¿Quiénes fueron los villanos y quiénes los héroes? La Guerra Civil en El Salvador. Joaquín Villalobos. 2000.

Uno de los problemas más complejos para un país, en una etapa de post conflicto, es restablecer su identidad como nación. Este problema tendrá diversos grados de dificultad según hayan sido la dimensión y las causas y si ese conflicto de debió a razones étnico culturales o fue por motivos político-sociales.

El Salvador fue un conflicto político-social de grandes dimensiones, con once años de duración (1981-1992), más de 80.000 muertos y casi dos millones de desplazados, para una nación de sólo seis millones de habitantes y apenas 21.000 kilómetros cuadrados.

Las heridas dejadas por las atrocidades cometidas por ambas partes, en un conflicto de tales dimensiones, han hecho muy complejo el proceso de restablecimiento de una identidad común. Por eso El Salvador tiene todavía ante sí el reto fundamental de abordar su historia reciente, teniendo a cuenta que la guerra terminó sin vencedores ni vencidos.

Probablemente para muchos, y sobre todo para los agentes externos, la solución parece fácil: enfocarlo como un problema de verdad y justicia, pero esto, llevado a la práctica, puede provocar nuevas divisiones en nuestro país.

El Salvadores una nación joven, en proceso de construcción de su identidad.

La reciente guerra civil, además de destruir vidas y recursos, significó el debilitamiento de lo que, bueno, malo o regular, era nuestro cuerpo de valores culturales. De ser un país fundamental y profundamente católico, pasamos a ser un

país con diversidad religiosa. La independencia, nos guste o no, había sido un hecho fundamental en nuestra historia, pero esta relevancia fue superada por la guerra civil, dada la intensidad y la extensión de ésta última. La Independencia de El Salvador y Centroamérica se produjo más como consecuencia del debilitamiento de España, que como la lucha de la propia región.

Sin embargo, la guerra civil de los 80 dejó a todos los salvadoreños con parientes o amigos muertos y/o emigrados.

Nuestro concepto de familia y de comunidad fueron seriamente distorsionados por una migración que descabezó millares de hogares y despobló centenares de comunidades. El sistema político fue transformado radicalmente y quedaron cuestionadas todas las instituciones. El autoritarismo no era sólo el comportamiento de unos malos militares y de unos oligarcas, sino el único método considerado efectivo para gobernar y la cultura imperante de toda la sociedad.

La democracia, portante, trajo necesariamente incomodidades de aprendizaje, tanto en la derecha como en la izquierda. Por otro lado, el conflicto entre la Iglesia Católica y Gobierno durante la guerra llevó a amplios sectores de la derecha a cambiar de religión y la izquierda llegó a identificar el sentido nacional con el poder oligárquico, al punto que sus militantes bailaron sobre la bandera nacional.

Esto da una idea de la polarización cultural a la que llegamos.

La guerra civil significó la división de la sociedad en bandos político-ideológicos. Por eso, a pesar del éxito del proceso de paz, subyacen y luchan dentro de la sociedad dos visiones de la historia que, de continuar remitiéndose al pasado, nos conducirán a nuevas divisiones entre buenos y malos y terminará socavando las instituciones de nuestra emergente democracia, a pesar de que dichas instituciones constituyen la garantía de la paz y estabilidad en el futuro.

Hoy en El Salvador conviven una derecha sin visión histórica, concentrada casi exclusivamente en llevar adelante un programa económico, y una izquierda sin programa económico, que instrumentaliza y recurre casi exclusivamente a la historia y al pasado para tener identidad.

La derecha ha olvidado a sus víctimas para gobernar y la izquierda las recuerda como táctica para llegar al gobierno. El tema histórico-cultural está vacío y plagado de esfuerzos polarizantes, con falsas visiones morales, que esconden, en la mayoría de los casos, ánimos de venganza…

El problema se refleja no sólo en la política sino que afecta a la educación, en todos sus niveles, a las investigaciones y a la producción cultural y artística. A esto se agrega la grave crisis de valores provocada por la violencia, que fue, durante más de veinte años, el lenguaje más común entre los salvadoreños. Tenemos un proceso de reconciliación que, por ahora, se sostiene sólo en el hecho de que nadie quiere la guerra.

Pero los problemas de violencia siguen porque vivimos en una situación de falta de identidad. La delincuencia no es la que más salvadoreños mata: el 60% por ciento de los 2000 homicidios anuales que se producen en el país son producto de la violencia social, de las riñas de la calle o intrafamiliares.

La división dejada por la guerra ha hecho perder el respeto al sentido de nación. La identidad nacional, el tener un patrón cultural común y un sentido de pertenencia, contribuyen a que en un país todos tengan interés en que se respeten las instituciones y se puedan alcanzar mejores niveles de vida.

Ni siquiera la globalización justifica no tener identidad cultural. Europa, por ejemplo, camina a una integración económica y política y la diversidad cultural de sus naciones es una de sus más grandes riquezas. Refundar nuestra identidad, por tanto, es un asunto de extrema urgencia.

Los textos de historia del Ministerio de Educación, elaborados al finalizar el conflicto, constituyen, hasta ahora, el único esfuerzo de objetividad, sin fomentar la división. Igualmente, el programa de formación de valores, del mismo ministerio, está abordando este problema, pero lo que se gana en las escuelas lo podemos perder en fas calles y las casas.

Las ONG’s y las entidades externas han puesto muchos recursos para producir investigaciones y trabajos que, si bien buscan la verdad, en muchos casos lo hacen con más énfasis en un lado que en otro y sin poner ningún empeño en reunificar a los salvadoreños. Hay, en las visiones de la historia reciente, la tendencia de las partes a intentar ganar culturalmente lo que no pudieron ganar en la guerra.

El fantasma de los buenos y los malos y la búsqueda del villano a quien achacarle la culpa de los males del pasado y del presente, siguen dominando.

Nuestra historia tiene pendiente dilemas que no sabe como abordar:  el caso de Monseñor Romero (arzobispo asesinado en 1980) y Roberto D’abuison (líder fundador del partido ARENA, acusado del asesinato de Romero), los Jesuítas (asesinados en 1989 por un grupo de oficiales y soldados del Ejército) y la Fuerza Armada, la izquierda y los asesinatos y secuestros de empresarios (cometidos por las guerrillas en los 70’s para financiar sus fuerzas), por citar sólo algunos casos.

Detrás de cada uno de éstos personajes o entidades, ya sea víctima o victimario, hay una representación social numerosa a la que no se le puede imponer un punto de vista. No hay ninguna posibilidad de que alguien se erija en el juez moral que diga lo que estuvo bien o mal y tampoco hay posibilidad de que los juicios de éste sean aceptados como verdades por todos.

Es muy difícil en nuestro conflicto que alguien haya quedado limpio de culpa y a nada conduce discutir ahora quien fue el peor. Mal harían los que, sintiéndose libres de culpa en relación al pasado, lanzaran ahora piedras contra la paz del futuro. Tanto polarizaron al país los secuestros y asesinatos de empresarios en los 70’s, cometidos por la izquierda, como el crimen de Monseñor Romero, cometido por la derecha en 1980. La derecha, vía escuadrones de la muerte, asesinó al arzobispo y este hecho profundizó el descontento y desencadenó la guerra civil.

La guerrilla, por su parte, cometió al menos una decena de asesinatos de prominentes empresarios y estos hechos se convirtieron en una provocación que contribuyó a aumentar el pánico ante la posibilidad de una victoria revolucionaria. Ese pánico, entre otros factores, sirve de base a gran parte de los crímenes y atrocidades cometidas por la derecha.

No es un azar que en Cuba y Nicaragua, donde los movimientos revolucionarios no utilizaron el secuestro, se hayan producido victorias basadas en alianzas nacionales y que la represión no alcanzara nunca los niveles de El Salvador, Guatemala o Argentina.

En El Salvador, tanto los religiosos como los empresarios asesinados eran personas indefensas que fueron agredidos basándose en su supuesta responsabilidad, una acusación mecánica y fanática, sobre lo que estaba pasando en el país. Que los casos de Monseñor Romero y los Jesuítas tuvieran más trascendencia internacional, no debería hacernos pensar que hubo diferencia entre unos asesinato y otros, porque eso no sería moralmente correcto. Los dos bandos tuvieron héroes, mártires y verdugos.

¿Cómo educarnos con una visión integradora de nuestra historia sin faltar ala verdad, sin ignorar hechos o personajes y sin calificar a unos de bandoleros y a otros de asesinos, teniendo en cuenta la dificultad de encontrar un personaje o hecho que nos unifique y que sea de alguna relevancia histórica? Ese es el dilema.

Por ahora este no es un problema que preocupe a todos los salvadoreños, pero sí es la principal carga emocional de los que son más activos en la política y en la generación de cultura. Esa situación nos ha impedido hasta ahora lograr consensos, a pesar de que muchos estén pensando de la misma manera y sobre los mismos temas, porque a veces las diferencias no están en las ideas mismas, sino en quien las propone.

Esa carga emocional afecta a la gobernabilidad en el presente y, de no corregirse, afectará a la unidad nacional en el futuro.

Dejar a la deriva este aspecto, acumulando conflictos y resentimientos en las nuevas generaciones, nos puede llevar un día a encontrarnos con dos naciones distintas. Se suele decir que la historia la escriben los vencedores. Ventajosamente, fa gran virtud de nuestra negociación fue lograr un final sin vencedores y el riesgo es que esto nos lleve a ser un país sin historia común, sin identidad y sin sentido de nación.

Hasta ahora, la historia reciente ha sido abordada con énfasis en los aspectos ideológico-políticos y esto, obviamente, se refleja en la polarización que existe entre las fuerzas políticas actuales y los políticos en general, que tienen a señalar culpables y/o creerse héroes.

Quizás un tratamiento objetivo de los hechos y los personajes, en relación con lo político, combinado con los valores comunes que ambas partes tenían, podría contribuir a resolver el problema. Hacer de este segundo aspecto el factor principal, nos permitiría tener en nuestra historia personas y sucesos confrontados, con los que todos los salvadoreños podamos identificarnos.

¿Qué hay de común entre el General Maximiliano Hernández Martínez (fundador de la dictadura militar en 1930) y Farabundo Martí (líder de la rebelión campesina de 1932, fusilado por el General Martínez)?, ¿entre Rafael Arce y Felipe Peña (estudiantes fundadores de las guerrillas en los 70’s) y Mauricio Borgonovo, Roberto Poma y Ernesto Regalado (empresarios asesinados por las guerrillas en los 70’s)?, ¿en qué se parecieron las guerrillas y la Fuerza Armada?, ¿qué valores esenciales nos dejó el Acuerdo de Paz?

Éstas serían las preguntas a responder y, si las respuestas fueran las correctas, reducirían el impacto negativo de la pregunta de siempre: ¿quiénes fueron las víctimas y quiénes los agresores?

La Guerra y la Paz fueron hechas por personas y líderes controversiales y ellos deben ser los que aparezcan en nuestra historia y nos den identidad, a partir de la fortaleza de su personalidad, y por encima de lo que haya sido o sea su posición política.

Poner el énfasis en lo ideológico-político nos lleva a dividirnos por cómo pensamos, cuando lo fundamental sería unirnos por cómo somos. Sin faltar a la verdad, es necesario salirse del esquema de buenos y malos porque eso no es nunca objetivo. No hay liderazgo ni personaje histórico sin error, sin cosas buenas o malas. Los únicos que no se equivocan son los que nunca hacen nada. Los pueblos que tienen ambiciones, sueños y metas cometen errores, pero logran propósitos.

Lo fundamental es, entonces, la propia personalidad de nuestra nación, sus dimensiones humanas. Nuestra identidad debe fundarse en líderes fuertes, de grandes cualidades personales y no en personajes grises, que no se hicieron sentir. Debemos lograr que, en dos generaciones más, los salvadoreños puedan identificarse igualmente con Maximiliano Hernández Martínez como con Farabundo Martí, porque los valores comunes de ellos y no su posición política, son nuestra identidad.

En el terreno de los valores humanos, la Guerra y la Paz hicieron a ambas partes desplegar coraje, imaginación, tenacidad, perseverancia, trabajo duro, responsabilidad y obediencia a sus convicciones y entidades. Estos valores son, en realidad, parte fundamental de nuestra identidad salvadoreña.

El milagro económico de las remesas familiares está vinculado a estos mismos valores. Los más de mil cien millones de dólares anuales, enviados por los salvadoreños desde los Estados Unidos, son posibles porqué hubo quienes desafiaron peligros para cruzar ilegalmente las fronteras y son ahora capaces de trabajar hasta 14 horas al día.

Los salvadoreños envían, en términos relativos, más dinero a sus familias que los mexicanos y cubanos, a pesar de que estos últimos son más, llevan más tiempo en los Estados Unidos y cuentan con ingresos muy superiores a los de los salvadoreños.

A pesar de las similitudes ideológicas, las diferencias entre el Frente Sandinista y el FMLN, entre la derecha salvadoreña y la guatemalteca, entre los empresarios costarricenses y salvadoreños, entre los trabajadores salvadoreños y los hondureños y entre la Fuerza Armada de Guatemala y la de El Salvador, son básicamente culturales, una cultura que diferencia a la nación salvadoreña del resto de Centroamérica.

De los salvadoreños se pueden decir muchas cosas malas, entre ellas el nivel de deshumanización a que ambos bandos llevaron la guerra, pero nadie puede decir que sean holgazanes, poco creativos o cobardes. Por eso mismo la guerra fue tan cruenta. La Guerra, la Paz y la Migración de compatriotas hacia los Estados Unidos, son los hechos más relevantes de nuestra vida y los que nos han colocado en la historia universal. Y tenemos la obligación de utilizarlos positivamente para refundar y fortalecer nuestra identidad.

El Acuerdo de Paz, además de ser una extraordinaria operación de imaginación política, tuvo éxito porque su perfecto cumplimiento descansó en valores fundamentales, como la responsabilidad y el peso de la palabra empeñada por ambas partes. No hubo traición ni trampas, algo común en todos los procesos de solución de conflictos.

Las fallas y faltas de las partes al acuerdo de paz fueron, en términos comparativos, prácticamente irrelevantes, a pesar de que la norma en la mayoría de procesos es la continuidad de la confrontación, los asesinatos a gran escala, el fracaso total en la fundación de instituciones y la imposibilidad de la reconciliación.

Así ha sido, al menos, en África, Asia y Colombia. El proceso de Paz de El Salvador, sin embargo, es un ejemplo mundial, aunque se haya valorado poco en nuestro propio país. Por eso sería necesario hacer hincapié en la perfección de nuestro proceso, para fomentar así el valor de la lealtad y la responsabilidad y contribuir a formar ciudadanos pacíficos, responsables y respetuosos de las instituciones y Leyes.

Existen contradicciones entre los distintos personajes de nuestra historia, pero la fuerte personalidad de todos ellos nos debería permitir fomentar la perseverancia, la tenacidad y, con el ejemplo de algunos de ellos, incluso, la importancia de la superación personal y la excelencia, como fue el caso de los jóvenes empresarios y los estudiantes que fundaron la guerrilla y de nuestros compatriotas en Estados Unidos, que son también una muestra de responsabilidad y esfuerzo en el trabajo.

En síntesis, hay que relacionar nuestra historia de Guerra, Paz y Migración con los valores humanos que en esos procesos han desplegado los salvadoreños. Eso nos posibilitaría crear una identidad cultural que tenga espacios sagrados, por encima de las lógicas diferencias que una democracia como la nuestra nos permite expresar.

Habrá algunos que, desde ambos lados, dirán que es inmoral mezclar a los que ellos consideran héroes o mártires con los que, por otro lado, consideran asesinos. Pero la única posibilidad de que algunos de estos salvadoreños lleguen a ser símbolos nacionales es que dejen de ser el símbolo de unos contra otros y que sea el tiempo y el tratamiento objetivo de lo bueno, lo malo y lo feo el que les dé su peso específico.

Es obvio que es un tema complejo analizar la moralidad o no de los hechos pasados para no volver a cometer los mismos errores, y la Iglesia es un buen ejemplo de cómo se debe hacer. La Iglesia católica, que en nuestro conflicto fue severamente martirizada por la derecha y en otros países (México, España, Rusia, Cuba etc.) atacada por la izquierda, ha cometido, a su vez, graves errores: torturó y mató durante la Santa Inquisición, hizo virtuales apoyos al exterminio racial del fascismo durante la Segunda Guerra Mundial y a la matanza de campesinos, de 1932, en nuestro país. Y, sin embargo, el respeto, la veneración y la autoridad moral que ahora tiene la Iglesia no se basa en una rendición de cuentas, ni siquiera en que haya pedido perdón, sino en su comportamiento actual.

Discernir entre lo que es moral, inmoral o amoral no puede establecerse desde criterios emocionales, olvidando el contexto y sobre todo el futuro. Y lo que es moral ahora en El Salvador es lograr que la sociedad evolucione a normas de convivencia y respeto a los derechos humanos, y que esto se haga desde el respeto a la democracia y sus instituciones.

Las posibilidades de unificación son muchas porque todos hemos sufrido la misma guerra, hemos hecho frente a las mismas ilusiones y decepciones y hemos sentido la necesidad de poner fin a la lucha sectaria. El Salvador, además, no tiene las reticencias étnicas que tiene Guatemala, ni la división racial de la costa atlántica de Nicaragua.

Los salvadoreños comparten un idioma común, el español, una simbología deportiva, el fútbol, una comida popular, las pupusas, y una esperanza para el futuro, la paz y la justicia. Monseñor Romero, Farabundo Martí y el General Martínez, con sus virtudes, defectos, aciertos y desaciertos, nos pertenecen a todos y no deben ser privatizados por un grupo en particular.

La desventaja de El Salvador es lo extensa y grave que fue la guerra y la ventaja, su homogeneidad étnico cultural. La construcción de una identidad nacional es lo único que puede permitirle a una nación enfrentar con éxito un pasado de conflictos y divisiones, para saber de que puede y debe sentirse orgullosa, y también para sacar las lecciones de lo que no debe volver a ocurrir.

Este problema, al igual que está presente en El Salvador, lo está en Chile, Colombia y Guatemala, por citar otros países. Quizás en el nacionalismo mexicano encontremos un caso de manejo acertado de la historia. La identidad es posible fundarla, incluso, en la diversidad cultural, como han hecho, de manera notable,,

los Estados Unidos. Y rehacer la identidad es clave para la transición democrática y para la finalización de guerras internas. Hacer historia no es, simplemente, descubrir quién tuvo la razón en un conflicto que dividió la nación, sino en descubrir las razones que permitan unirla.

Una candidatura presidencial de la sociedad civil: Estrategia equivocada de algunos en la oposición para las elecciones del 2024. Colectivo Tetzáhuitl.

Participar en las elecciones presidenciales del 2024 solo legitimará la candidatura de Bukele.

Algunos sectores de la oposición han estado promoviendo en estos días una candidatura presidencial de la sociedad civil que podría desplazar, según ellos, a Nayib Bukele de la Presidencia de la República y acabar con sus intenciones de reelegirse en Febrero del 2024.

Uno de sus principales exponentes ha sido Eugenio Chicas, militante del FMLN, ex diputado de la Asamblea Legislativa y del PARLACEN, ex Presidente del Tribunal Supremo Electoral y ex Secretario de Comunicaciones en el gobierno de Sánchez Cerén.

La propuesta no es propia, es compartida por otros.

Lo que más llama la atención es que haya sido hecha por alguien que se supone es experto en temas electorales y que pertenece al partido al que le ha hecho el llamado público de que participar en la próxima contienda presidencial es hacerle el juego a Bukele.

Todo indica que de esta propuesta participan otros miembros de la sociedad civil como Miguel Fortín Magaña, ex Director de Medicina Legal de la Corte Suprema de Justicia, Ronald Umaña, ex dirigente del PDC, Rubén Zamora, ex embajador de El Salvador en la ONU y ex candidato presidencial del FMLN, algunos Directivos de la UCA y otros ex dirigentes del FMLN como Atilio Montalvo, alias Salvador Guerra.

La propuesta es irreal, ingenua y contradictoria.

En el 2024 la competencia electoral presidencial será desigual y está contaminada de ilegalidades.

Comenzando con el hecho de que la candidatura de Nayib Bukele, una vez se haga efectiva y sea admitida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), es inconstitucional y su interés de competir constituye un fraude de Ley.

La Constitución es clara cuando establece que un Presidente de la República solo puede ejercer su cargo por cinco años y no puede continuar en el poder ni un día más.

La violación a esa prohibición obliga al pueblo a insurreccionarse.

En este caso la insurrección más que un derecho del pueblo es una obligación a efecto de cumplir con el mandato constitucional.

Si el pueblo no hace nada o se mantiene pasivo en el fondo está incumpliendo la Constitución

Acá no caben medias tintas.

Si un  Presidente, como sería el caso de Bukele, se queda un día más en el cargo el pueblo tiene la obligación de insurreccionarse.

Los Diputados Constituyentes de 1983 dejaron establecido que un Presidente en funciones no puede buscar la reelección inmediata y continúa.

Debe esperar al menos un período presidencial para hacerlo.

Bukele a través de una ilegal resolución de la Sala de lo Constitucional, bajo su control, pretende inscribirse como candidato para continuar en el poder por 5 años más.

A pesar de que existe la prohibición constitucional, tanto Bukele como sus seguidores van a buscar la renovación de su mandato porque necesitan no solo asegurar el poder del Ejecutivo sino controlar los demás órganos del Estado para garantizar que nadie lo va a juzgar penalmente por los delitos cometidos durante su Presidencia.

Por eso hablamos de un fraude de Ley en la medida que Bukele intenta evitar su juzgamiento una vez pierda el fuero constitucional.

Como ex Presidente le sería más difícil seguir controlando la Asamblea, la Fiscalía y el poder judicial.

Bukele nunca pensó en  ese escenario cuando en el pasado, siendo alcalde capitalino, tenía otra opinión sobre la reelección presidencial.

Existen registros de entrevistas en las que Bukele expresaba su rechazo a la reelección continua e inmediata bajo el argumento de que los constituyentes dejaron claramente expresada esta prohibición constitucional para evitar que un Presidente usara su poder como gobernante para perpetuarse en el cargo.

En ese momento nunca pensó que una vez siendo Presidente del país cometería abusos de poder, excesos y violaciones a los Derechos Humanos así como otros delitos (pago de sobornos, peculado, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, negociaciones ilícitas, etc) que no le dejarían más opción que mantenerse en la Presidencia por el tiempo que fuera necesario para no ser juzgado penalmente.  

En tal sentido, la oposición, tanto política como social, debería manifestarse en forma más activa contra esa decisión de Bukele y no solo criticarla a través de los medios de comunicación.

Acá es donde la sociedad civil debe jugar un rol diferente al que propone Eugenio Chicas.

El rol de la sociedad civil no es proponer y apoyar una candidatura ciudadana para el 2024.

No en las actuales condiciones.

En estas circunstancias y dado que el escenario previsible es que Bukele gane las elecciones presidenciales valiéndose del fraude y del control que tiene sobre el Tribunal Supremo Electoral, la propuesta de un candidatura independiente es hasta ridícula.

Así como están las cosas en el país ninguna candidatura, por mucho que provenga de las filas de la sociedad civil, podrá derrotar a Bukele.

Él tiene el control de la opinión pública, de las reglas de la competencia electoral, del padrón y del Tribunal Supremo Electoral, que ha dejado de ser un árbitro independiente.

Utiliza el terror y la violencia del Estado a su antojo.

Las denuncias y recomendaciones de las organizaciones de Derechos Humanos en el mundo entero le tienen sin cuidado. 

Denuncias a las que ya ni siquiera responde en las redes sociales como lo hacía al principio.

Apoyar entonces una candidatura de la sociedad civil que inscriban partidos de derecha como “Vamos”, “Nuestro Tiempo” o “Fraternidad Patriótica” y que de entrada está condenada a fracasar, solo servirá para hacerle el juego a Bukele.

No entendemos por qué para Chicas una candidatura presidencial del FMLN le hace el juego al régimen y en cambio una propuesta de la sociedad civil que deberá ser vehiculada por otros partidos políticos para poder inscribirse no se lo hace.

Movilización ciudadana contra Bukele.

En 1944, luego del fracaso de la intentona golpista contra Hernández Martínez, quien como Bukele buscaba su reelección por segunda vez, fue la movilización ciudadana la que terminó sacando del poder al Dictador.

Una “huelga de brazos caídos” en la que participaron ferrocarrileros, obreros, empleados públicos y de comercio así como estudiantes de secundaria y universitarios, logró lo que un grupo de militares con aspiraciones de poder no habían conseguido: La renuncia de Hernández Martínez y su huída a Guatemala, primero, y a Honduras después.

Seríamos ignorantes de la Historia si no establecemos las diferencias de lo que ocurría en el país en esa época con lo que ocurre en estos momentos.

Primero, después de 13 años al frente del gobierno, Hernández Martínez había comenzado a tener contradicciones con la oligarquía al grado que banqueros, comerciantes y cafetaleros acabaron financiando la huelga.

El asesinato a manos de la policía de un estudiante, hijo de estadounidenses, provocó que la Embajada de ese país le quitara apoyo al General.

El 9 de Mayo de 1944, Hernández Martínez anunció su renuncia y se refugió en Guatemala.

Acabó asesinado en Honduras en 1966 por su motorista, Cipriano Morales.

La situación con Bukele es diferente.

A medida que aumenta su poder, su alianza con la Oligarquía se fortalece. 

Bukele sigue siendo la mejor opción presidencial para los sectores oligárquicos, quiénes no han dejado de apoyarlo y de financiar a Nuevas Ideas.

Aunque bajo la administración demócrata, Bukele ha tenido un estira y encoje con EEUU por algunas medidas adoptadas, ningún funcionario de Biden ha dado muestras de buscar un alejamiento de su gobierno.

Más allá de la controversia con la Congresista de California Norma Torres, ningún otro influyente funcionario estadounidense le ha quitado el respaldo a Bukele, como sí lo han hecho con Ortega en Nicaragua y con Maduro en Venezuela.    

Estados Unidos jamás va a apoyar un golpe de Estado en El Salvador por mucho que existan justificaciones constitucionales para llevarlo a cabo.  

Es el pueblo organizado el único que puede invocar el derecho a la insurrección y organizar un resistencia civil que si bien no sacaría a Bukele del poder podría reducir considerablemente su capital político y desenmascararlo.

Acá se imponen una serie de acciones que las organizaciones populares deberían promover en lugar de caer en la trampa de proponer una candidatura ciudadana para el 2024.

Deben desenmascarar a Bukele que continúa vendiéndose como un Presidente progresista de izquierda.

En artículos anteriores hemos demostrado que Bukele es un gobernante de derecha, pro oligárquico y neoliberal. Y que lo que menos le importa es el futuro del pueblo y sus condiciones de vida.

Bajo Bukele la pobreza ha aumentado y la riqueza se ha concentrado más que en los gobiernos de ARENA.

Los ingresos en este año no le alcanzan a la población para adquirir los productos y servicios que necesita para vivir.

Se acaba de celebrar una reunión de Presidentes de América Latina para acordar medidas que reduzcan la inflación y Bukele no solo fue uno de los grandes ausentes sino que ni siquiera envió a un representante de su gobierno.

No existe un plan de rescate de la economía nacional y de recuperación de los empleos perdidos por el COVID.

La continuidad del gobierno de Bukele por cinco años más no va a mejorar las perspectivas económicas del país ni las condiciones de vida de la población.

Con Bukele los privilegios de los Oligarcas se han mantenido y la población se encuentra en una situación precaria.

La inversión extranjera prometida no ha llegado al país como anunció, ni con la circulación del BITCOIN ni con la reducción de la delincuencia.

El gran problema es que la población sigue sin entenderlo y mantiene el endoso de confianza hacia su gobierno como cuando fue elegido Presidente.

Una hábil y millonaria campaña de publicidad hace que sus niveles de aceptación se mantengan altos.

Hemos llegado a un punto en el que a la población no le interesa que Bukele y su entorno familiar estén robando de las arcas del Estado.

Prometió que él mismo metería preso al funcionario que descubriera robando y no ha hecho nada ante las evidencias de corrupción que fueron investigadas y demostradas por la Fiscalía anterior de Raúl Melara y por el Departamento de Estado de Estados Unidos. 

En este punto, la dirigencia actual del FMLN, conducida por José Luis Merino, ha sido cómplice en la medida que la Fiscalía de Rodolfo Delgado cerró el expediente por lavado de dinero y por administración fraudulenta del conglomerado de empresas del Grupo Alba que salpica a Bukele y a varios de sus funcionarios como Federico Anliker, actual Presidente de CEPA, Juan Pablo Anliker, ex Ministro de Agricultura, Carolina Recinos de Bernal, Jefa de Gabinete, entre otros, quienes así como Bukele recibieron préstamos del Grupo Alba.

Merino planificó y financió el ascenso político de Nayib Bukele para beneficio propio y aseguró que las empresas Alba hicieran negocios con su clan familiar y con empresarios cercanos a su entorno.

Para ocultar estos negocios fraudulentos que han incrementado el capital familiar, Bukele necesita continuar en la Presidencia y seguir controlando los demás órganos del Estado

La lucha electoral, desde esta perspectiva, debe centrarse en la Asamblea Legislativa.

Solo un cambio en la correlación de fuerzas en este órgano del Estado puede limitar el poder autoritario y los excesos de Bukele.

Ahí es donde el movimiento social debe concentrarse.

La ciudadanía organizada debe promover y apoyar candidaturas para las Diputaciones y los Consejos Municipales que puedan hacerle contrapeso a Bukele.

La propuesta de configurar un Frente Amplio de lucha y Resistencia es acertada y es la única que permitirá el empoderamiento de las organizaciones populares y de la sociedad civil.

Urge la creación de un nuevo liderazgo político comprometido con los intereses de la población y que frene las ambiciones de Bukele y de la Oligarquía dominante, aliada al Imperialismo.

Ese liderazgo no puede salir de los partidos existentes y tampoco lo hará participando en una elección presidencial inconstitucional y amañada, en la que los resultados ya han sido definidos con antelación.

La posición de Eugenio Chicas no deja de ser electorera.

Cuando dice que ahora es el turno de la ciudadanía pasa por alto que el turno de la ciudadanía no se mide en términos de movilización electoral sino de movilización política y territorial.

El turno de la sociedad civil no se concreta en participar en una contienda electoral con candidato propio.

La sociedad civil organizada debe empoderarse y construir un amplio movimiento ciudadano de resistencia y rebeldía contra el Dictador.

Un Frente Amplio de lucha como lo ha propuesto el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular es el camino a seguir.

Los dilemas de la izquierda salvadoreña frente a las elecciones presidenciales de 2024. Roberto Pineda. 11 de abril de 2023

Introducción

La izquierda salvadoreña en sus distintas vertientes- políticas, sociales o populares, académicas, religiosas, de la diáspora, etc.,- enfrenta un agudo debate sobre complejos dilemas frente al acercamiento  de las elecciones presidenciales, municipales, legislativas y del Parlacen de febrero y marzo de 2024, ante la decisión del presidente Nayib Bukele de buscar la reelección.

Entre estos dilemas -cuyo tiempo se va acortando para definirlos- se encuentran los de determinar si se participara o no, y en caso de hacerlo en que tipo de elección; si se definirá un candidato presidencial y si este  será de los partidos políticos de oposición o de la sociedad civil, sobre la modalidad de ir separados o en una gran alianza política con la sociedad civil, y sobre el programa político y la consigna principal, entre otros dilemas.

A continuación hacemos un breve balance alrededor de estos debates y dilemas, en el contexto de una  compleja situación internacional de agravamiento del enfrentamiento entre las principales potencias mundiales, y de una situación interna, en la cual la exitosa campaña contra las pandillas ha logrado ocultar las profundas violaciones a los derechos humanos y permitirá seguramente un nuevo periodo presidencial  del proyecto político del clan Bukele.

Los entornos

A nivel internacional la humanidad vive en uno de los momentos más peligrosos luego del fin de la segunda guerra mundial en 1945 y después del desmoronamiento del campo socialista en 1989-1991. El enfrentamiento principal es la competencia global entre Estados Unidos y la Republica Popular China, en medio de la cual se desarrollan conflictos de distinta naturaleza, incluyendo el conflicto armado que tiene lugar desde febrero de 2022 en el centro de Europa, con la intervención rusa en Ucrania. A esto hay que agregar las secuelas de la reciente pandemia del Covid-19.

En los hechos, la amenaza de una guerra nuclear es real e inescapable, incluso algunos alegan que la globalización ha concluido y que la tercera guerra mundial ya ha comenzado.

A nivel nacional , la guerra contra las pandillas iniciada en marzo del año pasado por el proyecto bonapartista de Bukele, en su tercer año de gobierno, bajo la figura de un estado de excepción de naturaleza permanente, ha logrado capitalizar el respaldo de las amplias mayorías populares.

Bukele ha logrado afianzarse en parte importante del poder -incluyendo casi todo el gobierno- , se prepara para un nuevo periodo presidencial y no se percibe a corto plazo ningún tipo de amenaza sea esta de naturaleza política o social.

Y no obstante las evidentes violaciones a los derechos humanos y las reiteradas condenas internacionales, como lo señalan las múltiples encuestas realizadas, con seguridad se puede prever la reelección de Nayib Bukele en febrero del próximo año. Las mayorías populares  optan por la seguridad -aunque sea transitoria-sobre la democracia. Este es un dato clave que ningún político debe de olvidar.

Los principales actores en el campo de la izquierda y de la oposición al régimen Bukele

Y es este -a grandes rasgos- el complejo panorama sobre el que actúa la izquierda salvadoreña, la cual perdió desde el 2019 y ya por cuatro años-por errores de naturaleza política, ideológica y ética- la acumulación histórica  iniciada a partir de los años sesenta. Veamos sus principales actores.

El FMLN

No obstante su derrota estratégica de 2019, el FMLN continua siendo por su base territorial el principal instrumento de la izquierda salvadoreña. Y su accionar determinará fuertemente para la izquierda y para el movimiento social y popular el desenlace del 2024 y lo que sigue.

Lamentablemente el FMLN se rompe a partir de la derrota electoral de 2019 en tres pedazos, pero por otra parte, ninguno de estos  pedazos quiso renunciar a las cuatro letras y se mantienen en un matrimonio de conveniencia. Y seguramente llegaran así hasta el 2024. Peleados pero viviendo en la misma casa y comiendo en la misma mesa.

Sus estrategias han sido diferentes, el sector hegemónico, con una fuerte presencia juvenil en su dirección, optó por la defensa de la institucionalidad por medio de la reforma de sus estatutos y el trabajo territorial rural, el sector minoritario, se plegó a la estrategia de defensa de la institucionalidad,  mientras el sector desplazado de la dirección, consolidó el trabajo territorial en el Gran San Salvador para garantizar candidatos y a la vez definió una audaz política de construcción de un referente de masas y de una estrategia de lucha de calle.

SUMEMOS

Bajo estas siglas pueden aglutinarse una serie de personalidades democráticas que van desde sectores conservadores de derecha, altos exfuncionarios de los gobiernos del FMLN, hasta importantes dignatarios religiosos, católicos y evangélicos, diputados y diputadas a tenor personal de Vamos y Nuestro Tiempo, ilustres académicos, e incluso algunos sectores del movimiento social vinculados a la defensa de los derechos humanos,  a la lucha por las víctimas del estado de excepción, etc.  Plantean la necesidad de un movimiento cívico que lleve candidatos legislativos y municipales en el territorio.

BLOQUE POPULAR DE REBELDIA Y RESISTENCIA

Constituye por su nivel de convocatoria, el principal instrumento de organización y lucha popular, ya que incluye a empleados estatales,  organizaciones populares y amplios sectores del movimiento social de ONGs. Su periodo de mayor actividad fue durante las marchas convocadas para finales  2020. Han convocado ya para una gran movilización el 1 de mayo.

ALIANZA NACIONAL POR EL SALVADOR EN PAZ

Junto con el BPRR, es la otra gran fuerza social y popular. Y su principal componente esta constituido por el sector de excombatientes tanto del FMLN como de las Fuerzas Armadas. Su capacidad de movilización y cobertura territorial es muy fuerte. Pero además cuenta con otros sectores importantes, como empleados públicos.

Los temas en disputa  en la izquierda  y en el movimiento de oposición a Bukele

¿Participar o no participar en las elecciones?

Existen sectores en la izquierda y el movimiento de oposición a Bukele que plantean categóricamente que participar en el proceso electoral significa automáticamente reconocer la legitimidad del proceso electoral y de su seguro desenlace. Por otra parte, en el caso del FMLN, sus tres tendencias públicamente han manifestado que se están preparando para esta batalla electoral. En el caso de del BPRR y de la ANPESP  todavía no se pronuncian al respecto.

¿Candidato presidencial de la sociedad civil o de los partidos políticos?

Para los sectores que integran Sumamos existe coincidencia de la necesidad de un candidato presidencial que surja desde la sociedad civil, dado el desgaste existente entre los partidos políticos, incluyendo al FMLN y a ARENA. Por otrta parte, tanto en el FMLN como en ARENA existen sectores interesados en impulsar una candidatura presidencial que le dispute a Bukele y no le permita que esta cancha estratégica le queda libre. De nuevo en el caso de BPRR y Alianza todavía no se escucha ninguna posición al respecto.

¿Ir separados o dentro de una gran alianza político-social?

Para el FMLN y ARENA es claro que en el caso que lleven candidatos presidenciales estos vendrán de sus filas, para Sumemos la visión es diferente y se inclinan de palabra por una gran alianza de la sociedad civil, pero a la cual extrañamente, a esta altura del partido,  no parecen estar invitados ni el BPRR ni la Alianza.

¿Cuál es la consigna?

Para el FMLN y Sumemos la consigna, el objetivo político supremo radica en la derrota electoral y política del proyecto Bukele  y el sucesivo desmoronamiento de su andamiaje jurídico y político. En síntesis, un regreso a los acuerdos políticos surgidos en 1992.

Valoraciones

Las condiciones de posibilidad para avanzar en la superación de la profunda crisis que vive la izquierda, que es una crisis de pertinencia, pasan por lograr varios objetivos: a) lograr un acuerdo mínimo entre las tres tendencias del FMLN para que la lucha por las candidaturas no se convierta en una nueva sangría; b) lograr construir un gran agrupamiento de izquierda, integrado por la izquierda política (FMLN) y la izquierda social (BPRR y Alianza por la Paz) c) ir al encuentro de ese gran agrupamiento de sociedad civil para forjar una amplia y poderosa alianza de fuerzas revolucionarias y democráticas que enfrente al proyecto político Bukele tanto en las urnas como en las calles. De no avanzarse en estos procesos lo más seguro será el fortalecimiento del régimen bonapartista de Nayib Bukele por un largo período.

Los escenarios de futuro

Podemos vislumbrar tres grandes escenarios:

  1. El proyecto Bukele, mediante Nuevas Ideas y sus antiguos y nuevos aliados obtendrán una aplastante victoria electoral en cada una de las cuatro carreras sin ningún tipo de oposición
  2. El proyecto Bukele mediante Nuevas Ideas y sus antiguos y nuevos aliados se encontraran con una situación de disputa política en cada una de las cuatro carreras
  3. El proyecto Bukele, mediante Nuevas Ideas y sus antiguos y nuevos aliados serán enfrentados por una amplia coalición de fuerzas que incluirán a la oposición política, FMLN y ARENA, pero también a Sumemos , BPRR y la Alianza.

El Sistema Circadiano en el Anciano. J. Ortiz

Todos los seres vivos en el planeta Tierra estamos sometidos a un entorno cambiante y cíclico que ha contribuido al desarrollo de un reloj biológico que les permite la anticipación a estos cambios. Este reloj necesita un conjunto de sincronizadores externos (zeitgebers) que lo pongan en hora cada día. Algunos de estos sincronizadores son la luz, el horario regular de comidas, ejercicio moderado, contactos sociales…

Durante el envejecimiento, el reloj biológico va perdiendo paulatinamente su capacidad de marcar el ritmo al organismo. Es por ello que las terapias cronobiológicas que tratan de potenciar las señales sincronizadoras tienen mucho interés, no sólo por su eficacia, sino también por su bajo costo y la ausencia de efectos secundarios.

En primer lugar y teniendo en cuenta que el mejor sincronizador para el reloj biológico es la luz, la terapia más eficaz es la luminoterapia con luz brillante. En segundo lugar habría que recomendar el mantenimiento de un horario estable de comidas, de ejercicio físico moderado y relaciones sociales. Todas estas son medidas que mejoran las entradas al reloj pero también podemos mejorar las salidas.

El reloj marca el ritmo al organismo a través de una hormona, la melatonina. Con el envejecimiento, los niveles de melatonina endógena van disminuyendo y por ello, una terapia útil es la administración de melatonina exógena o de alguno de sus agonistas farmacológicos. Ésta hormona actúa como señal temporal, pero igualmente como inductora del sueño, hormona antienvejecimiento, oncostática frente a ciertos tipos de tumores e inmunomoduladora.

Para conocer el estado del sistema circadiano (el reloj biológico) y poder optimizar las terapias, es necesario medir algunos ritmos que se denominan “marcadores”. Se trata de ritmos muy estables y que están controlados directamente por el reloj. Algunos ejemplos de estos ritmos son el de temperatura periférica y el de actividad motora. En ambos casos se trata de ritmos que se determinan mediante el empleo de técnicas no invasivas.

EL SISTEMA CIRCADIANO

Desde su origen, nuestro planeta ha estado girando alrededor de su propio eje y alrededor del Sol ininterrumpidamente. En este entorno rítmico y sobre un planeta inhóspito y violento, aparecieron los primeros seres vivos, para los que cualquier ventaja adaptativa supondría un gran paso para permanecer en la carrera de la vida. Por ello, la aparición de los primeros relojes biológicos les permitió anticipar los cambios periódicos y, por tanto, previsibles en las condiciones ambientales, aumentando sus posibilidades de supervivencia.

Esta adaptación, que ya aparece en los albores de la evolución, se ha mantenido en la mayoría de los seres vivos actuales, incluidos los humanos.

Este reloj biológico también organiza temporalmente nuestra vida, manteniéndonos despiertos durante el día y preparándonos para el descanso y la recuperación durante la noche. Esta pauta persiste incluso en ausencia de señales temporales, como serían la salida y puesta del Sol, aunque con una cadencia ligeramente distinta. Estas señales temporales son las encargadas de poner el reloj en hora; es decir, la luz es capaz de poner en hora el reloj, pero este reloj no depende de la luz para seguir funcionando.

Bajo este punto de vista, las denominadas constantes vitales se convierten en variables biológicas que muestran ritmos diarios (denominados circadianos) en sus valores. Por ejemplo, los niveles de cortisol tienen su máximo en el momento del despertar, mientras que la fuerza muscular lo presenta al final de la tarde; de modo que cada variable del organismo presenta su máximo, o acrofase, en un momento determinado.

Las acrofases de cada uno de los ritmos circadianos de un individuo deben producirse de acuerdo con un orden interno específico. El mantenimiento de la organización temporal interna es un requisito necesario para el mantenimiento de un estado saludable.

El sistema circadiano, o conjunto de estructuras encargadas de generar, sincronizar y mantener este orden temporal interno, funciona como un reloj de cuerda antiguo, que tiene tendencia a retrasarse todos los días; esto es debido a que el periodo endógeno es de aproximadamente 24.5 horas en los humanos. A pesar de ello, estamos bien adaptados a nuestros días de 24 horas, ya que los sincronizadores, como el ciclo luz-oscuridad, tienen este periodo y se encargan de poner en hora el reloj diariamente. A los sincronizadores también seles denomina zeitgebers (dador de tiempo en alemán).

Estos sincronizadores ejercen su influencia sobre la maquinaria del reloj, formada por los NSQ. Dichos núcleos envían su señal a las “manecillas del reloj”, constituidas por multitud de centros neuroendocrinos que actúan como efectores, entre los que cabe destacar la glándula pineal, que mediante la secreción de

melatonina, el mensajero químico de la oscuridad, informa al resto del organismo de la llegada de la noche.

ENVEJECIMIENTO DEL SISTEMA CIRCADIANO

A medida que nuestro organismo envejece, envejecen todos los sistemas que lo componen y el sistema circadiano no es ninguna excepción. El deterioro del sistema circadiano se manifiesta significativamente en la vida diaria del individuo en diferentes aspectos:

El sueño se fragmenta, y personas que dormían durante toda la noche sin problema alguno, ahora se despiertan varias veces en mitad de la noche y, además, sienten la necesidad de dormir una o varias siestas.

Disminuye la amplitud de los ritmos circadianos, fenómeno especialmente importante para el ritmo de melatonina, ya que esta hormona se encarga de llevar la señal temporal procedente del sistema circadiano al resto del organismo.

Se producen cambios de fase de los ritmos circadianos. Las personas mayores acusan especialmente estos cambios en el caso del ritmo de sueño-vigilia, ya que empiezan a tener sueño antes de su horario habitual, despertándose igualmente un par de horas antes de lo que hacían cuando eran más jóvenes.

Estos hechos, conjuntamente, provocan que las diferencias entre el día y la noche se atenúen; además, el ritmo de vida característico de las ciudades dificulta la exposición a la luz del Sol, y el hecho de recibir intensidades luminosas similares tanto de día como de noche impide la correcta sincronización del sistema circadiano. De este modo queda manifiesto que en el envejecimiento del sistema circadiano se afectan todos sus componentes, desde las entradas al reloj (ya que la persona no se expone a la luz brillante durante el día o bien tiene alguna patología en la visión que le impide que esta

exposición llegue a los NSQ), hasta las salidas, debido principalmente a la disminución en amplitud del ritmo circadiano de melatonina. Los propios núcleos supraquiasmáticos también pueden estar afectados, apareciendo los cambios de fase de los ritmos circadianos.

VALORACIÓN CLÍNICA

Para evaluar el estatus del sistema circadiano de un individuo se dispone de una serie de ritmos en variables fisiológicas denominados ritmos marcadores, caracterizados por ser estables y representar fiablemente el estado del sistema circadiano. Estas características de los ritmos marcadores no son suficientes para la práctica clínica, ya que el método de medida en muchos casos puede resultar incómodo o demasiado invasivo; por ello, los ritmos marcadores utilizados no son invasivos, ni molestos, permitiendo así la obtención de largas series temporales que dotan a los resultados de una mayor fiabilidad.

De entre todos los ritmos marcadores del sistema circadiano el más utilizado es el registro de actividad-reposo mediante la actimetría. Este procedimiento es capaz de detectar cambios en la aceleración o posición del individuo mediante la colocación de un sensor a modo de muñequera o brazalete; este método de medida hace que el registro sea muy cómodo para el paciente, pudiendo utilizarse incluso en individuos con bajos niveles de colaboración.

Además de estas características, estos dispositivos presentan una memoria interna capaz de almacenar gran cantidad de datos, permitiendo registros de larga duración.

Los registros de actividad en una persona sana en edad adulta son muy característicos, ya que presentan valores de actividad muy altos mientras el individuo está despierto y muy bajos o nulos cuando está dormido. En el caso de un anciano sano las diferencias entre el día y la noche disminuyen, apareciendo periodos de la noche con cierta actividad y disminuciones acusadas de la actividad durante el día. Por último, en el caso de un enfermo de Alzheimer las diferencias entre los periodos diurno y nocturno se diluyen, pudiendo aparecer incluso más actividad durante la noche que durante el día.

Figura 1. Ritmo circadiano de sueño-vigilia de un adulto sano (actograma superior) y de un anciano sano (actograma inferior).

Existe otro ritmo marcador muy utilizado en el laboratorio, aunque más invasivo e incómodo que la actimetría, la temperatura central, cuya medida se realiza por medio de una sonda rectal, con los problemas que ello acarrea. Sin embargo, han aparecido artículos científicos en los que se ha comenzado a utilizar la temperatura periférica medida en distintos puntos de la piel y, concretamente, ha dado muy buenos resultados la medición en la muñeca, sobre la arteria radial, ya que la temperatura periférica en la muñeca se encuentra en antifase con respecto a la temperatura central. De este modo se pueden obtener unos resultados similares a los obtenidos mediante el registro de temperatura central pero con las ventajas derivadas de la mayor comodidad para el sujeto.

El registro de temperatura periférica en la muñeca para un individuo adulto sano es también muy característico, con valores elevados durante el sueño y valores bajos en los periodos de vigilia; de hecho, en el periodo correspondiente a la siesta se produce una pequeña elevación de la temperatura, aunque no llega a los valores del periodo nocturno. En el caso de un anciano, este ritmo adelanta su fase y disminuye el valor medio de la onda, denominado mesor; además, la temperatura comienza a subir en el periodo de la siesta, pero no desciende después, quedando explicada de este modo la somnolencia que experimenta por la tarde.

Los últimos resultados obtenidos a partir de los registros de temperatura periférica en la muñeca procedentes de una población de personas mayores de 65 años muestran una tendencia muy marcada en los distintos procesos característicos del envejecimiento del sistema circadiano comentados anteriormente, como son el avance de fase y la disminución de la amplitud del ritmo.

CONCLUSIONES

El sistema circadiano envejece al igual que lo hace el resto de sistemas en el organismo.

Para evaluar el estado del reloj biológico podemos medir los ritmos de actividad motora y temperatura que suponen una medida no invasiva, sencilla y muy aclaradora.

La exposición a la luz, horarios regulares de comidas, ejercicio físico, contactos sociales y la administración de melatonina exógena ayuda a mejorar el funcionamiento del sistema circadiano.

Los marcadores de cronodisrupción como indicadores de fragilidad. Juan Antonio Madrid

Los ritmos circadianos son los cambios rítmicos en las diferentes variables bioquímicas, fisiológicas y comportamentales que se repiten cada 24 horas. Es lo que dura el ciclo de nuestro reloj biológico, que se pone en hora con la salida y la puesta de sol, siguiendo los períodos de luz-oscuridad naturales.

Entre los elementos que sincronizan al reloj, el más importante es la alternancia de luz y oscuridad. Pero existen otros ‘relojeros’, como los horarios de comida, de sueño, el ejercicio físico e incluso las rutinas sociales, que son importantes para mantener el reloj interno funcionando correctamente.

Se sabe que la alteración de estos ritmos (cronodisrupción) puede tener importantes consecuencias para la salud, favoreciendo la aparición de numerosas patologías. El grupo del CIBERFES que lidera Juan Antonio Madrid en la Universidad de Murcia trabaja en el campo de la Cronobiología y centra su interés en el desarrollo de estrategias y nuevas tecnologías para evaluar y prevenir la cronodisrupción y sus consecuencias sobre la salud del sistema circadiano, y por tanto, sobre el bienestar general y la salud de poblaciones especialmente sensibles, como las personas mayores.

-Usted ha centrado su carrera investigadora en el estudio de la cronobiología, ¿cómo influyen los ritmos circadianos en la salud?

-Los más de treinta y cinco años trabajando en el campo de la Cronobiología me han convencido de que el sueño, junto con la nutrición, actividad física y una buena actitud y actividad mental, forma parte de los cuatro pilares de la salud. Cuidando estos aspectos, es posible que no consigamos evitar todas las enfermedades, pero sí mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de dependencia durante los últimos años de vida.

 

-¿Cuáles son las patologías en las que la cronodisrupción puede considerarse un factor de riesgo clave?

-A veces encontramos personas que muestran ritmos desorganizados, irregulares, con baja amplitud o inexistentes, o incluso completamente desincronizados del día y la noche natural. En estos casos hablamos de cronodisrupción.

Hoy sabemos que la cronodisrupción agrava y favorece la aparición de numerosas patologías muy ligadas a las sociedades desarrolladas, como son: deterioro cognitivo, depresión, insomnio, envejecimiento acelerado, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, inmunodepresión e infertilidad, entre otras.

-¿Se ha avanzado en el conocimiento de los mecanismos biológicos por los que la cronodisrupción tiene estos efectos negativos en la salud?

-Los estudios que muestran la asociación entre cronodisrupción y un gran número de patologías son relativamente abundantes, aunque son pocos los que arrojan luz sobre los mecanismos que explican estos efectos.

Sin embargo, si tenemos en cuenta que más de un 15% de todo el genoma de la célula está controlado por el reloj circadiano, comprenderemos fácilmente que la alteración de esta maquinaria podría afectar a la organización temporal de las diferentes funciones que tienen lugar en la célula, algo parecido a lo que ocurriría en una orquesta en la que los músicos tocasen cada uno la partitura sin hacer caso a su director.

Además de contribuir a mostrar la relación entre cronodisrupción y algunas enfermedades, como melanoma, cáncer colorectal, deterioro cognitivo, apnea obstructiva de sueño, síndrome metabólico…, nuestro laboratorio de Cronobiología (Cronolab) está especialmente interesado en dos campos mucho más desconocidos: la detección mediante técnicas objetivas de marcadores de cronodisrupción y el desarrollo de medidas correctoras o de cronopotenciación.

-¿Existe una relación clara entre los ritmos biológicos y el envejecimiento?

-Por supuesto que sí. Además, la relación entre los ritmos biológicos y el envejecimiento es bidireccional. Por un lado, cuando analizamos los ritmos en una persona envejecida podemos detectar una serie de características diferenciales que nos permiten conocer su edad cronobiológica; por otro lado, cuando una persona está expuesta a situaciones que le producen cronodisrupción, sus marcadores de envejecimiento se elevan.

Esto se ha comprobado, especialmente, en animales de laboratorio a los que se les expone a ciclos de luz-oscuridad anómalos y en los que se detecta un envejecimiento prematuro, sobre todo cuando los animales tienen una patología previa. También se han creado modelos animales de envejecimiento acelerado, eliminando experimentalmente uno de los genes de su reloj circadiano.

-¿Cómo se comportan los ritmos circadianos en las personas mayores?

-Un ritmo biológico de una persona mayor no tiene por qué ser necesariamente sinónimo de un ritmo envejecido. Hemos monitorizado a personas de más de 70 años con ritmos biológicos parecidos a los de un joven y viceversa. Sin embargo, la mayoría de los mayores comparten una serie de características en sus ritmos.

La primera es la pérdida de amplitud o contraste entre el día y la noche. Así, por ejemplo, durante la noche su sueño es superficial y fragmentado, su melatonina es más baja y aumenta la necesidad de ir al baño a orinar, mientras que el día está interrumpido por una o más siestas. El segundo marcador de envejecimiento es el del adelanto de los ritmos. En el caso del sueño, se caracteriza por despertares tempranos y necesidad de ir a dormir pronto. Con frecuencia, a partir de la hora de la siesta la actividad se reduce considerablemente y aparecen episodios de somnolencia.

-¿Cómo afecta la cronodisrupción en el desarrollo de fragilidad y de envejecimiento prematuro?

-Los dos grupos de población con mayor incidencia de cronodisrupción son las personas mayores y los adolescentes y jóvenes. La aparición de cronodisrupción en el anciano está muy relacionada con tres factores: reducida actividad física y aumento del sedentarismo, disminución de la transmisión de la luz a través del cristalino y enfermedades como la diabetes, o enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. En realidad, deberíamos empezar a considerar a los marcadores de cronodisrupción también como indicadores de fragilidad, ya que la asociación entre ambas situaciones es muy estrecha.

En el laboratorio, varios estudios han mostrado inequívocamente que la exposición a la iluminación constante o a ciclos de luz-oscuridad irregulares, como las de un trabajador a turnos, fue seguida por un envejecimiento acelerado, un acortamiento de la vida y una carcinogénesis aumentada en roedores. En humanos, la cronodisrupción crónica se asocia a acortamiento de telómeros.

-¿Pueden desarrollarse estrategias de prevención de la cronodisrupción en personas mayores?

-Todas las estrategias no farmacológicas para prevenir la cronodisrupción se basan en tres principios: aumentar la regularidad de hábitos de vida (comidas, sueño, actividad física y contactos sociales); potenciar el contraste entre el día y la noche (aumentando la actividad y la exposición a la luz durante el día y el reposo, la oscuridad y el ayuno durante la noche); y favorecer la sincronización de los ritmos al ciclo natural de luz-oscuridad.

-¿Cuáles serían los consejos básicos para mantener la buena salud circadiana?

Desde un punto de vista práctico, los diez consejos del relojero biológico para cada día serían:

1.- Realizar, al menos, 30 minutos de actividad física moderada-vigorosa.

2.- Reducir el tiempo de sedentarismo a menos de 10 horas.

3.- Pasar al menos 2 horas expuesto a luz natural en exteriores (no sol directo).

4.- Desconectar de dispositivos electrónicos, al menos una hora antes de ir a dormir.

5.- Cenar al menos dos horas antes de ir a dormir.

6.- Desayunar todos los días aproximadamente a la misma hora.

7.- Dormir entre 7 y 9 horas.

8.- Los fines de semana, el horario de despertar y de comidas no debe diferir en más de dos horas con respecto al de los días de trabajo.

9.- Dormir en total oscuridad o con un piloto de luz anaranjada por si necesitase ir al baño por la noche.

10.- La siesta no debe superar los 30 minutos y, en su caso, antes de las 5 de la tarde.

-Su grupo trabaja en nuevos desarrollos tecnológicos para la monitorización de los ritmos circadianos, ¿qué dispositivos han patentado?

 

-Monitorizar y evaluar objetivamente los ritmos es una condición imprescindible para el desarrollo de las aplicaciones clínicas de la Cronobiología; por tanto, en nuestro laboratorio lo consideramos un objetivo prioritario. Desde hace diez años, el desarrollo de técnicas basadas en dispositivos vestibles y en inteligencia artificial para evaluar los ritmos biológicos y el sueño es una constante en nuestros proyectos.

Disponemos de dos dispositivos desarrollados y patentados, el reloj Kronowise® y el detector Kronobed®. El primero incluye sensores de temperatura, actividad, posición, luz visible y luz circadiana, incorporados en un reloj que registra diez veces por segundo cada una de las variables, ininterrumpidamente día y noche durante periodos de hasta tres semanas.

El segundo, permite detectar sueño y ritmos circadianos sin contacto con el sujeto. Para ello combina detectores ambientales de sonido, temperatura, luz visible y luz circadiana con sensores de movimiento, temperatura y humedad incorporados en el colchón. Al igual que el primero, puede registrar el sueño y ayudar a detectar algunas de sus alteraciones como la apnea obstructiva de sueño.

-Emplean técnicas de minería de datos indicativos de la cronobiología para generar nuevos biomarcadores de salud y/o fragilidad en relación a los ritmos circadianos, ¿qué desarrollos tienen en este campo?

-Disponer de millones de datos de un individuo no serviría para nada si no se pueden procesar de forma automática. Es aquí donde entran las técnicas de minería de datos que hemos implementado en la plataforma Kronowizard. A través de ella podemos generar informes de sueño y ritmos circadianos de forma completamente automática, o supervisada por expertos en cronobiología. Estos informes son utilizados por profesionales de unidades de sueño o grupos de investigación para mejorar sus diagnósticos y tratamientos o en sus investigaciones. Contar con unos marcadores de salud circadiana y con datos sobre la calidad de sueño validados previamente mediante polisomnografía constituye un avance importante a la hora de incorporar la cronobiología al diagnóstico y tratamientos médicos.

-Además, desarrollan estrategias para implicar a las personas en el mantenimiento de su buena salud circadiana…

-Quizás el campo más complejo y difícil de todos los que se abordan desde Cronolab es el de incorporar hábitos de salud circadiana en las rutinas diarias de la población. Para ello disponemos de una aplicación para móviles, que utilizando los datos generados por el reloj, puede establecer pautas correctoras y personalizadas para corregir o prevenir la cronodisrupción. Los ámbitos en los que trabaja este programa de intervención son los horarios y tiempos de exposición a la luz, actividad física, comida y sueño.

Historia del guerrero y la cautiva. Jorge Luis Borges. 1949

En la página 278 del libro La poesía (Bari, 1942), Croce, abreviando un texto latino del historiador Pablo el Diácono, narra la suerte y cita el epitafio de Droctulft; éstos me conmovieron singularmente, luego entendí por qué. Fue Droctulft un guerrero lombardo que en el asedio de Rávena abandonó a los suyos y murió defendiendo la ciudad que antes había atacado.

Los raveneses le dieron sepultura en un templo y compusieron un epitafio en el que manifestaron su gratitud (contempsit caros, dum nos amat ille, parentes) y el peculiar contraste que se advertía entre la figura atroz de aquel bárbaro y su simplicidad y bondad:

Terribilis viste facies mente benignus,

Longaque robusto pectores barba fuit![1]

Tal es la historia del destino de Droctulft, bárbaro que murió defendiendo a Roma, o tal es el fragmento de su historia que pudo rescatar Pablo el Diácono.

Ni siquiera sé en qué tiempo ocurrió: si al promediar el siglo VI, cuando los longobardos desolaron las llanuras de Italia; si en el VIII, antes de la rendición de Rávena. Imaginemos (éste no es un trabajo histórico) lo primero.

Imaginemos, sub specie aeternitatis, a Droctulft, no al individuo Droctulft, que sin duda fue único e insondable (todos los individuos lo son), sino al tipo genérico que de él y de otros muchos como él ha hecho la tradición, que es obra del olvido y de la memoria. A través de una oscura geografía de selvas y de ciénagas, las guerras lo trajeron a Italia, desde las márgenes del Danubio y del Elba, y tal vez no sabía que iba al Stir y tal vez no sabía que guerreaba contra el nombre romano. Quizá profesaba el arrianismo, que mantiene que la gloria del Hijo es reflejo de la gloria del Padre, pero más congruente es imaginarlo devoto de la Tierra, de Hertha, cuyo ídolo tapado iba de cabaña en cabaña en un carro tirado por vacas, o de los dioses de la guerra y del trueno, que eran torpes figuras de madera, envueltas en ropa tejida y recargadas de monedas y ajorcas. Venía de las selvas inextricables del jabalí y del uro; era blanco, animoso, inocente, cruel, leal a su capitán y a su tribu, no al universo. Las guerras lo traen a Rávena y ahí ve algo que no ha visto jamás, o que no ha visto con plenitud. Ve el día y los cipreses y el mármol. Ve un conjunto, que es múltiple sin desorden; ve una ciudad, un orga- nismo hecho de estatuas, de templos, de jardines, de habitaciones, de gradas, de jarrones, de capiteles, de espacios regulares y abiertos. Ninguna de esas fábricas (lo sé) lo impresiona por bella; lo tocan como ahora nos tocaría una maquinaria compleja, cuyo fin ignoráramos, pero en cuyo diseño se adivinara una inteligencia inmortal. Quizá le basta ver un solo arco, con una incomprensible inscripción en eternas letras romanas. Bruscamente lo ciega y lo renueva esa revelación, la Ciudad. Sabe que en ella será un perro, o un niño, y que no empezará siquiera a entenderla, pero sabe también que ella vale más que sus dioses y que la fe jurada y que todas las ciénagas de Alemania.

Droctulft abandona a los suyos y pelea por Rávena. Muere, y en la sepultura graban palabras que él no hubiera entendido:

Contempsit caros, dum nos amat ille, parentes,

Hanc patriam reputans esse, Ravenna, suam.

No fue un traidor (los traidores no suelen inspirar epitafios piadosos); fue un iluminado, un converso. Al cabo de unas cuantas generaciones, los longobardos que culparon al tránsfuga procedieron como él; se hicieron italianos; lombardos y acaso alguno de su sangre —Aldiger— pudo engendrar a quienes engendraron al Alighieri… Muchas conjeturas cabe aplicar al acto de Droctulft; la mía es la más económica; si no es verdadera como hecho, lo será como símbolo.

Cuando leí en el libro de Croce la historia del guerrero, ésta me conmovió de manera insólita y tuve la impresión de recuperar, bajo forma diversa, algo que había sido mío. Fugazmente pensé en los jinetes mogoles que querían hacer de la China un infinito campo de pastoreo y luego envejecieron en las ciudades que habían anhelado destruir; no era ésta la memoria que yo buscaba. La encontré al fin; era un relato que le oí alguna vez a mi abuela inglesa, que ha muerto.

En 1872 mi abuelo Borges era jefe de las fronteras Norte y Oeste de Buenos Aires y Sur de Santa Fe. La comandancia estaba en Junín; más allá, a cuatro o cinco leguas uno de otro, la cadena de los fortines; más allá, lo que se denominaba entonces la Pampa y también Tierra Adentro. Alguna vez, entre maravillada y burlona, mi abuela comentó su destino de inglesa desterrada a ese fin del mundo; le dijeron que no era la única y le señalaron, meses después, una muchacha india que atravesaba lentamente la plaza. Vestía dos mantas coloradas e iba descalza; sus crenchas eran rubias. Un soldado le dijo que otra inglesa quería hablar con ella. La mujer asintió; entró en la comandancia sin temor, pero no sin recelo. En la cobriza cara, pintarrajeada de colores feroces, los ojos eran de ese azul desganado que los ingleses llaman gris. El cuerpo era ligero, como de cierva; las manos, fuertes y huesudas. Venía del desierto, de Tierra Adentro y todo parecía quedarle chico: las puertas, las paredes, los muebles.

Quizá las dos mujeres por un instante se sintieron hermanas, estaban lejos de su isla querida y en un increíble país. Mi abuela enunció alguna pregunta; la otra le respondió con dificultad, buscando las palabras y repitiéndolas, como asombrada de un antiguo sabor. Haría quince años que no hablaba el idioma natal y no le era fácil recuperarlo. Dijo que era de Yorkshire, que sus padres emigraron

a Buenos Aires, que los había perdido en un malón, que la habían llevado los indios y que ahora era mujer de un capitanejo, a quien ya había dado dos hijos y que era muy valiente. Eso lo fue diciendo en un inglés rústico, entreverado de araucano o de pampa, y detrás del relato se vislumbraba una vida feral: los toldos de cuero de caballo, las hogueras de estiércol, los festines de carne chamuscada o de vísceras crudas, las sigilosas marchas al alba; el asalto de los corrales, el alarido y el saqueo, la guerra, el caudaloso arreo de las haciendas por jinetes, desnudos, la poligamia, la hediondez y la magia. A esa barbarie se había rebajado una inglesa. Movida por la lástima y el escándalo, mi abuela la exhortó a no volver. Juró ampararla, juró rescatar a sus hijos. La otra le contestó que era feliz y volvió, esa noche, al desierto. Francisco Borges moriría poco después, en la revolución del 74; quizá mi abuela, entonces, pudo percibir en la otra mujer, también arrebatada y transformada por este continente implacable, un espejo monstruoso de su destino…

Todos los años, la india rubia solía llegar a las pulperías de Junín, o del Fuerte Lavalle, en procura de baratijas y «vicios»; no apareció, desde la conversación con mi abuela. Sin embargo, se vieron otra vez. Mi abuela había salido a cazar; en un rancho, cerca de los bañados, un hombre degollaba una oveja. Como en un sueño, pasó la india a caballo. Se tiró al suelo y bebió la sangre caliente. No sé si lo hizo porque ya no podía obrar de otro modo, o como un desafío y un signo.

Mil trescientos años y el mar median entre el destino de la cautiva y el destino de Droctulft. Los dos, ahora, son igualmente irrecuperables. La figura del bárbaro que abraza la causa de Rávena, la figura de la mujer europea que opta por el desierto, pueden parecer antagónicos. Sin embargo, a los dos los arrebató un ímpetu secreto, un ímpetu más hondo que la razón, y los dos acataron ese ímpetu que no hubieran sabido justificar. Acaso las historias que he referido son una sola historia. El anverso y el reverso de esta moneda son, para Dios, iguales.

A Ulrike von Kühlmann.

El Aleph, 1949.


[1] También Gibbon (Decline and Fall, XLV) transcribe estos versos

Davos 2023: fin de la globalización y vuelta al proteccionismo. Frederick Mertens. 2023

En el Foro Económico de Davos 2023, líderes y jefes de Estado confirman la aceleración de la fragmentación del mundo y el fin de la ola globalizadora. De hecho, la edición de 2023 confirma la “fragmentación económica” del mundo.

El número de barreras proteccionistas en el mundo se ha disparado hasta alcanzar su máximo histórico en 2022, según confirma el Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2022, habrá unas 2.500 medidas que restrinjan el comercio de servicios, bienes o capitales, frente a las menos de 500 de 2009, tras la gran crisis financiera.

Por ejemplo, China ha adoptado el plan “Made in China 2025” para reforzar su control sobre tecnologías clave. Por su parte, la Ley estadounidense de Reducción de la Inflación (IRA) despliega ayudas específicas para fomentar la producción de tecnologías verdes en suelo estadounidense, lo que puede provocar la expulsión del mercado de los productores extranjeros.

Europa, por su parte, no ha dudado en desplegar su “Chips Act” para favorecer a sus fábricas de semiconductores. Y no tiene intención de detenerse ahí. En Davos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha detallado un plan para contrarrestar los intentos agresivos de atraer nuestras capacidades industriales. Además, ha señalado las consecuencias del IRA US para la industria europea, pero también la actitud de China, que anima abiertamente a las industrias de alto consumo energético a deslocalizarse, pero al mismo tiempo subvenciona masivamente su industria y restringe el acceso a su mercado a las empresas europeas.

Fuera de los proyectores y cameras, se espera que continúen las negociaciones en Davos entre los europeos y la Representante de Comercio de EE.UU., Katherine Tai. En el centro de la próxima cumbre de la UE de los días 9 y 10 de febrero, el futuro plan industrial del Pacto Verde debe incluir una simplificación del marco normativo para acelerar la implantación de fábricas de tecnologías esenciales para reducir las emisiones de carbono en Europa, como la fotovoltaica, la eólica y las baterías.

Bruselas también planea revisar su régimen de ayudas estatales, haciéndolo más sencillo y rápido, para competir con los 371.000 millones de euros que Washington tiene sobre la mesa para apoyar la producción de tecnologías verdes. Europa también tiene previsto aplicar su nuevo control de las subvenciones extranjeras a las empresas que operan en su territorio, y está estudiando la necesidad de reforzar el marco de las inversiones de los grupos europeos en el extranjero.

Esta carrera de subvenciones, y el apretón de tuercas aplicado en nombre de la seguridad económica, preocupan al Fondo Monetario Internacional. Está reconfigurando rápidamente las estrategias empresariales a escala mundial.

Desde la pandemia del Covid 19, las referencias a la relocalización, el “near-shoring” (relocalización en un país vecino) y el “onshoring” (externalización de una actividad en su propio país) en las presentaciones de resultados de las empresas se han multiplicado casi por diez. Recientemente se ha añadido el “friendshoring” (relocalización en países aliados), para tener en cuenta el aumento de los riesgos geopolíticos tras la guerra de Ucrania y las tensiones entre China y Estados Unidos.

Esta fragmentación económica, que el FMI teme, tendrá un coste. A largo plazo, podría reducir la producción mundial en un 0,2% en un escenario de fragmentación limitada. Pero el coste podría aumentar hasta casi el 7% en un escenario grave. Esta cifra equivale a la producción anual combinada de Alemania y Japón. En lugar de impulsar la “des o relocalización”, conviene desarrollar la diversificación de los suministros. Los países deben sopesar cuidadosamente los costes, tanto internos como externos, de las medidas de seguridad nacional sobre el comercio o la inversión. La globalización fue quimera.

Está empezando un maremoto que arrasará con nuestra economía. Richard Bookstaber. NYT: Marzo de 2023

La economía actual se describe de varias maneras, como “peculiar”, “muy peculiar” y “muy, muy peculiar”.

Es peculiar porque es una economía yo-yo en la que los precios de la gasolina se dispararon a más de 5 dólares el galón y luego volvieron a bajar. La tasa inflacionaria de los autos usados bajó, luego se aceleró a un porcentaje del 40 por ciento antes de desinflarse a un ritmo histórico. La vivienda ha pasado del auge a la quiebra y luego de nuevo al auge. Los indicadores económicos se han descrito como “una pintura de Jackson Pollock de puntos de datos y tendencias”.

Los economistas no logran entenderlo. Los modelos económicos no solo nos llevan al extremo de separar a los economistas más importantes entre el equipo que apuesta por la estanflación y el que lo hace por un “aterrizaje suave”, es decir, una adaptación sin sobresaltos.

Alan Blinder, economista de Princeton, habla sobre la posibilidad de que la Reserva Federal logre un aterrizaje suave como si estuviera evaluando las posibilidades de un equipo en el Supertazón: “Creo que todavía tienen una oportunidad, pero es una oportunidad más ardua que antes”.

Los economistas trataron en vano de lidiar con la doble tensión de la inflación y la recesión en los años setenta y, henos aquí, 50 años y poco más de 50 premios Nobel de Economía después, con pocos avances. La Reserva Federal y el Departamento del Tesoro reforzaron la estructura bancaria tras la crisis de 2008. Quince años después, vemos cómo se viene abajo.

Todavía falta que veamos más particularidad, una que dista de ser común y corriente. Estamos entrando a una nueva época de crisis, un maremoto en cámara lenta de riesgos que arrasará con nuestra economía en las próximas décadas: el cambio climático, la demografía, la desglobalización y la inteligencia artificial. Sus efectos oscilarán entre el cambio de régimen económico y la amenaza existencial para la civilización. Los riesgos para la economía, la estabilidad de nuestra sociedad y la civilización son enormes si no preparamos bien los modelos económicos para lo que se avecina.

Cambio climático

En lo que respecta al clima, ya estamos viendo un atisbo de lo que está por venir: sequías, inundaciones y tormentas mucho más extremas que en el pasado reciente. El año pasado vimos algunas de sus consecuencias, con la afectación de las cadenas de suministro debido a que los ríos estaban demasiado secos para el transporte marítimo y se vieron afectadas la energía hidroeléctrica y nuclear.

Demografía

En cuanto a la demografía, los índices de natalidad están en declive en los países desarrollados. Por ejemplo, la población de China está en declive y Corea del Sur acaba de establecer el récord de la tasa de natalidad más baja del mundo desarrollado. Al igual que el cambio climático, los cambios demográficos determinan los de índole social, como la tensión del contrato social entre personas que trabajan y las personas de la tercera edad.

Desglobalización

Estamos revirtiendo la globalización de los últimos 40 años y los eslabones de nuestra red geopolítica y económica se debilitan. “Friendshoring”, o el traslado de la producción a países amigos, es un nuevo término. Las fuerzas geopolíticas detrás de la desglobalización amplificarán las tensiones del cambio climático y la demografía para encabezar una competencia frenética por los recursos y los consumidores.

Inteligencia artificial

Ya podemos ver los impactos del cambio climático, la demografía y la desglobalización que se avecinan. La cuarta tensión, la inteligencia artificial, es un comodín. Pero ya estamos viendo riesgos para el trabajo y la privacidad, así como avances aterradores en la guerra.

Estos riesgos se van a acelerar y nos afectarán durante décadas. Si nuestros modelos económicos solo pueden plantear el escenario de la disputa entre lo que propone el equipo estanflación y lo que plantea el equipo aterrizaje suave (si no podemos controlar con firmeza cuestiones económicas tan cotidianas como la inflación y la recesión), las perspectivas de acertar en nuestras previsiones sobre estas fuerzas existenciales no son nada prometedoras.

Lo que falla en el actual sistema de análisis económico

El problema no es que nuestros modelos económicos no funcionen del todo. Los modelos parecen útiles cuando las cosas son sencillas y estables, cuando nos encontramos en un estado estacionario con toneladas de datos pasados en los cuales basarnos. El problema es que los modelos no funcionan cuando nuestra economía es particular. Y es ahí precisamente cuando más necesitamos que funcionen.

Los economistas lo han admitido. En el punto álgido de la crisis financiera de 2008, la Reina Isabel II formuló la pregunta que sin duda rondaba por la cabeza de muchos de sus súbditos: “¿Por qué nadie lo vio venir?”. La respuesta, que dio unos meses después el economista premio Nobel Robert Lucas fue contundente: la economía fracasó con la crisis de 2008 porque la teoría económica ha establecido que no puede predecir este tipo de crisis.

Una razón clave por la que estos modelos fallan en tiempos de crisis es que no pueden hacer frente a un mundo lleno de complejidad o con giros sorprendentes. Por ejemplo, los modelos matemáticos de economía analizan un agente representativo —ya sea un individuo o una empresa— y dan por hecho que la economía en su conjunto se comportará del mismo modo que ese agente. El problema en este caso, y en general en los sistemas complejos y dinámicos, es que el todo no se parece a la suma de las partes. Si hay mucha gente corriendo de un lado para otro, el panorama general puede ser distinto de lo que hace cada una de esas personas. Puede que en conjunto sus acciones atasquen la puerta; puede que en conjunto provoquen una estampida.

Los economistas se creen los físicos de las ciencias sociales, que utilizan modelos matemáticos para aportar soluciones al mundo económico. Pero no somos un sistema mecánico. Somos seres humanos que innovamos, cambiamos con nuestras experiencias y, a veces, manipulamos el sistema. Reflexionando sobre el desplome del mercado en 1987, el brillante físico Richard Feynman comentó la dificultad a la que se enfrentan los economistas señalando que las partículas subatómicas no actúan basándose en lo que creen que otras partículas subatómicas están planeando, pero las personas sí lo hacen.

¿Qué pasa si los economistas no pueden cambiar las cosas?

Es una posibilidad porque estamos entrando en un mundo distinto a todos los que hemos visto. No podemos anticipar todas las maneras en que el cambio climático podría afectarnos o hacia dónde nos llevará nuestra creatividad con la inteligencia artificial. Lo que nos lleva a lo que se denomina incertidumbre radical, en la que sencillamente no tenemos ni idea, en la que nos toman por sorpresa cosas en las que ni siquiera hemos pensado.

Esta posibilidad no está muy presente en la mente de los economistas. Al diseñar la política de la Reserva Federal o prever la demanda de los consumidores puede haber sorpresas aquí y allá, pero funcionan con un vocabulario muy trillado. Es con los riesgos a más largo plazo cuando lo “desconocido” cobra fuerza.

¿Cómo afrontar riesgos que ni siquiera podemos definir?

Un buen comienzo es alejarse de la paleta de economistas de la eficiencia y la racionalidad y, en cambio, fijarse en ejemplos de supervivencia en mundos de incertidumbre radical. Por ejemplo, la cucaracha: ha sobrevivido durante cientos de millones de años mientras las selvas tropicales se convertían en sabanas y las sabanas en desiertos. Y lo ha hecho con un sistema de escape rudimentario, solo huye de las bocanadas de aire que sus mecanorreceptores o pelos sensoriales detectan. No es muy elegante. Nunca ganará el premio al Insecto del Año, pero ha sobrevivido bastante bien a un mundo de cambios radicales.

En nuestra época, las sabanas se están convirtiendo en desiertos. La alternativa al modelo del economista es adoptar un enfoque más rudimentario, ser más adaptable y dejar de lado algunos ajustes y optimizaciones a corto plazo. Nuestro futuro a largo plazo puede ser más prometedor si actuamos como las cucarachas. Un insecto adaptado a la jungla puede dominar a las cucarachas en ese entorno. Pero cuando el mundo cambie y la jungla desaparezca, este también lo hará.

¿Fin de la globalización? Anahuac. Agosto 2022

Muchas voces de expertos se unen afirmativamente a esta aseveración. Como así lo afirma Larry Fink, presidente de BlackRock, “fue tan grande la agresión de Vladimir Putin, que marca un punto de inflexión en el orden geopolítico y macroeconómico mundial”.

Desde hace tres décadas, el gigante euroasiático fue bienvenido al sistema financiero global y a los mercados mundiales de capital. Modernizó su economía, favoreció la competitividad y se adhirió a la Organización Mundial del Comercio en agosto de 2012.

Desde entonces los rusos, han firmado una gran cantidad de acuerdos comerciales, tales como APEC, Comunidad de Estados Independientes, Comunidad Andina, ASEAN, entre muchos otros, y ha desarrollado una política comercial agresiva para apoyar su crecimiento y desarrollo sostenible; lo cual creó un vínculo con Occidente que no solo permitió la expansión de la globalización, sino también trajo un dividendo de “paz global”.

Ahora, ya iniciada la guerra, un aluvión de sanciones se han dejado sentir en Rusia, gestándose así otro tipo de guerra, “la económica”, que ha significado: bloqueo de las reservas internacionales de divisas del banco central ruso; congelamiento de activos de Putin, políticos y oligarcas rusos; restricción de exportaciones de armas y tecnología; éxodo de empresas de Rusia (i.e. marcas icónicas americanas); prohibición de transacciones con empresas públicas de este país; y en general, sanciones al sector energético ruso, entre otras.

Así se abre un incierto panorama sobre la seguridad en Europa, el nuevo orden internacional y desde luego de cómo la desvinculación rusa de la economía global está afectando a todo el mundo.

Y si bien la evaluación de la geolocalización de los procesos de ensamblado y fabricación en las cadenas de suministro de muchos países, ha sido tema socorrido durante el Covid-19, la guerra Rusia-Ucrania, acabó de ponerla de manifiesto. Cuál es el resultado, que muchas empresas vuelvan a su país de origen o cercanos, con estas operaciones.

Incluso se encuentra en proceso de aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos, 52 mil millones de dólares para impulsar la fabricación de chips y la innovación, como polo de atracción para el regreso de empresas clave a Norteamérica y a lugares cercanos ante el estrangulamiento o rotura de cadenas de suministro. Esto significa enormes oportunidades para empresas de países del Sudeste Asiático o Latinoamérica, como Brasil y México. Desde luego esto no será rápido, sí costoso e incluso inflacionario, pero todo apunta a la desglobalización.

Nueva llamada a la acción

En efecto se está creando una nueva realidad internacional, que dependerá de muchos factores, entre otros: de cómo y cuándo termine la operación militar; el tránsito político de Ucrania; y, de la dinámica de correlación de fuerzas políticas/económicas de quién con quién (v.gr. robustecimiento de la unificación de los 27 países miembros de la Unión Europea; fortalecimiento de la unidad antirrusa de Occidente y el estrechamiento de lazos rusos con sus aliados (China, India, Sudáfrica, Irán y Turquía).

Rusia, por su parte tendrá una pausa prolongada y seguramente extendida en el diálogo al máximo nivel ya que no pudo alcanzar una forma diplomática exitosa; ojalá todavía haya un resquicio para ésta y que logre terminar con el conflicto bélico.

II. Su misericordia y sus votos I

1. El alma de Buda es misericordia. Es el espíritu del amor que salva a los hombres por todos los medios y es la misericordia que sufre y se enferma junto con los hombres.

El alma de Buda es como la madre que quiere a su hijo, nos cuida, educa y salva sin alejarse de nosotros ni un momento. “Vuestro sufrimiento es mi sufrimiento, vuestra felicidad es mi felicidad”. Así dice y permanece junto a nosotros todos los instantes.

El espíritu de misericordia de Buda nace en contacto con el hombre y en contacto con Él nace la fe en los hombres. Con esta fe se alcanza la Iluminación. Del mismo modo una madre se siente madre cuando tiene un hijo, y el hijo al percibir su amor se siente tranquilo y a salvo.

Sin embargo, los hombres no conocen la Misericordia de Buda y por esta ignorancia sienten apego a lo terrenal, sufren, ambicionan, padecen por la pesada carga del pecado, y caminan jadeando entre los montañas de las desilusiones.

2. No penséis que la Misericordia de Buda es sólo para la vida presente. Dura desde toda la eternidad; existe desde el momento en que los hombres nacieron y volvieron a nacer, murieron y volvieron a morir siguiendo el camino de las tinieblas.

El Buda eterno siempre aparece ante los hombres en la forma más amistosa y lleva a ellos los métodos más eficaces para la salvación.

Sakyamuni Buda nació príncipe de la familia Sakya, dejó su hogar para vivir una vida ascética. Por medio de la práctica de la meditación alcanzó la Iluminación. Propagó el Dharma entre los hombres e hizo la demostración de su Enseñanza con su propia muerte.

Porque la ignorancia humana no tiene límite, la obra de Buda es interminable. Porque la profundidad del pecado humano es inalcanzable, la misericordia de Buda es infinita

Buda hizo cuatro grandes votos cuando decidió dejar la vida mundana. Salvar a los hombres, renunciar a todos los deseos, aprender todas las Enseñanzas y lograr la Iluminación. La vida ascética de Buda se fundó sobre estos cuatro votos.

3. Buda se entrenó para ser amable hacia todo ser viviente y evitando el pecado de matar, y en virtud de ello anheló la longevidad de los hombres.

Evitó el pecado de robar y por esta virtud anheló la satisfacción de las necesidades de los hombres.

Evitó el pecado de adulterio, y por esta virtud anheló que el alma de los hombres fuera bienaventurada como un puro espíritu y el cuerpo no sintiera deseos insaciables.

El Buda para ser Buda, alejó el engaño y por esta virtud anheló que los hombres conocieran la quietud del alma que dice la verdad.

Evitó la falsedad y por esta virtud anheló que todos los hombres estuvieran en armonía y aceptaran su Enseñanza.

El Buda Eterno y Glorificado

Evitó la maledicencia y por esta virtud anheló la tranquilidad para el alma de los hombres.

Se conservó libre de las palabras vanas y por esta virtud anheló que todos tuvieran un alma compasiva hacia los hombres.

El Buda queriendo realizar sus ideales se adiestró para apartar de sí la codicia y por esta virtud anheló que no hubiera codicia en el alma de los hombres.

Hizo prácticas para alejar el odio y anheló que el amor rebosase del alma de los hombres.

Hizo prácticas de alejar la ignorancia y anheló que desapareciese del alma de los hombres la ignorancia del principio de la causalidad.

De esta manera la Misericordia de Buda está dirigida a todos los hombres y su felicidad. Buda siente compasión por cada uno de los hombres como el padre o la madre por los hijos y anhela que todos logren cruzar el océano de las tinieblas.