El puma fue sorprendido por el corazón

El Puma fue sorprendido por el corazón
enero 16, 2014 Voces Comentar
Publicado en: Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Política

Un campesino de verdad, en el cuerpo, en la cabeza, en el bigote y hasta en la mirada como todo un campesino que estudio el plan básico, pero nadie sabía que tenía en su frente una estrella y que miraba más lejos que todos los otros y nadie sabía que era resistente.

Dagoberto Gutiérrez

Juan Santos Flores, así se llamaba él muchacho de cuerpo alargado, de mirada reposada y fría, más bien serena; con una risa que casi nunca estallaba y se diluía en una serie de risitas que parecían reírse de la vida misma; de rostro entre redondo y aguileño pero con frente despejada y un cabello que parecía obedecerle a su voluntad; el bigote nunca le crecía demasiado, pero nunca desaparecía y siempre lo cuidaba con esmero, caminaba de manera pausada así como hablaba y nunca parecía tener prisa, aunque solo él sabía los ritmos de su vida y sus tiempos; físicamente era fuerte, nervudo, aunque nunca llegó a ser gordo y siempre parecía tener algún misterio en su vida y en su mirada.

Enamorado invencible o más bien enamorador sin límites, aunque no era abundante de palabras pero si de miradas y él supo descubrir y convocar las suficientes voluntades y lealtades para iniciar los primeros grupos guerrilleros en el Departamento de San Vicente. La vida clandestina no fue un problema para Juan porque parte de su vida era, de por sí, clandestina y cuando se trató de organizar la lucha armada contra oligarcas ladrones y asesinos y contra un ejército opresor, Juan Santos no vaciló y fue de los primero jefes que instalaron las primeras luces de la rebelión cuando esta era más necesaria y más peligrosa.

El frente paracentral era árido y caluroso aunque los campamentos en el Chinchontepec ofrecían sombra, fruta y agua, pero más abajo, en el llano todo era sol y calor. En plena guerra el ganado abandonado recorría los caminos con los ojos enloquecidos y aquí, precisamente aquí, empezó la guerrilla a instalarse a armarse y a organizar la rebelión en toda su extensión.

Juan era de los muchachos que llegaban a las reuniones del Partido Comunista en la casa de don Octavio Burgos en San Sebastián, era una casona de corredores grandes, con un patio lleno de gallinas y de patos, con una pila de pueblo llena de agua y con una olla reverberante repleta de frijoles para el almuerzo, ahí estaba Juan, atento pero bromista, seguro pero tranquilo y todo, pero todo, caminaba hacia la guerra, la mayor de las guerras de nuestra historia, la de veinte años. Juan no sabía en qué guerra estaba entrando pero no le importaba porque nadie lo sabía y porque no importaba en realidad.

El puma fue un nombre que Juan fue ganando para sí y este sobrenombre llegó a sepultar su nombre, y todos sabían quién era el puma pero nadie quien era Juan. Fue jefe y maestro de varios jefes militares destacados en el curso de la guerra y siempre vivió esta guerra como una especie de días normales en su vida normal, no parecía estar haciendo algo extraordinario, como si planificar ataques al enemigo, asegurar la logística, entrenar a los combatientes y trabajar con las comunidades fuera la vida normal y entonces el fin de la guerra sería la mayor anormalidad.

En los frentes siempre se manejó en un universo que combino el criterio de los mandos superiores y sus criterios, así era el puma, pero todo dentro de la mayor lealtad y el mayor compromiso y todo lo hacía o lo deshacía con la mayor serenidad y hasta con la mejor de sus sonrisas, nunca estalló ni se le conocieron gritos pero siempre sabíamos que en su cabeza se movía una trama y una araña de plata tejía y tejía la más espesa red, así era el puma.

Siempre pareció joven, como si los años nunca tuvieran que ver con él o como si la vida tuviera que adaptarse a lo que él dijera.

Cuando la guerra termina, el puma se hace empresario o más bien comerciante o más bien negociante, pero en todo caso, aprendió a ganarse la vida lo más dignamente posible sin instalarse en los nidos o los escondrijos del aparato estatal aunque usando ciertos corredores necesarios e inevitables.

Conoció las alzas y las bajas en el mundo de los negocios, vio crecer a sus hijos y sintió crecer en su interior los años de vida y así supo que la salud, que es un estado de bienestar material y espiritual, tiene buenos y malos momentos; pero siempre superó esos vaivenes, porque él siempre estableció los ritmos de su vida.

Se enteró de la muerte de Rubidia Cortez en los momentos en que le midieron la presión arterial y resulta que la tenia elevadísima, suficiente para ir a una clínica y ser atendido por un médico; pero no hizo eso y se preparó para asistir a la vela, así era el puma y en esas circunstancias el corazón lo sorprendió y lo superó en una carrera que nadie gana.

Lo enterramos en un día lleno de sol con mucha luz y mucho recuerdo y mucha lágrima y mucha ausencia, el puma supo, desde un principio, que la vida es hermosa cuando se lucha por ella, por eso lo enterramos como un héroe el lunes 13 de enero; pero el puma resucita en cada joven que aprende que vivir la vida es un oficio riesgoso pero hermoso.

La antigua derecha y la nueva derecha

La antigua derecha y la nueva derecha
enero 05, 2014

Para entender lo que ocurre en la campaña electoral hay que situarse en el ropaje vaporoso de la crisis, es decir, en medio de los vapores, humos y gases, oscuros todos, de la mayor crisis de nuestra historia.

Dagoberto Gutiérrez

Esta crisis ha roto los fundamentos del sistema político y las lógicas del régimen. Ha desnudado, casi eróticamente, las contradicciones esenciales que mueven al país.

Se trata del agotamiento del neoliberalismo aplicado a rajatabla después que la guerra terminó, y después que terminó también el acuerdo político llamado FMLN.

El Estado de ese momento, a principios de la década de los noventa, creó un nuevo partido que usó el nombre de la antigua y desaparecida guerrilla: FMLN, fortaleció al régimen de partidos políticos y vigorizó al régimen político, que pudo aparecer como un régimen democrático, en donde, hasta la guerrilla comunista participaba como partido, y tenía alcaldes y diputados.

La derecha había hecho una de sus maniobras más felices, aunque nunca entendió que los acuerdos de paz no amenazaban sus posiciones y que los recién incorporados al juego de la democracia como juego, tampoco eran amenaza.

Pasaron más de dos décadas en las cuales el capitalismo proletario se resquebrajó, la economía estadounidense se derrumbó, la Unión Europea se hizo pedazos, y el poder de Rusia, China, Irán, Brasil, India, Suráfrica, construye un nuevo polo economice, militar, ideológico y político en el planeta; mientras que en América Latina se abren procesos novedosos como los de Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador, que con diferentes tonos y énfasis anuncian y presentan caminos independientes de los Estados Unidos.

Mientras todo esto ocurre, en nuestro país la antigua oligarquía pierde el control de la economía y luego pierde el control del aparato del Estado, todo en diferentes momentos y circunstancias. El recién llegado al juego resulta absorbido por la lógica económica capitalista, por la filosofía neoliberal y por la lógica política de la antigua derecha oligárquica.

Se trata de un proceso que empieza a larvarse a partir de la condición clasista de la cúpula del partido FMLN. Pasa por la naturaleza política de la antigua guerrilla y culmina en una decisión de constituirse en una especie de relevo histórico en el control del aparato del Estado, sin construir ni un nuevo Estado, ni una nueva economía, ni una nueva filosofía política ni nuevas estructuras de poder. Todo esto significa que el largo proceso de una post guerra no aceptada produjo una nueva derecha que en estos momentos, año 2014, se enfrenta a la antigua derecha en la disputa definitiva del control del aparato de Estado.

A estas alturas, esta nueva derecha tiene suficiente poder económico para perturbar, amenazar y descontrolar a un sector de la economía tradicional del país; pero todavía no se enfrenta a la pequeña capsula burguesa oligárquica integrada por Ricardo Poma, o los Kriete, o los Simán, que siendo los dueños del partido ARENA, tienen sus propios escenarios económicos y políticos mas allá del mundo partidario, y pueden negociar en determinadas circunstancias con la burguesía emergente de Alba Petróleos.

Puestas así las cosas, hay que darse cuenta es que lo que está en juego en las urnas no tiene que ver con la clase de país, ni la clase de sociedad, ni del poder, ni de política. Se trata de quien o quienes serán los socios de las grandes empresas transnacionales que controlan los mercados, y a partir de aquí, quienes serán los usufructuadores de las ganancias en estos negocios.

Esta circunstancia explica la naturaleza de la campaña electoral, el predominio total del mercado y la ausencia de políticas contrastantes. Es que se trata de un solo proyecto –el del mercado-, y de una sola disputa, que es la de quienes gerenciarán desde el aparato de Estado, los negocios a implementarse dentro del proyecto de asocios público privados y de otros que vendrán.

El tema se complejiza porque aunque sea débilmente la derecha antigua gusta de llamar izquierda a la derecha nueva, y esta derecha nueva gusta de llamarse izquierda, así misma. Y de este juego de palabras peligrosas aparece una confusión política en las cabezas, en el alma y los corazones de no pocas personas en nuestro país. Por eso es necesario ubicar históricamente a esta nueva derecha.

Estamos frente a un proceso en donde una fuerza guerrillera es clasificada como comunista por el gobierno estadounidense, y este calificativo –equivocado-, se traslada al nuevo partido que al final de la guerra se incorpora al régimen político con el mismo nombre de la guerrilla. Este fue un recurso electoral muy necesario y hábil, porque así los electores identificaban al nuevo partido con el heroísmo, la inteligencia, la imaginación y la audacia de la guerrilla que hizo la mayor proeza de nuestra historia. Y estos votantes no estuvieron en condiciones de guardar distancia de una serie de decisiones políticas que marcaron y determinaron la naturaleza y la conducta política del nuevo actor del régimen.

En primer lugar, este nuevo partido rompe todos sus vínculos con el movimiento social y lo hace en nombre de la independencia de este movimiento; cuando en realidad se trató de romper todo compromiso con las luchas reales de las gentes reales. Acto seguido, se adopta y se adapta la filosofía del mercado, y de esta manera, los conceptos fundamentales como el crecimiento económico, la macroeconomía, el desarrollo, pasan a sustituir en el cerebro figuras como la lucha de clases, las contradicciones y los intereses determinantes.

El nuevo partido, renuncia a ser sujeto político y se convierte en un actor político, leal al sistema y al orden establecido. Ya no se trata, para nada, de sustituir el sistema o el régimen por un nuevo orden, sino de trabajar para fortalecer el orden actuante, y en todo caso, de convertirse en los nuevos gerentes del mismo. Por supuesto que la disputa deja de estar situada en el terreno propiamente político y económico y pasa a situarse en la lucha por el control del aparato y por su usufructo. Como se puede ver, en este proceso se va definiendo un relevo histórico que no supone ni una nueva política, ni una nueva manera de hacer política, ni un nuevo orden, sino, un nuevo dueño del aparato estatal, un nuevo gerente y un nuevo socio.

Puestas así las cosas, no se trata de la confrontación histórica entre una derecha y una izquierda subversiva, democrática y revolucionaria. La confrontación aparece entre una nueva derecha, que adopta la filosofía, la política y la práctica de la antigua derecha y la resistencia de ésta a ser sustituida en el mismo terreno que antes dominó y controló.

El proceso que describimos significa que si bien la derecha no gano la guerra de 20 años, pudo ganar, sin embargo, la post guerra de más de 20 años, pero no termina de darse cuenta lo que ha ocurrido en su casa y no acepta, por lo menos hasta ahora, ni compartir los negocios, ni entregar el lucrativo aparato de Estado, ni las nuevas reglas del mismo juego.

Por supuesto que este juego se realiza en medio de una elevada ebullición social y también ideológica, porque el Estado de El Salvador, el magro Estado que hemos conocido, se encuentra prácticamente desaparecido, y es el mercado el que fija los juegos y las reglas, y los seres humanos llamados ciudadanos, aparecen abandonados totalmente a su suerte.

Cuando un Estado y una clase dominante no son capaces de asegurar ni mínimamente el más pequeño nivel de vida a los súbditos, entonces estamos en un momento de zozobra que puede transformarse en momentos de rebelión.

Gane quien gane en el próximo febrero, será este pueblo que ahora luce dormido el que con su despertar podrá decir, en este drama, la última palabra.

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 en El Salvador

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 en El Salvador

Jueves, 02 Enero 2014

Valoraciones sobre los partidos contrincantes en los comicios del 2 de febrero
Por Joel Arriola (*)

Consideraciones teóricas preliminares

La ciencia marxista nos ha enseñado que todo análisis de una situación concreta comienza por el estudio de la estructura económica, verdadera base sobre la cual se erigen la superestructura política e ideológica. Sin embargo, lejos de cualquier economicismo, esta no se detiene en el análisis de la economía, sino que se prolonga hasta el campo de la política, la ideología, el derecho, etc.

En la introducción a las luchas de clases en Francia, Engels decía que “Cuando se aprecian sucesos y series de sucesos de la historia diaria, jamás podemos remontarnos hasta las últimas causas económicas… Una visión clara de conjunto sobre la historia económica de un período dado no puede conseguirse nunca en el momento mismo, sino sólo con posterioridad, después de haber reunido y tamizado los materiales… Por esta razón, aquí el método materialista tendrá que limitarse, con harta frecuencia, a reducir los conflictos políticos a las luchas de intereses de las clases sociales y fracciones de clases existentes, determinadas por el desarrollo económico, y a poner de manifiesto que los partidos políticos son la expresión política más o menos adecuada de estas mismas clases y fracciones de clases. (Énfasis nuestro)”1; Aquí es donde se unen orgánicamente la Economía, la Política y la Sociología.

Por supuesto, la cuestión es mucho más compleja, si lo que buscamos explicar no es un período de la lucha de clases mas o menos extenso, como por ejemplo, las luchas políticas inter-burguesas del ALBA y la ANEP (períodos a los que Gramsci llama orgánicos, o más exactamente movimientos orgánicos), sino un período más corto, que concentra en su seno todas las contradicciones y luchas del período más largo: este es el período o coyuntura electoral.

En dicho período no hacen más que concentrarse de una manera un tanto distorsionada (más distorsionada aún, que la expresión de los hechos económicos en hechos políticos), la situación real de la lucha de clases y fracciones de clases en un período dado. Claro está que los hechos de la coyuntura electoral responden a sucesos más extensos en el tiempo, que se expresaban ya en las luchas políticas en tiempos no puramente electorales, y estos a la vez responden a las luchas de clases en el terreno de la estructura económica; sin embargo el nivel de autonomía de los movimientos y sucesos coyunturales, como lo son las elecciones, es más amplio que el de los sucesos políticos propios de los periodos más largos (es decir los que no abarcan solamente las coyunturas electorales), y es de esa amplia autonomía precisamente de donde proviene la complejidad de los fenómenos de coyuntura electoral, y la razón por la cual ordenar una serie de hechos de esta naturaleza en torno a un eje de cristalización intelectual (para usar las palabras de Rosa Luxemburgo) es sumamente complicado, a veces es incluso inevitable caer en una suerte de errores.

Gramsci, al hablarnos sobre el análisis concreto de las relaciones de fuerza, nos decía que “en el estudio de una estructura hay que distinguir entre los movimientos orgánicos (relativamente permanentes) y los movimientos que pueden llamarse ´de coyuntura´ (y que se presentan como ocasionales, inmediatos, casi accidentales). Los fenómenos de coyuntura dependen también, por supuesto, de movimientos orgánicos, pero su significación no tiene gran alcance histórico”2

Además nos advertía que “El error en que a menudo se cae en los análisis histórico-políticos consiste en no saber hallar una relación justa entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: así se llega a exponer como inmediatamente activas, causas que son, en cambio, mediatamente, o a afirmar que las causas inmediatas son las causas eficientes únicas; en el primer caso se tiene el exceso de ´economismo´ o de doctrinarismo pedante; en otro, el exceso de ´ideologismo´; Difícilmente se establecerá de un modo exacto el nexo dialéctico entre los dos órdenes de movimiento y, por tanto, de investigación; y si el error es ya grave en la historiografía, lo será aun más en el arte político”3

Ahora bien, a las aportaciones de Gramsci tendríamos que sumarle además, que la situación radica también, en saber hacer una lectura correcta de los hechos o movimientos orgánicos, pues nuestra lectura de los movimientos coyunturales deberá estar subordinada a estos4. Por tanto, si partimos de una lectura errónea de los movimientos orgánicos, caeremos, necesariamente, diezmados por una infinidad de hechos dispersos, sin un eje de cristalización intelectual en torno al cual organizarlos. Y así, si no logramos tener una lectura correcta de los movimientos orgánicos, nuestra lectura de la coyuntura aún más fragmentada, compleja y recortada, como lo es la coyuntura electoral, será aún más errónea. Y si los errores en la lectura de los movimientos orgánicos nos llevan en la práctica a un gran número de errores políticos, el error en la lectura de los movimientos de coyuntura, no puede sino más que hacernos caer en una infinidad de errores políticos que destruyen o quiebran el nacimiento de un proyecto histórico revolucionario de las clases subalternas (es decir de un Partido Revolucionario) y de los organismos de las clases populares (organizaciones populares, gremiales, etc.).

Por ello, y guiándonos por la lógica precedente, trataremos de esbozar acá las 12 principales tesis entorno a las elecciones presidenciales de 2014, previniendo lo máximo posible no caer en los errores de economismo o de doctrinarismo pedante o bien, en los de exceso de ideologismo. Es decir, trataremos de no caer en el absurdo de guiar cada movimiento (por más mínimo que sea) operado en el seno de la superestructura política, como una expresión/reflejo de lo sucedido en la estructura económica, lo que no significa de ninguna manera que obviemos el vinculo dialéctico5 y orgánico6 entre estas, por lo que tendremos necesariamente que identificar por lo menos a grandes rasgos (y en la medida de lo posible) los movimientos de la superestructura política que corresponden a movimientos operados en la estructura económica. Por supuesto será la historia y el desenlace de los acontecimientos electorales, a la vuelta de los meses (e incluso años), los que dictarán la justeza o el error de estas proposiciones.

12 tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014

1. La derecha tradicional u oligárquica (ARENA) llega sumamente debilitada a las presidenciales del 2014. Ello se expresa en las constantes rupturas con varios de sus miembros prominentes, las hecatombes mediáticas por el descubrimiento de un sinnúmero de actos de corrupción de sus ex funcionarios, incluidos ex presidentes, el “desliz” de altos ex dirigentes del partido ARENA con el sector burgués emergente del ALBA7, y el aparecimiento de un nuevo “partido” de derechas: GANA, conformado por alcaldes, diputados y ex miembros de las direcciones territoriales de ARENA.

2. Una eventual derrota de ARENA en las presidenciales (que es hoy por hoy la posibilidad más real) aproximaría más el escenario latente de una ruptura de mayor peso en el interior de este partido, comandado por las dos facciones económicas más poderosas: la fundadora y la neoliberal ligada al sector servicios.

3. El llamado movimiento UNIDAD compuesto por los partidos-mafia PDC, PCN y GANA, “ganan sin ganar”. La candidatura de Elías Antonio Saca, ex presidente en el período 2004-2009 por el partido ARENA, obliga a una segunda vuelta (en El Salvador sólo gana el partido o coalición que obtenga el 50% más 1 de los votos totales validos), con lo que “gana sin ganar”; ello porque en una eventual segunda vuelta que enfrente a ARENA y al FMLN (que hoy por hoy es la posibilidad más real), son en ultima instancia Saca y UNIDAD quienes deciden el futuro ganador, desviando de manera abierta o velada, sus votos hacia cualquier candidatura. Ello le asegura de antemano un grueso numero de instituciones, direcciones, e incluso ministerios en el próximo gobierno y por ende su consolidación como segunda fuerza de derecha emergente.

4. En un principio podría parecer que en una eventual segunda vuelta, Saca y UNIDAD se declinarán por ARENA, pues ambos tienen tendencia política de derecha. Sin embargo mejor vistas las cosas, UNIDAD y Saca poseen en el fondo más afinidades con la cúpula del FMLN (una cúpula burguesa que maneja con la empresa ALBA más de US$800,000 Millones en activos8) con la cual poseen, no afinidades político-ideológicas, sino, y lo que es más importante, intereses económico-corporativos similares (ambos forman una compleja alianza-bloque burgués emergente).

5. Ello no desdice sin embargo, que la candidatura de Saca sea la resistencia inmediata para que el FMLN no gane en primera vuelta; No es casual pues, que Ramón Villalta, representante de la Iniciativa Social para la Democracia (ISD) –convertido, luego del polémico decreto 7439 en un semi-intelectual orgánico del pensamiento burgués salvadoreño– salga afirmando que a ARENA le conviene la candidatura de Saca. Sin embargo, que Saca sea la traba inmediata para que el FMLN no gane en primera vuelta no hace más que demostrar que su candidatura no es sino la garantía del sector burgués emergente, a medias representado políticamente en GANA, para asegurarse un espacio político en un eventual segundo gobierno del FMLN (lo que expresa a la vez, que las relaciones entre el FMLN y GANA, no son tan orgánicas como parecieran, sino más bien relaciones de alianzas políticas que tienen a su base intereses económico-corporativos) y no como lo expresa la idea infundida por la cúpula “farabundista”, a propósito de que la candidatura de Saca es un plan “maquiavélico” bien elaborado de la derecha salvadoreña para evitar un triunfo en primera vuelta del FMLN.

6. A la inversa, la cúpula del FMLN necesita de UNIDAD para gobernar más “democráticamente”, pues como toda facción burguesa emergente con origen “de izquierdas” sus cuadros son viejos militantes sobre los cuales opera un proceso de Transformismo10; cuadros que no están aptos, según la legitimidad de las instituciones “democrático-burguesas”, para el ejercicio de la Gobernabilidad Democrática11, condición necesaria para el desarrollo pleno de la nueva facción burguesa emergente del FMLN.

7. El partido FMLN llega a las elecciones fortalecido, dando los que parecen ser sus pasos hacia un segundo gobierno, esta vez con candidatos propios (debemos recordar que Mauricio Funes era en realidad un candidato producto de la alianza de la cúpula del FMLN con un sector de la burguesía no oligárquica). Por primera vez en la historia este instituto político aparece fortalecido y respaldado por un proyecto empresarial fuertísimo, frente al cual incluso tiemblan los oligarcas tradicionales representados en la ANEP12.

8. Este respaldo empresarial y su acción territorial (apoyo a grupos y cooperativas campesinas mediante créditos, ayuda técnica, condonación de deudas, etc.; Apoyo con créditos a la pequeña burguesía, grandes cafetaleros y otros grupos económicos fuertes, incluso relacionados a la aviación) ha permitido al ALBA comenzar a tejer una red nacional a nivel territorial de clientelismo político (hay que decir que los programas asistencialistas del gobierno como el vaso de leche, los útiles escolares, uniformes y zapatos escolares, entrega de “semilla mejorada”, títulos de tierra etc. han contribuido a la creación y fortalecimiento de tal red de clientelismo político) que no ha dudado ni por un segundo en poner en marcha para la captación de votos en favor del FMLN. El apoyo de Orlando Arévalo y un sector del movimiento campesino dirigido por la pequeña burguesía, a la formula del FMLN no hace más que demostrar la efectividad de esta red montada por ALBA (y por supuesto, el oportunismo de dirigentes como Arévalo)13. A nivel de la clase trabajadora, los mecanismos de cooptación han sido las burocracias sindicales que han permitido la docilidad de la misma respecto al gobierno y el partido FMLN.

9. A nivel empresarial, han sido sobre todo los préstamos a caficultores, sectores relacionados al agro y otros “marginados” por la banca transnacional, lo que ha generado que grupos de empresarios (desde la pequeña y mediana hasta la gran empresa) descontentos con el rumbo de la derecha tradicional vean en el proyecto FMLN-ALBA14 una salida favorable a sus intereses económico-corporativos (hay que decir que el programa de gobierno netamente burgués del FMLN, también contribuye a ello). No es casual pues, que Mario Salaverria ministro de agricultura en el periodo de Saca, y Agustín Martínez, presidente de la Cámara Agropecuaria y Agroindustrial (CAMAGRO) hayan desde julio, “coqueteado con ALBA”,15 mientras, Antonio Salaverria se reúne con la formula presidencial del FMLN en lo que parece ser el inicio de un pacto (pacto, no apoyo decidido) con el proyecto FMLN-ALBA. A la vez, también La Asociación Salvadoreña de Empresarios por El Salvador (ASEPS), que aglutina a los sectores agrícola, industrial, de transporte de carga, restauranteros, artesanos, caficultores, de maquilas y empresarios en el exterior también han mostrado su apoyo a la formula del FMLN. Por otro lado, El Consejo Nacional de Empresarios Salvadoreños (CONAES) que dice representar a la pequeña y mediana empresa en El Salvador también ha hecho público su apoyo a la formula del FMLN.

10. La candidatura del FMLN por su parte, guarda en su seno una contradicción expresa en las diferencias de los candidatos y la misma ambivalencia de Sánchez Cerén: Mientras, según ellos mismos lo mencionan, seguirán sin romper con el imperialismo (continuidad de los TLC´s, pago puntual de la deuda externa, mantenimiento de la dolarización, etc.), su triunfo mismo le obligará a “girar hacia el Sur”. A su vez, la posición ambivalente de una serie de “intelectuales de izquierda” críticos del FMLN pero que llaman a “votar por ese mal menor” dependerá de la “ruptura” (aunque sea, por supuesto, únicamente en el discurso) del FMLN con el imperialismo y su giro, aunque sea tímido y/o únicamente en el discurso, hacia el Sur.

11. Mauricio Funes y su “movimiento por la defensa de los cambios” (particularmente con alguna fuerza en las zonas rurales del oriente del país) por su parte, parecen estar sumidos en una posición ambivalente (posición que entre otras cosas ha sido característica de toda su gestión) entre el apoyo al FMLN o la obediencia ciega al imperialismo. Ello lo expresan las tambaleantes relaciones con el imperialismo, la quiebra, por momentos, del llamado pacto entre pandillas (verdadera empresa del imperialismo y que está contemplado de manera velada en el Plan de Acción Conjunto del Asocio Para el Crecimiento), el aparecimiento de ministros del FMLN pidiendo el voto por tal instituto político; pero también los llamados de Funes a aprobar las reformas a la ley de Asocios Publico-Privado, el impulso de la ley de la función pública (también contemplada en el Asocio Para el Crecimiento), etc.

12. El imperialismo por su parte, luego de haber apoyado por sus propias particularidades la candidatura de Funes-FMLN en el 2009, hoy se muestra medianamente hostil al triunfo de Sánchez Cerén y el FMLN. “En la coyuntura 2008 – 2009, el imperialismo necesitaba un gobierno en el que no sólo se mantuviera, sino que se revitalizara el modelo neoliberal, que aplicara su política en la región y que fuera capaz de detener el inicio de una serie de luchas sociales que comenzaban en el país y que, seguramente, se intensificarían en el marco de la crisis”16. Por eso resolvió apoyar la candidatura de Funes-FMLN, pues la segunda oleada de políticas neoliberales iniciada con este gobierno le hubiese sido imposible a un gobierno tradicional de la derecha oligárquica, al menos imposible con el mismo grado de estabilidad sociopolítica mantenida hasta hoy. En esta coyuntura, sin embargo, la posición del imperialismo está, por lo menos lejana, del apoyo a otro gobierno del FMLN, y sus anhelos de un gobierno de derechas tradicional pero menos recalcitrante que los de ARENA (gobierno que podría desarrollarlo UNIDAD) se ven rebatidas por la realidad misma, que muestra precisamente la imposibilidad de triunfo de este “muñeco” electoral. Otros factores como la carta enviada por los congresistas Matt Salmon y Albio Sires al Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry17 donde cuestionan seriamente la candidatura de Saca por corrupción18, hacen precisamente que las cartas del imperialismo se trasladen inevitablemente a un apoyo, sólo a medias, al partido ARENA, por supuesto, no sin una clara división en el seno del imperialismo.

(*) Estudiante de Sociología de la Universidad de El Salvador (UES), Facultad Multidisciplinaria de Occidente (FMOcc).

1 Engels, Federico. Introducción de 1985 al libro de Marx “las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850”. En C. Marx y F Engels., Obras escogidas en III tomos. Tomo I. Moscú: Progeso. Pág. 98-97.

2 Gramsci, Antonio. Análisis de las situaciones. Relaciones de fuerzas. En Pañuelos en Rebeldía. Buenos Aires, Argentina.

3 Gramsci, Antonio. Ob. Cit.

4 Para ver la lectura de los hechos o movimientos orgánicos que subordinan nuestro análisis de coyuntura y por ende las tesis sobre las elecciones presidenciales del 2014 que presentamos acá, véanse nuestros trabajos: Arriola, Joel y Quiñónez, Alberto. ¿Qué es el gobierno Funes-FMLN. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168214; y Arriola, Joel. Transformismo y aburguesamiento. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169352. Por supuesto, merced el desarrollo de los últimos meses, ricos en contenido político, estos trabajos merecen cierta revisión/actualización, sin embargo únicamente de sus elementos periféricos, no sustanciales; el eje de la lectura que allí se hace, creemos nosotros, se mantiene y los últimos sucesos no han hecho más que demostrar la certeza de ello.

5 Dialéctico, en tanto estructura y superestructura constituyen dos elementos que se determinan mutuamente. Por supuesto a la estructura le corresponde solo en última instancia el determinante último, pero cuando analizamos periodos de la historia diaria no podemos remontarnos nunca al determinante de la estructura en su máximo nivel de abstracción (que es en realidad en el sentido que lo expone Marx en la Introducción a la crítica de la economía política).

6 Orgánico, en tanto que la superestructura es necesaria a la estructura únicamente en la medida en que la organiza y le da homogeneidad.

7 Ello no significa que tal “desliz” sea un apoyo decidido a la candidatura del FMLN, simplemente expresa que un sector burgués ve desde ya, en la cúpula del FMLN (apoyados por su aparato empresarial, ALBA), a posibles aliados, en su aventura meramente empresarial. El caso de Antonio Salaverria, ex presidente del COENA, ex diputado arenero, empresario y excomisionado presidencial para la promoción del café, expresa precisamente eso.

8 Diario el Mundo. Alba Petróleos revela capital: $800 millones. 30 de octubre del 2013.

9 El decreto 743 emitido en 2012 intentó frenar el accionar de la Sala de lo Constitucional, luego de que esta emitiera una serie de fallos que afectaran el funcionamiento tradicional del régimen político salvadoreño, afectando con ello a los partidos políticos mayoritarios. Una ola de movimientos, dirigidos en su mayoría por el movimiento burgués Aliados por la Democracia salió a las calles a “defender” el accionar de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, hasta lograr derrotar dicho decreto. Sobre este punto pueden verse nuestros artículos: “La crisis del Estado oligárquico y su expresión en la Sala de lo Constitucional”; o bien, un trabajo posterior que describe de mejor manera el significado de las pugnas por el control de las instituciones del Estado: “El FONAT y ´los cuatro fantásticos´: Disfraz de la moral burguesa y lucha de clases.

10 “El Transformismo, según Gramsci, hace referencia a un proceso, donde el sistema hegemónico, inherente a todo tipo sociedad, es usado como un sistema orgánico a las clases dominantes y que se expresa en la integración de los intelectuales de otros grupos sociales al sistema hegemónico dominante, decapitando de esta forma al movimiento de masas. (Arriola, Joel. “Transformismo y aburguesamiento”. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169352).

11 Antonio Camou define la Gobernabilidad como “El estado… de gobierno con un equilibrio dinámico entre las demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental a las mismas”. Para Daniel Kaufmann por su parte, la gobernabilidad se refiere al ejercicio de la autoridad a través de tradiciones e instituciones para el bien común y tiene como elemento esenciales: La estabilidad política, la rendición de cuentas, la ausencia de violencia, el Estado de Derecho y el control de la corrupción. Por otra parte según el sociólogo salvadoreño Álvaro Artiga, la Gobernabilidad Democrática Es la capacidad del sistema político de absorber y procesar las demandas ciudadanas, adoptar decisiones en el interés más amplio de la población y manejar los conflictos sociales. (Tomado de: “Gobernabilidad y cambio social en el primer gobierno de izquierda en el salvador”. Ponencia presentada al segundo congreso de investigación científica de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente Por el sociólogo Hugo Ernesto Fajardo Cuellar.) Como vemos, ambos conceptos son evidentemente burgueses –pese a ello, dicho sea de paso, son conceptos muy enarbolados constantemente por una gran parte de la izquierda reformista– pero a pesar de ello, nos sirven acá para caracterizar cierta forma de gobernar en una etapa pacifica del desarrollo de la lucha de clases.

12 El informe de 2013 sobre de la consultora Wealth-X y UBS revela que en El Salvador hay 150 ultra ricos, cuyas fortunas suman US$20,000 millones, unos US$133.4 millones, en promedio, por cada uno. Si con este dato comparamos los US$800,000 millones que maneja el grupo ALBA, llegamos inevitablemente a la conclusión de que este es un grupo burgués emergente que riñe desde ya, con las empresas oligárquicas tradicionales. Sin embargo, el lector puede aseverarnos de que ALBA es una empresa de capital mixto y que por ende no puede ser considerada una facción burguesa, pues la cantidad de personal e instituciones que en términos reales son “dueños· de su capital es sumamente grande en comparación a las empresas oligárquicas tradicionales. Empero, ello lo único que demuestra es que, pese a todo, ALBA sigue siendo pequeño en comparación al capital oligárquico tradicional, pero ello no desdice de ninguna manera que este sea una facción burguesa, que amenaza ya, a la oligarquía tradicional, con posicionarse como facción burguesa dominante, más aun con su orientación “desarrollista”. De hecho, el reciente estudio financiado por FUSADES –“tanque” de pensamiento oligárquico del país– denominado “¿Clientelismo político en El Salvador?Estudio de caso de Alba Petróleos y sus empresas relacionadas”, no hace más que expresar tal amenaza para el bloque oligárquico. Por otro lado tal estudio no hace más que mostrar al ALBA como un grupo meramente empresarial.

13 El caso de Orlando Arévalo resulta curioso. Su movimiento propugna –según sus propias palabras– lo que denominan una “Economía Popular Solidaria”, siempre en el marco del modelo neoliberal, pero en una suerte de economía paralela campesina al estilo cooperativista. En todo caso, su modelo es además de utópico, pequeñoburgués y por ende reaccionario.

14 Decimos el fenómeno FMLN-ALBA porque estos grupos económicos saben muy bien que el proyecto FMLN por si mismo es inviable, al menos en el corto y mediano plazo, para sus intereses económico-corporativos. A la inversa, conocen de la misma manera que el proyecto ALBA por si mismo, es decir como proyecto netamente empresarial, sino va acompañado de un aparato político que le dispute la dirección del Estado a la oligarquía tradicional, es demasiado arriesgado para sus cálculos económico-corporativos

15 La prensa Gráfica. Privados advierten necesidad de invertir. 5 de julio del 2013.

16 Arriola, Joel y Quiñónez, Alberto. Ob Cit.

17 Diario La pagina. Carta dirigida al Secretario de Estado de EE.UU. cuestiona candidaturas de Sánchez Cerén y Saca. 3 de noviembre del 2013.

18 Un buen ejemplo sobre las corrupciones de Saca pueden verse en la siguiente investigación periodística: Periódico digital El Faro. Ganancias de las empresas de Saca se multiplicaron hasta por 16 cuando fue presidente. 19 de noviembre del 2013.

2013: una balance desde Latinoamérica

2013: una balance desde Latinoamérica

(Por Atilio A. Boron *) El año que termina fue pródigo en acontecimientos que dejaron profundas huellas en el sistema internacional. A la hora de reseñarlos la mirada del analista siempre es situada; no existe una observación que pueda independizarse de los condicionamientos que la geografía y el tiempo histórico ejercen sobre el observador. Nuestra mirada, desde el “aquí y ahora” de Nuestra América, seguramente será diferente de la que pueda tener alguien situado en Europa, Asia o África.

Hecha esta necesaria salvedad metodológica previa digamos que el acontecimiento más trascendente que marca con tristeza el año que finaliza fue la muerte del Comandante Hugo Chávez Frías. El líder bolivariano fue una verdadera fuerza de la naturaleza: un huracán que con su fervor antiimperialista, su visión estratégica de la lucha que debía librarse contra el imperio y su incansable protagonismo reconfiguró decisivamente el mapa sociopolítico del área. Chávez fue el gran mariscal de la batalla del ALCA, derrotando al principal proyecto de Estados Unidos para completar el sometimiento de América Latina y el Caribe a sus intereses. Y fue también el hombre que llenó de propuestas lo que hasta su irrupción en la vida política de la región era una agradable pero inofensiva retórica latinoamericanista, huérfana de contenidos concretos. Para Chávez esta tenía que ser una convocatoria a la unidad de América Latina y el Caribe, unidad y no tan sólo integración; debía ser, tras las huellas de la Revolución Cubana, el ámbito de creación de un internacionalismo solidario que se traduciría en proyectos concretos como el Banco del Sur, Petrocaribe, TeleSUR, UNASUR y la CELAC, entre tantos otros. Su muerte, en circunstancias que aún no han sido aclaradas, llenó de júbilo al imperialismo y sus aliados, pensando que con ella se acabaría el chavismo. Sin embargo, y esta es una de las notas más positivas del año, la desaparición física de Chávez no impidió que el chavismo volviera a triunfar en las elecciones presidenciales del 14 de Abril consagrando a Nicolás Maduro como presidente y nuevamente, por una rotunda diferencia de más de un millón de votos, sobre la coalición opositora en las municipales del 8 de Diciembre. Parece que tendremos Chávez para rato.
Otra noticia muy importante fue la sorpresiva elevación del Cardenal Jorge Bergoglio al papado. Personaje complejo, la consagración de este jesuita motivó un áspero debate que está lejos de apagarse en la Argentina. Jerarca de una iglesia que fue cómplice de todos los crímenes de la dictadura, hay quienes lo fustigan por sus actitudes tibias y ambivalentes, sobre todo si se las compara con las que tuvieron otros obispos como los monseñores Enrique Angelelli –que pagó con su vida su osadía-, Jaime de Nevares, Jorge Novak o Miguel Hesayne. Esta sinuosidad de su conducta, síntoma de lo que Antonio Gramsci definiera como “jesuitismo”, explica las razones por las que junto a sus críticos emergiera desde las filas de la izquierda, los derechos humanos y la teología de la liberación un fogoso contingente de defensores de Francisco prestos a señalar las formas sigilosas con las que el por entonces provincial de los jesuitas protegía a su rebaño. Más allá de este irresuelto debate, los temores que muchos tenían en el sentido de que Francisco pudiera convertirse en una ominosa re-encarnación de Juan Pablo II (quien junto a Ronald Reagan y Margaret Thatcher conformara el más formidable tridente reaccionario del siglo veinte) hasta ahora han demostrado ser injustificados. Es más, cierto cambio en el léxico del Pontífice (como por ejemplo hablar de la “Patria Grande” en ocasión de la visita de Cristina Fernández de Kirchner al Vaticano) o su insistente “opción por los pobres” demuestran que ha percibido con fino olfato los datos de este “cambio de época” y que Venezuela no es Polonia, ni Ecuador Checoslovaquia. Si aquellos gobiernos de Europa Oriental sucumbieron ante la arremetida que convergía desde el Vaticano, Washington y Londres fue porque su déficit de legitimidad los tornaba altamente vulnerables. Bien distinta es la situación de los gobiernos de izquierda en Sudamérica, donde Bolivia, Ecuador y Venezuela cuentan con una legitimidad popular incomparablemente superior a la que jamás gozaron sus supuestas contrapartes europeas. En pocas palabras: el Vaticano no ignora que los cambios acaecidos en Latinoamérica y el Caribe desde los albores del siglo veintiuno ya no tienen vuelta atrás. En El 18 Brumario de Luis Bonaparte Marx evoca la intervención del Cardenal Pierre d’Ailly en el Concilio de Constanza (1414-1418) cuando ante las quejas de los puritanos por la vida licenciosa de los papas respondiera con voz tonante “¡Cuando sólo el demonio en persona puede salvar a la Iglesia católica, vosotros pedís ángeles!” La situación actual de la Iglesia es mucho peor que la que tanto preocupara a d’Ailly: interminable hemorragia de la feligresía, escándalos por pederastia, millonarios juicios de las víctimas y bancarrota de las iglesias abrumadas por el pago de enormes indemnizaciones, manejos mafiosos del banco del Vaticano, el papel de la mujer en la Iglesia y el cuestionamiento cada vez más militante del celibato sacerdotal configuran una agenda que difícilmente le dejen tiempo a Francisco para organizar la dispersa y confusa derecha latinoamericana, suponiendo que quisiera hacerlo. Pero para eso está “la embajada.”
Otro acontecimiento de gran trascendencia fue la re-emergencia de Rusia como un principal actor de la política mundial. La Unión Soviética lo había sido en el casi medio siglo transcurrido desde finales de la Segunda Guerra Mundial. El “orden bipolar” de la época le asignaba un protagonismo fundamental, pero cuando se produjo el hundimiento de la URSS en 1991-92 el estado sucesor, Rusia, quedó completamente marginado de los principales escenarios de la política internacional. Esto dio pie a que algunos publicistas del imperio se solazaran con la ilusión de que allí comenzaba el “nuevo siglo (norte)americano” y no ahorraron descalificaciones humillantes, incluso algunas de tono racista, en contra de los rusos, como Vladimir Putin se encarga de recordar una y otra vez. El sueño del “nuevo siglo americano” duró muy poco y con los atentados del 11-S se convirtió en una insoportable pesadilla. Rusia, que nunca había dejado de ser una potencia atómica –nimiedad olvidada por los apologistas del “nuevo orden mundial” alentado por George Bush padre- y que venía acumulando fuerzas desde comienzos del siglo, irrumpió abruptamente en el escenario mundial otorgándole asilo político nada menos que a Edward Snowden, el enemigo público número uno de Washington y, después, torciéndole el brazo a Barack Obama y su escudero, John Kerry, haciéndoles abortar sus planes de bombardear Siria. Por si lo anterior fuera poco, su claro apoyo a Teherán aventó también un desenlace bélico por la cuestión del programa nuclear iraní, en una crisis alentada hasta el paroxismo por el régimen israelí y sus impresentables compinches en el área, especialmente Arabia Saudita. Con tres gestos Moscú demostró que las bravuconadas de Washington carecían de sustancia real y podían ser neutralizadas en beneficio de la paz y el imperio del derecho internacional.
La impetuosa re-emergencia de Rusia sumada a la ya consolidada gravitación de China en la economía y la política mundiales terminó por cristalizar significativas modificaciones en el gran tablero geopolítico internacional. Cambios éstos que favorecen los proyectos emancipatorios de Nuestra América porque el derrumbe del unipolarismo norteamericano y la acelerada –y por lo que parece, irreversible- edificación de una estructura multipolar de poder mundial abre nuevos e inéditos márgenes de maniobra para los países de América Latina y el Caribe, tradicionalmente sometidos al yugo estadounidense. Al evidente debilitamiento del poderío global de los Estados Unidos reconocido nada menos que por el más significativo intelectual del imperio, Zbigniew Brzezinski y del cual el cierre de sus oficinas gubernamentales por dos semanas es apenas uno de sus muchos síntomas se le suma el agotamiento del proyecto europeo, sacrificado en el altar de la banca alemana, todo lo cual hace del mundo un espacio mucho más abierto e indeterminado cuyos resquicios y contradicciones ofrecen una magnífica oportunidad para que los pueblos de Nuestra América avancen resueltamente hacia la conquista de su segunda y definitiva independencia.
Por supuesto, en el 2013 pasaron muchas otras cosas, imposibles de examinar en detalle aquí. Permítasenos simplemente mencionar la importancia de los diálogos de paz entre el gobierno de Juan M. Santos y las FARC, alentados por el clamor popular que en Colombia exige el fin del conflicto armado y las expectativas en torno a las elecciones presidenciales de Mayo del 2014; la crisis domínico-haitiana, desatada por las racistas normas denegatorias de la nacionalidad a los hijos de haitianos nacidos en la República Dominicana; las elecciones del pasado 27 de Octubre en Argentina, sembrando de dudas la continuidad del proceso abierto en el 2003; el triunfo de Michelle Bachelet, regresando a la presidencia de un Chile desquiciado por el holocausto social del neoliberalismo; la persistencia y profundización de la crisis en México, a veinte años del “grito” de los Zapatistas en Chiapas; la vigorosa e inesperada irrupción de grandes manifestaciones de masas en Brasil, a poco más de un año de las presidenciales de Octubre de 2014, conmoviendo la estolidez de un orden social profundamente injusto y rabiosamente oligárquico; la aplastante victoria de la Alianza País en las elecciones legislativas del Ecuador, que le permitieron a Rafael Correa obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional; la lenta pero irreversible implementación de los nuevos “lineamientos” en la economía cubana, orientados a actualizar y fortalecer los fundamentos materiales de la Revolución; la consolidación del liderazgo de Evo Morales en Bolivia, de cara a las elecciones del próximo Octubre; la integración plena de Venezuela al Mercosur, ya con el voto favorable del Senado paraguayo, y la valerosa resistencia de los pueblos ante los estragos de la gran minería a cielo abierto, el “fracking” y el auge del agronegocio monoproductor (soja, caña de azúcar, palma africana, etcétera) son datos que también marcaron la agenda del año que finaliza y que merecerían un análisis detallado que no podemos hacer aquí. A lo anterior hay que agregar la continuación de la agresión imperialista y la guerra civil en Siria, donde Al Qaida, con la bendición y el apoyo de la Casa Blanca (perdón, ¿no había sido esta organización la que tramó y ejecutó el atentado del 11-S?) lucha codo a codo con los mercenarios sauditas, yemenitas e israelíes que procuran acabar con el régimen de Bashar al-Assad; tomar también nota del golpe militar pro-norteamericano en Egipto, en contra del gobierno de Mohammed Morsi y la Hermandad Musulmana, no suficientemente pro-norteamericano según el gusto de Washington; la intervención armada de tropas francesas en Mali para contener a los fundamentalistas islámicos aliados de Al Qaida (¡a la vez que París apoya a esta organización en Siria y François Hollande se ofrece impúdicamente a colaborar con Estados Unidos en el bombardeo de ese sufrido país!) y, finalmente, la muerte de Nelson Mandela, comunista de toda su vida que liquidó el “apartheid” sudafricano utilizando, según las circunstancias y el momento histórico, tácticas violentas y pacíficas, siendo por eso incorporado a una lista de “terroristas” por Estados Unidos hasta Julio del 2008. Después de su muerte Mandela tuvo que resistir una tremenda operación mediática que se quiso apropiar de su memoria y presentarlo como un ingenuo y conciliador pacifista, un “adorador de la legalidad” de un estado racista y ocultando groseramente los datos históricos que jalonan su impresionante biografía de lucha por todos los medios que fueran idóneos para el éxito de su empresa liberadora.
Para concluir, hoy, ya en vísperas del 2014, debemos celebrar con inmensa alegría el 55º aniversario del triunfo de la Revolución Cubana -un acontecimiento “histórico-universal”, como seguramente lo hubiera caracterizado el viejo Hegel- que inauguró una nueva era en la lucha de los pueblos de América Latina y el Caribe, África y Asia por su definitiva emancipación. Una Cuba que resiste y resistirá cuanto bloqueos y sabotajes le aplique Estados Unidos, y que demuestra cada día, cada hora, que el imperialismo no es invencible y que puede ser derrotado. Por eso su papel en los procesos de liberación de los pueblos del tercer mundo coloca a la isla caribeña en un sitial semejante al que Francia supo ocupar, luego de la Revolución Francesa, como el faro orientador de quienes luchaban por sacudirse el yugo del absolutismo dinástico. Cuba es la Francia de nuestros días y tiene todo el derecho del mundo para celebrar con alegría un nuevo aniversario de la triunfal jornada del 1º de Enero de 1959. ¡Salud Cuba, y hasta la victoria siempre!

  • Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

Silvio Rodríguez dedica al Che sus palabras

Silvio Rodríguez dedica al Che sus palabras al recibir doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba
10 noviembre 2011

Silvio Rodríguez agradeció la distinción y dijo no merecerla. A su lado, la rectora Carolina Scotto. Foto: Sergio Cejas/La Voz

Silvio Rodríguez agradeció la distinción y dijo no merecerla. A su lado, la rectora Carolina Scotto. Foto: Sergio Cejas/La Voz

Silvio Rodríguez recibió ayer el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, Argentina. Reproducimos sus palabras en este acto, tomadas de su blog Segunda Cita

Estimada Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba.Profesores, alumnos, amigos:

En las diferentes luchas de emancipación de Cuba, siempre participaron hombres de diversos países: latinoamericanos, españoles, polacos, chinos, norteamericanos; por sus méritos, llegó a ser General en Jefe el dominicano Máximo Gómez Báez.

Posteriormente, como en gratitud, generaciones de cubanos han participado en gestas de distinto tipo en países del mundo. Sólo en los años 30 del pasado siglo, en la guerra civil española, lucharon más de un millar de cubanos voluntarios en las brigadas internacionales.

Pero después del triunfo de la Revolución, en la década del 60, la idea de ser internacionalista empezó a ser en Cuba algo así como lo máximo, y por estar dispuesto a serlo llegó a medirse la calidad de hombres y mujeres. Incluso se hizo habitual que pusiéramos por escrito nuestra disposición de ir a cualquier punto del planeta en que la solidaridad nos reclamara.

Aún así, inicialmente yo no entendía muy bien el internacionalismo. Hasta los 20 años pensaba que era un gesto generoso, pero no estaba totalmente convencido de aquello de marcharse a ayudar a otro país, cuando en nuestra propia tierra faltaba tanto por hacer.

Sólo unos pocos años antes, en nuestra más reciente etapa de liberación, luego de una dura travesía desde México hasta Cuba, un argentino había formado parte del núcleo que fundara el Ejercito Rebelde. Ya en la Sierra Maestra había comandado la segunda columna guerrillera y había realizado la invasión desde el oriente hasta el occidente de Cuba, a la par del legendario Camilo Cienfuegos. Después había estado al frente de la toma de la importante ciudad de Santa Clara, acción que infringió una derrota significativa al ejército de la tiranía. Este argentino formó parte del Gobierno Revolucionario, fue presidente del Banco Nacional y Ministro de Industrias. Además fundó una familia y tuvo varios hijos en Cuba. Pero todos sus cargos, incluso su amada familia, los dejó por ser capaz de sentir en su mejilla la bofetada dada a otra persona en otro lugar del mundo, según sus propias palabras.

Comprender la dimensión del sacrificio de este hombre, su idea del internacionalismo como acto supremo de solidaridad, como expresión máxima de la condición humana, movió mis convicciones.

En junio de 1967, cuando fui desmovilizado de mi servicio militar, aquel hombre al que sus compañeros cubanos habían apodado cariñosamente Che, ya se encontraba en Bolivia en otra experiencia internacionalista. Apenas le quedaban 4 meses de vida.

Su muerte, en octubre, fue una conmoción en mi país, muy especialmente para los jóvenes de mi generación. Este hecho, que también tuvo repercusiones universales, terminó de fraguar un arquetipo humano que nos serviría como brújula durante años. Tanto fue así que desde entonces empezaron a salirme composiciones donde trataba de explicar los significados de su altruismo.

La primera de las canciones que compuse motivado por el Che fue La era está pariendo un corazón. Este tema, que al inicio suscitó controversias por el uso de la palabra parir, acabó convirtiéndose en un suceso nacional, interpretado por la extraordinaria Omara Portuondo. Curiosamente también fue la primer canción de la llamada nueva trova que trascendió las fronteras de Cuba, cuando Pino Solanas la incluyó en su importante documental “La Hora de los Hornos”.

Fusil contra Fusil, la segunda canción que escribí por Ernesto Guevara, la compuse sólo unos minutos después que la primera. Y es que en La Era me faltaba el nombre y el apellido de quien me había mostrado aquella forma de entender la solidaridad. Pero siempre fui enemigo de lo demasiado explícito. Por preferencias personales pensaba que las palabras de las canciones tenían que parecerse a los tropos poéticos. Por eso en Fusil contra fusil, más que a la persona, mencioné la conclusión extrema a la que había llegado un hombre: que a los fusiles de los opresores podían responder los fusiles de los oprimidos.

América, te hablo de Ernesto se me apareció en 1972, muy cerca de aquí, en el primer país Latinoamericano que visité. Era el Chile de otro hombre admirable: Salvador Allende, quien había llegado a la presidencia por la vía de las urnas. Su gobierno era una coalición de izquierdas donde sólo el MIR y otros pocos creían en la teoría del foco guerrillero. Un día hubo un gran mitin en el Estadio Nacional, donde figuraban los rostros de muchos próceres de América. Viendo que faltaba el Che, construí mentalmente la canción y cuando llegué al hotel sólo tuve que transcribirla.

Un hombre se levanta, también llamada Antesala de un Tupamaro, la hice para una serie de televisión que contaba las peripecias de la guerrilla urbana del Uruguay. Tuve la suerte de que fuera interpretada por Sara González, que empezaba por entonces y la convirtió en un éxito.

La oveja negra la compuse también en los 70, en un período en que, por identidad continental, traté de usar ritmos de la música andina y del cono sur.

Hombre fue para conmemorar el XX aniversario de la caída del guerrillero. Era 1987 y cuando digo “Hombre y amigo, aún queda para estar contigo, Hombre sin templo, desciende a mi ciudad tu ejemplo”, estoy cantando frustraciones de una sociedad que un Hombre con mayúscula ayudó a fundar con un alto nivel de exigencia.

Desde entonces hasta hoy han cambiado algunas cosas. Con la caída del campo socialista el mundo, que desde el punto de vista de las superpotencias era bipolar, aparentemente empezó a ser dominado por un solo punto de vista. Hablo de apariencias porque nosotros seguimos siendo un Tercer Mundo testimoniante e indignado. Y es que mientras existan las espantosas diferencias que nos separan y las intolerables injusticias que cometen los más poderosos, la idea de redención de hombres como este argentino-cubano-rosarino-cordobés-congolés-boliviano Guevara inspirará principios, obras y canciones.

No hace mucho hice una Tonada del albedrio y la incluí en el último disco que he grabado. En ella retomo la todavía vigente idea del Che de que el socialismo no requiere intelectuales asalariados al pensamiento oficial. Y desmiento a los que quieren estigmatizar al revolucionario como hombre violento. Y es que la violencia a ultranza no hubiera congregado tanto mundo dispar, como hace el Che; esto sólo es posible bajo la divisa del amor.

Algunas de las ideas de este hombre fueron concebidas en un mundo que ha sufrido cambios. Pero su búsqueda de una dignidad humana plena sigue siendo un motor contemporáneo. Porque Ernesto Guevara no tuvo intereses mezquinos: fue un inconforme radical, un iconoclasta que puso su pellejo por delante para dar un sentido superior, más que a su propia vida, a la vida de todos. Por eso ha sido lucidez inspiradora de actos, poemas y canciones en muchos tiempos y lugares. Por eso aún los jóvenes del mundo lo llevan como emblema. Por eso los cubanos todavía andamos con su espíritu en actividades solidarias de la salud, la educación, la cultura, el deporte y la amistad entre los pueblos.

Y en la tarde de hoy pudiera decir que el Che, insólitamente, también está en la profunda gratitud que me motiva este acto, en esta casa Universal de Córdoba, tierra donde este Hombre sin muerte también dejó su huella.

Muchas gracias.

La arquitectura del Centro Histórico

LA ARQUITECTURA DEL CENTRO HISTÓRICO
Arq. Jorge Regazzoli
“LA IDENTIDAD DE LA CIUDAD Y SU DESARROLLO CULTURAL, DEPENDE EN GRAN PARTE DE SUS EDIFICIOS ANTIGUOS, PUES ELLOS REPRESENTAN LA MATERIALIDAD DE LA MEMORIA” (ELIZABETHRDENAS)

Desde la conquista, América Latina, en cada proceso de transformación, ha absorbido ideas y expresiones culturales provenientes de la Europa conquistadora que han terminado influenciado nuestras propias expresiones culturales dando origen a una mezcla que combina las ideas importadas (o impuestas) con el amplio legado precolombino, no solo en las costumbres y tradiciones sino también en la creación artística. En El Salvador, como en todos los países latinoamericanos, las grandes transformaciones económicas y sociales han impactado de manera significativa la arquitectura y la configuración morfológica de las ciudades dando origen a importantes obras que reflejan gran parte de nuestra historia, sobre todo de nuestra formación como nación. Prueba de ello es el legado de la arquitectura de la época colonial, republicana y moderna.

En el lugar que dio origen a nuestra ciudad capital se pueden encontrar rasgos de la época colonial de la cual conserva el centro histórico la cuadricula como la manifestación más evidente de la morfología de esta época. Esta unidad de estilo colonial se fue desvaneciendo en El Salvador, como en cada país latinoamericano independizado, dando origen a modelos afrancesados, ingleses e italianos (Àdria, 1998) que conformaron la arquitectura de la época republicana. El eclecticismo y el estilo neoclásico, asociado tradicionalmente al liberalismo económico, político y filosófico, coincide en la región con el movimiento de independencia (Yánez, 1993) dando origen a edificaciones de gran valor arquitectónico y cultural que se pueden considerar expresiones de esta etapa motivada por una gran fuerza renovadora, característica de las naciones independientes que buscaban una nueva identidad.

Posteriormente, en las primeras décadas del siglo pasado, sobre todo en las décadas de los años cuarenta y cincuenta, una nueva arquitectura empezó a florecer en el país. Las nuevas técnicas constructivas, el auge del café, la corriente modernista proveniente de Europa y la influencia de la arquitectura que se estaba haciendo en México donde muchos de los arquitectos nacionales de la época se habían graduado, propiciaron en gran medida el surgimiento de esta nueva arquitectura que dio origen a ejemplos muy notables que se han convertido en referentes históricos de la arquitectura salvadoreña. Es en este periodo en el que quizá, desde mi punto de vista, se encuentra la mejor producción de la arquitectura salvadoreña como tal ya que a diferencia de la arquitectura republicana cuyos edificios eran copias pretenciosas de la arquitectura europea, en el modernismo salvadoreño, a pesar de la influencia determinante de las ideas europeas, se pueden encontrar rasgos muy particulares que obedecen a condicionantes locales y que por tanto le dan un carácter más salvadoreño a dichas obras.

Destacados arquitectos como José M. Duran y Ernesto de Sola, quienes diseñaron el edificio C.F. Veiga (1948) y el Edificio Central (1954) respectivamentede, son algunas de las figuras notables que lideraron el surgimiento de esta arquitectura que tenia como una de sus características principales una forma corpórea bastante densa y una relación desigual entre macizos y vanos o como dijo en un tono coloquial un estudiante de arquitectura de la Universidad de Delft, Holanda, en un intercambio con alumnos de la UCA; “una arquitectura parecida a la europea, solo que más pequeña y gordita”. No obstante, detrás de esta abstracción bastante elemental existe una explicación que esta estrechamente relacionada con las características sísmicas de nuestro territorio que condicionaron en gran medida la arquitectura de nuestro pais produciendo al final una arquitectura bastante densa que respondía a estas condicionantes y que poco a poco se fue convirtiendo en una característica instalada de nuestra arquitectura.

Uno de los ejemplos más notables de este periodo es el edificio Regalado que combina algunos elementos Art-Decó con una volumetria bastante bien equilibrada y coherente. Se puede notar en este edificio una horizontalidad bien marcada en el primer nivel que alberga el vestíbulo y una verticalidad ininterrumpida en el segmento de curva del extremo sur del edificio donde se encuentran las circulaciones verticales. Es a partir de la intersección de esta horizontalidad y verticalidad bien definidas que pareciera que empieza a generarse el edificio en una pugna entre la horizontalidad que definen la combinación de la loza y el barandal de cada terraza con la verticalidad de los macizos salientes y los vanos arremetidos que se combinan en una sucesión intercalada. En Los últimos dos niveles gradualmente termina prevaleciendo la horizontalidad, no tan domínate en los pisos intermedios, como equilibrio a un edificio que en su conjunto es un elemento vertical.

Uno de los aspectos más interesantes de esta arquitectura era la forma en la que resolvían las esquinas y como a partir de ellas se configuraba todo el edificio. Diseños como el del edificio Julia L. de Duke o el Cine Libertad son ejemplos donde se puede identificar la jerarquización de la esquina como el punto más importante del edificio en el cual se ubicaba el acceso principal como uno de los recursos de esta jerarquización. Otra característica importante, sobre todo en la primera etapa de este periodo, era la utilización de la curva como el elemento directriz a partir del cual se generaba toda la esquina. Otro de los ejemplos relevantes, dentro de estos edificios esquineros, es el ex Cine Apolo (1948), de estilo Art-Decó. En este caso también la esquina esta jerarquizada y caracterizada como el punto generador del edificio cuyas curvas proyectan líneas de tensión que se prolongan hasta ser interrumpidas en los extremos por elementos verticales sobresalientes que enriquecen la volumetría del edificio dándole equilibrio e integración con la colindancia.

Puede identificarse en este periodo, a partir de la década del sesenta, una segunda etapa más racional que tomaba el vidrio como uno de sus elementos más predominantes. Ejemplos de esta etapa son la Ex Biblioteca Nacional, La Imprenta Nacional y el Cine Darío en donde la esquina presenta variantes respecto a la forma tradicional de resolverla. Aquí la curva esta presente únicamente en el voladizo como recurso de integración con el eje peatonal, el resto de la forma responde a una superposición de volúmenes cúbicos que demuestran esta transición a la etapa más racional de la arquitectura moderna salvadoreña.

A pesar del abandono, la subutilización y la discusión extrañamente postergada de la riqueza arquitectónica de estos edificios es innegable el valor que tienen para la ciudad, no solo desde un punto de vista cultural o académico, sino también como potenciales elementos dinamizadores del centro. Es por esta razón que es indispensable su reutilización ya que reutilizar un edificio existente, aprovecharlo espacial, estructural y hasta simbólicamente, aun cuando esté en mal estado de conservación, en vez de demolerlo, sirve para afianzar la identidad de la ciudad, para aprovechar la memoria y complicidad que los habitantes tienen con ella. Porque la identidad de la ciudad y su desarrollo cultural, depende en gran parte de sus edificios antiguos, pues ellos representan la materialidad de la memoria (Cárdenas, 2007). Muchos de estos edificios representan una buena oportunidad para devolverle el uso habitacional al centro histórico de San Salvador o para instalar el equipamiento y los servicios que este uso necesita. Seria un fatal error no aprovechar el legado de nuestra historia para reivindicarla y potenciar el futuro de nuestra ciudad.

Benedicto XVI, el Concilio de Trento y la Biblia

Benedicto XVI, el Concilio de Trento y la Biblia

El papa Benedicto XVI es congruente con sus creencias. Aunque la congruencia en sí misma no es sinónimo de estar en lo correcto. Él, congruentemente con sus premisas, anhela regresar a un estado de cosas anterior al resquebrajamiento religioso, político y cultural del siglo XVI. Pero eso ya no es posible por infinidad de razones. Joseph Ratzinger no lo acepta, porque no lo entiende. Es un hombre medieval.

A pocos días de cumplirse un año más de que Martín Lutero fijó sus 95 Tesis (acto realizado el 31 de octubre de 1517), Benedicto XVI tuvo el tino ¿sería mera coincidencia? de asegurar que la Iglesia católica es la única que puede interpretar correctamente la Biblia.

En una reunión que sostuvo el 26 de octubre con el Pontificio Instituto Bíblico, el Papa fue tajante al sentenciar que solamente la Iglesia católica tiene la palabra decisiva en la interpretación de la Escritura. ¿De dónde saca tan absolutista conclusión? Pues de un largo entendimiento histórico sostenido por múltiples antecesores suyos, ya que en la tradición católica es a esa iglesia a la que le ha sido confiada la tarea de interpretar auténticamente la palabra de dios, escrita y transmitida, ejerciendo su autoridad en nombre de Jesucristo.
El monopolio de la hermenéutica lo ejerce la Iglesia católica mucho antes de la eclosión del siglo XVI, porque logra exitosamente contener o desaparecer los movimientos que la cuestionan y retan.
Hubo diversas disidencias entre los siglos IV y XV que sostuvieron principios semejantes a las reformas religiosas que logran consolidarse en el siglo XVI. Aquellas quedaron en la historia casi como pequeños actos testimoniales de resistencia y heroicidad; las últimas se anidan y trascienden por distintos factores y pasan a ser un polo del cristianismo opuesto al modelo romano.
A las reformas protestantes/evangélicas del siglo XVI la Iglesia católica responde con el Concilio de Trento (1545-1563). Allí se toman varias decisiones, y una es prohibir la traducción de la Biblia a los idiomas vulgares, permitir su lectura e interpretación a los clérigos nada más en la versión conocida como Vulgata Latina.
La Vulgata Latina es prohijada por San Jerónimo (345-419) en el lapso que va de fines del siglo IV a principios del V. Se trata de una traducción del Antiguo y Nuevo Testamento de sus lenguas originales (hebreo y griego) al latín.
En buena medida, el Concilio de Trento reafirma y hace más estrictas las medidas que ya se habían tomado en contra de los herejes cautivados por la disidencia luterana.
En 1522, en Sevilla, el Santo Oficio decomisa alrededor de 450 biblias impresas en el extranjero. Queda para el récord persecutorio de Roma que ferozmente decomisa, ya fuese por sus propios medios o por el brazo secular (los gobiernos que le son incondicionales), las traducciones de la Biblia realizadas en el siglo XVI a lenguas como el alemán, francés, inglés y español.
La estupenda traducción de Casiodoro de Reina, conocida como Biblia del Oso (1569), es realizada por su autor en el exilio. Debe huir de Sevilla, España, para evadir las garras de la Inquisición, misma que al no poder atraparlo le quema en efigie en el Auto de Fe que tiene lugar el 26 de abril de 1562, en la misma ciudad de la que huye Casiodoro.
En el multimencionado siglo XVI el monje agustino fray Luis de León comete la osadía de ir en contra de lo establecido por el Concilio de Trento: no nada más hace traducciones de porciones bíblicas al castellano, sino que también realiza interpretaciones contrarias a la tradición católica. La Inquisición lo encarcela en 1572 durante cinco años por el delito de afirmar que la sección del Antiguo Testamento, el Cantar de los cantares, debe entenderse como un poema amatorio, erótico, entre un hombre y una mujer.
La ortodoxia católica que hoy encabeza Benedicto XVI sigue, en lo que respecta al Cantar de los cantares, con la idea de que el poema es una alegoría del amor de Cristo por la Iglesia y hace malabares para despojar al texto de sus obvias implicaciones eróticas y de amor carnal.
La verdad es que se requiere mucha imaginación para no dar a las palabras su sentido natural. En el Cantar… se habla de caricias y besos a los muslos y las tetas de la mujer que anhela recibir placer de su amado, pero también de darlo. En la introducción al mencionado poema José Emilio Pacheco escribe certeramente que es una celebración del deseo mutuo y la legitimidad y la dignidad del placer (El cantar de los cantares, una aproximación, Ediciones Era).

Benedicto XVI añora tiempos idos para Roma. Hace siglos que se democratizó la lectura de la Biblia y en sus páginas se han nutrido autores que pudiendo estar de acuerdo, o en desacuerdo, con lo allí narrado denotan la influencia del libro en su propias obras.
Grandes novelistas (William Faulkner, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne, entre muchos otros), como agudamente ha dicho Carlos Monsiváis, están profundamente marcados por la Biblia: son una derivación no religiosa del Lenguaje Revelado. Incluso la obra magna de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, puede leerse como la añoranza del paraíso perdido. Porque sigue una estructura bíblica: tiene su Génesis, su Éxodo y hasta su Apocalipsis. (Texto de Carlos Martínez García, La Jornada, 4/XI/09).

¿Cambio de paradigma en la Teología de la Liberación?

¿Cambio de paradigma en la Teología de la Liberación?
José María VIGIL

Resumen:

Partiendo del reconocimiento de la crisis de la TL, el autor pasa revista a las mediaciones y elementos que la constituyen (mediación socioanalítica, imaginario, tipo de razón utilizada, sujetos, mediación práxica…) para ver lo que puede significar ahí un “cambio de paradigma”. En la segunda parte aborda el problema desde la teología sistemática, conduciendo el concepto de “paradigma” al de “lecturas del cristianismo” (doctrinal-teórica, moral, ontológico-metafísica…). El autor sostiene que los elementos esenciales del “paradigma central” de la TL son: una lectura histórico-escatológica del cristianismo, el reinocentrismo y la opción por la justicia, y afirma que son elmentos válidos y que los cambios deben situarse sólo en “paradigmas menores”.

Abstract:

“Starting from the acknowledgement of the ‘crisis’ of the Theology of Liberation, the author focuses first in the mediations and elements of the Theology of Liberation (socio-analytical, type of reasoning, ‘imaginario’, subjects, ‘praxical’ mediation) and points out what a “change of paradigm’ could mean. On the second part the problem is dealt from the perspective of systematic theology, interpreting the concept of ‘paradigm’ as ‘reading of Christianity’ (doctrinal-theoretical, moralist, ontological-metaphysical readings…). The author asserts that the essential elements of the ‘central paradigm’ of the Theology of Liberation are: a historical-eschatological reading of Christianity, the reign-focus and the option for justice; he says these are valid elements and changes should only focus in ‘smaller paradigms’.”

Publicado en papel en:

REB, “Revista Eclesiástica Brasileira”, 58/230(junho 1998)311-328, Petrópolis, em português (Mudança de paradigma na Teologia de la liberação?);

-“Alternativas”, 8(junio 97)27-46, Managua, Nicaragua, en castellano (¿Cambio de paradigma en la Teología de la liberación?);

-“Christus”, 701(agosto 1997)7-15, México, en castellano, (¿Cambio de paradigma en la Teología de la liberación?);

-“LADOC” XXVIII1-13, Lima, in english (Is there a Change of Paradigm in Liberation Theology?)

Disponible en la red en:

http://www.sedos.org (>>articles in English…)

http://serviciosKoinonia.org/relat/193.htm

En un primer momento aludiré a la descripción externa de la crisis de la TL (1), para entrar luego en su interior y ver cuáles son los cambios concretos en los que “se mueve el suelo” de la TL (2), con especial énfasis en las dimensiones de teología dogmática implicadas (3).

1. La crisis de la Teología de la liberación, por fuera

En primer lugar, está la caída de la producción de la teología de la liberación (TL). Los teólogos escriben poco, se reúnen poco y se reúnen pocos, y cuando lo hacen nada dicen públicamente: se escucha su silencio. El neoliberalismo y la “globalization”, siendo como son enemigos de los pobres y estando como están en pleno auge, no encuentran ahora en los teólogos el eco que encontraron en la década pasada los enemigos de turno de los pobres (las dictaduras militares, el capitalismo de entonces…).

Junto al silencio de los teólogos está el silencio al que se han visto reducidos aquellos innumerables cursos, cursillos, talleres, seminarios de formación, de actualización, de análisis de la realidad, de “renovación teológica“… que se llevaron a cabo por todo el Continente hace unos años y que ahora han desaparecido. También observan algunos una suavización de los contenidos teológicos, que parecieran ser presentados ahora como expurgados de los aspectos que suscitaron mayores críticas.

Otros se fijan, más que en los teólogos, en la base popular de la TL, las comunidades eclesiales de base, de las que dicen que están en recesión, que quizá son un tanto elitistas y que no han logrado embeber todo el tejido social…

Otros señalan que es también el lenguaje de la TL lo que ha pasado de moda: que ya no se puede hablar de imperialismo, ni de revolución, ni de los pobres como sujetos históricos… Que la TL se apoyaba en un imaginario social revolucionario que quedó superado…

Otros, finalmente, señalan que el silencio actual de la TL no sólo es comprensible, sino que es la actitud más coherente, porque no estamos ya en un tiempo apto para denuncias y proclamaciones proféticas, sino para un silencio “sapiencial”, que hable con la vida sencilla y diaria, no con palabras sino con hechos, con el testimonio: “No es tiempo de profecía sino de sabiduría”, dicen.

Si trascendiendo los mencionados síntomas externos nos adentramos en la situación interna actual de la TL, se podría hacer un elenco pormenorizado de los cambios que la nueva hora del mundo nos hace sentir.

2. Los cambios en el nivel de las mediaciones

2.1. En la mediación socioanalítica: la utopía de sociedad.

La TL, en sí misma, no tuvo nunca un modelo propio de sociedad, una receta sociopolítico-ideológica que proponer como única y necesaria a la sociedad; lo que sí tenía y tiene es una utopía cristiana que sirve de orientación a la hora de hacer avanzar la historia. Sin embargo, muchos de los que se sintieron inspirados por la TL o simpatizaron con ella militaron políticamente en estrategias liberadoras de la izquierda que interpretaron en aquel momento como concreción práctica del espíritu de la TL, sin reconocer a veces las no siempre nítidas fronteras(1) entre las mediaciones ideológicas (necesariamente cambiantes según las coyunturas sociopolíticas) y los postulados teológicos (permanentes). Ello llevó a algunos a la conclusión precipitada de que la crisis de algunas ideologías llevaba aparejada consigo la crisis de los postulados teológicos con los que ellos las emparentaban. En todo caso, la crisis del modelo de sociedad de inspiración socialista se verá inevitablemente reflejada en la TL, pero lo será en más bien en las referencias prácticas, no en sus principios(2).

A medida que avancemos en el tiempo y sigamos paso a paso el pulso del mundo actual, iremos creando, imperceptiblemente, las referencias a las nuevas mediaciones de la utopía que se nos presentan en el horizonte, que hoy habrán de caminar según lo que parece por una “mundialización otra”(3) , por la resistencia y la lucha contra el signo mayor de nuestro tiempo, el neoliberalismo…

2.2. En la mediación socioanalítica: la valoración analítica de la sociedad actual.

Se decía desde tiempo atrás que “las ciencias sociales están en crisis”. La “teoría de la dependencia” fue abandonada, pero no se logró sustituirla cabalmente por otro instrumental. Y el vacío que ello produjo continúa ahí de alguna manera. Por otro lado, los instrumentos analíticos neoliberales ganan terreno y hegemonía.

Desprovistos de un instrumental seguro, nos vemos como obligados a mirar la realidad desde los análisis contrarios. Es fácil que empecemos a dudar y que acabemos pensando, con los economistas neoliberales, que quizá la pobreza de los países pobres no se deba ya a la explotación(4). Nuestros tiempos son medio escépticos sobre las posibilidades de acabar con la pobreza(5): desde la simple mecánica económica, la pobreza quizá ya no sea evitable se piensa, y si no es evitable tampoco será ya moralmente perversa, ni cabrá ante ella la denuncia profética, sino un asistencialismo resignadamente silencioso… Y todo ello puede aparecer ante nosotros como una “evidencia” de los análisis sociales, como algo simplemente “científico”, pretendidamente anterior a toda “ideología”…

Pero la cuestión del instrumental de análisis social no es algo estrictamente científico, ni realmente sólo preteológico. Hoy ya resulta ridículo por innecesario insistir en que no existen “ciencias neutras”. Toda elección de un instrumental de análisis depende de una opción ética y política fundamental previa, y en ese sentido conlleva una opción teológica o teologal.

Desde la opción por los pobres (que nos guía también a la hora de elegir el instrumental científico de análisis socioeconómico de la realidad), no podemos aceptar que la situación de terrible desigualdad del mundo de hoy ya no sea éticamente perversa, por muchas que sean las mutaciones que la tecnología haya introducido en el proceso mundial de producción, o por deslumbrante que resulte el crecimiento económico de los “dragones del Sudeste asiático”, o por compleja que pueda parecernos la realidad actual. Reconocemos que hay cambios sustanciales en algunos aspectos, pero nuestra percepción es que la estructura de fondo de la problemática ética del mundo permanece (cualitativamente es la misma), e incluso se ha agravado (cuantitativamente) en sus índices más preocupantes.

Tenemos razones “mayores” por una evidencia mayor que se nos imponen por encima de las supuestas “certezas científicas”. No podemos aceptar la idolatría del “criterio científico” económico neoliberal, como no aceptamos en su momento la idolatría de las “certezas científicas” del marxismo. Frente a “razones científicas” de este tipo, nosotros tenemos “razones utópicas” más poderosas (Dios, la justicia, la compasión, el destino universal de los bienes de la tierra, la centralidad de la persona, el carácter no absoluto de la propiedad privada…)(6).

Nos negamos a una “teología de la inevitabilidad”, a una “cultura de la desesperanza”, a aceptar que no hay salida(7) y que hemos llegado al “final de la historia”(8).

Nosotros no estamos contra el desarrollo, pero queremos “otro” desarrollo, otro modelo, supeditado a los valores humanos y éticos, no un modelo de desarrollo diseñado a partir de la rentabilidad del capital como valor supremo (como “dios”). Preferimos, por ejemplo, un modelo de desarrollo que dé más trabajo aunque ofrezca menos rentabilidad al capital. Y sabemos que lo que se nos dice que es imposible, no lo es en sí mismo, sino solamente bajo las actuales exigencias de ambiente de “confianza” que el capital exige para invertir.

Cuando acabamos pensando que ese nivel de rentabilidad del capital es “natural”, o que la gran desigualdad de nuestro mundo actual ya no es impugnable éticamente… podemos sospechar que hemos introyectado el análisis de la realidad “científico” neoliberal elaborado desde los intereses del capital, que “no se aflige por del desastre de mi pueblo” (Am 6,6), insensible a la suerte de las mayorías. La adopción de ese análisis, de esa mediación, no es una opción sólo científica o socioanalítica, sino ética, y por extensión, moral y teologal(9).

Es cierto que algunos procesos de transformación de la economía, sobre todo por efecto de la tecnología, pueden dar como resultado una aparente independización de los procesos productivos respecto a la explotación de las materias primas y de la mano de obra, principal antigua oferta de los países del tercer mundo en la economía mundial. Pero esta transformación nunca podrá olvidar las raíces históricas que la han posibilitado, multiseculares, que no se eliminan por la simple adquisición de una tecnología que supuestamente emancipe el proceso productivo de las obligaciones sociolaborales.

Una distribución de la riqueza tan desigual (y tan crecientemente desigual) como la que existe actualmente en el mundo es injusta siempre, incluso en ese hipotético caso de que no existieran mecanismos “causales” entre las partes. Como en el caso de la parábola de Lázaro; o según insinúa Mt 25, 31ss; o como declaran los Santos Padres: junto a un pobre no puede haber un rico justo.

2.3. En el nivel de la lógica utilizada: la razón simbólica.

Hace tiempo se está insistiendo en la necesidad de pasar del predominio de la mediación racional (moderna, crítica, hija de la Ilustración primera y segunda) que ha utilizado la TL, a un uso predominante de la lógica simbólica(10). Quizá por su propia idiosincrasia, y por el contexto histórico con el que ha tenido que estar en diálogo constante, la TL ha dado una especial relevancia a los aspectos socio-económico-políticos, apoyada en su pasión por la justicia(11), lo cual ha reforzado el uso de este tipo de lógica. Y quizá por todo ello sin que esto hubiera podido ser históricamente evitable del todo y hasta por falta de tiempo, no se pudo establecer un diálogo fecundo con la cultura popular, que tiene otra racionalidad.

La moderna sensibilidad hacia los temas de la cultura, que está irrumpiendo con fuerza en la Iglesia y en la teología, nos hace descubrir que es necesario ampliar esta mediación y dar cabida a la razón simbólica en la teología, en este nivel epistemológico, y mucho más en la pastoral y en la pedagogía.

Aunque esta intuición, germinal pero creciente, es formulada a veces como si fuese una ruptura, confundiendo los niveles de la teología con los de la pastoral y la pedagogía, no se trata realmente de una alternativa disyuntiva, sino de una alternativa de adición, de suma, de ampliación, de profundización en definitiva. Lo negativo no ha sido la mediación lógica utilizada hasta ahora en la TL, sino lo unilateral de esa utilización. Por lo demás, sería no sólo absurdo, sino imposible, hacer tabla rasa de lo construido y de la misma “razón occidental” para comenzar de cero de una supuesta “razón simbólica” tomada de otro universo cultural. En todo caso, esta intuición prometedora no deja de ser un riesgo, en la medida en que consciente o inconscientemente pueda fungir como reorientación de la TL hacia temas más culturalistas y menos liberadores.

2.4. En el nivel del imaginario nuevo.

El mundo del “imaginario” no es privativo de la teología sino de toda la existencia humana. Cada cultura, cada sociedad, cada época, cada hora histórica… tienen su propio imaginario. Y los imaginarios pasan y se suceden unos a otros, como pasan las épocas, las sociedades, las horas históricas. Es evidente que la TL, precisamente por ser una teología que se hace desde la vida, desde la sociedad y desde la historia, y encarnada en el aquí y el ahora (en la hora histórica), es muy pródiga en referencias continuas a la realidad y al imaginario social; estas referencias ponen “fecha” a sus textos, que no están escritos al margen de la historia y “para la eternidad”. Son las teologías abstractas tanto las clásicas como las actuales las que se hacen sin referencia ninguna, al margen de los signos de los tiempos y de los lugares, en el fanal de un laboratorio especulativo ajeno a la vida y a la historia, instalado más allá de la realidad.

Cuando el imaginario evoluciona, crece, cambia, se connota con otros sentimientos, se quiebra… los textos de la TL van a acusar ese desfase de fecha. Sus referencias, desactualizadas para la nueva hora, quedarán como “actas” fehacientes del compromiso que esta teología tuvo con su realidad y con su hora. Cuando el tiempo pasa, sólo las miradas superficiales confundirán el contenido teológico permanente de un texto con sus referencias a la realidad del momento en que fue escrito. Sólo se libran de este problema las teologías que no hacen referencia a la realidad(12).

Si el imaginario actual ha cambiado ya(13) profundamente a raíz de los sucesos de los pasados años, es lógico que ese desfase se haga notar en los textos de la década pasada. Es el precio que la TL ha de pagar gustosamente por el privilegio de ser una teología encarnada y para la vida. Evidentemente, las nuevas creaciones de TL, fieles al permanente carisma de encarnación de esta teología, deberán enmarcar sus referencias en el nuevo imaginario que va surgiendo, y deberán colaborar a crearlo, pero no deberán dejar de ser una teología viva llena de referencias teóricas y prácticas a la realidad.

2.5. En el nivel de la ampliación de sujetos, perspectivas y campos nuevos.

Desde hace años, aun antes de los cambios históricos a los que nos hemos referido, se viene hablando de los “sujetos emergentes”: el indígena, el negro y la mujer, principalmente.

En los primeros años de la TL y conviene no olvidar que se trata de una teología todavía muy joven(14) todos esos sujetos quedaron visualizados bajo la perspectiva entonces dominante de la pobreza socioeconómica. Con acierto se subrayaba que la mujer era “doblemente oprimida”(15), en cuanto mujer y en cuanto pobre, y que los indígenas y afroamericanos eran “los más pobres entre los pobres”(16). Y eso era cierto, pero no era toda la verdad. Porque no se trata sólo de que el indígena, el negro y la mujer están oprimidos y hasta múltiplemente “oprimidos”, sino que además son “otros”, son sujetos “diferentes”, y “como tales” tienen algo propio que aportar(17).

Aquí convergen dos ampliaciones de perspectiva. En primer lugar se trata de ampliar la perspectiva de la opresión, que no sólo es socioeconómica, sino también étnica, cultural, sexual… Y en segundo lugar se trata de enriquecer la elaboración teológica incorporando otras perspectivas: la antropológica, cultural, de género… (lo cual no podrá hacerse plenamente sino con la participación de estos sujetos). Nuevos campos se hacen presentes pues, y con fuerza, en la TL: las culturas, la inculturación, la mujer, el feminismo, la teología del cuerpo, la teología india, el diálogo con las religiones precolombinas y africanas, la ecología… Esta ampliación de perspectivas redimensionará inevitablemente a la TL en sus diferentes ramas en un futuro inmediato.

Ahora bien, aquí también hemos de decir lo que dijimos antes respecto al tema de la “razón simbólica”: no se trata realmente de una “alternativa disyuntiva”, sino de una “alternativa de adición”, de suma, de profundización: no sólo lo de antes, sino también esto nuevo. Se trata de una ampliación en la consideración de los sujetos y de una profundización en el concepto mismo opresión-liberación, que no será considerado ya sólo o predominantemente desde el punto de vista económico y que producirá nuevas explicitaciones. No se debe pues confundir esta ampliación y profundización, con una “disolución” de la TL en una teología simplemente feminista o india o negra o ecológica (aunque fueran liberadoras). Las nuevas explicitaciones no pueden excusarnos de prestar toda la atención necesaria a la perspectiva clásica (la de la pobreza económica), que, lamentablemente, no sólo no ha perdido actualidad, sino que se ha agravado cuantitativa y cualitativamente.

2.6. En el nivel de la mediación práxica: la estrategia de liberación.

Decían los viejos militantes de la década pasada (por tanto en el nivel práxico y fuera de la TL en sí misma) que la estrategia de liberación era la “emancipación individual de un país tras otro respecto al sistema capitalista por la toma del poder”. Era la “teoría del dominó”: “Si Nicaragua venció, El Salvador vencerá, Guatemala le seguirá…” Hace unos años, el dominó funcionó, pero en sentido contrario(!). En el mundo actual, tan diferente, aquella estrategia global es inviable.

Es evidente que una nueva estrategia de liberación no podría perseguir ahora la emancipación de un país, ni la toma del poder por las armas, sino la creación de un nuevo poder por parte de la sociedad civil(18), desde dentro. Para ir a la misma meta de liberación se debe ir por caminos y estrategias diversos a los de hace sólo unos años. Algunas acciones que antes resultaban revolucionarias hoy serían reformistas, y viceversa. Objetivos que eran prioritarios en décadas pasadas, pasan ahora a segundo plano, o incluso desaparecen. El “paradigma” (si por él entendemos en este momento “estrategia histórica de liberación”) ha cambiado(19), ciertamente. Pero si una estrategia de liberación desapareció habrá que encontrar otra, y si no es posible encontrarla, habrá que inventarla. Porque lo que ha quebrado es un modelo de estrategia de liberación, no la Liberación misma.

Sólo los ingenuos “arrojan el bebé recién bañado junto con el agua sucia”. Y sólo por ingenuidad se puede confundir el quiebre de una estrategia con el quiebre de la utopía de la Liberación, ¡del Reino!, para el que aquella estrategia era una simple mediación. Hay quienes al no ver la salida, acaban por no ver (o por no querer ver) tampoco la necesidad de salir. Hay quienes al no ver clara qué estrategia de liberación sería hoy posible, no ven tampoco ya la necesidad de una praxis de transformación histórica, a pesar de que le asistan hoy más motivos que antaño.

3. ¿Cambios en el nivel de teología sistemática?

Desde hace unos pocos años se viene hablando, también en TL, de “cambio de paradigma”. Al decir “cambio de paradigma” se está tomando una imagen del mundo de la ciencia(20). Se dice que en la ciencia hay dos tipos de tiempos; unos son tiempos de estabilidad, de crecimiento homogéneo: se investiga, se descubre, se elabora aspectos y temas nuevos, y el resultado simplemente se añade al acervo de ciencia acumulado anteriormente, sin cuestionar la concepción general, el marco global en el que todo ello se inscribe. Pero hay otros tiempos en los que los científicos perciben un malestar de fondo, una sensación de que no se puede avanzar por simple desarrollo lineal, sino que es el ordenamiento del conjunto el que necesita ser replanteado globalmente: son tiempos de cambio de “paradigma”.

Fuera del terreno concreto de la epistemología, el uso que se hace del concepto de “paradigma” es poco preciso, y bastante flexible, metafórico o analógico. Así, se habla de “cambio de paradigma” casi para todo(21), tanto para referirse al cambio de modelo de sociedad, como al cambio de imaginario, de lógica utilizada, de estrategia de liberación…

Ahora queremos preguntarnos si desde el nivel propiamente de la teología sistemática se puede hablar de que la crisis de la TL obedece a un cambio de “paradigma teológico”. Para ello necesitamos preguntarnos previamente a qué podemos llamar paradigma en este campo de la teología sistemática.

Los paradigmas están más allá de la diversidad de corrientes espirituales, más al fondo de las peculiaridades de cada escuela teológica, por encima de los cambios meramente coyunturales, a los que una corriente o escuela teológica pueden acomodarse. Escuelas diferentes pueden moverse dentro de un mismo paradigma. Un paradigma teológico, en el sentido fuerte de la palabra, se ubica, para nosotros, en el nivel de las grandes interpretaciones del cristianismo, y vendría a ser como lo que se ha llamado “lecturas del cristianismo”. No negamos que pueda hablarse de paradigma en otros niveles más superficiales, pero nosotros concretamente queremos referirnos a ese nivel más profundo de la teología sistemática(22).

Las “lecturas del cristianismo” como paradigmas teológicos

Vamos a limitarnos a evocar las más conocidas.

-Hay una lectura o interpretación doctrinal-teórica del cristianismo. En ella Dios es percibido como la Verdad que ha venido a revelársenos, y nuestra respuesta de fe hacia El implica sobre todo la aceptación intelectual de las verdades por El reveladas y depositadas en la Iglesia: se trata ahí de vivir “en la fe de la Iglesia”, de la que nos separamos por la herejía o la heterodoxia. Esta lectura es la que en la práctica ha prevalecido en la Iglesia no sólo en los tiempos de la Inquisición, sino en muchos otros en los que el ser o no ser cristiano se ha puesto más o menos conscientemente en la aceptación de unas verdades intelectuales tenidas como el “deposito” de la fe (ortodoxia).

-Hay una lectura moralista, que concibe la historia de la salvación como una prueba moral que Dios nos ha puesto a los humanos, que se juega entre el pecado y la gracia, y que nos lleva a un final de premio o castigo en función de los méritos o deméritos acumulados. La vida cristiana es ante todo una prueba moral, de la que no se desprende una “misión” real en la historia, una tarea o quehacer esencial. Este mundo es simplemente una “ocasión para merecer”, concluida la cual, será destinado al fuego, y nosotros pasaremos a la vida eterna, la única verdaderamente decisiva, que apenas tendrá continuidad con lo que aquí hayamos vivido en nuestra propia identidad personal (heterosalvación).

-Hay una lectura ontológico-metafísica que pone la salvación en un plano superior separado (meta-físico), mediado sacramentalmente. La salvación es sobre-natural y se juega en la “vida de la gracia”; participamos de ella mediante el culto y la “vida espiritual” (sacramentos, oración), que se tornan así lo central de la vivencia cristiana. La realidad verdadera es la sobre-natural, y la salvación nos viene de la participación en ese “otro mundo verdadero” del cual el nuestro es sombra y trasunto. En este “otro mundo” fuera de la historia es donde la misión cristiana encuentra su polo de referencia en esta lectura del cristianismo.

-Hay una lectura histórica: la realidad es concebida como historia de salvación y, simultáneamente, como salvación de la historia, una historia, que va linealmente aunque con altibajos y retrocesos de un principio hacia una meta. “Dios tiene un sueño”, y lo ha propuesto a los humanos como Utopía, encomendándosela como su tarea en la Historia. La misión cristiana no nos separa de la historia; al contrario, nos remite a ella. La escatología y la encarnación ya no son direcciones opuestas, sino convergentes: al mundo futuro llegamos futurizando este mundo presente. No es más escatológico quien más huye de este mundo, sino quien más lo hace avanzar hacia adelante (hacia el “ésjaton”). La tierra de esta historia es el único camino que tenemos para llegar al cielo del futuro. En la Historia se hace la Salvación.

Estas lecturas, no lo son solamente del cristianismo, sino, más ampliamente, de las religiones en general; más aún, dentro de cada religión también del cristianismo, cabe realizar, como decimos, las diferentes lecturas. No hace falta que señalemos aquí que, si bien ninguna lectura es enteramente falsa, tampoco se puede decir que son todas arbitrariamente intercambiables; hoy es claro que, de todas las lecturas, la lectura histórico escatológica es la que menos es “lectura” (interpretación), la que más se acerca a lo que Jesús vivió.

En cada una de estas lecturas se experimenta a Dios de un modo diferente y se concibe la realidad de la salvación y la misión encomendada al ser humano de una forma también diversa. Dentro de cada lectura cabe un desarrollo lineal, homogéneo, adicional. El paso de una lectura a otra, sin embargo, implica una ruptura, un replanteamiento global, un “cambio de paradigma”: las diferentes lecturas del cristianismo son verdaderos “paradigmas” en el sentido más fuerte de la palabra.

Al preguntarnos sobre la crisis de la TL debemos referirnos al paradigma subyacente a la misma. ¿Cuál es su lectura, su paradigma?

Evidentemente, la TL corresponde a una “lectura histórica” del cristianismo. Y la mayor oposición la ha recibido y recibe de aquellas otras lecturas que son más profundamente a-históricas. La crisis o el conflicto de paradigmas no se da realmente sólo ahora; la conflictividad que la TL suscitó ya desde el principio obedecía al choque de su paradigma con los paradigmas de otras teologías. No se trata de una diferencia de matices o de escuela, sino a una diversidad global, de paradigma(23). Y es bien posible que algunos de los que dicen que hay que dar un paso adelante cambiando de paradigma no estén haciendo otra cosa que retroceder a otro ya viejo.

Hacia el paradigma central de la TL

Dejando este punto ahí, podemos adentrarnos un poco más en el paradigma mismo de la TL, para ver si efectivamente se vislumbra para él la necesidad del mentado cambio de paradigma.

En los años 50 de nuestro siglo hubo una famosa polémica suscitada en las páginas de la revista “Dieu Vivant”. Eran los años críticos de la posguerra mundial, y lo que se debatía era cuál debía ser la actitud de los cristianos en el mundo moderno. La polémica dividió a los participantes en dos bandos: los escatologistas y los encarnacionistas. Los primeros entre los que se encontraban Daniélou y Urs von Balthasar eran partidarios de una Iglesia que para dar testimonio de la trascendencia se concentrara en lo espiritual y en el abandono de “las cosas de este mundo”. Los segundos entre los que se encontraban Chenu, Teilhard de Chardin y el movimiento de los sacerdotes obreros insistían en la necesidad de una Iglesia encarnada en la realidad que diera testimonio de compromiso histórico. Los dos polos, percibidos como opuestos en medio de la polémica, eran la escatología y la encarnación.

Los escatologistas acentuaban la primacía exclusiva de lo espiritual, el abandono de todo compromiso histórico que pueda restar atención a lo espiritual y lo trascendente. En su opinión, la acción humana es nada más una “ocasión” para “merecer” el premio de la vida eterna, pero no tiene valor salvífico en sí misma, ya que la vida eterna es estrictamente un don de Dios, y nuestro mundo y nuestras acciones serán destinadas al fuego cuando llegue la parusía; la salvación será un puro don de Dios en ruptura total (heterosalvación) con lo que hayamos vivido en este mundo.

Los encarnacionistas, por el contrario, ponían el acento en el compromiso histórico, en la encarnación, en el estar presentes en nuestro mundo. En su opinión, la acción humana tiene un valor salvífico en sí misma, por lo que nuestras acciones históricas son ya salvación (homosalvación).

La polémica no era enteramente nueva. Los términos habían sido planteados teológicamente otras veces ya en la historia; ahora, simplemente, nuestro siglo hacía suya también esta problemática que suele calificarse como de “relaciones entre escatología e historia”. Una solución más definitiva a la polémica no llegaría hasta el Concilio Vaticano II. Este dirimió el dilema con la solución que quizá haya sido la más genial que a la cuestión se le había dado a lo largo de la historia: la solución de la síntesis.

Si escatología e historia siempre habían sido captadas como dimensiones opuestas, el Concilio las encontró no sólo compatibles sino subsumidas una en la otra. La polémica se planteaba hasta entonces como un dilema: apuntar a la transcendencia que se aparta del mundo u optar por la inmanencia que olvida la transcendencia transhistórica (escatología o encarnación). El concilio descubrió la síntesis. Ello fue posible gracias a las transformaciones que se habían operado en los últimos tiempos en los planteamientos escatológicos(24). Si antes, para ser “signo escatológico”, había que alejarse del mundo y desinteresarse de la historia, ahora, con la reformulación de la escatología, se redescubría que la encarnación en la historia es el mejor camino para acceder a la escatología: “cuanto más escatológicos, más históricos”; no es más signo escatológico quien más se desentiende del mundo, sino quien con más fervor trata de llevarlo hacia su “ésjaton”, el Reino. El mayor compromiso histórico venía a ser el mayor signo escatológico. Los nuevos planteamientos de las relaciones entre escatología e historia que refleja el Concilio abrían la puerta a la posibilidad de una recuperación decidida de la “lectura histórica” del cristianismo.

¿Cómo nació en este contexto la TL? ¿Con qué paradigma?

En el fondo, estaba operando el redescubrimiento del carácter histórico escatológico del mensaje de Jesús operado a principios de este siglo(25) y que había permanecido como recluido en los recintos universitarios principalmente europeos. La “vuelta al Jesús histórico” puso en primer plano este replanteamiento de relacionamiento directo entre escatología e historia. En este contexto, el redescubrimiento del Reino como ipsissima verba Iesu y como centro absoluto de la predicación de Jesús (ipsissima intentio Iesu) propició a su vez el redescubrimiento del “reinocentrismo”, como fundamento cristológico de la lectura histórica del cristianismo. La percepción inevitable de la parcialidad teologal incluso hacia los pobres, hizo el resto. Surgió así la TL con un paradigma cuyos elementos esenciales, enumerados en síntesis cuasitelegráfica, serían:

– lectura histórico-escatológica del cristianismo, lo cual incluye la primacía de la praxis de transformación histórica, la integralidad (no dualismo) y unicidad de la historia, de la transcendencia en la inmanencia.

– el “reinocentrismo”: la recuperación teórica y práctica del carácter absoluto que Jesús dio al Reino, dentro del seguimiento de Jesús y del creer con la fe misma de Jesús;

– la opción por la justicia, por los injusticiados, con la consiguiente ubicación en el lugar social de las víctimas de la injusticia.

Este es fundamentalmente el “paradigma mayor” de la TL, su esqueleto teológico-sistemático. Dentro de ese marco puede haber escuelas, corrientes, acentuaciones diversas… pero siempre que entren dentro de este modelo, son esencialmente TL. Puede haber unos acentos más comprometidos y otros más contemplativos; unos pueden realizar la transformación histórica más por la acción sociopolítica y otros por medios más simbólicos; unos pueden adoptar un lenguaje o un imaginario más militante-utópico y otros lo pueden tomar del “realismo desencantado” de nuestros días; pero si cuentan en su haber con los elementos esenciales citados de aquel paradigma, siguen siendo esencialmente TL. Y si se apean de cualquiera de estos elementos, ya no son verdadera TL, aunque así se siguieran llamando.

Si quisiéramos expresar el paradigma en una palabra, escogeríamos ésta: ¡el Reino! Ese sería el paradigma de la TL, porque es, en realidad, ¡el paradigma de Jesús! Mientras tengamos una lectura histórica de la realidad, con el Reino de Dios como utopía omnicentralizante y con la ubicación en el lugar social de los pobres, estaremos dentro de la TL, con ése o con otro nombre.

¿Cambio de paradigma en la TL?

Siempre a nivel de teología sistemática, cabe preguntarnos ahora ya sobre el cambio de paradigma en la TL.

Aun respetando la visión que otros tengan del cristianismo, la TL, en su todavía corta vida, se ha desarrollado como poseída por una convicción tal, que se diría que una fuerza de evidencia interna se le ha impuesto por sí misma desde dentro, “tenaz como si viera al Invisible” (Hb 11, 27). La TL no ha puesto su eje en algo lateral: una devoción, en un sacramento concreto, una dimensión, una faceta o elemento particular. Es una teología de lo esencial y universal cristiano, y aun de lo profundamente humano, diríamos. No ha ido desarrollándose dando pasos hacia afuera, sino hacia adentro, hacia adentro del misterio cristiano. Es una teología “centrada en lo central”, en la misión de Jesús, en su mensaje, en su Causa, en su pasión y en su utopía, ¡el Reino!

Cuando una teología ha llegado a tener esa experiencia tan profunda, sellada incluso martirialmente y con tanta profusión ha recorrido un “camino sin retorno”. La pregunta se impone: ¿qué es lo que lleva entremanos, algo facultativo o algo inamisible? ¿Se puede dejar de creer en aquello que a uno le arrebató el alma? ¿Puede alguien emigrar con coherencia hacia lo periférico después de haber tocado lo central?

Hay muchas lecturas del cristianismo, ciertamente. Pero no podemos decir que la lectura “histórica” sea una más entre otras, intercambiable; es la que se nos presenta como la más cercana a la de Jesús. Es decir, la lectura histórica se nos revela como la que menos es “lectura”, la que menos tiene de “interpretación” y la que más cerca está de lo revelado en Jesús. ¿Es facultativo adoptar o no esta lectura? ¿Podemos cambiar este elemento del paradigma?

El “reinocentrismo” ha sido puesto por la TL en la picota de los principios teológicos. Aunque inconscientemente no aceptado en la práctica de muchos, se ha evidenciado como irresistible por su fuerza de convicción incluso ante los enemigos de la TL. Todos aceptan el vocabulario del Reino y de la OP(26), aunque no siempre cambian con ello sus viejos conceptos. ¿Será posible abandonar el reinocentrismo por otros paradigmas?

La “opción por los pobres” ha sido el mayor acontecimiento ocurrido en las Iglesias cristianas desde los tiempos de la Reforma protestante. Marca una separación de aguas. Los que dieron el paso por una profunda convicción de fe, por haber experimentado el fundamento teologal mismo de la opción por los pobres, ¿cómo podrán superar ese paradigma sin traicionar la sangre de los mártires y el rostro sufriente de Cristo(27) que les ha sido dado contemplar en los pobres?

Desde la perspectiva de la teología sistemática, es fácil notar que a estos niveles de profundidad no se mueven los vientos de los cambios del mundo moderno, por “profundos” que aparenten ser, en otro tipo de profundidad. ¿Es que el proclamado “fin de la historia” podría llevarnos a abandonar la lectura histórica de nuestra fe, que es la más cercana a la visión del mismo Hijo de Dios? ¿Es que la mundialización financiera o el supuesto triunfo del neoliberalismo harían ya obsoleto seguir poniendo la pasión de nuestra vida en la utopía del Reino predicado por Jesús? ¿Es que la caída del socialismo del Este haría ya inoportuna o pasada de moda la opción por los pobres? Lo que otros han dicho de la OP lo decimos nosotros de ella misma y del paradigma global de la TL: se trata de “una opción firme e irrevocable”(28), sin marcha atrás. Podremos (y deberemos) adecuar y actualizar todo lo que sea necesario en el campo de las mediaciones de la teología; pero el paradigma mismo nos da la sensación de que permanece imbatido.

Por lo demás, afirmantis est probare: al que afirme la necesidad del cambio de paradigma es a quien corresponde demostrarla. Deberá abogar por un nuevo tipo de relaciones entre escatología e historia, pero con razones teológicas, no con argumentos socioeconómicos o culturales. Habrá de proponer un planteamiento que supere el reinocentrismo, pero con exégesis en la mano, no con vagos discursos sobre el posmodernismo cultural al uso. Deberá mostrar que la OP no tiene fundamento teologal, pero no precisamente desviándola hacia una opción preferencial por los pobres que al final se queda en un simple “amor preferencial”. Mientras esto no suceda, permanecerá, avasalladora, la fuerza contundente de los elementos esenciales del paradigma de la TL. Mantener la pertinencia de cada discurso dentro de su plano y de sus límites, sin mezclarlos ni confundirlos, será una sana regla de higiene teológica. No podemos ignorar que en el contexto psicosocial difícil y tenso que se ha abatido sobre nosotros en los últimos años es una tentación cubrir con razones teológicas las que son simplemente psicológicas: cansancio ajeno y propio, presión social y eclesiástica, moda, huida actual de toda conflictividad, depresión social(29)…

Finalmente, no hay que dejar de acudir a la profilaxis de la sospecha. Todo paradigma, como el conocimiento en general, es “interesado”. Ello obedece a la estructura hermenéutica misma del conocimiento, y no es posible evitarlo. Todo paradigma es “funcional” a un interés social. También el paradigma de la TL, como lo más sustancial de la Biblia misma(30). Quienes tienen otros intereses prefieren otros paradigmas que les sean funcionales. ¿Cambiar de paradigma? ¿A qué “nuevo” paradigma? ¿A un paradigma que sea funcional a qué intereses? ¿Ha cambiado Dios de intereses (o lo que es lo mismo: qué razones teológicas tenemos para cambiar de intereses)?, ¿o somos nosotros quienes estamos cambiando de intereses (es decir, estaríamos cambiando de paradigma por razones no teológicas)?

Concluimos: Nosotros nos quedamos con el paradigma de Jesús, ¡el Reino! Dentro de este paradigma imprescriptible, caben todas los cambios y acomodaciones menores que sean necesarias.

Notas:

1. Cfr “Frontera y contrabando” pastoral, en CASALDALIGA, El vuelo del Quetzal. Espiritualidad en Centroamérica, CORCA, Managua 1988, pág. 78-79. Hay ediciones también en México, Caracas, Cuenca (Ecuador), Bogotá e Italia.

2. Algunos pensaban que la caída del socialismo provocaría una desintegración de la TL. Pero el socialismo no era ningún elemento fundamental. Las tesis de la TL permanencen todas, independientemente del destino de las sociedades socialistas: J. COMBLIN, Cristãos rumo ao ano 2000, Paulus, São Paulo 1996, p.352.

3. Cfr Patria Grande y Patria Mundial, propuesta de reflexión-acción de la Agenda Latinoamericana’96, págs. 19-33.

4. Un ejemplo: La densidad y la complejidad de los acontecimientos descartan cualquier simplificación o la caricatura en que caen a veces los dogmáticos. En efecto, contrariamente a lo que en otra época fue opinión común según la cual el desarrollo de los países del centro es una consecuencia necesaria de la explotación de los países de la periferia, los recientes estudios demuestran que con la tercera Revolución industrial, el desarrollo de los países industrializados se debe mucho más a la transformación tecnológica que al saqueo de los países pobres. Cfr. THAI-HOP, Pablo, Los excluidos, extraña creatura del nuevo paradigma tecno-científico, RELaT nº 120 (http://servicioskoinonia.org/relat/120.htm); Diakonía 76(dic 95)7.

5. Gustavo GUTIERREZ, Xº Seminario de Formación Teológica, Centro Nueva Tierra, Buenos Aires 1995, pág. 159.

6. Aquí necesitaríamos reaplicar el poema Equívocos de Casaldáliga: “Donde tú dices ley, / yo digo Dios. / Donde tú dices paz, justicia, amor, / ¡yo digo Dios! / Donde tú dices Dios, / ¡yo digo libertad, / justicia / amor!”, en Clamor elemental, Sígueme, Salamanca 1971, pág. 71. Modernamente no se nos dice “ley”, sino “economía”.

7. HINKELAMMERT, Sobre la sociedad que dice de sí misma que no hay salida, “Pasos” 37(septiembre 1991)11-24, San José de Costa Rica.

8. Frente a las razones de Fukuyama y los suyos, nosotros tenemos “razones mayores” para no aceptar un “final de la historia” que significaría el fracaso de la sociedad humana y de la utopía que Dios le propuso, y que por tanto significaría el fracaso mismo de Dios. ¿Está claro que la tesis del “final de la historia” no es ni simplemente ideológica ni meramente sociológica, sino simultánea e implicativamente religiosa y teológica?

9. En otros lugares hemos desarrollado el carácter teologal o teológico de mediaciones que clásicamente presentábamos como meramente “socioanalíticas”, científicas, o autónomas respecto a la fe. Cfr. CASALDÁLIGA-VIGIL, Espiritualidad de la liberación, Sal Terrae, Santander 1992, pág. 173-177; VIGIL, “Cuestiones disputadas” del DKC, en El Kairós en Centroamérica, Nicarao, Managua 1990, 137-142.

10. Cfr Víctor CODINA, Creo en el Espíritu Santo. Pneumatología narrativa, Sal Terrae, Santander 1994; Pequeños relatos, grandes verdades, “Cuarto Intermedio” 33(1994)64-79, condensado en “Selecciones de Teología“135(1995); Una teología más simbólica y popular, en Parábolas de la mina y el lago, Sígueme, Salamanca 1990, pp 117-148; y en esta misma obra, Las perplejidades de un teólogo ante las culturas, pág. 102-105.

11. Pero la preocupación por la justicia no nos viene a nosotros de la razón ilustrada (ni de la primera ni de la segunda ilustración), ni de la cultura occidental, como algunos parecieran pensar, sino de la Biblia, y de los orígenes mismos del pueblo de Israel. Quizá pudiera ser al revés de lo que se dice: que lo que la cultura occidental en general y la razón ilustrada en particular tengan de preocupadas por la justicia les viniera en definitiva de la influencia de sus orígenes cristianos.

12. O como dice Hazlitt en otro campo: “Impecables autores son los que nunca escribieron”.

13. V. CODINA habla de un “imaginario alternativo, tanto respecto al imaginario capitalista dominante en América Latina como respecto al imaginario revolucionario marxista, que, si pudo tener vigencia en los años sesenta, hoy se encuentra en evidente regresión”: Creo en el Espíritu Santo, Sal Terrae, Santander 1994, pág. 187. Cfr también CENTRO GUMILLA, Imaginario alternativo al imaginario vigente y al revolucionario, en la obra colectiva Neoliberales y pobres. El debate continental por la justicia, Bogotá 1993, pág. 293-323

14. Clodovis BOFF, Bodas de prata da Igreja com os pobres: teologia da libertação, “Vida Pastoral”, São Paulo (outubro 1996)29-31. También en http://servicioskoinonia.org/relat/180.htm

15. Puebla 1134.

16. Puebla 34.

17. Cfr George KANIANPADY, Lázaro e Cornélio. Para uma missionologia latinoamericana. Tesis de doutorado presentada en la Facultad de Nossa Senhora da Assunção, São Paulo, 1996. Lázaro y Cornelio, ejemplifican al pobre y al otro.

18. Pablo RICHARD, Caos o esperanza. Fundamentos y alternativas para el siglo XXI, RELaT 127 (http://www.uca.ni/koinonia/relat/127.htm); Diakonía 74(junio 95)59-67.

19. Agenda Latinoamericana’96, págs. 19-33.

20. Principalmente de Thomas KUHN (The Structure of Scientific Revolutions, Chicago, The University of Chicago Press, 1962; 2ª ed. rev. de 1970) y Karl POPPER (The Logic of Scientific Discovery, Londres, Hutchinson 1959.

21. É tarefa quase impossível, nos dias atuais, apontar um domínio sequer no qual o termo ‘paradigma’ não esteja presente, muitas vezes de forma elucidativa, outras tantas de maneira indevida, quase sempre em tom pretensamente inovador… (com) a significação implícita de um modelo ou de um padrão que se impõe progresivamente aos indivíduos e grupos. L.B. LEITE ARAUJO, Considerações sobre o termo ‘paradigma’, en FABRI DOS ANJOS (org.), Teologia e novos paradigmas, Loyola, São Paulo 1996, pág. 16.

22. A este mismo nivel se refiere J.B. LIBANIO en Diferentes paradigmas na história da teologia, en FABRI DOS ANJOS, o.c., 35-48

23. Si bien la TL no se reconoció a sí misma en la descripción que de ella hacía la Instrucción (precisamente por captarla desde otro paradigma), no le faltó razón a la Instrucción vaticana Libertatis Nuntius al afirmar que la TL llevaba consigo una hermenéutica diversa con carácter global y totalizante (cf X, 2ss). Hermenéutica es interpretación, relectura, “lectura”; el paradigma de la TL implica, en efecto, una hermenéutica profundamente diversa.

24. De una escatología estática, dualista y ahistórica se había pasado a una escatología dinámica, integrada e historizante. Cfr J. M. VIGIL, ¿Parábola o Hipérbole? Para una reinterpretación teológica e histórica de la vida religiosa, “Claretianum”, XXXIV447-466, Roma; “Vida Religiosa” 79(15 marzo 1995)106-117, Madrid. También en: http://servicioskoinonia.org/relat/49.htm

25. Jon SOBRINO habla con frecuencia de ello: Resurrección de la verdadera Iglesia, Sal Terrae, Santander 1984, págs. 217, 274. Mysterium salutis, UCA Editores, San Salvador 1991, I, p. 467.

26. Hasta el director del FMI hace discursos sobre el Reino de Dios y el amor a los pobres.

27. Puebla 31-39; Santo Domingo 178-179.

28. Juan Pablo II, Discurso a la Curia, 21.12.84; Discurso en la IV CELAM en Santo Domingo, nº 16.

29. J.M. VIGIL, Aunque es de noche. Hipótesis psicosociológicas sobre la hora espiritual de América Latina en los 90, Editorial Envío, Managua 1996, primera y segunda edición. Ediciones también en México (CRT), Bogotá (Verbo Divino), Zaragoza (Comité Romero, de Zaragoza) y São Paulo (Paulinas, en portugués).

30 L. BOFF, Y la Iglesia se hizo pueblo, Sal Terrae 1986, págs. 97, 124. C. MESTERS, Como se faz teologia bíblica hoje no Brasil, “Estudos Bíblicos” 1(1987)7-19.

Managua, Nicaragua

El Salvador: “Perversos, malos y belicosos…” nos llamó Pedro de Alvarado en 1524

El Salvador: “Perversos, malos y belicosos…” nos llamó Pedro de Alvarado en 1524
Por Roberto Pineda San Salvador, 10 de diciembre de 2013

“Perversos, malos y belicosos…” fueron los términos utilizados por el Adelantado extremeño Pedro de Alvarado en 1524 para calificar a las tribus indígenas en resistencia, que vivían “en los Chontales” al oriente y norte del país y que se resistían a aceptar ser siervos o esclavos de los conquistadores españoles. A continuación hacemos una síntesis de la conquista de Cuscatlan, presentamos listado de primeros encomenderos y sus tributos (1532 y 1548) y rescatamos nombres de poblaciones en guerra: Lolotique y Chinameca en San Miguel y Concepción Quezaltepeque y San Miguel de Mercedes en Chalatenango.

Conquista española y resistencia indígena

El Códice de Tlaxcala de mediados del siglo XVI, en una de sus escenas narra la batalla de Pedro de Alvarado junto con los Tlaxcaltecas en contra de los Pipiles, a quienes presentan como semidesnudos en comparación con las coloridas vestimentas de estos indígenas mexicanos que acompañaron a los conquistadores.

El 13 de febrero de 1524 un ejército español al mando de Pedro de Alvarado, conocido como El Adelantado, cruzó el río Suchiate desde Soconusco hacia territorio guatemalteco acompañado de 200 soldados y 3,000 indígenas tlaxcaltecas auxiliares , dando así inicio a la conquista de lo que es hoy la parte norte de Centroamérica: Guatemala, El Salvador y Honduras. Iba a enfrentarse con los ejércitos de las naciones Quiche, Kaqchiquel, Tzutujil Xinca, Pipil y Lenca. Ultimadamente, la tecnología y la ideología fueron elementos que inclinaron la balanza a favor de las tropas imperiales españolas y definieron la derrota de los ejércitos de estas seis naciones.

Alvarado se hizo acompañar por sus hermanos Gómez, Gonzalo y Jorge y por sus primos Diego, Hernando y Gonzalo. Era ya un experimentado conquistador luego de participar en las guerras de Cuba y México. Había abandonado este último país en diciembre de 1523 para cumplir esta importante misión ordenada por su jefe en México, Hernán Cortés.

Su primer objetivo fue el de apoderarse de la capital del reino Quiche ubicada en Utatlan. Luego de tres días de camino llegó a Xetulul (actualmente Zapotitlan) y logró tomarla haciendo uso de la caballería. El 19 de febrero abandonó Xetulul y subió hacia Utatlan. Logra imponerse militarmente a los Quiches contando con la ayuda de tropas Kaqchiqueles que habían llegado en apoyo desde su capital Iximché. La nación kaqchiquel estaba en guerra con los Quiches, Tzutujiles y Pipiles. Posteriormente esta alianza entre españoles y kaqchiqueles sería rota y estallaría la guerra entre ellos durante seis años.

Luego de derrotar al Reino Quiche procedieron en contra del reino Tzutujil. Ya para el 18 de abril las huestes españolas habían logrado imponerse. Luego se dirigieron a “pacificar” a los pueblos pipiles del reino de Panatacat que tenía su capital en Izcuintepeque, hoy Escuintla. Los izcuintecos le ofrecieron resistencia, pero el Adelantado quemó la ciudad el 9 de mayo y logró su rendición.

Luego continuó hacia el oriente hasta encontrarse con tropas del Reino Xinca. El primer poblado que encontró fue Atiepac, hoy Atiquipaque, donde fue recibido amigablemente pero luego los indígenas abandonaron la población. Alvarado continuó su marcha prometiendo saldar cuentas con estos indígenas a su regreso. Luego pasó por Tacuilula, Taxisco, Nancintla y se repitió la misma táctica indígena: recibimiento y huida a los bosques.

A finales de mayo abandonó Pasaco, el última poblado Xinca para internarse en territorio pipil de lo que hoy es El Salvador. El 8 de junio estaba en Acaxual, hoy Acajutla, donde enfrentó a tropas indígenas e incluso fue herido en una pierna dejándolo cojo para toda la vida. Al pasar por Mopicalco y Acatepeque estos habían sido abandonados. De Acaxual marcharon hacia Tacuxcalco donde llegaron el 13 de junio y combatieron, lograron la victoria y luego masacraron al pueblo.

Luego marchó hacia Miahuaclan, actual Azacualpa, donde sus pobladores huyeron a los montes. De ahí marchó hacia Atehuan, hoy Ateos. Y luego hacia Cuscatlan donde el 17 de junio fueron recibidos por los indígenas, pero luego estos se marcharon a los montes y le mandaron a decir que si los quería que los fuera a buscar, que lo iban a estar esperando con las armas en la mano.

Alvarado los condenó a muerte por traidores y declaró que todos los pipiles capturados serían esclavos para compensar por los gastos incurridos en “once caballos que han sido asesinado al conquistarlos…” Esperó que bajaran de los montes por 17 días pero fue inútil. Llevaba ya seis meses de campaña y se vio obligado a regresar con las manos vacías. No había encontrado oro ni riquezas sino tribus en pie de guerra. El 21 de julio regresó a la capital del reino aliado kaqchiquel, a Iximché.

El 27 de julio de 1524 Alvarado decidió fundar una capital española en Iximché y la llamó Santiago. Asimismo distribuyó encomiendas entre sus más fieles lugartenientes. Poco tiempo después, en septiembre de 1524, Alvarado humilló a los soberanos kaqchiqueles lo que causó la ruptura de una alianza que duró seis meses y que hizo que los caqchiqueles abandonaran Iximché y se declararan en guerra durante seis años.

El 30 de enero de 1526, Alvarado informó al Cabildo de Santiago que marcharía a Honduras para colaborar con Cortés en una campaña militar. El 20 de febrero de 1525 partió hacia Honduras. Antes de partir, envió a su hermano Gonzalo a un nuevo intento de dominar las tribus de Cuscatlan. Estuvo acompañado Gonzalo en esta empresa por Diego de Holguín (primer alcalde de San Salvador), Francisco Díaz, y Alonso de Olivares como capitanes. Fundaron la villa de San Salvador el 1 de abril de 1525, en lo que hoy es Antiguo Cuscatlan.

El año siguiente se ven obligados a abandonar la villa ante el ataque permanente de la resistencia indígena. En enero de 1528 el Capitán General de Guatemala, Jorge de Alvarado envió una nueva expedición esta vez dirigida por su primo Diego para doblegar al rebelde Señorío de Cuscatlan y refundar la villa de San Salvador. El 1 de abril de 1528 refundan la villa de San Salvador esta vez en el sitio de Ciudad Vieja, La Bermuda, a 8 kilómetros al sur de Suchitoto.

Primer Consejo Municipal (Ayuntamiento) de San Salvador 1528

Nombre Cargo
Juan de Salazar Alcalde Ordinario
Juan de Aguilar Alcalde Ordinario
Pedro Gutiérrez de Guyñena Regidor
Santos García Regidor
Cristóbal Salvago Regidor
Sancho de Figueroa Regidor
Gaspar de Cepeda Regidor
Francisco de Quirós Regidor
Bartolomé Bermudez Tenedor de bienes de difuntos
Diego de Alvarado Justicia Mayor y teniente de Capitán General

En agosto de 1526 el Adelantado viaja a México y regresa a Santiago hasta abril de 1530. Nombra como jefes interinos a Pedro Portocarrero y a Hernán Carrillo, hasta el regreso de su hermano Jorge como Capitán General, quien llegó en marzo de 1527 a Olintepeque y gobierna hasta 1529.

En 1526 los kaqchiqueles sellaron una alianza con sus antiguos enemigos, los quiches, para oponerse a la dominación española y unieron sus ejércitos. En ese tiempo Alvarado se encontraba en España y le correspondió a su lugarteniente Pedro de Portocarrero enfrentar este desafío. La Resistencia Indígena fue derrotada por Portocarrero y sus reyes capturados y puestos en prisión por largos años.

Encomiendas y colonización

La conquista española luego de su fase estrictamente militar en la región de Cuscatlan (1524-1539) se orientó a la “pacificación” del territorio mediante el establecimiento de encomiendas otorgadas por la Corona para premiar los servicios de los conquistadores. La encomienda consistía en el derecho que daba el rey a un súbdito español para recibir los tributos que los indígenas debían cancelar a la Corona. Era el derecho del vencedor. Inicialmente las encomiendas premiaban a los conquistadores por un plazo de dos vidas: la del “beneficiario” y la de su inmediato sucesor.

Nunca fueron para siempre. Luego lograron que se le agregara “una vida más” o sea padres hijos y nietos. La gran mayoría de conquistadores era originario del sur de España, de Andalucía, Castilla y Extremadura y venían de sectores populares, entre campesinos, artesanos y peones de ganadería. Hubo pocos hidalgos (hijos de algo). La nobleza española no se sumo a este esfuerzo hasta mucho después para ocupar puestos burocráticos. Y se consideraba a los conquistadores como advenedizos a los que se les entregaban encomiendas temporales, pero no títulos de propiedad.

El procedimiento para convertirse en Conquistador era mediante un contrato llamado Capitulación firmado entre el Rey y un particular, luego de lo cual se debía organizar una Hueste al mando de un Capitán y el interesado corría con los gastos de la empresa y el compromiso de realizarla en un tiempo fijado. El Rey solo estaba obligado a responder con encomiendas si la empresa era exitosa. Interesante mecanismo privado mediante el cual se creo un imperio como el español.

Es en las Encomiendas que se desarrolla durante el periodo colonial la lucha de clases entre encomenderos y pueblos indígenas, en el marco de un régimen político colonial de naturaleza tributaria. Es en este espacio donde aparecen también como parte de los sectores dominantes, los comerciantes y los clérigos. En determinado momento la contradicción secundaria entre encomenderos y comerciantes se vuelve muy aguda y al final terminan imponiéndose los comerciantes, lo cual en alguna forma benefició a las comunidades indígenas ya que les permitió librarse de la brutalidad del conquistador. A los comerciantes les interesaban las ganancias y para esto necesitaban comunidades indígenas con cierto nivel de salud.

La dominación española se expresó en un conjunto de instrumentos jurídico-polìticos que les permitieron oprimir y fundamentalmente explotar a las comunidades indígenas xincas, pokomames, pipiles, chortíes y lencas. Los españoles decidieron como medida de orden económico, por una parte, desistir de la esclavitud y promover la utilización de las encomiendas como mecanismo para garantizar la explotación de las comunidades indígenas, y por la otra, los Encomenderos buscaban contar con indígenas tributarios tanto en tierras altas como en tierras bajas, o sea tanto para trigo como para cacao.

Luego de la conquista, los españoles cambiaron la localización de los pueblos para poder controlarlos y garantizar un mayor nivel de tributos mediante la “congregación” o sea la fusión de varias aldeas indígenas en un “pueblo de indios,” asimismo cambiaron muchos de sus nombres en un afán por romper su sentido de identidad. La conquista de los lencas les resultó más difícil debido a que no estaban integrados como los pipiles, eran comunidades separadas y además, a diferencia de los mayas y pipiles, las tribus lencas usaban lanzas y flechas envenenadas.

La conquista española de Cuscatlan y Chaparrastique fue facilitada por la existencia de un conflicto interno entre las naciones indígenas. Los pipiles eran amenazadas por las políticas expansionistas de las tribus mayas cakchiqueles, que tenían su sede en Iximché y que luego se aliaron y prestaron tropas a los invasores europeos conducidos por Alvarado. Por su parte Fuentes y Guzmán en su obra Recordación Florida nos habla de una alianza entre pipiles y tzutujiles de Atitlan contra los cakchiqueles.

En un esfuerzo para “controlar” la crueldad de los conquistadores que estaba ocasionando la despoblación de los territorios y asegurar así la continuidad del tributo, la Corona española ya en 1512 aprueba las Reales Ordenanzas de Burgos mediante las cuales se establece la figura del Visitador para detener los abusos de los conquistadores encomenderos. Asimismo legaliza y regula la práctica de los repartimientos de encomiendas estableciendo un mínimo de 40 y un máximo de 150 indígenas por encomienda.

Treinta años después, en 1542 en Barcelona, se aprueban las Leyes Nuevas que ordenaban la abolición de la esclavitud y que despertaron el odio feroz de los encomenderos contra los religiosos dominicos por esta “grave injusticia.”. Esta nueva legislación vino a establecer una nueva modalidad de explotación mucho más rentable para la Corona española, ya que estableció las reparticiones a través de las cuales las comunidades indígenas debían durante cierto periodo de tiempo trabajar para un encomendero y luego regresar a sus cultivos. Este mecanismo colonial se prolongó durante tres siglos.

Asimismo las Leyes Nuevas que demagógicamente proclamaban “la libertad de los indios” establecieron una nueva institucionalidad reflejada en la creación del Consejo de Indias, el Virreynato del Perú y las Audiencias de Lima y de los Confines o Capitanía General de Guatemala (esta ultima con sede inicial en Espíritu Santo, Honduras y luego en Santiago de los Caballeros de Guatemala).

En 1528 Jorge de Alvarado, hermano del Adelantado, repartió entre los vecinos de Santiago de Guatemala un total de 15 provincias del Señorío de Cuscatlan ubicadas en Ahuachapan y Sonsonate. Por su parte, Diego de Alvarado, también familiar del cruel Adelantado, y además Justicia Mayor y teniente de Capitan General, repartió las 59 poblaciones restantes entre los vecinos de San Salvador. Posteriormente, Diego de Alvarado fue sustituido por Gaspar Arias Dávila.

En 1530 Pedro de Alvarado asume como Gobernador y Capitán General de la Audiencia de Guatemala. En una de sus primeras decisiones, nombra a Luís de Moscoso como Justicia Mayor y teniente de Gobernador de la provincia de San Salvador y le envía junto con 120 soldados con la misión de formar una villa al oriente del río Lempa. El 21 de noviembre de 1530 funda la villa de San Miguel de la Frontera, segunda ciudad española ubicada inicialmente en Santa Elena, Usulután. En 1525 se había fundado San Salvador.

En 1535 fue investido como Justicia Mayor y teniente de Gobernador de la provincia de San Miguel el capitán Cristóbal de la Cueva. Entre 1537 y 1539 hubo un levantamiento lenca y los 20 encomenderos residentes en pueblos indígenas alrededor de San Miguel fueron ajusticiados y únicamente se salvaron los 18 vecinos que vivían al interior de la ciudad. Al final los rebeldes lencas fueron arrinconados en el Peñón de Chilanga, y derrotados por el capitán Gaspar Avilés de Sotomayor, conocido por su crueldad, y que con esta acción asumió el control militar de la ciudad y se convirtió en rapaz encomendero.

Por su parte, a los encomenderos de Santiago de Guatemala, les interesaba prioritariamente el cacao, por lo que era clave controlar a la principal productora, la población de Izalco. En el caso de la villa de San Salvador esta se especializaba en ocho productos: chile, algodón, huevos, pescado, frutas, rebaños, sandalias y productos textiles. Y competía de igual a igual con Santiago en maíz, pollos y sirvientes.

A finales del siglo XVI, entre 1573 y 1578 de acuerdo al investigador inglés Browning en San Salvador vivían 130 vecinos españoles, de los cuales 42 gozaban de encomiendas; en San Miguel había 61 vecinos y entre estos 31 encomenderos y en Sonsonate, fundada en 1553, vivían 66 vecinos y ninguno era encomendero, porque la mayoría eran comerciantes. Los encomenderos españoles seguían viviendo en Izalco, no obstante estar prohibido hacerlo. Otras ciudades indígenas productoras de cacao eran Ciguatehuacan, Apastepeque-Cojutepeque, Zacatecoluca y Usulutan.

Uno de los últimos lugares en ser sometidos por los caballos, acero y pólvora de los conquistadores españoles fue Ocealatlan, Usulutan. En 1529 tribus lencas se enfrentaron simultáneamente en el Volcan al capitán Diego de Rojas, que luego asciende a Justicia Mayor y teniente de Capitán General y a Luís de Moscoso. Todavía en 1553 se mantenía la resistencia en contra de Diego de Holguín hijo.

La primera clase dominante española 1532

A continuación hacemos un listado de los integrantes de la primera clase dominante de encomenderos españoles, surgida como resultado de la conquista. Asimismo enumeramos las poblaciones que no habían sido sometidas y se encontraban en rebeldía o se negaban a pagar tributos o rendir servicios. Este es un esfuerzo por conocer nuestras ancestrales raíces de lucha, nuestra herencia revolucionaria.

Tomamos como base la famosa Relación Marroquín que describe la situación existente de 90 “pueblos de la jurisdicción de San Salvador 1532”, trescientos años antes del levantamiento del cacique nonualco Anastasio Aquino; y cuatrocientos años antes de la insurrección indígena campesina de 1932.

Asimismo hacemos uso del documento elaborado por el presidente de la Audiencia de los Confines, entre 1548 y 1549, Alonso de Cerrato, titulado Tasaciones de los naturales de las provincias de Guatemala 1549-1551 (Archivo General de Indias, Audiencia de Guatemala, Legajo 128).

Fue hasta el año 1968 que el investigador estadounidense Fowler publicó este documento de 1532, el cual fue escrito por el Obispo Católico Francisco Marroquín con el propósito de informar a la Corona Española sobre la situación tributaria de la Provincia de Guatemala, incluyendo 90 pueblos de encomiendas de la provincia de Cuscatlan, entonces bajo la responsabilidad pastoral del sacerdote Antonio González Lozano.

En el documento de Marroquín de 1532 nos aparecen 57 encomenderos de los cuales solo 27 se mantienen en el listado de 1548 de Cerrato. Estos 27 murieron en un periodo de 16 años, sin dejar herederos por lo que sus encomiendas fueron repartidos entre los que vivían o entregadas a nuevos encomenderos. Y de estos 27, 15 poseen grandes encomiendas, 10 habían perdido tributarios y 2 se mantuvieron en los mismos números. En 1548 hay 44 encomenderos. La Relación Marroquín por su parte, se redacta a solo ocho años después que los invasores españoles iniciaran su proceso de conquista, por lo que reviste una trascendental importancia.

En el periodo 1532-1548 Antonio Docampo aparece como el principal encomendero de la provincia de San Salvador, incluyendo las poblaciones de Tonacatepeque, Xilopango, Cuyapango e incluso Ciguatehuacan. Asimismo en 1540 Hernán Pérez aparece como encomendero en Suchitoto con 60 indígenas tributarios. En 1550 Bartolome de Marroquín era encomendero en Aguachapa. Alonso Larios en Quezaltepeque, Cristóbal de la Cueva en Tecoluca con 400 tributarios; Francisco Girón Guzman en Izalco, Hernan Pérez Peñate en Acaxutla, los hijos de Alonso Pérez en Apaneca y Ataco, Francisco de la Cueva en Tacuba, Francisco López en Naolingo y Miaguatlan con 70 tributarios, y Alonso Marroquín en Miaguatlan hoy Azacualpa.

En 1539 entre los primeros encomenderos de la región Chaparrastique se encontraban Pedro Serrano, Gabriel Gómez en San Miguel; Pedro de Obregón en San Miguel y Arambala; Gaspar Avilez de Sotomayor en San Miguel y Moncagua con 410 tributarios; Gaspar Vargas, Juan de Mendoza y Gregorio Gallego en Amapala y Ereguayquin.

En la relación Marroquín algunas de las poblaciones todavía corresponden a otros encomenderos. A continuación reproducimos el listado de encomenderos de la villa de San Salvador que aparece en la Relación Marroquín así como el listado de encomenderos que se origina en las Tasaciones del Gobernador Cerrato de 1548-49. En esa época lo que es hoy El Salvador estaba integrado por las provincia de Los Izalcos (Aguachapa, Apaneca, Acaxutla, Xuayoa, Ycalco, Caluco) que pertenecía a la Ciudad de Santiago, y por las provincias de San Salvador y San Miguel.

Listado de 91 encomenderos 1532 y 1548

Encomendero Lugar Lugar actual Casas
1. Melchor Hernández Aguatique Ciudad Barrios
2.Cristóbal Cerón Apocopa Apopa 170
3. Pedro de Obregón Arambala Arambala
4. Miguel Díaz* Arcatao Arcatao
5.Juan Dávila (1532,1548) Atempa
Tepeagualpotón
Teouapa
Masahuat SA
Jutiapa
San Juan Talpa 60
80
6.Antonio de Melara (1532, 1548) Ateo Ateos Mitad de 170
7. Johan Díaz Ateo Ateos Mitad de 170
8. Julián de la Muela (1532,1548) Cacalula
Yzucar
Zapotlan San Julian
Huizucar
Santa Isabel Ishuatan ½ de 50
1/2 de 120
1/2 de 50
9. Juan de Medina* Cacatecoluca Zacatecoluca
10.Diego de Usagre Ciguateguacan Santa Ana 250-260
11.Juan Duarte Coazagua Cuisnahuat 115
12.Martín de Lora (1532,1548) Comayagua
Chaoqueca
Comayagua
Tequezacango Comasahua
Chinameca
Comasahua
San Marcos (San Salvador) 250

13.García de Alfaro Coyo Sacacoyo/Tepecoyo Mitad de 110
14.Ginés Muñoz Coyo Sacacoyo/Tepecoyo Mitad de 110
15.Juan de Quintanilla Coyultitun
Oloquita Cuyultitan
Olocuilta 100
Un tercio de 90
16.Pedro de Puelles Cuxutepeque Cojutepeque Un tercio de 400
17.Rodrigo Díaz Cuxutepeque Cojutepeque Un tercio de 400
18. Sancho de Figueroa (1532,1548) Cuxutepeque
Cinacantlan*
Yxtepeque Cojutepeque
Cinacantlan (Las Flores, norte de Jayaque)
Istepeque (San Vicente) Un tercio de 400
19.Pedro Núñez de Guzmán (1532,1544) Cuscaclán Antiguo Cuscatlan Mitad de 400
20. Juan Vazquez de Coronado* Cuscatan
21.Antonio de Bermúdez Cuscaclán
Texucla Antiguo Cuscatlan
Tejutla Mitad de 330
60
22.Ruy Vanegas Chacalingo
Sihuatepec
Zuzontepeque Chacalingo
Zihuatepeque
Sensuntepeque 75
Mitad de 55
120
23.Juan de Arévalo Chalchuapa Chalchuapa 300
24. Alonso Martín Granado* Chalchuapa
Coatepeque Chalchuapa
Coatepeque
25. Alonso Morcillo Chicongua
Tepezontle San Miguel y san Juan Tepezontes
26.Antonio de Rojas Chiconqueza Nueva Concepción CH Mitad de 43
27. Juan de Tovar* Chiconqueza
Guyciltepeque Nueva Concepción CH
Huisiltepeque (Cuscatlan)
28.Cristóbal Salvago (1532,1548) Chiltevpa
Xaratena
Xayacatepeque
Cencontepeque*
Chulteupan* Chiltiupan
Chalatenango
Jayaque
Sensuntepeque
Chiltiupan 30-40
Mitad de 60
230-240
29. Bartolomé García* Chinameca Chinameca (sur del lago de Ilopango)
30. Juan de Aguilar Gilopango/Tonacatepeque
Xaratena Ilopango/Tonacatepeque
Chalatenango 420
Mitad de 60
31.Pedro Alonso Gilobasco
Ozotecla
Ystepeque Ilobasco
Guacotecti
Istepeque Mitad de 57
Mitad de 57
Mitad de 125
32. Lope Pardo* Gilobasco
Metapa
Ilobasco
Metapan
33. Mancio de Ferraras* Guacotique
Yxtepeque Guacotecti
Istepeque (San Vicente)
34. Nicolás Palomares Guatepeque Coatepeque 50
35. Gaspar de Zepeda (1532,1548) Guazapa
Naozalco
Ziti-la Guazapa
Nahuizalco
Citalá 35
450
100
36. Antonio de Figueroa (1532,1548) Guymoco
Gueymoco Armenia
Armenia 300
37. Francisco Cabezas Lolotique
Masagua
Atempamacahua* Lolotique
San Antonio/San Pedro Masahuat
Masahuat (Santa Ana) 100
Mitad de 170
38.Francisco de León (1532,1548) Masagua
Sequechustepeque San Antonio/San Pedro Masahuat
Ayutuxtepeque Mitad de 170
39. Alonso de Alvarado Mazagua Santa Catarina Masahuat Mitad de 80
40.Diego Ruyz Mazagua Santa Catarina Masahuat Mitad de 80
41.Pedro Cerón (1532,1548) Metapa
Tequecisepeque Metapan
Texistepeque Dos tercios de 212
42. Gaspar Aviles de Sotomayor Moncagua Moncagua
43. Juan García Matamoros Nixapa
Tepezonte
Potonico Nejapa
San Juan/San Miguel Tepezontes
Potonico 45
Mitad de 100
44.Gómez de Alvarado Nunualco Los Nonualcos 1,000
45. Luís Dibues* Nonualco San Pedro Nonualco
46. Alonso de Oliveros Oloquita
Xocoyuco Olocuilta
Jucuapa 2/3 de 160
½ de 100
47. Juan de Molina (1532,1548) Opicon, Paluca y Chichigualtepeque
Ateo* Opico, Paleca

Ateos 65
48. Pedro de Arévalo Panchimulco Panchimalco 70
49. Agustín de Rodas* Panchimalco Panchimalco
50. García de Contreras Purulapa San Martín/San Pedro Perulapan Mitad de 350
51. Pedro de Liano Purulapa San Martín/San pedro Perulapan Mitad de 310
52. Alonso de Oliveros* Purulapa San Bartolomé Perulapía
53. Martín de Minarto* Purulapa San Pedro Perulapan
54. Lorenzo Cuyas Quezaltepeque Quezaltepeque LL 40
55. Francisco de Castellón Quecaltepeque
Teouapa Quezaltepeque
San Juan Talpa
56. Benito Pérez Quezaltepeque
Techonchongo
Izucar
Sihuatepec
Zuzontepeque Concepción Quezaltepeque CH
San Miguel de Mercedes
Huizucar
Siguatepeque
Sensuntepeque ½ de 50
½ de 120
½ de 55
120
57. Juan de Sedano Quezaltepeque
Techonchongo
Sihautepec Concepción Quezaltepeque CH
San Miguel de Mercedes
Siguatepeque Mitad de 55
Mitad de 55
58. Padre Pedro Ximénez Tacachico Tacachico 70
59. Antonio Docampo (1532,1548) Tecoylata
Siguatehuacan
Ciguateoacan*
Coyapango
Tonacatepeque
Xilopango Tecoluca
Santa Ana
Santa Ana
Soyapango
Tonacatepeque
Ilopango 600
60. Juan de Fuenterrabia Tequeastepeque/Tecomaclan Texistepeque/Tecomatan 190
61. Benito Méndez Tequezaquengo Santiago/Santo Tomas Texacuango Mitad 150
62. Pedro Gómez Tequezaquengo
Tomala
Santiago/Santo Tomas Texacuango
En Honduras Mitad 140
63. Alonso Velasco de Cordoba* Tequezaquenco Santiago Texacuango
64. García de Alfaro* Tequechonchongo San Miguel de Mercedes CH
65. Gonzalo Gallego Terniquetepeque Talnique 65
66. Luis Hernandez* Terlinquetepeque Talnique
67. Gravriel Teutepeque Teotepeque
68. Bartolomé Bermudez Texutla Tejutla
69. Cristóbal de Campos (1532,1548) Tonala Tonala 70
70. Graviel de Oviedo Xicalapa Jicalapa
71. Francisco Cabezas Xocoyuco Jucuapa Mitad de 70
72. Luís Díaz Xocoyuco Jucuapa 270
73. Manzio de Herrera Ystepeque Istepeque Mitad de 150
74. Francisco Girón* Ycalco Izalco
75. Juan de Guzman* Ycalco
Naolingo Izalco
Nahuilingo
76. Hernán Pérez Peñate* (1555+) Acaxutla
Cuxutepeque
Suchitoto
Tequezacango Acajutla
Cojutepeque
Suchitoto
Santo Tomas
77. Bartolomé Marroquín (hermano del Obispo Francisco Marroquín) Aguachapa Ahuachapan
78. Bartolomé de Molina ( sus hijos menores) Apaneca Apaneca
79. Alonso Pérez (sus hijos menores) Ataco Ataco
80. Bartolomé Reynoso Gueymango Guaymango
81. García López Gueymango
Juxutla Guaymango
Jujutla
82. Francisco López Miaguatlan
Naolingo Miaguatlan
Nahuilingo
83. Alonso de Luarca Quezalcoatitan Salcoatitan
84. Juan Paez Miaguatlan
85. Gómez Díaz de la Reguera Naolingo Nahuilingo
86. Marcos de Perea Tacachico Tacachico
87. Sebastián del Mármol Tacuba Tacuba
88. Francisco de la Cueva Tacuba Tacuba
89. Francisco Calderón Tacuscalco Tacuscalco
90. Graviel de Cabrera Tacuscalco Tacuscalco
91. Antonio de Salamanca Xoayoa Juayua

  • Tasación de 1548

Relación Marroquín 1532: los pueblos chontales en pie de guerra: Lolotique y Chinameca en San Miguel, Concepción Quezaltepeque y San Miguel de Mercedes (Techonchongo) en Chalatenango.

En la Relación Marroquín aparecen 10 poblaciones en guerra, de las cuales dos se encuentran en Honduras: Olozinga y Tomala. Cinco no pueden ser ubicados geográficamente y solo nos queda el recuerdo glorioso de sus nombres: Cocoyagua, Colopele, Conquín, Melarbarquin y Tulua. Y aparecen cuatro pueblos en pie de guerra o sea la resistencia chorti y lenca: lenca en Lolotique y San Miguel y chortí en Concepción Quezaltepeque y San Miguel de Mercedes en Chalatenango.

Los pueblos chontales que rechazaban pagar el tributo a los encomenderos: Jutiapa, Sensuntepeque, Jucuapa, Chinameca, Sihuatepec, Chalatenango ( Xaratena) y Citalá.

Aparecen diez pueblos mencionados, de los cuales tres no pueden ser ubicados geográficamente: Aganyla, Aguachi y Ocomox. Y los otros siete son Jutiapa y Sensuntepeque en Cabañas; Jucuapa y Chinameca en San Miguel, Sihuatepec en San Vicente y Chalatenango (Xaratena) y Citalá en Chalatenango.

La fundación de Sonsonate, 1553

En 1553, un 28 de mayo, veintiocho años después de la conquista, se funda La Trinidad con su puerto anexo, Acajutla, por el poderoso encomendero Diego de Guzmán, vinculado fuertemente a los círculos de poder de la Real Audiencia de los Confines, con sede en Guatemala. Únicamente 45 leguas separaban a Sonsonate de Santiago de Guatemala.

Luego de fundada esa tercera ciudad española, y obligados los encomenderos a habitarla, los comerciantes hábilmente lograron que se prohibiera visitar sus encomiendas, para de esta forma poder negociar directamente con las comunidades indígenas productoras del cacao. Naturalmente, los comerciantes se resistieron a esta medida y muchos siguieron viviendo en Izalco.

El contenido de los tributos pagados a los encomenderos

Los conquistadores rápidamente diseñaron una división del trabajo entre las comunidades indígenas tributarias, que tomaba en cuenta sus tradiciones productivas locales y les permitió así aprovechar las peculiaridades de cultivos y productos para el intercambio y su mantenimiento como clase dominante. A continuación hacemos una relación entre productos, territorios y encomenderos. La Relación Marroquín 1532 menciona 22 productos producidos por 49 pueblos tributarios de la provincia de Cuscatlan. En el caso del poblado de Cuscatlan, este producía maíz, piña, fríjol, chile, pavos, algodón, ropa, miel y cera.

PRODUCTOS TERRITORIOS ENCOMENDEROS
Maíz Cuscatlan Antonio de Bermudez
Algodón Cuscatlan Antonio de Bermudez
Chile Xilopango Antonio Docampo
Frijol Xilopango
Cuscatlan Antonio Docampo
Cacao Zuacanclán
Ateo
Chalchuapa
Mazagua
Johan Díaz
Juan de Arevalo
Alonso de Alvarado
Piña Cuscatlan Antonio de Bermudez
Semilla de melón (ayote) Atenpa Francico cabezas/ Diego Ruyz
Sal y pescado Coyultitan
Olquilta
Mazagua
Zuacanclán
Zoquiclan
Tecoylata
Toncla Juan de Quintanilla
Alonso de Olivares
Alonso de Alvarado

Antonio Docampo
Cristóbal de Campos
Pavos Olquilta Alonso de Olivares
Cera y miel
Olomina Xilopango Antonio Docampo
Camarón y chacalín Olquilta
Coyultitan Alonso de Olivares
Juan de Quintanilla
Ocote Xalate
Citala Juan de Aguilar
Ropa Cuxutepeque Hernán Pérez Peñate
Cerámica Apocopa Cristóbal Cerón
Cochinilla Metapa Pedro de Cerón
Cutaras Mazagua Alonso de Alvarado
Sandalias Mazagua (Santa Catarina Mazahuat) Alonso de Alvarado
Jornaleros Atenpa
Opicon
Paluca
Chichigualtepeque Francisco Cabezas/Diego Ruyz Juan de Molina
Juan de Molina
Juan de Molina

Por su parte, según la tasación de 1548 el Tributo Anual del poblado de Cuscatlan era el siguiente: Maiz: 20 fanegas, Algodón, 12 fanegas, trigo, 24 fanegas, fríjol, 4 fanegas, chile, 8 fanegas, fruta, 104 cargas, cera, 20 arrobas, miel, 20 cántaros, 312 gallinas, 312 docenas de huevos, 960 toldillos y 100 pares de cutaras y sandalias.

Mapa de Cuscatlan 1532

En 1532 solo había una ciudad española, la Villa de San Salvador, rodeada de pueblos indígenas en resistencia…

FMLN: la disyuntiva histórica

FMLN: LA DISYUNTIVA HISTÓRICA

Oscar A. Fernández O.

Sobrevivimos en una etapa en la que se ha moldeado como “credo universal”, la conocida máxima de F. Hayek, que afirma que justicia social no es otra cosa que una receta vacía, convencionalmente usada, para que cualquier reivindicación sin ninguna razón que la sostenga, sea aceptada. (The atavism of Social Justice in New Studies in Philosophy, Politics, Economics and The History of Idea, Routledge and Kegan Paul, London, 1978, pp. 57-68)

Sin embargo, más allá de la arrogancia y prepotencia con la que se exhibe el capitalismo global dominante, vemos surgir en su seno, procesos de incertidumbre y caos en lo económico, en lo ideológico y en lo político, generando una poderosa bomba de tiempo cada vez mayor. Pese a los teóricos de este modelo, la realidad nos demuestra que el fin de la historia está muy lejos de producirse. (Dieterich: 1999)

El Banco Mundial, asumiendo un rol de liderazgo frente al derrumbe de la ortodoxia capitalista global y el aumento exponencial de la pobreza y la marginación social en la mayoría de países del mundo, publicó su famoso Informe sobre el Desarrollo Mundial y La Pobreza. En él postula, que la reducción de la pobreza en el orbe es la máxima prioridad. Así, este propósito se catalogó como su objetivo fundamental, para el cual se lanzó un programa asistencialista.

A esta estrategia se le ha dado en llamar “el aggionarmento” (actualización) del modelo neoliberal, cuyos indicadores veinte años después, demuestran que ha sido un total fracaso. Ha quedado en evidencia que el neoliberalismo es una matriz móvil que conserva principios constantes (Ezcurra.:1998)

¿Puede entonces, obtener legitimidad, un nuevo proyecto histórico cómo alternativa al capitalismo, a su crisis sistémica y al empobrecimiento y marginación acelerada de las mayorías en el mundo? La legitimidad de una sociedad política, sostienen las nuevas academias críticas, se deriva de dos componentes fundamentales: los ordenamientos formales que determinan los mecanismos de acceso al poder, que deben ser transparentes y equitativos para todos los ciudadanos y, los preceptos materiales que son la razón de ser de la convivencia social.

La necesidad de un nuevo proyecto histórico revolucionario, se deriva no de un capricho ideológico, sino de la tragedia humana que ha producido el fracaso del capitalismo global, que no logró establecer las condiciones reales de democracia real y justicia social, que fueron las pretensiones originales del liberalismo, hijo de la Ilustración. “Quedan así destrozados los valores fundamentales del Siglo de las Luces y de la Ilustración” y todos somos llamados a legitimar esta “nueva era” incluso para fundamentar legalmente la desigualdad (T. Genro: 2000)

Frente a este desolado escenario, la tarea política más apremiante para la izquierda revolucionaria en El Salvador, consiste, en tanto alista su fuerza electoral para continuar con la transformación de la crítica realidad nacional (y contribuir a la lucha a nivel internacional), en construir respuestas en consulta con los amplios sectores populares de manera permanente, con la celeridad que una respuesta a la crisis demanda.

Contrariamente a la deshumanización capitalista, toda concepción científica dialéctica de la sociedad ha de partir de la naturaleza humana como la condición constitutiva más importante de un sistema social. Marx entendió y explicó al homo sapiens no solo como un ente histórico, sino también biológico, con determinadas estructuras no culturales. Primero es la estructura humana en general y después, la naturaleza humana modificada según cada época, apuntó en el Tomo I de El Capital (1863)
La ejecución de un nuevo proyecto histórico antitético, no sería factible solamente negando al neoliberalismo, pues esto no constituye una estrategia de cambio estructural. Tampoco parecen existir las condiciones para la revolución armada clásica, sobre todo en los centros del régimen dónde se concentra el poder global y en sus cercanías. La creación de las organizaciones obreras y de masas, no está siendo determinante, más allá de un esfuerzo organizativo abstracto, frente a la demanda urgente de resolver el complejo problema sociopolítico real. Sencillamente porque una organización sin contenido programático es simbólica y carece de sustancia política que, dialécticamente, es su razón de ser y le da vida y cohesión.
“La esencia de la sociedad participante es que los pueblos dejen de ser masas gobernadas y conduzcan su vida política y económica, conscientemente auto determinados”, sostiene Rosa Luxemburgo en el manifiesto de La Liga de Espartaco (1918), definiendo así la esencia participativa de los pueblos en el destino del Estado.

La izquierda salvadoreña debemos, a partir de ya, redoblar el impulso del programa de un nuevo proyecto histórico alternativo, más de allá de simples y puntuales estrategias electorales. Hay que delinear el Programa de la Nueva Sociedad Democrática Popular (participativa), que tendría dos funciones reales: la ideológica y la de poder, sostiene Dieterich (2001)
La base de su concepción, contenido y desarrollo no puede ser otra que el profundo arraigo a las masas, que constituyen la fuente de legitimidad y efectividad del poder.
La función ideológica y política del proyecto permitirá dar a conocer al pueblo y demás actores sociales, la nueva concepción de la realidad y del país y, a través de procesos de concienciación, lograr que el pueblo comprenda que es el nuevo sujeto de cambio.

La función de poder será la del cambio de correlación de fuerzas, entre los potentados capitalista y las fuerzas de la democratización real. Los cambios estructurales de fondo, que son necesarios para instaurar la democracia plena e incluyente, sólo pueden alcanzarse mediante un amplio y largo proceso de concienciación política y cultural entre las mayorías, que les permitirá transformarse de objetos de la historia en sujetos políticos, sabiendo que son capaces de cambiar la historia.