Breve historia de Marcelo el alemn Gelman, su esposa Mara Claudia Garca Iruretagoyena y su agitada poca

Durante 1968, el ao del Mayo francs, del auge de la beatlemana, de Los Gatos y de Moris, en la Argentina el movimiento estudiantil secundario estaba bajo el control de la Fede (FJC, Federacin Juvenil Comunista). Y al conmemorarse el primer aniversario de la muerte del Che Guevara, a travs de la Coordinadora de Agrupaciones Estudiantiles Metropolitana (CAEM) la Fede convoc… a un pic-nic combativo en el parque Pereyra Iraola. La indignacin por tanta desfachatez menche1 motiv que un puado de alumnos del Colegio Nacional N 7 Juan Martn de Pueyrredn, lectores y distribuidores del peridico Con Todo2 y admiradores del MLN-Tupamaros hizo que nos conformramos como oposicin cuando al ao siguiente, el del Cordobazo, qued conformado el centro de estudiantes.

Por entonces, los alumnos del Pueyrredn ramos especialmente reprimidos por la polica a cambio de una confusin auditiva. Sucede que al manifestarnos bulliciosamente por las calles por ejemplo, en el ya mencionado da del estudiante cantbamos Pueyrredn, Pueyrredn, bom bom y de lejos pareca que decamos Pern, Pern, por lo que solan tirarnos gases y balas de goma.[3]

En 1968 fue abortado por la polica en Taco Ralo (Tucumn) un intento de foco guerrillero rural.[4] Se llamaba Destacamento Montonero 17 de Octubre y perteneca a una organizacin, las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) que a partir de ese fracaso se abocara a la guerrilla urbana.

Ese mismo ao, en la casa de un preceptor vinculado a las FAP5, que nos invit a su casa de Villa Urquiza, me reencontr con unos primos polticos a los que no vea hacia lo menos cuatro aos, cuando tena diez: Rosita y Guillermo Pags Larraya, hijos de un ex ministro radical.[6] Ambos eran alumnos del Nacional de Buenos Aires.

Un ao ms joven que yo, Guillermo estaba acompaado por algunos condiscpulos, entre ellos Mike Masnatta,[7] un tal Kauffman y Carlos El Ingls Ocampo.

A los del Pueyrredn, los del Buenos Aires nos parecan demasiado intelectuales y resabidillos: se la pasaban citando a Lenin e incluso a otros autores que jams habamos odo nombrar. Pero a pesar de estas prevenciones, rpidamente hicimos buenas migas, y en la poca del Cordobazo que sirvi de catalizador y a partir de nuestra comn pasin por la lectura,[8] terminamos conformando una pequea agrupacin llamada Accin Revolucionaria Estudiantil Nacional (AREN).

Gracias a nuestros vnculos con la CGT de los Argentinos9 y particularmente con dos de sus gremios puntales, la Federacin Grfica Bonaerense y la Federacin de Obreros y Empleados Telefnicos de la Repblica Argentina (FOETRA), conseguimos un cuarto en el entrepiso del local que tena la Accin Sindical Argentina (ASA).[10]

Fogueados en manifestaciones relmpago11 y en furtivas excursiones pictricas kuwait12 en mano, en aquel cuartito de ASA,[13]pintamos con gran emocin una enorme y roja estrella federal de ocho puntas y adentro el PV (Pern vuelve) con la v hecha con una tacuara y un fusil cruzados.[14]

AREN era una especie de Club de Tobi hiperpolitizado, pero a pesar o a causa de su nombre tan lleno de resonancias misginas como sugerente de pletrica carnalidad- carecamos absolutamente de chicas.[15]

Despus de contactarnos con almas gemelas de Rosario, Santa Fe, Crdoba y Tucumn y organizar una reunin de mochileros en el paquetsimo piso de los Masnatta en Alvear y Quintana, decidimos firmar nuestras acciones y documentos de una misma manera, alejada de las rimbombancias recontrarrevolucionarias de tantas siglas plagadas de erres: Movimiento de Accin Secundario.[16]

Gracias al espritu de la poca y a nuestra pasin por el meloneo17 el MAS creci mucho en 1970, y mucho ms al ao siguiente. Fue entonces cuando el MAS se refund en el Nacional de Buenos Aires del que mi primo Guillermo y el Ingls Ocampo haban sido expulsados y/o raleados.

De aquella camada recuerdo a Marcelo Ariel El Alemn Gelman, a Leo Churruca Rozjman, a Luis Coco Barone y La Negra Eugenio, a Ramn Momma Cesaris18 y seguramente me olvido de otros muchos que se incorporaron semanas o meses ms tarde. Haba, adems, bastantes pibes del Pellegrini. Y algunos del Moreno, e individualidades de otros colegios, pero no todava mucho ms.

La relacin entre el Buenos Aires y el Pueyrredn era muy estrecha, casi simbitica. No slo porque haban sido los dos colegios en los que se haba originado la movida original sino por razones de cercana fsica: para los del Pueyrredn era rutina tener que ir a volantear a las salidas del Buenos Aires, cosa que sus alumnos no podan hacer sin correr el riesgo de ser expulsados.[19]

Para 1971 habamos pasado a reunirnos en la Fundacin General Mosconi20 donde expulsamos a mi primo por jetn y de all en ms slo lo mencionbamos como El Rprobo o El Oprobioso.[21] Poco despus abrimos la unidad bsica Felipe Vallese en la frontera de Villa Pueyrredn y Villa Devoto.[22]

Fue la primera que tuvo la tendencia revolucionaria del peronismo en la Capital Federal. Y fue all desde donde decidimos que la mayora del MAS se disolviera en la Juventud Peronista territorial, de modo de hacer trabajo de base.

Para entonces yo haba terminado el secundario y pasado a los grupos intermedios de unas FAP que haban entrado en crisis. Fue en la Felipe Vallese cuando trab estrecho contacto con Marcelo, que era uno de los responsables del frente secundario el MAS junto con el Ingls Ocampo y Churruca Rozjman. Ellos tres, Ral Agustn Blanco y yo en nombre de los Grupos Intermedios(GI, reserva de las FAP) Hernndez y mi mejor amigo de entonces, Enrique Osvaldo Berroeta23 en nombre de las divisiones mayores de la FAP oscura (el sector ms peronista) y mi hermano Luis que viva en el local comenzamos a debatir a qu orga nos incorporaramos.

Haba tres opciones: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Descamisados y Montoneros, pero a pesar de que los montos haban mandado a un grupo de cristianuchis a colaborar, encabezados por Clark Kent24, a nadie le convencan, no por ellos, sino por sus jefes: demasiada gomina, demasiado aroma a incienso y a sacrista.

El Alemn y el Ingls queran ir a las FAR, pero Agustn y yo maniobramos y logramos, no sin manijeos que, tras algunas reuniones plenarias celebradas en la UB con dos combatientes de los Desca, El Sordo y Germn, ingresramos a los Desca.[25]

Por distintos motivos tanto el Ingls como el Alemn, sin embargo, terminaran yndose para el lado de las FAR… donde se encontraran con un problema: mi primo, el Oprobioso, se haba inventado otro MAS (el llamado MAS cruzado) y se haba ligado con ellas.

Complicado, no? Sin embargo las diferencias polticas no deban ser tantas, porque ambos MAS utilizbamos los mismos documentos, de la poca fundacional en la que el Ingls, el Oprobioso, mi hermano, yo y hasta un buen pibe llamado Marcelo Hiplito Leandro Rodrguez26 habamos alternado nuestras plumas hasta no poder establecer quin haba escrito qu.

Desde entonces fui ntimo amigo del Ingls Ocampo, un gran tipo.[27] Pero no se me ha pedido que hable de l sino del Alemn Gelman, otro gran tipo. Resulta que fui amigo de Marcelo cuando ya haba dejado el colegio. Para saber de Marcelo alumno, nada mejor que recurrir a quien era entonces su amigo inseparable, Churruca Rojzman.

Leo y yo nos reencontramos hace ms de una dcada en el funeral de Marcelo en la Unin de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).[28] Y hace dos, otra vez, reunidos por la inmensa e inesperada alegra de conocer a Macarena, la hija de Marcelo y de su mujer que haba sido mi novia Claudia Garca Iruretagoyena.

Macarena tena veinticuatro aos. Marcelo fue asesinado cuando tena veintiuno. Y Claudia despus de haber sido llevada al Uruguay y de parir en Montevideo cuando acababa de cumplir veinte. Si no la mataron antes.

Leo y Marcelo se hicieron amigos antes de terminara la primera semana que pasaron en el colegio. Pero dejemos que lo cuente l:

Entr al Buenos Aires en 1969 y no conoca absolutamente a nadie. En ese momento haba divisiones mixtas y no mixtas, y a nosotros nos haba tocado una divisin exclusivamente de varones, lo que ya me puso mal. Miraba para todos lados pensando de quien podra ser amigo y ah cruc la mirada con la de Marcelo. Nos echamos el ojo antes de que terminara la primera semana de colegio.

Lo que ms nos una entonces era que los dos nos queramos pasar a una divisin en la que hubiera chicas, por lo que tomamos contacto con la gente de las otras divisiones. Y fuimos los nicos de aquella divisin que desarrollamos en una militancia poltica.

La poltica era entonces algo muy fuerte. O estabas en el ambiente de la poltica o no lo estabas. Eran dos ambientes bien diferenciados. Algunos de nuestra divisin se fueron incorporando con el correr de los aos a la militancia. Pero en ese momento ramos los nicos, entonces ramos medio parias dentro de la divisin. Y como fuimos haciendo relaciones con la gente de otras divisiones, ramos medio un grupo separado.

En primer ao, que supiramos, no haba un solo peronista en el colegio. Estaba la Fede, los troskos divididos como en siete grupos, del que el ms activo era la Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista (TERS).

Como ramos anti PC y no nos gustaban los troskos, con Marcelo decidimos formar en 1970 una agrupacin propia que tena un nombre muy cmico: Comisiones de Lucha de Primero y Segundo Ao porque los adeptos que tenamos eran todos de primero y segundo ao. ramos apetecidos por las agrupaciones grandes. En ese momento empezaba a formarse un grupo muy fuerte que era el Frente de Lucha Secundario (FLS), que tena una parte clandestina, una especie de brazo armado que era la Accin Revolucionaria Socialista 8 de Octubre (ARS-8) [29].

De esas comisiones, que ramos ocho gatos locos, Marcelo y yo nos fuimos al peronismo y todo el resto al FLS. Tanto ellos que eran ms como nosotros, solamos poner volanteras30 en los claustros. Nosotros pedamos “El retorno incondicional de Pern a la patria y al poder” y abogbamos por la construccin nacional de una sociedad socialista e igualitaria.

ramos un grupo en el que los ms viejos tenamos catorce aos. Marcelo y yo ramos dos tpicos amigos adolescentes y pasbamos todo el da juntos. bamos al colegio, despus hacamos las reuniones, bamos a estudiar marxismo… porque estudiar marxismo era una obligacin… como estudiar ingls.

Y habamos aprendido de la vieja jotap -que se reuna en Florida y frente a las pizarras de La Prensa a buscar debate, discusin e incluso, si cuadraba, un poco de accin-a provocar polmicas.

Lo hacamos a la salida, en la vereda, buscando polarizar posiciones entre los dems estudiantes. Se ponan un trotsko y uno de nosotros a discutir y enseguida se formaba un corro de cincuenta… Y uno deca una cosa y otro deca otra cosa, y todos escuchando a ver si se llegaba a una conclusin.

Las posiciones eran casi siempre irreconciliables… nosotros ramos mucho ms populistas. Y el viento de la historia soplaba a nuestro favor.

Marcelo tena algunas caractersticas muy marcadas. Una de ellas que es que -supongo-habra sido escritor. No s si tan brillante como el padre, pero tena la vena de escritor y era adems muy inteligente. Tena capacidad terica y de abstraccin. Y tambin muy buena memoria. Vale la pena contar una ancdota: habamos empezado primer ao en el colegio con idioma francs. Y l en ese momento estudiaba ruso, que era una cosa rara.

Y cuando termina primer ao se fue de vacaciones con la madre a Mar del Plata y, me cont despus, se aburra muchsimo, as que se compr los libros de francs de segundo, tercero y cuarto ao, y cuando volvi de las vacaciones… hablaba en francs de corrido y saba la gramtica. Haba aprendido francs en un mes.

Discutir con Marcelo no era fcil. Tena la formacin stalinista del padre. Cuando se le meta una idea en el bocho era tremendo. Recuerdo que discutimos porque haba habido un terremoto terrible en Per, con como veinte mil muertos. Un desastre gigantesco. Y l deca que no haba que ayudar a Per, porque era ayudar a la burguesa peruana.

Era rgido… Claro que era un discusin puramente terica, porque aunque lo convenciera no podamos hacer nada para ayudar a los peruanos. Pero me acuerdo que me cost toda una semana hacerle entender que el desastre natural era independiente de la burguesa.

En 1972 hicimos una pintada adentro del colegio. Entramos de noche y pintamos con aerosoles los pizarrones de prcticamente todas las aulas. En cada uno escribimos una consigna distinta, casi siempre una frase de Pern o de Evita. Tambin le ponamos nombre a cada aula: Chacho Pealoza, Felipe Varela, Evita y as. Y cuando llegamos a nuestra aula, l quera ponerle John William Cooke y yo Arturo Jauretche.

Y nos pusimos a discutir. Y estuvimos discutiendo acaloradamente un rato… te imagins si llambamos la atencin e bamos presos por eso? … Pero tuvimos suerte: nos escondimos en el SUM (Saln de Usos Mltiples) y pudimos salir a la calle sin que nadie nos viera.

Recuerdo que al otro da nos vinieron a felicitar los de la ARS-8 y les dijimos, hacindonos los otarios: No s de que pintadas nos hablan. Fueron el hecho ms resonante del ao… hasta que los de la ARS-8 volaron una garita de vigilancia que haba dentro del colegio. Se supona que los de la ARS-8 eran clandestinos y que nadie saba quines eran, pero nosotros sabamos. Algunos pasaron despus a la UES.

Marcelo era hijo de padres separados. l pasaba mucho ms tiempo en mi casa que yo en la suya y los sbados sola quedarse a dormir. Encontraba el ambiente que no tena en la suya: mi viejo lo apreciaba mucho y eso haca que se sintiera cmodo.

Como saba de nuestra profunda antipata por el Partido Comunista, lo llamaba Bronstein.[31] En las vacaciones de invierno de 1970 fuimos a un campamento de la Fede en Sierra de la Ventana. El responsable era un cuadro del PC. Recalcitrante, arrogante, muy desagradable.

Fuimos con la idea de armar quilombo y al final abandonamos el campamento. Nos fuimos Marcelo, yo y otro chico al que convencimos.

Al ao siguiente, cuando ya nos habamos declarado peronistas y estbamos en el MAS, organizamos nuestros propios campamentos. Marcelo tena un pariente que era de las FAR32 que tuvo mucha influencia sobre l. Al principio, a Marcelo no le gustaba nada el peronismo y discutamos mucho sobre el tema.

l me acusaba de populismo. Pero despus abraz el peronismo… de una manera ms dogmtica. Al final, gracias a la influencia de aquel pariente, nos pusimos de acuerdo. Acordamos en torno de la idea de que para qu discutir… si en el peronismo estaba la gente. Los que discutan mirando siempre todo de afuera eran los intelectuales de izquierda. Con ellos no queramos saber nada.

Marcelo y yo nos declaramos peronistas y nos pusimos a buscar afanosamente por todo el colegio a otros pibes o pibas, lo que hubiera sido un premio mayor peronistas. Despus de mucho buscar encontramos dos pibes. Los cuatro refundamos el MAS, pero los otros dos pibes despus se fueron a la Juventud Secundaria Peronista (JSP),[33] as que nos pusimos a buscar gente de nuestro mismo ao, y oh sorpresa aparecieron cinco o seis.

El peronismo empezaba a cobrar fuerza en la clase media y la agrupacin creca. Y en 1973 ramos ms peronistas que los de la Fede.

En cuarto ao Marcelo y yo nos fuimos del colegio. No nos gustaba estudiar en un lugar tan elitista. Nos pareca una paja intelectual. Y ya en 1972 todos los del MAS nos habamos puesto a militar en los barrios. Fue ese ao cuando Marcelo y yo nos empezamos a separar, tanto en lo poltico como en lo personal.

l, pasado el primer ao, tena una visin crtica del peronismo. Y despus le perd el rastro a su militancia. S, s, que haba tomado contacto con el Peronismo de Base.

Lo volv a ver despus de casi dos aos, a fines del verano de 1974. Para entonces yo estaba entre quienes habamos decidido irnos de la JP de los Montos y formar lo que se llamo JP Lealtad. Marcelo tambin tena ganas de irse, pero en su caso, ms a la izquierda.

Recuerdo que para el 11 de marzo34 se hicieron dos actos, uno de Lealtad y otro de Montoneros. No puedo recordar por qu, pero ese da fuimos juntos con Marcelo: el me acompa al acto de Lealtad y yo fui al de Montoneros, donde me trataron de traidor. Esa noche nos la pasamos hablando todo el da de minas, porque l se haba puesto de novio con una chica del Nacional.

Lo volv a encontrar poco antes de que lo secuestraran, en 1976. Yo ya haba dejado de militar, porque la Lealtad se extingui en s misma en una situacin en la que todo estaba muy polarizado.

Nos encontramos como viejos amigos. Me dijo que l tampoco tena una militancia activa. Nos vimos dos o tres veces. l ya se haba casado y me habl de Claudia y de que iba a tener un hijo.

Retomo yo, Juan, el que fui Beto, El Pajarraco. La poca en que ms vi a Marcelo fue cuando Leo lo haba dejado de ver. Resulta que en el MAS haba un grupo de chicas-chicas, de catorce aos, los que ms grandes llambamos las pollitas: Marina, Isabel, Gabriela. Y cuando pasamos a militar en territorio y abrimos la primera unidad bsica de la tendencia en la zona sur, Circunscripcin 13, las pollitas se vinieron a Montserrat35 y con ellas trajeron a una cuarta, Claudia, con lo que las Pollitas fueron cuatro, como los Tres mosqueteros.

Claudia ingres a la JP con la misma alegra de quien ingresa a una murga. Por entonces y al igual que Gabriela cursaba el secundario en el Lengitas36 y an se pareca ms a El Pibe de Chapln que a la bella mujer en que se habra convertido cuatro aos ms tarde.

Desde la 13 se abrieron otras unidades bsicas en San Telmo y La Boca.[37] A m me gustaba Gabriela mi mujer desde hace treinta aos pero entonces no me daba ni cinco de bola. Un da fui a esperarla a la salida del colegio, pero haba faltado y me qued charlando con Claudia… y me empez a gustar Claudia.

Fue Gabriela, que era muy amiguera, la que hizo que me viera ms seguido con Marcelo y otros pibes como Isaac Benjamn Dricas, El Pato Fellini.[38] Y nos vimos ms todava despus, porque, en parecida poca, tanto l como yo, con mucho dolor, nos fuimos de la JP de los Montos.

El Alemn era un muchacho de pelo ondulado rubio cobrizo, tena grandes ojos verdes. Tmido, pasaba largas temporadas enfundado en ropas oscuras, en especial en un sobretodo negro, al modo existencialista, lo que me recordaba a Jackaroe, un personaje de El Tony, una revista de historietas muy popular, que los militantes solamos leer para matar la ansiedad entre cita y cita.

En agosto de 1973 comenc a salir con Claudia. Yo tena veinte y ella diecisis. Era muy delgada, con un aire de Rita Hayworth. Vivaz, ingeniosa, pizpireta, de conversacin atropellada y pronunciada miopa.

Tena dos grandes incisivos lo que hara que sus futuros compaeros de la UES del Colegio Nacional N 1 Bernardino Rivadavia, de San Juan y San Jos, la apodaran Conejo y me tena rematadamente tarumba de lo muy mucho que me gustaba.

En enero de 1974 ambos fuimos detenidos y llevados a Coordinacin Federal, pero logr hacerla zafar. En marzo entr a hacer una larga colimba en el cuartel de La Tablada. La nuestra fue una relacin tormentosa, plagada de peleas y reconciliaciones, que se extendi durante un ao hasta mediados de 1974, cuando ni siquiera el casco poda disimular la cornamenta.

Claudia tuvo ese ao muchos novios y yo qued al final de la lista, lo que comprend cabalmente cuando fui a un baile y varios compaeros alcoholizados a los que tena echando vapor por los odos, so pretexto de mi pelo rapado a cero, supusieron que deba permanecer a alguna institucin policial y me molieron a golpes.

En esa poca me senta muy desgraciado por ste y por otros muchos motivos entre los que se contaba mis recurrentes crticas al militarismo montonero, que cursaba semanalmente a su direccin a travs de la responsable de la zona sur Capital sin haber obtenido jams alguna respuesta.

Comenc a ser un estorbo para la organizacin. Y a juntarme en los francos con Marcelo, un alma gemela que comparta mis aprensiones.

Marcelo era un gran lector y, preocupado por la miopa que crea advertir en las direcciones de las organizaciones armadas, frecuent los arrabales de varias. Era muy sensible y era evidente aunque no le gustaba hablar de ello que le pesaba ser el primognito y nico hijo varn de Juan Gelman, por entonces desterrado bajo amenazas de muerte de la Triple A en Roma, donde oficiaba de vocero montonero.

El propio Marcelo me dijo una vez que cuando a los doce y trece aos, edad en la que yo jugaba al ftbol y no me perda un partido de mi amado San Lorenzo, l sola pasar los domingos leyendo al Che Guevara.

En aquella poca, de vez en cuando y de puro masoca, segua viendo a Claudia. Y en una de esas oportunidades ella me pidi que le presentara a mi amigo de los grandes ojos verdes. Arm la cita en la pizzera Santa Mnica de Rodrguez Pea y Rivadavia.

Y tuve la oportunidad de observar durante algunos minutos hasta que prudentemente consegu escapar cmo ella lo atrapaba. Porque, tal como suele suceder, fue ella la que lo elegi. Sus vivaces ojos marrones, sustentados en pmulos rotundos, se clavaron en los ojos verdeamarillentos de l. Y ya no los soltaron.

Desde entonces, Claudia y Marcelo se la pasaron cuchicheando en los rincones. l, que tena gran facilidad para las matemticas, quera resolver la ecuacin que le permitiera quedarse en el pas y correr la suerte de su pueblo (porque entonces as se hablaba, se senta y se pensaba, y Marcelo era un hombre ntegro).

Ella lo haca rabiar proclamndose partidaria del amor libre y excitando sus celos. Y en eso estaban cuando ella qued embarazada.

Se casaron sin pompa ni boato, sin iglesia ni sinagoga, y ese da, en el registro civil, accedieron a lo que la militancia poltica tena estrictamente prohibido: algunas fotos, una de las cuales es la nica de ellos juntos que suele publicarse en los recordatorios de Pgina 12.

Durante 1976 nuestras relaciones se interrumpieron… aunque nos seguimos viendo. Resulta que yo haba comenzado a salir con Gabriela, y la mam de ella que no me quera ver ni en fotos nos prohibi pisar su casa… pero en cambio les dio alojamiento a Marcelo y Claudia. Marcelo me tena celos. Gabriela estaba furiosa con Claudia por su supuesta deslealtad, pero igual nos veamos.

Pas con Claudia y Marcelo gran parte del da del 24 de marzo, da del golpe que es adems mi cumpleaos. Los tanques pasaban de contramano por la avenida Crdoba hacia el centro cuando llegu a la casa de la madre de ella, la psiconalista Mara Eugenia Casinelli,[39] en Ecuador y San Luis.

Llevaba conmigo material de Poder Obrero,[40] esa organizacin que, a diferencia del Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, haba intentado evitar el golpe militar y propona una Asamblea Constituyente y Soberana.

Claudia haba comenzado a sugerirle a Marcelo que pensara en la posibilidad de marcharse lejos, quiz a Roma, con su suegro al que no s si haba visto alguna vez. Pero Marcelo se resista a la idea de dejar el pas.

A mediados de 1976, los amigos caan como moscas. Fulanito se enferm, informaba una voz por telfono, y era como si se lo hubieran llevado los extraterrestres. Marcelo y Claudia saban, como sabamos todos, que ya nunca volveramos a verlos.

Comenzaron a dormir en cualquier lado. Muchas veces en lo de su madrina de casorio, mi suegra. A veces en lo de algn amigo. Ocasionalmente, cuando tenan dos pesos, en un hotel.

Aquella noche, desgraciadamente, lo hicieron en casa de una abuela de l. Tengo entendido que pensaban instalarse all.

Sedientos de sangre, los sicarios llegaron primero a lo de la madre de Marcelo, donde golpearon y secuestraron a la hermana de Marcelo y a un amigo boliviano. Y de ah fueron a buscarlos. Cuenta Leo:

Quedamos en encontrarnos a cenar un lunes y fue justo esa noche cuando lo secuestraron. Yo me haba ido con unos amigos a Mar del Plata y cuando regresbamos se nos rompi el auto, por lo que llegu recin el martes a la madrugada.

Como Marcelo viva en la casa de un abuelo y no tena telfono, no le haba podido avisar.

As que dorm un rato y fui a su casa a eso de las diez de la maana. Toqu el timbre y sali un vecino con cara de pavura y me dijo: Raj, raj.

Tuve, claro, ms amigos desaparecidos, pero esa fue la primera vez que me toc directamente, tan de cerca. As que me fui a ver a un amigo que Marcelo tena desde la primaria y los dos juntos fuimos a ver a su mam, Berta Schubaroff.

La patota que secuestr a Marcelo y Claudia a la que, como era muy flaca, haca rato que se le notaba la panza fue la de Anbal Gordon, un asaltante a mano armada y asesino que haba puesto sus armas al servicio de la Triple A primero, y despus del golpe, de la SIDE, dirigida por el general Ren Otto Paladino.

Formaban parte de ella represores tan famosos como Carlos Ernesto El Indio Castillo, Osvaldo Paqui Forese, Csar Pino Enciso, Eduardo Ruffo y Ral Guglielminetti. La patota de Gordon los secuestr esa fra noche y llev a los cuatro a golpes a una centro clandestino de detencin:

Un antiguo taller mecnico en el que para ingresar se permitieron la lgubre humorada de gritar como consigna brete, ssamo!.

Ese lugar era Automotores Orletti, al que los sicarios llamaban con humor vitrilico El Jardn.

Orletti fue una cueva internacional, adscripta a la Operacin Cndor. All eran conducidos los secuestrados uruguayos, chilenos, bolivianos y paraguayos requeridos por los dictadores de sus pases. Y algunos argentinos que haban tenido actividad en ellos.

No hay un motivo claro acerca de por qu Claudia y Marcelo fueron llevados a Orletti. Lo ms lgico es que haya sido a causa del deseo de Gordon de echarle el guante a Juan Gelman.

Roma, es bueno recordar, no estaba fuera del alcance de la Operacin Cndor: a fines de 1975, Bernardo Leighton un ex ministro del gobierno chileno de la Unidad Popular y su esposa Anita Fresno haban sido acribillados a balazos.

La hermana de Marcelo y el muchacho boliviano fueron liberados al da siguiente y pudieron dar algunos datos: Que el lugar quedaba cerca de un cruce de ferrocarril; que Marcelo estaba siendo brbaramente torturado. A golpes, con picana, colgndolo de una roldana y sumergindolo en un tanque de agua, orina y excrementos.

La banda de Gordon era muy antisemita, hasta el punto de que haba cruces svsticas en las paredes de Orletti y un retrato de Hitler en su despacho.

En cambio, a Claudia, al parecer, no la haban torturado y era evidente que no la cuidaban a ella sino al nio que llevaba en su vientre.

Ahora sabemos qu pas: en octubre Marcelo fue asesinado y Claudia trasladada a parir a Montevideo. Al parecer hizo el viaje con los nios Anatole y Victoria Julien, de cuatro aos y dieciocho meses (quienes tiempo despus seran abandonados en una plaza de Santiago de Chile), an no se sabe en un avin de lnea desde Aeroparque o uno de la Fuerza Area Uruguaya.[41]

El cadver de Marcelo apareci una dcada despus, irreconocible, dentro de un barril de petrleo rellenado con cemento y arrojado en un canal de San Fernando. Tena un tiro en la nuca.

Lo haban tirado con varios otros e increblemente haba una denuncia hecha ante la polica de alguien que haba visto como lo hacan los esbirros de Gordon, por lo visto sin pedir la preceptiva rea libre. Entre los cadveres haba una chica embarazada casi a trmino.

Marcelo haba trabajado en la revista Gente y cuando fue reconocido por el equipo de Antropologa Forense, en 1990, fue velado en enero de 1990 en la UTPBA en medio de una emocionante reunin de sus amigos, que en algunos casos, como Gabriel Gutirrez y Leo, vinieron desde San Luis para despedirlo.

Claudia nunca apareci. Si hay algo que siempre estuvo claro es que haba dado a luz: no slo porque un sobreviviente la vio en Orletti juntando ropitas para el beb sino porque as se lo confirmaron a Juan Gelman adustos voceros del Papa murallas adentro del Vaticano.

En noviembre de 1976, me fui a exilio con cuarenta dlares, una valija de cartn y algunos discos de mi amado Spinetta.

El vapor italiano Cristforo Colombo hizo escala en Montevideo, donde atraves la ciudad por la rambla para despedir en Malvn a mi madrina y ta abuela. Muchos aos despus supe que pas cerca de la sede del Servicio de Informacin y Defensa (SID), donde Claudia estaba secuestrada.

Supongo que todava no haba sido llevada al Hospital Militar a parir a Macarena, pero no tengo la certeza. En cualquier caso, parece que una vez que arrancaron la beba.

Claudia fue llevada a un chupadero llamado Valparaso y de all la sac un polica paradjicamente apodado como ella: Conejo y la asesin. Ello habra sucedido poco despus de el 6 de enero, da de reyes, cuando Claudia cumpli veinte aos.

Los restos de Claudia, al da de hoy, todava no aparecieron. Si aparecen tendrn una ceremonia fnebre como la tuvo Marcelo: todos los que lo quisimos y tuvimos la suerte de sobrevivirlo pudimos reencontrarnos, abrazarnos y moquear un poco, un poco bastante.

Est a la vista que cometimos muchos errores. Lo seguro es que sin el sacrificio de esa generacin (los asesinados y desaparecidos, los que se fueron para siempre, los que el miedo les hizo un clic en el bocho, los muchos que enfermaron y murieron) la devastacin de un cuarto de siglo largo de ignomias sin contrapeso no hubiera podido haberse ejecutado.

Vislumbramos lo que se vena y le pusimos el pecho. Y perdimos. Ahora, cuando hace tanto que el futuro lleg, y no deja de llegar con su carga de horror infinito; cuando est claro que el nuevo nos milenio nos encontr dominados y con la bandera de la patria flameando sobre sus ruinas, todava abrigamos la esperanza de que el asesinato de pibes como el Alemn, el Ingls, Claudia, Polo y tantos otros queridos compaeros no haya sido en vano.

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  • Juan Salinas: Periodista y escritor.

Autor de AMIA. El Atentado. Quienes son los autores y por qu no estn presos (Planeta, 1997) y coautor de Gorriarn, La Tablada y las guerras de inteligencia en Amrica Latina (con Julio Villalonga, Mangin, 1993) y Ultramar Sur.

La ltima operacin secreta del Tercer Reich: la cruenta fuga en submarino a la Argentina de decenas de jerarcas nazis (con Carlos De Npoli, Norma, 2002) .

Tambin compilador de Mi Mensaje. El testamento silenciado de Eva Pern (Futuro, 1994).

Fue corresponsal de Brecha y Mate Amargo (quincenario del MLN Tupamaros) en los aos 80, cuando consagraba sus mayores esfuerzos al semanario cooperativo El Porteo.

Notas

[1] La FJC hara lo imposible durante los aos 80 por rescribir la historia, pero lo cierto es que durante los 70 sus dirigentes hubieran denunciado sin hesitar ante la polica a cualquiera que reivindicara como hroe mximo a Guevara (para el Kremlim, un heterodoxo) y, por cierto, nadie poda soar con llevar un prendedor con la efigie del Che lo que hubiera supuesto una detencin instantnea y una paliza y mucho menos una remera con su efigie lo que probablemente condenara al usuario a pasar una temporada en el Borda.

[2] Dirigido por el ex mayor y ex edecn de Pern Bernardo Alberte e identificado de una ojeada porque su logotipo era el puo cerrado que Ricardo Carpani hara clebre.

[3] Pern y el peronismo estaban proscriptos desde 1955, cuando ramos bebs. Y crase o no, la pronunciacin del mero nombre de ese hoy casi olvidado general haba sido objeto de rigurosa prohibicin y saba todava a subversin.

[4] Liderado por Envar Cacho El Kadri, Oscar Verdinelli y Beatriz Amanda Peralta.

[5] Juan Leandro Hernndez, recientemente fallecido.

[6] Ambos permanecen desaparecidos.

[7] Quien despus se fue a la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP), crtica con toda razn del foquismo armado.

[8] Nuestros autores predilectos eran John William Cooke, Arturo Jauretche, Juan Jos Hernndez Arregui y Rodolfo Puiggrs entre los argentinos, y Vladimir Ilich Lenin y Mao Tse Tung entre los extranjeros.

[9] La izquierda peronista y no peronista haba ganado democrticamente la conduccin de la CGT a travs de la candidatura a secretario general de Raimundo Ongaro. Pero la burocracia no quiso entregar la sede de la calle Azopardo, por lo que se constituy la CGT-A, tambin llamada Paseo Coln porque tuvo sede en la cercana Federacin Grfica Bonaerense.

[10] Corriente democristiana que abogaba por el sindicalismo de liberacin liderada por el futuro diputado nacional y montonero Armando Croatto (desaparecido), All Alfredo Carballeda un antiguo militante de la Alianza Libertadora Nacionalista que como Rodolfo Walsh haba virado hacia la izquierda nos ofreca cursos de historia nacional.

[11] Adems de volantes, era de rigor tirar algunas molos (ccteles Molotov) y miguelitos (clavos de tres puntas) en la calzada para interrumpir el trnsito.

[12] Aerosoles, que eran nicamente de esa marca. En una de las primeras salidas que hicimos, en Lans y en apoyo a la huelga de los obreros de la Fbrica Argentina de Engranajes (FAE), casi todos fuimos detenidos y nos tuvieron que ir a buscar nuestros padres.

[13] Que acaba de sufrir un atentado con bomba incendiaria reivindicado por el Movimiento Nacional Justicialista (alias Monja), banda parapolicial conformada por una mixtura de miembros de Coordinacin Federal y de la Guardia Restauradora Nacionalista, escisin ultraderechista de Tacuara.

[14] Esto, que parece una pavada, no lo es y marcara mucho para bien y para mal nuestra futura suerte: nada le debamos a Montoneros, que debutaron ese ao secuestrando y matando al ex dictador Pedro Eugenio Aramburu. El que Dios se apiade de su alma del comunicado heda incluso a quienes, como yo, haban sido catlicos practicantes hasta haca muy poco a sacrista, lo que nos causaba gran desconfianza. Cuando casi todos terminramos (va incorporacin de los restos de las FAP, de Descamisados y de las FAR) dentro de Montoneros o de las agrupaciones que Montoneros controlaba, se nos hara pagar el precio de no considerarnos soldados obedientes y subordinados ciegos de sus jefes sino, ms bien compaeros de ruta ms jvenes que libremente nos habamos unido a ellos y aliados poco confiables por contar con criterio propio.

[15] Por lo que mi gran amigo de entonces, Enrique Keny Berroeta me acompa a Lomas de Zamora donde rematamos con xito la ardua tarea de melonear a nuestra primera Lul; una linda chica de un colegio britnico de la avenida Meeks de nombre Gabriela que por lo que se, sobrevivi al exterminio.

[16] El nombre, deliberadamente plano lo que hoy se dira de bajo perfil apuntaba a la mxima amplitud y nuestra voluntad de sumar. No se trataba de proclamarse revolucionario sino de serlo. Este MAS precedi y nada tuvo que ver con el posterior partido trotskista: fue el tronco principal de lo que a partir de fines de 1972 se llamara Unin de Estudiantes Secundarios (UES), exhumando el viejo nombre de la federacin peronista de los 50 con la que, por cierto, muy poco tuvo que ver.

[17] Pasin proselitista por ganar nuevos adeptos, para lo que los documentos eran importantes pero todava ms importante era saber ganar amigos.

[18] Cesaris fue asesinado por un polica que le dispar una granada de gas en el estmago a quemarropa en una manifestacin que se realiz en William Morris al cumplirse un ao de la encerrona en la cual murieron dos ex alumnos del colegio, Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus, ambos tambin fundadores de Montoneros. La muerte de Momma nos caus una especie de estupor. ramos tan jvenes que, de alguna manera, no nos caba en la cabeza que furamos mortales.

[19] El MAS se distingua por utilizar papeles de color y con grabados antiguos o de Carpani, en lo que constitua un tcito repudio esteticista a los ilegibles volantes de los troskos, rematados por cuatro, cinco o ms largusimas consignas. Las nuestras eran claras y concretas: Por el retorno incondicional del general Pern a la patria y al poder, Patria s, colonia no.

[20] Que estudiaba el tema petrolero, presidida por Adolfo Silenzi de Stagni y en la que participaba, entre otros, Risieri Frondizi. Habamos conseguido reunirnos all gracias a nuestra amistad con el matrimonio Pollese, dirigentes de la Corriente Estudiantil Nacionalista y Popular (CENAP).

[21] La expulsin se debi a que Guillermo Pags se haba arrogado la condicin de dirigente y obtenido algunas prebendas honorarias, siendo nuestra direccin colectiva. Y tambin, me temo, porque Guillermo quera monopolizar los favores de dos de las nicas tres chicas con las que contbamos por entonces.

[22] El alquiler lo pagaba FOETRA gracias a nuestra amistad con Eladio Tate Martnez (a quien le debo mi apodo de Beto) y su hermano Oscar. Quedaba en avenida San Martn y Campana.

[23] Conocido familiarmente como Keny, y como Polo y Tango en la militancia, Enrique tena veinticuatro aos y cuatro hijos cuando l y su esposa fueron secuestrados por la Fuerza Area y llevados a la Mansin Dor. Convenci a sus secuestradores de que pusieran en libertad a su mujer. Pero a l lo pidi la patota de la ESMA, donde se perdi su rastro.

[24] Este compaero, D.P., siempre tuvo especial cuidado en preservar su verdadero nombre. Y como no le he pedido permiso para revelarlo, sigo preservndolo.

[25] Obligbamos a ambos a entrar por una puerta trasera, pero El Sordo nos aclar que, como trabajaba de taxista, se haba dado cuenta donde estaba, por lo que destabicamos el local. El Sordo, lo supimos despus, era Oscar De Gregorio, a quienes sus captores de la ESMA dejaron morir de una septicemia provocada por la herida de bala que le infligieron al capturarlo, tal como se narra en Recuerdo de la muerte. Germn, R.M., es un conocido publicitario.

[26] De familia obviamente radical y que despus, creo, llev una vida normal… lo que no deja ser excepcional.

[27] El Ingls era trabajador telefnico y delegado de FOETRA. En el invierno de 1976 la casa donde viva junto a una pareja de compaeros, Soledad y el Cholo, en los lindes de la villa La Cava (San Isidro), fue rodeada por las fuerzas conjuntas. Hubo un tiroteo, Cholo y Soledad murieron ah mismo y Carlos, herido, fue secuestrado. Poco despus, su cadver apareci irreconocible flotando en el Ro de la Plata. Habra sido llevado herido al Batalln de Infantera Naval N 3, cerca del parque Pereyra Iraola, y muerto de neumona tras ser estaqueado desnudo durante toda una noche.

[28] Marcelo fue velado all porque hasta poco antes de ser secuestrado haba trabajado en la Editorial Atlntida.

[29] Por la fecha de la muerte del Che. Estaba vinculada a una de las columnas en las que se haban dividido las Fuerzas Argentinas o Armadas de Liberacin (FAL).

[30] Cajas de zapatos llenas de volantes con un petardo que, al estallar, los desparramaba.

[31] Por el apellido de Len Trotsky.

[32] Las FAR se conformaron aun sin ese nombre para secundar al Che en Bolivia en los aos 60; se declararon peronistas al comenzar los 70 cuando tomaron brevemente la localidad bonaerense de Garn. En 1974 se fusionaron con Montoneros bajo el nombre de stos.

[33] Rama de Guardia de Hierro y del Encuadramiento de la JP (alianza Guardia de Hierro- Frente Estudiantil Nacional).

[34] Primer aniversario de las elecciones que gan El To Hctor Pedro Cmpora, que haba sido expulsado de la presidencia por la derecha peronista luego de los incidentes del 20 de junio en Ezeiza.

[35] En San Jos y Mxico. Muchos aos despus me enter de que en ese mismo local haba funcionado durante los gobiernos peronistas de 1946-1955 la unidad bsica N 1. Y que all se haba afiliado Evita.

[36] La Escuela Normal para Maestras en Lenguas Vivas John Fitzgerald Kennedy, que se encuentra en la Plaza las Heras, donde hasta los 60 estuvo la Penitenciara Nacional y en el 1956 se fusil al general Juan Jos Valle.

[37] En este caso fue la unidad bsica Descamisados de La Boca, cuyo responsable era Enrique Berroeta y que aun sigue existiendo aunque en otro lugar con el mismo nombre.

[38] Tambin alumno del Nacional. Se suicid con una cpsula de cianuro en 1976 para no ser capturado vivo. Martn Caparrs le dedic su primera novela publicada, No velas a tus muertos.

[39] Fundadora de Madres y, creo, tambin de Abuelas. Nunca dej de buscar a Claudia. Muri hace unos aos en Barcelona.

[40] Organizacin Comunista Poder Obrero (OCPO).

[41] Noticias de ltimo momento parecen indicar que habra sido en el vuelo 511 del Transporte Areo Militar Uruguayo (TAMU) de la Fuerza Area Uruguaya (FAU) que a principios de octubre de 1976 arrib al Aeropuerto de Carrasco con entre 14 y 16 civiles encapuchados. Dicho vuelo habra sido coordinado por el coronel aviador Jos Uruguay Arajo Umpirrez subdirector del SID; su piloto habra sido el mayor Walter Pintos y el copiloto el mayor Jos Pedro Malaqun, actual comandante en jefe de la FAU.

ILPES lamenta muerte en Caracas de Iris Gloribel Leiva

SAN SALVADOR, 12 de agosto de 2005 (SIEP) “Lamentamos profundamente el fallecimiento en Caracas, Venezuela, de nuestra hermana Iris Gloribel Leiva, de 22 años, militante de la Juventud del FMLN” dijo esta mañana el Rev. Ricardo Cornejo, pastor de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.

Agregó que “nuestra hermana ya se encuentra junto a nuestro Padre celestial, que la reciba como a una hija que dedicó su corta pero significativa vida a luchar por los intereses del pueblo y la juventud salvadoreña. La conocimos en la calle, luchando, con mucha dignidad y mucho valor.”

Iris Gloribel Leiva, como militante de la J-FMLN, formaba parte de la delegación juvenil salvadoreña que participa del XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se realiza en Caracas, Venezuela.

El mes pasado, el 7 de julio, fue capturada por la PNC frente a la Universidad de El Salvador cuando participaba en una movilización estudiantil por el medio pasaje para estudiantes, la cual fue reprimida e incluso efectivos policiales dispararon hacia el interior del campus universitario.

Boris Pineda, del Frente Universitario Roque Dalton, lamentó la muerte repentina de Iris Gloribel y dijo que “sabemos que su ejemplo de combatividad va a ser herencia del estudiantado revolucionario salvadoreño, la memoria de su alegría y rebeldía vivirá con nosotros. Iris Gloribel, presente, ahora y siempre.”

Finalmente, la Licda. María Isabel Villegas, presidenta de la Asociación Cristiana de Jovenes (ACJ) de El Salvador manifestó que “ rendimos tributo a la memoria de esta valiente joven, ejemplo para la juventud salvadoreña, expresamos nuestro pésame a su familia y al FMLN.”

Se define en Carcas la batalla contra las IFIS

La existencia de los organismos financieros de crdito no es ajena al funcionamiento de un mundo en el que el mercado es el que manda y los pases pobres se endeudan con la ilusin del progreso, quedando atrapados en un crculo que no logran romper ya que forma parte del modelo vigente que imponen sus acreedores.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras instituciones financieras generaron en Amrica Latina y el Caribe un mecanismo de dependencia que ha favorecido durante los ltimos veinte aos el incremento de la pobreza y las profundas crisis sociales y polticas.

El sometimiento a las exigencias de las instituciones financieras internacionales (IFIs) ha llevado a los diferentes pases a privatizar sus empresas y servicios, y a la vez destinar los recursos de cada nacin al pago de los intereses de la deuda externa en lugar de invertirlos en las reas de salud, educacin, vivienda y mejoras sociales para la poblacin.

La profundizacin del modelo neoliberal a partir de la dcada de los ochenta vino acompaada de un incremento en el otorgamiento de crditos de las IFIs a los pases del llamado tercer mundo, a la vez que imponan sus exigencias en la aplicacin de polticas econmicas a favor del sector privado y los capitales transnacionales.

Comunidades campesinas e indgenas y organizaciones sociales de Amrica Latina y el Caribe han denunciado en diversas oportunidades proyectos de las IFIs que atentan contra el medioambiente, el derecho a la tierra y la autodeterminacin a la vez que favorecen el incremento de la miseria con el pago de una deuda externa que se ha tornado inhumana.

Con el fin de contrarrestar el poder de las IFIs, las transnacionales y las polticas de libre comercio que ellas apoyan, fortalecer y vincular luchas contra las polticas neoliberales del BID, el BM, el FMI y las dems IFIs, y abrir espacios para modelos alternativos, surgi en el IV Foro Mesoamericano realizado en Honduras en el ao 2003, con el apoyo de 200 organizaciones de Amrica, la Campaa S a la Vida, No a las IFIs.

Establecer los criterios de la campaa y las estrategias que se utilizarn de manera continental para enfrentar a las instituciones financieras internacionales es uno de los desafos que las organizaciones que participan de esta iniciativa tienen por delante.

Para ello la red de miembros realizar en Caracas, Venezuela, la Primera Reunin de organizaciones miembro de la Campaa S a la vida, No a las IFIs, los das 13 y 14 de agosto del presente ao.

Participarn de este encuentro organizaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Hait, Honduras, Mxico, Nicaragua, Paraguay, Per, Repblica Dominicana y Venezuela, en el marco del 16 Festival Mundial de la Juventud.

Los objetivos de la reunin consisten en analizar la coyuntura internacional en relacin a las IFIs, socializar conocimientos y experiencias, definir estrategias comunes y establecer los criterios de la Campaa.

S a la vida, No a las IFIs apunta a apoyar protestas y denuncias, a la vez que se articula como campaa masiva de informacin a travs de la cual se exponga el papel de recolonizacin que cumplen las IFIs en nuestros pases.

Caracas, 11 de agosto de 2005

Habla el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR

El 15 de agosto 2005, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, cumplir 40 aos de l ucha , fecha y momento histrico para anunciar que hace mas de dos aos varios grupos de compaeros y compaeras, viejos y jvenes trabajadores del campo y de distintas ciudades, skinheads, anarquistas, tnicos. Ecolgicos, punk, marginales, etc. Todos revolucionarios, todos rebeldes, que consideran la necesidad de recuperar la historia, el pensamiento del MIR, anhelos siempre vigentes y hoy mas que nunca ante el flagelo de la explotacin, del robo social y de la represin que ejerce la derecha concertacionista que a sustentado y perfeccionado el sistema neoliberal que impuso la dictadura, Y que hoy de cara a las elecciones se disputa el poder palmo a palmo con la derecha Pinochetista y que esta vez lo harn representados por Bachelet y los otros por Piera y Lavin en sntesis todos iguales.

Por otra parte tenemos a la izquierda vacilante y reformista (! representados por Toms Hirsh) que a pesar de sealar propuestas distintas de gobierno, plantea sino reformas al actual estado de opresin basndose en una preferente oposicin electoralista conviviendo de acuerdos, algunos tan sucios como ha ocurrido en regiones donde algunos de estos componentes entre ellos el PC lo a realizado hasta con RN.

Este sentir, estas tremendas ganas, por fin han dado su fruto y es as que gracias al resultado de biunvocas relaciones hoy en Chile circulan miles de colectivos miristas orgnicos y no orgnicos que encumbran la lucha revolucionaria con la misma valenta y protagonismo, ese protagonismo que algunos de ellos no encontraron en el mal llamado MIR poltico que no fue capaz de rescatar la historia ni aprender de ella, convirtindose en una organizacin con arraigo vanidoso y verticalista, sin protagonismo, y q! ue no supo tomrselo cuando tuvo su oportunidad histric a, de haber sido el ente reunificador de los revolucionarios chilenos, prevaleciendo el caudillismo y defendindolo, desautorizando y alejando a quienes en un tiempo vieron en esa propuesta como una posibilidad; motivos suficientes que hizo decidir a que encendiera un grupo importante de compaeros para confluir con otros en la recuperacin de la lnea histrica .

Conscientes de que no somos los nicos miristas, comunicamos al pueblo chileno y de Amrica latina que nuestra organizacin se suma a los dems grupos, colectivos y orgnicas revolucionarias para continuar juntos la lucha frontal en contra del estado capitalista.

Preferimos morir de pie luchando, que vivir de rodillas.

Oscar Gonzlez Mena

Vocero Pblico

MIR, Fraccion Historica .

Norte de Chile.!

La IECLB necesita crecer y cambiar

SO LEOPOLDO, Ago 11 (alc). Para ser viable, la Iglesia Evanglica de

Confesin Luterana en Brasil (IECLB) necesita crecer, y para ello precisa

cambiar, ya que bajo las condiciones actuales no tiene futuro dijo el doctor

Gottfried Brakemeier, ex presidente de la iglesia y expresidente de la

Federacin Luterana Mundial.

Segn Brakemeier “la temida divisin de la IECLB est en proceso” debido a

las diferentes corrientes que subsisten en su interior y advirti que si

ella cerrase sus puertas hara mucha falta en el movimiento ecumnico

brasileo. Por eso, afirm, vale la pena invertir en su continuidad, lo que

implica eliminar barreras internas que traban su crecimiento, controlar las

fuerzas centrfugas y unirse en torno a un proyecto comn.

Las fuerzas centrfugas a las cuales se refiere el ex-presidente de la IECLB

son las varias “iglesias” que existen en la misma estructura: Pastoral

Popular Luterana, Movimiento Encontro, Misin Evanglica Unin Cristiana,

Comunin Martn Lutero, Renovacin Carismtica. Destaca, sin embargo, que

las diferencias no son perjudiciales mientras los sectores permanezcan

integrados y “empujando” el carro en la misma direccin.

“Ese no es el caso de la IECLB”, seal Brakemeier en un retiro de

profesores de la Escuela Superior de Teologa (EST), a finales de julio.

Dijo que la iglesia tiene tres facultades de Teologa, centros de formacin

de obreros con referencias bibliogrficas y orientacin teolgica distintos

y los movimientos (iglesias dentro de la iglesia) tienen sus propios

devocionarios, cancioneros, editoras y hasta algn aparato administrativo,

as como sus propios encuentros de reflexin.

Brakemeier destaca que las grandes vctimas de las discrepancias en la

iglesia son las comunidades y parroquias, y cree que “si ellas hubiesen

optado a

favor de una de las ‘lneas’ en la IECLB, la ruptura ya estara consumada

hace tiempo”.

El lder luterano hizo referencia al estudio del ex-secretario general de

la iglesia, pastor Gerd Uwe Kliewer, que compil y evalu datos estadsticos

proporcionados por las parroquias de 1998 a 2002. El estudio da cuenta de

que la iglesia tiene 715 mil miembros, menos de 0,5 por ciento de la

poblacin de Brasil estimada en 180 millones de habitantes.

De acuerdo al estudio de Kliewer, de 1997 a 2002 la IECLB creci apenas el

0,34 por ciento. Las familias evanglicas luteranas tienen hoy en promedio

menos hijos que en el pasado. Su nmero absoluto, sin embargo, no decreci

porque aument el ndice de expectativa de vida y eso significa que sus

miembros son, en promedio, ms viejos. La iglesia no acompaa el ritmo de

crecimiento de la poblacin brasilea.

Tmida en el pasado, sin haber desarrollado un proyecto de misin porque se

limit a pastorear a los inmigrantes alemanes, la IECLB tendr que definir,

con

urgencia, su identidad “en trminos rigurosamente confesionales”. La mera

fuerza de la tradicin no va asegurar a los miembros en la iglesia.

El lder luterano dijo que la IECLB an est lejos de ser una iglesia

misionera. Una iglesia que pretenda hacer misin no puede quedar escondida,

y recomend el uso de los medios como instrumento imprescindible en la tarea

evangelizadora. Sin pretender imitarlos, el ex-presidente de la FLM sugiri

que los luteranos aprendan el uso de los medios que demuestran los catlicos

y pentecostales.

En los “Apuntes crticos sobre la viabilidad de la IECLB”, Brakemeier no

recomienda copiar estilos ajenos. “Si quisiramos imitar a los

pentecostales,

sepamos que ellos lo hacen mejor”, advierte. No niega, sin embargo, la

necesidad de un “aprendizaje ecumnico”, ya que la iglesia luterana “est

impedida de cultivar un estril confesionalismo distante de los anhelos de

las multitudes en el siglo XXI”.

La IECLB debera conscientizarse, de forma enrgica, con respecto a su

talento. El problema en la poca de Lutero y de los reformadores, como en

los das

actuales, no era falta de religiosidad. “Mas era una religiosidad

‘ignorante’, ingenua, hasta estpida, desorientada. Lo mismo vale hoy: Fe y

religin no son sinnimos. Existen, eso s, afinidades”, agrega. Si la

religiosidad est muy viva en la actualidad, la fe est en profunda crisis.

Brakemeier invita a redescubrir el encanto de la fe luterana. “Su encanto no

se limita a algunos dogmas y axiomas de fe. Habla de una manera de ser.

Reside en una hermenutica bblica que sabe distinguir entre letra y

espritu; en un realismo antropolgico que se recusa a divinizar como

tambin a demonizar al ser humano; en una libertad comprometida que se

distancia tanto del legalismo como de la permisividad”.

La confesin luterana invita a la fe sin prohibir el raciocinio crtico.

“Ella quiere ‘creyentes pensantes’, gente que sabe juzgar las cosas, dice. Y

concluye: “Subdividir

el mundo en bandidos y buenos; en ganadores y perdedores, en crdulos e

incrdulos, en justos y pecadores, es una construccin de hipcritas o de

ingenuos. Es una estupidez a la que la sabidura del evangelio se opone”.

(474/2005/lut/vc/eb).

El gobierno del mundo

No hay voluntad para suprimir la pobreza y las injusticias que alimentan el terrorismo

La serie de criminales atentados en los transportes pblicos de Londres, que tan trgicamente recuerdan los del 11-M del 2004 en Madrid, han coincidido con el comienzo de la cumbre del G-8 en Gleneagles, Escocia. Si se confirma la autora de un grupo liado a la red Al Qaeda, quedara claro que no es al G-8 en tanto que directorio del planeta a quien va dirigido el siniestro

mensaje de muerte, sino a algunos de sus miembros, en particular a aquellos dirigentes que decidieron o apoyaron la invasin y la ocupacin de Irak.

Los atentados de Londres son doblemente criminales, primero por las vctimas inocentes que han causado, y segundo porque impiden, de momento, reflexionar serenamente sobre las grandes injusticias creadas por la globalizacin liberal. Injusticias que, en definitiva, nutren el terrorismo en el mundo. Y tema que, por una vez, estaba al orden del da de la cumbre del G-8. En efecto, el programa de trabajo tena dos principales puntos: la ayuda al desarrollo, en particular para frica; y el cambio climtico.

Pocos avances se esperaban en este segundo tema, y no los habr mientras el presidente Bush siga negndose a ratificar el Protocolo de Kioto. Aunque algo se ha movido. Durante su estancia en Dinamarca, en vsperas de la cumbre de Gleneagles, George Bush admiti que “la superficie de la Tierra se ha recalentado y que el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero provocadas por la actividad humana contribuye a agravar el problema” . En el comunicado final, sin embargo, los lderes slo se disponan a admitir que la comunidad cientfica internacional est de acuerdo en que se est produciendo un recalentamiento climtico… Sin atribuir responsabilidades a nadie en particular, cuando todos sabemos que Estados Unidos es el pas ms contaminador del planeta. Aunque recomiendan la puesta a punto y la adopcin de nuevas tecnologas ms “limpias”

que permitan economizar energa y produzcan menos dixido de carbono. Esta recomendacin resulta de una gran preocupacin: a medio plazo, es decir dentro de unos 20 aos, pases emergentes como la India o China, que no han firmado el Protocolo de Kioto y que mantienen como prioridad el crecimiento a toda costa, producirn gigantescas cantidades de C02. Esta megacontaminacin puede echar por tierra los esfuerzos de aquellos pases preocupados por el cambio climtico. De ah la necesidad de fijar algn tipo de acuerdo que permita transferir tecnologas no contaminantes y financiar mtodos de desarrollo no contaminantes. Todo esto no ser posible si los pases ricos y en especial EEUU no se comprometen seriamente a modificar

su propia poltica de despilfarro energtico.

PARA TRATAR de frica, y como coartada en direccin de la opinin pblica mundial, haban invitado a los jefes de Estado de frica del Sur, Argelia, Etiopa, Ghana, Senegal y Tanzania, adems de Kofi Annan, secretario general de la ONU. La idea de Tony Blair, que presida este G-8, era reducir la deuda externa de los pases intermediarios, despus de haber reducido la de 13 pases pobres de frica. Tambin propona aumentar la ayuda pblica al desarrollo (APD) de 25.000 millones de dlares por ao durante el prximo lustro hasta alcanzar el 0,75%.

El presidente Bush se ha opuesto a ello bajo el pretexto de que frica no sera capaz de absorber tal cantidad de capitales. Sin embargo, la ayuda propuesta por Blair es inferior a lo que esta contando la guerra de Irak. Otros observadores han recordado que Estados Unidos consinti consagrar, despus de la segunda guerra mundial, no el 0,75% de su PNB, sino el 1%!

durante cuatro aos para ayudar a reconstruir Europa con el Plan Marshall.

Durante la cumbre, Gerhard Schrder y Jacques Chirac han insistido en que los pases ricos deben aumentar el porcentaje de ayuda a los pases pobres para alcanzar, en 2012, el tan anhelado

0,7% del PIB. Pero tambin defienden, con el apoyo de los grandes pases del Sur y el de Espaa, la idea de una pequea tasa internacional sobre todos los billetes de avin en el mundo, lo cual permitira, en 2006, obtener una dotacin de ms de 10.000 millones de euros. Suma con la que ya se podra, de inmediato, empezar a reducir la gran pobreza.

Pero si se quiere ayudar de verdad a frica (continente en el que la renta per cpita ha

disminuido de 25% entre 1975 y 2003, y en donde la esperanza de vida ha disminuido hasta niveles de hace 40 aos), los pases ricos tendran que tomar, con urgencia, cinco medidas. Primero, suprimir definitivamente la deuda externa (por cada dlar prestado, frica ya ha devuelto

1,3 dlares slo en intereses). Segundo, suprimir las subvenciones a las exportaciones agrcolas que inundan, a precios de saldo, los mercados de los pases en desarrollo y destruyen la

agricultura local. Tercero, abrir los mercados agrcolas de Amrica del Norte, Unin Europea y Japn a los productos africanos. Cuarto, aceptar que los pases africanos establezcan una poltica proteccionista en favor de sus producciones locales, tanto agrcolas como industriales, sin que el FMI o el Banco Mundial los sancione. Y quinto, reorientar la investigacin farmacutica para curar las epidemias endmicas de frica (cuando hoy, el 90% de sta est orientada a mejorar la vida del 10% de la poblacin rica mundial). Lo recursos abundan y las soluciones existen para erradicar

la pobreza en frica y en el resto del mundo, pero falta la voluntad poltica. Cuando se acabar de admitir que suprimiendo la pobreza y las injusticias se elimina una de las principales causas del terrorismo en el mundo?

Convocatoria a I Encuentro Norte, Centro y Caribe

Hermanos y hermanas:

Un fuerte abrazo desde las comunidades en lucha del pueblo salvadoreo.

Con mucha alegra les compartimos lo siguiente: en octubre del ao pasado nos reunimos al sur de la ciudad de Bogota, Colombia, en el barrio popular de Bossa, cristianos y cristianas de nuestra Amrica y asumimos el desafo de ser comunidad de fe y esperanza al constituirnos como Movimiento Continental de Cristianos por una Paz con Justicia y Dignidad.

El propsito principal de este esfuerzo es unir voluntades y oraciones a lo largo del continente, para enfrentar las agresiones y amenazas que desde el imperio se planean contra nuestros pueblos, que causan dolor y sufrimiento en nuestras comunidades rurales y urbanas.

Lo hacemos como cristianos convocados por nuestro Seor Jesucristo para ser sal de la tierra y luz del mundo, para denunciar la injusticia y proclamar el Ao agradable de Dios. Somos seguidores del Jess que fue crucificado y resucit al tercer da y contina luchando contra la opresin del imperio.

Somos participantes de iglesias que acompaan a sus pueblos en las gloriosas jornadas por la vida y el pan, por la amistad y la esperanza, por la justicia y la paz. Las figuras de Martin Luther King y Monseor Oscar Romero simbolizan nuestro testimonio de amor.

Los convocamos a visitar la patria de Prudencia Ayala y Monseor Romero. A llegar a El Salvador. Una tierra marcada por la opresin de una oligarqua financiera, por la sangre de miles de mrtires, el sueo de miles de heroes y la resistencia de las comunidades de fe y dignidad.

Este I Encuentro Norte, Centro y Caribe ser importante para ir tejiendo las redes de la organizacin regional, que nos permita avanzar en la lucha contra la ofensiva econmica y militar del imperio, contra los tratados comerciales y las bases militares extranjeras.

Como Comunidades de Fe y Vida, capitulo de El Salvador del Movimiento Continental de Cristianos por una Paz con Justicia y Dignidad, expresin ecumnica de las iglesias salvadoreas, les hacemos este llamado y esta invitacin. Es la hora de unir fuerzas, de celebrar juntos la alegra de la rebelin, de orar y compartir la comunin del compromiso, como lo hizo Jess de Nazaret.

Hasta pronto

Rev. Ricardo Cornejo Rev. Alex Orantes

Rev. Efran Cerna Rev. Roberto Pineda

Hna. Mara Isabel Villegas Dr. Jaime Recinos

Hno. Rigoberto Daz

San Salvador, El Salvador, 10 de agosto de 2005

Sexofobia no corresponde a textos bblicos

RIO DE LA PLATA, Ago 11 (alc). El placer sexual no tiene nada de malo ni de perverso, sin embargo existe una oposicin religiosa que lo estigmatiza partiendo de viejas tradiciones culturales que no corresponden a los textos bblicos, sostuvo Margarita Lais Tourn, pastora de la Iglesia Valdense del Ro de la Plata.

“La sexofobia responde a ‘un sistema de exclusin’ que perdura en los tiempos actuales en diversos conceptos, como sostener que el acto sexual es pecaminoso, que la mujer induce al pecado, que la virginidad es sinnimo de bondad e incluso restringir el sacerdocio a los varones”, dijo la pastora Lais Toun.

Asegur que esa cosmovisin no tiene sustento en los textos bblicos, cuyo Antiguo Testamento acepta la vida material y sensual sin ver nada malo en gozar sanamente de todas las alegras; celebra el erotismo y el amor sexual.

Cuestion que la salvacin se haya limitado a lo espiritual “como si la propuesta de Jess no hubiera sido integral, alcanzando a los cuerpos, las mentes, las almas, es decir a todo el ser humano. Hay muchos relatos bblicos en que como parte del plan salvfico Jess restablece la salud del cuerpo fsico y tambin restablece la integracin de personas excluidas al cuerpo social”, puntualiz.

“Ustedes han sido llamados a la libertad”, dijo a ms de 350 participantes del Coloquio Interdisciplinario “Educacin, sexualidades y relaciones de gnero”, desarrollado del 4 al 6 de agosto en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Lais Tourn fue una de las oradoras del evento que, desde el rea de las ciencias de la educacin, convoc a representantes de diversas disciplinas, teniendo a su cargo la perpectiva religiosa.

“El enfoque cristiano para abordar el tema de la educacin sexual debe tener como puntos centrales: la cosmovisin positiva y los conceptos de indivisibilidad de cuerpo y alma as como los de libertad y responsabilidad cristiana”, consider la ponente.

Tourn tiene a su cargo la pastoral juvenil de la Iglesia Valdense tanto en Argentina como en Uruguay, tiene una especializacin en temas de gnero y es coordinadora

del Foro de Mujeres del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) en Argentina.

En su intervencin sostuvo que para muchos cristianos resulta difcil asociar sus creencias con la libertad porque sus experiencias con la moral cristiana “ha estado signada por represiones de una doctrina legalista y autoritaria”. Sin embargo advirti que Jess no dej una lista de preceptos de lo permitido y lo prohibido. “No puedo entonces en el campo de la tica, deducir de la Biblia una moral prescriptiva”, dijo.“Es un ejercicio mucho ms complejo y fecundo el que el cristianismo nos invita a hacer”, agreg.

Afirm que ocuparse de la sexualidad humana significa afrontar un problema central de la vida. “No es una cuestin marginal sino constitutiva de nuestro ser” y advirti que el discurso sobre sexualidad tampoco es “uno ni inmutable, sino que est sujeto a cambios”.

La pastora afirm que la tradicin protestante ha considerado la sexualidad en la dimensin de libertad-responsabilidad de cada creyente y consider que hacer precisiones “ a cualquier costo” sobre un terreno tan discutible como la sexualidad humana “ es avasallar las conciencias”.

“Ms que reglas lo necesario es caminar sendas justas que no hagan lugar a imposiciones y exclusiones. Esta bsqueda en libertad debe mantener nuestra

capacidad crtica en medio de nuestra sociedad individualista, violenta, consumista, patriarcal, que desvirta al ser humano y por lo tanto a la sexualidad”, sostuvo.

Fallece en Caracas Remigio, heroe de guerra civil espaola

Falleci en la ciudad de Caracas a los 91 aos de edad, el legendario combatiente espaol conocido en la Guerra Civil como el Miliciano Remigio que para la guerra es un prodigio.

Nacido en Valladolid un 1ero de Octubre de 1913, Remigio Herrero Diez ingresa a los 17 aos en las filas del Partido Socialista para luego convertirse en Comisario General de Intendencia del Ejercito en las filas Republicanas.

Conocido por sus heroicas hazaas en la guerra , el Miliciano Remigio fue un combatiente cantado en coplas blicas, un condenado a morir que se burl de la muerte para seguir viviendo. Entre sus hazaas se cuentan el haber creado con voluntarios la brigada Stajanoff para evacuar mercancas de la madrilea Estacin del Norte en tres turnos de ocho horas y con cincuenta camiones. En una entrevista que en 1985 le realizara el conocido periodista espaol Joaqun Soler Serrano, le expres a este: En la oportunidad de requisar la Iglesia de La Almudena, se nos acus de ser anti-religiosos pero no tenamos intencin de ofender la casa donde se renda culto, lo que ocurri es que se arquitectura se prestaba para nuestro fn que era buscar un depsito. Adems qu lugar mas santo que una iglesia para tan santo servicio, como lo era el de guardar el pan nuestro de cada da?.

Con la ayuda y los buenos oficios de Simone de Beauvoir cruza la frontera francesa. Ya en el destierro mientras se encontraba en un campo de refugiados en Narbonne fue contactado por su amigo Pablo Neruda quien para entonces era cnsul de Chile en Pars, quien le convenci de viajar a Amrica.

Lo vieron combatir con bravura las tierras de Madrid y Catalua, Las de Repblica Dominicana y Venezuela compartieron con l largos aos de exilio. Si en la guerra fue un prodigio, el Miliciano Remigio tambin lo ha sido para la paz, es un hombre que ha triunfado sobre la general pequeez humana.

En Venezuela fund junto a sus hijos una importante empresa del sector de la piedra natural la cual hoy en da es ejemplo de co-responsabilidad social y cogestin. Durante los ltimos aos, pudo abrazar el sueo revolucionario que la historia le haba negado. En una oportunidad y con motivo de un acto internacional de solidaridad celebrado en el teatro Teresa Carreo, mientras conversaba con Daniel Ortega, se acerc el Presidente Chvez y ante la mtica figura del ahora viejo Remigio, se cuadr ante este para rendirle honores a lo cual Remigio respondi con un breve pero contundente: vas bien hijo, vas bien

Marxismo y cuestin indgena

Marxismo y cuestin indigenaEnviado el Friday, 24 June a las 18:19:38 por bolche

EL INDIGENISMO MARXISTA LATINOAMERICANO DE VICENTE LOMBARDO TOLEDANO Y JOS CARLOS MARITEGUI ALEJANDRO LPEZ DE LARA MARN historium@hotmail.com INTRODUCCIN En toda Latinoamrica se ha discutido mucho la cuestin del problema indgena, en especial sus causas y consecuencias. Historiadores, antroplogos, socilogos, filsofos y dems intelectuales han opinado sobre el tema, sin embargo la mayora de los trabajos que existen sobre el indigenismo se centra en interpretaciones que dejan fuera, muchas veces, las soluciones. En los gobiernos latinoamericanos se ha implementado una serie de leyes que buscan apaciguar las demandas de los indgenas, no obstante estas leyes han demostrado su incapacidad ante sus necesidades, aunado a esto las polticas neoliberales que se realizan en Amrica Latina por parte del imperialismo estadounidense bloquean el desarrollo cultural, econmico y social de los pueblos indgenas. Por lo anterior este trabajo tiene como finalidad analizar una de las teoras que han puesto en tela de juicio al indigenismo, ya que examina el papel del indgena en diferentes procesos histricos. Me refiero al marxismo y aunque muchos lo consideran como una teora obsoleta, otros han tratado de examinarlo corrigiendo errores del pasado, ya que el marxismo no slo es una ideologa cerrada, sino que se va abriendo ante nuevos paradigmas. Para hablar un poco sobre los diferentes tipos de marxismo que han tratado de explicar la realidad indgena es necesario definir qu es indgena y sus diferencias respecto del tiene al trmino de indio, pues hasta la fecha no existe una definicin unvoca y eficiente. El trmino indio ha sido muy discutido, ya que se aplica inicialmente a las personas autctonas de las Indias Orientales y, despus, a los de las Indias Occidentales; como todos saben, este trmino es trado por los espaoles porque errneamente pensaron que haban llegado a las Indias; desde ese momento se usa para designar a los nativos de la regin. Una vez demostrado que las tierras no pertenecan a las Indias, siguieron utilizando el trmino, pero no es sino hasta la colonia cuando adquiere un significado ms preciso y se mezcla con el de autctono, que sera el significado de indgena; este ltimo es utilizado ms para aquellos grupos nobles descendientes de prehispnicos, pero para los que son difciles de dominar se utiliza brbaros e indios. Por muchos aos la palabra indio se ha relacionado en las personas marginadas, pobres que no conocen sobre la cultura occidental. Por lo tanto: Indio, por derivacin indgena, es el individuo descendiente de los nativos prehispnicos que fue convertido en tal por la conquista de que fue objeto, cuyas constantes son el despojo de sus medios de produccin, la sobreexplotacin servil de su fuerza de trabajo, la destruccin de su cultura y la imposicin de elementos culturales ajenos. (1) En la actualidad se utiliza este trmino de forma despectiva: indio sigue siendo indio porque la vida republicana de nuestros pases lo contina manteniendo en una situacin de verdadera conquista y ha soslayado esa realidad, lo que se prueba, por ejemplo, con los criterios utilizados para determinar su problema, que lo reduce principalmente al mbito cultural (2). La ubicacin que se les da dentro de la sociedad es la ms baja, pues denota una situacin de postracin econmica, social y cultual. Otro de los objetivos que pretende alcanzar este trabajo es mostrar cules han sido los diferentes tipos de marxismo que han tratado de explicar este tema; se hace adems una comparacin entre el indigenismo marxista de Mxico representado por Vicente Lombardo Toledano y el peruano encabezado por Jos Carlos Maritegui, por eso la limitacin del espacio y tiempo se centra en Mxico y Per a mediados del siglo XX. Antes de esto es necesario dar un pequeo recuento de cmo ha sido tratado el problema indgena a lo largo del tiempo. EL INDGENA EN LA HISTORIA Antes de la llegada de los espaoles en Amrica no existan indios, sino culturas desarrolladas, algunas dominadas y otras dominantes y no es casualidad que en Mxico y en el Per se hayan formado dos importantes indigenistas, ya que estos dos pases produjeron las dos culturas ms grandes de toda Amrica, la mexica y la inca; ambas con un gran podero en sus alrededores, por lo cual son los dos pases con mayor poblacin indgena, seguidos de Bolivia. A la llegada de los espaoles al continente, se transforman totalmente las relaciones econmicas, sociales, polticas y culturales de los pueblos de la poca. Se inicia una expulsin del lugar de origen donde habitaban, una sobre-explotacin de su fuerza de trabajo, la imposicin de bienes culturales totalmente ajenos a sus circunstancias, como es el caso de su religin. El periodo colonial se identific por tratar de eliminar todo rastro de su pasado. La resistencia, en esta etapa, es enorme; se logra conservar algunos elementos culturales de origen prehispnico y tambin revela su persistencia al no dejarse desaparecer. Esto no slo ocurre socialmente, sino tambin en sus prcticas religiosas, a tal grado que en la actualidad no es posible considerar a la religin catlica con meros rasgos occidentales. La explotacin y persecucin tan constante sobre el indgena da como resultado la necesidad de redimirse. El mejor ejemplo lo encontramos con Tpac Amaru, directo descendiente de los incas y que logra una gran rebelin, es reprimida. En la Nueva Espaa los alzamientos, por diversas causas, fueron notorios, ya que se considera que hubo 77 rebeliones. De ellas la ms renombrada es la que dirigi Jacinto Uc de los Santos Canek, indio maya que se educ con frailes espaoles y pudo as conocer el pensamiento europeo y el de sus antepasados. Su rebelin slo duro una semana, porque Canek fue capturado y la venganza fue brutal. En la plaza principal lo destriparon y descuartizaron, quemaron sus restos ensangrentados y aventaron sus cenizas. Otros ocho (prisioneros) murieron en el garrote y doscientos recibieron doscientos latigazos y les cortaron una oreja para sealarlos como rebeldes. (3) Una vez consolidada la revolucin hispanoamericana de ambos pases se da el ascenso de los criollos y en menor grado de los mestizos, junto con esto se pretendi crear repblicas modernas y progresistas, basndose nicamente en la cultura occidental, lo cual provoc una persecucin de las costumbres vernculas, como en el caso de su lenguaje, ya que se consideraba que ese tipo de lenguas no lograra posicionarlo dentro de la civilizacin. Pero no slo en sus costumbres fueron reprimidos, aun en la vida independiente de los pases latinoamericanos, el modo de vida de los autctonos fue de deficiencia econmica y social, ni siquiera se pudo aliviar en menor grado esta problemtica. Al indio que manifest su descontento fue brutalmente castigado. El genocidio mediante la fuerza militar fue concebido como el arma principal para escarmentar cualquier intento de liberacin, medida por la que se trat de desprenderle toda posibilidad revolucionaria para transformar el establishmet, los ejemplos al respecto son numerosos. Al indio bueno, aquel que por sus condiciones estaba impedido para superar su situacin, se le retrat como una persona imposibilitada de iniciativa para siquiera tratar de abatir su opresin. A los indios revoltosos se les calific, ms bien se les quiso descalificar con adjetivos despectivos: bravos, salvajes, brbaros, bestias, etc., puesto que su aniquilacin no slo fue pensada, sino practicada (..), por ejemplo en el ao de 1849, la legislatura del estado de Chihuahua, expidi un decret por medio del cual se obliga el gobierno a pagar 200 pesos por cada cabellera apache que se le presentara. El 25 de abril de 1850, medida semejante decreto el Congreso de Nuevo Len disponiendo como premio 25 pesos por indio muerto. El congreso de Durango lo orden el 10 de enero de 1853 indicado una recompensa de 200 pesos. Poltica de exterminio tambin se sigui contra los seris ante sus levantamientos en la dcada de 1840 y fuente a los pueblos cahitas mayos y yanquis que se alzaron en 1825, 1832 y 1867(4). Todo este proceso dentro de la Repblica liberal sienta las bases para la discriminacin en los pases latinoamericanos; la etapas consecutivas estarn caracterizadas por este tipo racismo. Todo esto da como resultado levantamientos en el territorio, como el caso de los mapuches en Chile, entre 1880-1882, contra las polticas de los blancos. En la cual se consideraban como los nicos que podan civilizar a los indgenas. Es preciso mencionar que consideraban til la mezcla del blanco con el indgena para blanquear a la poblacin y de este modo ayudarla. Esto muestra el fanatismo que el hombre llega a tener. Por lo tanto la ideologa que se estaba gestando en ese momento complementaba firmemente la teora de civilizar. INICIOS DEL INDIGENISMO Y EL MARXISMO El desarrollo de las repblicas-liberales democrticas inician cuando los pases latinoamericanos consuman su revolucin a principios y mediados del siglo XX; en el caso de Mxico, iniciada en 1910, muestra una participacin significativa del indgena, a diferencia de Per que se da en 1968. En Mxico la participacin del indgena en el movimiento revolucionario lo envuelve en el problema agrario, sin embargo al final de tal movimiento no se puede apreciar claramente los frutos para los grupos tnicos. No obstante, se inicia un repensar sobre el indgena y aparecen personajes como Manuel Gamio, considerado como el padre del indigenismo en Mxico, quien funda un cuerpo terico que respalde las acciones del gobierno para integrar al autctono al pas. En cuanto al marxismo, su forma de pensar sobre el indgena es similar; pero antes de esto se inclina ms sobre problemas polticos y econmicos de quienes ostentan el poder y los que no lo tienen como es el caso de los obreros en Amrica Latina. De hecho antes del siglo XX Marx no se preocupa plenamente sobre el destino de la sociedad latinoamericana y menos an sobre los grupos tnicos que en ella vivan, de hecho los marxistas latinoamericanos presentan ciertos problemas a la hora de la traduccin. Una de las grandes dificultades que enfrenta el marxismo: (…) reside en el poco inters que los fundadores del marxismo y ms en particular el propio Marx, prestaron a esa suerte de confn del mundo europeo que el colonialismo de ultramar hizo de Amrica. Este hecho, como es lgico, acab gravitando negativamente sobre el estatuto terico del subcontinente en la tradicin socialista. En primer lugar, porque a diferencia de lo ocurrido en aquellos pases donde el marxismo pudo ser de manera significativa la teora y la prctica de un movimiento social de carcter fundamentalmente obrero, entre nosotros sus intentos de traduccin no pudieron medirse crticamente con una herencia terica fuerte como la del mismo Marx, ni con elaboraciones equivalentes por su importancia terica y poltica a las que l hizo de las diversas realidades nacionales europeas. (5)Junto con esto la idea de que el marxismo slo se ocupaba de la situacin del obrero se consider que dejaba fuera otras situaciones: El marxismo tiene lmites histricos, es prisionero de sus orgenes. Marx pens al otro dentro de la cultura europea del siglo XIX. Marx reconoci a ese otro en la clase obrera y comprendi as una de las contradicciones sobre la que se ha constituido la sociedad actual. Ahora sabemos que este esquema olvida y cuando toma el poder las reprime- otras diferencias y oposiciones: Los campesinos, la mujer, las nacionalidades oprimidas, el hombre subterrneo de Dostoyevsky: el otro que es cada uno de nosotros, la sexualidad y su complemento contradictrorio: la aspiracin haca lo divino, las creencias que llamamos irracionales, la poesa… en fin, todas esas razones regidas por la excepcin y la diferencia, el mundo de los Otros y del Otro. Ese otro mltiple que Marx no pudo reconocer (6). Esta idea dur por mucho tiempo, sin embargo no se ha estancado aqu el marxismo como lo veremos ms adelante. Por otra parte, las ideas socialistas que llegan al continente no son dirigidas a la realidad en la que se vive, sino que mantienen ese sello occidental. La llegada del socialismo es muy variable: pudo haber iniciado por el contacto que tenan algunos estudiantes latinoamericanos que radicaban en Europa o tambin se debe a la llegada de personajes como Robert Owen, quien funda una colonia en Texas. Todo esto da como resultado la creacin de partidos polticos en los aos veinte, los cuales tendrn vigencia durante la mayor parte del siglo. Pero no slo eso esto, tambin surgen organizaciones con ideas socialistas. En 1940 se dan ocho congresos indgenas donde participaron activamente Lombardo Toledano y Jos Carlos Maritegui; este ltimo considerado como el padre del indigenismo revolucionario. A estos dos marxistas latinoamericanos se les puede agrupar como lo presenta el doctor Saladino: 1. Los demomarxistas que evidencian las siguientes posiciones, por un lado una visin negativa del indio que refleja la influencia liberal y positivista y, por otro lado, la incomprensin de la posibilidad de liberacin por s mismos; 2. El marxismo crtico que expres el planteamiento ms lcido para contrarrestar la imagen negativa, valorando la potencialidad revolucionaria del indio. Ubico en el primer rumbo a Vicente Lombardo Toledano y Jos Antonio Arze, en el segundo a Jos Carlos Maritegui. (7) Posteriormente el doctor Saladino, teniendo en cuenta el derrumbe del rgimen socialista en 1989 y el alzamiento en Chiapas en 1994, explica las cuatro etapas por las que ha pasado el marxismo. La forma en que lo plantea es entendible, por lo tanto seguir el esquema que presenta. TIPOS DE MARXISMOCmo se sabe, el marxismo no es una ideologa esttica y a lo largo del tiempo se ha ido transformando, como ya lo hemos notado anteriormente. El propio Marx dej un poco de lado el problema estudiado, pero muchos de sus seguidores han realizado distintas interpretaciones y han considerado la importancia de la ideologa base. A continuacin se presentan los cuatro tipos de marxismo que adentran a los pensadores aqu analizados: Marxismo Purista Esta tendencia ignora la cuestin indgena, sus tradiciones, sus costumbres, en general su cultura, para ellos la idea occidental es muy presente, esto se demuestra por la necesidad de convertir al indio en proletario, en obrero o en pequeo comerciante, ya que considera que como indgena no tendr mucha oportunidad de adentrarse en el progreso. Plantea el problema indgena como un asunto de atraso e injusticia social; de esta manera pretenden transformar al indio en proletario pensando que de esa manera se dar una sociedad igualitaria o equitativa. El esquema de solucin es el siguiente: indio- proletario- hombre. Este tipo de marxistas respaldan la idea de desaparecer al indio de la vida nacional, en consecuencia esta tendencia desconoce una reivindicacin tnica(8).Marxismo Estalinista Esta tendencia tiene como principal rasgo haber intentado traspolar la solucin que el rgimen sovitico otorg a la cuestin de las minoras nacionales, como conoci a las sociedades autctonas. Esta fase marxista tuvo la virtud, a diferencia del otro, de no pasar por alto la situacin de millones de personas pertenecientes a las etnias latinoamericanas, sin embargo no hacen una investigacin minuciosa de las diferentes culturas o minoras nacionales, muchas veces desconocindolas. El mejor representante en Latinoamrica es Vicente Lombardo Toledano. Su interpretacin de la cuestin indgena la circunscribi al mbito cultural. El indigenismo de Lombardo Toledano intenta integrar a las etnias a ese tipo de desarrollo ms no erigirlo en liberador(9).Es interesante resaltar que Lombardo se ve influido por el rgimen sovitico debido a su viaje a la URSS; de hecho, en sus libro El problema del indio demuestra lu influencia que tiene sobre las soluciones soviticas. El concepto de nacin que haba desarrollado Jos Stalin y lo iguala con el de etnia, por lo que llega a afirmar que en Mxico existen en la actualidad cincuenta y seis naciones, la solucin que propone es la siguiente: Primero: Cambio en la divisin poltica territorial de los municipios y Estados habitaos por indgenas, a fin de hacer distritos homogneos, en lugar de dividir, arbitrariamente, a la masa indgena en diversas jurisdicciones, como ocurre actualmente. Segundo: Autonoma poltica absoluta de las etnias pobladas por indgenas: que las autoridades de los indgenas sean indgenas invariablemente, en todos los casos. Tercero: Fomento de las lenguas vernculas; alfabeto para las lenguas que no lo tienen. Cuarto: Fuentes importantes de produccin econmica en los lugares habitados por indgenas. Quinto: Colectivizacin e industrializacin del trabajo agrcola, trabajo en comn; acabar con la ley del patrimonio parcelario ejidal. En seguida, suspensin de la propiedad y de la posesin individual de la tierra en las regiones habitadas por indgenas. As resolvi la Unin Sovitica, de un modo genial el problema de las nacionalidades oprimidas. As no lo hemos podido resolver nosotros. Ojal que algn da podamos resolverlo. (10)De esta manera se puede observar cmo considera las soluciones soviticas aptas para aplicarlas en Mxico. Marxismo Indoamericano Esta tendencia demuestra la creacin y aportacin que un latinoamericano le proporciona al marxismo, Jos Carlos Maritegui demuestra que no slo se tienen que seguir los modelos occidentales; a pesar de que su formacin depende mucho de Europa plantea nuevos paradigmas. Recordemos que en Italia conoce a plenitud el marxismo y el espiritud revolucionario, ya que desde ah observa el movimiento revolucionario sovitico. De este modo Maritegui construye una teora revolucionara latinoamericana adaptada a la problemtica del Per. Se esfuerzapor que el socialismo no sea en Amrica una calca y copia sino creacin. (11) A diferencia de Lombardo Toledano, Maritegui se esfuerza por que el marxismo aprendido se peruanice. Sus fundamentos son los siguientes: a) La causa de la problemtica del indio es de tipo econmico social. b) La explicacin de su gnesis es de carcter histrico. c) El problema del indio tiene como centro el rgimen de propiedad de la tierra a partir de la cual ha de erigirse el nuevo planteamiento indigenistad) Su prctica colectivista y su innata capacidad de revuelta, la conciencia socialista tiene en l campo frtil para su desarrollo gracias a la cual puede interiorizar la idea de revolucin socialista, convertirse en colaborador de la transformacin social al lado del proletario. e) La capacidad revolucionaria socialista concepta al indgena proletario y al campesino como modos de ayuda. f) La solucin del problema indgena tiene que ser una solucin social.(12) Sus fundamentos explicar la situacin del Per y trasciende en otros pases de Amrica como puede ser Bolivia, Colombia o Mxico. Marxismo Descolonizador En cuarto lugar se encuentra esta tendencia, que pareciera sera la continuacin de eses marxismo indoamericano pero de forma acadmica. Uno de los que mejor ha tratado este tema y adems es seguidor, es el doctor Pablo Gonzlez Casanova. Los problemas que plantea son de tipo cultural, sin dejar de lado los econmicos y mucho menos los sociales. Esta tendencia considera que las comunidades indgenas han sido colonizadas internamente hasta la actualidad. Por lo siguiente: Se expresa por la existencia de prejuicios, discriminacin, explotacin colonial, se visualiza en las relaciones de ladinos e indgenas. Hay intercambio desfavorable, monopolio comercial y crediticio, mnimo nivel monetario. Subsiste la explotacin y despojo de tierras. Tienen una bajsima calidad de vida pues carecen de todo tipo de servicios. Cuentan con una cultura de la pobreza: altsimos ndices de analfabetizacin, discriminacin lingstica por no dominar adecuadamente el espaol. Padecen manipulacin y caciquismo por analfabetismo poltico. Todo lo anterior tiene como inicio la conquista y a lo grado perdurar hasta nuestro das. (13) Estos cuatro tipos de marxismo demuestran que la teora no se estanca con una tendencia sino que va en constante cambio. CONCLUSINPara finalizar slo me queda poner un ejemplo de cmo los indgenas mantienen el fervor revolucionario, expresado el 1 de enero de 1994 en el estado de Chiapas, donde un grupo de distintas etnias manifiestan que son producto de 500 aos de lucha y que las polticas que emprende el gobierno no han hecho ms que tratar de desintegrar toda su muticulturalidad. Es difcil poder describir las caractersticas de Mxico y Per o de toda Latinoamrica, distinta pero de alguna manera hay un hilo conductor que podra ser la solucin del problema indgena y ese es la doctrina marxista. Por ltimo no me queda ms que dejarles estas palabra de Carlos Maritegui: Una capacidad revolucionaria indgena tardar quizs en formarse pero una vez que el individuo haya hecho suya la idea socialista, la servir con una disciplina, una tendencia y una fuerza, en la que pocos proletarios de otros medios podrn aventajarlo.

(14)Notas.

(1) Alberto Saladino Garca, Indigenismo y Marxismo en Amrica Latina, 1994, UAEM, pg. 12(2) Ibd. pg. 13

(3) Citado por Alberto Saladino Garca, en Ibd., p. 40.

(4) Ibd., p. 42-43.

(5) Jos Aric, Marx y Amrica Latina, en Nuestra Amrica, Num. 9, septiembre- diciembre, 1983

(6) Citado por Gabriel Vargas Lozano, Conversacin de Octavio Paz con Gabriel Caballero en Uno ms Uno. 14 de marzo de 1983, citado en Marx y Amrica Latina en Nuestra Amrica, Num. 9, septiembre-diciembre, 1983. pp. 91

(7) Alberto Saladino, Op. cit. p. 104

(8) Alberto Saladino Garca, Teora revolucionaria y cuestin indgena, Dialctica, Mxico, Num. 28, pp. 103-104.

(9) Ibd., 104-105

(10) Vicente Lombardo Toledano, El problema del Indio, S.E.P., pp. 107-108.

(11) Alberto Saladino Garca, Indigenismo y marxismo en Amrica Latina, UAEM, pp. 224. (12) Citado por Alberto Saladino Garca en Teora revolucionaria y cuestin indgena, Dialctica, Num. 19, Invierno, 1995/1996, pp. 105-106.

(13) Citado en Ibid., 106-107(14) Alberto Saladino Garica, Indigenismo y marxismo en Amrica Latina, p. 3 Bibliografa Aric, Jos Marx y Amrica Latina, en Nuestra Amrica, Num. 9, septiembre- diciembre, 1983.

Conversacin de Octavio Paz con Gabriel Caballero Citado por Gabriel Vargas Lozano en Uno ms Uno. 14 de marzo de 1983 en Nuestra Amrica, Num. 9, septiembre- diciembre, 1983. Gonzles, Casanova Pablo, Colonialismo interno. Una definicin. Amrica Latina; Historia y Destino. Homenaje a Leopoldo Zea, Mxico UNAM, 1992. ____________, La democracia en Mxico , Mxico, Ediciones Era, 1977. Lombardo, Toledano, Vicente, El problema del indio, Mxico, SepSetentas, 1973. Maritegui, Jos, Carlos, Siete Ensayos de la interpretacin de la realidad peruana, Madrid, Editorial Crtica, 1976. _____________, En defensa del marxismo, Lima, Biblioteca, Amauta, 1970. Saladino Garca, Alberto Indigenismo y Marxismo en Amrica Latina, Mxico UAEM, 1994. ______________, Teora revolucionaria y cuestin indgena, Dialctica, Mxico, Nm. 28, 1995. ______________(Coordinador), El problema indgena homenaje a Jos Carlos Maritegui, UAEM, 1995

Villoro, Luis, Grandes momentos del indigenismo en Mxico, Mxico. El Colegio de Mxico, 1996.