En Cuba en la reunión de la OLAS en 1967 Entrevista con Américo Araujo (III) (segunda versión, aumentada y corregida)

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En Cuba en la reunión de la OLAS en 1967 Entrevista con Américo Araujo (III)

En la segunda fila, la delegación salvadoreña, de izquierda a derecha, Salvador Menéndez Linares,
Domingo Santacruz, Federico Baires, Schafik Hándal de bigotes, Américo Duran,
Américo Araujo, de camisa negra y Domingo Mira.

SAN SALVADOR, 11 de septiembre de 2009 (SIEP) “En julio del 67 me encontraba de vacaciones estudiantiles de verano, en un hotel del Mar Negro, llamado Makapsé que pertenecía a la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú, donde yo estudiaba y que se ubicaba a 30 minutos, en tren, del famoso balneario de Sochi, cuando me llamaron de la administración y me informaron que había llegado un telegrama para mi…” nos relata Américo Araujo.
“Me apresuré a recibir y abrir el telegrama, era de la administración de la Universidad, me decían que, vía embajada cubana en Moscú, el P.C.S. me notificaba que debería viajar inmediatamente a La Habana, Cuba, para participar en una Conferencia…que regresara de inmediato a Moscú para recoger visa cubana y tomar el primer avión hacia la isla…Iba en representación de Vanguardia de la Juventud Salvadoreña, VJS, ¡regresaba a América Latina después de cinco años de ausencia!
Llegué a La Habana el 27 o 28 de julio, ya habían pasado los actos de la conmemoración del 26 de julio que ese año se habían llevado a cabo en la provincia de Oriente, en Santiago de Cuba, y el resto de la delegación salvadoreña todavía no había regresado, regresaron el 29 de Julio de Oriente…y las reuniones de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS, se desarrollaron del 31 de julio hasta el 10 de agosto

Me dio una gran alegría cuando llegaron mis compañeros salvadoreños, Schafik y Domingo representando al PCS, Lico ( Baires) y Salvador Menéndez Linares a la AGEUS, Américo ( Duran) a la VJS, Domingo Mira y Renán Rodas Lazo al PRAM y se nos sumó Roque Dalton que ya estaba viviendo en Cuba, luego de regresar de Praga, Checoslovaquia. Todos éramos del PC, lo que reflejaba el monopolio del PC dentro de la izquierda salvadoreña…si, incluso Mingo, que era muy radical…

La Conferencia de OLAS se desarrolló en el Hotel Habana Libre, y nos dieron tres habitaciones en los pisos superiores, que estaban contiguas e intercomunicadas entre sí…el único que cerró la puerta y pidió quedarse solo en un cuarto fue Domingo Mira, y esto le sirvió a Roque para jugarle una broma quien haciendo gala de una osadía increíble, se paso del balcón de nuestra habitación, –estábamos en los últimos pisos, a muchísimos metros de altura- hasta alcanzar el balcón contiguo que era de la habitación de Mingo Mira y Roque se introdujo a la habitación y desordenó todo lo que encontró; alborotó la cama, dejó sobre el piso de aquella habitación una larga línea compuesta por los libros y papeles de Mira, saco ropa del Closet y la colocó sobre un sofá…cuando Mingo regresó armó el escándalo, que la CIA había llegado a catearle la habitación, que iba a denunciar, etc. Mientras Roque, que no se quedaba con nosotros en el hotel, se destornillaba de la risa en una habitación cercana….

Durante su participación con la delegación salvadoreña, Roque nunca expresó explícitamente, de manera oral, su distanciamiento de la delegación salvadoreña. Siempre anduvo con nosotros, comía con nosotros, pero si observe que el segundo día de iniciada la conferencia en el gafete que nos dieron para identificar nombre y país, solo había dejado su nombre y había raspado el nombre de “Delegación de El Salvador” ….pero nunca genero ningún conflicto…me imagino que esa fue la última actividad o evento abierto en que apareció públicamente como miembro del PCS

Hay que tomar en cuenta que el V Congreso del PCS en 1964 eligió a Cayetano Carpio como Secretario General, un año después, en 1965 Roque viajó a Praga, como Representante del P.C.S. a la Redacción de la Revista Internacional. Roque, dentro de la estructura del P.C.S., dependía directamente del Secretario General. Sus encuentros y desencuentros con el P.C. pasaban, necesariamente, a través de Cayetano y en el 67, sin previa autorización del Secretario General, Roque se instaló en La Habana…

Durante la Conferencia los salvadoreños nos distribuimos en las comisiones de trabajo, lo más álgido fue en las comisiones donde se debatía la Estrategia ( Formas de Lucha, Vía de Acceso al Poder, caracterización del enemigo principal y más peligroso, etc.) En aquel momento prevalecía en la URSS la tesis de la Coexistencia Pacífica entre Capitalismo y Socialismo lo cual, supuestamente, al final demostraría la superioridad del sistema socialista sobre el capitalista.
A partir de esta concepción se planteaba la necesidad de no generar o apoyar conflictos en la periferia que tensionaran las relacione entre la URSS y los Estados Unidos. Y que los intereses del socialismo real, que ya existía en la URSS y en el campo Socialista, estaban por encima de cualquier proceso de lucha nacional ya que se debía distinguir entre realidad y posibilidad. Y agregado a esto, que el socialismo tenía todavía debilidades y que los conflictos locales lo debilitaban aun mas.

Esto explicaba el desenlace de la crisis de los misiles en octubre de 1962 entre EEUU y la URSS. Los soviéticos explicaban que retiraron los cohetes de Cuba a cambio del compromiso estadounidense de no invadir la isla. Pero los cubanos, por su parte, se sentían traicionados por los soviéticos en su lucha contra el imperialismo…de ahí aquel estribillo que coreaban los cubanos en las multitudinarias manifestaciones de apoyo a su Revolución: “Nikita Mariquita, lo que se da no se quita”. En la Conferencia hubo un intento por aprobar una resolución de condena a la URSS…esto generó un debate fuerte dentro de la Conferencia, al final se aprobó solamente una crítica bastante diluida…

Me correspondió estar en la Mesa de Solidaridad que al principio estuvo tranquila, pero luego los grandes polemistas de otras maesas se vinieron a la nuestra debido a que no pudieron aprobar resoluciones en las suyas, y se trajeron los debates encendidos… recuerdo un debate entre el brillante abogado revolucionario cubano, culto y agudo polemista, Armando Hart Dávalos, en aquel momento Ministro de Cultura, y Schafik, sobre la vía de la Revolución en América latina…Schafik sostenía la necesidad del uso de todas las formas de lucha pero privilegiaba la vía insurreccional como la más probable, mientras que Hart enfatizaba la experiencia cubana de la guerra de guerrillas …la lucha armada como la principal forma de lucha y la combinación de las demás formas de lucha solo en función de la principal e insinuaba que quienes argumentaban a favor de la combinación de las formas de lucha lo hacían con el propósito de frenar la lucha armada. En realidad, lo que estaba en el fondo era una fuerte y correcta crítica a la conducta que había adoptado el P.C. Boliviano de no apoyo a las guerrillas del Ché y la postura del P.C. Venezolano de abandono de la lucha armada. Con el paso de algunos años Armando Hart y Schafik se hicieron muy buenos amigos…en 1970 la disputa generada en la OLAS sobre la conducta de la URSS desapareció…y se fortaleció la amistad Cuba-URSS.

La Conferencia se clausuró, en el teatro Chaplin, el 10 de Agosto por la noche. La Resolución de OLAS fue trabajada mucho durante varios días y finalmente fue aprobada por Unanimidad. Fidel pronunció el discurso de clausura. Al solo terminar la Conferencia me regrese a Moscú en un largo viaje, el avión recorría la costa de Florida, paralelamente subiendo hasta Canadá, luego Groenlandia, de allí en línea recta hasta Murmansk, donde reabastecimos de combustible y luego hasta Moscú, 14 horas de viaje…

CONTINUARA

Demandas del Partido Revolucionario (PR) para el Periodo Legislativo 1968-1970

DEMANDAS DEL PARTIDO
REVOLUCIONARIO (PR) PARA EL PERIODO LEGISLATIVO
1968-1970

Febrero de 1968

I
EL PARTIDO REVOLUCIONARIO (PR), es el continuador de la trascendental lucha iniciada por la campaña presidencial del PAR (del 8 de noviembre de 1966 al 8 de marzo de 1967) por conquistar el Poder del Estado para un gobierno revolucionario del pueblo salvadoreño que ponga en práctica el Programa de cambios profundos que necesita nuestro país.

Por su lucha franca por ese Programa de cambios fue cancelada la inscripción del PAR poco tiempo después de las elecciones. Fue entonces organizado el Partido Revolucionario, al cual le ha sido arbitrariamente negado su derecho constitucional a ser reconocido e inscrito como partido legal. Pero como este movimiento no nació para morir por las disposiciones de ninguna autoridad que defiende la actual situación de injusticia y opresión, sino que nació precisamente para CAMBIAR esta situación; como es un auténtico movimiento revolucionario surgido del pueblo y sostenido por el pueblo, seguirá adelante la lucha hasta conquistar el Poder y cumplir con su Programa. Como parte de su lucha por la democracia el PR continuará también la lucha por su legalidad.

Deber primordial de un movimiento revolucionario es el de mantenerse activo junto al pueblo, orientándolo en todas las situaciones, organizando sus luchas, apoyando sus demandas. Tal como lo anunció el PAR durante la campaña presidencial, nuestro país ha entrado desde el año pasado en una crisis económica que recae principalmente sobre las espaldas de las grandes mayorías trabajadoras de la ciudad y el campo, así como también sobre las capas medias de la población. Los despidos y el desempleo prolongado han venido a sumarse a lo que era ya una vida de miserias y sufrimientos de decenas de miles de trabajadores. Las deudas imposibles de ser pagadas, los juicios legales y los embargos. han venido a empeorar la situación de las capas de pequeños y medianos propietarios. En medio de esta situación el pueblo lucha por defenderse: las huelgas de los sindicatos obreros y el movimiento de los empleados hospitalarios son ejemplos durante el mes de enero de la extraordinaria actividad en que ha entrado nuestro pueblo para enfrentar la dura situación que se vive.

El gobierno, en vez de enfrentar la crisis con medidas que protejan los intereses populares, han dedicado a reprimir estas luchas y a poner en práctica toda clase de maniobras para destruir las organizaciones. Primero quiso destruir a este partido nuestro cancelando al PAR y negando la inscripción del PR, después quiso destruir al Sindicato de Panificadores y comenzó sus maniobras para dividir a la FUSS: después se lanzó a realizar provocaciones contra la Universidad, con el propósito de quitarle su Autonomía y últimamente se ha lanzado a una canallesca maniobra para destruir la ANDES, con el propósito de convertir de nuevo a los maestros en el gremio dividido y sometido al chantaje del oficialismo que era antes.

Dentro de esta situación de crisis y de elevamiento de las luchas del pueblo nos acercamos a unas nuevas elecciones de Diputados y Concejos Municipales. Estas serán otras elecciones fraudulentas en las que el gobierno desplegará como siempre su imposicionismo. El PR no cree en esta clase de elecciones como un medio de hacer valer la voluntad del pueblo, pero sí considera que es ésta una ocasión en la que un partido revolucionario como el PR puede y debe hacer los esfuerzos mayores que le sean posibles para llevar su verdad hasta los sectores que se encuentran más retrasados en la comprensión de los grandes problemas nacionales y de sus soluciones, así como también para organizar la lucha general por arrancar al gobierno las medidas mínimas que son indispensables para defender a las mayorías del azote de la crisis económica.

Pese a que el gobierno ha tratado de impedirlo, miembros del PR van incluidos como candidatos a Diputados, Alcaldes y Regidores en distintos lugares del país. dentro de las planillas inscritas por otros partidos legales con los cuales ha sido posible concertar acuerdos de esta clase para unir las fuerzas populares. El PR es una fuerza al servicio de la revolución y por consiguiente está también al servicio de la UNIDAD de todas las fuerzas del pueblo salvadoreño, porque la Revolución la hará en definitiva el pueblo y es condición básica para ello que se encuentre unido. La necesidad de una amplia unidad de todas las fuerzas populares no ha sido aún comprendida por los dirigentes de los otros partidos de oposición. Algunos de esos dirigentes en realidad no representan los intereses populares ni son revolucionarios aunque lo proclamen así en su propaganda mientras que otros de ellos no tienen cabal conciencia de la importancia decisiva que la UNIDAD del pueblo tiene para conquistar un gobierno que aplique el Programa de cambios que el país necesita para salir del atraso y la miseria.

Esa falta de comprensión y esa actitud opuesta a la unidad de parte de muchos dirigentes de los demás partidos de oposición impidió que en estas elecciones se enfrentara al oficialismo en un poderoso frente unido, como sería necesario para imponerle victorias
populares, pese a su fraude y a su imposicionismo. El PR, sin embargo, continuará luchando por la UNIDAD, por una UNIDAD en derredor de la lucha por medidas de beneficio popular.

EL PARTIDO REVOLUCIONARIO (PR) está completamente consciente de que serán necesarios muchos esfuerzos y muchas luchas para llegar a formar las grandes fuerzas organizadas capaces de realizar la Revolución. Está consciente también de que mientras no sea conquistado el Poder y no sea instalado un Gobierno Revolucionario que aplique el Programa de cambios profundos que el país necesita, no se podrá acaban con las crisis económicas que cada cierto tiempo azota al país. Pero también considera que mientras llega el momento de la revolución, y precisamente para acercar ese momento, el deber de todo movimiento revolucionario es el de organizar la lucha de su pueblo en favor de medidas inmediatas que alivien siquiera su situación, que lo defiendan de los terribles sufrimientos que le depara la crisis. Mediante esa lucha por medidas inmediatas el pueblo salvadoreño no sólo conquistará alivio a sus sufrimientos, sino también ganará en fuerza organizada preparándose para las futuras batallas por la Revolución. Por eso el PR lanza el presente PLIEGO DE DEMANDAS PARA EL PERIODO LEGISLATIVO 1968-70, que contiene lo MÍNIMO que se puede exigir a cualquier gobierno, lo MÍNIMO que se puede exigir a cualquier Asamblea Legislativa en favor de una salida de beneficios populares para la crisis económica.

Si algún miembro del PR llegara a ser electo como diputado, venciendo el fraude y la imposición. luchará sin descanso por estas demandas dentro de la Asamblea. De todos modos el PR encabezará la lucha del pueblo por estas medidas, cuente o no con Diputados. Todos los partidos de oposición tendrán así la oportunidad de demostrar en los hechos su verdadera posición frente a los problemas que impone la crisis a las grandes mayorías de salvadoreños y el pueblo entero tendrá la oportunidad de conocerlos y valorarlos mejor.

EL PR VA A LA CABEZA DEL PUEBLO POR ESTE
PLIEGO DE DEMANDAS FRENTE A LA CRISIS ECONOMICA.
II

DEMANDAS DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO (PR) PARA EL PERIODO LEGISLATIVO 1968-70

En lo Económico-Social

En lo Laboral:

1) Decretar la Ley de Libre Sindicalización para los trabajadores agrícolas, como parte de un cuerpo de reformas al Código de Trabajo.
2) Reforma general del Código de Trabajo de acuerdo al proyecto presentado por las organizaciones sindicales. Estas reformas deben asegurar especialmente:
a) El eficaz ejercicio del derecho de huelga por parte de los trabajadores. eliminando sus trabas burocráticas y procesales de la actualidad y estableciendo garantías contra la arbitraria intervención de los cuerpos de seguridad en esta clase de conflictos;
b) El ajuste de las disposiciones del salario mínimo a lo que manda la Constitución sobre la materia.
3) Apoyo legislativo a la lucha de los empleados públicos y municipales por obtener las prestaciones económico-sociales que el Estado les niega actualmente.
4) Apoyo legislativo a la lucha del magisterio nacional por obtener:
a) Un eficaz sistema de prestaciones de seguridad
social;
b) Adecuadas oportunidades de educación;
e) Escalafonamiento y salarios justos;
d) Respeto absoluto a la organización magisterial.

En lo Económico:

1) Emisión de una Ley de arrendamiento forzoso de tierras baldías aplicable a las propiedades mayores de 100 manzanas, con un precio tope de arrendamiento entre 15.00 y 30.00 por manzana, según la calidad de los suelos.
2) Emisión de una Ley que regule y limite la propiedad territorial en las zonas en que se ejecuten obras de riego, mejoramiento de suelos y construcción de carreteras realizadas con fondos del Estado, con el fin de garantizar que esas obras favorezcan al mayor número de personas.
3) Emisión de una Ley que mejore la situación de los deudores hipotecarios medianos y pequeños, incluyendo si fuere necesario, una moratoria, con el fin de impedir que pierdan sus propiedades a manos de sus acreedores, a causa de la insolvencia en que se han visto colocados por la crisis económica que vive el país.
4) Suspensión del pago de la deuda externa con los Estados Unidos, por un plazo de 5 años, mientras pasan los efectos de la crisis económica que ha causado la política de ese mismo país contra los precios de nuestros productos de exportación.
5) Rebaja y regulación justa de los alquileres de la vivienda así como de las cuotas e intereses para la compra de casas a plazos.
6) Regulación y rebaja de las tarifas del servicio eléctrico.
7) Emisión de una Ley de impuesto territorial que afecte a la propiedad raíz, urbana y rural, cuya escala parta de un cierto valor o de una determinada extensión, a fin de gravar más a los propietarios mayores y más ricos y de proteger la pequeña y mediana propiedad. El impuesto debe ser mayor para las tierras baldías en el campo o los predios sin construcción en las ciudades. En el caso de los mesones y casas de alquiler la ley deberá contemplar reducciones en la tasa de impuestos a los propietarios que mejoren las condiciones y servicios de las viviendas. Al mismo tiempo deberán ampliarse las facilidades de crédito para la agricultura. simplificando lo más posible los trámites burocráticos y los requisitos del mismo.
8) Cooperativizar o nacionalizar el mercadeo de los productos de la agricultura, sobre todo el café, para evitar la injusta explotación que hoy soportan los productores por parte de los intermediarios.
9) Promulgación de una Ley que regule con sentido patriótico y nacionalista la inversión de capital extranjero en nuestro país. Para elaborar esta ley debe tomarse en cuenta las opiniones que sobre el particular han emitido las asociaciones industriales salvadoreñas y centroamericanas. Dicha ley debe contener disposiciones que aseguren los objetivos siguientes:
a) Impedir la total exportación de ganancias obtenidas en el país por el capital extranjero (no debería permitirse la exportación de más de un 25% de las ganancias), y establecimiento de la obligación de depositar las mencionadas ganancias en el Banco Central, a fin de que éste establezca una línea de crédito para favorecer las inversiones de desarrollo económico, social y cultural emprendidas por el Estado, por las instituciones autónomas, o por los empresarios salvadoreños dentro de determinadas condiciones;
b) Asegurar una tributación justa del capital extranjero, que tome en consideración el hecho de que generalmente esas inversiones proceden de grandes monopolios internacionales;
c) Proteger al capital nacional de una competencia desigual y de otras formas de absorción a manos de los grandes monopolios internacionales:
d) Defender la soberanía nacional, en beneficio del desarrollo económico independiente;
e) Establecer una lista de ramas de la economía en las que está prohibido invertir capital extranjero (minería, textiles, siderurgia, bancos, química pesada, café, algodón. azúcar y otras).
10) Reforma de la Ley de Fomento Industrial, con el objeto de proteger los intereses fiscales de orientar el desarrollo industrial en un sentido que refuerce la independencia económica y política de nuestro país y de Centroamérica.
11) Hacer uso de las atribuciones que tiene la Asamblea Legislativa para reorientar el gasto público en beneficio del desarrollo económico, cultural y social del país, saneándolo de los vicios del despilfarro en partidas secretas abiertas y del peculado y de salarios desorbitados para los altos funcionarios.
12)Orientar las inversiones del Ministerio de Obras Públicas hacia un plan de mejoras y mantenimiento de caminos rurales.

Educación:
Emisión de un cuerpo de leyes tendientes a reorganizar el sistema de educación del país a todos los niveles, haciendo vigente el Art. 196 de la Constitución:
medidas que tenderán a la rápida disminución del analfabetismo, a disminuir la desigualdad de oportunidades y a contener la tendencia a comercializar la educación.

En la Salud:
1) Desarrollo del sistema de Salud Pública y Seguridad Social, con un nuevo concepto.
2) Revisión de los precios de las medicinas y de los servicios médicos.

En lo Político
1) Reforma de la Ley Electoral orientada hacia los siguientes objetivos:
a) Extender la representación proporcional al gobierno municipal;
b) Garantía para asegurar la libre organización de partidos políticos:
c) Limitar las atribuciones del Consejo Central de Elecciones al marco que fija ]a Constitución;
d) Creación del Registro de Partidos Políticos y electores, como institución separada del Consejo Central de Elecciones en el que los partidos tengan representación;
e) Establecimiento de disposiciones legales que permitan luchar eficazmente contra las distintas formas del fraude y la imposición en las elecciones; en particular, medidas que permitan impedir la utilización del Ejército, las patrullas, la Guardia Nacional y demás cuerpos de seguridad como instrumentos de imposición y como votantes ciegos e inconscientes a favor del partido oficial.
2) Reformas a los Códigos Penal y de Instrucción Criminal para establecer castigos eficaces para los funcionarios públicos y cuerpos de seguridad que abusen de su autoridad y atenten contra las libertades y derechos individuales y colectivos que establece la Constitución.
3) Derogación de la Ley Agraria como parte de las tareas que han de realizarse para democratizar al país. Las materias de orden laboral que contiene esta ley deben sujetarse al espíritu y la letra de la Constitución e incorporarse al Código de Trabajo; las materias relacionadas con las labores de Policía Agrícola deben sujetarse igualmente a la Constitución e incorporarse a la legislación y reglamentos que rige a los cuerpos respectivos; las materias relacionadas con las actividades agropecuarias, deben modernizarse e incorporarse a los reglamentos del Ministerio de Agricultura sobre los distintos cultivos, a la Ley del Ramo Municipal y otros cuerpos legales relacionados con esta actividad; las calificaciones de faltas y delitos contra la propiedad, la moral, la salud, la producción, etc., que allí se contienen deben igualmente ajustarse a la Constitución e incorporarse en el Código respectivo. La Ley Agraria es fuente de grandes discriminaciones políticas y sociales contra los trabajadores del campo y la mayoría de sus disposiciones son inconstitucionales. Su derogación es un paso imprescindible para poner fin a la situación de opresión y discriminación que existe en contra de la población rural.

4) Defensa intransigente de la Autonomía universitaria, con el objeto de rodear a la Educación Superior de las condiciones apropiadas a su naturaleza científica y universal y con el fin de dar estricto cumplimiento al mandato constitucional en esta materia.
5) Emisión de una moderna Ley del Ramo Municipal que garantice la autonomía del gobierno local y le permita obtener una base económica suficiente para el desarrollo de la comunidad.-

CEM publica Plataforma Legislativa del Partido Revolucionario (PR) 1968-1970

SAN SALVADOR, 27 de septiembre de 2009 (SIEP) “La breve pero intensa experiencia de lucha política impulsada desde el Partido Revolucionario contribuyó a fortalecer la organización y unidad del movimiento popular salvadoreño” enfatizó el Lic. Roberto Pineda, del centro de estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

Añadió que “los comunistas salvadoreños luego de la ilegalización del PAR decidieron impulsar este nuevo proyecto político para garantizar la continuidad del trabajo político iniciado desde finales de 1966.”

“El PR fue la cuna de centenares de activistas y dirigentes populares que luego consolidaron le movimiento revolucionario y crearon las condiciones para las batallas de la UNO, y luego de la CRM, del FDR hasta concluir en el FMLN.”

“El PR consideraba sabiamente que “serán necesarios muchos esfuerzos y muchas luchas para llegar a formar las grandes fuerzas organizadas capaces de realizar la Revolución. Está consciente también de que mientras no sea conquistado el Poder y no sea instalado un Gobierno Revolucionario que aplique el Programa de cambios profundos que el país necesita.”

Y entre estos cambios, el PR consideraba la necesidad inmediata de establecer “disposiciones legales que permitan luchar eficazmente contra las distintas formas del fraude y la imposición en las elecciones; en particular, medidas que permitan impedir la utilización del Ejército, las patrullas, la Guardia Nacional y demás cuerpos de seguridad como instrumentos de imposición y como votantes ciegos e inconscientes a favor del partido oficial.”

“Con la publicación de esta plataforma legislativa continuamos nuestra tarea como CEM de divulgar documentos fundamentales del proceso revolucionario salvadoreño, de identificar y exponer las raíces de nuestra ya casi centenaria lucha de nuestro pueblo por la democracia y el socialismo” concluyó el Lic. Pineda.

Carta urgente al movimiento popular

Lunes, 21 de Septiembre de 2009 / 09:14 h
Carta urgente al movimiento popular

Dagoberto Gutiérrez

El discurso del Presidente de la República del 15 de septiembre confirmó, oportuna, necesaria y sabiamente, lo que circulaba en las calles como mariposas sin alas: que el parido que ganó las votaciones del 15 de marzo perdió el gobierno el 1 de junio, y que el presidente Funes, no tiene ningún compromiso con ese partido, recordemos que se afilió al FMLN para poder ser candidato, pero no militante.

Aquí no hay ninguna conducta pérfida del Presidente porque se trata de afiliarse aunque no se comparta el ideario político que además, resulta brumoso, desdibujado y penumbroso; sin embargo cuando el Presidente se declara militante de “La Unidad Nacional” rompe toda relación gubernamental con el FMLN en instala en el alma de cada ser humano del país una profunda incertidumbre y angustia.
Las esperanzas depositadas en Don Mauricio han trocado en duda, desencanto y hasta desengaño; pero la cabeza fría indica que el partido FMLN le debe explicación inteligente a sus votantes, que son más inteligentes que el partido político, éstas son más urgentes que la conducta política del Presidente porque el partido debe explicar por qué no alcanzó acuerdos políticos con Mauricio, por qué se limitó a los acuerdos electorales, por qué no participó en el establecimiento del rumbo político y se limitó a disputar los cargos públicos, y por qué apoya y celebra las victorias de ARENA, como las elecciones de la Corte Suprema de Justicia y la del Fiscal y, una vez expulsados del gobierno deben explicar cuál va ser la conducta de sus ministros en el gabinete.

Sabemos muy bien que el momento político esta preñado de preguntas y hemos de coincidir que esto es muy importante y conveniente, pero las organizaciones del pueblo, como cabeza lúcida, tensa y pensante necesita ponerse en marcha para afrontar tanto los retos como los desafíos que la coyuntura está presentando.

No hay tiempo que perder, hay que recrear la esperanza y la confianza y esto se logra construyendo un programa político del pueblo, fortaleciendo las organizaciones propias e independientes, y desde allí, aprender el oficio, áspero y oleaginoso, de construir alianzas y también unidades.

El gobierno, como lo sabemos es y ha sido siempre de Mauricio Funes, este Presidente ha optado ya por un rumbo político, económico determinado; pero el movimiento popular, puede, debe y tiene, que establecer una política frente al gobierno para agotar toda posibilidad y probabilidad de negociación.

Esta política supone superar aquella idea germinal de que el gobierno era el del pueblo, también supone superar la idea de que se estaba frente a un gobierno en disputa y exige saber que se esta frente a un gobierno que ha establecido un rumbo económico y político, que no supone un cambio de economía ni de poder político, ni de relación entre estado y mercado y que no está tan siquiera imaginando, ninguna desconexión, con el orden imperial.

Esta realidad, que se nutre en hechos reales, tiene ya un rumbo, pero hasta ahora parece necesitar de una apariencia popular, y aquí conviene jugarse las cartas para arrancar, en la mesa de negociación y no solo allí, los puntos programáticos más estratégicos del pueblo.

Se trata de una línea de negociación, entre movimiento popular y gobierno, partiendo de una independencia institucional y de una negociación entre el mismo movimiento popular.

Estamos hablando de un proceso frío y sereno, dueño de mucha cabeza y sobre todo de mucho cerebro. En este proceso puede muy bien participar la parte progresista del partido FMLN, pero sobre todo la parte más lúcida del pueblo.

La sicología profunda de los seres humanos necesita ser resguardada y en los hombros del movimiento popular descansa la responsabilidad histórica, de defender la esperanza; pero esta siendo una construcción social y no un impulso subjetivo e individual como la fe, puede ser convertida en una esperanza nutrida en las fuerzas propias del propio pueblo, frente al cual hay un gobierno pendiente de demostrar que merece ser confiable para este pueblo.

La lucha por la justicia y la redención, tiene una línea larga, por eso es que debemos prepararnos para eso, para una lucha larga; pero sin olvidar que la coyuntura, por desengañadora que sea, tiene la virtud de ponernos a todos y todas con los pies sobre la tierra, y esta es la condición fundamental para pensar bien.

La sicología del pueblo busca un gobierno del pueblo y para el pueblo, y, al mismo tiempo, sueña con que un gobierno así haga las cosas de diferente manera, y aunque no está ocurriendo así, el alma popular pide a gritos que sea así, y se enfrenta, de ese modo, a la realidad más real y más terca, que esta diciendo a gritos, que las derechas, tienen el poder en el país, que ARENA gobierna en el país, que el partido que ganó la elección presidencial parece no saber nada de lo que esta ocurriendo y parece estar pensando más en las próximas elecciones, la presidencial, la de alcaldes y diputados , y no en la coyuntura quemante que estamos comentando.

El movimiento popular tiene en sus manos la mayor responsabilidad histórica de conducción, y sus fuerzas necesitan convertirse en poder político suficiente para convocar, escuchar y concertar, los acuerdos políticos populares, necesarios, para influir en los acontecimientos.

No hay tiempo que perder, es la hora de pensar actuando de actuar pensando, de otro modo el pan se te puede quemar en el horno y este horno se te puede apagar.

La Huelga General Obrera de Abril de 1967

LA HUELGA GENERAL OBRERA DE ABRIL DE 1967

Salvador Cayetano Carpio

I. ANTECEDENTES

Eran las doce de la noche del 30 de noviembre de 1945… Sonaron los pitos de los trenes, anunciando el estallido de la huelga de los ferrocarrileros. A las cero horas un minuto, todo el sistema ferroviario del país estaba paralizado. Horas después, esta gran huelga terminaba con la obtención de las demandas presentadas…

Como ya era tradicional en el país, estas y otras huelgas, organizadas por los trabajadores de diversas industrias y gremios, durante los años 1944-1945, estallaban sin previo aviso, cuando las gestiones pacificas se agotaban.

La eficacia de las huelgas obreras, como medio para lograr las demandas laborales alarmó a la parte patronal y la decidió a poner frenos legales a las mismas. Casi inmediatamente después de la huelga ferroviaria, el gobierno corrompido e inepto de Salvador Castaneda

Castro, fiel sirviente de la reacción interna y externa, emitió la Ley de Conflictos Colectivos de Trabajo (15 de enero de 1946) y creó el Departamento Nacional del Trabajo. Esa ley establecía, entre muchos requisitos difíciles de llenar, un período de 30 días entre el emplazamiento y el estallido de la huelga, para poner en juego toda clase de maniobras a fin de frustrarla antes de su inicio (despidos masivos, amenazas, encarcelamientos de directivos, contratación de esquiroles, etc.).

Los trabajadores que emplazaban a huelga acogiéndose a dicha ley, quedaban entrampados en el filo de una tenaza mortal: si a pesar de las maniobras de la empresa, después de treinta días de emplazamiento todavía tenían fuerza para llegar a la huelga, las oficinas del Departamento Nacional de Trabajo se encargaban de declararla ilegal autorizando a la fuerza pública a disolverla. NI UNA SOLA HUELGA, TRAMITADA DENTRO DE LOSRMINOS DE ESA LEY FUE DECLARADA LEGAL POR EL GOBIERNO.

Era una Ley destinada a disuadir las huelgas, no a permitirlas. Cientos de panificadores, hombres y mujeres, fueron a parar a la cárcel en agosto de 1946. cuando su huelga fue declarada ilegal. Igualmente fueron declaradas ilegales las huelgas de “La Estrella” y de otras fábricas por esos mismos días, a pesar de haber llenado todos los requisitos de ley. El mitin que los trabajadores organizaron el 15 de septiembre de 1946 en la Plaza Libertad, en protesta por la ilegalización de todas las huelgas, fue masacrado, derramándose la sangre obrera.

Las protestas crecieron, se unieron a ellas otros sectores democráticos del país, especialmente el sector estudiantil, y estalló la huelga general a principios de octubre de 1946. Se paralizó la industria, el transporte y el comercio durante varios días; pero fue disuelta a base de terror, encarcelamientos y destierros.

Después de eso, las fuerzas reaccionarias lograron su propósito de disuasión: durante varios años no hubo huelgas obreras. Apenas una que otra, durante el período del llamado Consejo de Gobierno Revolucionario. Varios años después, el Ministro de Trabajo, doctor Mario Héctor Salazar (ahora apoderado de la IUSA), podría jactarse en sus Memorias, leídas en la Asamblea Legislativa, de que existía la “paz social” debido a la ausencia de huelgas; “armonía de clases” lograda a costa de la represión de los trabajadores, de la ilegalización de las huelgas, de la mediatización abusiva del Poder Público sobre los sindicatos.

Esto, por otra parte, significó privar a los trabajadores del derecho a luchar por su mejoramiento colectivo; pues si bien es cierto, que la lucha de la clase obrera por crear y mejorar la legislación laboral logró algunas apreciables conquistas (la sindicalización, la contratación colectiva, el descanso semanal, el Seguro Social, vacaciones, aguinaldos, etc.), los salarios se estancaron, el costo de la vida subió, la explotación se incrementó, las injusticias patronales aumentaron.

Prácticamente desprovista la clase obrera de su derecho de huelga, no estaba en capacidad de luchar colectivamente por el aumento de salarios, ni por un real mejoramiento de sus condiciones de vida. El terror psicológico hizo sus estragos: el temor a acogerse a una ley inefectiva y a que sus huelgas fueran declaradas ilegales, el temor a caer bajo los encarcelamientos y persecuciones,. la actitud de “legalismo a toda costa”. introducida por los agentes divisionistas que el gobierno y los monopolios extranjeros incrustaron en el movimiento sindical, hicieron sus efectos durante años.

Ahora mismo, en 1967, grandes sectores de trabajadores devengan todavía salarios que desde 1946 lograron alcanzar a base de luchas: 1.50, 1.25 y 1.00 Colones

son salarios corrientes para una gran capa de

trabajadores industriales y gremiales.

Sin embargo, el sector patronal no estaba satisfecho. Temía que algún resquicio de la Ley de Conflictos Colectivos de Trabajo pudiera ser todavía aprovechada por los trabajadores y que, en alguna ocasión, una huelga pudiera ser declarada legal. De tal manera, aprovechó la oportunidad que le ofrecía la promulgación del Código de Trabajo (1963) e introdujo en él tales tramitaciones y “regulaciones”, que prácticamente se hizo imposible en El Salvador ejercer legalmente el derecho Constitucional de huelga; ni una sola huelga se ha podido llevar a la práctica exitosamente de acuerdo con dicho Código que es una abierta inspiración patronal, y que ha reflejado con claridad la política laboral antiobrera y reaccionaria del gobierno del Coronel Julio Adalberto Rivera.

II. ASCENSO

Sin embargo, no se puede esperar que los trabajadores permanezcamos indefinidamente pasivos frente a las angustiosas necesidades económicas y sociales que se van acrecentando día a día. No se puede a estas alturas, vivir con salarios de 2.00 y de 1.00 (ni siquiera con el doble de éstos) en una época en que el alquiler de un cuarto de mesón vale más de 30.00 al mes (1.00 diario), y los alimentos, la ropa y las medicinas “están por las nubes”. La pasividad vendría a ser, en tales condiciones, un suicidio colectivo. Y si un padre o madre de familia pueden estar dispuestos a dejarse matar de inanición, no podrán estar dispuestos a ver con la misma pasividad que sus hijos se vayan consumiendo lenta pero implacablemente, a causa de la desnutrición y las enfermedades provocadas por la miserable alimentación a que dan lugar los salarios de hambre. ¿Como puede una madre o un padre alimentar, vestir, dar habitación y educación a 3 ó 4 hijos si devenga de 1.50 a 3.00 Colones? Este es un factor del despertar combativo actual de los trabajadores salvadoreños.

Por otro lado, la estructura de la clase obrera ha ido cambiando aceleradamente. En pocos años ha crecido apreciablemente el sector obrero industrial, a medida que las fábricas han ido poblando al país convirtiéndose en la parte fundamental del proletariado salvadoreño. Es un proletariado joven. de reciente formación, que durante los primeros años no tenía aún muy definida su conciencia de clase, pero que a golpe de explotación e injusticias patronales ha podido ir forjando su conciencia colectiva. El panorama que presenta el proletariado de hoy difiere mucho del de 1946, cuando el sector industrial era mucho menor, y la concentración de obreros en las fábricas no alcanzaba las proporciones actuales. Se puede decir que las acciones reivindicativas de este año están marcando el despertar de un nuevo proletariado industrial en El Salvador.

La urgencia de la lucha por mejores salarios y contra las injusticias patronales chocaba con las estipulaciones legales impuestas por los patronos en el Contrato de Trabajo: chocaba también con el temor a sobrepasar dichas limitaciones patronales. pero los trabajadores tenían que encontrar formas de lucha que les permitieran superar tales dificultades. Los obreros de la construcción (del Hospital Bloom en construcción) aplicaron con éxito los paros cortos. Los médicos de los hospitales se fueron a una huelga exitosa que duró tres días, haciendo a un lado el Contrato de Trabajo. Este ejemplo fue valioso, pues mostró que era posible ganar una huelga sin enredarse en las trabas patronales que el Contrato de Trabajo imponía: que bastaba con la firme unidad, la organización y la decisión necesarias, para triunfar. Luego las enfermeras se disponen a ir a una huelga sin atenerse al Contrato de Trabajo, y triunfan cuando ya estaban en los lindes mismos de la huelga.

El camino está trazado. El proletariado asimila la experiencia

Es así como el 18 de diciembre de 1966 (a dos meses de haber conquistado la jornada de 8 horas) en una histórica Asamblea, los pilotos automovilistas acuerdan luchar por el aumento de salarios. Después de varias gestiones infructuosas en el Departamento Nacional de Trabajo, llega el 17 de enero de 1967, cuando los motoristas de los buses urbanos, que en las acciones por reafirmar su derecho a la jornada de 8 horas recobraron confianza en sus fuerzas, se lanzaron a la huelga por lograr un apreciable aumento de salarios. Una tras otra se fueron paralizando todas las rutas de buses urbanos de la capital y comienza a extenderse la huelga a otras ciudades de la República. Alrededor de 1,600 motoristas se fueron a la huelga. Al tercer día de la huelga triunfa arrolladoramente, obteniendo un aumento del cincuenta y cien por ciento en los salarios (4.00) pagados por las empresas. Es notable que tan rotundo éxito se obtuvo después que la mesa de huelguistas rechazó el dañino acuerdo a que había llegado ya con el gobierno la Comisión Negociadora, encabezada por René Barrios Amaya, consistente en permitir un subsidio provisional del gobierno.

La huelga de motoristas creó rasgos valiosos que después fueron aplicados por otros trabajadores: los autobuses fueron puestos bajo el cuidado de los propios huelguistas que, disciplinados, conscientes y combativos, estaban dispuestos a defender sus derechos y mantener el más estricto orden y disciplina interna.

La Federación Unitaria Sindical (FUSS), organizó la ágil y amplia solidaridad de los sindicatos a ella afiliados, hacia los huelguistas. El Sindicato Gremial de Pilotos Automovilistas es afiliado a ella. El pueblo se volcó generosamente en su favor. Sólo la C.G.S. (Confederación General de Sindicatos) apegada a una tradicional línea separatista se negó a proporcionar la elemental solidaridad. A despecho de esto, algunos sindicatos más sensibles de esta Central (como eran IUSA y MINERVA) proporcionaron su apoyo solidario.

A continuación, el 13 de febrero, la huelga de 1,800 trabajadores de la fabrica IUSA vino a estremecer a todo el movimiento sindical. La directiva de la C.G.S. apegada a moldes de “legalismo a toda costa” trató de evitarla, pero los trabajadores ya no estaban dispuestos a dejarse arrastrar al tortuoso camino de los cánones patronales del contrato de trabajo en el terreno de las huelgas. Las páginas de heroísmo, valor, disciplina, que durante ocho días escribieron los obreros y obreras de IUSA son imborrables. La guardia que día y noche hacían los trabajadores frente a la fabrica, disciplinados y firmes, con garrotes en la mano, era el símbolo del despertar combativo de los trabajadores industriales. La “C. de G.” (“Comisión de Garroteros”), tanto en su sección masculina como femenina, eran la garantía de que la huelga no podía ser quebrantada por rompehuelgas, y que los trabajadores estaban dispuestos frente a quien fuere a defender sus derechos. Es cierto que esta huelga no obtuvo todo el éxito esperado, pero ese resultado no se debió a los huelguistas, sino a los dirigentes de la C.G.S. que no quisieron dar la batalla a fondo y prefirieron claudicar y ejercer presión sobre los trabajadores para que aceptaran un mal arreglo, alegando que la huelga podía ser declarada ilegal y que sus contratos individuales podían ser cancelados.

La FUSS proporcionó el mayor apoyo solidario de todas sus organizaciones, en aplicación de sus principios y mostró que, frente a los patronos, la unidad de acción es necesaria; con lo que merecidamente se ganó un sólido prestigio entre los trabajadores de IUSA.

Al siguiente día de terminada la huelga de IUSA, trabajadores de ASEO PUBLICO se fueron a la huelga, asesorados por la FUSS. En esta ocasión, la C.G.S. tampoco proporcionó la solidaridad. Los trabajadores llevaron los vehículos, montaron guardia disciplinada y, al quinto día 25 de febrero obtuvieron la victoria completa de sus demandas.

¿QUÉ TENIAN DE COMÚN ESTAS HUELGAS? Que estaban fuera de los cánones patronales del contrato de trabajo. Los periódicos comenzaron a llamarlas “huelgas de hecho”. Eran rasgos comunes: la disciplina, la combatividad, la serenidad y la firmeza, así como la iniciativa creadora de los trabajadores. Cada una de ellas aportaba nuevos elementos a la lucha común, enriquecía la experiencia colectiva. Todas ellas mostraban el inapreciable valor de solidaridad de toda la clase obrera, el valor de la unidad proletaria, y el valor del apoyo de todo el pueblo. Cada nuevo triunfo era un triunfo de la clase trabajadora.

Mediante esas luchas los obreros habían hecho ya su propia experiencia en esta modalidad de huelga, como la más apropiada a las condiciones actuales del país, para la lucha por sus reivindicaciones inmediatas, cuando ya se han agotado los medios conciliatorios y existe suficiente organización, decisión y firmeza.

Y así. llegamos al 6 de abril, día en que estalló la huelga de los trabajadores de la Empresa “Acero, S.A.”, cuyos principales accionistas son Antonio y Mauricio Borgonovo, fabrica situada a dos kilómetros adelante de Zacatecoluca: kilómetro 58 de la Carretera del Litoral.

Abramos un paréntesis para recordar la canción de lucha que cantaban los trabajadores de IUSA durante su huelga para elevar su ánimo combativo; canción nacida al fragor de esta batalla de clase:

CORRIDO A LA HUELGA DE LOS

TRABAJADORES DE I.U.S.A.” (con música de CANANEA)

Hoy les vamos a cantar, lo que sucedió en febrero. Que se fueron a la Huelga, todititos los obreros. (Se repite)

2. En la fabrica la I.U.S.A, los telares se han parado. Los obreros y obreras sus labores han cesado. (Se repite)

3. El patrono intransigente, comenzó a despedir gente. Pero los trabajadores agotaron su paciencia. (Se repite)

4. Hoy reclaman prestaciones, buen salario y trato justo. Y como están bien unidos, alcanzarán un gran triunfo. (Se repite)

5. Ni los fríos ni los vientos, ni maniobras patronales, no pudieron derrotar a las fuerzas sindicales. (Se repite)

6. Todos los trabajadores apoyamos, sin reservas esta lucha decidida, que ha de ser un gran ejemplo. (Se repite)

7. La Federación Textil, la Unitaria Sindical Hicieron causa común, en la lucha proletaria. (Se repite)

VIVA LA FEDERACIÓN UNITARIA SINDICAL

DE EL SALVADOR

VIVA LA UNIDAD DEL MOVIMIENTO SINDICAL

VIVA LA HUELGA”

En todos los piquetes los huelguistas entonaban esta canción, que en la hora de la madrugada. cuando disminuía la animación, lanzaba al viento el “Coro de los huelguistas” integrado por jóvenes obreras y obreros.

III. LA HUELGA DE LOS TRABAJADORES DEL ACERO

De los 260 trabajadores de esta fábrica, 185 devengaban un salario de 2.40, del cual invertían 0.6O en el transporte de la ciudad a la fabrica, quedándoles efectivamente sólo 1.80 diarios de salario. Estos obreros industriales ganaban menos que los trabajadores del campo en esa misma zona, los cuales tienen 2.50 como salario mínimo durante la temporada en los cortes de algodón. Las condiciones de trabajo en esa fabrica son inhumanas, abundando los accidentes de trabajo, especialmente en las operaciones del manejo de hierro candente frente a los hornos de fundición. El sólo roce de las varillas de hierro al rojo vivo, que salen a gran velocidad de las bocas de los hornos, es culpable de la mutilación de dedos y manos de muchos trabajadores.

Por otra parte, el trato del patrono y especialmente de un alto jefe administrativo (Augusto César Romero) es injusto y cruel. Pero la gota de agua que colmó la paciencia de los obreros, fue el despido injusto de dos trabajadores (Mauricio Saravia Martínez y otro). Y, asimilando la experiencia de las últimas acciones de la clase obrera, los trabajadores del Acero pensaron en la huelga, como recurso supremo; lo que tomó de sorpresa a la dirección de la C.G.S., a que estaba afiliado el sindicato. En la Asamblea del Sindicato, Felipe Antonio Zaldivar, dirigente de la Federación de la Industria de Construcción, Similares y Transporte (FESINCONSTRANS), a la que pertenecía el sindicato, no veía con aceptación la huelga y trató de disuadirla.. mostrando a los trabajadores el cuadro de dificultades que ella les ocasionaría; pero los trabajadores estaban decididos y por unanimidad acordaron ir a la huelga, dándole al patrono un plazo de 48 horas para negociar.

Una vez acordada, Zaldivar les aconsejó que no incluyeran demandas de salarios, pues eso se negociaría “dentro del Contrato Colectivo”. Así, las peticiones se limitaron a: a) transporte, b) expulsión del señor Romero; c) reintegro al trabajo de los 2 trabajadores despedidos. La C.G.S., a través de Zaldivar que era su Secretario de Organización, ya que se vio forzada ante la presión de los trabajadores a aceptar la huelga, quería un triunfo superficial y fácil, vaciándolo de contenido reivindicativo. Los directivos del Sindicato estuvieron en San Salvador al siguiente día, y se entrevistaron con directivos de la FUSS, solicitando orientación.

Estos les dijeron que no era concebible ir a una huelga como ésta sin demandar aumento de salarios, sobre todo en un lugar en donde los trabajadores sufrían salarios tan bajos. Dejar pasar la huelga y esperar a que esos salarios aumentaran en las tediosas negociaciones del Contrato Colectivo seria un gran error. Los directivos del Sindicato se convencieron de esa necesidad y Zaldivar tuvo que aceptar a regañadientes que se incluyera la cláusula de aumento de salarios en un 40%.

LAS LINEAS REIVINDICATIVAS DEL CONFLICTO QUEDARON TRAZADAS.

El patrono se negó a negociar. Pasaron las horas del ultimátum y los trabajadores, en memorable Asamblea celebrada en la noche del 5 de abril, decidieron declarar la huelga y se dirigieron a la fabrica desde la ciudad. El jueves 6 de abril se alinearon frente al portón principal y demás accesos de la fabrica; bloquearon el paso, y desde ese instante nadie pudo entrar ni salir, ni el patrono ni el personal administrativo. Sólo se permitió el ingreso y cambio de turno de las parejas de Guardia Nacional que la empresa solicitó para que cuidara las instalaciones. El cuadro clásico de otras huelgas se repitió: la disciplina, el orden, la combatividad y la firme decisión de triunfar. Se organizaron las comisiones necesarias para sostener la huelga: de abastecimientos, cocina, finanzas, etc.

La FUSS prestó toda su asistencia desde el primer instante. En la reunión última estuvieron delegados de ella, quienes acompañaron a los huelguistas desde el primer momento del conflicto. Los Sindicatos de la C..G.S. también acudieron solidarios. Las diferencias entre los delegados de unos y otros sindicatos se borraban frente al anhelo común de vencer la resistencia patronal.

LA UNIDAD EN LA ACCIÓN NACIA EN EL COMBATE

A la par de esto, el pueblo de Zacatecoluca se volcó a favor de los huelguistas y especialmente las mujeres de los mercados, proporcionaban víveres constantemente. Usulutan y San Vicente también mostraron su apoyo a los huelguistas. Las organizaciones progresistas como “Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas”, “Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños”, las asociaciones estudiantiles, frentes y otras organizaciones dieron su apoyo efectivo, organizando colectas entre diversos sectores, especialmente en los mercados, y entre profesionales.

Mientras tanto, la parte patronal, apoyada por toda la burguesía adoptó una posición irreductible: no entrar en negociación, mientras los huelguistas no volvieran a su trabajo: “la huelga es ilegal, decía, es necesario que los trabajadores vuelvan a los carriles del Contrato de trabajo. No negociaremos bajo presión”. La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) y demás Asociaciones patronales hicieron de la batalla del Acero su propia lucha por obligar a toda la clase obrera a encajonarse dentro de su propia legislación patronal.

Ellos, que a cada instante pisotean los derechos de los trabajadores y violan el contrato de trabajo cometiendo toda clase de arbitrariedades y despidos, pasando sobre las mínimas garantías que las leyes establecen a favor de los trabajadores, se volvieron de repente los más celosos defensores de la legalidad que ellos mismos han anulado a base de injusticias. En boletín publicado en los periódicos del 8 de abril, la ASI representativa del sector industrial salvadoreño exige a los trabajadores “respetar la legislación laboral vigente buscando la solución de divergencias en el marco estrictamente jurídico que nuestro contrato de trabajo establece en estos casos”.

Los patronos se movilizan y se deciden a dar una lección a todos los trabajadores en el caso de “Acero, S.A.”. Quieren sentar un precedente para que ningún grupo de trabajadores vuelva jamás a pensar en irse a la huelga de hecho. Eso equivalía a tratar de arrebatarle definitivamente a los obreros el derecho constitucional de huelga, que a través del contrato de trabajo patronal era imposible ejercer.

UNA IMPORTANTE BATALLA ENTRE LA CLASE PATRONAL Y LA CLASE OBRERA, QUEDÓ PLANTEADA.

La ASI plantea las cosas desde un punto de vista irreversible. Están en juego, dice, los principios mismos en que se basa la estructura jurídica del país. Está en juego el principio de la legalidad. Si ésta se desmorona, el ordenamiento jurídico de la República se derrumba; “el abandono del sistema jurídico significa el abandono de la plataforma en que se asienta nuestro sistema democrático y traería como consecuencia indiscutible la incertidumbre y el caos en toda materia”. (Pronunciamiento de la ASI del 8 de abril de 1967).

En declaración del 10 de abril, la misma asociación expresa: “Estamos obligados a reconocer que el respeto a la Ley es norma de conducta de la colectividad”. De tal manera, la ASI eleva el conflicto. del terreno laboral al plan de un problema “vital” para la estructura legal del país. Es necesario aplastar a los huelguistas, para conservar el “principio de autoridad”, el principio de legalidad, fundamento de la vida jurídica del país.

De acuerdo con eso la ASI exigió al Ministro de Trabajo acciones enérgicas contra los huelguistas y envió sus directivos a entrevistarse personalmente con el Ministro de Trabajo para formularle directamente esas exigencias. Este no tardó en obedecer las órdenes de los patronos. El gobierno se decidió a romper la huelga de una vez por todas, y hacer prevalecer el “principio de legalidad” patronal, en importante resolución del Ministerio de Trabajo. poniendo en marcha toda la maquinaria antiobrera prevista por dicho instrumento capitalista.

En la tarde del 12 de abril, frente a la fabrica donde los huelguistas montaban guardia, un delegado del Ministerio de Trabajo leyó la siguiente Resolución:

“DIRECCIÓN GENERAL DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO: San Salvador, a las diecisiete horas y veinticinco minutos del día diez de abril de mil novecientos sesenta y siete. Habiéndose comprobado suficientemente en autos, que los trabajadores de la Fábrica de Productos Metálicos, propiedad de “Acero, S.A.”, ubicada en el kilómetro 58 de la Carretera del Litoral, jurisdicción de Zacatecoluca, han ejecutado una huelga en contravención a lo dispuesto por el Contrato de Trabajo, a petición del Doctor Ramón Ávila Agacio, en su carácter de Apoderado General Judicial del patrono afectado, esta Dirección General, RESUELVE:

-A) Señalase el plazo de cinco días a los trabajadores de la mencionada fabrica para que vuelvan al desempeño de sus labores en los horarios respectivos.

B) Previénese a los trabajadores en huelga que los contratos individuales de trabajo que les vincula a la Sociedad “Acero, S.A.”, terminarán sin responsabilidad patronal si vencido el plazo que se señala en esta resolución, no se hubieren presentado a reiniciar sus labores.- CHAVARRIA, A.- ANTE MI: M. A. Lazo, Srio.

RUBRICADAS. –

De esta manera, LA SUERTE ESTABA ECHADA, LA CONFRONTACIÓN DE LOS TRABAJADORES CON LOS PATRONOS Y EL GOBIERNO SE VOLVIÓ INEVITABLE.

IV. UNIDAD DE ACCIÓN

Cuando en esa memorable tarde del miércoles 12 de abril el delegado del Ministerio de Trabajo notificó a los huelguistas el “plazo fatal” (como lo calificó un periódico) la situación tomó definitivamente el rumbo

hacia una abierta confrontación obrero-patronal.

Los obreros del Acero, formados frente a la fabrica, realizaron Asamblea General, y en medio de gran indignación causada por la acción patronal del Ministerio, reafirmaron unánimemente su decisión de continuar la huelga hasta morir o triunfar. He aquí las decisiones adoptadas en esta histórica Asamblea:

“Ante tan incalificable atropello que constituye el fallo dado por el Ministerio de Trabajo, en contra de

los que estamos ejerciendo el derecho de huelga plenamente reconocido por la Constitución de la República. ante la negativa patronal de satisfacer las justas demandas que hemos planteado, los trabajadores de la Fábrica de ACERO S.A., reunidos en la Asamblea General Extraordinaria el miércoles 12 de los corrientes, por unanimidad ACORDAMOS: a) Rechazar la Prevención hecha por el Ministerio de Trabajo que pretende lanzarnos a la desocupación y condenar a nuestras familias a la miseria y el hambre; b) No ingresar a trabajar a la fabrica ni permitir el ingreso de ninguna persona, el próximo lunes 17 de los corrientes, que termina el plazo señalado por el Ministerio de Trabajo: c) Responsabilizar al Ministerio de Trabajo, al Gobierno y a la Asociación Salvadoreña de Industriales, (ASI), de los sucesos que puedan ocurrir a la entrada de la fabrica

ACERO, S.A., el próximo lunes y; d) Solicitar a todas las Organizaciones Sindicales del país su respaldo moral económico y material, en vista de que el fallo mencionado lesiona gravemente nuestro conflicto de huelga y los derechos fundamentales de los trabajadores salvadoreños. en defensa de esta lucha que estamos desarrollando, hasta alcanzar el triunfo total de la huelga.”

Los patronos y el gobierno, al decidirse a aplastar a los obreros del Acero, querían aplastar el derecho constitucional de huelga de todos los trabajadores, pero al hacerlo, menospreciaban la fuerza de la solidaridad del movimiento sindical.

Durante años la patronal, el gobierno y el imperialismo han fomentado profunda división en el movimiento sindical; han gastado millones de dólares en ello. En ese tiempo han lanzado a la cárcel y al destierro a millares de activistas sindicales, y ya creían que era imposible que la clase obrera se uniera para contestar unida a esta agresión gubernamental-patronal a sus derechos constitucionales.

Pero los obreros del Acero no estaban solos. En su defensa coincidían todos los sindicatos del país, independientemente de su afiliación sindical. La solidaridad que en las anteriores huelgas y en ésta se había llevado a cabo sin acuerdos previos entre los sindicatos de distintas centrales sindicales, solidaridad que la FUSS había impulsado y organizado, había hecho madurar condiciones para alcanzar una nueva calidad.

Y, en aquel momento crucial. en aquel ambiente de firme y decidido rechazo de los huelguistas al ultimátum del Ministerio de Trabajo, después de haber sido aprobadas tales resoluciones, un representante de la Federación Unitaria Sindical de El Salvador, ante la Asamblea que estaba pendiente de sus palabras, en nombre de la FUSS y de acuerdo con sus principios unitarios, propuso solemnemente a la CGS, hacer un pacto de unidad de acción en defensa de los trabajadores del Acero y del derecho constitucional de huelga: “Tenemos diferencias de diversa índole, dijo, pero como trabajadores tenemos intereses fundamentales comunes. Frente a la patronal debemos estar unidos y dar las batallas juntos. Si no nos unimos, los obreros del Acero serían derrotados y el derecho constitucional de huelga de todos los trabajadores del país será liquidado por la clase patronal y el gobierno que la representa”.

Los trabajadores huelguistas recibieron con entusiasmo la propuesta de la FUSS y se aprestaron a escuchar la respuesta de los representantes de la C.G.S. Estos, al tomar la palabra dijeron que la C.G.S. no estaba dispuesta a llevar a cabo la unidad con la FUSS “porque tenemos hondas diferencias”. El brutal rechazo de la unidad, en un momento tan solemne, retrató de cuerpo entero la clásica orientación separatista que siempre había aplicado la dirección de la C.G.S., y provocó el descontento agudo entre las filas de los huelguistas quienes a continuación, tomaron el importante acuerdo de pedir a la FUSS y a la C.G.S. que se unieran en esta eventualidad y encomendaron a la Junta Directiva del Sindicato reunirse inmediatamente con los representantes de la C.G.S. y de la F.U.S.S., por separado para trasladarles oficialmente la petición de la Asamblea.

Mientras la Junta Directiva del Sindicato se reunía en un rancho, a la vera del camino, con los delegados de la C.G.S., los de la FUSS adelantaban los preparativos, elaborando el proyecto del pacto de unidad que deberían firmar ambas centrales. Al terminar su reunión con los delegados de la C.G.S., los directivos del Sindicato manifestaron a los delegados de la FUSS: “la C.G.S. rechaza la unidad y nos amenaza con que si seguimos insistiendo en ella, nos abandonará. Nos dicen que escojamos entre ustedes y ellos. En momentos como los que estamos pasando, no podemos permitir que ellos nos abandonen y les hemos dicho que seguiremos con ellos, porque sabemos que la FUSS no nos abandonará; pues ya conocemos su línea unitaria que hemos comprobado en la práctica en estos días.”

Los representantes de la FUSS contestaron que ésta en ninguna circunstancia abandonaría a los compañeros del Acero y que, al contrario, desde ese momento intensificaría más aún sus acciones de solidaridad y que pediría a los sindicatos que las reforzaran. Que no estaba la FUSS disputando en ningún momento la dirección de la huelga ni del Sindicato, pero que si proponía la unidad de acción de las dos centrales era porque esto haría más eficaz la lucha en defensa de los trabajadores huelguistas. En un momento como éste, sólo la gran fuerza unida de los trabajadores puede impedir que la patronal y el gobierno consumen su propósito de arrebatarnos el derecho de huelga y puntualizaron:

“Si los directivos de la C.G.S. siguen rechazando la unidad, cometen contra ustedes y contra todo el movimiento sindical una traición más que en el caso de IUSA, y ello repercutiría profundamente en sus bases sindicales”. Para finalizar, se mostró a los directivos del Acero el proyecto de pacto de unidad que había preparado la FUSS. La noche pasó en un ambiente de frustración.

A las 9 de la mañana siguiente, los representantes de la FUSS que se encontraban en el lugar de la huelga, fueron notificados de que la Junta Directiva de la C.G.S. se había reunido de emergencia en esa misma mañana y que había acordado cambiar de actitud y aceptar la propuesta de la unidad de acción formulada por la FUSS. Se concertó una reunión de los Directivos de la C.G.S. y de la FUSS en Zacatecoluca para esa misma tarde, para formalizar el pacto de unidad y elaborar los planes de acción unida.

Por la tarde, en histórica Asamblea celebrada a campo abierto en un predio frente a la fábrica, los directivos de ambas centrales dan a conocer a los huelguistas su decisión de unir sus acciones en su defensa y por el derecho a huelga; “frente a la unidad de la patronal los trabajadores respondemos con la unidad del movimiento sindical. El triunfo de esta batalla está asegurado, compañeros”, decían casi todos los que intervinieron. La emoción embargaba a todos los presentes, en ese instante memorable, y los huelguistas que tomaron la palabra juraron que si se llegara el caso, primero se pasaría sobre sus cadáveres pero que no se lograría derrotar la huelga.

Uno de los huelguistas, dijo: “en el futuro se ha de levantar en este predio una placa que haga recordar el sitio donde el movimiento sindical se unificó para defender sus derechos”.

Los directivos de ambas centrales y del Sindicato se trasladaron a Zacatecoluca a formalizar el compromiso de unidad y a elaborar los planes de acción común. Se elaboraron dichos planes y al finalizar la reunión se acordó el texto definitivo, firmado por los directivos, del comunicado público en que se daba a conocer la unidad de acción de las dos centrales:

“LA CONFEDERACIÓN GENERAL DE SINDICATOS (C.G.S.) Y LA FEDERACION UNITARIA SINDICAL DE EL SALVADOR

(F.U.S..S.), en nombre y representación de sus organizaciones sindicales afiliadas, se dirigen al Pueblo Salvadoreño en general y a la clase trabajadora en especial, para definir públicamente su posición de lucha, frente a la ofensiva patronal que pretende quebrantar a toda costa la heroica lucha de los trabajadores de la fábrica de “Acero, S.A.” y que constituye un intento reaccionario de privar a los trabajadores del país del Derecho de Huelga, plenamente reconocido por la Constitución Política, de encadenarlos a la estricta observación de las disposiciones del Código de Trabajo, que ha probado ser un instrumento patronal e inoperante. La C.G.S. y la FUSS están proporcionando su apoyo decidido al movimiento de huelga de los trabajadores de “Acero S.A.”, porque sus demandas tienen como objetivo alcanzar mejores condiciones de trabajo y de vida. Sobre todo, un trato digno y humano.

La prevención hecha por el Ministerio de Trabajo a los trabajadores de la fábrica “Acero, S.A.”, tienen el propósito de anular definitivamente sus aspiraciones de mejoramiento y persigue, además, la negación absoluta de un derecho fundamental de los trabajadores: EL DERECHO DE HUELGA.

En consecuencia, la C.G.S. y la FUSS hacen responsables, desde ya, al Ministerio de Trabajo, al Gobierno de la República y a las Asociaciones patronales, de los hechos y acontecimientos que puedan sobrevenir el próximo lunes 17 de los corrientes en la fábrica de “Acero, S.A.”.

POR TANTO; ACUERDAN:

I- Unir las fuerzas de ambas Centrales Sindicales en defensa de los trabajadores de Acero, S.A.” y por el triunfo total de su movimiento de huelga;

II- Unir las fuerzas de ambas organizaciones en defensa del Derecho Constitucional de Huelga, que es amenazado seriamente por la clase patronal, y por las decisiones tomadas últimamente por el Ministerio de Trabajo;

III- Preparar y ejecutar conjuntamente un plan de acción dirigido a asegurar el triunfo de la justa lucha de los trabajadores de “Acero, S.A.”, y para garantizar el ejercicio pleno del Derecho Constitucional de Huelga.

San Salvador, 13 de abril de 1967”.

LAS FUERZAS ESTABAN ALINEADAS: por un lado todas las asociaciones patronales respaldando a “Acero, S.A.”, ayudadas activamente por el gobierno, y por el otro, prácticamente todo el movimiento sindical del país en unidad de acción a través de las dos grandes Centrales Sindicales.

¿Qué factores habían motivado el cambio de conducta de la C.G.S.? ¿Por qué apoyaron la unidad ellos, cuyo signo básico ha sido la división? Veamos algunas de estas razones:

Es evidente que la correcta y constante aplicación de la línea de unidad de la FUSS, al calar en las propias bases de la C.G.S.. había hecho madurar condiciones para la unidad de acción. La dirección de la C.G.S. no podía ya en un momento así hacerse simplemente la desentendida: si rechazaba de plano la unidad, quedaría en evidencia ante sus propios afiliados y eso le hubiera causado un daño irreparable, mayor aún que el que le causó su conducta en el caso de la IUSA. Porque la línea unitaria aplicada por la FUSS, acorde con los intereses de los trabajadores, tiene dos aspectos inseparables:

a) Unidad de todos los trabajadores en la lucha por las reivindicaciones de la clase obrera, b) Lucha contra las malas acciones de la dirección de la C.G.S. que menoscaben los intereses de los trabajadores. Lo primero había desbrozado el terreno para las acciones unidas, y lo segundo, había elevado la conciencia y la claridad ideológica en las propias bases de la C.G.S.

2) La directiva de dicha Confederación se vio ante la fuerte y directa presión de los huelguistas y ante la creciente presión de una gran parte de sus propios sindicatos, en donde las bases combaten abiertamente las acciones inconsecuentes de la dirección cegesista, al grado de que varios de estos sindicatos expresan cada vez más abiertamente su anhelo de hacer la unidad con la FUSS o de afiliarse a ésta.. En tal sentido, sus propias bases obligaron moralmente a la dirección de la C.G.S. a aceptar la acción unida.

3) Y esto sucedía en una coyuntura política especial en un momento en que se habían agudizado mucho las contradicciones en el seno del gobierno y del partido oficial, y las camarillas gobernantes salientes y entrantes luchaban a brazo partido por sus posiciones políticas en el futuro gobierno. Estas contradicciones en el seno de las clases dominantes fueron aprovechadas por el movimiento unitario para unir las bases sindicales en la acción común contra la patronal, que quería asestar un golpe mortal a los derechos de huelga, vale decir, arrebatarle, los medios de luchar por sus derechos. Tal es el contenido estratégico de esta acción de unidad.

Esta unidad tenía un rasgo característico: no había sido lograda por conciliábulos ni cabildeos entre los dirigentes, sino frente a las masas y por la acción directa de las bases sindicales. Era una unidad de una nueva calidad, nacida al calor de la lucha reivindicativa.

V. PRIMERA CONFRONTACIÓN ABIERTA: LAS FUERZAS OBRERAS Y PATRONAL-GUBERNAMENTALES ESTABAN FRENTE A FRENTE

Ambas centrales iniciaron sus acciones públicas con los mítines de San Salvador (viernes 14 de abril) y Zacatecoluca (domingo 16 de abril) en los que proclamaron la unidad y la decisión de luchar por los objetivos ya indicados. Se hicieron los preparativos para afrontar lo que sobreviniera el lunes 17 cuando el gobierno a través de la fuerza pública trataría de imponer la decisión del Ministerio de Trabajo: “Estamos

dispuestos a enfrentar con nuestras vidas los intentos de romper la huelga por la fuerza. No dejaremos que obliguen a los huelguistas a regresar al trabajo, ni permitiremos que entren rompehuelgas. Si para ello es necesario enfrentarnos a cualquier autoridad, lo haremos. Que pasen sobre nuestros cadáveres si pueden. La responsabilidad por cualquier derramamiento de sangre caerá sobre el gobierno y la patronal”, tales expresiones, contenidas en casi todas las intervenciones de plaza pública, en la Asamblea sindical y frente a los huelguistas, expresaban apropiadamente el estado de ánimo de amplias masas de obreros sindicalizados.

Y, por primera vez, en la actual etapa del movimiento sindical, se levanta un gran movimiento de solidaridad activa entre los directivos y activistas sindicales de ambas centrales. Ya no se trata de ayudar sólo económica y moralmente: se trata de dar la sangre si es necesario en las trincheras de la huelga, en defensa de los derechos comunes. La cita de honor estaba a 58 kilómetros de la Capital, a orillas de la Carretera del Litoral, frente a la fábrica de Acero, para reunirse el lunes 17 de abril, a las 6 de la mañana, con sus hermanos huelguistas, para dar con ellos esta batalla.

En San Salvador, Santa Ana, San Miguel, La Unión, Acajutla, a todo lo largo del territorio nacional, los directivos y activistas se preparan a la Marcha de Solidaridad. La mística de la lucha proletaria prende en la conciencia sindical y surge un nuevo tipo de “Romería”:

“A LA FABRICA DE ACERO”, es el grito de combate en el movimiento sindical.

Las primeras decenas de directivos y sindicales de ambas centrales se quedaron con los huelguistas desde el mediodía del domingo 16 de abril al terminar el mitin conjunto celebrado en la Concha Acústica del Parque Peña, Parque Central de Zacatecoluca. Durante la tarde y las primeras horas de la noche, creció la afluencia masiva de trabajadores que llegaban de distintos lugares del país, en los propios buses de los sindicatos o en el servicio ordinario de buses. La noche fue una verdadera y fervorosa concentración de la confraternización proletaria. Los obreros y obreras de ambas centrales, venidos de uno a otro confín del país fraternizaban con los huelguistas. Se canta a coro los “corridos” dedicados a la Huelga de IUSA y a la Huelga del Acero, surgidos en la intensidad de los combates de clase. El tiempo volaba y a cada momento se consultaba los relojes para saber cuántas horas iban quedando para el momento de la confrontación obrero-patronal, fijada entre las 6 y 7 de la mañana, cuando expiraba el ultimátum dado por el Ministerio de Trabajo.

A media noche, por la carretera se deslizaba rauda la “Gran Caravana de la Solidaridad con los huelguistas del Acero”, organizada por la FUSS. A las 2:30 de la madrugada del lunes, los huelguistas y demás trabajadores allí concentrados se sintieron electrizados de entusiasmo cuando, a lo lejos, sobre la carretera se oyó el ensordecedor sonido de las bocinas de unos veinte vehículos -pick-ups, camionetas, automóviles y motos- llenos de obreros que integraban la Gran Caravana de Solidaridad de la FUSS. La carretera se llenó del desfile de luces de los vehículos que se acercaban a gran velocidad, y se comenzó a oír la voz de potentes altoparlantes que anunciaban: “Aquí viene la Gran Caravana de Solidaridad de la FUSS con nuestros hermanos trabajadores de Acero. No están solos, compañeros! Unidos todos los trabajadores, derrotaremos a la patronal! Viva la huelga de los Trabajadores del Acero!” Y porras improvisadas sacudían el ambiente con el rítmico estribillo: “Somos los de la FUSS, que venimos a apoyar, la Huelga del Acero, que tiene que triunfar…”

La llegada de la Caravana de Solidaridad fue la culminación de esa noche de fraternización combativa. El

entusiasmo subió a nivel indescriptible: unidos en sólido abrazo fraternal, los trabajadores de distintas tendencias sindicales, solidarizados con los huelguistas, se daban cuenta de su gran fuerza. A petición de los huelguistas, la “Gran Caravana de Solidaridad de la FUSS” fue a dar un recorrido a las 3 de la mañana por la calles de Zacatecoluca, anunciando con sus parlantes y con el sonido de las bocinas, que trabajadores de todo el país llegaban a reforzar a los trabajadores del Acero, dispuestos a dar la batalla contra la patronal.

Al regreso de la Caravana, la directiva de la C.G.S., de la FUSS y del Sindicato, se reunieron para tomar las providencias necesarias a fin de enfrentar cualquier eventualidad que sobreviniere como resultado de la decisión del gobierno expresada en el ultimátum puesto a los huelguistas. Se acordó crear el Comando de Huelga Tripartito, para que desde ese momento tomara a su cargo las medidas respecto a la Huelga del Acero: fueron nombrados por la Directiva de la C.G.S. Rafael Rodríguez González y Felipe Antonio Zaldivar:

la Directiva de la FUSS nombró a los compañeros Julio César Castro Belloso y Salvador Cayetano Carpio y la Directiva del Sindicato nombró a los compañeros Gonzalo Ramírez Perdomo y Emiliano Pérez Renderos. Inmediatamente este Comando tomó las medidas apropiadas para reforzar todos los accesos a la fábrica, que tiene un perímetro considerable: distribuyó las fuerzas y dio las instrucciones necesarias a los piquetes para enfrentar la situación en caso de que las fuerzas públicas quisieran hacer penetrar rompehuelgas o despejar la zona de huelguistas.

Mientras tanto, los efectivos de la Guardia Nacional fueron considerablemente reforzados y algunos grupos colocados en posición estratégica, frente a la entrada principal de la fábrica y en los accesos laterales. El ambiente se cargó de la tensión que precede a las batallas. Cerca de las 6 de la mañana, los directivos de ambas centrales, el Comando de Huelga y los centenares de directivos y sindicalistas, así como el respectivo piquete de huelga, formaron en apretadas filas frente a la entrada principal, dispuestos a todo, esperando la finalización del ultimátum gubernamental. El ejército proletario estaba dispuesto a defender sus derechos, listo a ofrendar con su sangre el derecho a huelga.

Dieron las 6 de la mañana y la Guardia Nacional no dio muestras de tener inmediatas intenciones de atacar a las filas de trabajadores. Cerca de las 7 a.m., frente a la formación de los sindicalistas, pasó un vehículo del Ministerio de Trabajo que se detuvo a corta distancia. En el mismo llegaba un Delegado del Ministerio de Trabajo. Se quedó contemplando la formación de trabajadores, conversó un momento con los Guardias nacionales y se retiró sin intentar la menor notificación.

La tensión disminuyó paulatinamente. Se tenía la sensación de que la batalla había sido ganada. Que en esta primera confrontación con la patronal, el triunfo había sido de la clase obrera. En efecto, el movimiento sindical había obtenido en esta lucha su primera gran victoria. El ultimátum había terminado y los huelguistas seguían en sus puestos: LA HUELGA CONTINUABA.

Ante la firme decisión de los trabajadores de defender su derechos a huelga, el gobierno había tenido que desistir de sus intentos de imponer su determinación. Una acción de fuerza de su parte, hubiera significado atropellar y matar obreros de distintos sindicatos de toda la República. El problema nacional que eso hubiera ocasionado habría sido demasiado grande. Los trabajadores pudieron tener una comprobación práctica de la fuerza que genera su unidad.

VI. GOBIERNO Y PATRONAL TRATAN DE ROMPER LA UNIDAD

Se había ganado un combate, pero todavía no estaba ganada la lucha emprendida en esta eventualidad. LA

CLASE PATRONAL NO ESTABA DISPUESTA A CEDER EN SUS POSICIONESSICAS. Quería derrotar la huelga a toda costa, si no lo había logrado por un medio, era preciso hacerlo con otra táctica; por el desgaste físico de los huelguistas y por la ruptura del frente de unidad sindical.

Los trabajadores del Acero tenían ya, a estas alturas. cerca de un mes de no recibir ni un centavo para llevar a sus hogares; pues ni siquiera habían recibido el salario de la quincena que estaban terminando cuando se inició la huelga. La situación de los niños y compañeras de los huelguistas era cada vez más dura. La fortaleza de los trabajadores era verdaderamente ejemplar, pero no era difícil prever que con la indefinida prolongación del conflicto podía llegar un momento en que su situación hogareña comenzara a pesar en su estado de ánimo. Bien es cierto que no existía peligro de que se agotara el abastecimiento para los huelguistas, pues la ayuda sindical y popular era efectiva y hubiera podido tener asegurado indefinidamente el sustento, a través de la olla común establecida desde el principio; pero esa ayuda no abarcaba a sus familias. Claro, que la patronal también perdía considerablemente con cada día que duraba la huelga, pero sintiéndose plenamente apoyada por todas las asociaciones patronales del país, y con la evidencia de que el gobierno era su sólido apoyo y representante, seguía acariciando la esperanza de derrotar a los huelguistas.

Después de la terminación del infructuoso ultimátum ministerial a los huelguistas, Borgonovo se siguió negando empecinadamente a entrar en negociaciones.

Hasta ese momento ni una sola plática de negociación había querido efectuar. Mientras tanto, la prensa nacional trataba de restar importancia al conflicto, ocultando al pueblo las noticias. El Comando de Huelga Tripartito evaluó la situación y decidió tomar medidas ágiles para sacar al conflicto de este punto muerto. Era necesario obligar a la empresa a negociar. Por otro lado. el Ministerio de Trabajo se había inutilizado a sí mismo como organismo que podía promover negociaciones en este caso, ya que con su fracasado ultimátum había dicho su última palabra: “el Ministerio ya no tiene nada que hacer en el conflicto, dijo a la Prensa un funcionario de ese organismo, ahora el caso corresponde a las fuerzas de seguridad”.

El Comando de Huelga decidió agilizar las gestiones:

por un lado, envió repetidas delegaciones a la prensa y a la radio para romper la conspiración del silencio que se había establecido; por otro lado, exigió a la Presidencia de la República su intervención frente a la patronal para que ésta se obligara a negociar. En cuanto a las negociaciones, el acuerdo tomado por el Comando fue: la Junta Directiva del Sindicato es la encargada de negociar y firmar los acuerdos a que se llegue; el Comando asesorará a través de dos de sus miembros: Felipe Antonio Zaldivar y Julio César Castro Belloso, los cuales acompañarán a la Comisión Negociadora a donde quiera que ésta vaya. Si en algún lugar no se permitiere entrar a los miembros del Comando, éstos quedarían en la puerta para cualquier consulta que quieran hacer los compañeros negociadores y para expresar el respaldo efectivo que las dos centrales prestan a los representantes del Sindicato. En cuanto a un acuerdo, sólo la Asamblea General del Sindicato es la que tiene la última palabra: será ella quien acuerde y ratifique cualquier resolución.

Se solicitó audiencia a Casa Presidencial, pidiendo que el Presidente de la República tomara cartas en el asunto. Éste, en vista del giro que iban tomando los acontecimientos, decidió intervenir personalmente; pero

su estrategia era sumamente peligrosa: por un lado

trató de iniciar conversaciones con Borgonovo para ver

hasta donde estaba dispuesto a transar, y por el otro,

inició maniobras tendientes a romper el frente de

unidad sindical, se trasladó a Zacatecoluca y sus gestiones con la patronal no tuvieron avances

apreciables para la correcta solución del conflicto; citó a los trabajadores al Cuartel del Cuerpo de Ingenieros de

las Fuerzas Armadas y, poniendo en práctica un plan

para separar de las dos centrales a los huelguistas, no

quiso permitir que junto a los Directivos del Sindicato

entraran los miembros del Comando que les

acompañaban. Pero ya, frente a los directivos, trató de presionarlos y asustarlos para ablandar su firme actitud. En esta ocasión, además de las conocidas frases anticomunistas, el Presidente llegó hasta lo ridículo al decir que temía que su mamacita “fuera secuestrada por los huelguistas”, provocando la hilaridad en el país entero.

Luego, puso en marcha el peligroso plan de ruptura de la unidad del movimiento sindical: movilizó al grupo de René Barrios Amaya que está incrustado en la directiva del Sindicato de Pilotos Automovilistas, y a través de ese grupo y del mayor Ramiro Ortega, Jefe de la Guardia Nacional en ese Departamento, se lanzó desenfrenadamente a la tarea de apartar de las dos Centrales a la Directiva de los huelguistas.

René Barrios Amaya, persona de mucha confianza del Coronel Rodezno, Director General de la Policía Nacional, era en ese momento la carta de triunfo de Rivera en su plan por romper la unidad del movimiento sindical. Sus antecedentes inmediatos le abonaban de sobra para ello.. Bajo la dirección de Barrios el Sindicato Gremial de Pilotos Automovilistas se había ido alejando manifiestamente de la FUSS, sobre todo, después de la huelga de motoristas en enero. En esa huela, la influencia que la FUSS tenía en la base del Sindicato de Pilotos Automovilistas permitió que éste rechazara el acuerdo a que ya había llegado Barrios con el gobierno respecto a darle una solución desfavorable al conflicto de motoristas, aceptando un subsidio que Rivera proponía dar provisionalmente a los pilotos. Ese rechazo al acuerdo de Barrios con Rivera, el 18 de enero, fue la base para que el gremio de motoristas obtuviera una victoria en su huelga el 19 de enero, obligando a la empresa a aceptar el pago directo de los doce colones por jornada ordinaria.

Poco después, el 24 de febrero, cuando ya Barrios había logrado alejar a su Sindicato de la FUSS para estar más libre de seguir las indicaciones del gobierno, condujo a ese gremio a una “huelga” que terminó 24 horas después de una “tregua” que permitió a la patronal pasar a la ofensiva y permitió al gobierno con el pleno consentimiento de Barrios militarizar a los motoristas quienes, debido al contubernio de ese directivo con los militares, durante varios meses fueron extraídos de la jurisdicción laboral, se les sometió a los tribunales militares, y al directo mando de los mismos. En ese período sufrieron vejaciones increíbles: eran enviados por cualquier pequeña falta de tipo laboral a barrer los cuarteles o a las bartolinas de los mismos. Con esa acción de Barrios con los militares, se sentó un funesto precedente para toda la clase trabajadora perjudicándola.

Barrios se había caracterizado durante los últimos meses por elogiar desmedidamente al Presidente Rivera ante los trabajadores, como el gobernante que “comprendía los intereses y aspiraciones de los trabajadores”, como el “amigo” de la clase obrera. Desde enero, se convirtió en el corifeo de Rivera. Nada más fácil para éste que tratar de romper la unidad del movimiento sindical a través de esta persona y de su pequeño grupo, que se había convertido en abierto instrumento del gobernante. Y eso hizo Rivera.

Cuando la huelga del Acero había llegado a sus

etapas culminantes, Barrios se mostró de acuerdo con

las medidas de solidaridad, incluso fue el Sindicato de

Pilotos Automovilistas el que proporcionó los vehículos para la “Gran Caravana de Solidaridad de la FUSS”

y participó en ella en forma destacada. Por cierto, muchos directivos sindicales precavidos veían con cierta

prevención este repentino acercamiento de Barrios a

la FUSS y presentían cualquier jugada peligrosa del

gobierno. Sin estar programado en el mitin del Parque

Libertad, Barrios intervino y en su discurso se mostró

el más “dispuesto” en ir a la huelga general si el caso

lo hiciere necesario. En la Asamblea de Sindicatos de

la FUSS, celebrada el sábado 15 de abril, fue el

delegado de Pilotos, Guinea, el más insistente en que se tomara el acuerdo de huelga general (que debería ser,

declarada, TOTAL desde el primer momento), pero ya en la siguiente reunión vino lo que ya se esperaba: la puñalada al movimiento sindical. Barrios y Guinea, como por arte de magia, habían cambiado totalmente y se opusieron a la misma, al principio con el pretexto de que deberían de ser ellos quienes eligieran “el día y la hora de entrar a la huelga” y, luego, ya abiertamente y sin ambages, se opusieron categóricamente a la misma, tratando de romper la unidad y la decisión de los trabajadores. Y no es casual que este viraje coincidiera con los momentos en que Rivera inició su plan de división y ruptura del frente unitario sindical.

En dicha Asamblea quedaron totalmente aislados, pero lograban su propósito de separar al Sindicato de Pilotos de la Huelga General. Indudablemente que la defección de este sindicato era un duro golpe, pero no irreparable. Logrado este éxito inicial, el gobierno dio encargo a ese grupo para que tratara de separar a la Directiva del Sindicato de Trabajadores del Acero de la unidad con las dos Centrales. Esto estaba concebido como el golpe de gracia del gobierno, como la jugada magistral: con ello se hubiera roto el espinazo a la acción de unidad y se hubiera derrotado a la huelga general antes de su estallido. Pues, si los compañeros del Acero, eventualmente hubieran rehusado la solidaridad de todo el movimiento sindical organizado a través de las dos centrales, de hecho, tales acciones de solidaridad, incluyendo la huelga general que en esos momentos apenas era una posibilidad no se hubieran podido realizar; hubiera caído por su propia base.

En consecuencia, el movimiento habría sido derrotado, y los compañeros del Acero habrían sido llevados a un arreglo estrictamente palaciego y habrían sido entregados por el gobierno en manos de la patronal. Tal era la esencia de tan peligrosa maniobra contra la huelga de los trabajadores del Acero, la más peligrosa de cuantas se intentaron en el transcurso de la misma. Y en esa maniobra patronal-gubernamental, René Barrios Amaya, con arrogancia y audacia, jugó el papel principal.

Como a las 15 horas del día 19 de abril llegó al lugar de la huelga y se ofreció a la Directiva del Sindicato de Trabajadores del Acero como mediador de Rivera. Se presentaba como el “único que podía resolver ante el Presidente el problema”, porque era a quien Rivera aceptaba como “Mediador”. Para facilitar su tarea, trató de desprestigiar a la FUSS diciéndoles que tanto ésta como la C.G.S. “los están engañando” y que no se estaba haciendo nada por resolver el conflicto. Que él les llevaría a Casa Presidencial y que todo “se resolvería” inmediatamente. El golpe de audacia le dio un éxito

inicial: algunos directivos del Acero vacilaron, y no rechazaron categóricamente el ofrecimiento. Barrios Amaya se retiró prometiéndoles regresar con la respuesta presidencial.

A media noche Barrios regresó, con Arturo Guinea y Quintanar para llevar a los directivos del Sindicato a Casa presidencial, haciendo a un lado a las dos centrales sindicales. “El Señor Presidente les espera, dijo, mediante nuestra mediación ya todo está listo para ser resuelto esta misma noche”. Guinea les dijo que incluso ya estaba redactado el acuerdo final. Dos vehículos uno de los cuales era de Barrios estaban listos para llevarse a los directivos del Sindicato junto a los tres emisarios.

Hubo alarma en la base de huelguistas frente a la

obscura maniobra que se estaba tratando de realizar.

El Comando de Huelga se reunió con la Junta Directiva y le hizo ver que tales personas lo que deseaban era romper la unidad, por encargo del gobierno. “Quienes han traicionado el frente de unidad, son los menos autorizados para tratar de mediar en la solución del conflicto”, se les dijo. Y allí mismo, frente a los huelguistas que se arremolinaban alrededor, se llevó a cabo un debate con los “Emisarios de Rivera”, desenmascarando a fondo su maniobra.

Uno de los miembros del Comando dijo a Barrios Amaya: “qué triste papel está desempeñando usted. Después de traicionar la unidad forjada en apoyo de los trabajadores del Acero, está tratando de romperla definitivamente para entregar en manos del gobierno y de los patronos a los trabajadores del Acero”. El replicó tratando de impresionar a los huelguistas diciendo que “ustedes están engañando a los trabajadores del Acero”, diciéndoles que los trabajadores estaban dispuestos a apoyarles incluso con una huelga general, la que era imposible llevar a cabo con sindicatos “fantasmas” y mal “organizados”.

Con gran desprecio dijo que no valía la pena ir a una huelga general por la defensa de los 260 trabajadores Se le contestó que frente a la patronal, que quería aplastar a los trabajadores del Acero y frente a la necesidad de defender el derecho constitucional de huelga, los trabajadores estaban decididos a utilizar todos los recursos y que “será el tiempo el que dirá quién tiene la razón: si aquellos que no tienen fe en el movimiento sindical y andan empeñados en hacerle el juego a los enemigos de la clase obrera, o los que tienen confianza en la capacidad de ésta de luchar por sus derechos”.

Los directivos del Sindicato rehusaron categóricamente irse con Barrios a Casa Presidencial. Desde ese momento, LA PELIGROSA MANIOBRA DEL GOBIERNO ENTRABA EN FRANCA DERROTA.

Barrios Amaya, Guinea y Quintanar regresaron a Zacatecoluca, donde el Mayor Ortega les esperaba para saber el resultado de la maniobra. Al ver que la misión de los “Emisarios de Rivera” no había dado resultado, el Mayor Ortega decidió ir él mismo en busca de los directivos al escenario de la huelga y llegó, precisamente. en uno de los carros que había llevado Barrios Amaya. Les dijo que les llevaría a Casa Presidencial. Era la una de la madrugada. El Jefe de la Guardia se negaba a permitir que los miembros del Comando acompañaran a la Comisión Negociadora, pero éstos lograron acompañarles. Uno de ellos, siguiéndolos en motocicleta.

Por el camino quedó a la vista el oscuro contubernio entre el Mayor Ortega y Barrios Amaya. Este esperaba el regreso de su mayor a la altura de Zacatecoluca; vio pasar la comitiva, y luego, se adelantó para llegar antes a la Casa Presidencial. Cuando la Comisión Negociadora pasó al salón Presidencial, se impidió la entrada a los miembros del Comando. los que se vieron forzados a quedarse en la puerta; pero Barrios Amaya ya estaba adentro, bajo el ala protectora del Presidente Rivera, quien trató de que los directivos aceptaran que su protegido participara en las discusiones. Los

directivos se negaron categóricamente a permitir la

participación de Barrios. Sin embargo, Rivera lo

mantuvo dentro de la sala.

En la práctica quedó clara toda la maniobra: no se

había llamado a la Comisión Negociadora para

solucionar el conflicto, pues la patronal ni siquiera se

presentó; ni había, de parte del Presidente ni de sus

funcionarios, ninguna propuesta de solución. Además

del esfuerzo presidencial por romper la unidad de la

directiva con las dos centrales, todo se limitó a redactar

en mejor forma las demandas. Todo quedó claro: Rivera,

Francisco José Guerrero y el viejo grupo de gobierno. utilizaban a René Barrios Amaya, en sus maniobras dentro del movimiento sindical. En la lucha de camarillas gubernamentales, Barrios, estaba al servicio del grupo Rodezno. Francisco José Guerrero y compañía.

Mientras, por el otro lado, era un hecho que los directivos de la C.G.S. se habían distanciado de ese grupo gubernamental, acercándose al equipo de Sánchez Hernández que parecía ser el que les prometía más futuro dentro del P.C.N. y del próximo gobierno. NINGUNO DE LOS DOS GRUPOS ERA INDEPENDIENTE: ni Barrios Amaya, ni los directivos de la C.G.S.; ambos eran oficialistas, pero el oficialismo tenía contradicciones internas, y éstas se reflejaban en distintas posiciones: la de Barrios y la de la C.G.S. Si Barrios, con razón, acusaba a los directivos de la C.G.S. de oportunistas, éstos también con razón acusaban a Barrios de estar al servicio de la vieja guardia gubernamental de la que ellos se habían distanciado.

Lo importante de esta situación es que el movimiento sindical independiente, aprovechando conscientemente

esas contradicciones internas de las clases gobernantes y de sus servidores, y apoyándose en las bases sindicales, forjaba la unidad sindical para defender los derechos Constitucionales de la clase obrera y las demandas de los trabajadores del Acero.. Por ello, Rivera, Guerrero y Rodezno trataban de destruir esa unidad utilizando a Barrios como su instrumento principal.

A pesar de todas las maniobras, LA UNIDAD SINDICAL, FORJADA DESDE LAS BASES DE LA C.G.S. E INSPIRADA POR LA FUSS, RESISTIÓ LA PRUEBA

LA HUELGA SEGUIA. Vencía las peligrosas maniobras de los patronos, del gobierno y de sus instrumentos. Los días pasaban y aún no se avizoraba una solución satisfactoria. Pero los trabajadores conservaban el ánimo firme, inquebrantable y, en determinados momentos, elevaban su espíritu combativo con canciones de lucha. He aquí la canción que cantaban los trabajadores del Acero:

CORRIDO A LA HUELGADE LOS

TRABAJADORES DEL ACERO

I

El año de mil novecientos sesenta y siete, en abril.

A la fábrica de Acero la huelga paralizó,

La huelga paralizó…

II

Obreros de metalurgia tomaron la decisión,

Debido a las injusticias del gerente y del patrón,

Del gerente y del patrón…

III

La clase trabajadora de todito El Salvador,

Sintió mucha inspiración, debido a su gran valor.

Debido a su gran valor…

IV

El pueblo salvadoreño prestó colaboración,

También Zacatecoluca apoyó esa gran acción,

Apoyó esa gran acción…

V

La FUSS y sus sindicatos respaldan con decisión,

Y frente a la patronal, muestran Unidad de Acción. Muestran Unidad de Acción…

VI

La Sociedad de Industriales pretende arrebatar,

Los derechos laborales y los constitucionales,

Y los constitucionales…

VII

Abajo salarios de hambre que paga la patronal,

Nuestros hijos necesitan escuela, vestido y pan,

Escuela, vestido y pan…

VIII

La huelga se ha de ganar mediante la Unidad,

Y si el patrono lo duda, se lo vamos a probar,

Se lo vamos a probar…

VIVA LA HUELGA DE LOS TRABAJADORES DEL ACERO

VIVA LA FEDERACIÓN UNITARIA SINDICAL DE EL SALVADOR

VIVA LA UNIDAD DEL MOVIMIENTO SINDICAL

(Música de “Rosita Alvirez”)

VII. HACIA LA HUELGA GENERAL

Mientras el Presidente Rivera y el grupo de Francisco José Guerrero desaprovechaban el tiempo, y en vez de esforzarse verdaderamente por resolver el problema del Acero trataban de romper la unidad, las dos Centrales dieron los siguientes pasos lógicos, ante la

inconsecuente actitud gubernamental y la intransigencia patronal. El conflicto sólo podía encontrar el triunfo si se concentraba una gran fuerza sindical, muy superior a los marcos de Acero S.A., que pudiera quebrantar la resistencia de la clase patronal unida y las peligrosas maniobras de Rivera. LA CLASE OBRERA FUE CAPAZ DE HACERLO…!

En la Asamblea de Sindicatos de la Federación Unitaria Sindical de El Salvador, reunida en la noche del sábado 15 de abril, se acordó:

I. Apoyar en todo lo necesario a los trabajadores de “ACERO, S.A.” de Zacatecoluca….

II. Emplazar al Gobierno de la República a darle una solución al conflicto de los trabajadores de “ACERO S.A.”, acorde con las demandas presentadas por dichos compañeros, a corto plazo.

III. Declarar la huelga de todos los trabajadores de las distintas industrias que abarca la FUSS, si los acontecimientos del lunes 17 de abril así lo ameritan, o si transcurriere un plazo prudencial sin que el gobierno haya encontrado una solución favorable a los trabajadores de “ACERO S.A.”

IV. Se autoriza a la Junta Directiva Federal de la Federación Unitaria de El Salvador (FUSS), para que elabore el PLAN DE HUELGA y sus objetivos, como también para tomar las necesarias medidas para hacerla efectiva. Se autoriza también a la misma Junta Directiva Federal para que lleve a cabo la coordinación del movimiento huelguístico con la Junta Directiva de la Confederación General de Sindicatos…”

Parecidas resoluciones tomó también el Congreso de la C.G.S., reunido esa misma tarde.

Las dos centrales sindicales quedaron autorizadas para encabezar la Huelga General y para coordinarse a través de un organismo conjunto: EL COMANDO GENE-

RAL DE HUELGA, que era el mismo que se formó en Acero, pero sin dos directivos de ese Sindicato, a quienes

ya no les correspondía dirigir la huelga en sentido nacional.

EL CAMINO HACIA LA HUELGA GENERAL ESTABA ABIERTO, PERO A ESTAS ALTURAS, EL GOBIERNO Y LA PATRONAL NO CREIAN A LA CLASE OBRERA CAPAZ DE REALIZARLA.

El Comando General de Huelga, ante las maniobras

del gobierno y la resistencia de la patronal, decidió poner un ultimátum de 5 días: sí a las 12 PM. del lunes 24 de abril el conflicto del Acero no quedaba resuelto satisfactoriamente, se declararía la Huelga General.

El Comando General de Huelga estudió la situación orgánica general del movimiento sindical y otros

factores, como la necesidad de permitir que siempre existiera la oportunidad de negociación para facilitar en

todo momento un arreglo satisfactorio, y llegó a la conclusión de que debido a una serie de factores que era [ necesario tomar en cuenta, la táctica más adecuada de Huelga General seria la progresividad: es decir, no

sería total desde el principio, pero iría creciendo a cada momento, de acuerdo a un plan cuidadosamente elaborado, hasta llegar a convertirse en total, si el caso lo requería.

Se concluyó que la huelga se iniciaría en dos sectores importantes de la industria, muy sensibles en la economía nacional. Después de un corto espacio de tiempo, otros se sumarían gradualmente: luego otros, todo de acuerdo a instrucciones precisas que el Comando iría dando en cada caso concreto, hasta que en unos cuantos días la huelga llegaría a ser total. Esa táctica requería una gran disciplina, pero al mismo tiempo, aprovechaba el poder del contagio combativo y creaba una situación de extremada incertidumbre en la clase patronal, por ignorar cual sería el próximo paso, es decir, qué contingente entraría en la lucha después del anterior, por dónde llegaría el próximo golpe. Se consideró que la huelga total desde el primer instante, en las condiciones del desarrollo del movimiento sindical actual, podría no ser completamente efectiva. Los hechos confirmaron con creces la certeza de la táctica adoptada.

La Asamblea de Sindicatos de la FUSS (lunes 24 de abril) que fue decisiva, y la de la C.G.S. aprobaron tal curso de acción así como las Asambleas de trabajadores.

Mientras tales preparativos iban madurando las condiciones prácticas para la Huelga General, el gobierno se entretenía tratando de romper la Unidad Sindical, desaprovechando cinco días valiosos, tiempo más que suficiente para resolver el conflicto.

VIII. LA HUELGA GENERAL PROGRESIVA

Las vísperas de la Huelga General se caracterizaron por las masivas y entusiastas Asambleas de trabajadores. La sesión de trabajadores ferrocarrileros, efectuada el lunes 24 en la noche haría historia por su número y combatividad. Esa misma noche los panificadores colmaban totalmente otro local sindical en una atronante asamblea. Hervía el entusiasmo combativo de los trabajadores de distintas industrias.

Originalmente la Huelga General progresiva estaba señalada para ser iniciada a las cero horas un minuto del martes 25 de abril, pero en consideración de algunas cuestiones prácticas de los preparativos (como la necesidad de avisar en todo el país a todos los ferrocarrileros) el Comando acordó que la Huelga se iniciara 24 horas después: su inicio definitivo sería a las cero horas un minuto del miércoles 26 de abril.

El gobierno tuvo 24 horas más, para buscarle solución al conflicto. Pero algunos trataron de ver en esa prórroga una confirmación de que la clase obrera no sería capaz de realizar la huelga. Cuán pronto iban a desengañarse de su equivocación…!

A las cero horas un minuto del día miércoles se inició la Gran Huelga General Progresiva, al pararse los ferrocarriles del Sistema IRCA en todo el país. Se paralizó también el puerto de Cutuco de la “United Fruit Co.” y cuatro barcos quedaron sin descargar. Piquetes de ferrocarrileros, con el clásico garrote, con bufandas, chumpas y gorros puestos para resguardarse del frío de la noche, con una admirable disciplina, serenidad y combatividad, se apostaron a lo largo de todas las estaciones ferroviarias del país. Los Trabajadores del Riel volvieron a reverdecer viejos laureles de lucha, y sintieron en toda su amplitud la fuerza de su unidad. Firmes, día y noche, bajo el sol y las estrellas, bajo el polvo y el sereno.

Un sentimiento indescriptible recorrió de uno a otro confín del país en oleadas de entusiasmo combativo a toda la clase trabajadora.

A las tres de la mañana, el segundo destacamento se lanzaba a la lucha. Por toda la ciudad de San Salvador y alrededores, aparecieron los piquetes de panificadores, apostados frente a las panaderías. La huelga de panificadores paralizó inmediatamente a centenares de talleres y empresas, grandes y pequeñas. Con el mismo arrojo y resolución que el obrero, la obrera panificadora, en crecido número, aparecía en los piquetes de la industria del pan.

A las ocho de la mañana, los trabajadores del Aseo Público cerraban los portones del parque de vehículos de ese servicio, y se colocaban en vigilancia formando el clásico piquete.

Un desajuste se comenzó a notar: de parte de la C.G.S. no había sido posible parar el Puerto de Acajutla, principal puerto del país, debido a que confiaron mucho en la directiva local, que había manifestado tener listos todos los preparativos. Pero en la madrugada los trabajadores del Hotel “El Salvador Intercontinental”, se fueron a la huelga, y después los del Circulo Deportivo Internacional, afectando a centenares de turistas norteamericanos y de otras nacionalidades. En el resto del día se fueron parando progresivamente las grandes construcciones y miles de obreros de construcción se sumaron a la huelga.

AL ANOCHECER UNOS 9,000 TRABAJADORES ESTABAN EN HUELGA EN ESE PRIMER DIA. Era apenas, la primera Jornada de la Huelga General Progresiva.

Al atardecer ya podía calibrarse la enorme efectividad de la misma. Para los trabajadores eso producía un efecto de irresistible entusiasmo. El pueblo se sintió electrizado de admiración. En cambio, para la clase patronal o el gobierno el impacto fue tremendo. Se dieron cuenta de su error de cálculo, al desestimar la potencialidad del movimiento obrero. El gobierno tuvo que hacer a un lado rápidamente las equivocadas esperanzas cifradas en Barrios Amaya que le había resultado un instrumento inefectivo en este caso, y se vio obligado a tomar más en serio la situación: el equipo de la vieja guardia gubernamental (Rodezno, Francisco José Guerrero, etc.) fue hecho definitivamente a un lado de las negociaciones y tomó su puesto un equipo más cercano a Sánchez Hernández. Ya el Presidente Rivera, se había colocado en un discreto segundo lugar, al nombrar como representante personal en las gestiones de mediación al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, doctor José Vicente Vilanova, ayudado nada menos que por el tristemente celebre José Alberto Medrano. De esa manera los Rodezno, Guerrero, Ortega, habían fracasado y con ellos, René Barrios Amaya, su instrumento.

Era evidente que la Huelga General Progresiva obligaba rápidamente al gobierno a llamar a la parte patronal y plantearle la necesidad de buscar una rápida solución al conflicto. Ya esa noche, la empresa formuló propuestas concretas sobre salarios, por primera vez, los cuales aunque todavía no podían considerarse como satisfactorias, significaban la ruptura del largo estancamiento en las negociaciones (prácticamente desde el inicio de la huelga del acero). Pero junto a esto, la parte patronal presentó un proyecto de despedir a 50 trabajadores, que naturalmente tuvo que ser rechazado con indignación por la Comisión Negociadora.

Esa noche, en las filas obreras el entusiasmo y la combatividad eran indescriptibles. Hervía. Los trabajadores de bebidas gaseosas y cervezas, los mecánicos y muchos otros celebraban desbordantes asambleas. Desde hacía decenas de años no se había alcanzado ese clima de conciencia enardecida. A las doce de la noche, nuevos contingentes se lanzaban a la lucha. Se paralizaban las fabricas de bebidas gaseosas y cerveza (La Constancia, Coca Cola, La Tropical, etc.). A las ocho A. M. la fábrica de Aceites El Dorado. más tarde los cines: una tras otra se iban paralizando implacablemente todas las industrias. Llegó la hora a los grandes directivos de la ASI: Quiñónez Meza. De Sola, etc., al cerrarse las puertas de sus fábricas, vigiladas por disciplinados obreros en huelga, veían que a no se trataba simplemente de apoyar a una empresa intransigente que se encontraba a 58 kilómetros de la capital, sino que la solidaridad obrera poderosa, imparable, les tocaba las propias entrañas, y, entonces, se comenzaron a preocupar de verdad por la intransigencia de los Borgonovo, por la terquedad de esos italianos que habían llevado las cosas hasta ese grado.

SE PLANTEO. ENTONCES. LA REAL POSIBILIDAD DE ENTABLAR NEGOCIACIONES.- Al finalizar ese día, unos 22.000 TRABAJADORES ESTABAN EN HUELGA…! Y nuevos destacamentos, en proporción aún mayor, se aprestaban a entrar en el combate. Con impaciencia, esperaban la hora de incorporarse. Los trabajadores de algunas empresas solicitaban como un honor que se les permitiera entrar a la huelga antes de la fecha o de la hora señaladas para ellos.

Algunas fábricas que al principio se consideraban “frías”, se presentaban espontáneamente solicitando se les asignara hora. Se comenzó a sentir la tendencia de grupos de trabajadores no organizados que se presentaban en cantidad creciente a pedir instrucciones para ponerse en huelga. NADIE QUERÍA QUEDARSE AL MARGEN DE TAN GRAN MOVIMIENTO.

Una tras otra las industrias se paralizaban. Los piquetes de huelguistas aparecieron ya por toda la ciudad, por todas las calles, por diferentes y distantes lugares de la República, frente a cada empresa, taller o fabrica, serenos pero determinados a vencer, con garrotes en la mano, bajo improvisadas tiendas de campaña, con carteles que decían: “Estamos en huelga de solidaridad con los trabajadores del acero, y por el derecho de huelga”. El avance de la Huelga General progresiva era arrollador, incontenible.

A las ocho de la mañana del viernes 28 de abril, había alrededor de 35,000 TRABAJADORES EN HUELGA…! Muchos miles más en San Salvador, Santa Ana y San Miguel estaban listos para entrar en el curso del día. A esa hora el Comando General de Huelga comunicó que se había llegado a un acuerdo favorable a los trabajadores de Acero y dio instrucciones de cesar el ingreso de nuevos contingentes a la misma. Si la huelga no hubiera triunfado a esa hora, UNOS 50,000 TRABAJADORES HUBIERAN ESTADO EN HUELGA AL ATARDECER…!

Y si hubiera continuado la resistencia patronal, habría tenido que llegarse a las fases finales, hasta la paralización de servicios tales como el agua. La huelga hubiera sido TOTAL. No cabe la menor duda de que a ella se hubieran sumado todos los trabajadores del país,

pues aún los que tenían directivos rompehuelgas como en el caso de los motoristas, llegaban en creciente número a manifestar su disposición de sumarse al movimiento (como era el caso de los motoristas de varias rutas de buses que manifestaban esa disposición desde el principio de la huelga).

Los trabajadores en huelga fueron:

: PRIMER DÍA (Miércoles 26):

– Ferrocarrileros (IRCA) y portuarios de Cutuco –FUSS

2- Trabajadores de la Industria del Pan – Fábricas y empresas de pan francés, pan dulce, repostería galletería etc., de San Salvador y alrededores-FUSS

3- Trabajadores de Empresa de Aseo Público de San Salvador-FUSS

4- Trabajadores de la Industria Hotelera (hotel El Salvador, Intercontinental; Círculo Deportivo Internacional, Gran Hotel San Salvador, Club Salvadoreño)-C.G.S.

5- Trabajadores de la Industria de Construcción.-C.G.S.

6- Trabajadores Portuarios de Acajutla. -C.G.S.

SEGUNDO DÍA (Jueves 27):

7-Los Trabajadores de Bebidas Gaseosas, Cerveza, Hielo y Agua Potable: (plantas de “La Constancia”, Tropical, Embosalva, etc.)- FUSS

8- Trabajadores de Empresa de Aceites y Grasas EL DORADO.- FUSS

9- Los trabajadores de la Industria de la Costura (fábricas y talleres más importantes) C.G.S. y FUSS

10-Los trabajadores de la Industria de Artes Gráficas y conexos-FUSS

11-Los trabajadores de la Industria de Productos Lácteos. (Alfa, Estrella Polar, Pajillas El Sol y otras) C.G.S.

12-Los Trabajadores de la Empresa láctea Fóremost.-

C.G.S.

13-Los trabajadores del Aserradero El Triunfo – C.G.S.

14-Los trabajadores de la Industria del Cine las salas de cine de San Salvador y ciudades aledañas – FUSS

15-Los trabajadores de la Fábrica Textil Minerva – FUSS

16-Los trabajadores de la Fábrica Textil El León – C.G.S.

17-Los trabajadores de Fábrica de Calzado ADOC – C.G.S.

18-Los trabajadores de la Empresa Pan Lido. – C.G.S.

19-Los trabajadores de la Empresa de Muebles Prado –

FUSS

20-Los trabajadores de la Fábrica Gloria – No organizados.

Se completó la paralización de las construcciones.

TERCER DIA (viernes 28):

Hasta las ocho AM. habían entrado a la huelga:

21-Los trabajadores de Molinos de El Salvador – FUSS

22-Los trabajadores de la Industria del Cemento, (Metapán) – FUSS

23-Los trabajadores de la Industria de la Carne – C.G.S.

24-Lo trabajadores de la Industria Mecánica y Metálicas Básicas – Varias grandes fábricas y Talleres. –FUSS

Los trabajadores que se aprestaban a parar inmediatamente ya tenían señalada hora para ese medio día y que ya no alcanzaron a ponerse en huelga fueron: los de la Refinería de Azúcar Salvadoreña (FUSS); de la Empresa Cartonera Centroamericana, (FUSS); Construcciones de Santa Ana, (FUSS); varias empresas de Santa Ana (FUSS), y las fábricas textil y de aceites de San Miguel, (C.G.S.). Al día siguiente, nuevos conjuntos de trabajadores tenían señalada la hora de entrar en combate…!

El potencial que se alcanzó a poner en huelga hasta el momento en que se dio la instrucción de detener el ingreso de más trabajadores a la huelga fue un poco más de la tercera parte…! La dos terceras partes estaban listas…! La potencia de la clase obrera unificada quedó demostrada con incontrastable poderío…!

IX. COMO DERIVARON LOS ACONTECIMIENTOS EN EL GOBIERNO Y LA CLASE PATRONAL

Hemos visto el concentrado esfuerzo que Rivera y su grupo hicieron para desbaratar la unidad del movimiento sindical y frustrar la huelga general por anticipado. Al concentrar esfuerzos en esa dirección, desaprovecharon el tiempo sin esforzarse por la solución del conflicto. Incluso los cinco días del ultimátum que fijó el Comando General de Huelga fueron desaprovechados completamente. Así, cuando estalló la Huelga General. Rivera se encontró con que sus “gestiones” habían sido un fracaso: la solución del conflicto se encontraba casi como al inicio del conflicto, sin avances apreciables.

Mientras tanto, las fuerzas más reaccionarias del régimen presionaban por darle una solución represiva al conflicto. En un momento determinado, esa presión (Casanova, Rodezno) era tan fuerte que el fiel de la balanza parecía francamente inclinado a una “solución” violenta de represión contra el movimiento sindical y otras fuerzas democráticas. Rivera vacilaba entre una u otra “solución”. El sabía que si optaba por la abierta represión, todo el panorama político del país se le complicaría ya al final de su período presidencial, con grandes dificultades que podrían incluso aprovechar los grupos golpistas.

El fantasma de las complicaciones que acompañaron los últimos días de Lemus, no era muy agradable para Rivera. Pero, al mismo tiempo sentía que su propia “solución” había fracasado, que era la de detener la huelga anticipadamente a través de las maniobras de sus instrumentos.. Y, por otra parte no quería darle una solución correcta, que fortaleciera las fuerzas del movimiento sindical. Por su propia orientación reaccionaria y patronal, se encontraba en un atolladero.

Y, en tales condiciones, estalló la Huelga General Progresiva.

Rivera desistió de seguir dirigiendo personalmente la mediación gubernamental en el conflicto del Acero, y encomendó dicha tarea el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. “Éste, dijo, es el penúltimo recurso; el último queda en manos de Dios”. Es decir, que haciendo todavía cierta resistencia a las pretensiones de los sectores mas recalcitrantes y goriloides, se jugaba su última carta, antes de entrar a terreno lemusista. La complejidad de la situación lo llevó el extremo de plantear la posibilidad de renunciar a su Alto Cargo. La Huelga General Progresiva crecía arrolladoramente y junto a ello era necesario agilizar las negociaciones, en cada escalón de la misma, pues el objetivo era el de lograr la solución del conflicto con el triunfo de las aspiraciones de los trabajadores.

Así, junto a la acción combativa, había que esforzarse por no menospreciar toda posibilidad de una solución. No había la intención de complicar innecesariamente la situación, sino de hallarle una solución favorable a los intereses de los trabajadores. De tal manera, el primer día de la Huelga, a mediodía el Comando General envió un telegrama al Presidente Rivera, planteándole un reunión para tratar de encontrarle una solución, correcta al problema.

La respuesta al mensaje del Comando dio la medida del exasperado estado de ánimo y del enfoque

recalcitrante del Mandatario en un momento tan delicado. En tal instante, toda la ciudadanía quedó asombrada, al ver en los periódicos sus declaraciones en el sentido de que “si yo soy un obstáculo para la resolución de esta situación, estoy dispuesto a renunciar de la Presidencia de la República si en eso estriba la solución del actual problema nacional”. “Si la conciencia nacional considera que esta situación sólo puede resolverse con mi separación del cargo a la Presidencia, estoy dispuesto a presentar mi renuncia este mismo día, pero NO QUIERO DARLE GUSTO A LOS COMUNISTAS ni a los oportunistas”. Sacando a relucir todo su fondo reaccionario, el Presidente habló de la participación comunista en el actual problema de la huelga que amenaza con paralizar la vida nacional y que la huelga se debía “al cumplimiento de consignas de la Conferencia Tricontinental celebrada hace dos años en La Habana, Cuba.”

En vez de atender con seriedad la oportunidad que el Comando General de la Huelga le proporcionaba de encontrar una justa y decorosa solución, perdió los estribos y la perspectiva, se mostró indignado “con aquellos que han llegado a la osadía de invitarlo a sentarse a la mesa con los comunistas”, y ya fuera de sí, lanzó la famosa frase: “NO ME SENTARÉ A LA MISMA MESA NI CON LOS COMUNISTAS NI CON LOS OPORTUNISTAS”. Era evidente que al hablar de oportunista se refería a sus correligionarios: Rafael Rodríguez González (miembro de la Directiva Suprema del partido oficial que se le había salido del “huacal”, y a Felipe Antonio Zaldivar de la C.G.S.; que desde la central oficialista han servido incondicionalmente sus mandatos y que, en ese momento, debido a las contradicciones internas en el gobierno habían escapado de su control.. Por simple eliminación se infiere que el calificativo de comunista se lo atribuía a Julio César Castro Belloso y a Salvador Cayetano Carpio, representantes del sindicalismo independiente de toda influencia patronal u oficialista: del sindicalismo verdaderamente proletario.

A falta de mayores argumentos con una superficialidad increíble, haciendo abstracción del problema en sí y ateniéndose tan sólo a la supuesta orientación política de los miembros del Comando, despreciando la objetividad necesaria para enfrentar el momento, se volvió incapaz de hacerlo y prefirió salirse por la tangente, recurriendo a los desacreditados lemas del anticomunismo y de las rabietas infantiles.

Pero Rivera calculó mal el momento. Su reaccionaria e irresponsable actitud tuvo el efecto contrario entre los trabajadores, los cuales aceraron aún más su combatividad y decisión. Frente a la histeria y confusión gubernamentales, la clase obrera se mostraba como una fuerza serena, firme y consciente. Miles de trabajadores se siguieron sumando a la huelga después de las declaraciones de Rivera y cuando al siguiente día en Cojutepeque, éste lanzó su ridículo discurso contra “el garrote”, lanzando airados. ataque, a los huelguistas éstos se llenaron de indignación y de mayor decisión, elevando su conciencia política. Los burdos ataques anticomunistas contra la huelga, contra los heroicos huelguista, hicieron ver a éstos con toda claridad, tanto en una Central como en la otra, la entraña patronal de este régimen; les hizo ver la íntima identificación del régimen político actual con la burguesía que domina en la economía nacional.

Les hizo ver que el gobierno es un simple representante de los patronos. Desde el famoso discurso en Cojutepeque, Rivera se convirtió en el hazmerreír de los trabajadores en huelga. El “discurso del garrote” era comentado entre carcajadas en todos los piquete por los huelguistas. Se comentaba con ironía aquella parte del discurso en donde Rivera daba a entender que los comunistas si en esta ocasión les han proporcionado garrotes, mañana estarían dispuestos a darles fusiles. El “miedo” que Rivera trataba de sembrar entre los trabajadores, era como un bumerán que viraba contra el gobierno. LA HUELGA GENERAL ELEVABA TAMBIÉN LA CONCIENCIA POLITICA DE LOS TRABAJADORES.

Pero los acontecimientos se precipitaban. Al margen de la tragicómica actuación de Rivera, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia inició entrevistas con la empresa Acero, S.A. y por separado con la Comisión Negociadora de los trabajadores. Ya la primera noche de la Huelga General Progresiva, la patronal presentó propuesta acerca de salarios (33% de aumentos), pero trató de balancear la oferta, exigiendo que se les permitiera despedir a 50 trabajadores. La Comisión Negociadora rechazó de plano esa posición. Los mediadores del gobierno, entre los que sorpresivamente entró a jugar papel activo el Coronel José Alberto Medrano (de nefasta recordación durante el periodo de Osorio) ejercieron cierta presión sobre la empresa para hacerla que se situara en un plano que facilitara un acuerdo a corto plazo. Y no era para menos. La Huelga General crecía de hora en hora.

Los mismos señores de la ASI, cuyas fábricas se cerraban una tras otra, iniciaron en medio de gran nerviosismo las consultas entre sí y la afanosa gestión frente a Borgonovo para salir del atolladero. A medio día del 27 era evidente que podía llegarse a una solución en cuestión de horas.

El Comando General de Huelga, al reunirse a esa hora, vio que la situación estaba así: se vislumbraba la real posibilidad de que la parte patronal (Acero, S.A.) estuviera dispuesta a acceder en las demandas. Era necesario imprimirle agilidad a las negociaciones y firmeza en los puntos básicos. Ni intransigencia sectaria ni claudicación: tal fue la línea de acción que se extrajo del análisis. Se tuvo una reunión con la Comisión Negociadora y sobre esa base se hicieron las

recomendaciones necesarias. Se confirmó la decisión de que a la Comisión Negociadora la acompañaran dos miembros del Comando General de Huelga; Castro y Zaldívar, los cuales irían con la Comisión hasta donde se les permitiera entrar. Si se rechazaba por parte de las autoridades su presencia en la mesa de Negociaciones como se había venido haciendo sistemáticamente, ambos miembros, del Comando, se quedarían en la puerta de la sala, pero no se retirarían. Se estudia hasta dónde se podía llegar en la demanda de salarios, y se concluyó en que hasta l.12 de aumento por cabeza, como mínimo. Tales fueron las recomendaciones dadas a la Comisión por el Comando. LA LINEA ESTABA TRAZADA: EL COMANDO GENERAL DE HUELGA QUEDO LISTO PARA LA ETAPA FINAL DE LAS NEGOCIACIONES, que según todas las apariencias podría ser esa misma noche.

El Dr. Vilanova ya había convocado a la parte obrera y patronal a pláticas, separadas primero, para finalizar con una reunión conjunta.

En las horas tempranas de la noche, la Comisión Negociadora estuvo reunida en Casa Presidencial exponiendo sus puntos de vista. Simultáneamente los representantes de la Empresa “Acero SA.” se entrevistaron con el Presidente de la Corte. En la madrugada, ambas partes se reunieron en el Comité de Emergencia Nacional, teniendo como intermediario al Presidente de la Corte Suprema de Justicia y con la asistencia de gran número de altos funcionarios: el Ministro del Interior, Dr. José Armando Arias; el Ministro de Defensa, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, y muchos más, civiles y militares.. Los miembros del Comando General de Huelga fueron permitidos por primera vez en la sala de deliberaciones. A las cinco de la mañana la parte patronal y la Comisión Negociadora del Sindicato habían llegado a un acuerdo, que claramente significaba el triunfo de las demandas de los trabajadores del acero.

Mientras se preparaba la redacción final del documento que contenía los acuerdos a que se había llegado entre la empresa y los trabajadores, se mandó llamar a los otros dos miembros del Comando General de Huelga, reconociendo que era el único como representante de los trabajadores en huelga que podía juzgar si el acuerdo llenaba las aspiraciones de la Huelga General, y el único que podía terminar el cese de la misma. Qué ridículo sonaba en ese momento el eco de la frase de Rivera: “No me sentaré con los oportunistas, ni con los comunistas”, dicha 36 horas antes!

Los más altos funcionarios de su régimen, a despecho de la actitud del Presidente, tuvieron que reconocer que el Comando General de huelga era el único organismo que podía dar la orden de terminar la huelga PORQUE

EN ESE MOMENTO ERAN LOS REPRESENTANTES AUTORIZADOS DE LOS TRABAJADORES, Y EL GOBIERNO SE VIO OBLIGADO A RECONOCERLOS COMO TALES. Fue la decisión, la firmeza y la amplitud de la lucha de la clase trabajadora la que obligó al régimen a tener que tratar con los representantes del movimiento sindical.

A las seis de la mañana fue firmado el acuerdo entre los representantes de la Empresa “Acero, S.A.” y la Comisión Negociadora del Sindicato. He aquí el acuerdo firmado:

“En la ciudad de San Salvador, a las seis horas del día veintiocho de abril de mil novecientos sesenta y siete. Reunidos ante el suscrito Director General del Departamento Nacional del Trabajo el señor Antonio Borgonovo representante legal de la Sociedad ‘ACERO, S.A.”; y los señores Gonzalo Ramírez Perdomo Secretario General; Julio Fredy Zaldívar, Secretario Segundo de Conflictos; Isidro de Jesús Ortiz.

Secretario de Educación Sindical: Eduardo Somoza Zaldívar, Secretario de Cultura Y Propaganda: y Francisco Barrera, Representante Específico de la Asamblea General: todos del Sindicato de Industrias Metálicas Básicas y Similares y debidamente autorizados al efecto: se procede a discutir acerca de los puntos que han suscitado el conflicto en la fábrica de Productos Metálicos que la mencionada Sociedad tiene establecida a la altura del kilómetro cincuenta y ocho de la carretera del Litoral, habiendo llegado el siguiente arreglo: PRIMERO: se conviene en que a partir de la fecha de reiniciación de las labores, que será el día dos de mayo próximo entrante, los salarios que actualmente devengan todos los trabajadores de la fábrica, sin discriminación de ninguna clase, recibirán un aumento general de un colón por jornada ordinaria de trabajo. SEGUNDO: se conviene en que las labores se reiniciarán en la fecha mencionada anteriormente, las cual, se desarrollarán en la misma forma y condiciones en que se desarrollaban con anterioridad a la suspensión de labores. TERCERO: se conviene en que el seor Augusto César Romero, no tendrá ninguna relación laboral ni directa ni indirectamente con los trabajadores de la fábrica. CUARTO: la Empresa se compromete a proporcionar por los medios usuales, el transporte de los trabajadores de la fábrica de la ciudad de Zacatecoluca a ésta y viceversa, a partir del día primero de julio del corriente año. QUINTO: se conviene en que la totalidad de los trabajadores que prestaban sus servicios en la fábrica antes de la suspensión de labores, regresarán a prestar sus servicios en la misma, a partir del día dos de mayo próximo entrante. SEXTO: la empresa se compromete a pagar al señor Mauricio Saravia Martínez, la indemnización que legalmente le corresponde como si su despido fuera injustificado. SETIMO: la empresa se compromete a no tomar represalias de ninguna especie contra los trabajadores que participaron en la suspensión de labores.- No habiendo más que hacer constar que la satisfacción de las partes por el arreglo logrado, que restablece las armónicas relaciones de trabajo en la fábrica, se dio por terminada esta acta que se leyó íntegramente a los interesados, quienes la ratificaron y firmaron.” Firmaron el Acta los representantes de la Empresa y del Sindicato, que aparecen en la primera parte del Acta.

En relación al pago de salarios durante el tiempo que había durado la huelga, petición que los trabajadores también habían presentado a la empresa el acta no lo menciona, porque no fue la empresa sino el gobierno el que se comprometió a aportar una suma equivalente a QUINCE DÍAS de los salarios caídos de todos los trabajadores.

Los funcionarios gubernamentales no cabían de contento, porque la situación del conflicto de Acero, daba la inmediata posibilidad de que el Comando General de Huelga diera las instrucciones para cesar la huelga, que durante varias jornadas había mantenido desvelado al régimen.

El Dr. Vilanova y el Dr. Arias preguntaron a los miembros del Comando General de Huelga si el arreglo llevado a cabo entre empresarios y directivos del Sindicato de la fábrica de Acero satisfacía la demandas de la Huelga General. Los miembros del Comando expusieron: 1o) Si el acuerdo satisfacía las demandas de los trabajadores del Acero, el Comando consideraba que quedaba satisfecha la causa que había sido el motor de la Huelga General Progresiva: 2°) La Huelga General por si misma había sido un reafirmación del Derecho Constitucional de Huelga, que el Código de Trabajo impedía: 3o) En cuanto a la destitución del Ministro de Trabajo, no consideraba el Comando que por sí mismo fuera un objetivo suficiente para proseguir la huelga general. Pero el Comando declaraba que la Huelga General Progresiva no seria levantada con la firma del Convenio por parte de la Comisión Negociadora, sino hasta que la Asamblea General de Huelguistas de Acero no ratificara el acuerdo que se acababa de concluir, la huelga continuaría. Ésta es una cuestión de principios, requisito de la democracia sindical, que debía ser reafirmado claramente en esta ocasión.

Mientras tanto, el Comando General de Huelga acordó dar instrucciones de suspender el carácter progresivo de la Huelga: es decir, que los trabajadores que estaban en turno para sumarse a la huelga se abstuvieran de hacerlo hasta nuevas instrucciones; pero que los trabajadores que estaban en huelga continuaran en la misma; que los piquetes permanecieran en sus puestos, y que la huelga solo podía terminar bajo las expresas instrucciones del Comando General de Huelga, que era el único que podía levantarla, Que no se fueran a dejar engañar por noticias ue pudieran propalar el gobierno o los patronos a través de la radio o de los periódicos.

Los funcionarios mencionados expresaban al Comando: “Bueno, si ustedes no quieren dar instrucciones para que termine la huelga general, que siga: pero por lo menos sería bueno que guardaran los garrotes; eso preocupa mucho al señor Presidente. Y que cesen la presiones de los huelguistas sobre otros trabajadores y sobre los patronos”. Enfáticamente se expuso que era falso que hubieran presiones de ninguna naturaleza; que los trabajadores estaban haciendo uso de gran disciplina y serenidad, y que los garrotes no los tenían para amenazar ni agredir a nadie, sino para demostrar su decisión de defenderse de cualquier agresión a sus derechos constitucionales.

“Los piquetes, dijo uno del Comando, están cuidando las instalaciones y las fábricas, tanto para no permitir el ingreso de cualquier rompehuelgas, como para evitar cualquier daño a las mismas”. El Ministro del Interior, exclamó en ese momento: “Entonces, qué papel le queda a las autoridades?” Esa frase, dicha en tono de reclamo o de lamento, involuntariamente venia a ser un tributo a

los huelguistas: significaba el reconocimiento de un

hecho indiscutible: una nueva fuerza, disciplinada.

serena y consciente, defensora de sus derechos

esenciales había surgido: la clase obrera organizada

defensora de sí misma y de los derechos del pueblo en

general.

La Huelga General Progresiva ESTABA TRIUNFANDO

ARROLLADORAMENTE

Se acordó trasladarse al lugar de la huelga del acero,

para constatar si la Asamblea General ratificaba el

Convenio firmado por la Comisión Negociadora, y que

si la Asamblea lo ratificaba, el Comando General de

Huelga, tomaría la decisión de levantar la Huelga

General, al regresar de Zacatecoluca.

Antes de partir a Zacatecoluca el Comando se dirigió al local de la FUSS a dar las instrucciones sobre el cese de la progresividad de la Huelga General. He aquí dichas instrucciones redactadas en el local de la U.T.F.:

“El Comando General de Huelga avisa a todos los

trabajadores y Pueblo en general:

1° Que se ha llegado a un acuerdo entre los

representantes de los trabajadores de la Fábrica

Acero. S.A. y la empresa, acuerdo que tiene que

ser ratificado por la Asamblea General del

Sindicato de Trabajadores de las Industrias Metálicas Básicas de Zacatecoluca. Que dicho acuerdo

contiene en forma satisfactoria la solución de los problemas planteados por los trabajadores.

2° Que el Comando da la orden de interrumpir el proceso progresivo de la Huelga, o sea que los obreros que no se les ha llegado la hora todavía de incorporarse a la Huelga, ya no lo hagan.

3° Pero que la huelga continua, es decir, que las comisiones de vigilancia de huelga de las distintas empresas, permanezcan en sus respectivo lugares frente a los centros de trabajo, pero suavizando las, medidas restrictivas, tomadas hasta ahora.

4° El Comando, al ser aprobado el acuerdo definitivamente por la Asamblea General del Sindicato de Trabajadores de las Industrias Metálicas Básicas, dará la orden de terminar la Huelga de manera organizada.

5° El Comando felicita a todos los trabajadores por su espíritu de disciplina y por su combatividad y solidaridad que es la garantía del triunfo de la clase trabajadora en esta ocasión, y agradece la colaboración que el pueblo ha prestado.

San Salvador, 28 de abril de 1967.

COMANDO GENERAL DE HUELGA.”

Mientras tanto los miembros de la Comisión Negociadora se habían dirigido directamente a Zacatecoluca, llegando antes que el Comando. Cuando éstos llegaron frente a lo huelguistas, que estaban formados frente a la fábrica de Acero, un ambiente de alegría y fiesta los recibió entre el atronar de cohetes y aplausos. Ya la Asamblea de huelguistas había ratificado el acuerdo en todas sus partes, y, para asombro de los miembros del Comando, quien en ese momento dirigía la palabra (después de que habían hablado los miembros de la Comisión Negociadora) era nada menos que el Coronel José Alberto Medrano de tan nefasta recordación por sus negra acciones durante el periodo de Osorio… haciendo gala de demagogia ante el triunfo de los trabajadores, decía: “los trabajadores deben hacer uso de su derecho de huelga, y todos los otros trabajadores están en la obligación de apoyar a los huelguistas… los militares apoyamos los derechos sociales de los trabajadores.. .“

Era increíble escuchar esas palabras, cargadas de demagogia. en labios de un militar que en 1952 y durante varios años más fue el ejecutor principal de las feroces represiones contra el movimiento sindical, el director de las torturas y secuestro, contra decenas de dirigentes sindicales pero en ese momento, por lo visto, frente a la magnitud del movimiento de la huelga general no le había quedado al gobierno más que dos caminos: O lanzarse a la represión desenfrenada, o hablar en términos orientados a engañar a los trabajadores.

Por otra parte, el momento era imponente: LA HUELGA ESTABA TRIUNFANDO, estaba llegando a su fin: pero,

mientras tanto, 35.000 trabajadores con firmeza y disciplina ejemplares, organizados en centenares de piquetes montaban guardia frente a las fábricas y talleres, impávidos serenos, defensores inquebrantables de los derechos de la clase obrera.

Ya los directivos del Sindicato del Acero habían hablado. Después del militar, tomaron la palabra los miembros del Comando General de Huelga: felicitaron a los trabajadores del Acero por su gran triunfo, para el cual su firmeza había sido factor indispensable: “Durante 24 días y sus noches, bajo el sol y bajo la lluvia se han mantenido firmes en la defensa de sus demandas… 24 días que han significado sacrificios indecibles para sus familias que han carecido hasta de la alimentación necesaria. Ése ha sido un ejemplo grandioso para toda la clase trabajadora del país… un ejemplo de cómo la decisión. la unidad y la lucha son los factores del triunfo para la clase trabajadora…

Un ejemplo de que las barreras legales de inspiración patronal dañinas a los intereses de los trabajadores pueden ser destrozadas por la firme unidad y determinación de lucha… El Código de Trabajo niega derechos esenciales que la Constitución establece, como es el derecho de huelga: pero ustedes han hecho caso omiso de él se han resistido a las presiones del Ministerio de Trabajo que les puso el ultimátum de los cinco días y han vencido todas las dificultades: han vencido el funesto artículo 407 del Código de Trabajo: han vencido ese instrumento patronal… Su ejemplo es una inspiración para todos los trabajadores del país… Junto a su propia firmeza y unidad, otros elementos importantes han sido factor indispensable de este triunfo: la solidaridad de todo el movimiento sindical… Nunca se había visto una solidaridad tan grande: todos los trabajadores del país, de uno a otro confín, han acudido a prestarles su apoyo moral, material y físico, sin importarles los sacrificios; porque frente a la patronal deben borrarse todas las diferencias secundarias que existen entre los trabajadores…

Miembros de una y otra central sindical se han hermanado en la lucha con ustedes, con el objetivo de que ustedes triunfen y de que se reafirme el derecho constitucional de huelga para todos los trabajadores, dispuestos a derramar su sangre en las trincheras de este combate… Ustedes han desempeñado un papel importante para que las dos centrales sindicales del país se unieran alrededor de esos objetivos…. LA UNIDAD DE ACCIÓN del movimiento sindical ha sido la base fundamental del triunfo de esta huelga… Y hay otro factor más: el apoyo que el pueblo ha prestado: todo el pueblo salvadoreño ha acuerpado: las señoras de los mercados, los estudiantes, los médicos, etc…. La firme unidad de ustedes, la grandiosa solidaridad de todo el movimiento sindical a través de esta ejemplar unidad

de acción, y la ayuda del pueblo, tales han sido los tres pilares fundamentales de este gran triunfo…

Sigan más firmemente unidos.. siempre decididos a defender sus derechos… En nombre de los miles de trabajadores huelguistas y de todo el movimiento sindical les saludamos y les felicitamos… ADELANTE.. .“ Esas frases eran el fondo de los discursos de los cuatro miembros del Comando General de Huelga, que eran interrumpidos a cada momento por la Asamblea de Huelguistas con ovaciones entre el tronar de bombas y cohetes, en un ambiente impresionante que tenía como fondo simbólico la estructura metálica de las instalaciones de la fábrica de Acero, de cuyas chimeneas

durante 24 largos días no había salido ni la más leve nubecilla de humo…

ERA EL MOMENTO DEL TRIUNFO… La despedida de los miembros del Comando y directivos de ambas Centrales con los huelguistas fue impresionante… 24 días de lucha, de presiones gubernamentales y patronales, de incertidumbre en el desenlace final, quedaban atrás… pero también quedaban allí esos curtidos trabajadores del acero, con quienes habíamos permanecido días y noches… Ahora estaban felices por el triunfo, pero necesitarían en adelante seguir fortaleciendo aún más su unidad y su decisión de seguir enfrentando las injusticias patronales…

El Comando regresa a San Salvador a levantar la Huelga General. Pasa por el Comité Nacional de Emergencia para formalizar el acuerdo. El hacerlo frente a las autoridades tiene como finalidad de que el gobierno reconozca el hecho de la huelga general, legalizándola en cierto sentido. Los más altos miembros del gobierno esperan al Comando y en medio de gran expectativa, éste firma el documento por medio del cual se pone fin a la Huelga General. En dicho documento el Comando General de Huelga toma el acuerdo de que:

“la totalidad de los trabajadores en huelga regresarán de inmediato a sus labores y que no interrumpirán las propias los que tenían el propósito de hacerlo por el mismo motivo; volviendo de este modo y de nuestra parte a la normalidad de las relaciones obrero-patronales en el país; asimismo confiamos y esperamos que no se sucedan represalias, con ocasión del referido conflicto, a fin de mantener el buen entendimiento en las relaciones obrero-patronales. San Salvador, 28 de abril de 1967.

Firman: Rafael Rodríguez González, Srio. Gral. de C.G.S.; Felipe Antonio Zaldívar, Srio, de Organización C.G.S.; Julio César Castro Belloso. ler. Srio, de Conflictos FUSS, Salvador Cayetano Carpio Miembro de la Comisión de Honor y Justicia de la FUSS.”

Es la una de la tarde. Los miembros del Comando General de la Huelga se dirigen a levantar la huelga, notificando a cada piquete las instrucciones debidas.

La marcha por todos los rumbos de la ciudad se prolonga por varias horas, notificándose el cese de la huelga. Dicha notificación se convirtió en expresión triunfal y combativa del proletariado. Frente a cada fábrica y empresa, la llegada del Comando se convertía en mitin combativo que expresaba la fe en las fuerzas de la clase trabajadora…. “Si hemos triunfado ha sido por nuestra unidad… Esta vez se ha visto un rasgo importante del proletariado salvadoreño: los trabajadores que se han ido a la huelga en apoyo de los del Acero, no lo han hecho por sus propios intereses personales, ni por su propios aumentos de salario, ni por sus propias prestaciones y demandas: lo han hecho por solidaridad con compañeros a quienes ni siquiera conocen y que se encuentran a muchos kilómetros de distancia… y lo han hecho por defender su sagrado derecho de huelga… han sufrido conscientemente, incluso se han expuesto a las represalias patronales, sin importarles el sacrificio personal: ése es un rasgo del proletariado que garantiza triunfos en las grandes lucha, que tenemos por delante… La unidad ha sido la base del triunfo y la unidad de acción debe reforzarse, porque frente a las injusticias de los patronos y del gobierno tenemos intereses que son más grandes que cualquier diferencia Los trabajadores expresaban su júbilo por el triunfo de la huelga de Acero y de la Huelga General, y la reafirmación del derecho Constitucional de Huelga…

Terminado el mitin en cada lugar, los trabajadores organizaban el cese ordenado de la huelga: desmontaban las carpas erigidas durante la misma, las cocinas, guardaban los parlantes, los garrotes, etc…

Los trabajadores se retiraban a sus casas con la moral combativa muy elevada, conscientes del papel que cada uno de ellos había desempeñado en ese triunfo… La mayoría de trabajadores por primera vez en su vida habían participado en una huelga. La confianza del proletariado en sus propias fuerzas había crecido enormemente…

LA HUELGA GENERAL PROGRESIVA HABÍA TERMINADO ESCRIBIENDO UNA DE LAS PAGINAS MÁS GLORIOSAS DEL MOVIMIENTO SINDICAL SALVADOREÑO…!!!

CONCLUSIONES: EXPERIENCIAS Y LECCIONES

LA HUELGA GENERAL PROGRESIVA ha sido un acontecimiento de gran trascendencia para el movimiento sindical salvadoreño. Sería difícil extraer todas las experiencias y lecciones de este rico manantial histórico. Sin embargo, algunas conclusiones principales saltan a la vista con evidencia incontrastable.

Algunas de estas lecciones y experiencias Son las siguientes:

lo. La Huelga General Progresiva fue una elevada expresión de conciencia de clase de los trabajadores. Los ideólogos de los patronos se han esforzado gastando ríos de tinta en demostrar que la sociedad capitalista no está basada en la lucha de clases; se esfuerzan en demostrar que no hay contradicciones fundamentales entre la clase obrera y la clase capitalista, y que el signo básico en las relaciones obrero-patronales es el de la “armonía de clases.” Pero la conducta de la clase patronal durante la huelga del acero y la Huelga General demostró cuán antagónicos son los intereses de los patronos en relación con los intereses de los trabajadores. Frente a esto los trabajadores, al irse a la huelga general, expresaron una elevada conciencia clasista que les indicaba que sólo acumulando una enorme fuerza material era posible reducir la resistencia enconada de la clase patronal que estaba dispuesta a privarles de derechos elementales; la Huelga General Progresiva fue la culminación d una serie de choques en la lucha de clases, y por tanto, su síntesis y su expresión más elevada en este período del despertar del espíritu combativo de los trabajadores en el terreno sindical. En la lucha por sus derechos, la clase obrera tiene que chocar inevitablemente con los intereses de la clase que la explota la clase capitalista y la Huelga General elevó su conciencia de este hecho básico.

2° En el polo opuesto, el mismo hecho mostraba simultáneamente que la clase patronal tiene una clara conciencia de los intereses de su clase. Toda la clase patronal se puso de inmediato, sin vacilaciones, detrás de los intereses de la empresa del Acero, y toda, como un solo hombre, puso el peso de su poderío económico y político, para privar a la clase trabajadora de su derecho constitucional de huelga. Si la clase obrera unida no hubiera opuesto al frente patronal la fuerza incontrastable de su unidad y de su combatividad, la clase patronal unida y con alta conciencia de sus intereses de clase hubiera privado a los trabajadores de ese derecho que es clave para la lucha por el mejoramiento de sus condiciones de vida.

3° La Huelga General Progresiva se convirtió en una escuela práctica de la lucha huelguística para los trabajadores. La inmensa mayoría de las decenas de miles de obreros que se pusieron en huelga, que soportaron privaciones, sereno, lluvia, viento, polvo, sol, en el transcurso de la misma, jamás habían sabido prácticamente lo que era una huelga, y sólo habían oído o leído sobre ella. Muchos, gremios y sectores de industria no se creían capaces de organizar y desarrollar una huelga. Pero al incorporarse supieron lo que es ella, aprendieron a organizarla, a impulsarla y sostenerla. Es una experiencia valiosísima para los trabajadores salvadoreños que sin la huelga general hubieran necesitado meses y tal vez años para adquirirla. Experiencia que será de inapreciable valor cuando a cada uno de estos sectores les corresponda usar esa gran arma de la lucha obrera en apoyo de sus demandas específicas.

4° La Huelga General fue la expresión más acusada del despertar combativo de la clase obrera salvadoreña en la lucha por sus demandas inmediatas, y fue un impresionante acontecimiento de lucha después de una trayectoria del movimiento sindical de más de veinte años de evidente pasividad.

5° Este gran acontecimiento elevó a niveles incalculables la confianza de la clase obrera en sus propias fuerzas. La pasividad, el terror, la legislación patronal y la orientación oportunista, legalista reformista de los dirigentes sindicales oficialistas habían hecho perder a muchos sectores obreros la confianza en que a través de la lucha son capaces de triunfar. La elevación de esa confianza propia es para la clase obrera uno de los factores mas importantes para emprender con decisión la lucha por sus derechos económicos sociales y políticos.

6° Al elevar la confianza en sí misma, la clase obrera elevó asimismo su moral combativa, esencial para las luchas decididas, audaces, estoicas, serenas y disciplinadas: moral que prepara a los trabajadores para el espíritu de sacrificio y para el heroísmo necesario para vencer en las grandes batallas de clase que conducen a la liberación definitiva. El triunfo de la Huelga General elevó aún mas la moral proletaria, y sentó premisas claras para nuevos avances del movimiento sindical en todos.. los aspectos: organizativo y reivindicativo.

7° Al incorporarse a la Huelga General, los trabajadores mostraron la disposición a defender sus derechos no sólo con los medios lentos, burocráticos, con frecuencia estériles y desfavorables, determinados por leyes patronales, sino también a hacer uso de todo medio posible al alcance del grado de organización y conciencia de clase. La clase trabajadora estuvo dispuesta a defender sus derechos INCLUSO POR LOS MEDIOS VIOLENTOS SI ERA NECESARIO. La disposición de los trabajadores el 17 de abril a derramar su sangre y a pagar cara la agresión a sus derechos, y la permanente disposición durante la huelga general a no permitir que ella pudiese ser rota por los rompehuelgas o los patronos fue inequívoca. Por eso el garrote, rudimentaria arma de defensa, se convirtió en el símbolo de que los trabajadores estaban dispuestos a defenderse no simplemente con las manos de la agresión a sus derechos, viniere de donde viniere: de los patronos o del gobierno. Esta disposición es un germen de la integral decisión que la clase obrera necesita para las luchas decisivas.

8° El triunfo de los trabajadores en la huelga general, ha sido una demostración clarísima para todos, de que sí la clase obrera está unida y decidida a luchar, logra la victoria inevitablemente.

9° La Huelga General mostró que la unidad de acción es no sólo posible sino necesaria frente a los planes y ataques de la patronal y del gobierno. Al iniciar la huelga del Acero muy poca gente creía que en el desarrollo de la misma se iba a poder llegar a la unidad entre las dos Centrales del país. La obtención del acuerdo de unidad de acción significó un clamoroso triunfo para la clase obrera salvadoreña, que sentó las bases para el triunfo final de esa batalla.

Para todos los trabajadores quedó muy claro que sin haberse logrado esa unidad de acción entre la FUSS y la C.G.S., la victoria contra la patronal unida no se habría logrado: esto mostró a los trabajadores la necesidad ineludible de la misma. El haberse logrado esa unidad de acción, ha mostrado también a todos los trabajadores, que dicha unidad no sólo es necesaria sino también posible, a pesar de todas las dificultades y diferencias. Esto ha sentado las premisas para fortalecer los esfuerzos, por la unidad. para obtener éxitos cada vez más significativos en ese camino.

1O° La Huelga General mostró que la unidad de acción es posible obtenerla, aún cuando los dirigentes oficialistas u oportunistas no la quieran, toda vez que en las bases sindicales prenda la conciencia sobre la necesidad de la unidad. Si las bases se compenetran de esa necesidad, obligarán a los dirigentes oportunistas a llegar a ella, si es que no quieren quedarse irremediablemente aislados y abandonados por la masa de trabajadores que pretenden dirigir. Esa es la gran lección que aportó el proceso de esta lucha. Los dirigentes de la C.G.S. se opusieron con todas sus fuerzas a llegar a la unidad, y durante las primeras luchas no fue posible llegar a ella. Por ejemplo, durante la huelga de IUSA, de motoristas, de trabajadores del Aseo público pero, ante la presión de sus propias masas, cuando el conflicto de los trabajadores de acero llegó a un punto culminante, se vieron forzados a llegar a la unidad de acción y, debido a la actitud combativa de sus propias masas, perseveraron en la unidad hasta el final de la huelga general. Esta es una lección de primer orden, en un aspecto sumamente importante para las luchas del proletariado. Esto mostró también que la unidad se obtiene en el combate frente a la patronal y no en el frío parlamento.

11º. La concertación de la unidad de acción entre la FUSS y la C.G.S. y el desarrollo de la Huelga General Progresiva fue una comprobación evidente de la justeza y corrección de la línea de unidad que consecuentemente proclama y lleva a la práctica la FUSS. La práctica invariable de esa línea de unidad, todos los días; la práctica de esa línea durante las huelgas de IUSA y Acero (que eran Sindicatos afiliados a la C.G.S.) hicieron madurar las condiciones para que fructificara la unidad de acción, y para que los mismos dirigentes de la C.G.S. que se han caracterizado por su claudicación vergonzosa en las luchas obreras, tuvieran que adoptar actitudes de combatividad y decisión necesarias para vencer en esta lucha. Esta es otra lección de gran importancia, valedera para futuras luchas de la clase trabajadora. La FUSS ha llevado a cabo la lucha por la unidad propiciando consecuentemente las acciones unidas frente a la clase patronal, y al mismo tiempo, combatiendo sin descanso en el terreno ideológico todas las inconsecuencias, claudicaciones y traiciones de la dirección de la C.G.S. Eso ha ido educando a las propias bases de esta organización. Los resultados han demostrado cuán correcta es la orientación que sigue la FUSS en el terreno de las alianzas, al aplicar el principio dialéctico de UNIDAD CON LUCHA, UNIDAD frente a la clase patronal, LUCHA ideológica frente a la claudicación y el oportunismo.

12° La Huelga General hizo resaltar un nuevo rasgo de elevado sentido de solidaridad de los trabajadores: los millares de trabajadores se fueron a la huelga no por las propias demandas de cada sector, no por aumentos de salarios propios.. ni por otras prestaciones laborales para cada uno de los trabajadores en huelga, sino por el sublime objetivo de hacer triunfar en sus justas demandas a otros compañeros lejanos que se encontraban bajo el embate de la clase patronal; y por el alto objetivo de toda la clase obrera, de defender y reafirmar su constitucional derecho a huelga. Ni un sólo centavo de aumento, ni una sola ventaja personal o de grupo perseguían los trabajadores que se incorporaron a la huelga general. Todo gremialismo, toda estrechez y egoísmo fue hecho a un lado para propiciar la victoria de estos dos objetivos. Y los trabajadores se comportaron admirablemente, arrojándose a la lucha con toda la decisión y el entusiasmo, con toda la disciplina y la organización, con el más alto espíritu de sacrificio, como si estuviera luchando cada uno por las propias demandas inmediatas de los trabajadores de cada empresa. No les arredraron las amenazas de los patronos, ni la posibilidad de perder el trabajo, o de perder prestaciones. Ese elevado sentido de solidaridad de clase ha sido una enorme lección que el proletariado ha dado a toda la sociedad salvadoreña.

13° La Huelga General mostró cómo la unidad y la firmeza de la clase obrera en sus luchas es capaz de agudizar las contradicciones internas en el seno de las clases dominantes y en el interior del gobierno de éstas. El distanciamiento entre el presidente Rivera y los dirigentes sindicales oficialistas reflejo de contradicciones en el seno del partido de gobierno y de contradicciones entre los equipos gobernantes entrante y saliente así como los desajustes que aparecieron a última hora entre la empresa y los mediadores del gobierno y entre la empresa de Acero y algunos importantes integrantes de la ASI, muestra que las condiciones internas de la clase dominante como resultado de ello, sus vacilaciones, pueden agudizarse notablemente en determinadas coyunturas políticas, si la clase obrera mantiene y acrecienta la unidad y la firmeza en la lucha.

14° Al mismo tiempo, este acontecimiento mostró de parte de lo trabajadores, un adecuado aprovechamiento en favor de sus objetivos de la coyuntura política de las contradicciones en el seno de las clases dominantes y de su gobierno. y de las condiciones creadas con su unidad.

15° Con las huelgas anteriores, la del Acero y como resultado de la Huelga General, la legislación laboral-patronal fue de hecho lanzada al cesto de la basura. Lamentándose de ello, los mismos patronos y el gobierno han calificado de “inoperante” al Código de Trabajo. Este, inevitablemente tiene que ser cambiado. Indudablemente, los patronos tratarán de que se promulgue un Código de Trabajo igual o peor, adornado con fraseología engañosa; pero los trabajadores, haciendo honor a la voluntad demostrada durante la Huelga General, debemos estar dispuestos a que esa voluntad sea reflejada en una nueva legislación laboral democrática y no reaccionaria y patronal.

16° La Huelga General Progresiva convirtió en cadáver político al Ministro de Trabajo que había tratado de aplastar la huelga de los trabajadores del Acero. Al final de la huelga, dicho funcionario era el cadáver de ministro, que tenía sus días contados en dicho puesto, por lo que ya no era necesario seguir luchando por su destitución. Con él quedaban clamorosamente condenados por los trabajadores los métodos patronales de dirigir el Ministerio de Trabajo. La suerte de este Ministro es una advertencia categórica para sus sucesores, si éstos siguen como es casi seguro la indignante política patronal y antiobrera.

17° Uno de los resultados de la Huelga General Progresiva fue haber alcanzado la victoria rotunda de los trabajadores del Acero en sus justas peticiones. Es indudable que sin ese gran movimiento los trabajadores del Acero hubieran sido aplastados por la poderosa conjunción de fuerzas integradas por los patronos y el gobierno y toda la reacción interna y externa. Sólo con la Huelga General se pudo crear tal correlación de fuerzas, que hizo posible la victoria de la huelga del Acero.

18° La Huelga General fue. por sí misma. la clamorosa reafirmación del derecho constitucional de huelga de los trabajadores salvadoreños. La clase patronal fue derrotada rotundamente en ese esfuerzo clave por privar durante todo un periodo a la clase trabajadora de ese esencial derecho que está consagrado por la Constitución, pero prácticamente negado por el Código de Trabajo patronal. Esta ha sido una gran victoria del movimiento sindical salvadoreño en esta etapa de sus luchas.

19° La marcha triunfal de la Huelga General significó el estrepitoso fracaso de la asquerosa traición a la unidad sindical y a la lucha del proletariado salvadoreño, llevada a cabo en forma activa y provocadora por los nuevos instrumentos del gobierno de Rivera en el movimiento sindical, encabezados por Barrios Amaya, que mordieron el polvo frente a la unidad y determinación de los trabajadores a defender sus derechos constitucionales y hacer triunfar a los trabajadores del Acero. La derrota de los esfuerzos de este grupo, allanó el camino para el triunfo final. Este será un gran factor de educación ideológica para los trabajadores salvadoreños, experimentado en el fragor de la lucha contra los patronos y contra las peligrosas maniobras del gobierno.

20° El triunfo de la Huelga General significó también el fracaso de las sucias armas del anticomunismo a que recurrió Rivera y la clase patronal en sus desesperados esfuerzos por romper la unidad del movimiento sindical. Esto demuestra que cuando los trabajadores están firmes y conscientes en la defensa de sus derechos y sólidamente unificados, los perversos ataques del anticomunismo fracasan en sus objetivos de sembrar el temor, la confusión y la división, y tienen como resultado el acrecentamiento de la indignación y del espíritu combativo de los trabajadores.

21º. Durante la Huelga General se mostró el sólido apoyo del pueblo y especialmente de los sectores democráticos organizados hacia la clase obrera. La ayuda de los estudiantes, mujeres, jóvenes, pequeños comerciantes, etc., estableció una alianza militante entre estos sectores; garantía indiscutible de futuros triunfos de las fuerzas democráticas en sus luchas generales de la democracia, el progreso y la independencia nacional. La huelga general causó gran efervescencia en todo el país y elevó la combatividad de todo el pueblo.

22° Estas jornadas han mostrado que la clase trabajadora es poderoso baluarte del movimiento democrático del país, del progreso y de la liberación nacional.

23° Estas jornadas han mostrado con toda claridad que la clase obrera es la clase motora y determinante de las sociedad salvadoreña; determinante en la producción y que será la determinante en los cambios revolucionarios profundos que en la estructura y superestructura del Estado Salvadoreño son necesarios y urgentes.

24° Es preciso indicar también que las huelgas habidas durante el presente año, que culminaron con la Huelga General Progresiva, han mostrado a despecho de lo que tratan de demostrar los escritores reaccionarios y patronales que las huelgas son altamente beneficiosas para el país, para su economía y para el bienestar de sus habitantes. porque determinan la elevación del nivel de vida de las mayorías trabajadoras, mejoran relativamente la dura situación económica de la familia trabajadora y. en consecuencia, elevan su capacidad de compra, con lo que se amplía el mercado interno y por tanto crean condiciones para la ampliación de la industria y de la producción en general. Esto propicia el terreno para el progreso y el desarrollo económico nacional.

En ese sentido, la huelga es un arma altamente

patriótica de los trabajadores que, al luchar por sus

derechos y por el mejoramiento de sus condiciones de

vida, mejoran la dura situación actual de las grandes

mayorías de la población de nuestra Patria.

Estas son las conclusiones principales, aunque no las únicas, que se extraen de esa gloriosa jornada de la Huelga General Progresiva, que ha pasado a ser ya una de las páginas más brillantes del movimiento Sindical de El Salvador.

Con la confianza puesta en sus propias fuerzas, mediante la unidad y la lucha persistente por sus derechos y por los altos objetivos del pueblo, la clase trabajadora indudablemente alcanzará las más grandes victorias en el futuro…

ADELANTE…!

San Salvador, 6 de Agosto de 1967.

CEM publica «La Huelga General Obrera de Abril de 1967» de Salvador Cayetano Carpio

SAN SALVADOR, 24 de septiembre de 2009 (SIEP) “Salvador Cayetano Carpio fue uno de los principales dirigentes revolucionarios salvadoreños, durante 35 años, desde 1948 hasta su suicidio en 1983” aseguró el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Las circunstancias de su trágica muerte no pueden ni deben ocultar este servicio rendido a los intereses de la clase obrera y el pueblo salvadoreño, esta entrega sacrificada a los ideales de la democracia y el socialismo.”

“Tampoco podemos negar que su celo obrerista no le permitió comprender la necesidad de la unidad de la izquierda, lo que le llevó a actitudes sectarias y hegemonistas al interior del FMLN, las que afectaron la consolidación inicial de este proyecto de liberación.”

“La historia se encargara de juzgar en el futuro sus aciertos y desaciertos, sus contribuciones y errores, pero reitero la necesidad de rescatar su legado histórico, su trayectoria admirable como dirigente obrero y como dirigente comunista del pueblo salvadoreño, como probado amigo de la ex Unión Soviética, de Vietnam y de Cuba. Su rol en el CROSS, en la CGTS, en la FUSS, en el PCS y en las FPL, de las que fue su fundador.”

“En ese espíritu publicamos una de las obras clásicas del pensamiento revolucionario salvadoreño, que recoge una experiencia unitaria y combativa de la clase obrera, de mediados de la década del sesenta del siglo pasado, las inolvidables y gloriosas jornadas de la Huelga de los trabajadores de Acero, en abril de 1967.”

“Esa experiencia, que marcó profundamente a esa generación de revolucionarios, de impulsar una sabia política de alianzas, y de combatividad, tiene mucha vigencia en la actualidad, nos enseña la necesidad de definir al enemigo principal y unificar fuerzas para derrotarlo así como del papel de la lucha como escuela de la solidaridad y del aprendizaje político, de la necesidad de solidarizarnos con la resistencia del pueblo hondureño, del desafío histórico de vincular la lucha del FMLN desde el ejecutivo, el legislativo, las alcaldías, con la creciente lucha popular…” concluyó el Lic. Pineda.

Stalin, Historia y critica de una leyenda negra: Un libro de Domenico Losurdo

Stalin, Historia y critica de una leyenda negra: Un libro de Domenico Losurdo

Stalin, Historia y critica de una leyenda negra: Un libro de Domenico Losurdo
Miguel Urbano Rodrigues

Domenico Losurdo aborda en su Stalin aspectos muy polémicos de la intervención en la historia del hombre que en la práctica dirigió la Unión Soviética durante casi tres décadas.

4-9-2009

Hace meses que me siento frente al ordenador para escribir este artículo. Más el proyecto fue aplazado día tras día.

Cuando Domenico Losurdo me ofreció Stalin -Storia e critica de una leggenda nera*, ya había leído críticas sobre la obra. Más no la imaginaba.

Cualquier texto sobre personas que dejaron marcas profundas en la historia, escritas sin suficiente distanciamiento temporal, crean siempre grandes problemas al autor.

Viví esa situación este año al publicar poco ambicioso artículo – Sobre Trotsky –Del mito a la realidad (www.odiario.info). En Portugal, algunos camaradas que admiro me acusaron de trotskista; en Brasil, donde el artículo, más divulgado, generó polémicas, profesores de las Universidades de Campinas y de Rio Grande do Sul me dedicaron trabajos académicos, definiéndome como stalinista ortodoxo.

Domenico Losurdo aborda en su Stalin aspectos muy polémicos de la intervención en la historia del hombre que en la práctica dirigió la Unión Soviética durante casi tres décadas. No conozco obra comparable por la ausencia de pasión y por la densidad y profundidad de la reflexión sobre el tema.

Stalin fue un revolucionario que lideró la lucha épica de la Unión Soviética contra la barbarie nazi. Por si solo ese combate en defensa de su pueblo y la humanidad le garantiza un lugar en el panteón de la Historia.

Siento, con todo, la necesidad de aclararr que nunca sentí atracción por Stalin. No admiro al hombre. Su personalidad me parece inseparable de actos y comportamientos sociales que repruebo y repudio.

La contradicción no me impide escribir este artículo, me estimula a asumir el desafío.

La demonización de Stalin

La demonización de Stalin comenzó en los años 20, adquirió proporciones mundiales con el XX Congreso del PCUS, fue retomada durante la Perestroika y prosiguió después de la desaparición de la Unión Soviética, aunque con características diferentes. Al proclamar “el fin del comunismo”, la intelligentsia burguesa, empeñada en demostrar la inviabilidad del socialismo, diversificó la ofensiva, atribuyendo a Marx, Engels y Lenin grandes responsabilidades por el “fracaso inevitable de la utopía socialista”. Stalin sobre todo fue presentado como creador y ejecutor de una técnica de gobierno dictatorial monstruosa. La palabra stalinismo entró en el léxico político como sinónimo de un sistema de poder absoluto que habría negado el marxismo al imponer “el socialismo real” mediante métodos criminales.

No son solo académicos anticomunistas los que satanizan a Stalin. Dirigentes de partidos comunistas e historiadores marxistas, algunos de prestigio mundial, prestaron credibilidad a la condena absoluta de Stalin.

Eric Hobsbawm, el gran historiador británico que fue, en la juventud, miembro del Partido Comunista Británico, esboza en su libro La Era de los Extremos- Breve Historia del Siglo XX un retrato totalmente negativo del estadista que años antes fuera por él elogiado como revolucionario merecedor de la admiración de la humanidad.

El peso de la anatemización es tan fuerte que la Fundación Rosa Luxemburgo atribuyó en Enero pasado un premio al historiador alemán Cristoph Junke por su libro Der lange Schatten des Stalinismus, una catilinaria despiada sobre un «fenómeno histórico» que es también una «una teoría y una práctica política» que exorciza.

De la Esperanza a la Realidad.

Sobre Stalin y su época fueron escritos cientos de libros. De los que leí ninguno me impresiónó tanto como este. La mayor parte condena al hombre y la obra. Una minoría de incondicionales hace lapología del dirigente comunista y defiende sin restricciones su intervención en la historia. Un abismo separa a los críticos como el polaco Isaac Deutscher (trotskista) de los epígonos como el belga Ludo Martens (maoísta), dos autores cuyos libros fueron publicados en portugués, en Brasil.

Losurdo, filósofo e historiador, al iluminar la época del hombre que fue el timonel de la URSS durante casi 30 años encamina al lector a una reflexión compleja, inesperada y difícil. No asume el papel de juez.

El conocimiento profundo de la historia de la Revolución Rusa y de las luchas que le marcaron el rumbo después de la muerte de Lenin le permitió situar a Stalin en ese vendaval bajo una perspectiva innovadora. Procura, como filosofo, comprender. No absuelve ni condena.

Acompañando la trayectoria de Stalin de la mano de Losurdo, el lector es llevado a conclusiones incompatibles con la leyenda negra creada en torno al personaje. Más Losurdo no reescribe la historia, no intenta interpretarla. Como investigador, fija la atención en periodos decisivos, procede a una selección de hechos y acontecimientos y sitúa a Stalin en los escenarios en los que actuó.

Casi todas las revoluciones devoran a sus hijos. La de Octubre de 1917 no fue la excepción de la regla. Cuando ella triunfó eran inimaginables las crisis y conflictos que desembocaron en la ejecución de la mayoría de los personajes más brillantes de la gran generación de bolcheviques que se proponía construir el socialismo en la Rusia atrasada y famélica.

El tiempo era de esperanza. Al clausurar el I Congreso de la Internacional Comunista, Lenin sintetizó su confianza en el futuro en una frase: “La victoria de la revolución comunista en todo el mundo está asegurada. Se aproxima la fundación de la República Soviética Internacional”.

La previsión fue rápidamente desmentida por la Historia.

La desaparición de las ilusiones y su superación casi coincidieron con la enfermedad y muerte de Lenin. Después de la derrota de la revolución alemana, el autor del Estado y la Revolución tuvo la percepción de que el capitalismo sobreviría por mucho tiempo y que era necesario defender a toda costa a la joven revolución rusa. Trotsky no creía en la viabilidad del “socialismo en un solo país” y, desaparecido Lenin, acuso de cobardía y oportunismo a cuantos habían renunciado a la idea de la revolución mundial.

Losurdo subraya que Stalin fue el primer dirigente soviético en afirmar que por un largo periodo histórico la humanidad continuaría dividida no solamente en diferentes sistemas sociales, sino también en diferentes identidades lingüísticas, culturales y nacionales.

En tanto Trotsky dirigía aún llamamientos a la insurrección al proletariado de Finlandia, de Polonia, de las repúblicas bálticas, y al de las grandes potencias capitalistas, Stalin criticaba las tesis sobre la exportación de la revolución. En su opinión, la correlación de fuerzas en Europa justificaba la defensa del principio de coexistencia pacífica entre países con diferentes sistemas sociales.

En una época en que muchos comunistas continuaban soñando con “el ascetismo universal”, Stalin subrayaba que el marxismo es enemigo del igualitarismo e insistía en un punto central: “sería estúpido pensar que el socialismo puede ser construido con base en la miseria y privaciones, con base en la reducción de las necesidades personales y en la caída del nivel de vida de los hombres al nivel de los pobres.”

En los capítulos en los que estudia las divergencias de fondo que opusieron a Trotsky y Stalin, Domenico Losurdo se abstiene más de una vez de críticas y elogios. Sitúa el choque en el gran cuadro de la URSS post Lenin, y resume las posiciones de ambos, recurriendo a múltiples citas.

Son particularmente interesantes las páginas en las que son confrontadas las posiciones de Trotsky y Stalin sobre los temas de organización jurídica de la sociedad, de la familia, de la propiedad y sobre todo del Estado.

La cuestión central de la extinción del Estado, prevista por Marx, y exhaustivamente analizada por Lenin, le merece una atención especial.

A las críticas de Trotsky –entonces en el exilio- a la Constitución Soviética del 36, Stalin responde que las lecciones de Marx y Engels no deben ser transformadas en dogma y en una nueva escolástica.

El Estado soviético, en lugar de caminar a su extinción, se fortalece cada vez más.

Según Stalin, el papel fundamental del Estado en la URSS “consiste en un trabajo pacifico de organización económica y en el trabajo cultural y educativo”. La antigua función represiva fue “sustituida por la función de la salvaguarda de la propiedad socialista de la acción de los ladrones y expoliadores del patrimonio del pueblo”.

Losurdo señala que, en la práctica, el Estado Soviético se desvío de esa función y recuerda que en 1938 “imperaba el terror y se ampliaba monstruosamente el Gulag”.

Más la permanencia del Estado represivo no responde a la pregunta: ¿hasta qué punto es válida la tesis de Marx sobre el debilitamiento y la extinción del Estado? ¿Debe o no mantenerse el Estado en una sociedad comunista?

Losurdo recuerda que en la posición asumida por Stalin son identificables muchas contradicciones, pero señala que al contradecir una tesis clásica de Marx, el Secretario General del PCUS actuaba en un terreno minado que lo exponía a la acusación de “traidor” lanzada por Trotsky.

A partir del inicio de los años 30, Stalin, en su lucha contra la oposición, acusa a sus miembros globalmente, de ser “agentes del enemigo”.

Exageraba. Más Trotsky, principalmente, le ofrecía argumentos que contribuían a dar credibilidad de las acusaciones que le eran dirigidas. Cuando radios de Prusia Oriental comenzaron a transmitir para la URSS textos trotskistas, Stalin sacó beneficios de esa iniciativa. Y cuando Trotsky, en las vísperas de la II Guerra Mundial, el 22 de Abril de 1939, dio su apoyo a los que pretendían “liberar a la Ucrania Soviética del yugo stalinista”, se intensificó la persecución de cuadros sospechosos de ideas trotskistas.

La otra “Guerra Civil”

Al contrario de lo que se afirma en la Historia oficial de la Revolución Rusa editada por el PCUS, el grupo dirigente que asumió el poder en Octubre del 17 estaba ya dividido en lo tocante a problemas fundamentales de la política interna e internacional.

Los debates sobre los sindicatos, el papel del campesinado, la economía, las relaciones con las potencias capitalistas, la cuestión de las nacionalidades fueron siempre polémicos en el Politburó y en el Comité Central. Solamente el carisma y el inmenso prestigio de Lenin retardaron los conflictos sobre la orientación del Partido que se producirían después de su muerte.

Losurdo concluye que el Informe Secreto de Jruschov al XX Congreso presenta de ese periodo histórico una visión distorsionada y fantasiosa.

La tesis de Jruschov, según la cual corresponde a Stalin la responsabilidad por el asesinato en 1934 de Serguei Kirov, porque el joven dirigente estaría implicado en una vasta conspiración contra él, es rebatida por Losurdo con el apoyo de documentación recientemente divulgada. En la realidad Kirov tenía una gran admiración por Stalin que depositaba en él una confianza total.

Las conspiraciones para separar del poder a Stalin fueron muy reales, más las versiones de ellas presentadas en el Occidente por sovietólogos anticomunistas contribuyen en la opinión del filosofo marxista italiano para falsificar la historia. Y alcanzaron ese objetivo.

Domenico Losurdo es consciente de pisar un terreno peligroso en su tentativa de iluminar un Stalin diferente del dictador cruel, megalómano y vengativo cuyo perfil aparece esbozado en el Informe Secreto al XX Congreso. Esa imagen, con el aval de Jrsuchov, fue exportada por todo el mundo y acabó por ser aceptada en el Occidente como verdadera incluso por muchos dirigentes de Partidos Comunistas.

Los capítulos del libro de Losurdo que suscitaran más polémica en Italia y en otros países son por eso mismo los dedicados a las luchas en el Partido que precedieron a los Procesos de Moscú.

De alguna manera la carta de Lenin al Congreso del PCUS –leída por Krupskaya pero solamente publicada años después- estimuló en dirigentes del Partido la tendencia para luchar contra Stalin. Trotsky comenzó a conspirar con Kamenev y Zinoviev después de la muerte de Lenin.

Losurdo define el conflicto ideológico de la época como una “guerra civil” que fue permanente en el Partido hasta los últimos procesos del año 38. En la primera fase de la lucha por el poder, Stalin consiguió aislar a Trotsky de los viejos bolcheviques, desencadenando contra él una campaña en la que fue recordado su pasado menchevique y las polémicas mantenidas con Lenin.

El escritor italiano Curzio Malaparte, en un libro que fue best seller Técnica del Golpe de Estado publicado en Francia en 1931, fue uno de los primeros intelectuales europeos en escribir en occidente sobre los acontecimientos mal conocidos que, en el año 27, precedieron a la prisión de Trotsky, a su expulsión del Partido y al confinamiento en Alma Ata, en Kazajistán.

Una documentación importante confirma que Kamenev y Zinoviev, que se oponían a la política de Stalin pero sin enfrentarlo en el Politburó, participaron personalmente de esa conspiración. El objetivo era la separación de Stalin, pero el proyecto fracasó y el Secretario General recuperó una vez más a Zinoviev y Kamenev, aislando a Trotsky.

Bujarin, siempre imprevisible, habia sido hasta entonces –según Losurdo- como director de Izvestia, un aliado firme de Stalin, más a partir de la extinción de la NEP y del inicio de la colectivización de las tierras emprendida a ritmo acelerado y con recursos a métodos crueles, llegó a la conclusión de que la estrategia adoptada por el PCUS conduciría el país a un desastre. El dirigente que en Brest-Litovsk había liderado el ala izquierdista se dislocó a la derecha en un brusco viraje, convencido de que la revolución solamente podría sobrevivir si mudase de ritmo, adoptando una orientación democrático-burguesa, lo que significaría una regresión histórica.

Rogovin, un historiador trotskista citado por Losurdo, afirma que Stalin tomó entonces la iniciativa de desencadenar una “guerra civil preventiva” contra aquellos que pretendían derrocarlo. En ese periodo de conspiraciones laberínticas, la participación de destacados dirigentes en maniobras de bastidores fue permanente, y de ellas participaron algunos miembros de la vieja guardia bolchevique.

La apertura de los archivos soviéticos vino a esclarecer que algunos cambiaron con frecuencia de campo.

Rogovin, polemizando mucho más tarde con Solzhenitsin, afirma que, lejos de ser la expresión de “un ataque de violencia irracional e insensata”, el sanguinario terror desencadenado por Stalin fue en la realidad la única manera por la cual él consiguió quebrar la resistencia de aquello a lo que llama “las verdaderas fuerzas comunistas”.

En los procesos de Moscú los ex dirigentes bolcheviques aparecen todos como traidores. Más la palabra es brutal y la generalización deforma la historia. Antonov-Ovsenko, Preobrajenvsky, Karl Radek, Rakovsky, Bujarin, Kamenev, Zinoviev, entre otros dedicaron sus vidas a un proyecto radical de transformación de la sociedad cuya meta era el socialismo, rumbo al comunismo.

Domenico Losurdo, apoyado por fuentes creíbles, procura comprenderlos, descendiendo a las razones de comportamientos contradictorios que expresaban simultáneamente las dudas, las opciones ideológicas y la fidelidad al ideal comunista de esos revolucionarios.

En esas páginas sobre el periodo de las luchas internas de los años 20 y 30, la llamada conspiración de los militares merece atención especial. Losurdo no deja para el lector las conclusiones; en este caso no se limita a colocar los datos sobre la mesa.

En la torrencial bibliografía occidental sobre el asunto, el mariscal Tujachevsky, héroe de la guerra civil, es siempre presentado como víctima inocente del terror stalinista, arquetipo del revolucionario puro, triturado por un engranaje perverso.

Losurdo afirma que ya en 1920, durante la guerra en Polonia, Tujachevsky había evidenciado una ambición militarista preocupante al imponer la marcha sobre Varsovia que tuvo un desenlace desastroso. Pero Stalin confiaba todavia en él y lo promovió a mariscal después de las victorias alcanzadas en 36 contra Japón en Mongolia.

Transcurridos 70 años, continua siendo polémica la cuestión de los contactos secretos que Tujachevsky habría mantenido con potencias extranjeras. Más los historiadores que le atribuyen la aspiración de transformarse en el “Bonaparte de la Revolución Bolchevique” acumularon pruebas que lo comprometen.

El checoslovaco Benés, en 1937, informó a los franceses de esos contactos y Churchill, después de la II Guerra Mundial, admitió que la gran la depuración en el cuerpo de oficiales de la URSS afecto a elementos filo alemanes y, citando el nombre de Tujachevsky, afirmó que Stalin tenía una deuda de gratitud con el presidente Bénes. El embajador de los EEUU en Moscú Joseph Davies, alude también a una “conspiración de los militares”. El propio Trotsky, no obstante su odio a Stalin, afirma evasivamente, en un comentario a la ejecución de Tujachevsky y otros oficiales, que “todo depende de aquello que se entienda por conspiración”.

En su reflexión sobre la prolongada lucha librada en la dirección del PCUS después de la muerte de Lenin, Losurdo emplea repetidamente la expresión “las tres guerras civiles” para caracterizar la amplitud que asumieron las conspiraciones . La última finalizo con la ejecución de Bujarin.

El filósofo italiano subraya en su libro que Bujarin, después de la extinción de la NEP, decisión a la que se opuso, comenzó en reuniones privadas a llamar a Stalin “el representante del neotrotskismo” e “intrigante sin principios”. Fue el comienzo del viraje que paradójicamente, más de una vez lo aproximó a Trotsky que le inspiraba temor y admiración.

Los orígenes del Stalinismo

La deformación de la historia real de Rusia comenzó en Occidente inmediatamente después del derrocamiento de la autocracia zarista. La tesis según la cual la Revolución de Febrero habría sido una revolución casi sin violencia y la de Octubre una sangrienta tragedia es un mito forjado en los países capitalistas. En la realidad murió mucho más gente en la primera que en las jornadas que precedieron al asalto del Palacio de Invierno y en los días posteriores.

Losurdo, en el capitulo en que estudia los “orígenes del stalinismo”, recuerda que Stalin, contrariamente a Trotsky, defendía la compatibilidad de un “nacionalismo sano”, del “sentimiento nacional y de la idea de patria” con la fidelidad al internacionalismo proletario. Cuando el Reich nazi invadió la URSS afirmó insistentemente que el camino para lo universal pasaba a través de la lucha de los pueblos que no aceptaban la condición de esclavos al servicio del pueblo de señores imaginado por Hitler.

Stalin es acusado de defender un concepto de Estado y una política de nacionalidades cuya aplicación reflejó contradicciones antagónicas. Pero se vivía una época en que contradicciones simultáneamente evidentes e incompatibles eran comunes en la formulación de la teoría revolucionaria. Rosa Luxemburgo criticó duramente al partido bolchevique por haber liquidado la democracia tal como la concebía, más simultáneamente le exhortaba a reprimir con puño de hierro cualquier tendencia separatista de “los pueblos sin historia”, incluyendo el de su natal Polonia. Stalin, por el contrario, defendía la necesidad de un respeto enorme por las más de cincuenta nacionalidades de Rusia y consideraba que la preservación de sus lenguas y culturas le aparecía como indisociable del progreso de Rusia revolucionaria.

Esas ideas, condensadas en un libro elogiado por Lenin, no encontraron sin embargo traducción en la praxis, sobre todo a partir de los años que ejerció como Secretario general del PCUS un poder personal casi absoluto.

Más, paradójicamente, en los últimos años de vida, Stalin reasume la defensa de las nacionalidades al combatir como utópica la idea de “una lengua única para la humanidad” “cuando el socialismo triunfe a nivel mundial”. Señalando que la lengua no es una superestructura, afirma que los idiomas no fueron creados por una clase social, sino “por todas las clases de la sociedad gracias a los esfuerzos de cientos de generaciones”.

En su denso ensayo, cuya riqueza conceptual y documental es incompatible con las síntesis breves, Losurdo fija los orígenes de aquello a que se llamó el stalinismo, en una época marcada por tensiones, conspiraciones y el hambre, al inicio de la colectivización de las tierras.

Citando la Fenomenología del Espíritu, de Hegel, y lo que el filosofo alemán pensaba de la “libertad absoluta” y del “terror”, sustenta que «el “stalinismo” no es el resultado “ni de la sed de poder de un individuo, ni de una ideología, sino del estado de excepción permanente que se implanta en Rusia a partir de 1914”».

La mayoría de los historiadores occidentales serios, recuerda, coinciden en que antes de los años 30, Stalin no era aún un autócrata. Según Werth, no existía en ese tiempo el culto a la personalidad y persistía la tradición de la dictadura del proletariado.

En 1925, en plena NEP, Stalin expresaba opiniones como esta: “hoy no es ya posible dirigir con métodos militares”;”ahora no se ejerce la máxima presión, sino la máxima flexibilidad, sea en la política, sea en la organización…” Entonces consideraba un error “identificar el Partido con el Estado” y repetía que “el socialismo es el trásito (de la fase) en que existe la dictadura del proletariado a la sociedad sin Estado”.

Fue la decisión de industrializar el país rápidamente la que provocó el viraje estratégico que desencadenó la represión sobre los campesinos. Cercada por potencias hostiles, sin acceso al capital internacional, la URSS, para financiar la industrialización recurrió a los excedentes generados por una agricultura atrasada. El proyecto de colectivización de la tierra, por la manera violenta como fue concretizado, produjo desgarros no solo en el tejido social, sino en la dirección del Partido. Se alcanzó el objetivo, pero el precio social y político fue altísimo.

Pero solamente es a partir del 37, con el Gran Terror –expresión utilizada por Losurdo- cuando la dictadura del proletariado cedió lugar a la autocracia.

En las Obras Completas de Stalin son además numerosas las páginas en que el repite que la dictadura del proletariado habría asumido un carácter muy diferente si la Guerra Mundial, anunciada con anticipación, no lo hubiese encaminado para una política de concentración del poder. ¿Sería sincero al escribir que la concibió como transitoria? Nunca lo sabremos.

Lo que está comprobado por una abundante documentación es la convicción que Stalin tenia de que después de la derrota del III Reich hitleriano se abriría a la Alianza con los EEUU e Inglaterra un gran futuro. Creyó en una era de buenas relaciones con el Occidente capitalista.

No preveía entonces para Europa Oriental fuera adecuado el tipo de regímenes que allí instaló con mano de hierro. Entendía que Polonia no debería optar por la vía de la dictadura del proletariado. “No está obligada a ello, no es necesario”. Y, hablando con dirigentes comunistas búlgaros, los sorprendió al afirmar: “es posible realizar el socialismo de un modo nuevo, sin la dictadura del proletariado”. Y cuando mantenía aún una relación cordial con Tito le dijo: “En nuestros días el socialismo es posible inclusive bajo la monarquía inglesa”.

El norteamericano Robert Conquest, el historiador de ultraderecha al que Losurdo atribuye esas palabras, señala que ellas demuestran que “Stalin estaba repensando activamente la validez universal del modelo soviético de revolución y socialismo”.

Lo que no suscita dudas es que la Guerra Fría hizo derruir eventuales planes sobre un cambio de estrategia y puso fin a la meditación ideológica sobre los modelos del socialismo. El deshielo se torno en una imposibilidad.

Sobre la popularidad de Stalin

Y los Gulag

Losurdo dedica muchas páginas al tema de la popularidad de Stalin. Basado en fuentes de múltiples tendencias, llama la atención para una realidad desconocida en Occidente.

Incluso durante el bienio del Gran Terror, 37-38, la base social de apoyo a la política de Stalin se amplió.

Se verifica, escribe Losurdo, “una interacción paradójica y trágica”. En consecuencia se daba, por un lado, un fuerte desarrollo económico y cultural y por otro del miedo suscitado por la represión; “decenas de millares de stajanovistas se volvieron directores de fabricas y una análoga y rapidísima movilidad social se produjo en las fuerzas armadas”.

En las vísperas de la guerra, el jefe de los traductores del Ministerio de Negocios Extranjeros del Reich, de visita a Moscú, al pasar por la Plaza Roja resumió en estas palabras la atmosfera de tranquilidad existente en la capital: “Quien estuvo en Moscú y no vio a Lenin, me dijo un miembro de la Embajada, no vale nada para la población rural rusa”.

En las campañas anticomunistas, los textos sobre los Gulags siberianos creados por Stalin y los relatos sobre el sufrimiento de los deportados funcionan como artillería pesada. Muchos libros han sido dedicados al tema, desde la novela que valió el Nobel a Solzhenitsin.

Losurdo aborda la cuestión de frente, situándola en una perspectiva poco habitual.

Estudio a fondo la documentación soviética existente en los archivos. Como ser humano y revolucionario le inspiran sentimientos de repulsa e indignación los campos de trabajo forzados, en cualquier país y cualquiera que sean los objetivos.

Esa posición no le impide denunciar la falsificación de las estadísticas occidentales que inflaron desmesuradamente la población de los Gulag, multiplicando el número de personas que pasaron por ellos y los que allí murieron.

Simultáneamente, rechaza los paralelismos establecidos entre los campos de exterminio nazi y los campos de trabajo soviéticos. El universo de los campos de concentración siberianos eran un mundo de contradicciones. En la URSS – escribe Losurdo- la ley castigaba con rigor las violaciones rutinarias de los reglamentos. El propio Vishinsky, cuando era Procurador General de la Unión, denunció públicamente las condiciones intolerables de algunos Gulag donde los hombres eran tratados como “animales salvajes”.

Losurdo recuerda que en los campos soviéticos había bibliotecas para los deportados, y la dirección promovía espectáculos, conciertos y conferencias y que los prisioneros en muchos Gulag estaban autorizados a elaborar periódicos murales.

A partir del inicio de la agresión alemana, las condiciones de vida se suavizaron en casi todos los campos de trabajo soviéticos. Millares de prisioneros fueron beneficiados por una serie de amnistías y reintegrados en la sociedad o en las fuerzas armadas.

Losurdo, en una crítica frontal a la hipocresía de los intelectuales anticomunistas que reescriben la historia falsificándola, procede a un breve inventario de los horrores de campos de concentración creados por potencias occidentales cuyos dirigentes se presentan como campeones de los derechos humanos, horrores ocultados por un manto de silencio.

Australia, por ejemplo, a lo largo de casi todo el Siglo XIX, fue la Siberia oficial de la Inglaterra imperial. Los textos que reproduce esbozan un panorama de los campos de concentración australianos sólo comparable con los creados por las SS de Himler. Los aborígenes, además, eran aún cazados como animales en ese país en el inicio del siglo pasado.

¿Y qué pensar de los campos de internamiento instalados por Roosevelt para ciudadanos de origen japonés –incluyendo niños- cuyo único crimen era el origen étnico? Durante la guerra, muchos prisioneros alemanes fueron sometidos en los EEUU a torturas medievales, como la destrucción de los testículos.

Es de dominio público que en la primera mitad del Siglo XX los linchamientos de negros eran aún rutinarios en los Estados del sur del país. Ho Chi Min describe esos espectáculos macabros, tolerados por las autoridades. Asistió, angustiado a uno de ellos.

En las historias de Inglaterra, no hay prácticamente referencias a los campos de trabajo militarizados instalados en la India durante el imperio. Pero existieron y fueron escenario de crímenes repugnantes.

La desaparición de la memoria histórica de los horrores de los campos de concentración creados por Francia en Argelia es igualmente una realidad en la patria de Víctor Hugo.

En Alemania se ignora el genocidio planeado de los Herreros y de los Hotentotes en Namibia cuando aquel país era una colonia del imperio de los Hohenzollern. Fueron hacinados como animales en campos especiales por el ejército colonial del Kaiser Guillermo II.

Del genocidio de los indígenas también poco se habla en Canadá. Pero ese silencio no apaga el hecho de que el objetivo de los campos de la muerte del país fue el exterminio deliberado de tribus enteras de indios en un autentico holocausto.

La evocación de esos crímenes olvidados por los defensores occidentales de los derechos humanos ocupa muchas páginas en el libro de Losurdo.

Podría haber acrecentado una referencia al campo de Tarrafal en Cabo Verde y a los campos de concentración, como el de São Nicolau, que Salazar instaló en Angola.

Stalin y los judíos

La satanización de Stalin en el Occidente no es solamente una constantes de las campañas anticomunistas. Historiadores europeos y estadounidenses de prestigio identificados con la ideología neoliberal cultivaron en las últimas décadas una perversa modalidad de irracionalismo en el esfuerzo de diabolizar a Stalin.

La receta es primitiva: Stalin y Hitler serian “monstruos gemelos”.

Losurdo en el desmontaje del paralelismo y de las imaginarias afinidades entre el dirigente soviético y el Führer nazi analiza los textos de autores como la destacada escritora sionista estadounidense Ana Arendt para ridiculizar la argumentación inspirada por un anticomunismo cavernícola.

Arendt, entre otras mentiras, presenta a Stalin como un anti-semita fanático. Le atribuye una “política canibalística” contra los judíos, basada en un odio racial feroz.

El historiador Robert Conquest, portavoz de la extrema derecha norteamericana, comentando la represión en Ucrania durante la colectivización, afirma que Stalin transformó aquella República soviética en un “inmenso Bergen Belsen” (un campo de exterminio alemán).

Losurdo señala que Conquest, en uno de sus libros, editado en el ámbito de una operación político cultural anticomunista, responsabiliza a la URSS por “infamias iguales en todo a las cometidas por el Tercer Reich”.

Cabe recordar que sucesivos presidentes de los EEUU manifestaron gran aprecio por Conquest como historiador y perfilaron la tesis del Golomodor (el llamado holocausto ucraniano), transformándola en una poderosa arma de la Guerra Fría. Reagan la utiliza como instrumento ideológico en el periodo que precedió al desmembramiento de la URSS.

Losurdo, al refutar las acusaciones del antisemitismo hechas a Stalin, recuerda que después del final de la guerra, antes de la división de Palestina, el dirigente soviético adoptó “una política fundamentalmente filo hebraica”. La URSS fue además el primer país en reconocer al Estado de Israel. En un mensaje dirigido desde Paris a Ben Gurion, su ministro de Asuntos Extranjeros destaca que los delegados soviéticos actuaron como “abogados de Israel” en la Conferencia de la ONU sobre la cuestión palestina.

Los archivos del Foreign Oficce del Departamento de Estado acumulan además una documentación que confirma una realidad hoy incómoda por muchos motivos: “la Unión Soviética contribuyó de manera esencial –como escribe Losurdo- para la creación y fortalecimiento del Estado hebraico”.

Losurdo, recurriendo a citas de diferentes autores, subraya que Stalin fustigaba el antisemitismo con expresiones como “chauvinismo racial” y “canibalismo”.

Muchos de los bolcheviques más destacados de la vieja guardia eran judíos. Zhdanov, un dirigente en el cual Stalin depositó una confianza irrestricta también era judío. Y durante décadas, millares de elementos de origen hebreo ocuparon funciones de la mayor responsabilidad en el Estado Soviético.

Hitler en sus catilinarias anti-semitas atribuía a los judíos un papel decisivo en la preparación de la Revolución de Octubre. Utilizando un lenguaje infame, aludía a una “horda terrorista hebraica” de “asiáticos circuncidados” y afirmaba que la sangre judía corría en las venas de Lenin. Y decía que Stalin era un judío, no por la sangre pero si por el espíritu.

La política pró Israel de Stalin solamente dió un giro de 180 grados, asumiendo una orientación antisionista, cuando los diplomáticos de Tel Aviv, después de la visita de Golda Meier a Moscú, iniciaron contactos secretos con la comunidad hebrea de la URSS con el objetivo de estimular la emigración hacia Israel de los judíos soviéticos.

“Cada hebreo –habría dicho entonces Stalin, según Roy Medvedev- es un nacionalista, y es un agente del espionaje norteamericano”.

Losurdo aborda con cautela el tema de la alegada “conspiración” de los médicos judíos de Stalin a la cual escritores y periodistas occidentales dedicaron millares de páginas. Transcurrido más de medio siglo, el fusilamiento de algunos de esos médicos continua sucintando polémicas apasionadas dentro y fuera de Rusia. El filosofo italiano, comentando versiones contradictorias, evita una conclusión, señalando que no fueron solamente dirigentes soviéticos quienes prestaron credibilidad a la teoría del complot. El diplomático británico Sir Joe Gascoigne admitió en la época que los médicos del Kremlin eran “culpables de traición”.

Comunismo antítesis del fascismo

La intensidad, las proporciones y la sofisticación de la campaña anticomunista en la cual uno de los objetivos era la destrucción de la imagen positiva proyectada en el mundo por la Unión Soviética produjeron en Occidente efectos prolongados y complejos que se manifiestan aún, transcurridas casi dos décadas desde la reimplantación del capitalismo en la patria de Lenin.

La ofensiva prosiguió. Los teóricos del capitalismo, creadores de slogans como “el imperio del mal” y otros similares, comprendieron que el esfuerzo para desacreditar a la URSS era insuficiente si no concentraban sus críticas en la ideología del sistema. Marx, Engels y Lenin se tornaron en los blancos preferidos de los intelectuales y de políticos empeñados en presentar al socialismo como un proyecto fracasado, no solamente utópico, sino monstruoso. Cualquier científico político mínimamente estudioso sabe que no existió hasta hoy un único régimen comunista. Pero simulando ignorar la evidencia –el comunismo es una fase superior del socialismo- los ideólogos de la burguesía insisten en llamar comunistas a los países que desarrollaron experiencias socialistas, entre ellos la URSS.

La mayoría de los Partidos Comunistas – el Portugués, el de Grecia, el AKEL chipriota son en Europa las excepciones del revisionismo- no supo reaccionar positivamente a esa ofensiva ideológica. Muchos dirigentes, por ella contaminados, no solamente participaron de las campañas de satanización de la URSS sino que renegaron de los valores de la Revolución de Octubre, llevando la capitulación al extremo de adherirse a las calumnias anticomunistas.

Registro que no faltan militantes de partidos revolucionarios que, por temor, no osan hoy asumirse públicamente como marxistas y comunistas.

Fue en el ámbito de esa ofensiva ideológica en la que académicos de grandes universidades europeas y norteamericanas forjaron la tesis según la cual el fascismo y el comunismo serían, al final, variantes de una misma concepción monstruosa de la política. Entre los muchos libros publicados sobre el tema, algunos como Orígenes del Totalitarismo, de Ana Arendt, fueron best-seller mundiales que diseminaron la mentira y la calumnia con barniz de verdad.

Domenico Losurdo en los capítulos dedicados a la psicopatología y a la moral de la literatura politica occidental de la época de Stalin ,y a la aberración de las comparaciones entre este y Hitler, desciende a los orígenes y motivaciones de la estrategia anticomunista.

Recuerda que ese trabajo tiene raíces antiguas. El Presidente Wilson, por ejemplo, era un fanático anticomunista. En su opinión, la Revolución de Octubre fue fundamentalmente un Complot alemán; Lenin y otros dirigentes bolcheviques habrían estado durante años al servicio de la Alemania imperial.

Losurdo, que emplea la expresión Gran Terror con mayúsculas para designar el bienio 37-38 de los Procesos de Moscú, esboza con frontalidad el cuadro sombrío de la represión en la URSS en diferentes fases de la era de Stalin.

Alerta, además, para la hipocresía de eminentes historiadores occidentales que blanquean y omiten crímenes contra la humanidad practicados por los gobiernos y fuerzas armadas de los países capitalistas en tanto se esforzan para movilizar las conciencias contra los cometidos por los “monstruos comunistas”.

Recuerda –apenas un ejemplo – que el fusilamiento de oficiales polacos por los soviéticos en Katyn fue un crimen sin disculpas. Señala sin embargo que esa masacre abyecta ha sido utilizada exhaustivamente por la propaganda occidental en el cine, la televisión, la prensa, en libros, como prueba del carácter bárbaro del régimen soviético.

En un brevísimo inventario de algunos crímenes occidentales que no figuran o son suavizados en los manuales de Historia, Losurdo cita entre otros:

-La muerte por hambre y maltratos de dos de los tres millones de prisioneros soviéticos capturados por los Alemanes en el Frente del Este.

-La masacre cometida por los británicos de millares de mujeres y niños en el campo de concentración de Kamiti, en Kenia, después de la rebelión de los Mau Mau.

-El bombardeo genocida de Dresde por los ingleses cuando la guerra estaba en el final y el apoyo de Churchill, Roosevelt y Truman a los bombardeos terroristas de ciudades alemanes sin objetivos militares con el objetivo de aterrorizar a la población.

-La ejecución en Sicilia por orden del general Patton de soldados italianos que se habían rendido al ejército norteamericano.

-El genocidio en las Filipinas en el comienzo del Siglo XX durante la revuelta contra la ocupación norteamericana.

-El exterminio total de la población aborigen de Tasmania.

-El rechazo a hacer prisioneros musulmanes durante la campaña de Sudan a finales del del Siglo XIX, campaña en la que Churchill participó como oficial de caballería.

-La ejecución en Taejon, en Julio de 1950, de 1700 coreanos que antes del fusilamiento fueron obligados a excavar la fosa donde fueron sepultados.

-El exterminio por el ejército de los EEUU del total de los habitantes de decenas de aldeas en Vietnam y Laos.

-La orden de Nixon en el inicio de los años 70 para que fuesen lanzadas en las áreas rurales de Camboya más bombas que cuantas habían caído en las ciudades japonesas durante toda la Segunda Guerra Mundial.

-El más trágico y abyecto de todos los crímenes contra la humanidad: el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki en Agosto de 1945.

El odio no hace la Historia

Para los ingleses es muy contradictorio hoy reconocer que sus líderes derramaron elogios sobre Mussolini y Hitler antes de la Guerra Mundial.

Churchill declaro en 1933 que veía “el genio romano personalizado en Mussolini, el mayor legislador vivo, que mostró a muchas naciones como se puede resistir a llegar al socialismo…”

Cuatro años después, en 1937, escribió que Hitler era un político “extremadamente competente”, con una sonrisa que “desarmaba” y un “sutil magnetismo personal”.

Lloyd George, el ex Primer Ministro liberal, fue aún más apologético al definir al Führer como “un gran hombre”.

Paradójicamente, los mismos dirigentes de las grandes potencias occidentales cuyos anatemas contra la URSS y Stalin continúan siendo rutinarios en las campañas anticomunistas reconocieron públicamente la decisiva importancia de la contribución soviética para la derrota del Reich Nazi y manifestaron gran aprecio por la persona del Secretario General del PCUS.

Roosevelt, ya muy enfermo, no ocultó la impresión positiva que en la Conferencia de Teherán le causara la personalidad de Stalin, definiéndolo como un estadista de gran talento y cultura.

En la correspondencia de Churchill hoy publicada son numerosas las referencias altamente elogiosas de Stalin. Identificó en él a uno de los más dotados estadistas del Siglo XX. Eso no le impidió dar por lo dicho lo no dicho y ser el orgulloso padre de la Guerra Fría al esbozar en el famoso discurso de Fulton los peligros de aquello que llamó la “Cortina de Hierro”. Obviamente el Informe Secreto de Jruschov supuso un poderoso estimulo a la campaña de demonización de Stalin.

La apertura de los Archivos soviéticos y las memorias de mariscales que desempeñaron un gran papel en la derrota militar del III Reich constituyen el más eficaz de los desmentidos a las afirmaciones grotescas de ese Informe que presenta de Stalin la imagen de un dirigente que cayera en depresión con la invasión alemana y sin influencia directa en la conducción de la guerra patriótica.

La tesis provocadora de los “monstruos gemelos”, difundida por Ana Arendt y otros escritores anticomunistas, no pasa de una grotesca operación de marketing político. Pero continúa siendo el ingrediente utilizado en las campañas de satanización de Stalin.

Losurdo llama la atención hacia el protagonismo que Arendt más de una vez asumió en esa ofensiva, en la tentativa de forzar un paralelo entre Alemania nazi y la URSS Staliniana. La escritora sionista pretende iluminar “el origen del totalitarismo”, pero en la realidad su ensayo agrede a la Historia, configurando aquello que Lukács llama el asalto a la razón.

La obsesión de los ideólogos del neoliberalismo en lanzar puentes entre Stalin y Hitler es tan irracional que asume facetas de paranoia. Losurdo pulveriza la tesis y recuerda con fundamento que por el pensamiento y por su intervención en la Historia ellos fueron precisamente dos personalidades antagónica

En tanto que Hitler hizo del racismo un cimiento del Estado nazi, Stalin lo condeno como forma de canibalismo social y amenaza a la paz. Stalin embistió contra el mito de la superioridad de los arianos puros, sobretodo alemanes, sobre los demás pueblos.

La Unión Soviética asumió un papel decisivo en la descolonización y fue gracias a la solidaridad del Partido bajo su dirección, apoyo ideológico y ayuda material que las luchas de liberación nacional se desarrollaron victoriosamente en África, en Asia y en América Latina.

Hasta Friedrich Hayek, el economista austriaco que es considerado el padre del neoliberalismo ortodoxo, reconoce que sin la Revolución Rusa el llamado estado social no habría sido posible en Europa.

Traducido por Pável Blanco Cabrera

http://www.kaosenlared.net/noticia/stalin-historia-critica-leyenda-negra-libro-domenico-losurdo

Programa de Gobierno del PAR 1967-1972

PROGRAMA DE GOBIERNO
DEL PARTIDO ACCIÓN
RENOVADORAPAR (1967-1972)

Septiembre de 1966

LA REALIDAD QUE VIVE EL PAIS

El gobierno de nuestro país y los voceros de la prensa extranjera han insistido en señalar que durante los últimos años se ha experimentado en El Salvador un acelerado crecimiento económico. Y en efecto, a simple vista puede percibirse que la economía nacional ha tenido un fuerte incremento en los últimos tiempos. A pesar de ello, ningún Partido que se precie de representar los intereses mayoritarios de nuestro pueblo puede sentirse satisfecho, porque el desarrollo económico sólo ha venido a enriquecer a unos pocos, mientras ha agudizado más. los viejos problemas sociales que confronta el país.

El actual régimen se inició con una ruidosa propaganda que ofrecía terminar con los problemas sociales en El Salvador; pero en la práctica toda su labor en ese sentido ha consistido en emitir algunas leyes superficiales que. lejos de resolver los problemas, han provocado su ahondamiento. Tal fue el caso de la ley del séptimo día de descanso remunerado para los trabajadores del campo, la ley de alimentación mínima y el Decreto de Salario Mínimo Campesino. Aparte de que esos instrumentos legales fueron deficientes, su aplicación rigurosa fue asegurada por el gobierno, ya que siempre estuvo más interesado en congraciarse con los grandes intereses patronales que controlan la economía de nuestro país.

En estos momentos hay más hambre, más desocupación, peor salud, iguales o inferiores salarios que hace cinco años. En materia de educación subsisten los antiguos problemas: más del 60% de la población es analfabeta sólo el 43% de los salvadoreños en edad escolar reciben enseñanza, en su mayoría, hasta el tercer grado de primaria; faltan escuelas y profesores aunque hay centenares de ellos sin empleo.

En la actualidad es mayor el problema de la vivienda, aún cuando se han construido más en este período que en los anteriores; en San Salvador la gente se amontona en los barrancos y en los trasfondos de la ciudad, formando grandes poblaciones compuestas por miserables covachas, en las que se incuban muchos otros problemas sociales; el mesón resulta hoy un lujo comparado con esas covachas, y los alquileres son en el presente más altos que en épocas no muy lejanas. Los problemas de la salud pública se han agravado y existe una calamitosa situación asistencial y hospitalaria.

En el campo, la situación es aún peor. La crisis del algodón ha lanzado a los caminos a más de cien mil trabajadores que ahora carecen de empleo y de todo medio de vida. El Gobierno anunció con toda pompa un cuerpo de medidas para enfrentar la crisis algodonera. pero ellas han resultado ser en su mayoría inconsistentes y, por otra parte, ninguna estaba dirigida a proteger a los trabajadores. Los algodoneros concurren sin éxito a los bancos para obtener créditos; cien mil jornaleros rara vez pueden llevarse al estómago el bocado mientras decenas de miles de manzanas de tierra han quedado lamentablemente ociosas. ¡Brazos sin tierra y tierra sin brazos, hambre; desesperación; tal es el cuadro que reina en toda la costa del país en el momento que termina la gestión de este Gobierno, quien ofreció poner fin a la “explotación del hombre por el hombre”!

Son tan graves los problemas sociales en nuestro país que aún fuerzas tradicionalmente conservadoras como la Iglesia no han podido menos que pronunciarse, denunciando esta situación y llamando a un activo esfuerzo para lograr un cambio en las estructuras socio-económicas. La reciente Carta Pastoral del Arzobispo de San Salvador es, en efecto, un documento que denuncia la injusta situación y aboga por verdaderos cambios de fondo en El Salvador.

La política de desarrollo industrial que el actual Gobierno ha seguido, ha resultado gravemente perjudicial para los salvadoreños. Las fábricas que se han establecido en los últimos cinco años son, por lo general, plantas que utilizan una insignificante mano de obra nacional, apenas necesaria para dar acabado a productos que en realidad ya llegan al país casi elaborados por completo. Bien vistas las cosas, ese sistema de industrias en El Salvador no es otra cosa que un procedimiento encubierto para realizar una mayor importación sin pagar los aforos correspondientes, con la ventaja, además, de muchos otros incentivos fiscales para los inversionistas extranjeros. Los resultados de semejante política de desarrollo industrial son una Balanza Comercial y una Balanza de Pagos desfavorables, las cuales representan una sangría para nuestro país, que no podrá ser soportada por mucho tiempo sin que se vea quebrantada la estabilidad de nuestra moneda, con lo cual según la experiencia de otros países se conducirá a mayores sufrimientos al pueblo trabajador, que es quien en realidad paga la inflación.

Hay que concluir en que estos años de acelerado incremento de nuestra economía, sin cambios de estructura, no sólo han acarreado mayores problemas económicos y sociales a El Salvador, sino que también lo han arrastrado hacia la pérdida sistemática de su independencia por causa de la desenfrenada carrera de empréstitos que hoy lo tienen al borde de ser una parcela hipotecada.

Por otra parte, ya numerosos capitalistas, entre quienes se pueden citar el gremio de Empresarios Textiles Salvadoreños y Centroamericanos, han denunciado en forma valiente el peligroso proceso de absorción de la industria nacional y centroamericana por el capital extranjero. La verdad es que cada día se rodea de más garantías y privilegios al capital inversionistas extranjero, de tal modo que los capitalistas nacionales se encuentran en una enorme desventaja. Todo ello conduce también a la pérdida de nuestra independencia económica y, por qué no decirlo: al detrimento de nuestra independencia política.
En el caso de la política exterior el principio de no intervención, tradicionalmente defendido por parte de El Salvador, ha sido roto. En el reciente caso en que la República Dominicana fue objeto de una descarada intervención militar, la Cancillería salvadoreña no sólo se abstuvo de defender ese principio, sino que peor aún colaboró enviando delegados ante los organismos que fueron creados a propósito por la Organización de Estados Americanos (OEA) para encubrir y legalizar este incalificable atropello al derecho de autodeterminación cometido contra el pueblo dominicano.

En el mismo orden de ruptura de la tradicional política de defensa de la no intervención, el Gobierno actual firmó no hace mucho un tratado para constituir un Ejército Centroamericano, con el declarado propósito de que éste sirva como instrumento de intervención militar en cualquiera de nuestros países, cuando sus pueblos se den gobiernos inaceptables para las fueras oscuras internas y externas que nos sojuzgan desde hace muchas décadas.

No debe perderse de vista que las torceduras de la política exterior salvadoreña se acrecentarán cada día más, conforme se acreciente la influencia de los empréstitos, aumente la ayuda militar y crezca la intromisión en nuestros asuntos estrictamente internos. La experiencia nos demuestra que en nada se beneficia al pueblo salvadoreño con semejante tráfico de su soberanía.

Como producto de los ciclos normales, durante casi todo el Gobierno del Coronel Julio Adalberto Rivera, la economía nacional se ha encontrado en un período de auge, luego de superada la crisis de los años anteriores, que fuera precipitada por la caída del precio internacional del café. Pero parece que al acercarse el fin de este Gobierno el auge también toca su fin. Los nubarrones de una nueva crisis han comenzado ya a levantarse ominosamente sobre el horizonte. La crisis del algodón es la manifestación más adelantada del período de crisis general que aguarda al país. El mercado mundial del café sigue siendo desfavorable como ha quedado demostrado en los últimos días durante la negociación del nuevo Convenio Internacional en Londres. Por otro lado, ha llegado la hora de abonar a los préstamos y de pagar sus intereses, mientras sigue creciendo la tendencia al aumento de las importaciones. Los años venideros serán sumamente duros para nuestro pueblo, que es, como se ve, quien paga el auge y también paga la crisis. Mayores penalidades esperan a este sufrido trabajador, a menos que se realicen cambios de estructura profundos.

Lo que en verdad tiene planteado el país en estos momentos no es el simple cambio de hombres en el Gobierno. El Partido Acción Renovadora considera que el problema de la sucesión presidencial hay que enfocarlo como una coyuntura para que se debatan con franqueza todos estos problemas de fondo y para que nuestro pueblo se pronuncie sobre el destino que deba seguir.

El desenvolvimiento económico sobre la base de la estructura actual sólo enriquece a unos cuantos, mientras empobrece más al pueblo. Y no puede ser de otra forma si las dos terceras partes de la tierra agrícola pertenecen a poco más de mil grandes terratenientes, si las llaves de la economía nacional (en la banca, el comercio exterior e interior, la gran industria, etc.) se encuentran férreamente dentro del puño de una pequeña oligarquía, si la economía toda del país está conformada bajo la dependencia del comercio exterior y por consiguiente, se encuentra sujeta a los vaivenes del mercado internacional y pertenece a una determinada órbita de intereses, si se endeuda desenfrenadamente al país aceptando condiciones políticas y de orientación económica que enajenan la independencia nacional; si, para defender todo este estado de cosas, se mantiene un régimen de estrechas libertades y derechos que impide a nuestro pueblo organizarse para la lucha por una vida mejor.

Por otra parte, ha quedado demostrado en los años 1958 a 1962 que es el pueblo quien soporta la mayor carga durante los períodos de crisis. Entonces crece el desempleo, se reducen los salarios, se agravan los problemas sociales, etc. O sea, que sobre la base de la actual estructura económico-social ni el auge ni la crisis mejoran la vida de las amplias mayorías. Por eso, cualquier idea de mejoramiento social está necesariamente unida a la idea de un cambio de estructura y en la hora actual en que se avecina una elección presidencial, un cambio de gobierno, es el momento más propicio para dirigir la lucha en favor de un cambio de fondo en la Nación.

EL PAPEL DEL PAR EN LAS LUCHAS DEL PUEBLO
El partido oficial trata de eludir el planteamiento de la realidad que vive el país, haciendo esfuerzos para que la sucesión presidencial gire en torno de personas. Trata de arrastrar al pueblo a una lucha absurda entre coroneles y coroneles o entre doctores y doctores. sin ir al centro del problema, como debe y como corresponde a los intereses y anhelos vitales de nuestro pueblo. El partido Acción Renovadora, en su nueva etapa histórica, entiende que su deber ante las próximas elecciones presidenciales consiste en realizar un gran esfuerzo por agrupar al pueblo en torno a un programa de cambios de fondo y que los hombres que han de postularse como candidatos a la Presidencia y Vice-Presidencia de la República, debe quedar supeditada a ese programa, y no a la inversa, como lo hace ahora el oficialismo para probar su decisión de conservar el rumbo actual del desarrollo del país, rumbo que es funesto para las grandes mayorías del pueblo salvadoreño.

Somos conscientes que el pueblo salvadoreño, en sus luchas para resolver los problemas económicos, sociales y políticos que confronta, necesita del acrecentamiento de fuerzas en su organización y capacidad política. Es preciso que las masas se orienten y eduquen para que adquieran un claro concepto de los objetivos que persiguen y puedan identificar a sus verdaderos enemigos, incluyendo a los que se disfrazan con falsos ropajes revolucionarios. El Partido Acción Renovadora está empeñado en organizar al pueblo dentro de sus luchas para solucionar esos graves problemas; el PAR aspira, pues, a ser un instrumento servicio del pueblo y no un poder del que se debe esperar toda la solución de los problemas nacionales.

Alcancemos o no el poder, nuestra tarea consiste en organizar al pueblo salvadoreño para que se ponga en pie de lucha lucha permanente por la defensa y conquista de los derechos que le han sido negados o arrebatados por largas décadas. Esa lucha debe mantenerse firme, aún en los momentos más difíciles de la vida nacional.

En la actualidad el hacer político está vinculado a las futuras elecciones. En los próximos cuatro años se llevarán a cabo tres eventos eleccionarios, siendo uno de ellos el inmediato para cambiar Presidente y Vice Presidente de la República. Es lógico pensar que si se produjera un golpe militar se rompería esa cadena de sucesos electorales y con toda ,posibilidad, variarían nuestros procedimientos de lucha; sin embargo, mientras ese hecho no se materialice el clima político nacional seguirá influenciado por los futuros acontecimientos eleccionarios. Y de esa base debemos partir para definir nuestra posición frente a las elecciones.

El Partido Acción Renovadora piensa que no todas las épocas ni todas las circunstancias son propicias para asistir a unas elecciones; pero en lo que toca a la hora presente se vuelve una necesidad que el pueblo salvadoreño salga de la indiferencia y el abstencionismo, tan dolorosos y perjudiciales, y entre en definitiva al campo de batalla armado de la más poderosa de las armas: su conciencia para derrumbar el sistema de privilegios que existe en el país y alcanzar así, los derechos que le han sido usurpados. Nada más oportuno ni conveniente para iniciar ese período de lucha profunda que la participación del pueblo organizado, con la
perspectiva de lograr la orientación y movilización de las mayorías, así como acrecentar las fuerzas indispensables para conquistar más tarde los cambios de fondo que necesita el país. El Partido Acción Renovadora como partido popular, debe marchar adelante para dar un rotundo mentís a sus entronizados enemigos, que hoy se desvelan en hacerlo retroceder a los tiempos del oportunismo y de la tienda de alquiler al servicio de las oligarquías.

El Partido Acción Renovadora comprende que en la realización de la tarea que se propone, como es la de organizar al pueblo salvadoreño en sus luchas, no encontrará todas las puertas abiertas; no contará tampoco con las garantías, ni mucho menos con las facilidades de parte de las fuerzas que detentan el poder. En ese sentido, el PAR considera que su esfuerzo contra los obstáculos y las arbitrariedades, viene a constituir parte de la batalla que hay que librar para demostrar la pequeñez de la democracia que se pregona, lo mismo que para orientar al pueblo en la identificación de los sectores que lo oprimen.

En los últimos tiempos, el Partido Acción Renovadora ha sido víctima de una campaña de desprestigio de parte de las tradicionales fuerzas enemigas del pueblo, quienes han utilizado como instrumento a los propios miembros identificados con la reacción, o simplemente inconformes, del mismo Partido, para tratar de dividirlo o destruirlo. Cada vez que se acerca un evento eleccionario se promueven escándalos publicitarios, para dar la impresión de que el PAR es un Partido dividido y que por ello es incapaz de aglutinar a las fuerzas populares. En las pasadas elecciones para Diputados y Alcaldes se entabló un juicio en el Consejo Central de Elecciones para que se cancelara la inscripción legal del PAR, pretextando violaciones estatutarias, juicio que se resolvió en favor del Partido al comprobarse que tales violaciones nunca existieron y que las imputaciones eran falsas. Aún cuando el grupo que sigue siendo instrumento de las fuerzas reaccionarias para esas campañas de desprestigio es muy reducido, creemos que no cejará en su propósito. Ahora que se acercan las elecciones presidenciales, se ha iniciado en el Consejo Central de Elecciones un nuevo juicio contra el Partido Acción Renovadora; y ello no puede sorprendernos, ni mucho menos amilanarnos: la lucha contra éstas y otras adversidades forma parte de la lucha general que nuestro Partido se ha impuesto en pro del progreso social y la auténtica democracia en el país.

Desde el principio nos hemos esforzado porque la prolongada campaña de ataques contra el PAR, tramada para destruirlo, sirva, por el contrario, para llamar la atención del pueblo y despertar en él la simpatía hacia nuestro movimiento, lo mismo que para desenmascarar a los enemigos del Partido, que son también los enemigos del pueblo.

Ahora bien, debe de tomarse en cuenta que la participación del PAR en las próximas elecciones no está condicionada a la idea absoluta de un triunfo en las urnas, ya sea porque no cuente aún con la fuerza para preparar semejante victoria, o porque ese triunfo le pueda ser impedido con el fraude, la imposición y toda forma represiva. El PAR debe participar en las próximas elecciones para señalar los problemas nacionales y proponer sus soluciones; debe de hacer conciencia sobre la crisis económica y social que se avecina y demandar las medidas urgentes del caso para hacerle frente; debe tratar, por otra parte, debe realizar propósitos de más largo alcance, de modo de iniciar el vasto movimiento popular que el país necesita para corregir los grandes males que lo aquejan. En todo caso, el PAR de la mano con el pueblo debe de trabajar con el entusiasmo, la decisión y la combatividad de que se es capaz cuando se tiene la meta de una victoria a corto plazo.

CINCO SOLUCIONES PARA CINCO GRANDES
PROBLEMAS

Es muy probable que en la próxima contienda electoral proliferen los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República. De sobra es sabido que en nuestro país la afición por las candidaturas presidenciales está metida en la cabeza de muchas personas que no cuentan con el suficiente aval político, no tienen la necesaria estatura moral y, si es que no
carecen de instrucción notoria, desconocen la magnitud
de los problemas nacionales y por ello jamás podrán identificarse con los grandes sectores populares.

Con todo y lo anterior, creemos que el futuro evento eleccionario estará dominado por la presencia de tres candidaturas fundamentales: la del oficialismo -que sin lugar a dudas contará siempre con la ventaja del aparato del gobierno-y la de la democracia cristiana que en los últimos tiempos ha cobrado alguna fuerza, sobre todo en la capital y la popular o sea la del Partido Acción Renovadora, que esta vez adquirirá una fisonomía distinta al basarse en un programa de cambios de fondo que desde hace mucho tiempo necesita realizar el país.

La cuestión habrá de plantearse no sólo en los términos que representen la figura personal de los candidatos. Habrá de plantearse en principios sobre la seriedad y profundidad de los distintos programas electorales, en relación con la capacidad y honestidad de los candidatos para hacerle frente a la ejecución de los mismos. Habrá que ver quiénes se empeñan en que subsista el desesperante estado actual de cosas y quiénes en realidad están decididos a luchar por un cambio verdadero en las estructuras del país. Habrá que ver, asimismo, quiénes sólo se empeñan en llegar a toda costa al poder para gozar los mismos privilegios, aunque para ello tengan que adoptar posturas demagógicas, haciendo creer al pueblo que van a derrumbar las poderosas fuerzas que nos oprimen, cuando en realidad lo que persiguen es llegar a la cosa pública para ponerse al servicio de esas fuerzas y hacerlas más poderosas aún.

Al través de la historia, sea que se haya tratado de llegar al poder por la vía del cuartelazo o por el camino de las elecciones, la tendencia ha sido la misma: sustitución de unos hombres por otros hombres en el gobierno. No se ha reparado en el orden de cosas que vive el país y en la necesidad de que se opere una transformación de fondo en sus estructuras; no se ha razonado en que una lucha honrada para alcanzar el poder debe estar supeditada a la solución de los problemas de las grandes mayorías. De allí que haya partidos en el presente que todavía planteen la cuestión de manera simplista, haciendo ver que el hecho de enfilar la lucha contra el partido de turno para sustituirlo por otro, viene a constituir el verdadero papel de la oposición. De esa manera, se trata de confundir a la ciudadanía, privándola de la idea de que la oposición que debe librarse es en contra de un régimen social y económico injusto, sea que éste se configure con claridad en el oficialismo o se apertreche disfrazado en algunos partidos que no se encuentran en el poder.

En las elecciones de marzo venidero, con toda posibilidad, el partido oficial, además de que contará con los viejos instrumentos de imposición, al carecer de un programa electoral que toque el fondo de los problemas nacionales, se concretará en su campaña a exaltar la figura personal del candidato y a formular su
propaganda en torno del auge económico experimentado en los últimos años, como si se tratare de una obra suya. En ese sentido los salvadoreños deberán estar prevenidos para no ser objeto de semejante falacia, ya que el crecimiento económico que, como producto de los ciclos normales, puede haberse operado en el país, sólo ha servido para enriquecer más a las tradicionales minorías, en tanto que ha sumido más en la miseria a las grandes mayorías de salvadoreños. Además. no debe perderse de vista el fatídico hecho de que el actual gobierno al descender del poder, nos dejará en las puertas de una nueva crisis económica y social, y mal preparados para enfrentarla.

El Partido Acción Renovadora considera que la tarea de los partidos políticos, sobre todo en la hora en que se debatirá un cambio de gobierno, debe ser la de plantear con entereza y honradez la realidad que vive el país proponiendo las soluciones adecuadas, en función de los intereses populares. Por esa razón, en estos momentos en que el país está a las puertas de unas elecciones, ha formulado un profundo estudio sobre la realidad y las condiciones económicas, sociales y políticas de la Nación y ha decidido plantear en el presente programa esos problemas, lo mismo que las respectivas soluciones.

A juicio del Partido Acción Renovadora son cinco los problemas fundamentales del país, así:
1. El problema de la injusta distribución del Ingreso Nacional.
2. El problema de la tierra.
3. El problema del atraso de la educación.
4. El problema de la dependencia económica y política del país.
5. El problema del régimen político antidemocrático.

El Partido Acción Renovadora presenta por separado en este documento el análisis de cada uno de estos problemas, con sus causas y efectos, exponiendo las medidas que pondrán en práctica en caso de que sus candidatos a la Presidencia y Vice-Presidencia de la República resultaran electos por el pueblo y llegaran al poder. Piensa el PAR que las respectivas soluciones a esos cinco grandes problemas son:

1. Una justa distribución del Ingreso Nacional.
2. Una Reforma Agraria.
3. Un programa de desarrollo acelerado de la educación.
4. Independencia económica y política del país.
5. Un régimen político de amplia democracia.

El partido desea llamar la atención de todos los sectores: obreros, campesinos, empleados públicos y particulares, pequeños y medianos comerciantes y agricultores, pequeños y medianos industriales, profesionales, estudiantes universitarios, intelectuales, etc.. para que mediten sobre el contenido del presente Programa de Gobierno y unan fuerzas, bajo la bandera del PAR, apoyando a los candidatos que estarán dispuestos a ponerla en práctica.

Es bueno aclarar que el Partido Acción Renovadora, aún cuando basa su Programa sobre cambios profundos para las estructuras del país, no cree que deban esperarse esos cambios para enfrentar los graves e ingentes problemas nacionales. El Partido considera que se hace necesaria la adopción de medidas de emergencia, que al menos alivien la situación, frente a la crisis económica y social que se avecina. Al respecto. al final de este documento, se sugieren algunas de esas medidas para que sean puestas en práctica con carácter urgente.

Antes de pasar al enfoque de los problemas y soluciones apuntados, el Partido Acción Renovadora (PAR) declara: que el presente Programa de Gobierno está basado en los preceptos establecidos en la Carta Magna y que está dispuesto a divulgarla a todos los sectores sociales, por todos los rumbos del país. llevando como estandarte la Constitución Política.

El Partido Acción Renovadora sostiene que la lucha por los objetivos aquí planteados debe ser permanente y no quedar condicionada sólo a la posibilidad de un triunfo electoral. Por tanto, expresa su disposición de proyectar hacia adelante esta lucha, cualquiera que sea el Gobierno existente en el país, y hace un patriótico llamado a todas las fuerzas nacionalistas para unir su acción, a efecto de alcanzar todos o cualquiera de estos objetivos aún cuando no coincidan en otros aspectos de la lucha política.

1. El problema de la injusta distribución del ingreso nacional

Siendo el Ingreso Nacional la suma de todos los bienes y servicios producidos con el trabajo y esfuerzo de toda la comunidad salvadoreña, lo justo y conveniente para el país es que se distribuya de acuerdo con ese esfuerzo realizado por todos y cada uno de los salvadoreños, de tal manera que les garantice un nivel de vida adecuado y digno.

La realidad ha sido precisamente lo contrario. De conformidad con estudios realizados por una misión de las Naciones Unidas en 1946, de 435 millones de colones a que ascendió el Ingreso Nacional ese año, 190 millones (44%) fueron absorbidos por sólo el 10% de la población mientras que 245 millones (56%) fueron percibidos por el 90% de los salvadoreños.

Como consecuencia de esa situación, mientras un pequeño porcentaje de la población percibió una
desproporcionada cantidad del Ingreso Nacional en forma de fabulosos beneficios, rentas e intereses, en el 90% restante existió desocupación y hubo salarios tan bajos que solo permitieron, en los casos de inferior ingreso, DIECIOCHO CENTAVOS DE COLON diarios de gasto por persona, lo que evidentemente no sólo les privó a los trabajadores de ropa, medicina, educación y diversiones, sino que no les alcanzó para cubrir la alimentación mínima.

Ese 90% de la población, como paradoja, es la que generó y sigue generando el Ingreso Nacional. ya que según dicho estudio ese porcentaje está formado por trabajadores del campo y la ciudad.

En 1963 la cifra del Ingreso Nacional se había elevado a MIL QUINIENTOS NOVENTA Y SEIS MILLONES QUINIENTOS OCHENTA Y TRES MIL COLONES (1,596,583,000.00) lo que comparado con el Ingreso de 1946 significó una triplicación del mismo. No obstante, la distribución de ese Ingreso, como se deriva de estudios y muestras realizadas por instituciones oficiales que cubren hasta 1964, sigue igual. La concentración de una gran parte del Ingreso en pocas manos continúa de igual manera, mientras la gran masa de población percibe ingresos que la obligan a llevar condiciones de vida completamente deprimentes e infrahumanas.

El más importante factor, a nuestro juicio, que motiva esa injusta distribución es la inadecuada distribución de la propiedad del capital y de los recursos naturales del país. Basta un simple análisis estadístico e histórico para comprobar que éstos se encuentran concentrados en un reducido número de personas. A ello hay que sumar la ineficacia redistributiva de la política fiscal seguida por los gobiernos, las limitaciones en las oportunidades de empleo, las imperfecciones del mercado y lo inadecuado de la política general de tributación.

La injusta distribución del ingreso tiene repercusiones desastrosas para el desarrollo del país que se
manifiestan principalmente en dos campos íntimamente relacionados: el social y el económico.

En lo social ha significado condiciones
completamente inaceptables en materia alimenticia, de salud, educación vivienda. Basta observar que para 1961
las expectativas de vida únicamente eran de 49 años
como promedio comparado con promedios de 70 años
para las naciones desarrolladas. Para 1961 el coeficiente
de analfabetismo ascendía al 65%;que en la población
de 6 años, más únicamente el 37.3% había recibido educación primaria, que el 4.5% de la población en edad mayor de 10 años había recibido una educación de nivel medio; que únicamente el 1 por mil de la población mayor de 19 años había recibido educación universitaria. Hay apenas en nuestro país un médico por cada cinco mil habitantes, los cuales se encuentran en su gran mayoría concentrados en San Salvador, quedando extensas zonas en la increíble proporción de un médico por cada cuarenta o cuarenta y cinco mil personas. En materia de desnutrición somos uno de los países más atrasados del mundo junto con la India; y es aceptado por las mismas autoridades que aquí faltan por lo menos doscientas cincuenta mil viviendas. A los anteriores datos podrían sumarse otros, igualmente pavorosos en todos los órdenes de la vida nacional.

En el campo específico de la Economía esa desigual distribución del Ingreso ha significado un obstáculo para el desarrollo económico. Los bajos intereses percibidos por el 90% de la población destinados en su mayoría al consumo, impiden la creación de mercados necesarios para el desarrollo industrial y la formación del ahorro nacional que permita crear una industria verdaderamente fuerte e independiente.

La situación planteada en relación a la distribución del Ingreso determina su importancia, no sólo para obtener una verdadera justicia social, sino para lograr un desarrollo en todos los sectores de la economía haciendo subir ese Ingreso Nacional para beneficio de todos. En razón de ello, el Partido Acción Renovadora si sus candidatos son electos para ocupar la Presidencia y Vice-Presidencia de la República, se propone poner en práctica las siguientes medidas:

1. Una Reforma Agraria, conforme los lineamientos contenidos en otro apartado de este Programa. Esta reforma es indispensable para reducir las desigualdades en la distribución del Ingreso del sector rural, permitiendo asimismo aprovechar en forma más racional la mano de obra disponible en ese sector e impulsar la industrialización.
2. Reorientar el gasto público hacia la satisfacción de las necesidades básicas de la población, como salud, vivienda, educación y seguridad social.
3. Reforma del sistema tributario, en el sentido de aumentar los impuestos en los niveles de altos ingresos, disminuyéndolos para los niveles de bajos ingresos.
4. Establecimiento de salarios mínimos en todos los sectores de la población, urbana y rural, que garanticen niveles de vida adecuados y dignos.
5. Establecimiento de controles de precios para los artículos y servicios básicos de la población.
6. Reforma del sistema bancario para asegurar que la mayor parte de los recursos de crédito y financiamiento se dirijan a la actividad productiva y al desarrollo social, y presten apoyo suficiente a los pequeños y medianos empresarios del campo y la ciudad.
7. Un programa de desarrollo acelerado de la educación conforme a los lineamientos contenidos en otro apartado de este Programa que promueva el dominio de la ciencia y de la técnica y por consiguiente determine el crecimiento de la productividad del trabajo y colabore a lograr una justa distribución del Ingreso Nacional.
8. Aplicación de un plan nacional de desarrollo rápido de los servicios de salud púb1ica que contenga por lo menos, las medidas siguientes:
a) Deberá procederse de inmediato a una rebaja en los precios de las medicinas y a un control efectivo en los mismos, así como a una reducción en el costo de los servicios médicos.
b) Aumento sustancial y progresivo del presupuesto de Salud Pública para atender a las necesidades de los planes de desarrollo que aquí se esbozan.
e) Atención especial al desarrollo de la medicina preventiva hasta convertirla en el renglón principal de la actividad del Ramo de Salud Pública.
d) Construcción de hospitales, centros de salud y unidades sanitarias, con una ubicación conveniente para el fácil acceso de la población de todo el país, teniendo por mira la creación, en un plazo no mayor de 10 años, de un sistema nacional de asistencia médica eficiente, organizado en base de una interrelación cooperativa entre los distintos planteles: desde las unidades sanitarias de las pequeñas poblaciones o cantones, pasando por los centros de salud de las cabeceras departamentales hasta el centro hospitalario principal de una zona y por último hasta el centro hospitalario principal del país.
e) Apoyo y estímulo a la política actual de la Universidad de El Salvador tendiente a ampliar progresivamente el cupo para los estudios médicos y el número de las graduaciones anuales en esta profesión. Asimismo, deberán impulsarse planes de crecimiento acelerado de la educación en todas las carreras cortas auxiliares de la medicina y establecerse los estudios para carreras de salud pública que aún no existen en el país, como por ejemplo, la Ingeniería Sanitaria, la Técnica Nutricional y otras.
f) Elevación del nivel técnico del personal de salud pública mediante un sistema permanente de educación que combine los cursillos de adiestramiento intensivo, con los recursos de duración prolongada. Consecuentemente, los sueldos del personal, en particular de aquellos que son más bajos, deberán ser mejorados. Por otra parte, el mejoramiento de los servicios actuales y el desarrollo del plan de construcción de planteles de salud, demandarán el aumento progresivo del número de plazas.
g) Estimular la presencia de médicos jóvenes y técnicos de salud pública en las areas rurales, mediante una justa escala de sueldos y la creación de toda clase de facilidades para que continúen su preparación científica y técnica, como las siguientes:
creación de bibliotecas accesibles, suministro de materiales de experimentación y divulgación, fácil expedición de las consultas a los centros hospitalarios grandes, cursillos de refrescamiento, etc.
h) Convertir al Instituto Salvadoreño del Seguro Social en una verdadera Institución de seguridad social para la clase trabajadora, transformando completamente su funcionamiento actual, que es deficiente. El Seguro Social deberá extenderse a todo el país y abarcará otros riesgos que ahora no protege.
9. Aplicación de un vasto programa para enfrentar el
problema de la vivienda, que comprenda por lo menos , las medidas siguientes:
a) Reducción de los alquileres de la vivienda a un nivel que no sea superior como promedio. al 10% del costo de la vida de la familia trabajadora. (Artículos 135, 136 y 137, de la Constitución Política).
b) Limitación del número de casas y apartamientos de alquiler que una misma persona pueda poseer en propiedad privada(Artículos 136 y 137 de la Constitución Política). Las viviendas que sobrepasen ese límite serán expropiadas mediante el pago de una previa indemnización, conforme al Artículo 138 de la Constitución y, según el caso, serán asignadas a los particulares para que vivan en ellas y adquieran su propiedad pagando su precio por abonos, o al Estado para su reconstrucción cuando se encuentren en estado calamitoso o no ofrezcan condiciones adecuadas de salubridad.

Dentro de los limites que señale la ley que se emita a este respecto. se permitirá la propiedad privada de mesones; pero el Estado obligará a su mejoramiento y a su transformación progresiva en casas de apartamientos con todos los servicios, para lo cual prestará ayuda técnica y créditos a los propietarios
c) Puesta en práctica de un programa estatal de construcción masiva de viviendas de tipo popular. principalmente de edificios multifamiliares en todas las cabeceras departamentales.
d) El Estado velará porque los agricultores que emplean trabajadores temporales construyan viviendas adecuadas para ellos y, con ese fin, les prestará ayuda técnica y crediticia.

Además el Estado impulsará, con la participación directa de los trabajadores agrícolas, un vasto Plan de construcción de poblados modernos en el campo, localizándolos de acuerdo a las necesidades de mano de obra en cada región. En primer lugar, deberán ser modernizadas las poblaciones rurales que en la actualidad existen, urbanizándolas, dotándolas de electricidad, agua potable, servicios de salud escuelas, etc. Estas medidas para el mejoramiento de la vivienda rural sólo podrán alcanzar pleno éxito si se realiza una reforma agraria como la que propone el PAR; de lo contrario, todo plan sobre vivienda rural tendrá enormes limitaciones.
e) Puesta en práctica de un plan para transformar los actuales poblados tipo “fortaleza” en comunidades modernas. Ese plan comprenderá: dotación a los moradores de los terrenos en que están sus casas actualmente o de otros más apropiados; urbanización de esas colonias o poblados, dotándolas de electricidad, agua potable, alcantarillado, servicios de salud, escuelas y transporte; construcción de viviendas para sustituir las covachas, empleando a los mismos moradores en las obras.

2. El problema de la tierra

En nuestro país la tierra se encuentra increíblemente concentrada en pocas manos. Según se deduce de las cifras proporcionadas por el Censo Agropecuario de 1961, apenas 1,799 propiedades mayores de 143 manzanas poseen UN MILLÓN TREINTA Y UN MIL SETECIENTAS TREINTA Y CINCO MANZANAS. es decir. casi la mitad de toda la tierra, mientras las 86.306 propiedades restantes, entre las que se encuentran 52,301 con menos de dos manzanas de promedio por cada una, abarcan la otra mitad. En los hechos. la concentración es todavía mayor ya que, como es sabido, los hacendados suelen poseer no una sino varias propiedades grandes,
medianas y pequeñas, situación que el Censo no revela.

Estando la tierra concentrada en tan pocas manos,
los frutos del trabajo de la mayoría de nuestro pueblo, que se encuentra aplicado a la agricultura son absorbidos injustamente por una ínfima minoría de personas, deparando el hambre, la miseria, la mala salud y el atraso cultural para centenares de miles de compatriotas, que son los verdaderos productores de cuanto se cosecha en los campos.

El acaparamiento de la tierra no afecta solo a los trabajadores campesinos; también perjudica enormemente a los agricultores con espíritu de empresas que invierten sus capitales en la producción agropecuaria alquilando tierras a los hacendados. Los grandes propietarios sin exponer a riesgos ningún capital y sin contribuir a la producción con ningún trabajo personal, perciben de este modo, rentas que en conjunto suman muchos millones de colones anuales, por el sólo hecho de poseer un título de propiedad. Esas enormes rentas se extraen al esforzado trabajo de cientos de miles de trabajadores y de miles de pequeños y medianos agricultores. Los salarios podrían ser mejores y las empresas agrícolas más prósperas si no soportaran esta carga, tan agobiadora como inútil para el país.

Es de lógica suponer que toda la tierra disponible tendría que estar cultivada en un país tan pequeño como el nuestro, con una densidad de población tan alta, con tantas necesidades alimenticias insatisfechas y con un desempleo crónico tan extenso en los campos. Pero ocurre todo lo contrario: según el mismo Censo de 1961, el 60% del territorio comprendido dentro de las propiedades agrícolas se encuentran sin cultivar. Entre tanto, el país se ve obligado a comprar grandes sumas de alimentos en el extranjero (en 1965 se gastaron en alimentos importados 69,828,000 colones) extensas masas de campesinos carecen de tierra o de ocupación y sus hábitos y capacidad productivas, que podrían estar al servicio del progreso nacional, se desperdician absurdamente.

Los miserables salarios rurales, el desempleo, la ociosidad de la tierra y los inferiores rendimientos de la agricultura, son la causa principal de la bajísima capacidad de compra de nuestra población, constituyendo un gran obstáculo para el desarrollo de la industria y un factor que influye en mantener los bajos salarios y el desempleo en las ciudades, lo mismo que en hacer insuficiente la capacidad de los pequeños y medianos capitalistas salvadoreños para competir con las mercaderías importadas.

La concentración de la tierra en pocas manos constituye, pues un enorme obstáculo para el progreso nacional y debe ser removido. Ningún programa de desarrollo social tendrá el menor éxito si no se apoya en una Reforma Agraria verdadera, que solucione a fondo el problema de la tierra.

El Partido Acción Renovadora no entiende por Reforma Agraria el simple reparto de la tierra en pequeños lotes. De sobra sabemos que la tierra no seria suficiente para todos y que la técnica moderna no puede emplearse como es debido en una economía de pequeñas parcelas. Nuestro país necesita de una gran producción agropecuaria para abastecer a su población de alimentos suficientes, a los agricultores pequeños y medianos de ingresos estables y suficientes y a las masas trabajadoras de salarios justos y empleo permanente. La Reforma Agraria deberá tener por mira invariable tales objetivos y, por consiguiente, para alcanzarlos hará uso no sólo del reparto de parcelas sino también de otros medios que la técnica aconseja y la Constitución manda.

El Partido Acción Renovadora considera la causa de la liberación de los campesinos como una cuestión ligada al problema de la tierra y como una tarea histórica, cuya importancia fue exaltada recientemente en declaraciones públicas del Dr. Jesús Góchez Castro, Presidente del PAR, con las palabras siguientes: “Nuestro campesinado es la clase trabajadora que más ha estado abandonada de la justicia humana y su redención tiene tanta trascendencia como lo tuvo la abolición de la esclavitud, con una notable diferencia: cuando el prócer Cañas presentó su histórica moción, las condiciones ya estaban maduras para que se aceptara por unanimidad y sin mayores discusiones, hasta el punto de ser modificada en el sentido de que la manumisión de los esclavos se decretó sin indemnización para los propietarios. En cambio, para redimir a los campesinos de las condiciones infrahumanas en que viven, se requiere todavía lucha titánica y cruentos sacrificios”.

La Reforma Agraria es plenamente posible dentro del marco de la actual Constitución Política, podría decirse incluso, que ella es una necesidad cuya satisfacción exige la propia Constitución. Tal se desprende de la lectura de sus artículos 135. 136 inciso 1°, 137, 138 incisos 10o y 2°, 145, 147 y 181 incisos 1° y 2°.

Tomando en cuenta todas las consideraciones y objetivos antes expuestos el Partido Acción Renovadora somete a la consideración del pueblo salvadoreño las siguientes medidas básicas para una Reforma Agraria y declara su compromiso de llevarla a la práctica si sus candidatos para la Presidencia y Vice-Presidencia de la República son electos:

1. Expropiación de las tierras excedentes de 150 manzanas. mediante el pago de una indemnización previa, que podrá hacerse en efectivo, con bonos redimibles a un plazo no mayor de 20 años conforme al artículo 138, inciso 2°, de la Constitución Política, o aplicando un sistema mixto, según las posibilidades de la economía nacional y teniendo en cuenta que serán consideradas como principales las necesidades del desarrollo económico y social del país. (Artículos 135, y 138 inciso 1° de la Constitución Política).

El organismo encargado de aplicar la Reforma Agraria, tomando en cuenta la diversa fertilidad de los suelos y guiándose por razones técnicas y de conveniencia social, podrá aceptar en algunos casos un limite mayor que las mencionadas 150 manzanas. En lo sucesivo deberán quedar prohibidas las propiedades agrícolas privadas de más de 150 manzanas, o de las que en cada caso fije el organismo que aplique la Reforma Agraria, y nadie podrá poseer mayor cantidad de tierra ni en uno ni en varios predios conjuntamente.
2. Entrega de la tierra expropiada a los campesinos mediante la aplicación de las .normas siguientes:
a) Todos aquellos campesinos que a la fecha de la Ley de Reforma Agraria cultivaren tierras ajenas dentro de fincas o haciendas superiores a las 150 manzanas, pasarán a ser dueños de las mismas por una extensión no mayor de 6 manzanas, por cada uno, sin pagar a cambio, precio alguno. Aquellos que a esa misma fecha estuvieran cultivando tierras ajenas en fincas o haciendas inferiores a las 150 manzanas, recibirán parcelas en otro lugar.
b) Los campesinos que al emitirse la Ley de Reforma Agraria cultivaren tierras propias o ajenas menores de seis manzanas, deberán recibir más tierra si ello fuere necesario para asegurar que la producción en sus parcelas sostenga de modo satisfactorio las necesidades individuales y familiares.
c) Los organismos encargados de aplicar la Reforma Agraria determinarán un tamaño mayor o menor de seis manzanas para las parcelas campesinas, teniendo en cuenta la diversa fertilidad de los suelos y otras circunstancias de índole económica, social y técnica en general.
(Estas normas se encuentran respaldadas por los siguientes Artículos Constitucionales: 135: 137 inciso 1°; 147 y 148).
3. Los particulares o el Estado podrán organizar asociaciones económicas para la explotación agrícola o ganadera y empresas propias o mixtas (particulares y Estado asociados), con el mismo fin. Estas asociaciones y empresas serán particularmente indispensables en aquellos casos en los que la parcelación de la tierra podría romper la unidad económica de los cultivos y acarrear perjuicio en vez de beneficio para la producción. Tal es el caso de las grandes plantaciones de café, algodón, caña de azúcar y otros. De igual manera, serán importantes estas asociaciones y empresas cuando sea necesario alcanzar un rápido desarrollo de ciertas ramas de la producción agropecuaria, para atender a urgentes necesidades nacionales y sea indispensable con tal fin realizará cuantiosas inversiones que no están al alcance de los campesinos parceleros ni de los empresarios privados por sí solos, o cuando sean indispensables grandes inversiones, como es la preservación y creación de los bosques nacionales, cuyos beneficios sólo podrán obtenerse a muchos años de plazo.
(El artículo 145 de la Constitución respalda con plenitud esta medida).
4. Los propietarios privados, de 150 manzanas o menos, recibirán absoluta protección a su derecho de propiedad y, además gozarán de las facilidades de crédito y ayuda técnica que los programas de desarrollo agrícola dispongan, dado que dentro de estos límites el sector privado representa una poderosa y dinámica fuerza de progreso que será de una utilidad enorme para promover el desarrollo de nuestra atrasada producción agropecuaria.
(Artículos 136 y 137 inciso 1° de la Constitución).
5. En adelante deberá quedar prohibido el arrendamiento de la tierra mediante el pago de especie (censos) y el arrendamiento mediante renta en dinero será regulado por una escala calculada en forma técnica, en base de la distinta fertilidad de los suelos, del rendimiento de los distintos cultivos y del desarrollo desigual de las vías de transporte existentes. Todo propietario estará obligado a cultivar su tierra y sólo podrá darla en arrendamiento hasta en un 50%.
(Artículos 135, 136 y 137 inciso 1° de la Constitución).
6. Los caminos, los ríos, los canales de riego, no podrán ser de propiedad privada y deberán estar abiertos al servicio público de los agricultores y de toda la población.
(Articulo 138 inciso 1° y 2° de la Constitución).
7. Los bosques no deberán ser destruidos. El Estado promoverá la reforestación del país y fomentará la silvicultura.
8. Se procederá a una elevación de los salarios para los trabajadores del campo, a extenderles el derecho de su libre organización sindical y demás derechos laborales vigentes para los trabajadores urbanos y a extenderles también los beneficios del seguro social. Se procederá al establecimiento de suficientes servicios rurales de salud y al mejoramiento de los actuales y se pondrán en marcha vastos y acelerados programas de construcción de viviendas y de desarrollo de la educación para la población rural. orientándola en el sentido de dotarla de conocimientos de cultura general y de la técnica, indispensables para mejorar la producción y el rendimiento del trabajo.
(Artículos 182 numeral 2. 186, 191. 195, 196 y 198 de la Constitución).
9. El programa de elevación de los salarios y condiciones generales de vida para la población del campo, no arruinará a los agricultores como se alega comúnmente, porque al mismo tiempo se impulsará el crecimiento e la productividad del trabajo mediante la realización de grandes obras de riego, conservación y rescate de suelos, que elevarán la fertilidad general de la tierra, la tecnificación masiva de la mano de obra, la mecanización de las labores, etc. A todo ello tendrán pleno acceso los agricultores, sin discriminación. y además, contarán con todo el apoyo crediticio y técnico de parte del Estado.

Por otra parte, la aplicación de la Reforma Agraria, la realización de las grandes obras de riego y las otras medidas a que se ha hecho referencia, deberán absorber de modo rápido el desempleo. Esto, unido al alza de los salarios, multiplicará el poder de compra de la población y, en consecuencia. los productos agropecuarios contarán con un mercado interno rico y en crecimiento constante. En tales condiciones desaparecerán las fluctuaciones ruinosas de los precios.

Entretanto, el gobierno impulsará una política de comercio exterior guiada por el propósito de conseguir colocación total y precios justos para los productos agrícolas de exportación.

Todas estas medidas redundarán en un incremento de los ingresos de los agricultores, además de que asegurarán mercado y prosperidad para la industria, haciendo posible que la elevación de los salarios y prestaciones sociales para los trabajadores agrícolas, lejos de perjudicarlos, los
beneficien a ellos también.
10. El Estado ayudará a los agricultores a organizar
UNA COOPERATIVA NACIONAL DE PRODUCTOS AGRICOLAS para asegurar la conservación, el mercadeo y la exportación de los mismos, de modo que los agricultores pueden concentrar sus esfuerzos en la producción y despreocuparse de los problemas del bodegaje y la colocación de sus cosechas a precios justos y estables.
(Artículo 145 de la Constitución).
11. La aplicación total de la reforma agraria deberá hacerse en un plazo no mayor de dos años, al cabo de los cuales deberá estar la agricultura reorganizada sobre las nuevas bases que esa ley señale y cuyos lineamientos generales hemos expuesto aquí.

Esta Reforma Agraria no provocará la reducción de la producción como alegan todos aquellos que son partidarios de mantener el actual estado de atraso e injusticia. He aquí cinco razones en contra de esos alegatos conservadores:
a) La Reforma Agraria no parcelará las grandes plantaciones de café, algodón, caña de azúcar y otros cultivos similares que cuentan con altos rendimientos y se elaboran con métodos modernos. Por consiguiente. no destruirá la base productiva de nuestra agricultura.
b) Se incorporarán a la producción las tierras que en la actualidad se encuentran ociosas y al hacerlo aumentará enormemente la producción.
c) Al convertir en propietarios a los pequeños agricultores que ahora trabajan tierras ajenas, aumentará su interés en la producción y ella se incrementará.
d) El amplio sistema de créditos, de ayuda técnica, de desarrollo de la educación, que traerá consigo la Reforma Agraria, elevará en forma sustancial la productividad del trabajo, y, por ende, la producción general.
e) El crecimiento del poder comprador de la población representará un nuevo y poderoso estímulo que redundará en un crecimiento de la producción y no sólo en la agricultura sino también en la industria.

3. El problema. del atraso de la. educación

El grave atraso de la educación representa para el pueblo salvadoreño un problema cuya solución debe enfrentarse con la más grande energía y decisión. La falta de un sistema educacional adecuado, la existencia de un elevado porcentaje de analfabetismo y la falta de capacidad técnica y científica, presentan dificultades y obstáculos muy severos al desarrollo económico, social y político del país.

El pueblo salvadoreño ha sido obligado a enfrentarse a la lucha por la vida en condiciones sumamente desventajosas. En el mundo actual, altamente tecnificado, el salvadoreño común debe desenvolverse sin saber leer siquiera y en el mejor de los casos, sabiendo leer pero sin la preparación técnica o científica que le capacite para una alta productividad. Este hecho por si solo demuestra el rotundo fracaso de las clases dirigentes y demuestra al país la necesidad de cambiar la estructura económica, social y política. y de retirar el poder de esas manos incompetentes y cargadas de privilegios, que no sólo no han podido darle a los salvadoreños una educación buena y uniforme sino que en determinados casos, han hecho todo lo necesario para impedir la solución del problema educacional.

En el país, el 65% de personas no saben leer ni escribir. En otros términos de los dos millones de habitantes mayores de 10 años en 1966, hay 1,300000 que no saben leer. El censo de 1961 estableció que de la población de más de 6 años de edad (cerca de dos millones de personas) solamente habían recibido instrucción escolar, 854 mil personas, (un 43% del total); pero, de esta cantidad, solo mil personas, es decir, un 60%, apenas habían cursado el primero, segundo o tercer grado de primaria y son en realidad semialfabetas o analfabetas completos.

Semejante situación se explica muy claramente al saber que de cada 1,000 niños de siete años de edad, sólo van a la escuela 362. Entre los jóvenes de 15 a 19 años de edad solamente asisten a la escuela 195 de cada 1,000, y en 1961 solamente habían recibido educación superior universitaria 2.877 personas, o sea el uno por mil de la población. La educación técnica intermedia está reducida a un número insignificante de personas; se explica así la falta general de capacidad técnica.

Todo esto demuestra que el sistema educacional está concebido para capacitar a un porcentaje pequeño de la población. Además, en la medida que se eleva de la primaria a la media y superior, la proporción cae bruscamente hasta reducirse a la insignificante de uno por mil en la enseñanza superior. No hay duda que ella corresponde a un sistema de estructuración de la sociedad en capas superpuestas, con una exigua minoría privilegiada sobre todas ellas. En efecto. el porcentaje de personas que reciben educación en cada uno de los niveles es similar al porcentaje de personas en cada capa social establecida por la estructura económica imperante.
O sea, que tenemos limitada la educación al servicio del sistema de sectores privilegiados y es ella un factor que ayuda a conservar este sistema. Algunos sectores tienen ilimitadas oportunidades de educación; otros tienen oportunidades limitadas, y otros no tienen ninguna o casi ninguna.

Los trabajadores de la ciudad y el campo, que son la fuerza productora principal, no tienen casi ninguna oportunidad de pasar del 3er. grado y cuentan con muy limitadas expectativas de alcanzar el 6°. Estas oportunidades se reducen de modo drástico para que estudien la secundaria y prácticamente desaparecen en la enseñanza universitaria. Se ha considerado, con torpeza, que para sus funciones no necesitan educación, que pueden desempeñarlas sin capacidad técnica y aún más, que conviene que no tengan educación ni cultura pues en esa condición no pueden progresar ni tampoco reclamar sus legítimos derechos.

Esta situación debe terminar para situar a todos los ciudadanos en un plano de igualdad, a través de una educación similar y a fin de permitirles una formación técnica y científica que los coloque en condiciones de servir integralmente a la reforma y al progreso nacional en todos los órdenes.
La situación de privilegio para algunos sectores con respecto a la educación y la situación de atraso de la escuela puede y debe terminarse. Pero debe entenderse que al mejorar el sistema de enseñanza todos serán beneficiados, aún aquellos que ahora gozan de la prerrogativa de la educación, tan deficiente en calidad. Un programa de desarrollo del sistema educativo tiene que comprender también el mejoramiento radical de su calidad.

El problema educativo es de tal naturaleza que ninguna persona se atreve a negar su importancia ni tampoco a negar la necesidad de resolverlo. Todo Partido político se ha visto forzado a hacer declaraciones e el sentido de que “va a impulsar la educación” o que “va a fundar más escuelas” y todo nuevo gobierno dice iguales cosas. Pero ningún partido ni gobierno ha acudido al pueblo para unirlo, organizarlo y trabajar con él, por el objetivo de resolver a corto plazo el problema de la educación de manera integral. La razón de ello consiste en que la política de mantener la educación restringida está acorde con la de mantener en el Poder a las clases privilegiadas y minoritarias.

El gobierno actual ha procedido, con respecto a la educación, en forma conservadora y tradicional, siguiendo la política de mantener las cosas tal como están, procurando dar la apariencia de que se trabaja en favor de la educación y de que “aunque poco a poco, algo se progresa”. Para este objeto el gobierno actual ha tenido un Ministerio de Educación apropiado; la política del Ministro ha sido la de tratar de engañar al pueblo anunciando la construcción de 2,000 aulas, para indicar que progresamos y que ellos trabajan en favor de la educación. Se guarda de decir que los niños sin escuela son 400,000 y que siguiendo ese ritmo necesitaremos 30 años para albergar en las aulas al número actual de niños, para luego encontrarnos al final de ese plazo (1996) con que existe un número mayor de niños sin escuela debido al crecimiento de la población.

Solamente un gobierno surgido de la fuerza organizada de la voluntad popular puede enfrentar el problema de la educación con las dos condiciones que son esenciales para resolverlo:
1. No temer los cambios que sucederán al educar a todo el pueblo, sino por el contrario, aspirar a su plena liberación.
2. No estar al servicio de poderes económicos privilegiados que no quieren ni permiten la educación del
pueblo sino al servicio incondicional del pueblo
mismo.

Cualquier partido y cualquier nuevo Gobierno dirá lo que han repetido todos: “impulsaremos la educación, haremos más escuelas”. Sólo un partido popular le propondrá a su pueblo trabajar por la solución integral del problema educativo y enfrentarlo hasta resolverlo en la realidad y no únicamente en el papel.

Los partidos reaccionarios, al servicio de clases privilegiadas tendrán por el contrario, interés en mantener la situación actual, pedirán paciencia para educarse, dirán que no hay suficientes recursos para construir las escuelas y preparar los maestros necesarios. Estos han sido los argumentos perpetuos en contra del establecimiento de suficientes centros educativos.

El Partido Acción Renovadora invita a todo el pueblo salvadoreño a trabajar conjuntamente por la solución del problema educativo a breve plazo, para ayudar así a cambiar las condiciones de vida de los salvadoreños en forma rápida y radical.

El PAR ofrece a la ciudadanía que al mismo tiempo que se realice una reforma agraria, se realizará una verdadera revolución en la educación, a efecto de dar a los ciudadanos la preparación necesaria para la vida, el desarrollo de la agricultura, la industria y la cultura nacional.

Con las ideas que aportan sus hombres, el pueblo entero podrá ayudar a la alfabetización y a la construcción de sus escuelas e institutos.

El Partido Acción Renovadora declara su compromiso de llevar a la práctica, las siguientes medidas para el desarrollo de la educación, si resultan electos sus candidatos para ocupar la Presidencia y Vice-Presidencia de la República:

1. Alfabetización completa de la población en breve plazo de dos años.
2. Desarrollo masivo de la educación fundamental con el objeto de nivelar a la población adulta a la altura del 6° grado de la escuela primaria en un plazo breve.
3. Universalización de la escuela primaria en un Plazo no mayor de 12 años. En un término de seis años todos los niños de siete a ocho años de edad tendrán escuela y en el plazo de los 12 años no habrá niño, entre los siete y los 13 años de edad, fuera de la escuela primaria. En un plazo de cinco años todas las escuelas actualmente existentes en el país deberán contar con todos los grados, hasta el sexto, y con el personal completo de profesores.
4. Desarrollo de la educación media, de tal forma que a un plazo de 10 años pueda ella abarcar por lo menos el 50% de los jóvenes entre los 13 y los 18 años de edad.
5. Desarrollo de la enseñanza universitaria, de modo que a un plazo de 10 años pueda comprender por lo menos a un 5% de la población entre los 18 y 20 a de edad.
6. La combinación de la escuela secundaria en general con el desarrollo simultáneo del adiestramiento técnico y profesional que facilite la formación de obreros capacitados y cultos.
7. Desarrollo de vastos programas de educación netamente profesionales para la capacitación de gran número de agricultores y de obreros en diversidad de especialidades.
8. Mejoramiento de la calidad de la educación en todos los niveles, convirtiéndola en un sistema formativo adaptado a las necesidades y distintas áreas del país. Simultáneamente deberán ser reorientadas las
bases filosóficas que dirigen la educación, para asegurar que ella está al servicio de un desarrollo nacional democrático e independiente y encaminada a darle a los salvadoreños los conocimientos y formación necesarios para resolver sus propios problemas.
9. Formación de un profesorado altamente calificado:
creación de laboratorios y bibliotecas, con suficiente equipo y materiales, que permitan poner al alcance de la población estudiantil del país, un sistema educacional moderno y eficiente.
La formación del personal implica el mejoramiento de las escuela normales y de la Universidad de El Salvador y, al mismo tiempo, la elevación progresiva y satisfactoria de los salarios de los maestros para que, al mismo tiempo que elevan sus condiciones académicas y su rendimiento puedan vivir una vida mejor.
l0. Se emprenderá un vasto plan de construcción de edificios escolares.
11.Los costos de la educación de los hijos de las
familias trabajadoras serán abaratados por medio de
un conjunto de medidas como las siguientes:
a) El establecimiento de tarifas rebajadas en el transporte para los estudiantes.
b) La reducción y control en los precios de los útiles y textos. Por su parte el Estado emprenderá la producción de útiles y textos a fin de asegurar su distribución gratuita a los alumnos de inferiores recursos y de regular sus precios en el comercio.
c) El ensanchamiento de los programas de alimentación escolar y el establecimiento de becas que abarque todos los niveles de la enseñanza.

Un plan de desarrollo de la educación como el aquí reseñado, sólo puede llevarse completamente a la práctica a condición de que se realicen las grandes
transformaciones económico-sociales contenidas en este Programa de Gobierno, especialmente la Reforma Agraria, ya que sólo así contará el Estado y la economía nacional en conjunto con los recursos y facilidades indispensables.

Ello no obstante, algunos de los puntos de este Plan, tomados por separado, pueden conquistarse, aún bajo las condiciones actuales, si el pueblo lucha por ellos con fuerza. El PAR declara su disposición a realizar un permanente esfuerzo por organizar y poner en pie de lucha a nuestro pueblo tras estos objetivos.

4. El problema de la dependencia económica y política del país

El Salvador es dependiente en lo económico. Depende su economía en alto grado de la exportación de café, algodón y azúcar. Pero además, realiza su comercio internacional sólo con una parte del mundo, en la que nuestros productos no reciben un trato justo y equitativo. Nuestro país entrega con sus productores de exportación un valor muy superior al que recibe a cambio. Mientras los precios y la colocación del café, el algodón y el azúcar caen o se mantienen inestables, los precios de las mercaderías que se compran en el extranjero aumentan constantemente. En este intercambio desigual nuestro país pierde enormes cantidades de trabajo esforzado de su pueblo, que podría estar al servicio de su propio desarrollo social y económico.

La dependencia económica ha influido tan poderosamente sobre el país que todos los aspectos de su producción han sido conformados de tal manera que refuerzan en vez de romper los lazos que nos atan a los
intereses extranjeros, así, la industria, que podría ser una formidable palanca para alcanzar la independencia económica, ha sido inducida por un curso de desarrollo que nos hace todavía más dependientes. La inmensa mayoría de empresas industriales que se han establecido, se limitan a dar terminación a productos que en lo principal ya llegan al país elaborados desde el exterior. De modo que, sin representar por un lado una solución para el desempleo, por otro lado ha hecho mayor la importación, acarreando un déficit crónico y creciente en la Balanza Comercial y de Pagos. Además. esta clase de industria no ha significado un alivio para el costo de la vida porque los precios de sus productos se mantienen iguales y hasta mayores en algunos casos, a los que ellos tenían cuando se importaban.

En los últimos años el país ha sido endeudado desenfrenadamente, aceptando condiciones económicas y políticas que debilitan la soberanía nacional y perjudican su desarrollo. El gobierno ha propiciado también la inversión de capital extranjero, rodeándolo de grandes privilegios en desmedro del capital nacional.

Como resultado del endeudamiento público y de la inversión de capital privado extranjero, han crecido en gran medida las sumas de capital que se sacan del país en concepto de intereses y ganancias. Estas sumas representan trabajo salvadoreño que se fuga de nuestra Patria, restándose a las agudas necesidades sociales y a las demandas del desarrollo, hacia otros países ya desarrollados que nos llevan muchísimos años de ventaja en todo sentido. El gobierno ha establecido las mayores facilidades para esta exportación de ganancias e intereses, en vez de obligar a su reinversión en el país.

Las enormes pérdidas en el comercio exterior desigual, las condiciones leoninas de los empréstitos, las garantías y privilegios para el capital extranjero y la libre exportación de ganancias e intereses, representan en conjunto una sangría increíble que obstaculiza el progreso y la solución de los graves problemas sociales. A esto habrá que sumar el pago de las deudas que harán todavía más pesada la ruta y más dolorosa la vida de nuestro pueblo.

La dependencia económica es base de la dependencia política. Sucesivos gobiernos, sumisos a los intereses extranjeros, entre los que se destaca con ventaja el gobierno del coronel Rivera, han hipotecado gradualmente la soberanía nacional. Hechos que dan testimonio de ello son los siguientes:
1. El gobierno ha aceptado compromisos políticos y ha otorgado privilegios económicos a cambio de lo empréstitos.
2. Ha sido abandonada la política tradicional de defensa del principio de la no intervención y del derecho a la autodeterminación. El país ha sido comprometido en la formación de un Ejército Centroamericano con declarados propósitos intervencionistas.
3. Todo el planteamiento de la actividad de Estado, en lo económico, social, político y militar, ha sido sometido a la orientación de técnicos extranjeros. El Ministerio de Educación, por ejemplo, no da un sólo paso en materia de planteamiento sin contar con la aprobación de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID).
4. La posición de nuestro país en la OEA y en las Naciones Unidas se ha hecho cada vez más servil a las exigencias y posiciones de determinada potencia, incluso cuando ha tenido que escoger entre seguir esa batuta o defender los intereses de pueblos hermanos, como el panameño y el dominicano, víctimas de la agresión militar norteamericana.
5. Aunque los intereses del país lo reclaman urgentemente, el Gobierno se ha obstinado en impedir el
comercio con todos los países, en busca de precios justos y colocación completa para sus productos, acatando de esa manera la política del Gobierno de los Estados Unidos, que desde la terminación de la segunda Guerra Mundial decretó, para su conveniencia un bloqueo al libre comercio mundial.

El Partido Acción Renovadora no se opone a la contratación de empréstitos extranjeros, ni está en contra de que se permita al capital foráneo invertir en nuestro país. Considera, eso sí, que los préstamos deben respetar incondicionalmente la independencia nacional, el derecho a orientar nuestro propio rumbo, y no deben negociarse a cambio de concesiones que entorpezcan o deformen nuestro desarrollo. Sostiene, además que las inversiones extranjeras deben someterse a condiciones de operación que no menoscaben los intereses del capital nacional. y debe asegurarse que la mayor parte de las ganancias sean reinvertidas dentro de nuestro país, conforme a los planes de desarrollo económico preparados por un gobierno verdaderamente independiente.

El Partido Acción Renovadora se propone constituir un GOBIERNO INDEPENDIENTE Y NACIONALISTA, si sus candidatos son electos para la Presidencia y Vice-Presidencia de la República. Ese gobierno, a fin de alcanzar la independencia económica y política plena, pondrá en aplicación las Medidas siguientes:
1. Comercio exterior con todos los países, guiándose por el propósito de conseguir precios justos, un intercambio equitativo y colocación total para los productos salvadoreños de exportación. El comercio exterior deberá también asegurar el abastecimiento de máquinas y materias primas suficientes para un desarrollo industrial acelerado o independiente.
2. Revisión de los compromisos para la independencia y el interés nacional que se hayan adquirido mediante la contratación de empréstitos.
3. Reorientación de la política de desarrollo industrial a fin de promover la transformación de las materias primas nacionales actuales y las nuevas que se produzcan; de conseguir un desarrollo armónico de sus distintas ramas y de elevar la proporción de trabajo salvadoreño que ella consuma.
4. Revisión de todo el sistema de privilegios establecidos para el capital extranjero, con el objeto de garantizar la preferencia para el capital nacional en los programas de desarrollo; y establecimiento de la obligación de depositar en los bancos nacionales por lo menos el 60% de las ganancias que aquel obtiene en nuestro país, a fin de aumentar la capacidad financiera del país, al servicio de planes de desarrollo independiente.
5. Revisión y reorientación de la política de integración económica centroamericana que sigue nuestro país, para asegurar el predominio de los intereses centroamericanos y salvaguardar la independencia del istmo.
6. Adoptar una política exterior basada en los siguientes principios: Defensa de la paz mundial; relaciones diplomáticas y culturales con todos los Estados del mundo; defensa del principio de la no intervención y del derecho a la autodeterminación de los pueblos; búsqueda de la unión de Centroamérica partiendo del interés común de sus pueblos a una vida democrática y de prosperidad social; lucha contra el colonialismo en todas sus manifestaciones.
Por consiguiente: deberá ser rescindido el llamado Tratado de Defensa Centroamericana, que crea un instrumento de intervencionismo; y deberá ser corregida nuestra línea de conducta en la OEA y las Naciones Unidas.
7. Emitir las disposiciones necesarias para que los medios fundamentales de transporte y comunicación, los puertos y los medios de difusión del pensamiento, la producción y distribución de energía eléctrica, las empresas de exportación de productos básicos, sea de propiedad nacional, y libres de ingerencia extranjera.

5. El problema del régimen político antidemocrático

Los derechos y libertades democráticos forman parte de las Constituciones salvadoreñas desde la primera de ellas promulgada en 1824. Fue en la Constitución de 1886 donde los principios liberales para la estructuración del Estado y el régimen de derechos y libertades públicas alcanzaron una expresión más sistematizada entre todas las del siglo pasado, y ha sido ella el modelo de todas las emitidas posteriormente.

Aún aquellas Constituciones elaboradas exprofeso para servir a gobiernos tiránicos conservaron en su letra el régimen de derechos y libertades democráticas fundamentales. Sin embargo, en la vida práctica, la situación de la democracia en nuestro país fue y es radicalmente distinta a la letra del derecho constitucional. La igualdad ante la ley es hoy y ha sido en el pasado una simple frase en la Carta Magna. De hecho, en nuestro país hay por lo menos dos categorías de ciudadanos: los del campo y los de la ciudad. En los campos no impera la Constitución Política, sino la Ley Agraria. Cada agente de la Guardia Nacional porta un ejemplar de esa ley en vez de uno de la Constitución y la aplica con un rigorismo arbitrario.

La inviolabilidad del domicilio, la libre asociación emisión del pensamiento, la simple libertad de tránsito el derecho a ser oídos y vencidos en juicio, a no se privados de la libertad sin orden de autoridad competente, la prohibición de los castigos corporales, el derecho a expresar libremente la voluntad por medio del sufragio, etc., son inoperantes para el pueblo rural, que forma empero la mayoría enorme de nuestra población.

En las ciudades la igualdad ante la ley es también ficticia. Los trabajadores, aunque han conquistado algunos derechos sociales mediante sus luchas, se encuentran en gran desventaja frente al poder público en comparación con las clases acomodadas de la sociedad. El derecho de huelga establecido por la Constitución Política, en la práctica ha sido suprimido por los requisitos y trámites deliberadamente dilatorios que establece el Código de Trabajo: existe en vigencia una arbitraria diferenciación entre distintas categorías de trabajadores, que no sirve para otra cosa más que para eliminar el derecho de huelga, a la libre sindicalización etc., de extensos sectores tales como el de empleados públicos y domésticos. Entre tanto, los empresarios cuentan con grandes facilidades para eludir el cumplimiento de sus obligaciones laborales, mediante el llamado “cierre por incosteabilidad”. así como para impedir la formación de sindicatos o destruir los ya organizados. por medio del despido de los dirigentes y hasta la masa completa de sindicalizados.

El mejor sistema jurídico es inútil si la parte adjetiva del mismo permite la retardación de los procedimientos o se basa en los principios procesales que son propios de otras materias, tal como ocurre en los juicios laborales en el presente. El procedimiento laboral debe ser ágil, pronto, discrecional, ventilado con una nueva mentalidad, libre de perjuicios, que responda a su razón de ser: compensar, en lo posible a favor del trabajador el mayor poder económico de la parte patronal.

Por otro lado, los reducidos grupos oligárquicos y la alta jerarquía militar gozan de una posición ilimitadamente privilegiada que se destaca muy por encima, no digamos ya de los trabajadores, sino incluso de las demás capas poseedoras. Más aún, existen diferencias ante la ley entre hombres y mujeres, que en la práctica son mucho más numerosas y profundas.

En el quehacer político la inexistencia de la igualdad ante la ley es una verdad evidente. Los grupos gobernantes y los sectores sociales a quienes ellos representan tienen a su favor la Ley Electoral y a todo el aparato del Estado, construido y educado para asegurar el dominio sobre el gobierno por parte de las minorías sociales y de quienes están a su servicio. Las fuerzas políticas de la oposición, y especialmente aquellas que propugnan por la democratización del país, soportan de hecho el arbitrario despojo de sus derechos políticos y la burla de los mismos mediante toda clase de procedimientos fraudulentos, refinados o burdos.

La libre emisión del pensamiento es negada en la práctica mediante una obstinada persecución contra las ideas avanzadas, para cuyo fin han sido emitidas diversas disposiciones legales y se ha impulsado un crecimiento desorbitado de los grupos policiales, absorbiendo valiosos recursos que se restan a las necesidades del desarrollo social. económico y cultural. Persiguiendo las ideas se ha entrado de lleno a la violación de la correspondencia y a la censura y decomiso de libros.

En verdad, la soberanía no reside en el pueblo y el sufragio universal, directo y secreto no es la fuente real del poder. La inmensa mayoría ciudadanía, después de reiteradas burlas a su voluntad, no se siente estimulada a emitir su voto. Los progresos en el terreno electoral, que se contraen al establecimiento del sistema de representación proporcional en la Asamblea Legislativa, por la que lucharan tanto las fuerzas de oposición en los años de 1959 y 1960 resultan diminutos dentro del marco general de disposiciones restrictivas de la Ley Electoral y de la empedernida práctica de la imposición y el fraude.

La estrechez antidemocrática ha comenzado a invadir hasta la propia Constitución Política. Por ejemplo representa un retroceso en comparación con la Constitución de 1886, el que la de 1962 haya descartado el principio de la educación laica.

Detrás de las estrecheces antidemocráticas, de la negación de los derechos fundamentales a las mayorías y de la persecución por motivos ideológicos, se encuentran los intereses de la oligarquía y de la intromisión extranjera en asuntos de nuestro país. Para asegurarse el control y el manejo de la situación conforme a su conveniencia, estas fuerzas utilizan al Ejército, institución a la que, por paradoja. está encomendada constitucionalmente la salvaguarda de la independencia nacional y la garantía de vigencia para los derechos establecidos por la propia constitución.

El ejercicio del gobierno y sus prerrogativas han hecho que ciertos grupos de militares comprometan al Ejército al lado de la reacción, aunque siempre existan en su seno corrientes democráticas que aspiran a un papel distinto para la institución. El Partido Acción Renovadora declara que no es una fuerza enemiga del Ejército como institución; cree, por el contrario, que éste es indispensable para la existencia del Estado. Pero al propio tiempo condena su actual papel al servicio de la reacción nacional y extranjera, papel que obstruye el desenvolvimiento democrático de la nación. Asimismo, declara que no sustenta una posición prejuiciosa en
contra de los militares, y, antes bien, considera que tanto los oficiales como la tropa proceden del pueblo mismo y que entre ellos hay elementos demócratas y partidarios del progreso social, cuyo número aspira a que crezca.

El PAR estima que toca a los militares demócratas y progresistas una altísima misión patriótica que cumplir en la brega por democratizar al país y, particularmente,
en la democratización del propio ejército.

Frente al régimen político antidemocrático que vive
el país el Partido Acción Renovadora, en caso de que sus candidatos a la Presidencia y Vice-Presidencia resulten electos, llevará a la práctica las siguientes medidas:

1. La derogatoria de la actual Ley Agraria y su sustitución por un cuerpo jurídico acorde con la Constitución Política, que garantice el goce pleno de las
libertades y derechos para la población rural.
2. Derogación de todas las leyes que coartan la libre emisión y difusión del pensamiento y erradicación
de todos los procedimientos de hecho empleados para impedir el ejercicio de este derecho.
3. Emisión de un Código Electoral que sea auténtico instrumento de la democracia política, para garantizar la libertad y la pureza del sufragio y la completa libertad para organizar partidos políticos.
4. Supresión radical de todo procedimientos legal o no, que directa o indirectamente depare privilegios
o vulnere el principio de la igualdad ante la ley de todas las personas, sin consideración a su ideología, posición social, sexo, raza, etc.
5. Impulsar la reforma constitucional para que exista igualdad entre todos los trabajadores o sea que no
haya diferencia en cuanto a derechos laborales (salarios, jornada de trabajo, derecho de huelga y organización, estabilidad en el trabajo, etc.) entre los distintos sectores de la clase trabajadora y que desaparezca la diferencia de trato legal respecto a empleados públicos, trabajadores de industria y comercio, trabajadores del campo, servicio doméstico, etc.
6. Promover la libertad sindical amplia de los sectores de la ciudad y el campo y abolir los sistemas de control ministerial que implican menoscabo a esa libertad de organización o llevan a la corrupción del sindicalismo.
7. Garantizará la efectividad del derecho de huelga.
8. Garantizará la efectividad de la justicia laboral, mediante la autorización de medidas precautorias, la rápida expedición de justicia, el juicio discrecional de los tribunales, la especialización de los funcionarios, la facilidad para la representación sindical, etc.
9. Revisión total de la legislación laboral del país y elaboración de un Código de Trabajo inspirado en principios de verdadera justicia social.
l0. Democratización del ejército y reorientación de su papel en la vida política nacional. El sistema de privilegios deberá ser suprimido. Los derechos políticos de los miembros de la Fuerza Armada deberán ser iguales a los del resto de la ciudadanía. La institución armada deberá abstenerse rigurosamente de participar en la actividad política partidarista.
11. Depuración y reorganización del Poder Judicial.
12.Impulsará la reforma de la Constitución Política en todos aquellos otros aspectos en que contenga disposiciones antidemocráticas.
l3.Reorganización y reorientación de los cuerpos de Seguridad Pública, convirtiéndolos en cuerpos
civiles, depurando su personal y erradicando sus actuales procedimientos de secuestro, tortura y detención ilegal.
14.Asegurará la igualdad de derechos políticos y civiles para la mujer.
15.Asegurará la plena igualdad de derechos de los hijos legítimos, ilegítimos, naturales y adoptivos.

MEDIDAS DE EMERGENCIA PARA ENFRENTAR LA CRISIS QUE SE AVECINA

El Partido Acción Renovadora considera que se avecina para el país un período de crisis económica. Tal período de crisis viene determinado por los factores siguientes:
1. Caída del precio internacional del algodón y la consiguiente reducción de su cultivo en nuestro país.
2. Dificultades para la colocación de la cosecha de café y baja de su precio en el mercado mundial.
3. Déficit en la Balanza de Pagos, por las causas siguientes:
a) Reducción de los ingresos provenientes de las exportaciones por los motivos ya referidos en los casos del algodón y el café.
b) Pago de la deuda externa y de sus intereses.
c) Creciente exportación de ganancias e intereses de capital extranjero invertido en el país.
d) Aumento considerable de las importaciones de alimentos, provocado por la calamitosa producción alimenticia de la agricultura nacional, conformada para producir en función de una economía de exportación y no para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo.
e) Excesivo aumento en las importaciones de materias primas y, principalmente, de productos a medio terminar, para ser acabados por la industria nacional.

Las primeras manifestaciones de la crisis son el gran desempleo, la reducción de los salarios, la rebaja de las ventas en el comercio y la saturación de deudas
sin recursos para su pago que soportan los trabajadores, los agricultores y los comerciantes en las zonas algodoneras; la insolvencia de los pequeños y medianos caficultores y la baja del nivel de salarios en las regiones cafetaleras; los despidos masivos en la industria y la reducción de las ventas en el comercio general.

El desempleo en los sectores rurales ha provocado el aumento de la emigración de los campesinos hacia las ciudades y, particularmente, hacia San Salvador. Ello significa: desplazamiento de los trabajadores urbanos, abaratamiento doloroso de la mano de obra, aumento de la población de covachas, mayor delincuencia y fomento de las costumbres antisociales, etc.

Desde luego, la peor parte del sacrifico corresponde a los trabajadores. Ante ellos se presenta un futuro inmediato de desempleo masivo, con todas las consecuencias que se derivan. Para muchos ésa ya es una realidad.

El Partido Acción Renovadora (PAR), siendo hoy un partido popular, comprende que está en el deber de plantear la realidad de esa crisis, con sus causas y efectos, así como proponer las medidas más inmediatas para enfrentarla, partiendo de la necesidad de defender de sus calamidades sobre todo a los sectores más sacrificados.

El Partido Acción Renovadora sostiene que estas crisis que con frecuencia sufre la economía nacional son producto de su estructura dependiente y atrasada y
demuestran la urgencia de reorganizarla mediante cambios profundos.

En verdad, la solución completa de la crisis que se avecina y de todas las crisis que puedan darse en el futuro está en los cambios estructurales de fondo. A pesar de ello, el PAR considera que se hace indispensable, en esta hora, proponer una serie de medidas de emergencia por las cuales debe de pugnarse sin esperar esos cambios estructurales; el Partido Acción Renovadora declara su disposición de luchar por la realización de ellas, cualquiera que sea el resultado de las futuras elecciones presidenciales.

El Partido Acción Renovadora, para enfrentar la crisis que se avecina, propone las siguientes medidas de emergencia:
1. Emisión de un Ley de Arrendamiento Forzoso de Tierras Ociosas para ser aplicada a aquellas propiedades mayores de 150 manzanas. Esta medida está dirigida a permitir que decenas de miles de trabajadores agrícolas, que ahora carecen de empleo, puedan cultivar la tierra y encontrar en ella un medio de vida que les asegure el mínimo sustento cuando menos. Es una injusticia, de ninguna manera aceptable, que mientras miles de trabajadores no tienen ocupación ni alimento, existan cientos de miles de manzanas de tierra sin cultivar. Esa ley debe disponer, asimismo, de la ayuda técnica del Estado y la apertura de créditos en los Bancos con garantía gubernamental, para que los agricultores puedan producir, de preferencia cereales y otros alimentos, así como también reforzar y diversificar la producción de materias primas agropecuarias para la industria nacional.
2. La realización de parte del Estado de grandes obras públicas para absorber el desempleo. En particular, son importantes para el desarrollo nacional las obras de riego, de electrificación, de construcción de escuelas, hospitales y unidades de salud; la construcción de carreteras, especialmente las que abren acceso a las zonas mas atrasadas del país, como la zona norte y las que unen las regiones de producción agropecuaria con las carreteras principales; el mejoramiento de los puertos actuales; la construcción de un sistema estatal de silos forrajeros, depósitos de granos, plantas beneficiadoras en general (sobre todo de arroz), rastros modernos, plantas lecheras, etc., para ayudar a los pequeños y medianos agricultores al incremento de su producción y al bodegaje y mercadeo de sus cosechas en buenas condiciones.
3. La prohibición de los despidos masivos de trabajadores, procediendo el Estado en cada caso a tomar las medidas necesarias para impedir el cierre de las empresas y el funcionamiento anormal de la producción. Es de urgente necesidad, por ejemplo, impedir el cierre o la reducción del trabajo en las fabricas productoras de aceite de semilla de algodón, promoviendo un plan de emergencia para asegurar el abastecimiento de esa materia prima y la siembra de otras oleaginosas (soya, ajonjolí, etc.), para sustituirlas; los propios agricultores algodoneros que ahora se han retirado del cultivo podrán ser apoyados con crédito y ayuda técnica para emprender ésos y otros cultivos.
4. La rebaja del 40% en los alquileres de la vivienda.
5. La máxima rebaja posible en las tarifas del servicio eléctrico.
6. La rebaja hasta del 30% en los servicios de transporte de pasajeros.
7. La rebaja en los precios de las medicinas y los servicios médicos.
8. Ayuda para que los pequeños y medianos cafetaleros diversifiquen su producción, como por ejemplo con la plantación de huertos de cítricos y frutales en general.
9. Apertura de líneas de crédito de fácil expedición en todos los bancos, con garantía gubernamental, en favor de los pequeños y medianos agricultores algodoneros y cafetaleros.
10. Negociación inmediata para la venta de algodón y café en nuevos mercados; y promoción de una política que tienda a la formación de un bloque internacional de países productores de algodón, con el fin de contrarrestar la funesta política que los Estados Unidos aplican en la venta de sus excedentes.
11. Ampliación por cinco años más en los plazos de vencimiento de las deudas contraídas por los trabajadores manuales o intelectuales (obreros, campesinos, empleados, maestros, etc.), pequeños y medianos agricultores, comerciantes e industriales, reduciendo durante ese plazo a la mitad los respectivos intereses que se hayan fijado.
12. Negociar la suspensión temporal, por cinco años o más del pago de la deuda pública externa, empleando las cuotas correspondiente en la construcción de las obras públicas ya citadas.
13.La prohibición total o parcial (no inferior al 60%) para la remisión de ganancias e intereses del capital extranjero invertido en nuestro país, hacia otros países. Tales ganancias e intereses deberán ser depositados en los Bancos Nacionales, para aumentar la capacidad crediticia de los mismos, en beneficio de los programas de desarrollo y las medidas de emergencia que aquí se reseñan.
14. Eliminación de todos los gastos superfluos en el Presupuesto general de la nación y, particularmente, reduciendo algunos sueldos, viáticos pensiones, a nivel de austeridad.-

CEM publica Programa de Gobierno del PAR 1967-1972

SAN SALVADOR, 20 de septiembre de 2009 (SIEP) “La campaña electoral realizada a finales de 1966 y principios de 1967 por el Partido Acción Renovadora, PAR, para la presidencia, fue una excelente y masiva escuela política para miles de salvadoreños y salvadoreñas” aseguró el Lic. Roberto Pineda, Coordinador del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Esta campaña del PAR también permitió que los comunistas salvadoreños capacitaran a miles de activistas en las habilidades del trabajo político de masas. como el discurso publico, la propaganda popular, la visita casa por casa, etc. El PAR fue el puente ente el FUAR y la UNO y creo condiciones para la futura Coordinadora Revolucionaria de Masas y luego el FMLN y para estar hoy en el Gobierno.”

“Permitió asimismo establecer contacto con amplios sectores de la intelectualidad democrática del magisterio y de la UES, que se sintieron representados en las candidaturas de los doctores Fabio Castillo Figueroa y Napoleón Rodríguez Ruiz” subrayó.

“Fue la primera campaña electoral luego de las elecciones de 1932, en que como izquierda se planteó abiertamente una programa de transformaciones radicales del sistema político salvadoreño, fue un abierto desafío a la dictadura militar, a la oligarquía, y al gobierno norteamericano, representados por el partido PCN.”

“La campaña electoral tuvo como eje el planteamiento de “cinco soluciones para cinco grandes problemas.” Y la temática de la Reforma Agraria fue puesta por primera vez sobre el tapete de la discusión pública…El programa del PAR se resumía en los cinco puntos siguientes:1. Una justa distribución del Ingreso Nacional. 2. Una Reforma Agraria. 3. Un programa de desarrollo acelerado de la educación. 4. Independencia económica y política del país. 5. Un régimen político de amplia democracia.”

“Es muy interesante a esta altura de 2009 como muchos de los grandes problemas planteados en este documento, en la educación, en la salud, en la soberanía, etc., siguen vigentes y constituyen un desafío para el actual gobierno progresista, presidido por Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, como el de establecer relaciones con todos los países del mundo, incluyendo la Republica Popular China y Vietnam. ”

Con la publicación de este Programa de Gobierno del
PAR 1967-1972 , dado a conocer en septiembre de 1966, continuamos cumpliendo con nuestro compromiso como CEM de de divulgar documentos fundamentales del proceso revolucionario salvadoreño, así como rendimos homenaje a nuestro querido Maestro Dr. Fabio Castillo Figueroa, hoy sumamente enfermo, a Juanita, su eterna compañera de esperanza.”

“A nuestro otro inolvidable Maestro, Schafik Handal, profeta del socialismo, a la sindicalista Fidelina Raimundo, a Ana Rosa Ochoa, y a los hombres y mujeres que con su lucha y sacrificio hicieron posible las gloriosas jornadas del PAR en la segunda mitad de los años sesenta del siglo pasado,”concluyó el Lic. Roberto Pineda.

Platraforma Programatica del Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR)

PROYECTO DE PLATAFORMA
PROGRAMATICA DEL FRENTE UNIDO DE
ACCION REVOLUCIONARIA FUAR
Mayo de 1962

AL PUEBLO SALVADOREÑO

LA TERCERA PLENARIA NACIONAL DEL FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FUAR), reunida bajo el rigor de la clandestinidad, pero contando con la representación de la clase obrera, de los campesinos, de los estudiantes, de los intelectuales y profesionales honestos: de la juventud, de los maestros, de los empleados y de la heroica mujer salvadoreña, después de concienzudo estudio, aprobó por unanimidad el presente PROYECTO DE PLATAFORMA PROGRAMÁTICA y lanzarlo al más amplio debate público.

El FUAR comprende que el programa de la Revolución Salvadoreña no puede ser elaborado aisladamente. sino que ha de ser el resultado de una discusión en
que participe el pueblo entero: sólo así reflejará con certeza los anhelos y necesidades de todos los sectores interesados en la transformación completa de nuestro país. Por estas razones, la TERCERA PLENARIA NACIONAL,
estimó como su deber, abstenerse de dar definitiva aprobación a este proyecto Y aprobándolo como tal, decidió someterlo a la consideración general. Es probable que en él no están recogidas del todo, las aspiraciones y puntos de vista de las distintas clases sociales y sectores cuyos esfuerzos habrán de conjugarse en la lucha por liberar a nuestra Patriar son ellos mismos los que deben hablar expresando sus propuestas, observaciones y críticas.
Como éste es un proyecto de Programa para la Revolución que hará el pueblo salvadoreño, es él quien lo elaborará. No ha ocurrido lo mismo por cierto con otros pretendidos planes de transformación que, como “Alianza para el Progreso”, han sido elaboradas en Washington y sometidos después a la aprobación de un coro mendicante, reunido en conciliábulos internacionales a espaldas de los pueblos, donde la franqueza es sustituida por la frase servil y la sonrisa hipócrita de una diplomacia de lacayos.

Queda pues abierta la discusión de1 presente proyecto y el FUAR, con la fe inquebrantable en las masas oprimidas, espera las opiniones, sugerencias y críticas de su pueblo, para proceder posteriormente a la formulación definitiva de su PLATAFORMA PROGRAMÁTICA QUE SERÁ LA DE LA REVOLUCIÓN SALVADOREÑA.

San Salvador, Mayo de 1962.

Por encargo de la TERCERA PLENARIA NACIONAL:

EL COMITE EJECUTIVO NACIONAL DEL
FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA.

PROYECTO DE LA PLATAFORMA DEL F.U.A.R.

El Salvador es un pequeño país de 20,000 Km2 de extensión, con dos millones y medio de habitantes que aumentan en casi cien mil por año. Si sólo se toma en cuenta la superficie aprovechable para la agricultura, estimada por el Censo Agropecuario de 1950 en 15.300 m2’ nuestra población relativa resulta ser de 163 habitantes por cada kilómetro cuadrado, entre las más altas del mundo.

El Salvador es un país de economía agrícola. es decir un país cuya riqueza ha dependido tradicionalmente y sigue dependiendo de lo que la tierra produce. Siendo así. es lógico pensar que sus gobiernos han tenido como principal deber procurar el logro de dos objetivos en la agricultura: uno, que toda la tierra sin dejar parcela alguna. estuviese en producción, y otro, que nuestra agricultura fuese, lo mismo desde el punto de vista de la técnica que desde el de la conveniencia nacional, una de las mejores del mundo. Pero los gobiernos en El Salvador nunca han sido en realidad representativos de nuestro pueblo y jamás han hecho nada para orientar, desarrollar, diversificar o elevar el nivel técnico de la agricultura, permaneciendo ciegos y sordos ante el clamor de las necesidades generales y permitiendo que se acumule tal cantidad de problemas que a estas alturas, son ellos mismos incapaces de resolver.

El Censo Agropecuario de 1950 reveló que del total de la tierra agrícola, solamente 719.160 hectáreas, el 46.99% (1,028,405 Mz.) se encontraban en cultivo, mientras que las 811.163 hectáreas restantes, el 53.01% (1,159.963 Mz.) se hallaban sin cultivar, siendo como es, en su mayor parte. tierra de primera calidad. Desde 1950 esta situación no ha variado en lo fundamental.

Teniendo la mitad de nuestra tierra agrícola fuera de cultivo, la mitad cultivada, con excepción del algodón, alcanza un pobrísimo rendimiento, que en vez de crecer, cae año con año. Los cultivos más importantes para cubrir las necesidades alimenticias de la población (maíz, frijoles, arroz, maicillo, etc.), no sólo
van reduciendo de cosecha en cosecha su producción por manzanas sino que además, van quedándose arrinconadas en extensiones cada vez menores. El faltante
de estos productos para el año actual (1962) sobrepasa los 30 millones de colones.

A la ya antigua incapacidad de nuestra agricultura para crecer con la misma velocidad que crece nuestra población, ha venido a sumarse la caída del precio
internacional del café que trae consigo nuevos factores que complican y hacen más honda la crisis agrícola y por ende, la crisis de toda la economía nacional.

Dos son las causas que han llevado la situación a tales extremos: de una parte el monopolio de la tierra, es decir el acaparamiento de ella por un pequeño número de grandes propietarios. Y de otra parte, la influencia deformadora sobre nuestra agricultura de las principales potencias capitalistas europeas, durante el siglo pasado y comienzos del presente, y del imperialismo norteamericano después.

EL MONOPOLIO SOBRE LA TIERRA EN EL SALVADOR

El Censo Agropecuario de 1950 recogió los datos que forman el cuadro que incluimos a continuación.

El Censo no tomó como unidad la propiedad, sino la “explotación”, y clasificó éstas en tres grupos: 1) las explotaciones operadas por el propietario de la tierra,
2) las explotaciones operadas por arrendatarios y 3) las operadas por colonos. Hablar del número de explotaciones no es, pues, hablar del número de propiedades porque en una misma propiedad puede haber una parte de la tierra ocupada por cultivos del dueño (explotación operada por el propietario) otra parte entregada Por ejemplo a tres arrendatarios (tres explotaciones opera das por arrendatarios) y otra entregada a dos colonos (dos explotaciones operadas por colonos) y ser por ello muchas las “explotaciones» comj5rendjdas dentro de una misma propiedad. En el ejemplo anterior dentro de la misma propiedad hay seis explotaciones. De lo explicado se desprende que tampoco hay que confundir el número de explotaciones con el número de propietarios, cada uno de los propietarios puede a su vez poseer varias propiedades y tener o no en explotación directa todas o algunas de ellas, el total o una parte de la tierra que ellas comprenden.

Hechas estas aclaraciones pasemos a examinar el cuadro incluido atrás. Puede verse que mientras 63,335 pequeñas explotaciones operadas por el propietario abarcan 66,976 hectáreas, que significan apenas el 4% de toda la tierra agrícola salvadoreña sólo 1,994 grandes explotaciones operadas por el propietario reúnen 754,283 hectáreas, nada menos que el 50% del total de la tierra agrícola que es de 1’530,323 hectáreas. Y ésta no es toda la tierra que acaparan los latifundistas; gran parte de la tierra dada en arrendamiento o entregada a colonos les pertenece a ellos, y además, son dueños de una parte apreciable de la tierra comprendida en las explotaciones de menos de 100 hectáreas. Al no haber utilizado la propiedad como base para la realización del Censo, ha quedado oculta toda esa extensión que pertenece al mismo pequeño grupo de grandes terratenientes, como ha quedado oculto también el número real de estos señores que son, desde luego, muchísimo menos de 1,994. Bien puede afirmarse pues aunque el Censo no lo haya publicado
que a lo sumo mil grandes hacendados son dueños de las dos terceras partes del territorio agrícola nacional, es decir de más o menos un millón de hectáreas (alrededor de un millón, cuatrocientos treinta mil manzanas).

Frente a los mil grandes acaparadores que monopolizan las dos tercera partes de la tierra, hay unos cien mil pequeños y medianos propietarios, de los cuales sesenta mil son parceleros cuyos retazos mayores sólo llegan a tres hectáreas (4 1/4 manzana) y entre todos tienen apenas 66,976 hectáreas (95,776 manzanas). Estos parceleros, en su mayoría dueños de menos de una hectárea, en realidad no pueden vivir de lo que arrancan a su miserable terrón y se ven obligados a sumarse buena parte del año, a los centenares de miles que deambulan inútilmente en busca de trabajo.

EL SALVADOR: TENENCIA DE LA TIERRA 1950

Tamaño de las Propietarios Extensión en Arrendatarios Extensión en Colonos Ext. en
explotaciones hectáreas hectáreas hec.

Hasta de 2.99 63,355 66,976 29,726 37,617 32,426 26,748
de 3 a 9.99 25,595 135,274 2,562 18,833 893 4,187
de 10 a 49.99 14,889 311,551 580 16,358 65 902
de 50 a 99.99 2,062 142,608 45 4,832 …. …..
De 100 a 2,500 y más 1,994 754,283 32 9,954 —— ——-

Totales 107,875 1,410,892 32,954 87,594 33,384 31,837

Total de explotaciones agrícolas: 174,204
total de tierra agrícola: 1,530,323 hectáreas o 2,188,261 manzanas
(1 hectárea= 1.43 manzanas)

Mas allá de esta pequeña capa propietaria entre la cual, como ya vimos, la tierra se encuentra tan desigualmente repartida, se halla la inmensa mayoría del pueblo rural, que hoy asciende a casi dos millones de personas, sin una sola pulgada de tierra en su poder. ¡Éstos son los groseros contornos que tiene en nuestro país el monopolio sobre la tierra!

Desde 1950, esta situación no ha mejorado sino empeorado. En los doce años transcurridos, los grandes terratenientes han continuado acaparando más tierra y los pequeños han continuado perdiéndola. Éste ha sido el proceso desde la Independencia Nacional y en este período no ha habido obstáculos que la detengan, sino más bien factores que lo han estimulado. Los altos precios del café (1950-1954), unidos a la creencia de que aquella situación era eterna, dieron origen a una verdadera avalancha de compra de propiedades rurales por parte de los grandes propietarios.

Pero aun con los datos que hemos expuesto no queda completo todo el cuadro de la terrible explotación que pasa sobre nuestro pueblo. Los monopolistas de la tierra
la mantienen conscientemente fuera de cultivo, negándose tercamente a darla en colonia o arrendamiento a los campesinos (véase en el cuadro anterior el número de colonos arrendatarios pequeños y véase que entre la tierra dada en arrendamiento y la dada en colonia, incluyendo grandes y pequeños, sólo se llega a las 119,431 hectáreas, el 8% del total). El Censo Agropecuario de 1950 comprobó como vimos que el 53% de la tierra agrícola se encuentra sin cultivar y de sus datos se desprende también, que la tierra inculta se halla principalmente en las explotaciones de más de cien hectáreas, en las cuales la parte no cultivada alcanza el 63%.

El objeto de esta criminal política es el de mantener la existencia de una inmensa masa desposeída, que sólo cuenta con su fuerza de trabajo y necesita venderla para no morir de hambre. Estos cientos de miles de compatriotas vagan desesperados en busca de trabajo, sin encontrarlo la mayor parte del año. Cuando llegan las cortas de café, algodón y la zafra azucarera (de noviembre a marzo), se agolpan en los portones de las haciendas, de las fincas y de los ingenios, dispuestos a trabajar por los miserables salarios sin discutir y dando gracias de poder conseguir unas migajas para el estómago.

Los monopolistas de la tierra, se benefician con mantenerla en su mayor parte incultivada puesto que son al mismo tiempo los principales cafetaleros, algodoneros y azucareros que basan sus grandes ganancias en los bajos salarios. Los monopolistas de la tierra son también los compradores internos de la mayor parte de la producción cafetalera, quienes controlan todo el sistema bancario nacional, el volumen principal de crédito usurario y todo cuanto es gran negocio en nuestro país. Como compradores y exportadores del café, como amos del crédito bancario y usurario, como grandes importadores que son también, sacan provecho a fondo de los miserables salarios de la masa rural mediante la aplicación a los medianos y pequeños agricultores de una forzada política de precios bajos para sus cosechas, altos intereses y elevados precios para las mercaderas importadas.

Pero los medianos y pequeños agricultores pueden soportar los bajos precios de lo que venden, los elevados precios de lo que compran y los leoninos intereses de los créditos conque trabajan, porque pueden mantener un bajo nivel de salarios para los trabajadores agrícolas, apoyándose en la existencia de la enorme masa desposeída y hambrienta, que arroja el monopolio sobre la tierra y la criminal política de mantenerla inculta, aplicada por el pequeño puñado de sus dueños. De este modo lo más encumbrado de los grandes terratenientes explota inmisericordemente, no sólo a los trabajadores de sus propios cultivos, sino a todos los trabajadores agrícolas del país y, por el control de las otras ramas de la economía que le permite su privilegiada situación, explota también a todos los trabajadores urbanos, al mismo tiempo que somete a extorsión al conjunto de los medianos y pequeños empresarios de la ciudad y del campo. Succionando de este modo al conjunto de los trabajadores y de los pequeños y medianos agricultores, los monopolistas de la tierra hacen imposible que estos últimos cuenten con los medios suficientes para elevar el nivel técnico de la agricultura, para mecanizarla y elevar sus rendimientos.

Además, como los grandes latifundistas sólo están interesados en desarrollar los cultivos que tienen acogida en el mercado internacional y éstos les producen elevadas ganancias en la medida en que cuentan con una masa abundante de trabajadores en la miseria, entonces mantienen el resto de su tierra inculta en gran medida o sujeta a técnicas primitivas. Así es como la existencia del monopolio sobre la tierra determina el atraso de nuestra agricultura, manteniendo en pie la práctica abundante de procedimientos, instrumentos de trabajo y relaciones laborales propias de la época feudal. Ejemplos de feudalismo en nuestro campo son: el pequeño arrendamiento, el colonato, la servidumbre del mozo-colono, la renta en especie, las distintas formas de trabajo gratuito (las obligaciones de los colonos, el acarreo de leña y la trasegada a que están obligados por cortadores de café, etc.), las distintas formas de la moneda feudal (pago en fichas, la compra obligada en la tienda de la hacienda, etc.), el pago en comida de una parte del salario, la negación del derecho a la organización para los campesinos y asalariados del campo, la utilización de la Guardia Nacional como tropa al servicio del terrateniente, las cárceles en las haciendas, el apego a las normas tradicionales
cuando no supersticiosas del cultivo de la tierra, la tracción animal en el transporte y el arado, la ausencia de insecticidas y abonos, etc.

LA DEFORMACIÓN DE NUESTRA AGRICULTURA Y EL PAPEL DEL IMPERIALISMO

Nuestra independencia de España no nos hizo un país económicamente independiente. Al contrario, la demanda europea sobre nuestra producción añilera empujó a la agricultura nacional por los deformadores caminos del monocultivismo. El añil se transformó pronto en el renglón más importante de la agricultura, con un peso decisivo sobre toda la economía nacional. Cuando el añil comenzó a ser desplazado por la producción de colorantes sintéticos, era tal la sujeción de nuestra economía al extranjero que, hasta esclarecidos patriotas como Barrios, no alcanzaron a comprender la necesidad de un desarrollo económico independiente y empeñaron su esfuerzo en la sustitución del cultivo de añil por el del café, en la creencia de que así salvaban la economía nacional de la ruina y sin ver que con ello estaban terminándose de consolidar la condición colonial de la agricultura nacional, su carácter de productora de materias primas para la industria de las metrópolis extranjeras. Con el correr de los años el café se convirtió en el factor decisivo de la economía nacional y los acaparadores y grandes exportadores de su cosecha se transformaron en los monopolistas de la tierra, de la banca, de la importación y la gran industria.

Correspondiendo a su dominio en la economía, fue incrementándose más y más el dominio de esta oligarquía de exportadores e importadores (oligarquía intermediaria), sobre el Estado. Así el crédito, la protección estatal, la construcción de carreteras, la política monetaria, etc., fueron orientados hacia el desarrollo del café y este desarrollo en el rumbo más beneficioso para los intereses de la pequeña y voraz oligarquía intermediaria. La agricultura y toda la economía nacional han llegado pues a coincidir sólo con los intereses de esta reducida minoría. Las otras ramas de la producción agropecuaria, destinadas a satisfacer las necesidades alimenticias y a proporcionar materias primas para el desarrollo de la industria nacional, han venido siendo de esta manera reflejadas a las peores técnicas, a la falta de crédito, a la ausencia completa de protección estatal y en algunos casos como el de los cereales sometidos al sabotaje consciente de los organismos del Estado, cuya dirección se ha encontrado con frecuencia en manos de especuladores y saqueadores del tesoro público.
Posteriormente apareció y se incrementó el cultivo de algodón. Su vertiginoso desarrollo en medio de una agricultura en crisis, se explica Solamente porque no menoscaba sino que refuerza nuestra condición de apéndice agrario de las grandes potencias capitalistas, y porque, en las condiciones del monopolio del crédito en manos de la oligarquía intermediaria, ese cultivo se convierte también en tributario suyo. Así como los pequeños y medianos cafetaleros forman Una masa de deudores de la oligarquía, también los pequeños y medianos algodoneros son una capa endeuda da con ella.

Pero tampoco la oligarquía intermediaria con toda su riqueza, con todos sus privilegios y su poder, puede determinar por sí sola, ni la estabilidad de la economía nacional, ni su propia estabilidad. Por encima de ella están las grandes monopolios imperialistas, que lo mismo determinan los precios de café, el algodón y otros productos de nuestra exportación, que rijan los precios, siempre en aumento, de las mercancías industriales que nos venden. Los oligarcas son solamente intermediarios y socios de los monopolios imperialistas para la explotación de nuestro país, de sus riquezas naturales y de su pueblo.

El monopolio sobre la tierra, al mantener sin trabajo y en la miseria a la mayor parte de la población rural, impide el desarrollo industrial del país, puesto que una raza que ni siquiera tiene asegurado el alimento, no puede comprar ropa y calzado suficiente y menos el resto de artículos necesarios para hacer una vida civilizada y culta. Por otro lado, el dominio de los productos de la industria imperialista extranjera en nuestro mercado interno y los privilegios exorbitantes con que cuenta la inversión de capital monopolista yanqui en nuestro país, ponen a los industriales nacionales en una desventajosa situación e impide el crecimiento de la industria nacional, aunque sólo fuera al nivel suficiente para abastecer nuestro raquítico consumo. El monopolio sobre la tierra y la dependencia económica del imperialismo norteamericano, forman casi una combinación antinacional que aplasta nuestro desarrollo industrial y origina el desempleo de las masas obreras de las ciudades.

Durante el siglo pasado y comienzos del actual, varias potencias capitalistas de Europa, principalmente Inglaterra realizaron una amplia penetración económica en toda América Latina, incluyendo a nuestro país. Esta penetración se llevó adelante por medio de empréstitos leoninos, del soborno a los gobernantes, de la instalación de empresas ferroviarias, eléctricas y mineras, y mediante el control sobre el comercio interno y exterior ejercido en contubernio con las oligarquías criollas. En El Salvador, aparte de los empréstitos usuarios y de la instalación de empresas ferroviarias y otras, el control imperialista sobre la economía se apoyó con más fuerza en el dominio sobre nuestro comercio internacional e interno. Mientras fueron varias potencias capitalistas que se disputaban el predominio sobre la América Latina y, desde luego, sobre nuestro país, la oligarquía interna se dividía en fracciones, ligadas cada una a los intereses de una de esas potencias. Este fraccionamiento de intereses se refleja en una enconada disputa política entre distintos bandos, encabezados por la o las familias más poderosas del respectivo grupo oligárquico. Al ir creciendo el poderío del imperialismo norteamericano y su dominio en nuestro país, ese fraccionamiento comenzó a desaparecer, en la medida que eran desplazadas por él las otras potencias imperialistas. Pero fue el pánico al movimiento revolucionario obrero de finales de la década del 20 del presente siglo, lo que aceleró el proceso de unificación política de los distintos grupos oligárquicos, aun antes de que los imperialistas norteamericanos hubieran desplazado por completo a sus competidores europeos en nuestra Patria. Tal unificación pactada e medio del miedo al pueblo inauguró, mediante el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931, la tiranía militar como método de gobierno que aún sufrimos.

Con el beneplácito y el aplauso del imperialismo norteamericano, la tiranía militar de la oligarquía asesinó en los primeros meses de 1932, a más de treinta mil campesinos y obreros, para asegurarse el tranquilo goce del poder y alargar la vida del ya decrépito sistema de bárbara explotación semifeudal. Desde entonces la tiranía militar ha asesinado a muchos miles de patriotas más, ¡son más de cuarenta mil las víctimas del poder de la oligarquía y del imperialismo norteamericano desde 1932!

La Segunda Guerra Mundial decidió completamente a favor de los imperialistas yanquis el domino sobre nuestro país. Durante la guerra, toda nuestra exportación de café era vendida en los Estados Unidos y allá se compraban todos nuestro abastecimientos de mercancías industriales. El Estado salvadoreño pasó a ser deudor exclusivo de los banqueros yanquis y la embajada de los Estados Unido en San Salvador se convirtió en el centro orientador de la política nacional y dirigente de la política internacional de la República. De la guerra salieron los Estados Unidos como la primera potencia imperialista del mundo y la inmediata posguerra fue un período de amplia penetración del capital monopolista yanqui en la destruida Europa y el derrotado Japón. Por eso la actual reanimación del comercio exterior salvadoreño con Alemania, Japón y otros países, no debilita en lo más mínimo la hegemonía norteamericana sobre nuestra Patria.

Aparte de su control sobre nuestro comercio exterior, los monopolios norteamericanos tienen bajo su dominio en El Salvador dos de los tres puertos, el principal ferrocarril, las comunicaciones internacionales, los transportes aéreos y marítimos, la parte principal de la industria eléctrica y la deuda pública. En los últimos años, conjuntamente con la oligarquía intermediaria han establecido numerosas empresas de capital mixto. El capital norteamericano invertido en El Salvador sobrepasa ya los 250 millones de colones.

ALIANZA PARA EL PROGRESO: NUEVOTODO PARA LA COLONIZACIÓN YANQUI

El imperialismo norteamericano, como cabeza de todo el decadente sistema imperialista mundial, sufre directa o indirectamente el bravo combate de la lucha
de los pueblos coloniales y dependientes del mundo, y enfrenta el desafío histórico del joven, vigoroso y creciente sistema socialista mundial. El triunfo de la
Revolución Cubana ha iniciado la descomposición práctica del dominio norteamericano sobre la América Latina. Todos los pueblos latinoamericanos, unos más, otros menos, se acercan con celeridad a las batallas decisivas por su liberación y el descrédito, la falta de autoridad y el aislamiento político del gobierno imperialista de los Estados Unidos ha llegado a los niveles más bajos nunca vistos antes. Esta honda crisis política que confronta el imperialismo norteamericano,
coincide con la agravación de su propia crisis económica, haciendo más inútiles sus esfuerzos por salir del atascamiento en que se halla su sistema, condenado
irremisiblemente a desaparecer. Es en medio de tan comprometida situación, que el gobierno de Kennedy ha elaborado y puesto en marcha su llamado plan de
“Alianza para el Progreso.”

¿En qué consiste en esencia ese plan? “La Alianza”, es un ofrecimiento de préstamos que los Estados Unidos le hacen a los países de Latinoamérica. Para merecer estos préstamos, los países latinoamericanos se obligan: en primer lugar y ante todo, a secundar a los Estados Unidos en sus planes de agresión armada, de boicot económico y diplomático contra Cuba, para liquidar su ejemplar Revolución. En segundo lugar, a realizar una serie de reformas institucionales y legislativas que permitan a los Estados Unidos controlar y aprovechar la inversión de esos préstamos. En tercer lugar, a reprimir con saña y sin escrúpulos a sus propios pueblos, cuyas luchas liberadoras amenazan derrumbar el carcomido edificio del imperio.

El mejor ejemplo de este atraco yanqui, lo constituye en nuestro país el préstamos para la ampliación del Aeropuerto de Ilopango, recientemente puesto al desnudo por la Asociación Salvadoreña de Ingenieros y Arquitectos. Este préstamo de catorce millones de colones servirá para hacer posible el aterrizaje de los “jets” de las compañías yanquis de aviación, y por supuesto, también el aterrizaje de los aviones militares de gran radio de acción de los Estados Unidos. La obra se hará de acuerdo con planes y planos elaborados por una compañía norteamericana, será ejecutada por compañías yanquis, supervisadas en su ejecución por otra compañía norteamericana; la maquinaria y los materiales a emplearse en la obra deberán adquirirse en los Estados Unidos, a precio fijado allá: y los banqueros norteamericanos que nos prestarán el dinero para realizar la obra, nos cobrarán el “módico” interés norteamericano de cinco y medio por ciento anual. ¡Así es la Alianza para el Progreso!

El gobierno de los Estados Unidos para otorgar este “obsequio” a los gobiernos latinoamericanos, exige la previa realización de algunas reformas destinadas a poner en manos de Alianza para el Progreso, el control de diversas instituciones del Estado y de los municipios. Con el pretexto de realizar algunas obras de servicio social (que no incrementan la producción), la Alianza para el Progreso exige la desmembración del Estado mediante la formulación de entidades autónomas bajo la dirección de sus técnicos. Así Surgió la ANDA (Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados) que ha puesto en manos de los técnicos norteamericanos todo lo referente a los acueductos, alcantarillados y agua potable; para servir a los mismos objetivos se reformó el INSAFOP (Instituto Salvadoreño de Fomento de la Producción), transformándolo en el actual INSAFI (Instituto Salvadoreño de Fomento Industrial) en donde los técnicos yanquis gozan de amplios poderes; del mismo modo apareció la ABC (Administración de Bienestar Campesino) y se encuentran en proyecto ANTEL (Administración Nacional de Telecomunicaciones) Y otras entidades cuyos nombres aún no se anuncian, que tomarán en sus manos lo referente a la Salud Pública y la enseñanza en todos sus niveles.

La promulgación de la “nueva” Constitución en enero del presente año estuvo inspirada también en las exigencias que Alianza para el Progreso ha planteado a cambio de sus migajas; entre ellas y de manera muy fundamental la reforma del artículo referente a la orientación laica en la enseñanza que, al proclamar la enseñanza “democrática” abre las puertas de par en par al manoseo imperialista con la ayuda clerical. Todas estas exigencias de la Alianza buscan el objetivo de debilitar la autoridad del Estado y acabará con su independencia. A cambio pues, de miserables empréstitos que habremos de pagar aumentado con elevados intereses, el gobierno de los Estados Unidos calcula pasar a sus manos el control de los organismos que realizan todas las funciones o las más importantes del Estado. Este es un camino de colonización y no de alianza, de aplastamiento y no de progreso.

¿Qué quedará en efecto del Estado salvadoreño vez aplicado este plan de desmembración que la Alianza para el Progreso ha trazado para nuestro país?
Quedará un Poder Ejecutivo encabezado por sumisos servidores incondicionales del imperialismo norteamericano, rodeado por un conjunto de ministros que a lo sumo pueden hacer sugerencias a las “instituciones autónomas” mandadas por los técnicos yanquis; Un Poder Legislativo surgido de farsas electorales, integrado Por lo más representativo del oportunismo y que sólo ocuparíase de convertir en leyes los proyectos de las “instituciones autónomas”, elaborados desde luego por los técnicos de la Alianza; un poder judicial incapaz de levantar la voz a los tiranos en defensa de las liberta des públicas, y menos de levantar la voz a los emperadores del norte en defensa de la soberanía patria; y una Fuerza Armada bajo el mando directo de la Misión Militar de los Estados Unidos y plagada de agentes de la Agencia Central de Inteligencia de ese país.

En nuestro país la Alianza pata el Progreso ha mostrado su verdadera faz colonizadora. El 25 de enero de 1961 fue derrocada la Junta de Gobierno Cívico Militar e instaurado el Directorio Militar, cuyo gobierno pretende perpetuar el Coronel Julio A. Rivera, mediante la fracasada farsa electoral del 29 de abril pasado. Este golpe de cuartel estuvo bajo la total dirección de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). a través de la Misión Militar de ese país. De este modo se modificó el carácter del poder del Estado en El Salvador: antes del 25 de enero de 1961 los gobiernos, aun sirviendo al imperialismo yanqui. eran gobiernos de la oligarquía, dirigidos Y aprovechados por ella. Desde aquella fecha los gobiernos (el directorio, el de Cordón y el que pretende encabezar Rivera), son hechura en cambio del imperialismo yanqui, están directamente a su servicio y sólo de manera secundaria sirven los intereses de la oligarquía.

Es justamente este cambio en el control del poder del Estado, el que prueba que estamos siendo víctimas de un acelerado proceso de colonización, que nos convertirá si no le ponemos paro, en el segundo “Estado Libre Asociado” de los Estados Unidos, en el segundo Puerto Rico. Tal proceso de colonización tiene estos otros signos evidentes: la ingerencia abierta y desvergonzada de la embajada norteamericana en los asuntos del Estado y del gobierno salvadoreño; la política demagógica de “reformas sociales”, (política de migajas y engaño), decretada por el directorio militar “en acatamiento de los compromisos contraídos en Punta del Este”; los empréstitos contrarios al interés nacional y lesivos de la soberanía Patria que se han anunciado, la presencia abundante de “técnicos” yanquis en las dependencias de la administración pública, que supervigilan toda su marcha; y el férreo control que ejerce la Misión Militar Norteamericana sobre el Ejército, sobre los cuerpos represivos, los cuales han llegado a estar bajo la dirección inmediata de policías yanquis. Los imperialistas, llevando hasta el fondo sus intentos colonizadores, han comenzado a poner en práctica planes concretos para transformar al Ejército Nacional en una “guardia nicaragüense”, que les sirva como ejército colonial de ocupación. ¡¡¡Esto no es otra cosa que la transformación de El Salvador en una colonia norteamericana!!!

En realidad, esta “nueva” política yanqui para Latinoamérica a lo que se reduce en definitiva es: a sobornar a los gobiernos para enfilarlos contra la Revolución Cubana, a endeudar todavía más a nuestros países con los banqueros de los Estados Unidos; a convertir a Latinoamérica en mercado de consumo forzoso de los artículos industriales norteamericanos y a un intento de transformar el Continente en una inmensa cárcel colonial de pueblos, vigilada por espadones enjoyados y perfumados a costa de los dineros públicos. Esta es la cara real de la Alianza para el Progreso.

EL SALVADOR HA ENTRADO EN UNA SITUACIÓN REVOLUCIONARIA

La vieja crisis de nuestra estructura económica y social se ha hecho patente con la caída de los precios del café. La aparente estabilidad económica y la pujanza nacional de los años del buen precio, han sido despedazados por la crisis, dejando al descubierto las carcomidas bases del débil sistema económico que siempre ha sido el nuestro, sujeto como está al vaivén de los intereses monopolistas internacionales que compran nuestro café y algodón. El carácter colonial de nuestra economía ha sido desnudado por la crisis y ahora puede verse por todos, cuan superficiales y vanos han sido los artículos de prensa y discursos de los gobernantes que la ensalzaban y que atribuían la bonanza a su docta dirección del Estado.

Ni en los años de buen precio, ni hoy, ha sido ni es el sistema económico social en que vivimos, capaz de dar a nuestro pueblo la satisfacción de sus necesidades materiales y culturales. Y, peor todavía, no ha sido ni es capaz de crecer siquiera al ritmo con el que crece nuestra población. Sólo los imperialistas norteamericanos y los más curtidos explotadores criollos pueden dejar de mirar esta pavorosa realidad y aferrarse a la defensa de tan injusto, absurdo y caduco sistema.

Pero además de todo esto, 30 años de tiranía militar con sus cuarenta mil patriotas asesinados, con sus secuestros, con su tortura, con el destierro masivo, con sus grandes robos a la nación, con su grosera imposición electoral, con su Corte Suprema servil, con la mascarada de sus Asambleas sumisas, con su entrega incondicional en brazos del imperialismo norteamericano, etc., etc., son suficientes para comprender la necesidad de derrocarla, como condición previa e indispensable para llevar adelante la transformación económica, social, cultural y política de la nación.

Enfrentándose una y otra vez a este estado de cosas, nuestro pueblo ha ido madurando políticamente, templándose bajo el martilleo del bastón policial y
arribando a la conclusión de que debe prepararse para las batallas decisivas por el poder. La Revolución ha surgido así, como una tarea histórica ineludible e inaplazable. Por eso no es casualidad que todos aquellos partidos y organizaciones en general que no comprenden esto, se encuentren aislados del pueblo y al
margen de sus luchas.

Estos factores internos, estimulados y alentados por la lucha que libran los pueblos en todo el mundo en contra del feudalismo, del capitalismo, del colonialismo y del imperialismo (fase última del capitalismo), han determinado el surgimiento en nuestro país de la situación revolucionaria que vivimos. El brillante ejemplo que pone ante nuestra vista la Revolución Cubana, da fe en sus fuerzas a nuestro pueblo y afianza en él la convicción de que es perfectamente posible desarrollar con éxito un movimiento revolucionario de liberación nacional. aún en los países pequeños y vecinos del Estado imperialista yanqui; de que es absolutamente falso que los Estados pequeños, como el nuestro, están irremediablemente sometidos a los designios del imperialismo opresor; y de que la Revolución es el único camino que puede asegurarnos el desarrollo económico independiente y el ejercicio pleno de nuestra soberanía.

Esta situación revolucionaria se caracteriza por los cuatro hechos siguientes:

PRIMERO.- Las clases dominantes demuestran su incapacidad para gobernar el país. Tan grave es esa incapacidad que el gobierno se les ha ido de las manos para ser ejercido de modo directo, por el imperialismo aunque a través de su representación diplomática Ahora hasta los ciegos pueden ver que todo proyecto gubernamental es ordenado y elaborado por los “técnicos” yanquis, todos los gastos públicos son “aconsejados” por la embajada norteamericana, todas las medidas de gobierno son tomadas por mandato o por “asesoramiento” yanqui, etc., etc.

SEGUNDO. – La agudización de la crisis económica que cada día alcanza a nuevos y más numerosos sectores del pueblo, acercándolos peligrosamente al abismo de la ruina, les ha convencido de que ya no es posible vivir así. En los últimos meses, a los ya crónicos males de la miseria, el hambre, la insalubridad, la desocupación masiva, etc., han venido a sumarse: la ruina de los pequeños y medianos agricultores, la operación de las fábricas a sólo una parte de su capacidad productiva; el languidecimiento del comercio interno, la paralización casi total de la industria de la construcción y la inercia de la administración pública que ha originado el despido masivo de los trabajadores al servicio del Estado; etc.

TERCERO. – El deseo cada día más visible del Pueblo Salvadoreño de hacer la Revolución. Este es un sentimiento que se extiende no sólo entre los trabajadores de la ciudad y del campo, y entre los estudiantes, sino que abarca a crecientes sectores de las clases medias pequeñas y superiores aún a elementos honrados de las clases dominantes y hasta se manifiesta en las propias filas de la oficialidad y la tropa de las fuerzas armadas.

CUARTO – La conciencia cada vez más clara de amplios sectores en el sentido de que la lucha por la liberación e1 contra el feudalismo y en favor de la transformación revolucionaria, no es la contienda aislada de nuestro pueblo en contra de los poderosos imperialistas sino la causa común de toda la humanidad
ansiosa de arribar a un nuevo estadio, sobre las lacras del sistema actual.

Alimenta la confianza en que la victoria final será de los pueblos y no de sus opresores y en que la pequeñez de nuestro país no es un obstáculo para su liberación definitiva, la convicción de que nuestra lucha es parte de la lucha general de la humanidad, de que no estamos solos en ella, nosotros un pueblo pequeño enfrentado a un gigante invencible y el ejemplo práctico que nos da la familia ya numerosa de pueblos liberados.

EL FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FUAR)

En el marco de esta situación revolucionaria y como resultado del impetuoso crecimiento de la conciencia política de nuestro pueblo es que ha surgido el FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FUAR). El FUAR es el organismo creado por el pueblo para realizar la Revolución que necesita El Salvador. En él se unifican y entrelazan sus esfuerzos los obreros, los campesinos, los estudiantes, los maestros, los empleados, los profesionales e intelectuales honestos en general los agricultores, comerciantes e industriales pequeños y medianos, y todos los elementos patriotas provenientes de otras clases que quieren un puesto en las trincheras de este gran combate. Todas estas clases y sectores sociales, se encuentran representados en el FUAR por sus mejores hijos. por los más dispuestos al sacrificio, por los más responsables y combativos, por los más
honrados y libres de egoísmo, en una palabra, por los revolucionarios.
El FUAR es consciente de que la lucha del pueblo salvadoreño debe orientarse fundamentalmente en contra del imperialismo norteamericano, por ser éste el principal obstáculo para el desarrollo económico diversificado e independiente de la nación y para el florecimiento de la cultura y de las libertades ciudadanas.

El FUAR sostiene que la principal tarea interna del futuro gobierno de la Revolución, será la de realizar una profunda Reforma Agraria, que liquide el monopolio de la tierra entregándola a los obreros agrícolas y campesinos sin tierra o con muy poca, al mismo tiempo que libere de la explotación oligárquica y les proporcione ayuda efectiva a los agricultores pequeños y medianos. Para que la Reforma Agraria sea profunda y rompa el monopolio que pesa sobre la tierra, será preciso establecer un límite máximo de extensión que pueda ser poseído por un mismo propietario, el resto deberá ser expropiado con o sin indemnización, según que esa indemnización sea necesaria o no para la subsistencia del afectado y según el comportamiento que se observe frente a la Revolución. Considera el FUAR que ese límite no deber sobrepasar las dos caballerías (128 manzanas). Dos caballerías son más que suficientes para proporcionar comodidad a quien las cultive a conciencia y el Estado les proporcionará para ello la necesaria ayuda técnica y crediticia. Ciento veintiocho manzanas pueden, en realidad, proporcionar mejores beneficios a sus dueños, que los que obtienen hoy de 5 a 10 caballerías de tierra mal aprovechada, al mismo tiempo que prestarán un mejor servicio a la nación.

Al realizar la Reforma Agraria, la Revolución asestará un golpe de muerte definitivo al feudalismo en nuestro país. y acabará con el monocultivo y la deformación colonial de la economía, abriendo un ancho camino para la industrialización nacional y para la liquidación completa del desempleo en el campo y la ciudad en breve plazo.

Pero el problema de la tierra, con ser tan importante, no es el único problema. En El Salvador es necesario afrontar todos los problemas derivados de su
condición de país insuficientemente desarrollado, explotado por una insaciable oligarquía, oprimido por una férrea dictadura militar, Y sometido y expoliado por el imperialismo más rapaz y agresivo que los siglos han visto: el imperialismo yanqui.

La anulación de las libertades democráticas, el irrespeto a los derechos universales y fundamentales del hombre, la burla desvergonzada a la voluntad popular
mediante los fraudes electorales, la ineficacia de los recursos legales, las persecuciones por motivos ideológicos, etc., son, en el orden interno, los resultados
de la acción combinada del imperialismo yanqui y la oligarquía criolla, en contra del pueblo.

La crisis económica, la deformación de nuestra economía, la insuficiencia de nuestro desarrollo, la miseria y el desempleo de las grandes mayorías de la población, etc., son, en el orden económico-social. los resultados de esa misma combinación. La anulación de la soberanía nacional, el infame papel de comparsa de los Estados Unidos en los organismos internacionales, la participación de nuestro país en bloques militares agresivos, la imposibilidad de comerciar libremente, etc., son en el orden internacional, los resultados de esa misma combinación. A todo esto pondrá fin la Revolución para salir del estado de atraso, de postración social y de sometimiento político en que se halla el país.

Por ello es que el FUAR postula la realización de una Revolución democrática, antiimperialista y antifeudal en nuestro país, que al mismo tiempo que ponga el
poder del Estado en las manos del pueblo y garantice el disfrute de la libertad a las grandes mayorías de la población, eleve sustancialmente el nivel económico de las masas trabajadoras, siente las bases de nuestro desarrollo económico independiente, libere y diversifique nuestro comercio exterior y desarrolle una política internacional digna, en ejercicio pleno de la soberanía nacional.

El pueblo salvadoreño tiene derecho a realizar esta transformación revolucionaria, indispensable para resolver los problemas que lo agobian, sin sufrimiento ni violencias. Si el camino violento o pacífico de la Revolución pudiera decidirse voluntariamente por las fuerzas revolucionarias, éstas escogerían sin duda alguna la vía pacífica. ¡Suficiente dolor y sufrimiento ha acumulado la historia sobre el Pueblo! Pero no es ésta por desgracia una cuestión librada a la voluntad de los revolucionarios y de su pueblo. En nuestro caso, son los imperialistas yanquis, la oligarquía intermediaria y la tiranía militar quienes, teniendo en sus manos esta decisión, han cerrado con soberbia las puertas para que el pueblo tome pacíficamente el poder, y se entregue a la construcción de una nueva vida. Ellos serán pues los responsables únicos por la sangre y el dolor que se origine, por su terco aferramiento a la defensa brutal del sistema que encabezan, no podrá detener la resuelta marcha del pueblo hacia la revolución. Porque si ese camino está lleno de sufrimiento, más sufrimiento padecen los cientos de miles de obreros y campesinos condenados al hambre, al desempleo y a la humillación; y porque si es dolorosa la ruta, incomparablemente mayor es el dolor que provoca a los centenares de miles de madres salvadoreñas, la desnutrición, la enfermedad y desnudez de sus hijos.
¡No, ninguna terquedad es suficiente para inducir al pueblo a la renuncia de la Revolución! ¡Ningún sacrificio es mucho para poner fin a la tortura diaria de la miseria de la desnutrición, de la insalubridad, del desempleo, del analfabetismo, del inmundo mesón, del rancho miserable, de la desnudez, de la humillación social, de
la corrupción, de la represión policial, de la afrenta, en suma, que significa la existencia de todo este sistema de oprobio e indignidad sostenido por la fuerza de
las armas!

EL FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FUAR), nacido de la entraña del pueblo y expresión organizada como es, de su profundo anhelo liberador, toma sobre sí, la responsabilidad histórica de organizar y conducir al pueblo a la Revolución y dice con claridad: como los imperialistas y sus aliados e instrumentos internos, han decidido oponer la fuerza a la Revolución. ¡los enfrentaremos en su propio terreno de fuerza!.

El FUAR no es una organización aventurera y comprende que la Revolución no puede ser resultado de la acción desorganizada y prematura de ningún grupo aislado. Ella sólo será el feliz resultado de una amplia organización del pueblo y de su esfuerzo múltiple en todas las formas de la lucha política y gremial. ideológica y cívica. La acción revolucionaria decisiva habrá de seguir en medio del bravo batallar de todo el pueblo y apoyada por él.

Consciente de la grandeza de su tarea, el FUAR llama a todos los salvadoreños patriotas a todos los ciudadanos progresistas, a todos los hombres y mujeres amantes de la libertad y de la democracia, del progreso y de la superación nacional a cerrar filas en derredor suyo, a mantenerse atentos a su llamado, a acuerpar sus actividades, a colaborar en sus campañas patrióticas, y a prepararse material y espiritualmente para el momento decisivo en que el pueblo dará a sus enemigos la batalla final.

Este llamamiento va dirigido muy especialmente a las organizaciones democráticas de nuestro país, y a las clases y capas sociales que están vitalmente interesadas en la transformación revolucionaria de El Salvador. Están interesados principalmente en este cambio los obreros, puesto que sólo la Revolución puede garantizarles un salario digno, una vida decorosa y la seguridad en su trabajo. Están interesados en ese cambio los campesinos sin tierra, puesto que sólo la Revolución puede entregárselas Están interesados en la Revolución los agricultores pequeños y medianos, porque sólo ella puede liberarlos de la explotación de los Usureros y especuladores y darles facilidad de crédito, asistencia técnica y precios remunerados estables para sus productos. Están interesados en la Revolución los artesanos, los industriales no monopolistas y los comerciantes medios y pequeños, porque sólo la Revolución puede garantizarles un mercado interno fuerte, repleto de compradores de los productos que ellos elaboran o expenden, sin el peligro de la ruinosa competencia extranjera.

Están interesados en ella los estudiantes, los intelectuales, los profesionales y los maestros, porque sólo la Revolución puede desarrollar amplia y profundamente la cultura nacional, liquidar el analfabetismo, crear nuevas y mayores posibilidades para los trabajadores intelectuales y dignificar a los exponentes de la cultura. Están interesados en fin, las mujeres y la juventud porque la Revolución es la única que puede terminar con todas las formas de menosprecio y la discriminación de la mujer y del desamparo de la niñez, al mismo tiempo que darle a la juventud todo el apoyo para la plena realización de sus anhelos.

La Revolución no es enemiga ciega de los oficiales y jefes de la Fuerza Armada y menos de la tropa y los agentes de los distintos cuerpos de seguridad. Combate eso sí inflexible e intransigentemente el papel que juega en la actualidad la Fuerza Armada como instrumento al servicio del imperialismo norteamericano y de la oligarquía interna. En la ejecución de este papel indigno, ha sido derramada a caudales por ella la sangre de nuestro pueblo.

Con todo, el FRENTE UNIDO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (FUAR). considera que ese ha sido el resultado de los manejos de una pequeña minoría encumbrada en los puestos de la jefatura. servil a los dictados oligárquicos e imperialistas. Para nuclear en torno suyo el apoyo de toda la Fuerza Armada, la Misión Militar de los Estados Unidos difunde entre la tropa y los oficiales, la mentira de que la Revolución no sabrá distinguir de entre ellos a los verdaderos responsables de la opresión, el crimen y la venta de la Patria al imperialismo y los que no lo son. Para que no queden dudas acerca de la posición revolucionaria en este punto, el F.U.A.R. declara categóricamente que todos aquellos jefes, oficiales, clases, individuos de tropa y agentes de los cuerpos de seguridad que se mantengan al margen de la represión, la delación y el atropello al pueblo y que no colaboren a la entrega de nuestro país a la voracidad imperialista, no tienen nada que temer de la Revolución. Incluso los que habiendo en el pasado cometido algún atropello pueden reivindicarse realizando acciones favorables a la Revolución. La justicia revolucionaria sabrá distinguir en cada caso correcto, entre quienes dan las órdenes y quienes las reciben, al mismo tiempo que será implacable para castigar la saña y el crimen contra el pueblo. El F.U.A.R dice a todos los miembros de la Fuerza Armada: ésta es su posición frente a ustedes. De la comprensión de ella depende en gran medida la sangre y el dolor que cueste al pueblo su liberación.
La intriga yanqui que presenta la Revolución como enemiga irreconciliable de todo aquel que lleva uniforme, cualquiera que sea su conducta, es completamente falsa y está dirigida a conseguir defensores para la supervivencia de su sistema de explotación y aplastamiento de los pueblos. ¡Cuidado, por ese camino se llega a la traición al pueblo y a enfrentarse en definitiva con él! El imperialismo y sus agentes dicen a la Fuerza Armada que las cosas están planteadas así: “o la vida de los militares y de sus familias, o la de los revolucionarios” El F.U.A.R. dice: las cosas están planteadas así: “o la dominación del imperialismo y de la oligarquía que es saqueo y corrupción o la independencia de la Patria y la completa transformación económica y social que es la felicidad, dignidad, alimento, cultura y libertad para el pueblo”. Entre esto es lo que hay que escoger y los llamamos a elegir el bando de la Patria.

Sólo los enemigos del pueblo, sólo las minorías privilegiadas y explotadoras, sólo los que han hecho su “negocio” de la expoliación de las grandes mayorías de la población y están vinculadas ‘estrechamente al imperialismo yanqui, formando parte de la oligarquía interna, son los enemigos de la Revolución Salvadoreña y naturalmente, también los militares reaccionarios y la parte fascista del clero, que sacan jugoso provecho de los servicios que le prestan a la reacción interna e internacional. Pero esto quiere decir, precisamente. que los enemigos de la Revolución son muy pocos (no llegan al 1% de la población del país), mientras que los amigos de ella, los que estamos interesados en que se opere en El Salvador un cambio estructural, formamos legiones multitudinarias.

Como el pueblo debe saber por qué lucha. cuáles Son los objetivos concretos de su lucha, el Frente Unidos de Acción Revolucionaria (FUAR). proclama que. al constituirse el Gobierno Revolucionario, éste abordará de inmediato las siguientes tareas esenciales e impostergables:

1. REFORMA AGRARIA DEMOCRATICA. QUE:
a) liquidará el monopolio de la tierra mediante la fijación de la extensión máxima que puede tener bajo dominio cualquier persona, natural o jurídica
b) entregará la tierra expropiada a los trabajadores agrícolas y campesinos que tienen tierra insuficiente o no tienen tierra:
c) aumentará y diversificará la producción agrícola nacional:
d) fomentará la creación de cooperativas campesinas de todo tipo:
e) liquidará los restos del feudalismo:
f) abolirá las deudas que agobien la economía de los campesinos beneficiarios y de los pequeños y medianos propietarios rurales:
g) proporcionará asistencia técnica y crédito barato y fácil a los pequeños y medianos agricultores antiguos y nuevos:
h) garantizará precios estables y remuneradores para los productos agrícolas:
i) fomentará la ganadería y la industria pesquera:
j) preparará técnicamente a los trabajadores agrícolas.

2. REFORMA URBANA. QUE:
a) eliminará los mesones y tugurios:
b) dará a los inquilinos la propiedad de la vivienda que tengan en alquiler, indemnizando cumplidamente a los pequeños y medianos propietarios y a los grandes que adopten una buena postura ante la Revolución:
e) construirá progresivamente la cantidad de viviendas necesarias:
e) d) dará crédito barato y fácil para construir su vivienda a las familias de modestos recursos;
e) nacionalizará la fábrica de cemento;
f) fomentará y modernizará los servicios municipales.

3. REFORMA BANCARIA QUE:
a) nacionalizará la banca y las instituciones de crédito privadas;
b) orientará la política crediticia al fomento y diversificación de la producción nacional;
e) eliminará la usura y la discriminación en la con— cesión de préstamos;
d) fomentará el ahorro nacional.

4. REFORMA EDUCACIONAL, QUE:
a) liquidará el analfabetismo;
b) orientará la educación hacia la preservación de las tradiciones y la cultura nacionales;
c) coordinará la enseñanza a través de todos sus niveles;
d) impulsará una Reforma Universitaria que convertirá a la Universidad, de fábrica de profesionales, en institución de servicio al pueblo y de amplio desarrollo nacional;
e) fomentará la enseñanza técnica;
f) construirá escuelas en número suficiente para que ningún niño se vea privado de educación:
g) dignificará al maestro mediante la elevación de su conciencia social, su preparación profesional y su remuneración adecuada;

h) difundirá la cultura y asegurará a los intelectuales y artistas el pleno desarrollo de su obra y de su personalidad;
i) impulsará la educación física.

5. REFORMATRIBUTARIA, QUE:
a) recargará la imposición sobre las capas económicamente fuertes de la población;
b) liberará de cargas tributarias onerosas a los sectores económicamente débiles;
reducirá la diversidad de impuestos;
eliminará el fraude tributario;
dará a los contribuyentes la oportunidad de sanear su situación fiscal;
f) dará protección a la industria nacional, contra la desleal competencia imperialista y estimará la inversión del capital privado salvadoreño.

6. REFORMA ADMINISTRATIVA, QUE:
a) restituirá al patrimonio nacional los bienes malversados por gobernantes y funcionarios del pasado;
b) establecerá la más escrupulosa honestidad en el manejo de los fondos públicos;
c) asegurará el destino de la inversión estatal en beneficio de las grandes mayorías de la población;
d) reducirá drásticamente los sueldos de los altos funcionarios y elevará los bajos sueldos de los servidores del Estado
e) saneará el sistema de pensiones, jubilaciones y montepíos, que hoy es fuente de prebendas, asegurándolas a quienes de verdad las necesitan, y elevando los miserables niveles que tiene en la actualidad cuando se trata de los humildes ex-servidores del Estado;
f) castigará severamente a los malversadores de los fondos públicos.

7. POLITICA EXTERIOR FUNDADA EN:

a) el establecimiento de relaciones con todos los países, independientemente de su sistema político-económico-social;
b) la igualdad jurídica y el respeto recíproco en las relaciones internacionales;
c) el respeto absoluto a los principios de la libre autodeterminación de los pueblos;
d) la defensa intransigente de la soberanía nacional;
e) el repudio a la guerra como medio para resolver los conflictos internacionales y la defensa de la paz y la armonía entre las naciones;,
f) el apoyo a la unidad centroamericana fundada en los comunes intereses de los pueblos del istmo y ajeno a la intervención imperialista yanqui.-