El planeta de los cerdos

Por Manuel Sorto

Que bien la reciban los golpistas civiles y militares de Honduras, de parte de quien se las dedica

y a Tamba, por supuesto

BAYONA, PAÍS VASCO FRANCÉS- La canción El Planeta de los cerdos de la Banda del Sol fue en su época un garrotazo para los dueños de los garrotes y los gobiernos militares de la región centroamericana, una explosión de energía y claridad en sus enunciados. Pienso que es la canción protestaria por excelencia de esos jóvenes en plena transición del hipismo a la guerrilla. De tanto pedir y gritar amor y paz y recibir solo palos, cárcel y balazos, gran parte de la juventud pasó a la siguiente fase, y cada cual desde sus capacidades, talentos o elección, trabajaron en crear, dinamizar y solidificar las organizaciones político-militares como única salida y respuesta a lo que fue la larga noche salvadoreña.

La letra y música de El planeta de los cerdos es de Carlos Aragón, conocido no solo en el medio artístico cultural como « Tamba ». Tamba murió combatiendo conocido como el Comandante Sebastián, jefe de las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL). El planeta de los cerdos es proclama y denuncia política, pero también es poesía.

Intentaré compartir algunas señas sobre el grupo y el disco en que apareció El planeta de los cerdos, aunque no me cabe duda que quedarán vacíos o habrán equivocaciones, que quizás algunos de ustedes puedan ayudar a rellenar.

Para mi, que veo símbolos por todas partes, lo que me parece más que interesante es el misterio con que la Historia, y no solo la salvadoreña, engancha o teje muchas cosas a veces, dando luces para aquellos que sabén o atinan a interpretar los signos. Es como si hechos o sucesos, aparentemente sin la mínima relación, hubiesen sido cuidadosamente planificados para funcionar coordinadamente en tiempo y espacio, cual si fueran parte de un « plan » que rigiera la historia de los pueblos y sus hombres. Aunque ni nos damos cuenta mientras los vivimos. ¿La conciencia colectiva?

Para empezar, el disco Unidad es de 1971, el mismo año en que se fundaron las dos primeras organizaciones político-militares salvadoreñas. Es decir, fecha justa de la declaración de guerra del pueblo salvadoreño. Pienso que El planeta de los cerdos, premonitoriamente o no, ha sido en nuesta historia « la canción » que anunció públicamente, oficialmente si se quiere, la rebelión no solo política de la juventud salvadoreña: « Y ahora está pasando/lo que el cerdo no vio/el hombre está cansado/de jugar al ratón »

El Planeta de los cerdos es, y creo que no solo desde mi alborotado juicio (y esto no tiene nada que ver con « nacionalismos »), es, creo, la canción salvadoreña antimilitarista, antioligárquica y antimperialista por excelencia y que guarda a la vez lo mejor que dejaba el movimiento hipie: « Estamos despertando/con la luz del amor. », « Juntos tenemos/que estar. », rezan sus estribillos finales.

Y vuelvo al hipotético « plan maestro » que mencioné antes, y dentro del cual encuentro también en El planeta de los cerdos otra de las « hermosas contradicciones » de las que está lleno nuestro país: Max Martínez, el guitarrista lider de la Banda del Sol (el George Harrison del grupo, según Julio Molina), es nieto nada menos que del general Maximiliano Hernández Martínez.

Sí, del mismo General. Aquel de 1932. El misterio. El Plan. Dicen bien que los caminos de Dios son imprevisibles. Aunque no inaudibles en este caso.

Bueno, a la hora de la grabación de El planeta de los cerdos estuvieron presentes, Fernando Llort en la primera voz, Max Martínez en la guitarra leader, el autor, Carlos Tamba Aragón, en las segundas guitarras y voces, en el contrabajo Joseph Koessner (profesor estadunidense del Bachillerato en Artes), Pedro Portillo en la armónica, los « chinchines » son de Carlos Peraza, las percusiones de Fiebre Amarilla (si alguien se acuerda de los nombres… ), expresiones y ronquidos de ambiente de Ricardo Archer, el mismo que me ha pasado buena parte de estos datos sobre los ejecutantes y cuándo y dónde.

La Banda del Sol dejó grabadas otras dos canciones aparte de El planeta de los cerdos: Abriendo camino, música del Bolo Martínez y letra colectiva y El perdedor, letra y música de Tamba Carlos Aragón. Las tres fueron grabadas en el « Estudio Doble V » para el disco Unidad, una Antología de lo que valía la pena en el momento de la época (o con lo que se pudo), según los criterios (creo) del productor Willie Maldonado. Incluye a otros grupos y músicos como la Fiebre Amarilla, los Kiriaps, Sal Laroche (conocido como Jorge Delgadillo), el cantante alemán Rolf… y algún grupo más que se escapa. Si dejo a alguien afuera es por ignorancia u olvido: hace casi 40 años. Lo que puedo confesar es que Unidad, es « de antología ».

La Banda del Sol fue formada al orígen por dos tríos: Carlos Aragón (Tamba), composición y guitarra, Manuel Martínez Daglio (El Bolo), composición y teclados, y Ricardo Archer Díaz (Toto), bajo. A ellos se fusionan la primera voz de Fernando Llort y la guitarra leader de Max Martínez (el tecladista Oscar Dada « no apareció » a la hora de grabar y parece que se retiró de la música).

Solo para curiosos e historiadores

Por otra parte, la Banda del sol en todas las grabaciones siempre tuvo músicos o/y amigos invitados: el colaborarse entre músicos y grupos era casi la regla. Participaron por ejemplo, entre las tres canciones que se grabaron para Unidad: Carlos Peraza, Pedro Portillo, Sal Laroche, Tony Martínez (hoy colaborador de ContraPunto), los estadunidenses (?)….. Kosicky y Joseph Kossner (profesores en el Bachillarato en Artes), o Manuel y Enrique Vásquez Amory (colaboraron y fue en su casa donde se escribió la letra de Abriendo Camino) y en las voces femeninas Elizabeth Archer y Marina Tilic, una femina de la Yugoslavia de Tito. En la partitura de Abriendo Camino colaboró también Alejandro Bella, según afirma un texto de Sal Laroche.

Se recomienda regular volumen o ponerse los « cascos »

Ahora bien, este texto en verdad es un pretexto para compartir con ustedes este pedazo de historia salvadoreña que se titula El Planeta de los Cerdos. Con dedicatoria a los golpistas hondureños. Civiles y militares, faltaba más.

Basta con puyar o pinchar el enlace abajo (cruzo los dedos). Espero que la disfruten. ms

Las luchas populares contra el militarismo en El Salvador

Las luchas populares contra el militarismo en El Salvador
Por Roberto Pineda San Salvador, 2 de mayo de 2014

En esta parte se aborda las jornadas populares contra la dictadura militar, con énfasis en el pensamiento y la praxis del PCS en el periodo 1964-1971. Incluye contexto histórico y breves biografías de Raúl Castellanos Figueroa y Salvador Cayetano Carpio. Anteriormente se había tratado el período de 1956 a 1964.

PCS nombra a Roque Dalton en Revista Internacional

En 1964 se nombra a Roque Dalton como representante del PCS en la Revista Internacional, Problemas de la Paz y el Socialismo, con sede en Praga, Checoslovaquia, que era la revista del Movimiento Comunista Internacional, y cumple esta responsabilidad hasta el año 1967, que se traslada a Cuba.

En 1965, bajo el gobierno de Julio Adalberto Rivera (1962-1967) el órgano del CC del PCS, La Verdad estuvo publicándose de manera clandestina quincenalmente. En su numero 31, del 16 de septiembre aparece de portada un artículo en apoyo a las FAR, titulado La guerrilla guatemalteca se muestra indestructible.

El siguiente número de La Verdad, No. 32, del 30 de septiembre coloca como madera: ¡Alto a la represión! ¡Libertad a los reos políticos y sindicales! Y se denuncia la captura de tres dirigentes sindicales de la CGTS, y además militantes del PCS, Carlos Marín, quien falleció recientemente, Saúl Santiago Contreras, asesinado en febrero de 1968 y Antonio Velasco Iglesias, militante actual del FMLN en Apopa. Asimismo se denuncia amenazas contra el presidente de AGEUS, Francisco Guzmán, militante actual del FMLN en San Salvador.

En el número 33 de La Verdad, del 10 de octubre de 1965, el titular de portada dice: Mañosa actitud del Gobierno frente a las intervenciones yanquis. En el número 34 del 30 de octubre de 1965 se lee: Respuesta del Partido Comunista: Desorbitadas opiniones de Rivera. Se trata de la opinión vertida por el presidente Rivera en el sentido de ofrecer cambiar comunistas salvadoreños por contrarrevolucionarios cubanos. Expresa en octubre de 1965 la Comisión Política del PCS que “los comunistas salvadoreños, comprendemos que nuestro deber esta aquí, dentro de nuestro país, organizando y orientando la lucha de nuestro pueblo por una vida mejor.”

En un pleno del comité central de noviembre de 1965 se aprueba la elaboración de una plataforma de planteamientos que exponga la posición de PCS sobre diversas temáticas tanto nacionales como internacionales, para de esta forma “poner fin a un largo período de silencio, durante el cual su nombre, su línea, y hasta su existencia, han estado ausentes de las masas populares” y en enero de 1966 se difunde el folleto Planteamientos del Partido Comunista para responder a esta necesidad. En el documento se expone la posición ante diversos sectores sociales como trabajadores, campesinos y capas medias urbanas.

En 1966 el PCS asiste a la Conferencia Tricontinental realizada en La Habana, Cuba. En 1967, se participa con una delegación presidida por Schafik Handal, en la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS, también realizada en La Habana, no obstante existir diferencias en términos de las concepciones estratégicas que orientaban este encuentro. Este mismo año de 1967 una delegación del PCS ( Raúl Castellanos Figueroa y José Napoleón Rodríguez Ruiz) participa en Moscú en las celebraciones del Cincuenta Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

En 1966-67 se logra impulsar la candidatura presidencial del Dr. Fabio Castillo, mediante el PAR Nueva Línea, lo que permite al Partido combinar la lucha reivindicativa con la lucha política abierta y legal y recuperar en las principales ciudades el voto opositor, que había venido a favorecer anteriormente desde marzo de 1964 a la democracia cristiana, al PDC.

La campaña política fue una importante escuela para miles de personas que se incorporaron a la lucha popular mediante esta vía. Y se logra recuperar la influencia del PCS entre las masas obreras. Las masas campesinas continuaban siendo víctimas del temor que venía desde 1932. Agregado a esto que este instrumento legal, el PAR Nueva Línea, fue ilegalizado luego de las elecciones. Incluso la campaña sirvió para estimular el movimiento huelguístico de 1967-1968 y romper con la paralización de este instrumento de lucha que venía desde hace veinte años.

Y en abril de 1967 se desarrolla la huelga de los trabajadores de la fábrica Acero en Zacatecoluca que motiva la unidad en la acción entre las dos principales centrales sindicales (FUSS y CGS) y que incluye el desarrollo de una Huelga General Progresiva así como la huelga de panificadores de fines de ese año, que incluye una huelga de hambre del propio Salvador Cayetano Carpio, secretario general del PCS en ese entonces.

También fue importante la participación del PCS en la primera huelga magisterial a principios de 1968, que tuvo como expresiones una concentración permanente frente al ministerio de educación así como la ocupación de decenas de escuelas públicas, la cual marca un importante momento histórico de ruptura del control ideológico de la dictadura sobre las capas medias y provoca la realización de grandes manifestaciones y concentraciones de masas, muchas de estas reprimidas, las cuales contribuyen a abrir y profundizar la crisis política del régimen dictatorial.

Los sectores populares se lanzaron a la calle en defensa de los maestros y maestras así como los acompañaron en la defensa de sus escuelas tomadas. En esta jornada de solidaridad con los maestros el Partido fue fuertemente golpeado ya que perdió a dos valiosos cuadros comunistas del sector sindical: Saúl Santiago Contreras y Oscar Gilberto Martínez, los cuales fueron secuestrados, torturados y sus cadáveres abandonados para generar temor.

Asimismo la dictadura militar asesina en San Miguel al miembro del PCS Jaime Hernández, y en Sonsonate al militante comunista Dr. Alberto Vásquez Cárcamo. Entre los que acompañaron a los maestros se encontraba el dirigente del PCS, Raul Castellanos Figueroa.

Raúl Castellanos Figueroa

Raúl Castellanos Figueroa nace el 14 de diciembre de 1924 en San Salvador. Su padre fue el también comunista Jacinto Castellanos Rivas, la ultima persona que conversa con Farabundo Martí. A los veinte años forma parte del comité secreto de huelga de los estudiantes universitarios, que logra el derrocamiento del General Hernández Martínez en mayo de 1944, además durante ese periodo fue el director de Opinión Estudiantil, editada dentro de la más rigurosa clandestinidad.

En octubre de1944 huye de la represión osminista hacia México donde estudia economía en la UNAM. En 1949 ingresa al Partido Comunista de El Salvador. En 1950 conoce en México a la comunista tica Rosa Braña, contraen matrimonio y ambos regresan ese año al país. Rosita muere en el 2002. Tienen dos hijos, ya fallecidos ambos, Roberto y Florencia Castellanos Braña.

En 1959 por encargo del PCS asume la tarea de dirigente del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM y desde esta posición, desde el triunfo de la Revolución Cubana, se distingue por su vigorosa solidaridad con el pueblo cubano, tanto que en octubre de 1962 fue secuestrado y luego encarcelado junto con el secretario general de la CGTS, Antonio Velasco Iglesias, luego de un mitin en la Plaza Libertad en apoyo al proceso revolucionario de ese país. Posteriormente son entregados a la dictadura guatemalteca del General Idígoras Fuentes, que a su vez los expulsa hacia México.

En 1961 Raul (Pablo)propone y se aprueba la creación del Frente Unido de Acción Revolucionaria, como parte de una estrategia de enfrentamiento político-militar con la dictadura, en polémica con Salvador Cayetano Carpio (Saúl), que regresaba de la URSS con la tesis de la coexistencia pacífica (Santacruz 1999).

Schafik (Sánchez) respalda a Castellanos y desde ese momento inicia una aguda y muchas veces sorda disputa al interior del PCS que estalla en 1970 con la salida de Sául. A principios de 1968 se incorpora a las jornadas en solidaridad con la huelga de los maestros de ANDES 21 de Junio. En 1969 dirige el Departamento de Periodismo de la UES y funda el periódico Primera Plana.

Ese año 1969 en el marco de la represión de la dictadura, colocan una bomba en su residencia en la Colonia Flor Blanca. Fallece cumpliendo una responsabilidad partidaria, como miembro del Secretariado del PCS, el 30 de octubre de 1970 en Moscú, entonces capital de la Unión Soviética.

El viernes 20 de noviembre llegan sus restos al Aeropuerto de Ilopango y son recibidos por centenares de simpatizantes y amigos que acompañan el ataúd cubierto con la bandera roja con la hoz y el martillo, del PCS. Se escuchan las notas del Himno Nacional y La Internacional., luego es trasladado a la UES, donde se le vela en el Auditórium de la Facultad de Derecho. Sus exequias se convierten en un acto de denuncia política contra la dictadura militar.

En su entierro, Schafik Handal, a nombre del PCS expresó que “es grande la tristeza que oprime los corazones de nosotros, los comunistas, en este momento en que cumplimos la dolorosa tarea de entregar a la madre tierra los resto de nuestro querido camarada, Raúl Castellanos Figueroa…A muchos de nosotros, tu nos guiaste en nuestros primeros pasos, cumpliendo la tarea que te había encomendado el Comité Central.”

Salvador Cayetano Carpio

Salvador Cayetano Carpio nace en el 6 de agosto de 1919 en Santa Tecla. Estudia en San Salvador como seminarista, pero no concluye y viaja a Guatemala y trabaja en la Panadería del Hospital de Antigua. En 1940, de 21 años, regresa a El Salvador y se incorpora al trabajo en panaderías privadas.

En junio de 1943 crea la Asociación de Obreros Panificadores Federados de El Salvador, bajo el gobierno del General Martínez, conduce su primera huelga y logra el 17 de este mes un aumento salarial junto con la disminución de la jornada laboral. En reconocimiento a esta victoria esa fecha es nombrada el Día de los Panficadores.

En 1945, bajo el gobierno del Coronel Castaneda Castro, dirige una segunda huelga de panificadores, la cual es mediatizada por el régimen. En1946, al encontrarse preparando una tercera huelga, en agosto de ese año es capturado y encarcelado. Los panificadores se lanzan a la huelga exigiendo además de sus reivindicaciones salariales, la liberación de su secretario general.

En 1947, a través del abogado Antonio Vasilius Hidalgo, ingresa al Partido Comunista de El Salvador. Un año después, en 1948 es nombrado Secretario Nacional de Organización del PCS por su destacado rol en la organización del clandestino Comité de Reorganización Obrera Sindical, CROSS, el cual luego es legalizado y estuvo ubicado en el antiguo Edificio Dueñas. En este bregar conoce a su compañera de vida y lucha, Tulita Alvarenga, fundadora del Sindicato de Bebidas y Gaseosas.

A mediados de 1949, bajo el gobierno del Coronel Osorio, es expulsado a Nicaragua. Al regresar pasa por Honduras y luego por Guatemala, donde participa el 28 de septiembre de 1949 en la fundación del Partido Comunista de Guatemala. Posteriormente viaja a México, conoce al líder comunista Blas Roca y es invitado para un curso sindical en La Habana, por lo que regresa a El Salvador en octubre de 1950. De esta experiencia internacional escribe el folleto El Sindicalismo Revolucionario.

En marzo de 1951, durante la primera ola represiva osorista, es expulsado de nuevo a Nicaragua, y al poco tiempo regresa clandestinamente. El 26 de septiembre de 1952 es capturado, encarcelado, y torturado salvajemente junto con su compañera Tulita. De esta experiencia escribe Secuestro y capucha. Es liberado hasta julio de 1954 por las gestiones legales de su camarada Jorge Arias Gómez. Sale hacia la URSS a estudiar por dos años y medio en la Escuela Superior de Cuadros del Partido Comunista de la Unión Soviética.

En 1956 viaja a la República Popular China. En 1957 regresa y se incorpora a la CGTS. En 1961 viaja a la Unión Soviética y regresa en 1963. En marzo de 1964 Saúl es nombrado por el V Congreso del PCS como secretario general. En octubre de 1965 participa en la creación de la FUSS y luego de FESTIAVTCES, asimismo del Comité Obrero de Acción Política, COAP. En abril de 1967 participa en la conducción de la huelga de Acero S. A y en septiembre de ese año acompaña la huelga del sindicato de panificadores, en la que 20 de ellos se declaran en huelga de hambre frente al Palacio Nacional.

El 30 de marzo de 1970 por diferencias políticas e ideológicas, renuncia a su cargo de secretario general del PCS. El 1 de abril inicia la construcción de un esfuerzo político-militar junto con 4 estudiantes de Medicina (Benito, Vargas, Sergio, Salvador Moncada), tres líderes obreros (Dimas Alas, Ernesto Morales y Armando Arteaga)y dos mujeres, su esposa (Tulita) y su hija (Emma Guadalupe), que dos años después, en agosto del 72 asume el nombre de Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”, FPL. En el caso de Arteaga, se sale de este grupo inicial y se integra al ERP como “Pancho” y es asesinado en mayo de 1975 junto con Roque Dalton.

El 1 de agosto de 1975 las FPL funda el Bloque Popular Revolucionario, BPR, la mayor organización popular en la historia de El Salvador. Durante la Guerra Popular Revolucionaria, las FPL tuvo su base principal en las montañas de Chalatenango, y fue una de las principales organizaciones que constituye en octubre de 1980 el FMLN. Saúl se transforma en Marcial y forma parte de la primera Comandancia General del FMLN, que también incluye a Schafik Handal (Simón), Joaquín Villalobos (Atilio), Eduardo Sancho (Ferman Cienfuegos) y Francisco Jovel (Roberto Roca).

El 12 de abril de 1983 en Managua, Nicaragua, luego de cuarenta años de lucha, 4 en el sindicalismo, 23 en el PCS y 13 en las FPL, Salvador Cayetano Carpio decide suicidarse en medio de acusaciones de ser el responsable del asesinato el 6 de abril de la profesora Mélida Anaya Montes, (1929-1983) segunda responsable entonces de las FPL. El FMLN respalda estas acusaciones. Es sustituido en 1983 en la dirección de las FPL por el profesor Salvador Sánchez Ceren (Leonel), presidente electo de El Salvador 2014-2019.

El Epílogo del PCS al Diario del Che en Bolivia. 1968

A finales de 1968, bajo el gobierno del General Fidel Sánchez Hernández (1967-1972), se publica por Ediciones Rumbo, casa editorial del PCS, el Diario del Che en Bolivia, con un agregado al final que analiza desde la perspectiva estratégica del PCS la experiencia vivida por el Che.

Plantea que “el Che reúne la valentía ilimitada con la voluntad férrea de alcanzar el ideal aun a costa de sacrificar todo lo concerniente a uno mismo –incluso la vida-; reúne la más ardiente rebeldía contra todo lo que es injusto que pretende perdurar bajo el manto de la santificación dogmática, con la más alta y humanista militancia del internacionalismo revolucionario que le hizo combatiente de todos los pueblos: argentino que combatió por la Revolución cubana y que no encontró dentro de sí fronteras para combatir por la Revolución boliviana y entregar su vida en aras de ella, como la habría entregado sin duda por la revolución salvadoreña o de cualquier otro país de América Latina y el mundo.”

Sostiene que “es, al mismo tiempo que un testimonio de la más elevada moral revolucionaria, un documento de inestimable valor para el análisis estratégico, frío, racional. ¿Cómo sale de la prueba la concepción estratégica del “foco guerrillero” como punto de partida de la revolución? Esta es la interrogante inevitable, ineludible, que encierra a su vez muchas otras interrogantes y que debe ser respondida a la vista del Diario del Che…porque durante los ultimo ocho años se han realizado en el continente decenas de fallidos intentos por crear y desarrollar victoriosamente focos guerrilleros guiándose precisamente por esta misma concepción.”

Agrega que “ninguno de esos intentos dejó un testimonio tan fiel como este de Bolivia y ningún guerrillero latinoamericano habría sido más autorizado que el Comandante Guevara para escribirlo. Quienes se interesen por la suerte de la revolución latinoamericana, deben plantearse la tarea de realizar el análisis del foco guerrillero a la luz del Diario del Che…”

Establece que “renunciar la análisis frío y crítico de la experiencia reflejada en el Diario del Che…sería convertir este documento en un modelo de cómo debe morir un revolucionario, honrosamente, heroicamente pero no le extraeríamos las enseñanzas que arroja para resolver el problema de cómo hacer la revolución…Teniendo en cuenta estas necesidades apremiantes de la revolución latinoamericana, nos permitimos discordar con la opinión que vierte el compañero Fidel Castro en su prólogo al Diario del Che…condenando a todos aquellos que lleguen a la conclusión de que este se equivocó…”

Puntualiza que “vistos los hechos fría y racionalmente como debe procederse en todo análisis revolucionario, la guerrilla el Che en Bolivia no fue parte de la lucha de clases interior de ese país, no surgió de esa lucha de clases como su forma superior, ni se desarrolló en combinación con las demás formas de esa lucha…No pretendemos dar lecciones a Fidel y menos demostrar que el Che fue un iluso. Es el mismo Fidel en La Historia me absolverá y en algunos de sus discursos quien nos ha ayudado, y continuara ayudando a las nuevas generaciones de revolucionarios, a comprender el nexo esencial que hay entre la lucha política y la lucha armada, la dependencia histórica de la segunda respecto a la primera.”

Concluye que “corresponde los revolucionarios de cada pueblo determinar en base de las condiciones concretas en que se desarrolla la lucha de clases interior, lo mismo que tomando en cuenta los factores exteriores de la lucha de clases, cuando y cómo llevarían a las masas al combate armado. Nuestro Partido tiene en este puntos sus propias concepciones en cuanto a la lucha armada en nuestro país pero no es esta la oportunidad para exponerla.”

Manifiesto del 1 de mayo de 1968

El 1 de mayo de 1968, en su tradicional manifiesto, el PCS indica que “los trabajadores salvadoreños llegan a este Primero de Mayo más robustos en su organización y su conciencia. El Primero de Mayo del año pasado lo celebramos dos días después de haber concluido con una victoria rotunda la grandiosa Huelga General Progresiva en apoyo a los obreros de Acero S. A., y en defensa del derecho de huelga amenazado por toda la clase patronal y el gobierno unidos.”

Evalúa que “cuando las huelgas comenzaron en 1967, el gobierno de Rivera, próximo a terminar su periodo y en el marco de la campaña electoral presidencial, se vio obligado a adoptar una posición no tan represiva…pero los hechos se encargaron de evidenciar el predominio en el partido oficial, en el gobierno, en el Ejército, del sector más retrogrado, formados por los partidarios del garrote y la masacre.”

Considera que “ganar al hermano rural para el movimiento popular de las ciudades, incorporar al campo a la ruta a iniciada por la ciudad hacia la democracia, la independencia nacional y la revolución social: tal es la tarea primordial que tiene ante sí como un reto histórico el movimiento revolucionario y popular salvadoreño.”

Sostiene que “como partido revolucionario de vanguardia, el PCS ha sido fiel al expreso deseo de las masas en el sentido de realizar su lucha por una vía sin violencia. No ha tratado nuestro Partido de forzar a las masas a utilizar la violencia contra su deseo, ni tampoco ha aceptado las viles provocaciones de los “rabiosos” que pretenden empujarnos por desesperación a presentarles batalla en el terreno que ellos han elegido para ensangrentar una vez más al país y destrozar a fuerza de masacre y represión el grandioso movimiento popular que esta en desarrollo.”

En 1968 Salvador Cayetano Carpio, Saúl, a nombre del PCS realiza una visita oficial a Cuba. Y también el PCS se pronuncia este año con respecto a los acontecimientos en Checoslovaquia manifestando que el envío de tropas estaba justificado solo “si el socialismo estaba en peligro en este país por la conspiración del imperialismo y de los enemigos internos.” O sea se dio un apoyo condicionado lo que generó malestar en algunos partidos comunistas y fue calificado posteriormente por Saúl como expresión de “derechismo “y “antisoviétismo.”

El PCS en Conferencia Mundial de Partidos Comunistas en Moscú, 1969

En junio de 1969 Saúl participa a nombre del PCS en la Conferencia Mundial de Partidos Comunistas y Obreros, realizada en Moscú. En su discurso plantea que:
“El imperialismo yanqui está utilizando como un instrumento de su penetración económica en nuestro país y en el resto de la América Central al Mercado Común y a la Integración Económica Centroamericana. A traves de ellos, se apodera de las industrias, ahoga al capital nacional, explota en forma directa la fuerza de trabajo de nuestra clase obrera y se convierte en un factor directo de la lucha de clases interna. En virtud de este proceso, la lucha directa entre los obreros y los patronos no está circunscrita al terreno del capital interno, sino que, cada vez en mayor medida, está entablada contra los monopolistas yanquis que, ya sea solos o en compañía de la oligarquía interna, a través de las sociedades de capital mixto, exprimen el sudor de la clase obrera y de los campesinos pobres.”
“Los imperialistas yanquis ejercen creciente dominio sobre la política interna del gobierno, sobre su política económica, sometiéndola a planes ligados estrechamente a los intereses de los monopolios yanquis y controla, a través de la ejecución de tales planes y del control directo de sus técnicos y comisiones, muchas instituciones del Estado. “
“El pueblo de El Salvador y su clase motriz fundamental: la clase obrera, saben que en las condiciones de nuestro país, con más de 37 años de dictadura militar prooligárquica y proimperialista, es necesario utilizar todos los medios de lucha adecuados a cada momenta dado. Se organiza, moviliza y lucha diariamente por sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales inmediatas y, en el fuego de esas luchas, eleva su conciencia, su organización y su disposición revolucionarias, pues esta completamente claro en nuestro país que debido a las condiciones que han creado los enemigos de su desarrollo independiente el pueblo salvadoreño podrá llegar al Poder sólo a través de la lucha armada, íntimamente ligada a otros medios de lucha política. El Partido Comunista de El Salvador pone todo su empeño en colocarse al frente de las luchas de las masas populares, las conduce en sus combates por las demandas inmediatas y prepara al pueblo para las batallas decisivas por su liberación definitiva.”
La posición del PCS en relación a la guerra con Honduras en 1969.
No obstante diversos esfuerzos por justificar las actuaciones del PCS con relación a la guerra con Honduras, es evidente que sucumbió en diversos grados al ambiente generalizado de chovinismo imperante. Incluso posteriormente se ha reconocido esto así como se han explicado las razones que estuvieron a su base. Saúl no se encontraba en el país y desde Costa Rica hizo un llamado a los soldados a cambiar la dirección de los fusiles, y al regresar se dedica a pasar factura por los errores cometidos. En el caso de Pablo y de Emilio, en julio de 1969, se dedicaron luego de la divulgación en la UES de un pronunciamiento del PCS en apoyo a la guerra, a ir a la Plaza Libertad a desmentir y denunciar el falso pronunciamiento. (Santacruz 1999).
En agosto de 1969 la comisión política del PCS organiza una reunión para evaluar la situación del país después de la guerra y para definir la línea de actuación del Partido. Y se aprueba un pliego de medidas concretas propuestas, en particular relativas a la participación electoral.

En octubre de 1969 se realizan tres sesiones ampliadas del comité central del PCS en el que se evalúa la conducción política del Partido en el reciente conflicto con Honduras, concluyéndose que se habían cometido errores de derecha que se explicaban por el ambiente generalizado de chovinismo predominante en esos momentos.

Durante el desarrollo de estas reuniones se realiza un intenso y agrio debate entre Saúl y los miembros de la célula Frank País de la Unión de Jóvenes Patriotas, UJP, por una parte, y los miembros de la Comisión Política por la otra. Saúl propone en las reuniones, que se suspenda la calidad de miembros del Partido a todos sus militantes, para luego escoger a aquellos que merecieran tal calidad, a fin de crear un partido de nuevo tipo.

Se aprueba abrir la discusión en el Partido sobre su conducta en la guerra con Honduras así como sobre su línea estratégica y táctica, en particular la participación electoral. Este último tema se convierte en otra fuente de conflicto entre los partidarios de Saúl y la mayoría de integrantes de la comisión política. Saúl expresa su oposición a participar en las elecciones, así como a establecer alianzas con fuerzas democráticas.

El séptimo periodo, que va del 31 de marzo de 1970 a diciembre de 1979.

El 31 de marzo de 1970 Salvador Cayetano Carpio, conocido como Saúl, renuncia a su cargo de secretario general, rompe con el PCS y se sumerge en la clandestinidad para formar una organización político-militar, que en 1972 se proclama como las Fuerzas Populares de Liberación, FPL “Farabundo Martí”. Saúl fue acompañado por otros catorce militantes del Partido y la Juventud Comunista que renunciaron al PCS, entre estos los cuatro miembros de la Frank Paíz, su esposa (Oneida) hija (Cristina), así como tres sindicalistas.

El mérito histórico de Carpio, conocido posteriormente como Marcial, fue el de crear una nueva situación política, al romper el paradigma vigente desde 1932, identificar la viabilidad de la lucha armada y construir la primera organización político-militar para combatir a la dictadura. En marzo de 1972 surge públicamente otra organización político-militar de izquierda, el Ejercito Revolucionario del Pueblo, ERP, originada en El Grupo, que en mayo de 1975 se divide, creándose la Resistencia Nacional, RN. Posteriormente en septiembre de 1976 surge el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC. El factor subjetivo de la revolución avanzaba aceleradamente.

El VI Congreso del PCS de agosto de 1970

En agosto de 1970 se celebra el VI Congreso Extraordinario del PCS, con el propósito principal de elegir un nuevo comité central y donde se evalúa la salida de Saúl y se elige un triunvirato para conducir el partido, integrado por Raúl Castellanos Figueroa (Pablo), Roberto Castellanos Calvo (Bobby) y Schafik Handal (Emilio) que antes habían integrado el llamado Secretariado junto con Saúl. En este congreso se aborda como tema principal lo que se califica como el “proceso de aparecimiento y desarrollo de la actividad fraccional” que se ubica de agosto de 1969 a marzo de 1970.

Llegan en este VI Congreso al Comité Central, Américo Mauro Araujo, Raúl Vargas, Dagoberto Sosa, y Rolando Orellana. Y se mantienen Domingo Santacruz, Rafael y Mario Aguiñada, Adán Chicas, Miguel Ángel Sáenz Varela, Alfredo Acosta Díaz, Julio Cesar Castro Belloso y Carlos Quijano.

En el Informe del comité central presentado ante el VI Congreso, en el que participaron representantes de células de diez departamentos, se establece que “los organismos de dirección nacional fueron reestructurados en el V Congreso de acuerdo a los nuevos estatutos. Sin embargo, algunos de los vicios que se arrastraban desde hacia muchos años no fueron superados completamente en los nuevos organismos, lo que trajo con el tiempo, deformaciones cada vez más marcadas que incidieron en su trabajo y en las debilidades de todo el Partido.”

Señala que “los fundamentos de la Dirección colectiva han sufrido serios perjuicios en la mayor parte del tiempo que ha durado la gestión del Comité Central que hoy rinde este informe. El Secretario del Comité Central se constituyó en el centro de dirección política y administrativa del partido, concentrándose en él casi todos los atributos de dirección, con excepción de aquellos que claramente corresponden al Comité Central y al Congreso. En este terreno, sustituyó prácticamente a la Comisión Política en algunas de sus funciones de dirección, con lo cual se contribuyó a que dicho organismo no haya ocupado durante considerable tiempo el papel que le correspondía jugar.”
Indica que “en tal situación se desarrollaron deformaciones tales como las siguientes: a)la membresía del Partido se acostumbró a considerar como dirigentes casi exclusivamente a los miembros del Secretariado: Saúl (Carpio), Emilio (Handal), Pablo (Castellanos Figueroa), Bobby (Castellanos Calvo): b) los nuevos cuadros de dirección se vieron despersonalizados y no encontraron las condiciones para el desarrollo de su personalidad como dirigentes; c) no hubo una actitud correcta hacia la crítica en la dirección y tampoco se estimuló el ejercicio de este principio por la base del Partido.”
“Como se indica más arriba, el irrespeto de las normas de la dirección colectiva y la suplantación por el Secretariado, de las funciones de la Comisión Política, determinaron que la Comisión Política durante casi cuatro años no haya jugado su papel de dirección política del Partido. A esto hay que agregar que no todos sus componentes se entregaron de lleno con entusiasmo y responsabilidad al desempeño de sus obligaciones.”
“En los seis años que han corrido desde que se celebró el V Congreso (1964) se ha hecho algunos esfuerzos por crear las comisiones indispensables del Comité Central, pero a estas alturas únicamente funcionan cuatro: organización, Rural, Sindical, Comisión Militar que no son un modelo de funcionamiento, capacidad y eficacia, pero que pueden llegar a serlo en un relativo corto plazo. El trabajo de propaganda ha conseguido mejorarse, pero camina con retraso la formación de la comisión respectiva.”
“En lo que se refiere a la Secretaría General, en ningún momento ha jugado a cabalidad su papel de coordinación de la actividad de las distintas comisiones del Comité Central y sus miembros. La falta de claridad sobre el significado de este cargo y la abundancia del estilo artesanal del compañero Saúl, fueron los factores principales que incidieron a ello.”
Plantea que “la excesiva centralización ha sido el elemento más dañino habido en la dirección del Partido. Esto produjo un enorme grado de influencia y poder de decisión, sobre los más diversos problemas, entre los miembros del Secretariado del Comité central, lo que al desarrollarse, ha causado serios daños al Partido y a los propios compañeros, así como al desarrollo de otros cuadros en formación.”
“La exagerada centralización consolidó un fenómeno lesivo a la dirección colectiva y que denominamos departamentalismo, con lo que se trata de explicar la incorrecta práctica de que un sólo camarada centralizaba gran cantidad de las más diversas tareas: abiertas y secretas, internas y externas, disponiendo este compañero de crecido número de cuadros de dirección nacional e intermedia y de activistas, lo mismo que de gran cantidad de medios materiales y económicos.”
Agrega que “la línea trazada por el V Congreso se presenta así como una 1ínea aparentemente multifacética y completa. Sin embargo, en los esfuerzos por corregir la ya mencionada unilateralidad -que constituía un evidente error izquierdista— siendo nuestro Partido débil ideológicamente y teniendo una composición social marcadamente inclinada hacia la pequeña burguesía, en el mismo proceso de elaboración de la línea que después aprobó el V Congreso, se produjo una tendencia a incurrir en errores del tipo contrario. Nuestra actividad durante los dos primeros años siguientes al Congreso demostró en la práctica que esa era la tendencia surgida del proceso de lucha ideológica habido dentro del Comité Central anterior.”
“En 1964-65 continuaba el reflujo iniciado a fines de 1962, y tales condiciones dificultaban la aplicación de la línea trazada por el V Congreso. Esa línea encerraba cierta tendencia a unilateralizar el trabajo en el sentido de la lucha económica reivindicativa, lo cual, unido a las condiciones del reflujo hizo que durante esos dos años desapareciera de nuestra parte, casi totalmente, la agitación política y la lucha política de masas.”

El movimiento huelguístico de 1967-68

“El movimiento huelguístico de 1967-68 ha tenido una alta significación para nuestro partido y para todo el movimiento revolucionario: puso a prueba nuestras viejas modalidades y concepciones de trabajo en el frente sindical, sacando a flote virtudes y defectos de sus cuadros; puso a prueba la capacidad de dirección táctica de los organismos superiores del Partido, poniendo a la vista de todos las virtudes y defectos de sus cuadros integrantes, demostrando lo erróneo de ciertas concepciones que habíamos venido conservando sin la crítica de la vida y la ineficiencia de nuestra organización a todo nivel. E1 movimiento huelguístico y en particular huelgas de panificadores y la de maestros, mostraron nuestra debilidad y rezago en la tarea de preparación político-militar.”

Reconoce que “frente al movimiento huelguístico de 1967 una parte de nuestros cuadros en el frente sindical, encabezados por Saúl, mostró sensibilidad y puso en práctica ágiles iniciativas para realizar una activa y sacrificada cooperación práctica y promover la solidaridad con los huelguistas así como la unidad de acción cuando se trataba de sindicatos afiliados a otra centra1. Así el Partido pudo influir hasta cierto punto en el desenvolvimiento y los éxitos de varias huelgas. Experiencia culminante de esos métodos ágiles, amplios y combativos fue la de abril de ese año, en torno a la huelga de los trabajadores de la fábrica Acero S. A. que condujo a la victoriosa Huelga General Progresiva.”
Aclara que “fue precisamente sobre la base de las condiciones que crearon las huelgas y las dos campañas electorales (1967 y 1968) que surgieron las discusiones en los organismos de dirección del Partido, las cuales iniciaron el proceso que finalmente desembocó en el fraccionalismo. La huelga general progresiva arrojó importantes enseñanzas, pero su asimilación por el conjunto de la Comisión Política y del Comité Central fue obstaculizada por las acusaciones que Saúl planteó entonces en contra de los otros tres miembros del Secretariado, a quienes imputaba haber estado en contra de la huelga general, lo cual no era verdad. Las discusiones agrias en torno a la dilucidación de ese punto no permitieron un balance suficientemente profundo de las enseñanzas de aquella victoriosa jornada pero, de todas maneras, el balance estableció algunas deducciones importantes que fueron aceptadas en apariencia unánimemente.”
“Como es sabido, Saúl y el grupo de compañeros cercanos a él, sacaron en realidad la deducción de que la huelga general se puede producir a voluntad, independientemente de las condiciones existentes en cada momento, pues lo que permite hacerla o no es nuestro deseo, nuestra voluntad combativa, a partir de la cual todo es posible; y por esa deducción se guiaron en adelante. Con esa concepción distinta a la que extrajo colectivamente la Comisión Política y el Comité Central de la experiencia de la huelga general progresiva de abril, fue organizada la huelga de panificadores a fines de 1967.”
“La huelga del pan estaba destinada a triunfar “porque se desataría en su apoyo la huelga general, al menos de los sindicatos afiliados a la FUSS, tal fue el esquema táctico principal que fue difundido entre los trabajadores afiliados a el sindicato respectivo. El fracaso de esa táctica, asentada en una concepción voluntariosa y, por tanto falsa, dio origen a la desesperada marcha de Saúl hacia el izquierdismo, buscando en las acciones de violencia espontánea y en su propio sacrificio personal, un asidero para sa1var la huelga, mientras se predicaba la acusación de que la dirigencia de la FUSS había traicionado e impedido la huelga general.”
Se reconoce en el VI Congreso que “la línea del V Congreso fue incompleta en cuanto a orientar el trabajo político-militar del Partido. No fueron abordados la preparación del Partido y su papel en la dirección y aplicación de la línea político-militar así como la preparación de las masas y de sus organizaciones para esta tarea. Salimos del Congreso conservando la idea de que la cuestión militar era u asunto del que debía encargarse en exclusiva la Comisión Militar y no una tarea estratégica que debía dirigir la Comisión Política y el Comité Central y que debía tomar en sus manos todo el Partido.”
“Nuestro Partido ha sufrido el ataque a su unidad emprendida bajo las banderas del izquierdismo. Durante el desarrollo de la actividad fraccional, que duró pocos meses, se puso a prueba la convicción y la tradición unitaria de nuestro Partido. Los fraccionalistas fracasaron en su intento de provocar una división en dos bloques y no pudieron avanzar mucho más allá de sus propios límites de grupo. Pero todo esto no quiere decir que el peligro esta conjurado y mucho menos que no hay nada que corregir.”
“Tampoco quiere decir que ninguno de los argumentos y señalamiento de los fraccionalistas carezca de justeza o que no amenace al Partido más que la desviación izquierdista. Nuestro Partido adolece de muchos defectos .La dirección del Partido ha cometido errores de derecha. Tal es el caso de los errores cometidos durante el conflicto con Honduras, que fueron sometidos a crítica durante tres sesiones ampliadas del Comité central en octubre de 1969 y cuyo pliego de conclusiones esta anexo a este informe.”
Se explica que la existencia de “la fracción “comienza con una serie de reuniones promovidas por los cuatro miembros de la Base Frank País (integrada por estudiantes de la Facultad de Medicina de la UES y que luego renunciaron colectivamente al PCS incluso antes que Saúl) a las que se invitaba a integrantes de otras células a espaldas del Comité Departamental (que estaba conducido por Blas Escamilla) y de la Comisión Política, pero con el conocimiento y respaldo de Saúl. En estas reuniones se criticaba duramente la actuación de la dirección del PCS durante el conflicto con Honduras.”

Se evalúa que “la gran tradición de unidad cultivada en nuestro Partido por mucho tiempo, es sin duda, el factor subjetivo más fuerte que se levantó como muro de contención frente a la actividad fraccional, tanto en los organismos de dirección como en el Partido en conjunto.”

Considera como factor del surgimiento de la fracción en primer lugar, “sus concepciones no marxistas acerca de las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución. Según él, en nuestro país están ya maduras las “condiciones objetivas “y solamente hacen falta madurar las condiciones subjetivas.”

Y en segundo lugar se considera la personalidad de Saúl, caracterizada por “su apasionamiento personalista, su formación dogmática, su místico posesionamiento de la idea de ser él una especie de guardián y encarnación de la pureza proletaria en el Partido, sus complejos sicológicos de inferioridad, su tendencia enfermiza al subjetivismo…”

Se concluye que “la línea que el grupo desprendido del Partido parece impulsar, no es, la suma de opiniones sostenidas por Saúl en los últimos tres años. Lo que allí predomina es el izquierdismo pequeño burgués del tipo antipartidista que se ha difundido en la América Latina.”

Lineamientos básicos de la táctica del PCS. Octubre de 1970

El 18 de octubre de 1970 se realiza un pleno del comité central y se publican sus decisiones con el titulo Lineamientos básicos de la táctica del PCS. El pleno aborda el marco latinoamericano y el marco mundial. Y sobre el programa de reformas del presidente Sánchez Hernández opina que “el programa que el gobierno de Sánchez Hernández se encuentra impulsando responde precisamente a la línea actual del imperialismo yanqui para América Latina, ha sido inspirado por él. Sánchez Hernández ha oscilado varias veces entre las posiciones reformistas y las conservadoras. Las presiones de la oligarquía lo hicieron abandonar en 1968 el proyecto de reforma fiscal, bancaria y agraria.”

“Las reformas que entonces pretendían impulsar el gobierno se encontraban bajo su signo anti-oligárquico derivado del planteamiento de los reformistas burgueses “cepalistas” y del “Kennedysmo”. La orientación que Nixon imprimió a la línea yanqui hacia el continente ha permitido reconciliar con las oligarquías y ajustar el programa de reformas a lo que estas toleran. El actual programa de reforma que Sánchez Hernández anuncia, con tanto ruido, es de éste último tipo; ha sido negociado ya en lo fundamental con la oligarquía.”
Analiza que “en El Salvador la guerra contra Honduras elevó el prestigio de los militares, la influencia política del gobierno y de su partido, todo lo cual pudo medirse en las elecciones del 8 de marzo pasado. Basándose en el crecimiento de su influencia política, el gobierno de Sánchez Hernández parece tener la iniciativa frente a una oposición menguada por las elecciones de marzo y dispersa en cuanto a la acción. El imperialismo yanqui ha reforzado grandemente su influencia en el gobierno de Sánchez Hernández.”
Opina que “en comparación con el comienzo de la década de los años sesenta, la organización e influencia de las organizaciones de masas (sociales y políticas) han experimentado cambios de consideración. 1. A principios de la década que acaba de concluir, la organización sindical se enmarcaba en la CGTS y la CGS. Ambas centrales (más la primera que la segunda) eran en extremo débiles. La CGTS se reducía a unos pocos sindicatos, en su mayoría de obreros artesanales, cuyo movimiento, pujante en otra época, se encontraba ya a esas alturas en franco desmoronamiento.”
Agrega que “el último movimiento huelguístico registrado en nuestro país se remontaba al año 1946 y a principios de los años 1960 la posibilidad de que se realizaran huelgas era remota. A fines de la década pasada el panorama había cambiado notablemente. En 1965 desapareció la CGTS, después de que ella llegó a un acuerdo con un grupo de Sindicatos grandes de obreros industriales, encabezados por la UTF, para constituir la Federación Unitaria Sindical de El Salvador (FUSS) y esta central pronto adquirió prestigio por su fidelidad a los intereses de la clase obrera, por sus métodos combativos y unitarios de acción, y se ensanchó orgánicamente con cierta celeridad. En 1968 la FUSS dio origen a la FESTIAVTSCES, como parte de un plan para llegar a constituir una Confederación (para lo cual se necesitan 3 Federaciones).”
“En enero de 1967, después de una serie de avances de las fuerzas revolucionarias en el movimiento sindical y después de madurar los imprescindibles factores objetivos, estalló el movimiento huelguístico de los obreros industriales…El movimiento huelguístico abrió una nueva etapa de desarrollo del movimiento revolucionario en nuestro país, iniciando el desplazamiento de la hegemonía en el movimiento revolucionario desde los círculos estudiantiles y pequeño burgueses en general, hacia la clase obrera, la esencia clasista del movimiento revolucionario se ha reforzado. Este desplazamiento de la hegemonía y ese reforzamiento de la esencia clasista proletaria, están en la base de las disensiones aparecidas en nuestro movimiento revolucionario; sin descartar desde luego la gran influencia del fenómeno internacional.”
Establece que “durante la década pasada se experimentaron cambios notables también en cuanto a las organizaciones políticas. No existían partidos políticos permanentes de masas hasta 1960. Durante la década pasada surgió y se desarrolló el PDC, mientras fue reconstruido el Partido oficialista, después de haber sucumbido el PRUD bajo los go1pe de la lucha de masas que derribó a Lemus. La reforma a la Ley Electoral, aceptando el sistema de la representación proporcional en la Asamblea Legislativa, aprobada en 1963, fue un factor de estimulo para la organización y desarrollo del PDC.”
Precisa que “el rezago de la organización del Partido revolucionario de masas se deja sentir en distintos aspectos de nuestro trabajo por llevar a la clase obrera el papel hegemónico que le corresponde desempeñar y es muy sensible su repercusión negativa sobre nuestros esfuerzos por organizar a las masas del campo donde el movimiento cristiano, apoyándose en gran medida en los avances del PDC, nos ha aventajado sin lugar a dudas.”

“Durante los últimos 5 años se ha venido perfilando en nuestro país un sector progresista entre el clero y sus actuaciones se han dejado sentir con creciente vigor. El centro principal de este sector se encuentra en la Diócesis de San Salvador, donde se apoya en un grupo de curas sa1vadoreños y algunos extranjeros, españoles y belgas especialmente…”

“El contenido clasista de este movimiento es predominantemente pequeño burgués, pero la influencia de las posiciones más avanzadas, proletarias, se dejan sentir entre algunos de los curas y tienden a radicalizar su movimiento y acercarlo a la unidad de acción con el movimiento revolucionario encabezado por nosotros. Esta tendencia es positiva y nosotros debemos ir a su encuentro. No obstante, no debemos perder de vista que este movimiento, como todos los movimientos pequeños burgueses revolucionarios, lleva en si la disputa de la hegemonía en el movimiento popular por la revolución nacional liberadora y que es una tarea estratégica nuestra conquistar la hegemonía por el proletariado y su Partido.”

Sobre el trabajo en la UES señala el documento que “en los pasados 10 años se han operado cambios significativos en la Universidad. A comienzos de los años 60 el alumnado llegaba apenas a unas 2,700 personas, en la actualidad bordea los 10,000. La reforma iniciada en 1963 bajo la rectoría del Dr. Castillo promovió la reorganización académica y administrativa. Los contenidos de la enseñanza universitaria se han vuelto en cierta medida avanzados…Como contrapartida al avance democrático y revolucionario en la U, fue constituida la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Católica), en 1965;pero entre sus estudiantes y catedráticos (en particular curas españoles) ha tomado cuerpo un movimiento progresista.”
“No obstante estos progresos en el frente universitario, se ha operado en fuerte medida una disminución de la importancia del movimiento estudiantil como centro de agitación y promoción revolucionaria a escala de masas fuera de la Universidad. En comparación con los principios de la década pasada, el movimiento estudiantil pesa ahora menos en el curso de los acontecimientos políticos. Esto tiene su origen en varias causas: a) El desarrollo de partidos políticos que agitan banderas populares, como el PDC y brevemente el PAR. b) El desarrollo del movimiento obrero. c) El recargo de las tareas académicas, en particular para los estudiantes, que ha tomado lugar como parte de la reforma universitaria. d) La fuerte composición pequeño-burguesa acomodada del estudiantado, que no se ha debilitado sino fortalecido, pese al sistema de becas.”
“Durante los últimos 2 o 3 años se han organizado en nuestro país algunos grupos que han hecho suya la línea ultra-izquierdista del foco guerrillero urbano ó rural. Uno de esos grupos ha intentado incluso algunas operaciones de “recuperación” y han sufrido bajas fatales. Un pequeño grupo de miembros de nuestro Partido, incluyendo algunos de su Comité Central, llevaron sus discrepancias con el resto de la Dirección al punto de la renuncia del Partido a comienzos del presente año, para dedicarse también a trabajar por esa línea. En la Universidad tienen estos grupos su mayor fuente de estimulo ideológico y su fundamento social.”
“La experiencia de tales grupos ha planteado para nosotros lo necesidad de definir una posición y toda una política hacia ellos, y no basta con declararnos partidarios de la unidad de todas las fuerzas y organizaciones anti-imperialistas, anti-oligárquicas y revolucionarias, no basta con declamaciones acerca del enemigo común y de la lucha en su contra. Es necesario formular una política concreta hacia esos grupos en conjunto y hacia cada uno de ellos en particular, fijando a esa política objetivos definidos a alcanzar.”
Sobre la táctica se plantea que “el análisis de la situación nacional y las implicaciones en esta de los factores internacionales (del continente y del mundo) permiten sacar las orientaciones fundamentales que regirán el trabajo del Partido para este periodo y que por tanto, deben de convertirse en el norte y guía de los militantes y organismos: 1. Lucha por la Unidad de la Clase Obrera organizada, que habrá de expresarse en el esfuerzo por formar la Central Única de Trabajadores. 2. Luchar por la sindicalización de los trabajadores del campo y por la libre asociación de los campesinos; proceder de hecho a su organización. 3. Lucha por la Unidad de todas las fuerzas populares (políticas, gremiales, estudiantiles, religiosas, etc.,) para presentar un frente común de Oposición a la política entreguista y antipopular del actual gobierno. 4. Desarrollar la construcción del Partido, así como el fortalecimiento del movimiento revolucionario de izquierda, en general 5. Luchar por conseguir la inscripción legal del Partido Revolucionario.”
Como tares inmediatas se considera que “están maduras las condiciones para comenzar a introducir mejoras en la situación del Partido y superar muchas deficiencias y debilidades, las siguientes son las tareas inmediatas que se hacen indispensables: 1. Elevar el doble la membresía del Partido en el periodo de un año. 2. Triplicar los miembros de la Juventud en el plazo de un año. 3. Terminar en el funcionamiento de los Comités Intermedios con la característica de ser organismos típicamente administrativos y no políticos y 4. Cambiar en plazo breve la estructura actual de las Bases Celulares de barrio, colonias, localidades y de empresa o centro de producción.”
Las tareas estratégicas y nuestro avance en su cumplimiento. V Pleno del Comité Central del PCS. 25 de julio de 1971
Considera este V Pleno que “nuestro Partido ha definido que ésta es la etapa de la Revolución Nacional-liberadora, Agraria, Democrática y Popular, la cual rebasara los marcos del capitalismo y abrirá el paso al socialismo. La tarea estratégica principal para alcanzar la victoria de esta revolución consiste en la toma del poder por sus fuerzas motrices y la instauración de un gobierno revolucionario, que aplique el Programa que corresponde a la presente etapa histórica.”
Subraya que “para realizar tales objetivos, las fuerzas motrices de esta revolución deben agruparse en un Frente Democrático de Liberación Nacional, bajo la hegemonía de la clase obrera y su Partido de vanguardia, lo cual constituye la condición decisiva para que la revolución no degenere en compromisos con el imperialismo y para que después avance segura hacia el socialismo. Se entiende que el Frente Democrático de Liberación Nacional deberá tomar las formas y características que mejor se ajusten a nuestro proceso y a las peculiaridades nacionales.”
Indica que “es labor revolucionaria fundamental la de promover la lucha, la organización y la toma de conciencia de la clase obrera, impulsarla a ganar aliados firmes y a concertar alianzas con otros aliados que, aunque poco seguros, sean susceptibles de entrar en lucha, por sus mismos intereses, en contra del imperialismo y de la oligarquía burguesa terrateniente interna, o pueden ser neutralizados para que no refuercen a esos enemigos fundamentales de la revolución. El aliado principal y más firme de la clase obrera no puede ser otro que el campesinado y juntos deben formar “el grueso” de las fuerzas de la revolución (según la expresión vietnamita).La unidad de la propia clase obrera en torno de una política clasista revolucionaria, es por tanto, una condición necesaria y decisiva.”
Puntualiza que “desde el V Congreso, que es donde se trazaron con más claridad las tareas estratégicas de la actual etapa de la revolución, nuestro Partido ha contribuido a construir o ha construido numerosas organizaciones de masas, principalmente sindicales, y ha promovido o ayudado a promover fuertes luchas de esas organizaciones y de amplios sectores populares, tanto en lo reivindicativo como en lo político (huelgas, campañas electorales, protestas, Etc.”

No obstante esto reconoce el PCS que “no en todos los casos han redundado nuestros esfuerzos en efectiva acumulación de fuerzas para la revolución. Es muy notorio que, por ejemplo, el sector del movimiento sindical en cuya dirección influimos, no esta en realidad orientado a los objetivos revolucionarios. Lo mismo ocurre con otras organizaciones populares (la magisterial, por ejemplo) y, en el caso del movimiento estudiantil confrontamos incluso un retroceso.”

“La construcción de la Juventud Comunista ha sufrido un retroceso radical y un aplazamiento. La organización femenina se estancó y luego se disolvió. No debe cabernos la menor duda de que la causa más determinante de este fenómeno se encuentra en que no hemos llevado adelante la construcción leninista de nuestro Partido, que es en rea1idad lo único que puede hacer que esos avances en la organización y en la lucha de masas se concrete también como avances en la acumulación de fuerzas para la revolución.”
Sostiene que “el ultraizquierdismo mantiene o gana influencia en otros sectores políticamente activos de la juventud urbana y los minúsculos grupos ultraizquierdistas, incluido el que se desprendió de nuestro Partido en marzo de 1970, hacen esfuerzos por ganar influencias entre los maestros organizados. En nuestro propio Partido no puede considerarse del todo superada esa influencia, que persiste en la medida en que nuestra propia línea no alcanza la suficiente claridad y, sobre todo, en la medida en que no realizamos contra esa corriente pequeño-burguesa una lucha ideológica seria y sistemática.”
Afirma que “los ultraizquierdistas combaten abiertamente nuestra línea de unidad y nuestros esfuerzos por concertar alianzas políticas encaminadas a progresar hacia la tarea estratégica de la construcción del frente democrático. Por otra parte, la corriente derechista del economisno en el movimiento sindical obstruye la toma de conciencia revolucionaria por los trabajadores organizados, lo cual bloquea la construcción del Partido y también obstaculiza el trabajo por el frente único y debilito nuestra capacidad para aprovechar en debida forma las visibles contradicciones que ahora surcan el campo enemigo.”
Concluye que “se está iniciando un nuevo flujo de la lucha de masas en nuestro país. Con la huelga de la construcción y con la huelga de ANDES, ambas de carácter nacional, se puede decir que ha dado comienzo un nuevo ascenso de la lucha de masas en nuestro país. Por las condiciones que rodean este ascenso, en lo internacional y lo nacional, y por las causas profundas que determinan los problemas y contradicciones principales de la situación actual, se puede afirmar que el flujo que está iniciándose tiene la posibilidad de llegar a ser más extenso y de mayores alcances que todos los flujos anteriores, quizá desde 1944.”

Una danza sin antifaces

Una danza sin antifaces
abril 29, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Actualidad, Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Política

Los días y las semanas han apagado los fuegos de las campañas electorales, el polvo de las promesas y el sueño de los candidatos. Al final, la terca realidad impone su sentido y su color.

Dagoberto Gutiérrez

El nuevo gobierno, cumpliendo con el clamor de diálogo, negociación y concordia, se ha convertido en la respuesta a ese clamor, y aparece como un gobierno que, a diferencia del actual, no tiene ni tendrá contradicción alguna con las cúpulas empresariales, ni con la Casa Blanca, ni con el Banco Mundial ni el Fondo Monetario Internacional. Esto lo convierte en una especie de gobierno de concordia, aunque en realidad, es la concordia, es el acuerdo y es la negociación con los ya conocidos poderes conservadores, imperiales y transnacionales, que son, precisamente los factores que desde adentro y fuera del país impiden toda posibilidad de bienestar social y de dignidad, así como de construcción de un país que asegure la humanidad a sus habitantes.

Todo este proceso está transcurriendo ante la mirada de los distintos sectores sociales, pero, a diferencia del pasado, estamos ante una especie de danza sin antifaces, porque al nuevo gobierno le es imposible en esta coyuntura aparecer y parecer como un gobierno de izquierda cuando está construyendo una política de derechas, con los sectores de derecha y para las derechas.

La ausencia de antifaces es una buena noticia porque posibilita, por un lado, la corrección de opiniones o posiciones sobre un gobierno que al entenderse como de derecha puede provocar una conducta política diferente en las personas, y el actual momento puede facilitar esto. Pero también, se abre el momento del envilecimiento ante aquellos casos que entendiendo la coyuntura y la real naturaleza del gobierno, sigan manejando la idea de que se trata de un gobierno y de una política de izquierda. La vida dirá cuál de estos dos caminos se impondrá en los hechos.

La columna vertebral del nuevo gobierno es la figura del Asocio para el Crecimiento (APP). Este es el corazón y la esencia gubernamental. Todos debemos saber que esto otorga a Washington el control del país. Da a las empresas transnacionales el dominio de la economía y el uso de todo lo que en nuestro país se pueda llamar recurso. Esta figura significa un control mayoritario del mercado sobre la vida política y económica de la sociedad. Toda posibilidad de una política al servicio del país y de sus mayorías, naufraga, en la entrega de la nación a las grandes empresas.

Políticamente estamos ante un relevo histórico porque el nuevo gobierno ejercido por el partido FMLN aspira a convertirse en el relevo histórico de ARENA como instrumento de la oligarquía y de los Estados Unidos. En cierto modo, la confrontación del partido FMLN con ARENA tiene a su base esta realidad, es decir que, ARENA pierde su calidad de instrumento y es reducido a un partido más de derecha, mientras el imperio y la oligarquía dan la bienvenida a su nuevo socio, aliado, e instrumento.

Esta circunstancia es testimoniada por toda la actividad empresarial, por el trabajo de sus intelectuales que atienden al partido de gobierno y al nuevo gobierno, formándolos e informándolos sobre lo que ha de hacer un gobierno bueno para servir al mercado.

Por supuesto que el nuevo gobierno no cuenta con la ventaja de poder culpar al Presidente Funes de desaciertos o de conductas antipopulares, porque ahora se trata del gobierno del FMLN y este será el que degolle los intereses de los pensionados, el que luche contra la actividad sindical, el que trate de impedir toda resistencia social y el que en definitiva aumente la conflictividad social.

El conflicto es un factor permanente de la realidad y a ningún ser vivo le es extraño, pero cuando hablamos de conflictividad nos estamos refiriendo a una situación en donde ese conflicto no es resuelto, ni tan siquiera abordado o reconocido, pero estalla en forma de resistencia social que busca defender ya vida humana amenazada y la vida de la naturaleza deteriorada. En las actuales circunstancias es esta resistencia la que aumentará, se desarrollará, y construirá posibilidades de alternativas.

Esto tiene que ver, tal como lo hemos dicho, con la alternativa que siempre funciona en singular y casi nunca en plural, porque esta alternativa no es ninguna variante sino que expresa una realidad nueva, un orden nuevo que niega y excluye al orden anterior. Y esto es así porque en estas circunstancias, para el pueblo está abierta la tarea de construir una alternativa de país que se levanta ante el actual momento en donde se construye un país anexionado, un país sometido al mercado, entregado a las transnacionales, y precisamente, hemos de construir un país con vida, con agua, que asegure la comida para sus habitantes, con ciencia y tecnología, con democracia participativa, con un lugar en Centroamérica, con armonía entre la economía y la naturaleza. Y esa alternativa choca y niega el orden actual. Por eso es, precisamente, alternativa. Y esta es la tarea que la realidad pone en nuestras manos y el momento nos exige.

No hay tiempo que perder!

San Salvador, 28 de abril del 2014.

CALUFA

A los camaradas del Partido Vanguardia Popular
Humberto Vargas Carbonell

El próximo 7 de mayo se cumplirán 48 años del fallecimiento del camarada Carlos Luis Fallas.
Esta fecha dolorosa es una ocasión propicia para recordar a Calufa, tanto en su inmenso valor como luchador del Partido Vanguardia Popular y como insigne literato.
Carlos Luis fue en realidad el fundador del movimiento obrero revolucionario. Desde el cimiento de la brutalidad del monopolio yanqui él levantó el primer gran movimiento de lucha del proletariado costarricense: LA HUELGA BANANERA DE 1934.
El PARTIDO VANGUARDIA POPULAR fundado en 1931 se unió al movimiento obrero con lazos indisolubles en la primera la gran lucha de los obreros bananeros.
En aquellos años Carlos Luis era un joven de 25 años pero ya destacado militante del Partido.
Sus experiencias de luchador y de obrero las plasmó en una extraordinaria obra literaria. Sus libros educan porque están cargados de sentido proletario y de un profundo conocimiento de la vida de los trabajadores y de todos los pobres. Es un amor infinito por los que sufren convertido en obra literaria.
La grandeza de su obra artística nunca lo separó de sus obligaciones como dirigente del PARTIDO VANGUARDIA POPULAR.
Cuando su obra había sido traducida a muchos idiomas, Calufa se mantenía como un disciplinado integrante de la dirección del partido. Jamás reclamó ningún privilegio, se comportaba como los más humildes y severos militantes.
En esos años fue el responsable del trabajo con los campesinos, hasta el día de su muerte.
Pedimos a todos los militantes de VANGUARDIA POPULAR y a todos nuestros simpatizantes y amigos, rendir homenaje de recordación a nuestro querido camarada, Carlos Luis Fallas. Organizar actos pequeños en cada célula, en las organizaciones de la JUVENTUD VANGUARDISTA y en otras expresiones del movimiento popular.
El ejemplo de Calufa es la mejor lección que puede aprender lo que luchan por cambiar el mundo de injusticias por una nueva sociedad de justicia social y de verdadera democracia.
30 abril 2014

Sánchez Cerén rehabilita a los antiguos disidentes del FMLN

Sánchez Cerén rehabilita a los antiguos disidentes del FMLN
Por Sergio Arauz
El Faro / Publicado el 28 de Abril de 2014

Cuatro dirigentes que en el pasado libraron batallas contra una corriente de pensamiento que consideraban “radical” y que había logrado marginarlos y a veces estigmatizarlos como derechistas, ahora han sido los elegidos por el presidente electo para algunos de los más relevantes puestos en la transición y en su futuro gobierno.

El secretario general del FMLN, Medardo González, da un abrazo a Óscar Ortiz tras presentarlo ante las bases como el candidato a la vicepresidencia para las elecciones 2014. Noviembre de 2012 en el Cifco de San Salvador. Foto Mauro Arias

El secretario general del FMLN, Medardo González, da un abrazo a Óscar Ortiz tras presentarlo ante las bases como el candidato a la vicepresidencia para las elecciones 2014. Noviembre de 2012 en el Cifco de San Salvador. Foto Mauro Arias

Cuatro dirigentes que hasta hace pocos años pertenecían a una casta marginada en el FMLN, sin perspectivas de gran futuro, vista con recelo y tildada muchas veces de derechista por la clase dominante efemelenista, son ahora piezas clave del equipo de Salvador Sánchez Cerén, y algunos ya tienen reservado un puesto prominente en el equipo de gobierno que asuma el 1 de junio para dirigir El Salvador hasta 2019.

Sánchez Cerén se convirtió en 2001 en coordinador general del partido de izquierdas, en representación de la “Corriente Revolucionaria Socialista.” La CRS, como fue conocida en cada campaña interna, surgió tras la firma de la paz y ganó hegemonía en la medida en que las otras corrientes de pensamiento efemelenista fueron perdiendo pulsos por el control del partido, y algunos de sus representantes incluso acabaron purgados. Atrás, y ya desaparecidas, quedaron la corriente renovadora, la tercerista y la reformista.

Uno los iconos de la CRS fue precisamente Sánchez Cerén, quien en distintos momentos tuvo como adversarios internos a algunos de los que ahora ha llamado a su diestra o a su siniestra, como Manuel Melgar y Óscar Ortiz. La unidad que ahora pregona el FMLN empezó con el regreso al primer plano de Ortiz y Melgar, y también con el de Hugo Martínez. Ortiz y Martínez hace solo unos pocos años sufrían la amenaza de expulsión que les hacía uno de los dirigentes más prominentes del FMLN, y ahora el primero no solo es vicepresidente electo, sino que está administrando las primeras negociaciones del gobierno entrante con la derecha. El segundo ya fue llamado al cargo de ministro de Relaciones Exteriores para el próximo quinquenio. El cuarto personaje es el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, quien también tiene un pasado marcado porque estuvo desalineado respecto de la tendencia dominante en su partido. Algo ha cambiado en un partido donde los representantes de la CRS se jactaban de estar depurando a un partido para que en él quedaran solo “pura sangre”.

Cuando la unidad del partido parecía lejana, Ortiz era presentado en los periódicos como el reformista que en 2003 se opuso a la candidatura presidencial de Schafik Hándal –compitió contra él en las segundas de tres internas que ha tenido el FMLN- y que se organizó territorialmente para en 2004 disputar las terceras internas efemelenistas, en pugna por el cargo que desde hace 10 años ocupa Medardo González, como secretario general del FMLN. El jefe de campaña de esa última elección y gesta reformista fue Hugo Martínez, a quien Salvador Sánchez Cerén sorpresivamente invistió como su futuro ministro del exterior, en una declaración en su cuenta en Twitter (@sanchezceren).

“Si no son flexibles dejo la dirección”, “La dirección no escucha lo suficiente”, “¡EL FMLN es de todos! Que no vengan a decir lo contrario los dirigentes que no dispararon ni una bala”, “El partido requiere una restructuración profunda”, decían Ortiz y las voces reformistas hace 10 años, cuando en La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy era presentado como líder reformista, aunque, oficialmente, este grupo hizo campaña interna bajo el nombre de “Fuerza por el Cambio”.

Y las piedras se las devolvían con igual fiereza desde el otro lado. “El partido no puede abrirse a todos los sectores”, “No tienen el valor de decir que son socialdemócratas”, “Quieren hacer una crisis de una o dos personas que se están oponiendo”, respondía en 2004 Medardo González, a quien ahora todos reconocen como el héroe que logró la unidad de un partido con un historial de fraccionamientos desde el mismo día en que debutaron como partido político en la Asamblea Legislativa, cuando sufrieron la primera división. Hasta antes de convertirse en candidato a coordinador general del FMLN, González no aparecía prácticamente nada en los medios de comunicación en aquellos días.

Eran tiempos en los que las diferencias llegaban a tal punto de manifestarse con golpes físicos, con puñetazos, con sillas lanzadas contra los oponentes, como consignó La Prensa Gráfica el 30 de marzo de 2004 después de una de esas escaramuzas.

Un año después, en 2005, saltó al primer plano el que ahora es uno de los tres principales dirigentes del partido, José Luis Merino, quien se convirtió en uno de los mayores opositores al reformismo impulsado por Ortiz y Hugo Martínez. Merino, en su primera entrevista como influyente dirigente del FMLN, explicó que el FMLN no había “echado” a Óscar Ortiz del partido porque este aún no había votado con la derecha. “La invitación es: ordenen su pensamiento, muchachos, retomen su identidad ambos, Hugo, Óscar, particularmente Óscar, ordenen su cabeza”, dijo a El Faro José Luis Merino en una entrevista realizada en octubre de 2005.

El miércoles 24 de abril de este año, a casi una década de aquellas declaraciones, Ortiz, el que había estado a punto de la expulsión en su partido, ocupó la silla principal de una reunión en la que también participó el dirigente que lo invitó a ordenar su pensamiento o a abandonar el partido. Ortiz, por delegación del presidente electo, quedó como responsable principal de una serie de conversaciones que están sosteniendo las autoridades electas con todas las bancadas de la Asamblea Legislativa.

Al final de esa reunión, luego de que Merino se despidiera de Ortiz, el dirigente que decía que el FMLN no podía ser plural, responde un par de preguntas.

—¿Cómo interpreta la aparición en primer plano y en cargos relevantes de aquellos disidentes del pasado como Óscar Ortiz, Hugo Martínez, Gerson Martínez, Manuel Melgar? —preguntó El Faro a Merino.

—El FMLN ha ido construyendo su propia identidad. Es una expresión… después de largos intercambios, largas conversaciones que el FMLN ha sostenido, el partido ha construido su propia identidad… En el FMLN hay un pensamiento dominante que nos ha permitido avanzar, el pensamiento de que unido es más fuerte.

—¿Y su invitación a Hugo Martínez y a Óscar Ortiz a ordenar su pensamiento?

—Ja ja ja… yo creo que funcionó… —dice, en voz más baja, y antes de subirse a su camioneta y despedirse.

La fracción antiSchafik y los terceristas

El 19 de noviembre de 2001, el FMLN debatía cómo resolver en los estatutos del partido la existencia de las tendencias. En ese momento, el ahora ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, aparecía presentado en los periódicos como el candidato “tercerista” al cargo de coordinador general efemelenista y su discurso estaba centrado en erradicar las tendencias. “La onda grupera ha entrado en crisis”, declaraba Martínez, al ironizar sobre la propuesta de la Corriente Revolucionaria Socialista, cuyo candidato era Salvador Sánchez Cerén, que consistía en la eliminación gradual de las tendencias y resolver los debates a partir de la postura votada por mayoría.

En esos días, el partido de izquierdas sufría las ondas expansivas de la crisis que provocó la expulsión de Facundo Guardado, el último efemelenista no perteneciente a la CRS que ocupó el cargo de coordinador general. Guardado fue expulsado en octubre de 2001 por una denuncia de militantes de la Corriente Revolucionaria Socialista, que reclamaba que este se había quedado en el cargo de coordinador general del FMLN más del tiempo establecido. Como una especie de árbitro de confianza, llegó al cargo de coordinador general interino Fabio Castillo, quien sustiyó a Guardado y ocupó el puesto casi dos meses. Las primeras elecciones internas estaban previstas para el 25 de noviembre de 2001, cuando fue nombrado Sánchez Cerén.

Los detractores de Guardado, máximo representante del movimiento Renovador, decían que este debía dejar el cargo en junio y un tribunal de honor no institucional lo expulsó. El movimiento Renovador desapareció, pese a ser una de las cuatro tendencias que el FMLN reconoció en sus primeros estatutos y después de que ya como partido político decidió desmontar las cinco organizaciones que habían integrado la guerrilla hasta la firma de la paz en 1992.

Entre 1994 y 2001, los efemelenistas reconocían como institucionales a la Corriente Revolucionaria-Socialista, que fundó Schafik Hándal y que agrupada principalmente a los dirigentes del Partido Comunista, aunque a ella se adhirieron dirigentes de las FPL como Salvador Sánchez Cerén y Medardo González; la Corriente Renovadora, dirigida por Facundo Guardado, también dirigente de las Fuerzas Populares de Liberación, cuyos máximos representantes son ahora el presidente electo del país y el secretario general del partido, Medardo González; también existía la Corriente Tercerista, liderada por Gerson Martínez, en la que también puede incluirse a la que ahora es secretaria adjunta del FMLN, Violeta Menjívar, ambos de las FPL, y existía la Tendencia Revolucionaria, liderada por Dagoberto Gutiérrez, del Partido Comunista.

Tras la derrota de Facundo Guardado como candidato presidencial en las elecciones de 1999, el partido empezó una pugna interna que desembocó en la expulsión de este. Después vino una serie de reformas con las que nació la votación secreta y directa para elegir candidatos a cargos internos y a cargos públicos. Hasta entonces, los cargos dirigenciales y las candidaturas a cargos de elección popular se resolvían por un mecanismo que consistía en que la Comisión Política proponía los nombres y la Convención Nacional del FMLN votaba por ellos.

El renovador Francisco Jovel fue el primero y el último candidato de la tendencia renovadora que participó en elecciones internas en 2001 por la coordinación del partido. 13 años más tarde, Gerson Martínez, uno de los disidentes que disputó el cargo de coordinador general al ahora presidente electo, se ha convertido en una de las piezas clave en la construcción del gabinete del próximo gobierno, que a diferencia del actual será el primero administrado íntegramente por el FMLN.

El ahora ministro de Obras Públicas fue conocido como uno de los líderes de “Los Tulipanes”, nombre de una sala de té en la que él, el exalcalde Héctor Silva, Violeta Menjívar y Óscar Ortiz leyeron una “Carta a la Unidad” en la que denunciaban como ilegal la existencia de grupos o tendencias. En este grupo también estaba Manuel Melgar, quien ya ha sido nombrado como secretario privado de la presidencia de Salvador Sánchez Cerén.

En aquel partido joven aún en disputas internas, aquellos pronunciamientos que entrañaran alguna crítica a la dirección eran suficiente para que comenzaran a alzarse voces que señalaban traidores y que reclamaban expulsiones.

La bancada del FMLN del período legislativo 2000-2003 también estaba partida en tres, con renovadores, terceristas y los de la CRS. El ahora ministro de Obras Públicas perdió las internas contra Salvador Sánchez Cerén en 2001 y reconoció los resultados. Sin embargo, en la bancada legislativa, los miembros de esta tendencia se negaron a reconocer la elección de Schafik Hándal como jefe de fracción de los 29 diputados que ganó el FMLN en esa legislatura. Por tiempo indefinido, Violeta Menjívar y Manuel Melgar, junto a otros siete legisladores, dejaron de asistir a las reuniones de diputados efemelenistas y amenazaron con votar diferente en temas cruciales.

La CRS enarboló en el pasado las banderas de la revisión del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la de la reversión de la dolarización y la de convertir al FMLN en un partido de militantes con claridad y pureza ideológica. En un manifiesto de 23 páginas en las que Schafik Hándal apoyaba la candidatura de Medardo González como sucesor de Salvador Sánchez Cerén en la coordinación general en las internas de 2004, Hándal describió el camino que debía llevar el partido para lograr la unidad de idea. “Cuando propugno por la unidad del partido no estoy hablando de pegar con chicle grupos que se forman con intereses electorales y tampoco hablo de tranzar sin principios. Eso sería reducir la unidad sólo a estar todos juntos, con el FMLN como techo común. Esa no es unidad, deja de lado la misión revolucionaria del partido y su capacidad de cumplirla. El principal combate ideológico deberá dirigirse contra el mezquino interés electorero y la ambición de adquirir poder personal, contra la corrupción, el oportunismo y el arribismo”, decía hace 10 años, al proponer abolir las elecciones internas y la organización del partido en comités de base integrados por militantes que estuvieran al día con el pago de sus cuotas partidarias.

Los reformistas ProFunes

Desde 2003, cuando el partido se partió por la elección del candidato presidencial, la tendencia tercerista fue más diplomática para hacer sus críticas y eventualmente dejó de hacer públicas su disidencia. Una nota de La Prensa Gráfica del 25 de marzo de 2004 mostraba al ahora ministro de Obras Públicas, a la actual viceministra de Salud la coordinadora adjunta Violeta Menjívar y al secretario privado de la presidencia del gobierno electo Manuel Melgar como parte de un grupo de moderados que se oponían a la candidatura de Schafik Hándal.

En los meses previos, el partido había debatido quién debía ser candidato presidencial. Tras los fracasos de 1994 y 1999, había quienes consideraban que el partido podía apostar a alguien ajeno al partido. Este grupo, liderado por Gerson Martínez, Violeta Menjívar y Manuel Melgar apoyó de forma silenciosa la candidatura presidencial de Mauricio Funes para la elección de 2004, pero no acompañaron públicamente la campaña de Óscar Ortiz, quien se metió a la competencia interna luego de que la dirección del FMLN vetara al entrevistador de televisión.

La propuesta de Funes nació oficialmente el 26 de mayo de 2003, cuando la directiva departamental de Santa Ana sugirió a la dirección del FMLN una fórmula presidencial en la que Mauricio Funes era propuesto para presidente y Óscar Ortiz para vicepresidente. La segunda opción de fórmula de los reformistas la propuso el departamento de Chalatenango y también la encabezaba Funes. En esa propuesta aparecía Violeta Menjívar como candidata a la vicepresidencia. Ninguna fue tomada en cuenta.

Dos meses más tarde del nacimiento de aquella propuesta, el domingo 27 de julio de 2003, a las 11:40 de la noche, Óscar Ortiz salió de una habitación del hotel Holiday Inn en la que estaba reunida la dirección del FMLN para reconocer que había perdido la candidatura presidencial del FMLN por más de mil votos de los más de 30 mil militantes que participaron en las votaciones.

La última gesta de disidentes ocurrió un año más tarde, el 7 de noviembre de 2004, cuando Óscar Ortiz perdió también la elección interna en 11 de los 14 departamentos. Desde ese día, Medardo González es el dirigente principal del FMLN y las voces disidentes menguaron y casi se apagaron.

Hugo Martínez, el escudero de Ortiz

La hoja de vida del que fuera canciller de la República al inicio de este gobierno, y el que volverá al cargo en la administración de Sánchez Cerén, Hugo Róger Martínez, consigna una nutrida lista de estudios y universidades: ingeniero agrónomo, graduado en la Universidad de El Salvador; maestría en ingeniería de la formación y sistemas de empleos, en la Universidad de Toulouse, Francia; estudios de maestría en administración y dirección de empresas, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador; y administración de recursos humanos, en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, Costa Rica. El futuro ministro del exterior, y por ahora en el máximo cargo del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), habla inglés y francés. Lo que no se menciona al menos en la página oficial de Casa Presidencial es que fue guerrillero y que en la ofensiva de 1989 fue parte de la unidad que ocupó la colonia Escalón.

Hugo Martínez fue secretario general de la Sociedad de Estudiantes de Ciencias Agronómicas Salvadoreños en 1988 y luego se incorporó a las Fuerza Populares de Liberación (FPL).

En 2003, mientras se forjaba la candidatura presidencial de Schafik Hándal, Martínez era el gerente de campaña del FMLN y ocupó el cargo de Secretario de Comunicaciones, donde luego lo sucedió Sigfrido Reyes. Pero fue su trabajo por Ortiz el que lo marcó internamente y lo puso en la mira de aquel José Luis Merino que en 2005 lo amenazaba a él y a Ortiz y les advertía que deberían “ordenar su pensamiento” o buscar la puerta de salida.

Melgar, el disidente silencioso

José Manuel Melgar era conocido bajo el seudónimo de Rogelio Martínez durante la guerra civil. Su zona de acción era el volcán de Guazapa y militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC, una de las cinco organizaciones que integraron la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Melgar fue compañero de Nidia Díaz y Francisco Jovel, los comandantes más insignes del PRTC.

En la campaña presidencial de 2009 fue el encargado de llevar la agenda del candidato Mauricio Funes y, tras la victoria electoral, fue parte del equipo de la comisión de transición en materia de seguridad pública. Entonces, su nombre ya sonaba fuerte para ocupar la titularidad del ministerio de Justicia y Seguridad Pública o, en segundo plano, la dirección general de la Policía Nacional Civil (PNC). Fue nombrado ministro y dejó el cargo a finales de 2011.

Durante todas las campañas internas del FMLN, Melgar evitó pronunciarse públicamente a favor de alguna de las corrientes de pensamiento que dividían al partido, y salvo aquella excepción de 2001, en que veladamente criticaban a la corriente dominante, la CRS, y llamaban a la unidad, siemprer tuvo el cuidado de no parecer comprometido con ninguna de las facciones en pugna. Sin embargo, cuando era diputado, fue parte del grupo de promotores de la candidatura de Mauricio Funes para las elecciones de 2004. Sobre esa posible candidatura, Schafik Hándal diría que el entrevistador no podría ser candidato presidencial del FMLN porque solo estaría interesado en usar al partido como escalera, y en un eventual gobierno suyo no trabajaría por la agenda del FMLN.

Gerson Martínez, el tulipán

Cuando Manuel Orlando Quinteros Aguilar llegó en 1994 a la Asamblea Legislativa como parte de la primera bancada legislativa efemelenista, era más conocido por su seudónimo de guerra, Gerson Martínez. Fue el primer jefe de los diputados del FMLN y en el siguiente período -997-2000- se convirtió en vicepresidente de la legislatura. Dejó la bancada porque entonces los estatutos del partido prohibían a sus miembros ejercer más de dos períodos consecutivos como diputados o como alcaldes.

Martínez fue concejal de la alcaldía capitalina de 2000 a 2003, cuando era alcalde Héctor Silva, quien había hecho equipo con el ahora ministro de Obras Públicas cuando este formó parte de “Los Tulipanes”. En 2003 regresó a ocupar un escaño legislativo y en 2006 se convirtió en diputado por cuarta ocasión.

Martínez es contador y estudió el bachillerato en la Escuela Nacional de Comercio, de San Salvador. Aunque no fue a la universidad, luego de la guerra hizo estudios de economía en la Universidad de Pilburg, Holanda, y de alta gerencia en el Incae. Poco después de la desmovilización militar, juntó sus poemas en un libro al que llamó “El pequeño David”, que era una especie de antología de sus vivencias como guerrillero.

Ortiz, el reformista

Óscar Samuel Ortiz Ascencio trascendió como político por dos razones: su exitosa gestión como alcalde de Santa Tecla, cargo que ocupó desde 2000, y el protagonismo que adquirió en dos de las tres elecciones internas que celebró el partido en la primera mitad de la década pasada. En 2003, estuvo a mil votos de convertirse en candidato presidencial de su partido, cuya dirigencia de ese entonces promovió de forma institucional la candidatura del Schafik Hándal.

Ortiz se afilió a las FPL en 1977. Durante la guerra adoptó el seudónimo de Guillermo Rodríguez, que ya casi nadie ocupa para referirse a él. En 1993 se convirtió en el coordinador departamental de La Libertad y desde ese departamento logró convertirse en diputado por dos períodos consecutivos.

Durante su carrera interna por cambiar el partido, Ortiz promulgó un cambio generacional en el partido y una reforma profunda. “No me siento cómodo muchas veces con las malas decisiones o las actitudes incorrectas”, dijo a El Faro hace siete años. Su contraparte en el FMLN la representa José Luis Merino, uno de los tres dirigentes más importantes del FMLN y destacado promotor de la Corriente Revolucionaria Socialista. En ese momento, Ortiz era criticado por no ser antisistema y formar parte de la izquierda que fue convencida de colaborar con el sistema.

En domingo 7 de noviembre 2004, Óscar Ortiz compitió contra el secretario general del FMLN, Medardo González, en las últimas elecciones internas que celebró el partido.  

En 2004 Óscar Ortiz compitió contra el secretario general del FMLN, Medardo González, en las últimas elecciones internas que celebró el partido.

Tras la derrota de las elecciones presidenciales del 21 de marzo de 2004, Óscar Ortiz encabezó un movimiento que pedía un cambio generacional y una reforma profunda del partido. Ortiz organizó y lideró una tendencia que hacía llamar

Tras la derrota de las elecciones presidenciales del 21 de marzo de 2004, Óscar Ortiz encabezó; un movimiento que pedía un cambio generacional y una reforma profunda del partido.

Un día después de las elecciones presidenciales de 2004, Óscar Ortiz partició de una encerrona de casi 7 horas en las que pidió adelantar las elecciones internas. Tras esa reunión, dejó de frecuentar las sesiones de la Comisión Política del partido. 

Después de las elecciones presidenciales de 2004, Ortiz participó de una encerrona de 7 horas en las que pidió adelantar las elecciones internas.

En 2004, la bancada del FMLN estaba divida en tres grupos. Manuel Melgar, ahora secretario de la presidencial, formaba parte de un grupo de diez diputados que pidió el relevó generacional que lideraba Óscar Ortiz.

En 2004, la bancada del FMLN estaba divida en tres grupos. Manuel Melgar formaba parte de un grupo de diez diputados que pidió el relevo generacional.

El canciller designado por el presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, fue parte del equipo de campaña del movimiento que lideró Óscar Ortiz. Foto Mauro Arias

Hugo Martínez, canciller designado por Salvador Sánchez, fue parte del equipo de campaña del movimiento que lideró Ortiz. Foto Mauro Arias

Gerson Martínez fue dirigente de una corriente de pensamiento que se conoció de varias formas: terceristas, unionistas y tulipanes. Disputó la silla de coordinador general del FMLN en 2001, cuando el candidato de la Corriente Revolucionaria Socialista era Sánchez Cerén.

Gerson Martínez fue dirigente de una corriente de pensamiento que se conoció de varias formas: terceristas, unionistas y tulipanes. Dispuró la silla de coordinador general del FMLN en 2001 a Salvador Sánchez.

Las jornadas populares contra Lemus en El Salvador

Las jornadas populares contra Lemus en El Salvador
Por Roberto Pineda 25 de abril de 2014

En esta parte se aborda las jornadas populares contra el presidente Lemus, con énfasis en el pensamiento y la praxis del PCS en el periodo 1956-1964. Incluye contexto histórico y breves biografías de Pedro Geoffroy Rivas, Roque Dalton, Raúl Castellanos Figueroa y Salvador Cayetano Carpio. Anteriormente se había tratado el período de 1944 a 1956.
Una situación revolucionaria: 1958-1962
En 1956 el gobierno del Coronel José María Lemus cede a ciertas demandas del movimiento revolucionario y popular para así detener su creciente desgaste político. Turcios (1993) califica estas medidas como “iniciativas conciliadoras.”Es por esto que permite el regreso de los exiliados políticos, en su mayoría dirigentes del PCS, lo cual a su vez viene a fortalecer el desarrollo de la lucha popular.
En 1957 la caída en los precios del café impacta en la economía y toda esto va configurando una situación de movilizaciones populares contra la dictadura, la cual responde con represión, aumentando el descontento popular. (White 1996) Ese mismo año se crea en agosto la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños, CGTS.
Entre 1958 y 1962 fue un periodo de crecimiento del movimiento popular y de la lucha contra la dictadura, atizado a partir de enero de 1958 por el derrocamiento en Venezuela del dictador Gómez y en particular por el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, que significó para la izquierda y los sectores populares la posibilidad de conquistar un gobierno revolucionario.
En octubre de 1959 se forma el Frente Nacional de Orientación Cívica, FNOC, que tenía como columna vertebral a la CGTS y AGEUS, además de los partidos PAR, PRAM, expresión legal del PCS y Partido Radical Demócrata, PRD, antecedente histórico del socialdemócrata MNR. (Dalton 1989)
En las elecciones municipales de mayo de 1960 la oposición unificada, por medio del PAR le arrebata por vez primera la alcaldía de San Salvador al partido oficial y se elige al Dr. Gabriel Piloña Araujo. Asimismo, este año de 1960 deja de publicarse el periódico migueleño Diario del Pueblo, el cual durante diez años juega un papel destacado como vocero de los sectores populares en Oriente y bajo la influencia del PCS. (López Vallecillos 1987) El 16 de agosto de 1960 el FNOC realiza una marcha de protesta ante la embajada de Estados Unidos por el apoyo a la dictadura lemusista. Asimismo el periódico Opinión Estudiantil juega un papel relevante de denuncia de la dictadura así como el esperado y respetado semanario humorístico-satírico La Jodarría, ambos producidos por AGEUS, con fuerte influencia del PCS.
Esa misma noche del 16 de agosto de 1960 detuvieron a varios dirigentes opositores, incluyendo figuras destacadas del PCS. El 19 de agosto fue disuelta una marcha de AGEUS que exigía la libertad para los presos políticos. El 20 de agosto se realiza una gigantesca concentración que amenaza con marchar a Casa presidencial en San Jacinto, para exigir la liberación de los detenidos, que suman 22 líderes universitarios y obreros en la Penitenciaría Central, donde es hoy el FSV. (Dalton 1989).
Entre estos Schafik Handal, que es sacado a Guatemala. Y Jorge Arias Gómez que es expulsado a Nicaragua. El 2 de septiembre la FNOC convoca a una concentración en el Parque Libertad y el gobierno de Lemus ordena reprimir, lo que incluye el asalto a manifestantes que se refugiaron en el edificio central de la UES, que en ese entonces quedaba a inmediaciones del antiguo Telégrafo y la captura de decenas de manifestantes. Penetraron violentamente, destruyeron la rectoría e incluso golpearon al Rector, Dr. Napoleón Rodríguez Ruiz. (Castellanos 2002)
En la Policía Nacional matan a golpes a un estudiante de secundaria capturado, Mauricio Esquivel Salguero, hieren, golpean y capturan a centenares de estudiantes universitarios, e incluso a niñas de un colegio católico cercano, que son golpeadas y violadas. Estos acontecimientos sirvieron de base para la primera novela de Manlio Argueta en 1970, El Valle de las hamacas.
Esta incursión militar a la Rectoría de la UES genera un amplio repudio popular. El 7 de septiembre AGEUS convoca al abandono de las actividades docentes como PROTESTA. (Turcios 1993). El 15 de septiembre fue reprimida otra manifestación asesinando al estudiante universitario Rodolfo Rivas Guardado. El 29 de septiembre se logra la concertación entre civiles opositores (Miguel Tomás Molina, Romeo Fortín Magaña, Fabio Castillo) y militares opositores encabezados por el Mayor Roberto López Trejo, para derrocar a Lemus.
Existía otro grupo de militares dirigido por el expresidente Oscar Osorio también conspirando. El 19 de octubre ambas fracciones militares se reúnen y deciden actuar conjuntamente, pero Osorio se adelanta con el “madrugón de los compadres” el 26 de octubre, 24 horas antes de lo convenido. (Turcios 1993).
Se establece una Junta de Gobierno, de nuevo como en diciembre de 1948, con participación de sectores civiles, esta vez del Dr. Fabio Castillo Figueroa, reconocido académico y miembro del comité de huelga clandestino de mayo del 44. Concluyen doce años de control prudista del estado salvadoreño.
Un aspecto interesante es que la mayoría de los fundadores del PRUD, incluyendo Osorio, eran miembros o allegados a la Logia Masónica, siguiendo una tradición teosófica que llega a El Salvador a principios del siglo XIX, y que incluyó en Nicaragua al General Sandino, en Honduras a Froylan Turcios, y en El Salvador al General Hernández Martínez, al “Maestro de la Juventud” Alberto Masferrer, y a los intelectuales Salarrué y Claudia Lars, entre muchos otros. (Castellanos 2002)
Inicia una nueva apertura democrática, esta vez mucho más corta que la del 44, ya que fueron únicamente tres meses, de octubre de 1960 a enero de 1961, para el contragolpe reaccionario. Luego del golpe del 26 de octubre, el FNOC se dividió: una parte partidos PRD y PAR sostenía la necesidad de consolidarse para evitar un contragolpe mientras que el MRAM, la CGTS y AGEUS, orientados por el PCS, planteaban la necesidad de radicalizar el proceso, pidiendo el 8 de diciembre la formación de “milicias revolucionarias” como en Cuba.
En diciembre fue legalizado el MRAM mediante una resolución de la CSJ. Del MRAM surge el Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM, que fue un esfuerzo desde el PCS por tener una cara legal. Publicaba desde 1959 el periódico Abril y Mayo, fundado por Roberto Carías Delgado y Raúl Castellanos Figueroa, Tirso Canales, Manlio Argueta, Roque Dalton García y Roberto Armijo, entre otros, y que desde su creación se caracteriza por su solidaridad con la Revolución Cubana y la denuncia combativa de la oligarquía y el imperialismo. (López Vallecillos 1987)
En la medianoche del 24 de enero de 1961 vino el contragolpe reaccionario y vino de nuevo la represión. Detengámonos ahora a ver estos acontecimientos desde la óptica de los comunistas salvadoreños aglutinados en el PCS.
Pleno del comité central de marzo de 1958
En marzo de 1958 la dirección del PCS hace un balance de los actuado a partir de 1952 hasta esta fecha, y concluye de manera autocrítica que el Partido “a pesar de los años que lleva de lucha, aun no ha llegado a adquirir la madurez necesaria para convertirse en el efectivo dirigente del pueblo salvadoreño.”Y señala “que la mayor parte de nuestros errores ha tenido como base el sectarismo de izquierda…tanto en nuestro trabajo de masas como en el trabajo interno.”Añade que “no tenemos aún un programa agrario, y desde 1932 no nos hemos preocupado…de los problemas de los campesinos ni de su organización.”
El 1 de mayo de 1958 el PCS en su ya tradicional manifiesto público, sostiene que “es necesario prever ahora un ascenso gradual del espíritu combativo del pueblo.” La lucha contra Lemus le permite al PCS salir de su encerramiento, crecer y colocarse de nuevo, como en 1932, a la cabeza del movimiento popular. Figuras destacadas en estos acontecimientos fueron Pedro Geoffroy Rivas y Roque Dalton.
Pedro Geoffroy Rivas
Pedro Geoffroy Rivas (Santa Ana, 16 de septiembre de 1908 – San Salvador, 10 de noviembre de 1979) fue un poeta, antropólogo, lingüista y principalmente revolucionario salvadoreño. Nunca militó en el PCS pero acompañó al movimiento revolucionario en diversas coyunturas históricas. Fue el poeta de la insurrección de 1932, aunque no participa en este acontecimiento.
En 1931 a los 23 años abandona sus estudios de Medicina en la UES y se traslada la ciudad de México para estudiar Derecho en la UNAM. Se gradúa en 1939 y sus tesis trata sobre La teoría marxista del estado. En 1932 junto con el poeta salvadoreño Gilberto González y Contreras (1904-1954), denuncian en México el genocidio causado por el Gral. Martínez.
En 1935, tres años después de la matanza, publica en México el poemario Para cantar mañana. En este, en el poema Canción a los Izalcos rinde homenaje al líder comunista Farabundo Martí y sus hombres rojos y oscuros:
“hombres rojos y oscuros de las cumbres/mañana/cuando la flor radiosa de los vientos/desparrame por todos los rincones de América/la mazorca simbólica/que creció en el sepulcro del negro Farabundo/cuando los hombres nuevos levantemos del polvo vuestro sueño/vosotros/los criminales que erigisteis el soviet de Juayúa/seréis los santos rojos/precursores de nuestra felicidad.”
Luego del derrocamiento de Martínez en 1944 regresa a El Salvador y desde las páginas de La Tribuna fustiga a las cúpulas oligárquicas, eclesiásticas y militares, haciendo uso de un lenguaje popular y del personaje caricaturesco de Juan Pueblo. Luego del golpe del 21 de octubre, es capturado, golpeado, encarcelado y luego expulsado a la Honduras del dictador Tiburcio Carías, junto con el periodista Manuel Aguilar Chávez, Toni Vasiliu, Dr. Alfonso Rochac, Mario A. Sol, y Alejandro Dagoberto Marroquín.
Al ser liberado por la presión internacional, Rivas se traslada a Guatemala y se incorpora al trabajo de denuncia del régimen militar. En 1947 viaja a la ciudad de México donde se radica por diez años. Regresa en 1957 y se incorpora a la UES como director del Museo Nacional y se dedica a la investigación sobre el idioma nahuat. Muere en 1979 en México.
Roque Dalton
Roque Dalton García (San Salvador, 14 de mayo de 1935 – 10 de mayo de 1975) fue un poeta, ensayista, narrador, dramaturgo, periodista y revolucionario salvadoreño. Estudio bachillerato en el Externado San José. En 1953 viaja a Chile a estudiar derecho. Regresa en 1954 y se inscribe en la Facultad de derecho de la UES. Se integra a Acción Estudiantil Universitaria, AEU. En 1955 participa en las tertulias literarias de “El rancho del artista” organizadas por la poetisa hondureña Clementina Suarez.
En 1956 funda el Círculo Literario Universitario junto con el poeta guatemalteco Otto René Castillo. Trabaja como redactor en 1957 del Teleperiódico, primer noticiero televisivo dirigido por su amigo Álvaro Menéndez Leal y ese año participa en julio en el VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad, realizado en Moscú, Unión Soviética.
En 1958 forma parte de la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre y luego ingresa al Partido Comunista de El Salvador. Ese mismo año, la radio YSKL dio a conocer el programa noticioso y crítico Mediodía, dirigido por el doctor Oswaldo Escobar Velado y el cual contaba con reporteros como Dalton y los también escritores José Roberto Cea y Jorge Campos. Durante las transmisiones sabatinas, ese espacio radiofónico difundía el suplemento cultural Toro de espuma: antología de la palabra.
Por el nivel de sus críticas, el espacio informativo y su complemento cultural fueron censurados pocos meses más tarde por el régimen del teniente coronel José María Lemus. Sus conductores fueron salvados de ser capturados por la policía gracias a una amplia manifestación popular, convocada por los propios locutores durante la última emisión del programa.
El 25 de agosto de 1960 fue capturado y estuvo desaparecido por varias semanas, hasta que la presión popular obliga al régimen de Lemus a reconocer que se encontraba guardando prisión. Fue liberado hasta el 26 de octubre de ese año y sacado por el pueblo en hombros de la Penitenciaría Central, junto con otros presos políticos. Luego del golpe del 25 de enero de 1961, abandona el país hacia Guatemala, México y finalmente Cuba.
Trabaja como comentarista para Radio Habana y la agencia Prensa Latina. A finales de 1963 regresa a El Salvador. En septiembre de 1964 es de nuevo capturado y encarcelado en Cojutepeque, de donde logra escapar en mayo de 1965. Regresa a La Habana de donde luego viaja hacia Praga, Checoslovaquia, nombrado Representante del PCS ante la revista Problemas de la Paz y del Socialismo, con sede en Praga, Checoslovaquia.
En 1964 se publica en La Habana su El Salvador Monografía. En 1968 abandona el PCS por diferencias alrededor de la vía de la revolución y se establece en Cuba. En 1973 regresa a El Salvador incorporado al Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP. El 10 de mayo es asesinado junto con Armando Arteaga (Pancho) también ex militante del PCS, como parte de una agria disputa ideológica, de la cual surge la Resistencia Nacional.
Pleno del comité central de enero de 1959
A principios de enero de 1959, en el marco de la victoria de Fidel Castro en Cuba, el PCS concluye que es vital crear e impulsar un amplio movimiento político popular contra la dictadura militar y el imperialismo yanqui. Se abre un nuevo momento de lucha popular. Ese mismo año Daniel Castaneda y Jorge Arias Gómez a nombre del PCS asisten al XIX Congreso del PCUS.
Pleno del comité central de julio de 1960
En julio de 1960 el PCS decide preparar al Partido para las grandes luchas populares contra el gobierno de Lemus y enfatiza por primera vez desde 1932 que se trata de una batalla por la toma del poder para el pueblo. 28 años después de 1932, el PCS se prepara para emprender la lucha armada, concluye el largo periodo de acumulación de fuerzas y surge la perspectiva de poder. Esta reunión permite que los comunistas orientaran la lucha contra Lemus en los meses de agosto, septiembre y octubre de 1960 y se trasformaran en la vanguardia efectiva de la clase obrera y los sectores populares.
Considera este plenum que “para miles de trabajadores y personas del pueblo en general que forman los destacamentos más avanzados y aguerridos, el problema del poder ha madurado. Se preguntan de qué manera y mediante que procedimientos, cuando y como ha de conquistarse el poder del pueblo, convencidos como están que solo el poder popular será capaz de sacar a las masas de la miseria y al país del atraso y la dependencia.”
El PCS orienta entonces la creación del Frente Nacional de Orientación Cívica, FNOC, que aglutina a partidos democráticos, AGEUS, FMS y la CGTS. Pero a la vez impulsa la línea de la preparación de la insurrección armada del pueblo para el derrocamiento del régimen de Lemus. Esto se vuelve más urgente a partir del asalto contra la UES y la represión del 2 de septiembre de 1960.
La Tesis del PCS de octubre de 1960
A principios de octubre de 1960, antes del golpe, la dirección del PCS aprueba un documento llamado Tesis en el que sostiene que “la lucha pacífica no basta, y es preciso, sin vacilaciones, pasar a completar la gran movilización del pueblo, con acciones populares de otro tipo que permitan contrarrestar ventajosamente las crueles medidas tomadas por el gobierno para detener el avance popular.” El documento señala la huelga general y la lucha armada del pueblo como modalidades principales de lucha.
El documento señala que “en un país agrario como el nuestro sin el campesinado es imposible que triunfe la revolución. Esta es una cuestión básica, pues es el problema de ganar al aliado principal de la clase obrera…Por lo que se vuelve necesario a la mayor brevedad posible levantar con toda claridad la bandera de la REFORMA AGRARIA DEMOCRATICA.”
El 26 de octubre de 1960 un golpe militar derroca al presidente Lemus y se establece una Junta de Gobierno cívico-militar en la que participa el respetado académico Dr. Fabio Castillo Figueroa. Este golpe tuvo como objetivo adelantarse al movimiento de insurrección popular que comenzaba a fermentar pero a la vez se vio obligado a permitir un periodo de apertura democrática, que permitió el desarrollo de grandes movilizaciones populares ante un régimen que alegando ser de “transición” se encontraba paralizado.
El 28 de noviembre de 1960 el PCS evalúa que “este golpe militar no es un gobierno revolucionario…pero si un gobierno que crea condiciones bastante favorables para el desarrollo de las fuerzas democráticas.”
Este momento es rápidamente cerrado el 25 de enero de 1961 con un contragolpe militar, que desde el Cuartel San Carlos establece el Directorio Cívico Militar, que inicia una feroz represión contra los sectores populares, los cuales salieron a la calle y pidieron armas en los cuarteles para defender las libertades conquistadas pero encontraron como en abril de 1944, la desconfianza de los militares hacia los sectores organizados, lo que vino a fortalecer a los golpistas reaccionarios.
Dos días después del golpe, el comité central del PCS orienta a su militancia y sectores populares sobre la necesidad de evitar dar las batallas en un terreno que les permitiera a las fuerzas reaccionarias destruir a las fuerzas futuras de la revolución, no podía caerse en la impaciencia que contrastaba con el nulo grado de organización y preparación militar en los sectores populares.
La correlación de fuerzas en el terreno militar favorecía a la derecha. No podía repetirse la experiencia trágica de 1932. Había que preparar los instrumentos y estrategias que permitieran canalizar la disposición patriótica de los sectores populares a las luchas decisivas. El 18 de julio el Directorio Cívico Militar captura y envía al exilio a la Nicaragua de Somoza a gran cantidad de líderes populares, entre estos al dirigente comunista Jorge Arias Gómez.
Pero esto no logra contener la rebeldía popular contra la dictadura. Por su parte, el régimen militar organiza el Partido de Conciliación Nacional, PCN, para darle cobertura legal a la dictadura mediante elecciones legislativas para una Constituyente en diciembre de 1960, a las cuales se responde con una exitosa campaña de boicot activo por parte de las fuerzas democráticas. En este periodo también es creado por sectores opositores a la dictadura, el Partido Demócrata Cristiano, PDC.
El pleno ampliado del CC del PCS de abril de 1961.
En abril de 1961 se realiza un importante pleno del comité central del PCS que comprende un Informe que abarca ocho aspectos: situación económica del país, situación política, situación internacional y su influencia sobre la situación nacional, la salida revolucionaria a la situación actual, la actitud de las fuerzas democráticas ante la política de demagogia social de la dictadura militar, sobre la línea del Frente Único, apuntes para un programa revolucionario del Partido en la presente etapa histórica y apuntes sobre Reforma Agraria.
Uno de los acuerdos más trascendentales fue la creación por el PCS dentro de la estrategia de Frente Único, del Frente Unido de Acción Revolucionaria, FUAR, que se convirtió en el instrumento para nuclear a los elementos más avanzados y dispuestos a la lucha contra la dictadura militar.
El FUAR estaba integrado por siete columnas: la obrera dirigida por Blas Escamilla, la campesina por Miguel Mármol, la magisterial por Mario Medrano, de mujeres, de jóvenes, de profesionales y una séptima integrada por el Movimiento Revolucionario 2 de abril, MR-24, conducida por Domingo Santacruz.
Cuatro meses después, a finales de julio, el FUAR celebra su primer Plenario Nacional, donde ratifica su decisión de lucha inclaudicable contra la dictadura. En octubre se realiza la segunda Plenaria para evaluar la actividad de sus columnas. El 20 de mayo de 1962 se celebra la tercera Plenaria, clandestina pero con presencia masiva, realizada en el antiguo Edificio Chahín, en la calle Rubén Darío, una cuadra al oriente del Parque Cuscatlán.
En lo económico el Pleno de Abril de 1961 concluye que El Salvador “es un país semi-feudal y semi-colonial, subdesarrollado y que se ha convertido en apéndice agrario de los imperialistas norteamericanos.” En lo político se argumenta que “estaba objetivamente planteada en el país una situación revolucionaria y las condiciones objetivas estaban maduras para la REVOLUCION.” Asimismo que “para realizar las tareas de la presente etapa histórica debemos contar con un PROGRAMA REVOLUCIONARIO.”
El 18 de mayo de 1961 el PCS plantea la necesidad de combinar todas las formas de lucha en la aplicación de la línea aprobada en abril. Para las elecciones de abril 1962 se desarrolla la segunda campaña de boicot activo. En estos momentos la línea del PCS frente a las elecciones fue el boicot y existía en el imaginario popular la idea que la insurrección popular armada contra la dictadura era inminente, a la vuelta de la esquina, la revolución va…se decía.
Treinta años después del 32, el PCS derrotando el anticomunismo y la represión, manifiesta su presencia ante los sectores populares y democráticos. En este periodo se desarrolla grandemente la organización secreta y las formas clandestinas de lucha, pero se debilita la organización abierta y las formas legales. Los sectores más avanzados se preparaban para la insurrección popular armada, aunque esta no fue realizada. Ya para noviembre de 1962 se observa un momento de reflujo del movimiento revolucionario, ya la situación se había modificado.
La III Reunión Plenaria del FUAR del 20 de mayo de 1962
De acuerdo a información de Domingo Santacruz, también dirigente del FUAR y luego del PCS, estaba presente Roberto Carías Delgado, secretario general del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM, que informa sobre su reciente participación en la Conferencia Mundial por la Paz y el Desarme, celebrada en Moscú. El FUAR estaba conducido por Schafik Handal, entonces de pseudónimo Juan, quien presenta un Informe Político sobre la situación nacional e internacional.
Se presenta en esta reunión un informe que habían 2,180 militantes del FUAR, integrados en todo el país en los Grupos de Acción Revolucionaria, GAR. En esta reunión del FUAR se celebra por los asistentes entusiastamente la victoria de Playa Girón en Cuba. El FUAR contaba con una Escuela de Capacitación Político-Militar conocida como “Uno-diez” ubicada en la Calle La Campiña, la cual fue intervenida por la dictadura militar.
En la Columna “9 de Mayo”, del PRAM, participa Rafael Aguiñada Carranza ( asesinado en septiembre de 1975), Raúl Castellanos Figueroa (muere en octubre de 1970) , Tirso Canales, Rafael Lisanne (muere en 2011), Gustavo Pineda “El Chele” Marchelli, Raúl Padilla Vela (vive exiliado en Canadà), Alfredo Acosta, Armando (Carne Rusa), René Montúfar (guatemalteco, panificador), Romeo Granadino (vive en Santa Ana), Jesús Paz, José Domingo Mira, etc.
En la Columna Estudiantil Universitaria, de AGEUS, Mario Moreira, Raúl Valiente Argueta, Mario Salazar Valiente, “Huevo” Castillo, Roberto Armijo, Renán Rodas Lazo, y otros. En la Columna Vanguardia de la Juventud Salvadoreña “VJS” surgida de la fusión de las Asociaciones Tazumal, Lamatepec y de la organización “5 de Noviembre”, participa Américo Durán “Pelo Pincho”, Mario Aguiñada Carranza, Alfonso El Chiquitín García, Armando Herrera, Oscar Esquivel Mendoza y otros. En la Columna Campesina participa Miguel Mármol, Segundo Ramírez, Daniel Castaneda, Raúl “El Bachi” Vargas, Modesto Ramírez, y un hijo de Segundo Ramírez.
En la Columna del MR-2-4 estaba Raúl Martínez, “Jorge”; Salvador Pérez y Pérez, “Ismael”; “Zetino” de la (UTF), Vicente Arévalo, de Santa Ana; el periodista Antonio Velado, alguien de apellido Morales; “Fidel”, de La Confianza; Domingo Santacruz “Moisés”; Alfredo Avilés, “Arnulfo”; Manuel de Jesús “La Chelona”; y fueron cuadros de dirección intermedia, muy destacados: Julio César Salazar, Jesús Fuentes Herrera; René De León; Armando De León, y Pedro Santacruz, “Atilio”.
En la Columna Obrera de la CGTS, surgida en l957, participan: Blas Escamilla, el “Ratón” Hidalgo, Carlos Quijano, “El Oso” Julio Cesar Castro Belloso, Beto López, Roberto Sánchez del Cid, Saúl Santiago Contreras, Oscar Gilberto Martínez, Antonio Velasco Iglesias, Víctor Manuel Sánchez Bonilla, “El Niño”, Mario Rivera, Virgilio Guerra, Porfirio Navarro, Toño Morán, el Ronco, Mario González (Morís), Antonio Umaña, Juan Edito Genovés, Julio César Castro (Hilario), Villeda, y Figueroa.
En la Columna Magisterial de Fraternidad Magisterial Salvadoreña, participaba Mario Medrano, Carlos Gallardo, Laura Inglés, Laura Siliézar, Orlando Guerrero Chamul, Abel Chinchilla, Arnoldo Vaquerano, Pelo de León, Rolando Morán Toledo, Nazario Castaneda (Metralleta), Francisco Font, entre otros. En la Columna Femenina estaba Lucila Torres, de Soyapango, Rosita Braña Castellanos, Tula Alvarenga, Berta Deras Aguiñada, Lidia Ríos, Julia Ramirios, Julia Pino, entre otras.
Hay que señalar que no obstante la preparación militar de muchos de estos cuadros populares en Cuba, desde el FUAR nunca se desarrolla ninguna acción armada y es finalmente disuelto en 1963, al agotarse la situación de efervescencia popular.
El proyecto de Plataforma Programática del Frente Unidos de Acción Revolucionaria de Mayo de 1962.
Este documento es de trascendental importancia (Valle 1993) ya que sirve posteriormente de base para el Programa Agrario de 1964, así como las propuestas programáticas del PAR en 1967 y de la UNO en 1972, Juan (Schafik Handal, Coordinador del FUAR) realiza un análisis sobre la situación económica del país, basándose en el Censo Agropecuario de 1950, que comprende las características del monopolio de la tierra, la deformación de la agricultura y el papel del imperialismo, la Alianza para el Progreso: nuevo método para la colonización yanqui, El Salvador ha entrado en una situación revolucionaria; y el Frente Unido de Acción Revolucionaria.
Sostiene el documento del FUAR que esta situación revolucionaria se caracteriza por cuatro hechos: “las clases dominantes demuestran su incapacidad para dominar el país, la agudización de la crisis económica que cada día alcanza a nuevos y más numerosos sectores del pueblo, acercándolos peligrosamente al abismo de la ruina, les ha convencido que ya no es posible vivir así; el deseo cada día más visible del Pueblo Salvadoreño de hacer la Revolución; y la conciencia cada vez más clara de amplios sectores en el sentido de quela lucha por la liberación nacional, contra el feudalismo y a favor de la transformación revolucionaria no es la contienda aislada de nuestro pueblo, sino la causa común de toda la humanidad…”
Indica el documento citado que “en el marco de esta situación revolucionaria y como resultado del impetuoso crecimiento de la conciencia política de nuestro pueblo, es que ha surgido el FUUAR…” que “ es el organismo creado por el pueblo para realizar la Revolución que necesita El Salvador.”
“El FUAR proclama que – subraya el documento- al constituirse el Gobierno Revolucionario, este abordara de inmediato las siguientes tareas esenciales e impostergables:
“1.REFORMA AGRARIA DEMOCRATICA QUE: a) liquidará el monopolio de la tierra mediante la fijación de la extensión máxima que puede tener bajo dominio cualquier persona, natural o jurídica.” En marzo de 1980 la Junta de Gobierno decreta el programa de reforma agraria que expropia las propiedades que excedían las 500 Hectáreas, arrebatando esta bandera de las organizaciones revolucionarias.
“2.REFORMA URBANA, QUE: a) eliminar los mesones y tugurios b) dará a los inquilinos la propiedad de la vivienda que tengan en alquiler; indemnizando cumplidamente a los pequeños y medianos propietarios…” Sigue vigente, 52 años después.
“3. REFORMA BANCARIA QUE: a) nacionalizara la banca y las instituciones de crédtio privadas b) orientar al política crediticia al fomento y diversificación d ela producción nacional.” Otra demanda que fue arrebatada por la contrainsurgente Junta de Gobierno en marzo de 1980.
“4. REFORMA EDUCACIONAL QUE: a) liquidará el analfabetismo.” Sigue vigente, 52 años después. “b) orientara la educación hacia la preservación de las tradiciones y la cultura nacionales.” Sigue vigente.
5. REFORMA TRIBUTARIA, QUE: a) recargará la imposición sobre las capas económicamente fuertes de la población.” Sigue vigente después de 52 años, que incluyen una guerra de 12 y 20 años de lucha democrática.
“6. REFORMA ADMINISTRATIVA, QUE: a) restituirá al patrimonio nacional los bines malversados por gobernantes y funcionarios del pasado.” Sigue vigente después de 52 años, pero el actual gobierno del Presidente Funes ha comenzado este proceso, señalando al ex presidente Francisco Flores, que gobernó de 1999 a 2004.
“7. POLITICA EXTERIOR FUNDADA EN: a) el establecimiento de relaciones con todos los países, independientemente de su sistema político-económico-social b) la igualdad jurídica y el respeto reciproco en las relaciones internacionales c) el respeto absoluto a los principios de la libre autodeterminación de los pueblos d) la defensa intransigente de la soberanía nacional.” Sigue vigente desde hace 52 años, en particular por la imposición de no establecer relaciones con la República Popular China y la vigencia de tratados y acuerdos lesivos como son el CAFTA, la ILEA y la vergonzosa violación a nuestra soberanía con la Base Militar estadounidense en Comalapa, incluso luego de casi concluido el primer gobierno de izquierda.
El sexto periodo. De marzo de 1964 a abril de 1970.
El V Congreso del PCS. Marzo de 1964
El V Congreso del PCS realizado en marzo de 1964, elige como secretario general a Salvador Cayetano Carpio (Saúl), así como a Roberto Castellanos Calvo (Bobby) en Finanzas, José Napoleón Rodríguez Ruiz en Propaganda, Raúl Castellanos Figueroa en Organización , Schafik Handal (Sánchez) en Educación, y Mario Aguiñada a cargo de la Juventud. Entre los que respaldaron la candidatura de Saúl para secretario general se encontraban Carlos “El Ratòn” Hidalgo, Quijano, Julio Cesar Castro Bellos e Hipólito Calles, entonces secretario general de la poderosa UTF, entre otros.( Santacruz 1999)
El V Congreso se plantea tres grandes retos: desarrollar la lucha de masas en sus múltiples formas, preparar los instrumentos orgánicos para la lucha armada e impulsar la construcción del Partido y su crecimiento numérico. La orientación fundamental fue la de ligar el desarrollo del Partido al proletariado industrial y agrícola.
Para cumplir esta orientación se recomienda enfatizar en la lucha reivindicativa, la cual fue casi abandonada en los años 1961-1963 por la experiencia con el FUAR. A esta orientación se le llama impulsar “la línea de masas” que es la esencia de la táctica partidaria definida por este congreso.
Asimismo el V Congreso “mantuvo vigente la tesis, aprobada desde julio de 1960 y ratificada en el pleno de abril de 1961, de que en nuestro país la toma del poder ha de realizarse por la vía armada. Al mismo tiempo…que no debe desecharse ni subestimarse las posibilidades de un tránsito de la revolución al poder por la vía pacífica.”
“En todo caso, agrega la base del trabajo revolucionario, es la vía al poder por medio de la lucha armada (tomada como la más probable) o por una vía no armada, está en el desarrollo de la lucha de masas y de las organizaciones de las masas.”Por lo que debía de corregirse la unilateralidad de la táctica del periodo anterior, basada en el FUAR, que priorizaba la agitación política, el anuncio de la revolución armada y en los preparativos militares.
Esto explica que a partir de los acuerdos del V Congreso del PCS se crean en octubre de 1965 diversas organizaciones populares como la FUSS y FESTIAVTCES en el sector obrero, ANDES 21 de Junio en el sector magisterial, y se realiza un esfuerzo por constituir un partido legal, el Partido Revolucionario, PR así como posteriormente se inician las platicas para la formación de la UNO, alianza entre demócrata-cristianos (PDC) , social-demócratas (MNR) y comunistas (UDN) y sucede la guerra con Honduras, durante la cual el PCS cae en una desviación de derecha, al dejarse influenciar por el chovinismo predominante y respaldar aunque brevemente a “su fuerza armada.”
El proyecto de Programa General (1964).
En el V Congreso se aprueba el Proyecto de Programa General con el cual el Partido se provee de un planteamiento programático a corto y largo plazo. Inicia afirmando que “las metas finales del Partido Comunista de El Salvador son: la implantación d la sociedad socialista, en la que desaparecerá la explotación del hombre por el hombre; y la construcción ulterior del comunismo, en el que desaparecerán por completo y para siempre, las diferencias económicas y sociales, las clases sociales mismas y toda forma de opresión.”
Sostiene que “El Salvador es un país donde se desarrolla el capitalismo conservando fuertes remanentes feudales y dentro del deformador marco de la dependencia económica respecto de los países capitalistas desarrollados, en primer lugar los Estados Unidos…El nuestro es un país semi-feudal, semi-colonial y con un desarrollo capitalista deforme.”
Explica que “hace más de treinta años, en 1931, ante el desarrollo del movimiento popular y del fermento revolucionario, frente al desorden administrativo del gobierno nacional, y en medio de la crisis mundial del capitalismo y el desarrollo de la lucha antiimperialista en el Continente (Sandino peleaba en Nicaragua con las armas en la mano) la oligarquía interna se decidió por el implantamiento de una tiranía militar.”
Considera que “la revolución que corresponde a la presente etapa de nuestro desarrollo debe ser democrática por su esencia popular; anti-feudal por sus transformaciones económicas; y de liberación nacional por su contenido antiimperialista.”
“En esta etapa –agrega el documento- nuestro Partidos se propone luchar por su propio fortalecimiento y el de todas las organizaciones revolucionarias y democráticas; por la formación del frente único de las fuerzas democráticas, antifeudales y antiimperialistas; por las libertades democráticas; por el fortalecimiento de la alianza obrero-campesina; por la defensa de los derechos de la mujer, de la juventud y de la niñez, por la defensa de la soberanía y de la independencia nacional.”
Apunta que “ahora las masas populares más desarrolladas han adquirido conciencia de que al vía pacífica para la Revolución ha sido bloqueada en el país por el imperialismo y la oligarquía.”
Establece que “la línea de conseguir la unidad de todo el pueblo alrededor de la lucha contra la tiranía y los intereses oligárquicos e imperialistas que esta sirve, teniendo como objetivo el triunfo de la Revolución Democrática Antifeudal y de Liberación Nacional, utilizando para ello todos los medios legales y clandestinos, pacíficos y violentos, desarrollando un fuerte movimiento cívico popular, pero tomando como camino fundamental el de la lucha armada del pueblo salvadoreño para la conquista del poder, tal es la línea general de nuestro Partido.”
Subraya el documento que “las medidas que al triunfo de la Revolución deben ponerse en práctica para la destrucción del aparato estatal de imperialismo y de la oligarquía son: derogación de todas las leyes que consagren la explotación semi-feudal y a opresión imperialista; disolución de la Asamblea Legislativa; depuración completa del Poder Judicial; rescate de los bines nacionales malversados; confiscación de los bines de los que han traicionado los intereses del país; destitución de funcionarios que han colaborado con las tiranías; liquidación cometa de todas las formas de control e influencia del imperialismo norteamericano; expulsión de los jefes y oficiales al servicio de las tiranías; disolución de los actuales “cuerpos de seguridad”, supresión del sistema de comandancias locales y juzgamiento y castigo de los culpables de crímenes, atropellos y arbitrariedades contra el pueblo.”
El proyecto de Programa Agrario (1964)
El Programa Agrario aprobado por el V Congreso inicia explicando que “el nuestro es un país agrario, semi-feudal, semi-colonial y en desarrollo capitalista deformado. Las transformaciones de mayor envergadura a que dará origen nuestra revolución serán por eso las de la Reforma Agraria. Del acierto de ella dependerá, en grado decisivo, la correcta solución de los problemas de nuestro desarrollo social en conjunto, el acierto de todo el Programa de la Revolución en la presente etapa.”
Se pregunta. “¿Qué se necesita para que el Programa Agrario de nuestro Partido sea acertado? Lo que se necesita para eso es que se funde en el conocimiento de nuestro problema agrario y tome en cuenta, además de la riquísima experiencia internacional, los rasgos peculiares conformados en el proceso histórico nacional. Por eso, antes de presentar el programa agrario del Partido, estudiaremos nuestro problema agrario.”
Considera que “fue en la producción de añil donde en El Salvador surgieron primero las relaciones de salario, en un principio envueltas en resabios esclavistas. El cultivo del café, que vino sustituir al del añil a mediados del siglo pasado, se afianzó sobre la base de una completa reforma burguesa del régimen de propiedad sobre la tierra y le imprimió gran impulso al desarrollo del capitalismo en nuestra agricultura.”
“Tres factores se conjugaron en el inicio del cultivo cafetero para imprimirle un rumbo capitalista: a) La formación del monopolio privado de la tierra mediante el despojo violento de las Comunidades Indígenas., de los Ejidos y de los pequeños propietarios campesinos b) La formación de una gran masa de trabajadores desposeídos de todo medio de producción, con su fuerza de trabajo para vender por un salario como único medio de subsistencia yc) La inversión en el cultivo cafetero de importantes capitales monetarios acumulado anteriormente en el cultivo y la exportación de añil.”
Sostiene que “con el objeto de construir la unidad revolucionaria de todo el pueblo, de construir la alianza obrero-campesina y de alcanzar la hegemonía del proletariado en la dirección de la Revolución Democrática, Antifeudal y Anti-imperialista, el PCS y las demás organizaciones revolucionarias deberán empeñarse en la realización de las siguientes tareas inmediatas:1-Organizar a los asalariados agrícolas y a los campesinos para la lucha por sus reivindicaciones inmediatas 2-Organizar la lucha por la extensión de todas las conquistas laborales y de seguridad social de la ciudad al campo”
“3. Organizar la lucha por la derogación do la Ley Agraria vigente 4. Organizar la lucha de los colonos y mozo-colonos contra los desalojos y demás formas de arbitrariedad de los terratenientes. 5-. Impulsar la lucha por el aumento de escuelas primarias en el campo.6. Impulsar y organizar las acciones comunes contra los grandes terratenientes y los oligarcas exportadores, importadores y banqueros 7. Impulsar y organizar las acciones en la ampliación del mercado — internacional del café, el algodón y el azúcar salvadoreños, rompiendo el bloqueo imperialista al campo socialista.8. Divulgar ampliamente en el campo y la ciudad el Programa Agrario del PCS.”

Los Estatutos (1964)
El V Congreso del PCS aprueba nuevos estatutos. El PCS ha contado en su historia con cuatro modelos de estatutos, que han establecido las normas de su vida interna, los principios de su estructura orgánica leninista y el método y formas de su accionar político, aprobados respectivamente en 1930, 1946, 1964 y 1979. Los del año 64 viene a sustituir a los del II Congreso del año 46 que rigieron por 17 años, que a su vez sustituyeron a los de 1930.
Una de las novedades consiste en la definición de su identidad, a que clase representa y cual es su base ideológica. Asimismo se modifica el lema nacional: “Por la liberación Nacional, Trabajadores Salvadoreños Uníos”, por el lema de la solidaridad internacional de los trabajadores: “PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!”, palabras finales del Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1948
En estos nuevos estatutos se modifica la estructura anterior que comprendía como órganos de dirección el congreso nacional, el consejo supremo nacional y el comité central y como órganos intermedios los comités departamentales, distritales hasta llegar a las células. La propuesta aprobada para organismos de dirección nacional es la de congreso nacional, comité central, comisión política y secretariado, que impulsa la ejecución diaria de los acuerdos de la dirección del partido.
A nivel intermedio aparece como novedad la asamblea departamental y local. Asimismo se cambia el nombre de fracciones por el de Grupo del partido a los organismos de conducción del trabajo de masas. Se agrega un nuevo capítulo tanto sobre la Juventud Comunista como sobre las relaciones con el Movimiento Comunista Internacional. A continuación presentamos algunos artículos de estos estatutos de 1964:
“Art. 2- El Partido Comunista de El Salvador es el Partido Marxista-leninista del proletariado. Está constituido por el conjunto de organismos en que se hallan agrupados conforme a estos estatutos, los elementos de vanguardia de la clase obrera, de la clase campesina y de las demás clases sociales.”
“Art. 4- Sus objetivos inmediatos son: a) el mejoramiento de las condiciones de vida, materiales y culturales, de los obreros, campesinos, empleados, artesanos, intelectuales y pueblo en general;b) la destrucción de toda forma de opresión económica y política del pueblo; c) la liquidación de toda discriminación racial y de sexo; d) el desarrollo económico independiente y el progreso social y cultural del país; e) la Reforma Agraria; f) la formación de un gobierno democrático de liberación nacional antifeudal y antiimperialista; g) la defensa de la paz mundial y de la coexistencia pacífica entre los estados con distintos régimen económico, social y político; h) la preservación del derecho de autodeterminación de los pueblos; i) la más amplia solidaridad con todos los pueblos que combaten contras las oligarquías y el imperialismo, con los que construyen el socialismo y el comunismo; j) el fortalecimiento de la unidad del movimiento comunista internacional. Su objetivo mediato es: la construcción del socialismo como paso previo para la construcción de la sociedad comunista.”
“Art. 5- Miembro del Partido es aquel que acepta su Programa, sus Estatutos, se compromete a cumplirlos y a luchar porque se cumplan, aplica sus decisiones, respeta su disciplina, pertenece a una célula y actúa bajo su control y dirección inmediata, y paga con puntualidad la cuota mensual que le corresponde.”
Art. 7- Al ingresar al Partido, el nuevo miembro deberá formular ante la Célula respectiva la siguiente promesa: “Prometo solemnemente la más firme lealtad a los intereses de la clase obrera y del pueblo salvadoreño y a los movimientos progresistas del mismo. Prometo también permanecer fiel a los principios del Partido Comunista de El Salvador, mantener su unidad de propósitos y de acción, combatir toda labor de fracción en el seno del mismo, fortalecer su disciplina, observar la aplicación de sus Estatutos trabajar con el máximo de mi empeño por el cumplimiento de su Programa y por la aplicación de su línea política. Prometo mantener una actitud solidaria con los movimientos de liberación nacional de todos los pueblos del mundo, por ser leal a los principios del internacionalismo proletario y luchar por la paz mundial”.

Movimiento Nacional Revolucionario (MNR)

Movimiento Nacional Revolucionario (MNR)
Tue, 08/27/2013 – 16:23
by editor
Para que no olvidemos
Entrevistas
MNR

Aporte del MNR al trabajo político y al movimiento social en la década de los 70 y al político-diplomático (FMLN-FDR) de los años 80

José Francisco Marroquín
Miembro de Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), en la década de los 70.
Nacimiento del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR)

El Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) de El Salvador, se fundó en 1968 si mal no recuerdo, y se denominó de manera similar al de Bolivia. Se registró en ese mismo año y surgió como consecuencia de varios intentos por formar un partido de izquierda democrática, que venían desde 1930, con el movimiento del Ingeniero Arturo Araujo, pero que cobraron fuerza hacia los años 50, después de la lucha cívica en contra de la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez. Hubo dos intentos, uno se llamaba Partido Radical Democrático (PRD), y el otro esfuerzo fue el Partido Social Demócrata (PSD), con gente proveniente del movimiento de la Reforma Universitaria, que solo cristalizó el año 1960, alimentado por la onda de la revolución popular latinoamericana, del APRA de Perú, y de los movimientos revolucionarios de Bolivia, Argentina y México.

El MNR fue fundado por gente que estuvo vinculada a los grupos estudiantiles de mediados de los años 60, cuando también se fundó el Partido de Conciliación Nacional PCN), quien después de un golpe de estado, en el año 1962, ganó las elecciones presidenciales, pero al mismo tiempo generó movimientos de oposición entre los que estaban el Partido Auténtico Constitucional (PAC) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Pero había un grupo de personas que no encontraban sitio en esos partidos, por lo que decidieron crear el MNR, liderados por el señor Rodrigo Antonio Velásquez Gamero, el primer diputado que el Partido tuvo en la Asamblea Nacional Legislativa. Velásquez Gamero estaba rodeado de muchas personas de las zonas oriental y occidental del país, como por ejemplo el Dr. Marco Antonio Vásquez, el Dr. Obelio Velásquez, el señor Rogelio Salinas –un caficultor de Ahuachapán-, el Dr. Daniel Ríos Lazo y el Dr. Antonio Rosa de San Miguel, el Dr. Pablo Cerna de Usulután; de San Salvador estaban el Ing. Raúl Valiente Argueta, el Ing. Hugo Navarrete, el Dr. Julio César Oliva, el Dr. Jorge Sol Castellanos, el Lic. Rafael Glower Valdivieso, y no estoy seguro si estaba el Dr. Amílcar Martínez Arguera. Como perdimos muchos archivos, no se con exactitud si todos ellos estaban en el acta de fundación del MNR, sin embargo jugaron un papel político importante en esa época.

El MNR fue un partido reformista, a pesar de su nombre revolucionario, pero consecuente con sus métodos de lucha; la organización de grupos de elite contribuía al cabildeo y a la conspiración entre los grupos militares y civiles democráticos, con el objetivo de revertir los procesos que la oligarquía tenía muy bien controlados. Lo que el MNR pretendía era la instauración de un gobierno democrático, amplio, que hiciera las reformas que el país necesitaba, que permitiera la libertad de expresión, de organización política, la libertad de organización sindical y campesina. Era un trabajo que animaba el MNR, cuya estrategia desde el principio fue electoral parlamentaria, para lo que organizaba a los sectores de manera que pudieran incidir en la realidad salvadoreña y participar en las elecciones.

Al principio, el MNR no tenía una posición social demócrata muy clara, muy precisa; lo que si dominaba en su interior, era un sentimiento antimilitarista, antiimposición y, hasta cierto punto, un sentimiento antiimperialista. En este primer grupo no todos tenían preocupación por aclarar o definir las ideas en el contexto de una ideología social demócrata, aunque existían elementos de esa ideología. EL MNR se identificó como social demócrata hasta la crisis de mediados de los años 70.
Integrantes y composición social del MNR

Las ideas del MNR confluían con las de cierto grupo de militares democráticos en situación de retiro, entre ellos el Coronel Mariano Castro Morán, el Coronel Mariano Munguía Payés, el Coronel Armando Mena Molina, el Tte. Sermeño, el Tte. José Belisario Peña papá de Felipe, Virginia, Margarita y Lorena Peña, y habían otros que no recuerdo y que eran del MUN (Movimiento de Unidad Nacional). Así fue como en 1977 el Coronel Ernesto Claramount llegó como candidato a la presidencia por parte de la Unión Nacional Opositora (UNO).

La mayoría de los integrantes del MNR eran profesionales, de capas medias, caficultores, pequeños terratenientes y profesionales liberales; era el típico partido de la pequeña burguesía, como se le llamaba en esos tiempos; por supuesto, tenía entre sus filas a gente de la clase obrera y trabajadora, de los sectores medios del gobierno, aunque su liderazgo era eminentemente profesional, con dirigentes que eran abogados, médicos, economistas e intelectuales como Italo López Vallecillos, que pertenecía a la dirección del MNR.

También el MNR se nutrió mucho de gente que perteneció al movimiento estudiantil, principalmente de la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS), pero en aquel momento, lo que distinguía a esta posición política dentro de la Universidad de El Salvador era, lo que se llamaba ampliamente el Movimiento de Izquierda Democrática (MID). Este movimiento tenía referentes principalmente en las Facultades de Derecho, Medicina e Ingeniería, pero con el correr del tiempo, esto dio origen a finales de los años 60 y hasta el cierre de la Universidad de El Salvador en 1972 a la Federación Socialista Democrática (FSD), integrada por frentes estudiantiles que eran claramente social demócratas. El MID ya estaba ahí, pero los demás que vinieron posteriormente se llamaron Movimiento Demócrata Revolucionario (MDR), Movimiento Social Demócrata (MSD) o Acción Progresista de Estudiantes de Química (APEQ)- Este último era un movimiento integrado por gente de pensamiento liberal demócrata y social demócrata.

Con los maestros o el magisterio también teníamos contactos, porque el Dr. Guillermo Manuel Ungo fue miembro del Tribunal de la Carrera Docente, propuesto por los maestros entre 1967-1972 si no estoy equivocado, trabajo que tenía sus bases en las huelgas de ANDES que fueron apoyadas por el MNR, tanto la de 1968 como la de 1971.
Aporte social del MNR a la lucha del Pueblo Salvadoreño

En el ámbito del campesinado, el MNR logró vínculos con la Unión Comunal Salvadoreña (UCS), fundada en 1968, como parte de un proyecto de contrainsurgencia norteamericano en respuesta a la revolución cubana. La Alianza Para el Progreso y Los Cuerpos de Paz, eran parte de esos programas norteamericanos que se desarrollaron y dieron origen a estructuras que muy pronto fueron reprimidas también, lo que les obligó a buscar un referente político al cual vincularse, y terminaron contactando a la Democracia Cristina o al MNR.

Nuestro aporte a la lucha social para el cambio en nuestro país -ya la definí al principio de esta entrevistaconsistió en la participación electoral, pero no solo fue eso, porque el MNR tuvo dos ideas acertadas; una de ellas fue la creación de una Escuela de Capacitación Sindical en el Sindicato de Industrias Unidas Sociedad Anónima (IUSA), con el apoyo de FENASTRAS, y la otra fue la de crear el Centro de Estudios Políticos “Dr. Marco Antonio Vázquez”, en cooperación con la fundación Friedrich Ebert, vinculada al Partido Socialdemócrata Alemán. En esas escuelas se desarrollaban programas políticos, de derecho laboral, de capacitación política, las cuales eran materias fuertes con las que el MNR capacitaba permanentemente con estudios, publicación de análisis de la realidad nacional y posiciones relativas a la búsqueda de salidas a la crítica situación que vivía nuestro país. Por nuestra Escuela Sindical vi pasar a Febe Elizabeth Velásquez, que después fue asesinada en una operación terrorista de la policía que dinamitó la sede de los sindicatos de FENASTRAS; vi pasar a gente del sindicato del transporte, cuando los sindicalistas eran los propios motoristas y no los empresarios que hay ahora, porque en ese tiempo el movimiento sindical era de los obreros del transporte.
Participación del MNR en los procesos electorales

En 1968 el MNR participó en las elecciones y ganó un diputado que fue el Dr. Ángel Gochez Castro y su suplente el bachiller Velázquez Gamero. En 1970 volvió a tener participación legislativa, y creo que ganó la alcaldía de San Miguel; participó en las elecciones para la alcaldía de San Salvador, llevando como candidato al Dr. Melitón Barba, y también participó en las elecciones para la alcaldía de Zacatecoluca. Con el PCN no tuvimos ninguna relación, aunque el MNR respetaba la institucionalidad hasta donde fuera posible, pero ocurrió que en las elecciones de 1967, en la que participó de una manera destacada el Partido Acción Renovadora (PAR), que llevó en su planilla presidencial al Dr. Fabio Castillo Figueroa – quien despertó muchas expectativas-, el MNR fue crítico al principio, pero luego terminó apoyándolos. El PAR fue cancelado como consecuencia de su éxito, y los intentos de revivirlo tampoco fueron aceptados por el Consejo Central de Elecciones que era progubernamental. Entonces, el partido Unión Democrática Nacionalista (UDN), creado por el Dr. Francisco Roberto Lima y por el Dr. Magaña Menéndez, gente vinculada a los sectores del capital nacional, vino a facilitar las cosas, posibilitando la incorporación a ese partido, de mucha gente que venía del PAR y del Partido Comunista. Obviamente, la base del UDN era del Partido Comunista. Toda la gente que dirigía al PC estaba vinculada al UDN: Shafick Jorge Handal, Raúl Castellanos Figueroa, Salvador Cayetano Carpio, Mario Aguiñada, Carranza, etc. A partir de ahí, se generó una relación entre el UDN y el MNR, con el objetivo de atraer al Partido Demócrata Cristiano (PDC), porque este era un partido conservador con mucho peso adicional al que ya tenían los otros dos. El PDC llegó a tener, él solo, a más de 20 diputados en la Asamblea Legislativa, porque era la fuerza en la que se aglutinaban maestros, campesinos y estudiantes. El movimiento estudiantil socialcristiano era tan fuerte, que la Federación Socialista Democrática nuestra y la Federación de Estudiantes Universitarios Revolucionarios, apoyados por el PC, teníamos que aliarnos para ganarle las elecciones a la Federación Revolucionaria de Estudiantes Socialcristianos que era muy fuerte.

Así se formó la Unión Nacional Opositora (UNO), con la participación del PDC, el MNR y el UDN, con los objetivos de competir en las elecciones desde 1972 hasta 1977–78 y para generar un movimiento de desgaste electoral impresionante, agrupamiento solo comparable al que había tenido el Perú con la participación de los comunistas, los demócratas cristianos y los social demócratas. Todos contra la dictadura.

Resumiendo, el MNR participó en las elecciones de 1968, en las que ganó un diputado, en 1970 ganó algunas alcaldías y algunos diputados, y en 1972 con la UNO, perdió las elecciones presidenciales mediante el fraude, pero se afianzó en la Asamblea Legislativa con algunos diputados y en algunas alcaldías en coalición. Participó en coalición con la Unión Nacional Opositora en las elecciones municipales y legislativas de 1974, 1976, y en las presidenciales de 1977 que fraudulentamente ganó el General Carlos Humberto Romero, y no estoy seguro si en las municipales y legislativas de 1978.
Relación del MNR con el Movimiento de Masas y organizaciones Político-Militar de la década de los 70

Teníamos muy buenas relaciones con las estructuras sindicales, estudiantiles, campesinas, las comunidades eclesiales de base y, por supuesto, con las FPL y el ERP, organizaciones político-militares que en ese tiempo nutrieron los acontecimientos con mucha actividad de todo tipo. Nuestras relaciones con esos nuevos partidos eran cordiales, por el hecho de conocer a sus dirigentes, lo que facilitó el intercambio de opiniones a lo largo de toda esa década de los 70. Por eso, cuando vinieron las rupturas del ERP y surgieron el PRTC y la RN, el MNR siguió cultivando la amistad con esas organizaciones y siempre las mantuvo con el PC, a titulo del proyecto de la UNO y en la coordinación de propuestas en la Asamblea Legislativa, trabajo que el MNR hacía junto al UDN y el PDC en contra del PCN que tenía muchos más diputados. Las relaciones fueron un espacio de intercambio y de crítica durante toda la década de los años 70, hasta el golpe de Estado de 1979. Por ello, la conformación de una alianza FMLN-FDR, es consecuencia de una década de trabajo en la que hubo una relación de intercambio, y a veces de colaboración en términos de análisis, de contactos con las organizaciones armadas y organizaciones de base. Estas relaciones no eran fortuitas o de simple surgimiento espontáneo, venían de contactos estudiantiles universitarios, de compartir preocupaciones sociales, y de haber visto el surgimiento de estructuras políticas más complejas, creadas por amigos y compañeros que fundaron organizaciones como el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) de la RN; el Bloque Popular Revolucionario (BPR) que era el frente de masas de las FPL, las Brigadas Populares (BP) del PRTC, las Ligas Populares 28 de Febrero del ERP y las organizaciones que ya tenía el PC como la UDN. Sin embargo el MNR tenía una relación crítica en determinados momentos, porque fue una época de acumulación de poder, pero también de secuestros, asesinatos, etc.

El Importante papel del Movimiento de Masas

El movimiento de masas jugó un rol importantísimo en el desgaste de los gobiernos militares antidemocráticos de esa época y además preparó las condiciones para ascender en calidad hacia la lucha popular, lo cual veíamos como una enorme virtud, porque era un movimiento popular de masas que no se había visto antes. Nosotros habíamos organizado grandes movilizaciones a favor de los maestros, de los trabajadores del transporte, de obreros del acero, pero nunca como las movilizaciones que posteriormente realizaron las organizaciones de masas, sobre todo la del 22 Enero de 1980, organizada y dirigida por la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), conformada por el Bloque Popular Revolucionario (BPR), Las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28), Las Brigadas populares (BP), el FAPU y la UDN. Esa fue quizás, la concentración humana más grande que ha habido en El Salvador de preguerra y postguerra.

Este movimiento, aunque disperso –dado que es un periodo en el que se da una intensa batalla ideológica-, porque unos eran más marxistas que otros, maoístas, gramscianos, cristianos, socialdemócratas, humanistas, militaristas, etc.-, fue importante porque marcó un periodo de crecimiento de la sociedad salvadoreña, de ir rompiendo muchos esquemas y propiciando la maduración de unas condiciones que permitieron la unidad de cinco organizaciones político-militares, que en 1980 formaron el FMLN. Ese movimiento de masas le insufló al país una dinámica diferente y esperanzadora; era el resultado y consecuencia de dos décadas de acumulación de esfuerzos populares.
Persecución y represión contra nuestro trabajo y compañeros militantes

El MNR siempre fue visto como un partido de la inteligencia, por el seguimiento que los compañeros le daban a la situación política, económica y social del país. De ahí que nuestra gente de dirección fuera objeto de persecución por parte de la policía, o de la dirección de investigaciones de ésta. El MNR fue objeto del bloqueo sistemático de sus iniciativas ante el Consejo Central de Elecciones; era constante la persecución, las amenazas a los dirigentes y quizás el que más sufrió esos desmanes y atropellos fue Ítalo López Vallecillos, porque él, como muchos de nosotros, trabajaba en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de los jesuitas. Le pusieron bombas a la casa y a la editorial de la UCA donde Ítalo laboraba. La casa del Dr. Luis Alonso Posada -ex Alcalde de Santa Teclafue ametrallada y destruida parcialmente por una bomba que pusieron en la cochera. La presión política y militar era muy fuerte, tanto así que después de la toma de la Universidad de El Salvador en 1972 por parte de las fuerzas represivas, los compañeros que no cayeron presos se fueron exilados a Venezuela o a otros países.

De igual manera que las demás organizaciones y movimientos sociales de la época, sufrimos la represión y las consecuencias de ese embate dictatorial. Por ejemplo, la juventud del MNR participó activamente en la marcha por la autonomía universitaria del 30 de julio de 1975, la cual fue reprimida brutalmente a la altura del Hospital del Seguro Social en San Salvador. Ahí fue asesinado Roberto Miranda López. Ese día casi se termina la juventud del MNR; sin embargo, hasta donde recuerdo, entre los fallecidos no hubo nadie de la juventud del MNR; solo algunos golpeados y fracturados, pero varios compañeros optaron por la lucha armada desde aquel día, y se fueron a engrosar las filas del PRTC y del ERP. Nosotros tuvimos que reorganizarnos, porque en las alcaldías y oficinas a las que tenía acceso el MNR, se empezaron a perder las armas, ya que los jóvenes se las estaban llevando para aumentar los arsenales de las nacientes organizaciones guerrilleras de los años 70.

El MNR fue objeto de mucha persecución y represión. Un caso particular fue cuando a principios de 1980 vino a El Salvador una comisión de la Internacional Socialista dirigida por Lord Chitnis ciudadano británico de origen hindú, con el objetivo de realizar un informe sobre el subdesarrollo en nuestro país, lo que por supuesto tenía mucho que ver con la constatación de la pobreza, la situación de las zonas marginales, de los sindicatos obreros y de las organizaciones campesinas, estudiantiles y la represión hacia el pueblo salvadoreño. Como esa comisión fue atendida y apoyada por el MNR, tuvimos como consecuencia el asesinato del Dr. Fernando Martín Espinoza Altamirano, médico, que era, hasta donde supimos, pariente del señor Enrique Altamirano Madriz, actual dueño de El Diario de Hoy. A partir de ahí, se desató una permanente persecución contra varios de nuestros compañeros de Ahuachapán, Sonsonate, San Salvador y San Miguel, hecho que obligó a los compañeros a esconderse permanentemente en diferentes casas y de casa en casa. En septiembre de ese año, el compañero Enrique Barrera Escobar fue atacado a tiros y herido mientras transitaba por el Paseo General Escalón en San Salvador. Dos meses después, en noviembre de 1980, caía asesinado junto a los demás miembros de la dirigencia del FDR.

En esa lucha social y popular de los años 80 tuvimos varias bajas; yo perdí de vista a varios compañeros y compañeras que se incorporaron al movimiento guerrillero y a otros que se fueron al exilio. Personalmente sufrí ese acoso y represión junto a David Mena, porque éramos profesores de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), y por la sencilla razón de tener posiciones políticas de apoyo y compromiso con la lucha por el cambio hacia una sociedad más justa. Fuimos amenazados de muerte y tuvimos que salir del país el 22 de diciembre de 1980. Pero los dos golpes más fuertes y dolorosos que tuvimos como partido, fueron el asesinato en Guatemala del Dr. Héctor Oquelí Colindres a manos de sicarios derechistas que poseían información de la CIA, mientras se dirigía a una reunión regional de la Internacional Socialista que se habría de realizar en Costa Rica, y al hacer escala en Guatemala lo secuestraron y asesinaron. Un año después sufrimos la muerte del Dr. Guillermo Manuel Ungo a causa de un tumor cerebral. La desaparición de estos dos importantes cuadros limitó las posibilidades de mantenimiento y desarrollo del MNR.
Golpe de estado de 1979 y nuestra participación en la Junta de Gobierno

En octubre del año 1979, el golpe de Estado de la juventud militar nos tomó en una situación de relativa sorpresa. Pese a que teníamos indicios de que el golpe venía, no lo creíamos; no le veíamos coherencia, aunque las fuentes eran los doctores Ricardo Navarro y Julio Cesar Oliva, ambos militantes del MNR en ese tiempo y miembros del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA). Lo creímos hasta que la información comenzó a venir directamente de los sectores militares, sobre todo del Coronel René Guerra y Guerra, el militar que más relaciones tenía con nosotros, y que por cierto fue a uno de los primeros que llamaron a formar parte de la nueva Junta de Gobierno. Para presidir la Junta de Gobierno llamaron también al Ingeniero Román Mayorga Quirós que en ese tiempo era rector de la UCA, quien para aceptar puso como condición que participara el Foro Popular (FP), organización que surgió como consecuencia del fraude electoral de 1977.

El Foro convocó a una reunión para nombrar a su representante en la Junta de Gobierno y salieron dos candidatos: el PDC propuso al Ingeniero José Napoleón Duarte que a esas alturas todavía estaba en el exilio en Venezuela y el MNR y la UDN propusieron al Dr. Guillermo Manuel Ungo. El Ing. Duarte solamente sacó un voto el de Rubén Zamora y los demás representantes del Foro Popular votaron por el Dr. Ungo. Para la negociación de la formación del gabinete de ese gobierno, participamos el MNR, la UDN, el PDC, la UCA, el Foro Popular y otras fuerzas. Finalmente el Gabinete de Gobierno se constituyó con cuadros valiosos como Héctor Dada, Raúl Valiente y otros grandes personajes como Enrique Álvarez Córdova. Lamentablemente solo duró tres meses, porque vino el contragolpe dirigido por el Coronel Guillermo García y el Coronel Nicolás Carranza, por supuesto acompañado de una represión que no pudieron parar ni la Junta ni los militares golpistas, ya que eran 14 jefes militares de cuarteles departamentales que se oponían a ese intento de cambio progresista. Esa fue la razón por la que decidimos salirnos del gobierno.

Pero la decisión de salirnos se tomó en consulta con Monseñor Romero, con Joaquín Villalobos, con Fermán Cienfuegos, con Salvador Cayetano Carpio y Gerson Martínez entre otros, quienes pidieron 30 días de chance para tener un espacio que permitiera no ser objetos de la represión militar. Monseñor Romero también pidió 30 días para que las organizaciones populares de base no fueran aplastadas brutalmente por la represión. Pero en ese corto tiempo, el Gobierno Norteamericano logró que la Democracia Cristiana asumiera el nuevo gobierno, pactado con los militares contragolpistas. Hasta ahí llegó la UNO. Se rompió la unión.
Formación del Frente Democrático Revolucionario

Con el pacto militar demócrata cristiano, después del fracaso de la Junta Revolucionaria de Gobierno, se terminó la Unión Nacional Opositora, pero en la medida en que se incrementó la represión en 1980, también se fragmentó el PDC y surgió de ahí el Movimiento Popular Socialcristiano (MPSC), formado por Jorge Villacorta y Rubén Zamora; pero tanto estos como el MNR se habían quedado sin el UDN, que entonces formaba parte de la Coordinadora Revolucionaria de Masas. Sin embargo, el Ingeniero Enrique Álvarez Córdova que había sido Ministro de Agricultura de ese fallido gobierno, fundó el Movimiento Independiente de Profesionales y Técnicos de El Salvador (MIPTES), el cual se rodeó de gente que no quería involucrarse con las demás organizaciones de masas, ni con las organizaciones político-militares. Entonces, el MIPTES con el MPSC y el MNR fundaron el Frente Democrático (FD) allá por febrero o marzo de 1980. Este frente estaba prácticamente a la par de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, y ya con la cristalización del FMLN, se hizo necesario tener una expresión más abierta. Surgió así la necesidad de cohesionar en un solo esfuerzo a la CRM y al FD, y de esta alianza resultó el Frente Democrático Revolucionario (FDR), dirigido por la representación y liderazgo de Juan Chacón del BPR, Leoncio Pichinte de las LP-28, el Dr. José Napoleón Rodríguez Ruiz del FAPU, Manuel Franco de la UDN, Humberto Mendoza de las Brigadas Populares, el Ing. Enrique Álvarez Córdova del MIPTES – Presidente del FDR-, Juan José Martel del MPSC, y Enrique Barrera Escobar, nuestro compañero del MNR. Infelizmente los cuerpos policiales asesinaron a finales de noviembre de 1980 a casi todos esos compañeros de dirección, salvándose únicamente los que por una u otra razón llegaron tarde a los puntos de contacto, o los que como norma de precaución tenían que salir cada hora, tal fue el caso de Pichinte, del Dr. Rodríguez Ruiz y de Martel. Al asesinar a Enrique Álvarez Córdova, la representación de ese esfuerzo democrático nombró por unanimidad al Dr. Guillermo Manuel Ungo Secretario General del MNR para la coordinación general, tarea que le permitió tener una gran labor internacional.
Comisión Político Diplomática del FMLN-FDR

Cuando dio inicio la Ofensiva General del 10 de enero de 1981, se hizo necesario el trabajo político en el exterior, de manera que la alianza FMLN-FDR decidió crear una Comisión Política Diplomática (CPD). Esta comisión tenía a tres representantes del FMLN: Salvador Samayoa, Ana Guadalupe Martínez y Mario Aguiñada Carranza y por el lado del FDR estaban el Dr. Ungo y Rubén Zamora, pero el Secretario Ejecutivo de todos ellos era el Dr. Héctor Oquelí Colindres del MNR.

El nombramiento de Héctor para ese cargo se debió a varios factores: había sido Vicecanciller durante el gobierno de la Junta, tenía una formación integral por sus estudios de postgrado en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, tenía viejos y estrechos vínculos con la Internacional Socialista, conocía a la Internacional Demócrata Cristiana y a la Internacional Liberal. Desde estudiantes teníamos el necesario conocimiento del movimiento político estudiantil internacional; Héctor fue a un congreso de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) que se celebró en Praga, Checoslovaquia, así como al Congreso Latinoamericano de Estudiantes (CLAE) en la Habana, y yo fui delegado de la AGEUS al IX Congreso de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE), celebrado en Ulan Bator, Mongolia. Teníamos muchísima participación en el mundo estudiantil, lo que nos permitió conocer a compañeros del movimiento estudiantil que posteriormente llegaron a ser ministros o altos funcionarios en Suecia, Inglaterra, Francia, Austria, Estados Unidos, Canadá, Méjico, etc. Esos contactos le abrieron puertas al movimiento democrático revolucionario salvadoreño, concretamente al FMLN y al FDR, aspecto que contribuyó a que los compañeros de la CPD proyectaran e hicieran una labor impresionante, tanto en Naciones Unidas (ONU), como en la COPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina), etc.

La Comisión Político-Diplomática fue la cara visible del movimiento democrático revolucionario salvadoreño, con la ventaja de que el Doctor Ungo había sido miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de El Salvador y era Presidente del FDR, lo que le habría puertas en todas partes, dándole un trato de ex Jefe de Estado y a su vez, le permitía el acceso a distintos foros, así como a miembros o asesores de gabinetes de seguridad de diferentes estados, para discutir con los Secretarios de Estado, con senadores y jefes de comisiones. Estos espacios eran importantes, porque daban la posibilidad de informar sobre la situación salvadoreña, y además, era una forma de hacer labor en provecho de las posiciones del movimiento revolucionario y democrático salvadoreño.

Desde principios de los años 80, existía una propuesta de solución política negociada al conflicto armado salvadoreño y de formación de un gobierno de amplia participación. Este trabajo exigía una labor intensa y permanente en el campo internacional, de manera que la Comisión Político-Diplomática fue como la cancillería del movimiento revolucionario en ese ámbito político diplomático mundial.
Declaración Franco Mejicana, primer reconocimiento internacional a la Lucha del Pueblo Salvadoreño

Un hecho importante y relevante en la historia de la lucha del pueblo salvadoreño, en 1981, fue la “Declaración Franco Mejicana”, una manifestación de reconocimiento internacional a la legitimidad de la lucha del pueblo salvadoreño, encabezada por el FMLN y el FDR. Por supuesto, en ese momento, las relaciones entre la comandancia general del FMLN y el directorio del FDR eran de una extraordinaria armonía, de mucha comprensión, comunicación y apoyo mutuo. A ello contribuyó que en esos años, en Francia estuviera como presidente el socialista Francois Miterrand y en México el presidente José López Portillo, quienes con sus flamantes cancilleres Don Jorge Castañeda y H. Cheysson, nos apoyaban en todo sentido. Es de ahí que resulta una declaración de apoyo al pueblo salvadoreño en lucha, lo que por otro lado, era un pronunciamiento en contra de la política exterior norteamericana, en claro desafío a la hegemonía de Estados Unidos en la Región Centroamericana.

El aporte de los compañeros Dr. Ungo y Dr. Oquelí para hacer realidad la “Declaración Franco Mejicana”, fue en el cabildeo político y diplomático, en las conversaciones preliminares, en la elaboración del texto, en las aclaraciones que había que hacerle a muchos partidos, cancillerías y gobiernos, sobre la legitimidad de nuestra lucha. Este trabajo tuvo repercusiones positivas en las Naciones Unidas, porque además, la alianza FMLN-FDR tenía un estatus importante en Nueva York, dado que el FMLN era una fuerza armada beligerante que tenía que respetarse, realidad indiscutible que hizo ganarse el reconocimiento internacional y llegar finalmente a la solución negociada.

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La Revolución, 35 años después

La Revolución, 35 años después

Por Carlos Fernando Chamorro
Publicado el 19 de Marzo de 2014

A la memoria de mis hermanos Javier “El Chele” Guerra, Juan Carlos “La Foquita” Herrera, y Francisco “Félix” Meza, que cayeron antes del triunfo de la insurrección

I—Una mirada al presente

El 19 de julio se cumplirán 35 años del triunfo de la revolución sandinista que derrocó a la dictadura de Somoza en 1979. Después de 10 años de revolución, guerra de agresión y guerra civil, el 25 de febrero de 1990 el FSLN fue derrotado en un proceso electoral. Posteriormente se negoció el desmontaje del modelo revolucionario, implementándose un programa de reformas neoliberales que prevalece hasta hoy.

Sin embargo, desde que el comandante Daniel Ortega regresó al poder en el 2007, ganando unas elecciones con el 38% de la votación en primera vuelta, el FSLN proclama que Nicaragua está viviendo una segunda etapa de revolución llamada “cristiana, socialista y solidaria”

La revolución de 1979 representó un hito histórico. Fue la última revolución armada triunfante del siglo XX que expulsó del poder a una dictadura militar dinástica que durante más de cuatro décadas contó con el apoyo de Estados Unidos.

Con la revolución se abrió una expectativa de liberación, cambio social y democratización. Paradójicamente, con la derrota de la revolución en 1990, también se abrió una segunda oportunidad de democratización en Nicaragua, apuntalada en el pluralismo y en las fuerzas políticas y sociales que surgieron de la revolución, tras el fortalecimiento de instituciones clave para dirimir los conflictos y la competencia política como el Consejo Supremo Electoral, el Ejército Nacional y la Policía Nacional, y las reformas constitucionales de 1995 que establecieron un contrapeso fundamental entre los poderes del estado.

Al cumplirse los primeros 20 años de la revolución, publiqué un texto sobre este mismo tema titulado “Las huellas del 79” (El Nuevo Diario, 19 de julio 1999) en el que destacaba con optimismo el legado político de la revolución, asociándolo a las instituciones antes mencionadas y al peso político del sandinismo, ya no como un partido monolítico, sino como un conjunto de fuerzas dispersas, dentro y fuera del partido FSLN, en las organizaciones sociales, o en la sociedad civil, con el potencial de promover procesos de cambio social y político. Exceptuando la creación de una nueva clase de pequeños propietarios y cooperativas en el campo, el legado económico-social de la revolución había sido barrido por la guerra, la hiperinflación y el ajuste económico de los 90, y en consecuencia, su principal huella era eminentemente política, a pesar del gobierno de turno de Arnoldo Alemán.

Quince años después, no existen bases objetivas para mantener ese optimismo. Por el contrario, en Nicaragua se ha instalado un proceso de regresión autoritaria encabezado por un nuevo FSLN, privatizado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, mientras las instituciones estatales como el Consejo Supremo Electoral o el Ejército Nacional que antes parecían conquistas irreversibles, han sucumbido a la cooptación del caudillismo.

El nuevo régimen de Ortega, en proceso de consolidación, se presenta como una versión del “socialismo del siglo XXI”, cobijado bajo los símbolos rojinegros de Sandino y la revolución sandinista. Pero su trayectoria en estos seis años no representa un proyecto de cambio revolucionario o de reformas sociales. Por el contrario, revela la conformación de un régimen corporativista en alianza con el gran capital nacional e internacional, que ejerce un alto grado de control social sobre importantes grupos organizados de la población, sindicatos, cooperativas, y jóvenes.

En lo político, actúa como un régimen autoritario de ordeno y mando, que invoca la democracia directa pero no admite ningún contrapeso o sistema democrático de rendición de cuentas. Un régimen centralizador del poder que se maneja con un estilo extremadamente personalista. Esta es quizás su principal debilidad a corto plazo.

En lo económico, es un modelo pro negocios privados en una economía de mercado tutelada por el Fondo Monetario Internacional. Su particularidad ha sido la privatización de la cooperación venezolana, que representa más de 3,300 millones de dólares entre 2007 y 2013, manejados de forma discrecional fuera del presupuesto. Esto le ha permitido a Ortega, sin tener que recurrir a una verdadera reforma fiscal que afecte la alianza con los empresarios, disponer de fondos para financiar programas gubernamentales, pero también para desviarlos hacia actividades partidarias y la creación de un emporio económico privado de negocios familiares al margen de toda supervisión estatal.

En lo social, el régimen impulsa una política asistencialista de transferencias directas y expansión de la cobertura de algunos servicios públicos, a través de mecanismos de participación que promueven el clientelismo político, anulando cualquier iniciativa de gestión de derechos y promoción de ciudadanía.

En el ámbito internacional, el régimen mantiene una retórica antimperialista, mientras colabora con la política de EEUU en los temas de seguridad, drogas y comercio. Y al mismo tiempo, mantiene un alineamiento con las políticas del ALBA y un acercamiento con Rusia, y ahora con China al otorgar a un empresario chino una concesión obscenamente lesiva a la soberanía nacional para promover el megaproyecto del canal interoceánico.

En lo ideológico, el régimen invoca una retórica revolucionaria, pero practica el culto a la personalidad en torno a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, cobijados por un mesianismo religioso ultra conservador.

A estas tendencias estructurales, se agregan la recién aprobada reforma constitucional y la reforma al Código Militar, que despejan el camino para el continuismo y la reelección presidencial indefinida, con el sometimiento de las instituciones armadas a la voluntad política del caudillo. De esta manera el régimen empieza a asemejarse al de Somoza que fue derrocado por la revolución de 1979, por lo que a Daniel Ortega le calzaría muy bien aquella frase de Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” cuando dijo que “algunos personajes de la historia aparecen dos veces, primero como tragedia y después como farsa”.

Analizar este proceso que Mónica Baltodano ha llamado “las mutaciones del FSLN” (revista Envío, UCA febrero 2014) y la consolidación del liderazgo familiar de Daniel Ortega ocurrido en las últimas dos décadas, tiene una importancia fundamental para entender la evolución de Nicaragua y su futuro. Estas son algunas de las preguntas que estamos obligados a responder, y ojalá formen parte del debate de las nuevas generaciones

a) ¿Cómo se produjo esta involución del FSLN que pasó de ser un partido revolucionario a una maquinaria electoral, al estilo del PRI de México, pero con un liderazgo continuista y ahora familiar?

b) ¿Cómo ocurrió la “toma del Estado” por el FSLN, empezando por el pacto bipartidista con Arnoldo Alemán en 1999, para llegar ahora al control del poder total, del sistema electoral, la justicia, del ejército y la policía, y de todas las instancias autónomas del estado?

c) ¿Cuál es la ideología de este proyecto, si es que tiene alguna, y qué relación tiene con la cultura política tradicional nicaragüense y con el legado de la revolución sandinista y su memoria histórica?

d) ¿Cuál es el sustento económico de este proyecto de alianza con el gran capital, en el que el FSLN mantiene el control de la base social, con la migración como válvula de escape? ¿Qué niveles de pobreza y desigualdad social resultan compatibles en este modelo?

e) ¿Es éste un proyecto sostenible a mediano plazo? ¿Puede tolerar el surgimiento de una oposición política y social que le haga contrapeso y plantee un desafío de poder democrático, o inevitablemente derivará en un nuevo ciclo de violencia en Nicaragua?

II- Una mirada al pasado

Permítanme ahora compartir algunas reflexiones sobre la revolución de 1979 y la década revolucionaria, desde la perspectiva de un protagonista que asume la revolución con todos sus aciertos y sus errores, para intentar encontrar algunas claves explicativas desde el pasado.

Así como hoy se suele incurrir en simplificaciones sobre lo que representa el régimen de Daniel Ortega, y se cuestiona el hecho de que siendo éste un régimen autoritario cuente con apoyo social y después de seis años en el poder se haya convertido en una mayoría política, padecemos de una cultura reduccionista sobre lo que fue la dictadura de Somoza y la revolución. Es imperativo, por lo tanto, evitar a toda costa las simplificaciones.

A lo largo de 45 años, la dictadura se mantuvo en el poder combinando cooptación social y represión, con la lealtad de una guardia pretoriana y el respaldo de EEUU, pero también generó apoyo en importantes sectores emergentes. El genocidio ocurrió durante la crisis de la dictadura en 1978 y 1979, pero antes hubo períodos de alto crecimiento económico durante dos décadas. Crecimiento sin desarrollo social; crecimiento sin democracia y con fraudes electorales; crecimiento económico en alianza con los grandes capitales, frente a los cuales Somoza practicaba una máxima que Ortega esta empenado en replicar: “Hagan plata, que de la política me encargo yo”. Antes y ahora, en Nicaragua el hombre fuerte mantiene el monopolio de la política.

La crisis de la dictadura fue el resultado de una acumulación de contradicciones y una combinación de factores: a) El cierre de los espacios políticos electorales y la imposición del continuismo de Somoza; b) El degaste de legitimidad del régimen causado por la represión y las violaciones a los derechos humanos y la corrupción; c) Las luchas sociales y sindicales desatadas tras las tensiones económicas y sociales post terremoto de 1972; d) La “competencia desleal” entre Somoza y otros grupos económicos; e) La pérdida del apoyo de EEUU a raíz de la política de derechos humanos de Carter; f) La persistencia de la lucha y el desafío político-militar planteado por el FSLN en la ciudad y el campo y su estrategia de alianzas nacionales e internacionales; g) La presión del movimiento de masas insurreccional, desatado a raíz del asesinato de mi padre, Pedro Joaquín Chamorro en enero de 1978; h) Por último, la enconada resistencia de Somoza a abandonar el poder, impidiendo una sucesión reformista del régimen, durante la crisis de 1979.

El derrocamiento de la dictadura representa el momento de mayor consenso nacional que alguna vez se haya alcanzado en la historia de Nicaragua. El objetivo común era erradicar el régimen dictatorial y abrirle paso a una nueva era de democratización y justicia social. El resultado inmediato de esos cambios quedó registrado en grandes movilizaciones como la Cruzada de Alfabetización. Pero ese consenso y la alianza nacional se perdió rápidamente después de la caída de Somoza, no solamente por las contradicciones intrínsecas que conlleva todo proceso de cambio revolucionario, sino además porque el concepto de poder del liderazgo revolucionario era intrínsecamente divisivo.

Aunque el FSLN se distanció de la ortodoxia de la izquierda mundial y planteó una plataforma innovadora basada en el pluralismo político, la economía mixta y el no alineamiento, en la práctica recurría a un esquema de poder total para poner en práctica ese programa. Un esquema hegemónico en el cual la fusión estado-partido-ejército-organizaciones de masas-aparatos ideológicos, respondía a un mando único. Un concepto vanguardista del poder, bajo la premisa voluntarista de que el sobreesfuerzo de la conciencia política y el alineamiento con el bloque socialista, compensarían las limitaciones materiales objetivas en un país pequeño en transición al socialismo, para emprender las reformas nacionales —educativa, agraria, electoral— que la burguesía no podía desarrollar.

La revolución promovió la democracia participativa y el pluripartidismo, pero subestimó el principio democrático de rendición de cuentas del poder y el papel de las instituciones democráticas autónomas que funcionan como contrapeso del poder. Por una parte, apelaba a la legitimidad del poder revolucionario afirmando que la revolución era fuente de derecho, y por la otra, el esquema ideológico revolucionario despreciaba al Estado de Derecho estigmatizado como un concepto de falsa democracia burguesa. Una creencia que fue reforzada por la experiencia histórica del derrocamiento del gobierno democrático y socialista de Salvador Allende en Chile en 1973.

El modelo de transformación económica, con un fuerte peso de la hegemonía del Estado, generó contradicciones no solo con la clase empresarial, sino también con el campesinado y las etnias de la costa atlántica. De esa resistencia y la intervención de las operaciones encubiertas financiadas por Estados Unidos, surgió el germen de lo que sería una desastrosa combinación de guerra de agresión externa y guerra civil.

Es inútil intentar reescribir el curso de la historia. Pero cuando se analiza el proceso nicaragüense, resulta terriblemente doloroso observar el peso de la ideología de la inevitabilidad de la guerra, al calor de la guerra fría. Del lado sandinista, prevalecía el convencimiento de que la revolución generaría su propia contrarrevolución y la agresión externa, y se proyectaba en la revolución salvadoreña una esperanza para contener y derrotar la agresión de Estados Unidos. Del otro lado, el fundamentalismo ideológico de la Administración Reagan hizo de la guerra en Nicaragua un factor estratégico de su política exterior hacia el tercer mundo. Defender la revolución era, en consecuencia, un parto violento y necesario: una misión de dimensiones históricas. Pero el desenlace de la guerra sería la muerte de decenas de miles de personas, la hiperinflación y el descalabro de la economía nacional.

Nada resume mejor este dilema que una hermosa canción que hizo Salvador Cardenal del Dúo Guardabarranco en 1983. “Guerrero del Amor” se convirtió en un himno generacional para los jóvenes que fueron a la guerra en los 80 y dice en una de sus partes: “Te cambio una canción por el coraje de tus jóvenes manos combatientes fundidas al metal con que nos salvas….Autor anónimo de la alborada, venado silencioso en la montaña, guerrero del amor. Hijo de este tiempo, remolino, pobre niño parido pues en plena selva, para llegar al fin a la victoria. Te cambio estos 20 años duplicados a causa de esta guerra necesaria, por la carnosa flor de la esperanza”. Cada vez que escucho esa canción en esta Nicaragua del siglo XXI, me cuestiono en medio del dolor por el sacrificio de esa generación por una utopía que hace mucho tiempo dejo de ser, en un país donde hoy tampoco existe una esperanza.

Aunque el FSLN nunca se propuso construir la democracia representativa, sino más bien promover la justicia social, al aceptar la derrota en las urnas en 1990 sentó las bases de la democracia electoral. Veinticuatro años después, incluso esa conquista básica e insuficiente para la democracia se está perdiendo. Emulando a Somoza, Daniel Ortega regresó al poder enarbolando un proyecto que desprecia la transparencia electoral, aboga por el continuismo, y ha instaurado el clientelismo político en el ejército y la policía. Una vez más, la rueda de la historia de Nicaragua está regresando al mismo punto de partida.

Ante este callejón sin salida, urge un reformismo radical o un radicalismo necesariamente democrático. La construcción democrática no solo requiere fijar reglas del juego, afianzar instituciones, y promover una cultura democrática, sino además emprender las reformas económicas y sociales que no se hicieron en las últimas tres décadas, empezando por la reforma fiscal. Pero nada de esto será posible sin la presión política y el contrapeso de fuerzas sociales que conduzca primero a la reforma electoral. Una democracia inclusiva con instituciones democráticas y reformas económicas y sociales, representa una utopía menos heroica que la que abrazamos hace 35 años, pero está más cerca de los cambios duraderos, irreversibles, que también soñaron los que cayeron por la revolución.

*Este texto, publicado originalmente en Confidencial, está basado en una presentación para la conferencia “Archiving the Central American Revolutions”, organizado por el Centro de Estudios Latinoamericanos (LILLAS) de la Universidad de Texas en Austin , el 19 de Febrero 2014.

28-9-49: Comunistas

28-9-49: Comunistas
Por Manolo E. Vela Castañeda – Guatemala, 2 de diciembre de 2013

Este octubre que ya concluyó también celebramos los 64 años de la fundación del Partido Comunista de Guatemala.

Para las izquierdas guatemaltecas el 28 de septiembre es una fecha emblemática, para recordar a quienes –ayer, como hoy– se siguen alzando contra las injusticias, cualquiera sea el origen que estas tengan. Para recordar su fundación he preparado un artículo que será publicado en dos entregas.

El Partido Comunista de Guatemala se fundó “…el 28 de septiembre de 1949 a las 20:30 horas en una sala de la Colonia Santa Ana, hoy parte de la zona 5 de la ciudad capital, con la participación de todos los miembros activos de Vanguardia en ese momento, que sumaban 43”. La fecha marca el inicio de las sesiones de lo que fue el primer congreso. La sede del partido –única en toda la historia de Guatemala– se halló en la Avenida Centroamérica, entre 17 y 18 calles. Allí estuvo, hasta junio de 1954, cuando el local fue destruido por turbas anticomunistas. Hacia 1952, como resultado del segundo congreso (celebrado en diciembre de ese año), el partido cambió de nombre, pasando a conocerse, en adelante, como PGT (Partido Guatemalteco del Trabajo). Con este nombre fue inscrito legalmente, en diciembre de 1952, y hasta 1954, cuando la contrarrevolución lo declaró ilegal. (1)

¿Quiénes eran los comunistas de mitad del siglo veinte? Es muy fácil caer en la tentación de ver a los comunistas de mitad del siglo veinte con los ojos de 1989 (cuando la caída del muro), o de 2013. Pero en los años cincuenta, la revolución bolchevique era vista como la primera revolución de los trabajadores, proletaria; y el comunismo era el primer régimen que desafiaba el orden capitalista. La derrota del fascismo por los aliados, el Ejército rojo y las batallas decisivas en Europa del Este, eran parte de aquel presente; y la resistencia, vertebrada por los comunistas, que no habían dejado en paz a los nazis en la Europa ocupada. Para muestra: la heroica resistencia en el gueto de Varsovia. Otras opciones políticas (la socialdemocracia, por ejemplo, o el guevarismo y la guerra de guerrillas) no tenían –aún– un lugar en la Guatemala de la revolución de octubre. En definitiva: ser de izquierda a mitad del siglo veinte era ser comunista.

Las relaciones con el PCUS. La distancia entre la URSS y Guatemala; el ser un país tan pequeño; y las prioridades estratégicas de los soviéticos en aquella coyuntura, determinaron una relación de simpatía y lealtad, de los comunistas guatemaltecos hacia los bolcheviques. Pero ello no equivalía a que el Partido Comunista de la Unión Soviética interviniera en Guatemala –subordinando– el quehacer partidario. Ellos no estaban interesados en lo que ocurría a tantos kilómetros de distancia de sus fronteras. Ni lo entendían; y más claro aún: no lo querían entender, porque tenían otras prioridades, más elementales (Hungría, o Alemania, por ejemplo). Por eso, cuando lo de la compra de las armas, en 1954, nunca se acudió a Moscú. Esto desmiente la historia, que los anticomunistas –con afán– se encargaron de construir, de la manipulación de los comunistas locales por los soviéticos, o del apoyo económico de los rusos a los comunistas locales.(2) El PGT de la revolución de octubre era un partido con una dinámica propia, que provenía de las decisiones de sus cuadros dirigentes.

Trabajadores e intelectuales. De la composición de su primer Comité Central se confirma que el partido se fundó de la confluencia de dos tradiciones de resistencia: los trabajadores y los intelectuales. Más que una creación del Kremlin, el comunismo guatemalteco se fermentó en las ideas y las organizaciones de los artesanos, los maestros de escuela, los profesores universitarios, los periodistas, los escritores, y los artistas. El comunismo guatemalteco nació de las tradiciones locales de protesta; no fue una invención de una partida de rusos disfrutando de las frutas del trópico, como los conservadores falsamente han hecho creer.

Un partido hecho desde abajo. A diferencia de otros partidos comunistas, que tenían la tendencia de hacerse partidos de elites (intelectuales y de altos cuadros del sindicalismo), el partido comunista guatemalteco se fundó desde adentro y hasta abajo de las organizaciones de trabajadores, las que se hallaban concentradas en la ciudad de Guatemala. Pero además, y quizá este fue su rasgo distintivo: en medio de la revolución de octubre y como impulsor y organizador de la reforma agraria, los comunistas echaron hondas raíces en el agro, entre los campesinos pobres, sin tierra.

Primeros pasos.

Otra de las diferencias entre el partido de los comunistas guatemaltecos y otros partidos comunistas, es que estos (a los últimos me refiero) solían tener que esperar años y años para toparse con una situación revolucionaria, lo que en la mayoría de casos nunca ocurrió; o peor aún, cuando ocurrió transformaron la oportunidad en un rotundo fracaso. Pero en Guatemala esta situación –un proceso de cambio acelerado– llegó en el momento mismo en que el partido empezaba a caminar. Esto colocó a un partido muy joven, que recién se había dado a conocer en 1950, en una situación excepcional.

Fue en 1950 cuando el partido empezó a funcionar: en mayo dio a conocer su primer pronunciamiento público; y luego, en junio, iba a cimbrar el ambiente político con la aparición de Octubre, el periódico (semanal). La consigna, en primera plana: “Por un gran partido comunista, vanguardia de los obreros, los campesinos y el pueblo”. A tinta roja, la hoz y el martillo. En septiembre de 1950 se inauguró la Escuela Jacobo Sánchez, en honor a uno de los trabajadores, fundador del primer partido comunista de Guatemala, asesinado por la dictadura de J. Ubico. La primera reunión pública, el primer mitin, se realizó hasta junio de 1951, para celebrar el primer aniversario de Octubre. El lugar: el antiguo cine Variedades (4a. avenida y 6a. calle, zona 1)(3).

Pero esa virtud, fundarse en lo inmediato de “los años dorados”, se iba a transformar en una debilidad, por la lógica falta de experiencia, y la subestimación de factores de poder que –en los momentos decisivos– se tornaron en su contra. Pero eso no se abordará aquí.

Disputar el poder político. Así, los comunistas guatemaltecos debieron sumergirse inmediatamente, cuando recién estaban empezando a funcionar, en grandes disputas de poder, de alcance nacional. No se trataba de batallas menores (hacerse con el control de una central sindical, tomar un partido, teorizar la revolución, o de hacerse con fragmentos de poder en el ámbito local), sino de darle forma a un proceso revolucionario en marcha, movilizado a favor de una causa popular, como la tierra; y estando ellos nada menos que adentro del Gobierno, haciendo parte de una coalición de partidos. En las elecciones legislativas de 1953, celebradas apenas un mes después de la legalización del partido, el PGT obtuvo 4, de un Congreso de 56 curules(4).

Programa. Estas condiciones –no ser un partido de elites, estar cerca de la gente de abajo, más allá de la ciudad Capital (que esto lo analizamos en la primera parte del artículo, publicada el 3 de noviembre), y hacerse en la marcha de un proceso revolucionario– le hizo ser muy coherente en su programa, sintetizado –hacia 1951– en el documento Bases fundamentales del programa del Partido Comunista de Guatemala. Aquí se hacía énfasis en: el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, la lucha en contra el alto costo de vida, la reforma agraria, la industrialización, la nacionalización de los servicios públicos, la incorporación de la población indígena a la vida nacional, el desarrollo social y cultural de las masas, la lucha contra el imperialismo y por la independencia nacional, la solidaridad internacional con la clase trabajadora y la lucha por la paz(5). De 1951 a 1954, estos puntos fueron reenfocados en los congresos del partido, o en las sesiones plenarias del Comité Central, y dados a conocer a través de Octubre, o también en publicaciones específicas.

La insoportable ambigüedad. Pero había otra parte del programa en la que se anunciaban objetivos de largo plazo. Aquí se hacía alusión a, por ejemplo, “la construcción de una sociedad superior (…) la sociedad socialista ” (6), “la abolición de la explotación del hombre por el hombre, la instauración de una sociedad sin clases sociales”(7). Este era el nervio que conmocionaba a las elites conservadoras. Para ellos los comunistas eran ambiguos, porque al mismo tiempo que proclamaban ser un partido legal, que estaba adentro del sistema, y que respetaba sus leyes e instituciones; anunciaba que, cuando las condiciones lo posibilitaran, se propondría instaurar una sociedad comunista, donde no habría ya propiedad privada, lo que acarrearía una serie de consecuencias políticas y económicas. Continuará…

Bases sociales.

El trabajo de construcción de las bases sociales del partido era dirigido, desde la Comisión de Organización, por Bernardo Alvarado Monzón. Los lineamientos que se seguían se hallan reunidos –entre otros documentos– en el informe, de 1953: Impulsar el crecimiento del partido y el fortalecimiento de sus organizaciones. Es difícil establecer un número preciso de militantes comunistas, a partir, por ejemplo, de la cuantificación de las tarjetas de afiliación. En la conferencia nacional de organización, celebrada en agosto de 1953, se afirmó que en ocho meses el partido había duplicado su membresía. En diciembre de 1952, como parte del trámite de legalización, se presentó un listado de 532 miembros. Para ejemplificar el crecimiento del partido, presento dos casos: 1) Una campaña de reclutamiento, realizada en la Ciudad de Guatemala, entre diciembre de 1951 y enero de 1952, alcanzó un resultado de 200 nuevos miembros. 2) La célula que inició el trabajo organizativo en Chimaltenango, a inicios de 1953, el Comité de Base “Enrique Muñoz Meany”, estaba compuesta por seis miembros; en seis meses ya se contabilizaban 140 militantes, en 15 localidades. R. Schneider llegó a estimar que –hacia junio de 1954– el número de militantes comunistas podría haber alcanzado los 4 mil.(8)

Tan robustas fueron las bases sociales que el partido comunista construyó en esta fase de la historia –durante la Revolución de Octubre– que cuando los guerrilleros llegaron a Petén, ya hacia 1968, los primeros simpatizantes con los que tomaron contacto fueron militantes del partido, que habían sido reclutados cuando la reforma agraria en la Costa Sur. Esto mismo ocurrió en otras regiones, donde se activaron movimientos armados.(9) Al aislar durante tanto tiempo esas bases sociales, se devela la eficacia de la contrarrevolución.

A contra corriente. Con la contrarrevolución, los comunistas se vieron obligados a actuar en una penumbra cada vez más espesa: el mundo de la clandestinidad. Los aparatos policiales que la contrarrevolución creó se empeñaron en una sola cosa: destruir. Disolvieron organizaciones y eliminaron –en todos los niveles– a las dirigencias, a los intelectuales, a los líderes de las organizaciones de trabajadores y campesinos. El trabajo represivo tenía a su favor que los comunistas habían actuado de forma legal, y todo y todos eran ampliamente conocidos. Y así empieza otra página de la nuestra historia, tan dramática como heroica.

Durante varias décadas, el Estado de Guatemala fue implacable en la persecución en contra de este grupo político. De los 11 miembros del Comité Central electos en el primer congreso, el de los fundadores, la mayoría fueron secuestrados por las fuerzas y los aparatos gubernamentales, incluyendo a dos secretarios generales:

Huberto Alvarado Arellano (Secretario de Juventud en el primer congreso; y Secretario General entre 1972 y hasta diciembre de 1974, cuando fue secuestrado); Bernardo Alvarado Monzón (Secretario de Organización en el primer congreso; y Secretario General entre mayo de 1954 y hasta septiembre de 1972, cuando fue secuestrado); José Antonio Ardón (miembro del Comité Central); Pedro Fernández (miembro del Comité Central); José Manuel Fortuny Arana (el primer Secretario General, hasta mayo de 1954; falleció en 2005 en la Ciudad de México); Alfredo Guerra Borges (Editor de Octubre y Tribuna Popular; director de la Escuela Jacobo Sánchez); Víctor Manuel Gutiérrez Garbín (Secretario de Trabajo en el primer congreso; Secretario General del Comité Central, secuestrado en marzo de 1966); José Luis Ramos (Secretario de Asuntos Campesinos del primer congreso; secuestrado en julio de 1983); Octavio Reyes Ortiz (Miembro del Comité Central, muerto en combate en 1962, en Huehuetenango); Mario Alfredo Silva Jonama (Secretario de Educación en el primer congreso; secuestrado en septiembre de 1972); Carlos René Valle y Valle (Secretario de Finanzas en el primer congreso; secuestrado en septiembre de 1972). (10)

A pesar de estas terribles condiciones, los comunistas no se conformaron con adoptar estrategias débiles. Desarrollaron el hábito y el valor de nadar contra la corriente, y siempre cuesta arriba. El partido fue durante mucho tiempo el principal núcleo organizativo de oposición –política, social e intelectual– de la izquierda guatemalteca. Y así llegamos a 1960, cuando la revolución cubana, y el alzamiento del 13 de noviembre, y la aparición de otros sujetos: los guevaristas. Entonces, el partido tuvo que adecuarse a esta otra dinámica: las exigencias de una revolución armada, a través de la guerra de guerrillas. Pero esa es otra historia.

La historia del comunismo guatemalteco, sus orígenes y múltiples desarrollos, constituye una página brillante –de las que más– de nuestras izquierdas, de sus luchas –victoriosas, eso sí; pero solo por un tiempo– por hacer de Guatemala un lugar mejor para vivir.

Este artículo –en tres partes– está dedicado a Alfredo Guerra-Borges: el revolucionario, el intelectual, y el amigo.

(1) Huberto Alvarado, Apuntes para la historia del Partido Guatemalteco del Trabajo (Guatemala: Universidad de San Carlos, 1994): 12, 16.

(2) Piero Gleijeses, La esperanza rota. La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954 (Guatemala: Editorial Universitaria): 258-61.

(3) Huberto Alvarado, Apuntes para la historia del Partido Guatemalteco del Trabajo, (Guatemala: Universidad de San Carlos):15-16.

(4) Piero Gleijeses, La esperanza rota (Guatemala: Editorial Universitaria): 253.

(5) Ronald M. Schneider, Communism in Guatemala 1944-1954 (New York: Frederick Praeguer Publishers): 73.

(6) H. Alvarado, Apuntes para la historia, 25.

(7) R. Schneider, Communism in Guatemala, 73.

(8) Ronald M. Schneider, “Communism in Guatemala 1944-1954” (New York: Frederick Praeguer Publishers): 101-3, 113-7.

(9) Manolo E. Vela Castañeda, “Petén, 1967-1984: las bases agrarias de la insurgencia campesina”, en “Guatemala, la infinita historia de las resistencias”, M. Vela Castañeda, editor (Guatemala: SEPAZ, Magna Terra): 355.

(10) El listado de miembros del Comité Central, electos en el primer congreso se halla en: Huberto Alvarado, “Apuntes para la historia del Partido Guatemalteco del Trabajo”, (Guatemala: Universidad de San Carlos):14. La información sobre qué pasó con cada uno de ellos proviene de fuentes diversas, pero principalmente “Guatemala, memoria del silencio”.

Fuente: www.elperiodico.com.gt

El marxismo en El Salvador: años 1944-1956

El marxismo en El Salvador: años 1944-1956
Por Roberto Pineda 18 de abril de 2014

En esta parte se aborda el pensamiento y la praxis del PCS en los periodos del 44 al 48 y del 48 al 56. Incluye breves biografías de Graciela García, Amparo Casamalhuapa, Julio Fausto Fernández, Alejandro Dagoberto Marroquín, y José Daniel Castaneda. Anteriormente se había tratado el período de 1930 a 1944.
El cuarto período. Del 21 de octubre de 1944 al 14 de diciembre de 1948.

“El cuartelazo del 21 de octubre llevó otra vez al país al silencio, a la mordaza” afirma Ítalo López Vallecillos en su obra clásica El periodismo en El Salvador (López Vallecillos 1974). Pero el golpista Coronel Aguirre y Salinas no logra prolongar su corto mandato y se ve obligado a convocar a elecciones en enero de 1945, que fueron ganadas por el candidato militar, el General Salvador Castaneda Castro, el candidato del Partido Unificado Social Demócrata, PUSD, que contó con el apoyo del Partido Agrario, PA, que aglutinaba a los grupos cafetaleros y bancarios de ese entonces y que es antecedente histórico del actual partido ARENA. El Coronel Castaneda Castro inicia su gobierno el 1 de marzo de ese año.
El Coronel Castaneda Castro se presenta demagógicamente como un firme partidario de la causa unionista centroamericana (Pacto de San Cristóbal con Guatemala), y también trata de prolongar su mandato de cuatro años, por lo que es derrocado en diciembre de 1948. (Turcios 1993) Es de rescatar que por vez primera desde 1932, según el historiador marxista Juan Mario Castellanos entre mayo y octubre de 1944 “el Estado salvadoreño atravesó por una crisis institucional que dejó por un tiempo en suspenso a la dictadura militar.” ( Castellanos 2002).
“El gobierno del Gral. Salvador Castaneda Castro…fue de nuevo la dictadura dentro del puño de esa oligarquía, el Estado de Sitio permanente, el poder absolutista unipersonal …fue el intento de prolongar el esquema personalista o caudillista ya obsoleto, de la dictadura militar derechista” sostiene el documento Fundamentos y Tesis de la Línea General del PCS, surgido del VII Congreso de esta organización, de abril de 1979.
En este periodo, ante el golpe del coronel Osmín Aguirre y Salinas, una parte de la dirección del PCS se exila en Guatemala, y otra se queda organizando la resistencia al golpe, desde las Embajadas de Perú, de Guatemala y en la clandestinidad. Centenares de salvadoreños traspasan la frontera hacia Guatemala de forma clandestina para incorporarse a un esfuerzo armado para restablecer la democracia, que incluye la formación en ese país de un gobierno en el exilio, presidido por el Dr. Miguel Tomás Molina.
Graciela García
Entre los salvadoreños que llegaron en octubre y noviembre de 1944 a Guatemala se encontraba Graciela García, dirigente de la UNT, su esposo José y su hijo Tomás, que habían logrado huir de la persecución en El Salvador. Graciela a la par que se incorpora al Comité Salvadoreño de Liberación, CSL, se integra al movimiento obrero guatemalteco y funda una escuela político-sindical, la Escuela Claridad.
María Graciela Amaya Barrientos nace en San Salvador el 2 de enero de 1895. En marzo de 1915, a los veinte años llega a Tegucigalpa junto con su padre José Bernardino Amaya y su hermano mayor Felipe Armando Amaya. Un año después se casa con José García Larrazábal. Es prima del dirigente estudiantil salvadoreño José Luís Barrientos.
Maestra de educación primaria, en 1920 se incorpora al Sindicato de Oficios Varios “Redención” integrado por ebanistas, mecánicos, maestros, etc., del que es parte su hermano Felipe Armando, que muere en 1935 y el profesor salvadoreño Víctor Manuel Angulo, fundador luego del PCS en marzo de 1930 y miembro de su primer comité central.
Este sindicato contribuye a la creación en 1921 de la combativa Federación Obrera Hondureña, primera central obrera de ese país. El 1 de mayo de 1922, en San Pedro Sula, forma parte del congreso de fundación del Partido Comunista de Honduras, PCH, junto con Juan Pablo Wainwright y Manuel Calix Herrera.
El 24 de octubre de 1926 participa en la creación de la Sociedad de Cultura Femenina, SCF, desde la cual impulsa diversas jornadas antiimperialistas, siguiendo los pasos de Visitación Padilla, así como “actividades orientadas a erradicar de Honduras la violencia caudillista” (Villars 2001). A través de la SCF se crea la Universidad Popular “Marco Aurelio Soto.”
En 1929 como SCF participa de la fundación de la Federación Sindical Hondureña. El periódico de la FSH se llama El Martillo y lo dirige Manuel Calix Herrera. En este congreso de la FSH presenta un proyecto de “organización sindical de la mujer proletaria.” En 1931 el arzobispo de Tegucigalpa pide que se le expulse del país por ser “hija legítima del bolchevismo y comunista hasta la médula.”Pero la solidaridad popular hondureña impide su repatriación.
En 1944 juega un papel destacado en las movilizaciones frente a Casa Presidencial del 29 de mayo y 4 de julio, que exigían la renuncia del dictador Tiburcio Carías así como la liberación de los presos políticos. Como resultado de este accionar es encarcelada y luego el 20 de julio expulsada hacia El Salvador. Regresa a una de sus patrias y se incorpora a las labores de la UNT, forma la Sociedad Antorcha Femenina e impulsa el Comité Femenino pro Candidatura del Dr. Arturo Romero.
En noviembre de 1944 después del golpe, huye hacia Guatemala. Su hijo, Tomás García Amaya participa en diciembre en la toma de Ahuachapán, es herido y fallece en los Llanos del Espino. El 1 de octubre de 1945, Gracielita junto con Miguel Mármol, participa en la fundación de la Confederación General de Trabajadores Guatemaltecos, CGTG.
En Guatemala conduce la Escuela Claridad hasta su clausura el 25 de enero de 1946. A finales de este mes, el presidente Arévalo convoca a los exiliados salvadoreños y les pide “abandonar el país.” En febrero de 1946 viaja a la ciudad de México, donde se establece y continúa su militancia política y social, que incluye la colaboración con el dirigente sindical Vicente Lombardo Toledano y la CTAL. En 1954 desarrolla un amplio movimiento de solidaridad con la huelga bananera de 1954 en Honduras. En 1975 pública su libro En las trincheras de la lucha por el socialismo. Fallece en México en 1994.
Los escenarios interno y externo de la resistencia ante el golpe.
Exploremos estos dos escenarios, el interno y el externo. En el escenario interno, no obstante las informaciones que se manejaban tanto en el PUD como en la UNT acerca de la certeza de un contragolpe de los sectores martinistas, estos pudieron avanzar y cristalizarse. Por una parte, el golpe del 20 de octubre de 1944 en Guatemala los alarma y les hace adelantar sus planes, ya que su acción estaba programa para el 25 de octubre. Por otra parte los golpistas aprovechan las celebraciones populares de esa noche para iniciar su arremetida represiva.
El siguiente día 21 de octubre, allanaron los locales del PUD y de la UNT e iniciaron una campaña de capturas contra romeristas y comunistas, impusieron el Estado de Sitio y posteriormente, el Toque de Queda. Entre los incontables asesinados y asesinadas por el Coronel Aguirre y Salinas, se encuentran las militantes romeristas, Adelina Suncín, que fue sacrificada en su propia vivienda y Altagracia Kalil, que fue detectada y asesinada en el centro de San Salvador.
El Dr. Miguel Tomás Molina, “octogenario caudillo liberal” que fue diputado constituyente en 1886, comienza a ser hostigado y opta por refugiarse en Guatemala, donde encabeza un Gobierno en el Exilio, teniendo como Ministro de Guerra, al Coronel José Ascensio Menéndez.
El Dr. Romero se encontraba en Estados Unidos para hacerse una operación facial luego de un machetazo que recibió durante los acontecimientos del 2 de abril y al conocer de estos eventos, se desplaza hacia Guatemala. Entre los dirigentes políticos y populares, particularmente estudiantiles y obreros, clandestinos, que no estaban asilados en embajadas o en Guatemala, la visión predominante era la necesidad de emprender la lucha armada.
En Guatemala, los exiliados fueron armados por la Junta de Gobierno. Uno de los debates iniciales fue alrededor de la dirección del esfuerzo armado. La mayoría se inclinaba por el Coronel Alfredo Aguilar, pero los militares decidieron nombrar al Coronel Félix de Jesús Osegueda. El plan de la invasión consistía en entrar por Ahuachapán y San Antonio Pajonal mientras que en Usulután, San Salvador y Santa Ana habría acciones insurreccionales.
La fecha fijada fue el 8 de diciembre. El plan también fue recibido por dirigentes de la UNT que se hallaban asilados en la Embajada de Perú y en otras en San Salvador, con la consigna de salir de ahí el día mencionado y dirigirse sea al Campo de Marte, San Miguelito o alrededores de la Guardia Nacional para incorporarse al levantamiento.
La señal para salir de las embajadas sería el estallido de una potente bomba en el centro de la capital. El día señalado la señal no llega a producirse, pero un grupo de patriotas que habían tomado posiciones en el Barrio de San Miguelito, al escuchar el ruido de bombas que procedían de la Iglesia Concepción en donde se celebraba una fiesta religiosa, se pusieron en acción.
El combate dura varias horas y tiene como saldo treinta agentes policiales y dos patriotas muertos, los heroicos Dr. Francisco Chávez Galeano y Humberto Rodríguez Salamanca, quienes cubrieron la retirada del grupo de compañeros, hasta el último cartucho. Sucedió que en Guatemala los militares salvadoreños rebeldes, decidieron postergar la acción armada para el 12 de diciembre, con lo que se rompió la simultaneidad y lo peor fue que este cambio no fue comunicado al interior del país.
Asimismo hubo problemas de fuga de información, ya que antes del día programado, el Coronel Aguirre y salinas ordena trasladar al Jefe del Regimiento de Ahuachapán, que supuestamente iba a participar en la acción. La madrugada del 12 de diciembre se penetra a territorio salvadoreño, el grueso de la fuerza rebelde eran jóvenes estudiantes y trabajadores. Una parte de los jefes militares se fueron quedando rezagados, alegando diversas razones.
Otros jefes, la mayoría acompaña a la “muchachada” que incluye a militantes del PCS y que combate todo el día y luego ingresa a la ciudad de Ahuachapán, la cual fue encontrada desierta, con las puerta de sus casas cerradas. No encontraron el apoyo esperado de la población, que estaba ya atemorizada, no obstante los “seguros” supuestos apoyos existentes en este lugar.
En estos combates en Ahuachapán se distinguen, un viejo Capitán Mayor de apellido Carpio y el sargento de Ametralladoras, Gonzalo Arias Gómez, hermano de Jorge Arias Gómez. El 13 de diciembre vino el contraataque y los patriotas se ven obligado a retirarse y toman rumbo a la frontera, para regresar a territorio guatemalteco. Iban cansados y el ejército gubernamental aprovecha para asesinar a muchos jóvenes, que se quedaban dormidos a la vera del camino. En estas batallas cayeron los estudiantes universitarios Manuel Ariz, Herbert Lindo (hermano de Hugo Lindo), Víctor Manuel Arango y el profesor Julio Jiménez. (Castellanos 2002)
El gobierno hondureño del General Tiburcio Carías Andino (1933-1948), en solidaridad con el gobierno salvadoreño, proporciona ayuda a la dictadura por medio de aviones que hostigan incesantemente a los patriotas y bombardean Ahuachapán. En los combates de esta retirada se distingue el teniente Salvador Marroquín. Muchos de estos combatientes ingresaron años después al PCS.
Al regresar a Guatemala y ante el fracaso de esta campaña militar, nos informa el Dr. Ángel Góchez Castro que la Junta de Gobierno guatemalteca, que había ayudado con armas, llama al Dr. Romero y le propone que abandone el país a cambio de continuar apoyando con armas y municiones a los patriotas salvadoreños. El Dr. Romero accede y sale hacia Costa Rica, pero la promesa de ayuda militar no se materializa, ya que el régimen guatemalteco necesitaba consolidar su situación y estar en paz con sus vecinos.
Posteriormente, los emigrados salvadoreños se reúnen en asamblea y deciden constituir el Comité Salvadoreño de Liberación, CSL, integrado por profesionales, estudiantes universitarios, militares y obreros. Asume la presidencia de este organismo el Dr. Ángel Góchez Castro y entre sus otros miembros estaban el cafetalero Agustín Alfaro Moran, Coronel Alfredo Aguilar, Mayor Villalta, Dr. Salvador R. Borja, Ing. García Prieto, Baños Ramírez y “nosotros, aunque no abiertamente como PCS.” (Castaneda 1980)
La primera tarea que se plantean como CSL fue la de conseguir armamento ya que existía la firme voluntad de regresar en una nueva ofensiva militar, ya con la experiencia acumulada, además se restablece contacto con la resistencia interna de San Salvador. Pero enfrentaban el problema del avituallamiento de centenares de emigrados dispuestos a regresar al país, pero sólo combatiendo con las armas en la mano.
Al final al ver que estos esfuerzos no alcanzaban resultados satisfactorios y ante la actitud hostil de la Junta guatemalteca se convoca a asamblea y “orientamos que cada quien regresara (a El Salvador) ilegalmente por veredas y que allá nos íbamos a reagrupar. Me acuerdo que a cada quien se le da un quetzal para el regreso. Al final la dirección del CSL únicamente pudo regresar luego del golpe del 14 de diciembre de 1948.” (Castaneda 1980)
El Pleno del CC del 30 de marzo de 1945
El 30 de marzo de 1945, en el quince aniversario de fundación del partido, Julio Fausto Fernández preside un comité central ampliado del PCS, junto con el periodista hondureño de El Mundo Libre, Medardo Mejía, que estuvo a cargo meses antes del comité central unificado y que había sido influenciado en su país por Víctor Manuel Angulo.
De acuerdo a Mármol (Dalton 2007) en esa reunión la dirección del PCS presenta un informe sobre el periodo anterior, en particular sobre las relaciones entre la UNT y el PUD y el papel jugado como PCS. Considera el Informe que un error fundamental fue haber descuidado la labor partidaria y lanzarse exclusivamente a la organización y movilización popular, ya que esto no permitió recoger los frutos organizativos de ese trabajo masivo.
El trabajo de masas lo vimos como un fin en si mismo cuando es un medio para construir los instrumentos revolucionarios, señala Mármol. Otro error fue la ausencia de reuniones de planificación y balance, que dificultó implementar una línea única, e incluso señala de manera autocrítica que algunos camaradas de dirección no habían estado a la altura de las circunstancias, cayendo en un clandestinismo absoluto que había paralizado la labor del PCS.
Asimismo se evalúa la labor realizada por Moisés Castro y Morales, Matilde Elena López y Tony Vassiliu al interior del PUD, considerando que se habían plegado a los sectores más reaccionarios de ese partido y no jugaron el papel unitario para el que se habían sido enviados. Se califica de oportunista la actitud asumida por el dirigente principal de la Unión de Trabajadores Ferrocarrileros, UTF, Miguel Ángel Orellana, al desafiliar a este poderoso sindicato de la UNT luego que se creara el PUD. También se critica las actitudes provocadoras del poeta Pedro Geoffroy Rivas y su periódico Tribuna Libre, con sus furibundos ataques anticlericales así como del sector estudiantil que publicaba El Líder.
Entre los principales acuerdos de esta reunión plenaria del PCS Mármol (Dalton 2007) señala los siguientes: reorganizar al Partido a través de realizar preparativos para un congreso que elija los organismos de conducción y defina una nueva estructura orgánica. Este acuerdo se cumple con la realización en 1946 del II Congreso del PCS. Además reagrupar al movimiento sindical golpeado por el osminismo; publicar un periódico sindical; publicar un documento de análisis para divulgación popular sobre las razones del golpe del 21 de octubre; suspender la actividad de la UNT y dar ayuda económica a Alejandro Dagoberto Marroquín y Carlos Alvarado que estaban en el exilio en México.
A finales de septiembre de 1945 el Partido recibe información que habían planes para asesinar a Miguel Mármol, de nuevo líder sindical zapatero, por lo que se decide que salga del país hacia Guatemala. Se aprovecha una invitación recibida para asistir a la fundación de la Confederación General de Trabajadores, CGTG el 1 de octubre de 1945.
Se delega a Mármol y el responsable de llevarlo a Guatemala es “El Negro” Amílcar Martínez. Llega y asiste al congreso y luego se incorpora a la Escuela Claridad, creada en noviembre de 1945, que estaba dirigida por camaradas salvadoreños, entre estos Virgilio Guerra, “José Castañeda”, Graciela García, Moisés Castro y Morales, Pedro Geoffroy Rivas, Abel Cuenca, Virgilio Guerra y Matilde Elena López.
Asimismo formaban parte de la dirección de Claridad los nicaragüenses Juan Lorio; Manuel Pérez Estrada y Armando Flores Amador (1922-2004). Juan junto con su hermano Augusto, Manuel y Armando habían fundado el 3 de julio de 1944 el Partido Socialista Socialista Nicaragüense, PSN y luego llegaron exiliados a Guatemala en octubre de 1945.
El hondureño Sebastian Ferrera, y los guatemaltecos Arcadio Chevez, Antonio Ovando Sánchez, Edmundo Suarez Barrios y Alfredo Pellecer Vides. (González 2011).En febrero de 1946 la Escuela Claridad es disuelta por el gobierno del “socialista espiritual” Juan José Arévalo y Daniel Castaneda y Virgilio Guerra son encarcelados.
Moisés Castro y Morales fue expulsado de forma humillante hacia Honduras “por cordillera” no obstante su situación de lisiado; Graciela García “alma y corazón de Claridad” fue perseguida hasta el punto que tuvo que salir hacia México. Mármol decide para evadir la represión, sumergirse en el aparato legal del movimiento obrero, y es electo secretario general de la Comisión de Acción Política de la CGTG, lo que le permite moverse en las altas esferas del gobierno.
Mármol en México y Cuba en 1947
En abril de 1947 viaja Mármol a congresos de trabajadores en México y Cuba junto con los guatemaltecos Víctor Manuel Gutiérrez, Hortensia Hernández Rojas y Antonio Sierra González. En Cuba hace gestiones para que capaciten a líderes sindicales salvadoreños y esto permite que el entonces líder panificador Salvador Cayetano Carpio, asista a un curso sindical de la CTC en La Habana ese mismo año.
El 1 de mayo de 1947 la CGTS organiza una multitudinaria movilización popular de apoyo y exigencia al gobierno de Arévalo, el cual se retracta de proclamar ese día el Código de Trabajo, “para no asustar a la reacción.” En septiembre de 1947 se reúne Mármol en la casa de Geofroy Rivas con los guatemaltecos Mario Silva Joname y Méndez Zabadúa, y los salvadoreños Daniel Castaneda y Efraín Ríos, para fijar la fecha de la fundación formal del colectivo marxista Vanguardia, embrión del futuro Partido Comunista de Guatemala y se define el 15 de septiembre.
El 13 de septiembre fueron capturados cinco guatemaltecos y cinco salvadoreños, entre estos Mármol. Se les expulsa hacia México. Estuvieron cuatro meses en el exilio. Al regresar Mármol se incorpora al trabajo de la CGTS en el frente campesino y puede conocer la complejidad de la situación rural ya que muchas veces necesitaba de traductor porque los indígenas campesinos hablaban dialectos diferentes, de la misma manera se percata de las pronunciadas diferencias de pensar e intereses entre ladinos e indígenas.
En 1949 el Partido le pide a Mármol que regrese a El Salvador y lo hace. Se integra al movimiento sindical y vuelve a salir hacia Guatemala en la primera oleada represiva del gobierno de Osorio en marzo de 1951. Sale de Guatemala hasta la caída del Coronel Jacobo Arbenz en julio de 1954.
Por cierto la esposa del Coronel Arbenz, conocida como Maruca, era salvadoreña, de apellido Vilanova , de pensamiento radical y feminista, muy amiga de Matilde Elena López. Y en Guatemala la imaginación popular le dedica a la pareja presidencial una canción: “María Cristina me quiere dominar/ yo le sigo, le sigo la corriente/porque no quiero que diga la gente/ que María Cristina me quiere gobernar.”
La marcha del 16 de septiembre de 1945
Mientras en El Salvador, el 16 de septiembre de 1945, una marcha popular es reprimida y son asesinados cuatro manifestantes, incluyendo la dirigente obrera textil Leonor Cándido, que muere abrazando la bandera de su sindicato y el teniente y bachiller Gilberto Torres, estudiante de la Facultad de Ingeniería y hermano del entonces director de Opinión Estudiantil, Abelardo Torres.
En respuesta a esta acción represiva el Comité Coordinador Sindical, que después se convierte en el Comité de Reorganización Sindical, (CROSS) orientado por el PCS, hace un llamado a huelga general a partir del 21 de septiembre, pero esta solo se mantiene por dos días (Castro Moran 1984) no logra el suficiente respaldo y fracasa. Entre las demandas del CCS estaba la de la disolución de la Policía y la Guardia Nacional por su papel antipopular. El cambio que hizo Castaneda Castro fue el del color de los uniformes de la PN, de azul pasa a ser café. En enero de 1992 luego de una guerra de doce años, como parte de los Acuerdos de Paz, estuvo la disolución de estos dos cuerpos criminales.
Ese mismo día 16 de septiembre inicia una nueva ola represiva en la que son capturados y luego deportados a Costa Rica, pasando por Honduras y Nicaragua, los doctores Julio Fausto Fernández y Miguel Ángel Flores, el Coronel Marco Tulio Payés, junto con los obreros Blas Escamilla, Calixto Calderón, Antonio Alvarado, Luís Díaz (ex secretario general del PCS), Antonio Díaz, Ulises Duran y Porfirio Huiza; el periodista hondureño Medardo Mejía, y el poeta Oswaldo Escobar Velado.
Además los estudiantes Luis Alonso Posada, Julio Vásquez y Edgardo Guerra Hinds. Fueron doce entre comunistas y demócratas los expulsados del país hacia Costa Rica. En la frontera de Costa Rica son recibidos “como héroes” por militantes del PVP y del movimiento popular tico. Mientras otro grupo, entre los que estaban Moisés Castro y Morales, Abel y Max Ricardo Cuenca, Virgilio Guerra y Miguel Mármol, fueron expulsados a Guatemala.
En el caso de Blas Escamilla, era sindicalista panificador y se hace comunista en Costa Rica y milita en el PVP, organiza a los trabajadores de Puerto Limón, es capturado y encarcelado, participa incluso en la Guerra Civil del 48, bajo el mando de Carlos Luís Fallas y luego regresa al país en 1953 y continúa luchando desde el PCS y el FMLN hasta su muerte en el 2012. En noviembre de 1945, iniciando un nuevo despunto del movimiento sindical, la UTF promueve una huelga exigiendo aumento salarial y logra su propósito.
El II Congreso del PCS de 1946
En 1946 bajo el régimen castanedista, se celebra el II Congreso del PCS (que ellos llamaron I) en el que se discuten y aprueban los Estatutos de la organización clandestina de naturaleza leninista, dividida en células y regida por el centralismo democrático, y se elige a Alejandro Dagoberto Marroquín como secretario general. Este congreso se realiza en el marco de un poderoso movimiento huelguístico que incluye huelgas de los sectores textil, panificadores y otros y que se extiende entre los años 1946 y 1947, lo cual señala que se estaba superando la “la dispersión y la debilidad siguientes a 1932.” (PCS, 1990)
Alejandro Dagoberto Marroquín
Nace en Santa Ana el 24 de marzo de 1911. En 1929 ingresa a la UES a estudiar Derecho. En 1932 ante el cierre de la UES decide viajar a Uruguay a estudiar Derecho junto con su amigo Ovidio Siliezar. En 1935 regresa a El Salvador y se reintegra a la UES. Ese mismo año se incorpora al Partido Comunista de El Salvador. En 1935 se incorpora al PCS y es Asesor jurídico del sindicato Unión de Trabajadores Ferrocarrileros (UTF).
En 1936 publica en la revista de la AGEUS el artículo “Consideraciones sobre el concepto del orden público.” El 30 de noviembre de 1937 se gradúa como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales y ese mismo año es expulsado del país por el General Martínez y viaja a México, donde contrae matrimonio con la intelectual Amparo Casamalhuapa. Viaja al México del presidente Lázaro Cárdenas.
Luego de la caída del General Martínez regresa al país y asume la conducción del partido Unión Nacional de Trabajadores, UNT. Luego del golpe del 21 de octubre de 1944 sale de nuevo al exilio a México. En 1948 conoce y entabla amistad con el sociólogo estadounidense Oscar Lewis, incluso lo apoya en su investigación de Tepoztlan; y con el líder de la izquierda Vicente Lombardo Toledano, así como trabaja en el Instituto Indigenista Interamericano. En 1949 viaja a la Universidad de Urbana, en Illinois para impartir la cátedra de cultura hispanoamericana.
A principios de 1957 regresa al país junto con otros exilados y se incorpora a la UES y al trabajo partidario del PCS. En 1959 publica la primera investigación sociológica del país, la obra Panchimalco. En 1961 regresa de su exilio en Honduras para trabajar en la Facultad de Economía de la UES, siendo electo decano en 1964. En 1970 regresa a México donde muere el 25 de octubre de 1977.
Marroquín formaba parte en esa época de una nueva generación de intelectuales marxistas que consideraban como un grave error del PCS el haberse lanzado a la insurrección de enero de 1932 y propugnaban como estilo partidario una clandestinidad casi absoluta. La tesis era no dar a conocer al partido para que el enemigo no pudiera destruirlo. No obstante esto, en el II Congreso de 1946 se aprueba la línea política y se elige al comité central, que formalmente no existía desde 1932. Entre estos intelectuales se encontraba también Amparo Casamalhuapa.
Amparo Casamalhuapa
Nace en Nejapa el 9 de mayo de 1910. En 1927 se gradúa como maestra. En 1937 se incorpora al PCS. En 1938 publica la obra El joven sembrador. El 29 de agosto de 1939 al hacer una ofrenda floral en el aniversario del fusilamiento de Gerardo Barrios pronuncia un discurso atacando al tirano Martínez. Compara a Barrios con el dictador; un genocida “que hace siete años ordenó asesinar –en tres meses- a doce mil ciudadanos inermes para consolidarse en el Poder y que luego ha pisoteado la Constitución de la República y la dignidad de todo ciudadano honrado.”
A raíz de este discurso que provoca una intensa persecución política del tirano, huye primero a Honduras y luego a México, donde se encuentra con Alejandro Dagoberto Marroquín, con el que contrae matrimonio. Al caer el tirano Martínez en mayo de 1944, regresa al país y se incorpora a las labores de la UNT y del PCS. Luego del golpe de estado del 21 de octubre sale a su segundo exilio, a México. A principios de 1957 regresa de nuevo a El Salvador. En 1970 inicia su tercer exilio junto con Alejandro Dagoberto Marroquín, de nuevo a México. En 1971 publica su novela autobiográfica El angosto sendero y ese año muere en El Salvador.
El III Congreso del PCS. Agosto de 1948.
En agosto de 1948, aún bajo el régimen castanedista, se realiza el III Congreso del PCS (que ellos llamaron II) que elige a Julio Fausto Fernández como secretario general. En algunos integrantes de la dirección partidaria tuvieron eco en estos momentos, las tesis liquidacionistas esgrimidas por el líder comunista estadounidense Earl Browder, las cuales fueron a su vez combatidas por militantes históricos y del movimiento popular. Es en este año 1948 que ingresa al PCS Salvador Cayetano Carpio.
Julio Fausto Fernández
El Dr. Julio Fausto Fernández fue una personalidad controversial. Uno de los más destacados intelectuales de la izquierda de 1933 a 1953 y uno de los pilares ideológicos de la derecha más recalcitrante a partir de ese año en que reniega del marxismo y adopta la visión neo-tomista. Su producción teórica en un primer momento enriquece la visión marxista y luego propaga una visión de derecha clerical. No obstante esto, es parte de nuestra herencia cultural. Y como dice Mármol “así es la lucha de clases.”
Nace el 17 de junio de 1913 en Berlín, Usulután. Sus padres son el médico Dr. José Antonio Fernández y Blanca Padilla. En 1932 estudia en la UES y trabaja como Bibliotecario de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales. En 1935 ingresa al Partido Comunista de El Salvador. Miguel Mármol lo describe como “el entonces camarada, que llegaría a ser secretario general del Partido y una figura más o menos internacional y que luego traicionaría pasándose a las filas del enemigo con todo y cartuchera, filas en las cuales llegó a ser ministro del Justicia del régimen criminal de Lemus (1956-1960) además de filosofo cristiano y profesor universitario y juez de primera instancia y diplomático y no sé cuantas cosas más.”(Dalton 1972)
“Por cierto que Julio Fausto era entonces un joven optimista y muy activo en la lucha y me impresionó favorablemente desde que lo conocí en Paleca, en una reunión clandestina, por su entusiasmo e inteligencia. Era uno de esos muchachos brillantes a quienes se les nota el ajuste del talento en las manos y en los ojos. Siempre llegaba a las reuniones contando los pequeños éxitos organizativos y los grandes planes para el futuro.”
“Leía y nos hacía leer de todo, reproducía nuestros manifiestos a máquina después de corregirles el estilo y hacía que sus amigos estudiantes y compañeros pequeño-burgueses los distribuyeron en sus respectivos círculos sociales. Una verdadera lástima su destino posterior, su falta de firmeza disfrazada con una conversión al cristianismo que no le han creído nunca ni los curas. Pero así es la vida. Más bien dicho, así es la lucha de clases en la cabeza de los aliados del proletariado.”(Dalton 1972)
En 1935 es redactor de Opinión Estudiantil. En 1935 publica en Editorial Nosotros, de San Salvador la obra A propósito de la Reforma Universitaria, que es un discurso pronunciado en el paraninfo de la UES. En 1936 sale exilado a la ciudad de México. El 13 de noviembre de 1939 se gradúa como Licenciado en Derecho en la UNAM.
Regresa al país en 1944 luego de la caída del General Martínez y se integra a la dirección del recién formado partido Unión Nacional de Trabajadores, UNT, junto con Raúl Castellanos Figueroa, Alejandro Dagoberto Marroquín, Carlos Alvarado, Luís Díaz, Miguel Mármol, y Abel Cuenca, entre otros.
Luego del golpe militar del 21 de octubre de 1944 pasa a la clandestinidad. En marzo de 1945 se gradúa como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES. El 30 de ese mes, preside una reunión del Comité Central unificado del PCS, en conmemoración del 15 aniversario de su fundación. En septiembre de 1945, luego de una demostración popular, es capturado y expulsado hacia Costa Rica, junto con otros revolucionarios, incluyendo a Blas Escamilla. En 1946 es nombrado Fiscal General de Hacienda. En 1948 es Jefe de Correspondencia del Instituto de Mejoramiento Social.
En febrero de 1949 llega a Montevideo, Uruguay nombrado cónsul general hasta abril de 1950. En abril de 1950 es nombrado cónsul general en Brasil, con sede en Sao Paulo. Este año de 1950 publica en la Editorial Pueblos Unidos de Montevideo, su obra marxista “El existencialismo, ideología de un mundo en crisis.” En diciembre de 1950 es expulsado del Partido Comunista de El Salvador, por desobedecer la orden de regresar al país y “por aceptar cargos diplomáticos de la dictadura militar.” (Jorge Arias Gómez 2004)
Regresa a El Salvador en 1952 y asume la dirección del diario “Patria Nueva.”Este año de 1952 publica en Santa Ana, en la Editorial Antorcha, su obra “Del materialismo marxista al realismo cristiano” y el 29 de enero de 1953 declara públicamente en el Paraninfo de la UES que abjura del marxismo y se declara aristotélico-tomista. Posteriormente se vuelve un cuadro orgánico de la dictadura militar. Muere el 16 de mayo de 1981.
V Periodo. Del 14 de diciembre de 1948 a marzo de 1964.
El 14 de diciembre de 1948, un sector militar aprovechando el descontento popular contra el régimen castanedista, da un golpe de estado y se presenta con un rostro democrático. Asume el gobierno el coronel Oscar Osorio, con un novedoso discurso, altamente demagógico y de reformas, e incluso obtiene inicialmente el apoyo de AGEUS. Posteriormente muestra su garra represiva.
Según el VII Congreso del PCS del abril de 1979 “el Golpe de Estado de los Mayores abrió una nueva fase de la dictadura militar ( la segunda) en cuya dirección se conjugaron inicialmente varias tendencias y sectores: a) la intelectualidad reformista civil y la joven oficialidad , frustradas en 1944,que aspiraban a la democratización del sistema político, a reformas sociales limitadas y a fomentar la industrialización, b) grupos de la burguesía interesados en la diversificación de la economía nacional y c) la aspiración…en el cuerpo de oficiales del Ejército, de asegurarse un mecanismo de relevo periódico en el mando político y la administración estatal.”
Turcios (1993) califica este golpe como “un viraje en la historia política salvadoreña, puesto que se tradujo en una configuración nueva de las instituciones del estado y una reorientación de su actividad…alteró la tendencia histórica liberal que había regido la actuación estatal desde el siglo pasado. Por su parte, Castellanos (2002) identifica las fuerzas detrás del golpe al plantear que este se da “apoyado por el ascendente sector comercial-industrial de la gran burguesía, en particular las familias Meza Ayau y de Sola.”
El IV Congreso del PCS. Agosto de 1950
En este marco, en agosto de 1950 se celebra el IV Congreso llamado de Unidad, (y por mucho tiempo conocido como III Congreso) durante el cual se debate intensamente acerca de las alianzas y la vía de la revolución. Hay un sector de intelectuales en el CC que miraban con simpatía al gobierno del Coronel Oscar Osorio y que incluso habían aceptado cargos diplomáticos y que plantearon como tesis que el PCS debería apoyar a Osorio porque era un enfrentamiento entre los intereses de los señores feudales y los intereses de los capitalistas industriales y había que definirse a favor del progreso.
Y había otro sector de militantes históricos que consideraban que aceptar estos cargos “de la dictadura” equivalía a una traición. Y había un tercer sector que consideraba que lo principal era la unidad del Partido y que había que acomodarse a las diferencias. En conclusión, habían dos visiones que no logran ponerse de acuerdo por lo que no se fija línea política aunque se elige el Consejo Supremo Nacional y el Comité Central y quedan de ambas tendencias.
Unos meses después de este IV Congreso se termina expulsando a varios intelectuales que habían ingresado al PCS alrededor de 1936 y que abrazaban la corriente oportunista, conocida como “browderista” que planteaba la desaparición de la lucha de clases debido a la alianza que existió entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la segunda guerra mundial. Y esto lo trasladaban al país, para plantear la necesidad de la alianza con sectores de la dictadura terrorista-demagógica osorista, iniciada en diciembre de 1948.
En diciembre de 1950 es expulsado del PCS el entonces secretario general Julio Fausto Fernández por aceptar cargos diplomáticos de la dictadura osorista. También se expulsa al sindicalista Amílcar Martínez. Asume la secretaría general del partido luego de Fernández, el sastre santaneco Daniel Castaneda. Es en este año 1950 que ingresan al PCS Schafik Jorge Handal y Jorge Arias Gómez.
El PCS era dirigido desde 1948 por el Dr. Julio Fausto Fernández, que acepta un cargo consular del nuevo gobierno militar, primero en Montevideo, Uruguay y luego en la ciudad de Sao Paulo, Brasil. Al conocer esto, la comisión política del PCS le escribe exhortándolo a que renuncie al cargo y que regrese al país. Al no obedecer el CC del PCS decide expulsarlo de sus filas. Y en diciembre de ese año 1950 se elige a Daniel Castaneda para sustituirlo como secretario general del PCS.
El IV Congreso del PCS de agosto de 1950 permite reiniciar la publicación del periódico La Verdad así como fortalecer el trabajo partidario en tres sectores: el sindical, mediante la creación del Comité de Reorganización Sindical, CROS, dirigido por Salvador Cayetano Carpio; el estudiantil mediante la creación de la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU, dirigido por Jorge Arias Gómez, que retoman la dirección de la AGEUS, y que incluía a Juan José Vides, Roberto Castellanos Calvo y Schafik Handal. Y el trabajo por la paz y la solidaridad, a través del Comité Salvadoreño por la Paz, CSP, dirigido por Jacinto Castellanos Rivas, que había sido en 1932 secretario privado del General Martínez y luego se incorpora al PCS.
En el plano cultural, durante este año de 1950 se publica el libro de poemas 10 sonetos para mil y más obreros de Oswaldo Escobar Velado, simpatizante del PCS, que marca una ruptura literaria clave, ya que coloca en el tapete ideológico nacional, la presencia de la clase obrera urbana y la lucha por la democracia y contra la dictadura militar como el eje fundamental de una nueva construcción cultural. El silencio de 1932 comenzaba a derrumbarse…y la poesía escuchaba los sonidos de estos martillos. A nivel de artes plásticas, en 1950 Camilo Minero y Luís Ángel Salinas forman el “Grupo Octubre.”
Un año después, en 1951, Velado publica el libro de poemas Árbol de Lucha y Esperanza. Dos obras claves que simbolizan desde la literatura el comienzo de un nuevo periodo de luchas sociales, en las cuales la izquierda desafía la cultura oficial de la dictadura y se dispone a construir su propia visión de país y hegemonía.
En 1952 una delegación del CSP integrada por Jacinto Castellanos Rivas, Daniel Castaneda y el estudiante Waldo Chavez Velasco participan en un Congreso Mundial por la Paz en Beijing, Republica Popular de China. Al regresar en octubre del viaje se enteran de la ola represiva contra el PCS de septiembre y entonces Castellanos Rivas y Castaneda deciden seguir a Guatemala y Velasco se queda en San José, Costa Rica. Por cierto, luego Velasco acepta una beca para estudiar en Italia y al regresar al país se convierte en uno de los principales ideólogos de la dictadura militar.
José Daniel Castaneda
José Daniel Castaneda nace en 1897 en Santa Ana. En 1915 ingresa al Sindicato de Sastres. En esta época pertenece a un grupo de teatro y actúa en algunas obras. En 1933, luego de la masacre de 1932, ingresa a Partido Comunista y adopta el pseudónimo de León Ponce. En octubre de 1943 firma junto con su camarada de mil batallas, Virgilio Guerra, el Memorial contra Martínez que aparece publicado en Diario Latino, y por el cual se captura a su director, periodista Jorge Pinto, se le encarcela y el 2 de abril en represalia por el levantamiento cívico-militar, es ametrallado dejándolo inválido por el resto de su vida.
Castaneda participa activamente en Santa Ana tanto de la conspiración del 2 de abril como de la tarea de distribuir armas a la población desde el rebelde V Regimiento. Al fracasar el golpe militar, se clandestiniza para volver a aparecer en las jornadas de la huelga de mayo que terminan con el tirano Martínez. Luego de la huida del dictador, León Ponce se traslada a San Salvador y se dedica a la reactivación de la dirección del PC y del movimiento popular, incluyendo la creación de la Unión Nacional de Trabajadores, UNT.
Luego de producirse el golpe de estado reaccionario del 21 de octubre de 1944, Ponce junto con Virgilio Guerra, Miguel Mármol, Eduardo Camporreales y otros camaradas, huyen hacia Guatemala. Castaneda en su primer exilio, participa en la creación de la Escuela Claridad, organizada para la formación político-ideológica, así como en la reconstrucción del Partido Comunista de Guatemala. Cuando en 1947, estaba por crearse el Partido, el presidente Arevalo ordena el cierre de la Escuela Claridad, y encarcela y luego deporta hacia México a sus organizadores.
Pero Ponce logra evadirse y se clandestiniza. En septiembre de 1947 nace Vanguardia Democrática Guatemalteca, VDG, que se convierte en el núcleo fundante del Partido Comunista de Guatemala, PCG. Entre sus fundadores se encuentran los salvadoreños Castaneda, Guerra y Mármol y los guatemaltecos Alfredo Guerra Borges, Mario Silva Jonama, Antonio Ardón, Bernardo Alvarado Monzón, entre otros. Luego del golpe de estado del 14 de diciembre de 1948 en El Salvador, en enero de 1949, Castaneda, Guerra y Mármol regresan a su patria.
Por otra parte, en septiembre de 1949, en Guatemala se celebra el I Congreso del Partido Comunista de Guatemala. En marzo de 1951 el Coronel Juan Jacob Arbenz asume la presidencia. En mayo de ese año 1951 el comité central del PCG aparece públicamente. En el II Congreso del PCG, en diciembre de 1952, para no contravenir el artículo 32 de la Constitución y poder así participar en las próximas elecciones legislativas de 1953, se decide adoptar el nombre de Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT, y se obtienen cuatro escaños. El PGT fue disuelto años después en 1998 para crear la URNG.
En junio de 1954 fuerzas contrarrevolucionarias comandadas por el Coronel Carlos Castillo Armas, con el apoyo de Washington, invaden Guatemala para derrocar a su gobierno y rápidamente avanzan ya que el 3 de abril entran victoriosos en la capital y el 1 de septiembre se instalan como gobierno. Este hecho provoca una estampida generalizada de los exiliados latinoamericanos que buscan embajadas para refugiarse.
Las olas represivas osoristas de 1951 y 1952
Mientras en El Salvador, en marzo de 1951 se desata una feroz represión contra el PCS por parte del régimen osorista, que coloca en la cárcel o el exilio a la mayoría de miembros del comité central. Entre los capturados se encuentran José Antonio Díaz, Arturo Alonso Alvarado, Felipe Vaquerazo, Pedro Nobleau, Jacinto Castellanos Rivas, Francisco Aguilar Nuñez, Marco Antonio Trigueron Monge, Antonio Artiga, el líder zapatero Luís Felipe Cativo, Cecilio Napoleón Villacorta, Eliseo Romero Romero, Julio Lemus, Vicente Urrutia Letona, Carlos Alex Gómez, Julio Cesar López y José Oscar Rico, de San Salvador; Bertín Sosa Miranda de Sonsonate, José Ricardo Escobar de Santa Tecla; Lorenzo Marroquín y Juan García Mendoza de Santa Ana. No obstante este golpe, el Consejo Supremo Nacional se reúne el 26 de mayo para evaluar y tomar medidas ante el zarpazo represivo que provoca el destierro de parte considerable de su dirección política.
En septiembre de 1952 se despliega otra intensa oleada represiva apuntando a la liquidación del PCS y del movimiento popular, en particular del CROSS. Veinte años después de 1932 la reacción volvía a intentar la destrucción del partido de los comunistas salvadoreños. En esta ocasión son encarcelados Salvador Cayetano Carpio y su compañera, Tulita Alvarenga, Fidelina Raymundo, Miguel Angel Cea, Miguel Mármol, Segundo Ramírez, Orfelio Monterrosa, José Celestino Castro, Roberto Carías Delgado, los estudiantes Manuel Atilio Hásbun, Gabriel Gallegos Váldez, Salvador Larreynaga, Dr. Moisés Castro y Morales, entre otros muchos más. De esta experiencia Carpio escribe su obra Secuestro y capucha. Sin embargo, el 1 de mayo de 1953 el PCS lanza un manifiesto haciendo un llamado a la lucha por la libertad de los presos políticos y denunciando la demagogia prudista.
En noviembre de 1952, el presidente de AGEUS, Jorge Arias Gómez, decide refugiarse en Guatemala para evitar ser capturado. En ese país se reencuentra con Daniel Castaneda, que trabajaba en un taller de sastrería, propiedad de un salvadoreño. A mediados de 1953, Gómez, recibe por medio de la AEU guatemalteca, una invitación de la FMJD para participar en el IV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebraría en Bucarest, Rumania. Por cierto, el VI Festival de la FMJD, que se realizó en Moscú en 1957 contó con la participación de Roque Dalton.
Al regresar Arias Gómez en diciembre de 1953 el círculo de exiliados salvadoreños en Guatemala se había ampliado con la llegada de Roberto Castellanos Calvo, Juan José Vides, Raúl Castellanos Figueroa y otros, que habían sido deportados. Arias Gómez recibe en marzo de 1954 la tarea de asumir la defensa legal de Salvador Cayetano Carpio, que estaba encarcelado desde septiembre de 1952, por lo que debe regresar a El Salvador.
Regresa Gómez Arias en abril de 1954 y logra en julio sacar de la cárcel a Carpio. En mayo de 1954 convoca a la reunión de fundación de la Acción Estudiantil Universitaria, AEU. A esta reunión asiste Roque Dalton García (1935-1975) quien ese mismo año asume como redactor de Opinión Estudiantil, propuesto por AEU.
Gráfica sobre Año de ingreso al PCS
Nombre Año de ingreso al PCS
Daniel Castaneda 1933
Virgilio Guerra 1934
Julio Fausto Fernández 1935
Alejandro Dagoberto Marroquín 1935
Amparo Casamalhuapa 1937
Camilo Minero 1937
Salvador Cayetano Carpio 1947
Roberto Castellanos Calvo 1948
Raúl Castellanos Figueroa 1949
Jorge Arias Gómez 1950
Schafik Jorge Handal 1950
Roque Dalton 1958

Al triunfar en Guatemala la contrarrevolución en julio de 1954, los exiliados salvadoreños se refugian en diversas embajadas, Brasil, México, etc., lo que explica que Alejandro Dagoberto Marroquín y el sindicalista Miguel Ángel Cea fueran a parar a Buenos Aires, Argentina. Castaneda decide asilarse en la embajada salvadoreña y a los pocos días estaba de regreso en su patria. En 1964 luego del V Congreso del PCS, Castaneda a los 67 años, se integra la Comisión Sindical. En 1985 es enviado a Cuba por su situación de salud y regresa hasta después de los Acuerdos de Paz de 1992, el 26 de agosto, junto con Miguel Mármol. Participan ambos en la fundación del FMLN como partido político.
Plenum del comité central de enero de 1956
En enero de 1956, en el marco de la campaña electoral del PRUD para imponer al Coronel José María Lemus en la presidencia, se realiza un importante plenum del comité central del PCS en el que se evalúa la situación nacional y se toman importantes acuerdos. Se define trabajar por la formación de un Frente Patriótico de Unidad que unifique a las fuerzas democráticas y que tenga como tareas luchar por el desarrollo, por la liberación nacional y por la democratización. Identifica el carácter de la revolución como democrático-burgués, por lo que su objetivo es “fundamentalmente anti-feudal y antiimperialista.”
El programa del Frente Patriótico de Unidad de las fuerzas democráticas comprende los siguientes diez puntos: a) vigencia de todas las libertades democráticas b) respeto al derecho del pueblo a elegir a sus propios gobernantes c) integración de un régimen de liberación nacional d) realización de la Reforma Agraria e) desarrollo de la industrialización nacional f) defensa de los precios de nuestras materias primas g) nacionalización de las empresas monopolistas extranjeras que operan en el país h) libertad plena para comerciar con cualesquiera naciones del mundo, particularmente con la Unión Soviética y los países de Democracia Popular i) aceptación de la ayuda técnica que la Unión Soviética proporciona a nuestras naciones j) defensa de la causa de la paz y la amistad entre todas las naciones.
Considera el PCS que por este programa político “lucharan el sector anti-imperialista de la burguesía, la pequeña burguesía, y los campesinos, en alianza con la clase trabajadora y bajo la dirección de esta.” En septiembre de 1956 luego de la imposición por el PRUD del coronel Lemus como presidente, así como en la Asamblea Legislativa y Consejos Municipales, el comité central del PCS evalúa que “el partido oficial de esta manera ha consolidado prácticamente el control absoluto del poder político…”
No obstante esto, tres meses después, en diciembre de 1956, el comité central del PCS aprecia que se han dado tres pasos positivos por parte del gobierno de Lemus: se permitió el regreso indiscriminado de los exiliados; se derogó la Ley de Defensa del Orden Democrático y Constitucional y se han tomado medidas para evitar la malversación de los dineros públicos. No obstante esto, se considera que “esto pasos no indican, en forma alguna, que el régimen haya cambiado o que el gobierno actual sea democrático…”
La Generación Comprometida y la organización popular
A nivel cultural el año de 1956 simboliza el aparecimiento de un grupo de trabajadores del arte y la cultura que se conoció como el Círculo Literario Universitario, “núcleo de poetas revolucionarios de izquierda de la Generación Comprometida” (Canales 2007), y que dejaron una profunda huella en la disputa ideológica entre los partidarios del estatus quo y de la revolución. Marcan un antes y después de la literatura y cultura salvadoreña y solo puede ser explicado en el contexto del resurgimiento del movimiento popular y el fortalecimiento del PCS. Este fenómeno iba a repetirse veinte años después, en la década del setenta del siglo pasado, incluso en una situación de vanguardia dispersa.
La mayoría de sus integrantes fueron o militantes o simpatizantes del PCS. Y entre estos se encuentran: Roque Dalton, Otto René Castillo, Roberto Armijo, José Roberto “Pichón” Cea, Arqueles Morales, Mario Flores Macal, Miguel Ángel Parada, Manlio Argueta, el pintor Camilo Minero, Tirso Canales, Rafael Góchez Sosa, Álvaro Menéndez Leal, Mercedes Durand, Mauricio de la Selva, Hildebrando Juárez, Jorge Campos, Jorge Cornejo, Waldo Chávez Velasco, Orlando Fresedo, Eugenio Martínez Orantes, Armando López Muñoz, Alfonso Quijada Urías, José napoleón Rodríguez Ruiz, entre otros.
A finales de 1956 durante el inicio del gobierno del Coronel José María Lemus regresan muchos comunistas exilados, de México e incluso desde Argentina como fue el caso de Alejandro Dagoberto Marroquín. En enero de 1957 regresa también de México el intelectual marxista Abel Cuenca, sobreviviente de 1932, y escribe su obra principal, titulada El Salvador, una democracia cafetalera. El regreso de los exiliados viene a fortalecer el crecimiento de la organización popular y el PCS se plantea luchar por profundizar este esfuerzo democratizador.
1956 marca un punto de inicio desde el PCS de diversas iniciativas de organización popular. Inician los esfuerzos por construir una organización revolucionaria de la juventud, mediante la creación de los clubes juveniles Lamatepec, Tazumal y en 1958 de la Asociación de la Juventud 5 de Noviembre, que era dirigida por Manlio Argueta, José Roberto Cea, Roque Dalton, Otto René Castillo entre otros. Es de la J 5 de Noviembre que surge la UNEEM. Y en 1960 nace la Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS. A nivel magisterial se crea en 1956 la Federación Magisterial, antecedente histórico de ANDES 21 de Junio. Surge la Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas, FMS.
En 1957 el movimiento obrero influenciado por el PCS logra una victoria estratégica al celebrar el Primer Congreso de Unidad Sindical, y constituir la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños, CGTS, una central única de los trabajadores, que posteriormente fue dividida por la derecha al constituir la CGS. En 1959 surge el Movimiento Cívico Abril y Mayo que luego se convierte en el Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM. Esto se da en el marco del inicio de grandes batallas populares contra la dictadura militar, expresión de un auge revolucionario prolongado (1958-1962).