Crece el número de millonarios en Centroamérica y también la desigualdad

Crece el número de millonarios en Centroamérica y también la desigualdad
En seis países de la región hay más de un millar de millonarios
El hambre azota a 7,7 millones de los 43 millones de pobladores de la zona
José Meléndez San José (Costa Rica) 29 SEP 2013 – 01:20 CET

Si el espejo de la desigualdad brilla en América Latina y el Caribe, en Centroamérica reluce con intensidad. Un pequeño grupo de 1.025 millonarios centroamericanos—que equivale al 0.041% de la población regional acumula fortunas por 137.000 millones de dólares, mientras la producción global en la región fue de 172.800 millones en 2012. Son 1.025 personas que se codean con los más ricos de América Latina y que ya suponen el 14.3% de los multimillonarios latinoamericanos.

Con un promedio de 133,6 millones de dólares por cada fortuna, las cifras impactan en una zona en la que la mitad de sus 43 millones de habitantes sobrevive hundida en la pobreza extrema, con severos cuadros de subnutrición. Los datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ofrecen una dura realidad: las cifras de hambre en Centroamérica se estancaron en 8 millones de víctimas en el periodo 1999—2001 y aunque entre 2007 y 2009 bajaron a casi 7,4 millones, después aumentaron de nuevo y en el lapso 2010—2012 se incrementaron a 7,7 millones. La previsión es que continúen creciendo.

“La desigualdad es la expresión de la muerte lenta de nuestros pueblos”, advirtió el salvadoreño Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Centroamérica (UCA), de El Salvador. “Los pueblos, independientemente de que se superen guerras o conflictos violentos, mantienen latente la posibilidad de conflictos violentos nuevos”, afirmó en una entrevista con EL PAÍS.

“Es evidente que desigualdad, hambre e inseguridad, sobre todo en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), hacen que seamos países expulsores de gente que, buscando lo que no encuentra en sus países, se arriesgue a travesías (migratorias) para encontrar un lugar para suplir carencias”, dijo. “Seguimos sin aprender la lección”, opinó Cuéllar al aludir a las guerras civiles que sacudieron Centroamérica de 1960 a 1996 y que estallaron por las profundas injusticias sociales.

Tras recordar que “la inequidad social es uno de los principales problemas históricos de Centroamérica”, la guatemalteca Carmen Rosa Escribano de León, directora ejecutiva Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible de Guatemala, alertó que “la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más grande: hay más pobres, menos ricos y se está estrangulando a la clase media”.

Al destacar que los países de la región con más millonarios están entre los tienen menos impuestos, Escribano declaró a este diario que “la tasa impositiva está repartida y el grueso recae sobre la clase media. Hay históricas familias millonarias que han mantenido privilegios y negocios. Empezaron por tierras, siguieron por banca y ahora pertenecen a grandes consorcios de extracción de bienes primarios, como azúcar”.

En este escenario, el Informe Mundial de la Ultra Riqueza 2012/2013—elaborado por la compañía Wealth X de Singapur, con patrocinio de la sociedad financiera suiza UBS—reveló que Guatemala, con 245, y Honduras, con 215, son los países que cuentan con más millonarios en la zona, seguidos por Nicaragua – con 200 -, El Salvador – con 150 – y Panamá, con 115. La cantidad que acumulan estas fortunas aumentó 9.000 millones de dólares en el último año.

Los cinco países ocupan importantes puestos del ranking de los ricos de América Latina y el Caribe, aunque todos padecen severos escenarios de miseria y marginación social. Los primero lugares de la lista son para Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Venezuela, Ecuador y República Dominicana. Después viene Guatemala (10), Honduras (11), Nicaragua (13), El Salvador (15) y Panamá (17).

Las cifras del informe revelan que, por ejemplo, Guatemala pasó de tener 235 millonarios en 2012 a 245 en 2013, con un capital que aumentó de 28.000 millones de dólares a 30.000 millones. El número de ricos en Guatemala—con una fortuna media individual de 122 millones—equivale al 0.060% de la población del país, estimada en los 14.8 millones de habitantes, en un país con un Producto Interior Bruto (PIB) que sumó 49.895 millones de dólares el año pasado.

Honduras, que con Haití, Nicaragua y Bolivia está entre las naciones con mayores índices de desigualdad y pobreza en el continente, registró un aumento similar: de 205 millonarios en 2012 subió a 215 en 2013 y su fortuna creció en ese periodo de 28.000 millones de dólares a 30.000 millones. El dato de ricos en Honduras—con una media de 139 millones de dólares por cada fortuna y un PIB de 17.968 millones de dólares el año pasado—corresponde al 0.036% de los 7.8 millones de hondureños.

Nicaragua, cuyos ciudadanos se ven obligados a migrar al exterior por la falta de empleo y la crisis socioeconómica, pasó de 190 a 200 millonarios en el periodo evaluado, cuyas fortunas suman 27.000 millones de dólares en una nación con un PIB de 10.507 millones de dólares. De los 5,9 millones de nicaragüenses, 0.029% son millonarios.

En El Salvador, que desde el siglo XIX estuvo bajo control político y económico de una casta de 14 familias que fue germen de una guerra civil de 12 años (1980—1992), el número de ricos aumentó de 145 a 150—equivale al 0.041% de los 6.2 millones de salvadoreños—, con 20.000 millones de dólares de fortuna acumulada. El PIB salvadoreño fue de 23.844 millones de dólares el año pasado.

Panamá ha sido apodado en los últimos como el Singapur o el Dubái de América gracias a su explosión inmobiliaria, comercial, financiera y económica y a una oleada de megaproyectos. El país tiene 115 grandes fortunas que acumulan 16.000 millones de dólares, mientras que el PIB del país en 2012 fue de 36.000 millones de dólares Esas 115 personas representan el 0,031% de la población, con un patrimonio medio de 130 millones de dólares.,

El número de millonarios en Costa Rica, una de las naciones con mayor estabilidad política en América Latina y el Caribe en los últimos 65 años y reconocida por su consolidada democracia, ha pasado en el último año de 85 a 100, quienes representan el 0,047% de la población del país. Sus fortunas suman 14.000 millones de dólares en un país con un PIB de 45.127 millones en 2012.

Aunque en Centroamérica hay un puñado de ricos, explicó Escribano, “el capitalismo ni siquiera está desarrollado. Existe una visión feudal y monopólica comercial, económica y financiera, centrada en familias con incidencia directa en las decisiones gubernamentales: con su poder económico, influyen en las decisiones políticas”.

Viñetas de la oligarquía salvadoreña

Viñetas de la oligarquía salvadoreña
Por Roberto Pineda San Salvador, 20 de noviembre de 2013

El proceso de desarrollo tanto de las clases dominantes como de las subalternas en El Salvador ha estado vinculada a los cambios en los modos de producción, distribución, crédito y comercio internacional, así como a la dependencia estructural de los centros imperiales.

No contamos con la información para valorar el impacto de las oleadas invasores de pueblos nahuas que establecieron el primer sistema de dominación y de explotación en los siglos XII al XV d.n.e. Solo sabemos que los pipiles lograron imponerse militarmente sobre los pueblos lencas, de origen maya, que fueron arrastrados hacia el margen oriental del río Lempa. Caso excepcional son las poblaciones de Jayaque, Talnique y Tamanique que conservaron el final de sus nombres en poton, y quedaron como islas pérdidas en un océano de vocablos nahuat.

Si contamos con alguna información al respecto de la invasión ibérica de principios del siglo XVI y el establecimiento del sistema de encomiendas y repartimientos; del aparecimiento de los grandes latifundios vinculados al cultivo del añil y la ganadería; del saqueo realizado por las fuerzas liberales cafetaleras de la tierras tanto de las comunidades indígenas como de los sectores de ladinos a finales del siglo XIX; del proceso accidentado de industrialización dependiente de lo años sesenta del siglo XX, de la formación de una poderosa oligarquía financiera a finales del siglo pasado, así como de las modificaciones producidas por la compra a mediados de la primera década del siglo XXI, de las principales empresas del país, incluida la banca privada, por capitales transnacionales. Es de estos tres primeros casos que compartimos estas viñetas.

La clase dominante de la primera viñeta esta integrada en el periodo 1524-1550 por los conquistadores en su triple expresión de soldados, comerciantes y religiosos. La de la segunda viñeta esta integrada por los encomenderos que mediante el tributo explotaban a las comunidades indígenas en el siglo XVII-XVIII; y la tercera viñeta describe la creación del primer banco, en el periodo 1860-1880, periodo dominado por los intereses de grandes hacendados añileros e inmigrantes colombianos, europeos y estadounidenses.

Las primeras instituciones coloniales para la explotación del cacao y el bálsamo: la encomienda y el repartimiento.

La ruptura en el sistema económico-social provocada por la conquista española a partir de 1524, la cual concluyó militarmente en el centro y occidente del país en 1533 y en el oriente en 1547, desplazó completamente del poder a los gobernantes pipiles de origen azteca y dio origen a una nueva clase dominante, integrada exclusivamente por los representantes de la Corona española. Los españoles llegaban al poder por la vía de las armas.

Luego de imponerse militarmente ante dos ejércitos indígenas, (de los Señoríos de Izalco y Cuscatlan) los conquistadores bajo el mando de Pedro de Alvarado y Contreras, al no encontrar oro, decidieron irse a vivir a las comunidades indígenas, con el fin de garantizar el control sobre las cosechas de aquellos productos que les interesaban: el cacao y el bálsamo. Una economía de subsistencia dio paso a una economía orientada al mercado mundial.

Las pocas ciudades españolas (San Salvador, San Miguel, Sonsonate) fueron fundadas por los conquistadores cerca de las principales poblaciones indígenas productoras de cacao. Los invasores españoles eran originarios en su mayoría de las provincias de Extremadura, Castilla y Andalucía. Los hermanos Alvarado (Pedro, Diego, Gonzalo, Jorge, Gómez, Hernando y Juan) eran de Badajoz, Extremadura.

La dominación española de los territorios de Cuscatlán y Chaparrastique se expresó en un conjunto de instrumentos jurídico-políticos que les permitieron oprimir y fundamentalmente explotar a las comunidades indígenas. La institución básica inicial fue la Encomienda, la cual si bien no significaba propiedad ni dominio sobre la tierra si otorgaba el derecho a los Conquistadores de percibir de los indígenas un tributo temporal fuera en trabajo, especies o incluso en dinero.

Estos primeros conquistadores y colonizadores recibieron complacidos de la Corona española las encomiendas, institución colonial que había nacido en el Caribe cuando aún vivía el Almirante Colón, para evangelizar a los conquistados así como para exigirles “tributo.” Y el tributo del “contrato” fue en trabajos forzados y en la entrega de alimentos (fríjol, maíz) así como sus cosechas de cacao y bálsamo. La primera distribución de encomiendas concluyó de acuerdo a Gallardo entre 1525 y 1530.

La práctica del otorgamiento de encomiendas se basaba en las Leyes de Burgos (1512) mediante las cuales la Corona española señalaba algunas reglas para su funcionamiento, incluyendo que se respetara la autoridad de los caciques, estuvieran formadas por un mínimo de 40 y un máximo de 150 indios así como que el encomendero se responsabilizara por otorgar una dieta diaria de pan con ajo “y los domingos carne guisada.” Los encomenderos naturalmente se burlaban de estas exóticas ordenanzas. Un año después, en 1513, se aprobó el famoso Requerimiento, a través del cual se justificaba la guerra emprendida contra “los vasallos rebeldes” y que era cínicamente leído antes de emprender las acciones de matanza y saqueo contra las poblaciones indígenas.

Los conquistadores además fortalecieron su dominación sobre las comunidades indígenas mediante dos instrumentos: la proliferación de enfermedades desconocidas que debilitó fuertemente la salud de la población indígena y la introducción de ganado, que se convirtió en un mecanismo para amedrentar y destruir las cosechas indígenas así como ampliar abusivamente los linderos de las propiedades de los ganaderos españoles, que se convirtieron en grandes terratenientes.

En 1542 la Corona española aprueba las Nuevas Leyes que ordenan la supresión de las encomiendas así como la abolición de la esclavitud, la cual era impuesta sobre aquellos indígenas que eran considerados como “rebeldes.” Este fue un esfuerzo por sofisticar la dominación colonial. Pero los conquistadores españoles reaccionaron airadamente contra esta legislación que limitaba sus abusos.

En realidad modificaba los estilos de la explotación ya que origina los Repartimientos , instrumento colonial mediante el cual se les obligaba a trabajar en las haciendas por una temporada y luego regresar a sus cultivos. Esta modalidad se prolongó por los tres siglos que duro el vasallaje colonial. El Salvador formaba parte en ese momento de la Audiencia de los Confines o Capitanía General de Guatemala, que abarcaba desde el Istmo de Tehuantepec hasta el de Panamá. En 1545, ante el rechazo generalizado de los conquistadores, parte sustancial de las Nuevas Leyes fueron derogadas.

En la década de los setenta del siglo XVI había 42 encomenderos en la ciudad de San Salvador y 33 en San Miguel (Browning1975:72). 25 años después de la invasión existían seis centros principales del establecimiento español, dos eran fundaciones nuevas ( San Salvador , fundada en 1525 y San Miguel, fundada en 1530) y las cuatro restantes estaban situadas dentro de las comunidades indígenas más importantes ( Izalco (Sonsonate), Sihuatehuacan (Santa Ana) Apastepeque-Cojutepeque (San Vicente de Lorenzana1635) Zacatecoluca y Usulutan).

En determinado momento surgió una contradicción entre los conquistadores convertidos en encomenderos y los comerciantes, así como la hubo con los religiosos. Los comerciantes aspiraban a reducir las ganancias de los encomenderos mediante el trato directo con las comunidades indígenas en la venta de la producción de cacao. En el caso de los religiosos estos defendían el derecho a que se les pagara por la labor de “evangelización” que realizaban en provecho de los encomenderos.

En el occidente del país, la mayoría de comerciantes españoles se establecieron en Izalco, incluso después de la fundación de la villa de La Trinidad, o sea Sonsonate, en mayo de 1553. Según la Academia Salvadoreña de la Historia , La Trinidad fue creada “para reconcentrar a los tratantes de cacao que estaban ilegalmente residiendo en los pueblos de los Izalcos.” Es significativo que la población indígena de Izalco adquirió en 1580 la categoría de villa.

Sonsonate se crea a orillas del río Sensunapan, para convertirse en un emporio de comercio con su puerto anexo, Acajutla. San Salvador había sido creada a la orilla del río Acelhuate y San Miguel del Río Grande. Su fundación fue impulsada por el poderoso encomendero residente en Santiago de los Caballeros de Guatemala, Diego de Guzmán, y se encontraba unida con este país por un Camino Real de 45 leguas, que atravesaba por San Juan Bautista Nahuizalco, San Miguel Salcoatitan y Santa Lucía Juayúa; desembocaba en el altiplano de San Andrés Apaneca, y Concepción Ataco, para bajar luego a Asunción Ahuachapan y enfilar con rumbo a las tierras altas guatemaltecas.

La población de Nahuizalco es entregada en “encomienda” por Jorge de Alvarado a Miguel Díaz Peñacorba el 9 de junio de 1528. Sancho de Figueroa recibio en encomienda por Diego de Alvarado, el 27 de julio de 1529 a Cojutepeque, Perulapa, Cinacantan (Tamanique) así como Cozotiqui (Ciudad Barrios).
En el caso de Sihuatehuacán ( Santa Ana) esta población fue encomendada inicialmente a Diego de Usagre, que recibía como tributo “cacao, algodón, maíz, frijoles, chile y ropa hecha de algodón.”A su muerte, pasó a formar parte de la encomienda de Antonio Docampo, que daba como tributo 350 xiquipiles de cacao (o sea 2,800,000 semillas). Docampo vendió la encomienda a María Cerrato (familiar del Capitán General de Guatemala, Alonso López de Cerrato).

En 1548 le fue entregada la tasación del pueblo de Santa María Zacatecoluca a Juan de Medina, la cual consistía en “400 indios tributarios, o sea, alrededor de 2,000 personas.”Doscientos años después, en 1740 vivían 410 indios, y 450 mulatos y mestizos, que eran soldados de dos compañías al mando de 12 españoles, que además de ser Oficiales Militares eran vecinos dueños de las haciendas aledañas al pueblo.

En el siglo XVI había en el Reyno de Guatemala al que pertenecían las provincias de San Salvador y San Miguel, alrededor de 200 encomiendas. La contradicción fundamental de la sociedad colonial era entre los encomenderos y las comunidades indígenas. A nivel del grupo dominante surgió posteriormente la contradicción secundaria entre los encomenderos y los comerciantes. Y a nivel de grupo subordinado, posteriormente la contradicción entre indígena y ladino.

El añil que definió el color de la Patria de los criollos. Siglo XVII.

El desplazamiento del cultivo del cacao por el cultivo del añil en el siglo XVII significó una profunda modificación de la estructura agraria y de la estructura de clases. El cultivo del cacao se realizaba por lo general, en tierras propiedad de las comunidades indígenas y era comercializado por los españoles. El cultivo del añil modifica esta situación y origina las grandes haciendas de los criollos que es donde se cultiva el añil o jiquilite, y a la vez donde se construyen los obrajes (molinos) para producir el colorante. Se forma la hacienda donde aparece el colono al que se le otorga una porción de terreno que debe pagar en trabajo, especie o dinero. La hacienda donde se fomenta la ganadería junto con el cultivo del añil.

El añilero necesitaba contar con un grupo de trabajadores que residiera permanentemente en su hacienda así como con personal auxiliar durante el periodo de recolección de septiembre a noviembre ( Browning 1975). Y es aquí donde la institución del repartimiento viene a resolverles este problema a los terratenientes. Ya en 1609 llega a Ámsterdam el primer embarque de añil guatemalteco seguramente producido en El Salvador.

Con el establecimiento de las grandes haciendas en donde se cultivaba añil y otros productos, se inicia la destrucción de las comunidades indígenas ya que los obrajes se convierten en obligadas fuentes de trabajo, lo que provoca la despoblación de las comunidades indígenas o su absorción por parte de una hacienda. Este proceso sería agudizado mediante las reformas liberales de finales del siglo XIX.

El comercio del añil, es acaparado por compañías comerciales de la Ciudad de Guatemala y del puerto español de Cádiz. Los terratenientes salvadoreños se ven obligados a organizar el Montepío de Cosecheros de Añil para enfrentar la competencia de los comerciantes guatemaltecos, que proporcionaban créditos a los productores locales con altas tasas de interés.

El cultivo del añil se concentra en San Salvador, San Vicente (Apastepeque) San Miguel y Santa Ana. Durante el periodo colonial se establecieron por los conquistadores transformados en encomenderos del cacao y convertidos luego en hacendados añileros, alrededor de 400 grandes haciendas.

La primera institución bancaria, el Banco Internacional (1880)

El 20 de agosto de 1880 abre sus puertas el Banco Internacional a partir de una concesión realizada por el gobierno del presidente Rafael Zaldivar. Se nombra como Gerente interino a A. Sutter y como Directores al General Encarnación Mejía (empresario que luego fue directivo de la Compañía del Ferrocarril de Acajutla y Cónsul General en San Francisco California), al General Nicolás Angulo, lugarteniente del General Ramón Belloso y de Gerardo Barrios, y al Expresidente Eujenio (sic) Aguilar, que fue Rector de la UES 1843-1845 y Presidente de la República 1846-1848 y se le atribuye haber introducido el cultivo del café en el país. (Diario Oficial de El Salvador, 21 de agosto de 1880).

El Banco Internacional se instala con un capital inicial de 500,000 pesos, con 100 acciones de 5,000 pesos cada una, que luego se amplía a 700,000 pesos. En el Diario Oficial del 27 de agosto de 1880 el Gobierno “liberal y progresista” del presidente Rafael Zaldivar agradece al “digno caballero” José Francisco Medina “por su activa cooperación en todos los pasos previos que ha sido preciso dar para la realización del proyecto.”Asimismo informa que “muy pronto se establecerá una sucursal en Santa Ana y se designaran Agencias en las principales plazas de la República.” Francisco Medina había desembarcado en el puerto de La Libertad el 26 de marzo de ese año procedente de San José Guatemala.

En el Diario Oficial del 29 de agosto de 1880 se vuelve a celebrar la instalación del Banco Internacional, ya que permitirá librarse de los usureros y “a que casi en su totalidad las acciones suscritas son de capitales del país.” Asimismo en el artículo se informa que en el Directorio del Banco fungen como directores suplentes los señores José Rosales y Gustavo Lozano. En la edición del 5 de septiembre de 1880 del Diario Oficial aparece íntegramente el contrato firmado “por el Supremo Gobierno con el señor J. Francisco Medina.” Está firmado por Pedro Meléndez, Ministro de Hacienda y Guerra y tiene fecha de 5 de abril de 1880.

¡NO AL CIERRE DE LA UES, EXIGIMOS CUENTAS CLARAS DE RECTORIA SOBRE PRESUPUESTO!

¡NO AL CIERRE DE LA UES, EXIGIMOS CUENTAS CLARAS DE RECTORIA SOBRE PRESUPUESTO!
Pronunciamiento del Movimiento por la Reforma y en Contra de la Privatización de la Universidad de El Salvador

A la Comunidad Universitaria y Pueblo Salvadoreño:
En un esfuerzo por ocultar su evidente incapacidad administrativa y académica, las actuales autoridades de la Universidad de El Salvador pretenden a partir de la próxima semana manipular a los estudiantes, presionar a los trabajadores y docentes y confundir a la opinión pública, para SALIR A LAS CALLES a exigir un refuerzo presupuestario, no obstante que se han pactado ya con el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Educación, 4 millones de dólares para el pago de salarios de este año.
Frente a esta mentira que está sembrando el Rector y los Decanos (CSU) de la UES hacemos las siguientes valoraciones:
1.Las actuaciones y planteamientos derechistas de las autoridades universitarias, en las que se acusa al Gobierno y al FMLN de boicotear a la Universidad, cuando es éste último el que desde hace ocho años viene propugnando por aumentos presupuestarios para el desarrollo de la universidad, habiendo logrado, después de sortear la oposición de las derechas parlamentarias, aumentos que engloban el escalafón, mejoras salariales para los trabajadores que ganaban menos de setecientos dólares; en la ley de presupuesto de 2014, recientemente aprobada en la Asamblea Legislativa, se otorga a la universidad setenta y cuatro punto ocho millones, ($74.8 ) producto de la lucha del FMLN.
2.Que este desorden administrativo y financiero, que las autoridades pretenden achacarle al Gobierno y al FMLN, es de responsabilidad del Rector y su camarilla, pues ellos violando todas las normas legales, se auto-recetaron un aumento global de más de trescientos mil dólares, descapitalizando así lo que se había destinado para el escalafón.
3.Que fabricando un discurso amañado y mentiroso, estas autoridades universitarias, se han sumado a la campaña de la derecha, con el propósito de desgastar al actual Gobierno y al FMLN, en la presenta campaña electoral.
4.Que no es casual que las planeadas protestas se realizaran hacia el Ministerio de Hacienda y Casa Presidencial, pero no hacia la ANEP, ni contra ARENA que están en la línea de privatizar la UES, con la complicidad de este Rector.
5.Estas autoridades con actitudes derechistas, pretenden construir una base social que les permita seguir impulsando sus proyectos de privatización y la llegada de empresas como Holcim a “ayudar” a la UES.
6.Además pretenden implementar un régimen represivo de “sanciones” contra aquellos, estudiantes, docentes y trabajadores que no se presten a esta vil maniobra.
Ante esta situación, como sectores organizados de la Comunidad Universitaria hacemos un llamado a acompañarnos a luchar por:
1. Evitar el cierre de la UES y exigir que se mantengan las actividades académicas y administrativas con normalidad. ¡No al cierre de la UES!
2. Exigir que se informe al detalle y de manera transparente, de la Situación Financiera de la UES. Y como parte importante de la comunidad universitaria, exigimos al Rector, única autoridad responsable, EL PAGO EN TIEMPO DE LOS SALARIOS DE LOS DOCENTES Y TRABAJADORES.
3. Rechazar el discurso pro-derechista y electorero de las actuales autoridades.
4. Rechazar las amenazas y cualquier tipo de represalia contra nuestras organizaciones.
5. Luchar por un Presupuesto Justo para la UES
6. Exigir la renuncia del actual Rector, Ing. Mario Roberto Nieto Lovo, por incapaz y oscuro en su gestión administrativa y educativa de la UES.
¡NO A LAS AUTORIDADES PRODERECHISTAS EN LA UNIVERSIDAD!
¡EXIGIMOS TRANSPARENCIA DE LA INVERSIÓN PRESUPUESTARIA EN LA UES, YA!
¡NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LA UES!
¡REFORMA PROFUNDA DE LA UES, YA!
¡VIVA LA LUCHA DE LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA!
CES SETUES MRDUES APTUES
Ciudad universitaria, 8 de noviembre de 2013

Las razones del «saquismo»

Las razones del “saquismo”

Por Marvin Galeas * Miércoles, 6 de Noviembre de 2013

Desde hace unos meses las encuestas serias, puntos más o menos, muestran una clara tendencia en el proceso electoral que vivimos: esta es una lucha entre dos. Tony Saca, establecen esos sondeos, no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección. Ni siquiera de pasar a una segunda vuelta.

Los estudios también dicen de manera consistente que en efecto habrá una segunda vuelta y que el ganador sería Norman Quijano. Eso es lo que dicen las cifras. Salvo la encuesta pagada por el interesado, los periodistas y analistas influenciados, de una u otra manera, por el mismo interesado, siguen repitiendo la cada vez más patética tesis del doble o triple empate.

Imagino que el comando de campaña de Unidad analiza esas encuestas serias y tiene clara conciencia de que están, no al borde del hoyo, sino en el hoyo mismo. Entonces por qué insisten en mantenerse en un proceso que saben que está perdido. Aventuro dos hipótesis. Pero antes es necesario revisar ciertos antecedentes.

Viendo a distancia lo que pasó tras la derrota electoral de ARENA en 2009, uno llega a la conclusión que Saca y su grupo esperaban el desplome y la desaparición de ese partido. El espacio sería llenado, esa era la esperanza, por el mismo Saca como el líder absoluto y único de “la derecha”.

En esas cuentas sería fácil derrotar a un FMLN desgastado por un mal gobierno. Así el ex presidente sería otra vez presidente. Y el hombre al que le entregó la banda presidencial se la devolvería. Y quién sabe si la escena se repetiría a la inversa cinco años después. Fantasías.

Al no desplomarse ARENA el esfuerzo de Saca y su grupo con todo el apoyo del partido oficial al más alto nivel, se orientó en debilitar a ese partido mediante una de las operaciones más vergonzosas del quehacer legislativo en el país. La historia seguramente será despiadada cuando se recuerde ese triste episodio.

Cuando sólo faltan algunas semanas para el día de las votaciones, y después de millonarios esfuerzos y el total apoyo de Casa Presidencial, Unidad y su hiperactivo candidato, muestran números que seguramente no esperaban. Abajo. Muy abajo. Entonces ¿por qué persistir? Podría ser, en mi opinión, por una de dos razones.

La primera es que Saca tendría la esperanza de llegar a una negociación con ARENA para juntos, la “derecha” unificada, derrotar fácilmente a Sánchez Cerén en primera vuelta. Eso uno lo deduce al ver el esfuerzo de los periodistas “influenciados” por el “saquismo”, en destacar la similitud de posiciones de Saca y Quijano frente a determinadas situaciones políticas.

A eso hay que agregar los números de ciertas encuestas, y los comentarios con que se presentan, orientados claramente a meter miedo a los areneros, sobre un eventual triunfo del FMLN. Una cosa, sin embargo, es clara: hasta las encuestas más sesgadas establecen que habrá una segunda vuelta y que el derrotado en esa instancia sería el profesor.

La segunda hipótesis que explicaría la insistencia de Saca de mantenerse en el proceso es que su participación sólo sería un intento de lograr arrebatarle a ARENA los suficientes votos para permitir la victoria del FMLN en primera vuelta. Es decir jugar exactamente el triste papel que jugó Arnoldo Alemán en Nicaragua: dividir al Partido Liberal y permitir así la victoria de Daniel Ortega, quien llegó para quedarse.

Hay muchas similitudes que me inclinan a creer en la segunda tesis. Pero la situación entre Nicaragua y El Salvador no es exactamente igual. Por lo que los acontecimientos no se desarrollarán exactamente igual. La velocidad con la que Saca y Unidad se desploman, es algo con lo que no contaba el FMLN, Casa Presidencial y el mismo comando de campaña del “saquismo”.

PD: uso la palabra “saquismo” no porque crea que el ex presidente sea un caudillo, sino porque todo su movimiento y su intento depende absolutamente de él mismo.

El desafío de la Educación en Derechos Humanos en las universidades salvadoreñas

El desafío de la Educación en Derechos Humanos en las universidades salvadoreñas
Por Roberto Pineda San Miguel 30 de octubre de 2013

Introducción

Muy buenos días, es un honor y una alegría compartir algunas ideas sobre la Educación en Derecho Humanos y el papel de las universidades salvadoreñas, y hacerlo en San Miguel, en el oriente de nuestro territorio, sintiendo el calor humano que caracteriza a esa región.

Una realidad nacional lacerante

Cada día nos desayunamos con noticias alarmantes que influyen poderosamente en nuestras actividades cotidianas. El pasado lunes y ayer las maderas de los periódicos nos informaban que se esta extorsionando desde nuestro país a salvadoreños que viven en Estados Unidos. Estas noticias y lo que vemos en nuestro entorno diariamente nos genera stress y ansiedad, afecta nuestra salud mental.

Fíjense que hoy que veníamos hacia acá nos disponíamos a incorporarnos a una avenida transitada y un vehículo en vez de cedernos el paso se nos abalanzo, era una joven la que manejaba, se veía contrariada, tensa, quizás iba tarde hacia su trabajo Vivimos bajo una gran tensión, irritables al menor problema o dificultad, reaccionamos con violencia física o verbal. Nos encontramos bajo tensión.

En este marco, la Educación en Derechos Humanos ofrece un camino, una alternativa, una herramienta que nos permite actuar y abandonar el papel de espectadores, frente a una situación de violencia generalizada –familiar, delincuencia, política-que se va apoderando de todos los espacios, comenzando por nuestros estados de ánimo. No es ni pretende ser la solución, pero puede contribuir a ser parte de la solución. Es un aporte.

En nuestro país y ya por algún tiempo el temor a la violencia ha desplazado a la seguridad, a la confianza, a la tranquilidad en nuestra cotidianidad universitaria. Nos afecta fuertemente. No hay universidad que este al margen de esta situación. Y la violencia tiene una tendencia expansiva: muertes, atentados, extorsiones, abusos familiares, atropellos sociales, disputas judiciales, polarización política, ni las tortugas se escapan a la elevada concentración de microalgas tóxicas en las playas salvadoreñas…y la violencia construye círculos perversos de acción y reacción.

Y esta violencia generalizada predominante entra en conflicto con los avances democráticos. La gente se pregunta si no es mejor vivir bajo la seguridad que ofrece una dictadura, una mano fuerte que imponga respeto frente a la debilidad del actual proceso democrático, con sus conflictos, con sus retrocesos, con sus vacíos. Esta tomando fuerza una peligrosa visión autoritaria, de regreso a la dictadura, de retroceso, lo que obliga a fortalecer una visión democrática, de pensar un nuevo país.

Es evidente que el avance en lo político institucional a partir de 1992, y en particular con la alternancia presidencial de 2009 no corresponde al avance en lo cultural, en la cultura política. Hay un desfase, un rezago en el que continúan predominando los antiguos patrones culturales autoritarios, heredados de la dictadura militar y quizás de la colonia, ya que el poder autoritario se ejerce desde el miedo, desde el temor a ser diferente, desde el temor a la disidencia, desde el temor a la protesta ciudadana.

En esta situación, la Educación en Derechos Humanos se convierte en una importante herramienta vital, necesaria y urgente para enfrentar la crisis que vivimos y ofrecer una salida que priorice la justicia sobre la violencia, la democracia sobre el autoritarismo, la verdad sobre la mentira, la vida sobre la muerte.

La Educación en Derechos Humanos nos permite comprender que la paz social es el resultado de la paz individual. La tolerancia social es el producto de la tolerancia individual y que para trasformar la sociedad necesitamos transformarnos simultáneamente a nosotros mismos. El educador necesita ser educado.

Una realidad universitaria rodeada de violencia

Las universidades son afectadas fuertemente por esta crisis nacional y se ven obligadas a duplicar sus niveles de seguridad y sus estudiantes, docentes y autoridades viven bajo el temor del asalto, de la extorsión, de la amenaza. Y las universidades se ven obligadas a construir muros, a incrementar sus presupuestos para seguridad. Hace algunos meses en el campus central de la UES se instalaron nuevos mecanismos de ingreso, nuevos controles, que no existieron ni durante la etapa del conflicto armado. Es el miedo apoderándose de nuestras vidas y de nuestras instituciones.

Y las universidades tienen el desafío de contribuir desde la ciencia, la técnica, el arte y la cultura a reflexionar sobre esta realidad, y coadyuvar a su superación. Y una de las formas de hacerlo es mediante la Educación en Derechos Humanos.

Las universidades necesitan para enfrentar esta realidad, y para garantizar la pertinencia de la educación superior, en primer lugar, formar y capacitar a docentes en Educación en Derechos Humanos y a la vez revisar la currícula desde una perspectiva de derechos humanos, los cuales han pasado a formar parte de nuestro imaginario social desde hace ya algún tiempo.

Antecedentes históricos

Los derechos humanos y su enseñanza acompañan el imaginario social de nuestro país desde hace más de medio siglo. Voy a referirme a tres momentos claves en la historia de los derechos humanos en El Salvador.

En diciembre de 1948 se firma en el Palacio Chaillot de un París liberado, la Declaración Universal de Derechos Humanos, luego de largos debates en el marco del enfrentamiento ideológico entre la Unión Soviética y Estados Unidos y esta declaración es quizás el principal documento del siglo XX y plantea en su artículo primero que “todos los seres humanos nacen libes e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

Estamos en 1948 luego de una guerra que destruyó a Europa, a Japón, que estableció en algunos países como políticas de estado visiones racistas, de aniquilamiento de grupos étnicos como en la Alemania nazi, estamos hablando de un momento en que África es una colección de colonias de los imperios inglés, francés, holandés, belga, portugués.

Y en ese mismo diciembre de 1948, cuatro días después, el 14 de diciembre, surge en nuestro país vía golpe de estado, el llamado Gobierno de los Mayores, conducido por el teniente coronel Oscar Osorio, que inicia un proceso de reforma política, que tiene entre sus méritos la aprobación en 1950 de una Constitución que reconoce los derechos económicos, sociales y culturales, entre estos la autonomía universitaria. Hay ahí lazos, puentes entre esto dos acontecimientos. Lo nacional y lo internacional se vinculan.

Otro momento se abre en los años setenta. En 1975 el padre jesuita Segundo Montes crea el Socorro Jurídico Cristiano, que tenía su sede en el Externado San José, y proporcionaba asistencia legal a víctimas de la represión política y sus familiares. Cuando le desaparecían a un familiar iba uno a buscar a los abogados del Socorro Jurídico Cristiano, por cierto entre estos el actual presidente interino de la Corte Suprema de Justicia Florentín Meléndez. Esta fue la semilla que después se expresaría en diversos organismos como la Comisión de Derechos Humanos, y finalmente en la predica evangélica del Obispo Mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y su histórica prédica en Catedral, que se volvió en un símbolo de la verdad. La verdad se escuchaba cada domingo en las homilías de Monseñor Romero en Catedral.

A nivel internacional, en aquellos momentos, en 1976 gana en Estados Unidos la presidencia el bautista sureño del Partido Demócrata, James Earl Carter quien coloca en el centro de su programa político la defensa de los derechos humanos. Y esto lo hace entrar en conflicto con los gobiernos militares latinoamericanos. Y para los sectores populares se abre una ventana, una puerta y la denuncia de violaciones a los derechos humanos es escuchada incluso en los salones del Senado y la Cámara de Representantes en Washington.

Y el tercer momento, que deseo compartirles es el del fin de la guerra. En 1992 se firman los Acuerdos de Paz, que incluían la institucionalización de la defensa de los derechos humanos por medio de la creación ese mismo año de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, un gran avance histórico. El estado asumía la creación de un ente que lo supervisara. Un año después en 1993 se realiza en Viena, Austria, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de donde surge la Declaración y el Programa de Acción de Viena, que da un nuevo impulso a la internacionalización de los derechos humanos. Estos antecedentes históricos fortalecen nuestra visión y nuestro entendimiento actual de la Educación en Derechos Humanos. Pero ¿qué es la Educación en Derechos Humanos?

Concepto, bases y procesos de EDH

Entendemos como Educación en Derechos Humanos el proceso mediante el cual se facilita a personas y comunidades, habilidades y herramientas para que comprendan y trabajen, comprendan y trabajen a favor de los derechos humanos contribuyendo a crear una cultura universal de respeto a los derechos humanos y libertades democráticas. Y existe una base normativa para este proceso. Existe una acumulación histórica.

La base normativa

Existen documentos fundamentales que sustentan el derecho internacional de los derechos humanos y la EDH entre los que se encuentran la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, los Pactos Internacionales de 1966, uno de Derechos Civiles y Políticos y otro de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1978.

Recientemente, en el 20ll la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre Educación y Formación en Materia de Derechos Humanos, en las que en su artículo 1, numeral 2, expresa que “la educación y formación en derechos humanos son esenciales para la promoción del respeto universal y efectivo de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas…”

¿Cómo luego de este marco general definimos cuales son los contenidos actuales y para nuestro país, el hic et nunc*, de la Educación en Derechos Humanos?

Los desafíos actuales

La Educación en Derechos Humanos en nuestro contexto nacional tiene dos grandes componentes que responden a dos grandes necesidades y retos: el curativo y el preventivo, el restaurativo y el prospectivo. Nuestra sociedad necesita sanarse, curarse y necesita precaverse, protegerse hacia futuro.

Educar para la Reparación Social y la Prevención

El componente curativo pretende sanar heridas viejas y heridas nuevas que no han cicatrizado. Hay una deuda de la memoria no saldada, incluso de antes de la guerra, durante la guerra y después de la guerra. De ayer y de hoy. Y las consecuencias de no curar estas heridas son gravísimas, hay mucho dolor, sufrimiento internalizado, individual, familiar, comunitario, como grupos sociales, como país. Y esto es agravado por la pobreza y la exclusión social.

Educar para la Reparación Social tiene cuatro componentes:

Conocer la verdad. Hay que poner fin a la negación, al silencio obligado, enfrentar el dolor, el sufrimiento y las perdidas, los vacíos, los conflictos…Saber que fue lo que pasó, quienes se lo llevaron, porque, quien dio la orden, quien ejecutó la orden, donde estuvo prisionero, donde fue enterrado… reivindicar el derecho a la verdad.

Hacer justicia. La necesidad de esclarecer los hechos y determinar responsabilidades de acuerdo al sistema legal. O sea derrotar a la impunidad. Y para esto es crucial la derogatoria de la Ley de Amnistía.

Permitir el perdón. Este es un proceso que involucra a dos actores: la víctima y el victimario. A la víctima que ha sufrido el daño, la ofensa a su dignidad y a su vida, se le educa para poder perdonar y de esta forma liberarse, curarse del odio que enferma, que hiere, que desangra. Al victimario, al ofensor, al responsable por acción u omisión, se le educa para el arrepentimiento y el reconocimiento del daño causado y la búsqueda de medios para repararlo y de esta forma curarse, liberarse de la culpa que también enferma, daña, golpea.

La reconciliación. Es un proceso mediante el cual se recuperar la dignidad de ciudadanos y nos reconocemos con intereses comunes y con la disposición a transformar los conflictos en oportunidades.

A su vez Educar para Prevenir tiene cuatro componentes:

Detectar la violencia. Es un proceso que permite identificar amenazas y construir mapas y hojas de ruta para superarla.

Participación conjunta. Es crucial la participación activa de todos los actores en cada campo de acción.

Resolución de Conflictos. Deben conocerse técnicas de resolución y transformación de conflictos.

Convivencia Pacífica Deben elaborarse modelos de convivencia pacífica en cada aula, en cada facultad, en cada universidad y centro de trabajo y estudio.

Llamado final

Estos son los desafíos que nos coloca la historia en este momento de nuestra nación. Concluyo citando a un especialista chileno en derechos humanos, el Dr. Abraham Magendza, que se pregunta frente a la crisis actual y como encararla: ¿si no los educadores quien y si no es ahora cuando? Gracias.-

  • Aquí y ahora

Ni judicializar la política ni partidizar la justicia

Ni judicializar la política ni partidizar la justicia

Última actualización: 04 DE NOVIEMBRE DE 2013 16:54 | por Félix Ulloa

En una sociedad democrática que se precie de vivir en un estado de derecho, tanto la justicia como la política transitan en sus propias vías. Por lo tanto, no existe la preocupación de que la administración de la justicia sea influenciada por intereses partidarios, ni tampoco que los grandes temas que ocupan a la política, sobre todo en el campo electoral, se tenga que dirimir en los tribunales.

No obstante que ambas aspiraciones, se materializan como regla general en sociedades con democracias consolidadas, existen excepciones que confirman la regla.

a) La partidización de la justicia.

En México se habla con mucha frecuencia del uso faccioso de la ley. Múltiples denuncias contra su aplicación sesgada por parte de los tribunales y agentes auxiliares como el Ministerio Publico y cuerpos policiales, demuestran que cuando se utiliza la ley como mecanismo de premio o castigo político, se genera inmediatamente una perversión en la administración de justicia.

La famosa frase: ”Para mis amigos justicia y gracia y para mis enemigos la ley” se le adjudica tanto a Benito Juárez como a Plutarco Elías Calles, y Miguel Ángel Asturias, también se la endilga al tirano Estrada Cabrera. En todo caso, la moraleja es que no se puede ni se debe usar a los tribunales como instrumentos del poder político, para favorecer a unos o perjudicar a otros. Y los partidos políticos principalmente, deberán de alejarse de la tentación de manipularla, con fines que legítimamente pueden alcanzar en las arenas políticas y electorales.

Distinta es la noción del papel político que juegan y deben desempeñar, sobre todo los altos tribunales de justicia, en la formulación de políticas públicas. En algunos casos, las decisiones de esos magnos órganos confrontan a otros poderes del estado, como es natural en el sistema republicano basado en la independencia entre órganos fundamentales, que garantiza el balance de poder, mediante el sistema de los pesos y contrapesos (check and balance)., De esa manera, la Suprema Corte de los Estados Unidos, modificó mediante sendas sentencias varias de las políticas que el presidente Roosvelt había aprobado para implementar su gran programa socio económico conocido como el New Deal.

En nuestro país, la Asamblea Constituyente que en 1983 creo la Sala de lo Constitucional lo hizo con la clara responsabilidad de que estaba dando a luz una instancia a la cual se le concedían poderes amplios y suficientes, capaces de modificar situaciones de gran interés nacional y que por lo tanto no debería estar atada a ningún tipo de interés particular, especialmente de los partidos políticos, quienes por medio de sus diputados en el Órgano Legislativo, tendrían la posibilidad de incidir en su integración. Así en la Exposición de Motivos de la Constitución dejaron consignado:

“Estimó además la Comisión que debiese ser la propia Asamblea Legislativa la que designara a los miembros de la Sala de lo Constitucional, en atención a que ellos ejercitan una función y administran una justicia que reúne caracteres de orden políticos, no de política partidista, sino de aquella que se refiere a la interpretación de las normas constitucionales que son normas políticas”.

De tal suerte que, a casi treinta años de su vigencia, hemos podido observar a una Sala de lo Constitucional que ha dada pleno cumplimiento a ese espíritu del legislador constituyente; y, a partir del 28 de julio de 2010 inaugurar una serie de sentencias que con toda propiedad podemos calificar de altamente políticas, las cuales han cambiado el rostro de nuestra institucionalidad política-electoral, para beneficio de nuestra salud democrática, sin caer hasta hoy, en ese tentador riesgo del uso faccioso del poder de aplicar la ley..

b) La judicialización de la política.

En el caso de que por la vía judicial se hayan definido resultados electorales, lo vimos de la manera más dramática cuando en los Estados Unidos de América, las cuestionadas elecciones presidenciales del año 2000 y los fraudulentos resultados en el estado de Florida, terminaron colocando a esa gran nación, al nivel de cualquier república bananera.

Después de arduas batallas legales en las instancias judiciales estatales y regionales, se presentó a la Suprema Corte un writ of certiorari, y el máximo tribunal emitió el fallo Per Curiam, es decir la opinión de la corte no de sus jueces, tratando de ocultar su división pues de los nueve Magistrados que la integran 5 votaron a favor de George W. Bush y 4 en contra. Así, el día 12 de diciembre de 2000 por la diferencia de un voto se decidió quien sería el Presidente de la nación más poderosa del planeta.

Más grave aún ha sido la tendencia a criminalizar la política. Las conductas irregulares de los líderes y dirigentes políticos, que en no pocas ocasiones han lindado con hechos delictivos, ha llevado a una pérdida de la confianza social en los políticos y en los partidos políticos. Se generalizó la idea que la política es una cosa sucia, que entrar en ella es sinónimo de corrupción e impunidad, etc. Con esta visión generalizada perdemos todos. Los ciudadanos que nos quedamos sin un referente fundamental en la democracia participativa, como son los partidos con sus funciones de representación e intermediación; el sistema democrático que se debilita al perderse la confianza en estas instituciones que le son consustanciales; y, finalmente los mismos partidos y sus liderazgos que se vuelven constantemente bajo sospecha y objetos de regulaciones cada vez más restrictivas, como las leyes contra el lavado de dinero, el tráfico de influencia y en nuestro país, con sentencias constitucionales limitando sus tradicionales prácticas clientelares dentro del estado.

Por lo anterior, debemos ser muy prudentes en este periodo eleccionario bastante sui generis que se está llevando a cabo. Existen preferencias por partidos y candidatos que son naturales y además necesarias. De que otra manera se podría realizar un torneo electoral si no hubiera legítimos contendientes y sus seguidores o adherentes?. Pero en una competencia democrática como la que pretendemos se realice en nuestro país, existen reglas y una normativa que se debe respetar, una autoridad electoral que pese a sus deficiencias sobre todo en materia de aplicación de la justicia electoral, dada su composición partidista y falta de independencia, goza aun de la confianza social legada por las anteriores administraciones electorales, de la post guerra.

Por tanto, dejemos a las instancias del sistema electoral, que van más allá del TSE, pues están los organismos electorales no permanentes (JED; JEM y JRVs), la Junta de Vigilancia, la Fiscalía Electoral y la Observación Electoral, que jueguen su papel. Recurrir al Órgano Judicial, particularmente a la Sala de lo Constitucional es válido si se tiene la convicción de que se están violentando derechos o principios constitucionales, con la claridad que será la Sala quien determinara tal situación.

Apostar a la descalificación de un adversario político por la vía de la jurisdicción constitucional, no solo es ir por el rumbo equivocado y aumentar innecesariamente el volumen de trabajo de la Sala, que de por si es muy alto, sino que se corre el riesgo de crispar innecesariamente el ambiente político, involucrando instancias cuya activación debe ser objeto de fines superiores.

En periodos eleccionarios hay que dejar que sea el soberano quien se exprese, y para ello hay que brindarle las facilidades para que lo haga de manera clara, segura, transparente y sin que se le manipule su voluntad o peor aún los resultados.

Las falencias del sistema electoral se han señalado amplia y oportunamente, algunas se pudieron corregir satisfactoria o deficientemente, las que quedaron pendientes habrá otro momento para abordarlas.

Hay mucho trabajo por delante en la modernización y democratización de nuestro sistema político y electoral. Desde los vacíos, inconsistencias y contradicciones en la Constitución, hasta una adecuada regulación del financiamiento de los partidos políticos, de las campañas electorales, de la representación proporcional en los Concejos Municipales, el voto en el exterior y dentro de todas ellas, las listas abiertas y desbloqueadas en las elecciones legislativas, quizás la más importante de las reforma pendientes.

Es decir que la lucha democrática continúa. Y estamos listos a seguir en la batalla.

Pero en este momento preciso, nuestro llamado es a no partidizar la administración de la justicia ni tampoco judicializar la trabajo político de los partidos.

Alfredo Aquino, obrero y guerrillero

Alfredo Aquino, obrero y guerrillero
octubre 25, 2013 Voces Comentar
Publicado en: Actualidad, Contracorriente – Dagoberto Gutiérrez, Nacionales, Voces Ciudadanas

Era un negrito fino, bastante fino y bastante negrito, medio mecánico y lo suficiente para trabajar en una empresa que se dedicaba a ensamblar autobuses. Cerca de la terminal de occidente estaba la fabrica Superior de donde salían buses relucientes como si hubieran sido fabricados ahí, precisamente ahí trabajaba El Mapache que es de quien estoy hablando.

Dagoberto Gutiérrez

Alfredo Aquino se llamaba, y era de estatura mediana, fuerte, todo él fino, de sonrisa fácil y de pelo lacio, de manos ágiles y de brazos fuertes; pero eso si con cabeza subversiva, lo suficiente para ser miembro, allá por lo años 70 del siglos pasado, de una célula de la juventud comunista. Es posible que para él fuera muy importante que una novia que le apareció una tarde, fuera de color blanco como la nieve de tal modo que la pareja resultaba interesantísima y ella, de nombre Ofelia se veía satisfecha con su mapache y éste se veía mas que alegre con su blancura.

Como todo obrero, hablaba de todo y vivía cerca de la empresa, en la colonia Dina y por supuesto que participaba en las luchas del sindicato de La Superior y a las negociaciones pero también en las actividades clandestinas que abarcaban otras zonas de la capital y otros lugares de el país.

En 1973 viajamos juntos al X festival mundial de la juventud y los estudiantes que se realizó en Berlin República Democrática Alemana, Alfredo tuvo mucho éxito con las muchachas alemanas y su felicidad era enorme a tal grado que cuando, al finalizar el festival, nos preparamos para salir a Rumania, en un bus del gobierno romano, el mapache fue el último en llegar, ante el susto y el malestar de los organizadores que ya lo daban por perdido, sin embargo se trataba de algo que era casi equivalente.

El mapache se embarbascó con una muchacha berlinesa que encantada con él lo cubrió de cariño presentes, buenos deseos y Alfredo, que no tenia mucho que darle, le dio la dirección de su casa en la Colonia Dina para escribirse, aunque ella no hablaba ni entendía el español y Alfredo mucho menos el alemán.

Así pasó todo, fuimos a otros lugares y regresamos a nuestro país, a la clandestinidad, a la ilegalidad y a la conspiración contra el poder capitalista. La lucha siguió, hasta que un día me busca Alfredo y me explica con la alarma expresada en sus ojos: la chica alemana, le había escrito una carta en alemán, le había agregado una foto de ella y, la mujer de Alfredo había recibido la carta y la había abierto y aunque no entendió nada de lo que decía esa carta estaba dando por anulado el matrimonio. Como se puede ver, se trataba de una situación crítica, insospechada pero verdadera.

Ofelia no parecía dispuesta a moverse ni un milímetro porque, según ella, Alfredo tenia otra mujer en Alemania y se trataba de alguien tan a atrevida que era capaz de escribirle a su propia casa y esto era verdaderamente inaguantable.

El ambiente era tenso, las posiciones totalmente alejadas y sobre una mesa una foto de una muchacha sonriente, de ojos azules, de pelo rubio parecía reírse de todo y desafiar la discusión intensa que transcurría, pero esa era la pruebe contundente de una traición imperdonable.

Nada pudo hacerse, ningún argumento fue escuchado incluida el perdón solicitado, la explicación de todo lo que ocurre en todos los festivales. La atmósfera resultó letal para el matrimonio, dos niños jugaban ignorando los acontecimientos, un niño y una niña. Todo terminó esa misma mañana.

La guerra se vino encima con sus caminos de acero y sus luces de sangre y, el moreno fue asignado a la unidad guerrillera que combatía en el área de Jucuarán al sur de Usulután, precisamente en los manglares y ahí en pleno contacto con el mar, en el día y en la noche. El moreno aprendió a comer pescado, camarones y toda clases de peces, a superar el ataque de los jejenes, que llegaba hasta las seis de la tarde y esperar a los zancudos que aparecía de las seis en adelante.

El agua se obtenía en ciertos islotes, unos eran pequeños y otros eran grandes y a uno de ellos se dirigió una pequeña patrulla de tres combatientes entre ellos el moreno. La zona era vigilada por lanchas de la marina que no siempre se introducía, en los canales por temor a emboscadas pero ese día, en horas tempranas de la mañana miraron desde alta mar al pequeño grupo que desembarcaba y decidieron atacar. El ataque fue fugaz, rápido y letal, no hubo tiempo y el moreno fue alcanzado por el fuego de la fusilería enemiga, eran las 9 y media de la mañana, el sol inundaba la playa y vestía de plata todo el manglar, los pelícanos hilvanaban una cuerda de alas que corría sobre la mar.
El moreno no tuvo oportunidad ni tiempo y todo fue rápido, y la luz se fugó, los otros dos respondieron el fuego y los de la lancha no se atrevieron a desembarcar y, así como habían aparecido también desaparecieron.

Recogieron el agua, acomodaron al moreno en la canoa y empezaron a remar hacia el campamento, las raíces del mangle acompañó el viaje fúnebre, la marea empezaba a subir y la guerra cobró su precio y el mapache entregó su vida para que el camino no se deje nunca de caminar, así lo hacemos y así lo haremos.

Arnoldo Martínez Verdugo y el Poder

Arnoldo Martínez Verdugo y el poder/ENRIQUE SEMO R
Arnoldo Martínez Verdugo y el gran viraje/ENRIQUE SEMO
Publicado en la revista Proceso # 1909, 2 de junio de 2013
En los años que siguieron a la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética (1989-1991) casi todos los partidos comunistas del mundo se disolvieron o quedaron reducidos a la marginalidad. En algunos pequeños países siguieron en el poder y el Partido Comunista Chino sigue gobernando al país más poblado de la tierra, en una fuga meteórica hacia el capitalismo y un futuro desconocido.
Pero el Partido Comunista Mexicano fue una excepción. Decidió disolverse en 1981, casi una década antes de los sucesos aquí citados, para constituirse en un nuevo partido junto a otros de izquierda radical: PMT, PPM, PSR y PSM, los cuales hicieron públicos los propósitos de unidad orgánica el 15 de agosto. El PCM, único partido que había conseguido ya su registro, lo puso a disposición de los otros y el XX Congreso del PCM acuerda la fusión en una sesión especial el 5 de noviembre. El 6 de noviembre en la madrugada Valentín Campa firmaba el acta de desaparición del PCM y la creación del Partido Socialista Unificado de México, en el cual finalmente el PMT no participó y la organización política Movimiento de Acción Popular, se sumó.
La disolución del Partido Comunista Mexicano no obedeció a las mismas causas que la desaparición de los otros partidos comunistas. Fue fruto fundamentalmente de procesos mexicanos y por eso podemos decir que su ruptura con 69 años de historia de defensa a contracorriente de su existencia debe ser analizada en forma diferente a la de otros partidos en el mundo y tuvo consecuencias inesperadas para toda la izquierda mexicana. Ganada la legalidad, el PCM comprendió que sólo en la unidad con otras fuerzas podía crear un partido revolucionario de izquierda digno del país.
El viernes 24 de mayo de 2013 murió a los 88 años Arnoldo Martínez Verdugo, quien fue secretario general del PCM desde 1962 hasta su desaparición, y artífice principal de la unidad con otros partidos de izquierda. En muchos sentidos su figura queda identificada inseparablemente con la izquierda actual, fruto de un gran movimiento unitario, venido a menos, que en la actualidad ha cumplido ya su ciclo histórico.
A raíz de un homenaje reciente y de su muerte, mucho se ha escrito sobre él y poco sobre el partido que dirigía. La decisión de la disolución del PCM en 1981 fue unánime desde la dirección hasta el último militante y eso es mucho decir para un partido que en su última etapa estuvo libre de caudillos o caciques. Arnoldo Martínez Verdugo fue el primero entre iguales en el presídium y el Comité Central, que después de largas discusiones habían llegado a esa conclusión. El acto unitario fue una decisión de un partido que conocía la democracia interna como nunca antes en su pasado. En el PCM, en 1981, había discusiones sobre muchos problemas y diría yo incluso una fuerte lucha interna, pero nunca sobre la necesidad de crear un partido de izquierda con la participación de personas de diferentes ideologías, cultura política y grados de militancia.
Pero, ¿cómo era Arnoldo? El personaje debe ser objeto de un libro que haga honor a la complejidad de su personalidad intelectual; a la modestia bordeando en la timidez de su carácter (por ejemplo: en el libro de Historia del Comunismo en México, dirigido por él, es uno de los pocos dirigentes que no aparecen en el índice onomástico); a la honestidad existencial, común a muchos otros comunistas, pero difícil de entender desde el mirador de la clase política de nuestro tiempo, donde la ley que reina es “el que no transa, no avanza”.
La honestidad política de Arnoldo Martínez Verdugo daba por entendido que la causa está por encima del individuo, que las negociaciones con organizaciones de orientación diferente no podían ser materia de intereses personales, sino pura y exclusivamente los intereses del partido. Su honestidad personal y política hoy prácticamente ha desaparecido en nuestro país. Yo pondría a los defectos de simulación, codicia material, afán de poder a toda costa y ambición de notoriedad y fama, como ajenos, extraños, opuestos a la personalidad de Arnoldo Martínez Verdugo. No era un serafín, ni estoy dejando correr mi imaginación, y no acostumbro la adulación de los vivos ni de los muertos. Arnoldo era un hombre complejo, modesto y profundamente honesto. También era ligeramente tartamudo, falto de humor y demasiado sensible a las majaderías.
Lo conocí a principios de 1962 en el local del Partido Comunista, en la calle de Tabasco. Yo tenía 31 años y él entre 37 y 38. Andaba yo gestionando mi ingreso al partido junto con mi amigo Iván García Solís y estaba muy preocupado porque la respuesta tardaba. Después del encuentro con Arnoldo se desvanecieron las dudas y reticencias y entré de lleno a la organización. Muy rápidamente se trabó, a iniciativa suya, una amistad que al principio me honraba y me costaba entender. Pero al poco tiempo la razón de su dedicación al trato conmigo quedó aclarada. En un viaje en mi automóvil a la imprenta de nuestro Partido, a cargo del inefable Prócoro, para revisar pruebas de la revista Nueva Época, a cuya redacción fui integrado en 1962, desde su primer número.
–Lo principal en la reconstrucción del partido –me dijo– es formar un grupo dirigente que sea a la vez fiel (al partido, no al dirigente), capaz, experimentado y sobre todo inteligente –mientras aspiraba profundamente, como lo acostumbraba, su cigarrillo– ¡y a veces pienso que sería más fácil comenzar la tarea totalmente de nuevo, desde cero!
Durante una década o más Arnoldo se abocó a la construcción del grupo dirigente. Y esto exigía el trato personal con un grupo más o menos selecto, a quienes iba formando en la práctica y en la teoría para las tareas de dirección. Las atenciones, la constante preocupación por el individuo, su situación y la de sus familias, especialmente los que estaban presos, retratan al hombre que nunca esperó ni quiso ser un mandarín arbitrario.
El año en que ingresé al partido fue precedido por una serie de sucesos nacionales e internacionales que permitieron a los comunistas mexicanos dar un fuerte giro en su orientación y actividad política. Primero en la esencia del ser comunista, el informe secreto de Nikita Krushev en la sesión cerrada del XX Congreso del PC de la Unión Soviética en 1956, iniciaba el proceso de desestalinización de todos los partidos comunistas, aun cuando cada uno lo fue integrando en forma diferente y a ritmo distinto. Al informe no siguió un debate ni una votación y sólo se difundió lentamente y a través de diferentes canales. Pero la pretensión de los círculos anticomunistas de que sólo estaba dirigido a una élite es totalmente falsa y absurda. Encina, el secretario general del PCM que asistió a la sesión, informó sobre ella pero desconozco su contenido. Pronto se publicó íntegro en varios periódicos estadunidenses así como en Le Monde y L’unitá. Algunos compañeros de la dirección del PCM conocían extractos del documento que comienza así: “Después de la muerte de Stalin, el Comité Central del Partido (PCUS), comenzó a estudiar la forma de explicar… el hecho de que… es ajeno al espíritu del marxismo-leninismo, elevar a una persona hasta transformarla en superhombre, dotado de características sobrenaturales… de un conocimiento inagotable… de una visión extraordinaria… y también, de un comportamiento infalible”.
Arnoldo conoció muy pronto el documento y me lo comentó en términos claramente positivos, sobre todo en lo que significaba para la organización interna del PCM, en el cual había existido el culto a la personalidad (o como decía él, de la persona) del secretario general anterior Dionisio Encina y en el pasado, el culto a Stalin había causado desastres al partido.
Segundo, el triunfo de la Revolución Cubana en 1958, que entusiasmó a toda América Latina probando que la revolución socialista era posible a 90 kilómetros de la costa estadunidense y que sus formas de lucha y resultados, no coincidían con los manuales marxistas elaborados en Moscú y planteaban en forma totalmente nueva los problemas de la revolución en el continente.
Tercero, las grandes luchas sindicales de maestros, ferrocarrileros, minero-metalúrgicos, petroleros, telegrafistas y otros sindicatos menores que entre 1956 y 1959 sacudieron a todo México, por su carácter simultáneo de demandas económicas y sobre todo políticas. La estructura corporativa del PRI se cimbró en sus profundidades. Sobre todo porque además rápidamente siguieron indicios de movimientos de los campesinos sin tierra, estudiantes y después de profesionistas e intelectuales.
Arnoldo era un hombre sorprendentemente abierto a los cambios, a las nuevas situaciones, sobre todo para el medio dogmático del comunismo latinoamericano. Captó rápidamente el enorme sentido innovador de esos sucesos y la necesidad de reformar el PCM. En las largas pláticas en su casa y los cafés en donde acostumbrábamos reunirnos por lo menos una vez a la semana, comentaba creativamente los nuevos problemas y la relación que debían tener en la teoría marxista, en el programa y la práctica del PCM.
–No podemos quedarnos al margen de los cambios monumentales que se están produciendo –decía–. Se está dando un viraje a nivel continental y nacional y hay que aprovecharlo.
La dirección del PCM, conducida por Dionisio Encina, había mantenido una política muy oportunista hacia los gobiernos del PRI, que desentonaban con la nueva época: “Aprobar los actos positivos de los gobiernos priistas y reprobar los negativos, continuar la Revolución Mexicana y pugnar por que la clase obrera se coloque a su cabeza”. Pero fue en su política sindical en la que cometió las mayores incongruencias de un partido que aspiraba a dirigir a la clase obrera. Además frenaba toda medida democratizadora. Desde 1956 buscó que los nuevos dirigentes de los movimientos sindicales mantuvieran una política conciliadora hacia los líderes charros y el gobierno frenando así a las bases. A eso se opuso el Comité del DF y muchos otros compañeros. Defendieron la tesis de que para luchar por sus reivindicaciones en las condiciones de México, los trabajadores tenían que pasar por encima de los líderes charros y llamaron a todos los miembros del Partido a sumarse activamente a esos movimientos.
Así comenzó una lucha interna que duro tres años y que acabó por corregir drásticamente la orientación y la práctica del Partido y llevar a su cabeza una nueva dirección. Se decidió eliminar el puesto de secretario general para fortalecer el principio de la dirección colectiva. Pese a que el partido, por tomar parte en los movimientos sindicales insurgentes, tenía a muchos de sus dirigentes en la cárcel, se inició una lucha interna cuyo propósito era dar un viraje en toda la concepción de la relación con los gobiernos del PRI y el movimiento sindical, y la democracia interna. Y lo logró parcialmente. Fue en ese proceso que surgió lentamente como figura dirigente principal Arnoldo Martínez Verdugo.
Yo había recibido una formación marxista más amplia desde muy temprano y comenzado a militar activamente en la izquierda, a través del MRM junto a Othón Salazar desde 1956. Al mismo tiempo formé el Círculo de Estudios Ricardo Flores Magón, donde convergieron por un lado varios intelectuales marxistas como José Revueltas, Eli de Gortari, Enrique González Rojo, y por el otro militantes destacados del MRM. El encuentro resultó explosivo. Mientras los intelectuales enseñaban haciendo proselitismo, los maestros jóvenes del MRM leían marxismo y se acercaban al movimiento comunista, del cual sus padres se habían alejado debido a las posiciones oportunistas, subordinadas al nacionalismo revolucionario de la dirección del PCM hacia el movimiento sindical. De ahí Iván García y yo fuimos a dar al Frente Obrero de Juan Ortega Arenas. Enterados de la lucha interna del PCM y esperando que se produjera el cambio, apenas triunfaron las posiciones renovadoras pedimos, hacia el año 1962, nuestro ingreso.
El PCM a principios de los sesenta vivía en un ambiente de represión aguda y constante. Aparte de las tareas políticas en el movimiento y la elaboración de los principios de una nueva orientación, debía tomar medidas constantes de seguridad. Arnoldo era vigilado y hostigado asiduamente. Y aquí podemos hablar de otra de sus cualidades: Una valentía firme, tranquila, casi fría, ajena a toda paranoia o histeria. Más tarde me contó que durante largos periodos se veía obligado a dormir fuera de su casa en diversos hoteles, cambiando de lugar cada noche. Quizá su condición de dirigente principal lo salvó de largas prisiones. El costo internacional de tener a la figura principal de un partido comunista en la cárcel frenó los excesos del gobierno mexicano.
Mi primer encuentro con las medidas de seguridad en un periodo de represión directa fue la asistencia al XIV Congreso al que fui invitado. Esta reunión se realizó a fines de 1963 en una casa especialmente alquilada. Los participantes fueron entrando en un coche privado, uno por uno para no alertar a la policía con una agitación excesiva. A mí me tocó entrar un día antes del comienzo del Congreso. Todas las comidas se realizaban en la casa y estaban a cargo de las hermanas Bórquez. En la noche no se permitía prender luces y dormíamos todos en el piso, en silencio. Las actividades se realizaban cuidando de no alzar la voz. Fue en ese Congreso donde se eligió el nuevo presídium integrado por Arnoldo Martínez Verdugo, J. Encarnación Pérez, Manuel Terrazas, Gerardo Unzueta, Alejo Méndez, J. Encarnación Castro, Fernando C. G. Cortés, Lino Medina, Antonio Morín y Juan de los Reyes. Cuando salió de la cárcel se agregó Valentín Campa.
Han pasado más de 30 años de la desaparición del PCM. El comunismo que llevó a millones de hombres y mujeres a comprometerse activamente con la política y la lucha contra el capitalismo y el fascismo durante más de 80 años en todo el mundo ha dejado de existir para siempre. Pero la cuestión comunista, la utopía de un mundo socialista no ha muerto y sigue siendo tan actual como antes, porque el capitalismo de hoy no ha resuelto nada y propone un mundo peor que el que había en nuestro tiempo. Entonces me pregunto en una conversación imaginaria con Arnoldo, ¿qué es una derrota en la historia de los pueblos y qué tan definitiva es la que sufrimos? Una cosa puedo decir, con gran alegría. He hablado con excomunistas de muchos países y especialmente en México –recuerdo la muy larga conversación que tuve con Volodia Teitelboim antes de su muerte–. La inmensa mayoría considera que sus años de militancia comunista, a pesar de todos los sacrificios, fueron los mejores de su vida.
A todos sus familiares, algunos de los cuales no conozco, a Martha Recasens, a Paloma su hija que conocí desde niña y a Armando, su hermano, mi sentir más hondo. Se fue un hombre digno, vertical, que hizo mucho por los trabajadores de México y –¿por qué no?– de América Latina.
**

Arnoldo Martínez Verdugo y el poder/ENRIQUE SEMO
Revista Proceso #1910, 9 de junio de 2013;
OBITUARIO
(Segunda y última parte)
¿Cómo era el partido que dirigió Arnoldo Martínez Verdugo de 1962 a 1981? Durante sus largos años de ilegalidad o semilegalidad, el Partido Comunista Mexicano era una organización muy pequeña. Su militancia oscilaba entre mil y 2 mil miembros. Lo que nunca lograron los gobiernos del PRI fue dispersarlo. Quizá no lo pretendieron, pero aun si lo hubieran querido, no hubiera sido fácil. Su organización celular y su vinculación ideológica, más que personal, lo impedía. Barry Carr reporta en su libro La Izquierda Mexicana a Través del Siglo XX que para 1945 el PCM sólo contaba con 3 mil 775 miembros. A principios de los setenta, después de la represión de 1968, se informa de 900 a mil 200.
¿Cuál es la causa de la pequeñez del PCM? Indudablemente, la razón fundamental era la constante represión, que se disparaba en los periodos de ascenso de los movimientos populares. El PCM tenía muchas simpatías, pero sólo un grupo selecto se atrevía a militar en una organización permanentemente perseguida por un Estado que no retrocedía incluso ante la “guerra sucia” y los asesinatos.
Los gobiernos del PRI podaban periódicamente el PCM, sembrando miedo y un sentido de impotencia. Arnoldo Martínez Verdugo condujo fundamentalmente a un partido perseguido y con muchos de sus miembros en la cárcel entre los años 1962-1978. Sólo después de la legalización, el partido creció rápidamente y en las primeras elecciones con registro demostró la amplitud de su influencia. Martínez Verdugo fue –fundamentalmente– líder de un partido de cuadros. Sin embargo, es impresionante el número de dirigentes sociales, de intelectuales distinguidos y de personajes locales que había entre los militantes comunistas.
Pero en periodos de legalidad, durante la presidencia de Cárdenas (36 mil militantes) y después de la legalización definitiva, el 7 de agosto de 1979, las membresías crecían rápidamente. Enrique Condés Lara cuenta, en su estupendo libro Los últimos años del Partido Comunista Mexicano 1969-1981, que en 1976 había en Puebla 156 militantes en 28 células, y en 1980, 3 mil, en 200 células diseminadas en el estado. En el Distrito Federal, después de la legalización, la membresía se duplicó en un año, llegando a contar con 4 mil miembros. Y en el XIX Congreso Nacional se reportó que en cuatro meses de campaña de afiliación se habían logrado 100 mil solicitudes nuevas.
Las primeras elecciones en las que el PCM concurrió con registro obtuvo 5.8% de la votación, 703 mil votos. Aquí es obvio que hay una discrepancia entre militantes, simpatizantes y electores que sólo se explica por la violencia de Estado permanente en la cual vivía el país. ¿A qué clase de poder podía aspirar un partido semilegal como el PCM? No podía acceder a los órganos de elección del Estado. Tampoco podía lograr la dirección legal de movimientos sociales puesto que sus dirigentes serían arrojados a prisión. Sólo quedaba un camino: influir crecientemente en los movimientos y sindicatos rebeldes, hasta que los gobiernos del PRI se vieran obligados a legalizarlos y tolerar su presencia legal, o bien los movimientos rebeldes desembocaran en una revolución.
Con el registro definitivo comenzaba una nueva época para el PCM. Las campañas electorales, la existencia de una representación legislativa, la libertad de reunión, de manifestación y de expresión cambiará para ellos la forma de hacer política y de llegar al poder. Antes sólo podía aspirarse a un partido de cuadros; ahora el partido de masas, un sueño permanente del PCM, podía ser una realidad. En la década de 1956-1969 la violencia desatada por los gobiernos del PRI alimentaba la creencia de que sólo existían dos opciones: la victoria de una oligarquía represiva o una revolución democrática y socialista, violenta o no. Con la legalización, primero del PCM, y luego de otras organizaciones de izquierda, se abrió una tercera opción: la permanencia del grupo gobernante del PRI, pero acompañado de una democracia electoral que incluyera a todas las organizaciones de izquierda.
El entusiasmo en el campo de la izquierda y especialmente de los comunistas que habían conocido décadas de ilegalidad no puede ser hoy imaginada. Terminaba una larga época de catacumbas, del ocultamiento, de estar separados por la fuerza de la vida cotidiana, de la sociedad. ¿Qué papel jugó Martínez Verdugo en ese proceso? La mayoría de las otras organizaciones de izquierda tuvieron al principio mucho recelo hacia la “apertura democrática” del PRI. También en las filas comunistas muchos temían una trampa. Fue Martínez Verdugo quien desde el primer momento emprendió una campaña de convencimiento en favor de la reforma electoral. Polemizó dentro y fuera del partido a su favor. Y el PCM participó antes que cualquier otra organización independiente.
Hay que tomar en cuenta –decía Arnoldo– que las últimas dos elecciones, la de 1970, en que nosotros no participamos y hubo una gran abstención, y la de 1976, en que no hubo candidato legal frente a López Portillo, fueron desastrosas para el PRI pese a sus victorias. Arnoldo se mostró dispuesto a negociar con Reyes Heroles, actor principal por parte del gobierno en la reforma electoral que se iniciaba y pronto se estableció un diálogo fructífero:
“Ninguna consigna corresponde de la manera más exacta a los intereses de la clase obrera –escribía Arnoldo– en la actual situación del país que la de la reforma política democrática… Pero esta consigna no convence aun a los distintos sectores que integran… la izquierda. La propone con insistencia el Partido Comunista Mexicano en sus documentos fundamentales de los últimos dos años bajo el título de La lucha por la libertad política…
“Este documento y otros que el PCM ha dedicado al tema en discusión, persigue claramente el objetivo de probar la necesidad y la posibilidad de una reforma política… La lucha por conquistar los derechos políticos plenos, fue parte esencial de los movimientos…de 1958-59 y de 1968…” (El Partido Comunista Mexicano y la Reforma Política, Arnoldo Martínez Verdugo, México, 1977).
Pero volvamos al partido de cuadros que dirigía Martínez Verdugo antes de la plena legalización. Es sorprendente que un partido tan pequeño hubiera participado en forma destacada en los movimientos obreros que hubo en el periodo de 1956-1959, en el Movimiento de Liberación Nacional en los años 1960-1962 y también en el gran movimiento estudiantil de 1968. La influencia del PCM en la sociedad trascendía con mucho al número de sus militantes, porque no dependía de números, sino de la presencia y el papel dirigente establecido históricamente en las muchas luchas populares.
En realidad, Arnoldo Martínez era un dirigente de dirigentes que habían aceptado su papel rector voluntariamente, diríamos por su capacidad de crear una hegemonía. Pero estos dirigentes siempre tenían su opinión propia y la expresaban sin tapujos, cada vez que lo consideraban necesario. Muchos de ellos tenían liderazgos en sus campos, mayores que los de Arnoldo. Para construir su poder, Martínez Verdugo no contaba con dinero ni plazas administrativas ni puestos políticos representativos ni siquiera con una recomendación ante un funcionario para ofrecer a sus seguidores. Su liderazgo se desprendía de una ideología común, su especial visión y su influencia personal constantemente renovada. Arnoldo debía ser reelegido en cada Congreso. Frecuentemente perdió votaciones importantes y no siempre lograba imponer su punto de vista, pero en la mayoría de las ocasiones, durante periodos prolongados y momentos muy difíciles de su gestión siempre contó con el apoyo personal de la gran mayoría de los dirigentes.
Para probarlo me atrevo a presentar una lista que está lejos de incluir a toda la gente destacada y capaz, todos ellos miembros de la Dirección Política y del Comité Central durante periodos prolongados en los años de su gestión como secretario general (1962-1981). Inmediatamente se verá que los dirigentes del Partido Comunista tenían las cualidades necesarias para enfrentar la represión del Estado e infundir esperanza en un mundo mejor sin ofrecer para el presente, parafraseando a Winston Churchill, más que “sangre, sudor y lágrimas”.
Valentín Campa, miembro del PCM desde 1921, dirigente ferrocarrilero desde 1925, organizador de huelgas ferrocarrileras en 1932, cofundador de la CTM en 1936, secretario de Educación y Organización del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros entre 1943 y 1948. Junto con Demetrio Vallejo fue codirigente del movimiento ferrocarrilero de 1958-1959, preso político en diversas ocasiones durante un total de 16 años. Candidato presidencial en 1976, entre muchas otras cosas. Miembro fundador del PRD.
Ramón Danzós Palomino, profesor normalista. Activo en las luchas agrarias desde 1935. Militante y miembro de la dirección del PCM (1936-1981), secretario general de la CCI entre 1964 y 1975, vicepresidente de la Unión Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Agricultura, candidato a la Presidencia de la República por el FEP (1963-1964). Preso político siete veces en Sonora, una vez en Nueva York, de donde fue deportado a París, así como en Puebla y en el DF. Miembro fundador del PRD.
Othón Salazar Ramírez, profesor de la Escuela Normal. Militante del PCM y de su Comité Central (1958-1981). Desde 1951 dirigente del movimiento magisterial y principal exponente del movimiento magisterial de 1956-1958. Secretario General de la sección 9 del SNTE. Preso político varias veces, especialmente desde 1958 hasta 1970. Diputado federal y presidente municipal de Alcozauca. Defensor de grupos étnicos en todo el país. Miembro fundador del PRD.
Gerardo Unzueta Lorenzana, periodista, miembro de la dirección del Partido Comunista desde 1962. Director durante muchos años de La Voz de México, periódico del Partido. Autor de varias obras políticas. Preso político por apoyar al movimiento estudiantil de 1968. Diputado federal en dos ocasiones.
J. Encarnación Pérez Gaytán, profesor normalista, ingresa al PCM en 1939. Miembro del Comité Central durante 35 años. Encarcelado durante seis años a raíz del movimiento ferrocarrilero. Diputado federal. Miembro fundador del PRD.
De las generaciones más jóvenes se puede citar a Pablo Gómez Álvarez, economista. Miembro de la Juventud Comunista y luego del partido desde 1963 y de sus órganos dirigentes. Integrante del Comité Coordinador del SPAUNAM y de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos. Preso político por el movimiento de 1968. Secretario general del PSUM. Cofundador y presidente interino del PRD. Varias veces diputado y senador.
Arturo Martínez Nateras, ingeniero de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Militante y luego dirigente de la Juventud Comunista y del Partido Comunista. Fundador de la Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos. Preso por el movimiento estudiantil de 1968. Autor de varios libros sobre política, socialismo y el movimiento del 68.
Gilberto Rincón Gallardo, abogado. Miembro del PCM desde 1963, y de la Comisión Ejecutiva. Fue apresado 32 veces y en 1968 por tres años. Dirigente del PMS (1987-1989). Miembro fundador del PRD. Dos veces Diputado federal.
David Alfaro Siqueiros, uno de los grandes pintores del muralismo mexicano. Miembro del PCM desde 1921. Coeditor de El Machete (1923). Fundador de varias organizaciones sindicales. Preso en 1931 y luego expulsado del país. Expulsado también de Estados Unidos apoya abiertamente el movimiento ferrocarrilero de 1958-1959 y cae otra vez preso entre 1959 y 1964. Miembro del Comité Central varias veces.
Enrique Semo Calev, economista e historiador. Fundador de la División de Estudios Superiores de la Facultad de Economía y diferentes instituciones en otras universidades. Miembro del Partido Comunista desde 1962 y de su Comité Central por 19 años. Responsable de la Comisión de Educación del PCM. Fundador-director de la revista Historia y Sociedad.
A estos ejemplos habría que agregar docenas de personalidades en los diferentes estados y además, muy importante, las células de militantes entre maestros, ferrocarrileros, estudiantes, obreros petroleros y los que dejaron al PCM para participar en las múltiples guerrillas de la época.
Varios de esos cuadros fueron marginados de la dirección del PRD. Otro tipo de gente tomó su lugar. Con la caída del comunismo y del socialismo la ideología se fue desdibujando hasta evaporarse. El PRD se transformó en una gran máquina electoral cuya única tarea es asegurar el mayor número de representantes a todos los niveles. Las figuras del caudillo y del cacique volvieron a aparecer. La burocracia profesional cobró una fuerza y una solidez excepcional. Las tendencias internas que nunca fueron permitidas en el PCM adquirieron permanencia. Pero no como tendencias políticas sino como grupos de intereses; y finalmente, el partido sufrió una gran fractura cuyo desarrollo es imprevisible. Hoy más que nunca la pregunta ¿qué hacer? es de una actualidad candente. Y, sin embargo, en los círculos directivos no parece despertar inquietud. Nos enfrentamos a una política de hechos consumados sin explicación y a dirigentes que están decididos a que siga así. A pesar de todo, la izquierda mexicana ha avanzado mucho desde su legalización en 1978, pero en este momento aparece estancada y falta de iniciativas.
No hay regreso posible al pasado. El pueblo de México ha conseguido cierto nivel de democracia electoral y alternancia en el poder, alternancia de la que no ha gozado la izquierda. Se necesita un esfuerzo gigantesco para salir de la jaula dorada, para dejar de plantear el poder exclusivamente en término de personas, para aprovechar todas las innovaciones en la informática que han cambiado el quehacer político, para reivindicar en la práctica los valores de la honestidad y la dignidad política.

El gran viraje del General Martínez: de fascista a fascista aliado de Estados Unidos

El gran viraje del General Martínez: de fascista a fascista aliado de Estados Unidos
Por Roberto Pineda San Salvador, 28 de octubre de 2013

Cuando el general Martínez escuchó la noticia que sus amigos del otro lado del Pacífico habían actuado, se le hizo un nudo en la boca del estomago. Era la tarde del domingo 7 de diciembre de 1941 y el Mikado había atacado sorpresivamente la base militar de Pearl Harbor. Los Estados Unidos eran forzados con este criminal ataque, a intervenir en una guerra de la que solo habían estado beneficiándose como observadores.

El presidente Martínez comprendió la urgente necesidad de separarse de tal acción y dar un golpe de timón a su política exterior de abierta simpatía con los países del Eje. Y para curarse en salud, el siguiente día 8 de diciembre, informó ante la Asamblea Legislativa sobre esta situación y puso el “ejecútese” a un decreto (el 90) en el que se le declaraba la guerra al Japón y manifestaban su solidaridad con el gobierno de Estados Unidos.

Asimismo tomó medidas internas para deshacerse de aquellos funcionarios de su gobierno abiertamente reconocidos como fascistas, incluyendo al genocida de 1932 y entonces Ministro de Gobernación, Coronel Tomás Calderón Sol, abuelo del expresidente arenero Armando Calderón Sol. Este viraje político-diplomático influiría poderosamente en la apertura de un nuevo momento político para el variado movimiento opositor a la dictadura, para la recomposición del bloque de poder, para el desplazamiento de sectores al interior de la oligarquía y abrió la posibilidad real del derrocamiento de la dictadura unipersonal instaurada en 1932.

Posteriormente, el presidente Martínez acata humildemente la orden recibida de la Legación Americana, y se publica en el Diario Oficial una LISTA NEGRA SALVADOREÑA, con los nombre de las personas y negocios de origen italiano, alemán y japonés residentes en el país. Esto se hace con base en el Decreto 91 del 11 de diciembre de ese mismo año, que establece “bloquear todos los fondos y valores que se encuentren actualmente depositados en instituciones de créditos o casas comerciales de la Republica y que sean propiedad de firmas comerciales o industriales o de personas naturales de nacionalidad japonesa, italiana o alemana.”

Días después, el 12 de diciembre de 1941 se aprueba el Decreto 93 mediante el cual se declara la guerra con Alemania e Italia. Se toma esta decisión considerando que estos países han declarado la guerra con los Estados Unidos y justificándose con acuerdos de Conferencias interamericanas. Con este medida quedaron prohibidas las actividades públicas de carácter político que el General Martínez permitía que realizaran los italianos y alemanes en apoyo a los gobiernos de sus países. La svástica y el saludo nazi desaparecieron de las plazas salvadoreñas.

La comunidad alemana e italiana que desde los años ochenta del siglo XIX había acumulado haciendas y negocios fueron seriamente afectados por esta medida, la cual favoreció en particular a los empresarios ingleses y estadounidenses residentes en el país. Esta medida afectó significativamente el peso del sector italiano y alemán de la oligarquía agroexportadora salvadoreña y posiblemente permitió que el sector inglés, holandés y estadounidense lograse una presencia hegemónica, ya que entre las empresas afectadas se encontraban las familias beneficiadoras y exportadoras alemanas Goldtree, Liebes & Cía; Lasally ,Reich & Co; y Mugdan , Freund y Cía, así como la italiana Borghi, Daglio y Cía.
Incluso la familia Cristiani, propietaria en ese momento exclusivamente de la Farmacia Santa Lucia, resulto afectada. Este “bloqueo” le permitió a la familia caribeña-holandesa De Sola consolidar su posición hegemónica como la principal empresa beneficiadora-exportadora de café y además, prepararse para convertirse en años posteriores en la fuerza de respaldo a la “revolución de los mayores” del 14 de diciembre de 1948.

Es interesante que en aquella época los Estados Unidos, a nivel latinoamericano impulsaban la creación de un proyecto de fomento al desarrollo económico similar a lo que fue en los años sesenta la Alianza para el Progreso y lo es hoy, setenta años después, el Asocio para el Crecimiento. Le encomendaron esta tarea al multimillonario estadounidense Nelson A. Rockefeller.

Y en nuestro país, los Estados Unidos, luego de afianzar su influencia sobre el gobierno del General Martínez, impulsaron este proyecto formándose la Comisión Salvadoreña de Fomento Interamericano, integrada en ese entonces y también ahora por influyentes empresarios. A continuación presentamos un gráfico con sus antiguos y actuales integrantes:

Comisión Salvadoreña de Fomento Interamericano 1942 Consejo Nacional para el Crecimiento
2012
Luis Alfaro Duran Francisco Calleja
Carlos Álvarez Angel Roberto Murray Meza
Enrique Álvarez Drews Ricardo Poma
Mario Sol Francisco de Sola
Ricardo Sagrera hijo Juan Carlos Araujo Eserski

Continuando con la entonces famosa LISTA NEGRA SALVADOREÑA encontramos el listado dos farmacias, Normal y Santa Lucía, de Zelaya y Cristiani, nacionales italianos así como una Droguería de capital alemán, del Sr. Wilmes. Dos panaderías de capital alemán; La Corona y La Salvadoreña (Woerner). Dos relojerías y una joyería de capital alemán, El Tiempo (Woerner), La Alpina (roedor) y La Princesa (Michiels). Aparecen seis beneficios, dos de los cuales se identifican con capital alemán, El Amate ubicado en San Marcos ( Lassally, Reich) y Giessler, ubicado en Chinameca, San Miguel.

Se menciona en el listado a un almacén japonés, El Nipón propiedad de Shiraki y ubicado en el Portal de Cristal; un italiano Vitoria (Caruso) y El Fénix de propietario alemán, Johann Luders. Aparecen 11 compañías italianas bajo los apellidos Santimone, Salandra, Crisonino, Fantini, Caruso y Annichiarico. 8 compañías alemanas con los apellidos Wilms, Schmidt, Oertel, Nottebohn, Lasally, Reich, Luders, Gossmann y Boef. Una optica de capital alemán, La Científica (Foerstenberg). Un restaurante Alemán ( Wurst). Una finca en Coatepeque, presumiblemente cafetalera, del alemán Ricardo Fisher. Una fabrica de ladrillos de Antonio Ferracuti y una Fábrica de Jabón y Velas, La Salvadoreña.

A continuación reproducimos el listado de nacionales japoneses, alemanes y italianos, aparecido en el Diario Oficial el 2 de septiembre de 1942, a los que afectó esta medida:

LISTA NEGRA SALVADOREÑA”
Revisión del 31 de agosto de 1942

NOMBRE DIRECCION

“A”
AGFA San Salvador
Almacén “El Fénix” (Gossmann & Cía.) 2ª. C.O. y 2ª. Av. S.
Almacén “El Nipón.” Portal de Cristal, San Salvador
Almacén Vitoria (Caruso Pascual y Rizziero) San Salvador
Avendaño Adrián
(Agente viajero que distribuye productos farmacéuticos “Shering” San Salvador
Annichiarico, José (Giuseppe) Jucuapa
Annichiarico, Víctor
Annichiarico & Cía.
Annichirico & Sessa
Annichiarico, Víctor San Salvador

“B”

Beck, Josef (conocido por Josef Karl von Beck) San Salvador-San Miguel
Bendix, Alberto Ahuachapan
Bendix, Guillermo (Willi) Ahuachapan
Dr. Oscar Beneke San Salvador
Dra. Margarita de Beneke San Salvador
Bianchi, Enzo M. San Salvador
Bergmann, Jorge (George Teodoro) San Salvador
Bodewing, Joseph (José) 8va. A. No. No.52 San Salvador
Boef & Co. San Salvador
Boef, Federico N (Frederik N.) San Salvador
Boerllersen, Heinrich San Salvador
Braun, Gerardo (reconocido también por Roberto) San Salvador
Buchner, Augusto (Ing.) Av. España No. 7 San Salvador
Boraccio, Humberto San Salvador
Beneficio “Giessler” Chinameca
Beneficio “Los Ausoles” Ahuachapan
Beneficio “San Guillermo” Tepecoyo
Beneficio “San Jacinto” San Salvador
Beneficio “San José” Zacatecoluca
Beneficio “El Amate” de Lasally, Reich & Co. San Salvador-San Marcos
Borghward, Enrique Santa Ana
Bruch, Carlos H. Santa Ana

“C”

Cozzarelli, Tigellino San Salvador
Carozzi, Enea San Salvador
Caruso Hermanos San Salvador
Caruso, Alfonso San Salvador
Caruso, Pascual y Rizziero “Almacén Litoria.” San Salvador
Castelli y Cía., Antonio San Salvador
Castelli, Antonio San Salvador
Castelli, Fantini & Co. San Salvador
Cesaro, Agustín San Salvador
Crisonino & Cía., Virgilio Calle Delgado No. 21 San Salvador
Cristiani, Alfredo San Vicente
Cristiani, Juan (Giovanni) “Farmacia Santa Lucía.” 1ª. Ave. Norte y 1ª. Calle Poniente San Salvador
Custode, Juan (de la casa Virgilio Crisonino (Cía.) San Salvador
Caruso, Pascual San Salvador
Carnicería Modelo 4ª. Calle Poniente No. 34
Clar, Carlos Santa Ana

“D”

De Jacobis, Ungo Calle 15 de septiembre San Salvador
Deutsche Lufthansa A. G. Toda sucursal en El Salvador
Dreiss, Victoria de (Panadería “La Salvadoreña” de Hans F. Woerner San Salvador
Droguería “Astra” ( H. Wilmes & Cía.) San Salvador
Dingord, Bernard Jayaque
Dreiss, Ernesto Santa Ana
Droguería “Astra” San Salvador

“E”

Eckmann, Kart San Salvador
Echeverría, Araceli (Empleada de Federico Geissler) San Salvador

“F”

Fábrica de Ladrillos (A. Ferracuti & Cía. ) Calle Gerardo Barrios No. 87 San Salvador
Falconio, Arístides Calle Delgado No. 3 San Salvador
Fantini, Conrado San Salvador
Freese, Carlos (administrador de propiedades de Federico Giessler) Chinameca
Farmacia Normal (Zelaya & Cía.) San Salvador
Ferretería, Cía. Calle Arce, Esq. Ave. España, San Salvador
Fisher, Ricardo Santa Ana
Fisher, Ricardo (Finca) Coatepeque
Farmacia Santa Lucía (Juan Cristiani) 1ª. Av. Norte y 1 Calle Poniente San Salvador
Fax, Paul (Pablo) San Salvador
Ferracuti & Cía. ( Fábrica de ladrillos) Calle Gerardo Barrios No.87 San Salvador
Ferracuti, Alberto
Ferracuti, Antonio
Ferracuti, Piero (Ing.)
Foerstenberg Wilhelm (Guillermo) Óptica Científica 4ª. Calle Oriente No.16
Fábrica de Jabón y Velas “La Salvadoreña.” San Salvador
Finca “El Paraíso.” Santa Ana
Finca “Santa Barbara” Santa Ana
Freese, Carlos Chinameca
Farmacia “Normal” 1ª.Ave. Sur y 4ª. Calle Poniente San Salvador

“G”

Gabitt, Arno San Salvador
Geissler, Federico San Salvador
Gossmann & Cía.(Almacén “El Fénix”) Juan Luders & Co. Sucesores 2ª. C. O. y 2ª. A. S.
Grosskorth, Ernest (Ernesto) San Salvador
Grosskorth & Cía. San Salvador
Guabello, Nino San Salvador
Grosskorth, Ernesto San Salvador

“H”

Hamburg Amerika Linie San Salvador
Hentzen, Erhart ( Ing.) Ediicio Sol, Ave. España San Salvador
Hepperle, Werner (conocido también por Alexander Werner Hepperle (Relojería “El Tiempo.” San Salvador
Herbert, Oto Max Restaurant Alemán, San Salvador

“I”

Italia S. A. de Navigazione San Salvador

“J”

Jokisch, Juan (conocido también por Juan Erhard Jokisch) Col. Flor Blanca No. 43
Joyería “La Princesa” San Salvador

“K”

Kaneshinge, Alfonso M. Portal de Cristal, San Salvador
Koch, Carlos San Salvador
Koening, Karl San Salvador
Kuny, Rudolf (Rodolfo) San Salvador
Kleipel, Francisco Ciudad Barrios, San Miguel
Krutz, José Santa Ana
Koesaler, Willi Calle Arce, no. 37 San Salvador

“L”

“La Alpina” (Ugo Otto Roeder) Edificio Letona. Calle Delgado, San Salvador
Langerbeck, Karl (Carlos) San Salvador
Luders & Cía Sucesores 2ª. C. O. y 2ª. A. S.
Lasally, Reich y Cía. San Salvador
Lasally, Theodoro San Salvador

“M”

Massi, Alfredo San Salvador
Mitsui, Baussan Kaisha San Salvador
Michiels, Augusto (Gerente y Socio de la Joyería “La Princesa”) San Salvador
Moritz, Frederick (Federico) Rdo. Joyería La Princesa
Mathies, Gustavo Santa Ana
Mathies, Luis Federico
Mathies, Salvador
Muller, Guillermo Santa Ana
Michiels, Augusto San Salvador

“N”

Norddeutscher, Llody San Salvador
Nottebohn, Trading San salvador

“O”

Oertel, Pablo (Paul) San Salvador
Oertel & Cía. Pablo Calle Delgado N. 31 San Salvador
Optica Científica (Wilhem Foerstenberg) 4ª. C. O. No. 16 San Salvador
Ortiz, José Manuel (Regente de la Droguería “Astra”) San Salvador
Oertel, Elia Lainez de San Salvador
Oertel, Erich San Salvador

“P”

Pavetti, Amadeo San Salvador
Puschmann, Federico San Salvador
Panadería “La salvadoreña” (Woerner) San Salvador
Panadería Alemana “La Corona.” San Salvador

“R”

Raubusch, Wilfred Edif.. Sol, Ave. España, San Salvador
Reiss, Anton San Salvador
Reich, Ernesto San Salvador
Relojeria La Princesa San Salvador
Relojería La Alpina (Roeder) San Salvador
Relojería El Tiempo (Woerner Hepperle) San Salvador
Roverzo, Patuzzo & Co 1ª. C. O. No. 102
Rupert,Kart San Salvador
Restaurante Ben Tanabe La Ceiba

“S”

Santimone, Generoso San Salvador
Sessa, Gaetano Jucuapa
Sessa, José Jucuapa
Schilling, Juan (Hans) San Salvador
Schilling, Margarita de San Salvador
Schloesser, Friedrich San Salvador
Schloesser, Meta Schilling de San Salvador
Schmidt & Co Carlos A. San Salvador
Shiraki, Antonio T. Portal de Cristal, San Salvador
Shiraki & Cía. José T. Portal de Cristal, San Salvador
Szarata, Otto R. 3ª. C P. No. 18 San Salvador
Santimoni & Cía. José Ahuachapan
Salandra Hermanos 4ª. A.N. No. 2 San Salvador
Santimoni & Co. Generoso 1ª. C. P. No. 7 San Salvador
Saoane, José María Zacatecoluca
Standar Photo Supply Co. San Salvador
Salón de Belleza (propiedad de Elsa Woerner) Calle Delgado No. 22
Schafer, Felix San Salvador

“T”

Tanabe, Ben (Benjamín) La Ceiba
Tadesco, Nicola San Salvador
Tillino, Juan 4ª. C.P. No. 4 San Salvador

“U”

Unión Agrícola Industrial (Sociedad) San Salvador

“V”

Venutolo, Antonio San Salvador
Vossberg, Hans ( Juan) San Salvador

“W”

Wilms & Cía. H. San Salvador
Wilms Henberto W. San Salvador
Woerner Hns F. San Salvador
Woerner, E de San Salvador
Wurst, Herbert San Salvador

“Z”
Zanotti, Víctor ( Coronel) Juayúa
Zelaya & Cía., Farmacia Normal San Salvador
Zelaya, Salvador (Dr.) 1ª. A. S. y 4ª. C. P.

Ministerio de Hacienda
San Salvador, 30 de abril de 1942” (Diario Oficial del 5 de mayo de 1942)

“Adicciones a la LISTA NEGRA SALVADOREÑA
Lasally, Reich y Co. San Salvador
Thiodoro Lasally San Salvador
Ernesto Reich San Salvador
Beneficio “El Amate” de Lasally, Reich y Co. San salvador- San Marcos
Ministerio de Hacienda 20 de agosto de 1942”

Apuestas perdidas

Apuestas perdidas

Por Héctor Dada Hirezi
Publicado el 24 de Octubre de 2013

La sociedad salvadoreña vive una crisis global, que afecta a todos los aspectos de la vida en común de los ciudadanos. Para decir un lugar común, pero no menos cierto, las crisis son problemas y oportunidades; o más bien, siguiendo el razonamiento del pensador italiano Antonio Gramsci, ese tipo de crisis se da en un proceso que lleva a una situación en la que lo viejo se niega a morir y lo nuevo no termina de nacer. Nuestra sociedad ha pasado por una serie de transformaciones fundamentales por más de medio siglo, que se han acelerado en los últimos tiempos sin que las dirigencias sociales y políticas asuman su responsabilidad de actuar sobre el país real, y no sobre los países imaginarios en el que muchos pretenden vivir. Sin entrar en un análisis detallado – teniendo en cuenta el carácter de este escrito – basta recordar la naturaleza de procesos que tienen los fenómenos sociales, y la necesidad de tener presente la dinámica que heredan del pasado, las condiciones reales de la situación presente y las perspectivas posibles de transformación que permite esa realidad, con la conciencia de que no actuamos sobre un ente social estático sino transformado y en dinámico proceso de transformación.

En 1989, cuando Arena asumió las riendas del país, las condiciones eran marcadamente diferentes a las actuales. No sólo había una situación de guerra interna que exigía su finalización, sino la dinámica social y las consecuencias de las reformas contrainsurgentes en medio de un conflicto armado (que fueron realizadas por la convicción de los Estados Unidos de que eran condición necesaria para tener espacios para ganar la guerra) requerían una definición de reconstrucción no sólo del aparato del Estado sino del mismo tejido social. La decisión del partido de derecha fue abrazar las obsesiones neoliberales y dejar que el mercado fuera el instrumento privilegiado de la reestructuración social, considerando al Estado como “parte del problema y no parte de la solución”. Eso sí, cuidando de tener la capacidad de utilizar patrimonialmente al Estado para reconstruir la cúspide del poder económico a través de la reprivatización de activos expropiados por las reformas contrainsurgentes.

Durante veinte años el país tuvo gobiernos del mismo signo. Tuvieron el tiempo y el espacio para construir un país próspero, aunque fuera con los criterios tan discutibles y tan poco equitativos como los del neoliberalismo. Además, con gobiernos de un partido de empresarios, por empresarios y para empresarios, la confianza de los inversionistas parecería garantizada. Pero los resultados no han correspondido a las apuestas y a las promesas de desarrollo planteadas.

El plan de gobierno 1989-1994, elaborado por FUSADES y asumido como propio por el candidato de ARENA Alfredo Cristiani, suponía – dicho muy sintéticamente – que la apertura comercial y la liberación de la acción del mercado produciría una dinámica económica basada en las exportaciones; la privatización de los sectores estatales, comenzando por la banca, sería elemento básico de un modelo centrado en los esfuerzos privados. La acumulación privilegiada permitiría tasas de ahorro que a través de la inversión producirían trabajo y derramarían el desarrollo que el mercado garantizaba. Al final de su gobierno, en vez de ser exportador neto, El Salvador fue crecientemente deficitario en su balanza comercial y, paradójicamente, los años de crecimiento dependieron de la satisfacción de la demanda pospuesta por la situación de guerra y por la acción de reconstrucción hecha desde el Estado, con recursos propios y de la comunidad internacional.

Luego se pasó a la apuesta de hacer del país una sola zona franca, que en poco tiempo – como expresó uno de sus impulsores – permitiría absorber a los seiscientos mil trabajadores del campo, en un país que suponían que había perdido su vocación agrícola. Esto implicaba una “simplificación impositiva” que dejaría al IVA el papel de casi única fuente fiscal, con la eliminación de muchos de los tributos existentes, así como centrarse en la competencia internacional de los bajos salarios. Estos esfuerzos del segundo gobierno de ARENA tampoco tuvieron éxito, y las reformas planteadas parecieron quedarse truncadas por la falta de respaldo de los poderes fácticos del país. Sin embargo, sus efectos negativos sobre el agro fueron notorios.

En ese mismo gobierno se tomó una decisión que sigue golpeando a las finanzas públicas: el esquema de privatización del sistema de pensiones. Pese a la franca crítica de expertos reconocidos internacionalmente, indicando que la forma – no la privatización en sí – estaba condenada a generar problemas fiscales casi insuperables, la reforma se aprobó tal cual la proponía el Órgano Ejecutivo con su mayoría automática en la Asamblea Legislativa. Las consecuencias que ahora tiene no es necesario señalarlas por obvias, pese a la posterior aprobación de un fideicomiso para ocultar el problema.

El gobierno del Presidente Francisco Flores hizo dos apuestas centrales: llevar a la práctica el sueño de dolarizar al país que no pudo realizar el Presidente Armando Calderón, y firmar un tratado de libre comercio con los Estados Unidos. La primera se volvió ley a finales del año 2000, y el 1 de enero del 2001 comenzó a implementarse con la mentira del bimoterarismo pese a la prohibición de emitir colones que contenía la ley. Esto, según sus corifeos, convertiría a El Salvador en un centro financiero competidor con el que desde hace años funciona en Panamá, además de dar estabilidad económica y ventajas crediticias que, a la vez que favorecerían a los consumidores, atraerían la inversión nacional y extranjera. Los hechos han mostrado que algunas ventajas son innegables, pero a un costo muy alto para el país, y que lejos de haber convertido a El Salvador en una centro financiero, el sector bancario nacional no soportó la competencia internacional en su esfuerzo de regionalizarse y ahora casi todo el sistema bancario está en manos de extranjeros, con sucursales que actúan localmente y que no pasan de ser agencias de muy bajo nivel de las grandes instituciones financieras internacionales. Y la inversión permanece básicamente en los niveles ya excesivamente bajos que históricamente ha tenido el país.

El CAFTA fue como el paroxismo de esta línea de pensamiento. El Ministerio de Economía ofrecía al país la creación de 400.000 empleos en los dos primeros años de su vigencia, y eso debido a que seríamos un gran atractivo para las inversiones destinadas a satisfacer la demanda del país del norte. Si a eso uníamos los efectos del tratado de libre comercio con Chile y con México, la cifra crecía apreciablemente. Los hechos son tozudos, y de nuevo hubo una apuesta que no se ganó. Como dijo hace poco un dirigente empresarial, “no perdimos, porque al menos salvaguardamos los empleos de la maquila que el trato de la Iniciativa del Caribe nos había permitido tener”.

Los logros que se atribuyen al “modelo” aplicado se basan fundamentalmente en la disminución de la pobreza. Se habla de cerca del 20% de la población que entre 1989 y 2004 dejó de ser pobre. No discutimos la cifra, que es muy probable que sea real; lo que como economistas nos extraña es que casi corresponde al volumen de migrantes que se supone han salido hacia el norte, y que dada esta realidad y el monto de remesas que el país ha recibido (una política social privada de pobres a pobres) es sorprendente que se continúe con cifras de pobreza tan altas, salvo que el funcionamiento de la economía interna tuviera una tendencia a producir pobres que fuera superada por los efectos de la migración y las remesas. Lo que sí es constatable es que el objetivo de concentrar riqueza se logró, aunque éste no se transformó en un coeficiente de inversión más elevado como decía el supuesto.

Si las apuestas se perdieron, si no se tuvo éxito en los objetivos estratégicos de las políticas, lo que es real es la creación de condiciones y realidades estructurales coherentes con esos objetivos perdidos y que no es fácil revertir, que ha supuesto una limitación de la capacidad de acción del Estado y problemas para lograr productividad. No discuto que el Gobierno de Mauricio Funes teóricamente pudo haber avanzado más en y revertir algunas realidades centrales heredadas que dificultan el desarrollo; eso nos introduciría al análisis de las posibilidades reales, que rebasa estas líneas. Lo que es cierto es que recibió una situación en la que no tiene mayor espacio de acción a partir de la utilización de instrumentos de política monetaria o comercial, con una situación fiscal deplorable, y tampoco ha asentado un poder social y político que le de más espacio. El peso de las apuestas perdidas durante veinte años sigue – y seguirá por algún tiempo – limitando las posibilidades de crecimiento del país, así tengamos algunos respiros momentáneos como en el pasado. Y ninguno de los aspirantes a conducir el país – a partir de sus respectivos discursos – parece enfrentar esta realidad.