Los desafíos de los revolucionarios del siglo 21
(Por Patricio Echegaray, secretario general del PCA)
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El socialismo es la única alternativa real para el futuro de la humanidad”, sentenció la declaración final del encuentro en la India, que instó además a incrementar la lucha contra el sistema capitalista. Patricio Echegaray que participó de esta reunión de tres días desarrollada a fines de noviembre, destaca en esta nota la importancia de los debates, intercambios y resoluciones en Nueva Delhi.
Me propongo llamar la atención sobre la importancia en sí que tienen estos encuentros. Se inscriben en el desarrollo de una voluntad nueva, surgida primero en algunos partidos comunistas, que se extiende y alcanza a 110 partidos de 87 países, con respecto a la necesidad de superar lo que hoy de manera bastante extendida se considera uno de los problemas serios del movimiento comunista internacional, que fue la desarticulación de la tercera internacional.
Como se sabe la Primera Internacional fue fundada por Marx y Engels, la Segunda por Engels y la Tercera es cuando ya la cabeza del movimiento comunista es Lenin.
Esta es la que se desarmó en 1943. Es necesario estudiar tanto la historia de los debates y las luchas de las tres internacionales, particularmente de la tercera, y también repasar los argumentos que fundamentaron su desarticulación. En general son argumentos que transitan un camino de exaltación del grado de madurez alcanzado por los distintos destacamentos del movimiento comunista, la necesidad de su más completa autonomía, ante lo cual el papel de la internacional devenía superfluo.
Se pensaba que efectivamente los papeles de conducción y supervisión de la internacional respecto a los distintos partidos era una metodología que tendía a ser obsoleta.
Este enfoque, que puede ser considerado razonable, arrasó también, en este caso de una manera irrazonable, con buena parte de los necesarios debates sobre la coordinación y la suma de esfuerzos de los diferentes movimientos y partidos para enfrentar las políticas progresivamente más globalizadas del capitalismo.
La idea de que ese internacionalismo se iba a expresar en contactos particulares de cada partido con el Partido Comunista de la Unión Soviética, evidentemente no fue feliz.
La aparición de la Revolución Cubana y la gran iniciativa de la Olas pudieron haber revivido la voluntad de coordinar internacionalmente frente al enemigo común. Entendemos que no pudo avanzar todo lo que hubiera sido deseable porque sectores importantes del movimiento estaban ya ganados por una visión reduccionista respecto a las exigencias del internacionalismo.
Es meritorio que una década después de la derrota sufrida por el proceso revolucionario a manos de la contrarrevolución conservadora, un grupo de partidos, a los que hay que reconocerles un rol determinante hayan impulsado este proceso de recuperación de la coordinación a nivel internacional de los destacamentos comunistas y obreros, en momentos en que el avance de la globalización exige como nunca la coordinación del conflicto de clases contra del enemigo de la humanidad.
Estas reuniones por lo tanto, son imprescindibles para abrir una nueva etapa de la lucha revolucionaria a escala mundial. Sin duda, a partir del comienzo de la nueva crisis capitalista mundial, estas reuniones se han hecho mucho más importantes habida cuenta que la crisis capitalista no solo genera enormes dramas humanos y peligros de nuevas agresiones y horizontes de barbarie para la humanidad, sino también los desarrollos en dirección al fascismo y a la guerra y abrir camino a profundas transformaciones de carácter progresista y revolucionario, en suma de una nueva etapa de lucha por el socialismo.
Es real la posibilidad de relegitimar los planteos de superación del capitalismo por una propuesta comunista que se apoye en una transición socialista culturalmente mas adelantada que la que hemos intentado en el siglo veinte.
Así las cosas, pueden trazarse algunas de las exigencias principales que tendría la articulación de los comunistas.
En primer lugar impulsar y coordinar la lucha de los trabajadores y de todas las capas y sectores sociales oprimidos por la explotación capitalista, estimular la lucha contra la guerra, agresión y el saqueo promovidos por el imperialismo y su potencia hegemónica los Estados Unidos. Es decir, hay un primer aspecto basado en la solidaridad, en el aporte a la coordinación de la solidaridad y la lucha de los pueblos.
Hemos puesto una atención especial en la reunión en explicar la situación de América Latina, la contradicción restauración o profundización, el hecho de que va a necesitar de una solidaridad especial y hemos valorado como contenido y como método la reunión de los partidos comunistas realizada en Damasco, Siria, para discutir la solidaridad con los pueblos del Medio Oriente, en particular con el pueblo palestino en su lucha contra el Estado sionista de Israel respaldado por el imperio norteamericano.
Hay un segundo plano que es coordinar esfuerzos para enfrentar la necesaria lucha teórica para profundizar la crítica al capitalismo en su etapa de senilidad, tarea que corresponde a los marxistas del siglo veintiuno. Al mismo tiempo, partiendo de reafirmar el enfoque básico del socialismo como la sociedad que apunta a superar la contradicción capitalista principal de producción social y apropiación individual, una nueva etapa de lucha por este ideal requiere perfeccionar la definición de algunos de sus paradigmas. En primer lugar, ubicarlo mucho más como transición que como meta, luego, la necesidad de aprovechar la experiencia democrática realizada en el siglo veinte como un aporte a las transiciones socialistas, profundizar el concepto de poder popular en su relación con la dictadura del proletariado, debatir si estatización y economía planificada definen por sí mismas el carácter socialista de una sociedad. Debatir si, siendo el socialismo un proceso de transición al comunismo, pueden seguir coexistiendo distintos tipos de propiedad en pro de un mayor desarrollo de las fuerzas productivas, debatir si se trata en esta etapa de transición de abolir el mercado o modularlo mediante el poder popular. Por supuesto son solo algunos de los desafíos, pero alcanzan para decir que tenemos por delante un horizonte de exigencia teóricas desafiante y al mismo tiempo entusiasmante.
Y hay una tercera tarea, que es la de articular a todos los partidos comunistas y obreros, comprendiendo que los principios de nuestra lucha son compartidos hoy por una izquierda mucho más amplia y diversa y que los comunistas tenemos que tratar de conformar en cada país movimientos frentistas amplios y profundos que conjuguen estos diversos afluentes de desafío al imperio y al capital.
Un desafío de esta reunión era no retroceder, no perder enjundia en la caracterización de la crisis, no dejarse llevar por los cantos de sirena de los gurues imperialistas que tratan de presentar la crisis como una excrecencia corrupta del capitalismo malo que puede ser desechado y mucho menos caer en la trampa de los que plantean el final de la crisis cuando todos los días aparecen datos esenciales, no solo en cuanto a la explosión de nuevas burbujas y nuevos derrumbes de bolsas, sino al crecimiento de la desocupación que ya ha cobrado cien millones de víctimas en el planeta.
Podemos decir entonces que esta reunión ha cumplido con su expectativa, que ha sido un momento muy importante y un dato final, pero de gran trascendencia, es decir que se acordaron las pautas para la próxima reunión que tendrá lugar en 2010 en Sudáfrica.
Resoluciones de la Reunión Mundial
Participaron 83 participantes de 57 partidos comunistas y obreros de 47 países.
El encuentro adoptó en forma unánime la Declaración de Delhi. Y se decidió aceptar el pedido del Partido de los Trabajadores de Bangladesh. El 12º encuentro internacional tendrá lugar en el continente africano, organizado por el Partido Comunista de Sudáfrica. El grupo de trabajo se reunirá a esos efectos.
El encuentro decidió concretar acciones para ser llevadas a cabo en todos los países y coordinadas globalmente en los siguientes temas:
1. Contra la Otan y su renovada agresividad militar, su expansión global y contra las bases militares extranjeras.
2. Tomar el 29 de noviembre como día de solidaridad con las luchas palestinas, tal como lo decidiera el encuentro extraordinario de Damasco en setiembre de 2009.
3. Tomar el año 2010 como el del 65º aniversario de la derrota del fascismo.
4. Fortalecer las movilizaciones populares en defensa de los derechos de los trabajadores en coordinación con sus centrales.
5. Intensificar la solidaridad internacional para la liberación de los Cinco Cubanos.
6. Fortalecer los movimientos populares, forzando a los gobiernos en los respectivos países, con la exigencia de políticas que respeten el derecho al trabajo en coordinación con las organizaciones juveniles.