Juan Mari Bras

Juan Mari Bras

La brillante oratoria de Juan Mari Bras resonó a través de la sala de conferencias del Hotel El Prado, en Ciudad de México. Se efectuaba allí la Segunda Conferencia Internacional en Solidaridad con la Independencia de Puerto Rico. Habló frente a telones de fondo mostrando las imágenes pintades de tres héroes latinoamericanos de las luchas por liberación. Ellos lo fueron: Albizu Campos, de Puerto Rico, José Morelos, de México y Simón Bolívar, de Venezuela. Cuatrocientos delegados y cientos de observadores testimoniaron de su apoyo a la transferencia de todos los poderes gubernativos al pueblo de Puerto Rico.

Aquella fue una ocasión trascendental en el año de 1979. Los Nacionalistas que habían sufrido encarcelamiento por 25 años (29 por Collazo) acababan de ser liberados. Lolita Lebrón, Rafael Cancel, Irvin Flores, y Oscar Collazo fueron bienvenidos a la platforma como héroes nacionales. Un Sandinista en uniforme militar recibió un estruendoso aplauso al informar sobre la reciente victoria del pueblo de Nicaragua sobre la dictadura de los Somoza.

Años más tarde mi esposo y yo habríamos de encontrarnos con Mari Bras en su oficina de San Juan. Para entonces ya él había renunciado a su puesto de Secretario General del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), había reanudado la práctica privada de su profesión de abogado y estaba enfrascado en un gran esfuerzo por unificar el movimiento de independencia de la isla.

Un hombre gigantesco físicamente e intelectualmente, él nos recibió con escueta modestia. Me excusé por no haber aún leído su libro acabado de salir de la imprenta: El Independentismo en Puerto Rico: Su Pasado, Su Presente y Su Porvenir. Aún no se encontraba ni en los estantes de la librería de la universidad. Preguntándome si yo leía el español, el abrió la gaveta de su escritorio y sacó una ejemplar. En ella escribió: “A los compañeros Abe y Jean Zwickel, buenos amigos de nuestra lucha por la independencia, con la gratitud y afecto de J. Mari Bras, diciembre, 1984.”

Nos habló de cómo su padre había sido un independentista dentro de las filas del Partido Liberal. A la edad de 15 años, cuando aún se encontraba en la escuela superior, comenzó a desarrollar su propia conciencia política. El Proyecto de Ley Tydings del 1943 sobre la independencia de Puerto Rico fue introducido en aquel entonces ante el Congreso de Estados Unidos. Tydings, amigo del asesinado Colonel Riggs, preparó el proyecto de ley de tal modo que el mismo habría traído la ruina financiera a Puerto Rico. Esto suscitó una alta gama de controversias en la isla, particularmente entre el estudiantado. Mari Bras se unió a la Asociación Nacional de la Juventud Pro Independencia, convirtiéndose pronto en su presidente.

Para el 1947 se encontraba en la Universidad de Puerto Rico para dar la bienvenida a don Pedro Albizu Campos, quien regresaba a la isla tras haber cumplido prisión en Atlanta, Georgia. La bandera de Puerto Rico fue izada por el exuberante estudiantado. Sin embargo, el Rector de la universidad le negó a don Pedro el derecho a hablarles a los estudiantes. El resultado de ello fue una huelga estudiantil. Mari Bras fue expulsado. Por ello tuvo que completar los requerimientos de su bachillerato en Lakeland, Florida.

En su historia del movimiemto pro independencia, Mari Bras elogia a don Pedro como el más significante líder en la historia de Puerto Rico. “Albizu”, escribe él, “fue una leyenda viva que inspiraba el inicio de muchos de nosotros en las luchas patrióticas y nos inducía a perseverar y profundizar en el compromiso, en la eternidad de su gloria su ejemplo se multiplica y alarga.” Pese a haberse convertido en socialista, Mari Bras nunca cambió su opinión respecto a don Pedro.

Debido a su expulsión de la UPR, le fue negada la admisión a unos diez o quince colegios. La Universidad George Washington, en Washington, D.C., finalmente le admitió en el Colegio de Leyes. El se encontraba en Washington durante el ataque a la Casa Blair por Oscar Collazo. Por tal motivo, Mari Bras fue arrestado e interrogado por el FBI. Para aquel entonces él aún no conocía a Collazo, sin embargo fue detenido por varias horas por el simple hecho de ser independentista. Muchos otros puertorriqueños fueron detenidos por meses, aun sin haber cargos en su contra, tan sólo por haber estado presentes en un discurso a favor de la independenecia. Finalmente completó sus estudios en la Universidad Americana, también en la ciudad de Washington, D.C.

En el 1954, Mari Bras pasó el examen de reválida para la práctica de la abogacía, especializándose en leyes constitucionales y laborales, así como en reclamos salariales. Fue fundador del Partido Socialista de Puerto Rico, el cual surgió del anterior Movimiento Pro Independencia y se convirtió en su Secretario General.

Un hijo de Mari Bras fue asesinado en el 1976. El responsable del homicidio fue un hombre demente el cual, según la convicción de Mari Bras, fue programado por el FBI. Pese a la demencia del individuo, este fue condenado por asesinato en segundo grado, al fin de evitarse de tal modo que se llevaran a cabo investigaciones posteriores.

Al buscar que se le entregaran sus expedientes en los archivos del FBI, Mari Bras obtuvo tan sólo treinta y ocho volúmenes de setenta y nueve actualmente en existencia. El ser seguido por el FBI de ningún modo aminora sus actividades a medida que viaja a Colombia, Cuba, Venezuela, Chile, Uruguay, Nicaragua y los Estados Unidos, a fin de promover la causa por la independencia. Le pregunté si aún continuaba siendo objeto de represiones y hostigamiento, a lo que me contestó con gran dolor, “Ya me quitaron a mi hijo, ¿qué más pueden ya hacerme a mí?”

En su perspectiva del movimiento pro independencia, Mari Bras resume sus perspectivas sobre la independencia. Visualiza una esperanza en las Naciones Unidas, en su resolución 1514 (XV) llamada la “Carta Magna” de la descolonización, y resoluciones subsiguientos que se han producido a partir del 1972. Ha presentado sus alegatos en las vistas ante el Comité Descolonizador. También tiene esperanzas en el respaldo de la comunidad internacional, especialmente en el de los paíises no-alineados. Otra esperanza la ve en el fortalecimiento del movimiento obrero y en organizaciones tales como el Centro de Estudios Sobre la Realidad Puertorriqueña (CEREP), el Comité Contra la Represión (CUCRE), Misión Industrial, Centro de Estudios Avanzados Sobre Puerto Rico y el Caribe, el Proyecto Caribeño de Justicia y Paz, y en el periódico Claridad por su gran labor educativa de las masas.

Mari Bras considera importante el mantener vivos, tanto el movimiento por la lucha armada en su oposición al control militar de parte de los Estados Unidos, como el movimiento electoral, el cual ha producido algún éxito mediante el Partido Independentista (PIP). Advierte a los puertorriqueños que “los Yanquis quieren vernos dóciles”.

Tras el arresto de trece independentistas el 30 de agosto de 1985, Mari Bras les visitó en Nueva York. Se maravilló ante la firmeza de espíritu de los arrestados y su sentido de humor muy manifiesto por encima de todas sus desavenencias. El ve en su encarcelamiento “una nueva alborada en la indestructible lucha patriótica y revolucionaria del pueblo de Puerto Rico” y afirma que ellos han ayudado a hacer posible “la más amplia unión de los puertorriqueños en su lucha hacia la libertad”.

En su testimonio de las vistas ante el Comité Descolonizador del 1986, Mari Bras representó al Comité de Puerto Rico en los Estados Unidos. Este fue el primer año que un representanate de Cuba presidía las vistas. Cuba siempre ha apoyado la causa de la independencia, encontrando en Puerto Rico una “historia común de lucha y esperanza”. Los términos de la resolución de este año fueron trazados por la paciente cooperación de Cuba, Venezuela y diversos sectores políticos de Puerto Rico, explicó. Dichos términos incluyen un proceso para instigar una convención constitucional por negociar con los Estados Unidos la descolonización de Puerto Rico.

“Sólo un gran movimiento únificado mirando más allá de las diferencias políticas e ideológicas,” concluyó en su plática con nosotros, “puede vencer los presentes temores de hambre y persecución para la eventual liberación de Puerto Rico, abriéndonos paso a través de la dominación de la mayor potencia imperialista de nuestros tiempos.

A ragged process

A ragged process

by: Sam Webb
October 29 2009

Slightly over a year ago, the American people elected a young African American to the presidency and increased the Democratic majorities in the Congress. President Obama’s victory represented a repudiation of the right-wing ideology, politics and economics. It constituted a serious setback for neoliberalism in both its conservative and liberal skin.

The defeat of right-wing extremism was a long time in coming, but when it finally happened it did so not only because of the brilliance of the candidate, now president, but also due to the broad wings of a people’s coalition. Not in our lifetime have we participated in such a movement.

This swing in the political pendulum in the direction of economic justice, equality and peace ushered in the possibility of a new era. After 30 years of right-wing dominance, the balance of class and social forces is tilting once again in a progressive direction, but not to the degree that a people’s agenda is simply rolled out and easily enacted.

That would be wishful thinking and we shouldn’t engage in such thinking, as tempting as it is. The struggle ahead, much like the struggle over the past three decades, will be fierce. There will be no easy victories. But political advantage has shifted to our side and that’s no small accomplishment.

To turn this advantage into a new New Deal will take many things, but two I consider fundamental: a proper strategy and a sense of process.

Some may wonder why I don’t mention tactics. They are important to be sure, but they are shaped by strategy and process, not the other way around. Tactics are a dependent variable in this equation.

A proper strategy envisions the main class and social groupings and personalities that have to be assembled and united to transform the possibility of this moment into a concrete, lived reality for millions of people.

The strategic thrust of last year – to defeat the ultra right, especially as expressed by the Republican Party, at the polls – doesn’t quite fill the bill any longer. Right wing extremism is still a factor, as demonstrated by the health care battle, but as a result of the election’s outcome, it is on the defensive, no longer able to set the agenda and frame the debate to its desire.

At the same time a pure anti-corporate strategy doesn’t quite fit either, given the configuration of forces coming out of the elections and the political agenda going forward.

The coalition to deepen and consolidate the promise of our time, in my view, stretches (for now) from President Obama to the core forces of the people’s movement: labor, African American, Latino, and other the racially oppressed people, women, and youth. It also includes those who sat out last year’s election, small and medium sized businesses, dissatisfied grassroots supporters of the right wing, sections of the Democratic Party and even corporate capital – depending on the issue at hand.

So the task – and it won’t be easy – is to activate and maximize the unity of this very diverse, multi-class, and fluid coalition in the course of concrete struggles.

There will be competing views. Not everyone will be on board on every issue; the lineup and mix will change as the agenda and struggle changes. Some participants will be dependable and clear headed – the core forces – while others will be unreliable and temporary.

The notion of the capitalist class on the one side and the working class on the other may sound “radical,” but it is neither Marxist, nor found in life and politics. Pure forms exist in high theory, but nowhere else. It would be a profound mistake to distance the core forces of this coalition from others who are temporary and unreliable at this and subsequent stages of struggle.

As for process, it is imperative to have a sense of the ebbs and flows of mass struggle – the contradictions and the dialectics – plus the near constant reconfiguration of this broad, multi-class coalition. Progress (and process) is never a straight line forward nor neatly packaged. It is usually ragged.

The main elements of the New Deal, for instance, were won not in 1933, which was Roosevelt’s first year in office, but in 1935-1937. These elements were the fruit of a many-layered, multi-faceted struggle of a motley group of social actors.

I suspect the future will be much the same.

Reflections on some political and ideological questions today

Reflections on some political and ideological questions today

by: Sam Webb
December 21 2009

The president doesn’t simply register and reflect the balance of power; he influences it as well; no other person has as much power as the president. To identify him as a centrist Democrat akin to Clinton or Carter or Kennedy conceals more than it reveals; it’s too neat. It doesn’t help us understand him as a political actor and his place in the broader struggle for progressive change. And it can quickly lead to narrow tactics and a wrong-headed strategic policy.

Some say, for example, that the strategic role of the left is to criticize the president, to push him from left. But is that a good point of departure strategically? Doesn’t it elevate a tactical question to a strategic one?

Criticizing the president (especially in the internet age) takes little imagination or effort, far less than activating the various forces that elected him last year. To do the latter takes a strategic sense, flexible tactics, creative thinking, and hard work. The president’s report card, it could easily be argued, is better than the coalition that elected him. He doesn’t get an A, but neither do we.

There are no prohibitions against criticism of the president, but it should be done in a unifying and constructive way. The success or failure of the Obama presidency will resonate for years. A deep imprint on class and racial relations will be part of his legacy. It is hard to imagine how a successful struggle for reforms can happen without the president or how anyone other than the extreme right and sections of the ruling class would benefit if his presidency fails.
Attitude towards reform

A very different political and ideological issue that has a bearing on practical politics is the assertion that capitalism has no solutions to the present crisis and can’t be reformed.

If this means that the endemic crises of capitalism (for example, cyclical and structural unemployment, regular crises, overproduction, over accumulation, etc.) will persist as long as the profit motive is the singular determinant of economic activity, we would agree.

But if this means that anything short of a system wide change is of little importance, or that the underlying dynamics and laws of motion can’t be modified, we would disagree.

We should avoid counterposing the bankruptcy of capitalism against the struggle for reforms under capitalism. Such juxtaposition is unnecessary and counterproductive. If we don’t struggle for the latter (reforms), what we say about the former (systemic nature of problems) will carry little weight nor will we get to where we want to go – socialism.

Capitalism is more elastic than some believe. It changes on its own (its internal laws motion – what Marx studied in “Capital”) and is modified by the class struggle. Look at its historical development if you don’t believe so.
Role of the working class

Still another ideological question is the role of the working class in general and the labor movement in particular. The right wing and mass media (not just Fox) either heap abuse on the labor movement or make it invisible. They are well aware of the new developments in organized labor, and recoil at the prospect of a revitalizing labor movement. None of this is a surprise.

What is surprising is that many progressive and left people either have a blind spot when it comes to the labor movement, or see it as just another participant, or refuse to see – even dismiss out of hand – the new developments within it.

Leading up to the AFL-CIO convention, we heard more than once that labor should be “a social movement,” that it should “take on capital,” etc. But, unless you are the hostage of “pure” forms of the class struggle, isn’t that what labor is doing – in the elections last year and on issues like health care, war, racism, immigration, climate change, international solidarity, and so forth?

Granted it’s not across the board, there are still backwaters, the old style of leadership hasn’t completely disappeared, and rank-and-file participation is not where it should be.

But isn’t that an old movie? Is going over in righteous indignation the litany of sins of the labor movement the most productive thing that we can do? Doesn’t it make far more sense to note the new development and directions, the new thinking, and the new composition of labor’s leadership? Do we think that the transition from the legacy of the Cold War and the so-called Golden Age of capitalism can happen in a day, in a month, in a decade? Change is hard, but when sprouts of change come to the light of day we should nurture them.

Our understanding of Marxism reveals that in the process of exploitation, not only surplus value, but also oppositional tendencies arise – albeit uneven and full of contradictions and inconsistencies – but arise nonetheless to challenge corporate prerogatives and class rule.

An under appreciation of the new developments in labor can only weaken the broader movement for change.
Marxism

Finally, Marxism is an open-ended, integrated, and comprehensive set of ideas to conceptualize and change the world – a world outlook. It brings to the light the existing and developing regularities and laws of social development of societies, and especially capitalist society.

Thus, continually deepening our understanding of Marxism’s basic theoretical constructions is of crucial importance to us – not to mention the movement as a whole.

At the same time, Marxism is not simply a science (understood in a general sense) and worldview, but it is also a methodology.

Marxist methodology absorbs and metabolizes new experience; it gives special weight to new phenomena.

It isn’t about timeless abstractions, pure forms, ideal types, categorical imperatives unsullied by inconvenient facts, unexpected turns and anomalies; it doesn’t turn partial demands, reformist forces, inconsistent democrats, liberals, social democratic labor leaders, even blue dog democrats, into a contagious flu to be avoided at all costs.

Marxist methodology insists on a concrete presentation of a question and an exact estimate of the balance of forces at any given moment.

As a method of analysis, Marxism emphasizes fluidity, reexamining old and new questions, process, dialectics, and movement; it’s about allowing space for individuals and organizations to change.

We should deepen our understanding of Marxism as a science and methodology. And we should not give too much attention to those who take issue with us from the left. When we do, it cuts down on our ability to think creatively and respond practically to new opportunities and developments.

In the era of the Internet, everyone’s voice is amplified. If some try to turn Marxism into a sacred canon much like the strict constitutional jurists and biblical literalists do with the Constitution and Bible, so be it; if they want to spend all their time looking for examples of right deviations, to the point where they themselves are simply self-satisfied observers of struggle and too busy to build the people’s movement or, in the case of those who are in our party, build our organization and press, so be it.

We will go our own way, focusing our energy and talents on building the working-class movement and our party and press, and be much the wiser for it.

Punto Final alerta ante posible triunfo de Piñera

Punto Final alerta ante posible triunfo de Piñera

miércoles, 23 de diciembre de 2009,

Santiago de Chile, 23 dic (PL) Un eventual gobierno de Sebastián Piñera “alineará a Chile junto a Colombia y otros países que han arriado la bandera de la dignidad latinoamericana”, afirmó hoy editorialmente la revista Punto Final.

Denunció asimismo que formaría parte de una “peligrosa tendencia que viene tomando fuerza a partir del golpe de Estado en Honduras, y que busca configurar un bloque contra Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA)”.

En un editorial firmado por su director Manuel Cabieses, la revista que circulará este jueves señala que, en realidad, en el plano económico no habría mucha diferencia entre un gobierno de Piñera y uno del candidato oficialista Eduardo Frei, pero sí habría cambios regresivos en otros ámbitos, como en los derechos humanos”.

Piñera, sostiene Punto Final, dictaría una amnistía para militares ya condenados o interrumpiría los procesos de otros criminales y torturadores.

En el ámbito sindical, agrega, se impondrían la flexibilización laboral y otras medidas para debilitar el movimiento de los trabajadores.

Asimismo, plantea que la represión a la lucha social sería aún más dura. Detrás de una pretendida defensa de la “seguridad ciudadana”, se levantaría un Estado policial.

Bajo el título “Votar hasta que duela”, la publicación hace un detallado análisis de las posibilidades reales de Frei y de Piñera en las venideras elecciones del 17 de enero, y llega a la conclusión de que no hay otro camino que votar por Freiâ y ponerse a trabajar en una alternativa de Izquierda que permita librarse del cepo del “mal menor”.

La peligrosa situación interna y regional que se crearía si la derecha gana las elecciones en Chile, legitima la necesidad de cerrar el paso a esta maniobra de la oligarquía, dice Punto Final, luego de lamentar la “erosión ideológica de Chile” tras la dictadura de Augusto Pinochet.

En rigor, apunta el editorial, “una eventual victoria de Piñera sería producto de un largo proceso de erosión ideológica y política, que ha preparado el terreno después de la terrible experiencia de la dictadura para que el país asimile un gobierno de derecha”.

Responsabiliza de ese proceso, destinado a borrar la voluntad democrática del pueblo, al efecto de la economía de mercado que implantó la dictadura y que ha perfeccionado la gobernante Concertación, entre otros sectores políticos del país.

SOBRE LAS PERSPECTIVAS DEL P.C. DE ALEMANIA Y SOBRE LA BOLCHEVIZACION

SOBRE LAS PERSPECTIVAS DEL P.C. DE ALEMANIA Y SOBRE LA BOLCHEVIZACION (*)

Entrevista con Herzog, miembro del Partido Comunista de Alemania
Joseph Stalin

1a pregunta (Herzog): ¿Considera usted que las relaciones políticas y económicas en la república democrático-capitalista de Alemania son tales que la clase obrera habrá de librar la lucha por el Poder en un futuro más o menos próximo?

Respuesta (Stalin): Sería difícil responder con toda concreción a esta pregunta, si se trata de plazos, y no de tendencias. Huelga demostrar que la presente situación se distingue esencialmente de la situación de 1923, lo mismo por las condiciones internacionales que por las interiores. Eso no excluye, sin embargo, que la situación pueda cambiar radicalmente en un futuro próximo en favor de la revolución, teniendo en cuenta posibles cambios importantes en la situación exterior. La inestabilidad de la situación internacional es garantía de que esa hipótesis puede llegar a ser muy probable.

2a pregunta: En vista de la presente situación económica y de la actual correlación de fuerzas, ¿necesitaremos de un período preparatorio más largo para ganarnos a la mayoría del proletariado (requisito que Lenin planteó a los Partidos Comunistas de todos los países como una tarea muy importante, precedente a la conquista del Poder político)?

Respuesta: Por lo que se refiere a la situación económica, sólo puedo juzgar por los datos generales de que dispongo. Creo que el Plan Dawes (1) ha dado ya ciertos frutos, que han permitido estabilizar relativamente la situación. La penetración del capital norteamericano en la industria alemana, la estabilización de la moneda, la mejoría en varias ramas muy importantes de la industria —lo que no significa, ni mucho menos, el saneamiento a fondo de la economía del país— y, en fin, cierto alivio de la situación material de la clase obrera, no han podido por menos de consolidar hasta cierto punto las posiciones de la burguesía en Alemania. Podríamos decir que éste es el lado «positivo» del plan Dawes.

Pero el plan Dawes tiene también lados «negativos», que en cierto período deben dejarse sentir forzosamente y que harán saltar por los aires sus resultados «positivos». Es indudable que el plan Dawes representa para el proletariado alemán una doble losa: la del capital interior y la del exterior. Las contradicciones entre la ampliación de la industria alemana y la reducción de los mercados exteriores de esa industria, la desproporción entre las demandas hipertrofiadas de la Entente y las posibilidades máximas de satisfacerlas por parte de la economía nacional alemana, son circunstancias que, al empeorar inevitablemente la situación del proletariado, de los pequeños campesinos, de los empleados y de los intelectuales, no pueden por menos de llevar a un estallido, a la lucha directa del proletariado por la toma del Poder.

Pero no hay que considerar esta circunstancia la única condición favorable de la revolución en Alemania, Para la victoria de esta revolución se necesita, además, que el Partido Comunista represente a la mayoría de la clase obrera, que sea la fuerza decisiva en la clase obrera. Es necesario que la socialdemocracia sea desenmascarada y derrotada, que sea reducida a una minoría insignificante en la clase obrera. De otra manera no puede ni pensarse en la dictadura del proletariado. Para que los obreros puedan vencer, les debe alentar una misma voluntad, les debe guiar un solo partido, que goce de confianza indudable entre la mayoría de la clase obrera. Si dentro de la clase obrera hay dos partidos de igual fuerza que rivalizan entre sí, es imposible una victoria duradera, aunque se den condiciones exteriores favorables. Lenin fue el primero que lo subrayó con insistencia, en el período anterior a la Revolución de Octubre, como condición esencialísima para la victoria del proletariado.

La situación más favorable para la revolución podría considerarse aquella en que la crisis interior de Alemania y el aumento decisivo de las fuerzas del Partido Comunista coincidiesen con graves complicaciones en el campo de los enemigos exteriores de Alemania.

Opino que la falta de esta última circunstancia fue uno de los factores que influyeron más negativamente en el período revolucionario de 1923.

3a pregunta: Usted ha dicho que el P.C. de Alemania debe contar con la mayoría de los obreros. Hasta ahora se ha dedicado a ello demasiado poca atención. ¿Qué cree usted que se debería hacer para convertir el P.C. de Alemania en un partido enérgico, con progresiva capacidad de reclutamiento?

Respuesta: Algunos camaradas suponen que fortalecer el Partido y bolchevizarlo significa expulsar de él a todos los disidentes. Eso, claro está, no es cierto. Desenmascarar a la socialdemocracia y dejarla reducida a una minoría insignificante en la clase obrera sólo es posible en el curso de la lucha cotidiana por las necesidades concretas de la clase obrera. No hay que poner en la picota a la socialdemocracia sobre la base de los problemas del cosmos, sino sobre la base de la lucha cotidiana de la clase obrera por mejorar su situación material y política; por cierto, las cuestiones del salario, de la jornada de trabajo, de las condiciones de vivienda, de los seguros, de los impuestos, del paro obrero, de la carestía de la vida, etc. deben desempeñar un papel muy importante, si no decisivo. Golpear a los socialdemócratas cada día sobre la base de estas cuestiones, poniendo al desnudo su traición: tal es la tarea.

Pero esa tarea no se cumplirá por entero si las cuestiones de la actividad práctica diaria no se ligan a los problemas cardinales de la situación internacional e interior de Alemania, y si en todo su trabajo el Partido deja de enfocar las cuestiones de cada día desde el punto de vista de la revolución y de la conquista del Poder por el proletariado.

Pero esa política únicamente podrá aplicarla un partido que tenga a la cabeza cuadros dirigentes lo bastante expertos para saber aprovechar, con el fin de fortalecer el partido, cada falla de los socialdemócratas y lo bastante preparados teóricamente para que los éxitos parciales no les hagan perder las perspectivas del desarrollo revolucionario.

A ello, principalmente, se debe que el problema de los cuadros dirigentes de los Partidos Comunistas en general, comprendido el Partido Comunista de Alemania, sea uno de los más importantes en la labor de bolchevización.

Para la bolchevización se necesita crear, por lo menos, algunas condiciones fundamentales, sin las que la bolchevización de los Partidos Comunistas es de todo punto imposible.

1) Es necesario que el Partido no se considere un apéndice del mecanismo electoral parlamentario, como en realidad se considera la socialdemocracia, ni un suplemento de los sindicatos, como afirman a veces ciertos elementos anarco-sindicalistas, sino la forma superior de unión de clase del proletariado, llamada a dirigir todas las demás formas de organizaciones proletarias, desde los sindicatos hasta la minoría parlamentaria.

2) Es necesario que el Partido, y de manera especial sus cuadros dirigentes, dominen a fondo la teoría revolucionaria del marxismo, ligada con lazos indestructibles a la labor práctica revolucionaria.

3) Es necesario que el Partido no adopte las consignas y las directivas sobre la base de fórmulas aprendidas de memoria y de paralelos históricos, sino como resultado de un análisis minucioso de las condiciones concretas, interiores e internacionales, del movimiento revolucionario, teniendo siempre en cuenta la experiencia de las revoluciones de todos los países.

4) Es necesario que el Partido contraste la justeza de estas consignas y directivas en el fuego de la lucha revolucionaria de las masas.

5) Es necesario que toda la labor del Partido, particularmente si no se ha desembarazado aún de las tradiciones socialdemócratas, se reconstruya sobre una base nueva, revolucionaria, de modo que cada paso del Partido y cada uno de sus actos contribuyan de modo natural a revolucionarizar a las masas, a preparar y educar a las amplias masas de la clase obrera en el espíritu de la revolución.

6) Es necesario que el Partido sepa conjugar en su labor la máxima fidelidad a los principios (¡no confundir eso con el sectarismo!) con la máxima ligazón y el máximo contacto con las masas (¡no confundir eso con el seguidismo!), sin lo cual al Partido le será imposible, no sólo instruir a las masas, sino también aprender de ellas, no sólo guiar a las masas y elevarlas hasta el nivel del Partido, sino también prestar oído a la voz de las masas y adivinar sus necesidades apremiantes.

7) Es necesario que el Partido sepa conjugar en su labor un espíritu revolucionario intransigente (¡no confundir eso con el aventurerismo revolucionario!) con la máxima flexibilidad y la máxima capacidad de maniobra (¡no confundir eso con el espíritu de adaptación!), sin lo cual al Partido le será imposible dominar todas las formas de lucha y de organización, ligar los intereses cotidianos del proletariado con los intereses básicos de la revolución proletaria y conjugar en su trabajo la lucha legal con la lucha clandestina.

8) Es necesario que el Partido no oculte sus errores, que no tema la crítica, que sepa capacitar y educar a sus cuadros analizando sus propios errores.

9) Es necesario que el Partido sepa seleccionar para el grupo dirigente fundamental a los mejores combatientes de vanguardia, a hombres lo bastante fieles para ser intérpretes genuinos de las aspiraciones del proletariado revolucionario y lo bastante expertos para ser los verdaderos jefes de la revolución proletaria, capaces de aplicar la táctica y la estrategia del leninismo.

10) Es necesario que el Partido mejore sistemáticamente la composición social de sus organizaciones y se depure de los disgregantes elementos oportunistas, teniendo como objetivo el hacerse lo más monolítico posible.

11) Es necesario que el Partido forje una disciplina proletaria de hierro, nacida de la cohesión ideológica, de la claridad de objetivos del movimiento, de la unidad de las acciones prácticas y de la actitud consciente hacia las tareas del Partido por parte de las amplias masas del mismo.

12) Es necesario que el Partido compruebe sistemáticamente el cumplimiento de sus propias decisiones y directivas, sin lo cual éstas corren el riesgo de convertirse en promesas vacías, capaces únicamente de quebrantar la confianza de las amplias masas proletarias en el Partido.

Sin estas condiciones y otras semejantes, la bolchevización suena a hueco.

4a pregunta: Ha dicho usted que, junto a los lados negativos del plan Dawes, la segunda condición para que el P.C. de Alemania conquiste el Poder es llegar a una situación en la que el partido socialdemócrata quede completamente desenmascarado ante las masas y deje de ser una fuerza seria entre la clase obrera. Teniendo en cuenta los hechos reales, aun estamos lejos de eso. Aquí se ponen de manifiesto con evidencia los defectos y la debilidad de los métodos actuales de trabajo del Partido. ¿Cómo eliminarlos? ¿Qué opina usted de las elecciones de diciembre de 1924, en las que la socialdemocracia —un partido totalmente corrompido y putrefacto—, lejos de perder nada, ha ganado unos dos millones de votos?

Respuesta: No se trata de defectos en el trabajo del Partido Comunista de Alemania. Lo que ocurre es, ante todo, que los empréstitos norteamericanos y la penetración del capital norteamericano en el país, más una moneda estabilizada, mejorando un tanto la situación, han engendrado la ilusión de que es posible eliminar por completo las contradicciones interiores y exteriores ligadas a la situación de Alemania. Montada en el caballo blanco de esas ilusiones ha entrado la socialdemocracia alemana en el Reichstag actual. Wels se engalla ahora con su victoria en las elecciones. No comprende, por lo visto, que se atribuye una victoria ajena. No ha vencido la socialdemocracia alemana, sino el grupo Morgan. Wels no era y no es sino un dependiente de Morgan.

(*) Publicado el 3 de febrero de 1925 en el núm. 27 de «Pravda»

Notas:
1 Se conoce con el nombre de plan Dawes el informe sobre el pago de las reparaciones por parte de Alemania, redactado por una comisión internacional de expertos que presidía el financiero y general norteamericano Dawes y aprobado el 16 de agosto de 1924 en la Conferencia de Londres de los aliados.

ILPES denuncia asesinato de ambientalista Ramiro Rivera

SAN SALVADOR, 21 de diciembre de 2009 (SIEP) “Denunciamos enérgicamente este nuevo asesinato cometido ayer en Cabañas de un líder ambientalista, de nuestro hermano Ramiro Rivera y de nuestra hermana Felicita Echeverría” expresó el Rev. Roberto Pineda de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

“Estos dos hermanos fueron asesinados fríamente por aquellos sectores que pretenden intimidar al movimiento contra la minería y lograr que compañías mineras transnacionales vengan a destruir nuestros bosques y explotar a nuestro pueblo…” añadió.

“Ya suman cinc asesinatos durante este año y vemos con preocupación como las autoridades no tienen la capacidad para garantizar la protección de nuestros hermanos ambientalistas ya que en esta caso, pese a contar con protección policial, fueron asesinados.”

Exigimos una profunda investigación de este crimen y juicio y castigo a los responsables de estos cinco asesinatos. Le hacemos un llamado al Presidente de la Republica , Sr. Mauricio Funes para que tome las medidas urgentes que permitan saber la verdad y hacer justicia.”

Finalmente el Rev. Pineda hizo un llamado a la solidaridad internacional y al movimiento popular y social salvadoreño a denunciar este nuevo crimen y a extender nuestra mano solidaria con los luchadores contra la minería en San Isidro, Sensuntepeque y Guacotecti.¡Por una Navidad sin asesinatos, No a la minería en El Salvador!¡Por una Navidad en pie de lucha!

Dimas, comandante, humano y amigo

Dimas, comandante, humano y amigo
Martes, 22 Diciembre 2009

Por Bernardo Menjívar (*)

Su presencia inspiraba seguridad, pero sobre todo destacaba su humanismo, su calidez y la sencillez

SAN SALVADOR – Conocí a Dimas allá por 1981, en La Montañona, Chalatenango, cuando yo apenas era un cipote de unos doce años, tuve el privilegio de acompañarle por un periodo aproximado de dos años en el estado mayor de las FPL, como mensajero (correo) y después como parte del equipo de comunicaciones, y a pesar de mi corta edad percibía que él depositaba bastante responsabilidad y confianza en mi.

Su presencia inspiraba una gran seguridad a los que le acompañábamos, pero sobre todo destacaba su humanismo, su calidez y la sencillez que lo caracterizaba, sin que eso disminuyera su carácter fuerte y enérgico a la hora de dirigir las batallas más importantes en los frentes de guerra, pero por supuesto, siempre evaluaba los aspectos humanos. Al dar una orden de combate, trataba de poner lo menos posible en riesgo a los combatientes y celebrara con sencillez y serenidad las victorias.

Tenia una memoria impresionante, en medio de centenares de combatientes casi siempre se dirigía a la mayoría de ellos por su nombre al saludarlos, siempre estaba muy atento a todos los detalles de alimentación, salud y estado de ánimo de las tropas.

En mi caso tuve el privilegio de tener una relación personal de amistad y muy familiar con Dimas, quizás por lo joven que era cuando lo conocí tuve la sensación de que me trataba como a un hijo y durante todo el periodo de la guerra siempre que visitaba los lugares donde me encontraba, tenia el detalle de preguntar por mi, visitarme y darme consejos.

Uno de esos sitios donde me visitó fue en un lugar llamado Guanabo, en La Habana, Cuba, cuando me encontraba en rehabilitación de una lesión de guerra; y no olvido lo que en esa ocasión me expresó. A pesar de verme en una silla de ruedas sin poder caminar me planteó lo siguiente: “Tenés que recuperarte lo más pronto posible y prepararte para el futuro, y espero que cuando triunfemos te conviertas en uno de los oficiales de nuestro ejército”. No he olvidado nunca esas palabras de aliento por la inyección de optimismo que significaron en mi estado de ánimo de aquel momento, y no sólo fueron palabras, también les pidió a los jefes encargados de aquel lugar brindarme todo el apoyo para mi pronta rehabilitación.

A pesar de la seriedad que debía mantener, por sus altas responsabilidades en el frente, siempre tenía tiempo para las bromas, conmigo el principal motivo de las bromas era el hecho de que durante mucho tiempo aparentemente no crecía, supongo que se debía a que nos alimentábamos de vez en cuando, o dicho de otra manera, comíamos salteado, además es muy probable que los alimentos que consumíamos no tenían las calorías necesarias para que nos desarrolláramos con normalidad, pues había que comer lo que cayera, por lo cual constantemente me preguntaba: “¿Javiercito cuantos años tenes? Tengo 12, le contestaba yo. Entonces soltaba la carcajada y me decía, “hace como dos años que te vengo preguntando y siempre me decís que tenés 12 ó 13 años, o creo que hasta te los estás quitando pero yo veo que no pasás de ahí”.

Al final siempre me daba una palmada en la espalda y me animaba: “no te preocupés Javiercito que ya te vas a dar un buen estirón”.

Cuando nos trasladábamos de un campamento a otro o debíamos movernos entre diferentes frentes de guerra, realizábamos caminatas de noches enteras o a veces días y noches continuas, Dimas siempre iba pendiente de mi resistencia, quizás por ser el más pequeño del grupo y por padecer ciertos síntomas asmáticos, me tenía mucha consideración y en el camino siempre me preguntaba: “¿Cómo te sentís, todavía aguantas?” Si, compa Dimas, todavía aguanto démosle, le respondía yo. Entonces el me decía: “vamos a ir a tu ritmo cuando ya no aguantés avísame”. Está bien compañero Dimas, contestaba yo con mucho respeto y continuábamos la marcha.

El último encuentro que sostuvimos tuvo lugar en un foto estudio en las proximidades del 7 Sur, en Managua Nicaragua, en agosto de 1989, unos meses antes de su muerte. Me mandó a llamar con otro compañero sin que me dijera de que se trataba de Dimas, por las mismas medidas de compartimentación que se acostumbraban en aquellas circunstancias; hasta que llegué al lugar supe de quién se trataba, nos saludamos con mucha emoción sin saber que aquella sería la última vez que nos encontraríamos.

Platicamos de los caídos en combate en los fretes guerra, de los que aún quedaban vivos, de la situación de aquel momento, de mi familia que también él conocía… En realidad hablamos de todo un poco, mientras esperábamos que el fotógrafo revelara las fotografías que él se había tomado para un documento de viaje, pero lo que más lamento de esa última vez que nos reunimos es que estando frente al fotógrafo no se me haya ocurrido tomarme una foto con aquel extraordinario amigo.

Hace 20 años, el 12 de diciembre de 1989, en las faldas del volcán de San Salvador después de haber dirigido con éxito aquella heroica batalla perdió la vida un extraordinario ser humano, uno de los más destacados y experimentados comandantes guerrilleros de nuestra gesta histórica y un ejemplar maestro de la vida: Nicolás Hernán Solórzano Sánchez, “Comandante Dimas Rodríguez”.

Los que le recordamos y conocimos a Dimas no terminaremos nunca de rendirle homenaje y no nos cansaremos de divulgar el ejemplo de valentía, humildad y audacia de aquel incansable luchador de causas justas que seguirá vivo en nuestro espíritu y en las nuevas generaciones.

Gloria eterna a Dimas y a todos los que ofrendaron sus vidas sin esperar nada a cambio, simplemente por el bien común y una vida digna para todos. Ahora que vemos algunos frutos de su sacrificio, honrémoslos y hagamos las cosas lo mejor posible como ellos lo habrían hecho. Es la mejor manera de homenajearlos y tomar su legado.

(*) Ex guerrillero, lisiado y colaborador de ContraPunto

Breve historial de nuestro camarada Ricardo que venció a la muerte y continúa en pie de lucha

Breve historial de nuestro camarada Ricardo que venció a la muerte y continúa en pié de lucha!.

Compañeros y compañeras
Me da mucha alegría saber que nuestro companero Ricardo Martinez salio una vez mas victorioso ante la muerte. Lean el foward del correo enviado por la companera Lara.

Desde aquí en este lugar del mundo le deseamos a Ricardo su pronta recuperación para que continúe con nosotros con la alegría de siempre y las fuerzas recuperada .

El companero Ricardo Martinez , conocido en El Salvador, por sus companeros revolucionarios, antes de la guerra, como el “Chele Formost”.

Ricardo forma parte parte de nuestra memoria histórica ya que fue un líder militante de ese gran movimiento sindical obrero y trabajador de nuestro país en los años finales del 60 y durante los 70,

Ricardo se destacó por capacidad ideológica y política así como por su experiencia organizativa a escala nacional . Características que le permitieron formar parte y ser miembro Fundador e impulsador para la constitución de una de las federaciones sindicales mas grandes de nuestro país, la Federación Nacional “FENASTRAS” de la cual fueron posteriormente dirigentes hombres y mujeres como lo fue la compañera Febes desde la cual los compañeros impulsaron sus reinvindicaciones desde una posición de lucha de clases:

Ricardo continua impulsando la lucha obrera durante el periodo de la guerra pese a que los fatídico escuadrones de la muerte que cobraban la vida a todos los que les parecieran “Subversivos”. Con mucha disciplina revolucionaria y fiel a sus principios ideológicos los dirigentes obreros como Ricardo se mantuvieron durante este periodo en clara resistencia organizada la cual trabajada en la semi clandestinidad cumpiendo así sus tareas revolucionarias de resistencia en la lucha de la clase obrera contra la oligarquía y el imperialismo.

Ricardo luego de ser víctima de la persecución y la cárcel que se desataba en contra de los lideres del movimiento obrero y social en El Salvador sale hacia Australia, Su salida del país es una muestra mas de esas injusticias, desigualdades y medidas antidemocráticas con las que la oligarquía burguesa reprimió en ese periodo de nuestra historia a aquellos que siempre soñaron construir en El Salvador una patria con justicia e igualdad social, en armonía y en paz: contruir una patria con una sociedad socialista.

Ahora el compañero fiel a sus principios y convicciones revolucionarias continua militando en las filas de nuestro glorioso FMLN y esperamos que así siga junto a nosotros y nos alegramos que haya salido adelante de su grave estado de salud en el que se encontró.

Ahora el companero además de sus tareas militantes dentro del FMLN, administra de manera personal la bella PAGINA WEB por su calidad y contenido: “SIMPATIZANTESFMLN.ORG” desde donde sigue dando su aporte a la educación popular y a la unidad de la diáspora salvadoreña en el mundo, recoge los retazos de nuestra memoria histórica y contribuye solidariamente con todos los pueblos del mundo particularmente a los pueblos latino americanos agrupados en el ALBA. las noticias de ultimo minuto siempre están en su pagina sin importar la diferencia de horas y fecha.

Estamos Ricardo con Usted, su esposa y sus hijos en estos momentos difíciles en su salud.

Salvador Sánchez Hidalgo a un año más de tu asesinato que aún sigue en la impunidad (1979,2009)

Salvador Sánchez Hidalgo a un año más de tu asesinato que aún sigue en la impunidad

Tanto en mi corazón como en mi memoria, han quedado gravados tus más profundos sentimientos de amor hacia tu familia, hacia tu partido, hacia la revolución y hacia el pueblo por el cual luchaste con profunda convicción, Chamba.

Moriste y nunca traicionaste tus ideales ni a tus compañeros de lucha. En mi memoria guardo tu sonrisa, tu carácter jovial y alegre así como tu voz sonora, firme y varonil con las que expresabas tu pensamiento acerca de la realidad nacional y tus convicciones ideológicas.

Todo ese engranaje forma parte de tu carismática personalidad, que te convertían en un dirigente querido, respetado, que inspiraba confianza y valentía a los que te rodeaban. En esos que de manera cariñosa te bautizaron “El Hombre Biónico.” Pero ese calificativo no fue por gusto, te lo ganaste con tu resistencia en las cámaras de tortura. Después de haber sobrevivido las operaciones que te dejaron la mitad de tu estómago, de tu páncreas y de tus intestinos pero que aun así volviste más fuerte, por eso los que te quisieron mucho te bautizaron “El Hombre Biónico.” No en un tono burlesco sino en el tono que daba con el mismo hecho. Eso sucedió durante el régimen del gobierno del coronel Arturo Armando Molina, que fuiste víctima de las bestiales torturas por sus cuerpos de seguridad. Y nos duele aún que de tales esbirros todavía tengamos en nuestro gobierno, el tal Ciro Cruz Zepeda, quien dirige al Partido de Conciliación Nacional, un partido ya acabado.

El 18 de diciembre el sol iluminaba la tierra de Farabundo Martí, Feliciano Ama y del Indio Anastasio Aquino. Con ese resplandor característico de las mañanas salvadoreñas, vos Chamba, vestías la ropa que marcaba tu varonil figura, caminando rápido atravesabas el salón de la casa y con la alegría que te caracterizaba a tus veintiséis años. Partiste de casa soñando con un mundo mejor para tu pueblo. Ibas a cumplir con tus tareas sindicales que el movimiento obrero te había encomendado en esos días. Como siempre cumplías tus tareas con abnegación, con todo tu empeño, tu inteligencia y disciplina. También seguías con fidelidad y aplicabas la estrategia con la habilidad requerida, del Partido Comunista de El Salvador, organización revolucionaria en la cual militabas. Eran momentos difíciles, de represión y persecución. De manera selectiva y a diario desaparecían líderes del movimiento popular, del pueblo trabajador, militantes revolucionarios.

No obstante, tu pueblo avanzaba con firmeza, ejecutando sus acciones combativas frente a las medidas fascistas del gobierno de turno y las acciones intervencionistas del imperialismo que cada vez eran evidente. En todo ese accionar estabas vos Chamba, como todo un dirigente de la organización que impulsaba la lucha para derrocar la dictadura e instaurar un régimen que abriera las puertas a la democracia participativa para la construcción de la nueva sociedad socialista en El salvador. La idea del socialismo ha sido abrazada por todos aquellos hombres y mujeres que a través de los tiempos han ido madurando hasta llegar a donde ahora han llegado y donde vos, Chamba querías llegar.

Ahora estos ideales hacia el socialismo se reafirman en la militancia del FMLN, en su resolución de la XXV Convención Ordinaria del pasado 13 de Dic. 2009 en la cual se aprobó continuar nuestra lucha por construir el socialismo en El Salvador y apoyar el llamado hecho en Caracas, Venezuela a fortalecer la alternativa de la Quinta Internacional Socialista. Es por eso que hoy te recuerdo y te recuerdan tus compañeros de lucha. Pues tus ideales por los que luchaste y moriste siguen vivos aunque tu ya no estés con nosotros.

Yo te seguiré recordando como el último día que te vi partir y que no regresaste, ese día del sol resplandeciente como resplandeciente era tu frente en alto. Chamba, partiste con ese espíritu revolucionario tan alto como el infinito, partiste de tu casa esa mañana de diciembre para hacerle frente a las medidas represivas, de hostigamiento y persecución con las que los fascistas oligarcas apoyados por el imperialismo pretendían detener el avance del pueblo y de sus dirigentes.

La oligarquía organizaba y financiaba los grupos de asesinos a sueldo bajo las fatídicas estructuras de ORDEN en las zonas rurales y en las zonas urbanas y los nefastos escuadrones de la muerte. Estos grupos sanguinarios actuaban desde la más impune clandestinidad cometiendo asesinatos selectivos para sembrar el terror y la muerte. Mientras que a los ojos del mundo las fuerzas militares y policíacas bajo las órdenes de los gobiernos asesinos de los partidos derechistas ejecutaban la represión masiva en contra del pueblo organizado que se manifestaba desafiando el miedo y la muerte. De este clima de represión e incertidumbre fuiste víctima, Chamba, pero nunca temiste. En tanto que militante y dirigente obrero estabas consciente del riesgo. Ya, en otros años habías sido encarcelado, torturado de la forma más dramática al punto dañar gravemente parte de tu cuerpo. Quebrantaron tu salud pero no así tu heroísmo y tu ánimo de seguir luchando.

Formaste parte de la Comisión Nacional de Educación del Partido Comunista de El Salvador, contribuyendo con tu experiencia sindical y obrera a la formación de nuevos líderes que se formaban en la escuela de Cuadros del Partido. En abril de 1979 cuando se realiza el VII congreso del PCS, vos Chamba, junto a las otras intervenciones de tus compañeros congresistas, contribuiste al debate político e ideológico que dio como resultado la decisión del PCS de dar el viraje hacia la lucha político-militar, como vía para abrir un espacio democrático para la construcción de la nueva sociedad socialista. Fuiste miembro de la Comisión Política de la PCS y máximo dirigente obrero encargado de la Secretaria de Organización de la Confederación Unitaria de Trabajadores Salvadoreños-CUTS- primera organización unitaria que se constituye en 1979 al interior del Movimiento obrero.

La construcción de la Central Única de Trabajadores era parte de la estrategia impulsada por el PCS en su objetivo de unificar la clase obrera en esa época, en la conducción de tal esfuerzo, estuviste Chamba. Otros esfuerzos por lograr la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas del país se realizaron también ese mismo año. Se buscaba conformar la organización de una amplia fuerza de unidad que desembocó en la formación de un Foro Popular que luchó contra la dictadura fascista que encabezaba el Gral. Carlos Humberto Romero. Romero, había llegado a la presidencia en 1977, producto de uno de los tantos fraudes electorales. Sus crueles y antidemocráticas medidas represivas dejaron un saldo de más de diez mil muertos. Un movimiento de la Juventud Militar derroca al General Romero y se instaura una Junta Revolucionaria de Gobierno.

Al anochecer del 18 de diciembre, luego de haber finalizado un encuentro con los trabajadores municipales de la alcaldía de Santa Ana, Chamba saliste con el compañero Gerardo Erazo. Ambos fueron capturados esa noche para luego ser torturados y asesinados. Por la mañana del 19 de diciembre cuando el sol volvía a alumbrar con la misma belleza natural del día anterior en que te vi partir, sólo que esta vez fue para poner al descubierto con su luz tu cuerpo y el de Geraldo ya exánimes. Es una escena que no quiero recordar y si lo recuerdo y lo digo es para que no quede tu historia en el anonimato. Pero Tu cuerpo y el de Gerardo estaban con señales de torturas a la orilla de la carretera que de Santa Ana conduce a Texistepeque. Tu asesinato por las fuerzas oscuras de los Escuadrones de la muerte financiados por la oligarquía y el imperialismo siguen en la impunidad al igual que sigue el asesinato de tu compañero Gerardo y el de tantos otros que abonaron nuestra lucha.

Acontecimientos importantes que no tuviste la oportunidad de ver Chamba y de los cuales fuiste protagonista para su cristalización, te los voy a narrar: Diez días después de tu partida sin retorno, el Partido Comunista de El Salvador decide, el 29 de Diciembre de 1979, abandonar las estructuras de la Junta Revolucionaria de Gobierno, la participación en dicha junta se volvió un esfuerzo de complicidad por derrotar a los fascistas del poder que tanto llanto, pobreza y luto estaban ocasionando a las familias del pueblo salvadoreño. Pero nuestras convicciones ideológicas revolucionarias nos reafirmaban que nuestra unidad era con todas las fuerzas revolucionarias de la izquierda en nuestro país y el momento de esa unidad había llegado por lo que era necesario abandonar las estructuras del sistema para combatirlas desde afuera. Enero de 1980 tres semanas después de tu muerte se organiza la primera conferencia de la Coordinadora Político Militar, unos días mas tarde se da a conocer la constitución de la Coordinadora Revolucionaria de Masas. El 22 de Enero una espectacular e inmensa marcha popular estremeció los cuatro puntos cardinales de la ciudad de San Salvador. Esta presencia popular que se expreso con mucha combatividad puso a temblar a los oligarcas e imperialistas. Yo allí iba Chamba con una gran alegría al punto que te sentía presente en las arterias de San Salvador. Fue evidente que el pueblo estaba definiendo el rumbo de la lucha desafiando las medidas fascistas de la oligarquía y el imperialismo. Noté tu ausencia y la de Gerardo, ya no iban gritando, ya no iban marchando pero sí tu voz y la de Gerardo se sentían y la hacían vibrar en esa marcha los miles de obreros, campesinos, trabajadores, estudiantes por los que tú luchaste y por los que no te importo entregar tu vida. Todo ese esfuerzo dio por resultado la conformación de la fuerza popular revolucionaria más grande que se haya visto en la historia de los pueblos de América Latina enarbolada la bandera de la unidad de la izquierda salvadoreña y sus organizaciones, el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional, FMLN. Al grito de nuevo de Patria o Muerte, Venceremos! ¡Lucha Armada hoy! ¡Socialismo mañana! ¡Unidos en la Lucha Venceremos! ¡Unidos para Combatir hasta la Victoria Final! ¡Venceremos!, allí ibas Chamba y ahí iras ahora por que continuamos en la lucha por construir el socialismo en El Salvador.

Ana Gladys Méndez

Ottawa, 2 de Diciembre del 2009.

Un Lobo que viste piel de cordero

Un Lobo que viste piel de cordero

Por María Laura Carpineta

Si las urnas no dan una sorpresa mañana, Porfirio Lobo será el próximo presidente de Honduras. Dirigirá un gobierno que la mayoría de los países vecinos no reconocerá, enfrentará la incómoda situación de tener a su antecesor preso dentro del país, en una embajada, y tendrá que reunificar una sociedad dividida entre la democracia y el statu quo. No es un contexto fácil, pero su carisma y su pragmatismo ya le permitieron llegar como favorito a las elecciones de la mano de la dictadura, sin romper con sus viejas amistades dentro de la izquierda. “Los compañeros que aún tienen contacto con él dicen que sigue siendo la persona accesible que conocimos”, contó vía telefónica Ramiro Vázquez, comandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y uno de sus antiguos compañeros de estudio en la Escuela Superior de Cuadros Políticos de la desaparecida Unión Soviética.

A Lobo no le gusta hablar de ese pasado. No lo niega, simplemente hace como que nunca sucedió. Hace casi treinta años representa los pilares conservadores de la pobre y violenta Honduras y defiende el neoliberalismo impartido desde Washington para toda la región. En su página web, su biografía destaca su paso por la universidad de Miami, su vasta experiencia como uno de los principales productores hondureños de maíz y soja y su inquebrantable compromiso con la Iglesia Católica. Lobo tiene la hoja de vida de un digno hijo de la oligarquía hondureña, si no se escarba demasiado en la violenta década de los setenta.

En 1970 había recién vuelto de Miami con un diploma de administrador de empresas bajo el brazo. Tenía todo para empezar a escalar dentro de la empresa de su padre, pero la cruenta represión de las juntas militares de ese momento y los aires revolucionarios que recorrían Centroamérica lo envolvieron y lo arrastraron hacia un mundo diferente. No hay muchos relatos de la época, pero miembros del ya extinto Partido Comunista hondureño sostienen que Lobo era su tesoro mejor escondido.

“En aquellos tiempos llegaban a la URSS dirigentes y militantes que vivían bajo la clandestinidad. El amigo Lobo formó parte de la delegación del PC de Honduras”, recordó Vázquez, un comandante del FMLN, la guerrilla salvadoreña que a principio de este año alcanzó el poder a través de las urnas. El curso se dictó en 1974 y duró seis meses. Vázquez lo recuerda como un tiempo de efervescencia política y de idealismo extremo, en el que el compromiso de personas como Lobo hacían creer que la revolución era posible. “Todos discutíamos qué hacía Porfirio Lobo entre los revolucionarios. Era un hombre dedicado a la lucha; había renunciado a su clase por la brutalidad de la dictadura y se había puesto del lado del pueblo desprotegido”, relató el salvadoreño.

Pero además de su compromiso, Lobo se destacaba entre sus camaradas por su imperturbable buen humor y su amabilidad. El joven hondureño nunca se enojaba durante las discusiones políticas, recordó Ramírez, y siempre tenía ganas de conversar y conocer gente nueva. “Tenía pinta de buena persona y la sigue teniendo”, resumió su ex compañero.

Y ése parece ser el secreto de Lobo. Aun después de pasarse de bando, cambiar por completo su discurso y convertirse en el dirigente favorito del establishment golpista y neoliberal de su país, el candidato del Partido Nacional consigue mantener buenas relaciones con la derecha más reaccionaria que impulsó el golpe de Estado hace cinco meses y, al mismo tiempo, conservar un buen diálogo con los funcionarios zelayistas y las organizaciones de derechos humanos.

“Pepe Lobo es ante todo un hombre pragmático y con un hombre pragmático siempre se puede hablar”, le repitió varias veces a este diario un negociador zelayista durante los meses que duró el fallido diálogo entre el presidente derrocado Manuel Zelaya y el dictador Roberto Micheletti. Según la misma fuente, Pepe, como lo conocen los hondureños, les habría garantizado a los negociadores norteamericanos el voto de sus diputados para restituir al presidente legítimo. Pero Micheletti y sus hombres consiguieron retrasar la votación hasta después de las elecciones y el acuerdo fracasó antes de que pudiera cumplir con su parte.

Una y otra vez, Lobo logró reinventarse y relegitimarse ante los ojos de sus aliados y rivales. La primera vez fue cuando dejó abruptamente la clandestinidad y las filas comunistas. La segunda, apenas cuatro años atrás, cuando se presentó por primera vez como candidato a la Presidencia. Asesorado por un ex escritor de discursos de Ronald Reagan y George Bush padre, el sonriente terrateniente recorrió el empobrecido y violento país centroamericano blandiendo una escultura de un puño de hierro. Sin sutilezas. Su mensaje era mano dura y su propuesta, reinstalar la pena de muerte.

La estrategia falló y un desconocido Manuel Zelaya ganó en un recuento muy cuestionado. “La decisión la tomaron los grupos de poder económico porque para ellos Pepe era comunista o, por lo menos, menos confiable que Zelaya”, recordó recientemente al diario La Jornada de México el único candidato presidencial progresista que participará mañana, Carlos Ham. A Lobo le tomó cuatro años y un giro inesperado de Zelaya hacia el socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez convencer a sus colegas empresarios de su compromiso incondicional con el mercado. Logró reafirmar su pertenencia de clase, como dirían sus viejos camaradas.

Como líder de la oposición, criticó las medidas redistributivas de Zelaya, pero no fue su más férreo rival. Un mes antes del golpe, Pepe había aceptado a regañadientes la consulta popular para convocar una Asamblea Constituyente. “Hay que escuchar al clamor popular”, había señalado. Más tarde apoyó la dictadura, pero siempre jugando con la ambivalencia. “No voy a tomar partido ni por Zelaya ni por Micheletti”, repetía cada vez que la prensa le preguntaba su postura frente al golpe.

Sus detractores no tienen duda de que Pepe tomó posición por Micheletti y su dictadura, pero aun así lo separan del resto. “No me generó ninguna sorpresa que Pepe apoyara el golpe, después de todo milita en un partido conservador. Es una persona de cierta nobleza, pero ligada al statu quo”, lo definió Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras. Pavón conoce bien a Lobo de su juventud, cuando militaba en esa organización. “Mantenemos un vínculo personal, antes del golpe platicábamos. Lo llamé un día antes del golpe para preguntarle qué estaba pasando, pero no me contestó. No volví a intentar”, contó en diálogo telefónico con este diario.

Si gana mañana, Lobo prometió liderar un gobierno de unidad nacional y reconciliar a los hondureños. Uno de sus viejos compañeros no cree que esta vez su sonrisa y su incuestionable carisma lo logren. “Es muy difícil que pueda reunificar a su país. Para hacerlo debería tomar mucho aire y recordar muchísimo sus años de juventud y de contacto con los más pobres y desprotegidos”, sugirió desde la vecina nación salvadoreña, su ex compañero de aula Ramiro Vázquez.