y muchos conflictos internos. Los cuadros estábamos formados con la concepción de que la lucha de masas era lo más importante, y que la lucha armada era solo un instrumento, por tanto, no estábamos satisfechos con esa línea. No obstante se planteó que esa medida solo era un movimiento táctico en función de una estrategia de incidencia en una coyuntura; pero pasó todo el año 1975 y 1976 y lo táctico se estaba convirtiendo en una estrategia. Entonces, a finales del 1976 se toma la decisión de recuperar la concepción del movimiento social y político, con lo cual se retoma la organización de masas. Así es como se crean las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28), se fortalece de nuevo el FRELM y se recupera el trabajo con las Ligas Obreras, las Ligas Campesinas, la Liga Estudiantil y las Ligas Magisteriales. Recuperamos el movimiento de masas, no obstante, a esas alturas el movimiento popular masivo era el Bloque Popular Revolucionario –FPL-, y también existían, con menor desarrollo, el FAPU –RN-, las Ligas para la Liberación –PRTC- y el Partido Comunista con sus organizaciones tradicionales como la FUSS, la UDN, y en el campo ya habían creado ATACES.
Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS)-Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)
Y su Inmersión en la Población

Nosotros como Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS), teníamos una estructura de masas y una estructura militar que era el ERP; por otro lado teníamos una estructura de milicias y los milicianos se sentían parte de la estructura política, pero muchos de ellos eran guerrilleros, miembros de los Comités Militares, con lo cual hacían la doble función: como Comités Militares participaban en las operaciones del ERP y como milicianos participaban como instructores de las milicias. La milicia se capacitaba y aprendía a utilizar armas, no para realizar operaciones militares, sino para aprender tácticas que les cualificara mejor para la defensa de las movilizaciones, de tomas de iglesias, ministerios, tomas de tierra, etc.

El PRS era la fuente de orientación política al ejército o a los frentes políticos (organizaciones de masas) y a los milicianos y se fue convirtiendo en una estructura más compleja. También teníamos una estructura de masas que era nuestra base social de apoyo, tanto con sus viviendas, como en los aspectos de información e inteligencia; eran la garantía de la existencia de la estructura guerrillera urbana. Quizá esto explique algunas dudas y acusaciones que había sobre el ERP, como por ejemplo que éramos agentes de la CIA o infiltrados por la inteligencia enemiga. Una de las cosas por las que se nos acusaba era, porque durante los años de 1974 al 77, todas las organizaciones militares tuvieron “casas de seguridad” que eran lugares de vivienda de células guerrilleras. Una buena cantidad de esas casas cayeron a manos del enemigo, con el agravante de que ahí murieron varios compañeros dirigentes, entre ellos Felipe Peña Mendoza. El ERP también tuvo casas que fueron rodeadas y cayeron, al menos en la ciudad; yo estuve en dos de ellas (1972 y 1975).

Después de esas experiencias negativas de allanamientos y capturas en nuestras casas y de compañeros de otros partidos y organizaciones, planteamos que nosotros éramos un partido político y la lucha armada era un instrumento, por lo que ya no podíamos seguir funcionando con grandes y sofisticadas estructuras, sino que debíamos vivir en medio del pueblo. Por eso, en 1976, el ERP desarmó absolutamente toda su infraestructura de casas y solo se mantuvieron, en todo el país, aproximadamente cinco casas, una por cada región – en San Salvador teníamos dos con capacidad para hacer algunas reuniones-. Todo afiliado y combatiente tuvo como orientación, que debía reclutar a familias para vivir con ellas. Uno dormía el lunes en una casa, el martes en otra y así toda la semana hasta volver hacer el mismo recorrido. En la medida que se organizaron más redes, sí podíamos permanecer hasta una semana en la misma casa, o nos trasladábamos a otras zonas en donde teníamos base social. Se generó una organización de familias de todo tipo: casas en comunidades marginales, barrios, colonias de clase media y media alta. A estos colaboradores les llamábamos “bases de apoyo”, que eran compañeros muy comprometidos; sus casas eran prácticamente nuestros cuarteles.

Para ese tiempo, el ejército y la inteligencia del gobierno tenían una tipificación del guerrillero: gente joven que no se relacionaba con nadie, que no tenían hijos, que no estudiaban ni trabajaban y que eran muy reservados. Esta percepción les sirvió para detectar muchas casas, partiendo de la observación y el seguimiento. De esta manera cayeron muchas casas de las organizaciones guerrilleras y muchos compañeros fueron desaparecidos o asesinados.

Esta vinculación a la base social nos permitía tener como una antena, ya que estábamos en medio de la población, lo que además nos permitía saber lo que pensaba, opinaba y sentía la gente; con ello lográbamos también, reorientar el discurso y el análisis político. Para ese tiempo nuestra organización ya contemplaba a varios cientos de colaboradores. Las bases de apoyo y milicias si eran muchísimas. En ese ambiente que vivíamos era como tener un termómetro. Antes de esta experiencia, nosotros habíamos comenzado a combatir el uso fácil de la frase “El pueblo piensa”. Para comprobarlo dijimos: “Investiguemos que piensa la gente”, y es eso lo que hicimos.

Uno de los defectos que pudo haber tenido el ERP era, que la educación filosófica de su gente no era totalmente marxista, pero una de sus virtudes era, estar abiertos totalmente a la reflexión; funcionábamos con el hacer, reflexionar y sacar conclusiones. Eso permitió al ERP dar respuestas a una estructura que se diluyó y desapareció, una estructura profesional de “casas de seguridad” que desapareció y se diseminó en la población; creo que fue como el símil de lo que fue el Bloque Popular Revolucionario, solo que el BPR tuvo la visión de organizar a las masas en gran cantidad, y el ERP fue la guerrillera diseminada en la población. Estoy hablando de los años 1975, 1976. Afortunadamente recuperamos el movimiento político de masas, ya que haberlo descuidado fue uno de nuestros grandes errores, aunque por otro lado, eso permitió crear un aparato político militar que en la guerra fue muy importante, pero nos hizo quedar menos fuertes políticamente a nivel de masas.

Algunos periodistas decían: “En El Salvador no hay montañas ni selvas, las montañas son las masas, y la guerrilla se desarrolla en el contexto de esa lucha social”. Lo cierto era, que la identidad de la población con la lucha armada, legitimaba su existencia como ciudadanos.

Las FPL crearon un movimiento extraordinariamente enorme que fue el Bloque Popular Revolucionario militante, con una clara postura política, tanto que para destruir a las FPL, había que destruir al Bloque y eso era prácticamente destruir a la población. La RN, el FAPU y el PRTC tenían un movimiento de menor magnitud, pero significativo e importante para su existencia y aporte a la lucha. El Partido Comunista seguía teniendo su movimiento de masas y político. El ERP llegó a tener una base social de la guerrilla y un movimiento de masas. Destruir entonces a esa guerrilla, era destruir las casas, las viviendas y a la población misma.
Creación de ORDEN y la UCS por Parte del Gobierno y los EE.UU.
Como Respuesta al Movimiento Popular

Como contrapartida al movimiento de masas de esa época, el gobierno, bajo la orientación de la AID de Estados Unidos, creó la Unión Comunal Salvadoreña (UCS) impulsada por Viera Altamirano, que llegó a ser una organización campesina nacional muy poderosa, ya que con la iniciativa de la Reforma Agraria del gobierno de Arturo Armando Molina se potenció, a tal grado, que si hubiera llegado a consolidarse, pudo haberse convertido en la contra parte del Bloque Popular Revolucionario, y llegar a ser otra opción para los campesinos; hubiera hecho mucho daño a la organización campesina de base, pero sobre todo, la historia hubiera sido totalmente diferente para la guerrilla, porque le hubiera restado apoyo social en el campo.

También crearon la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), que era la estructura de poder social de dominio civil, al servicio de la dictadura; eran los famosos “orejas”. Las temibles patrullas militares eran civiles que tenían privilegios respecto la posibilidad de tener empleo en las instituciones públicas y acceso a la corrupción. Estamos hablando de más o menos 150,000 miembros, un verdadero y decisivo instrumento de la dictadura militar para ejercer el control civil y la represión, ya que ellos eran los ojos y oídos de la dictadura en el seno de la población. A principio, cuando eran patrullas cantonales no eran tan peligrosos, pero cuando se recrudeció la guerra, se apropiaban de los terrenos y negocios de los campesinos y eran los responsables de auténticas matanzas contra la población. Eran un verdadero terror.
“Anécdota de la Vaca de UCS”

Respecto a la UCS hay una “Anécdota de la Vaca”, que además de ser simpática es dramática, porque refleja la ideología de los poderosos y la mentalidad que se había generado en el país. Me cuenta un amigo Leonel Gómez, que durante una visita que hizo a su tío que era cafetalero, presenció una discusión entre cafetaleros terratenientes y campesinos miembros de UCS.

“Resulta que la Unión Comunal Salvadoreña cumplía dos años y los querían celebrar a lo grande, de manera que deseaban matar tres novillas para hacer una fiesta y repartir carne a la gente, pero ellos solo tenían dos novillas, por lo que decidieron ir a la cafetalera. Por primera vez en la historia, los campesinos entraban a la sala de reuniones de los patronos que eran miembros dueños de la cafetalera porque en el país, un campesino y un miembro prominente, no se daban la mano ni se sentaban juntos en la misma mesa; lo usual era que los peones y jornaleros se quedaban fuera de la casa principal de la hacienda. Pues ahí entraron los campesinos y se sentaron en la misma mesa junto a los patronos, para solicitarles la vaquita y así poder celebrar su segundo aniversario. Los cafetaleros los atendieron y los oyeron, pero luego los sacaron; cuando ya salieron los campesinos, los cafetaleros dijeron: Bueno ¿Qué es esto? ¿Cómo es que estos jinchos pelados se quieren sentar en la misma mesa con nosotros y a pedir una vaca? Eso es peligrosísimo. A esta gente le das la mano y te agarran el codo”.

La lectura de esa anécdota es, que si con esas pequeñas cosas, como la famosa vaca, y otras de mayor importancia, los campesinos de la UCS hubieran sido apoyados, probablemente se hubieran compactado y crecido mucho más, al grado de haber podido hacer un incalculable daño a nuestro movimiento de masas y a la guerrilla. Sin embargo, la mentalidad absurda y recalcitrante de los ricos poderosos no les permitía aprovechar esos espacios de diálogo y concordia con sus propios trabajadores, incluso en beneficio de sus propios intereses. Ellos tenían sus propios métodos: mandar, explotar, robar y reprimir, todo ello con un profundo menosprecio a los pobres. Son esta suma de aspectos los que fueron marcando poco a poco un rumbo inevitable en nuestra historia, porque la gente finalmente termina cansándose de humillaciones y sometimientos.
Determinación de la Oligarquía y la Dictadura De Acabar con el Movimiento Popular

Con la masacre del 30 de julio de 1975, en la que los militares usaron tanquetas y ametralladores 50 contra la marcha de estudiantes universitarios, ya vimos la determinación de la dictadura de querer parar al movimiento popular a sangre y fuego; sin embargo, a partir de ese doloroso episodio, las organizaciones de masas comenzaron a conformarse en frentes políticos. Además de la organización gremial, eran organizaciones masivas de militantes políticos, con una idea clara de luchar por la liberación. Todas las organizaciones teníamos milicias de autodefensa. Por supuesto el régimen sabía y conocía las intenciones liberadoras de nuestro pueblo, por lo que arremetía con mayor contundencia represiva cualquier movilización, tal es el caso de la masacre del 28 de febrero del 77 en Parque Libertad.

Luego, en octubre de 1979, vino el golpe de estado de la Juventud Militar y de nuevo se da otra masacre en el centro de la capital San Salvador. En 1980 asesinaron a casi toda la dirección del Frente Democrático Revolucionario, e incluso a Monseñor Romero. Durante el entierro de Monseñor cometieron otra masacre con ataque de francotiradores.

Pese a los propósitos de exterminio de la derecha, nuestro pueblo se fortalecía con un ánimo de lucha cada vez más combativo, de manera que de 1975 a 1980, en El Salvador tuvimos prácticamente una guerra civil de características impresionantes; éramos un pueblo organizado, con clara conciencia política y concepción de un proyecto político. Teníamos una lucha combinada de movilizaciones de masa y lucha armada.

Después de la masacre a los estudiantes en Julio de 1975, las movilizaciones de masas comenzaron ser acompañadas por los comités de autodefensa, porque las organizaciones populares, tanto a nivel nacional como regional y departamental, tenían paralelamente sus propias milicias y los milicianos eran entrenados por instructores que eran miembros de las organizaciones armadas. Los miembros de dirección de las organizaciones de masas, de los frentes políticos, eran miembros de organismos partidarios político-militares, y así uno podía pertenecer a un organismo de dirección nacional, dirección departamental, regional, municipal, célula de base, célula de apoyo, colaborador o simpatizante.

Nosotros en ese período excepcional volvimos, más que al movimiento gremial, al movimiento político, al frente político, pero la guerra desnaturalizó prácticamente al movimiento social. En 1980, la derecha asumió una estrategia de genocidio y comenzó a asesinar de manera masiva a los líderes del movimiento social.

Recuerdo uno de los hechos macabros. Un día en Santa Ana apareció un volcán de 60 cadáveres en uno de los cruces de las calles, más claramente, en el cruce de la calle que va de Santa Ana al volcán de Santa Ana y la calle que va para Ahuachapán. Luego en San Salvador amanecíamos contando 11, 12 o 13 cadáveres a lo largo de cualquier calle, con la característica de haber sido degollados. La tortura y la barbarie de todo tipo eran cosas espantosas.

El ejército tomó una línea de no tener presos políticos y como no les convenía, porque les traía problemas políticos por las movilizaciones populares, se deshacían de ellos. El Capitán Mena Sandoval – un ex militar del ejército que después se incorporó a la guerrilla- me contó que vinieron a El Salvador unos expertos uruguayos a través de los gringos, a enseñarles las últimas técnicas que consistían en capturar, torturar y matar, de esa manera no habría presos políticos. Comenzaron a haber muchísimos muertos a manos de las estructuras militares del estado, entre ellos los escuadrones de la muerte.

Después del asesinato de Monseñor Romero, el 24 de marzo de 1980, la gente decía: “Si los muchachos no hacen nada ahora ya fracasaron”, y nosotros seguíamos desunidos. Ese mismo año se comenzaron a hacer esfuerzos para lograr la unidad, creándose primero la Dirección Revolucionaria Unitaria (DRU), después la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) y luego el FMLN.

Para la Ofensiva del 10 de Enero de 1981, se incorporó a la lucha armada todo lo que se pudo del movimiento popular, y aunque esa medida fortaleció el esfuerzo militar, también tenemos que reconocer que eso debilitó enormemente al movimiento de las organizaciones sociales de masas.
Los Valores, el Sacrificio y la Determinación de Lucha del Pueblo

Durante el proceso de lucha de masas de la década del 70, hubo muchos desaparecidos y caídos, pero hablar de ellos, además de ser fuerte y doloroso, es casi imposible, porque uno empieza a ver desfilar por la mente a miles de personas: mujeres, hombres, ancianos, jovencitos y niños. La represión era terrible, pero la gente estaba decidida a continuar con la lucha; iban a las marchas o manifestaciones y los militares mataban a las personas, las comunidades las lloraban y las enterraban y ahí mismo organizaban en respuesta otra manifestación. Los que estábamos en la guerrilla con las armas en la mano, pensábamos que la lucha era difícil, pero ¿Cómo podía uno explicarse, que las personas que estaban desarmadas pudieran demandar sus reivindicaciones y hacer sus manifestaciones sin casi nada para defenderse? Solo se puede explicar por el cansancio de la dura situación que en ese tiempo se vivía, y al compromiso de sangre con la lucha por lograr un cambio estructural, con justicia y respeto a la dignidad humana. A esta actitud contribuyó mucho la iglesia popular que jugó un papel importante con el trabajo de muchos sacerdotes, catequistas, comunidades eclesiales de base e incluso, el mensaje profético de las homilías dominicales en la radio YSAX de Monseñor Romero. Todos los barrios y clases medias escuchaban sus homilías. Seguramente no lo hacían los habitantes de la Colonia Escalón.

La participación de los cristianos y del movimiento de comunidades eclesiales de base fue vital para el desarrollo de la lucha de masas. La Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños (FECCAS) fue la organización más grande del Bloque Popular Revolucionario.

Era una lucha popular con valores, que no buscaba logros ni intereses personales, por el contrario, uno daba, se entregaba y se sacrificaba. En el caso de la guerrilla, los compañeros pensaban que la guerra iba a durar 20, 30 o 40 años y que no íbamos a ver la victoria final, sin embargo nadie se rendía, y no temo a equivocarme, que no había un tan solo guerrillero que no pensara en la posibilidad de que en cualquier momento podía morir en la guerra.

Murieron muchos compañeros valiosos, entre ellos campesinos, obreros, maestros, estudiantes y en general, ciudadanos del pueblo. Una muerte sentida nacional e internacionalmente fue la de Monseñor Romero, asesinado por los Escuadrones de la Muerte. Monseñor Romero es una figura universal, con un mensaje claro y analítico sobre las causas de la pobreza y la injusticia de nuestro país y del mundo; no era un hombre de izquierda ni perseguía la revolución, sin embargo iluminaba la mente de los salvadoreños con su sabiduría profética y sus críticas a los ricos y al gobierno.

Monseñor Romero era y continúa siendo la cúspide del compromiso con los pobres y la justicia; fue y aún sigue siendo un baluarte de los derechos universales del hombre.

Hoy, después de los Acuerdos de Paz, mucha gente me pregunta “Mire, usted que estuvo en el conflicto armado y después negociaron la paz, ¿Cree que valió la pena la guerra?” La gente que pregunta eso es porque no conoció en qué tipo de país vivíamos en esos tiempos. Hoy es increíble, porque en las calles y en todos lados se siente una gran tención por la situación de inseguridad, a causa de las pandillas llamadas maras. La delincuencia es grave. Yo les respondo a esas personas: “Piensen en la tensión que vivimos ahora en nuestro país y multiplíquela por 10, o por 20, entonces van a entender lo que era vivir bajo una dictadura. Lo de las maras es un abuso; nosotros sufrimos el agravante y la situación indigna de que los cuerpos policiales represivos mataban a la gente por pensar”. – See more at: http://marcialteniarazon.org/blog/proceso-de-desarrollo-fortalecimiento-y-compromiso-revolucionario-del-erp#sthash.BHuLcMoD.dpuf

Apuntes de: “Crónicas para desmemorias de la Comandancia General”

Apuntes de: “Crónicas para desmemorias de la Comandancia General”

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Prefacio
¿Porqué una revolución a color?
Siempre me ha parecido en extremo difícil que la historia recoja con exactitud los hechos, el contexto y el peso de los personajes que la protagonizaron. Pienso que siempre hay pecados de omisión o veracidad, aun cuando se escriba como resultado de una rigurosa investigación histórica. Generalmente, los seres humanos nunca estamos de acuerdo ni siquiera con la lectura e interpretación de lo que está ocurriendo en el presente y, por lo general, damos por hecho o atribuimos a quienes están sometidos a la luz pública cosas que jamás han sido comprobadas, ni se sabrá nunca si fueron o no verdad.
En una ocasión, Hernán Vera, Maravilla, que gozaba de una poderosa narrativa, contaba con lujo de detalle en la cocina del campamento de la Comandancia en Morazán, los combates que él había cubierto con su cámara. Rolando Julián, uno de los jefes que había participado, le dijo: “Yo estaba allí, pero contado por vos suena mucho más emocionante”.
Escribir la historia del Sistema Radio Venceremos1 es, por lo tanto, una odisea. Este libro representa un esfuerzo en esa dirección, digno de reconocer, y es bueno escribirlo antes de que los que la vivimos perdamos la memoria o desaparezcamos del mapa sin dejar registro de lo que recordamos, lo cual, en todo caso, será lo que más se aproxime a la historia real.
Dicho lo anterior, agradezco a Gustavo Amaya su invitación a escribir algo para este libro, que recoge en forma testimonial la vivencia y lo que guardan en su memoria muchos de los que, al igual que se aprendió a combatir combatiendo, aprendieron a hacer comunicaciones comunicando, o de los que sabiendo algo hicieron de todo, empeñando su creatividad, su valentía, su audacia, su sentido del humor, su capacidad de agitar, conmover, motivar, moralizar, analizar o, dicho de otra manera, los que pusieron su empeño en hacer la guerra a través de las comunicaciones, hasta llevarla a buen término.
No todos los que participaron y dieron su aporte en las más diversas tareas de las comunicaciones dan su testimonio en este libro, pero es una recopilación bastante completa que hace honor al trabajo de todos. Da gusto que así sea, pues en la guerra aprendimos que nadie puede lograr nada solo. Por eso la solidaridad encontró su mejor lugar y momento en aquellas circunstancias. Se sabe que el que escribe lo hace desde su propia vivencia o perspectiva, pero muchos libros de los escritos hasta ahora sobre la guerra insurgente de El Salvador pecan en exceso de protagonismo, al punto tal que se vulnera su propia credibilidad.
Cuando uno recuerda la compleja organización del trabajo que existía en la guerra y la capacidad de los combatientes para identificar la importancia de las comunicaciones y el respeto y cariño que les tenían a quienes las hacían, reconociendo el valor del trabajo intelectual, concluye que, sin saberlo, hicimos un extraordinario ejercicio de trabajo en equipo.

¿Quiénes fueron los hombres y mujeres que desde el más impresionante y diverso quehacer colectivo hicieron posible aquel esfuerzo comunicacional? Aunque es imposible mencionarlos a todos, gracias a la recopilación que en una de sus partes presenta este libro, los nombres de casi todos quedan desde ahora registrados para la historia.
Micrófonos, guitarras, cámaras, lapiceros, papel, impresores, cintas, transmisores, enlaces y todo cuanto fuera necesario para que los comunicadores hicieran su trabajo, tuvieron en el ERP un tratamiento logístico sólo comparable al de las armas. También este libro recoge algunos testimonios de quienes desde las estructuras logísticas se arriesgaron e hicieron toda clase de artificios para que cada cosa estuviera en su lugar “justo a tiempo”.
Escribir o hablar del Sistema Radio Venceremos es referirse a un fenómeno comunicacional del que hay contadas experiencias en la historia de los movimientos guerrilleros. Es muy difícil que algo similar hubiera ocurrido fuera de aquel contexto histórico que vivía el país y fuera del seno del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las cinco y más grandes organizaciones del FMLN que, junto con el FSLN de Nicaragua y el M19 de Colombia, constituye en América Latina una de las tres guerrillas modernas, innovadoras y con identidad propia, que rompieron patrones en el orden comunicacional y de estrategia política y militar. El resto de insurgencias eran conservadoras o fueron derrotadas sin lograr transformaciones para sus países.
El ERP nació como una organización insurgente, rupturista respecto a la izquierda comunista y a las insurgencias conservadoras, que se concebía dando rumbo al desenlace de la “situación revolucionaria” que vivía el país. Esta definición, que ahora puede parecer simple, encerraba el nacimiento de una izquierda no aferrada a la ideología sino a la realidad, que en su momento usó el marxismo leninismo como herramienta para entender la situación que vivía el país, en este caso, la existencia de una crisis de poder. Esto último quedó reflejado en las primeras producciones teóricas escritas por Rafael Arce Zablah, El grano de oro y Fascismo y revolución, en 1975. Hubo otras elaboraciones igualmente importantes, entre ellas: ¿Es tu arma el voto?, escrita antes del fraude electoral de 1972, y un documento que dio base a las zonas de control que se convirtieron en retaguardias guerrilleras 2.
Así, los factores que explican el desarrollo del fenómeno comunicacional que tuvo lugar en el ERP se pueden resumir en las características del grupo original que lo fundó, en el contexto histórico que vivía el país, en la superación de las condiciones adversas del territorio para el surgimiento de una guerrilla y en las características y el papel de su liderazgo.

Los fundadores
Los integrantes del grupo original del ERP fueron expresión de las condiciones históricas que vivía el país. Ninguno de ellos procedía del Partido Comunista. No se declararon rebeldes por definición ideológica, más bien sus influencias respondían a las nuevas corrientes de izquierda que se manifestaban en otras partes del mundo. En su mayoría eran jóvenes de clase media, procedentes de organizaciones juveniles democratacristianas de la época, activos en las organizaciones estudiantiles universitarias, destacados por su alta calidad académica, con nexos con en el movimiento de Mayo del 683. En suma, un grupo que nació rompiendo con la izquierda ortodoxa plegada a Cuba y la Unión Soviética, lo que sin duda influyó en que después, como una manera de expresar su no alineamiento con esas corrientes, transitaran por momentos de proclamación y discurso prochinos.
Las ideas de este grupo sentaron las bases del pensamiento estratégico del ERP. La búsqueda de definiciones de corto plazo, la política de alianzas y la plataforma democrática de gobierno fueron ideas originadas en el grupo, al igual que las relaciones con sectores de la iglesia y con militares progresistas, con quienes se pretendía una definición de corto plazo por la vía del golpe de estado con apoyo insurreccional. El Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), que en aquel entonces representaba la más fuerte organización de “masas”, fue también resultado de la visión de este grupo, que concebía tal esfuerzo dentro de un planteamiento insurreccional. Con estas raíces en su pensamiento, es fácil comprender por qué el ERP no adoptó la estrategia de Guerra Popular Prolongada ni la búsqueda de la dictadura del proletariado. Los ejemplos de las FARC de Colombia y de la guerrilla de Guatemala, ambos de corriente conservadora, nos indican cuán importante fue el aporte que este grupo dejó al país, cuyo resultado, de haber seguido patrones conservadores, habría sido de derrota en pocos años.
A estos jóvenes que dieron origen al ERP poco se les menciona en la historia de la guerra civil y menos aún se les reconoce su papel en la construcción de un pensamiento sin el cual no habría sido posible ninguna definición de ruptura del militarismo y avance democrático para el país. Entre ellos: Alejandro Rivas Mira, el líder del grupo, cuestionado posteriormente por las circunstancias que rodearon su salida del ERP; Ricardo Sol; Lil Milagro Ramírez; Eduardo Sancho; Carlos Menjívar; Jorge Cáceres Prendes, y Fabio Castillo, prominente figura intelectual de la época, quien fungió como rector de la Universidad de El Salvador y fue candidato a la Presidencia de la República.

El contexto histórico

[Máxima dirigencia del ERP, entre los que se encuentra Joaquín Villalobos, al centro.]

Máxima dirigencia del ERP, entre los que se encuentra Joaquín Villalobos, al centro.

A comienzos de los 70 era un hecho la división de poder dentro del régimen dictatorial y dentro de la sociedad. Militares constitucionalistas conspirando al interior de la Fuerza Armada y alzándose contra el fraude electoral del 72; industriales y terratenientes divididos por el modelo económico a seguir; un sector de los militares, con el presidente Molina a la cabeza, promoviendo a la Unión Comunal Salvadoreña en apoyo al proyecto de reforma agraria; y otro, a la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), de corte fascista; la iglesia fraccionada entre conservadores y afectos a la teología de la liberación; creciente organización campesina motivada por las corrientes renovadoras de la iglesia; movilización de sectores medios procedentes del magisterio, de las universidades y de los institutos de educación media; y multitudinario arrastre popular del principal partido político de oposición, la Democracia Cristiana, y la coalición electoral de la cual formaba parte: la Unión Nacional Opositora (UNO).
El vacío de poder era claro y el agotamiento de la vía electoral como recurso para sustituir al régimen militar, también. No obstante, el Partido Comunista adversaba la lucha armada y la calificaba como una pretensión aventurera de grupos pequeño burgueses manipulados por la CIA. Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) ―que bajo el liderazgo de Salvador Cayetano Carpio se habían separado del Partido Comunista, no por razones ideológicas sino por razones de estrategia―, habían optado por la lucha armada, pero bajo el esquema de Guerra Popular Prolongada, es decir, bajo la lógica de preparase y acumular fuerzas para cambiar el sistema, indistintamente de lo que estuviera ocurriendo en la realidad del momento. Carpio mantenía su admiración y afinidad ideológica con la Unión Soviética, de hecho, la bandera de las FPL era una copia de la de aquel país, con la hoz y el martillo estampada sobre el lienzo rojo.
El ERP―que se nutría con nuevas incorporaciones, entre ellas, la del grupo de Rafael Arce Zablah y Joaquín Villalobos―, estaba en la lucha armada con la crisis de poder en la mira y con ideas de definición en el corto plazo, con enfoque de aprender la lucha guerrillera haciéndola y, no obstante su retórica radical, de trabajar en el plano de las más amplias alianzas, incluyendo a militares progresistas, y de construir un amplio movimiento popular capaz de conjugar fuerzas dentro de una estrategia insurreccional. Así, el ERP nace y se desarrolla pegado a la realidad, rompiendo esquemas y contraponiéndose a la izquierda tradicional y conservadora.

La lucha guerrillera contra todo pronóstico
El Salvador no era un lugar concebible para el nacimiento y desarrollo de una guerrilla. Con 21,000 kilómetros cuadrados de territorio; con la mayor densidad poblacional de América Latina; sin profundas montañas escabrosas; con una estructura administrativa de 14 departamentos y 262 municipios, todos accesibles; y con alrededor de 150,000 hombres entre cuerpos de seguridad, ORDEN4, patrullas del servicio territorial5 y ejército dislocados en todo el territorio, era muy difícil pensar que un movimiento insurgente tendría futuro. Y, en efecto, no cualquier estrategia podía ser exitosa. Los territorios de la guerrilla primero fueron conquistados políticamente a través de la organización campesina y luego fueron conquistados militarmente.
La ofensiva de enero de 1981 ocurrió tarde, cuando las condiciones insurreccionales habían pasado, luego del asesinato de Monseñor Romero y fuertes golpes a las organizaciones populares. No obstante, el ERP mantuvo un intenso debate con el Partido Comunista y las FPL para persuadirlos de la realización de la ofensiva. La RN6 estaba de acuerdo con dicha ofensiva, pero los resabios dejados por la división con el ERP impidieron que ambos conjuntaran fuerzas y recursos. Finalmente, el acompañamiento insurreccional de la población no se dio, pero el esfuerzo desembocó en la construcción de los frentes guerrilleros y en la conquista militar de los territorios. No hubo victoria insurreccional, pero nadie puede negar que aquella ofensiva sentó las bases de la guerra civil que se prolongó por más de una década.

El papel del liderazgo
Existe una discusión acerca de si es el contexto histórico o el liderazgo lo que determina el curso de los acontecimientos y se puede decir que son ambos, pues un dirigente, fuera de la oportunidad que ofrecen las circunstancias, no es nada, mientras, estas últimas sin un liderazgo, no conducen por sí mismas a resultados. Quienes tienen madera para ser líderes, son empujados por las circunstancias y ese es el caso de Joaquín Villalobos quien, después de Rivas Mira, asumió el liderazgo del ERP en 1977.
Joaquín no era un hombre previsible. Era rupturista de esquemas, heredero del pensamiento del grupo original del ERP y con mucha visión de futuro. Fue jefe de un contingente con el que guardaba grandes afinidades y resulta lógico pensar que eso obedecía a que, en el camino de la construcción de una organización, desde el liderazgo se va transmitiendo un estilo y se va creando una cultura capaz de atraer a determinado tipo de gente que se acopla, por lo general, perfectamente con ella.
No creo posible el desarrollo del fenómeno comunicacional que tuvo lugar dentro del ERP sin el liderazgo de Joaquín. En su pensamiento, el efecto comunicacional en los diferentes planos de la estrategia tenía una importancia de primer orden. Para él era inconcebible una operación armada sin su correspondiente efecto mediático. Mantuvo la idea de llevar a cabo operaciones simultáneas para comunicar fuerza desde la época de la guerrilla urbana hasta las ofensivas que, finalmente, dieron lugar al cambio en la correlación de fuerzas que hicieron posible la firma de los Acuerdos de Paz. Un hecho que sintetiza a cabalidad su visión fue la operación contra el helicóptero en el que el coronel Domingo Monterrosa, 7 junto a otros altos mandos militares, intentaban sacar de Morazán su supuesto trofeo de guerra: el transmisor de la Radio Venceremos. En esta operación, en la que murieron todos los tripulantes, se mezclaron tanto la habilidad táctica y de inteligencia en su diseño, como la tremenda obsesión del coronel por acabar con la Radio Venceremos, e incluso, el uso de esta última dentro de la estratagema, lo cual implicó silenciarla para hacerle creer que en efecto había capturado el transmisor.
El enfoque estratégico que Joaquín le imprimió a las comunicaciones fue lo que permitió articular los recursos humanos, logísticos y creativos necesarios. Pero no se limitó al plano estratégico: incursionaba en lo concreto y lo hacía trabajando en equipo. Las ideas tenían su recorrido antes de concretarse. Podía comenzar la discusión con sus compañeros de dirección o simplemente ir a parar con el equipo de producción de la Radio Venceremos para discutir un editorial, una transmisión que debía acoplarse justo al inicio de una operación militar o la producción de una “novelita”, espacio de sátira tan preciado por todos durante la guerra. Los comunicadores fueron siempre parte de su equipo de trabajo, por eso, durante la guerra, la Comandancia y Radio Venceremos compartieron siempre campamento y, por eso mismo, cuando se abrió el esfuerzo negociador, Joaquín salió de Morazán para Nicaragua con todo y el equipo de producción de la Radio Venceremos.
En la visión de Joaquín era pecado aburrir a la gente. Las comunicaciones debían atraerla y cautivarla, debían motivar la moral de combate de los guerrilleros, legitimar la lucha frente a propios y terceros, y, por supuesto, desestabilizar al “enemigo”. Quizás esto explique por qué en la férrea etapa de la lucha clandestina en las ciudades, en vez de usar capuchas se optó por mostrar fotografías con rostros que conectaran con la gente; por qué en el programa de Radio Venceremos que acompañó la ofensiva del 89 sonó “El submarino amarillo” de Los Beatles, o por qué la sátira radial estuvo acompañando siempre las debilidades y los peores momentos del “enemigo”.
El ERP fue la organización militarmente más combativa, la políticamente más flexible, la comunicacionalmente más creativa y la que le apostó a la paz sin ánimo de revancha. Es posible concluir entonces que el Sistema Radio Venceremos hizo una revolución en color que sólo pudo tener vida en aquel contexto de la historia y dentro de aquella organización rupturista, joven, innovadora y bien liderada para la que el drama de la guerra se conjugó con la alegría, el entusiasmo y el ánimo de conquistar un país mejor. El llanto, el odio, la venganza, el resentimiento y la victimización que dominaban la cultura de la izquierda latinoamericana, y en parte de la salvadoreña, no marcaron el pensamiento ni la actuación del ERP. Aquellos personajes que dirigieron o apoyaron la dirección del esfuerzo eran hijos bien nacidos dentro del ERP. Quien quiera encontrar un “cuadrado”8 entre ellos, fracasa aún hoy en día; y aquellos que materializaron cada fotografía, cada milímetro de videocintas, cada película editada, cada revista, cada afiche, cada texto, cada programa radial, cada teatrillo, cada canción se cuentan entre los seres afortunados de este país que pudieron vivir, crear y dar el mejor de sus esfuerzos dentro de una amplia posada que se dio en llamar ERP. No miento si digo que muchos de ellos, por “locos”, por irreverentes o por ingeniosos, habrían sido expulsados―para hablar del castigo menor―, dentro de otra organización de estrechos y rígidos marcos ideológicos. En el ERP todos ellos no sólo no corrieron riesgos sino que, por el contrario, nadaron como pez en el agua, fueron queridos, reconocidos y respetados, y se constituyeron en personajes históricos.
Es un honor para todos dejar un legado histórico que ayude al país a mirar hacia atrás para construir un mejor futuro; generaciones venideras sabrán y aprenderán de la épica lucha que transformó a El Salvador recreándose en las miles de fotografías, en los centenares de programas radiales grabados, en las películas producidas ―algunas de ellas merecidamente galardonadas―, en las revistas, en la canción, en los artículos y polémicos ensayos, en fin, en una historia que se pensó en su momento, y muy bien, debía ser comunicada en vivo, en blanco y negro, y en colores.

Mercedes del Carmen Letona, Luisa

1. El surgimiento de una guerrilla
1.1. Orígenes del PRS-ERP
El 2 de marzo de 1972 es una fecha que tiene una doble implicación: En primer lugar, se trató de una acción militar —la “recuperación” de armamento de manos de elementos de la Guardia Nacional frente al Hospital Bloom de San Salvador por un comando del PRS-ERP—, que fue, a su vez, la primera acción pública de un grupo guerrillero en El Salvador. A partir de ese entonces, se dejaba asentado que había guerrilla en El Salvador. Semanas después, el otro grupo guerrillero existente en ese momento, las FPL, harían también su aparición en la escena pública.
En segundo lugar, la acción del Hospital Bloom fue diseñada cuidadosamente para que tuviera un impacto mediático. Los miembros del comando no se limitaron a hacer la acción militar en sentido estricto, sino que dejaron regadas copias del Comunicado número 1 del PRS-ERP, un texto sumamente breve, con consignas como “¡La paz para los ricos ha terminado! ¡La guerra de los pobres ha comenzado!”. Era el aldabonazo que anunciaba el inicio de un nuevo momento histórico en el país, cuya culminación sería la guerra que terminaría dos décadas más tarde. La modalidad de la acción citada es una síntesis de la concepción del ERP sobre la lucha político-militar: toda acción militar debe tener impacto político y ello sólo se garantiza en la medida en que esté asegurado el impacto mediático.
El 2 de marzo de 1972 no es, rigurosamente, la fecha de fundación del PRS-ERP. Los orígenes de la organización se remontan hasta la década de 1960. Podemos identificar varias vertientes político-militares que convergieron en el objetivo común de llevar a cabo la lucha armada, desmarcándose tanto de la estrategia electoral del Partido Comunista, como de la concepción de “guerra popular prolongada”, que tomó cuerpo en las Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Estas vertientes son El Grupo, integrado por elementos radicalizados de la democracia cristiana (y que fueron los responsables de la acción del 2 de marzo de 1972); un grupo de estudiantes de Áreas Comunes de la Universidad de El Salvador (UES) que formó los Comandos Organizadores del Pueblo (COP); un colectivo de militantes que procedía de la Juventud Comunista, y un grupo identificado como Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT).
El Grupo. La operación del 2 de marzo se da después del fraude electoral del partido oficial contra la Unión Nacional Opositora (UNO), alianza electoral integrada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) que contaba con el más amplio respaldo popular, el socialdemócrata Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), y la Unión Democrática Nacionalista (UDN), frente abierto del Partido Comunista de El Salvador (PCS). La requisa de armas a los guardias del Bloom era una de dos operaciones que tendrían lugar en la misma fecha y hora contra distintos objetivos, pero una se frustró. No obstante, en el plan se manifestó por primera vez lo que en adelante se constituiría en parte esencial de la doctrina militar del ERP – la simultaneidad de las operaciones – orientada a producir un impacto político y mediático superior.
La operación desató la más brutal campaña de persecución que se haya conocido en la historia de la guerra. La fotografía de Carlos Menjívar, quien tuvo a su cargo la operación, apareció en afiches pegados a los postes de alumbrado eléctrico y se mantuvo en los periódicos por varios días. Eduardo Sancho, en Veredas de la audacia, afirma que “el grupo que participó en la acción del hospital llevaba como jefe a Carlos Menjívar (caído ese año a causa de una explosión accidental, muriendo en el Hospital Militar), el maestro Gilberto Orellana y el poeta Alfonso Hernández ‘Gonzalo’ (ambos caídos también) y una ex compañera de seudónimo ‘Julia”. 9
La operación del Bloom fue responsabilidad de El Grupo, tal como se les conocía a quienes lideraban la organización que en aquel momento nacía a la vida pública con el nombre de Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Sus integrantes, encabezados por Alejandro Rivas Mira, fueron Jorge Cáceres Prendes, Ricardo Sol, Lil Milagro Ramírez, Eduardo Sancho y otros cuadros que procedían de la Democracia Cristiana. En palabras de Mercedes del Carmen Letona “eran jóvenes de la más alta calidad intelectual, destacados por su nivel de desempeño académico, con referentes alejados de la corriente comunista tradicional y más bien influenciados por movimientos como el de Mayo 68 y los chinos”. También estuvo vinculado a El Grupo el médico Fabio Castillo10 , un intelectual de izquierda que había sido candidato a la presidencia de la república por el Partido Acción Renovadora (PAR) —frente electoral en el que actuaba el PCS— en las elecciones de 1966 y rector de la Universidad de El Salvador entre 1963-1967. Durante la guerra honduro-salvadoreña, Castillo fue una de las pocas voces que, dentro de la izquierda legal, manifestó abiertamente su rechazo a apoyar al gobierno salvadoreño en su aventura militar contra el país vecino. “Algunos de ellos habían viajado a Chile y Uruguay y se habían nutrido del pensamiento revolucionario del sur”, explica Jorge González, Rodrigo, uno de los fundadores del ERP.
La requisa de los fusiles a los guardias nacionales del Bloom, que fue la primera operación armada realizada por un grupo guerrillero en El Salvador, fue reivindicada mediante un comunicado que proclamaba “El poder nace del fusil”, y su consigna final era “La paz de los ricos ha terminado, la guerra del pueblo ha comenzado”. El mensaje político después del fraude electoral era fuerte y claro; y la primera frase y otras más invocaban el pensamiento de Mao Tse –Tung, en contraposición a la línea política de la Unión Soviética.
Poco se habla de los integrantes de El Grupo, pero en realidad representan la raíz de un pensamiento que propició el ambiente para captar entre sus filas a jóvenes capaces de construir una fuerte organización alejada de la ortodoxia. El Grupo heredó las ideas de búsqueda de la definición de la toma del poder en el corto plazo y heredaron una estrategia de alianzas con los más diversos sectores, entre ellos militares constitucionalistas a quienes se les veía como factores clave, articulados dentro de una estrategia insurreccional. Esas ideas cuajaron en la creación del Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), que en aquel entonces representaba la más amplia organización popular nacida como frente abierto del ERP y que luego de la escisión del 75 quedó conducido por la RN. De igual manera, estas concepciones de El Grupo dieron origen a los planteamientos de conformar el Gobierno de Amplia Participación. Con esa línea de pensamiento, muy pegada a las ideas de actuar en la coyuntura en la búsqueda de definiciones, la vocación comunicacional era inherente a la acción y sus formas muy diversas. Alejandro Rivas Mira había estado becado en la República Federal Alemana. Fue primer ingreso a la UES cuando entró a estudiar, al igual que Rafael Arce Zablah. Primer ingreso quiere decir que fueron estudiantes destacados en bachillerato —se dice que Rivas Mira fue Primer Bachiller de la República— y que entraban automáticamente a la universidad, la cual tenía requisitos de ingreso muy estrictos.
Alejandro era de la dirección del movimiento estudiantil de Mayo del 68, con Daniel Cohn-Bendit —dice Rodrigo—. El valor de su grupo es [que trasladó a El Salvador] el tipo de debate de la izquierda europea de aquel momento. […] Se va desarrollando un concepto, una forma de analizar las cosas. Incluso, en las escuelas políticas nuestras, la formación era a partir del debate político, no a partir de un panfleto que hubiera que memorizarse.
Esto, según Rodrigo, habría originado un estilo de análisis y de trabajo que procuraba “buscar acuerdos políticos”, a través de la discusión, dejando de lado “la discusión ideológica”, que, a su juicio, origina callejones sin salida por cuanto cada cual sostiene sus principios ideológicos y los defiende como sea. Algo de esto haría falta en varios momentos de la historia política que vendrían posteriormente.
Los Comandos Organizadores del Pueblo (COP). A fines de la década, se había formado en la Universidad de El Salvador el llamado Comité de Representantes de Áreas Comunes (CRAC), en el que estaban Rafael Arce Zablah y Joaquín Villalobos. Se debatía en el ambiente el tema de la reforma universitaria “que sería financiada por la USAID”, lo que provocaba recelos en algunos sectores. En la UES había representantes de toda la izquierda, armada o legal. Estaban estudiantes como Felipe y Virginia Peña. El CRAC comienza a debatir la posibilidad de actuar políticamente fuera de la universidad. Rodrigo narra: “Empezamos a vincularnos muy fuerte a organizaciones campesinas en aquella época. Empezamos a organizar jornadas de capacitación con ellos sobre la realidad nacional, y convocábamos a dirigentes campesinos. Nos ayudaron en esto muchos sacerdotes progresistas”, lo que permitió la vinculación de los estudiantes con las organizaciones campesinas, relacionadas, en sus orígenes, con el trabajo pastoral. El interés de los sacerdotes era que los estudiantes les dieran formación a los dirigentes campesinos. Rodrigo explica que partieron del método pedagógico de Paulo Freire, de educación participativa, “el cual va a la raíz de los problemas siempre”.11 El método estaba muy en boga en ese entonces. “Los campesinos salían enojadísimos. ‘Esto es lo que nos están haciendo’, decían. Salían impactados de las capacitaciones […] De esta manera, hicimos mucho trabajo político con campesinos en Opico. Ahí estaba el padre [Alfonso] Navarro como párroco —después lo asesinaron—; en Suchitoto, con los curas Alas”.12
Rodrigo afirma que desde ese momento mantuvo un vínculo con las comunidades campesinas con las que trabajaba —Opico, Suchitoto y San Miguel—. En esas capacitaciones participaban los hermanos Peña, Villalobos y Arce Zablah, así como el propio Rodrigo. En este momento, asegura, aún no estaban vinculados con las que serían sus futuras organizaciones —las FPL y el ERP—. Este es el momento del origen de las organizaciones político-militares salvadoreñas.
Esta generación de jóvenes universitarios también participó en el debate más importante de la izquierda latinoamericana en el siglo XX: el debate sobre la vía de la revolución. Una influencia importante para el rumbo que tomarían muchos de estos jóvenes provino de un grupo de profesores argentinos, exilados políticos, que vinieron a El Salvador a dar clases en la universidad. Se trataba de Daniel Slutzky, su esposa, Esther Alonso, y Jacobo Waiserfield. 13
Slutzky vino a El Salvador en 1967, invitado por el entonces rector, Fabio Castillo. Según el sociólogo argentino: “Yo, en la época de ‘los bastones largos’ en el 67 con la dictadura de Onganía ya había salido al extranjero, había estado en Centroamérica, había sido director de un Departamento de Ciencias Sociales, o sea había trabajado ya en El Salvador como director del Departamento de Ciencias Sociales del año 1967 al año 1971”. 14
La historia personal de Slutzky —autor de La guerra inútil, estudio socio-económico de la guerra honduro-salvadoreña de 1969— está marcada por las épocas de horror de las dictaduras de su país. El sociólogo fue secuestrado por las fuerzas militares argentinas con su esposa Esther Alonso del 19 de octubre al 5 de noviembre de 1976. También padeció la desaparición forzada de su hermano Leonardo, a principios de la dictadura de la Junta Militar encabezada por el general Videla, el 22 de junio de 1977. 15 Un contingente de “fuerzas especiales” irrumpió en su vivienda en La Plata y lo secuestró. Fue torturado en el centro de detención La Cacha, por un agente policial identificado como El Oso. Leonardo era médico y años atrás militó en la guerrilla peronista. Para el momento en que lo secuestraron, ya no tenía nexos con Montoneros, pero en el clima de persecución generalizada que se instauró en la Argentina a partir del 24 de marzo de 1976 —fecha en que inicia el llamado proceso, esto es, la dictadura militar que se prolongó hasta 1983—, se persigue a toda aquella persona sospechosa de tener el menor vínculo o la menos simpatía con los grupos armados de izquierda —que para esa fecha habían entrado a una fase de recesión.
Fue médico de un movimiento —dice Slutzky sobre su hermano desaparecido—que no llegó a ser un movimiento armado pero pretendía ser un movimiento armado en los años 67, conocido acá en la Argentina como el grupo de Taco Ralo que en la zona de Tucumán se estaba preparando, pero no llegó a tirar ni un tiro, él era el médico de ese grupo, no era un militante armado, por eso este grupo cayó y estuvo preso él del 67 al 71. No salió con la amnistía, salió incluso antes de la amnistía que dio el gobierno de Cámpora. Lo que sí quiero recalcar es que al momento de la desaparición él no tenía ninguna militancia, había pasado unos cuantos años en la cárcel, estaba dedicado a su trabajo de médico y con mucho apego a sus hijos que él no había podido ver, bueno lo íbamos a ver ya que estaba preso en la Unidad N°9 varios años. Pero estaba dedicado a su tarea de médico y a su vida familiar. 16
De vuelta a El Salvador a principios de los 70, las enseñanzas de estos maestros argentinos influyeron de manera muy importante a los dirigentes universitarios. “Nosotros nos nutrimos de muchas influencias”, rememora Rodrigo, quien narra cómo por la Universidad de El Salvador, pasaron activistas, dirigentes o cuadros intelectuales de movimientos mexicanos, colombianos, brasileños —como Theotonio dos Santos, el autor de la Teoría de la dependencia. La discusión con estos elementos les permitió tener una perspectiva más amplia de la problemática que estaban enfrentando. También recuerda, por ejemplo, haber sostenido una discusión prolongada con un militante mexicano, Ignacio Salas Obregón, cuyos orígenes políticos se remontan a Los Procesos, grupo cristiano radicalizado que participó en la lucha armada en su país. Salas Obregón perteneció al grupo armado llamado Liga Comunista 23 de Septiembre, a principios de la década. De vuelta a México, fue capturado por la policía el 25 de abril de 1974 y asesinado en el cautiverio.
El grupo procedente del CRAC, según el testimonio de Rodrigo, se vinculó con una organización venezolana, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pertenecientes al Partido de la Revolución Venezolana (PRV), dirigido por Douglas Bravo. A juicio de Mercedes del Carmen Letona (Luisa), el nexo con el PRV lo hizo Alejandro Rivas Mira cuando se encontraba en Europa, donde conoció precisamente a Alí Rodríguez. En todo caso, este vínculo con Venezuela sería fundamental para la historia que se relatará en estas páginas. En la concepción insurreccionalista del ERP influyeron mucho las ideas de Rivas Mira y del planteamiento del PRV, que incluía una línea de “conspiración con el ejército […] para pegar un golpe y pasar a un proceso insurreccional a corto plazo”.
Otro nexo importante fue con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Guatemala, con la cual el ERP llevaría a cabo acciones conjuntas en ese país y en El Salvador. Esta agrupación, originalmente proveniente del CRAC, se denominaría Comandos Organizadores del Pueblo (COP).
El núcleo de los COP discutía, pues, con gente de primera línea. “Nosotros no nos formamos con Carlos Marx y Engels, ni con panfletos” —sostiene Rodrigo — “sino a partir de un debate muy fuerte con los movimientos de izquierda más avanzados del continente, de finales del 60 y principios del 70. Para el 70 ya estábamos bien claros de que no había otra alternativa. Nos dijimos: Hay que ver cómo salimos de este compromiso. Las discusiones se generan con la gente más cercana, en este caso, Villalobos, Arce y yo. Había otro compañero, Carlos Solórzano, en esos orígenes. Y luego integramos a otros muchachos en ese núcleo original, ya tomando la opción de la lucha armada”. 17
El núcleo inicial estable de los COP eran Arce Zablah, Rodrigo, Solórzano y Villalobos. A finales de 1970, Solórzano entabló vínculos con un grupo que tenía planteamientos similares, el de Alejandro Rivas Mira. Paralelamente, Felipe Peña y Cayetano Carpio ya estaban estructurando lo que devendría en las FPL.
Solórzano propuso la idea de dialogar con El Grupo. Las conversaciones tuvieron como resultado la integración de ambos agrupamientos.
Además de El Grupo y los COP, había otras dos agrupaciones que integraron el ERP, las cuales, al igual que las demás, conservaban su dirección y sus estructuras propias. Una de estas provenía de las filas del Partido Comunista y estaba dirigida por Vladimir Rogel, El Seco Humberto. En su grupo están Jorge Meléndez, Jonás; Sonia Aguiñada, Galia, y Alejandro Montenegro, Fox. Era un grupo de jóvenes muy radicalizados.
Aquí, el doctor Fabio Castillo jugó, al igual que en otras coyunturas históricas importantes, un papel clave. El grupo encabezado por éste, llamado Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT), que estaba integrado también por María Marta Valladares, conocida como Nidia Díaz, y Francisco Jovel, conocido como Roberto Roca, se desligó del ERP en poco tiempo para formar más adelante el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC).
Hubo una separación momentánea entre El Grupo y los COP. Los COP redactaron un documento —“en el auditorio de Biología”, de la Universidad de El Salvador, especifica Rodrigo—, en el cual manifestaban su desacuerdo con ciertas operaciones militares efectuadas por el grupo de Rivas Mira, con lo cual decidían separarse, pero manteniendo la comunicación entre ambas agrupaciones. Una de las operaciones con las que discrepaban los COP con El Grupo fue el secuestro y ajusticiamiento de Ernesto Regalado Dueñas, el 20 de febrero de 1971. Sobre el particular, recuerda un amigo cercano de Regalado, el escritor David Escobar Galindo:
Ernesto Regalado Dueñas, secuestrado el 11 de febrero, apareció, asesinado, en las primeras horas del viernes 20 de febrero, cerca de la finca El Tazumal, en la calle a San Antonio Abad. Al día siguiente, el General Fidel Torres dio los nombres de los presuntos asesinos: los estudiantes Guillermo Aldana y Carlos A. Menjívar y alguien ´que huyó esposado´. Por su parte, Radio Habana, en un comunicado del 23 de febrero, dijo que los autores son ´jóvenes pertenecientes al Movimiento Social Cristiano, rama izquierdista del Partido Demócrata Cristiano, y miembros del Partido Comunista Salvadoreño, en una acción conjunta´. Se trataba de lo que después fue conocido como El Grupo, antecedente del Ejército Revolucionario del Pueblo. 18
Esta acción tuvo resultados negativos en contra de El Grupo, al cual “le capturaron casi a la mayoría de la gente”, dice el testimoniante y agrega que “otros se fueron y básicamente se quedó Rivas Mira con otro par de gentes”.
Por su parte, el COP siguió debatiendo sobre el tema de la vía de la revolución, en virtud de lo cual “se escribió un documento contundente contra la vía electoral, ¿Es tu arma el voto?”,19 en contra de las posturas mantenidas por el Partido Comunista de El Salvador (PCS). “Este documento es buenísimo, demoledor contra los procesos electorales”, añade.
Ambas agrupaciones se reunificaron a principios de 1973. En el ínterin, Rodrigo afirma haber mantenido el trabajo político en la zona oriental: “Llegué a tener un vínculo estrecho con dirigentes campesinos de oriente y nunca lo abandoné. Cuando volvemos a unificarnos con El Grupo, nos dividimos el trabajo”. En la estructura de los COP, señala, Villalobos quedó a cargo del trabajo en la capital, mientras que Arce Zablah se fue hacia Guatemala y él se fue hacia la zona oriental. Este relato se contrasta con aquellas versiones que indican que quien empezó el trabajo organizativo en dicha área geográfica fue Rafael Arce Zablah. Acerca de esos primeros esfuerzos organizativos del PRS-ERP, apunta Rodrigo:
Me eché mi mochila al hombro. Mi mochila era como uno de esos tambachitos que ocupaba Tom Sawyer, que agarraba un pañuelo, echa un calzoncillo, unos calcetines, un pantalón y le hace nudo. Así me fui. Yo había mantenido el trabajo en oriente, pero me instalé ahí el 31 de diciembre de 1972. Instalé una estructura pequeña y me empecé a vincular con la gente nuestra, que eran dirigentes campesinos importantes y comencé a armar una estructura en oriente. Lo importante es que mi vínculo fue con dirigentes campesinos muy respetados. Uno de ellos, Reynaldo Zelaya, murió el 75 en Usulután; al Chelito Gonzalo —comandante Gonzalo— yo lo recluté; al Negro Julio; Balta trabajó conmigo en oriente. Carmelo también era dirigente campesino. 20
En 1974 ya había una estructura militar operando en el este del país. El trabajo organizativo se extendió a San Miguel y La Unión. Un dirigente al que Rodrigo conoció en Santa Rosa de Lima lo vinculó a un poblado fronterizo entre el departamento de La Unión y Morazán. El contacto era Carmelo, muerto en la ofensiva de 1989. Del cantón Copetillo, en el norte de La Unión, el trabajo del ERP se extendió a Morazán, donde se contactaron con el sacerdote Miguel Ventura, “quien nos dio un apoyo extraordinario”.
Según el relato de Jorge González, Rafael Arce Zablah llegó más adelante, a oriente, donde encontró una estructura en marcha. “Ya habíamos penetrado en Morazán y teníamos actividad en San Miguel y Usulután”, 21 hacia fines de 1974. Explica que él fue asignado para irse a formar política y militarmente a Cuba. En su ausencia, Arce Zablah tomó la conducción del trabajo organizativo en Morazán. Durante su estancia en Cuba, se dio la muerte de Roque Dalton al interior de la organización.
A partir de ese momento, el ERP estaba conformado únicamente por las agrupaciones encabezadas, respectivamente, por Villalobos, Rogel y Rivas Mira. Una agrupación cercana a Dalton, donde estaban Lil Milagro Ramírez y Eduardo Sancho, se había escindido tras la ejecución del primero y conformó la Resistencia Nacional. La ORT se había separado anteriormente. Un año más tarde, en 1976, se convertiría en el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC). Esto último, sumado a las críticas del ERP a las concepciones soviéticas, produjo el acercamiento de la organización al Partido Comunista Chino. “Ya los venezolanos tenían relaciones con ellos; entonces se nos facilita el vínculo con los chinos”, afirma Rodrigo.
En 1975, cae Rafael Arce Zablah en la primera toma que hizo el ERP de un poblado, en El Carmen, La Unión. Arce, cuyo legado teórico, según el entrevistado, está concentrado en dos de sus escritos, El grano de oro, el cual es un análisis de la estructura económica salvadoreña, y Fascismo y revolución en El Salvador, donde plantea que el modelo económico implantado por las élites en 1970 —el modelo de diversificación de importaciones y de potenciación del turismo—, demandaba la creación de un estado fascista.
En el contexto de la búsqueda de contactos con China, el ERP tenía planeado el viaje a Pekín de una delegación integrada por Arce Zablah y Rogel para fines de 1975, pero fue aplazado por la muerte del primero. Quienes viajaron fueron Vladimir Rogel y Mario Chamagua (Chemo) y el acercamiento se concreta. Sobre la historia de las relaciones con Pekín, profundiza Jorge González, Rodrigo:
La recepción (del Partido Comunista Chino a la delegación del ERP) fue cálida, porque en esa época había un fuerte enfrentamiento ideológico y político entre los chinos y los rusos. Para los chinos, cualquier movimiento revolucionario que se les acercara, era bienvenido. La recepción que se nos hace es muy alta. Nos recibe gente de muy alto nivel. Yo le di seguimiento a esta relación, porque el punto de contacto era México. Yo viajaba frecuentemente a México para intercambiar informaciones con ellos, más o menos cada ocho meses, cada año. Hubo una relación fluida con ellos. Después fueron otras delegaciones a China para mantener esa relación.
Los años posteriores a la muerte de Dalton fueron bastante complicados. Empiezan con la búsqueda de ese respaldo político internacional con China y una reestructuración y reorganización internas del partido, del ERP. Y es después de eso que se crea el Partido de la Revolución Salvadoreña, como estructura política, y el ERP queda como estructura militar. A partir del 76 se establece una línea de recuperación económica para poder sostener y darle continuidad a la guerra.22
“Entre 1976 y 1978 se dan varias actividades militares de recuperación económica”, dice el entrevistado. Esto incluye secuestros, asaltos a bancos, etc. para financiar “la guerra a gran escala”.23 Se fortalece la guerrilla urbana, se da un proceso de expansión en el oriente del país y se busca fortalecer la organización en la zona occidental. En esta zona “se llegó a crear una fuerza grande”, hacia 1977.
Hay una disputa por el poder en el seno de la organización, entre los agrupamientos de Vladimir Rogel y el COP. Un elemento decisivo para dirimir hacia qué lado se inclinaría la balanza, explica Rodrigo, era la capacidad militar, y la toma de El Carmen, donde murió Arce Zablah, estuvo dentro de este contexto, “para dar una demostración de fuerza [a nivel interno] del agrupamiento nuestro”. La toma de El Carmen había sido una operación grande: la toma de un poblado entero, con el aniquilamiento de las fuerzas enemigas —Guardia Nacional y la paramilitar ORDEN—, que dio pie a operaciones similares. Con dicha acción militar, “el grupo nuestro adquirió más preponderancia”, en desmedro del agrupamiento de Rogel.
Este último, dice Rodrigo, “estaba loco. Estaba enfermo de la cabeza. Era muy aguerrido y violento. Cuando viajamos juntos, lo terminé conociendo. Lo observé mucho y les advertí a los compañeros que él estaba ‘para otro lado’”.
La dirección inicial del ERP tenía una conducción “única y bastante sólida”, en palabras de Jorge Meléndez, Jonás. Esta conducción estaba integrada por “gente más vieja que nosotros —relativamente: andaban por los 30 años y la mayoría de nosotros andaba, los más viejos, por los 20 — […] y un grupo de… no sé si [llamarlos] intelectuales: un grupo de muchachos de la clase media del país, la que se combinó [para formar la primera dirección del ERP] y estos tenían bien definidos sus criterios. Los demás éramos gente de base o cuadros intermedios”. 24 Esto se dio durante un período difícil dentro de la organización. Se trataba de “un momento de dispersión e inactividad de la estructura”, en palabras de Luisa, durante el cual cayeron presos Ana Guadalupe Martínez y Marcelo. Este último delató la ubicación de varias casas de seguridad de la organización. A ello se sumó la falta de recursos económicos. En este marco, según las palabras de Jorge Meléndez, los cuadros más jóvenes vieron en las publicaciones de la organización “un elemento esclarecedor incluso para nosotros mismos”, dado que “la construcción de pensamiento [en el seno del PRS-ERP] era [producto de] una discusión bastante amplia […] Uno lee ahora esos textos y se ve que son interesantes, aunque tengan pensamientos que no son tan elaborados, pero tienen una discusión sobre la realidad del país y no la exposición de una doctrina, digamos”. 25
Fue un período difícil, donde todos los miembros del ERP se ocultaron en casas de seguridad. Casi no salían a la calle. Gustavo Amaya, el Seco Gustavo, cuenta que les daban un colón con 25 centavos diarios [0.14 USD] para su alimentación y que todo lo que tenían que hacer era aguardar a que en algún momento la dirección diera órdenes para activar nuevamente.
Un esfuerzo por superar la situación arriba descrita fue el secuestro de Roberto Poma, en 1977, para presionar por la liberación de Ana Guadalupe Martínez y Marcelo. Poma fue muerto porque, según se maneja, opuso resistencia durante su traslado a la casa de seguridad donde se encontraba recluido. Se afirma que el guerrillero que estaba a cargo de su traslado, decidió darle un tiro para inmovilizarlo, pero que el tiro le atravesó los órganos internos, generándole una peritonitis aguda. Llevaron médicos al lugar, pero necesitaba las instalaciones de un hospital. En pocos días, Poma falleció. El dato se mantuvo oculto a los familiares hasta que Martínez fuera liberada y conducida a Argelia.

1.2. Una organización de masas con carácter insurreccional
Después de ese momento crítico, el ERP pasó a una nueva etapa. En palabras de Rodrigo: “Del 76 al 79 se desarrollaron la organización militar y las Ligas Populares 28 de Febrero, como un movimiento de masas. La captación de fondos era el principal problema para avanzar la guerra.”
La estrategia militar nuestra siempre fue la insurrección popular y la organización de masas que concebíamos, los Comités Militares y las Ligas Populares, iba en función de eso: en tratar de conseguir una posición política que pudiera llevar a un proceso insurreccional; siempre mantuvimos un trabajo conspirativo cercano al ejército. Ahí surgen las relaciones con Mena Sandoval, Marcelo Cruz Cruz, Bruno Navarrete,26 que eran oficiales del ejército que terminaron vinculándose a nosotros.27
Entre 1977 y 1978, el ERP decidió entablar un diálogo con Monseñor Romero para buscar acercamientos:28
(Monseñor Romero) era una persona realmente extraordinaria. Platicamos ahí donde lo mataron (en el hospital para personas enfermas de cáncer de la Divina Providencia). Tenía una salita y un cuartito pequeño. Estuvimos hablando un buen rato. Creo que lo menciona en su diario. Quedamos en seguir conversando. Le ofrecimos seguridad, un motorista y alguien que lo acompañara, porque su vida corría peligro. ‘No’, respondió. ‘Yo voy a andar igual que siempre. Ahí Dios va a decidir por mí’. No aceptó ningún tipo de protección. 29

1.3. Las comunicaciones como un campo de batalla política
Un elemento clave en la estrategia político-militar del ERP, que caracterizó a esta organización desde sus inicios, fue el papel estratégico que se le asignó a las comunicaciones. Es cierto que las organizaciones de izquierda existentes hasta entonces (PCS, fundado en 1930; FPL, surgida en 1970) tenían también esfuerzos comunicacionales. El PCS publicó durante los años 70 los periódicos Voz Popular y Tribuna Popular. Las FPL tenía a su cargo la publicación de El Rebelde, Estrella Roja y Juventud Rebelde. Más adelante, surgirían Por la Causa Proletaria, de la Resistencia Nacional (RN, surgida en 1975 como escisión del ERP), y los órganos de divulgación del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC, surgido hacia 1976), Posición Revolucionaria y Militante Centroamericano. Lo característico del ERP fue convertir a la propaganda en un elemento estratégico de su concepción de lucha armada. De ahí que su primera acción militar buscara (y lograra) tener un impacto propagandístico.
Este tipo de concepción se puede rastrear en diferentes experiencias de organizaciones político-militares. Así, por ejemplo, en la guerra de Vietnam (1964-1975) se acuñó el concepto de “propaganda armada”, que vinculaba las acciones armadas del Frente de Liberación Nacional a objetivos políticos y propagandísticos precisos. En un análisis hecho desde una perspectiva de derecha, como el interesante trabajo del chileno César Hidalgo, Teoría y práctica de la propaganda contemporánea, se define el concepto de propaganda armada como “[…] la ejecución de acciones propagandísticas que suponen una planificación y elementos bélicos” 30.
La propaganda armada tenía una finalidad política. Perseguía varias cosas: darle una presencia pública a los movimientos insurgentes, haciéndose sentir entre la población, motivando, incluso, la incorporación de la misma a sus filas; servir como elemento de guerra psicológica hacia las fuerzas enemigas y, sobre todo, causar un impacto político con cada acción militar. Para tener una idea de este triple impacto, hay que volver nuevamente al libro de Hidalgo, quien sostiene que “ningún acto político tiene efectos propagandísticos por sí mismo. Todo acto político depende absolutamente de la cobertura informativa que se le dé para adquirir significación y notoriedad”.31 Con preocupación, este autor señala que los medios de comunicación social que daban cobertura a acciones de propaganda armada de las organizaciones guerrilleras chilenas actuaban “voluntaria o inconscientemente en favor de la fuente emisora del mensaje subversivo”32 , demandando que ningún medio de comunicación cubriera actividades de “la lacra terrorista, sea ésta de izquierda, derecha, de Estado, religiosa o subversiva”, entre otras cosas, porque a su juicio, los medios de comunicación social “aceleran la imitación de conductas de masas. Así, por ejemplo, si el satélite exhibe un clima de insurgencia progresiva en Sudáfrica, a los pocos días veremos que un incidente policial sin trascendencia provoca una escala de fuertes agresiones cuyos protagonistas son un grupo de jóvenes de color que viven en las barriadas de inmigrantes londinenses.”33
Dentro de la concepción de propaganda armada podemos ubicar a movimientos latinoamericanos como el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, del Uruguay, y el Movimiento 19 de Abril (M-19), de Colombia.
Los Tupamaros llevaban a cabo acciones que lograron tener un impacto mediático importante, como: la toma de la popular Radio Sarandí, durante un partido de fútbol de considerable audiencia, para leer un comunicado que escucharon miles de aficionados; el asalto de un camión de alimentos para repartirlos en una zona marginal; o el incendio de la sucursal uruguaya de General Motors durante la visita del Secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger.
El M-19 también llevó a cabo exitosas operaciones militares con impacto publicitario. La más célebre de ellas fue la recuperación de la espada de Simón Bolívar en 1974, bajo la consigna: “Bolívar, tu espada vuelve a la lucha”. Este tipo de acciones buscaban, efectivamente, tener un impacto mediático en la población, disputando el campo comunicacional a los sectores dominantes y creando un “efecto de contagio” en la población, pero también simbolizaban la disputa de la conducción ideológica de la sociedad. La carga simbólica que hubo detrás del robo de la espada de Bolívar es sumamente elocuente. Es un acto que implicó decirle al Estado colombiano y a los poderes establecidos que habían usurpado el legado bolivariano y que, con el acto de “recuperación” —otra palabra cargada de significado— se le devolvía a su legítimo dueño —el pueblo de Colombia— para que le diera el único uso válido: “devolverla a la lucha”. La acción (el medio, diría McLuhan) genera un mensaje más efectivo que el de un comunicado.
Sobre cómo impactaban las acciones político-militares a la audiencia en El Salvador, el teatrista Carlos Velis –uno de los primeros dirigentes del ERP- recuerda un episodio:
Yo vivía cerca de la Embajada Argentina. Y una vez nos despertaron unos bombazos, que no sé quién los puso… Era muy reciente, 1971, 1972… y era porque se estaba conmemorando un aniversario de la masacre de Trelew y en la propaganda se hacía ver que por eso era: porque en un lugar llamado Trelew habían asesinado a gente del ERP argentino. 34
Ahora bien: si lo que distingue a las acciones de propaganda armada de cualquier acción armada es su impacto político, cabe profundizar sobre este punto. Haciéndonos eco de lo que plantea Vera Carnovale en su trabajo sobre el PRT-ERP argentino, se podría plantear lo siguiente:
Especulemos: ¿qué es lo que determina el carácter más o menos político de una acción armada? La expropiación de un camión de alimentos, por ejemplo, ¿es un acto más político que un ajusticiamiento? […] Si medimos lo político a partir de las reacciones del afuera, es decir, de la recepción que una determinada acción tiene en distintos sectores de la población, ¿es la llamada ´simpatía de las masas´ lo que determina el carácter político de la acción armada? ¿O debemos calcular la dimensión política de una acción a partir de la reconfiguración en las relaciones de fuerza que esta produce?35
Carnovale plantea que si se toma como parámetro la “simpatía de las masas”, para medir el impacto político de una acción armada, surge el problema de lo difícil que resulta medir con exactitud esta simpatía: “¿cómo hacerlo sin ser presas de evaluaciones impresionistas?”, se interroga. Es decir, no parece haber un instrumento de medición de “la simpatía de las masas” —sería absurdo pensar, por ejemplo, en pasar, casi 40 años después, una encuesta de opinión sobre si la acción armada del ERP salvadoreño, de ataque a los guardias nacionales que se encontraban en la zona del Hospital de Niños Benjamín Bloom causó simpatías para la organización o no. En este caso, se tendría una dificultad en cuanto a la imposibilidad de una medición “objetiva” acerca de una reacción subjetiva. En cuanto a la otra posibilidad, la de evaluar en qué medida una acción armada logra reconfigurar la correlación de fuerzas, también hay otra dificultad. Hay ciertas acciones que logran esta reconfiguración. Por ejemplo, el aniquilamiento de un destacamento enemigo, que daría pie, por ejemplo, al retiro de una fuerza militar de un sector geográfico dado y la consolidación del poder político del adversario en dicha zona. Pero hay acciones cuyo alcance en la reconfiguración de las fuerzas no resulta tan evidente. Por el contrario, estas acciones impactan en la subjetividad, tanto de los actores directamente involucrados como en los “espectadores”. ¿Cómo medir este impacto subjetivo, que es importante? Y, sintetizando, ¿cómo medir los impactos políticos subjetivos —la simpatía o no que puede desencadenar una acción— y objetivos —la alteración de la relaciones de fuerza? Las fuentes periodísticas de la época podrían resolver este problema en parte, aunque queda una vasta zona de elementos subjetivos y objetivos en la oscuridad. Con las precauciones del caso, Carnovale se decanta por recoger, en la versión de los hechos de los protagonistas entrevistados, las “reacciones y consecuencias dispares [de las acciones políticas] en momentos distintos”.36
Quizás una respuesta a esta duda, por parte de los militantes del ERP, se encuentra formulada en palabras de uno de sus fundadores, Jorge Meléndez (Jonás):
[El ERP] inicia la lucha armada sin dejar de tener la connotación de que se trataba de una lucha política, más que de una lucha militar y, por tanto, lo más importante es entrar en el pensamiento, en la conciencia de la gente, lograr la organización de las personas. 37
Aquí podemos encontrar un parámetro más objetivo acerca del impacto político de las acciones del ERP: la incorporación de más militantes a sus filas. Por otro lado, esta concepción que integra la propaganda como otro elemento estratégico (la “otra pata estratégica”, según la expresión de algunos entrevistados para este trabajo), junto a los elementos militares, políticos y de organización de masas, resulta bastante coherente con la concepción insurreccionalista que terminó imperando en el ERP. La visión del ERP, como pudo verse anteriormente, planteaba que la lucha revolucionaria debía resolverse a breve plazo mediante una insurrección de las masas, un alzamiento popular, para el cual cabía organizar a la población en comités militares que actuarían en cada localidad. Para ello, se requeriría del ejército guerrillero, que actuaría con elementos progresistas de la Fuerza Armada, para derrotar militarmente a las fuerzas gubernamentales. En esta concepción era necesaria un tipo de propaganda que comunicara planteamientos políticos con eficacia y rapidez. Así, la acción militar era también acción de propaganda. La recíproca también era cierta: la acción de propaganda era acción militar. Ambas, a su vez, eran acciones políticas, enfocadas a generar el apoyo y la rápida incorporación de las masas, a hacer guerra psicológica contra el enemigo y a librar la batalla en el campo mediático.

1.4. “Los compas periodistas”
La propaganda para el PRS-ERP se vuelve un componente imprescindible de toda acción militar, al punto de que sus estructuras desarrollarán y profesionalizarán a sus cuadros dedicados a la propaganda. Las tareas de propaganda demandan una dedicación exclusiva de estos cuadros, similar a la de los elementos militares, por ejemplo. Por esa razón, es válido hablar, no de unos militantes que asumían, entre otras cosas, tareas de propaganda, sino de unos militantes “periodistas”, a los cuales se les conoció durante la guerra como los compas periodistas, aunque no todos tuvieran una formación periodística.
El compa periodista era un cuadro militante que realizaba tareas que involucran el periodismo y la propaganda, de acuerdo con las líneas de su organización. En esencia, este militante podría ser también un militante combatiente, un militante organizador, un militante logístico. Pero le ha tocado en suerte la tarea periodística. Y esto se aplica también, en el caso del PRS-ERP tanto a periodistas radiales, fotógrafos o redactores como a cineastas (o quizá habría que escribir videastas, para el caso de los combatientes que, además del fusil, también estuvieron empuñando la Betamax), como a lo que aquí se llama “juglares insurgentes”, esto es, los militantes músicos, poetas y teatristas que cumplieron tareas partidarias en el plano artístico.
No obstante, a lo largo de la historia de sus comunicaciones, tanto las películas, como la radio y otros esfuerzos, tuvieron la participación destacada de periodistas, cineastas y fotógrafos de formación y de carrera, como por ejemplo, Hernán Vera, Maravilla, cineasta venezolano formado en Gran Bretaña; o Guillermo Escalón, director de cine salvadoreño de trayectoria. Con respecto a los juglares insurgentes, podemos decir lo mismo. Baste recordar el caso del grupo Cutumay Camones. Eduardo Esteijaert, la voz masculina principal del grupo, era un músico de conservatorio en su Holanda natal, antes de formar parte de la agrupación.
En el presente trabajo se abordan cuatro grandes períodos históricos:
El primero (1972-1980) es el que coincide con los inicios de la organización y es donde se va conformando el colectivo de prensa y propaganda del PRS-ERP, que también abarca a su organización de masas, las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28, formada en 1977). Durante esta primera etapa, aparecen las primeras publicaciones impresas, se realizan acciones de propaganda armada y tomas de radio.
El segundo gran período está definido por el surgimiento del FMLN, el 10 de octubre de 1980. A partir de este momento, el esfuerzo comunicativo de la organización se orienta a los objetivos estratégicos propios de la profundización de la guerra, en el contexto de la coordinación de esfuerzos con las otras organizaciones integrantes del FMLN. Se trata de un período crucial, en el cual el FMLN intenta, sin éxito, resolver la guerra mediante una victoria militar a través de la llamada “Ofensiva final”, del 10 de enero de 1981. El fracaso de la ofensiva viene seguido de un recrudecimiento de la represión, del descabezamiento en la práctica del movimiento social y de un esfuerzo militar por parte de la Fuerza Armada Salvadoreña, encaminado a aniquilar al FMLN, tratando de acabar con su base social en el campo. Muchas de las más célebres masacres de la guerra, como la del Sumpul y la de El Mozote se dieron en este período. El FMLN responde con la estrategia definida como “resistir, desarrollarse y avanzar”, durante los años de 1981-1982. 38
Es en este período donde aparece Radio Venceremos, que da pie a un aparato de apoyo internacional. El colectivo de comunicaciones se diversifica grandemente, alcanzando grados importantes de cualificación técnica. Ello no implica que, según las necesidades y las características de cada escenario, se empleen tanto modalidades de propaganda muy sofisticadas como otras más “artesanales”. Y esto por una razón muy evidente: no hay que olvidar que los militantes comunicadores del PRS-ERP que se movían en territorio salvadoreño lo hacían bajo condiciones de guerra.
No obstante la complejidad de la estructura, que abarca medios impresos, radio, audiovisuales y colectivos artísticos, por mencionar algunos elementos, hay una concepción estratégica que le da uniformidad. Las canciones de Los Torogoces, las películas del Sistema Radio Venceremos, las pintas en las paredes o las emisiones radiales obedecían a la línea política trazada por la dirección de la organización. Cabe pensar que había una relación compleja entre la creatividad propia de los militantes con el hecho de tener que apegarse a las urgencias políticas del momento.
Un tercer momento es el comprendido entre 1983-1989. A nivel general, se trata de un sexenio en el cual el FMLN logra superar la situación desventajosa de los primeros años de la guerra, fortaleciendo su capacidad militar. Posteriormente, con la escalada de intervención norteamericana, pasa a una situación defensiva, a lo cual reacciona aumentando su capacidad militar. A la vez, hace de la solución negociada al conflicto un eje estratégico, junto a la reactivación de su movimiento de masas, al cual se buscaría, poco a poco, convertirlo en un movimiento de masas de carácter insurreccional, en apoyo a la gran ofensiva militar que se proyectaba para acelerar la derrota militar del régimen o el desenlace negociado de la guerra.
El último período examinado comienza con la ofensiva de noviembre del 1989 y culmina con la firma de los Acuerdos de Paz, dos años después. En este período, las baterías del aparato comunicacional se enfilan en función de la ofensiva y luego de la negociación. Se trabaja una red de apoyo con los corresponsales extranjeros y periodistas nacionales, que tuvo implicaciones interesantes y no sólo en el campo estrictamente comunicativo.
Ahora bien: aquí se examinan estos períodos históricos a la luz del desarrollo de los diferentes componentes de la estructura comunicacional del ERP. Más de alguna vez veremos cómo la problemática que plantean determinadas coyunturas durante la década de 1970 o durante el desarrollo de la guerra civil de los 80 explica las respuestas que se dieron en el campo de las comunicaciones.
Esto es, a grandes rasgos, el recorrido que se hará en este libro. No se abordará el período de posguerra, que merece una investigación y reflexión a fondo.

Abstención electoral y auge huelguístico en El Salvador de 1978

Abstención electoral y auge huelguístico en El Salvador de 1978 Por Roberto Pineda 27 de agosto de 2014

A principios de 1978 los partidos aglutinados en la Unión Nacional Opositora, UNO, (PDC, MNR y UDN) decidieron abstenerse de participar en las elecciones legislativas y municipales de marzo de ese año, mientras en las calles se desarrollaba un amplio movimiento huelguístico que reflejaba la profunda crisis política que vivía el país. Por otra parte, el régimen militar se lanzaba por el camino de la represión para detener el auge de las luchas populares. A continuación exploramos esa explosiva situación desde la perspectiva de los comunistas salvadoreños.

Actualidad política de El Salvador y la Abstención Electoral de la UNO

En el número 98 de Voz Popular, de la segunda semana de febrero de 1978, se evalúa la situación política del país. Se considera “que sigue pendiente de solución la crisis política estallada en febrero-marzo de 1972, cuando la dictadura militar derechista y su partido apéndice perdió el 20 de febrero la elección presidencial y, para sobrevivir, impuso a su candidato derrotado, Coronel Arturo Armando Molina, dando origen a un agudo repudio popular y al descontento en las filas castrenses que desembocará en la rebelión frustrada del 25 de marzo de 1972.”

Plantea que “en la base de la crisis política irresoluta hay una crisis estructural, también pendiente de solución, cuyo estallido se expresó en las agudas contradicciones surgidas en el Mercado Común Centroamericano, la guerra contra Honduras en 1969 y la ruptura total del MERCOMUN, con la paralización consiguiente del proceso industrializador, que hasta 1968 avanzaba con dinamismo.”

Argumenta que “entre julio de 1976 y julio de 1977 se vivió un año de extraordinaria actividad y significación política, durante el cual las diversas y contrapuestas fuerzas sociales intentaron sin conseguirlo, abrir la salida que cada una de ellas propugna para la crisis estructural y política que sufre El Salvador.”

Se hace una reseña del periodo señalado afirmando que entre julio y septiembre de 1976 ocurrió el “intento del gobierno de Molina de poner en marcha una salida reformista, burguesa, limitada y pro-imperialista, alrededor de la “Transformación Agraria” y su Primer Proyecto. Una vez que la oligarquía arrodilló a Molina y tiró al cesto de la basura la “transformación agraria” se unió, junto con casi toda la burguesía, alrededor de la candidatura presidencial del General Carlos Humberto Romero, para empujar hacia la vía fascista.”

Entre octubre de 1976 y el 28 de febrero de 1977 se da el “intento de abrir la salida democrática popular encabezada por la UNO, utilizando la campaña electoral y las elecciones para poner en pie de lucha a las grandes mayorías trabajadoras y amplios sectores de las capas medias, concertar un pacto con los militares demócratas y elevar el proceso de lucha a niveles decisivos. Este intento culminó con la derrota de sus metas máximas en la masacre del 28 de febrero, que cortó la huelga general política progresiva que estaba en desarrollo, aunque no sus metas mínimas: poner en pie de lucha al pueblo, extremar la polarización entre el pueblo y fascistas…”

Entre la masacre del 28 de febrero y la toma de posesión de la presidencia por el General Romero el 1ro. de julio se da el “intento el gobierno de Molina, para entonces totalmente bajo el control de Romero y su grupo dominante en el Alto Mando de culminar la apertura de la vía fascista de salida a la crisis, para lo cual se empeño furiosamente en un esfuerzo por aplastar al movimiento popular, destruyendo sus organizaciones sociales y políticas, agrediendo a la Iglesia para obligarla a renunciar a su orientación comprometida con el pueblo y quebrantando la moral combativa de las masas.”

“Ninguno de estos tres intentos- evalúa Voz Popular- de abrir una salida a la crisis política y estructural alcanzó el éxito total, pero su forcejeo produjo cambios imborrables en el proceso histórico-político de nuestro país, tanto en lo nacional como en su contexto internacional.”

“Hay hasta ahora cierto punto de empate, en el que los fascistas conservan a su favor las ventajas del poder y las utilizan para proseguir la represión bajo formas selectivas. El peligro de que los fascistas asesten su gran zarpazo e instauren su dictadura total continúa, por tanto, siendo muy grave y este peligro en realidad solo puede conjurarse infligiéndoles una derrota que quiebre profunda e irreparablemente sus fuerzas que le dan sustento.”

Subraya que “dentro de las maniobras actuales de enmascaramiento que realizan los fascistas, juega un papel destacado la farsa electoral convocada para marzo. El gobierno de Romero insiste así en su empeño por modificar su apariencia sin hacer concesiones reales que configuren una apertura democrática, que de antemano sabe será propicia para el fortalecimiento del movimiento popular.”

Analiza que la reciente visita del Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos, Terence Todman, fue “un consciente y evidente esfuerzo por limpiar la cara del gobierno de Romero ante la opinión internacional, demostrando que Washington se siente complacido. Ello fue un éxito para la maniobra de los fascistas salvadoreños; pero a la vez, la conducta de Todman permite al pueblo salvadoreño constatar en su propio pellejo el doblez de la política Carter y lo previene de no forjarse ilusiones con ella.”

Establece que “la decisión de no concurrir a las elecciones de marzo adoptada por los tres partidos de la UNO, es una decisión justa que permite frustrar la maniobra de encubrimiento internacional y división de las fuerzas democráticas, pero ella se convertira en un factor verdaderamente anti-fascista , solo si pasa de la actitud de mera abstención al despliegue de una vigorosa ofensiva de movilización, orientada a desvirtuar nacional e internacionalmente, la validez moral y política de la farsa electoral que el régimen se dispone a realizar en marzo.”

Sostiene que “lo más importante de la decisión de no concurrir a las elecciones de marzo está, pues, en que ella lleva en sí la posibilidad de originar una nueva ofensiva popular y de imponer al régimen la batalla en otro terreno: en el de la lucha por la libertad de los presos políticos, “desaparecidos”, el cese de la represión y la tortura, el retorno de los exiliados, la Autonomía de la Universidad, el cese de la hostilidad contra la iglesia y el retorno de los sacerdotes expulsados del país, el respeto a los derechos sindicales y de las demás organizaciones populares, el respeto al libre ejercicio de las libertades y garantías democráticas fundamentales, la derogatoria de la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público y demás legislación represiva inconstitucional; la depuración de los cuerpos de seguridad, el saneamiento del sistema electoral para garantizar el derecho soberano del pueblo a elegir libremente a sus gobernantes, etc.”

Concluye que “este terreno es el más desfavorable para el gobierno de Romero, permite avanzar hacia la unidad de las fuerzas populares y hacia la coordinación de sus acciones; permite asimismo frustrar el operativo de encubrimiento de los fascistas y estimular la solidaridad internacional a favor de nuestra lucha, tomar la defensa de los derechos humanos en las propias manos del pueblo y curarnos de ilusiones en una supuesta protección paternal del gobierno de Carter, que puede causarnos un daño fatal si nos induce a confiarnos y bajar la guardia, mientras socava la unidad de las fuerzas democráticas, principal escudo actual del pueblo salvadoreño.”

En pleno desarrollo movimiento huelguístico

Se encontraban en huelga a principios de 1978 los trabajadores de la Fábrica “María Pía”, protestando por despidos injustificados y 279 panaderías de COMAPAN, exigiendo un aumento salarial. Ambas huelgas eran conducidas por la central sindical FESTIAVTSCES. Asimismo más de 200 trabajadores de la fabrica CONELCA, de la central sindical FESINCONTRANS. Y también en el Beneficio San Lorenzo, en Santa Ana, donde la patronal se negaba a negociar reformas al contrato colectivo. Estos trabajadores aglutinados en el Sindicato de la Industrial del Café, SICAFE, estaban afiliados a FENASTRAS:

Y el principal conflicto huelguístico se localizaba en Sonsonate, donde cerca de mil trabajadores organizados en FENASTRAS, del Central Azucarero Izalco, propiedad de la familia oligárquica Regalado Dueñas, exigían el pago de horas extras y otras demandas. Al nomás declarar la huelga fueron objeto de represión por parte de efectivos de la Guardia Nacional, los cuales golpearon y capturaron a 19 trabajadores, los cuales fueron luego encarcelados y se les acuso de actos terroristas aplicándoseles la Ley de Defensa del Orden Público.

Por otra parte, los partidos UDN, PDC y MNR, que integran la UNO denunciaron que el 2 de febrero no se les permitió por parte de efectivos del ejército y los cuerpos de seguridad, la realización en la Plaza Libertad de un mitin en solidaridad con lucha del pueblo nicaragüense, en su lucha por liberarse de la dictadura de Anastacio Somoza.

Necesaria unidad y coordinación de fuerzas democráticas

En el número 99 de Voz Popular de finales de febrero de 1978 se analiza el paso del Gobierno del General Romero a una nueva ofensiva represiva, ya que “la huelga del ingenio azucarero Izalco fue agredida antes de las 24 horas de iniciada, por medio de un espectacular operativo de la Guardia Nacional durante el cual realizó decenas de capturas, apoyada por un ruidoso coro propagandístico previamente concertado.”

Asimismo “los mítines convocados por los partidos de la UNO y la CUTS para el 2 y 3 de febrero respectivamente, con el objeto de expresar solidaridad hacia el hermano pueblo nicaragüense, fueron impedidos por los cuerpos de seguridad, ocupando por anticipado la Plaza Libertad y demás plazas de la capital.”

Por otra parte “se ha incrementado fuertemente el número de enjuiciados bajo los términos de la inconstitucional “Ley de Defensa y Garantí del Orden Público” promulgada a fines del año pasado…Aplicando esta ley, violatoria de los derechos y libertades individuales, el gobierno pretende dar apariencia legal a la represión ante la opinión pública nacional y extranjera.”

Considera que “la decisión del régimen es, no permitir que se mueva le ambiente político ni moverlo por propia iniciativa, imponer la inmovilidad y el silencio militarizado para que en la escena nacional únicamente declame y actúe el gobierno, mientras la represión encubierta y selectiva cumple su misión de silenciador final.”

Por lo que “los fascistas están de este modo pasando a la ofensiva, tratan de romper del todo el freno que les puso la lucha popular y la solidaridad internacional el año pasado, y volver a la galopante carrera hacia la instauración de su dictadura desplegada.”

Precisa que existen dos factores que explican este accionar gubernamental. El primero que “durante su reciente visita a El Salvador, el Sub-secretario de estado para Asuntos interamericanos, Terence Todman, dio al gobierno de Romero la seguridad del respaldo de Washington” y el segundo “la facilidad con que ha conseguido impedir las concentraciones de los partidos y otras organizaciones, asestar golpes al movimiento huelguístico de los trabajadores, a las tomas de tierras campesinas, y aplicar con creciente ritmo la ley de orden público.”

“Esta facilidad se deriva- considera la VP- en parte, del retraso de las organizaciones en modificar los métodos de la lucha de masas, mientras el gobierno mejora los suyos; pero, fundamentalmente, es la consecuencia de la división en las filas de la izquierda, de la insistencia de algunas de sus fracciones en lanzarse solos a combates improvisados y aislados, subestimando al enemigo y llevados del ciego deseo de “hegemonizar.”

Reitera que “una vez más repetimos nosotros, ha llegado la hora para el entendimiento de la izquierda, es necesario, urgente concertar al menos la unidad de acción de la izquierda y, más ampliamente, coordinar el esfuerzo de todas las fuerzas democráticas y opuestas al fascismo.”

Concluye que “la nueva ofensiva que están iniciando los fascistas con el respaldo vergonzante de Washington, debe ser frenada y derrotada. Esta es una tarea de importancia incalculable para el movimiento popular en su conjunto y también para cada una de sus organizaciones; emprendámosla juntos, compañeros y amigos.”

Fortalezcamos la unidad contra el fascismo. En el 1er. Aniversario del 28 de Febrero. Manifiesto del Partido Comunista de El Salvador.

En el número 100 de Voz Popular de la segunda semana de marzo de 1978, aparece un extenso análisis de PCS en el que se plantea que “para tener una idea aproximada de lo que significó la vasta movilización política de masas de la campaña electoral de la UNO conviene conocer los siguientes hechos: más de 250 mítines de plaza pública con participación de uno o los dos candidatos, más de 400 sin la participación de los candidatos; cientos de asambleas obreras, de vecinos, de mujeres, de jóvenes, etc.”

“A lo extraordinariamente multitudinario de esa movilización –indica- es necesario señalar su amplia composición social, política e ideológica: desde al clase obrera, las masas trabajadoras del campo, hasta mayoritarios sectores de las capas medias, incluidas pequeñas fracciones muy acomodadas de las misma, e incluso a algunos segmentos burgueses; desde los comunistas, los socialdemócratas, los cristianos, los religiosos, los ateos, hasta grupos y elementos simplemente demócratas constitucionalistas, revistiendo particular importancia la participación activa o de apoyo de sectores democráticos de los militares.”

Señala que “el hecho de que ese movimiento no alcanzara la victoria a pesar de su empeño, planta indiscutiblemente para las grandes masas, para las fuerzas revolucionarias en particular, el problema de abrirse una ruta eficaz hacia el poder, ruta que será siempre de masas, una ruta para la acción histórica del pueblo mismo.”

Considera que “solo llevando a término consecuente la revolución democrática anti-imperialista, pude abrirse la entrada a una transformación revolucionaria más profunda, la entrada a la sociedad socialista y comunista, lo cual ha sido confirmado hoy por al experiencia histórica viva de la lucha de clases en nuestro país. No existe ningún abismo o muralla entre la revolución democrática anti-imperialista y la socialista, y que como lo ilustra la experiencia cubana, la realización consecuente de la primera, bajo al dirección de una vanguardia firme, conduce hacia la segunda prácticamente sin interrupciones.”

Subraya que “la clave está en el derrumbe del viejo poder reaccionario, la destrucción de su aparato político-militar, comprometido con la oligarquía y el imperialismo, señalando que l primera condición a cumplir para conquistar el poder (aunque no la única) es la de contar con fuerzas suficientes y superiores.”

Reconoce el manifiesto del PCS que “las FPL y el BPR, independientemente del desacuerdo con fundamentales tesis de su línea y aspectos concretos de algunas de sus acciones, realizaron bajo las condiciones duras del Estado de Sitio, un valiente y sustancial aporte para mantener en pie, elevar la movilización y combatividad de las masas. De igual manera, el FAPU también hizo importantes contribuciones a este esfuerzo común para todo el movimiento popular.”

Pero a la vez señala que “estas organizaciones se lanzaron a realizar sus acciones llevando adelante al mismo tiempo una intensa campaña de desprestigio contra el PCS, contra la UNO y otras organizaciones. En esta campaña han incurrido en el error de emplear mentiras y calumnias, en el afán de negar el carácter revolucionario del PCS haciendo, asimismo, todo lo posible para rebajar la importancia y la significación de la jornada electoral, de la huelga política y de la multifacética lucha que rodeó a esta, sin explicar entonces ni ahora, a la clase obrera y el pueblo en general, por qué se mantuvieron ellos pasivos, por qué no apoyaron la huelga Política.”

Concluye el manifiesto del PCS que “quedo demostrado que cuando el movimiento popular emprende una ofensiva de gran envergadura, que pone en peligro el poder establecido, es necesario preveer que la contra-revolución pondrá en tensión sus fuerzas y lanzará un ataque concentrado para cortar dicha ofensiva.”
La política de Carter: apariencias y realidades

En el numero 99 de Voz Popular inicia un esfuerzo por comprender los cambios en la política exterior de Estados Unidos provocados por la llegada del sureño bautista James Earl Carter y su política de derechos humanos. Considera esta tarea de “urgencia actual” por “las ilusiones y la confusión que ella tiende a propiciar entre los cuerpos dirigentes de las organizaciones democráticas y aún entre las masas, puede causar un grave daño a la causa de la emancipación latinoamericana.”

Agrega que “la política Carter es un intento de hacer reajustes en la posición de los EE.UU. ante el mundo actual y en la posición de la burguesía norteamericana y de su sistema político ante el pueblo de su propio país; es un intento de absorber las apremiantes presiones surgidas de la crisis del imperialismo yanqui, la cual constituye el núcleo principal y decisivo de la crisis general del sistema capitalista como formación económico-social histórica, cuando se encuentra muy avanzado el proceso de su reemplazo a escala mundial por una formación económico-social superior, el socialismo.”

“La política Carter –señala- es una modificación obligada en la política de los EE. UU. como consecuencia e la tremenda derrota sufrida por el imperialismo yanqui en Vietnam, expresión cimera de tantas otras derrotas sufridas por él durante las últimas décadas en todos los continentes; es una consecuencia del escándalo de Watergate y el derrumbe de Nixon, expresión aguda de un avanzado proceso de crisis y corrupción del sistema político de los Estados Unidos.”

Considera que “la orientación del gobierno Carter hacia América Latina no es compartida unánimemente por todos los centros de poder de Estados Unidos, ni tampoco es aceptada unánimemente pro las clases dominantes y centros de poder en todos los países latinoamericanos y caribeños. Es por eso, que la política Carter hacia nuestra región comporta la estimulación de ciertas contradicciones dentro del campo de fuerzas enemigas de los pueblos, que deben ser estudiadas a fondo y en concreto, sin exagerarlas ni minimizarlas, ni ilusionarse con que ellas, por sí solas, regalaran la victoria de la causa popular democráticas en nuestros países.”

No obstante “la esencia de la política de los Estados Unidos hacia el mundo y hacia América Latina, continúa siendo la misma, no ha cambiado. La política Carter es también política del imperialismo yanqui, el cual no ha dejado de existir, ni mucho menos, por la llegada de un nuevo equipo de hombres a la Casa Blanca. Esta es una verdad que no conviene olvidar en ningún instante. Se trata siempre de la política del imperialismo: hegemonista, explotadora de los pueblos y de sus riquezas naturales, causante del subdesarrollo, contra-revolucionaria, opuesta ala liberación y la autodeterminación nacional en el tercer mundo.”

En términos generales se evalúa que la política Carter “esta orientada fundamentalmente contra la Unión Soviética y la comunidad socialista internacional” bajo tres aspectos “la agitación d la defensa de los derechos humanos; la atracción de la República Popular China hacia la unidad de acción antisoviètica y los esfuerzos por realizar una política de atracción o neutralización de las fuerzas democráticas e incluso avanzadas en los países del “tercer mundo”, incluidos los de América Latina.

Analiza que “ciertos sectores de la gran burguesía monopolista de los Estados Unidos vinculados ala producción de mercancías para el consumo pacífico y sus correspondientes círculos políticos, se muestran partidarios de la distensión , ya que están interesados en aprovechar sus consecuencias a favor de una creciente liberalización del comercio con el mundo socialista y en lograr la descarga de los consumidores norteamericano de buena parte de los impuestos que hoy pagan para sostener el gigantesco presupuesto militar , favoreciendo así la expansión de sus ventas de mercancías civiles.”

Pero por otra parte “el gigantesco sector industrial-militar de la economía de EE.UU. necesita de la carrera armamentista como el cuerpo humano necesita de oxigeno. Los intereses monopolistas de este sector se encuentran fundidos con el Estado; a ellos obedece el Pentágono y constituye por eso uno de los centro de poder y decisión más fuertes de ese país. Todo ellos nos indica que no deben subestimarse las tendencias anti-disensión de la actual política de Washington, que viene encubiertas tras los desplantes moralistas de Carter.”

Nuestra polémica con la ultraizquierda

En un interesantísimo balance desde el PCS de la situación de la izquierda salvadoreña, con la cual en diciembre de 1979 cristalizaría el primer acuerdo unitario, que concluiría en octubre de 1980 con la creación del FMLN, se considera que “hace exactamente tres años (enero de 1975) –se plantea en la Voz Popular 100- iniciamos desde estas páginas, de manera sistematizada, nuestra polémica ideológica con las organizaciones ultraizquierdistas existentes entonces en el país.”

“Después de ese tiempo –continúa el análisis de VP- transcurrido y de esa acción, que muchos al principio no entendieron en su dimensión positiva, constatamos unas modificaciones, tanto en la situación orgánica de esos agrupamientos como en sus concepciones y opiniones acerca de problemas estratégicos y tácticos de la revolución en El Salvador.”

Opina que “se aprecia también –aunque muy débilmente todavía- la posibilidad de comenzar a caminar hacia el entendimiento de las fuerzas de izquierda, cuestión por la que hemos abogado persistentemente, aún en lo más enconado de nuestra polémica con esas desviaciones en el movimiento revolucionario del país.”

Agrega que “estas modificaciones de que hablamos son las siguientes: han ocurrido divisiones internas y desgarramientos en las fila de algunas de estas organizaciones, lo que ha conducido a la formación de otro agrupamientos ultraizquiedistas, aumentándose su “especie” por efecto de su propia atomización; algunas han revisado sus postulados (entonces tenidos como divinamente correctos) que partían de organizar a las masas en dependencia de lo que los revolucionarios consideraran como correcto, y a partir de las formas que el enfoque de tal organización lo necesitara, y no a partir del nivel de su conciencia y de las condiciones concretas en que estas se desarrollan.”

Se registra que “hay cambios de enfoque (sin reconocerlo autocráticamente, entonos los casos) sobre el papel que juegan las fuerzas democráticas del país y su contribución a la lucha de nuestro pueblo en contra del régimen militar opresor.”

Indica que “se ha llegado a la aceptación –unos más, otros menos- de que en este periodo de la vida política del país, el enemigo principal de nuestro pueblo y el objetivo a vencer por el movimiento popular y revolucionario son los fascistas, aunque no se hagan esfuerzos consecuentes por darle forma coordinada, por lo menos, a las luchas que se desprenden del reconocimiento de aquella verdad.”

Establece que “algunos han sometido a crítica sus enfoques militaristas y dogmáticos, en lo que se refiere a las formas de lucha (por lo que se lee en sus documentos) lo cual no es otra cosa que el reconocimiento de un error que señaláramos oportunamente: la deificación que se ha venido haciendo de las formas armadas de lucha.”

Agrega que “hay también otros reconocimientos no menos importantes: aunque no todos los que los hacen sen honestos y consecuentes (caso del FAPU), como por ejemplo: el de sostener que es necesaria la unida de las fuerzas democráticas y de las revolucionarias; el de aceptar que ninguna organización revolucionaria por separado puede hacer avanzar el proceso revolucionario de los niveles que ya ha alcanzado; el llamar a deponer actitudes vanguardistas y hegemónicas, etc.”

Evalúa que “esas modificaciones que se aprecian en el seno de los agrupamientos ultra-izquierdistas, ni son unánimes, ni totalmente conscientes, pero al fin de cuentas, son hechos que no pueden dejar de registrarse, si queremos sacar algunas enseñanzas del periodo transcurrido, pero sobretodo, si queremos descubrir el sentido positivo que contienen para la lucha de nuestro pueblo y de la clase obrera en el proceso revolucionario del país.”

Sostiene que estos hechos “son, por otra parte, producto de la práctica política concreta en la que hemos estado; de la confrontación de los esquemas en la realidad del país; de los resultados reales conseguidos y no de los inventados; del estado actual de la correlación política de fuerzas; de los aciertos y errores; y, en muchos casos, del deseo sincero de hacer avanzar la lucha de nuestro pueblo.”

Reconoce que “durante el periodo transcurrido, como no puede ser desmentido por nadie, se han logrado avances significativos en la lucha de nuestro pueblo por su liberación. Más sectores se han incorporado, mucha fuerza política hemos logrado poner en pie, se han utilizado diversas formas de lucha, pero todavía el pueblo no ha podido derrotar a la dictadura militar derechista, ni contener totalmente a los fascistas, aunque si les ha dificultado y entorpecido sus proyectos de fascistización rápida del país.”

Considera que “un elemento significativo y muy valioso en este sentido, lo constituye la lucha de las fuerzas democráticas del país, encabezadas por la UNO (el movimiento popular más amplio y totalizador en este periodo), que ha venido a desarrollar la conciencia popular de lucha por el poder político para desalojar de él a las fuerzas oligárquicas e imperialistas que lo han venido detentando. Se trata, pues de un periodo de lucha intensa de nuestro pueblo y e sus organizaciones que ay comienza a dar sus frutos.”

Precisa que “es en este marco objetivo que nosotros vemos la posibilidad de comenzar a caminar en el entendimiento de las fuerzas de izquierda, aunque el horizonte se vea aun nublado por la conducta concreta mostrada en la práctica por algunas de esas organizaciones.”

Argumenta que “a esa posibilidad de entendimiento de la izquierda, todo revolucionario sincero debe salirle al encuentro, pues la revolución en El Salvador se hará a condición de que se unifiquen las fuerzas revolucionarias de izquierda y democráticas, en el objetivo común de derrotar al régimen oligárquico e imperialista, y para dar origen a nuevas relaciones de producción transitorias, y a una correlación de fuerzas políticas poderosas, necesaria para preparar el paso al socialismo.”

No obstante esto, estima que “esta actitud realmente revolucionaria que demandamos, no presupone que cese la lucha ideológica , al contrario, creemos que debe no solo realizarse, sino incluso intensificarse en momentos como el presente, en el que todos debemos respondernos a la interrogante, no teórica, sino real, de como hacer avanzar el proceso.”

“Pero además, – continua el artículo de VP- para ser consecuentes, también debe obrarse hacia la búsqueda de coincidencias y ala concertación franca y honesta de esfuerzos n el terreno práctico de la acción, a fin de avanzar en el conocimiento mutuo, la solidaridad y el encauzamiento, cada vez con menos prejuicios, de la lucha ideológica.”

Insiste en que “de nuestra parte, hemos dado muestras de es conducta y a seguiremos ofreciendo, pues estamos convencidos de su justeza y corrección. No hay otro camino para conseguir el cumplimiento de esa tara estratégica de al revolución.”

Concluye que “fieles a esa posición y como contribución al debate ideológico en el seno del movimiento revolucionario, nosotros abrimos de nuevo, con el presente número, la columna cuyo titular encabeza esta nota: Nuestra Polémica con la Ultraizquierda., en la cual procuraremos recoger las modificaciones en el terreno de sus concepciones y de su praxis que han sufrido las organizaciones ultraizquierdistas, conscientes de que esa polémica está situada actualmente en una fase nueva.”