Carta Compromiso entre BPS y FMLN

El Bloque Popular Social para una Democracia Real (BPS) y el Frente Farabundo Martì para la Liberaciòn Nacional (FMLN), conscientes de su responsabilidad para realizar los cambios estructurales que necesita la sociedad salvadoreña y animados del deseo de fortalecer el pensamiento y la acciòn de los sectores progresistas, democràticos y populares del paìs firmamos esta Carta Compromiso.

Nos comprometemos por medio de esta Carta Compromiso a construir una alianza polìtica social que impulse desde la lucha en las calles y las comunidades, y desde la Asamblea Legislativa las siguientes medidas:

1. Luchar por medidas que enfrenten el alto costo de la vida.

Nos comprometemos a impulsar acciones encaminadas a reducir las tarifas de combustible, energìa electrica, agua, telefonos. A luchar por la reimplantaciòn del colon como moneda nacional, contra la privatizaciòn de la salud, la educaciòn y el agua. Por la eliminaciòn del Impuesto al Valor Agregado en alimentos y medicinas.

2. Luchar contra los tratados comerciales como el CAFTA, PPP, ALCA.

Nos comprometemos a impulsar acciones que enfrenten las consecuencias dañinas de estos tratados que golpean los intereses de los sectores agricolas y ganaderos, de los vendedores formales e informales, de los trabajadores publicos y privados, de los jovenes y los ancianos, de las mujeres y hombres, afectan al medio ambiente y generan mayores niveles de desempleo y exclusiòn social.

3. Luchar por la reconstrucciòn de El Salvador

Nos comprometemos a impulsar acciones a favor de las decenas de miles de personas que fueron afectadas por la tormenta Stan y por la erupciòn del volcan Ilamatepec. Trabajaremos porque se les entregue la ayuda internacional que fue recibida por el GOES, y que estos fondos sean manejados con transparencia, asì como que se construyen las bordas en el Bajo Lempa.

4. Luchar contra la privatizaciòn del agua

Nos comprometemos a impulsar acciones para detener la privatizaciòn del agua, la cual se esta enmascarando como entrega de concesiones. Trabajaremos porque ANDA garantice agua abundante y de calidad para nuestras comunidades urbanas y rurales.

5. Luchar por los derechos de los emigrantes

Nos comprometemos a impulsar acciones en contra de las polìticas antiinmigrante de la Administraciòn Bush, por los derechos de los salvadoreños y salvadoreñas que trabajan en Estados Unidos con documentos o sin documentos; por un trato justo a los miles de emigrantes que atraviezan nuestro territorio y que son permanentemente vejados y discriminados.

6. Impulsar la solidaridad internacional

Nos comprometemos a impulsar acciones en solidaridad con los pueblos que luchan por su independencia y autodeterminaciòn. Nos pronunciamos por el retiro de las tropas de ocupaciòn extranjera de Irak incluyendo los soldados salvadoreños; por la apertura de relaciones con Cuba socialista, por la liberaciòn de los cinco heroes cubanos presos en carceles de Estados Unidos, por el afianzamiento de las relaciones con Venezuela y Bolivia.

7. Fortalecer el movimiento social y popular.

Nos comprometemos a impulsar acciones que permitan el fortalecimiento de los sectores populares y sociales, de su capacidad de incidencia y cabildeo, mecanismos de relaciones internacionales, redes organizativas, de sus estrategias de comunicaciòn y educaciòn.

Conscientes de la responsabilidad històrica que asumimos y animados por el espìritu de nuestros heroes y màrtires populares que han regado con sangre el camino de nuestras luchas, firmamos la presente Carta Compromiso.

San Salvador, 23 de febrero de 2006

Camilo Torres (1929-1966)

Siglos de resistencia y solidaridad forjaron las rebeliones sociales de Colombia. Estas luchas, que nunca padecieron “soledad”, conocieron el primer territorio libre de América en el palenque de La Matuna, dirigido por el esclavo africano Dionisio Biojó, quien murió ejecutado por los españoles (Cartagena, 1621).
Más tarde, la revolución de los comuneros (liderada entre otros por José Antonio Galán, 1781) cuestionó el “mal gobierno” del poder colonial. Las demandas comuneras contribuyeron a forjar el ideal emancipador y en 1809 fueron parcialmente contenidas en el célebre Memorial de agravios, de Camilo Torres, prócer independentista bolivariano (1766-1816).
En el primer lustro de 1960, otro Camilo irrumpe con fuerza en la historia colombiana. Hijo de padre anticlerical y madre crítica de la actitud moralizante de los curas, el joven abandona sus estudios de derecho y en 1954 se ordena sacerdote. Luego estudia ciencias sociales en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y en 1959 regresa al país, donde la curia lo nombra capellán de la Universidad Nacional de Bogotá.
Colombia vive en aquellos años la turbia paz del Pacto Nacional, acuerdo celebrado por los ex presidentes Alberto Lleras Camargo (liberal) y Laureano Gómez (conservador) tras la caída del gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-57). Siniestra y antidemocrática por sus contenidos, la “alternancia” del pacto buscaba conjurar la rivalidad de ambas facciones que habían desangrado el país (1949-53: 300 mil muertos).
En tanto, millares de jóvenes de Colombia y el continente siguen con atención los entretelones de un cimbronazo histórico: la revolución cubana, donde… ¡otro Camilo! (Cienfuegos) había entrado en La Habana con su sombrero guajiro y montado a lomo de mula detrás de los tanques tomados por los rebeldes al ejército represor.
De actividad incesante y febril, Camilo Torres es profesor universitario, técnico en el Instituto de Reforma Agraria, fundador de la Facultad de Sociología junto a intelectuales como Orlando Fals Borda, animador de los estudiantes para que cruzaran sus conocimientos con la realidad de los pobres, presidente del primer Congreso Nacional de Sociología, autor de estudios sobre desarrollo urbano, agropecuario y universitario, y conferencista en ciudades de la sierra y los llanos, de la selva y las costas del Pacífico y el Caribe.
En el interín, otro cimbronazo: el Concilio Ecuménico Vaticano II, convocado por el papa Juan XXIII a pesar de los sectores retrógrados de la Iglesia (11 de octubre de 1962). Y un año después, la publicación de la encíclica Pacem in Terris, centrada en el tema de la paz y la convivencia entre los hombres, los pueblos, las naciones y los bloques de poder en que se dividía el mundo.
En el Concilio, Juan XXIII recuerda a los fieles el deber de tomar parte activa en la vida pública, aboga por el establecimiento de un sistema social regido por la justicia y la dignidad humana y denuncia el lujo sin escrúpulos de un pequeño grupo de privilegiados, que se contrapone a la miseria en que viven las masas de desposeídos (Mater et Magistra, 1961).
En junio de 1963, los curas malos festejan la muerte del papa bueno. Uno destituye a Camilo de su cátedra y así empieza la persecución de quien venía planteando a los cuatro vientos el recurrente y soterrado dilema de los católicos, “hijo de Dios-miembro de la sociedad”. “La eucaristía escribe carece de sentido sin un cambio radical en las estructuras de poder… El asunto no es discutir si el alma es mortal o no cuando el hambre y la miseria lo son.”
En 1964, después que el gobierno de Guillermo León Valencia bombardea con napalm las comunas de Marquetalia (departamento de Tolima), Camilo Torres intenta el contacto con los guerrilleros del Bloque Sur (semillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FARC, 1966). Persuadido de que “el deber de todo cristiano es hacer la revolución”, redacta la Plataforma del Frente Unido del Pueblo colombiano (FUP), donde proclama la abstención electoral. Dos tribunales especiales lo llaman a juicio por los delitos de “subversión”, “atentado a la seguridad del país” y “asociación para delinquir”.
“¡Revisar la sotana/ mi general/ que en la guerrilla cabe/ un sacristán!” El 27 de julio de 1965 Camilo celebra su última misa, cuelga los hábitos y se pone a las órdenes de los comandantes Marco, Antonio y Fabio Vásquez Castaño, fundadores del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En los últimos meses de 1965, el cura guerrillero transmite sendos mensajes a los cristianos, a los militares, a los campesinos, a las mujeres, a los sindicalistas, a la oligarquía, a los no alineados, a los desocupados y al FUP.
El 15 de febrero de 1966 Camilo Torres Restrepo muere en combate. Canta el uruguayo Daniel Viglietti: “… cuando iba/ por su fusil…” El cuerpo nunca fue encontrado. Isabel Restrepo, su madre, declaró: “Camilo nació cuando lo mataron”.

Nahuizalco: Foro de Mujeres Salvadoreñas en Resistencia

NAHUIZALCO, 15 de febrero de 2006 (SIEP) “El próximo 10 de marzo realizaremos diversas actividades para conmemorar el Dìa Internacional de las Mujeres así que desde ya los estamos invitando” dijo la Revda. Sihuat Tutut, pastora de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Informò que “iniciaremos con una Ceremonia de Espiritualidad Indígena en las que convocaremos a nuestros antepasados y a nuestros dioses para que nos acompañen así como a Sihuat, nuestra Madre primordial, el origen, nuestra Madre Tierra.”

“Esta actividad de las Comunidades de Fe y Vida, la vamos a realizar en el Parque de esta localidad, frente a la iglesia, donde estaba antes la Ceiba que se cayera con los terremotos del 2001, es un sitio sagrado, donde hay mucha espiritualidad de resistencia, de lucha, de identidad nuestra.”

“Luego vamos a realizar un Foro de Mujeres en Resistencia y vamos a escuchar cuatro testimonios de lucha: el primero, sobre la mujer defendiendo la integridad de la Creación por nuestra hermana Gloria Rivas, dirigente de ACAP, luego el testimonio de una hermana que vive con VIH-SIDA, luego el de una mujer legisladora de izquierda, pensamos invitar a Blanca Flor Bonilla del FMLN.”

“Asimismo habrá un testimonio sobre el papel de la mujer indígena en la lucha por la Resistencia Cultural. Cuatro expresiones poderosas y cuatro experiencias de mucho significado en nuestra vida como pueblo y en nuestra lucha de mujeres contra el imperio.”

“Y no terminamos aquí. Luego vamos a sembrar en este parque histórico, sagrado, una Ceiba, la semilla de una ceiba que fue traída desde Venezuela, desde semillas que recogió un compañero en la tumba de Simón Bolívar. Se imaginan lo que esto significa. La semilla de Bolívar en suelo salvadoreño. Y vamos a invitar a María Eugenia, la Encargada de Negocios de Venezuela para que nos acompañe.”

“Y para concluir tendremos un Convivio. Vamos a saborear la comida nuestra, el sagrado maíz en forma de ticucos, y la horchata y también la chicha. Esperamos que vengan y nos acompañen. Es una cita con nuestro pasado y con nuestro futuro. Los esperamos.”

Luteranos realizan guardia de honor en tumba de Schafik Handal

SAN SALVADOR, 12 de febrero de 2006 (SIEP) “Es para nosotros un alto honor hacer guardia ante la tumba de un revolucionario ya legendario como lo es nuestro hermano Schafik Handal” dijo Rigoberto Díaz, pastor de la Iglesia Luterana Popular.

Díaz, junto con María Isabel Villegas, Gerardo Álvarez, Nadia Pineda, Vilma Letona y Roberto Pineda formaron la guardia de honor como parte del reconocimiento que este domingo realizaron las diversas organizaciones que integran el Bloque Popular Social de El Salvador.

La tumba de Schafik Handal en el cementerio Los Ilustres, en el centro de San Salvador, frente al Mercado Central, se ha convertido en punto de llegada de miles de salvadoreños y salvadoreñas que lo conocieron y que llegan a colocar ofrendas florales.

Guadalupe Erazo, dirigente campesina del BPS indicó que “como sectores populares nos hemos hecho presente para testimoniar nuestro reconocimiento a este querido dirigente popular de izquierda, a quien reconocemos como líder histórico del FMLN.”

Informó que “estamos pidiendo llaves a todo el pueblo para que sirvan para construir el monumento a Schafik que colocaremos en la Plaza del Cristo de la Paz, camino al Aeropuerto. Las laves las pueden depositar aquí o en los locales del FMLN o de las organizaciones populares.”

Concluyó que “la mejor forma de rendir homenaje a Schafik es continuar luchando contra este régimen arenero que condena a la mayoría de la población al desempleo y la pobreza. Es de esa manera como nos identificamos con lo que Schafik decía: la lucha continua.”

Luteranos exigen salida de tropas yankis de Republica Dominicana

SAN SALVADOR; 10 de febrero de 2006 (SIEP) “Con mucha indignación evangélica denunciamos la presencia de tropas estadounidenses en la provincia sureña de Barahona, Republica Dominicana” expresó el Rev. Roberto Pineda, pastor de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Indicó que “manifestamos nuestra solidaridad con el combativo pueblo dominicano, el pueblo de Francisco Caamaño, expresamos nuestra seguridad que más temprano que tarde la soberanía de República Dominicana será recuperada.”

“Es importante- dijo- que como cristianos latinoamericanos denunciemos esta nueva agresión contra un pueblo caribeño que se convierte en una amenaza contra el pueblo haitiano, y contra los procesos revolucionarios de Cuba y Venezuela.”

“Hacemos un llamado al Consejo Nacional de Iglesias de los Estados Unidos para que condene esta nueva agresión que el gobierno belicista de George Bush realiza contra un pueblo latinoamericano” dijo el también dirigente del Movimiento Salvadoreño por la Paz.

“Nos mantenemos en oración para que nuestro Señor Jesucristo proporcione la confianza, la decisión y la voluntad al pueblo dominicano para expulsar de nuevo a estos invasores, como lo hicieron en 1916 y en las gloriosas jornadas de abril de 1965.”

“Nos solidarizamos con el heroico pueblo de las hermanas Mirabal, de Juan Pablo Duarte, de Sánchez, de Luperòn, de Manolo Tavarez, estamos seguros que las calles de Santo Domingo y de cada rincón del terruño dominicano se convertirán en trincheras contra la ocupación militar yanqui.”

Finalmente manifestó que “como Iglesia Luterana Popular nos declaramos en oración permanente y vamos a realizar vigilias y peregrinaciones en solidaridad con el pueblo dominicano, nuestro pueblo hermano en el sufrimiento y en la resistencia contra el imperio.”

MONSEÑOR ROMERO: PALABRA QUE NOS INSPIRA Y NOS INTERPELA

El próximo mes de marzo nos disponemos a conmemorar el XXVI aniversario del asesinato de nuestro Pastor y líder espiritual, Oscar Arnulfo Romero, martirizado aquel fatídico lunes 24 de marzo de 1980.

En 2005, en torno al XXV aniversario, escribí un artículo titulado ROMERÍA DE ARTISTAS, que me sirvió de referencia para promover la nueva edición de mi poemario Romero Crucis, publicado por primera vez en 1990 por la Iglesia Luterana de El Salvador.

En dicho artículo presentaba yo un listado de las diferentes expresiones artísticas que durante veinticinco años se habían producido a nivel nacional e internacional, alrededor de la figura de monseñor Romero (literatura, música, escultura, pintura, cine, teatro); y en ese mismo artículo mencionaba también a grandes teólogos de la talla de Jon Sobrino y James Brockman, así como otros/as intelectuales y religiosos/as que con mucha propiedad y exactitud han contribuido a estructurar la memoria del más representativo y jesuánico de los mártires salvadoreños, entre ellos monseñor Jesús Delgado y la escritora María López Vigil.

De igual forma el año pasado, el director de YSUCA, Carlos Ayala Ramírez, publicó su libro LA PALABRA DE MONSEÑOR OSCAR ROMERO: INSPIRA E INTERPELA, editado por Fundación Romero, en el cual, basado en la bibliografía de los autores arriba mencionados y otros, Carlos hace un tejido de diferentes ejes temáticos que a la manera de vademécum o prontuario, sirve para entender de una manera sencilla y puntual el gran legado de monseñor Romero.

Ahora tengo frente a mí la segunda edición de este libro de Carlos Ayala, con una portada diferente y con más fotografías según el mismo autor, fechada en noviembre de 2005, y cuyo significado inmediato es que la primera edición se agotó el mismo año y eso por supuesto es más que bueno.

Se compone el libro de cinco grandes capítulos, subdivididos en treinta temas variados, que el autor va desarrollando de una manera didáctica, ya que en cada apartado encontramos una introducción, una selección de textos propios de monseñor Romero tomados de sus cartas pastorales y homilías, y además, textos magisteriales de concilios o encíclicas papales; al final de cada subtema encontramos también una serie de interrogantes que sirven al lector para reflexionar sobre lo que acaba de leer.

Al respecto un comentario. Para mejores resultados didácticos, hubiera sido acertado aplicar a cada parte: introducción, homilías, magisterio y preguntas; una tipografía diferente para cada una, jugando con negritas, cursivas u otras fuentes, tras el objetivo de diversificar la lectura volviéndola más amena.

Los títulos de los cinco capítulos del libro de Carlos, son: I. Perfil de Monseñor Romero, II. Opciones Fundamentales de Monseñor Romero, III. Monseñor Romero: Interpela e Inspira, IV. Monseñor Romero y sus Fuentes de Inspiración, y, V. Algunos Desafíos Pastorales Planteados por Monseñor Romero.

Quiero comentar muy brevemente la relación del capítulo III con el título de la publicación ¿por qué monseñor Romero inspira pero al mismo tiempo interpela, es decir cuestiona? Inspira por su valentía, ya en su homilía del 28 de agosto de 1977, Monseñor decía: “Queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello de los derechos humanos”; y un día antes de su asesinato había suplicado, rogado y ordenado al ejército salvadoreño, con la virilidad que sólo Dios le confería, cesar la represión.

Pero esa denuncia del pecado histórico manifestado en la violencia del Estado contra el pueblo de Dios, interpelaba también por una conversión, por una “metanoia” que significa cambiar de mentalidad, ir al encuentro de la verdadera liberación. La palabra de monseñor Romero inspira porque brinda esperanza, pero interpela porque cuestiona nuestra capacidad de amor y misericordia.

A propósito de la coyuntura electorera en la que actualmente nos encontramos nuevamente los salvadoreños, me quiero referir al numeral 25 del libro de Carlos, titulado: “La Dignificación de la Política según Monseñor Romero”, que forma parte del capítulo V donde el autor aborda algunos desafíos pastorales planteados por nuestro Pastor.

En la homilía del 31 de julio de 1979, decía monseñor Romero que “es una caricatura de amor cuando se quiere apañar con limosnas lo que ya se debe por justicia; apañar con apariencias de beneficencia cuando se está fallando en la justicia social”.

Más adelante Carlos Ayala menciona que por ello Monseñor demandaba una mayor responsabilidad ciudadana, ya que hay mucho desconocimiento de la realidad, producto de una actitud superficial o indiferente ante la problemática sociopolítica.

En la homilía del 20 de enero de 1980, monseñor Romero hacía un llamado a aquellos que se mantienen al margen de la política, a quienes las encuestas clasifican como abstemios o indecisos, por miedo o comodidad; para que actúen a favor de la justicia y dejen a un lado su pasividad cobarde, porque de lo contrario serán también responsables de la injusticia y sus funestas consecuencias.

Dichas palabras que inspiran e interpelan pronunciadas por nuestro Santo Varón hace veintiséis años, hoy en esta nueva coyuntura electorera que vivimos los salvadoreños cobran vigencia estratégica, ya que por cierto son estos sectores blandengues e irresponsables los que al final terminan definiendo de forma ignominiosa los destinos de la patria.

Dios quiera que esta segunda edición del libro de Carlos Ayala, se agote tan pronto como la primera, ya que ello significará que la gente lo está leyendo y que por tanto la palabra de Monseñor está circulando.

Como colofón quiero decir que a pesar de que todos los libros a la hora de imprimirse están sujetos a erratas, esta edición del libro comentado contiene por lo menos 24 errores veniales que se le fueron al corrector de pruebas, lo cual por supuesto no demerita su calidad ni mucho menos su contenido, lo consigno simplemente con el objetivo de que la tercera edición se imprima mejor depurada, como Monseñor se lo merece, y ojala también con una buena nota de introducción (exegética y escatológica), que le sirva al lector como brújula en el entendimiento de los temas.

Exhorto entonces a leer este nuevo libro sobre Monseñor Romero, con el objetivo de sentirnos inspirados e interpelados en estos momentos tan cruciales para el país, donde la cobardía ya no tiene espacio ni mucho menos las campañas de terror, que a estas alturas provocan más risa que el cuento de caperucita tricolor amenazada por el lobo colorado que se come a los niños y las niñas ¡Abur!

Guadalupe Ortiz, luchadora popular por la paz y la justicia

SAN SALVADOR, 8 de febrero de 2006 (SIEP) “Con mucha tristeza hemos conocido hoy la noticia del fallecimiento esta madrugada de nuestra hermana y camarada Guadalupe Ortiz, experimentada luchadora por la paz y la justicia en nuestro país” dijo el Rev. Roberto Pineda, pastor de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Agregò que “por màs de veinte años compartimos la amistad con Guadalupe y pudimos conocer de su compromiso con las luchas de nuestro pueblo y en muchas ocasiones participamos juntos en campañas contra la dictadura militar y por la democracia y el socialismo.”

“Desde muy joven Guadalupe abrazò las ideas del socialismo y fue militante en los años ochenta del desaparecido Partido Comunista de El Salvador. Luego de los Acuerdos de Paz de 1992 se integró al Frente Farabundo Martì para la Liberación Nacional, FMLN.”

“En la Universidad de El Salvador trabajó como docente en la Facultad de Economía, y participó en las luchas por un presupuesto justo y la defensa de la autonomìa, en las luchas por la reconstrucción y por una Universidad Libre, Democràtica, Popular y Humanista.”

“Fue la fundadora del Comitè Coordinador de Comunidades (CCC) y desde este espacio recorría el país organizando, concientizando, movilizando a las comunidades rurales y urbanas en la lucha por la legalización de sus terrenos, en la lucha por una vivienda digna.”

“En noviembre de 1989, durante la Ofensiva del FMLN, formò parte de los Destacamentos Ciudadanos que se incorporaron a la lucha contra la dictadura militar y combatiò en la población de San Marcos, al sur de San Salvador.”

“Fue fundadora también del Comitè Permanente del Debate Nacional (CPDN) y ayudó a organizar peregrinaciones y a redactar comunicados para impulsar el proceso de diálogo y negociación que concluyó finalmente en los Acuerdos de Paz de 1992.”

“Asimismo fue fundadora del Bloque Popular Social en septiembre de 2003 y desde el sector comunal donde militaba sus opiniones contribuyeron siempre a la defunción de la estrategia de la lucha popular. También defendió el Bosque El Espino para que no fuera destruido. Era de la directiva de COLPROCE, de la directiva de ADEL-Norte, había sido de la Comisión de la Mujer del FMLN, estaba siempre activa.”

“Participó en muchas luchas por la democracia y la justicia, por la paz y el socialismo. La memoria de su verbo encendido, de su pasión por la vida y la lucha, de su compromiso con los humildes vivirá por siempre en los corazones y las mentes de nuestro pueblo y como Iglesia Luterana Popular le decimos: ¡Guadalupe Ortiz, Presente Ahora y Siempre!”

¡El Campo grita No al TLC!

¡ EL CAMPO GRITA NO AL TLC!

¡Convocatoria a Gran Marcha Campesina contra el TLC!

El Bloque Popular Social de El Salvador integrado por organizaciones sindicales, comunales, campesinas, religiosas, cooperativas, juveniles, excombatientes, vendedores, mujeres y estudiantes, considerando que:

1. Toda la propaganda del gobierno arenero de Toni Saca no puede ocultar la realidad de un campo abandonado donde predomina el desempleo, la pobreza y la migraciòn de nuestros jovenes hacia Estados Unidos.

2. La Coordinadora Nacional Agropecuaria representa la màxima expresiòn de unidad de los sectores campesinos y cooperativistas organizados en disposiciòn de lucha combativa contra el TLC.

3. Es importante que salgamos a la calle para denunciar un TLC que va a significar muerte y màs muerte para nuestras comunidades campesinas, en espacial para los productores de arroz,maìz, hortalizas, leche y carnes.

4. Al final se pretende que sean las compañìas agroindustriales estadounidenses las que se apoderen de la producciòn agrìcola junto con un minorìa de grandes importadores locales.

Por lo anterior, Respaldamos:

1. La demanda de POSTERGAR POR TRES AÑOS la entrada en vigencia del TLC ya que es evidente que los campesinos salvadoreños no pueden competir con la sobreproducciòn estadounidense, altamente subsidiada y producida con alta tecnologìa, incluida la transgènica.

2. Detener la aprobaciòn de leyes orientadas a la reprivatizaciòn de la propiedad agraria como la Ley de Arrendamiento de Tierras y la Ley de Recuperaciòn de parcelas por parte del ISTA.

3. La creaciòn de un PROGRAMA ESPECIAL DE APOYO A LA PRODUCCION AGROPECUARIA, que permita a los campesinos salvadoreños posicionarse mejor frente a la competencia externa y garantizar la seguridad y soberanìa alimentaria.

4. Este programa especial debe incluir la condonaciòn de todos los microcreditos de 100 dòlares, otorgados antes de la tormenta Stan y de la erupciòn del Ilamatepec,a pequeños productores y productoras.

Por todo esto, incorporemonos a la Gran Marcha Campesina ¡Por el derecho a la Vida del Campo, no al TLC!

¡EL PRESENTE ES DE LUCHA, EL FUTURO ES NUESTRO!

DIA: Miercoles 8 de febrero de 2006 Hora: 8:30

LUGAR DE SALIDA: Parque Daniel Hernandez en Santa Tecla

CONVOCA: COORDINADORA NACIONAL AGROPECUARIA

INVITA: BLOQUE POPULAR SOCIAL DE EL SALVADOR BPS

Los cristianos y el socialismo (Chile)

Yo quisiera iniciar recordándoles que cuando me presenté, si bien no estaban todos, les dije que yo era hijo de Alberto y Mercedes. Y dije eso por una razón muy importante y fundamental. Cuando fueron las elecciones del año ’70, me acuerdo que mi mamá Mercedes votó por Alessandri y mi papá Alberto votó por Tomic. A poco andar el proceso de la Unidad Popular ellos se hicieron allendistas y cuando todo el proceso estaba en el caos, en las colas, en el desabastecimiento, en el enfrentamiento en las calles, la manipulación de los medios de comunicación, etc., ellos formaron a sus siete hijos en dos elementos que ya venían con una historia, los valores cristianos y las concepciones socialistas.
Mis padres nunca fueron marxistas, jamás fueron marxistas. Sin embargo, ellos formaron un grupo grande, una familia numerosa que tiene claramente un compromiso revolucionario, un compromiso con el cambio.
Por qué cuento esto. Porque yo creo en las minorías abrahámicas. Creo que la construcción de los grandes procesos de cambios los hacen individuos que a veces son anónimos como Alberto y Mercedes.
Entonces, el abordaje que quiero dar a este tema pasa por hacer dos preguntas que me parece que son fundamentales. Preguntas que hago desde mi perspectiva de cristiano, laico, católico y dirigente de un partido que es la Izquierda Cristiana de Chile. Esas dos preguntas fundamentales son el rol político de los cristianos, ¿existe?. Si existe, ¿cuál es?. Y si existiendo, ¿cuál es la dimensión política que tiene la fe?. Primera cuestión.
Segunda cuestión, de qué socialismo estamos hablando. Estamos hablando de un socialismo romántico, de algo que ya pasó o estamos hablando de un nuevo proyecto que da cuenta de otros elementos, de un nuevo proceso revolucionario que hay que construir. ¿Cuál es el socialismo de hoy?. Hacia qué socialismo nos caminamos. Esas dos preguntas me parecen fundamentales como para avanzar, o determinar, o intentar determinar, cuál es específicamente el rol político que los cristianos podemos jugar dentro de un nuevo proceso revolucionario.
Creo que todos los que estamos acá podemos hacer varias constataciones. Una primera constatación es que la Iglesia, especialmente la Iglesia Católica, ha tenido un fuerte proceso de involución cuyo principal exponente es Juan Pablo II. Que dentro de su desgraciado reinado ha implicado procesos de involución que han llevado a dejar casi en la destrucción la teología de la liberación. Uno pudiera, desde la perspectiva en que nosotros queremos que sean las cosas, pensar que sigue viva pero en la practica la teología de la liberación ha sufrido una derrota importante dentro de los marcos de influencia que en algún momento tuvo en el proceso de los últimos 20 o 30 años.
Lo segundo, tiene que ver con que, efectivamente, la fe tiene una dimensión política y la dimensión política de la fe pasa no por concepciones filosóficas sino que pasa por una palabra sencilla y simple que se llama amor. Esa es la concepción política fundamental que tiene para los cristianos, la intromisión, la metida dentro del proceso revolucionario el amor. Simplemente el amor. Palabra que a veces la gente que participa en política teme poner en el tapete como si fuera algo propio del romanticismo y no tuviera que ver con todos los otros elementos que forman parte del amor, la fraternidad, la justicia, la búsqueda de la dignidad y tantas otras cosas que tienen su fundamento único y exclusivamente en el amor.
Entonces, esto trae aparejado, para aquellos que estamos o queremos construir un nuevo proceso de revolución, formas que expresen en plenitud esa dimensión política que yo he llamado amor. Porque, claramente, no cualquier forma expresa amorosamente lo que nosotros queremos construir como un sueño. No de cualquier manera nosotros podemos hacer práctica esos sueños. Estamos determinados de alguna manera por esa utopía que queremos construir y es necesario que haya una correlación directa, perfecta entre la forma y los fines de lo que nosotros buscamos. Esa es una segunda tarea para aquellos cristianos que queremos participar de un proceso de construcción del socialismo, de la revolución.
Yo quisiera hacer alusión a algunos conceptos de cuál es el socialismo en el que creemos. Creemos en el socialismo que explica que los medios de producción están en manos del Estado. Esa es la concepción del socialismo que queremos construir. Hoy día de alguna manera tenemos que entender que el socialismo se acerca mas a ciertas formas igualitarias y justas de convivencia humana, que tiene que ver con una multiplicidad de otros temas, que tiene que ver con temas que pasan por la espiritualidad de las personas, que pasan por la cultura, que pasan por formas de interrelacionarse con los seres humanos y que no necesariamente tienen que ver con quién es el dueño de los medios de producción, porque tiene que ver con una integridad, tienen que ver con algo mas grande.
El partido al que yo pertenezco, la Izquierda Cristiana lo elegí por dos cosas. La primera fue que era un partido que se identificaba con un proceso revolucionario, era un partido no marxista y era un partido que entendía que en el marxismo hay elementos fundamentales que contribuyen a comprender los procesos de transformación de la sociedad pero todavía se quedaba dentro de una mirada unilateral materialista, que no daba cuenta de esto otro. Por lo tanto, qué significa ser socialista hoy día, cuál es el proyecto al cual encaminamos. Yo diría que hay algunas cuestiones, algunos consensos que son básicos. Somos socialistas aquellos que negamos el capitalismo. Primer concepto. Somos socialistas aquellos que negamos el capitalismo, no solo por la forma en cómo se establecen los medios de producción sino que, negamos el capitalismo por todas las características socio políticas, económicas y culturales que el capitalismo implica. Somos socialistas aquellos que somos capaces hoy día, en nuestra convivencia cotidiana, en nuestra convivencia con nuestros adversarios políticos, con nuestros enemigos políticos, en nuestra convivencia con nosotros, entre nosotros, con nuestras familias, con nuestras mujeres con nuestros niños, somos capaces de anticipar una experiencia distinta a la experiencia que nos ofrece el modelo capitalista.
Cuantos de nosotros vivimos permanentemente en la incoherencia. Tenemos un discurso que no es carne en nuestra cotidianidad, en nuestro día a día, en nuestra relación con nuestros hijos, en nuestra relación con nuestros compañeros de universidad o con lo que sea.
Bueno, somos socialistas si somos capaces de hacer ese esfuerzo cotidiano por traspasar al hoy ese proyecto futuro que estamos imaginando y que, todavía, a lo mejor de una perspectiva teórica no hemos sido capaces de armar.
Cómo hacemos socialismo. En esto hay recetas de antiguos que todavía nos sirve y que creo que Luis Emilio Recabarren nos puede dar luces en ese sentido. Hacemos socialismo con el cooperativismo, con la autogestión, con una democracia que, efectivamente, represente el sentir y el querer del conjunto de todos aquellos que estamos imaginando una utopía y una realidad distinta.
Yo quisiera, terminar parafraseando a Leonardo Boff que decía: “es deseando lo imposible que nos abrimos paso a la concreción de lo posible”. Y quisiera, finalmente, decir que esta es la oportunidad de rendir un homenaje a un hombre que se inscribe dentro de los grandes hombre de la humanidad, que está al lado de Martín Luther King, que está al lado de Gandhi, que está al lado de tantos otros. Un hombre que no era cristiano pero que en sus prácticas y en su vivencia, con sus potencialidades y sus debilidades, que también, naturalmente, las tenía fue capaz de vivir valores cristianos. Por eso un homenaje muy sentido a Salvador Allende Gossens.

Los cristianos y el socialismo

A la generación anterior a la mía, a mis padres y un grupo de cubanos, cristianos, creyentes en Jesucristo, como decía Esther, desde esa identidad hicimos una opción, consciente y profética por la construcción del socialismo. Así rezaba en los estatutos de una de las tantas organizaciones ecuménicas que por aquellos años ’70 participábamos, siendo aun adolescentes y que, en primera instancia, significó el compromiso con el proyecto de la revolución cubana, un proyecto socialista, un proyecto desde la concepción filosófica, política e ideológica del marxismo leninismo y como ubicar esto en la conmemoración de los días del gobierno de la Unidad Popular para que este peregrinaje tuviera una singular valor.
Ustedes conocen, por los mismos impactos del triunfo revolucionario cubano que determinados elementos de coyuntura en Europa inciden en cambios a nivel de la Iglesia Católica Universal. El Vaticano Segundo, por allá en los años ’60. Eso empieza a animar todo un proceso, en un continente mayoritariamente cristianos, de hombres y mujeres de fe que empiezan a involucrarse en las luchas por la transformación de la sociedad.
Muy tempranamente tuvimos el testimonio de Camilo Torres, en Colombia, sacerdote, que lanzó aquella consigna tan conocida en aquellos tiempos de que el deber de todo cristiano es ser revolucionario y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución.
En el año ’68 tiene lugar la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín, donde queda acuñado el discurso oficial de esos años en la Iglesia y de la teología que nacía en sus alrededores, la llamada opción por los pobres o la opción preferencial por los pobres.
Sin embargo, esto que les relato que está ocurriendo en el continente y que algunos por sus canas o años pueden haber vivido o conocido, a nosotros en Cuba no nos llega por el inevitable aislamiento que estaba sufriendo Cuba y por el alineamiento de los gobiernos en América Latina y luego las dictaduras con la política de los EE.UU. y el bloqueo. Y es a partir del canal de comunicación que se abre con Chile, a partir del triunfo de Allende, que nosotros tomamos contacto por primera vez, en una manera articulada, con otras personas que estaban vivenciando la misma experiencia que nosotros aquí en Chile.
Hay cristianos, fundamentalmente del campo católico, pero también la presencia de sectores evangélicos aquí en Chile que se movilizan para el Proyecto de la Unidad Popular y también en una experiencia de organización política, en Chile la Izquierda Cristiana por ejemplo.
Se da un movimiento animado a partir de la experiencia chilena que es el grupo de los 80. Se constituyó en Chile el secretariado nacional de Cristianos por el Socialismo, que tuvieron en marzo del año ’72, un encuentro nacional en Padre Hurtado que sirvió de encuentro nacional preparatorio para lo que después, entre el 23 y 30 de abril del año 1972, fue el primer encuentro latinoamericano de cristianos por el socialismo que contó con la presencia de 430 delegados, representantes de más de 26 países y presencia, también, de EE.UU. y de Europa. Ese evento se celebró, simultáneamente, en los mismos días en que se estaba celebrando, la ya mencionada, 3° Conferencia de la Unctad, para la cual se construyó este edificio.
Esta fue la primera experiencia que tuvimos de contacto y por ahí articulamos relaciones futuras con expresiones, grupos de cristianos que teníamos un compromiso de una lucha con este grupo de cristianos por el socialismo.
Al mismo tiempo de Chile, nosotros recibimos en el continente una contribución fundamental que nace del inédito, en aquellos años, encuentro que sostuvo el Comandante Jefe Fidel Castro en noviembre de 1971 durante su visita a Chile, con este grupo de los 80. Era la primera vez que un líder marxista en el poder se encuentra públicamente con una serie de gente que se dicen cristianos y más, se dicen socialistas y optan por el socialismo.
Yo traté de encontrar, en la locura de venir para acá, todas las cosas organizativas no encontré el texto de la reunión pero recuerdo que Fidel se asombró, por supuesto, sobre todo por la experiencia personal vivida por él en la relación personal e institucional, tan conflictiva con la Iglesia Católica Cubana, él se asombró tanto que dijo o yo me estoy poniendo ya demasiado viejo o ustedes están demasiado mandados a correr, decimos en Cuba, porque aquello lo encontraba demasiado inédito.
Y en esa osadía heterodoxa que acostumbra Fidel, acuñó la famosa frase de la Alianza estratégica entre cristianos y marxistas que en aquellos años se estaba dando un debate muy fuerte ante el hecho de que muchas de las organizaciones políticas de izquierda empezaban a recibir la demanda o el hecho de la participación de los cristianos y muchas de estas organizaciones políticas de izquierda que habían bebido de cierto marxismo de factura soviético cargado de dogmatismo y que tenían el ateismo científico en sus pilares fundamentales generaban tensiones y exclusiones incluida la propia isla de Cuba que no es hasta el año 1991 que el partido retira el ateismo como condición de militancia.
Por supuesto que eso tuvo un impacto muy grande en la experiencia nuestra, por lo que acabo de mencionar. Nosotros en Cuba empeñados, recibiendo los palos de la Iglesia institucional, sobre todo estoy hablando de mi experiencia de evangélico, de las iglesias evangélicas, éramos tildados de todo hasta de comunistas y al mismo tiempo sufríamos la sospecha, la mirada de muchos compañeros que no entendían quiénes eran estos cristianos que estaban por la revolución, que se iban en un trabajo productivo a cortar caña de azúcar, también, etc.
Otros usábamos en nuestras liturgias en la iglesia la canción Plegaria de un Labrador de Víctor Jara, eso era bastante complicado entenderlo y en ese camino este encuentro de Fidel con estos cristianos por el socialismo aquí en Chile y el evento mismo tuvo una importancia significativa.
Al mismo tiempo y tratando de hacer un balance de este evento en la euforia que se vivía en aquellos años, para las 10 personas que participaron de Cuba en el mismo que, por supuesto, teníamos un rol protagónico en el liderazgo del movimiento ecuménico cubano nos puso en un complot de vanguardismo. O sea, si en América Latina se estaban produciendo procesos revolucionarios y Chile estaba teniendo un lugar inédito en la vía armada y en esos procesos estaban involucrados los cristianos latinoamericanos y si Cuba era el faro de la revolución de América Latina, entonces, los cristianos cubanos teníamos que ser el faro de los cristianos latinoamericanos y eso nos llevó, a muchos, a excesos antipedagógicos en nuestra pedagogía educativa en el proceso de concientización al interior de nuestras iglesias y, en muchos casos a tirar al niño con la bañadera. Es decir, en muchos casos, la iglesia por sus actitudes frente a la revolución y en muchos casos por sus actitudes de alianza con los poderes dominantes en el hemisferio, se condenaba a todo el bloque. Muchos abandonaron la iglesia y dejaron un campo tan importante en manos de sectores conservadores de derecha y se involucraron en las tareas revolucionarias, era la urgencia realmente pero al mismo tiempo la revolución necesitaba de nosotros dentro de un campo que solo a los que nos habíamos criado y formado dentro de él y, esperamos con la disciplina pertinente, la teología, la escritura de la Biblia, etc., etc., nos eran posibles incidir para tratar de generar posturas distintas de la iglesia con relación a la revolución.
Al mismo tiempo, la teología de la liberación como muchas zonas del pensamiento latinoamericano no miró y, por suerte en las ultimas décadas a partir de finales de los ‘80s, esas otras identidades que están presentes hoy en la realidad latinoamericana y que forman parte de luchas. O sea, la teología en los campesinos, la relación con el mundo indígena, la teología indígena, la teología negra y popular, la llamada teología afrolatina, que son, también, sectores vinculados que se mueven dentro de la experiencia de la iglesia latinoamericana y que en un discurso, a veces excesivamente clasista o mirando únicamente la tensión de clases, obvió esos otros dolores, esos otros sufrimientos. Pero en todo caso, en aquella dicotomía en lo que era estratégico e importante y lo que era secundario en el campo religioso latinoamericano y en el campo religioso cubano, se me acabó el tiempo, está atravesando las mismas complejidades que tiene el campo popular y el campo de las luchas en América Latina. Y, por suerte, muchas de estas tensiones entre revolucionarios por nuestras relativas y diversas identidades van quedando atrás. Y que las demandas de los hermanos de Brasil de la lucha de la Tierra, la demanda de algunos hermanos y hermanas del movimiento de gays, lesbianas y travestis, son parte de nuestras luchas y yo creo que, con emoción no tienen ningún acto de politiquería barata.
Con emoción escuché a Gladys Marín, secretaria del Partido Comunista Chileno, hablar de esta realidad, de la necesidad de englobar en la lucha por la transformación del mundo en la lucha anticapitalista y para los que seguimos creyendo en el socialismo como horizonte y proyecto, tener presente también con igualdad y valor estratégico de las mujeres, de los negros, de los indígenas, de los que luchan por los derechos de vivir su sexualidad como les de la gana.
Lamentablemente, el tiempo es corto pero si en la hora de reconocer y celebrar en la memoria, sobre todo para nosotros los cristianos que tenemos la convicción en la resurrección de los muertos, nosotros estamos celebrando la vida de Salvador Allende en estos 30 años. Allende es de los hombres que nunca mueren y, al mismo tiempo, celebrar también esa contribución que nos vino de ustedes y que nos ayudo a nosotros en Cuba a poder vivir nuestra fe como cristiano y al mismo tiempo no a pesar de ella sino a causa de ella vivir, también, la experiencia de luchar por el proyecto de la revolución cubana.