¿Nuevamente asesinado o resucitado en su beatificación?

¿Nuevamente asesinado
o resucitado en su beatificación?

ELAINE FREEDMAN

Ahora reconocido oficialmente por la Iglesia católica,
¿seguirá siendo Monseñor Romero un santo vivo
o lograrán convertirlo en un santo de palo?
Es mucha la gente que está alerta y eso permitirá
que siga resucitando y aún más vivo en las organizaciones sociales
y en el quehacer diario de las comunidades.
Ése es el sentir de una gran mayoría del pueblo salvadoreño.

El 23 de mayo, 35 años después de su asesinato a manos de un escuadrón de la muerte ordenado por el Mayor Roberto D’Aubuisson, fundador de ARENA, Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue beatificado frente a un público jubiloso de casi 300 mil personas.
Católicos y no católicos, salvadoreños e internacionales, personas de todas las generaciones y de todas las clases se juntaron para celebrarlo. Risas, abrazos y lágrimas llenaron el acto en que el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos de la Iglesia Católica, venido desde el Vaticano, ofició la solemne misa.
1980: SANTO POR PRIMERA VEZ
A pocos días del asesinato de Monseñor Romero, Dom Pedro Casaldáliga, obispo brasileño, teólogo de la liberación y poeta, escribió su poema “San Romero de América: Pastor y Mártir”. Espontáneamente, el pueblo salvadoreño retomó ese títuloy antes del fin de aquel año, a lo largo y ancho de El Salvador y del continente, se hablaba ya de “San Romero de América”. Franklin Quezada, músico y fundador del grupo YolocambaIta, que ha puesto a Monseñor Romero en el centro de su obra artística, recuerda: “Muchos jóvenes mirábamos a Monseñor Romero como un hombre ya santo en vida, un hombre bendito. Era un hombre demasiado bueno, muy honesto, con una palabra directay franca”.
¿Qué símbolos del poema del obispo Casaldáliga retomó el pueblo salvadoreño para santificar desde entonces a Monseñor Romero?

SUPISTE BEBER EL CÁLIZ DEL ALTAR…”
Monseñor Romero fue un hombre de una espiritualidad profunda. Yo comencé a trabajar con Monseñor Romero en 1966 en la formación de los seminaristas de San Miguel”, recuerda el padre Miguel Ventura, líder histórico de la teología de la liberación en El Salvador, quien acompañó a lo largo de la guerra a las Comunidades Eclesiales de Base de Morazán, de donde es originario. “Romero tenía dice una espiritualidad formada a la antigua, en la tradición de sacar al sacerdote de su realidad, meterlo en un seminario que le aislaba y llenarlo de contenidos conservadores. Fue un hombre muy responsable, muy consecuente y muy disciplinado con esa espiritualidad. Todo eso formó su carisma y la gente lo buscaba por eso. Una vez me dijo: “Aquí hay sacerdotes aparentemente muy progresistas, pero cuando la gente tiene problemas, acude a mí”. Era verdad. Y pienso que acudían a él por el peso de su espiritualidad y su ejemplo moral. “Esa relación con la gente le formó de una manera muy humana”.
Y esa humanidad le fue formando como comunicador. Un comunicador capaz
de inspirar con sus palabras y de escuchar con el corazón. El 27 de enero del 1980,
solo cinco días después de la masacre contra la multitudinaria marcha de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, Monseñor, cuyas homilías se oíanen todas las casas y cuyo impulso a la Radio YSAX fue clave, dijo: “Me alegra mucho cuando hay gente sencilla que encuentra en mis palabras un vehículo para acercarse a Dios”.
“…Y EL CÁLIZ DEL PUEBLO…”
María Isabel Figueroa, religiosa y secretaria de Monseñor Romero durante sus tres años en el arzobispado, vincula su capacidad de escuchacon su convicción: “Su convicción se demostraba cuando le llegabaa buscar gente del campo para entrevistarse con él, familias que habían sido afectadas por la represión. Él tenía una enorme sensibilidad y concentración cuando escuchaba a la gente. Escuchaba con el corazón… Se le notaba el sentimiento de dolor y escuchando se iba aclarando de cómo eran las cosas”.
Con el asesinato de su amigo, el jesuita Rutilio Grande, Monseñor Romero se fue aclarando más. En la medida en que se iba aclarando cómo eran las cosas, su relación con las organizaciones populares se iba profundizando. Su vínculo con el proceso de liberación de este pueblo nunca fue teórico. Planteó que la Iglesia, sin apartarse de su propia identidad, al contrario, siendo ella misma, ofrece al país el servicio de acompañarlo y orientarlo en sus anhelos de ser un pueblo libre y liberador. Y eso hizo: acompañar y orientar.
Quezada relata: “En marzo de 1979 yo era parte de un grupo de catorce compañeros del Bloque Popular Revolucionario que tomamos la Catedral Metropolitana. Fue una toma pacificade solidaridad con nuestros compañeros que estaban tomándose las fábricas de bebidas La Constancia y La Tropical… Una noche oímos una bulla en el altar y nos preparamos para morir. Pensamos que los guardias iban a meterse por la puerta de la radio del arzobispado. Cuando se abrió
la puerta era Monseñor Romero: Muchachos, ¿ya comieron? Sí, la gente nos regala comida.” Y él nos traía pollo y se sentó a comer con nosotros y a conversar, poniendo en peligro su vida. Nos dijo que estábamos en la casa de Dios y que era también la casa de nosotros”. Aunque jamás estuvo organizado con nosotros este gesto me dijo que era de los nuestros.
POBRE PASTOR GLORIOSO, ASESINADO A SUELDO…”
Como los cristianos en las catacumbas del Imperio Romano, Monseñor Romero llegó a tener una postura antiimperialista, fundamentada en el evangelio. Siempre tuvo también una palabra anticapitalista, basada en la concepción cristianade la idolatría. “La denuncia de la idolatría dijo en su homilía del 11 de junio de 1978 ha sido siempre la misión de los profetas y de la Iglesia… No se puede servir a dos señores: al Dios verdadero y al dinero.Se tiene que seguir a uno solo”.
No sólo fue “asesinado a sueldo. Su postura frente al tema de la riquezay la acumulación capitalista fue un factor clave en la motivación de su asesinato. La oligarquía lo acusaba calumniosamentede comunistay de inspirar el “odio de clase”con su palabra. Sus cartas pastorales dan fe de que, ya en 1978, Romero tenía un análisis de la composición socioeconómica del país y de los reclamos del pueblo organizado, campesinos, trabajadores, estudiantes y profesionales, mayoritariamente católicos, e incorporados en organizaciones de pensamiento marxista.
No fue marxista, pero coincidía con ellos en lo básico: “En una sociedad como
la nuestra, en la que la mayoría apenas tiene nada, esta minoría privilegiada, separada abismalmente de todos los demás, disfruta de niveles de vida semejantes a los que unos pocos disfrutan en los países más ricos. Tiene, además, gran poder, precisamente por la estructura poco democrática de nuestra organización política”, dijo en su tercera carta pastoral.
Y en la cuarta citó del Documento de Puebla: “El temor del marxismo impide a muchos enfrentar la realidad opresiva del capitalismo liberal”, agregando: “El capitalismo configura injusta y anticristianamente nuestra sociedad.”
“…ASESINADO A DÓLAR…”
En su poema, Pedro Casaldáliga dice que Monseñor fue asesinado “a dólar” y no “a colón”, enfatizando el vínculo entre la orden de muerte, dada nacionalmente, y el proyecto contrainsurgente de los Estados Unidos.
Un mes antes de su asesinato, Monseñor escribió su famosa carta al Presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, pidiéndole, infructuosamente, que no enviara la millonaria ayuda militar: “Me preocupa bastante la noticia de que el gobiernode los Estados Unidos está estudiando la manera de favorecer la carrera armamentista de El Salvador enviando equipos militares”. La carta concluía: “Sería injusto y deplorable que por la intromisión de potencias extranjeras se frustrara al pueblo salvadoreño,se le reprimiera e impidiera decidir
con autonomía sobre la trayectoria económica y política que debe seguir nuestra patria”.
Doce memorandos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos muestran que Romero ya estaba bajo su lupa desde antes. Esos textos incluyen una carta del entonces Secretario de Estado, ZbigniewBrzezinski al Papa, Juan Pablo Segundo solicitando la intervención del Vaticano para “persuadir” a Monseñor a “no apoyar la extrema izquierda”,ya que “en nuestro frecuente y franco dialogo con el Arzobispo Romero…le hemos advertido sobre esto”.

“…ABANDONADO POR TUS PROPIOS HERMANOS…”
Monseñor Romero no sólo tenía una palabra franca contra las estructuras de poder económico, político y militar. También la tuvo contra el poder eclesiástico del que él formaba parte. Como en los otros ámbitos, su férrea esperanza le permitía creer
en su posible, aunque difícil, conversión y transformación.
Su lealtad a la Iglesia y al Papa fue una constante en su vida. Su fidelidad a su concepción de la fe y a su ideal de Iglesia también lo fueron y las opciones que tomó a favor de ese ideal le provocaron constantes choques con el poder clerial. En su homilía del 22 de enero de 1978 decía: “Predicación que contenta al pecador para que se afiance en su situación de pecado está traicionando el llamamiento del Evangelio… Predicación que despierta, predicación que ilumina, como cuando se enciende una luz y alguien está dormido, naturalmente que lo molesta, pero lo ha despertado. Ésta es la predicación de Cristo: despertad, convertíos. Esta es la predicación auténtica de la Iglesia”.
“…POR TUS HERMANOS DE BÁCULO…”
Se expresó así ante el Cardenal Baggio, del Vaticano, sobre la actuación del Nuncio Apostólico EnmanuelleGerada: “He concluido que S. E. vive muy alejado de los problemas de nuestro clero y de nuestro humilde pueblo y en él predominan las informaciones y presiones del Cardenal Casariego, de los políticos, de los diplomáticos
y de la clase adinerada de las colonias elegantes… Es de justicia confesar que actualmente S. E. no goza de simpatías en el clero ni en nuestro pueblo por esas preferencias”.
Las posiciones y actuación de Monseñor le ganaron regaños del Vaticano y el aislamiento dentro de la Conferencia Episcopal, donde sólo contó con el apoyo de Monseñor Rivera y Damas. Los obispos Pedro Arnoldo Aparicio, de San Vicente; Benjamín Barrera, de Santa Ana, con su auxiliar Marco René Revelo; y Eduardo Álvarez, de San Miguel, le eran siempre contrarios. La posición de Álvarez ante el sufrimiento del pueblo y de su mismo clero ejemplifica la actitud predominante de estos obispos. Cuando Miguel Ventura, entonces párroco de Osicala, fue apresado y torturado durante varios días en las bartolinas de la policía, Álvarez lo minimizó: “Al Padre Miguel lo torturaron en cuanto hombre,
pero no en cuanto sacerdote”.
No extrañó que ningún jerarca de la Iglesia salvadoreña acompañara el entierro de Monseñor Romero y que un cardenal mexicano, Ernesto Corripio Ahumada, representante personal del Papa, fuera quien presidió aquella misa. 100 mil personas participaron
en el funeral, concentradas frente a Catedral. La misa quedó interrumpida por la detonación de una bomba, seguida de disparos y explosiones. Francotiradores apostados en los edificios cercanos atacaron a la población. La reacción de la multitud fue de pánico, con la consecuente dispersión, atropellamiento, heridos y 35 muertos. Monseñor Romero
fue sepultado apresuradamente en una cripta en el interior de Catedral.
“EL BEATO DE TODOS”
El 10 de marzo llegó a San Salvador el Cardenal VicenzoPaglia, Prefecto para la Congregación de la Familia y postulador de la causa de Monseñor Romero. Al día siguiente, en conferencia de prensa en Casa Presidencial, junto a autoridades religiosas y civiles, anunció que la fecha de beatificación sería el 23 de mayo en la plaza Salvador del Mundo y que la celebración estaría presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Tres semanas antes el arzobispo José Luis Escobar Alas había anunciado que las Comisiones organizadoras del acto de beatificación ya estaban trabajando.
A partir de ese anuncio comenzó a aparecer “otro” Monseñor Romero, en los mensajes de la Conferencia Episcopal y en los medios de comunicación masivos. Era una imagen ahistorica y descontextualizada, lejana del San Romero de América del pueblo salvadoreño que aún anhela su liberación.
El Vaticano institucionalizó el proceso de canonización en la Edad Media, estableciendo una serie de criterios y categorías para avanzar en un proceso que tiene cuatro etapas: Siervo de Dios, Venerable, Beato y Santo. El proceso concluye cuando se le asigna una fecha litúrgica, se le dedican iglesias, se le construyen imágenes y se reconoce su poder de intercesión ante Dios.
El proceso de canonización se da si el candidato a santo ha vivido las virtudes cristianas en grado heroico o si ha sufrido martirio por causa de la fe. Para llegar a la canonización se requiere de la realización confirmada de dos milagros o de uno solo si es mártir.
En el caso de Monseñor Romero, su causa fue fundamentada en la categoría de “mártir por odio a la fe”. A lo largo de 21 años, desde que Monseñor Rivera y Damas, amigo de Romero y su sucesor en el arzobispado, introdujo la causa de canonización, hubo todo tipo de trabas para que el proceso no avanzara. El Vaticano reconoció en 2015 que hubo una campaña para denigrar a Monseñor y su causa fue bloqueada por Juan Pablo Segundo. Entre los enemigos de Romero dentro del Vaticano figuran dos influyentes cardenales colombianos: Alfonso López Trujillo, ya fallecido y famoso por sus posiciones ultraconservadoras y Darío Castrillón Hoyos, hoy jubilado. En febrero de 2015, Monseñor Paglia hizo público lo que todos sabían o imaginaban: “Kilos de cartas contra Monseñor Óscar Arnulfo Romero, llegadas desde El Salvador y otros países latinoamericanos en las que lo calificaban como comunista y perturbado mental, frenaron su beatificación”.
Más allá de estos escollos, Miguel Ventura considera que “la principal traba para la beatificación de Romero estaba en el esquema tradicional de cómo el Vaticano concibe la santidad. Monseñor se les salía de eso. No se alejó del mundo y no sacralizó la pobreza como una vía para la salvación, sino que denunciaba las estructuras de poder que generan
la pobreza”. En este sentido, la categoría de “mártir por odio a la fe” no es una precisa clasificación de la naturaleza del martirio de Monseñor Romero. Monseñor fue asesinado y es mártir por su defensa de la justicia y por su compromiso con la transformación social. Esto lo fundamentaba en una profunda fe en Dios, pero fue su lucha por la justicia lo que provocó y precipitó su muerte”.
DE MÁRTIR POR ODIO A LA FE A MÁRTIR POR AMOR
En manos de la Conferencia Episcopal la beatificación provocó un proceso de marketing de “otro” Monseñor Romero. El primer paso fue modificar la categoría de “mártir por odio a la fe” a “mártir por amor”. Monseñor Urioste, Presidente de la Fundación Romero, trató de explicarlo: “El que lo causa (el martirio) lo hace por odio a la fe y el que lo sufre lo hace como un acto sublime de amor. De ahí la frase mártir por amor”.
Pero esta explicación no convenció y muchos se ofendieron por creer que era un paso más en la manipulación de la figura de Monseñor. En un país donde la feligresía católica se ha reducido de 64.1% a un 50.4% en un período de 21 años y la población que se congrega en iglesias evangélicas ha aumentado de un 16.4% al 38.2%, parecía también una movida con el fin de ampliar el público del evento, ya que los evangélicos no se sentirían convocados para celebrar a alguien matado por odio a la fe católica.
EL CUESTIONADO JINGLE
En abril se dio a conocer la canción oficial de la ceremonia producida por Telecorporación Salvadoreña, cantada y compuesta por personal del canal, propiedad de la poderosa familia Eserski quienes un año antes habían donado uno de sus canales de televisión al Arzobispado, respondiendo a una plegaria de Monseñor Alas Escobar,para fundar TVCA, Canal 39.
Ésta era la letra de la canción: Del pobre fue la voz / lo hizo con amor / un legado nos dejó/a l hombre devolvió / derecho y dignidad: amar la vida hasta el final. / Romero nos abrió las puertas al amor: una nueva civilización / donde la vida se entrega / porque vale la pena. / Nadie le fue indiferente, a su paso entre la gente. / Y aunque fue querido al mundo dio un giro. / Un solo El Salvador cantando a una voz, / no hay olvido ni rencor. / ¡Romero, mártir por amor!
Los miembros de las Comunidades Eclesiales de Base y de las organizaciones populares se ofendieron con esta canción. Compararon su melodía y su letra con la propaganda producida por TCS cuando promociona el Teletón. La consigna “ni olvido ni perdón”, acuñada en los años 70 por los familiares de víctimas de la represión, fue convertida en “no hay olvido ni rencor”. La imagen de “un solo El Salvador cantando a una voz” parecía hipócrita en una cadena televisiva que todos los días batalla en contra del gobierno del FMLN. TCS es un medio que prueba a diario que El Salvador sigue siendo un país dividido entre ricos y pobres, entre quienes quieren mantener el poder económico, judicial y mediático y sus víctimas.
El texto de la canción no mencionaba ninguna de las causas históricas que provocaron el asesinato y testimonio de Monseñor Romero y omitía conscientemente cualquier referencia
al crimen y a los criminales.
Después de conocer la canción se conoció que TCS estaría a cargo de la producción y transmisión de la ceremonia. Y sólo el canal TVCA, ex-propiedad de TCS, tendría alguna participación adjunta a la Telecorporación, según lo convenido por la Conferencia Episcopal con ese medio. “Los medios católicos estamos decepcionados por la conducta que ha tomado la Comisión Ejecutiva encargada de llevar a cabo el desarrollo del evento” se expresó así la Asociación de Medios de Comunicación Católicos. Es mucho el dinero que se está moviendo por parte de los ricos, que en el evento tendrán más y mejores prioridades que el pueblo”. Finalmente, ni el jingle se cantó en la misa ni TCS tuvo la exclusiva en la transmisión.
ROMERO BEATO DE TODOS”
En los días que antecedieron a la beatificación, “La Prensa Gráfica” publicó separatas diarias sobre Monseñor Romero, con fotos, testimonios y la propaganda oficial del evento. La portada de “El Diario de Hoy”, el día después del evento decía: “Monseñor Romero: Beato de todos”. Sonaba a cinismo cómo los mismos medios de comunicación que en los años más duros de la represión promovieron la campaña “Haga patria, mate un cura” (“Haga nación, mate al obispo cabrón”) manoseaban hoy su figura.
Más ofensiva aún fue la afirmación del entonces candidato a alcalde de San Salvador, por ARENA, Edwin Zamora, en plena campaña electoral: “Monseñor Romero nos pertenece a todos los salvadoreños”. Dijo esto a los pocos días de que el entonces alcalde capitalino y correligionario de su partido, Norman Quijano, firmó el cambio de nombre de la Calle San Antonio Abad a Calle Mayor Roberto D’Aubuisson, en honor del asesino.
Miles de víctimas de la represión presentes en el acto del 23 de mayo se llenaron de cólera al ver a “Robertillo” D’Aubuisson, hijo del asesino y actual alcalde de Santa Tecla, llegar al evento. La presencia de figuras como Alfredo Cristiani, quien sancionó la Leyde Amnistía estando en la Presidencia y de miembros de la oligarquía, quienes en su momento y hasta la fecha hicieron caso omiso de la advertencia de Romero “¡Quítense los anillos, señores
de la oligarquía, antes que les arranquen la mano!”, enardecieron a muchos.
ROMERO BEATO: ¿ESFUERZO DE COOPTACIÓN?
Desde que Monseñor Romero asumió en 1977 el arzobispado de San Salvador comenzaron los esfuerzos de la oligarquía salvadoreña para cooptarlo. Le ofrecieron una casa lujosa en la Colonia Escalón y un Cadillac. El nuevo arzobispo rechazó ambos obsequios.
A los años, y en medio de amenazas de muerte, asesinatos de sacerdotesy laicos comprometidos y bombascontra la radio del arzobispado, la YSAX, el gobierno represivo ofreció, cínicamente, un guardaespaldas al Arzobispo. “Respondió con una gran valentía recuerda María Isabel Figueroa, quien presenció muchos de estos momentos. Dijo: Mientras no tenga seguridad el pueblo no lo puedetener el pastor. La frase le salió espontáneamente. Él sabía que estaba negándosele a la derecha, a los enemigos del pueblo, a quienes le iban a matar. Sabía que era un juego para ver si se lo hacían de su lado
y él salió con mucha sabiduría. Fue un hombre de conviccionesy no lo podían manipular fácilmente”.
Al no poder cooptarlo, fue necesario eliminarlo. Aquel fatídico 24 de marzo,
en el Hospitalito de la Divina Providencia, lo mataron, pero con su muerte física
no lograron eliminarlo. Siguió cada vez más presente en las luchas del pueblo. “El pueblo le clamaba, ponía su nombre, su rostro y sus palabras en lugares públicos y llevaba su foto y sus mensajes en sus manifestaciones, como su santo, independientemente de lo que dijera
la iglesia”, cuenta Miguel Ventura.
SIGUIÓ VIVO SIEMPRE
La derecha política y eclesial siguió eliminándolo de forma simbólica.
Los murales pintados en lugares como Perquín, Morazán y Tierra Blanca en Usulután fueron manchados y borrados en la noche. En San Miguel destruyeron un busto de Monseñor. Y su estatua en la plaza Salvador del Mundo, lugar donde años después se celebraría el acto de beatificación, fue deteriorada por actos vandálicos más de una vez.
“Además relata Ventura, venía la jerarquía y prohibía toda expresión de veneración, porque según la Iglesia es sólo para los santos. Hubo obispos que no permitían
a sus párrocos tener fotos de Romero en sus templos. Esto pasó en la diócesis de San Vicente. Los obispos mandaron a sus párrocos a quitar la foto con el vil argumento de que esto afectaba el proceso de canonización. Otros decían que se estaba politizando la figura de Monseñor”.
La diócesis de San Vicente, con la excepción de su primer obispo, Luis Chávez y González, siempre ha tenido un liderazgo especialmente conservador, ideológica y políticamente comprometido con la derecha. El actual arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, fue rector del seminario menor de San Vicente y posteriormente obispo auxiliar y fue uno más en el coro de quienes prohibían hablar de Monseñor Romero y venerarlo.
Aún y así, no lograron su objetivo. Hasta la fecha, el ejemplo de Monseñor Romero ha guiado a comunidades y organizaciones, religiosas o no, comprometidos con la liberación.
Su rostro adorna paredes en toda América Latina y no hay manifestación del movimiento popular donde su rostro y sus palabras no estén presentes en alguna pancarta o manta.
Estos antecedentes dan razón para pensar que la beatificación de Monseñor Romero y su conversión en “el Beato de todos” es una vuelta a la estrategia de cooptación para mediatizar su ejemplo profético.
Es la negación del espíritu de Romero, quien exclamó: en su homilía del 22 de enero de 1978: “Naturalmente, hermanos, que una predicación así tiene que encontrar conflicto, tiene que perder prestigios mal entendidos, tiene que molestar, tiene que ser perseguida.
No puede estar bien con los poderes de las tinieblas y del pecado”.
Aunque la mayoría coincide en que hay una brecha entre el discurso del Vaticano, que parece más apegado al legado auténtico de Monseñor Romero, y el discurso de la Conferencia Episcopal, hay pocos en la Iglesia de los pobres que están en desacuerdo con la valoración negativa del trabajador de la cultura, Franklin Quezada: “Ha sido un show mediático y político de la jerarquía eclesial. La mayoría de ellos fueron opuestos a Monseñor Romero. Esto no es sincero”. Miguel Ventura profundiza en la idea:
“No es sincero que gente de mentalidad de derecha en la Iglesia comiencen a apoyar el proceso de beatificación sólo porque desde arriba se lo están indicando. Es deshonesto.
No es por convicción, sino para no aparecer contrarios al pueblo y porque el Papa lo ha decretado”.
¿UN SANTO VIVO O UN SANTO DE PALO?
¿De qué depende que Monseñor Romero siga siendo un ejemplo de lucha por la justicia y una esperanza para la transformación de este país o se convierta en un santo tradicional, encerrado en templos a donde la gente va a pedirle milagros y a encenderle candelas?
Dice Quezada: “Depende de lo inteligente o lo burdo con que los contrarios a la verdad, la justicia y la liberación actúen usando la figura de Monseñor Romero en sus medios
de comunicación. Depende de las opiniones que generen porque las guerras de hoy se libran en los medios. El padre Jesús Delgado ha mentido diciendo que Monseñor fue amenazado por los dos lados, por la derecha y por la izquierda igualmente.
Y eso es burdo”. Delgado, actual Vicario General del Arzobispado, ha insistido
en que “la izquierda lo amenazó de muerte porque bendijo, dicen ellos, el golpe de Estado y la reforma agraria que proponía el golpe de estado en 1979… Le declararon amante del reformismo y no de la revolución y le declararon la pena de muerte”.
Esta burda tergiversación de una relación respetuosa, aunque no siempre armoniosa ni ausente de conflicto, entre Monseñor Romero y las organizaciones político-militares revolucionarias que surgieron en los años 70 es exacta a aquella con que la derecha ha venido reescribiendo la historia desde los Acuerdos de Paz.
CÓMO MANTENER VIVO A MONSEÑOR
De los esfuerzos del pueblo depende también el mantener vivo el legado auténtico de Monseñor Romero.
Para Quezada, depende de la capacidad de crear otras sensibilidades, otros ánimos o estados del alma, lejos de la mentira, de la sacralización de “la vida loca” del consumismo.
“La cultura tiene que ver dice con lo que sembramos y cosechamos, con lo que alimenta nuestras conductas, nuestros hábitos y nuestros valores, con la forma en que el pensar genera emociones y en cómo uno actúa”. En este sentido, todo esfuerzo para crear un espíritu y práctica de solidaridad y liberación será pieza esencial en el trabajo para mantener vivo a Monseñor Romero.
Depende también, dice Miguel Ventura, de la capacidad de la Iglesia Popular de ver en la beatificación de Monseñor Romero un espacio que ha abierto el Vaticano para reconocer a la teología de la liberación, a las comunidades eclesiales de base y a la justeza de las luchas del pueblo salvadoreño. “Romero no fue un fiel seguidor de la teología de la liberación.
No escribió, no dio clases y no habló de eso. Pero él vivió la teología de la liberación más que cualquiera”.
SU MENSAJE SIGUE SIENDOLIDO
Al final de los años 70 Monseñor habló de los tres proyectos políticos que habían en El Salvador: el de la oligarquía, el de la democracia cristianay el proyecto popular. “Condenó
dice Ventura el proyecto de la oligarquía, en el que no veía bondad alguna. Al proyecto de la democracia cristiana le exigió abandonar la represión o abandonar el gobierno. Y se inclinó por el proyecto popular, sobre todo si se unían las fuerzas populares, no absolutizaban su ideología y evitaban siempre la violencia injusta”. Hoy en día, aunque ya no existe la democracia cristiana, los criterios vertidos por Romero siguen siendo válidos.
Mantener vivo a Monseñor Romero implicará, sobre todo, que las generaciones nuevas que no lo conocieron en vida puedan conocerle a través de sus propias palabras. Existen los libros y los audios de sus homilías para ser leídos, escuchados y estudiados.
En su comunicado sobre la beatificación de Monseñor, la Articulación Nacional de Comunidades Eclesiales de Base de El Salvador, la Fundación Mercedes Ruiz (FUNDAMHER) y Voces de la Frontera llaman a los feligreses a fortalecer las comunidades como el modelo de iglesia promovido por Monseñor, llaman a la Conferencia Episcopal a promover una formación del clero en consonancia con la realidad y llaman al Ministerio de Educación a incorporar integralmenteel pensamiento de Romero en la formación y construcción de ciudadanía.
María Isabel Figueroa habla de los esfuerzos de la Asociación Nuevo Amanecer por mantener viva la memoria de Monseñor Romero y la de tantos, otros mártires: “Trabajamos con niños y con jóvenes ex-alumnos de nuestros centros infantiles. Cuando se acercan
las fechas del martirio de Monseñor Romero, de Rutilio Grande, de Octavio Ortiz o de Alfonso Navarro, los niños pintan los rostros de los mártires, aprenden las canciones
de ellos. Les explicamos cómo murieron: que no murieron de calentura sino asesinadospor luchar para que a los niños no les faltaran alimentos y educación. A los jóvenes les damos
a conocer su biografía y les animamos a participar en las marchas”.
DESDE TODOS LOS ESPACIOS
“La palabra de Romero es un caudal gigantesco para crear obras que hagan vivir a Monseñor Romero. A través del teatro, de la música, de la poesía, del lenguaje cibernético, desde todos los espacios”, dice Quezada.
Finalmente, es de rigor que se cumplan las recomendaciones que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al revisar el caso Romero en el año 2000: 1) La realización de una investigación judicial completa y efectiva a fin de identificar, juzgar
y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales. 2) La reparación de todas las consecuencias de las violaciones enunciadas, incluido el pago de una justa indemnización.
3) La adecuación de la legislación interna a la Convención Americana, a fin de dejar sin efecto la Ley de Amnistía General decretada en 1993.
Sin justicia en la tierra la justicia eclesiástica de la beatificación quedará corta.
“NO LES SALDRÁ LA MUERTE DE MONSEÑOR”

María Isabel Figueroa concluye: “Nunca les salió la muerte de Monseñor y no les saldrá ahora si eso es lo que pretenden. La gente está alegre porque ya cuando lo mataron a Monseñor la gente dijo que era un verdadero santo que dio la vida por nosotros. Durante tantos años la Iglesia ha negado esto y ahora le da la razón al pueblo.Tenemos porciones de pueblo enormemente admirable en sus convicciones de lucha. Y el espíritu de Monseñor es tan presente y tan fuerte en medio de nosotros y ahí está Dios presente en nuestra historia.

Mucha gente está alerta, pensando qué querrán hacer con esto de la beatificación.
Eso va a permitir que se aferre más a Monseñor en las luchas de nuestras organizaciones, en el quehacer diario de las organizaciones y las comunidades”.
El dictamen popular es contundente: sea lo que sea, Monseñor Romero seguirá resucitando en el pueblo salvadoreño.

EDUCADORA POPULAR. CORRESPONSAL DE ENVÍO
EN EL SALVADOR.

Historia, Colonialismo, Liberación

II HISTORIA, COLONIALISMO, LIBERACION

1 REFLEXIONES SOBRE LA METODOLOGÍA PARA UNA HISTORIA DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA *

Mi exposición tiene tres partes: reflexiones antropológico-históricas, reflexiones teológicas y reflexiones epistemológicas. Quisiera comenzar con un bosquejo de la cuestión fundamental, que se enfrenta sin vueltas a un equívoco corriente entre los historiadores de la iglesia en América latina.

«Metodología» nos indica, como palabra compuesta, de origen griego, un lógos o pensar acerca del método, es decir, un cierto pensar sobre un camino, un «a través de» que transita, si se tiene en cuenta que metodos es un «caminar que perfora», un saber caminar. Metodología es entonces un reflexionar sobre un modo de caminar, de manera que es muy distinto poseer como hábito un método que reflexionar explícitamente sobre el método que se posee.

Ahora nos reúne un cierto caminar que intenta acceder hasta el describir una historia de la iglesia en América latina. Este tema será abordado por historiadores concretos y no abstractos. Estos historiadores deberán descubrir el tema para expresarlo, es decir, para escribirlo, para darlo a luz. Pero para expresar el tema deben descubrir el sentido de los acontecimientos eclesiales. El descubrir el sentido es un situarlo dentro de un cierto horizonte de comprensión, inevitablemente, de tal manera que es imposible una descripción que no sea al mismo tiempo un descubrimiento del sentido. Y esto es ya siempre interpretación. Descubrir un sentido en un horizonte de comprensión para el cristiano es develar algo desde la fe, que a su vez ha sido constituida en su realidad por la revelación.

El historiador cristiano, puesto a interpretar el acontecimiento, lo hace inevitablemente a la luz de la fe. La fe revelada puede estar esclarecida por alguna teología. Pero en la ciencia este esclarecimiento es necesario. Es decir, la interpretación histórico-científica debe poseer claridad acerca de las pautas o categorías de una fe iluminada por la teología para saber interpretar el acontecer eclesial. La interpretación histórico-científica es parte de la única teología como interpretación cristiana metódica de la historia del pueblo cristiano.
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  • Exposición hablada y extraída de la grabación, efectuada por el autor como presidente nombrado por el CELAM, en la Sala de reuniones de la Conferencia episcopal ecuatoriana, el 3 de enero de 1973 en Quito, con motivo del I Encuentro de la Comisión de Estudios de Historia de la iglesia en América latina (CEHILA).

I. REFLEXIONES ANTROPOLÓGICO-HISTÓRICAS ACERCA DE LA CULTURA LATINOAMERICANA

¿Cuál es el sentido de América latina en la historia universal? El historiador es el que hace el «pasaje» desde la historia que acontece a la expresión científica de esa historia. El historiador está siempre en un mundo y esto es ya un problema.

Previo al hombre de ciencia que es, el historiador tiene «ya» un cierto horizonte de comprensión de lo que acontece. Valga esta presentación como aproximación
esquemática :

Desde el horizonte cotidiano el historiador se pone a estudiar su tema, que es el acontecer histórico. Ese hecho histórico debe saber expresarlo después de descubrir el sentido de dicho acontecimiento. De ahí el peligro de caer en ingenuidades, en especial la de creer que efectúa una interpretación «objetiva» y científica, válida para todos los tiempos. En verdad, sólo se llega a objetivar prejuicios tenidos por eternos, naturales, verdaderos. El horizonte de comprensión cotidiano del que estudia es el que funda el sentido de lo que se piensa estudiar. El horizonte de comprensión fundamental es el horizonte cotidiano del historiador.

Si somos latinoamericanos, América latina constituye nuestro horizonte cotidiano de comprensión.

Pero si por otra parte, somos parte de una élite intelectual formada en Europa, por ejemplo, nuestro horizonte de comprensión será el de dicho mundo. El sentido del acontecimiento, que es el objeto de nuestro estudio, queda fundado así en un cierto horizonte. Hay que tener cuenta explícita de dicho horizonte para después describir también el sentido del acontecimiento que se descubre.

A esto se agrega que el acontecimiento, objeto del estudio, no está sólo presente en el sentido de lo que acontece ahora, sino que es el sentido de un hecho pasado. Pero decir que un acontecimiento es pasado significa que ese hecho «era-en-un-mundo» y que ya «no-es».

El historiador vive en el mundo (1), mientras que el tema de su estudio es un mundo (2), un hecho que «era-en-un-mundo», pero que ya no-es hoy. Para ilustrar tomemos un ejemplo. Cuando se entra en la acrópolis de Atenas, en el partenón, hoy uno se enfrenta no a un templo real y sagrado, sino a un objeto turístico. Pero para los que en el mundo griego entraban en el partenón, ese camino era un hecho sagrado; lo hacían para adorar a los dioses. Eso «era-en-un-mundo» que ya no es el nuestro.

La reconstrucción o descripción histórica debe comenzar por ser la recreación del horizonte de comprensión de un mundo dentro del cual el acontecimiento pasado tenía un «sentido» para ese mundo. Quiere decir que cuando se enfoca ese hecho desde nuestro mundo se ha de considerar con cuidado el «pasaje» que se produce desde el horizonte que «era» (el mundo pasado de ese acontecimiento) a nuestro horizonte donde el «hecho» es un tema de un mundo en el que el acontecimiento pasado va a tener un nuevo «sentido», «nuestro sentido», otro sentido del que tenía en el mundo pasado.

Hay dos maneras o actitudes de encarar lo pasado: una es la actitud ingenua, otra la crítica. La actitud ingenua es la que objetiva en el pasado el sentido presente de los acontecimientos. La actitud crítica es la que intenta recrear las condiciones que hicieron posible un acontecer histórico pasado. Ilustraré esto con un ejemplo: ingenuamente se puede aplaudir y considerar como héroes a Bolívar o San Martín; pero, críticamente, y al ser colocados en el contexto histórico, debe recordarse que San Martín debió levantarse contra sus compañeros de armas españoles y «realistas» (para los cuales fue un «traidor»); debió dejar de obedecer las leyes vigentes, las leyes indias (ante las cuales quedó en la ilegalidad); tuvo que soportar la duda de haber sido condenado por el mismo papa, quien firmó la bula Etsi longissimo (30 de enero de 1816), condenando el movimiento emancipador (quedando su conciencia cristiana en estado de culpabilidad).

Fácil es aplaudir a los héroes. Difícil es comprender críticamente las condiciones históricas que los hicieron posibles. Más difícil todavía es imitarlos hoy.

Una interpretación crítica supone tener en cuenta aspectos múltiples y condicionamientos de todo tipo que generalmente los historiadores, y más todavía los historiadores de la iglesia, no tienen. Es justamente el problema de la hermenéutica o la cuestión de la interpretación. Para ilustrar la magnitud de este problema voy a proponer el ejemplo de una interpretación del «hecho latinoamericano» en la historia universal, teniendo conciencia de que es sólo una «interpretación» posible entre otras. En nuestro mundo presente querría describir el «sentido» de la cultura latinoamericana en la historia universal. Sólo un Darcy Ribeiro ha intentado un bosquejo en el que América latina tiene un «lugar» en esa historia.

Hasta el presente, Toynnbee, Spengler, Sorokin, Alfred Weber, habían dejado, como dice Leopoldo Zea, a América latina fuera de la historia. América latina tiene un lugar único en la historia universal, lo cual nos va a indicar por su parte que la iglesia latinoamericana va a tener igualmente un lugar único en la historia de la iglesia universal.

1. La primera etapa, la prehistoria latinoamericana, es donde se sitúan nuestras grandes civilizaciones neolíticas (la mayo-azteca, y en menor grado la chibcha). Nuestra prehistoria entronca con la prehistoria universal por el Pacifico.

Si comenzamos nuestra descripción en la Mesopotamía (en el IV milenio a. C.) y en Egipto, el Indo o el Valle del Amarillo (China), en este movimiento hacia el este, surge la gran cultura mayo-azteca y la cultura inca, muy posteriores y ya en el primer milenio después de Cristo, y chibcha en la cuenca del Magdalena y el Cauca (las culturas de la «América nuclear»), dejando de lado las regiones de plantadores tropicales y en el norte y en el sur los nómadas de las llanuras y las pampas.

América latina entra en la historia universal neolítica por un movimiento que comenzando en el continente euroasiático, pasa por el Pacifico y llega a América. Alli entramos en la historia universal e inexplicable sería todo lo que pasa en la prehistoria de América latina sin la historia neolítica de la Polinesia y del Pacifico y también sin el paleolítico euroasiático y aún africano, del cual el hombre americano procede desde no hace tantos milenios. Esta sería la primera etapa.

2. La segunda etapa, para poder entender lo que va a ser la cultura latinoamericana, transcurre en la región del Mediterráneo oriental. Para saber quién es Colón es necesario todavía completar nuestra descripción. La comprensión de la historia latinoamericana exige a los latinoamericanos la comprensión de toda la historia universal, y solamente después de dicho esclarecimiento podremos preguntarnos por el sentido de la historia de la iglesia. Para saber quién es Colón habría que partir de las culturas mesopotámicas y egipcias, anatólicas y cretenses, y, en especial, de las invasiones indoeuropeas. Los pueblos indoeuropeos invaden las zonas del sur (ya que parten del norte del mar Negro y Caspio) y en poco tiempo dominan las grandes culturas de la «media luna», indoeuropeizando a las zonas del imperio romano, el imperio persa, los reinos hindúes y aún el imperio chino, influenciado por el tao. Son todas ellas entonces la gran región indoeuropeizada.

3. La tercera etapa se produce ante las grandes corrientes inmigratorias semíticas. El semitismo, de donde surge el cristianismo, tiene otra visión del mundo y por tanto otra visión de la historia. Pocos siglos después se cristianizará el imperio romano; se islamizará el mundo persa y los mismos mahometanos llegarán hasta la India. De tal manera que hay una «semitización» del mundo culto neolítico que antes había sido «indoeuropeizado». Es dentro de este proceso que van a surgir las dos grandes cristiandades: la cristiandad bizantino-rusa y la latina. Aquélla de lengua griega y ésta latina, que caracterizará al mundo llamado después europeo, de donde España va a ser una provincia. Todo esto es como nuestra protohistoria.

Es necesario entender bien que fue la cristiandad nuestro origen. Desde el 330, en que Constantinopla fue fundada, hasta el día en que Colón parte para América, año en que los Reyes Católicos conquistan Granada, el último de los reinos árabes, se cumple la historia de las cristiandades.

Comprender este proceso es comprender quién es Colón, como decíamos, quiénes van a ser la mayoría de los misioneros, quiénes van a ser la mayoría de nuestros primeros obispos, es, en fin, entender la historia del patronato. América latina y su iglesia es incomprensible sin la intelección de este fenómeno.

A todo esto lo llamo la protohistoria. Comenzaría sólo nuestra historia el día en el que lo más occidental del occidente, Colón y España, y lo más oriental del oriente, que son los indios (los indios son asiáticos), se enfrentan en lo que fundamentalmente va a ser el proceso de la conquista y evangelización, captada ésta como un gran proceso de aculturación. En 1492 comienza la historia de América latina que no es ni el-padre-España ni la-madre-India, sino un hijo, que no es Amerindia, ni es Europa, sino que es algo distinto.

Alli surge de pronto América latina. Bizancio era un mundo y una ecumene; Rusia (la tercera Roma), Europa, el mundo árabe, los hindúes y los chinos eran cinco ecumenes coexistentes. Por su parte, los aztecas y los incas eran igualmente ecumenes. Totalizan siete ecumenes en el siglo xv.

Cada una se creía la única ecúmene y afirmaban que fuera de su horizonte vivían los infieles, los bárbaros. Pero en el siglo XVI una ecumene va a conquistar a todas las demás y la primera en ser oprimida es América. A América latina va a llegar en su esencia el nuevo momento histórico opresor europeo. Europa, en el centro, va a rodear el mundo árabe y llegará al Asia, y tocará a América por el Pacifico.

Del siglo XVI al xx hay de pronto una nueva estructura mundial: las siete ecumenes se reducen a una sola y el «centro» de esta ecumene lo tiene Europa, después Rusia y Estados Unidos (a lo que podríamos sumar Japón, Canadá y Australia).

Europa entonces conquista el oriente, debilita al mundo árabe, conquista y coloniza Africa y América, etc. ; nace así un «centro» y una «periferia». Europa se constituye en el centro y crea la periferia. Este centro va a tener un polo de expansión en Rusia (porque Rusia va a ser la que en Europa conquista Siberia y llegue hasta el Pacifico en el mismo siglo XVI). Europa tendrá en España y Portugal otro polo de expansión por el Atlántico. En el siglo xx el centro va a estar constituido por Estados Unidos, Europa y Rusia desde la segunda guerra mundial.

Históricamente, América latina va a quedar, con el Africa negra, el Islam, la India, la China y el sureste asiático como culturas periféricas, dependientes de una macrocultura central. América latina queda situada en dicha periferia, sin embargo, como el único grupo subdesarrollado de poscristiandad, porque en las otras culturas periféricas está vigente el Islam, el animismo, el hinduismo, la revolución maoista y el budismo en el sudeste asiático. Quiere decir que aún en esta etapa, América latina queda situada como el único conjunto dependiente cristiano, ya que entre nosotros se constituyó la cristiandad, pero fue la única cristiandad colonial (no lo fue la bizantina ni la latina).

Este bosquejo interpretativo intentaría responder a la pregunta: ¿cuál es el sentido de la cultura latinoamericana en la historia universal? Sólo ahora podemos entrar en la segunda cuestión.

II. REFLEXIONES TEOLÓGICAS SOBRE LA HISTORIA DE LA IGLESIA
LATINOAMERICANA

¿Cuál es el sentido de la historia de la iglesia en América latina? ¿Cuál es la función que tiene la iglesia en la historia de América latina? Si pensamos escribir una historia de la iglesia en América latina mal podríamos responder por la función de una parte en el todo si no hemos establecido qué sentido tiene el todo. Lo dramático es que no existe una respuesta para el «todo» de nuestra cultura, porque no existe una sola historia de la cultura latinoamericana, a excepción de los estudios programáticos escritos por Darcy Ribeiro, como dijimos arriba. Es bien posible que cuestionándonos sobre el cómo escribir una historia de la iglesia hagamos igualmente avanzar la cuestión del cómo exponer una historia de América latina con sentido crítico.

Hay un mundo, en el sentido indicado más arriba, donde se sitúa el historiador precristiano o no-cristiano. Dicho mundo, a la luz de la fe, adquiere un nuevo sentido. En el mundo precristiano del imperio romano había, por ejemplo, dinero, y desde el horizonte de comprensión romano el dinero tenia un cierto valor. Pero al llegar a ser cristiano, al romano se le abría otro horizonte de comprensión; dicho dinero tiene ahora otra significación; tenia un nuevo valor, porque al cambiar el horizonte de comprensión cambia el sentido de todos los entes intramundanos. Se puede decir ontológicamente que la fe es un nuevo mundo en el sentido de que abre un nuevo horizonte de comprensión. Esa fe existencial, porque es vida, acontece cada día; esa fe se constituye en el mundo cotidiano aunque irrumpe desde la exterioridad de ese mundo. La exterioridad es la palabra que revela, como la «luz», ciertas cuestiones tenidas antes por imposibles, desconocidas, como un «cono de
luz» (2) que se proyecta sobre el «cono de luz» (I) e ilumina con nuevo sentido a todo. La palabra de Dios es como un «cono de luz» que ilumina de tal manera que todo lo intramundano cambia de sentido. La fe significa creer en la palabra del otro (el revelador, Dios), pero palabra que a su vez esclarece un nuevo horizonte de comprensión y devela un nuevo sentido a todo lo que acontece.

¿Qué es entonces la revelación ? ¿Qué revela la palabra revelante ? La revelación
es la manifestación del hecho crítico (la realidad), develada por medio de pautas
interpretativas. Lo que Dios revela son ciertas pautas, coordenadas o categorías
que me permiten descubrir lo que ya he visto, pero ahora con un nuevo sentido.

Moisés, por ejemplo, vivía en el desierto y sabia que sus hermanos hebreos eran
esclavos en Egipto; era un hecho histórico. Pero el día en que Dios le dice que es
posible sacarlos de Egipto, Moisés descubre un nuevo sentido, porque de esclavos
«por naturaleza» se transforman en esclavos «históricos». De vivir para siempre
como esclavos en Egipto se transforman a los ojos de la fe en seres a los que les es
posible salir de la prisión de Egipto. Hay entonces una diferencia de comprensión
del mismo hecho histórico; hay una interpretación nueva a la luz de la fe, un nuevo
sentido de la realidad.

La revelación tiene así pautas interpretativas que nos permiten descubrir el «sentido» de los acontecimientos. Esto es fundamental para el historiador de la iglesia, el que siendo cristiano, va a interpretar el mismo hecho de manera distinta al no-cristiano. El mismo documento auténtico tendrá distinto sentido a los ojos del historiador científico cristiano, porque las pautas interpretativas son distintas.

¿Cuáles son dichas pautas? Tomemos como ejemplo algunas de ellas. En la tradición del antiguo y del nuevo testamento puede considerarse pautas categorías interpretativas (y por ello operatorias) esenciales, en primer lugar, aquella que en hebreo se significaba con el término basar (en griego sárx, en castellano «carne»).

La segunda categoría fundamental me parece ser la que recibe la denominación de
ruaj (en griego pneuma, en castellano «espíritu»). Cuando el «espíritu» (que es la
alteridad divina) inhabita la «carne» (que es la totalidad humana o la creatura, que
puede cerrarse en el pecado o abrirse al don divino), la «palabra» (en hebreo da-
bar; en griego lógos) asume la humanidad; se trata, estrictamente de la «en-carnación».

Estas categorías reveladas, que fueron ejercidas anticipadamente por los profetas, y plenariamente por el mismo Cristo, las utiliza él mismo en su predicación teológica. Estas categorías hay que saber descubrirlas explícitamente para después saber usarlas en la interpretación histórica. A partir de la categoría de «carne», que el pensamiento contemporáneo denominaría «totalidad», y la de «espíritu» (o «alteridad») se mueven todas las demás. La «carne» cuando se cierra al espíritu, peca; cuando la «carne» mata a Abel, Caín se transforma en el Adán pecador, porque Abel es el otro, el hermano, y al matarlo queda solo; al ser único Caín se afirma como Dios y al hacerse Dios es como Adán: ateo del Dios creador, es decir, es fetichista.

Cuando en la historia la iglesia se totaliza, y se totaliza de alguna manera en el tiempo de la cristiandad como cultura, confundiendo cristianismo con dicha cultura, identificándose, e impidiéndose poder escuchar al pobre (el otro, el infiel) por el que habla el Espíritu, entonces, en esas épocas, la iglesia puede también caer en el pecado. Seria una época en la que la iglesia se habría cerrado como institución terrena no pudiendo advertir claramente la presencia de Dios en el pobre que revele la injusticia. La iglesia podría aún estar jugando, al no servir al pobre, la función equivoca de dominadora del pobre.

Otra pauta interpretativa propiamente constitutiva de la fe, por ello bíblica y evangélica, es la que en hebreo se denomina habodáh (en griego diakonía o aún la acción del doulos; en castellano «servicio» o simplemente «trabajo»). Jesús indica que es propio del «mundo» el que los que tienen el poder opriman a los débiles, pero lo propio de sus seguidores es el «servicio» al pobre, al débil. La categoría de servicio (que es más que praxis, por cuanto indica la gratuidad de lo que se hace por el otro en cuanto otro y no por «necesidad») se refiere a la acción del «siervo de Yahvé»; es acción liberadora (Is 61, 1 ss); es el operador de la «carne» cuando resucitada por el «espiritu», con nueva vida, se abre al pobre y lo sirve eficazmente.

Por ello el «culto» del templo es «servicio» (habodáh) divino, como el «servicio» al pobre es el culto que se rinde a Jesús que se identifica al pobre (Mt 25, II ss). Ese servicio hace «salir» de la prisión (en hebreo dice Dios a Moisés: lehit-saló, «hacer salir» o liberar) al esclavo. Por ello la noción de liberación es propiamente bíblica y cristiana (cf. Ex 3). Cuando la «carne» se cierra, necesariamente se constituye en dominador del pobre.

En esto nos acercamos ya a una categoría esencial para la historia de la iglesia, porque si la iglesia solamente relata una historia de su institución terrena y lo puede hacer muy bien como historia triunfalista, puede también ser una historia de la alianza con la dominación. Mientras que si se estudian los gestos de solidaridad con el pobre, su servicio, se indicará una pauta estrictamente evangélica.

Muchas más son las categorías operativas de la fe cristiana, pero por falta de tiempo no nos referimos a otras de sus dimensiones.

Dentro de esta perspectiva preguntaría: ¿qué es la iglesia? La iglesia es la institución profética, en el sentido de que es una institución en el mundo que cumple una tarea escatológica y profética para relanzar la historia adelante, desde los pobres. Las culturas se cierran como totalidad. Pensemos en el imperio romano. La iglesia, comprometiéndose con los pobres que son siempre los dominados, relanza el proceso hacia el futuro, en este caso hacia el sacro imperio romano. Nuevamente desde él la iglesia construye Europa.

Cuando la «carne» se cierra como totalidad o pecado, la iglesia, desde los pobres, relanza la historia escatológicamente hacia el Cristo que viene, el que vive como futuro aunque ya presente. Si algún sistema se cerrara como totalidad irrebasable se fosilizaría. La iglesia en la historia de los pueblos viene a recordar que el destino último es un más allá de todo reino
histórico.

Y, sin embargo, ella misma es una institución, pero profética. La iglesia está en el mundo y por ello puede también estar con la dominación o con los pobres. Se trata de la parábola de las semillas: hay semillas que caen en mala tierra y otras que caen en buena tierra. Las que caen en tierra buena son las que pueden crecer. Las dos pueden ser iglesia; en las dos actúa la gracia; pero, sin duda alguna, es la iglesia de los «pobres», la iglesia de los «justos», la que permite crecer a la semilla.

La iglesia es así una institución en el mundo y, sin embargo, y al mismo tiempo, juega la función de la exterioridad de la palabra, como un «fuera» del mundo que critica a la cultura o a la totalidad para relanzarla hacia la parusía. En la historia latinoamericana podemos preguntarnos: ¿qué es más importante, la fundación del obispado de Santo Domingo, la Concepción de la Vega y Puerto Rico, o la predicación de Montesinos en aquel domingo de adviento de 1511? ¿cuál hecho eclesial es más relevante?

Sabemos que la institución episcopal es fundamental, pero el profetismo de Montesinos es también esencial. Será necesario ir descubriendo el sentido de los acontecimientos a la luz de las categorías de la fe cristiana.

III. REFLEXIONES SOBRE EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA COMO CIENCIA HISTÓRICA

Sólo ahora puedo entrar al tercer tema de esta exposición: el estatuto epistemológico de la historia de la iglesia como ciencia. Pero, a su vez, ¿a qué nivel situaremos la cuestión ? Se sabe que la ciencia histórica tiene un método que se llama método histórico. Se sabe que hay una «crítica externa» de los documentos (hay también una «critica interna»), para lo cual el historiador ha de conocer paleografía, heurística, etc. De tal manera que ante un documento ha de saberse si es auténtico o falso; de qué época procede y cómo llegó a nosotros, etc.

Pero también la historia tiene ciencias auxiliares como la sociología, la economía, el derecho, la psicologia, etc. Estas ciencias auxiliares las ha descuidado algo, si no enteramente, la historia de la iglesia en América latina. Pero ésta no es la cuestión de fondo. Partamos del hecho de que el historiador de la iglesia es «un historiador», por lo tanto tiene
un método científico adquirido, si no en las universidades, al menos en un largo
trato con los documentos históricos (muchos de los historiadores de la iglesia no son
ni licenciados ni doctores en historia y sin embargo, después de treinta o cuarenta
años de trabajo histórico han llegado a ser en realidad historiadores).

El método no se alcanza por el estudio realizado en una facultad o departamento de historia,
sino en el manejo constante y seguro del acceso a la autenticidad del documento. Pero todo método tiene su límite, como toda ciencia humana. Esto abre una doble cuestión:

1. Primero, es imposible en toda ciencia una objetividad pura. ¿Qué significa esto de «objetividad pura» ? En realidad es una contracción con los términos, porque el historiador considera siempre desde un cierto punto de vista (I) su objeto (a); si otro historiador considera el mismo objeto desde otro punto de vista (2) ciertamente lo descubre de otra manera (b ).

Esto indica que la objetividad de (1) no es pura sino situada. Algunos dirán que esto es «relativismo». Debe aclararse lo que esto significa. Si se quiere decir que el hombre es finito y es relativo a su situación histórica, por supuesto que si. Si se quiere decir que no se accede a ningún tipo de verdad, digo que es falso, porque todo lo que se accede desde una perspectiva no es relativo, sino que es absoluto, para todo el que se sitúe de la misma manera. Todo puede considerarse desde diversas perspectivas y asi se descubren diversos «sentidos» del objeto (a no es b). Esto quiere indicar que el término «objetividad pura» significa algo asi como un llegar a un objeto desde todo punto de vista lo cual es no tomarlo como objeto. Sólo la inteligencia divina creante puede acceder asi a una cosa. La «objetividad» pura no existe, lo que existe es una objetividad situada.

2. Segundo, es imposible una no-subjetividad. La que se denomina una descripción objetiva seria un relato exento de toda participación subjetiva. Pero es imposible por el mismo motivo. Toda consideración humana es la de un cierto objeto y, por lo tanto, estará teñida de condicionamientos subjetivos, históricos, caracteriológicos, económicos, etc. Lo que se quiere indicar es algo muy distinto.

No es que no deba ser la descripción subjetiva, ni que la objetividad sea pura, sino que tiene que haber un acceso metódico de la subjetividad a la objetividad. Es decir, una subjetividad puede ser no-metódica, o sea, atacar un objeto de cualquier manera, opinablemente, vulgarmente. Como cuando alguien dice, por ignorancia, que algo es del siglo XVIII pero en verdad es del siglo XVI. Esto lo declararla porque no sabe acceder metódicamente al objeto. Sin embargo, aún el científico, nunca puede dejar de lado su subjetividad, porque su subjetividad metódica siempre de alguna manera será una subjetividad. Los que pretenden que esa subjetividad no debiera existir , que la objetividad debiera ser pura, y que sólo en ese caso la descripción es científica, enuncian algo sumamente peligroso ya que de hecho objetivan ingenuamente una opción política, económica y social dándola como válida para todos. y esto es lo que actualmente está aconteciendo en la historia de la iglesia latinoamericana.

Historificar la objetividad (historificar la subjetividad, es poder acceder históricamente al objeto) es tomar en cuenta todos los condicionamientos que esto pueda significar. La subjetividad metódica es llamada por Ricoeur «subjetividad trascendental», en el sentido de que trasciende la mera subjetividad vulgar y opinable, puesto que sabe manejar su tema científicamente, pero sabe que está de todas maneras interpretando el «hecho» desde un cierto punto de vista, que no es el único y que, además, incluye una opción. Este asunto es importante para la historia de la iglesia ya que no se puede pretender que una historia de la iglesia sea escrita desde todos los puntos de vista, por todos los cristianos, porque eso seria algo así como pretender que esta historia de la iglesia fuese escrita por Dios mismo que es
el único que tiene una visión objetivamente pura de la historia tal como acontece.

Hay entonces una dificultad: si se quiere escribir una historia no opcional se escribirá de hecho una historia anecdótica que de todas maneras opta ya por el statu quo. Por otra parte, una subjetividad histórica no-cristiana interpretará igualmente los mismos hechos y su sentido desde un horizonte existencial concreto, no ya a la luz de la fe; descubrirá por ello un «sentido». Por su parte, una subjetividad metódica histórica cristiana descubrirá otro «sentido» en el mismo acontecer; no porque la interpretación no-cristiana sea constativa histórica científica y la cristiana sea interpretativa ideológica, sino porque el horizonte de comprensión es otro. En verdad, las dos son interpretaciones desde un cierto horizonte y desde una cierta opción. Al decirse que un historiador no es cristiano, no se dice que no opte; puede ser liberal, marxista, etc. Ya tiene una opción, ya interpreta el hecho y por eso tiene un cierto sentido para él.

Esto tiene relevancia nuevamente para la historia de la iglesia en América latina. Lo que se llama la ciencia de la historia de la iglesia se sitúa epistemáticamente en un estatuto estrictamente científico, porque el método que va a utilizar es cientifico. Los que escribirán esta historia serán reconocidos historiadores por sus trabajos de descripción de hechos históricos. Pero será intrínsecamente un quehacer teológico, porque en su interpretación metódica debe tenerse también explícita conciencia de las categorías cristianas que se usan en la descripción del hecho histórico.

No se puede primero describir el hecho histórico y después pasar a interpretarlo.
La descripción del hecho histórico es ya una interpretación. Cuando se estudia un
documento, después de constatar que es auténtico, se lo «utiliza» de muchas maneras.
¿Por qué uno no se funda en los dos primeros parágrafos, otro en los dos del medio
y uno tercero en los dos últimos? ¿Por qué aun eligiendo los mismos parágrafos
uno concluye en un sentido y aquél en otro? ¿Por qué se está interpretando, aún en
la primera lectura, en el primer enfrentamiento del primer documento de los miles
que se estudiarán para llegar a la descripción de un hecho «objetivo puro»?

Porque la descripción es interpretación, interpretación con método histórico desde una opción a priori, dando pie a muchas explicaciones diferentes. El documento será
verificado, por ambos, el no-cristiano o el cristiano, en cuanto a su autenticidad, pero cada uno extraerá un sentido distinto, porque distinto es el horizonte de interpretación del mismo hecho.

Una interpretación metódica de la historia de la iglesia es parte de la teología,entendiéndose ésta tal como la entendemos hoy. Porque si se entiende la teologia como una dogmática silogística (more graecorum), la historia de la iglesia no formaría parte de la teología. Esa dogmática habia dejado a la historia de la iglesia como fuera de su constitución. Mientras que en el antiguo y nuevo testamento y en los primeros padres de la iglesia, la historia es parte constitutiva de la reflexión teológica. Si no se ha estudiado claramente las categorías teológicas, la interpretación va a ser vulgar o anticristiana, porque puede suceder que se usen ciertas categorias interpretativas que se deban a una escuela, la del historiador o a la de los colegas historiadores que no son cristianos. De ahí que, de hecho, algunas historias
de la iglesia puedan ser anticristianas en cuanto a la interpretación de los hechos. Por ello es esencial saber cuáles son las pautas interpretativas cristianas del hecho cotidiano.

¿Qué puede acontecer con la interpretación del historiador cristiano? Nuestros historiadores de la iglesia pueden objetivar, de hecho, ingenuamente, su opción cultural y política obviamente tenida por natural, por eterna, por válida para todos.
Se han olvidado que un historiador está en su mundo y que ese mundo condiciona
su interpretación. Creen que por interpretar según un modo científico histórico, su interpretación es pura y no contaminada con ninguna opción a priori. Pero es fácil ver su opción, basta mirar lo que han escrito. Es general una historia de los «grandes», de los llamados «mejores» (en griego aristós), es una historia aristocrática. ¿Dónde está la historia de los pobres ? ¿Dónde está la historia de los indios, de los zambos, de los mestizos? ¿Dónde está la historia del pueblo latinoamericano oprimido? Está por escribirse. ¿Por qué?

Porque se tuvo ya una opción, se estaba describiendo un cierto cristianismo, y se ha dejado de lado otro. El manejo documental era, a veces, metódicamente establecido, pero era parcial aún, puesto que se tomaban documentos de un cierto nivel pero no de otros. y esto mismo se interpretaba desde una cierta opción creída como no-opción. Lo cual es doblemente peligroso. La descripción podrá ser científica, porque realmente se usa un método científico, pero al mismo tiempo era una interpretación desde lo vigente, acritica.

Al decir a-critica, le sustraigo lo de «cristiano», porque la fe cristiana tiene siempre una función crítica ante lo vigente. Quiere decir entonces que esa descripción científica se tornaba de pronto en profana. Se consideraba a la historia de la iglesia como un hecho profano, en el sentido de que no se enuncia la criticidad del cristianismo que interpreta proféticamente el acontecimiento histórico profano.

Además, casi siempre se escribía la historia desde la cultura de la élite, que, por su parte, es dependiente culturalmente. Hemos sido educados en universidades, en seminarios, en Europa, o bajo su influencia, y todo esto nos ha dado una cierta visión de la realidad. Aunque escribamos una descripción «científica» (esto se da por supuesto), ésta es una interpretación sumamente defectuosa.

Consideremos una posible tipología de posiciones en las que se encuentran ciertos historiadores de la iglesia en América latina :
a) Algunos efectúan una descripción (y toda descripción es interpretación) anecdótica, en la época de la cristiandad colonial. Son todas las crónicas, los relatos de nuestras historias coloniales hasta el siglo xx donde se nos hace conocer los hechos desde la visión hispánica. Hoy hay muchos que comienzan a trabajar sobre la visión de los vencidos, es decir, desde los indios; la realidad aparece así de otra manera. Esta descripción es más bien documental y nos sirve para poder conocer los hechos aunque propiamente no es un relato científico histórico.
b) Algunos efectúan una descripción liberal anticonservadora, que aparece en el siglo XIX. Es la que de una manera comienza a desarrollarse desde 1850 en adelante; desde la irrupción del liberalismo. La historia se transforma, hasta hoy (porque es la historia que se enseña desde nuestros ministerios de educación en casi todos los países latinoamericanos), en un instrumento ideológico de educación del pueblo. La historia, al realizar la autointerpretación de una cultura, permite decir dónde comienza la patria, quiénes son «dos malos» y «dos buenos». Nuestra oligarquía, nuestros liberales, escribieron (casi «inventaron») una historia para explicar el punto de partida de su gloria actual. Los estados liberales objetivan en la historia su ingenua actitud cotidiana, como lucha ideológica,
c) Algunos efectúan una descripción revisionista, tradicionalista, antiliberal
y apologética. Son la gran mayoría de nuestros historiadores de la iglesia, que no están exentos de una posición también ideológica. Hay así como una lucha que no es primariamente científica. Dicho de otra manera, esta actitud, que, a veces en estos
«revisionistas es más científica» o documental que la anterior, no deja por ello de tener una opción, y por ello no es menos ideológica. Podríamos decir que es «cientificista» en el sentido de que se opone a los liberales por la fuerza de documentos, negándose que haya opción alguna. Se pretende, pues, que por ser dicha historia metódicamente «científica», es verídica, descriptivo-real y no interpretativa, sin caer en la cuenta de que antes y después del método científico, todavía la interpretación puede ser ideológica y por tanto encubridora.

En esta posición «cientificista» se encuentran algunos historiadores de la iglesia latinoamericana, creyendo que por haberse enfrentado a miles de documentos con método científico no optaron por ninguna interpretación; su descripción seria «objetivamente pura»; creen así describir la realidad. Esta posición que está por lo general contra la «leyenda negra» ; es más bien hispanista. Habiéndose hablado tan mal de Fernando y de Carlos v,
hablan ahora acerca de ellos tan bien que se olvidan también de sus pecados; se olvidan igualmente’ del valor de Bartolomé de las Casas que para un Menéndez Pidal es un paranoico. En esta tercera posición es muy difícil el no apasionamiento, porque se está demasiado cerca de la lucha antiliberal; por ello es ideológica.

Una opción posible para escribir una historia de la iglesia en América latina es la actitud crítica explícitamente cristiana, reuniendo todos los valores propios de las antiguas posiciones. Es necesario recuperar los aportes, la posición apologética o hispanística, que tiene estudios notables de la época colonial, pero, y al mismo tiempo, será necesario también tener en cuenta la descripción liberal y no despreciar lo que muchos de ellos han hecho para la constitución presente de nuestras nacionalidades. Y aún deberemos recordar la posición indigenista. Es entonces una actitud crítica que asume a todas las posiciones, pero critica cristiana, es decir, que tiene muy en cuenta cuales pueden ser los criterios esenciales para que la interpretación sea inequívoca cristiana.

Si un equipo de científicos se propusiera escribir una historia de la iglesia, deben formar un cuerpo coherente para dar unidad a su obra. Deberán cuestionarse sobre las pautas que les permitirán unificadamente describir la génesis y el proceso de la iglesia latinoamericana. Cuando consideramos una gran historia europea, por ejemplo, la historia de la iglesia de Fliche-Martin, que es una historia de la iglesia universal escrita por franceses, vemos a la iglesia a la luz de una escuela histórica francesa. Hay en ello una unidad de criterios hechos por dicha escuela. Ahora bien, ¿existe una escuela cristiana latinoamericana de historia?

Parece que no, pero es posible que haya historiadores, científicos, que opten de una manera semejante, y que formen equipo, y con el tiempo constituyan también escuela. De alguna manera habría que lograr esto, pues de lo contrario sería la yuxtaposición contradictoria de trabajos que en vez de esclarecer la génesis y el proceso de la iglesia describirían contradictoriamente hechos sin sentido. He aquí la dificultad.

La dificultad radica también en que no puede ser del todo una interpretación oficial, pues, seria única. La iglesia no tiene una interpretación «oficial», o si la tiene es sólo la sagrada Escritura, sus declaraciones públicas y, en último término, el juicio de Dios. Mientras que la historia que se pretende escribir debe ser una seria y científica interpretación de la historia de la iglesia, pero que necesariamente debe optar por algunos criterios. Estos son los que se deben discutir.

Volviendo a los criterios revelados de la interpretación histórica hay uno absolutamente esencial, y para una historia puede transformarse en revelador de su carácter estrictamente cristiano. Se podría enunciar : fuera de la totalidad vigente, fuera de un sistema organizado (la «carne») está el pobre a la intemperie; el pobre es ya Jesús. En Mt 25, se ve bien claro: el que da de comer al hambriento, da de comer a Jesús. Ahora bien, la reflexión acerca de la identificación de Jesús con el pobre es uno de los logros presentes, quizá el más importante, de la teología latinoamericana actual. El pobre es pobre porque no tiene el valor imperante del sistema; si el valor del sistema en la edad media es el honor, no tiene honor; si la vigencia suprema del sistema es el dinero, él no lo tiene; si en la sociedad futura el sistema tiene como valor supremo lo tecnológico, él será una persona sin tecnología. El pobre es lo exterior a lo valioso de la totalidad (la «carne», por ser exterior, está fuera, está en lo futuro, y porque está en lo futuro interpela escatológicamente al sistema).

El pobre es Jesús en cuanto su palabra interpelante nos revela hoy a Dios; el que ve en él a Jesús y lo sirve es el único que puede salvarse. Este parece que debiera ser el criterio esencial de nuestra historia. Sería una historia que se pregunta ante cualquier problema y ante cualquier descripción: ¿qué relación tiene esto con los pobres?

Nosotros, por ejemplo, estudiando el enfrentamiento de Colón con el indio, debemos
preguntarnos: ¿qué es lo más significativo, Colón o el indio? El indio, como el pobre,
es el que debe interesarnos más. y cuando descubramos cómo se comportó Colón con el indio, podremos juzgar el hecho «Colón». Muchas veces hemos interpretado los hechos a la inversa: porque Pizarro y sus perros, los hemos aclamados como a héroes. De los indios nos hemos olvidado; y eran tan respetuosos, tan reverentemente religiosos ante esos dioses que aparecían.

Debemos, de todas maneras, recordar que el «pobre» no lo es sólo según un criterio económico-político. En efecto, bíblicamente el pobre (anawin) es esencialmente el «siervo de Yahvé», el que se abre a la «palabra» y se juega hasta la muerte por el servicio de Dios. Se trata del profeta. Pero, al mismo tiempo, el pobre es aquel que recibe el servicio del profeta. En la parábola del samaritano, Jesús enseña que el samaritano es pobre (en sentido plenario y perfecto), pero igualmente el pobre es el tirado en el camino. Es que pobre son «los pobres» (en sentido real, económico, cultural; no en cuanto alienados por el sistema sino en cuanto exteriores al sistema y con conciencia de no ser parte de «ese mundo») y los que se juegan por ellos (Ios profetas, anawin, el «siervo de Yahvé»).

Concluyendo. En la única historia, historia profana para los precristianos, historia de la salvación para los cristianos a la luz de la fe, la iglesia significa una realidad distinta. Es por ello que la historia de la iglesia es el relato interpretativo de la función mesiánica cumplida por la institución fundada por Cristo en la única historia, la historia de la salvación a la luz de la fe. Describir la función mesiánica de la iglesia en el mundo es ya teología, la única teología, en su momento de descripción progresiva, histórica.

Roberto Cañas: “Yo no alcanzo a ver los motores del desarrollo”

Roberto Cañas: “Yo no alcanzo a ver los motores del desarrollo”

El intelectual de izquierda cree que los países vecinos de Centroamérica sí tienen sus apuestas más o menos claras. El Salvador, no.
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Yolanda Magaña
Lunes 1, junio 2015 | 12:02 am
Foto: DEM

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Roberto Cañas, un ideólogo de las izquierdas, es agudo en la crítica. Mientras la mayoría de sectores reconocen la actitud dialogante del presidente Salvador Sánchez Cerén, él señala que la instalación de comisiones de diálogo en las diferentes gestiones presidenciales siempre han fracasado y advierte que el actual gobernante tuvo tres pleitos simultáneos sin un plan. Pese a que considera logros muy modestos del primer año de Gobierno del primer algo dirigente del FMLN y que no ve los motores del crecimiento, dice: “el Presidente ni es santo ni es mago”.

¿Cómo describe el estilo del presidente Sánchez Cerén en su primer año de gobierno?

Son modestísimos los logros que se han obtenido en este primer año. Hay un largo camino que hace falta, son cuatro años más. La forma de entender un balance de un Gobierno son los hechos y el dicho es lo que prometió en la campaña electoral. Yo me distancio de Fusades porque no hace balance del año a partir de las promesas electorales y eso es clave porque el sistema democrático así funciona. Al no hacer un balance a partir de las propuestas electorales no está haciendo objetivo, no es un balance fiable. Acordémonos cómo era el marketing político de ese periodo de campaña, el tema de empleo, seguridad. Obviamente en un año no se pueden obtener los resultados que están ofrecidos en un programa de Gobierno.

¿Pero hay un rumbo?

Yo no alcanzo a ver, por más que veo el esfuerzo, cuáles son los motores del desarrollo. En el Gobierno de (Mauricio) Funes se decía que el Fomilenio, el asocio público privado, el Puerto de la Unión. Por lo menos, Alex Segovia decía ‘Estos motores encendieron’, pero yo creo que nunca encendieron. Esos motores se pegaron, ahí está el Puerto La Unión que no dio resultados. El asocio público privado, ¿cuáles son las grandes empresas que han trabajado bajo es modalidad? Se pueden hacer todas las críticas que usted quiera a las apuestas estratégicas nicaragüenses, el canal interoceánico, pero ahí hay una apuesta estratégica, discutible, con problemas con el medio ambiente, pero uno la ve más clara. Uno ve a Costa Rica y dice: su apuesta estratégica es mejorar las relaciones económicas con China continental, el tratado de libre comercio. Nicaragua tiene esta estrategia en un canal interoceánico. En Guatemala, no se sabe porque es un Gobierno que ya va a terminar y es un Gobierno fallido, de la peor manera termina el Gobierno guatemalteco. El presidente hondureño habla de las ciudades modelo, que no ha podido implementar, pero por lo menos tiene discurso… El Gobierno de Honduras se vende como marca y han dicho que van a vender la marca Honduras y están trabajando eso. Colombia tiene el café Juan Valdés, es impresionante. A mí me da mucha risa porque es como ir a vender cocos a Sonsonate.

¿Y cuáles deben ser esos motores del desarrollo en El Salvador?

Habría que preguntarle al secretario técnico cuáles él cree que son.

Hablan de fortalecer al sector productivo.

No se ve. Aquí, si no se resuelve el problema de la deuda pública, el problema fiscal, el problema del abaratamiento de la energía eléctrica, volvemos a lo mismo. El empresario dice yo quiero invertir en Centroamérica, ¿en qué país el costo de operación me permite más rentabilidad? El problema es que aquí ¿cuáles serían las apuestas estratégicas?…, puede ser más competitivo el país que pueda dar una apuesta a nivel industrial, ASI (Asociación Salvadoreña de Industriales) tiene apuestas estratégicas en plásticos, textiles tiene apuestas competitivas. El problema (es) una infraestructura deficiente o no tan buena como la de los vecinos…
Foto: DEM

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La empresa privada ha dicho que no ve despegar la inversión, las exportaciones, el crecimiento. ¿Se le puede exigir a un presidente tener resultados económicos en el primer año de Gobierno?

Resultados extraordinarios en tema de asuntos económicos es bastante difícil. El presidente ni es santo, ni es mago. Ni es santo para hacer milagros, ni es mago. No es un problema de santidad ni de magia, pero sí se puede, en primer lugar, un liderazgo inspirador que genere una energía orientada en sacar adelante al país, eso es fundamental en términos de actitud de país.

¿No la tiene?

Por lo menos, no se ha podido generar un clima de opinión favorable o sacar adelante el país, que implique ese liderazgo inspirador con tremendo magnetismo que lleve a ese estado de opinión. Salgamos a la calle y pregúnteles (a las personas) cuál es la visión de país, cómo imaginamos a El Salvador dentro de tres o cinco años. Se le van a quedar viendo como que le está hablando en chino. Liderazgo inspirador, visión de país, relaciones internacionales muy agresivas, que se vean cambios dramáticos, tener relaciones diplomáticas con China. Ahí se dicen muchas leyendas urbanas alrededor del porqué no hay relaciones con China, unos dicen que hay una guerra en la cual hay un trato entre ellas que las naciones con las cuales Taiwán ya tenía relaciones las va a seguir manteniendo Taiwán.

Y el diálogo del presidente, ¿cómo lo evalúa?

Aquí la memoria histórica es muy corta, nadie se acuerda de Armando Calderón y bases para un Plan de Nación y el acuerdo del que está acusando Roberto Rubio que le pagaba –es como que a mí por ser profesor universitario me vengan a decir que me pagaba el Gobierno–; la ministra de Educación Cecilia Gallardo hizo otro esfuerzo. La grave y triste historia de esos esfuerzos es que son letra muerta, dan la idea de que se está llevando a algo que puede ser muy buen pero en la práctica no hay nada, es letra muerta. Seguramente sí es bueno para tomar café, ver amigos que uno nunca ve, a lo mejor para ir a socializar con un amigo y están casados ahora. Salvador Sánchez Cerén lleva cuatro comisiones: seguridad, relaciones laborales, educación y empleo juvenil. En documentos, muy bien gracias. Tiene 10% de financiamiento: yo puedo tener un Mercedes Benz con el 10% de financiamiento. Está muy bien, el plan debe ser impecable, pero no tiene recursos.

¿Debió comenzar por resolver las finanzas?

¿Qué fuera primero el combustible para hacer caminar el carro, que se llama Plan (El Salvador) Seguro? ¿Cómo se puede obtener el combustible? En Honduras es un impuesto específico para financiar la seguridad. Si el problema es que hay desconfianza para la administración de los recursos se hace un fideicomiso, es decir, si verdaderamente todos tenemos voluntad de sacar adelante el país, disminuyendo la inseguridad, hay que pagar el costo de eso. El indicador de éxito es ir al encuentro de las soluciones de los grandes problemas de país. Tener una actitud dialogante no alcanza porque el diálogo es intercambiar opiniones, se necesita llegar a acuerdos y con métodos porque, si usted me dice que va convocar una comisión o consejo, yo digo está muy bien, pero ¿dónde está el calendario?, ¿dónde está la agenda?, ¿dónde están los recursos? Si no me muestra eso, no le creo.

Pero el presidente tiene experiencia en diálogo y acuerdos.

Es el doble estándar porque, por un lado, dice que él va a tener una actitud dialogante y crear los consejos y, por otro lado, se pelea con los periodistas, la cocinera, diciendo que los periodistas están haciendo guerras psicológicas para crear un clima de inseguridad. Se pelea con la Sala de lo Constitucional el primero de mayo y dice que no puede ser posible que cuatro personas no sé qué…, un gran pleito. Tres, se pelea con los empresarios a causa de la lista de los morosos. Yo no he conocido a nadie que se pueda pelear, ni que sea peso completo, con tres contrincantes al mismo tiempo. Usted puede administrar un pleito… Pero me peleo con tres al mismo tiempo y solo tiro la pedrada al panal… Un presidente escoge sus pleitos y uno a la vez, no tres al mismo tiempo. Además, (pelear) sin un plan de continuidad, yo creo que (hay un) doble estándar de actitud dialogante y con la otra mano buscar pleitos con tres al mismo tiempo.

Parece que es una medida de presión para que paguen y no apelen impuestos…

Si, ¿pero la continuidad cuál fue?, ¿cuál fue el siguiente paso después de sacar (divulgar) la lista de morosos? No hay plan… Después de sacar la lista, la siguiente cosa es buscar a las cinco personas que deben más y a eso buscar medidas con la Fiscalía, yo no sé cuáles. Por eso digo que (es) como tirarle una piedra a un panal y después nada.

“Dirección en el Coena ha sido caótica”

¿Qué impresión le causó los 20 mil votos adicionales que resultaron en el recuento?

Es tan revelador que si hubiera un viaje al tiempo y lo traemos a la lección de alcaldes, a la elección con Violeta Menjívar, la elección presidencial, mejor no hay que hablar de eso, por eso nadie habla de eso. Si aquí aparecieron 20 mil votos y se ganó por 6 mil votos, ¿qué hubiera pasado?

¿Quién tiene el poder en la Asamblea Legislativa?

Mandan las correlaciones de fuerzas que se puedan formar a partir de los votos que se tengan. El razonamiento es cuántos votos quiero y, si no tengo los votos, no puedo hacerlo, no es el interés nacional, no es la búsqueda de acuerdos de país.

¿Cómo ve la oposición de ARENA?

Caótica y errática, es inocultable las divisiones que tiene ARENA y lo más destacado son los comentarios de Norman Quijano en relación al apoyo que Jorge Velado negoció la presidencia de la Asamblea Legislativa, lo hizo en público. La pugna que va a haber en el próximo evento interno de ARENA por el Coena (Consejo Ejecutivo Nacional de ARENA), es evidente que la dirección del Coena en manos de Velado ha sido caótica, errática. Los botones de muestra están en la pérdida de la alcaldía de San Salvador, cambiar a mitad de río el caballo con Norman Quijano es algo que no se hace nunca. En otras democracias, el secretario general que pierde elecciones como esa renuncia, aquí lo premian, aquí parece el mundo al revés. Eso parece que es deporte nacional en las elecciones de este país, pierde una elección y ahora es diputado. Velado tiene dos y pierde, ya estaría frito. La forma en que cambió de caballo con Norman Quijano como candidato a la alcaldía de San Salvador y, dos, cómo negoció la junta directiva en la Asamblea Legislativa, con esa dos ya (es) suficiente para decir ‘Mi amigo, hasta la vista baby’, no puede ser más secretario del Coena porque es mal político, porque él como político es gerente de una empresa, él eso es.

Trincheras, transiciones y rupturas en el primer año del gobierno Sánchez

Trincheras, transiciones y rupturas en el primer año del gobierno Sánchez Roberto Pineda 29 de mayo de 2015

Este primer año de este segundo gobierno de izquierda salvadoreño estuvo acompañado de singulares procesos de disputa del poder por medio de trincheras, transiciones y rupturas. Utilizamos el concepto de trincheras para referirnos a la defensa de posiciones estratégicas, transiciones a las negociaciones que reflejan correlaciones de fuerza y rupturas a la construcción de nuevos espacios contrahegemónicos o de poder popular.

El enfrentamiento actual se da en el plano político entre la izquierda en el gobierno y la derecha en la oposición. Este es el punto de partida básico. Es una nueva situación que la derecha trata de revertir y la izquierda de conservar. Es a partir de esta nueva situación que se despliegan los procesos de atrincheramientos, transiciones y rupturas.

Y lo que permite este cambio de situación fue entre otros factores, la acumulación histórica de luchas populares, incluyendo grandes batallas electorales (UNO), de masas (CRM) y hasta el desarrollo de una guerra popular revolucionaria (FMLN), así como una hábil política de alianzas que logra aislar al enemigo principal, neutraliza a sectores vacilantes y atrae a sectores de la burguesía no oligárquica.

La llegada al gobierno en el 2009 crea las condiciones para impulsar importantes transformaciones del estado y la sociedad, así como para el despliegue de procesos de construcción nacional de poder popular, ya que lo que define la naturaleza del cambio social en El Salvador podemos relacionarlo con diversos escenarios. Es una pugna entre un poder popular emergente y un poder oligárquico desplazado.

Entre estos escenarios de disputa actual y futura se encuentran la construcción de territorios de poder popular (arrebatados al poder oligárquico), la consolidación de un sector social de producción, (que inicialmente reactiva la economía pero que se oriente a superar las relaciones sociales de producción basadas en la propiedad privada de los medios de producción) , la unidad, organización, conciencia y movilización de los sectores populares ( que supere la debilidad y dispersión existente) y la adhesión como país a bloques internacionales emergentes (la definición entre el ALBA y la Alianza del Pacífico). Estas cuatro dinámicas se fortalecen o se debilitan en su actuar, y han estado presentes durante estos doce últimos meses.

Es aquí en estos escenarios de disputa (trincheras, transiciones y rupturas) donde se avanza o se retrocede en la construcción de hegemonía, el terreno donde transcurre la batalla política estratégica en un océano de batallas tácticas locales y sectoriales.

Las trincheras

Una trinchera permite disparar al enemigo de manera ventajosa, protegido. La trinchera política principal del gobierno y del movimiento popular y social es el desarrollo de los programas sociales (paquete escolar, medicinas, transporte, paquetes agrícolas). Esta trinchera solo puede fortalecerse en la medida que se avance en otras áreas que permita ampliar los terrenos en disputa.

Si la derecha logra empantanar este proceso del subsidio para programas sociales y además evitar que se avance en otras áreas, habrá tenido éxito en sus planes desestabilizadores. Otras grandes trincheras de la izquierda son el aparato partidario del FMLN, un partido de masas y con arraigo en las masas, así como el movimiento popular y social.

Las trincheras aunque conservan su naturaleza defensiva hoy son trincheras desde la administración del Estado, desde el Ejecutivo. Es una nueva situación de muchas ventajas pero a la vez de grandes responsabilidades y desafíos. Hoy se trata de resolver y no de criticar; de gobernar y no de desestabilizar; de poner en práctica nuestras ideas de cambio social, de salir del laboratorio y enfrentarse a la calle.

La comprensión de este cambio cualitativo es de trascendental importancia para la militancia del FMLN y para el movimiento popular y social. Somos como izquierda gobierno, y además partido de gobierno, así como movimiento popular en apoyo al gobierno. Y si bien hay errores, acomodamientos, desviaciones, debilidades que hay que señalar y hasta denunciar, pero son de nuestro gobierno. Si nos perdemos, si nos confundimos en este punto, terminaremos sin duda alguna llevando agua al molino de Cristiani. Otras grandes trincheras de la izquierda son el aparato partidario del FMLN, un partido de masas y con arraigo en las masas, así como el movimiento popular y social.

Las trincheras principales del enemigo oligárquico son lo económico y lo mediático. Y desde ahí disparan con sus aceitados cañones al barco gubernamental. La consigna principal de ARENA y de la ANEP es de hundir el barco. Hay que hundir el barco. Sus profetas proclaman diariamente que el barco se está hundiendo; sueñan con que el barco naufrague, insisten en que es un barco que no lleva rumbo, que va a la deriva. Y para lograr este propósito bloquean el financiamiento del barco pero invierten en su desprestigio. Alegan que el barco les pertenece y van a recuperarlo.

Las transiciones

Las trincheras permiten las transiciones, el paso de un estado a otro de desarrollo, avanzar o retroceder, cambiar de lugar. Los procesos de transición transcurren en la izquierda y en la derecha, en la oligarquía y en el movimiento popular, entre nuestros aliados internacionales y el imperio. El FMLN de ser una fuerza guerrillera pasa a ser una fuerza electoral. Y desde la cancha electoral se convierte en una fuerza legislativa y en una fuerza municipal. Luego de estar en la oposición hoy está en el gobierno central, dirige la Asamblea Legislativa y el Ejecutivo, que incluye a la PNC y a las Fuerzas Armadas. Y cuenta con influencia en los demás órganos del poder estatal, incluyendo el judicial, electoral, etc. Y avanza en la construcción de poder económico (Alba Patroleos) y de poder mediático (Genteve). El movimiento popular de ser oposición al gobierno de la oligarquía hoy pasa a ser apoyo al gobierno del FMLN. Los papeles han cambiado y esto significa un cambio en las actitudes y formas de lucha.

Por su parte, ARENA pasa de controlar el gobierno central a la oposición. Este año logran recuperarse en la Asamblea Legislativa, pero no la dirigen. Pero mantienen influencia en la Corte Suprema de Justicia y otros órganos del Estado. Y pugnan por reconquistar los territorios perdidos.

En el caso de Estados Unidos, pasa de ser fuerza de intervención militar durante la guerra, a ser fuerza de apoyo a los gobiernos de ARENA, a ser en la actualidad fuerza de apoyo a los gobiernos del FMLN. Increíble pero cierto. Los intereses de las fuerzas no han cambiado, pero si sus posiciones frente a la realidad. Los Estados Unidos prefieren en el caso salvadoreño la táctica de crecer en influencia, la táctica de la zanahoria y esconder el garrote. Diferente es la táctica con Venezuela.

Las rupturas

Las rupturas son los nuevos espacios ganados en la lucha, que incluyen parcelas de poder popular y de poder institucional. Existe poder popular en El Salvador cuando en determinado territorio la conjunción de fuerza social organizada y fuerza política institucional (GOES, Alcaldías) permite incidir decisivamente a favor de los intereses de la emancipación social, en el andamiaje político-institucional (alcaldía, unidades de salud, etc.) ideológico-cultural (iglesias, clubes), económico (cooperativas), e incluso militar y de seguridad (pandillas juveniles) . Es una disputa permanente en todo el país contra la hegemonía oligárquica y el modelo neo-liberal, en la cual lógicamente hay avances y retrocesos.

Anteriormente, durante la Guerra Popular Revolucionaria (1980-1992) , existieron extensas zonas de poder popular en el norte del país, o sea gobiernos municipales de hecho que resolvían los problemas de esas poblaciones. Y antes de esto, durante la dictadura militar, en el periodo 1975-1980, el grado de desarrollo de la organización popular (BPR, FAPU, LP-28, MLP y partido UDN), y su acción combativa fue muy alto, altísimo, pero sin alcanzar el nivel de poder popular, por faltar el elemento gobierno.

En la actualidad la disputa y la construcción de poder popular desde el 2009 está planteada a nivel de nación, se rebasó lo municipal existente desde 1994. La construcción gradual del poder popular significa la destrucción gradual del poder oligárquico. No sucede de golpe, es un proceso continuo, permanente, de disputa por la conducción, por la hegemonía cultural. Es una coexistencia de largo aliento entre poder popular y poder oligárquico.

En diversas experiencias acontece la aparición de órganos de poder popular que coexisten en oposición al poder oligárquico, pero en nuestro caso es diferente, consiste en la conquista del poder oligárquico. Así se establece la ruptura. En el caso salvadoreño el poder popular no se ha expresado –como lo es en el caso venezolano- en la nacionalización de empresas y posiblemente no lo haga.

Esto tiene que ver con la correlación de fuerzas interna, de equilibrio de fuerzas. Y esta correlación que debe de ser modificada a favor de la revolución, es la que explica que incluso recursos estratégicos como la energía y la electricidad se encuentran en manos de las transnacionales, que en lugar de denunciar tratados lesivos como el CAFTA-RD se busca la firma de nuevos tratados, como el reciente con la UE y un posible con Canadá. Y esta el caso ejemplar de la empresa minera Pacific Rim, antes canadiense y hoy australiana, que incluso ha presentado una demanda por no permitírsele la explotación minera en nuestro país.

En este contexto, así como hemos logrado llegar a la Casa Presidencial, así también podríamos salir “sin pena ni gloria” y esta es una de las facetas de esta modalidad de la vía electoral, que tiene su reversibilidad como característica fundamental, lo que mantiene en peligro permanente las conquistas realizadas. O sea se ha llegado al gobierno, pero no se ha logrado el poder. Las fuerzas políticas desalojadas y sus respectivas matrices sociales e ideológicas, se mantienen a la expectativa de regresar, están al acecho táctico y estratégico, en vela, esperando los momentos oportunos para golpear y derribar.

La oligarquía busca también la ruptura, y por cualquier medio, incluido el electoral, y por poco lo logran en el 2014. Fue en este sentido muy significativo como la oligarquía zarista rusa inspirada en el patriarca bíblico Job, esperó setenta años ¡setenta años! en Paris y en Londres la salida de los bolcheviques, la derrota del poder soviético. Y en Miami también la oligarquía esperó que terminara la guerra…y ojala que hoy sigan esperando.

El Salvador: socialismo electoral o socialismo real

EL SALVADOR: SOCIALISMO ELECTORAL O SOCIALISMO REAL

Desde la aparición en 1992, en tanto que partido político, hasta ahora el FMLN nunca había celebrado un congreso, o sea que han transcurrido 23 años sin que el principal órgano del centralismo democrático en la concepción leninista tuviera lugar. Medardo González, secretario general, acaba de anunciar que para octubre de este año tendrá lugar el primer congreso efemelenista. Stalin que repudiaba los congresos, logró huirle durante trece años, desde la gran purga de 1939 hasta 1952.

Lo que anuncia Medardo González trae ya los tantos bemoles que ha tenido el funcionamiento autocrático del FMLN, el diario La Página nos informa lo siguiente: “La comisión creada por el partido será la encargada de definir la metodología, temas, criterios de participación y tiempos de ejecución de las decisiones que se tomen, aunque estas deberán tener el aval de la Comisión Política, aclaró González”. O sea que el congreso efemelenista será un tamal bien amarradito, el partido, me refiero al conjunto de los militantes, podrán aportar a la reflexión común dentro de los límites de la democracia bajo la vigilancia de la Comisión Política.

El tema central del futuro congreso efemelenista podría ser hasta entusiasmante, el mismo diario nos dice que “el objetivo del cónclave partidario “es actualizar y determinar el rumbo del partido como sujeto revolucionario por la construcción del socialismo en las nuevas condiciones históricas que tiene nuestro país, además de reflexionar sobre los problemas estratégicos de la revolución en el actual periodo de la lucha en El Salvador”. Me veo obligado a citar fuentes periodísticas, pues en el sitio oficial del FMLN no aparece hasta hoy ningún comunicado oficial sobre el tema.

Durante años el FMLN repitió por la boca de sus dirigentes, que el socialismo no estaba a la orden del día, que ese era un sueño, una aspiración utópica, algo que no se puede contemplar a corto ni a mediano plazo. ¿Qué ha cambiado en la situación nacional para que el FMLN vuelva a considerar el socialismo como un objetivo?

Esta pregunta vale la pena plantearla, pues es la que nos dará la pauta para entender este nuevo viraje en el discurso efemelenista. Lo digo claramente que se trata de un nuevo viraje verbal, propagandístico del FMLN y no de un cambio de actitud frente a la realidad social y económica del país. El hecho de mayor significado en los últimos tiempos ha sido que electoralmente el FMLN se siente sofocado, la elección presidencial ya había mostrado en la segunda vuelta que el margen que lo separa de su principal rival era diminuto. Y en estas recién pasadas elecciones legislativas y locales, el partido en el poder ha salido trastrabillado, con el consuelo de haber ganado dos ciudades importantes como son la capital San Salvador y San Miguel, pero el primer caso se debe de nuevo a alguien que hizo todo lo posible para que no lo asimilaran a la dirección de su partido, rechinando ser realmente miembro del partido (con concejales de todo color). Pero tampoco ha sido una victoria apabullante como lo prometían los sondeos de opinión.

La dirección del FMLN se ha dado cuenta que a pesar de tener las riendas del Estado su capacidad de movilización se va deshilachando y que muchos de sus militantes se han venido dando cuenta que el viraje hacia la derecha de su partido se consuma en una política muy alejada de los intereses populares, en beneficio de la misma casta oligárquica que nos ha dominado siempre.

Muchos se dan cuenta que el enemigo hereditario, el sempiterno contrincante arenero es capaz incluso de acompañar las medidas programadas por su partido en el gobierno. Que se pueden dar agarrones en la cancha de gallos mediática, pero que en la trastienda de las decisiones reales no hay mucho que los separe. ARENA participa ya sea directamente con miembros de su dirección (COENA) en comisiones gubernamentales, ya sea a través de la participación directa de representantes de la oligarquía como en el caso de la Comisión de los Asocios.

La abstención electoral ha crecido, la anulación de votos, aunque marginal, ha conquistado terreno. El congreso va a depurar el discurso para dirigirse a los que no acuden a las urnas porque no se sienten representados. De nuevo darán brochazos a la fachada descascarillada del edificio ideológico del partido. El objetivo es reconquistar a los que se han desilusionado o a los que han perdido la fe y la esperanza. La tarea va a ser ardua, pues ARENA va a aprovechar para contraatacar y exigiendo que se determinen en sus intenciones “democráticas”, los van a acusar de mentir al presentarse como un partido normal, mientras que en realidad no han dejado de ser los revoltosos de siempre.

La derecha no ignora los objetivos del cambio de discurso que adoptará el FMLN. La derecha de nuevo va a desatar toda su artillería ideológica para obligar a su rival electoral a dar todas las garantías democráticas, de nuevo van a sacar los adjetivos de castro-comunismo, de chavismo, etc. Van a sacar de nuevo el arsenal de amenazas a nuestro modo de vida cristiano, a la familia. Se van a presentar como los paladines de la libertad, como los defensores de la niñez puesta en peligro de adoctrinamiento en las escuelas del Estado. En esta lucha la derecha va a tener refuerzos venidos de afuera. ¿El FMLN tiene los riñones para resistir? ¿Tiene la suficiente firmeza ideológica para defender el proyecto socialista para nuestro país? ¿Qué argumentos van a esgrimir en favor de este cambio de perspectiva?

Temo que el FMLN —que no tiene reales intenciones de construir un movimiento social para encaminar nuestro país hacia otro tipo de sociedad— le dé a la derecha toda la amplitud y todos los flancos para un ataque en regla a los fundamentos mismos para la construcción de una corriente socialista verdadera.

Las circunstancias obligan a todos los que alguna vez fueron partidarios de una nueva sociedad o siguen empeñados en promoverla, a no dejar, en esta contienda que se avecina, que el FMLN entierre aún más y definitivamente las posibilidades de emprender las batallas iniciales. Es hora de encarar a la derecha con un proyecto social claro que ofrezca alternativas a la situación desastrosa en que se encuentra nuestro país.

¿Si el tema es qué tipo de sociedad queremos para nuestro país le dejaremos a la cúpula del FMLN que decida sola?

Por una agenda estratégica de América Latina (1ra parte)

Por una agenda estratégica de América Latina (1ra parte)
mayo 27, 2015 Voces Comentar
Publicado en: Internacionales, Política

Monica Bruckmann* y Theotonio Dos Santos**

La Conferencia de Bandung celebrada en abril de 1955 significó uno de los momentos más importantes de afirmación de los países del Tercer Mundo y la emergencia del Movimiento de Países No Alineados. Esta reunión, en la que participaron 23 países asiáticos y 5 africanos, se sustentó en los principios de la lucha anti-colonial y antiimperialista, elaborando un amplio llamado de autodeterminación y desarrollo de los pueblos basado en la solidaridad, la cooperación económica y cultural y la paz mundial. El movimiento de los No Alineados colocó como núcleo principal el fin de la Guerra Fría, las luchas nacionales por la independencia, la erradicación de la pobreza y el desarrollo económico, a través de organizaciones regionales y políticas económicas de cooperación entre los países del Tercer Mundo.

El espíritu de Bandung permitió crear un amplio consenso entre los principales líderes y los pueblos de Asia, África y América Latina1 en relación a la afirmación de la paz y los principios de coexistencia pacífica, en un momento en que el mundo vivía una situación de extrema tensión, amenazas permanentes de guerra y la invasión y ocupación militar como instrumentos de dominación económica y política. Los cinco principios de coexistencia pacífica, elaborados por el primer Ministro chino Chou En-lai y ratificados por el Premier hindú Jawaharlal Neru en 1954, fueron declarados por la Conferencia de Bandung como parte de los principios generales que ligaban la libertad a la soberanía de los pueblos. Inspirada en ese espíritu, en enero de 1958 se realizó en El Cairo la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia y África y posteriormente se realizaría, en Cuba, la Primera Conferencia de Solidaridad Tricontinental.

Este legado histórico de las luchas del Tercer Mundo se revela de gran utilidad para una estrategia contemporánea de afirmación de un sistema multipolar sustentado en procesos civilizatorios que hoy impulsan una diversidad de países, de Estados nacionales, de movimientos sociales y de una pluralidad de culturas e identidades. Movimientos clandestinos bajo el fuego de poderosas potencias colonizadoras se convierten en victoriosos actores políticos que construyen nuevos Estados con creciente impacto económico, político y cultural en el sistema mundial.

Este es un cambio fundamental que desafía al pensamiento y a las fuerzas progresistas y obliga a romper con paradigmas y políticas volcadas principalmente hacia la denuncia, para asumir su responsabilidad histórica en la conducción de sus pueblos y de los procesos de transformación del mundo contemporáneo, desde donde emerge, inexorablemente, un nuevo orden mundial.

Desde los años ’50, estas naciones fueron blanco de acciones neocoloniales, pero tuvieron la capacidad de desestructurar paulatinamente estas ofensivas. Es así como el Movimiento de los No Alineados pudo construir instituciones exitosas, a pesar de la resistencia que estas enfrentaron, como la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y la Trilateral. La creación de la Asociación de Economistas del Tercer Mundo contribuyó a este proceso con elementos teóricos y conceptuales fundamentales.

En este contexto, se destaca particularmente el rol de China, que pudo construir una gigantesca economía superando el hambre y la miseria de su población, afirmándose como una potencia industrial exportadora y avanzando hacia la vanguardia científica y tecnológica del mundo. Otras naciones como India, Indonesia y Egipto desarrollan importantes procesos de afirmación nacional reforzando el espíritu de unidad de los pueblos inspirado en la declaración de Bandung.

Los importantes avances en los procesos de integración latinoamericana, que encuentran en Brasil un actor fundamental, aunque vacilante; la victoria sobre el apartheid en Sudáfrica2 y el avance que esto representa para la unidad africana; la recuperación del liderazgo ruso en la rearticulación del continente euroasiático en alianza con China y la creciente resistencia de los países del Medio Oriente ante la estrategia de dominación y militarización de EE.UU., configuran una nueva situación geopolítica mundial. Este conjunto de cambios destruye la hegemonía del Atlántico Norte en el sistema mundial, como lo veremos más adelante.

La emergencia de China, la decadencia del atlantismo y el nuevo orden mundial

Quien pretenda ver en la emergencia de China en la economía mundial apenas un fenómeno económico reciente estará dejando de lado la posibilidad de comprender un fenómeno socio-cultural mucho más complejo: la reelaboración de un proceso civilizatorio asiático que encuentra en la China contemporánea su centro más dinámico de desarrollo económico, científico y tecnológico, financiero y cultural, capaz de poner en tensión las enormes fuerzas creadoras de toda una región. La ruta de la seda se articula nuevamente para dinamizar el sistema mundial del siglo XXI y re-orientar la economía mundial en dirección al continente asiático, como sucedió desde el siglo IX hasta el siglo XVII.

El ciclo oceánico de la economía mundial iniciado con la expansión ibérica en el siglo XV, continuado por la hegemonía holandesa e inglesa y, posteriormente, norteamericana, parece estar abriendo paso al regreso del continente euroasiático, reestructurando, al mismo tiempo, las estrategias militares basadas en el poder naval en dirección a la recuperación del papel de las grandes superficies continentales. Esto explica el hecho de que las potencias hegemónicas de la economía mundial del siglo XXI estén apoyadas cada vez más en grandes economías continentales, con un papel creciente de los procesos de integración regionales.

Un análisis geopolítico razonablemente informado no puede perder de vista un fenómeno nuevo en la dinámica global: la importancia creciente de las economías del Sur en la definición de un nuevo orden económico internacional y en el establecimiento de nuevas formas de convivencia en el planeta. Esta tendencia no puede ser analizada apenas como un fenómeno económico sino como parte de un proceso de afirmación de los pueblos del Sur a partir de sus raíces civilizatorias que se convierten en instrumentos fundamentales de construcción identitaria para la elaboración de formas propias de desarrollo económico y social. La humanidad se rebela contra los intentos de hegemonismo imperial y las concepciones excluyentes del proceso civilizatorio. La riqueza de experiencias culturales que conforman la historia de la humanidad deberá ser uno de los principales instrumentos para la construcción de una civilización planetaria.

El pensamiento económico conservador no es capaz de comprender el impacto de una expansión económica permanente de cerca del 10% anual durante 30 años. Los analistas occidentales se cansaron de prever, año a año, el fracaso de China que, según ellos, estaría amenazada de peligrosos procesos inflacionarios. Sin embargo, el éxito del desarrollo chino proyecta inexorablemente este país hacia el centro de la economía mundial. Estos cambios fueron asumidos con modestia y moderación por el gobierno chino, causando espanto en un mundo capitalista dominado por el marketing y la improvisación. Sin embargo, el crecimiento cobra su precio.

Durante los últimos tres años, el PIB medido por el poder de compra paritario (PPP) consagra el liderazgo de China en la economía mundial. Asimismo, atrae hacia este nuevo centro a sus aliados más próximos. Según el Banco Mundial, las principales economías en el mundo, medidas por el poder de compra paritario, serán en 2015 las siguientes (en miles de millones de dólares): en primer lugar China (18.976); seguida de EE.UU. (18,125); India (7.997); Japón (4.843); Alemania (3.815); Rusia (3,458); Brasil (3.259); Indonesia (2.840); Reino Unido (2.641) y Francia (2.634) en décimo lugar3.

En este nuevo contexto, la actuación de China se hace más audaz: en el plano financiero, China abre la perspectiva del Banco de los BRICS, con un capital de 100 mil millones de dólares para inversiones y un capital similar destinado a fondos de contingencia. Al mismo tiempo, se crea el Banco Asiático que dispondrá de un volumen aún mayor de recursos y que ya abrió la posibilidad de socios occidentales, además de socios asiáticos. Este proceso tuvo un éxito inesperado al atraer 24 países, casi todos considerados como parte de la esfera de influencia estadounidense.

Poco eficaz fue la reacción de EE.UU. y sus intentos por impedir esta estampida hacia el Oriente.

Por otro lado, los países de Oriente Medio, que disponen de una alta liquidez a través de fondos soberanos, están solicitando su ingreso a esta nueva arquitectura financiera mundial. Además de los recursos ya mencionados, el gobierno chino viene realizando nuevas inversiones directas a través de sus empresas en varios países del mundo. Es el caso de los 50 acuerdos firmados entre China y Rusia y los recientes acuerdos con Brasil, que involucran un volumen de inversiones cercano a los 53 mil millones de dólares, a los que se suman alrededor de 10 mil millones de dólares de préstamo a la empresa brasileña Petrobras.

Este enorme volumen de recursos, producto del mayor excedente monetario del planeta (las reservas de China ascienden a cerca de 4.000 mil millones de dólares, es decir, 4 trillones en inglés). Ciertamente, esta estrategia financiera mundial que despliega el gobierno chino pone en jaque al FMI y al Banco Mundial, principales instrumentos de la hegemonía estadounidense desde la post Segunda Guerra Mundial.

A partir de los últimos años, el Partido Comunista Chino ha asumido una actuación más osada en la dinámica mundial. Hasta hace tres años, este país buscó reducir al mínimo su intervención en la política y la economía mundial. Sin embargo, algunos factores obligaron a una revisión de esta postura. En primer lugar, la pretensión de EE.UU., de su gobierno y de gran parte de su opinión pública de mantener el mismo nivel de intervención que tuvieron, o aspiraron tener, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Esto ha venido provocando situaciones políticas y económicas totalmente arbitrarias, con graves repercusiones a nivel mundial y un creciente proceso de militarización a nivel planetario.

En el plano económico, debemos destacar la diferencia entre un EE.UU. que sale de la Segunda Guerra Mundial con 47% del PIB global y 70% del oro disponible internacionalmente y el EE.UU. actual, que representa apenas el 15% del PIB mundial y que detenta una parte ínfima de las reservas internacionales de oro.

En tercer lugar, en la post guerra EE.UU. emerge rodeado por una Europa destruida, Asia gravemente afectada por guerras locales y revoluciones y luchas anticoloniales, junto a África también en pie de lucha contra la dominación colonial y América Latina dispuesta a buscar caminos propios. En estas circunstancias, la mayor potencia del mundo, necesitaba crear un enemigo mundial que le permitiera consolidar su influencia sobre la mayor parte del planeta. Es así que a partir de la Guerra Fría, EE.UU. entra en conflicto con su principal aliado contra el nazi-fascismo durante la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos se vio atraído por un proyecto de suceder a las potencias coloniales europeas frente al gran movimiento nacional democrático mundial, anticolonial y antiimperialista. Este proyecto fue parcialmente exitoso en el caso de la independencia de India y en la primera fase del gobierno del Kuomintang. Sin embargo, la política de Guerra Fría llevó, casi de inmediato, a la ruptura del frente nacional instituido en China, permitiendo que el Ejército Rojo asumiera el control de toda la China continental, mientras Chiang Kai-shek se refugiaba en la isla de Formosa con el apoyo de Estados Unidos.

Una vez más, EE.UU. rompe con un aliado de la Segunda Guerra y logra que la pequeña isla de Formosa represente a China como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. De esta manera, la Guerra Fría lleva a Asia y a las luchas anticoloniales hacia una fuerte radicalización que se expresa, sobre todo, en las guerras de Corea e Indochina, creando condiciones para la realización de la Conferencia de Bandung y el surgimiento del Movimiento de Países No Alineados.

Los BRICS y el fortalecimiento de las relaciones Sur-Sur

En recientes declaraciones, el director ejecutivo del Comité Nacional Ruso para los BRICS, Georgy Toloraya, afirmó que los BRICS conforman “una alianza de civilizaciones que nunca se convertirá en un bloque militar”, capaz de construir un “proyecto intelectual orientado a formular nuevas reglas de co-existencia global”[4]. Se trata, según el analista, de un bloque emergente que tiene como objetivo salvaguardar sus intereses comunes a partir de la cooperación y el principio de no-intervención en los asuntos internos de cada país.

Estas afirmaciones no constituyen una opinión aislada, sino un movimiento cada vez más amplio a nivel mundial que afirma la necesidad de una alianza estratégica entre los países del Sur para promover nuevas formas de convivencia planetaria, basadas en el respeto mutuo, la tolerancia como principio fundamental, la diversidad cultural y civilizatoria como posibilidad de enriquecimiento y no de exclusión y la cooperación Sur-Sur basada en el principio de los beneficios compartidos. Estamos viviendo un cambio profundo de paradigma: del “choque de civilizaciones” hacia un nuevo enfoque de “alianza de civilizaciones”.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2013 que lleva por título “El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso”, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sostiene que “el Sur ha surgido con una velocidad y una escala sin precedentes” dando lugar a una “mayor diversidad de opiniones en la escena mundial”, lo que presenta una oportunidad para desarrollar instituciones de gobierno que representen plenamente a todo el electorado y que podrían utilizar esta diversidad para hallar soluciones a los problemas del mundo. Según este enfoque, se trata de convertir la diversidad del Sur en un instrumento de solidaridad.

Ciertamente, esto representa un cuestionamiento radical a la visión eurocéntrica como forma de ver el mundo y de entender la dinámica global. La diversidad, entendida en su sentido más profundo como diversidad civilizatoria, nos coloca frente a la necesidad de construir un encuentro de civilizaciones como instrumento fundamental para desarrollar nuevas formas de coexistencia global.

La creciente densidad diplomática del Sur que marca el inicio del siglo XXI, coloca en la agenda económica y política asuntos de interés estratégico, como las inversiones compartidas en los sectores de infraestructura, energía y telecomunicaciones; la creación de nuevos mecanismos de cooperación entre los mercados de valores, en dirección al establecimiento de una plataforma unificada de comercio; la creación de instrumentos de financiamiento comunes, como el Banco de Desarrollo de los BRICS, con el objetivo de promover financiamiento para el desarrollo. Esto no es casual, los datos muestran que el mayor volumen de reservas monetarias a nivel mundial se encuentra en las economías emergentes. Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2013 del PNUD, para el año 2011, 70% de las reservas oficiales en divisa extranjera del mundo (US$ 10,18 millones de millones) estaba en las economías emergentes

Construir una visión estratégica del Sur, pautada por la solidaridad y la cooperación y orientada al desarrollo integral en beneficio de sus pueblos, es una de las tareas más importantes de este siglo.

*Monica Bruckmann es socióloga, profesora de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y directora de investigación de la Cátedra UNESCO sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable, REGGEN.

**Theotonio Dos Santos es sociólogo, presidente de la Cátedra UNESCO sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable, REGGEN, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

El primer año del gobierno Sánchez: intenciones ideológicas y realidades políticas

El primer año del gobierno Sánchez: intensiones ideológicas y realidades políticas RobertoPineda 27 de mayo de 2015

Cumplir un año de gobierno es una gran victoria popular y de la izquierda salvadoreña, ya que significa que la derecha oligárquica fracasó en su esfuerzo de volverlo inviable y paralizarlo. Se sobrevivió y se avanza y esto es lo fundamental. La derecha no logró su objetivo de someterá este segundo gobierno y sumirlo en una crisis incontrolable.

No obstante esto, el primer año de gobierno popular del presidente Sánchez exhibe ante los ojos del mundo el conflicto abierto entre las intensiones ideológicas y las realidades políticas, entre los límites impuestos por las estructuras históricas de dominación y el empuje de las fuerzas sociales y sus ansias transformadoras; la lucha no resuelta aún entre dos proyectos de sociedad que se encuentran en transición y en pugna, y más en pugna que en transición.

Este conflicto se manifiesta en varias direcciones de la gestión gubernamental, en particular lo social, económico, ambiental, seguridad, exterior, tributario, áreas que avanzan a ritmos diferentes, pero que se influyen las unas con las otras. Cada uno de estos esfuerzos acumula o desacumula a la legitimidad global del proyecto y el papel de sus conductores es clave, en particular la presidencia y sus ministros y ministras.

Este primer año transcurrió en el marco de una situación caracterizada por el enfrentamiento permanente a las campañas de la derecha orientadas a evitar la consolidación política de este segundo gobierno de la izquierda, en particular evitar su despegue económico, hundirlo en una crisis permanente, criticar sus programas sociales y resaltar el problema delincuencial. Esta crítica muchas veces fue facilitada por errores cometidos en la gestión gubernamental, como en el caso del SITRAMSS.

Asimismo, el estilo de gobierno del presidente Sánchez se caracterizó por disminuir el nivel de enfrentamiento entre gobierno y empresa privada, como eficaz medida táctica orientada a lograr niveles de gobernabilidad aceptables. Además fue positivo el manejo institucional de las múltiples crisis, derivadas de gobernar un país con un nivel muy bajo de crecimiento económico y un nivel muy alto de conflictividad social, que implica el manejo de políticas muy complejas como la vinculada al combate a la delincuencia.

En términos generales, como trascender la lógica del modelo neoliberal es el dilema inmediato a resolver por este gobierno. No del capitalismo, sino del modelo neoliberal del capitalismo actual. En este camino lo ideal sería avanzar tanto en la emancipación social (cambios estructurales) en la emancipación nacional (soberanía) y en la emancipación cultural (identidad descolonial) aunque los ritmos y hasta los sujetos son diferentes.

Estamos hablando en El Salvador de una transición pacífica, legal, constitucional, de medición permanente de fuerzas en el área electoral, y por lo tanto bajo la amenaza permanente de reversión de lo acumulado, en la medida que esté basado exclusivamente en el poder popular “desde arriba” y con un débil poder popular “desde abajo.”

El poder como forma de relación social se basa en la obediencia y el reconocimiento, es internalizado tanto por opresores como por oprimidos y se convierte en una conducta automática. Es la consagración de la relación siervo-amo de la dialéctica de Hegel. El poder formal esta en el gobierno, mientras que el poder real está en las fuerzas armadas, en el capital transnacional y oligárquico, en la jerarquía eclesiástica, en el poder mediático, y en el debilitado poder popular, sectores que no concurren a elecciones periódicas para validar su poder. Es un poder permanente, no transitorio, como el del sistema de partidos políticos. Hay que agregar que tanto ARENA como el FMLN representan los instrumentos políticos de dos proyectos históricos, el oligárquico y el popular, y son también fuerzas con poder real.

En esta disputa, todavía existe muy poca construcción de nueva institucionalidad y el abrumador peso del antiguo-actual aparato, pero esto está vinculado a la correlación de fuerzas políticas, y la necesaria alianza con la derecha no oligárquica (GANA) bloquea este proceso e influye a veces incluso en la conducta y el estilo de la principal fuerza revolucionaria y conductora del proceso, el FMLN.

En instituciones del estado de naturaleza estratégica como CEL, CEPA, ISSS, no hay coincidencia por lo general entre el poder popular “desde arriba” y el poder popular “desde abajo.”Y muchas veces lo que existe es conflicto. Los funcionarios del aparato de estado siguen siendo los mismos de la etapa de ARENA y son factor de bloqueo de las iniciativas de transformación social. En este marco la seguridad, lo social y lo económico son los principales terrenos en los que se desarrolla la lucha de clases, en los que se disputa la hegemonía política y cultural de la nación. Veamos estos tres aspectos.

La seguridad: solución popular o militar

El problema de la legitimidad del proyecto revolucionario iniciado por la vía electoral en 2009 está vinculado a su capacidad para responder a las exigencias populares de una vida más segura y próspera. Y avanzar en ambos terrenos es complejo y difícil, pero puede hacerse. La solución del problema de la violencia y la delincuencia está vinculada a la búsqueda de un consenso nacional así como la reorganización urgente del movimiento popular y social y no puede ni debe tener una salida militar. Debe tener una salida democrática y popular. En este marco es muy valiosa y un gran logro estratégico la creación de un Consejo Nacional de Seguridad, integrado hasta por ANEP. Se tuvieron que subir al barco aunque desean que este se hunda.

Pero por otra parte es preocupante la creación de los batallones especiales y la opción por la salida militar. Hay que evaluar la medida. Moverse en la solución militar significa consolidar el planteamiento del militarismo oligárquico como solución a la crisis política. Es adoptar las ideas del General Martínez y sus nuevos seguidores como modelo. Y hay que destacar que desde 1992 el poder mediático oligárquico ha colocado en el imaginario social a las fuerzas armadas como las principales cumplidoras de los Acuerdos de paz.

Lo social: clientelismo político o poder popular

La relación con los sectores populares es un terreno en disputa permanente. La derecha cuenta con su propia base social y desea ampliarla. La izquierda y su gobierno a la vez cuentan con un movimiento popular y social organizado aunque débil. El gobierno desarrolla programas sociales que le concitan apoyo popular.
Pero si estos programas desaparecen, desaparece el apoyo, no se basan en la conciencia política sino en la situación de precariedad existente.

Como convertir esos programas sociales en conquistas que deben defenderse y ampliarse es el desafío que tenemos como movimiento popular y social. En el desarrollo de esta tarea estaremos construyendo poder popular consciente, horizontal, democrático. Y esta tarea está vinculada a la emancipación histórica. Defender los programas de este gobierno popular es una tarea fundamental y debe hacerse a la par de impulsar la organización popular, que hoy tiene una expresión única, la CUSS.

Para la emancipación social es clave el desarrollo de la propiedad social, combinar la atención y el subsidio social (uniformes, zapatos, vaso de leche, transporte, salud)) con recuperar la propiedad social sobre los medios de producción estratégicos como la energía, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, etc. Pasar de la propiedad estatal a la propiedad pública, democratizar la economía, en particular la tierra.

Lo económico: continuidad o ruptura del modelo neoliberal

Parece ser que el núcleo duro de la propuesta económica del gobierno Sánchez se reduce a buscar el crecimiento y se deja para un segundo momento la transformación. Unámonos para crecer se proclama. Crecer para luego poder distribuir ¿No lo habíamos escuchado antes? Pero es que esta es una batalla en la que la derecha utilizara su poder económico para hundir este gobierno, para arrinconarlo y obligarle a que suspenda los programas sociales y se aísle. Por lo que cada decisión debe ser cuidadosamente calculada. Un paso en falso en este terreno y este gobierno se empantana.

Pero hay que registrar que no existe un discurso para no mencionar una práctica orientado a recuperar los recursos estratégicos del Estado ni mucho menos enfilado a modificar las relaciones sociales de producción. Probablemente haya temor que esto escandalizaría a la derecha y afectaría la gobernabilidad, pero por otra parte, esta ausencia de transformaciones estructurales disminuye la credibilidad del proyecto en amplios sectores populares y sociales, que lo ven reducido a administrar el modelo neoliberal. Y esto ya pasó factura electoral y la seguirá pasando. Hay mucha moderación y temor a ser y parecer “radical.”Parece ser este el modelo de la prudente tortuga que espera vencer a la astuta liebre.

De la misma forma, plantear la inversión extranjera como la solución al problema de la calidad de vida significa obviar que este modelo ya fracasó y fracasara de nuevo creando mayores niveles de desigualdad social y exclusión, esta vez en la zona costera del país. La solución inmediata para golpear para romper el neoliberalismo radica en una economía plural, en la que el Estado promueva entre otras modalidades, la del cooperativismo.

Es preocupante que no se observa ningún esfuerzo por recuperar el control de áreas estratégicas de la economía y si se presencia un afán de profundizar los niveles de presencia de las corporaciones transnacionales, como es el caos de la aprobación de la ley de asocio público-privado y el enfoque basado en Fomilenio II. Pero modificar la relación con el capital transnacional es una tarea pendiente para recuperar nuestra soberanía.

Finalmente debemos preguntarnos para seguir caminando el séptimo año en qué medida se ha modificado la articulación, acumulación de las fuerzas que disputan la hegemonía social y política y cultural de la nación, ¿hemos avanzado en la construcción del sujeto de las transformaciones emancipadoras? En el centro de este debate aparece de nuevo el problema del poder, y principalmente del poder popular, punto que trataremos en un próximo artículo.

La construcción de la transformación social en Sudamérica

La construcción de la transformación social en
Sudamérica
Debates y reflexiones
Paula Klachko*

  • Lic. en Sociología UBA. Dra. en Historia UNLP. Profesora del Programa

Latinoamericano de Educación a Distancia del Centro Cultural de la Cooperación

La autora propone reflexionar de manera general, intentando huir
de la estrecha coyuntura muy delicada en algunos casos, acerca
de la caracterización de los procesos de cambio revolucionarios o
progresistas, sus tiempos y condiciones, los proyectos de sociedad
que están en juego, en transición y en pugna, en las propias
construcciones y en los debates que se originan al calor de este
intenso momento en Nuestra América. Revisa diversos aspectos
centrales que se discuten en documentos estratégicos que guían
los procesos sociopolíticos, así como las voces de algunos de sus
dirigentes, indagando en las tensiones que se originan entre las
intenciones programáticas y teóricas y las realidades tan complejas
en las que intentan ser aplicadas, mediadas también por los
aprendizajes históricos de las experiencias reformistas y revolucionarias.

El objetivo es aportar al debate sin cerrarse en conclusiones
sino elaborar disparadores que puedan servir para reformular
y/o abrir nuevas preguntas.
Palabras clave: Socialismo Bolivariano – Revoluciones democráticas – Poder Popular – Propiedad comunitaria
Paula Klachko*

Construction of social transformation in South America
The author proposes thinking, in a general manner and trying to take
distance from the narrow circumstances -which are very delicate in
some cases-, about the characterization of the revolutionary or progressive
change processes, its times and conditions, the social projects
which are at stake, in transition or in dispute, in the very constructions
and in the debates which originate to the heat of this
intense moment in Our America. Central aspects are revised, aspects
which are discussed in some strategic documents which guide sociopolitical
processes as well as the voices of some of its leaders, looking
into the tensions which originate between programmatic and theoretical
intentions and the very complex realities in which it is
attempted to apply them, mediated as well by the historic lessons of
reformist and revolutionary experiences. The aim is to contribute to
the debate without finalizing in conclusions but elaborating triggers
which could serve to reformulate and/or open up new questions.
Keywords: Bolivarian Socialism – Democratic revolutions – Popular Power – Communitary property
Fecha de recepción: octubre de 2014
Fecha de aceptación: marzo de 2015
36 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015

Mapa político sudamericano

El mapa político sudamericano aparece hoy dividido en tres, con algunas
nebulosas: países moderados con proyectos nacionalistas, con
elementos antiimperialistas, de profundización democrática de las instituciones,
de las leyes y reconocimiento avanzado de derechos políticos,
culturales, de género y económicos, o, en otras palabras, de
ampliación de la ciudadanía aunque con importantes limitaciones y
algunos retrocesos. Distinto/as analistas los describen como reformismo
burgués (proyecto de país independiente y soberano con redistribución
de la riqueza dentro del capitalismo), o neodesarrollismos.

Por otra parte, proyectos que manifiestan intenciones de avanzar en
la senda del anticapitalismo ensayando caminos, con grandes avances
y retrocesos, con numerosos obstáculos internos y externos, pero
experimentando y debatiendo mejores caminos para la humanidad. La
importancia geopolítica de los primeros como colchón y sostén de los
segundos y de Cuba, queda plasmada frente al tercer y antagónico
grupo que expresa la derecha en los gobiernos y a la gran burguesía,
y las derechas que intentan rearmarse en las oposiciones y en el nivel
regional, que conforman la nueva ALCA: la Alianza del Pacífico.

En los dos primeros grupos de países, los gobiernos populares de distinto
signo emergieron como producto de la acumulación de fuerzas y
luchas de los pueblos durante el proceso de resistencia a los programas
y políticas de estado neoliberales de los ’90. Los gobiernos del giro
político latinoamericano de la primera década del nuevo milenio expresan
no solamente a esa fuerza social política (alianza de distintas fracciones
de distintas clases sociales) que se constituyó en ese ciclo de
las rebeliones populares1, sino también realizan sus metas que fundamentalmente
tuvieron un contenido democrático nacional y popular2.

Nuestra reflexión se centrará sobre los destacamentos más avanzados
que forman parte del segundo grupo de países mencionados, centralmente
Venezuela y Bolivia, desde una mirada que aborda problemáticas
generales y no las especificidades de cada experiencia en
particular, apuntando a generar nuevos debates y preguntas.
1 Klachko, Paula, 2007 “Las formas de organización emergentes del ciclo de la rebelión
popular de los ‘90 en la Argentina” Documento de Trabajo 66 publicado en
Documentos y Comunicaciones PIMSA 2007.
2 Iñigo Carrera, Nicolás y Cotarelo, María Celia, 2006 “Génesis y desarrollo de la insurrección
espontánea de diciembre de 2001 en Argentina”, en Caetano, Gerardo
(comp.) Sujetos sociales y nuevas formas de protesta en la historia reciente de
América latina (Buenos Aires: CLACSO).
Transformación social en Sudamérica 37

Venezuela se ha constituido como vanguardia en el giro político latinoamericano
de los 2000, en tanto el proceso político de reformas
comienza cuando asume la presidencia Hugo Chávez, hacia finales de
1998 (al menos 6 años antes de que en Bolivia asumiera el gobierno
popular y 7 antes que en Ecuador), y por la profundidad de los cambios
experimentados. En el año 1999 se sanciona la nueva Constitución
Bolivariana, en 2004 la Revolución Bolivariana proclama su carácter
antiimperialista y en 2006 se define como socialista. Para los análisis
que aquí emprendemos, nos hemos basado principalmente sobre los
documentos “Golpe de Timón” del comandante Chávez de 2012 y el
“Programa del Candidato de la Patria. Comandante Hugo Chávez” (que
se ha convertido en el “Plan de la Patria. Programa de Gobierno
Bolivariano 2013-2019”). Ambos abordan aquellos elementos que
deben transformarse en el movimiento orgánico de la sociedad venezolana
para la construcción del socialismo, y deja planteado cuáles pasos
deben realizarse para tornar irreversible el proceso.

De Bolivia hemos tomado varios de los discursos, entrevistas o publicaciones
del vicepresidente Álvaro García Linera, así como los documentos
“Manifiesto de la Isla del Sol. 10 mandatos para enfrentar al
capitalismo y construir la cultura de la vida”, de diciembre de 2012; y “13
pilares de la Bolivia digna y soberana. Agenda Patriótica del bicentenario
2025”.

De la mano de estos procesos retornan las mismas preguntas que se
reactualizan en cada oleada histórica de ascenso de las luchas populares.
Entre ellas la más abarcadora remite a si hay condiciones para
superar el capitalismo y profundizar el camino revolucionario o se debe
y puede reconstituir países independientes con desarrollo capitalista
inclusivo o redistributivo, un capitalismo renano, en el marco de una
fase en que el sistema a la vez que se ha trasnacionalizado completamente
ha entrado en su descomposición3, que no significa para nada su
inminente final.

3 El capitalismo, sistema que nos engloba y oprime planetariamente, se encuentra en su
fase de descomposición, no solamente porque el desarrollo de las fuerzas productivas
ha entrado en contradicción hace tiempo con las relaciones sociales de producción,
que de ser su palanca se convirtieron en su freno (en el sentido de la potencialidad
histórica que tienen de resolver los problemas de la humanidad y del planeta) o desarrollo
desquiciado, sino porque, como lo explica Nicolás Iñigo Carrera, en las últimas
décadas el capitalismo ha dado muestras de la incapacidad para garantizar la reproducción
de la vida de un volumen importante de la población, en condiciones consideradas
socialmente “normales”. De allí la caracterización del momento, más allá de
los intentos por frenar la tendencia y paliar sus efectos, como de descomposición capitalista.

La expansión del capitalismo es también su descomposición claramente manifiesta
en el crecimiento de una población sobrante para las necesidades del capital.
38 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
Ahora bien, para transitar la senda del anticapitalismo se necesita
avanzar sincrónicamente al menos en tres elementos fundamentales: 1.
en la construcción de ámbitos de poder popular; 2. en la superación de
las relaciones sociales de producción basadas sobre la propiedad privada
de los medios de producción; y 3. en la formación política y de conciencia
de las masas trabajadoras y populares. Tres aspectos dialécticamente
concatenados que se sustentan mutuamente.

La construcción de poder popular

En ambos casos nacionales que aquí tratamos se han logrado grados
de construcción de poder popular, de la mano de la entrada a la “lucha
desde arriba”4, al gobierno del estado y la disputa del poder, por parte
de esa fuerza social de protesta gestada contra las políticas de la oligarquía
financiera.

Debemos diferenciar la construcción de espacios de lucha y fuerza
social-política -tales como los que se desarrollaron en los ’90 y principios
de los 2000- de la construcción de poder popular, que tiene su fundamento
en el control de determinado territorio social, político, económico,
cultural y militar, y en la construcción de contrahegemonía.
Los grados de construcción de poder popular suponen grados de destrucción
del poder establecido cultural, económico, político y territorialmente.
Pero es un proceso y una relación de fuerzas, no de suma cero.

Es un movimiento dialéctico (no lineal) que implica constitución/dispersión,
construcción/destrucción, de fuerzas sociales (alianzas) que disputan
la conducción (y modelos) de la sociedad. La disputa por el poder
se manifiesta en el surgimiento de órganos y formas de poder revolucionario
en los niveles local y nacional, que coexisten en oposición con
el poder burgués. Y supone avances en su descomposición. Esos órganos
constituirían gérmenes o embriones de socialismo en estos territorios
en los que se libra la lucha de los pueblos “desde abajo” y “desde
arriba”.

Pero descomposición no es sinónimo de desaparición ni de caída: la descomposición
de una forma de organización social remite a la dificultad de su reproducción en las
relaciones que le son propias y puede durar siglos. En Iñigo Carrera, Nicolás 2010 “El
movimiento orgánico de la estructura de la sociedad argentina (1975-2007)”, en
López, Margarita; Figueroa, Carlos y Rajland, Beatriz (Editores) Temas y procesos de
la historia reciente de América latina, (Santiago de Chile: editorial ARCIS y Clacso). En
este texto se explica la descomposición capitalista tomando como caso a la Argentina.
4
Nos referimos al concepto de “lucha desde arriba” complementaria al de “lucha desde
abajo” que utilizó Lenin para el análisis de la revolución de 1905, en “Dos tácticas de
la social democracia en la revolución democrática”, Bs. As: Ed. Anteo, 1986.
Transformación social en Sudamérica 39

Sin profundizar en la demostración empírica al respecto, sólo mencionamos
la existencia y desarrollo en Venezuela de las gerencias comunitarias
de empresas de servicios públicos, los Consejos Comunales, la
Ley Orgánica de Comunas de base socialista, los Consejos Obreros en
varias de las fábricas y empresas nacionalizadas5. Por otra parte si bien
la estatización o nacionalización por sí sola no nos dicen nada sobre el
avance de la producción socialista y la modificación del trabajo alienado,
el avance del control del aparato del estado en manos del gobierno
popular queda plasmada en las propias estimaciones de la
Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), que representa
a los principales productores de Venezuela, acerca de que durante
los 13 años de gobierno de Chávez se expropiaron 1.440 empresas,
galpones y tierras6. En esa importante cantidad de expropiaciones se
encuentra una rica historia en cada caso, pero todas a su manera, directa
o indirectamente, son producto de la lucha aunque continúan presentando
graves dificultades. En el documento mencionado, “Golpe de
Timón”, Chávez criticaba con énfasis la falta de profundización y extensión
del poder popular. Es decir que ese proceso no llega todavía al
momento en el cual la cantidad se transforma en calidad, sino que aún
se encuentra en su fase de acumulación y transición.

Para García Linera la construcción de poder popular en el proceso boliviano
comienza desde lo que denomina, siguiendo a Gramsci, “empate
catastrófico” que se instalaría a partir de 2003, cuando los pueblos en
lucha logran presencia y disputa territorial de la autoridad política en
determinados territorios, el régimen de asambleas barriales, el régimen
de asambleas agrarias y comunitarias, en oposición al gobierno ocupado
por los cuadros políticos de la oligarquía financiera. Construcción
que se consolida con la entrada a la lucha desde arriba a partir de inicios
de 2006.

Propiedad privada o propiedad social.
Los caminos de la soberanía

Ahora bien, en Venezuela y en Bolivia los gobiernos han expresado, a
través de sus máximos representantes, que son conscientes de que
para trascender la lógica del capital es determinante el desarrollo de la
propiedad social sobre los factores y medios de producción básicos y
estratégicos7, o en otras palabras, que para pasar del posneoliberalismo
5 La necesidad estratégica de desarrollo y extensión de los gérmenes productivos socialistas
es expresada por el comandante en la idea de “punto y círculo”: un núcleo y su
onda expansiva.
6 Diario El Economista del 7 de marzo de 2013.
7 Chávez, Hugo, octubre 2012 “Golpe de timón” palabras en el I Consejo de Ministros
del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana.
40 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015

que se comienza a transitar hacia un tipo de poscapitalismo se debe ir
a la conversión de la propiedad estatal en propiedad pública y de la propiedad
comunal local en propiedad comunal universal; según García
Linera, en ese esquema está anidado el potencial comunista, el potencial
socialista, el potencial poscapitalista de lo que hoy se viene haciendo
en América latina8.

Pero ese tránsito o desarrollo no supone que están dadas las condiciones
en Nuestra América para acabar con las relaciones capitalistas
de producción y propiedad. Así se reconoce en la Agenda Patriótica
boliviana para 2025, aunque plantean un desarrollo “sin la dictadura del
mercado capitalista”. En concreto se proponen avanzar sobre ellas con
otras relaciones, democratizar la economía en sus diversos medios y
factores de producción, mediante una fórmula de economía mixta, se
promueve la construcción de una economía plural articulando a los sectores
público, privado, cooperativo, comunitario y mixto9, y se proponen
nacionalizar y estatizar todos los recursos naturales y estratégicos para
ese año.

Como expresaba el Comandante Hugo Chávez, en el importante documento
“Golpe de Timón”, los venezolanos no quieren permanecer en el
ámbito del capitalismo, y se proponen construir y cimentar las bases del
socialismo bolivariano del siglo XXI “para desmontar el inhumano,
depredador y belicista sistema de acumulación capitalista”.
El avance del control estatal (con el gobierno del estado en manos de
una fuerza social-política de carácter popular) mediante nacionalizaciones,
estatizaciones, ocupaciones de empresas10 y expropiaciones (o
reapropiaciones) de recursos naturales y estratégicos en general, de
empresas de servicios públicos, así como la creación de nuevas empresas
estatales, constituyen la base material para la constitución de grados
de soberanía y autodeterminación que se van logrando.
Por otra parte, las conquistas populares en materia de derechos se
plasman en las nuevas constituciones, sobre todo de Bolivia y Ecuador
pero también en Venezuela, en las que se ha adoptado la concepción
del “Sumak Kawsay”. En ellas se legitima y legaliza el reconocimiento
8 García Linera, UPMPM, 2012.
9 13 pilares de la Bolivia digna y soberana. Agenda Patriótica del bicentenario 2025. P.
12. http://comunicacion.presidencia.gob.bo/docprensa/pdf/20130123-11-36-55.pdf, p.
16.
10 Respecto de la recuperación de empresas privadas por parte de los trabajadores en
Bolivia, al igual que en la Argentina, Uruguay y otros países, si bien no hay un impulso
especifico, contundente y declarado por parte de los gobiernos hacia las ocupaciones
(como sí lo hizo Chávez en Venezuela), hay un apoyo gubernamental concreto
una vez que los trabajadores avanzan en esa dirección.
Transformación social en Sudamérica 41

de la perspectiva de género, la recuperación del papel de la mujer en la
historia, de la historia de los de abajo, de las clases subordinadas y sus
luchas, así como el reconocimiento de los pueblos originarios en todos
sus derechos, y de los trabajadores y el pueblo en general y la incorporación
de nuestra madre tierra, nuestro planeta como sujeto de derecho.
Sin embargo dichos avances no exceden aún el marco capitalista.

Estas experiencias que plantean importantes reformas y que, aún
situadas dentro del capitalismo, se proponen construir la transición al
socialismo, adquieren características de una transición pacífica, gradual,
democrática, institucional, a través de elecciones, lo cual, junto
con las concretas correlaciones de fuerza en cada situación, dificultan
la inmediata y masiva expropiación tal como se ha dado en otros procesos
revolucionarios en la historia. Pero si bien no se atenta con la propiedad
privada en su conjunto, el avance en el control de los recursos
estratégicos y la construcción de ámbitos de poder popular, constituyen
pasos en dicha transición que sitúan a las naciones en mejores condiciones
y preparan mejor el terreno para salir del capitalismo. Lo que,
como ya reconocían los y las revolucionarias del pasado, sólo puede
darse trascendiendo las fronteras nacionales y atacando a los núcleos
del poder capitalista.

Cada uno de los aspectos que podamos analizar en relación con los
pasos concretos en dirección al socialismo estarán teñidos del omnipresente
problema siempre evocado de la real imposibilidad de construir
el “socialismo en un solo país”, es decir, la imposibilidad de construir
relaciones realmente libertarias bajo el acecho cultural, económico,
político y militar del capital.

Lo que cuenta, en todo caso, es cómo llegar mejor preparados a esa
batalla decisiva, teniendo en cuenta que el capitalismo como sistema
global se encuentra en su fase de descomposición en sentido histórico
y de largo plazo, y que la supervivencia de la humanidad depende de
que de esa descomposición pueda emerger el socialismo y no la barbarie.
En ese sentido ¿cómo se caracterizan estas experiencias?

¿Capitalismo de estado o socialismo de estado?

Varios autores de la academia y referentes de algunos movimientos
sociales o corrientes políticas de izquierda (algunas de las cuales están
incluso alineadas a los gobiernos) no consideran que esté en juego la
construcción del socialismo en ninguno de estos países. Es el caso, por
ejemplo, de Raúl Prada Alcoreza y Guillermo Almeyra respecto de
Bolivia, para quienes la tendencia al capitalismo de estado es lo que
42 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
prima. En palabras de este último, lo que habría en Bolivia no es
un socialismo comunitario sino un régimen burgués sin burguesía que
lo respalde11. Un capitalismo de Estado, neodesarrollista y extractivista.

Álvaro García Linera en reiteradas ocasiones ha negado el carácter de
la transición boliviana como de capitalismo de estado, en tanto los excedentes
se utilizan para necesidades sociales, y por ello constituirían
valores de uso. Se trataría de centralizar los recursos provenientes de
las nacionalizaciones y de las empresas del Estado y de crear una base
industrial en el campo de los hidrocarburos, la minería, la agricultura y
la electricidad, de manera de generar una riqueza sostenida y de utilizar
los recursos del país para mejorar la calidad de vida de los trabajadores,
tanto en la ciudad como en el campo.

Aunque ello no atente contra todas las relaciones sociales de producción
basadas sobre la propiedad privada de los medios de producción y
la explotación del trabajo humano, constituye un paso en ese sentido,
ya que, como cita Marta Harnecker que señala Lenin, “el socialismo ‘no
es más que el monopolio capitalista de estado puesto al servicio de todo
el pueblo’ y por ello deja de ser monopolio capitalista”12.

El estado, continúa el vicepresidente boliviano, no se comporta como
un “capitalista colectivo” propio del capitalismo de estado, sino como un
redistribuidor de riquezas colectivas entre las clases trabajadoras y en
un potenciador de las capacidades materiales, técnicas y asociativas de
los modos de producción campesinos, comunitarios y artesanales urbanos.
“En esta expansión de lo comunitario agrario y urbano, depositamos
nuestra esperanza de transitar por el poscapitalismo, sabiendo que
también esa es una obra universal y no de un solo país” afirma García
Linera. Se podrían caracterizar, entonces, como procesos de transición
con socialismo de estado.

En estas transiciones se observan grados de avance en la cantidad
en relación con el pasado inmediato del cual venimos pero todavía no
se transforman en calidad que pueda teñir al conjunto de la sociedad del
predominio concreto de otras relaciones sociales alternativas al capitalismo.
11 Véanse por ejemplo varios artículos de estos autores en www.rebelión.org y en particular
Almeyra, Guillermo 13-02-2012 “Gobierno, Estado, movimientos sociales y poder
dual en Bolivia” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144598
12 Lenin, “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla” (10-14 sept. 1917), citado
en Harnecker, Marta “Cómo vio Lenin el socialismo en la URSS”, 6 de noviembre de
2000, http://www.rebelion.org/hemeroteca/harnecker/harnecker_lenin051100.htm
Transformación social en Sudamérica 43

Los modelos productivos

Esto lleva a la discusión en torno de los modelos productivos que Atilio
Borón ha resumido como el debate entre “pachamamismo vs. extractivismo”
13. Borón define al pachamamismo como una política radical de
conservación de la naturaleza, de su práctica intangibilidad, y como el
resurgimiento nostálgico de las potencialidades de una economía familiar/
campesina como opción ante las injusticias y depredaciones causadas
por el agronegocio. Sin embargo, plantea, este camino conduce a
nuestros países al fracaso y a un callejón sin salida frente a la presión
del crecimiento demográfico. La soberanía alimentaria en lo inmediato
no presenta otra alternativa que utilizar las más eficientes y productivas
tecnologías agrícolas que hoy están en manos de las transnacionales.

Incluso algunos directamente proponen la “desmaterialización” de la
economía y el “no desarrollo”, pero parecen no advertir los niveles de
hambre, desnutrición, enfermedades curables, analfabetismo, precariedad
habitacional, entre otros males que nos aquejan. Se pregunta
Borón ¿es compatible el “buen vivir” con la escasez y la privación?
¿tiene sentido construir un modelo sustentable ecológicamente pero
que congele las asimetrías internacionales creadas por el imperialismo
que condenan a las masas latinoamericanas a años luz de los niveles
de vida de los países que se beneficiaron por siglos de despojo colonial?

Luego afirma que el pachamamismo es inviable y el extractivismo
es insoslayable en el corto plazo, aunque es imprescindible neutralizar
sus desastrosos impactos mediante un fuerte control y fiscalización, al
tiempo que aplicar una adecuada política tributaria para captar una
parte creciente de esa renta, como medidas transitorias en la construcción
de una sociedad alternativa.

Justamente, una cosa es cuestionar el devenir destructor, depredador
y deformante del desarrollo capitalista, aún más en su fase de descomposición
-cualquier organismo puede seguir desarrollándose aún cuando
se está pudriendo-, y otra es el necesario desarrollo orientado a
mejorar la vida de los pueblos y revertir el arrasamiento capitalista, subsanar
sus horrores, sobre todo en los territorios dependientes y excolonias,
que pueden y deben continuar con la organización productiva
vigente durante un tiempo para no sumir en el desabastecimiento y el
hambre a los pueblos que protagonizan los cambios. Desabasteci-
13 Borón, Atilio, 2012 cap. 6: “Los bienes comunes en América latina: el debate ‘pachamamismo
vs. extractivismo’” y cap. 7: “El ‘buen vivir’ (sumak kawsay) y los dilemas de
los gobiernos de izquierda en América Latina”, en América latina en la geopolítica del
imperialismo (Bs. As.: Luxemburg).
44 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
miento que, por otra parte, el poder concentrado del capital ya pone en
práctica.

En cambio, desde los gobiernos populares se proponen conservar el
medioambiente pero también socializar los derechos del acceso al agua
potable, electricidad, sistema de transporte, de salud, escuelas y tecnologías
de comunicación e información. “¿Por qué se nos tiene que
prohibir eso?” se pregunta el vicepresidente boliviano, y continúa: “se
quiere congelar a los bolivianos como núcleos de comunidades protectoras
del medioambiente empobrecidas”. Plantea que es necesario un
tipo de producción que ya no se sustente sobre el extractivismo de las
materias primas, pero que para ello se necesita un período de transición
de unos años para abastecerse de esa capacidad productiva: “nos quieren
pedir a nosotros en seis años lo que el capitalismo no ha sido capaz
de construir en 500”. Afirma que esta creencia de que el buen vivir
tendría que significar el congelamiento y suspensión del desarrollo, es
una interpretación falsa, ingenua, romántica y encubridora de terribles
relaciones de dominación14.

La idea fundamental del concepto de vivir bien, explica G. Linera, es
que incorpora a las ideas clásicas de igualdad y justicia de los comunistas,
la noción de convivencia y preservación de la naturaleza, ya presente
en Marx, de humanizar a la naturaleza y naturalizar al ser humano.
No niega, sino que rescata la herencia de los pueblos indígenas, su
manera de entender el cosmos, la vida y la comunidad, pero sin negar
tampoco la necesidad de mejorar las condiciones de vida y adoptar tecnologías
necesarias para satisfacer básicas y nuevas necesidades, formas
de desarrollo y de producción de riqueza que hay que conquistar
para lograr ese vivir bien. Ello obliga a diseñar fuerzas productivas no
destructivas, aunque sólo puede cabalmente realizarse en escala planetaria.

Afirma Borón que, así como el “socialismo en un solo país” tenía un
carácter intrínsecamente contradictorio que lo condenaba al fracaso,
¿podrían países mucho más débiles como Bolivia y Ecuador por sí mismos
tener éxito en sus proyectos de refundación civilizatoria en un corto
período de años y en un ambiente tan desfavorable como el signado por
la agresiva decadencia del poder imperial? Es obvio que pueden darse
importantes pasos en lo inmediato, pero la cuestión es “calcular con
esperanzado realismo y sin abandonar para nada los ideales cuánto es
lo que se puede avanzar en la correlación de fuerzas que define los
marcos de lo posible para gobiernos como el de Bolivia y Ecuador”.
Aclara el autor que es imprescindible no confundir el realismo para dar
14 Entrevista a G. Linera realizada por Atilio Borón en 2011. Video disponible en el blog
http://www.atilioboron.com.ar/
Transformación social en Sudamérica 45
pasos firmes, con el posibilismo (derrotismo y resignación) y el utopismo.

Por otra parte, en el “Manifiesto de la Isla del Sol”, al igual que en
numerosas intervenciones de los dirigentes de los procesos revolucionarios,
se ha advertido que el discurso del pachamamismo puede
esconder al “capitalismo verde”. Incluso, agrega el vicepresidente boliviano,
las visiones radicalizadas de medioambientalistas en Bolivia que
pueden conducir a una parálisis económica, muestran un sesgo restaurador
y conservador, cómplice de las relaciones de dominación, es decir,
funcional a las fuerzas conservadoras que quieren que estos gobiernos
progresistas se estanquen, no generen riqueza, con lo cual se produzca
un malestar social como caldo de cultivo para el regreso de la derecha,
que, una vez en el gobierno, no tendrán problema para arrasar con
la naturaleza a su modo y a su servicio. Como cita el venezolano Javier
Biardeau del joven Marx, con una base técnica débil “sólo se socializa
la necesidad, y la penuria provocará necesariamente competencias por
los artículos necesarios que harán que se regrese al antiguo caos”15.

En la tensión entre la preservación de la naturaleza y las necesidades
humanas, no hay superación sino equilibrio, que debe constituirse
mediante mecanismos que aseguren la reproducción de la naturaleza,
recuperando viejas tradiciones e implementando nuevos conocimientos
científicos, señala García Linera y agrega que, ciertamente, en el extractivismo
se condensa toda una distribución territorial colonial de la división
del trabajo mundial.

De esta manera, el rol que el capitalismo como sistema de explotación
global le otorgó a la periferia creando las economías dependientes y, por
lo tanto, insuficientes para un desarrollo autónomo -en complicidad con
las elites locales que se enriquecían- constituye la realidad de la cual se
debe partir para generar los cambios en el patrón productivo que, a su
vez, generen las condiciones necesarias para salir del cuello de botella
en que nos entrampa esa dependencia. Dependencia que presenta
variados aspectos, entre ellos el tecnológico. Su ruptura depende del
grado de complementariedad que se logre constituir entre las economías
nuestroamericanas sobre proyectos alternativos de sociedades
y su integración. No puede salirse de la extracción de recursos en lo
inmediato como palanca de generación de riqueza, ni se puede salir del
trabajo alienado con hambre y miseria del pueblo, que implican alienación
física directa. No hay socialismo con hambre.
15 Biardeau, Javier 19/06/2013 “Avanzar en programas de investigación-acción sobre los
problemas de la transición al socialismo en Venezuela ¿Socialismo en un solo país?”
en http://www.aporrea.org/ideologia/a168394.html.
46 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015

En Ecuador el “Plan Nacional para el Buen Vivir” propone una transición
desde una economía primario exportadora a otra basada sobre la
producción de servicios ecoturísticos y bioconocimiento “que se mide en
décadas”. Con lo cual habrá un período más o menos prolongado de
coexistencia de la vieja organización económica (que sustenta los recursos
de que dispone el Estado para su propio sostenimiento, y para financiar
el costoso y complicado proceso de transición hacia una nueva economía
y una nueva sociabilidad, congruente con las estipulaciones del
sumak kawsay) con el nuevo ordenamiento económico “posextractivista”
16.

Constituye el tema urgente de los gobiernos conducir los equilibrios
entre la necesidad de desarrollo y los cambios económicos, políticos y
sociales necesarios para la democratización y transformación social con
el imprescindible respeto y resguardo de nuestra casa, nuestro planeta.

La inversión extranjera

En el centro del debate sobre el modelo productivo y los caminos del
desarrollo se encuentra la cuestión de la inversión extranjera. Muchos
critican algunas medidas de estos gobiernos para incentivarla. Sin
embargo, hemos visto, ello es necesario para continuar o poner en marcha
ramas productivas con altos niveles tecnológicos y con histórica
dependencia. Y es necesario si se admite que hay que estar a la altura
del desarrollo de las fuerzas productivas en el nivel mundial. Al menos
intentarlo o generar productos para el intercambio, porque no se puede
volver para atrás la rueda de la historia y del desarrollo de los medios
de producción y de las fuerzas productivas. ¿Los pueblos quieren vivir
sin computadoras ni celulares? Para lo que se necesitan satélites. ¿O
sin autos o transporte público de calidad? para lo que se necesita explorar
e invertir en energía. Lo que no significa continuar con el desquicio
de producir e intentar vendernos un celular nuevo cada año con un
botoncito nuevo que no responde a ninguna nueva necesidad o que
haya más autos que individuos o kilómetros de carreteras en las ciudades.

El conocimiento científico y saber tecnológico es patrimonio de la
humanidad, su resultado es acumulación histórica de la humanidad en
sus 5 continentes. De sus luchas, contradicciones y treguas. De la competencia
interburguesa, sí. Pero de los/as millones de trabajadores/as
que han encarnado esos esfuerzos productivos. En ese sentido, no
podemos recluirnos en saberes ancestrales. Sobre el respeto a esos
saberes, debemos incorporar el conocimiento y tecnología y disputarlos
16 Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013, Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo, Ecuador.
Transformación social en Sudamérica 47

desde su construcción para el bienestar de los pueblos y no de la tasa
de ganancia como hasta ahora17. Pero siendo realistas, aunque muchos
desestimen eso. Los que hoy detentan esos saberes científicos y tecnológicos
y poseen los recursos de todo tipo para implementarlos, son
grandes empresas con apoyo de sus Estados nacionales, el entramado
complejo de los protagonistas monopólicos del imperio. Sin embargo,
sobre la base de sus propias contradicciones, competencias y necesidades
de permanente adquisición de ganancias pueden ser utilizadas
para nuestros proyectos, siempre y cuando el gobierno al mando de las
fuerzas populares retenga el control estratégico sobre el proceso productivo
en todas sus fases. En Cuba han reconocido esa necesidad
hace tiempo y se han volcado a la constitución de empresas mixtas en
las que el estado retiene el 51% de la propiedad y con ello se asegura
el control, aunque dicha iniciativa, paradójicamente, es muy reducida
debido al bloqueo que impide la entrada de capitales por parte del imperio.
Justamente la debilidad cubana no es política, sino el bajo desarrollo
de sus fuerzas productivas sumado al y profundizado por el bloqueo.

Ello ha generado la necesidad de dejar entrar y hacer reformas capitalistas
que traen divisas al país, porque esa dependencia tecnológica,
que al igual que en los otros casos, es el histórico cuello de botella de
los intentos de desarrollo nacional independiente que hemos ensayado
a lo largo de la poscolonialidad, es el gran obstáculo.

En Venezuela se implementó algo similar en las empresas petrolíferas
de la Faja del Orinoco con la creación de empresas mixtas con una participación
pública mínima del 60%. En Bolivia la cuestión es reconocida
y planteada como una meta de la “Agenda Patriótica” para el 2025. Para
ese entonces, se afirma que se contará “con mayor inversión extranjera
en el marco del fortalecimiento de su economía plural, habiendo
logrado que los inversores extranjeros sean socios y no patrones, respetando
nuestra soberanía, nuestra madre tierra e invirtiendo las
ganancias en nuestro territorio para fortalecer el vivir bien”18.
17 El documento Agenda Patriótica revela otro aspecto interesante del proceso boliviano
que es la incorporación y fusión de saberes ancestrales ligados a lo natural y orgánico
en combinación con nuevas tecnologías. Esta recuperación e incorporación de lo
natural, orgánico y espiritual no es menor ya que la moda posmoderna “new age” lo
tomó y levantó pero despojándolo de su contenido político y social, como una posibilidad
elitista de mejorar la calidad de vida, solo para unos pocos. Si bien no podemos
comprobar el grado de real aplicación de estas intenciones, ya constituye un avance
su reconocimiento oficial.
18 13 pilares de la Bolivia digna y soberana. Agenda Patriótica del bicentenario 2025. P.
12. http://comunicacion.presidencia.gob.bo/docprensa/pdf/20130123-11-36-55.pdf
48 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
Sumak kawsay, “Buen vivir”
Transformación social en Sudamérica 49

El estado y las formas polí ti c a s

Estos procesos que se autoconciben como una transición, conllevan
de esta manera una creciente presencia y fortalecimiento del Estado, lo
cual nos lleva a reflexionar acerca del sistema político que ha adoptado
una envoltura que no es la que se planteaban los teóricos clásicos
del socialismo y los líderes revolucionarios de las experiencias pasadas,
la dictadura democrática del proletariado, sino que adoptan la
envoltura de la democracia liberal (burguesa) y sus formas político-institucionales.

Éstas se constituyeron como un potencial que les permitió
acceder al gobierno del Estado basándose sobre la legitimidad de esas
formas en la base social de las distintas fuerzas, imponiendo la derrota
a la fuerza social-política enemiga con su aceptación a las reglas del
juego, y en ese sentido posibilitó la construcción de una hegemonía
nacional. Pero también se constituye en su potencial trampa, dado que
la permisividad que debe darse a la libre expresión del ataque permanente
cultural, ideológico, mediático, consumista, económico y, también
por momentos, militar genera permanentes frentes de batallas que en
ocasiones pone a la defensiva estos procesos, estancando o trabando
la posibilidad del desarrollo y profundización de los aspectos centrales
que mencionamos más arriba.

Así como las fuerzas populares accedieron a los gobiernos de los
Estados a través de elecciones, la inmediatez del escenario político
cambiante y permeable a las estocadas finamente elaboradas desde
las usinas del poder que tiene su centro en el norte del continente, nos
convierte en presa de la coyuntura. Es decir, del orden que, según
Gramsci, se constituye como el de los intereses mezquinos. Así como
se ganan elecciones se pueden perder si el golpe de efecto que genera
la derecha llega a ser eficaz, para lo que cuentan con demasiados
medios. Se generaría una interrupción de estos procesos políticos
luego de los cuales no vendría la izquierda sino las fuerzas sociales que
fueron desalojadas por estos mismos procesos. No es el caso actual
(octubre 2014) de Bolivia que cuenta con una estabilidad política y
económica que no se observa en Venezuela mucho más acechada por
una guerra económica y cierta dificultad de redespegue y necesaria
refundación del poder revolucionario a partir de la muerte del gran conductor.

De esta manera, estas relaciones estatales (en permanente pugna
con las viejas también presentes) genera mayor democratización de
todos los aspectos de la vida social, política y económica, es más permisivo,
incluso democratiza, en ocasiones, formas delictivas y corruptas
al ser un estado menos represivo, que arrastra espacios, cuadros
políticos y trabajadores viciados del viejo estilo que no logran ser reem50
realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
plazados en su totalidad por nuevos cuadros políticos revolucionarios
dado el tiempo que requiere su formación y la alta cantidad de ellos que
se necesita. Esto constituye una debilidad que algunxs críticxs de adentro
y de fuera hacen notar, por ejemplo, en Venezuela.
Algunos/as también cuestionan la centralidad que toma el Estado en
estas experiencias de transformación social, en aparente contradicción
con lo que debería ser la profundización de los procesos autonómicos o
de poder popular paralelos. Las más radicalizadas de estas críticas nos
remiten a una reminiscencia autonomista de los discursos de contrapoder
y antipoder que tienen su auge en 2001/2002, que pierden lugar
frente al ascenso de gobiernos populares19, en tanto se tornan idealistas
en relación con la medición de fuerzas para una posible sustitución del
Estado nacional en medio de la disputa principal contra el imperialismo
y sus socios locales. Como si pudiera librarse una guerra -por más solapada
que se encuentre- sin un estado mayor conjunto, en este caso,
centrado sobre el gobierno del Estado. O como si pudieran construirse
nichos de libertad en medio de la guerra capitalista.

“El Estado afirma el Comandante Chávez debe ser diseñado de
manera que la administración de(l) ingreso nacional sirva a los objetivos
de apalancamiento de la nueva sociedad. Para garantizar una política
nacional, popular y revolucionaria, entonces, debemos poner la renta
petrolera al servicio del pueblo”. Al tiempo que se deben establecer
mecanismos para ejercer la nueva institucionalidad revolucionaria que
garantice la participación de los pequeños y medianos productores en
las decisiones en materia agropecuaria, a través de los consejos campesinos
y las redes de productores y productoras libres y asociados.

Encontramos importantes similitudes con el planteo estratégico de G.
Linera para Bolivia, donde se han planteado encontrar una vía democrática
a la construcción de un socialismo de raíces indígenas, lo que llaman
“socialismo comunitario”, en el que el rol del gobierno popular sería
el de apuntalar, fomentar, respaldar, empujar ello, pero la obra del socialismo
comunitario tendrá que ser de las propias comunidades urbanas
y rurales que asumen el control de la riqueza, de su producción y de su
consumo20. Aunque, nuevamente apelando al evocado problema, agre-
19 Este debate fue dado ampliamente por Borón contra las posiciones de Hardt y Negri,
a quienes rebatió, no solo la existencia e importancia estratégica del estado nación
para los capitales más concentrados y transnacionalizados, que los autores negaban
en una evaporación conceptual, sino la de la importancia estratégica de tomar el poder
del estado y su fortaleza para las luchas de los pueblos. Véase Borón, A. 2004, Imperio
& Imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri (Buenos Aires:
CLACSO). Y Hardt, Michael y Negri, Antonio, 2000, Imperio (Bs. As.: Paidós).
20 Discurso de Alvaro García Linera en Facultad de Derecho de la Universidad de
Buenos Aires, 2010.
Transformación social en Sudamérica 51

ga que cualquier alternativa poscapitalista es imposible en el nivel local,
sino que tiene que ser una obra común, continental y planetaria.
Se trata, entonces, en Venezuela, de impulsar y consolidar una economía
productiva, redistributiva, posrentista, poscapitalista sobre la
base de un amplio sustento público, social y colectivo de la propiedad
sobre los medios de producción. Y en esta aparente tensión entre la
necesidad de la planificación y conducción estatal -para hacer que funcione
con continuidad ese núcleo central de la economía que es la producción
hidrocarburífera- con la democratización creciente de ese y
todos los ámbitos económicos y políticos, en los documentos se establece
la necesidad de sincronizar la planificación centralizada con la
socializada. Una dialéctica conscientemente impulsada para construir el
socialismo y que empalma con el objetivo de diferenciarse de algunas
experiencias socialistas del siglo XX, generando amplios espacios de
participación democrática socialista. En este sentido, Chávez adopta el
principio zapatista, al igual que Evo Morales, del “mandar obedeciendo”
como concepción del poder para el nuevo estado socialista, como una
construcción colectiva.

García Linera, afirma21 que las formas organizativas comunales, agrarias,
sindicales del movimiento indígena contemporáneo, con sus formas
de deliberación asambleística, de rotación tradicional de cargos, en
algunos casos, de control común de medios de producción, son hoy los
centros de decisión de la política y buena parte de la economía en
Bolivia. “Hoy, para influir en los presupuestos del Estado, para saber la
agenda gubernamental no sirve de nada codearse con altos funcionarios
del Fondo Monetario, del BID, de las embajadas de EUA o europeas.
Hoy los circuitos del poder estatal pasan por los debates y decisiones
de las asambleas indígenas, obreras y barriales”. Lo que considera
como “la mayor revolución social e igualitaria acontecida en Bolivia
desde su fundación. ‘Indios en el poder’, es la frase seca y despectiva
con la que las señoriales clases dominantes desplazadas anuncian la
hecatombe de estos 6 años”.

Estas transformaciones, sin duda, generaron grados de institucionalización
de la conflictividad social, de las luchas y de los movimientos
sociales, proceso lógico ante gobiernos que abren las puertas del aparato
estatal a esos movimientos y dan respuesta a numerosas demandas.
Lo que genera un reflujo en las dinámicas de luchas en relación
con la etapa anterior en que se oponían en su diversidad a los gobiernos
de la oligarquía financiera y sus políticas.
Además de los cauces y mecanismos legales y concretos que se da la
21 En una entrevista en el periódico La Jornada en febrero de 2012.
52 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
institucionalidad revolucionaria en Bolivia para canalizar las decisiones
comunitarias y plasmarlas en políticas de estado, y no reservarlas a
mero rol testimonial, hay hechos políticos trascendentes en la historia
reciente de nuestros países -antes sumisos a las ordenes de los funcionarios
de los centros de poder imperialistas- que ponen en evidencia la
escucha al pueblo, no sin presiones y luchas por parte de esas bases
populares, como fue el caso de las movilizaciones populares contra el
“gasolinazo” en diciembre de 2010, frente a las cuales el gobierno responde
de forma opuesta a los gobiernos neoliberales -cuya respuesta
era la represión y muerte-, dando marcha atrás con la política del
aumento del precio del combustible. O la detención del proyecto de
construcción de la carretera que pasaría por el Terriorio Indígena y
Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS).

Al igual que los otros aspectos, la necesaria construcción de un Estado
nuevo en medio del acecho capitalista y bajo las formas institucionales
adoptadas, aparece bastante dificultoso en una sola realidad nacional.
Algunos intelectuales bolivarianos y autocríticos consideran que en
Venezuela se ha producido cierto “sustitucionismo”22, que remite a la
obstinada persistencia del estado burocrático burgués corrupto, ineficiente
y muchas veces boicoteador de las mismas políticas estatales,
del cual son conscientes los dirigentes de la revolución e incentivan
desde el discurso la expansión y profundización de los ámbitos de poder
popular como único antídoto. Sin embargo, es difícil constatar la aplicación
efectiva y avance de ese poder popular en el marco de la crisis
económica y política que obliga a atender prioridades y pone al proceso
a la defensiva, tal como ha sucedido en numerosos procesos revolucionarios
en la historia, muchos de los cuales terminaron fracasando. En
tanto otros se mantienen gracias a la dureza de determinadas decisiones
políticas y económicas que incluyen la flexibilización o rectificación
de criterios en las diferentes coyunturas nacionales e internacionales.

Todos estos elementos forman parte de un camino pacífico de transformaciones,
aunque no se descuida el elemento militar en los programas.
Sería necesaria esta estrategia pacífica y gradual al menos hasta
que puedan desencadenarse procesos revolucionarios en el centro del
capitalismo mundial, en los países desarrollados que pongan en cuestión
real al sistema. Pero lo central de esta estrategia es extender e irradiar
experiencias socialistas e ir cercando al capitalismo. García Linera
afirma que los pueblos del mundo deben apoyarse entre sí y aislar las
22 Se estaría produciendo cierto “sustitucionismo” en tanto que el estado es ocupado por
quienes hablan “en nombre de” la transición al socialismo y en nombre del bloque
social de los explotados y oprimidos, pero no constituyen esa clase social, sino una
especie de burguesía de estado parasitaria. Biardeau, Javier, Op. Cit.
Transformación social en Sudamérica 53

estructuras políticas y económicas del capitalismo para alcanzar el
socialismo, que en cada país tomará una forma diferente. “La revolución
tiene que irradiarse, respetando las particularidades culturales de cada
pueblo. La única manera de aislar al capitalismo es irradiando, expandiendo,
apoyando todo proceso de lucha revolucionaria”. Pasar de
experiencias comunitarias, socialistas, solidarias aisladas o cercadas
por el mar de capitalismo, como decía Chávez en “Golpe de timón”, a
nudos capitalistas aislados y cercados por el tumultuoso mar de experiencias
socialistas. Pero sabemos por experiencia histórica que difícilmente
este proceso pueda darse “en paz”.

A diferencia de la táctica imperialista en oriente, en lo que consideran
su patio trasero, la existencia de una amplia legitimidad que han adquirido
los procesos democráticos luego de la salida a las dictaduras militares,
el propio discurso imperialista de las supuestas “libertades
democráticas” (las de la propiedad privada), y la artillería verbal que
disparan todos los días los medios de comunicación al servicio del
imperio, los vacunan a ellos mismos contra la posibilidad de reaccionar
mediante el ataque militar directo a los gobiernos populares. Por otra
parte, la relación de fuerzas favorables a estos últimos, cristalizadas en
el terreno electoral, no se los permite, aunque inyectan dosis de violencia
e incluso entrenan en técnicas de guerra (civil) de “baja intensidad”
a, por ejemplo, “estudiantes” de derecha en Venezuela, como señala
Modesto Guerrero23. Sabemos que no tienen reparos morales en avanzar
con lo que estimen necesario cuando así lo consideren. Es tan crucial
por ello el fortalecimiento de la conciencia y valoración de lo alcanzado,
de la necesidad de luchar por más, de ampliar la base popular de
los procesos revolucionarios y reformistas (y de aquellos que solo plantean
algunos frenos a la acumulación capitalista desenfrenada y ejecutan
planes de contención social, porque juegan un rol primordial como
dique de contención de un posible retorno de la derecha recalcitrante) y
de la necesidad de la defensa con todo lo que ello implica de estos
procesos, que necesitarán de toda la solidaridad de los pueblos latinoamericanos
y del mundo.

¿Ahora es cuando?

Parecería que en Venezuela, desde hace ya un tiempo, un amplio espectro político del campo popular y chavista, desde el ala izquierda del PSUV hasta el propio Hugo Chávez en variadas intervenciones y documentos, consideran que “ya es el tiempo” y que la correlación de
23 Guerrero, Modesto Emilio, 2014 “Quién mata y quién muere en Venezuela” en
http://www.aporrea.org/oposicion/a188018.html
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fuerzas está dada para profundizar el camino al socialismo. Pero también
sabemos desde Marx, Engels, Lenin, etc., y por la experiencia y
demostración histórica con Allende y muchas otras, que las vías pacíficas
de transformación revolucionaria de la sociedad o de profundizaciones
democráticas tocan un techo infranqueable que marca el
comienzo de la guerra civil que opone el capital y sus personificaciones
militares, políticas y económicas contra estas experiencias, lo que ya
vienen intentando cada vez con más asiduidad en Venezuela.

¿Hasta cuándo nos dejarán ganar elecciones? y ¿hasta cuándo las ganaremos? Hemos vivido con nervios el ajustado triunfo chavista en las últimas elecciones presidenciales, luego mejoraron las perspectivas
en las municipales de diciembre de 2013, y hoy no se sabe muy bien
cuál sería el resultado si las hubiera. ¿Qué pasará con todos los avances
de la construcción socialista o reformista si perdemos las elecciones
a manos de la derecha? ¿Cómo defenderlos? Ya se ensaya la consolidación
de la contrarrevolución en América latina con la Alianza del
Pacífico (un nuevo ALCA) y con Colombia negociando su entrada a la
OTAN, o, por lo menos, firmando acuerdos de cooperación.
Chávez dice al respecto en el Programa de la Patria: “nosotros estamos
obligados a traspasar la barrera del no retorno, a hacer irreversible
el tránsito hacia el socialismo”. Lxs militantes, intelectuales, referentes y
dirigentes sociales y políticxs que en Venezuela afirman que “ahora es
cuando”, lo hacen en sintonía con un proceso pacífico. Es decir que no
apelan al camino cubano ni de otras revoluciones históricas, sino a la
transición pacífica, en desarrollo continuo pero gradual, sin prisa pero
sin pausa. Los elementos centrales a desarrollar para hacer irreversible
la transición al socialismo según Chávez son: desarrollar el Poder
Popular mediante la conformación de Consejos de Trabajadores y
Trabajadoras en las empresas de propiedad social indirecta y directa y
desarrollar instancias de coordinación entre ellos y los Consejos
Comunales, lo que apunta a incentivar la profundización de la participación
popular en todos los ámbitos como estratégica y única garantía de
irreversibilidad de los logros sociales conquistados. Tarea a desarrollar
tanto en las Misiones Sociales, Socialistas, como en los nuevos ámbitos
de producción socialistas, como en las milicias populares para la
defensa de la revolución, como en las organizaciones sociales y políticas
y en los diferentes ámbitos comunales con orientación socialista. Es
decir que plantea la restitución del poder, que tenía secuestrado la oligarquía,
al pueblo con un plan sistemático de desarrollo de institucionalidad
revolucionaria paralela, e insiste en la importancia también
estratégica de la concientización y formación política para el poder
popular.
Transformación social en Sudamérica 55

Pero, por un lado, se considera el momento adecuado para la profundización
y para dar el “golpe de timón” hacia el socialismo y, por otro, se
estuvo a punto de perder las elecciones. De manera que en parte nos
encontramos en el dilema de impedir que retomen la iniciativa las fuerzas
retrogradas, en un marco en el cual gozan de libertad para hacerlo
por la envoltura democrática liberal de estos procesos. Y eso aún más
para los países con procesos políticos moderados.

En términos de García Linera, podríamos decir que en Venezuela se
ha llegado a otro punto de bifurcación, a un momento de confrontación
desnuda o de medición de fuerzas, donde la política se define como un
hecho de fuerza. En términos de Gramsci, dicha experiencia se aproxima
al momento de las relaciones de fuerzas militares.

Si hasta ahora en América latina predominan las estrategias reformistas,
claramente en los países con gobiernos progresistas moderados,
pero también en Bolivia, Ecuador y Venezuela, con las revoluciones
democráticas, pacíficas y ciudadanas dentro del capitalismo, ¿hay, en el
caso de los países que adoptan el sendero del socialismo, una fuerza
social-política revolucionaria que respalde el pasaje a una lucha armada
para defender y profundizar la revolución si fuera necesario? ¿son
suficientes los grados de desarrollo existente de las fuerzas productivas
y los gérmenes de otras relaciones de producción para constituirse
como la base material de otro proyecto sistémico? Aunque esto último,
seguro que no puede darse en un solo país, y menos aún en los más
pobres, dado que las variadas formas de dependencia aún son muy
grandes. Si se toma en cuenta que se trata de países de capitalismo
rentístico o extractivista, poco diversificados aún y, por lo tanto, con
importantes grados de dependencia y atraso ¿podría haber otro tipo de
transición a otros tipos de formación social en la actual fase capitalista
de desarrollo con descomposición?

¿Hubo en Venezuela condiciones específicas que permitieron plantearse
en 2006 el pasaje al socialismo? ¿Cuáles fueron los determinantes?
Si hasta ahora se avanzó gradual y lentamente, luego de la muerte
de Chávez, hay quienes, desde adentro, plantean que están dadas
las condiciones para ir a la guerra contra el capital. Y viceversa: el capital
se plantea ir a la guerra total contra la revolución bolivariana. ¿Puede
la Venezuela bolivariana plantearse en soledad este camino de profundizar
la guerra contra el capital y construir en su interior relaciones
sociales no alienadas de trabajo y de vida?

Aunque esto puede verse dificultado por la delicada situación que
plantea la “rebelión de los ricos”, ya sea por la vía armada cuando
encuentra la oportunidad, o mediante la movilización callejera, o la
forma que toma más recientemente mediante la intensificación de la
56 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
guerra económica. Esta última ha generado sin duda un retroceso en la
calidad de vida alcanzado por el pueblo, lo que afecta la base de legitimidad
del proceso revolucionario. Sin embargo, existe conciencia popular
de que no son las condiciones de miseria en que estaba sumida la
mayoría de la población venezolana hasta fines de los 90.

Las fuerzas armadas

Por otra parte, nos preguntamos hasta qué punto las fuerzas armadas
actuales, aunque se subordinen a los presidentes, están dispuestas a
defender los procesos de cambio con las armas24 y no se van a pasar
del otro lado, teniendo en cuenta que no han cambiado de raíz su
estructura, incluso aunque algunos altos mandos se pronuncien como
antiimperialistas, anticolonialistas y hasta anticapitalistas.
En el Programa de la Patria, Chávez expresa de manera muy clara la
necesidad central de aceitar y fortalecer la defensa militar del proyecto.

Con una concepción muy firme nuestroamericana propone ampliar el
poderío militar para la defensa de la Patria, fortaleciendo la industria
militar venezolana, y profundizando la nueva doctrina militar bolivariana
de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, bajo los ideales Bolivarianos
de Integración, Soberanía, Independencia, partiendo del concepto de
guerra popular prolongada. Este último refiere históricamente a la estrategia
de preparar a la población para formas de lucha convencional y no
convencional para la defensa de la revolución. También Chávez propone
fortalecer e incrementar la incorporación de más compatriotas a la
Milicia Nacional Bolivariana y Milicia Territorial, y fomentar e incrementar
la creación de los Cuerpos Combatientes en todas las estructuras
del Estado Venezolano para garantizar la participación del pueblo que
asegure la lucha en cualquier circunstancia, por adversas que estas
sean. De todas formas constituyen tareas por hacer, y en todo caso,
debemos estudiar qué grado de realidad presentan hoy.

El eterno retorno del viejo dilema:¿socialismo en un solo país?

Aunque resulte repetitivo, retomamos en este apartado ese problema
siempre recurrente. Para comenzar, en cuanto a la propiedad social de
los medios de producción, si bien en los destacamentos más avanzados
de América latina se define la necesidad de avanzar en ese sentido, no
se proclama su inmediata expropiación. Sólo de aquellos considerados
24 Es importante recordar el estratégico apoyo de las fuerzas armadas al gobierno boliviano
frente a los intentos golpistas de la “media luna fértil” en 2008.
Transformación social en Sudamérica 57
estratégicos y básicos, sendero en el que Venezuela ha ido un poco
más allá avanzando en mayor cantidad de ramas productivas, seguido
por Bolivia. Pero que, en tanto aspecto central del pasaje a una formación
social anticapitalista, solo podrá alcanzarse con la multiplicación
planetaria de experiencias revolucionarias, sobre todo en los núcleos
duros de la producción capitalista.

Biardeau lo expresa con todas las letras: “Hay que decirlo alto y claro:
se avanza en la construcción de una transición poscapitalista paso a
paso, en la escala nacional, pero una radical socialización-democratización
del poder social, político, económico, cultural, ideológico y militar
se torna problemática si la situación regional y mundial permanece invariablemente
como contexto global capitalista”.

Es el retorno actualizado del dilema del socialismo en un solo país: “es
cierto que se avanza hacia regímenes políticos, sociales y económicos
con mayor democracia y justicia social, más igualitarios sin duda; se
avanza en mayor grado de independencia y autodeterminación en el
contexto de la construcción de Bloques Regionales de Poder, que pueden
llegar a afectar la geoestrategia imperial dominante, pero no hay
que perder de vista que una revolución socialista plenamente consolidada
sólo es viable en el marco de una transformación estructural de
alcance mundial” afirma el autor.

En las políticas venezolanas, que son vanguardia en el apuntalamiento
de la unidad de la Patria Grande Latinoamericana, se evidencia la
preocupación de la dirigencia gubernamental por esta cuestión. Un
entendimiento muy claro de que no se concretará el tránsito al socialismo
sin la extensión y multiplicación de la revolución. Así como dentro de
Venezuela el Comandante ponía de relevancia que no hay construcción
de socialismo con consejos comunales y fábricas socialistas aisladas
rodeadas por un mar de capitalismo, lo mismo comprende y expresa
para la totalidad de la Venezuela revolucionaria. Pero esa transición que
obedece a un modelo de revolución democrática y pacífica no pretende
la expropiación violenta de los medios de producción capitalista, sino
que propone una extensión geométrica en todos los ámbitos de la vida
de las relaciones socialistas (de producción, políticas, culturales, ecológicas,
recreativas) pero en convivencia con las relaciones capitalistas.

Arrinconarlas a fuerza de los hechos y la vida social que debe ir reemplazándola.
La propuesta de Chávez es avanzar en todos los frentes. La dialéctica
entre la política y la economía, entre la necesidad y la libertad. No hay
una sin la otra; no hay libertad sin resolución de la necesidad y no hay
necesidades resueltas de manera duradera, planificada, real, estable,
democrática, sin libertad de organización, expresión y poder popular. A
58 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
la vez que no hay tal democracia ni poder popular sin una férrea defensa
(política no exenta de la crítica, cultural, ideológica, militar) del proceso
de cambios.

Para Biardeau más que la construcción de una economía socialista, lo
que ocurre en una “fortaleza asediada” es la construcción de una economía
para soportar las condiciones de una guerra o un asedio internacional.
Es lo que ocurrió con Cuba durante años. Una fortaleza que ahora
cuenta con nuevos aliados. Por ello es preciso construir no sólo el
socialismo en una nación, sino un bloque regional de poder que permita
evitar el aislamiento económico, político, tecnológico y militar, aprovechando
siempre los insterticios que ofrecen las disputas de capitales
en el nivel internacional, como por ejemplo el establecimiento de alianzas
comerciales que deberían ser sumamente coyunturales con los
capitales chinos. Para este autor, sin embargo en Venezuela
“habrá quizá ‘gobierno popular y socialista’, pero transición anticapitalista,
por ahora no se ve ni se siente. En ese marasmo ideológico-político,
avanzan las fuerzas de la reacción”.

Otro camino sería, para Biardeau, el trayecto de las socialdemocracias
occidentales, lo cual implica negociar “los términos y alcances del
gobierno socialista” con los intereses del medio capitalista, intentando
construir formas de economía mixta de bienestar, sin romper con la lógica
del capital. Este último parecería ser el recorrido de los países más
moderados -que se plantean más bien un “capitalismo serio”, como el
caso de la Argentina- que, de todas formas, son estratégicos en su continuidad
(ya que si caen los que vendrán no estarán a la izquierda) dado
que son aliados y sostén internacional de los gobiernos más revolucionarios
de Venezuela, Bolivia y Ecuador (y también de Cuba), lo que se
ha comprobado al momento de los intentos fracasados de golpe en
aquellos países y los terribles éxitos de golpes institucionales en
Paraguay y Honduras.

Reformismo burgués

Si para algunas organizaciones o dirigentes sociales y políticos populares,
los gobiernos que ocupan Caracas, Quito y La Paz se convierten
en los enemigos a vencer, -como dice Borón: a menudo en estrecha
asociación con organizaciones abierta o veladamente instrumentales a
la política imperialista en la región- mucho más lo son los gobiernos
moderados a los que directamente consideran como la continuidad o
que son lo mismo que los neoliberales. Sin embargo, basta ver la virulencia
con que los atacan desde las oligarquías, desde los grupos de poder más concentrados, los monopolios de la comunicación y las derechas
políticas, para darse cuenta de que, al menos, no encarnan su proyecto,
y más bien los molestan y perjudican en sus cuotas de acumulación
y dominación ideológica, lo que es una buena noticia para los pueblos.

Con ello se plantea el dilema para aquellas organizaciones que se proponen
ir más allá de un reformismo burgués, acerca de si construir
“desde adentro” con todas las críticas y luchas que deban darse, o
desde afuera de las alianzas que sostienen a esos gobiernos más
moderados. Tal como se debatía en las experiencias nacionales y populares
de los años ’40 y ’50. El punto es cuál de las dos posturas favorece
a la acumulación de fuerza para el pueblo, y a la realización de sus
intereses aunque sean los más inmediatos. Es decir, cuáles alineamientos
propician el terreno para avanzar y afianzar las fuerzas populares
que permitan en algún momento -de claudicar estos gobiernos o
de sobrevenir la reacción- plantearse con realidad, es decir con fuerza
propia, o, mejor dicho, hegemonizando la fuerza social política popular,
el pasaje a la lucha anticapitalista. ¿Desde adentro de esa fuerza social
política que gobierna o desde afuera? Si fuese la segunda opción,
¿cuáles alineamientos se producen objetiva y subjetivamente?
¿Afianzan el poder de la clase obrera y del pueblo? ¿Qué fracciones
sociales acaudillan o dirigen esas fuerzas opositoras?

Reflexiones finales

Hemos revisado algunos elementos que remiten al pasaje de la lucha
por la liberación nacional a la de liberación social, aunque históricamente
se han dado de manera imbricada y ha habido elementos de las
dos, ha predominado uno u otro carácter. Actualmente se debate en
algunos territorios qué carácter debe predominar. Retornan las mismas
preguntas que se reactualizan en cada oleada histórica de ascenso de
las luchas populares: si hay condiciones para superar el capitalismo o
se debe y puede reconstituir países independientes con desarrollo capitalista
inclusivo o redistributivo.

Por ahora, el mapa político latinoamericano aparece dividido en esos
tres campos políticos que presentábamos al principio y en este gran
partido de disputa nuestroamericano la balanza parece inclinarse a
favor de los pueblos, aunque hemos perdido algunos jugadores e incluso
las clases dominantes, ofuscadas ante tanto pueblo protagónico,
libran sus luchas también en las calles. También las clases dominantes
han logrado grados de avance en la reconstitución de las representaciones
políticas de la oligarquía financiera que se expresa en mejores resultados electorales, algunos con chances de triunfar, de las derechas
políticas (como en Venezuela, en la Argentina y en Brasil).

Sin embargo, algunos elementos endógenos críticos hacen tambalear
los resultados en aquellos destacamentos más avanzados del campo
popular en América latina: la imposibilidad de avanzar en la expropiación
de los medios de producción, porque no lo permite la correlación
de fuerzas políticas internas y menos las internacionales, lo que conlleva
a la convivencia con el gran capital concentrado y monopólico al interior
de los procesos de transición al socialismo. Al mismo tiempo las
construcciones de estatalidad paralela popular conviven con el viejo
estado “corrupto y podrido”, y lo más delicado, el modo de elegir autoridades
gubernamentales que es un arma de doble filo, en tanto que permitió
la llegada de estas fuerzas social-políticas populares a los gobiernos
de los Estados, con amplias bases de legitimidad, desde adentro
del sistema institucional, pero que puede tornarse la vía de salida de los
mismos, si pesara la contrarrevolución ideológica en la batalla de ideas
que se libra.

Pero debemos rescatar con conciencia histórica que estamos en esa
batalla estratégica que libraba Cuba en soledad durante muchos años.
Durante la oscuridad neoliberal, sumidos en la tragedia de la historia, el
socialismo parecía una utopía pasada o lejana. Discutíamos como frenar
y sumar voluntades para impedir los despidos, las reducciones salariales,
como conseguir comida para las ollas populares, como zafar de
los planes restrictivos de “modernización” según el Banco Mundial para
las universidades, y la educación en general, cómo difundir la deslegitimidad
de la deuda externa, entre otras cosas. Hoy estamos discutiendo
cómo transitar al socialismo en importantes territorios de Nuestra
América, cómo construirlo, los desafíos y problemas concretos que aparecen,
cómo profundizar la unidad latinoamericana. Seamos conscientes
de ello. Como afirma García Linera: “nunca antes se había dado
esta sincronicidad de gobiernos progresistas, revolucionarios y sociedades
civiles despiertas. Algunos dirán ¿tiene sus límites esto? Unos
son más progresistas otros son más revolucionarios, pero no importa,
tienes un continente que se ha adelantado al mundo. Mientras en
Europa y en EUA estamos discutiendo cómo le ponemos parches a un
régimen neoliberal que se cae a pedazos y que está en su proceso de
degradación interna, acá estamos pensando cosas más allá. (…) En términos
intelectuales las ideas más sugerentes de cómo construir una
civilización que vaya más allá del capitalismo, están emergiendo de
América latina”.

En sí mismo es un gran avance conquistado por las luchas populares:
de las luchas contra el hambre, miseria y desocupación, y de un gran
Transformación social en Sudamérica 61
desamparo y abandono social, se pasa a discutir qué modelos de sociedad
y desarrollo queremos. No porque haya desaparecido el hambre,
pero se redujo en proporciones considerables25. En los ámbitos gubernamentales
de algunos de nuestros países se ha pasado de festejar el
fin de la historia con la absoluta frivolidad de la elite política, a debatir el
marxismo en los mismos palacios de gobierno, las estrategias de transición
al socialismo, el antiimperalismo. ¡A los/as más viejxs no deja de
asombrarnos!

Pero aquellas preguntas que se abren y reabren permanentemente
para quienes nos posicionamos desde los intereses populares, sólo
podrán ser contestadas por la alquimia de la praxis dialéctica de la historia:
es decir de la lucha de clases. Y sobre aquella acerca de cuándo
están dadas las condiciones para avanzar. Sabemos que no hay ni destinos
escritos, ni libros de recetas, sino la posibilidad y necesidad de lectura
de la historia e interpretación del presente. No contamos con un
observador suprahumano que nos diga en qué punto estamos parados
de esa serie infinita de paralelogramos de fuerzas que, explicaba
Engels, dan origen a una resultante: el hecho histórico. Ni sabemos
para dónde disparará el vector de la historia. Sino que, inventar y tal vez
errar, es la única opción habiendo estudiado, debatido y calculado
estratégicamente las posibilidades. No censuremos ni el estudio, ni el
conocimiento, ni el debate: profundicémoslo… porque el vector de la
historia, aunque no lo veamos, se mueve en alguna dirección fruto de
las luchas que se libran.
Bibliografía
Artículos publicados en internet,
artículos de libros y libros:
Almeyra, Guillermo 13-02-2012 “Gobierno, Estado, movimientos sociales y
poder dual en Bolivia” en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144598
Biardeau, Javier 19/06/2013 “Avanzar en programas de investigación-acción
sobre los problemas de la transición al socialismo en Venezuela
¿Socialismo en un solo país?” en
http://www.aporrea.org/ideologia/a168394.html.
Borón, A. (2004), Imperio & Imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y
Antonio Negri (Buenos Aires: CLACSO).
Borón, Atilio (2012), América latina en la geopolítica del imperialismo (Bs. As.:
Luxemburg).
25 Según Ignacio Ramonet (Página 12, domingo 9 de junio 2013) los gobiernos de
Venezuela, Brasil y la Argentina sacaron a 60.000.000 de personas de la pobreza.
62 realidad económica 290 16 de febrero/31 de marzo de 2015
Guerrero, Modesto Emilio (2014), “Quién mata y quién muere en Venezuela”
en http://www.aporrea.org/oposicion/a188018.html
Hardt, Michael y Negri, Antonio (2000), Imperio (Bs. As.: Paidós).
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Chávez, Hugo octubre 2012 “Golpe de timón” palabras en el I Consejo de
Ministros del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana
Diario El Economista del 7 de marzo de 2013
García Linera, Alvaro, entrevista publicada en el periódico La Jornada en febrero
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García Linera, A., entrevista realizada por Atilio Borón en 2011. Video disponible
en el blog http://www.atilioboron.com.ar/
García Linera, A. Discurso en Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
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García Linera, discurso en la UPMPM, 2012
Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013, Secretaría Nacional de
Planificación y Desarrollo, Ecuador.
Ramonet, Ignacio, Página 12, domingo 9 de junio 2013.

Crisis y colapso: desafío inédito

Crisis y colapso: desafío inédito
Raúl Zibechi
Publicado el 20/5/2015 17:50:00 (60 Lecturas)

Una de las dificultades que afrontan los movimientos antisistémicos y quienes seguimos empeñados en construir un mundo nuevo consiste en que no logramos acertar en la definición de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. A grandes rasgos, coexisten dos miradas no necesariamente contrapuestas, pero bien diferentes: quienes sostienen que estamos ante una crisis, mayor aún que las crisis cíclicas de la economía capitalistas, y los que tendemos a considerar que la humanidad está siendo llevada a una situación de colapso por el sistema.

Entiendo que se trata de un debate teórico con fuertes implicaciones prácticas, ya que estaríamos ante dos situaciones bien diferentes. Vale recordar que en otros periodos de la historia reciente, el ascenso del nazismo por ejemplo, provocó hondas divergencias entre las izquierdas de la época. No pocos desconsideraban la importancia del nazismo como una verdadera mutación sistémica, y pensaban que se trataba de un régimen autoritario similar a otros que habíamos conocido. Sin embargo, con el paso del tiempo podemos coincidir con Giorgio Agamben en que el campo de concentración modificó de raíz la política, junto a lo que definió como estado de excepción permanente.

El seminario-semillero El pensamiento crítico ante la hidra capitalista, organizado por el EZLN del 3 al 9 de mayo en Oventic y San Cristóbal de Las Casas, fue escenario de las diversas miradas que nos atraviesan. De ahí, en gran medida, su extraordinaria riqueza y fecundidad. En el campo anticapitalista coexisten muy diversos análisis sobre el mundo actual, algunos bien fundamentados, otros más románticos, algunos focalizados en la economía y otros en la ética, y muchos otros son combinaciones de estas y otras formas de mirar y comprender. Creo que todas ellas tienen su importancia, pero conducen por senderos parcialmente distintos. O, mejor, pueden contribuir a dilapidar fuerzas.

Lo más complejo es que nadie puede proclamar tener la verdad en sus manos. Este punto me parece extraordinariamente complejo, porque no permite descartar ninguna propuesta, pero tampoco nos puede llevar a dar por válido cualquier argumento.

Me parece necesario distinguir entre crisis y colapso, no porque sean excluyentes, sino porque encarnan dos análisis distintos. El concepto de crisis está asociado, en el campo antisistémico, a las crisis periódicas que atraviesa la economía capitalista. En este punto, la obra de Karl Marx es referencia obligada para los anticapitalistas de todos los colores. Su análisis de la crisis de sobreacumulación se ha convertido, con entera justicia, en el nudo para comprender cómo funciona el sistema. De ahí deriva un conjunto de consideraciones de estricta actualidad.

Aunque algunas corrientes economicistas han acuñado la idea del “derrumbamiento” del capitalismo por sus propias contradicciones internas, desconsiderando la importancia de los sujetos colectivos en su caída, es evidente que Marx no es responsable de esta deriva que supo tener firmes adeptos en la primera parte del siglo XX.

En la misma dirección que Marx, Immanuel Wallerstein menciona la existencia de una crisis sistémica en curso, que, luego de varias décadas de desarrollo, dará lugar a un mundo diferente al actual (ya que en cierto momento se producirá una bifurcación), que puede conducirnos a una sociedad mejor o peor que la actual. Estaríamos ante una ventana de oportunidades temporal, durante la cual la actividad humana puede tener gran confluencia en el resultado final. En este análisis, la crisis se convertirá en caos, del que saldrá un nuevo orden.

La idea de crisis está asociada a periodos de cambios, desorden, inestabilidades y turbulencias que interrumpen el desarrollo normal de las cosas, para luego de cierto tiempo volverse a una nueva normalidad, pero modificada. En las crisis pueden emerger factores de orden que darán a lo nuevo una diferente fisonomía. Desde el punto de vista de los movimientos, es importante destacar dos cosas: que el concepto de crisis está demasiado asociado a la economía y que aparece ligado a transformación y cambios.

Si entendí bien, siguiendo las palabras del subcomandante insurgente Moisés, quien dijo en el cierre del seminario-semillero que “no sabemos si nos va a dar tiempo de multiplicar esto”, lo que se avizora no es una crisis, sino algo más serio. Insistió: “el tiempo nos está ganando”, y dijo que ya no alcanza con caminar, sino que es hora de trotar, de ir más de prisa. La noche anterior el subcomandante insurgente Galeano dijo que hasta 40 por ciento de la humanidad será migrante y que habrá despoblamiento y destrucción de zonas para ser restructuradas y reconstruidas por el capital. Creo que no pensaba en una crisis, sino en algo que podríamos llamar colapso, aunque no usó el término.

El colapso es una catástrofe a gran escala que implica el quiebre de instituciones, en forma de ruptura o de declinación definitiva. En la historia hubo muchas crisis pero pocas catástrofes/colapsos. Por ejemplo se me ocurre lo sucedido con el Tawantinsuyu, el imperio incaica, a raíz de la llegada de los conquistadores. Algo similar puede haberle sucedido al imperio romano, aunque no tengo los conocimientos suficientes para asegurarlo. En todo caso, el colapso es el fin de algo, pero no el fin de la vida, porque, como sucedió con los pueblos indios, luego de la catástrofe se reconstruyeron, pero como sujetos diferentes.

Si en verdad estamos ante la perspectiva de un colapso, sería la suma de guerras, crisis económicas, ambientales, sanitarias y naturales. Apenas un dato: la Organización Mundial de la Salud advirtió que los antibióticos serán incapaces en el futuro inmediato de combatir las superbacterias causantes de tuberculosis y neumonía, entre otras. En suma, el mundo tal como lo conocemos puede desaparecer. Si esta es la perspectiva inmediata, y los de arriba lo saben y se preparan, las prisas de Moisés están plenamente justificadas. Es hora de acelerar el paso.

Derecho a la ciudad dinámica

Derecho a la ciudad dinámica
Entrevista a David Harvey por Julieta Roffo
Publicado el 18/2/2015

David Harvey es inglés y geógrafo, tiene ochenta años y una foto de Karl Marx en su escritorio. De esos ochenta, pasó nada menos que cuarenta enseñando El Capital a sus alumnos universitarios: es profesor de Antropología y de Geografía, claro, en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, donde vive con su hija y su esposa miramarense. Harvey, que se define a sí mismo como un “urbanista rojo”, mira el mundo con los ojos de quien ha leído y releído la obra marxiana, sobre todo el mundo de las ciudades. Tal vez sea esa perspectiva la que haga que en sus charlas abunde el público joven que aplaude fuerte cada vez que el teórico clama el “derecho a la ciudad” que todos deberíamos ejercer y que lo expresa claramente en su reciente libro Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana (Editorial Akal).

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Las torres llegan al barrio / Sergio Kiernan

–En varias entrevistas usted señaló que las ciudades sin ningún conflicto no son las mejores para vivir, y que incluso por eso eligió criar a su hija en Manhattan. ¿Cuál es el punto justo de conflicto que una ciudad debe tener para ser un buen lugar para vivir?

–Aunque no tengo una idea concreta de “buena ciudad”, creo que la organización urbana es siempre algo dinámico, un proceso en acción. En casi todas las ciudades hay conflictos sociales, y creo que una medida de eso es siempre saludable, porque significa que alguna gente piensa que hay que ir hacia un lado, otro grupo de gente cree que hay que ir hacia otro lado: a partir de eso, la población se entusiasma y trata de introducir cambios, y entonces la ciudad vive en medio de la dinámica. Claro que los conflictos pueden volverse violentos y se puede terminar como Belfast, por ejemplo, o con un gran muro que divida la ciudad y que ya no haya diálogo. Estos choques pueden tener salidas muy violentas, pero no me gusta pensar que todos debemos vivir armoniosamente, estar de acuerdo todos con todos: eso sería aburrido porque no habría ningún movimiento.

–¿Qué ciudades le parece que sirven de ejemplo a esa dinámica tensa que no llega a un conflicto violento?

–Bueno, una de las cosas que me gustan de vivir en Nueva York es su diversidad étnica. Por eso hay conflictos todo el tiempo y entonces tiene que haber negociaciones, de manera que la vida allí siempre es excitante, y de formas que no encuentro en otros lugares del mundo. Por otro lado, en ciudades como Nueva York actualmente los desarrolladores inmobiliarios, el gobierno urbano y los poderes financieros deciden constantemente qué pasará en la ciudad sin ningún tipo de consulta con el resto de la población: esa desigualdad todavía no está subrayada y debería estarlo. Pero en cuanto a la mezcla de ideas, Nueva York es muy estimulante.

–Al respecto, especialmente en cuanto a desarrollos inmobiliarios, usted señaló varias veces que la parte más rica de la población está poniendo su plata en activos y no en fines productivos. ¿Cómo debería atraerse al capital para que vuelva a volcarse a esos objetivos?

–Para empezar, una buena medida sería introducir cambios en el sistema de impuestos. Por ejemplo, gravar de manera más onerosa a los edificios de lujo. En Nueva York las reglas impositivas son muy perversas: los ricos pagan las tasas más bajas. Por otro lado, creo que las finanzas públicas deberían dirigirse no a proyectos pensados para los que tienen altos ingresos, sino a mejorar la calidad de vida de la masa poblacional: los presupuestos estatales benefician al capital más que a la población.

–Una de sus reivindicaciones más frecuentes es el “derecho a la ciudad”, ¿en qué consiste?

–Creo que todo el mundo debería pensarse como un ciudadano urbano que tiene el derecho de tratar de transformar el mundo en el que vive de acuerdo a sus necesidades y sus deseos. Eso traería conflicto entre quienes piensan la ciudad de una manera y quienes la ven de otra, pero como dije antes, es un tipo de conflicto saludable porque todos los involucrados podrán decir “estoy ejerciendo mi derecho a la ciudad, tratando de crear un ambiente en el que yo y la gente que quiero estemos bien”. Me parece que poder decir algo sobre el ambiente en el que uno vive es un derecho fundamental de los hombres y tiene que ser uno de los sentidos más profundos de la democracia urbana. Actualmente, en la mayoría de las ciudades, las decisiones más importantes las toman las elites, que deciden dónde va un shopping y dónde va un emprendimiento inmobiliario. Hay un déficit de democracia urbana que sólo va a ser remediado cuando los ciudadanos se unan y digan que todos tienen derecho a la ciudad, derecho a ser consultados para ver para qué lado queremos ir. Es muy importante educar a la gente dentro de su idea de ciudadanía para que se entienda que el derecho a la ciudad no es sólo individual sino también colectivo. Es imprescindible tener la libertad de modificar el entorno: lo hacen las hormigas, las abejas, creo que deberíamos estar capacitados para hacerlo.

–En los últimos años y sobre todo en las ciudades está cambiando la estructura familiar, que ya no es tan nuclear, ¿cómo afecta esto al paisaje urbano?

–Esto es un punto muy interesante porque la ideología del desarrollo urbano para poblaciones masivas se construyó, durante los últimos cincuenta años, bajo la idea de la familia nuclear, pensando además que es una buena institución en sí misma. Y si se rompe esa tradición, cosa que obviamente pasa, sobre todo en las ciudades, entonces aparece un problema con el que hay lidiar: los planificadores urbanos están muy intimidados porque la familia nuclear ya no es hegemónica. Creo que hay que desarrollar nuevas estructuras de derechos propietarios, más colectivos que individuales. Algo así como tener un edificio y decirles a los usuarios: “No podés vender tu departamento en el mercado pero tenés derecho a vivir ahí hasta que quieras y por un costo mínimo”. En algunas partes del mundo, hay colectivos de artistas que toman espacios de esta manera y aseguran: “Tenemos relaciones sociales pero no es familia; tenemos hijos pero no en la estructura familiar tradicional”. No hace falta ser increíblemente radical para pensar en nuevas estructuras de propiedad. Los conservadores van a decir que esto alienta a la gente a vivir colectivamente y abandonar así la familia, no lo van a poder tolerar, pero creo que es un momento muy interesante para ejercer una presión que legalice estas condiciones de vida.

–En varias entrevistas usted señaló que el neoliberalismo no desapareció de Latinoamérica, a pesar de un fuerte discurso en su contra, ¿por qué ocurre esto?

–La mayoría de los países de la región tuvieron una experiencia muy mala con el neoliberalismo, y tienen entonces una retórica muy fuerte y negativa al respecto. Desde lo teórico, se pueden dar charlas sobre lo mala que es esta doctrina y todo el mundo va a escuchar atentamente. Pero las prácticas neoliberales invadieron profundamente la estructura económica de la región, porque una de esas prácticas más frecuentes es la inequidad: no veo que se haga mucho al respecto, a pesar de que en países como Brasil o Argentina hubo cierta movilidad social. El poder del neoliberalismo para dominar no está realmente atacado, entonces me pregunto cómo la retórica anti-liberal va a transformarse en una práctica política real. Latinoamérica lo está discutiendo, pero decir que el neoliberalismo es malo no quiere decir que haya desaparecido.

–¿Cuáles son las ideas de Marx que mejor resistieron el paso del tiempo?

–Toda la estructura teórica de su trabajo es importante para entender críticamente qué nos pasa hoy, pero hay que reconocer que es una estructura incompleta y que mucho era tentativo. Además, cuando Marx escribía, solamente el cinco por ciento de la población vivía en la ciudad, mientras que ahora es el 50 por ciento: la pregunta urbana no era importante para él y sí lo es para mí. De todo su trabajo, lo más importante me parece la idea de la acumulación por la acumulación misma, de que el capital acumula por la riqueza y por el poder, y no por el bien de la Humanidad. El mundo está orquestado por esa acumulación que benefice al capital, y si no nos gusta, tendremos que luchar contra la necesidad de ese capital de acumular para siempre.

Revista Ñ – 9 de febrero de 2015